democracia en bobbio, norberto, (1997), diccionario de política

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DICCIONARIO DE POLITICA a-j bajo la dirección de NORBERTO BOBBIO, NICOLA MATTEUCCI Y GIANFRANCO PASQUINO nueva edición enteramente revisada y ampliada redactores de la edición en español JOSÉ ARICÓ, MARTI SOLER y JORGE TULA INSTITUTO UBRE OE FILOSOFIA Y CIENCIAS A. C biblioteca ' M ¡ventuno XVvNIedrtores

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Democracias en Bobbio, Norberto, (1997), Diccionario de Política

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  • DICCIONARIO DE POLITICAa-j

    bajo la direccin de

    NORBERTO BOBBIO, NICOLA MATTEUCCI Y GIANFRANCO PASQUINO

    nueva edicin enteramente revisada y ampliada

    redactores de la edicin en espaol

    J O S ARIC, MARTI S O L E R y J O R G E TULA

    INSTITUTO UBRE OE FILOSOFIA Y CIENCIAS A. Cb ib l io t e c a '

    M ventunoXVvNIedrtores

  • traduccin de

    RAL C RISAFIO

    A LFO NSO GARCIA

    M IG U EL MARTI

    MARIANO MARTIN

    JO R G E TULA

  • msiglo veintiuno editores, s.a. de c.v.CERRO OEL AGUA 248 DELEGACION COYOACAN 04310 MXICO OF

    siglo veintiuno de espaa editores, s.a.CALLE PLAZA 5 28043 MADRID. ESPAA

    primera edicin en espaol, 1981 -1982 quinta edicin en espaol, 1987-1988 (con suplemento) sptima edicin en esparto!, corregida y aumentada, 1991 undcima edicin en espaflol, 1998

    primera edicin en italiano, 976segunda edicin en Italiano, 1983 ,O 1983 unione tipografico-editrice torinese, turl ttulo original dizionario di poltica

    isbn 968-23-1042-3 (obra completa) isbn 968-23-1669-3 (voi I de la a ala j)

    derechos reservados conforme a la leyimpreso y hecho en mxico/printed and made in mexico

  • ADVERTENCIA A LA SEGUNDA EDICIN EN ESPAOL

    La edicin en espaol del Diccionario de poltica p resen ta , respecto de la edicin original, a lgunas m odificaciones cuya m encin no puede ser e ludida. La p rim era , y ms im p o rtan te, es la incorporacin de c ie rto s vocablos que son una p ro longacin de voces ya inclu idas en la edicin ita liana o trm inos nuevos, pero en am bos casos re fe rid o s m s especficam ente a la situacin latinoam ericana. T ales vocablos fueron red ac tad o s especialm ente p a ra nuestra edicin p o r especia listas en los respectivos tem as. A dicionalm ente, el lec tor no podr de ja r de ad v ertir que c ie rta s voces aparecen ru b ricad as p o r el Com it Editorial. En efecto, en esos casos la redaccin fue realizada p o r qu ienes tuvim os a nuestro cargo la edicin.

    Por o tro lado, aparte de todas las m odificaciones incorporadas que provienen d e la segunda edicin ita liana y que repercu ten en noventa p o r c iento d e los trm inos, aprox im ad am en te se ha revisado in tegram ente la traduccin y se han inco rporado a las b ib lio grafas, h asta donde nuestra inform acin lo ha perm itido , las ed ic iones c o rrespond ien tes en n u estro idiom a.

    E sta edicin d ifiere de la an terio r, adem s, en que hem os inco rporado un ndice analtico y de nom bres propios p a ra facilitarle al lecto r la consu lta .

    [VII]

  • 440 D EM A GO GIA

    ticu lares capacidades o ra to r ia s y psicolgicas, a m enudo instin tivas, que le perm iten in te rp re ta r sus hum ores y sus exigencias m s inm ediatas, uniendo a esto do tes carism ti- cas no com unes. En el desarro llo de esta poltica no se tiene m n im am ente en cuen ta, m s que en form a ex trem ad am en te superfic ia l y bu rda , los reales in te reses del pas ni los resu ltad o s ltim os a los que puede co nducir con el tiem po la accin dem aggica, dirig ida, en cam bio, m s que nada, a la co nqu ista y al m antenim iento de un poder personal o de g ru po. Con el trm ino d. podem os pues re fe r ir nos a una situacin po ltica co rresp o n d ien te a la d esc rita , pero en la que dom inan las m asas en m ovim iento y se im ponen so b re el legtim o poder co n stitu id o y sob re la ley haciendo valer sus p ro p ias in stanc ias inm ed ia ta s e incon tro ladas. En este caso Polibio hab la m s p rop iam en te de oclocracia (Histo- riae, vi, 3, 5-12; 4, 1-11).

    En la h isto ria de las d o c trin as po lticas se co n sidera que fue A rist teles quien especific y defini por p rim era vez la d. sea lndola com o la form a c o rru p ta o d egenerada de la dem ocracia que lleva a la institucin de un gobierno desptico de las c lases in ferio res o de m uchos, que gobiernan en nom bre de la m u ltitu d (Poltica, iv, 5, 1592a). Por tan to , cuando en los gobiernos popu lares la norm a es subord inada al a rb itr io de m uchos surgen los dem agogos que, ha lagando y adu lan d o a las m asas, exasperando sus sentim ientos destructivos y desviando su em peo poltico, consid e ran com o enem igos del pueblo o de la p a tria a los oposito res al rgim en desptico instaurado , consolidando as su propio poder a travs de la elim inacin de toda oposicin. A rist teles define, p o r tan to , al dem agogo com o "ad u lad o r del pueb lo" (Poltica , v, 11, 1313b).

    La d segn Platn (R epblica , 562-564) y A rist teles (Poltica, 1304b-1305a), puede d e te rm in a r, com o c r is is de la dem ocracia extrem a, dos d iferen tes situaciones polticas que llevan, siem pre, a la in stau rac i n de un rgim en a u to rita rio o ligrquico o tirnico . El p rim ero surge de una exasperacin del clim a an rq u ico en que los dem agogos han in tro ducido al estado, p roduciendo una reaccin de los o p tim ates que d e rrib an a la m ayora, casi siem pre con el apoyo de las a rm as y a m enudo con una ayuda ex terio r, in s ta u ra n

    do un gobierno fuerte. El segundo nace, y es el caso m s frecuen te , com o ltim a lgica consecuencia de la p rc tica dem aggica, elim inando as toda oposicin. En estas condiciones, en efecto, los dem agogos, a rro g n d o se el derecho de in te rp re ta r los in te reses dlas m asas com o in te reses de toda la nacin, confiscan todo el poder y la represen tacin de las m asas e in stau ran una tiran a o d ic ta d u ra personal.

    El fenm eno de la d. se ha acen tuado p a rticu larm en te en n u es tro siglo con el advenim iento y el d esa rro llo de la sociedad industria l y con la consecuente aparic in sobre el e scen ario poltico del papel d e te rm in an te de las m asas y la c ris is de las dem ocracias liberales.

    La e ra tecnolgica, en efecto, tendiendo a la m asifcacin del hom bre y a su tran s fo rm acin en m quina, ha hecho as que ste tienda fcilm ente a ex trav ia r y a p e rd er su prop ia indiv idualidad, h asta el pun to de ser im pulsado a b u sca r refugio en su p rop ia y an g u stian te inseguridad y en el a is lam ien to que lo a tenazan todava y slo en el g rupo y en la masa, adecuando a ella sus propios com po rtam ien tos sociales y polticos. Se tra ta , m irndolo bien, de un circulo cerrado del cual d ifc ilm ente se puede salir, puesto que en el e x te rio r y en el in te rio r del individuo existen tales condicionam ien tos que objetivam ente im piden o tra opcin. En este m arco la instru- m entalizacin de las m asas, g racias p rec isa m ente al aporte de las nuevas tcnicas de pe rsuasin y de m anipulacin de las conciencias, se logra fcilm ente. Asi, a travs de los vnculos que, sobre todo p o r m rito de la psicologa contem pornea, se han instaurado entre psicoanlisis y com portam ien to poltico, el term ino d. se ha cargado de nuevos significados y llenado de nuevos contenidos. Se ha aclarado , por tanto , la existencia de re lacio nes sado-m asoquistas que p resid iran el vnculo e n tre dem agogo y m asa, re laciones que tenderan a ayudar al hom bre-m asa a escapar de la soledad y de la im potencia, de la enajenacin y de la ap ata poltica que existen en la sociedad in d u stria l con tem pornea. El c a r c te r au to ritario , tam poco explicado, que com o fondo vincula a am bos, consolida esta correspondencia, po r la que hay por p a rte de la m asa una verdadera identificacin en el lder com o m om ento de exaltacin individual

  • D E M O CR A CIA 441

    y colectiva y, en consecuencia, aceptacin ciega de sum isin. Los fenm enos de fantica exaltacin de cam peones deportivos o de personajes del m undo del espectculo, aun cu an do nos conducen al cam po de la identificacin con el xito del divo, ponen en m ovim iento m ecanism os su stanc ia lm en te sim ilares a los que presiden la relacin lder-m asa. De tal m odo es posible hoy hab lar de d. m oderna en con traposicin a la d. clsica no slo como posib le m om ento de inicio de un proceso revolucionario, y p o r lo tanto de un necesario elem ento co n stitu tiv o de una fase prerre- volucionaria (v. revolucin), sino tam bin com o co m p ortam ien to de un lder poltico que no necesariam en te conduce las m asas a la revolucin sino que las in strum en taliza p ara sus propios fines personales para p roceder. una vez ob ten ido un am plio consenso, no ya a un p roceso de dem ocratizacin o de subversin del sistem a sociopolitico sino a la in stau racin de un rgim en a u to rita rio , del que el dem agogo sea un ind iscu tido y desptico jefe (Fhrer), o al acuerdo con las au to ridades y las in stitu c io n es ex isten tes con tal que stas le reconozcan una funcin carism - tica in su stitu ib le . De esta m anera los m ecanism os represivos acentan, en lu g ar de dism inuir, las c a rac te rs tica s a u to r ita r ia s del gob ierno y de la sociedad e im piden la tom a de conciencia lib e rta ria de la m asa.

    b i b l i o g r a f a G. Fasso, La democraiia irt Grecia (1959), Bolonia, II Mulino, 19672.

