discernimiento y reglas

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Ejercicios Espirituales De San Ignacio de Loyola

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Reglas de Discernimiento.1ª y 2ª Semana de Ejercicios

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Page 1: Discernimiento y reglas

Ejercicios EspiritualesDe San Ignacio de Loyola

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¿Qué es el discernimiento? El discernimiento espiritual es la búsqueda de

la voluntad de Dios. Es un perpetuo abrirse plenamente a Dios para reconocer y cumplir la voluntad del Señor. San Ignacio de Loyola dedica todo el libro de los Ejercicios Espirituales (E.E.) a este tema, puesto que es un camino, una experiencia de Discernimiento Espiritual (D.E.), para descubrir la voluntad la divina voluntad.

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Para poder hacer un buen discernimiento (una buena elección) es necesario tener en cuenta algunas nociones básicas de todos los movimientos espirituales que se nos presentan. Empezaremos hablando de las mociones.

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Son los varios movimientos, impulsos y llamados, apelos y atracciones que experimentamos en nuestra conciencia. Por ejemplo, veo a alguien necesitado y “siento” en mi conciencia un apelo para ayudar a esa persona. El apelo “resuena” en mi conciencia como una voz que me dice: “ayuda a esa persona”. Este apelo es una moción, un movimiento interior. Las mociones, en cuanto tales, son rápidas. Pero puede tener una resonancia que se prolonga por un determinado tiempo, estableciendo un “estado interior” de paz o de inquietud, de alegría p tristeza, de malestar o bienestar, dando lugar a las Consolaciones o Desolaciones.

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MOCIÓN(KINESIS)IMPULSO

AFECTIVO

Resultado de un conocimiento

sensible emocional

sobrevenido de fuera

Acontece en la interioridad del ser

humano

Afecta el ámbito apetencial y lo

configura emocionalmente

en alguna dirección

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1) PROCEDENCIA. Relación a las causas de donde proceden.

2) CALIDAD. Bondad o malicia de las tendencias.

3) DIRECCIÓN. Diversos movimientos concretos e individuales considerados en su unidad genérica que manifiestan cierta tendencia o propensión

BUEN ESPÍRITU: induce hacia el bien sin mezcla. Confieren al hombre madurez, plenitud y libertad en la búsqueda del bien más allá de todo otro interés.

MAL ESPÍRITU: Desvían la correcta dirección o inducen a la vuelta atrás.

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Dejar que aparezcan en toda su potencia y dinamicidad. Las del Buen Espíritu para dejarse guiar; las del Mal Espíritu para rechazar.

Por la capacidad de autoengaño, el discernimiento se cierra hasta el final: Historizando mociones.

Page 8: Discernimiento y reglas

examen

examen

DÍA

examen

examenDÍADÍADÍA

Mociones calificadas.Constantes.InvitacionesTretas.Agradecer.

Mociones a trabajar.Rasgos de la perso-nalidad.Patrones de conducta

Historizar mociones;Cotejar;

Ver frutos

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Acontecimiento

Hecho

Sernsación

Sentimiento

Pensamiento

Deseo

Impulso afectivoTendencia hacia algo

Adhesión emocional

Adelante

AtrásCONTEXTO

Page 10: Discernimiento y reglas

Buen Espíritu

Mal Espíritu

ACEPTAR/RECHAZAR

Físico

Psíquico

Mellevan

a Dios La acepto

No mellevan aDios

La rechazo

Buenasmoral-mente

Malasmoral-mente

MalEsp.r

BuenEsp.

Malasespiri-

tualmente

Caer en la cuenta

Caer en la cuenta

EE: 313

Sentir: Caer en la cuenta, tomar conciencia. No soy yo quien los produce, suceden en mí. Conocer: Ver si estos movimientos son buenos o no. Si me llevan a Dios o a algo bueno, son buenos; si me apartan, no son buenos. Se causan: de acuerdo a su condición, recibirlas o rechazarlas.

Toda moción moralmente mala, es espiritualmente mala: la venganza: la moral me dice “esto no se puede hacer”; espiritualmente es mala porque yo debe amar.

No toda moción moralmente buena puede ser espiritualmente buena: Trabajar con niños pobres es bueno, pero ¿quiere Dios que abandone a los ancianos pobres?

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son estados interiores y no algo rápido. Permanecen por un tiempo notable (tienen una duración de 5 minutos, una hora, un día...)

