Julio A. Gonzalo González

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CURSILLOS DE CRISTIANDADOrígenes y primera expansión

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“Cursillos de Cristiandad. Orígenes y primera expansión” 1a Edición: Abril 2006, EDICEP C.B.Octubre 2008, Asociación Española Ciencia y Cultura © Julio A. Gonzalo González© Asociación Española Ciencia y CulturaC/ Pavia 4, 1° D. 28013 Madrid (España)Fax: (34) 91-4978579www.cienciaycultura.comE-mail : julio.gonzalo@uam.esE-mail: cienciaycultura@telefonica.net Todos los derechos reservados. No está permitida la reproducción total o parcial de estelibro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquiermedio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin elpermiso previo y por escrito del editor

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PALABRAS PREVIAS

En homenaje a Sebastián Gayá, servidor bueno y fiel de la Iglesia, a sus 90 años.«No sabré ser demasiado imparcial, habida cuenta de la relación de amistad que nos ha

unido durante más de un cuarto de siglo en este instrumento suscitado por el EspírituSanto para anunciar el Evangelio a los hombres y las mujeres de hoy que son losCursillos.

No me cabe la menor duda de que dentro de los Cursillos, la figura de Sebastián (élprefiere el tuteo) ha sido y es de primera magnitud en la historia del movimiento. No voya caer en la tentación de llamarle “fundador” (ni creo que le gustara). Es una palabra queno le va. A lo más que accede Sebastián es a aceptar que encabezó el grupo inicial que sedecidieron a lanzarlo junto a la cuna de lo que iba a ser el Movimiento.

Y él, entre otros, sigue impertérrito aquel “Camino de Santiago” que se iniciara en1948.

Puesto a especificar las características de su fisonomía, he hallado en él al hombrecreyente, apasionado, hiperactivo, incansable que ha sabido entregar su vida a un soloamor: Cursillos. No ha buscado otras variantes; no ha trabajado en otras áreas. Por eso,en Cursillos, le llamamos “el hombre de la ilusión”. Como él mismo ha escrito, la ilusiónes el don de creer en todos los dones; (con ilusión) se pueden saltar todas las barreras, apesar de los “baches” y se puede llegar al Pórtico de la Gloria.

Me imagino que, una y otra vez, se repetirá aquella bellísima descripción que nosregaló Manolo Aparicio: “Peregrinar es caminar con Cristo hacia el Padre, a impulsos delEspíritu Santo, en compañía de María, llevando consigo a los hermanos”». ¡Buencamino, Sebastián!

Gracia Valdespino

REVERSO DE UNA POSTAL, DESDE MALLORCA, CON COMENTARIO DE D. SEBASTIÁN GAYÁ

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PRÓLOGO

Hice mi primer Cursillo en Puerto Rico en 1962. Tenía yo entonces veintiséis años yacababa de llegar; como físico recién doctorado, al Centro Nuclear de Puerto Rico,Mayagüez, operado por la Universidad de P.R. para la Comisión de Energía Atómicade los Estados Unidos como parte del programa «Atomos para la Paz» del PresidenteEisenhower.

Desde entonces, en Puerto Rico (Arecibo, Ponce, Mayagüez, San Juan...) y luego enEspaña (Madrid) he tomado parte en unos cuarenta Cursillos como «asistente»,«rollistas» o «rector».

Este libro se lo dedico a mis muchos amigos «cursillistas» de ambos lados delAtlántico.

En primer lugar quiero darle las gracias a D. Sebastián Gayá, sacerdote y Canónigode la Catedral de Mallorca, quien jugó un papel único y providencial en los orígenes yprimera expansión del Movimiento de Cursillos. En 1944 había fundado la Escuela dePropagandistas del Consejo Diocesano de Jóvenes de Acción Católica de Mallorca, delcual nacieron los Cursillos. Habiendo sido nombrado por Mons. Hervás en 1948Canciller Secretario de la Diócesis de Mallorca, contó desde el primer momento con elapoyo incondicional del Sr. Obispo a lo largo del camino en esa maravillosa aventuraque supuso dar vida a un nuevo método de evangelización,para jóvenes primero, y,luego para todos los hombres y mujeres, abiertos a la más ambiciosa llamada quepuede recibir un bautizado: la llamada a vivir la gracia de Dios a tope y la decompartir la sed de Cristo por las almas.

Mons. Hervás pudo decir de él: «Después de su nombramiento como ConsiliarioDiocesano de los Jóvenes de Acción Católica y luego Secretario de la Curia se ha idodelineando muy claramente lo que había de ser la vocación principal de su vida: losCursillos de Cristiandad». Más tarde fue llamado por el Obispo de Cursillos a ser elprimer Vice-Consiliario del recientemente constituido Secretariado Nacional deCursillos, en 1962. En 1977, con un grupo de hombre y mujeres seglares, fundó laEscuela de San Pablo para dirigentes de Cursillos en Madrid. Y hace muy pocos añostuve el privilegio de compartir con él un Cursillo para hombres en «Los negrales»,

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cerca de Madrid.Deseo dar las gracias aquí también a Manuel Gutiérrez y Alvarez Osorio, Ignacio

Antolín, Gloria de la Plata, Gracia Valdespino, Adelaida Casado, Agustín Palomino(pionero de los Cursillos en los Estados Unidos de América) y a Enrique Silvela por suayuda y estímulo.

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INTRODUCCIÓN

Siendo los Cursillos de Cristiandad inspirados por el Espíritu Santo en el siglo XX yderramando abundantemente su Gracia en cada Cursillo, es quizás en los inicios de esteMovimiento en los Estados Unidos donde se hace muy patente esta realidad.

Lo normal es que el equipo de dirigentes cursillistas que da un cursillo está compuestopor un rector, seglar veterano ya en estas lides, uno o dos sacerdotes que conocen bien elmétodo y el desarrollo del cursillo y unos seis rollistas, todos ellos entrenados en LaEscuela de Dirigentes y hombres cuya preparación y perseverancia está demostrada.

En Estados Unidos el equipo de dirigentes que los dieron, fueron dos aviadoresespañoles: Bernardo Vadell que hacía unos meses que había asistido a su primer Cursilloy Agustín Palomino que hacía tres meses que salió de su primer Cursillo al cual habíaasistido Bernardo como auxiliar en ese equipo. Humanamente esto era todo.

El primer cursillo que se dio en Estados Unidos fue en Waco, Texas, en el mes demayo 1957. Por entonces iban a EE.UU., a efectuar cursos completos de aviones areacción, jóvenes pilotos de Ejército del Aire español, según acuerdos entre los dospaíses.

Entre muchos, fueron dos tenientes, Bernardo Vadell de Palma de Mallorca y AgustínPalomino de Ciudad Real. Su primer destino fue San Antonio, Texas. En Waco, a unos300 km. de San Antonio, en la iglesia de los franciscanos estaba el padre GabrielFernández que era mallorquín, llevaba ya varios años en América y se había enterado delenorme éxito que los Cursillos de Cristiandad estaban cosechando allá en su tierra, ytambién se enteró que dos pilotos españoles cursillistas estaban destinados en SanAntonio haciendo un curso de vuelos.

El padre Gabriel hombre intrépido y emprendedor donde los haya se puso en contactocon los dos militares españoles, para que le explicaran con detalle cómo eran esosCursillos que tan fantásticos frutos espirituales conseguían. De la entrevista de los tressalió la decisión de escribir al obispado de Ciudad Real y a Eduardo Bonin en Mallorcaconsultándoles sobre la posibilidad de celebrar los tres, un cursillo en Waco donde habíaun grupo excelente de jóvenes dispuestos a asistir.

Grande fue la sorpresa cuando les contestaron que adelante con el primer Cursillo en

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USA, mientras los Cursillistas de España orarían intensamente por el éxito espiritual detan peculiar aventura.

Así se dio el primer Cursillo con doce hombres jóvenes, de los cuales luego todosfueron grandes dirigentes en el movimiento como rectores, rollistas y dos sacerdotesfranciscanos.

Al mes siguiente se volvió a dar otro Cursillo en Waco, ya bastante numeroso pues elambiente allí se empezó a ganar rápidamente.

Después de la etapa de San Antonio, Bernardo y Agustín, siempre juntos fuerondestinados a Mission, Texas a efectuar un nuevo curso de vuelo. Allí éstos se pusieron encontacto con el padre Agustín Petra, oblato americano párroco de la iglesia de Guadalupey allí, ellos tres dieron sucesivamente tres Cursillos de Cristiandad que pronto removieronla cristiandad de aquella zona.

Al ser por último Bernardo y Agustín destinados a la base de Laredo, Texas, quedabantanto en Waco como en Misión establecidos los Cursillos, con las correspondientesEscuelas de Dirigentes funcionando para poder continuar dando Cursillos por ellosmismos.

En su nuevo destino de Laredo, de nuevo los dos pilotos buscaron un sacerdote que seinteresara por el Movimiento de Cursillos y lo encontraron en el padre VladimiroManente, oblato italiano, hombre providencial como todo lo que rodea esta historia deintrepidez cristiana.

En Laredo se dieron tres Cursillos de éxito rotundo desde mayo a julio de 1958.Cuando finalmente, Bernardo y Agustín regresaron a España finalizado su curso, los

tres focos cursillistas en Estados Unidos: Waco, Misión y Laredo se expandieron por todoel país, pasando también a México.

Hoy Bernardo Vadell vive retirado en su bella isla de Mallorca; Agustín Palominocontinúa integrado en la Escuela de Cursillos de Madrid, asistiendo todos los años como«rollistas» a Cursillos de Cristiandad tanto en Madrid como en Estados Unidos.

Agustín Palomino

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LOS ORÍGENES

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1. EN LA RESACA DE LA SEGUNDAGUERRA MUNDIAL

La Segunda Guerra Mundial terminó en agosto de 1945, con la terrible noticia, recogidaen portada de todos los periódicos del mundo, de que habían hecho explosión bombasatómicas en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki. Menos espectaculares,pero no menos terribles habían sido los bombardeos («carpet bombings») que, algunosmeses antes, habían destruido Dresden y otras ciudades alemanas. Al final de la Guerra,media Europa había quedado devastada, y el resto había quedado seriamente dañado.

En pocos años 1,quedó bien de manifiesto que las expectativas de paz verdadera para elmundo eran totalmente infundadas. Al final de la Guerra, la Unión Soviética habíaconseguido adelantar sus líneas en profundidad aumentando el territorio bajo su control.En unos meses, los soviéticos se estaban dando prisa en levantar la «Cortina de Acero» ydando claras indicaciones de que su intención era ganar para su bando Europa entera. Yestas expectativas venían respaldadas en algunos países por fuertes partidos comunistaslocales, como en Francia y en Italia.

España era en aquel tiempo una de las dos naciones firmemente anticomunistas enEuropa Occidental, siendo el Reino Unido la otra, protegida por el Mar del Norte.España, después de una terrible Guerra Civil, había tenido la suerte de librarsemilagrosamente 2, como Portugal, de una ocupación militar durante la Segunda GuerraMundial.

A lo largo de la primera mitad del siglo XX el proceso de descristianización habíaseguido adelante en Europa, lenta pero gradualmente. La lucha por el poder a través delcontinente, estaba planteada entre dos fuerzas paganas: por una parte, los sistemas departido único de Alemania e Italia, y por otra, el sistema marxista-leninista de la UniónSoviética, igualmente totalitario. A pesar de estar sufriendo persecución abierta por variaspartes, por aquel tiempo, la Iglesia Católica estaba atravesando por un períodonotablemente coherente y saludable, después de una serie de Papas extraordinarios,como demostraban claramente tanto su actividad misionera en África y en Asia, como laola de conversos «pesos pesados» que veían en Roma la única alternativa viable a una

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cultura cada vez más materialista y más aburrida, como corresponde a una sociedadfuertemente descristianizada.

En la resaca de la Segunda Guerra Mundial, en una Europa devastada, el secopesimismo existencialista de hombres como Heidegger, Sastre, y en menor medida,Albert Camus, dominaba por completo el panorama cultural. Por aquel tiempo, muchoseuropeos pensaban que la victoria del Comunismo era inevitable. Las precariascondiciones de vida para las clases (económicamente) menos privilegiadas eran muyvisibles por todas partes. Después del bloqueo de Berlín y de la ruptura de hostilidadesen Corea, empezó a verse claro que el prolongado conflicto, que luego iba a conocersecomo «Guerra Fría», era inevitable. El Plan Marshall, y la victoria electoral deEisenhower después, iban a hacer posibles los «milagros» económicos de Alemania eItalia. El Mercado Común Europeo, respaldado por Adenauer y De Gaulle, empezaríapronto a producir buenos resultados, y el peligro del avance comunista en EuropaOccidental empezó a disminuir considerablemente.

Durante todos estos años, la presencia católica en la escena nacional e internacional,tanto en Europa como en América, era clara y vigorosa. El padre Werenfried vanStraaten y monseñor Cardjin, con base, respectivamente, en Holanda y en Bélgica,países en los que la Iglesia todavía guardaba una considerable influencia social y cultural,eran capaces de movilizar importantes recursos humanos a favor del pueblo, católico yno-católico, en los territorios devastados por la guerra, como Alemania y Austria, y crearun vigoroso movimiento de jóvenes trabajadores católicos, la JOC, que, en aquel tiemporepresentaba una seria alternativa a las organizaciones juveniles de inspiración comunistaapoyadas por la URRS. El padre Lombardi S.J., que predicaba el mensaje «Por unMundo Mejor», eco de las advertencias del papa Pío XII, clamaba por unatransformación de la sociedad contemporánea «de salvaje en humana, y de humana endivina». En los Estados Unidos, el padre Payton, con su campaña por el «Rosario enFamilia», y por último, pero no en importancia, el gran obispo monseñor Fulton Sheen,el gran apóstol de la TV, estaban ganando para Cristo y su Iglesia muchos hombres ymujeres escépticos o indiferentes de todos los extractos sociales.

En resumen, a pesar del pesimismo de post-gueira y de un considerable derrotismomoral, había aun un vibrante espíritu en muchos círculos católicos, concientes de lavalerosa resistencia de muchos hermanos que sufrían persecución por enfrentarse a loscomunistas en Europa Oriental y en otras partes.

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Los años entre 1941 y 1948 fueron años muy importantes para la gestación de los«Cursillos». La preparación de la Peregrinación Nacional a Santiago de la Juventud deAcción Católica en aquellos años de la post-guerra civil fue el terreno fértil en el que elexperimento del «Cursillos» de fin de semana empezó a adquirir carne y huesos. Desdefuera, el «Cursillos» podía ser visto como un retiro de tres días, como tantos otros o algoasí como unos Ejercicios Espirituales compactos. Desde dentro, estaba claro que para los«cursillistas» que lo habían vivido y salían afuera, el «Cursillo» tenía que ser algo muyespecial. Algo con características revolucionarias, capaz de producir un impacto tanduradero en tan corto tiempo, entre tantos hombres jóvenes que eran previamenteindiferentes.

En primer lugar, debe subrayarse que la Guerra Civil en España había tenido unatremenda componente religiosa. De hecho, en palabras de Roy Campbell3, el poeta inglésautor de la mejor traducción de san Juan de la Cruz, el conflicto de 1936-39 en Españafue «una guerra entre Oriente y Occidente... entre una innovación irresponsable... y latradición... la ocasión para decidir si permanecer apático ante el gran combate...–(o) darun paso al frente e incorporarse a las filas del Ejército Regular de Cristo».

Como señala, correctamente la «home page» del Centro Nacional de Cursillos de losEstados Unidos, Dallas, Texas (USA), «los años que siguieron a la guerra civil fueron untiempo de fermento para la Iglesia española». Durante la guerra, anarquistas, comunistasy socialistas radicales, quizá sin saber bien lo que hacían, pero, ciertamente, inspirados enun odio profundo hacia Cristo, habían fusilado o muerto violentamente a once obispos,seis mil sacerdotes, y unos tres mil miembros de órdenes religiosas y hermanos legos, ymás de trescientas monjas. Todo ello bien documentado en el excelente libro demonseñor Montero 4, anterior obispo de Badajoz. Y, posiblemente, unos veinticinco milmiembros de Acción Católica, Órdenes Terceras, Congregaciones Marianas, etc. Fue unapersecución religiosa tremenda, más sangrienta que la gran persecución en Méjico,algunos años antes. El monumento al Sagrado Corazón de Jesús en el Cerro de losÁngeles, localizado en el centro geográfico de España, próximo a Madrid, fue fusilado (yvolado) al principio de la guerra civil por escuadras de anarquistas y comunistas. En elcementerio de Paracuellos, cerca de Madrid, se enterraron por entonces cerca de diez milvíctimas inocentes, incluyendo sacerdotes, como el padre Poveda, canonizadorecientemente por el papa Juan Pablo II, y distinguidos educadores católicos laicos, comodon Isidro Almazán, confundador de la «Institución del Divino Maestro», y muchos

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otros.Como ha sido el caso siempre a lo largo de la historia de la Iglesia, la sangre de los

mártires es siempre semilla de nuevos cristianos. Los años cuarenta fueron precisamentelos años en los cuales «Cursillos» fueron «inventados» como nuevo método de re-evangelización para hombres corrientes. Para hombres en la fábrica, o en la universidad,en el campo o en la ciudad, en los asuntos de cada día.

Fue un tiempo en el cual la Juventud Católica Española se encontraba preparando congran entusiasmo la Peregrinación Nacional a Santiago de Compostela (Campus Stellae) ellugar donde, según una antiquísima tradición, las reliquias del Apóstol Santiago eranveneradas, desde tiempos medievales. En aquellos tiempos, la fe en toda Europa era vivay vibrante, y los peregrinos de todo el continente venían a pedir perdón por sus pecadosy a solicitar gracias especiales en el lugar donde se creía reposaban los huesos deSantiago el Mayor, el hermano de san Juan Evangelista, el discípulo amado, ambos«hijos del trueno».

Los hombres que en la bella isla de Mallorca, estudiaron, rezaron y, finalmente, fueroncapaces de poner «en una cáscara de nuez» el Mensaje del Evangelio, que no otra cosason los «Cursillos de Cristiandad», fueron jóvenes sacerdotes y jóvenes dirigentes deAcción Católica: estudiantes, trabajadores, empleados, granjeros, en otras palabrasjóvenes laicos ordinarios, imbuidos de la ambición apostólica de ganar otros jóvenes paraCristo.

Convencidos de que las buenas nuevas de Jesucristo no eran algo del pasado, sino queseguían vivas y contagiosas, decidieron obrar en consecuencia. Para ellos, la gracia deDios, como para los cuatro Evangelistas, era esa perla preciosa que, cuando había sidoencontrada por un hombre de buena voluntad, tenía que aparecer, a la fuerza, tan valiosaque ese hombre se alegraría de vender todo para adquirirla para sí a cualquier coste.

En 1949-1953, los primeros «Cursillos» se dieron en Mallorca para hombres jóvenes(exclusivamente) con el apoyo entusiasta de el, entonces, joven obispo don Juan Hervás,y bajo la mirada celosa y sabia de don Sebastián Gaya, entonces joven ConsiliarioDiocesano de los Jóvenes de Acción Católica. El impacto en la isla, tanto dentro comofuera de círculos eclesiásticos, fue absolutamente espectacular. Y pronto empezaron lascontroversias entre los que estaban apasionadamente a favor de «Cursillos» y los queestaban apasionadamente en contra.

Por lo tanto, «Cursillos» ya estaban en pie casi quince años antes de la sesión inaugural

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del concilio Vaticano II, que iba a tener lugar en 1962. En el prólogo 5 a la 6- edición del«Manual de Dirigentes de Cursillos de Cristiandad», publicada en 1968, monseñorHervás, entonces obispo Prior de la Diócesis de Ciudad Real, a donde había sidotrasladado desde Mallorca, hace breve mención de cómo «Cursillos» había sidoafectados por los acontecimientos post-conciliares en la Iglesia Católica:

«El Concilio... hace notar, tuvo, como es natural, su proyección sobre los Cursillos deCristiandad... Y hubo voces agoreras que, no sin cierta malsana alegría, anunciabantriunfalmente que los Cursillos de Cristiandad estaban pasados de moda, que su teologíahabía sido totalmente superada, que su temario no estaba en consonancia con losproblemas post-conciliares; y que, más que una renovación, necesitaban un cambioradical. Este planteamiento estaba hecho fuera de los mismos Cursillos, por gentedesconocedora de los mismos; por hombre que, al amar poco al hombre... no sealegraban por los frutos ya universales de los Cursillos de Cristiandad, sino que hubierangozado de la desaparición de estos».

Éste no es el lugar apropiado para entrar en detalle a describir como las expectativas,casi umversalmente favorables, del mundo católico en los años del Concilio empezaron adesvanecerse bajo el impacto de un ataque cada vez más violento al Credo Católico y ala Moral Católica desde dentro y desde fuera. El mensaje que intentaban dar losdocumentos conciliadores, que era moderno y pastoral, pero afirmaba sin ambigüedad laplena continuidad con las enseñanzas de los concilios Ecuménicos anteriores, pronto fueconfiscado por teólogos 6 «progresistas», algunos antiguos «peritos» conciliares, que,queriéndolo o sin quererlo, debilitaron la fortaleza de la posición católica bis a bis la deaquellos que simpatizaban con las tendencias protestantes liberales, por una parte, o la deaquellos que, por otra, se habían convencido de la inevitable victoria final del comunismosoviético en un futuro próximo.

Es importante notar que según don Juan Hervás 7 «... todos o casi todos lospretendidos reformadores, con buena o mala fe, partieron de un mismo supuesto, el de lacontaminación de la Iglesia en sus fuentes doctrinales, desviadas de los caminos trazadospor su divino Fundador, y el de la necesidad de volver a la primitiva pureza, es decir, a laletra y al espíritu del Evangelio...» El obispo de Cursillos continúa: «Todos seconsideraron reformadores providenciales, desde Marción, en los primeros siglos delCristianismo, hasta los modernistas y los fautores de la “Teología Nueva” en nuestrosdías...» «Así, pues, para aquellos que quieren ser verdaderamente discípulos de Cristo y

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mantenerse dentro de la Iglesia, fundada por Él para salvación de los hombres, el criterioes claro y sencillo, en cualquier momento en que se plantee el problema de la legitimidadde un movimiento espiritual: seguir al propio obispo, en comunión con la Santa Sede» (lacursiva es del autor).

Como es bien sabido, durante el Vaticano II, las confrontaciones entre los quesostenían tesis «progresistas» y los que defendían posiciones tradicionales, apoyadashistóricamente por el Magisterio de la Iglesia, llegaron a ponerse verdaderamente «al rojovivo», como fue el caso con la discusión en el aula conciliar sobre el papel de la VirgenMaría en la Iglesia, y, en la sesión final del Concilio, con el debate sobre la moralidad ofalta de moralidad del uso de anticonceptivos artificiales. En ambos casos 8don JuanHervás, ya bien conocido por muchos padres conciliares como el obispo de «Cursillos»,intervino en términos nada ambiguos.

Sus palabras fueron recibidas con una cálida ovación por parte de muchos de lospresentes a pesar de defender las posiciones menos «políticamente correctas» en aquelmomento. Con respecto a la versión modificada del documento sobre la Virgen María,criticó severamente las alteraciones introducidas en el texto. Dicho texto había reducidolas enseñanzas sobre la Virgen a un mínimo absoluto, en orden a complacer a alguno delos observadores protestantes, a pesar de las protestas verbales afirmando lo contrario.Después de la del obispo de «Cursillos», numerosas intervenciones, incluyendo la delobispo Rendeiro (Faro, Portugal) en nombre de 72 obispos, el obispo Ancel (Lyon,Francia) y el arzobispo García y García de Castro (Granada, España) en nombre de 80obispos, hablaron a favor de un pronunciamiento más claro, denunciando a la ComisiónTeológica por haber manipulado el texto original. Después de ellas, Oscar Cullman,observador protestante, dijo «en este concilio la Mariología ha resultado intensificada».

En su intervención en el debate final sobre los anticonceptivos, el obispo Hervás dijoque el esquema hablaba «poco y demasiado tímidamente de la fe sobrenatural y de laconfianza en la divina Providencia, del amor y aceptación de la cruz... No estamos aquípara elaborar un documento filosófico hedonista... sino un documento cristiano». Dijoademás que las familias cristianas con muchos hijos deberían recibir un homenaje, ysolicitó que aquellos que iban a ser responsables de reescribir el esquema tuvieran todasestas cosas en consideración. Sus palabras fueron recibidas con sonoros aplausos.

Sin duda, don Juan Hervás dejó constancia, consistentemente, en el Concilio, deapoyar al Papa y a la sana doctrina católica, sin importarle los ataques de teólogos

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«progresistas» prominentes.El nacimiento y primera expansión de «Cursillos» es estrictamente contemporánea con

la revolución sexual, el uso en gran escala de la «píldora» anticonceptiva, el drásticoincremento subsiguiente del aborto provocado y del consumo de droga, así como, porotra parte, la revolución «verde» en agricultura y la introducción de la electrónica de«estado sólido» (semiconductores) que tan drásticamente iba a cambiar el mundocontemporáneo.

