cruzando las fronteras por vera f de barnes

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CRUZANDO LAS FRONTERAS

Por: Vera F. de Barnes

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CRUZANDO LAS FRONTERASPor: Vera F. de BarnesUna biografa del Dr. Alberto Benjamn Simpson, Fundador de la Alianza Cristiana y Misionera.

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Este libro se termin de imprimir El da 20 de febrero de 1959, en los talleres de la Imprenta y Editorial Alianza, calle Dinamarca 711, Casilla 297, Temuco, Chile.2

Dr. Alberto B. Simpson

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INDICEIntroduccin................................. 0 .................. 5 Prefacio 0 . 7 El impacto de una 0 vida.. 9 Un da de 1 invierno. 2 Para utilizar en vida o en 1 muerte.. 6 La prueba del 2 llamado. 0 Llamado segn su 2 propsito.. 4 El rayar del 2 alba 9 Permanecer en Cristo 34 Vida permanente Cristo en vosotros.. 38 Cristo nuestra Vida 42 El ministerio de la Sanidad.. 52 Ensancha el lugar alarga tus cuerdas.. 60 El apostolado en marcha69 Estas empero son escritas. 74 Hombre de oracin 80 Cruzando la ltima frontera.87 Hasta que yo venga 91

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CRUZANDO LAS FRONTERAS

Introducci n

La

obra de Dios requiere de hombres de Dios para llevarla a cabo.

"Busqu un Hombre de entre ellos", fue, es y ser siempre el mtodo divino. A travs de los siglos Dios ha escogido, preparado, llamado y equipado individuos para la proclamacin del Evangelio. La figura principal de este libro fue uno de esos verdaderos hombres de Dios que sirvi a su generacin, y "aunque muerto, an habla". El corazn de amor del Dr. Simpson y su profunda preocupacin por las masas no evangelizadas en el mundo entero, su gran visin misionera, y el mensaje del Cristo Todo-suficiente" ha transformado miles de vidas en la redondez del globo. Una de esas personas es la autora de este volumen. La seora Vera de Barnes, quien juntamente con su esposo ha pasado ms de treinta aos en Argentina, fue una de los muchos que "encendieron su candela en la antorcha de Simpson". Sera muy difcil encontrar una persona ms capaz y mejor capacitada para escribir esta esplndida biografa que la seora de Barnes. Ella es un lder sobresaliente en la obra evangelstica de Sudamrica. Su vida dinmica, bajo el ungimiento y direccin del Espritu Santo, ha sido usada grandemente por Dios en campaas con carpas, evangelizacin de nios y en el ministerio de la enseanza. Durante tres dcadas ha enseado y creado la vida hogarea para estudiantes de doce diferentes nacionalidades en el Instituto Bblico que la Alianza Cristiana y Misionera tiene en Argentina del cual su esposo es el fundador y director. Sus graduados estn hoy predicando el evangelio por toda Argentina, Uruguay, Paraguay y allende los Andes en Chile y Per. Quizs la labor mayor que la seora de Barnes ha ejecutado dentro de los ltimos veinte aos ha sido entre las mujeres argentinas. Durante ese perodo ha sido, o presidente o secretaria general de la gran organizacin evanglica conocida como la LIGA ARGENTINA DE MUJERES EVANGLICAS, la que tiene una membresa superior a 1.800 mujeres de una docena o ms diferentes denominaciones y de muchas diferentes nacionalidades y razas. Uno podra deducir que la madre de seis hijos, algunos de los 5

cuales se han distinguido en asuntos mundiales, tendra poco tiempo para ministerios tan extensos y variados, pero la seora de Barnes ha actuado en todo esto, ha marchado lado a lado con su esposo, un misionero enrgico, y ha encontrado tiempo en medio de sus pesadas responsabilidades, para escribir bastante.

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Recomiendo este excelente volumen a los amigos de habla espaola en la Amrica Latina. Estoy seguro que ser una fuente de inspiracin y bendicin a muchos. Lo lanzamos a la publicidad con oracin para que sea el instrumento en las manos de Dios para reflejar la hermosura y gloria de nuestro Seor Jess y para despertar a muchos a que dediquen sus vidas, su tiempo, y sus recursos al servicio de Cristo. JORGE CONSTANCE Departamento Extranjero, Alianza Cristiana y Misionera.

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PREFACI O

Desde

que Dios ha puesto en ejecucin el plan para redimir a la

humanidad cada, l ha escogido a hombres y a mujeres de gran calibre espiritual y visin para llevar a cabo los distintos aspectos de su plan de redencin. Porque Dios siempre, ha usado a los instrumentos humanos para revelar verdades divinas a las generaciones contemporneas, a la vez que les ha hecho partcipes del eterno cumplimiento. Para mostrar al mundo y a las generaciones de todos los tiempos el significado de la fe, Dios escogi a Abraham. Le llev por sendas desconocidas hasta entonces por hombre alguno, para mostrarle los valores eternos inmensurablemente grandes de una vida entregada completamente a Dios, vivida en Dios y para Dios. Abraham, entretanto, gozaba continuamente de un tierno cuidado e innumerables bendiciones, mientras caminaba con Dios y mientras Dios le iba revelando aquellos valores imperecederos de una vida de obediencia y de fe. Para mostrar al mundo el significado de la libertad verdadera hallada nicamente en Dios, fue escogido Moiss. Durante cuarenta aos y a travs de ros, mares, desiertos y montaas, el nuevo sentido de la libertad para un pueblo entero como para un individuo, era el norte y el gua y, an ms, la misma inspiracin y el constante sostn de vida para aquel gigante de Dios llamado Moiss y tal revelacin era transmitida magnficamente por l. Para mostrar al pueblo de Dios y al mundo entero las glorias inmarcesibles de aquel Reino de Dios sin fin, establecido eternalmente en los planes divinos (II Samuel, cap. 7) fue escogido David. La visin de tal Reino le acompa por el duro camino de la persecucin, y, mientras se esconda de los enemigos en las cuevas durante la larga jornada de luchas y batallas en procura de alcanzar lo revelado por Dios. El blanco que tena por delante le imparta nuevo valor en los momentos de desaliento y de derrota aparente, para hacerle, luego, remontar sobre las alas de las conquistas de lo insuperable para su Dios. Y, logr as, el alto testimonio de "haber servido a su generacin segn la voluntad de Dios". Testimonio mayor imposible de superar. Para mostrar al mundo crdulo e incrdulo la vida en toda su plenitud por medio de la fe en el Cristo de Dios, grande, glorioso y suficiente, Dios ha escogido a travs de los tiempos, a hombres como Simpson. Hombres con humildad de corazn pero tambin con potencia y 8

sabidura del Espritu Santo, para ser usados como instrumentos poderosos para hacer conocer a Cristo en su plenitud de: salvacin amplia, vida abundante, salud fsica y la esperanza del porvenir. Simpson cruz las fronteras de una vida espiritual mediocre para hallar ms all

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De lo comn las primicias de aquellas riquezas espirituales reservadas para todos aquellos que no se contentan con una vida cristiana a medias, sino, la vida del camino alto, el camino junto a Dios. As, Simpson llego a conocer a Dios en una manera poco comn a los hombres. Lleg a conocerle en su grandeza, en su magnificencia y en su santidad para luego ser hecho el participe del plan de Dios en llevar a miles de creyentes fracasados a una vida de victoria en Cristo y en la extensin del reino de Dios en un tiempo cuando tantos cristianos haban perdido la visin misionera. El cometido sagrado llevado a cabo tan digna y noblemente por Simpson ha pasado hasta nosotros como un caro legado; no para ser disfrutado liviana e interesadamente, sino para ser llevado a cabo con la misma visin, el mismo celo y la misma consagracin que l tena. Porque an hay almas que salvar, vidas rotas para restaurar y corazones abatidos que necesiten urgentemente el mensaje de la completa liberacin por el Cristo de Dios que salva hasta lo sumo, que santifica enteramente, que da salud al cuerpo enfermo y que volver con toda seguridad un da no muy lejano para llevar a los suyos donde reinaran para siempre con El. Humilde y escuetamente he tratado de presentar en las pginas siguientes algo de lo mucho y algo de lo grande que yo he podido palpar, profundizar y conocer como realidad. La vida de Simpson, su mensaje perenne y potente y su programa mundial para con un mundo que se pierde nos invitan, nos inspiran y nos sirven de desafo para cruzar las fronteras en busca de la vida abundante y en busca de las almas que yacen an ms all en las densas tinieblas de una noche sin Cristo.

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EL IMPACTO DE UNA VIDA

Era

el atardecer del da 23 de septiembre de 1918, cuando un matrimonio joven hizo su entrada en el Instituto Bblico de Nyack, Nueva York de los Estados Unidos de Norteamrica, el primer Instituto Bblico establecido en aquel pas. La primera impresin recibida en aquella ocasin hizo tal impacto en el ms ntimo ser de ambos jvenes que qued grabado durante toda su vida. Ambos jvenes haban sido criados y educados en un ambiente cristiano. Estaban acostumbrados a grandes campaas evangelsticas donde reciban la enseanza sobre la vida ms profunda y el retorno de Jesucristo al mundo en busca de su Iglesia. Sin embargo, jams haban odo ni palpado lo que all estaban oyendo y experimentando. En las enormes paredes del edificio del Instituto estaban colocados grandes mapas de los distintos pases del mundo entero. Sobre cada uno de ellos estaba escrito un desafo para llevar cuanto antes el mensaje de Cristo de la salvacin eterna para todo hombre, a los habitantes de las regiones no alcanzadas por el Evangelio. Los jvenes reunidos estaban cantando. Sus corazones, por la manera de cantar, daban la impresin de arder con el deseo sincero de contestar positivamente al desafo; listos para ir donde Cristo les enviara. El canto hablaba de un "Cometido Sagrado Se haca sentir, . tanto en las canciones, como en las oraciones y los testimonios que seguan, el mensaje vibrante de un Cristo poderosamente grande para salvar. Todo el ambiente estaba completamente impregnado con el sentido de un amor profundo de parte de los jvenes para con su Seor y para con las almas que viven y mueren sin conocer a Cristo. Se pareca escuchar con el mismo frescor del Cristo Resucitado la Gran Comisin dada a los discpulos hace casi dos mil aos: "Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura". Verdaderamente, el ambiente era de santidad como si hubiera sido la experiencia de la raza revivida en medio del grupo. Esa experiencia que tuvo Moiss que le prepar para las luchas de la vida y para la vida misma, donde toda la escoria de la ambicin humana y el egosmo del corazn son quemados para permitir brillar al travs de la vida, nicamente la luz pura de Dios. Y donde aun los mismos intentos del corazn son escudriados y puestos a prueba para que surja solamente la voluntad santa de Dios. Con el nico deseo de luego servir a Dios doquier l enviara, con santidad de vida. Al terminar la reunin, reverentemente cantaban los jvenes estudiantes las bellas palabras del himno escrito por un colega misionero, a la sazn, moribundo de una fiebre terrible en el lejano 11

pas del frica _ W. Macomber que tambin haba estudiado all, en las mismas aulas, unos aos antes:

