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CONFLICTOS DE PODER ENTRE NIÑOS Y ADULTOS EN LA LITERATURA INFANTIL DE ROALD DAHL Y YOLANDA REYES CUYO ESCENARIO ES LA

ESCUELA

JENNY ANDREA BELTRÁN QUIROZ JOHANNA CELY RIPE

UNIVERSIDAD DE LA SALLE FACULTAD DE EDUCACIÓN

LICENCIATURA EN LENGUA CASTELLANA, INGLÉS Y FRANCÉS BOGOTÁ, D.C.

2006

CONFLICTOS DE PODER ENTRE NIÑOS Y ADULTOS EN LA LITERATURA INFANTIL DE ROALD DALH Y YOLANDA REYES CUYO ESCENARIO ES LA

ESCUELA

JENNY ANDREA BELTRÁN QUIROZ JOHANNA CELY RIPE

Ensayo Académico para optar el título de Licenciadas en Lengua Castellana, Inglés y Francés

Director PEDRO BAQUERO

Profesor

UNIVERSIDAD DE LA SALLE FACULTAD DE EDUCACIÓN

LICENCIATURA EN LENGUA CASTELLANA, INGLÉS Y FRANCÉS BOGOTÁ, D.C.

2006

NOTA DE ACEPTACIÓN

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__________________________________

__________________________________ PRESIDENTE DEL JURADO

__________________________________ JURADO

__________________________________ JURADO

Ciudad y Fecha.

AGRADECIMIENTOS

Queremos dar las gracias a todas aquellas personas que han dedicado

considerable tiempo y esfuerzo y que nos han brindado su apoyo tanto

material como afectivo

Agradecemos infinitamente a todos los colaboradores,

Especialmente a:

Pedro Baquero, profesor y tutor de la investigación, por sus valiosas

orientaciones y tiempo dedicado.

A nuestras familias

Quienes con esfuerzo y Amor

Nos brindaron una valiosa oportunidad

En nuestras vidas.

CONTENIDO

INTRODUCCIÓN

1. ¿EXISTE LA LITERATURA INFANTIL?

• La literatura no creada para los niños • La literatura no creada para los niños • La aparición del niño en la literatura: signo de modernidad. • Características que debe tener la literatura infantil

2. PAPEL DE LA LITERATURA EN LA ESCUELA • Literatura y escuela • Literatura, juego y pedagogía. • Intencionalidad de la literatura infantil • Literatura y formación de valores.

3. ¿EXISTE ALGUNA RELACIÓN ENTRE CONFLICTO Y VIOLENCIA?

• ¿Cómo se define el conflicto? • ¿Quiénes componen el conflicto?

Relaciones entre Conflicto y violencia Relaciones entre Familia y conflicto Relaciones entre Escuela y conflicto

• Luchas de poder • Características de las luchas de poder

4. UNA LECTURA DE LOS CONFLICTOS DE PODER ENTRE ADULTOS Y

NIÑOS DESDE EL MUNDO LITERARIO DE YOLANDA REYES Y ROALD DAHL.

- Puntos de contacto entre los dos autores

Una concepción moderna del niño. - Visión de los niños a través de la historia - Relaciones entre el contexto social y familiar en la infancia en la sociedad contemporánea.

• La familia como apoyo en el proceso de humanización de la infancia. - Desarrollo infantil según Vigotsky.

• Contexto, escenarios educativos y actividad humana. • Los escenarios educativos como sistema de actividad

- Psicología infantil • Formación de la personalidad

• Relaciones sociales - El niño en la literatura

•La conciencia como objetivo •Valores e intenciones •La recepción del niño

Conflictos de poder entre el niño y el adulto en la literatura infantil de Dahl y Reyes.

- Relaciones familia y conflicto • Niños como víctima de la opresión de los adultos. •Conflicto moral y engaño • Niño “estorbo”

- Relaciones entre escuela y conflicto • Luchas de poder •Disciplina

Universo mundo - niño; mundo - adulto CONCLUSIONES BIBLIOGRAFIA

TÍTULO

Conflictos de poder entre niños y adultos en la literatura infantil de Roald Dahl y Yolanda Reyes cuyo escenario es la escuela PROBLEMA El problema de investigación que abordaremos a lo largo de este trabajo es develar cómo son las luchas de poder entre adultos y niños presentes en los relatos infantiles de Roald Dalh y Yolanda Reyes OBJETIVOS OBJETIVO GENERAL

• Describir la correlación existente de las luchas de poder entre adultos y niños dentro de la escuela a través de los relatos infantiles de Roald Dalh y Yolanda Reyes.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

• Describir la concepción del niño en la literatura y cómo ha sido expuesta entre los dos autores.

• Interpretar la correlación existente de las luchas de poder entre adultos y niños que los dos autores evidencian en sus obras.

• Comparar los puntos de contacto que se presentan en las obras de ambos autores.

JUSTIFICACIÓN

La intencionalidad de este ensayo es la de comparar como Roald Dahl y

Yolanda Reyes el primero inglés y la segunda colombiana han tomado a la

escuela como fuente de inspiración; recreando situaciones sociales, políticas,

culturales y económicas y sobre todo los conflictos de poder existentes en los

niños y los adultos que se viven dentro de una institución educativa.

Nuestro trabajo pretende hacer una reflexión sobre las luchas de poder entre

adultos y niños presentes en la familia y la escuela. Esta última considerada

como un lugar rico en vivencias y acontecimientos propios de todos los seres

humanos, ya que, de esta han egresado no sólo médicos, ingenieros,

sociólogos, filósofos, maestros, gobernantes, políticos prestigiosos, entre otros;

que de alguna manera han vivido diversas experiencias agradables o

desagradables que han marcado sus vidas.

No pretendemos explicar el fenómeno complejo de la educación; si contribuye o

no a la construcción de los individuos que conforman la escuela; se trata de

presentar desde otra perspectiva, la de la literatura, una visión de lo que son y

han sido las relaciones entre la escuela y los conflictos de poder entre los niños

y los adultos que se manifiestan desde la articulación de palabras, frases hasta

el golpe de autoridad, el uso del conocimiento, edad o clase social para someter,

subyugar o dominar a los aparentemente más débiles estas y otras acciones

que se viven en el diario acontecer escolar.

Dahl y Reyes tienen como común denominador la escuela, específicamente los

rituales de disciplina, orden, silencio, obediencia y castigo y por supuesto

manifestaciones de violencia entre adultos y niños que a lo largo de la historia

de la escuela no han faltado como por ejemplo; los conflictos entre compañeros

que se agreden. Estos autores han escrito desde su imaginación y sus vivencias

entorno a las escuelas, es el caso de Roald Dalh quien fue educado en un

internado Inglés donde sufrió continuos castigos por parte de los profesores y

los quiso plasmar en uno de sus textos.

En primer lugar nos dimos a la tarea de revisar y consultar una serie de textos

literarios que toman como referente de creación literaria la escuela y las

vivencias de los actores que la conforman. Después de hacer un análisis y

reconocimiento de autores y obras decidimos escoger a dos autores y sus obras

donde vimos ciertos elementos comunes que describían situaciones de conflicto,

acciones de abuso de poder y descripciones del rol y perfil de los profesores y

adultos que rodean a los niños.

En segundo lugar hemos hecho no un simple ejercicio de compilación sino una

lectura ideológica a partir de teorías de otros autores; no se trata solamente de

repetir lo que han dicho otros, sino de tomar posición y dar nuestro propio punto

de vista, ya que tomamos este trabajo como la ocasión de aprender y construir

una investigación.

En tercer lugar clasificamos los textos en diferentes categorías, las cuales nos

ayudan y apoyan de manera significativa la obtención de hallazgos y

conclusiones; para cada categoría dispusimos un primer capítulo, en el cual, se

describe ampliamente los textos, teorías y comentarios pertinentes a cerca de

la literatura infantil con el fin de tener un concepto claro sobre si existe o no

literatura para niños y jóvenes o si por el contrario es literatura escrita para

adultos preferida por los niños.

INTRODUCCIÓN

El propósito fundamental de nuestro ensayo académico, para la obtención del

título de licenciadas en Lengua Castellana, Inglés y Francés es develar cómo

son las luchas de poder entre adultos y niños presentes en los relatos infantiles

de Roald Dalh y Yolanda Reyes; teniendo en cuenta los parámetros y

reglamentación que rige este tipo de escritos. A continuación aclararemos

aspectos importantes que le facilitan al lector el estilo y forma de presentación

de este texto.

En primer lugar tomaremos algunas definiciones acerca del ensayo retomando

los presupuestos de diferentes autores:

Fernando Vásquez afirma que “un ensayo es una mezcla entre el arte y la

ciencia” (1991,10) es decir, un ensayo supera los límites de los comentarios, de

lo creativo y debe sustentar ideas tejiéndolas organizadamente a través de la

teoría que otros han dicho o desde la opinión de quien lo escribe. Pues bien dice

Vélez “el ensayo representa un diálogo activo con toda la cultura, con una doble

condición, la del cultivo de las ideas y del estilo apreciando las opiniones de los

otros y de nosotros mismos” (2000, 40). Y lo asevera Sabino “el ensayo se

mueve entre el peso de las ideas propias y las ajenas” (1992, 216).

Es necesario que al escribir un ensayo se plantee una pregunta la cual en

términos generales se encuentra en la existencia de la duda, en la necesidad de

indagar o en el interés de profundizar en un tema (cf. Vélez, 2000, 35), es así

como nuestro trabajo se fundamenta en una pregunta específica, la cual, esta

enmarcada en los siguientes términos ¿cómo son las luchas de poder entre

adultos y niños presentes en los relatos infantiles de Roald Dahl y Yolanda

Reyes?. Nuestro objetivo general es describir la correlación existente de las

luchas de poder entre adultos y niños dentro de la escuela a través de los

relatos infantiles de los autores anteriormente mencionados.

En cuanto a la estructura del ensayo como Carlos Sabino afirma “el ensayo es

relativamente libre en su estructura en la que el autor expone razonadamente

ideas y opiniones sin que se utilice en forma rigurosa una metodología científica”

(1992, 27) de la misma forma la extensión del ensayo es libre y variable; esto

depende del estilo y los alcances del autor.

La intencionalidad de este ensayo es la de comparar como Roald Dahl y

Yolanda Reyes el primero inglés y la segunda colombiana han tomado a la

escuela como fuente de inspiración; recreando situaciones sociales, políticas,

culturales y económicas y sobre todo los conflictos de poder existentes en los

niños y los adultos que se viven dentro de una institución educativa.

Consideramos estos aspectos desde diferentes puntos de vista, abordando el

mismo tema comparado con los criterios de otros autores reconocidos donde en

algunos casos contradecimos o nos inclinamos a favor de los postulados o

criterios de estos.

Un ensayo, sea académico o no académico, requiere un mínimo de tres párrafos

para su exposición: uno de introducción, otro de desarrollo y el último de

conclusión. Como se menciona líneas arriba, el rigor metodológico es mínimo. El

sujeto gramatical es libre (puede ser desarrollado en voz personal o impersonal).

El uso del tiempo verbal también es libre y se acomoda a las circunstancias y la

forma en que se desarrolla el tema. La importancia fundamental del ensayo

radica en que permite al autor adiestrarse en la argumentación de su posición

ideológica.

El ensayo académico es el producto de un especialista. En este caso nos

hicimos casi “especialistas” en materia de literatura infantil y conflictos de poder

en la familia y la escuela, vinculándonos a teorías propuestas por estudiosos del

tema. Además, nuestro trabajo, se caracteriza por ser sistemático, por indagar

en el conocimiento anterior que se ha producido sobre el tema, por incorporar en

el texto un diálogo con la teoría y sus posibles aplicaciones, o incluso, para dar

un aporte desde nuestros puntos de vista.

Así mismo, nuestro trabajo pretende hacer una reflexión sobre las luchas de

poder entre adultos y niños presentes en la familia y la escuela. Esta última

considerada como un lugar rico en vivencias y acontecimientos propios de

todos los seres humanos, ya que, de esta han egresado no sólo gobernantes y

políticos prestigiosos médicos, ingenieros, sociólogos, filósofos, maestros, entre

otros; que de alguna manera han vivido diversas experiencias agradables o

desagradables que los han marcado en sus vidas.

De igual manera, no pretendemos explicar el fenómeno complejo de la

educación; si contribuye o no a la construcción de los individuos que conforman

la escuela o la sociedad; se trata de presentar desde otra perspectiva, la de la

literatura, una visión de lo que son y han sido las relaciones entre la escuela , la

familia y los conflictos de poder entre los niños y los adultos que se manifiestan

desde la articulación de palabras o frases, hasta el maltrato físico y psicológico,

usando el conocimiento, la edad o la clase social para someter, subyugar o

dominar a los aparentemente más débiles; estas y otras acciones son las que se

viven en el diario acontecer escolar y familiar.

Dahl y Reyes tienen como común denominador la escuela, específicamente los

rituales de disciplina, orden, silencio, obediencia y castigo y por supuesto

manifestaciones de violencia entre adultos y niños que a lo largo de la historia

de la escuela no han faltado como por ejemplo; los conflictos entre compañeros

que se agreden. Estos autores han escrito desde su imaginación y sus vivencias

entorno a las escuelas, es el caso de Roald Dalh quien fue educado en un

internado Inglés donde sufrió continuos castigos por parte de los profesores y

los quiso plasmar en uno de sus textos.

En primer lugar nos dimos a la tarea de revisar y consultar una serie de textos

literarios que toman como referente de creación literaria la escuela y las

vivencias de los actores que la conforman. Después de hacer un análisis y

reconocimiento de autores y obras decidimos escoger a los autores ya

mencionados y sus obras donde vimos ciertos elementos comunes que

describían situaciones de conflicto, acciones de abuso de poder y descripciones

del rol y perfil de los profesores y adultos que rodean a los niños.

En segundo lugar hemos hecho no un simple ejercicio de compilación sino una

lectura ideológica a partir de teorías de otros autores; no se trata solamente de

repetir lo que han dicho otros, sino de tomar posición y dar nuestro propio punto

de vista, ya que este trabajo nos ha llevado aprender y construir una

investigación.

En tercer lugar clasificamos los textos en diferentes categorías, las cuales nos

ayudan y apoyan de manera significativa la obtención de hallazgos y

conclusiones; para cada categoría dispusimos un apartado, en el cual, se

describe ampliamente los textos, teorías y comentarios pertinentes a cerca de

la literatura infantil con el fin de tener un concepto claro sobre si existe o no

literatura para niños y jóvenes y si es literatura escrita para adultos preferida por

los niños y teorías del conflicto. Finalmente presentamos las conclusiones y la

bibliografía.

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1. ¿EXISTE LA LITERATURA INFANTIL?

En este primer capítulo hacemos brevemente el debate sobre el concepto, la

pertinencia y la existencia de la literatura infantil. Este es un trabajo dispendioso

ya que existen diversas posturas acerca de este tema.

