Dios nunca muere, y también vota. Elecciones federales de 1994 en la Nueva Jerusalén michoacana

Juan Carlos Ruiz Guadalajara El Colegio de Michoacán

Para Roberto Boris

“Obsérvese en qué traje se presentaban [los gachupines] ya en los templos de los divinos oficios; ya enrizados, ya pelones con pechos postizos los afeminados, silbando en lugar de rezar, cortejando a las prostitutas aun en la presencia real de nuestro Dios, con escándalo de los pobrecitos en quien se encuentra la verdadera piedad y reli­gión”. Miguel Hidalgo, Proclama, octubre de 1810.

“¡Yo tengo hambre de oir a los hombres vivientes cantando en el cerro, cantándole a Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo! Pero como ya son catrines, ya son modernistas, ya son hijos de la apostasía... ya no tenemos ganas de persignamos, ni de rezar ni de cantar, porque somos puros apóstatas”. Papá Nabor, Sermón del 21 de agosto de 1994.

Prolegómenos en las profundidades de una historia reciente

A comienzos de 1809, la perseguida Junta Suprema Central Gubernati­va de España lanzó un decreto por el cual se estableció la elección de un representante por reino ante dicha Junta. En la Nueva España cada Provincia debería elegir, al interior de sus cabildos, a un connotado per­sonaje con el fin de participar en el sorteo final que se efectuaría en la capital del virreinato. En la inquieta Valladolid de Michoacán los regi­

dores habían conformado una lista en la que figuraban desde canónigos hasta capitanes, criollos y peninsulares, todos representantes de intere­ses, regiones y grupos de diversa naturaleza. Así, antes de lo que podrí­amos considerar las primeras elecciones michoacanas, el 17 de mayo de aquel año el Cabildo vallisoletano celebró una misa solemne al Espíritu Santo con el fin de que la votación fuese acertada. Más allá de los ava- tares a los que se enfrentó el cabildo ante su inexperiencia para organi­zar una elección tan pequeña, el procedimiento de votar en papeletas para definir una tema, y posteriormente al representante por sorteo, per­mitió que “el Espíritu Santo” inclinara la balanza, mediante una frau­dulenta operación, en favor del canónigo penitenciario de la Catedral de Valladolid: don Manuel Abad y Queipo.1

No era, ni con mucho, la primera ocasión en que los católicos no- vohispanos veían en sus acciones el amparo o desamparo de la Provi­dencia.2 Obtener presencia frente al poder central por medio de elec­ciones no podía estar divorciado del favor divino, el cual fue invocado como elemento de triunfo por quienes vieron en sus luchas políticas la defensa de la tradición y la moral públicas. Basta con ver la proclama del cura Hidalgo a sus paisanos: “¡Buen ánimo, criollos cristianísimos! Alentaos con saber que el Dios de los Ejércitos nos protege...”3 La pro­tección no evitó la derrota, pero tampoco acabó con la convicción de contar con la sanción de Dios en la conquista de la libertad. Más allá de guerras, de planes y de la construcción jurídico-política de México en sus inicios, el tono religioso que adquirían las manifestaciones políticas del nuevo Estado-Nación hicieron posible el surgimiento de una gale­ría de héroes de la Patria, entre ellos varios curas que en el imaginario de las masas campesinas fueron vistos como iluminados, como “profe­tas”.4 Sobre todo en un territorio cuya evangelización había estado llena de apariciones milagrosas de la virgen María.

Frente al ineluctable proceso de ciudadanización producto de la modernidad nacida en el siglo xviii, el mundo novohispano (tradicional y católico) marcó fuertemente las pautas, modos y contramodos de asu­mir la soberanía que prevalecieron y se transformaron en las subse­cuentes etapas de la historia “nacional”.5 Así, en el siglo xix, como afir­ma Femando Escalante: “...la sociedad fue construyendo su propio orden, su propia forma de hacer política: con fuertes lealtades locales, con relaciones clientelistas y señoriales, con vínculos personales y sis­

temas de reciprocidad”.6 Una de esas tantas formas de hacer política estuvo marcada por la firme convicción de que Dios asistía las inten­ciones de un pueblo devoto en la defensa de sus derechos, lo cual per- meó una gran cantidad de actitudes y prácticas democráticas, princi­palmente el ejercicio del voto al interior de una sociedad atrapada entre liberales-conservadores, conservadores y conservadores-liberales. Se trata, por tanto, de un proceso que llega hasta nuestros días, cuya géne­sis está en el siglo xvm y que aún no encuentra su apocalipsis: el ejer­cicio político libre de los individuos versus la tradicional colectividad.

La siguiente historia da testimonio de dicha continuidad: trata una pequeña fracción del proceso electoral de 1994, es decir, 185 años des­pués de las primeras elecciones michoacanas. Los personajes: un cura, un médium, una comunidad religiosa, dos partidos políticos, algunas almas bienaventuradas (entre ellas la de Lázaro Cárdenas), dos diputa­dos, una periodista “gringa”, un síndico, un regidor, un servidor y “har­tos” campesinos. El escenario fue un rincón apartado de Michoacán, cercano a Puruarán, donde comienza la “tierra caliente”, conocido como La Ermita o la Nueva Jerusalén. Los afanes de moderna demo­cracia aparecerán mezclados con realidades campesinas, con indivi­duos que se diluyen en lo comunitario, pero sobre todo, con la fírme convicción de que Dios aún interviene para guiar a su pueblo en los “asuntos del César”. Cualquier semejanza con episodios del siglo xviii, xix, xx o xxi no es ni será coincidencia.

Desenlace en las profundidades de una reciente historia

“Esto no es una democracia, esto es el imperio de la Virgen”. Papá Nabor a sus feligreses.

“Órale, váyanse a sembrar su maíz, hijos de la chingada. Y apren­dan de este ejemplo, por andar de pendejos creyendo en cabrones que no trabajan”. Policías judiciales a campesinos de Guerrero, Matanza de Aguas Blancas, Gro.

(La Jornada, 8/III/1996: 6).

La Nueva Jerusalén

El fenómeno socioreligioso llamado Nueva Jerusalén fue, durante años, motivo de ligeras opiniones y satanizaciones. Antes de los noventa sólo existían dos pequeños artículos de corte académico que intentaban dar razón de “La Ermita” como experiencia digna de estudio.7 Dichos ar­tículos poco podían competir con la avalancha de reportajes que, en diversos medios de difusión, han aparecido con tintes amarillistas. Fue hasta 1993 cuando el antropólogo Miguel Leatham culminó la redac­ción de su tesis doctoral,8 en la cual analizó el reclutamiento campesino al interior de la Nueva Jerusalén. Basado en métodos más confiables, sobre todo, las historias de vida recolectadas en trabajo de campo, Leatham propuso una aproximación al conocimiento religioso por me­dio de la microsociología. Intentó relacionar los factores psicológicos y socioculturales que influyeron en la conformación de la comunidad: su objetivo fue establecer la conexión entre los dogmas de la fe y las necesidades de los campesinos seguidores del culto a la virgen del Rosario.9 •

Así, la conversión tenía que diferenciarse analíticamente del reclu­tamiento. Este último es visto por Leatham como el contacto de los ac­tores sociales con el nuevo grupo religioso y la decisión individual, por cualquier razón, de iniciar una asociación con éste; se refiere a la acción concreta de unirse a un grupo. Por su lado, la conversión implica el asu­mir una nueva religión e identidad10 y tiene diversas vías de realización. El privilegiar los elementos propios de la decisión individual más los aspectos particulares de la “secta” nos permite, gracias a este estudio, penetrar a un aspecto de la religiosidad campesina en el contexto espe­cífico de México. Vayamos por partes:

La historia de la Nueva Jerusalén es muy reciente. Se nutre ante todo de un mito fundador. Pero, además, reviste características intere­santes, pues más que inventada parece integrada en un relato donde lo único cuestionable, a ojos de los escépticos, son sus elementos sobre­naturales. Los datos que componen la historia de la Jerusalén son de origen diverso, pero independientemente de su credibilidad, todos coin­ciden en que los hechos se sucedieron de una manera. Por tanto, esta­mos ante un hecho social documentado en sus aspectos terrenales, de reciente aparición y en actual desarrollo, rodeado de portentos y mila­

gros. Al menos en su mayor parte no es una historia hecha a posterio- ri y por la cual los significados y los símbolos se encuentren adaptadoso reciclados; la mayoría de los protagonistas aún viven y se desenvuel­ven. De ahí que “los de afuera” consideren charlatanería y falsedad lo que para “los de adentro” es motivo de creencia.

Los antecedentes ideológicos de la Nueva Jerusalén se encuentran en el movimiento católico tradicionalista y en el aparicionismo maria- no apocalíptico.11 El primero guarda relación directa con las reacciones provocadas por el Concilio Vaticano n (1962-1965), episodio que pode­mos considerar como el comienzo de una nueva etapa en la historia de la Iglesia católica. Convocado por Juan xxm con la intención de poner al día la vida interna de la Iglesia y recuperar su papel social, el Vaticano n tuvo que enfrentar grandes discusiones en tomo a la libertad religiosa del hombre. No se trataba de renunciar a la fuerza de la Iglesia, más bien se intentó reconocer una realidad tajante: la coexis­tencia de nuevas y viejas formas de abrazar la fe cristiana en países tra­dicionalmente católicos.12 Eran alusiones directas a todas las ramas que habían sido llamadas “sectas”, y que a partir del Concilio fueron trata­das como “hermanos separados” de la “madre Iglesia”. En cuanto a la liturgia, el Concilio representó el triunfo de una corriente renovadora, ecuménica, opuesta al uso indiferenciado del ritual romano. Se trataba de lograr una liturgia accesible “[...] a los textos y las ceremonias [...]”13 por parte de los seglares, así como un acercamiento mayor a los cre­yentes. De ahí que el uso de lenguas vernáculas y la aceptación de for­mas litúrgicas locales fue visto, por los sectores más tradicionalistas, como un verdadero relajamiento. La consecuencia fue que para 1969 se estableció formalmente el nuevo rito de la misa y el nuevo calendario litúrgico. Las reacciones del bajo clero tradicional a las reformas del Concilio fueron diversas y en algunos casos cismáticas.

En cuanto al aparicionismo mariano, debemos decir que los textos e interpretaciones teológicas le dieron a María un lugar privilegiadísi­mo entre los siervos de Dios. Se le reconoce un culto especial, nunca mayor al de Dios (latría) pero tampoco menor al de los ángeles y los santos (<dulía). El culto a María es, por tanto, un culto de hiperdulía que le otorga, por excelencia, el papel de intercesora y mediadora de los hombres ante su hijo.14 Su figura de madre y los dogmas de su fe han permitido el desarrollo de una gran cantidad de advocaciones marianas.

Inclusive quedó asociada desde la Edad Media a la mujer que apareció en las visiones apocalípticas de San Juan. Su imagen intercesora se hizo más evidente durante la evangelización de América, pues se conformó toda una secuencia de apariciones y milagros que denotaban el interés de la Virgen por la protección de los más débiles. Así, no sólo pidió la erección de santuarios, sino que también acaudilló al mismo tiempo ejércitos enemigos.

En México, la Guadalupana es considerada históricamente como la advocación mariana de más devoción, sin embargo, durante aproxima­damente cuatro siglos los fieles meditaron los misterios de la Virgen a través del Rosario que circuló en el Catecismo del padre Ripalda. Pare­ce que fue Domingo de Guzmán, fundador de la orden dominica en la Edad Media, quien impulsó el culto a María mediante el Rosario. Esta práctica representa hasta nuestros días una síntesis del Nuevo Testa­mento por medio de los quince misterios de la vida de María. Dichos misterios están divididos en tres partes: cinco Gozosos, cinco Doloro­sos y cinco Gloriosos. Estos últimos abarcan desde la resurrección de Cristo hasta la Coronación de María en el Cielo. El Rosario es, enton­ces, una forma de lograr la salvación por medio de María.

Lo anterior es importante, pues en la formación de la Nueva Jeru- salén aparecerán mezclados estos simbolismos marianos: virgen que se aparece a una campesina, virgen que anuncia el fin del mundo, virgen que pide la construcción de un santuario para congregar y guiar a los escogidos, virgen que manifiesta su descontento con las reformas del Concilio Vaticano n y, sobre todo, virgen que habla a través de mé­diums. Con excepción de las dos últimas características enunciadas, el culto de la Nueva Jerusalén recupera las funciones místicas de María, y las adecúa para recrear un ambiente milenarista de arrepentimiento ante un mundo moderno y desordenado. La elección del culto a la Señora del Rosario en la Nueva Jerusalén no es gratuita si pensamos que justi­fica la existencia de esta comunidad como intercesora de la humanidad completa. Con estos antecedentes y conjuntando las versiones y testi­monios existentes, la historia de la Nueva Jerusalén la podemos dividir en tres etapas, cada una caracterizada por las formas de intervención mariana por medio de videntes o médiums.

Papá Nabor y Mamá Salomé

El primer periodo está caracterizado por las apariciones de la Virgen a Gabina Romero Sánchez,15 humilde campesina que había nacido alre­dedor de 1920 en Tunácuaro, y que llegó desde joven a vivir al Ejido de Puruarán. Cuentan los neojerusaleños que al mediodía del 13 de ju­nio de 1973, Gabina se dirigía al campo para llevar de comer a su fami­lia (también campesina), cuando en un camino conocido como El Ca­llejón, a escasos tres kilómetros de Puruarán, se le apareció una mujer sedienta, vestida como pobre campesina, para pedirle agua y decirle: “Mira, ve y di al padre esto, que deseo la fe del Santo Rosario, porque el mundo es y será perdido”. Se trataba de la virgen del Rosario en per­sona. Como en historias parecidas, Gabina Romero no cumplió, al prin­cipio, el mandato de la mujer. Inclusive, trataba de evitarla en su ca­mino diario al sembradío. Sin embargo, la Virgen la esperaba sentada en una roca a la sombra de un árbol conocido como “huacimita”, a un lado de El Callejón (en este sitio fue posteriormente construida La Er­mita). Por agosto 23, ante el incumplimiento de Gabina, la Virgen le dijo que había escogido a una mujer campesina para asistirla en la sal­vación de las almas. En un acto simbólico, las dos mujeres sellaron este pacto cuando Gabina le dio de beber agua de su guaje a la Virgen, justo en el sitio donde la campesina había escuchado por primera vez la voz de aquella aparición. Quedaba de esta forma establecida “La Alianza” para la salvación del mundo (conocida así entre los neojerusaleños).

