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/i/ MiADRID NUMERO 18-56 H S6PT'IEM'BRE 1456 CULTIVO DEL RICINO Por MANUEL CARRETERO RAMOS Foto Revista "Agricullin•a". %•-^ j y '^ j % ",% j ir%% i i%/ i^•^ ^-^ ,: / ^ / / ^ ^^ /^^ ^ ^ / ^ / / ` ^^////^^^i/^^^i/%%%////%í^iai^/ii%ii%ií^/,/2iaay^^iiiii/^ri ,.-,.

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MiADRID NUMERO 18-56 H S6PT'IEM'BRE 1456

CULTIVO DEL RICINOPor MANUEL CARRETERO RAMOS

Foto Revista "Agricullin•a".

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CULTIVO ^EL RICINO

Ia ccnsiclerable increinent^^ del árza r^^able, durante losílltimus años, en 13^tren^adura y otras rebion^s es^^añolas yel ^^il^,^ tendrá en los hr^»im^>>, cuandc^ se ho^l^an en reradíc^^la, e^t^^^sas zon^^s donde está actuanclo el Instituto Nacionalde Colonizaci^^n, coloca en primer hlano la intruducciól^ denuevos ctlltivos, preterentemente d^e plantas industrial^es, que-eivten o halien el des^quilibri^^ que pudiera hr<>dticirse en laectmon^ía del r^eg.^ldío por el exceso de al^urlos productos n<^^^a^b^urbibles por nu^stra c^pacidad de a^nsumo.

Ello oblig-aría a qtte la planificación estatal dictara ^I^edi-das res^trictivas para el ctzltivo de ciertas plantas, o daría ori-gen a una baja de hrecios en el mercado libre hast^ uil límite<inti^ecunc^tnico, o poco reinttnerador. Y esto no es ttna visióndel futt^ro, sino que <<a lo hemos experimentado con la conti^l-^entación del cultivo de la remolacha, en el primer caso, ycon la baj,a de los precios de la alfalf^ y e^l maíz en ^los año^de abundancia de piensos, en el segundo ^upuesto.

For todo ^esto, el cttltiti^o le las pl,anfas industri^les tiene^ante sí tzn brillaYite po^rvenir, tanto por ser precisas para laeconomía nacional, como por llegar a subvenir una sentidanecesidad de nuestra agricultura .^^1 cubrir un lug^ar en las^alternativas y poder contar de antemano el agricultor con co-s^echa contrat^da a precio fijo.

* * *

Es, sin duda, el del algodonero el culti^-o^ que inayor e^-tcnsi^n h,_1 adqttirido en ntte,tro país, dentro de estos indtts-triales a que nos venin^os refiriendo. Pero hay zonas en quepuede result^^r muy interesante otra planta, el ricino, a la qu^dedicainos esta Ho.J ^ Drvur,ca^ox^, y qiie ofr^ece la venta-ja de sufrir Poco por plaga^s y entermedades, mielitras queel algodonero es atacado por varios ins^ectos que eli^en tra-tamientos costosos.

El interés del ricino radica en el buen precio que alcanza.

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su aceite de intiltiples aplicaciones, entre las que inerecen des-tacarse las sigttientes :

a) 1?,n 1\^Iedicina, como purgante, calmante, antirreumá-tico,^etc.

b) Como lubric^tnte en motores de explosión y reacto-res, sobrc todo en los muy revolttcionados.

c) En pertttrncría, tintorería, industria d^e cttrtidos, etc.d) l'omo matei-ia hrima en la fabricación de termoplás-

ticos.N^_^ ^e trata de un cultivo nuevo en Espafia, pues en la

ve^a de Málag^t se conocc ^desde h^ce bastantes años y últi-mamente se viene cultivando en algunas vegas aragonesasc^^n buen renclimient^ ^ económico.

Clima y terreno apropiados.

1:1 ricinu es planta hruhia de clim.as cálidos, su integraltérmica no debe bajar cle ]os :}.ooo ^rado^ y, una vez iniciadala ^^ertninación, no sop^^rta ten^herattu-as interiores a los r2^raclos. I^.^iáente en ^tgua, no puede cultiv^^rse sin riego enzonas c^_^n hulviometrízt inEerior a los Cioo litros al año y,aun alcanzada esta cifra, cs preciso qtte en la prin^era épocacle ^stt d.esarrollo no f^11te la hunieclad necesaria l^ara la ger-minación.

llc io antedicbo se cle<ltice due la región óptin^a clel ricino,en L,spai^^t, está localiz.acla cn la cost<t inediterr^tnea; pero,dentro cle las teinperaturas mínimas tolerables para un cul-tiv^^ anual en sec^no y c^m l^recipitaciones sttficicntes, se en-cuentran las provincias clc : Gerona, Lérida, Guilnízco.a, San-tancler, Oviedc^, La Cortlña, Yontevedra y Jaén ( i). En otrasprovincias, por no alcanzar la plttviosidad sttficiente, el ricin^^ha de ctlltivarse en re^Ytdío.