Al comienzo de este tercer milenio, la Cristiandad está bajo fuego graneado en muchosfrentes. Es cierto que la formidable amenaza del Comunismo Soviético ateo,aparentemente, se ha esfumado. Pero el materialismo hedonista «liberal» es hoyomnipresente, sin lugar a duda. Y el terrorismo islámico está en alza.

El mensaje de «Cursillos», que es el mensaje del Evangelio, es muy directo y muysencillo; está basado en la sólida doctrina de la Iglesia Católica tal y como fue expuestapor el concilio de Trento, y como fue bellamente reformulada para los hombres ymujeres del confuso mundo de hoy según el verdadero espíritu del concilio Vaticano II,que tanto difiere del de sus intérpretes «progresistas».

La tendencia actual de «descristianización» cultural es autodestructiva. Las palabras demonseñor Hervás acerca de los frutos de «Cursillos» 9 en su primera expansión a travésde América Hispana y los Estados Unidos en los años sesenta del siglo pasado son tanrelevante hoy como ayer: «La eficacia (de los “Cursillos”) radica, en definitiva, en elambiente que se crea y en la didáctica que se usa; factores divinos y humanos quepueden actuar de común denominador para toda clase de hombres».

1 Ver p.ej. B. Gran, The Timetables of History (Simon & Schuster: New York, 1975).

2 Ver p.ej. B. Crozier, Franco, A Biographical History (1967).

3 Citado en J. Pearce, Literaiy Converts (Ignatius: San Francisco, 2000).

4 A. Montero, Historia de la Persecución Religiosa en España (B.A.C.: Madrid, 1961).

5 J. Hervás, Manual de dirigentes de cursillos de cristiandad (Euramérica: Madrid, 1968) pp. 10-12.

6 R.M. Wiltgen, S.V.D., The Rhine flows into the Tiber. A History of Vatican II (TAN Books: Rockford[Illinois], 1985).

7 J. Hervas, Ibidem, pp. 67-70.

8 R.M. Wiltgen, S.V.D., Ibidem, cap. 3,4.

9 J. Hervás, Ibidem, p. 72.

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2. ¡A SANTIAGO, SANTOS!

En Santiago de Compostela, localizado en las montañas de Galicia, en el noroeste deEspaña y cerca del mar, en el extremo de la península ibérica llamado en tiemposromanos «Finisteirae», está una gran basílica y un centro de peregrinación que ha atraídoperegrinos de todas partes desde principios del siglo nueve. Después de Roma yJerusalén, Compostela se ha situado primera en orden de importancia como centro deperegrinación para el orbe cristiano. Está dedicada a Santiago el Mayor10, el hermano desan Juan Evangelista, quienes, con san Pedro, el primer Papa y obispo de Roma,formaron el «trío» de los más amados discípulos del Señor. Se cree que Santiago elMayor estuvo evangelizando por Hispania antes de regresar a Jerusalén, donde fuedecapitado11 bajo Herodes, siendo el primer Apóstol en derramar su sangre por Cristo.Una antigua tradición sostiene que sus restos fueron traídos por discípulos suyos a tierrasde Galicia y fueron allí enterrados, y, más tarde, puestos en una primitiva ermitaalrededor del año 830 de nuestra era en Compostela («Campus Stellae») por el tiempoen que los cristianos del Norte de España se embarcaban en el prologado conflicto conlos invasores musulmanes que iba a durar casi ochocientos años.

El papa León XIII declaró en 1884 que las reliquias reverenciadas como de Santiagoeran auténticas. Dichas reliquias están guardadas en un pequeño cofre metálico bajo elaltar de la catedral de Santiago de Compostela, donde, cada año en el que la festividadlitúrgica de Santiago el Mayor, 25 de julio, cae en domingo, es celebrado por la Iglesiacomo Año Santo Jacobeo.

Cientos de miles de peregrinos, a pie o por otros medios, llegan a Santiago procedentesde todo el mundo para visitar la tumba del Apóstol cada año. En la Europa medieval, losperegrinos que venían del norte lo hacían siguiendo la densa banda de estrellas queforman el «Camino de Santiago», o «Vía Láctea», como nos es conocida hoy. Despuésdel colapso del Imperio Romano de Occidente, la cadena de Monasterios Benedictinosdistribuidos desde Suecia a la Península Ibérica, y desde Italia a Holanda, servían derefugio a los peregrinos en marcha a Compostela, contribuyendo así a dar unidad a laCristiandad Medieval.

Puede notarse también que, además de Santiago de Compostela, buen número de

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ciudades en el continente americano llevan el nombre de Santiago, el primer Apóstol quederramó su sangre por Cristo: Santiago de Chile (Chile), Santiago de los Caballeros(República Dominicana), Santiago de Cuba (Cuba), Santiago del Estero (Argentina),Santiago del Surco (Perú)...

La Juventud de Acción Católica Española (JACE) aun antes de la guerra civil de 1936-39, había empezado a preparar una peregrinación nacional a la tumba del ApóstolSantiago. Manuel Aparici12, entonces Presidente Nacional y luego, después de la guerra,sacerdote y Consiliario Nacional de la JACE, prometió en 1933, ante su Santidad Pío XI,después de un solemne Vía-Crucis en el Coliseo Romano, convocar peregrinacionesnacionales al Pilar de Zaragoza y a Santiago de Compostela: «Nosotros queremos ser esaCristiandad ejemplo y guía por la que Vuestra Santidad está clamando». Después de laguerra civil, de 1941 a 1948, los jóvenes de Acción Católica de toda España seconcentraron en la preparación de la gran Peregrinación Nacional a Santiago para el AñoSanto de 1948. El espíritu y la dedicación entusiasta entre los jóvenes de la JACE eranextraordinarios. Pocos años antes, durante la terrible persecución desatada en la mediaEspaña republicana por socialistas, comunistas y anarquistas, más de veinte mil jóvenescatólicos habían derramado su sangre por Cristo, y muchos otros habían muerto por Diosy por su Patria en los campos de batalla españoles, incluyendo Antonio Rivera, el «Ángeldel Alcázar», muerto en el sitiado Alcázar de Toledo13, en 1936.

La juventud católica de Mallorca tomó parte con especial entusiasmo en la preparaciónde la gran peregrinación a Santiago. De 1942 a 1948 se dieron en Mallorca cinco«Cursillos de Jefes de Peregrinos», organizados por la JACE mallorquina siguiendo lapauta de otros seis «Cursillos de Adelantados de Peregrinos» anteriores bajo losauspicios del Consejo Superior de Acción Católica, basado en Madrid para movilizar lajuventud española a ir en peregrinación a Santiago. El «slogan» de la peregrinación eracorto y directo: «A Santiago ¡Santos!»

Aquellos «Cursillos», estrictamente hablando, organizados por y para la AcciónCatólica, no eran todavía «Cursillos de Cristiandad» pero eran un precedente directo delos mismos. En los «Cursillos de Cristiandad» el modo de presentación ensanchó sualcance y el estilo cambió sustancialmente, transformándolo de un instrumento de«proselitismo» dirigido a incorporar nuevos miembros a la Acción Católica, a hacer deellos un instrumento completamente nuevo de evangelización, maravillosamenteadaptado entonces a hacer plenamente conscientes a los hombre y mujeres católicos

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corrientes que estaban llamados por el bautismo a ser servidores vibrantes de Cristo, esdecir, santos y apóstoles, no sólo buenas personas.

Don Juan Hervás, sucesor del doctor Miralles como obispo de Mallorca en diciembrede 1947, se puso inmediatamente manos a la obra con la Juventud de Acción Católica deMallorca. En 1948 dirigió una Carta Pastoral a los miembros de la JACE en su Diócesis.En esta carta14, don Juan no sólo anticipaba que algo grande estaba de camino con laPeregrinación a Santiago, sino que incorporaba en ella algunas ideas clave que prontoiban a ser decisivas en la estructuración inicial de «Cursillos de Cristiandad».

La carta empezaba con las mismas palabras del Ángel anunciando el Nacimiento deNuestro Señor en Belén a los pastores: «Anuntio vobis gaudium mágnum... -Osanunciamos la proximidad del Año Santo de Compostela en 1948...» Y añadía: «Es laJuventud de Acción Católica Española la que, por encargo del cardenal Primado (a lasazón monseñor Plá y Deniel), lleva la iniciativa y la organización. Pero son llamadostodos los jóvenes españoles, hispanoamericanos y del mundo entero».

«Los que no podáis peregrinar corporalmente, hacedlo espiritualmente. La consigna esésta: ¡A Santiago, Santos! Santos, es decir, viviendo la Vida de la Gracia, incorporados aJesucristo en el Espíritu Santo.

Santos, esto es, dispuestos a defenderla en lucha a muerte contra este mundo pecadorque quiere devorar a nuestros jóvenes la vida del alma, que es la única vida verdadera».

Estas palabras proféticas de monseñor Hervás apuntan algo que iba a ser la esencia delmensaje del «Cursillo»: la vida de la Gracia, una vida que hace de los hombres hijos deDios, hermanos de Jesucristo, templos del Espíritu Santo, y les da título para heredar lasbendiciones del Cielo. El derecho a poseer, y ser poseído, por la Trinidad Santa, porsiempre. Los hombres deben vivir, por tanto, su corta vida en la tierra como peregrinosde camino a la prometida patria celestial, llevando consigo tantos como puedan, con laayuda de Dios.

Los jóvenes de Mallorca, donde, en el tiempo del mayor de los siglos medievalescristianos, el siglo XIII, había nacido san Raimundo Llull (1235-1316), santo y místico,eran llamados a amar la cruz como él lo hizo, y a compartir con él la loca ambición deevangelizar a todos los hombres, incluyendo los musulmanes y los paganos que estabanfuera de las fronteras de la Cristiandad contemporánea. Monseñor Hervás recordaba asía los jóvenes de Mallorca que ellos eran llamados personalmente por el Señor Jesucristoa ser verdaderos santos y verdaderos apóstoles.

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Y continuaba 15 textualmente: «El materialismo comunista y el materialismo capitalistason igualmente enemigos de la concepción cristiana del mundo». Ambos buscan lafelicidad aquí en esta vida, despreciando las enseñanzas de Cristo. Ambos niegan elcarácter peregrinante del verdadero cristiano, quien, en confraternidad santa con suhermano le anima y es animado en los trabajos de cada día diciendo: «No tenemos aquímorada permanente, sino que buscamos la morada futura (san Pablo, Hebreos 13,14)».

Todo lo demás debe dejarse atrás, continúa monseñor Hervás: placer, dinero, un futurobrillante, etc... todo lo que desmerece en nuestra vida si queremos ser verdaderosperegrinos. Él tenía la noble ambición de que aquellos jóvenes de Mallorca, en el caminode Santiago, cambiarán su estilo de vida, calentarán sus jóvenes corazones con el fuegode un nuevo amor y con la luz de un ideal luminoso. Les exhortaba a hacer penitencia ya merecer la conversión. En el nombre de María, consagrados a ella y listos para ser los«campeones de la pronta declaración dogmática de su Asunción a los cielos»... (Como essabido, Pío XII proclamaría «Urbi et Orbi» la Asunción de la Virgen María al Cielo en1950).

Finalmente, repetía el famoso grito de combate medieval a los soldados cristianos quese enfrentaban en España a los invasores musulmanes. «Santiago y cierra España».

Monseñor Hervás se dirigía a los jóvenes de Mallorca con las siguientes palabras:«¡Invoquemos al Patrón de España para que oriente nuestros caminos! Roguémosle nosólo por la paz de España, sino del mundo. Vayamos pues a Santiago como en los siglosde las grandes peregrinaciones, con espíritu de penitencia, de renovación interior, deapostolado, de adhesión inquebrantable a la Iglesia de Dios».

En 1948, a medida que se aproximaba la fecha de Santiago (25 de julio) el entusiasmoen los círculos juveniles católicos de Mallorca estaba en aumento: «¡A Santiago,Santos!», «Peregrinos por el gran ideal», «Los jóvenes católicos de Mallorca juran seruna juventud de peregrinos y santos, con la gracia de Dios».

Unos cien mil jóvenes de toda España, incluyendo un nutrido grupo de más desetecientos peregrinos de Mallorca, se encontraron en Santiago el 25 de julio de 1948 yexperimentaron gracias superabundantes del Altísimo, ganadas a través de la intercesióndel Señor Santiago, el Hijo del Trueno, el apóstol querido que había venido de muy lejospara traer la buena noticia del Evangelio a aquellos españoles duros de cabeza del sigloprimero.

Este pequeño ejército de jóvenes católicos había venido de toda la península ibérica,

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superando ciertamente toda clase de dificultades, en un tiempo en el que el país sufríagran escasez y estaba todavía bajo los efectos destructivos de la Guerra Civil y de laGuerra Mundial subsiguiente. Estaban exhaustos pero llenos de esperanza, con unaesperanza nutrida por el mensaje vibrante de su Santidad Pío XII 16.

«... Jóvenes católicos venidos de todo el mundo; si en tiempo pasados, al gritoirresistible de “¡Santiago y cierra España!” (vuestros antecesores) cargaron contra losenemigos de la fe; si todavía ayer (en clara referencia a la reciente Guerra Civil) elApóstol no dejó abandonados a los que le invocaban, estad seguros de que hoy, y denuevo en el futuro, su espíritu y su protección os llevarán de nuevo a la victoria en lasbatallas del espíritu, os harán capaces de superar los engaños procedentes de todos lados,especialmente a vosotros, jóvenes, porque el enemigo sabe que sois una fuerza valerosay una radiante promesa de futuro».

10 A. John; S J. Hardon, Modern Catholic Dictionary (Doubleday & Co.: Garden City, New York, 1980).

11 Hechos 12,2.

12 Servando García Rubio, O.S.A. Cursillos de Cristiandad: Una respuesta al Espíritu (Secretariado Nacionalde España, EDES: Ediciones Escurialenses: Madrid, 2003), p. 21.

13 Ángel Palomino, Defensa del Alcázar: Una epopeya de nuestro tiempo (Planeta: Barcelona, 199S).

14 Carlos M. San Martín, Monseñor Hervás, «El Obispo de Cursillos», Verbo Divino: Estella (Navarra, 1989),p. 24.

15 Carlos M. San Martín, Ibidem, p. 25.

16 16. Pío XII, A los Jóvenes de Acción Católica en Compostela (25 julio, 1948) [Col. Encíclicas yDocumentos Pontificios: Madrid, 1967].

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3. DON JUAN HERVÁS, EL OBISPO DE«CURSILLOS» (1905-1982)

El «Cursillo» de fin de semana, un fuerte encuentro personal con Cristo, ha sidoexperimentado hoy, medio siglo después de su no anticipada aparición en Mallorca, poralrededor de diez millones de hombres y mujeres de los cinco continentes. Un grupo dejóvenes pertenecientes a la JACE, Juventud de Acción Católica Española, y un puñadode jóvenes sacerdotes que estaban en estrecho contacto con ellos, contando con el apoyoentusiasta del también joven obispo de Mallorca, fueron los autores humanos de esterevolucionario tipo de encuentro religioso. El «Cursillo» tenía un claro precedente en los«Cursillos de Peregrinos»17, organizados por la JACE en los años precedentes a la granperegrinación nacional a Santiago en 1948.

El grupo de jóvenes, entre ellos Eduardo Bonnin, entonces Presidente de la JACE deMallorca, y el grupo de sacerdotes, incluido don Sebastián Gayá, entonces Consiliario dela JACE en Mallorca, fueron, hablando humanamente, los maravillosos instrumentos enlas manos de Dios para construir el «Cursillo». Pero una mirada atenta al desarrollohistórico de los primeros «Cursillos» y su casi milagrosa expansión en los añosinmediatamente antenores al concilio Vaticano II muestra claramente que, sin la decididadedicación, la bravura y la sabiduría de don Juan Hervás Benet, el obispo de Cursillos,obispo entonces de la Diócesis de Mallorca, el movimiento no hubiera tenido oportunidadde consolidarse, ni en Mallorca ni luego en Ciudad Real, y de extenderse tan rápidamentepor todo el mundo.

Juan Hervás Benet18, el futuro obispo de «Cursillos», nació en Puzol (Valencia) el 30de noviembre de 1905 en una familia modesta y auténticamente cristiana. Su padre, JuanHervás Garnet, había nacido en Segorbe (Castellón) en 1979 en una pobre familiacampesina. Se casó con María Benet Benet, nacida en Petrés (Valencia), hija delpropietario de un negocio de carbón. Los padres de María no veían al principio conbuenos ojos que su hija fuera cortejada por el futuro padre de nuestro futuro obispo,pero éste fue ganándose su aprobación más adelante por sus buenas cualidades, sutrabajo duro y su honestidad.

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En aquellos tiempos la carga diaria de trabajo de un campesino corriente, como elpadre de don Juan Hervás, era extremadamente dura. Tenía que levantarse a las cinco dela madrugada para volver a casa de noche, cuando los cuatro niños estaban yadurmiendo en la cama. Afortunadamente para la familia, un comerciante de Valencia,dándose cuenta de los valores humanos y el sólido carácter del padre del pequeño Juan,le ofreció un trabajo mejor como capataz a cargo de una pequeña factoría de productoslácteos. Esto no mejoraba demasiado el horario diario de trabajo, pero aumentaba losingresos del padre para llevar adelante su familia. Juan, el mayor de los tres hijos y futuroobispo, fue un buen estudiante desde el principio y pronto mostró inclinación alsacerdocio. Consiguió una beca en el Colegio «Corpus Christi», fundado tiempo atráspor el santo Patriarca Juan de Ribera. Los jóvenes estudiantes prometedores,competentes y trabajadores tenían buena oportunidad de conseguir estas becas.

Tras completar con éxito sus estudios de Latín, Filosofía y Teología, el futuro obispode «Cursillos» fue ordenado sacerdote el 16 de junio del año 1929. Dos años más tarde,como consecuencia de unas elecciones municipales en las que los candidatosrepublicanos consiguieron mayoría relativa en la mayor parte de las grandes ciudadesespañolas (que entonces era un país mayoritariamente rural), el rey Alfonso XIII abdicóvoluntariamente y abandonó el país. La Segunda República era proclamada en España el14 de abril de 1931.

Desde el principio, las leyes anticlericales de la República, abiertamente beligerantescontra la Iglesia, toleraron la quema de numerosas iglesias por un populacho incitado poragitadores socialistas y anarquistas. Aquéllos eran tiempos revolucionarios en España ypor doquier en el continente europio. Los trabajadores, tanto del sector industrial comodel sector agrícola, sufrían bajo condiciones sociales injustas.

A partir de su ordenación, el joven sacerdote sirvió como coadjutor en la parroquia deJesús Pobre (Alicante) y luego como párroco en Ayodar (Castellón) y Vinalesa (Valencia).En 1932 don Juan Hervás fue enviado a Madrid por su arzobispo, donde se unió a ungrupo de sacerdotes jóvenes bien cualificados de toda España, para formar parte de unimportante proyecto pastoral en el que la Jerarquía Católica había depositado grandesesperanzas: la Casa del Consiliario de Acción Católica. En aquellos momentos históricoscríticos, con el Comunismo Soviético, el Fascismo y el Nazismo en ascenso, el papa PíoXI, un Papa enérgico y decidido, estaba animando a los católicos de a pie en los paísescon mayoría católica (Francia, Italia, España...) a embarcarse en la promoción de la

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Acción Católica. Así, don Juan Hervás se vio involucrado (y de hecho, involucrado detodo corazón) con la «Acción Católica», que se defendía entonces como «laparticipación de los seglares en el apostolado jerárquico de la Iglesia». Por entonces, donJuan tomó parte en numerosos viajes apostólicos alrededor del país para promover laAcción Católica y para instruir hombre y mujeres jóvenes acerca de las responsabilidadesapostólicas contraídas por los sacramentos del Bautismo y de la Confirmación. El realizótambién visitas a varios países europeos para intercambiar experiencias de apostoladoseglar.

En los años 1936-39, que fueron los años de la Guerra Civil en España, fue enviadopor sus superiores a estudiar en la Universidad Católica de Friburgo (Suiza) dondeobtuvo sendos doctorados en Derecho Canónico y Derecho Civil. Al regresar a Españaen 1939, se hizo cargo de la Cátedra de Teología Moral en el Seminario de Valencia, loque él compatibilizó con el desempeño de su labor como Consiliario de la Mujeres deAcción Católica de toda la Diócesis de Valencia. Al mismo tiempo hacía labor apostólicacon estudiantes universitarios y era director del Colegio Mayor (Residencia Estudiantil)«San Juan de Ribera» en Burjasot, y dedicaba mucho tiempo a la predicación enconexión con sus muchas obligaciones pastorales.

En abril 23 de 1944, sin haber cumplido todavía los 39 años de edad, fue consagradoobispo Auxiliar de Valencia, una de las diócesis más grandes de España, siendo entoncesel obispo más joven del país. En 1945 presidió la delegación española al CongresoInternacional de Acción Social celebrado en La Habana, y en 1946 tomó parte en lasReuniones de Estudiantes Católicos de «Pax Romana» habidos en Friburgo.

En el mismo año, 1946, fue designado obispo Coadjutor con derecho a sucesión delobispo de Mallorca, doctor Miralles, al que sucedió en diciembre de 1947. Y, desde elprimer momento, con don Sebastián Gaya (Consiliario Diocesano) y Eduardo Bonnin(Presidente) de los Jóvenes de Acción Católica, se involucró plenamente en lapreparación de la gran Peregrinación Nacional a Santiago de Compostela. Su grandedicación a las actividades de la rama juvenil de Acción Católica se evidencian por suencuentro diario con don Sebastián Gayá en el palacio episcopal, que terminaba todos losdías a las doce en punto, con la recitación juntos de «Angelus». Sus años como obispode Mallorca, se vieron pronto bendecidos por el regalo de un nuevo y revolucionariométodo de evangelization: los «Cursillos de Cristiandad».

Después de la Peregrinación a Santiago («¡A Santiago, Santos!»), los años de 1949 a

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1954 vieron el nacimiento y primera expansión, como fuego, de los «Cursillos», primeroen Mallorca y luego por toda España y por Colombia. Desde un principio don Juan dijoque él no había sido el autor o el «padre fundador» de los «Cursillos» (que, por otraparte, se vieron rodeados desde el primer momento por entusiastas partidarios ydecididos detractores) pero estuvo claro también desde el principio que, sin su apoyoincondicional, los «Cursillos» no hubieran llegado muy lejos. Esto queda patente en laelocuente defensa de los mismos realizada en la Sesión de Clausura de la XI Asambleade los Jóvenes de Acción Católica.

En el discurso de clausura19 de dicha Asamblea, pronunciado el 20 de noviembre de1949 (el primer año de la vida de «Cursillos» propiamente dichos) las palabras del jovenobispo de Mallorca eran esperadas con gran expectación:

«Desde el primer momento quiero contestar a un concepto que ha aflorado variasveces en esta reunión: el de los Cursillos.Amadísimos jóvenes: los bendigo y los apruebo ampliamente (aplausos). Y losbendigo, no con una sola mano sino con las dos manos. (Los asambleístas, de pie,vitorean al Prelado)¿Cómo no los había de bendecir y aprobar si son la cosecha de vuestra propiasangre, amasada con los sacrificios de vuestra generosa juventud; si dan, como todospodéis ver, espléndidos frutos de santidad?Se ha dicho que han tenido y tienen algunos contradictores. Sobre ello, un consejo osvoy a dar. San Cipriano, aquel Santo obispo que hubo de sufrir tantascontradicciones dijo: “Non multa loquimus, sed vivimus”. No hablamos mucho, nonos importa lo que hablen; viviremos la fe y la gracia de Nuestro Señor Jesucristo.No olvidéis, amadísimos jóvenes, que esto es nota característica de los discípulos deJesucristo. San Pablo nos dice: “Todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo,padecerán persecución”.Muchos hablan sin pensar el daño que hacen. Mas vosotros perseverad en el serviciode Dios.Al oír lo que de vuestros Cursillos he oído, diría que, en la grandiosa Peregrinacióna Santiago, robastéis la espada al Apóstol, para producir un desgarrón en el mantodel Cielo, por donde desciende a torrentes la Gracia sobre la juventud». (Granovación)Quizá sea oportuno notar que el primer «Cursillo de Peregrinos», que contenía una

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clara llamada a los jóvenes de Mallorca (y de toda España) para ser santos y serapóstoles de Cristo, iba destinado específicamente a captar otros jóvenes para laorganización de la Juventud de Acción Católica. Sin embargo, a partir de 1949 y muypronto bajo la sabia tutela de don Juan Hervás (primero en Mallorca, y después, a partirde 1955 en Ciudad Real), los «Cursillos» ensancharon su objetivo a todos los bautizados,jóvenes o viejos, inscritos o no en la «Acción Católica» (o en cualquier otra organizacióncatólica laica) convirtiéndose así en los «Cursillos de Cristiandad» propiamente dichos,como iban a ser conocidos pronto a través de todo el mundo católico, precisamente enlos años del concilio Vaticano II.

