coetzee j m - foe

Upload: alzugariasas

Post on 04-Jun-2018

254 views

Category:

Documents


1 download

TRANSCRIPT

  • 8/13/2019 Coetzee J M - Foe

    1/126

  • 8/13/2019 Coetzee J M - Foe

    2/126

    Foe es una obra maestra, as lo han sealado muchoscrticos y escritores, que fue publicada en 1986. La narradora de estaesplndida novela es usan !arton, una mu"er que sobrevive a un

    naufra#io y se encuentra en una isla desierta con $obinson %rusoe y suesclavo mudo, &iernes. 's ella quien le lleva la historia del amo y elsirviente al escritor in#ls (aniel (efoe, cuya traici)n literaria ilustra nos)lo la crueldad y el or#ullo del artista, servidor de una verdad superior,sino la viva encarnaci)n del dilema &iernes*$obinson.

    Foees la novela m+s breve de %oetee. La reescritura delcl+sico del Robison Crusoede (aniel (efoe, da vo a una nueva versi)nde la historia. La evoluci)n del persona"e central, la narraci)n epistolar,la maestra con que se lo#ra refle"ar la frustraci)n de los persona"es y elsuspense que se construye a lo lar#o de estas p+#inas, convierten a -oe

    en un teto ambicioso y muy entretenido.

  • 8/13/2019 Coetzee J M - Foe

    3/126

    /ohn 0aell %oetee

    Foe

  • 8/13/2019 Coetzee J M - Foe

    4/126

    2tulo ori#inal3 Foe

    /ohn 0aell %oetee, 1986

    2raducci)n3 4le"andro 5arca $eyes

  • 8/13/2019 Coetzee J M - Foe

    5/126

    I

    4L final me sent incapa de se#uir remando. 2ena lasmanos llenas de ampollas, me arda la espalda, me dola todo el cuerpo.%on un suspiro, casi sin salpicar, me deslic por la borda al a#ua. %onlentas braadas, mis lar#os cabellos flotando en derredor, como una flormarina, una anmona, como una de esas medusas que se ven en losmares del !rasil, empec a nadar hacia la etraa isla, al principio encontra de la corriente, como haba lle#ado remando, y, lue#o, libre ya desu #arra, de" que las olas me arrastraran a la baha y me depositaran

    en la playa. 74ll qued tendida en la ardiente arena, mientras la

    anaran"ada lu del sol doraba mi cabea, y mis ena#uas lo nico con loque haba podido escapar se secaban sobre mi piel, ehausta ya#radecida, como todo superviviente.

    7:na ne#ra sombra se proyect) sobre m, pero no la de unanube, sino la de un hombre cuya silueta se recortaba sobre un halodeslumbrador.

    7;+ufra#a di"e con mi len#ua seca y pastosa. oyn+ufra#a. 'stoy completamente sola. < le ense mis manos lla#adas.

    7'l hombre se sent) en cuclillas "unto a m. 'ra un hombrede raa ne#ra3 un ne#ro con una cabea de pelo ensorti"ado y lanoso yque, de no ser por unos toscos calones, iba completamente desnudo.0e incorpor y me puse a estudiar aquel rostro achatado, aquellospequeos o"os inepresivos, la ancha nari, los #ruesos labios, aquellapiel de un #ris oscuro m+s que ne#ra, seca como si estuviera reboadaen polvo.

    7Agua=1>le ped, probando en portu#us, y le hice #estos comosi bebiera. 'n ve de contestarme, me mir) como si yo fuera una deesas focas o marsopas arro"adas a la playa por las olas, que no tardanen epirar y pueden ser troceadas y comidas. 4l costado llevaba unalana. ?e ido a parar a la isla menos indicada, pens, y de" caer lacabea. ?e ido a parar a una isla de canbales.

    'tendi) la mano y con el dorso me toc) el brao. 'st+

  • 8/13/2019 Coetzee J M - Foe

    6/126

    reconociendo mi carne, me di"e. @ero, poco a poco, mi respiraci)n fuerecobrando su ritmo normal y me sent m+s tranquila. Ala a pescado y alana de ove"a en un da caluroso.

    Lue#o, como no podamos se#uir as eternamente, me puse

    derecha y volv a hacerle #estos de beber. ?aba remado toda lamaana. ;o haba bebido ni una #ota desde la noche anterior, con tal deque me diera a#ua, poco me importaba que despus me matase.

    'l ne#ro se levant) y me hio una sea para que le si#uiera.

  • 8/13/2019 Coetzee J M - Foe

    7/126

    en cambio, la#artos, que salan a tomar el sol en las horas de m+s calordel da, +#iles y pequeos unos, #randes y torpones los otros, con unoscollarines aules que les salan de las a#allas y que abran en forma decampana cuando al#o les alarmaba, que silbaban tambin y mirabancon o"os feroces. :na ve co# uno, lo met en una bolsa e intent

    domesticarlo, d+ndole de comer moscasD pero se ne#aba a probar carnemuerta, y al final lo de" otra ve en libertad. 2ambin haba monos Edelos que ya hablar m+s adelanteF y p+"aros, haba p+"aros por todaspartes3 no solo bandadas de #orriones Eo as los llamaba yo al menosFque se pasaban el da #or"eando y revoloteando de arbusto en arbusto,sino tambin #randes tribus de #aviotas de varias clases, alcatraces ycormoranes que acampaban en lo alto de los acantilados que se alabansobre el mar y tenan las rocas de blanco con sus ecrementos.

    < en el mar marsopas, focas y peces de todo tipo. 4s pues, si lacompaa de brutos me hubiera bastado, podra haber vivido en mi isla

    feli y contenta. @ero Gquin que est acostumbrado a la plenitud dellen#ua"e humano puede conformarse con #ranidos, #or"eos, chirridos,los aullidos de las focas y el #emir del vientoH

    Lle#amos finalmente a lo alto del sendero y mi porteador sedetuvo un instante para tomar aliento. &i que me hallaba en una mesetaelevada no le"os de una especie de campamento. :n marresplandeciente se etenda a nuestro alrededor por todas partes,mientras, al este, el barco que me haba llevado hasta all se ale"aba atoda vela.