Ia hoco exiñente esta planta en cuanto a la con^posiciónquímica del suelo, pero en cambio necesita de cletern^inadascondiciones físicas. Son hrecisos terrenos j^e^^na^ca^bles por-chie, ^i bien requiere ttn mínimn cle httmedad, no le favorece

(i) F_n Marruecos hay zonas de Larache y Tetuán donde también es posiblesu ctiltivo.

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el agua o la humedad excesiva ; porque estos terrerws permi-ten absorber el calor rápidamente; y por su gran desarrolloradicular, que iacilitan extraordinariamente las tierras suel-tas. Son apropiados, por tanto, los si-Líceo^arcidlosos y loscalcáreos, pro f u,nc^os.

Elección de variedades.

Debido a que su área mundial de cultivo es muy extensay a la multitud de hibridaciones, tanto naturales como pro-vocadas, el níimero de variedades del ricino es en la actualidadinmenso.

Botánicamente, atendiendo casi en exclusiva a caracteresmorfológicos, se han venido distinguiendo hasta aquí princi-palmente las variedades que citamos a continuación. No quie-re esto decir que sean las únicas conocidas, pero sí las másextendidas e importantes.

Rící^^z^^zs com^nz^uyais var. major.-Es la^ variedad más co-mún. Sus hojas son grandes y de color verde claro, lo, frutosmuy numerosos e indehiscentes.

Ihicvzvcas co,vnnau^^rais var. ^^ij^or.-De menorca dimensionesque la anterior, pero ^el rendimiento ^e^s mayor, pese a ser lassemillas de menor tamaño. )31 aceite procedente de esta va-riedad es el de mejor ca^lidad. Ti^ene el defccto de ser lo^trutos muy dehiscentes.

Ricivuz^s co^zrr2ua2^is var. ŝá^zg^uivue^us.-De color rujo inten-so, de ahí su nombre. Semillas bastante grandes.

Ricirus co^nm^urzis var. in,er^nis.-Su nombre provi^ene dela falta de púas o espinas en su fruto. Semillas de tamañomedio.

Ri,cin^zis cov^^^n^zc^2is var. v^^ri^d^i,r.-Toda la planta es decolor verde. Semillas muy numerosas.

Riciyaus co^m^muvUis var. viri^d^is.-Toda la planta es d^earrollada, rojiza y de grandes semillas, poco abundantes.

Dentro de cada una de estas variedadess, es muy g-rande

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Ylanta ^le ricino: Hojas, flones, frutos y semilla.

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el número de estirpes cle ricino que ;e conocen, pero éstas noson m^s que modificaciones de las variedades anteriores.

liltin^amente, en ^^<u•ius l^aíses ( Brasil, Italia, Estados Uni-dos de América, h'rancia y IZusia principalmente), se han he-cho estudios encaminaclos a obtener variedades mejoradas dericino, habiéndose loarado híbridos interesantísimos, desde elpunto de vista productivo y de aclimatacióil. Como en granpartc de Lsparia esta pl^lnta ha de cultivarse en zonas que, por^us bajas temperaturas, están lejos de pertenecer al ^irea óp-tima de culti^=o, sun para nusotros del máaimu interés los es-tudios realizaclos en Francia y Rusia que, natur,almente, vanencaminados a obtener variedades resisterrtes al frío.

^^o todas las varieclades de ricino son, lógicamente, apta^para cual^^uier zona, siendo albtmas tan impropi^as en ciertoslugares que sembrarlas cunduciría inevitablemente a lame^i-tables resultados. I'or est^^, es indispensable la elección cle lamás aprupiacla en cada caso, elección que babrá de hacerse te-niendo en cuenta, principalmente, la duración del ciclo veg-e-tativo dc la; diversas variedades; si éste encaja en ^el períodode tiempo que marcan las obli^adas fechas de^ siembra y re-cr^^ida, lmede .asegurarse ttna bu^ena cosecha.

