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CÁMARA DE COMERCIO DE SEVILLA (Claustro de Profesores Senior de Gestión Empresarial)

Ramón TAMAMES

ChInA En pERSpECtIVA, 2011 ÍNDICE I. Un esquema de cuestiones relevantes

II. Últimas noticias de China

III. Demografía cambiante: censo de 2010 IV. La pugna entre EE.UU. y China por la

hegemonía mundial 1. Algunos antecedentes y elementos a considerar 2. Enfrentamiento, señoriaje del dólar, moneda

global 3. Pacífico, Luna, Simbiosis 4. El siglo XXI: ¿de China o de EE.UU.? 5. Reajustes previsibles en la República Popular:

represión o democracia 6. Entre la quinta modernización y la comunidad

del Pacífico

Sevilla, 7/8 de febrero de 2012

Ramón TamamES nació en Madrid

en 1933, y es Doctor en Derecho y

en Ciencias Económicas por la Uni-

versidad de Madrid, habiendo am-

pliado conocimientos en el Instituto

de Estudios Políticos y en la London

School of Economics. Desde 1968

es Catedrático de Estructura

Económica, primero en Málaga y a

partir de 1975 en la Universidad

Autónoma de Madrid. Entre 1983 y 1985 fue Catedrático visi-

tante de la Sorbona de París, como también lo ha sido de la

Malaya Universiti de Kuala-Lumpur (Malasia), y lo es de la de

Macao, China. Es autor de gran número de libros (véase la

segunda solapa de este libro) sobre economía española e in-

ternacional, ecología, historia y cuestiones políticas y filosófi-

co-cosmológicas. Ha sido consultor económico con el Progra-

ma de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el

Banco Interamericano (BID-INTAL). Es Profesor o Doctor

honoris causa por las Universidades de Buenos Aires, Lima,

Guatemala, Pekín (BFS), y Rey Juan Carlos (Madrid). Miembro

del Club de Roma desde 1992, fue elegido para la Cátedra Je-

an Monnet de la Unión Europea en 1993; y designado Premio

Rey Jaime I de Economía en 1997, y Premio Nacional de Eco-

nomía y Medio Ambiente en 2003. En 1978, como Diputado al

Congreso, fue uno de los firmantes de la Constitución Españo-

la. Tiene los títulos ad honorem de Ingeniero de Montes

(1998) y Agrónomo (2009), ambos por la Universidad Politéc-

nica de Madrid.

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I. UN ESQUEMA DE CUESTIONES RELEVANTES 1. Historia. Aunque de enorme complejidad, la historia china reciente

cabe esquematizarla en cuatro momentos revolucionarios: 1911 caída del Celeste Imperio de 2.200 años y proclamación de la Re-pública de China por Sun Yat-sen; 1949 constitución de la República Popular China por Mao; 1978, las cuatro modernizaciones de Deng Xiaoping; 2001, ingreso de China en la Organización Mundial de Comercio y configuración progresiva de una economía mixta.

2. Escala demográfica. Ha de subrayarse que con sus 1.340 millones

de habitantes (censo de 2010), China tiene diez veces la población de Japón, nueve la de Rusia, 4,3 la de EE.UU., 2,7 la de la Unión Europea, y 1,2 la de África entera. Ese poderío demográfico confiere a la República Popular todas las ventajas inherentes a las econom-ías de escala en la disponibilidad de recursos humanos.

3. Capacidad de crecimiento. Desde 1978 con las cuatro moderniza-

ciones, China ha venido creciendo al 9,5 por 100 acumulativo anual como promedio, de modo que su PIB actual en términos reales, equivale a casi 20 veces el de 1978. El crecimiento puede seguir, por lo menos durante diez años a elevadas tasas de expansión; in-cluso si disminuyen relativamente las exportaciones, por la espera-ble compensación que significará un mercado interior cada vez más importante.

4. Segunda potencia económica mundial. Actualmente China es el se-

gundo país del mundo por PIB, inmediatamente después de EE.UU., con catorce y ocho billones de dólares, respectivamente, en térmi-nos de purchasing power parity, ppp. Sigue Japón con tres billones, en tanto que la UE, con sus 27 Estados miembros, alcanza los 15 billones. Previsiblemente, China superará a EE.UU. entre 2016 y 2020.

5. El motor del crecimiento económico de China desde 1978 ha sido la

exportación. Apoyada en una serie de ventajas comparativas: sala-rios bajos, ahora en rápido crecimiento; gran reserva de población a efectos de empleo, con largo recorrido en función de la mecaniza-ción agraria; moneda infraapreciada; inversiones extranjeras y de los chinos de ultramar. Además, hay que añadir dos factores que generalmente no se valoran lo suficiente: nivel tecnológico crecien-

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te, y tasa de ahorro/ inversión nacional superior al 40 por 100 del PIB.

6. China, primera potencia exportadora del planeta. Lo es desde 2009,

cuando adelantó a EE.UU. y Alemania con más de un billón de dóla-res al año. Con la particularidad de que frente a EE.UU. tiene fuer-tes superávit de balanza comercial. Lo cual le ha permitido acumu-lar reservas internacionales por un monto de 3,2 billones de dólares (final del primer trimestre de 2011). Reservas que permiten a China comprar más deuda soberana que préstamos hace el FMI, y conce-der más créditos a los PVD de los que otorga el Banco Mundial.

