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AVISOEste número es irremisiblemen-

te el segundo y último que man-damos á todos aquellos compañe-ros no suscritores, tanto de laCapital como dé las provincias, queno han manifestado si reciben ónó el periódico.

OTROLos compañeros que reciben

números sueltos ó paquetes y queno han abonado su importe, sír-vanse hacerlo á la mayor brevedadpara poder regularla buena marcha administrativa.

y sepamos aprovecharnos para poner. fin á situacion tan insoportable!

Una muy pronunciada crisis obrerasuele ir acompañada siempre de nume-rosas entradas en la Policía y de ungran contingente de suicidios Efectiva-mente: ¿qué recurso le queda al quellega por la noche á casa, hambrientoy rendido por el cansacio que le ha ocas-ionado el andar durante el día buscan-do trabajo, no hallando en la miserablevivienda ni lumbre para calentarse nipan para saciar á la familia? Ante talirresistible situación, los más valerososroban, porque robar es el único recur-

so que les queda; y esa acción, cuan-do se ejecuta en trance tan desesperado,cuando es para saciar á desdichadosseres hambrientos, lejos de ser deshon-rosa es heroica y elevada, y más si se tie-ne en cuenta que mientras aquellos infe-lices desposeídos sufren privaciones mil,haraganes y vampiros derrochan enaras de un lujo provocador.

ninguno pudo mover el peñasco, y eragrande e1 pavor que todos tenían.

Por fin uno de ellos dijo á los demás:Hermanos míos, ¿quién sabe si lo queninguno de nosotros ha podido hacer,todos juntos lo haremos?

Y se levantaron y todos á la vez em-pujaron la roca, y la roca cedió, y pro-siguieron en paz su camino.

El viajero es el hombre; el viaje esla vida, y la peña son las miserias conque tropieza á cada paso en su camino.»

En defensa de nuestros ideales(Continuación)

REDACCIÓNLa Crisis obrera

La crisis obrera en la Argentina vaadquiriendo cada día proporciones másalarmantes. El vendabal de la miseriaarrecia con furia por toda la República,haciendo sentir sus estragos en el míse-ro hogar del proletario, arrancando deél seres anémicos en un tiempo llenos devida, transportándoles en fúnebre tor-bellino al imperio de la muerte, del mis-mo modo que el pampero arranca decuajo á los débiles arbustos.

En la capital el número de obrerossin ti abajo es inmensamente conside-rable. Continuamente son despedidosdé los talleres a docenas los operarios,aumentando así de un modo asombrosoel ejército de los desocupados por faltade trabajo. Y si de la capital dirijimosla atención á las provincias, veremosque en todas la crisis impera, que la si-tuación es cada vez más insoportabley que urge de un modo ú de otrosalvar tan difícil trance

La miseria se ha presentado este añoamenazadora y terrible, empujando alproletariado en avalandra enorme á ladesesperación.

En ese gravisimo malestar que selamenta, el mismo proletario, siempreel más directamente perjudicado, tienesu parte de culpa. De su indeferenciahacia la cuestión social la burguesía seaprovecha para exprimirle más el jugo,para apretar más el tornillo de la ex-plotación, que hace que cada gota desangre que derrama el obrero se con-vierte en pepita de oro para el ex-plotador desalmado.

De la desconfianza que tiene el pro-letario en unirse con sus hermanos deinfortunio surjen también tan fatalesconsecuencias. Unidos, sería fácil re-sistir la desenfrenada explotación delcapital y se daría al propio tiempo ungran paso en el camino de la deseadaemancipación.

Tomemos un ejemplo que nos ofreceLamennais:

«Un hombre transitaba por una mon-taña, y llegó á un sitio en que una enor-me roca que se había desprendido, lle-naba y obstruía enteramente el camino,y fuera de aquel camino no había otrasalida, ni á derecha ni á la izquierda.Este hombre, pues, viendo que no po-día continuar su marcha á causa dela roca, provó á moverla para abrirsepaso, y se fatigó mucho con ese tra-bajo, y sus esfuerzos lueron vanos.Viendo lo cual, se sentó lleno de triste-za y dijo: ¿Qué será de mí así que ven-ga la nuche y me sorprenda en estasoledad, sin alimento, sin abrigo, sin de-fensa alguna, en la hora en que lasfieras salgan á buscar su presa? Y es-tando absorto en este pensamiento, lle-gó otro viajero, el cual, habiendo hecholo que había hecho el primero, y ha-biéndose encontrado también con pocasfuerzas para mover el peñasco, se sentótaciturno, é inclinó la cabeza. Y des-pués de éste vinieron otros muchos, y

No hay día que no se lea en los pe-riódicos el anuncio de numerosas de-mandas de moratorias y de repetidasquiebras. Ello indica que el malestaraprieta también en las medianas altu-ras, y para resistir, el comercio tieneque recurrir ádesesperada competencia,que reporta fatalmente una disminuciónconsiderable en la mano de obra. Elgran número de patadas favorece á losexplotadores para una disminución enlos salarios y todo ello viene á agra-var más la situación, no sólo para elpresente sino que también para el por-venir .

Con todo esto, la cuerda que liga altrabajo con el capital se va poniendode día en día más tirante y amenazaromperse. ¡Que se rompa de una vez,

Mas sospechamós que no le ciega al señorFlores tanto la fe como al parecer debiera,porque enseguida nos dice:

«Ño dejamos de conocer las leyes de lajusticia hechas por los hombres, que hacená veces bien al malo y mal al justo; por esoqueremos en vez del poder ábsorvente deuna clase, el poder democrático, la voluntadgeneral para la fabricación de esas leyes,por las cuales se han de regir todos los queá su fornacón contribuyeron. Por eso pre-ferimos á la Anarquía que no garantiza elderecho individual con ninguna ley escrita,el gobierno del pueblo por el pueblo, sinte-tizado en la República democrática federal,

que asegura y protege el derecho de cadauno en particular y el de la sociedad en ge-neral.»

Comienza el Sr. Flores y García por afir-mar que la justicia de los hombres hace áveces bien al malo y mal al justo, lo cualnos confirma en nuestros razonamientos an-teriores,4 y es así lógico el articulista. Peroesta lógica anda después por los 'cerros deUbeda sosteniendo que por esto no quiereel poder absorvente de una clase y sí el go-bierno del pueblo por el pueblo. Qué ¿no sonhombres los del gobierno democrático? ¿óes que con la democracia alcanzan á recibirde lo alto las inspiraciones de la justicia?Hay aquí una contradiccion palmaria, yaún con el federalismo; porque si los hom-bres no saben lo que es justicia, desde luegose comprende que la totalidad de los ciuda-danos ha de tener peor concepto de ella quedeterminados individuos que podría admi-tirse que estuviesen tocados de la graciadivina, y por orden lógico corresponderíaá la idea de la justicia de dios el poder delos escogidos, sean estos papas ó emperado-res, jamás el pueblo-rey, como se le lla-maba.

Pero allá se las componga con él el seflorFlores; lo que á nosotros nos importa máses la segunda parte del párrafo transcrito;esto es, que no se quiere la Anarquía por-que ninguna ley escrita garantiza el dere-cho individual, y sí la República porque,ade-más de que existen leyes escritas, contribu-ye la voluntad general á formarlas.

En primer lugar negamos esa participa-ción general en la formación de las leyes enlas repúblicas; no basta que esto se escribaen los códigos, si los hechos lo desmienten.En las repúblicas habidas y por haber sólouna mínima parte de la población (supo-niéndolo todo con extricta legalidad) nom-bra delegados ó diputados para formarleyes. Quedan la mayor parte de ciudada-nos y ciudadanas que no autorizan á nadiepara fabricar leyes, y, además, la mínimaparte que mangonea el sufragio universalno fabrica leyes, puesto que delega á otrosfulanos que lo hagan. Y tanto no hace le-yes el pueblo que, si alguna vez se pronun-cia contra alguna ley vigente, él, el sobe-rano, el pueblo-rey, es aplastado por lasbayonetas de que disponen sus criados-di-putados y en su representación el gobierno.Este es el hecho, contra el cual no valen so-fismas,

¿Y cuáles garantías, al fin y al cabo, ga-rantizan los gobiernos del pueblo por elpueblo? Muchos escritores lo han dicho:

«mientras el pueblo se conforma con el ré-gimen legal, libertad tiene para todo; cuan-»do, en uso de su derecho, rechaza algo ómucho de lo que á los poderes no conviene,no hay tales garantías.» Y este es otro in-dudable hecho, ya tan manoseado, que nocreemos necesario insistir más en ello niacumular pruebas que todos los días se pu-blican.

