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1 JUAN 2

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Calvary Chapel Cuenca

“Tu nombre y el mío cabe en dos palabras-TE AMO”

1 JUAN 2

Tres grupos de valientes

I INTRODUCCION

II V:7-11 EL QUE ANDA EN LA LUZ SABE AMAR

A V: 7-8 El mandamiento.

B V: 9; 11 El que aborrece al hermano

C V: 10 El que ama a su hermano

III V:12-17 HIJOS, JOVENES Y PADRES

A V: 12; 13 Hijitos.

B V: 13ª ; 14 Padres;

C V: 13b Jóvenes; 14

D V: 15-17 incompatibilidad entre el mundo y Dios.

IV CONCLUSION

A .

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Incompatibilidad con el mundo

I INTRODUCCION

A Mundo Vs Dios

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II V: 15-17 incompatibilidad entre el mundo y Dios.

A V: 15 No ames al mundo.

1 Juan 2: 15No améis al mundo, ni las cosas que están en el

mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.

1 Que amas? ¿Por qué amas?

i No somos completamente felices aquí porque no debemos

serlo. No estaremos en el cielo ni dos segundos antes de que

gritemos: ¿Por qué di tanta importancia a las cosas

temporales? ¿Qué estaba pensando? La verdad es que a la

hora de morir no dejas tu hogar… ¡te vas a casa!

ii No amen al mundo (Μὴ ἀγαπᾶτε τὸν κόσμον) es un

mandato, la forma verbal usada en el texto sugiere una acción

continua. No es un acto de negación aislado sino una actitud

constante en el discípulo.

iii La Biblia usa la palabra mundo de diferentes maneras.

a El mundo fue creado por Dios (Juan 1:10).

b El amó al mundo (Juan 3:16).

(i) En 1 Juan 2:15–17 se habla del mundo como un sistema

totalmente opuesto a Dios.

(ii) El mismo está encabezado por Satanás (1 Juan 5:19),

quien lucha en forma sutil para frustrar los propósitos

divinos.

B V: 16 Los deseos de la carne.

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1 Juan 2: 16Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la

carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no

proviene del Padre, sino del mundo.

1 Mimando a la carne.

i Gálatas 5: 16Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los

deseos de la carne. 17

Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el

del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no

hagáis lo que quisiereis. 18

Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis

bajo la ley. 19

Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio,

fornicación, inmundicia, lascivia, 20

idolatría, hechicerías, enemistades,

pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21

envidias,

homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las

cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican

tales cosas no heredarán el reino de Dios. 22

Mas el fruto del Espíritu es

amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23

mansedumbre,

templanza; contra tales cosas no hay ley. 24

Pero los que son de Cristo han

crucificado la carne con sus pasiones y deseos.

a Los deseos de la carne son aquellos deseos que están por

naturaleza en nosotros y nos impulsan a hacer lo malo. Se

pueden describir como la satisfacción, la pasión o el placer

que sentimos por las cosas incorrectas y con las cuales le

damos lugar al pecado en nuestras vidas.

b Esto muestra el conflicto que vive todo cristiano: la carne

quiere una cosa y el Espíritu quiere otra, de ahí la

importancia de alimentar nuestra vida espiritual.

c Aquello que alimentes se fortalecerá. Amarguras, mentiras,

dudas, enojos, resentimientos, infidelidades, alimentan tu

carne.

C V: 16 Los deseos de los ojos.

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carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no

proviene del Padre, sino del mundo.

1 Mimando a los ojos.

i Lo que ven los ojos puede ser fuente de vida y pureza o fuente

de tentación y pecados que afectará toda nuestra vida.

ii Por ejemplo: el pecado no radica sólo en adulterar sino en

mirar a una mujer o a un hombre y codiciarlos (Mt. 5:27-28).

iii Lo que miramos alimenta nuestros pensamientos, y

generalmente terminamos haciendo lo que pensamos. El

resultado es que pecamos y después inventamos argumentos

para justificarlo, haciéndolo parecer insignificante o no tan

grave.

iv Para evitar todo esto necesitamos mantener nuestros ojos en

pureza.

a David vio a Betsabe. No puedes evitar mirar pero si

puedes evitar el seguir mirando.

(i) Isaías 45: 22Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la

tierra, porque yo soy Dios, y no hay más.

1. Todos vemos

a. Los niños

b. Los jovenes los viejos

c. Los pobres

d. Los ricos

e. Los estudiados

f. Los que están estudiando lo que no lo hicieron.

g. Mira a Jesus.

D V: 16 La vanagloria de la vida.


carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene

del Padre, sino del mundo.

1 Una vida superficial

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i Unas vida superficial es vivir creyendo que el valor de la vida

está en la apariencia de las cosas o en el precio de ellas, y no

en el valor que Dios le ha dado.

ii La vanagloria nos hace ser superficiales porque nos lleva a

darle más valor a las cosas materiales y a la apariencia de las

personas que a lo que hay en el interior del hombre.

iii Nuestro valor como personas viene de Dios y no de las cosas

que tenemos o de las que quisiéramos tener.

iv Si lo buscamos primero a Él, lo demás será añadido (Mt. 6:25-

26, 31-33).

v Dios quiere bendecirnos y que seamos prósperos en todo pero

no que nuestra seguridad depende de las cosas sino de él.

vi Jesús no quiere aislarnos del mundo, Él quiere que brillemos y

seamos luz en el lugar donde estemos (Jn.17:15).

a Filipenses 2: 3Nada hagáis por contienda o por vanagloria;

antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como

superiores a él mismo; 4

no mirando cada uno por lo suyo propio, sino

cada cual también por lo de los otros. 5

Haya, pues, en vosotros este

sentir que hubo también en Cristo Jesús,

b

E V: 17 El que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

1 Juan 2: 17Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la

voluntad de Dios permanece para siempre.

1 Lo fútil y lo eterno.

i Una cosa es vivir para lo temporal y otra muy distinta es vivir

para lo eterno.

a Las únicas cosas que van a perdurar, son las cosas de Dios,

¡y punto! El mundo está pasando, nuestros días se van

“volando”, y un día, todos abandonaremos esta tierra, tal

como la conocemos. Verá, no somos ciudadanos de la

tierra tratando de llegar al cielo. Somos ciudadanos del

cielo peregrinando en la tierra. Este mundo no es nuestro

hogar.

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b ¿Está usted viviendo para los placeres de la carne, o para el

gozo del Espíritu? ¿Está viviendo para la alabanza de los

hombres, o para la gloria de Dios? ¿Está usted viviendo

para hoy, o viviendo para la eternidad? ¿Está viviendo para

las cosas que se pueden ver, o para las cosas que no se

pueden ver?

c Uno de estos días, este viejo mundo con todas sus elevadas

culturas, sus orgullosas filosofías, egocéntrico

intelectualismo e impío materialismo, va a ser olvidado.

Pero los que hacen la voluntad del Señor vivirán para

siempre.

d PUNTO DE ACCIÓN: Realice un recorrido por su casa

antes de que la semana se termine. Mire en cada rincón. Si

todo lo que ve se le fuera quitado, aún así, ¿haría usted la

voluntad de Dios? ¿Por qué? ¿O por qué no?

III CONCLUSION

A No ames las formas, los cuerpos, ni las apariencias...

esas son cosas que se deterioran con el tiempo...

enamorarte de Dios, ama a Dios, a el tiempo no le

puede tocar no le puede cambiar.

f.b.m.o

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