7. Reorientación del modelo de crecimiento. Por una serie de razones,

empezando por la mitigación del dualismo económico y social, Chi-na tendrá que ir modificando su estructura de crecimiento, dando mayor relevancia al consumo interno, con una disminución relativa de sus exportaciones. Por otra parte, será necesaria una mayor co-ordinación efectiva del sistema de los planes quinquenales, con un mayor ajuste a sus previsiones de crecimiento; que habrán de con-dicionarse a una mayor estabilidad monetaria y financiera. Igual-mente, se hará preciso vigilar el verdadero grado de necesidad y de rentabilidad económica y social de ciertas inversiones en infraes-tructuras.

8. Regulación del desarrollo. El gran regulador del crecimiento econó-

mico desde 1978, ha sido y sigue siendo el Partido Comunista de China (PCCh), que ha experimentado grandes transformaciones, desde su vieja y legendaria configuración de “soldados, obreros y campesinos”. Los soldados de hoy pertenecen a ejércitos altamente tecnificados, con misiles intercontinentales, satélites artificiales, aviones silenciosos, y portaviones en la creciente marina de guerra. Los obreros, por su parte, están convirtiéndose en tecnólogos, con amplias promociones de ingeniería. Los campesinos, con mayor re-traso, están entrando ya, sin embargo, en algunas regiones del país, en el agrobusiness; si bien todavía está pendiente la devolu-ción de las tierras al campesinado. Pero con todo, la reforma más importante del PCCh, consiste en que, desde el 2002, los capitalis-tas archimillonarios del espectacular crecimiento del país son miembros del comité central del partido, tras haberse reconocido el derecho a la propiedad privada de los medios de producción, y del suelo urbano.

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9. Los límites al crecimiento: ¿existen? Hasta ahora no se han mani-festado de manera ostensible, pero cabe afirmar que sí los habrá si no se ponen más medios para evitarlos. El problema demográfico: a medio plazo, la política de hijo único redundará en una posible es-casez de mano de obra. En medio ambiente, se necesita una re-orientación, que está en marcha, en lo relativo a energía, contami-nación, etc. Y en cuestión de dualismo económico y social –ricos muy ricos, y todavía pobres muy pobres—, se precisa la instrumen-tación de nuevas fórmulas de sanidad, educación, pensiones, segu-ridad social, higiene en el trabajo, etc. Los dirigentes actuales de China, Hu Jintao y Wen Xiabao suscitan públicamente esos proble-mas, además del muy importante de la corrupción; y están ponien-do los medios para atenuarlos, aunque no al ritmo que es necesario para prevenir un creciente malestar social.

10. Política de gran potencia. Se manifiesta en dos principios, más con-

fucianos que marxistas: la armonía, conducente a mejorar las rela-ciones con los países vecinos y del resto de la comunidad interna-cional; y el desarrollo científico, ya aludido en lo que concierne a lu-char contra el dualismo de ricos y pobres. En ese sentido, están re-visándose las leyes laborales, de vivienda, de ordenación del terri-torio, la cancelación del salvoconducto para los movimientos inter-nos de población, etc. Dentro de una perspectiva filosófica de claro retorno a la tradicional doctrina de Confucio.

11. Manifestaciones de poderío. El presupuesto militar de China se sitúa

ya como el segundo del planeta después de EE.UU., y los proyectos de exploración espacial tienen como meta crear una base lunar en 2020. Por otro lado, China participa en los esfuerzos internacionales para la energía nuclear de hidrógeno (Iter), y en otras muchas aspi-raciones. Desde el punto de vista cultural y deportivo, la actividad del país es cada vez mayor.

12. Presencia internacional en rápido ascenso. China participa activa-

mente en el G-20, donde de hecho está configurándose, con EE.UU. en un núcleo de poder conjunto que ya se llama G-2, o Chin-USA (Tamames dixit): una simbiosis económico-financiera, que está convirtiéndose en el verdadero deus ex machina de la comunidad internacional; según se detalla en otra parte de este fascículo. Además, China es una de las grandes protagonistas de las conver-saciones en las Conferencias del Clima de las Naciones Unidas, aunque todavía no haya materializado sus compromisos definitivos

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al respecto ni se haya adherido operativamente al Protocolo de Kio-to. Al tiempo, China es el miembro principal de los emergentes, de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica); donde ejerce gran protagonismo, aunque procurando mantener un perfil no hegemónico.

13. China frente a la crisis. Los ritmos de crecimiento de la República

Popular, sólo se alteraron en 2009, pero con una rápida recupera-ción ya de dos dígitos en 2010. Todo ello merced a importantes programas de inversiones públicas (trenes de alta velocidad, puer-tos, aeropuertos, reforestación masiva, infraestructuras urbanas, etc.); además de créditos a las empresas y al consumo de las fami-lias. Por lo demás, China ha asumido un papel fundamental en lo que respecta a mitigar los efectos de la crisis mundial, por su com-pra de bonos de deuda soberana, y por su fuerte demanda de energía y materias primas; algo que beneficia sobre todo a Ibero-américa y África, en lo que ya es un muy activo comercio Sur-Sur.