En ese entonces, el cura de Puruarán, Nabor Cárdenas Mejorada (nacido en Coalcomán en 1910) era una de las voces opositoras a las re­formas que poco a poco acababan con prácticas litúrgicas tradicionales. Ordenado sacerdote en 1935 por la Diócesis de Tacámbaro, el padre Nabor desarrolló una extensa actividad pastoral entre las comunidades campesinas de la tierra caliente michoacana, principalmente en la zona de Carácuaro, de cuyo santuario fue cura por 13 años. Quienes lo han conocido, desde discípulos hasta sacerdotes de su generación, hablan de Nabor como un líder nato. Se le recuerda como un promotor de obras públicas para el mejoramiento de las comunidades campesinas de sus parroquias. Fue, a su vez, la primera autoridad moral de los pue­blos que estaban bajo su acción pastoral y, para rematar, Nabor es re­cordado como excelente organizador y proclive al ritual dramático.

En 1967 lo transfirieron a Puruarán. En este curato desarrolló gru­pos de jóvenes, quienes fueron mandados por Nabor a catequizar a los ranchos vecinos. Dos años después, en 1969, fue trasladado en calidad de préstamo para atender el curato de Arriaga, Chiapas, perteneciente a la Diócesis de Tapachula, de donde regresó desilusionado a la vuelta de un año. De nuevo en Puruarán, Nabor vio opacada su autoridad parro­quial frente a las organizaciones encabezadas por los sembradores de caña y los trabajadores del ingenio azucarero. Asi, el cura criticaba los bailes públicos, las “parejitas de jóvenes” que se formaban en la plaza después de las misas y, en un alarde de tradicionalismo ético-religioso, se quejaba amargamente del caos provocado por la modernidad. Para entonces dirigía un grupo de 40 cursillistas. Hacia 1973, año de las apa­riciones de la Virgen, cuentan que el padre Nabor se hallaba muy perturbado por los cambios en la diócesis de Tacámbaro, y que se rela­cionaban con las reformas del Concilio Vaticano n. Entre sus preocu­paciones estuvo, además, el nombramiento de un joven sacerdote como encargado de la pastoral diocesana.

En el verano de ese año Nabor se trasladó a Zamora para participar en la Conferencia de Pastoral Pos-Conciliar. La intención fue poner al día a los viejos sacerdotes sobre las reformas emanadas del Vaticano n. Fue entonces que Gabina Romero, acompañada de José García Gonzá­lez,16 se presentó en la parroquia de Puruarán ante el padre Benjamín Montaño, quien estaba a cargo del curato en ausencia de Nabor. Mon- taño escuchó el relato de las apariciones por boca de la campesina, y le pidió una señal o prueba. Así, la Virgen mostró a Gabina Romero tres letras sobre la palma de su mano, “ t t t ” , las cuales representaban tres señales: tinieblas, tormentas y terremotos. Después de escuchar la pri­mera señal, Montaño la consideró débil. Con su fracaso, Gabina se pre­sentó de nuevo ante la Virgen, quien le dijo que sería responsable del castigo de todas las “almas justas” del mundo si fallaba en la misión que le había encomendado.

Cuando el padre Nabor regresó de Zamora, leyó las anotaciones de Montaño y se enteró del asunto, por lo que se trasladó a la casa de Gabina Romero y le dio 15 pesos para que fuera a Tacámbaro para con­tarle al obispo lo de las apariciones. La Virgen le ordenó a Gabina de­volver el dinero, pero además, le envió al padre Nabor un mensaje muy claro: el sacerdote elegido para la obra de salvación era él y no el obis­

po. En un lenguaje simbólico la Virgen le indicó a Nabor, por medio de Gabina, que quería un pozo de agua lleno, que nunca pudiera secarse; que por largo tiempo había estado seco su rosal, pero que ahora éste te­nía tres botones y daba su primera flor en el pequeño pueblo de Puruarán.

Ya “convencido”, Nabor inicia la tarea de construir La Ermita, con la clara intención de difundir el milagro y atraer peregrinos. Gabina Ro­mero se convierte, así, en “la esclavita”; la Virgen del Rosario manda sus mensajes y organiza las acciones de la comunidad al través de ella. Inclusive, ordena que Gabina Romero sea llamada “Mamá Salomé”, y que a Nabor Cárdenas desde entonces se le trate como “Papá Nabor”. Con este “oráculo mariano”, Nabor Cárdenas logra en unos cuantos años una impresionante congregación de fieles en tomo al Santuario de la Santísima Virgen del Rosario. Así, surge un asentamiento humano irregular, carente de servicios, que atrae sobre todo a campesinos y gru­pos marginados procedentes de Guerrero, Estado de México, Hidalgo, Nuevo León, Zacatecas y del mismo Michoacán. Los fieles llegaban en caravanas de autobuses sobre todo para la fiesta patronal del 7 de octu­bre. Sin servicios básicos, Nabor estableció una fuerte ortodoxia católi­ca basada, por supuesto, en la doctrina y normas litúrgicas que prevale­cían antes del Concilio Vaticano n. También reglamentó las actividades por sexo, las formas de vestir y organizó la vida cotidiana mediante un reglamento que privilegiaba las dos actividades básicas: la devoción y el trabajo.

Nueva Jerusalén ya era una población importante al interior del municipio de Turicato. Si bien su constitución se mostraba anárquica, para las autoridades quedaba claro que se trataba de un asentamiento humano que no se podía ignorar. Por su lado, Nabor intentó el recono­cimiento de la Iglesia hacia las apariciones, pero sobre todo, pretendió manejar su movimiento como una respuesta opositora del cielo hacia las reformas conciliares. Así, las jerarquías eclesiásticas quisieron, de­masiado tarde, remover a Nabor hacia otro curato, maniobra que fue impedida por la Virgen mediante sus mensajes. Lo más escandalizante para la Iglesia fue cuando Nabor comenzó a ordenar a sus propios sacerdotes. Con ello se tuvieron los elementos para decretar su exco­munión en 1978, año de la muerte del Papa Paulo vi.

Entre 1979 y 1980 la población de Nueva Jerusalén aumentó hasta aproximadamente 10 000 habitantes. Para entonces, la Virgen seguía

enviando mensajes, mismos que se transcribían y se hacían circular entre la población. Esta ya estaba organizada en dos tipos, los consa­grados y los “vivientes”,17 y su fuente de subsistencia era el campo. Los habitantes siembran tierras arrendadas, se contratan de jornaleros, o bien son organizados por Nabor en cuadrillas para asistir a la zafra. El producto de un día de trabajo debe ser donado a “La Ermita”. También fueron preparados grupos cuya misión es viajar para dar a conocer la existencia de La Ermita y los milagros de la Virgen. A estos creyentes se les conoce como “pescadores”: juntan fondos, ganan fieles y organi­zan peregrinaciones hacia la Nueva Jerusalén. Su campo de acción ha llegado hasta los migrantes que se encuentran en Estados Unidos.

Así, la Jerusalén nació exactamente como lo deseaba Nabor y la Virgen: un pueblo campesino y devoto que trabaja para salvar a la hu­manidad. Mediante el rezo y los “desagravios”, los neojerusaleños re­trasan el castigo de Dios hacia los pecadores y también posponen el fin del mundo. De hecho, el carácter de los mensajes de la Virgen está diri­gido al sector campesino. Nabor ve en éste al pueblo favorecido por Dios, y a la Jerusalén como una gran “arca” de la salvación. En dos mensajes recibidos en junio de 1979, la Virgen enalteció la humildad y pobreza campesina como una virtud de sus “hijos”, pues eran semejan­tes a los pastores que la habían acompañado en el Portal de Belén. Mos­tró, además, que los hombres que salían al campo a trabajar formaban un bello paraíso. Así, no es gratuito que en otro mensaje la Virgen informara a su pueblo que Lázaro Cárdenas, autor de las reformas agra­rias más ambiciosas, estaba en el “Cielo”, pues había echado abajo al poderoso y resucitado al humilde.

El 26 de marzo de 1981 “Mamá Salomé” murió. Su hija, quien no era creyente, ordenó que fuese trasladada para su entierro al cemente­rio de Puruarán, donde sus restos descansan hasta la fecha. Sus reli­quias (sombrero, guaje y rebozo) se encuentran actualmente en el altar de la Virgen del Rosario. Así terminaba la primera etapa de la Nueva Jerusalén, de hecho la más importante. Para entonces, Nabor había inte­grado una historia de la Virgen que arrancaba muchos años antes de las apariciones y que reforzaban la identidad campesina de la comunidad. Además había adoptado, también, la versión del encarcelamiento del Papa Paulo vi. Veamos:

Cuentan que la Virgen vio desde el cielo la corrupción del mundo y de su Iglesia, que el Padre Eterno planeaba terribles castigos pero que la Virgen, como buena intercesora de los hombres, rogó a Dios le per­mitiera bajar a la tierra para tratar de salvarlos. Los santos y los ánge­les se opusieron, pero Dios, ante las súplicas de María, aceptó dar al hombre una última oportunidad.18 Le permitió a la Virgen descender las 15 gradas y llegar a la tierra como misionera, pero le puso una condi­ción: despojarse de sus atavíos de reina del cielo y aparecer en la tierra vestida como una pobre mujer campesina.19 Así, la Virgen regresó en 1954, peregrinó por el mundo, fue rechazada en diversos santuarios y, por último, llegó a Puruarán para su encuentro con Gabina. Esta histo­ria es repetida por los colonos, quienes la cantan en diversas alabanzas: por ejemplo, los campesinos que provienen del norte del país o de la re­gión Michoacán-Guerrero han compuesto corridos (como en la Revo­lución Mexicana) a ritmo de música norteña y ranchera, integrando ele­mentos culturales de sus regiones de origen para cantar las hazañas de sus héroes: la Virgen, Gabina y Nabor (véase, anexo 1).

Con respecto al Papa, el padre Nabor asumió una versión muy di­fundida al interior de los sectores católicos más conservadores del mun­do: dicen que Paulo vi estaba a punto de retractarse del apoyo que dio al Concilio Vaticano ii, ante lo cual los jerarcas “reformistas”, domina­dos por masones, comunistas y judíos, decidieron encerrarlo en los só­tanos del Vaticano. Ahora, Nabor es el “Papa” provisional, pues Paulo será liberado de su prisión poco antes del fin del mundo, y se traslada­rá a Puruarán para retomar el mando de la verdadera Iglesia, es decir, de la Nueva Jerusalén.

A manera de observaciones, debemos destacar los siguientes puntos:1. Que la Nueva Jerusalén nació como una comunidad mariocén-

trica, de carácter milenarista y residencial. Este último elemento le per­mitió, con base en la idea del ascetismo, conformar un asentamiento humano de carácter sacro, bien delimitado con respecto al mundo o es­pacio exterior profano.

2. La historia de las apariciones revela una verdad construida en tomo a los siguientes elementos básicos: una experiencia pastoral desa­rrollada por Nabor con sectores campesinos; una realidad también cam­pesina, en donde la marginación y pobreza se radicalizaron justo a par­tir de la década de los setenta, sobre todo con la desaceleración de la

producción agrícola mexicana; la integración de un discurso reivindi­cados sobrenatural, cuyos componentes fácticos son susceptibles de ser presenciados, vividos y desarrollados por los campesinos, y la existen­cia de un movimiento mundial de rechazo sistemático a las reformas posconciliares de la Iglesia, que implicaban, en muchos lugares, un re­levo generacional de los cuadros pastorales. La misión divina de Nabor está determinada y limitada por estas circunstancias.20

3. Dichos eventos presenciables (mujer-oráculo, cura profeta, men­sajes, etc.) comprometieron a los miembros de la Jerusalén con una ética de trabajo alimentada, de un lado, por la posibilidad que tienen los creyentes de ser ordenados en tomo a un ideal místico, y del otro, por el efecto inmediato en las mejoras de la vida material, basadas en el tra­bajo comunitario y alimentadas por el sentido de pertenencia a un gru­po de referencia que brinda protección. De hecho, el simbolismo de la Jerusalén es el de una fortaleza protegida contra el demonio. Por ejem­plo, la supresión del alcohol, el tabaco y otros vicios se ha logrado por el refuerzo emotivo que implica la prohibición de vicios por parte de la Virgen.

4. En esta primera etapa el padre Nabor transitó de un cura viejo con autoridad moral, a un líder carismàtico. No sólo es portador de ca­risma por el reconocimiento que hacen los fieles de su misión en la tie­rra, asignada por medios sobrenaturales, sino que además, controló la producción y distribución de símbolos. La clave de su liderazgo radicó en el dominio y administración que ejerció sobre Gabina Romero, prin­cipal fuente de capital simbólico.