Partamos por entender que la literatura en general se mira casi siempre como un

conjunto de obras literarias de un país, época, lengua o género, donde se percibe

la creación, el arte y la expresión. Sin embargo algunos autores como Rafael

Sánchez, Aguiar e Silva, entre otros suelen argumentar que no hay más literatura

que la que no tiene calificativos que limiten el término, que sólo es válido el nivel

de calidad: buena y mala literatura; que la edad no puede considerarse como un

criterio diferenciador; que escribir para un público determinado es negar el arte o

que la llamada literatura infantil no sería más que la adaptación y simplificación de

las creaciones adultas a la capacidad limitada del niño. Algunas posturas

extremas llegan a identificar literatura infantil con mediocridad literaria y piensan

que es pura invención de críticos de discutible talla y de los intereses comerciales

de las empresas editoriales.

• Conceptos de la literatura infantil

Pero en realidad ¿Qué vamos a entender por literatura para niños y

adolescentes? Retomando diversas posturas de estudiosos en la materia

tenemos a:

Maria luisa Cresta1 “considera que calificar de “infantil” a la literatura dirigida a la

infancia, produce el efecto de una limitación que conlleva a la idea de una

1 Boletín numero 1 Nacional de literatura Infantil, Conac, Caracas, “Algunas consideraciones sobre el valor semántico y el valor estilístico de la lengua infantil”.

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parcialización o segregación. La literatura “es”, o “no es”, sin distinción de edades

ni condiciones previas para quienes va dirigida....”

Jack Zipes quien afirma que “la literatura infantil no es literatura por ni en nombre de

los niños. Nunca lo fue y nunca lo será. La literatura es un código escrito por adultos para

la información e internacionalización de los niños de lo que primero debe ser aprobado por

los adultos. Es la proyección personal participación literal en discurso institucionalizado

para la juventud y el intento del autor de controlar al niño y asegurar el proceso de

civilización. Es una acción social simbólica del autor con la intención de influenciar y

posiblemente controlar el destino futuro de la cultura” (citado por Fernández, Olmos,

1988, 156)

Para Bortolussi es «la obra estética destinada a un público infantil» (1985, 16).

López Tamés dice que literatura infantil es: “No la que imita grotescamente el

mundo de los niños y adolescentes desde una perspectiva adulta sino la que se

adecua a una etapa del desarrollo humano sin renunciar a la universalidad de los

temas” (1985, 15). Cervera desde una concepción globalizadora incluye en esta

denominación “Todas las manifestaciones o actividades que tienen como base la

palabra como finalidad artística o lúdica que interesen al niño” (1984,15)

La virtud de esta última definición integradora es que engloba los géneros clásicos

de la narrativa, la poesía y el teatro junto con actividades poco frecuentadas, pero

de gran importancia en los primeros contactos del niño con la literatura como el

juego dramático, aquellas producciones en las que la palabra comparte presencia

con la imagen.

Coincidimos con este concepto globalizador de literatura infantil, si bien nos

parece que resultaría más preciso que en la definición se distinga expresamente

la figura del destinatario y la del receptor. Podría ser, por ejemplo: “Toda

producción artística que tiene como base la palabra y al niño como destinatario o

receptor”. (Bortolussi 1984, 15)

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De este modo queda comprendido, no sólo lo que al niño se destina, sino también

lo que se le ha apropiado, y se sigue apropiando, aunque no le fuera dedicado en

su origen.

En nuestra concepción, los géneros literarios clásicos (lírica, épica y dramática)

tienen en la Literatura Infantil expresión propia. Por ejemplo la poesía infantil, se

basa en el placer del ritmo, de la rima y del gozo de decir cosas, muchas veces

sin sentido como lo vemos en las canciones de cuna y más tarde en los juegos.

La épica por su lado, muestra al lector cuentos maravillosos, las leyendas, mitos y

cuentos de hadas que fueron las primeras manifestaciones y la novela para niños,

tan abundantes hoy.

Al mismo tiempo, buscamos un filtro que elimine todo aquello que no alcanza

categoría artística (libros de conocimientos, lecturas no literarias, entre otras.),

cuya inclusión en este campo responde generalmente a objetivos didáctico-

moralizadores y a una manipulación del adulto en la mediación que establece en

las relaciones del niño con el libro y con la literatura.

La literatura infantil es un género dentro de la literatura universal y no por ser poco

clara su procedencia deja de tener exigencias propias. Veamos algunas:

• Tienen descripciones claras. Esto quiere decir una gran capacidad de

síntesis y observación.

• Acción interrumpida y variada que cree suspenso y conmueva, es

decir debe tener una dosis elevada de imaginación.

• La sencillez creadora en cuanto a su concepción y expresión

temática nunca la simplicidad

• La audacia poética, es la fuerza expresiva del lenguaje puro, por lo

tanto, ese mundo lúdico se interioriza.

♦ Clasificación de la Literatura Infantil

Por otra parte la Literatura Infantil se puede clasificar en dos grandes grupos:

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• La literatura no creada para los niños, pero que ellos la han hecho suya. Es la

literatura adoptada por los niños. Son las creaciones (orales y escritas) que no

nacieron para ellos, pero que, a lo largo del tiempo, se han apropiado y

también las que los adultos les destinaron, previa adaptación no siempre

afortunada. Aquí se incluyen en primera fila los cuentos populares

tradicionales y la poesía folclórica, también el mundo de las fábulas y muchas

novelas, especialmente las de aventuras.

Es el caso de los cuentos recogidos por Perrault y los Hermanos Grimm; las

canciones de cuna, coplas, adivinanzas, retahílas, canciones de juego, etc.

que forman el repertorio folclórico de un pueblo; a su vez las múltiples

versiones que se han hecho de relatos aventureros como: La isla del tesoro

de Stevenson, El libro de la selva de Kipling, Robinson Crusoe de Defoe, Los

viajes de Gulliver de Swift y casi la obra completa de Julio Verne, Emilio

Salgari, Jack London o Melville.

• La literatura creada para los niños, dedicada expresamente a ellos bajo la

forma de cuentos, novelas, poemas, obras de teatro, historietas, libros de

imágenes. En su intento de adecuación al niño, los adultos durante muchos

años, le han ofrecido literatura bajo el viejo lema de Comenius (1658) de

“instruir deleitando” y la finalidad didáctica de prepararle como hombre del

mañana. Esos libros aburridos y fastidiosos no perduran.

En cambio permanecen relatos muy antiguos nacidos de la imaginación Aquí

se encuentran clásicos de la literatura infantil universal como Andersen,

Collodi, Lewis Carroll, Richmal Crompton o James Barrie con sus inolvidables

relatos: El patito feo, Aventuras de Pinocho, Alicia en el país de las maravillas,

Aventuras de Guillermo y Peter Pan. Y todos los autores actuales que crean

una literatura basada en lo que el niño es y no en lo que se pretende que sea,

dirigida a darle placer y respuesta a su problemática vital.

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♦ Características que debe tener la literatura infantil

Según Bettelheim la literatura infantil debe tener las siguientes características:

• Divertir al niño

• Ayudar a comprometerse y alientan el desarrollo de su personalidad

• Debe ser una obra de arte

• Debe alimentar la imaginación del niño y estimular su fantasía.

• Ser capaz de descubrir horizontes fantásticos de saber y nuevos

conocimientos a la inagotable sed de saber y de exploración características

de la infancia.

Su funcionalidad pedagógica debería servir para caracterizar y poder distinguir de

una obra literaria para la infancia y la juvenil. Por sus contenidos habituales

constituyen una fuente inagotable de preciosas enseñanzas. (Cf. Bettelheim,

1980, 27). A su vez que hace una critica y una comparación entre los cuentos de

hadas y las historias modernas infantiles.

CUENTOS DE HADAS HISTORIAS MODERNAS INFANTILES

• Sugieren en forma simbólica como afrontar los problemas.

• Plantean de modo breve y conciso un problema existencial.

• Simplifican cualquier situación • Personajes bien definidos • El castigo o el temor al castigo solo evitan

el crimen de modo relativo. • El malo siempre pierde. • Los personajes no son ambivalentes, no

son buenos y malos al mismo tiempo, como somos todos en realidad.

• La polarizacion domina la mente del niño

• La moralidad no es importante sino la capacidad de poder hacer algo. Dan confianza para triunfar en la vida. Seguridad de salir adelante.

• Evitan los problemas existenciales.

• Historias seguras no mencionan la muerte, el envejecimiento

• El mal esta omnipresente

• El malo no carece de atractivo

• Simbolizado por el gigante, dragón. La bruja

• Es racionalista

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• La aparición del niño en la literatura: signo de modernidad

Lo que nos interesa ahora es mirar un poco la presencia del niño como personaje

en la literatura escrita. Este es un fenómeno propio del pensamiento moderno. El

niño, antes de la modernidad, era considerado como un adulto pequeño, hacía

parte del engranaje de una sociedad y se educaba para ser adulto, para ayudar a

conservar el grupo social. Al desintegrarse esa cohesión, se inclina la mirada a un

sujeto con necesidades diferentes a las de los adultos. Dentro de esa concepción

empieza a configurarse el niño como sujeto, como ser real, capaz de percibir el

mundo de una manera diferente a la del adulto.

Teniendo en cuenta lo anterior, se multiplicaron las escuelas, se hicieron las

primeras reformas educativas en las cuales el niño pasa a ser el centro,

planteándose la necesidad de reformar la escuela elemental, las condiciones para

el aprendizaje de los niños y la actualización de los métodos pedagógicos.

Finalmente podemos decir que la literatura Infantil es una creación de época que

expresa una visión de mundo en cuanto a la cultura, la religión, la política e

ideologías donde se reflejan actitudes y valores que conforman una sociedad. En

sus inicios los niños oían con gusto poesías y cuentos tradicionales que no

estaban destinados al público infantil. Además los pocos libros que existían eran

abecedarios, silabarios y otros textos llenos de sentencias que contenían normas

de comportamiento social y religioso donde la mayor preocupación era lo

pedagógico y con la intención de moralizar. Por el contrario, las tendencias

actuales de la literatura infantil fomentan la expresión y la creatividad de los niños,

vinculándolos a la construcción cognitiva, consolidando actitudes y valores que les

permitan afrontar el mundo que los rodea.

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2. PAPEL DE LA LITERATURA EN LA EDUCACIÓN

El valor imprescindible de la literatura infantil para la educación del niño

“No hay hombre que no reciba el hábito mágico de la literatura, verso y prosa: toca al niño ya en rimas y juegos; hasta el adulto analfabeto llega en canciones y coplas (maravilloso homenaje del ritmo literario y musical), y en refranes y cuentos." DÁMASO ALONSO

En el presente capítulo intentamos ampliar los principios relacionados con la

pedagogía de la literatura, desde una pedagogía del conocimiento y de los

valores; donde el papel educativo de la literatura puede dar sentido a las

experiencias del mundo que lo rodean, de una serie de emociones y sentimientos

que hacen parte de las vivencias del estudiante. Por eso el propósito de este

capítulo se centra en varios tópicos a la vez; por una parte, intenta dar algunos

principios entorno al valor de la literatura en la educación del niño estableciendo la

relación entre literatura y escuela y por otra parte pretende determinar la relación

entre literatura y formación de valores.

• Literatura y escuela

Enseñar literatura no es simplemente dar un montón de libros o textos para leer,

pues como afirman varios autores “la literatura debe tomar en cuenta la persona

integral en todas las dimensiones de su vida” (Cf. Cárdenas, 2004, 61). Nos

atrevemos a pensar que en nuestra concepción de enseñanza, aún se le pide al

profesor que sea capaz de controlar, planificar y evaluar el proceso de

aprendizaje logrando el control total. Esta concepción supone que mientras más a

corto plazo sean los objetivos que se proponga un maestro y mientras más

concretos sean los indicadores, más fáciles serán de comprobar y evaluar en

términos cuantitativos. De alguna manera, la eficacia se plantea en función de

cuanto aprendizaje logran sus estudiantes.

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Teniendo en cuenta lo anterior, podemos afirmar que lo que no se ve no esta

sujeto a ser evaluable, ni observable en cuanto al proceso de aprendizaje. Con

esta perspectiva lo que busca el maestro es que sus estudiantes den las

respuestas que él cree y considera la correcta, de lo contrario no tendrá ningún

valor como tampoco lo tienen lo que sucede fuera de la clase y de los procesos

que concluyen después de finalizar el año, limitando los procesos de aprendizaje

que tiene los seres humanos a lo largo de la vida. Así como lo afirma Reyes en

uno de sus textos (Cf. Reyes, 2004, 20) enfatizando en los sistemas pedagógicos

basados en preguntas cerradas de selección múltiple o ideas instrumentales que

insisten en hablar de lectura rápida como si se tratara de una competencia

académica o deportiva.

Pero, ¿qué significado tiene todo lo anteriormente mencionado para la enseñanza

de la literatura?. Pues es diferente leer un manual de instrucciones a un cuento de

hadas, puesto que cuando se lee un cuento es necesario conectarlo con

sensaciones, emociones, y evocaciones, de nuestra experiencia de vida (Cf.

Bettelheim, 1987, 35) y en el caso de los manuales se hace una lectura literal; y si

la escuela no se da cuenta de esta gran diferencia, seguirá enseñando a leer de

la misma manera los dos tipos de textos. Así el manual de instrucciones y los

cuentos de hadas, poemas y de la literatura compartan muchas palabras y signos,

hay algo en ellas que nos hace a nosotros, como lectores entrar en dinámicas

diferentes y la escuela aclarémoslo, debe enseñar a leer de todas las formas y

con diversos propósitos.

Esto no quiere decir que deje de ser importante leer con exactitud textos

científicos y académicos ya que en muchas tareas de nuestra vida cotidiana

debemos ser obedientes y literales, pero también es cierto que necesitamos

herramientas para hacer lecturas libres para conversar profundamente con

nosotros mismos “la literatura debe ser leída, vale decir sentida desde la propia

vida” (Op. cit, 26). Y aunque leer literatura no cambia el mundo si puede hacerlo

más habitable, porque el hecho de vernos interiormente contribuye a abrir nuevas

puertas para la sensibilidad y del entendimiento de nosotros, de los demás y de lo

que nos rodea. Necesitamos cuentos, poemas y toda la literatura posible en

nuestras escuelas, no para subrayar ideas principales, sino para favorecer una

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educación integral. No para identificar moralejas, enseñanzas sino para

emprender esa antigua tarea de conócete a ti mismo y conoce a los demás. (Cf.

Vélez de Piedrahita, 1991, 49).

Según León Guevara la literatura garantiza el desarrollo del individuo, lo concibe

como sujeto en proceso, abierto al diálogo racional, a la historia, a la cultura, a

las diversas manifestaciones de subjetividad. Ser sujeto activo es disponer a

plenitud del ser y el hacer humanos a favor de la formación y el aprendizaje. De

esta forma, la pedagogía es la encargada de mostrar capacidades, habilidades y

aptitudes, valores y destrezas como objetos de aprendizaje y al relacionarlo con la

literatura debe tener como objetivo el respeto a las dimensiones de la persona

humana y a las diferencias individuales. (2001, 32)

Como vemos cada persona, aporta desde su naturaleza psicológica elementos

que enriquecen el contexto social. Entre ellos podemos destacar rasgos

particulares de cada ser humano como la sensibilidad, la imaginación, el

pensamiento y el discurso. En el caso de los niños la imaginación es una

característica donde ellos pueden descubrir, inventar o recrear mundos posibles y

así poder traspasar la realidad hasta lo fantástico. Tener en cuenta la importancia de la literatura infantil en los currículos educativos

es fundamental para el mejoramiento de la calidad de la educación puesto que

esta tiene diversos componentes los cuales permiten que el aprendizaje sea

personalizado, además que hace énfasis en el desarrollo de la sensibilidad, la

imaginación y las competencias de pensamiento crítico y creativo de cada

persona.

