No hay metas imposibles

Sino seres incapaces

Los fantasmas de la impotencia surgen de repente. “Había una zorra hambrienta que vio unos racimos colgando de una parra, quiso apoderarse de ellos y no pudo. Marchándose, dijo para si: ah! estaban verde!.

Así, la persona inhábil que por su incapacidad para lograr lo que quieren es echarle la culpa a las circunstancias.

Al sentimiento de impotencia se le llama “frustración”.

La frustración es el malestar que resulta por no ver realizado aquello que se espera y la impotencia es el dolor emocional de no poder remediar una situación o circunstancia desagradable, o de no poder llevar a cabo un proyecto, sentimiento o idea.

La impotencia es una disfunción o incapacidad interior.

La impotencia es la falta de poder para hacer algo. La impotencia es pasividad o inacción.

El impotente siempre mira a la improbabilidad. Tiene ese sentimiento de desolación interior. No logra conseguir un efecto deseado.

Llamamos impotencia a no poder lograr lo que uno desea o a impedir que suceda lo que uno no desea. Cuando se tienen los medios ni el apoyo necesario, se siente una verdadera impotencia.

La impotencia es un inconsolable dolor emocional por no poder remediar una situación. Pero en sí ¿Qué es una impotencia? Algo que ya sucedió y no podemos rehacer. Muchos dicen: "¡Oh, cómo pudiera rehacer el pasado! ¡Cómo desearía que esto no hubiera ocurrido nunca! ¡Cómo quisiera borrarlo de mi mente!".

A veces se trata de algo que quisiéramos hacer de todo corazón, pero sería imposible hacerlo como poseer dinero, salud, sabiduría, tiempo, fuerzas, motivación.

El sentimiento es casi el mismo en todos los casos: Frustración y un profundo dolor emocional por no haber resuelto y por no poder resolver.

¿Es debilidad lo mismo que impotencia? Un débil es aquel que carece de fuerzas. En caso de estar débil uno podría fortalecerse, por ejemplo. Si no tiene dinero, tal vez pudiera conseguirlo, o si no tiene conocimientos, pudiera obtenerlos, pero no podría rehacer el pasado ni detener, adelantar ni torcer la realidad.

La realidad es como es, y el pasado fue como es. La realidad más clara que tenemos se llama “presente”. Ni podemos modificar el pasado, ni podemos acelerar el futuro, entonces, tenemos que quedarnos en el presente.

¿Qué hacer en el presente? Podemos adquirir o reforzar el poder interior que tenemos y superar las consecuencias (lo que pasó, pasó, y lo que todavía no ha ocurrido, tenemos que esperar a verlo).

¿Qué es lo que más produce impotencia? No es tanto lo que pudo ocurrir o lo que no pudo ocurrir, sino tan solo pensar en ello.

La tecnología del futuro nos viene diciendo que nuestro "futuro está en nuestras manos", pero ¿Qué son estos anuncios? Pura fraseología propagandista.

El futuro siempre está en el futuro, y por más que consigamos cualquier cosa hoy día, está en el presente y muy pronto quedará congelado en el pasado, nunca en el futuro.

El pasado no puede convertirse en presente ni el pasado en futuro. No podemos deshacer ni rehacer lo que ya sucedió.

Una compañía aérea que retrasa su vuelo causando frustración e impotencia en sus pasajeros.

Les paga todos los gastos en un hotel de prestigio durante el tiempo que demore su estadía para debilitar el sentimiento de queja y quedar bien, y para que no hablen mal de la compañía.

¿Qué demostró la compañía? Que pudo corregir una impotencia. Cuando no se puede “corregir o arreglar” se le denomina impotencia quedando el sentimiento de desconsuelo.

¿Cómo superar o sobreponernos a los sentimientos de impotencia? El desconsuelo es ese sentimiento desagradable que resultó de descubrir que de ninguna manera fue posible realizar cierta idea, sueño, propósito, meta o modificación.

Somos el resultado de la forma como hemos aprendido a ver nuestras preocupaciones y sentimientos de culpa y de realización personal.