    [GIAM PAOLO z u c c h i n i ]

    democracia

    I EN LA TEORIA DE LA DEMOCRACIA CONFLUYEN TR ES

    t r a d i c i o n e s h i s t r i c a s En la teoria contem pornea de la d. confluyen tres g randes trad iciones de pensam ien to poltico: a] la teo ra clsica, tra sm itid a com o teora a ris to t lica , de las tre s fo rm as de gobierno, segn la cual la d., com o gobierno del pueblo, de todos los c iudadanos o bien de todos aquellos que gozan de los d erechos de ciudadana , se d istingue de la m onarqu a , com o gob ierno de uno solo, y de la a ris to c rac ia , com o gobierno de pocos; fr) la teo ria m edieval, de derivacin

    rom ana, de la soberan a popular, con base en la cual se con trapone u n a concepcin ascen den te a una concepcin descendente de la so beran a segn q u e el poder suprem o derive del pueblo y sea representativo o derive del p rncipe y sea tra sm itid o p o r delegacin del su p e rio r al in ferio r; c] la teo ra m oderna, conocida com o teora m aquiavlica, nacida con el su rg im ien to del e s ta d o m oderno en la form a d e las g randes m o n arq u as , segn la cual las form as h is t ricas d e gobierno son esencialm ente dos, la m onarqua y la repbli ca, siendo la an tigua d. una form a de repblica (la o ir es la aris tocrac ia) donde tiene origen el cam bio ca rac te rs tico del periodo pre rrev o lu c io n ario en tre ideales d em o crticos e ideales republicanos, y el gobierno genuinam ente popu lar e s llam ado, an tes que d., repblica.

    El p rob lem a de la d., de sus caracte rs ticas y de su p restig io (o de la fa lta de prestigio) es, com o se ve, ta n an tiguo como la p rop ia reflexin sobre la s cosas de la poltica, y ha sido rep ro p u esto y reform ulado en todas las pocas. Asi, un exam en de la discusin contem pornea en to rno a l concepto y al valor de la d. no puede p resc in d ir de u n a re feren cia aunque sea rp ida a la tradicin .

    II LA TRADICIN A RISTOTELICA DE LAS T R E S FORMAS DE.

    g o b i e r n o Una de las p rim eras d isp u tas de que se tenga no tic ia en to rno a las tre s form as de gobierno es n a rra d a por H erodoto (ni, 80-83). Otanes, Megabizo y Dario discuten en torno a la fu tu ra form a de gobierno de Per- sia. M ientras que Megabizo defiende la a ris to crac ia y Dario la m onarqua, O tanes toma la defensa del g ob ierno po p u lar que llam a segn el an tiguo uso g riego "isonom ia" (o igualdad de las leyes, o igualdad fren te a la ley), con el a rg u m en to que todava entonces los partid ario s de lad . consideran fundam ental: "cmo cabe en realidad que la m onarqua, a cuyo cap richo e s dado hacer im punem ente cuanto se le antoje, pueda se r un gobierno ju sto y arreglado". Igualm ente clsico es el argum ento con e l que el p a r tid a r io d e la o ligarqua (y, apoyndolo, el p a rtidario de la m onarqua) condena a l gob iern o dem ocrtico : "N ada hay[. ..) m s insolente en el querer que el vil y soez populacho ." Cmo puede goberna r bien aquel que "ni aprend i de otro lo que es lil y laudable ni de suyo e s capaz de enien-

  • 442 D E M O C R A C IA

    d c rlo "? "A m an e ra de un im petuoso to r re n te lo abate y a r ra s t r a todo ."

    De las c inco fo rm as de gobierno d e sc rita s por Platn en la Repblica: aristocracia, timo- cracia, oligarqua, d., tiran a, una sola, la a r is tocracia, es buena, m ien tras que nace, pues, la d., creo yo, cuando los pobres, v icto riosos de sus c o n tra rio s , m atan a unos, d e s tie rran a o tros, y com parten igualita riam en te con los que quedan el g o b ierno y las m ag is tra tu ra s , que en este rgim en, adem s, suelen c u b r ir se por sorteo" (557 a), y est caracterizada por la " licencia". F.l p ro p io Platn po r o tra p a r te rep ro d u ce en el Poltico la tr ip a r tic i n tra d icional tan to de las fo rm as p u ra s com o de las fo rm as degeneradas, y la d. es defin ida com o "gobierno del nm ero" (291 d) y "gobierno de los m uchos" (302 c) o "d e la m u ltitu d " (303 a). D istinguidas las fo rm as de gobierno b u enas de las m alas con base en el c rite rio de la legalidad o de la ilegalidad , la d. es co n sid e rada la m enos b u ena de las fo rm as b u enas y la m enos m ala de las fo rm as m alas: "B ajo cu a lq u ier consid erac i n es cansancio , y no com bina m ucho de bueno ni de daino, en com paracin con las o tra s form as, p o rque en ella estn desm enuzados los po d eres en pequeas fracciones, e n tre m uchos. Por eso de todas las d iv ersas fo rm as legales, es sta la m s infeliz, m ie n tra s que de todas las que e stn co n tra la ley, es la m ejor, y si to d as son desenfrenadas, es en la d. donde se vive mejor; en cam bio si son bien o rd en ad as, es en ella donde es m enos ag rad ab le viv ir" (303 a y b). En las jtyes, en la tr ip a rtic i n c lsica se incluye la b ip a rtic i n (que d esp u s de M aquiavelo llam am os a m enudo m oderna) en tre las "dos m adres de las form as de gobierno", que son la m o narqu a , cuyo p ro to tip o es el e stado p e rsa , y la d., cuyo p ro to tip o es la c iudad ateniense: am b as son, au n q u e p o r razones opuestas , m alas, una p o r exceso de au to rid ad , la o tra de lib e rtad . T am bin en la variedad de las c lasificaciones una vez m s la d. es bau tizad a com o el rgim en "d e la lih e rtad dem asiado d esen fren ad a" (701 b).

    En la tipologa a r is to t lica , que d istingue tres fo rm as p u ra s y tre s fo rm as c o rru p ta s , segn que aquel que d e ten ta el po d er g o b ie rne de acu erd o con el in te rs general o con el in te rs p ropio , el "g o b iern o de la m ay o ra" o "de la m u ltitu d " , d is tin g u id o del gob ierno de uno solo o de pocos, es llam ado "polilia".

    m ie n tra s que el nom bre de d. es asignado a la fo rm a c o rru p ta , que es defin ida como el g o b iern o "con ventaja de los pobres" y contra p u e s ta al gobierno con ventaja del m onarca (tiran a) y al gobierno con ventaja de los ricos (oligarqua). La form a de gobierno q ue en la trad icin posaristo t lica se convierte en el gobierno del pueblo o de todos los ciudadanos, o de la m ayora de ellos, es aquella que en el tra tad o aristotlico se considera como gobierno de m ayora solamente en cuanto gobierno de los pobres, siendo, por lo tanto, gobierno de una p a rte co n tra la o tra , aunque de la p a r te g en era lm en te m s num erosa. De la d. e n te n d id a en el sentido m s am plio Arist te les su b d istin g u e cinco form as: 1) ricos y p o b res p a rtic ip an en el gobierno en condiciones de p a rid ad (la m ayora es popu lar nicam en te p o rq u e la clase p o p u lar es m s num erosa); 2] los carg o s pblicos son asignados so b re la base de un censo m uy bajo; 3] son ad m itid o s en los cargos pblicos todos los c iu d a d an o s excep to los p rivados de los derechos c iv iles luego de un p roced im ien to ju d icial; 4] son ad m itid o s en los cargos pblicos todos los c iu d ad an o s sin d istincin; 5] sean c u a les fueren los derechos polticos, es la m asa y no la ley la que se co nsidera soberana (este ltim o caso es el del dom inio de los dem agogos, o sea es la verd ad era form a c o r ru p ta del g ob ierno popular).