5. Así, el control de la información y el carácter residencial, inde­pendientemente de lo anárquico que nos parezca, permiten el desarro­llo de estrictos órdenes que, si bien parecen resolver anhelos colectivos, también generan al interior una especie de autogestión jurídica. Esto fue posible, más allá de lo sobrenatural o del miedo al castigo divino, por una especie de aceptación del poder por el orden que genera.21 No fue, de origen, ni manipulación ni farsa. Es en todo caso el asumir la decisión de integrarse (emotiva o racionalmente) a un grupo que co­mienza a construir un orden (social y religioso), mismo que genera y legitima un poder. El antecedente fue la realidad de un desorden o caos (marginación, malas cosechas, migración constante en busca de susten­to, etc.).

6. La historia de Nueva Jerusalén comenzó a crecer, en sus aspec­tos emotivos, con una serie de capítulos sobrenaturales previos a la fun­dación de La Ermita y ahora asumidos por los fíeles. Fue parte de la construcción de esa verdad supuestamente revelada por la Virgen. Tie­nen un claro objetivo: hacer de la Jerusalén un sitio elegido por la Vir­gen después de haber buscado, por años, en otros lares. Pero además, tales pasajes previos tienen fuertes connotaciones ideológicas, no sólo por la elección de los campesinos como el pueblo de Dios, sino tam­bién por el rechazo que tiene la Virgen hacia la institución católica renovada.

7. A diferencia de otras iglesias cristianas (minoritarias), la Nueva Jerusalén es una especie de catolicismo tradicional “congelado”: fo­menta los parentescos rituales y promueve el despliegue de las ma­nifestaciones religiosas (trajes, cantos, fiestas patronales, guadalupa- nismo, peregrinaciones, ciclos festivos con base agrícola, bendición de semillas el día de San Isidro Labrador, petición de aguas, culto a imágenes, etc.). Todos estos elementos le dan un carácter que la ase­meja más a una gran cofradía indígena novohispana que a una Iglesia nueva.

8. La Nueva Jerusalén, en el contexto de su ubicación regional y ante el campo religioso que enfrenta, se vio en sus orígenes entre dos posiciones específicas manejadas de diferente manera: desde dentro y desde afuera. Desde dentro, el discurso de los líderes, principalmente Nabor, han hecho de la Jerusalén una Iglesia semejante a la paleocris- tiana, es decir, una congregación de perseguidos y acechados por el demonio y los infieles. Esto más que debilitarla aumentó su rentabili­dad simbólica y cohesión interna. Desde fuera, la Nueva Jerusalén ha sido fuertemente atacada e incomprendida: se le tachó de negocio, se le asoció al cultivo de marihuana (y a su consumo), se les calificó de faná­ticos, de “pachecos”, de “lunáticos”, de manipulados, de ignorantes, de sodomitas, violadores de los derechos humanos y muchos otros etcé- teras que no consideraron lo complejo que era explicar la presencia voluntaria de los campesinos en La Ermita. Este enfrentamiento de campos simbólicos tendrá cambios, como veremos, al finalizar los ochenta, cuando la Jerusalén ya representaba un capital político-electo­ral interesante.

Papá Nabor y M aría de Jesús

El segundo período en la historia de la Jerusalén es de difícil recons­trucción, los fieles y “consagrados” de la Ermita evaden hablar de estos años. Ante la pérdida de Mamá Salomé, Nabor tuvo que enfrentar el problema de reemplazarla. Era evidente que su autoridad y carisma dependían del control del oráculo mariano. Para colmo, la Virgen no había dado señales de quién sería el nuevo instrumento de sus mensa­jes. Fue a comienzos de 1982 cuando Nabor anuncia que la Virgen escogió (nunca dice cómo) dos flores de su jardín para suceder a Salomé: la monja llamada Mamá María Margarita y la joven doncella Mamá María de Jesús. Lo anterior provocó que por meses la comuni­dad se polarizara. Todo indica que Nabor definió el conflicto al decir que la virgen escogía a la doncella María de Jesús. En este punto los datos se atoran y ninguna versión es confiable.22

Inconforme, María Margarita pretendió fundar, con apoyo de 200 monjas, un nuevo santuario al interior del pueblo. Fueron seguidas en su afán por una buena cantidad de “vivientes”. La Virgen amenazó en­tonces con abandonar la Jerusalén; al final autorizó, mediante otro men­saje, la expulsión de los inconformes.23 Parece que en ese entonces el pueblo se había estabilizado en aproximadamente 8 000 o 9 000 habi­tantes. Para regocijo y “chamba” de la prensa nacional e internacional el escándalo fue mayúsculo. Tan sólo el semanario regional Guía, de Zamora, informaba versiones sobre religiosas violadas, encarcelamien­to clandestino de varios disidentes, que un gringo manipulador era miembro de la secta, que a Mamá María de Jesús la había embarazado el “Espíritu Santo” y que esperaba al Mesías, que el problema era por dinero depositado en un banco de Tacámbaro, que era peligroso ir a la Jerusalén, que había armas y guardia clandestina, que creían en el cer­cano fin del mundo, que san Roberto bajará para ajusticiar a los peca­dores, que los primeros castigados serían los periodistas por las “cochi­nadas que habían dicho”, etcétera.24

En noviembre el éxodo disidente se recrudeció. Parece que hubo enfrentamientos con heridos y la versión de muertos. Aproximadamen­te 4 000 habitantes fueron expulsados. La intervención de las autorida­des se limitó a dar apoyo, mediante policías judiciales, para trasladar y alojar a las familias, las cuales dejaban casa y pertenencias. Así, la

Nueva Jerusalén inició la segunda fase de su historia en forma por de­más lastimosa. Nabor no sólo vio disminuir su grey, sino que también se enfrentó al acoso de autoridades y periodistas. Lo que nació como una comunidad campesina y devota, se estaba transformando en una fuente de conflicto regional.

Desde 1983 la Jerusalén quedó convertida en una especie de ghet­to, situación que ha alimentado las versiones “policiacas” sobre las acti­vidades y secretos de La Ermita. Los mecanismos que diseñó el Papá Nabor, cuando se fundó el pueblo, para vigilar y sancionar a los infrac­tores de la vida devota se convirtieron, desde ese año, en un verdadero “panóptico”. Quedaba claro para los moradores que no podían renun­ciar a su fe, pero tampoco a su patrimonio. Nabor radicalizó las medi­das de vigilancia en aras de cumplir la misión que Dios le había enco­mendado. Así, la Virgen a través de Mamá María de Jesús se convirtió en delatora. Además, Nabor comunicó al pueblo que la Virgen había impuesto la prohibición de contactos sexuales como forma de desagra­vio, parece que hasta el fin del mundo. Este punto es importante, pues una fuente actual de conflicto al interior del pueblo lo representan los jóvenes y púberes (hombres y mujeres), mismos que eran niños al momento de la prohibición.

Para hacer efectivo el contacto con los fieles, La Ermita contaba de años atrás con altavoces distribuidos por todo el pueblo; a partir del conflicto (los testimonios recabados indican que a finales de los ochen­ta) Nabor instaló una antena transmisora, esto permite escuchar por a m

las misas, los mensajes y los cantos. Existe también una cadena que controla el único acceso al pueblo. Las autoridades municipales habían establecido en la Nueva Jerusalén una “encargatura”, destinada, entre otras cosas, a cuidar el orden, pero los neojerusaleños cuentan con sus propias cuadrillas y rondines de vigilancia.

Otro elemento nuevo e importante es que, en este período (1983- 1989), María de Jesús recibió mensajes de Mamá Salomé. Nabor infor­mó que ésta se hacía presente en espíritu y rondaba la Nueva Jerusalén. Sobre el embarazo de María de Jesús y el nacimiento del Mesías, no encontré elementos para determinar su verosimilitud. En cuanto a la po­blación, esta se conservó en aproximadamente 4 000 habitantes. La di­námica de alzas y bajas pareció estar regida, en esos años, por pobla­ción flotante; llegaban campesinos atraídos por las fiestas religiosas y,

después de una breve estancia, abandonaban el lugar. Esto hace pensar que la radicalización de las normas impuestas por Nabor estaba funcio­nando, en muchos sentidos, como un control demográfico eficaz. Tam­poco debemos descartar que los flujos migratorios de campesinos ahora se dirigían, por la fuerza de la crisis, hacia los Estados Unidos. De cual­quier manera, la Jerusalén se mantuvo estable.

Frente a los procesos electorales y los gobiernos michoacanos, los testimonios apuntan que la Nueva Jerusalén se mantuvo, en esta segunda etapa de su historia, muy ajena a cualquier partido. De hecho, el único con peso era el pri, y las autoridades municipales de Turicato, emanadas de ese partido, evitaban cualquier enfrentamiento con los colonos bajo el pretexto de que, en su mayoría, procedían de otras entidades del país. Además, eran fuerza de trabajo importante para la región. Los informes apuntan que los neojerusaleños sí votaban, pero en pequeña escala y fuera de La Ermita (en las casillas instaladas en Puruarán). En el mis­mísimo 1982, cuando Cuauhtémoc Cárdenas era el gobernador, el aspi­rante a diputado Cristóbal Arias pidió permiso a Nabor para realizar un acto de campaña. Después de consultar a la Virgen ésta accedió, sin embargo, no permitió la instalación de casillas al interior del pueblo.25

Durante el gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas nunca se votó aden­tro de La Ermita. Lo anterior incluye las elecciones federales de 1982, las locales de 1985, así como las de gobernador en 1986, cuyo “gana­dor” fue Luis Martínez Villicaña. Un año después, con la expulsión de Cuauhtémoc Cárdenas del p r i y el surgimiento de la Corriente Demo­crática, el gobernador Villicaña se dedicó, entre otras cosas, a echar por tierra las obras de su antecesor.

A Villicaña le atribuyen los cardenistas, por inferencia, una especie de pacto con Papá Nabor, sobre todo después de las elecciones presi­denciales de 1988.26 En éstas, Michoacán se convirtió en bastión del cardenismo y del naciente p r d . Una de las zonas más combativas y opo­sitoras al pri fue precisamente Turicato. Así, la Nueva Jerusalén quedó acorralada en medio de dos fuerzas políticas: por un lado las represen­tadas por Villicaña y su partido oficial amenazado, por el otro, los car­denistas surgidos del triunfo opositor y satanizados tramposamente como peligrosos, comunistas y ateos.

En realidad, la Nueva Jerusalén se convirtió desde entonces en un conflicto de autoridad, en una arena que aprovecharon priístas y perre-

distas para demostrar quién podía más; si los primeros con sus viejas prácticas, o los segundos con la ley en la mano. Mientras los cardenis- tas intentaban doblegar a Nabor para que La Ermita se acatase a las leyes constitucionales y a los bandos de policía, las autoridades estata­les negociaban futuros apoyos electorales a cambio de obras. Mientras el prd alegaba que La Ermita era un Estado regido por las normas de la Virgen y violatoria de las leyes mexicanas, el pri afinaba sus tenazas para integrar a La Ermita en la geografía electoral michoacana.

Todo esto se desarrollaba en 1989, año de acontecimientos impor­tantes para los neojerusaleños: María de Jesús fue retirada al convento de La Ermita. Cuentan los colonos que la Virgen pidió autorización al Padre Eterno para regresar al cielo y preparar el fin del mundo y la sal­vación de su pueblo campesino. A este episodio se le llamó “El raudo vuelo”. El último mensaje de la Virgen fue recibido en junio de ese año. Para consuelo de la Jerusalén su patrona ofreció comunicar sus desig­nios a través de algunas ánimas bienaventuradas y del Purgatorio, las cuales guiarían a la Jerusalén.

Así, el fin del mundo quedó anunciado para 1999. Además, María de Jesús fue suplantada por un hombre llamado Agapito Gómez, un viejo habitante de la Jerusalén. Aislado en una habitación, Agapito pla­tica con las ánimas. Los diálogos son grabados, después se transcriben, se leen en misa y se transmiten por radio. Después son mimeografiados y circulan por entre la población que sabe leer. Es, de hecho, el mismo procedimiento que seguían Mamá Salomé y Mamá María de Jesús. Con Agapito comienza la tercera parte de la historia neojerusaleña, que es bautizada por el Papá Nabor como “Trabajo del Espíritu Santo”. A ma­nera de observaciones para esta segunda etapa de La Ermita, debemos acotar las siguientes:

1. La muerte de Gabina Romero parece haber tomado a Nabor por sorpresa. Significó un cambio importante para el cual La Ermita no estaba preparada. Nabor se enfrentó con la necesidad de reemplazar y legitimar su principal fuente de carisma y poder: el oráculo mariano. Pero también se habían creado en torno a Gabina una serie de lealtades y rivalidades que jugarían un papel importante en el reemplazo. La con­secuencia fue el surgimiento de dos médiums que dividieron a la comu­nidad, y que provocaron una crisis que Nabor no pudo resolver.

2. La expulsión, producto de lo anterior, mostró a Nabor lo endeble de su Iglesia, la cual quedó expuesta ante el mundo como una gran far­sa. Pero el fundamento de esos juicios exógenos, curiosamente, se en­cuentra en la imposibilidad de creer en las apariciones de la Virgen, mecánica que no opera ni operó en los campesinos neojerusaleños (expulsados o residentes). A ojos de los de afuera, todo es charlatane­ría e invención de Nabor. A ojos de quienes han sido colonos la verdad de las apariciones no está en discusión, independientemente de los con­flictos sociales generados por la muerte de Gabina. Esto nos lleva a co­rroborar que los campesinos neojerusaleños no se despojaron del mila­gro, y que se habían convertido en reproductores y transmisores de los significados y simbolismos que justificaban su adherencia y fe en la Jerusalén. El trabajo, la familia y los conflictos se daban al interior de una cosmovisión y ritualidad bien asumidas. Esto explica los intentos de crear una rama independiente con base en un sector grande de la población, desatendiendo las inclinaciones de Nabor. En estricto senti­do, todo presagiaba una guerra de médiums, de ahf el recurso de la ex­pulsión, única posibilidad de Nabor para salvar su proyecto. Además, Nabor descubrió la fuerza que le otorgaba el control de los recursos materiales de La Ermita.

