dumÉnil & lÉvy. 2007. crisis y salida de la crisis. orden y desorden neoliberales.capítulos...

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I. LA EXTRAÑA DINÁMICA DE LO INTOLERABLE Y DEL CAMBIO ¿CoMo comprender las grandes evoluciones de la ecoromía mundial? ¿Cuáles cambios y en cuáles crcunstancras se produje¡on, creando, bajo la férula de las finanzas estaduni- denses, las condiciones pa¡a el orden neoliberal y la hege- monía linancie¡a de la cual éste es la expresión? En esta discusión sobre la marcha y la conducción dc los negociosmundiales no se puede confrar en el buen sen- tido y en los buenos sentimientos. Sólo un ingenuo podría ir¡aginarse, en efecto, que los hombres se constmyeron lln método simple qüe va desde]a identificación de los proble mas generales hasta ]a puesta en práctica de las soluciones. Uro, pafir de la comprobación de lo que no funcionaj dos, elaborar estategias;y f/¿s, aplicarlas. Ese programa en t¡es tiempos no es el que Cuía a la humanidad. Si el mundo ¡igiese así su conducta, la primera etapa de ese méiodo, la de Ia comp¡obación, asumiría en nuestros días la forma de una severa autoc¡ltica sob¡e Ia situación de la periferia, a pesar del crecimiento de China, que se sobre- pondría a vivas de ext¡ema autosatisfacciónpor los resulta- dos de Estados Unidos. ¡Curiosa cacofonÍal Los organismos inlernacionales todos los años hacen un balance: éste es poco halagüeño. El Informe mLuldial ' sobre el desarrollohmar?o de 1997 de las Naciones Unidas ya esbozaba el siguiente cuadrc: Másde un cl¡arto de los habitantes delos países e .lesanl'|1,, lodavía carecen totalmente de los bienes y seniciosindist).rl sables t...1 Y al¡ededorde un tercio deesos habiranl.s,, s,il

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Page 1: DUMÉNIL & LÉVY. 2007. Crisis y salida de la crisis. orden y desorden neoliberales.Capítulos 1-2

I. LA EXTRAÑA DINÁMICADE LO INTOLERABLE Y DEL CAMBIO

¿CoMo comprender las grandes evoluciones de la ecoromíamundial? ¿Cuáles cambios y en cuáles crcunstancras seproduje¡on, creando, bajo la férula de las finanzas estaduni-denses, las condiciones pa¡a el orden neoliberal y la hege-monía linancie¡a de la cual éste es la expresión?

En esta discusión sobre la marcha y la conducción dclos negocios mundiales no se puede confrar en el buen sen-tido y en los buenos sentimientos. Sólo un ingenuo podríair¡aginarse, en efecto, que los hombres se constmyeron llnmétodo simple qüe va desde ]a identificación de los problemas generales hasta ]a puesta en práctica de las soluciones.Uro, pafir de la comprobación de lo que no funcionaj dos,elaborar estategias;y f/¿s, aplicarlas. Ese programa en t¡estiempos no es el que Cuía a la humanidad.

Si el mundo ¡igiese así su conducta, la primera etapa deese méiodo, la de Ia comp¡obación, asumiría en nuestrosdías la forma de una severa autoc¡ltica sob¡e Ia situación dela periferia, a pesar del crecimiento de China, que se sobre-pondría a vivas de ext¡ema autosatisfacción por los resulta-dos de Estados Unidos. ¡Curiosa cacofonÍal

Los organismos inlernacionales todos los años hacenun balance: éste es poco halagüeño. El Informe mLuldial

' sobre el desarrollo hmar?o de 1997 de las Naciones Unidasya esbozaba el siguiente cuadrc:

Más de un cl¡arto de los habitantes de los países e .lesanl'|1,,lodavía carecen totalmente de los bienes y senicios indist).rlsables t . . .1 Y al¡ededorde un tercio de esos habiranl.s, , s, i l

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(.I¡ISIS Y NIJ,OI-IBERALIST{O LA EXTRAÑA DINÁMICA DE LO INTOI.¡:.R.\BI Ii

I rlro Irill,rr.s dL person¡s ¿eben conLcntarce con un ingrc-

- ' i , ' lef i , r a un d( i lar d i ¡ f io [ . . . ] Er l ¡ ,s paiscs industdal iz¡

(1,N. t , , ) r r l l l inro, m¿is d. 100 mi¡ ldes de pcrsonas !¡en pof,l. b¡¡, dcl nivcl de pobrez¡ nr¡,L'taria.'

Ouizt se¡ aún nr i is c l r ¡ )c¿nLc la observación dc las dcs-igrralc lades v de su aunler l ( ) , t ¡ l como áparece en el in lormeclc 1999:

La diiercncia cnrfc cl i¡srls¡, d! la qui¡ta pafte de los sc|cs hu-manos qt¡c !ivc¡1cn l{,s p!ís.s !rás icos y el de la quinta partc

de los quc habitan cn los p¡is.s nrars pobres llesabaa 74 a I cn1997 contE ó0 ¡ I cn 199{) \ l0 ¡ I cn 1960 l . - .1A ñnalcs dc losaños no\€nta laquiDl¡ pift. dr l¡ población mundial quc livc enlos países más c,)s \. ¡i\irl!.l u6a/. del pB (¿e laprc¿uccióü)mundial conrr¡ ¡ fcr¡ \ .1 l " / p¡m l¿120dl¿/ los fnás pobres. :

Estos infofnlcs subtr\rn el hccho de que muchas evolu-ciones se produccr) ¡ la inrersa clc lo que se podría desearMás de la mitad dc l()s príses c¡Ddidatos al desan'ollo sonignorados por bs invcrsi()nislas erlranieros; los precios dcnruchos de ios prcduct()s qr¡d dic l ¡os países pueden cxpor-tar se han demn,baclo clcsdc 1¡¡s aixrs ochenta; sus cxporla-c iones polencialcs cs1¿'rn grr ! ¡chs por elevados dcrcchosaduaneros; las ¡gf icul tür 'as dc l ( )s países más avanzrdoseslán fomlidablenrcntc srrbsidiaclas; cs:rplastantc el peso dela deuda de los paíscs nre¡os clcsalrr¡llados, etc. SimultáÍreamente, en los ltños n()!cnta, cn cl colazón de la sociedacl deEstados Unidos, donclc las t lcs igualdades ¡ ' la cxcl |Lsión sereforzab¿rn sin cesalr ¡sc csctrchab¡ el discurso triunÍltlista

Pro-gnma dc l¡s N¡.nnre' Lrnnl.b D¡rr.l Dcsaübll. (pv D), ¡t¡,x.

