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Muy posiblemente uno de los afanes más universales es el lo-gro de la felicidad. Muchos la niegan, otros la testimonian. In-cluso algunos viven de tal modo que pareciera ser que intentan esquivarla. Sin embargo, la his-toria de la humanidad puede es-cribirse, posiblemente, recorrien-do los caminos que ella misma ha transitado en su nombre. A veces con aciertos y muchas otras con desatinos. Se la ha confundido con el tener, el pose-er, el acumular bienes, pero por ese camino se ha manifestado esquiva. También se la ha con-fundido con el poder, pero aún los más poderosos han termina-do dando cuenta de nunca haberla logrado. De todos mo-dos, aún aquellos que la niegan, todos terminan poniéndola en el centro de sus universos persona-les, sea porque la siguen buscan-do, la han encontrado o la nie-gan definitivamente. Buscarla, conocerla o negarla, marca de alguna manera el estilo de vida que realizamos. La universalidad del afán está demostrada, entre otros signos, en la superabun-dancia de textos, de los llamados

de autoayuda, que circulan por las librerías del mundo. Todos ellos ofrecen estrategias, ejerci-cios, prácticas, recursos, trucos, o lo que fuera, para lograrlo. La permanente edición de estos li-bros, sucediéndose unos a otros, dan cuenta que ninguno de ellos ha dado en la tecla ni descubier-to el camino correcto del suceso. O, posiblemente, den por cierto lo que supo afirmar Víktor

EDITORIAL

Guía para los que no

quieren ser felices Por Claudio García Pintos

Nuestra portada

Otoño en Bavaria (pág. 2-3)

AVIVAR NUESTROS SENTIDOS (pp. 4-5)

REFLEXIONES EXISTENCIALES

EL PROCESO Y EL ROL

TERAPEUTICO (pp.6-7)

EL CREDO DE VIKTOR

FRANKL (pp. 8-16)

POEMA EN TRÁNSITO (pág.17)

SER PADRES. Cómo

guiar con sentido a

niños consentidos

(pp.19-20)

LA AVENTURA

CONTINÚA (pág.21)

PEDAGOGIA FAMILIAR MIS HIJOS SE ODIAN

Y SE AMAN (pp. 22-23)

LOGOTERAPIA VINCULAR

SECRETOS DE FAMILIA (pp.24– 26)

POST-FRANKL

EL SENTIDO DEL

AMOR (pp. 27-29)

CARTAS DEL DESIERTO

FUEGUITO (pp.30-31)

32– AGOSTO 2012

GUIA PARA LOS QUE NO QUIEREN SER FELICES EDITORIAL

Frankl hace décadas y es que la felicidad nunca puede ser objeto directo de búsqueda intencional.

Un artículo publicado reciente-mente en la prestigiosa revista

Perspectives on Psychological Science, con autoría de investiga-dores de Yale, Denver y Jerusa-lem, afirma que la búsqueda di- recta de la felicidad ocasiona frustración y que fijar a la felici-dad como meta, es una manera de espantarla. Agrega el informe que “hay que dejar de lado la pre-ocupación por ser feliz y aprove-char toda esa fuerza para enta-blar lazos con otras personas. To-do lo demás, vendrá como tenga que venir”. Es curioso ver cómo, después de tantos años, estos in-vestigadores llegan a la misma afirmación que Frankl anunció ya desde sus primeros trabajos. La clave de la felicidad está en el cumplimiento del deber-ser, y quien se anime a intentarlo, aún cuando quisiera evitarlo, no podrá eludir vivenciarla.

Pero, tal vez los logoterapeutas podamos escribir un libro de au-toayuda para quienes quieran evitar ser felices: no le preste

atención a su consciencia, evite la realización de valores, céntrese en el tener y el poder, hágase in-diferente a los otros, conviértase en el centro del universo, nunca mire hacia el cielo, desconfíe de todos y de todo, evite toda res-ponsabilidad sobre el curso de su vida y así, en poco tiempo, lo habrá logrado. Eso sí, nada ase-gura que, a pesar de todo, un día, se tropiece con ella.

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LOGORED© es una publicación digital

mensual, de suscripción gratuita,

dedicada a difundir novedades y

reflexiones en torno a la Logoterapia

y el Análisis Existencial.

Director:

Claudio García Pintos

Secretario de Redacción:

Federico García Presedo

Colaboradores:

(en este número)

Enrique Adúriz (Argentina)

Analía Boyadjián (Argentina)

Chacho Garabal (Argentina)

Lucía Copello (Argentina)

Hernández Silvera (Argentina)

Víctor Cárdenas (Ecuador)

Alejandro de Barbieri Sabatino

(Uruguay)

Juan Carlos Carvajal (Colombia)

El contenido de los artículos y

columnas es de entera responsabilidad

de sus autores.

El material contenido en esta publica-

ción puede ser reproducido, previa

autorización de su autor y citando la

fuente. Por favor, contactarse con los

autores al mail que figura en cada

caso. Gracias.

Mail de contacto:

[email protected]

Wassily Kandinski (Vasili Vasílievich Kan-dinski) (1866-1944) fue un pintor ruso, precursor de la abstracción en pintura y teórico del arte; con él se considera que co-

mienza la abstracción lírica. Habiendo estudiado Leyes, en 1896 rechaza

un cargo docente en la universidad, para viajar a Munich y estudiar arte. Ya en 1901 funda el grupo Phalanx, cuyo propósito

principal es introducir las vanguardias francesas en el provinciano ambiente muni-

qués, para lo cual abre una escuela en la que da clases. Sus pinturas de los primeros años del siglo

son paisajes ejecutados con espátula, en un principio sombríos, para luego adquirir una profunda intensidad. También pintó

temas fantásticos basados en tradiciones rusas o en la Edad Media alemana.

Pero la experimentación con los colores, el claroscuro y la dilusión de las formas, lo van llevando, cada vez más, hacia diseños

abstractos.

En 1902 expone por primera vez con la Secesión de Berlín y realiza sus primeras

xilografías. En 1903 y 1904 viaja por Italia, Países Bajos, Africa y visi-ta Rusia. En 1904 expone en el Salón de

otoño de París.

Con pocos años de trayectoria, en 1909 es elegido presidente de la Nueva Asociación

de Artistas de Múnich (NKVM). La primera exposición del grupo tiene lugar en la galer-

ía Thannhauser de Munich ese mismo año.

Ya hacia el final de la década, las pinturas

de Kandinski denotan una gran tendencia a la plenitud de las áreas de color y la super-ficie reluciente, inhibiendo toda ilusión de

profundidad. Las series de cuadros de jine-tes en combate comienzan en 1909 y, en

ellas, la línea del horizonte se va erradican-do gradualmente, al igual que otras refe-rencias espaciales.

El desarrollo artístico de Kandinski hacia

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la abstracción se ve favorecida por todo

un movimiento artístico y filosófico, que se expresa en la literatura, la música y el teatro, movimiento que inspira a los ar-

tistas a crear “desde” la realidad, pero

con un impulso abstracto.

Kandinski, también estaba interesado en la teosofía, entendida como la verdad

fundamental que subyace detrás de doc-trinas y rituales en todas las religiones

del mundo; la creencia en una realidad esencial oculta tras las apariencias, pro-porciona una obvia racionalidad al arte

abstracto.

Al estallar la Primera Guerra Mundial, regresa a Moscú y a partir de

la revolución de octubre de 1917, desa-rrolla un trabajo administrativo para el Comisariado del Pueblo, para la Educa-

ción; entre los proyectos de este organis-

mo está la reforma del sistema educativo de

las escuelas de arte. En 1920 fue uno de los fundadores en Moscú del INJUK (Instituto para la Cultura Artística), pero a

lo largo de este año surgió el conflicto entre Kandinski, y otros pintores idealistas frente a los productivistas (o constructivistas).

Este último grupo encontró un fuerte apoyo en "el plan de propaganda monumental"

ideado por las autoridades políticas de la Revolución. La situación de tensión propi-

cio la salida de Kandinski de Rusia.

En 1922 se traslada a Alemania, donde im-

parte clases teóricas para la Escuela de la Bauhaus. Permanecerá en la Bauhaus has-

ta el año 1933 cuando el Tercer Reich clau-sura la institución. Desde 1933 se estable-ce en París donde continuará su carrera co-

mo artista hasta su fallecimiento en 1944, a los 78 años de edad, en Neuilly-sur-Siene

(Francia)

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NUESTRA PORTADA

La portada de este número incluye un fragmento tomado del cuadro de

Viasly Vasílievich Kandinsky conocida como “Otoño en Bavaria”, de 1908

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actitud distinta frente a ellas. Desde la Lo-

goterapia trabajamos desde la salud y nos

valemos de sus recursos espirituales.

La terapéutica sostiene a la persona para que logre desenvolver su espléndido sí

mismo. A percibir y reconocer sus capaci-dades, para desarrollar plenamente sus po-

tencialidades, autodescubrirse; a autocono-

cerse

Todos los seres humanos tenemos, según

la Logoterapia de Viktor Frankl, un poten-cial para desarrollarnos (un resplandor), contamos con fortalezas en nuestro interior

que nos permiten superar situaciones ad-versas en los distintos grados y momentos en que éstas se van presentando a lo largo

de la vida.

Sin embargo, no todos hacemos uso de di-cha facultad, razón por la cual existen dife-

rencias entre las personas en cuanto a las formas de reaccionar ante las situaciones

problemáticas; unos desisten, experimen-tando desequilibrio o diversos trastornos, y otros se despliegan exitosamente a pesar

de las dudas e inconvenientes.(1)

Por lo tanto, básicamente sería una capaci-dad esencialmente humana y universal que

involucra al ser humano por completo; es decir su espiritualidad, sus sentimientos y sus experiencias, siendo preciso en el desa-

rrollo de las personas y pudiendo ser susci-tada desde etapas tempranas. Es tener la

capacidad de usar la experiencia derivada de las situaciones opuestas para proyectar

el futuro.

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L a Logoterapia es una contribución

trascendental para nuestro desem-peño terapéutico, porque parte de una antropología que incorpora al

espíritu y está centrado en la búsqueda de sentido. Así, desde este lugar, marco una gran diferencia entre un terapeuta cuya

mirada está centrada en la dimensión de “lo que veo” y en aquel cuya mirada va

hacia “lo que puede llegar a ser”, sin idea de definir a la persona bajo mis propios parámetros, sino ampliar su espectro de

acción. Porque, básicamente, la logotera-pia es una educación propuesta para ani-

mar el compromiso de la persona.

El propósito entonces, es que la persona oriente sus recursos en su espíritu, para hacerle frente a su entorno, sus posibili-

dades a descubrir y su porvenir. Al avivar los recursos espirituales, individualmente

su autonomía y su compromiso, lo empu-jan a descubrir el sentido de su vida, y

vivirla significativamente.

Desde nuestra labor terapéutica avivar, encender, viabilizar, activar esa capacidad de oposición del espíritu frente a los

hechos de nuestra vida cotidiana, es salir de la “obstrucción espiritual” frente a la

“facticidad” de los “condicionantes”.

Estas sombras de limitaciones muchas veces impuestas por otros o por ellos mis-mos, porque en la vida del ser humano,

muchos son los imponderables y es el espíritu quien posee la capacidad de en-

frentar y afrontar de forma libre y respon-sable esas restricciones, apropiándose de

AVIVAR NUESTROS SENTIDOS

Por Dra.Dides Iliana

Hernández Silvera Mail de contacto: [email protected]

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Pero asimismo, se manifiesta la capacidad

de servicio y de entrega hacia los demás.