En marzo de 1955, don Juan Hervás es designado obispo de Ciudad Real, localizadoen la región castellana de La Mancha (La tierra de don Quijote), y Superior General delas Órdenes Militares Españolas (Calatrava, Santiago, Montesa y Alcántara), OrdenesReligiosas medievales creadas en tiempo de las Cruzadas y de la Reconquista de Españade los invasores musulmanes. Los miembros de estas Órdenes Militares (mitad monjes,mitad soldados originariamente) mantenían sólo un cierto carácter simbólico al llegar elsiglo XX. De hecho don Juan intentó tímidamente un «revival» del antiguo espíritu deestas órdenes medievales, pero no llegó muy lejos.

En la Diócesis de Ciudad Real el Movimiento de Cursillos se consolidó y se irradió a lolargo y lo ancho de toda la Península Ibérica, siempre con el apoyo sabio y entusiasta delobispo de «Cursillos», don Juan Hervás Benet.

Él mantuvo siempre la tesis de que «Cursillos» debería ser un Movimiento Diocesano,siempre a las órdenes inmediatas del obispo local, y rehusó sugerencias, en aquellosprimeros tiempos, de fundar un Instituto Secular (nuevo camino de vida consagradacreado por Pío XII mediante la «Provida Mater Ecclesia» en 1947) para controlar elmovimiento a través del mundo católico. Ello llevaba consigo un cierto riesgo de«derivas» con respecto al método original y al «carisma» de «Cursillos», pero tambiénfue un factor importante en la rápida extensión, como fuego, de los mismos a través delos cinco continentes en tan corto tiempo.

Entre las publicaciones 20 más relevantes de don Juan Hervás están «Jerarquía yAcción Católica a la luz del Derecho» (1941), «Los Cursillos de Cristiandad» (1960) e«Interrogantes y problemas de los Cursillos de Cristiandad» (1963).

Don Juan, que era un «comunicador» nato y que dominaba magistralmente la lengualatina (mejor, ciertamente que la mayoría de los obispos contemporáneos) tuvo una

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participación oral importante en las sesiones del concilio Vaticano EL En particular, comose ha dicho, hablo elocuentemente con motivo de la discusión en el aula sobre el papel dela Virgen María en la Iglesia, y en la discusión final sobre la moralidad de los«anticonceptivos» artificiales. En ambos casos los órganos más destacados de la prensasecular habían decidido por adelantado a favor de las posiciones más susceptibles deagradar a los sectores que podríamos llamar más «progresistas»; más afines con laopinión «protestante» liberal. Don Juan no se dejó «amilanar» por ello y se manifestó entérminos muy distintos a los vientos de opinión reinantes, hablando en perfecta sintoníacon el sucesor de Pedro 21.

Su celo apostólico le empujó a viajar alrededor del mundo 22, a los distintos paísesdonde los obispos locales requirieron su presencia. En 1965 visitó Filipinas, con motivodel Congreso Eucarístico Internacional en Cebú, y con el de la Ultreya Nacional (Filipina)de «Cursillos de Cristiandad». La Ultreya y el Encuentro Nacional de Dirigentes deCursillos le llevaron a Roma (1966) y a México D.F. (1970). También estuvo enMedellín (Colombia), con ocasión de la Segunda Conferencia General del EpiscopadoLatinoamericano (1968), como representante del Episcopado Español, y algunos añosmás tarde, en el VII Congreso Eucarístico y en la Ultreya Nacional de Salta (Argentina),en 1974.

El 6 de junio de 1982, festividad de la Santísima Trinidad 23, el obispo de «Cursillos»completó su peregrinación en este Valle de Lágrimas en Felanitx (Mallorca) después deuna larga y penosa enfermedad. Su sucesor como obispo de Ciudad Real, monseñorTorija, se apresuró a reclamar que los restos mortales de don Juan fueran traídos a laCatedral. Los hermanos «fossores» de Felanitx realizaron la caritativa tarea deembalsamar su cuerpo para su envío a la ciudad de La Mancha, donde reposaactualmente.

Su testamento espiritual24, publicado en el Boletín del Obispado de Ciudad Real estestimonio elocuente de la integridad católica de don Juan Hervás Benet:

«Como el hombre ha nacido para morir, y la muerte es el acto más importante ytrascendental de la vida, ya que abre las puertas a la Eternidad; siendo necesario -por nosaber el día ni la hora- tenerlo todo bien preparado; y como quiera que sean muchos ygrandes los peligros que amenazan en cualquier momento la vida humana; aleccionadopor la experiencia ajena de tantos conocidos, sacerdotes y seglares, a quienes sorprendióla muerte cuando menos en ella pensaban, a veces de modo repentino, y no queriendo

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que ésta me halle descuidado; previendo aun el caso ocurrido al Emmo. CardenalMindszenty, en el que por circunstancias históricas imprevisibles, se pudiera afirmar queun obispo había dicho o hecho cosas no propias de su estado episcopal y de su condiciónde fiel hijo de la Santa Iglesia; puesto en la presencia de Dios, Nuestro Señor, yarrodillado a los pies de Jesús crucificado por mi amor, hago mi testamento espiritual dela manera siguiente:• Profeso y declaro estando en pleno uso de los sentidos del cuerpo y de las potencias

del alma, que quiero vivir y morir obediente a nuestra Santa Iglesia...• Declaro que, en mi última enfermedad, quiero recibir el Sacramento de la Penitencia...

no por temor sino por amor a Nuestro Señor Jesucristo.• Es mi voluntad recibir el Santísimo Viático estando en pleno uso de mis facultades...• Quiero recibir también con toda devoción, y dándome perfecta cuenta, el Sacramento

de la Extrema Unción...• Es mi deseo y voluntad padecer de buena gana, con paciencia y alegría, todos los

sufrimientos que el Señor quiera enviarme...• Quiero perdonar y perdono de todo corazón a todos los que me hayan ofendido...• Doy infinitas gracias a Dios por todos los beneficios que me ha concedido a lo largo de

toda mi vida...• Suplico por la sangre de Nuestro Señor Jesucristo, a mis parientes y a todos los que

me quieren bien, que me ayuden con sus oraciones y obras satisfactorias,especialmente con el Santo Sacrificio de la Misa, para que, si por la infinitamisericordia de Dios me encontrase detenido en las penas del Purgatorio, sea prontolibre de ellas; yo prometo a todos los que me ayudaron que no seré ingrato a tan granbeneficio. (Énfasis añadido)

• Acepto, no sólo resignadamente, sino con verdadera alegría, la muerte, en cualquiermomento que Dios quiera enviármela...

• Doy gracias a Dios por la vida que me ha concedido hasta ahora, lamentando nohaberle servido mejor...

• Finalmente, pido a mi Dios y Señor y buen Padre, que no permita que jamás meaparte de esta mi última voluntad...Firmo este testamento espiritual de mi propia mano en el Palacio Episcopal de Palma

de Mallorca, a 7 de julio de 1954, Juan Hervás, obispo.Ratifico este testamento espiritual en Ciudad Real, a 26 de septiembre de 1957, y de

nuevo el 9 de enero de 1962, Juan, obispo Prior».

17 Servando García Rubio, O.S.A., Cursillos de Cristiandad: Una respuesta al Espíritu (SecretariadoNacional de España, EDES: Ediciones Escurialenses: Madrid, 2003), pp. 11-S6.

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18 Carlos M. San Martín, Monseñor Henés, «El Obispo de Cursillos», Verbo Divino: Estella (Navarra, 1989),pp. 15-21.

19 Servando García Rubio, Ibidem, p. 131ss.

20 Carlos M. San Martín, Ihidern, p. 131.

21 R.M. Wiltgen, S.V.D., The Rhine flows into the Tiber. A History of Vatican II (TAN Books: Rockford[Illinois], 1985), cap. 3,4.

22 Carlos M. San Martin, Ibidem, p. 19.

23 Ibidem, p. 21.

24 Carlos M. San Martín, Ibidem, p. 254.

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4. DIRIGENTES SEGLARES Y SACERDOTESDE LOS PRIMEROS «CURSILLOS»

Los «Cursillos» habidos en el período 1943-48 fueron antecedentes, y probablementeantecedentes «sine quanon» de los CC; de hecho, «Cursillos» después de 1949 y porunos pocos años recibían el nombre de «Cursillos de Conquista». No fueron llamados«Cursillos de Cristiandad» (CC) hasta más tarde, cuando el obispo de «Cursillos», elpropio don Juan Hervás, los bautizó así públicamente en 1953 25; pero CC propiamentedichos como método de evangelización para hombres jóvenes en general (dejando delado su posible potencial para afiliarse o no a la Acción Católica), es decir, los «Cursillosde Cristiandad» como tales, nacieron en 1949. Y sólo algunos años después adquirieronel nombre con «marca de garantía» de «Cursillos de Cristiandad».

Como hace notar, con toda propiedad, la página Web del «Nacional Cursillo Center»(US)26, sólo en el terreno puramente natural, la historia de la expansión del Movimientode Cursillos es «excitante». Es la historia de la aventura de un grupo de jóvenes (laicos ysacerdotes) bajo la tutela directa de un joven y quizá futuro santo) obispo, cuyo papel enla primera expansión de este atrevido experimento apostólico es difícil de sobreestimar.

Estrictamente hablando, «Cursillos» fue un producto espontáneo de la Iglesia«institucional» en Mallorca (y luego en Ciudad Real y el resto de España). Nacidos en lasfilas de la Juventud de Acción Católica Española (JACE), la organización juvenil másjerárquica de la Iglesia en aquel momento; apoyados desde el principio mismo por la másalta autoridad eclesiástica de la diócesis; desarrollado a medida que aquel puñado dejóvenes (sacerdotes y dirigentes de la JACE) rezaban juntos y trabajaban juntos en losaños de preparación inmediata de la peregrinación Nacional a Santiago de la Juventud; y,

todo ello confirmado muy pronto por las autoridades más competentes en la clausura 27

del «Cursillo 50»:

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El obispo de Mallorca (Don Juan Hervás):

«A los Consiliarios, Rectores, Profesores y alumnos de los Cursillos de Conquista, conmotivo del CURSILLO QUINCUAGÉSIMO, para mayor gloria de Dios y triunfo deCristo en las almas juveniles».

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El Presidente en funciones de la JACE (Fernández Quero)28

«Presidente Jóvenes Acción Católica: Al celebrarse vuestro cincuenta cursillo os envíocordialísimo abrazo seguro vuestra continua superación».

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El Consiliario Nacional de la JACE (Aparici)29

«Presidente Jóvenes Acción Católica: Con motivo cincuenta cursillo hago votos pormarcha apostólica arrolladora Juventud mallorquina».

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En nombre de Su Santidad Pío XII (Montini, Sustituto)30

«Consiliario Jóvenes Acción Católica Mallorca.- Augusto Pontífice al celebrarse bodasoro Cursillos Conquista esa Juventud Acción Católica aliéntales proseguir beneméritalabor otorgando Consiliarios Profesores Jóvenes como presagio copiosos frutosimplorada bendición apostólica».

«Cursillos» se fueron desarrollando a medida que aquel grupo de hombres jóvenes,laicos y sacerdotes, compartían sus impresiones sobre el estado del mundo y susesperanzas de hacer más efectivo el esfuerzo para atraer a Cristo tanto jóvenes,trabajadores, estudiantes... de una sociedad que estando parcialmente descristianizada,mantenía restos de un «aroma cristiano» heredado.

La primera historia de «Cursillos» está llena de iniciativas novedosas, dedicaciónentusiasta, terribles malentendidos, pasos en falso y un montón de trabajo paciente. Estambién la historia de cómo Dios inspiró a un grupo de hombres jóvenes cómo repartir amanos llenas la Buena Nueva del Evangelio con efectividad. En algunos lugares elMovimiento del Cursillo mismo, es decir las charlas y las actividades del grupo puedehaber sido modificado o refinado ligeramente aquí o allá, pero muy poco. El Cursillo defin de semana de hoy permanece básicamente el mismo que el de cualquiera de aquellosprimeros Cursillos.

No fueron, ciertamente, el resultado de un accidente casual ni el efecto de haberseguido un plan caído de lo alto. Los primeros dirigentes habían estado trabajando juntosdurante años, tratando 31 de atraer hombres jóvenes a Cristo para, juntos podercristianizar el mundo. Fueron puestos en marcha por hombres de oración que buscabanseguir al Señor. La inspiración del Espíritu Santo vino sobre jóvenes corrientes que eranamigos de Cristo y estaban empeñados en traer a otros jóvenes a su conocimiento y suamistad. La Juventud de Acción Católica de Mallorca, como rama especialmente activade la JACE, tenía como «lema»: «Piedad-Estudio-Acción». Ello significaba que una vidacristiana consistente sólo en oración no era bastante. O sólo en estudio de la Biblia, elNuevo Testamento o tantos buenos libros, no era suficiente. O incluso una vidaconsistente en hacer buenas obras a favor de los demás, no valía, tampoco. Eranecesario que dicha vida cristiana consistiera en oración+estudio+acción, de tal maneraequilibrados que las oraciones personales y comunitarias, apoyadas por un estudio seriodel Evangelio y los tesoros de las enseñanzas católica, informaran y sostuvieran una

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acción apostólica vibrante. Sólo entonces se podía estar seguro de ir por el buen camino.El Movimiento de Cursillos nació en el período precedente al concilio Vaticano II. El

hecho de que los Cursillos estuvieran dando frutos excelentes en España y en otraspartes, movió a muchos obispos durante el Concilio a ponerse en contacto con monseñorHervás, que empezó a ser conocido en las reuniones episcopales como el obispo de«Cursillos», para poner en marcha el movimiento en sus diócesis. También estaba allí elcardenal Arriba y Castro, quien, habiendo traído los «Cursillos» a su Archidiócesis deTarragona, fue un propagandista entusiasta del nuevo método de evangelización. Elmovimiento litúrgico, el interés renovado en la teología pastoral basada en las Escrituras,la doctrina de la Acción Católica, el desarrollo contemporáneo de los Institutos Seculares,que invitaban a hombres y mujeres ordinarios a participar del ideal de una vidacontemplativa y apostólica en el mundo de hoy; todo ello contribuyó a crear un climapropicio que dio lugar a expectativas favorables para la venida de una nueva primaveraen la Iglesia. Los Cursillos parecían ser en aquel tiempo los instrumentos adecuados depenetración apostólica para un mundo que se había hecho indiferente al mensajecristiano. Desafortunadamente, lado a lado con todas estas tendencias prometedoras,funcionaban en la Iglesia otras tendencias compitiendo con las anteriores que,definitivamente, no estaban inspiradas por el Espíritu Santo. Tendencias, denunciadaspor el papa Pablo VI algunos años después, que conducían a la secularización y alhedonismo, a la «protestantización» y a la «marxistización» de la Iglesia. El movimientode Cursillos, en general, ha contribuido a mantener a los fieles leales a las verdadescatólicas como han sido defendidas por el Romano Pontífice y por los obispos enverdadera comunión con él. Pero, podríamos preguntarnos, supongamos que el airefresco instalado en la Iglesia por el Movimiento de Cursillos, no se hubiera producido...¿No sería peor aún la situación de la Iglesia en este comienzo del tercer milenio O, por elcontrario, supongamos que una pronta reacción en la Iglesia, en sintonía con el Papa,hubiera prevenido que la vida católica quedara sofocada en tantos países en los que lapresencia católica era todavía vigorosa, como en Holanda, hace cincuenta años... ¿Nohabría sido mucho más probable que los Cursillos hubieran tenido una mejor oportunidaden ellos de producir auténticos frutos de renovación y revitalización en el último terciodel siglo XX?

En todo caso, con buen tiempo o con tiempo tormentoso la tarea de un buen cristiano,un buen católico, un buen «cursillista», ahora y en cualquier tiempo, es seguir el buen

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combate en compañía de sus hermanos con la ayuda de María y todos los Santos.Sólo podemos dar aquí una breve lista con los nombres 32 de algunos de aquellos

bravos jóvenes (apóstoles laicos y sacerdotes apostólicos) que, trabajando en equipo,como una escuadra de buenos amigos de Cristo, decididos a buscarle muchos másnuevos amigos, fueron los protagonistas visibles en la bella isla de Mallorca, donde siglosatrás un ambicioso fraile franciscano mallorquín, san Ramón Llull33, había soñado conprender en el fuego de Cristo a todo el mundo.

Eduardo Bonnin. Presidente de la Juventud de Acción Católica Española (JACE) en laDiócesis de Mallorca, Rector del primer Cursillo en San Honorato (1948); BartoloméRiutort, Vicepresidente de JACE después de 1947, Rector del segundo Cursillo; AndrésRullan, que sucedió a Eduardo como Presidente de la JACE en Mallorca cuando éstepasó a ser el primer «Vocal de Cursillos» (Responsable de la organización periódica delos subsiguientes Cursillos en la Diócesis) y Rector del tercero; Bartolomé Arbona,Rector del cuarto Cursillo, y dirigente en el tercero; Guillermo Estarellas, Vocal deEstudio (Responsable de Estudio en el Consejo Diocesano de la JACE) y Rector delquinto (Sus aficiones y habilidades musicales le acreditan como el introductor del popular«De Colores» en la vida de Cursillos). Eduardo fue Rector de nuevo del sexto, octavo ydécimo Cursillos; Andrés Rullan del séptimo y Bartolomé Riutort del noveno.

Don Sebastián Gayá, nombrado por monseñor Hervás Consiliario Diocesano de laJACE de Mallorca en 1947, profesor del Seminario Conciliar de Palma de Mallorca;conferenciante asiduo y director de numerosos retiros para jóvenes de la JACE, directory frecuente colaborador de «Proa», el Suplemento del Boletín del Obispado de Mallorcapara la Juventud de Acción Católica (que más tarde se convertiría, de hecho, en elBoletín de Cursillos), presente como conferenciante, sino como Director Espiritual en lostres primeros Cursillos; Don Guillemo Poyeras, Director Espiritual del primero y elnoveno Cursillos, autor original de los primeros dos «rollos» sobre la Gracia, presentadacomo el verdadero «ideal» al que todo hombre es llamado; Don Miguel Fernández,Director Espiritual del segundo cursillo; Don José Estelrich, sacerdote de la demarcaciónde Santa María del Cura y Director Espiritual del tercer Cursillo; Don BartoloméNicolau, T.O.R, Superior Religioso del Convento de Santa María de Inca, consiliario delCentro de JACE de la Inmaculada Concepción, y Director Espiritual de los Cursilloscuarto y quinto; Don Juan Capó, Canónigo de la Santa Iglesia Catedral de Palma deMallorca, gran orador, intensamente involucrado con la JACE de Mallorca, especialmente

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con la Peregrinación a Santiago, Director Espiritual del sexto y séptimo Cursillos yconferenciante en el primer retiro espiritual del primer cursillo de San Honorato; DonMiguel Ramón, Director Espiritual del octavo Cursillo; Don Bernardo Martorell,Director Espiritual del décimo cursillo.

Otros componentes de los equipos que dieron aquellos primeros Cursillos fueron losllamados «rollistas» («rollo»=charla pesada, humorísticamente). También estaban en undeterminado Cursillo aquellos que habían intervenido, o iban a intervenir como«Rectores» en previos o posteriores Cursillos, además de los llamados «auxiliares» quese encargaban de las demandas ordinarias de los «cursillistas» (tabaco, chicle, bebidas noalcohólicas, etc.): B. Riutort, A. Rullan, G. Estarellas, B. Arbona, M. Fiol, G. Seguí, A.Malgosa, G. Font, /. Bonet, J. Mir.

Decididamente, los Cursillos eran muy distintos de los Retiros Espirituales de tres díasal uso: el hecho de que el mensaje era transmitido por un equipo de católicos seglaresordinarios y sacerdotes hacía que los sacerdotes estuvieran mucho más cercanos a losnuevos «cursillistas», más fáciles de acceder a ellos y mucho más amistosos. También, ladedicación y el buen ejemplo de los dirigentes seglares ponía directamente delante unmensaje importante: ¡Es posible vivir en gracia! ¡No es imposible tratar de ser «santo» y«apóstol» en el mundo de hoy! Y es así porque podemos contar siempre con Cristo ycon los hermanos: «¡Cristo y yo, mayoría aplastante!» (Manolo Llanos).

25 Ibidem, p. 239.

26 http://www.natl-cursillo.org.

27 Servando García Rubio, Ibidem, p. 168.

28 Ibidem, p. 169.

29 30 .Ibidem,p. 169.

30 Ibidem,p. 170.

31 http://www.natl-cursillo.org.

32 «Proa» (Suplemento. Boletín del Obispado de Mallorca, 1949), Servando García Rubio, Ibidem, pp. 94-117.

33 Ver p.ej. Enciclopedia Británica: Micropedia VI, pp. 284-285.

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5. LOS PRIMEROS «CURSILLOS» ENMALLORCA

San Salvador de Felanitx, septiembre de 1946: Cursillo «Cero»

Este Cursillo no fue propiamente un Cursillo de Cristiandad, pero Guillermo Esterellas, elhombre que contribuiría más tarde, en 1949, la canción más característica de Cursillos (el«De Colores») no dudó en llamarlo Cursillo «Cero». Somos afortunados de tener unacrónica corta pero bastante completa del mismo por uno de los presentes: AntonioMontserrat34. Reproduzcamos aquí casi al completo:

«¡Por fin hemos llegado! Ya estamos en el alto monte de San Salvador. Rendimosvisita a la Virgen».

«Y poco más tarde llegaron el Director espiritual del Cursillo Rvdo. R Juliá,acompañado con los que fueron nuestro rector y profesores: Eduardo Bonnin, AntonioRuiz y Guillermo Estarellas».

«Un apretón de mano y un abrazo fueron el primer recibimiento de aquellos jóvenesque venían expresamente a enseñarnos el camino de la verdad».

«Comenzamos el Cursillo con el Retiro, dirigido por el Director Espiritual R Juliá,quien, con palabra certera, supo delinear el camino de nuestra vida: “Caminar en espírituy en gracia”. “Para atraer con gracia y con salero”».

«Nos dividimos en tres decurias (grupos de aproximadamente diez hombres) a las quese denominó: Manolo Llanos (un joven de A.C. mártir en los primeros meses de laGuerra Civil Española), Ángel Rivera y Manolo Aparici (presidente Nacional de JACEjusto antes del comienzo de la Guerra)».

«La mañana siguiente empezaron las lecciones. Desarrolla la primera el rector delCursillo, Eduardo Bonnin, sobre la Acción Católica. La Acción Católica no es un billetede mil pesetas que a todos gusta, sino una sonata de Beethoven que sólo agrada a lasalmas selectas. Sigue con el Ideal del Joven de Acción Católica reflejado en una cruz sincrucificado que esperara al joven para clavarse en ella».

«Corresponde a Antonio Ruiz dar la lección sobre el alma de todo apostolado (título deun libro muy popular entonces, por Dom J.B. Chautard). La piedad es la base para el

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apostolado en la Acción Católica. Piedad varonil, nada de sensiblerías. Piedadmortificada».

«Sobre Formación y Estudio, Estarellas dijo: Tenemos que llenarnos de Cristo y de suEvangelio para darlo y explicarlo a los demás».

«Entre otras lecciones hubo: El Centro (Parroquial de A.C.) y organización. DirigentesEstudio del ambiente y Obras marginales, a cargo de Eduardo Bonnin». (Obrasmarginales como la OAR, Organización Atlético-Recreativa, dependiente de A.C.).

«La Gracia (Santificante y su clasificación). Mérito (buenas obras) y sus aplicacionesprácticas y medios para vivir en Gracia por P. Juliá».

«Por las noches, después de haber cenado, nos reuníamos todas la decurias paraexplicar el guión o la espina, como llamaba Eduardo a la lección explicada».

«Todos los días cada Decuria hizo su Periódico Mural. La de Manolo Llanos redactó:“Camino”, “Pastor”, “Timón”. La de Antonio Rivera: “Santa Audacia”, “Avant”,“Queremos”. Y la de Manuel Aparici: “Benedicamus Dominio”, “Deo Gracias”, “Fin”».

«Algunas frases: “Viviremos en Gracia y de la Gracia con el máximo de la graciahumana posible”. “Tenemos los pies en el suelo y en el cielo la ambición”».

«No todo fueron periódicos murales y lecciones... Había también la parte alegre ydivertida, con el fútbol, los cantos, duchas inesperadas, etc., todo en un ambiente decaridad y hermandad».

«Por último tuvo lugar el Acto de Clausura. En él cada Decuria expuso su parecersobre el Cursillo, y los Profesores, dando los últimos retoques a las almas de los futurosapóstoles, se despidieron». «Durante aquellos días San Salvador fue un cenáculo de“Apóstoles”».

