comisión nacional para el estudio de problemas de post-guerra
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Comisión Nacional para el estudio de problemas de post-guerra. 1943.TRANSCRIPT
COMlSION NACIONAL PARA E l ESTUDIO DE PROBlEMAS
DE POST - GUERRA
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' 'l.
. - A'' .
GBiWlSlON NAGIONAL PARA EL ESTUDIO DE PROBlENlAS
DE POST - GUERRA
DECRETO QUE CREA LA COMISION
NACIONAL PARA EL ESTUDIO
DE PROBLBMAS DE
POST-GUERRA,
Decreto N.o 1366. - 5 de Agosto de 1945.
Primero .-Que es de noboriedad universal la situación en extremo compleja producida por la guerra t'n todos los órdenes de la alctividad humana;
Segundo.-Que esta situación afecta a todas las na- ciones del mundo, grandes y pequeñas, beligerantes o no, en virtud de la estrecha interdepedencia económica alcon- zada merced al progreso de las romunicacimes. del comer- cio, de la industria y del contacto ideológico;
Tercero.-Que esta interdepenidencia se ha hecho más evidente en el curso del adtual conflicto. tanto porque unas naciones solicitan de las oti'as el máximum de materias esenciales para sus industrias bélicas y s a alimentación, como porque las naciones no indusbrtalizadas o semi-inclus- trializadas piden en cambio que aquéllas satisfagan el mi-
iiiiliuin de sus 11,wesidades para la subsiste,mia d e su vida ~rronómica y del orden social;
Cuarto.-Que el C O ~ J U ~ ~ O d e fenómenos perturbadores del antiguo orden económico, soiclial y político, provocados por la guerra,. no d~saparererá junto con la cesacion de hostilidades. sino que continuará por largo tiemp.2, produ- ciéndose un extenso períicdo de reajuste y (de reorganiza- d o n paulatina sobre nuevas bases, slegilido o acompañado de una intensa crisis,;
Quintri.-&u~e es deber primordial prevenir la altuación que'sobrevendrá a raíz ide la cesación ,parcial o total de las hostilidades; y m de toda connneni~enzl~ practicar, desde luego, los estudios eiron~ómicor, politicos, soriales y jurídicos que contribuyan a la meJ'3r d'reoción del país y orientación de la opinión públira en e1 período de años inmediato a la lpaz, o sea, en el período intermedio de re~~unstrucción,. de acuerldo con el princcpio sentado en la Carta del Atlán- tico, según el cual se desea "lograr en el c a m p ~ de la econounía la colaboraqción más estrecha entre todas las na- ciones con eI objeto de conseguir para todos mejoras en las normas de trabaJo, prasperidad económica y seimridad so- cid", garantizando a todos los hombres en todas partes del mundo una vida exenta de temo? y de privaciones;
Sexto -Que las tre,s Reuniones de Consulta dc Minis- tros de Relac~icnes Exkriore,~ de las Repúblicas Americanas han adsptado su:eslvamente acuerdos y resoluciones ten- dientes a una estrecha cooperación para proteger su es- tructura ecmóm'ra y financiera, mantener s:i equilibrio fiscal, asegurar la estabilidad de sus monedas. difundir y en-anehar sus industrias, intensifizar sil agricultura, des- arrollar su comercio, asistirse reciprocamente, elevar las proporciones del intercambio interamerlcano en condicio- nes equitativas, asegurar mercadm para sus exvedentes de iproducción exp3rtable y demás aspectos de la cooperación:
sept* .-Que hay diversas Comisiones 1-nteramerica- nas encargadas de Gtudiar los pioblenias &?fierale$ de 'post guerra enunc~iados en da ~&olnc ion XW (de Río de Jan,eirG; y por lo tanto, es conveniente' estudiar 'los. grbblGniai .fiar- ticulares d e ' chile e'n forma - de' cohtríbuir 'a l a labór' be Esas Comisiones Interamericanas;
Octavo .-Que el orden lecunómico y los órdenes político, jurídico y social están íntimamente entrelazados como lo señala la Becmendación preliminar sobre los problemas de Post Guerra, formulada por el Comité Jurídico Inter- americano de Río de Janeiro;
Noveno,-Que loa países cuya eaonomía depende de ciertas industrias ~bá~sicas testan amenazadas de verlas de- caer o desaparecer en virtud de la competencia artificial que pfiesentaran dcspués de la guerra las industrias creadas en las grandes potencias para un cornpl?fo abasbecimiiento bélico, o en virtud de las conveniencias rpolíticas que darán desarrollo a ctras fuentes similares de pr~ducclón en otras regionies del mundo;
Décimo .-Que la Tercera Reunión dse 'Consulta aprobó una Resolúcit~n según la cual las Naciones de América esti- mularáil el desaxrollo.de la produoción básica de cada una de ellas, evitando e n la poslble el lestableclmi~ento o incre- mento de industrias die p r sduc ta substitutos y sintéticos que sean económicamente artificiales y que puedan despla- zar el consumo dle produotos naturales d tpon ib l~s en otros ~ a í s e s americanos, admitiéndose solamente aquellas indis- pensabks a la defensa nacional y siempre' que esta nece- sidad no pueda ser atendida con productos naturales;
