Mina de cobre “Antigua Pilar” en Colmenarejo.

Aquí está el enlace para ver todas las imágenes.

Domingo 12 de junio de 2016, unos cuantos miembros de nuestro grupo parece que no teníamos otra cosa mejor que hacer un domingo por la mañana y decidimos ir a visitar la mina de cobre Antigua Pilar en Colmenarejo. Muy cerquita de donde vivimos.

Bajo un sol de justicia nos acercamos a la entrada de la mina, sol que luego empeoraría más, mucho más convirtiéndose el camino, a la salida, en un verdadero horno .

Según íbamos hacia la mina y por el camino, tuvimos la suerte de encontrarnos con un “oriundo” de aquellos lares.

Increíble, verdad, pues sí, en aquel secarral y bajo ese calorazo, nos encontramos con una culebra de agua. Joven, muy joven.

Continuamos nuestro camino y por fin se ven las ruinas de las antiguas edificaciones de la mina.

Cuando ya estábamos en la zona dimos un pequeño paseo para reconocer el terreno, viendo el que fue el pozo maestro.

Y un poquito de etnobotánica, donde Mery , con su inmensa sabiduría nos ilustró sobre una planta que vimos allí. La adormidera, Papaver somniferum.

Y aquí tenemos a Mery contándonos sus usos.

Vamos al grano.

Una vez que llegamos, lo primero que se hace es ver la boca de entrada. La verdad no es una entrada muy cómoda, ni muy apetecible.

La mina tiene un pozo de entrada cerrado por mayazo y presenta un desarrollo de unos 16 metros.

Ni la entrada, ni la salida son especialmente cómodas.

El pozo de entrada es fácil de hacer y como es corto no cuesta.

Abajo se llega a una primera sala, muy pequeña y en la que conviene retirarse de la vertical para evitar la caída de piedras.

De esta galería salen tres ramales. Uno extremadamente pequeño que no continúa, es donde se debe esperar, otro que corresponde a una galería inundada que no recorrimos, solo vimos. Sí lo negro que se ve es el agua.

Ya aquí abajo se empiezan a ver las primeras microformaciones de colores. Durante la bajada, en roca de granito, aparecen las primeras pinceladas de color verde y azul.

Siempre decimos: el verde es para la malaquita y el azul para la azurita.

Según abanzamos y descendemos el siguente pozo , de 8 m, las microformaciones aumentan y se hacen muchísimo más bonitas.

Al final del segundo pozo el camino se encuentra totalmente anegado por el agua. Para llegar a ese punto hay que ir descendiendo, andando, por galerías fáciles de transitar.

Hay un pequeño pozo, fácil de bajar, en el que hay que tener cuidado porque es algo resbaladizo.

Al fondo de ese pozo es donde encontramos el punto final de nuestra excursión, el agua no nos deja continuar.

A esta mina se viene a dos cosas:

1. A ver las preciosas formaciones podéis ver en las fotos de arriba y en las del enlace de abajo del artículo.

2. La mítica carretilla que dentro de poco será un recuerdo que solo quedará en las fotografía.

Para ver la carretilla se accede por unos tablones bastante resbaladizos, hay que tener cuidado.

Mirad lo que queda de la carretilla.

Volveremos, por supuesto.