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San Honorato, enero 7-10,1949: Primer Cursillo

En 1947, don Francisco Suárez, entonces Consiliario Diocesano de Cursillos de CiudadReal (con don Juan Hervás, obispo) dejó constancia de lo siguiente:

«Aquel primer cursillo tuvo la sencillez y naturalidad de las cosas verdaderamentetrascendentales. Pero, desde aquella fecha (7 de enero de 1949) surgía un método y unmovimiento que, sin que lo adivinaran quienes fueron sus creadores y promotores, iba aser noticia y habría de aportar dinamismo y vitalidad en el campo del apostolado seglardentro y fuera de España». Carlos María

San Martín, antiguo Rector de Cursillos en Ciudad Real da un buen resumen de esteprimer Cursillo en su libro «Monseñor Hervás, El obispo de Cursillos» 35.

Poco antes de Navidad de 1948, Jorge Bonnin, el hermano de Eduardo, condujo unpequeño grupo (Don Guillermo Payeras, don Juan Capó, Eduardo y él mismo) en supequeño Fiat-Balilla al Santuario de San Honorato, a 30 km. de Palma, la capital de laisla de Mallorca. Fueron recibidos por el viejo hermano portero. El Superior General dela Congregación del Sagrado Corazón, que estaba de visita en el Santuario por unospocos días, recibió al grupo de visitantes en una habitación iluminada por una vela (nohabía instalación de luz eléctrica en San Honorato por entonces) y trató de convencerlesde que el Santuario no reunía condiciones para acoger al grupo de hombres jóvenesparticipantes en el Cursillo.

Según recordaba después don Guillermo Payeras, no muy familiarizado con los planesde Bonnia y el padre Capó, empezaba a asentir a los argumentos del Superior General,cuando recibió una pequeña patada bajo la mesa de uno de ellos. Precisamente uno delos motivos para elegir San Honorato, alejado bastantes kilómetros de la «civilización»,era que los «cursillistas» no se distrajeran del «negocio» real del «Cursillo». Realmenteel Santuario era ideal para ese fin. Los «cursillistas» no tenían modo de escapar.

El día 7 de enero, después de comer, el grupo de 28 jóvenes dejaba la ciudad endirección a San Honorato en autobús. Según don Guillermo, durante el viaje, la mayoríaestaban más bien serios, «el horno no estaba para bollos». A las siete de la tarde, elRector, Eduardo Bonnin, daba la bienvenida a los «cursillistas». Después de que cadauno hiciera su propia presentación, como se hace hasta hoy, empezó el retiro espiritualcon la primera meditación de don Juan Capó. A partir del día siguiente los «rollos»llamados «místicos» (dados por alguno de los jóvenes «profesores» laicos) se sucedieron

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unos a otros en una secuencia no muy distinta de la que hoy se sigue. Don Guillermo, elDirector Espiritual recordaba que dos semanas antes, don Sebastián Gayá, ConsiliarioDiocesano de la JACE le había llamado para darle instrucciones acerca de sus charlas enel Cursillo. Le había dicho:

«Prepárate cinco lecciones sobre la Gracia, y una meditación de la mañana para cadadía». De vuelta a su modesta biblioteca cogió unos cuantos libros, entre ellos «¡Vive tuvida!» (Arami), «El joven y Cristo» (Tihamer Toth, obispo de Vesprzem Hungría), «LaGracia y la Gloria» (Tenien)... como material para la presentación de sus charlas ymeditaciones. Don Juan Capó, competente teólogo, profesor del Seminario de Mallorca,le ayudó a preparar los esquemas de los futuros «rollos nústicos». Después del VaticanoII se incorporó material nuevo aquí y allí en estos «rollos», pero es admirable que ensubstancia han permanecido 37 los mismos en casi todas partes a través del mundo.

Eduardo recuerda que «No es que hubiera muchas dificultades, sino que todo fue unadificultad». Era necesario, todos los días, traer de pueblos vecinos el pan y la leche paralos cursillistas. En alguno de los primeros Cursillos ellos incluso tuvieron la buena suertede disponer de un cordero entero para matarlo y comérselo en el mismo Cursillo, enruidosa camaradería. Aquellos jóvenes cristianos, continúa Eduardo, fueron capaces, conla gracia de Dios, de descubrir el poder de la oración y la fuera contagiosa del buenejemplo.

«El primer Cursillo -decía 36 don Juan Capó- fue la materialización un afán, unasansias, un modo de ser y de actuar». El Cursillo del 7 de enero de 1949 no fue algoimprovisado, ni un hallazgo casual. Existieron unos antecedentes; fueron fruto demaduración y de una búsqueda tenaz, apasionada y constante.

«Con este Cursillo estallaba una novedad radical. Algo que irrumpió en el panoramaapostólico de Mallorca, más tarde del resto de España y, después del mundo, como unarealización nueva y providencial... El mismo documento pastoral de Cursillos escrito pormonseñor Enciso (obispo de Mallorca después de monseñor Hervás) atestigua lanovedad, que llegó a convertirse en objeto de polémica acre en el ambiente confuso yapasionado de aquellos días preconciliares». Además, don Juan Capó apunta trescaracterísticas del nuevo método apostólico: enfoque en la persona con atención especiaa su entorno y a su situación concreta; menos atención a las «estructuras» y másatención a la vida, una vida que debería asegurar verdadero impacto apostólico; enfoqueen presentar convicciones (fe vivida) más que proposiciones intelectuales.

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El segundo Cursillo, habido dos semanas más tarde en San Honorato tuvo como rectora Bartolomé Riutort y como Director Espiritual a don Miguel Fernández. El orador delretiro de la primera noche fue don Guillermo Payeras.

Uno por uno subimos a recoger la hoja del «Cristo cuenta contigo». Sí, cuentaconmigo ahora y siempre. Mientras, a todo pulmón íbamos cantando nuestro«Juventudes» (el himno de la JACE): «Llevar almas de joven a Cristo... ser apóstol omártir acaso, paladín, cruzado de la fe». (Estas fueron las palabras de un anónimo«cursillista» en el Segundo Cursillo de San Honorato)37.

Después el Tercero, y el Cuarto y el Quinto Cursillo... la misma resolución firme en losnuevos «cursillistas»... seguir a Cristo con todo su corazón, toda su mente y todas susfuerzas.

Don Juan Capó 38, Director Espiritual en el Quinto, exclama, sin dudarlo que todavíahoy hay milagros entre nosotros.

Citemos por extenso de una entrevista 39 en «Proa» (Suplemento del Boletín Oficialdel Obispado de Mallorca) al padre Bartolomé Nicolau, experimentado consejeroespiritual de la juventud católica durante muchos años:

«Son (los Cursillos) el “eureka” feliz de todos los ensayos de apostolado de la Juventudde A.C., el instrumento eficaz, “definitivo” que la Providencia ha puesto en nuestrasmanos».

«Su preparación espiritual, el ambiente en el que se desarrollan el espíritu que losanima, y sobre todo sus fintos, dicen muy alto que el dedo de Dios está allí. No haypalabras con suficiente colorido para describir las maravillas de la Gracia que tancopiosamente florecen en el clima de los Cursillos. Con razón ha dicho alguien “en unCursillo los milagros se palpan”. La Obra actualmente marcha, es una marcha inicial perobastante robusta, segura, definitiva».

«Por fin los chispazos de los Cursillos han logrado prender fuego a un ángulo de lajuventud mallorquina. La misión es abrazarlo todo. Y sabemos cómo: Prender fuego conCursillos, soplar con Cursillos, abrazarlo todo con Cursillos...»

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«El problema más urgente es inyectar en los pechos juveniles la fe. La juventud no esfeliz. Ese afán de diversiones y espectáculos, esa sed de placeres, demuestra claramenteque no es feliz. Como no gustan de las cosas del espíritu por que no las conoce anda enbusca de la felicidad que no tiene».

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«No nos engañemos, ¡no hay fe, no hay fe! Y consiguientemente falta vida de gracia...Solución a todos estos problemas: Cursillos, Cursillos, Cursillos».

Los datos 42 de estos históricos primeros diez Cursillos (Mallorca, enero a junio, 1949)están recogidos en la siguiente tabla.

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Los Diez Primeros Cursillos de Cristiandad (1949)

Cursillo Lugar Fecha Rector/Director Espirilual1º San Honorato 7–10 enero E. Bonnin/D.G. Payeras2º San Honorato —- B. Riutord/D.M.Fernández3º San Honorato 24–27 febrero A. Rullan/D.J. Estelrich4º San Honorato —- A. Arbona/D.B. Nicolau5º Puig de Pollensa 9–12 abril G. Estarellas/D.J. Capó6º San Honorato —- E. Bonnin/D.B Martorell7º San Honorato 3 abril/3 mayo A. Rullan/D.J. Capó8º San Honorato 14–18 mayo E. Bonnin/D.M. Ramón9º San Honorato 1–5 junio B. Riutord/D.G. Payeras10° San Honorato —- E. Bonnin/D.B. MartorellEn pocos meses la bella isla de Mallorca estaba poniéndose «De Colores» gracias a una

juventud transformada en Cristo. En pocos años hombres y mujeres de todo el MundoCatólico, inspirados por su encuentro con Cristo en «Cursillos» extendían los colores y elsuave aroma de la gracia de Cristo por los cinco continentes.

34 Servando García Rubio, O.S.A., Cursillos de Cristiandad: Una respuesta al Espíritu (SecretariadoNacional de España, EDES: Ediciones Escurialenses: Madrid, 2003), pp. 60-61.

35 Carlos M. San Martín, Monseñor Hervás, «El Obispo de Cursillos», Verbo Divino: Estella (Navarra, 1989),p. 27.

36 J. Capó, El cómo y el porqué (Secretariado Nacional de España, Madrid, 1971).

37 «Proa» n. 124.

38 Servando García Rubio, Ihidem, p. 106.

39 «Proa» n. 126.

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DE MALLORCA A CIUDAD REAL Y ALA PENÍNSULA IBÉRICA

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1. DON JUAN CAPÓ EN EL COLEGIOESPAÑOL DE ROMA (1952-53)

En su intervención en la XIV Asamblea de la JACE de Mallorca (diciembre, 1952),monseñor Hervás dijo 40: «... en la presencia de Dios, dándome cuenta de laresponsabilidad que pesa sobre mis hombros, como Jefe, como Pastor de esta porción dela Iglesia al obispo confiada, que cuando pienso en Cursillos, en los frutos espléndidoslogrados en la expectación, en la admiración, que está suscitando en diferentes partes deEspaña, en la atención que prestaban los 120 alumnos, entre ellos un gran número desacerdotes, de toda España, alumnos del Colegio Español, que al saber que les hablaba elobispo de Mallorca, insinuaron ellos mismos que les hablara de los “Cursillos deConquista”... Hay una reflexión que debe especialmente consolarnos y deciros la bellezade la obra a que asistís, y que constituye en sí ya una recompensa; y es que os halláis encontacto con aquellos días grandes y gloriosos de la primera Iglesia de Jesucristo».(Aplausos)

Don Juan Capó 41 aprovechó las fiestas de Navidad de 1952-53 para visitar el ColegioEspañol en Roma y dar allí durante quince días una serie de conferencias y coloquiossobre el Movimiento de Cursillos que tuvieron un tremendo impacto sobre losseminaristas y jóvenes sacerdotes presentes de toda España. Todos ellos habían sidoseleccionados en sus diócesis respectivas para estudiar en los centros superiores deenseñanza católica de la ciudad eterna, incluyendo la Pontifica Universidad Gregoriana,el Ateneo Lateranense, el Instituto Bíblico, etc. Don Juan, que era un excelente orador,estaba firmemente convencido de la excelencia de los Cursillos, y supo suscitar entre susoyentes una idea aproximada del buen espíritu, del entusiasmo y de la copiosa cosechaque estaba recogiéndose mediante los Cursillos entre la juventud de Mallorca.

Al final, podría resumirse así la impresión favorable producida por sus conferenciasentre la audiencia: a) El profundo y robusto contenido teológico de la serie de «rollos»que constituían Cursillos de tres días; b) El asombroso calibre sobrenatural del evento ensu totalidad; c) Las bien fundadas expectativas de que se había encontrado un nuevo yefectivo método para despertar el espíritu católico entre los jóvenes militantes así como

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entre los laicos en general.La irradiación de Cursillos desde Roma a la Península Ibérica entera y desde ella a todo

el Mundo Católico en general, empezaba a vislumbrar como una tangible posibilidad real42.

«¡Tenemos que conquistar el mundo! Cristo nos está esperando. Nuestra labor tieneque ser unísona, fuerte, sin cesar, con la ayuda de nuestro formidable Patrón (Santiago);¿Qué miedo vamos a tener?»

Al mismo tiempo tenía lugar otro hecho importante 43casi simultáneo con la visita «Adlimina» de monseñor Hervás y la serie de conferencias de don Juan Capó en el colegioEspañol. A finales de 1952, monseñor Arriba y Castro, arzobispo de Tarragona, tuvo unencuentro providencial con monseñor Hervás que iba a tener una importancia decisivacuando los primeros ataques y críticas a Cursillos se produjeron y empezaron a tomarfuerza en círculos eclesiásticos.

Esto ocurrió poco antes de que el arzobispo de Tarragona fuera elegido cardenal por elpapa Pío XII. A fines de 1952, el futuro cardenal le escribió a monseñor Herváspidiéndole que le recomendara un sitio adecuado para pasar unos días de descanso yretiro, monseñor Hervás le contestó inmediatamente ofreciéndole la residencia episcopalde Mallorca, localizada en un bonito y privilegiado lugar, asegurándole que tendría toda lalibertad de movimiento que quisiera durante los días de descanso y retiro.

Pero los días de retiro y vacación que el futuro cardenal tenía en mente no eranprecisamente unos días de tranquila inactividad: había oído hablar mucho de Cursillos yquería averiguar por sí mismo de cerca sobre el particular. Las opiniones sobre losCursillos entre el clero y los laicos por aquellos días eran bastante diversas e inclusocontradictorias. Monseñor Arriba y Castro tuvo oportunidad de tener largasconversaciones con los dirigentes seglares, tiempo para examinar los documentosdisponibles, y para rezar, reflexionar y dedicar largas horas en la capilla en presencia delSeñor ante el Sagrario durante aquellas dos semanas que había llamado días de reposo yretiro. Al final de aquellos días el arzobispo volvió a Tarragona con una renovadaambición apostólica en su viejo corazón.

Reproduzcamos aquí los comentarios personales de monseñor Hervás: «A mí, jovenobispo entonces, zarandeado por el torbellino de los riesgos e incomprensiones queentraña todo progreso audaz, la presencia de aquel hermano mayor, de profunda vidainterior y amplia visión de los problemas pastorales me dejaba una imborrable huella de

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serenidad en el espíritu y de aliento para la tarea pastoral. Aquel contacto espiritual yhumano, comenzado de modo tan simple y misterioso, ya no se interrumpiría en elfuturo».

Después grupos de dirigentes seglares y sacerdotes de Mallorca fueron llamados paratrabajar en Tarragona por el cardenal. Y personas escogidas por él personalmentevinieron a la isla para intercambiar experiencias y compartir proyectos apostólicos. «Losdiscípulos pronto fueron maestros y nosotros -dice monseñor Hervás- comenzamos arecoger, con admiración y gozo, los testimonios de santa audacia, tenacidad laboriosa yequilibrado “bon seny” de los cursillistas tarraconenses».

En las horas más difíciles de «Cursillos», las horas en las que empezaron los juiciosmás duros, las incomprensiones y las sospechas, el buen cardenal, allá en Tarragona,imperturbable, siguió adelante, defendiendo sin ninguna duda un programa de trabajo quehabía visto claro como cosa de Dios.

Éstos son los caminos de Dios: cuando los Cursillos en Mallorca se ven sometidos afuego graneado, saltan a la Península Ibérica a través de Tarragona. Más tarde, cuando elobispo Hervás debe dejar Mallorca al ser transferido a Ciudad Real, los Cursillosempiezan a difundirse, no sólo desde Tarragona, sino con mayor ímpetu, desde CiudadReal, no sólo a toda España, sino a todo el mundo.

Como dice Carlos María San Martín, autor del libro sobre monseñor Hervás, el obispode Cursillos, uno de los primeros rectores en Ciudad Real44, sería evidentemente injustodejar de reconocer que los «Cursillos nacieron en Mallorca». Pero, después de Mallorca,Tarragona, Ciudad Real, Valencia, Madrid y otras ciudades se fueron constituyendo encentros de irradiación de Cursillos, que habían sido diseñados originalmente para jóvenesde Acción Católica en Mallorca, pero pronto fueron adaptados para hombres y mujeresen general, a través del mundo católico y, por tanto, a través de todo el mundo engeneral.

Cursillos fueron exigentes porque la Iglesia Católica es exigente. Porque JesucristoNuestro Señor es exigente. El mensaje (¡Sed Santos! ¡Sed Apóstoles!) es atractivo, y conla gracias de Dios, en pocos años, se extendió por el mundo entero.

Es responsabilidad de los hombres, especialmente hombres que tienen el deber y elprivilegio de dirigir a otros en el Movimiento de Cursillos, en la Iglesia, mantener losCursillos fieles al Evangelio, fieles al carisma original.

Manuel Alonso García, Presidente de la Juventud de Acción Católica Española en

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1952, lo dijo muy bien 45 en las páginas de «Proa»: «... opongamos nuestra certeza a ladesorientación; frente a la debilidad nuestra firmeza; frente a la derrota nuestraesperanza, la fe en un destino mejor, y todo esto con valentía juvenil, con ardientesentido de lo apostólico, con la ilusión de mostrar a todos la vibrante realidad de Cristo».

40 «Proa» n. 170, enero 1953.

41 Servando García Rubio, O.S.A. Cursillos de Cristiandad: Una respuesta al Espíritu (Secretariado Nacionalde España, EDES: Ediciones Escurialenses: Madrid, 2003), p. 228; Carlos M. San Martín, Monseñor Hervás, «ElObispo de Cursillos», Verbo Divino: Estella (Navarra, 1989).

42 «Proa» nn. 170-171.

43 Carlos M. San Martín, Ihidem, p. 55.

44 Ibidem, p. 56.

45 «Proa» n. 168.

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2. «SIGNUM CUI CONTRADICETUR»

Cursillos fueron objeto de acaloradas contradicciones desde el principio. Aunque elentusiasmo y la tremenda dedicación de los primeros dirigentes reglares de Cursillos y delos «rollistas» puede darse por supuesta, no todos ellos tenían una formación sólida, algoque no se improvisa fácilmente. El lenguaje espontáneo y directo que se usaba paraconectar mejor con los nuevos «cursillistas» (tan importante para hacerles llegar elverdadero mensaje), dejaba amplio espacio para imprecisiones teológicas, aun cuandoestas imprecisiones pudieran ser puestas después fácilmente en una perspectiva teológicacorrecta por los directores espirituales. Ello es algo que debe subrayarse especialmentecomo una ventaja decisiva de «Cursillos»; la estrecha colaboración entre dirigentesseglares y sacerdotes. Desde el principio, como cabría esperar, surgieron conflictos,algunas veces con motivos serios, otras no, que dieron lugar a fuertes críticas contra elnuevo método apostólico, por parte de sacerdotes y seglares acostumbrados a métodosmás tradicionales, como los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola.

Vistas desde fuera, las conversiones espectaculares en Mallorca, el repentino celoapostólico de tantos trabajadores, empleados, estudiantes,... jóvenes corrientes... podríaser atribuido a un encapriehamiento superficial, a una percepción «triunfalista» de la vidacristiana, carente de profundidad y vacía de calidades evangélicas.

Precisamente por esos malentendidos es tan importante subrayar el hecho de que,desde el primer momento, el obispo Hervás, la autoridad máxima en la Diócesis,defendiera y «bendijera con ambas manos» a los Cursillos, tanto en público como enprivado, convencido, como estaba, de que el movimiento era, «hic et nunc», una graciaactual del Señor, un regalo espléndido para la Iglesia, en plena sintonía con la insistentellamada del Papa: «Para nosotros los católicos ésta es la hora de la acción».

Merece la pena reproducir en su totalidad el discurso 46de monseñor Hervás a la XVAsamblea Diocesana de la JACE de Mallorca, pronunciado el 20 de diciembre de 1953,justo unos días antes de la inauguración del Año Santo decretado por Pío XII paraconmemorar el Centésimo Aniversario de la declaración Dogmática de la InmaculadaConcepción de María.

Las razones para reproducir en su totalidad este discurso son fáciles de entender: 1) El

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discurso del obispo refleja ya en ese momento la fuerza y vitalidad de los Cursillos; 2)Deja claro, en términos nada ambiguos la fuerte oposición al recién nacido movimiento; y3) Registra por primera vez el nombre por el cual iban a ser conocidos pronto en elmundo entero: «Cursillos de Cristiandad». En aquella ocasión, el obispo de Cursillos dijo:«He estudiado cariñosamente la memoria de las actividades del curso pasado; he leídocon singular interés las conclusiones provisionales que marcan el programa de acciónpara el curso que empieza. Y ahora quiero, en primer lugar, felicitaros y daros las graciaspor vuestro trabajo, apostólico. Gracias al Consiliario Diocesano, al Consejo Diocesano,a todos los Dirigentes Diocesanos y Comarcales, a los Reverendos Consiliarios, dirigentesParroquiales y a todos vosotros, apóstoles del Señor. Gracias y felicitación, decía, porvuestro trabajo apostólico, pero sobre todo, felicitación por estos benditos “CURSILLOSDE CRISTIANDAD”, que tienen la suerte, como Jesucristo, de ser “signum cuicontradicetur”, blanco de contradicción, puestos para tropiezo y resurrección de muchos.(Aplausos)

Gracias, de manera especial a los Directores y Profesores de Cursillos. Sé el trabajoabnegadísimo, a veces sobrehumano, que tenéis que llevar acabo, uno tras otro Cursillo,para realizar esa maravillosa obra de transformación de almas.

No os preocupéis demasiado por lo que digan de vosotros.Al repasar vuestra prensa apostólica, la memoria y actividades, he notado en vosotros,

y también ha quedado de manifiesto en el breve espacio de esta clausura, he notado,digo, una cierta preocupación por “lo que piensan de vosotros”, porque hablan mal devuestros Cursillos, porque los enjuician torcidamente. Como doctor de la fe y custodio delas costumbres, en comunión con la Sede Apostólica, obispo de la Diócesis de Mallorca(aplausos) por disposición de Dios, quiero en esta tarde -porque creo que ha llegado elmomento- daros un poco de doctrina sobre este particular, porque os sirva de enseñanzay orientación.

Primero, no os preocupéis demasiado por lo que digan de vosotros, porque algunoshablan mal de los Cursillos o de los Jóvenes de Acción Católica. En primer lugar, porqueeste mal ya es antiguo; es nada menos que un fruto desgraciado de la naturaleza humanadebilitada por el pecado original; es un mal tan antiguo que, en estos días pasados,casualmente, leía una cita de un historiador romano, que recordaba las palabras quepronunció un Cónsul, el Cónsul Paulo Emilio, momentos antes de partir para la campañade Macedonia, el cual, pensando que muchos criticarían sus planes y sus acciones,

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hablaba así al Senado Romano: “En torno a los corrillos y hasta en torno a las mesas delos triclinios -ahora diríamos de los cafésios hay que dirigen el movimiento de losejércitos; que saben en dónde han de situar los campamentos; qué posiciones hay queasegurar con las guarniciones; cuántos y por qué desfiladeros han de entrar enMacedonia; en dónde hay que emplazar la intendencia; por qué tierras y por qué maresse han de transportar los víveres; cuándo será oportuno lanzarse contra el enemigo;cuándo será mejor descansar”. Y no sólo definen lo que hay que hacer, sino que si seobra de distinta manera a la que ellos trazaron, se constituyen en tribunal para juzgar alCónsul. No soy tal que presuma que los generales no necesitan consejeros, antes bien,califico de soberbio y de imprudente a quien todo lo ejecuta guiado por sus propias ideas.Así, si entre vosotros hay alguno que se sienta con fuerzas para podernos aconsejarcosas útiles en esta guerra que voy a llevar a cabo, que no rehuya tal servicio a laRepública; que venga conmigo a Macedonia; de todo lo abasteceré. Mas si el trabajo leparece algún tanto pesado y prefiere el ocio urbano a las fatigas bélicas, no tenga laintención de gobernar la nave desde la orilla. (Aplausos)

Por eso os digo, queridísimos hijos, que no os preocupéis demasiado y que no os causedemasiada extrañeza.

