contra la ceguera - julio anguita

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  • Annotation

    Creo en un ser humano distinto.No puede negarse a Julio Anguita

    una importante dimensin social ypoltica despus de haber caminadodurante dcadas en nombre de unosprincipios, diciendo las cosas claras,enfrentndose al obispo de Crdoba, algobernador militar en plaza, a FelipeGonzlez y a Jos Mara Aznar, al reyJuan Carlos de Borbn, a los sindicatosmayoritarios e, incluso, a suscompaeros y compaeras de partido ocoalicin.

    Este es un libro que anhelarecuperar la pasin por la vida y el

  • entusiasmo por cambiar las cosas. Unlibro con un motor en sus verbos. Estelibro suea y, an ms, siente la utopa.Una utopa de lo posible, de lo concreto,de lo cercano e inmediato, de loperentorio y lo real que merece sercambiado para que la ciudadana puedavivir de otra manera.

    En estas pginas se explica cmoha ido asentndose el pensamiento, qunuevas lecciones ha trado la cada delMuro de Berln o la descomposicin dela Unin Sovitica, la creacin de laEuropa de Maastricht, la OTAN de losltimos tiempos, los nuevos imperiosfinancieros... El proyecto europeo queanunciara Victor Hugo ha sido sustituidopor una Unin Europea en la que, junto a

  • la soberana nacional, se ha perdidotambin la capacidad de actuar contra elparo o la posibilidad de utilizar nuestraspotencialidades, industriales, agrarias ymonetarias.

    Segn Julio Anguita, el paro es unacrcel, y el paro juvenil una crcel aperpetuidad; la precariedad es unacondena, la prdida de horizonte es unpresidio y la sensacin inducida de quefuera de este horror no hay proyecto esun penal en el que deberan estarquienes, ayer por sus alegras yfrivolidades y hoy por su contumacia enel disparate, ahondan cada da ms latragedia de un pas endeudado con lasoberana de los bancos.

    Es este pues un libro con la

  • memoria puesta en quienes hicieron delejercicio de pensar su mejor aportacina su militancia vital y poltica.

    JULIO ANGUITA Y JULIO FLORSinopsisPrlogo. El ser es memoriaPrlogo. Con pies desnudosVer!Una manera de ser1. Legalizacin y derrota del PCE

    Creyeron que gobernaranEspaaPor dnde empezar?1982: la gran derrotaUn partido abierto en canal

  • El Holands ErranteLa etapa pico-romnticaLos derechos humanosLa Junta DemocrticaPeaje de la legalizacin delPCEAquella vieja guardia1977: dos das de ComitCentralTodo cambia para que todosiga igualEl primer mitin de Anguita

    2. De Crdoba a Madrid; lagestacin de IU

    El Ayuntamiento de CrdobaLa primera Navidad delalcalde AnguitaLa pizarra del maestro alcalde

  • El 23-F en CrdobaEl terreno de la polticaVolver a ganar, pero conmayora absolutaUtopa es posibleEnfrentamientos con SantiagoCarrilloCarta a CarrilloHistoriador del siglo XIXPerder la feLenta marcha de la historiaConvocatoria por AndalucaLibro de las amapolasDirigir no es imponerCandidato a la presidencia deAndalucaCrear en polticaAndaluca responde

  • Poder de persuasinLa elaboracin colectivaCalle e institucinSurge Izquierda UnidaLos padres de IU

    3. Breve historia de unadestruccin psquica

    Tenemos secretario general!El hombre soloUna tarea hercleaFieramente humano

    4. Cae el Muro, desaparece laURSS

    IU y el Muro de BerlnEnfrentamiento con CCOOEuskadi, Europa ypresupuestosFukuyama

  • Hemos perdido la guerraLas respuestas de MargaretThatcher y ReaganLa dimisin de Anguita en1991Dos almas en el PCEEnfrente, Nueva IzquierdaEl Muro de BerlnFinal de la Unin SoviticaNo desesperarResistenteGrandezas y miseriasCon los ojos cerradosIdealizacin de la historiaPregn de carnavalNueva IzquierdaLa mafia poltica

    5. Europa y el mercado

  • Europa lo atraviesa todoEl mercadoDe aquellos polvos deMaastricht...En la tribuna del Congreso delos DiputadosLa pinzaEl sorpassoLas dos orillasRetorno al Congreso, oconstruir Europa de verdadSe negoci con el PSOELa Espaa inerteLos infartos de coraznEl relevo: ao 2000Los buenos aos de IULa sinfona de aquellos aos

    6. La Espaa inmortal, los Gal y

  • el 23-FSe fue el siglo XXcambalacheDolores IbrruriSantiago CarrilloEl rey Juan CarlosAdolfo SurezFelipe GonzlezJos Mara AznarDespus de todo... IU aceptla OTANUn balance de Izquierda UnidaEl reto de la soledadEl Manifiesto-ProgramaContra la rutinaEn tiempos de desordenNo es demasiado tardeUna crisis sin solucin

  • Fracaso del neoliberalismoEn manos de la ciudadanaHay noticias... abren zanjasoscurasDescubrir sus trampasDesahuciosEl paroEl FMI, fin y mediosEl salario mnimo y el Bancode EspaaUSA, el ojo del GranHermano

    7. El FMI, fin y medioEl bipartito PP/PSOEReferente de una nuevapolticaMarx y la prehistoriaEncuentro con Paco Fernndez

  • BueyFrente Cvico-Somos MayoraSolo con la izquierda no sepuedeAnguita, columna en el BellasArtesEl arte agrario de la polticaLa vida continaContra la ceguera

    Bibliografa

  • JULIO ANGUITA Y JULIOFLOR

    Contra la ceguera

    Esfera de los libros

  • Sinopsis

    Creo en unser humanodistinto.

    No puede

    negarse a JulioAnguita unaimportantedimensin social ypoltica despus dehaber caminadodurante dcadas ennombre de unosprincipios, diciendolas cosas claras,

  • enfrentndose alobispo de Crdoba,al gobernadormilitar en plaza, aFelipe Gonzlez y aJos Mara Aznar,al rey Juan Carlosde Borbn, a lossindicatosmayoritarios e,incluso, a suscompaeros ycompaeras departido o coalicin.

    Este es un libro

    que anhelarecuperar la pasin

  • por la vida y elentusiasmo porcambiar las cosas.Un libro con unmotor en sus verbos.Este libro suea y,an ms, siente lautopa. Una utopade lo posible, de loconcreto, de locercano einmediato, de loperentorio y lo realque merece sercambiado para quela ciudadana puedavivir de otramanera.

  • En estas

    pginas se explicacmo ha idoasentndose elpensamiento, qunuevas lecciones hatrado la cada delMuro de Berln o ladescomposicin dela Unin Sovitica,la creacin de laEuropa deMaastricht, laOTAN de losltimos tiempos, losnuevos imperiosfinancieros... El

  • proyecto europeoque anunciaraVictor Hugo ha sidosustituido por unaUnin Europea en laque, junto a lasoberana nacional,se ha perdidotambin lacapacidad de actuarcontra el paro o laposibilidad deutilizar nuestraspotencialidades,industriales,agrarias ymonetarias.

  • Segn JulioAnguita, el paro esuna crcel, y el parojuvenil una crcel aperpetuidad; laprecariedad es unacondena, la prdidade horizonte es unpresidio y lasensacin inducidade que fuera de estehorror no hayproyecto es un penalen el que deberanestar quienes, ayerpor sus alegras yfrivolidades y hoypor su contumacia

  • en el disparate,ahondan cada dams la tragedia deun pas endeudadocon la soberana delos bancos.

    Es este pues un

    libro con lamemoria puesta enquienes hicieron delejercicio de pensarsu mejor aportacina su militancia vitaly poltica.

  • 2013, Anguita, Julio y Flor, Julio2013, Esfera de los librosISBN: 9788499709307Generado con: QualityEbook v0.70

  • CONTRA LACEGUERA

    Cuarenta aos de lucha por lautopa

  • Julio Anguita y Julio Flor

  • Primera edicin: octubre de 2013

    Cualquier forma de reproduccin,

    distribucin, comunicacin pblica otransformacin de esta obra slo puedeser realizada con la autorizacin de sus

    titulares, salvo excepcin prevista por laley. Dirjase a CEDRO (Centro Espaol

    de Derechos Reprogrficos,www.cedro.org) si necesita fotocopiar oescanear algn fragmento de esta obra.

    Julio Anguita Gonzlez, 2013 Julio

    Flor Gamo, 2013 La Esfera de los

  • Libros, S. L., 2013 Avenida de AlfonsoXIII, 1, bajos 28002 Madrid Tel.: 91

    296 02 00 Fax: 91 296 02 06www.esferalibros.com

    ISBN: 978-84-9970-930-7 Depsito

    legal: M. 24.407-2013 ocomposicin yepub: Creative XML, S.L. Impresin:

    Huertas Encuadernacin: HuertasImpreso en Espaa-Printed in Spain

  • Soy ms libre que nunca porque

    por fin puedo hablar. Hay cosas que,hasta ahora, me he permitido insinuar,pero no decir. No hablaba porque mispalabras podan crear problemas.Durante mucho tiempo he habladopoco con todo lo que, me imaginaba,tena que decir. Necesitaba clamar.Este libro que escribimos juntos es esegrito. Y algo ms. Una idea creativa. Ylos peajes que hubo de pagar esa ideapara intentar desarrollarse.

    JULIO ANGUITACrdoba, 2013

  • Prlogo. El ser es memoria

    OCURRE siempre. Sin excepciones.Cualquier reflexin con vocacin deconocer la realidad del presenteconduce irremediablemente a evocar elpasado. Pero hay dos maneras deacercarse a lo que el ahora fue entonces,la de quienes cual cronistas, ensartan loshechos, las efemrides y losacontecimientos para que consten,dormidos y archivados cual piezamusestica, y la de aquellos que atisbanen los datos secuenciados por fechas laparte viva de un pasado que por vivo estambin presente y, en bastantes casos,futuro anunciado.

    Los que se resisten a abandonar el

  • arte inquietador de sopesar las razones yla excitante tarea intelectual de buscarcausas, orgenes y antecedentes, tienenante s la labor titnica de deconstruirlos modos culturales instalados entrenosotros que hacen del inquirir y delconocimiento una sucesin ilimitada depresentes. Pareciera que cada noticia dehoy no tiene nada que ver con el ayer, yen consecuencia, con el maana. No essolamente una moda o un estilopretendidamente gil, dinmico ocercano; es un escamoteo de la realidadpor la va de hacer de la informacinuna simple noticia.

    Lo que importa es el productomaterial o intelectual que comparece enel mercado para ser vidamente

  • consumido. Y en consecuencia su xitode ventas es el que pretende dar laexacta medida de su valor, de suimportancia o de su calidad. Y as,instalados en una permanentecuantificacin, el rechazo o laaceptacin del producto no es unacuestin del analizar y razonar sino delgusto o la voluntad soberana delconsumidor, del lector, del espectador,del elector.

    Hace dcadas que estamos siendoconvenientemente acomodados en elconfortable asiento diseado para ver yor el producto, confeccionado concuantas tcnicas audiovisuales lo hacensugestivo, agradable, prometedor,moderno. Cualquier rebelde

  • incontrolado que se ha colado en elpatio de butacas y que reclama que leexpliquen lo que hay ms all del oropelverbal, contenidos, pros y contras, futuroo razones y antecedentes, es conducido ala calle por unos acomodadores quemientras lo expulsan no dejan deincreparle por luntico, mesinico oiluminado.

