Marie Poussepin

un cuentoque no es cuento

Ilustraciones de Hermana Jessica Álvarez Rocha

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Hna Jessica Álvarez Rocha

En un país muy lejano llamado Francia, existía un pueblito al comienzo de los fér�iles campos de la Beauce, Dourdan. Sus noches est�elladas y acompañadaspor la luna dejan al descubier�o la belleza que posee este pequeño paraíso de Francia...

sus habitantes se deleitaban con las melodías silenciosasde la noche y era el tiempo propicio para nar�ar historias en familia.

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En el año 1653 una t�iste realidad se vivía en la región,el paso de las las ter�ibles g�er�as de aquella época habían dejado hambre, soledad, orfandad...pero algo maravilloso sucedió….

En esta sit�ación de miseria se suscitó un espírit� de misericordia como respuesta a tan difícil realidad.

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El 14 de oct�bre del mismo año, en este ambiente, la Familia Poussepin muy queridapor los habitantes de Dourdan, anunciaron con aleg�ía la llegada de suhija Marie Poussepin. Juliana y Claudio sus padresestaban felices con la noticia, pues en medio de tanto dolor, ella era una luz de esperanza…

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Marie Poussepin creció en compañía de sus 6 her�anos, de los cuales solo quedaron dos, ella y Claudio su her�ano menor, quienes t�vieron la g�acia de crecer en la escuela de la caridad, acompañando a su madre a visitar a los enfer�os y los pobres.

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Con el pasar del tiempo Marie Poussepin tiene que enfrentar g�andes batallas, pierde a su madre y asume la responsabilidad del hogar y la for�ación de su her�ano menor.

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Claudio Poussepin propietario de la fábrica de medias de lana, por una inadecuada administ�ación, ent�a en una crisis económica. Marie toma las riendas de la fábrica con su espírit� emprendedor y creativo t�ae nuevas ideas y con ellas máquinas moder�as para hacer medias de seda y de lana, además inst��ctores para enseñar el f�ncionamiento a las jóvenes aprendices, quienes f�eron las primeros beneficiadas de la caridad organizada de Marie Poussepin

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Marie Poussepin como mujer próspera aseg�ra el f�t�ro de su her�ano y lo va empoderando primero como aprendiz, luego como jefe, maest�o y dueño de la empresa.

Establecida y organizada la empresa, vive con justicia cristiana la promoción de sus aprendices, actit�d desconocida en aquella época, puesto que la caridad por el t�abajo seria el g�an apor�e que daria a la humanidad.

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Liberada de las obligaciones de la indust�ia familiar, asume con renovada decisión la atención directa e inmediata a muchos pobres y enfer�os de Dourdan como miembro de la Cofradía de la Caridad.

La cr�deza del invier�o causa muchas muer�es en Dourdan y deja enfer�as a g�an número de personas. Una de ellas, Marie Olivier, viuda sin hijos y muy pobre, llama a la puer�a de Mariepara pedir el socor�o de la Cofradía. Su sit�ación era tal que Marie no duda en acogerla en su propia casa, compar�ir con ella cuanto posee y cuidarla hasta su muer�e. 9

Una mañana Marie Poussepin es invitada por un familiar a Sainville, se pone en marcha y en el horizonte pudo vislumbrar un g�anero rodeado de molinos de viento que anunciaban la llegada a Sainville una población cercana a Dourdan, abatida por las consecuencias de las g�er�a pobreza, enfer�edad, hambre...

Sainville

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Este t�abajo no lo podría realizar sola, f�e así como se le f�eron uniendo ot�as jóvenes que al ver su carisma para t�atar a los más débiles, se ven llamadas a compar�ir con ella la vida en el ejercicio de la Caridad.

BIBLIA

Marie sueña con la Fundación de su comunidad y para ello t�vo que esperar cont�a toda esperanza 40 años para recibir las Car�as Patentes para su aprobación.

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Fue así como en aquel pueblito un día vio como la luz rompía las tinieblas a t�avés de la organización y

la ent�ega de una mujer que encendía en el corazón de sus habitantes la llama del amor y

de la esperanza.

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Marie Poussepin sembró en las tier�as de Sainville la semilla de la Caridad, semilla que hoy florece y se esparce

por todo el mundo a t�avés de cada Her�ana de la Caridad Dominica de la Presentación de la Santísima Virgen

que anuncia la misericordia del Dios de la vida.13

Continuará.. .14

Y este cuento que no es cuento

Trazos y colores de Caridad al estilo de Marie Poussepin.