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*** KM 8/93 PÁGS. 3-4 LA PREDICACIÓN TELEFÓNICA: UNA MANERA DE LLEGAR A MUCHAS PERSONAS *** LA PREDICACIÓN TELEFÓNICA: UNA MANERA DE LLEGAR A MUCHAS PERSONAS

1 La prueba de que vivimos en “los últimos días” es abundante. (2 Tim. 3:1.) Sin duda queda poco tiempo para predicar el Reino y hacer discípulos. Por consiguiente, todos debemos sentir la necesidad apremiante de ayudar al prójimo a adorar a Jehová Dios y recibir su aprobación.

2 El apóstol Pablo sintió la responsabilidad de hacer declaración pública de su fe. (Rom. 10:10.) Sabía que la “voluntad [de Dios] es que hombres de toda clase se salven y lleguen a un conocimiento exacto de la verdad”. (1 Tim. 2:4.) Debido a que tenía conocimiento de la verdad, Pablo se sentía endeudado con todos. Este sentimiento estimuló su deseo de predicar las buenas nuevas. Dijo: “Por mi parte tengo vivo interés en declararles las buenas nuevas [...]. Porque no me avergüenzo de las buenas nuevas; son, en realidad, el poder de Dios para salvación a todo el que tiene fe”. (Rom. 1:14-17.)

3 ¿Sentimos personalmente esa misma clase de endeudamiento y mostramos un vivo interés como ese de comunicarnos con todas las personas de nuestro territorio? Aunque preferimos compartir las buenas nuevas con los demás cara a cara, como al predicar de casa en casa y en las calles, ¿por qué limitar nuestra actividad a estos rasgos del servicio? Es posible que muchas personas del territorio de la congregación nunca hayan hablado con un testigo de Jehová. ¿A qué pudiera deberse?

4 Territorio que no se trabaja: ¿Hay en su territorio edificios de apartamentos vigilados por porteros? Quizás hay complejos residenciales de alta seguridad en los que no puede efectuarse la obra de casa en casa. ¿Se ha negado a los publicadores la entrada a una base militar o a una zona residencial del territorio para predicar las buenas nuevas? Es muy probable que algunos que viven en esos sitios nunca hayan oído sobre las bendiciones del Reino de Dios. ¿Hay personas que nunca se encuentran en casa?

5 No debemos desistir de buscar a esas personas aunque sea difícil hallarlas. ¿Cómo ve Jehová la situación en que se encuentran? El apóstol Pedro escribió: “Jehová [...] no desea que ninguno sea destruido; más bien, desea que todos alcancen el arrepentimiento. Además, consideren la paciencia de nuestro Señor como salvación”. (2 Ped. 3:9, 15.) Hay vidas de por medio, y a Jehová le importan todas ellas. (Mat. 18:14.) ¿Cómo podemos reflejar la compasión y misericordia que Jehová manifiesta hacia estas personas? Asegurándonos de que toda persona del territorio reciba el mensaje. (Hech. 20:20, 21; Rev. 14:6, 7.)

6 Organizados para hacer un trabajo concienzudo: En el pasado, la Sociedad ha animado a los que por razones de salud o minusvalía se hallan recluidos en casa a usar de modo práctico el teléfono. Los que se encuentran en tal situación deben seguir haciendo esa buena obra. Además, se han recibido informes de que algunos hermanos, entre ellos precursores regulares y auxiliares, se han valido del teléfono para predicar de un modo que complemente su ministerio usual de casa en casa.

7 En algunas congregaciones se ha hecho un esfuerzo conjunto para predicar por teléfono. Cuando los ancianos llevan la delantera en organizar los territorios y brindar apoyo, ya sea personalmente o valiéndose de otros publicadores, se han informado mejores logros. El superintendente de servicio es el responsable de supervisar esa actividad. Sin embargo, el cuerpo de ancianos puede escoger a un anciano capacitado o siervo ministerial responsable para que trabaje en colaboración con el superintendente de servicio en lo referente a organizar esta obra.

8 Los publicadores que han superado el recelo inicial y han adquirido experiencia en la predicación telefónica se han dado cuenta de que es un campo productivo. Al principio, quizás solo unos cuantos publicadores hagan estas llamadas. Después de acostumbrarse y resultarles agradable esta forma de predicar, puede que su entusiasmo y sus experiencias animadoras motiven a otros a aprender a participar en esta interesante faceta de la obra de predicar.

9 Por dónde empezar: Pueden conseguirse los nombres de los que residen en los apartamentos de un edificio en la recepción del mismo. Después pueden buscarse los números de teléfono en el directorio telefónico. Puede que un directorio de la ciudad que se consigue en una biblioteca presente los nombres de los ocupantes de cada hogar y apartamento de la comunidad. En algunas zonas hay disponibles directorios especiales que alistan los números

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telefónicos por calles. Fotocopias de las últimas ediciones pueden servir de territorios. Estos territorios deben ser razonablemente pequeños.

10 En todas las facetas de la obra de predicar deben mantenerse registros exactos. Lo mismo aplica a la predicación telefónica. Anote cuidadosamente la información que sea útil en una hoja de registro de casa en casa, como el tema que trataron, las cosas que le interesaron al amo de casa y el tema que tratarán la próxima vez. Indique si se hará otra llamada en una fecha posterior o si se hará una visita personal.

11 Se necesita un horario personal: Hacer de ello una rutina cotidiana aumentará su confianza y atenuará el recelo. Es más conveniente llamar a las personas cuando hay más probabilidad de hallarlas en casa, como en las primeras horas de la noche y los fines de semana. Programe un tiempo cada semana para hacer estas llamadas. Algunos han notado que la hora que precede al Estudio de Libro es muy productiva. Piense en lo que sea más conveniente en su territorio.

12 Cómo prepararse: Hable con los que disfrutan de esta faceta del servicio y pídales algunas ideas. Siempre sea positivo. Confíe en Jehová como fuente de fortaleza y poder, y busque su dirección mediante la oración. (Sal. 27:14; Fili. 4:13.) Ponga todo su corazón en esta faceta del servicio, tal como en los demás rasgos de la predicación. (Compárese con Marcos 12:33.)

13 La experiencia ha demostrado que el sentarse frente a un escritorio o una mesa puede ser útil. Sentarse en una silla con respaldo vertical ayuda a pensar con claridad y a concentrarse. Tenga a la mano todo lo que pudiera usar en la predicación: los tratados, las publicaciones que se estén ofreciendo, las últimas revistas o algunos números interesantes menos recientes, la Biblia, el libro Razonamiento, una invitación a las reuniones con el horario de estas y la dirección del Salón del Reino, una pluma o un lápiz y hojas de registro de casa en casa. Mantenga las publicaciones a su alcance, quizás abiertas en un artículo interesante. Ensaye cuidadosamente la presentación. Tenga presente que el propósito de su llamada es dar el mensaje y hacer planes para visitar a la persona tan pronto como sea posible.

14 Haga la llamada: Tranquilícese; compórtese con naturalidad. Para predicar por teléfono se necesita un tono de voz afectuoso y agradable. Su sonrisa se reflejará en el tono de su voz. Hable despacio, con claridad y con buen volumen. Sea cortés, paciente y amigable. No tema al rechazo. Acepte la posibilidad de que la persona no se interese en el mensaje. Siéntase como si estuviera haciendo la obra normal de casa en casa.

15 En la introducción diga su nombre completo. Es mejor no decir que está llamando a todas las personas de cierto edificio o complejo en particular, pues eso pudiera crear una barrera.

16 Muchas introducciones del libro Razonamiento pueden leerse de manera conversacional. Por ejemplo, pudiera presentarse de esta manera: “Hola, mi nombre es ________. Le llamo porque no puedo visitarlo personalmente”. Entonces, sin pausar, diga: “Me interesa saber si usted opina que la calidad de la vida mejorará algún día. A la mayoría nos alegra estar vivos, pero muchos se preguntan si realmente es posible disfrutar de una vida feliz. ¿Qué cree usted al respecto? [Permita que la persona conteste.] ¿Cuál diría usted que es en la actualidad uno de los mayores obstáculos para la felicidad?”. O después de presentarse como se sugiere arriba, podría decir: “Participo como voluntario en una obra internacional y me gustaría saber qué opina sobre el significado de la vida. Con el paso de los años nos damos cuenta de que la vida es muy corta. ¿Es esto todo lo que se puede conseguir de la vida? ¿Qué opina usted? (Véase el subtema “Vida/Felicidad” de la página 14 del libro Razonamiento.) Un repaso de las sugerencias que se presentaron en la página 4 de Nuestro Ministerio del Reino de julio de 1990, con relación al uso de introducciones y cómo vencer objeciones al predicar por teléfono, le dará más información valiosa.

17 Use la Biblia lo antes posible. En algún punto de su conversación, cuando le parezca más conveniente, mencione que es testigo de Jehová. Permita que el amo de casa participe en el diálogo. No se preocupe si la persona desea comunicarle sus ideas. Agradézcale sus expresiones y observaciones. Aproveche toda oportunidad para animarlo. Sin embargo, si la persona empieza a querer imponer su opinión o a discutir, con buen tacto ponga fin a la conversación. Deje que el espíritu de Dios dirija sus esfuerzos y le ayude a encontrar a los que con un corazón recto lo buscan.

18 Es mejor que usted termine la conversación que dejar que lo haga el amo de casa. Puede concluir sencillamente invitando a la persona al discurso público en el Salón del Reino y dándole

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la dirección y el horario de las reuniones. También pudiera preguntarle si es posible visitarlo en su hogar para conversar más sobre el tema que trataron. Hasta pudiera ofrecer eficazmente publicaciones por teléfono. Pudiera ofrecer las revistas con la meta de iniciar una ruta de revistas.

19 Disfrute de la predicación telefónica: ¿Conseguirá estudios bíblicos con todos sus interlocutores? No, pero sí con algunos de ellos. Por ejemplo, una hermana hizo más de trescientas llamadas en un mes. Después de presentarse explicaba por qué llamaba a las personas en vez de visitarlas. Enseguida hacía una presentación breve. Aquello resultó en doce conversaciones amenas. Aún mantiene comunicación telefónica con tres personas y otras cuatro aceptaron que las visitara en su hogar. Una persona aceptó el libro Vivir para siempre, y se le está visitando con regularidad.

20 Jesucristo mandó a sus discípulos que se esforzaran por predicar “hasta la parte más distante de la tierra”. (Hech. 1:8.) En algunos lugares se necesita predicar por teléfono para cumplir con este mandato. Después de haber repasado la información anterior, pregúntese: ‘¿Puedo hacer más para predicar en mi territorio las buenas nuevas a “hombres de toda clase”, entre ellos a los que viven en lugares a los que nunca se ha llegado?’. Los hermanos que han seguido estas pautas han tenido resultados muy animadores. Se han dado cuenta de que la predicación telefónica es una manera excepcional de ‘glorificar el ministerio’. (Rom. 11:13.) Que usted también pueda experimentar el gozo que produce la predicación telefónica.

*** km 9/95 págs. 3-5 Utilicemos nuestras revistas de la mejor manera ***Utilicemos nuestras revistas de la mejor manera

1 Cuando se acerca a un puesto de periódicos, ¿qué ve usted? Revistas. Al llegar a la tienda de la esquina, ¿qué capta su atención? Las revistas. ¿Qué hace que el cartero se doble por el peso de su cartera? Las revistas. Entonces, ¿qué leen muchas personas? Revistas. Las encuestas revelan que nueve de cada diez jóvenes entre 10 y 18 años y un buen porcentaje de adultos leen por lo menos una revista al mes. El mundo está aficionado a las revistas.

2 ¿Podemos hacer que las personas sinceras se aficionen a La Atalaya y ¡Despertad!? Claro, si NOSOTROS MISMOS nos hemos aficionado a ellas. ¿Qué puede ayudarnos? Pensar en las siguientes recomendaciones:

▪ Lea las revistas: Un superintendente viajante informó que, como promedio, solamente uno de cada tres publicadores lee todos los números de La Atalaya y ¡Despertad! de la primera a la última página. ¿Lo hace usted? Cuando lea un artículo, pregúntese: ‘¿A quién puede interesarle esta información?: ¿a una madre, a un agnóstico, a un comerciante, a un joven?’. Marque en su propio ejemplar uno o dos puntos que pueda utilizar para presentar la revista. Luego piense cómo puede despertar el interés en un tema con solo una o dos oraciones.

▪ Tenga un pedido definido de revistas: Haga un pedido realista al encargado de las revistas, una cantidad fija de ejemplares de cada número. De este modo, usted y su familia tendrán un surtido regular y adecuado.

▪ Programe un día regular de revistas: Muchas congregaciones dedican un día a predicar principalmente con las revistas. ¿Puede apoyar el día de revistas de la congregación? Si no puede, trate de emplear periódicamente cierta cantidad de tiempo para dar testimonio con ellas en las calles y ofrecerlas de casa en casa y en rutas de revistas.

▪ Aficiónese a “La Atalaya” y “¡Despertad!”: Lleve algunos ejemplares cuando viaje o vaya de compras. Ofrézcalas a los compañeros de trabajo, vecinos, condiscípulos y maestros. Un matrimonio que viaja a menudo en avión se valió del artículo de una revista reciente para iniciar una conversación con el pasajero que se sentó junto a ellos. Han tenido muy buenas experiencias. Con frecuencia, algunos jóvenes llevan a la escuela artículos que consideran de interés para los maestros y estudiantes. Lleve algunos ejemplares cuando vaya a hacer trámites y ofrézcalos a los comerciantes después de hacer sus compras. Muchos compramos gasolina con regularidad; ¿por qué no ofrecer las revistas en la gasolinera? Téngalas a mano cuando lo visiten parientes, cuando utilice el transporte público o mientras espere en una cita. ¿Se le ocurren otras ocasiones apropiadas?

▪ Prepare una presentación breve: Prepare algo breve, pero dígalo bien. Sea entusiasta. Motive el corazón. Sea específico. Escoja una idea de un artículo, exprésela en pocas palabras y ofrezca las revistas. La mejor presentación es aquella en la que se plantea una pregunta sobre

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un asunto interesante y luego se enlaza con un artículo que da la respuesta bíblica. Vea unos cuantos ejemplos de cómo puede hacerse:

3 Si quiere hacer resaltar un artículo sobre el aumento de la delincuencia, puede preguntar:

▪ “¿Qué se necesita para que podamos dormir sin temor de la delincuencia?” El amo de casa quizá se muestre pesimista en cuanto a que las cosas mejoren. Puede decirle que muchas personas piensan como él y que tiene información que cree que le va a interesar. Luego enséñele un punto apropiado del artículo.

4 Al ofrecer un artículo sobre la vida familiar, puede decir:

▪ “En estos días, muchas personas consideran un reto ganarse la vida y criar una familia. Se han escrito diversos libros sobre ese tema, pero los expertos mismos no coinciden en cuáles son las soluciones a nuestros problemas. ¿Podemos acudir a una fuente de guía que sea confiable?” Después mencione un comentario específico de la revista que muestre la sabiduría de la Biblia.

5 Si presenta un artículo sobre un problema social, puede utilizar este planteamiento:

▪ “En la actualidad, la mayoría de las personas se sienten tensas. Dios nunca quiso que viviéramos así.” Luego explique cómo la información bíblica de un artículo puede ayudarnos a superar los problemas de la vida actual y darnos la esperanza de una solución permanente en el futuro.

6 ¿Qué puede decirse sobre las donaciones? Para que las personas que muestran aprecio sepan cómo ayudar, puede decirles: “Aunque nuestras publicaciones se ofrecen sin costo, aceptamos cualquier donación para la obra mundial”.

7 La predicación en las calles es productiva: La primera vez que se animó a los publicadores a programar un horario semanal para dar testimonio en las calles con las revistas, fue en el número de enero de 1940 del Informador (Nuestro Ministerio del Reino). ¿Da usted testimonio en las calles de vez en cuando? Si así es, ¿tiene un método verdaderamente eficaz? Se ha visto a publicadores de pie en esquinas transitadas conversando entre sí mientras decenas de personas pasan inadvertidamente junto a ellos. En lugar de estar juntos exhibiendo las revistas, es mejor separarse y abordar a la gente. Un desconocido quizá se detenga un momento y escuche cuando una sola persona le habla, pero pocos se animarían a hablar con un grupo que estuviese conversando. Puesto que llamamos mucho la atención en las calles, es especialmente importante que nos arreglemos bien y nos vistamos con modestia, como es propio de los ministros de Dios. (1 Tim. 2:9, 10.)

8 Rutas de revistas: Los que tienen rutas de revistas distribuyen muchos ejemplares aunque los territorios se abarquen con frecuencia. Las rutas de revistas son una excelente materia prima de posibles estudios bíblicos.

9 Si hace revisitas regulares para llevar las revistas, percibirá cómo aumentan el afecto y la amistad entre usted y el amo de casa. Cuanto más se familiaricen, más fácil les resultará conversar sobre asuntos bíblicos. Eso puede llevar a comenzar un estudio bíblico productivo. En las revisitas donde se vea un interés claro en las revistas ofrezca una suscripción. Recuerde, además, que puede informar una revisita cada vez que se ponga en contacto con el amo de casa.

10 Una hermana le llevaba las revistas con regularidad a una señora que, aunque siempre las aceptaba, le decía: “No creo lo que usted me dice”. Durante una visita, la hermana habló con el esposo de la señora. Tras una conversación amistosa, se concordó en empezar un estudio bíblico. La hermana entabló amistad con los tres hijos de la señora, quienes se sumaron al estudio. Con el tiempo, la señora y sus tres hijos dedicaron su vida a Jehová y se bautizaron. Hasta la fecha, 35 familiares han aceptado la verdad. Todo esto ocurrió gracias a que la hermana persistió en hacer la ruta de revistas.

11 Hay muchas formas de comenzar una ruta de revistas. Puede empezar una simplemente haciendo una lista de las revistas que ha dejado y volviendo cada dos semanas con los números más recientes. Puede usar la información del recuadro “En el próximo número”. Al regresar, diga al amo de casa que le ha traído el artículo que le había mencionado antes. O puede decir cuando haga una revisita: “En cuanto leí este artículo, pensé que le interesaría”. Después haga

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comentarios breves sobre el artículo y ofrezca la revista. Una vez que termine la revisita, anote cinco datos importantes en su registro de casa en casa: 1) el nombre del amo de casa, 2) su dirección, 3) la fecha de la visita, 4) los números que le dejó y 5) el artículo que presentó. Algunos publicadores han obtenido muy buenos resultados con las rutas de revistas y tienen hasta más de cuarenta personas en su lista.

12 Territorio de negocios: Los publicadores que trabajan en territorio de negocios distribuyen muchas revistas. ¿Ha intentado predicar de tienda en tienda? Los informes indican que algunas congregaciones participan muy poco en esta faceta del servicio. Al principio algunos sienten temor de hablar con los comerciantes, pero cuando lo hacen varias veces, les parece interesante y remunerador. ¿Por qué no le pide a un publicador experimentado o a un precursor que le ayude a iniciarse en esta faceta del servicio?

13 Son muchas las ventajas de trabajar de tienda en tienda. Hay muy pocos no en casa, al menos en horas de trabajo. Los comerciantes por lo común son corteses hasta cuando no se interesan en la Biblia. Si empieza temprano, es probable que lo reciban mejor. Tras presentarse puede decir que rara vez encuentra a los comerciantes en su hogar y que por ello los visita brevemente en su trabajo para ofrecerles los últimos números de La Atalaya y ¡Despertad! Diga que muchos de ellos aprecian nuestras revistas porque, aun cuando tienen poco tiempo para leer, necesitan mantenerse al día con lo que sucede en el mundo. Las revistas presentan información interesante de manera diferente, sin prejuicios religiosos ni sesgos políticos o comerciales. Se pueden comenzar rutas de revistas con las personas interesadas de los territorios de negocios.

14 Prepárense como familia: Pueden dedicarse unos momentos del estudio de familia a comentar qué artículos de las revistas serían más apropiados para el territorio. Todos, incluso los niños, pueden practicar presentaciones y vencer objeciones que se presentan habitualmente, como por ejemplo: “Estoy ocupado”, “Tenemos nuestra propia religión” o “No me interesa”. La cooperación contribuirá a que toda la familia participe con regularidad en la distribución de las revistas.

15 Los conductores de los estudios de libro pueden ayudar: Siempre que sea práctico, la reunión para el servicio del campo en el día de revistas debe realizarse en los estudios de libro, en lugar de reunirse todos en el Salón del Reino. Los encargados de dichas reuniones han de prepararse bien y tener recomendaciones específicas para el grupo. Puede incluirse una presentación modelo y uno o dos puntos de las revistas recientes que sean de interés en la localidad. La reunión para el servicio del campo, incluida la organización del grupo, debe ser breve y no durar más de diez o quince minutos. Los conductores tienen que cerciorarse de contar con suficiente territorio para que el grupo se mantenga ocupado en el servicio del campo todo el tiempo previsto.

16 Muestre aprecio por las revistas: El artículo “Usemos apropiadamente La Atalaya y ¡Despertad!”, que apareció en Nuestro Ministerio del Reino en julio de 1993, afirmó: “La Atalaya y ¡Despertad! no pierden su valor solo porque han pasado uno o dos meses desde su impresión. El tiempo no le resta importancia a su información [...]. Dejar que se acumulen las revistas atrasadas sin utilizarlas indica falta de aprecio por estos instrumentos valiosos. [...] En lugar de apilar los números menos recientes y olvidarse de ellos, ¿no sería mejor poner un empeño especial en dejarlas en las manos de las personas interesadas?”.

17 Actualmente hay muchas personas sinceras que buscan la verdad. La información de una sola revista puede ser todo lo que necesiten para encontrarla. Jehová nos ha dado un mensaje emocionante que proclamar, y las revistas desempeñan un papel importante en transmitirlo. ¿Será usted desde ahora más consciente de distribuir las revistas? ¿Seguirá algunas de estas recomendaciones este mismo fin de semana? Si lo hace, obtendrá muchas bendiciones.

Recomendaciones prácticas:

▪ Lea con antelación las revistas y familiarícese con los artículos.

▪ Escoja un artículo que sea de interés general en la comunidad.

▪ Prepare una presentación que pueda usar con diferentes personas: hombres, mujeres o jóvenes. Muestre cómo se relaciona la revista con el amo de casa y por qué toda la familia disfrutaría con su lectura.

▪ Programe su servicio del campo cuando haya más personas en los hogares. Algunas congregaciones programan la predicación con las revistas al anochecer.

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▪ Haga presentaciones breves y directas.

▪ No hable muy rápido. Si su interlocutor no se interesa, de nada servirá hablar deprisa. Procure estar calmado y deje que el amo de casa responda.

Al ofrecer las revistas de casa en casa:

▪ Sonría amigablemente y hable en un tono bondadoso.

▪ Exprésese con entusiasmo sobre las revistas.

▪ Hable despacio y con claridad.

▪ Comente un solo punto; despierte brevemente el interés y explique su valor al amo de casa.

▪ Resalte un solo artículo.

▪ Presente una sola revista y ofrezca la otra como su compañera.

▪ Póngalas en las manos del amo de casa.

▪ Dígale que piensa regresar.

▪ Si no acepta las revistas, concluya de forma amigable y positiva.

▪ Anote en el registro de casa en casa a todos los interesados y qué información les dejó.

Oportunidades para dejar las revistas:

▪ Al dar testimonio de casa en casa

▪ Al predicar en las calles

▪ De tienda en tienda

▪ En rutas de revistas

▪ Al predicar por la noche

▪ Al hacer revisitas

▪ Al visitar a anteriores estudiantes de la Biblia

▪ En viajes o al ir de compras

▪ Al hablar con familiares, compañeros de trabajo, vecinos, condiscípulos o maestros

▪ En el transporte público y las salas de espera

*** KM 6/96 PÁGS. 3-6 CÓMO USAR EL LIBRO CONOCIMIENTO PARA HACER DISCÍPULOS ***

CÓMO USAR EL LIBRO CONOCIMIENTO PARA HACER DISCÍPULOS

1 Una meta deseable para todos los cristianos es enseñar la verdad y hacer discípulos de los que están “correctamente dispuestos para vida eterna”. (Hech. 13:48; Mat. 28:19, 20.) La organización de Jehová nos ha proporcionado un magnífico instrumento para lograrlo: el libro El conocimiento que lleva a vida eterna. Su título pone de relieve la gran importancia de los estudios bíblicos, pues la vida eterna depende de adquirir conocimiento de Jehová, el único Dios verdadero, y de su Hijo Jesucristo. (Juan 17:3.)

2 El libro Conocimiento es ahora la principal publicación de la Sociedad para dirigir estudios bíblicos. Expone la verdad con sencillez, claridad y concisión, lo que nos ayudará a llegar al corazón de las personas. (Luc. 24:32.) Por supuesto, es necesario que el maestro utilice buenas técnicas de enseñanza. Por esa razón se ha preparado este suplemento con las recomendaciones y métodos didácticos que han dado buenos resultados. Tal vez decida ir poniendo en práctica algunos o utilizarlos todos a la vez según su criterio y de acuerdo con sus circunstancias. Guarde este suplemento y consúltelo con frecuencia. Presenta varias sugerencias que le ayudarán a usar con mayor eficiencia el libro Conocimiento en la obra de hacer discípulos.

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3 Dirija un estudio bíblico progresivo: Interésese sinceramente en el estudiante, véalo como un posible discípulo cristiano y hermano espiritual. Sea afectuoso, amigable y entusiasta. Escúchelo con atención para comprender sus antecedentes y situación en la vida; eso le ayudará a ver cuál es la mejor forma de ayudarlo en sentido espiritual. Esté dispuesto a dar de usted mismo al estudiante. (1 Tes. 2:8.)

4 Una vez que se ha establecido el estudio, es preferible abarcar los capítulos del libro Conocimiento en orden numérico, pues esto permitirá que el estudiante vaya entendiendo la verdad gradualmente, ya que el libro presenta los temas bíblicos en una secuencia lógica. Procure que el estudio sea sencillo e interesante, para que resulte ameno y progresivo. (Rom. 12:11.) Tomando en cuenta las circunstancias y aptitudes del estudiante, esfuércese por abarcar cada capítulo en una hora, sin apresurar demasiado el estudio. Los estudiantes progresarán más si, tanto ellos como su maestro, cumplen con la cita y estudian todas las semanas. De esta forma, en la mayoría de los casos deberían terminarse los diecinueve capítulos del libro en aproximadamente seis meses.

5 Empiece cada sesión con comentarios breves que despierten el interés en la información. Observará que el título de cada capítulo contiene el tema que debe enfatizarse. Cada subtítulo trata un punto importante, lo que ayuda a no perder de vista el tema principal del capítulo. No hable demasiado; procure que el estudiante se exprese. Las preguntas guiadoras específicas, basadas en lo que él ya sabe, le ayudarán a que razone y llegue a conclusiones correctas. (Mat. 17:24-26; Luc. 10:25-37; véase el libro Guía para la Escuela, pág. 51, párr. 10.) Sujétese a la información del libro Conocimiento. Presentar detalles adicionales puede restar valor a las ideas principales, u obscurecerlas, y alargar el estudio. (Juan 16:12.) Si surgiera una pregunta que nada tuviera que ver con el tema del estudio, en la mayoría de los casos se contestaría al final de la sesión, lo cual permitirá abarcar la lección semanal sin desviarse del tema. Explique al estudiante que gran parte de sus dudas se responderán a lo largo del curso. (Véase el libro Guía para la Escuela, pág. 94, párr. 14.)

6 Si el estudiante cree firmemente en la Trinidad, la inmortalidad del alma, el infierno y otras doctrinas falsas, y no le satisface la información que presenta el libro Conocimiento, puede proveérsele el libro Razonamiento u otra publicación que trate estos asuntos. Dígale que hablarán del tema una vez que él haya analizado la información.

