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Testimonio oral, memoria y violencia en el diario de Diego Perez de Luxan: Nuevo Mexico 1583 Author(s): Maureen Ahern Source: Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, Año 21, No. 41 (1995), pp. 153-163Published by: Centro de Estudios Literarios "Antonio Cornejo Polar"- CELACPStable URL: http://www.jstor.org/stable/4530801Accessed: 30-08-2015 02:48 UTC

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REVISTA DE CRITICA LITERARIA LATINOAMERICANA Afio XXI, Ng 41. Lima-Berkeley, ler. semestre de 1995; pp. 153- 163.

TESTIMONIO ORAL, MEMORIA Y VIOLENCIA EN EL DIARIO DE DIEGO PEREZ DE LUXAN:

NUEVO MEXICO 1583

Maureen Ahern The Ohio State UJniversity

Con este ensayo quisiera contemplar el papel que desempefnan la memoria, el testimonio oral y la escritura en una relacion inedita en lengua espaniola que narra -aparentamente sin censura ni autoriza- ci6n oficial- la expedicion de Antonio de Espejo al territorio de Nuevo Mexico en 1582-83. La interaccion de estos tres elementos revela los intersticios entre testimonio oral y memoria, en la configuracion na- rrativa de la frontera del norte de la Nueva Espaiia.

El 26 de octubre de 1583, el arzobispo de Nueva Espania, Don Pe- dro Moya y Contreras, escribio una carta a Felipe II para informarle sobre el "descubrimiento de Nuevo Mexico y otros asuntos":

Estando escribiendo esta, me dieron essa relaci6n ciertos hombres que los dias passados vinieron del Nuevo Mexico, de que el conde de Coruha di6 noti: cia d V.M., que si es como dizen, se descubre por aquella parte otro Nuevo Mundo;1 (El 6nfasis es nuestro)

Los informes a los que hacia referencia eran las relaciones oficiales del segundo ciclo de entradas a Nuevo Mexico emprendidas entre los anios 1581 y 1583. De la primera, realizada por Fray Agustfn Rodriguez y Francisco Chamuscado en 1581, da cuenta La relacion y conqudio del viaje y subseso... de Hernan Gallegos2. La segunda fue el informe oficial que remitio Antonio de Espejo en setiembre de 1583 a su regreso de la comitiva que dirigio al rescate de los tres misioneros franciscanos que habian quedado el anio anterior entre los Tiwas3. Durante un periodo de dos anios estos pequenios grupos de soldados y religiosos visitaron mas de sesenta comunidades indigenas. Subieron el valle del Rio Grande, llegando hacia el nordeste a Zuni, luego tornaron hacia el oeste, a las mesetas de los Hopis y finalmente hasta el Rio Verde en lo que es hoy el estado de Arizona. Tanto por la informacion que contienen estos dos documentos, como por su presentacion discursiva, pareciera al lector

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que se hallaba aquel tan buscado "otro nuevo mundo", en tierra aden- tro. En contraste radical con los rigores de la frontera minera de Nueva Vizcaya -guerra, enfermedades y tribus nomadas- estos dis- cursos oficiales configuraron un espacio utopico en los limites del norte4. Para sus lectores, tanto como para el Virrey, el Rey y el Consejo de Indias, Espejo describio su gira por el norte como recorrido por un espacio ideal para la evangelizacion y el comercio donde, debido al exito de sus contactos pacificos con los pueblos indigenas, se resolverfan todos los problemas de un futuro asiento espanol5.

Pero existia otra version de esta entrada de Espejo que seguia al pie de la letra la prescripcion de las Ordenanzas de 1573 que ordenaba que cada escribano "haga comentario y memoria por dias" de todos los sucesos6. Se trata del diario de campo que llevaba Diego Perez de Luxain, soldado y alguacil mayor de la comitiva, que conserva la relacion ma's detallada y precisa de la expedicion de Espejo. Mi estudio se basa en la copia del original que fue enviada a la Corte en 1602, la cual permanece aun inedita en lengua castellana en el Archivo Gene- ral de Indias en Sevilla7. En la actualidad la relacion de Luxain ha sido poco estudiada. Sin embargo, mi hipotesis de trabajo defiende que este texto sobre una expedicion marginal, generado desde la periferia del mundo colonial, arroja mucho mas luz sobre la problemaitica del con- tacto inicial entre indigenas y espanoles en el continente nortenlo que aquel discurso oficial y propagandistico que Antonio de Espejo envio a la Corona.

