castillo, ricardo- selección de poemas

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Ricardo CastilloSeleccin de poemasNotas crticas: Pavel Mucio y Yeicko Sunner Entrevista: Luis Vicente de Aguinaga

Y luego yo, tan mirn, tan melodramtico. Ricardo Castillo, El pobrecito seor XPor Pavel MucioLa primera vez de Ricardo Castillo fue a los veintids aos. Su libro inaugural,El pobrecito seor X, apareci en la editorial CEFOL en 1976. Posteriormente se public en la coleccin Letras mexicanas del Fondo de Cultura Econmica, junto aLa oruga, segundo libro de Castillo. En su primer poemario, Castillo se decanta por el tono dialogado, encontramos giros del habla coloquial, incorpora textos de anuncios, referencias a canciones, juguetes, calles; y en el centro, un adolescente mirn y melodramtico que vale madre dando un repaso a su familia.En un polo opuesto a la poesa reflexiva, mesurada y en muchos casos neutra, la poesa de Castillo es ms cercana al habla del ciudadano a pie. Los versos conservan un ritmo pero en los veintisis poemas se describen emociones ms que reflexionar sobre el lenguaje.El conjunto de poemas posee una cohesin y fuerza interior, contiene textos ahora ya clsicos del autor, y en su momento represent uno ms de los gestos de un nuevo aire en la poesa mexicana de la dcada de los setenta.Samuel Gordon describe la generacin de los setenta y ochenta como una generaciones sin generacin, por lo heterogneo de sus registros, lo fragmentario de muchos de sus medios y por la cantidad de autores. Como ejemplo, convivan escrituras tan dispares como las de los tocayos Jos de Jess Sampedro y Jos Luis Rivas. En esta variedad de estilos Castillo elige lo oral y lo cotidiano.En el libro hay dos ejes temticos, una familia y un adolescente: la voz potica del libro, en juego de contraste con el ttulo. El entorno familiar descrito es pasivo, anquilosado, con malestares silenciosos y seriedad en las formas. Una familia, al parecer, desintegrada por su pasado. En el poema Pap Guille. Castillo describe a su abuelo,

atacado por el alcoholismo, empecinado en la copa.comprendi que no haba en el mundo otra vocacinque la de ser demonio.()Cuentan que un da estando en la cantina La Revolucin dijo:Estoy desahuciado. Y se muri.Fue la ltima vomitada sobre el mantel.Fue el mejor reto que jams pudieron tener sus hijos(Pap Guille, p. 11, 12)

Junto a esto, un adolescente en la transicin a hombre, descredo de la realidad, experimentando con su sexualidad. Castillo tiene un ojo irnico, utiliza el descredito propio, se zarandea, no es fortuito que el poema que abre el libro tuviera como ttulo Autogol, pero tambin hace blanco en su familia, en ocasiones con humor y abierta malicia:

Prevalece una agitacin de ladrones en el seno familiary cada quien declinacon su particular manera de desventurar la sangre()Pero ahora que son las diez de la nocheahora que como de costumbre nadie tiene nada que hacerpropongo cerrar puertas y ventanas / y abrir la llave de gas.(Pin uno, pin dos, p.22)La adolescencia, que regularmente es encasillada en el melodrama, en arranques y cambios radicales de humor, aparecer retratada en el libro, pero sin caer en sentimentalismos, sin sublimacin de la tristeza ni fatalismos:Deje ese plumero, seor dolor, deje esa escobadjeme en paz sentado, mi cigarrito en brazos,djeme a cuatro patas, si quiero,or cmo grue el Universo.(A dnde vas conejo Blas, p.13)A veces hay arranques en los que se exagera el auto insulto y la descalificacin:Oh, oh, desolacin (esta risa es de pendejo).Y qu pinche embuste,qu momento para estar chingando a mi madre.Si ser pendejo, si me faltar muchsimo para ser cabrn(El que no es cabrn no es hombre, p.15)

En otra lnea temtica frecuente: la sexual, los poemas van desde la metfora que raya en lo ertico, hasta el tono abierto y ligeramente misgino, pasando por poemas desparpajados como el famoso Las nalgas:

Yo ms bien quieroTener tus piernas de bufandaY horadar ese montoncito de nubesQue cubren, transparentes, tus pantaletas.(La agitacin de la oscuridad, p.26)Ay! falsa cara de puta en la seccin de sociales,Ay! hija de la chingada,un da te voy a desnudar.(Mueca Lil y Ledy, p. 25)La transicin de la adolescencia suele venir acompaada de un descubrimiento ontolgico y un descredito de la realidad circundante. El adolescente del libro busca afirmarse en un mundo que parece absurdo y amenazante, pero que invita al riesgo:

Para ser hombre en 1975hace falta no cagarse,hay que mantener las anginas en su lugar,desbocarse hacia al amor en su ltimas calambrinas;hay que romperse el hocico en las banquetas,(Almanaque, p.18)Castillo hace partcipe al lector del descredito y tambin lo confronta:Resstase a ver su reloj,piense que se est haciendo tarde,piense que ha paladeado la muerte a la muerte,piense que la vida se le puede acabar, como ha vivido, tontamente(Camionera Centro Talpita, p.30)

Estas lneas temticas que se entrelazarn a lo largo del poemario son creadas a partir recursos verbales poco formales. Si bien los poemas no se cien a una forma versstica tradicional, Castillo moldea la forma de los vocablos a su favor, se da la licencia de crear superlativos y adjetivos, utiliza gradaciones, todo en pos de dotar a sus poemas de fuerza anmica:Mi madre y la verdura da consejos a mi hermana sobre el amor, sobre las artes y oficios de desperdiciar la vida, y cierta manera de hacerla entender que pase lo que pase jams deber abrir los ojos, ni la sonrisa, a lo desconocido.Y yo estoy en el bao temiendo el desenlace que es de esperarse:La visita del viejo dolor,la visita del viejo robachicos con su costal que nos agarra y nos lleva a las nuqusimas ms oscurasa los creansimos cerebrosos ms fatales.(Mi madre y la verdura, p.17)

En este fragmento se nota que el libro no slo expone problemas de la configuracin social del gnero masculino (la asociacin de la masturbacin con figuras para asustar nios, como el robachicos), tambin se retratan los condicionantes familiares del gnero femenino.

Cercano ms al lenguaje de calle que al del aula, Castillo no slo recurre al tono dialogado o a modificaciones morfolgicas (vbr. nuqusimas), echa mano de groseras, repeticiones de frases para aumentar la tensin dramtica, giros sorpresivos al final de poemas, retrucanos. Muchas de las metforas del libro estn construidas con referentes mundanos como el ftbol o el da de pago. (Te espero como se espera el da de pago).Adems de los heterogneos recursos verbales a los que recurre Castillo, hay un perceptible dejo narrativo en el libro, no hay un relato como tal pero la cohesin interior en los dos ejes temticos mencionados permite formar una historia. En una entrevista con Luis Vicente de Aguinaga, Castillo dice al respecto:Hay una historia que no est, una historia que, adems de estar ausente, se encuentra fugitiva. Como te deca, nunca quise contar una historia, sino narrar los contornos, los lmites, de un hueco producido por ese relato que se nos escapa. () estampas aisladas entre s, pero vinculadas por una misma lente, por un mismo tipo de dibujo.La narratividad de la escritura de Castillo se desprende de dos fuentes, una asociada a las vietas de cmic y otra que proviene de la tradicin de la poesa mexicana.Como es natural, yo inicialmente me relacion con la poesa a travs de la tradicin mexicana: Tablada, Lpez Velarde, Villaurrutia, Paz. Se deca que haba que leer a Pound y a Eliot. En todos ellos cre encontrar la susodicha exigencia narrativa llevada a buen puerto. Quiero decir que todos cantan en el instante y le cantan al instante; pero tambin, de alguna manera, que todos hacen poemas que narran poticamente una historia.El pobrecito seor X fue el estreno de Ricardo Castillo y muchos de los recursos que aqu utiliz fueron simiente de su trayectoria posterior. No abandonar la mirada autocrtica hacia el yo potico sensiblero, inclusive ahondara en la disolucin del yo en su poema Los borrados, resultado de su participacin en una ceremonia ritual Cora.Tambin ahond en la oralidad montando recitales musicalizados, uno de los producto de estas presentaciones es el disco Es honda la calle, editado por la Universidad de Guadalajara y realizado en colaboracin con el msico jalisciense Gerardo Enciso, en estas grabaciones el poeta acenta los rasgos orales de sus poemas, insertndolos en las notas de Enciso.