Es necesario, hablar aquí de la escuela como lugar donde se establece el inicio y

el desarrollo de la literatura, ya que dentro del contexto escolar, supone una

situación comunicativa y un fenómeno de tipo colectivo. La literatura en el aula es

pues, un vehículo a través del cual se transmiten los saberes escolares, un

portador de formas particulares de comprender e interpretar la realidad y

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finalmente, un contenido que debe ser aprendido por los alumnos para

desempeñarse con eficiencia en el entorno escolar.

• Literatura, juego y Pedagogía

El hombre es el único ser con la capacidad mágica y estética de contraer vínculos

con el mito, la religión, los imaginarios, los símbolos, los sueños, y el juego.

Tomamos el juego como el resultado de una actividad sensible, imaginaria e

intelectual del hombre, enriqueciendo el trabajo pedagógico de la literatura

desarrollando un factor principal, la fantasía. (Cf. Op.cit, 2004.70).

Freud definió la fantasía como un fenómeno inherente al pensamiento, como una

actividad psíquica que esta en la base del juego de los niños y en el arte de los

adultos, puesto que los sentimientos insatisfactorios son las fuerzas impulsoras de

la fantasía y cada fantasía es una satisfacción de deseos, es decir, una

justificación de la realidad que no ha sido complacida en su totalidad para el niño.

Por esta razón, tanto el juego como el arte ayudan al individuo a soportar una

realidad afirmada de conflictos emocionales y contradicciones sociales. (Cf.

Montoya, 2001, 8)

La fantasía como elemento principal de la literatura infantil, es una de las

facultades del pensamiento creativo, es un elemento de motivación, ya que,

puede ofrecerle al niño la oportunidad de nuevos puntos de vista logrando una

comprensión de la obra a partir de la experiencia interior de cada cual.

La fantasía que emerge de lo concreto a lo abstracto, hace que el niño invente y

modifique su entorno. Una de las constantes del poder de la fantasía es que los

niños, mejor que nadie, gozan con las aventuras de la imaginación, con esos

hechos y personajes que los transportan hasta la sutil frontera que separa la

realidad de la fantasía.

Por esta razón la fantasía es un estímulo indispensable para desarrollar la

creatividad del niño. El psicólogo suizo Piaget estaba convencido que el niño

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estructuraba su capacidad y sus conocimientos a partir de su entorno y de sí

mismo. Así cuando el niño escucha un cuento fantástico o de hadas, que trata

sobre algo nuevo, puede aprender y asimilar con la ayuda de sus conceptos y

experiencias anteriores; y para alcanzar una comprensión más profunda y

desarrollar su nuevo concepto, el niño acomoda sus conocimientos nuevos a sus

conocimientos viejos.

Teniendo en cuenta la importancia de la fantasía vemos como otra fuente esencial

para el desarrollo de la enseñanza y aprendizaje son la literatura y la pedagogía,

la cual, debe fomentar la capacidad de generar discursos y crear una conciencia

social a través del lenguaje en su funcionamiento real, tanto en la vida cotidiana

como en el entorno escolar. (Cf. Op.cit, 2004.66).

Por esta razón el objetivo principal de la literatura infantil, cuyos cuentos

populares, relatos de aventuras, rondas y poesías, le ayudan a recrear y potenciar

su fantasía a los niños, ya que representa una parte importante de la expresión

cultural del lenguaje y el pensamiento; ayudando eficazmente a la formación ética

y estética del niño, al ampliarle su sensibilidad y abrirle las puertas de su fantasía.

Así que las obras literarias preferidas por los niños son los cuentos fantásticos,

que narran historias donde los árboles bailan, las piedras corren, los ríos cantan y

las montañas hablan. Los niños sienten especial fascinación por los castillos

encantados, las voces misteriosas y las varitas mágicas.

• Intencionalidad de la literatura infantil

De acuerdo con todos estos aspectos para que la literatura infantil sea apreciada

por los niños como es necesario tiene que estar fijada en el lenguaje infantil, y que

el escritor que quiera acercarse a los niños por el camino del arte debe

interiorizarse en el desarrollo idiomático de estos. Si se parte del criterio de que el

pensamiento y el lenguaje del niño son diferentes a los del adulto, entonces es

lógico que el escritor tenga que esforzarse por entender al niño, informándose

como este interpreta y experimenta su mundo cognoscitivo.

25

26

Para que el niño pueda decir que el cuento o poema infantil es de su agrado tiene

que mostrar una interpretación de sus sentimientos. Cabe recordar aquí autores

de literatura infantil como: Lewis Carrol con Alicia en el país de las maravillas. Con

un lenguaje sencillo, imaginativo y adecuado a la Psicología infantil. Muestra que

su obra se caracteriza por una gran intensidad lírica, una gran capacidad de

penetración psicológica, frente al egoísmo, exaltando amor puro y heroico. A su

vez muestra la leal sinceridad, la verdad de los corazones sencillos, el triunfo

sobre las malas influencias. También hay un cierto ideal democrático por su

sensibilidad ante las injusticias y su simpatía por los humildes, también

encontramos un tono de crítica social.

Otro autor donde los valores educativos se ven reflejados en sus historias

fantásticas es el escritor Collodi con su obra Pinocho. Esta obra reúne la

fascinación de los cuentos de hadas y del relato de aventuras, y mantiene el

equilibrio entre la fantasía y la realidad.

En cuanto a la pedagogía, perfila el proceso de maduración del sujeto. La

conquista de la libertad se lleva a cabo con la superación del principio del placer y

la asunción del principio de realidad. La educación se realiza por experiencia

personal. Los valores más relevantes que Collodi en su obra nos muestra son que

el niño aprende a orientar su comportamiento y su conducta, así como

generosidad y desinterés. Por parte del papel que desarrolla los adultos en esta

historia es de gran importancia exaltar el trabajo pero también a la sabiduría y

experiencia del anciano.

Por esto en la actualidad editores, psicólogos y pedagogos, coinciden en señalar

que la literatura infantil sea reconocida como tal, y que los escritores que dedican

su talento a los niños dejen de ser considerados escritores mediocres o

fracasados.

Bruno Bettelheim a través de sus investigaciones de los cuentos de hadas

observa y afirma que este tipo de textos destinados a los niños debe ayudarlos a

solucionar sus angustias y conflictos emocionales. De esta manera el niño podrá

26

27

distinguir muy bien la realidad del mundo y su juego, creando un mundo fantástico

y tomándolo muy en serio, sintiéndose íntimamente ligado a el aunque sin dejar

de diferenciarlo de la realidad. En muchas ocasiones el niño juega a ser mayor

imitando en el juego lo que de la vida de los mayores ha llegado a conocer, pero

no tiene motivo alguno para ocultar tal deseo, como ocurre con el adulto que se

avergüenza de sus fantasías porque las considera propias de un infantilismo,

pues esta sujeto a las normas lógicas y racionales de su entorno.

• Literatura y formación de valores

Desde hace no mucho tiempo atrás ha tomado fuerza excepcional, dentro del

campo de los libros para niños y jóvenes, un discurso sobre el que quisiéramos

abrir la reflexión en esta oportunidad. Nos referimos a la llamada "educación en

valores" a través de los textos literarios.

Quisiéramos preguntarnos por esta necesidad de mostrar valores a través del arte

y la literatura para niños. Ya que esta ha sido influenciada por diversos ámbitos

como el pedagógico, el editorial, los medios de comunicación e incluso el poder

político.

El problema de la formación de valores y de las ideologías humanísticas, esta

asociado con la concepción de literatura ya descrita anteriormente. Pues la

literatura como poesía, arte, lenguaje y concepción del mundo cumple un papel

primordial en la formación integral de los niños, lo que indica una pedagogía rica

en orientaciones y perspectivas.

Como bien dice Alfonso Cárdenas Páez “la literatura expresa el sentido de la

totalidad inmanente y transcendida y es generadora de valores vitales para la

existencia humana” (Op.cit.2004, 109). Puesto que los textos literarios nos

proponen personajes y situaciones que por sobre todas las cosas, dan testimonio

de vida como lo hacen por ejemplo, los textos del mismo Roald Dalh o Perrault.

Los cuales en muchas ocasiones dirigen al lector diciéndole cómo debe pensar el

mundo y a sí mismo, y qué debe hacer para cambiarlo.

27

28

En nuestros días a casi nadie se le ocurriría enseñar valores a través de la

literatura para adultos. Sin embargo no sucede lo mismo con el arte y los libros

para niños. Por lo anterior, podemos afirmar que la literatura infantil se concentra

en los valores de convivencia y las diversas formas de comprender el mundo y de

comunicarse sin restricciones con los demás. De esta manera contribuye a

desarrollar la conciencia moral y la autonomía de los niños en diferentes ámbitos

y situaciones a las que se enfrenta en su diario vivir. Ya que los valores éticos

como afirma Cárdenas “pertenecen a comportamientos sociales donde

encontramos los límites de la libertad personal y aceptamos la presencia de la ley”

(Op. Cit. 2004, 116).

Para concluir y luego de reflexionar sobre la literatura y la formación en valores

podemos decir, la literatura, no debe únicamente preocuparse por estimular el

talento creativo o ser medio para desarrollar la capacidad de apreciación. Su real

interés esta en la educación para el desarrollo de la dignidad humana y para el

ejercicio de la libertad. En síntesis, “la literatura debe servir para educar

estéticamente en y para la libertad” (Ibit. 43).

28

29

3. ¿EXISTE ALGUNA RELACIÓN ENTRE CONFLICTO Y VIOLENCIA?

• ¿Cómo se define el conflicto?

El hombre, es un ser social por naturaleza y la vida social que lleva desencadena

un gran número de conflictos. Castells (1998), especifica que "el conflicto en sí

es un estado normal de la sociedad y de las relaciones interpersonales”.

El conflicto por lo tanto es innato a la condición humana, y por ende al

comportamiento; el conflicto es como elemento propio e inseparable de las

relaciones entre las personas y los grupos, en estas relaciones se manifiestan

contradicciones, enfrentamientos a causa de los diferentes intereses, creencias e

ideologías que potencian al hombre como ser capaz de articularse consigo mismo

y con los otros; lo cual le permite moverse en organizaciones sociales y culturales

que le sirven como marco regulador de relaciones, las cuales pueden ser

modificadas en función de buscar las mejores condiciones para cada uno.

En éste contexto resulta interesante, lo expuesto por Álvarez y Rodríguez

(2002,17) quienes indican acerca del comportamiento del individuo en situaciones

de conflicto, lo siguiente:

“La conflictividad se produce cuando hay un choque de intereses o cuando dos

o más personas compiten por objetivos o recursos que son percibidos como

incompatibles. Estos choques o disputas,... se pueden abordar mediante

fórmulas de mediación para llegar a alcanzar puntos de acuerdo...”

• ¿Quiénes componen el conflicto?

El conflicto considerado como una situación donde se manifiesta un desacuerdo

de necesidades, intereses, propósitos y objetivos percibidos como incompatibles

por las partes involucradas, genera manifestaciones con diferentes grados de

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intensidad. En estas diversas manifestaciones, lo relevante en todo caso es que

las acciones para lograr los objetivos, se deriven de los intereses donde existen

concordancias y sean canalizadas a través del uso de métodos que permitan el

logro de acuerdos aceptables y positivos para las partes.

En la iniciación y resolución de conflictos participan dos agentes muy importantes

a diferenciar; por un lado esta el agresor y por el otro esta la víctima, pero hasta

que punto uno y otro tienen y cumple su respectiva función.

Para referirnos a las características de cada uno de los componentes del conflicto

citamos a Isabel Fernández2 quien hace una caracterización bien clara de cada

uno de ellos. Por un lado tenemos a la persona que padece daño por culpa de

otra, a esta la llamaremos víctima, pero como aclara Fernández hay diferentes

tipos de víctimas entre ellas tenemos la víctima típica, es aquella persona que

padece de miedo y es infeliz, tiene baja autoestima, tiene posibles fracasos

escolares, tiende a ser depresiva, no se comunica ni se relaciona con los demás y

algo muy frecuente le falta mucha seguridad. Otro tipo de víctima es la víctima

agresor quienes son físicamente más fuertes que las víctimas típicas, se les

provoca con facilidad y provocan a los demás, generan relaciones de ataque

defensa, poder, sumisión y actúan bajo la mentalidad de “me atacas” “yo ataco”,

pero como afirma Olweus tiene un temperamento débil. (Cf. Fernández, 1999,54)

Por otro lado tenemos a la persona que hace daño que puede ser física, verbal o

psicológicamente a quien llamaremos agresor dentro de las características que

este posee tenemos que goza de mayor popularidad, en muchas ocasiones

impone respeto o miedo, cree que puede ejercer el abuso del poder a través de la

agresión, justifica sus actos por la provocación de los otros, es una persona que

debe desarrollar habilidades sociales para convivir socialmente, necesita

entrenamiento en control de la ira, desarrollo de la empatía y autocontrol, su

temperamento es agresivo e impulsivo. (Ibit. 1999,58)

2 En su obra presenta varios ítems a tener en cuenta en la resolución de conflictos en el ambiente escolar, lugar que en nuestros días este es un espacio donde se genera más violencia entre jóvenes.

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- Relaciones entre conflicto y violencia Como ya mencionamos anteriormente los conflictos se representan una situación

de tensión, la cual, es frecuentemente acompañada por sentimientos de rabia,

impotencia, pena, entre otras; no necesariamente van acompañados de agresión

entre las partes. El surgimiento de reacciones violentas es más probable cuando

los conflictos no son abordados a tiempo o son resueltos por la vía del poder,

imponiéndose el más fuerte sobre el más débil.

Es aquí donde viene a jugar un papel importante el llamado Bullying palabra que

se refiere a una acción en la que un individuo es agredido ya sea física, verbal o

psicológicamente. (cf. Fernández, 1999, 39)

Algunas situaciones cotidianas de la escuela que pueden llegar a ser violentas

como por ejemplo:

• Las bromas: En la vida cotidiana de la escuela hay siempre bromas

que se hacen entre personas o entre grupos. Sin embargo, cuando

éstas afectan gravemente a las personas que son objeto de

ridiculizaciones y humillaciones, pasan a constituirse en un abuso.

• El juego rudo: Según la edad de nuestros estudiantes, hay siempre

presencia de juegos que conllevan al contacto físico y/o simulación de

una discusión. Si la frontera del juego es sobrepasada, puede

constituirse en una agresión.

• Las normas autoritarias y arbitrariedad en su aplicación: La

ausencia de normas conocidas y consensuadas, así como la falta de

espacios de conversación y diálogo entre jóvenes y adultos, impide que

haya instancias adecuadas para la resolución de los conflictos.

• La discriminación: Las conductas de discriminación y/o marginación

de un estudiante por características físicas, creencias, condición

socioeconómica, étnica, orientación sexual, entre otras, son sin duda

formas de agresión.