    Salvo pocas excepciones, la tripartic in a r is to t lic a fue acogida en toda la tradicin del p en sam ien to occidental, al m enos hasta Hegel, al que llega ya debilitada, y se hizo uno de los lu g ares com unes del tra tad ism o poltico. P a ra se a la r alguna e tapa de este largo reco rrid o , reco rd am o s a M arsilio de Padua (D efensor pacis, i, 8), San to Tom s (Sum m a theologica, i-ll, q. 105, a rt. 1), Bodino (De la rpublique, n, 1), H obbes (De cive, cap. vn; L evialhan, cap. xix), Locke (Ensayo sobre el gobierno civil, cap . x), R ousseau (F.l contrato social, ill, 4, 5, 6). K ant (M etafsica de las costum bres, Doctrina del derecho, 51), Hegel (P rincipios de la filosofa del derecho, 273). No han fa ltad o a lg u n as variaciones e n tre las cu a les se cuen tan : a] la d istincin en tre fo rm as de e stad o y fo rm as de gobierno, elaborad a p o r Bodino, basndose en la distincin e n tre la titu la r id a d y el ejercicio de la soberan a . d onde se puede tener una m onarqua, es d e c ir un e stad o en el que el poder sobera

  • D E M O C R A C IA 443

    no pertenece al rey, gobernada dem ocrtica mente, po r el hecho de que las m ag istra tu ra s son a tribu idas por el rey indiscrim inadam ente a todos, o una d. a ris to c r tica , com o lo fue R om a p or un c ie rto periodo de su h isto ria , o una a ris to c rac ia dem o cr tica y asi sucesivamente; b] la supresin de la d istincin en tre formas pu ras y co rrup tas, hecha por Hobbes, sobre la base de que para un poder com o el soberano, que es abso lu to o no es soberano, no se puede estab lece r ningn c r ite r io para d istingu ir el uso del abuso de poder, y por lo tanto, el gobierno bueno del malo; c] la degradacin, in troducida por Rousseau, de las tres form as de gobierno a tres m odos de ejercicio del poder ejecutivo, perm aneciendo constante el princip io segn el cual el poder leg isla tivo, es decir el poder que caracteriza a la soberana, pertenece al pueblo, cuya reunin en un cuerpo poltico a travs del con tra to social R o u ssea u llam a no d. (que es so lam ente una de las fo rm as en las que se puede organ izar el poder ejecutivo) sino repblica.

    III. LA TRADICIN ROMANO-M EDIEVAL D E LA SOBERANIA

    t o p i il a r Los ju r is ta s m edievales e laboraron la teo ra de la sob eran a p o p u lar pa rtien d o de a lgunos pasajes del Digesto, del cual los principales son el de U lpiano (D. i, 4, 1), en el que, despus de la celebrrim a afirm acin de que quod princip i placuit, legis habem vigo- rem ", se dice que el p rncipe tiene tal a u to ridad porque el pueblo se la ha conferido ("utpote cum lege regia, quae de im p erio eiu s lata est, populus ei et in eum om ne suum im perium el p o tes ta tem conferat"), y el de Ju liano (D. i, 3, 32), en el que, a p ropsito de la costum bre como fuente del derecho, se dice que el pueblo c rea el derecho no slo con el voto (dando as vida a las leyes) sino tam bin ''reb u s ipsis et fac tis" (dando vida a las co stumbres). El p rim er pasaje sirvi para dem ostra r que, sea cual fuere el efectivo d e ten to r del po d er soberano, la fuente o rig in a ria de este po d er e ra s iem pre el pueblo, y abri el cam ino a la distincin entre titu larid ad y e je rcicio del poder, que h ab ra de p e rm itir en el curso de la larga h isto ria del estado dem ocrtico sa lvar el p rincip io dem ocrtico no o b stante su corrupcin prctica. El segundo p e rm iti sostener que tam bin all donde el p u e blo hab a tra s fe rid o a o tro s el poder o rig in a rio de hacer las leyes habia conservado siem

    pre el poder de c re a r derecho a travs d e la co stum bre . R especto de este segundo tem a, la tesis sobre la que chocaron los p a rtid ario s y los ad versarios de la so b eran a po p u lar era la de si la c o stu m b re ten a o n o la fu e rza de ab o lir la ley (como e s sabido, los textos justi- nianos so b re es t punto son contradictorios), en o tra s palabras: si el derecho derivado directam ente del pueblo tena m ayor o m enor fuerza q u e el d e rech o em anado del em p era dor. R especto del p r im e r tem a la d isputa en tre defensores y oposito res de la soberan a popular se co n cen tr en el significado que deb a d a rse al paso del po d er del p u eb lo al em perador: se tra tab a , en o tra s p a lab ras , de estab lece r si e s te paso e ra considerado una trasferencia definitiva, y p o r lo tanto , no slo del e jercic io sino tam b in de la titu la rid ad (una verdadera translalio mpeni), o bien una concesin tem poral y por principio revocable, con la consecuencia de q u e la titu la rid ad del poder hab ra p e rm an ec id o en el pueblo y al p rncipe se le h a b ra confiado so lam ente el ejercicio del m ism o (una p u ra y sim ple con- cessio imperii). E n tre los antiguos g losadores los m s conocidos p a riid ia rio s de la tesis de la concessio son Azzonc, segn el cu al el pueblo jam s ha ab d icad o to ta lm en te d e su p ro pio po d er ya q u e d esp u s de h a b erlo tra s fe rido en a lg u n as ocasiones lo ha revocado, y Ugolino que a firm a c la ram en te que el pueblo jam s ha trasferid o el poder al em p erad o r de m anera ta l que no con se rv ara algn vestigio suyo consigo, p o rque tam b in in stitu y al e m p erad o r com o un procurator suyo.

    En una de las ob ras fundam entales del pensam iento poltico m edieval, c ie rta m en te la ms rica en esbozos destinados a ser desarrollados po r el p en sam ien to poltico m oderno, el Defensor pacis de M arsiliode Padua, se a firma ab ie rtam en te , y se dem u estra con d iv ersos argum en tos, el p rincip io segn el cual el poder de hacer las leyes, en el cual consiste el poder soberano, concierne n icam en te al pueblo, o a su p a r te p redom inan te (valentior pars), el cual a tr ib u y e a o tro s nada m s que el poder ejecutivo, es d ecir el poder de gobernar en el m b ito de las leyes. P o r un lado, por tan to , "el poder efectivo de in s titu ir o elegir un gobierno co ncierne al leg islador o a todo el cu erp o de los ciudadanos, asi com o le conc ierne el poder de h ace r las leyes [. ..] Y de un m odo sim ilar co ncierne tam bin al legis

  • 444 D E M O CR A CIA

    lador el poder de co rreg ir al gobernan te, o aun de deponerlo cuando esto sea conveniente p a ra el bien com n" (i, 15, 2); por el otro, m ien tras que la "cau sa p rim e ra" del estado es el legislador, el g o b ernan te (la pars princi- pans) es la "causa se c u n d aria o, con o tras expresiones an m s denom inativas, es la "cau sa in stru m en tal y e jecu tiv a , en cuan to el que gobierna acta "p o r la au to rid ad a tr ibu ida p ara tal fin por el legislador, y segn la form a que ste le ha d a d o (i, 15, 4). Esta teora, ya as p e rfec tam en te e lab o rad a por M arsilio segn el cual de los dos poderes fundam en ta les del estado, el legislativo y el ejecutivo, el p rim ero en cu an to pertenec ien te exclusivam ente al pueblo es el poder p rin cipal, m ien tras que el segundo, que el pueblo delega a o tros bajo form a de m an d a to revocable, es el poder derivado, es uno de los pun tos de referencia de las teo ras polticas de los escrito res de los siglos xvn y xvm, que son con razn considerados los pad res de la dem ocracia m oderna: Locke y Rousseau, aun cuando luego en tre Locke y Rousseau hay una diferencia esencial respecto del m odo de conceb ir el poder legislativo (que para Locke es ejercido por rep resen tan tes y p ara R ousseau d irec tam en te por los ciudadanos).

    La doctrina de la soberana popular no debe ser confundida con la doctrina con tractualis- ta (v. c o n tra c tu a lism o ) , tan to porque la doctr in a co n trac tu a lis la no s iem pre ha tenido resultados dem ocrticos (pinsese en Hobbes, a m anera de ejem plo, pero no se olvide a Kant, que es co n trac tu a lis ta , pero no dem ocrtico), com o porque m uchas teo ras dem ocr tica s (sobre todo a m edida que se avanza hacia la edad contem pornea) p rescinden com pletam ente de la h ip tesis co n trac tu a lista. Del m ism o m odo que no todo el c o n trac tualism o es dem ocrtico, as tam binino todo el dem ocratic ism o es c o n trac tu a lis ta . Por c ierto , en la m edida en que el co n tra c tu a lis mo rep resen ta en a lgunas de sus m s conocidas expresiones uno de los g randes filones del pensam ien to dem ocrtico m oderno, teora de la soberan a p o p u la r y teo ra del contra to social estn estrech am en te conectadas, al m enos p o r dos razones: el populus, concebido com o universitas civium , es en su origen el p roducto de un acuerdo (el llam ado pactum societaiis): una vez co n stitu id o el pueblo, la instituc in del gobierno, sean cuales fueren

    las m odalidades de la trasm isin del poder, to ta l o parcial, defin itiva o tem poral, irrevocable o revocable, se produce en la form a propia del c o n tra to (el llam ado pactum subiec- lionis). A travs de la teo ra de la soberan a p o p u la r la teora del co n trac tu a lism o en tra con pleno derecho en la trad ic in del pensam ien to dem ocrtico m oderno y se convierte en uno de los m om entos decisivos para la fundacin de la teora m oderna de la dem ocracia.