Para zonas de cundicion^cs semé'jantes a las de los reg-adí^^saragoneses, es indicacla la variedad "sanguínea" y, dentro deesta varied^ad, e^l tipo r^njou (seleccionada francesa), que haclado excclentes resultadt^s. La "Conner", americana, es tam-bién rec^mendable para esta zon^i.

Labores preparatorias.

Como es lógico, estas ]abores dependen del tiempo queesté el terreno libre antes de la siembra.

Debe darse con arado una labor de unos a5 ó 3o cen-tímetros de profundidad, en otoño, seguida ^de un pase de;rada p^ara desterronar. En los primeros días de diciembre oúltimos de noviembre se da otra labor de arado para enterrarlas malas hierbas.

Si la siembra se hace en marzo o abril, por d^ar tiempo,debe hacerse en febrero otra labor cruzando la primera. Si

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uo se trata de tierras de buena calidad conviene enterrar cune;ta íabor una pequeña cantidacl de estiércol.

Siembra.

La éhoca ^^aría con el clima de la región en clue ha de rea-lizarsc, httes ya hetnos visto la perniciosa influencia que po-clrían tener las bajas temperaturas svbre la planta en los pri-tnert^s momentt ^s de su clesarrollo. Por tanto no debe sembrar-se hasta alcanzar la temperatura io ó i 2 gradus : teniend^ ^esto en cuenta, en las distintas regiunes y^ruvincias españo-las la sicmbra debe hacerse en los meses selialados en el ad-junto cuaclro:

1'Nr.xu: (^ádiz, Aiálaga, Almerí^.l^^t.u^tr•:uu; :Alicante.I12nuzn: Cbrdoba, Sevilla, I-luelva, >Alurcia, Valencia, Ca^trll^iu.

^Bxu.: Jaén, Granada, Badajoz, Tarragoua, Barccloua, I.érida, Grrona,Guipúzcoa, Vizcaya, Sautander, Oviedo, La Coruña, l'ontevedra, To-

leclu, "l.ar-.,g^^za, Ilucsca.

Cuando uo existe riesgo de heladas es conveniente acle-lantar la siembra, cosa que no debe hacerse de existir tal c^ ^-yuntura, pues se perclería lcl cosecha. Tampoco deben sem-brarse habicndo excesiva humedad en ^el terr^eno.

En parcelas muy extensas se emplea, generalmente, el si^-tema de surcos, efectuándose la siembra en líneas, deí>en-diendo la scparación entre líneas ^r entre pl^antas del tamañucle estas íiltimas. I.as separaciones usuales son las que in^lica^l cuadro siguiente:

i,is^r,^x^a,^^ ,,^,.^, ^^^. ^.,. ^^^.,. ^ „

Yi•quriia^ ^ir^liana^ I;rnndi•s

Cntrc líncas t'oo-i' o m. i'-o-i' '^ .......... 3 , 7; m. > oo n,.. , ^ ,

I:ntrc plantas ............. o'8o-i oo m. ti8o-t'oo n^. oSo-i'oo m.

La siembra se efectúa "a golge" y deben enterrarse dos5elnillas í^or golpe y.a poca prt^f.uudiclad, que uo deb^e sobre-hasar los tres centímetrns. La semilla s^' introcluce en el tercio^uherior ^lel caballón y en la cara du^ mira a mediodía.

5i el terreno es Inuy extensn debe sembrarse a máquina

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de la Eorma siguiente : se grade.a el terreno y se pasa, de^-pués, la ^embradora que hace pequeños hoyos en el suelod^epositando dos semillas por hoyo; éstas se tapan pasandc^^lespués una simple tabla por el terreno.

La cantidK^d de semillas a emplear por hectárea depend^

5emillas de ricinu (tamaño natural).

del procedimient^^ dr si^embra seguido. En Aragón vienen agastarse io kilos. La semilla debe ser de la cosecha anterio^-pues, como es sabido, las ^^leag^inosas pierden pronto el pod^erg^erminativu. Si la semilla empleada es vieja, no debe sen^-brarse sin haber hecho antes un análisis germinativo de lai>>isma.

Labores culturales.

Cabría hacer aquí distinción entre el cultivo anual y eicontinuado. El primero, como es natural, necesita mayore^cuidados y labores, algunas de las cuales (las que tienden atacilitar la nascencia y crecimiento de la plantita) no son ne-

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cesarias en ^el cttltivo pulianual. Yei-u para e^-it<ir la; repeti-cione^ y t^r necesitar las plantas de cultivo anual tvdas laslabores propias del polianual a más de las suyas particulares,nlenciouareinos aquí 1•as prácticas culturales necesarias o con-^^enientes para el primeru de estus cultivos, entre las ^lue ^e^ncontrarán las propias para aquellos terrenos en que el ri-cino es vivaz.