En un momento dado, de no llegarse a acuerdos mutuamente satisfactorios,

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estallará en lo que se denomina la crisis del conflicto, la cual suele tener una

manifestación violenta, que generará toda una actividad en si misma. Sin embargo,

puede no ser la crisis el fin último del proceso del conflicto pues este tiene 4 etapas

bien definidas; la primera se presenta cuando se genera el conflicto en si por

diversas circunstancias, la segunda cuando se trata de prevenir, la tercera hay

intervención de agentes externos al mismo conflicto y finalmente la resolución del

conflicto. Estas son las cuatro fases que Fernández cita en su obra.

Así como el conflicto se considera como un proceso que puede llevar bastante

tiempo, su resolución también hay que verla como tal y no como una acción

concreta que acabará con todos los problemas. Se trata también de un proceso

que debe ponerse en marcha cuando el conflicto es sólo contradicción e inicio

de oposiciones para lo cual los sujetos deben estar preparados y convencidos de

buscar soluciones a través de métodos no violentos, dado que un conflicto no

resuelto cuanto más tiempo pase, más difícil será solucionarlo dando así

oportunidad a la violencia.

- Relaciones entre familia y conflicto

Gran cantidad de la literatura y estudios que se han realizado investigan la

influencia de la familia en el niño agresivo o conflictivo y han encontrado que hay

algunos factores que inciden notablemente como:

• La destrucción de la familia: Aspecto que tiene gran influencia en los

comportamientos de los niños pues como afirma varios sociólogos la

familia es la base de toda la sociedad y de sus comportamientos. Y la

ausencia de los padres y la falta de atención por parte de ellos son los

factores que afectan a un individuo en su comportamiento.

• Los malos tratos y la violencia: Por parte de los integrantes de la familia

donde el niño aprende a resolver los conflictos a través del daño físico o la

agresión verbal.

• El poder: Cuando se ejerce sin el derecho al diálogo o a la negociación.

(Cf., Fernández, 1999.45)

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- Relaciones entre escuela y conflicto

Se refiere a situaciones de agresión y abuso que ejerce una persona o grupo

sobre otra, las que se manifiestan tanto en la relación entre adultos, entre adultos

y jóvenes y niños y entre pares. Pueden ser de tipo físico, psicológico, sexual, o

resultado de negligencia. Algunas de éstas pasan desapercibidas en la vida

escolar, ya que hay formas de agresión que por comunes, se han hecho natural

en la convivencia escolar tales como las burlas, el poner en ridículo al otro, el

descalificarlo, la marginación, la indiferencia, el abuso de poder, etc. Sin

embargo, su daño es real, afectando la autoestima y la confianza de quienes

resultan víctimas, dañando el clima de convivencia en la escuela y del aula. Y a

su vez, perjudicando el desempeño profesional de los docentes.

La mayoría de los conflictos en la escuela dependen de los roles que ejercen los

profesores y los estudiantes ya que estos suponen un grado o nivel de

superioridad e inferioridad.

El conflicto puede aparecer a distintos niveles: a nivel verbal (por ejemplo, un

individuo que desea decir la verdad pero tiene miedo de ofender); a nivel

simbólico (cuando se dan dos ideas contradictorias), o a nivel emotivo (una

impresión fuerte causa reacciones viscerales incompatibles con la digestión).

• Luchas de poder

Hay que considerar que las luchas de poder son inevitables porque partimos de la

base que la relación entre adultos y niños no es una relación de igualdad, sino

jerarquizada. Por ejemplo los padres son adultos que sirven como modelos de los

hijos y estos necesitan de esos modelos. Los hijos tienen gran capacidad de

aprendizaje pero muchas veces les falta el sentido común para afrontar

situaciones de la vida diaria. En estos casos, son los padres los que deben poner

límites a la libertad individual para protegerlos.

Además, cuando un padre no tiene autoridad, el hijo la adquiere y llega a

disponerla y usarla. Y lo que es peor, si en la casa no hay autoridad, el hijo intenta

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encontrarla fuera de ella y es ahí cuando buscan líderes individuales que no

siempre ejercen una influencia positiva en los hijos porque se acogen en un

grupo. Una lucha de poder viene a ser un conflicto. Desde el punto de vista del

adulto se muestra que la lucha de poder o conflicto se plantee en casi todos los

casos como algo personal donde tiene que haber un ganador y un perdedor.

- Características de las luchas de poder

La lucha de poder suele convertirse en una reacción, por ambas partes, de

necesidad irracional de controlar al otro. Trae como consecuencia sentimientos

negativos y es difícil llegar a soluciones satisfactorias para ambas partes. Una

lucha de poder genera otras luchas porque produce sentimientos de impotencia y

de pérdida de control. Las luchas de poder no se producen siempre sobre un

tema concreto, el motivo es la falta de poder. Las luchas de poder pueden ser

conflictos menores o acabar en malos tratos físicos. Se hacen habituales en las

relaciones familiares y en casos extremos pueden producir abusos, depresión o

serias disfunciones en el clima familiar y escolar.

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4. UNA LECTURA DE LOS CONFLICTOS DE PODER ENTRE ADULTOS Y NIÑOS DESDE EL MUNDO LITERARIO DE YOLANDA REYES Y ROALD

DAHL.

En los capítulos anteriores vimos el devenir histórico de la literatura infantil, en

relación con la moral y su vinculación con la escuela. en este apartado queremos

mostrar un tema que en la actualidad es de gran importancia y que autores de

gran reconocimiento como lo es Roald Dahl y Yolanda Reyes muestran al público

no solamente infantil sino al adulto por medio de sus obras, una reflexión en la

"educación en valores" y como la falta de estos provocan un conflicto de poder

entre los adultos y los niños reflejado a través de la literatura.

Pero partamos por saber que se entiende por conflicto de poder entre adultos y

niños. Un conflicto de poder se produce cuando alguien cree que ha perdido

autoridad y quiere recuperar la sensación de control. Los niños plantean luchas de

poder cuando no se les permite tomar decisiones y ponerlas en práctica con sus

propios recursos.

Al conocer que es el conflicto de poder, podemos ver que es un tema importante

dentro de la literatura infantil, ya que es un tema actual que esta afectando la

convivencia tanto escolar como familiar al ver esto, en nuestra exploración

pudimos observar que autores actuales como Roald Dahl y Yolanda Reyes

muestran un mundo infantil donde el desequilibrio en las relaciones de poder

representados por los adultos dominantes y los niños dominados pero con la

diferencia que las historias de estos autores muestran finales donde casi siempre

el niño gana y el adulto injusto recibe su merecido.

En el proceso de análisis de las obras de Dahl y Reyes encontramos aspectos en

común o puntos de contacto que explicaremos más adelante. Por ahora

queremos mostrar quienes son ellos.

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Empecemos por el escritor Roald Dahl (1916-1990) nació en Llandaf, un pueblo

del país de Gales, en el seno de una familia acomodada de origen noruego. A los

siete años fue internado en un colegio inglés donde sufrió el rígido sistema

educativo británico que reflejaría en algunos de sus libros entre ellos: Danny el

campeón del mundo, El dedo Mágico y Matilda y un libro autobiográfico títulado

Boy.

Roald Dahl es uno de los escritores más innovadores de literatura infantil según

algunos el más importante escritor para niños del siglos XX. También lo reconoce

Yolanda Reyes, escritora y profesora colombiana. Entre sus libros para niños

sobresale El terror de sexto “B”, Premio Noveles Talentos, Fundalectura, 1994; y

Los años terribles. Esta escritora, decidió escribir al público infantil, cuando leyó

Las brujas de Roald Dahl donde descubrió que la literatura infantil era un oficio

muy serio y que un libro para niños podía ser sorprendentemente malvado y

trasgresor (Cf. Martínez, 2006, 7)

A mediados de los ochenta Yolanda Reyes trabajo en la Fundación Rafael Pombo

allí compartía sus días con niños que no iban a la escuela o no sabían leer, con

niños de la calle y con estudiantes que habían sido expulsados de sus colegios.

Fue entonces donde descubrió que los niños consultaban los libros que estaban

llenos de ilustraciones y colores de monstruos y extrañas ciudades creadas por

autores maravillosos como Roald Dahl, Gianni Rodari, entre otros que la

inspiraron en su oficio como escritora.

“El descubrimiento de esos libros me hizo pensar que escribir para niños era un oficio muy serio;

que había autores que lo abordaban con la misma calidad y rigor como se aborda la escritura para

adultos, y pensé: yo tengo cosas para contar y sentí un gran afán por escribir”.

(cf. Martinez. 2006, 18)

Algo similar ocurrió cuando Roald Dahl, incursiono en la literatura infantil ya que

estuvo motivado por escribir cuentos para niños cuando narraba historia a sus

cuatro hijos. Roald Dahl, llego a escribir seis libros para grandes, más de una

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docena de novelas para el publico infantil, sus primeras fueron James y el

melocotón gigante (1961) y la última fue la historia de Matilda (1988). (Cf. Eslava,

2001,46.)

PUNTOS DE CONTACTO ENTRE LOS AUTORES.

Tenemos suficientes argumentos para mostrar como se presentan las luchas de

poder entre adultos y niños en los relatos infantiles de Dalh y Reyes a través de

una serie de aspectos recurrentes:

Estos aspectos en común son:

Una concepción moderna del niño en la literatura.

Conflictos de poder entre el niño y el adulto en la literatura infantil de Dahl

y Reyes.

Universo mundo-niño, mundo-adulto.

Una concepción moderna del niño en la literatura

Uno de los aspectos recurrentes en este análisis es la concepción que se tiene

del niño, por eso es importante retomar algunas teorías psicológicas que se han

tenido a lo largo de la historia. Mostrando dos aspectos relevantes, por un lado el

desarrollo psicosocial del niño y por otra la concepción del niño en la literatura.

La infancia, ese paso natural y necesario en el desarrollo humano, ha tenido

históricamente diversas interpretaciones, que evidencian el trato hacia los niños

tanto en el hogar como en la sociedad. Así, los niños han sido vistos de diversas

maneras: como seres ingenuos, como adultos en miniatura, como seres sin valor

y pasivos, hasta lograr ser entendidos como sujetos sociales de derecho.

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A continuación, se presenta resumidamente, la información sobre los conceptos

referidos a los niños:

- Visión de los niños a través de la historia:

La forma como las diversas culturas ven a los niños, ha marcado las relaciones

sociales y la socialización del niño al interior de la familia. Sobre la base de los

estudios existentes presentamos a continuación una secuencia sobre la

concepción del niño en la historia:

• El niño como adulto pequeño siglo XVI

En esa época, se consideraba que los niños eran capaces de adoptar la misma

conducta de los adultos en la sociedad, la diferencia se refería al tamaño físico y a

su nivel de experiencia.

La concepción del niño como adulto en miniatura persistió en sociedades donde a

los niños no se les llevaba a la escuela. Los niños dormían junto con los adultos,

usaban la misma ropa, trabajaban y hasta se divertían con los mismos juegos.

• El niño como ser ingenuo siglo XVII

La niñez era vista como un estado de pureza e inocencia, se afirmaba que Los

niños venían del cielo y de los seres angelicales que rodean al trono de Dios y por

ello se creía que el pecado no los había tocado, tampoco la corrupción. Había una

idea que el niño tenía una bondad esencial.

Era considerado también, como el salvador del adulto porque lo guiaba a una

tierra de luz y calma, lejos de la destrucción amenazante. Sin embargo, eso llevó

a actitudes de castigo y maltrato, porque en esa visión estaba implícito que el

niño era un salvaje que hay que “domesticar”.

• Seres sin valor y pasivos 1693

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Locke define que el niño es como una pizarra en blanco donde no hay nada

escrito y por lo tanto ni es malo, ni posee conocimientos innatos, sólo aprende a

través de las experiencias sensoriales.

Postulaba, que la educación debía formar al niño para que sea una persona

educada, siendo el ideal la imagen del caballero, por ello la educación moral era

de mayor importancia que la adquisición de conocimientos o habilidades. Esta

visión reflejaba que el adulto era quien decidía lo que el niño tendría que ser.

Esta teoría considera que el niño será moldeado por los hábitos, las pasiones, los

ideales de aquellos que lo rodean y que va ser impresionado para bien o mal, por

todo lo que ve o escucha.

Se creía que los padres debían imponer hábitos y reacciones rutinarias a la vida

para asegurar su éxito eterno y darle múltiples impulsos o estímulos. Ello explica,

el largo período de dependencia de los infantes a los padres.

• El niño como sujeto social de derecho (Siglo XX)

Con el surgimiento de la Convención por los Derechos del Niño, en los años 50,

se logra que se considere al niño como un ser social con derechos y deberes.

Establece que la sociedad y el Estado deben brindarle la protección, educación y

atención para la satisfacción de sus necesidades básicas y para el logro de su

bienestar integral.

• Relaciones entre el contexto social y familiar en la infancia en la sociedad contemporánea

Quienes han tenido contacto con el mundo de la infancia en los últimos tiempos,

pueden ver que nuestra generación ha presenciado un cambio trascendente en el

plano del deber ser referido a la infancia. Tanto en el nivel axiológico como en la

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aprobación por Naciones Unidas de la Convención Internacional de los Derechos

del Niño en 1989 ha marcado, un antes y un después en la forma cómo vemos y

atendemos a la infancia ya que, como su principal objetivo es Lograr que los niños y niñas sean sujetos de derecho y por ello existan como categoría social.

− La familia como apoyo en el proceso de humanización de la infancia.

La concepción del niño del siglo XX, muestra a la familia como generadora en

cuanto a valores y construcción en la personalidad del niño, y su principal objetivo

es ser un agente de socialización. Analicemos muy brevemente este aspecto

desde la centralidad de la familia, su responsabilidad y el ensayo de sus deberes

y derechos.

Socialmente los niños de hoy están siendo formados por una interacción además

inevitable de medios masivos de comunicación, como lo son: el Internet, la

televisión, el cine, la prensa, los medios escritos, etc.

Es así que, la familia ha dejado de ser la única formadora y socializadora, como

lo era en otras épocas de la historia, es porque el rol de la familia y en general el

contexto donde el niño esta presente debe ser fortalecido y reevaluado, ya que

ante el reconocimiento de los derechos a la niñez en la actualidad es aprender a

ver a los niños como sujetos de derecho. Y mostrar que reto fundamental para la

sociedad en la actualidad es retomar la centralidad de la familia en la esfera social

como transmisora de valores y aptitudes para el desarrollo

- Desarrollo infantil según Vigotsky

Algunos conceptos tomados de la Psicología sociocultural que han inspirado

teóricamente nuestra investigación, y en especial la teoría de Vigotsky. Donde el

conocimiento en el niño se construye en situaciones sociales y de esta forma

demuestran que son desarrolladas de acuerdo con patrones culturales e

históricos, y que se concretan en escenarios como son la escuela y la familia, ya

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que estos contribuyen en función de las metas personales de todo individuo. Es

así como se forma la realidad y es explicada de acuerdo con la teoría de la

Psicología Cultural, tal como acabo de señalar, tiene sus raíces en los trabajos de

Vigotsky.

• Contexto, escenarios educativos y actividad humana Es difícil negar que educación y cultura sean conceptos indisociables de la

actividad humana, al menos cuando se exploran considerando que la

construcción del conocimiento humano no puede reducirse a procesos que

realizan los individuos con independencia del contexto en que se desenvuelven.

Pero, ¿qué significa entender a la familia y a la escuela como contextos

educativos en los que niños, niñas y personas adultas construyen el

conocimiento? Nos detendremos un momento en la noción de contexto para

precisar el sentido que adquiere en nuestro trabajo donde se entiende, ante todo,

como un contexto social.

