Hace mucho tiempo vivía en un castillo

una niña llamada Linsi, que era hada. Su madre le había decorado su cuarto, había quedado precioso. Todo era como un jardín, pintado de verde y con flores por todas partes. En el cabecero de la cama había dibujado el cielo azul y algunas nubes de algodón.

Una noche Linsi oyó unos ruidos que provenían de entre sus juguetes. Por la mañana todos estaban revueltos y había unas pequeñas pisadas sobre la portada de un libro.

Primer Premio. Autora: Carmen Orejuela Martín (3º Primaria)

A la noche siguiente, Linsi creyó volver a oír los ruidos y decidió contárselo a su madre. La madre extrañada le dijo: - ¡Parece tratarse de un duende de jardín! Como hemos decorado la habitación tan parecida a un bosque, el duende ha pensado que podía ser su hogar y ha decidido quedarse a vivir en ella. Durante toda la mañana Linsi pensó la manera de poder atrapar al duende. Por la noche Linsi cogió un poco de pan y lo puso en su mesita de noche. A media noche, Linsi abrió los ojos muy lentamente y miró hacia la mesita donde había dejado el pan y su sorpresa fue ver al duende comiendo el pan. El duende la miró y ella le preguntó: -¿Te quedarás a vivir conmigo aquí para siempre?

El duende dijo que sí y desde aquel día vivieron felices en el castillo.

FIN

EL DRAGÓN COMILÓN Había una vez un dragón al que le gustaba mucho comer. Iba pueblo por pueblo, comida que se encontraba, comida que se comía. Los habitantes estaban desesperados porque no sabían qué hacer para que no se comiera la comida. Un día decidieron llevar al dragón hacia un bosque lejano y lo dejaron abandonado. El dragón se comía todo lo que encontraba en su camino. Un día se encontró a un ciervo. Cuando iba a comérselo le dio tanta pena que no se lo comió y le acompañó en un largo viaje. Por el camino se fueron encontrando animales y se

fueron uniendo al grupo. El dragón era el líder de todos ellos. Todos los animales le daban comida y él se la zampaba. Él se quedaba tumbado todo el día mientras los animales trabajaban.

Los animales, que eran un zorro, un ciervo y un mono, habían cogido muchas fresas y naranjas pero el dragón no quería parar de comer y comía más y más. Un día comió tanto que se puso malo. Todos los animales le ayudaban y le daban cariño. El dragón se dio cuenta de que se había portado muy mal con ellos y empezó a repartirles la comida. Dejó de comer tanto y todos fueron amigos para siempre.

Segundo Premio

Autor: Alejandro Gálvez Madueño (3º de Primaria)

FIN

LA PRINCESA Y EL PRÍNCIPE Había una vez una princesa llamada Érika. Un día estaba paseando por el pueblo y se encontró a un huérfano. Le dio tres monedas y él le hizo la zancadilla. La princesa salió disparada cayéndose por una colina. Se paró frente a un

castillo y vio a un apuesto príncipe a lomos de su caballo que le preguntó: -¿Estás bien? La princesa no tenía palabras. - ¡Ven, acompáñame!, dijo el príncipe.

Y la princesa le siguió. No sabía a dónde iba hasta que llegaron a un castillo. - Me llamo Jos ¿Y tú cómo te llamas? - Me llamo Érika, estoy perdida ¿Me puedes ayudar a encontrar mi castillo? -dijo la princesa. - Claro, pero nos tenemos que enfrentar a muchas cosas. -Me da igual, yo lo que quiero es irme a casa...-dijo Érika. -Entonces el príncipe y la princesa partieron a encontrar el castillo; viajaban sin descanso, noche y día. Llegaron a una casita de hierros de una bruja. Pegaron a la puerta y no contestó nadie, así que decidieron entrar. Entonces, vieron a la bruja haciendo una pócima. La bruja dijo a la princesa que bebiera un trago pero el príncipe le dijo que no porque era una bebida encantada. La bruja dijo que no, que era una pócima de arándanos. La princesa dijo que se la tomaría. Se la tomó y la bruja se rio y dijo: - ¡Ahora estarás hechizada para siempre! - ¡Ajá, no me la he tomado! –dijo la princesa-.Te he engañado y la he mantenido en la boca todo este tiempo. Y se fueron. Un día, Érika escuchó entre los matorrales un ruido y fue a ver qué era.

Entonces la princesa se encontró a un perrito. Dijo la princesa que lo llamaría Cascabel. Los chicos partieron de nuevo hasta que llegaron a la montaña del ogro. Jos escuchó unas pisadas muy fuertes y dijo que era el ogro. Érika y Cascabel tenían miedo pero Jos les dijo que tenía un plan. - Necesito una cuerda -dijo Jos. Pero allí no había cuerdas. Cascabel encontró una raíz que serviría. Entonces, Jos ató la cuerda en unas rocas. Cuando llegó el ogro, se cayó con la raíz y Érika, Jos y Cascabel salieron corriendo de allí. Días después llegaron a la cueva del dragón. Jos dijo que entraran pero Érika y Cascabel no querían, les daba mucho miedo… pero al final decidieron entrar. Se encontraron a un dragón durmiendo y dijo Érika que no hicieran ruido porque estaba dormido. Cascabel se tropezó y el dragón se despertó. Jos sacó su espada y luchó contra el dragón. El dragón le escupió fuego a Jos pero no lo tocaba. Finalmente, Jos acabó con el dragón. Así, Érika pudo llegar a su casa. Y colorín colorado este cuento se ha acabado. Autora: Julia Velasco Fernández (3º de Primaria) (Tercer Premio)