Undécimo.-Que la misma Reunión declaró que, para mejorar el standard de vida de la población, la política eco~lómica de los países de América debe fundarse en un amplio e integral aprovechamiento de las conciiciones na-
tu:a:es ,existentes en los diverbs países. y propender ii ia. makar industi-idlizacióh de aquellas materias primas qrie presehtanacaracterictb& econ6niicas favorables y pfrmia- nentei, tantc de producrión como de mercado, buscandd 3
l a vez la mejor coordinación continental mediante acuerda7 internacionale~ ;
HE ACORDADO Y DEC,RETO:
1.0 Créase una Comisión Naclmal encargada de exa- minar las problemas de post guerJ-a concernientes a chile, tanto desde el plinto de vista local cm10 en relación cien
los demás países americanos y con los de otros Continentes; 2.0 La C~inisión Nacional será presidida el ~ininíS-
tro de Relaciones esxteriores y estará dividida en dos Silb- ccmisiones, una Político-Jurídica-Social y otra EccnÓmicc}- F nanciera. La primera será presidida por d Ministro d e Rr lac i~nes Ekteriores y la segunda por el -rMuiistro de Eccl- noniía y Comercio;
3.0 Esta Comisión Nacional emitir2 inforn~es públicas o reservados sobre los problemas e~conómxos, financieros, comerciales, políticos, sociales y jurídicas, para cuyo efecto podrá dividirse en subcomisiones especiales;
4 0 LES reparticiones públicas, semifucales y autónó- mac, cuando sean solicitadas pcr !a. Comisió~i, proporciona- ián a ésta los antecedentes y dates que requiera para eL avance de sus trabajos;
5.3 La Comisión dispondra ar un Secretariado compues- to de los funcwnarios rnUblic3s que el Presidente de !a Re- pública ccimicione piara el ~ fe* , to , sin mayor remuneraoió.n quk la ldl- sus actuales empleos;
6 0 La Comisión podrá invitar a sus reunioiles a los r5presentantes de las negartiZlon~es pfiblicas o seinifmales, a 13s de instituciones de cavácter privad3 o a las personai que es-time conveniente para el esc!arecirniento de cua!quier asuntai;
7.0 Las funciones de los miembros de la Conikión serán desempe.ñaa90 ad-honórem, y
8 o El presidente de la .Comisión someterá a diwusión en la r,eunión preliminar un proyecto de plan de trabajos.
Anótese y pubiíque~se .
(Firmados) :- J. A. RIOS. - Joaquín F$rnand?z.- Gui- 11,ermo del Pedregal.
SANTIAGO, 14 de Agosto de 1943.
S. E . decretó hoy lo que sigue.:
Visto lo dispuesto en el Decreto &'.o 1,366, de fecha 5 de Agosto del &Iresmente año, que crea la Comisión Na~cio- nal para el Estudio de Pro~blemas de Post Guerra,
HE ACORDADO Y D,ECRETO :
La Comisión Nacional encargada de examinar los pro- blemas de post gucrra concernientes a Chile, tanto del punto de vista local, como en relación (con los demás paises ame- ricanos y con los de #otros continentes s. será formada por 13s siguientes mim~bilos :
El señor Ministro de Relac~ione~ Exteriores, quien la presidirá;
El señor Min'stro de Hazienda; El -señor Ministro de Economía y Comercio; EI crñor Ministro del Trabajo;
El señor don Jorge Aleaandri Ro'drígu~rz, Presidente de la Conf,e,dera8ción de la Pro~durción y del Comercio;
El señor don Guill~em~o del Psedre,gall, Presidente de la Comisión Chilena d,: FJimento. ~nteramlericano;
El, señor don Enrique 0yarzÚn; Presidente del Banco Central - d'e Chil,e ;
El Senavdor señor ,don Hernán Videla Lira, Presidente de la S80cia¿iad Nacional de Minería;
El srñor 'don Adolfo Ibáñez, Presidente de l a Cámara Gentral de Corner8cbo;
El señor 'd'on Walter Muufer, Presidmente de la Sociedad d'e .Fom'ent~ Fabril;
El 'señor don J,orge Vi~dal de la Fuente, Primer vibe- presi&~nte de la Corporacióp ld'e Ventas de salitre y Yodo;
El &na4dor señfor ,don Miguel Cruclhaga Totcrnal, ex Ministro ,d'e ~elacirones Exteriores;
El señ,or .don Marcial Mora Miranda, ex Ministro de Relaciones Exteriores; ,
., El señor don Luis Alamos Barros, 'ex MiniStr$o de Rela- c iono~ Exteriqres;
El señor.:don Cris t~bal Sáenz, ex Ministro de Relaciones Ext,eriores; ,
El señor dbn Luiz'Izquierdo, e r ~ i n i s t r ~ de R.elacioi~es Exteriores;
El señ0.r don Antonio Planet, ex Ministro d,e Relaciones Exb,?riores;
El señor don'J0,rg.e Mate Gormaz, ex Ministro de Re- !acion,es Exteriores;
El .señ,or don Alejandro Lira, ex ~ i ñ i s t r o de ~ e l a c b - ne.s Exteriores;
El señor don Antonio Huneus Gana, ,ex Ministro de Relaciones Exteriores;
El señor don Luis Barriga, ex Ministro 'de Rdaciones Ext.eriores ; ,
El señor don Alfredo Lagarrigue, ex Mi:listro de Estado; El scfior don Nolasco Cárdenas, ex Ministro de Estado;.