' t t t uxlntl .ob'! .l .!.lm)llt, I x,rr,¿, ¡)(. ll{(1, BnBclas, 1997, p 2

t N D, tnlt,tte tlrt'nlntl a)bi ll ¿r-n,llt, llur¡ano, Dc Boeck, Bñr\c

'^l f.curif al con..plo dd e\.lLrsntr no hr.emos relere¡cia ¡ uD pfo.

de la nLel'a ecotloníal Y fluven los elogios dc los nre(li, N ,1,;nformación: crccimicnto, r iqueza..- ¿Estamos acns,) l r r ld idos en ún mundo incrtc, indi lerente ante todas 1as dislu ¡ |ciones, incapaz de reaccionar?

Este libr.o tiene como objctivo determinar los orígcrres \el contenido del nuevo cul.so del capitalismo- La conclLrsi(1Imás general que se puede exlraer del nTismo liene, sirl c¡rbargo, mucho que ver con cl ploblema de la pobreza y dc Lrsdesigualdades. Se lrata de algo t vial: si la an,plitud cle lami"er ia no pro\ocl l ningunr dc ) : l . reueciones que ingen,r ' 'merte se habrían podido esperar, es porque las tratlsfontúciones económicas I sockles rle las til¡inns décadas no litron motira¿as \t clírigiclas por los ú¡ereses de las sranrlesnnsas süro por Los de ntitlork6 privilegiadas que, e,l efec¡o,nleiomrotl su sinnc ión.

En cuanto uno se desplaza desde las masas hacia esasminorías, c l csqucma analí t ico dcl sent ido común, que \ade la aparición dc las dificultades a la pucsta en práctica dcsoluciones, rccupera loda su pcr'linencia y el sistema todasu apt i tud para cl canlbio, y Ias cvoluciones se toman iD'teljgibles. Sí: las lransformaciones de los dos últimos decc-nios lueron provocadas pof 1a aparición de ciertos problc-nlas. Mediante mfi l t ip les pruebás y er ' ror.es t teniendo cncuenta numerosas desviaciones propias de las accioncscolectivas, los ajusles opcr-ados tendieron efeclivamenle ¡resolver esas dilicultades.

Para compr'enderlo, s implemente hay que p¡ecisar c1marco analítico e idenlilicar mejor a los aclores. No es un¡hLLnwlidad en

^bstr^do la qnc tomó conciencia de la sillr.r

c ión mise¡able de sus fmcciones menos aÍanzadas o. lc l ¡desesperación de los desocupados y de los excluidos par r

cesó e\¡¿ño a la dinámica dc l¡ ¡c(n)!l!.jón d.l capnal sino a l¡' Li,t',d.l cjéfcno indüslrial dc rcscrrr qrc habitan cn lo que [4¡^ ll¡rn]'|r, , ¡inf icmo delpauper isno (C¡. I ¡ ,s M¡rs, E/ .¿rt¿l , l ib.o r . l , )mo I i r r ¡ . ' .l8ó7; l " ed. en español . s iek, xx¡, Múxico, l975).

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20 CRISIS Y NEOLIBERALISMO

tratar de remedia.las. Fueron minorías privilegiadas quedescubrieron los retrccesos qLrc ¿11¿s habían sufrido y lospeligros qllde sobrc ellas se ccrníán y Ílilizaron su posiciónaún dominante para actuar co¡ lodos los medios a fin deponer remedio a los pr;mer()s y apartar de si los segundos.D€ ese modo, esos grarpos no contriJ:uyeron en nada pararcducir la mise a, tanto cn l()s países desa¡rollados comoen los de la periferia, plres cs() nada les impo¡ta. Estejuiciopuede parecer exagerado. A alguüos les pa¡ecerá ridículohace¡ de los ricos, de las cl!scs dominantes, los malos. Sinemba¡go, es así.

Por consiguiente, cstir iDvcsligación nos remite al c¿r?-¡ro, al corazón del nlunclo c;ipitalista, e incluso es posiblea1¡rmar q.-]e al ce lro t/¿ sr¡ ¡t,¡r¡ro. Las cosas se enlaza¡on,según el ¡esultado de las luchas, de los avances y retrocesosde las clases y paíscs dr¡min¡dos, en una relación de tuerzasconstitntemente rcafil.nl.lcla cD la qre los buenos sentimienlur no dl | is in I , , \ . , | l t ' , r t . , |n i .nro\ . 1

De estc nrodo se t)¡u,rr( ¡n diversas presuntas: ¿QlIUoble¡¡as olijrin¡r'¡¡r cl c rrbn,? lCuál cs la natumleza de esei . ' , i ' , , .1.1a,: ; ' r ' , , : , . ( , r . r t .*¡ l , , ,nrcni¿o de lo. . ambio. quesc pfoduicr,n ! (r¡ i l (s frc,¡ , , r strs electos? l_- j t -

i

L¡ rcspuesl¡ ¡ [r\Iirrrcra pr cglnta!¡elativa a la identifi-cación ( lc l i )s prrblenrrs qLrc Ircron motores del cambio laenconlr lnl¡)s cD los ingr 'usos clc las clases dir ;gentes. EstarcspucsL¡ cs nruy p|ccis¡ v siDrplc: cn los años setenta dis-mrnr\ , , scD\ ih l ¡m. I I , r . ' r , r , r . , l ¡ i l iJad aet .apirei a. t " '

Crandcs países desafft)lhdos. En csta proposición habríaque sul¡rayar cada lérmin(). L¿r ¡alu¡áleza del aconteci-miento: una baja de rent¡b; l idad del capi lal . ¿Dónde yclrándo?: en los países capitalislas nlás avaÍzados, en losaños selenta. ¿Por qré fue lan iDrporlante ese fenómeno?:porquc dirigió la acción de las clases dominantes en las dé-cadas siguicntes. ¿Por qué es chocante?: porque la lucha, onrra l ¡ dcso, I rpaL ión. la exLlu. idn J le mi*er i¿ no ap¿re-

LA EXTRAÑA DINAMICA DE LO INTOL¡.]RARI,IJ . I

cían en é1, y porque la desocupación tu€, a la invcr-s.r, r¡l1llzada instumentalmente.

La re"puesra a 14 regun<1a pregLr, l r l que 'e rchcr ' . . r r . 't--:r-i -:',-

naluraleza de ese.pnl/o det cen!to del \ual par l io l¿ rnr. r . , r ,\ta es: una fracción patlicular d9las clases dominante' cttyt,\intereses financieros son preponderantes. En .:l curco dc l(Naños Setenta h;bía visto érosionárse su ingreso y su podcr:Ella fue la gIan animadora del cambio y también la granbenef ic iar iá del mi.mo. La. proporciones qLre ¿:umio c*restablecimiento son difícilmente imaginables.