Esta dimensión espiritual es una capacidad que “trasciende la variedad del ser”. El hombre experimenta esta capacidad “de

desprenderse de sí mismo”.

Todo esto llega al hombre como un desafío, una tarea y más importante, una responsa-

bilidad. Es un ser “accediendo a”, partici-pante he invitado a tener en cuenta su rea-

lidad. La tosquedad o carencia de esta posi-bilidad en que el ser humano derrumbe en un vacío existencial, una frustración por

falta de sentido está relacionada al encuen-

tro de su propio espectro de vida.

Por eso, el sentido puede ser encontrado, y

para hacerlo el hombre es guiado.

Así, considerando la salud como la capaci-dad de idear un proyecto de vida, la cons-

trucción de dicho proyecto en la sociedad,

incluye la posibilidad de:

Re- escribir su historia vital

Centrarse como ser en el mundo

Encuentro con el otro

Intervenir, advertir, significar.

Establecer vínculos afectuosos

Nota (1): Me refiero a estos pacientes que niegan y se cierran

ante las posibilidad, aquellos donde es más fácil obtener res-

puestas enquistadas en no existe, no se puede, yo no tengo esa

posibilidad, etc

La propuesta sería dinamizar las poten-

cialidades de la persona y los valores, transformando esos valores y potenciali-dades en los cimientos de un proyecto co-

munitario. Implica ubicarse en una direc-

ción, hacia un horizonte.

Esta realidad humana de superación ante

la contrariedad es poder volver a creer en nuestra capacidad de transformación y

superación.

Básicamente, este conjunto de procesos que posibilitan tener una vida sana, vi-viendo en un medio insano. Según

Frankl: “el hecho de que una persona se deje influenciar o no por el medio am-biente y cómo se deja influir depende sólo

de la persona misma.”

En la vida cotidiana, vemos la realización de un conjunto de hechos y tomando de-

cisiones que no es posible prever cómo actúa. En la adultez mayor, la reflexión se

manifiesta como la sabiduría, la com-prensión de sí mismo y de otras personas, con aceptación de las dificultades, es

trascender.

En la adultez, esta capacidad se expresa en la aptitud para vivir en forma autóno-

ma y de tomar decisiones por sí mismo.

Los adultos creativos son aquellos capa-ces de componer y reconstruir. Trascen-

der a las circunstancias y darle sentido al dolor y al sufrimiento son factores que nos hacen resilientes, es encontrarse

frente a una situación de pérdida signifi-

cativa.

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ENHEBRANDO HUELLAS.

Un quehacer gerontológico desde la teoría

del encuentro

EL COMÚN DENOMINADOR.

Estrategias de abordaje cognitivo en adultos

con deterioro

Dos de los títulos destacados de la

Dra. Dides Iliana Hernández Silvera,

publicados por la

Editorial San Pablo (Argentina)

para su colección PRAXIS.

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C uando se comenta y se ilustra

el proceder psicoterapéutico, tanto en sus diversas exposicio-nes como en las tareas de su-

pervisión, suele advertirse un fenómeno bastante particular, que a nivel acadé-mico, tuvo su correlato en una intere-

sante experiencia acaecida hace un

tiempo en un curso de Posgrado.

Tal curso de Posgrado en Logoterapia y

Análisis Existencial, dirigido por el Dr. Claudio García Pintos y realizado opor-

tunamente en la U.C.A., tuvo entre sus muchos aportes la generosa visita de una media docena de colegas psicotera-

peutas, quienes se acercaron a dar testi-

monio de su quehacer profesional.

Aunque todos ellos destacados profeso-

res de esa casa de estudios, ninguno era propiamente un logoterapeuta ni practi-caba específicamente el Análisis Exis-

tencial, de aquí la riqueza de dichos en-

cuentros.

Aquella experiencia compartida entonces

por dichos psicólogos, que como decía-mos, suele repetirse en los testimonios de otros colegas psicoterapeutas no en-

rolados de un modo ortodoxo en una orientación o técnica determinada (por

ejemplo: psicoanalistas, terapeutas cog-nitivos o gestálticos, etc.), es sugerente como para reflexionar acerca del pro-

ceso y del rol terapéutico, y en esta columna de Logored, naturalmente, ca-

be hacerlo alrededor de dos conocidas expresiones del ámbito de la Logotera-

pia.

Una de ellas es la conocida referencia de

Frankl respecto de sí mismo en relación a Freud como “un enano subido a la es-palda de un gigante”, la otra expresión

remite al logrado título del libro de Ricardo Peter “Viktor Frankl. La Antropología como terapia”.

Ambas se complementan acabadamente y aquellos profesores de la UCA dieron

cuenta de ello.

Veamos de que modo.

Como anticipamos, ninguno manifestó hacer Logoterapia o Análisis Existencial en

sentido estricto, sin embargo todos comul-gaban y se identificaban con una cosmovi-sión claramente humanista, destacando en

no poca medida la libertad responsable co-mo un atributo esencial de la condición

humana.

Por ello no extrañó que ninguno pusiera demasiado énfasis en las técnicas de trata-

miento, conscientes de que en ellas no es-

triba lo decisivo del mismo.

Varios sí enfatizaron la importancia del dia-

gnóstico y de hecho trabajan con entrevis-tas diagnósticas y con psicodiagnóstico, en total sintonía con lo que Frankl alentara ya

en las lecciones editadas en su libro “La Psicoterapia en la Práctica Médica” (1), pe-ro una vez que el tratamiento empezó, el

recurso técnico no es en absoluto lo más

importante.

El carácter distintivo recae sobre el vínculo,

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REFLEXIONES EXISTENCIALES

EL PROCESO Y EL ROL TERAPÉUTICO

Por Lic. Enrique Adúriz Mail de contacto: [email protected]

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por cierto no en términos transferencia-

les psicoanalíticos sino en todo caso en los términos de un Yalom que nos dice sin más que: “lo que cura es el vínculo” o

de un Buber que nos ilumina acerca de la naturaleza profunda del encuentro yo-

tú (2).

Entonces, más que la interpretación, el condicionamiento operante, la detección

de distorsión cognitiva, la dramatiza-ción, el diálogo imaginario o la mismísi-

ma intención paradójica o derreflexión (3), en suma la técnica propia de cada corriente, es la percepción del otro como

un tú, como un ser humano, el homo pa-tiens, la que marcará el norte de ese

tratamiento y de esa relación terapéuti-

ca.

La concepción de hombre que se tenga,

la antropología explícita o implícita que subyace al proceder terapéutico es “la que define el partido”, es “la antropo-

logía como terapia”.

Pero, también fue ilustrativo advertir cómo todos los colegas, animados por

esta común antropología, poco más o menos empleaban recursos, usos, con-

ceptualizaciones , pautas, criterios psi-copatológicos etc. de claro sello psicoa-

nalítico.

Sin ser psicoanalistas en sentido estric-to, ¡cuánta orientación psicoanalítica re-zuma su labor!, lo cual no hace más

que confirmar la genial y certera expre-

sión de Frankl en relación a Freud.

Decíamos que es la antropología, la con-

cepción que se tiene del hombre, la que “define el partido”, pero según cuan alto pueda elevarse, más lejos llegará en su

alcance como para captar lo más huma-no de lo humano, la dimensión espiri-tual; esto es lo que ve el enano trepado

a la espalda del gigante.

Cabe ironizar comentando que lo que al enano le faltaba de altura, le sobraba de

alcance visual y de inteligencia para sa-

ber dónde subirse.

Pero de cualquier modo, “el peso del

partido”, el que carga con el enano (¡y

hay que tener espalda para ello!), el que

sostiene “la diaria”, todo el tremendo aporte a la comprensión del dinamismo del Yo psicofísico, lo aporta el psicoanálisis y con

él se cuenta. Por cierto que sería injusto no incluir en el aporte que han hecho a este sostén (caracterizado sobretodo en Freud),

a figuras como Adler, Jung, Klein, Fromm,

Horney o Lacan entre otros (4).

La visión desde más altura hace la diferen-

cia, y saber de la dimensión espiritual lleva directo al autodistanciamiento y a la auto-

trascendencia, y si bien sobre estas se or-ganizan técnicas específicas (intención pa-radójica y derreflexión), la clave nunca

serán las técnicas sino la concepción del

hombre que anime su empleo.

Finalmente, me permito repetir lo ya dicho

alguna vez comentando el fecundo aporte de Viktor Frankl a la rehumanización de la

Psicoterapia.

“El enano, gracias a la altura aportada por el gigante y también por ubicarse sobre sus hombros para ser sostenido ¡y no en sus brazos!, puede ver que el hombre, el homo patiens, por sobretodo es una persona espi-ritual, libre y responsable a quien ante todo y por sobretodo lo anima la búsqueda de

sentido”.

(1) La Psicoterapia en la Práctica Médica. Editorial

Plantin. 1955

(2) Irving Yalom. Psicoterapeuta existencial america-

no. Nacido en 1931.

Martín Buber. Filósofo israelí. 1878-1965. Filo-

sofía del diálogo.

(3) Recursos técnicos propios del Psicoanálisis,

Conductismo, Terapia Cognitiva, Psicodrama, Tera-

pia Gestáltica, y la Logoterapia, respectivamente.

(4) Alfred Adler y Carl G. Jung, discípulos de Freud

en los comienzos del Psicoanálisis, que luego fun-

daron sus propias corrientes psicológicas.

Melanie Klein, figura señera del psicoanálisis de ni-ños; Eric Fromm y Karen Horney, conspicuos repre-

sentantes del neoculturalismo, la gravitación socio-

cultural en la salud y enfermedad psíquica.

Finalmente, Jacques Lacan, referente excluyente del

Psicoanálisis actual.

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S iempre me ha sorprendido la lectu-

ra del libro “El hombre en busca de sentido”. Fundamentalmente por-que parece un libro vivo, quiero de-

cir, pareciera ser que se re-escribe por sí solo. Cada relectura me hace descubrir cosas que en las lecturas anteriores no

había leído. En términos de la informáti-ca actual, parece ser que “actualiza au-

tomáticamente” su contenido. Ahora bien, mucha más sorpresa me genera el saber que a la mayoría de los lectores les

ocurre algo similar. Sin dudas, se trata

de un “libro vivo”.

Uno de los pasajes que, posiblemente,

más he leído, recomendado, citado y uti-lizado en mis clases, es el (llamado) cre-do psiquiátrico de Viktor Frankl, frag-

mento que da cierre al texto. Sin embar-go, releyéndolo y citándolo una vez más,

he intentado ahora hacer un comentario un poco más detallado acerca del mis-mo, no viéndolo en su conjunto sino en

sus declaraciones y afirmaciones parti-

culares. Veamos.

Credo

Si nos detenemos a pensar qué es un credo, bien podríamos decir que es un conjunto de principios básicos que fun-

damentan una cosmovisión y sostienen una convicción. Una cosmovisión, a su

vez, es un sistema de valores y creencias que me permiten interpretar la realidad. Algo así como “lo que digo y creo que son

las cosas”. De esa cosmovisión se sigue

una cosmovivencia, es decir, un modo sin-

gular, particular, personal, de experimentar la realidad y vivenciarla, realizando actitu-des personales que se justifican en esa cos-

movivencia. Cuando esas actitudes son defi-nidas y sustentables, se definen como con-

vicciones, es decir, un “cómo vivo las cosas”.