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es una experiencia total y totalizante. Se da en lo profundo del espíritu humano, pero alcanza todo, alcanza la sensibilidad y el cuerpo. La consolación tiene referencia explícita a Dios, o a cualquiera de sus ministerios, con una presencia interior inconfundible. Puede venir, por ejemplo, con un impulso para donarse a los otros y con un sentimiento de que “Esto, sí, es vida”.

Page 13: Discernimiento y reglas

También es una experiencia total y totalizante, alcanza el espíritu humano, la sensibilidad y el cuerpo (puede provocar nerviosismo y una depresión generalizada). En la Desolación hay un sentimiento de ausencia de Dios (lo contrario de la consolación) y predomina una visión tétrica de la vida (parece que nada vale la pena o que ni vale la pena vivir). Puede ser fuerte, entonces, el pesimismo o tendencias pesimistas que crecerán desmedidamente.

Page 14: Discernimiento y reglas

DISCERNIMIENTO

2. Analizar: Mirar aquellas que afectan

el núcleo del ser

4. Distinguir: Buen Espíritu: cómo

Dios me impulsaMal Espíritu: el fenómeno

de la tentación.

1. Recoger mociones

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Persona

Libertad:

El peso de mis heridas

La riqueza de mi manantial

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MocionesMocionesCriterios:1) Justicia solidaria (Mt 25,31)2) Misericordia de Dios (Lc 6,36)4) Cuidar de mí como cuido de otros

(Mt 19,19)

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TretasTretasDemonio: mal.Satán: El padre de la mentira (Enemigo de la naturaleza humana)Táctica:1) Aprovechándose de: - Nuestros Instintos (Haciéndonos incapaces de manejarlos)- Nuestra heridas (Agrandándolas, haciéndonoslas sentir con más

dolor para hundirnos en el momento presente)2) Aprovechándose de:- Cualidad importante: La saca de quicio, encumbrándonos,

juicios a los demás, criterio de verdad.- Ver como virtud nuestras compulsiones o mecanismos de

defensa.

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Todos estos estados interiores tienen un origen en la mociones, que pueden ser del Buen Espíritu o del Mal Espíritu.

Mociones

Buen o Mal Espíritu Consolación o Desolación

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MAL ESPÍRITU OBJETIVOS: - Busca alejarnos más de Dios. - Quiere mantenernos y hundirnos en el pecado. MEDIOS: - Hace que el grupo o la persona se sienta a gusto como está. - Propone placeres vacíos, huecos. - Hace imaginar deleites y placeres sensuales, para conservarlos y aumentarlos más

en sus vicios y pecados.

BUEN ESPÍRITU OBJETIVOS: - Busca acercarnos a Dios. - Quiere sacarnos del pecado. MEDIOS: - Nos crea insatisfacción, inquietud y remordimiento para que la persona o el

grupo caiga en cuenta de su situación de engaño y pecado.

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“En las personas que van de pecado mortal en pecado mortal (descendiendo las gradas), acostumbra comúnmente el enemigo proponerles

• placeres aparentes, haciéndoles imaginar deleites y placeres de los sentidos,

• para conservarlos y hacerlos crecer más en sus vicios y pecados;

en dichas personas el Buen Espíritu actúa de modo contrario,

• punzándoles y remordiéndoles la conciencia por el juicio recto de la razón.”

Nota: Se debe leer primero el texto inferior, luego el superior

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MAL ESPÍRITU OBJETIVOS: - Busca estorbar, impedir y dificultar el avance. MEDIOS: - Desanima y debilita nuestros buenos propósitos - Nos llena de pesimismo - Nos entristece y deprime. - Nos intranquiliza con falsas razones. - Impulsa a la persona o grupo a racionalizar su situación y actuación, para que se

contente con lo que ha conseguido hasta el momento y así no siga adelante. BUEN ESPÍRITU OBJETIVOS: - Busca ayudar y facilitar al avance. MEDIOS: - Da ánimo y fuerzas. - Sugiere soluciones, inspira nuevos cambios. - Nos produce consolación, alegría. - causa tranquilidad (paz interior) - Quita TODOS los impedimentos que existen para que la persona o el grupo siga

progresando en el camino del bien.