14. ¿Para cuándo la democracia? La quinta modernización que Chu En-

lai previó (empezando por la separación del Estado/PCCh), se frenó con los sucesos de Tiannanmen de 1989. Ahora, con un nivel de desarrollo mucho más elevado, China está abocada a una apertura democrática, pero sin precisiones posibles sobre el cuándo y el cómo. Los dirigentes máximos del PCCh sostienen que nunca habrá sistemas políticos al modo de la democracia occidental y a favor de esa tesis, se mantiene la represión de los disidentes políticos, in-cluido el Premio Nobel de la Paz de 2010 Liu Xiabao. En tanto, el país bulle en manifestaciones en el campo y en las ciudades en pos de verdaderos derechos, más justicia social y nuevas formas de vi-da más favorables a los que menos tienen y ganan. A un cierto pla-zo, la democracia, volis nolis, llegará. Otro tanto cabe decir de los derechos humanos, en los que ha habido algunos progresos en los últimos años.

15. Presión nacionalista en el Tibet, Xinjiang, Mongolia y otras áreas del

país. Ante lo cual se niega cualquier posibilidad de concesión de verdadera autonomía. Pero también es cuestión de tiempo, si real-mente China aspira a una posición de primera potencia que quiera hacerse políticamente respetable.

16. Relaciones China/España. Son más antiguas de lo que generalmen-

te se piensa, pues españoles y portugueses fueron los primeros eu-

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ropeos que en la era de los grandes descubrimientos contactaron directamente con China. En ese sentido, el Galeón de Manila, tam-bién conocido como la Nao de la China, significó un comercio chino-europeo de gran importancia desde la capital de las Filipinas espa-ñolas hasta Acapulco; para después, a través de Nueva España (México), llegar a Sevilla las mercancías de alto valor por unidad de peso (marfiles, porcelanas, sedas, joyas, etc.). Comercio que se desarrolló por más de 250 años, como una manifestación única de intercambios de mercaderías orientales por plata española de las cecas mexicanas. También son de señalar los proyectos españoles de invasión de China en 1585 y en el siglo XVIII; y la referencia que en el prólogo de la segunda parte de El Quijote hizo Cervantes al Emperador de China en 1616, relativo a la enseñanza del español en su país (ahora hay dos Institutos Cervantes en la República Po-pular, uno en Pekín y otro en Shanghái).

17. Presencia económica española en China. Se materializa en unas

quinientas empresas de todos los tamaños, con negocios en busca del amplio mercado chino (casos de Alsa, Zara, Mango, Tous, etc.), o para externalizar producciones y bajar costes (jugueteros, Corpo-ración Cooperativa de Mondragón, etc.), o bien al objeto de tomar posiciones en el mayor mercado asiático en plan wait & see, todavía sin beneficios importantes (Telefonica, BBVA, La Caixa, Santander, etc.); o en otros casos, buscando salidas a nuevas tecnologías es-pañolas (Indra, Iberdrola, Gamesa, Abengoa, Técnicas Reunidas, etc.). En cuanto a los chinos en España son unos 170.000 residen-tes, muy activos en comercio al por menor, restauración, y cada vez más en cualquier otra clase de actividad económica o financie-ra.

18. Relaciones comerciales chino-españolas. En 2010, las exportaciones

chinas a España llegaron a 18.000 millones de euros, en tanto que las españolas a China no rebasaron los 3.000 millones. Un fuerte déficit que solamente podrá compensarse con exportaciones de ca-lidad (vinos, aceites de oliva, jamón, otros alimentos selectos, mo-da, etc.) y con la balanza de servicios (turismo, fletes, seguros, etc.). Todo ello, teniendo en cuenta que entre los dos países hay una alianza estratégica, y que nominalmente se que China conside-ra a España como “su mejor aliado dentro de la Unión Europea” (Wen Jiabao dixit).

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NOTA: Ver el mapa 1 de China para una más fácil comprensión de las cuestiones geográficas y demarcaciones administrativas. II. ÚLTIMAS NOTICIAS DE CHINA China es desde 2010 el primer país industrial del mundo al superar

ya a EE.UU. Y entre 2016 y 2020 se convertirá en el mayor por su PIB en términos de ppp. En 2050 su PIB podría ser tres veces el de EE.UU.

Shenghi. Es la expresión china para la grandeza que se alcanzó hacia 1700 con la dinastía Qing. Ahora, en el siglo XXI, se preten-de conseguir de nuevo esa prosperidad, en una especie de nueva shenghi1

Hay una inquietud bibliográfica creciente sobre China desde 1904, cuando se publicó el libro de Arthur Brown: “New Forces in Old China” (Un despertar inevitable). En España son recomendables los libros de Manuel Ollé, Eugenio Bregolat y Ramón Tamames.

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Algunas tesis, como las del ensayista norteamericano James Mann, 2007, postulan que “el capitalismo no traerá la democracia en China”. Una formulación discutible desde otras ópticas, según las cuales el crecimiento complejo es imposible sin democracia (Martya Sen). La URSS fue una muestra de que, desde luego, la autocracia no garantiza la excelencia del desarrollo.

El autoritarismo está creciendo actualmente para resistir las de-mandas de democratización. Pero también hay síntomas de que dentro del propio PCCh hay partidarios de la quinta modernización, la idea de Chu Enlai que Deng Xiaoping no puso en marcha en 1978; y que se frenó de raíz en Tiannamen en 1987. Pero los tiempos cambian y la quinta modernización resonará como reivin-dicación cada vez más sentida.