    IV IA TRADICION REPUBLICANA M ODERNA A pesar de que el pen sam ien to griego hab a dado p re fe rencia a la teo ra de las tres d is tin tas fo rm as de gobierno, no haba desconocido, como hem os visto en el Platn de las Leyes, la contraposic in e n tre dos fo rm as opuestas: la d. y la m onarqu a. El d e sa rro llo de la h isto ria rom ana p ropuso al pensam iento poltico m s que el tem a de la tr ip a rtic i n (que fue por c ie rto rep resen tad o en la teorizacin de la rep b lica rom ana com o gobierno m ixto) el tem a de la con traposicin e n tre reino y repblica, o e n tre rep b lica y p rincipado . En los e sc rito res m edievales la tr ip a rtic i n a r is to tlica y la b ip artic i n e n tre re ino y rep b lica co rren a m enudo paralelas: San to Tom s recoge ju n to a la tr ip a rtic i n clsica la d istincin e n tre regim en p o liticu m y re gim en regale, fundada en la d istinc in e n tre g ob ierno basado en las leyes y gobierno no lim ita do por stas.

    C iertam ente fue la m editacin sobre la histo ria de la rep b lica rom ana, au n ad a a las co n sideraciones sob re las cosas de su p rop io tiem po, lo que hizo e sc rib ir a M aquiavelo, al p rin cip io de la o b ra que dedic al p rin c ip a do, que "todos los estados, todos los dom inios que han tenido y tienen im perio sobre los hom bres, son estad o s y son o repb licas o p rin c ip ad o s. Aunque la repblica en su contraposic in a la m o n arq u a no se identifica con la d., con el "g ob ierno p o p u la r , incluso p o rque ju n to a las rep b licas dem ocrticas existen las repblicas a ris to c r tica s (para no h a b la r del gob ierno m ixto del cual el propio M aquiavelo ve un ejem plo perfecto en la repblica rom ana), en la nocin idealizada de repblica , que de M aquiavelo se tra sm itir a trav s de los esc rito res rad icales del xvii y el xvm h asta la revolucin francesa , en tend ida precisam en te en su con traposicin al gobierno regio, com o aquella form a de gobierno en

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    la que el poder no e s t co n cen trado en las m anos de uno solo sino que est d is trib u id o d iversam ente en d ife ren tes cuerpos colegiados, a veces en c o n tra s te en tre s, se vuelven a e n co n tra r co n stan tem en te a lgunos rasgos que co n tribuyeron a fo rm ar la im agen, o por lo m enos una de las im genes, como verem os d en tro de poco , de la d. m oderna, la cual es defin ida hoy cada vez m s a m enudo com o rgim en policrtico , opuesto al rgim en m onocrtico . En esta linea, un escrito r, que ha sido considerado justam ente como un anti- c ipador del dem ocraticism o m oderno, Johan- nes A lthusius, exponiendo en el ltim o cap tulo de su Polilica m elhodice digesta (1603) la d iferencia en tre las d iversas fo rm as de gobierno, las d istingue segn que el "sum m us m ag is tra tu s" sea "m o n arch icu s" o "polyar- ch icus", u tilizando una term inolog a que segu ir siendo fam ilia r a la ciencia poltica norteam ericana desde R obert Dahl, quien en A preface lo dem ocralic theory (1956) e lab o ra co n tra las teo ras trad ic ionales (o que l considera trad icionales) de la d. m adisonia- na y populista la teora de la polyarchal dem o cracy. Una vez m s, si p o r d. se en tiende la form a aristo t lica , la repblica no es d.; pero en su ca r c te r pecu lia r de "gob ierno lib re , de rgim en an tiau to c r tico , encierra , sin em bargo, un elem ento fundam ental de la d. m oderna en la m edida en que por d. se entiende toda form a de gobierno opuesta a toda fo rma de despotism o.

    No ob stan te la d iferencia conceptual, las dos im genes de la d. y de la repblica a ca ban por su p erp o n erse y por confundirse en los e sc rito res , estu d iad o s recien tem ente p o r F ranco V enturi, que exaltan ju n to con las repb licas an tiguas las pequeas y libres repb licas de su tiem po, desde H olanda o Gnova, Venecia y Lucca, hasta la Ginebra de! "citoyen vertueux" Jean-Jacques. La Oceana de H arring ton , que es uno de los pun tos de referencia del republicanism o ingls del siglo xvm. es exaltada po r el m ayor su s ten tad o r de la idea repub licana en In g la terra , John Toland, com o " la m s perfec ta form a de gobierno popu lar que jam s haya ex istido". M oldeada sobre el ejem plo de las repb licas an tiguas y m odernas, es en realidad una d. igualita ria , no slo fo rm alm ente, basada com o lo est en la ro tac in de las m ag is tra tu ras que se produce m ediante libres eleccio

    nes de los c iudadanos, sino tam bin sustan- c ialm cnte, p o rq u e est regida por una frrea ley ag ra ria que prev la d is tribuc in ecun ime de las tie rras de m anera que nadie sea tan poderoso com o p ara o p rim ir a los o tros. De las tre s fo rm as de gobierno d esc rita s por Montesquieu: repblica, m onarqua, despotismo, la form a de gobierno repub licana com prende tanto a la repblica dem ocrtica como a la aristocrtica , las que casi siem pre son tra tadas separadam en te. Pero cuando el d iscurso hab la acerca de los "p rin cip io s" de todo gobierno, el p rincip io propio de la repblica, la v irtud , es el p rincip io clsico de la d. y no de la a ris to c rac ia , y h as ta tal pun to es c ierto que respec to de la a ris to c rac ia M ontesquieu se ve obligado a a firm ar que si " la v irtu d es igualm ente necesa ria en el gobierno a ris to c r tic o . no es req u erid a "de m an era igualm ente a b so lu ta " (i, 3, 4). No se olvide que para Saint-Just y R obespierre la nueva d., que b a rre r defin itivam en te al despotism o, es decir el reino del te rro r, se r "el reino de la v ir tu d . "Si el m o to r del gobierno p o p u lar en la paz es la v ir tu d resuenan las clebres pa lab ras p ronunciadas por R obespierre en el Discours su r les principes de m orale po tin que , el m o to r del gobierno p o p u la r en la revolucin es al m ism o tiem po la v irtud y el te rro r: la v irtu d sin la cual el te rro r es funesto; el te r ro r sin el cual la v irtu d es im potente. Pero sobre todo en Rousseau, el gran terico de la d. m oderna, el ideal repub licano y el dem ocrtico coinciden perfectam ente; en El contrato social confluyen hasta fundirse la do c trin a c lsica de la soberan a popu lar, a quien com pete, m ediante la form acin de una voluntad general inalienable, indivisible e infalible, el poder de hacer las leyes, y el ideal, no m enos c lsico pero renovado en la ad m iracin por las instituc iones de G inebra, de la repblica, la doctrina con tractualista del e sta do b asado en el consenso y en la p a rtic ip a cin de todos en la produccin de las leyes y el ideal ig u alita rio que ha acom paado en la h is to ria a la idea repub licana erg u id a en con tra del desigualita rism o de los regm enes m onrqu icos y despticos. El e stad o que l construye es una dem ocracia, pero prefiere llam arlo, siguiendo la doc trin a m s m oderna de las fo rm as de gobierno, "repb lica"; m s exactam ente, re tom ando la distincin hecha por Bodino en tre form a de estado y for

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    m a de gobierno, R ousseau, m ien tras que llam a repblica a la form a del estado o del c u e rpo poltico, co nsidera a la d. com o una de las tre s posib les fo rm as de gobierno de un c u e rpo po ltico que, en cu an to tal, o es una re p blica o no es ni siq u iera un estad o sino el dom inio privado de este o aquel poderoso que se ha ap oderado de l y lo gobierna con la fuerza.

    v democracia y LIBERALISMO A lo la rg o d e to d o el s ig lo xix la d isc u s i n en to rn o de la d . se d e s a r r o l la p r in c ip a lm e n te a tra v s d e un e n f re n ta m ie n to co n las d o c tr in a s p o lt ic a s p re d o m in a n te s de la poca: el lib e ra lism o p o r u n lad o y el so c ia lism o p o r el o tro .