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"Me parece or sus pasos, por la senda do yo voy, Y disipa su presencia toda sombra de dolor. Yo me inspiro con los himnos de este coro celestial, Que al odo siempre canta: "Viene Cristo a reinar". Todo el programa haca comprender al que escuchaba y observaba, que tanto la inspiracin como el motivo que impulsaban a aquellos jvenes a entonar el hermoso himno del colega Macomber, era el gran amor hacia su Seor y Maestro con el fin de adorarle y hacerle conocer hasta lo ltimo de la tierra. Justamente como haba sido con el joven nombrado y aunque moribundo en tierras extraas era consciente de la realidad gloriosa de la presencia de Cristo y de que l haba sido un instrumento en las manos de Dios para la salvacin de muchos africanos. Ahora otros jvenes llenos de fe y de compasin se preparaban para cruzar las fronteras con el mismo fin de hacer conocer al Cristo grande y glorioso que conocan y del cual cantaban con tanta consagracin. El desafo no era en vano. Era fcil, luego, comprender el significado de la impresin recibida. Estando al da siguiente, el mismo matrimonio, sentado en el saln principal del Instituto, esperando, con los profesores y estudiantes, el comienzo de una reunin, entr una figura distinguida y hasta majestuosa por su porte digno y semblanza de rostro. "Y le conocan que haba estado con Jess". Era la figura de Simpson. Aquel hombre de Dios que era usado por el Espritu Santo poderosamente para crear el ambiente que all reinaba. La influencia de una vida en contacto constante con Dios. Simpson entretanto, procedi a subir a la plataforma. Despus de unos momentos de oracin silenciosa empez a orar en voz alta. Or durante treinta minutos. Nunca antes ni despus haban odo los jvenes tal oracin. Abarc al mundo entero con sus plegarias. No con palabras fingidas ni forzadas sino, con verdaderos gemidos del alma; alma apasionada, enamorada de Cristo y encendida con el fuego del amor de Dios para con un mundo pecador. Sin embargo, la nota distintiva de la oracin era Cristo. Cristo el Cordero de Dios inmolado por nuestras rebeliones y ofrecido como sacrificio puro y eficaz por nuestras transgresiones. Cristo, que vino hasta nosotros como la misma expresin del amor eterno del Padre Celestial. Cristo, que se ofreci voluntariamente para poder 13

rescatarnos del abismo del pecado y de las garras de Satans. Cristo, siendo el Hijo Unignito de Dios Padre, se hizo pobre para que nosotros fusemos enriquecidos; tan slo por amor hacia nosotros. El que era Heredero de todas las cosas se despoj de todo lo suyo para redimir lo que se haba perdido. Cristo, teniendo el poder para crear y para sostener el mundo, los planetas, el sol y las estrellas, se humill hasta la muerte y muerte de cruz para romper las cadenas del

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pecado y para darnos libertad eternalmente. Cristo, que venci el pecado, Satans y todo enemigo del hombre. Cristo, que salva ampliamente, que santifica enteramente, que sana completamente y, que con toda seguridad vuelve otra vez. Qu gloriosa visin! Cristo coronado de honra y de gloria sentado a la diestra del Padre donde intercede por nosotros. Puesto "Sobre todo principado, y potestad, y potencia, y seoro, y todo nombre que se nombra, no slo en este siglo, mas an en el venidero". Cristo, que lleva el alma ms all de las fronteras de una vida limitada a una vida de victorias y con-quistas sin fin. Luego, la oracin culmin con las plegarias como gemidos del corazn de Dios que ama entraablemente, a favor de un mundo sin el privilegio de conocer a Cristo. La visin excelsa del Cristo de Dios llenaba todo el ambiente; llenaba tambin los corazones presentes humillados delante de Dios. No era extrao pues, que la oracin hallara eco en los cielos y que reputara ms tarde en la vida del matrimonio como en la vida de muchos de los presentes para la salvacin de almas en los cinco continentes del mundo. Porque la obra por Simpson empezada, circunda hoy da el globo. Durante las 24 horas de cada da del ao hay misioneros, pastores y evangelistas nacionales de cada pas que estn proclamando el mensaje de Cristo en 136 idiomas y dialectos distintos y trabajando en 24 pases distintos del mundo. Sobre la obra, jams se pone el sol. Con corazones humildes y sensibles a la voz de Dios crucemos reverentemente a travs de esta lectura las fronteras espirituales y geogrficas que Simpson tan noblemente cruz. Y que en el cruzar, hallemos a Dios en su plenitud para nuestras propias vidas. Podemos, entonces, estar seguros de la bendicin sealada de Dios y del lugar que El tiene para cada uno de nosotros. Ser pues, glorioso el cruzar y el hallazgo all, el secreto de la felicidad verdadera en Dios.

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UN DA DE INVIERNO

El da 15 de diciembre de 1843 amaneci nublado

y fro en el pueblo de Bayview, Prince Edward Island, Canad. Era un da crudo de pleno invierno con el mundo alrededor completamente blanco de nieve. En el campo cercano al pueblo haba un hogar cuyos dueos eran fieles creyentes en el Seor Jesucristo. No era un hogar de lujo, sin embargo, era un hogar bastante cmodo, considerando las comodidades del campo en aquel entonces. Los enseres en los distintos ambientes del hogar haban sido construidos por las hbiles manos del padre de la familia. Porque era un hogar con varios hijos y por lo tanto, necesitaba camas, cmodas y otros muebles por el estilo. Una estufa a lea, serva de modo de calefaccin para la cabaa, creando as una atmsfera hogarea en tiempo de invierno. En las paredes del hogar se encontraban los retratos de los antepasados del matrimonio. Todos eran escoceses. El abuelo, por parte del padre, haba venido de Escocia cuando contaba apenas cinco aos de edad. Tambin se notaba el toque fino y delicado de una mujer culta, aunque de circunstancias humildes. Porque haba plantas hermosas y flores delicadas que adornaban el hogar aun en pleno y muy severo invierno. Sobre los pisos, alfombras hechas a mano y sobre las mesas y cmodas, carpetas tejidas a mano con toda precisin y delicadeza. Los tres hijitos del matrimonio pasaban las horas durante el invierno inclemente jugando dentro de la casa porque el gran fro reinante les impeda permanecer por largo rato afuera. La madre de los nios sola leerles los relatos bblicos y las bellas e inmortales poesas de Milton, Scott, Cowper y otros, a sus tres hijitos antes de ponerles en la cama cada noche. No sin una oracin al Seor pidiendo su proteccin y encomendndoles a su tierno y amoroso cuidado. Aunque vivan en una chacra y el padre de la familia tena que hacer las veces de chacarero, no lo era y, siempre le resultaba pesada y hasta penosa esa ndole de trabajo. Era no obstante, un carpintero excelente. De ah venan los muebles cmodos y atractivos para el humilde hogar. Entre ambos padre y madre hacan del hogar un verdadero pedazo del cielo sobre la tierra. 16

Como todo buen padre y toda buena madre cristianos, soaban con ver el hijo primognito llegar a ser un ministro del evangelio. El padre era dicono en una

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iglesia presbiteriana de la zona donde vivan. Los dems hijos ocupaban un lugar secundario en la eleccin de una vocacin para sus vidas. Tal era la fuerza de la tradicin de los tiempos. Lo ms importante era que el hijo mayor fuese obrero del Seor. En ese ambiente y bajo estas circunstancias naci el cuarto hijo de Jaime y Juana Simpson, al cual pusieron el nombre Alberto Benjamn. Alberto fue desde su infancia tmido e imaginativo. Cualquier cosa extraordinaria dejaba una impresin profunda en su mente y en su corazn. La mera idea o sugerencia de un castigo corporal le llenaba de espanto. "Si en alguna ocasin fuese castigado, no lo recuerdo", dijo una hermana suya, aos despus. "Era religioso y sumamente piadoso pero nunca miedoso ni cobarde desde su infancia", testific su hermana Luisa Simpson. Sin embargo, entre los viejos papeles encontramos algunos relatos y reminiscencias que nos dan la idea que no era tan distinto de otros nios. En cierta ocasin haba hecho una travesura que mereca un castigo. Conociendo a mi padre, pronto pens en una manera de escapar a tal castigo. No tena que hacer otra cosa que levantarme muy temprano, y sentarme para leer la Biblia. Porque mi padre era un cristiano muy devoto y ver a un hijo leer la Palabra de Dios para l era seal de arrepentimiento con deseos de vivir y conducirse correctamente. Y cuando mi padre me vio sentado leyendo la Biblia muy de maana sali silenciosamente del cuarto sin decirme ni una palabra. Tambin, entre las reminiscencias dejadas por Simpson, encontramos otros incidentes que nos dan a comprender los rasgos extraordinarios de su personalidad manifestados muy temprano en la vida. Hay una historia sagrada de la vida de cada uno de nosotros. La historia ms sagrada de toda vida son aquellos recuerdos escondidos detrs de toda palabra y de toda accin. S hay algo en los incidentes a relatar de mi propia vida que pueden ser usados para ayudar a otros creyentes en el Seor, estoy dispuesto a olvidar mi reticencia, que siempre me ha hecho difcil aun de permitir que mi fotografa sea publicada, para que mi testimonio glorifique el nombre de mi Seor. Los primeros recuerdos de mi niez son de un cuadro impresionante de mi madre llorando fuertemente durante las 18

altas horas de la noche, muchas veces. Yo sola levantarme para arrodillarme al lado de mi propia cama y pedirle a Dios por ella, aun mucho antes de conocer a Cristo como mi Salvador personal. Ms tarde llegu a comprender el por qu de su inmensa tristeza. Ella era una mujer muy sensible que vena de una familia culta y cuyo padre era un hombre con un

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buen puesto pblico en el pueblo donde vivan. Estaba acostumbrada a las comodidades y la vida social, dentro del pueblo creyente, por supuesto. Y ahora, por una crisis financiera que azotaba a las familias de esa zona por falta de trabajo, Jaime Simpson emigr con su familia hacia el oeste de Canad, una regin muy despoblada y hasta desierta en aquel entonces. No existan medios de transporte sino carretas cubiertas con un toldo y tiradas por varios caballos. En esta manera Jaime, su sensible esposa y sus cuatro hijitos salieron en busca de nuevos horizontes de vida. El viaje era largo y muy penoso. Uno de los hijitos muri en el camino. El viaje era de dos mil kilmetros. En un pueblito en el camino fue dejado el cuerpo del hijito fallecido. Con el corazn quebrantado, mi madre, juntamente con los dems lleg al nuevo hogar. As sucedi que mis primeras impresiones religiosas se relacionaban con el orar a favor de mi madre. Buscaba el corazn amoroso de Aquel que instintivamente un nio siente cercano y que ese corazn le ama y le puede ayudar. Recuerdo otro incidente cuando era nio y antes de ser convertido, que hizo una tremenda impresin imborrable sobre mi vida. Tena un cortaplumas, que atesoraba muchsimo y la perd. Recuerdo el impulso, sin decir nada a nadie, que senta de arrodillarme para orar sobre el asunto. Lo hice sin vacilar. Poco tiempo despus encontr el cortaplumas perdido. Esa leccin preciosa del cuidado e inters de nuestro Padre Celestial en los detalles de nuestra vida, me ha sido de bendicin incalculable. Aprend, entonces, a llevar a Dios todas las cosas en oracin. Qu leccin maravillosa! Aunque era nada ms que un nio y no convertido, me doy cuenta que Dios miraba los intentos de mi corazn y que descontaba el tiempo para tratarme como hijo adelantado. Porque El comprenda perfectamente bien que yo deseaba ser su hijo y que al comprender yo su gran amor y deseo para conmigo que llegara a aceptarle inmediatamente como mi Salvador personal. Reconozco la providencia divina sobre mi vida durante mi infancia y juventud. Recuerdo con sagrado temor las veces que mi vida fue preservada milagrosamente. Dios es bueno para con todos nosotros. En una ocasin mientras suba el andamiaje de un edificio en construccin pis una tabla suelta que dio vuelta ligeramente tirndome al espacio. Como por un milagro pude asirme de la punta de otra tabla que sobresala del piso abajo, en 20

la cada. Cuando estaba completamente extenuado, un obrero que iba pasando vino en mi socorro. La cada habra sido el fin de mi vida, sin lugar a dudas. Hay muchas personas que reconocen la intervencin de Dios durante una enfermedad o son salvadas de una situacin peligrosa, pero luego se olvidan de la bendicin para seguir su propio camino. No as con Simpson que a la vez que