¿Hay un modelo de desarrollo económico y social chino? No ofi-cialmente, aunque menudean las declaraciones de que la econom-ía mixta no alcanzará nunca las características de las economías occidentales, pues siempre habrá un sector público especialmente fuerte.

1 The Economist, 25.VI.11, y otras fuentes

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El mundo político chino del PCCh (que cuenta con 85 millones de afiliados, tanto como la población entera de Alemania, y el 10 por 100 de la población adulta de China), se desenvuelve según un proyecto de pretendida continuidad. Así las cosas, en 2010, el 18º Congreso del Partido Comunista Chino (PCCh) decidió el relevo del Presidente de la República y del Primer Ministro para marzo de 2013, en una transición normalizada: de Hu Jintao a Xi Jinping, y de Wen Jiabao a Li Ke Kiang, que con casi total seguridad se pro-ducirá sin convulsiones… aunque sean muchos dentro y fuera de China los que no desean que tal cosa no suceda. Los dos nuevos líderes habrán de afrontar la reestructuración de China a un siste-ma menos dualista y más socialmente compensado. De otra ma-nera, el PCCh estaría condenado al fracaso.

Bo Xilay, el jefe del PCCh en el gran municipio de Chongqing (casi 40 millones de habitantes), es un populista con mano de acero, que mantiene a Mao en la hornacina. Es un líder muy popular, y su ciudad, Chongquing, es oficialmente la más feliz de China: sin ma-fias corruptas y con más viviendas populares que ninguna otra. En ese sentido, un modelo muy diferente de la economía de especu-ladores y plutócratas de Shenzhen (Zona Económica Espacial, ZEE, vecina a Hong Kong), con todos sus vicios.

No está claro que el modelo Bo Xilay vaya a ser el prevaleciente. Sobre esas referencias neo-maoístas, Fukuyama plantea que su significado –con la difusión de canciones comunistas como “El Oriente es rojo”, en los centros de trabajo y en las escuelas, a lo ancho y largo de todo el país— no tiene nada que ver con los pri-meros ideales del PCCh en lo relativo a igualdad y justicia social. Por eso, cabe pensar que si los antiguos cánticos vuelven a oírse, es más que nada en plan promoción del partido a efectos de forta-lecer la estabilidad social; en un país donde las desigualdades so-ciales en términos de riqueza y renta se han disparado en los últi-mos años. Por eso mismo, en materia de canciones, para nada se relanza –así lo subraya el historiador John Halliday— el himno clásico de La internacional; por su tendencia claramente marxista y por que invoca la revolución. Algo que actualmente en China podría suscitar la idea de una primavera política, al estilo de la que está en curso al menos en siete países árabes2

2 Francis Fukuyama, “Mao´s battle with Confucius for China´s soul”, Financial Times, 13.VII.2011.

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Para muchos actualmente existen una serie de peligros económi-cos, que podrían convertirse en problemas serios a largo plazo:

− Burbuja inmobiliaria: gran número de viviendas vacías a pre-cios muy altos, con protestas por parte de la gente joven que encuentra dificultades para acceder a ellas.

− Deuda creciente. Oficialmente, el Estado central, sólo tiene un 17 por 100 de deuda sobre el PIB. Pero en la realidad, todo el sector público puede situarse en el 80 por 100, por la deuda acumulada, con graves abusos y derroches, por regiones, provincias y, sobre todo, municipios.

− ¿Crecimiento más lento? Oficialmente se quiere pasar de los dos dígitos (mayor del 10 por 100) al 8,5. Pero no está claro que vaya a conseguirse, o que realmente se quiera, por razo-nes políticas y para asegurar la creación de en torno a diez millones de empleos cada año.

− Un país cada vez más urbanizado, con todos los problemas que ello comporta para el funcionamiento de las ciudades (tráfico, contaminación etc.), con un sector agrario al que se recorta todos los años la superficie de cultivo; por lo cual quiere garantizarse una reserva intocable de 120 millones de Ha (en España, unos 20 millones).

III. DEMOGRAFÍA CAMBIANTE: CENSO DE 2010 Por los primeros datos del censo de China del 2010, sabemos que sus habitantes son 1.340 millones, con una fuerte caída de la natalidad en el último decenio, desde el 1,07, al 0,57 por 100 de la población total. Lo que se relaciona con una tasa media de fecundidad (muy similar a la española), de sólo 1,4 hijos por mujer; muy por debajo, pues, del llamado “turno de reemplazo” de 2,1. Por otro lado, se comprueba que está en marcha un acelerado proceso de envejeci-miento; al pasar el porcentaje de personas mayores de 60 años del 10,3 en el 2000 al 13,3 por 100 en 2010. En tanto que la población menor de 14 años declinaba del 23 al 17 por 100. Un dato especialmente significativo dentro de las consecuencias de la “política de hijo único” decretada en 1980 para gran parte de China (excluidas las regiones autónomas, la población rural, divorciados,