    Por lo que se refiere a la relacin con la concepcin liberal del estado , el pu n to de p a r tida fue el clebre d iscu rso de B enjam n Cons- tan t sobre La libertad de los antiguos com parada con la de los m odernos. Para C onstan t la libertad de los m odernos, que debe se r p ro m ovida y acrecen tada , es la lib e rtad ind iv idual respec to del estado, aquella lib e rtad de la que son m anifestacin co n cre ta las lib e rtad es civiles y la lib e rtad poltica (aunque no necesa riam en te ex tendida a todos los c iu d a danos). m ien tras que la lib e rtad de los a n tiguos, que la expansin de los com ercios ha vuelto im practicab le, tam bin da ina, es la libertad entendida com o participacin d irecta en la form acin de las leyes a travs del c u e rpo po ltico del cual la asam blea de los c iu d a d an o s es la m xim a expresin . Iden tificada la d. p rop iam en te dicha, sin o tra especificacin, con la d. d irec ta , que fue luego el ideal ro u sseaun iano , se va a firm an d o a trav s de los escrito res liberales, de C onstant a Tocque- vlle y a John S tu a rt Mili, la idea de que la n ica fo rm a de d. com patib le con el estad o liberal, es decir con el estad o que reconoce y garan tiza algunos derechos fundam entales, com o los derechos de lib e rtad de p ensam iento, de religin, de im p ren ta , de reun in , etc., e ra la d. represen tativa o p arlam en taria , donde la ta rea de hacer las leyes concierne no a todo el pueblo reun ido en asam blea sino a un cu erpo restringido de represen tan tes elegidos p o r aquellos ciudadanos a quienes se les reconozcan los derechos polticos. En esta concepcin, que se puede llam ar liberal, de la d., la partic ip ac i n en el po d er poltico, que siem p re ha sido considerada el elem ento c a ra c te

    rizan te del rgim en dem ocrtico , tam bin es resuelta en una de las lib e rtad es ind iv iduales que el c iudadano ha re iv indicado y conq u istad o fren te al estad o abso lu to , y redefi- nida com o la m anifestacin de aquella p a r ti cu la r lib e rtad que, yendo m s all del d e re cho de ex p resa r su p rop ia opinin, de reu n irse o de asociarse para influir sobre la poltica del pas, com prende tam bin el derecho de e leg ir rep resen tan tes en el pa rlam en to y de ser elegidos. Aun cuando esta libertad es concep tualm ente d iferen te de las libertades c iviles, en cu an to que stas son m eras facultades de h acer o no h acer m ien tras que aqulla im plica la a tribucin de una capacidad ju r dica especfica, donde las p rim eras son llam adas tam bin libertades negativas m ientras que la segunda es llam ada lib e rtad positiva, el m ism o hecho de que el derecho de p a r tic ip a r aunque in d irectam en te en la form acin del gob ierno est com prend ido en la categora de las libertades d em uestra que en la concepcin liberal de la d. se pone el acento m s que sobre el m ero hecho de la participacin , com o sucede en la concepcin p u ra de la d. (que tam bin es llam ada "participacionista"), sobre la exigencia de que e s ta participacin sea libre, es decir que sea u na expresin y un resu ltad o de todas las o tra s lib ertades. Desde este pun to de vista, si es c ie rto que no puede llam arse p rop iam en te liberal a un estado que no reconozca el princip io dem ocrtico de la sob eran a p o p u la r au n q u e sea lim itad am ente al derecho de una p a rte , tam bin restring ida, de los c iudadanos, de d a r vida a un cu erp o rep resen ta tiv o , es an m s c ie rto que segn la concepcin liberal del estado no puede h ab er d. sino en donde se reconozcan a lgunos derechos fun d am en ta les de lib e rta des que posib iliten una p a rtic ipacin po ltica gu iada por una d e term inacin au tnom a de la voluntad de cada individuo.

    En general, la lnea de d esa rro llo de la d. en los regm enes rep resen tativ o s debe ser buscada esencialm ente en dos direcciones: a] en la gradual am pliacin del derecho de voto, que, en un princip io restrin g id o a una exigua pa rte de los c iudadanos con criterios basados en la ren ta , en la cu ltu ra y en el sexo, se ha ido extendiendo segn una evolucin constante, g rad u al y general a todos los c iudadanos de am bos sexos que hayan alcanzado un c ie rto lm ite de edad (sufragio universal); b ] en

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    la m ultip licacin de los rganos rep re sen ta tivos (es decir de los rganos com puestos por rep resen tan tes elegidos), que en un p rim er tiem po estn lim itados a una d e las dos asam bleas legislativas, y luego se extienden poco a poco a la o tra asam blea, a los entes del poder local o, en el paso de la m onarqua a la repblica, tam bin al jefe de estado. En una y en o tra d ireccin el p roceso de d em o cratizacin, que consiste en un cum plim iento cada vez m s pleno del principio-lim ite de la soberan a po p u |a r, se in se rta en la e s tru c tu ra del e stad o liberal en tend ido com o estado in pri- m is garan lis ta . En o tra s palabras , a lo largo de todo el cu rso de un desa rro llo que llega h asta nuestros das, el p roceso de dem ocratizacin, com o se est desa rro llan d o en los estad o s que hoy son llam ados de d. liberal, consiste en una tran sfo rm aci n m s cu an titativa que cu a lita tiva del rgim en rep resen tativo. En este con tex to h ist rico la d. no se p re sen ta como una a lte rna tiva (como lo hab ra hecho en el proyecto rousseauniano rechazado por C onstant) al rgim en representativo sino como un com plem ento del mismo; no es su transfo rm acin sino su correccin.

    vi. d e m o c r a c i a y s o c i a l i s m o No es d is tin ta la re lacin en tre d. y socialism o. Tam bin respecto del socialism o, en sus d iferentes versiones, el ideal dem ocrtico rep resen ta un elem ento in teg ran te y necesario , pero no constitu tivo . In tegran te , porque una de las m etas que siem pre se han propuesto los tericos del socialism o ha sido el refuerzo de la base popular del estado; necesario , porque sin este refuerzo nunca se a lcanzara aquella p ro funda transfo rm acin de la sociedad que los socialistas de las d iversas co rrien tes siem pre han v islum brado. Pero tam bin no co nstitu tivo, porque la esencia del socialism o siem pre ha sido la idea del revolucionam iento de las relaciones econm icas y no slo de las re laciones polticas; de la em ancipacin social, com o dijo M arx, y no slo de la em ancipacin poltica del hom bre. L o q u e cam bia en la doctrina soc ia lista respecto de la -doctrin a liberal es la m an era de en ten d er el p roceso de dem ocratizacin del estado. En la teora m arxengelsana (pero no slo en sta) el sufragio universal, que p ara el liberalism o en su desenvolvim iento h ist rico es el pun to de llegada del proceso de dem ocratizacin del

    estado, constituye so lam ente el pun to d e p a rtida. Adem s del su frag io un iversal, la pro- fundizacin del p roceso de dem ocratizacin p o r p a rte de las d o c tr in as socialistas se p roduce de dos m odos: a travs de la c ritica de la d. solam ente representativa y la consiguiente con tinuacin d e algunos tem as de la d. d irec ta , y a trav s de la dem anda de que la partic ip ac i n popular, y por lo lan to el contro l del poder desde lo bajo, se ex tienda de los rganos d e decisin poltica a los de decisin econm ica, d e algunos cen tro s del apara to estatal a la em presa , de la sociedad poltic a a la sociedad civil, donde se ha estado hab lan d o de d. econm ica, ind u stria l o, por la fo rm a de los nuevos rganos de con tro l (los llam ados "consejos o b re ro s ), co nsilia r y de paso del au togobierno a la au togestin .

    En las efm eras in stituc iones c rea d as por el pueb lo pa ris ien se in su rgen te en la C om una de Pars, M arx, com o es sabido, crey poder id en tificar a lgunos e lem entos de una nueva form a de d. que llam "au togobierno de los p ro d u c to re s" . Las cara c te rs tica s distintivas de esta nueva form a de estado respecto del rgim en rep resen ta tiv o son principalm ente cuatro : a) m ien tras que el rgim en rep resen ta tiv o e s t basado en la d istincin en tre el poder legislativo y el ejecutivo, el nuevo estado de la Comuna debe se r no un organism o p arlam en tario , sino de trabajo, e jecutivo y legislativo al m ism o tiem po ; fc] m ientra s que el rg im en p arlam en tario in jertado en el tronco de los viejos estados abso lu tos ha dejado sobrev iv ir ju n to a si rg an o s no rep resen ta tiv o s y re la tivam en te autnom os, que d esa rro llad o s con a n te rio rid a d a la institucin de los p a rlam en tos con tinan constituyendo una p a rte esencial del ap ara to estatal, com o el ejrcito , la m ag is tra tu ra y la bu rocracia , la C om una extiende e l sistem a electoral a todas las ram as del estado; c] m ientra s que la rep re sen tac i n nacional caracterstica del s is tem a rep resen ta tivo se d is tin gue del veto de m andato im perativo, cuya consecuencia es la irrevocabilidad del cargo por lodo el tiem po de la leg isla tu ra , la Comuna est "com puesta po r concejales m unicipales elegidos por su frag io un iversal en los d is tin tos d is trito s de Pars, re sp o n sab les y revocables en cualqu ier m om ento; rf] m ien tras que el s is tem a p a rla m e n ta rio no h a logrado destru ir la cen tralizacin po ltca y adm in istra-

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    (va de los viejos es tad o s sino que m s bien la ha confirm ado a travs de la institucin de un parlam en to nacional, el nuevo estado ten d ra que d e sc en tra liza r al m xim o sus p ro pias funciones en "com unas ru ra le s" , que h ab ran de env iar sus rep re sen tan te s a una asam blea nacional, a la que d e ja ran "pocas, pero im p o rtan te s funciones [. ) cum plidas por funcionarios com unales" .