    70i nica obsesi)n era el a#ua. %on tal de poder beber poco meimportaba el destino que me a#uardase. 4 la entrada del campamentohaba un hombre de te oscura y barba bien poblada.

    Aguale ped haciendo #estos. ?io una sea al ne#ro y vi queel individuo al que me diri#a era europeo. Fala inglezH le pre#unt,tal y como haba aprendido a decir en el !rasil. 4sinti) con la cabea. 'lne#ro me tra"o un cuenco de a#ua. !eb y me tra"o m+s. 'ra la me"ora#ua que nunca haba bebido.

    74quel desconocido tena los o"os verdes y sus cabellos, quemados

    por el sol, eran de un color pa"io. %alcul que tendra unos sesentaaos. Llevaba si me lo permite, le har una descripci)n completa un"ustillo, unos calones que le lle#aban por deba"o de la rodilla, como losque llevan los barqueros del 2+mesis, un sombrero de copa muy alta enforma de cono prendas todas hechas con pieles entrelaadas, con elpelo vuelto hacia fuera y un par de recias sandalias. 4l cinto llevaba unbast)n corto y un cuchillo. :n amotinado, fue lo primero que pens. ,otro amotinado abandonado en la playa por al#n capit+n misericordioso

  • 8/13/2019 Coetzee J M - Foe

    8/126

    y que haba hecho criado suyo a uno de los ne#ros de la isla.

    70e llamo usan !arton le di"e. 4yer la tripulaci)n del barcome abandon) a la deriva. 4l capit+n lo mataron, y conmi#o hicieron loque le acabo de decir.

    7< de pronto, aunque mis o"os en medio de tantas ve"aciones comome haban infli#ido a bordo y en las lar#as horas de desesperaci)n quepas sola a merced de las olas con el cad+ver del capit+n a mis pies, conaquella lena que llevaba clavada en el o"o, no haban derramado unasola l+#rima, de pronto, repito, me ech a llorar. 0e sent en el suelodesnudo de ve#etaci)n, me co# los ma#ullados pies entre las manos yempec a echar el cuerpo adelante y atr+s solloando como una nia,mientras aquel desconocido que no era otro que el mismo %ruso delque ya le he hablado me contemplaba m+s como si fuera un pearro"ado por las olas a la playa que una infortunada criatura de su

    misma especie.

    7

  • 8/13/2019 Coetzee J M - Foe

    9/126

    7C0e llamo usan !arton, y soy una mu"er sola. 0i padre erafrancs y huy) a In#laterra para escapar a las persecuciones de -landes.u verdadero apellido era !erton, pero, como tantas veces ocurre, secorrompi) en boca de etran"eros. 0i madre era in#lesa.

    7C?ace dos aos mi nica hi"a fue raptada y conducida al ;uevo0undo por un in#ls, un representante y a#ente del ne#ocio de fletes.

  • 8/13/2019 Coetzee J M - Foe

    10/126

    7M-inalmente me sent incapa de se#uir remando. 2ena las manosen carne viva, me arda la espalda, me dola todo el cuerpo. %on unsuspiro, casi sin salpicar, me deslic por la borda al a#ua y empec anadar hacia esta isla suya. Las olas me arrastraron y me arro"aron a laplaya. 'l resto ya lo conoce.

    7%on estas palabras me present a $obinson %ruso en los das enque an era dueo y seor de su isla y con ellas pas a convertirme enel se#undo de sus sbditos, pues el primero lo era ya su criado &iernes.

    74hora me #ustara relatarle la historia de este sin#ular %ruso tal ycomo la escuch de sus propios labios. @ero las versiones que me cont)eran tan dispares y tan difciles de conciliar entre s que, poco a poco, fuille#ando a la conclusi)n de que tanto el paso de los aos como elaislamiento haban cobrado su tributo a la memoria, y que ya no saba aciencia cierta d)nde acababa la verdad y d)nde empeaba la fantasa.

    4s, tan pronto un buen da deca que su padre haba sido un ricomercader cuya casa de contrataci)n l haba abandonado para partir enbusca de aventuras, como al si#uiente me contaba que haba tenido unainfancia pobre y sin familia, que se haba enrolado como #rumete en unbarco que fue apresado por los moros tena en el brao una cicatrique, se#n deca, era la marca del hierro candente, y que finalmentehaba escapado y se haba trasladado al ;uevo 0undo. Atras vecesase#uraba que llevaba quince aos viviendo en su isla y que cuando elbarco se fue a pique &iernes y l haban sido los dos nicossupervivientes.

    7%uando el barco naufra#) &iernes sera solo un nio, GnoH lepre#unt.

    7, un nio, no era m+s que un nio, un pequeo esclavo contest) %ruso.

    7@ero en otras ocasiones, como cuando era presa de la fiebre, pore"emplo, EGno habr+ que creer que la verdad se epresa en la fiebre y enla embria#ue aun en contra de la voluntadHF, contaba historias decanbales, y que &iernes era un canbal al que l salv) de ser asado ydevorado por sus propios con#neres.

    7G< no podran volver los canbales y reclamar a &iernesH lepre#unt, y l asinti) con la cabea. G@or eso es por lo que est+ ustedsiempre oteando el horionte3 para estar prevenido ante un eventualre#reso de los canbalesH < l asenta de nuevo. @or lo que al finalnunca pude saber lo que era verdad, mentira, o mera diva#aci)n.

    7@ero, con su permiso, retomo el hilo de mi relato.

  • 8/13/2019 Coetzee J M - Foe

    11/126

    %ompletamente ehausta, le ped que me de"ara echarme y alinstante me qued profundamente dormida. %uando despert el sol seestaba poniendo y &iernes preparaba nuestra cena. 4unque no consistam+s que en un poco de pescado a la brasa con #uarnici)n de lechu#a,com con sumo apetito. $econfortada por el est)ma#o lleno y por el

    hecho de sentir de nuevo tierra firme ba"o mis pies, di las #racias a misin#ular salvador. ?ubiera querido contarle m+s cosas de m, de labsqueda de mi hi"a robada, del motn. @ero en ve de hacerme nin#unapre#unta continu) admirando la puesta de sol, asintindose a s mismo,como si prestara odos a al#una vo interior que le estuviera hablandoen aquellos momentos.