    Este ha sido y sigue siendo, el casodel discurso y la prctica polticareinante en Espaa. Quiere usted,querido/a lector/a, comprobarlo ahoramismo? Es muy fcil, dirjase acualquier diputado o cualquier otrocargo institucional del dios Jano, el delas dos caras, el del bipartito, ypregntele las causas, las razones o los

  • argumentos que en su da se dieron paradirigir la voluntad general hacia laaceptacin de lo que se present comoproyecto europeo. No se extrae ustedsi dice que no lo sabe o no lo recuerda otal vez no quiera recordarlo. A sudemanda de historia l le endosar unfarragoso galimatas sobre el presente:la crisis, la situacin internacional, laprima de riesgo o cualquier otra cabezade turco que se le ocurra. Y si,acostumbrado a pulsar el botn devotacin sin preguntar por qu, no escapaz de ello siempre tendr la mejor delas explicaciones, la del futuro que sepresiente, la del fin del tnel o cualquierotra salida beocia que se le ocurra.

    Los aos sobre los que este libro

  • dirige su mirada, e invita a ustedes adirigirla, fueron de una excepcionalsucesin de acontecimientos: entrada deEspaa en la OTAN, cada del Muro deBerln y consiguiente desaparicin de laURSS, un nuevo y nico orden mundialde la mano de USA, apoteosis de laglobalizacin con Reagan y Thatcher,suicidio del Partido Comunista Italianoen aras de la peor de las quimeras: creerque la nueva situacin internacional erademocrtica. Y junto a todo ello y poraadidura, la responsabilidad y elmiedo de la socialdemocracia a la horade demostrar que muerto el comunismoera ella la reserva y el cuerpo de litede la izquierda. Fueron aos en los quela ONU fue instalada definitivamente en

  • el limbo de los testigos mudos al triunfarel golpe de Estado de una nueva OTAN,con poderes ilimitados y bajo la frulade Estados Unidos, origen y causa de lasagresiones a Yugoslavia e Irak.

    Pero en esta serie deacontecimientos destaca por surelevancia y por sus consecuencias en lasituacin de hoy el rapto de Europa. Yno me refiero a las correras del rijosoZeus que, disfrazado de toro, se llev ala hija de Agenor y Telefasa, sino alrapto, a la abduccin, a la enajenacinsufrida por la ciudadana del Reino deEspaa por mor de un discursotramposo, fantasmal, inane y sobre todocnico. El escamoteo que el discursooficial y meditico hicieron del proyecto

  • europeo que anunciara Victor Hugo oque soara Altiero Spinelli, ha sidosustituido por una UE en la que, junto ala soberana nacional, se ha perdidotambin la capacidad de actuar contra elparo o la posibilidad de utilizar nuestraspotencialidades, industriales, agrarias ymonetarias. Ha constituido, y constituye,el paradigma de las tretas, malas artes ypilleras con las que la razn ha sidosecuestrada y sustituida por cualquierspot publicitario o consignagregariamente coreada, a la mayorgloria del capitalismo financiero.

    Que hace veinte aos aquelloocurriera, que hace veinte aos lamayora de sus seoras votaran contralo que decan los anlisis ms rigurosos,

  • contra los postulados ms evidentes dela economa reinante, contra el sentidocomn en suma, debiera haber servidopara recobrar el sentido de historia yparar este disparate de proyecto malllamado europeo que nos conduceprimero al caos y despus a lacatstrofe. Pero no ha servido.

    Por eso, lectora, lector, apareceeste libro. Las cosas no son as porqueas surgieron, cual Venus de las aguas,sino porque as fueron puestas lasprimeras piedras del edificio carcelarioen el que Espaa se ha transformado. Yno exagero, el paro es una crcel, y elparo juvenil una crcel a perpetuidad; laprecariedad es una crcel, la prdida dehorizonte es un presidio y la sensacin

  • inducida de que fuera de este horror nohay proyecto, es un penal en el quedebieran estar quienes ayer por susalegras y frivolidades y hoy por sucontumacia en el disparate ahondan cadada ms la tragedia de un pas enfeudadoen la soberana de los bancos, lospropios y los de otros pases.

    Este libro es sobre todas las cosasuna invitacin a la lucha; es posibleremontar esta empinada cuesta; va a sermuy difcil, va a ser duro, va a sertrabajoso y laborioso, pero es posible.La nica condicin que debemos exigires la erradicacin de los discursosalmibarados, vacuos y europestas,que no europeos, La nica condicin esreflexionar un poco sobre nuestra

  • historia ms reciente, de la que estelibro es algo menos que un tomo depolvo csmico, y procurar no repetirla.

    La historia, o las historias, tienencomo protagonistas a los seres humanosy sus acciones u omisiones evidentes.Este texto los tiene. Fueron muchas laspersonas que durante muchos aosdesdearon la comodidad del oropel olas lisonjas con las que el poder,benvolo, acaricia las cabezas de losque enajenaron su libertad de pensar.Personas que estudiaban informesrigurosos y, en base a ellos y a ladiscusin entre compaeros ycompaeras, se esforzaban en buscardemostraciones y argumentos o sepreocupaban por quienes eran los

  • perjudicados por los nuevos proyectosde modernizacin. Una modernizacinque lejos de significar centralidadhumana no era otra cosa que la viejapoltica de dominantes y dominadospero con los aderezos de la ofimtica ola informtica.

    Fueron los tiempos en los que estospacientes y denostados buscadores depruebas, claridad argumental y datosobjetivos, tenan que or de los labios deun Tony Blair, el de la tercera va, quela izquierda era la izquierda del centro ode Tietmeyer, presidente delBundesbank, que los polticos deberanacatar los dictados de los mercados. Yaqu, en casa, Carlos Solchaga seencargaba de anunciar la buena nueva a

  • los cuatro vientos: Espaa es un buenlugar para los negocios.

    Y ya en plena cuesta abajo JuanManuel Eguiagaray, ministro deIndustria y Energa, pontificando acercade que la mejor poltica industrial es laque no existe. Sin olvidar tampocoaquella sorprendente definicin de laizquierda como la que constituyen losempresarios que invierten, hecha porquien presidi el Gobierno de Espaaentre 1982 y 1996. Con la memoriapuesta en quienes hicieron del ejerciciodel pensar su mejor aportacin a sumilitancia poltica, y con el respeto a loslectores y lectoras, hemos redactadoeste volumen.

    JULIO ANGUITA

  • Prlogo. Con pies desnudos

    ESTE libro respira la msica del poemade Vicente Aleixandre que se adentra enel hervor del mundo convulso en quevivimos.

    Un viejo proverbio dice que loslibros no muerden. Los autores de estelibro desean que este s muerda, yaliente y empuje y deje escuchar laarmona interrumpida que ha sonado enla poltica espaola de las ltimasdcadas, desde el intento de muchos porun mundo ms justo e igualitario, fuereen la alcalda de Crdoba, enConvocatoria por Andaluca o enIzquierda Unida. Ha habido tambinfuria y ruido, es verdad, pero con los

  • acordes de la elaboracin colectiva ydel programa, programa, programa, lavida se respira desde el dilogo y elencuentro.

    Este libro se arrasa en la dicha depisar tierra a la altura de los problemasde la gente, mezclndose, fundindoseen el gora de la plaza donde se lucha,donde se piensa, se comparte y sediscute.

    Un libro contra el olvido,transportando en sus pginas un mundopara todos, dueo de una manera depensar. Un libro que recolecta cual arteagrario las experiencias polticas dequien con los aos, ante la que estcayendo, quiere dirigirse y encontrarsecon la mayora.

  • Un libro que brota en parte de lasramas de libros como Don Quijote de laMancha, El hombre sin alternativa, Lamontaa mgica o El Manifiestocomunista; que se encuentra discutiendoy valorando las ideas de pensadorescomo Marx, Lenin, Engels, Marcuse,Rosa Luxemburgo o Antonio Gramsci;las novelas de Blasco Ibez, Tolsti oKafka; el teatro de Ibsen, Chjov oBuero Vallejo; la poesa de Aleixandre,Miguel Hernndez, Lorca...

    No es un tratado de historia, aunquehabla de la historia reciente de nuestropas, sin olvidarse de Europa y delmundo, con la inquietud de unpensamiento planetario. Oh pequeocorazn diminuto, corazn que quiere

  • latir/ para ser l tambin el unnimecorazn que le alcanza!.

    No es un alegato de acusacincontra los que se niegan a pensar,aunque por momentos pudiera ser unaexplosin crtica y reflexiva a favor dela tica, de las cosas muy claras,cercano a las alternativas que puedan como la Declaracin Universal de losDerechos Humanos solucionar losgraves problemas que acucian a la genteen este siglo XXI, tocando los hechoscon pruebas documentales.

    No es un texto para dormitar en losanaqueles de las estanteras, pues nacecon vocacin de ser herramienta, hachaque caiga sobre el tronco de lopusilnime, aire de frescura e

  • indignacin para lo que ahora mismoacontece en las calles de Espaa yatraviesa el corazn de la gente y llenasu cabeza de zozobra y angustia defuturo.

    La verdad est en el camino ynadie la detendr, aseguraba a finalesdel siglo XIX el escritor francs mileZola en la Francia que fue zarandeadapor el caso Dreyfus. Nadie detuvoaquella verdad. Pero los replicantes delas mentiras de los imperios financierosson hoy muy poderosos.

    El libro, su contenido, las ideasque en l caminan, es un protagonista ens mismo. El otro protagonista, JulioAnguita, quiere serlo en su justa medida.Hemos trabajado los dos autores con el

  • material sensible de su propia vida. Laspginas recogen la obra creativa que hadesarrollado en la accin poltica atravs del PCE primero, de IzquierdaUnida despus. Ese fue el primerimpulso para este proyecto. Contar esahistoria.

    Partimos de una idea: Una culturadel PCE cre e impuls Izquierda Unidaunos puntos suspensivos quedaron enel aire... y otra le puso plomos en lasalas, la ralentiz, la cosific.Queramos contar la historia deIzquierda Unida, pero este libro, atravs de nuestras conversaciones, haido cogiendo vuelo, ha idodesarrollndose, cobrando vida propia.Creo en un ser humano distinto. Ms

  • de cuarenta horas de conversacionesgrabadas explican cmo ha idoasentndose el pensamiento, qu nuevaslecciones ha trado la cada del Muro deBerln o la descomposicin de la UninSovitica, la creacin de la Europa deMaastricht, la OTAN de los ltimostiempos, los nuevos imperiosfinancieros...

    Este libro ya no es solo la historiade Izquierda Unida. Es tambin unabiografa poltica. El libro respira ypide que se relacione aquello que ha idodefiniendo el conocimiento, alumbrandola experiencia, una manera de pensar yactuar. Lo sustancial.

    El libro es la respuesta a cmoimbricar biografa poltica con

  • pensamiento, experiencias personales,ideas y cambios vitales, todo vinculadoal proceso poltico. En la creacin deConvocatoria por Andaluca hay unarelacin entre lo creado y sus creadores.Picasso al pintar el Guernica tambinsufri o se benefici de la influencia delcuadro. Hay una relacin deinterdependencia, de interconexin. Enpoltica hay creacin. Gramsci decafantasa concreta que estimula unpueblo.

    Vamos a recomponer lo que an nose ha contado. A documentarlo. Sidecimos que el proyecto de IzquierdaUnida fue naciendo con el ala llena deplomo... veremos las causas, lasalternativas, lo que se intent, los

  • combates internos, las traiciones, laspropuestas polticas, programticas, elpapel de los adversarios polticos, el delos medios de comunicacin, el nivel deconciencia de los propios. Sondearemosel compromiso que hubo con la historia.

    No puede negarse a Julio Anguitauna dimensin social y poltica despusde haber caminado durante dcadas ennombre de unos principios, diciendo lascosas claras, enfrentndose al obispo deCrdoba, al gobernador militar en plaza,a los presidentes del Gobierno FelipeGonzlez y Jos Mara Aznar, al reyJuan Carlos de Borbn, a los sindicatosmayoritarios y, por supuesto, a suscompaeros y compaeras de partido ocoalicin...