Este ensayo propone examinar solo dos temas: primero, la entra- da espaniola a los pueblos de los Hopis y la forma como Luxain se vale del testimonio oral y la memoria de los interpretes indigenas para con- figurar su discurso, al evocar y relatar la presencia anterior de Coro- nado; y en segundo lugar, el cruento relato de la masacre perpetuada en el pueblo Tiwa de Puala por la misma comitiva de Espejo a su re- greso a Nueva Vizcaya.

Luxan consign6 su informe en forma de apuntes precisos anotan- do, para cada jornada de la expedicion, la fecha, el nuimero de leguas andadas, los lugares alcanzados, los toponimos espafnoles que se les pusieron, los grupos linguiisticos y etnicos que encontraron, sus cos- tumbres sociales y ceremoniales y los nombres de sus caciques, tal como lo requerfan dichas Ordenanzas de 1573. Sin disimulo alguno Luxan apunta franca y abiertamente los nombres y apellidos, lugares y fechas de las cacerias de esclavos y los capitanes que los llevaban a cabo a lo largo de la zona que va desde el Rfo de los Conchos hasta el Rio Grande, con referencias explicitas a las cacerias en las que su hermano, Gaspar de Luxan, habia participado el anlo anterior. La aparente facilidad que muestra el narrador al registrar estos sucesos que aun en los mejores terminos rozaban la ilegalidad, respalda nues- tra hipotesis de que el diario de Luxan era un texto que no habia pasado por la censura oficial y que, de hecho, nunca fue destinado a los ojos de otros lectores, sino que lo conservaba para su propia informa-

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ci6n, como parte de una ganancia sobre el capital que el y su hermano habian invertido en busca de futuros filones de fortuna que prometian tan rica informacion sobre ese territorio desconocido8.

Memoria de Coronadio

Cuando la expedicion de Antonio de Espejo llego a la provincia de Zuni y sus seis pueblos en marzo del anio 1583, encontraron cruces en todos aquellos pueblos9.

...hallamos en todas los pueblos cruces muy bien hechas por que en esta tierra estubo Coronado, y en todo lo que descubri[eron] Fray Agustin y Fran- cisco Sanchez Xamuscado porque en todas partes nos digeron como abia es- tado alli. Aqui hallamos Yndios mexicanos y de los [sic] de guadalajara de los que trajo Coronado, con quien nos entendiamos, aunque hablaban tor- pemente, i aqui hallamos un libro i un cofrecillo viejo que dejo Coronado" (127V)10.

Al representar la llegada de los espafnoles al pueblo Zuni de Hawikuh, Luxain intercala la historia que le han relatado los dos inter- pretes mexicanos originales de Guadalajara que hacia 40 anios habfan optado por quedarse entre los Zunis en vez de regresar con el ejercito de Francisco Vasquez y Coronado a Nueva Espania. "Supimos por los naguat[l]atos" Luxain escribe, que dos capitanes de la tropa de Coro- nado habian pasado dos anios en el pueblo de Zuni y que cuando Coro- nado supo que los Tiguas de Puala habian matado diez de sus caballos, volvio alli y sitio el pueblo, "y les dio tanta guerra que los que no morian a manos de espanoles... morian de hambre y de sed". (128R y 128V) De este modo, son las voces de los mexicanos Andres y Gaspar, acultura- dos a los Zunis, enemigos tradicionales de los Hopis, las que revelan el motivo de la muerte de los tres franciscanos que habian quedado en Puala el anio pasado.

supimos por los naguat[l]atos que estubieron en este pueblo dos ahos dos capitanes de Coronado y que desde aqui yban a descubrir provincias y que estando Coronado en Puala de los martires donde mataron los frayles vino para el pueblo arriba dicho de Acoma y les dio guerra y despues se rrindio y alli le fueron nuebas de como los Tiguas que es la gente en Puala y su comar- ca auia muerto diez caballos de los que Coronado auia dexado en el con la gente de guarnicion i Coronado cuando lo supo se partio para Puala que son los Tiguas i los serco serca de un pueblo en una sierra redonda y les dio tanta guerra que los que no morian a manos de espanioles que los naturales llaman Castilla que ansi se llamaban los de Coronado morian de hambre y sed y asi Chamuscado y sus soldados no ygnoraron esto que todos lo supieron y no lo quisieron decir a razon de que se viniera a poblar la tierra y al fin se rindieron los de Puala y se le dieron a merced y tomo el servicio de Yndios y Yndias necesarios y bolbio a este pueblo (128R y 128V).