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Nota: Se debe leer primero el texto inferior, luego el superior

““En las personas que van intensamente purgando En las personas que van intensamente purgando sus pecados, y de bien en mejor sus pecados, y de bien en mejor

subiendo en el servicio de Dios nuestro Señor subiendo en el servicio de Dios nuestro Señor (subiendo las gradas), sucede de modo contrario al (subiendo las gradas), sucede de modo contrario al de la primera regla; porque entonces es propio del de la primera regla; porque entonces es propio del

mal espíritumal espíritu• morder (con escrúpulos),morder (con escrúpulos),

• entristecerentristecer• y poner obstáculos,y poner obstáculos,

• inquietando con falsas razones para que no pase inquietando con falsas razones para que no pase adelante adelante

y propio del Buen Espíritu es dary propio del Buen Espíritu es dar

• ánimo y fuerzas,ánimo y fuerzas,

• consolaciones,consolaciones,

• lágrimas,lágrimas,

• inspiraciones y quietud,inspiraciones y quietud,

• facilitando y quitando todos los impedimentos, facilitando y quitando todos los impedimentos, para que siga adelante en el bien obrar”para que siga adelante en el bien obrar”

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Tercera regla de discernimiento:LA CONSOLACIÓNLa consolación puede tener los siguientes matices: Nuestra fe se fortifica y aumenta, lo mismo que la esperanza y el

amor. Los temores y la dudas se disipan. Sintiendo alegría, paz, tranquilidad profunda y a veces

inexplicables. Sintiendo claridad y firmeza para lo que tengamos que

emprender. Sintiendo fuerzas y deseos de superar las actitudes de pecado. Sintiendo luz intelectual que hace entender de una manera

siempre nueva, lo que es amor a Dios, servir a los demás o comprender profundamente las verdades de la fe.

Sintiendo deseos de comunicar a alguien, la experiencia positiva que se vive.

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Sintiendo impulso de ayudar a los hermanos más necesitados: los pobres y los marginados.

Sintiendo tristeza por la vida floja de vida y de pecado. Algunos santos han llorado, ya sea por el amor que

experimentaban, o por el arrepentimiento de sus pecados. Sintiendo facilidad y alegría en el diálogo con el Señor

(oración). A veces este diálogo se llena de la experiencia profunda de que Dios me escucha, e incluso de que me habla.

Sobre todo sentimos la cercanía de Dios. La vida y el trabajo de un grupo se hace más llevadero.

Reina la paz, la armonía y el dese de mejorar. Otros matices que la persona debe detectar y expresar.

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Cuarta regla de discernimiento:LA DESOLACIÓNLa desolación puede tener los siguientes matices: Sentimiento de oscuridad que lleva a la duda y a la falta de fe. Nos llenamos de miedos sin ningún fundamento. Caemos en estados de depresión, a veces sin saber por qué, a

veces sabiéndolo o suponiéndolo. Sintiendo nostalgia, soledad, tristeza, ante la imposibilidad de un

cambio de vida. Sintiendo inseguridad ante decisiones que tenemos que tomar, o

de estar en lo correcto. Sintiendo pérdida de confianza en el grupo o comunidad a que

pertenecemos. No aceptando a las personas como son. Sintiendo abatimiento, mal humos, disgusto de todo.

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Sintiendo impulso a vivir en soledad, a aislarnos de los demás, a encerrarnos en nosotros mismos.

También a vivir despreocupados de los otros, sin importar los problemas de justicia o explotación que viven los otros.

Sintiendo satisfacción y alegría por la vida floja de vicio y pecado que estamos llevando.

Sintiendo que nos invade la pereza ante cualquier forma de trabajo, ante el estudio y el apostolado.

Sintiendo aburrimiento y desánimo de seguir con la oración, o la falta de confianza en las oraciones de petición.

No sintiendo gusto por las cosas de Dios. Sintiendo frialdad ante todo lo que se refiere a Cristo. Verlo

como algo alejado que no afecta para nada mi vida y , a veces , fastidia.

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En determinados momentos esto puede llegar a convertirse en “nausea” de las cosas espirituales, de la vida, y aun del mismo Dios.

Llegamos a sentir a Dios muy lejos de nuestra vida. Se da una pérdida de confianza y esperanza, todo se ve

negro, todos los obstáculos se juntan, no se ve ninguna salida.

La vida se llena de tedio, aburrimiento, hartura y pesimismo. Si la desolación es de un grupo, se detecta frialdad, tanto en la relación interpersonal como en el trabajo.

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DESOLACIÓN

ESTADO INTERMEDIO

TIEMPO TRANQUILO

ESTADO INTERMEDIO

CONSOLACIÓN

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C onsolaci nó

E spacio intermedio

T iempo tranquilo

E spacio intermedio

D esolaci nó

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- El grupo o persona que está en desolación, nunca debe hacer mudanza, es decir que no debe olvidar ni cambiar los propósitos o determinaciones u opciones que tomó en un estado anterior de paz o consolación. Porque así como en la consolación nos guía y aconseja el buen espíritu, al revés en la desolación, donde lo hace e mal espíritu, con cuyos consejos nos podemos equivocar y perder.