De esta manera, el contexto social consiste en definiciones compartidas de la

sociedad y en las acciones sociales que las personas llevan a cabo, a partir de

estas situaciones. Dichos entornos pueden cambiar de un momento a otro. Con

cada cambio el papel de los individuos se redistribuye en el marco de las

relaciones sociales de forma que se producen diferentes formas de acciones

concertadas.

• Los escenarios educativos como sistemas de actividad

Es por esto que es importante, asumir que los escenarios educativos son

sistemas de actividad donde niños y niñas adquieren los patrones más propios de

su comunidad. En ningún momento pretendemos hacer un análisis exhaustivo de

este concepto, nos referiremos brevemente a él para enmarcar teóricamente

nuestro trabajo. Así podemos ver que los escenarios de actividad son

inseparables del concepto de cultura en cuanto que son ellos los que constituyen

el entorno en que vivimos los humanos y, en este sentido, la idea es que el

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entorno biológico prehumano se convierte poco a poco en un entorno cultural

donde las actividades se construyen como procesos socialmente mediados de

esta forma el sistema cultural debe plantear conflictos al niño y proporcionarle

recursos, sistemas mediadores para resolverlos, para sacarle de su línea natural y

lograr su desarrollo cultural ( Vigotsky,1930 pag 26).

Es por esto que en la teoría, Vigotsky distingue aspectos de la experiencia

humana como la historicidad, o la actividad social. La conciencia se construye

desde fuera, en las relaciones con los otros.

“El desarrollo de los procesos de abstracción, que ocurren sólo en el proceso de crecimiento infantil y en el desarrollo cultural, está unido al comienzo del uso de instrumentos externos y a la elaboración de formas complejas de conducta” (Luria y Vigotsky, 1992/1930, p. 142).

Lo mencionado anteriormente nos quiere decir, que la cultura implica un sistema

funcional en el que se participa y que proporciona el marco, el motivo y las

herramientas para construir las funciones culturales básicas. A partir del concepto

de sistemas de actividad, Vigotsky ve la historia del desarrollo como la

construcción de sistemas psicológicos, que interactúan con ellos, de modo que

se permite el enriquecimiento de dichos sistemas por modos de acción artificial y

cultural desarrollados históricamente.

Por esta razón, nos detendremos ahora en los procesos de relación social que

están presentes en los escenarios educativos. Donde la escuela, adquiere un

especial significado porque a partir de ella el niño puede ser participe y así

aprender a dominar funciones y conocimientos que no sabe y no puede manejar

sólo (Álvarez, 1996).

En relación con las conocidas aportaciones de Vigotsky, en este aspecto, vemos

como el niño está condicionado no sólo por la capacidad biológica sino también

por las tradiciones históricas en las que la cultura envuelve al niño. Las prácticas

cotidianas adquieren, por tanto, un papel decisivo para explicar el proceso que

lleva el desarrollo infantil. En ellos están presentes dimensiones afectivas y

cognitivas y se observa, además, cómo la vida cotidiana de niños y niñas está

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43

determinada por ciertas actividades y tradiciones en cada uno de ellos. Es por

esto que la tradición crea un soporte emocional y favorece, sobre todo, las

relaciones con los padres. En un segundo momento el jardín de infancia y la

escuela son tradiciones institucionalizadas que determinan las actividades

dominantes en la vida infantil.. en cuanto que, en cada uno de ellos, existen

etapas cambiantes que proceden del contexto social.

De esta forma, la vida del niño es entonces un proceso de intercambio de roles y

de desarrollo fortalecido por sus experiencias con el entorno cultural. Los niños y

las niñas crean y construyen el mundo social y se comprometen a sí mismos en

sus actividades. ( Elkonin, 1980).

Es así que, las relaciones entre lo que niños y niñas aprenden en la escuela y

fuera de ella. Según Vigotsky tiene estrecha conexión con un contexto social

cultural e institucional (John-Steiner, Wandekker, y Mahn, 1998). El niño o la niña

han de aprender una conceptualización del mundo, que no es espontánea en el

sentido de asocial sino que está siendo canalizada por otras personas, de forma

que gradualmente va aproximándose al pensamiento conceptual del adulto.

De acuerdo con esto, Vigotsky, nos dice que la escuela es un sistema coherente

(Vigotsky, 1934/87; Vigotsky, 1978/1986). Ayudando, al niño a la adquisición de

nuevos conceptos científicos como lo categoriza este autor, y así el niño poder ser

consciente de ellos y poder usarlos explícitamente.

Por el contrario, los conceptos cotidianos son el resultado de la interacción del

niño con su entorno, social y natural, no constituyen en su mente un todo

coherente, no se usan de modo consciente o deliberado y son ricos en

connotaciones experienciales. Idealmente el cambio conceptual estaría apoyado

en ambos. El concepto científico estaría apoyado en el cotidiano que, a su vez, se

vería transformado por una comprensión más profunda, incluso por una

transformación.

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De acuerdo con esta teoría de Vygotski, se asumen cuatro puntos básicos en

relación con la noción de concepto científico:

Existe una comprensión de la realidad que va más allá de la que está presente en

el conocimiento cotidiano, ello conduce a una concepción en cuanto que sería la

ciencia la que gradualmente se aproxima a la verdad, dicha comprensión puede

ser expresada en conceptos científicos; Vigotsky concedió gran importancia a la

necesidad de articular el conocimiento de forma que pueda ser explícitamente

mantenido y definido, dicho conocimiento debía ser personal aplicándolo en la

práctica; esos conceptos deben ser enseñados en la escuela, de forma directa por

los maestros, ello supone que Vigotsky apoya mucho menos que Piaget el

aprendizaje por descubrimiento; los conceptos científicos deben ampliar sus

dominios a otros diferentes de los que inicialmente se adquirieron, ello nos

conduce al problema de la transferencia del conocimiento de unos contextos a

otros.

Pero hemos de reconocer que si en un el plano teórico es fácil comprender la

necesidad de que niños y niñas establezcan relaciones entre los conceptos

científicos y cotidianos, las cosas no resultan tan sencillas en el contexto de la

escuela o en la familia. Esas dos formas de conocimiento a las que acabamos de

referirnos no siempre se complementan cuando niños y niñas tratan de

comprender el mundo que les rodea. Es en este contexto donde, en un momento

dado, pensamos que la escuela podrían contribuir a relacionar conocimiento

científico y cotidiano.

Por esto Vigosky, por medio de su teoría del desarrollo infantil, insiste en la

importancia de que una la escuela contribuya a facilitar a niñas y niños la

capacidad de lograr de forma significativa un pensamiento descontextualizado, es

decir, de trascender los límites que impone al conocimiento humano un espacio y

un tiempo concreto.

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- Psicología Infantil La pedagogía infantil estudia el comportamiento de los niños desde el nacimiento

hasta la adolescencia, que incluye sus características físicas, cognitivas, motoras,

lingüísticas, perceptivas, sociales y emocionales.

Los psicólogos infantiles intentan explicar las semejanzas y las diferencias entre

los niños, así como su comportamiento y desarrollo, tanto normal como anormal.

También desarrollan métodos para tratar problemas sociales, emocionales y de

aprendizaje, en escuelas, y otras instituciones.

Los diversos aspectos del desarrollo del niño abarcan el crecimiento físico, los

cambios psicológicos y emocionales, y la adaptación social. Muchos

determinantes condicionan las pautas de desarrollo y sus diferentes ritmos de

implantación.

• Formación de la personalidad

Las teorías de la personalidad intentan describir cómo se comportan las personas

para satisfacer sus necesidades físicas y fisiológicas. La incapacidad para

satisfacer tales necesidades crea conflictos personales. En la formación de la

personalidad los niños aprenden a evitar estos conflictos y a manejarlos cuando

inevitablemente ocurren. Los padres excesivamente estrictos o permisivos limitan

las posibilidades de los niños al evitar o controlar esos conflictos.

Una respuesta normal para las situaciones conflictivas es recurrir a los

mecanismos de defensa, como la racionalización o la negación (por ejemplo,

rechazando haber tenido alguna vez una meta u objetivo específico, aunque sea

obvio que se tuvo). Aunque todos hemos empleado mecanismos de defensa,

debemos evitar convertirlos en el único medio de enfrentarnos a los conflictos. Un

niño con una personalidad equilibrada, integrada, se siente aceptado y querido, lo

que le permite aprender una serie de mecanismos apropiados para manejarse en

situaciones conflictivas.

• Relaciones familiares

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Las actitudes, valores y conducta de los padres influyen sin duda en el desarrollo

de los hijos, al igual que las características específicas de éstos influyen en el

comportamiento y actitud de los padres.

Numerosas investigaciones han llegado a la conclusión de que el comportamiento

y actitudes de los padres hacia los hijos es muy variada, y abarca desde la

educación más estricta hasta la extrema permisividad, de la calidez a la hostilidad,

o de la implicación ansiosa a la más serena despreocupación.

Estas variaciones en las actitudes originan muy distintos tipos de relaciones

familiares. La hostilidad paterna o la total permisividad, por ejemplo, suelen

relacionarse con niños muy agresivos y rebeldes, mientras que una actitud cálida

y restrictiva por parte de los padres suele motivar en los hijos un comportamiento

educado y obediente. Los sistemas de castigo también influyen en el

comportamiento. Por ejemplo, los padres que abusan del castigo físico tienden a

generar hijos que se exceden en el uso de la agresión física, ya que precisamente

uno de los modos más frecuentes de adquisición de pautas de comportamiento es

por imitación de las pautas paternas (aprendizaje por modelado).

• Relaciones sociales

Las relaciones sociales infantiles suponen interacción y coordinación de los

intereses mutuos, en las que el niño adquiere pautas de comportamiento social a

través de los juegos, especialmente dentro de lo que se conoce como su 'grupo

de pares' (niños de la misma edad y aproximadamente el mismo estatus social,

con los que comparte tiempo, espacio físico y actividades comunes). De esta

manera pasan, desde los años previos a su escolarización hasta su adolescencia,

por sistemas sociales progresivamente más sofisticados que influirán en sus

valores y en su comportamiento futuro. La transición hacia el mundo social adulto

es apoyada por los fenómenos de liderazgo dentro del grupo de iguales, donde se

atribuyen roles distintos a los diferentes miembros en función de su fuerza o

debilidad. Además, el niño aprende a sentir la necesidad de comportarse de forma

cooperativa, a conseguir objetivos colectivos y a resolver conflictos entre

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individuos. La conformidad (acatamiento de las normas del grupo social) con este

grupo de pares alcanzará su cuota máxima cuando el niño llegue a la pubertad, a

los 12 años aproximadamente, y nunca desaparecerá del comportamiento social

del individuo, aunque sus manifestaciones entre los adultos sean menos obvias.

Los miembros de los grupos de pares cambian con la edad, tendiendo a ser

homogéneos (del mismo sexo, de la misma zona) antes de la adolescencia.

Después pasan a depender más de las relaciones de intereses y valores

compartidos, formándose grupos más heterogéneos.

Es por esto que el proceso mediante el cual los niños aprenden a diferenciar lo

aceptable (positivo) de lo inaceptable (negativo) en su comportamiento se llama

socialización. Se espera que los niños aprendan, por ejemplo, que las agresiones

físicas, el robo y el engaño son negativos, y que la cooperación, la honestidad y el

compartir son positivos. Algunas teorías sugieren que la socialización sólo se

aprende a través de la imitación o a través de un proceso de premios y castigos.

Sin embargo, las teorías más recientes destacan el papel de las variables

cognitivas y perceptivas, del pensamiento y el conocimiento, y sostienen que la

madurez social exige la comprensión explícita o implícita de las reglas del

comportamiento social aplicadas en las diferentes situaciones tipo.

La socialización también incluye la comprensión del concepto de moralidad. El

psicólogo estadounidense Lawrence Kohlberghas demostró que el pensamiento

moral tiene tres niveles: en el inferior las reglas se cumplen sólo para evitar el

castigo (nivel característico de los niños más pequeños), y en el superior el

individuo comprende racionalmente los principios morales universales necesarios

para la supervivencia social. Hay que tener en cuenta que la comprensión de la

moralidad a menudo es incoherente con el comportamiento real, por lo que, como

han mostrado algunas investigaciones empíricas, el comportamiento moral varía

en cada situación y es impredecible.

- El niño en la literatura

Al establecer una relación entre la Literatura Infantil y la construcción de la

conciencia del niño implica, en principio, anunciar las reglas del juego.

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Indudablemente este juego puede desarrollarse de varias maneras. Por eso, para

que nadie se lleve a engaño, es necesario declarar los modos aquí escogidos

para él.

En primer lugar, se parte de la Literatura Infantil como conjunto «de

manifestaciones y actividades que tienen como base la palabra con finalidad

artística que interesen al niño» (Cervera, 1984,15). La Literatura Infantil intenta

poner ante los ojos de los niños algunos retazos de vida, del mundo, de la

sociedad, del ambiente inmediato o lejano, de la realidad asequible o

inalcanzable, mediante un sistema de representaciones, casi siempre con una

llamada a la fantasía. Y todo ello para responder a las necesidades íntimas,

inefables, las que el niño padece sin saber siquiera formularlas; y para que el niño

juegue con las imágenes de la realidad que se le ofrecen y construya así su

propia cosmovisión. Nótese bien que el niño recibe imágenes -literarias, pero

imágenes de la realidad, no la realidad misma.

• La conciencia como objetivo

Acotados los conceptos de Literatura Infantil y de «construcción de la conciencia»,

según nuestros deseos, hay que hablar de la propia conciencia, ya que se trata de

su construcción en el niño.

Desde el punto de vista psicológico, la conciencia se define como el conjunto de

procesos cognitivos y afectivos que forman un gobierno moral interiorizado sobre

la conducta del individuo.

Si se trata, como es el caso, de conciencia moral, habrá que admitir que es la

misma conciencia psicológica, con la añadidura de la discriminación entre el bien

y el mal y la implicación de la percepción de una obligación moral que se impone

a la persona.

Es curioso que, desde los principios, con el nombre de conciencia moral o de

otros equivalentes, se quiere hablar de algo que no es inútil, sino que actúa en el

ámbito de la conducta y de las costumbres, alimentando la capacidad de juzgar

rectamente.

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• Valores e intenciones

Algunos analistas atribuyen a la Literatura Infantil muchos valores e intenciones.

Los valores se dan en la literatura de forma natural. Casi sin voluntad explícita de

sus autores. Las intenciones implican voluntad consciente del autor, aunque no

siempre sea expresa, y pueden ir desde la enseñanza a la manipulación.

La Literatura Infantil es un medio para fomentar determinados valores nocionales,

actitudinales, morales por encima del valor personal, inexplicable e invaluable que

encierra la Literatura Infantil para cada niño como respuesta a sus necesidades

íntimas.

• La recepción del niño

Estudiar la literatura desde el punto de vista histórico y cultural, sin tener presente

el punto de vista del receptor, en este caso el niño, aboca indudablemente a una

visión parcial de la misma. Sobre todo si se tiene en cuenta que los cuentos de

hadas siguen vigentes para el niño actual, pese a su antigüedad. Y ésta es mucho

mayor que la señalada por la fecha de su nacimiento literario de manos de

Perrault. Por consiguiente, habrá que pensar en la complejidad de la recepción de

la literatura por parte del niño a la vista de la reflexión psicológica y a la vista de la

estética de la recepción.