Considerad mal hecho aquello que estando bien, pudiera estar mejor. En segundo lugar,todo esto lo permite

Dios para vuestro bien y para que la obra sea perfecta. Permite para vuestro bien,porque os da ocasión de que hagáis un estudio de vuestros defectos individuales y, quizá,colectivos, para corregirlos, para perfeccionaros. Es para vuestro bien y sabemos -esdoctrina católica- que a los que aman a Dios, todas las cosas les sirven para bien.Sabemos que generalmente, cuando nosotros lo llevamos bien, hasta los mismos ataquesdel enemigo nos sirven para nuestro perfeccionamiento. Si es verdad que ordinariamentesu malicia se equivoca y no acierta dónde está el mal, sí que nos recuerda que quizámuchas cosas no las hacemos bien. Sabemos también, mis queridísimos jóvenes, que uncaballo corre más cuando le acucia el aguijón del caballero. Sabemos que no hay mejorcilicio que la lengua afilada del prójimo incomprensivo; sabemos que los campos sinabono quedan pronto esquilmados e improductivos, y necesitan la basura sucia, el abonorepugnante que se esparce sobre la tierra y las semillas, para que fructifiquen.(Prolongados y entusiastas aplausos)

Dios, pues, amadísimos hijos, lo permite para vuestro bien y para que la obra sea

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perfecta; porque Dios quiere de vosotros que tengáis el lema -no sé si en alguna otraocasión os lo dije- de aquel santo arzobispo de Valencia que consideraba como “malhecho aquello que estando bien, pudiera estar mejor”. Vosotros tenéis el lema: “Siempremás y mejor”; y estas contradicciones, que el señor permite, han de servir para vuestromayor bien y para la perfección de vuestra Obra.

Seguir a Cristo, al Cristo entero.Tercero: lo exige Jesucristo. San Ignacio en su famosa oblación de los Ejercicios, dice:

“Eterno Señor, yo os hago mi oblación con vuestro favor y ayuda... que yo quiero ydeseo..., sólo que sea vuestro mayor servicio y alabanza, de imitaros en pasar injurias ytodo vituperio”. Vosotros deseáis y queréis seguir a Cristo, a Cristo entero, el Cristo delos milagros deslumbrantes y el Cristo abandonado por los amigos e inmolado por losenemigos en la cumbre del Calvario. (Aplausos) Queréis a Cristo entero: el Cristo dequien se dijo que era Hijo de Dios, a quien se admiró como gran Taumaturgo, como elProfeta más grande que se había visto; y al mismo tiempo se le denostó diciendo que eraun revolucionario un compañero de borrachos y glotones, un blasfemo y un jefe dedemonios. ¡De vosotros no se ha dicho todavía cosa semejante! (Grandes aplausos).

Decididos caminemos tras las huellas sangrientas de Cristo.Cuarto: Lo exige la fecundidad de vuestro apostolado. Su Santidad el papa Pío XII en

la Encíclica que vosotros tanto conocéis, y cuya doctrina tanto bien os ha hecho, la delCuerpo Místico, dice poco más o menos estas palabras: Cristo mostró su amor a laIglesia, no sólo con intenso trabajo y constantes oraciones, sino también con dolores yangustias, sufridos libre y amorosamente. Y la amó tanto que se entregó hasta el fin y laganó con su sangre. Y termina este párrafo diciendo: Decididos, pues, sigamos las huellassangrientas de Cristo. (Aplausos) Si queréis que vuestro apostolado sea fecundo, lohabéis de abonar con la abnegación, es decir, con la negación de vosotros mismos,sufriendo las miserias y flaquezas de nuestros prójimos.

San Ignacio en el Coloquio de las dos Banderas pide a Nuestra Señora que nos alcancede su Hijo la gracia de ser recibidos debajo de su bandera y pasar por oprobios e injurias“por más en ellas le imitar”, aunque añade: “sólo que las pueda pasar sin pecado deninguna persona”. Es como si dijera: que me ofendan a mí pero que no te ofendan a ti:que no cometan un pecado al hablar mal de mí. Al hacerme daño a mí, al hablar mal demí, me harán bien, pero ellos harán mal a su alma porque cometerán pecado y, quizá,pecado mortal. Y esto es lo que más habéis de sentir y lamentar. Hay un pecado que se

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llama detracción, y se define como “la denigración injusta de la fama del prójimoausente”. Y señalan los teólogos que se puede cometer de dos maneras: directa eindirectamente. Directamente, descubriendo un pecado oculto, o atribuyendo algo maloque no existe o si existe, agrandándolo, o habiendo un bien en mi prójimo, echándolo yoa mala parte e interpretándolo de modo siniestro. Esto es pecado directo de detracción omaledicencia y si es falso lo que se dice, pasa ya a la categoría superior y más repugnantede la calumnia. Puede también cometerse indirectamente cuando se oculta un bien queexiste, o cuando se disimula, o se niega, o cuando los otros alaban un bien, se callaprocurando sacar los aspectos desfavorables.

Atacar a los Cursillos, invención verdaderamente divina, puede ser, pecado mortal.El pecado de detracción -en esto muchos cristianos no piensan- es pecado mortal “ex

genere suo”, juzgándose de la mayor o menor gravedad según el daño causado. Y yodigo, mis queridísimos hijos, que el daño que se hace a la Iglesia atacando a estosjóvenes de Acción Católica, a la organización en general, a esta invención maravillosa,invención verdaderamente divina que es la de vuestros Cursillos, que han arrebatadotantas almas a Satanás y las han llevado a Dios Nuestro Señor, atacada, digo, sabiendo loque se sabe, como la inconsciencia no lo excuse, puede ser pecado mortal. (Aplausos)

Os hablo todo esto, no para que lo echéis en cara a nadie, sino para que aprendáis a nohacer lo mismo. No respondáis con el mismo procedimiento, porque entonces sería nuloel fruto de vuestro apostolado y defraudaría la acción del Espíritu Santo sobre vosotros.Más aún, para que quede clara la doctrina: Aquel que peca con pecado de detracción,maledicencia o calumnia, está obligado a reparar la fama denigrada; está obligado adevolver la fama robada, que vale más la buena fama que el dinero, como dice elEspíritu Santo. (Aplausos)

El obispo, en virtud de la autoridad apostólica de que está investido, aprueba, fomentay bendice los Cursillos.

Dicho esto, mis queridísimos jóvenes, después de exponer el punto doctrinal, quieroinsistir sobre la orientación práctica que ya he insinuado y es que vosotros no podéis, nodebéis en manera alguna pagar con la misma moneda. Vosotros no podéis imitar aquienes de tal manera se comporten; quiero que hagáis un acto de caridad mental,pensando que lo dicen o lo hacen por inconsciencia; excusadles de la falta grave; allá laconciencia de cada uno; no los juzguéis; Dios nos juzgará a todos. Ellos saben que elobispo aprueba, fomenta, bendice ESTE PROVIDENCIAL MOVIMIENTO JUVENIL

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de su Diócesis, en virtud de la autoridad apostólica de que está investido; ellos saben queel obispo lo vigila para que, si aparece alguna desviación, sea vuelto a su cauce; ellossaben, y debe saberlo todo el mundo, que el obispo desea colaboración, que se acerquenesas almas a decirle los defectos, los pecados y desviaciones que pueda haber, y con losbrazos abiertos los recibirá, porque lo que más nos interesa a todos no es triunfo de unaobra, de unos objetivos particulares, sino el triunfo de la Iglesia de Cristo, el triunfo de laGracia de Dios. (Enorme y prolongada ovación)

Por eso os digo: vuestra mejor respuesta ha de ser siempre: si hay defectos, acúdase ala autoridad de la Iglesia para su corrección; advertirlos con todo claridad, será algoparecido a lo que hace el médico con un enfermo: descubrir hasta lo más hondo laenfermedad, para aplicar los remedios oportunos.

No contestaremos con palabras, sino con nuestra vida cristiana y apostólica.Imitad a Jesucristo. El supo perdonar ¡y cuán ampliamente!, en el momento de su

máxima humillación, en la cruz, y en todos los momentos de su vida. El Señor dio, encierta ocasión, su silencio como única respuesta. La respuesta de Cristo fue obrar; hacerobras buenas y enseñar. La respuesta que yo quiero de vosotros es, no la disputa, no lacolisión, no el ensanchar el abismo de separación, sino el corazón abierto, con la fraseaquella de san Cipriano, que tanto me gusta: “Non loquimur, sed vivimus”. Los cristianosno contestamos con palabras; contestaremos con nuestra vida cristiana y apostólica.(Incontenibles aplausos). De todas maneras habéis de saber que si queréis entregaros deveras a Cristo, nunca os faltarán contradicciones e incomprensiones. Lo dice san Pablocon su elocuencia característica: “todos aquellos que quieran vivir piadosamente segúnCristo, sufrirán persecución”; y a veces, las contradicciones más dolorosas serán las deaquellos que con su ataque piensan que hacen un bien a la propia Iglesia. Pero vosotroshabéis de pensar que sois seguidores de Cristo crucificado, y si queréis que estemovimiento juvenil de Acción Católica, que es el movimiento de los Cursillos, produzcael fruto que la Iglesia de Dios espera, habréis de vivir muchas veces crucificados conCristo para atraer, para orientar hacia la redención en Cristo.

Hacia Cristo por santa María.Muy bien, mis queridísimos jóvenes: adelante con este movimiento que no es otra cosa

que concepción cristiana y apostólica de la vida. Muy bien que queráis ser movimientode vanguardia: muy bien que queráis llegar al rendimiento máximo sin mediocridadesacomodaticias. La consigna será Hacia Cristo por santa María. (Aplausos) Hacia Cristo

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por santa María, porque así nos lo ha dicho el Papa en la Encíclica del Año Mariano. Elmundo se pierde porque ha dado la espalda a la Iglesia; es preciso el retorno a Jesucristo;es preciso ir a Él, que es el Camino, la Verdad y la Vida; en Él se resume todo; Cristo loes todo, amadísimos Jóvenes: la virtud es la imitación de Cristo; el Evangelio son laspalabras y la vida de Jesucristo; el Sagrario es Cristo entre nosotros: la vida cristiana esvida vivida según Jesucristo, y el Cielo no es otra cosa que Cristo poseídodefinitivamente.

Amadísimos jóvenes: hacia Cristo con toda vuestra alma. Cristo ha de ser la clave debóveda que sostiene el edificio; Cristo, la unidad vital, que todo lo une; Cristo, el corazónque todo lo vitaliza; vuestra vida temporal no ha de ser otra cosa que buscar a Cristo, yla eternidad, poseerlo.

Amadísimos jóvenes: apruebo calurosamente vuestro programa de aspiracionesmáximas que formuláis en unas pocas palabras: Santidad como profesión de vida; amor aCristo con todo el hervor de vuestra sangre de fuego: Año Mariano, año de bendiciones yde metas apostólicas; y todo resumido en esa fórmula plena de sentido católico: servir losintereses de Cristo, puestos incondicionalmente a las órdenes de la Jerarquía». (Losasambleístas puestos en pie subrayan con entusiastas aplausos, prolongados largo rato,las últimas palabras del obispo).

46 Servando García Rubio, O.S.A. Cursillos de Cristiandad: Una respuesta al Espíritu (Secretariado Nacionalde España, EDES, Ediciones Escurialenses: Madrid, 2003), p. 239 ss.

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3. «CURSILLOS» EN CIUDAD REAL (1955)

La circunstancia feliz de un obispo, monseñor Hervás, que vivió en completa sintonía lasambiciones apostólicas del grupo de los fundadores de «Cursillos», un grupo de jóvenessacerdotes y jóvenes apóstoles seglares determinados a ganar para Cristo la juventud deMallorca, fue decisiva y providencial, no sólo para el nacimiento y la puesta en marchade «Cursillos» sino también de la subsiguiente consolidación y expansión 47. El primerCursillo en San Honorato fue algo realmente nuevo, y la reacción de los que tomaronparte en él absolutamente asombrosa. Casi veinte años después tuve la oportunidad deasistir a la clausura del primer cursillo en Inglés en la ciudad de Nueva York, y recuerdomuy bien las palabras de un joven sacerdote negro norteamericano: «I am astonished».Esas mismas palabras se han repetido una y otra vez por docenas de nuevos cursillistasdesde entonces a través del mundo, especialmente durante los primeros y vibrantes añosde expansión.

Sin embargo, como podría ya anticiparse, no todo el mundo estaba feliz con«Cursillos» en Mallorca aquellos primeros años. En una revista católica «progresista» deconsiderable circulación 48 se decía que el nuevo método consistía básicamente ensometer a los nuevos cursillistas a un bombardeo tan intenso que el resultado inevitableera un estado de ánimo tan exhausto que la capacidad de resistencia a la conversiónquedaba totalmente anulada. Según la revista aquellos jóvenes participantes en Cursilloseran ganados para la gracia por pura fatiga. Los dirigentes de «Cursillos» se presentabancomo jóvenes «iluminados» impulsados por un celo imprudente.

En medio de aquella tormenta de críticas, don Juan Hervás arriesgaba mucho con sufirme defensa de Cursillos. Don Juan Capó, buen amigo de don Sebastián Galla,Consiliario Diocesano de la JACE, organización en la que el movimiento de Cursilloshabía nacido, se preguntaba 52 años después: «¿Qué papel juega realmente monseñorHervás en todas estas historias Su influencia en la totalidad del movimiento sobrepasa miintención y es conocida de sobra por todos». «He oído algunas veces por ahí que elpapel de monseñor Hervás se había reducido a bendecir los Cursillos. Además de ser unaapreciación injusta es falsa». Y añade, «monseñor Hervás hizo posible su cuna (de losCursillos), su nacimiento, su crecimiento y su supervivencia...» «No me gusta fijarme en

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la conocida historia del nombre de “Cursillos de Cristiandad”, es conocida y realmente noprueba lo que ahora estoy afirmando. El mismo monseñor Hervás se quedó sorprendidode la fortuna del hallazgo... Hace poco tiempo que comenté yo mismo en “Proa”(Boletín oficioso de Cursillos de Cristiandad) la certera exactitud providencial delcalificativo». Por otra parte, monseñor Hervás actuó como vinculo de unidad. Él habíahecho la elección adecuada de los sacerdotes y dirigentes seglares que iban a jugar unpapel esencial en una pastoral dinámica dirigida a los jóvenes, de la que Cursillos fueelemento principal. Todo ello... «Fue un acto magistral». «Se citó a monseñor Herváspara probar qué Cursillos no habían obrado en conformidad con las normas y se habíanexcedido contra el pensamiento del propio monseñor Hervás; somos muchos los quesabemos que, por los Cursillos sufrió vejaciones y (que) no fueron ajenos a su mismotraslado».

El 9 de mayo de 1955, don Juan Hervás 49 dejaba Mallorca para hacerse cargo comonuevo obispo de la Diócesis de Ciudad Real, una Diócesis relativamente pequeña en elcentro de la península española, y se embarcaba en el barco «Ciudad de Palma» rumbo aBarcelona. Jóvenes de Acción Católica le dieron una calurosa despedida en el puerto confuegos artificiales y gritando «¡Viva el Sr. obispo!» «¡Gracias Sr. obispo!» que alternabancon canciones religiosas como el «Credo» de Romeu y la «Salve Regina».

En septiembre, cuatro meses y medio después, el nuevo obispo de Mallorca, don JesúsEnciso Viana, entra en su Diócesis. Durante los meses anteriores se habían celebradoCursillos ininterrumpidamente, no sólo en Mallorca, sino en Solsona, Vich y Lérida concompleta normalidad. La Juventud de Acción Católica fue invitada a preparar suAsamblea anual50 para ser de nuevo, después de una tregua, vanguardia de cristiandad,pues han pasado ya a la historia las treguas en el bregar cotidiano por la causa de Cristo...luchando sin relevo a las órdenes de la Jerarquía. A los jóvenes de Acción Católica, lospioneros que habían lanzado los Cursillos, se les recordaba que «a todos los que hacende su adhesión a la Iglesia criterio de conducta y norma de actuación apostólica, (ha de)ser motivo de alegría en el Señor la designación para la cristiandad de Mallorca delExcmo. y Rvdmo. Sr. Dr. Jesús Enciso Viana, y expresar sumisión incondicional, comoexpresión del amor a Cristo y entrega a su Iglesia».

En la XVIII Asamblea Diocesana, los días 17 y 18 de diciembre de 1955, don JuanCapó, recién nombrado Director del Secretariado de Cursillos (con competencia sobre larama juvenil masculina de Acción Católica), sin objeción alguna por parte del nuevo

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obispo, dio el siguiente resumen de las críticas más comunes que se estaban haciendo aCursillos entonces: peligro de «seglarismo», entendido como el vicio contrario a«clericalismo»; «antijerarquismo» (una crítica difícil de entender contra un movimientonacido dentro de la organización católica más jerárquica, como lo era la Acción Católica);tendencia al «iluminismo», quizá por la frecuente invocación por parte de los cursillistasal Espíritu Santo; proclividad a rezar en voz muy alta en comparación con los fielescorrientes; entusiasmo morboso que daba la impresión a algunos de ser un poco histérico;y, finalmente, las quejas de algunos párrocos sobre la falta de apoyo por parte de loscursillistas a las actividades ordinarias de la parroquia. (Naturalmente, estas afirmacioneseran compensadas por las de sacerdotes de otras parroquias, encantados de ver nuevavida en ellas gracias a la generosa colaboración de jóvenes cursillistas).

El otro discurso destacado en la XVIII Asamblea, titulado «Sentir con la Iglesia», fuedado por monseñor Enciso. En él no se mencionaban explícitamente los Cursillos.

Algunos meses después, el nuevo obispo de Mallorca haría pública una Carta Pastoralque iba a hacerse famosa. En ella se contenían críticas amargas para Cursillos, citando alcomienzo el Evangelio de san Mateo (7, 8) en el que se dice que no se pueden esperar«frutos buenos de un árbol malo». Debe decirse, sin embargo, que la Carta Pastoralmenciona enseguida un buen número de frutos buenos: conversiones, buenasconfesiones, entusiasmo por la vida diaria engracia, etc. Pero los presentacontraponiéndolos con buen número de defectos y distorsiones (arrogancia hacia loscatólicos tradicionales, presentados en el «rollo» de «Piedad» como «beatos, practiconesy fariseos»; fallo en no atender debidamente temas tan importantes como la muerte, eljuicio, el infierno, la gloria y el purgatorio; uso de lenguaje impropio y ordinario; falta dehumildad, etc.).

Las extensas críticas, alguna de ellas no sin cierto fundamento, y el tono amargoempleado, podrían pecar de exageradas, injustas y ofensivas para el grupo de jóvenescatólicos seglares y sacerdotes que habían puesto en marcha el movimiento. El nuevoobispo mismo decía 51: «También es posible que, con las buenas intenciones de loscursillistas y con sus buenas realizaciones, se haya mezclado algo que no sea tan bueno».Y añade «los mismos directores de Cursillos han declarado repetidamente que losCursillos no son perfectos, sino perfectibles. Si es así, estúdiese la manera deperfeccionarlo, a fin de evitar ese sabor agrio de sus frutos».

Los Cursillos fueron suspendidos temporalmente en la Diócesis de Mallorca. Años

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después, don Juan Capó 52 comenta con desaprobación el texto de la Pastoral. Saca arelucir la observación interesante de que la acusación contenida en el texto de que lostrabajadores cursillistas eran piadosos, pero poco responsables fue desmentidaplenamente por sus superiores. Muchos empresarios se sorprendieron también por lasacusaciones y salieron en defensa de los jóvenes trabajadores. Don Juan concluye: «(Elobispo) Debió sin duda sufrir también en el conflicto. Cuando, estando ya fuera, iba avisitarle, me mostraba siempre un afecto muy particular y nunca aludió, y nunca le hablé,de lo que en un tiempo nos enfrentó y, en cierta manera, me obligó a irme de mi casa».

Pero, como dice el viejo refrán español, «Dios escribe derecho con renglonestorcidos». Los problemas encontrados por Cursillos, y por monseñor Hervás, enMallorca, fueron en buena medida el motivo de que Cursillos saltaran a Ciudad Real, ycasi simultáneamente, a Madrid, donde el movimiento pasó de jóvenes solamente, ahombres en general, y luego a mujeres. Las primeras ediciones autorizadas 53 de«Manual de Dirigentes» se publicaron y empezaron a ser conocidas por todo el mundo.

En los primeros días de 1956, monseñor Hervás tuvo noticia en Ciudad Real de que laPastoral del nuevo obispo de Mallorca había sido hecha pública. El mismo mes 54, enuna carta a sus padres (mallorquines), don Bartolomé Miquel, leal Secretario yconfidente de monseñor Hervás, dice; «Sé que el Sr. obispo de Mallorca ha publicadouna pastoral muy severa, según nos dicen, sobre los Cursillos. Espero que todos lossacerdotes y cursillistas sabrán recibirla humildemente y aprovechar para cortar todos losdefectos actuales y posibles de esa obra»: Con toda probabilidad, esta esperanza reflejaexactamente las esperanzas de monseñor Hervás, con el cual don Bartolomé estaba enperfecta sintonía. Sin duda monseñor Hervás aceptó la carta pastoral con el mejorespíritu. En otra carta, don Bartolomé dice: «Comprendo que la oración es muynecesaria en estos momentos, pues se exige heroísmo, humildad, discreción y sumisión».

A través de la correspondencia personal 55 de don Bartolomé sabemos también que elNuncio Apostólico en Madrid, el futuro cardenal Antoniutti, quedó muy impresionadocon la generosidad y humildad en relación con la crisis de los Cursillos en Mallorca, ycon su buen espíritu cuando fueron invitados a comer antes de ser recibidos en laNunciatura. El Nuncio Apostólico mostró extremado «afecto y gratitud» a monseñorHervás por aceptar generosamente el traslado a Ciudad Real, teniendo presente en todomomento lo que era mejor para la Iglesia, aceptando que él podía servir a Diosigualmente bien en cualquier lugar al que fuera destinado. Fue monseñor Hervás quien,

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con su noble actitud, evitó situaciones tensas y difíciles, que no iban a beneficiar a nadie,y menos a la comunidad eclesiástica.

El 30 de septiembre de 1955, sólo cuatro meses 56 después de haberse hecho cargo desu nueva Diócesis de Ciudad Real, monseñor Hervás convocó una Semana Sacerdotal, ala que asistieron 129 sacerdotes y 35 seminaristas (todos estudiantes de teología). DonJuan Capó les dio tres conferencias de una hora cada día, explicando el contenidosustancial de los Cursillos en la teoría y en la práctica. Como de costumbre, lo hizobrillantemente, y convenció a todos los presentes del gran valor del nuevo método deevangelización en preparación de un futuro inmediato.

Un equipo de la Diócesis de Ciudad Real, compuesto por un sacerdote, don NicolásUriz, Consiliario de Acción Católica, y siete seglares, todos miembros de la AcciónCatólica, ramas de Hombres y de Jóvenes, fueron enviados por monseñor Hervás alCursillo 139 de la Diócesis de Mallorca, que fue conocido después como Cursillo número«0» de Ciudad Real, habido en Santa Lucía de Manacor del Valle del 10 al 14 deseptiembre de 1955.

Monseñor Hervás estaba decidido, no sólo a evitar fricciones entre Cursillos y AcciónCatólica, sino a fomentar una buena complementariedad entre ambos.

Este equipo formó el núcleo inicial de la futura Escuela de Dirigentes en la Diócesis deCiudad Real. Eduardo Bonnin fue Rector de aquel Cursillo 139 de la Diócesis deMallorca.

Por otra parte, dos excelentes sacerdotes y Directores Espirituales de Mallorca, donJaime Daviu y don Francisco Suárez, se trasladaron con monseñor Hervás a CiudadReal, convirtiéndose, respectivamente, en beneficiario y más tarde canónigo de laCatedral, y profesor de Teología Moral del Seminario Diocesano, y más tarde tambiénCanónigo por oposición. Ambos trabajarían más adelante con monseñor Hervás en elSecretariado Nacional de Cursillos.

El primer Cursillo de la Diócesis de Ciudad Real tuvo lugar del 17 al 21 de diciembrede 1955 en la villa de Daimiel. Fue atendido por 33 nuevos cursillistas. Debido al númerorelativamente grande de cursillistas, en lugar de cuatro «decurias» (grupos de unos diez,incluyendo los cursillistas veteranos) se formaron cinco, bajo el patrocinio respectivo desan Pedro, san Pablo, san Juan, Santiago y santo Tomás (de Villanueva), santo patronode la Diócesis de Ciudad Real.

Este fue el primer Cursillo que se celebró oficialmente en Ciudad Real pero debemos

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decir que otros dos Cursillos, llamados «experimentales», organizados y respaldados porel Consejo Superior de Jóvenes de Acción Católica, Madrid, habían tenido lugar en estaDiócesis en diciembre de 1954 (don Emeterio Echevarría, predecesor de don JuanHervás como obispo de Ciudad Real, estaba entonces en cama, su última enfermedad).Tres de los dirigentes seglares de Ciudad Real que irían más tarde al Cursillo 139 deMallorca estuvieron presentes en estos dos Cursillos organizados por el Consejo Superiorde la JACE, habidos en diciembre de 1954 y enero de 1955.