La¿tercera pr€gunta +s sobre el conlenido de los cam-bios. La mundialización y la liberalización de los inter-cambios y movimientos de capitales son, en efecto, componentes fundamentales. Pero no se debe considerarlasindependientemente de la ¡eañrmación del pode¡ de losposeedores del capital, que constitüye el aspecto principal.Esla reafirmación de pode¡ y de intereses se expresa en larebción con los trabajadoreS, los administmdorea de las empresa". lo. re"ponsabJe' de la5 pol i l icas economicac y roc;.1léS en los gobiemos y lás instituciones públicas o par.aest¡tales tanto nacionales como inlernacionales. Privilegiandola lucha contra la inflación y el poder de los pmpietarios,-las6,nanzas pusieron como nuevoiqgntlq de la actividad econó-mica la rentabilidad del capital y la remuneración de losac¡eedores y accionistas. El restablecimjento de ese poder'utilizó los canales de la mlqldializacién, dándole, como alrcsto, rásgos específicos conformes con los intereses .lc lospropieta¡ios de los medios de producción. Pero no hay qucconfundi. el medio (la mundialización) con el objetivo (cl

inlieso de la clase capitalista y ]a hegemonía de sus iracci(rnes superiores). En cuanto a los efectos de esas translorrnacioná, es posible resumirlos en tres palabms: lniserix, (li

ciencia y opulencia. Mis¿,'i¿ peryetuada y a$avac1^ inclrrs(¡en las metrópolis capitalistas; ficiencia de Ios glancles gr1 | | r ,\baio la conducción del capital y según un crite o ro i rl,i

l1t , ¡ '

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. ) , ¡ CRIS]S Y NEOLIBERAL¡SMO

i r r ' , ( | ( i ( Lr Inaximización de la rasa dc ganancia v la ¡enu-l¡ l r l . i , , l r ( tc l ( )s propictar ios; opulurcía de las fracciones\Lrtr ' r i ¡ , r !s l lc las clases dominantcs.

s.r ' i l cfróneo, por consiguicnlc, quedarse paral izado¡r¡ tr 1.r ! ( ,mplej idad de los dercr-minanles del cambio. La..,rronría no está gobemada por Í:rr¡lidades comparables aL¡ acci<in de los elementos naturalcs: esrá hecha pol ' Iosh()rnb'cs. Sería eróneo subesl imar cl conjunto de constr ic-ci()ncs cn cuyo seno nlaDiobran \ , que en cierta medidacscrpan a su podcr de decisiór, per.o las ácciones colectivasfcspondcn, a su maner?, .r moLivaciones.

Las pa es segunda v tcfccr¿t cle este libro tienerl comoobjelivo, parliendo cle la cxpcrioncia clc los países capiralis-las avanzados, ilustiar esc divoricio cntfe los pr-ob&llgs más

' . ' ' . : l - 'e\ rdcntc\ v l3\ hni l idaclc. J( , tUi( nc( Eobiernán las mct:rmorfosis del sislema. La Scgunda parte está primeramcnrededicada a 1¿.,is¡J est1r.1¡d¿l dc fincs del siglo;cr ¡, a ladesocüpación: rendir cuent¡s dc Ia cr. is is misma, éxpl icar eldcsempleo en el seDo dc óst¿r v ¡clafar por qué Europa tuemás afcctada que Estados Unidos. ¡ La desocupación habríapodido ser cvitada? Por últinro, Ics{amos viendo et final dellirnel y es posible hablar de una salirla clc 1¡ crisis? Lal'rér'ce: '

r : r prrrc dc. t r ibe la re¡.Lidl | -L l , 1, . r in.rn/r* anrc r¡ c; is i . :c ' 'mo

\rLrron paÍ ido de <l l : r . cñnr, , . , ,n\ iguier on rcsr¿blecersu posición, aumentar sus ingrcsos, fctlbicrn.¡ie en una postu-ra hegemónica en el seno de Lrn núcv¡) o¡dcn capitalista.

II. CRISIS DE LA ECONOMÍAY ÓRDENES SOCIALES

EN MAi¿Rr^ de mutaciones, las economías capital istas dts_arrolladas no son primerizas. Rcconoccr quc los aconteci_mientos quc vivinlos la crjsis eslructural que comenzó cDlos años sctcDlá, la al l rmación dc nu€vas lcndencias v laenergencia dc L l or'den social- no son cvenlos sin antecc_dentes, no disminuye su importancia. La histor ia no screpi le j rmris Jf moJo id¿nl ico. nerñ In. lo. los her hos hi ' ror icus ¡ icnen preteclente" I o. <lesai ios :r j l t r ¡ le\ p¿re;cn

siempre un lanto desmesurados para qulcnes nácen poco

No es casual el hecho de que las translor¡aciones contemporáneas del capitalismo sean consccuencia de uná cr isiiestructuml. Hay que r;er en ello una lcy general de evotur ion dcl cxplrJl i .mo. Lo. per iodor d< gm;des cr i . i " r ienen

-ñ-."i",:,"

quJ tra"" uparejados grandcs cambios. Volvenosa encontmf rqLrí c l v ic io tema de la violcrrcia partera de lahistoriai las crisis companen esta tunci(in con las gueras.

Para aprcciar bicn cl s igni f icado dc Ia úl t ima cr is is es-tructural, antes que a la de 1929 hav que retot nar a la de fi ndel s iglo xrx. Los histor iadorcs cconómicos concucrdangeneralmcnte en identificar una crisis dc gran cnvergadu:rentre 1875 y 1893 en Europa v sobrc lodo cn Francia. Laso_piniones diveryen sobre la extensión geográfica dcl fcn¡;meno y sobrc sus caraclerísticas, pero cl hecho mismo csltif i rnle enle cstablecido. En la misma ópoca, Eslados Uni-dos ronu(i , ; un pcr iuLlo de efan inesrabrl ic lxcl con úo\ ( r i ' , 'eniñ el i in dc Ia guena de Secesión en 1865 v c ' l l in clel s iglo Esas cr is is condujeron a una prol inda t |ansirrr¡rr¡ i0rr

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24 CRISIS Y NEOLTBERALISMO

del capitalismo en ese país. Las tensiones económicas, so-ciales y políticas que se manifeslaron en esa ocasión hablancreado las condiciones para una profunda transformaciónde¡ orden capitalista anteriof. El capitalismo posterior a laclisis estructural del fin del siglo xlx era muy diferente delante¡ior a la crisis.

Bastará con lecordar q.-]e las finanzas modernas y lasgrandes firmas, que aún dominan nuestras sociedades, esdeci¡ toda la estructu¡a social del capitalismo contemporá-neo, nacie¡on conlo consecuencia de esas pe¡turbaciones,Un aspecto fundamental de esta transformación fue lá se-paración ent¡e la lrroi, ie.lad del cápital y la ges¡iór? del mis-mo. EI desarrollo de las grandes sociedades dio a luz unaclase de accionistas, dc acrcedores y de financie¡os, a ciertadistancia del tuncionamicnlo directo de las empresas. Apa-reció un sistema conrple¡o de instituciones financieras mien-lras los mccanisnr)s

'¡onerarios y financieros pasaban por

una ve¡dadcra crpk)sión. N¡cían vastos estados mayores decuadros, sccund.t&,s por cmpleados. También cambiabanmdicalmcnre las condicioncs de trabajo del obrero en eltalle¡: Tal conm se ha dcscrito a menudo este proceso, el pro-ductor difecto sc convcÍía cada vez más en un apéndice dela máquina.