    7eor, Gpuedo hacerle una pre#untaH inquir al cabo de unrato. G@or qu en todos estos aos no ha construido un bote yescapado de la islaH

    7G< adonde habra de escaparH me contest) sonriendo parasus adentros, como si mi pre#unta no tuviese respuesta posible.

    7@ues podra haber alcanado la costa del !rasil, o habersecruado con al#n barco que le hubiese salvado.

    7'l !rasil se encuentra a cientos de millas de distancia, y est+lleno de canbales respondi). < en cuanto a barcos que nave#uenpor estas latitudes, qued+ndonos en casa podemos divisarlos tan bien ome"or.

    7@erdone que no est de acuerdo le contest. ?e pasado dosaos lar#os en el !rasil y nunca vi all un solo canbal.

    7:sted ha estado en !aha replic). !aha no es m+s que unaisla en la linde de las selvas brasileas.

    7@ronto, pues, empec a darme cuenta de que instar a %ruso a quese salvase era un #asto intil de saliva. 'l hecho de ir enve"eciendo ensu reino insular sin nadie que le llevase la contraria haba estrechado detal modo sus horiontes Ksiendo el horionte a nuestro alrededor tanvasto y ma"estuoso como era que haba lle#ado a la convicci)n de

    que ya saba del mundo todo cuanto haba que saber. 4dem+s, el ansiade escapar, como descubr m+s adelante, haba ido men#uando en sufuero interno. u cora)n se aferraba a la idea de se#uir siendo hasta lamuerte rey de su minsculo reino. 'n realidad, no era el miedo a lospiratas o a los canbales lo que le impeda encender fo#atas o ponerse abailar en lo alto de la isla a#itando su sombrero, sino la indiferencia quesenta por la salvaci)n, la rutina, y esa testarude propia de la edadsenil.

  • 8/13/2019 Coetzee J M - Foe

    12/126

    7Lle#) el momento de retirarse a dormir. %ruso se ofreci) acederme su cama, pero yo no quise aceptar y prefer que &iernes meetendiera un lecho de hierba en el suelo. < all me tend, a un brao dedistancia de %ruso, pues la choa era m+s bien pequea. La nocheanterior nave#aba rumbo a casaD al da si#uiente me haba convertido

    en n+ufra#o. Incrdula todava ante tan brusco vira"e de mi fortuna,desaonada por el dolor de las ampollas de las manos, permanec lar#ashoras despierta. 4l fin pude conciliar el sueo. 0e despert una vedurante la noche. 'l viento haba amainadoD poda or el canturreo de los#rillos y, a lo le"os, el ru#ir de las olas. 'stoy en una isla, sana y salva,todo ir+ bien, me di"e a m misma en un susurro, y, estrechando en unfuerte abrao mi propio cuerpo, volv a quedarme dormida.

    70e despert) el tamborileo de la lluvia en la techumbre.

  • 8/13/2019 Coetzee J M - Foe

    13/126

    monos, aadi), tal ve no fueran tan precavidos con una mu"er como loeran con l y con &iernes.

  • 8/13/2019 Coetzee J M - Foe

    14/126

  • 8/13/2019 Coetzee J M - Foe

    15/126

    con pieles de mono oteando el horionte con la esperana de avistar unavela.

    7La soberbia cabea de %ruso, con su melena aleonada y aquellabarba que "am+s se recortaba, resplandeca a la lu del crepsculo. 4bra

    y cerraba las manos, aquellas manos nervudas, +speras, encallecidaspor el duro traba"o.

    7'st+ la bilis de las aves marinas su#er. Los huesos de "ibia.Los plumas de #aviota.

    7%ruso levant) la cabea y me lan) una mirada desafiante.

    74 mi muerte de"ar mis terraas y mis muros respondi).%on eso ser+ suficiente. 0+s que suficiente. < volvi) a #uardar silencio.

    7

  • 8/13/2019 Coetzee J M - Foe

    16/126

    resurrecci)n. 'ra un hombre bondadoso permtame este breve incisocomo homena"e a su memoria que se mereca un final me"or.

    7La advertencia de %ruso respecto a los monos hio que me lopensara dos veces antes de salir del campamento. ;o obstante, al tercer

    da de mi lle#ada a la isla, despus de que %ruso y &iernes se fueran asus tareas, decid aventurarme al eterior y estuve buscando al#nmodo de ba"ar hasta que di con el sendero por el que haba subidomontada en &iernes, y lo se#u hasta lle#ar a la orilla del mar, poniendobuen cuidado en d)nde pisaba, pues an se#ua sin apatos. @ase lar#orato por la playa, fi"a siempre la mirada en el horionte, aunque parecaan al#o pronto para la lle#ada de un hipottico rescate. 0e met en ela#ua hasta las rodillas y me distra"e con los pececillos de vivos coloresque venan a picar el anuelo de mis pies y a averi#uar qu clase decriatura era yo. i uno tiene que naufra#ar, me di"e, la isla de %ruso noes despus de todo tan mal sitio para hacerlo. Lue#o, hacia el medioda,

    desanduve el sendero cuesta arriba, dedic+ndome a reco#er lea para elfue#o, como me haban encar#ado, sumamente complacida con miecursi)n.

    7%uando %ruso re#res), se dio cuenta ense#uida de que habasalido a eplorar, y estall) en un arrebato de c)lera.

    7K0ientras usted viva ba"o mi techo har+ lo que yo le ordene me #rit) #olpeando el suelo con la pala, sin esperar siquiera a que&iernes estuviera lo bastante le"os como para no orle. @ero si por unmomento crey) que aquellas miradas iracundas iban a inspirarme temor

    y una obediencia servil, pronto se dio cuenta de su equivocaci)n.

    7eor %ruso, yo estoy en su isla no por mi propia voluntad, sinocomo consecuencia de un desdichado aar le repliqu ponindome depie, y casi era tan alta como l. oy n+ufra#a, no prisionera. i tuvieraapatos, o al menos usted me hubiera proporcionado los medios parahacerme unos, no tendra que ir robando por ah como si fuera unavul#ar ladrona.