El señor áon Manuel Hidalgo Plaza, ex Ministro de Estado;
El Senador señor don Luis Amlbrosio Concha. Presidente de la Comisión de Relaciones Ekteriores del Senado;
El Senador señor don Guillermo Azócar, Presidente de !a Ccmisión de Hacienda y miembro de la ComisiÓ? de Re- 1ac:cne.s Exteriores del Sienedo;
El Senador señor don José Maza, miembro dr la Co- misión de Relaciones Exheriores 'del Senado;
El Diputado señor don Aurelio Benavenk, Presidente de la Comisión de Relacicnes Exteriores de l a Cámara de Diputados;
El señor don Juveilal Hernández, Rector de la Univer- sidad d? Ohile;
El General ,señor don Froilán Arriapada, Jefe del De- partamento de Movilización Económica del Min i j t e r i~ de Defensa Nacional;
El Diputado señor don Bernardo Ibáñez; El señor don Romualdo Silva Cortés. ex Senador.
(Firmados) :- J. A. RI0S.-. Julio' Allard
Lo que transcribo a U. pa'ra su coriocimiei~to. Dios guarde a U.
Por D:creto posterior, el Siipr:mo Gobierno Iesigiió para qiie integraran, también, la Comisión, a los señores don Alejandro Alvarez .Jofr(., don. Edulardo Fr-i Moiitalva y a don Joaqiiín Echefiique Letelier, Piesidznte de la So- &dad Naiiona! de Agricultura.
DISCURSO PRONUNCIADO POR S. E. EL PRESIDENTE D E LA REPUBLICA, EXiCMO. SEÑOR JUAN ANTONIO RIOS,
E N EL SALON RQJO DEL PALA'CIO DE LA MONEDA EL 19 DE AGOSTO DE 1943, E N OCA'SION DE LA
CONSTITUCION DE LA 'COMI- SION NACIONAL D E ESTU-
DIO DE LOS PROBLEMAS D E LA POST-GUERRA
Mi Gobierno os h a designado para el deaempcño de una labor de alto interés p~triótico, y 'ha hecho elección de vUeS- Cras persons parqu: conocía vuestrg especias disposición de cooperar a sus tareas en una acción que requiere condicio- nes de especifica capacictad y espíritu desinteresado de la- boriosidad y d e estudio Os a~gradezco, desde luego, vues- tra aceptación a mi llamado y vuestra presencia e n este acto.
Todos vcsotros est<áis penetrados de lo qun significa para el país la situación creada por la guerra. En pocos días más se cumplirán cuatro años desde que estalló el con- flicto 'europeo, y en Diciembre hará dos años que ilas Na- ciones de América, directa Q indirectamente, viercn arras- 'tradas a la inmensa contienda.
Aunque los éxitos de las potencias aliadas son cada vez mayores y más seguros. nadie p ~ e d ? aun decir si está pr6xi- 1110 O lejano el nlomento de la cesación de la lucha. A pesar de esto, es facil prFdecir que la suspensión ds las hcstilida- des no equivaldrá a la Paz, a una verdadera Paz, que sig- nifique el restabl?cirniento del orden y la armonia mun-
t:al?s en la forma que impera.ra, siquiera -lativamente, en FI lapzo que medió ,-ntre 'las guerras universales.
Los cañones habian enmudecido entre 1918 ',y. 1931, Y, +n embargo en esos mismos años la humanidad tkivo aún X I I C ~ C que sufrir. Lcs e~fu~erzos' pa,ra loirar el reajusk que debió llevar .a la noi.malidad, se 'estrellar.on con l a p d u n - da.' crisis económica-comercial cTe fines de esa época. OhW hube. c'e soportar primeramente, a ra.íz e r la Pa.z da V,er- salles. un grave p?riodo d,e d~esoiupacióll; tuvo luegc que einpeñarse activamente en restaurar sus msercadcs del sa- litre, y. por fin, cayó -fta.mbidn en l a .~ consecuencias d ? la úfpresj611 económica general. Vio rl muildo en esa época hordas trans'ormaciones revolucionarias que, aunque cpues- tas doctrinariamente entre sí, coincidieron con los profun- dos trastornos que.afxtaron la ~structura social y eronomi. CL !de algunas grandes ,'poltencias, e infllweron intlensci.- mente en las demás naciones del mundo.