Los nombres de los dirigentes seglares involucrados en los Cursillos preparatorios y enel primer Cursillo habido en la Diócesis de Ciudad Real fueron:• Raimundo Rincón (estudiante de Derecho, futuro sacerdote).• Feliciano León (Médico, Presidente de la Junta de Acción Católica de Ciudad Real).• Vicente Santamaría (futuro Presidente de Acción Católica, Rama de Hombres).• Bernardo García (funcionario de seguros, miembro de la Rama de Hombres de Acción

Católica).• Antonio Peña (Médico Ginecólogo, miembro de la Rama de Hombres de Acción

Católica).• José Calahorra (Presidente Diocesano de la Rama de Jóvenes de Acción Católica,

futuro Rector y futuro Presidente del Secretariado Nacional de Cursillos de España).En el primer cursillo en Ciudad Real el número de hombres era mayor, pero los

jóvenes estaban bien representados. También, y esto fue algo típico de Cursillos desde elcomienzo, la mezcla de hombres y jóvenes con educación universitaria con trabajadores,de extracción industrial o campesina, gente de clase económicamente acomodada, congente de clase media o de bajos ingresos, era muy alta, como lo fue, por lo que sabemos,en la Iglesia primitiva, en tiempos del Imperio Romano, durante los primeros siglos denuestra era. Esto supone una diferencia con otros métodos más tradicionales deevangelización, personalizados usualmente en un sacerdote, que puede ser de extracciónaristocráticas o popular, pero no igualmente apto, en principio, para presentar a Cristosimultáneamente a todos con la misma efectividad.

Según Carlos María San Martín 61, aunque los efectos, fuego interior, celo apostólico,alegría por vivir la Gracia, fueran los mismos en Ciudad Real que lo habían sido en losprimeros tiempos en Mallorca, los Cursillos habían madurado, y estaban listos para unarápida expansión.

Don Bartolomé Miquel, el Secretario personal de monseñor Hervás dice lo siguienteacerca de Cursillos: «La paternidad humana en las obras de Dios guarda analogía con la

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de san José: Tiene la misión de respetar, defender, nutrir y acoger a la criatura, obra delEspíritu Santo y vinculada jurídicamente al Pueblo de Dios». Algo parecido fue lo quehizo «monseñor Hervás con la Obra de los Cursillos de Cristiandad...»

Don Bartolomé sigue: «... en todo momento, se le atribuyó, y él acepto y asumió, unaresponsabilidad personal en la génesis, aprobación, orientación y expansión de losCursillos de Cristiandad y él nunca eludió la paternidad cuando dicha atribución eratotalmente negativa».

Monseñor Hervás mismo hizo un informe para los obispos españoles en el que dio lasiguiente definición de Cursillos:

«Es un curso breve e intenso -de tres días completos- en el que se emplean, consingular maestría, determinados medios naturales y sobrenaturales, cuyo objetivo esdesplegar, ante los ojos de los “cursillistas”, en las mejores y más adaptadas condicionesambientales la visión fascinadora de un cristianismo auténtico y verdadero, ganar lossentidos y las potencias del hombre para vivirlo íntegramente y encender, en loscorazones, el fuego apostólico para propagarlo, en colaboración y bajo la obediencia de laJerarquía de la Iglesia». Añadiendo: «Para más detalles, consultar la autorizadabibliografía que sobre el tema se ha publicad» 62.

Los Cursillos se inventaron, según él, para conquistar a aquellos que estabandistanciados (de Cristo), y para renovar con un fervor más grande a aquellos que eranleales (a Cristo y a su Iglesia).

«Creemos que es una equivocación, que puede tener fatales consecuencias, este pruritode cambio, tanto en la estructura interna del método, como en el funcionamiento de lasreuniones de grupo». Don Juan Hervás, pues, no era amigo de la experimentaciónirresponsable con el método de Cursillos.

47 Carlos M. San Martín, Monseñor Hervás, «El Obispo de Cursillos», Verbo Divino: Estella (Navarra, 1989),p. 33.

48 5í.Ihidem,p. 35.

49 Servando García Rubio, O.S.A. Cursillos de Cristiandad: Una respuesta al Espíritu (Secretariado deEspaña, EDES: Ediciones Escurialenses: Madrid, 2003), p. 283.

50 «Proa» n. 197, abril 1955.

51 Carlos M. San Martín, Ibidem, p. 45.

52 Ibidem, p. 52.

53 Juan Hervás, Obispo Manual de Dirigentes de Cursillos de Cristiandad (Euramérica: Madrid, 1968).

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54 Carlos M. San Martín, Ibidem, p. 67.

55 Ibidem, p. 67.

56 Ibidem, p. 68.

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4. PRIMERA EXPANSIÓN POR ESPAÑA(1953-1963)

La fuerza expansiva del Movimiento fue tan grande que muy pronto, incluso unos pocosaños antes del providencial traslado de monseñor Hervás a Ciudad Real, los Cursilloshabían saltado ya a la Península por el esfuerzo entusiasta de hombres apostólicos comodon Manuel Aparici, Consiliario Nacional de la Juventud de Acción Católica, y muyespecialmente por la actividad no menos entusiasta del cardenal Arriba y Castro,arzobispo de Tarragona, que jugó el papel de protector providencial de Cursillos ante laSanta Sede en aquellos años.

Valencia (1953), Madrid, en El Espinar, Segovia (1953), Toledo (1953), Tarragona(1954), Lérida (1955), Vich (1955)... en rápida sucesión 57 fueron las primeraslocalidades en la Península Ibérica donde se celebraron los primeros Cursillos, en algunoscasos con la valiosísima participación de dirigentes seglares venidos de Mallorca. Los dosprimeros Cursillos de El Espinar y Toledo fueron organizados, respectivamente, por elConsejo Diocesano de Madrid y por el Consejo Superior de los Jóvenes de AcciónCatólica (JACE), ambos con base en Madrid. En el Consejo Diocesano, como veremosmás tarde con algo más de detalle, el apoyo a Cursillos no era unánime. Algunosdirigentes tenían serias reservas contra el nuevo método. Sin embargo, en el ConsejoSuperior el apoyo fue sin reservas desde el comienzo, debido en buena parte a donManuel Aparici. Por aquel tiempo Aparici le escribió 64 a monseñor Hervás: «Creo queel Señor nos ha dado un instrumento magnífico para toda la Juventud de Acción Católicay aun para toda la juventud española. Creo que el Cursillo de Cristiandad perfeccionatodos los anteriores». Después del Cursillo de Toledo el Consejo Superior empezó aofrecer apoyo sistemático para la organización de Cursillos en todas las diócesisespañolas.

El cardenal de Tarragona por su parte convocó en junio de 1955 un encuentrosacerdotal que tituló «Cursillo de Acción Católica para Sacerdotes», en el cual el temaúnico fue la doctrina, método y técnicas de «Cursillos de Cristiandad», y elconferenciante único don Juan Capó, que había sido mano derecha de monseñor Hervás

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en Mallorca, e iba a continuar en esta capacidad durante los primeros años como obispode Ciudad Real.

Lenta, pero efectivamente, como una gota de aceite sobre una superficie de papelabsorbente, los Cursillos se iban extendiendo, con frutos magníficos a lo largo y a loancho de todo el país, en los mismos años en que España empezaba a recuperarse de losseveros efectos del aislamiento internacional que siguió a la Segunda Guerra Mundial.

Equipos procedentes de Ciudad Real introdujeron «Cursillos» inmediatamente enmuchas de las diócesis españolas: Vitoria, Pamplona, Teruel, Valencia, Guadix, Málaga,Toledo, Albacete, Córdoba, Murcia... En Toledo, el cardenal Primado de España,arzobispo Enrique Plá y Deniel, que sabía de las críticas a Cursillos por entonces, habíadicho secamente: «Si es obra de don Juan Hervás, tiene que ser algo bueno». Y fuefavorable al movimiento desde el primer momento.

Aun en Roma 65 (Rocca di Pappa) se celebró un primer Cursillo dado por un equipode dirigentes de Ciudad Real. Grupos de seglares de Alemania y Austria, vinieron porentonces a Ciudad Real, acompañados por sacerdotes españoles que trabajaban coninmigrantes en dichos países, con la intención de organizar Cursillos allí. El Cursillo deRoma se celebró en el Centro del Movimiento «Por un Mundo Mejor», dirigido por elfamoso P. Lombarda S. J., uno de los predicadores católicos más famosos en los añosinmediatamente posteriores a la Guerra Mundial.

También grupos de Portugal, USA, México y Venezuela fueron a Ciudad Real enaquellos años para tener un primer contacto con Cursillos en la Diócesis regida pormonseñor Hervás, el obispo de Cursillos. En poco tiempo se organizaron los primerosCursillos para Mujeres en España, en «Quinta Asunción», la casa de Religiosas de MaríaInmaculada. Algún tiempo antes, cuando el cardenal Arriba y Castro le urgía a monseñorHervás para empezar Cursillos de mujeres, éste replicó: «Su Eminencia deberíacomenzar esta experiencia; bastantes palos he recibido yo por cuidarme de los dehombres».

El recientemente establecido Secretariado Nacional de Cursillos de España convocó laPrimera Ultreya Nacional, que se celebraría en Tarragona el 6 de julio de 1963, enrespuesta a la invitación del cardenal arzobispo doctor Benjamín Arriba y Castro. Elcardenal había jugado un papel importante en la etapa inicial de la implantación de«Cursillos de Cristiandad» en la Península. Presidió la Ultreya, en la que miles de«cursillistas» de toda España, incluyendo, naturalmente, un contingente de Mallorca, la

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cuna de Cursillos, se hicieron presentes en aquella vibrante concentración «cursillista».El cardenal Arriba y Castro 66 informó a los «cursillistas» en sus palabras de salutación

que le había propuesto al Santo Padre el ferviente deseo, apoyado por el SecretariadoNacional presidido por monseñor Hervás, de que san Pablo, el Apóstol que según unaantigua tradición había pisado tierra en Tarragona como predicador del Evangelio a loscatecúmenos hispano-romanos del siglo primero, fuera proclamado oficialmente Patronode Cursillos. El cardenal le había hecho esta propuesta en persona a Su Santidad PabloVI, recientemente elegido Papa. Terminó sus palabras diciendo que, en cierto modo, sanPablo era ya Patrono de Cursillos, porque él era el «prototipo» ideal de «cursillista».

Cuando monseñor Hervás comenzó su discurso con las palabras «Gracias a Dios PadreOmnipotente que ha querido ensalzar las maravillas de su Gracia por medio de esteinstrumento providencial de renovación cristiana que son los Cursillos de Cristiandad»,los «cursillistas» presentes le dieron una ovación puestos en pie.

«Dad gracias también a Cristo Jesús, que encuentra siempre nuevos modos demanifestar su presencia vital en la Iglesia y de arrebatar los corazones en seguimientosuyo, transformándolos en El, único ideal por el que vale la pena vivir y morir»...

«Queremos humildemente dar testimonio de la Luz. Nuestras luces humildes -luces deamor y de vida cristiana- se avivan poderosamente al contacto del brazo de san Pablo58–lumen orbis terrae5–y descubren nuevos horizontes de vida».

Y continuó recordando a los «cursillistas» con pinceladas vigorosas las principalescualidades de San Pablo: «Vida de audacia, que no se detiene ante ningún obstáculoporque conoce que todo lo puede en Aquel que le conforta. Vida de humildad de quien,después de confesar que es como un aborto entre los Apóstoles, reconoce que sólo por laGracia de Dios es lo que es y no quiere gloriarse sino en su debilidad y en la Cruz deCristo... sin que haya nada -peligro o angustia, vida o muerte, presente o venidero- quepueda apartarle del amor a Dios, que descansa y se afianza en Jesucristo. Vida de acción,oración, y sacrificio por la gloria del Padre, al servicio de Cristo y el reino del EspírituSanto, que es la Iglesia de Dios».

Les da la bienvenida a aquella gran multitud de «cursillistas» aquel día en Tarragonapor tres razones: conmemorar el viaje de san Pablo a Tarraco mil novecientos años atrás;Honrar las sagradas reliquias de san Pablo veneradas en la Catedral de Tarragona; Yganar las indulgencias del Jubileo del Año Paulino proclamado por Su Santidad Pablo VIa requerimiento del cardenal arzobispo.

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«Y también habéis venido -decía a los “cursillistas’- para reiterar el compromiso denuestra hoja de servicios en su triple vertiente de piedad, estudio y acción. Piedad que nose contenta con menos que un auténtica santidad. Estudio que, a través de una sólidacultura humana y cristiana, desemboca, lógicamente en la ciencia de Dios. Acción que hade ser apostólica tras las huellas de Cristo, tal como lo enseñó san Pablo».

«Se ha dicho... que si san Pablo viviera en nuestros tiempos, se hubiera hecho“cursillista”. Nos parece demasiado honor. Es un corazón muy bondadoso el que tal fraseha construido. Yo diría más bien, humildemente, que si san Pablo, resucitado, volviera apisar las tierras de España para predicar el Evangelio de Cristo, sus seguidores másentusiastas serían los “cursillistas de Cristiandad”».

«Por eso, desearíamos que se nos concediera, por la autoridad competente, elpatronazgo celestial, ilusionadamente deseado por quien tanto los ha patrocinado,defendido y amado, el Emmo. Sr. cardenal Arriba y Castro, a quien muy justamentepodríamos todos apellidar el cardenal de san Pablo y Padre de los Cursillos deCristiandad».

El 2 de diciembre de ese mismo año de 1963, el cardenal Cicognani, Secretario deEstado de Su Santidad Pablo VI escribió a monseñor Hervás una carta 68 en la cual seabría camino para la aceptación a dar el patronazgo de san Pablo a los «Cursillos», ytambién, muy importante, a la idea de celebrar una Primera Ultreya Mundial de«Cursillos» en Roma.

Después de la Primera Ultreya Nacional en Tarragona (1963), la Segunda UltreyaNacional en Santiago de Compostela (1965), atendida por más de 15.000 «cursillistas»de toda España y presidida por el cardenal Quiroga Palacios de Santiago, la TerceraUltreya Nacional y Jubilar en Fátima (1968), celebrada conjuntamente por «cursillistas»españoles y portugueses, y la Cuarta Ultre- ya Nacional en Zaragoza (1973), presididapor el cardenal Cantero Cuadrado de Zaragoza, fueron, todas ellas, atendidas por milesde entusiastas «cursillistas» y dieron testimonio claro de la vitalidad y buen espíritu de los«cursillistas» en aquellos años post-conciliares en los que empezaron a ser visibles en laIglesia la «contestación» abierta y los signos de malestar.

Es muy informativo, en mi opinión, para poner en perspectiva la primera expansión de«Cursillos», traer a colación aquí un extracto del testimonio personal de uno de aquellosveteranos dirigentes que formó parte de la Escuela de Dirigentes de Cursillos en Madrid amediados de los años cincuenta. Recientemente, tuve la oportunidad de compartir con él

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tres días de peregrinación a Roma. Don Ángel García Yagüe 59, actualmente CatedráticoEmérito de Canales Caminos y Puertos en la Universidad de Madrid era estudianteuniversitario en los últimos años de carrera y un miembro destacado del ConsejoDiocesano de los Jóvenes de Acción Católica de Madrid:

«Hacia el año 1953 en el Consejo Diocesano... se trató el tema de Cursillos deCristiandad... Don Manuel Aparici (como Consiliario Nacional) estaba cambiando lasdirectrices... y reorientando toda su actividad en todo el ámbito de la nación...»

Don Ángel García Yagüe tuvo conocimiento del nuevo método de «Cursillos», quetanto éxito había tenido en Mallorca y, según me dice,«... consulté con mi hermano,Profesor de Psicología, y manifesté mi postura adversa a mis colegas en el ConsejoDiocesano...» «Pensé entonces que el método podría tener afinidades... con métodos (delavado de cerebro) al uso entonces en Italia y en otros países por parte de organizacionesradicales de izquierda, más concretamente, comunistas y anarquistas... (En ellos) seaislaban a personas (jóvenes) de su ambiente natural para someterlas a unadoctrinamiento continuo, sin dejarles un rato libre para meditar, y repetirles una y otravez ideas sencillas y radicales que pasarían... a verdades incuestionables. Con elencuadramiento posterior en una rígida organización...» (que) se encargaba de mantenervivos los lazos creados... y asignarles objetivos de acción... (para que) obedeciesen sin lamenor vacilación las consignas y directrices de los mandos...

«Mi postura fue adversa y creo que coincido con otras más o menos reticentes (en elConsejo Diocesano) entre las que creo se encontraba la del entonces Presidente...»

(Por aquel tiempo yo estaba en Madrid. Era estudiante de los últimos cursos deEnseñanza Media en el Instituto de San Isidro, y «Aspirante» de la Juventud de AcciónCatólica, a punto de pasar a «Joven», en el Centro de Santa María la Real de laAlmudena, Patrona de Madrid. Bastantes años más tarde, en 1962, asistí a mi primer«Cursillo» en Puerto Rico y, debo decir, que la primera impresión sobre «Cursillos» demi buen amigo Angel García Yagüe recogida en las líneas precedentes tenía poco que vercon lo que viví en aquel primer «Cursillo». Por otra parte, lo que en ella se recoge esprobablemente muy parecido al contenido de algunas críticas contemporáneas a losprimeros «Cursillos» de Mallorca. Aunque notablemente exagerado da la impresión debasarse parcialmente en algunos hechos reales.

Hecho este paréntesis continuamos con el extracto de los recuerdos de Angel GarcíaYagüe).

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«... en los años 1953 y 1954 sostuve discusiones muy duras con un compañero decurso de la Escuela de Caminos, Canales y Puertos que estaba en el Consejo Nacional ypretendía convencerme de la dirección tomada por este organismo central (con relación aCursillos)... Tan duras fueron las discusiones que, pese a ser amigos... pasó a huirme yeludir conversaciones pese a vivir relativamente próximos, estar ligados al mismo CentroParroquial... y utilizar con frecuencia los mismos medios de transporte».

«En diciembre de 1954, inducido por el anterior compañero de curso y observando queen Madrid el Consejo Diocesano... organizaba “Cursillos” con frecuencia creciente, fui aun cursillo cuyo Director Espiritual fue don Manuel Aparici, consiliario del ConsejoNacional de Acción Católica. En realidad, tuve un trato especial, explicándome algo losmétodos como si se tratara de un aprendizaje o como si fuera un observador (para unaeventual participación en futuros “Cursillos”)».

«Siempre he sido un autodidacta y muy crítico, desconfiado de todo, y especialmentede mí mismo. Comprobé... una reacción positiva en los asistentes, sometidos a unapresión psicológica bien creada, pero con frutos innegables; (por el momento) no meencuadré en ningún grupo... posiblemente por mis ocupaciones... estudios... trabajandocuatro horas todos los días... y dedicando unas dos horas a la A.C.»

«En el Consejo Diocesano se había organizado la Escuela de Profesores de Cursillos, ala que me incorporé poco después. Y rápidamente participé en Cursillos, primero como“asistente” (“chacha”), luego como profesor y luego como Rector. Como profesorintenté introducir en el conjunto mis criterios en los temas encargados... respetando losguiones...; (algunas veces) debí frenarme para no entorpecer las reuniones».

«En el año 1955 se decidió realizar unos folletos para cada uno de los temas(“Rollos”)... A mí me encargaron “Iglesia” y “Estudio” (considerado entonces pocoimportante)... Como rector llegué a ser temido por la seriedad que imponía a losprofesores e incluso a los sacerdotes, a quienes no permitía salirse de los horariosestablecidos... Tampoco admitía que las reuniones nocturnas se alargaran... En laClausura (no admitía) que se presionara... para que (“los cursillistas”) aportaran sutestimonio...»

Después de comentar con cierto detalle las tres reuniones nocturnas de las tres nochesdel fin de semana del Cursillo, y de hacer unos breves comentarios sobre el acto final deClausura del Cursillo, Ángel García Yagüe concluye: «Una obsesión por mi parte erarespetar la libertad humana, que Dios nos ha concedido hasta el punto que podemos

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negarle o ir “contra natura”. Por ello evitaba que un acoso excesivo motivara laconversión, que, en mi opinión en esas condiciones no sería duradera. Había que trabajarla mente, dando argumentos serios, ideas... que hicieran pensar...

Debíamos predicar con los temas, con las conversiones, con cualquier medio humanovalido, pero especialmente con la oración. Me negué a considerar un fracaso que nointerviniesen en la clausura, que no consiguiéramos que se confesara y comulgase quiensabíamos estaba apartado de la práctica religiosa. Al contrario, uno o dos cursillistas enesta situación suponía que habíamos estado respetando su libertad, que el Cursillo lesharía reaccionar en el futuro, y que, en último caso, Dios lo había permitido...» «Mástarde, las obligaciones familiares, la actividad profesional hizo que, poco a poco, almismo tiempo que disminuía el número de Cursillos en Madrid... disminuyera miactividad en Cursillos».

(Es interesante subrayar que tanto en Madrid, como en otras partes de España, enAmérica y pronto en otras partes, los posibles excesos iniciales de los Cursillos deMallorca fueran suavizándose poco a poco. Desafortunadamente, al mismo tiempo, enbastantes lugares (no todos gracias a Dios), la exacta y rigurosa atención a los detalles enel método original de Cursillos, que es exigente, y está firmemente fundado sobre eltrípode de la oración, el estudio y la acción se ha suavizado también más de lo debido, enmi modesta opinión).

57 Carlos M. San Martín, Monseñor Hervás, «El Obispo de Cursillos», Verbo Divino: Estella (Navarra, 1989),p. 71.

58 Según una venerable tradición un relicario que contiene restos de un brazo de san Pablo se venera en laCatedral de Tarragona. Según la tradición, san Pablo, en su viaje más al oeste tomó tierra en Tarragona, capital dela provincia romana Hispania Citerior (N.A.).

59 Ángel García Yagüe (comunicación privada al autor, Madrid, 2004).

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PRIMERA EXPANSIÓN: AMÉRICA,ASIA, EL MUNDO

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1. AMÉRICA

El primer país fuera de España en el que primero se dieron Cursillos fue Colombia(1953). Después, en los años anteriores al Vaticano II, y, muy rápidamente, después delcomienzo del Concilio, se celebraron «Cursillos» en los Estados Unidos de América(1957), primero en Tejas, luego en Nueva York y pronto, por todo el país; luego enMéjico (1957), Brasil (1962), Argentina (1964), etc...

Don Rafael Sarmiento Peralta60, Delegado Nacional de la Acción Católica colombianafue enviado en 1952 por los obispos Metropolitanos de aquel país, en viaje extendido porEuropa para estudiar la organización, métodos y espíritu de la Acción Católica en el viejocontinente. En su estancia en Madrid, don Manuel Aparici, Consiliario Nacional delConsejo Superior de la JACE, le sugirió visitar Mallorca. En los últimos días de 1952,don Rafael llega a la isla y allí entra en contacto con algunos de los dirigentes de«Cursillos», como sabemos todos ellos dirigentes de Acción Católica, que le hablan de lateoría y la practica de «Cursillos». Ello le produce una excelente impresión acerca delnuevo método y de sus potencialidades. Es exactamente, dice, lo que él estaba buscando.Y promete tomar parte en un «Cursillo» a su vuelta de Roma. En febrero 14 al 18 de1953, don Rafael cumple su promesa, coincidiendo con el «Cursillo» número 71,Diócesis de Mallorca, habido en Santa Lucía de Manacor del Valle.

Para tener una experiencia de primera mano del «Cursillo» viaja desde la capital(Mallorca) hasta Santa Lucía de Manacor en el mismo autobús de la gente joven que sedispone a participar en el «Cursillo». Durante el viaje, a don Rafael le cuesta trabajocreer que aquel grupo de jóvenes, con tan poca base religiosa pueda llegar a entender, ensólo tres días, el verdadero significado de la Gracia de Dios, y puedan llegar atransformarse en jóvenes apóstoles de Cristo.

Al terminar el fin de semana don Rafael escribe en su «Guía del Peregrino»: «En tresdías he aprendido más de A.C. que en los seis meses de viaje de estudios sobre la mismamateria por España, Italia, Francia y Bélgica. Esta sí es la A.C. que buscaba». Y afirma:«Se organizarán “Cursillos” en Colombia» 61.

Meses después escribe a sus jóvenes amigos en Mallorca: «En todas misconversaciones, pláticas y conferencias, principalmente a la juventud, los he puesto como

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el ejemplo más hermoso y sólido que vi en la A.C. en todo mi viaje por Europa. ¡Y comohan vibrado, hasta la emoción y las lágrimas las personas que han oído lo que Vds. estánhaciendo por Cristo!» Poco tiempo después recibiría de Mallorca el material necesariopara poner en marcha «Cursillos» en Colombia 62.