    In sp irndose en las reflexiones de Marx sobre la Comuna, Lenin, en E l estado y la revolucin y en los e sc rito s y d iscu rso s del pe rio do revolucionario, enunci las lneas d irec tr ices y ech las bases de esa nueva d. de los consejos, que estuvo en el cen tro del debate entre los p rincipales te ricos del socialism o en los aos de 1920, desde G ram sci h asta Rosa Luxem burg, desde Max Adler h a s ta Korsch, p ara acab ar con Antn Pannekoek, cuya obra Organizacin revolucionaria y consejos obreros es de 1940. Lo que c a rac te riza a la d. de los consejos respec to de la d. p a rlam en taria es el reconocim ien to de que en la sociedad cap italis ta se ha producido un traslado de los cen tro s de p o d e r de los rganos trad ic io n a les del e stad o a la g ran em presa , y que, por tanto , el contro l que el c iudadano puede e je rcer m ed ian te los can a les trad ic io n a les de la d. so lam ente po ltica no es sufic ien te para im ped ir los abusos de poder cuya abolicin es el objetivo final de la dem ocracia. El n u evo tipo de con tro l no puede p ro d u c irse m s que sobre los p ro p io s lugares de la p roduccin, y es e je rcido no p o r el a b s trac to c iu d adano de la d. form al sino por el c iudadano en cuan to tra b a ja d o ra travs de los consejos de fbrica. El consejo de fb rica se hace as el germ en de un nuevo tipo de estado, que es el estad o o com unidad de los trab a ja d o re s en con traposic in al estado de los c iudadanos, a travs de una expansin de este tipo de o rganism o a todos los lugares de la sociedad en los que existen decisiones im p o rtan tes a lom ar. El sistem a esta ta l en su con jun to ser u n a fe d erac i n de co n se jo s u n ific ad o s m edian te una ascen d en te ag rupacin de los m ism os a d iversos niveles te rr ito ria le s y de em presa.

    v i l d e m o c r a c i a y e u t i s m o La c rtica que, por un lado, el liberalism o dirige a la d. d irecta, y la c rtica que, p o r el o tro , el socialism o d ir ige a la d. rep resen ta tiv a , e stn in sp irad as

    conscientem ente en c ie rto s supuestos ideolgicos que conducen a d iversas o rien tac iones respecto de los valores ltim os. A fines del siglo pasado, co n tra la d., en tend ida ju s ta m ente en su sen tido trad ic io n a l de doctrina de la sob eran a popular, se fue fo rm ulando una crtica , que p re ten d i po r el c o n tra rio e s ta r b asada exclusivam ente en la o b servacin de los hechos, no ideolgica, sino, al m enos en el asun to , cientfica , p o r p a rte de los te ricos de las m inoras gobernan tes o, com o sern llam adas luego con un nom bre d estinado a ten er suerte , de las lites, como l.udwig Gumplowicz, G aetano Mosca y Vilfre- do Pareto . Segn estos e sc rito res la so b era na p o p u lar es un ideal-lim ite y jam s ha co rrespondido ni puede co rre sp o n d e r de n in guna m anera a una realidad de hecho, p o rque en todo rgim en poltico, cualq u iera sea la "f rm u la po ltica" bajo la que los gobernan tes y sus idelogos lo rep resen tan , es siem pre una m inora de personas, que Mosca llam a "clase po ltica", la que de ten ta el poder efectivo.

    Con esta teora se concluye la larga y a fo rtunada h isto ria de las tre s fo rm as de gobierno que, com o se ha visto, est en los orgenes de la h is to ria del concep to de d.: desde el m om ento en que en toda sociedad, de todos los tiem pos, y en todos los niveles de civilizacin, el poder est en m anos de una m inora, no existe o tra fo rm a de gob ierno que la o ligrquica . Lo cual no im plica que todos los regm enes sean iguales sino sim plem ente que, si se puede d e s tac a r una d iferencia , sta no puede d ep en d er de un c rite rio ex trnseco com o el del n m ero de los g o b ernan tes (uno, pocos, m uchos) sino de los d iversos m odos con que una clase poltica se form a, se rep ro duce, se renueva, o rgan iza y ejerce el poder. El p rop io M osca d istingui , respec to del m odo con que se form an las clases polticas, las que se trasm iten el poder hered ita riam ente y las que se a lim en tan de las clases inferiores; respec to del m odo con que ejercen el poder, las que lo ejercen sin con tro l y las que e stn co n tro lad as desde abajo; de tal m odo co n trap u so en el p rim er caso d. a a r is to c ra cia, en el segundo d. a autocracia, especificando p o r lo m enos dos tipos de regm enes que aun teniendo una clase po ltica dom inan te pueden co n sid era rse segn el derecho dem ocrticos. En este cam ino la teo ra de las li

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    tes recupera lo que de realista, y no m eram ente ideolgico, contiene la doctrina tradicional de la d., y tiene com o consecuencia no tan to la negacin de la ex istencia de regm enes dem ocrticos, cuan to m asq u e nada una redefinicin, que ha acab ad o por hacerse p red o m inante en la actual ciencia poltica, de dem ocracia. En Capitalismo, socialism o y democracia (1942), Joseph A. S ch um peter con trapone a la doc trina c lsica de la d., segn la cual la d. consiste en la realizacin del bien com n a travs de la voluntad general, exp resando una no m ejor iden tificada vo lun tad del pueblo, o tra do c trin a de la d. que tom a en cu en ta el re su ltad o co n siderado realis tam en te im pugnable de la teo ra de las lites. Segn Schum peter, hay d. donde hay diversos g ru pos que com piten en tre si por la conquista del poder, m ediante una lucha que tiene por objeto el voto popular. Una defin icin de este gnero tom a en cuen ta la im portancia p rim aria, no descuidable, del liderazgo en toda fo rm acin poltica, y al m ism o tiem po perm ite d is tin g u ir un rgim en de o tro con base en el m odo con que los d iversos liderazgos se d ispu tan el poder, sealando en la d. aquella fo rma de rgim en en que la contienda por la conq u ista del poder se resuelve en favor de quien haya logrado acap ara r en una libre com petencia el m ayor nm ero de votos.

    Am pliando y precisando esta tem tica, una redefinicin de d. que q u isiera ten e r en cuenta la inelim inable p resencia de m s clases po lticas en com petencia e n tre s debera com p ren d er el exam en de po r lo m enos tres puntos: reclutam iento, extensin y fuente del poder de la clase poltica. R especto del reclu tam iento , una c lase poltica puede llam arse dem ocrtica cuando su personal es ob tenido m edian te una lib re com petic in e lectoral, y no, por ejemplo, m ediante la trasm isin hered ita ria o la cooptacin. Respecto de la e x ten sin, cuando este personal es tan num eroso que se divide de m anera estab le en clase poltica en el gobierno y clase poltica en la oposicin y cu b re el rea del gob ierno cen tra l y del gobierno local en sus m ltip les a rticu la ciones, y no est, en cam bio, con stitu id o por un g rupo restrin g id o y cerrad o que d irige todo un pais m ed ian te com isarios o funcionarios dependientes. Respecto de la fuente del poder, cuando ste es e je rcido p o r una clase poltica represen tativa, con base en una dele

    gacin renovable perid icam en te y tu n d ad a en una declaracin de confianza, y en el m bito de reglas estab lec id as (constitucin), y no en v irtud de los do tes carism tico s del jefe o a p a r tir de la co n q u is ta v iolenta (golpe de estado , revuelta m ilita r, revolucin, etc.) (v. tam bin lites, teo ra de las).

    V III EL SIG N IFICA D O FORM A L DE DEMOCRACIA T an to p o r el m odo con que d o c trin as o p u estas respecto de los valores fundam entales, com o las d o c trin as lib erales y la s socialistas, han cons id e rad o la d. no incom patib le con sus p ro pios p rincip ios sino m s bien com o una pa rle in teg ran te de su p ro p io cred o , al pun to de que es perfectam ente co rrec to hab lar de libera lism o dem ocrtico y de socialism o dem oc r tic o y es c re b le que un liberalism o sin d. ya no seria co n sid erad o hoy un "v e rd ad e ro liberalism o, y un socialism o sin d. un "v erd a d e ro socialism o, cu an to por el m odo con q ue una d o c trin a in ic ialm ente hostil a la d., com o la teora de las lites, se ha ido concillando con ella, puede deducirse que p o r d. se ha en tendido siem p re un m todo o un conjun to de reglas de procedim iento para la constitu c i n del gobierno y p ara la fo rm acin de las decisiones po lticas (es decir de las decisiones v incu lan tes p a ra toda la com unidad) m s que una d e te rm in ad a ideologa La d. es com patib le, por un lado, con d o c trin as diferen tes en con ten ido ideolgico, p o r el otro, con una teora, que en a lgunas de sus ex p re siones y por c ie rto en su m otivacin inicial, ha tenido un con ten ido netam ente an tidem ocrtico , precisam ente porque siem pre h a ido asumiendo un significado esencialmente de procedim iento y no sustancial, aun cuando la aceptacin d e estas reg las y no de o tra s p resupone una o rien tac i n favorable a a lgunos valores, que a m enudo son considerados cara c te rs tico s del ideal dem ocrtico, com o el de la solucin pacfica de los conflictos sociales, de la e lim inacin h asta donde sea posible de la violencia institucional, de la frecuen te a lte rn a n c ia de la clase poltica, de la to le ranc ia y as sucesivam ente.