Formóse un ambiente de repuctio a la f e de los Trata- 6ahc de Paz y de desconocimiento de Ics compromisos inter- xiacionales de divrrsa naturaleza; se instnuró una era Ehe transscciones entre vencedores y vencidos, en (que la de- rrota militar de !os unos repercutía violentamente en la si- tuación de triunfo de los otros, d,eterminando, en el fondo. u n total g profundo desccncierto interno e internacional. El edificio de la paz comena5 a agrietarse en sus cimientos q m o s y, junto con un nurvo impubo annamentista, e n a - e16 para el mundo la siniestra amenaza de la guerra.
En un día de 1931, mientras nuestro país, agitado tam- bg&n en su actividad po!ítica, económica p financiera, ce- leb?aba iin nuevo aniTrsario da su emancipación, el primer Gntioma de la violencia baica' e t ~ m e c í a ' el ambieilt, in- rernacional. Al lanzarse el ataque @el ~ a ~ ó n contra la Mari- churia, quedó' roto el equilibrio jurídico int~rnacional y cresheclio el Pacto ~eI lcg ;~r iand , de que fuimoi adiheren- ?.es y en el que Q habían cifrado solidas esperanzas pam 1k eliminación de la fuerza 'en la soluciori de los conflictos
externos. La Sociediad dfe las.'Naciones sufrí83 así su prilnel- rud6simq golp?. El ambiente diplomátbo de 1a.s grandes po- tencias empezaba a envgnenarsg . ..Con grandes carec'teres surgió así entre los Estados . .Uni- .
dos y Gran .Bretaña, por una parte.! y el Japón por l a otra, la tensión de r~ela.cion~s que había de alterar intensamente las posiciones de los antiguos a l i a a s . Lo Cemás, ,es histo- ria de estos días: el fracaso de j a .C'onf,er~nci.? de limita- ción y reducción d,? armamentos reunida en Ginebra en 1932; 17. denuncia de 1934 de .parte d~el Imperio Japonés a1 Tratado Naval de 1922; el renacim?ento. de la Ilendencia 'ini- litarjsta allemana, ajustada ahora a la teoría del espacia '~i1.91 con expansión territorial ilimitada' . el resurgmiellto. con nu?vas apariencias de doctrina, de la intransig.encia. narjonalista,. e n ' b s planos políticos y económicos; la Gue- rrr. 62 Et,iopía ea 1933; 13 Guerra Civil Española, .teñiaa ya ci.e fuerife matiz de ,Csonflicto Internacional; la Gu8?rra de Cihina; la ccupación de Austria .y los demás episodios q'ie. desd.e 1934 ? n adelante, privaron ya al mundo Id,e u n ' mi- nimuin de tranlquilidad, hasta que el 1.0 d~ septiembre dc 1939, re d'esenca.denaba la ~atastroi?~e pre-vista 9 irreparable.
TI1 fuk, s-ñxes, , la post-guerra después de Versalles La vereadera paz no existió. B1 mundo- pareció q u ~ r e r en- pañarse con una apariencia. &e lujo y de frivolidad. Mieli- ?ras Francia construía su esplendoroso "Normzndie", al otro lado d e su frontera se templaba el acero que pronto había de aplastarla. Y muy cerca de allí, en Ginebra, la ciu$ad simbólica, se desmoronab? la generosa concepción de Wilson.
La confianza y l a despreocupación que reinaban en el término medio de la gente, contrastaban con la alarma que dominaba ya el espíritu de los hombres responsables. De esta suertk, la post-guerra de 1918 a 1931 no fué sino un lapso @e confusión, en que se inciibó la segunda Gran Gue xra del Siglo XX
Hciy acuerulo entre los hombres de estiudio para estlliiar que 1-3. secular civilización de que disfrutamos no flsistil%
u n , terc,er conflicto semejante al actual. P-de. medirse 'e11.: tionces con 'cuan profunda responsa.bilidad mOral:ha ,de i..yor penderse a acelerar el térhii io de esta. guerra y a +v1t;i: que sir repitan 10,s errores e im;previsiones ,en 'que se incul?ió. a l finalizar la guerra cte ,1914. Hay e l pensami,enh severo d.; e.sta.bLcer l a s bases d e una verdad'era ,paz, de una sÓlicv~ durqdera paz, que permita a 10s pue'blcs reparar los da.fi.9"
.sufridos y organizar .el 'bienestar de todcs' los seres h u t n ~ . ~ ncs sn. tcdas las naciones del orbe,, dentfro de Un espíritit &c.. efectiva cooperació~ .moral y 'material.
Multitud 'de entidades privadas y de reparticiones ofii cisles przparan ya proyectos destinaeos a plailtear la orga- ilización d,e poat-guerra. En los Est,ados Unieos y. e n Grall' Bretañ? existen varias decenas de ~ a r ~ o r a c i o n e s de esta índoie. Todas i s t án allegando útiles ideas qu,e, sin iduda, ]le--. g l r i n a ccncr.i.tars,p en.los hechos que recla,ma la salvación moral dmel mundo.
