compartiendo el mundo, compartiendo historias

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COMPARTIENDO EL MUNDO COMPARTIENDO HISTORIAS XXIII SEMANA CUTURAL INTERCULTURALIDAD BIBLIOTECA ESCOLAR CURSO 2012 13

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Libro sobre literatura popular de los paises estudiados en nuestra XXIII Semana Cultural

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COMPARTIENDO  EL  MUNDO  COMPARTIENDO  HISTORIAS            

 XXIII  SEMANA  CUTURAL  INTERCULTURALIDAD  

 

     

BIBLIOTECA  ESCOLAR  CURSO  2012  -­‐13  

ð  

Nuestra XXIII Semana Cultural, esta dedicada a la Interculturalidad. En nuestro centro conviven diferentes culturas y ha llegado el momento de conocerlas más a fondo. Los países sobre los que trabajaremos son: • 3 años: Mexico • 4 años: Marruecos • 5 años: Rusia • 1º: Japón • 2º: Brasil • 3º Cuba • 4º República dominicana • 5º España • 6º India

Uno de los aspectos culturales que definen a un pueblo son sus cuentos populares Historias y personajes que han vencido al tiempo y que conviven con los niños de varias generaciones provocándoles miedo, risa, alegría.... Igualmente importante son los cuentacuentos que mantuvieron vivas estas historias. Desde esta página rendimos homenaje a todos ellos e invitamos a conocer un poco más la literatura de cada país. Nuestra XXIII Semana Cultural, esta dedicada a la

MEXICO

Juan Tul

Juan Tul y La Ardilla

Cierta vez el conejo Juan Tul sostenía con las manos el techo de una cueva. Pasó la ardilla, se detuvo y al verlo en tal apuro le dijo: —¿Qué haces Juan Tul? —Ya lo ves, sostengo el techo de esta cueva. —¿Estarás cansado? —Mucho. —Si quieres yo te ayudaré. —Me harás un favor porque te digo que ya no puedo más. La ardilla tomó el lugar de Juan Tul y allí se estuvo horas de horas hasta que cayó en la cuenta de que se trataba de una broma. Bajó las manos y salió de la cueva. A los pocos día encontró a Juan Tul y le dijo: —Me engañaste con eso de la cueva. Juan Tul, haciéndose el sorprendido, le contestó: —Jamás he estado en la cueva que dices. Llevo meses en este zacatal. Por cierto, estoy que me muero de cansancio. ¿Por qué no me das una mano? —Con mucho gusto— respondió la ardilla Juan Tul le echó encima los hatos más grandes de zacate y escapó. La ardilla se rindió bajo el peso y como pudo se escurrió y luego pensó: "Otra vez me engañó Juan Tul". En un camino volvió a encontrar a Juan Tul y le dijo: —Ya no me engañarás más, Juan Tul. Con este bejuco te voy a dar una paliza. —¡Qué cosas dices! Desde niño vivo junto a este árbol. Jamás me he alejado de él. No sé, la verdad, no sé de qué me hablas. —De todas maneras te tengo que castigar. —¿Y por castigarme así, vas a despreciar las piñuelas que están allí? —¿Dónde? —¿No las ves, tonta? ¡Allí, a la orilla del camino! Y mientras la ardilla buscaba las piñuelas, Juan Tul desapareció. Una tarde, la ardilla tropezó con Juan Tul y le dijo: —Oye, Juan Tul... —Yo no soy Juan Tul. Yo acabo de salir del bosque que está del otro lado del camino. —Entonces ¿me darás un poco de agua? ¡Vengo sedienta de tanto correr! —¡Claro que sí! Aquí tienes mi calabazo lleno de agua. Bebe hasta la última gota, si quieres. Sedienta como estaba, la ardilla bebió de golpe todo el contenido del calabazo y cuando tomó aliento cayó de bruces. Lo que había tomado era aguardiente. Entonces Juan Tul, muerto de risa, le dijo: —Vieja borracha, ahora alcánzame si puedes. Y echó a correr.