  • Ha sido alcalde, secretario generaldel PCE, coordinador general deIzquierda Unida... y siempre con sumagisterio, con su didctica, siempre unprofesor. Sobrio, austero, honesto, queha sabido estar en poltica sincontaminarse. Ha devuelto dietas, harenunciado a la pensin vitalicia comoexparlamentario.

    Llegar a conocer las cosas conhondura es la tesis central de todo loque piensa. Saber, por ejemplo, que nobasta con cambiar la economa, que lorealmente profundo es el cambio del serhumano. Que ese cambio no se puededar hecho. Que es la gente la que tieneque participar en su formacin, en suliberacin. As surge Convocatoria por

  • Andaluca. As gobierna elAyuntamiento de Crdoba.

    Con esas y otras experiencias en sumaleta de viaje, a sus setenta y un aosllega a lo que pudiera ser su ltimo acto,su ltimo intento, el Frente Cvico-Somos Mayora (FCSM) que ya cuentaen toda Espaa con ms de 40.000personas con nombres y apellidos. Unfrente ciudadano que surge en unmomento de excepcionalidad, en unasituacin de extrema gravedad, en lo quees el fin de una civilizacin.

    Lo dijo Gramsci: El viejo mundose muere, el nuevo tarda en aparecer, yen este claroscuro surgen los monstruos.Instryanse, porque tendremosnecesidad de toda nuestra inteligencia.

  • Agtense, porque tendremos necesidadde todo nuestro entusiasmo.Organcense, porque tendremosnecesidad de toda vuestra fuerza. Lodeca en los aos treinta del siglo XX.

    Este es un libro ilusionante queanhela recuperar la pasin por la vida,el entusiasmo por cambiar las cosas. Unlibro alimento con un combate deeptetos, con un motor en sus verbos.Yo no le nunca en los eptetospoliciales dijo el poeta Juan Gelman la palabra utopa, ni belleza, niternura. Este libro suea, y ms, sienteutopa. Una utopa de lo posible, de loconcreto, de lo cercano e inmediato, delo perentorio y lo real que merece sercambiado para que la ciudadana pueda

  • vivir de otra manera.Un libro para todas y todos porque,

    si somos capaces de contarlo bien,tocaremos la tecla interior de esainmensa mayora que necesita un mundoms abierto, ms fraterno, ms libre,ms justo, en esos pueblos y ciudades,un continente que un da ser habitadopor nuestros hijos y nietas.

    Karl Marx asegur que cuando sellegue a una sociedad sin clasescomenzar la historia de la humanidad.Estamos entonces en la prehistoria? Loque hoy parece un sueo, maana puedeser el pan de cada da. Pero antes hayuna tarea sin lmite ante nosotros.

    Este libro respira la msica delpoema de Vicente Aleixandre que entra

  • con pies desnudos en el hervor delmundo convulso en que vivimos.

    JULIO FLOR

  • Ver!

    Juana: Por qu sufres tanto? Qu eslo que quieres?Ignacio: (Con tremenda

    energa contenida) Ver! Juana: (Sesepara de l y queda sobrecogida)

    Qu? Ignacio: S! Ver!... Quierover! No puedo conformarme.

    ANTONIO BUERO VALLEJO, En laardiente oscuridad

    Dos autores van en su bsqueda.

    Una historia crtica. Luminosa. Contra laceguera de todos, tambin la suyapropia. Caminan de noche por laCrdoba en la que las piedras hablan.Recorren memoria, historia del pas.Saltan de Andaluca a Galicia. De

  • Galicia a Crdoba. Despus Barcelona,Sevilla. Madrid. Arribarn a la Europade Maastricht. No se detendrn.Marcharn por Latinoamrica y USA.Llegarn a Bilbao y Donostia. ASabadell. Pasearn por pueblos yciudades. Cuarenta aos no essuficiente. As que se adentrarn en elsiglo XIX. Habr un momento en el quese filtre el futuro. Los verbos navegancamino de taca. Volvern a Crdoba.

    La historia se mueve. El pasado nodesdibuja el presente, al contrario, loafirma. Se comprende mejor el ahorateniendo en cuenta la perspectiva delsiglo anterior, tan pegado al presentecomo una segunda piel.

    Pesan, las palabras pesan. Negar es

  • introducir luz, claridad. No son fuegosde artificio. Prenden en los ojos, en loslabios. Hay palabras que te tragan. Otraste narcotizan. Buscamos las propias. Lasque acompaan, animan, ensean,provocan, empujan, alientan.

    Rememoran libros paraalumbrarse. Los abren como puertas,generosamente. Excavan. Sonyacimientos de arqueologa humana. Enuno de esos tomos, abierto de par enpar, el poeta Vicente Aleixandre ya dejescrito que hace falta un cuerpo socialpara cambiar el rumbo de la humanidad.Se sientan y leen.

    Cuando, en la tarde caldeada,solo en tu gabinete,

    con los ojos extraos y la

  • interrogacin en la boca,quisieras algo preguntar a tu

    imagen,no te busques en el espejo,en un extinto dilogo en que no te

    oyes.Baja, baja despacio y bscate

    entre los otros.All estn todos, y t entre ellos.Oh, desndate y fndete, y

    reconcete.Puede ser, a estas alturas del siglo

    XXI, que nos necesitemos como nuncapara que el corazn de la tierra sigalatiendo. Ocurre cuando un ser humanolleva luchando toda su vida, agitandoconciencias, sacando de suscontemporneos lo que no saban que

  • saban.Quiero ver!. Llegar un

    momento en el que las preguntas noslleven al reposo de una largaconversacin de cuarenta horas. Dilogoa tumba abierta.

    Quieren certificar sus palabras.Buscan documentos, remueven archivos.Es un largo ro.

    Toman asiento. Por fin toman unasiento itinerante y escriben. Un libro esuna ventana de palabras. Quedaproclamada la nacin Utopa. Fuerecomo fuere, nunca rendirse. Dice.

  • Una manera de ser

    El saber: una superior concepcindelmundo, cientficamente elaborada.

    ANTONIO GRAMSCI

    Cuando ustedes terminen susestudios en esta Facultad de Periodismotendrn el poder de la sntesis, dijo laprofesora en el campus de Leioa de laUniversidad del Pas Vasco, en 1979.

    Todo lo podrn resumir en untitular, incluida su propia vida.

    En 1979, Julio Anguita habaganado con treinta y siete aos laselecciones municipales en elAyuntamiento de Crdoba,convirtindose en el primer y nico

  • alcalde comunista de una gran ciudadespaola. El profesor de historia era tansolo por ese hecho un icono de laizquierda en Espaa. El icono, al quepronto apodaran el califa rojo, ya nodaba clases de historia, sino que laestaba protagonizando. Su pedagogarecorrera las calles y los barrios de laCrdoba tan romana como rabe yandaluza. Era el maestro alcalde. Elalcalde maestro.

    Es posible que los periodistaspersigan una y otra vez resumir laesencia de lo contado en cuatropalabras. O en dos. O una. Hay que estaratento a la narracin para saber en qupasaje de una vida se encuentra elcorazn imbatible de lo que se cuenta.

  • Qu es lo que da sentido. Decir huracn,si es la fuerza del viento quien bate todala boca de la baha y hasta el faro quedacegado por un remolino de aguaincesante. Qu es lo que hace que elcuerpo y el espritu de un ser vibre, ysalte y se conmueva. Y estalle una y otravez. Al igual que aquello que llena deluz la Tierra todos los das al amanecer.

    Recorr con Anguita las calles desu querida ciudad una y otra vez endistintas pocas del ao. Visitamos sumezquita, sus patios en flor, suscolumnas romanas, tambin sus barrios,alguna que otra bodega, sus museos, launiversidad, el tablao y los sones. Deah recorrimos con palabras, y papelessobre la mesa, la alcalda, el Parlamento

  • andaluz, la secretara general del PCE ycon ellos los congresos y algunoscomits centrales del partido, lacoordinacin general de IU adems delas asambleas y manifestaciones,tambin repasamos su tarea comoportavoz en el Congreso de losDiputados. Qu decir de sus infartos, desu entrega por la paz de Euskadi y surotunda posicin contra las guerras delGolfo y los Balcanes.

    Hasta que volvimos juntos, por loscaminos de la memoria, de Madrid a laCrdoba de Prometeo, el ao 2000,donde trece aos despus, ya con setentay uno, sigue en un activismo entusiasta.Y cmo. Escribe, da conferencias,concede entrevistas, publica libros,

  • pone en pie de combate a la gente en elFrente Cvico-Somos Mayora.

    Son muchas palabras y an no hayun titular. Antes de intentarlo, he dedecir que, adems de las calles y plazasde Crdoba, de la iglesia en la que hizola primera comunin, tambinrecorrimos su infancia y suadolescencia. No para escribirlas aldetalle, que este no es un libro dememorias, que este libro que busca laluz este largo texto de papel que searrasa en la conviccin de quemarchamos contra la ceguera, y no solola de los dems, sino la ceguera detodos, la propia por supuesto, es msbien, lo digo por este libro, unabiografa poltica, con el matiz, por

  • tanto, de que su vida forma parte, desdela libertad, de una obra colectiva.

    As que estbamos repasando suadolescencia, cuando de repente salt laliebre a perseguir para intentar explicaruno de los motores poderosos de suvida, el conocimiento, la bsqueda de lasabidura. Dira que en uno de aquellospasajes est el principio que nos lleva aentender una manera de ser, de sentir, deexistir.

    El adolescente que fue lea porentonces, con trece aos, eldevocionario de los hermanos trinitariosde Crdoba. Su visin religiosa deaquellos aos le haca intuir que Diosera la sabidura, el modo y manera dellegar al conocimiento. Esa es la meta

  • del ser humano a la que tiende lanaturaleza? Otras fuerzasdesencadenantes, la guerra, lascatstrofes, tanta miseria, ya handestruido demasiado. Sin embargo,parece que el mundo est entregado a unmpetu desconsiderado. En pleno sigloXXI hay millones de seres humanosobligados a luchar por la comida. Asque aqu est la tesis central de lo queAnguita piensa. La sabidura contra labarbarie.

    En aquel devocionario que ahoraambos hemos ledo (gracias a lagentileza de los padres trinitarios deAlgorta, en Bizkaia, cuya ordenreligiosa tena un convento junto a lasmurallas de Crdoba, con tres frontones,

  • lleno de religiosos que entoncesprocedan mayoritariamente de Euskadiy Burgos) se puede entresacar un textoque l an recuerda de memoria, dondese habla de un foco pursimo dondeentenderemos y comprenderemos elmundo.

    Aquel pasaje fue undescubrimiento. Aquellas divinaspalabras tocaron una tecla queconfigura desde entonces su manera dever el mundo. El afn por conocer, porbuscarle a la existencia una explicacin.Aos despus, aquello ya no denotabaun temperamento religioso, sino unanecesidad de saber. Una necesidad quese mantiene intacta. Al leer a sus treceaos aquel pasaje se dijo: Esto es, esto

  • es. Esa meloda son dentro de lhacindole decir: Yo quiero saber.

    No le cuesta, a pesar de que hayanpasado cincuenta y ocho aos, recordarcmo se imaginaba aquel foco de luzpursima de la que hablaba el librito delos padres trinitarios, editado en 1947.Recuerda que por entonces tuvo unsueo, mientras dorma, con unasensacin muy especial.