    70+s tarde aquel mismo da, cuando se me pas) el enfado, le pedperd)n a %ruso por la acritud de mis palabras y, aunque un tanto a

    re#aadientes, creo que me lo concedi). &olv a pedirle a#u"a y cuerdade tripa para hacerme yo misma los apatos. 4 lo que me replic) queunos apatos no podan hacerse en un abrir y cerrar de o"os como si setratara de pauelos de bolsillo, que ya me hara l unos a su debidotiempo. 4s que fueron pasando los das y yo se#u sin apatos.

    7Le pre#unt a %ruso por los monos. %uando l lle#), me di"o,correteaban por toda la isla, desafiantes y traicioneros. ?aba matado un

  • 8/13/2019 Coetzee J M - Foe

    17/126

    buen nmero de ellos, tras lo cual los restantes se haban retirado a loalto de los acantilados de lo que l llamaba el ;orth !luff. 'n misandanas a veces oa sus chillidos y los vea saltando de roca en roca.'ran de un tamao intermedio entre el de un #ato y un orro, con la caray las patas ne#ras. ;o vi que fueran dainosD pero %ruso los tena por la

    peste, y l y &iernes los mataban a #arrotaos siempre que podan, ylue#o los desollaban, curaban las pieles y las cosan para hacer prendasde vestir, mantas y cosas parecidas.

    7:na tarde que tena las manos ocupadas preparando nuestracena me volv a &iernes y le di"e3

    &iernes, tr+eme m+s madera.

    ?abra podido "urar que &iernes me haba odo, pero no seinmut). Le repet la palabra madera7, esta ve seal+ndole el fue#oD al

    momento se puso en pie, pero si#ui) all parado. 'ntonces intervino%ruso3

    70adera para el fue#o,=P>&iernes le di"oD y &iernes fue y tra"ounos cuantos troncos de la pila de lea.

    Lo primero que pens es que &iernes era como uno de esosperros que no obedecen m+s que a su amoD pero no era esa la ra)n.

    7Lo que yo le he enseado es Bmadera para el fue#oC eplic)%ruso. ;o sabe lo que es BmaderaC, a secas.

    0e etra) que &iernes no entendiera que la madera para echaral fue#o era simplemente una determinada variedad de madera, comopuede serlo la madera de pino o la de +lamoD pero no hice nin#ncomentario. olo despus de cenar, cuando nos sentamos a contemplarlas estrellas como vena siendo nuestra costumbre, volv a plantear lacuesti)n.

    7G%u+ntas palabras sabe &iernes en in#lsH le pre#unt.

    72antas como le hacen falta respondi) %ruso. 'sto no es

    In#laterra, aqu no necesitamos una #ran cantidad de palabras.

    7?abla usted del len#ua"e como si fuera una de las calamidadesde la vida, como el dinero o las viruelas observ. i &iernes hubieradominado el in#ls, Gno habra eso aliviado en al#o su soledadH 2antousted como l podran haber disfrutado todos estos aos de los placeresde la conversaci)nD podra haberle enseado al#unos de los lo#ros de laciviliaci)n y as haberle hecho usted un hombre me"or. GOu beneficio

  • 8/13/2019 Coetzee J M - Foe

    18/126

    se saca de una vida en silencioH

    7'n ve de contestar a mi pre#unta %ruso hio una sea a &iernespara que se acercara.

    7%anta, &iernes le orden). %anta para la seora !arton.

    7< &iernes levant) la cabea a las estrellas, cerr) los o"os y,obediente a su amo, empe) a canturrear en vo ba"a.

  • 8/13/2019 Coetzee J M - Foe

    19/126

    7?a, ha, ha repiti) &iernes.

    7

  • 8/13/2019 Coetzee J M - Foe

    20/126

    selvas est+n infestadas de canbales, sea tambin un desi#nio de la@rovidencia. 2al ve, aunque nosotros no alcancemos a verlo, lo me"or esque l est aqu, y que yo est aqu i#ualmente, y que ahora usted estaqu tambin.

    ?asta aquel momento, &iernes me haba parecido una criatura untanto sombra, y apenas le haba prestado m+s atenci)n que acualquiera de los esclavos domsticos que vi en el !rasil. @ero ahoraempec a mirarle no poda reprimirme con ese horror quereservamos a los mutilados. Oue su mutilaci)n fuera secreta y quedaraoculta tras sus labios del mismo modo que hay otras mutilacionesveladas por el vestido, que su aspecto eterno fuera como el decualquier otro ne#ro, poco o nada me serva como atenuante. 'raprecisamente el car+cter oculto de su mutilaci)n lo que me hacaretroceder ante su presencia. %uando le tena cerca no poda articularpalabra sin reparar conscientemente en la soltura de los movimientos de

    la len#ua en mi propia boca. 0e asaltaban visiones de pinas co#indolela len#ua y de cuchillos que se la rebanaban, como deba de haberocurrido en realidad. Le observaba de reo"o mientras coma, y conaprensi)n oa aquellas tosecillas con las que de cuando en cuando seaclaraba la #ar#anta y vea c)mo masticaba la comida con los dientesdelanteros como si fuera un pe. 0e sorprend a m misma dando unpaso atr+s cuando se me aproimaba o conteniendo el aliento para notener que aspirar su olor. 4 hurtadillas limpiaba los utensilios que susmanos haban tocado. 0e senta aver#onada de mi comportamiento,pero durante al#n tiempo no fui duea de mis actos. Lo nico quelamentaba era que %ruso me hubiera contado aquella historia.

    74l da si#uiente de nuestra conversaci)n, cuando %ruso volvi) desus terraas, yo me paseaba con unas sandalias. @ero si esperaba queme diera las #racias por todo el traba"o que le haba ahorrado, pronto vique estaba en un error.

    7%on un poco m+s de paciencia habra tenido unos apatosmucho me"ores me di"o. Lo cual probablemente era muy cierto, pueslas sandalias estaban hechas con #ran tosquedad. @ero no poda pasarpor alto sus palabras.