MARRUECOS La literatura oral en Marruecos ha sido reconocida por la UNESCO declarando la plaza de Jemaa el-Fna, punto de encuentro de cuentacuentos, como patrimonio inmaterial de la humanidad

PLAZA DE JEMAA EL-FNA

La Plaza Jema-el-Fna es uno de los principales espacios culturales de Marrakech y un símbolo de la ciudad desde su fundación en el siglo XI. Presenta una concentración excepcional de tradiciones culturales populares marroquíes que se expresan a través de la música, la religión y diversas expresiones artísticas.

Situada a la entrada de la Medina, esta plaza triangular rodeada de restaurantes, tiendas, hoteles y edificios públicos, es el escenario cotidiano de actividades comerciales y de diversiones. Es un lugar de encuentro para los habitantes de la ciudad, pero también para los forasteros. Durante todo el día, y hasta bien entrada la noche, se pueden comprar frutos, degustar manjares tradicionales y encontrar una variedad de servicios tales como dentistas, curanderos, adivinos, predicadores, tatuadores con alheña o aguadores. También pueden verse y oírse a narradores, poetas, músicos bereberes (mazighen), bailarines gnawis, encantadores de serpientes y jugadores de senthir (hajhouj). Las expresiones orales eran renovadas antaño por los bardos (imayazen) que recorrían los territorios bereberes. Aún hoy día, unen la acción a la palabra para enseñar, divertir y embelesar al público. Ahora, tienden a adaptar su arte al mundo contemporáneo improvisando a partir de la trama de un texto antiguo, haciendo así que sus relatos sean accesibles a un público más vasto.

La plaza de Jemaa-el-Fna es un importante lugar de intercambios culturales y goza de protección oficial desde 1922, en tanto que elemento del patrimonio artístico de Marruecos. Pero la urbanización, y en particular la especulación inmobiliaria y el desarrollo de la infraestructura viaria, representa una fuerte amenaza para este espacio natural. Si la plaza de Jemaa-el-Fna tiene de una gran popularidad, las prácticas culturales podrían verse afectadas por la aculturación, especialmente a causa del desarrollo del turismo

RUSIA

BABAYAGA

BABAYAGA Baba Yagá (en ruso Баба Яга) es un personaje recurrente en el folclore eslavo y la mitología eslava, especialmente rusa.

Baba Yaga volando sobre su almirez, con una escoba en la izquierda. Ilustración de Iván Bilibin. Baba Yagá es vieja, huesuda y arrugada, con la nariz azul y los dientes de acero y posee una pierna normal y una de hueso por lo que a menudo se le da el apelativo de "Baba Yagá Pata de Hueso". Estas dos piernas representan al mundo de los vivos y el mundo de los muertos en los cuales ella deambula. Baba Yagá es un ser perverso y cruel, pero no totalmente malvado come personas, generalmente niños. Sus dientes le permiten romper huesos y desgarrar la carne con facilidad. A pesar de que Baba Yagá consume diariamente grandes cantidades de carne, ella siempre tiene ese aspecto delgado y huesudo. Baba Yagá vuela montada en un almirez (a veces una olla) y rema el aire con una escoba plateada. Baba Yagá no permite que ninguna persona "bendecida" permanezca dentro de su propiedad, siempre y cuando Baba Yagá sepa que la persona tiene una bendición.

Vive en una choza que se levanta sobre dos enormes patas de gallina que le sirven para desplazarse por toda Rusia. La valla de su choza esta adornada con cráneos, en cuyo interior coloca velas. La idea de una casa con patas de gallina podría derivar de las cabañas de ciertos pueblos finoúgricos, que las construían de esta manera para protegerse de los animales. Para

entrar en la casa, Baba Yagá dice el conjuro "Casita Casita, da la espalda al bosque y voltea hacia mí". El interior de la choza siempre está llena de carne y de vino. También es resguardada por los sirvientes invisibles de Baba Yagá, los cuales aparecen como manos espectrales. Baba Yagá también tiene a su servicio a los caballeros blanco, rojo y negro, los cuales controlan el día, el atardecer y la noche.