    Soaba que estaba en una casagrande, como un palacio, dentro del cualhaba un patio con sus galeras. Ensueos en aquellos sueos deljovencito de trece aos suba a lasgaleras, que, a su vez, daban a unashabitaciones, cada cual con su puerta.Fue precisamente al abrir una de

  • aquellas puertas cuando, de repente, seencontr ante un foco de luz pursimo,una luz indescifrable, increble, que lellev a caer de rodillas llorando ensueos, con una sensacin de bienestarinefable.

    Eso es lo que viva y le nutradesde el mundo onrico, sintiendo que enaquel momento del sueo estaba ante elsaber puro, ante lo increado, ante loinmanente. Esto es lo que pensaba ysenta aquel muchacho de trece aos quel fue, gracias al devocionario que elhermano Gabriel le haba entregado.

    Con el paso del tiempo, desde sumilitancia poltica, aquel poderosodeseo de saber, de comprender, se hatransformado, con su amplia formacin

  • acadmica, en un impulso que le lleva asocializar sus conocimientos, tratandode hacer ver a la gente que sabe ms delo que cree saber. Es la conjuncin deScrates y el mito de Prometo, el titnque roba el saber, el fuego y la luz, a losdioses de la mitologa para entregrseloa los hombres. Robar el saber acualquier manifestacin del poder paraque la gente sepa. Hoy se puede decirque esta idea que despierta y agita yanima la cultura es una constante en suvida. Conocer la historia, conocer alpueblo, conocerse.

    Lo podemos decir de otra manera,aunque sonar como si fuera un esloganpoltico: Todo el poder para elpueblo. Si lo dejamos en un breve

  • titular, entonces, querida profesora deperiodismo, Julio Anguita no anhelpoder, sino sabidura.

  • 1. Legalizacin y derrota delPCE

  • Creyeron que gobernaranEspaa

    EL coeficiente de adversidad de lascosas es tal, que son necesarios aos depaciencia para obtener el ms nfimoresultado. Algunos creyeron, tras lamuerte del dictador Franco en 1975 y lalegalizacin del PCE en 1977, que elmtico partido curtido en mil batallas, elnico que se enfrent desde dentro ydesde fuera al franquismo, hara suyaesa frase de Jean-Paul Sartre a pesar delPentgono y del presidente Surez, apesar de todos los pesares, obteniendoel reconocimiento de la ciudadana.

    De hecho esperaban muchsimo

  • ms. Pensaron incluso que podrangobernar Espaa. Que el broche de oroa toda esa lucha llegara en laselecciones generales de 1977. Encualquier caso esperaban ms, muchoms que un nfimo resultado. En estecaso sera muy simple echar la culpa alos poderes fcticos nacionales ointernacionales de tal fiasco. Laverdadera razn para que no llegara eseespaldarazo la ofreci probablemente elveterano Ignacio Gallego:

    Fuimos fundamentalmente nosotrosmismos, los propios comunistas, connuestra incapacidad para afrontar yresolver adecuadamente los problemasque nos planteaba la nueva etapapoltica que se abra con la cada de la

  • dictadura franquista, los quealimentamos las crisis del partido. Si1977 no fue un buen ao electoral parael PCE, qu decir de la debacleelectoral de 1982. Cmo digerir unnaufragio poltico de aquellasproporciones. Tambin Gregorio Morn,en su libro Miseria y grandeza delPartido Comunista de Espaa 1939-1985, mantiene la opinin de que fue elpropio partido quien se suicid ante laperpleja mirada de amigos y enemigos.En 1976 poda decirse sin exagerar que

    se trataba del partido con mayorimplantacin social, prestigio y

    autoridad; su lder, Santiago Carrillo,estaba considerado el profesional

    poltico ms experimentado y hbil no

  • solo del pas, sino allende las fronteras.Pasaron seis aos (de 1976 a 1982), y elpartido se converta en una parodia de smismo y su secretario general, dimitidoy denostado, en un fantasma sin castillo.

  • Por dnde empezar?

    LOS resultados electorales de 1982fueron un autntico desastre para elPCE. T quieres situar aqu el arranquedel libro. Comenzar con laestupefaccin y el impacto de aquelladerrota.

    Sin duda. Situara aqu elarranque porque a partir de ese momentocada uno busca dentro del partido suubicacin, su sentido. Aquel golpetazoelectoral llevara al PCE a preguntarse:Y ahora cmo salimos de esta?,Qu pasa con el comunismo?, o Enqu nos hemos equivocado?.

    Eso da origen al recambio de

  • Santiago Carrillo en la secretariageneral del PCE. Pero no solo...

    S, aquello lleva a GerardoIglesias a plantear en su XI Congreso lapoltica de convergencia, que es labsqueda de alianzas, no con el PSOE,sino de alianzas de izquierda. Ah estel germen de Izquierda Unida.Precisamente ah.

    En este libro queremos contar lahistoria de Izquierda Unida, comprobarhasta dnde lleg, saber qu utopas sealcanzaron, ver dnde se cometieronerrores...

    Contaremos cmo abordamos losproblemas concretos de la gente, por unlado; y en qu nos adelantamos al futuro.Cmo se encarn ese otro mundo. Esa

  • idea. Si atrapamos o no el alma inmortalde don Quijote en lo que hicimos. Dequ manera sorteamos los obstculosque se oponen al trabajo encaminado aconvertir en realidad las utopas, que noquimeras, porque nuestras utopas, comotodas las utopas que en el mundo hansido, son posibles.

    Me admitirs que si la debacleelectoral del ao 1982 fue el momentoimpactante para el PCE; el momentoprimordial de tu vida poltica es cuando,unos aos despus, te llevan a Madridporque te llevan ms que vas y teeligen secretario general del PCE.

    Eso es verdad. Pero para elproyecto de IU, la clamorosa derrotaelectoral del PCE obliga a Gerardo a

  • buscar una alternativa, y en medio deesa bsqueda est el XI Congreso queyo presid, la expulsin de SantiagoCarrillo... Es decir, a partir de ah escomo el PCE busca un explicacin a loque ha habido.

    Y al parecer lo hace en unapoca (la dcada de los aos ochenta)en la que el PSOE demuestra que no esla izquierda que muchos creyeron.

    Exacto. Una poca en la queCCOO ya se haba dado cuenta de que elpartido no era su brazo poltico, que nolo era de igual manera que el PSOE loera de la UGT. En aquellos momentos,Marcelino Camacho tena una granautoridad, pero ya hay movimientos quevan gestando otras maneras, y que tienen

  • como elemento ms significativo aAntonio Gutirrez, que marca una lneadistinta.

    Lo importante de aquel hachazoelectoral es que abre las posibilidadesde explorar nuevas alternativas, como esel caso de la poltica de convergencia, yobviamente Convocatoria por Andalucae Izquierda Unida.

    Siguiendo la estructura del libro,del batacazo electoral nos podemos ir enla narracin hacia el pasado para verpor qu ha ocurrido. Diseccionar las dosalmas del PCE. Hay que hablar de loque fue el partido en sus elaboraciones.La legalizacin del PCE es clave enesto. Es decir, lo que el partido deja enel camino.

  • Te refieres a la aceptacin de lamonarqua en 1977, dejando de lado laRepblica, la aceptacin de la banderabicolor, la unidad de Espaa...

    Lo importante no es lo que deja aun lado con la aceptacin de lamonarqua, etc., sino que parece dejarlocomo una consecuencia lgica de untriunfo, la legalizacin. Lo hacen y sevanaglorian de ello. Es decir, de lanecesidad se hizo virtud. Y se presentacomo un triunfo. Al legalizarnos ya seha producido la ruptura democrtica.Eso no fue ms que una manera deautoengaarse. Y al justificar todo loque haba ocurrido, empieza a vivirse enun permanente engao... hasta la debacledel 28 de octubre de 1982. Ah se

  • impone la reflexin y el anlisis. Ahcomienza a gestarse lo nuevo.

  • 1982: la gran derrota

    He fracasado dije.Nuestrapoca ha fracasado! respondi ella.

    Tambin la poca, pero sera muysencillo consolarme con eso.

    ERNEST FISCHER

    Al acercarse las eleccionesgenerales del 28 de octubre de 1982, sehaban marchado ya del PCE sesenta milmilitantes, segn unos; y ms de cienmil, segn otros. Entre los hastiadosestaban figuras hasta entonces de primerorden en el partido. Tal es as que, conlos enfrentamientos, las expulsiones ylos abandonos, algunos quisieron ver

  • entonces la crnica de una muerteanunciada. Otros, pese a todo, creyeronque soltaban amarras, sin darse cuentade lo que se les vena encima.

    Aquella derrota, aquel desastre quesupuso bajar de veintitrs diputados acuatro, hubiera supuesto el entierro decualquier otro proyecto poltico, inclusopareca que se llevara por delante allegendario y mtico PCE, pero, en unatrayectoria tan especial, el desastre seintent convertir en un aprendizaje, enun nuevo impulso. La derrota siempretiene sus lecciones y, a veces, ensea.

    El Partido Comunista de Espaa,curtido en la larga batalla contra elfranquismo, estaba muy tocado, casimuerto. Santiago Carrillo comprendi al

  • fin que ya no poda hacerse el remolnpor ms tiempo. El Dios en apurosestaba a punto de iniciar su particularva crucis tras veintids aos al frentede la todopoderosa secretara generaldel Partido que en Espaa se escribacon mayscula, como si fuera el nicopartido existente.

    Se ha contado que Izquierda Unidanaci en torno a la campaa anti OTANque se desarroll entre 1984 y 1985, yconcluy con el referndum celebradoen marzo de 1986. Sin embargo unalectura ms profunda hace ver que IUsurgi en realidad del batacazo quesufri el PCE en aquellas elecciones de1982.

    Cual ave fnix, con la necesidad y

  • la urgencia de recomponer todo lo quehaba a la izquierda del PSOE, elpartido encontr la manera de resurgirde sus cenizas a travs de un frenteamplio de izquierda, a travs deIzquierda Unida. Son los albores de unnuevo proyecto. El combate, la voluntadde no aceptar lo que hay. De intentarlode nuevo, de intentarlo mejor.

    Por eleccin personal de Carrillo,el nombramiento del nuevo secretariogeneral recay en Gerardo Iglesias, unjoven exminero asturiano de treinta ysiete aos, gran admirador del hastaentonces mximo dirigente. Sorprendidopor la eleccin hecha a sus espaldas, elmismo Iglesias se reconoca an a faltade la adecuada preparacin para hacerse

  • cargo de tan alta responsabilidad enunos momentos tan difciles.

    Rodeado de problemas por todaspartes, Gerardo Iglesias observescandalizado cmo Carrillo pretendatratarle como a un ttere ms, intentandomanejarle, para seguir gobernandoindirectamente al viejo partido que tanbien crea conocer. Esa intencin fue unnuevo error de Carrillo, porque el nuevosecretario general ejercera como tal,consiguiendo no solo liberarse delabrazo del oso, sino situando al PCE denuevo en la agenda poltica.

    El primer espaldarazo lo obtendraGerardo Iglesias unos meses despus, enlas elecciones municipales del 8 demayo de 1983, recuperando ms de

  • medio milln de votos, y obteniendo atravs de la gestin de Julio Anguita untriunfo sin precedentes en elAyuntamiento de Crdoba, donde lagestin del alcalde y el grupo municipalcomunista se vera recompensada alpasar de siete concejales a diecisiete.La mayora absoluta, de un total deveintisiete.

    No haba dudas. Para entonces,propios y extraos ya saban que elPartido Comunista de Andaluca era condiferencia la organizacin ms potentedel PCE. De los veintitrs diputados queobtuvo el PCE en las eleccionesgenerales del 1 de marzo de 1979, sietehaban sido elegidos en Andaluca.Conviene resaltar tambin que el PSUC

  • aportaba ocho.A pesar de las disidencias internas,

    a pesar de las expulsiones, a pesar de lasangra de militantes, para quien noconociera la casa por dentro, podradecirse que hasta la noche del 28 deoctubre de aquel ao no pareca que talcatstrofe se iba a producir. Otrosllegaran a pensar que a la maana elpartido estaba en la cima, y que a lanoche, tras conocerse los resultados delas elecciones, estaba en la sima.