    72anta paciencia ha hecho de m una prisionera le responda#riamente. 2ras lo cual %ruso, enfurecido, dio media vuelta, co#i) delsuelo las pieles con las que yo me haba hecho mis sandalias y lasestrell) contra la cerca con todas sus fueras.

    7&iendo que esa ve estaba poco dispuesto a aceptar ecusas,ba" por el sendero a la orilla del mar y anduve hasta lle#ar a un puntoen el que la playa estaba cubierta de al#as marinas arro"adas por las

  • 8/13/2019 Coetzee J M - Foe

    21/126

    olas, medio descompuestas, y donde nubes de pul#as de tierra o de marse levantaban a cada paso que daba. 4ll me detuve mientras se mepasaba el enfado. 's un tipo bien hosco, me di"e a m misma. G< por quno habra de serloH 2ras aos de solitario e incuestionado dominio ve sureino invadido por una mu"er que, para colmo, le dice lo que tiene que

    hacer. 0e promet a m misma que en adelante frenara m+s mi len#ua.0ucha peor suerte podra haber corrido que ser abandonada en una isla#obernada por un compatriota que haba tenido la previsi)n de nadarhasta la playa con un cuchillo al cinto y un esclavo que le acompaara.G;o podra haber ido a parar a al#una isla infestada de leones yserpientes, o a una donde nunca lloviese, o a otra, feudo de al#naventurero etran"ero al que la soledad hubiera vuelto loco y anduvieradesnudo y embrutecido aliment+ndose de carne crudaH

    7&olv, pues, con espritu de contrici)n, me diri# a %ruso, le pedperd)n por haber co#ido las pieles y acept a#radecida la comida que

    &iernes me haba de"ado apartada. %uando me acost aquella nochesent como si la tierra temblara ba"o mi cuerpo. 0e di"e que sera elrecuerdo del balanceo del barco que volva a m de forma inesperada,@ero no era eso3 era la isla que flotaba mecindose en el mar. @ens3 'sun si#no, todo un si#no de que me estoy convirtiendo en una islea.'mpieo a olvidar lo que es vivir en tierra firme. 'tend los braos,apoy las manos en el suelo, y el balanceo persista, la isla se mecamientras surcaba el mar y la noche llevando hacia el futuro sucar#amento de #aviotas y #orriones, pul#as, monos y n+ufra#os, todosinconscientes en aquel momento ecepto yo. 0e dorm con una sonrisaen los labios. (esde que me embarqu hacia el ;uevo 0undo creo que

    era la primera ve que sonrea.

    7(icen que 5ran !retaa tambin es una isla, una #ran isla. @eroesa es una noci)n meramente #eo#r+fica. 'n 5ran !retaa la tierra quepisamos es mucho m+s firme de lo que nunca lo fue en la isla de %ruso.

    74hora que ya tena apatos me aficion a ba"ar a la playa todoslos das y en el curso de mis paseos me ale"aba en una u otra direcci)ntanto como poda. 0e deca a m misma que as tena m+s posibilidadesde avistar al#una vela. @ero con demasiada frecuencia mi mirada seperda absorta en el horionte hasta que, arrullada por el silbido del

    viento, el fra#or de las olas y el cru"ir de la arena ba"o mis pies, me ibasumiendo en una especie de letar#o. (escubr una cavidad en las rocasen donde poda tumbarme a res#uardo del viento y contemplar el mar.%on el tiempo lle#u a considerarlo como mi refu#io privado, el nicolu#ar que me estaba reservado en una isla propiedad de otroD aunque locierto es que la isla le perteneca a %ruso tanto como poda perteneceral rey de @ortu#al, a &iernes, evidentemente, o a los canbales de Qfrica.

  • 8/13/2019 Coetzee J M - Foe

    22/126

    70+s, mucho m+s podra contarle de la vida que llev+bamos3 c)momantenamos las brasas encendidas da y nocheD c)mo hacamos salDc)mo, a falta de "ab)n, nos limpi+bamos con cenia. :na ve le pre#unta %ruso si no saba al#n modo de fabricar una l+mpara o una vela, paraque no tuviramos que irnos a dormir tan pronto como se haca de

    noche, como las bestias salva"es. 4 lo que me respondi) con lassi#uientes palabras3

    7GOu es m+s f+cil3 aprender a ver en la oscuridad o salir apescar una ballena y hervir su aceite para hacer con l una velaH

    7e me ocurrieron un buen nmero de respuestas adecuadas aseme"ante pre#untaD pero, recordando mi promesa, me call. La verdadpura y simple es que %ruso no estaba dispuesto a introducir el m+smnimo cambio en la isla.

    Llevaba all un mes aproimadamente cuando una maana %rusore#res) de las terraas que"+ndose de que no se encontraba bien. 4l verque tena escalofros le hice meterse en la cama y le tap para queestuviera bien abri#ado.

    7's la vie"a fiebre que tra"e conmi#o me di"o. ;o tiene cura,hay que de"ar que si#a su curso.

    7Le cuid durante doce das con sus noches, y a veces, cuando erapresa del delirio, o solloaba, o #olpeaba con los puos #ritando enportu#us a visiones que se le aparecan en las sombras, tena que

    su"etarle con fuera. ?ubo una noche en la que, tras #emir yestremecerse de escalofros durante horas y horas, las manos y los piesse le quedaron #lidos como el hielo y yo, temiendo que muriera si nohaca al#o por impedirlo, me ech a su lado y le estrech en mis braospara darle calor. 4braado a m se qued) finalmente dormido y yo medorm tambin, aunque el mo fue un sueo lleno de inquietud.

    (urante todo aquel tiempo &iernes no solo no hio el m+s mnimoesfuero por ayudarme, sino que lle#aba hasta el punto de evitar lachoa como si ambos tuviramos la peste. 4l rayar el alba se pona encamino con su lana de pescarD cuando re#resaba de"aba el producto de

    su pesca, ya convenientemente destripado y limpio de escamas, en elsuelo al lado del homo, y, o bien se retiraba a un etremo del "ardndonde se dorma hecho un ovillo como los #atos, o bien se pona a tocaruna y otra ve con su pequea flauta de caa una meloda compuestade seis notas, siempre la misma. 4quella meloda de la que nuncapareca cansarse me lle#) a resultar tan insufrible que un da meacerqu a donde estaba, le arranqu la flauta de las manos y,comprendiera o no las raones que me asistan, le habra dado una

  • 8/13/2019 Coetzee J M - Foe

    23/126

    buena reprimenda si no hubiera temido despertar a %ruso. &iernes sepuso en pie de un brinco y me mir) con o"os desorbitados por lasorpresa, pues hasta aquel momento ni haba perdido nunca con l lapaciencia, ni tampoco le haba prestado siquiera demasiada atenci)n.