1a^•ardc^s.-Pueden darse a mano (con azad^a) o cun aradu.Ln e1 cultivo anual no deben darse hasta que la planta al-cance los cinco o seis centímetro^s de altttra, pues hk^sta en-t^ ^nce, la vegrtación extraña no le cauáa ilingítn n^^il, sin^ ^^litty al contrario la protege y sirv^e ^de abrig^o,

Biria.-Cuando la plant^^ alcanza una altura dc un^^s t^centímetros, conviene dar una labor de bina, que ti^ne ix^r^-^bjeto remover superficialmente el terrenc, y también destruirlas malas hierbas ctue hayan sobrevivido a l^^ escarda, ^^ toda^^i esta labor no se httbiese dado.

D^ tiemp^ ^ en tiemho cunviene dar ^^ases de cultivadorcun objeto dc destruir la corteza que haya podido tormarseen el suelo, mullir el terreno, conservar la humedad y destruirl,i; malas hierbas que hayan podido nacer.

D^es^rzr^te o^acl,areo.-Como se siembran dos ^ más plant,a^por golpe, al alcanzar unos io a zo centímetros cle altura searrancan las menos desarrolladas dejti^ndo una s^^la por golpc.l^:sta oheración con^-iene realizarla con el terreno muy hlí-^nedo.

Pod^.-Debe realizarse en el cultivo polianual al produ-cirse ]a caída de las hojas, es decir con la venidrl de los frí^s.Ln el cultivo anual no es precisa la poda.

Ri^egos.-Mucha importancia tienen los ri^egos en este cul-tivo, pues attnque el ricino puede ser planta espontánea ^nnuestro país, las variedades cultivadas, dada la irregularidacl_v escasez de las lluvias, necesitan de riegos.

Es recomendable dar éstos por la mañana y ha de pro-rurarse que la temperatura del agua sea lo más aproximadaposible a la del terreno. En la zona mediterránea son nece-

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^,arios generalmente unos siete riegos. Cuatro o cinco son^uhciintes en los regadíos aragoneses, lo que supone un in-^1.udable interés l^ara su extensión en zonas de estiajes acu-^ados y en fincas con agua elevacla.

D^s^t-tr^t^'.-Esta labor es conveniente cuando es exce-,ivo el crecimiento ^de la ^lanta. Consiste en suprimir la yematerminal tavoreciendo el ^desarrollo de r._^m.a^ laterales. Sefacilita así mucho la recol^ección.

Abonos.

I_at^^t-col,^r.^io.-Es muy conveniente el empleo de estiércol^^ cualduier otro tertilizante orgánico y no debe prescindirsede su empleo, salvo en casu de que el terr^eno sea muy ricuen materia orgánica. La im^ortancia del estiércol no se rc-duce a su poder fertiliz.ante, pttes su influ^encia es tambiénmuy grande en la mejol^a d^e la constitución física del suelo.Si no van a^eguir al ricino otros cultivos ávidos de nitró-geno, la estercoladura puede ser muy reducida, pues es plantal^oco exigente en este elemento.

^1 estiércol ha ^de repartirse al preparar ^el terreno parala siembra y debe estar muy "hecho". La cantidad d^epende,comc^ es natural, de la composición del suelo, pero es lo co-rriente repartir de Too a zoo c^uintales por hect^irea.

Ah^^laos ^itiíy^i^cos.-Los fosfatados y los potásicos sonlo^ más necesarios para eÍ ricino, ya que son estos compuestoslos ^lue en mayor cantidad entran en la composición de suscenizas.

Las cantidades a^ emhlear de ^abonos minerales son varia-hilí^inlas y e^tán en relación con la composición del suelo de^lu^e se trate. i\TO obstante copiamos a continuación unas fór-mulas de abonado, re.comendadas por algunos autores y or-ganismos :

a) para un área:1:;!