    Aquella derrota supuso el principiodel fin de Santiago Carrillo y de unaparte del partido. Es el fin de lasilusiones de aquellos dirigentes. Elsueo del eurocomunismo (elcomunismo de rostro amable, la

  • normalizacin en la lucha aceptando lamonarqua, la bandera bicolor, lahomologacin de la democracia) haconducido a la casi desaparicin delpartido a manos del PSOE.

    No solo fue el desgaste de losenfrentamientos internos, y lasdivisiones, lo que provoc el revs delelectorado del PCE, sino, adems, lafuerza y el carisma de Felipe Gonzlez,que haba electrizado a la sociedad conla idea del cambio. Atrs quedaron laentrega y las esperanzas que habanmovido a tantos miles y miles deespaoles que arriesgaron su vida y sulibertad en la poca de la clandestinidadpara derrotar la dictadura. Atrsquedaron aquellos reiterados gritos de

  • nimo: Aqu est, aqu se ve, la fuerzadel PCE. Ese da de 1982 parecidesvanecerse toda aquella fuerza.

    Podra decirse que el plan Surezpara legalizar al PCE haba tenido xito.La normalizacin del PCE, suasimilacin por el sistema, su juegoelectoral... Es decir, los enemigos delPCE estaban ganando la batalladesarbolando, desactivando al PCE, sies que aquella era su oculta agenda. Conaquella estrategia haban conseguido ladivisin interna, mermando aquellafuerza que en otro tiempo pareciinconmensurable. La fe en la propiagloria, el juego del oponente poltico,tambin operaron en aquellaintervencin. Qu haba pasado desde

  • la legalizacin del partido, en 1977,hasta aquel octubre de 1982?

  • Un partido abierto en canal

    HA ganado la izquierda.Anguita recuerda esa frase. Fue el

    comentario que le hizo el locutor RafaelLpez, de Radio Crdoba, refirindoseal triunfo electoral del PSOE en 1982.

    No sabis bien lo que haganado!.

    Fue su respuesta. Se lo dijeporque yo ya conoca el pao, teniendoen cuenta que durante un tiempo habagobernado el Ayuntamiento de Crdobacon los concejales del PartidoSocialista.

    Aquella fue sin duda una nochedramtica para el PCE. Julio Anguita,

  • que por entonces era alcalde deCrdoba, no tuvo protagonismo alguno.De aquellos das de octubre no haolvidado las caras de consternacin delos compaeros, si bien por su parte novivi todo aquello con una especialpreocupacin. Estaba muy ocupado,muy entregado a la alcalda.

    Claro est que fue una nocheimpactante. Una noche, que sin ansaberlo, marcara su vida. A partir deentonces los militantes del PCE, y JulioAnguita con ellos, se preguntaron quhaba pasado. Cul era la salida delPCE? Era el PSOE la nica alternativade la izquierda? Qu podemos hacerpara levantarnos de tan tremendo golpe?El desapego de la gente era

  • consecuencia de los enfrentamientos ylas expulsiones en el seno del partido?

    Un ao antes, en julio de 1981, enel X Congreso del PCE, SantiagoCarrillo haba dejado muy claro lo queles esperaba a quienes defendieran lascorrientes internas de opinin y unamayor pluralidad: En nuestro pas haba advertido Carrillo hay diversospartidos y grupos entre los queescoger. En aquel congreso el dirigentevasco Roberto Lerchundi acab porerigirse en lder contestatario alsecretario general. En su intervencin,Lerchundi asegur que el informe deSantiago Carrillo supona un retrocesode la democratizacin y reabra viejasheridas.

  • Lejos de impulsar una discusinabierta, Carrillo se cerr en banda sinadmitir las crticas. Era un tiempo debrocha gorda, sin debate, sin laspinceladas sutiles de la reflexinabierta. Todo era o conmigo o contram. Un destacado militante, RafaelMir, fue tajante al respecto: Elpredominio doctrinario de Carrillo esabsoluto. Todas las cspides estnsubordinadas a l.

    Hay una frase que, como otrasmuchas de Santiago Carrillo, se volvicontra l. Tranquilos, aqu no pasanada, lleg a decir en julio de 1981,cuando el partido estaba al borde delcolapso.

    Era cierto. Todas las cspides del

  • partido estaban subordinadas alsecretario general del PCE, y las que nolo estaban no iban a durar mucho. Pocotiempo despus del X Congreso,Carrillo disolvera el Comit Centraldel PC de Euskadi. Este fue el detonantede una riada de abandonos, yexpulsiones, que afectaron, sobre todo, ala organizacin madrilea. Pero la llamade la democratizacin del partido paraunos, la de la disidencia para otros, seextendi a diferentes partes de Espaa.

    En Valladolid, diez concejalescomunistas de la provincia hicieronpblico un manifiesto diciendo que sino desaparecen de la direccin SantiagoCarrillo y su equipo que, atrincheradosen posiciones numantinas, estn

  • rompiendo el partido, es imposible laconstruccin de un partidodemocrtico. Numerosos cargosmunicipales dimitieron entonces ensolidaridad con los expulsados. Artistasy hombres pblicos del partido, desdeRafael Alberti a la actriz Ana Beln,firmaron entonces comunicados deprotesta.

    En Andaluca se registraron visosde estallido en la militancia cuandoAmparo Rubiales anunciaba suabandono del PCE y la organizacin enMlaga debati concurrir a laselecciones autonmicas concandidaturas independientes. Losrenovadores pedan un congresoextraordinario. En Comisiones Obreras,

  • Marcelino Camacho se enfrentaba conCarrillo, quien, va Piedo y Ariza,trataba de desplazar al lder histricodel sindicato.

    El propio Julio Anguita, segn leinformaron despus, estuvo expulsadodurante unos minutos del PCE sin lsaberlo por entonces. En Crdoba sehaba reunido un grupo notorio desimpatizantes y encabezaron unarevuelta contra las expulsiones, entreellas la de Cristina Almeida. Comoalcalde que era, apareci ante ladireccin del partido como el cabecillade aquella inquietud, lo cual no eracierto.

    Santiago Carrillo tom la decisinde expulsar del partido al alcalde de

  • Crdoba en una reunin del ComitEjecutivo, alegando textualmente que elpartido necesitaba una menstruacin.Pero, Santiago le dijo entonces elvicesecretario del PCE, NicolsSartorius, lo que t propones no esuna menstruacin, es una sangra. Asse paraliz la expulsin de Anguita, quedurante unos minutos estuvo en la picota,dejando virtualmente de militar en elPCE.

    En la primavera de 1982, el partidoestaba depurado. O abierto en canalsobre la mesa del cirujano. SantiagoCarrillo solo estaba dispuesto aescuchar lo que dijeran las urnas. El 28de octubre de 1982 el PCE obtiene el3,8 por ciento de los sufragios, 830.000

  • votos. Cuatro diputados. Haba perdidoun milln de votos.

    Cuando a comienzos de noviembrede 1982, unos das despus del revselectoral, se celebra una reunin delComit Ejecutivo en la que se analizanlos resultados electorales, SantiagoCarrillo acabar presentando sudimisin: Se me ha pedido queencabece los cambios, y he decididoencabezarlos retirndome de lasecretara general del partido.

    Para entonces el PCE ya no es ni lasombra de lo que haba sido apenas seisaos antes, mientras los compaerossocialistas, que en 1976 apenas existan,haban logrado el mayor triunfoelectoral de su historia.

  • Estaba claro que las eleccionesautonmicas andaluzas celebradas enjunio de 1982, y que llevaron a ochocomunistas al Parlamento en Sevilla,entre ellos a Anguita, no habanreflejado la verdadera medida de lacrisis del partido. Fue en octubre de esemismo ao cuando la crisis quedpatente en toda su crudeza.

  • El Holands Errante

    EN 1982, el alcalde de Crdoba yparlamentario andaluz Julio Anguitasenta que estaba muy lejos de Madrid.ramos polticos locales que nomanejbamos una visin del conjuntoespaol. Adems, ya tenamos bastantecon lo nuestro. La alcalda estabasiendo un banco de pruebas, llevando ala prctica la idea de gobernar ennombre de otro mundo, asentando laidentidad de la izquierda en el da a da,pasando de la teora a los hechos.

    Madrid era ms que una lejanageogrfica. Era otra manera de ver lascosas, una forma distinta de

  • relacionarse, con otras claves, con unamayor presencia meditica. Anguita veaen aquella lejana realidad un campo debatallas. Centrado en los asuntosmunicipales, l estaba entonces muylejos de la villa y corte de Madrid.

    Gerardo Iglesias tratara de acortaraquellas distancias. Gerardo fue unpoltico que tuvo buenas intuiciones.Aquellas buenas intuiciones lasinterpret correctamente, pero parte desu equipo ni las utiliz ni las llev a laprctica. Fue Iglesias quien lanz eimpuls la idea de la poltica deconvergencia. Era una idea en bruto, sinterminar. Una intuicin manifestadaescuetamente de la siguiente manera:Todos tenemos que juntarnos ante lo

  • que est ocurriendo. Y lo que estabaocurriendo era, ni ms ni menos, que elPSOE se estaba entregando a la OTAN.

    Gerardo fue por entonces un bloquealternativo. Algunos de los que estabana su alrededor pensaban en crearalgo, pero con la aviesa intencin deofrecrselo despus a la casa comndel PSOE. Por qu piensa esto Anguita.Tengo una memoria de elefante yrecuerdo el Comit Central del PCEdonde Enrique Curiel dice: Hay quereequilibrar la izquierda, que para mes una variante ms del juntospodemos o la casa comn en la quetanto insistieron desde el PSOE.

    En qu consiste el reequilibriode la izquierda? explic entonces

  • Enrique Curiel. Consiste en conseguirconcitar en torno al partido y a su nuevaidea un conjunto de fuerzas que pese enla balanza de las alianzas.

    Aquella idea de Gerardo deunirse acabara prendiendo enAndaluca. Los resultados electoralesautonmicos tampoco les habanacompaado, esperbamos msdiputados autonmicos y sacamos soloocho. Pero aquella intuicin deGerardo la plasm Anguita en undocumento hecho a mano (que conservacomo oro en pao), enumerando losmales del partido, pero no solo. Comotodo en l ya desde entonces: a unanegacin le sigue una afirmacin. Alpanorama sombro en medio del tnel le

  • sigue una luz, ms o menos lejana, parasalir adelante. Proponiendo un nuevoimpulso. Una inyeccin de creatividadpoltica en medio de la que estabacayendo.

    El texto lo llev en 1982 al ComitCentral de Bellavista. Toda unapropuesta para Andaluca. Losdirigentes andaluces del PC laescucharon. Ya entonces Anguitahablaba de un programa elaboradocolectivamente. Se trataba de hacer unprograma desde abajo, con laparticipacin de la gente, creando unmovimiento. Me hicieron el mismocaso que a Jacinto en la boda (era elnovio y le echaron), de modo que mevolv a mi alcalda de Crdoba.

  • El alcalde se volvi a casa con supropuesta, esperando que madurara lasituacin, pues estaba convencido deque los tiempos le daran una nuevaoportunidad.

    Todo era entonces para l Crdobay Andaluca. ramos provincianos. Notratbamos los asuntos de Estado.Veamos todo aquello que estabapasando, nos afectaba porque eranuestro partido, pero no tenamos tiempopara elucubrar sobre los asuntos deMadrid, ya tenamos bastante conCrdoba y lo que pasaba en Andaluca.Las propuestas tenan un mbito andaluz.Madrid era otra historia.