Baba Yagá ha aparecido en diferentes historias del folclore ruso, y algunas de ellas muestran diferentes facetas de ella. En algunas, ayuda a la gente que le sirve. En otras se dice que guarda las "Aguas de la Vida y de la Muerte", pues es "la Dama Blanca de la Muerte y del Renacimiento". En otras dice que tiene dos hermanas llamadas como ella y con su mismo aspecto.

En Bulgaria, a los niños se les cuenta que si se portan mal, vendra Baba Yaga(o Dyado Yag, Дядо Яг) para llevarselos con un saco y comerselos. También se le asocia con magia negra.

También se cuenta que envejece un año cada vez que le hacen una pregunta y que para rejuvenecer bebe un té hecho de las extrañas rosas azules, por lo cual recompensa enormemente a las personas que le traen alguna de estas rosas.

JAPÓN

KATARIBE

(Cuentacuentos)

KATARIBE

En tiempos remotísimos, la ficción constituía una parte sustancial de la vida humana y que los contadores de historias —los kataribe— cumplían una función social de primer orden. No sólo entretenían a los hombres y mujeres del común, en las aldeas y posadas, y a las familias encumbradas en los palacios y en la corte además, a nobles y plebeyos les abrían las puertas de unos mundos fabulosos, de proezas extraordinarias y seres ejemplares o de pesadilla cuyas aventuras los desagraviaban de las miserias, rutinas y frustraciones que padecían en éste.

BRASIL

LITERATURA DE

CORDEL

LITERATURA DE CORDEL

La literatura de cordel es un tipo de poesía, originalmente oral, y después escrita en los llamados pliegos de cordel puestos en venta en tendederos de cuerdas, de ahí su nombre. Fueron típicas en España y Portugal y tuvieron mayor éxito aún en Brasil. Están escritos en forma de rima y algunos poemas están ilustrados con xilografías. Las estrofas más comunes son de diez, y otras de seis. Los autores, o cordelistas, recitaban los versos de forma melodiosa acompañados de viola. Los temas tratados son mayoritariamente de hechos cotidianos, episodios históricos, leyendas y religión. Los autores creaban estas composiciones cuando un hecho de importancia tenía lugar, como el suicidio del presidente de Brasil, Getúlio Vargas. En Brasil la producción era típica de la Región Nordeste, sobre todo los estados de Pernambuco, de Paraíba y Ceará. Eran vendidos de forma habitual en mercados y ferias por los propios autores. Había además exportación hacia otros estados.

CUBA

MATÍAS PÉREZ

MATÍAS PÉREZ

Uno de los personajes más célebres conocido en Cuba, cuya fama la ganó en un trágico accidente aéreo, es Matías Pérez. Siempre me inquietó este personaje desde pequeña cuando escuchaba a la gente decir “ese voló, como Matías Pérez”. La duda siempre me quedó. ¿Realmente existió Matías o no? Según datan documentos históricos la primera ascensión en globo de un astronauta en Cuba ocurrió el 19 de marzo de 1828 y el mérito correspondió al Francés Eugene Robertson. A partir de ese momento muchos fueron los que probaron las ascensiones, llegando a convertirse en una moda entre los cubanos. Cuentan que entre los más entusiasmados con la idea de volar estaba un portugués llamado Matías Pérez, establecido como toldero en La Habana. Corría el 12 de junio de 1856 cuando entre aclamaciones y sonrisas se elevó don Matías por vez primera. Se elevó, esta vez para luego retornar sin ningún problema. El éxito de aquella incursión influyó en el ánimo del astronauta, a quien se le subió la fama para la cabeza muy pronto y partió mucho más confiado a su segunda experiencia, el 29 de junio del propio año. De nuevo se escuchó la algarabía de los concurrentes, los acordes de la orquesta y

las exclamaciones de los admiradores. Matías Pérez disfrutaba de su fama, cuando de repente se soltaron las amarras y el globo se fue elevando con rapidez, empujado por el viento cada vez más fuerte, muy pronto se perdió ante los ojos de los espectadores…. y como decimos los cubanos hasta el sol de hoy, ni globo ni astronauta se volvieron a ver. Desde ese entonces surgieron versiones de esta popular anécdota y hasta canciones y poemas sobre la trágica desaparición de Matías, personaje que pesar de los años aun continúa entre nosotros y tal parece existió de verdad.

