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La humillación como una experiencia escolar.

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La humillación como una

experiencia escolar.

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Humillación

Emoción social que predomina en las

relaciones humanas de nuestra época,

imbricada en el comportamiento y en la interacción social que encuentra una vía de expresión

particular.

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• Intenta empequeñecer al sujeto.

• La ofensa es el mayor objetivo.

• Hacer a la otra persona objeto de burla.

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Sujeto humillado

• La vergüenza y la culpa, al igual que el orgullo y la humillación, son “emociones de autoevaluación”. Se percibe expuesta y es proclive a juzgarse desfavorablemente.

• La auto-humillación en tanto es auto-descalificación consistirá en experimentar un sentimiento de inferioridad por ser despreciado por un individuo que tiene mayor legitimidad en un sistema de redes sociales.

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• (Clarín)• VIERNES 22 DIC 2006

• Sociedad•

VIDA COTIDIANA : OPINAN LOS EXPERTOS 

Un mal que se tornó habitual y naturalizado 

• Las formas de discriminación hacia los jóvenes y adolescentes se multiplican, como también se reproducen las conductas discriminatorias entre ellos y de ellos hacia otros: niños, adultos, viejos, diferentes. "Es un problema creciente y cada vez más grave", coincide un grupo de expertos consultados por Clarín.

"La sociedad argentina siempre fue discriminatoria, pero en los últimos años hubo una cierta naturalización de la desigualdad y de la injusticia que agravó las cosas. La sociedad se volvió claramente más excluyentey eso no ayuda", analiza la pedagoga Inés Dussel, del área de Educación de FLACSO (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales).

La pregunta se impone, complejizando las cosas: ¿por qué los jóvenes siguen llenando lugares donde los maltratan, los discriminan o excluyen y/o golpean —a ellos, a sus amigos o a sus pares— por su aspecto físico o por el tamaño de su bolsillo? ¿Por qué los chicos aceptan o viven con tanta naturalidad la discriminación?

"Los adolescentes ponen en juego todo el tiempo dos cuestiones estructurales para ellos: la identidad y la pertenencia. Ellos quieren estar allí donde la sociedad dice que están los buenos. Estar afuera para ellos es muy pesado, y van a tratar de estar adentro a cualquier precio. El problema más serio es que con la prolongación de los rasgos adolescentes que se observa hoy en día, hasta vemos padres que también se bancan cualquier cosa con tal de pertenecer y les trasladan a los hijos esa necesidad y esa estigmatización de lo diferente. Los chicos escuchan en casa que la gente vale por lo que parece y por lo que tiene y reproducen esos valores. Por sí solos no hacen esa construcción, la toman de los adultos", opina la psicoanalista Cristina Castillo, del Centro Dos.

• El psicólogo Fernando Osorio no cree que los adolescentes vivan con naturalidad la discriminación y las adversidades de lo social. "Muchas veces tiene que ver con una búsqueda que les permita comprender el mundo adulto e incorporar o desechar lo que se les ofrece. Esa adaptación aparente no es ingenua sino absolutamente crítica. El espejo de lo social les devuelve mucha información sobre ellos". 

Dussel coincide. "Desde pequeños los chicos observan en sus familias y en la sociedad conductas discriminatorias, y aprenden que son comportamientos válidos. Aun los excluidos quieren establecer una jerarquía respecto a los que están abajo. Hoy los chicos no tienen dónde encontrar modelos diferentes, que cuestionen y sancionen la necesidad de humillar a otro, de hacerlo sufrir, y propongan vínculos menos salvajes. La escuela debería educar más respecto a los derechos y promover una sociedad menos individualista y más respetuosa de lo diferente".

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Humillación en la vida escolar

Hay formas a veces sutiles, no verbales hasta corporales (en su mayor parte inconsciente) a través de gestos, miradas modos de trato impersonal, que se manifiesta no sólo en el vínculo entre los alumnos sino también en las prácticas pedagógicas en relación con la autoridad.

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• Elegir a uno y atacarlo entre todos, la nueva forma de pelear• 06/06/10

• Crecen los casos de acoso virtual y de agresión en banda. Hay más participación de mujeres. Y cada vez es más frecuente el “happy slapping”: un grupo le da una paliza a uno solo, lo graba con el celular y lo cuelga en la Web como un video divertido.

• PorGISELE SOUSA DIAS 

• El caso de la “bandita” de adolescentes que mató a piñas y a patadas a un joven en Mercedes, el de la nena de 10 años de Capital a quien le crearon un grupo en Facebook para calificarla de “estúpida” y “malparida”, y el caso de la modelo tucumana que fue atacada por seis chicas a la salida de un boliche, podrían parecer inconexos. Sin embargo, quienes estudian las entrañas de la violencia saben que sus características configuran un perfil que dejó de ser una excepción: líderes que “marcan” a uno –con nombre y apellido o por “villero” o “por linda”–, que será atacado física o virtualmente entre varios; hostigamiento mediante redes sociales y más participación de mujeres y de chicos de primaria.