7 Empezar y terminar el estudio pidiendo en oración la dirección y la bendición de Jehová dignifica la ocasión, infunde respeto y dirige la atención a Jehová como el verdadero Maestro. (Juan 6:45.) Si el estudiante todavía consume tabaco, con el tiempo será necesario pedirle que se abstenga de fumar durante el estudio. (Hech. 24:16; Sant. 4:3.)

8 Enseñe eficazmente valiéndose de los textos, las ilustraciones y las preguntas de repaso: Sin importar las veces que haya estudiado la información, el buen maestro repasa las lecciones teniendo presente a cada estudiante en particular. Esto le ayuda a prever algunas preguntas que pudieran surgir. Para enseñar de modo convincente, procure captar claramente las ideas principales del capítulo. Busque los textos bíblicos para ver cómo se relacionan con la información y decida cuáles leer durante el estudio. Piense cómo puede enseñar valiéndose de las ilustraciones y las preguntas de repaso que hay al final del capítulo.

9 Si utiliza hábilmente los textos bíblicos, ayudará al estudiante a entender que en realidad está analizando la Biblia. (Hech. 17:11.) Utilice el recuadro “Conozca su Biblia”, de la página 14 del libro Conocimiento, para enseñarle a buscar los textos, y muéstrele cómo identificar los versículos transcritos. Según lo permita el tiempo, busque y lea los textos citados que no están copiados y pida al estudiante que comente cómo apoyan o aclaran lo que dice el párrafo. Destaque las palabras claves de los textos para que él entienda las razones de los puntos principales de la lección. (Neh. 8:8.) Por lo general, no es necesario que el maestro incluya más textos de los que suministra el libro. Comente la importancia de conocer los nombres y el orden de los libros de la Biblia. Pudiera ser conveniente que el estudiante leyera las páginas 27 a 30 de La Atalaya del 15 de junio de 1991. Cuando sea apropiado, anímelo a utilizar la Traducción del Nuevo Mundo. Vaya enseñándole a utilizar sus diversas características, como las referencias marginales y el índice de palabras bíblicas.

10 El estudio 34 del libro Guía para la Escuela del Ministerio Teocrático explica que los ejemplos estimulan el pensamiento y facilitan la comprensión de nuevas ideas. Conjugan el atractivo intelectual con el impacto emocional, de modo que el mensaje se transmite con más fuerza que la de una simple exposición de los hechos. (Mat. 13:34.) El libro Conocimiento tiene muchos ejemplos didácticos sencillos e impactantes. Como el que se utiliza en el capítulo 17,

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que infunde aprecio por el modo como Jehová suministra alimento, ropa y abrigo en sentido espiritual mediante la congregación cristiana. También las hermosas láminas o ilustraciones del libro Conocimiento pueden utilizarse eficazmente para despertar las emociones. El impacto del párrafo 18 de la página 187, bajo el subtítulo “La gozosa resurrección”, será más fuerte si se pide al estudiante que vuelva a mirar el dibujo de la página 86. Esto puede ayudarlo a pensar en la resurrección como algo real bajo el Reino de Dios.

11 Los estudiantes de la Biblia necesitan progresar espiritualmente con cada lección. Por esta razón, no deje de repasar las preguntas del recuadro “Compruebe su conocimiento” al final de cada capítulo y procure obtener algo más que una explicación intelectual de lo que se ha estudiado. Varias de estas preguntas exigen una respuesta personal que salga del corazón; como la que se halla en la página 31: “¿Qué cualidades de Jehová Dios le atraen más?”. (2 Cor. 13:5.)

12 Enseñe a los estudiantes a prepararse para el estudio: Si el estudiante lee la lección de antemano, marca las respuestas y piensa cómo expresarlas en sus propias palabras, progresará más rápido en sentido espiritual. Puede enseñarle a prepararse para el estudio dándole el ejemplo y animándolo. Muéstrele su propio libro, en el que ha marcado o subrayado las palabras y frases claves, y explíquele cómo encontrar las respuestas directas a las preguntas. Preparar juntos un capítulo puede ser de gran ayuda. Anímelo a expresarse en sus propias palabras, pues solo así estará seguro de que entiende la información. Si lee la respuesta, ayúdelo a razonar preguntándole cómo explicaría la idea en sus propias palabras a otra persona.

13 Anime al estudiante a buscar los textos que no están copiados cuando se prepare, pues tal vez no haya tiempo de leerlos todos durante el estudio. Encómielo por el esfuerzo que haga. (2 Ped. 1:5; si desea más recomendaciones sobre lo que pueden hacer el maestro y el estudiante para aprovechar mejor el estudio bíblico, consulte La Atalaya del 15 de agosto de 1993, págs. 13 y 14.) De esta forma, el estudiante aprende a prepararse para las reuniones de congregación, a dar buenos comentarios y a desarrollar buenos hábitos de estudio que lo equiparán para seguir adelantando en la verdad después de terminar el libro Conocimiento. (1 Tim. 4:15; 1 Ped. 2:2.)

14 Dirija a los estudiantes a la organización de Jehová: Quien se dedica a hacer discípulos tiene la responsabilidad de dirigir el interés del estudiante a la organización de Jehová. Él progresará más rápidamente a la madurez espiritual si reconoce y aprecia a la organización y comprende la necesidad de formar parte de ella. Procuremos que le agrade relacionarse con el pueblo de Dios y desee estar con nosotros en el Salón del Reino, donde puede recibir el apoyo espiritual y emocional de la congregación cristiana. (1 Tim. 3:15.)

15 El folleto Los testigos de Jehová efectúan unidamente la voluntad de Dios por todo el mundo fue editado para ayudar a las personas a familiarizarse con la única organización visible que utiliza Jehová para llevar a cabo su voluntad. Una vez que se establezca el estudio, ¿por qué no entrega un ejemplar al estudiante? No deje de invitarlo a nuestras reuniones desde que inicie el estudio, y explíquele cómo se llevan a cabo. Pudiera mencionarle el título del próximo discurso público o mostrarle el artículo que se analizará en el siguiente Estudio de La Atalaya. También pudiera llevarlo a conocer el Salón del Reino cuando no haya reunión para que se sienta menos nervioso al estar entre nosotros por primera vez. Tal vez pudiera ofrecerle transporte para ir a las reuniones. Cuando asista, haga que se sienta cómodo y bienvenido. (Mat. 7:12.) Preséntelo a otros Testigos, incluidos los ancianos. Esperamos que empiece a considerar la congregación como su familia espiritual. (Mat. 12:49, 50; Mar. 10:29, 30.) Tal vez desee comenzar diciéndole que asista a una reunión por semana y elevar esa meta gradualmente. (Heb. 10:24, 25.)

16 A medida que progrese el estudio con el libro Conocimiento, haga hincapié en las porciones que subrayan la necesidad de asistir regularmente a las reuniones de congregación. Fíjese especialmente en las páginas 52, 115, 137-139, 159 y en el capítulo 17. Exprese usted su aprecio por la organización de Jehová. (Mat. 24:45-47.) Hable positivamente de la congregación local y de lo que aprende en las reuniones. (Sal. 84:10; 133:1-3.) Convendría que el estudiante viera todas las videocintas de la Sociedad, empezando con Los testigos de Jehová... la organización tras el nombre. Si desea más ideas sobre cómo dirigir a los interesados a la organización, vea La Atalaya del 1 de noviembre de 1984, páginas 14 a 18 y el suplemento de Nuestro Ministerio del Reino de abril de 1993.

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17 Anime a los estudiantes a dar testimonio: Nuestra meta al estudiar con la gente es hacer discípulos que den testimonio de Jehová. (Isa. 43:10-12.) Por ende, el maestro debe animar al estudiante a hablar a otras personas acerca de lo que está aprendiendo de la Biblia. Esto puede hacerse simplemente preguntando: “¿Cómo explicaría esta verdad a su familia?” o, “¿Qué texto bíblico utilizaría para demostrar esta idea a un amigo?”. Haga hincapié en las secciones clave del libro Conocimiento en que se anima a dar testimonio, como las páginas 22, 93 a 95, 105 y 106, además del capítulo 18. Cuando parezca apropiado, se le pueden dar al estudiante algunos tratados para que los use al dar testimonio informal a otros. Sugiera que los miembros de su familia se sienten y escuchen el estudio. ¿Tiene amigos a quienes también les gustaría estudiar? Pídale el nombre y dirección de quienes manifiestan interés.

18 Si el futuro discípulo asiste a la Escuela del Ministerio Teocrático y la Reunión de Servicio, recibirá preparación y estímulo adicionales para ser publicador de las buenas nuevas. Cuando desee matricularse en la escuela o ser un publicador no bautizado, se analizará si se ajusta a los principios de las páginas 98 y 99 del libro Nuestro ministerio. Si algún aspecto de su vida le impide llenar los requisitos, convendría que usted buscara información sobre el asunto en las publicaciones de la Sociedad y se la mostrara. Por ejemplo, puede que a un estudiante se le haga difícil vencer la adicción al tabaco o a otras drogas. El libro Razonamiento señala contundentes razones bíblicas por las que los cristianos evitan estos hábitos perjudiciales, y en la página 130 se describe un sistema que ha dado resultados al ayudar a otros a dejar el hábito. Ore con él acerca del asunto y enséñele a depender de Jehová cuando necesite ayuda. (Sant. 4:8.)

19 En la página 16 de La Atalaya del 15 de enero de 1996, párrafo 6, se especifica el procedimiento que debe seguirse para determinar si alguien llena los requisitos para participar en el ministerio público. Cuando el estudiante reúna los requisitos, sería útil llevar a cabo una sesión de práctica a fin de prepararlo para su primer día en el servicio del campo. Comente de modo positivo las reacciones de la gente y las objeciones comunes en el territorio. Si es posible, llévelo primero a la obra de casa en casa y prepárelo paulatinamente para otros rasgos del ministerio. Procure hacer una presentación breve y sencilla, para que el estudiante pueda imitarla fácilmente. Sea edificante y animador, irradie gozo en la obra para que el estudiante lo note y lo refleje a su vez. (Hech. 18:25.) El objetivo es que el nuevo discípulo llegue a ser un publicador constante y celoso de las buenas nuevas. Usted podría ayudarle a preparar un horario práctico para el servicio. A fin de que progrese en su habilidad de dar el testimonio, sugiérale que lea los números de La Atalaya del 15 de agosto de 1984, páginas 15 a 25; 15 de julio de 1988, páginas 9 a 20; 15 de enero de 1991, páginas 15 a 20; y 1 de enero de 1994, páginas 20 a 25.

20 Motive a los estudiantes a dedicarse y bautizarse: Lo que un estudiante de corazón sincero aprenda con el estudio del libro Conocimiento debe ser suficiente para dedicarse a Dios y llenar los requisitos para el bautismo. (Compárese con Hechos 8:27-39; 16:25-34.) No obstante, antes de que una persona se dedique, necesita cultivar devoción a Jehová. (Sal. 73:25-28.) A lo largo del estudio, busque oportunidades para infundir aprecio por las cualidades de Jehová. Exprese lo que siente por Dios. Ayude al estudiante a pensar cómo cultivar una afectuosa relación personal con Jehová. Si realmente llega a conocer y amar a Dios, le servirá fielmente, pues la devoción piadosa se relaciona con nuestros sentimientos para con Jehová como persona. (1 Tim. 4:7, 8; véase el libro Guía para la Escuela, pág. 76, párr. 11.)

21 Esfuércese por llegar al corazón del estudiante. (Sal. 119:11; Hech. 16:14; Rom. 10:10.) Él necesita ver cómo le influye la verdad personalmente y decidir qué hacer con lo que ha aprendido. (Rom. 12:2.) ¿Cree realmente en las verdades que se le presentan semanalmente? (1 Tes. 2:13.) Para saber qué opina el estudiante, puede hacerle preguntas perspicaces de punto de vista, como: ¿qué le parece esta idea? ¿Cómo puede aplicar esto en su vida? Sus comentarios le permitirán entender dónde se necesita más ayuda para llegar a su corazón. (Luc. 8:15; véase el libro Guía para la Escuela, pág. 52, párr. 11.) Los epígrafes de las ilustraciones que se hallan en las páginas 172 y 174 del libro Conocimiento preguntan: “¿Se ha dedicado usted a Dios en oración?” y “¿Qué le impide bautizarse?”. Estas preguntas pueden impulsar al estudiante a actuar.

22 En la página 17 de La Atalaya del 15 de enero de 1996, párrafo 9, se especifica el procedimiento que debe seguirse cuando un publicador desea bautizarse. El libro Conocimiento se escribió con el objetivo de que la persona pueda contestar las “Preguntas para los que desean bautizarse”, del apéndice del libro Nuestro ministerio, que los ancianos repasarán con

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ella. Si usted ha recalcado las respuestas a las preguntas del libro Conocimiento, el estudiante estará bien preparado para las sesiones que llevarán a cabo los ancianos previas al bautismo.

23 Ayude a quienes terminen el estudio: Es de esperar que para cuando una persona termine de estudiar el libro Conocimiento, su sinceridad e interés en servir a Dios se hayan hecho patentes. (Mat. 13:23.) Por eso, el último subtítulo del libro plantea la pregunta “¿Qué hará usted?”. Los últimos párrafos hacen un llamado al estudiante para que centre su atención en la relación que debe haber desarrollado con Dios y en la necesidad de poner en práctica el conocimiento que ha aprendido y de actuar rápidamente para demostrar su amor a Jehová. No se estudiarán más publicaciones con quienes hayan terminado el libro Conocimiento. En caso de que un estudiante no ponga en práctica el conocimiento de Dios, explíquele con bondad y claridad lo que tiene que hacer para progresar espiritualmente. Podría mantenerse en comunicación con él, y así dejar el camino abierto para que tome las medidas que lo lleven a la vida eterna. (Ecl. 12:13.)

24 El nuevo discípulo que abrace la verdad y se bautice tendrá que progresar mucho más en conocimiento y entendimiento, con el fin de estabilizarse completamente en la fe. (Col. 2:6, 7.) En vez de seguir con el estudio bíblico después de terminar el libro Conocimiento, usted puede hacerse disponible para proveer cualquier ayuda personal que necesite con el fin de que madure espiritualmente. (Gál. 6:10; Heb. 6:1.) Él puede completar su entendimiento leyendo la Biblia diariamente, estudiando por su cuenta tanto La Atalaya como otras publicaciones del ‘esclavo fiel’, preparándose para las reuniones y asistiendo a ellas, además de hablar de la verdad con compañeros de creencia. (Mat. 24:45-47; Sal. 1:2; Hech. 2:41, 42; Col. 1:9, 10.) Leer el libro Nuestro ministerio y aplicar lo que dice desempeñará un papel esencial respecto a organizarse teocráticamente para que efectúe su ministerio plenamente. (2 Tim. 2:2; 4:5.)

25 Cultive el arte de enseñar: Hemos recibido la comisión de ‘hacer discípulos, enseñándoles’. (Mat. 28:19, 20.) Dado que enseñar se relaciona inseparablemente con la obra de hacer discípulos, queremos esforzarnos por ser mejores maestros. (1 Tim. 4:16; 2 Tim. 4:2.) Si desea más sugerencias sobre cómo cultivar el arte de enseñar, puede leer los capítulos 10 y 15 del libro Guía para la Escuela, “Desarrollando el arte de enseñar” y “Llegando al corazón de los que le escuchan”; el tema “Maestro, enseñanza”, del volumen 2 de Perspicacia; y los artículos de La Atalaya “Edifique con materiales incombustibles” y “Cuando enseñe, llegue al corazón”, del 1 de agosto de 1984; “¿Despliega usted eficiencia al razonar a partir de las Escrituras?”, del 1 de marzo de 1986, y “Cómo hallar gozo en la obra de hacer discípulos”, del 15 de febrero de 1996.

26 Al procurar hacer discípulos valiéndose del libro Conocimiento, ore a Jehová, Aquel “que lo hace crecer”, pidiendo que bendiga sus esfuerzos por llegar al corazón de la gente con las buenas nuevas del Reino. (1 Cor. 3:5-7.) Tenga la dicha de enseñar a otras personas a entender, apreciar y poner en práctica el conocimiento que lleva a vida eterna.

*** km 9/96 págs. 3-6 Prediquemos las buenas nuevas en todas partes ***Prediquemos las buenas nuevas en todas partes

1 Los primeros cristianos predicaron las buenas nuevas en todas partes. Tenían tanto celo que treinta años después de la resurrección de Jesucristo, el mensaje del Reino se había ‘predicado en toda la creación que estaba bajo el cielo’. (Col. 1:23.)

2 Los siervos celosos de Jehová hoy día tienen el mismo objetivo: llevar las buenas nuevas del Reino a cuantas personas sea posible. ¿Qué nos ayudará a alcanzar esta meta? Cada vez más personas trabajan de tiempo completo y muchas veces no están en casa cuando vamos a visitarlas. Si no están en el trabajo, puede que estén de viaje, de compras o participando en alguna recreación. ¿Cómo está llevándose el mensaje del Reino a las personas merecedoras en esas circunstancias? (Mat. 10:11.)

3 Algunas reciben el mensaje en su lugar de empleo. Incluso en las ciudades pequeñas hay alguna zona comercial en donde transita mucha gente durante gran parte del día. En las ciudades grandes, las personas que trabajan en la zona industrial o en edificios altos de oficinas y las que viven en apartamentos de alta seguridad están recibiendo el testimonio, y en muchos casos, por primera vez. Durante los fines de semana se ha hablado con algunas personas que descansaban en parques, lugares de recreo, zonas de acampar, casitas de campo o que esperaban en estacionamientos o centros comerciales, y han respondido favorablemente a las buenas nuevas.

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4 Cada vez más publicadores están aumentando sus esfuerzos por dar testimonio en lugares públicos, dondequiera que se encuentre la gente. Al principio estos Testigos vacilaban y se sentían un poco nerviosos porque estaban acostumbrados a predicar en circunstancias más formales, como de casa en casa. ¿Cómo se sienten ahora?

5 “Mi ministerio ha cobrado un nuevo ímpetu”, exclama un hermano con experiencia. Otro añade: “Me ayuda a mantenerme concentrado”. Un precursor de mayor edad observa: “Me ha estimulado mental, física y espiritualmente, [...] no he dejado de progresar”. Un publicador dice que ahora está dando testimonio a muchas personas que nunca habían hablado con los testigos de Jehová. Los jóvenes también están participando entusiásticamente en esta obra gozosa. Uno de ellos comenta: “Me agrada porque tengo la oportunidad de hablar con muchas personas”. Otro dice: “Estoy distribuyendo más publicaciones que nunca”. Esto está sucediendo en territorios que se abarcan a menudo.

6 Los superintendentes viajantes llevan la delantera: Reconociendo que “la escena de este mundo está cambiando”, la Sociedad sugirió hace poco que los superintendentes viajantes cambiaran su horario semanal de predicación a fin de llevar las buenas nuevas a cuantas personas fuera posible. (1 Cor. 7:31.) Durante años, los superintendentes de circuito apartaban las mañanas entre semana para predicar de casa en casa y por las tardes hacían revisitas y conducían estudios bíblicos. Tal vez en algunos lugares todavía sea práctico dicho horario. Sin embargo, en otras zonas se logra poco al predicar de casa en casa durante ciertas mañanas entre semana. En tales casos, puede que el superintendente de circuito decida predicar en las tiendas o dar testimonio en las calles temprano en el día. O quizás asigne a grupos pequeños para que den testimonio en los edificios de oficinas, centros comerciales, estacionamientos u otros lugares públicos. Si los publicadores aprovechan mejor el tiempo disponible para el servicio del campo, hablarán con muchas personas más.

7 Los informes indican que este cambio ha sido bien acogido tanto por los superintendentes viajantes como los publicadores. Algunos cuerpos de ancianos han pedido al superintendente de circuito que enseñe a unos cuantos publicadores a participar en las facetas de la obra que necesitan atención en su localidad. Para estos publicadores ha sido provechoso acompañar al superintendente de circuito en alguna de estas actividades. Ellos, a su vez, han enseñado a otros. (2 Tim. 2:2.) Como consecuencia, más personas están oyendo las buenas nuevas.

8 Claro está, no es necesario esperar a que los visite el superintendente de circuito para poner en práctica estos diferentes métodos de predicar. He aquí algunas ideas que pudieran ser útiles en su territorio.

9 Demos testimonio en las calles: Una pregunta que en ocasiones nos hemos hecho cuando visitamos un barrio residencial desierto por la mañana entre semana es: ‘¿Dónde está la gente?’. Algunos tal vez hayan salido para hacer unos mandados o la compra. ¿Ha intentado dar a estas personas el testimonio en la calle? Esta faceta del ministerio puede ser muy productiva cuando se hace apropiadamente. En vez de quedarnos de pie en un lugar mostrando las revistas, es mejor que abordemos a la gente y entablemos una conversación amigable. No es necesario dar el testimonio a todo transeúnte. Hable con quienes no tengan prisa, como los que miran escaparates, los que están en su automóvil estacionado o quienes esperan el transporte público. Para empezar, pudiera saludar amablemente a la persona y esperar su respuesta. Si está dispuesta a conversar, pregúntele qué opina sobre un tema que usted crea que pudiera interesarle.

10 Un superintendente de circuito invitó a seis publicadores a acompañarlo a él y a su esposa en la obra de dar testimonio en las calles. ¿Cuáles fueron los resultados? “Lo pasamos maravillosamente esa mañana”, dice él. “No hubo problemas con los ‘no en casa’. Distribuimos ochenta revistas y muchos tratados. Tuvimos conversaciones muy interesantes. Uno de los publicadores, que participaba en esta faceta del servicio por primera vez, exclamó: ‘Llevo años en la verdad y no me había dado cuenta de lo que me estaba perdiendo’. Cuando terminó la semana el excedente de revistas de la congregación se había agotado.”

11 Cuando el mismo superintendente de circuito visitó la siguiente congregación se enteró de que varios publicadores habían dado testimonio en las calles temprano por la mañana, pero que no habían tenido muy buenos resultados. Una hermana habló únicamente con dos personas durante el período en que estuvieron predicando, pues todos los demás transeúntes iban deprisa al trabajo. El superintendente de circuito sugirió que regresaran a la misma calle un poco más tarde por la mañana. Lo hicieron y permanecieron hasta el mediodía. A la hermana que había hablado con solo dos personas anteriormente, le fue mucho mejor cuando regresó.

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Distribuyó 31 revistas y 15 folletos, obtuvo el nombre y la dirección de siete personas y empezó dos estudios bíblicos. Otros publicadores del grupo también tuvieron resultados animadores.

12 Cuando encuentre a alguien interesado, intente obtener su nombre, dirección y número telefónico. En vez de pedir estos datos directamente, pudiera decir: “He disfrutado de esta conversación. ¿Qué le parece si la continuamos en otra ocasión?”. O pregunte: “¿Hay alguna manera de comunicarme con usted en su casa?”. Muchas personas han concordado en que se las vuelva a visitar cuando se las ha abordado de esa manera. Asegúrese de tener suficientes invitaciones para entregarlas a quienes deseen asistir a nuestras reuniones.

13 Si habla con una persona interesada que viva en el territorio asignado a otra congregación, debe pasar la información a los hermanos de allá para que la visiten. ¿Es la obra de dar testimonio en las calles una manera eficaz de difundir las buenas nuevas en su territorio? Si así es, repase el artículo “Hallemos a personas interesadas al predicar en las calles de manera eficaz”, de Nuestro Ministerio del Reino de julio de 1994. Después, haga planes para dar testimonio en las calles a una hora apropiada que le permita hablar con cuantas personas sea posible.

14 Demos testimonio en el transporte público: Una mañana varios precursores decidieron dar testimonio a la gente que esperaba el autobús cerca de una universidad. Aunque tuvieron algunas conversaciones agradables, había un problema: cuando estaban en plena conversación llegaba el autobús, y el diálogo terminaba abruptamente. Para resolver el problema los precursores se subieron al autobús y continuaron hablando con pasajeros mientras viajaban al otro lado de la ciudad. Al llegar al final, regresaron en otro autobús dando testimonio. Después de varios viajes distribuyeron, en conjunto, más de doscientas revistas y empezaron seis estudios bíblicos. Algunos pasajeros con gusto les dieron su dirección y número telefónico para que los visitaran en casa. La semana siguiente los precursores volvieron a la parada de autobuses e hicieron lo mismo. Distribuyeron 164 revistas y empezaron otro estudio bíblico. En una de las paradas se subió un pasajero y se sentó al lado de un precursor. Miró al hermano y dijo con una sonrisa: “Ya sé, tiene una Atalaya para mí”.

15 Muchos publicadores dan un testimonio eficaz mientras viajan en autobús, tren u avión. ¿Cómo puede iniciar una conversación con el pasajero que viaja a su lado? Un publicador de 12 años de edad sencillamente se puso a leer un ejemplar de ¡Despertad! en el autobús con la esperanza de que suscitara la curiosidad de una adolescente que estaba sentada a su lado. Surtió efecto. Ella le preguntó qué leía, y el joven respondió que estaba leyendo acerca de la solución a los problemas que afrontan los jóvenes. Agregó que le había beneficiado mucho el artículo y que le ayudaría a ella también. La adolescente aceptó las revistas con gusto. Otros dos jóvenes oyeron la conversación y también pidieron ejemplares de las revistas. Entonces, el conductor se estacionó al lado de la carretera y preguntó por qué estaban tan interesados en esas revistas. Cuando le explicaron la razón, también aceptó unos ejemplares. Desde luego, esto no habría sido posible si el joven publicador no hubiera llevado una buena cantidad de revistas para entregarlas a todos los que mostraran interés.

16 Demos testimonio en los parques y estacionamientos: Dar testimonio en los parques y estacionamientos es una excelente manera de hablar con la gente. ¿Ha intentado dar testimonio en el estacionamiento de un centro comercial? Siempre mire a su alrededor un rato y busque a alguien que no tenga prisa o que esté esperando en un automóvil estacionado y trate de entablar una conversación amigable. Si lo logra, hable del mensaje del Reino. Trate de predicar solo, pero que un compañero publicador esté en las cercanías. No lleve un maletín grande ni nada que llame la atención a su obra. Sea discreto. Tal vez sea prudente predicar un rato en un estacionamiento y luego ir a otro. Si alguien no quiere conversar con usted, despídase cortésmente y aborde a otra persona. Un hermano que se valió de estos métodos de predicar distribuyó 90 revistas en un mes.

17 Algunas personas van al parque a descansar; otros van a jugar o a pasar tiempo con sus hijos. Busquemos la oportunidad de darles testimonio sin interferir demasiado en sus actividades. Un hermano empezó una conversación con el cuidador de un parque, quien expresó su preocupación por el consumo de drogas y el futuro de sus hijos. Se inició un estudio bíblico y se condujo regularmente en el parque.

18 Demos testimonio informal en los centros comerciales: Aunque en algunos lugares no se puede predicar formalmente de tienda en tienda en los centros comerciales por ciertas restricciones locales a dichas actividades, algunos publicadores han creado oportunidades para dar testimonio informal. Se sientan en un banco y entablan conversaciones amigables con las

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personas que se detienen para descansar. Cuando perciben interés, ofrecen discretamente un tratado o una revista y procuran hacer planes para volver a hablar con la persona. Después de dar testimonio durante unos minutos en cierta sección del centro comercial, pasan a otra y empiezan a dialogar con otra persona. Claro está, deben procurar no atraer demasiada atención mientras dan testimonio de esta forma.

19 Cuando saludemos a la persona, empecemos la conversación con un tono amable. Si responde, hagámosle una pregunta y escuchemos atentamente su respuesta. Interesémonos en lo que dice. Mostremos que valoramos su opinión. Concordemos con ella cuando sea posible.