    Solo haba una puerta por la quecomenzbamos a tratar cuestiones de la

  • Administracin Central: presupuestos,obras pblicas, leyes del suelo, etc. Esapuerta la constituy la asamblea deveinte alcaldes que de forma itinerantese fue reuniendo durante tres aos.Gracias a ella nos vimos en la necesidadde debatir con Surez, Abril Martorell,Martn Villa, Felipe Gonzlez,Solchaga, o Borrell. Fue un aprendizajeintensivo y muy pegado a la realidadeconmica.

    Esa actitud de entonces explica queaos despus a Julio le entrara vrtigocuando le plantearon su marcha aMadrid. Vrtigo y rechazo. No soloporque estaba muy bien en Andaluca,donde haba un proyecto poltico quehaba cuajado, que estaban

  • desarrollando y haba que terminar, sinoque trataba de mantenerse lejos de aquellugar donde no hay ms que problemas.Madrid, un lugar de influencias donde selucha por el poder, la ciudad de losministerios, los embajadores, confuerzas polticas a nivel europeo. Unmundo de enfrentamientos ymezquindades.

    Cuntas veces en su vida Julioaceptar retos, encajarresponsabilidades que una parte de suser estaba rechazando... hasta que derepente los asume y los hace suyos.

    Esto se lo hizo observar unapersona cercana. Cuando le llamGerardo Iglesias para pedirle quepresidiera, en diciembre de 1983, el XI

  • Congreso del PCE (de una gran dureza,tanto que aquello era para tragarse a unpresidente y todos sus ministros).Recuerda que le eligieron en la mesa, yque tena que pronunciar unas primeraspalabras. Entonces yo miro hacia abajomientras se hace un gran silencio, s quela gente espera mis palabras, hasta quede repente levanto la vista. Es entoncescuando lo he asumido. La gente estesperando tus palabras. Entoncesasumes tu papel y hablas.

    Asumir la responsabilidad, elsacrificio?

    Asumir es venga, vale, aquestoy, dispuesto para lo que vaya apasar. No es un desafo, ni muchomenos. Es aceptar que te toc. Es un

  • trago muy duro, s. Como cuando acepty eso me cost muchsimo ms sersecretario general del PCE aos mstarde. Fue muy duro, que de eso yahablaremos, porque dejaba Andaluca,mi historia, mi gente... Antes habadejado la alcalda de Crdoba sinterminar mi mandato por ir alParlamento en Sevilla, y ahora tampocome dejaban terminar mi mandato en elParlamento de Andaluca para ir como un eterno apagafuegos de un sitio aotro a Madrid. El Holands Errante.

  • La etapa pico-romntica

    CONTRA FRANCO Luchbamosmejor. Cuntos luchadores organizadosen la clandestinidad han pronunciadoesta frase en estas ltimas dcadas, noporque aoraran la dictadura, slamentando que los nuevos tiempos nohayan conformado otro tipo derelaciones y alianzas para hacer lapoltica de otra manera, concebidadesde la tica, la organizacin y laaccin para la autntica transformacinsocial.

    Podemos volver la mirada al finalde la dictadura y contemplar cmo seestaba articulando la lucha poltica. Se

  • estaba luchando ya, en las intencionespolticas de fondo, por detentar elpoder, o se quera hacer todo con unosnuevos valores democrticos?

    Uno de los inconvenientes de lasdictaduras es que te desenfocan a la horade analizar lo que hay detrs de ellas, lalucha en la exclusiva esfera de lopoltico distrae de otras cuestiones.Consiguen atraerte como si fuese elcapote a una lucha, sin ver lo que haydetrs de ese capote. El toro bravo es untoro tonto que embiste al capote. Sifuese un toro inteligente, embestira altorero.

    La lucha contra la dictadura es lalucha contra un sistema oprobioso,fascista, debelador de la legalidad, todo

  • lo que queramos, pero que estaba alservicio del capital. Entonces se puso elnfasis en derribar a la dictadura. Y sihaba que organizar a la derecha como le toc a Julio Anguita, que tuvoque repartir los Cuadernos Libra enCrdoba en la Junta Democrtica paraque la derecha entrase en ella, sehaca. Porque el objetivo era derribaraquel rgimen.

    Claro que los que defendan aquelrgimen tampoco eran tontos. Ellossaban que tenan que desaparecer comorgimen, pero continuar como defensade intereses de clase.

    Ah es donde nosotros noestuvimos muy finos. Ahora mismocuando decimos el problema es el PP,

  • yo digo que no, el problema es lapoltica que defiende el PP, que tambinla defiende el PSOE. Este es un matizvital para no mantener la ficcin de quealindonos con el PSOE combatimos alPP. Es un engao cmodo que ocultanuestras propias concupiscencias.Contra Franco luchbamos mejor porqueindiscutiblemente la lucha contra unadictadura se plantea en trminos muysimplistas.

    Una noche de enero de 1985estaba en Nicaragua, donde me habaenviado el partido como miembro delComit Ejecutivo a la toma de posesindel presidente Daniel Ortega. Los ochocomandantes se dedicaron a recibir a losinvitados. A m me toc acudir a la cita

  • con el comandante Toms Borge, juntocon el dirigente Giancarlo Pajetta, delPartido Comunista Italiano, un dirigentemuy mayor que hablaba ms que siete.Al final yo coment al comandanteBorge la difcil situacin en la que seencontraban, con la Contra anhaciendo de las suyas. Qu va, viejo me contest, aqu estamos con laContra, es verdad que podemos perderla vida, pero tenemos muy claro quinesson los malos. El problema lo tenisvosotros en Europa, donde podisperder la razn.

    Qu estaba diciendo aquelhombre? Que la lucha en Nicaragua erams simple. Estaban invadiendo su pas,los norteamericanos estaban financiando

  • a la Contra, pero tenan las cosas claras.Tras la muerte de Franco, con la llegadade la democracia haba que tenerformacin, haba que pensar y estudiar,estar en las instituciones, haba quemantener la lnea roja que antes era muyfcil, pero la lnea roja ahora en mediode los nmeros es mucho ms difcil.Antes tenas aliados, pocos peroseguros. Ahora los aliados te cambianen cualquier momento porque estnmovidos por otros intereses aadidos.

    Es ms difcil. Lo digo muy claro.A todos los que aceptan hacer unatransformacin en el campo de lasinstituciones o de la sociedad les tengoun respeto impresionante. Porque es unalucha que quema. El hombre que se

  • entrega a gobernar y quiere mantener susprincipios y su ilusin como pueda, memerece un respeto imponente.

    Qu haba en aquellascorrientes de pensamiento del PCE de laclandestinidad?

    Yo lo he podido deducir por lasconsecuencias, no por los orgenes. A lolargo de mi etapa en la secretarageneral y de mis reflexiones por losproblemas que han ido surgiendo, hellegado al convencimiento de que en elPCE haba en el momento de lalegalizacin tres posiciones, trescorrientes, tres maneras de sentir, que noestaban estructuradas ni organizadas.Una es la que proviene del espritu de laGuerra Civil, del largo combate de

  • quienes han luchado contra el fascismoen la Guerra Civil, y en la SegundaGuerra Mundial contra el fascismo y elnazismo, y que comparte identidades conlos partidos comunistas francs eitaliano (aunque fueran distintos), con ladiferencia de que estos partidos entraroncon las armas en la mano, tras laSegunda Guerra Mundial, formandoparte de la democracia francesa eitaliana, sin que tuvieran quelegalizarlos.

    El francs y el italiano ganaron sulegalidad. Los nuestros son losmilitantes de la poca de la guerra a losque yo les quiero rendir un homenaje.No entendieron muchos de ellos lo deIzquierda Unida, pero acataron las

  • decisiones de su partido, cosa que otrosmilitantes hablo de Nueva Izquierda,a los que dedicaremos una ampliareflexin en otro momento nientendieron ni acataron. Hay que evocarla dignidad de aquellos hombres consus cosas, de Enrique Lster, de PacoRomero Marn, de Santiago lvarez,hombres impresionantes; y mujeresincrebles como Dolores Ibrruri,Teresa Pmies, Leonor Acebes. Son deotra poca, hombres y mujeres con losque me sent a gusto porque eranhonestos. Formaban un estado deopinin.

    Despus estaba y aqu llega loms gordo la corriente de opininprocedente en origen de Francia, los

  • dirigentes que estaban en el pas vecinoy que tienen el modelo francs como elms inmediato referente. En concreto elmodelo de la alianza de la izquierda quesiempre ha sido ir juntos a laselecciones y conformar si se puede ungrupo parlamentario en torno a unprograma comn. Y ya est. Nada msy nada menos. Para ellos el referentecuando llegan aqu es la posibilidad deque se pueda repetir en Espaa lomismo; pero eso s, siendo nosotrosmayoritarios, porque se espera que trasnuestra lucha en solitario contra ladictadura tengamos nuestro premio, sibien el tiempo demostrar que no eraas.

    Esta corriente de opinin que

  • existe en un sector muy amplio deComisiones Obreras no hablo deMarcelino Camacho ni de AgustnMoreno, ni tampoco de much@s otr@s tambin participa de la misma ideade que hay que gobernar. Utilizan elhay que gobernar como si dijeranalgo. Yo tambin digo que hay quegobernar, y he gobernado, pero con quprograma? Esto ltimo nunca lo he odo.Solo hay que gobernar, hay que estar enel gobierno. Me escandaliza que digannicamente eso.

    Si fuera con un programaconcreto, entonces s seor, yo gobiernoy yo me quemo. Igual que ha ocurridoahora en la Junta de Andaluca, donde elprograma se pospone y se llega a un

  • acuerdo en la primera reunin y sinapenas intercambiar impresiones porquehay que gobernar. Aquella era yaentonces la lnea de pensamiento de losexiliados, que anidaba en una parte delpartido y en una parte de CCOO. Unaidea, la de que hay que gobernar, quetambin tenan en una parte del PSOE.Recuerdo a un alcalde socialista deMstoles dicindome a finales de losaos setenta: El cambio es quenosotros hemos llegado a losayuntamientos; a lo que le contest:Hemos llegado, para hacer qu?. Esel puetero nfasis de toda mi vida,porque yo voy a un sitio para hacer algo,con un programa, o no voy. Estar porestar no sirve para nada. Como se puede

  • ver, aquella lnea de pensamiento es hoyuna idea con peso en IU.

    Y queda otra lnea, la tercera.Obedece a los luchadores del interior deEspaa. Al partido de la clandestinidaden Espaa. Era un partido solo, quetena que buscar las mil y una manerasde llegar a alianzas, como ocurri con laJunta Democrtica. Hablo del ao 1970,cuando yo tena veintinueve aos. Yclaro, ah estn los cristianos de base,los anarquistas, estn las asociacionesde vecinos. Y no est el PSOE, porqueno existe. Porque no existe [lo dicedespacio, detenindose en casa slaba].No estoy hablando de una etapa picadel PCE (aquella en la que fusilaban asus dirigentes).

  • Estoy hablando de la etapa pico-romntica, que es otra. En la que ya nose fusilaba, pero s te golpeaban, inclusote podan torturar. Era una lucha msgratificante. En esta etapa nuestra nicareferencia era la sociedad. Entonceshaba que relacionarse con todas lasplataformas que se organizaban, percibirtodos los sentimientos de la gente, todaslas propuestas.