Para Marisa BORTOLUSSI hace falta precisar la forma en que el niño recibe los

elementos literarios del cuento y de la literatura en general y transforma la

experiencia literaria en experiencia psíquica, y el modo en que esto influye en el

Yo. En cualquier caso, el niño sigue atentamente los cuentos que se le cuentan y

que, por supuesto, no siempre tienen para él el mismo significado que para el

adulto o para otros niños. Cuando un niño tropieza con algún cuento que

responde a alguna de sus necesidades íntimas, se aferrán a él, y pide

insistentemente que se lo repitan una y otra vez, un día y al siguiente, a menudo

con sorpresa y alarma de sus padres, desconocedores de la situación y de las

razones de su aparentemente caprichosa insistencia. Lo fácil es interpretar que

los niños, además de bajitos, son tiranuelos. Pero hay mucho más.

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Le intriga a veces al adulto saber cómo entiende el niño los cuentos. Para Bruno

BETTELHEIM, los cuentos de hadas son «obras de arte totalmente comprensibles

para el niño». Y “como en todas las artes, el significado más profundo de este tipo

de cuentos será distinto para cada persona, e incluso para la misma persona en

momentos diferentes de su vida. Asimismo, el niño obtendrá un significado

distinto de la misma historia, según sus intereses y necesidades del momento”

(1980,25).

El niño se ve a menudo asaltado por angustias, siente necesidad de ser amado,

incluso de ser preferido, y experimenta temores de ser abandonado o no querido.

Hay numerosos cuentos que, directa o indirectamente, apuntan a estas

situaciones concretas. Hoy en día muchos niños no crecen en ámbitos de

seguridad ofrecidos por la familia o comunidad perfectamente integrada. Por eso

es importante proporcionarle al niño actual imágenes de héroes solitarios que

superan todas las dificultades, relatos con final feliz y la victoria del bien sobre el

mal. “El niño siente que el mundo funciona perfectamente y que se puede sentir

seguro en él, únicamente si sabe que las personas malvadas encuentran siempre

su castigo” (Ibit, 32)

No puede escaparse a la observación sagaz que, en el cuento tradicional, la

definición entre el bien y el mal está muy marcada, así como que su coexistencia

está en función de la victoria del bien sobre el mal. Es una forma de iniciar a las

jóvenes conciencias en la aceptación del bien y el rechazo del mal. Cuando la

lucha se establece entre ambas fuerzas, entre ambas realidades de la vida, el

niño observador pasa sus recelos y hasta su sufrimiento psicológico, mientras el

mal se impone momentáneamente, pero disfruta y goza con la victoria completa

del bien sobre el mal. Bruno BETTELHEIM, al confirmar esta situación, asegura

que “el niño realiza tales identificaciones por sí mismo, y las luchas internas y

externas del héroe imprimen en él la huella de la moralidad”

En un análisis superficial de los elementos que participan en la formación de la

conciencia del niño hay que reconocer que intervienen conocimientos y

sentimientos.

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En la edad del cuento hay que distinguir dos fases. En la primera, de los dos a los

cuatro años, el niño requiere cuentos realistas, que son relatos compuestos por

imágenes de su vida cotidiana, relacionadas con los actos de levantarse, asearse,

desayunar, jugar con el osito de peluche. Aquí los cuentos crean conciencia sobre

el mundo próximo al niño que está descubriendo.

Por supuesto que quienes se dedican a la Literatura Infantil deben tener la

humildad de reconocer que hay otros factores que intervienen en la construcción

de la conciencia del niño, pero deben ser bastante lúcidos para valorar las

posibilidades y responsabilidades de la Literatura Infantil.

Los niños son el mensaje vivo que enviamos a una época que no veremos. Desde

la perspectiva biológica, es inconcebible que una cultura olvide que necesita

reproducirse a sí misma. Sin embargo, es muy factible que exista una cultura sin

una idea social de los niños. A diferencia de la infancia, la niñez no es una

categoría biológica sino un concepto social.

Es por esto, que la presencia del niño en la literatura como lo dice Beatriz Helena

Robledo (2002,10) es un fenómeno propio del pensamiento moderno. El niño,

antes de la modernidad, era considerado como un adulto en pequeño, hacía parte

del engranaje de una sociedad y se educaba para ser adulto, para ayudar a

conservar el grupo social al desintegrarse esa cohesión, se vuelca la mirada al

sujeto individual. Dentro de esa concepción empieza a configurarse el niño como

sujeto, como ser real capaz de percibir el mundo de una manera diferente a la del

adulto.

Así es el caso, de la lectura, donde los adultos nos encargamos de “hacer las

presentaciones” entre los niños y la literatura y los libros, porque la literatura tiene

una función social desarrollar valores y formas de vida, recordemos que en los

primeros años de vida nadie deja de responder afectiva y estéticamente a la

palabra y a la narración de historias, pero hacia los ocho o nueve años ya hay

muchos niños que muestra un gusto por historias fantásticas y que representen

sus experiencias de vida.

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De esta forma nos preguntamos, ¿Por qué la literatura es importante para los

humanos y son los adultos los responsables de incorporarla a las nuevas

generaciones?. Es necesario que, partiendo de esta pregunta veamos que a

través de la historia y más exactamente, durante la segunda mitad del siglo XX las

funciones sociales de la literatura han cambiado y su espacio en la escuela ha ido

reduciéndose a favor de la lectura “funcional”, de la enseñanza de la lengua y de

las otras materias curriculares como lo mostrábamos en el capítulo II.

La razón de que la lectura literaria ha pasado a considerarse simplemente uno de

los múltiples “tipos de textos” que los estudiantes enfrentan, hacen que

investigaciones den prueba que la eficacia de la literatura en los aprendizajes

socioculturales, ayudan a la adquisición del lenguaje y su relación con el

pensamiento, y la psicología cognitiva dice que la literatura favorece el acceso de

los niños y las niñas al lenguaje escrito.

Así que podemos ver que una cantidad de estudios que han demostrado que la

lectura de cuentos a los niños inciden mucho en aspectos tales como el desarrollo

del vocabulario, la compresión de conceptos, el conocimiento de cómo funciona el

lenguaje escrito y la motivación de querer leer. ( Cf, Teberosky,2001, 28), ya que

la literatura permite elaborar un modelo mental del mundo mucho más rico y así el

adulto por medio de los cuentos pueden ayudar al niño a explorar su propio

mundo y a recurrir a su experiencia para interpretar los sucesos narrados, de

modo que se fomenta a imaginar historias y a buscar significados que se apropia

del modo humano de razonar, un ejemplo de esto es que el niño tiene el doble de

posibilidades de convertirse en un buen lector si ha vivido esa experiencia

(Colomer,2002,pag11).

El cuento con anécdota literaria llega hacia los cuatro años y mantiene su interés

hasta los siete o los nueve años. Este cuento contribuye a la formación de su

conciencia en el aspecto de sentimientos y valores, puesto que pone a su alcance

la reflexión de conductas que le gustarán o le disgustarán, y provocarán así

admiración o rechazo. Son los modelos o contra modelos que irán impregnando

su pensamiento y ejercitarán el juicio, sin riesgo alguno.

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Es por esto que quienes escriben, Literatura Infantil deben tener la humildad de

reconocer que hay otros factores que intervienen en la construcción de la

conciencia del niño, pero deben ser bastante sutiles para valorar las posibilidades

y responsabilidades de la Literatura Infantil.

Tanto la estética de la recepción como la reflexión psicológica convergen en el

mismo punto ante las respuestas múltiples, cuando el niño entra en contacto con

los textos: «ejercer la experiencia estética consiste esencialmente en asignar un

sentido a las propuestas textuales» (Colomer, 2002,pag19)

Es por esto que la novela moderna para niños, la que leen intensamente entre los

9 y los 12 años, el bien y el mal no aparecen tan esquematizados ni tan

separados como en el cuento, tradicional o moderno. La conciencia del niño, a la

que se le supone mayor discriminación, tiene que afinar mucho más en la

elección. A menudo ésta no puede ser radical. El bien y el mal no están tan

drásticamente encarnados en el protagonista y el antagonista, para decirlo de

forma simplificada. Los mismos personajes, a lo largo del despliegue de su

conducta, tienen rasgos de bondad y de maldad. Y el niño tiene que saber

distinguir y matizar en cada caso o momento, con su aprobación o rechazo

parciales. Su conciencia adquiere perspicacia y responsabilidad.

Según Teresa Colomer, las características generales de lo más significativo de la

actual literatura para niños y adolescentes, se pueden mencionar las siguientes:

Tiene un enfoque educativo, formador de nuevos valores morales y

humanísticos.

Se concibe para un receptor activo, inmerso en numerosas actividades

sociales con un considerable bagaje informativo debido a la acción de la

escuela y de los medios de difusión masiva.

Se propone despertar en su destinatario la creatividad, la participación, la

capacidad crítica; se encamina a la formación de lectores.

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Presencia de una gran variedad de recursos expresivos para establecer

comunicación con su público, así como de un amplio visión temática que

atiende las necesidades e intereses del niño en cada una de las etapas de su

desarrollo.

Empleo del niño como personaje central (y muchas veces como narrador-

protagonista) dentro de buena parte de esta producción, y énfasis en el

tratamiento de lo cotidiano y de la familia como núcleo central de la sociedad.

Utilización de la fantasía como medio para aprehender de manera abarcadora

la realidad en sus más diversas facetas.

Existencia simultánea de varias generaciones de escritores con puntos de

vista que en ocasiones difieren en cuanto a la concepción imaginación y

estética de la obra literaria infantil.

De esta manera, resulta difícil resumir la importancia del niño en la literatura. Pero

entre ellas, cabe destacar, que “pese a las diferencias superficiales, la Literatura

Infantil siempre nace en estrecha relación con una situación socio histórica

determinada. Es decir, se da una correlación entre texto y contexto”.

(Colomer,2002, pág 19).

Por esta razón, los autores de literatura infantil se han dedicado a transmitir al

niño un determinado ideal de mundo y de vida, esto nos hace pensar que, de

acuerdo con este espíritu del discurso persuasivo, el autor intenta instalarse en el

niño como si fuera su propia conciencia, cuando lo que hará verdaderamente libre

y responsable al niño es que él mismo se construya su propia conciencia con el

ejercicio del juicio y de la decisión personal.

La literatura infantil considera que el niño, en contacto con las experiencias

literarias más arriesgadas, no tiene nada que perder; afirmación que no puede

formularse sobre las experiencias personales. Por eso los propios padres tienen

que convencerse de que ya desde «los cuentos de las buenas noches» y desde

«las lecturas de regazo», la literatura nunca es totalmente inútil. Quien le preste

alguna atención, entre otras satisfacciones, tendrá la de estar colaborando a que

los niños construyan su propia conciencia.

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Relacionando la teoría anterior con los textos escogidos para ser analizados

podemos ver que en Matilda por ejemplo Dahl deja deslizar en la voz de su

personaje llamada Matilda una pequeña niña de cinco años, brillante, que devora

clásicos en la biblioteca mientras su madre juega al bingo. Algunas opiniones

personales sobre la literatura infantil y sus autores preferidos colocando en

evidencia que la literatura infantil contemporánea ve al niño como una persona

que puede entender el mundo a través de textos que no fueron escritos para

niños pero que lo ayudan a comprender el mundo de otra manera.

“no sé qué leer ahora- dijo Matilda- ya he leído todos los libros para niños.-querrás decir que has contemplado los dibujos, ¿no?. – Sí, pero también los he leído (…) – algunos me han parecido muy malos- dijo Matilda-. Pero otros eran bonitos. El que más me ha gustado ha sido el jardín secreto. Es un libro lleno de misterio. El misterio de la habitación tras la puerta cerrada y el misterio del jardín tras el alto muro” (1999, 12)

La bibliotecaria le pregunta a Matilda que si solo ha contemplado los dibujos de

los textos infantiles característica de los libros para niños, pero ella contradice

diciendo que no solo ha visto dibujos sino que también los ha leído. Retomando a

Colomer podemos afirmar que los textos pueden ser leídos de diversas maneras,

puesto que cada lector le da diferentes significados. De igual manera apoyadas

en la teoría de Cervera citado en el primer capítulo muchos textos destinados

para niños pueden ser aburridos para ellos ya que nos les brinda lo suficiente, no

les colma sus expectativas.

De igual manera en el siguiente diálogo entre Matilda y la señora Phelps, la

bibliotecaria, podemos aproximarnos a los efectos de la buena literatura en los

lectores y particularmente entre los niños.

“…el señor Hemmingway dice algunas cosas que no comprendo –dijo Matilda-. Especialmente sobre hombres y mujeres. Pero a pesar de eso me ha encantado. La forma como cuenta las cosas hace que me sienta como si estuviera observando todo lo que pasa. – un buen escrito siempre te hace sentir de esa forma_ dijo la señora Phelps-. Y no te preocupes de las cosas que no entiendas. Deja que te envuelvan las palabras, como la música. ..” (13)

Podemos confirmar que la literatura garantiza el desarrollo del individuo,

abriéndole las puertas a la sensibilidad y al entendimiento de nosotros mismo, de

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los demás y de lo que nos rodea. Así como afirma Rocío Vélez que necesitamos

toda la literatura posible en la escuelas; no para subrayar ideas moralejas sino

para emprender la antigua tarea de conocerte a ti mismo y conocer a los demás

(Cf. 1991,49). También contradecimos la teoría dada por Bortolossi, pues

considera solo literatura infantil a “toda producción artística que tiene como base

la palabra y al niño como destinatario o receptor (1984,15) ¿entonces la literatura

que no tenga como receptor al niño no puede ser leída por él?

En nuestros días los niños leen diversos tipos de textos, a causa del contexto en

que viven. Como afirma Vigotsky el conocimiento se construye por la cultura y el

contexto en que se viva. El contexto de los niños del siglo XXI es muy diferente a

al de los niños del pasado ahora están muy influenciados por los medios de

comunicación encontrando mucha información por medio de diferentes recursos,

los niños de este tiempo son poco ingenuos, ya no son pasivos porque lo que les

toca vivir va a un ritmo acelerado al cual se tiene que ajustar al mundo que los

rodea.

Conflictos de poder entre el niño y el adulto en la literatura infantil de

Dahl y Reyes. Como habíamos mencionado en el capítulo tres el conflicto es un elemento propio

e inseparable en las relaciones entre personas y grupos. En este punto haremos

un análisis empleando diferentes categorías a saber.

- Relación familia y conflicto

• Niños como víctima de la opresión de los adultos

Las formas de control a que están sometidos los niños y niñas no se limitan

solamente a lo más llamativo como son instrucciones, reprensiones, recuerdo de

normas básicas etc. Los adultos promueven intensamente formas de auto-control.

Por ejemplo cuando los niños de El Terror de sexto “B” deben permanecer en

silencio mientras el profesor lee un texto. De lo contrario reciben una sanción.

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La tradición y la historia del control infantil también pasa por épocas. Hoy se

habla, quizás menos que antiguamente, de los castigos (que siguen existiendo...).