Cuando hay coincidencia entre “lo que digo y creo que son las cosas” y el “cómo vivo las cosas”, percibimos algo difícil de encontrar y

que llamamos coherencia. Carl Rogers lo lla-maría congruencia. Ciertamente, si algo le

reconocemos siempre a Frankl es, precisa-mente, su congruencia. Porque, escribir co-sas lindas, profundas, movilizantes, no es

difícil; ahora, vivir de acuerdo a lo que se ha

escrito, sí lo es. Y Frankl lo logra.

Ahora bien, podríamos preguntarnos cómo

es la relación del hombre con su cosmovi-

sión.

Me parece posible pensar que la congruencia

sea la nota distintiva de lo que muchos au-tores han dado en llamar vida auténtica y

vida inauténtica. Porque, si existe coinciden-cia entre lo que pienso y lo que hago, entre lo que creo y con lo que me comprometo, si

mi cosmovisión se traduce en mis conviccio-nes y mis actitudes revelan quien soy, eso es autenticidad. Pero toda fisura, quiebre, grie-

ta o discordancia entre uno y otro aspecto (cosmovisión y convicciones), manifiesta in-

autenticidad.

Definiría así a la vida auténtica como aque-lla que acerca firmemente a una persona a

la realización más plena posible de su deber-ser; por su parte, la vida inauténtica seria

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EL CREDO DE VIKTOR FRANKL

Por Dr.Claudio García Pintos

Mail de contacto: cavef @ yahoo.com

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aquella que diluye a la persona en tanto

la desvía de esa posible realización.

La vida auténtica fortalece a la persona ante sí misma y ante la vida, en tanto que la inauténtica la debilita. Al debilitarla,

favorece ante sí misma, la manifestación de miedos, culpas y vergüenzas. Miedos,

porque es inconsistente y sus conviccio-nes no tienen el respaldo necesario como para sostenerlo ante las incertidumbres

de la vida; culpa, porque la propia cons-ciencia no puede dejar de señalarle la fi-

sura personal que significa su incoheren-cia; vergüenza, porque al ser confrontado

por esa incongruencia, no tiene respues-ta. Del mismo modo la debilita ante la vida, favoreciendo la manifestación de

angustias y sufrimiento.

Pero la vida auténtica, quedó dicho, la fortalece, promoviendo ante sí misma,

prudencia, consciencia y coraje. Pruden-cia, porque le permite ordenar sus accio-

nes y decisiones en función de ese princi-pio interno, claro, asumido; consciencia,

porque no hay fisuras internas y la voz interior del deber-ser se percibe nítida-mente; coraje, porque las convicciones fir-

mes son decisiones firmes. También la fortalece ante la vida, promoviendo res-

puestas y sentido.

El Credo de Viktor Frankl

Si todo credo, entonces, es una presenta-

ción de principios básicos que fundamen-tan una cosmovisión y que sostienen una convicción, a partir de esto, pretendo ana-

lizar las premisas básicas en las que dice sustentarse la convicción profesional y

personal de Viktor Frankl. Para hacerlo,

recordemos el texto en cuestión:

“Nada hay concebible que pueda condicio-nar al hombre de tal forma que le prive de la más mínima libertad. Por consiguiente, al neurótico y aún al psicótico, les queda también un resto de libertad, por pequeño que sea. De hecho, la psicosis no roza si-quiera el núcleo central de la personalidad del paciente. Recuerdo a un hombre de unos 60 años que me enviaron a causa de las alucinaciones auditivas que padecía desde hacía décadas. Tenía frente a mí a una personalidad totalmente derrumbada. Cuando pasaba por algún lugar, cuántos había en su derredor que lo tomaban por un idiota. Y sin embargo, ¡qué extraño en-canto irradiaba aquel hombre! De niño había querido ser sacerdote, pero tuvo que contentarse con la única alegría que podía experimentar y que era cantar los domin-

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Relación de la persona humana con su cosmovisión

VIDA AUTENTICA

Coherencia

VIDA INAUTENTICA

Incoherencia

Fortalece a la persona

ante sí misma promoviendo

prudencia, consciencia, coraje

Debilita a la persona

ante sí misma favoreciendo

miedos, culpa y vergüenza

Fortalece a la persona

ante la vida promoviendo

Respuestas y sentido

Debilita a la persona

ante la vida favoreciendo

sufrimiento y angustias

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gos por la mañana en el coro de la igle-sia. Pues bien, la hermana que le acom-pañaba nos informó de que, a veces, se ponía muy excitado; pero, en el último momento era capaz de dominarse. Me in-teresó sumamente la psicodinámica que acompañaba al caso, ya que pensé que el paciente tenía una fuerte fijación en su hermana; así que le pregunté como hacía para controlarse: "¿Por quién lo hace?" A continuación siguió una pausa de unos segundos y entonces el paciente contestó: "Lo hago por Dios." En ese momento, lo más profundo de su personalidad se hizo patente y en el fondo de aquella hondura se reveló una auténtica vida religiosa a pesar de la pobreza de su formación inte-

lectual.

Un individuo psicótico incurable puede perder la utilidad del ser humano y con-servar, sin embargo, su dignidad. Tal es mi credo psiquiátrico. Yo pienso que sin él no vale la pena ser un psiquiatra. ¿A san-to de qué? ¿Sólo por consideración a una máquina cerebral dañada que no puede repararse? Si el paciente no fuera algo más, la eutanasia estaría plenamente

justificada.

Durante mucho tiempo, de hecho durante medio siglo, la psiquiatría ha tratado de interpretar la mente humana como un simple mecanismo y, en consecuencia, la terapia de la enfermedad mental como una simple técnica. Me parece a mí que ese sueño ha tocado a su fin. Lo que aho-ra empezamos a vislumbrar en el horizon-te no son los cuadros de una medicina psicologizada, sino de una psiquiatría humanizada. Sin embargo, el médico que todavía quiera desempeñar su papel prin-cipal como técnico, se verá obligado a confesar que él no ve en su paciente otra cosa que una máquina y no al ser huma-

no que hay detrás de la enfermedad.

El ser humano no es una cosa más entre otras cosas; las cosas se determinan unas a las otras; pero el hombre, en últi-ma instancia, es su propio determinante. Lo que llegue a ser —dentro de los límites de sus facultades y de su entorno— lo

tiene que hacer por sí mismo.

En los campos de concentración, por ejemplo, en aquel laboratorio vivo, en aquel banco de pruebas, observábamos y éramos testigos de que algunos de nuestros camaradas actua-ban como cerdos mientras que otros se com-

portaban como santos.

El hombre tiene dentro de sí ambas poten-cias; de sus decisiones y no de sus condicio-

nes depende cuál de ellas se manifieste.

Nuestra generación es realista, pues hemos llegado a saber lo que realmente es el hom-bre. Después de todo, el hombre es ese ser que ha inventado las cámaras de gas de Auschwitz, pero también es el ser que ha en-trado en esas cámaras con la cabeza erguida y el Padrenuestro o el Shema Yisrael en sus

labios”

Más allá de lo dicho en la introducción, debo

reconocer que, releyendo una vez más el tex-to, este es tal vez el fragmento “que menos

cambia” en el libro. Las diferentes relecturas no me hacen tener esa sensación de ser un texto nuevo, nunca antes leído, como sí me

acontece con otros pasajes del libro. Muy posiblemente sea porque, precisamente, son

principios básicos de su pensamiento y con-

vicción personal.

Ahora bien, ¿cuáles son esos principios en

los que dice creer Frankl al presentar su cre-do? En una lectura serena, creo que pueden discernirse nueve consignas fundamentales,

a saber:

Primero: “Nada hay concebible que pue-da condicionar al hombre de tal forma que le prive de la más mínima libertad”

Efectivamente, su primer declaración se sos-tiene en la presentación del hombre como

un ser libre. Una libertad que, al mismo tiempo, se constituye en el primer pilar del

sistema frankliano, la voluntad libre, y eje

central de su ontología dimensional.

La relación de la persona humana y el con-junto de condicionantes que la rodean es

clara: no son ellas las que determinan su

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destino sino que es la persona la que

“decide” la incumbencia de las condiciones

en su vida.

La polémica sobre si el hombre es libre o determinado, se genera en función de una

tendencia habitual a radicalizar posicio-nes. Si el hombre es absolutamente libre,

su conducta sería explicada como expre-sión de un espíritu puro, libre de todo de-terminante o condicionante. En este senti-

do, su vida casi angélica, lo mantendría

disociado de su encarnadura natural.

Por su parte, si es absolutamente determi-nado, su conducta sería explicada como un automatismo que responde a tales o

cuales determinantes. En este sentido, su vida automática lo mantendría esclavo de

esos mecanismos.

En el primer caso, ese estado cuasi angéli-co nos deja sin hombre; en el segundo, sin intención y sin sentido, también nos que-

damos sin hombre. Por eso mismo, esa polémica es falsa y solo se explica en la ra-

dicalización de posiciones que generan los homunculismos (distorsiones de la imagen

del hombre) que tanto combatió Frankl.

Ambos extremos niegan la condición humana, porque el hombre necesita de esos condicionamientos y determinantes

para ser libre, para serlo ante ellos mis-mos. En su libro Logoterapia y Análisis Existencial, el mismo Frankl afirma que “solamente de forma limitada, el hombre

es un ser no limitado”

En el maravilloso texto El hombre doliente, agrega que “la libertad es uno de los fenó-

menos humanos. Pero es un fenómeno demasiado humano. La libertad humana es finita. El hombre no está libre de con-

diciones, sólo es libre de tomar postura frente a ellas. Pero las condiciones no le determinan sin más. Depende del hom-

bre, en última instancia, decidir someterse o no a las condiciones”, y completa su

pensamiento en Psicoterapia y Humanismo diciendo que "en último término, el hom-bre no está sujeto a las condiciones con

que se enfrenta, son mas bien, dichas con-diciones las que se hallan sometidas a su

decisión”.

Y esta es la primera afirmación que hace

Frankl en su credo.

Segundo: “De hecho, la psicosis no roza siquiera el núcleo central de la perso-

nalidad del paciente”

Tras dejar en claro que el hombre es un

ser libre, dentro del contexto del destino –conjunto de determinantes y condicionan-tes de diversa índole-, afirma otro princi-

pio elemental en su pensamiento, el del noodinamismo facultativo y sus carac-

terísticas.

Encontramos en la estructura del ser humano una realidad psico-física que dio en llamar “facticidad psicofísica” y es lo

que, en definitiva, de hecho, nos hace ser hombres. La realidad de nuestro cuerpo y

nuestra psique. Pero allí no se agota nuestra existencialidad, que solo puede explicarse a partir del “noodinamismo fa-

cultativo”, aquello que nos faculta como personas. Y es este caso se refiere al dina-

mismo espiritual.

Aquello que nos constituye hombres (la facticidad), es susceptible de procesos de

deterioro, enfermedad y muerte; pero aquello que nos faculta como personas (el noodinamismo) no es susceptible de esos

procesos.

¿Quiere decir Frankl que la persona espi-ritual no enferma, no declina y no muere?

Considero que sí. Y es esto mismo lo que afirma en este segundo principio de su

credo. Porque la enfermedad psíquica o física, afirma, “no roza siquiera” aquello que nos constituye personas (el noodina-

mismo facultativo)

Ese centro de la persona espiritual es el remanente siempre sano, la fuerza oposi-

tora al destino, el antagonismo psiconoéti-co. La clave de la existencialidad como

personas espirituales.