3. El conflicto también mostró a los colonos que a la Jerusalén se llega sin nada y se sale de igual forma. Atados a un patrimonio en un pueblo de nadie (porque al parecer nadie tiene escrituras de su terreno), lo que opera es la aceptación social. Pero dicha aceptación está regu­lada por el apego a las rigurosas normas de la Virgen y Nabor, y que implican la adopción y reproducción de una escala de valores. Por ello los individuos no parecen existir. El que llega a vivir a la Jerusalén ya sabe, como quien dice, a lo que le tira. Por ello, cuando las normas se infringen, las sanciones y los desagravios operan para reencauzar la conducta. No existen, en este período, instancias civiles para dirimir conflictos. El que no se apega queda segregado, en una sutil forma de hostigamiento que lo lleva a renunciar a la Jerusalén.

4. Los críticos de la Jerusalén llaman a lo anteriormente descrito violaciones de los derechos humanos, desconocimiento de las leyes del Estado, un Estado religioso encima de un Estado de derecho, falta de libertad de pensamiento, manipulación de las conciencias, etcétera. Sin embargo, la Jerusalén se mantuvo y construyó ante la indiferencia de

las autoridades. Nabor argumentaba en su discurso que la Jerusalén era respetuosa hacia el gobierno y defendió a su pueblo como una comuni­dad de creyentes ajena a la política y sus avatares. Aunque los testimo­nios indican que algunos colonos acudían a votar sin el menor proble­ma (parece que hasta 1988 en las casillas de Puruarán)27 no existían otras fuerzas políticas que movieran a controversia.

5. Ante lo dañada que salió la comunidad de la experiencia de 1982, Nabor radicalizó los mecanismos de vigilancia. La orden de la Virgen de prohibir, para siempre, contactos sexuales como desagravio, y la posterior aparición de autoridades opositoras, dejaron sembrados futuros conflictos generacionales.

6. El reacomodo de fuerzas políticas en Michoacán y los conflictos entre el pri y prd a partir de 1989 tuvieron (y hasta la fecha tienen) en los municipios de la tierra caliente un violento escenario. Dichos con­flictos involucraron necesariamente a La Ermita en la opositora lucha política por la llamada Revolución Democrática. Para el prd la exis­tencia de la Nueva Jerusalén ha sido una de tantas pruebas de que la Constitución se viola, pero sobre todo, de que dicha violación es sola­pada por el pri. Esto ha fortalecido versiones, nunca comprobadas, de que la Jerusalén se dedica al cultivo de marihuana, de que la Jerusalén es un pretexto para traficar armas, etcétera.

7. Sin embargo, un elemento nuevo a partir de 1988 es el conflicto con caciques regionales, viejos aliados del poder, quienes se interesan en defender su hegemonía y acabar con el cardenismo. Así, a la ya larga lista de “acciones delictivas” que se le han atribuido a La Ermita, ahora se le imputan “oscuras” relaciones con terratenientes, con corruptos líderes cañeros de la cnc y con todo aquello que huela a pri. Si bien es cierto, como veremos, que la lucha política en Turicato ha dejado al descubierto una vieja estructura caciquil, también lo es el hecho de que La Ermita siempre se desarrolló entre dicha estructura como fuente de mano de obra.

8. Ante el difícil panorama, Nabor decide retirar puntos de conflic­to y preparar a su grey para el último tramo de la historia del mundo. Así, la Virgen emprendió su regreso al cielo y enmudeció. Con el con­trol del nuevo médium y por su conducto, Nabor endureció su discur­so. Desde entonces en la Nueva Jerusalén se respira un ambiente de persecución. No sólo por el refuerzo de la vigilancia para el cumpli­

miento de las reglas internas, sino que también por las constantes refe­rencias a un mundo exterior cada vez más corrupto. El discurso de Na- bor parece recuperar, con toda su fuerza, la idea de una Nueva Jerusalén amenazada por las fuerzas demoniacas exteriores. El manejo de las “ánimas bienaventuradas” aumentaría el caudal de símbolos, pues ahora intervienen, desde el cielo, una serie de personajes “conocedo­res” de la “problemática nacional”. Así, aproximadamente a los 79 años de edad, Papá Nabor preparó a los campesinos de la Nueva Jerusalén para su participación en “los asuntos del César”.

Papá Nabor, Agapito Gómez y las “ánimas bienaventuradas ”

La tercera parte de nuestra historia comenzó, como hemos visto, en 1989 y aún no termina. Si para la segunda etapa la información es difí­cil, para la tercera es casi imposible. Parte de los testimonios que pude recopilar indican que el padre Nabor recibió señales del cielo, las cua­les le permitieron saber que Agapito era el portador de las ánimas. La aparicion.de algunas de ellas también tiene sus historias campesinas. Por ejemplo, se dice que mientras Agapito traía leña del cerro escucha­ba una voz que le hablaba. Se trataba de un alma que le decía haber sido general en una nación extranjera. Que se encontraba en el Purgatorio por castigo del Señor y, que para salir de allí y alcanzar la salvación, debía darle servicio a la Nueva Jerusalén. A este general se agregaron otras ánimas, entre ellas las de Lázaro Cárdenas, quien comenzó a man­dar mensajes desde aproximadamente 1991. Al igual que la Virgen después de “la turba” de 1982, las ánimas se han convertido en el ojo vigilante de la comunidad. Así, su visión abarca todas las actividades de los neojerusaleños.

Para 1990 y con la renuncia del gobernador Villicaña, el salinato vio como prioridad la recuperación priísta de Michoacán. Para ello se consideraron todos los medios posibles. Si bien la Nueva Jerusalén representaba escasos 1 500 votos (aproximadamente), estos adquirían importancia en el contexto municipal, y en menor medida en el distri­tal. Con miras a las elecciones de 1991, en donde se renovarían trece diputaciones y una senaduría, el p r i levantó, entre octubre de 1990 y febrero de 1991, un padrón de afiliados. Michoacán estaba gobernado en esos años por el interinato de Genovevo Figueroa. En ese ambiente

la Nueva Jerusalén fue integrada a la geografía electoral, al considerar las autoridades que debería contar con casillas.

De acuerdo con información del pr d ,28 el Instituto Estatal Electoral pretendió instalar 11 casillas considerando un padrón de 5 500 electo­res de La Ermita (una casilla por cada 500). Sin datos precisos y un padrón inflado, los perredistas lograron reducir el número de casillas a nueve. En cuanto a la Nueva Jerusalén, desconozco si la instalación de mesas electorales para 1991 fue autorizada por las ánimas. Todo indica que así fue. No es gratuito que Lázaro Cárdenas comenzara sus inter­venciones justo en esos momentos. El desastre para el prd fue total en ese año, perdió en todos los distritos. Las cifras indicaban que este par­tido había incrementado sus votos en un 30% con respecto a 1988, y que se debería descartar el triunfo priísta como resultado de una trans­ferencia de votos provenientes de la oposición. La estrategia del pri

radicó en incrementar la concurrencia a las urnas, sobre todo mediante prácticas clientelistas y cooptación de poblaciones marginadas (además de fuertes cantidades para ejecutar “viejas prácticas”).29 En esta línea parece ubicarse la Nueva Jerusalén. Y digo “parece” porque, en reali­dad, los pactos de Nabor con el priísmo no han dejado huella o testi­monio que pueda utilizarse como prueba. El prd lo infiere así por el drástico cambio de las “ánimas” al haber autorizado la instalación de casillas, pero también porque la Nueva Jerusalén resultó 100% priísta.

Desde el punto de vista político, las elecciones de 1991 prepararon el terreno para las estatales de Gobernador y presidentes municipales a realizarse en 1992. El prd desempeñó una intensa campaña para inten­tar ganar su primera gubematura, pero además, radicalizó su discurso frente al gobierno. La postura perredista estaba más que justificada: no sólo enfrentaba al pri y sus estructuras caciquiles, sino que también enfrentaba a un gobierno federal y a un Salinas “ofendido” por la opo­sición. Tratando de asimilar la experiencia de 1991, el prd luchó, con­tra tiempo, por lograr un padrón electoral confiable. Cada municipio enfrentaba problemáticas específicas. Así, los candidatos y militantes perredistas de Turicato se dispusieron a lograr la presidencia municipal. Uno de sus dolores de cabeza lo representaba la existencia de casillas al interior de La Ermita, cuyos votos podían inclinar la balanza.

La intensa campaña de desprestigio que realizaba el gobierno en contra del prd se intensificó por todos los medios posibles. Una de las

estrategias priistas fue el bombardear a sectores de la población apáti­ca e ignorante en asuntos de política, con versiones sobre las supuestas tendencias socialistas y antirreligiosas del pr d . L os militantes de este partido tenían que ganar espacios de campaña para informar sobre sus proyectos. Con esa intención se acercaron a Nabor para realizar actos proselitistas en la Jerusalén, sin embargo, fueron rechazados y obstrui­dos. Los campesinos de la Nueva Jerusalén tenían información celestial de primera mano para encauzar sus preferencias políticas.

Las elecciones de 1992 resultaron un verdadero derroche de recur­sos por parte del pri y su candidato a gobernador, Eduardo Villaseñor Peña, quien obtuvo el triunfo al derrotar a Cristóbal Arias. En Turicato, y no obstante que el voto de la Jerusalén fue para el pri, el triunfo lo obtuvo el p r d . Sin embargo, los perredistas de este municipio comen­zaban una lucha por implantar su autoridad que costaría varias vidas. Por ejemplo, el nuevo alcalde perredista despidió a los policías muni­cipales, quienes ya “desempleados” formaron una gavilla de delin­cuentes. Su primera acción de venganza e intimidación contra esta apartada población fue matar a Anastasio Solís, un anciano del pueblo. Así comenzó una cadena de asesinatos y revanchas que a la fecha no han sido aclarados.30

Por su parte, corrían versiones de que la policía de la encargatura de Nueva Jerusalén estaba fuertemente armada e imponía multas y cas­tigos obedeciendo al Papá Nabor y, por supuesto, a las delaciones que hacían las ánimas. El entonces secretario del Ayuntamiento, Pedro Reyes, acudió para pedir a los encargados del orden el apego a los reglamentos de la municipalidad, sin embargo, encontró que la policía de la Jerusalén contaba con permisos para portación de armas y licen­cias que los acreditaban como agentes de gobernación, expedidas por las autoridades estatales de Morelia. Para los perredistas quedaba claro que la Jerusalén se regía por sus propias leyes.31 El mismo Pedro Reyes lo había constatado desde antes:

en la preparación de las elecciones municipales de 1992 yo estuve como comisionado de partido en el Comité Municipal Electoral, y tuve la oportunidad de nombrar a los funcionarios de casilla [...] entonces yo me permití nombrar puras mujeres jóvenes, muchachas de 21, 20 y 19 años, porque la gente joven siempre está más dispuesta a los cambios que la

gente adulta, y yo nombro gente joven porque son menos maleados para hacer fraude en las casillas [...] [durante el proceso electoral] al hacer una inspección, mi sorpresa es que no había ni una sola mujer como funciona­rio de casilla en la Nueva Jerusalén, entonces empecé a preguntar por qué, y me dijeron que la normatividad de ahí no permitía que las mujeres par­ticiparan en esas actividades. Una vez más encontré que la normatividad religiosa estaba por encima de la normatividad jurídica”.32

La situación en Turicato era por demás complicada. Además de la Nueva Jerusalén, de los asesinatos, de la inseguridad y de los caciques, el municipio debía enfrentar el problema del ingenio azucarero de Puruarán y los fuertes golpes al agro mexicano. El ingenio había cerra­do y desaparecido una fuente importante de empleos. Por su parte, la legislación agraria salinista de 1992 pretendió hacer del campesino una especie defarmer, de empresario. Esta legislación aumentó la incerti- dumbre y, por supuesto, los flujos migratorios hacia “el otro lado”. Así, la lucha que libró el prd en contra del priísta Eduardo Villaseñor estu­vo alimentada por estos factores que se hacían extensivos a lo largo de Michoacán. No fue gratuita la presencia de los campesinos en Morelia, quienes impidieron que el nuevo gobernador conociera sus oficinas en el Palacio de Gobierno. El crédito de haber logrado la licencia (renun­cia) que pidió Villaseñor es, absolutamente, para los campesinos.

A pesar de todo, las ánimas de la Nueva Jerusalén se mantuvieron fieles al sistema. De hecho, pocos campesinos de La Ermita eran due­ños de sus tierras. Por años habían trabajado como jornaleros o arren­dado parcelas a los ejidatarios de Puruarán. Sin embargo, la existencia de autoridades perredistas comenzaba a surtir efectos importantes.

Las elecciones federales de 1994

Mucho podríamos decir en tomo al año 1994. Prematura sería, sin embargo, cualquier interpretación sobre el significado histórico que encierra. Es ya un lugar común señalar como indicadores los hechos previos a las elecciones de ese año. El inicio de la rebelión indígena de Chiapas y el asesinato de Colosio han sido vistos como el obscuro des­pertar de México a una serie de realidades adversas a la modernidad

salinista. Antropólogos, sociólogos, historiadores y muchos otros estu­diosos del hombre se han lanzado en la búsqueda de explicaciones, en un impresionante ir y venir entre la nostalgia y la teoría. En el marco de nuestro asunto, poco puedo engordar dicho proceso explicativo. Por ello, me conformo con el género testimonial.

Llegué a Turicato atraído por sus problemas, pero también por el interés de conocer el desarrollo de las elecciones campesinas de Nueva Jerusalén. Acompañado por una periodista gringa, buena amiga y se­dienta de “nota roja”, intentamos recabar información suficiente para contextualizar nuestras observaciones. Así, días antes nos dirigimos a Morelia, específicamente al Comité Estatal del pr d . Esto nos permitió conocer tan sólo un punto de vista en tomo a la contienda.