Luxain utiliza la memoria de la invasion anterior de Coronado rela- tada mediante las voces mediatizadas de estos naguat[ilatos o inter- pretes aculturados a los Zuni, para incorporar el testimonio indigena sobre una violencia tan intensa que la reaparici6n de soldados espano-

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les cuarenta anios despues, la evoca instantaneamente. La decision narrativa de ligar el testimonio de los interpretes con su propio repor- taje, subraya el privilegio que Luxain otorga al testimonio indigena -o sea, de fundir la memoria mexicana de los hechos con la suya de las palabras. Aunque estas voces que emergen del segundo nivel enuncia- tivo, son tamizadas por lengua Nahuatl, vertida a un castellano "torpemente hablado" que no se ha pronunciado durante cuarenta ainos, indudablemente abren una fisura discursiva por la cual se perciben estas "huellas" o "rumores" del conflicto pasado, emitiendo un mensaje que ligan dos versions de la misma historia. Esta claro que Luxain reconoce el peso que tienen los testigos orales para contextuar su propio testimonio, al consignar por escrito su historia alternativa de los hechos "historicos".

A esta memoria el narrador vincula su propio pasado reciente, el del segundo ciclo de entradas a Nuevo Mexico, al declarar que Cha- muscado y sus soldados que habian atravesado la misma zona el aino anterior, "no ignoraron esto que todos los supieron y no lo quisieron de- qir a razon de que se viniera a poblar la tierra...(128V). Tampoco lo habf'a mencionado Espejo.

La incorporacion de otras memorias mediante la oralidad ofrece dos soluciones simultaneas para la problematica narrativa. Las voces mediatizadas por la distancia temporal, linguiistica y cultural le permi- ten al narrador proteger su propia verosimilitud en la tarea de repre- sentar las atrocidades cometidas por sus propios compatriotas. Tam- bien ofrece un modo de trasladar la culpa por la hostilidad que estos actos engendraron, al quitarla de la comitiva de Espejo y adjudicarla a la anterior expedicion, la de Rodriguez y Chamuscado cuyos lideres habian muerto. Ademas permite que el narrador refute la calificacion del escribano de la comitiva de Rodriguez y Chamuscado como los "primeros descubridores" de "un nuevo mundo" allende el norte. La destreza comunicativa de los interpretes mexicanos Gaspar y Andres, y por ende la "razon" narrativa de citarlos, se confirma cuando el dia- rista informa que los hermanos negociaron el primer contacto con los Hopis o "Mojoses" tan eficazmente que no hubo conflicto alguno (130R)11.

Entrada ritual

El ingreso de la tropa espaniola al pueblo de Walpi, al que Luxain llama Gaspe, constituye el punto culminante del diario. En los apuntes que corresponden al 21 de abril de 1583, el narrador describe el drama ritual de contacto y la primera entrada de soldados espanioles a un pueblo Hopi bajo una nube de agua y harina de maiz sagrada.

e fuimos a parar al pueblo de Gaspe el qual esta [a] un pueblo muy alto y pedregoso como media legua de el dicho pueblo nos salio a rreciu[b]ir y por el camino y asta subir a el muncha gente hombres y mujeres y cada uno con su talega de jicara de pinole (131R) echando por el camino dello y echandonos a

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nosotros y los cauallos y criados que es todo en sental de paz e cuando llega- mos pareqiamos mojarillas en carnestolendas auia por el camino muncha tinaja de agua era muncha comida que era cossa de admirar e llegados que fueron vinieron mas de mill animas cargadas de agua en muy lindas tinajas y conejos benado g[ulisado y tortillas y atole y frigoles y calauasa guidada e mucho maiz e pinole (131V)

En su estudio clasico sobre la religion indigena de los pueblos de Nuevo Mexico, Pueblo Indian Religi6ni2, Elsie Clew Parsons indica que el uso de la harina sagrada de pinole o de mafz aparece, virtual- mente, en todas las ceremonias sagradas. Castanieda habfa escrito que cuando Coronado llego a Zuni en 1540, los habitantes habian es- parcido harina de mafz para trazar una linea que les prohibio el avance a los forasteros. En cambio, entre los Hopis, parece cobrar una funcion de recepcion o festejo por la referencia a la epoca de car- naval, "que pareciamos ser mojarillas en carnestolendas"13. Sin em- bargo, este acto ritual tambien tenia su antecedente en el mito del ori- gen de los pueblos, en el cual la Madre Maiz esparcio harina de maiz para preparar los caminos para los kachinas. Ciertamente, a ojos de los Hopis, estos forasteros con sus armas tronantes y brillantes, bien pudieran ser kachinas. No obstante, recalcamos que lo que se repre- senta textualmente pasa siempre por el tamiz de la escritura del dia- ristal4.