REPÚBLICA DOMINICA

CIGUAPA

CIGUAPA La ciguapa es un personaje mítico que vive en el

corazón rural de la República Dominicana, especialmente en las regiones montañosas. Aunque también se habla de ciguapas en Holguín, Cuba, parece que es un personaje típicamente dominicano y que habría sido llevado por los dominicanos que fueron a luchar por la Independencia cubana.

Las ciguapas son mujeres de tez morena con ojos negros rasgados y con el pelo negro, suave y lustroso. El pelo es tan largo que llega a constituir su única vestimenta. Para algunos son pequeñitas, con el cuerpo desproporcionado, mientras que para otros tienen piernas largas y delgadas. Incluso algunos dicen que su piel es azul.

Pero lo que verdaderamente distingue a la ciguapa "moderna" es que tiene los pies al revés, dirigidos hacia atrás, al igual que el Curupí guaraní y la Churel hindú.

Suelen salir de noche de los bosques y cuevas donde residen en nuestras montañas, emitiendo un gemido suave (hipido, corrientemente pronunciado jipido), que es su único medio de comunicación vocal. Son inofensivas, muy tímidas y temen a los humanos. Atraen a los caminantes de sexo masculino, los que desaparecen luego de haber sido seducidos.

Pueden atraparse en una noche de luna llena con el auxilio de un perro manchado (blanco y negro) y que sea "cinqueño" (polidactílico), es decir que tenga seis dedos (pero la mayoría de las personas cree que los perros solamente tienen cuatro dedos). Por esas condiciones, se puede decir que es prácticamente imposible atrapar las ciguapas.

ESPAÑA

LA NIÑA DEL

ZURRÓN

LA NIÑA DEL ZURRÓN Érase una vez una pobre mujer que sólo tenía una niña a la que quería mucho. Un día le regaló unos zapatitos de charol. Cierto día la mandó a buscar agua a la fuente con un búcaro. La niña obedeció y cuando llegó a la fuente, se quitó los zapatitos para que no se le mancharan. Pero junto a la fuente estaba sentado un mendigo, viejo y muy feo, que llevaba un enorme zurrón y que no dejaba de mirar a la niña con ojos perversos. La niña, que se había dado cuenta de cómo la observaba, sintió miedo, limpió y llenó su búcaro y emprendió el camino de regreso a su casa. Cuando llegó a su casa se dio cuenta de que había olvidado sus zapatitos junto al pilón. La niña volvió para recuperarlos. Pero cuando llegó, el mendigo todavía estaba allí y los zapatitos habían desaparecido. - ¿Andas buscando algo, pequeña? - Sí. Había olvidado en el pilón unos zapatitos de charol. Venía a recogerlos. - ¡Ah, eran tuyos! Has tenido suerte. Yo te los he guardado. - ¡Si! ¿Dónde están? - Aquí, en mi zurrón. Ven a recogerlos� no tengas miedo... Ahí, en el fondo del zurrón los encontrarás. Recógelos tú misma. Y la niña metió la mano en el zurrón, y en ese momento el viejo la empujó y la metió adentro. Luego ató con una cuerda la boca del zurrón y se lo cargó al hombro. La niña gemía y suplicaba que la sacara de allí y el viejo le decía:

-¡Nunca más verás a tu madre! ¡Deja de llorar! Y, si quieres comer, tendrás que cantar cuando yo te diga: "Canta, zurrón, canta, o, si no, te doy con la palanca." Y así se la llevó por los pueblos para ganarse la vida. A todas las partes que llegaba, en vez de pedir limosna, colocaba el zurrón en medio de la plaza y le decía: "Canta, zurrón, canta, o, si no, te doy con la palanca." Entonces la niña se ponía a cantar: - “En un zurrón voy metida, en un zurrón moriré, por culpa de unos zapatos que en la fuente me dejé.” Cantaba tan bien la niña, que todos querían oírla y el viejo fue llenando sus bolsillos con las monedas que le daban a cambio de hacer cantar el zurrón. Pasó el tiempo y un día el viejo volvió al pueblo de donde era la niña. Quiso el azar que colocara el zurrón delante de la puerta de la casa de la madre de la niña. La niña comenzó a cantar y su madre reconoció su voz. Entonces ella dijo: - Buen hombre, no tengo dinero que darle... Pero como es tarde y amenaza lluvia, podéis cenar y pasar la noche en mi casa. El viejo aceptó y tras la cena se quedó dormido como un lirón. Entonces la madre abrió el zurrón, sacó a

su hija y se la comió a besos. Le dio de comer, la acostó y la arropó cálidamente en su cama. Pasaban por allí un perro, un gato y un conejo. Metió dentro del zurrón al perro y al gato, y dejó libre al conejo porque los conejos no hacen daño a nadie. A la mañana siguiente, el mendigo se despidió y emprendió su camino. Y a la puerta de una casa dijo: "Canta, zurrón, canta, o, si no, te doy con la palanca." En aquel momento, el perro y el gato que estaban dentro de zurrón dijeron: - Viejo pícaro:¡Guau, guau! - Viejo perverso:¡Miau, miau! El malvado mendigo, creyendo que era la niña quien eso decía, abrió el zurrón para pegarle con la palanca. Entonces el gato se abalanzó sobre él y le sacó los ojos� mientras el perro de un mordisco, le arrancó la nariz. Y colorín, colorado, este cuento se ha terminado.

INDIA

RAJÁ

RAJÁ Érase una vez una gran Rajá llamado Salabam, casado con una princesa llamada Lona, que a pesar de las muchas lágrimas derramadas, jamás había podido tener un hijo. Al fin, una noche un ángel le dijo que sus deseos se verían cumplidos. Cuando nació el hijo, la reina suplicó a tres yoguis que fueron a pedir limosna a las puertas del palacio, que le dijeran cuál sería la suerte de su hijo, a quien aún no había visto. - Tu hijo, hermosa reina, será un gran hombre -dijo el más joven de los tres.- Pero es necesario que durante doce años ni tú ni el Rajá le miréis el rostro, pues entonces moriríais sin remedio. También es importante que no vea la luz del sol, y como ahora es de noche, haz que antes de que amanezca lo bajen a una cueva oscura, de donde no deberá salir en doce años. Transcurrido este tiempo ordena que lo bañen en el río y que le pongan los más hermosos vestidos y que lo lleven a tu presencia. Su nombre será el de Rajá Rasalu, y se le conocerá en todo el mundo. Después de oír esto, los soberanos ordenaron que su hijo fuera conducido a la más oscura cueva del palacio, donde le dejaron con un potro recién nacido, una espada, las espuelas y una coraza. También le dejaron al cuidado de numerosas esclavas y profesores, para que le enseñaran cuanto un príncipe debe saber. Hecho esto, los padres se dispusieron a aguardar pacientemente el curso de los doce años. El joven creció jugando con su potro y charlando con un hermoso loro, mientras las esclavas y los profesores le enseñaban cuanto debía conocer. Pasaron once años, y el príncipe empezó a cansarse de su encierro. Quería conocer lo que había en el mundo, y así un día, aprovechando un descuido de sus vigilantes, ensilló el potro, cogió el loro y a toda velocidad salió del palacio. Al llegar al río se bañó en él. Montó de nuevo en su potro y se dispuso a correr las más fantásticas aventuras. A los pocos momentos el príncipe se cruzó con un grupo de mujeres que volvían de la fuente,