20 Una hermana inició una conversación muy agradable con una anciana sobre lo alto que está el costo de la vida. La anciana concordó enseguida, y resultó en una conversación animada. La hermana logró obtener el nombre y la dirección de la señora y fue a visitarla esa misma semana.

21 Prediquemos de tienda en tienda: A algunas congregaciones se les han asignado territorios que incluyen zonas comerciales. El hermano encargado de los territorios puede preparar tarjetas de mapas especiales de estas secciones donde hay muchos negocios. Las tarjetas de mapa de los territorios de viviendas que incluyan negocios deben indicar claramente que estos no se abarcarán como parte del territorio. En otros territorios, los lugares de negocio pueden trabajarse junto con las viviendas. Los ancianos pudieran pedir a publicadores capacitados que prediquen en los territorios comerciales regularmente para que no se descuide la predicación de tienda en tienda.

22 Si a usted se le pide que participe en esta obra por primera vez, recuerde que una buena manera de ‘cobrar denuedo’ es predicar primero en las tiendas pequeñas; después, cuando se sienta más confiado, predique en las más grandes. (1 Tes. 2:2.) Cuando predique en las tiendas, vístase como si fuera a asistir a una reunión en el Salón de Reino. Si es posible, entre en la tienda cuando no haya clientes esperando que se les atienda. Pregunte por el gerente o la persona encargada. Sea afectuoso, y sobre todo, breve. No es necesario pedir disculpas. Muchos negocios están concebidos para atender las necesidades de los clientes y los que trabajan allí están acostumbrados a que las personas los aborden.

23 Después de saludar al comerciante, pudiera decir: “Los comerciantes tienen horarios tan ocupados que casi nunca los encontramos en casa, de modo que venimos a visitarlo en su lugar de empleo para dejarle un artículo que invita a la reflexión”. Entonces haga uno o dos comentarios acerca de la revista que esté ofreciendo.

24 O pudiera intentar esta presentación al abordar a un gerente: “Hemos observado que los comerciantes procuran estar bien informados. El número más reciente de La Atalaya (o ¡Despertad!) presenta un artículo que nos atañe a todos”. Explique de qué trata y concluya diciendo: “Estamos seguros de que disfrutará de leerlo”.

25 Si hay empleados, y lo ve apropiado, pudiera añadir: “¿Me permite hacer la misma presentación breve a sus empleados?”. Si le dan permiso, no olvide que prometió ser breve, y el gerente esperará que usted cumpla su palabra. Si algún empleado desea entablar una larga conversación, sería mejor visitarlo en su hogar.

26 Hace poco, unos publicadores de un pueblo pequeño acompañaron al superintendente de circuito en la obra de tienda en tienda. Al principio algunos de los publicadores sentían temor, dado que nunca lo habían hecho; pero pronto se tranquilizaron y empezaron a disfrutar de ello. En menos de una hora hablaron con 37 personas y distribuyeron veinticuatro revistas y cuatro folletos. Un hermano dijo que normalmente no hubieran podido hablar con tantas personas en un mes en la obra de casa en casa como lo hicieron de tienda en tienda en ese corto período.

27 Cómo crear oportunidades para predicar: Jesús no limitó la obra de dar testimonio a ocasiones formales. Él habló de las buenas nuevas en toda ocasión apropiada. (Mat. 9:9; Luc. 19:1-10; Juan 4:6-15.) Observe cómo algunos publicadores crean oportunidades para predicar.

28 Algunos acostumbran dar testimonio a los padres que están esperando a sus hijos cerca de la entrada de la escuela. Ya que algunos padres llegan hasta veinte minutos antes, hay tiempo para mantener una conversación animada sobre un tema bíblico.

29 Muchos precursores son conscientes de hablar con aquellas personas que tal vez tengan un interés especial en cierto tema que se trata en nuestras revistas. Por ejemplo, una hermana tuvo buenos resultados cuando visitó seis escuelas del territorio de la congregación y presentó la serie de artículos “Las escuelas en crisis”, del número del 22 de diciembre de 1995 de

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¡Despertad! También visitó agencias de asistencia familiar y presentó las revistas que tratan sobre la vida de familia y el abuso de menores, y se le invitó a que volviera cuando tuviera más ejemplares sobre temas similares. Ella dice que la reacción del departamento de desempleo al número del 8 de marzo de 1996 de ¡Despertad! que trata sobre el desempleo fue “asombrosa”.

30 Un superintendente de distrito dice que él y su esposa dan testimonio informal regularmente cuando hacen la compra. Procuran hacerlo a una hora en que la tienda no está muy atestada de gente, y los clientes caminan por los pasillos sin prisa. Han tenido muchas conversaciones excelentes.

31 Muchos publicadores han tenido buenos resultados al dar testimonio en las lavanderías públicas. No simplemente dejan revistas cuando el lugar está vacío. Su objetivo es comunicar a la gente las buenas nuevas, de modo que procuran hablar personalmente con los que están allí.

32 En algunos lugares, un grupo seleccionado de publicadores han sido autorizados para dar testimonio en los aeropuertos. En ocasiones ellos han tenido el placer de dar testimonio a viajeros de países en donde hay pocos siervos de Jehová. Cuando los publicadores perciben interés ofrecen un tratado o las revistas.

33 Algunos publicadores acostumbran dar testimonio con prudencia a los guardias de seguridad o a los administradores de oficinas de alquiler de apartamentos cuando no se les permite dar testimonio personalmente a los inquilinos de complejos residenciales de alta seguridad. Hacen lo mismo al visitar urbanizaciones privadas con acceso controlado. Un superintendente de circuito y varios publicadores visitaron siete complejos de apartamentos y emplearon este método. En cada lugar, dijeron al administrador que aunque no se les permitía visitar los apartamentos de la manera acostumbrada, no querían que él se perdiera la información de nuestras revistas más recientes. Los administradores de los siete complejos aceptaron con gusto las revistas y pidieron los siguientes números. Los publicadores luego se comunican con los residentes de dichos complejos por teléfono. Encontrará información práctica sobre esta forma de dar testimonio en el suplemento “La predicación telefónica: una manera de llegar a muchas personas” de Nuestro Ministerio del Reino de agosto de 1993.

34 Esforcémonos por predicar en todas partes: Cumplir con nuestra dedicación incluye tener un sentido de urgencia con respecto a nuestra asignación de predicar el mensaje del Reino. A fin de hablar con las personas a una hora conveniente para ellas, tenemos que poner a un lado nuestras preferencias personales para que ‘de todos modos salvemos a algunos’. Todos los siervos dedicados de Jehová queremos decir, al igual que el apóstol Pablo: “Hago todas las cosas por causa de las buenas nuevas, para hacerme partícipe de ellas con otros”. (1 Cor. 9:22, 23.)

35 Pablo también escribió: “Por eso muy gustosamente prefiero jactarme respecto de mis debilidades, para que el poder del Cristo permanezca como tienda sobre mí. [...] Porque cuando soy débil, entonces soy poderoso”. (2 Cor. 12:9, 10.) En otras palabras, ninguno de nosotros pudiéramos efectuar esta obra por nuestra propia fuerza. Es necesario orar a Jehová para que nos dé su poderoso espíritu santo. Si pedimos fortaleza a Dios, podemos confiar en que contestará nuestras oraciones. Entonces nuestro amor a la gente nos impulsará a buscar oportunidades para predicarle las buenas nuevas dondequiera que se encuentre. ¿Por qué no pone en práctica durante la siguiente semana alguna de las sugerencias que se presentan en este suplemento?

*** km 3/97 págs. 3-6 Cobre denuedo para hacer revisitas ***Cobre denuedo para hacer revisitas

1 ¿Le gusta hacer revisitas? A muchos publicadores les encanta. Puede que usted haya sentido temor al principio, especialmente al volver a visitar a los amos de casa que solo mostraron un poco de interés. Pero a medida que ‘cobra denuedo por medio de nuestro Dios para declarar las buenas nuevas’ haciendo revisitas, quizás le sorprenda descubrir lo fácil y remuneradora que puede ser esta obra. (1 Tes. 2:2.) ¿En qué sentido?

2 En realidad, hay una gran diferencia entre una revisita y la visita inicial. La revisita se hace a alguien a quien ya conocemos, no a un extraño, y por lo general es más fácil conversar con un conocido que con un extraño. Una de las muchas recompensas de participar en esta obra es que puede resultar en que empecemos estudios bíblicos productivos.

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3 Cuando predicamos de casa en casa, visitamos vez tras vez a las personas que no han mostrado interés. ¿Por qué seguimos visitándolas? Porque sabemos que las circunstancias cambian, y que tal vez aquella persona con quien hablamos antes y que pareció indiferente o incluso opuesta, se interese la próxima vez que la visitemos. Teniendo esto presente, nos preparamos bien y pedimos la bendición de Jehová para decir algo en esta ocasión que provoque la reacción favorable de la persona.

4 Si estamos dispuestos a predicar de casa en casa a personas que no han mostrado ningún interés, ¿no deberíamos estar más dispuestos a visitar a las que sí han mostrado algún interés en el mensaje del Reino? (Hech. 10:34, 35.)

5 Muchos estamos en la verdad gracias a que un publicador pacientemente nos visitó varias veces. Si ese fue su caso, pregúntese: ‘¿Cuál fue la primera impresión que le causé al publicador? ¿Abracé el mensaje del Reino en cuanto lo oí por primera vez? ¿Di la impresión de ser indiferente?’. Debemos alegrarnos de que aquel publicador que volvió nos haya considerado dignos de una revisita y haya ‘cobrado denuedo por medio de Dios’ para visitarnos y enseñarnos la verdad. ¿Qué debemos hacer cuando las personas muestran algún interés al principio, pero después parece que tratan de evitarnos? Es esencial que tengamos una actitud positiva, como lo ilustra la siguiente experiencia.

6 Mientras daban testimonio en la calle temprano por la mañana, dos publicadoras hablaron con una joven que llevaba a un niño en un cochecito. Ella aceptó una revista y las invitó a su hogar el domingo siguiente. Las hermanas llegaron a la hora acordada, pero la joven les dijo que no tenía tiempo para hablar. Sin embargo, prometió atenderlas la siguiente semana. Las hermanas dudaban de que cumpliera con la cita, pero la joven estaba esperándolas cuando volvieron. Se empezó un estudio, y su progreso fue asombroso. En poco tiempo empezó a asistir regularmente a las reuniones y a participar en el servicio del campo. Ahora está bautizada.

7 Coloque el fundamento en la visita inicial: El fundamento para una buena revisita suele colocarse en la visita inicial. Escuche cuidadosamente los comentarios del amo de casa. ¿Qué le comunican? ¿Le atrae la religión? ¿Le preocupan los temas sociales? ¿Le interesa la ciencia?, ¿la historia?, ¿el medio ambiente? Al concluir la visita, plantee una pregunta que invite a la reflexión y prometa volver para examinar la respuesta bíblica.

8 Por ejemplo, si al amo de casa le llamó la atención la promesa bíblica de una Tierra paradisíaca, sería apropiado volver y conversar sobre ese tema más a fondo. Antes de despedirse, pudiera preguntar: “¿Cómo podemos estar seguros de que Dios cumplirá esta promesa?”. Entonces agregue: “Tal vez pueda volver cuando toda la familia esté en casa para mostrarles la respuesta bíblica a esa pregunta”.

9 Si el amo de casa no muestra interés en ningún tema en particular, puede utilizar una de las preguntas que aparecen en las presentaciones de la última página de Nuestro Ministerio del Reino como base para la siguiente conversación.

10 Mantenga un registro exacto: Su registro de casa en casa debe ser exacto y completo. Escriba el nombre y la dirección de la persona tan pronto salga de la casa. No invente el número de la casa ni el nombre de la calle; más bien, cerciórese de que la información sea exacta. Describa al amo de casa. Anote el tema que trató, los textos leídos, la publicación que dejó y la pregunta que contestará la próxima vez. Incluya el día y la hora en que hizo la primera visita y cuándo prometió volver. Ahora que el registro está completo, no lo pierda. Póngalo en un lugar seguro para que pueda referirse a él más tarde. Siga pensando en la persona y en cómo hará la revisita.

11 Tenga presente sus objetivos: Primero, procure tranquilizar al amo de casa siendo cariñoso y amigable. Muestre que se interesa en él como persona, sin tomarse demasiadas confianzas. Segundo, recuérdele la pregunta que usted planteó en la última visita. Escuche cuidadosamente su opinión y dígale sinceramente que agradece sus comentarios. Entonces, muestre por qué el punto de vista bíblico es práctico. Si es posible, dirija su atención a algún punto relacionado en el libro El conocimiento que lleva a vida eterna. Tenga muy presente que su objetivo principal al hacer revisitas es empezar un estudio bíblico.

12 La franqueza con que expone los asuntos el libro Conocimiento nos ha ayudado a muchos de nosotros a ‘cobrar denuedo’ al dirigir estudios bíblicos y a animar a los estudiantes a asistir a las reuniones y a relacionarse con la organización de Jehová. Anteriormente, tendíamos a esperar hasta que las personas estudiaran por bastante tiempo antes de invitarlas a reunirse

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con nosotros. Ahora, muchos estudiantes asisten a las reuniones tan pronto como empiezan a estudiar, y por eso progresan mucho más rápido.

13 Un matrimonio dio testimonio informal a un compañero de trabajo. Cuando mostró interés en la verdad, le ofrecieron un estudio bíblico con el libro Conocimiento. Al mismo tiempo, le dijeron que debía asistir a las reuniones, pues allí se contestarían muchas de sus preguntas. No solo aceptó con gusto el estudio, sino que estudiaba dos veces a la semana y comenzó a asistir regularmente a las reuniones en el Salón del Reino.

14 Utilice el folleto ¿Qué exige Dios de nosotros?: En las asambleas de distrito “Mensajeros de la paz de Dios” recibimos el folleto ¿Qué exige Dios de nosotros? Este puede utilizarse para empezar estudios bíblicos con personas temerosas de Dios, prescindiendo de su nivel educativo. Contiene un curso completo de las enseñanzas fundamentales de la Biblia. Será un instrumento muy eficaz para impartir el conocimiento divino. Explica la verdad de manera tan clara y sencilla que prácticamente todos podremos utilizarlo para enseñar a otros los requisitos de Dios. Es probable que muchos publicadores tengan el privilegio de dirigir un estudio bíblico con este folleto.

15 Algunas personas que dicen que no tienen tiempo para estudiar el libro Conocimiento tal vez estén dispuestas a estudiar en breves sesiones el folleto Exige. Les encantará lo que aprendan. En tan solo dos o tres páginas encontrarán las respuestas a preguntas que el hombre se ha hecho durante siglos: ¿Quién es Dios? ¿Quién es el Diablo? ¿Cuál es el propósito de Dios para la Tierra? ¿Qué es el Reino de Dios? ¿Cómo puede usted encontrar la religión verdadera? Aunque el folleto presenta la verdad de forma sencilla, su mensaje es muy impactante. Abarca puntos clave que los ancianos repasarán con los que piensan bautizarse y puede ser un eslabón para un estudio más profundo con el libro Conocimiento.

16 Para ofrecer un estudio bíblico durante la revisita, puede decir sencillamente: “¿Sabía que en unos cuantos minutos usted podría aprender la respuesta a una importante pregunta bíblica?”. Haga una de las preguntas que aparecen al principio de una de las lecciones del folleto. Por ejemplo, si visita a una persona mayor, pudiera decir: “Sabemos que Jesús curó a enfermos en el pasado. Pero ¿qué hará Jesús en el futuro por los enfermos?, ¿los ancianos?, ¿los muertos?”. Las respuestas se encuentran en la lección 5. A la persona que le interesa la religión quizás le llame la atención la pregunta: “¿Escucha Dios todas las oraciones?”. Esta se contesta en la lección 7. Los miembros de la familia querrán saber: “¿Qué exige Dios de los padres y los hijos?”. Se darán cuenta cuando estudien la lección 8. Otras preguntas son: “¿Pueden los muertos perjudicar a los vivos?”, “¿Por qué hay tantas religiones que dicen ser cristianas?” y “¿Qué tiene que hacer para ser amigo de Dios?”, las cuales se contestan en las lecciones 11, 13 y 16, respectivamente.

17 Ayude a los que hablan otro idioma: ¿Qué podemos hacer si el amo de casa habla otro idioma? De ser posible, debe enseñársele la verdad en el idioma que conoce mejor. (1 Cor. 14:9.) El superintendente de ciudad (o en territorios rurales, el superintendente de circuito) tal vez pueda suministrar información respecto a las congregaciones y grupos de habla extranjera de la zona. Así, el secretario sabrá a qué congregación o grupo de habla extranjera debe enviar los formularios “Visítese a esta persona de otro idioma” (S-70a-S) que le entreguen los miembros de la congregación. Si no hay congregaciones o grupos cercanos ni publicadores locales que hablen el idioma del amo de casa, el publicador puede intentar estudiar con él utilizando el folleto Exige en ambos idiomas.

18 Un hombre que habla vietnamita y su esposa, que habla tai, empezaron a estudiar con un publicador de habla inglesa. Utilizaron publicaciones y Biblias en inglés, vietnamita y tai. Aunque la barrera lingüística fue un problema al principio, el publicador escribe: “El progreso espiritual de la pareja fue inmediato. Han visto la necesidad de asistir a las reuniones con sus dos hijos y leen la Biblia en familia todas las noches. La hija de seis años dirige un estudio bíblico”.

19 Si su estudiante habla otro idioma, háblele despacio, articule claramente y use palabras y frases sencillas. No obstante, tenga presente que debe tratarse con dignidad a las personas que hablan idiomas extranjeros. No se les debe tratar como si fueran niños.

20 Válgase de las hermosas ilustraciones del folleto Exige. Si “una imagen vale más que mil palabras”, entonces las muchas ilustraciones del folleto serán muy informativas para el amo de casa. Pídale que lea los textos en su propia Biblia. Sería muy provechoso que el estudio pudiera conducirse cuando un miembro de la familia que sepa español esté presente para que sirva de

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intérprete. (Véase Nuestro Ministerio del Reino de octubre de 1990, páginas 7, 8; mayo de 1984, página 8.)

21 No tarde en hacer las revisitas: ¿Cuánto tiempo debe esperar antes de hacer una revisita? Algunos publicadores vuelven uno o dos días después de la visita inicial. Otros vuelven el mismo día. ¿Es eso demasiado pronto? A la mayoría de los amos de casa no parece molestarles. Es el publicador el que a menudo necesita cultivar una actitud más positiva, además de un poco de denuedo. Considere las siguientes experiencias.

22 Un publicador de 13 años predicaba de casa en casa y vio a dos mujeres que caminaban juntas. Recordando que se nos ha animado a predicar a las personas dondequiera que las encontremos, se acercó a ellas en la calle. Las mujeres mostraron interés en el mensaje del Reino y cada una aceptó el libro Conocimiento. El hermano joven les pidió la dirección, las visitó dos días después y ambas empezaron a estudiar la Biblia con él.

23 Una hermana hace las revisitas una semana después de haber hablado con la persona. Pero un día o dos después de la visita inicial, le lleva una revista que trate sobre el tema del que hayan conversado antes. Ella dice al amo de casa: “Vi este artículo y pensé que le gustaría leerlo. No puedo quedarme para hablar ahora, pero volveré el miércoles por la tarde como acordamos. ¿Sigue siendo conveniente para usted esa hora?”.

24 Cuando alguien muestra interés en la verdad, podemos estar seguros de que afrontará oposición de una forma u otra. Si volvemos poco después de la primera visita, la fortaleceremos para que resista con éxito la presión de parientes, amigos íntimos u otras personas.

25 Cultive el interés de las personas en los lugares públicos: A muchos nos gusta predicar en las calles, los estacionamientos, el transporte público, los centros comerciales, los parques, etc. Pero, además de distribuir publicaciones, es preciso cultivar el interés de las personas. Con ese propósito, debemos esforzarnos por obtener el nombre, la dirección y, si es posible, el número telefónico de todas las personas interesadas que encontremos. Conseguir estos datos no es tan difícil como uno se imagina. Cuando haya terminado la conversación, saque la libreta y pregunte: “¿Pudiéramos seguir hablando de este tema en otra ocasión?”. O diga: “Quisiera que leyera un artículo que de seguro le va a gustar. ¿Puedo llevárselo a su hogar u oficina?”. Un hermano sencillamente pregunta: “¿A qué número puedo llamarlo?”. Dice que en un período de tres meses todas las personas, excepto tres, le dieron con gusto su número telefónico.

26 Utilice el teléfono para encontrar a las personas y cultivar su interés: Una precursora llama por teléfono a las personas que viven en edificios de alta seguridad y hace revisitas de la misma manera. En la llamada inicial dice: “Sé que no me conoce. Estoy esforzándome especialmente por comunicarme con las personas de su vecindario para expresarles una idea bíblica. Si tiene un momento, quisiera leerle la promesa que se encuentra en...”. Después de leer el texto, dice: “Sería maravilloso ver el cumplimiento de esas palabras, ¿no es cierto? Ha sido un placer leerle esta información. Si a usted también le ha agradado, me gustaría llamarle de nuevo y hablar de otro texto bíblico”.

27 Cuando hace la revisita por teléfono, recuerda al amo de casa la conversación anterior y le dice que quiere leerle de la Biblia cómo serán las condiciones cuando se elimine la maldad. Entonces habla brevemente con el amo de casa. Como resultado de sus muchas conversaciones telefónicas, 35 personas la han invitado a casa y ha empezado siete estudios bíblicos. ¿Encuentra que a veces es difícil hacer revisitas durante los meses invernales debido a que las carreteras están intransitables y cubiertas de hielo o por las enfermedades? En tal caso, ¿por qué no llama a las personas por teléfono?

28 Cultivemos el interés de la gente en el territorio de negocios: Predicar en las tiendas implica mucho más que solo ofrecer revistas. Muchos comerciantes tienen interés sincero en la verdad, y hay que cultivarlo. En algunos casos tal vez se pueda entablar una conversación bíblica o incluso conducir un estudio en la tienda misma. En otros casos, quizás usted y la persona puedan reunirse a la hora del almuerzo o a otra hora conveniente.

29 Un superintendente viajante visitó al dueño de una pequeña tienda de comestibles y le ofreció demostrarle cómo conducimos estudios bíblicos. Cuando el señor preguntó cuánto duraría la demostración, el superintendente viajante le respondió que solo tomaría quince minutos. El tendero colgó un rótulo en la puerta que decía: “Regresaré en veinte minutos”, sacó dos sillas y analizaron los primeros cinco párrafos del libro Conocimiento. Este hombre sincero

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quedó tan impresionado por lo que aprendió, que asistió a la Reunión Pública y al Estudio de La Atalaya ese domingo y concordó en estudiar de nuevo la siguiente semana.

30 Para ofrecer un estudio en un negocio, pudiera decir: “En tan solo quince minutos puedo demostrarle nuestro programa de estudios bíblicos. Si es conveniente, me gustaría mostrarle cómo lo hacemos”. Entonces, no se pase de tiempo. Si no se puede mantener una conversación larga en la tienda, tal vez sea más apropiado visitar al tendero en su hogar.

31 Regrese aunque no haya dejado ninguna publicación: Debemos volver a visitar a las personas que muestren cualquier pizca de interés, independientemente de si aceptaron una publicación o no. Por supuesto, si se ve claramente que el amo de casa no está interesado en el mensaje del Reino, es mejor concentrarse en ayudar a otras personas.

32 Mientras predicaba de casa en casa, una hermana habló con una señora muy amigable que rechazó rotundamente las revistas. La publicadora escribe: “Pensé en ella por varios días y decidí hablarle de nuevo”. Finalmente, la hermana oró, cobró denuedo y tocó a la puerta de la señora. Se alegró mucho cuando el ama de casa la invitó a pasar. Se empezó un estudio bíblico y se condujo de nuevo al día siguiente. Con el tiempo, la señora entró en la verdad.

33 Haga planes para lograr lo máximo: Se recomienda que todas las semanas dediquemos algún tiempo a hacer revisitas. Puede lograrse mucho con buenos planes. Prepárese para hacer algunas revisitas en la misma zona donde predicará de casa en casa. Cuando prediquen en automóvil, el grupo debe mantenerse pequeño para que todos tengan amplia oportunidad de hacer revisitas. El conductor del vehículo debe saber de antemano dónde se harán las revisitas para no perder tiempo viajando innecesariamente.

34 Los que tienen éxito haciendo revisitas y conduciendo estudios bíblicos dicen que es esencial mostrar verdadero interés en las personas y seguir pensando en ellas después de la visita. También es necesario presentar un tema bíblico llamativo y colocar en la visita inicial el fundamento para la revisita. Además, es importante no tardar en regresar para cultivar el interés. Siempre hay que tener muy presente el objetivo de empezar un estudio bíblico.

35 Una cualidad fundamental para tener éxito al hacer revisitas es el denuedo. ¿Cómo se adquiere? El apóstol Pablo contesta al decir que “cobramos denuedo” para declarar las buenas nuevas “por medio de nuestro Dios”. Si usted necesita mejorar en este aspecto, ore a Jehová para que le ayude. Entonces obre en conformidad con sus oraciones y vuelva a visitar a todas las personas que muestran interés. Tenga la seguridad de que Jehová bendecirá sus esfuerzos.

[Recuadro de la página 3]Cómo tener éxito al hacer revisitas

■ Muestre verdadero interés en la gente.

■ Escoja un tema bíblico llamativo.

■ Coloque el fundamento para la visita siguiente.

■ Siga pensando en la persona después de la visita.

■ Vuelva uno o dos días después para cultivar el interés.

■ Recuerde que su objetivo es empezar un estudio bíblico.■ Ore a Dios para que le ayude a cobrar denuedo para efectuar esta obra.

*** km 9/96 págs. 3-6 Prediquemos las buenas nuevas en todas partes ***Prediquemos las buenas nuevas en todas partes

1 Los primeros cristianos predicaron las buenas nuevas en todas partes. Tenían tanto celo que treinta años después de la resurrección de Jesucristo, el mensaje del Reino se había ‘predicado en toda la creación que estaba bajo el cielo’. (Col. 1:23.)

2 Los siervos celosos de Jehová hoy día tienen el mismo objetivo: llevar las buenas nuevas del Reino a cuantas personas sea posible. ¿Qué nos ayudará a alcanzar esta meta? Cada vez más personas trabajan de tiempo completo y muchas veces no están en casa cuando vamos a visitarlas. Si no están en el trabajo, puede que estén de viaje, de compras o participando en alguna recreación. ¿Cómo está llevándose el mensaje del Reino a las personas merecedoras en esas circunstancias? (Mat. 10:11.)

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3 Algunas reciben el mensaje en su lugar de empleo. Incluso en las ciudades pequeñas hay alguna zona comercial en donde transita mucha gente durante gran parte del día. En las ciudades grandes, las personas que trabajan en la zona industrial o en edificios altos de oficinas y las que viven en apartamentos de alta seguridad están recibiendo el testimonio, y en muchos casos, por primera vez. Durante los fines de semana se ha hablado con algunas personas que descansaban en parques, lugares de recreo, zonas de acampar, casitas de campo o que esperaban en estacionamientos o centros comerciales, y han respondido favorablemente a las buenas nuevas.

4 Cada vez más publicadores están aumentando sus esfuerzos por dar testimonio en lugares públicos, dondequiera que se encuentre la gente. Al principio estos Testigos vacilaban y se sentían un poco nerviosos porque estaban acostumbrados a predicar en circunstancias más formales, como de casa en casa. ¿Cómo se sienten ahora?