EL NIÑO CON PODERES PARA JUGAR AL FÚTBOL Érase una vez un niño, llamado Diego, que tenía poderes para jugar al fútbol; era

el mejor jugador de todo su colegio. Pero un día normal ocurrió algo sorprendente: de repente, apareció un niño de otro planeta que quería conquistar el mundo. Diego le dijo: - ¡Yo te reto! Vamos jugar un partido de fútbol y veamos si eres capaz de vencerme. Si lo haces, te quedarás con todo el planeta Tierra; pero si yo gano, deberás dejarnos tranquilos. El extraterrestre accedió y, de repente, aparecieron los demás jugadores del equipo. Diego puso muy mala cara pero se le ocurrió algo: le daría a sus amigos los poderes que poseía para jugar al fútbol. Y así lo hizo. Ahora podían llevar a cabo el partido. El niño extraterrestre esquivó a todos los jugadores del equipo de Diego e hizo la técnica “tornado de hielo”. El portero, por su parte, puso en práctica la técnica “mano de fuego” pero no funcionó. Era el primer gol del partido. Después, otro niño del equipo extraterrestre, llamado Gori, con su técnica “patada de viento”, marcó el segundo gol del partido. Diego exclamó:

- ¡Noooooo! Va a conquistar el mundo. -No vamos a ganar, esquivó a todos los jugadores – dijo Marco, el amigo fiel de Diego. El portero del equipo de Diego decidió poner en marcha la técnica ”tornado de fuego” y, ésta, sí que funcionó. Además, Marco metió el primer gol de su equipo. Después, Diego, esquivó a todos los jugadores y se quedó solo frente al portero. Entonces, haciendo uso de la técnica “tormenta de hielo”, marcó el segundo gol. Poco después, José, otro amigo de Diego, lanzó la pelota desde el centro del campo y con la técnica “remate de fuego”, lograron marcar el tercer gol. Habían ganado el partido y habían conseguido salvar al planeta Tierra. Primer Premio Autor: Sunny Orphanau. (4º de Primaria)

FIN

- ¡Ya estoy harta de que todo el mundo me llame “Lentitaaa”! Así se levantaba una hermosa tortuga que vivía en los jardines de la casa del corredor de Fórmula Uno, Fernando Alonso. Esta tortuga soñaba con que sus patas corrieran tanto como los coches de su dueño. Entrenaba a diario y comía una dieta equilibrada, pero nada. Un día, se dijo a sí misma que la cosa cambiaría. Le pidió a su Amigo el gato Gasolino que le ayudara. Juntos, entraron en el taller donde su dueño y los demás mecánicos arreglaban los coches. Estaba todo pensado:

LA TORTUGA RÁPIDA

el gato le colocó un motor en el caparazón, un depósito de gasolina y unas ruedas en las patas y manos. La tortuga puso en marcha el mecanismo y… ¡flas! ¡sí que funcionó! Desapareció de la vista del gato enseguida. ¡Lo había conseguido! Al día siguiente, todo el mundo la vio. Era más veloz que un avión. A partir de entonces la llamaron “Rayo”. Esta tortuga se hizo famosa; ayudaba en los envíos urgentes, empujaba el coche de su dueño para que ganara las carreras, encontraba a perdidos antes que nadie, etc. Se sentía feliz y útil. Si la necesitáis, su página web es www. Rayo.com Segundo Premio Autor: Ismael Martín Cano (4º de Primaria)

FIN

EL PEZ DE COLORINES

En el mar, en un lugar muy lejano, vivía un pez. Pero no era un pez cualquiera: era el pez más bonito de todo el mar. Los demás peces tenían envidia de sus preciosas escamas y le llamaban “el Pez Colorines”. Un día, un pececito azul quiso hablar con él: -¡Pez Colorines! Por favor, ¿me regalas una de tus preciosas escamas? Son preciosas, y… ¡como tú tienes tantas!

- ¿Que te regale una de mis escamas? ¿Pero tú estás loco? – dijo enfadado - ¡Venga, vete de aquí! A partir de aquel día nadie volvió a hacerle caso. El pulpo Bol le aconsejó: - Regala a cada pez una de tus hermosas escamas. Entonces, ya no serás el pez más bonito del mar, pero volverás a ser tan feliz como antes. Entonces, cada vez que se encontraba con un pez, le daba una escama bonita y hermosa y todos le contestaban: - Muchas gracias, Pez Colorines, ¡qué bueno eres! Los peces saltaban de alegría y el Pez Colorines volvió a ser feliz como antes. Todos estaban contentísimos y decidieron hacerle una fiesta para agradecer lo mucho que querían esa escama. - ¡Qué estarán tramando esos peces!- pensó-. Al día siguiente fue a ver a los demás peces, pero no había nadie en la Casa del Mar. Al final, le dijeron todos “¡Sorpresa!” y él estaba contentísimo. Así hizo nuevos amigos y era todavía más feliz que antes. Tercer Premio. Autora: Milagros Mancera Vargas (4º de Primaria)

EL MERCADO CHINO

Había una vez un barrio con muchas casas y la gente era muy feliz salvo una familia, la del señor Harrison. El señor Harrison es un hombre muy gruñón y testarudo. Un día una familia de aquel barrio puso en venta su casa. Al día siguiente, aparcó el camión de mudanzas y bajaron los nuevos propietarios, que eran chinos. A la semana siguiente, prepararon un mercado chino: vendieron una bicicleta a un niño y una moto a un hombre.