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- Dado que en la desolación no debemos mudar los primeros propósitos, mucho aprovecha en intenso mudarse contra la desolación, es decir: luchar.

Esto lo conseguirás haciendo todo lo contrario de lo que te proponga la desolación, por ejemplo: si la desolación me lleva a cortar la oración, pues, me alargaré en ella un poco más; si la desolación me conduce al pesimismo, procuraré no entrar en él y para eso me puedo ayudar de frases que expresen alegría o confianza en Dios, o de párrafos de la Escritura que tengan este sentido; si conduce a la separación y división del grupo, se debe fomentar la unidad; y así por el estilo

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El grupo o persona que está en desolación, debe considerar este tiempo como una prueba de Dios, para que resista las varias agitaciones y tentaciones del enemigo. En medio de la prueba no se olvide que siempre contará con la fuerza de la gracia para vencer esa situación, aunque no lo sienta.

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- El grupo o la persona que está en desolación, trabaje por ser paciente, esta virtud es contraria (es decir se opone), a las vejaciones (pruebas) que le vienen, y piense que muy pronto será consolado, por supuesto, si pone por obra la indicación de la regla sexta, especialmente aumentar los ratos de oración, la frecuencia de los sacramentos y la orientación con el acompañante.

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- Tres pueden ser las causas principales de la desolación:

Por ser tibios, perezosos o negligentes es llevar nuestra vida espiritual: oración, examen de conciencia, frecuencia de sacramentos, etc.

Las que permite Dios para probarnos hasta cuánto somos capaces de servirlo sin el premio de la consolación.

Para que el hombre caiga en cuenta de que la consolación no es el logro de un voluntarismo, sino una gracia especial de Dios.

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EN TIEMPO DE CONSOLACIÓNEl grupo o la persona que está en consolación, no

debe hacer tantas cosas como los que están en desolación, pero es muy grave no cumplir en la consolación con las siguientes sugerencias porque podemos caer en la presunción, y eso es preanuncio de la próxima desolación.

- El que se halla en consolación, acostúmbrese a dar gracias a Dios y a pedirle fuerzas para el tiempo de la desolación que después vendrá.

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- El que se halla en consolación, procure recordar lo flojo, débil y cobarde que es durante las desolaciones, cuando le faltan las consolaciones. Por el contrario el que está en desolación piense, que con la gracias que nunca le falta, puede resistir a todos sus enemigos.

Así como en la desolación es recomendable no cambiar de propósitos, en la consolación crecida tampoco se debe hacer opciones importantes. Es mejor anotar los sentimientos y pensamientos para que, en un tiempo más equilibrado de emociones, la decisión sea más objetiva.

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El enemigo se comporta como:

Mujer

Débil ante la fuerza, fuerte ante la

debilidad

Vano enamorado

Mantener en secreto,

no ser descubierto

Caudillo

Ataca por la parte más

débil

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El enemigo se hace como mujer, que puede ser fuerte o débil según el caso. Ya sabemos que la mujer cuando riñe con algún varón, pierde mucho el ánimo y se bate en retirada cuando el hombre la encara de manera decidida; por el contrario, si el varón comienza a huir perdiendo ánimo, la ira, venganza y ferocidad de la mujer es grande y desmedida.

De la misma manera el enemigo, se debilita, desanima y huye con sus tentaciones cuando la persona que se ejercita en las cosa espirituales pone “mucho rostro” (enfrenta) las tentaciones del enemigo, haciendo lo diametralmente opuesto[1]; y por el contrario, si la persona que se ejercita comienza a tener miedo, y a desanimarse de no poder soportar las tentaciones, no hay bestia tan fiera sobre la faz de la tierra como el enemigo, hasta conseguir su perversa intención con gran maldad.

[1] En latín: oppósito per diametrum

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Así mismo, se hace como un seductor, queriendo mantenerse en secreto y no ser descubierto. Porque así como el seductor cuando emplea sus artes con una mujer casada o una hija, quiere que su palabras o sugerencias sean mantenidas en secreto. Y por el contrario le disgusta mucho el que la hija al padre o la mujer al marido descubra sus palabras e intención depravada, porque fácilmente saca la conclusión que no podrá salirse con la suya.