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viudos, etc.), radica en la sexo-ratio. De modo que en el 2010 por cada 100 niñas chinas, nacieron 118 niños. Lo que expresa la posibi-lidad de que en el 2030, uno de cada cinco ciudadanos no encuentre novia, o viceversa, en su propio país. Todos los datos del censo que se han mencionado, están originando una viva polémica, en la idea de que la política de contención de-mográfica ha llegado a sus límites. En ese sentido, la poderosa buro-cracia del control demográfico se enfrenta a una serie de profesores, expertos y académicos, entre ellos Wan Feng, que se pronuncian por un cambio radical en las políticas vigentes. Que tenían su justificación en el hecho de que, a poco de proclamarse la República Popular, la tasa media de fecundidad estaba en 5,8 hijos, y la de natalidad en 2,3 por 100. Cifras absolutamente imposibles de mantener, pero que ya no se corresponden con la realidad actual. Así que, vista a China y a sus demógrafos. Recordemos que entre 1980 y 2010, la policía del hijo único ha evitado que en vez de 1.340 no haya 1.740 millones de chinos: 400 millones no llegaron al mundo. IV. LA PUGNA ENTRE EE.UU. Y CHINA POR LA HEGE-

MONÍA MUNDIAL 1. Algunos antecedentes y elementos a considerar Después de tres jornadas sobre el nuevo gobierno Rajoy y sus inten-ciones, iniciamos este jueves un artículo —que tendrá dos entregas— sobre un tema que ya empieza a ser palpitante: el dragón chino y el águila norteamericana en pugna por la hegemonía mundial. Al respecto empezaremos por recordar que en el calendario chino, 2012 es el Año del Dragón, comenzando el 23 de enero, para finalizar el 9 de febrero de 2013: un lapso que, según los augures orientales, ha de comportar nuevas experiencias y oportunidades, cambios de todo orden, y desastres naturales, que para ser abordados exigirán de gran sabiduría y capacidad. Todo ello en un mundo en apariencia menos turbulento que el del anterior año del dragón: 1952, un tiem-po álgido por el conflicto de Corea, la tensión Este-Oeste de la guerra fría, la primera prueba de la bomba de hidrógeno en EE.UU., como también los atisbos iniciales de la integración económica de Europa, etc.

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En 2012 se supone que nos encontramos en una fase histórica menos agitada, pero seguro que no dejarán de producirse alteraciones políti-cas importantes, con oportunidades para la paz y la estabilidad inter-nacional; pero también las malas oportunidades eventuales de nue-vos autoritarismos en ciertos países, tensiones entre las dos Coreas, dificultades para que un presidente afroamericano sea reelegido en EE.UU., y lo que aquí y ahora nos interesa más: habrá que calibrar la presión que desde el interior de China pueda producirse para realzar su prestancia internacional, en la pugna —no siempre tan clara ni tan medible— entre el dragón Han y al águila estadounidense, ya en un serio enfrentamiento por la hegemonía. 2. Enfrentamiento, señoriaje del dólar, moneda global Una pugna que viene de lejos y que hasta ahora se desarrolló de ma-nera pacífica, desde la reconciliación de los dos gigantes en 1972 con la visita de Nixon a Mao. Pero en el momento presente, muchas co-sas podrían cambiar por la nueva correlación de fuerzas, con una China recrecida y unos EE.UU. en cierto estancamiento. Lo cual com-plica cualquier posible acuerdo global. Esa pugna por la hegemonía –soterrada las más de las veces, pero cada vez con más afloramientos— tiene vigencia en muy distintos campos, empezando por el financiero, cuando el Banco Nacional del Pueblo de Pekín se ha convertido en el tesorero de EE.UU.; “¿Cómo voy a hablar mal de China si es nuestro banquero?”, que dijo Bill Clin-ton en cierta ocasión. Pero también las cosas no son como en tiem-pos de aquel presidente: en medio de la crisis económica global que se inició en 2007, la República Popular teme por sus ingentes inver-siones en dólares; al tiempo que denuncia el dominio planetario que ejerce EE.UU. desde su señoriaje del billete verde; que está derivan-do, a tomas de posición desde Pekín, con apoyo de los demás BRICs, a favor de una moneda global que sustituya la de EE.UU. como patrón internacional. Aún con voz realmente baja pero que ganará en volumen. Abriremos un paréntesis para explicar qué cosa es el señoriaje, un concepto que se relaciona siempre con el ejercicio de un señorío, po-testad o privilegio importantes. Y en el caso que nos ocupa, resulta evidente que EE.UU. disfruta de una situación única. Debido a que su moneda nacional –en cuya regulación y desenvolvimiento no intervie-