¡Olvidemos esas repúblicas en que son.posibles iniquidades como el millonario Jai-me Gould y en las que obreros sin trabajose ven reducidos á prisión por tomar unpan; que garantizan á éste las cadenas y alotro el robo, únicas garantías positivas queno puede admitir una conciencia honrada!...

Y vengamos á la conclusión de esta partedel trabajo del Sr. Flores. Si las leyes es-critas no garantizan positivamente los de-rechos del hombre, sino los del privilegiado,del astuto, del ratero de frac y corbata blan-ca únicamente, ¿cómo va á creerse en leyesescritas hechas por los explotadores parala garantía del derecho humano? La deduc-ción es bien patente: con abolir las leyes ygobiernos, de hecho quedan garantidos lalibertad y el derecho.

¿Es que puede, subsistir una sociedad sinleyes? se dice. Y. nosotros preguntamos:¿Es que la sociedad subsiste en virtud delas leyes y autoridad ó por sí misma, porconveniencia, por necesidad propia? Acualquiera se le alcanza que si soló las le-yes fuesen la fuerza mantenedora de la ar-monía social, no tendrían ellas suficientevalimiento; serían impotentes. Por otra,parte, el concepto que de las leyes se tiene,

puede sintetizarse1 en esta expresión vul-gar de que nadie protesta: Hecha la ley,

hecha la trampa. Tan convencido está todoel mundo de que la ley no es una garantía,sino una trampa, un embudo por el que pa-san por la parte ancha los astutos ó los ricosy por la parte estrécha los pobres ó los ex-plotados. Es decir, en suma, un modo deoprimir á los trabajadores y asegurar los-privilegios de los que se han erigido en due-ños del mundo. Esto es la garantía de laley esetita y esté es el derecho, aún con larepública democrática federal. Lo demáses negar la evidencia. Por ello se ha con-cebido la Anarquía y por consecuencia seha de deducir la posibilidad del régimenanárquico.

La seguridad del individuo, la armoníasocial, no pueden ser, no, resultados de laley escrita, sino una deducción del estadode la sociedad, del bienestar general, de lasatisfacción de todas las necesidades y pa-siones naturales, y de cuya complacenciase excite el altruismo de modo fácil y hace-dero elevando el principio de la solidaridadá base social; principio que hoy mismo, ápesar de tanta miseria, corrupción y malaenseñanza social, se practicaría, y funda-ríanse instituciones magnas y duraderas,con tal que fuesen posibles garantías y losobreros pudiésemos obtener mejor recom-pensa de nuestro trabajo; puesto que aúntan miserablemente como vivimos, nos qui-tamos el pan de nuestras bocas y la satis-facción de imperiosas necesidades paraaliviar desdichas mayores de nuestros com-pañeros, que la sociedad rica abandona,que la ley desprecia, que el gobierno olvida,

A pesar de las leyes y de la sociedad ex-plotadora, esto sucede hoy; con unas cos-tumbres más suaves, efecto de una educa-ción más esmerada y científica; con laigualdad económica, que produciría la prác-tica de la fraternidad entre los hombres,puesto que sólo los intereses opuestas soncausa de su enemistad y odio salvajes;¿cómo no creer posible una sociedad anár-quica, sin ser ángeles? Preocupación es yno otra cosa creer que el hombre ha de des-pojarse de sus pasiones para vivir bien; laspasiones naturales deben de satisfacersepor completo, precisamente porque sonexigencias de la naturaleza. El mal está enviolentarlas y cohibirlas; el bien, en cum-plimentarlas plenamente. He aquí el se-creto de todas las garantías, lo que para losautoritarios es una quimera terrible.

Descendiendo dé las celestes alturas yde las cumbres del gubernamentalismo, el

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señor Fiores y Garcia penetra briosa y re-sueltamente en nuestro campo á disputar-nos nuestra razón y nuestra justicia.

Ocúpase en primer término de la propie-dad individua!, reconociendo que con suabolición se asegura sólidamente el dere-cho á la vida, puesto que todos los serestienen iguales derechos al disfrute de la ri-queza común; pero, dice, «se aa matado lainiciativa individual, se han paralizada laspartes y la destrucción del todo ha de ser sulógica consecuencia». Dice más: «Si el tra-bajador ha de percibir siempre la mismasuma de intereses, si su trabajo ha de serretribuido del mismo modo en todas ocasio-nes, procurará porque está en su natura-leza el instinto de conservación) trabajarlo menos posible».

Y concluye su discurso con estos razona-mientos :

«A ser posible la igualdad económica,para lo cual sería necesario hacer dejacióndel egoísmo individual, el derecho á la vidaqueda asegurado; pero si buscamos en esaorganización la aplicación del derecho altrabajo, resultante del derecho á la vida, yen consecuencia el derecho de poseer elproducto de ese trabajo sagrado, no podre-mos menos de reconocer la legitimidad dela propiedad individual, considerando la pro-piedad colectiva ó común como una usur-pación al derecho de poseer, de trabajar,de vivir. Por eso decimos,—exclama,—quela Anarquía asegura y niega el derecho ála vida; y un sistema que afirma y niega ála vez, es utópico.»

No puede negarse que es muy ingeniosala argumentación del señor Flores paradeducir, con la incompatibilidad del dere-cho á la vida y el derecho al producto deltrabajo, la legitimidad de la propiedad in-dividual con todas sus consecuencias, y, ála vez, declarar utópica á la Anarquía,como su lógico resultado.

Pero... falta que el análisis confirme lasconclusiones de nuestro contrincante.

Estas apóyanse en tres conceptos: 1.°,aborrecimiento del trabajo; 2.°, falta de es-tímulo; 3.°, la propiedad común como nega-ción del derecho al producto del trabajo.

En el caféConversación del natural

PRÓSPERO (burgués gordo entendido eneconomía política y en otras ciencias).—Pero si... pero si... lo sabemos. Hay genteque sufre hambre, mujeres que se prostitu-yan, niños que.mueren por falta de asisten»cia. Tu dices siempreia misma, cosa... alfin te vuelves fastidioso. Dejadnos un pocosorber en paz nuestros helados... Sí, haymil males en la sociedad: el hambrela igno-rancia, la guerra, el delito, las epidemias,el accidente que te revienta... ¿y con esto?¿Qué te importa?MIGUEL (estudiante que frecuenta los so-cialistas y los anarquistas).—¿Qué me im-porta? Vd tiene cómoda casa, rica mesa,sirvientes á sus ordenes.Vd. pone sus hijosal colegio, manda su mujer á los baños; paraVd. todo va bien. Y porque Vd va bien, aun-que se venga abajo el mundo, no le importanada. Pero si Vd. tuviera un poco de cora-zón, si...

PRÓSPERO. — Basta, basta, no prediquesahora. Y lo dices con ese tono de mucha-cho.. Me crees insensible, indiferente á losmales de los otros. Al contrario, mi corazónsangra (la camarera trae un cognac y unhabano) mi corazón sangra, pero con elcorazón no se resuelven Tos grandes pro-blemas sociales. Las leyes de la naturalezason inmutables, y no hay declamaciones,no hay desmayados sentimentalismos quepuedan hacer algo. El hombre sabio seamolda á los hechos, y saca de la vida lomejor que puede sin correr derecho á sue-ños insensatos.

MIGUEL.—Ah! se trata de leyes naturales?¿ si luego se les metiera en la cabeza á lospobres corregir esas... leyes de la naturale-za? Veo á las gentes que hacen discursos,en verdad poco cuidadosas por esas seño-ras leyes.

PRÓSPERO.—Ya, ya; sabemos bien no songentes prácticas. Ademas entre mí y esacanalla de socialistas y de anarquistas, dela que haces tu compañía predilecta, paraellos y para aquellos que tuvieran la tenta-ción de poner en practica sus teorías mal-vadas, tenemos buenos soldados y magnífi-cos carabineros.

MIGUEL—Oh! si Vds. ponen de por mediolos soldados y los carabineros, no hablomás. Lo mismo sería que si para demostrar-me que me equivoco, Vd. me propusierauna pelea á trompadas. Pero si Vds. notienen otro argumento que la fuerza bru-tal, no os descuideis. Mañana podríais en-contraros los mas débiles, ¿y entonces?..