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Tercero: Me interesó sumamente la psicodinámica que acompañaba al

caso, ya que pensé que el paciente tenía una fuerte fijación en su herma-na; así que le pregunté como hacía

para controlarse: "¿Por quién lo hace?" A continuación siguió una

pausa de unos segundos y entonces el paciente contestó: "Lo hago por Dios." En ese momento, lo más profundo de

su personalidad se hizo patente y en el fondo de aquella hondura se reveló una auténtica vida religiosa a pesar

de la pobreza de su formación inte-lectual.

En este tercer punto, Frankl estaría afir-mando una posición profesional ante esa

libertad y esa dignidad que afirmó a su vez en los primeros dos principios. ¿Cómo vincularme con un ser que es así

de libre y así de digno?

Es más, creo que hasta podría estar aceptando una equivocación inicial, al

acercarse al paciente en cuestión desde una mirada prejuiciosa (partir de pre-concebir una fuerte fijación en su her-

mana desde una mirada psicodinámica), para verse sorprendido por la respuesta,

reveladora de “una hondura” sostenida

más allá de la afección psicofísica.

¿Cuántas veces el contenido del incons-

ciente del paciente, no es más que la proyección de las teorías conscientes del terapeuta?¿Puede la psicodinamia expli-

car algo, más allá de los conflictos de la facticidad? Estos conflictos tienen enti-dad real y son motivo de padecimiento,

pero deben ubicarse en un escenario más grande, el de la realidad personal

del otro.

¿Cuántas veces en el quiebre personal de un dolor, una angustia, una enferme-

dad o una pérdida, se manifiesta digna-mente la hondura personal, sostenida de pie aún y a pesar del sufrimiento?

Frankl nos está alertando en esta afir-mación para que no cerremos los ojos a esta realidad con preconceptos teóricos.

La ciencia y las teorías están al servicio de la persona; la persona no debe cerce-

narse o acotarse al estrecho espacio de cual-

quier teoría, ni siquiera, al conjunto de to-

das ellas.

Cuarto: En ese momento, lo más profundo de su personalidad se hizo patente y en el fondo de aquella hondura se reveló una auténtica vida religiosa a pesar de

la pobreza de su formación intelectual.

Siguiendo con la línea del anterior, nos afir-

ma que esa hondura personal, tampoco dice relación a aspectos accidentales, tales como estado de salud, status social o formación

intelectual.

El “ser persona” no depende de ningún ele-mento propio del “estar” del individuo. Por-

que el ser es algo más allá del estar, es otra

dimensión.

Por tal afirmación, esa dignidad personal no

puede estar en duda en ningún caso, abso-lutamente en ninguno, a causa de factores

accidentales, sean de salud, cultura, posi-cionamiento social o económico. El individuo más carenciado en todo, no es menos perso-

na que el individuo más suficiente en todo.

El ser persona no es susceptible de merma alguna por aspectos accidentales. Tampoco

su dignidad y su respeto. Considero que es este un fuerte imperativo ético para todo lo-

goterapeuta.

Quinto: Un individuo psicótico incurable puede perder la utilidad del ser humano y conservar, sin embargo, su dignidad.

Tal es mi credo psiquiátrico. Yo pienso que sin él no vale la pena ser un psiquia-tra. ¿A santo de qué? ¿Sólo por conside-

ración a una máquina cerebral dañada que no puede repararse? Si el paciente

no fuera algo más, la eutanasia estaría plenamente justificada.

Continuando lo anterior, aquí nos alerta so-bre el olvido de aquello. Muchas veces nos enfrentamos con circunstancias que pueden

haber significado la afección del otro en as-pectos funcionales. Circunstancias que le

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impiden seguir haciendo la vida que an-

teriormente realizaba o cumpliendo con las funciones que ejercía. Recuerdo el caso del hijo de un juez federal reconoci-

do (un juez de la Nación con mucho prestigio) que sufría al ver a su padre padeciendo de la enfermedad de Alzhei-

mer. Decía, “no reconozco en él a mi pa-dre, observando detenidamente un par

de medias como si fuera algo extraño, para ponérselo finalmente como si fuera un par de guantes” Ese hombre, que tu-

vo en su mente, en su criterio, en su ex-periencia y en su sabiduría el curso de causas importantes para el destino de

individuos y de la Nación, ahora no pue-de ni siquiera administrar un simple par

de medias. En un sentido, ha perdido “la utilidad del ser humano” en tanto hom-bre. Ya no puede ser juez, ni siquiera

puede estar a cargo de su propia vida cotidiana. Pero, ¿ha perdido por ello su

dignidad como persona? Y si así fuera,

¿qué sentido tiene que siga con vida?

No. En lo personal, creo que incluso es

un error grave aplicar la categoría “utilidad” a las personas. Nadie es útil porque si lo fuera, está en riesgo de ser

inútil, y, cuando llegue a serlo, ¿tendrá

sentido que siga viviendo?

La única categoría aplicable y admisible

hablando de personas es la de “valor”. Todos son valiosos, siempre, en función de ese centro personal inmune al dete-

rioro, a la enfermedad, a la muerte y, por ende, a la pérdida de valor. Entiendo que

es esto lo que Frankl afirma en este pun-

to.

Sexto: Durante mucho tiempo, de hecho durante medio siglo, la psi-

quiatría ha tratado de interpretar la mente humana como un simple meca-

nismo y, en consecuencia, la terapia de la enfermedad mental como una simple técnica. Me parece a mí que

ese sueño ha tocado a su fin. Lo que ahora empezamos a vislumbrar en el horizonte no son los cuadros de una

medicina psicologizada, sino de una

psiquiatría humanizada.

Consecuente con las afirmaciones anterio-

res, aquí Frankl hace una reflexión sobre to-da forma de mecanicismo. A partir de la misma, nos invita a repensar nuestro traba-

jo.

Si la persona humana es susceptible de ser explicada solo a partir de mecanismos de di-

versa índole, nuestro trabajo queda reducido al de ser simples técnicos. Indudablemente,

rebajando la dignidad de la persona a un mecanismo, reducimos la dignidad de nues-tro trabajo al de técnicos. Por eso mismo

plantea que en el horizonte debe ir emer-giendo cada vez más, una psiquiatría huma-nizada. Elevar la dignidad de la persona

humana, nos obliga, nos exige, elevar el compromiso de nuestro trabajo para estar a

su altura.

En su afirmación, Frankl considera que el “sueño” de tecnificar la condición humana

“está llegando a su fin”. En lo personal, creo que pecó de una cierta ingenuidad. No solo no ha llegado a su fin sino que en los últi-

mos años, ha rebrotado una nueva forma de positivismo mecanicista que contradice las

expectativas franklianas.

Séptimo: Sin embargo, el médico que to-davía quiera desempeñar su papel prin-cipal como técnico, se verá obligado a

confesar que él no ve en su paciente otra cosa que una máquina y no al ser huma-no que hay detrás de la enfermedad.

Por eso mismo considero oportuno retomar esta afirmación y su alerta, para que no ter-

minemos obnubilados por los avances de las nuevas tecnologías, deslizándonos hacia

nuevos mecanicismos –ahora más sofistica-dos pero idénticos, en el fondo, a los de hace más de cien años-, perdiendo de vista la dig-

nidad de la persona humana y la de nuestro

compromiso con ella.

Como diría Rollo May, pareciera ser que

“hacer” es más fácil que “ser”. Posiblemente atender un mecanismo sea más sencillo que

acompañar a una persona.

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Octavo: El ser humano no es una co-sa más entre otras cosas; las cosas

se determinan unas a las otras; pero el hombre, en última instancia, es su propio determinante. Lo que llegue a

ser —dentro de los límites de sus fa-cultades y de su entorno— lo tiene

que hacer por sí mismo.

Con todo esto, nos propone ahora una psicoterapia de la responsabilidad. Por-

que si el hombre es libre, y su condición personal se mantiene erguida a pesar y a

través de cualquier circunstancia del “estar”, nada lo exime ni lo libera de hacerse cargo responsable de poner algo

de sí, al momento de definir cómo vivir.

La Logoterapia frankliana no exime, no disculpa, no justifica a nadie; responsa-

biliza a todos para que, dentro de los límites de sus facultades y de su entor-no, asuman la responsabilidad de deci-

dir qué hacer y quién ser.

Una responsabilidad que se condice con su estatus de ser auto-trascendente y

con su facultad de auto-distanciamiento. Así, la persona humana debe ser cons-

ciente de que se espera de ella una res-puesta ante lo que le toca vivir. Debe responder ante alguien, ante Alguien (si

tuviera una creencia) y también ante sí misma. La vida le es otorgada como la

oportunidad para algo importante, y es ella misma –la Vida-, la que se constitu-

ye en acreedora de la persona, esperan-

do respuestas.

Noveno: En los campos de concentra-ción, por ejemplo, en aquel laborato-

rio vivo, en aquel banco de pruebas, observábamos y éramos testigos de

que algunos de nuestros camaradas actuaban como cerdos mientras que otros se comportaban como santos.

El hombre tiene dentro de sí ambas potencias; de sus decisiones y no de sus condiciones depende cuál de ellas

se manifieste.

Nuestra generación es realista, pues hemos llegado a saber lo que real-

mente es el hombre. Después de todo, el hombre es ese ser que ha inventado las

cámaras de gas de Auschwitz, pero tam-bién es el ser que ha entrado en esas cámaras con la cabeza erguida y el Pa-

drenuestro o el Shema Yisrael en sus la-bios”

Finalmente, creo que nos propone una psi-coterapia de la esperanza. Supo decir que existen solo dos clases de personas, las de-

centes y las que no lo son. Cuando se apa-sionaba hablando –la mayoría de las veces-

se refería a ellas como santos y cerdos. Y afirmaba que podemos encontrarlos a am-

bos, en todo grupo y sector.

Pero también afirmaba que ambas potencias se encuentran en cada uno de nosotros y que nuestras decisiones son las que las ac-

tualizan. Ser un santo o una porquería, de-

pende de nosotros.

Por eso mismo creo que podríamos decirlo

así: existen los santos (tal el caso de Maxi-miliano Kolbe, cuyo testimonio, tanto im-pactó en Frankl, decidiéndolo a utilizar el

término “santo”); por otro lado, existen los cerdos. Pero creo que entre unos y otros, es-

tamos la mayoría de los mortales, actuando a veces con más decencia y en ocasiones con

más indecencia.

Este grupo o categoría es la mayoritaria. Na-die puede atribuirse la exclusiva condición de santo por haber actuado con decencia

una vez, porque al distraerse puede actuar con indecencia. Del mismo modo, nadie puede ser concebido irremediablemente cer-

do, porque puede en algún momento reac-cionar y conectarse con la posibilidad de la

santidad. En ese incierto devenir, nos mo-vemos todos, con la necesaria cautela de

conscientizar siempre la decisión tomada.

Creo que es una psicoterapia de la esperan-za, porque siempre existe el crédito para la persona espiritual de poder redimir su com-

portamiento al punto de la santidad. Esta “elpidioterapia” como supo denominarla Jor-ge Lerner (de Elpis, diosa de la esperanza)

cree y confía en las posibilidades siempre

redentoras de la persona espiritual.