El PRD estatal prepara la contienda

Preocupado por los efectos que sobre los votantes urbanos de Morelia habían tenido los métodos que había utilizado para limpiar las eleccio­nes de 1992 (tomas de avenidas y edificios, bloqueos, etc.) el prd se había preparado arduamente para enfrentar a la maquinaria priísta. Se recuperaba o iniciaba la vejez prematura como opción política en Michoacán. Así, puso sus esperanzas en dos factores: por un lado esco­gió, para las zonas urbanas, muchos candidatos que no eran militantes pero que contaban con prestigio y autoridad entre la sociedad, por el otro, escogió candidatos, para las zonas rurales, con arraigo y presencia regional.

De entre los miles de pequeños asuntos que peleó estaba el de la instalación de casillas electorales al interior de la Nueva Jerusalén. Sobre todo porque los perredistas de Turicato ya habían reportado que las “ánimas bienaventuradas” comenzaron sus ataques a la figura de Cuauhtémoc Cárdenas, candidato a presidente de la República por el p r d . Entre estas ánimas, la del General Lázaro Cárdenas figuraba como uno de los principales opositores a las “ambiciones de su hijo” (véase anexo 3). Así, la Virgen de nueva cuenta ordenaba que el voto de su pueblo debería ser para el pri. Los mensajes de las ánimas comenzaron a hablar sobre la situación del país, con más vehemencia, a partir del asesinato de Colosio. Presagiaban castigos para México.

Para colmo, el candidato perredista a diputado federal por el vil dis­trito michoacano, Antonio Soto, fue impedido para hacer campaña electoral en La Ermita. Los guardias explicaron que la Virgen y las áni­mas no habían dejado mensaje alguno que especificara la autorización para que Soto entrara a la colonia. Esto ocurrió el 17 de julio de 1994. Con esta información, el prd se aprestó para llevar ante la Sala Regio­nal del Tribunal Federal Electoral, con sede en Guadalajara, una denun­cia de hechos. La intención era demostrar que la Nueva Jerusalén viola­ba el párrafo 2o del artículo Io, la fracción I del artículo 8o, y el artículo 29 de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público. El primero establece a la letra que: “Las convicciones religiosas no eximen en nin­gún caso del cumplimiento de las leyes del país. Nadie podrá alegar motivos religiosos para evadir responsabilidades y obligaciones pres­critas en las leyes”. La segunda dice: “Las asociaciones religiosas de­berán: I. Sujetarse siempre a la Constitución y a las leyes que de ella emanan, y respetar a las instituciones del país”. El tercero: “Artículo 29. Constituyen infracciones a la presente Ley: I. Asociarse con fines polí­ticos, así como realizar proselitismos o propaganda de cualquier tipo a favor o en contra de candidato, partido o asociación política alguna”.33

Para entonces, el Consejo Distrital Electoral de Tacámbaro, al cual pertenece la Nueva Jerusalén, había autorizado desde el 24 de junio la instalación de tres casillas al interior de La Ermita, pues la existencia de un padrón con 1 537 votantes así lo establecía. El prd había logrado comprobar, años antes, que la Jerusalén contaba con esa cantidad y no 5 500 como en 1991. Sin embargo, no pudo impedir la resolución para que La Ermita fuese dividida en tres secciones (una casilla por sección, véase anexo 2). El pleito del prd estatal y de las autoridades municipa­les de Turicato no era contra los fieles rosadnos, era contra el pri. L os

potenciales 1 537 votos que obtendría el pri eran importantes, pero más lo era el demostrar que los órganos electorales estaban controlados por el Estado y que no actuaban con imparcialidad. La Nueva Jerusalén era para el pr d , en el contexto nacional, una más de tantas batallas por la llamada “revolución democrática”.

Electoralmente, el prd intentó demostrar que no existían garantías para el ejercicio libre del voto en La Ermita, pero además, argumenta­ba que la Nueva Jerusalén era, en su totalidad, una comunidad dedica­da al culto, por lo cual debería ser considerada, en su conjunto, como

un templo. El 11 de agosto el Tribunal deshecho los recursos que el diputado perredista Jaime Hernández había interpuesto. Por las vías “legales” la batalla estaba perdida. Había que diseñar otras estrategias. El diputado Hernández encontró absurda la resolución del Tribunal, aunque ya no pudo hacer nada. Sin embargo, el diputado Wilbert Rosas Monge, también dirigente perredista de Michoacán, contaba con infor­mación privilegiada:

Rosas Monge sabía del miedo que los neojerusaleños le tenían al demonio y sus manifestaciones. Los creyentes estaban impedidos, según el ínclito diputado, para acercarse a mujeres con minifalda y escotes escandalosos, o bien para estar cerca de fotografías o imágenes en donde la abundancia de la carne femenina quedase al descubierto. Así, en una demostración de alta estrategia opositora, el diputado Rosas estaba dispuesto a apoyar el envío a La Ermita, el día de las elecciones, de un grupo de saludables mujeres perredistas como representantes de casilla.34 Sólo había un inconveniente: podrían, según Rosas, ser agre­didas. Por lo tanto, deberían estar acompañadas de representantes hom­bres, quienes para aprovechar el viaje, vestirían camisetas con eróticos estampados. Se esperaban tres efectos posibles de la acción: impedir que los neojerusaleños se acercaran a votar por miedo al demonio; que surgiera una situación de escándalo que invalidara la votación de las casillas; que los representantes del prd fuesen impedidos para entrar a la colonia y con ello las casillas se anularían.

En el municipio de Turicato

Lucio Benítez es un campesino que llegó con su familia a la Nueva Jerusalén en 1979. Procedente de un rancho de Guerrero, comenzó a trabajar para distintos “patrones” de la región en las labores del campo. Logró comprar un terreno a los encargados de La Ermita, del cual nunca obtuvo título de propiedad. Declarado ferviente seguidor de la obra de la Virgen y devoto creyente de las apariciones, Benítez fue acu­sado de rebelión. Su castigo fue, al principio, el impedimento para en­trar a la Jerusalén, lo cual se hacía extensivo a su familia. El origen de la acusación fue haber acudido a las autoridades del Municipio (perre­distas) a denunciar su situación.

Ataviado con un rosario, un relicario y la imagen de la Virgen (todo al cuello), Lucio Benítez nos cuenta su historia en un restaurante del centro de Puruarán. Dice que muchas personas al interior de la Jerusalén ya no creen lo que están hablando las ánimas. La principal inconformidad es que los mensajes se han convertido en una verdadera fuente de persecución y delaciones. Agapito, Simeón35 y Nabor castigan y expulsan a muchos fieles “quesque” por rebelarse en contra de la Virgen. Algunos de los castigados ya no creen en los mensajes, pues en éstos las ánimas los acusan de cosas que no han hecho. Si fueran en rea­lidad las ánimas, pues, no se equivocarían.

Benítez cuenta que la Jerusalén tiene sus propias autoridades y policías. Estos son utilizados para imponer multas y castigos.36 La situación se puso “mala” cuando en octubre de 1993 Bartolomé Benítez (hijo de Lucio), muchacho de 16 años, fue expulsado de la Jerusalén por querer “cortejar” a una muchacha. Posteriormente y como castigo*- Benítez tuvo que llevar un grupo de campesinos (peones) para trabajar varios días en el ejido Santa María. En los mismos días, una persona vio que, en los alrededores de la Nueva Jerusalén, dos jóvenes “andaban por ahí con unas muchachas detrás del Cerro de la Cuenca”. Las mu­chachas eran hijas de un tal señor Cardoso. Los muchachos no fueron identificados porque huyeron al ser descubiertos. Agapito fue enterado del asunto y dijo que Lázaro Cárdenas iba a descubrir los nombres de los muchachos. Así, en un mensaje recibido el 21 de noviembre, Lázaro dijo que los infractores eran Bartolomé Benítez y Manuel Contreras. Este último era parte de la cuadrilla de peones que se encontraba lejos, trabajando con Lucio Benítez.

El mensaje era falso, no así sus consecuencias. Desde entonces los Benítez y los Contreras estaban advertidos de que debían abandonar el pueblo. La situación fue peor durante la Semana Santa de 1994. Expul­sado del pueblo, Bartolomé Benítez decidió acercarse a la Jerusalén para presenciar de cerca la procesión. La guardia lo retiró a balazos que nunca lo alcanzaron. Un día después, en el mensaje del 2 de abril, las ánimas denunciaron que habían sentido un peligro grande para Papá Nabor, pero que los guardias lo habían evitado.37 Fue entonces que Lucio BemV % asustado por los balazos que le tiraron a su hijo, acudió a las autoridades del municipio para levantar una denuncia y pedir que los dejaran vivir en paz.38 Lograron que les permitieran ingresar de

nuevo a la Jerusalén, pero les negaron el acceso al templo. Sin embar­go, los guardias del pueblo les advirtieron que después de las eleccio­nes federales tendrían que irse o serian sacados por la fuerza.

Entre otras cosas interesantes, cabe destacar que Benítez no fue el primero en sentir la posible protección de las autoridades perredistas. Pedro Reyes y Femando Roldán, a la sazón miembros del cabildo, comenzaron a recibir denuncias de otros colonos expulsados o amena­zados. Si bien no queda muy claro cuáles son las culpas de los acusa­dos, existe un elemento en común en todos los casos: son colonos jóve­nes, muchos llegaron niños a finales de los setenta y principios de los ochenta; otras familias perseguidas tienen, como punto de conflicto, la supuesta mala conducta de sus miembros adolescentes.39 Mediante es­tos elementos se ha desarrollado, desde 1993, una relación directa entre los disidentes y las autoridades perredistas. Desde entonces, Nabor ha llamado en privado a todos los que se han acercado a los perredistas y les ha leído mensajes, en su mayoría de Lázaro Cárdenas, para adver­tirles el peligro que corren. Es el caso del campesino Margarito Do­mínguez:

“Hay un mensaje que dice don Lázaro que por andar yo con el gobierno del Municipio, con los perredistas, dicen, que él va a traer federales de México y Morelia para sacarme del pueblo. Bueno, hay un mensaje que dice que dijo don Lázaro Cárdenas”.40

En los testimonios queda clara, también, la alianza de Nabor y el pri. L os disidentes coinciden en que los mensajes de contenido político comenzaron con Agapito como médium. Según éste, las ánimas habían expresado que la voluntad de la Virgen era que el pueblo votara por el pri. Nabor explicaba en las misas que la Virgen de Guadalupe repre­senta la bandera de México, y que ella tiene los colores del pri; que no es “pervertido” (sic) que se vote por ningún candidato, pero que para alcanzar la salvación nada más se debe votar por el pri porque es la orden de la Virgen. De hecho, los únicos candidatos que han podido entrar a La Ermita son los del pri. En ninguno de los mensajes, al menos en los que pude leer, se mencionan nombres de candidatos. Así, la orden especifica únicamente “p ri”, o bien, votar por México y los colores de su bandera.

En la Nueva Jerusalén

A tres kilómetros de Puruarán, rumbo al sur, la carretera muestra un letrero que indica la desviación hacia la Nueva Jerusalén. Con un solo acceso pedregoso, se llega a la colonia después de subir una pendiente que no deja ver mucho lo que se encuentra al final del camino. De repente, a lo lejos se puede ver el acceso a la calle principal y el kios­co. Llegamos a la Jerusalén con el subjetivo morbo de encontramos con lo sobrenatural, o por lo menos con las huellas de una gran conspira­ción internacional. Al poco rato de estar en sus calles los ánimos se asientan. Era el sábado 20 de agosto de 1994. En algunos puntos se podían ver corrillos de “vivientes”, siempre agrupados por sexo. No señamos los únicos visitantes, pues la Jerusalén se había preparado para recibir a los observadores del proceso electoral, nacionales y extranjeros. Por ello, la cadena que controla el acceso al pueblo había sido retirada días antes. Los pobladores se mostraban esquivos, sin embargo, todos respondían al “buenas tardes”. A unos pasos de la entrada existe la encargatura con la guardia. Salvo por el atuendo de las mujeres y la profusión de rosarios, escapularios y estampas de la Virgen que todos llevan, la Nueva Jerusalén no es muy distinta de muchos otros pueblos rurales de Michoacán.

A las siete de la tarde una gran procesión de mujeres y niñas salió del templo después de escuchar misa. Portaban un estandarte y ento­naban cantos y alabanzas: al preguntar a un campesino el rumbo que llevaban me contestó que se dirigían a sus casas. Los pocos que se pres­taron a platicar resultaron también campesinos, quienes con gesto ama­ble pero cortante nos pidieron ir con los “padres”. El primero en aten­demos fue el padre Mateo. Al principio manifestó su molestia con las difamaciones que durante años han padecido por parte de la prensa. Dijo que afortunadamente un antropólogo “gringo” (Leatham) había vi­vido entre ellos dos años, que había escrito algo serio y, que aunque no había podido leerlo, seguramente era bueno. Que desgraciadamente el “gringo” no acabó por creer en la Virgen, pero que se había ido con­tento.