PRÓSPERO.— ¿Entonces? Entonces si esodesgraciadamente sucediera, se produciríaun gran desorden, una explosión de bajaspasiones, estragos, saqueos.... y por último

se volvería como al principio. Algunos po-bres se volverían ricos, algunos rics cae-rían en la miseria pero en suma nada habríacambiado porque el mundo no puede cam-biar. Tráeme,tráeme alguno de estos tusagitadores anarquistas y verás como te loarreglo. Son muy duchos en llenar la cabe-za de mentiras á vosotros que la tenéis va-cía; pero á ver si conmigo podrían sostenersu absurdidad.MIGUEL.—Bueno. Le traeré á Vd. algúnamigo mio que profesa los principios socia-listas y anarquistas, y asistiré con placer yprovecho á vuestra discusión. Pero entre-tanto razone Vd. conmigo un poco, que no ,tengo todavía opiniones bien formadas, pe-ro que veo claramente que la sociedad or-ganizada como hoy, es una cosa contrariaal buen sentido y al buen corazón. Vamos,Vd. es tan rozagante que un poco de excita-ción no puede hacerle mal. Le ayudaré áhacer la digestión.

PRÓSPERO.—Sea; razonemos. Pero ¡cuantomejor sería que pensaras en estudiar envez de lanzar sentencias en cuestiones quepreocupan á los hombres más doctos y sa-bios! ¿Sabes que tengo veinte años más quetú?

MIGUEL.—Esto aún no prueba que Vd. ha-ya estudiado más, y, si he de juzgar segúnlo que ordinariamente le oigo decir á Vd.dudo que si ha estudiado mucho haya sidocon provecho.

PRÓSPERO.-Mocito, mocito; tenga cuidadocon el respeto, eh!

MIGUEL.—Lo respeto. Pero no me echeen cara la edad, como poco hace me oponíalos carabineros. Las razones no son ni vie-jas ni jóvenes: son buenas ó malas y nadamás.

PRÓSPERO.—Bueno, bueno, empieza. ¿Quétienes que decir?

MIGUEL.—Tengo que decir que no sé porqué los campesinos que le dan al azada,siembran y recogen no tienen, pan, ni vino,ni carne suficiente: por qué los albañiles,que hacen las casas, no tienen teqho dondecobijarse; por qué los zapateros tienen losbotines rotos; por qué en suma, los que tra-bajan y producen todo, no tienen lo nece-sario; mientras que los que no hacen nadase rogocijan con lo superfluo. No compren-do por qué ha de haber gente á la que lefalte el pan, mientras existen tantas tierrasincultas y tanta gente que se alegraría mu-chísimo de poder cultivarlas; por qué haytantos albañiles desocupados en tanto quemuchas personas no tienen casa; por quétantos zapateros, sastres, etc. están sin tra-bajo, cuando la mayoría de la poblaciónestá falta de botines, ropas, etc. PodríanVds. decirme qué ley natural es la explicay justifica esta barbaridad?

PRÓSPERO,—Pero simple y claro. Paraproducir no bastan los brazos, no precisa

tierra, materiales, útiles, locales, máquinasen resumen, se precisa capital. Tus campe-sinos, tus operarios no tienen más que bra-zos; por consiguiente no pueden trabajar sital no les place á los que poseen la tierra yel capital. Y así como nosotros somos pocosy tenemos bastante, aún dejando incultauna parte de nuestra tierra é inactivosnuestros capitales, mientras que los traba-jadores son muchos y siempre estrechadospor la necesidad inmediata, sucede que és-tos deben trabajar cuando v cómo nos agra-de á nosotros, en las condiciones que nosconvengan. ¿No estas contento? ¿quieresque te diga más claro?

MIGUEL.—Sí, realmente eso se llama ha-blar claro no hay nada que decir. Pero ¿porqué derecho la tierra pertenece sólo á al-gunos?¿Cómo es que el capital se encuentraen pocas manos, y precisamente en las ma-nos de los que no trabajan?

PRÓSPERO.—Sí, si, sé todo lo que me pue-des decir, y sé también las razones más ómenos defectuosas que otros te opondrían:el derecho de propiedad deriva de las me-joras hechas á la tierra, del ahorro hechopor el capitalista sobre el producto de sutrabajo, etc. Pero á mí me gusta más serfranco. Las cosas tales como hoy existen,con el resultado de hechos históricos, sonel producto de la secular evolución huma-na. Algunos han salido bien, otros han sa-lido mal. ¡Qué hay que hacerle! Tanto peorpara algunos; tanto mejor para los otros.La vida es la lucha: ¡ay de los vencidos!—Que querrías tú? ¿que me despojase parapudrirme en la miseria, mientras algúnotro gozaría con los dineros míos?

MIGUEL. — No quiero precisamente eso.Pero ¿y si los trabajadores aprovechándosede que son muchos, y apoyándose en vues-tra teoría de que la vida es lucha y que losderechos derivan de los hechos, se metie-ran en la cabeza el hacer un nuevo «hechohistórico», quitaros la tierra y el capital éinaugurar un derecho nuevo?...

PRÓSPERO.—Eh! cierto; esto podría embro-mar un poco nuestras haciendas. Pero....continuaremos otra vez. Ahora tengo queir al teatro. Buenas noches á todos.

(Continuará).

¿Para qué emplear tanto tiempo en de-mostraciones de esta suerte? ¿Somos porventura idiotas para que no hayamos decomprenderlas? Mas no; nosotros las com-prendemos y es por esta razón que afir-mamos que las instituciones se encaminaná precipitados pasos hacía su completo des-aparecimiento. Vemos al pueblo agitarseen un principio de desconfianza para conaquellos que pretenden dirigir sus destinossi bien que, aun se halla embebido en vie-jos preconceptos y sometido á erróneasideas. Ya no vemos aquella fe ciega niaquel avasallador entusiasmo para la de-fensa de los intereses de ciertas clases.

No há todavía mucho, creíase que los su-frimientos del hambre habían de ser sopor-tados con resignación, por ellos represen-tar la voluntad de un señor hacedor y mo-tor de iodo; creíase que el rico era sentadopor ese mismo señor para vejar y oprimiral pueblo; creíase en suma que esta opre-sión era merecida como castigo y que, portanto, habíase de sufrir. Mas actualmenteya no se acredita en nada de eso; sábeseque nuestros sufrimientos son motivadospor la mala organización de la sociedad;que lo ricos no son sentados- por nadie paraabrogarse el derecho de oprimirnos y deexplotarnos, hasta reducirnos al extremoúltimo, y sabemos también que podemosterminar con nuestra opresión cuando se-pamos entendernos. Hoy ya no confiamosen la bondad de un parlamento para resol-ver los asuntos é intereses nuestros; porque sabemos que dentro de él es todo co-rrupción; ya no confiamosen el beneplácitode nuestros patrocinadores para el alivio-de nuestros males; ya no creemos en nadaque no sea visible y palpable. Sólo confia-mos en nuestras manos y en nuestrasenergías revolucionarías para substralrnosá tanta tiranía.

Por consiguiente, perdiendo la autoridadsu prestigio; no considerándose la propie-dad como legítima ni de derecho; desmoro-nándose cada vez más la religión y depra-vándose considerablemente la politíca, ve-mos que todo se enflaquece, se anemizarque todo se abate, que todas las institucio-nes se hunden. Por cada hora que pasa,más sangre tal vez ahorremos en las barri-cadas el día que tratemos de transformarlotodo, pues que, por cada hora que pasa,nuestras huestes se engrandecen con cente-nares de combatientes decididos. Y en elengrandecimiento de las nuestras está elenflaquecimiento de aquéllas que sostie-nen de pie las viejas instituciones actuales,y en vez de éste enflaquecimiento ame-drantarnos, debe entusiasmarnos más parala lucha, porque él indícala muerte de todolo caduco é infame.

Apresurémonos, pues, para acabar tareatan grandiosa y noble y así abriremos elpaso al un porvenir alumbrado por el her-moso sol de una sociedad feliz y dichosa.

J. ILLENATNOM.

CONFERENCIAHoy domingo, á la una y media de la

tarde, en el local de la calle Tucuman,1108, tendrá lugar una conferencia sobreel tema La emancipación de la m u -jer. Entrada libre.

N OT A SPues señor, aún los diarios grandes no

han podido explicarnos cuáles han sido lasverdaderas causas que han motivado el sui-cidio del millonario Barnato.

¿Y que nos tiene con cuidado la muertedel ex payaso!

Cada uno se ha despachado con comen-tarios á su gusto.

Unos decían que había motivado la reso-lución fatal, una pérdida considerable desu colosal fortuna

Otros, quizás más de cerca conocedoresdel antiguo saltimbanquis, han aseguradoque el único móvil que le hizo arrojar almar fué... ¡una tranca de P. P. y W!