    7%ruso empe) a me"orar. e fue apa#ando aquel ful#or salva"e desu mirada, las lneas de su rostro se dulcificaron, sus accesos de delirioremitieron, y volvi) a conciliar el sueo con placide. @ronto recobr) elapetito. < al poco ya pudo ir andando de la choa al "ardn valindosepor s mismo y dar de nuevo )rdenes a &iernes.

    7alud su restablecimiento con autntica ale#ra. 'n el !rasilhaba visto hombres m+s ")venes que l aniquilados por la fiebreD hubouna noche y un da, al menos, en los que tuve el convencimiento de que%ruso se estaba muriendo, y la perspectiva de quedarme sola con&iernes era cualquier cosa menos alentadora. %reo que fue la vida de

    incansable actividad que llevaba lo que salv) a %ruso, aquella vidaactiva y la fru#alidad de la dieta, no nin#una de mis dotes curativas.

    7@oco despus se desencaden) una espantosa tormenta, aullabael viento y la lluvia caa a torrentes. :na r+fa#a huracanada arranc) decua"o la techumbre de la choa, y apa#) el fue#o que tan celosamente#uard+bamos. %orrimos la cama al nico rinc)n que se#ua seco, peroincluso all el suelo pronto se transform) en un autntico barrial.

    7@ens que &iernes se sentira despavorido por el fra#or de loselementos Eyo "am+s haba visto una tormenta seme"ante y me

    compadeca de los pobres marineros a los que hubiera sorprendido enaltamarF. @ero no, &iernes se sent) ba"o el alero, apoy) la cabea en lasrodillas y se durmi) como si fuera un nio pequeo.

    74l cabo de dos noches y un da la lluvia amain) y salimos a estirarnuestros miembros entumecidos. ;os encontramos con que el "ardnhaba sido pr+cticamente arrasado por la riada y que donde antes elsendero empeaba a descender por la ladera de la colina se abra ahoraun hoyo del di+metro de mi cintura. La playa estaba cubierta demontones de al#as marinas arro"adas por las olas. 'ntonces empe) otrave a llover, y por tercera noche consecutiva tuvimos que #uarecernos

    en nuestro msero refu#io, hambrientos, ateridos, imposibilitados deencender fue#o.

    4quella noche %ruso, que pareca completamente restablecido,volvi) a que"arse de sentir fiebre, se despo") violentamente de todo loque llevaba puesto y se tendi) dando boqueadas. Lue#o empe) adelirar y a dar tales sacudidas de un lado a otro como si le faltase elaliento que, por un momento, cre que la cama iba a saltar hecha

  • 8/13/2019 Coetzee J M - Foe

    24/126

    pedaos. Le a#arr con fuera por los hombros y trat de calmarle, perome apart) de un manotao. 5randes temblores sacudan su cuerpoD sequed) r#ido como un tronco y empe) a vociferar al#o as comoB0asaCo B0assaC, palabra cuyo si#nificado nunca he podido lle#ar asaber. (espertado por el alboroto, &iernes sac) su flauta y se puso a

    tocar aquella odiosa meloda suya, y lle#) un momento en que, con lalluvia, el viento, los #ritos de %ruso y la msica de &iernes, cre hallarmeen un manicomio. @ero se#u su"etando a %ruso y tratando de que secalmara hasta que por fin lo conse#u, y &iernes de") de hacer ruido, yhasta pareci) que la lluvia empeaba a amainar. 'ntonces me tend"unto a %ruso para calentar su cuerpo con el moD al poco sus temblorescesaron y los dos nos quedamos finalmente dormidos.

    7&olv en m ya con lu de da en medio de un desacostumbradosilencio, pues la tormenta ya haba pasado. :na mano eploraba micuerpo. 0e sent tan confundida que por un momento cre hallarme an

    a bordo del barco, en el lecho del capit+n portu#us. @ero al volverme yver la enmaraada melena de %ruso, aquellas lar#as barbas que nuncase recortaba y sus o"os vidriosos, supe que no era vctima de nin#unaalucinaci)n, que yo haba ido a parar a una isla en compaa de unhombre que se llamaba %ruso, y que, aunque in#ls, se#ua sindometan etrao como si hubiera sido lap)n. Le quit la mano de encima ytrat de levantarme, pero l me su"et) con fuera. ;o hay duda de quehubiera podido afarme de l, pues yo era m+s fuerte. @ero me hice lasi#uiente reflei)n3 'l no ha conocido nin#una mu"er en los ltimosquince aos, Gpor qu no habra de satisfacer su deseoH ;o ofrec, pues,m+s resistencia y le de" hacer lo que deseaba. %uando sal de la choa

    no vi a &iernes por nin#n sitio, lo cual me ale#r). 0e ale" dando unpaseo y me sent a poner en claro mis ideas. 'n los arbustos que merodeaban se pos) una bandada de #orriones que er#uan sin miedo suscabecitas, pues nunca desde el ori#en de los tiempos les haba hecho elhombre dao al#uno, y que me miraban con curiosidad. Lo que habapasado entre %ruso y yo, Gera al#o que deba lamentarH G?abra sidome"or si hubiramos se#uido viviendo como hermano y hermana, ohusped y anfitri)n, o como amo y criado, o lo que hasta entonceshubisemos sidoH 'l aar me haba hecho arribar a su isla, el aar mehaba arro"ado en sus braos. 'n un mundo de aares, Ges que eranventurosos unos y funestos otrosH ;os rendimos al abrao de un

    desconocido o nos arro"amos a las olasD en un abrir y cerrar de o"osnuestra vi#ilancia se rela"aD nos quedamos dormidosD y al despertar nosencontramos con que hemos perdido el rumbo de nuestras vidas. GOuson esos parpadeos contra los que la nica defensa posible sera unavi#ilia tan constante como inhumanaH G;o ser+n tal ve las #rietas eintersticios por los cuales otra vo, otras voces hablan a nuestras vidasHG%on qu derecho les cerramos nuestros odosH 2odas estas pre#untasresonaban en mi mente sin encontrar respuesta al#una.