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tor Frankl nos está diciendo en su famo-

so credo, que cree en los siguientes prin-

cipios básicos:

1- La voluntad libre

2- El noodinamismo facultativo

3- La incondicional salud de la

Persona Espiritual

4- La incondicional dignidad de la

Persona Espiritual

5- El valor de la Persona Espiritual

por sobre criterios de utilidad

6- Crítica a toda

expresión mecanicista

7- Una ética profesional que respete la dignidad de la

Persona Espiritual

8- Una psicoterapia

de la responsabilidad

9- Una psicoterapia

de la esperanza

Todos estos principios pueden resumirse

muy bien en una expresión del propio Frankl, al decir “no soy psiquiatra pata atender lo que hay de enfermo en el hom-bre; soy psiquiatra para atender lo huma-

no en el enfermo”

Otra versión del credo

De la maravillosa adaptación de la obra de teatro Sincronización en Birkenwald de Viktor Frankl que hicieran Chacho Garabal y César Prado, transformándola en el musical que se presentó en Buenos

Aires y en Lima bajo el título “Buscando Sentido. El sueño de Viktor Frankl”, quie-

ro rescatar ahora una de las canciones finales del musical. Se trata de “Un nue-

vo amanecer”, canción que acompaña la situación del prisionero (Franz) que asu-me el compromiso de honrar su vida en

la superación del dolor y en la confianza de que hay algo y alguien por quién hacerlo. El texto de la canción, tanto co-

mo su musicalización, son conmovedoras, y

ponen en acto los mismos principios en los que dice creer Frankl en su credo psiquiátri-

co. Veamos el texto:

Perdido la ilusión\ Hundido el corazón,

el amor de un hombre nunca muere

En las ruinas espera el hombre

Solo debe volver a creer

Momentos difíciles siempre habrá

Cuando todo haya dejado de importar

Pero… hay que descubrir

Qué bello sería el mundo

Si el hombre pudiera escuchar

Que el destino en sus manos está!

Un nuevo amanecer

Una nueva oportunidad

Bello el mundo podría ser

Si el hombre vuelve\ A creer en él

Un hombre siempre es libre

Y nunca pierde su libertad

Si todo una ha perdido

Se puede volver a empezar

Todo pronto cambiará

Se debe poder escuchar

En toda noche oscura de la vida

Resiste la voluntad

Un nuevo amanecer

Una nueva oportunidad

Bello el mundo podría ser

Si el hombre vuelve\A creer en él

Un nuevo amanecer

Una nueva oportunidad

Bello el mundo podría ser

Si el hombre… vuelve…\ A creer… en él

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Yo creo

Hablábamos antes de la coherencia en-

tre la creencia, el decir, el sentir y el ac-tuar, centrándola como eje de la vida auténtica. Una autenticidad nunca fácil

de lograr y de sostener. Viktor Frankl la logró, manifiestando en su vida su pro-

pia teoría. Vida y obra se identifican sin fisuras en la autenticidad profesional y

personal de este hombre.

Decía también que escribir cosas lindas y profundas no es tan difícil, pero vivir a la altura de lo escrito sí lo es. Del mismo

modo digo ahora que leer y conmoverse con lo leído, es sencillo, pero, vivir de acuerdo con aquello que nos ha conmo-

vido, no es fácil. Y esa es la tarea que nos queda a todos después de leer el cre-

do frankliano. Muchos de nosotros nos identificaremos rápidamente con aque-llos principios en los cuales cree Viktor

Frankl, pero, ¿estamos dispuestos a vi-

virlos congruentemente?¿Lo hacemos?

Posiblemente la inautenticidad sea uno

de los principales riesgos y errores de la profesión de terapeuta. Recuerdo a mi querido profesor de Etica y Deontología,

el padre Cesáreo Campos, enseñarnos

en la universidad que en nuestra profesión,

un error ético es necesariamente un error técnico. Un ingeniero, por ejemplo, puede ser corrupto y estafarnos económicamente

sobrevaluando el presupuesto de materiales y, sin embargo, construir un edificio con efi-ciencia; cualquiera puede engañarnos y

cumplir con su trabajo correctamente. Pero un terapeuta no puede hacerlo, porque si

engaña o estafa la confianza del paciente, si abusa de la fe de la persona puesta en la re-lación terapéutica, su trabajo irremediable-

mente será frustrado, ineficiente, iatrogéni-

co.

De tal modo que, es de inevitable reflexión,

cuál es nuestro credo personal, en qué cree-mos al momento de ejercer esta profesión, sobre cuáles principios asentamos nuestra

práctica. Es más, reflexionar sobre quién queremos ser, quién creemos estar siendo, y

no tener ni la pereza ni la vergüenza de hacer los ajustes necesarios para conquistar esa congruencia, tan difícil de lograr pero

tan gustosa de conquistar.

A pedido del público

Continúa presentando

funciones los días

SÁBADOS a las 17 hs!!

Siempre en el TEATRO

AUDITORIO LOSADA

Av.Corrientes 1551,

Buenos Aires

Los esperamos!!

Page 17: Logored - Agosto 2012

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Quisiera a veces borrar todos mis versos

para escribir por primera vez

un poema.

Todo lo escrito no me alcanza

para sentir que he escrito uno.

Tampoco es suficiente haber vivido:

Vivir comienza siempre ahora.

Roberto Juarroz ( 2005, p. 265)

E ste poema me transita y antecede

mi silencio. De casualidad no están hechos los días. Nos entre-

tejemos en un juego de palabras, silencio y fe, donde los encuentros nos

hacen: a ellos nos debemos.

PRIMER FRAGMENTO

“Quisiera a veces borrar todos mis

versos\ para escribir por primera vez

un poema”

El anhelo: llegar a darnos, en la transpa-

rencia de la palabra, de manera auténti-

ca. Sin rencor por el pasado, sin temor

al presente, ni miedo hacia futuro. El

deseo de separarnos de la vida y lo vivido

para comenzar de nuevo es una ilusión

que nos enseña: la vida es una búsque-

da inacabada de encuentros. Nacimos

para cortar los hilos del miedo y con

ellos entretejer de amor la entrega a la

vida.

SEGUNDO FRAGMENTO

“(…) Todo lo escrito no me alcanza \

para sentir que he escrito uno”.

La consciencia no se puede poseer y, en todo

caso, ser posesores de la consciencia no nos

hace libres. Escribir nuestra historia, sentir

que vivimos en el día y no que el día nos vi-

ve: esa es la tarea inacabada por la finitud

de la existencia. La caligrafía imperfecta de

la vida no le quita valor al sentimiento de vi-

vir. Vivir es regresar al punto final nuestra

historia y dibujarle un ala, transformándolo

en pausa para tomar impulso.

TERCER FRAGMENTO

“(…) Tampoco es suficiente haber vivido:\

Vivir comienza siempre ahora”.

La resonancia de una vivencia no basta para

vivir: el sentimiento es en sí mismo renova-

ble. El pasado es una carta a lápiz y sí, bajo

los nuevos trazos hay un sendero, que va

afinando los acordes de nuestros versos. Nos

movemos a diario buscando separarnos de

las huellas para crear con la consciencia

auténtica del ser, y eso hacemos. El anhelo

de adormecer nuestras heridas, es también

el anhelo de estar listos. ¿Cómo sentirnos

listos? Afinar la consciencia es recuperar la

confianza en el misterio.

Referencias: Juarroz, R. (2005). Poesía Vertical II.

Buenos Aires: Emecé.

POEMA EN TRÁNSITO

Por Lic.Olga Lehmann Oliveros

Mail de contacto: [email protected]

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L a Logoterapia es un modo de hacer

psicología. Es un enfoque que po-ne más acento en el futuro que en el pasado, considerando que el fu-

turo es el que realmente determina nues-tro pasado. Una paradoja existencial: el modo en que nos proyectamos determina

lo que vivimos y no al revés. Hemos creci-do enmarcados en un modelo determinis-

ta, que nos dice que el pasado determina nuestro futuro. Es así que esta interpre-tación de la realidad fue dejando al ser

humano sin libertad, sin capacidad de decidir, limitándose a desempeñar un "guión" ya escrito en los primeros años de

su vida.

Este enfoque humanista existencial, es creado por el médico y psicoterapeuta austríaco Viktor E. Frankl, autor del libro

"El hombre en busca de sentido". En dicho libro relata su experiencia durante la 2a

guerra mundial, cuando es confinado junto con su familia a los campos de con-centración. Este libro se ha transformado

en un "best seller", dada su alta carga emocional y su visión esperanzadora de la

vida. En resumen, su teoría, inspirada en su vivencia personal, le permite confiar siempre en la vida; es una teoría que sos-

tiene que todos somos hombres y mujeres en búsqueda de un sentido en la vida, y que enfermamos si no lo encontramos. La

enfermedad actual sería el "vacío existen-cial", la falta de sentido, falta de horizon-

te, falta de futuro. Este vacío existencial se ve reflejado hoy en día en adicciones, depresiones, violencia, etc.

Intentaremos en este espacio, recorrer des-

de la "mirada existencial", el desarrollo del niño/a, el rol de padres, madres, abuelos, tíos y hermanos. En suma, intentaremos

abordar "la génesis del sentido", ¿qué es lo que pasa que no podemos transmitir la confianza en la vida, la intuición de que lo

que hacemos tiene un sentido? Se puede responder a esta pregunta desde

muchas líneas. Intentaremos en esta intro-ducción abordar algunas.

Erik Erikson afirma: “Los padres no sólo deben contar con ciertas maneras de guiar a través de la prohibición y del permiso, si-

no que también deben estar en condiciones de representar para el niño una convicción

profunda, casi somática, de que todo lo que hacen tiene un significado". Existen claras diferencias en cuanto al rol

de los padres entre las distintas épocas. Es muy común escuchar a los abuelos decir:

"En mi época esto no pasaba", "Antes no nos preguntaban `qué queres comer´", etc.

El pediatra francés Aldo Naouri sostiene que nuestros abuelos fueron criados en la sociedad de la pobreza. Antes, afirma, se

crecía sabiendo que no se podía lograrlo to-do y se disfrutaba lo poco que se lograba...

Se crecía en la esperanza. Hoy día, los ni-ños, crecen y son educados en la sociedad de la abundancia , la sociedad del "no se lo

que quiero, pero lo quiero ya", la sociedad que te seduce a comprarlo todo; y nosotros

se lo compramos. Estos niños crecen con poca tolerancia (o nada) a la frustración, crecen en un mundo en el que domina el

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SER PADRES: Cómo guiar con Sentido a niños consentidos

Por Lic.Alejandro De Barbieri Sabatino

Mail de contacto: [email protected]

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principio de placer. No será de extrañarnos

que al llegar a la adolescencia, se vuelvan adictos y les cueste mantener un estudio, un trabajo, una pareja. Son víctimas de

esta sociedad de la abundancia, pero tam-bién de sus padres; padres cansados, en

"burn out" y sin tiempo para educar. La sociedad de los hijos huérfanos, diría el investigador y escritor argentino Sergio

Sinay.

¿Qué podemos hacer frente a algo aparen-temente inmodificable? Desde la Logotera-pia proponemos recuperar nuestro rol co-

mo padres y educadores. Recuperar pre-sencia y autoridad. No se puede educar

por MSN, se educa estando presente. Pri-mero con la presencia, después con los hechos y recién en tercer lugar con la pa-

labra. Proponemos recuperar el sentido de lo que

hacemos, el sentido de nuestra tarea co-mo padres. Para que nuestros hijos vivan

una vida con sentido (sean felices), ¡primero debemos vivir nosotros felices! No hay mejor receta para educar en la feli-

cidad a nuestros hijos que el ejemplo de que nos vean felices con nuestra pareja o

solos, felices, con nuestra actividad diaria, con nuestros vínculos bien cuidados y sa-biendo incorporar a la vida los momentos

de dolor, de tensión y de frustración. La felicidad no es ausencia de sufrimien-to; educar implica fortaleza y convicción

para saber que lo que hacemos hoy en día con nuestros hijos, será valorado muchos

años después.