En nuestra cultura, y por influencia de las ideas freudianas sobre la represión (de

origen sexual), se ha extendido en algunos círculos la idea de que no hay que

reprimir a los niños, que es contraproducente castigarles. En su versión más

extrema, esta ideología ha llevado a algunos a proponer que los niños deben ser

dejados "libres" para organizar su conducta sin casi intervención inmediata de los

padres. Ellos descubrirán por sí mismos las normas y estarán, por tanto, más

dispuestos a acogerse a ellas. La bondad natural de los niños y sus

consecuencias pueden ser duras. Los niños necesitan, como los caminantes o

como los vehículos, "mapas" y también "vías" que faciliten su avance. Los padres,

por su parte, no pueden dar más que las que ellos mismos poseen. En este

sentido su influencia es impositiva. Sin embargo pueden añadir una cláusula a

todo el aparato socializador que manejan: la de que aquello es una propuesta

necesaria para comenzar; que corresponde a cada uno asumir su código de

normas y relaciones a medida que vaya entrando en la vida.

La educación de los hijos requiere autoridad, que no hay que confundir con el

autoritarismo y la arbitrariedad. Uno de los ingredientes de la autoridad paterna es

la de una cierta coherencia de conducta; de ella nace la credibilidad que merecen

y, en último término, su poder de persuasión

Aquí podemos citar lo que ocurre con el padre de Matilda quien impone cosas que

ni siquiera el cumple. “la cena es una reunión familiar y nadie se levanta de la

mesa antes de terminar, pero nosotros no estamos sentados a la mesa – dijo

Matilda- no lo hacemos nunca” (30).

Cabe hacer un comentario sobre la disciplina. La versión moderna de este

despreciado concepto es que el niño su conducta debe estar regida por pautas.

Gran número de pautas están emparentadas con los ritmos individuales y

sociales. Querámoslo o no, estamos imponiendo (sin demasiados

remordimientos) unos ritmos sociales avasalladores a los niños de hoy: horas de

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levantarse, de ir a dormir, de comer, de trabajo escolar, de juego o deporte, etc.

Es importante imprimir un ritmo regular a estas actividades sociales. Es la primera

forma de disciplina. Otra modalidad es la relacionada con los castigos. Hoy

repugna la idea del castigo corporal. No es tanto la modalidad de castigo lo que

cuenta sino el modo con que se imparte y la coherencia personal en la forma de

aplicarlos.

Como podemos apreciar, los personajes en la obra de Dalh no son padres y

madres ideales. Se les ve como autoritarios y negligentes. Es interesante ver

que en Dalh el exceso ya sea de tipo positivo o negativo se castiga duramente.

Encontramos varios ejemplos al comienzo de Matilda, cuando el narrador

describe con ironía como algunos padres están tan deslumbrados por sus hijos.

“Ocurre una cosa graciosa con las madres y los padres. Aunque su hijo sea el ser

más repugnante que pueda imaginarse, creen que es maravilloso. (1999, 11).

Reyes y Dahl crean un mundo donde los niños son víctimas de la opresión de los

adultos. Estos adultos aparecen representados como gigantes que ejercen su

autoridad imponiendo normas sobre qué les está permitido a los niños hacer o

no. “yo soy mayor y tú no; yo tengo razón y tú no”, le dice Trunchbull a Matilda (1997, 112).

En El terror de sexto “B”, en el cuento martes a la quinta hora de clase, Juliana

describe a su profesor de la siguiente manera: “el profesor llega horriblemente

puntual, con su ridículo uniforme y su silbato de domador de circo” (46).

En Matilda a la señorita Trunchbull se le describe casi siempre como un gigante:

“La señorita Trunchbull era sobre todo una mujerona, impresionante........Al mirarla, daba

la impresión de ser una de esas personas que doblan barras de hierro y desgarran por la

mitad guías telefónicas. Su rostro no mostraba nada de bonito ni de alegre. (1999, 83).

Las dimensiones enormes de estos malos de cuento ponen de manifiesto la

posición de superioridad de los adultos y el control que ejercen sobre el niño, pero

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también sirven para enfatizar el éxito de éste que, a pesar de todas las

dificultades, es capaz de sobreponerse y ganarle la partida a la autoridad adulta.

• Conflicto moral y engaño

El desarrollo moral no es lo mismo que educación moral, aunque uno y otra estén

íntimamente ligados. El desarrollo moral lo ubicamos en el núcleo de la persona

pero se realiza en un diálogo constante con su entorno social. El niño, en su

socialización, interioriza el discurso moral de los que le son próximos, un discurso

que es no sólo verbal sino de actitudes y hechos. El dominio moral constituye otro

gran marco interpretativo de la vida social.

Son varios los aspectos que forman parte en el núcleo del desarrollo moral: en

primer lugar, aunque ligado a la socialización en los valores, es obvio que no todo

lo que una sociedad asume como valor es valor moral. En otro lugar se ha dicho

dijo que hay una jerarquía de valores. Los que determinan la moralidad de una

acción ocupan el lugar supremo, son valores preeminentes (Taylor, 1989).

Establecen "distinciones esenciales acerca de lo que es correcto frente a lo

erróneo, lo que es mejor frente a lo peor, lo que es elevado frente a lo abyecto;

distinciones cuya validez no se fundamenta en nuestros deseos, inclinaciones o

elecciones sino que se erigen independientemente de los mismos presentando

modos de ver por los que una acción puede ser juzgada".

En segundo lugar, esta socialización en los valores morales es explícita e

implícita. A los niños se les dan continuamente reglas de comportamiento. Pero,

por debajo de esas reglas ("No quitar a los otros lo que es suyo", "No hacer daño",

"Prestar ayuda al otro cuando lo necesita", "Decir siempre la verdad", etc.)

Hay una concepción de lo que es la naturaleza humana y lo que deben ser de las

relaciones entre humanos. Más allá del contexto en que se pronuncian, tales

reglas proclaman el derecho de propiedad, que todos somos iguales, que las

relaciones sociales se basan en la confianza mutua, que el sufrimiento es

indeseable, etc. Son reglas que definen al hombre como digno de respeto,

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autónomo, vulnerable al sufrimiento, empeñado en vivir una vida confortable y

plena. En este sentido, además de reglas son valores y son metas sociales.

Estos autores centran su atención en las debilidades y la hipocresía de los

adultos. Los adultos son descritos como personas autoritarias que realizan y

justifican su abuso de poder apoyándose en su rol de adultos, pero los niños de

las obras de Dahl y Reyes, hacen exponer las debilidades de los adultos haciendo

ver las acciones que los adultos realizan son en algunos casos contradictorias.

Por ejemplo Matilda pone a su madre en evidencia cuando critica a los niños por

hurgarse la nariz:

“Es una costumbre repugnante si a todos los niños les pusieran supercola.en los dedos, dejarían de hacerlo. - Las personas mayores también lo hacen, mami-dijo Matilda- Yo te vi a ti hacerlo ayer en la cocina. ¡Estoy harta de ti!- exclamo la señora Wormwood enrojecida (1997:36).

En esta situación podemos ver que la madre de Matilda, crea una lucha de poder

cuyo objetivo es no perderla, lo cual hace que las partes enfrentadas en este caso

la madre y la hija sigan en conflicto indefinidamente, pues la madre tiene una

vaga sensación de estar realizado un esfuerzo inútil, porque su hija la ha puesto

en evidencia frente a una situación, donde se desarrollan sentimientos negativos

por parte de la madre. De esta manera podemos ver que los padres que están

inmersos en una lucha de poder, observan en los hijos una característica que no

les gusta de si mismo y desean cambiarla como de lugar. (Cf. Bean, 2003:58).

En otra parte de la historia, Matilda hace caer en cuenta a su padre de lo

incoherente e inmoral de su argumento. El padre de Matilda, se pone furioso

cuando su hija, en vez de estar de acuerdo y alegrase por las artimañas que

utiliza para engañar a los clientes en su negocio de venta de coches de segunda,

se enfrenta a él:

“Es repugnante. Estas engañando a gente que confía en ti. -Si no te gusta, no comas entonces la comida de esta casa -dijo el padre-. Se compra con las ganancias. -Es dinero sucio- dijo Matilda-. Lo odio. Dos manchas rojas aparecieron en las mejillas del padre. -Quien demonios te crees que eres? –Grito-. ¿El arzobispo de Canterbury o alguien así, echándome un sermón sobre honradez? ¡Tú no eres más que un ignorante mequetrefe que no tiene ni la más mínima idea de lo que dice! “ (1999, 27).

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Por el hecho que Matilda una niña de cinco años le reclame a su padre por algo

que el considera repugnante, algo incorrecto la amenaza es que no coma, puesto

que los alimentos se compran con el dinero que le dan los clientes engañados; el

padre se pone aún más furioso ya sea por pena o enojo ruborizándose, la única

solución al problema es maltratar a su pequeña hija para tapar sus faltas.

Claramente, este es un caso de maltrato infantil, el maltrato psicológico en

Matilda es evidente por parte de sus padres y en especial de los malos tratos

que recibe de ellos. De esta manera podemos ver que el maltrato constituyen una

de las manifestaciones o expresiones más frecuentes en la relación entre adulto y

niño. Además cuando Matilda cuestiona a su padre por engañar a la gente que

confía en él, ella a pesar de ser una niña, tiene una reacción clara de engaño,

afianzándola cuando su padre crea una relación de chantaje obligándola a callar

dando justificaciones inválidas para la niña. El padre se ruboriza por dos razones

una porque tiene ira u otra porque le da vergüenza que su hija sepa de los actos

que él comete.

También cuando el padre regaña a Matilda por cuestionar la procedencia del

dinero con el que se compra la comida, muestra una situación donde los factores

socioeconómicos son la causa de la aparición del maltrato. De esta manera

podemos ver como las condiciones sociales y económicas hacen que se cree un

maltrato por individuos en este caso en el ámbito familiar, que pueden dar como

resultado acciones físicas y emocionales, de acción u omisión y que amenazan el

desarrollo normal.

Mami-dijo Matilda-, ¿te importa que me tome la cena en el comedor y así poder leer mi libro? El padre levanto la vista bruscamente-¡Me importa a mi!- ¡dijo acaloradamente-¡la cena es una reunión familiar y nadie se levanta de la mesa antes de terminar!. Pero nosotros no estamos sentados a la mesa- Dijo Matilda- No lo hacemos nunca. Siempre cenamos aquí viendo la tele. -¿Se puede saber que hay de malo en ver televisión?-pregunto el padre. Su voz se había tornado de repente tranquila y peligrosa. (1997:29,30)

Roald Dahl, nos muestra que los adultos no siempre tienen la razón. Son

capaces de las mayores simplezas pero nunca estarán dispuestos a admitirlo.

Matilda es capaz de ver esas flaquezas que sus padres tienen.

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...una niña de cinco años se veía obligada siempre a hacer lo que decían, por estúpido que fuera. Por eso, siempre tenía que tomar una de esas cenas que anuncian en televisión, frente a la espantosa caja. Entre semana se pasaba toda la tarde sola, y cuando le decían que se callara tenía que callarse. (1997:51).

• Niño “estorbo”

La generalización de la existencia de la niñez como estorbo se acuña desde las

confesiones de San Agustín (354-430), cuya teología refiere que el hombre nace

del pecado, por eso el niño es la imagen viva del desliz.

Ello implicó, que muchos niños sean privados del calor hogareño y del afecto

maternal y que sean considerados por la familia como una molestia. El

infanticidio, el aborto, el exilio, el abandono y la crianza por nodrizas, eran

costumbres de la época.

Las nodrizas aparecen en el siglo XIII, se generaliza y democratiza en el XVIII

(todas las capas sociales), las madres dejan la crianza de sus hijos para cuidar la

granja o ayudar al marido en las tareas productivas.

La teología en boga, reforzaba esa actitud despreciativa hacia la infancia,

argumentando que carecen de alma. Esto se evidencia por una ausencia de

literatura sobre infancia, y el desinterés médico por las enfermedades infantiles,

pues la Pediatría como especialidad médica recién surge en 1872.

Los adultos se les describen casi siempre despreciando su papel como padres y

maltratando a sus hijos. Los padres de Matilda como vimos anteriormente,

maltratan a su hija y la ignoran por completo. Además de que Matilda demuestra

todas las características de ser una niña maravilla, sus padres no manifiestan

ningún interés por cultivar esas capacidades al máximo. Al contrario ellos tiene el

concepto de que su hija es ruidosa y charlatana esto se puede apreciar cuando

Matilda con solo un año y medio aprende hablar y a expresarse como un adulto y

el gran interés por la literatura. Lo único que demuestran sus padres es su gran

afán por deshacerse de ella, por esto vemos como a Matilda la dejan sola en la

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casa mientras su padres esta trabajando y su madre esta jugando bingo o en la

peluquería. Otra forma de percibir que los padres de Matilda son personas

irresponsables es cuando Matilda comienza tarde el colegio por que a sus padres

se les olvida inscribirla en la escuela:

“Estoy harto de tus lecturas. Busca algo útil que hacer- con terrorífica brusquedad comenzó a arrancar a puñados las paginas del libro y a arrojarlas a la papelera.

Matilda se quedo horrorizada” (1999,43) En esta situación vemos como el autor sigue describiendo la crisis entre el niño y

sus padres y el excesivo autoritarismo, de esta manera cuando el padre de

Matilda entra en cólera y empieza a despedazar el libro, mostrando una agresión

tanto emocional como física, dando como resultado un maltrato psicológico donde

las agresiones son principalmente críticas mal intencionadas, insultos,

ridiculización, amenazas, exigencias inapropiadas e indiferencia. Creando así en

un daño contra las aptitudes y habilidades de una persona, destruyendo su

autoestima, su capacidad de expresarse y de relacionarse, alterando su

personalidad y en general el desarrollo armónico de sus emociones.

- Relación entre escuela y conflicto

• Luchas de poder Recordemos que considerar que las luchas de poder son inevitables porque

partimos de la base de que la relación entre adultos y niños no es una relación de

igualdad, sino jerarquizada. Por ejemplo los padres son adultos que sirven como

modelos de los hijos y estos necesitan de esos modelos. Los hijos tienen gran

capacidad de aprendizaje pero muchas veces les falta el sentido común para

afrontar situaciones de la vida diaria. En estos casos, son los padres los que

deben poner límites a la libertad individual para protegerlos.

En el universo de Dahl y de Reyes los maestros, los directores de escuela y los

padres, tratan de imponer sus propios criterios, de modo que los niños no tienen

más remedio que acatar las órdenes de los adultos aunque éstas carezcan de

sentido o sean injustas.

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Sin embargo, al final, el niño tenido en cuenta por Dahl y Reyes siempre

consiguen ridiculizar y vencer al todopoderoso adulto. Estos autores demuestran

que la violencia de los mayores hacia los niños es una forma de imponer su

fuerza, su poder y su oposición contra el otro, de tal forma que se maltrate en

algunos casos físico o psicológicamente, mostrando en sus obras que los niños

ven a los adultos como figuras autoritarias que ejercen y justifican su abuso de

poder basándose en la edad, en las actitudes y apariencia física.