  • 8/13/2019 Coetzee J M - Foe

    25/126

    7:n da que paseaba por lo alto del !luff, en el etremo norte de laisla, &iernes pas) por deba"o llevando al hombro un madero o travesaoque era casi tan lar#o como l mismo, y me qued espi+ndole. 0ientrasle observaba, salv) la barrera de arrecifes que se adentraba en el mar alpie de la pared del acantilado, lan) el madero al a#ua, que en aquel

    punto, alcanaba #ran profundidad, y se sent) a horca"adas sobre l.74 menudo haba observado c)mo pescaba &iernes, er#uido sobre

    las rocas, a la espera del primer pe que se desliara por el a#ua ba"osus pies para ensartarlo con aquella lana que mane"aba con tanadmirable destrea. @ero que ahora, echado de bruces sobre surudimentaria embarcaci)n, pretendiera pescar con lana era al#o que nome caba en la cabea.

    7@ero &iernes no estaba pescando. 2ras ale"arse remando con losbraos las cien yardas, aproimadamente, que separaban la barrera de

    arrecifes del punto donde se hallaba el mayor banco de al#as, meti) lamano en una bolsita que llevaba col#ada al cuello y sac) unos puadosde copos blancos que empe) a esparcir sobre las a#uas. 'n un primermomento pens que se tratara de al#n cebo para atraer a los pecesDpero no, cuando hubo esparcido todos los ptalos dio media vuelta almadero y lo condu"o de nuevo al arrecife, donde lo atrac) no sin #randesdificultades debido al fuerte olea"e.

    7(eseosa de averi#uar qu era lo que haba arro"ado a las olas,aquella tarde esper a que se fuera a llenar los cuencos de a#ua.'ntonces busqu deba"o de su estera y descubr una bolsita atada con

    un cordel, y al vaciarla encontr unos cuantos ptalos y capullos blancosde los arales que en aquella estaci)n florecan en diversas onas de laisla. (edu"e, pues, que habra hecho una ofrenda al dios de los marespara que los peces picaran en abundancia, o celebrado al#n otro ritosupersticioso parecido.

    74l da si#uiente, como el mar se#ua en calma, sorte las rocas alpie del !luff como haba hecho &iernes y me detuve donde empeaba labarrera de arrecifes. 'l a#ua estaba fra y tena un color oscuroD solo depensar en aventurarme en aquellas profundidades y en abrirme paso anado, con madero o sin l, por entre el bosque de tent+culos de las al#as

    marinas, donde sin duda las "ibias estaran al acecho de cualquier presaque se adentrase temeraria en su territorio, sent escalofros. (e losptalos de &iernes no quedaba el menor rastro.

    7?asta aquel momento, a la vida de &iernes le haba prestado tanpoca atenci)n como habra hecho con la de un perro o con la decualquier otra bestia carente de habla, incluso menos, pues el horror queme inspiraba su condici)n de mutilado me llevaba a borrarle en lo

  • 8/13/2019 Coetzee J M - Foe

    26/126

    posible de mi mente y a echarme hacia atr+s cada ve que se meacercaba. 'l lanamiento de aquellos ptalos era el primer indicio de queun espritu o alma, o como quiera usted llamarlo, anidaba ba"o aquelaspecto eterno tan anodino como repelente.

    7G()nde se fue a pique el barco en el que iban usted y &iernesHle pre#unt a %ruso.

    70e seal) un punto de la costa que yo no haba visitado nunca.

    7i pudiramos lle#ar buceando hasta el casco del buquehundido le di"e, podramos rescatar, incluso a estas alturas, al#unasherramientas que nos seran de #ran utilidad, como una sierra, o unhacha, por e"emplo, cosas ambas de las que carecemos. 2ambinpodramos desclavar unos cuantos tablones y aprovecharlos. G;o habr+al#n modo de eplorar los restos del naufra#ioH G;o podra &iernes

    acercarse hasta all a nado, o sobre un madero, y lue#o ambullirse conuna cuerda atada a la cintura para m+s se#uridadH

    7'l barco yace en el seno del ocano, destroado por el olea"e ycubierto de arena replic) %ruso. ;o creo que lo que haya podidosobrevivir al salitre y a los #usanos de mar val#a mucho la pena. 4qutenemos un techo ba"o el que cobi"arnos, levantado sin la ayuda denin#una sierra o hacha. (ormimos, comemos y vivimos. ;o nos hacefalta nin#una herramienta.

    7Lo di"o como si las herramientas fuesen una invenci)n diab)lica.

    @ero me constaba que si yo hubiera lle#ado a la playa con una sierraatada al tobillo, l la habra co#ido inmediatamente y habra hecho buenuso de ella.

    74hora, con su permiso, le hablar de las terraas de %ruso.

    7Las terraas cubran buena parte de las laderas de las colinas quese alaban en el etremo oriental de la isla, donde se hallaban m+s ares#uardo de los vientos. 'n la poca de mi lle#ada podan contarsehasta doce niveles de terraas, de unos veinte pasos de ancho cada unoy prote#idos por muros de piedra de una yarda de espesor, cuya altura

    m+ima vena a ser la de un hombre. (entro de cada terraa el terrenohaba sido nivelado y desbroadoD las piedras que formaban los muros obien se haban sacado de la tierra all mismo, o bien haban sidoacarreadas desde otros lu#ares, una a una. Le pre#unt a %ruso cu+ntaspiedras haba empleado para construir los muros. %ien mil o qui+ m+s,me contest). :na obra impresionante, le ase#ur. @ero yo pensaba param3 G'ra preferible aquella tierra yerma, cocida por el sol y cercada demuros a los #ui"arros, los arbustos y las bandadas de p+"arosH

  • 8/13/2019 Coetzee J M - Foe

    27/126

    7Ge propone desbroar la isla entera y transformarla toda enterraasH inquir.