5 “Mi ministerio ha cobrado un nuevo ímpetu”, exclama un hermano con experiencia. Otro añade: “Me ayuda a mantenerme concentrado”. Un precursor de mayor edad observa: “Me ha estimulado mental, física y espiritualmente, [...] no he dejado de progresar”. Un publicador dice que ahora está dando testimonio a muchas personas que nunca habían hablado con los testigos de Jehová. Los jóvenes también están participando entusiásticamente en esta obra gozosa. Uno de ellos comenta: “Me agrada porque tengo la oportunidad de hablar con muchas personas”. Otro dice: “Estoy distribuyendo más publicaciones que nunca”. Esto está sucediendo en territorios que se abarcan a menudo.

6 Los superintendentes viajantes llevan la delantera: Reconociendo que “la escena de este mundo está cambiando”, la Sociedad sugirió hace poco que los superintendentes viajantes cambiaran su horario semanal de predicación a fin de llevar las buenas nuevas a cuantas personas fuera posible. (1 Cor. 7:31.) Durante años, los superintendentes de circuito apartaban las mañanas entre semana para predicar de casa en casa y por las tardes hacían revisitas y conducían estudios bíblicos. Tal vez en algunos lugares todavía sea práctico dicho horario. Sin embargo, en otras zonas se logra poco al predicar de casa en casa durante ciertas mañanas entre semana. En tales casos, puede que el superintendente de circuito decida predicar en las tiendas o dar testimonio en las calles temprano en el día. O quizás asigne a grupos pequeños para que den testimonio en los edificios de oficinas, centros comerciales, estacionamientos u otros lugares públicos. Si los publicadores aprovechan mejor el tiempo disponible para el servicio del campo, hablarán con muchas personas más.

7 Los informes indican que este cambio ha sido bien acogido tanto por los superintendentes viajantes como los publicadores. Algunos cuerpos de ancianos han pedido al superintendente de circuito que enseñe a unos cuantos publicadores a participar en las facetas de la obra que necesitan atención en su localidad. Para estos publicadores ha sido provechoso acompañar al superintendente de circuito en alguna de estas actividades. Ellos, a su vez, han enseñado a otros. (2 Tim. 2:2.) Como consecuencia, más personas están oyendo las buenas nuevas.

8 Claro está, no es necesario esperar a que los visite el superintendente de circuito para poner en práctica estos diferentes métodos de predicar. He aquí algunas ideas que pudieran ser útiles en su territorio.

9 Demos testimonio en las calles: Una pregunta que en ocasiones nos hemos hecho cuando visitamos un barrio residencial desierto por la mañana entre semana es: ‘¿Dónde está la gente?’. Algunos tal vez hayan salido para hacer unos mandados o la compra. ¿Ha intentado dar a estas personas el testimonio en la calle? Esta faceta del ministerio puede ser muy productiva cuando se hace apropiadamente. En vez de quedarnos de pie en un lugar mostrando las revistas, es mejor que abordemos a la gente y entablemos una conversación amigable. No es necesario dar el testimonio a todo transeúnte. Hable con quienes no tengan prisa, como los que miran escaparates, los que están en su automóvil estacionado o quienes esperan el transporte público. Para empezar, pudiera saludar amablemente a la persona y esperar su respuesta. Si está dispuesta a conversar, pregúntele qué opina sobre un tema que usted crea que pudiera interesarle.

10 Un superintendente de circuito invitó a seis publicadores a acompañarlo a él y a su esposa en la obra de dar testimonio en las calles. ¿Cuáles fueron los resultados? “Lo pasamos maravillosamente esa mañana”, dice él. “No hubo problemas con los ‘no en casa’. Distribuimos ochenta revistas y muchos tratados. Tuvimos conversaciones muy interesantes. Uno de los publicadores, que participaba en esta faceta del servicio por primera vez, exclamó: ‘Llevo años

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en la verdad y no me había dado cuenta de lo que me estaba perdiendo’. Cuando terminó la semana el excedente de revistas de la congregación se había agotado.”

11 Cuando el mismo superintendente de circuito visitó la siguiente congregación se enteró de que varios publicadores habían dado testimonio en las calles temprano por la mañana, pero que no habían tenido muy buenos resultados. Una hermana habló únicamente con dos personas durante el período en que estuvieron predicando, pues todos los demás transeúntes iban deprisa al trabajo. El superintendente de circuito sugirió que regresaran a la misma calle un poco más tarde por la mañana. Lo hicieron y permanecieron hasta el mediodía. A la hermana que había hablado con solo dos personas anteriormente, le fue mucho mejor cuando regresó. Distribuyó 31 revistas y 15 folletos, obtuvo el nombre y la dirección de siete personas y empezó dos estudios bíblicos. Otros publicadores del grupo también tuvieron resultados animadores.

12 Cuando encuentre a alguien interesado, intente obtener su nombre, dirección y número telefónico. En vez de pedir estos datos directamente, pudiera decir: “He disfrutado de esta conversación. ¿Qué le parece si la continuamos en otra ocasión?”. O pregunte: “¿Hay alguna manera de comunicarme con usted en su casa?”. Muchas personas han concordado en que se las vuelva a visitar cuando se las ha abordado de esa manera. Asegúrese de tener suficientes invitaciones para entregarlas a quienes deseen asistir a nuestras reuniones.

13 Si habla con una persona interesada que viva en el territorio asignado a otra congregación, debe pasar la información a los hermanos de allá para que la visiten. ¿Es la obra de dar testimonio en las calles una manera eficaz de difundir las buenas nuevas en su territorio? Si así es, repase el artículo “Hallemos a personas interesadas al predicar en las calles de manera eficaz”, de Nuestro Ministerio del Reino de julio de 1994. Después, haga planes para dar testimonio en las calles a una hora apropiada que le permita hablar con cuantas personas sea posible.

14 Demos testimonio en el transporte público: Una mañana varios precursores decidieron dar testimonio a la gente que esperaba el autobús cerca de una universidad. Aunque tuvieron algunas conversaciones agradables, había un problema: cuando estaban en plena conversación llegaba el autobús, y el diálogo terminaba abruptamente. Para resolver el problema los precursores se subieron al autobús y continuaron hablando con pasajeros mientras viajaban al otro lado de la ciudad. Al llegar al final, regresaron en otro autobús dando testimonio. Después de varios viajes distribuyeron, en conjunto, más de doscientas revistas y empezaron seis estudios bíblicos. Algunos pasajeros con gusto les dieron su dirección y número telefónico para que los visitaran en casa. La semana siguiente los precursores volvieron a la parada de autobuses e hicieron lo mismo. Distribuyeron 164 revistas y empezaron otro estudio bíblico. En una de las paradas se subió un pasajero y se sentó al lado de un precursor. Miró al hermano y dijo con una sonrisa: “Ya sé, tiene una Atalaya para mí”.

15 Muchos publicadores dan un testimonio eficaz mientras viajan en autobús, tren u avión. ¿Cómo puede iniciar una conversación con el pasajero que viaja a su lado? Un publicador de 12 años de edad sencillamente se puso a leer un ejemplar de ¡Despertad! en el autobús con la esperanza de que suscitara la curiosidad de una adolescente que estaba sentada a su lado. Surtió efecto. Ella le preguntó qué leía, y el joven respondió que estaba leyendo acerca de la solución a los problemas que afrontan los jóvenes. Agregó que le había beneficiado mucho el artículo y que le ayudaría a ella también. La adolescente aceptó las revistas con gusto. Otros dos jóvenes oyeron la conversación y también pidieron ejemplares de las revistas. Entonces, el conductor se estacionó al lado de la carretera y preguntó por qué estaban tan interesados en esas revistas. Cuando le explicaron la razón, también aceptó unos ejemplares. Desde luego, esto no habría sido posible si el joven publicador no hubiera llevado una buena cantidad de revistas para entregarlas a todos los que mostraran interés.

16 Demos testimonio en los parques y estacionamientos: Dar testimonio en los parques y estacionamientos es una excelente manera de hablar con la gente. ¿Ha intentado dar testimonio en el estacionamiento de un centro comercial? Siempre mire a su alrededor un rato y busque a alguien que no tenga prisa o que esté esperando en un automóvil estacionado y trate de entablar una conversación amigable. Si lo logra, hable del mensaje del Reino. Trate de predicar solo, pero que un compañero publicador esté en las cercanías. No lleve un maletín grande ni nada que llame la atención a su obra. Sea discreto. Tal vez sea prudente predicar un rato en un estacionamiento y luego ir a otro. Si alguien no quiere conversar con usted, despídase cortésmente y aborde a otra persona. Un hermano que se valió de estos métodos de predicar distribuyó 90 revistas en un mes.

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17 Algunas personas van al parque a descansar; otros van a jugar o a pasar tiempo con sus hijos. Busquemos la oportunidad de darles testimonio sin interferir demasiado en sus actividades. Un hermano empezó una conversación con el cuidador de un parque, quien expresó su preocupación por el consumo de drogas y el futuro de sus hijos. Se inició un estudio bíblico y se condujo regularmente en el parque.

18 Demos testimonio informal en los centros comerciales: Aunque en algunos lugares no se puede predicar formalmente de tienda en tienda en los centros comerciales por ciertas restricciones locales a dichas actividades, algunos publicadores han creado oportunidades para dar testimonio informal. Se sientan en un banco y entablan conversaciones amigables con las personas que se detienen para descansar. Cuando perciben interés, ofrecen discretamente un tratado o una revista y procuran hacer planes para volver a hablar con la persona. Después de dar testimonio durante unos minutos en cierta sección del centro comercial, pasan a otra y empiezan a dialogar con otra persona. Claro está, deben procurar no atraer demasiada atención mientras dan testimonio de esta forma.

19 Cuando saludemos a la persona, empecemos la conversación con un tono amable. Si responde, hagámosle una pregunta y escuchemos atentamente su respuesta. Interesémonos en lo que dice. Mostremos que valoramos su opinión. Concordemos con ella cuando sea posible.

20 Una hermana inició una conversación muy agradable con una anciana sobre lo alto que está el costo de la vida. La anciana concordó enseguida, y resultó en una conversación animada. La hermana logró obtener el nombre y la dirección de la señora y fue a visitarla esa misma semana.

21 Prediquemos de tienda en tienda: A algunas congregaciones se les han asignado territorios que incluyen zonas comerciales. El hermano encargado de los territorios puede preparar tarjetas de mapas especiales de estas secciones donde hay muchos negocios. Las tarjetas de mapa de los territorios de viviendas que incluyan negocios deben indicar claramente que estos no se abarcarán como parte del territorio. En otros territorios, los lugares de negocio pueden trabajarse junto con las viviendas. Los ancianos pudieran pedir a publicadores capacitados que prediquen en los territorios comerciales regularmente para que no se descuide la predicación de tienda en tienda.

22 Si a usted se le pide que participe en esta obra por primera vez, recuerde que una buena manera de ‘cobrar denuedo’ es predicar primero en las tiendas pequeñas; después, cuando se sienta más confiado, predique en las más grandes. (1 Tes. 2:2.) Cuando predique en las tiendas, vístase como si fuera a asistir a una reunión en el Salón de Reino. Si es posible, entre en la tienda cuando no haya clientes esperando que se les atienda. Pregunte por el gerente o la persona encargada. Sea afectuoso, y sobre todo, breve. No es necesario pedir disculpas. Muchos negocios están concebidos para atender las necesidades de los clientes y los que trabajan allí están acostumbrados a que las personas los aborden.

23 Después de saludar al comerciante, pudiera decir: “Los comerciantes tienen horarios tan ocupados que casi nunca los encontramos en casa, de modo que venimos a visitarlo en su lugar de empleo para dejarle un artículo que invita a la reflexión”. Entonces haga uno o dos comentarios acerca de la revista que esté ofreciendo.

24 O pudiera intentar esta presentación al abordar a un gerente: “Hemos observado que los comerciantes procuran estar bien informados. El número más reciente de La Atalaya (o ¡Despertad!) presenta un artículo que nos atañe a todos”. Explique de qué trata y concluya diciendo: “Estamos seguros de que disfrutará de leerlo”.

25 Si hay empleados, y lo ve apropiado, pudiera añadir: “¿Me permite hacer la misma presentación breve a sus empleados?”. Si le dan permiso, no olvide que prometió ser breve, y el gerente esperará que usted cumpla su palabra. Si algún empleado desea entablar una larga conversación, sería mejor visitarlo en su hogar.

26 Hace poco, unos publicadores de un pueblo pequeño acompañaron al superintendente de circuito en la obra de tienda en tienda. Al principio algunos de los publicadores sentían temor, dado que nunca lo habían hecho; pero pronto se tranquilizaron y empezaron a disfrutar de ello. En menos de una hora hablaron con 37 personas y distribuyeron veinticuatro revistas y cuatro folletos. Un hermano dijo que normalmente no hubieran podido hablar con tantas personas en un mes en la obra de casa en casa como lo hicieron de tienda en tienda en ese corto período.

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27 Cómo crear oportunidades para predicar: Jesús no limitó la obra de dar testimonio a ocasiones formales. Él habló de las buenas nuevas en toda ocasión apropiada. (Mat. 9:9; Luc. 19:1-10; Juan 4:6-15.) Observe cómo algunos publicadores crean oportunidades para predicar.

28 Algunos acostumbran dar testimonio a los padres que están esperando a sus hijos cerca de la entrada de la escuela. Ya que algunos padres llegan hasta veinte minutos antes, hay tiempo para mantener una conversación animada sobre un tema bíblico.

29 Muchos precursores son conscientes de hablar con aquellas personas que tal vez tengan un interés especial en cierto tema que se trata en nuestras revistas. Por ejemplo, una hermana tuvo buenos resultados cuando visitó seis escuelas del territorio de la congregación y presentó la serie de artículos “Las escuelas en crisis”, del número del 22 de diciembre de 1995 de ¡Despertad! También visitó agencias de asistencia familiar y presentó las revistas que tratan sobre la vida de familia y el abuso de menores, y se le invitó a que volviera cuando tuviera más ejemplares sobre temas similares. Ella dice que la reacción del departamento de desempleo al número del 8 de marzo de 1996 de ¡Despertad! que trata sobre el desempleo fue “asombrosa”.

30 Un superintendente de distrito dice que él y su esposa dan testimonio informal regularmente cuando hacen la compra. Procuran hacerlo a una hora en que la tienda no está muy atestada de gente, y los clientes caminan por los pasillos sin prisa. Han tenido muchas conversaciones excelentes.

31 Muchos publicadores han tenido buenos resultados al dar testimonio en las lavanderías públicas. No simplemente dejan revistas cuando el lugar está vacío. Su objetivo es comunicar a la gente las buenas nuevas, de modo que procuran hablar personalmente con los que están allí.

32 En algunos lugares, un grupo seleccionado de publicadores han sido autorizados para dar testimonio en los aeropuertos. En ocasiones ellos han tenido el placer de dar testimonio a viajeros de países en donde hay pocos siervos de Jehová. Cuando los publicadores perciben interés ofrecen un tratado o las revistas.

33 Algunos publicadores acostumbran dar testimonio con prudencia a los guardias de seguridad o a los administradores de oficinas de alquiler de apartamentos cuando no se les permite dar testimonio personalmente a los inquilinos de complejos residenciales de alta seguridad. Hacen lo mismo al visitar urbanizaciones privadas con acceso controlado. Un superintendente de circuito y varios publicadores visitaron siete complejos de apartamentos y emplearon este método. En cada lugar, dijeron al administrador que aunque no se les permitía visitar los apartamentos de la manera acostumbrada, no querían que él se perdiera la información de nuestras revistas más recientes. Los administradores de los siete complejos aceptaron con gusto las revistas y pidieron los siguientes números. Los publicadores luego se comunican con los residentes de dichos complejos por teléfono. Encontrará información práctica sobre esta forma de dar testimonio en el suplemento “La predicación telefónica: una manera de llegar a muchas personas” de Nuestro Ministerio del Reino de agosto de 1993.

34 Esforcémonos por predicar en todas partes: Cumplir con nuestra dedicación incluye tener un sentido de urgencia con respecto a nuestra asignación de predicar el mensaje del Reino. A fin de hablar con las personas a una hora conveniente para ellas, tenemos que poner a un lado nuestras preferencias personales para que ‘de todos modos salvemos a algunos’. Todos los siervos dedicados de Jehová queremos decir, al igual que el apóstol Pablo: “Hago todas las cosas por causa de las buenas nuevas, para hacerme partícipe de ellas con otros”. (1 Cor. 9:22, 23.)

35 Pablo también escribió: “Por eso muy gustosamente prefiero jactarme respecto de mis debilidades, para que el poder del Cristo permanezca como tienda sobre mí. [...] Porque cuando soy débil, entonces soy poderoso”. (2 Cor. 12:9, 10.) En otras palabras, ninguno de nosotros pudiéramos efectuar esta obra por nuestra propia fuerza. Es necesario orar a Jehová para que nos dé su poderoso espíritu santo. Si pedimos fortaleza a Dios, podemos confiar en que contestará nuestras oraciones. Entonces nuestro amor a la gente nos impulsará a buscar oportunidades para predicarle las buenas nuevas dondequiera que se encuentre. ¿Por qué no pone en práctica durante la siguiente semana alguna de las sugerencias que se presentan en este suplemento?

*** km 3/97 págs. 3-6 Cobre denuedo para hacer revisitas ***Cobre denuedo para hacer revisitas

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1 ¿Le gusta hacer revisitas? A muchos publicadores les encanta. Puede que usted haya sentido temor al principio, especialmente al volver a visitar a los amos de casa que solo mostraron un poco de interés. Pero a medida que ‘cobra denuedo por medio de nuestro Dios para declarar las buenas nuevas’ haciendo revisitas, quizás le sorprenda descubrir lo fácil y remuneradora que puede ser esta obra. (1 Tes. 2:2.) ¿En qué sentido?

2 En realidad, hay una gran diferencia entre una revisita y la visita inicial. La revisita se hace a alguien a quien ya conocemos, no a un extraño, y por lo general es más fácil conversar con un conocido que con un extraño. Una de las muchas recompensas de participar en esta obra es que puede resultar en que empecemos estudios bíblicos productivos.

3 Cuando predicamos de casa en casa, visitamos vez tras vez a las personas que no han mostrado interés. ¿Por qué seguimos visitándolas? Porque sabemos que las circunstancias cambian, y que tal vez aquella persona con quien hablamos antes y que pareció indiferente o incluso opuesta, se interese la próxima vez que la visitemos. Teniendo esto presente, nos preparamos bien y pedimos la bendición de Jehová para decir algo en esta ocasión que provoque la reacción favorable de la persona.

4 Si estamos dispuestos a predicar de casa en casa a personas que no han mostrado ningún interés, ¿no deberíamos estar más dispuestos a visitar a las que sí han mostrado algún interés en el mensaje del Reino? (Hech. 10:34, 35.)

5 Muchos estamos en la verdad gracias a que un publicador pacientemente nos visitó varias veces. Si ese fue su caso, pregúntese: ‘¿Cuál fue la primera impresión que le causé al publicador? ¿Abracé el mensaje del Reino en cuanto lo oí por primera vez? ¿Di la impresión de ser indiferente?’. Debemos alegrarnos de que aquel publicador que volvió nos haya considerado dignos de una revisita y haya ‘cobrado denuedo por medio de Dios’ para visitarnos y enseñarnos la verdad. ¿Qué debemos hacer cuando las personas muestran algún interés al principio, pero después parece que tratan de evitarnos? Es esencial que tengamos una actitud positiva, como lo ilustra la siguiente experiencia.

6 Mientras daban testimonio en la calle temprano por la mañana, dos publicadoras hablaron con una joven que llevaba a un niño en un cochecito. Ella aceptó una revista y las invitó a su hogar el domingo siguiente. Las hermanas llegaron a la hora acordada, pero la joven les dijo que no tenía tiempo para hablar. Sin embargo, prometió atenderlas la siguiente semana. Las hermanas dudaban de que cumpliera con la cita, pero la joven estaba esperándolas cuando volvieron. Se empezó un estudio, y su progreso fue asombroso. En poco tiempo empezó a asistir regularmente a las reuniones y a participar en el servicio del campo. Ahora está bautizada.

7 Coloque el fundamento en la visita inicial: El fundamento para una buena revisita suele colocarse en la visita inicial. Escuche cuidadosamente los comentarios del amo de casa. ¿Qué le comunican? ¿Le atrae la religión? ¿Le preocupan los temas sociales? ¿Le interesa la ciencia?, ¿la historia?, ¿el medio ambiente? Al concluir la visita, plantee una pregunta que invite a la reflexión y prometa volver para examinar la respuesta bíblica.

8 Por ejemplo, si al amo de casa le llamó la atención la promesa bíblica de una Tierra paradisíaca, sería apropiado volver y conversar sobre ese tema más a fondo. Antes de despedirse, pudiera preguntar: “¿Cómo podemos estar seguros de que Dios cumplirá esta promesa?”. Entonces agregue: “Tal vez pueda volver cuando toda la familia esté en casa para mostrarles la respuesta bíblica a esa pregunta”.

9 Si el amo de casa no muestra interés en ningún tema en particular, puede utilizar una de las preguntas que aparecen en las presentaciones de la última página de Nuestro Ministerio del Reino como base para la siguiente conversación.

10 Mantenga un registro exacto: Su registro de casa en casa debe ser exacto y completo. Escriba el nombre y la dirección de la persona tan pronto salga de la casa. No invente el número de la casa ni el nombre de la calle; más bien, cerciórese de que la información sea exacta. Describa al amo de casa. Anote el tema que trató, los textos leídos, la publicación que dejó y la pregunta que contestará la próxima vez. Incluya el día y la hora en que hizo la primera visita y cuándo prometió volver. Ahora que el registro está completo, no lo pierda. Póngalo en un lugar seguro para que pueda referirse a él más tarde. Siga pensando en la persona y en cómo hará la revisita.

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11 Tenga presente sus objetivos: Primero, procure tranquilizar al amo de casa siendo cariñoso y amigable. Muestre que se interesa en él como persona, sin tomarse demasiadas confianzas. Segundo, recuérdele la pregunta que usted planteó en la última visita. Escuche cuidadosamente su opinión y dígale sinceramente que agradece sus comentarios. Entonces, muestre por qué el punto de vista bíblico es práctico. Si es posible, dirija su atención a algún punto relacionado en el libro El conocimiento que lleva a vida eterna. Tenga muy presente que su objetivo principal al hacer revisitas es empezar un estudio bíblico.

12 La franqueza con que expone los asuntos el libro Conocimiento nos ha ayudado a muchos de nosotros a ‘cobrar denuedo’ al dirigir estudios bíblicos y a animar a los estudiantes a asistir a las reuniones y a relacionarse con la organización de Jehová. Anteriormente, tendíamos a esperar hasta que las personas estudiaran por bastante tiempo antes de invitarlas a reunirse con nosotros. Ahora, muchos estudiantes asisten a las reuniones tan pronto como empiezan a estudiar, y por eso progresan mucho más rápido.

13 Un matrimonio dio testimonio informal a un compañero de trabajo. Cuando mostró interés en la verdad, le ofrecieron un estudio bíblico con el libro Conocimiento. Al mismo tiempo, le dijeron que debía asistir a las reuniones, pues allí se contestarían muchas de sus preguntas. No solo aceptó con gusto el estudio, sino que estudiaba dos veces a la semana y comenzó a asistir regularmente a las reuniones en el Salón del Reino.

14 Utilice el folleto ¿Qué exige Dios de nosotros?: En las asambleas de distrito “Mensajeros de la paz de Dios” recibimos el folleto ¿Qué exige Dios de nosotros? Este puede utilizarse para empezar estudios bíblicos con personas temerosas de Dios, prescindiendo de su nivel educativo. Contiene un curso completo de las enseñanzas fundamentales de la Biblia. Será un instrumento muy eficaz para impartir el conocimiento divino. Explica la verdad de manera tan clara y sencilla que prácticamente todos podremos utilizarlo para enseñar a otros los requisitos de Dios. Es probable que muchos publicadores tengan el privilegio de dirigir un estudio bíblico con este folleto.

15 Algunas personas que dicen que no tienen tiempo para estudiar el libro Conocimiento tal vez estén dispuestas a estudiar en breves sesiones el folleto Exige. Les encantará lo que aprendan. En tan solo dos o tres páginas encontrarán las respuestas a preguntas que el hombre se ha hecho durante siglos: ¿Quién es Dios? ¿Quién es el Diablo? ¿Cuál es el propósito de Dios para la Tierra? ¿Qué es el Reino de Dios? ¿Cómo puede usted encontrar la religión verdadera? Aunque el folleto presenta la verdad de forma sencilla, su mensaje es muy impactante. Abarca puntos clave que los ancianos repasarán con los que piensan bautizarse y puede ser un eslabón para un estudio más profundo con el libro Conocimiento.

16 Para ofrecer un estudio bíblico durante la revisita, puede decir sencillamente: “¿Sabía que en unos cuantos minutos usted podría aprender la respuesta a una importante pregunta bíblica?”. Haga una de las preguntas que aparecen al principio de una de las lecciones del folleto. Por ejemplo, si visita a una persona mayor, pudiera decir: “Sabemos que Jesús curó a enfermos en el pasado. Pero ¿qué hará Jesús en el futuro por los enfermos?, ¿los ancianos?, ¿los muertos?”. Las respuestas se encuentran en la lección 5. A la persona que le interesa la religión quizás le llame la atención la pregunta: “¿Escucha Dios todas las oraciones?”. Esta se contesta en la lección 7. Los miembros de la familia querrán saber: “¿Qué exige Dios de los padres y los hijos?”. Se darán cuenta cuando estudien la lección 8. Otras preguntas son: “¿Pueden los muertos perjudicar a los vivos?”, “¿Por qué hay tantas religiones que dicen ser cristianas?” y “¿Qué tiene que hacer para ser amigo de Dios?”, las cuales se contestan en las lecciones 11, 13 y 16, respectivamente.

17 Ayude a los que hablan otro idioma: ¿Qué podemos hacer si el amo de casa habla otro idioma? De ser posible, debe enseñársele la verdad en el idioma que conoce mejor. (1 Cor. 14:9.) El superintendente de ciudad (o en territorios rurales, el superintendente de circuito) tal vez pueda suministrar información respecto a las congregaciones y grupos de habla extranjera de la zona. Así, el secretario sabrá a qué congregación o grupo de habla extranjera debe enviar los formularios “Visítese a esta persona de otro idioma” (S-70a-S) que le entreguen los miembros de la congregación. Si no hay congregaciones o grupos cercanos ni publicadores locales que hablen el idioma del amo de casa, el publicador puede intentar estudiar con él utilizando el folleto Exige en ambos idiomas.

18 Un hombre que habla vietnamita y su esposa, que habla tai, empezaron a estudiar con un publicador de habla inglesa. Utilizaron publicaciones y Biblias en inglés, vietnamita y tai. Aunque la barrera lingüística fue un problema al principio, el publicador escribe: “El progreso

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espiritual de la pareja fue inmediato. Han visto la necesidad de asistir a las reuniones con sus dos hijos y leen la Biblia en familia todas las noches. La hija de seis años dirige un estudio bíblico”.

19 Si su estudiante habla otro idioma, háblele despacio, articule claramente y use palabras y frases sencillas. No obstante, tenga presente que debe tratarse con dignidad a las personas que hablan idiomas extranjeros. No se les debe tratar como si fueran niños.

20 Válgase de las hermosas ilustraciones del folleto Exige. Si “una imagen vale más que mil palabras”, entonces las muchas ilustraciones del folleto serán muy informativas para el amo de casa. Pídale que lea los textos en su propia Biblia. Sería muy provechoso que el estudio pudiera conducirse cuando un miembro de la familia que sepa español esté presente para que sirva de intérprete. (Véase Nuestro Ministerio del Reino de octubre de 1990, páginas 7, 8; mayo de 1984, página 8.)

