Cómo Gerenciar En Inflación Fernando Catacora Carpio (*)

El tema de la inflación ocupa mucho nuestro tiempo y muy a nuestro pesar nos hemos dado cuenta que se ha convertido en un problema permanente. No podemos pensar en la hiperinflación como un problema coyuntural o temporal, ya que en Venezuela la inflación vino para quedarse aún cuando se logre minimizar su crecimiento, los índices de precios habrán quedado afectados para siempre.

El principal problema en las empresas, es como proteger su patrimonio y aumentar las utilidades con altas tasas de inflación. Las soluciones parecen muy sencillas, obviamente que el colocar los precios de venta por arriba de los costos de reposición lograría un incremento en la utilidad marginal, sin embargo, los

incrementos constantes en los precios lograrán el ascenso de la inflación de forma acelerada e indetenible, perjudicando notablemente la economía del país.

La principal preocupación de las empresas debe ser el poder fijar precios de venta acordes con las estructuras de costos, especialmente, en una economía donde no tenemos controles en los precios, y los consumidores hayan perdido la lealtad de las marcas. Una manera de incrementar la participación en el mercado es reducir el impacto de la inflación en los precios de venta. Esto pudiera sonar para muchos gerentes algo ilógico, sin embargo, es la mejor forma de combatir la inflación desde el frente de la empresa privada. Continuamente oímos ciertas recomendaciones

para proteger nuestras empresas de la inflación, entre las cuales surge cierta ingenuidad de quien las dice, como aquellas de disminuir los lapsos de tiempo de la cobranza o vender al contado, demorar los pagos a nuestros proveedores o aumentar nuestras compras de inventario y activos fijos con el fin de obtener mayores activos no monetarios. Estas estrategias son igualmente valederas en economías con moderada o baja inflación, pero existen otras ideas adicionales.

Las soluciones reales para lograr que una empresa no se vea afectada por la inflación consistirá primero en definir su inflación de forma específica; los economistas tiene ciertos parámetros para medir la inflación, tenemos el índice de precios al consumidor (IPC) y el índice de precios al mayor (IPM) como los dos mas

relevantes, con frecuencia utilizamos el IPC como medida de la inflación. Pero ¿es adecuado para mi empresa este índice?, obviamente que cada empresa e incluso cada persona tiene su propio índice de inflación, los datos publicados en la prensa como el índice de inflación del Banco Central, corresponden al promedio de los artículos de mayor consumo o los de mayor importancia, pero ni siquiera es aplicable a la totalidad de la población, cada estrato social, incluso por regiones, tendrá un índice de inflación específico; esto es aplicable incluso a cada individuo, determinemos nuestro propio índice de inflación comparando el aumento en precios del colegio, vivienda, gastos de vehículos, alimentos y gastos generales de acuerdo a la proporción de nuestro ingreso que dedicamos para cada rubro, la cifra obtenida será diferente a la suministrada por el Banco Central. Esta reflexión puede aplicarse a las empresas.

Para controlar el impacto de la inflación sobre sus utilidades como ya se dijo, la empresa debe primero establecer su propia inflación y luego controlar los factores que la afectan, tratando siempre de mantener un equilibrio entre el incremento de los

precios de ventas y sus costos de reposición.

Debemos recordar también que las sugerencias de vender al contado o acortar los plazos de crédito no siempre son ventajosas si pensamos en el impacto que pueden tener sobre la demanda, asimismo es conveniente analizar nuestros plazos de pago y negociar descuentos con nuestros proveedores, generalmente siempre resultará de mayor beneficio para la empresa el aprovechar los descuentos por pronto pago, antes que crear una mala imagen con nuestros proveedores.

La administración de activos en períodos de inflación siempre será un tema que proporcionará ideas, y todas pueden parecer adecuadas o por lo menos brindarán resultados satisfactorios, sin embargo, debemos pensar en que nuestra principal preocupación en la empresa no sólo debe ser la administración de activos y menos pensar en solamente

aumentar los activos no monetarios y disminuir los monetarios, es el equilibrio de un adecuado capital de trabajo y el volumen en el giro de los negocios lo que dará fortalecimiento a la empresa en épocas difíciles

Los elementos claves que podrían proporcionar protección sobre la inflación serían (de acuerdo con el profesor Bernard A. Lietaer de la Universidad de Harvard) los siguientes:

Una adecuada política de precios, el objetivo es lograr que los precios de ventas sean mayores que los costos de reposición, la idea parece muy sencilla de aplicar, pero el efecto del aumento constante en los precios de los productos es negativo, especialmente porque en la mayoría de los casos viene acompañada de

una contracción en la demanda. La solución al problema consiste en reducir los costos de reposición, para lo cual es necesario realizar diferentes estrategias, en primer lugar debemos considerar que durante un período determinado todos nuestros costos y gastos son variables, el período a escoger corresponde al período en el cual percibiremos el ingreso. Este período de tiempo debemos considerarlo en forma especial debido a que también estará conformado por diferentes tiempos parciales, los cuales comprenden el pedido de la materia prima, fabricación, inventario, entrega al cliente y por supuesto el tiempo de crédito. Claro está que la estrategia de un buen administrador es convertir al tiempo total en algo menor que la suma de sus partes, con esto se minimiza el costo de reposición y las

desviaciones en las estimaciones correspondientes.

Los cambios en las estructuras de costos también ofrecen ventajas competitivas importantes, en ocasiones los costos de embalaje y distribución son mas costosos que el producto mismo, vemos así como algunas compañías pueden hacer ahorros significativos cambiando el empaque o incluso cambiando los procedimientos de distribución.

Los sistemas de costos no tradicionales, también permitirán un mejor cálculo de precios de venta acordes con los costos de los productos, una distribución de costos basado en las actividades realizadas permite una asignación apropiada, evitando que algunos productos absorban costos y gastos correspondientes a otros. Una asignación detallada permitirá distribuir a cada producto los gastos de distribución y mercadeo que en ocasiones son distribuidos de acuerdo a criterios generales.

Mezcla de los productos vendidos, las empresas deben definir las mezclas eficientes para lograr un máximo de utilidad. La solución sencilla al problema sería vender el producto que nos proporciona mayor utilidad marginal a su costo de

reposición, sin embargo no es posible que una corporación o una compañía compita en el mercado con un sólo producto.

La estrategia más conservadora es establecer una mezcla de productos donde los costos de producción sean estables y quizá predecibles, de esta forma se minimiza la incertidumbre en la variación de los costos y se estabilizan de alguna forma los ingresos, pero obviamente los márgenes de utilidad serían muy pequeños. La estrategia que brinda mayores utilidades será la que proporcione mayor incertidumbre con respecto a la estabilidad de los precios y a la expectativa de los ingresos.

Para establecer la mezcla adecuada, primero debemos fijar los precios basados en una adecuada asignación de costos y el control de los mismos, así evitamos establecer mezclas erradas basadas en utilidades

marginales calculadas en forma errónea.

El cambio en la mezcla de producto tampoco es una tarea sencilla, suponga que se ha determinado que los costos del Producto D sufrirán un incremento de 130% para el próximo año y que es posible que el gobierno regule el precio de venta del producto, entonces obviamente que pensar en dejar de fabricar no es la mejor solución, debido a que debemos considerar los otros aspectos involucrados, como por ejemplo; la proporción de mano de obra utilizada; la maquinaria, si es nueva o vieja; la posición en el mercado, es mayor o menor el costo de su pérdida; productos sustitutos; regulaciones gubernamentales en cuanto a la producción. Adicionalmente debemos considerar las limitaciones con

respecto a la distribución de los productos. La decisión de modificar la mezcla de los productos es mucho mas compleja de lo que podamos considerar en un principio, o mas significativo aún, ¿Estamos seguros de trabajar con la mezcla mas eficiente? ¿Cuándo fue la última vez que analizamos nuestra mezcla de productos?

Requisitos de información, la información requerida en períodos de inflación es diferente a la información que utilizamos en una economía estable, además debemos tomar en cuenta la confiabilidad de los datos, algunas veces manejamos estimaciones de tasas de inflación e interés con el fin de determinar los costos y estas estimaciones deben estar calculadas de forma que nos permita con cierto

grado de certeza que no tendremos variaciones significativas.

Debemos considerar que el no poseer sistemas de contabilidad administrativos que nos proporcionen información ajustada por inflación, es un problema que entorpece mucho la toma de decisiones adecuadas, actualmente es posible que en muchas empresas los cálculos de costos de reposición deban hacerse de forma manual, no exista un listado de antigüedad de cuentas por cobrar que muestre la pérdida por su mantenimiento, tampoco es posible que encontremos listados que revaloricen el inventario mes a mes, demostración de los gastos e ingresos ajustados por inflación. Todas estas limitaciones nos impiden Gerenciar adecuadamente en períodos de hiperinflación, que para aumentar los problemas viene acompañada de recesión económica, y contracción de la demanda.

Es conveniente pues que tomemos las medidas necesarias para Gerenciar adecuadamente en la inflación en la cual vivimos y poner a funcionar la creatividad como gerentes.