Ese rumor parece que es el que tiene másvisos de verdad. En aquellos momentosde excitación alcohólica, el ex-payaso re-cordaría los tiempos pasados, sus gloriosascampañas dando saltirones para hacer reírá las nodrizas en los circos, y creyendo es-cuchar los aplausos y bises de los especta-dores, y tomando por pista la cubierta delbuque, el hombre tomó bríos, dió el salto...¡y allá ya de cabeza al mar!

{Lástima que sus colegas en millones notengan las mismas aficiones é idénticosarranques!

A Guillermo de Alemania se le podría lla-mar el de las bravatas.

¡Vaya unos humos que gasta el hombre!En un banquete á que asistió, en la loca-

lidad de Biclefeld—en los banquetes es don-de están más inspirados esos cabezas—hizo un brindis declarando que el gobiernoprotejerá por todos los medios á su alcance

LAS INSTITUCIONESTodo lo añejo, todo cuanto es reconodicocomo innecesario, está fatalmente conde-nado á desaparecer. Así como en el mundofísico todo evoluciona y transforma, asítambién en el político y social acontece lopropio. Por doquier que penetremos connuestra vista, nos persuadiremos de esta-elocuente verdad ó bien si reflexionamoscon sosiego acabaremos por admitir estaaserción como incontestable. En el mundofísico veremos la materia sujeta á las le-yes fisico-quimicas, sufriendo miles detransformaciones, pasando por formas va-riadísimas, ora combinándose para formarcuerpos y gasea diversos, ora descompo-niéndose y asociándose nuevamente segúnlas afinidades particulares de cada una, si-guiendo constantemente á la evolución. Enel mundo político vemos á las institucionestransformarse en evolución seguida yadaptarse siempre al molde determinadopor los tiempos.

Pero, si las instituciones se han mudadoy se han adaptado según la convivencia delos hombres en las fases diversas de la hu-manidad, hoy, sin embargo, podemos afian-,zar que, en vez de obtener nueva mudanzaque más ó menos ampliamente satisfaga á.las ambiciones de determinados individuos,se encaminan hacia un profundo abismo,en donde quedarán hundidas para siempre.

Sino, ved:La autoridad va perdiendo su prestigio,

la propiedad ya no es reconocida como fru-to legítimo de los sudores y del propio es-fuerzo de aquel que la posee; la religióndesmorónase visiblemente, y la política,que es la genuina representación del ordensocial presente, ha alcanzado el auge de ladescomposición, por lo que está hasta lamédula corrompida.

En todas partes óyese un sordo y pro-longado clamoreo, que más tarde, una vezoído claro su lenguaje, llega hasta nosotrosla nueva de una desmoralización completa:el hecho de enormes robos perpetrados aiabrigo de las leyes, infamia y corrupcióninmunda, pareciendo esto por veces incon-cebibles.

El descaro y el latrocinio cometido porlos más altos magnates que representan álas instituciones, los desfalques y trafican-cias, el pillaje en toda hediondez, por úo¡quier se manifiesta: desde los más simple:funcionarios á los ministros y de éstos á los,jefes de Estado. La repetición de es-tos hechos, es lo que nunca se vio comoahora. La sed de robar, de chupar el sudordel pobre, jamás se había acentuado comoactualmente; la religión, refutada y des-mentida por la verdadera ciencia, en épocaalguna empleó los esfuerzos que en la fechaemplea para á todo trance sostenerse; ynunca como ahora, la política perdió pode-res morales y materiales, sin poseer la másleve esperanza de más tarde poder rehabi-litarse.

Y ante el reflejó de semejante podredum-bre, de corrupción tan monstruosa ¿qué eslo que se nota? Pues que las instituciones sehunden, que desaparecen para jamás vol-ver. Observemos todo lo que nos rodea yterminaremos por convencernos de lo quedecimos.

Que no se pretenda decirnos que los hom-bres nada tienen que ver con las institucio-nes, porque les responderíamos que éstasno dejan de ser sino el resultado de la obrasde los hombres que las componen.

En efecto, ¿qué seria de la institucióngubernamental si ella no fuera representa-da por un alguien que toma el título de go-bernante? ¿Qué sería de la acumulación d ela riqueza, considerada como propiedad deuno ó de varios, si este uno ó estos variosno existieran? ¿Quién creería hoy en la re-ligión si no hubiesen individuos que tienenpor único trabajo, la misión de embrutecerá los incautos y crédulos? Y de la política,¿qué restaría de ella sin nadie incumbidode representarla? A entender nuestro, deese gran todo, no quedaría absolutamentenada, puesto que, al no haber gobernantes,la institución gubernativa, derritiríase cualruede al sol; al no haber consideracionesparticulares para con la acumulación de lainstitución sagrada de la propiedad indi-vidual, perdería los visos de la individuali-dad para convertirse en propiedad colecti-va ó común; al no existir interesados enconservar al pueblo embrutecido en lacreencia estúpida de una religión falsa yerrónea como todas, no restaría de ella niel más simple recuerdo; y si nohubiesen po-líticos que so pretexto de dirigir los desti-nos del pueblo quieren vivir cómoda y re-galadamente ¿qué de la política quedaría?

Considerando, pues, á nuestro parecer,que son los hombres quienes á las institu-ciones forman, es evidente que, al ser éstospor ley de egoísmo malos y depravados,aunque muy propagadores de mora), ape-sar de para ellos ser vana palabra, forzosa-mente todo sus vicios y corrupciones, hande reflectirse en ellas, haciéndolas impro-pias» para regla de sociedad

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el trabajo nacional y reprimirá severa-mente á los huelguistas, que no contentoscon no trabajar ellos, pretenden impedirque trabajen los demás. Agregó que lagrandeza de Alemania se debe a su indus-tria, y el que intente obstaculizar su desa-rrollo, debe ser considerado como traidor dla patria.

Eso es: el que no se conforme en ser bes-tia de carga, es un traidor á la patria.

A lo que dirá el obrero alemán:—Bueno;¿y á mí qué?

En cuanto á las reprimiendas á los huel;guistas, lo que debe de procurar el señorGuillermo es que éstos el mejor día no lomanden á él con sus bravatas á la gran.,.porra.

Recortamos de La Nación el siguientetelegrama:

«GENOVA 22—Una mujer llamada Eleo-nora Levi, que vivía en esta ciudad en lamás espantosa miseria con sus tres hijos,Grazziolo, Salvatore y Benedetto, resolvió,desesperada por el hambre de las tres cria-turas, darles muerte y matarse ella al mis-mo tiempo. Con los pocos centavos queconsiguió de limosna anoche, compró car-bón, lo encendió dentro de su cuarto, y seencerró allí con los tres niños.

Los vecinos, que notaron la ausencia deEleonora, abrieron hoy la puerta del cuar-to á tiempo para salvar con vida á la ma-dre, pero los niños habían muerto anoche.Eleonora está moribunda.»

Ese telegrama, insertado en la misma co-lumna en que había los que daban cuentadel descomunal derroche hecho con motivodel jubileo de la reina Victoria, nos ahorracomentarios.

La moralidad en el ejército:ROMA 22—El ministro de la Guerra, ge-

neral Pelloux, ha mandado instaurar un su-mario con motivo de una denuncia de deli-tos contra la naturaleza, formulada contravarios oficiales y soldados de cierto regi-miento.

Los acusados han sido arrestados y sehallan *á disposición del juez militar encargado del referido sumario.»

¿Qué maniobras ejecutarían esos milita-res?

¡Abur pundonorosidad militar! ¡La deianbien parada los encargados de observarla!

Ya lo saben los buenos mozos que ingre-sen en el ejército: deben estar provistos debuenos forros para salva la parte, porque alir á servir á la patria se exponen d todoservicio.

Un raspa de las elevadas capas:«El director de ün fuerte Banco de París

ha sido arrestado por la policía bajo la acu-sación probada de fraude.»

Nada, nada: hay que proveerse de bue-nas tijeras para cortar las uñas a ciertosdirectores de Bancos.

Porque raspan que es un disgusto.

¡Cómo!,¿Será posible?«ROMA 22—El consejo de ministros se

ocupó hoy del pedido de permiso para en-juiciar al ex primer ministro Crispí, dipu-tado por Palermo, presentado por el juezde Bologna que instruye la causa contra elex gerente Favilla,de la sucursal del Bancode Ñapóles en aquella ciudad.»

¡Hombre, hombre, hombre!... ¿Crispí hecho también un raspa? ¡Todo un ex jefede gobierno!...