    En la teo ra poltica con tem pornea p red o m in a n te e n lo s p a s e s de t r a d ic i n dem ocrtico-liberal las definiciones de d. tienden a resolverse y a agotarse en un elenco ms o m enos am plio segn los au to res de reglas del juego o, com o tam bin han sido llam adas.

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    de "u n iv ersa les de p ro ced im ien to . E n tre ellos: I] el m xim o rgano poltico, a quien e s t a signada la funcin legislativa, debe e s ta r com puesto p o r m iem bros elegidos d irec ta o ind irectam en te , con elecciones de p rim e r o de segundo grado, p o r el pueblo: 2] ju n to al suprem o rgano legislativo deben exi- tir o tras instituciones con d irigentes elegidos, com o los en tes de la ad m in istrac in local o el jefe del estado (como sucede en las rep blicas); 3] e lecto res deben se r todos los c iu dad an o s que hayan a lcanzado la m ayora de edad sin d istinc in de raza, de religin, de ingresos, y posib lem ente tam bin de sexo; 4] todos los e lecto res deben ten e r igual voto; 5) todos los e lecto res deben se r lib res de vo tar segn su propia opinin form ada lo m s librem ente posible, es decir en una libre co n tien da de g ru p o s po lticos que com piten por fo rm ar la rep resen tac in nacional; 6] deben ser lib res tam bin en el sen tido de que deben e s ta r en condiciones de tener a lternativas reales (lo cual excluye com o dem ocrtica a cu alq u ie r eleccin con lista nica y bloqueada); 7] tan to p a ra las elecciones de los rep re sen tan te s com o p ara las decisiones del sup rem o rgano poltico vale el p rin cip io de la m ayora num rica , aun cuando pueden ser e stab lec id as d iv ersas fo rm as de m ayora segn c r iterios de oportunidad no definibles de una vez p o r todas; 8] n inguna decisin tom ada por m ayora debe lim itar los derechos de la m inora, de m an era p a rticu la r el derecho de convertirse, en igualdad de condiciones, en m ayora; 9) el rgano de gobierno debe gozar de la confianza del pa rlam en to o bien del jefe del poder ejecutivo a su vez elegido por el pueblo.

    Com o se ve, todas estas reg las estab lecen cm o se debe llegar a la decisin poltica y no qu se debe decidir. Desde el punto de vista del qu el con jun to de las reglas del juego dem o cr tico no estab lecen nada salvo la exclusin de las decisiones que de alguna m an era co n trib u iran a d e ja r sin efecto una o m s reg las del juego. Por o tra parte , com o p ara todas las reglas, tam bin para las reglas del juego dem ocrtico se debe tener en cuenta la desviacin existente en tre la enunciacin de su con ten ido y el m odo en que son ap licadas. Por c ie rto ningn rgim en h ist rico ha observado jam s com pletam ente el dictado de to d as e s tas reglas, y por esto es licito h ab la r de regm enes m s o m enos dem ocrticos. No

    es posib le e stab lece r cu n tas de es tas reglas deben se r observadas para que un rgim en pueda llam arse dem ocrtico; puede a firm arse so lam en te que un rgim en que no observe n inguna no es p o r c ie rto un rgim en dem ocrtico , al m enos h as ta que se m antenga f irme el significado de p roced im ien to de dem ocracia.

    IX ALGUNAS TIPOLO GIAS D E LOS R E G IM E N E S DEM OCRA

    TICOS En el m bito de esta nocin de d., y por lo tan to perm aneciendo constan te el im perio de es tas reglas, se suelen d is tin g u ir d iversas especies de regm enes dem ocrticos. La m ultip lic idad de las tipologas depende de la v ariedad de los c rite rio s adop tados p a ra la clasificacin de las d iversas form as de dem ocracia. E num eram os algunas, d isponindolas segn la p ro fu n d id ad del nivel de la e s tru c tu ra social global que tom an en consideracin.

    En el nivel m s superficial se coloca la d istincin , b asad a en el c r ite r io ju rd ico - instituc ional, e n tre rgim en presidencia l y rgimen parlam entario : la diferencia en tre los dos regm enes e s t en la d ife ren te relacin en tre legislativo y ejecutivo. M ientras que en el rgim en p a rlam en ta rio la dem ocratic idad del ejecu tivo depende del hecho de que ste es una em anacin del legislativo, el cual a su vez descansa en el voto popular, en el rgimen presidenc ia l el jefe del ejecutivo es elegido d irec tam en te p o r el pueblo con la consecuencia de que ste responde po r su m andato no al parlam en to sino a los e lectores que sancionan su con d u cta poltica no reeligindolo.

    En el nivel inm ediatam ente inferior se halla la tipologa que tom a en consideracin el s istem a de los p a rtidos, de la cual existen dos varian tes. Con base en el nm ero de los p a rtidos (es decir con base en el m ism o c rite rio nm crico que c a rac te riza a la tipologa a r is totlica) se d istinguen sistem as b ip artid is ta s y m u ltip a rtid is ta s (el sistem a m onopartid is- ta, al m enos en sus fo rm as m s rgidas, no puede e s ta r com prendido en las form as dem oc r tica s de gobierno). B asndose en el m odo en que los partidos se disponen los unos hacia o co n tra los o tro s en el sistem a, es d ecir en los llam ados polos de a tracc i n o de rep u lsin de los diversos p a rtidos, se d istinguen regm enes b ipolares, en los que los diversos partid o s se ag rupan en to rno a los dos polos

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    del gobierno y de la oposicin, y m ultipola- res, en los q ue los diversos p a rtid o s se d isp o nen hacia el c en tro y hacia las dos oposic io nes, la de derecha y la de izquierda (con la advertencia de que tam bin en este caso un sistem a m onopolar, es decir donde no exista una oposicin reconocida, y por lo tan to exista slo un polo, no puede ser co n siderado en tre las fo rm as dem ocrticas de gobierno). E sta segunda v a rian te (in troducida p o r Gio- vanni Sarto ri) o frece en com paracin con la p rim era dos ventajas: a] pe rm ite ten e r en cuenta las alianzas de los partidos con la consecuencia de que un sistem a m u ltip a rtid is ta puede ser bipolar, y por lo tanto tener las m ism as ca rac te rs tica s que un sistem a b ip a r t idista; b] perm ite una u lte rio r distincin en tre sistem as po larizados y sistem as no p o lariza dos segn que ex istan en los do s ex trem os fran jas que tienden a la ru p tu ra del sistem a (partidos an tisistem a), de donde la u lte r io r distincin en tre m u ltip artid ism o ex trem o y m u ltip artid sm o m oderado. T eniendo en cuenta, adem s del sistem a de p a rtidos, tam bin la cu ltu ra poltica, Arend Lijphart ha d istinguido los regm enes dem ocrticos basados en la m ayor o m enor fragm entacin de la c u ltu ra poltica en centrfugos y cen trpetos (distincin que corresponde aprox im adam ente a la p recedente e n tre regm enes po larizados y no polarizados); por lo tan to , in troduciendo un segundo c rite rio basado en la observacin de que el co m p ortam ien to de las lites puede e s ta r m s d ispuesto a las coaliciones {coa- leseenI) o m s com petitivo, y com binndolo con el p recedente, ha especificado o tro s dos tipos de d., que ha llam ado "d . consocia tiva '' (consocialiona) y "d esp o litzad a segn que el com portam ien to no com petitivo de las lites se em palm e con una c u ltu ra po ltica frag m entada u hom ognea. La d. consociativa, de la que los m ayores ejem plos son A ustria, S u iza, H olanda, Blgica, ha sido llam ada tam bin, con p a rticu la r a tencin al caso suizo, " c o n c o rd a n te (co n co rd a n t d em o cra cy , K onkordam -dem okra lie) y definida com o aquella en que se p roducen tra ta tiv a s en el vrtice en tre los lderes de las su b c u ltu ra s rivales por la form acin de un gobierno estable.

    D escendiendo a un nivel todav a m s p ro fundo, es decir al nivel de las e s tru c tu ra s de la sociedad subyacente, Gabriel Almond ha

    d istin g u id o tres tipos de d.: a\ con una a lta au tonom a de los su b sis tem as (Ing la te rra y E stados Unidos), donde p o r "subsistem as se entienden los partidos, los sindicados, los g ru pos de p resin en general; >] con lim itada au tonom a de los subsis tem as (la F rancia de la III R epblica, Italia d espus de la segunda g u erra m undial, la A lem ania de W eimar); c] con b a ja autonom a d e los subsis tem as (Mxico). M odelos ideales m s que tipos h is t ricos son las tres fo rm as de d. analizadas por Robert Dahl en su libro A preace lo demo- cralic theory (1956): la d. m adisoniana, que consiste sobre todo e n los m ecanism os de fre no del poder, y por lo tan to co inc ide con el ideal con stitu c io n a lis ta del e stad o lim itado por el derecho o del gobierno de la ley c o n tra el gobierno de los hom bres (en el que siem pre se ha m an ifestado h ist ricam ente la t i r a na); la d. populista, cuyo principio fundam ental es la sob eran a de la m ayora; la d. polir- quica , que busca las condiciones del o rden d em o crtico no en exped ien tes de c a r c te r constitucional sino en prerrequisitos sociales, es dec ir en el funcionam ien to de a lgunas reg las fundam en ta les que perm iten y g a ran tizan la lib re expresin del voto, el p red o m inio d e las decisiones que han tenido el m ayor n m ero de votos, el con tro l de las decisiones por p a rte de los e lectores, e tctera.