De cruces a varas rtuales: signos sincreticos

Espejo y sus soldados continutan sus tacticas de amedrentamiento que les han sido tan efectivas en encuentros anteriores.

Y este dia con bandera alsada y armados a punto de guerra paseamos el pueblo y en la plaqa principal a donde estaua una cruz recien puesta encala- da con una placa al uso espanol con munchas plumas e muncho pinol[e] sembrado por la placa y suelo [y] se tomo posesion en n[ombr]e de su mages- tad con salba de arcabuceria"(132R)

La repentina aparicion de una cruz adornada de plumas y esparci- da con harina de maiz, "recien puesta encalada con munchas plumas" [sic] es un hecho extraordinario, puesto que ahora dentro del centro in- terior y ceremonial del espacio social de los Hopis, el emblema de la toma de posesion espafnola ha adquirido las plumas y harina de maiz de la vara ceremonial o pahos.

En su relacion, Espejo se representa a si mismo como embajador que se esfuerza por negociar con los Hopis para vencer su hostilidad. Sin embargo, Luxan declara (y tambien lo describe el informante de Baltazar de Obregon, Bernardino de Luna) que fue el recuerdo de las atrocidades cometidas por la tropa de Coronado hacia cuarenta anios y la vista de las armas espanioles, lo que intimidaron a los Hopis. Son las palabras de Luxain las que nos consignan la imagen de la plaza cere- monial del pueblo de Gaspe [Walpi] donde la cruz es aculturada al es- pacio Hopi mediante su transformacion en vara ceremonial. En los

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mitos del origen de los Pueblos estas varas eran objetos ceremoniales que se adornaban con plumas y flores y servian para liamar a los kachinas, aquellos poderosos espiritus que traian Iluvia, alimentos y fertilidad atravesando las generaciones y los linajes, e integrando a to- dos los habitantes del pueblo (Guti6rrez)15. Las varas ceremoniales eran de seis a doce pulgadas de largo, pintadas con cara humana y en- capuchadas de plumas. Como los pajaros que servian de mensajeros entre los humanos y los dioses, las varas ceremoniales llamaban a los kachina (Tyler, xii). El reconocimiento por los Hopi de dos sistemas signicos distintos aunque no contradictorios, les dio el poder sobre am- bos espacios y amparo a sus pueblos y sus plazas, asegurandoles con- trol social y sobrevivencia sobre su propio espacio urbano, etnico y re- ligiosol6.

En este alejado rincon nortenlo, el poder de los Hopis no se borra ni cede al nuevo poder. Al contrario, el signo espaniol se naturaliza y de inmediato se permuta en signo de integracion y comunicacion, en pleno contraste con la cruz del ejercito invasor, cuyo Requerimiento habia significado capitulacion o muerte. Los Hopis habian presenciado la rendicion de sus enemigos los Zunis y aun a los cuarenta a-nos, se acordaban de la destruccion de un pueblo Hopi por Coronado. Sin duda se habian enterado de la masacre y arrasamiento de los pueblos Tiguas por los mismos espanioles. La respuesta de los Hopis ante esta violencia que les enfrenta no es fugarse a la sierra como los Tiguas o pelear como los Zunis, sino apresurarse a ofrecer comida, construir un corral afuera de sus murallas para los caballos y levantar cruces adornadas de plumas y harina de maiz.

En su ensayo sobre los nexos entre los sistemas simbolicos de los europeos y las etnias Pueblo, Suzanne Kenagy seniala la existencia de un antecedente significativo para este episodio.

Motifs like the cross were not entirely foreign to Pueblo peoples, because they had been part of a prehistoric painting vocabulary. Employed on pre- historic pottery and in kiva wall painting, equilinear crosses are gen- erally believed to have represented stars and were associated with warrior societies. Designs in the shape of the Latin cross also were associated with stylized dragonflies in traditional Pueblo art and were painted on ritual objects as water and fertility symbols. Pedro de Castanieda observed in 1540 that the people of Acoma Pueblo crossed their fingers as a sign of peace. In addition, crosses that Spaniards erected among the Rio Grande Pueblos were treated as if they were great prayer offerings. Thus, because of its associations in both systems, the cross was accepted quickly as a potential indicator of symbolic significance, even if its surrounding theological subtleties were not. (326)17. (El enfasis es nuestro).