Pero. con todo ,el valor que queramos Nnceder al t r s - bajo teórico, 'es evidentie que las granlcTes soluciQnes. ~ á n surgir de los . aco,ntecimientos . mismos, e s decir, de los imperativos sociales, jurídicos y políticos ,coordinados poi los principies fundamenta~les' de. paz, seguridad', libei't.l.5 cc.l?fianza y progreso. "Si todas las naciones d e l mundo - - decía el año pasado Mr. Cordel1 Hull-,- hubieran. aceptarjc y ,aplica& esos principios, todas las qu.erellas y controVei- sias entre los pueblos hubieran podido resolverse sathfacto: riamente por inerlios pacíficos, sin necesidad de reciirrir i. la fuerza."
La verdadera ,ellcacia- d~r esos planes, que hslil de coil;: preneer a la colectividad de.,las naciones, exi,ge que no s6.0 se les conciba y se les- ll~eve a la práctica. Els necesario twn- bien cuidar de 1.3 forma .y la estionsión e11 que d?.beii- r'eali7 zarse. En efoecto, -uno d,:-los errores más graves de la o:- ganización mundial de 1.3 paz, a ' ra íz de la guerra ailterlr~r fué el ' de no tomar, en consideración &. l a . ophión ni 13: necesi8acies de la maycría de los p a i ~ e s ' ~ e c u ~ ~ d a r i o s . No se-
ni6 a éstos ni siquiera la oportunidnd de hacers,? escuchai Zntraron así, casi forzadamente, a participar en un skte- F a que no consultaba sus intereses propios y específicos. Una paz p2ra las grandes potencias no podía ser la paz d3; mundo.
¿a América Latina, por ejemplo, no pudo asegurar lar ?:on&iciones que la hubieran .librado de la repentina drosOcil- pación y de la brusca caída de los precios y salarios. Tanl- ;poro SE l'e dieron las cportunidade;~. dle evitar qu? a1,gunS.;. 'de sus producciones de maycr poder económico fuesen de rrotadas por los substitutos arti~ficiaks ::n dos mercadcs mis-. 'y0.s de 10s paise,s a cuyo triunf,o contribuyeron. La Scciedzr? 112 las Nacionrs nunca les otorgó un asiento prnnanen,te en ~ L I .Cronsejo, y a~rzegó a esbr error el dr. eárselo a la, Naici~ft 2 que se impuflba la agre.siói2- y causa d? l a p e r r a . .Nues ircs pueblos quedaban ligadbs a compromisos de imposiMt. ~ d i i c i ó n , y en la realidad de los hechos, entregados a SU
cropia decisión y suerte. Naturalmente, la falta de un.3 contextura orgánica da
!a colectEviaasd americana había de contribuir, ,por Su Par- ia: a que cada uno d2 nuestros psises sufriera en su total :ntensidad.la crisis económica, ,luchando por sí solo y sil' defensa casi, en un ambiente .internacional sujeto, al .duro :r,.redominio c'e un egaísrno sin conbmplaciones, que hacía pescender peligrosamente .el nivel, de existencia y las jus- ?.s,~s rcmunera.cianes del trabajo y de la iniciativa. produc- !ora.
Provienen de, allí muchos de los quejbrantos que aún szibsisten y muchos de los malestares qdr aun incomodan $1 naturzl &osarrollo de !os países d r , América Latina.
Esta p e r r a no tiene, como tuvo la anterior, el falaz i.tractho de ofi.?cer pr6vechos extraordinarios a los 'espe- cnladores de guerra. Tampcco enriquece la econ0mi.a de los ~ a í s - produ:toi-es de materias prjmas. Los precios se fi- ja,n 'ahora. m?di¿ii~te acuerdos entre 10s paises vendedores
10s compradores a ti-aves de la legitima representación
32 SUS Gobierflos, y ICS convenios respectivos se sujetan a estrictas condiciones de relación entre los costo de gmduc- cldn y un razonable margen de utilidad, grneraimente muy oatrecho
En principio no p u e d ~ sino ha!agarnos el qu? E? con- s.dere m.is ajustado z la ética social eludir provechos pe- cuniarios sobrr la base de lar calamidades de la guerra. Pero la forma d ? cccperacion que por inclinación espontá- nea y libre aloptarno- los paises americanos, 110 d ~ b e ser 3esvirtuada extendiéndola hasta el lirnitir injusto de hacer- :;as sufrir una crisij prligrosa de p3st-guerra, motivada por !a imprevisión o el egoísmo.
F.. menester, entonces, que el sistema intcramericano cie coop2rzción de guerra se organice y tome estructura es- p-cifica frente a las necesidades" de la post-guerra. Para crear y scstener esta función de c o o p ~ r a c i ó ~ d: paz, es pre- ciso qqur establezcamos indiscutibl~emente nuestro derecho a :nt:rV.~lir comi partes en e?? esfuurzo cl- organización
Sin mbargo, este concepto de INTERVENCION carece- ría de sentido y de contenido real si no, hicieramos u11 previo fsfuerm de przparación, de estudios, de investigacio- :>es precisas y verídicas acerca de las condiciones del país, para derivar un criterio y un juicio exactos sobre sus pro- blrmas fundambentales. No sería ni prudente ni digno que ~~ransfiriéramos a tserceros el deber de preocuparse de nUes- ;ros problemas propios. Tampoco es admisible que las so- 'Inciones nos fur?ran acGnsejada.9 o insinuadas sin que Qn ?se mismo momerttc, disousiéramos ya de un acervo de su- ficiente in~formación que nos capacite para su conWniei1- re discusión y examen.