llevando sobre la cabeza unos cántaros llenos de agua. Divertido por el espectáculo, el joven cogió unas piedras y se las tiró a las mujeres, rompiendo los cántaros y mojando a las que los llevaban. Las mujeres fueron a quejarse al Rajá, diciéndole: - Un joven príncipe que cabalgaba en un potro muy hermoso y que iba cubierto con una brillante armadura, se ha cruzado con nosotros y nos ha roto nuestros cántaros. Al oír la descripción que hacían del príncipe, el Rajá comprendió enseguida que se trataba de su hijo, que había abandonado su encierro antes de cumplir el plazo fijado por el yogui. Como temía que de mirarle el rostro, muriese, dijo a las mujeres que tomaran con calma lo ocurrido, y para acabar de tranquilizarlas, les regaló unos hermosos cántaros de cobre. Ocurrió, sin embargo, que el príncipe no se había alejado del lugar, y al ver a las mujeres con sus cántaros de cobre, cogió el arco que pendía junto al arzón y disparó una serie de flechas que agujerearon los recipientes, mojando de nuevo a las mujeres. Tampoco esta vez envió el Rajá sus soldados para que prendiesen al príncipe Rasalu, pero éste, convencido de que era el más valiente del mundo, se dirigió a palacio y penetró hasta la sala del trono, donde su padre, al enterarse de que llegaba, ocultó la cara entre las manos, y no quiso mirarle, por temor a perder la vida. - He venido a saludarte, Rajá, no a hacerte daño -dijo el príncipe, riendo despectivo al ver el miedo del monarca.- ¿Qué te he hecho para que no quieras mirarme? Después de esto, el príncipe abandonó la sala. Iba lleno de ira y amargura, y sólo al pasar bajo las ventanas de las habitaciones de su madre, y oírla llorar se calmó un poco. Padre y madre era algo que él jamás había conocido. - ¿Por qué lloras, hermosa reina? -preguntó. - Lloro por el hijo que no puedo ver -contestó la soberana.- Tú, que eres hermoso y valiente, ve por el mundo, que se rendirá sumiso a tus pies. Al oír estas palabras, el Rajá Rasalu se sintió muy animado y decidió ir en busca de fortuna y honores. Montó en su caballo Baunr y cogiendo su loro partió al galope, dejando tras él una densa nube de polvo, que fue lo único que de él vio la reina

Lona. Rasalu cabalgó horas y horas, hasta que llegó la noche, que le sorprendió en pleno descampado. Con la noche llegó una terrible tempestad de lluvia, y el Rajá se vio obligado a buscar refugio en una tumba, donde reposaba un cadáver decapitado. El lugar no era muy bueno, mas a falta de otro mejor, Rasalu se conformó con él y al ver al cadáver, lo saludó con estas palabras: - Descansa en paz, hermano. - La paz sea contigo -replicó el cadáver, levantándose y yendo a sentarse junto al príncipe. - ¿Cuáles son tus penas? -preguntó Rasalu. - Sólo tengo una, pero es muy grande. Aquí donde me ves soy el hermano del Rajá Sarcap, quien un día me mandó decapitar. - ¿Es posible que te hiciese decapitar tu propio hermano? ¿Qué clase de hombre es? - Es muy malo y sólo tiene una pasión que es la de hacer decapitar cada día a dos o tres personas con quienes antes ha jugado a los dados. Un día, no encontró nadie que se prestara a jugar y me invitó a mí. Fui tan loco que acepté, confiando que al ser su hermano no se atrevería a hacer conmigo lo que había hecho con otros, pero me equivoqué, y éste es el motivo de que me encuentres aquí. - A mí también me gusta jugar a los dados -dijo Rasalu.- En cuanto amanezca iré a ver a tu hermano y le propondré jugar una partida. - No hagas tal, pues lo primero que te dirá es que apuestes tu cabeza. - ¿Y qué? Si le gano me tendrá que dar la suya. - Desde luego, pero es que no le ganarás. Nadie puede ganarle, pues posee unos dados mágicos y un ratón encantado, que le permiten ganar siempre. - Es igual, lo intentaré. - Entonces, antes de marcharte coge unos huesos míos y hazte con ellos uno dados. Sólo así podrás vencer. Rajá Rasalu hizo lo que le indicaba el cadáver y ayudado por éste pronto tuvo dos dados magníficos, que guardó en un bolsillo. Después se despidió de su compañero, y como había ya amanecido partió hacia el reino de Sarcap. Tres días tardó en llegar, y al atravesar la puerta abierta en la muralla de la población, lo primero que vio fue un enorme cartel que decía así:

"EL RAJÁ SARCAP RETA A TODO AQUEL QUE ENTRE EN ESTA CIUDAD A JUGAR TRES PARTIDAS DE DADOS, EN LAS CUALES APOSTARÁ: SU REINO SUS RIQUEZAS Y POR ÚLTIMO SU CABEZA." Después de leer esto, Rasalu preguntó por el palacio del Rajá y al llegar a él vio con profunda indignación que dos criados se disponían a matar los gatitos que acababa de tener una hermosa gata blanca. - ¡Soltad esos animales! -gritó, echando mano a su espada. Los criados obedecieron aterrorizados y el Rajá devolvió los gatitos a su madre. Esta, llorando de agradecimiento, le dijo: - Jamás podré pagarte lo que has hecho por mí, sin embargo, coge uno de mis hijos y llévalo contigo. Quizá pueda serte útil. Rasalu dio las gracias y se metió el gatito en el bolsillo, junto con los dados mágicos. Al decir a los criados del Rajá Sarcap que llegaba dispuesto a jugar con él a los dados, todos le miraron entristecidos, pues sabían que sería vencido y su cabeza iría a aumentar la colección que tenía formada el Rajá. Algunos intentaron disuadirle, pero él no les hizo caso e insistió en jugar con Sarcap. El monarca era un hombre muy viejo, y al enterarse de que acababa de llegar un Rajá que estaba dispuesto a luchar con él, su mirada se animó e inmediatamente dispuso se celebrase una gran fiesta en honor de su visitante. Cuando Rasalu llegó ante el Rajá Sarcap, éste se hallaba rodeado de hermosas danzarinas, cuyos encantos estaban dispuestos para que él no prestase atención al juego y perdiera con más facilidad su dinero y su cabeza. - ¿Qué apuestas tú contra mi reino, mis riquezas y mi cabeza? -preguntó Sarcap a Rasalu. - Contra tu reino apostaré mí armadura� contra tus riquezas, mi caballo� y contra tu cabeza, la mía. ¿Estás conforme? - Conforme -contestó Sarcap, al mismo tiempo que hacía una señal para que empezase la música y el baile. Era tan bello el baile, y tan hermosas las bailarinas, que Rasalu se olvidó de sacar sus dados y jugó la primera partida con los dados de Sarcap. Este además se hacia acompañar del ratón encantado, con cuya ayuda, era completamente invencible. El joven perdió su armadura, y al poco rato

perdió también su caballo. Cuando se disponía a tirar por tercera vez los dados, notó que el gatito se movía en el bolsillo y esto le recordó los dados que le diera el hermano de Sarcap, Sacó, pues al gatito, que dejó en el suelo y cogiendo sus dados, dijo: - Hasta ahora hemos jugado con tus dados, Rajá Sarcap� en adelante jugaremos con los míos. Sarcap no se atrevió a protestar, y como aún contaba con la ayuda del ratoncito encantado, aceptó. No contaba, sin embargo, con el gatito, quien al ver al ratón se lanzó sobre él y le hizo huir por una ventana. Rasalu tiró los dados y venció a su contrincante, recuperando su caballo, que se puso muy contento al verse de nuevo con su amo. Recuperó después sus armas y por fin, ganó la cabeza de Sarcap, y antes de que éste pudiera evitarlo, se puso en pie y de un seguro sablazo, le decapitó, entrando enseguida en posesión de su reino y riquezas. Y como el Rajá Sarcap tenía una hija muy hermosa, el joven la tomó por esposa, aunque retrasando el matrimonio hasta doce años más tarde. Y como los estados del muerto eran enormes, ya que había ganado muchos jugando a los dados, el Rajá Rasalu fue el más poderoso monarca de la India, y su reino, el más brillante de todos, destacándose por su justicia y bondad