El diseñador emprendedor

Condensado del libro

The Design Entrepeneur,

Turning Graphic Design into Goods that Sell

Steven Heller + Lita Talarico

Rockport 2008

Introducción

Aunque no es una idea nueva, si es revolucionaria. El concepto moderno de emprendedurismo ha estado presente desde fines del S XIX con los talleres originados en el movimiento Arts and Crafts fundado por William Morris.

Esta tradición evolucionó en varios movimientos y escuelas de diseño progresivo siguiendo esta tendencia aquellos adictos a crear distintas propuestas en formas alternativas para mercados vanguardistas.

Aunque el término hoy usado, no aplicaba entonces, los diseñadores emprendedores

–aquellos que son visionarios, toman riesgos y tienen la mente abierta a los negocios–soñaron conceptos y proyectos que llenaran sus propias necesidades tanto creativas como económicas.

Lo que que hace la diferencia

Ya sea de manera individual ó colectiva, el empuje es el común denominador en cualquier iniciativa emprendedora.

La ecuación es simple:

Empuje (ímpetu)+ idea brillante = masa crítica

Se deben fusionar 2 fuerzas para generar suficiente energía para lograr un impulso emprendedor:

Voluntad + Inteligencia

Convertirse en diseñador emprendedor

Muchos diseñadores en la actualidad apoyados por sus computadoras con tecnología y materiales accesibles se están convirtiendo en emprendedores, ya sea en su tiempo libre o de tiempo completo.

“Un diseñador emprendedor debe estar comprometido en crear y encontrar un nicho para un producto o servicio que tiene un valor y se puede poner al alcance del público”

Se puede malinterpretar el término con la actividad de diseñar y desarrollar objetos “curiosos”. Pero esta actividad requiere de cierto rigor. El emprendedor debe ir más allá de la zona de confort (espíritu artista) de cualquier diseñador y entrar en un terreno de riesgo donde el público decide que funciona y qué no.

I. Generando ideas

Durante mediados de los años 50´s un fenómeno definitorio de una era tomó lugar en las áreas del diseño y la publicidad, fue llamado “The Big Idea Revolution” Aunque esta revolución no hizo cambios trascendentales, si sentó la base de una filosofía innovadora. Iniciaba un período de consumismo y prosperidad en Norteamérica, donde el diseño y la publicidad significaban aún más que hacer cosas bellas. El resultado debía sonar, leerse y verse inteligentes, las ideas inteligentes, eran supremas, mientras que lo demás era puro relleno.

En publicidad significó crear imágenes que generaran conceptos estimulantes para la mente, en diseño gráfico, un aumento en estímulos visuales, con conceptos gráficos conjugados. Esta tendencia duró hasta principios de los años ochenta, cuanto ya no todas las grandes ideas eran tan grandes como en un principio. En ese momento, los diseñadores supieron que era momento de crear algo más.

Hoy, el espíritu emprendedor en los diseñadores es la nueva “Big Idea”.

¿Todos somos emprendedores?

No todos tenemos el don de concebir o detectar grandes ideas, pero todos los diseñadores tenemos el potencial de desarrollar ideas, grandes o pequeñas y después –aquí es donde entra el gran reto– lograr llevarlas a la realidad.

Mientras que los diseñadores de generaciones anteriores eran contratados para desarrollar las ideas de alguien más, en este nuevo ambiente emprendedor, los diseñadores y estudiantes de diseño, están pensando, concibiendo, y desarrollando sus propios productos. Por supuesto que esto no excluye el rol tradicional del diseñador que desarrolla proyectos para sus clientes, pero si sugiere, que la tendencia nos lleva a pensar en este nuevo rol emprendedor como algo más común que en otras épocas.

Los diseñadores como emprendedores tenemos grandes ventajas sobre los emprendedores que no diseñan, ya que podemos desarrollar varias fases del proyecto por nosotros mismos, mientras que otros, necesitan contratar los servicios de un diseñador para dar forma a sus ideas.

Aunque no hay una fórmula secreta, si hay algunos proceso útiles que se deben de tomar en cuenta cuando se inicia como diseñador emprendedor.

I.1. Hacer limpieza mental para dar espacio a la creatividad

Asegurarnos que nuestra mente se aclare de problemas relacionados con clientes ó proyectos, para dejarla libre para crear ideas originales.

Si no pensamos de manera convencional, el resultado nos puede llegar a sorprender.

Es importante saber que, en la mayoría de los casos, las ideas emprendedoras, generalmente vienen de una perspectiva personal, autobiográfica.

Las personas creativas, que inventan, normalmente lo hacen porque tienen la necesidad urgente de hacer algo que cambie la vida de alguna forma.

Lo mas importante entonces, es crear ideas libremente y tomar algunas de ellas, las má

I.2. Editar y seleccionar las ideas

Es importante saber cuáles ideas realmente valen la pena para invertir nuestro tiempo libre. No todas las ideas son buenas, algunas aparentemente lo son, pero es importante analizarlas desde varias perspectivas.

Editar significa ser lo suficientemente cauteloso para hacer lo que siempre hacemos con los clientes: seleccionar dos o tres ideas y cuestionar su viabilidad, factibilidad y aceptación.

Antes de invertir tiempo, dinero, y esfuerzo el emprendedor diseñador, debe evaluar las posibilidades desde varios puntos de vista, si el resultado es positivo, entonces se puede empezar.

I.3. Probar con un prototipo

Esto nos ayuda a ver físicamente el resultado de nuestra propuesta y valorar sus alcances. Es importante que las ideas que tenemos se puedan realizar de manera práctica y sencilla. Es importante tomar en cuenta la tecnología y materiales que tenemos disponibles ya que es con lo que contamos para llevar nuestra idea a la realidad.

El truco de ser un diseñador emprendedor es tener un sentido agudo para detectar cuáles ideas son realmente candidatas a dar fruto.

II. Cuándo una idea es la mejor

Muy pocas personas, como nuestro mejor amigo o peor enemigo, nos darán un punto de vista honesto sobre una idea.

Es importante siempre buscar una crítica objetiva, experta, que nos ayude a medir la reacción de nuestra idea en un futuro.

Además se sugiere que se pruebe o mida qué porcentaje de personas del público objetivo pueden estar interesados en la idea que propongo. Estas pruebas, además de ayudarnos a medir la aceptación de la idea que desarrollamos, también nos dará pautas para perfeccionarla.

III. Expresión personal

Cuando miramos en las tiendas de cualquier tipo, vemos productos que aparecen al consumidor en ofreciendo distintas experiencias y niveles de interés.

Algunos llenas necesidades prácticas, mientras que otros responden a necesidades más emocionales y personales. Así como el producto toca una fibra sensible en el consumidor, los productos surgen de un lenguaje expresivo en el diseñador.

Un diseñador emprendedor debe ser observar desde todas las perspectivas si una expresión personal puede llegar a satisfacer necesidades del mercado. Como se ha dicho antes, muchas de las iniciativas emprendedoras más exitosas, surgen de experiencias personales, y en muchos casos si se trabajan, estas necesidades y experiencias pueden aplicarse de manera universal.

Es necesario lograr un balance entre lo original y lo funcional, ya que el toque de autor en este tipo de aproximaciones es muy importante.