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reconoca la bendicin recibida para luego buscar con ms ahnco el camino de Dios . Otra vez me bot un caballo. El animal tropez y cay encima de m. Cuando volv en m, el caballo estaba tocndome el rostro con su hocico. En otra ocasin, el caballo me dio una patada que me dej inconsciente por largo rato. Una vez fui librado de morir ahogado. Fuimos con algunos compaeros del colegio en busca de uvas silvestres que crecan junto al ro. Luego, como muchachos, entramos al agua para nadar. En pocos minutos yo me encontraba en las aguas profundas del ro. Mis compaeros estaban demasiado asustados para socorrerme. Empezaron todos a gritar. En ese mismo instante iba pasando un botecito con algunos hombres. No tardaron en venir a socorrerme. Me sacaron cuando me hunda por tercera vez y ya haba perdido el conocimiento. Estoy seguro que todas estas experiencias de providencia divina en mi vida me ayudaron a buscar con ms sinceridad a Dios. No saba cmo hacerlo, sin embargo, el anhelo tenda a unirme a Dios. Y creo que Dios siempre me buscaba. "Porque Cristo vino para buscar y salvar todo lo que se haba perdido". Y yo era uno de los perdidos. Si nos detenemos para reflexionar sobre las muchas veces que Dios interviene para salvarnos de situaciones peligrosas y con tanta paciencia nos busca, quedamos asombrados de su gran misericordia y longanimidad inmensa. Somos tan indignos y tan insignificantes en comparacin con la grandeza y la magnificencia de nuestro Dios. Sin embargo, es un hecho comprobado que Dios nos ama entraablemente. Nos ama de tal manera que dio lo ms caro que posea, Su Hijo Unignito, para ser despreciado, castigado y puesto para morir en una ignominiosa cruz para poder elevamos a la categora de hijos dignos del Dios del Universo. Y si nos ama tanto, cmo no nos ha de cuidar? Hombres y mujeres de poca fe que somos cuando nuestro buen Padre Celestial cuida aun de las aves. "Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni allegan en alfoles: y vuestro Padre Celestial las alimenta. No sois vosotros mucho mejores que ellas? Reparad en los lirios del campo como crecen: no trabajan ni hilan; mas os digo, que ni aun Salomn con toda su gloria fue vestido as como uno de ellos". "Y si la 22

hierba del campo que hoy es, y maana es echada en el homo. Dios la viste as, no har mucho ms para vosotros, hombres de poca fe?" "Dios de los ejrcitos, bendito es el hombre que en ti confa", exclamaba el salmista. Y nosotros que conocemos a Dios aadimos nuestro testimonio al del salmista porque Dios es fiel para con sus hijos.

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PARA UTILIZAR EN VIDA O EN MUERTE

No

es fcil comprender las luchas espirituales tempranas de Simpson sin conocer algo de las circunstancias en que se criaba y las enseanzas religiosas que reciba entonces. El ambiente, si bien ortodoxo, tambin era un tanto austero. No era la costumbre ni la oportunidad dada para que un joven abriera su corazn en cuanto a las inquietudes religiosas a los mayores que hubieran podido ayudarle. La mayora de nosotros ha conocido el mensaje que ensea que Cristo salva ampliamente, que santifica enteramente, que sana nuestras dolencias y que volver al mundo otra vez para buscar a los suyos. Simpson estaba buscando con ansias la verdad del mensaje, dentro de un ambiente formal, que lleg a ser tan suyo. Esa verdad de la plenitud de Cristo y que esa plenitud est al alcance de todo creyente que est dispuesto a buscarle hasta hallarla; llenando, por supuesto, los requisitos. Simpson tena el corazn dispuesto a servir a Dios aunque le faltaba reconocer a Cristo pblicamente como su Salvador personal. Deseaba servirle aun antes de conocerle. Por esta razn encontramos el sacrificio sobre el altar, el sacrificio adelantado. Aqu encontramos la oracin de una madre cristiana contestada. Porque Simpson empezaba a sentir el llamado de Dios para servirle adelantado. Nos hace pensar en la experiencia del nio Samuel, que luego lleg a ser un gran profeta de Dios. Samuel tambin haba sido ofrecido a Dios, por una madre piadosa, antes de nacer. Cuntos padres y cuntas madres oran recin a favor de un hijo o una hija llamado al servicio del Seor, y quieren que sean para Dios una vez alejados de El! La madre de Simpson haba orado al Seor a favor de su hijo en los trminos siguientes: "Padre Celestial, el hijito que nos has de dar, queremos que sea enteramente para Ti, para utilizar como sea tu santa voluntad, en vida o en muerte". En cierta ocasin una madre cristiana me dijo, refirindose al llamado de su hijo mayor al servicio de Dios: "Oh no, mi hijo mayor tiene otra carrera por delante. Tenemos una hija mujer que ha fracasado en los estudios en el colegio secundario, ella s, puede estudiar para misionera". El hijo sigui su carrera. La hija fue para estudiar de misionera. Fracas y hoy no est en la obra. Dios no busca en ese sentido, obreros para trabajar en su via. Y cuando Dios pone su mano sobre la vida de un joven, sea hombre o mujer, para el ministerio, el Espritu Santo da testimonio en su corazn que es llamado y le capacita para llenar el puesto. Dios no retira el llamado si bien es verdad que le utiliza a la persona llamada aunque no 24

sigue en el ministerio hasta donde puede con el tiempo limitado que tiene. En vez de ofrecer a Dios lo mejor que tenemos, muchas veces, le ofrecemos los fracasos. Otras veces, le ofrecemos las horas de cansancio despus de un da de

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trabajos y fatigas. Trabajos que han sido nicamente para el bienestar nuestro. El dinero que sobre, despus de pagar las cuentas, o el tiempo una vez que nos jubilemos. Cuntas personas descansan en los cementerios del mundo que han pensado as! Tales personas llegarn, posiblemente, al cielo, pero han de llegar con las manos completamente vacas. La exhortacin de Dios es bien clara en ese sentido: "No os hagis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orn corrompe, y donde ladrones minan y hurtan; mas haceos tesoros en el cielo, donde ni polilla ni orn corrompe, y donde ladrones no minan ni hurtan". Por el otro lado tenemos en la Palabra de Dios el testimonio convincente de Dios sobre la ofrenda de lo mejor que tenemos. patriarca Abraham, ofreci lo mejor que tena: su hijo Isaac. tom, lo bendijo, y lo utiliz para la bendicin del mundo durante los siglos. Y aun habla su vida. claro y El gran Dios lo crdulo

Aquello que reservamos interesadamente para nosotros mismos es aquello que perece con el tiempo. Aquello que entregamos sin reserva a Dios recibe Su bendicin. Luego, Dios lo toma y lo reparte en mil fragmentos para la bendicin de otros. Es necesario que est en sus manos. Los panes y los peces en las manos del muchacho en la ribera del mar de Galilea no eran de valor hasta que el Seor Jess los tomara, los bendijera y los repartiera a la multitud. En la bendicin y en el repartir por el Seor Jess eran multiplicados para llenar la necesidad de miles. A pesar de la oracin sincera de la madre de Simpson para apartar al nio Alberto para la obra del Seor, mostrando as el obrar del Espritu Santo, exista la vieja y tan arraigada tradicin de la vocacin al ministerio del primognito de la familia. Vemos la fuerza de la tradicin en las palabras de Simpson citadas en su testimonio personal en cuanto a su llamado a la obra. Tambin nos es permitido apreciar cmo el llamado de Dios arda en sus mismos huesos como en el caso del profeta Jeremas en su experiencia de desaliento cuando dijo "Su palabra fue en mi corazn como fuego consumidor, encerrada en mis huesos... pero Jehov est conmigo como un guerrero formidable". Sent el llamado de Dios al ministerio. Un da mis padres llamaron a mi hermano mayor y a m, a su presencia, y nos explicaron que el hijo mayor haba sido apartado (como era la costumbre) para el ministerio del Seor. Y ahora, haba llegado el momento importante para que fuese al seminario parra prepararse para tal obra. Suave, a la vez, firmemente, me dijo mi padre que me corresponda a m quedarme para trabajar en la chacra durante el tiempo que mi hermano mayor estudiara. 26

Todava siento el nudo enorme que suba a mi garganta al balbucear mi consentimiento y conformidad al respecto. Entonces, como iluminado por Dios, con palabras entrecortadas y la lengua tartamudeando, le rogu a mi padre que me diera tan solo su consentimiento para que yo tambin fuera para estudiar. Lo nico que le peda era su aprobacin y su bendicin.

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Tena yo mismo un plan preparado de antemano para costear mis propios gastos de estudios. Era por medio de la enseanza en una escuela pblica, aunque contaba con catorce aos de edad solamente, entonces. Recuerdo bien el tono tembloroso de la voz de mi padre, llena de sentimiento al cederme mi peticin y darme su consentimiento para poder ausentarme del hogar: "Dios te bendiga hijo mo". Sin recuerdos, pero, con la bendicin y el consentimiento de mis padres, proced a juntar mis cosas para salir de mi querida chacra, dejando el arado y los surcos cual Elseo de antao para ir en busca de Dios, en busca de lo que yo senta que Dios tena para mi vida. Empezaban muy pronto las luchas. Luchas que resultaban ser demasiado fuertes para un muchacho de catorce aos. Dentro de poco tiempo tuve que volver a la chacra y al hogar con los nervios completamente deshechos. Crea que me iba a morir, y por supuesto, no me senta seguro en el Seor. Pues nunca haba conocido a Jesucristo como mi Salvador personal. Aunque, como dije, el Seor vea que yo deseaba ser su hijo pero nadie jams me haba explicado cmo poda llegar a ser hijo de Dios. Exista mucha formalidad en la iglesia donde fui criado. No era la costumbre de hablar personalmente con un individuo de la necesidad del arrepentimiento del pecador. Llam, sin embargo, en mi angustia, a mi padre, para que orara por m. Durante la oracin vino una paz profunda a mi alma atribulada y pude descansar por vez primera en mucho tiempo. Unos das despus, Simpson fue a la casa del pastor de la iglesia donde los padres y los hijos asistan y donde el padre era dicono. Iba en busca de ayuda espiritual. El pastor, dndose cuenta, sin duda, aunque Simpson no haba dado expresin a su problema al llegar esa tarde, le alcanz un libro. El libro trataba de la vida con Dios". Ojendolo, Simpson encontr un prrafo que vena bien al caso suyo, y que en sntesis deca lo siguiente: Lo primordial es creer personalmente en Jesucristo para la salvacin eterna. Hasta obtener esta experiencia toda obra, todo esfuerzo en el nombre de Dios, toda lgrima y toda resolucin de ser bueno y servir a Dios son en vano. En este mismo momento es su privilegio y su deber arrodillarse para tomar a Jesucristo como su Salvador personal. Decirle que cree en El, segn dice su Palabra. Creer a pesar de las dudas y de los temores que pudiera tener y recibir un corazn nuevo y la certidumbre de la vida eterna". Me arrodill all inmediatamente y orando al Seor con todo mi corazn deseoso de conocer verdaderamente a Dios, acept a Jesucristo para ser mi 28

Salvador. En ese mismo instante vino a mi corazn la seguridad que siempre viene al corazn que cree. Porque "el que cree tiene el testimonio que es hijo de Dios". Simpson anhelaba desde el principio de su vida con Dios mantener una comunin ntima y un contacto constante con el Seor. Haba observado a algunos creyentes perder el primer amor para con el Seor y para con la Casa de Dios.