El mensaje que transmitia la cruz de los guerreros forasteros debio impactar en los codigos rituales de los Hopis, porque dentro del espacio ceremonial de la plaza se prohibia el uso de la fuerza: lo sagrado impe- raba en el centro (Gutierrez 57). El nuevo signo sincretico levantado dentro del espacio sagrado de los Hopis se convierte en negociador vi-

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sual, inmediato e inteligible para todos. Los pueblos de los Hopis no son asolados, sus habitantes no mueren. A los pocos dias cuando los espa- nioles visitan los otros dos pueblos cercanos y toman posesi6n: "aqui hallamos dos cruzes recien puestas como las pasadas" (132V)18 hecho que confirma que el cambio semantico, impulsado por estas nuevas circunstancias de contacto, ha sido propagado instantaineamente.

Este episodio del diario de Luxan demuestra claramente la casi instantanea permutabilidad de los signos de comunicaci6n intercultu- rales y su gran capacidad para adaptarse a las nuevas y cambiantes situaciones de contacto en la frontera del norte. Demuestra una vez mas la falacia de la hip6tesis de la supuesta "rigidez" de las practicas semi6ticas de las culturas prehispanicas, asi como la noci6n eurocen- trica de Todorov de que las culturas nativas no eran capaces de adap- tarse a los cambios signicos que requeria la llegada de europeos19. Si bien Gutierrez ha notado que la "memoria" de la conquista espafiola en el interior del norte se mantenia viva en la mente indigena mediante una f6rmula ritual tripartita -saludo, batalla y sometimiento- (83), en el diario de Luxan esta actuaci6n espaniola es reemplazada por la re- presentaci6n de una imagen visual mas antigua y poderosa que natu- raliz6 los valores foraneos de la cruz y la adopt6 a su propio centro y c6digo sagrados, transformaindola en signo de defensa e integraci6n2O.

La violacion del espacio sagrado: la masacre de Puala

Al regresar del recorrido al oeste en busca de minas21, mientras la pequenia escolta se encaminaba al valle del Rio Grande, Luxain nos re- gala francos y cruentos detalles sobre la masacre que el y sus compa- nieros llevaron a cabo en el pueblo de Puala, de la cual la relaci6n de Espejo hace caso omiso. Tuvo lugar el 22 de junio del anio de 1583, en- tre los pueblos de los Tiwas a quienes el narrador ahora se refiere co- mo, "nuestros enemigos", mientras el y sus compatriotas, "eramos ami- gos":

y asi llegamos a Puala y estaban en la gierra toda la gente y asta trienta yndios en las agoteas a los quales les pedimos de comer pues eramos amigos los quales hizieron burla como los demas Asi les tom[aron] (141r) las esqui- nas del pueblo quatro companeros y otros quatro con dos moqos empeqaron a prenderlos que si pudieron aber e los metimos en una estufa e por que el pueblo era grande y se auian escondido los mas del dentro le pegamos fuego a el gran pueblo de Puala donde entendimos se quemaron algunos por las voces que daban e luego en un ynstante sacamos de en dos en dos a los presos e arrimados a unos alamos junto a el pueblo de Puala se les dio garrote a munchos de ellos hasta que muerieron ejusticiaronse diez y seis sin los que se quemaron saltaronse algunos que parecieron no ser de Puala hecho estrano por tan poca gente en medio de tanta suma de enemigos este dia allegamos a la provincia de las quires a el pueblo. (140V-141R)

Para el mundo de los pueblos la kiva a que Luxan refiere como "estufa" represent6 sus origenes, al salir del mundo subterraneo. Siempre se ubicaba en el centro del espacio sagrado e interior de la plaza que a su

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vez significaba armonia. Al jactarse de la heroicidad espaniola del ase- sinato, Luxan tambien incluye la reaccion que la violacion de aquel es- pacio sagrado y el asesinato de un pueblo entero causo en otros pue- blos vecinos:

y corrio la nueba de Puala en todas las provincias e temblaron en tanta manera que todos nos serbian e nos regalavan e nos trujeron ...desta provin- cia que son cinco pueblos, catristre, gigue, tipolti, cochita Se echaron mun- chas gallinas de donde enbiamos a ilamar a los Tiguas de paz los quales dixeron (141V) que tenian muncho miedo a los castillas que no osavan venir (141V-142R)

Gutierrez seniala que los protocolos de obsequio de las sociedades Pueblo y las espaniolas propiciaron el malentendimiento cultural desde los primeros contactos ya que entre los grupos Pueblo el intercambio de alimentos significaba paz y el negarse al mismo significaba guerra (16). 'What the puebloans thought they gave as gifts, the Spanish thought had been surrendered as tribute and conflicts over the meaning of Indian gifts and how freely they should be surrendered triggered the tragedy at Acoma" (52). El diario de Luxain documenta los constantes conflictos a raiz de la cuestion de regalar o exigir alimentos, como tambien lo hizo Castanieda al comentar los conflictos del ejercito de Coronado cuarenta afios antes.