21 No tarde en hacer las revisitas: ¿Cuánto tiempo debe esperar antes de hacer una revisita? Algunos publicadores vuelven uno o dos días después de la visita inicial. Otros vuelven el mismo día. ¿Es eso demasiado pronto? A la mayoría de los amos de casa no parece molestarles. Es el publicador el que a menudo necesita cultivar una actitud más positiva, además de un poco de denuedo. Considere las siguientes experiencias.

22 Un publicador de 13 años predicaba de casa en casa y vio a dos mujeres que caminaban juntas. Recordando que se nos ha animado a predicar a las personas dondequiera que las encontremos, se acercó a ellas en la calle. Las mujeres mostraron interés en el mensaje del Reino y cada una aceptó el libro Conocimiento. El hermano joven les pidió la dirección, las visitó dos días después y ambas empezaron a estudiar la Biblia con él.

23 Una hermana hace las revisitas una semana después de haber hablado con la persona. Pero un día o dos después de la visita inicial, le lleva una revista que trate sobre el tema del que hayan conversado antes. Ella dice al amo de casa: “Vi este artículo y pensé que le gustaría leerlo. No puedo quedarme para hablar ahora, pero volveré el miércoles por la tarde como acordamos. ¿Sigue siendo conveniente para usted esa hora?”.

24 Cuando alguien muestra interés en la verdad, podemos estar seguros de que afrontará oposición de una forma u otra. Si volvemos poco después de la primera visita, la fortaleceremos para que resista con éxito la presión de parientes, amigos íntimos u otras personas.

25 Cultive el interés de las personas en los lugares públicos: A muchos nos gusta predicar en las calles, los estacionamientos, el transporte público, los centros comerciales, los parques, etc. Pero, además de distribuir publicaciones, es preciso cultivar el interés de las personas. Con ese propósito, debemos esforzarnos por obtener el nombre, la dirección y, si es posible, el número telefónico de todas las personas interesadas que encontremos. Conseguir estos datos no es tan difícil como uno se imagina. Cuando haya terminado la conversación, saque la libreta y pregunte: “¿Pudiéramos seguir hablando de este tema en otra ocasión?”. O diga: “Quisiera que leyera un artículo que de seguro le va a gustar. ¿Puedo llevárselo a su hogar u oficina?”. Un hermano sencillamente pregunta: “¿A qué número puedo llamarlo?”. Dice que en un período de tres meses todas las personas, excepto tres, le dieron con gusto su número telefónico.

26 Utilice el teléfono para encontrar a las personas y cultivar su interés: Una precursora llama por teléfono a las personas que viven en edificios de alta seguridad y hace revisitas de la misma manera. En la llamada inicial dice: “Sé que no me conoce. Estoy esforzándome especialmente por comunicarme con las personas de su vecindario para expresarles una idea bíblica. Si tiene un momento, quisiera leerle la promesa que se encuentra en...”. Después de leer el texto, dice: “Sería maravilloso ver el cumplimiento de esas palabras, ¿no es cierto? Ha sido un placer leerle esta información. Si a usted también le ha agradado, me gustaría llamarle de nuevo y hablar de otro texto bíblico”.

27 Cuando hace la revisita por teléfono, recuerda al amo de casa la conversación anterior y le dice que quiere leerle de la Biblia cómo serán las condiciones cuando se elimine la maldad. Entonces habla brevemente con el amo de casa. Como resultado de sus muchas conversaciones telefónicas, 35 personas la han invitado a casa y ha empezado siete estudios bíblicos. ¿Encuentra que a veces es difícil hacer revisitas durante los meses invernales debido a que las carreteras están intransitables y cubiertas de hielo o por las enfermedades? En tal caso, ¿por qué no llama a las personas por teléfono?

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28 Cultivemos el interés de la gente en el territorio de negocios: Predicar en las tiendas implica mucho más que solo ofrecer revistas. Muchos comerciantes tienen interés sincero en la verdad, y hay que cultivarlo. En algunos casos tal vez se pueda entablar una conversación bíblica o incluso conducir un estudio en la tienda misma. En otros casos, quizás usted y la persona puedan reunirse a la hora del almuerzo o a otra hora conveniente.

29 Un superintendente viajante visitó al dueño de una pequeña tienda de comestibles y le ofreció demostrarle cómo conducimos estudios bíblicos. Cuando el señor preguntó cuánto duraría la demostración, el superintendente viajante le respondió que solo tomaría quince minutos. El tendero colgó un rótulo en la puerta que decía: “Regresaré en veinte minutos”, sacó dos sillas y analizaron los primeros cinco párrafos del libro Conocimiento. Este hombre sincero quedó tan impresionado por lo que aprendió, que asistió a la Reunión Pública y al Estudio de La Atalaya ese domingo y concordó en estudiar de nuevo la siguiente semana.

30 Para ofrecer un estudio en un negocio, pudiera decir: “En tan solo quince minutos puedo demostrarle nuestro programa de estudios bíblicos. Si es conveniente, me gustaría mostrarle cómo lo hacemos”. Entonces, no se pase de tiempo. Si no se puede mantener una conversación larga en la tienda, tal vez sea más apropiado visitar al tendero en su hogar.

31 Regrese aunque no haya dejado ninguna publicación: Debemos volver a visitar a las personas que muestren cualquier pizca de interés, independientemente de si aceptaron una publicación o no. Por supuesto, si se ve claramente que el amo de casa no está interesado en el mensaje del Reino, es mejor concentrarse en ayudar a otras personas.

32 Mientras predicaba de casa en casa, una hermana habló con una señora muy amigable que rechazó rotundamente las revistas. La publicadora escribe: “Pensé en ella por varios días y decidí hablarle de nuevo”. Finalmente, la hermana oró, cobró denuedo y tocó a la puerta de la señora. Se alegró mucho cuando el ama de casa la invitó a pasar. Se empezó un estudio bíblico y se condujo de nuevo al día siguiente. Con el tiempo, la señora entró en la verdad.

33 Haga planes para lograr lo máximo: Se recomienda que todas las semanas dediquemos algún tiempo a hacer revisitas. Puede lograrse mucho con buenos planes. Prepárese para hacer algunas revisitas en la misma zona donde predicará de casa en casa. Cuando prediquen en automóvil, el grupo debe mantenerse pequeño para que todos tengan amplia oportunidad de hacer revisitas. El conductor del vehículo debe saber de antemano dónde se harán las revisitas para no perder tiempo viajando innecesariamente.

34 Los que tienen éxito haciendo revisitas y conduciendo estudios bíblicos dicen que es esencial mostrar verdadero interés en las personas y seguir pensando en ellas después de la visita. También es necesario presentar un tema bíblico llamativo y colocar en la visita inicial el fundamento para la revisita. Además, es importante no tardar en regresar para cultivar el interés. Siempre hay que tener muy presente el objetivo de empezar un estudio bíblico.

35 Una cualidad fundamental para tener éxito al hacer revisitas es el denuedo. ¿Cómo se adquiere? El apóstol Pablo contesta al decir que “cobramos denuedo” para declarar las buenas nuevas “por medio de nuestro Dios”. Si usted necesita mejorar en este aspecto, ore a Jehová para que le ayude. Entonces obre en conformidad con sus oraciones y vuelva a visitar a todas las personas que muestran interés. Tenga la seguridad de que Jehová bendecirá sus esfuerzos.

[Recuadro de la página 3]Cómo tener éxito al hacer revisitas

■ Muestre verdadero interés en la gente.

■ Escoja un tema bíblico llamativo.

■ Coloque el fundamento para la visita siguiente.

■ Siga pensando en la persona después de la visita.

■ Vuelva uno o dos días después para cultivar el interés.

■ Recuerde que su objetivo es empezar un estudio bíblico.

■ Ore a Dios para que le ayude a cobrar denuedo para efectuar esta obra.

*** KM 4/97 PÁGS. 3-4 DIRIJAMOS A LOS ESTUDIANTES A LA ORGANIZACIÓN QUE HAY TRAS NUESTRO NOMBRE ***

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1 “Es un mensaje que se da en más de doscientos idiomas. Un mensaje que se oye en más de doscientos diez países. Un mensaje que se lleva en persona a dondequiera que haya gente. Todo esto es parte de la campaña de predicación más extensa que jamás haya conocido el mundo. Es un mensaje que une a millones de personas de toda la Tierra. Los testigos de Jehová han estado organizados para efectuar esta obra ¡por más de cien años!”

2 Así comienza la narración de la videocinta Los testigos de Jehová... la organización tras el nombre. Entonces pasa a contestar las preguntas: ¿Quiénes son en realidad los testigos de Jehová?, y ¿cómo se organiza, dirige y financia su actividad? La cinta graba en los que la ven el hecho de que “los testigos de Jehová por toda la Tierra han sido adiestrados como organización en ayudar a su prójimo a poner fe en la Biblia”, y los anima a conocer personalmente la organización que hay tras nuestro nombre. Después de haberla visto, una estudiante lloró de alegría y aprecio, y dijo: “¿Cómo puede alguien no ver que esta es la organización del Dios verdadero, Jehová?”. (Compárese con 1 Corintios 14:24, 25.)

3 Otra mujer llevaba estudiando la Biblia mucho tiempo, aunque no regularmente, pero se negaba a aceptar que la Trinidad fuera una doctrina falsa. Cuando a ella y su esposo se les mostró la cinta, quedaron tan impresionados que la vieron dos veces la misma noche. Al siguiente estudio, la mujer manifestó su deseo de hacerse Testigo. Dijo que por haberse concentrado en la creencia de la Trinidad, no había reparado en nuestra organización ni en la gente que la compone. El vídeo le hizo darse cuenta de que había encontrado la organización verdadera de Dios. Quería comenzar a predicar de casa en casa enseguida. Cuando se le explicaron los pasos que debía dar para ser una publicadora no bautizada, respondió: “¡Manos a la obra!”. Renunció a la Iglesia, empezó su actividad en el servicio del campo y se hizo experta refutando la Trinidad.

4 Está demostrado que los estudiantes de la Biblia progresan mejor en sentido espiritual y maduran más rápidamente cuando reconocen a la organización de Jehová y se relacionan con ella. Es significativo el hecho de que los 3.000 creyentes que se bautizaron en Pentecostés “continuaron dedicándose a la enseñanza de los apóstoles y a asociarse”. (Hech. 2:42, nota.) Es indispensable que ayudemos a los estudiantes a hacer lo mismo hoy. ¿Cómo?

5 Asumamos la responsabilidad: Todo hacedor de discípulos debe comprender que es responsabilidad suya dirigir al estudiante de la Biblia a la organización de Dios. (1 Tim. 4:16.) Cada sesión de estudio debe verse como un escalón hacia el feliz día en que el nuevo simbolice su dedicación a Jehová mediante el bautismo en agua. Una de las preguntas que le harán durante la ceremonia de bautismo es: “¿Comprende usted que su dedicación y bautismo lo identifican como testigo de Jehová asociado con la organización que Dios dirige mediante su espíritu?”. Por ello es importante que él entienda que no puede servir a Dios si no se asocia activamente con la congregación cristiana verdadera. (Mat. 24:45-47; Juan 6:68; 2 Cor. 5:20.)

6 Siga enseñando al estudiante acerca de la congregación local y la organización internacional de los testigos de Jehová. Hágalo en cada sesión de estudio bíblico, comenzando desde la primera. Invítelo desde el mismo principio a ir a las reuniones y no deje de hacerlo. (Rev. 22:17.)

7 Utilicemos los instrumentos de que disponemos: Las mejores publicaciones de que disponemos para dirigir estudios bíblicos son el folleto ¿Qué exige Dios de nosotros? y el libro El conocimiento que lleva a vida eterna. Ambos resaltan la necesidad de relacionarse con la congregación. La lección 5 del folleto Exige dice al final: “Tiene que seguir aprendiendo acerca de Jehová y continuar obedeciendo sus requisitos. Algo que le ayudará en esa dirección es asistir a las reuniones que se celebran en el Salón del Reino de los Testigos de Jehová de su localidad”. El libro Conocimiento anima reiteradamente al estudiante a ir a las reuniones. El capítulo 5, párrafo 22, hace la siguiente invitación: “Los testigos de Jehová [...] le animan afectuosamente a adorar a Dios junto a ellos ‘con espíritu y con verdad’. (Juan 4:24.)”. El capítulo 12, párrafo 16, dice: “Si continúa estudiando y adopta la costumbre de asistir a las reuniones de los testigos de Jehová, su fe se fortalecerá aún más”. El capítulo 16, párrafo 20, aconseja: “Adquiera la costumbre de asistir a las reuniones de los testigos de Jehová”, y añade: “Esto le ayudará a entender y luego aplicar el conocimiento de Dios en su vida y le traerá felicidad. Siendo parte de la hermandad cristiana mundial, le resultará más fácil permanecer cerca de Jehová”. El capítulo 17 trata en detalle cómo hallar verdadera seguridad en el pueblo de Dios. Al conducir estudios, tenemos la responsabilidad de enfatizar estas partes de la información.

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8 El folleto Los testigos de Jehová efectúan unidamente la voluntad de Dios por todo el mundo, es un magnífico instrumento concebido para que el público se familiarice con la única organización visible que Jehová está usando hoy para efectuar su voluntad. La información detallada que contiene sobre nuestro ministerio, las reuniones y la organización animará al lector a unírsenos para adorar a Dios. Una vez establecido el estudio, es recomendable dar al estudiante un ejemplar del folleto a fin de que lo lea por su cuenta. No hace falta estudiarlo con él como hacíamos antes.

9 Algunas de las videocintas producidas por la Sociedad son excelentes instrumentos para dirigir a los estudiantes a la organización que hay tras nuestro nombre. Conviene que vean: 1) La Sociedad del Nuevo Mundo en acción, un repaso de la película de 1954, que captó el espíritu de amor, eficacia y serenidad con que funciona la organización de Jehová; 2) Unidos gracias a la enseñanza divina, que examina la unidad y la paz reinantes en las asambleas internacionales de Europa oriental, Sudamérica, África y Asia; 3) Hasta los cabos de la Tierra, que señaló el 50 aniversario de la fundación de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower, y que muestra el efecto que han tenido los misioneros en la predicación mundial; 4) Los testigos de Jehová se mantienen firmes ante el ataque nazi, que narra la conmovedora historia del valor y el triunfo de los Testigos frente a la brutal persecución de Hitler, y, naturalmente, 5) Los testigos de Jehová... la organización tras el nombre.

10 Pongamos metas progresivas con respecto a las reuniones: Hay que explicar a los estudiantes que tanto la enseñanza particular que reciben en el estudio bíblico en su casa como las lecciones que se exponen en las reuniones de congregación son necesarias. (Juan 6:45.) Los nuevos deben adelantar por igual en el entendimiento de las Escrituras y de la organización, y a este efecto no hay nada que sustituya a las reuniones. (Heb. 10:23-25.) Comience a invitar a la persona a las reuniones de inmediato. Algunos recién interesados empiezan a ir a las reuniones incluso antes de tener un estudio bíblico regular en su casa. Por supuesto, nosotros mismos queremos dar un buen ejemplo asistiendo con regularidad. (Luc. 6:40; Fili. 3:17.)

11 Informe bien al estudiante sobre las reuniones y cómo se llevan a cabo para que se sienta cómodo cuando asista por primera vez. Dado que algunas personas se ponen nerviosas cuando visitan un lugar nuevo, sería conveniente acompañar al estudiante al Salón del Reino la primera vez que asista a una reunión. Estará más tranquilo si usted se halla a su lado cuando conozca a los miembros de la congregación. Procure por todos los medios ser buen anfitrión, haciendo que su visitante se sienta bienvenido y cómodo. (Mat. 7:12; Fili. 2:1-4.)

12 Anime al estudiante cuanto antes a asistir a un día especial de asamblea, una asamblea de circuito o una asamblea de distrito. Tal vez pueda llevarlo en su automóvil.

13 Inculquemos aprecio de corazón: El libro Organizados para efectuar nuestro ministerio dice en las páginas 91 y 92: “Si su propio profundo aprecio a la organización de Jehová se refleja en las conversaciones suyas con la gente que se interesa en la verdad, será más fácil para esas personas desarrollar aprecio, y esto las impulsará a lograr mayor adelanto en adquirir conocimiento de Jehová”. Hable siempre de la congregación en términos positivos, nunca negativos. (Sal. 84:10; 133:1, 3b.) En las oraciones que haga durante el estudio bíblico, mencione a la congregación y la necesidad del estudiante de asociarse regularmente con ella. (Efe. 1:15-17.)

14 Ciertamente deseamos que los nuevos cultiven aprecio sincero por la deleitable compañía y la seguridad espiritual que existen en el pueblo de Dios. (1 Tim. 3:15; 1 Ped. 2:17; 5:9.) Como testigos de Jehová que somos, hagamos todo lo que esté a nuestro alcance para dirigir a los estudiantes de la Palabra de Dios a la organización que hay tras nuestro nombre.

[Comentario de la página 3]Los estudiantes progresan más rápido en sentido espiritual cuando ven la organización ellos mismos

[Comentario de la página 4]No se demore en invitar a los estudiantes a las reuniones

*** km 2/98 págs. 3-6 Prediquemos a gente de toda lengua y religión ***Prediquemos a gente de toda lengua y religión

1 Los cristianos del siglo primero dieron un celoso testimonio a personas que hablaban otros idiomas y profesaban diversas religiones. Como resultado de ello, “para el año 100

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probablemente todas las provincias de la costa mediterránea albergaban una comunidad cristiana” (History of the Middle Ages [Historia de la Edad Media]).

2 En Estados Unidos, mucha gente habla otros idiomas aparte del inglés. Hay pueblos y ciudades que albergan comunidades extranjeras de tamaño considerable a causa de la afluencia de refugiados. Multitud de individuos que practican diversas religiones no cristianas han inmigrado a este país, entre ellos centenares de miles de budistas, hindúes, judíos y musulmanes. Ante tal variedad idiomática y religiosa, es un verdadero reto saber cómo hablar y dar testimonio a estas personas en el ministerio del campo. En efecto, es posible que tengamos un territorio misional en nuestra propia localidad. ¿Cómo podemos obedecer la orden de Jesús de ‘predicar al pueblo y dar testimonio cabal’ a gente de toda lengua y religión? (Hech. 10:42.)

Prediquemos a quienes hablan otra lengua

3 El número de nuevos publicadores ha aumentado grandemente entre la población extranjera que reside en los 48 estados del territorio de nuestra sucursal. Se han establecido congregaciones en diecisiete idiomas, y grupos en otros siete. No obstante, aún podemos lograr más en los lugares donde no hay congregaciones extranjeras que prediquen.

4 Superemos la barrera de la lengua: Es indudable que las personas suelen aprender mucho más rápido y comprender mejor las cosas cuando se les enseña en su lengua materna. “Por causa de las buenas nuevas” y con el objeto de ‘hacerse partícipes de ellas con otros’, muchos hermanos han aprendido otro idioma (1 Cor. 9:23). Una señora china recibió durante años las revistas que le llevaba una hermana de habla inglesa, pero no aceptó la invitación a estudiar la Biblia hasta que otra hermana, que estaba aprendiendo chino, le ofreció un libro en este idioma. Gustosa, aceptó tanto la publicación como el estudio. Y todo gracias al esfuerzo que hizo la segunda hermana por hablarle unas cuantas palabras en su propia lengua (compárese con Hechos 22:2).

5 Con razón, La Atalaya del 1 de noviembre de 1992 hizo el siguiente comentario: “El aprender otro idioma no solo mejorará la capacidad mental de los jóvenes, sino que también los hará más útiles en la organización de Jehová”. Muchos miembros de la familia Betel han emprendido la tarea de aprender un nuevo idioma; de este modo, los hermanos han sido de particular utilidad en congregaciones donde se les necesita para que lleven la delantera. Usted también puede prestar ayuda a una congregación o grupo extranjeros si habla otro idioma o está dispuesto a aprender (Mat. 9:37, 38).

6 Un hermano de Florida que aprendió vietnamita antes de entrar en la verdad, ahora se deleita predicando las buenas nuevas a los hablantes de esa lengua. Para aprovechar mejor sus conocimientos, se mudó con su familia al otro extremo del país, donde el campo vietnamita precisa más ayuda. Desde entonces ha obtenido magníficos resultados al estudiar la Biblia con muchos vietnamitas.

7 Una precursora de California que halló varios sordos en el territorio pidió a Jehová que la ayudara a encontrar a alguien que le enseñara el lenguaje de señas a fin de enseñarles la verdad. Cierto día, mientras hacía la compra en el supermercado del barrio, una joven sorda se le acercó y le pidió mediante una nota que la ayudara a localizar un artículo. Después de encontrarlo, la precursora escribió una nota manifestándole el deseo de aprender el lenguaje de señas para ayudar a los sordos del vecindario. “¿Por qué quiere ayudar a los sordos?”, escribió la mujer, a lo que la hermana respondió: “Soy testigo de Jehová y quiero ayudar a los sordos a entender la Biblia. Le enseñaré la Biblia con mucho gusto si usted me enseña el lenguaje de señas”. La hermana relata: “No se imaginan la alegría que sentí cuando accedió”. La hermana fue a casa de la joven todas las noches durante seis semanas. Ella aprendió el lenguaje de señas, y la joven sorda aprendió la verdad y se bautizó. Aunque aquello ocurrió hace más de treinta años, esta precursora aún sigue testimoniando a los sordos, y ahora asiste a una congregación en lenguaje de señas.

8 Si usted habla otro idioma con fluidez y tiene el deseo y las posibilidades de mudarse adonde haya más necesidad en ese campo, hable con los ancianos de la congregación. En caso de que ellos consideren que reúne los requisitos para trasladarse, pregunte al superintendente de circuito si hay algún lugar cercano donde pueda servir. De no haber uno, puede escribir a la Sociedad, siempre y cuando adjunte una carta de los ancianos en la que comenten sobre sus aptitudes y conocimiento del idioma (véase La Atalaya del 15 de agosto de 1988, páginas 21-23).

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9 Utilicemos los instrumentos que recibimos: Nuestras publicaciones se editan en un gran número de idiomas. Sería bueno llevar tratados —o si no hay una congregación extranjera que predique el mismo territorio, el folleto Exige— en los idiomas que se hablan en la zona. Si es obvio que el inglés o el español no es la lengua materna de una persona, pregúntele qué idiomas lee; de esta manera será más amplia la gama de publicaciones que puede ofrecerle. Por ejemplo, es posible que alguien que hable urdu también lea árabe.

10 Aunque usted no hable el idioma de la persona con quien se encuentra en la predicación, aun así puede presentarle las buenas nuevas. ¿Cómo? Utilizando el folleto Buenas nuevas para todas las naciones, que contiene un breve mensaje impreso en 59 idiomas. Como indican las instrucciones de la página 2, una vez que determine qué idioma habla el amo de casa, déle a leer la información en la página correspondiente. Luego muéstrele una publicación en su idioma. Si no tiene, indíquele que tratará de volver con un ejemplar en su idioma. Pregúntele el nombre, y anótelo junto con la dirección. Quizás pueda pasar los datos a la congregación o grupo más cercanos en ese idioma, utilizando la hoja Visítese a esta persona de otro idioma (S-70a-S). Encontrará más instrucciones sobre el particular en la página 7 de Nuestro Ministerio del Reino de octubre de 1993. De no haber nadie que hable ese idioma para que se encargue de visitarlo, tal vez usted pueda aceptar el reto e incluso estudiar con él siguiendo su ejemplar en español (1 Cor. 9:19-23).

Prediquemos a los que profesan religiones no cristianas

11 Saber algo acerca de la religión del individuo contribuye a que demos un testimonio eficaz del Reino de Dios. El libro El hombre en busca de Dios nos informa sobre las principales religiones del mundo, a fin de que entendamos las creencias de la gente al grado preciso para ayudarla a conocer la verdad.

12 En el recuadro de la última página de este suplemento aparece una lista actualizada de publicaciones que la organización de Jehová ha suministrado para predicar a quienes no son cristianos. Si las leemos, sabremos cómo abordarlos con las buenas nuevas. Y no olvidemos otra herramienta útil, a saber, el libro Razonamiento. En las páginas 21 a 24 hallamos sugerencias prácticas de cómo responder a budistas, hindúes, judíos y musulmanes.

13 Cuidado con lo que decimos: Debemos tener cuidado de no formarnos un estereotipo de los partidarios de una religión, concluyendo que todos necesariamente creen lo mismo; más bien, procuremos entender el pensamiento de la persona con quien hablemos (Hech. 10:24-35). Como musulmán, Salimoon aprendió desde niño que el Corán es la palabra de Dios, pero nunca pudo aceptar totalmente la doctrina musulmana de que un Dios que es todo misericordia tortura a la gente en un infierno llameante. Cierto día, los testigos de Jehová lo invitaron a una reunión. De inmediato reconoció la verdad, y ahora es feliz sirviendo de anciano en la congregación cristiana.

14 Al testimoniar a quienes no profesan la fe cristiana, debemos tener cuidado de no echar a perder la oportunidad de hablarles de las buenas nuevas por la forma de abordarlos (Hech. 24:16). Los seguidores de algunas religiones reaccionan con suspicacia ante cualquier intento de convertirlos a otra fe. Por lo tanto, esté pendiente de los puntos que posean en común a fin de atraerlos a la verdad total de la Palabra de Dios. Los mansos como ovejas responderán a un trato bondadoso y una presentación clara de la verdad.

15 Es importante que seleccionemos las palabras para no alejar innecesariamente a las personas de la verdad. Por ejemplo, si de entrada usted dice que es cristiano, su interlocutor pudiera asociarlo de manera automática con las iglesias de la cristiandad, levantando así una barrera. También es conveniente aludir a la Biblia como “las Escrituras” o “los santos escritos” (Mat. 21:42; 2 Tim. 3:15).

16 Si se encuentra con alguien de una religión no cristiana y no se siente bien preparado para darle testimonio en ese momento, aproveche la oportunidad para conocerlo, ofrézcale un tratado, déle su nombre y pídale el suyo. Entonces vuelva uno o dos días después, cuando se haya preparado de forma adecuada para dar testimonio (1 Tim. 4:16; 2 Tim. 3:17).

17 Predicación a los budistas: (Véase el capítulo 6 del libro El hombre en busca de Dios.) Las creencias budistas difieren grandemente de un seguidor a otro. En vez de propugnar la existencia de un Creador personal, el budismo tiene por ideal religioso a Gautama Buda, varón indio del siglo VI a.E.C. Desde que este vio por primera vez a un enfermo, a un viejo y a un cadáver, pasó mucho tiempo tratando de encontrar el sentido de la vida. ‘¿Nacieron los

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hombres sólo para sufrir, envejecer y morir?’, se preguntaba. Por supuesto, nosotros podemos contestar dichas preguntas a los budistas sinceros que deseen saber las respuestas.

18 Al hablar con personas budistas, limítese al mensaje positivo y a las verdades claras del mayor de todos los libros santos, la Biblia. Los budistas, como la mayoría de la gente, se interesan mucho en la paz, la moralidad y la vida familiar, y a menudo aceptan con agrado hablar de estos temas. Esto puede crear una oportunidad para subrayar la importancia del Reino como la verdadera solución a los problemas del género humano.

19 En algunas zonas metropolitanas del país se siente la influencia de la población china que sigue el budismo y otras filosofías orientales. Muchos cursan estudios universitarios en Estados Unidos. Cuando una hermana de Montana vio a un chino en una tienda de comestibles, le entregó un tratado en su idioma y le ofreció un estudio de la Biblia. “¿Quiere decir la Santa Biblia? —preguntó él—. ¡Es lo que he estado buscando toda la vida!” Aquella misma semana empezó a estudiar y a acudir a todas las reuniones.