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ne sino Washington DC— le permite una clara prevalencia financiera en el mundo. En otras palabras, el presupuesto estadounidense pue-de tener fuertes déficit de carácter crónico, sólo porque su endeuda-miento se cubre imprimiendo dólares, que son admitidos como medio de pago prácticamente en todas las transacciones a escala mundial. Por ello, EE.UU. puede permitirse bajar impuestos a los más ricos, financiar dos guerras importantes en Irak y Afganistán, no tener ape-nas ahorro, y consumir desmedidamente. Todo eso significa un fuerte endeudamiento federal y de la propia sociedad norteamericana; pero que no abruma definitivamente a nadie a medio plazo, por la posibili-dad que da el señoriaje de ampliar más y más los dólares en circula-ción en todo el mundo. 3. Pacífico, Luna, Simbiosis Y aclarado lo del señoriaje y siguiendo con el tema de la pugna EE.UU./China, habrá de subrayarse que esa competición entre los dos países se hace cada vez más relevante en el área Asia/Pacífico; un océano que durante la segunda mitad del siglo XX era el indiscutido lago americano –como fue, de otra manera, el lago español de Torde-sillas durante los siglos XVI y XVII—, por aquello de que “quien quie-ra mandar en el mundo, tiene que controlar el Pacífico”, (Lee Kwan Yew, padre fundador de Singapur, dixit). En el sentido que apuntamos, la flota de guerra de la República Popu-lar no deja de crecer, con presencia que se hace más visible día a día, en lo que antes eran dominios absolutos de EE.UU. en el Pacífico y el Índico. Con la inevitable respuesta estratégica de Washington DC a esos retos, para fortalecer sus lazos de cualquier clase con Japón, Co-rea del Sur, Taiwan, Filipinas, Tailandia, India… e incluso el destruido Vietnam de aquella guerra indecente entre 1964 y 1975 que EE.UU. llevó al Sudeste asiático. Lo que significa, ahora, algo tan importante como que en la pugna entre el dragón y el águila, esta última tendrá aliados muy considerables. Una tercera faceta de la carrera EE.UU./China estriba en el área tec-nológica, en la cual los Han están aumentando su capacidad a ojos vista, por el número siempre al alza de ingenieros en actividades in-dustriales innovadoras, inventiva militar, con nuevos portaaviones (tipo catamarán y dimensiones hasta ahora no conocidas), aviones indetectables por radar, misiles de precisión pasmosa, etc.

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A todo lo cual se une una nueva muestra de poder: la exploración es-pacial en la que ya se predice que para 2020 China tendrá una base lunar; amén de sondas espaciales a puntos cada vez más lejanos del universo, etc. Así las cosas, mientras, la NASA languidece en sus pro-yectos por falta de recursos, los tayconautas chinos avanzan más y más en el espacio exterior. En fin de cuentas, lo que está en juego es la supremacía de EE.UU., imperante a escala mundial desde 1918, tras la primera Gran Guerra; y fortalecida al máximo a partir de 1945 después de la Segunda Gue-rra Mundial. En un proceso que una vez desmantelada la URSS en 1991, China es la única superpotencia que puede discutir su status a la Unión norteamericana; con sus ya destacadas capacidades de-mográfica y productivas, mucho mayores que las de la antigua Unión Soviética. Así las cosas, la nueva relación entre las dos superpotencias mundia-les presenta el hecho histórico diferencial de que si en tiempos de tensión Este-Oeste, durante la guerra fría, las relaciones económicas entre los dos superpoderes de entonces (EE.UU. y la URSS) eran prácticamente nulas, hoy alcanzan la más alta intensidad, pudiendo hablarse de una auténtica simbiosis: Chin-USA, o Chimérica. Con el significado de que EE.UU. no podría funcionar sin China, mientras que la República Popular aún se ve muy influenciada por EE.UU. Si bien es una cruda realidad para Washington DC que China ya puede mirar al mundo con mayor confianza en sus propias posibilidades, al disponer de ingentes recursos financieros y tecnológicos y de un comercio en rápida expansión con los demás países asiáticos, Rusia, UE, Ibero-américa, y África. 4. El siglo XXI: ¿de China o de EE.UU.? Es una pugna llena de interés, de la que ya dimos cuenta en una se-rie de aspectos el jueves pasado, y hoy seguiremos analizando la cuestión, para contestar a la pregunta de si EE.UU. va a tolerar si-tuarse en la posición de segunda potencia mundial; idea que hoy por hoy no figura en los planes estratégicos del Capitolio y de la Casa Blanca, que pretenden un segundo siglo americano; tras el primero que empezó en 1898 (guerra hispano-norteamericana) y que algunos

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dieron por terminado en 2001 (destrucción de las torres gemelas de Nueva York, etc.). La discordia entre las dos superpotencias, podría ser muy prolongada, pero en cualquier caso, la expectativa de un segundo siglo americano es cada vez menos consistente, por la pujanza de la República Popu-lar. Que además de estar presente en todos los mercados, va impo-niendo su presencia en los organismos internacionales, y se ve respe-tada, o temida, por doquier; hasta el punto de que las viejas cuestio-nes de su fuerte déficit en derechos humanos es algo que inquieta a los países occidentales mucho menos que antes. Pero tan importante como la pregunta de si EE.UU. tolerará o no la alternativa de China como number one, es la idea inversa de si China llegará a tensar al máximo la situación, para efectivamente ascender al número uno del ranking, y si en ese eventual trance ir a más se engendrará el peligro de un conflicto total. Algo a lo que, en principio, se opone el sentido común y las doctrinas –que se estudian en este libro in extenso— de la armonía y el ascenso pacífico de China en sus relaciones internacionales; y del desarrollo científico en el plano inter-ior. Pero por mucho que el poder ejecutivo de Pekín haya renunciado oficialmente a la guerra como método de conseguir mayor poder –a diferencia de lo que sucedió en Alemania y Japón en el pasado—, y por mucho que la prosperidad del pueblo figure como la meta oficial en las de la jerarquías del PCC, tales manifestaciones no son en ge-neral aceptadas como verdadero affidavit de que la transición a una paz perpetua entre China y EE.UU. esté garantizada. 5. Reajustes previsibles en la República Popular: represión o

democracia En definitiva, el dragón sigue recreciendo en poder, en tanto que el águila vuela más bajo, en el ambiente de un futuro incierto. Y si bien hay muchas razones para pensar en una evolución pacífica de la ca-rrera entre los colosos mundiales, tampoco cabe excluir una eventual escalada de tensiones. Sobre todo si el desarrollo interno de China no desemboca, en tiempo razonablemente corto, en el cambio efectivo a la democracia. Con la posible venturosa realidad, entonces, de que China se dé cuenta de que resulta imposible ser omnipotente; no sólo por la fuerza de los potenciales adversarios (EE.UU. y sus aliados), sino también por el mero respeto a los derechos de la ciudadanía; a