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Cuando escuchaba hablar a algunos creyentes de sus fracasos y de sus temores, pensaba que si pudiera yo llegar a tener semejantes conflictos espirituales y perder as el gozo supremo de ese primer amor, que quisiera morir antes que me sucediera as a "m. Recuerdo de haber orado a Dios que antes que fuese as mi experiencia, que el Seor me llevara al cielo. Porque no hay nada ms triste que ver a un creyente perder el primer amor. Conservar la creencia como una cosa fra, si bien necesaria, es cosa lamentable. Encontramos una fuerte exhortacin en el segundo captulo de Apocalipsis, a la iglesia en Efeso que haba sufrido la prdida del primer amor. "Yo s tus obras, y tu trabajo y paciencia; y que t no puedes sufrir los malos, y has probado a los que se dicen ser apstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos. Y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado por mi nombre, y no has desfallecido. Pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor. Recuerda por tanto de dnde has cado, y arrepintete, y haz las primeras obras; pues si no, vendr a ti, y quitar tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido". Hay un lugar cerca del corazn de Dios donde Simpson viva durante su larga jornada y mltiples ministerios donde mana la vida para el creyente y don de abunda el amor de Dios. El creyente que vive all llega hasta las alturas espirituales desconocidas para el creyente que vive al margen de ese ocano del amor de Dios. Digamos con el autor del himno: "oh, siempre cerca tennos al corazn de Dios!"

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LA PRUEBA DEL LLAMADO

Una

vez recuperada la salud, Simpson volvi a los estudios. En el colegio era bien recibido. Tanto los profesores como los estudiantes le admiraban por sus dotes naturales, su inteligencia soberbia y su aplicacin a los estudios; virtudes no muy comunes reunidas en una sola persona joven. Adems, era muy querido por todos. Su rostro irradiaba bondad y generosidad cristianas. Su voz era cordial y sonora. Todo el mundo le colmaba de felicitaciones por sus cualidades extraordinarias. A pesar de los elogios por parte de los amigos y parientes, Simpson jams se mostraba orgulloso ni vanidoso; faltas muy comunes en aquellos que reciben las alabanzas de los hombres. Siempre llevaba la flor de la verdadera humildad sobre su persona, y esta fue, sin duda, una de las razones por qu Dios pudo, ms tarde, confiarle tan grande depsito espiritual. Entre lo aparentemente halageo de la situacin haba muchas pruebas y muchas luchas en su contra. El llamado de Dios al ministerio era puesto a prueba vez tras vez. Pero el llamado verdadero de Dios es potente al corazn sensible a la voz del Maestro. En las pruebas, Simpson escuchaba la voz de Dios reafirmndole en su vocacin. Tambin las palabras de la madre repetidas por ella durante su infancia resonaban constantemente en sus odos. "Para Dios para ser utilizado en vida o en muerte". Se daba cuenta, entonces, que su propia vida no era suya: era prestada solamente por Dios y por lo tanto, le perteneca a El. Despus de haber terminado los estudios secundarios, Simpson se present como candidato ante la asamblea de los presbteros de London, Ontario, Canad. Era el primero de octubre de 1861. Segn la costumbre de la asamblea, los candidatos guardaban silencio absoluto durante el tiempo que los presbteros trataban los asuntos en el orden del da. Luego, nombraban una Comisin Examinadora para atender a los nuevos candidatos entre ellos el joven Simpson. Y, qu Comisin! Queran saber de los antepasados de los candidatos, en cuanto a su carcter, experiencias espirituales, sus dotes, sus capacidades y sus dones como la firmeza de su fe en Dios, y por ltimo, en cuanto al llamado al ministerio. Recin despus de estudiar bien lo mencionado, eran aceptados para estudiar en el seminario, o sea, Knox College, (el Colegio Knox) en la ciudad de Toronto, Canad. De la chacra al plpito no es tarea fcil para nadie. Arar un surco en el campo es muy distinto de predicar un sermn a personas acostumbradas a escuchar mensajes por los hombres de experiencias. Elseo, el profeta de antao, aprendi esa leccin cuando Dios un da le 31

llam mientras araba surcos en una chacra en el pueblo de Abel-mehola de la Palestina.

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Durante las vacaciones de la primera Navidad despus de salir de su hogar para estudiar en el seminario, Simpson fue llamado para ocupar el pulpito de la iglesia donde haba asistido durante su infancia y niez. Tena 17 aos de edad. Hasta esa fecha era conocida sencillamente como "Beto". Ahora, se presentaba como un mensajero de Dios. Pero el llamado verdadero dignifica siempre al obrero, aunque sea joven. Y Dios le revisti con autoridad de lo alto en esa maana memorable. La voz que ms tarde servira como el portavoz de Dios para conmover a los hombres y a las mujeres en cinco continentes, no fall aquella maana de dura prueba. Todos los presentes se daban cuenta cabal que no era tan slo la voz conocida de un muchacho que se haba criado entre ellos, sino, que la voz llegaba con toda la autoridad divina. Era la voz de Dios a travs de su siervo. Sin embargo, Simpson era manso y humilde de corazn, segn el ejemplo de su Maestro. Porque la mansedumbre era la caracterstica sobresaliente de su personalidad. El orgullo era ajeno a su manera de ser. Por su inteligencia extraordinaria y su aplicacin a los estudios, pudo obtener la beca apreciada en la universidad, conocida como: la Beca de Jorge Buchanan. El ao siguiente, gan otra beca conocida como: la Beca del Prncipe de Gales por la tesis escrita sobre: "La Preparacin del Mundo para la Venida de Cristo y el Establecimiento de Su Reino". Por el ttulo, uno puede apreciar la valenta para escoger lo difcil en vez de optar por lo ms fcil. La ayuda financiera obtenida por medio de las becas le era de gran utilidad. Poda sufragar con las ganancias los gastos originados por los estudios. No obstante lo ganado, haba tiempos cuando Simpson se quedaba sin recursos. Muchos jvenes hubieran abandonado los estudios por los contratiempos. Porque es una tentacin de Satans ofrecer a aquellos en la prueba, cambiar las piedras en pan. As prob el enemigo al Seor Jesucristo en la hora de la tentacin cuando dijo: "Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se hagan pan". Dios ha prometido suplir nuestras necesidades. Y Dios no falta a su palabra. Muchas veces me encontraba sin centavo alguno. Sola tirarme sobre el csped de la universidad en la oscuridad de la noche, clamando a Dios por el dinero que forzosamente necesitaba para continuar mis estudios. Dios jams me fallaba entonces, ni tampoco despus. No te faltar a ti si confiares en El. "Mi Dios pues suplir todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jess. Jehov de los ejrcitos, dichoso el hombre que en ti confa". Son algunas de las promesas inmutables de nuestro Dios. Una de las experiencias ms preciosa y sagrada de Simpson en 33

los primeros tiempos de su vida cristiana de la cual l mismo escribi y que conserv mientras viviera, era la siguiente: en cuanto al pacto que hizo con su Dios. El pacto llenaba varias pginas pero en resumen se puede decir que era la expresin sincera de un

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corazn que verdaderamente conoca a Dios en una manera ntima. All est la confesin, la humillacin y luego, la bsqueda que termina en un dulce y solemne encuentro entre un joven y su Dios para no separarse ms. Contemplemos el encuentro: Yo creo en Jesucristo como mi Salvador personal. Acepto la salvacin plena ofrecida por El, que es mi Profeta, Sacerdote y Rey. Reconozco que Cristo ha sido hecho mi redencin y mi completa salvacin, mi sabidura, mi justicia y mi santificacin. El ha sojuzgado mi corazn rebelde por su gran amor. Por lo tanto, yo tomo el amor de Cristo para usarlo para su gloria nicamente. Si alguna vez se opusiera un solo pensamiento mo de rebelin contra ti, vncelo y trelo a sujecin. Cualquiera cosa que pudiera oponerse a tu divina voluntad en m, oh Dios, qutala en el nombre de Jess. Yo me entrego a ti como "vivo de entre los muertos" para volver a vivir solamente para ti. Tmame y same enteramente para tu gloria, en el nombre que es sobre todo nombre, el nombre de Jess, te lo pido. Ratifica ahora mismo en el cielo, oh Padre mo, este pacto que acabo de hacer contigo. Escribe en los cielos, en tu libro de recordaciones, que yo he llegado a ser tuyo, solamente tuyo, por toda la eternidad. Acurdate de m en la hora de la tentacin, y que nunca me aparte de este pacto sagrado. En la fortaleza, oh Capitn de mi salvacin, yo ser fuerte y ms que vencedor por medio de Aquel que me am. Soy desde ahora en adelante un soldado de la cruz de Jesucristo y un seguidor del Cordero de Dios y mi lema ser desde ahora en adelante: "Tengo un solo Rey Mi Jess!" Sbado, 19 de enero de 1881. (Simpson contaba 18 aos de edad). Firmado: Alberto Benjamn Simpson. Tenemos razn de saber que el pacto fue hecho efectivo y guardado en el registro de Dios en los cielos. Simpson cumpla fielmente lo prometido y Dios jams falt a su palabra. Ms que cumplir: el Seor sobrepasaba en todo momento con su siervo en: bondad, en misericordia y en amor. Porque nuestro Dios es un Dios de pactos. Sus promesas son eternas y sus misericordias nuevas y abundantes todas las maanas. "Se acuerda Jehov de su pacto, de la promesa que orden para mil generaciones. El cielo y la tierra pasarn, mas mis palabras no pasarn". Palabras de nuestro Dios. Con la frescura de la juventud sobre su frente y la consagracin del corazn entregado sin reserva a Dios, Simpson se levant del santuario del encuentro resuelto a vivir enteramente para Dios. Haca poco tiempo que haba salido del campo, dejando la vieja 35

chacra de los padres. Ahora, se daba cuenta que haba otros surcos que arar y otros campos que sembrar. Simpson levanta la vista y mira con confianza al Seor de la mies. Mira al mundo, ve los campos blancos que quedan sin obreros. Las promesas hechas apenas una hora antes le dan nimo mientras permanezca unos instantes en el

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umbral de la vida para recibir la sonrisa de Dios. Surgen inmediatamente posibilidades y sueos que casi le ahogan al pensar en lo grande que se le presenta la vida con Cristo. Con Jess qu fronteras maravillosas! El lejano da de pleno invierno queda atrs, casi en el olvido, y el da radiante con cielo azul y fronteras nuevas en la lontananza del porvenir se extiende sobre el panorama del maana con Cristo.