Finalmente el 10 o el 11 del mes de setiembre de 1583, la pequenia comitiva volvio al valle de San Bartolome, Nueva Vizcaya, "donde hizo fin dicho viaje Diego Perez de Luxacn" (148v). Su diario paso desa- percibido durante nueve ainos, hasta 1602 que se encontro entre los papeles del cosmografo real de la Nueva Espania, Francisco Domfnguez, a quien se habia encargado el trazo del primer mapa de los pueblos del Rio Grande, donde los apuntes de Luxain pasaron todavia por otro tamiz de la cartografia22.

Conclusiones

El diario de Diego Perez de Luxain se presenta como uno de los pocos ejemplos de una vista franca y aparentamente no censurada del contacto temprano entre indigenas y espanoles en las tierras fronteri- zas del norte, en los ciclos finales de la conquista y comienzos de la empresa misionera. Alli se hace uso de la memoria de interpretes y testigos indigenas para justificar la hostilidad de los Hopis. Se docu- menta igualmente la transformacion de la cruz en vara ceremonial, mensajero hopi convocador de kachina para defensa de su espacio cul- tural, mientras los cruentos detalles de la masacre de Puala, cometida por sus propios companieros, descontruyen el discurso propagandistico del informe oficial de Espejo publicado en Madrid en 158623.

La interaccion de las voces mediatizadas por la memoria de los in- terpretes nahuas, Andres y Gaspar, aquellas huellas o "rumor" de sus palabras habladas24que pasan por el tamiz de escritura espafiola, y la enunciacion del propio diarista, producen un dialogo a dos voces que

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se articula en el diario en dos niveles y tiempos de subjetividad: la de los testigos de los conflictos pasados y la del propio diarista, testigo y participante del contacto y conflicto actual. Asl, a la manera bakhti- niana, se configura una especie de double voiced discourse25, uno ca- paz de recordar otro pasado alternativo y omitido mas no olvidado, mientras se redacta los sucesos presenciados, se refuta los datos y se corrige las falsedades consignados por otros narradores como Gallegos o Espejo, como son, por ejemplo, las instancias donde llenaron el vacio de los silencios con omisiones.

El diario de Diego Perez de Luxan consituye un hito decisivo en los llamados "discursos marginales" que articularon la configuracion de la frontera del norte, ya que en el mismo espacio discursivo vincula tanto el testimonio oral, como la memoria, y la escritura e imagen visual que establecen dos aproximaciones a los sucesos hist6ricos que se inscri- ben, los cuales difirieren radicalmente de las versiones oficiales y cen- tristas del contacto.

Sus mu.ltiples estratos de significacion nos abren otras perspecti- vas sobre la permutabilidad de la dinamica comunicativa y escritura- ria de la realidad nortefia cuya estetica de la violencia26 se narraba a partir de una multitud de tradiciones y signos que habrfan de configu- rar una subjetividad compleja para comunicar la experiencia de estas cambiantes zonas fronterizas. Desde su atalaya en los margenes de la periferia, el informe de Diego Perez de Luxain sobre la violencia de los primeros contactos novomexicanos, aunque tamizado por la memoria indfgena y la escritura de un pragmatico soldado y minero espanol, in- forma de una luigubre herencia de ferrea resistencia cultural y el fin del espacio utopico, allende el norte.

NOTAS

1. Cinco cartas del Illmo. y Exmo. Senior D. Pedro Moya de Contreras. Madrid: Eds. Jos6 Porrua Turanzas, 1962, 164.

2. Ver mi ensayo sobre la relaci6n de Gallegos, "La relaci6n como glosa, guia y memoria: Nuevo M6xico 1581-1582", pr6ximo a aparecer en el numero sobre letras coloniales de Revista Iberoamericana que ha coordinado Mabel Morania.