Confesamos nuestra candidez: jamás ha-bíamos creído que los grandes hombresque gobiernan se atreviesen á tanto.

Les retiramos por completo nuestra con-fianza, porque de lo contrario nos dejaríansin camisa.

"La Protesta Humana"Se halla en venta en las libre-

rías: Corrientes 2041, Esmeral-da 574, Rivadavia 2339 y en todoslos kioscos de la capital.

Se admiten suscripciones en la«Librería Sociológica» Corrientes2041 y en la «Librería Francesa»Esmeralda 574.

YA ES TIEMPOYa es tiempo de entrar de lleno en

una lucha que con su tiempo aniquile, des-pedazándolas, todas las infamias y críme-nes hasta la fecha perpetrados, para quelos que hasta el presente fueron oprimidosy hambrientos, entren en la conquista detodo cuanto les pertenece de derecho.

Ya es tiempo de que los hombres se li-berten del secular yugo de la opresión, deque rompan en pedazos mil esas cadenasinfamantes que há tantos siglos soportanpacíficamente. Ya es tiempo de erguirla frente al tirano que de continuo nosrepite:— Yo soy tu dueño; has de obede-cerme.

Ya es tiempo de acabar con esta socie-dad mezquina y tirana, de terminar conlas injusticias reinantes, como asimismocon esa ley inicua que fue confeccionadaúnicamente para condenar al pobre, a esedesgraciado que trabaja noche y día y mue-re de hambre ó de anemia por exceso defuerzas gustadas en la adquisición deaquellas materias aue hacen que su dueñoviva entre la abundancia y la orgías.

Esta sociedad por demás desigual, auedurante siglos ha tenido parte de la hu-manidad en tristísima y miserable situa-ción, y, que aprovechándose de la incon-ciencia de los pueblos, sigue sustentándosechupando la ya pobrísima sangre de susvíctimas cual cáncer devorador que minan-do las carnes desgasta las vidas. A susombra, los parásitos surgen á centenares,todos ellos sustentándose del brazo obreroque, por su crasa ignorancia y por la con-dición á que por aquéllos está sujetodesde que nace, se humilla y avasalla tan-to, que en vez de un hombre digno, pareceuna hormiguilla indefensa y flaca ante lapesada y taidora garra del león que ame-naza aplastarle.

Y ese pueblo que no sabe reclamar susderechos, que no sabe entrar en posesiónde todo lo quu neestras generaciones ante-riores han producido, extinguiéndose tam-bién en el mismo agitar, en la misma mi-seria en que vamos acabando nosotrostodos, será una víctima, un mísero, un ul-trajado, en cuanto no haga sentir su voz,no haya levantado solemnemente su pro-testa. Y cuando una buena legión de esasvíctimas á eso se decida, entonces, el gritode rebeldía, ese grito que viene á albergar-se en nuestros corazones, á aniquilar lasinquidades y que será la aurora de unanueva sociedad que garanta á todos susmiembros libertad é igualdad de condicio-nes, entonces se habrá pronunciado.

¿Cuándo estaremos todos prontos paraentrar en el nuevo y brillante mundo queen nuestra mente vemos surgir como que-riéndonos indicar el camino del amor, dela felicidad, del bienestar común, donde

Es un terreno libre de todo cultivo quedel educador depende el saberlo abonarpara hacerle producir tales ó cuales frutos.

Y dados los anhelos que animan al grupoiniciador y la capacidad y el espíritu pro-gresista de los profesores que han prome-tido su concurso, no dudamos que el abo-no reportará excelentes frutos para lacausa de la regeneración humana.

Nuestro entusiasta aplauso é incondicio-nal apoyo enviamos á los iniciadores.

No hagas a nadie,lo que no quieras que te hagan a ti

jHe ahí una bella maxima!¡Cuantas cosas hermosas hay encerradas

en esas pocas palabras!No hagas mal á nadie; no te aproveches

de la debilidad de tu vecino, no engañes, notraiciones, no molestes, no explotes, no ma-tes; todo esto y aun más quiere decir el «nohagas á nadie 1 o que no quieras que te ha-gan á tí».

Es él, no seas malo, puesto que no que-rrás que nadie sea malo contigo. Es él, sébueno, sé justo, sé cariñoso.

¿Qué mejor doctrina? Sólo aquella que,no limitándose á decir: sé bueno, va másadelante y dá al individuo los medios deser bueno y le evita verse en la necesidadde ser malo, sólo una doctrina así, seríasuperior al: «no hagas á nadie, lo que noquieras que te hagan á tí.»

¡Sé bueno!...Pero decidme, queridas hermanas, ¿bas-

ta solo el querer ser bueno para serlo?Evidentemente no. No basta el querer

ser bueno para serlo, es preciso tambiénpoder serlo.

¿Quién querrá que le hagan mal á él?Ninguno.

¿Quiénes lo hacen á los demás? Casi la to-lalidad de los seres.

¿Por qué así? Por una causa muy simple,y es: la necesidad de satisfacer el instinto

no hayan distinciones de clases y se tra-baje libremente sin que el obrero, á másde ser el fomentador de todas las riquezassociales, haya de ir descalzo y con som-

al de levita quediablo le alquile

brero en mano, á pedirpor el amor de dios ó delsu actividad intelectual ó muscular porunos míseros centavos por no asistir alhorripilante espectáculo de ver morir ásus pequeños de hambre, sintiendo igual-mente él desfallecer lentamente; dondeno se repitan escenas conmoventes quenotamos á cada pasó que damos por la ca-li e; donde el hombre, en vez de produciren provecho de uno ó de varios, produzcaen beneficio de todos, y en donde la mujerno haya de vender su cuerpo al mejor pos-tor; en fin, donde nadie carezca de pan, decasa, de vestuario, de todo lo útil y necesa-rio para la vida?

¡Oh!... ¿cuando terminaremos con todasesas confusiones actuales, que solo sirvenpara victimar al pobre que produce, porestar siempre envolvido en ellas, con elcerebro atrofiado y el corazón angustiado,sin jamás sentir en su pecho los melodiososarpeos del placer, y nos encaminaremosapresuradamente y triunfantes hacia lobello, hacia la paz y la armonía, la sublimi-dad de nuestro ideal?

Ya es tiempo, repetimos al oprimido, decomenzar la labor de la nueva organiza-ción social. Luchemos, pues, y desperte-mos con gigantesca energía al que pesasobre sus hombros la servidumbre embru-tecedora.

¡Adelante siempre!ANDORINHA.

La Educación Libertaria

Con gran acierto algunos compañerosfranceses han emprendido los trabajos parala realización de una iniciativa, que, á nodudarlo, reportará saludables beneficiospara el campo en donde fructifican lasideas avanzadas.

Trátase de la creación de escuelas liber-tarias, en las que actuarán de profesoresinteligentes compañeros como E. Re-clus; A. Girard; L. Remy; J. Grave; Desgal-vés; Kropotkin, Ferriéres; Malato; L. Mal-quin; Matha; L. Laurens; E. Janvion;Ch. Al-bert, y las compañeras Luisa Michel yLouise de Soubray.

Grande y magnífica es la iniciativa.Crear una juventud inteligente, libre de

preocupaciones y de errores, y por lo tantoconocedora del rol que verdaderamente lecorresponde en la sociedad, tienden los es-fuerzos de los iniciadores de tan magníficaidea.

El niño nace inconsciente agregadoorgánico, concentrando toda su energíavital en el cumplimiento de sus funcionesdigestivas. Receptáculo pasivo de sensacio-nes que es inepto para interpretar, nulaes su personalidad; nulas igualmente susdisposiciones, sus aptitudes.

Ultima carta de un fusiladoLa siguiente carta, dirigida á H. Roche-

fort. director de L' Intransigent de París,publicada en el mismo diario el 16 de Mayopróximo pasado, es de importancia capitalpara el esclarecimiento de algunos puntosnasta el presente completamente obscurospara los que han seguido paso á paso elsangriento proceso anarquista de Barce-lona:

«Calabozos de Monjuich.Mr. Henri Rochefort,

Director de L' Intransigeant:París.

Ya que vuestro periódico tiene el honorde ser siempre el primero en denunciar loscrímenes de la autoridad, cualquiera queque ella sea, y á fin de que una vez máspodáis ser útil á los desgraciadss, os remitoen la presente carta escrita en secreto, laque recibiréis seguramente después queyo habré muerto, los detalles de los infamesmedios de que se han valido los inquisido-res españoles para formar este inicuo pro-ceso que será la afrenta del siglo.