Los marxistas, y en parlicul¿¡r Lenin, pe¡cibieron la aú-plitud de lo que estaba en iuego, aunque la historia no leshaya dado la razón en su ant¡cipación de la destrucción m-dical de la sociedad capitalista. Lo que €staba en discusiónno era solamente el tamaño cle las empresas y de los mono-polios, sino también la capacidad del capitalismo de ¡evolu-cionar la técnica y la gestión que comandan la eficiencia delsistema y, por consigl¡iente, las posibilidades de establecercompromisos sociales, y fue en ese sentido que decidió lahistoria a pesar de la guerra imperialista.

Los choques sucesivos de la cdli.s d9.1929 y de la segun-da GueÍa Mundial sacudieron una vez más la ma¡cha del

cRtsls DE LA ECO\OMIA Y oRDENES S('( l^l.l s

capitalismo. Precipita¡on su curso y dieron a sus ca'r'bit'suna nueva dimensión, la de Ias instituciones y pollticas ¡ l¡s

cuales dio su nomb¡e el economista y diplomálico ingl¡s

John Maynard Keynes. Sin embargo, se exagera much(, clpapel de éste si se le atribuyen el conjunto de los rasgos Ic_

sultantes de las t¡es décadas de prcsperidad que sigüieron ¡

la segunda Guerra Mundial. Por ot¡a paÍe, sugirieron otr¿rs

denomiÍaciones que no carecían de pertinencia, como l¿,--

cera úa o economía mirta, que no eran ni más ni menos

ap¡oximativas pero que hoy resultan anacrónicas.

¿Que estaba en juego y cuaies fueron los métodos de e\.periodo de compromiso? Al mi\mo riempo que dejaba pl.-

ná líbe-rrat a la iniciativa privada en materia de inversionesy de gestión de las empresas, el Estado keynesiano int€rve

nía en el control de Ia actiüdad y del crecimiento Por m€dio

de diversas rcglamenraciones y políticas (sobre el crédito, la

moneda y la ügilancia de las instituciones financiems), mo-

dulando los gastos del Estado según fuese la situación de la

€conomía y actuando así sobre la demanda global y, por lo

tanto, sobre la producción. Esta responsabilidad macroeco-nómica del Estado tendía a un ¡econocimiento de hecho del

derecho a frabajar y Ia desocupación duradera o sus for-

mas disf¡azadas entonces se consideraban intole¡ables.La idea de la "participación en los frutos del crecimiento", o

sea, de los aumentos de salario, era algo adqui¡ido. En

todas par'tes el Estado participaba cada vez ñás en la edu-

cación, la invesiigación y las políticas industriales, y a veccs

se hacía di¡ectamente ca¡go de cietos sectores de la econo-

mía. A eso hay que agregar que los sistemas de prolecci(')r)

social (salud, familia, jubilaciones, desocupación) se clcs-

arrollaban. De ejta m4nqra se sob¡epQqfan tres elemcnt¡rs:

1) un amplio respeto ala iniciativa privada, a las |cglas lt ttr

dámentales deljuego capitalista; 2) la interyención (l.l l¡.s

tadó en el control de la situación macroeconómica, cl( l cr('

ciñiento (lo cual incluía ciertas limitaciones a la irti.i¡rliv¡l

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t ) r i \ ¡ r( l l ( . | l e l c lmpo f inancicf() o oD ciertas indusrr ias)J(let t)r )grcso rócnico; J/ gamntíns clc ernpleo y en las condi_.r , rL\ . l ( l r ¡bJio.progresudcl ¡ , , r1. r . r lc L ompra y de la pr. ;_l . . r i , - , I l social .

No cs posible sobrest imaf cl r lcance de esos cambjos, ' ¡ I \ . { Lr t ivos.r las dñ. e 'and.r . f i : is perras de tas insiru_crrncs financieias y de 1as grrndcs cmp¡esas oe comrenzosdcl sigb xx, o detrás del esta.k' kcvnesiano de la posguena,sc csbozaba una profunda mutación de las ¡elaciones deproducción capitalistas, de la px4ietlad cle los medios de pro_ciucción, dc su conrrol en la gcsrión, así como de la rel(biónra1¿r.ial (plres la tuerza de tr.aluio clc los asalariados aparecíacacla vez nrenos como una ntclcancía común), A esta translormación de las relacioDcs dc pr.odL¡cción correspondíannuevas esú-ucturas de clasc, v en paÍicuiar et desarrollo declascs intermedias de cuadrls v crrpleados, rompiendo así¡a rigidez de ¡a confronraci(h, sin rórmino medio entre lospropieL.rr ios caniral israr r Ios ¡r , , lcrrrr io. .. En el c¿ntro mismo ¿le esos nro¡,,imicn¡os se encuenrrala gran dialéctica de las fuerzas p|rrrltrctivas y de las relacio_ncs dc producción, que era el ti¡¡rcl:rmcnto de la teoría de lahislofia de Marx. Los principbs gcncrrrlcs son conocidos: elpfogreso dc las tuezas produclivas v Lr nretamorfosis de lasrclaciones de producción son inrcr.c lcpcncl ienres; a cada sis_Lcnra dc relaciones de pr-oduccirin cor.r.c,sponde una estn¡c_lLu a r¡c clase; las luchas dc clast, son l¡ iuerza morr iz decsta dinámica histó¡ica; el Esh.l() (lcscnrpeña un papel cla-!c. Esu nrarco analítico permire cxplicar la sucesión de losrtrrxLrs dc producción, pero tambión las djferenres fases quesc cslxrzan en el seno de ün nrismo nx)do de producción.