20 Una hermana precursora de Nevada lleva más de una década enseñando la verdad a estudiantes chinos. Al predicar en un edificio de ocho apartamentos ocupados por alumnos, le pidió a Jehová que la ayudara a iniciar un estudio en cada apartamento. Al cabo de dos semanas ya tenía por lo menos un estudiante en cada uno. Una presentación que le ha dado resultado es mencionar que ha hallado entre los estudiantes una preocupación común: todos desean paz y felicidad. Entonces les pregunta si a ellos también les preocupa lo mismo. Siempre dicen que sí. Ella dirige su atención al folleto Lasting Peace and Happiness—How to Find Them (Cómo hallar paz y felicidad duraderas), concebido para los chinos. Después de tan solo cinco sesiones, un estudiante le dijo que llevaba mucho tiempo buscando la verdad, pero que ya la había encontrado.

21 Predicación a los hindúes: (Véase el capítulo 5 del libro El hombre en busca de Dios.) El hinduismo no tiene un credo definido, y su filosofía es muy compleja. Los hindúes poseen un concepto trinitario de su dios principal, Brahmán (Brahma el Creador, Visnú el Preservador y Siva el Destructor). La creencia en el alma inmortal es básica para su doctrina de la reencarnación, la cual los lleva a un concepto fatalista de la vida (véase el libro Razonamiento, páginas 296-300, y La Atalaya del 15 de mayo de 1997, páginas 3-8). El hinduismo enseña la tolerancia, que todas las religiones conducen a la misma verdad.

22 Una manera de dar testimonio a un hindú es explicarle nuestra esperanza bíblica de vivir para siempre en perfección humana en la Tierra, así como las respuestas satisfactorias que da la Biblia a las cuestiones importantes que afronta la humanidad.

23 Predicación a los judíos: (Véase el capítulo 9 del libro El hombre en busca de Dios.) A diferencia de las demás religiones no cristianas, el judaísmo hunde sus raíces en la historia, no en la mitología. Las Escrituras Hebreas inspiradas suministran un eslabón fundamental en la búsqueda del Dios verdadero por parte de la humanidad. Y, sin embargo, en contraposición a la Palabra de Dios, una de las doctrinas básicas del judaísmo moderno es la inmortalidad del alma humana. Podemos establecer una base común confirmándoles que adoramos al Dios de Abrahán y reconociendo que todos nos encaramos a las mismas dificultades en el mundo actual.

24 Si se encuentra con un judío que tiene poca fe en Dios, el preguntarle si siempre se ha sentido así puede ayudarle a comprender qué tema le atraería más. Por ejemplo, quizás nunca haya oído una explicación satisfactoria de por qué Dios permite el sufrimiento. Se puede animar a los judíos sinceros a volver a examinar la identidad de Jesús como el Mesías, no a través de la imagen distorsionada de la cristiandad, sino como lo presentan los escritores judíos de las Escrituras Griegas.

25 Predicación a los musulmanes: (Véase el capítulo 12 del libro El hombre en busca de Dios.) Los musulmanes (o muslimes) son los seguidores del islamismo (o mahometismo), el cual enseña que Alá es su única deidad y que Mahoma (570-632 E.C.) fue su último y más importante profeta. Como no creen que Dios tuvo un hijo, reconocen a Jesucristo como un profeta menor de Dios y nada más. El Corán, que cuenta con menos de mil cuatrocientos años de antigüedad cita tanto de las Escrituras Hebreas como de las Griegas. Existen grandes similitudes entre el islamismo y el catolicismo. Ambas religiones enseñan la inmortalidad del alma, el tormento temporal y el infierno.

26 Un punto obvio que tenemos en común es nuestra creencia de que solo hay un Dios verdadero y que este inspiró la Biblia. El lector cuidadoso del Corán ha visto referencias a la

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Torá, los Salmos y los Evangelios como la Palabra de Dios, y ha leído que debe reconocerlos y obedecerlos como tal. Por lo tanto, puede ofrecerse a estudiar estas porciones de la Escritura con la persona.

27 La siguiente presentación puede ser útil con un musulmán: “No he hablado con muchos musulmanes, pero he leído un poco de algunas doctrinas de su religión en este libro [remítase a la página 24 del libro Razonamiento]. Aquí dice que ustedes creen que Jesús fue un profeta, pero que Mahoma fue el último y más importante de los profetas. ¿Creen también que Moisés fue un profeta verdadero? [Deje que responda.] ¿Me permite mostrarle lo que Moisés aprendió de Dios sobre su nombre personal?” Entonces lea Éxodo 6:2, 3. En la revisita, puede analizar el subtítulo “Un Dios, una religión”, en la página 13 del folleto El tiempo para verdadera sumisión a Dios.

28 En la actualidad, muchos están obrando en armonía con las palabras de Isaías 55:6, que dice: “Busquen a Jehová mientras pueda ser hallado. Clamen a él mientras resulte estar cerca”. Estas palabras les aplican a todas las personas sinceras, sea cual sea su idioma o religión. Podemos confiar en que Jehová bendecirá nuestros esfuerzos para ir y ‘hacer discípulos de gente de todas las naciones’ (Mat. 28:19).

[Recuadro de la página 6]PUBLICACIONES DIRIGIDAS A PERSONAS NO CRISTIANASBudistas*In Search of a Father (En busca de un padre) (Folleto)“¡Mira! Estoy haciendo nuevas todas las cosas” (Folleto)Chinos*Lasting Peace and Happiness—How to Find Them (Cómo hallar paz y felicidad duraderas) (Folleto)Hindúes*From Kurukshetra to Armageddon—And Your Survival (De Kuruksetra a Armagedón, y cómo puede usted sobrevivir) (Folleto)*Our Problems—Who Will Help Us Solve Them? (Nuestros problemas: ¿quién puede ayudarnos a resolverlos?) (Folleto)¿Por qué debemos adorar a Dios con amor y verdad? (Folleto)*The Path of Divine Truth Leading to Liberation (La senda de la verdad divina que conduce a la liberación) (Folleto)*Victory Over Death—Is It Possible for You? (Victoria sobre la muerte, ¿puede usted conseguirla?) (Folleto)JudíosUn nuevo mundo pacífico. ¿Vendrá? (Tratado núm. 17)Los testigos de Jehová, ¿qué creencias tienen? (Tratado núm. 18)¿Habrá algún día un mundo sin guerra? (Folleto)MusulmanesCómo hallar el camino al Paraíso (Tratado)El tiempo para verdadera sumisión a Dios (Folleto)* No está disponible en español

*** km 4/98 págs. 3-4 Se buscan más estudios bíblicos ***Se buscan más estudios bíblicos

1 Jehová Dios está bendiciendo a su organización terrestre con crecimiento constante. El pasado año de servicio se bautizaron en todo el mundo 375.923 discípulos, un promedio de más de mil al día, o, aproximadamente, cuarenta y tres cada hora. Pese a las dificultades que

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durante decenios han soportado nuestros hermanos en diversas partes del planeta, la obra del Reino progresa y se registran aumentos extraordinarios. Resulta emocionante leer sobre el adelanto que se ha logrado en la difusión de las buenas nuevas.

2 La sucursal de Estados Unidos también observó el pasado año de servicio un incremento en el promedio de publicadores y precursores auxiliares, el número de horas dedicadas a la predicación y la cantidad de folletos y revistas distribuidos. Se produjo un aumento en el número de bautizados y un máximo sin precedentes en la asistencia a la Conmemoración. ¿Qué decir de las revisitas y los estudios bíblicos? El total de las revisitas disminuyó y el número de estudios bíblicos se redujo en un 14%. Sin embargo, estos dos aspectos son esenciales para hacer discípulos. ¿Qué puede hacer cada uno de nosotros para invertir esta tendencia?

3 Intensifique el deseo de dirigir un estudio: Nosotros mismos tenemos que concentrar la atención en mantenernos espiritualmente fuertes y activos. Los verdaderos seguidores de Cristo son “celoso[s] de obras excelentes” (Tito 2:14). ¿Revela un examen de nuestro ministerio que deseamos con ansia volver a visitar a todo aquel que haya aceptado una publicación? ¿Somos entusiastas al ofrecer estudios bíblicos a cuantos muestran interés? (Rom. 12:11.) ¿O tenemos que desarrollar un mayor deseo de hacer revisitas y comenzar estudios bíblicos?

4 Por la lectura personal de la Biblia, la asistencia constante a las reuniones y el estudio de las publicaciones nos mantendremos vivos espiritualmente y recibiremos el poder del espíritu de Dios (Efe. 3:16-19). Esto robustecerá nuestra fe y confianza en Jehová y nuestro amor al prójimo; nos motivará a enseñar la verdad a más personas, haciendo de ese modo que nuestro ministerio sea interesante, estimulante y que tenga éxito. En efecto, debemos querer más estudios bíblicos.

5 Estudie con su familia primero: Los padres cristianos con hijos en el hogar han de preocuparse por tener con su familia un programa regular de estudio bíblico (Deu. 31:12; Sal. 148:12, 13; Pro. 22:6). Sería muy provechoso que estudiaran con sus hijos primero el folleto Exige y después el libro Conocimiento, a fin de prepararlos para que sean publicadores no bautizados y para su posterior dedicación y bautismo. Por supuesto, pueden analizar otros asuntos según la necesidad y la edad del hijo. Los padres que den estudios a sus hijos no bautizados contarán el estudio, el tiempo y las revisitas como lo indica “La caja de preguntas” de Nuestro Ministerio del Reino de abril de 1987.

6 Organícese mejor: Dado el número de revistas, folletos y libros distribuidos, no cabe duda de que se está diseminando una gran cantidad de semillas. Estas semillas de la verdad que hemos sembrado poseen un enorme potencial para producir nuevos discípulos. Ahora bien, ¿sentiría un agricultor o un jardinero verdadera satisfacción si continuamente plantara y, después de todos sus esfuerzos, nunca sacara tiempo para cosechar? ¡Claro que no! Así mismo, es menester que dediquemos una parte de nuestro ministerio a cultivar el interés de la gente.

7 ¿Aparta usted regularmente tiempo para hacer revisitas? No tarde en volver a visitar a todo aquel que muestre interés y propóngase empezar un estudio bíblico. ¿Lleva un registro ordenado y actualizado de sus revisitas? Además del nombre y la dirección del amo de casa, escriba la fecha de la primera visita, la publicación que dejó, una breve descripción del tema que trataron y un punto que pueda desarrollar la siguiente vez. Deje espacio en su registro para añadir información después de cada visita.

8 Analice cómo hacer una revisita: ¿Cuáles son algunos puntos que han de tenerse en cuenta al volver a visitar a alguien interesado? 1) Sea afable, entusiasta y actúe con sencillez. 2) Hable de temas que le interesen al amo de casa. 3) Mantenga la conversación sencilla y centrada en la Biblia. 4) En cada visita procure enseñar algo que él considere que le será de valor personal. 5) Cree expectación por el asunto del que hablarán la siguiente vez. 6) No se quede demasiado tiempo. 7) No le haga preguntas que lo avergüencen o lo pongan en apuros. 8) Sea perspicaz y no condene sus ideas equivocadas o malos hábitos antes de que haya cultivado aprecio por las cosas espirituales (véase el suplemento de Nuestro Ministerio del Reino de marzo de 1997, donde hallará más información útil sobre cómo triunfar en las revisitas y empezar estudios bíblicos).

9 Examine todas las posibilidades: En una congregación fue posible obtener los nombres y el número del apartamento de todos los ocupantes de un complejo de viviendas de alta seguridad. A cada uno se le envió una carta, acompañada de dos tratados, que al final ofrecía un estudio bíblico a domicilio e incluía un número de teléfono adonde el destinatario pudiera llamar. A los pocos días llamó un joven pidiendo un estudio. Se le visitó al día siguiente y se inició el estudio con el libro Conocimiento. Aquella misma noche, el joven fue al Estudio de Libro

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de Congregación, y continuó asistiendo a todas las reuniones. Casi de inmediato empezó a leer diariamente la Biblia. Siguió haciendo progresos hasta que se bautizó.

10 Un grupo de publicadores que iban en un automóvil decidieron hacer juntos algunas revisitas. Cuando le tocó el turno a una hermana, no encontró a la persona a quien buscaba, pero en su lugar salió una joven que dijo: “Los estaba esperando”. Un conocido le había dado el libro Conocimiento, y cuando las hermanas tocaron a su puerta, ya lo había leído dos veces y había quedado muy impresionada por su contenido. Dijo que no le sorprendía la visita de los Testigos ese día porque había estado orando para que fueran a enseñarle la Biblia. Se dio comienzo a un estudio, ella empezó a ir a las reuniones de la congregación y adelantó rápidamente.

11 Una hermana que lleva casi veinticinco años bautizada le regaló hace poco el libro Conocimiento a su madre. Esta, que es miembro de una iglesia, comenzó a leerlo. Al terminar el segundo capítulo, llamó a su hija y, para sorpresa de esta, le dijo que quería hacerse testigo de Jehová. Empezó a estudiar y ya se ha bautizado.

12 Trate de seguir estas sugerencias: ¿Ha utilizado alguna vez el método de ofrecer directamente un estudio? Solo tiene que decir: “Si desea estudiar la Biblia gratis en su hogar, puedo demostrarle en unos pocos minutos cómo hacerlo. Si le gusta, podemos continuar”. Muchos aceptan sin vacilar tal ofrecimiento y observan de buena gana la demostración del estudio bíblico.

13 Muestre al estudiante desde el principio cómo prepararse de antemano leyendo los textos bíblicos citados y subrayando las palabras clave que responden a las preguntas impresas. Concéntrese solamente en las ideas principales. Aunque quizás debamos ser flexibles en las primeras sesiones, es importante que el estudio bíblico se conduzca con regularidad. Piense en cómo introducir la oración como parte esencial del estudio y en cómo preparar al estudiante con la Biblia para que resista la oposición. Haga todo lo posible para que el estudio sea animado.

14 Es obvio que no todos los estudiantes progresan a la misma velocidad. Algunos no tienen tanta inclinación a lo espiritual como otros, ni son tan rápidos para absorber lo que se les enseña. Hay quienes llevan vidas muy ocupadas y tal vez no pueden dedicar el tiempo necesario para abarcar un capítulo entero todas las semanas. Por consiguiente, habrá ocasiones en que se necesitará más de una sesión para terminar ciertos capítulos y algunos meses más para acabar el libro. En algunos casos podemos estudiar el folleto Exige primero y luego pasar al libro Conocimiento. Esto, complementado con la asistencia a las reuniones de la congregación, les ayudará a adquirir un fundamento sólido en la verdad.

15 Ante todo, ore pidiendo un estudio bíblico (1 Juan 3:22). Una de las experiencias más remuneradoras que pueda tener un cristiano es que Jehová lo utilice para ayudar a alguien a hacerse discípulo de Jesucristo (Hech. 20:35; 1 Cor. 3:6-9; 1 Tes. 2:8). Ahora es el momento de manifestar gran celo por la obra de los estudios bíblicos, totalmente confiados en que los esfuerzos que hagamos para comenzar más estudios contarán con la abundante bendición de Jehová.

[Comentario de la página 3]¿Pide usted a Dios en oración que le ayude a comenzar un nuevo estudio bíblico?

*** km 11/98 págs. 3-6 Seamos eficientes en nuestro ministerio ***Seamos eficientes en nuestro ministerio

1 El cielo se oscurece; la intensidad de un sonido misterioso aumenta hasta convertirse en un estruendo ensordecedor; una nube como de humo desciende. ¿Qué es? Un ejército de millones de langostas que invade la tierra y siembra la desolación total. Esta escena descrita por el profeta Joel tiene un cumplimiento hoy día en la predicación de los siervos ungidos de Dios y de sus compañeros, la gran muchedumbre.

2 La Atalaya del 1 de mayo de 1998 dijo en la página 11, párrafo 19: “El actual ejército de langostas da un testimonio exhaustivo en ‘la ciudad’ de la cristiandad (Joel 2:9). [...] Aún vence todos los obstáculos, entra en millones de hogares, aborda a las personas en las calles, habla con ellas por teléfono y se pone en contacto con ellas por todo medio posible al declarar el mensaje de Jehová”. ¿No es un magnífico privilegio tomar parte en esta obra ordenada por Dios?

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3 A diferencia de las langostas literales, cuyo único objetivo es alimentarse a sí mismas, nosotros, como siervos de Jehová, nos interesamos mucho por la vida de aquellos a quienes predicamos. Queremos ayudarlos a aprender las gloriosas verdades de la Palabra de Dios y a dar los pasos que los llevarán a la salvación eterna (Juan 17:3; 1 Tim. 4:16). Por eso, deseamos ser eficientes en nuestro ministerio. Sea cual sea la forma de predicación en que participemos, debemos asegurarnos de que la efectuamos del modo y en el momento más fructíferos posible. Ya que “la escena de este mundo está cambiando”, conviene que analicemos nuestros métodos y nuestro enfoque para asegurarnos de que estamos alcanzando el objetivo de rendir al máximo (1 Cor. 7:31).

4 Aunque procuramos comunicarnos de muchas maneras con la gente, la obra de casa en casa es todavía el puntal de nuestro ministerio. ¿Hallamos que las personas están a menudo ausentes o durmiendo cuando las visitamos? ¡Qué decepción!, pues en tal caso no podemos darles el mensaje de las buenas nuevas. ¿Cómo hacemos frente a este reto?

5 Seamos flexibles y razonables: En el Israel del siglo I los pescadores ejercían su oficio de noche. ¿Por qué? Porque aunque no era el tiempo más propicio para ellos, era cuando capturaban la mayor cantidad de peces, el momento más productivo. Comentando sobre esta práctica, La Atalaya del 15 de junio de 1992 dijo: “Nosotros también debemos estudiar nuestro territorio para salir a pescar, por decirlo así, cuando la mayoría de la gente esté en su casa y con ánimo de escuchar”. La observación de los hábitos sociales ha revelado que los habitantes de muchas zonas residenciales, aunque estén en casa cuando llamamos a su puerta por la mañana temprano los sábados y domingos, generalmente no reciben con agrado nuestras visitas a esa hora. Si ese es nuestro caso, ¿pudiéramos dejarlas para media mañana o incluso para la tarde? Esta sería una buena manera de aumentar la eficacia de nuestro ministerio y también de mostrar consideración a los vecinos, lo cual es prueba de verdadero amor cristiano (Mat. 7:12).

6 En Filipenses 4:5 el apóstol Pablo nos recuerda que debemos dejar que ‘todos los hombres conozcan lo razonables que somos’. En armonía con esta pauta inspirada, queremos ser equilibrados y razonables en los métodos que empleamos para llevar a cabo nuestra tarea de predicar con celo y entusiasmo. No queremos ‘retraernos de enseñar públicamente y de casa en casa’, sino asegurarnos de que estamos efectuando nuestro ministerio de casa en casa en horas razonables y productivas (Hech. 20:20). Como los pescadores del Israel del siglo I, nos interesa “pescar” en las horas que obtengamos los mejores resultados, no en las que sean más convenientes para nosotros.

7 ¿Qué cambios pudiéramos hacer? Normalmente, las reuniones para el servicio del campo de los sábados y domingos tienen lugar a las 9.00 ó 9.30 de la mañana, después de lo cual el grupo empieza a predicar de puerta en puerta. Sin embargo, algunos cuerpos de ancianos han dispuesto que el grupo participe en otras modalidades del ministerio —como predicar en las calles o los negocios o hacer revisitas— antes de ir de puerta en puerta en las zonas residenciales. Otras congregaciones han pospuesto la hora de la reunión para el servicio para las 10.00 u 11.00 de la mañana o las 12.00 del mediodía. Luego, el grupo va directo a las casas y se queda hasta las primeras horas de la tarde. En algunos territorios, el mejor momento de reunirse para el servicio del campo quizás sea al principio de la tarde y no por la mañana. Estos cambios bien pueden contribuir a aumentar la productividad de la predicación de casa en casa.

8 Obremos con discernimiento y tacto: Al ir de puerta en puerta, encontramos diversas reacciones a nuestro mensaje. Unos amos de casa son receptivos, otros indiferentes y algunos quizás discutidores o belicosos. Sobre estos últimos, el libro Razonamiento a partir de las Escrituras, página 7, nos recuerda que no pretendemos “‘ganar discusiones’ con personas que no respetan la verdad”. Ante un amo de casa hostil, lo mejor es marcharse. No debemos suscitar nunca el antagonismo de la gente insistiendo en que hable con nosotros o que acepte nuestro punto de vista. No obligamos a nadie a escuchar nuestro mensaje, pues sería irrazonable y podría causar dificultades a otros Testigos y a la obra en general.

9 Antes de empezar a predicar, sería prudente revisar la tarjeta de territorio para comprobar si hay constancia de que alguien no desea que llamemos a su puerta, y en tal caso, informar de ello a todos los publicadores asignados a esa calle. Nadie debe creerse con derecho a visitar tales hogares si el superintendente de servicio no se lo ha indicado (véase La caja de preguntas de Nuestro Ministerio del Reino de junio de 1994).

10 Podemos aumentar nuestra eficacia siendo discernidores al predicar de casa en casa. Al acercarnos a un hogar, seamos observadores. ¿Están cerradas todas las cortinas o persianas?

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¿No se escucha ninguna señal de actividad? Pudiera ser indicio de que los ocupantes están durmiendo. Probablemente tendremos una conversación más productiva con el amo de casa si volvemos más tarde. Tal vez sea mejor pasar por alto esa casa de momento y anotar el número. Podemos regresar antes de marcharnos del territorio o anotar las señas para volver otro día más tarde.

11 Con todo, es posible que, sin querer, despertemos a alguien o le causemos alguna molestia. Quizás la persona se vea muy enojada. ¿Cómo debemos reaccionar? Proverbios 17:27 aconseja: “Un hombre de discernimiento es sereno de espíritu”. Aunque no nos disculpamos por nuestra obra, sí podemos decirle cuánto sentimos haber llegado en un momento inoportuno. Pudiéramos preguntarle cortésmente si le conviene que volvamos a otra hora y ofrecernos para hacerlo. A menudo, unas palabras que revelen interés personal, dichas en un tono calmado, apaciguan al amo de casa (Pro. 15:1). Si este nos dice que trabaja por las noches, ha de incluirse una nota en la tarjeta del territorio para que las visitas futuras se realicen a una hora adecuada.

12 También es apropiado usar discernimiento al esforzarnos por abarcar concienzudamente el territorio. Dado que muchos no están en casa cuando los visitamos la primera vez, tenemos que esforzarnos por hallarlos para comunicarles el mensaje de la salvación (Rom. 10:13). Se informa que algunos publicadores visitan la misma casa varias veces al día tratando de hallar a sus ocupantes. Esto no pasa desapercibido a los vecinos, y pudiéramos dar la impresión desfavorable de que los Testigos estamos “visitando siempre” su calle. ¿Cómo evitar tal situación?

13 Usemos discernimiento. Al volver a una casa donde no había nadie, ¿encontramos indicios de que esta vez hay alguien? Si del buzón asoman cartas o propaganda, es probable que la persona no haya llegado aún, y tocar de nuevo resultaría improductivo. Si tras realizar varios intentos a distintas horas, como al anochecer, no logramos comunicarnos con la persona, quizás podamos localizarla por teléfono. Si no, podemos dejar discretamente un tratado o una hoja suelta en la puerta, sobre todo si el territorio se predica con bastante frecuencia. Bien puede ser que la hallemos la próxima vez que se predique en esa zona.

14 Evitemos las conversaciones extensas cuando el amo de casa esté expuesto a las inclemencias del tiempo. Si nos invitan a pasar, cuidemos de no ensuciar el piso. Usemos buen juicio cuando nos encontremos con un perro que nos ladre. Al predicar en edificios de apartamentos, hablemos en voz baja y evitemos hacer ruidos que perturben a los inquilinos y anuncien nuestra presencia.

15 Comportémonos de una manera ordenada y digna: Con buena organización evitaremos que se formen grandes aglomeraciones en el territorio. Algunos vecinos pudieran sentirse amenazados al ver estacionarse frente a su casa varios vehículos con un nutrido grupo de publicadores. No queremos dar la impresión de que estamos “invadiendo” las zonas residenciales. Es conveniente asignar las parejas y el territorio en la reunión para el servicio del campo. Los grupos pequeños, como una familia, son menos intimidantes y requieren menos reorganización a medida que se predica el territorio.

16 Para que haya orden es preciso que los padres supervisen cuidadosamente la conducta de sus hijos en el territorio. Los niños deben portarse bien cuando acompañen a los adultos a las puertas. No se les debe permitir que jueguen ni que se paseen libremente, llamando la atención indebida de los residentes o los transeúntes.

17 También se necesita equilibrio en lo que tiene que ver con los descansos. Nuestro Ministerio del Reino de junio de 1995 dijo en la página 3: “Cuando salimos a predicar, podemos perder tiempo valioso si pausamos para tomar café. Sin embargo, cuando el tiempo es inclemente, una pausa pudiera reconfortarnos y darnos nuevos bríos. No obstante, muchos prefieren seguir predicando en lugar de descansar y charlar con los hermanos durante el tiempo que han apartado para el ministerio”. Aunque interrumpir el servicio para tomar un refrigerio es una cuestión personal, se ha notado que a veces un grupo grande de hermanos se reúne en una cafetería o un restaurante. Además del tiempo que deben esperar a que los atiendan, la presencia de una multitud puede intimidar a otros clientes. En ocasiones se relatan en voz alta experiencias ocurridas en el servicio del campo durante la mañana, lo que puede restar dignidad a nuestra obra y menoscabar su eficacia. Con discernimiento, los publicadores evitarán abarrotar un establecimiento público y tomar tiempo innecesario del ministerio.

18 Muchos han obtenido buenos resultados al abordar a la gente dondequiera que se encuentre: en las calles, los estacionamientos y otros lugares públicos. En estas situaciones

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también deseamos dar un excelente testimonio no solo al hablar, sino también siendo razonables. Los publicadores de cada congregación deben respetar los límites de su territorio para no abrumar a los transeúntes en las zonas comerciales y entradas del metro, o a los empleados de negocios que atienden al público las veinticuatro horas del día, como son las estaciones de servicio. Para asegurarnos de que nuestro ministerio se lleve a cabo de una manera ordenada y digna, debemos predicar únicamente dentro de nuestro territorio, a menos que el comité de servicio de otra congregación haya pedido ayuda (compárese con 2 Corintios 10:13-15).

19 Algunas congregaciones que disponen de muchas zonas públicas donde es posible predicar las han organizado en territorios, que luego entregan a un publicador o un grupo. Esto contribuye a que se abarque más eficazmente el territorio y evita que haya muchos publicadores predicando en el mismo sitio y a la misma hora, en armonía con el principio de 1 Corintios 14:40: “Que todas las cosas se efectúen decentemente y por arreglo”.

20 Nuestra apariencia personal debe ser siempre digna y representativa de ministros que portan el nombre de Jehová. Lo mismo es aplicable a los objetos que llevamos. Los maletines gastados y las Biblias manchadas o con las esquinas dobladas desvirtúan el mensaje del Reino. Se dice que el arreglo personal es “un signo que indica enseguida a las personas que nos rodean quiénes y qué somos y dónde encajamos en la sociedad”. Por consiguiente, nuestra apariencia no debe ser desaliñada ni descuidada, como tampoco ostentosa ni extravagante, sino siempre “digna de las buenas nuevas” (Fili. 1:27; compárese con 1 Timoteo 2:9, 10).

21 En 1 Corintios 9:26 el apóstol Pablo dice: “La manera como estoy corriendo no es incierta; la manera como estoy dirigiendo mis golpes es como para no estar hiriendo el aire”. Como él, estamos resueltos a ejercer nuestro ministerio de un modo eficaz y productivo. Como parte del actual “ejército de langostas” de Jehová, seamos razonables y discernidores al llevar celosamente el mensaje de salvación a todos los vecinos de nuestro territorio.