Por otra par*, dentro del propósito de coordinación in- xramericana y de accibn de la corporación continential ,:rente a las demás agrupaciones naturalrs de naciones, es 3e esencial necesidad que nuestros estudios, exámenes y con- Ausiones sean oportucnamente confrontados con los que ~ f e c t h e n los demas países americanos. Tal es la base in-
dispensabln a una política y una ecoiloinía armónica, a u11 plan de desarrollo mercantil 'continelltal, que nos col0qu-e a todhs en lo político, en lo social. en lo económico y en lo jurídico, en un terreno coinún de colaboración que nos ponga al albrigo @e las sorpresas de post-guerra.
Situado en este orden de reflexiones, hr pensado que debía solicitar del patriotismo de un grupo de ciudadanos, sin hacer distinción ni apreciación de sus: ideas politicas, un servicio que Chile reclama de ellos y de mí.
Tal servicio de interés nacional y de importancia ame- ricana, consiste, señores, en que prestgis el concurso de
.vuestro tiempo, de vuestra voluntad y conocimientlos, de iruestra experiencia y de. vuestro desinterés .personal al es- t u d o de los muclhos y varios problemas que se ofrecerá11 al país e n las días de la post-guerra, a los cuales me he referido en t4rminos muy generales.
He deseado, pues, que este grupo de ciudadanos dis- tiinguidos, que ha'bria sido más num?rcso sj la índole de los trabajos lo hubiera permitido, se constituya con el iloiiibre de Conzisión Nacional para el Estudio de los Problemas de Post-guerra. Creo que es encargo honroso el que ha de- seado condiaros el Presicdente de la República, y me coln- place altamehte vurstTa hceptbción unánime. Será una Comisión de carácter oficial, pero estará dotada de plella libcrtad para ejercitar su criterio y formularlo. La inten- ción es que actúe con prescindencia interna y que sólo tenga en vista el interés general. dr la República.
Grave y pesada tarea es, señores, 1s qur os encon~ieil- do: no superior, sin embargo, ni a vuestros méritos ni' a v u e s t r ~ decidida voluntad de ciu8adanos y servidores pú- blcos.
DISCURSO PRONUNCIADO POR EL SENA DOR DON MIGUEL CRUCHAGA TOCOR
NAL, A NOMBRE DE LOS MIEMBROS DE LA COMISION NACIONAL DE ESTUDIO DE LOS PROBLEMAS
DE POST - GUERRA
"~xce1,ent~irno señor :
Sea mi primera palabra para expresar a V. E . los agra- decimientos de todos cuantos constituímos esta Comisión para el estudio de los prhblemas de la post-guerra, pcr la prueba'& conlhnza de invitarnos a integrada. Procurare- inos retribuirla con un empeñosa dedicación a las trascen- dentales tareas que acabáis de bosquejar en vuestro pon- derado discurso, acerca de cuyos acápites mas salientes, se- ííores, me permitiréis exponeros algunas consideraciones, también índole general. Asimismo, quiero manifestaros la complacendia col1 que los diversos sectores del ,país han recibido esta oportuna y patriótica iniciativa de V. E . Gra- ta esperanza nos produce este llamado del Jefe del Estado, a hombres @e todas las corrienes políticas, y de una franca Y solemne manifestación del deseo de llegar a una unibn nacional razonable, absolutamente requerida para el bien de la Repú~blica, para el sereno mantenimiento de la paz interna y del orden social en el país, y para estudiar y en- contrar soluciones a los trascendentales problemas fiel pre- sente y de un futuro que a todos debe preocuparnos intell- namente.
Las medidas que se adopten deberán ser llevadas a tér- illino con el respaldo cte todos los sectores de la opinióii que,
con la unión patriótica del interés general. garailticen aLr fiel cumplimiento.
Dice un axioma nortramer-cano, pragmático a la mane- ra de todas las concepciones de aquel gran pueblo, que se pu?de tornar en beneficio aun los fracasos y desastres, si se aiprcvecba la experiencia consiguiente de ellos He aquí una eran v-rdad orientadora de nuestros futuros trabajos, si quercmos darle la ~ficacia práctica que des:s;~ el pais y V. E .
Ecbemos recoger la experiencia, en muchos S-ntidos decrpcionante, de la primera guerra mundial, de la paz que puso término a las operaciones militares; de l ~ s conflic- en g+rmen eejados sin solución entonces; de los tiempos. ergañ0so.s entre alquélla y la presente contienda; y de las ~?iisu'rños concleibidos por espíritus superiores de dicha época Y aventados por la realidad de los hechos. Suma60 este acervo de valiosas experiencias á las ya derivadas de la tremenda guerra en curso, podrsmos encarar desde .ahora con visibn realista, Ics pavmosos problemas en potencia 1- aquellos previsibles de la paz venidera y del periodo de re- crdsnación juríclica y económica del mundo, cOnvu!siOnado- por la locura bélica.