Asimismo los maestros y directores de escuela siempre demuestran su poder por

medio de los insultos y el maltrato físico en la escuela, esto muestra que hay una

fuerte oposición entre el mundo infantil y el adulto, una concepción moderna de

respeto al niño, desarrollo de las historias en escenarios familiares y en la escuela

como escenario de convivencia, miremos pues algunos ejemplos que nos

demuestran casos específicos de maltrato en la escuela: un ejemplo muy

ilustrativo de violencia física y verbal que sufren los niños en la escuela ocurre en

Matilda donde la niña protagonista acude a un colegio de nombre muy sugerente,

‘Crunchem Hall’, en inglés un juego de palabras (‘Crunch them all’) que traducido

literalmente viene a significar Aplastadlos a todos, los evidentemente refiriéndose

a los niños. De hecho, es en este libro más que en ningún otro donde las

relaciones de poder entre dominadores y dominados se exploran en mayor

profundidad. En Matilda, casi todos los personajes se encuentran presionados

por un agente de mayor autoridad. Así pues, encontramos conflictos entre

adultos y niños (Matilda y sus padres, Matilda y la señorita Trunchbull) pero

también enfrentamientos entre los propios adultos (la señorita Honey y la

Trunchbull, la señorita Honey y los padres de Matilda).

En Crunchem Hall, los niños tratan de ayudarse unos a otros. Todos aquellos que

sufren el abuso de poder de la directora. La señorita Trunchbull insulta y maltrata

físicamente a Rupert, la directora le coge por las orejas y le levanta varios

centímetros del suelo hasta que éste da con la respuesta correcta y no duda en

lanzar a Julius y a Amanda por la ventana de la clase y por encima de la tapia del

colegio, respectivamente, como castigo por comer caramelos en clase.

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A partir de esto, hemos realizado un análisis de autores que han mostrado por

medio de sus obras el reflejo existente de las luchas de poder entre adultos y

niños, en el caso de la literatura infantil, Roald Dahl y Yolanda Reyes. En ambos

casos estos dos autores han expuesto, una relación de dominante y dominado

que se reequilibra cuando la víctima se rebela, toma el control, y se hace dueña

de la situación.

• Disciplina

La Disciplina es la capacidad de actuar ordenada y perseverantemente para

conseguir un bien. Exige un orden y unos lineamientos para poder lograr más

rápidamente los objetivos deseados, soportando las molestias que ésto ocasiona.

La principal necesidad para adquirir este valor es la Autoexigencia; es decir, la

capacidad de pedirnos a nosotros mismos un esfuerzo "extra" para ir haciendo las

cosas de la mejor manera.

El que se sabe exigir a sí mismo se hace comprensivo con los demás y aprende

a Trabajar y a darle sentido a todo lo que hace. La disciplina es indispensable

para que optemos con persistencia por el mejor de los caminos; es decir, por el

que nos va dictando una conciencia bien formada que sabe reconocer los deberes

propios y se pone en marcha para actuar.

Analicemos ahora otros casos similares en el terror de sexto B, en el cuento un

Árbol terminantemente prohibido los estudiantes saben que en la escuela las

prohibiciones son la forma como se evidencia la violencia ya que es claro la

autoridad del adulto por medio de estas reglas:

“En mi colegio hay muchas cosas terminantemente prohibidas. No se puede traer radios ni zapatos de colores. Tampoco se pueden traer medias por debajo de la rodilla ni la falda por encima de la medida. Esta prohibido subirse a los árboles, hacer guerra de agua, dejar comida en el plato, pintar en el tablero, leer comics, reírse en la clase, etc...- Pero entre las mil trescientas prohibiciones del reglamento.[...]” (1995,25).

En esta descripción se puede ver otra de las características narrativas de Dalh

donde la representación de personajes que, aunque son habituales en la literatura

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infantil, son representados con unas funciones diferentes. Nos referimos a los

personajes adultos y en este caso a la directora de la escuela de Matilda, donde

ella es una antagonista, y es la que ejerce algún tipo de poder sobre los niños.

“Dalh destruye la representación mas clásica, constante y tradicional de la

literatura infantil: la familia que habitualmente representa funciones positivas, de

apoyo al protagonista infantil y con quien este establecía relaciones de calidez;

con lo que ofrece pautas de comportamiento y de constante construcción de

ideología” (Llunch, 2004, 229). También en la obra de Dalh encontraremos

maestros como la señora Trunchbull o padres como el de Matilda, cuyas

características a menudo son sarcásticas y con características tanto físicas como

psicológicas totalmente desagradables.

“ –saquen el cuaderno y escriban con esfero azul y buena letra, una composición sobre las vacaciones. Mínimo Una hoja por lado y lado, sin saltar renglón. Tienen cuarenta y cinco minutos ¿hay preguntas?” (1995,13).

Este caso, se refiere a situaciones de abuso de poder que ejerce una persona o

grupo sobre otra, en este caso entre maestro- estudiante. Sin embargo, a pesar

de ser este un caso de autoritarismo este tiene repercusiones, afectando la

autoestima y la confianza de quienes resultan víctimas, porque representa una

situación de tensión para los estudiantes ya que se sienten presionados por el

maestro de esta manera el maestro esta dañando el clima de convivencia en la

escuela y del aula.

“Ha debido pensarlo antes, Haga el favor de salir inmediatamente y ni una palabra más...Cerré la puerta del salón y me quede ahí parado. No podía ir a la rectoría porque eso significaba salir derechito a buscar colegio”( 1995,33).

De esta manera queda visto que las Normas autoritarias y arbitrariedad en la

escuela y como se puede ver reflejada en esta situación, la ausencia y la falta de

espacios de conversación y diálogo entre jóvenes y adultos, impide que haya

instancias adecuadas para la resolución de los conflictos, y pone a la escuela

como escenario de violencia que pueden tener como común denominador, la

existencia de conflictos interpersonales, que han ido degenerando hasta el punto de

usar la violencia, como un proceso destructivo y totalmente negativo la convivencia

escolar. As{i pues, queda evidenciado que el conflicto que hay entre este profesor y

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estudiante muestra claramente un modelo educativo excluyente y autoritario donde

a través del poder se aliena el sujeto, repercutiendo esto en la forma de abordar

los conflictos, a través del ejercicio de la autoridad, del castigo, entre otros,

provocando un clima de tensión y generando manifestaciones negativas en el

comportamiento, que alteran las interacciones, dentro de la institución educativa

Otro ejemplo es que para los estudiantes los maestros y directores son para ellos

un obstáculo y así se evidencia la oposición entre el mundo infantil y el adulto, en

Matilda está ‘The Chokey’, un armario alto y estrecho en el despacho de la

señorita Trunchbull donde a ésta le gusta encerrar a los niños que se portan mal.

Las paredes del armario son de cemento con trozos de cristal roto incrustados y la

puerta llena de clavos. El niño encerrado dentro durante horas y a oscuras se ve

obligado a mantenerse inmóvil de pie para evitar cortes y rasguños.

Sin embargo, un aspecto muy importante a tener en cuenta en las historias de

Dahl y Reyes es que suelen ser consideradas como luchas generacionales entre

adultos y niños cuando en realidad esto se restringe solamente a aquellos

mayores que oprimen y dominan a los pequeños.

Pero analizando el verdadero significado de la literatura infantil de Dahl y Reyes

parece ir en contra del sistema, esto es, aparentemente contra la institución

familiar y el sistema educativo pero, como sostiene Shields, autor del libro “Roald

Dahl Subversivo” la intención del autor no es, en realidad, aniquilar estas

instituciones sociales sino cuestionar el verdadero rol de los adultos (1998, 41).

Además, ya hemos señalado cómo estos ataques se dirigen hacia personajes

muy concretos en este caso no todos los personajes adultos de estas historias

son malos, no todos los maestros del colegio de Danny son, por ejemplo, como el

Capitán Lancaster. Sobre la señorita Byrdseye, en el mismo libro, Danny dice de

ella que es ‘realmente una buena persona’, del señor Corrado ‘una persona

decente’, (114).

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Universo mundo- niño; mundo - adulto En el caso de Reyes se muestra que algunos adultos son personas que actúan

como aliados y compañeros de aventura del niño protagonista. Esto se puede

confrontar en el cuento Frida “El profesor me mira con una mirada lejana, incrédula,

distraída. ¿Será que el también se enamoró en estas vacaciones?”-(1995,17). Podemos decir

que algunas de las historias de Dahl y Reyes tienen un final feliz, eso si dejando

claro que la felicidad de estos protagonistas son las aventuras de las vivencias en

la escuela.

Con los textos citados anteriormente los niños que leen estas historias sueñan

con ellos, ya que les permiten identificarse con los relatos y situaciones narradas

en las obras. Los niños viven una realidad que no captan con la visión del adulto

por que la transforman con su imaginación.

A su vez hay muchas cosas que se les piden a los niño, una de ellas es que

actúen como adultos siguiendo los cánones que los rigen, es el caso de la niña

de El terror de sexto “B” quien es criticada por su peso, es decir se mira el estilo

de vida y el concepto de belleza que tiene los adultos.

Hoy en día vemos, que los problemas que mayor repercusión tiene sobre la vida

de los estudiantes en los centros escolares son sin duda la violencia, ya que

estos son escenarios de socialización, donde la institución parece ser la

generadora inevitable de un abuso de poder donde el esquema dominio-

sumisión, es un gran indicador que genera grandes conflictos como los son las

malas relaciones interpersonales y seguramente inmediatos problemas de

violencia o maltrato escolar.

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CONCLUSIONES

Con el fin de concluir este trabajo sobre los conflictos de poder entre niños y

adultos en la literatura infantil de Roald Dalh y Yolanda Reyes cuyo escenario es

la escuela, queremos esbozar algunos criterios que pueden servir de pauta para

orientar el trabajo de los maestros y estudiantes y sobre los cuales invitamos a

reflexionar.

En primer lugar vemos que la literatura infantil en la actualidad ha tenido un

cambio significativo. Tal vez el más importante desde nuestro punto de vista,

donde las obras dirigidas para niños y jóvenes buscan la manera de enseñar de

una forma donde no es necesario obligar al lector para acercarse al libro porque

él disfruta de la lectura y de las historias que puede encontrar.

Como decíamos anteriormente, la literatura infantil del siglo XXI convierte al niño

a un ser del que hay que aprender y al mismo tiempo mostrarnos que el

enriquecimiento que aporta la lectura ha sido considerado desde diferentes

frentes tanto educativos como artísticos. Del mismo modo, hay que considerar

que el placer por el interés intelectual que supone la lectura va intrínsecamente

ligado a la educación moral, ya que dicho placer esta incidiendo en la capacidad

del lector para valorar la realidad como nos referíamos en el capitulo II de nuestro

trabajo.

Es aquí donde podemos decir que la literatura infantil sirve como hilo conductor

para que el niño experimente una amplia gama de situaciones vitales. Ofrece

además una ocasión enriquecedora frente al lenguaje y además se aprende una

experiencia.

“En la estructuración del cuento, el niño contempla las estructuras de su propia imaginación y al mismo tiempo, las abastece, construyendo de esta manera un

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instrumento de indispensable para el conocimiento y el dominio de la realidad” (Rodari, G,1997.pag15).

Además del genial Rodari, hay muchos otros autores que consideran que la

literatura sirve para instruir deleitando, para superar adversidades o para

estimular la fantasía como se puede observar en el capítulo II y IV.

Esto quiere decir que la literatura infantil no sólo sirve para pasar un buen rato o

para incrementar la producción artística de un país, por esto la literatura infantil es

una mezcla de preocupaciones pedagógicas, literarias y artísticas, es por esto

que al ver los libros para niños del siglo XIX, por ejemplo, estaban impregnados

de tres preocupaciones: su contenido se consideraba educativo, la calidad literaria

tenía importancia y podía ir ilustrado por bellas imágenes.

De ahí la importancia de enseñar a pensar a los niños desde una perspectiva

personalizada, ya que, la pedagogía de la literatura dispone de la capacidad de

generar discursos el propio y los ajenos y el funcionamiento real y efectivo del

uso del lenguaje, tanto en la vida cotidiana como en el entorno escolar. La

relación de la literatura y la educación en el marco de la sociedad, la historia y la

cultura es solidaria con la conciencia de la acción humana que no para de

expresarse sin l{imite en la literatura.

Así, es necesario ver el papel tan importante que la pedagogía de la literatura

tiene en la actualidad y su reconocimiento por los organismos oficiales ya que en

nuestra investigación pudimos evidenciar que hoy en día muchos de los libros

para niños han recibido diferentes premios, este es el caso de El terror de sexto

“B” de la escritora Yolanda Reyes y también del reconocimiento del público; otra

prueba de esto se ve en los libros de Dalh porque cuentan con un gran número de

reediciones. Además estos dos escritores en particular han mostrado tener un

tipo de narración que interesa a los lectores y que cumplen unas funciones en la

adquisición de una de las competencias lingüísticas, narrativa y en ocasiones

literarias. Cuando estas nuevas propuestas literarias de estos dos autores

quieren, mostrar tanto a niños como adultos reflexiones educativas y explicar la

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educación en valores, por medio de sus historias transmiten mecanismos

discursivos que facilitan al lector la identificación de lo narrado.

Por esta razón, un elemento significativo en la construcción de los libros infantiles

de Dalh y Reyes, son los conflictos de poder, ya que, el conflicto en la

actualidad es de gran importancia porque entran en juego una serie de elementos

como son los valores y la convivencia en una sociedad. Cuando no hay un

equilibrio entre estos elementos, los conflictos adquieren un desequilibrio de

poder que lleva a una parte a someterse a la voluntad de la otra.

De este modo, los niños en las historias que narran estos autores siempre

aparecen en situación de desventaja respecto a los mayores, los cuales maltratan

física y psíquicamente a los pequeños. Igualmente, existe una serie de

situaciones donde las relaciones padre-hijo, maestro-estudiante están basadas

en dominantes y dominados. En estas circunstancias, tanto el niño como el

adulto luchan por el poder hasta que al final se cambian situaciones como roles.

Sin embargo, como ya hemos señalado, mientras que en los libros infantiles el

niño siempre acaba haciéndose con el poder y disfruta de un final feliz.

Esto nos lleva a comprender que la realización del deseos de su mundo posible

es una característica bien definida de los libros infantiles de Dahl y Reyes, que

aunque el tema de los conflictos de poder es común tanto en los relatos de

ambos, en definitiva crean una literatura con tendencia a la producción de

significados de sentido claro, a la creación de pautas dentro de las historias que

relajan la lectura. Es decir muestran situaciones dramáticas o personajes que

atraen una reflexión crítica al lector. Con el propósito de dar expectativas al lector

el cual no será decepcionado.

Finalmente, el propósito de nuestro ensayo era mostrar a ustedes que la

literatura infantil y en particular el gran valor tanto estético como pedagógico que

tiene las obras de Dalh y Reyes muestran claramente la tendencia de la literatura

actual, ya que de hecho, en sus relatos exhiben una representación de individuos

con conductas diferentes de las socialmente establecidas, consideradas como un

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ataque a las normas. Son historias diferentes en referencia con lo que la tradición

de la literatura infantil ha venido considerando o etiquetando como conductas

propias para ser divulgadas en productos dirigidos a niños y adolescentes.

Es por esto que estos dos autores han tenido gran éxito en la actualidad, ya que

le dan un tratamiento a sus personajes; donde incluso los miembros de la familia

representan el mal; y demostrar que de esta forma que la representación del

mundo donde la soledad y el dolor están presentes, pueden ser tratados desde el

humor, esta es la verdadera enseñanza de cómo se puede hacer buena literatura

infantil.

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