El padre Mateo es un sacerdote de aproximadamente 40 años. Convencido de que la Virgen nos castigaría a mí y a mi acompañante (gringa como Leatham) si falseabamos su testimonio, nos hizo ver que

“ya una señora que habló mal de nosotros se volcó en la carretera”, y que a otro “la Virgen le echó un rayo”. Con esos antecedentes le pedi­mos nos llevara con el Papá Nabor. Dijo que ya estaban consultando a las ánimas para saber nuestras intenciones. En lo que llegaba la res­puesta platicó, en un fervoroso tono, que ellos no eran una secta, que la secta era la Iglesia de Juan Pablo n:

Somos un pueblo religioso, apostólico romano, practicamos la liturgia tra­dicional. Nosotros no andamos de clandestinos, aquí hemos venido a bus­car la salvación [...] no tenemos ningún plan público, somos mexicanos y reconocemos a las autoridades [...] La gente tiene que votar por quien con­venga [...] [en nuestro pueblo] saben que el pri es un partido que siempre ha respetado la libertad de religión [...] El gobierno nos dio libertad, hemos tenido paz, nosotros no estamos metidos en política, somos religiosos, la Iglesia en su lugar [...] El prd de antemano es un gobierno socialista, y como gobierno socialista es antirreligioso, y nosotros, como religiosos, de­bemos elegir lo que nos conviene [...] A nadie se le presiona [...] Los infor­mes de las ánimas sobre Cuauhtémoc Cárdenas no son frecuentes [...] La gente puede escuchar las noticias, si les interesa Cuauhtémoc pues, que se informen [...] El fin del mundo está próximo, las señales son muchas: igle­sia católica vendida, mujeres en minifalda y pantalón, hombres con pelo largo, guerras, la tercera guerra mundial ya viene [...] Por eso hacemos penitencia [...] La gente se sale de aquí porque no quiere ser pobre, y este es un pueblo pobre [...] Aquí, si las personas no tienen fe ¿a qué se que­dan? [...] Los colonos pueden vender sus casas [...] No es necesario echar a los que no creen, solitos se van [...] Paulo vi va a salir algún día [...]”.41

Cuando le preguntamos si los sacerdotes de la Jerusalén votarían, Mateo dijo que “No, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios.” Después de casi una hora de plática, interrumpida constante­mente por las mujeres y hombres que al pasar se hincaban frente al padre para besarle la mano, Mateo nos acompañó hacia el templo. En el trayecto conocimos a dos norteamericanas residentes en La Ermita. Una era la hermana Lorraine y la otra era la hermana Juanita.

Lorraine es una anciana de aproximadamente 80 años. Amable y bromista, explicó que vive en una gran paz al interior de la Jerusalén. Originaria de Massachusetts, vive de la pensión que el Seguro Social de Estados Unidos le manda. La hermana Juanita es joven, llegó de Colo­rado hace 17 años. Se casó con un campesino y ahora tiene 12 hijos.

Expresó haber estudiado Budismo, Bahai y protestantismo. Pero que comenzó a interesarse por las apariciones que la Virgen hacía por el mundo, incluida la de Fátima en Rusia. Hace 17 años decidió peregri­nar para conocer la Nueva Jerusalén. Desde que llegó dijo haber reco­nocido a La Ermita como el sitio donde alcanzaría la salvación. Le pre­ocupa todo lo que se dice afuera sobre la Nueva Jerusalén: “ [...] las puertas están abiertas, la gente viene aquí por curiosidad o por fe”. Cuando se le preguntó cuál era el principal requisito para vivir en la Je­rusalén, tranquila pero tajante respondió: Faith.

Continuamos el camino hacia el templo para conocer el veredicto de las “ánimas” sobre nuestra entrevista con Nabor. Entonces nos aten­dió el padre Raymundo, joven, de aproximadamente 35 años, pero de gesto duro y agresivo. Nos dijo que Papá Nabor no nos atendería y que lo mandó para platicar con nosotros. Sus juicios coincidían con Mateo:

La religión de nosotros es la religión verdadera [...] Las otras no son reli­giones, son sectas [...] Paulo vi es el verdadero Papa [...] Aquí somos muy tradicionales [...] Este lugar es santo, el pueblo es un convento, tenemos monjes benedictinos, franciscanos, dominicos, seminarios, todo [...] Los católicos se burlan de nuestros sacerdotes, pero los suyos hasta se casan [...] Yo desconfío de todo por el escándalo que nos armaron en el 82 [...] Lázaro Cárdenas está dirigiendo al mundo, mucha gente no cree que él está hablando [...] Lázaro no apoya a su hijo, ha dicho que si su hijo llega a la presidencia se le aparecerá [...] Cuauhtémoc Cárdenas es comunista por no creer en Dios [...] Aquí somos libres completamente, cada quien es libre de votar por quien quiera [...] No estamos presionados por ningún partido [...] La Virgen dijo por una ánima que el partido nacional, que es el p r i, daba mayor seguridad, que los otros partidos no tanta [...] Aquí todos saben que el partido que nos ha tratado mejor es el pri [...] ¿Ustedes votarían por un comunista? [...] Fuera de aquí no hay nada, no nos intere­san [...] ¿Cómo pueden desconocemos? ¡estamos con Dios!”.42

La plática con Raymundo también duró casi una hora. Estuvimos sentados a la puerta del templo, el cual se encontraba fuertemente cus­todiado por grupos de colonos. En verdad parece guardar a la Virgen en persona. Hicimos la petición de entrar al templo y conocer la imagen del altar; la condición fue cortarme en ese instante mi largo cabello y que mi acompañante se pusiera una falda y se cubriera el pelo. De esta

forma, emprendimos el regreso a Turicato sin conocer la imagen de la virgen campesina.

Asi llegó el 21 de agosto de 1994.

Las elecciones

El clima de incertidumbre que privaba en el país generó una gran can­tidad de actitudes hacia las elecciones. México tenía que resolver por vía de los votos su situación. Así, políticos y líderes religiosos aprove­charon sus tribunas para lanzar, días antes del 21 de agosto, una serie de mensajes por la paz. Un buen número de iglesias cristianas habían formado, semanas antes, una asociación que se denominó “Intercesores por México. Un llamado a los cristianos a unirse en oración y ayuno por México”. Los grupos cristianos de Morelia, miembros de diversos par­tidos, circulaban propaganda en sus reuniones en la que se pedía, entre otras cosas, orar por “La Voluntad Perfecta de Dios en las Elecciones”.Y así fue:

Muy temprano llegaron a la Jerusalén los funcionarios de casilla y los representantes de algunos partidos. Se instalaron tres casillas (2 087, 2 088 y 2 089 del distrito vil Tacámbaro). Ninguno de los re­presentantes fue mujer. No hubo perredista que quisiera “arriesgar el pellejo” y hacer el papel de demonia. Tan sólo un representante del prd

se atrevió a llevar una camiseta que en la espalda mostraba la imagen de una pareja casi desnuda en fenomenal escarceo. Para desgracia del portador, el estampado estaba en la espalda, y a pesar de que dio cons­tantes vueltas a la mesa, ni él mismo pudo observar la reacción de quie­nes lo vieron. De hecho, puedo afirmar que la actitud de los neojerusa- leños que votaron en esa casilla fue de absoluta indiferencia.

Por otro lado, los representantes de los partidos de oposición no eran colonos. Los del pri, sin excepción, vivían en La Ermita. Antes de los deberes cívicos los neojerusaleños acudieron a la misa dominical. Como de costumbre, fue transmitida por radio. En su mensaje el ancia­no Papá Nabor (84 años de edad) se refirió a las elecciones, a la tradi­ción y al acecho que los demonios hacían alrededor de la Jerusalén. Muestro a continuación algunos fragmentos. Tómese en cuenta que Nabor actúa y dramatiza pasajes imitando supuestos apóstatas. Tam­

bién hace adaptaciones del Evangelio de San Lucas en las que interca­la comentarios:

-Nosotros somos la Iglesia...-¡Qué bonito es alabar a Dios! Así como ustedes cuando van a la milpa, van cante y cante [...] Todo aquel que no cante y no rece cuando va a tra­bajar, o allá cuando anda trabajando ¡qué bonito! ¡Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal! ¡Alabado, alabado!, al uso viejo...-[ustedes dirán] ¡No, no, no! ¡Esa cosa vieja ya no! No es tiempo ya de rezar, ni de cantar, ni de rezar el Rosario. Eso ya pasó. Ahora son otras cosas.-A sí se nos va metiendo lo moderno, aunque no queramos, se nos mete como el aire.-Cuídense de los extranjeros, nos pueden robar la cámara.-Los sacerdotes [católicos], cuando va una persona pobre a quererse con­fesar:-padrecito, yo quisiera que me confesara-N o tengo tiempo, venga mañana. Voy ahorita a irme en carroSi se está muriendo mi mamá:-Vamos por un sacerdote-[sacerdote católico] -N o tengo tiempo, tengo muchas juntas qué hacer. -Todos tenemos muchas cosas qué hacer, nos llenamos de quehacer para olvidar a nuestros prójimos.-Anoche llegó una reportera y un reportero. Todos los que han venido han traicionado [...] los reporteros son una [ilegible] de mentirosos, revuelven todo y hacen aparecer para quedar bien.-También vienen a informar de los partidos [...] nosotros aquí este pueblo no está obligado a votar nomás por un partido [...] no se puede uno ligar con un solo partido. La Jerusalén es para todo el mundo [...] cada quien va votando por su partido que le convenga. Por supuesto, si este pueblo se dirigiera a un solo partido es voluntad del pueblo, si quiere pertenecer a un solo partido, es cuestión del pueblo. Lo que el pueblo diga. Y si no lo hiciera cual como quiera, no está obligado, ni lo pueden obligar a dejar el partido y que le convenga. No. Cada quien está libre.-Siéntense [...] porque esta misa es larga, es la misa parroquial, es la misa de los rancheros, la misa de los hombres que tienen responsabilidad”.4'

Nabor comenzó a leer un mensaje de las ánimas recibido el 31 de julio. En él dijo que el pueblo debería ser limpiado de insectos ponzo­ñosos, pues estaban por acontecer cosas grandes:

-Este pueblo debe estar limpiecito, que ya no haya basura, que ya no haya animales ponzoñosos, pues ahora ya todos aquellos insectos ponzoñosos que están nomás pensando en picar, hacerle daño a su prójimo [...] ya no va a haber de eso. Todo se les va a poner trabajoso para entrar en la puer­ta para la Ermita [...] Son los contrarios, ya, de la Santísima Virgen, por­que apenas oyen una cosa que les raspa tantito luego corren a ver a su papá a Puruarán, luego van a chillarse con él. Pues nosotros aquí en La Ermita podemos hacer y deshacer. Prohibir al que vemos que no anda bien. Todo lo que se hace aquí nosotros traemos orden del cielo. Y aunque digan que somos cabilosos, que somos mendiosos [sic], que somos quién sabe qué todo, los que no estén de acuerdo con los mensajes que nosotros estamos dando, pues no le hace, que se enojen, quien se enoje. Nosotros vamos a hablar y vamos a prohibir, y aunque le pese a muchas personas [...]- [...] es muy justo lo que estamos haciendo, porque nuestro Padre nos manda: [...] ¡Prohiban la moda! ¡Prohiban de que no entren aquellos hom­bres, mujeres y turbados!-Aquí no tienen que venir personas de fuera a querer corregir este pueblo [...]- [...] tenemos muy pronto el fin del mundo, porque se está mirando ya mucha rebeldía,en este pueblo [...] por eso, pone de penitencia el Padre Celestial de andar descalzos todo el pueblo entero [...] si quieren que el mundo tarde otro poquito, si no quieren que tarde no hagan penitencia. -Yo quisiera que ustedes los hombres hicieran un cuadro donde aparecie­ra la apostasía, con su satanás muy del brazo, y el modernismo, su hijo muy amado y todas las modas [...] Tengo hambre de ver un cuadro de ese tipo.-Las muchachas, nada de andar de noche buscando motivos. También los muchachos, todos bien recogiditos y a portarse lo mejor que se pueda, por­que es orden del cielo.-¡Ah! se van a ir a votar. Ay de aquel que no vaya a votar [...] El que no vote no es mexicano [...] Es una fiesta patria.

Nabor terminó la misa leyendo el mensaje que la noche anterior habían mandado a través de Agapito dos ánimas llamadas Bertín San­tander y Oscar Garibaldi. En éste las ánimas decían que el demonio está en todo el mundo, y que el infierno estaba vacío. Que Michoacán era muy atacado por los demonios pues la Virgen se hallaba ahí. En un diá­logo, Oscar Garibaldi le decía a Bertín:

-Mira Bertín, yo te voy a decir también, ahorita toda la República ya saben que de aquí salen mensajes importantes [...] Por eso nos tiran, tiranizan este pueblo [...] como ahorita esos reporteros que están allí son mandados por los perredistas. No es cierto que vienen por su cuenta [...] A estos hom­bres no se les tiene confianza, a ningún reportero, pero tratándose de que como ahorita está la política, pues hay que darles algo de lo que vienen pidiendo”.44

Así, los neojerusaleños salieron del templo. La mayoría se dirigió en ese instante a las casillas. Votaron por sexo, primero la fila era de mujeres. Algunos más fueron a sus casas y acudieron a votar en el transcurso del día. Ya por la tarde casi nadie iba, tan sólo fue común ver a los ancianos de ambos sexos acercarse a votar. Uno de ellos, aproxi­madamente de 65 años y de aspecto pobre, llegó a la casilla y se arro­dilló ante el representante del pri para besarle la mano. Dicho repre­sentante rondaba los 50 años y aparentaba buena posición económica. Le pregunté si era sacerdote, y me dijo que no, que era el padrino del anciano, y que los ahijados besan la mano de sus padrinos, que así es como debe ser.

Con todo lo antecedente, el resultado no fue nada extraño. De 1 537 empadronados distribuidos en las tres casillas de La Ermita, votaron1 160 neojerusaleños. La cifra no coincide, aunque debemos descontar a los colonos que llevaban días trabajando lejos y a uno que otro expul­sado que todavía apareció en el padrón. Con un promedio de 40 votos anulados en cada urna,45 los votos para el candidato del pri a la presi­dencia fueron 1 012. Diez colonos retaron a las ánimas y votaron por el pr d . El pan y el parm se constituyeron como la tercera fuerza electoral de La Ermita con cinco votos cada uno. La Unión Nacional Opositora logró dos votos, y empatados con uno quedaron el pps , pvem y p t . L os

impávidos representantes del prd señalaban que no hubo fraude de casi­lla y que los resultados eran esos. Todo terminó a las nueve de la noche.