    X DEMOCRACIA FORMAL Y DEMOCRACIA SUSTANCIAL

    Ju n to a la nocin procesal de d., p redom inante en la teora po ltca occidental y en el m bito de la "ciencia poltica", se ha ido difundiendo en el lenguaje poltco contem porneo o tro sign ificado de d. que com prende form as de rgimert poltico , como las de los pases socialis tas o de los pa ses del te rc e r m undo especia lm ente africanos, en los q u e no estn en vigor, o no son resp e tad as , aun cu an d o estn en vigor, a lgunas o todas las reglas por las que se llam an dem ocrticos por larga trad ic in los regm enes liberal-dem ocrticos y los regm enes socialdem cratas. Para ev ita r la c o n fusin e n tre d os significados tan d iferen tes del m ism o trm ino se ha estab lecido el uso de especificar e l concepto genrico de d. con un a tr ib u to calificante, y as se llam a, po r ejemplo, "fo rm al" a la prim era y "sustancial" a la segunda. Form al la p rim era , porque est ca rac te rizad a p o r los llam ados "un iversales de proced im ien to", con el em pleo de los c u a

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    les se pueden lo m ar decisiones de d ife ren te con ten ido (como d em u estra la p resenc ia de reg m enes lib e rales y dem ocrticos jun to a regm enes socialistas y democrticos); sustan cial la segunda, p o rque se refiere p redom inan tem en te a c ie rto s contenidos a su vez in sp irad o s en ideales ca ra c te rs tico s de la t ra dicin de pensam iento dem ocrtico, in prim is el igualitarism o. Segn una vieja frm ula que con sid era a la d. com o gobierno del pueblo p a ra el pueblo, la d. form al es m s que nada un gobierno del pueblo, la d. sustanc ia l es m s que nada un gobierno para el pueblo. As com o una d. fo rm al puede favorecer a una m inora re s tr in g id a de d e ten tad o res del p o d er econm ico, y p o r lo tanto no se r un gobierno para el pueblo aun siendo un gobierno del pueblo, una d ic tad u ra poltica puede favorecer en p e riodos de tran sfo rm aci n revo lucionaria , cu an d o no subsis ten las cond iciones p a ra el e jercic io de una d. form al, a la c lase m s nu m ero sa de los ciudadanos, y p o r lo tan to se r un gobierno p a ra el pueblo, aun sin se r un g ob ierno del pueblo. T am bin se ha observado (M acpherson) que el concepto de d. re fe rid o a los estad o s socialistas (y a los estados del te rc e r m undo) refleja m s fielm ente el significado an tiguo (aristotlico) de d. por el cual d. es el gobierno de los pobres c o n tra los ricos, es d ec ir que es un e stad o de clase, y tra tn d o se de la clase de los pobres, es el gob ierno de la clase m s num erosa o de la m ayora (y es s ta la razn por la que la d. ha sido en el cu rso de los siglos m s exec rad a que exaltada).

    Para quien, com o M acpherson, opine que el d iscu rso en to rno a la d. no se resuelve con d e fin ir y redefin ir una palabra que por su sign ificado eulgico se refiere a d iversas cosas sino que se debe conclu ir con el d e te rm in a r un concepto general de d. distinguible en spe- cies, de las que una sera la d. liberal, la o tra la d. de los p a ses socialistas, dicho e sto q u eda la dificultad de halla r lo que estas dos especies tienen en com n. La respuesta e x trem ad am en te genrica que se ve obligado a d a r e s te au to r, segn el cual las tres especies de d. tienen en com n el fin ltim o, "p roveer las condiciones p a ra el pleno y lib re d e sa rro llo de las cap acid ad es hum anas esenciales de todos los m iem bros de la sociedad" (p. 37), d em u estra la inan idad de la ten ta tiva. Para no perderse en discusiones inconcluyentes es

    necesario reconocer que en las dos ex p resio nes "d. fo rm al" y "d. su s tan c ia l" el trm ino "d ." tiene dos significados ne tam en te d is tin tos. En la p rim era indica un c ie rto con jun to de m edios, com o lo son precisam en te las reglas de p roced im ien tos a rrib a descritas , independien tem ente de la consideracin de los fines; en la segunda indica un c ie rto conju n to de fines, com o lo es, sobre todo, el fin de la igualdad no solam ente ju rd ica sino tam bin social cuando no econm ica, independ ien tem en te de la consideracin de los m edios adoptados para lograrlos. Puesto que en la larg a h isto ria de la teora dem ocrtica se e n trecru zan m otivos de m todo y m otivos ideales, que se encuentran perfectam ente fundidos en la teora rousseaunana segn la cual el ideal ig u alita rio que la in sp ira (d. com o valor) se realiza solam ente en la form acin de la vo lun tad general (d. com o mtodo), am bos significados de "d ." son h is t ricam en te legtim os. Pero la legitim idad h ist rica de su uso no au to riza ninguna ilacin sobre la even tualidad de que tengan un elem ento connotati- vo com n. De esta fa lta de un elem ento con- no tativo com n es p ru eb a la e ste rilid ad del debate e n tre p a rtid a rio s de las d. liberales y p a rtidarios de las d. populares sobre la m ayor o m enor dem ocratic idad de los respectivos regm enes. Cada uno de los dos tipos de rgim en es dem ocrtico segn el significado de "d ." preelegido po r el defensor y no dem ocrtico segn el significado preeleg ido p o r el ad v ersario . El nico pu n to en que los unos y los o tro s po d ran convenir es que una d. p e rfecta h asta ah o ra en n ingn lugar realizada, y po r lo tan to , u t p ica debera ser al m ism o tiem po form al y sustancia l.

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    [N O R B E R T O BOBBIO)

    derecho

    I EL D ERECHO COMO ORDENA M IENTO NORMATIVO COAC

    t i v o E n tre los m ltip les sign ificados de la palabra "d." el significado que est m s e stre cham en te conectado con la teo ra del estado o de la poltica es el del d. com o o rd en am ien to norm ativo (significado que aparece, po r ejemplo, en expresiones como "d. positivo italiano), es decir como conjunto de norm as de conducta y de organizacin que constituyen una unidad, que tienen por contenido la reglam entacin de relaciones fundam entales p a ra la convivencia y la supervivencia del grupo social, com o son las relaciones fam iliares, las relaciones econm icas, las relaciones superio-. res de poder (o relaciones polticas), as com o la reglam entacin de los m odos y de las fo r m as con que el grupo social reacciona a la violacin de las no rm as de p rim er g rado o insti- tucionalizacin de la sancin, y que tiene com o fin mnim o el im pedim ento de las accio

    nes co n sid erad as m s d estru ctiv as del co n ju n to social, la solucin de los conflictos que am enazan, si no son resuellos, con hacer im posible la p rop ia subsistenc ia del grupo, la consecucin y el m antenim iento , en sum a, del orden o de la paz social. Si luego se ag re ga, segn la direccin predom inante de la teora del d., que el c a rc te r especifico del o rd e nam iento norm ativo del d. re sp ec to de las o tra s fo rm as d e ordenam ien tos norm ativos (como son la m oral social, las costum bres, los juegos, los deportes, etc.) consiste en el hecho de que el d. recu rre en ltim a instanc ia a la fuerza fsica p a ra o b ten e r el re sp e to de las norm as, p a ra hacer, com o se dice, efectivo o eficaz el o rd en am ien to en su conjunto , la conexin e n tre d. (entendido com o o rd en a m iento norm ativo coactivo) y poltica se hace tan e strech a com o p ara hacer co n sid e ra r al d. com o el principal in stru m en to m edian te el cual las fu e rza s po lticas que detienen el poder dom inan te en una d e te rm in ad a sociedad e jercen su dom inio.

    De esta conexin se hizo conscien te la filo sofa poltica y ju rd ica que acom paa el nacim iento del estado m oderno e in te rp re ta y refleja su esp ritu , desde Hobbes. a travs de Locke, R ousseau, Kant, Hegel, M arx, hasta Max W eber y Kelsen, al pun to de hacer a p a recer e s tru c tu ra ju rd ica y poder poltico, o rdenam ien to y fuerza coactiva, el m om ento de la o rganizacin del poder coactivo y el m om ento de la potencia que se sirve de la organizacin d e la fuerza p ara a lcanzar sus propios ob jetivos, en sum a d. y e stad o en las acepciones m s com unes de estos d o s t rm inos, como dos caras de la m ism a moneda. Una de las c aracte rs ticas principales de las d iversas teo ras del estad o m oderno, una especie de hilo ro jo que perm ite m an ten er ju n ta s las diversas d o c trin as y de co m prender su nexo y su d esarro llo , es ju stam en te el dob le y convergente p roceso de estatalizacin del d. y de ju rid ic izacin del estado , por el cual, por un lado, el d. es co n sid erad o desde el pu n to de vista del e stado , o d e lo que e s el elem ento carac te rs tico del po d er del estado, es decir el poder soberano , p o r lo cual de H obbes en adelan te su rg e la tendencia a defin ir el d. com o el co n ju n to de las reglas estab lec idas e im puestas p o r aquel o aquellos q u e detentan el poder sob eran o y, por el o tro , el e s ta do es considerado desde el pun to de v ista del