En primer término, quiero señalar a la meditación co- lectiva la necesidad de reconstruir sobre bases menos teól- ricas y más sustantivas, el DeEcho Intrrnscional, para dar- le un contenido positivo y de alcances eficaces. La vida de relación internacional del futuro debe regirsr por nor- mas precisas, al igual de la de 10s individuos entre sí o di* los entes jurídicos creados para dmrsempeñar determinadas funciones de bien p~iblico, Los principios morales deben ?eladquirir su importancia directriz de la ley y las costuni- bres, para 8ervir de basamrntcs a una estructura jurí&ci dislpensaldora de mayor justicia para los individuos y la? nacicnes .
Es tal la inter,dependencia resultante de las rápidas co- municaciones e intedeses complementarics de los pueblG,
qué ya.. no es posible aceptar, en el campo iiit?rnácion%l- tratamientos inequitativos y desiguales dce unos Estados pm otrcs, cualesquiera sean el poder, la riqueza, l a población o el territnrio respectivo. Ante las leyes civiles, todos los in- aividuos son iguales, por el mero lhecho de su existencia como sujctor de Dereclhc; también deben serlo, ante las le- y:s internadonales, los Estad'os.
El olvido de tal principio en los acuerdos suscritos y Ó r - ganos creados subsiguientemente a la ~cnt ien~da de 1914- 1918, ' e s la causa' primaria de la trágica gu'erra mundial cuyas gravísi)mas consecuencias sufren todas las nacione~ del orbe.
Si ahora queremos @ar también a la Democracia confenido internacional, será necesario establecer algún sis- tema positivo de adjudicación de controlversias, y para obli- gar al cumplimianto de 110s fallcs y al respeto de 1- cam- proinisos entre lcs Gobiernos.
Esa misma interdependencia de los purblos, impone la consit:eración colectiva de problemas de índole internacio- nal, perc cuyos ebec:ns trascienden las fronteras política& de lor Fstados. No puede permitirse la subsistencia dr ab- surdos, como la drsnutrición de países enteros, mizntras so- bran y se ldetruyen grandrs exced\2ntes C!E productos ali- menticios, en 'otros más favorrcidos; no es aceptable que E: sigan sembrando semillas de futuros conflictos con mo- ncpolio da ciertas malerias primas e~rnciales, n i por la per- sistencia de regímenes de intercambio cerrados, por exclu- yentes barreras aranclelarias, .a ia colocacbón de prachictos tipicos. aj'enos, y por últlms, d'abemos promover una &tr-'- chs y efectiva colaboración económica y financiera inter- nacionzl, capaz de ccnciliar para benefi'cio humano, los in- tereses, en apariencia divergentes dl? Las diverssc economías nacionales.
Parece oportuno aludir a la sitvacibn particular d? las Repí:blicaa americanas, todavía casi exclusivamen'k pro- dudoras ci'? materias primas esenciales que abastecen a las
.riciustrias fabriles de las potencias manufactureras y sie artículos alin~^liitleior indisp?nsakles para e1 establecimi~n to dte altas n o r m a de vida y salud de las grand'es masas consurnidoras del munda. En los planes para un mejor fu- turo poco se ha considerado, hasta hoy, los problemas y necesiclades de nuestros pueblos, como si la evolurión Inci- piente de sus economías, a veces acompañada por grandes progresos sociales y de orden instiCL1cional no les diese de- iecho a una existencia mejor y más estable
Comparto plenammte el parecer de .Vuestra Excelen- cia sobre la vital importancia de contemplar, en n u i s t r ~ s estudios de los prolblemas chilenos los medios conducentes a promover l a máxima unidad de propó~iWs y pareceres con las repúblicas hermanas de las Américas, pues, unidas todas e n la prosecución de objetivos comunes, hartemos oír n u a - C,ra voz y pesar nuestros intereses vitales en los Consejos de las Nacione~ Unidas J final de la contienda, final que tan ansiosamente desea ia humanidad dolicnte y atormen- tada.
Esa cgoperación interamericana va tan fructílfera en los campos de la cultura. la sallu@ pública y el derecho de pn- trs, dobe ingresar en la etapa de la coordinación económica, con el 'cbjet~o d8-. promover el progreso .individual de nues- Lros pueblos por el esfuerzo colectivo. Frente a 'as incerti- dumbres de un norwnir ~ r e ñ a d o de prligros, las ~ m é r i c a s son una esperanza de la humanidaid conturbada.