    Al aire de eso, yo, que an noestaba en el partido, estaba trabajandoen una historia de caractersticasanarquistas. Por entonces me pasaronunos materiales para discutir y mepidieron mi opinin sobre lo que serams tarde el Manifiesto-Programa delao 1975. Me vea con comunistas, a mi

  • cuada de entonces yo le esconda elMundo Obrero ... vamos, tena unarelacin con el partido sin estar afiliado.Estaba movindome en torno al VIIICongreso de 1972 (el ltimo que secelebr en la clandestinidad).

    El PCE haba creado una culturade alianzas y de influencias en el sentidogramsciano: Influimos porque somosmejores. Todos queremos influir, peroen democracia influyo porque demuestroque soy ms ajustado en mis anlisis, oporque tengo ms dedicacin, y no pormecanismos torticeros. En aquelManifiesto-Programa del 75 elaborado en la clandestinidad est lareferencia terica ms importante alantecedente de Izquierda Unida. Lo

  • tengo subrayado:El Partido Comunista considera

    que ya, desde hoy, habra que comenzara elaborar el proyecto de una formacinpoltica capaz de aunar todas lastendencias socialistas sin sofocar aninguna, sin anular sus caractersticasideolgicas, sin comprometer sufisonoma particular, su independencia,su campo de accin propio. Esa nuevaformacin poltica, incluyendo partidos,agrupaciones, organizaciones diversasque no sacrificaran sus estructuras, suideologa ni su programa especficopodra dotarse de un programa comnsocialista, de rganos comunes deelaboracin colectiva de las decisionespolticas relacionadas con la aplicacin

  • de ese programa. (Al leer ese prrafosubrayado en su voz se percibe unaemocin tranquila, como quien haencontrado el verso claro, el manantialdel que brota un ro muy importante ensu vida. El prrafo es una inspiracin, ylo deja todo clarsimo!).

    No s quines fueron losredactores de aquel texto. Estoyconvencido y es una hiptesis ma, ala luz de mi teorizacin de que fueronredactores de dentro, de los queestbamos en Espaa buscndonos lavida como podamos. Esta culturapoltica, este talante, lo representa en unmomento dado Gerardo Iglesias.

    Si observamos grosso modo lahistoria del PCE, podemos decir que ha

  • sido una organizacin que se ha crecidoante circunstancias excepcionales.Podra decirse que les ha venido biensentirse insultados, atacados yperseguidos. En la Repblica, junto conel presidente del Gobierno Juan Negrn,es el partido que est por la defensa dela Repblica hasta que se da el golpe deEstado de Casado, Mera y Besteiro.Llega la clandestinidad y es el partidopor antonomasia que se crece ante ladictadura. Qu ocurre, sin embargo,cuando llega la legalidad y comienza aperder fuerza, hasta disiparse?

    (Julio Anguita explica que eldictador en dictadura contagia su visinsimplista a su principal adversario).

    Un ejemplo. Con la misma

  • ligereza que Franco llamaba comunista atodo disidente, porque era ms fcilpara l, y le permita pasar ante losgobiernos occidentales como un grananticomunista, porque adems a surgimen no le gustaba pensar mucho...Nosotros en un momento de nuestrodesarrollo y a determinados escalonespensamos que todos los otros habansido fascistas. Es el mismo fallo a lahora de analizar. As, cada rgimenencuentra su contrarrplica. Llega uninstante en que en el PCE se intentaponer en marcha la adecuacin. Es elmomento en el que se crea Convocatoriapor Andaluca en 1984 e IzquierdaUnida en 1986. Es entonces cuando sequiere hacer otra cosa, cuando se

  • pretende acercar a la realidad yresponder a las necesidades planteadas.

    Un lenguaje que sea como abrirventanas.

    El tan repetido programa,programa, programa es una ventana a larealidad, a lo real concreto, a loperentorio. Porque no podemos escucharlos cantos de sirena del mercado.Porque no queremos saber nada que nopase por la realidad concreta. Y no esque yo no tenga ideologa, sino que miideologa la mido ante los problemasconcretos de nuestra sociedad. Y ah meenfrento, ah discuto o trabajo, conaquellos que el mismo problema lointentan solucionar de otra manera.

  • Los derechos humanos

    EL viento de la historia, a veces, selleva la paja, como en la era campesinadonde antao se trillaba, dejando eltrigo de la cosecha. En otras ocasionesborra huellas, oculta, emborrona unacierta verdad.

    En mi primera militancia me atuvea una definicin que diera Carlos Marxde comunismo: Movimiento real quecontinuamente va superandocontradicciones. En su momento,comunismo era una sociedad sin clases,manaran ros de leche y de miel, etc.Aquello sirvi para darle al movimientoobrero la categora de un fin. En la

  • religin catlica se llama el destinoquilistico, es decir, el objetivo final,como el paraso en la otra vida o lallegada de un Mesas con el trgicodestino de morir crucificado para cargarcon los pecados del mundo.

    El nuestro tambin era un mensajeproftico, necesario para la lucha deaquellos tiempos. Ello conforma las tresgrandes internacionales, donde elproletariado es el pueblo elegido parallevar al mundo a la nueva situacin.Aquello se lo llev el viento de lahistoria. La Segunda Guerra Mundial, laGuerra Fra, el vivir de cada da.

    Unas dcadas ms tarde llegara elhundimiento de la Unin Sovitica. Yaquello que haba sido el paraso para

  • mucha gente se hundi. Yo nunca vi a laUnin Sovitica ni como el paraso nicomo el infierno. Y me qued ms omenos igual. Pero lo que es la ideacomunista que configura la TerceraInternacional, eso ha estallado por losaires. Y seguir hablando de movimientocomunista es seguir hablando de algoque no existe en la actualidad.

    Pero s existimos los comunistas.Los comunistas existimos en la

    medida en que, primero, no aceptamosesto, porque no nos da la gana decirleque s a lo que hay. Lo puedo razonar,pero en el fondo hay una posicinvisceral. No asumo. Y a partir de ahquiero un mundo distinto. Mas no tengoque buscar elucubraciones sobre el

  • destino final de la humanidad, ya mecontentara con que se cumpliesen paralos ms de siete mil millones dehabitantes del planeta los derechoshumanos. Podramos repasar los treintaartculos de la Declaracin de losDerechos Humanos.

    Ser comunista me obliga a lucharms que otros por los derechoshumanos. Ser comunista implica para mtrabajar en pos de eso. No tengo por qudibujar para los dems un parasoespecial mo, sino un parasocomnmente aceptado. El cumplimientode nuestros derechos.

  • La Junta Democrtica

    EN las postrimeras del franquismo, unagran parte de la sociedad contemplabacon incertidumbre lo que habra dellegar despus de muerto el viejogeneral. El miedo que atenazaba a lagente, paralizndola, le haca mirar coninquietud el futuro.

    El 30 de julio de 1974, la llamadaJunta Democrtica se present en elHotel Intercontinental de Pars de lamano de Santiago Carrillo y el profesorde filosofa Rafael Calvo Serer, anteveinte equipos de la televisin mundialy, al menos, un centenar de medios decomunicacin. Su objetivo era despertar

  • a la sociedad en su conjunto,conmocionada e inquieta por elporvenir.

    Por su parte, en Madrid seconstituy una Mesa Democrtica deFuerzas Polticas, en la que junto al PCEestaban PSOE y UGT, adems de loscarlistas y el PSP de Tierno Galvn. EnCatalua se incorporara la BanderaRoja de Jordi Sol Tura.

    Un mes antes de presentar la JuntaDemocrtica que tambin cont con elapoyo de Antonio Garca Trevijano enel interior del Estado espaol,Santiago Carrillo habl de la Repblicaante emigrantes procedentes de todaEuropa. Aquella intervencin la realizCarrillo en cinta magnetofnica porque

  • las autoridades helvticas le impidieronhablar en vivo y en directo.

    Su previsin de aquel mes de juniode 1974 sobre Juan Carlos y laalternativa fue que frente a esamonarqua, los espaoles no tendranms que una salida: la repblicademocrtica. En aquellos tiempos eldebate de la Junta Democrtica estabaen torno a dos caminos: reforma oruptura? Nadie pareca dudar entoncesde que la nica va democrtica era laruptura, al menos entre las fuerzasdemocrticas.

    Aquella Junta alcanzara granrepresentatividad en forosinternacionales, como el ParlamentoEuropeo y el Congreso de los Estados

  • Unidos. En septiembre de 1975, la JuntaDemocrtica y la Plataforma deConvergencia (donde estaba el PSOE)firman la primera declaracin conjuntaen la que se llama a la ruptura con elrgimen y con su continuidadsucesoria. Haba nacido la Platajunta.

    El 24 de octubre de 1975, SantiagoCarrillo se burla de los que hacenconjeturas sobre Juan Carlos de Borbny sobre su padre: La solucin no es niel padre ni el hijo, ni el Espritu Santo.La solucin debe darla el puebloespaol. El ltimo da de octubre deaquel ao, la Junta y la Plataformamanifiestan su voluntad de realizacinde la ruptura.

    Desde Grecia, ya muerto Franco, a

  • finales de noviembre de 1975, Carrillodir: Juan Carlos no es ms que elrepresentante del franquismo quesobrevive a la tumba del dictador. Peroapenas unos das ms tarde, el 5 dediciembre de 1975, Carrillo recibe unmensaje poltico del nuevo rey JuanCarlos. Ya no habr ms frases tajantes.A finales de aquel ao, el secretariogeneral de los comunistas espaolesintroducir un elemento hasta entoncesimpensable: Juan Carlos puede traer lademocracia.

    1976 comenz con una msicadiferente. Santiago Carrillo introduce unnuevo trmino, el de la rupturapactada, una feliz expresin para otraetapa poltica. El rey haba puesto una

  • condicin rotunda para restaurar lademocracia y legalizar al PCE. Eraimprescindible que el PCE no acosara ala monarqua, y mucho ms, que no lacuestionara.

    Segn cuenta el periodistaGregorio Morn en su libro sobre elPCE, entre enero de 1976 y abril de1977 no hay documento interno queexplique la verdadera historia de laTransicin, fotograma a fotograma.Todos esos datos los tena en su cabezaSantiago Carrillo, que ante el propioComit Ejecutivo del partido explicque, de las conversaciones con las msaltas instancias del Estado, tan soloinformara de lo que creyeseconveniente. Nadie le replic. El propio

  • partido se decidira en 1976, antes deser legalizado, sin reticencia alguna, porla va unvoca de la reforma. Ni ladireccin del partido tena todas lasclaves salvo Carrillo, y ni muchomenos las tuvieron los militantes.

    Todo haba sido madurado bajo elestricto control de Carrillo. Cuando el24 de enero de 1977 se produce lamatanza de Atocha, en la que fueronasesinados a sangre fra tres abogadoslaboralistas, un estudiante y unempleado, el PCE ofreci unaprudencia, una templanza y unaexhibicin de disciplina que todo elmundo destac. Aquellos terribles dasde enero, con la masacre de Atocha, elPCE, a decir de algunos, se gan la

  • legalizacin de hecho.Cuando en la reunin de Santiago

    Carrillo con Adolfo Surez, el 26 defebrero de 1977, se acuerdadefinitivamente la legalizacin del PCE,la reforma del rgimen est servida. Seconsolidara as el proyecto deTransicin diseado, no por la JuntaDemocrtica, sino por el rey, TorcuatoFernndez Miranda y el propio AdolfoSurez.

    La legalizacin del PCE quizpareci una victoria de SantiagoCarrillo. Pero, en todo caso, fue unavictoria momentnea. Efmera.

  • Peaje de la legalizacin delPCE

    CON la legalizacin del PCE en 1977como importantsimo factordemocrtico y de progreso, los abrazosiban y venan de todas partes. Si durantecuarenta aos los comunistas habansido para el rgimen los culpables detodos los males, los apestados a los queperseguir, torturar, asesinar y meterentre rejas, ahora nadie pareca dudar dela intencin, la voluntad y el buenpropsito del viejo partido.