El pobrecito Seor XPor Yeicko Sunner En 1980,Ricardo CastillopublicaEl pobrecito seor Xy en ese ao gana elPremio Carlos Pellicerde poesa. Sorprende, sin embargo, que este autor no tenga ms presencia o no se hable ms de l, ms que en algunos pequeos crculos literarios. Por su lenguaje,Castillodebera de ser recordado por muchos, mencionado e incluso citado; su acercamiento al lenguaje es tan llano, tan a ras de tierra que se pega. Para acercase de manera directa a su esttica, si acaso tiene una, hay que usar sus palabras. Castillo afirma, en un poema llamado La Chaqueta, que el hombre puede encontrar su pandero sentimental sin raspaduras/ sin las jorobas de la tal Belleza. Al ningunearla el poeta va deshojando su libreta sentimental poco a poco. No solamente hay referencias al recuerdo de sus padres, a su ciudad natal (Guadalajara) sino todo un mundo en el que la soledad que rodea al poeta se expresa de manera directa, con un lenguaje cotidiano pero muy eficaz, lo que decantara el balance a favor de la naturalidad ante el artificio potico. Segn Antonio Alatorre, idealmente, lo que hace el arte es imponerse a la vida bruta, refinar al hombre, civilizarlo; segn Ricardo Castillo, enEl pobrecito seor x, es exactamente lo contrario, es capaz de mostrarnos brutos, sin civilidad.En l, Arte, Belleza, Sentimiento, se ven con ojos desconfiados, como si el autor sospechara de su larga tradicin. Y no es que denueste el sentimiento o recele de la belleza, sino que les quita el oropel y no las exalta, las describe. Lstima que pensemos todava que el sentimiento es delicado como el papel de china. De esta manera, maneja a su antojo sus emociones, engrandecindolas al hacerlas pequeas. Por lo tanto, su sentimentalismo est formado con las cosas, con las palabras claras de todos los das. La metfora es sustituida por objetos concretos, como en el poema Testiculario donde seala mi corazn echa vinagre,/ mi esqueleto se marea/, el muy puto se lleva las manos a la cabeza/ y dice que la muerte es un puchero sentimentaln difcil de tragar como el pinole. As, poco a poco, Castillo desgrana un universo personal. La irona y la sealizacin directa sin ningn eufemismo son parte de su estilo y, por qu no decirlo, de su certeza. Slo hay que fijarse en algunos de los ttulos de sus poemas: Testiculario, La chaqueta, Las nalgas u Oda a las ganas, donde, sin consideracin por las buenas costumbres y sin ningn tipo de solemnidad potica, le da sentido existencial a la masturbacin, el apetito sexual o las simples ganas de mear.A veces parece dudar un poco de s, como en el poema El poeta del jardn y siente que tiene la obligacin/ como poeta consciente de lo que su trabajo debe ser/ y escribir por encargo, gratis. Seor poeta, haga un poema de un triste pendejo, le pide un seor, a lo que el poeta contesta no hay tristes que sean pendejos/ y nos fuimos a emborrachar. El mismo tacha tajantemente la obligacin de su agenda y se asume como un poeta sin otra meta que la poesa, su poesa.El ttulo del libro ya rezuma su contenido. Existe en l un poeta, autobiogrfico o no, que usa el lenguaje como escapatoria a sus problemas existenciales, pero expresndose como cualquier hijo de vecino.El pobrecito seor xtrata de abrirnos los ojos: sus poemas son un reflejo de nuestros pensamientos cuando hablamos directamente al espejo. Este dilogo interno, inconsciente, que est rodeado de papeles de bao, este sentimentalismo chato es la pulpa de la poesa del tapato. Aunque, a veces, se ve empaado por exactas notas dulces, como de alegra, como de sazn, frente a la desazn latente de todo el libro, como si el sentimentalismo chato/ fuera ms importante que aquellos momentos/ en los que se hinchan los testculos de las puras ganas de vivir.Sorprende que a ms de 30 aos de su publicacinEl pobrecito seor xno figure en las lecturas obligadas de todo aspirante a lector (o poeta); su manejo del lenguaje difano, de ese lenguaje que usamos cuando pensamos y nos enojamos, debera de tener un lugar preponderante en los gustos de los lectores mexicanos (porque ante todo la literatura de Castillo es sumamente mexicana). Si en algn tiempo se distingui a la poesa como un objeto creado por el hombre para tratar de imitar a la naturaleza y superarla, en este pequeo libro de poesa (que se lee de un sentn) se expresa lo contrario. Su poesa es innovadora pues rompe con la idea del artificio potico al permitir al poeta expresarse como se le d la gana. Que no tenga formas mtricas, que sus encabalgamientos sean arbitrarios, que sus versos sean largos como la prosa, no excluyen una esttica personal y nica, una manera de entender la poesa. Y como bien dice Castillo yo ms bien quiero/ tener tus piernas por bufandas/ y horadar ese montoncito de nubes/ que cubren, transparentes, tus pantaletas. Porque en lo cotidiano est la soledad, en la chaqueta, en el sexo, en las pinches ganas que todos tenemos de mear.