Reflexión conclusiva

La existencia de una colonia campesina milenarista como Nueva Jeru- salén puede motivar muchas interpretaciones. Más allá de las ánimas y

de la elaboración de mensajes por parte de los dirigentes, los elementos explicativos no dejan de aproximarnos a un elemento clave: la partici­pación de los campesinos. Sin embargo, esta figura resulta homogenei- zante y puede originar un falso acercamiento al problema. Habrá que distinguir, por lo tanto, dos trayectorias: la del movimiento religioso por un lado, y por el otro las condiciones de pobreza y migración en el campo.

Así, los campesinos que forman la Nueva Jerusalén deben ser estu­diados, como lo hace Leatham, a partir de sus trayectorias laborales. La diversidad de orígenes nos habla de condiciones regionales de margi- nación, pero también de la búsqueda de un espacio comunitario que se ha visto seriamente violentado desde hace unas décadas. Tomar la deci­sión de integrarse a La Ermita garantizó, en sus inicios, retomar un modo de vida perdido. Esto no se aplica, ni con mucho, a la totalidad de campesinos del país. Sin embargo, llama la atención que en medio de la heterogeneidad étnica, la Jerusalén permite el apropiamiento y recreación de espacios y actividades de producción cultural. Por decir­lo de otra forma, la Jerusalén permite cierta coherencia cultural dado el origen campesino de sus miembros. La convivencia, el sustento y el culto permiten reproducir, en un espacio nuevo, los vínculos y lealtades tradicionales que se han visto afectados por la irrupción en el país de una economía impuesta que enaltece lo individual.

Las soluciones del campesino, en las diversas regiones, han sido múltiples: desde la migración hasta la lucha política opositora. La Nue­va Jerusalén, creo, debe ser entendida como una de tantas alternativas de resistencia. Esto nos debe conducir a un manejo cuidadoso del tér­mino “fanatismo”. En el proceso de pérdida o recuperación, la religio­sidad ha jugado un papel importante. Los nexos que por siglos ha esta­blecido entre una comunidad y su espacio han sido determinantes en la construcción de la coherencia cultural: los cargos, los cabildos, los parentescos rituales, la solución de conflictos, las fiestas patronales y muchos otros elementos de religiosidad tienden a desaparecer. Es una especie de bola de billar: basta golpear una para que el acomodo de las demás se vea en peligro. En su conjunto, las estructuras que sostienen la cosmovisión campesina parece que comienzan a derrumbarse.

La experiencia de la Jerusalén muestra una clara oportunidad de recuperar. Pero ¿recuperar qué? La respuesta debe ser múltiple. Tan

sólo se me ocurre, por el momento, la recuperación de una estructura campesina perdida en el lugar de origen de cada familia. Por ello, la Jerusalén es un sitio de resistencia y recreación de valores. No es la búsqueda campesina de una especie de tierra cultural prometida, tam­poco parece ser un refugio, es más bien oportunidad de resignificar y conformar con base en un espacio ajeno que así lo permite.

Pero debemos ir con cuidado, sobre todo al considerar otras varia­bles. Por ejemplo, la creación de una Iglesia cismática, dependiente de un líder carismàtico que ejerce control sobre los componentes emotivos o sobrenaturales, parece endeble frente a la fe de los neojerusaleños. Es cierto que se ha creado un santuario, se le ha construido y dotado de significado. Pero ese dotar tiene dos fuentes, por un lado los líderes, por el otro los campesinos.

De parte de los primeros, la Jerusalén constituye su batalla en con­tra de una Iglesia reformada que los desplazó; es la respuesta testaruda, agresiva y burlona de un grupo de curas ancianos que se reproducen en la formación de jóvenes seminaristas. Conocedores de la realidad cam­pesina, los fundadores han transitado del aparicionismo al espiritismo, en un afán de mantener el control de una comunidad que, poco a poco, tomaba rumbo propio en el ejercicio de su religiosidad.

De parte de los segundos, la fe en las apariciones de la Virgen cam­pesina, inquebrantable, permitió que la religiosidad tomara el curso independiente que las voluntades y devociones individuales permiten al conjuntarse. De ahí las rebeliones de los miembros por adueñarse de lo que les pertenece, la fe y el culto. Así, en cuestión de pocos años, los campesinos recrearon espacios y estructuras totalmente afines a su ser histórico. Por ello su defensa de las apariciones. La capacidad de asu­mir y ejercer la fe por parte de los campesinos neojerusaleños no puede ser vista como ingenuidad o charlatanería; debe ser estudiada en el marco de una búsqueda de significados. El mismo Papá Nabor ha teni­do que replegarse para controlar lo que él mismo desató. De ahí que el calificativo de “milenaristas” o “apocalípticos” debe ser aplicado a Nabor y su equipo, porque los campesinos llegaron para venerar a la Virgen; llegaron para quedarse.

En el contexto de una diversificación política, la Nueva Jerusalén también queda atrapada en medio de un fuego cruzado. Más allá del manejo de símbolos patrios y espíritus que hablan en favor del p r l los

campesinos comienzan a ser atacados en función de conductas califica­das por Nabor como rebeldes. Tengo la impresión de que la comunidad votaría por cualquier otro partido que se les indicara desde el cielo. Su batalla no está afuera, está adentro. Su lucha es, entonces, por conser­var el espacio que han recreado. Un cura inteligente lo sabría, Nabor no. Su afirmación de que la Jerusalén no es democracia sino un impe­rio de la Virgen es cierta, pero dicho imperio depende, en todos los as­pectos, de los creyentes. Ni la Iglesia, ni los partidos y tampoco los escépticos lo han comprendido. Por ello, a los de afuera les gusta el papel de demonios.

Visto desde las profundidades históricas, no es descabellado pensar que en la Jerusalén se reacomodan y juegan, en un pequeño espacio, todas las características de una historia atrapada entre la tradición y la modernidad. Me queda clara, eso sí, una cosa: que al menos en Michoa- cán, Dios nunca muere, y también vota.

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Anexo 1

Corrido “La hermosa historia”(Cantar con “música de norteños”)

Hermosa historia la de mi Madre cuando bajó a este lugar,Sólita andaba por estos valles, muy cansadita de caminar.

Quinientos años duró rogando en el cielo al padre celestial que la dejara bajar al mundo porque a sus hijos quería salvar.

Y mientras ella estaba rogando el mundo aquí se iba hundiendo más,

y cuando ella consiguió el permiso perdida estaba la humanidad.

Cuando el Eterno le dio el permiso que bajara a la tierra a pisar, le dijo: hija irás al mundo sin tu corona y sin manto real.

Ella le dijo al Padre Eterno:Como usté quiera yo bajaré,yo lo que quiero es salvar mis hijos,de campesina me vestiré

Y todos los coros se reunieron, cantando salmos llenos de amor despiden a la Reina del cielo dándole un beso con gran fervor.

Los ángeles se regocijaron porque la Reina que iba a bajar, sólo un justo con dolor lloraba:¿por qué te vas, reina celestial?

Y el justo se dirigió al Padre:¿Por qué permites oh gran señor, que mi madre se vaya a la tierra? Sufrirá sólita un gran dolor.

No te preocupes justo querido,-el Padre Eterno le contestó-, yo allá en la tierra tengo elegido dónde le sirvan con grande amor.

Una campesinita valiente y un ministro de gran valor, le ayudarán a la Reina hermosa a formar la arca de salvación.

Y así fue como bajó a la tierra está Reinita tan celestial, humilde y linda aquí la vemos, rogando está por la humanidad.

Ella estuvo en Palmar de Troya, y en Guanajuato estuvo también. La despreciaron en esos pueblos, no la quisieron reconocer.

Ella es la Reinita de los cielos, mi Rosarito llena de amor.Ella se dice y se preguntaba cómo iba a salvar al pecador.

[se repite]

3 planos

de la

Nueva

Jerusalén con

ubicación de

casillas (secciones

2087, 2088

y 2089). Fuente: Instituto

Federal Electoral

Re

lac

ion

es

65/66

Anexo 3

El día de las votaciones

Foto 2. Elector con propaganda política.

Anexo 4

Conversación de Agapito Gómez con las ánimas de Lázaro Cárdenas y Óscar Garibaldi. Nueva Jerusalén, marzo 28 de 1994.

H a b la L ázar o C á r d e n a s : Pues bien estoy contigo en estos momen­tos.D. AGAPITO: Está bien.D. LÁZARO: Ahorita vamos a platicar unas cosas que quiere saber mi sacerdote.D. AGAPITO: muy bien.D. LÁZARO: Entonces lo que ahorita tengo que decir, de que los parti­dos ahorita se han suspendido.D. AGAPITO: ¿Por qué?D. LÁZARO: Por la muerte de Colosio, ahorita están investigando muy

fuerte cuántos son los compañeros de aquél que está en la prisión; el asesinato [s/c] que asesinó a Colosio.D. AGAPITO: Muy bien.D. LÁZARO: Entonces, ahorita está la investigación, pero él no quiere

decir cuántos fueron, o quienes otros son los compañeros o quién los

mandó, y ahorita está sosteniendo, pero de todos m odos, ya se están

dando cuenta.D: AGAPITO: M uy bien.D. LÁZARO: Y todo lo que ha sucedido es una traición que le hicieron

a C olosio, porque era un hombre muy bueno, todas sus intenciones eran

muy buenas, de mejorar el país y era muy verdad, que él intentaba cam ­biar las situaciones del país, para que todo el país estuviera contento, alegre y cóm odamente, estuviera obteniendo todas sus cosas, pero vino

la traición y lo quitaron. Mira te voy a decir.D: AGAPITO: ¿Por qué?D. LÁZARO: Porque todos quieren subir, todos quieren ser presidentes, pero Colosio, era el número uno de los candidatos y todo lo que él esta­ba pensando era para el bien de la República, y si él hubiera quedado la República se hubiera mejorado, pero hoy ya lo quitaron.D: AGAPITO: ¿Y no irá a haber más?D. LÁZARO: S í va a haber más, va a haber otro, pues yo le estoy hacien­do la lucha también com o presidente de la República que fui yo tam­

bién, estoy mirando y haciendo toda la inteligencia de que ésta República sea mejorada.D. AGAPITO: Muy bien.D. LÁZARO: Ahorita va a hablar Oscar.D. AGAPITO: Muy bien.OSCAR: Yo también estoy mirando aquella traición que le hicieron a Colosio, porque él era un hombre muy recto y muy bueno, llevaba todas las cosas, por el bien, en paz y pedía la paz en todos los aspectos de la política, pues ese hombre, todos los pensamientos eran muy bue­nos, y otra cosa te voy a decir muy importante.D. AGAPITO: Muy bien.D. OSCAR: Iba a ser un hombre que iba a mejorar todo el país, toda la República mexicana, pero la traición se lo llevó, por eso ahorita se han suspendido todas las elecciones y por eso enseguida va a haber otro que el Presidente Salinas de Gortari, ya lo mencionó; entonces él va a suplir a Colosio.D. AGAPITO: Muy bien, ¿irá a ser muy buena persona como Colosio? D. OSCAR: Mira, también él lleva el control de la paz, pero a la vez, todos los partidos piden paz, porque saben la traición que hubo entre ambos partidos, pero en seguida va a haber una guerra y ya está próxi­ma, pues todo lo que yo estoy sabiendo porque yo estoy preguntando al Padre Celestial, qué cosa es lo que va a haber directamente para México. Entonces El me dijo: Mira va a haber una cosa grave en segui­da porque por una parte México anda muy mal, México está perdido, una que otra persona está en la creencia de la obra de la santísima vir­gen; dice el Padre Celestial y por eso está muy trabajoso para México y con todo esto que ha sucedido mucho más, cuando comiencen las guerras; entonces México se va a hallar abatido en muchas apuraciones y no va a hallar a donde meterse, porque pasarán muchas cosas bien tra­bajosas en toda la Ciudad de México; así es de que, pobres mexicanos. D. AGAPITO: Bueno, aparentemente, parece que México está en paz. OSCAR: Está en paz ahorita que no hay guerras, pero deja que venga la guerra y entonces es cuando se va a ver muy apurado México.D. AGAPITO: Está bien.OSCAR: Ya se los había dicho con tiempo, pero ahora se los vuelvo a repetir.D. AGAPITO: Está bien.