El hombre quería dar una vuelta con la moto, pero, de la emoción, tropezó con una piedra y rompió el buzón del señor Harrison, quien, enfurecido, salió a la calle y le echó una bronca al hombre de la moto. Pero éste no reconoció que había estrellado la moto contra el buzón, así que le regañó más fuerte y cada vez más fuerte, hasta el momento en el que al señor Harrison le da un infarto. Una vecina llamó a una ambulancia. Los vecinos notaban que aquella casa estaba embrujada. Todos decidieron hacer una visita a los nuevos vecinos, pero no había nadie. Dos meses después, tampoco había nadie hasta que vieron a los vecinos por primera vez y se dieron cuenta de que les sonaban sus caras: eran las de la familia del señor Harrison, ¡¡¡eran fantasmas!!! Entre todos los vecinos reunieron firmas para demoler esa casa. Los vecinos aterrorizados, asustados e impacientes esperaban a los constructores hasta que llegaron y destruyeron la casa. Nunca más en ese barrio se volvieron a ver fantasmas y todos fueron felices. Primer Premio. Autor: Iván Serrano Gómez. (5º Primaria)

FIN

Un día, María se fue al bosque con

su madre y su perro Bob. Pasaron el día bailando, cantando, jugando, etc...

El día pasó volando y ya iban

andando a su casa, pero Bob se fue corriendo a una cueva. Cuando María pasaba por allí, solo se oían los llantos de Bob. Entonces, llamaron al tito Francis para rescatarle. Y cuando llegó, cogió la escopeta, una linterna y entró…Se fue al final de la cueva y había un acantilado, donde casi se cayó. Francis llamó a Bob gritando, para ver donde estaba, y los llantos se oían más fuertes, pero para rescatarle tenía que bajar el acantilado...

Bajó y bajó, pero, se resbaló. Se había hecho muchos cortes en la pierna y le dolía mucho. Por fin llegó al suelo y en la esquina se escuchaba un ruido, y ¡¡¡ERA BOB!!! Pero también vio algo moverse detrás de la piedra. Era la niña que había secuestrado una panda de criminales hacía un mes. Fueron a la comisaría y la niña se reunió con sus padres, y a María, les ofrecieron 1.000 euros, pero ella dijo que no, que ya estaba contenta por encontrar a su perro Bob.

Segundo Premio. Autora: Alanna Rose Parsons. (5º de Primaria).

FIN

NUNCA PIERDAS LA ESPERANZA

Érase una vez un niño y dos niñas llamados Pablo, Blanca y Marina. Pablo tenía 11 años, Blanca 10 años y Marina, la más pequeña, 8 años. Eran hermanos, parecían uña y carne, es decir, no se separaban, bueno... para ir al baño sí. Ellos vivían en un pueblo muy lejos de la ciudad. A ellos les encantaban los animales, sobre todo los perros, los caballos y los gatos. Tenían tres perros un husky siberiano de Pablo, un pastor alemán de Blanca y un bodeguero de Marina.

También tenían 6 gatitos, pero no tenían caballos porque los padres estaban en paro y no tenían dinero. Ellos creían que su padre sí tenía trabajo porque todas las mañanas se levantaba a las 6:00 para irse andando desde el pueblo hasta la ciudad. Cuando el padre llegaba eran las 9:00. Se levantaba a esa hora para ir a pedir dinero. El padre se llamaba José y la mujer María. Él tenía 30 años y ella, 27 años; eran muy jóvenes. María se quedó embarazada a los 16 años de Pablo, a los 17 de Blanca y de Marina a los 19 años. Sus abuelos le daban todo lo que tenían para que comieran, se bañasen etc.... Cuando llegaban del colegio almorzaban una fruta o nada, después hacían los deberes y más tarde sacaban a los perros a pasear por el parque. Cuando iban llegando a su casa, se dieron cuenta de que Marina no iba con ellos. Se dieron la vuelta y corrieron lo más que pudieron, pero no la encontraban. Llegaron las doce de la noche y los padres extrañados salieron de su casa y se fueron corriendo. Las doce y media y no veían ni a Pablo, ni a Blanca, ni a Marina. Al cabo de un rato, encontraron a Pablo, a Blanca y al perro que llevaba Marina pero a ella no la encontraban. Avisaron a la policía, que se pasó noche y día buscándola hasta que al fin la encontraron. Marina estaba inconsciente y con heridas.

La llevaron al hospital le tuvieron que echar puntos en la cabeza y en la mano. Al cabo de una semana, le dieron el alta y se fueron a su casa. Cuando entraron, no se lo creían: lo poco que tenían se lo habían llevado. La madre, María, no pudo aguantar las ganas de llorar. Cuando iban para la comisaría, se encontraron cinco euros en el suelo. Como el padre era adicto a la lotería, compró un cupón para ese día, que era tres de mayo. Marina se quedó dormida, ya que eran las dos de la mañana. Llegaron a la comisaria y denunciaron el robo. Después se fueron para su casa, menos mal que las camas no se las habían llevado y se quedaron dormidos. El padre ese día no fue a la ciudad, fue a una obra que necesitaba albañil. Los hijos tampoco fueron al colegio. Contrataron a José. Mientras trabajaba, él estaba pensando en que el día se estaba enderezando. A las once y media fueron a casa de los padres de María para ver si el cupón les había tocado, pusieron el teletexto y miraron y, efectivamente, el día se enderezó del todo ¡¡¡LES TOCÓ !!! Era viernes y los niños se quedaron a dormir allí. A las nueve, el padre fue a cobrar el premio.