Debiendo aprovechar los escasos momen-tos que puedo sustraerme á la vigilancia demis verdugos, me abstendré de todo comen-tario, convencido de que aquellos que leanésta, reflexionarán lo que yo me evito es-cribir.

A fiñes de julio de 1895 fui requerido porun memorándum del cónsul general deFrancia, para que me presentara en su des-pacho por un asunto que me interesaba.Sorprendido por tal invitación, mas, curio-so por saber qué asunto tenía yo en el con-sulado, allí me llegué. Después de algunaspreguntas sin interés M. Ponsignon me co-municó que me creía muy inteligente porlos informes que de mí le habían dado susagentes, ofreciéndome á la vez que entra-ra á su servicio en calidad de espía Yo,creyendo poder ser útil á mis camaradasrefugiados en Barcelona, acepté.

Hacía ya diéz meses que estaba al servi-cio del cónsul, y no encontrando interés enel papel que yo desempeñaba, ya intentabaabandonarlo una vez enterado de sus in-tenciones, cuando M. Ponsignon, me co-municó que el gobernador de la provinciade Barcelona le había rogado me presenta-ra á él. No encontré inconveniente y fuipresentado, Don Valentín Sánchez de To-ledo me recibió el mismo día y me hizo lasmismas proposiciones que el cónsul, lasque también acepté.

Seguramente Vd. encontrará que mi con-ducta no fué nada correcta; pero yo, siem-

y es. la necesidad de satisfacer el instintode conservación, la necesidad de atenderá nuestra propia persona.

La conservación del yo; he ahí el por quédel noventa por ciento de nuestras accio-nes.

Una hipótesis para entendernos mejor:Juan quiere ser bueno, pero Juan es po-

bre y tiene hambre. Juan no trabaja y Pe-dro sí Juan va á donde trabaja Pedro, yacosado por el hambre, es decir, por la ne-cesidad de atender á su «yo», se ofrece pormenos sueldo del que á Pedro le pagan.

Resultado: despiden & Pedro y toman áJuan. Sabemos perfectamente, que á Juan,estando en el lugar de Pedro, no le agra-daría, es decir, no quisiera que le hicieráná él lo que él hizo á Pedro, mas tambiénsabemos que Pedro, en las circunstanciasen que Juan se encontró,impulsado como élport la necesidad de atender á su yo, ha-ría eon Juan ó con otro lo que Juan hizocoa, él.

Se ve, pues, como no á pesar nuestro, yaun cuando queramos ser buenos y amaral prójimo como á nosotros mismos, nonos basta quererlo, es preciso tambiénpoder.

Nadie querrá seguramente que le enga-ñen ni tampoco engañar él, pero, sillega el caso en qué su .yo peligra, y conun engaño puede salvarle del peligro, novacilará en engañar, sea quien sea la per-sona á quien deba tomar por víctima, á sumejor amigo, si llega el caso.

¡Cuántas veces vemos cometer una in-justicia que nos repugna, y no obstante noscallamos, dejando que el fuerte oprima aldébil

Sin embargo, á nosotros no nos agrada-ría que nos hicieran aquéllo, ni que el quepudiera prestarnos su ayuda no nos laprestara y se mostrara indiferente.

Mas la conservación del yo, (el empleoc-te), nos hace que nos encojamos de hom-bros y volvamos la espalda al desgraciado.

Esto es lo que llamamos ser prácticos;poder vivir.

Se desprende claramente de cuanto dejodicho que el hombre ni es malo ni egoístapor su propia voluntad sino porque la ma-la organización social le obliga á serlo.

Es por esto mismo que nosotros somosanarquistas, porque comprendemos queuna sociedad libremente organizada talcomo nosotros la queremos, no solo no obli-gará á sus miembros á hacer el mal que-riendo hacer el bien, si que, yendo másadelante que el «seas bueno», pondrá á dis-posición de todos y de cada uno los mediosde ser bueno, puesto que para ser buenono habrá que perjudicar el yo, sino que,por el contrario, lo favorecerá atrayéndosepor su cariño y amor al compañero, lassimpatías y el cariño de los demás.

Esta es una de las muchísimas razonespor las cuales somos anarquistas, en vir-tud de lo cual, sin odiar como quiere su-ponerse y hacerlo creer, á toda la huma-nidad, detestamos la pésima sociedad quenos coibe y, lo qué es aun peor, nos envi-lece.

PBP IT A GHERRA.

ducta no fue nada correcta; pero yo, siem-pre he creído que no pudiendo usar de lafuerza, la astucia no puede ser despreciadapor los revolucionarios. En breve fui nom-brado confidente particular del gobernadory entraba en funciones sin más dilaciones.

Pronto fui objeto de envidia por el jefe depolicía Don Daniel Freixa, que se imagina-ba, no sin razón, que en mí tenía un enemi-go, y las intrigas no se hicieron esperarmucho tiempo. El gobernador princi-pió á hablarme de bombas y reuniones se-cretas (á fines de marzo del 96). Yo negabasin mentir que hubiera la menor agitaciónentre los anarquistas, y el gobernador, medecía que el jefe de policía Freixa le asegu-raba lo contrario. Yo negué con más ener-gía y para demostrarle la poca fe que debíamerecer Freixa, dije al gobernador que éstetoleraba se jugara á los prohibidos median-te ciertas cantidades.

Entonces tomaron más incremento quenunca las intrigas, basta que, ya fastidiado,intimé al jefe de policía para qué me preci-sara lo que sabía. Hízolo delante del go-bernador, reseñando el complot tal cualaparece en Montjuich: entonces yo, com-prendiendo que no sería creído, á toda cos-ta procuré tomar nota de los nombres dadospor Freixa en fecha 6 de abril del 96, si-guiendo á la vez el hilo del complot.

Creía yo que su intención era prepararlas arrestaciones para el 1o de mayo, y, porlo tanto, esperaba ios acontecimientos parafugarme de España y descubrir la infamiaque se estaba perpetrando porque todo erapura mentira. Así, que esperaba tranquilo:pero con sorpresa mía el 1° de mayo pasósin otro particular.

El gobernador Sánchez de Toledo fuéreemplazado por el Sr. Hinojosa; en cuantoá mí, fastidiado detanta estupidez y ruin-dad no puse más los pies en la gobernaciónhasta el día de la explosión. Más tarde fuiarrestado y mantenido en secreto hasta el9 de julio.

Entonces comenzaron las vejaciones, lasamenazas: los ruegos y las promesas fueronempleados alternativamente para que yodeclarase personalmente la infamia conje-turada por Freixa, y ante mi negativa,el 4 de agosto me encerraron en el calabozodonde escribo estas líneas y á las nueve dela noche el teniente de la guardia civilPortas comenzó á aplicarme la tortura.

Todos los tormentos de la Inquisiciónhan sido puestos en vigor: la sed, el sueño,la íatiga, los hierros candentes, mutilamien-to de los testículos y el látigo; he ahí el ré-

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gimen á que fuimos sometidos durante unmes yo y cinco desgraciados más.

Personalmente, durante ocho días y ochonoches consecutivas fuí obligado á empren-der una carrera continua di una parte áotra del calabozo,: in beber, obteniendo portodo alimento un pedazo de pan y otro debacalao seco; cuando deliriando de fiebre,muerto de sueño, sin conciencia de mi mis-mo me desplomaba en tierra pidiendo ágrande, gritos un poco de agua, el látigome respondía, y tratando todavía de resis-tir y á sabiendas de que mentía, me declaréautor de la explosión...

A partir de esta declaración, ya no sufrímás que los atroces dolores que me origi-naban las huellas de la tortura...

El día del consejo de guerra, sabedor Por-tas de que quería hablar alto, me hizo pasaruna revista á todos los instrumeutos detortura

Después de la última sesión, el mismoverdugo, con lágrimas en los ojos, vino ápedirme perdón, ofreciéndose á socorrer ámis compañeros con una suma que dijo fi-jara yo mismo...

Concluyo declarando y juro por mimadre:

Que yo muero inocente y que todos losque han sido condenados conmiga lo sontambién.

Que yo, acuso á Daniel Freixa, jefe de lapolicía de Barcelona, de ser el único autorde la presente catástrofe.

Confiando en vuestro amor por la justiciarecibid caro Rochefort el último saudo de

THOMAS ASCHERI.

P. D.—Si dudáis de la autenticidad de lapresente, confrontadla con las cartas quede antiguo he escrito á mi madre y al dia-rio El País de Madrid.