OSCAR: Pues bien, yo les he dicho y les vuelvo a decir; los castigos para México están muy próximos, para Lázaro Cárdenas [el puerto] y Guadalajara y otro pueblo que está cerca del mar.D. AGAPITO: Muy bien.D. LÁZARO: Pues bien, de qué castigos, si va a haber castigos en todas aquellas partes y en más partes del mundo, pero lo que me ha dolido más es la muerte de Colosio, porque él iba a ser un hombre muy bueno y por esa razón de mi cuenta corre que todos los demás partidos no subirán a la Presidencia de la República, ningún partido, solamente el p r i , porque el Gobierno, el Presidente de la República está apoyando mucho al p r i, y por eso los demás candidatos, aunque anden muy apri­sa, activándole a sus políticas, no van a llegar al puesto, ahí tenemos a Cuauhtémoc Cárdenas ambicioso y traicionero, quiere subir a la fuer­za, invade las Presidencias a la pura fuerza, hace sus plantones, con puros mariguanos y entonces él a la fuerza quiere ganar, pues no, Cuauhtémoc nunca quedará al puesto óyelo bien, porque es un traicio­nero, se apoya de puros mariguanos y quiere las cosas a fuerza, y a fuer­za nunca está bien, no.Así es de que la traición que han hecho de mandar matar a Colosio nunca estuvo bien, yo no lo veo nada de bien, Nuestro Padre Celestial está muy a contra de aquellas personas.D. AGAPITO: Está muy bien.D. LÁZARO: Ahorita nosotros estamos deteniendo la Justicia del Padre Celestial, porque si queda otro partido de aquellos traicioneros la República va a perecer, óiganlo bien.Y por eso, nosotros andamos intercediendo por todo el país y andamos rogando a Dios, que ponga una gente, un presidente que sea bueno, que vea por su país, porque los demás partidos son muy traicioneros.D. AGAPITO: Muy bien.D. LÁZARO: Ya subiendo a la presidencia de la República, van a hacer sus cosas, según ellos y entonces aunque los pobres vayan solicitando alguna ayuda o algo que necesiten las comunidades, no los van a aten­der y si los atienden con muchas dificultades, óiganlo bien.Y otra cosa les voy a decir, el pr i defiende a la Santa Iglesia y por eso nosotros, no olvidamos y siempre ayudamos a la Institución del p r i,

todos los demás partidos son traicioneros y van a traicionar a la República óiganlo bien, se van a poner de acuerdo con otros países con

el fin de que ellos estén bien y la República, los Estados que componen la República Mexicana, van a perecer, por eso nosotros estamos siem­pre apoyando al p r i, porque es el que defiende la Bandera Nacional, la Bandera Tricolor; óiganlo bien. Esto es tocante a los negocios políticos, pero ahora vamos a lo que pertenece al cielo y a la Iglesia.D. AGAPITO: Muy bien.D. LÁZARO: Y todas las personas que oigan nuestras palabras y que tengan fe en nosotros estamos aquí en éste santo lugar no perecerá, el día que ya vaya a haber problemas grandes en la Capital o no en la Capital los vamos a recoger a este santo lugar; óiganlo bien. Y todo el que no crea que los BIENAVENTURADOS están hablando en este santo lugar, lo vamos a dejar libre, pase lo que pase, óiganlo bien, por­que este es el único lugar, el pararrayo de la Justicia de Dios y nosotros enviados del Padre Celestial, estamos dándoles a saber todo lo que va a pasar, todo lo que viene enseguida, lo que le viene a México, a Guadalajara y también a Lázaro Cárdenas, ese nombre que le han pues­to a esa Ciudad, no me conviene, porque es mi nombre y mi nombre de Lázaro Cárdenas, no lo merece esa Ciudad, óyelo bien, pero ya ni modo, se lo han puesto y ni modo de quitárselo.Pues bien, nosotros estamos muy preocupados con esa Ciudad, que es el embocadero de los japoneses, México también, Guadalajara también, pobres ciudades, están en un peligro muy grande.D. AGAPITO: ¿Y por qué tanto así?D. LÁZARO: Oscar va a hablar.OSCAR: Es que en todas esas ciudades han admitido cosas muy feas, están sucediendo cosas que no debían suceder; está toda la inmoralidad; toda la apostasía y toda la rebeldía y no creen en Nuestra Madre Santísima, aunque estén sabiendo que está en este santo lugar, pero lo destrechan.D. AGAPITO: ¿Y por qué destrechan lo de la Santísima Virgen? OSCAR: Es que los sacerdotes los tienen amenazados que vengan y que si vienen a este santo lugar los van a excomulgar y no los van a dejar entrar a su Iglesia, por eso a mucha gente la han envuelto los sacerdo­tes del mundo y por eso no vienen.D. AGAPITO: Está bien.OSCAR: Allá en mismo México ya hay mucha rebeldía, ahora más, te voy a decir una cosa muy importante.

D. AGAPITO: Está bien.OSCAR: Allá a donde fue el Padre Marcos y fue a ver aquella mujer horrible que está haciéndose pasar como vidente de la Santísima Virgen y no es cierto, está engañando a la gente, que ella habla con la Virgen y que ella le está dando mensajes, ésta, ya tiene varios casetes, a donde ha hablado ella, pero es una pura mentira, todos los hombres de ese lugar y que le creen, pues, se va a llegar el día que se van a condenar por creerle a esa mujer mentirosa, a esa mujer y todos aquellos, aque­llas mujeres que se dan que porque les habla la Virgen, que se les encar­na algún espíritu; pues no todas esas mujeres, no pueden venir a este santo lugar dice Nuestra Madre Santísima; que le están quitando las atribuciones a ella, Nuestra Madre dice: si yo que soy virgen, no me dan licencia de hablarle a la humanidad, hablarle a todos mis hijos, cuanti más aquellas mujeres, pecadoras del mundo, que no se confiesan, no comulgan, todas esas mujeres, el demonio las está poseando, óiganlo bien, y por lo tanto no pueden venir aquí a este santo lugar.Nuestra Madre me ha dicho: esa s m u j e r e s , esa s p e r s o n a s n o p u e d e n

VENIR A MI ERMITA.

D. AGAPITO: Muy bien. ¿Y por qué hacen así esas mujeres?OSCAR: Es que quieren ellas alzarse el cuello para que digan que es verdad lo que están haciendo, pero el demonio les está poniendo eso en la cabeza, pero eso va a ser su condenación; óiganlo bien.Pues ahora les quitamos la entrada a este santo lugar; sus peregrinos que les lleven estas palabras y este mensaje, por lo menos, las palabras que estamos ahorita diciendo.D. AGAPITO: Muy bien.OSCAR: Pues bien, tenemos que hablar mucho todavía del mundo ente­ro, pero ya descansa, ya estás agotado.D. AGAPITO: Lo que ustedes digan.D. LÁZARO: Ya descansa.D. AGAPITO: Muy bien.

Notas

1. Los detalles de esta primera elección son reconstruidos de fuentes directas por Carlos Juárez, La Oligarquía y el Poder Político en Valladolid de Michoacán, 1785-1810, pp. 235-270. También François Xavier Guerra, Modernidad e independencias, p. 201.

2. Véase Guerra, ibidem, p. 193.3. “Proclama de Miguel Hidalgo, octubre de 1810”, en: Planes en la Nación

Mexicana. Libro uno: 1808-1830, pp. 103-104.4. Véase Florescano, Memoria mexicana, pp. 295-300.5. A la luz de la historia reciente, creo que adquiere mayor sabiduría el títu­

lo que don Edmundo O’Gorman dio a una de sus principales reflexiones: La supervivencia política novohispana.

6. Femando Escalante, Ciudadanos imaginarios, p. 102.7. Me refiero al artículo de Gustavo López, “Nueva Jerusalén: un pueblo del

más allá”, y a la reflexión de José Manuel del Val, “La Nueva Jerusalén michoacana: ¿Una experiencia milenaria?”. El primero es rico en datos de primera mano bien organizados, aunque ligero en sus juicios y sutil en sus observaciones. Del Val hace una buena reflexión en tomo al conflicto campesino vs. modernidad (véase bibliografía).

8. Leatham, “Vayamos allá donde está Nuestra Madre: Peasant recruitment to a mexican millenarian colony. Este escrito, por ser inédito, es de difícil obtención, por lo tanto tampoco puede competir con la prensa sensaciona- lista.

9. Ibidem, p. 33.10. Ibidem, pp. 29-30. Para un análisis teórico de la identidad religiosa véase

Fortuny, La construcción de identidades religiosas.11. Leatham, op. cit, p. 67.12. Hertling, Historia de la Iglesia, pp. 508-510.13. Ibidem, p. 516.14. Vagaggini, El sentido teológico de la liturgia, pp. 140-141.15. Para esta reconstrucción sintética de la historia de Nueva Jerusalén nos

apoyamos en Leatham, op. cit, pp. 59-95; López Castro, op. cit, pp. 93-98; Del Val, op. cit, pp. 126-128; las notas publicadas por el semanario zamo- rano Guía de agosto 22, noviembre 14 y 21 de 1982; además de los testi­monios y materiales magnetofónicos recopilados personalmente el 19, 20 y 21 de agosto de 1994 entre miembros y disidentes de La Ermita, y auto­ridades de Puruarán y Turicato. Remito al lector a la tesis de Leatham por contener la versión más completa, documentada y seria.

16. José García González es uno de los fundadores de La Ermita. Según testi­monio del licenciado Pedro Reyes, miembro del prd y secretario del Ayuntamiento de Turicato en 1994, José García y el padre Nabor habían buscado un lugar para las apariciones de la Virgen, y decidieron que en el malpaís del pueblo se podía poner un santuario. Encargaron la pintura de la Virgen campesina con una mujer de los alrededores de Puruarán que sabía dibujar. Después Gabina Romero comenzó a hablar de las aparicio­nes. El mismo Pedro Reyes afirmó que José García era suegro de Gregorio Bustamante, ex líder cañero de la cnc y ligado a las autoridades priístas. Que éste fue el posterior conducto para lograr el apoyo de la Jerusalén hacia el pri (cinta grabada).

17. Al respecto véase López Castro, op. cit, pp. 99-104.18. Esta historia posee semejanzas con pasajes de la vida de Santo Domingo,

véase Santiago de la Vorágine, La Leyenda Dorada, 2 v., Madrid, Alianza,1992, pp. 443-446.

19. La imagen de la virgen del Rosario, así como la pintura que está en el tem­plo, la muestran con esos humildes ropajes. Sobre la pintura no tengo información para establecer su origen.

20. Véase Weber, Economía y Sociedad, pp. 848-849.21. Véase Lechner, La conflictiva y nunca acabada construcción del orden,

p. 41.22. Parece que las propiedades de cada familia creyente no estaban regulari­

zadas. Bajo el supuesto de que Nabor autorizaba el ingreso para colonizar y construir vivienda al interior de la Jerusalén, es claro que al no estar regularizada la propiedad de los inmuebles construidos todo pertenecía a la Iglesia. Así, un campesino al que le fueron otorgados terrenos construía, por ejemplo, una modesta vivienda de cartón. Posteriormente lograba edi­ficar una casa de cemento y ladrillo. También participaba con un día de su trabajo (en especie o dinero) para las obras del pueblo. Con ello Nabor estableció, tal vez sin intención, la posibilidad de un mecanismo coerciti­vo, mismo que funcionó al comenzar los primeros brotes de inconformi­dad por la elección de la nueva médium.

23. Margarita “ [...] se salió un día sábado 18 de septiembre de 1982, se salió con mucha gente que la visitaba, peregrinos y vivientes del pueblo, al salirse ella ahí le renombraron que se había rebelado, que era el diablo y que con todos sus acompañantes era un personal de puros demonios [...]” (Testimonio de un colono disidente, cinta grabada).

24. Guía, agosto 22 y noviembre 14, 21/1982.25. Información de Efraín García, en aquel entonces secretario de acción elec­

toral del pri estatal y, en 1994, miembro del prd (entrevista grabada).

26. Versión del entonces diputado perredista Jaime Hernández, quien afirmó lo siguiente a quien esto escribe: “Fue Villicaña el que hizo con ellos una especie de acuerdo político [...] las autoridades del Estado como que se hacen de la vista gorda ante los ilícitos que se cometen ahí. Entonces, como que es un acuerdo ¡no te hago nada pero vas a votar por mí, por nosotros siempre!” (entrevista grabada).

27. De hecho, los colonos sociabilizan muy poco con el mundo exterior. Al parecer lo hacían cuando trabajaban algunos en el ingenio azucarero de Puruarán y cuando acudían a votar.

28. Datos proporcionados por miembros del Comité Estatal del pr d , con sede en Morelia.

29. Ibidem.30. Información de Pedro Reyes. El lector puede remitirse a los diarios micho-

acanos o al diario La Jornada, correspondientes al período enero-junio de1993.

31. Testimonio de Pedro Reyes (cinta grabada)32. Ibidem.33. Copia de la resolución expedida por el Tribunal Federal Electoral. Sala

Regional. Guadalajara (en mi poder).34. Entrevista con el diputado Wilbert Rosas, agosto 19 de 1994 (cinta gra­

bada).35. Simeón es un anciano ex franciscano cuyo verdadero nombre es Ignacio

Gómez Vilchis. Tiene una autoridad importante en la Jerusalén.36. Un mecanismo de expulsión es la acusación de sembrar marihuana en la

milpa. Algunos testimonios afirman que, a pesar de no comprobar el ilíci­to, los guardias de la Jerusalén imponen multas de dinero a los campesi­nos que desean expulsar por órdenes de las “ánimas”.

37. Mensaje de abril 2 de 1994. Copia en mi poder.38. Entrevista a Lucio Benítez, Bartolomé Benítez y Manuel Contreras (cinta

grabada).39. En un testimonio grabado un campesino afirma que llegó de Guerrero a los

12 años, cuando su papá escuchó sobre La Ermita y decidió ir con toda su familia. Otros testimonios dicen que las almas delatan en sus mensajes a los jóvenes que escuchan radio, que compran cintas para escuchar boleros, cumbias y algunas otras músicas demoniacas. También se prohibe y cen­sura a los jóvenes que tienen amistades “de fuera” de la Jerusalén.

40. Entrevista con Margarito Domínguez (cinta grabada).41. Entrevista con el padre Mateo (notas).42. Entrevista con el padre Raymundo (notas).43. Cinta grabada del sermón de Papá Nabor, agosto 21.

44. Ibidem.45. Durante el conteo fueron anuladas papeletas que habían sido cruzadas en

más de una opción, o bien porque la cruz estaba fuera de lugar. Llama la atención que las primeras se caracterizaban por haber sido cruzados los símbolos del pr i, p a rm , p e v m y u n o .

[N. del A.] Agradezco a Sallie Hughes el préstamo de las fotografías que aquí se incluyen.