Avanzar al sesgoEntrevista con Ricardo Castillo

Por Luis Vicente de Aguinaga

Es comn asociar el nombre de Ricardo Castillo (Guadalajara, 1954) con cierta especie de vandalismo literario no desprovisto de ingenuidad que sacudi los hbitos y jerarquas estticas de una dcada, la de 1970, y los comienzos de la siguiente. Refirindose a determinado ambiente o microclima potico, Evodio Escalante ha declarado que la publicacin deEl pobrecito seor Xde Ricardo Castillo tuvo el efecto de una bomba en una tranquila reunin de comensales. Dicho ambiente o plcida reunin, desde luego, es el mismo en el que Octavio Paz alcanz una posicin de predominio definitivo y en el que despuntaron, tambin definitivamente, algunas figuras del Medio Siglo mexicano (Rubn Bonifaz Nuo, Ramn Xirau, Carlos Fuentes) y otras de la generacin vinculada con la Casa del Lago (Salvador Elizondo, Toms Segovia, Juan Garca Ponce, Ins Arredondo, Jorge Ibargengoitia, Fernando del Paso).En efecto, elSeor Xde Castillo hizo las veces de abanderado no siempre con el consentimiento de su autor en muchas batallas de la contracultura nacional, curtida en la necesaria rememoracin de Tlatelolco 68 y el no menos importante apoyo a los numerosos movimientos que tomaron forma tras la matanza. La primera edicin del poemario en 1976, as como su posterior y ms conocida reedicin junto conLa orugaen 1980, conserva todava un aura simblica de agente provocador y artefacto peligroso en los textos y opiniones de crticos, profesores y aficionados en general a la poesa. Con todo, es un hecho que semejante reputacin deangry young mano nio malo acab empaando la correcta lectura de aquel volumen y de los que vinieron despus, al grado que una de las mejores y ms recientes publicaciones de Castillo (me refiero aBorrar los nombres, de 1993) ha sido muy escasamente leda entre los mismos crticos, profesores y aficionados.En la siguiente conversacin, sostenida en diversos momentos de abril y mayo de 2004, en vsperas del quincuagsimo cumpleaos del poeta, son abordados en forma oblicua y sesgada los poemarios conocidos de Ricardo Castillo (los ya mencionadosBorrar los nombres,La orugayEl pobrecito seor X, adems deConcierto en vivo, de 1981,Como agua al regresar, de 1982, yCienpis tan ciegoyNicols el camalen, de 1989) y se hace mencin directa del estupendo relato y juego de mesa tituladoLa mquina del instante de formulacin potica, editado en 2001. No est de ms advertir queLa mquinaes un trabajo inteligente y sofisticado, amn de agradable y profundo, que plantea en la prctica muchas de las cuestiones tratadas a continuacin (es decir, muchas de las cuestiones fundamentales de la expresin lrica moderna). Inteligencia, sofisticacin, amenidad y profundidad que confirman algunas de las ideas que ya circulaban a propsito de Castillo al tiempo que rectifican y enderezan otras la natural brutalidad, el presunto salvajismo del poeta que ya no tiene caso defender ahora, por falsas e inoperantes.Recuerdo haber ledo hace algunos aos una declaracin tuya que me impresion mucho. Decas entonces que tu primer libro,El pobrecito seor X, naci a partir de una idea concreta: la de componer una especie de cmic o historieta urbana en verso. Y que tus otros libros tambin respondan a esquemas narrativos ms o menos identificables:La orugay la pera-rock (o, en su defecto, el disco conceptual de cuatro lados),Concierto en vivoy el espectculo de rock en directo,Como agua al