Uf ia lcsis cenrral de esre I ibr.(r cs qlrc esa dinámica hjsl(i ir¡ sigUc estanclo en ma¡cha. Los mecanismos que presi-dicron la t |ansformación del c^pi t¡ l isnlo desde su naci-nrienlo -sicnrprc activos a 6nales dcl siglo xrx y en el cursode la pr inrcra Drirad dei xx- gobclnar.on igualmenre la

CRISIS DE LA ECONOMIq YORDENIiS s(x L\ l r is

-)l'.

dinámica del capital ismo duránte las úl t in lrs dúcrd¡s i l ,s iglo pasado. La plg.blemática general , c l m¿r co .rn¡ l i1 i( , , ,deben segui[ sjendo igtrales: la crisis qu¿ to¡1ftna.j tt] l¡)\

Ellgt selentL cteó, nue\ranlente, lús colldiciones paru 8t u|(tt'anslornnciones; nos it1ü'od ¡o grcdualntenle en |n nrtui\,orden sociat: rctaciot¡es de p1'o¿ucciót1r estructn'as ¿e cl¿.'t

-La crisis de los qñgs-s-etenta se parcc¡ó desde muchospuntos de vista a la del fin del siglo anterior No se redujo a u|rincidente pasajero, como la rccesión de 1974-1975 (qud ftrcatribuida un poco apresuradamentc al primer choqüe pctrolero); se lrala dc un fenómeno profundo y du¡ade¡o, dcuna cr¡.¡s , sr ' r ¡r¡¡¡ral , uyos pr imer o\ s ignos aparecierorr , r 'Estados Unidos va desde finales de los años sesenta. La listade sus diversos componentes es larga. EI crecimiento ! c lprogreso técnico resultaron afectados; índices de inflaci¿)nrécord sc registraron en los países capilalistas avanzadosdurJn¡c lo\ años se¡enla. Ios \alano\ cnrrnron cn un perio-do de virtual estancamiento; la tasa dc ganancia se derrunr'bó; y, sobre todo, el pleno empleo h¡e remplazado por una

, gran ola de desocupación.' ( Es en los ef€ctos de esta crisis la baia de la rentabilidad

,/ I / \ del capira¡ v .Lr. con*ecu<nL ias en Iñs ingrcsus oe .a. c l¡ . .^J I dnipcnles- dor¡de ha\ u{e bu\cal c l molordel.rs l l .an. ior-

- -d L4rr s lI u --*".'"'.' -'''4 !- ''4-''( ¿

En la primem década de la crisis, los ingresos de dichasclaser bajaron frrcrtemenle. Las g¡nanLias eran puca\ \ : r ld istr ibución a los accionistas bajo la forma de dividendos era reducida; la inflación desvalor¡zaba los créditos.Los responsablcs de las instancias económicas pirblic¡\y los administradores de las empresas habían adqun'ido errel compromiso keynesiano, cierta aulonomía con respc.l,' illos propiela os capital istas. Frer le ¿r Ia cl . is is, habíart :r¡ , l icado polí t icas que sc preocupaban porcl c l .ecinr i (r¡1, , \ ( l

emplco, pcro que efect i \ iamente eran dcsfarr¡r¡bl , s :r l , r '

CRISIS Y NEOLIBERALISMO

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28 CRISIS Y NEOLIBERALISMO

ingresos financieros. Las clases c¡irigentes reorientaron esemovimiento para su prcpia vcnt:ria.

Uno de los elementos m¿is cslrcpilosos de ese rerorno ala ofensiva tue el golpe d¿ | 979, l^ subid^ repentina de lastasas de interés con el obicrivo dc cstrangular la inflación acualquier costo. Ese golpo inici(i un movimiento en c¿rscadaque debía extenderse al conirrrrro dc la sociedad y de la eco,nomía, reordenándo¡as scg(in csc nuevo orden social, la_vorable al ingreso y al por lcr.dc las fracciones de las cla-ses dominantes que cnc¡rnan clcl modo más inmediato lapropiedad cap¡tal¡st :r . L¡.x¡ensión gradual de ese nuevoo¡den al conjunto dcl pl¡¡)cl;r, p{)f kJ menos a los países don-de las perspectiYas dc garrancia aparecían suficientes, es fu¡-guranre.

El nucvo crrr.so clcl crpirlllisnro confirmó el cese del pro-greso dc la con(l ic i ¡ t ' r (1. los ns¡ lar iados que había inic iadoya al comicn,o (le l¡ f¡ isis: Lr i¡rtcr.¡-upción o la fuerte dismi-nución Llcl c lecinr iert¡ , ( l ( 1,)s s! ' lados, Ios intentos de des,mantcl¡rrr icnl¡ , ( [ ¡rr pmr((ci( tn social , el aumcnto de lapr€caric. l ¡d, c lc. l -as ¡r lnt l ts l r rchas que se manifesraronh.enle a l i ts pr- inrcr 'as t) fcsi ,¡rr .s ( parr icularmente en ReinoUnido v en tss1¡Ll{ ,s l l t | i (1, 's) lucrr)n conrenidas con la ma,yor dete¡minaci( t¡r . I - l |s c\ trat .gia\ l )opularcs tanto revolu-cionarias (er Ios países \¡ , r i ¡ l istus, cn la exrrema jzquierdaen los países capitalisrus o err l* paíscs dc la periferia) comorcformistas (las polílicas (1. iz(I¡icrrla: dc recuperacron, na-cional izaciones.. .)- b¡bin¡1 per.( t i ( l ( ) o csraban perdiendosu credibilidad.l

¿Cómo caracte zar cl ¡r(¡cn sr)cial cD el que nos jntrc-du.io Ia cúsis de los años sclcnra? y, cn primer lugar ¿cómodenominarlo? El término ,¡¿o1tr¿l¿i ha impuesto progresi-vamente su uso: la crisis nos hizo pcncrrar en una sociedadneolibeml.

r Lásrenlar iu\másradicales,comol.s( le^nr¡ f ieLl l ina, fuerondcscs-tabiliTádas medi.nte acciones diftctas de e¡trcnr¡ violencia

CRISIS DE LA F( O\OMIA Y ORDf\ES qO(-IAI I \

¡Pero todo plantea problemas en el téI'rnino ,?¿d1¡b¿l?r/; 'mo! Dejemos de lado en primer Iugar el hecho de que rstrpalabra es una falsa amiga para cualquier lector estadurridense porque, en Estados Unidos, un liberal es un hombf(o una mujer más bien izquierdista. Al rernitirnos a la no_ción de libertad, el térnino nos zambulle en las ambigúeda-des de la Revolución francesa: la libertad, la igualdad, lafraternidad de los sat?r-c¿rloll¿s por una pafte, y la libenaclde comercio y de industria (de la contratación y de los des-pidos, en particular) de los burgueses por otra parte. Eralibertad de lo! -negocios es, por supuesto, la_que evocan losneoliberales." En-i siglo

"",',, reiündicar esa libenad, la de comercio

e industria, era atacar al orden feudal anterior; actualmente, es atacar ciertas intervenciones del Estado, algunas dc

sus prerrogalivas que, según los neoliberales, van más alláde los sanos límites o sea de los que justifican el mantenimiento del orden y de las relaciones de producción, y la pro

moción de los intercses de los poseyentes-. Nuestrcs Estados, al salir del periodo keynesiano, son todavía, en ciertamedida, ga¡antes de los compromisos de clase anteriores \en esta medida son rechazados por los neolibemles. Peroesos Estados son también los agentes de Ia profundización,

en cada país, y de la difusión intemacional, del orden neoli'bera¡. Los Estados de los países más potentes imponen sr¡ley (sus mercancías, sus capitales y sus rcglas) y simultánca-mente impiden a los otros Estados que les po¡gan obstácu-los. Esta libenad es la del más tuerte.