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la que no puede imponerse ningún horizonte de holocaustos como sí se hacía, en cambio, en tiempos de Mao. En otras palabras, el máximo peligro para el dragón, al menos tal como se plantean las cosas en el todopoderoso PCC, estriba en la in-congruencia del afán de poder y la debilidad interna de una política económica, que ha derivado a un dualismo brutal. Ciertamente, con menos pobres que antes, pero con un diferencial entre los de arriba y los de abajo que no deja de crecer: lujo y derroche con un tren de vida disparatado de un aparte, frente a la inmensa mayoría con bajos salarios, escasez de servicios sociales, abusos laborales, corrupción generalizada, expropiación salvaje de tierras, viviendas sociales insu-ficientes en medio de una burbuja inmobiliaria insoportable, sanidad y educación precarias, etc. etc. A todo lo cual se une, como gran cu-bierta insostenible, el despotismo político de los funcionarios del par-tido, frente al cual se mueve un mar proceloso de manifestaciones masivas en rápido ascenso: 180.000 en 2010 según algunas estima-ciones. Las circunstancias mencionadas son otros tantos síntomas del mayor déficit que padece China, el de la democracia que se hace indispen-sable –Amartya Sen, inter alia, dixit— para una economía cada vez más compleja. Y no dudando de las buenas intenciones del tándem Hu Jintao/Wen Jiabao (Presidente y Primer Ministro hasta finales de 2012) que oficialmente pretende paliar la compleja situación, lo cierto es que la oleada de protestas, en un momento dado, podría superar la capacidad de control del propio PCC; y de un ejército que lo más seguro no dispararía contra el pueblo como sí lo hizo en el ya lejano 1989 en Tiananmen. Todo eso y mucho más, en una sociedad intensamente internetizada por las redes sociales, hace pensar que la posibilidad de una rebeldía en China, de mayores proporciones que la primavera árabe de 2011, no sea descartable por completo. Y de producirse ese alzamiento po-pular, tal vez precipitaría una represión, ya no concentrada en Pekín a lo Tiananmen-89, sino en todo el país; con un PCC masivamente enfrentado al pueblo. Lo cual, inevitablemente, dispararía el fraccio-nalismo dentro del propio partido: entre los que querrían buscar un retorno a un sistema de capitalismo de Estado y de intenso naciona-lismo a lo Mao (con críticas a una excesiva occidentalización), y los

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partidarios de ensanchar el actual capitalismo salvaje. Sin equilibrio aparente entre ambas posiciones en pos de la democracia. 6. Entre la quinta modernización y la comunidad del Pacífico Pero no hay que ser tan pesimistas como para pensar que el enfren-tamiento y fuerza es la única trayectoria posible de China. También cabe esperar que el nuevo binomio de Xi Jinping y Li Kekiang (el Pre-sidente y el Premier a partir de 2013) tendrá que dar un giro funda-mental a toda la política económica y social; con cambios decisivos en la distribución de la renta en pos de un nuevo estado de bienestar, y de unas relaciones internacionales más pausadas, menos enervantes con EE.UU. y el entorno Asia/Pacífico. A la postre, se trata de saber si se acepta que la única solución final a los problemas de China es volver a la idea de Chu Enlai de la quinta modernización, empezando por la separación entre partido y Estado; a lo que seguiría la apertura del país en su conjunto a un proceso de verdadera democratización. Un tema sin duda difícil, pero que tiene todo el sentido de la lógica de la Historia: cuando se alcanza un cierto grado de desarrollo, las dictaduras, se llamen como se llamen, no pueden perpetuarse, y ha de abrirse paso a la democracia. Se trata, pues, de una cuestión de tiempo, en definitiva, de que el presunto dragón omnipotente evolucione, no para transformarse en un dócil cordero –nadie lo espera y nadie lo concibe—, sino en un nuevo Estado chino que efectivamente busque la armonía del ascenso pacífico; y que esté decidido a negociar su definitiva inserción en el arco democrático de la comunidad internacional, alejando el riesgo inconmensurable de un brutal choque por la hegemonía. Recordemos, finalmente, que los imperios no son eternos, y que en durante largo tiempo, las relaciones de España y China fueron de lo más relevantes, en los siglos XVI y XIX, por la presencia hispana en Filipinas. Lo que permitió el funcionamiento, a lo largo de dos siglos y medio, de la ruta comercial más larga de la Historia: desde Manila –con el galeón de ese nombre, o Nao de la China— hasta Acapulco en el México de la Nueva España; y desde allí a Veracruz para la ulterior navegación a Sevilla. Todo un tránsito, pues, por los territorios y ma-res españoles del Tratado de Tordesillas de 1494, en los que se cons-truyó un verdadero Imperio oceánico, aunque no suficientemente