Y con santa osadía, sin encomendarse a nadie, decide por su cuenta empezar el primercursillo con muchachas jóvenes, pertenecientes a la Acción Católica. En una carta aMallorca pide perdón por empezar «Cursillos»... «alterando el orden de los factores, esdecir, por haber empezado los Cursillos por mujeres; pero ténganme paciencia en laexplicación y tal vez me encontraran razón». Un día, viendo el entusiasmo con el quehablaba de los Cursillos y de los milagros operados por la Gracia, las jóvenes le pidenencarecidamente que considere seriamente la posibilidad de adaptar los «Cursillos» a lapsicología femenina. Ellas están dispuestas.

El primer Cursillo tiene lugar en Colombia siguiendo estrictamente los métodos deMallorca, con ligeras y razonables variantes y con todas las charlas dadas por el padreSarmiento. Los resultados son maravillosos. El éxito, sorprendente. Poco después lasmuchachas colombianas deciden comenzar con un «Cursillo» de la Semana de Estudiode la Juventud Femenina Colombiana de Acción Católica. Y ochenta radiantesmuchachas de toda Colombia celebran al final el feliz hallazgo de un nuevo método paravivir la Gracia de Cristo y para transmitirla a los demás. El padre Sarmiento dice: «Parael Primer Cursillo, como todavía no había cursillistas que se sacrificaran por el éxito,pusimos a orar y sacrificarse unas cuantas comunidades religiosas. Y a más de eso losdías del Cursillo fueron de mucha penitencia y oración por parte de las mismascursillistas». Las jóvenes cursillistas colombianas inventaron su propia canción, «ElPandero», en sustitución del «De Colores».

Después del éxito del primer cursillo para muchachas el padre Sarmiento consideró quetodo estaba listo para intentar el primer cursillo para hombres jóvenes. Y para ese primerCursillo masculino logró reunir un grupo prometedor de jóvenes futuros dirigentes,compuesto por veinticinco jóvenes, la mayor parte estudiantes universitarios y jóvenesempleados de banca. Fue como un «Cursillo» de conquista, similar a los habidos enMallorca con anterioridad a los Cursillos de Cristiandad propiamente dichos. Losresultados fueron estupendos, de nuevo: «Estos muchachos se han convertido enverdaderos apóstoles y están siendo las pilastras del movimiento nacional de A.C.». Pocodespués don Rafael escribía de nuevo a España pidiendo permiso para imprimir en

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Colombia la «Guía del Peregrino» española sin ningún cambio. Las primeras impresionesde uno de los primeros cursillistas colombianos están recogidas en «Proa»13.

«Cantamos mucho y con el pan de la alegría fuimos trabando amistad con el granamigo del Sagrario, una amistad que hizo caer la careta de la indiferencia dejando aldescubierto nuestro rostro de jóvenes; hombres que sonreían de sus propios problemasporque tienen la solución: gente nueva, enamorada...; gente responsable, que comprendióel valor del trabajo; hombres jóvenes que pueden cantar al Dios que llena de alegría lajuventud».

La historia de cómo y cuándo los «Cursillos de Cristiandad» llegaron a América esresumida por uno de los protagonistas (Agustín Palomino); actualmente «cursillistas»activo en Madrid.

Siendo los Cursillos de Cristiandad inspirados por el Espíritu Santo en el siglo XX yderramando abundantemente su Gracia en cada Cursillo, es quizás en los inicios de esteMovimiento en los Estados Unidos donde se hace muy patente esta realidad.

Lo normal es que el equipo de dirigentes cursillistas que da un cursillo está compuestopor un rector, seglar veterano ya en estas lides, uno o dos sacerdotes que conocen bien elmétodo y el desarrollo del cursillo y unos seis rollistas, todos ellos entrenados en LaEscuela de Dirigentes y hombres cuya preparación y perseverancia está demostrada.

En Estados Unidos el equipo de dirigentes que los dieron, fueron dos aviadoresespañoles: Bernardo Vadell que hacía unos meses que había asistido a su primer Cursilloy Agustín Palomino que hacía tres meses que salió de su primer Cursillo al cual habíaasistido Bernardo como auxiliar en ese equipo. Humanamente esto era todo.

El primer cursillo que se dio en Estados Unidos fue en Waco, Texas, en el mes demayo 1957. Por entonces iban a EE.UU., a efectuar cursos completos de aviones areacción, jóvenes pilotos de Ejército del Aire español, según acuerdos entre los dospaíses.

Entre muchos, fueron dos tenientes, Bernardo Vadell de Palma de Mallorca y AgustínPalomino de Ciudad Real, su primer destino fue en San Antonio, Texas. En Waco, aunos 300 km. De San Antonio, en la iglesia de los franciscanos estaba el padre GabrielFernández que era mallorquín, llevaba ya varios años en América y se había enterado delenorme éxito que los Cursillos de Cristiandad estaban cosechando allá en su tierra, ytambién se enteró que dos pilotos españoles cursillistas estaban destinados en SanAntonio haciendo un curso de vuelos.

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El padre Gabriel hombre intrépido y emprendedor donde los haya se puso en contactocon los dos militares españoles, para que le explicaran con detalle cómo eran esosCursillos que tan fantásticos frutos espirituales conseguían. De la entrevista de los tressalió la decisión de escribir al obispado de Ciudad Real y a Eduardo Bonin en Mallorcaconsultándoles sobre la posibilidad de celebrar los tres, un cursillo en Waco donde habíaun grupo excelente de jóvenes dispuestos a asistir.

Grande fue la sorpresa cuando les contestaron que adelante con el primer Cursillo enUSA, mientras los Cursillistas de España orarían intensamente por el éxito espiritual detan peculiar aventura.

Así se dio el primer Cursillo con doce hombres todos jóvenes, de los cuales luego todosfueron grandes dirigentes en el movimiento como rectores, rollistas y dos sacerdotesfranciscanos.

Al mes siguiente se volvió a dar otro Cursillo en Waco, ya bastante numeroso pues elambiente allí se empezó a ganar rápidamente.

Después de la etapa de San Antonio, Bernardo y Agustín, siempre juntos fuerondestinados a Mission, Texas a efectuar un nuevo curso de vuelo. Allí estos se pusieron encontacto con el padre Agustín Petra, oblato americano párroco de la iglesia de Guadalupey allí, ellos tres dieron sucesivamente tres Cursillos de Cristiandad que pronto removieronla cristiandad de aquella zona.

Al ser por último Bernardo y Agustín destinados a la base de Laredo, Texas, quedabantanto en Waco como en Misión establecidos los Cursillos, con las correspondientesEscuelas de Dirigentes funcionando para poder continuar dando Cursillos por ellosmismos.

En su nuevo destino de Laredo, de nuevo los dos pilotos buscaron un sacerdote que seinteresara por el Movimiento de Cursillos y lo encontraron en el padre VladimiroManente, oblato italiano, hombre providencial como todo lo que rodea esta historia deintrepidez cristiana.

En Laredo se dieron tres Cursillos de éxito rotundo desde mayo a julio de 1958.Cuando finalmente, Bernardo y Agustín regresaron a España finalizado su curso, los

tres focos cursillistas en Estados Unidos: Waco, Misión y Laredo se expandieron por todoel país, pasando también a México.

Hoy Bernardo Vadell vive retirado en su bella isla de Mallorca; Agustín Palominocontinúa integrado en la Escuela de Cursillos de Madrid, asistiendo todos los años como

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«rollistas» a Cursillos de Cristiandad tanto en Madrid como en Estados Unidos.[Incidentalmente, cuando yo hice mi primer Cursillo, cuatro años después en Utuado,

Diócesis de Arecibo (Puerto Rico) se me entregó el viernes por la mañana mi «Guía delPeregrino»- «Pilgrims Guide» (en los dos idiomas), con el «Imprimatur» de + Louis J.Reicher, D. D., LL. D., Bishop of Austin, December 8,1960, que todavía conservoencima de la mesa de mi despacho en Madrid].

En 1959 «Cursillos» empezaron 74 a extenderse a través de Tejas y llegaron aPhoenix, Arizona. Se celebró una primera Convención Nacional de DirectoresEspirituales de Cursillos en agosto de ese mismo año. La revista «Ultreya» empezópronto su publicación. En 1960 los Cursillos se habían extendido como el fuego por todoel Sur Oeste. Se celebraron «fines de semana» por primera vez en el Este en NuevaYork, para hombres y mujeres de habla hispana, y unos pocos años después en inglés.

[Yo tuve la suerte de estar presente en la Clausura de uno de los primeros Cursillos enNY., en la cual escuché aquellas palabras de un joven sacerdote negro, «I amastonished». En aquel año, 1965, estaba como Visiting Research Collaborator, en elLaboratorio Nacional de Brookhaven, Upton, L. I., New York, procedente del CentroNuclear de la Comisión de Energía Atómica de los Estados Unidos, Operado por laUniversidad de Puerto Rico, Mayagüez, Puerto Rico].

1962 fue el año en el que el Movimiento de Cursillos saltó al Este de los EstadosUnidos. Se celebraron Cursillos en Cincinnati, Brooklin, Saginaw, Miami, Chicago,Detroit, Newark, Baltimore, Grand Rapids, Kansas City y Boston.

En el Oeste, se celebraron Cursillos por vez primera en Monterrey, Sacramento, LosÁngeles, Pueblo y Yakima.

Como informa la página Web del «Nacional Cursillo Center», P.O. Box 210226, Texas75211 (USA), el movimiento se extendió rápidamente, siendo los centros inicialesportadores de «Cursillo» a las diócesis vecinas. En 1981, casi todas las 160 diócesis delos Estados Unidos habían introducido el movimiento de Cursillos, y se habríaestablecido un Secretariado Nacional y una Oficina Nacional de Cursillos en Dallas,Tejas.

[Es oportuno hacer notar que a diferencia de otras organizaciones y movimientoscatólicos, y debido en buena medida a la visión de monseñor Hervás, quien, desde elprimer momento quiso asociar Cursillos al obispo local, la iniciativa para traer los «finesde semana» de Cursillos a una nueva ciudad sólo requerían un pequeño equipo de

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sacerdotes y dirigentes seglares, el material básico, contenido en el «Manual deDirigentes» 63 y las «Guías del Peregrino» («Pilgrims Guide»). Y, naturalmente, lasoraciones y sacrificios de los hermanos, muchos «cursillistas» veteranos, en apoyo de losesfuerzos del equipo organizador].

Durante el Concilio, en Roma, monseñor Hervás fue invitado a dirigirse a los obisposAmericanos 64 en su centro de información en la Vía de Conciliatone (Nacional WelfareCatholic Conference). Monseñor Vincent Waters, obispo de Raileigh le introdujo a suscompañeros obispos americanos. Hizo una calurosa alabanza de los Cursillos y explicó elobjetivo básico de aquel encuentro informal: hacer preguntas sobre los Cursillos y aclararcuestiones referentes a ellos. El encuentro duró casi dos horas. Algunos obispos habíantomado parte en Cursillos, otros no. Pero el interés era extraordinario. Aquellos obisposque eran ya «cursillistas» complementaban y aclaraban las respuestas de monseñorHervás a las preguntas de los «no-cursillistas».

Al final monseñor Waters le invitó a cenar a un buen restaurante alemán, dondetuvieron una sustanciosa cena y una conversación «aun más sustanciosa». Con aquellanaturalidad fue como los Cursillos empezaron a ser mejor conocidos en los EstadosUnidos. Y, naturalmente, los Estados Unidos de América iban a ser el trampolín parasaltar a muchos lugares en el mundo.

El Movimiento llegó a Méjico 65, que es ahora, con sus cien millones de habitantes (lamayoría católicos) el más grande país católico del mundo, en el año 1957. Llegódirectamente de la Diócesis de Ciudad Real. El padre Pedro Hernández, que sería uno delos primeros Consiliarios del Secretariado Nacional Mejicano de Cursillos (el primerSecretariado Nacional, seguido pronto por el Secretariado Nacional Español y elNorteamericano), hizo una breve reseña del primer cursillo en Méjico en la SegundaUltreya Mundial, celebrada en Méjico capital en 1970. Más de 45.000 cursillistasestuvieron presentes, la mayoría procedentes de todas partes del país de Moctezuma yHernán Cortés. Los obispos de Puebla (monseñor Octavio Márquez) y Tlaxcala(monseñor Munive), con el apoyo de la Conferencia Mejicana de Obispos, requirió demonseñor Hervás 78 que enviara a Méjico un delegado, para asegurar así desde losorígenes la autenticidad del movimiento de Cursillos en Méjico. El obispo de Ciudad Realenvió allí nada menos que a don Francisco Suárez Yufera, uno de sus más cercanoscolaboradores en Mallorca, y, especialmente, en Ciudad Real.

Los Cursillos contaron también en Méjico, desde el primer momento con el apoyo

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decidido del cardenal arzobispo de la Ciudad de Méjico, monseñor Miguel DaríoMiranda, quien con su gran simpatía y dedicación se ganó el afecto de los miles decursillistas presentes en la Ultreya Mundial.

La Ultreya fue una ocasión memorable para los miles de «cursillistas» mejicanos,acompañados por numerosos «cursillistas» de fuera (de España, de los Estados Unidosde Centro América...) que llenaron la «Plaza de Toros» de la ciudad, la más grande delmundo; durante once horas, con una organización impecable.

La multitud de «cursillistas» seguía todo con devota atención, siguiendo el apretadoprograma sin mostrar cansancio. Los «cursillistas» de Honduras y El Salvador, paísesque habían tenido recientemente un «conflicto internacional» conocido como la «guerradel fútbol», se invitaron unos a otros allí a una cena fraternal. El anuncio en la «Plaza deToros» mereció un atronador aplauso de todos los presentes.

Monseñor Hervás comenta en la entrevista concedida a la revista «Lanza» de CiudadReal, al volver de la Ultreya, sobre el impacto causado por la Ultreya Mundial a laspersonas ajenas al Movimiento que tomaban parte en el evento: azafatas, personaltécnico, etc. El contacto con aquella multitud de «cursillistas» entusiastas era contagioso.Por ejemplo, nota monseñor Hervás, las señoritas contratadas para hacer la traducciónsimultánea al inglés o al alemán, no tenían ni idea de qué trataba el encuentro. Muchas deellas no eran practicantes. Pero hubo alguna que, conmovida por lo que veía, terminó derodillas después de buscar un sacerdote para confesar. Más tarde alguna preguntó quéhabía que hacer para ir a un Cursillo. Sucedió algo parecido con los policías de servicioen el masivo evento. Monseñor Hervás dice que más de uno telefoneó a su familia paradecirles lo contento que estaba por haber re-encontrado a Cristo y haber hecho unabuena confesión. En la entrevista menciona que llegó a sus oídos que para una familiabien conocida entre las elegidas para acoger como huéspedes a los «cursillistas» de fueradurante los días del evento, la Ultreya fue ocasión providencial para poner en orden elmatrimonio y para que los hijos mayores hicieran la primera comunión.

Y la Misa de Pontifical en la gran Catedral llena a rebosar, y la absolutamente inevitablevisita a Nuestra Señora de Guadalupe, Patrona de Méjico, Patrona de las Américas...Porque, política aparte, eso es lo que Méjico es en su corazón: católico.

Cursillos hizo su feliz entrada en Brasil en 1962, desde la Península Ibérica (Portugal yEspaña). Pronto, «cursillistas» de Sao Paulo iban a competir con «cursillistas» de Ríopara extender la buena nueva de Cristo por aquel vasto país.

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Durante los primeros años sesenta, en pocos años, el fuego de Cursillos prendió entodo el continente americano, desde Canadá a Argentina y Chile. Por toda CentroAmérica, excluyendo Cuba, pero desde muy temprano en Santo Domingo y en PuertoRico. En la capital, San Juan, de la mano de don Jaime Capo. Y en Venezuela, donde elpadre Cesáreo Gil fue un adelantado. Y en Bolivia, y en Ecuador y en Perú...

En una entrevista a monseñor Hervás por el padre Mariano Zugasti, reproducida 79 enel número 17 del Boletín del Secretariado Nacional de Cursillos, en diciembre de 1964,se lee: «Hace pocos días llegó a la Santa Sede una carta escrita por un caballero deEstados Unidos. Iba dirigida personalmente al Santo Padre. Entre otras cosas aseguraba:-Santísimo Padre: Acabo de hacer los Cursillos de Cristiandad. Han sido los mejores díasde mi vida. Si su Santidad encuentra tiempo, y no los ha hecho, hágalos. No searrepentirá».

El acto de clausura del Cursillo número 50 en la Quinta Avenida de Nueva York, conmás de mil «cursillistas» hispano-parlantes.

Fue presidido por el Delegado del cardenal Spellman. Desde allí ellos marcharoncantando el «De Colores» a la Catedral de San Patricio. El tráfico tuvo que serinterrumpido por la policía. Monseñor Hervás comenta en una carta suya la grandeza deDios... «Es Dios el que lo hace todo. Debemos confiar en la salvación del mundo...»

Extractos de una carta de monseñor Hervás a los «cursillistas» de Arequipa (Perú),escrita en noviembre de 1964 a requerimiento del arzobispo, podrían haber sido dirigidasa tantos hombres y mujeres del continente americano, en el que tan generosamente fuerecibido el mensaje de Cursillos, en medio de un mundo que entraba una fría y largaetapa de descreimiento. No importa... Éstas fueron las palabras 80 de monseñor Hervás:

«En Roma y en el Aula Conciliar de la Basílica de San Pedro, me he encontradorepetidas veces con mi venerado y queridísimo Hermano monseñor Leonardo RodríguezBailón, arzobispo de Arequipa».

«Desde hace tiempo somos buenos amigos... hemos hablado frecuentemente... sobrelos estupendos “cursillistas de Arequipa”. ¡Sois el orgullo y la esperanza de nuestroarzobispo!...»

«La primera palabra de mi mensaje quiero que sea ésta: ¡Cristo! Con Cristo vamos y aCristo seguimos, os diré con un famoso personaje de los primeros tiempos delCristianismo. Los que buscan a Cristo encuentran en Él todo cuanto el hombre puededesear. El mundo no lo sabe todavía. Nosotros lo sabemos y queremos hacérselo

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saber...»«Gracia “a presión” -se os ha dicho-, celosamente guardada, valientemente defendida,

ambiciosamente acrecentada, ardorosamente difundida en los diversos círculos de la vidahumana: familia, amistad, trabajo, profesión, instituciones publicas, vida nacional».

«Nada hay en el mundo que se resista a un hombre honrado que vive la Gracia contodas sus consecuencias, que es constante y tenaz hasta la muerte y que, con Cristo,todo lo puede, pues nada hay imposible para Dios. ¡Con Cristo somos mayoríaaplastante!»

60 Servando García Rubio, O.S.A., Cursillos de Cristiandad: Una respuesta al Espíritu (SecretariadoNacional de España, EDES, Ediciones Escurialenses: Madrid 2003), p. 221.

61 «Proa» n. 172, marzo, 1953.

62 «Proa» n. 174, mayo, 1953.

63 Juan Hervás, Manual de dirigentes... (Euramérica: Madrid, 1968).

64 Carlos M. San Martín, Monseñor Hervás, «El Obispo de Cursillos», Verbo Divino: Estella (Navarra, 1989),p. 96.

65 ll.ibidem, p. 131.

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2. ASIA

Según don Lino Gonzaga, obispo de Palo-Leyte, Filipinas, la coincidencia de las primerassesiones del concilio Vaticano II con los primeros años de Cursillos fue providencial. Enpocos años, Cursillos aterrizó en las Islas Filipinas (1962) con mucho la fortalezaprincipal del catolicismo en Asia; en Japón (1963); en Sri Lanka (1964?);... en pocosaños más, «Cursillos» llegaría a Singapur, Taiwán (Formosa), Corea, Vietnam...

El martes 11 de diciembre de 1962, monseñor Hervás y cinco obispos filipinos 66llegaron al Aeropuerto de Barajas procedentes de Roma. En pocas horas, estaban enCiudad Real, donde los obispos acompañantes iban a tomar parte inmediatamente en un«Cursillo»: tres de ellos en un «Cursillo» de fin de semana para hombre en Daimiel; losotros dos en un «Cursillo» simultáneo para mujeres en «Quinta Asunción».

Esto tenía lugar justo al regreso de monseñor Hervás de la primera sesión conciliar.Acerca de esta sesión, monseñor Hervás que, según su secretario D. Bartolomé Miquel,raramente dejaba de asistir a las reuniones en el aula conciliar, había dicho que ladiferencia era palpable entre la Teología de «Laboratorio» puramente especulativa, y lapreocupación por las aspiraciones y necesidades de las almas que los pastores traían alConcilio. Don Bartolomé se alegró mucho al oír de los obispos acompañantes que lasintervenciones de monseñor Hervás en el Concilio habían sido muy bien recibidas, consu fluido y elegante latín, su criterio firme y al mismo tiempo abierto para todo aquelloque pudiera ser valioso. Su comentario después de ser invitado a almorzar con el Abadde la Comunidad de Taize, comunidad protestante que parecía entonces estarinclinándose a Roma fue lo siguiente: «Dios sólo sabe lo que saldrá de todo esto». Segúnlos obispos filipinos, los observadores protestantes en el Concilio estaban francamentesorprendidos de la amplia libertad que los obispos católicos disfrutaban para expresar susopiniones.

El grupo de obispos que hizo la visita a Ciudad Real estaba compuesto por monseñorJulio Rosales (arzobispo de Cebú, la segunda ciudad en importancia de Filipinas),monseñor Alejandro Olaya (obispo de Lipa), monseñor Cipriano Urgen (obispo deCalbayog) monseñor Lino Gonzaga (obispo de Palo-Leyte) y monseñor Epifanio Zurban(obispo de Dumaguete). Todos ellos le hablaron a don Bartolomé de su admiración por el

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coraje, fe y santidad de vida de los misioneros españoles que cuatrocientos años atráshabían predicado la fe católica en el Archipiélago Filipino con frutos tan buenos yduraderos.

Don Lino Gonzaga, en perfecto español 82, explicó que la razón principal de venir aCiudad Real fue ver los «Cursillos» por dentro, y tener un contacto de primera mano conel movimiento. Ellos habían tenido noticia del movimiento de «Cursillos» y susasombrosos frutos apostólicos entre los laicos por las revistas católicas. Don Lino dijoque su arzobispo, monseñor Rosales, al pasar por Stoekton (California) había vistodirectamente el fervor, celo y devoción entusiasta de los «cursillistas» locales. Ellos se lehabían ofrecido para poner en marcha los Cursillos en su Diócesis como voluntarios,haciéndose cargo de sus propios gastos. Pero el arzobispo persuadió a los entusiastas«cursillistas» americanos de que le dejaran primero discutir el asunto con sus obispos ysus sacerdotes.

Por aquel tiempo, monseñor Arcilla (obispo de Sorgson) que había tomado parte endos «Cursillos» en Tejas, animaba con entusiasmo a sus hermanos obispos filipinos aviajar a Ciudad Real. El mismo, que era el más entusiasta del grupo, se vio obligado apermanecer en Madrid por otros asuntos urgentes, aunque pensaba unirse más tarde algrupo en Ciudad Real.

Algunos meses después, durante la próxima sesión conciliar, monseñor Rosales,arzobispo de Cebú, después de Manila la Archidiócesis más importante de Filipinas, fueinvitado a hablarles a los obispos españoles en el Colegio Español Via Rossa 2 de Roma.Según monseñor Hervás «la conferencia de monseñor Rosales fue magnífica. Con unespañol impecable, lleno de poesía y elocuencia, nos habló, con acentos entusiastas, de lapróxima celebración del IV Centenario de la implantación del Catolicismo en las IslasFilipinas por la Madre España. A nosotros nos sonaban a gloria aquellas palabras de unnativo filipino, que cantaba las gestas de aquellos primeros misioneros españoles queevangelizaron a la que hoy es la única nación católica de Asia. Fue aplaudidísimo».

«Terminada la conferencia, un grupo pequeño de españoles tuvimos un cambio deimpresiones con monseñor Rosales. ¡Y los Cursillos de Cristiandad fueron el temaprincipal!»... «¡Tengo ya -nos decía- cerca de quinientos “cursillistas” estupendos! ¡Y losCursillos se van extendiendo por las diócesis de Filipinas!»

Según parece, monseñor Lino Gozanga no asistió a la segunda sesión del Concilioprecisamente para trabajar de lleno en «Cursillos», e incluso consideró pedir permiso 83

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a la Santa Sede para renunciar a su Diócesis en orden a consagrarse plenamente a ladirección y difusión de «Cursillos de Cristiandad».

En la primavera de 1965, monseñor Hervás, como invitado especial de los obispo deFilipinas, visitó el Archipiélago para participar en la celebración del IV Centenario de laEvangelización de Filipinas y en el 3Q Congreso Eucarístico Nacional. Unos dos milhombres, «cursillistas» llenaban completamente el «Aznar Coliseum» de Cebú, conmotivo de la primera Asamblea de «Cursillos de Cristiandad», con numerosa asistenciade obispos de toda Asia. Monseñor Hervás observa que el «clima» era el mismo decualquier grupo de «cursillistas» en cualquier parte del mundo: «Igual fervor yentusiasmo por las ideas fundamentales que se inculcan en Cursillos de Cristiandad:Cristo, la Gracia, la Iglesia, el Apostolado, la posibilidad de cristianizar el mundo...»Nuestros hermanos filipinos habían decidido que la canción «De Colores» se conservaratotalmente en español, a pesar de que el idioma usual era el inglés.