•“Ha habido un gran incremento de formas de violencia que no conocíamos. Antes, las disputas se resolvían ‘uno a uno’ o mi grupo contra tu grupo. Hace tres o cuatro décadas, si varios le pegaban a uno era visto como un acto de tremenda cobardía; incluso pegar patadas, usar palos, cinturones o armas era entendido como una falta de códigos. Hoy, para pelear contra uno me llevo a mi tribu; y las peleas no se producen, como antes, por la conquista de una chica: el ataque es un fin en sí mismo”, describe Héctor Eyzaguirre, vicepresidente del Observatorio Latinoamericano de la Violencia Escolar.

• La pediatra Flavia Sinigagliesi, experta en este acoso llamado “ciberbullying”, lo describe: “El ciber hostigamiento no es un hecho aislado sino que se sostiene en el tiempo: el hostigador lo espera en la esquina, pone cosas falsas en Facebook, lo vuelve loco por mensajes. Además del chico hostigado siempre hay un líder que busca el reconocimiento del resto y los secuaces que lo apoyan o son testigos”. Cuando dice “chicos” se refiere a que el pico de los casos de hostigamiento aparece entre los 10 y los 14 años. Es más: según una encuesta del Observatorio de la Convivencia escolar de la UCA entre 6.000 alumnos, 1 cada 4, de entre 10 y 18 años, le tiene miedo a algún compañero. SDLqEl avance de las nuevas tecnologías le abrió las puertas a lo que se conoce como happy slapping o ‘cachetada feliz’, en donde un grupo le da una paliza a uno solo, lo graba con el celular y lo cuelga en la Web como un video divertido”, cuenta Castro Santander. Y agrega: “En zonas menos favorecidas la violencia suele ser más directa y física; pero estas formas más desapercibidas son peligrosas porque cuesta que el adulto las vea”. La encuesta de la UCA mostró esta “invisibilidad”: casi 6 de cada 10 chicos hostigados se callan. “Este entramado de amenazas, abusos y acosos pueden convertirse en un infierno para la víctima”, dice.

•Cuando se desmenuza este perfil de violencia sobresalen las mujeres y las bandas: “Que los varones se pegaran estaba bien visto, pero entre las chicas era más común el ninguneo, el chismorreo o dejar de lado a la otra; sin embargo, hoy vemos más violencia física entre ellas”, asegura Sinigagliesi. Pilar Vendrell, integrante de “Profesionales latinoamericanos contra el abuso de poder”, dice sobre las “bandas”: “Salen a atacar juntos porque solos son muy frágiles. El otro no es un enemigo sino un molesto espejo; probablemente vean en el otro su propia vulnerabilidad aunque usen excusas, como que la atacan ‘por linda’”.

•¿Qué hay detrás? “La falta de perspectivas laborales y académicas, la ausencia de proyectos, una perversa estimulación de los medios que los empujan a la ilusión de la satisfacción inmediata y una familia negligente para orientarlos hacen un caldo de cultivo propicio para el desarrollo de hechos de violencia inéditos”, dice Fernando Osorio, moderador del foro “Violencia en las escuelas” de la UBA. Dice Vendrell: “Lo que hay detrás son las patologías del vacío. El vacío de límites y el refuerzo de los valores del tener: se es porque se tiene, incluso cuando lo que se tiene es la vida del otro”.

•Alejandro Castro Santander, miembro del Observatorio Internacional de Violencia Escolar, con sede en Francia, explica: “La violencia toma del momento lo que tiene a disposición; en este caso está usando con fuerza las nuevas tecnologías”. En el mundo virtual aparece así, una forma distinta de “pegarle” a uno entre varios: mediante insultos en las redes, en el chat, por mensajes de texto o subiendo videos a YouTube en donde los humillan.

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• Los docentes producen formas de nombramiento en el lenguaje escolar que pueden actuar como veredictos condenatorios sobre los alumnos

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Apreciaciones del profesor

• Las palabras, el lenguaje hablado, el porte, los modales, la apariencia física, constituyen una referencia tácita del profesor hacia el alumno.

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• Los actos de nominación corporal y verbales, gestos y palabras, y más particularmente los actos clasificatorios, poseen efectos en la esfera de dominación simbólica. A mayor legitimidad de la autoridad que nombra, mayor es su influencia en el ejercicio de la dominación.

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Autoaceptación del niño

• Las limitaciones que se autoadjudican los estudiantes se van estructurando en un proceso social tácito que tiende a ajustar y a reducir las expectativas de logros a sus posibilidades objetivas aceptadas como un destino propio.

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No aumentar la desigualdad entre los niños a través de su eficacia esencialmente simbólica y

evitar el efecto de destino que convierte las desigualdades sociales previas en naturales.

Obligación de los docentes

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• Los juicios emanados de las instituciones educativas sitúan a individuos y grupos más o menos próximos en relación con los prejuicios sociales naturalizados, ayudando a construir en los alumnos su autoimagen y valor social.

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Integrantes

• Afonso Gonçalves da Balinha, Melina.

• Lorenzo, Betsabe.

• Ventura, Natalia.