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LLAMADO SEGUN SU PROPOSITO

Cuando Dios llama a un hombre o a una mujer a su servicio, tal persona recibe del Espritu Santo el testimonio en su corazn que ha sido llamada. Es muy necesario que sea as. Porque bien ha dicho el gran apstol Pablo que: "la lucha no es contra sangre ni carne sino contra principados del maligno". En todas las generaciones las tentaciones y las luchas espirituales continan siendo esencialmente las mismas. Son las tentaciones que Jess tuvo que afrontar en el desierto y las venci a todas. "Porque no tenemos un sumo sacerdote, que sea incapaz de compadecerse de nuestras flaquezas, sino uno que ha sido tentado en todo punto, as como nosotros, mas sin pecado". En la prueba tambin viene la confirmacin, no tan slo por el testimonio en el corazn, sino tambin en la manifestacin de los frutos y las obras.En el caso de Simpson, la vocacin era confirmada en una manera marcada por los frutos en el ministerio; adems, del testimonio que el Espritu Santo le dio en la hora del pacto que hizo con su Dios. As que, en cuanto al llamado a la obra del Seor, no exista duda alguna. Sin embargo, las tentaciones y las pruebas abundaban. Simpson termin sus estudios en el seminario en el mes de abril del ao 1865. No fue fcil pasar los ltimos exmenes, que incluan: un examen sobre la Biblia en el idioma hebreo y tambin en el griego; la teologa, la historia de la Iglesia, como tambin muchas otras pruebas sobre cursos sumamente difciles. Porque la Iglesia Presbiteriana ha sido famosa por sus grandes predicadores y oradores de la palabra, y para mantener el prestigio inclume es necesario conservar las altas exigencias escolsticas establecidas. Adems, el examen inclua un discurso sobre II Timoteo; 1:10: "Mas ha sido manifestada por medio del aparecimiento de nuestro Salvador Cristo Jess, el cual ha abolido la muerte, y ha sacado a la luz la vida y la inmortalidad por medio del Evangelio". El discurso tena que ser ledo delante de los presbteros de la iglesia. An as, faltaban los manuscritos en latn; un discurso sobre el captulo siete de la carta a los Romanos; un sermn popular sobre Romanos 1:16, y otro discurso sobre Mateo 4:1-11. Una vez dados los discursos y entregados y aprobados los manuscritos, Simpson fue tambin aprobado. Tan distinto de la manera general de nuestro tiempo de presentar nicamente una tesis o un discurso escrito. La ordenacin al ministerio tuvo lugar oficialmente el da 12 de septiembre de 1865 a las dos de la tarde, en la iglesia de Knox. Era un 38

da lunes. Al da siguiente se cas con la seorita Margarita Henry. Simpson tena, entonces, 21 aos de edad. Visitando la universidad relataba a los cincuenta aos ms tarde, Simpson

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estudiantes lo siguiente, cautivndoles con las reminiscencias de su juventud mientras se diriga especialmente a las damas presentes: Me siento muy en casa entre vosotros aqu, porque hace cincuenta aos que dej mi corazn en la puerta de un hogar cercano, al ser abierta la puerta por la hija de la casa que visitaba. Margarita Henry que lleg a ser mi esposa en el ao 1865, el 13 de septiembre. Yo tena casi 22 aos de edad. Durante su primer pastorado, que fue la iglesia de Knox, en Hamilton, Canad, setecientos cincuenta personas nuevas fueron agregadas a la membresa de la iglesia. All qued ocho aos. Predominaban las inquietudes por alcanzar las "cosas mayores". No poda contentarse con lograr poco, ni tampoco con tener un ministerio mediocre como tantos pastores. Viajaba, predicaba y daba conferencias constantemente durante los ocho aos del pastorado en Hamilton. No se ataba ni permita que una iglesia lo atara, aunque fuese una iglesia numerosa y creciente como era la suya. A los treinta aos de edad ya era reconocido en todo el Canad y los Estados Unidos de N. A. como un predicador extraordinario con un ministerio amplio y muy extenso. Aun antes de terminar el primer pastorado mencionado, era conocido tambin en Europa. Haba llegado hasta all en conferencias especiales. Estaba convencido, despus de los ocho aos en la iglesia de Knox, que su ministerio all haba terminado. Acept, entonces, un llamado a una iglesia en la ciudad de Louisville, Estado de Kentucky, de los Estados Unidos de N. A. Por cierto, muy lejos, de su pueblo natal. Al asumir las responsabilidades del segundo pastorado, Simpson expres el pensamiento que lleg a ser ms tarde la pasin de su vida y la inspiracin para centenares de sermones e himnos inmortales que han bendecido y que an bendicen a las gentes en los cinco continentes, cuando dijo a la congregacin: El lema y la nota caracterstica de mi ministerio aqu en esta ciudad de Louisville, ser,SOLO JESS.

Ignoraba todo lo que el Seor hara para l y para el mundo a travs de l. Entre lo mucho expresado a la nueva congregacin en aquella ocasin, se destacan las siguientes palabras: No ser un apstol de nuevas revelaciones ni un exponente de nuevas verdades. Pero s, yo he venido con algo de lo grande y algo de lo eterno que Dios me ha dado para entregar a vosotros. Sin embargo, nueva para l y nueva para la congregacin era la 40

revelacin de la plenitud de Cristo para el creyente que Simpson experiment durante su ministerio all. Tom como su texto bblico para el primer mensaje, Mateo 17:8: "Y alzando ellos los ojos, a nadie vieron sino a solo Jess". El mensaje expresado ms tarde tan hermosamente por Simpson en el himno:

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Cristo slo es nuestro anuncio, Nuestra prdica El ser; Siempre a Cristo ensalzaremos, Cristo slo se ver. Cristo slo es quien nos salva, Nuestras culpas El borr; Su justicia nos ha dado, Con su sangre nos limpi. Cristo slo santifica; El embarga nuestro ser, Con su amor, fe, paz, pureza. Y la fuerza de vencer. ;

Cristo slo es quien nos sana, Nuestros males El llev; Y la plenitud de Vida, En la cruz por nos compr. Jesucristo pronto viene, Y a los sui/os licuara; Por los siglos sempiternos, Con su pueblo reinar. CORO: Cristo slo, Cristo siempre, Nuestro todo en todo El es; Salva, santifica y sana, Pronto viene El otra vez.

El instrumento ms til y ms efectivo que hay en el mundo para llevar a cabo cualquiera misin, es el hombre mismo. Simpson se transform en tal instrumento en las manos de Dios. Porque se convirti l en el mensaje vibrante y potente de la revelacin divina recibida. El propsito de todo mensaje bblico es el de llevar a los hombres y a las mujeres a Cristo. Si son pecadores: para que conozcan a Jesucristo como el Salvador personal. Si son creyentes en Cristo: para que le conozcan mejor. El mensajero de Dios jams puede llevar a la persona ms all en el conocimiento espiritual que donde l mismo se encuentra en su relacin con Dios. Por esta razn muchos testimonios resultan ineficaces y sin frutos permanentes porque son dados como mera teora. Una verdad tiene que ser experimentada antes de poder drsela a otros efectivamente. Dichoso el pueblo de Dios que tenga un pastor con sed verdadera de las cosas espirituales y que no se contena con darles una conferencia sin experimentar su propio mensaje. As que, el mensaje llega a ser un asunto personal como lo es el testimonio. Porque no es la voz, ni son las palabras nicamente; ni slo las ideas; ni tampoco la facilidad con la cual el predicador se expresa como muchas personas piensan. Aunque, Simpson reuna todas estas virtudes y muchas otras. "Podemos sentir este hombre". As era Simpson. Algo viviente; una realidad vibrante. 42

Su influencia pronto se extenda hasta abarcar a todas las denominaciones evanglicas de la ciudad donde era pastor. Hizo un llamado a los pastores de la zona a: Tener ante todas las cosas la unidad del Espritu en el ministerio del Evangelio. Porque es necesario, si hemos de triunfar en la obra de Dios. Se reunieron entonces, los pastores de la ciudad para orar. Y el Seor empez a obrar en medio de ellos. Sentan, todos ellos, el deseo de alcanzar a las masas que

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transitaban diariamente por las calles de la ciudad pero que jams entraban en las iglesias para escuchar la Palabra de Dios. Las oraciones fueron contestadas. Luego, los pastores empezaron una campaa evangelstica, cooperando todos. Tres meses ms tarde cien personas nuevas haban sido agregadas a la iglesia de Simpson, sin contar las personas aadidas a las dems iglesias de la localidad. Como resultado: el templo de la iglesia que pastoreaba Simpson se hizo chica para acomodar a tantas personas que deseaban asistir a las reuniones. Entonces las iglesias, todas unidas, resolvieron conseguir un lugar ms amplio y ms adecuado para acomodar a todos los asistentes. Como consecuencia, el saln de la Biblioteca Pblica fue conseguido para las reuniones de los domingos por la noche. El saln tena la capacidad para dos mil personas. Los pastores eligieron a Simpson como el predicador para dichas reuniones. Un poco ms adelante, la congregacin donde Simpson era pastor edific un tabernculo con capacidad para dos mil personas. El estilo tabernculo sigue siendo el edificio caracterstico como iglesias de la Alianza Cristiana y Misionera. Muchos de ellos son muy modernos, cmodos y muy hermosos. Algunos miembros de la congregacin de Simpson no alcanzaban a tener una visin misionera como para ver el mundo afuera de las iglesias sumido en la noche de la perdicin sin Cristo. Hubo entonces, muchas luchas y mucha oposicin para ampliar el programa misionero. Bastaba para ellos sentirse cmodos en una iglesia popular que creca diariamente y cuyo pastor era el mejor de la ciudad y uno de los mejores de su poca. No estaban de acuerdo que fuese la iglesia para todos y su pastor para todos. El pastor, sin embargo, segua exponiendo sus convicciones al respecto sin ofender a los oyentes. Porque ellos se daban cuenta que sus palabras venan de un, corazn que arda con el fuego del Espritu Santo y el celo de alcanzar a las almas para Cristo. Y que la visin que l tena era, sin lugar a duda, la visin del Cristo cuando estaba en el mundo contemplando a las multitudes que moran por falta de vida espiritual. Porque el mensaje de Cristo nos ha sido dado para darlo a otros: Si esta iglesia no est dispuesta a contribuir tanto a la obra misionera, para que el mundo conozca a Cristo, como contribuye para su propio sostn, quedar como un cuerpo egosta y morir con el tiempo de frialdad espiritual. Tiene que crecer. Tiene que

extenderse. Con la visin de un Cristo poderoso, ardiendo como un fuego en su alma y la visin clara de un mundo sin El, Simpson se entreg sin reservas a la gran tarea de llevar y de enviar el evangelio de Jesucristo a cuantos pases pudiera en el