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Por eso titulábamos este primer artículo

"niños consentidos". Un juego de palabras, también una realidad que nos invita a ac-

tuar inmediatamente, como profesionales, como padres, como educadores, para guiar en la frustración, sabiendo y siendo cons-

cientes, que la frustración nos hará más fuertes y resilientes. LOGOTIPS

- Educar desde la Presencia Confiar en nuestro Rol No Delegar a otros ( abuelos, TV, maes-

tros) lo que nos corresponde como padres Animarse a ser "el malo de la pelicula" (sin

autoritarismo, claro esta) Saber esperar para crecer en la esperanza No desesperar para no caer en la desespe-

ranza - Confiar en nuestro Rol - No Delegar a otros ( abuelos, TV, maes-

tros) lo que nos corresponde como padres - Animarse a ser "el malo de la película

(sin autoritarismo, claro está) - Saber esperar para crecer en la esperan- za

- No desesperar para no caer en la deses- peranza

Libros recomendados "El Hombre en busca de sentido" de Viktor Emil Frankl

"La sociedad de los hijos huérfanos" de Sergio Sinay

Los libros recomendados por el

autor de la columna,

Lic.Alejandro Barbieri Sabatino

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L a experiencia llevada a cabo hasta el momento a partir del musical-infantil

ROMPECABEZAS ha sido maravillo-sa.

Desde el día de su estreno hasta la finaliza-ción de la temporada teatral de las “vacaciones de invierno”, han pasado audito-rios con un público bastante heterogéneo. Niños de dos años y medio han compartido funciones con niños de cuatro, seis, ocho años y con jovencitos de doce, trece y catorce años. Todos ellos siguieron el espectáculo, se emocionaron, se asustaron con los malos y se enternecieron cuando estos cambiaron su ac-titud. Comprendieron el mensaje y celebra-ron el final. Por otro lado, los adultos que acompañaron a los pequeños, participaron de la misma magia y se involucraron del mismo modo. Más allá de las bondades que podrían destacarse del espectáculo, creo interesante detenerme en otros dos puntos. Por un lado, la universalidad del arte. Es decir, la facilidad que tiene el arte para cap-tar de manera inmediata, la esencia de la humanidad en cada espectador. Por decirlo de algún modo, todos los espectadores con independencia de su edad, condición intelec-tual, o posición, todos, reaccionaron del mis-mo modo: como personas que se sensibilizan con aquello que acontece a los protagonistas. Las categorías del mundo adulto, los prejui-cios del mundo adolescente, las ingenuidades del mundo infantil, todo desaparece para captar inmediatamente lo humano de la his-toria, desde lo humano del espectador. Por otro lado, el valor del valor. Es conmove-dor ver los rostros de los pequeños especta-dores cuando, al finalizar la obra, se acercan a los actores para saludarlos y tomarse fotos con ellos. Presenciando este verdadero rito que se genera después de cada función, entre los actores y su público, fui testigo de la si-

guiente anécdota: una niña de unos cuatro años, se acerca al “malo” de la historia (Llao),

quien finalmente se convierte en bueno, para tomarse una foto. Su padre, con una sonrisa, le dice, “pero te vas a sacar una foto con él, si te asustó durante toda la obra”, a lo que la niña le respondió, “pero, lo importante es que al final se hizo bueno”. Y no solo se sacó una foto con él sino que además le dio un beso y le regaló uno de sus caramelos. Cuando el valor es cap-tado, lo inmediato se hace superfluo, y la ver-dad aparece. Por eso, todo el equipo creativo, técnico, pro-ducción, elenco, asistentes, todos estamos con-vencidos que el arte puede salvar al hombre, y tratamos de acercar, desde ROMPECABEZAS, una propuesta nueva en ese sentido. Basado en un cuento de Claudio García Pintos, con libro, letras y dirección general de Chacho Garabal, música original de Sixto Laconich, vestuario y escenografía de Pedro Muñoz, co-reografías de Brian Da Cruz y producción de Domingo Romano, Sauco (Chacho Garabal), la princesa Puyén (Penélope Bahl), Suyai (Ninna Fernández), Auca (Cecilia O´Grady), Tatu (Rodrigo Villani), Pichi (Brian Da Cruz) y Llao (Pedro Muñoz), nos siguen invitando a partici-par de esta aventura. Una historia de coraje y amistad entre simples aldeanos, cuyo reperto-rio de posibilidades son tan iguales a las de cualquiera de nosotros. Ellos descubren que para transitar y atravesar los senderos del bos-que y hacer frente a las amenazas de la noche oscura, cuentan con un gran recurso: la amis-tad de quienes los rodean. Porque más peligro-so que el bosque y sus amenazas, es no poder superar los propios egoísmos y mezquindades. Esa es la clave para superar el arroyo de los miedos, armar el rompecabezas y abrir la puer-ta de la felicidad. Ellos nos invitan a todos, grandes y chicos, a tomarnos de sus manos para cruzar nuestros

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LA AVENTURA CONTINÚA

Por Dr.Claudio García Pintos

Mail de contacto: [email protected]

Page 22: Logored - Agosto 2012

RELATO

Por favor ayúdeme a entender por qué

mis hijos de 7 y 9 años se tratan tan mal, en un momento están jugando y después de cinco minutos ya se están golpeando y pateando, a mí como mamá me da mucha pena, porque los quiero a los dos y me da miedo que se hagan daño, ya les he visto moretones y rasguños y cuando pregunto me dicen que no saben cómo se lo hicie-ron y estoy casi segura que fue en alguna pelea que han tenido entre ellos. Si así son de pequeños no quiero ni pensar cómo se comportarán cuando sean más grandes, ya que son varones y son grose-

ros.

¿Qué puedo hacer?

E l tema del conflicto ha interesado

desde siempre a las personas y a

las comunidades.

Según la Biblia, los primeros

hijos de la pareja original, Caín y Abel, riñen y el conflicto termina en fratricidio. Luego sigue, el relato bíblico de la histo-

ria universal, después la del pueblo hebreo y los profetas con todas las histo-rias fantásticas que están llenas de lu-

cha y conflicto.

¿Qué pasa con la convivencia entre estos hermanos? Pues que es un reflejo de la

falta de madurez que se necesita para poder convivir en forma orgánica y armo-

niosa. Ya nos muestra la historia de la humanidad, con el relato de Caín y Abel,

Página 22

PEDAGOGIA FAMILIAR

MIS HIJOS SE ODIAN Y SE AMAN

Por Lic.Víctor Cárdenas Negrete

Mail de contacto: [email protected]

un mundo lleno de pugnas e intereses, en-

tonces sacamos conclusiones y vemos como no solo las buenas intenciones que los pa-dres puedan tener sobre la educación de

sus hijos son suficientes. Así que aquí tu primera tarea, a prepararte y leer algo más sobre cómo crecen nuestros hijos y cuáles

son sus necesidades, de manera que no busquen llenar un vacío a través de la gro-

sería o la violencia, esto agravado porque vivimos en un mundo cada vez más compe-

titivo.

Puedo decirte que básicamente hay tres ne-cesidades que se deben satisfacer en los hijos de manera que ellos se sientan felices,

únicos y objeto del amor de sus padres, sin la necesidad de entrar a competir por ello

ya que lo tienen asegurado.

La primera necesidad que se debe satisfa-cer es la de la alimentar el cuerpo y la vida familiar, pon mucha atención al tipo y la

calidad de comidas que proporcionas a tus hijos, ellos deben sentir no solo que están

satisfechos sino que la comida es una acti-vidad familiar llena de sentido, es decir que les es agradable sentarse a la mesa contigo

y toda la familia incluido su hermano. Se dice que todas las actividades en familia son como una especie de ritual que capaci-

ta a los hijos para enfrentarse con la socie-dad, es decir a mejor participación de la vi-

da familiar mayor espacio de confianza en la vida social y laboral en el futuro. Pero además hay diferentes grupos alimenticios

que debes cuidar para que la convivencia sea la mejor que estas esperando de tus

hijos. Por eso ten presente que durante el

Page 23: Logored - Agosto 2012

deben haber por lo menos dos comidas

fuertes, pero ojo, prohibido que consu-man golosinas que contienen azúcar des-pués de la cena, ya que esto altera su

ánimo e impide conciliar el sueño.

La segunda necesidad que debe ser satis-fecha es la del reconocimiento, es decir

que cada hijo escuche palabras de apro-bación por las acciones realizadas o pala-bras que le ayuden a corregir errores, en-

tendiendo que se castiga la falta, no al ni-ño a quien seguimos amando. Las pala-

bras son siempre como una señal que les permite ver a nuestros hijos la luz verde del amor, del respeto y la comprensión.

Hay niños que escuchan más, otros que parecen sordos, a ellos tómalos por el brazo sin ser violento y dile con firmeza

que necesitan hablar, pídele que se de-tenga y que es muy importante hacerlo en

ese momento, míralo a los ojos y si se de-tiene dale un beso y hazle notar que lo consiguió, esto es una señal de firmeza en

la corrección y ternura en la supervisión

paterna.

La tercera necesidad a ser satisfecha es la

del afecto y el amor, cada niño necesita una dosis diaria para no crecer sediento o hambriento de afecto. Por eso debemos

ensayar siempre la frase: “te quiero mu-

cho”, “que hermoso eres”, “que gran co-

razón tienes”, etc, esto no solo se relaciona con las dos necesidades anteriores sino que coloca un broche de oro en nuestra tarea

de educación como padres, ayuda a cons-truir la autoestima y es el vehículo que lle-vará a nuestros hijos a sentirse felices y

amados.

Luego de esto cada niño es diferente, algu-nos son más violentos que otros, pero todos

se derriten frente a un abrazo y una pala-bra de aprobación, pero cuidado, pues

cuando debemos corregir hay que hacerlo sin temor, lo cual no significa grosería o violencia. Luego podrás ir expresándole a

tu hijo, en un diálogo que nunca debe ter-minar, que la violencia solo es signo de co-bardía, y que las personas realmente inteli-

gentes hablan sobre sus problemas, que esto lo experimentará cuando sea adulto y

entretanto debe hacer todo lo posible por educar su carácter y notarás que en tu ca-sa se empieza a respirar un clima de mayor

respeto, armonía y paz.

Lic. Víctor Cárdenas Negrete

CENTRO PEDAGOGICO KENTENICH

Página 23

LOGORED recomienda visitar

la página del Centro Pedagógico Kentenich de Ecuador :

www.centropedagogico.org/

Page 24: Logored - Agosto 2012

Página 24

M uchos programas de televisión

revelan hasta la obscenidad lo

que debería ser parte de la in-

timidad de ciertas familias y

personas. Pero, por otro lado, muchas

personas tienen grandes sufrimientos

emocionales a causa de arrastrar secretos

de por vida. Su revelación, según cómo y

cuándo se den, puede vivirse como un

gran alivio o como un nuevo drama.

Cuando se calla lo importante…

La facilidad con la que hoy hablamos de

todo o casi todo está engarzada en un sis-

tema de sinceramiento que, a veces, se

produce a cualquier precio. Aunque el

hablar de casi todo no implica necesaria-

mente que sepamos comunicarnos efi-

cientemente. Una cosa es nombrar y otra

diferente profundizar en un tema o cir-

cunstancia.