3. "Relaci6n de viaje...", Colecci6n de Documentos Ineditos Relativos al descubri- miento, conquista y organizaci6n de las antiguas posesiones espanolas de America y Oceania. Tomo XV, Madrid: Imprenta de Jos6 Maria Perez, 1871 101-126. En sucesivas referencias CDI: XV.

4. Como el espacio ut6pico de Chilo6 que se ubicaba al otro fin del mundo ameri- cano en La Araucana de Ercilla o el Paraiso al fin del este de Col6n, el norte se convirti6 en la Utopia de Nueva Espafia.

5. Espejo pinta un cuadro 6ptimo de lo que, "vide por mis ojos" (124). Todo es mejor que M6xico. No hay enfermedades y hay gente de "buen entendimiento y pulicia, hay con buena traza de pueblos y plazas y casas concertadas..." (CDI: XV 188). En las cartas que Espejo adjunta a su relaci6n declara que todos los problemas para futuros asientos han sido resueltos y la amistad de los gru- pos indigenas se ha asegurado al haber dado presentes a sus caciques prin- cipales. En otro documento incluido en CDI.XV, Espejo propone organizar una

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expedici6n constituida por cuarenta franciscanos acompanados de cuatrocien- tos hombres, mil quinientos caballos y suministros que Espejo costearia de su propia hacienda.

6. Las Ordenanzas Reales de 1573 habian prescrito explicitamente la manera que cada entrada a tierras nuevas registrara y remitiera su informe o relaci6n. "Los descobridores por mar 6 por tierra, hagan comentario 6 memo- ria por dias, de todo lo que vieren y hallaren y les aconteciere en las tierras que descobrieren; 6 todo lo vayan asentando en un libro, y despues de asen- tado, se 16a en puiblico cada dia, delante los que fueren al dicho descobrimien- to, porque se averigue mas lo que pasare y pueda constar de la verdad de tod[o] 611o, firmandolo de algunos de los principales, el cual libro se guardara a mucho recabdo para que cuando vuelvan le traigan y representen ante la Audiencia con cuya licencia hobieren ido". (CDI.XVI 149)

7. AGI Ms. Patronato, 22, R4 (5). Hammond y Rey publicaron una traducci6n inglesa muy libre de la misma en su volumen, The-Rediscovery of New Mexico. Albuquerque: University of New Mexico Press, 1966. El informe de Luxan es corroborado por una tercera versi6n de la misma expedici6n ofrecida por otro participante, el Capitan Bernardino de Luna, la cual fue incorporada por Bal- tazar de Orbreg6n a su Historia de los descubrimientos antiguos y modernos de la Nueva Espanta, escrito en 1584. Ed. de Mariano Cuevas, M6xico, D.F.: Se- cretaria de Educaci6n Publica, 1924.

8. La expedici6n de quince personas sali6 de San Gregorio en el Rio Parral, el 10 de noviembre de 1582. Los comentarios de Luxan sobre la confusi6n acerca de la autorizaci6n otorgada a los cl6rigos para entrar a nuevas tierras, con- firma que fue ganancia lo que motiv6 a Espejo y los soldados de la escolta, no el rescate de los franciscanos: "y visto por los companieros que en volverse el dicho padre fray Pedro de Heredia no podiamos ir el dicho [viaje] e que que- dabamos perdidos por que algunos de nosotros abiamos gastado nuestras haciendas le requerimos a el dicho padre fray Pedro no nos dexase ni desam- parase, pues bia lo mucho que nos costaba el biaxe a lo que respondio por es- cripto segun que le requerimos que el bemia con nosotros" [104V].

9. Luxfn consigna los nombres de Malaque, Mazaque, Quaquema, Aguico, Alona, Quaquina, Cana. Segun Frederick Webb Hodge, son "Matsaki, K'iaki- na, Halona, Kwakina, Hawikuh, and K'ianawa". History of Hawikuh, New Mexico. Los Angeles: The Southwest Museum, 1937, 66.

10. Todas las referencias a la relaci6n de Luxan son al documento in6dito del Archivo General de Indias, Sevilla, Patronato 22, Ramo 4, 5, ff. 104-148, en mi transcripci6n de la misma realizada en Sevilla en mayo de 1993.

11. Segun Hammond y Rey, ocurri6 en Aguato o en el pueblo de Awatovi que fue destruida en 1700. Se situaba encima de una mesa a unas nueve millas al sureste de Walpi, cerca de lo que hoy es Tallahogan (89).