La más importante misión de loa Gobiernes es prever. rnirar hacia el futuro, sin drsculdar, por Cierto, la situacio- ii?r del presentí?. En la vida nacional, la visión e s para el estadista un el~emento de máxima importancia
Esta Comisión de estudio de, los problemas de post- guerra tendrá que considerar los muy variados que ya se manifiestan. Entre ellos figura, en primer tkrmino, el d e 1s necesidad de elevar nuestra producción al máximo, fo- mentándola por taldos los medios a nuestro alcance. Tene- inos vastas extensiones de terrenos nc cultivados que, con
planes metódi~~os y técnicos, nos darán un auinénto de .pro- ci uctos en consideraMes porcentajes.
Para evitarnos crisis productivas y competencias incoa- venientes, debemos buscar mercaidos exkilores, contilluan- do una politlca activa -tiratados comerciales y robusteci- ii~iento de nuestra marina mercante. Esa mayor pro$ucclón debe .responder, no sólo a satisfacer las exigencias del con- sumo externo, sino a !ntci-isific,ar nuestra mt~rcambio ii1
ternacional que nos proporcione diviszs que entonen nues- tro comercio, manten~gan el valor de nuestra moneda .y nob fncillte medios de adquirir materias primas ,al efierior para sostenes y alentar nuestra viea ec9nómica,
Determinadas que sean las ineuctrias que deben red- bir un impulso vigoroso y extraordinario, muestra preocu- pazión debe dirigirse a la d o m a práctica de proceder. En este sentido debe consicTerarse una, adecuada,.organizaciÓn de11 trabajo y en este orden de ideas, y timo lo,m& urgente, es dar confianza a los productores de que no serán gertllr- bados en sus trabajos a fin @e no restarles entusiasmo y energías en las empresas El jndii~tr~al requiere, no shlo capitale~ y créditos sino garantías ,de tranquilidad.,social. ban necesaria para ellos como para sus cooperadores, ein- pleados y obrercw
Se impone a la vez considerar la sit~ualción del trabaja- por. Un jornal de acuerdo con las nrcesidad42q,$e la vida asegura casi en absolut8 la tranquilidad ben')a: faenas Un jornal adecuado induce al obrero a idar un rendimiento efi- piente y crea el bienestar en su famila< Y en esta dirección se imponfen medidas que eviten lo que d~seraciadamerite . s k i produciendo 110s mayores idaños en nuestro pueblo, y ello es que esos jornales, en vez de llegar al hogar, ruedan R 1.3, cantkna y a! juego.
La Comisión habrá dse considerar toca una-sorie &?-pro- blemas surqidos en esta 6poca confusa que vamos penosa- mente viviendo, agravados con problemas nncionales derl- vados de taras, como el alcohdismo, la tuh?rculosis y otros
inale$,'que~:-diezma11 a nuestra población y .ie restan ener- gías para l a acción sosteniea y ,permanente. - .-::Debemos levantar la fuerza física, justo' or'gullo .de los
,chilenos, y que se'manifiesta' en el atletismo sostenido con brillo por la pujanza'de nuestros campeones que .emulan la tra&iciÓn. de. ram. . . . -.- ~e 'be rncs dar preparación décnica a ' Ics que buscan en
la dr;ganización de una empresa la aplicacion de sus activi- tliides y ' orientar la producción en forma d'e alcanzar una s~~e ip roducc ió r i con salida f &cit. -. -. . Si llegáramos i r&lizar todo esto; que es más que un -i-agraTa dme trabajo;un sueño de patriota habríamos daao a iluestrri tierra una essperailzs de felici,dad futura en medio de ,la tvagedia bel. presente y [del pavor del porv~enir .
Si . e s t ~ ~ ~ o m i s i ó ~ n y &S subcomisiones prOcedien, como n o puede dud&sef,de que lo harán, bajo l a inSpiraciÓn exclusi- va de' l a jüsticia, .la verdad 'y 13s necesis&ades d.31 pu,eblo ' de Chile, sin 60nside~aciiin de intereses secundarios ni a con- Geniencias partidiatas y de grzmics, llegarán a auspiciosos resultados.
Jktelentísmo señor Presidente de la Rlepública: E ~ I ' vuestro .dhcurso"~nos habéis indicado el vastisimo y
tirascendental programa que conlfiáis a la rectitud .e inde- pendencia #de juicio de .qui@nes integramos esta comisión, con e! auxilio de Vuestra Excekncia y de los órgano,^ y fun- ciona.rios bécnicos d'rl Gobierno procuraremos someteros ns- tudios, sabre 10,s diversos aspectos y'pra,blemas ,de la post-
-guerra, inspirados en un Sentimiento profundo de Patriotis- mo y de defensa d.e los sltos int-eraeses nacionales. así como e n el convenci.mient8 dk q- Chile fiel .a su inalterable tra- dición ambricanista y d e fir- apoyo para cuanto pueea contribuir a l a paz y b,enesllar ,humanos. también desea con- tribuir, s i necesario fuera con sacrificios, al advrnirniento de un mundo' m,ejur y d'e una vida más justa y eleva.da en todos los confines de la tierra.
SANTIAGO DE CHILE
TALLERES GRAFICOS "LA NACION" S. A.
AGUSTiNAS 1269