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Cesar Vallejo (1892 - 1938) Lizz Hanson

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Vida y obras.

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Page 1: CESAR VALLEJO

Cesar Vallejo(1892 - 1938)

Lizz Hanson

Page 2: CESAR VALLEJO

Los años primeros…

• Nació el 16 de marzo en 1892 en Santiago de Chuco, Perú• Una familia de 11 hijos

• Estudió la literatura en la Universidad de la Libertan en Trujillo, Perú

• En 1915, recibió una BA en literatura española

• En 1916 movió a Lima, Perú• Trabajó como un profesor • Escribió su primero colección de poemas: Los heraldos negros

Page 3: CESAR VALLEJO

Su pueblo

• Este es Santiago de Chuco, el pueblo donde nació César Vallejo, podemos ver también el Colegio Guadalupe, donde el autor estuvo dando clases durante varios años.

Page 4: CESAR VALLEJO

• Tenía un período de mala suerte entre 1920 - 1922:• Su madre se murió en 1920

• Estaba despedido de su trabajo

• 3 meses en un cárcel

• En 1922 publicó el segundo colección de poemas, Trilce

Page 5: CESAR VALLEJO

Los años finales…• Después de 1923 movió a Paris por 7 años hasta estaba desterrado a España• Paris:

• Visitó USSR• Escribió artículos por los noticias y los periodos en América Latín, España, Italia, y Francia

• España:• Partido Comunista• Se murió de malaria en 1938

Page 6: CESAR VALLEJO

Obras Famosas

• Los heraldos negros (1918)• Una colección de poemas que usaron un tema modernismo y vanguardia como la estructura y la lengua

• Escribió sobre angustia, culpa personal, y dolor

• Trilce (1922)• Otro colección de poemas• Usó un énfasis al lenguaje con las palabras inventadas y nuevos construcciones gramaticales

Page 7: CESAR VALLEJO

Otras Obras

• Escales melografiadas (1923)

• Poemas humanos (1939)• España, aparta de mé este cáliz (1940)

• Obras completas (1974)

• Select Poems (1976)• El tungsteno (1988)

Page 8: CESAR VALLEJO

PoemasAl fin de la batalla,y muerto el combatiente, vino hacia él un hombrey le dijo: «No mueras, te amo tanto!»Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Se le acercaron dos y repitiéronle:«No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!» Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,clamando: «Tanto amor, y no poder nada contra la muerte!» Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Le rodearon millones de individuos,con un ruego común: «¡Quédate hermano!» Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Entonces, todos los hombres de la tierrale rodearon; les vió el cadáver triste, emocionado; incorporóse lentamente,abrazó al primer hombre; echóse a andar…

Hay golpes en la vida, tan fuertes… Yo no sé!Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,la resaca de todo lo sufridose empozara en el alma… Yo no sé!

Son pocos; pero son… Abren zanjas oscurasen el rostro más fiero y en el lomo más fuerte. Serán talvez los potros de bárbaros atilas;o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma,de alguna fe adorable que el Destino blasfema.Esos golpes sangrientos son las crepitacionesde algún pan que en la puerta del horno se nos quema

Y el hombre… Pobre… pobre! Vuelve los ojos, comocuando por sobre el hombro nos llama una palmada;vuelve los ojos locos, y todo lo vividose empoza, como charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes… Yo no sé!