Era sábado, el cumpleaños de los 3 niños, que habían nacido el mismo día pero de diferentes años. Ellos soñaban con tener un caballo. Entonces, el padre les compró uno a cada uno: a Pablo, uno de color negro; a Blanca, uno de color marrón y a Marina, uno de color blanco. Desde entonces, no les faltó dinero nunca y colorín colorado, el relato se ha acabado.

Tercer premio

Autora: Marta Suárez Bautista

FIN

LA INVESTIGACIÓN DE JOHN En un pueblo de Alemania, llamado Hagenbach, vivía John, un niño de 10 años, rubio, con los ojos marrones y que siempre iba con churretes de chocolate por toda la cara. Él era muy malo, nunca quería hacer los deberes, siempre quería estar jugando en el parque o con el móvil, la cosa más apreciada para él.

Entonces, su madre para que le hiciera caso se lo quitó. Pero John, aparte de ser muy malo, era muy listo, sabía dónde estaba escondido su móvil. Así que cuando la madre salió para hacer la compra, él corrió y lo cogió.

Estaba escondido en el mueble, detrás de una foto. Como la madre le había dejado encerrado en la casa, se escapó por la ventana de su cuarto y se fue al parque que tanto le gustaba. Era un parque grandísimo, que siempre estaba lleno de niños. Pero algo pasaba porque cada día había menos niños y, ese día, no había ni una mosca. John se quedó preocupado y como también era muy curioso quería saber lo que pasaba. Se fue a su casa, se puso una gabardina y un gorro a juego y cogió su maletín de investigación y se fue al parque de nuevo. Allí abrió el maletín, sacó la lupa y se puso a mirar por todas partes, pero no encontró nada. Entonces sacó el iphone 5, donde tenía una aplicación de búsqueda y captura. Puso Kenny que era un amigo suyo de la infancia y el móvil le indicó dónde estaba. John tiró recto, para la derecha, para la izquierda, recto otra vez, dobló, dio una vuelta y se paró y llegó a la casa de Kenny. Pegó en la puerta y le abrió Susan, la madre de su amigo y le preguntó qué quería. Ella llevaba una mascarilla y le preguntó por qué la llevaba. Susan le dijo que todo el barrio estaba enfermo y su hijo también. Tenían casi todos los niños varicela y se estaban contagiando poco a poco, y por eso no había nadie en el parque.

Entonces, John se fue para su casa y tuvo una gran pelea con su madre. La madre le preguntó por qué se había escapado y dónde había estado. John le contestó que se había ido al parque pero que, misteriosamente, allí no había nadie porque casi todos los niños estaban enfermos con varicela. También le contó que toda esta información se la había dado la madre de Kenny, su amigo de párvulos, que había logrado localizar gracias a una aplicación del móvil. La madre de John le perdonó, pero le castigó sin el móvil una semana, y él no rechistó porque sabía que no debería haber salido de casa sin permiso. Después de cinco meses, Kenny y John se reencontraron en el parque y lo pasaron muy bien.

Primer Premio Autora: Elizabeth Romero Fernández (6º de Primaria)

AMALIA Y SUS VISIONES Había una vez, en un país muy lejano, una niña llamada Amalia. Era muy guapa, lista, morena y tenía ojos verdes. Amalia tenía un secreto, que sólo lo sabía su mejor amiga, ni siquiera sus padres lo sabían. Su secreto era que ella, a veces, tenía visiones del futuro. Aunque parezca mentira todas eran ciertas. Sus visiones se debían a que cuando Amalia era pequeña, un día estaba jugando en su casa y, de pronto, escuchó algo en su habitación… Que le dijo: - ¡Hola Amalia! Estás destinada a tener el poder de ver el futuro.

Ella súper extrañada preguntó ¿QUIÉN ERES? ¿DÓNDE ESTÁS? ¿QUÉ QUIERES? Pero nadie le contestó, ella pensaba que todo era broma, que eran imaginaciones…Pero a los pocos días tuvo su primera visión, y así sucesivamente…Al final, con los años, se acostumbró. Erika era su mejor amiga e iban juntas al colegio. En su clase había una niña que se llamaba Noa, siempre se metía con ellas, simplemente porque no les gustaba la ropa de Amalia y decía que eran muy diferentes a ella. Intentaban ser su amiga, pero Noa las odiaba y no quería ser su amiga. Amalia y Erika pensaron por qué las odiaba y llegaron a la conclusión de que era porque tenía envidia de su amistad y siempre estaban juntas y decidieron pasar de ella. Un día, Amalia tuvo una visión. Era que Noa iba a ser arrollada por un coche el martes 5 de mayo a la salida del colegio. Amalia y Erika se lo intentaban explicar, pero ella decía que eso eran estupideces.

Amalia desde entonces siempre veía la misma visión. Las niñas hicieron un plan, decidieron que antes de que Noa cruzara la calle, le darían un tirón de mochila. Y así fue. Cuando el día llegó, Amalia le tiró de la mochila evitando que un coche que pasaba a gran velocidad la atropellara. Noa les dio las gracias a las dos y recapacitó y quiso ser amigas suyas. Al final, Noa aprendió a no meterse con los demás por su forma de vestir o cualquier otro defecto y dejo de tener tanta envidia a los demás. ``SEA QUIEN SEA, SIEMPRE QUE SE PUEDA, HAY QUE AYUDAR, AUNQUE NO SEA TU AMIGO´´

Segundo Premio Autora: Zaira Gómez Gómez. (6º de Primaria)

FIN

JUAN Y SUS SUEÑOS Juan es un niño muy bueno y cariñoso. Un día vio a una niña llorando porque había perdido a su hermano. Juan se acercó y le preguntó: - ¿Qué te pasa? Y la niña contestó: - Que he perdido a mi hermano. Juan le dijo que no pasaba nada, que le ayudaría a encontrarlo. - Gracias- dijo la niña. Juan le preguntó qué características físicas tenía, y ella respondió que pelo rubio, camiseta roja y zapatos marrones. Hubo un momento de silencio y ninguno dijo nada, hasta que Juan dijo: - ¡Vamos a buscarlo! Al día siguiente, pegaron en la puerta de casa de Juan. Éste abrió la puerta y era la niña. Le dijo asustada: - Mira, han dejado en la puerta un vídeo, ¡vayamos a verlo!

