Ya llegó la primavera, y comenzaba a hacer calor. Pero además era un día muy especial porque era el cumpleaños de Kilian.

Diego, Zuleima, Nayeli, Nicolás y Kilian habían preparado una fiesta de cumpleaños en el jardín de casa de Kilian.

Todo estaba preparado: los refrescos, las chuches, los bocatas, un montón de juegos y, por supuesto, ¡el regalo de Kilian!¡Un secreto!: entre todos le habían comprado un bañador de palmeras amarillas.¡Cómo va a presumir Kilian este verano!

Kilian sopló las velas de la tarta y se sirvió un gran trozo. Todos saborearon el pastel... ¡hasta acabar hartos!¡Pero Kilian se sirvió más y más tarta y vació su vaso de refresco una y otra vez! ¡Zuleima y Nicolás le miraban enfadados! ¡querían entregarle su regalo y el solo comía!

Por fin, Kilian dijo que había terminado. ¡Claro! ¡Ya no quedaba tarta! Con cara de pocos amigos, Zuleima le entregó el regalo de cumpleaños.A Kilian le encantó el bañador de palmeras.

¡Pero tenía una enorme barriga, no le cabía! ¡Y era la talla más grande de la tienda! ¡Qué disgusto! Parece que la fiesta se había fastidiado. Kilian se había sentado en un rincón del jardín y no quería hablar con nadie. Le dolía la barriga, ¡había comido demasiada tarta!

Además, sus padres le habían regalado una bici. ¿Para qué?- se preguntaba.¡Tenemos que hacer algo!, _dijo Zuleima_. ¡Ya sé!, Kilian, ven, vamos a organizar entre todos un plan para el verano. Antes de que se acaben las vacaciones habrás adelgazado lo suficiente para que te puedas poner el bañador.

Todos se apuntaron a un cursillo de natación en la piscina de la Orotava. Después de todo, la fiesta acabó bien. Kilian recuperó su sonrisa y propuso dar una vuelta por San Antonio para estrenar su bicicleta. ¡Se imaginaba al final del verano, guapísimo con su nuevo bañador de palmeras amarillas!

Estaba seguro de que con la ayuda de sus amigos lo iba a conseguir.

FIN