La Asamblea General del «Coliseo Aznar» se abrió con un elocuente saludo debienvenida de monseñor Julio Rosales, seguido de un discurso de monseñor Hervás. Acontinuación se celebro un «Open Forum» (Turno de preguntas y respuestas) que duródos horas y media, y, acto seguido, una comida fraternal allí mismo. Todo se fuedesarrollando con fluidez, con gran libertad y muy buen juicio por parte de losorganizadores y participantes. Monseñor Hervás y don Francisco Suárez, el DelegadoEpiscopal para Cursillos de Ciudad Real, hicieron lo mejor que pudieron para responder alas preguntas que les disparaban, una tras otra, sobre problemas comunes relacionadoscon el apostolado de Cursillos. Pero el «héroe» de la jornada fue monseñor LinoGonzaga, que no dejó el escenario del Coliseo un minuto, resolviendo, según monseñorHervás, las dificultades lingüísticas que se presentaban, «dando a todas susintervenciones la nota inconfundible que emanaba de su prestigio y su arrolladorasimpatía». Monseñor Hervás termina la descripción del encuentro diciendo: «Mereceespecial mención la “hora Apostólica” anunciada para las nueve de la noche, en eltemplete del Congreso Eucarístico. El acto resultó solemnísimo, muy fervoroso,perfectamente logrado». Los «cursillistas» seguían la «Guía del Peregrino» en inglés; mialocución fue en español.

La escala de monseñor Gonzaga de paso por Stockton 84, California, fue la ocasiónprovidencial para tomar contacto con dos seglares americanos, John y Jack, que iban ahacerse famosos en las Filipinas como los apóstoles de Cursillos en aquellas islas. En una

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carta de monseñor Antonio Frondosa, D. D. obispo de Capiz a monseñor Hervás,fechada en mayo de 1965, se dice: «En cuanto sea posible, queremos que losprominentes del pueblo hagan el Cursillo para que, con su influencia y su ejemplo,puedan llevar a otros al buen camino. Estoy ahora muy contento con mis cursillistas, yojalá que se conserven. Yo creo que el Cursillos es el medio más eficaz para cambiar elmundo. Firmado: Antonio Frondosa, D. D. obispo de Capiz». Encomios similares fueronhechos por el venerable cardenal arzobispo de Manila, monseñor Rufino Santos, quehabía tenido memorables intervenciones en el concilio Vaticano. Y por monseñor CarioMartín, Nuncio Apostólico de las Filipinas.

Monseñor Leo Nanayakkra, obispo de Kandy (Sri Lanka) le informó a monseñorHervás en el encuentro de Manila que él tenía los Cursillos en su Diócesis y que loscursillistas iban a llevarlos a la capital, Colombo.

En resumen, había un tremendo interés en la Jerarquía para extender y consolidarfirmemente el Movimiento de Cursillos por las Islas «un verdadero regalo de Dios en esteIV Centenario de la Evangelización de Filipinas». Y monseñor Hervás añadía:«Roguemos a Dios que ese bien que el Espíritu Santo ha traído sobre su Iglesia, no solose conserve, sino que vaya en aumento, y que España, la nación que el Señor escogiópara iniciar este Movimiento, sepa marchar en vanguardia, pero con el espíritu humildede aceptar que los hermanos de otras razas y de otros lugares puedan “ganarnos”, paragloria de Jesucristo y fortalecimiento y extensión de su Iglesia».

Cuando un periodista le preguntaba a monseñor Hervás si creía que «Cursillos»,nacido en un ambiente español, tenía posibilidades de adaptarse a otras mentalidades, surespuesta fue 85: «Casi diría que mejor que en España. Un obispo japonés me ha dichoque “Cursillos” parecían hechos expresamente para Japón».

En una ocasión, en el Aula Conciliar, cuando monseñor Hervás subía el corredor que leconducía a la parte superior, un obispo sonriente le cogió por la mano y le dijo en vozbaja: «Ego sum cursillista». El mismo obispo le pidió unos días después que le diera unmensaje para sus «cursillistas». Cuando, finalmente, monseñor Hervás le dio el mensaje,pudo saber que el sonriente obispo era monseñor Kowalski Rember Casimir, misionerofranciscano obispo residente de Wuchang, China, expulsado del país por los ComunistasChinos, después de haberle retenido en prisión por su lealtad a sus deberes apostólicos.Muchos años después había «cursillistas» aunque perseguidos, en la China continental.

Unas breves palabras del mensaje 86 de monseñor Hervás dirigido a los sacerdotes

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trabajando en Cursillos en Taiwán (Formosa) viene al caso: «Mi experiencia me dice que,en el aspecto doctrinal los Cursillos han demostrado el hambre de Dios que hay en elmundo seglar. La doctrina sencilla y escueta de la Iglesia, el Evangelio, la Persona deCristo, siguen atrayendo poderosamente. Es un error pensar que los atraemos más conteorías y cuestiones periféricas que llevándoles el núcleo fundamental del Evangelio contodas sus exigencias» ... «ellos son los que, en primera línea, han de realizar la“consecrado mundi”».

66 Carlos M. San Martín, Monseñor Hervás, «El Obispo de Cursillos», Verbo Divino: Estella (Navarra, 1989),p. 105.

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3. EUROPA, ÁFRICA, AUSTRALIA

Durante la Segunda Sesión del Vaticano II, el Rev. Ralph M. Wiltgen 67, SVD, directorde la Agencia «Divine Word News Service» se dirigió a monseñor Hervás para pedirleuna entrevista sobre «Cursillos». El libro de Carlos María San Martín 68 da un resumende los datos relevantes sobre la Agencia de Noticias del padre Wiltgen: Cada semana,unos tres mil suscriptores de 97 países, así como 650 periodistas acreditados en Roma,recibían el boletín con noticias acerca de los acontecimientos en el concilio Ecuménico,publicadas en nueve idiomas. Los boletines llegaban a todas las partes del mundo, deBelén a las Islas Christmas, París, Nueva York, Zululandia y Nueva Guinea. Veníandadas en once idiomas: Inglés, francés, alemán, español, italiano, portugués, árabe,chino, japonés, indi, e indonesio.

La edición más numerosa era la edición en lengua inglesa, con más de mil suscriptoressolamente en los Estados Unidos. El número de suscriptores en Filipinas era de 75. EnRoma, 250.

La larga entrevista con monseñor Hervás proporcionó al director de la Agencia deNoticias suficiente material para un informativo comunicado. Era la primera vez que«Cursillos» tenía una cobertura mundial. Pocos días después de la entrevista, el padreWiltgn enviaba a monseñor Hervás un número con la entrevista en cada uno de los onceidiomas. Monseñor Hervás lo encontró muy interesante y guardó la colección deejemplares como un precioso «suvenir» de la Segunda Sesión del Vaticano II.

Dijo 89: «Roguemos, con vivas instancias, al Señor, que el Movimiento de Cursillos deCristiandad cumpla, humilde y eficazmente, en esta hora histórica, el papel que la divinaProvidencia le ha encomendado».

Los «Cursillos» empezaron a extenderse pronto por Europa en buena medida a travésde los inmigrantes españoles (aproximadamente medio millón en los años cincuenta ysesenta, principalmente en Francia, Inglaterra, Suiza y Alemania). Pero no hubocomparación, realmente, con la entusiasta acogida dada a Cursillos en Norteamérica,Méjico o Sudamérica, por no decir en Filipinas. En la Primera Ultreya Mundial en Roma(1966) estaban presentes representantes de Alemania, Austria, Bélgica, Francia, Irlanda,Italia y Suiza, además de la muy numerosa representación de Portugal. Unos veinte años

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después, «Cursillos» empezó a extenderse en Europa Central y Oriental (Polonia,Hungría, Eslovaquia, Rumania...). En África por aquel tiempo sólo se habían implantadolos «Cursillos» en Guinea Ecuatorial, Angola y Mozambique. En Australia, los «Cursillostuvieron una temprana implantación y, aparentemente, han permanecido comomovimiento vigoroso hasta hoy».

Según la página Web Internacional de «Cursillos»http://www.cursillos.ca/es/expansion/org-mondial.htm en 2004 funcionan los siguientesgrupos internacionales:

Teniendo en cuenta que el estimado total del número de «cursillistas» era 400.000 en1966 y que estaba por encima de 6.400.000 en 1998 (un estimado conservador, si lacifra de 8.000.000 usada para el Año Jubilar de 2000 es fiable) podemos estimar que eltiempo promedio de «doblado» del número de cursillistas ha sido aproximadamente ochoaños en este período. En otras palabras, había alrededor de 200.000 «cursillistas» en1958, alrededor de 400.000 en 1966, alrededor de 800.000 en 1974, alrededor de1.600.000 en 1982, alrededor de 3.200.000 en 1990 y alrededor de 6.400.000 en 1998,con el contingente mayor en América (Norte, Centro y Sur) y en Asia (Filipinas, Taiwán,Corea...). Pero muchos antiguos cursillistas deben haber fallecido ya, mientras que unnúmero no pequeño habrá olvidado las promesas de lealtad a Cristo y a su Iglesia. Portanto, es probable que el número total de «cursillistas» activos, miembros de la Iglesia

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Militante, probablemente ha alcanzado un nivel estable ya.

67 Ralph Wiltegen es el autor del «best seller» The Rihn flows into the Tiber. A History of Vatican II (TANBooks, Roekford [Illionis], 1985; 1st ed. In Hawthorn Books [New York], 1967).

68 Carlos M. San Martín, Monseñor Hervás, «El Obispo de Cursillos», Verbo Divino: Estella (Navarra, 1989),p. 98.

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4. LA PRIMERA ULTREYA MUNDIAL ENROMA (1966)

En 1966, seis mil entusiastas «cursillistas» se reunían en Roma en Representación demás de 400.000 «cursillistas» de todo el mundo. Hubo reuniones de estudio en elPalazzo Congressi como parte del Primer Encuentro Mundial de Dirigentes de «Cursillosde Cristiandad» y una «Hora Apostólica» en la gran basílica de San Pablo «ExtraMuros».

Pero el principal evento fue, naturalmente, la Audiencia Pontificia con el papa PabloVI69. La llegada de monseñor Hervás fue recibida con una gran ovación por parte de los«cursillistas» que llenaban tres grandes salones reservados para ellos. Las notas vibrantesdel «Christus Vincit» adquirieron una especial intensidad en las voces de todos lospresentes. A monseñor Hervás se le unió el cardenal arzobispo de Tarragona, monseñorArriba y Castro, the Apostolic Delegate Archbishop de Tarso de Méjico, y el obispo dePuebla, Presidente de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar de Méjico.

Pablo VI habló de «los colores de la Gracia» y les dijo a los «cursillistas» presentes:«Cristo, la Iglesia y el Papa cuentan con vosotros»... «(vosotros) ya sois, si lo queréis,de Cristo». «Sus discípulos, sus testigos, miembros vivos de su único Cuerpo Místico».Al final Pablo VI, visiblemente emocionado dijo: «¡Gracias, gracias! ¡San Pablo osaliente! ¡La Virgen, Reina de los Apóstoles y Madre de la Iglesia os ampara! En nombrede su Hijo, recibid nuestra más amplia y cordial bendición apostólica».

El cardenal de Tarragona había informado al Papa de que más de quinientos obispos alo largo y a lo ancho de la Iglesia Católica habían implantado «Cursillos» en sus diócesis.El cardenal le había recordado también a Pablo VI que cientos de miles de hombres ymujeres habían descubierto a través de «Cursillos la gracia maravillosa de ser llamados a“peregrinar” con Cristo, en marcha hacia el Padre, bajo el impulso del Espíritu Santo,con la ayuda de María y de todos los Santos, llevando consigo a los hermanos».

La tarde del 28 de mayo de 1966, en el Hall completamente lleno a rebosar del EUR(Palacio de Congresos y Exhibiciones) con seis mil asientos, tuvo lugar la PrimeraUltreya Mundial. Fue presidida por el cardenal de Tarragona, el Delegado Apostólico de

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Méjico y todos los directores y presidentes de los Secretariados Nacionales de los paísesrepresentados en Roma en aquella ocasión. En medio de la multitud, rodeado de«cursillistas», estaba el Embajador de España ante la Santa Sede.

Monseñor Hervás concluyó la histórica Ultreya diciendo: «El Papa os bendice, ycientos de cardenales, arzobispos y obispos tiene puestas en vosotros sus mejoresesperanzas». Después de dar las gracias a todos por su presencia advirtió: «el mayorenemigo de los “Cursillos” somos nosotros mismos, el propio cursillista que no datestimonio auténtico de vida cristiana y no se desvive por los hermanos»... «habéisvenido a Roma para decirle al Vicario de Cristo que, como aprendisteis en el “Cursillo”,queréis ser seglares conformes en todo con el capítulo IV de la Constitución Conciliarsobre la Iglesia». «En suma, apóstoles». «¡Desde el mundo, queréis dar un testimonioclaro de Cristo, a manera de fermento, para ayudar a la salvación de los hombres queviven en el mundo!»... «Id pues, con íntegra fidelidad al método y movimiento de losCursillos de Cristiandad, con plena confianza en la Jerarquía sagrada, y con la unidadinquebrantable que nutre e impulsa el Amor. ¡Sed los auténticos pregoneros de estemensaje de salvación!»

El Boletín de Cursillos 70 de julio-agosto de 1966 dedicó amplio espacio, naturalmente,a esta Primera Ultreya Mundial en Roma, tomando nota del pleno apoyo de la SupremaAutoridad de la Iglesia, y subrayando la seria responsabilidad contraída por todosaquellos llamados a ser dirigentes en un movimiento tan claramente prometedor para laevangelización del mundo de hoy.

69 Carlos M. San Martín, Monseñor Hervás, «El Obispo de Cursillos», Verbo Divino: Estella (Navarra, 1989),p. 117 ss.

70 Boletín de Cursillos de Cristiandad n. 35 (julio-agosto, 1966) Secretariado Nacional de Cursillos deCristiandad, Madrid.

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EL MENSAJE

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1. «CURSILLOS» Y LA «MISTICI CORPORISCHRISTI» (PÍO XII)

El 29 de junio del año 1943, cuando el resultado de la Segunda Guerra Mundial todavíano estaba decidido, Pío XII hizo pública su Encíclica «Mistici Corporis Christi» en la quedesarrollaba las salvadoras enseñanzas de Nuestro Señor sobre la Iglesia por Él fundada,especialmente en lo concerniente a la Iglesia Militante (dejando así aparte, para futuraconsideración, otros aspectos más relacionados con la Iglesia Purgante y la IglesiaTriunfante). El Papa nota en las secciones introductorias que no pocos, en aquellostiempos difíciles, aun fuera de la grey de Cristo, miraban a la Iglesia como al únicopuesto de salvación, notando también que otros muchos, al rechazarla y despreciar lasabiduría recibida de Cristo, vuelven su mirada a las costumbres e instituciones de laantigüedad pagana.

Esta Encíclica fue extensamente usada y citada por monseñor Hervás y por el equipode jóvenes sacerdotes que trabajaban con él en la Juventud de Acción Católica Españolade Mallorca. El mismo grupo de sacerdotes (Don Sebastián Gaya, don Juan Capó, etc.)que jugó un papel decisivo, directamente («rollos» místicos) e indirectamente(asesoramiento en «rollos» seglares) en la puesta en marcha de «Cursillos».

Reproducimos aquí el excelente resumen de las enseñanzas católicas sobre «el CuerpoMístico de Cristo», tomadas de la Encíclica de Pío XII, como se recogen en «ModernCatholic Dictionary» del padre John A. Hardon, S.J. (Doubleday & Co., Inc. GardenCity, New Cork, 1980).

«Cuerpo Místico»: La Iglesia Católica establecida por Cristo como extensión ycontinuación de la Encarnación.

«En palabras de Pío XII, “Si queremos definir y describir la verdadera Iglesia deJesucristo -que es la Iglesia una, santa, Católica, Apostólica y Romana- noencontraremos nada más noble, más sublime o más divino que la expresión ‘el CuerpoMístico de Jesucristo 5 -una expresión que fluye espontáneamente de las repetidasenseñanzas de las sagradas Escrituras y de los santos Padres”».

«El término “cuerpo” cuando se refiere a la Iglesia, deriva su significado de la analogía

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hecha por san Pablo hablando de los cristianos: “Sois el Cuerpo de Cristo, miembro pormiembro” (1 Corintios 12,27), y de Cristo: “la Cabeza de Su Cuerpo, la Iglesia(Colosenses 1,18)”».

«Como corolario a ser un cuerpo, la Iglesia debe tener una multiplicidad de miembrosdiscernibles porque la posesión de partes es una característica esencial de todo locorporal. Y así como un cuerpo natural se compone de órganos con diferentes funcionesdispuestos en su debido orden, así la Iglesia está formada por la combinación de partesestructuralmente unidas, y cuenta con una variedad de miembros recíprocamentedependientes. Otro nombre de esta interdependencia es la jerarquía, con sus grados deórdenes y de jurisdicción, superiores y súbditos, empezando por el Soberano Pontífice yterminando en los seglares».

«El cuerpo (soma) que san Pablo identifica con la Iglesia es una realidad viva, y comotodo organismo requiere medios adecuados para entrar en la vida, crecer y madurar, yprosperar según su naturaleza. Análogamente, en la Iglesia Católica tenemos lossacramentos disponibles para cualquier necesidad espiritual en cualquier circunstancia dela vida humana».

«Además, la Iglesia Católica Romana se considera a sí misma como Cuerpo de Cristo.Él, Cristo, fue el origen de la Iglesia por su predicación y por la elección de los Apóstolespara continuar su labor, por su muerte en la Cruz, cuando mereció las gracias que iban aser canalizadas por el Cuerpo Místico, y por el descenso del Espíritu Santo, que envió enPentecostés. Él continúa rigiendo la Iglesia desde dentro por medios sobrenaturales queactúan permanente y constantemente en los miembros».

«La Iglesia es llamada Mística porque hay un misterio, que Dios reveló ser verdadpero, cuya esencia interna debe aceptarse por fe y sin una comprensión completa porparte de la mente. A diferencia de otras sociedades, el fin y el propósito de la Iglesia noes temporal o terreno sino celestial y eterno; su enlace espiritual esta en la voluntad deDios; la incorporación a la Iglesia efectúa un profundo cambio interno en sus miembros;y toda esta realidad es llamada sobrenatural porque conduce al destino de ver a Dios enla visión beatífica después de la muerte. Pero la Iglesia Católica Romana se dice CuerpoMístico de modo principal porque es sacramental. La Iglesia es el gran sacramento de laNueva Ley, instituida por Cristo para comunicar la gracia invisible al mundo entero».

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2. BREVE RESEÑA DEL CURSILLOORIGINAL DE FIN DE SEMANA

El objetivo del «Cursillo» es reorientar la vida de cada participante, hombre o mujer,según la mente de Cristo, y como resultado, cambiar el mundo siguiendo sus pasos. Elintenso fin de semana del «Cursillo» se basa en quince temas («rollos»), diez de ellosdados por seglares, según se indica más abajo. Los «cursillistas», organizados en gruposde ocho a diez son animados a compartir sus experiencias alegremente, reunidos comobuenos hermanos. La composición de los pequeños grupos deber ser tan variada comosea posible, mezclando jóvenes y hombres o mujeres de mediana edad, profesionales ytrabajadores etc. Como consecuencia del ejemplo vivo de los «rollistas» y dirigentes, delas cálidas presentaciones orales y, finalmente, de la presencia de sacerdotes, la mayorparte de los asistentes, a menudo, sorprendidos por la belleza y la profundidad delmensaje cristiano (que se les presenta quizá por primera vez como un tesoro, una perlapreciosa...) se «enganchan» positivamente en el «Cursillo».

Al final de los tres días, los «cursillistas», en su mayoría, están esperanzados de podervivir una nueva vida en Cristo, nutrida por la oración y los sacramentos, con la amistad yel apoyo de sus compañeros.

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Jueves noche:

• Reunión preliminar de los veteranos y los nuevos cursillistas.• Retiro Espiritual: 1- meditación «Conócete a ti mismo». 2- meditación «El hijo

pródigo».• Después de cenar: Oraciones de la noche, en la Capilla.

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Viernes:

• Oraciones de la mañana: 3- meditación: «Las tres miradas de Cristo» / Misa / Los«cursillistas» reciben la «Guía del Peregrino».

• Desayuno.• 1er «rollo» (seglar): «Ideal».• 2do «rollo» (sacerdote): «Gracia habitual».• Comida/Descanso.• 3er «rollo» (seglar): «La Iglesia».• 4to «rollo» (sacerdote): «Gracia actual».• 5to «rollo» (seglar): «Piedad».• Rosario / Sacerdotes disponibles para confesión.• Cena.• Mesa Redonda: Resúmenes de los «rollos» (por grupos).• Oraciones de la noche en la Capilla.

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Sábado:

• Oraciones de la mañana: 4- meditación: «Jesucristo» / Misa.• Desayuno.• 1er «rollo» (seglar): «Estudio».• 2do «rollo» (sacerdote): «Sacramentos» (termina en la Capilla ante el Sagrario).• Comida/Descanso.• 3er «rollo» (seglar): «Acción».• 4to «rollo» (sacerdote): «Obstáculos a la Gracia».• 5to «rollo» (seglar): «Dirigentes».• Rosario / Sacerdotes disponibles para confesión.• Cena.• Mesa Redonda: Resúmenes de los «rollos» (por grupos).• Oraciones de la noche en la Capilla.

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Domingo:

• Oraciones de la mañana: 5- meditación: «Mensaje de Cristo» al «cursillista» / Misa.• Desayuno.• 1er «rollo» (seglar): «Estudio del ambiente».• 2do «rollo» (sacerdote): «Una vida en Gracia».• Comida / Recogida de equipaje / «Rollo» Económico.• 3er «rollo» (seglar): «Cristiandad en Acción».• 4to «rollo» (seglar): «Seguro total» (reunión de grupo).• 5to «rollo» (seglar): «El «cursillista» después del Cursillo».• Hora Apostólica /Rosario / «¡Cristo cuenta conmigol»• Clausura (Con los «cursillistas» veteranos que han llegado).• Despedida.

Una somera mirada a la secuencia de «rollos» muestra claramente que la sustanciadoctrinal de «Cursillo» original tenía un contenido fuertemente «Tridentino», es decir,estaba basado en los firmes cimientos teológicos del concilio de Trento. De hecho, elconcilio Vaticano II afirma desde el principio que sus enseñanzas son continuidad detodos los Concilios previos, especialmente el concilio de Trento. Cabía esperar que los«Cursillos» nacidos quince años antes del Vaticano II no se desmarcaran de lasenseñanzas Católicas tal y como fueron firmemente establecidas por Trento.

Monseñor Hervás y el equipo de jóvenes sacerdotes (Sebastián Gayá, Juan Capó...)que trazaron las líneas maestras del «Cursillo» original, en armonía con los dirigentes della Juventud de Acción Católica, habían sido educados en Seminarios o FacultadesPontificias de tiempos de Pío XI y Pío XII. En aquel tiempo, aquellos Seminarios yaquellas Facultades Pontificias eran libres de las ambivalencias teológicas que más tardese diseminarían por tantos centros Católicos de educación superior.

Los decretos del Vaticano II, especialmente la constitución dogmática «LumenGentium», la constitución pastoral «Gaudium et Spes» y el decreto «ApostolicamActuositatem», se hicieron referencia obligada para la actualización de los «rollos» desacerdotes y dirigentes seglares a partir de 1965.

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BIBLIOGRAFÍA

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Royo Marín, «Esquemas de los Cursillos de Cristiandad» (Euramérica: Madrid, 1963).Sánchez, F. Suárez, «Los Cursillos de Cristiandad abiertos al futuro» (Madrid, 1971).Secretariado Nacional de España, «El cómo y el porqué» (Madrid, 1971).Juan y Jaime Capó: «Hacia una renovación de los Cursillos de Cristiandad» (Madrid,

1971).E. Bonnin, B. Vadell, F. Forteza: «Vertebración de Ideas» (México, 1962).Carlos M. San Martín: «Monseñor Hervás “El obispo de Cursillos”» (Verbo Divino:

Estella [Navarra], 1989).Servando García Rubio, O.S.A. «Cursillos de Cristiandad: Una respuesta al Espíritu»

(Secretariado Nacional de España, EDES, Ediciones Escurialenses, Madrid 2003).José M. Saiz Meneses, «Génesis y teología de Cursillos de Cristiandad» (Ed. J.A. Saiz

Meneses; Barcelona, 1998).

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