El prefijo t?¿o crea tantos problemas como el scgun(l¡)elemenlo, liberal, que ca1i6ca. Hablar de un nuevo libcr¡li\mo presupone que exist ía otro anter ior- ¿Cuál? Pero ( l . i i l

Ienro\ a loi hisror iadores que resuelvan sus (onrr ' ' \ " , . , t t

Ivéase, porejemplo, la intrcducciónaJ weinslcnr, I ¡ . r \ \ t , \ rü 1 1, ' ¡

in the Lilr¿úl Stol¿, 1900- 19,/8, Beacon Press, Bosion, l9ó8

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30 CRISIS Y NEOL]I I I - ,RAI, ISMO CRISIS DE LA ECONOMÍA Y ÓRDENLS SoC'IAI I 'S IL

signif ica, para las f inanzas, crear los marcr)s i rrs l i r rrr i ( ' r ¡ t r l t 'de su poder, c l de los pr-opieta os sobre la l lop¡ ( le ¡( l r ¡ i l

nistradores; es reforzar su alianza, su tusión, con Lrs ¡lil(\

gesl ionarias; cs rompet las reglancntaciones quc l inr i l ¡ rr

los márgencs dc maniobra del mundo dc los negocir)s e r l

malcria.lc coDlmtación y de despidos, dc lirsiones l cs l¡ ¡

var clc sús medios al Estado garante dc las antiguas alianz¡'

socialcs; es colocar a los bancos centrales al seNicio e\clLr_

sivo cle la eslabi l idad clc los precios y dc la protección dr l

patr imonjo del acreedof; es hacer de la iLLbi lación v de la

prcrección social un finctuoso campo dc actividad en Ii)ll'

dos de pensiones o socicdades aseguradoras privadas (s{)

bre todo en el campo dc la salucl); es romper la solictaridad

de Ios asalariados en beneficio de una pretendida asocia

ción cle éstos con la pr opicdad lel todos caPilalis¡as); cs cr€al

LLn confoitblc colchón dc desocrrpados y cxcluidos unidos

por pasarelas sutiles; es controla¡ Ia dinármica dcl costo dr

la mano de obra. AJgunas de esas conquistas de las ljnanzas

a cosla de los t|abajactorcs son clcsignacias ahor'¿i con ra gra-

c;osa palabra llarióil d¿1: delgaduz v aptirud para la adap-

Cierlamentc, existcn ) iesgos políticos pero no sc ácceclc

al mcjor de los mundos capit^ l istas sin gastar algo pnra cl

mantenimicnto del orden' en cada país v cn el plano intcr_

Las f inanzas ut i l izan igualmcüte la cr is is en los plaü( 's

ideológico ! político para poner cn órbila un tipo de socic-

dad a su imagcn y conlorme con sus inlcr'cses Pr'cse¡1¡trr

dose cor¡o salvado¡as, como l¿r única fuclza que Prrccic srr

car al capitalismo del atolladero manipulan la opink-)'1 '"r'

un cinismo part icularmcnte notable, pues cn la gcst i r ln r¡ tF

ma de la cr js is el las pr imeramcnre ascguraron l ' p[s{ l

vación de sus pfopios inLcreses' srn rmportarLcs l l pr ( )r ' r rr '1

ción de Ia cr is is v del descmpleo' v con g¡ an laci l i ( l :k l l ' r ' l r !sus adversalios están dcsalcntados v muck)s'

Sc plrcde caracre zal dc, un nrodo muv gencral c,stavlrelra :rl poder como la dc rna clasc capjlalista, lo qurc co_rresponcle a l¿r idca del eiercici{) lra fl icLrlarmc nre violenro dela propiedad dc los medi(,s d. trrtrftrcción. pcro esta caEc-leüzaci(tn siguc sicndo clcnr¡si!(lo gcneral. Ha)¡ en el neoli-beral ismo una evidentc cor irponcnlc, l inancicr:a que nos l le-vá al cofazón de la rel :r( i ( i c l tpi l r l ista, de las di Íerenteslraccioncs de las clases cl¡r¡r i r ¡anrcs, de los marcos interna-cionales mediantc l¡)s cü¡l.s s( eicr.cc cs¿c pocler En el restode esle l ibro v¡r l1¡)s l ( : r i r . t r ' r i7¡r .csa conf iguración mediante la noción Llc l i t ¡nn.. i \ quc cs más tZrci l de manejarque cte Llcl in ir (r .c u( l Í , , , . , ) .

La al i rnlacior d( l , , r1[ ,n l ( ! , l ibcr: l l ruvo dos t ipos de consecuenci¡s P(, rrrrrr prrre, l r rs t i r ranzas adminisrraron Ia cr i ,s is conl i f lnc ¡ su t)r , ) | i , , i i r r¡ ¡s, lo qu€ pr 'olongó la dura_ción d(. l r r nr is¡r¡ l : t r )r 'o lJrr t ) : 1d, csra cxrensión de ta cr is iscn cl t ic rp, , t ¡ r I r i l i , ' r r l , r \ f I ¡anz¡s incidir sobre c l curso. lc ' la his lr ' r i ¡ . l . { , \ 1 | ¡ A . | . I I I c I I L , s . g(sl i¿}n dc Ia cr is is e insra_l¡c ión dc UIa s,x i . (L! l ¡ r l t ( r u l iv¡ , csran csLrecnamcnrel igados: l¿r cr is is ( ru l l l \ ( , , ¡ r ( l ic i ¡ , r r ¡s para la desrrucciónrlc '1 o¡ 'c lcn anLcri , ¡r :

¿Qu¡ sc debc er ler¡( l . r t ¡ ' urr "scsr ión de la cr is is hecha.spun 1, , \ inrer( . . . , j , . . | | , | | r I r , . , { i i , t p.r iL ulrr" . L i re-nu(\ las. '1r . , r l11! i : r , ' r ( , , , r ,1,^ t r* , ,s\ do. mecl idas, h¡eerde todo para pl .L 'scrI | r . el t )r 'p i , ,

j r rBrcso, slrscirar lo iDclusopor o1r.rs canaics cu¡n¿() eslr i ( rr¡s i()r¡ |c lo el ] sus formas lra-LI i . roni l ( . de\pf( . i . rn, r , ' l . ' . , , , I . ,1 ur.D,. i rs p.¡r¿ o¡r oc enrPos socrales v otr-()s paíscs . A( lnr i l isrraf l¿t cr. is is cn inlcrésclc las f in¡nzas sieni f ica se, i , rdiJc,. , , tc a la desocupación, cincluso apostarle a sus cl¡ctos rct)r(.siv{)s sobr.e las reivindicacioncs salar jalcs, sobre cl ni |ct (¡( , t ¡ prcrección sociat vI l l .p:r , ' , , t , ¡ rdecnr l ' leo .er i : , , , , , i . \ n, : , " r ad<c,Lr- .El intentr) de gencfal iza. c l ord.r) col ibefal cn tocio cimundo Iuc \ siguc siendo dcvastador:

' ' Incidir en c ' l curso de Ia hislo¡ ia en su propio inlcr.ós,,

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El térniño Itnanz¿r nos remite a uñ conjunto de aqentes con inte¡esesbartante converg€nles y fácilmente id€ntificábtes, sobre todo en et neo-l iber¿l i5mo. Por eso lo ut i l izamos. En tug¿r de dorninación de tas f ¡nan-z¿t en el neoliberalismo se podria h¿btar de domiña<¡ón f¡nanc¡era,pero esta expresióñ ocultarfa lá re¿lidad de dase.

ral como lo ltil¡zamos, eltérmiño fm¿¡zar no es,inónimo de capit¿¡it¿r porque ábar(a tanto inf¡tuc¡ones (etsistema financiero: bancosde depósito y de negocios, fondos de peñsióñ, es decia dejubítáciones.seguror. . . ) como indiv iduos, los.api ta l is tas propiamente dkhos o unafrác.ión de los mismos, pues atguños capitat¡tas soñ más finan.ieros queotros-. ta réferen.ia simuttáneá a institu(iones -que esconden obviamente ind¡viduor y a individuos crea, evidenreme¡te. uñ probtema.C¿da uno de los términos, inst¡tucionet f¡nanc¡eras v.ápital/5rar nosremire ¿ reál idades que t ie.en mulr iptp\ facer¿!.

¿Cuáles ron las d¡ficultadet ¡ñherentes a ta noción de ¡nst¡tucionesf¡nancieras? Una de ellas et, por ejempto, que tas grañder empres¿s I¡a-ñadas no f¡nanc¡er¿s paticip¿n támbién en áctividades linancieras. porotra pal te, las inst i tu. iones f iñancier¿s poreen estatus var iados. No espos¡ble ¡dentificai por ejemploi un banco centrat, aunque sea neotibe¡at.un banco comercial que pert€nece ¿ á.c¡on¡stas tradkionates y uñ fondode pensiones ertadunident€ (que no es una sociedad por acciones). Apesárde c¡ertas coñtradiccion€s (que iguatmente hayque trat¿d su5 inte-reses son en gran medida comunes, lo que ¡os teva a reágrupartos en tos

La definicióñ de caplr¿l,s¿á y, sobr€ todo, d€ c¿ptralista finan.¡erot ,ene también sus ambigúedades. Hay enre et los pequeños y grande,capi ta l is tas. El pequeño accionista o et p¿trón de una pyme (pequeñ¿ ymedia er¡presa) ño cáben eñ l¿s fDanz¿s. Et catificativo fln¿r.¡ero nosr€m¡te á divers¿s oposicioñes que hacen entrar en juego a otras fraccioñes de las dases dominantes, eñ particut¿r tos adrñinistradores d€ máxíma jerarquia o (apitalist¿s que aúñ inleruieñeñ eñ ta gestióñ de una firma ño f inanc¡er¿ de la cualson en buen¿ med¡da propietar ios.

A eras di f icul tades se agrega que et patr imonio V et poder de tasgrandes fami i iás capi ta l is tas descansáñ generalñente sobre var ios pj ta,res: la posesión de on p¿tr imoñio fundiar io, inmobit iar io, en ac(¡ones.

obl igá( iones y otros t ¡ tu l05, l¿ impl icáción d¡r€<t¿ en empre5¡\ ro(1, ,v L

fami l iares, l¿ ocupación de pueros de al ta genión o de einec!L, . , i I '

empresás o lo, consejos de administraclón y l05 ap¿r¿tos esl¡r¿1.\ l , l

cmergenc a del orden neo iberal coresPoñd€ a la reaf i rm¿ci()r t ( l i

poder de es¿s famil as en tarto que propietarlos cápital¡stas.

Estos problemas no t ieñen n¿d¿ de nuevo, Marx, en el l ibro i de ¿/

(ap;ta¿ definió el "c¿pitalde préstamo" que reúne al prestam sl¿ e¡ r'f

t ido err icto y ¿ accionista. En 5! aná is is de los gr¿ndes secto.es qlc

cor¡ponian las c láses dominantes en el s ig lo x; , opóni¿ los f inañc e¡os ¡

los terratenlentes y a los industr iá les. L¿ aparkión, al f inal del s gLo r x.

de las f inan2a5 modern¿s l lgadas a lás gr¿ndes sociedades que entonce\

na. ian, 'd io or igen al concepto de c¿pi ta f iñanciero, en el 5ent ido dc

una relación €strecha, una fusión enfe el .ápi ta l industr ia l y e c¿p t¿l

bancar io, según un esquema avibuido a l ' l i ferding.b

Algunos sociólogos enadun de.ses trátaron de ident l f ic¿r entre lo5

(apit¿listas (poseedores de a((iones y miemb¡os de divenos conseios de

administr¿ción), en la sociedád estádunidense de l¿ posguerra, una i r¿.

c ión part icular, ios "cápi tá l i r¿s f nancieros", (uyá propiedad y poder

¿barcan simultáneamente las sociedades f inanc eras y ¿s no f n¿n. ieras. '

Los cápit¿listas de enesubgropo pertenecen a las m¿yores famili¿s de las

cla5es dir igentes, la pu.ta de la Pkámide capi ta lkra Esos €studlos múes

tran, ál mismo t iempo, que otros capi ta l is t¿s. que e5tán muy le jos de ser

pequeños, no pertenecen alcaPital f inanciero considerado eñ ese le¡r i

do. Par¿ eros.api ta l is tas, la dicotomi¿ entre f ¡na¡z¿t por un¿ parte, e

induttr¡a, coner.io y tev¡.¡ot por l¿ otra, sigue 5lendo pert¡nente

Por lo que .onocemos, aún q!ed¿ por hacer el ¿nálúis de l¿s tensio

nes y al ianzas entre esas di ferentes f racclones de l¿s ( lases d r igenler.

que presidieron el surglnr iento del ¡eol ibera isrno.