    El propio presidente AdolfoSurez, de la UCD, cont precisamentecon los comunistas para gobernar en la

  • mayora de los principalesayuntamientos, de igual manera queAnguita contara con los concejales dela Unin de Centro Democrtico paragobernar, junto a otros partidos como elPSOE y el PSA, el Ayuntamiento deCrdoba.

    Hoy pocos se acuerdan, pero loscomunistas de entonces, abrazados ypiropeados por el nuevo poder, tuvieronque tragar la amargura de no haberconseguido, en la primera cita con lasurnas del 15 de junio de 1977, unarepresentacin de considerableenvergadura, como tantos esperaban,tenindose que conformar con 20diputados y un tercer puesto, tras los166 de UCD y los 118 del PSOE. Los

  • resultados no crearon ni desnimo, nicrisis, pero s una gran decepcin trashaberse avenido tan generosamente elpartido a ceder gran parte de suidentidad.

    El partido haba pasado de losesquemas de ruptura a la ms transigentereforma. Aquello tir por tierra lo quehaban sido hasta entonces los llamadostiempos heroicos de la clandestinidad.El PCE, respecto al PSOE, tena unpartido sin gran apoyo electoral. Y elPSOE gran apoyo electoral sin partido.Algo se haba quebrado.

    En qu medida la legalizacin deabril de 1977 y los parabienes del poderamansaron y asimilaron al partido, enqu medida lo edulcoraron? Cul es la

  • responsabilidad del PCE durante laTransicin, despus de habersedistinguido por su lucha contra elfranquismo? Se lo pregunto a JulioAnguita en abril de 2012, treinta y cincoaos despus.

    Me he puesto en el lugar deSantiago Carrillo, porque el momentoera difcil, muy difcil. Cuando l haceaquel montaje en el Comit Central, lya haba pactado el tema con AdolfoSurez. Al parecer los militares habanamenazado, aunque de momentoacataban la legalizacin del PCE pordisciplina. Pero los militares no se ibana mover, porque detrs de ellos estabael gran capital y Espaa no poda volvera las andadas. Ese acto de la aceptacin

  • de las condiciones de Adolfo Surez noes grave si hubiera terminado ah, perofue continuado por una lnea de trabajoque perturbaba la historia del PCE:primero aceptar bajo presin lamonarqua en defensa de lademocracia, renunciar adems a labandera republicana y entrar en unalnea de consenso, un consenso letal porel que aceptas una Constitucin con unaley electoral... y estn los Pactos de LaMoncloa. Todo se puede entender por lapresin. Pero aquella primera actitudpoltica desdibujaba una trayectoria demayor determinacin.

    Pareciera que vivimos en elltimo segundo. Todo est fluyendo enel momento. Pareciera que la historia

  • est servida con la lgica de las cosas.Que todo sucede ahora o no sucede. Yno es as. La poltica es el arte agrario.Hay que sembrar, cultivar, regar, cuidar,recoger. Vivimos con la memoria,cambiando y cuidando las cosas.

    En la legalizacin del PCE, lagran traicin no es una decisin que setoma en un momento y que puede sermuy discutible, es el mantenimiento deesa idea ms all del deber en lacoyuntura concreta, en el momento justoy preciso. La gran traicin es hacer de lanecesidad virtud ms all del tiempojusto, porque si aqu hubo un partido queestuvo aliado con Surez y con el podery estuvo hablando de consenso msque ningn otro, ese fue el Partido

  • Comunista de Espaa. Y de aquellospolvos vienen estos lodos. Porquetragamos una ley electoral infame yaceptamos la Constitucin (yo fui apedir el voto para el s a la Constitucinporque nos lo pidi el partido). Todo elsanto da considerando que tenamos quesalvar la democracia, cuandotenamos la experiencia de Portugal, queall no atacaron a nadie... Aquelloshombres se vieron al cabo de tantasluchas, la clandestinidad y el exilio,recompensados, se vieron yahonorables. Eso tambin es muy humano.

    Carrillo ha manifestado que nohubiera habido legalizacin del PCE sise hubiera mantenido la idea de laRepblica y que en el caso hipottico de

  • haber sacado adelante la Repblica, elintento de golpe de Estado del 23-Fhubiera triunfado y se hubiera llevadopor delante a esta.

    Carrillo confunde los planoshistricos y los planos de lassecuencias. Para empezar, cuando serene el Comit Central del PCE tras ellargo encuentro con Surez, Carrillo nocuenta que ya estbamos legalizadosporque l ya haba pactado lascondiciones de la legalizacin del PCE.Surez reconoce en sus memorias que lse fio de Carrillo y que Carrillo cumplila palabra, porque el pacto esreconoces la bandera, reconoces lamonarqua, y entonces yo te legalizo,pero Carrillo le pidi que fuera al revs,

  • que primero legalizara al PCE y luegose reconocera la monarqua y todo lodems. Y dice Surez en sus memorias:Y yo acept. Santiago Carrillo fuemucho ms all. Hizo de un momentouna estrategia.

    Fue Carrillo quien instal elrgimen del consenso. Carrillo colaborcon todo aquello, y con l todosnosotros. Y en cuanto a que el golpe del23-F hubiera triunfado con unarepblica, no; porque si hubiese habidouna repblica, los cuadros militareshubieran sido relevados de sus puestosde mando para evitar precisamente loque pas con la Repblica. Lo que pasen Portugal el 25 de abril, donde lagente estaba en la calle. Y no como aqu,

  • que se procur que la gente no estuvieraen la calle. Aqu a la gente se ledesarm, en cierta medida, se letranquiliz para que nos deje anosotros resolver estos problemas.Cuando asegura Carrillo que existedemocracia gracias al monarca, eso esuna falsedad. Adems de negar con esaafirmacin la historia de su partido. Haydemocracia porque el PCE luch paraque la hubiera, entre otras razones.Despus los mecanismos de la altapoltica se pusieron a funcionar.

    Voy al momento en que el PCEacepta la monarqua. Cuentas que enCrdoba tuvisteis un rifirrafe, que vinoel secretario poltico a defender elacuerdo aunque l se haba abstenido

  • en Madrid. Pero t ya tenas reservasclaras con aquella decisin del ComitCentral del PCE.

    Nos pareci muy fuerte, pero unade las maneras de asumirlo era tambinel poder de credibilidad de la direccindel partido. Y Santiago entonces eradivino y todopoderoso. Decamosbueno, sus razones tendr o quinessomos nosotros que no sabemos lostejemanejes de la alta poltica ni lo queest pasando. Pero esa reserva quedahasta que la vida te va sacando otra vezy t llegas al centro de la informacin ysabes con hondura lo que pas y por qupas. Pero entonces yo era unmodestsimo dirigente de provincias.

    Y ahora que sabes... qu es el

  • tejemaneje de la alta poltica?Cuando se habla del tejemaneje

    de la alta poltica no es ni ms ni menosque lo que pasa en la vida ordinaria, quela gente no se lo perdona a la poltica yse lo perdona a ella misma. La polticaes reflejo de lo que ocurre en lasociedad. Los polticos somos hijos denuestra sociedad y tenemos la mismatentacin de corrupcin que nuestrapropia sociedad. El nico problema quenos convierte en mximos responsableses que por haber sido electos tenemosque luchar contra eso. Al ser elegidos yome acordara de Becket y el honor deDios. Becket es puesto por el rey deInglaterra para que se preste a lasumisin de la Iglesia al poder del rey.

  • Y Becket, que ha sido compaero dejuegos del rey, su amigo defrancachelas, y dems, cuando lo hacenarzobispo de Canterbury se niega. Pueslo mismo, esa transmutacin. En elmomento que t eres elegido, o ests enpoltica, t tienes que cambiar.

    Por eso me da mucho coraje elimputar a la poltica cosas que sonimputables a la sociedad de la cualemana esa poltica. Hay polticoschorizos porque en la sociedad haymuchsimos chorizos que nunca saldrna la palestra porque no han tenidoocasin. No estoy defendiendo a lospolticos corruptos, al contrario, soyseversimo. Pero eso no significa quepodamos decir que la poltica es la

  • creadora de la corrupcin, no. Lacorrupcin, a travs de la poltica, sehace ms alcanzable, porque al seor dela calle no vive la tentacin de que leden un sobre por calificar unos terrenoscomo urbanos.

    En la alta poltica del PCE huboun acuerdo, un pacto con Surez paraapoyar la monarqua. O implicaba ms?

    Implicaba ms cosas. Toda lacarne que habamos puesto en el asadorde la Junta Democrtica, de la rupturademocrtica, se haba venido abajo. Yohe sido miembro y secretario deEnseanza de la Junta Democrtica deCrdoba, pero el planteamiento por laruptura democrtica era total. Cmo sepuede pasar tan sbitamente de la

  • ruptura democrtica a la rupturanegociada, a la ruptura pactada?Cuando en Crdoba se crea la JuntaDemocrtica, lo que estamosdefendiendo es una alternativa de poder.Y por tanto, los escritos contra JuanCarlos de Borbn, y los escritos a favorde Cortes Constituyentes, y por tanto quese someta la monarqua a un referndum.Todo eso lo defendimos porunanimidad. Pero todo eso fuedegenerando en das, en la medida queesa ruptura no se consumaba. Fue algoirreal, el hablar de la rupturademocrtica. Eso fue irreal.

    No quiere decir que yo disculpe,sino que a quien lo hizo creer le diraque se equivoc. Primero porque el

  • rgimen tena enemigos, pero tena unagran cantidad de gente que estaba con l,tanto de manera activa como de manerapasiva. Porque no quera los, peroestaba. Nosotros movilizamos pocagente. Pero hacamos mucho barullo, dela misma manera que hoy Rajoy dicelos que no salen, pues entonces losque no salan, que no queran los, quetenan el recuerdo de la Guerra Civil,eran muchos.

    La segunda cuestin es que lagente tena miedo al vaco que se habapropiciado. Pero el discurso sigui pesea los pactos y a la claudicacin. Porqueen los actos que protagoniz el partido,despus de tragar los pactos con Surez,queran hacer ver que habamos vencido

  • al franquismo. No era cierto, habamospactado con los tardofranquistas y lospoderes econmicos que representaban.Pero vamos, los discursos erantremendos. El rgimen se habadespojado de su figura carismtica paradespus pasar a la otra orilla, invictos.

    Tuvimos una falta de visin de larealidad tremenda. Fuimos muysubjetivistas. Cremos que se iba aproducir la huelga generalrevolucionaria. Hemos mantenidoposiciones que a veces podan parecerdelirantes, aunque animaran a luchar, yolo entiendo, pero la realidad era otra.Fernando Claudn lleva razn cuando medice: Mire usted, que las cosas no soncomo ustedes la estn pintando. Y la

  • prueba era lo que estaba haciendoSantiago Carrillo, que fue el granprctico, el que se pleg absolutamentea todo, el que toler la ley electoral,todo.

    La creencia en la rupturademocrtica fue una creencia que la altadireccin del partido no crea, peronosotros, la gente de la base, fuimossinceros. La nica debilidad del rgimenera que se haba muerto su figuraprincipal, su excusa. Otro de nuestroserrores fue pensar que el rgimen eranlos militares, y aunque Carrillo losutiliz en el Comit Centralmencionndolos para meter miedodiciendo siempre los militares..., enrealidad elevaba la importancia de

  • quienes ya eran una galera dedaguerrotipos ajados. Si ellos dan elgolpe de Estado por haberse legalizadoel PCE, no duran ms de cuatro o cincomeses, porque el capital no hubieseestado de acuerdo en que se nos hubieseimpedido entrar en Europa.

    La prueba est en lo que cuenta elescritor Armando Lpez Salinas (Juliocita de