Era un vídeo de unos secuestradores que decían: -Si me das 100.00 euros, te daremos a tu hermano; te vemos mañana en el puerto. Juan y la niña se quedaron sin palabras, pero actuaron rápidamente y se pudieron a pedir dinero por todas partes. Sin embargo, no obtuvieron nada, así que pensaron en hacer otra cosa. Montaron un puesto de limonadas. Pasado un mes consiguieron 99.999 euros, les faltaba un euro, pero dijeron: -Bueno, mañana seguiremos.

Al otro día, el puesto estaba roto, y los niños, asustados, se preguntaron: - ¿Qué hacemos? - Da igual, yo pondré el euro que falta para salvar a tu hermano- dijo Juan. - Gracias - dijo la niña. Fueron al puerto y allí estaban los secuestradores. Juan se acercó y les dio el dinero, y los secuestradores se fueron a gran velocidad. La niña le dijo a Juan: ¿Cómo puedo agradecértelo? Con un beso, -contestó Juan. A continuación, Juan se despertó de aquel sueño.

Tercer Premio Autor: José Francisco Osorio Molido (6º de Primaria)

FIN

EL CAMINANTE Intro:

Érase una vez la historia de un pueblo conocido como Villesmore, una pequeña localidad pesquera que estaba cerca de un pantano. Era un pueblo pequeño, con unos 150 habitantes como máximo y algunas granjas de pescado por las afueras del pueblo. Había sido construido hace tiempo en una parte que antes también formaba parte del pantano, pero que con el paso del tiempo se había secado. Los que allí habitaban no eran mala gente, en su mayoría; nadie sabe por qué él escogió ese pueblo en particular, nadie sabe qué fue lo que pensó al hacer lo que hizo, nadie sabe qué pensamientos horribles y crueles circulaban por esa alma vacía cuando decidió lo que decidió, cuando hay delitos todavía peores que el que hicieron estos niños. Desde que aquello ocurrió, ese pueblo, sus gentes y, en especial, el pantano no han vuelto a ser los de antes y jamás volverán a serlo; es una maldición que pesa sobre el alma de todos y cada uno de los habitantes de Villesmore. Comienza: Una mañana de verano en el caluroso pueblo de Villesmore, era el último día de instituto; era el último día que Cris se tendría que preocupar de los deberes, aunque sólo llevaba la mitad hechos ya que era improbable que se los pidieran.

Cris se encontró en la puerta del colegio con sus amigos: Edu, su amigo de parvulitos; Joel, el chico que había llegado hace 3 años, Palo su amigo Africano, Mauri y Conor, sus dos amigos que eran gemelos; los cinco hablaban sobre algo relacionado con una ouija o algo así. Cris no prestó mucha atención a la conversación, él estaba absorto en sus pensamientos. -¿Y tu qué opinas Cris?-preguntó Edu. -¿Qué? -respondió Cris bajando de las nubes. -¿Que que es lo que piensas sobre las ouijas y los espíritus? -dijo Mauri informando a su desorientado amigo. -Pues creo que es falso, eso está claro. Todo eso es mentira -respondió Cris, todavía algo fuera de lugar. -¿Veis? os dije que pensaba lo mismo que yo - saltó José, interviniendo en la conversación. -Sí que existen, son de verdad. Un amigo mío hizo la ouija y estuvo hablando con varios espíritus y a la mañana siguiente tuvo dolor de cabeza- añadió Conor. -Eso es mentira, siempre mueve alguien la mano, sopla al lápiz o aguja para que se mueva a una letra o palabra -respondió Edu mirando a Conor como si mirara a un loco. -Es verdad -dijo Mauri apoyando a su hermano Conor. -No deberías hablar así sobre esas cosas, son más serias de lo que pensáis -dijo Palo el único que no había hablado en toda la conversación.

Antes de que empezaran a discutir, tocó el timbre de entrada, subieron a la clase y se sentaron en sus respectivos sitios. Cris se dio cuenta de que Palo no paraba de mirar por la ventana, hacia el pantano, como si estuviera esperando a alguien o a algo; como si quisiera que algo surgiera de las profundidades del pantano. Palo parecía angustiado. Al salir del instituto decidieron quedar para dormir en la casa-árbol que ellos tenían cerca del pantano, puesto que ese era el último día de clases y no habría ningún problema. Cuando llegaron a las cinco de la tarde, todos empezaron a guardar la comida y las pocas cosas que habían traído en los improvisados muebles de la destartalada casa que, de milagro, lograba aún sostenerse en pie en lo alto del árbol con los chavales dentro. Cris se dio cuenta de que Palo seguía alterado, no paraba de mirar por las ventanas. Los demás jugaban con la Wii, que entre todos habían comprado, a un juego conocido como "Super Mario Kart Multijugador". Cris todavía recordaba todas las veces que tuvo que ayudar a su madre en las tareas para conseguir su parte de dinero y también recodaba que, gracias al padre de Edu, que era electricista pudieron tener electricidad en la casa del árbol. Para ser una cabaña en un árbol, era bastante grande, todo un mérito de ingeniería por parte de sus amigos Conor y Mauri, a los que les encanta la arquitectura; pero, en verdad, el mérito era de Palo, porque fue él quien les indicó que ese árbol era el ideal para hacer una cabaña ya que, como antes vivía en un sitio más pobre y peligroso, tenía que sobrevivir como pudiera. Por eso, sabía mucho del tema y, así, se hicieron amigos de Palo.