*** km 2/01 págs. 5-6 Predicación telefónica productiva ***Predicación telefónica productiva

1 El objetivo que perseguimos los testigos de Jehová no es simplemente participar en la predicación de las buenas nuevas, sino también comunicar al mayor número de personas posible el mensaje del Reino (Hech. 10:42; 20:24). Aunque la obra de casa en casa sigue siendo el principal modo de llegar a la gente, reconocemos que ni siquiera este método sistemático nos permite hablar con todo el mundo. Así pues, con el objeto de ‘efectuar nuestro ministerio plenamente’, recurrimos a otros medios, entre ellos la predicación telefónica, para hallar a las personas mansas como ovejas (2 Tim. 4:5).

2 En muchos lugares, la gente vive en apartamentos de alta seguridad, viviendas multifamiliares o barrios residenciales de acceso controlado, donde se nos hace difícil emplear el sistema tradicional de predicación de puerta en puerta. Incluso en los territorios en los que sí podemos llamar a todos los hogares, no nos es posible contactar con los residentes porque gran parte de ellos no se encuentran en casa. Sin embargo, muchos publicadores han logrado hablar con estas personas por vía telefónica. En una mañana de predicación, un matrimonio anotó nueve casas donde no había nadie. Cuando ambos regresaron al Salón del Reino, las buscaron en una guía organizada por direcciones y hallaron los números de teléfono correspondientes. Llamaron, y consiguieron hablar con ocho de los nueve amos de casa.

3 ¿Nos mostramos reacios a incluir esta faceta del servicio en nuestro ministerio? Un hermano admite: “No me gusta que me llamen para venderme nada, así que me cuesta mucho asimilar este tipo de predicación”. Sin embargo, después de efectuar solo dos llamadas exclamó: “¡Me encanta! Nunca imaginé que lo diría, pero me encanta. La gente se encuentra relajada, y tengo a mano todo lo que necesito. ¡Es estupendo!”. Una hermana reaccionó de forma parecida: “No me atraía nada la idea de predicar por teléfono. A decir verdad, no quería hacerlo. Pero la probé, y me dio muy buen resultado. Tengo 37 revisitas y más estudios de los que puedo atender”. Si lo intentamos, nosotros también obtendremos fruto.

4 Cómo organizar la predicación telefónica. El superintendente de servicio es el encargado de supervisar la predicación en la congregación. Ahora bien, de ser necesario, el cuerpo de ancianos nombrará a otro anciano o a un siervo ministerial capacitado para que colabore estrechamente con él en la organización de este aspecto del ministerio. El hermano que está a cargo de los territorios también debe ayudarlos, pues asignará las zonas y llevará un

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registro actualizado de ellas. Además, el superintendente de circuito se mantendrá al tanto del progreso del programa.

5 Si en el vecindario hay lugares a los que no es posible acceder en persona, han de prepararse territorios de teléfonos. El hermano asignado elaborará cuidadosamente una lista con las direcciones que constarán en ellos. Los territorios deben ser más o menos pequeños para que se prediquen con frecuencia. En todos los mapas del territorio en los que aparezcan dichos lugares se debe poner una anotación en las secciones que reciben testimonio telefónico.

6 ¿Dónde conseguiremos los números de teléfono? A veces hay en las bibliotecas públicas guías inversas, es decir, guías que ordenan los números de teléfono por sus correspondientes direcciones. Si un complejo de viviendas de alta seguridad cuenta con su propia lista de teléfonos, quizás podamos tomar los números de ahí; o tal vez sea posible copiar del directorio de recepción los nombres de los residentes y después buscarlos en la guía normal.

7 Los ancianos pueden demostrar su interés por esta labor haciendo planes para que los publicadores con experiencia en la predicación telefónica enseñen a otros, tal vez mediante el programa de ayuda que prestan los precursores. Además, cada cierto tiempo puede dedicarse un discurso de la Reunión de Servicio sobre las necesidades locales a recalcar la eficacia de este rasgo del ministerio.

8 Cuando los ancianos realicen visitas de pastoreo a los que se hallan confinados en casa o están enfermos, deben animarlos a participar en la predicación telefónica. Quizás un anciano pueda efectuar unas cuantas llamadas mientras el publicador lo observa, y dejar que este lo intente a continuación. Muchos de los que han comenzado a predicar de esta forma le dedican unos minutos todos los días, y realmente disfrutan haciéndolo.

9 Cómo obtener buenos resultados. Cuando Jesús mandó a sus discípulos a predicar, “los envió de dos en dos” (Luc. 10:1). ¿Por qué? Sabía que yendo acompañados aprenderían y recibirían ánimo el uno del otro. Lo mismo cabe decir de la predicación por teléfono. Participar en este servicio en parejas nos permite aprender unos de otros, comparar los resultados e intercambiar sugerencias para la siguiente conversación. Incluso podemos ayudarnos mutuamente a encontrar la información adecuada mientras hablamos con el amo de casa.

10 A fin de concentrarnos y pensar con claridad, sentémonos donde tengamos espacio para poner todo lo que vamos a necesitar: la Biblia, el libro Razonamiento, el folleto Exige, las revistas y demás. Escribamos algunas presentaciones y dejémoslas a la vista. Preparémonos para tomar notas exactas y completas, sin olvidarnos de la fecha y la hora, pues esto nos indicará cuándo seguir cultivando el interés mostrado.

11 La gente a menudo es cautelosa cuando escucha una voz desconocida al teléfono, de modo que debemos ser afectuosos y agradables, y tener tacto. El amo de casa solo cuenta con la voz para hacerse una idea de cómo somos y percibir nuestra sinceridad, así que relajémonos y hablemos desde el corazón. Expresémonos despacio, con claridad y a un volumen fácilmente audible. Dejemos que el amo de casa opine. Digamos nuestro nombre completo y mencionemos que vivimos en el vecindario. No deseamos que nos confundan con vendedores. En vez de decir que estamos comunicándonos con todos los vecinos del edificio, personalicemos la llamada.

12 Presentaciones. Muchas de las introducciones que se encuentran en las páginas 9 a 15 del libro Razonamiento son fáciles de adaptar a la predicación telefónica. Pudiéramos decir: “Lo llamo por teléfono porque no me es posible visitarlo personalmente. El propósito de mi llamada es preguntarle qué opina sobre un tema muy interesante”. Después, formulémosle la pregunta.

13 La primera presentación del tema “Delito/seguridad” pudiera quedar así: “Hola. Mi nombre es .... Soy vecino suyo. No estoy vendiendo nada ni haciendo ninguna encuesta. Le llamo porque me preocupa el tema de la seguridad personal. Hay mucho delito a nuestro alrededor, y eso repercute en nuestra vida. ¿Cree que llegará el día en que todos podamos caminar por la calle de noche sin temor? [Dejemos que responda.] Permítame que le lea lo que Dios ha prometido hacer”.

14 También se han obtenido buenos resultados al ofrecer el estudio bíblico directamente por teléfono. Tal vez podamos demostrar en unos minutos cómo se lleva a cabo y brindarnos a visitar a la persona en su hogar para continuar analizando con ella la información. Si se muestra reacia, digámosle que puede seguir estudiando por teléfono otro día.

15 Cuando concluyamos la conversación, recordemos mencionar algún punto que nos dé pie para visitarla en su domicilio o enviarle alguna publicación. Si titubea en darnos la dirección,

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ofrezcámonos a llamarla de nuevo. Quizás sea necesario hacer varias llamadas antes de que se sienta a gusto con nosotros y desee invitarnos a su casa.

16 Tomemos la iniciativa. Una hermana de 15 años comenzó la mañana de servicio con una llamada. Habló con una mujer que aceptó el libro Conocimiento. Cuando fue a llevárselo a su casa, esta quiso saber cómo había conseguido la joven su número de teléfono, pues no aparecía en la guía. La hermana lo había marcado por equivocación. La mujer aceptó el estudio, y en la actualidad es publicadora no bautizada.

17 Otra hermana consiguió un territorio de teléfonos, pero durante tres semanas no lo utilizó porque le daba miedo. ¿De dónde sacó el valor para comenzar? Recordó el artículo titulado “Cuando soy débil, entonces soy poderosa” (de la revista ¡Despertad! del 22 de enero de 1997), que trataba sobre una Testigo que predica por teléfono a pesar de sus limitaciones físicas. La hermana dijo: “Pedí a Jehová que me diera fuerzas y las palabras adecuadas para hacer mi presentación”. ¿Con qué resultado? “Jehová contestó mi oración. La gente me escuchó y conseguí una revisita”, relata. Más tarde logró iniciar un estudio bíblico. Ella concluye: “Jehová me ha enseñado, una vez más, a confiar en él, no en mí misma” (Pro. 3:5).

18 La predicación telefónica se ha convertido en un método productivo de difundir las buenas nuevas, de modo que preparémonos bien y participemos con entusiasmo en esta faceta del servicio. No nos desanimemos si no recibimos una respuesta favorable en las primeras llamadas. Pidamos a Jehová que nos dirija, y cambiemos impresiones con quienes están predicando de forma tan emocionante. Puesto que no deseamos que ninguna persona del territorio se quede sin recibir el mensaje, llevemos a cabo nuestro ministerio concienzudamente, sin perder el sentido de la urgencia (Rom. 10:13, 14).

*** km 11/01 págs. 3-4 Un nuevo instrumento para comenzar estudios ***Un nuevo instrumento para comenzar estudios

1 En cierta ocasión, una católica estadounidense muy devota que defendía con firmeza las enseñanzas de la Iglesia —incluso había peregrinado al Vaticano— aceptó estudiar la Biblia cuando un testigo de Jehová llamó a su puerta. ¿Por qué? Porque deseaba saber lo que dicen las Escrituras, y su iglesia no ofrecía clases bíblicas a domicilio. ¿Qué nos enseña esta experiencia? Nunca se sabe quién va a aceptar un estudio de la Palabra de Dios (Ecl. 11:6).

2 ¿Hemos vacilado alguna vez en decirle a la gente que estamos dispuestos a estudiar la Biblia con cualquier persona interesada? ¿Saben todos los vecinos de nuestra comunidad que ofrecemos este servicio gratuito? ¿Cómo podemos asegurarnos de que lo sepan? Utilizando un nuevo instrumento: el atractivo tratado de seis páginas titulado ¿Le gustaría saber más de la Biblia? Familiaricémonos con él repasándolo subtítulo por subtítulo.

3 “¿Por qué leer la Biblia?” Las razones que aporta el tratado despiertan el interés. Para empezar, dice que las Escrituras contienen “los amorosos preceptos de Dios”, que nos enseñan cómo orar en busca de ayuda y cómo recibir el don divino de la vida eterna (1 Tes. 2:13). También menciona que la Biblia posee “verdades esclarecedoras” que explican, por ejemplo, lo que nos sucede cuando morimos y por qué hay tantos problemas en el mundo. Además, señala que la obediencia a “los principios divinos” expuestos en las Santas Escrituras nos reporta beneficios físicos, nos da felicidad y esperanza, y nos ayuda a cultivar buenas cualidades. Por último, añade otra razón para leer la Biblia: las profecías que revelan lo que nos deparará el futuro (Rev. 21:3, 4).

4 “Ayuda para entender la Biblia.” Después de afirmar que “todos necesitamos ayuda para entender la Palabra de Dios”, el tratado expone el método de estudio: “Normalmente es mejor estudiar la Biblia de forma progresiva, empezando con las doctrinas básicas”. Aunque deja claro que “el libro de texto es la Biblia”, menciona que el folleto Exige puede ayudar al estudiante “a entender lo que esta dice sobre distintos temas”. El siguiente subtítulo plantea una pregunta que llama la atención.

5 “¿Está dispuesto a dedicar tiempo semanalmente a estudiar la Biblia?” En este apartado se explica que las clases bíblicas se pueden recibir a la hora y en el lugar que le convenga al estudiante, sea en la intimidad del hogar, o incluso por teléfono. ¿Quiénes pueden participar? El tratado contesta: “Toda su familia y aquellos amigos que desee invitar. O, si lo prefiere, usted solo”. ¿Cuánto duran las clases? “Muchos reservan una hora semanal para el estudio de la Biblia —señala—. Pero, tanto si desea dedicar más tiempo a la semana como si su

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horario es más limitado, los Testigos harán todo lo posible por ayudarle.” Ahí está la clave: nos adaptamos a las circunstancias de los estudiantes.

6 “Una invitación para aprender.” En la última página del tratado aparece un cupón con el que se puede solicitar el folleto Exige o más información sobre los cursos bíblicos. En dicho cupón aparece la portada del folleto a todo color. ¿Comprende por qué este tratado animará a más personas sinceras a aceptar nuestra ayuda? Ahora bien, ¿cómo podemos sacar el mejor partido de este nuevo instrumento?

7 ¿A quién le ofreceremos el tratado? Podemos dejarlo en manos de la gente o en los hogares donde no haya nadie, y distribuirlo de casa en casa, en la calle y en los territorios de negocios. Entreguémoselo tanto a quienes hayan aceptado nuestras publicaciones como a quienes las hayan rechazado. Introduzcámoslo en las revistas o en cualquier otra información que presentemos, y si damos testimonio por carta, podemos incluirlo en el sobre. No olvidemos ofrecérselo a las personas con las que contactemos por teléfono. Llevemos siempre algunos ejemplares para cuando vayamos de compras, viajemos en el transporte público o prediquemos informalmente. Podemos darlo a todo el que llame a la puerta de nuestro hogar, así como a familiares, vecinos, compañeros de trabajo o escuela y otros conocidos. Intentemos entregárselo a todas las personas con las que conversemos. Y después, ¿qué haremos?

8 Si la respuesta es inmediata. Algunos aceptarán el estudio bíblico al instante. Por eso, hemos de asegurarnos de llevar dos folletos Exige siempre que salgamos a predicar, uno para el estudiante y uno para nosotros. Si la persona así lo desea, empecemos a estudiar con ella en ese mismo momento. Abramos el folleto por la página 2 y leamos la sección “Cómo utilizar este folleto”. Al finalizar, pasemos a la primera lección. ¿Hay algo más sencillo?

9 Si el amo de casa lo quiere pensar. Antes de que pase mucho tiempo, tratemos de visitar de nuevo a la persona. Cuando lo hagamos, llevemos el folleto Exige y mostrémosle el índice que aparece en la segunda página. Pidámosle que escoja la lección que más le interese. Entonces abramos el folleto por la que ha elegido y comencemos a analizarla.

10 Si entregamos el tratado con las revistas. Cuando regresemos, podemos decir algo así: “La última vez que estuve aquí le dejé la revista La Atalaya. Quizá ya se dio cuenta de que el nombre completo de la publicación es La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová. Permítame que le explique qué es ese Reino y lo que hará por usted y su familia”. Entonces abramos el folleto Exige por la lección 6 y comencemos a leerla y analizarla desde el primer párrafo en adelante, según el tiempo de que disponga el amo de casa. Fijemos una cita para terminar la lección.

11 No nos quedemos sin tratados. El superintendente de servicio y los hermanos que se encargan de las publicaciones querrán contar siempre con suficientes existencias del tratado Saber más de la Biblia. Tengamos algunos en el bolsillo o la cartera, el automóvil, el lugar de empleo, el colegio o cerca de la puerta de casa; dondequiera que nos queden a mano. Y por supuesto, en el maletín o bolso de predicar para cuando conversemos con alguien acerca de la Biblia.

12 Que Jehová bendiga nuestro empeño. Todos los cristianos deberíamos ponernos la meta de enseñar la verdad a otra persona (Mat. 28:19, 20). ¿Dirigimos algún estudio bíblico en la actualidad? De ser así, ¿podemos encontrar tiempo para dirigir otro? Si en este momento no conducimos ninguno, seguro que deseamos hacerlo. De modo que pidámosle a Jehová que bendiga nuestro empeño por encontrar a alguien interesado y obremos en armonía con nuestras oraciones (1 Juan 5:14, 15).

13 Tenemos un nuevo instrumento para comenzar estudios. Familiaricémonos con él. Distribuyámoslo libremente. Hagamos lo sumo posible por ‘trabajar en lo bueno, ser ricos en obras excelentes y liberales, listos para compartir’ lo que sabemos de la Palabra de Dios (1 Tim. 6:18).

[Recuadro de la página 4]DEJEMOS EL TRATADO

▪ Durante las conversaciones cotidianas

▪ Cuando alguien acepte las publicaciones

▪ Cuando no encontremos a nadie en casa

▪ Cuando hagamos revisitasPágina 41 de 52

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▪ Cuando prediquemos en la calle

▪ Cuando prediquemos en los negocios

▪ Cuando demos testimonio informal

▪ Cuando escribamos cartas

▪ Cuando vayamos en el transporte público

▪ Cuando alguien llame a la puerta de nuestro hogar

▪ Cuando hablemos con familiares, vecinos, compañeros de trabajo o escuela y demás conocidos

*** km 6/03 págs. 3-4 Seamos diligentes “dando testimonio cabal” ***Seamos diligentes “dando testimonio cabal”

1 Al igual que Jesús y muchos otros siervos fieles del pasado, el apóstol Pablo era un predicador celoso de las buenas nuevas que “[daba] testimonio cabal” en cualquier circunstancia. Incluso cuando estaba bajo arresto domiciliario, “recibía amablemente a todos los que venían a él, predicándoles el reino de Dios y enseñando las cosas respecto al Señor Jesucristo con la mayor franqueza de expresión” (Hech. 28:16-31).

2 Nosotros también podemos ser diligentes “dando testimonio cabal” en todo momento. Por ejemplo, podemos hacerlo en el viaje de ida y vuelta a la Asamblea de Distrito “Demos gloria a Dios” y mientras estemos en la ciudad anfitriona (Hech. 28:23; Sal. 145:10-13).

3 ¿Testimonio incidental o informal? ¿Hay alguna diferencia? Sí. Algo que es incidental ocurre de forma inesperada, como si no se hubiera planeado o fuera de poca importancia. Esta descripción no encaja con nuestro ministerio. Como en el caso de Pablo, dar gloria a Dios mediante nuestro testimonio es importante para nosotros, y debe ser nuestra intención predicar dondequiera que sea apropiado mientras viajamos este verano. Ahora bien, la manera como abordamos a la gente pudiera ser informal, es decir, más relajada, amigable y no oficial. Dicho método puede producir buenos resultados.

4 Preparémonos para dar testimonio. Pablo tuvo que buscar oportunidades para predicar mientras se hallaba bajo arresto domiciliario en Roma. Tomó la iniciativa en invitar a su casa a los dirigentes judíos de la localidad (Hech. 28:17). Aunque había una congregación cristiana en Roma, el apóstol se dio cuenta de que la comunidad judía de esa ciudad contaba con poca información de primera mano sobre la fe cristiana (Hech. 28:22; Rom. 1:7). No se retrajo de “[dar] testimonio cabal” acerca de Jesucristo y el Reino de Dios.

5 Piense en todas las personas con las que usted pudiera encontrarse mientras viaja y que saben muy poco de los testigos de Jehová. Tal vez ni siquiera sepan que ofrecemos estudios bíblicos gratuitos a domicilio. Aproveche la oportunidad de predicar a quienes halle mientras viaja, cuando se detiene en un área de descanso en la carretera o en las gasolineras, en las tiendas, en los hoteles, en los restaurantes, cuando usa el transporte público, etc. Determine de antemano lo que puede decir para entablar una conversación y dar un breve testimonio. Quizás en los próximos días le sea posible ensayar predicando informalmente a sus vecinos, parientes, compañeros de trabajo y otros conocidos.

6 Necesitará publicaciones cuando predique informalmente. ¿Cuáles? Pudiera usar el tratado ¿Le gustaría saber más de la Biblia? Destaque los primeros cinco párrafos, en los que se presentan varias razones para leer la Palabra de Dios. Muestre el cupón de la última página, el cual se puede utilizar para solicitar un estudio bíblico gratuito. Cuando encuentre a una persona interesada, ofrézcale el folleto Exige. Dado que pudiera toparse con gente que hable otro idioma, lleve consigo el folleto Buenas nuevas para todas las naciones. En la página 2 se explica cómo usarlo para dar testimonio. Si viaja en automóvil, quizás pueda llevar otras publicaciones básicas para quienes muestren interés sincero en el mensaje del Reino.

7 Preste atención a su apariencia y conducta. Debemos asegurarnos de que nuestra conducta, vestimenta y arreglo personal no den una impresión errónea y hagan que la gente “[hable] en contra de” la organización de Jehová (Hech. 28:22). Esto es aplicable, no solo cuando estamos en la asamblea de distrito, sino también en el viaje de ida y vuelta a esta, así como después que ha terminado el programa del día. La Atalaya del 1 de agosto de 2002,

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página 18, párrafo 14, advirtió: “Nuestra apariencia no debe ser llamativa, extravagante, provocativa, reveladora o condicionada a la última moda. Por otra parte, el atuendo que llevamos tiene que reflejar que ‘reverenciamos a Dios’. ¿No es cierto que esto nos da en qué pensar? No se trata de vestir apropiadamente en las reuniones de la congregación [o en las sesiones de la asamblea de distrito] y entonces echar a un lado toda moderación en otras ocasiones. Nuestro aspecto debe evidenciar una actitud reverente y honorable en todo momento, pues somos cristianos y ministros las veinticuatro horas del día” (1 Tim. 2:9, 10).

8 Debemos vestir con modestia y dignidad. Si nuestra apariencia y conducta siempre reflejan nuestra creencia en Dios, nunca nos retraeremos de dar testimonio informal porque nuestra vestimenta no sea digna de un ministro (1 Ped. 3:15).

9 El testimonio informal es productivo. Durante los dos años en que Pablo estuvo bajo arresto domiciliario en Roma vio el buen fruto de su testimonio. Lucas dice que “algunos creían las cosas que se decían” (Hech. 28:24). Pablo mismo se refirió a lo provechoso que había sido su “testimonio cabal”, cuando escribió: “Mis asuntos han resultado para el adelantamiento de las buenas nuevas más bien que de lo contrario, de modo que mis cadenas se han hecho públicas en asociación con Cristo entre toda la guardia pretoriana y entre todos los demás; y la mayoría de los hermanos en el Señor, sintiendo confianza a causa de mis cadenas de prisión, están mostrando tanto más ánimo para hablar sin temor la palabra de Dios” (Fili. 1:12-14).

10 El verano pasado, después de pasar un día en la asamblea de distrito, un matrimonio tuvo una buena experiencia al dar testimonio informal a una camarera que les preguntó acerca de su tarjeta de solapa. Le hablaron de la asamblea y de la esperanza que ofrece la Biblia respecto al futuro de la humanidad. Le entregaron el tratado ¿Le gustaría saber más de la Biblia? y le explicaron el sistema de estudios bíblicos gratuitos. La señora expresó su deseo de que alguien la visitara, de modo que escribió su nombre y dirección en la última página del tratado y pidió al matrimonio que se encargara del asunto. ¿Qué buenos resultados tendrá usted este año al ser diligente en “[dar] testimonio cabal”?

11 Esforcémonos por dar adelanto a las buenas nuevas. Imagínese el gozo que sintió Pablo cuando oyó que sus compañeros cristianos estaban imitando su ejemplo de celo. Hagamos cuanto podamos por dar adelanto a las buenas nuevas testificando informalmente acerca de nuestras creencias bíblicas mientras también nos beneficiamos de la asamblea de distrito este verano.

[Preguntas del estudio]

1, 2. ¿Qué le impresiona respecto al punto de vista de Pablo sobre la predicación de las buenas nuevas, y cómo podemos imitar su ejemplo “dando testimonio cabal”?

3. ¿Cómo evitamos que nuestro testimonio informal se convierta en algo incidental?

4. ¿Qué permitió a Pablo dar testimonio en su domicilio en Roma?

5, 6. ¿Qué oportunidades pudieran presentarse para dar testimonio informal, y cómo podemos prepararnos para hacerlo eficazmente?

7, 8. ¿A qué advertencia debemos prestar atención respecto a nuestra apariencia y conducta mientras viajamos y después que ha terminado el programa del día?

9. ¿Qué buenos resultados produjo el testimonio de Pablo en Roma?

10. ¿Qué buena experiencia tuvo un matrimonio el verano pasado al dar testimonio?

11. ¿Qué cualidades debemos cultivar a fin de dar adelanto a las buenas nuevas “dando testimonio cabal” este verano?

[Recuadro de la página 3]Publicaciones que necesitamos para dar testimonio informal

■ ¿Le gustaría saber más de la Biblia? (tratado)

■ ¿Qué exige Dios de nosotros? (folleto)

■ Buenas nuevas para todas las naciones (folleto)

■ Otras publicaciones básicas

[Recuadro de la página 4]

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No los olvide ¿Olvidar a quiénes? A todos los interesados que asistieron a la Conmemoración de la muerte de Cristo o al discurso especial. ¿Los ha invitado a la asamblea de distrito de este año? Es probable que muchos de ellos asistan si se les anima con bondad. Al disfrutar del compañerismo edificante en la asamblea y del animador programa espiritual, se sentirán más atraídos a Jehová y su organización. Invítelos y vea si responden. Deles todos los detalles necesarios, como por ejemplo, la fecha de la asamblea, las instrucciones sobre cómo llegar al lugar, la hora en que empiezan y terminan las sesiones y el anticipo del programa que aparece en la contraportada de ¡Despertad! del 8 de junio de 2003.

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*** km 7/04 pág. 4 La predicación en territorio de negocios ***La predicación en territorio de negocios

1 ¿Le gustaría predicar en un territorio donde por lo general las visitas son bien recibidas y casi siempre hay gente? Tal vez pueda hacerlo en el propio territorio de su congregación. ¿Cómo? Visitando los negocios. Los publicadores que predican en los comercios a menudo obtienen buenos resultados.

2 Los territorios asignados a algunas congregaciones comprenden zonas comerciales. El hermano encargado puede preparar tarjetas de territorio especiales para estas áreas donde se concentran los negocios. En las tarjetas de territorio de viviendas que incluyan esas mismas áreas habrá que indicar claramente que los comercios no deben visitarse. En otros casos, el territorio abarcará los negocios y las viviendas. Si nunca antes ha predicado en negocios, comience en unos cuantos establecimientos pequeños.

3 Emplee una introducción sencilla. Para predicar en los negocios, vístase como si fuera a una reunión en el Salón del Reino. También será conveniente escoger una hora en la que el comercio no tenga mucho trabajo. Si es posible, entre cuando no haya clientes esperando a que los atiendan. Pida hablar con el gerente o la persona encargada y sea breve. ¿Qué podría decirle?

4 Al hablar con el propietario o el gerente, puede decir algo así: “Los comerciantes tienen horarios tan ocupados que rara vez los encontramos en sus hogares, por eso lo visitamos en su lugar de trabajo. Nuestras revistas ofrecen una perspectiva global de los sucesos actuales”. A continuación destaque brevemente un punto de la revista.

5 He aquí otra opción sencilla: “A muchas personas les gustaría aprender más de la Biblia, pero disponen de poco tiempo. Este tratado describe un programa de estudio gratuito que le permitirá encontrar las respuestas a sus preguntas sobre la Biblia”. Luego muéstrele las páginas 4 y 5 del tratado ¿Le gustaría saber más de la Biblia?

6 Si la persona que está al cargo parece estar ocupada, puede ofrecerle sin más el tratado y decir: “Pasaré en otra ocasión que no esté tan ocupado. Me gustaría saber qué opina acerca de este tratado”.

7 Cultive el interés. En los territorios de negocios también se pueden dirigir estudios bíblicos. Un precursor especial le dejaba las revistas regularmente a un comerciante. Cuando este manifestó interés por lo que leía, el precursor le demostró con el folleto Exige en qué consistía el estudio bíblico. El estudio se estableció en el mismo lugar de trabajo, y, teniendo en cuenta las circunstancias de la persona, el precursor limitaba cada sesión a 10 ó 15 minutos. Imitemos su ejemplo y sigamos buscando a los merecedores mediante la predicación en territorios de negocios.