" capitulo ¡vL, "Doshegemonias f n¿¡.i€rái: pr n(ipio y lin d€ siq o"

" R Hillerd ns, Ér .¿p¡ia/ fnanctero Eiud¡ode t¿ úhln¿ l8é del de3¿tr.tt ) . a¡ ¡"

r¿, Te.nos, Madrid, 1977

M. Sofel y M Zéi t l ¡ , "F nán.e Capr¿ ¿nd the ñlernals l r ldure ol r r ! ( ! ¡ r ' I

ca$inth€!nredstáier"€nM Mru(hiyM.s.hw¿f lz, / r re. .otp. t¿t t l t l r ¡ t t r Ih l

stu.tut¿lan¿lysn af aut¡ne55, cambr d9á unive6 ry Pre$, c¿mbr d!rr, rr¡ r' Lr'i 1 ,'

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1.1 cRIS¡S Y NLOr.I lERAl. tSñlO

Bl conjuDlo de las acciolcs dc l . rs l i r ranzas nos cs pre-sent¡do así como si fresc unLr /¡!?2¿¡. Hab¡ía identiclad en,tre la emergencia dc la socicd¡d nc¡r l ibcral v la sal ida dc lacrisis. La prucba sería qL¡c- llsrlldos U¡i¡los, tt¡ás neotib¿ralquc Ia nTayol partc clc los paíscs crrropeos, salc nlás rápjdode la cr is is v lo hacc b I i I I : I n I . I r ) . n I e t-os crecros secLrn(ra,r ios dcl ¡_atamiento scr í¡D pr1^ is(r . i ( )s v correspoDdicnlcs aun pcl iodo dc tünsici( l r .

Qucda, e\ idcntcr¡reIr( . r l ) i . r r¡ c lc par cn p¡¡- Ia cucsl iónde la posibi lnla( l dc ( ,r , i , \ ' t1r. Ial 1n.. , ¡ is is que l tevanos a caboen csLc 1ib¡o t)cfnr i te r ' r ¡r¡ f t l r esta cucsr ión desde un doblepunto. lc \ is ta: üno rrü¡ ieo \ ( f f ( ) pol í l ico. En un plan re-lat ivamcnlc t i r rr) ico . l rs l l | ( l i l ) c lc la clcsocupación condr-cc a l r l rnrr cr¡rr t l rs ior¡ ( l r ¡e ¡ lgunos considerarán sorpl 'c l r ( ler¡r( \ i r ) , , I , r , , \ , { i r ( l , , r r c lc quc la ola dc dcserrpleortLrc ror 'o(rcrr , r ' r ' .str . ls e.or i)nl ías . lepencl ió de pocacosa. t r r r ( l | r \ , ' l i ! ( r . ¡ r r rerr tc disr inro c lc las pf incipalcs vaI i ¡hl fs c(, , r) , t l ¡ i r ¡s t)( x l i ¡ c¡rDbi¡r pl1nr¡ndan.rcnle la siruaci( ;r¡ ( l ( ,1 r¡r) t )1. ,) , l ¡ ) qr¡( cr¡csr i(r¡¡ di l .c 'cr.r l1renre Ia viabi l idadclc l i rs t¡ni l i . ¡s econ{,nr icas. ¡_l inf lacktn em alLa e inrolemblc t) i r r l ¡s l i [ ¡nzas; la dcsocupación v e] c lcsenplco lo.r1l|r p'|| r olr'¿ts calegor íft sociales. Se ha oprado por un nro,do plrrr nacla añbi-qu(, .

r ll)¡ qL¡¡ el .ürigr¡() compromiso demosrr-ó qLre era inca_p¡z ( l ( ( ]nl fentar la cr is is? ¿Murió a causa de tas debit idadesir¡ tr ín\ t( . rs quc ¡o min.rban o por.e¡ \ ' igor de las f inanzas?¿¡r-sos d()s elemcntos c¡) lnbinar(11 sus ct ;c los: Ia frag idaddel dist)( 's i t ivo kcyncsiano f i€nle a l¿r cr. is is v ta rrcupemciórdc sLr Lrgfcsn. ic lad por. las f inanzas? ¿Por qué csrrucrL¡rasccon(lnr i .as v s()ciales, como las . lc Eurl)pa y Japón, raD ale-jadas del rrodclo estat l l ¡nidensc, ccdicfon cn sr.an medida ala exp¡nsi(;n ncoliber.al? ¿Cómo lire organrzacla csra rccon-quista dcl p(,c lcf por las f inanzas?

Todas c'stas pr ieguntas resulLan pr inrordialcs porquc esc'n esc nivcl de anál is is, c l de las luchas polír icas, donde har,

cRlsts DE l-^ EcoNoI ' l iA Y ORI)t- : \ES 51)( l r l | \

qLro truscar los pr incipalcs cic lcrmiD'rnrcs ' l ' l ¡s cr¡¡ l t r t i ¡ ' t t t s

,rbscr.radas. Si el pÍ imer punto dc \ ' ista, c l cc¡)nónrico. ¡ | l ' ll . r c lar-amentc argunrcntos pafa la conl ingcncia

' lc es; 's c\( '

lLrciones, cl prLnto clc vista p(t í t ico, c l de la conlr- ' rnt lcni l ( l '

las lucrzas socialcs, cs e! ic lcntemcnle mucho nlás cl i l íc i l ' r ¡

sr¡ rütamicl)1() . Sc pucde af i Ínar qtre la dcbi l ;dad dc las l t r

chas popula|cs dcscmpcñó, cn eslc plano, Lrn papcl ccnLr¡ l

La hist i ) f ia, bfelcmcnlc invocada en cslc cápítul( ' n()s

pucclc cnsci lar mucho. Sus lc 'ccioncs ser¿ln cl centro dc' l ¡s

. los úl l imas parlcs cle estc l ibro Lu cuar ' l¿r parte l¿r Lr l i l iTa

pf i¡ncramcntc cn la discusi( ;n de un elentual I in dc la c¡ is is

I dc 1as ¡menazas acluales de crisis ¿Saiinros de la cl.isis de

los años scteDta conro de la del fin clel siglo xrx? ¿Htlst¡ dón

clc l ler.ar cntonces la compnmción? ¿Esta sr l lda de la c¡ is is

planlea la amenaza de ol fa c¡ is is, cono l¡ de l929 qtr(

siglrió a l¿1 rccuper ación cle comie¡7os del siSlo pasado? Adc

m:rs, ¿qué nos ensc¡an l¡s polí t icas de los 30 años qt ' '

slguieror a la segunda Gucrra Munclial respccto de las polí'

licas alternativas? ¿;Es posible prokrsar los esquemas? Lti

úl t ima parle amplía aún más esta perspcct i \ 'a histór ic:r '

¿Cuál tue cl aporlc de la lcorÍa ) do las pr 'hcl icas kcrnesia-

nas? En otfas palabms, ¿es posible concebi l rrn capital isnrrr

en cl que no sean hcgenx'rnicas las l lnanzas? Por úlr im{r '

¿crrál mirada sobrc la d¡r i rmica histór ica dcl capi l l t l isnr{ ' ,sobl.e sus t fansfol nlacioncs contc|nporáncas, nos Pc|miLrel análisjs mandsttr? .Cu{I.'s han sido las mutacioncs

'lc las

/- rclaciones clc prcducción? ¿Oué ntrcvas cslr-L¡cluras clc cl¡s(

han sursido?

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