Esa noche Conor volvió a reanimar el tema de la ouija y estuvieron desde las 8 hasta las 12 debatiendo y gastando alguna que otra broma sobre fantasmas. Todos menos Palo que seguía raro. Al final, Palo acabó enfureciéndose y les exigió que pararan ya de hablar del tema y menos aún a esas horas. A la mañana siguiente, desayunaron lo que habían llevado: dulces variados, la mayoría hechos por la madre de cada uno de ellos. Después de desayunar, limpiaron un poco la cabaña y salieron a dar una vuelta por el pantano, cosa que sus padres les habían prohibido estrictamente. -No pasa nada porque vayamos a dar una vuelta; somos 6, no nos puede ocurrir nada. Además, Palo sabe defenderse muy bien y Conor y yo llevamos navajas -dijo Mauri intentando convencer a sus amigos. -Vale- acabaron por decir todos, pues estaba claro que lo que Mauri había dicho era verdad; o, al menos, eso creían ellos. Cuando ya llevaban un rato caminando por el pantano, con la ropa sucia de meterse por los barrizales, Palo decidió que debían volver o se perderían. Así que, cuando se dispusieron a dar media vuelta, se dieron cuenta de que ninguno sabía en qué parte exacta del pantano estaban; por lo cual, no tuvieron otra que quedarse allí, pensando en algo. Por lo menos, habían tenido la suerte de encontrar un claro entre tanto lodazal y ciénaga.

- Menuda suerte la nuestra, a veces es mala y, a veces, es buena; eso se merece exclamar ¡LoL! -comentó Edu. -¡Ni que lo digas! -exclamó José. -Sí, es verdad, estoy completamente de acuerdo con vosotros -dijo Cris con una sonrisa en la cara. -No deberíamos quedarnos más tiempo aquí, hay que movilizarse -replicó Palo, recordándoles la gravedad de la situación -.Además, "él" está cerca, puedo sentirlo. -¿Quién? -preguntaron Conor y Mauri al unísono. -"Él"-hizo una breve pausa y con voz temblorosa continuó-, no tiene un nombre en concreto, mi pueblo le llama "El que anda y no ve", también recibe el nombre de "El sin alma" o, simplemente, como le llaman en este país "El Caminante". No suele dejarse ver nunca por ninguna persona normal, muy poca gente le ha visto cara a cara y ha vivido para contarlo. Mi abuelo decía que la tribu vecina a la nuestra no había sido arrasada por ningún incendio, sino que "él" les había castigado y torturado por haber faltado el respeto a...-se le quebró la voz y dejo de hablar un minuto completo- a los otros espíritus. -¡¡QUEEEEE!! -preguntaron y exclamaron todos los demás al unísono al escuchar la palabra "espíritu". -Lo que habéis escuchado amigos míos. Palo se quedó pálido mirando a algún punto por detrás del resto, miraba una sombra, que, de forma serpenteante, se aproximaba con gran agilidad y destreza; por eso, sólo Palo se dio cuenta de su presencia. -¡CORRED! -exclamó exaltado y aterrorizado al mismo tiempo.

Todos miraron hacia atrás y entonces lo vieron: un extraño ser encapuchado. Estaban lo suficientemente cerca como para ver que esa cosa no era humana. Llevaba una máscara blanca y negra manchada de sangre en algunos lados, con una sonrisa negra y un ojo negro en la parte blanca y, a su vez, una sonrisa blanca y un ojo blanco en la parte negra. Su cuerpo, cubierto por la capucha y unas ropas mugrientas, expulsaba un líquido negro que, a veces, dejaba de gotear y, por si fuera poco, tenía varias manchas de sangre que todos estaban seguros de que no era suya. En fin, una espeluznante visión de una muerte horrible y casi segura. Pero por muy cerca que estuvieran, no estaban lo suficientemente cerca como para ver que el extraño individuo llevaba un cuchillo en una de sus manos cubierto de sangre reciente.

En éste estaba clavada la cabeza de una chica del instituto que había desaparecido dos días antes de que acabaran las clases. Sólo Cris reconoció ese detalle, ya que se habían producido desapariciones durante las dos semanas antes de que acabara el instituto. -¡¡¡CORREEEEEED!!! -chilló Cris. Todos salieron corriendo, aunque por mucho que corrieran "él" sabía dónde vivían. Los conocía. Los observaba desde hace mucho tiempo. Los encontraría. Los mataría a todos, uno por uno. Podían correr y esconderse todas las veces que quisieran, podrían rogar por sus vidas; pero, aún así, "El Caminante" acabaría con todos y cada uno de ellos por atreverse a jugar con lo desconocido sin saber con lo que estaban jugando. Y todo por culpa de una conversación estúpida y el que Edu, Cris y José hubieran hecho una ouija con otros chicos y chicas insultando a los espíritus dos semanas antes de que acabara el instituto.