transcurso de su vida. Como mensajero de Dios era una antorcha viviente del evangelio glorioso del Cristo de Dios. Las grandes verdades bblicas olvidadas por algunos y descuidadas por otros le eran reveladas con nuevo fulgor, enseadas con celo y fervor y, sobre todo, revividas con nuevo esplendor por Simpson. Era un gran apstol de Jesucristo a su propia generacin. La comisin dada a los discpulos hace casi dos mil aos hubiera sido llevada a cabo hace mucho tiempo si todos los cristianos fuesen como Simpson en su devocin hacia el Seor y en la obediencia para cumplir con sus mandatos. Cuntos obreros de la cruz de Cristo pasan el tiempo livianamente, sin visin alguna de lo grande del evangelio y, sin ambicin espiritual para mejorar la situacin, predicando aos hasta que la vida se les haya escurrido, a un puado de gente dentro de un saloncito Mientras los campos los campos quedan blancos para la mies, clamando por el segador que no llega. "Passe la siega, acabse el verano, y nosotros no hemos sido salvos". Mientras el Cristo Viviente potente para salvar fiel para santificar y sanar, sigue buscando hombres y mujeres que se detengan para contemplar su omnipotencia y grandeza y las posibilidades de una vida con El. Luego, levantar la vista y contemplar las fronteras cubiertas con las sombras densas de la supersticin, la incredulidad y donde reinan las ms lgubres tinieblas espirituales. Qu alturas y que profundidades hay para aquellos que se atreven a ir en pos de Cristo hasta hallar la vida rica y fructfera ofrecida tan generosamente a todo creyente y hallada nicamente por aquellos que se entregan de todo corazn a Dios. "Si alguno quiere venir en pos de m, niguese a s mismo, y tome su cruz, y sgame. "Porque cualquiera que quisiere salvar su vida, la perder, y cualquiera que perdiere su vida por causa de m, la hallar". Andamos nosotros a la deriva espiritual? Estamos nosotros dudando de la voluntad de Dios para con nuestra propia vida? Si nuestra experiencia con Dios no nos satisface y no nos lleva hacia una vida abundante en Cristo a la vez que nos lleva hacia una vida de servicio para El, entonces es tiempo que busquemos seriamente a Dios y su voluntad para con nuestra vida. Permitir al Espritu Santo escudriar hasta los mismos sentimientos, intentos e ntimos propsitos de nuestro corazn en procura del alto nivel de vida espiritual en Cristo Jess. No hay por qu fracasar y caer vez tras vez en las tentaciones cuando en Cristo podemos ser ms que vencedores. "Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia". Son las palabras de Jess a aquellos que moran por falta de vida espiritual. Los que no encuentran a Cristo en toda su plenitud, realmente, nunca hallan la

vida verdadera.

EL RAYAR DEL ALBA

Durante

los primeros aos del ministerio de Simpson dos experiencias con el Seor le sirvieron de constante estimulo: la experiencia de su conversin a Jesucristo, sin lugar a duda y la experiencia del llamado tan cierto de Dios al ministerio. Era consiente siempre de la Prueba divina del llamado por el testimonio del Espritu Santo en su corazn y por los frutos tangibles en el ministerio. A pesar de que hay quienes creen y ensean que el llamado de Dios a un hombre o una mujer a su servicio es una cosa anticuada, Dios sigue llamando a distintas Personas a un servicio definido y especfico. Sin embargo con todas las experiencias que Simpson haba tenido y la certeza del llamado, faltaba algo. Por que es posible ser creyente en Cristo y aun ser obrero del Seor, sin experimentar la plenitud de la gracia del Cristo en la vida y en la obra llamada a cumplir. Por lo tanto, existan ciertas inquietudes espirituales que dejaban a Simpson perplejo a la vez que le iban llevando hacia la bsqueda de algo mejor. Simpson sola encerrarse en su estudio para buscar con sinceridad y con ansias de alma el rostro de Dios. Anhelaba morir al yo y vivir entera y totalmente para Cristo. Recuerdo haber pasado un mes entero en mi temprana vida cristiana buscando una bendicin especial para mi mismo. Estaba pensando continuamente en trminos de algo para mi mismo. Algo espiritual, por supuesto. Fue en el da de un Ao Nuevo que resolv esperar en Dios para el bautismo del Espritu Santo. Resolv esperar en oracin una semana si fuese necesario. Apart una semana para buscar la bendicin, encerrndome en mi cuarto de estudio a solas con Dios sin que nadie me pudiera molestar. Dejaba de visitar. Dejaba todo trabajo y toda tarea para estar sobre mi rostro delante del Seor en oracin. El Seor me oy y sali, por supuesto, a mi encuentro. Sin embargo, con toda la bendicin extraordinaria que recib en aquella ocasin, no hall lo que buscaba ni sent satisfaccin espiritual alguna al terminar la segunda semana. Al terminar la tercera semana pensaba que haba recibido algo, porque empezaba a sentir algunas emociones, y, al terminar la cuarta, o sea la ltima semana de mis introspecciones, me senta como loco. Clamaba al Seor para que El me mostrara lo que tena que hacer para hallar la paz del alma que buscaba.

Hay muchos obreros del Seor que reconocen su necesidad espiritual, la falta de frutos en su ministerio y la victoria en su vida, no obstante, sienten cierto recelo en permitir que otros sepan que les falta algo porque son pastores o evangelistas. Siguen en un ministerio estril porque tienen vergenza de buscar a Dios por temor de perder el prestigio como obreros delante del pueblo. Es una sugerencia

del enemigo para hacer fracasar al obrero de Dios o por lo menos, impedir que tenga un ministerio fructfero y una vida de victoria espiritual. Dichoso el obrero que reconoce ante Dios su necesidad y que no tiene vergenza de humillarse y buscar a Dios hasta hallarle en su plenitud. Haban pasado diez aos en el ministerio del Seor en la ciudad de Louisville, Kentucky. Haba tenido grandes y maravillosas experiencias en mi vida con Dios. Sin embargo, deseaba obtener algo no alcanzado todava con todas las experiencias que haba tenido. La experiencia de la paz insondable de Dios que viene por una entrega absoluta de toda ambicin legtima, planes propios, voluntad propia y de todo lo que yo era y de todo lo que sera. Para permitir que el Espritu Santo tomara posesin; muriendo al yo y al mundo, para resucitar con Cristo a una vida nueva. Recordaba la experiencia que haba tenido cuando lleg a conocer a Cristo como Salvador personal. Recordaba la bendicin dulce y real que haba recibido en el bosque de pinos cuando hizo el pacto con Dios y muchas otras experiencias sagradas de las cuales no podra jams olvidarse. No obstante, exista todava un vaco notable en su vida. Un da se encontraba en la montaa de las victorias cual Elas de antao, para luego bajar al valle de las inquietudes espirituales. La experiencia del alma cara a cara con su Dios, le quedaba por delante. Esa experiencia cual Moiss en la zarza ardiendo donde lo natural es quemado para permitir que brille con nitidez tan slo lo sobrenatural. Porque Simpson buscaba profundidades espirituales cual el apstol Pablo en su bsqueda hacia la perfeccin en Cristo Jess. Estaba buscando a Dios en la plenitud de su Hijo Jesucristo. Para: "Conocer el amor de Cristo, que sobrepuja a todo entendimiento; para que seis llenos de ello, hasta la medida de toda la plenitud de Dios". Esta es la vida que hace del creyente en Cristo "Ms que vencedor": Donde "Ni la muerte, ni la vida, ni los ngeles, ni los principados, ni poderes, ni cosas presentes, ni cosas por venir, ni lo alto, ni lo bajo, ni ninguna otra cosa creada ser poderosa para separarnos del amor de Dios, que es en Cristo Jess Seor nuestro". En otras palabras, experimentar y vivir continuamente en el ocano de la plenitud de Dios. Cuan distintas seran las iglesias si todos los componentes tuviesen y viviesen esta experiencia y esta vida. Desaparecera toda raz de amargura, todo rencor, todo mal pensamiento, cosas que tanto daan a la Causa de Cristo y la extensin de su Reino. La indiferencia y la

frialdad seran cosas del pasado. La marcha de la obra de Dios tomara otro ritmo y lo estril sera cambiado en obras abundantes; obras de amor en constante crecimiento. Leamos el testimonio de Simpson en la experiencia mayor de su vida: Recuerdo bien la noche cuando recib el bautismo del Espritu Santo. Cuando experiment la venida de la plenitud de Cristo a mi alma; cuando vino para fijar su morada permanente en m. En un sentido me senta muy solitario. Porque me senta alejado de mis colegas que

se contentaban con una vida cristiana mediocre y un ministerio pobre. Ellos no me podan comprender. Crean que un pastor con el xito en el ministerio que yo haba alcanzado era suficiente para cualquier obrero sin buscar ms. A pesar de mi soledad, porque mis amigos no me comprendan, reflexiono sobre la experiencia con una gratitud indecible. Era una noche memorable en mi vida. La soledad del Cordero de Dios hacia el monte del sacrificio, era mi porcin aquella noche. El camino nunca resulta fcil, ni atrayente, ni invita al transente a entrar en l, si no est dispuesto a seguir al Cristo del Calvario. No obstante, es el camino de la victoria como lo fue para Cristo mismo. Es el camino de la vida al travs de la muerte. Saba que poda estar equivocado en muchas cosas e imperfecto en todas y no sabiendo si iba a morir literalmente, o no, antes de un nuevo amanecer segua buscando. Estaba luchando cual Jacob de antao con el ngel de Dios, hasta el rayar del alba, cuando vino la luz. Entonces rendido a los pes de Cristo, hice all una entrega final y total de mi vida. Pudo decir, sin reserva alguna: Cristo, yo estoy resuelto; Con tu cruz, te seguir; Pobre y desamparado No me queda ms que t. Adis! mis caros planes: Bellos sueos que so! Sin embargo, me siento rico; Dios y el cielo aun tendr.

Entonces, nacieron en su alma las palabras del himno que nos ha dejado: Consolador tierno y amante; Paloma de paz y quietud, Te pido rendido, anhelante, Me llenes de tu plenitud. Cual brisa del mar refrescante, Ven hoy mi alma para calmar; Ven como la luz penetrante, Tu consolacin para dar. Ven como llama de fuego; Escucha, pidindote estoy. Ven, para purgar mi deseo, De tu plenitud llname hoy.

Esta verdad le era revelada de tal forma que nunca predicaba la

perfeccin del creyente en Cristo, sino, el Cristo perfecto viviendo en el corazn del creyente santificado. Que la santidad divina no es una mejora de s mismo; no la perfeccin adquirida, sino, una entrada al corazn de la vida y de la pureza de Jesucristo y el obrar de Su Santa Voluntad continuamente. La actitud verdadera de un corazn santificado llega a ser una sumisin absoluta continua y un recibimiento constante. Creemos que la experiencia de Cristo como nuestro Santificador marca una crisis distinta y definida en la historia del alma que cree. No logramos, en otras palabras, esta experiencia por crecer en ella, sino, por cruzar una lnea definida de demarcacin, tan clara como lo fuera para Josu al cruzar el Ro Jordn antes de entrar en la tierra prometida para levantar all un altar de piedras como testimonio.