Hoy nuestra cultura critica los tabúes

(“de eso no se habla”), sin embargo, aún

persisten zonas ocultas donde se alojan

secretos nocivos y peligrosos que pertur-

ban a muchas personas o familias.

“Alejandra jamás pudo confesarle a su

marido, en los dieciséis años que llevan de

casados, que su padre la violó cuando ella

tenía catorce años”.

Una mezcla de vergüenza, culpa y temor

al rechazo de su marido la hizo callar ca-

da vez que se sintió tentada en decirlo...

El lugar de anclaje del secreto es su inti-

midad, su mismidad, entonces...el canda-

do del silencio trabó grandes cerraduras

entre Alejandra y su libertad, entre ella y

su esposo.

Esta escena nos introduce al tema de las

distancias que se crean en las relaciones

profundas, la erosión que sufre la comuni-

cación (en este caso) de la pareja, las du-

das, las confusiones, son todos indicado-

res del efecto letal que muchas veces pro-

ducen estos ocultamientos.

Fingir que “no pasa nada” afecta a la per-

sonalidad y a la vincularidad. Detiene,

congela el desarrollo esperado en todo pro-

ceso funcional de crecimiento e interac-

ción. Ya no queda espacio para el inter-

cambio auténtico entre dos personas que

se quieren, y la geografía de la familia va

ajustando fronteras cada vez más rígidas y

más intransitables.

La necesidad de ser honestos, aunque prudentes.

“Y cuenta que lo supo, y que la mató en-

tonces apena de saberlo” (Rosalía de Cas-

tro, 1837/1885)

Pensemos, por ejemplo, en el caso de las

relaciones entre padres e hijos, sobre todo

cuando éstos últimos son aún pequeños.

LOGOTERAPIA VINCULAR

SECRETOS DE FAMILIA

Por Lic.Analía Boyadjián

Mail de contacto: [email protected]

Page 25: Logored - Agosto 2012

Página 25

Resulta ser un tema casi cotidiano qué

cosas callar u ocultar y qué temas

hablar naturalmente. Se necesita dife-

renciar lo que sería una zona de saluda-

ble privacidad, de la franja de secretos

patológicos.

Para los padres de las generaciones an-

teriores a la nuestra, el límite entre lo

permitido y los temas tabúes parecían

estar mucho más definidos. Yo misma

recuerdo una frase célebre:”cuando los

grandes hablan, los chicos se van a otro

cuarto a jugar”. Y eso sucedía segura-

mente cuando los adultos hablaban so-

bre temas tales como sexo, drogas, vio-

lencia, problemas económicos, enferme-

dades graves, muerte, divorcio, etc.

Todos temas que hoy están en la boca de

la mayoría de los niños. Aunque ni ellos

comprendan su significado correcto.

Aunque ni ellos sean capaces de digerir-

los.

Se nos enseñó hasta el cansancio que “la

prudencia es la madre de todas las virtu-

des”, sin embargo ésta suele no estar en

nuestro mapa de ruta. Para esto, como

para todo tema que tenga que ver con

las personas, las fórmulas mágicas no

existen. Como tampoco las recetas de los

mal llamados “expertos en crianza”, que

ofrecen soluciones de aplicación univer-

sal cuando creemos que cada persona es

única e irrepetible.

Todo depende de la edad del niño. Si el

contenido del secreto no afecta su vida

directamente, o aún es pequeño para

comprenderlo, entonces lo apropiado es

resguardarlo de la información hasta

que sea el momento oportuno.

También depende de su nivel de infor-

mación, de si se lo acompaña o no para

que gestione la información que consu-

me, del tono emocional del adulto a la

hora de hablar de esa noticia, de los

ejemplos-referentes que usamos para

que comprenda ese hecho y pueda integrar-

lo en su mundo infantil..

En fin, contarle a una niña de tres años el

cuento de Blancanieves y la manzana enve-

nenada, y en otra ocasión decirle que la

droga es algo malo, que hace mal, y relacio-

narlo con “eso que la malvada le ofrecía a

Blancanieves”, puede resultar un modo

propicio de aproximación al tema de las

drogas, por ejemplo.

Un temor compartido por muchos padres

es creer que el revelarles sus secretos a sus

hijos podría empeorar las cosas. Aquí se

ubica al secreto en su función de “proteger”

a alguien de ciertos hechos, con el miedo de

creer que si esa persona lo supiese podría

causarle algún daño o generar una crisis

familiar. Comienzan ese sistema de oculta-

mientos como un modo de cuidado de sus

hijos. Pero sabemos que bien puede resul-

tar exactamente lo contrario.

Estos secretos pueden relacionarse con

acontecimientos pasados o presentes: dro-

gadicción, alcoholismo, abuso sexual,

abandono, relaciones extramatrimoniales,

enfermedades, muertes, suicidios, o hasta

con hechos menos complejos. ¿Cómo no

quedar atrapados por el secreto? ¿Cómo

hacer para destrabar las fronteras estable-

cidas?

Los niños tienen un poder intuitivo que ac-

túa como un radar a la hora de captar se-

ñales falsas.

Cuando el sostener un secreto implica con-

ductas evasivas, engaños, mentiras, simu-

lación, el esfuerzo de los niños por com-

prender los mensajes contradictorios de

sus padres, despliega una artillería de ten-

sión y atención para develar los misterios.

Y estos pequeños detectives suelen hallar

pistas falsas, elaborar fantasías muy com-

plejas, y experimentar una gran dosis de

angustia.

Page 26: Logored - Agosto 2012

Nadie lo sabe. Todos lo conocen.

Una perspectiva fascinante en el mundo

de los secretos familiares es descubrir

que, a veces, son más o menos conoci-

dos por todos o algunos miembros de la

familia. Pero como nadie habla de ellos ,

todos asumen que nadie lo sabe.

Que nadie sabe que todos lo saben ser-

ía, en este caso, el “único secreto”.

Es innegable que los secretos tienen

funciones, lo que nos hace deducir que

Página 26

están allí por alguna razón (buenas o ma-

las). Antes de poder cuestionar las mismas,

habría que ser respetuosos y acercarnos de

modo reflexivo para descubrir otros motivos

(tal vez los genuinos) que llevan a mantener

ese secreto.

Tal vez esta guía oriente ciertos cuestiona-

mientos que, una vez descifrados, encami-

nen una búsqueda mucho más sana de co-

municación:

- Si suponemos que el secreto es contado a quien corresponda:

¿qué lograríamos?

¿Cuál sería la reacción del receptor? ¿Qué respondería?

¿Qué podría suceder luego?

-¿No cree que, a pesar del ocultamiento expreso,

él/ella ya lo sabe o lo intuye?

-¿Cómo sabe que no lo sabe?

- Si hablaran de esto abiertamente:

¿Cuál imagina que puede llegar a ser la peor respuesta?.

-¿En qué lo beneficia el seguir manteniendo ese secreto?

¿Y en qué lo perjudica?

Transitando una época que se caracteriza por el ruido de lo light, el zapping y

la falta de verdaderos encuentros, se hace necesaria una profunda reflexión

sobre la condición de la familia, que hoy parece estar en crisis. Detenernos a

considerar la familia es remontarnos a esa primera vivencia del amor humano,

ese primer espacio de pertenencia que funda y da sentido a la vida. “Si enten-

demos a la familia como una escuela de afectividad, como cuna de lo fundamental, asu-

miremos nuestra misión de educar a los hijos con la intención de superarnos en el día a

día y de apostar a la capacidad de oposición del espíritu humano”, afirma la autora.

En ese sentido, el desafío de Tiempo de familia es recuperar el valor de la

“familia”, asumiendo su aspecto más esencial: primera cuna de afectividad y

aprendizaje; y, por otro, procurando una mejor calidad de vida familiar como

sostén personal y capital social, para ver si así –entre todos- logramos cons-

truir un mundo mejor.

Analía BOYADJIÁN

TIEMPO DE FAMILIA

Nosotros y la búsqueda de sentido, Colección Praxis, Ed.San Pablo

Page 27: Logored - Agosto 2012

E l ser humano tiene la capacidad

de buscar y descubrir el sentido de su vida a través de la encarna-ción y realización de valores de

Experiencia. Estos valores manifiestan básicamente una dimensión de gratuidad. “Por la radical apertura al mundo, el ser humano está capacitado no sólo para dar sino para recibir todas las riquezas conte-nidas en el cosmos y en los otros seres humanos” (1) Amor

“no sólo en efecto, la decisión de la con-ciencia se orienta a una posibilidad abso-luta y totalmente individual, sino también la decisión del amor, pues así como la con-ciencia descubre “lo uno necesario”, el amor a su vez descubre “lo único posible”, es decir, las posibilidades únicas en su género que ofrece la persona amada. El amor es, en verdad lo primero y lo único que está en condiciones de contemplar a una persona en su singularidad, de verla como “el individuo absoluto” (2)

El amor como concreción de los valores es un valor de experiencia o de vivencia, por-que posibilita que me acerque a un tú en

todo lo que tiene de peculiar y de singular o en lo que tiene de único, irrepetible, li-bre, responsable y finito. El amor como

relación personal de mi Yo con un Tú, tie-

ne la posibilidad de experimentar el desa-

rrollo de valores de creación “por amor al tú”. Pero al mismo tiempo, la misma rela-ción amorosa me ofrece el amplísimo mun-

do de los valores de experiencia. Estos va-lores los experimento cuando abro todo mi espacio interior para captar lo único e irre-

petible y lo libre del ser a quien amo. Este segundo modo en la relación amorosa se

puede decir que es un regalo, un don, una gracia que recibo porque el Tú, a quien amo, es un ser así y no de otro modo.

La experiencia amorosa me permite apren-der la independencia de esencia y existen-

cia que posibilita afirmar que puedo amar y mi amor por el Tú puede sobrevivir y no

sólo sobrevivir sino vivir y mantenerse con una fuerza mayor que la fuerza del tiempo y de la muerte.

Como consecuencia de la relación Yo-tu

brota el nosotros, que expresa las poten-cialidades inscritas en el ser mismo de las personas que entran en relación. En la ba-

se de la búsqueda y construcción de la co-munidad humana está la experiencia de nosotros que es la manifestación visible

del amor.

Francisco Bretones, en su libro “Logoterapia: la audacia de vivir”(3) explica seis palabras claves para entender el plan-

teo del amor desde la perspectiva de

Página 27

Post-Frankl

EL SENTIDO DEL AMOR

Por Lic.Lucía Copello

Mail de contacto: [email protected]

Esta columna está dedicada a presentar propuestas y a reflexionar sobre conceptos desarrollados por diferen-

tes profesionales, que, tomando las bases de la teoría frankleana, se animan a proponer sus propias ideas y

así hacen crecer y madurar a la Logoterapia y el Análisis Existencial.-

Page 28: Logored - Agosto 2012

teo del amor desde la perspectiva de

Frankl. El análisis que el realiza es el si-guiente:

1) Salir: punto de partida para todo de-sarrollo de la existencia del hombre. Es el primer verbo de la logoterapia en ac-

ción, el salir nos libera de la inmanencia y nos pone en camino de la autotrascen-

dencia. 2) Este salir de la inmanencia es la con-

dición necesaria para poder provocar el descubrimiento de la esencia del otro, que en su peculiaridad, no es igual a na-

die y sólo es igual a sí mismo.