[Preguntas del estudio]

1. ¿Qué ventajas tiene predicar en territorio de negocios?

2. ¿Cómo se puede organizar la predicación en los negocios?

3. ¿Qué nos ayudará a predicar con éxito en los comercios?

4-6. ¿Qué podemos decirle al propietario o al gerente?

7. ¿Cómo podemos cultivar el interés que hallamos en los territorios de negocios?

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*** km 9/04 pág. 4 Hagamos buen uso de la Biblia ***Hagamos buen uso de la Biblia

1 Prescindiendo de la publicación que planeemos ofrecer en el ministerio, conviene escoger un texto estimulante con el fin de leerlo a quienes nos escuchen (Heb. 4:12). Un pasaje bíblico tomado de la publicación que llevemos puede servirnos de transición eficaz para presentarla. En algunas zonas, a los publicadores les ha resultado útil llevar la Biblia en la mano al abordar a una persona o al predicar de casa en casa.

2 Comience con un texto. Algunos publicadores inician su presentación preguntando al amo de casa su opinión sobre un texto bíblico que enseguida le leen. Este método centra de inmediato la atención en la Palabra de Dios. ¿Resultarían prácticas algunas de las siguientes introducciones en su territorio?

▪ “Si usted tuviera el poder para hacerlo, ¿traería estos cambios?” Lea Revelación 21:4.

▪ “¿Por qué estamos viviendo en una época tan difícil?” Lea 2 Timoteo 3:1-5.

▪ “¿Cree que nuestra comunidad mejoraría si todos siguiéramos este consejo?” Lea Mateo 7:12.

▪ “¿Le parece posible que sus hijos disfruten algún día de condiciones como las que se describen aquí?” Lea Salmo 37:10, 11.

▪ “¿Piensa usted que llegará el día en que estas palabras se hagan realidad?” Lea Isaías 33:24.

▪ “¿Está familiarizado con el cambio de gobierno que se menciona aquí?” Lea Daniel 2:44.

▪ “¿Ha querido alguna vez plantearle a Dios esta pregunta?” Lea Job 21:7.

▪ “¿Será posible volver a ver a nuestros seres queridos que han muerto?” Lea Juan 5:28, 29.

▪ “¿Son conscientes los muertos de lo que hacen los vivos?” Lea Eclesiastés 9:5.

3 Explique, ilustre y aplique. Si alguien está dispuesto a conversar, no lo haga a toda prisa, más bien tómese tiempo para explicar, ilustrar y aplicar el texto bíblico leído a fin de que la persona lo entienda (Neh. 8:8). Cuando la gente capta y acepta las enseñanzas de la Palabra de Dios, pueden producirse cambios maravillosos en su vida (1 Tes. 2:13).

4 Siga haciendo buen uso de la Biblia mientras cultiva el interés de la gente. El mismo método se puede utilizar para las revisitas: 1) escoja un texto bíblico apropiado, 2) formule una pregunta de punto de vista sencilla relacionada con el texto y luego léalo, y 3) explíquelo, ilústrelo y aplíquelo. Procure ampliar el conocimiento de la persona sobre la Palabra de Dios en cada visita. ¡En poco tiempo estará dirigiendo un estudio de la Biblia!

[Preguntas del estudio]

1. ¿Cómo puede prepararse para el ministerio del campo?

2. a) ¿Cómo podemos iniciar nuestra presentación con un texto? b) ¿Qué temas bíblicos interesan a sus vecinos?

3. ¿Cómo podemos ayudar a las personas a comprender los textos bíblicos que les leemos?

4. ¿Cómo podemos hacer buen uso de la Biblia en las revisitas?

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*** km 4/06 pág. 3 Dirijamos estudios bíblicos progresivos en la puerta y por teléfono ***

Dirijamos estudios bíblicos progresivos en la puerta y por teléfono

1 ¡Cuánta alegría nos produce comenzar un estudio bíblico! No obstante, encontrar a alguien interesado en estudiar la Biblia es solo el principio. El propósito de los estudios es ayudar a las personas a convertirse en verdaderos discípulos de Cristo (Mat. 28:19, 20). ¿De qué ayudas disponemos para conseguir este objetivo?

2 Con quienes están ocupados. La gente hoy día está cada vez más ocupada. En algunos lugares son pocas las personas que desde el principio acceden a dedicar toda una hora a estudiar la Biblia. Para ayudarlas, se nos ha animado a iniciar y dirigir estudios bíblicos en la puerta de las casas o por teléfono. Al principio, es posible que estas sesiones de estudio sean relativamente breves, y quizá se analicen tan solo unos cuantos textos bíblicos con la ayuda de uno o dos párrafos de una publicación como el libro Enseña. Son dignos de encomio los numerosos publicadores que ya están dirigiendo estudios bíblicos en la puerta y por teléfono.

3 ¿Deberíamos contentarnos con seguir dirigiendo el estudio bíblico en la puerta de la persona indefinidamente? No. Aunque no conviene quedarnos más de la cuenta cuando se inicia el estudio, Nuestro Ministerio del Reino de mayo de 1990, página 8, recomendaba: “Una vez que se haya establecido el estudio y el interés del amo de casa aumente, se puede pasar más tiempo en el estudio”. Este punto es fundamental. Supongamos, por ejemplo, que haya que alimentar a un niño desnutrido. Al principio, tal vez se le tengan que dar pequeñas cantidades de comida hasta que recupere el apetito. Pero no podemos esperar que recobre las fuerzas y se desarrolle con normalidad si siempre se le sigue alimentando así. De igual modo, el estudiante de la Biblia necesita un estudio más formal para convertirse en un siervo de Dios maduro (Heb. 5:13, 14).

4 Estudios bíblicos en los hogares. Lo más conveniente es impartir el curso bíblico en un lugar privado, como en el interior del hogar o en otro lugar apropiado, pues favorece el aprendizaje y ayuda al estudiante a captar el sentido de la Palabra de Dios (Mat. 13:23). También permite al maestro adaptar la información a las necesidades del estudiante. Además, dedicar mayor tiempo al estudio posibilita un análisis más profundo y fortalecedor de la Palabra de Dios (Rom. 10:17).

5 ¿Qué podemos hacer para que un estudio en la puerta pase a celebrarse en el interior del hogar? Tras varias sesiones de estudio breves, ¿por qué no le propone directamente a la persona ampliar el tiempo dedicado al estudio? También podría hacerlo indirectamente preguntándole al estudiante: “¿Tiene tiempo hoy para sentarnos y analizar juntos esta información?” o “¿Cuánto tiempo quiere dedicar hoy a hablar de este tema?”. Aun si esto no diera resultado, no deje de dirigir esas breves sesiones de estudio en la puerta. Cuando resulte apropiado, vuelva a intentarlo.

6 En nuestra constante búsqueda de los que son merecedores, nunca perdamos de vista el objetivo de comenzar y dirigir estudios de la Biblia: ayudar a las personas de buen corazón a convertirse en siervos dedicados y bautizados de Jehová. Confiamos en que él recompense nuestro empeño por alcanzar este objetivo en nuestro ministerio (2 Tim. 4:5).

[Preguntas del estudio]

1. ¿Con qué propósito dirigimos estudios bíblicos?

2. ¿Cómo se dirigen los estudios bíblicos en la puerta o por teléfono, y por qué resultan tan eficaces?

3. ¿Por qué deberíamos tratar de extender el tiempo del estudio que realizamos en la puerta?

4. ¿Cuáles son las ventajas de impartir un curso bíblico en el hogar de la persona?

5. ¿Qué podemos hacer para que un estudio en la puerta pase a celebrarse dentro del hogar?

6. ¿Cuál debe ser el objetivo de nuestro ministerio, y cómo pueden ayudarnos las sugerencias de este artículo a alcanzarlo?

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*** km 5/06 pág. 1 Mostremos interés personal siendo amables, considerados y corteses ***

Mostremos interés personal siendo amables, considerados y corteses

1 Pese a ser el Soberano Universal, Jehová es amable, considerado y cortés al tratar con seres humanos imperfectos (Gén. 13:14; 19:18-21, 29). Imitando estas cualidades suyas mejoraremos nuestra forma de presentar las buenas nuevas (Col. 4:6). Claro, esto conlleva más que mostrar buenos modales y respeto en nuestras conversaciones.

2 De casa en casa. ¿Qué haremos si llegamos en un mal momento o cuando la persona está demasiado ocupada para atendernos? En ese caso, lo más conveniente sería hacer una presentación muy breve o decirle que volveremos en otra ocasión. Por otra parte, por consideración y cortesía, no insistiremos en que alguien se quede con nuestras publicaciones si nos ha dicho que no las quiere. Igualmente mostraremos respeto por la propiedad de las personas, por ejemplo, cerrando los portones y las puertas cuando nos vayamos y enseñando a nuestros hijos a hacer lo mismo. Además, si dejamos alguna publicación en las casas donde no encontramos a nadie, procuraremos que no quede a la vista. En realidad, la consideración y la cortesía nos impulsarán a tratar a los demás tal como nos gustaría que nos trataran a nosotros (Luc. 6:31).

3 En la calle. Una muestra de cortesía cuando predicamos en la calle es no bloquear el paso a los transeúntes ni formar grandes grupos delante de los comercios. Asimismo, mostraremos consideración hacia las circunstancias de la gente abordando a los que parezcan tener tiempo en vez de a quienes obviamente tienen prisa. Es posible que a veces, debido al ruido de la calle, tengamos que alzar la voz, pero trataremos de hacerlo con dignidad, sin llamar la atención (Mat. 12:19).

4 En la predicación telefónica. Si somos considerados, llamaremos por teléfono desde lugares en los que podamos controlar el ruido de fondo. Es una señal de buenos modales iniciar la conversación identificándonos y explicando la razón de nuestra llamada. Además, hablar directamente al micrófono del teléfono y adoptar un tono agradable nos será útil para iniciar edificantes conversaciones bíblicas (1 Cor. 14:8, 9). Por tanto, imitemos a Jehová Dios y seamos amables, considerados y corteses.

*** km 6/06 pág. 4 Cómo alcanzar tus metas espirituales ***Cómo alcanzar tus metas espirituales

1 Si eres un joven cristiano, es probable que tus metas se hayan visto influidas por tu amor a Jehová y la recomendación que Jesús dio a todos los cristianos de “busca[r] primero el reino” (Mat. 6:33). Tal vez quieras ampliar tu ministerio sirviendo de precursor o allí donde haya más necesidad de proclamadores del Reino. Otros quizás estén pensando en ofrecerse para servir en la obra de construcción internacional, en una sucursal o en el campo misional. ¡Qué metas más satisfactorias y encomiables!

2 Algo que te ayudará a alcanzar tales metas es ponerlas por escrito. La Atalaya del 15 de julio de 2004 explicaba: “Una idea abstracta gana definición y claridad cuando la expresamos con palabras. [...] Por lo tanto, quizás sería bueno que pusiéramos por escrito cuáles son nuestras metas y cómo planeamos lograrlas”. También puede serte muy útil fijarte objetivos a corto plazo que te permitan medir tu progreso y mantenerte concentrado en alcanzar tu meta a largo plazo.

3 Metas a corto plazo. Si todavía no estás bautizado, piensa en qué te falta para dar ese paso. Quizás necesites comprender mejor las enseñanzas básicas de la Biblia. En tal caso, proponte estudiar minuciosamente el libro Enseña, buscando todos los textos (1 Tim. 4:15). Trata también de leer toda la Biblia, de Génesis a Revelación, al igual que hacen los betelitas y los estudiantes de Galaad. Y cuando termines, vuelve a empezar siguiendo un programa de lectura diaria (Sal. 1:2, 3). Imagina cuánto crecerás espiritualmente. Haz una oración sincera al comenzar y finalizar cada sesión de lectura y estudio de la Biblia, y esfuérzate siempre por poner en práctica lo que aprendes (Sant. 1:25).

4 ¿Qué otras metas puedes fijarte si ya estás bautizado? ¿Necesitas mejorar tus dotes para la predicación? ¿Podrías aprender a usar mejor la Palabra de Dios en el ministerio del campo, por ejemplo? (2 Tim. 2:15.) ¿Cómo podrías ampliar tu servicio? Ponte metas concretas a corto plazo apropiadas para tu edad y circunstancias, y verás como logras cumplir tus metas a largo plazo.

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5 Un éxito. Cuando Tony visitó una sucursal de los testigos de Jehová a los 19 años, de inmediato quiso servir en Betel. No obstante, había pasado por una etapa de rebeldía y todavía no se había dedicado a Dios. Tony decidió amoldar su vida a las normas de Jehová y cumplir los requisitos para poder bautizarse. Cuando lo consiguió, se propuso servir de precursor auxiliar primero y regular después, para lo cual anotó en un calendario cuándo quería empezar. Puedes imaginarte su alegría cuando, tras llevar un tiempo de precursor, lo invitaron a servir en Betel.

6 Tú también puedes alcanzar tus metas espirituales si pones los intereses del Reino en primer lugar. Expón “tus obras” ante Jehová en oración y esfuérzate con diligencia por conseguirlas (Pro. 16:3; 21:5).

[Preguntas del estudio]

1. ¿Qué metas espirituales tienen muchos jóvenes cristianos?

2. ¿Qué puede ayudarte a alcanzar tus metas espirituales?

3. Cita algunas metas a corto plazo que pueden ayudarte a cumplir los requisitos para el bautismo.

4. ¿Qué metas a corto plazo puede fijarse el cristiano que desea servir de betelita o misionero?

5. ¿Cómo contribuyeron las metas a corto plazo a que cierto hermano hiciera realidad su deseo de servir en Betel?

6. ¿Qué puede ayudarte a alcanzar tus metas espirituales?

*** km 8/06 pág. 1 Mostremos interés personal predicando sin hacer distinciones ***Mostremos interés personal predicando sin hacer distinciones

1 El apóstol Juan tuvo una visión de un ángel que volaba en medio del cielo y declaraba buenas nuevas eternas a gente de “toda nación y tribu y lengua y pueblo” (Rev. 14:6). ¿Seguimos la dirección del ángel y somos imparciales al predicar? Puede que, sin darnos cuenta, tengamos opiniones llenas de prejuicios. Lo que pensamos de la gente pudiera afectar el modo como les presentamos las buenas nuevas. Por ello, es necesario manifestar interés genuino al predicar a personas de antecedentes diferentes.

2 Analice su territorio. ¿Hay inmigrantes o refugiados en su territorio? Es fácil pasarlos por alto. Tome la iniciativa para encontrarlos y procure conocerlos mejor. ¿Cuáles son sus necesidades, sus preocupaciones, sus gustos y aversiones, sus temores y prejuicios? Con esto en mente, trate de adaptar su presentación del mensaje del Reino (1 Cor. 9:19-23). Deberíamos sentir, como el apóstol Pablo, la obligación de compartir las buenas nuevas con toda persona de nuestro territorio, lo que incluye a gente de otros países, otras culturas, otros idiomas y de clase muy alta (Rom. 1:14, nota).

3 Pero ¿cómo predicarle a alguien que habla otro idioma? Recurriendo al folleto Buenas nuevas para gente de todas las naciones. También pudiera llevar siempre consigo algunos tratados o folletos en los idiomas que son comunes en su territorio (véase Nuestro Ministerio del Reino de julio de 2003, pág. 4, párrs. 2, 3). Algunos publicadores han dado un paso más y han hecho el esfuerzo de aprender un saludo y una presentación sencilla en otros idiomas. La gente muchas veces se impresiona cuando alguien trata de hablarle en su propio idioma, aunque sea con limitaciones, y esto puede atraerla a las buenas nuevas.

4 Imite a Jehová. Al esforzarnos por llegar a personas de varios antecedentes, imitamos a nuestro Dios, Jehová, quien no hace distinciones y “cuya voluntad es que hombres de toda clase se salven y lleguen a un conocimiento exacto de la verdad” (1 Timoteo 2:3, 4).

*** km 9/06 pág. 8 La predicación de casa en casa ***La predicación de casa en casa

1 “Quien tenga experiencia en los distintos métodos de difundir la Verdad concordará en que la predicación de casa en casa con La Aurora del Milenio es, por mucho, la forma más eficaz de predicar la Verdad ahora.” Así resaltó la revista Zion’s Watch Tower (hoy La Atalaya) del 1 de julio de 1893 el valor del ministerio de casa en casa. Hoy, por todo el mundo, la gente ve este método de predicación como la marca distintiva de los testigos de Jehová. Pero puesto que en varios países resulta cada vez más difícil hallar a la gente en su hogar, ¿seguirá siendo práctico?

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2 Es bíblico y es importante. La predicación de casa en casa tiene base bíblica. Jesús mandó a sus 70 discípulos de dos en dos a las casas de la gente (Luc. 10:5-7). La Biblia dice que “todos los días en el templo, y de casa en casa, [los discípulos] continuaban sin cesar enseñando y declarando las buenas nuevas” poco después de la muerte de su Maestro (Hech. 5:42). También el apóstol Pablo enseñó con fervor de casa en casa (Hech. 20:20).

3 La predicación de casa en casa sigue siendo un importante medio para difundir las buenas nuevas hoy. Nos permite ‘buscar’ a los merecedores de forma sistemática y ordenada (Mat. 10:11). La gente por lo común está más tranquila en casa. Cuando hablamos con una persona cara a cara —oyendo su voz, viendo sus expresiones faciales y observando sus alrededores—, podemos percibir su interés y sus preocupaciones. Además, suele ser la mejor forma de entablar una conversación prolongada.

4 Haga cambios personales. El apóstol Pablo estuvo dispuesto a hacer cambios personales “por causa de las buenas nuevas” (1 Cor. 9:23). Nosotros podríamos tal vez acomodar nuestro horario para predicar cuando sea más posible encontrar a la gente en su hogar, por ejemplo en las tardes, los fines de semana o los días festivos. Anote siempre los no en casa y procure volver en otro día de la semana o a una hora distinta.

5 Incluso quienes tengan salud limitada pueden ir de casa en casa. ¿Por qué no hacemos planes para ir con alguien que tenga limitaciones a casas accesibles y dejamos que vaya a un paso cómodo? El problema respiratorio de una hermana solo le permitía hablar en una casa cada media hora, pero ¡qué contenta y satisfecha se sintió de que la incluyeran en el grupo!

6 Seguimos encontrando a muchas personas mansas en la obra de puerta en puerta. A un publicador le dijeron en un hogar: “Pase, ya sé quién es. Le estaba pidiendo a Dios que me mandara a alguien para que me ayudara, y entonces tocaron a la puerta. Él me oyó y lo mandó a usted”. Los resultados demuestran que Jehová está bendiciendo este método de predicación (Mat. 11:19). Por tanto, determínese a hacer de la predicación de casa en casa un rasgo permanente de su ministerio.

[Preguntas del estudio]

1. ¿Qué pregunta surge sobre el ministerio de casa en casa, y por qué?

2. ¿Cuál es la base bíblica para la predicación de casa en casa?

3. Mencione algunas ventajas de predicar de casa en casa.

4. ¿Cómo podemos hacer más productiva la predicación de casa en casa?

5. ¿Qué podría hacerse para incluir en la obra de casa en casa a quienes tengan limitaciones de salud?

6. ¿Por qué debería ser un rasgo permanente de nuestro ministerio la predicación de casa en casa?

*** km 10/06 pág. 8 Aproveche al máximo las reuniones para el servicio del campo ***Aproveche al máximo las reuniones para el servicio del campo

1 Las reuniones para el servicio del campo eficaces ofrecen verdadero ánimo e instrucción práctica antes de partir hacia el ministerio. Al tener la oportunidad de testificar en grupo y trabajar con otros, nos brindamos preparación y apoyo mutuos (Pro. 27:17; Ecl. 4:9, 10). ¿Cómo podríamos aprovechar al máximo estas reuniones?

2 El conductor. Para esta reunión no suele haber información específica programada. Por ello, si usted la va a dirigir, necesita prepararse bien. No decida automáticamente incluir el texto diario, aunque puede hacerlo si tiene relación directa con el ministerio. Piense en algo práctico para los que saldrán a predicar ese día. Por ejemplo, podría analizar o demostrar una presentación. O pudiera repasar algún punto del libro Razonamiento, del Benefíciese o de alguna sección reciente de la Reunión de Servicio. Otras veces quizás decida proponer una forma de manejar algún problema que pudiera surgir en el territorio o hablar de cómo cultivar el interés y comenzar estudios bíblicos, sobre todo si varios de los publicadores van a hacer revisitas. Ahora bien, sin importar qué información trate, sea entusiasta y positivo.

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3 Comience la reunión a tiempo, aunque sepa que algunos llegarán tarde. Ejerza buen juicio al organizar los grupos, y dele territorio a quien lo necesite. La reunión no debe durar más de diez o quince minutos, e incluso será más corta cuando se haga después de una reunión de congregación. Antes de terminar, todo el mundo debe saber con quién le toca y a dónde irá. Concluya con oración.

4 Usted puede contribuir. Igual que en las reuniones de congregación, mostramos respeto a Jehová y consideración a los demás cuando llegamos a tiempo. Participe en la reunión. Puede escoger entre dejar que el conductor le asigne a trabajar con alguien o resolver usted mismo de antemano con quién irá. Si decide hacer sus propios planes, le recomendamos que haga el esfuerzo de ‘ensancharse’ y trabajar con distintos publicadores, en vez de ir siempre con sus amigos íntimos (2 Cor. 6:11-13). Una vez concluida la reunión, evite hacer cambios y diríjase sin demora al territorio.

5 El objetivo de las reuniones para el servicio del campo es el mismo que para las demás reuniones de congregación: ‘considerarnos unos a otros para incitarnos al amor y a las obras excelentes’ (Heb. 10:24, 25). Si hacemos el esfuerzo por aprovecharlas, nos ayudarán a efectuar nuestro ministerio. ¡Una ‘obra excelente’, sin duda!

[Preguntas del estudio]

1. ¿Cómo nos ayudan las reuniones para el servicio del campo?

2. Mencione algunas de las cosas que pudiera tratar el conductor.

3. ¿Cuánto debe durar la reunión, y qué debe haberse logrado en ese tiempo?

4. ¿Qué contribuirá a que todos aprovechen al máximo las reuniones para el servicio del campo?

5. ¿Qué objetivo cumplen las reuniones para el servicio del campo?

*** km 11/06 pág. 8 Cómo preparar presentaciones para las revistas ***Cómo preparar presentaciones para las revistas

1 “¿Preparar presentaciones para las revistas? ¿Para qué, si ya vienen en cada número de Nuestro Ministerio del Reino?”, quizás se pregunte. Es cierto, y a muchos les han servido, pero eso no significa que no se necesite preparación personal. La presentación que es práctica en un territorio tal vez no lo sea en otro, de modo que no deberíamos sentirnos obligados a presentar las revistas tal y como aparece en Nuestro Ministerio. Y aun si utilizamos una de las presentaciones sugeridas, lo mejor es expresar las ideas con nuestras propias palabras.

2 Escoja un artículo. Habiendo leído primero la revista, escoja un artículo que sea adecuado para el territorio y que le haya gustado mucho. Su convicción y entusiasmo al presentarlo quizás hagan que la persona quiera leerlo también. Por otra parte, aunque piense presentar un artículo que tenga un amplio atractivo, es bueno que se familiarice bien con el resto de la revista, pues así podrá adaptar su presentación en caso de que encuentre a alguien a quien le pudiera interesar más otro tema.

3 Haga una pregunta. A continuación, prepare con cuidado sus primeras palabras. La introducción es de suma importancia. Quizás le sirva plantearle al amo de casa una pregunta que lo haga pensar y que despierte su interés en el artículo. Las mejores suelen ser las preguntas de opinión. Pero evite las que pudieran incomodar a las personas o ponerlas a la defensiva.

4 Lea un texto bíblico. Por último, escoja un texto bíblico para leerle a la persona si las circunstancias lo permiten, quizás uno que esté citado en el artículo que vaya a presentar. Al leer un texto bíblico, damos a saber a la gente que nuestro mensaje se basa en la Palabra de Dios (1 Tes. 2:13). Además, el texto servirá para dar testimonio aun si no se aceptan las revistas. Algunos hermanos han logrado despertar el interés de la persona leyéndole un texto antes de hacerle una pregunta específica. Otros introducen el texto así: “Me gustaría saber su opinión sobre lo que dice este versículo de la Biblia”. Luego señalan un punto relacionado en el

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artículo y hacen una breve observación que sirva para fomentar el interés antes de ofrecer la revista.

5 No existen reglas rígidas sobre lo que deba decirse para ofrecer las revistas. Por lo común es mejor que la presentación sea breve y sencilla. Utilice un método con el que se sienta cómodo y que le dé buenos resultados. Concéntrese en lo valiosas que son nuestras revistas y sea entusiasta. Si se prepara bien, tendrá éxito al dejar La Atalaya y ¡Despertad! en manos de quienes están “correctamente dispuestos para vida eterna” (Hech. 13:48).

[Preguntas del estudio]

1. ¿Por qué es mejor preparar personalmente las presentaciones de las revistas en lugar de solo memorizar las que se sugieren en Nuestro Ministerio del Reino?

2. ¿Qué factores hay que tomar en cuenta a la hora de decidir qué artículo presentar?

3. ¿Qué tipo de introducción le da a usted mejores resultados?

4. ¿Cuáles son las ventajas de leerle a la persona un texto de la Biblia cuando las circunstancias lo permiten?

5. ¿Qué pautas es bueno tomar en cuenta al preparar presentaciones para las revistas?

*** km 12/06 pág. 1 Vuelva a visitar a todo el que dé algún indicio de interés ***Vuelva a visitar a todo el que dé algún indicio de interés

1 Muchos de nosotros estamos hoy en la verdad porque alguien se percató de nuestro interés por el mensaje del Reino y volvió pacientemente —quizás muchas veces— para cultivar ese interés. Así mismo, nosotros deberíamos estar dispuestos a ser concienzudos y volver a visitar a todo el que manifieste algún interés. La verdad es que nuestra comisión de ‘hacer discípulos’ incluye hacer revisitas (Mat. 28:19, 20).

2 Perciba el interés. Incluso si la persona no acepta ninguna publicación, lo que dice, el tono en que lo dice y su expresión facial pueden dar muestras de que valora el mensaje del Reino. Basándonos en ello, es posible hacer una revisita. Un hermano volvió a visitar a un señor durante cinco semanas seguidas sin dejarle ninguna publicación. En la sexta visita, el señor aceptó una publicación, y con el tiempo se comenzó un estudio de la Biblia.

3 Si percibe interés, vuelva cuanto antes, a los pocos días si es posible. No permita que “el inicuo” arrebate lo que usted sembró en el corazón de la persona (Mat. 13:19). Asegúrese de cumplir con su palabra si prometió volver en cierto momento específico (Mat. 5:37).

4 Al predicar en las calles. ¿Procura usted atender el interés que encuentra al predicar en las calles o informalmente? Al final de la conversación podría decir: “Me gustó lo que hablamos. ¿Dónde puedo localizarlo para volver a conversar?”. Algunos publicadores quizás decidan, cuando lo ven oportuno, darle a la persona interesada su número telefónico o sugerirle intercambiarse los números telefónicos. Si la gente lo ve predicando en el mismo sitio con regularidad, puede que esté más dispuesta a darle su teléfono o su dirección. Pero aun si alguien no quiere darle esa información, usted todavía puede cultivar su interés la próxima vez que lo vea en la calle.

5 Produce alegría y satisfacción ver florecer una planta que uno mismo ha regado y cuidado, ¿no es cierto? Pues podemos recibir mucha alegría y satisfacción también si hacemos revisitas y ayudamos a las personas a crecer en sentido espiritual (1 Cor. 3:6). Por eso, póngase como meta volver a visitar a todo el que dé algún indicio de interés.

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