El Espritu Santo morando en el espritu humano es muy distinto de la regeneracin. En el libro de Ezequiel, captulo 36 y versculo 26, encontramos la distincin de las dos experiencias claramente expuestas. En la regeneracin: "el sacar del corazn de piedra", para damos un corazn de carne; la santificacin: "Yo pondr mi Espritu dentro de vosotros". Leemos: "Y os dar corazn nuevo, y pondr espritu nuevo dentro de vosotros; y quitar de vuestra carne el corazn de piedra y os dar corazn de carne". Y en el versculo 27 del mismo captulo, leemos: "Y pondr dentro de vosotros mi Espritu y har que andis en mis mandamientos, y guardis mis derechos, y los pongis por obra". A Canan llegaron, Ms no pudieron entrar; Frente a las mismas puertas, Perecieron al pecar. Cuntas personas hoy da buscan el bautismo del Espritu Santo para poder usarlo! Se oye hablar a menudo sobre lo ms grande que el Seor tiene para el creyente, o para el obrero: el poder del Espritu Santo. El poder del Espritu Santo para testificar, predicar y obrar, es sumamente necesario. Sin embargo, con todo lo necesario y con todo lo que significa, queda an una experiencia ms. Una experiencia que hace del creyente en Cristo que la tenga, un instrumento fino, delicado, a la vez que potente en las manos de Dios. Un instrumento listo para recibir el poder, pero con humildad y usarlo nica y exclusiva mente para la gloria de Dios. Sin tal experiencia, es imposible interpretar la vida y el ministerio de Simpson. La experiencia que le cambi de una vez para siempre. Una experiencia la primera es el edificar de la casa y, la otra es la mudanza del Dueo de ella, tomando posesin absoluta. Una experiencia - la primera - es llegar a la entrada misma de la Tierra Prometida, pero la segunda es: tomar posesin de la tierra. "Y ninguno de todos los As dio Jehov toda la enemigos les tierra... Par delante, sino que Jehov y poseyndola, y habitaron entreg. all. En sus manos a todos los "Y Jehov les dio reposo enemigos. alrededor, Conforme a lo "Y no falt palabra de todas las prometido... buenas Que habl Jehov... Todo se cumpli". La experiencia de Simpson no solamente le serva como punto de

partida para un ministerio sobre "La Vida Ms Abundante en Cristo", sino que cambi todo punto de vista de la vida cristiana y afectaba profundamente toda enseanza espiritual despus. No sin llevarle por el camino solitario del Cristo del Calvario; el camino escabroso de sufrimientos vicarios que experimentan todos aquellos que hallan verdaderamente las huellas del Maestro y las siguen. Esta experiencia resultaba ser la cuna del Movimiento Mundial conocido hoy da como: La Alianza Cristiana y Misionera.

En la bsqueda por encontrar la plenitud de Cristo para su vida, naci el himno tan hermoso que caracterizaba la vida de Simpson hasta el fin. Porque nunca hablaba ni predicaba ni enseaba sin reflejar algo de aquella gloriosa experiencia que lleg a ser su misma vida. Marc el punto de partida tambin para una vida de conquistas espirituales que conocen solamente aquellos que viven juntos a Dios. Marc tambin el nacer del Movimiento Misionero Mundial ms destacado del presente siglo. (Aqu naci su visin misionera). Jess y nada ms! Antes yo buscaba "la bendicin", Ahora yo tengo a Jess; Antes suspiraba por la emocin, Ahora yo quiero ms luz; Antes su don yo peda, Ahora tengo el Donador; Antes buscaba la sanidad, Ahora es mo el Doctor. Antes me esforzaba con pena, Ahora me es grato confiar; Antes crea a medias, Ya s que l puede salvar; Antes a l me aferraba, Ahora de m se ase l; Antes yo andaba a la deriva, Ahora tengo ncora fiel. Antes yo haca mis planes, Ahora es el simple orar; Antes, tan lleno de cuitas, Ahora es tan slo esperar; Antes fue mi propio deseo, Ahora es la orden del Rey; Antes yo solo peda, Desde ya le alabar. Antes yo crea en mis obras, Ahora dejo a Cristo obrar; Antes trataba de usarlo, Ahora l me puede usar; Antes el poder yo buscaba, Ahora tengo al Fuerte Seor: Antes para mi cuenta obraba, Mas ahora es el trabajo de amor.

Antes yo viva luchando, Ya l es mi Santificador; Antes mi lmpara se apagaba, Ahora luce con bello fulgor; Antes yo la muerte aguardaba, Ya s que l viene en verdad; Y mi esperanza firme se

ancla En la gloriosa eternidad.

PERMANECER EN CRISTO

Entre

los centenares de escritos dejados por Simpson, se encuentran bellos y perennes mensajes sobre la vida cristiana que vale la pena ponderar mientras estudiamos su vida, su mensaje y su programa mundial. El primero de los mensajes se titula: Perma necer en Cristo , y tiene que ver con la conversin del pecador a Jesucristo. Luego, el segundo trata amplia y magnficamente sobre la L aVida ms Profunda, es decir: L a Vida Santif icada en Cristo. Ponderemos el primero de los mensajes. La cosa ms grande en el mundo es la personalidad. La literatura y la poesa se centran alrededor de los hroes humanos. En la experiencia suya y la ma, toda la riqueza del mundo vale menos que una sola persona amada. Cualquiera que ama verdaderamente dara todo el universo, si pudiera, por la prolongacin de una sola forma frgil querida que va hacia la muerte en sus brazos impotentes. Unos amigos, un corazn, significa todo para el afecto humano. La personalidad es lo de mayor valor. En las cosas divinas tambin, la personalidad es todo. Dios es una persona; Cristo es una persona, Una pobre mujer una vez me dijo: He tratado de creer en la ciencia cristiana y amar a un Dios que es un principio y no una persona. Ms vale tratar de amar a la parra que da uvas junto a mi ventana de estudio que amar a un Dios que es meramente una abstraccin. Jess es una persona. No hay nada que nos llama ms fuertemente la atencin que el uso de los pronombres empleados por Jess: "Yo" y "los mos", y nunca pareca fuera del lugar que Cristo hablar as cuando se refera a los suyos. Porque toda la cristiandad se encuentra en Jesucristo. Las palabras _ "Estad en m, y yo en vosotros... sin m nada podis hacer constituyen toda la filosofa de la vida espiritual Y toda la vida cristiana. "En m", primeramente; "y en vosotros" en segundo lugar; "permanecer" en tercer lugar. "Permanecer en m" es un aspecto de unin con Cristo; "Yo en vosotros" es el otro aspecto de esta unin. Mantener esta unin, hacerlo un hbito y no permitir que cosa alguna la interrumpa, es el secreto de una vida victoriosa. Estamos nosotros en Cristo. Pablo habla de s mismo como "de un hombre en Cristo..." "Conozco a un hombre en Cristo..." (Si en el cuerpo, no lo s; si fuera del cuerpo, no lo s); pero, segn Pablo, estaba en Cristo. Este recuerdo supremo es lo que queda en la mente de Pablo despus de pensar detenidamente sobre la experiencia de aquel hombre, que era l mismo, y la visin que tena acerca de l.

"Un hombre en Cristo". Es justa y claramente la leccin que queda en el registro de Dios la Santa Biblia. Nosotros podemos entender lo que significa estar representado por un embajador.

En un sentido estamos en l; nos refugiamos en l; l obra por nosotros. Entendemos lo que significa estar en Adn, en quien perdimos nuestra inocencia y nuestra herencia hasta que vino Cristo y la redimi en la cruz del Calvario con su muerte y resurreccin. "En Adn todos mueren", dicen las Sagradas Escrituras. Somos mortales hoy da porque somos de Adn el padre de toda la raza cada. Dios hizo un pacto hace siglos atrs con su Hijo, el Seor Jesucristo; que si El hiciera ciertas cosas, enfrentara ciertas exigencias y sufriera o pagara el precio para llevar a cabo ciertas cosas, que Dios le dara a El un pueblo para que lo redimiera para luego ser Su Novia, que compartira con El todas las cosas en el universo. Este es el pacto eterno en procura del cual Cristo vino al mundo; llen las condiciones, pag el precio y reclam el pueblo. Cristo es la cabeza de un pueblo. El cuenta con una buena parte de la raza una vez cada, y ahora, redimida por su sangre derramada en la cruz del Calvario. Todos aquellos que aceptan a Jesucristo como Salvador personal estn en El. El es el fiador, el defensor responsable por su destino en el futuro como por su cuenta personal. Dios est tratando con los hombres y las mujeres individualmente o por separado, pero siempre a travs de su Hijo Jesucristo. Como el Faran sola decir a la gente que vena a l en busca de pan en el tiempo de la escasez "Vaya a Jos; yo he puesto todas las cosas en sus manos". El Padre ama al Hijo y ha puesto todas las cosas en sus manos. "El que cree en el Hijo tiene vida eterna". Si no ests t en Cristo no tienes a Dios. Aparte de Jesucristo, otra deidad no tiene realidad alguna. "Yo soy el camino, la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por m". La pregunta, por lo tanto es, ests t en Cristo? Ests t representado por Cristo ante Dios? Lo has tomado a El para ser tu Salvador, Seor y Maestro y Cabeza Viviente? Este es el punto de partida esencial para toda vida cristiana. No permita que haya incertidumbre por un instante ms. Haz segura tu posicin en Cristo ahora mismo. Cuales son algunas de las bendiciones que la vida en Cristo nos proporciona o que nos trae? Primeramente, si estamos en Cristo, nuestros pecados son juzgados en El. "Ahora pues, ninguna condonacin hay para los que estn en Cristo Jess". El llev todos los pecados nuestros hasta la cruz. El fue castigado por ti y por m, por Su propio juicio. "Ahora es el juicio de este mundo", exclamaba Jess cuando pasaba por las tinieblas de la cruz, y ya paso. "Quin es el que condenar? Cristo es el que muri; ms an el que tambin resucit". "Ahora pues, ninguna condenacin hay para los que estn en Cristo". Ests t all mi querido amigo?

No tan slo estn juzgados tus pecados, sino en Cristo ests tambin juzgado en Su Justicia. No es suficiente que nuestros pecados sean borrados, sino que anhelamos tener algn mrito, alguna obediencia para mostrar, alguna justicia para presentar a Dios. Dios requiere de nosotros que guardemos la ley y que estemos delante de El con un carcter santo o en santidad de carcter. Jess ha

obedecido para ti y para m todos los mandamientos de Dios. El ha labrado para nosotros una justicia inmaculada, la cual es semejante a su propio ropaje, cuyo tejido es sin costura alguna. Dios puede llamar un hombre pecador e indigno, justo en Su presencia, aceptarle como si hubiera guardado todos los mandamientos, como si hubiera vivido y obrado como lo haca Jess. "Mas al que no obra, pero que cree en Aquel que justifica al impo, la fe le es contada por justicia". Ests t all en Cristo? Ests t vestido con Su justicia, no la propia, no pensando en tus defectos ni faltas ni en tus emociones, sino presentar a Jess como tu justicia? Dios se deleitar en aceptarte en Su nombre. Adems si ests en Cristo, eres amado lo mismo que Cristo es amado por su Padre Celestial. "Aceptado en el Amado", es el trmino empleado por el Espritu Santo. "Nos hizo aceptos en el Amado". Aceptados como el Amado, tan caro al Padre como Su propio Hijo Jesucristo es caro. "Para que el amor con que me has amado est en ellos, y yo en ellos". No podemos comprenderlo. Este es el gran misterio del amor divino que Dios nos puede amar; sin embargo, lo hace por amor a Jess. Hay una sencilla leyenda acerca de un pastor montas que tena una oveja madre sin corderito, y un corderito sin una madre. El pastor trataba de persuadir a la oveja madre aceptar al corderito huerfanito como suyo. Pero la oveja no quera saber nada al respecto. Trataba, por todos los medios, de ahuyentar al corderito ajeno de su presencia cada vez que lo vea acercarse a ella. Siempre estaba llorando por su propio corderito que haba muerto. El pastor, entonces, tom la piel del corderito muerto y ponindola sobre corderito vivo, se lo llev a la oveja madre. Ella lo acariciaba, le prodigaba sus afectos y llev al corderito extrao a su seno. Fue aceptado como el amado. Ella pensaba que era suyo. Ella lo recibi en el nombre de aquel que amaba y que haba perdido. Esta es una ilustracin muy sencilla, muy debajo de la dignidad de un tema tan elevado; sin embargo ilustra perfectamente bien lo que el Padre quiere decir cuando nos dice: "Porque para Dios somos buen olor de Cristo. El momento que Cristo nos toca, El quita de nosotros el olor a pecado, lo hace con la fragancia de Su presencia. Oh, qu salvacin maravillosa, si estamos en Cristo! Adems, si estamos en Cristo somos hijos e hijas de Dios como lo es Su propio Hijo. Cristo dice "Mi Padre, y tu Padre;... Mi Dios, y tu Dios. Si hijos, entonces... herederos de Dios, y coherederos con Cristo". No

slo hijos, sino que El nos dice que somos los primognitos. No somos los hijos segundos ni terceros para recibir los bienes secundarios, sino primognitos lo mismo como El. No somos hijos por la

creacin. No! no! Somos hijos de Dios como Jess es el Hijo de Dios. Somos los hijos amados de Dios los hijos primognitos del Padre Celestial. La porcin doble de la herencia (si somos feles). Si estamos en Cristo somos herederos de todo lo que posee Cristo. Todas las riquezas, toda Su gloria venidera, Su trono, todas las cosas son nuestras porque somos coherederos con Cristo". No puede haber una salvacin mayor. No puede haber otra salvacin. Es la historia gloriosa que Simpson tan bellamente expresa en las palabras del himno: "Esta es mi historia: Vino a mi corazn Cristo, el gran Rey de la gloria, Y tiene en l su mansin.