3) Encuentro: es el resultado de haber llevado a cabo el descubrimiento de lo peculiar del otro, lo que supone esfuerzo

personal y vivir el otro desde la empatía.

4) el amor es, esencialmente, vivencia. Cuando se da el fenómeno del amor siempre se da el máximo grado de viven-

cia. El amor es la vivencia más profunda de la autotrascendencia. La autotrascen-dencia conlleva el máximo descubri-

miento del otro.

5) Unicidad: singularidad, irrepetibili-dad. Son tres descubrimientos que hay que llevar a cabo. Sin estos descubri-

mientos no se puede hablar de haber hallado lo peculiar de cada persona. Por

eso, y gracias a estas tres cualidades de la esencia del hombre, se podría afirmar que, cuando se ama, se ha llegado al

máximo descubrimiento del otro. 6) Compromiso: el amor no puede eva-

dir el compromiso con el tú, después de haber llevado a cabo su descubrimiento.

Sentido del Amor

Frankl, a lo largo de sus obras ha escrito sobre el sentido del amor, comparto con

ustedes las que me resultan más signifi-cativas.

“El amor constituye la única manera de

aprehender a otro ser humano en lo más profundo de su personalidad. Nadie puede ser totalmente conocedor de la esencia de

otro ser humano si no le ama. Por el acto espiritual del amor se es capaz de ver los trazos y rasgos esenciales en la persona

amada; y lo que es más, ver también sus potencias: lo que todavía no se ha revelado,

lo que ha de mostrarse. Todavía más, me-diante su amor, la persona que ama posibi-lita al amado a que manifieste sus poten-

cias. Al hacerle consciente de lo que puede ser y de lo que puede llegar a ser, logra que esas potencias se conviertan en reali-

dad.”(4)

“Si prescindimos del amor en un sentido más o menos figurado, para concebir el

amor en le sentido de lo que es el eros ve-mos que es el campo en que los valores de vivencia se realizan de un modo especial: el

amor es, exactamente, la vivencia de otro ser humano, en todo lo que su vida tiene de peculiar y singular.”(5)

(…) “No solamente gracia, sino también en-

canto. Para el amante, el amor hechiza el mundo, lo transfigura, lo dota de un valor adicional. El amor aumenta y afina en

quien ama la resonancia humana para la plenitud de los valores” (6)

Quisiera terminar la reflexión de hoy con un aporte realizado por Sergio Sinay (7) en

su columna habitual del diario La Nación que complementa los aportes de Frankl en relación al amor:

Norberto Levy propone una minimalista y sorprendente aproximación a la compren-

sión del amor. "Tal vez podamos comenzar observando simplemente nuestras manos, dice. Cómo se relacionan entre sí mientras

realizan las tareas del día: ponerse la ropa, abrochar un botón, preparar un café. Todas las tareas. Observarlas con detenimiento y

mirar la relación. Allí hay ayuda recíproca, ajustes continuos, acoplamientos precisos,

sentido de equipo... Esa es la cooperación del amor." Para aprender eso que hacen con naturalidad, nuestras manos han pa-

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Page 29: Logored - Agosto 2012

sado por un proceso de aprendizaje, por

la experiencia, por el ensayo y el error, han evolucionado hasta alcanzar la motri-cidad fina que les permite tal armonía. Y

así como nuestras manos construyen su relación de amor, lo hacemos nosotros cuando la totalidad de nuestro ser se re-

laciona con otro ser. Así como a los seres humanos se nos ha

dado la maravillosa bendición del amor, también se nos ha dado (como en todos los aspectos de nuestra vida) otro privile-

gio: la responsabilidad de actuar a la al-tura del amor.

"El amor se manifiesta básicamente como respeto, solidaridad y cuidado", dice Nor-

berto Levy. "La experiencia del amor es la que surge del reconocerse como dos par-tes distintas de una misma unidad ma-

yor." Ese reconocimiento requiere lo que Víktor Frankl llamaba voluntad de senti-

do. Un movimiento en pos de la trascen-dencia, de hacer de nuestra vida una huella significativa en la eternidad, algo

más que un cómodo y confortable respi-rar, comer, dormir, reproducirnos y mo-rir. Algo más que un cómodo vegetar. En

el confort egoísta, en la cobardía de la co-modidad que evita al otro, el amor muere

nonato. "El Amor es la memoria que la

Unidad tiene de sí misma en la diversidad",

afirma Levy con hermosas palabras. Y no hay diversidad si no nos acercamos al otro.

Referencias

1-Frankl, Víktor: “Psicoanálisis y existencia-lismo”, editorial Herder, Barcelona, 1991,

Pág.87.

2- Frankl, Víktor: “La presencia ignorada de

Dios. Psicoterapia y religión”, editorial Her-

der, Barcelona, 1977, Pág. 38.

3- Bretones, Francisco:”Logoterapia:la au-

dacia de vivir”, editorial San Pablo, Bs. As, 2002, Pág. 358-359

4- Frankl, Viktor, El Hombre en Busca de Sentido, editorial Herder, Barcelona, 2004. 5– Ibídem, 156.

6-Frankl, Víktor: “Psicoanálisis y existencia-lismo”, editorial Herder, Barcelona, 1991,

Pág.185. 7- Revista Diario La Nación, 11 de Enero del 2009.

Página 29

Lucía Copello

LOGOTERAPIA EN CÁRCELES

El sufrimiento como

escuela de humanización

Colección Praxis, Editorial San Pablo

Page 30: Logored - Agosto 2012

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CARTAS DEL DESIERTO

de Guillermo Pareja Herrera

FUEGUITO

Por Ma.Teresa Zerbino (Uruguay)

Mail de contacto: [email protected]

La carta: Fueguitos

Sucede que voy por el llano, el desierto se distiende en el horizonte infinito. Vuelvo la mirada y de pronto una libélula se posa

en una piedra, me mira sonríe, sigue su viaje. Así también me sorprende una nu-be y el arcoíris. Suma de instantes sor-

presivos. De vuelta a casa escucho un cantar a través de mi viejo radio de la

Chevrolet. Es la voz de un querido cantor folklórico del campo argentino. Es el Cha-queño Palavecino. Como quien atrapa un

instante del milagro fugaz, atino a retener unas líneas de su canción -de la cual ig-

noro su título mas no importa: “… echar-le leñita al fuego… (las brasas) si las pi-sas (el fuego) ya no arde y si arde poco, nomás le soplas (…) Y si el amor se acer-ca, ¡ni toda el agua del mar lo apaga¡. So-pla al fueguito cuando el amor tiene frío. Arrópalo cuando esta débil. ¡Échale leñita

al fuego! …

La Reflexión

E l contacto con la naturaleza provo-

ca esta carta. La necesidad de

desconectarse, desconectarse de

la hiperconectividad.

Nos estamos enfrentando a una realidad

en la que la sociabilidad de los seres

humanos está en la base del éxito de las

redes sociales virtuales, el éxito de la capa

social nos impulsa, eleva o arrastra.

Ya que hay una red cerebral entera dedi-

cada a pensar sobre nosotros mismos y

otras personas, que nos organizan la red

y buscan satisfacer y acrecentar nuestras

necesidades.

Es imprescindible enseñar y provocar es-

pacios de desconexión, a observarnos a

nosotros mismos para identificar emocio-

nes, sentimientos que si no los conocemos

pueden dañarnos o dañar a los demás.

La carta comienza en el desierto, un reti-

rarse al silencio, a conectarse consigo mis-

mo y con la naturaleza, a buscar los rui-

dos internos y escucharlos, que solo se lo-

gra en la más intima soledad.

El Dr.Guillermo Pareja Herrera nos tiene acostumbrados a sus mensajes vivificantes, ple-

nos de significado, volcados en publicaciones de obligada referencia para todo humanista

interesado en madurar un pensamiento consistente y comprometido con la persona huma-

na. Pero su obra no solo está restringida a libros académicos. Su sensibilidad se expresa

creativamente a través de sus “Cartas desde el Desierto” con la misma calidez y profundi-

dad que caracteriza su discurso científico. Mes a mes y con regularidad, vamos presentan-

do algunas de sus “Cartas”, breves reflexiones sobre la vida misma, las cuales son comenta-

das cada vez por algún colaborador de LOGORED. En esta oportunidad, la encargada de

hacerlo será María Teresa Zerbino de Queraltó (Sociedad Uruguaya de Logoterapia)

Page 31: Logored - Agosto 2012

Está naciendo el Hiperindividuo, y la res-

ponsabilidad de que queden atrapados en

la soledad de sus hipervínculos, es de los

adultos. Mostrarles las técnicas para po-

tenciar su creatividad, su capacidad de in-

vestigación, y desarrollar la desconexión,

el observarse a sí mismo y de esa forma

expresar sus emociones y sentimientos.

No caigamos en los meaculpismos, cuando

no vemos puntualmente los fallos, ni de-

terminamos quienes son los culpables, se

crea un clima de perdón generalizado,

donde acabamos siendo todos culpables,

pero nada se hace. Comienzan entonces a

aflojarse todo tipo de exigencias, ¿para qué

esforzarse, si al final todos somos lo mis-

mo?

Busquemos los desiertos y avivemos los fuegos, ¡Gracias Guillermo, tus cartas nos

abren la posibilidad de desconectarnos y

meditar que es lo que estamos haciendo!

María Teresa Zerbino de Queraltó

Orientadora Familiar Asistente en Logoterapia

Sociedad de Logoterapia del Uruguay

www.logoterapiauruguay.org.uy [email protected]

Página 31

Cuando leí esta carta viaje velozmente a

mi niñez, a mi familia, al campo. Tuve la

suerte de crecer en el campo, y si bien no

es el desierto, es un espacio en el que solo

nos invade y con mucho respeto, aquello

que permitimos y aceptamos.

Viví mi niñez trepando árboles, montando

a caballo, trabajando con vacas, ovejas y

gallinas. Recuerdos, que lo que hacen al

recordarlos, es sanar diversas dificultades

del ser adulto. Recuerdo a mis hermanos

cazando pajaritos y palomas con sus go-

meras, yo protestando porque los mata-

ban, pero después investigando que es lo

que hace que los pájaros vuelen!.

Noches enteras acostados en el pasto mi-

rando las estrellas e intentando descubrir

la osa mayor o los siete cabritos, por su-

puesto que la cruz del sur la teníamos

más que identificada!.

Sin duda que al amor hay que darle alien-

to, y una forma de amar es la de educar.

No solo la educación formal, sino el edu-

car en el amor, educar en la libertad y

responsabilidad, formar seres con capaci-

dad de meditar, de relajarse en la natura-

leza, en descubrir los tesoros que no ve-

mos o no sabemos apreciar.

“VIKTOR FRANKL.

Comunicación y Resistencia”

“EL MUNDO Y EL TIEMPO

DE VIKTOR FRANKL”

“LAS MANZANAS CAYENDO

SOBRE MI CABEZA”

Tres destacados títulos de

GUILLERMO PAREJA HERRERA

publicados por

Editorial San Pablo (Argentina)

Page 32: Logored - Agosto 2012

Página 32

La Fundación Argentina de Logoterapia anuncia la realización del XXII Congreso Argentino de Logoterapia, “La Lo-

goterapia ante los dilemas del mundo actual”, en Buenos Aires, del 27 al 29 de septiembre próximo. Por informes

sobre el evento, ingresar a www.logoterapia-arg.com.ar, o dirigirse a [email protected]


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