12. Pueblo Indian Religion. [1939] Parts I and II. Chicago: University of Chicago Press, Midway Reprint. rprnt. 1974.

13. Mojarilla: 'persona que siempre esta de chanza, fiesta, burla y alegria". Joan Corominas y Jos6 A. Pascual. Diccionario critico etimol6gico castellano e his- pdnico. Vol. IV. Madrid: Gredos, S.A., 1981, 110.

14. Sobre el mito de origen de los Pueblo ver Ram6n Gutierrez, When Jesus Came the Corn Mothers Ran Away: Marriage, Sexuality and Power in New Mexico, 1500-1845. Stanford, Ca.: Stanford University Press, 1991.

15. Guti6rrez explica: "The Pueblo Dead--the katsina--were also potent rain spir- its tied to the living in bonds of reciprocity. It was the rain chief who knew how to call the katsina and did so by offering them prayer sticks and gifts, asking them to visit with rain, food and fertility....The worship of the katsina was a model for generational reciprocity and an integrative cult, in that it cross-cut household and lineage affilicatons, and tied the town as a whole to- gether... Prayer sticks were six to twelve inches long, each painted with a hu-

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EL DIARIO DE DIEGO PEREZ DE LUXAN 163

man face and cloaked in feathers. Like the birds who were messengers be- tween humans and gods, the feathered prayer sticks called the katsina." (28) Acerca de la significaci6n de la vara ceremonial o prayer stick, ver Parsons, 270-91, y Hamilton A. Tyler, Pueblo Birds and Myth. U. Oklahoma Press, 1979 xii.

16. Ver otros usos de signos sincreticos por Nuiiez Cabeza de Vaca and Esteban en mi ensayo, "The Cross and the Gourd: The Appropriation of Ritual Signs in the Relaci6nes of Alvar Nuniez Cabeza de Vaca and Fray Marcos de Niza." Jerry Williams & Robert E. Lewis, eds. Early Images of the Americas: Transfer and Invention. Tucson: University of Arizona Press, 1993, pp. 215-244.

17. Suzanne G. Kenagy. "Stepped Cloud and Cross: The Intersection of Pueblo and European Visual Symbolic Systems." New Mexico Historical Review, Vol 64, No. 3 (July 1989) 325-340.

18. Actualmente los pueblos de Shongopovi and Mishongnovi. 19. Tzvestan Todorov. The Conquest of Mexico: Questions of the Other. Trad.

Richard Howard. New York: Harper and Rowe, 1984. Para resenias criticas v6anse Deborah Root. "The Imperial Signifier: Todorov and the Conquest of Mexico." Cultural Critique 9 (Spring 1988): 197-219, y Jeanne Gillespie. "Saints and Warriors: The Lienzo de Tlaxcala and the Conquest of Tenochti- tlan". Ph.D. Diss. Arizona State University 1994, 190-197.

20. Ver el manejo del signo hibrido de una cruz adornada con plumas que Fer- nando de Alarc6n envi6 al cacique de Cucuma en la zona del Rio Colorado en 1539 en mi ensayo, "The Articulation of Alterity On the Northern Frontier": The Relatione della navigatione & scoperta by Fernando de Alarc6n, 1540. Francisco Javier Cevallos-Candau et al. Coded Encounters: Writing, Gender, and Ethnicity in Colonial Latin America. Amherst: University of Massachu- setts Press, 1994, 57.

21. En el actual estado de Arizona cerca de Jerome. 22. Archivo General de Indias, Sevilla, Mapas y Planos, M6xico 49. 23. Gonzalo de Mendoza, Historia de las Cosas mas notables, Ritos y Costumbres

del Gran Reyno de la China, (Madrid: 1586) [The Newberry Library], impresa en traducci6n francesa en Paris el mismo anlo y luego en traducci6n inglesa por Hackluyt en The Principal navigations, voiages, traffiques and discoueries of the English nation... London: 1598-1600, Rpt. Glasgow: James MacLehose and Sons, 1903-1905.

24. Michel de Certeau, The Writing of History (New York: Columbia University Press, 1988) 212. L'ecriture de l'histoire. Paris: Editions Gallimard, 1975.

25. Mikhail Bakhtin. Problems of Dostoevsky's Poetics. Trad. R.W. Totsel. Ann Arbor: Ardis, 1973; y Caryl Emerson ed., Minneapolis: University of Minneso- ta Press, 1984.

26. Ver tambi6n Jos6 Rabasa, "Aesthetics of Colonial Violence: The Massacre of Acoma in Gaspar de Villagra's Historia de la Nueva Mexico". Ms. in6dito.

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