CORO Cristo divino de Dios el Hijo Vive en m! Oh gloriosa historia! Cristo en m. Cristo en m. La esperanza viva de gloria.

Oh historia conmovedora, del que por nos sufri! Qu muerte tan salvadora! cuando en la cruz expir! Soy feliz. Le he recibido, Rey de mi ser es El; Yo, le haba afligido, rndeme a Cristo que es fiel. Cmo ya puedo estar triste? Siempre El me guardar; Si vivo cerca de Cristo Nada faltarme podr. Siempre en su gracia confiando. Puedo cantar aqu, Ya vivo en Cristo habitando: Cristo tambin vive en m.

VIDA PERMANENTE

Mientras

nos detenemos para gozarnos en una salvacin tan grande como es la V ida en Cristo , que acabamos de ponde rar, Simpson nos lleva hacia una vida mejor. Una vida de victorias espirituales. Una vida donde el alma regenerada descansa sin tener dudas, preocupaciones que afligen y temores que abaten el espritu y que quitan la paz. Una vida escalando las alturas celestiales con Cristo, no una vida de ociosidad ni menos una vida sin meta alguna, sino una vida sumamente activa y un blanco por delante que hace que el creyente cambie su manera de pensar, actuar y vivir. Esta es la vida gloriosa de la cual nos habla Simpson en un lengua je sublime en su segundo mensaje inmortal: V Permanente con Cristo en Voso tros. ida Al abrir la puerta, el Rey de gloria entra para establecer all su trono, para que seis llenos de toda plenitud de Dios. Yo en vosotros; vosotros en m, dice Cristo, pero yo estoy en vosotros. Es algo muy distinto de permanecer en m, y tambin significa un mundo de bendiciones distintas. Pablo nos ha dado, en su carta a los Efesios, una visin maravillosa de doble faz. En el primer captulo nos da un cuadro sublime de Jess resucitado de entre los muertos ascendiendo por encima de todas cosas hasta que lo perdamos de vista en la gloria inaccesible, sentado a la diestra de Dios. Lo vemos "sobre todo principado y potestad, y potencia y seoro y sobre todo nombre que se nombra". El nos dice que Jess est all como Cabeza nuestra. El est all por nosotros, y nosotros estamos all con El. El, "juntamente nos resucit, y asimismo nos hizo sentar en los cielos con Cristo Jess". Dios siempre nos mira como si estuviramos all. Ya estis, vosotros, en los lugares celestiales en Cristo Jess. El ha puesto su nombre sobre el trono y os ha identificado con todas las cosas en la gloria juntamente como si estuviereis all ahora mismo. Esta es una visin gloriosa. En el tercer captulo de Efesios Pablo cambia todo el panorama. Hace descender a Cristo del trono para ponerlo dentro del corazn del creyente. Desciende la gloria, y al abrir la puerta, el Rey de gloria entra hasta lo ms recndito del ser y all establece Su trono. Primeramente Dios pone al Hijo sobre el trono y pone el creyente al lado. Luego, Dios devuelve el trono y todo, al corazn habitado por Cristo en el poder del Espritu Santo. Esta es la visin del tercer captulo de Efesios. "Que habite Cristo por la fe en vuestros corazones;

para que, arraigados y fundados en amor... para que seis llenos de toda la plenitud de Dios". Cristo en vosotros. Maravillosa visin.

Significa ms que permanecer en Cristo. El creyente esta en Cristo desde el momento que acepta a Jess como su Salvador personal. Pero no creo que Cristo entre en el corazn del creyente en toda su plenitud hasta que haya abierto todas las puertas y lo haya invitado a entrar. Hasta que haya, adems, hecho una entrega completa de todo su ser. Cederle a El las llaves y darle la bienvenida, para que sea no sea solamente el Husped Divino sino el Maestro, Seor y Dueo. Esto es lo que se quiere decir cuando se habla de una vida ms elevada, una vida cristiana ms profunda o una vida santificada. Es el otro aspecto de esta unin con Cristo. Es Cristo en vosotros. Jess nos dice en Juan, captulo catorce, que despus de venir el Espritu Santo, "en aquel da vosotros conoceris que yo estoy en mi Padre, y vosotros en m, y yo en vosotros". Cuando venga el Espritu Santo conoceris que estis en Cristo y Cristo en vosotros. Esta es la obra del Espritu Santo. Esto es lo que hace el Espritu Santo. Os revela a Jess. "En aquel da conoceris que yo estoy... en vosotros". "Entonces", sigue diciendo el Seor "el que tiene mis mandamientos, y los guarda, aquel es el que me ama; y el que me ama, ser amado de mi Padre, y yo le amar y me manifestar a l. El que me ama, mi palabra guardar; y mi Padre le amar, y vendremos a l, y haremos con l morada". Aleluya!. Cristo no ofrece ese privilegio a los cristianos mundanos que se contentan con colocar o lucir los cuadros ordinarios en los mejores ambientes de la casa, sino a aquellos creyentes que son limpios, consagrados verdaderamente a Dios. Aquellos que dan a Jess el primer lugar y que le coronan Seor de toda su voluntad y de todo su ser. Hay una diferencia grande entre el corazn regenerado y el corazn enteramente santificado. No trate de engaarse a s mismo con la teora que Cristo est en vosotros porque sois cristianos. Cristo est en vosotros hasta dnde o segn la medida que os hayis entregado a s mismos a Cristo y dado a El los derechos y nada ms. Pablo escribi a los glatas cristianos: "Hijitos mos, que vuelvo otra vez a estar de parto de vosotros, hasta que Cristo sea formado en vosotros". Otra vez encontramos a Pablo diciendo: "He sido crucificado con Cristo". He pasado por la muerte. Me he puesto a mi mismo sobre el altar. He entregado mi propia vida a Ti, mi voluntad, mis ambiciones y placeres terrenales, y he sido crucificado con Cristo. "Sin embargo, vivo". El momento que me puse sobre el altar de Dios, Aquel Resucitado puso Su vida en m. No hay duda alguna lo que esto significa. Lo que esta experiencia significa. "No ya yo, mas vive Cristo en m: y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me am, y se entreg a s mismo por m".

Jesucristo descendi a la Isla de Patmos para decir a Juan que El iba a venir para rechazar a la Iglesia en Laodicea porque tena al Seor afuera de la puerta. Que sepamos que era una iglesia y que sus miembros profesaban ser cristianos. Cristo

estaba afuera golpeando a la puerta y diciendo: "Si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entrar a l, y cenar con el, y l conmigo". Cristo estaba afuera de la puerta de la Iglesia que profesaba ser suya. La exhortacin de Cristo a esta Iglesia era: "Yo conozco tus obras, que ni eres fro, ni caliente... Mas porque eres tibio... te vomitar de mi boca... Compra de m oro afinado en fuego, para que seas rico, y seas vestido de vestiduras blancas, para que no se descubra la vergenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas". Dejar entrar a Cristo en su plenitud significa una experiencia definida, una entrega total, y una gloriosa y maravillosa realidad. Permitidme deciros lo que suceder cuando Cristo llegue a ser la Vida de vuestra vida: Cristo os traer la Paz de Dios que sobrepuja a todo entendimiento. Cristo os traer el gozo del cual nos habla: "Para que mi gozo est en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido. Cristo os traer el amor que ama a otros como El nos am. No ser difcil amar porque El amar en vez de vosotros. Su amor en vuestros corazones os har maravillarse que podis llevar carga tan grande. Cristo pondr en vosotros la paciencia que sufre todas las cosas y la fe que cree aun en la ms obscura noche de prueba y que nunca falta. Cristo pondr en vosotros una oracin que persevera porque es una oracin del Espritu Santo en su Cristo os traer la fe que sostiene porque es la fe que pone el pie sobre las serpientes y los escorpiones y que reclama la victoria por la misma autoridad de Dios. "Ms que vencer por medio de aquel que nos am". Cristo os dar la sanidad para vuestro frgil fsico hasta que la vida de El sea manifestada a travs de vuestro cuerpo mortal. Habr una Persona Divina entronizada dentro de vosotros: Cristo vivir su vida en vosotros hasta donde le cedis el lugar. Es la cosa ms maravillosa y la ms gloriosa que puede venir a tu vida. Multiplicar tu vida y la har mil veces de ms valor y utilidad. "Yo en vosotros". Lo que necesitamos aprender hoy da, no es la santificacin como un estado o una condicin, sino Cristo como Persona Viviente dentro de nosotros. Or mucho tiempo acerca de cmo obtener la santificacin. A veces, pensaba que la haba logrado. En cierta ocasin senta algo y pensaba que la haba obtenido y no quera dormir por temor a perderla. Y, por supuesto, se me pas con la emocin del

momento. La haba perdido porque no estaba aferrado a Cristo. Aprend, de una vez por todas, la leccin nica y duradera: "Cristo en vosotros". La palabra santificar tiene tres significados distintos, y que son:

Separar de, dedicar a, y llenar con. Hay muchas personas que aceptan el primer significado que hay que separarse o estar separado del pecado y de todo lo que es mundano. Hay otras personas que, no tan slo aceptan el primer significado, sino que van ms all para aceptar el segundo, que es: separados del pecado y dedicados a Dios y a su Causa. Pero an falta el tercer paso, el tercer significado que completa la vida santificada con Cristo y es: la vida llena de la plenitud de Cristo. "Cristo en vosotros". Con esta experiencia vivida diariamente no hay peligro de perder la santificacin ni de perder la bendicin. Es la vida que tenemos representada tan hermosamente en el captulo quince de San Juan: la vida del pmpano junto a la Vida, unida a la Vida. Todo lo inservible es podado y quitado para que el pmpano pueda llevar mucho fruto para vida eterna. "Cristo en vosotros.

CRISTO NUESTRA VIDA

Desde

una temprana edad, Simpson se interes intensamente en la obra misionera. El lla