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fuerte, salvo en fases muy concretas, en cuanto a su marina de gue-rra y mercante. Y fue con la decadencia de ese status, cuando las re-laciones de España y China se vieron suspendidas, en 1898, por la confiscación que del archipiélago hizo EE.UU. a España en su definiti-vo ocaso imperial. En fin de cuentas, hoy, 2012, el Imperio chino renace, y el de EE.UU. decae según algunos indicadores. Pero la consecuencia final de esas circunstancias, no debe ser un enfrentamiento letal. Por el contrario, dentro de la globalización que habrá de seguir, aunque sea de otra manera, se hace inevitable –y en ello insiste Henry Kissinger en su libro On China– la configuración de una Comunidad del Pacífico, bor-deada por los dos grandes poderes que materializan Pekín y Washing-ton D.C. Y si ya existe una comunidad del Atlántico ¿por qué no la va a haber al otro lado del mundo en el Pacífico? Se haría homónima al más extenso de los océanos de la Tierra3

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3 © De este extracto del futuro libro de Ramón Tamames: China Tercer Milenio: el dragón omnipotente.

PRINCIPALES OBRAS DE RAMÓN TAMAMES

— “Estructura Económica de España”, Alianza Editorial, 25ª ed., Madrid,

2008 (1960; en este paréntesis, y también para los demás libros, la fecha de la primera edición).

— “Introducción a la Economía Española”, Alianza Editorial, 26º ed., Madrid, 2004 (1967). Hay traducciones inglesa (C. Hurst) y francesa (CEDES).

— “Estructura Económica Internacional”, Alianza Editorial, 21ª ed., Madrid, 2009 (1971). Hay traducción portuguesa, Universidade Moderna.

— “La República. La Era de Franco”, Alianza Editorial, Madrid, 12ª ed. Revisada y ampliada, 1987 (1973).

— “Ecología y desarrollo sostenible”, Alianza Editorial, 7ª ed., Madrid, 1995 (1974). Hay traducción portuguesa, Universidade Moderna.

— “Historia de Elio” (Novela), Planeta, Barcelona, 1976; edición también en el Círculo de Lectores, 1977.

— “Una idea de España”, Plaza y Janés, Barcelona, 3ª ed., 1986 (1985). Hay traducción alemana de Klett-Cotta.

— “La Reconquista del Paraíso”, Temas de Hoy, 2ª ed., Madrid, 1993 (1992). Hay traducción portuguesa de la Editorial Diario de Noticias.

— “La España Alternativa”, Espasa Calpe, Madrid, 9ª ed., 1994 (1993) Premio Espasa de Ensayo.

— “La Unión Europea”, Alianza Editorial, Madrid, 5ª ed., 2002 (1994). — “La segunda vida de Anita Ozores”, Sial Ediciones, 2ª ed., Madrid,

2000 (novela). — “Diccionario de Economía y Finanzas”, Alianza Editorial, Madrid, 13ª

ed., 2006 (1988). — “El siglo de China. De Mao a primera potencia mundial”, 4ª ed.,

Planeta, 2007. Edición de bolsillo en Booket, 2008. — “Ni Mussolini ni Franco. La dictadura de Primo de Rivera y su

tiempo”, Planeta, 2008. — “Para salir de la crisis global. Análisis y soluciones”, EDAF, 2009. — “El grito de la tierra”, RBA, Barcelona, 2010. — “Cuándo y cómo acabará la crisis. Tractatus Logicus Economicus”,

Turpial, Madrid, 2011. — “Breve historia de la Guerra Civil Española”, Ediciones B, Madrid,

2011.

CUATRO CUESTIONES RELEVANTES SOBRE CHINA

1. Historia. Aunque de enorme complejidad, la historia china reciente cabe

esquematizarla en cuatro momentos revolucionarios: 1911 caída del Celeste Imperio de 2.200 años y proclamación de la República de China por Sun Yat-sen; 1949 constitución de la República Popular China por Mao; 1978, las cuatro modernizaciones de Deng Xiaoping; 2001, ingreso de China en la Organización Mundial de Comercio y configuración progresiva de una economía mixta.

2. Escala demográfica. Ha de subrayarse que con sus 1.340 millones de

habitantes (censo de 2010), China tiene diez veces la población de Japón, nueve la de Rusia, 4,3 la de EE.UU., 2,7 la de la Unión Europea, y 1,2 la de África entera. Ese poderío demográfico confiere a la República Popular todas las ventajas inherentes a las economías de escala en la disponibilidad de recursos humanos.

3. Capacidad de crecimiento. Desde 1978 con las cuatro modernizaciones,

China ha venido creciendo al 9,5 por 100 acumulativo anual como promedio, de modo que su PIB actual en términos reales, equivale a casi 20 veces el de 1978. El crecimiento puede seguir, por lo menos durante diez años a elevadas tasas de expansión; incluso si disminuyen relativamente las exportaciones, por la esperable compensación que significará un mercado interior cada vez más importante.

4. Segunda potencia económica mundial. Actualmente China es el segundo

país del mundo por PIB, inmediatamente después de EE.UU., con catorce y ocho millones de dólares, respectivamente, en términos de purchasing power parity, ppp. Sigue Japón con tres millones, en tanto que la UE, con sus 27 Estados miembros, alcanza los 15 billones. Previsiblemente, China superará a EE.UU. entre 2016 y 2020.

Despacho de Ramón TAMAMES C/Padre Damián, 38, 8º B // 28036 Madrid

Tfno.: (+34) 91 411 43 15 // Fax: (+34) 91 563 84 00 [email protected]


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