Epílogo: Se han encontrado los cuerpos de seis chicos en una vieja cabaña construida en un árbol del pantano. Todos y cada uno de ellos habían sido degollados y sus cabezas colgaban de las puertas y ventanas de la cabaña. Los cuerpos habían sido deshuesados y chamuscados. Las autoridades afirman que encontraran al demente que hizo esa atrocidad. También se han encontrado los cuerpos de varios chicos y chicas más; todos asesinados de la misma manera que los de la cabaña. Los policías piensan que es el mismo asesino, por lo cual, nos encontramos ante un asesino en serie. Sergio apagó la tele. -Menos mal que no les acompañé cuando la ouija -suspiró.

Primer Premio Autora: Sara García Mérida (1º de E.S.O.)

FIN

Al borde del fin primaveraL

Érase una vez una pequeña ninfa llamada Azulea. Vivía en el más remoto lugar del bosque. Ella se encargaba de proteger a las flores del bosque y procurar que florecieran en primavera. Pero Azulea había sido secuestrada por una ninfa malvada que odiaba la primavera. El tiempo de que las flores empezaran a abrirse estaba cada vez más cerca y todo podía ser un desastre porque había muchos insectos esperando a polinizar las flores.

Un amigo muy conocido de Azulea le estaba esperando en el bosque para quedar, pero se cansó de esperar y decidió buscar a Azulea. Buscó por todas las zonas del bosque pero, aun así, no la encontró. Entonces, su amigo, que se llamaba Jesua, creyó que podía haber sido secuestrada por alguien y preguntó a todos los animales del bosque si habían visto algo. Así, se enteró de que la había secuestrado la ninfa malvada del bosque. Jesua, sin pensarlo, fue corriendo a buscar a Azulea. Tras unos largos días, vio que entre unos matorrales marchitados se hallaba oculta una ninfa que resultó ser la que secuestró a Azulea. Jesua planeó un plan para poder vencer a la ninfa malvada y rescatar a Azulea, que era la única que podía arreglar la primavera. Jesua buscó dónde podría estar metida Azulea y la encontró debajo de un tronco en mal estado. Azulea estaba metida dentro de una jaula muy pequeña en la que apenas podía moverse. Jesua abrió un agujero entre las barras de la jaula y Azulea consiguió salir por el estrecho agujero de la jaula. Jesua y Azulea salieron corriendo de ese lugar podrido. Cuando llegaron a sus casas, Azulea, con unos polvos mágicos, abrió todas las flores y, así, empezó la primavera. Todo el bosque estaba lleno de colores vistosos y la ninfa malvada, que no pudo salirse con su plan, se fue de aquel bosque colorido. Los insectos ya pudieron polinizar las flores y así es como Jesua y Azulea consiguieron que la primavera no llegara a su fin.

Segundo Premio. Autora: Vanessa Gómez Villena (1º E.S.O.)

Había una vez un astrónomo llamado Nicolás que, un día, estaba en una estación de astrología observando los planetas de las galaxias, cuando, de repente, encontró un planeta desconocido. No tenía palabras para explicarlo. Llamó a su compañero de astrología, Johnny, y le contó lo que había sucedido. Éste le dijo que tendría que salir en las noticias como “El Planeta Desconocido”; Nicolás le dijo que por qué no. Esa misma noche apareció su noticia en la tele: Nico saltaba de alegría. Se llegó a enterar hasta la NASA. La NASA lo llamó para decirle que si se iba a trabajar con ellos, Nico les dijo que sí. Cuando pasaron cinco años, ya se había terminado la nave espacial para explorar “El Planeta Desconocido”. Dos jóvenes astronautas se embarcaron en la aventura. La nave iba a despegar ya en 3, 2, 1… ¡Iniciando despegue! Los científicos vieron cómo la nave iba ascendiendo. Pasó un día hasta que llegaron al espacio y vieron todos los planetas del Sistema Solar. Cuando llegaron a ese planeta, vieron que era posible la vida humana porque tenía agua líquida, atmósfera que se podía respirar, árboles, etc.

EL PLANETA DESCONOCIDO

LA PEQUEÑA LUCÍA

Érase una vez una niña llamada Lucía que vivía en un pueblecito muy lejano con su abuela, aunque no se llevaban muy bien. Un día, al volver del colegio, Lucía vio que no había nadie en casa. Salió a buscar a su abuela cuando, de repente, se encontró a un vecino Adolfo: -Señor, ¿ha visto a mi abuelita? -preguntó Lucía. -Lucia… ¿seguro que quieres saberlo? -Sí -contestó Lucia. -Tu abuela…, ha muerto, lo siento. Lucia salió corriendo y llorando hacia el bosque, había perdido a su abuela y no la volvería a ver. Paseaba por el bosque recordando todo lo que había vivido con ella, no podía parar de pensar por qué se había ido: ¡estaba tan sana! Comprendió que había que aprovechar la vida día a día porque, en segundos, te podía quitar lo que más quieres.

Contactaron con la NASA y les comunicaron el descubrimiento: habían descubierto un planeta donde podían vivir los humanos. La NASA no se creía lo que esos dos jóvenes astronautas les estaban contando. Cinco minutos más tarde encontraron vida animal: vieron un pequeño monstruito con tres ojos, cuatro manos, dos lenguas y seis patas. Aquel extraño ser resultaba que hablaba castellano. Se hicieron amigos y se lo llevaron a un laboratorio súper secreto llamado L.D.L.N.A.S (traducción: Laboratorio De La NASA Alto Secreto). Allí ese pequeño ser fue estudiado y tratado adecuadamente hasta que lo convirtieron en un animal de compañía. Tercer Premio Autor: David Millán Cañete (1º E.S.O.)