Son tres clases de sentimientos que se licuan en nuestro interior ayudándonos o perjudicándonos, impulsándonos o frenándonos, consolándonos o desconsolándonos, entusiasmándonos o bajándonos la moral.

A todos nos disgusta fracasar, por eso perseguimos el éxito instintivamente y huimos del fracaso como si fuera de una culebra cascabel.

Entonces, ¿Cómo comenzar a sobreponernos al desconsuelo? Sacando ventaja de como saber reaccionar en presente y en positivo ante ese suceso imprevisto, ese accidente, esa enfermedad oculta, y esas causas indeseables de desconsuelo.

Vea las dificultades como desafíos a su inteligencia. Remplace su horrible sentimiento de impotencia fue por uno de alivio y esperanza.

¿Cómo es tu reacción ante un suceso imprevisto? Si en vez de dejarnos llevar por el primer pensamiento de fracaso, decidimos pensar en algo práctico que nos permita sobrevivir emocionalmente ante una consecuencia desagradable, habremos hecho algo más constructivo que simplemente murmurar y quejarnos

Aunque verdaderamente nos hallemos en una situación desesperanzada que nos produzca un profundo e inconsolable malestar emocional por no poder remediarla, o no se nos ocurra cómo; o ya sea porque no podamos llevar a cabo cierta idea, proyecto u objetivo que tenemos en mente, procuremos recordar que sí podemos hacer algo al respecto

Analice fríamente cualquier asunto, Procure visualizar la mejor ventaja lícita a su favor de un asunto

Deje los asuntos impotentes en quienes tienen el poder competente de quienes verdaderamente pueden ayudarle.

Es cierto que el sentimiento de impotencia nos deja en frustración y en desconsuelo y que despierta en nosotros la emoción deprimente hasta el punto de desear la muerte o decir “¡Trágame tierra!”, si reflexionamos en los recursos que tenemos como la familia, amigos y representantes de la salud mental y espiritual,

seguramente hallaremos el alivio necesario para seguir adelante y recobrar nuestro poder.

¿Sabes por qué si puedes combatir el sentimiento de impotencia? Porque estas todavía vivo. Puede haber situaciones que nos parezcan dramáticamente desesperanzadas, como quedarte sin empleo, sufrir un accidente, perder un buen negocio, tener lesiones de amor, pero estas vivo y siempre la providencia de Dios traerá a tu lado un buen samaritano.

seguramente hallaremos el alivio necesario para seguir adelante y recobrar nuestro poder.

¿Sabes por qué si puedes combatir el sentimiento de impotencia? Porque estas todavía vivo. Puede haber situaciones que nos parezcan dramáticamente desesperanzadas, como quedarte sin empleo, sufrir un accidente, perder un buen negocio, tener lesiones de amor, pero estas vivo y siempre la providencia de Dios traerá a tu lado un buen samaritano.

En el mundo existe aliviadores del dolor ajeno.

Buena gente que nos ayuda a superar ese horrible sentimiento de impotencia.

No todo es tan triste ni tan desesperanzado como parece.

No niegues la realidad. Analiza tus ventajas. Piensa en todos los recursos con que puedes contar.

Reacciona constructivamente ante el suceso imprevisto o las enfermedades.

Haz un genuino esfuerzo por sacar algún provecho a la decepción, y no te dejes llevar por el primer pensamiento de fracaso. Decide más bien pensar en cosas de valor práctico que te permitan sobrevivir emocionalmente ante los resultados desagradables.

Haz sustitución. Una sustitución es el intento de vencer un defecto subjetivo sobresaliendo en otro. La antítesis de la impotencia es potencia.

Te fue dado el poder de hacer sustituciones. Tienes el poder de potenciar y ¿Qué es potenciar? Es salir del closet, del encierro y del desconsuelo.

En tu poder no hay impotencia, hay Dios que es y siempre será tu fortaleza.

TODO LO PUEDES PORQUE EL PODERYA ESTÁ EN TI.