Estiércol ... ... .. . . ..... ..... . .... . . ..... ...... . ...... .............. 250Superfosfato de cal ............................................ zCloruro potásico (o sulfato) .............................. INitratn sódico ................................................... I'5

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Se enihleará cloruro, o sultato pot^isic^^ ^e^úii l.a reac-ción ^lel sttelo. Si el terr^eno es pobre en cal, s^e dar^i pr^^tereii-cia al sttltato. En otro caso se einplea^rá cloruro potásico, dtte

es i1^ás económic^.El nitrato se echa después de nacidas las plantas, rehar-

tiénd^^le en dos veces.l^sta tórmula ^es la i-ecomendada por el Ingenieru Agró-

num^^ D. iVIaNUEL ^ZAVUE^^o, Jete del S^e'r^z^r;c^^^^o ^^c F^o^^n,e^uto

^t^e l^r Pro^drrcción c^e Pl^a^^ti^tas 1Vlec^ici-ri.r^l^e^s, de la Direcei^»7 Ge-neral de A^ricultura :

b) Aboi^os mineral^ s par ru^ca : Kg-

5u^rerfosfato ......................................................

C^oruro potásico ( o^ sulfato; ..........._ .................Yeso .................................................................

t

,i

F'^íriiiuia ^consejada hor el Ingeniero ^gi-óiiomo D. Josí:

vi^a. Cnvizo, ^en ^el folleto titulado El ricirro: C^r^lt^iz^o y^^ti'h-

N^a^ci ^í ^ t-.

l;l yc5o est^t irldicado en terrenos arcillosos ^ caliz^^s, per^^n^^ en l^^s ácido;. Contribtrye a níovilizar la potasa.

Kgs.por.írea

c) Su,ierfosfato ...................................................... 3 a ;

^ttlfato atnóttico ................................................ t a i'^

Cloruro o sulfato potásico ................................. t'^ a z

l^ec^imendada h^>r la As^^ciaci^^n de CultiYadures Italia-nos de Ylantas 1Vledicin,ales.

Accidentes y enfermedades.

`^-a herno^ destacado que las enterin^edldes n^o ^on j re-cuentcs ^n el ricino, por ser pla^nta muy resiste^nte. En cuantoa confr^ttiempos, aparte de los que pue^den surgir por motivosi^re^^i;ibles (tnala ser7iilla, clima imPropio y mal terreno), pu^e-clen ori^inar perjuicios ;raves •a una plantación cle ricin^^ lashela^das, e] ^railizo v la^s ventiscas.

Recolección.No se puede generalizar acerca de^ la época y modo de

recolectar el rici^lo, pues varían co11 el clima y la varied.adcultivada. E^n las zonas de c^lima templado constante, las flo-

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raciones ^e u^antienen durante todo el año, ínicntras que enclim^s más fríos sólo se produce una floración. lle otra par-te, hay variedades que completan su ciclo en ochenta días,mientras otras tardan en hacerlo alrededor de ciento cincuen-ta días. Por tanto, no mencionaremos f echas y nos limitare-mo^ a indicar la forma en que se debe recog~er la cosecha.La recolección se efectíia a mano cogiéndose (con cuidado d^no pincharse, para lo que es reco^mendabl^e el empleo^ de ma-noplas) los frutos maduros, o bien los racimos enteros cuandolos frutos que lo forman han madurado todos. Generalmentes^e efectít.a en dos o tres pasadas, repitiéndose éstas cada quin-ce o veinte días.

L7na vez r^ecog^ida la cosech.a hay que proceder al descas-carillado de la semilla, operación que en algunas variedades serealiza fácilm^ente con sólo extender los frutos al sol, vareán-dolos después con horcas ^o palas. E^n otras variedades esimpresindible, para que l.a operación sea^ rápida y económi-ca, el empleo de máquinas descascarillaclc^ras.

Producción.

La producción varía much^^ con la zona de cultivo, clinza,suelo y varieda^d empleada. No ^obstante y a modo de ,orien-tación pueden señalarse como normales, en regadío, produc-ciones de 2.50o a 3.000 lcilos por hectárea de semilla con cás-cara, que rinde un 6^ por roo de semilla desnuda. Es decir,que la producción por hectárea de esta íiltima es de unos i.Fiooa ^.ooo kilos.

La semilla mondada alcanza, comu es lógico, un pre-cio más elevado; pero como las operaciones para privarla dela envoltur^a que la recubre exigen gastos dignos de tenerseen cuenta, hav que estudiar minuciosamente si conviene o noal agricultor el rea^lizar por su cuenta el descascarillado.

Es frecttente que la producción sea contratad^a de ante-mano (es decir, al sembrar), estipulándose en el contrato si lasemilla ha de descascararse por el agricultor. Esta es la for-ma de adquisición empleada por la mayo^ría de las industriascatalanas interesadas en la compra de esta semilla.

Gráficas Uguína - Meléndez Valdés, 7- Madríd