FIN

Se encontró a una amiga suya, Matilda, que le preguntó qué le pasaba: -Mi abuelita ya no está, se ha ido -dijo Lucía. -Lucía, no te preocupes, no llores, ella ha sido muy feliz contigo y, desde donde quiera que esté, quiere que seas también muy feliz sin ella, porque ella te quería mucho y no te va a olvidar -dijo Matilda. -Ya…, pero es que…, yo no quiero. Adolfo debe haberse confundido, yo sé que mi abuela está viva. -No lo sé, si quieres puedo ayudarte. -Sí, vamos a investigar. Fueron a la casita de Lucía y vieron una nota que decía: LUCÍA: Soy tu abuela, quería decirte que he salido fuera; no le hagas caso al viejo de Adolfo, solo quiere asustar a los niños porque está loco. Voy a tardar unos días en volver, cuídate. Te quiero. Lucia saltó de la alegría y, hasta que volvió su abuelita, vivió con Matilda, que se enseñaron muchas cosas unas a otras. Cuando vino la abuelita, las tres vivieron en la vieja casa y fueron muy felices. Lucia aprendió a valorar más a las personas y, desde ese momento, no volvió a separarse de su abuelita. Primer Premio Autora: Sandra María Gálvez Vargas (2º de E.S.O.)

MI PERRO FIEL Una pareja llevaban varios años casados y no podían tener hijos. Para no sentirse solos, decidieron comprar un perro, un cachorro de pastor alemán. Ellos lo querían como si fuera su propio hijo. El perro creció y se convirtió en un gran pastor alemán. Siempre los acompañaba a todos lados y defendía a sus dueños contra cualquier peligro. Después de varios años de tener al perro, la pareja consiguió tener un hijo. Ellos estaban muy contentos con su hijo y claro disminuyeron las atenciones hacia el perro, así que el perro empezó a sentir celos del bebé y ya no era tan cariñoso y fiel como antes. Un día, la pareja dejó al bebé durmiendo en la cuna y fueron a la cocina a preparar la cena. Al ir a la habitación del bebé, a darle una vuelta, vieron al perro salir de la habitación con la boca manchada de sangre. El dueño pensó lo peor, así que cogió una escopeta y le disparó, matándolo. Cuando llegaron a la habitación del bebé, encontraron una serpiente degollada. Entonces, el dueño se dio cuenta del error que había cometido y empezó a llorar por su perro fiel. Con esto, aprendió que no debía dejarse llevar por la primera impresión, ni juzgar injustamente. Segundo Premio

Autora: Laura Merino Vargas (2º de E.S.O.)

LA BRÚJULA DE LA ISLA PERDIDA

Hace mucho tiempo, Tom Robinson encontró una brújula vieja y oxidada junto a un mapa en una playa de la isla en la que vivía. Tom fue corriendo a casa de sus amigos para enseñárselo y ellos le dijeron que, ya que tenía el mapa y la brújula, podían ir a buscar el tesoro, aunque les hacía falta una barca para poder cruzar el mar. Entonces, la aguja de la brújula empezó a moverse muy rápido hacia los lados y se paró en el norte. Dijeron de seguir esa dirección. Anduvieron un poco hasta que, delante de sus ojos, vieron una lona vieja y estropeada. La levantaron y vieron que era una barca bastante grande en la que podían navegar. Al siguiente día, por la mañana, arrastraron la barca hasta el mar, izaron las velas y se pusieron en marcha. La aguja de la brújula volvió a moverse muy rápido y en el mapa apareció una línea que llegaba a una isla que estaba bastante lejana, pero decidieron seguir. Tardaron nueve horas en llegar, pero estaban muy contentos. La brújula empezó a agitarse y el mapa se consumió por un fuego muy intenso. Entonces, se asustaron bastante y regresaron al lugar donde estaba la barca, pero se llevaron una sorpresa muy grande cuando vieron que el barco había desaparecido.

Tom se echó a llorar, igual que dos de sus cuatro amigos. Intentaron llamar a sus familias pero no tenían cobertura en el móvil; así que se las arreglaron ellos mismos: se hicieron una especie de choza, recogieron cocos y alimentos de la isla para aguantar vivos hasta que cruzara un barco lo bastante cerca como para que los vieran. Se dieron una vuelta por la isla, vieron una cueva en un acantilado y quisieron entrar a inspeccionarla. Les costó mucho llegar a la cueva, pero cuando llegaron, se quedaron asombrados porque vieron un cofre. Al agitarlo, sonó como si fueran monedas y se hicieron ilusiones de que era el tesoro. Sin embargo, no podían comprobarlo porque no estaba abierto, tenía un candado. Entonces, decidieron tirar el cofre desde la cueva. Cuando cayó al suelo, se había roto por los lados de madera. Se dieron cuenta de que sí eran monedas de oro, se lo llevaron a su choza y se lo repartieron a partes iguales. En ese momento, escucharon un ruido y vieron un barco. Entonces, rápidamente, encendieron un fuego para que les vieran. El barco empezó a dar la vuelta y se pusieron a llorar de alegría. Cuando llegaron a sus casas sus familias se pusieron muy contentos y, aún más, cuando vieron esas bolsas llenas de monedas de oro porque sabían que se habían acabado esas vidas siendo pobres. Tercer Premio. Autor: Juan Trujillo Fernández (2º de E.S.O.)

FIN

C.E.I.P. EL SEXMO

EL SEXMO – CÁRTAMA - MÁLAGA