T. A.

CIENCIA SOCIALHa aparecido el tercer número de Ciencia

Social, con excelente lectura. Hé aquí elsumario:

Economía burguesa, por Pablo.La civilización, sus causas y sus reme-

dios, por E. Carpenter.Influencia social de la mujer, por Sole-

dad Gustavo.La cooperación voluntaria, por R. Mella.Las delicias del militarismo.Las cérceles.El gobierno de la ciencia, por M. Bakou-

nine.Algo sobre la evolución, por E Reclus.¡Frío!, por J. Prat.De acá y de allá, por J. E. Martí.Dicha revista se halla en venta en la ad-

ministración, Corrientes 2041; en las princi-pales librerías, y en todos los kioscos de laCapital.

Ciencia Social participa á sus lectoresque desde el próximo número publicarápor capítulos el último libro de Juan Gra-ve, titulado: EL INDIVIDUO Y LA SOCIEDAD,que acaba de editar la casa Stock, de París.

Es una obra importantísima que mereceser leída por amigos y adversarios.

Movimiento SocialEspaña

Ocho mil mineros de Asturias se amoti-naron contra el aumento del impuesto so-bre los consumos.

Salieron los obreros de las minas en quetrabajan, y en solo grupo se dirigieron áMieres, villa de la provincia de Oviedo, encuyo ayuntamiento se hallan las residen-cias de los amotinados.

El consejo municipal de Mieres estabareunido, y los mineros atacaron el edificiodel ayuntamiento. Acudió la guardia civilá dispersarlos, pero ellos resistieron, y enel choque tuvieren dos muertos y variosheridos. Dos guardias civiles salieron tam-bién heridos.

La caza del hombre en Cataluña arrecia,y el hallazgo de bombas explosivas en to-das partes menudea, lo que indica que lapolicía tiene orden de alarmar la opiniónpública, tendiendo á formar una atmósferaFavorable á sus infamias, y aprovecharsede esta oportunidad para deportar á la des-carada á Río de Oro á cuantos indivi-duos el gobierno considere «peligrosos» porsus ideas liberales.

La prensa llamada independiente y avan-zada, á excepción hecha de uno ó dos perió-dicos federales, que son los únicos que le-vantan polvoreda contra esas deportacio-

nes, calla como si nada irregular aconte-ciera.

Y de la prensa socialista, solamente ElSocialista de Madrid, se ocupa de talesatropellos, habiendo iniciado ádémas una

. suscripción destinada á socorrer los quesean deportados, lo cual aplaudimos deveras.

FraudaLa propaganda sigue majestuosa su ca-

mino,Las giras emprendidas por el infatigable

Faure y la activa compañera Luisa Michel,están dando excelentes resultados, y la se-milla revolucionaria se esparce por do-quier.

Luisa Michel es aclamada en todas lasestaciones de tránsito por el pueblo, que re-cuerda en ella á la fogosa oradora, á la ar-diente revolucionaria de la Commune.

¡Bravo por los activos cnmaradas!

InglaterraLos compañeros residentes en Londres

han puesto en circulación un manifiesto enel que dicen que el reinado de la reina Viotona se compone de 60 años de infame gue-rra en busca de oro contra indígenas igno-rantes é indefensos, y que si bien se ha au-mentado la riqueza de la Gran Bretaña, encambio no se ha hecho nada para mejorarla suerte del trabajador, cuyas condicio-nes, son peorei ahora que hace 60 años.

En Forest Hall, cerca de Newcastle,existe una pequeña colonia agrícola comu-nista que prospera admirablemente.

Actualmente la colonia la componen tre-ce hombres, dos mujeres y cuatro niños, quecultivan varios campos recolectando abun-dantes productos.

Dichos productos, cuando no son consu-midos por los mismos que los cultivan, sonvendidos generalmente á las cooperativasespecialmente á la Sunderland Cooperati-ve Distribution Society, compuesta de másde diez mil obreros.

Los mineros ingleses que habitan en losalrededores de la colonia, demuestran sussimpatías por el sistema allí ensayado. Sehan habituado á visitarla, tomándola comoun lugar de excursión, ayudando á veces

gratuitamente á los colonos en sus tra-

bajos.Italia

Desde al atentado contra Humberto lapersecución contra los revolucionaríos estáen su período álgido.

Infinidad de compañeros han sido arres-tados, entre ellos el gerente de La Agita-zione, periódico que se publica en Ancona.

La prensa, burguesa dice que el gobiernoha sabido que Malatesta está en Anconadesde donde dirige el partido anarquistaitaliano, y con tal motivo, la policía andaloca por prenderle, pero... ni en sombraaparece. Agrega que documentos impor-tantísimos han sido secuestrados al anar-quista N. Santarelli, arrestado en Génova.

La Tribuna, que pasa por un periódicoserio, dice: «por esos documentos pareceque los anarquistas meditaban un grangolpe, pero no se puede precisar contraquien.

«No obstante, el atentado de Acciarittoparece tener una conexión con todo eso.»

Siempre lo mismo: parece que meditabanun gran golpe, pero no se puede precisarcontra quien.

¡Ah plumíferos canallas!...

En Parma, el 14 de Mayo último un grupode compañeros que salía de una reunión,improvisaron una manifestación de protes-ta contra el asesinato de Frezzi. La policíaintervino, provocando una colisión, en quese repartieron puñetazos al por mayor,siendo arrestados dos de los manifestantes.

Los compañeros de Ancona, á causa delarresto del gerente de La Agitazione, vié-ronse obligados á suspender esta publica-ción, haciendo aparecer en su lugar, tresnúmeros únicos titulados L'Agitatore,Agitiamoci y Agítate, mereciendo esteúltimo las caricias del fiscal de imprenta.

La Agitazione ha reaparecido de nuevo.La policía secuestró también la edición de

un número único titulado Primo Maggio,que había sido repartido en Chioggia.

El gerente del Nuevo Vervo ha sido tam-bién arrestado y condenado.

Y, en fin, las arbitrariedades y los atrope-llos están á la orden del día en el reino deHumberto primo.

Correspondencia administrativa

Ayacucho.—P. M. Habíamos recibido los7 $. Mandados de nuevo los números queno habíais recibido.

Victoria.— J. M. Admitimos gustosos tuoferta. Servida suscripción. Se aprovecha-rá lo que mandas.

Capital.—J. P.. Servidas las tres suscrip-

ciones y Ciencia Social. Las dos idem hasta el presente no han sido abonadas.

LOS libros ya sabe donde puede adqui-rirlos, por correo podían extraviarse.

Montevideo.- A. P. Seguramenté el pri-mer envío se lo tragarían en correos; Man-dado de nuevo El artículo se aprovechará.El soneto no lo hemos recibido todavía.

Montevideo.- F.B. Si no recibiste un pa-quete del primer número, reclámalo en co-rreos, pues allí debe estar.

Capital.—P. Gherra ¿Porque no has con-tinuado lo que habíamos convenido?

Esperamos que lo harás en lo sucesivo ónos expliarás la causa que motiva tu si-lencio.

San Martín.—G. H. L. Recibida la vues-tra. Ciertamente, precisa desplegar granactividad si queremos LA PROTESTA HUMA-NA semanal.

Caracaña,—H. G. R. Servida la suscrip-ción.

Barracas al Norte.—A. R. No recibimosel peso que mencionas en la tuya.

Suscripción voluntaria pira hacer que salgasemanalmente LA PROTESTA HUMANA.

LISTA NUMERO 2.

Suma anterior $ 76,40

Capital: — Un proletario 0,50; Un anti-burgués 0,20; Santino 0,40; Sarmentó 0,20;Cappelli 0,50; Tolina 0,40; Un yenois 0,50;Antonio Tavella 0,40; Huelga del taller deescultura Rainier 0,65; Alfredo Merlo 1,00;Manuel Pereyra 0,50; Un burgués gallego1,00; Un affamato 0,50; A. Sartori 0,35; Unaseftora que le gusta la idea 0,20; Salchichón0,40; Por cien reis 0,10; Fructuoso Rodríguez0,50; Un feminista 0,40; Morandi 0,55; JuanPelli 0,50; Fernandez J. R. 0,50; TagliaferroA. 0,20; Pereyra D. j . 0,50; Angonline 0,20;Ratapail 0,20; Un fabricante de bombas 0,20.

Lista para "La España Inquisitorial'* ypasada a LA. PROTESTA HUMANA.