De la misma manera obra el enemigo, cuando trae sus astucias y mentiras al hombre, quiere y desea que sean recibidas y mantenidas en secreto para que tenga más confusión estando en soledad, mas cuando las descubre a su asesor espiritual o a una persona entendida, que conozca de sus engaños y malicias, mucho le pesa, porque se da cuanta que no podrá salirse con la suya, por quedar descubiertos sus engaños.

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Así mismo, se hace como un mal caudillo (jefe de una banda de ladrones) que, cuando quiere entrar en algún sitio, antes estudia bien la situación y planea la acción, buscando los puntos más débiles del lugar que piensa asaltar.

De la misma manera obra el enemigo, busca los puntos más débiles de nuestra personalidad para atacarnos: el egoísmo, la sensualidad, la codicia del dinero, la impaciencia, la soberbia, el orgullo, la vanidad, la pereza, etc.: y por ahí busca abatirnos.

Page 42: Discernimiento y reglas

Fuerza Transparencia Realismo ante mis mayores dificultades

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La primera: es propio de Dios y de sus ángeles, en sus mociones, dar verdadera alegría y gozo espiritual, quitando toda tristeza y turbación, a las que el enemigo induce; del cual es propio guerrear contra esa alegría y consolación espiritual, trayendo razones aparentes, sutilezas y continuos engaños.

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La segunda: sólo es de Dios nuestro Señor dar consolación al alma sin causa precedente, porque es propio del Criador entrar, salir, hacer moción en ella, elevándola toda en amor de su divina majestad. «Sin causa» quiere decir sin ningún previo sentimiento o conocimiento de algún objeto por el que venga esa consolación mediante su acto de entendimiento y voluntad.

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La tercera: «con causa» puede consolar al alma así el ángel bueno como el malo por fines contrarios: el ángel bueno para provecho del alma, para que crezca y suba de bien en mejor; y el ángel malo para lo contrario, y posteriormente para traerla a su dañina intención y malicia.

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La cuarta: es propio del ángel malo, que se disfraza de ángel de luz, entrar con lo que gusta al alma devota y salir con el mal que él pretende; es a saber, traer pensamientos buenos y santos conforme a esa alma justa; y después, poco a poco, procura salirse con la suya, trayendo al alma a sus engaños cubiertos y perversas intenciones.

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La quinta: debemos advertir mucho el curso de los pensamientos; y si al principio, medio y fin es todo bueno, inclinado a todo bien, es señal de ángel bueno; pero si el curso de los pensamientos que trae acaba en alguna cosa mala o distractiva, o menos buena que la que antes el alma había propuesto, o la debilita, inquieta o conturba, quitándole la paz, tranquilidad y quietud que antes tenía, es señal clara de que procede del mal espíritu, enemigo de nuestro provecho y salvación eterna.

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La sexta: cuando el enemigo de la naturaleza humana fuere sentido y conocido por su cola serpentina y el mal fin a que induce, aprovecha a la persona que fue tentada por él, mirar luego el curso de pensamientos que le trajo, y el principio de ellos, y cómo poco a poco procuró hacerla descender de la suavidad y gozo espiritual en que estaba, hasta traerla a su intención pervertida, para que, sacando experiencia de este conocimiento, en adelante se guarde de sus engaños acostumbrados.

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La séptima: a los que proceden de bien en mejor, el ángel bueno toca al alma dulce, leve y suavemente, como gota de agua que entra en una esponja, y el ángel malo toca agudamente y con ruido e inquietud, como cuando la gota de agua cae sobre la piedra. A los que proceden de mal en peor, los dichos espíritus tocan de modo contrario; la causa de esto es que la disposición del alma es contraria o semejante a los dichos espíritus. Porque cuando es contraria entran con estrépito, sensible y perceptiblemente; y cuando es semejante entran con silencio, como en propia casa a puerta abierta.

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La octava: cuando la consolación es «sin causa». Aunque en ella no haya engaño por ser de Dios nuestro Señor sólo, como está dicho, sin embargo, la persona espiritual a quien Dios da esa consolación debe mirar con mucha vigilancia y atención dicha consolación, y discernir el tiempo propio de la actual consolación, del tiempo siguiente en que el alma queda caliente con el fervor y favorecida con los efectos que deja la consolación pasada; porque muchas veces en este segundo tiempo por su propio discurrir relacionando conceptos y deduciendo consecuencias de sus juicios, o por el buen espíritu o por el malo, forma diversos propósitos y pareceres que no son dados inmediatamente por Dios nuestro Señor; y por tanto hay que examinarlos muy bien antes de darles entero crédito o ponerlos por obra.