    7(esbroar toda la isla requerira el esfuero de muchoshombres y de muchas #eneraciones me contest), respuesta por la que

    ense#uida vi que no quera entender m+s que el sentido literal de mipre#unta.

    7< cuando planten, Gqu van a plantarH insist.

    7;osotros no plantaremos respondi). ;o tenemos nada queplantar, esa es nuestra des#racia. < me mir) con tal aire de di#nidadofendida que lo nico que pude hacer fue morderme la len#ua. Lasiembra queda para aquellos que ven#an despus de nosotros y queten#an la previsi)n de traer semillas.

  • 8/13/2019 Coetzee J M - Foe

    28/126

    que le puede pasar a %ruso, me deca para mis adentros, es que "am+sle rescatenD pues lo que el mundo espera de sus aventureros sonhistorias, historias que merecan tal nombre y no la mera contabilidadde las piedras que acarrearon a lo lar#o de quince aos, y de d)nde lassacaron y adonde las llevaronD un %ruso rescatado supondra para el

    mundo una amar#a decepci)nD la idea de %ruso en su isla es m+stolerable que la de un %ruso taciturno y con el ceo fruncido en unaIn#laterra hostil.

    7

  • 8/13/2019 Coetzee J M - Foe

    29/126

    imprima a nuestras vidas, por no hablar de la perspectiva de pasar misltimos aos a solas con &iernes, hubiera acabado por volverme loca.

    7:n da le pre#unt a %ruso si haba leyes que ri#ieran su isla, y silas haba, cu+les eranD o si, por el contrario, prefera se#uir los dictados

    de su conciencia en la confiana de que el cora)n le #uiara siempre porel sendero de la "usticia.

    7Las leyes se dictan con un nico prop)sito me di"o3 paramantenernos a raya a nosotros mismos cuando nuestros deseos sevuelven inmoderados. 0ientras nuestros deseos sean moderados no noshace falta nin#una ley.

    7'l deseo que ten#o de que me saquen de aqu es de tal ndoleque tendra que calificarlo de inmoderado le di"e. 0e abrasa da ynoche, no puedo pensar en nin#una otra cosa.

    7;o quiero que me hable de ese deseo suyo replic) %ruso.e refiere a cosas que no son de la isla, no concierne a la isla. 'n la islano hay m+s ley que la que nos manda #anarnos el pan con el sudor de lafrente, lo cual, por otra parte, es un mandamiento.

    7(espus de decir esto, se ale") a #randes ancadas.

    4quella respuesta no me de") satisfecha. i yo era solo una bocam+s que alimentar y no cumpla nin#una tarea til en las terraas, Gques lo que le impeda a %ruso atarme de pies y manos y arro"arme desde

    lo alto de los acantilados al marH GOu era lo que le haba impedido a&iernes a lo lar#o de todos aquellos aos aplastar con una piedra lacabea de su amo mientras este dorma, poniendo as punto final a suesclavitud e inau#urando el reinado de la m+s completa ociosidadH Gcomo all las llaman, son con mucho lasm+s hermosas. La %orona no ha conse#uido frenar el tr+fico clandestinode oro, que se etrae de las minas del interior y que los propios minerosvenden a los orfebres. @or des#racia nada puedo mostrarle del arte deesos consumados artfices, ni un alfiler tan siquiera. Los amotinados medespo"aron de todo cuanto tena. 4 la playa de la isla lle#u nicamentecon lo que llevaba puesto, ro"a como una anahoria por el sol, con las

    manos llenas de ampollas, en carne viva. ;ada me etraa que %ruso semostrara insensible a mis encantos.

    G< &iernesH

    G&iernesH

    G;o se pudo enamorar &iernes de ustedH

  • 8/13/2019 Coetzee J M - Foe

    89/126

    G< c)mo vamos a saber lo que ocurre en el cora)n de &iernesH@ero no, creo que no. 0e volv hacia &iernes, que llevaba todo el ratosentado en cuclillas "unto a la puerta con la cabea apoyada en lasrodillas. G0e amas, &iernesH le pre#unt dulcemente. &iernes nisiquiera levant) la cabea. ?emos vivido demasiado cerca el uno del

    otro para poder amarnos, seor -oe. &iernes se ha convertido en misombra. G4caso nos ama nuestra sombra por el mero hecho de nosepararse nunca de nosotrosH

    -oe sonri).

    %unteme m+s cosas de !aha di"o.

    K(e !aha habra tanto que contar !aha es un mundo en smisma. @ero Gqu ob"eto tieneH !aha no es la isla. !aha no fue m+s queuna escala en mi camino.

    2al ve no sea as respondi) -oe con cautela. $epase suhistoria y ya ver+. 2odo empiea en Londres. 4 su hi"a la raptan o ella sefu#a, no s cu+l de las dos cosas eactamente, pero eso poco importa.:sted se embarca rumbo a !aha en su busca, pues le lle#a ciertainformaci)n de que se encuentra all. 'n !aha usted pasa nada menosque dos aos, dos infructuosos aos. G%)mo vive all todo este tiempoHGOu es lo que se pone para vestirH G'n d)nde se alo"aH G%)mo pasa eldaH GOuines son sus ami#osH 'stas son las cuestiones que hay queplantearse, las pre#untas a las que debemos hallar una respuesta. G'n portu#us en el ori#inal. 45 %el 36``

    =P> 7oo%, maderaD fire8oo%, lea. 4unque al#o forado encastellano, he preferido mantener la literalidad de la epresi)n ori#inal,pues el trmino lea7 no eplicara ni la etraea de la narradora, nisu posterior reflei)n sobre la incapacidad de deducci)n lin#Nstica de

    &iernes. 45 %el 36``=\>'n portu#us en el ori#inal. 45 %el 36``

    =]>%+rcel londinense en la que, por raones tanto polticas comofinancieras, (efoe estuvo internado en dos ocasiones. 45 %el 36``

  • 8/13/2019 Coetzee J M - Foe

    126/126