Un zapatero descalzo 0.45; Cualquier cosa0,30; Sabbatini Raimondo 0,30; Barattieriall'Africa 0,10; Un zapatero que quiere re-ventar la burguesía 0,20; Antonio 0,10; Uncomisario farrista 0,10; T.Spinelli 0,20; Cual-quier cosa 0,10; No hay más 0,05. Total 1,90.

En el Roma 0,50; Zatanaz 0,50; Previstero0,40; Un cortador 0,50; Lo que quiera 0,50;Emüe Certeney 10,00. Total $ 12,40.

Grujió Los Desheredados. — Ramón 0,20;'Portuguesito 0,15; Un herrante 0Í0; Pepo0,50; Total $ 1,15.

Grupo Antorcha del Progreso. — Espejo0,50; Un pintor 0,20; Armonía 0,10: Acompa-ñamientos 0,10; Un mata curas 0,20; Garavi-to 0,20; Un pocero 0,20; Un aspirante 0,10;Destructor de insectosQ, 10; J. Anarquía 0,10Otro más 0,10; Nifio anarquía 0,10; tíull 050;A, B. 0,50; D. B. y B. B. 1,70; Un compañero0,40; Pura «parada 0,20: Cualquiera 0,50; UnAteo 0,50; Gracioso 0^); Marat ruturo 0,20;Un compañero 0,20; Querer es poder 1:00:N. A. 1,00: A. R! B. 0,50; Vizcaya 0,20; Acra-cia García 0,50; R. L. 0,25. Total $ 10,65,Pago 2 paquetes $ 2,00. Entregado al grupo&>s Acrotas $ 4,45. Quedan para la suscrip-ción á favor de LA PROTESTA HUMANA % 4,20.

De/unin:—Un recién venido, explotado030; Yo herbero 0,50; Yo machacador 0,50;Yo también 0,30; Un zorro viejo 0,30: Noquiero ser explotado 0,50;- El Corsario deJunin 0,20; Sostener la& creencias religiosasy tomar las armas es labrar las cadenas dela esclavitud 0,40; Una lona extraviada 0,50;Indalecio Se vola 0,50; Otro 0,10; J. A. 0,20.Total $ 4,00. De estos quedan mitad paraLA PROTESTA HUMANA y mitad para La Vosde la Mujer.

Total recolectado hasta la fecha $ 109,60.

PARA LA PROPAGANDA ANARQUISTAE n I T A L I A

Suscripcióniniciada por LA QUESTIONE SOCIALE

*Suma anterior $ 20.80

Un affamato 1,00; Santino 0,30; Aldo 0,50;Juan Pelli 0,20; Cafferata 0,50; Un Ateo 0,20;Santino 0;80; Sartori 0,50; Tosi 0,50; Tave-mati 0,50; Un compagno 0,25; Un antibor-ghese 1,00; Aldo 0,20; Un yenois 0,25; Refrat-tario 0,20; Un ateo 0,25; Un compagno 0,40;Santino 0,50; Un antiborghese 0,50; Cualun-que cosa 0,20; Santino 0,70; Cualquiera 0,45;Che, como te va? 0,20; Giuseppe 0,50* Aris-todemo C. 0,50; Pessolano 0,20; Un anamato0,40; Pietro 0,20; A. C. 0;10; Pelli 0,10; Uncompagno 0,30; Aldo 0,60; Sarmentó 0,25;Pedro Tinaud 0,15; Marcelino Passani 2,00;Curano 0,50: Un affamato 0,70; Aldo 1,00;G. Ciolli 1,00; Ettofe Félicioli 1,00; Santero0^0; Santino 0,50; SabéHi 0,20; Un grupo deex-socialistas 035; Un compagno 0,50; San-tino 032; De Benedettí^.70; Panadero 0,20;Tolina 2,00; Gasparam 0,30; Brasili 0,50; Uncompagno 0,50; Juan Marzor 1,00; Pablo Ge-

Uona 0,50: Santino 0,50; Santoro 0,205 V, X.0,10; Uno 0,10; A. Sartori 0,50; Un antíbor-ghese 0;50; Un ateo 0,20; Santino O2fc Quelche vuoi 0,50; Alfredo Merlo 1,00; T. S. 0,10;Cualquier cosa 0,15; Francisco 0,20; Crato-fabo 0,20; Un antiborghese 0,50; FranciscoSecchi 1,00; Santoro 0.50; Tavella 0,20: Unafl'amato 0,50: Santino 1,00; Juan Peili 0,25;G. Tavernati 0,50, Refrattario 0,15; Abajolos inquisidores de Monjuieh 2,00; Adamo0,3^ Francisco 0,20; Suo cugino 0,10; C. 0,20;Otro 0,20; Protesta humana 0,20; Un com-pagno 0,45; Reparto del sobrante del ultimonúmero de El Oprimido 12,50.

Total $ 72,27

.Cuya suma se ha repartido en la formasiguiente:—Periódico UAgita3i0nr.de An-cona, 50 liras italianas; Avvénire Sociale,de Messina, 50 idem; Nuovo Verbo, de Par-ma. 15; VIdéale, Pisa, 7,50.

SUSCRIPCIÓN VOLUNTARIA

á favor de la madre de PallásF. S. 2.00, Tolina 2.00, Montero 2.00, Scia-

bolino 1.00, Santino 1.00, Mariano Pannulli1.00, Yenois 2.00, Santoro 1.00, J. Carvaja-le 0.50, G. Ciolli 1.00, Careghini 0.50, G. fn-glan 0.50, Un anti-burgués 0.50, G. C. 0.80,M. 1.00, N. N.0.50, Zacearías 0.50, F. Ser-rano 0.30, José Serrano 0.20, Sarmentó1J60, Muñoz'0.37, Un burgués 1.50, Unaanarquista 0.50, Izquierdo 0.50, T. S. 0.40A. Tisi 1.00, Diavolo Ñero 5.00. Carvaja-les 0.25, Ettore Félicioli 1.00, Allí van: va-rios compañeros y compañeras 1.00, Pietro0.50, Gabriel Acquistapace 0.50, Sarmentó0.50, Samuel Kaminsky 2.00, G. Taverna-ti 1.00, Alejo Velez 0.50, Juan Pelli 0.25, Elsastre rengo 0.20, Otro sastre 0.10, B. X.0?*#, Esperance 0.20, Antonieta y su veci-no 0.30, Sagasta 0.10, De Montevideo.— A.Baranzano 0.50, De Ayacucho P. M. 0.50, S.M. 0.50.—Total % 39.07.

El abajo firmada declara haber recibidola cantidad de % 39,007.—Francisca Pallas.—Buenos Aires, Junio 20 de 1897.

Libros y FolletosQue se hallan en venta en la

«Librería Sociológica», Corrien-tes 2041.

En idioma español:

LA SociEDAb FUTURA, de J. Grave. . 0,75SOCIOLOGÍA ANARQUISTA, deJ.Montseny 0,75PÁGINAS DE HISTORIA SOCIALISTA. . . . 0,25

PRIMERO DE MAYO de P. Gori 0,25ALMANAQUE ILUSTRADO, de La Questio-

ne Sociale 0,50BISÍRE CAMPESINOS traducción de J. Prat 0,15L E ANARQUÍA, SU FILOSOFÍA, SU IDEAL,

precio voluntario.Un episodio de Amor en la Colonia Ce-

cilia. Precio voluntario.

En idioma italiano

SOCIALISMO LIBERTARIO E SOCIALISMO

AUTORITARIO, de J. Dómela 0,25GLI UOMINI E LE TEORIE DELL'ANARCHIA. 0,15

Ai GIOVANI, di P. Kropotkine 0,10ALLE FANCIULLE, di Ana Mozzoni. . . 0,10COMUNISMO ANARCHICO, di P. Kropotkine 0,15DEMOCRAZIA-SOCIALISMO-ANARCHÍA . . 0,10

BARLUMI D'IDEALE 0,20

PRIMO PASSO ALL'ANARCHIA, Precio vo-luntario.En la misma librería se hallan en venta

periódicos anarquistas, redactados en dis-tintos idiomas.

AVISOEl grupo La voz de la mujer tiene á disposi-

ción de los compañeros que los deseen los si-guientes folletos, cuyo producto es destinado áfavor de El Productor de La Corana:

Entre Campesinos 0,50, Consecuencias del Es-tado 0,5, Los sucesos de Jerez 0,10, Considera-ciones sobre el hecho y muerte de Pallas 0,10,La Anarquía es el orden -0,20, El Primero deMayo, traducido al español 0,20, Páginas de His-toria Socialista 0,20.

Pedidos á A. Barcia, Casilla de Correo Nú-mero 1277.


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