regresary la novela,Nicols el camaleny el guin de cine... Qu relacin profunda percibes entre las formas tpicas de la narracin y tu propio trabajo lrico?En el caso delSeor X, como lo veo en este momento, no es que haya nacido de la idea de hacer el cmic, sino de haber encontrando en el tono de lo que iba escribiendo esa sugerencia de composicin. Al margen del inters puramente rtmico y sonoro que, segn yo, tira de ms adentro en una situacin creativa inicial, creo que desde un principio hay una intencin narrativa que ciertamente abarca todos los poemarios que mencionaste, lo cual se debe supongo a que mi ingreso a las letras est determinado por el acento experimental. Un gusto generacional por hacer la crtica del mundo y, en este caso, la crtica del Poema. Sin embargo, esa relacin profunda entre la narracin y el trabajo lrico me gustara encontrarla (y si no encontrarla, s al menos verla aludida) en la necesidad narrativa misma, no tanto porque brinde la posibilidad de contar un argumento sino por el problema (o acertijo) que plantea una historia cuando se trata de contarla poticamente. Creo que en todos los poemarios antes mencionados hay una intencin, sin duda no exenta de fallas, por homologar el canto y el cuento. Sin embargo creo que lo que verdaderamente pes y determin la escritura de tal o cual poemario (con tal o cual modelo narrativo) tuvo que ver, de entrada, ms con el gusto por el verso y el poema que con cualquier voluntad anterior por estructurar una narrativax. Del ritmo del verso, de su msica, se deduca el resto. Creo que el poema y los poemarios se hacen a partir del verso, y sobre tododesdesus partculas. Antes que pretender cualquier narratividad, pretenda hacer primero un poemario que fuera una entidad rtmica y sonora. Al margen del diseo del verso en trminos visuales, creo que siempre asoci a la hora de escribir el poema y la experiencia oral. Me parece que siempre he escrito versos prestando atencin especial a lo que en ellos suena. El verso lrico que nada cuenta y el cuento que nada canta podran relativizar sus contenidos y complementarse, me dije, tal vez ingenuamente.Y ahora, casi treinta aos despus delSeor X, volveras a decirlo?De algn modo, al margen de cualquier diferendo (que los hay) entre ste y aquel sujeto de casi treinta aos menos, sigo (o seguimos?) creyendo que la lrica puede ser narrativa, a condicin de que la historia contada por ella sea de una consistencia particular, consistencia que tal vez entiendo ahora de manera diferente que hace veintitantos aos, pero en la que sigue estando presente la exigencia narrativa encubierta, velada. No para desarrollar las certezas de un relato y hacerlas evidentes, sino para dotar de un mecanismo a un texto que se sostiene en una historia desaparecida. Hay en el instante lrico una historia presente a modo de vestigio, quiero decir: presente por las marcas de su ausencia. Hay una historia que no est, una historia que, adems de estar ausente, se encuentra fugitiva. Como te deca, nunca quise contar una historia, sino narrar los contornos, los lmites, de un hueco producido por ese relato que se nos escapa. La historia de un acento, de un latido, de una slaba, eso que no podemos entender como relato pero que forma parte de un relato que no podemos conocer. Lo que no se puede narrar es el sentido de la poesa, digo ahora yo, tal vez ingenuamente otra vez. Creo que en poesa cualquier afirmacin, por penetrante o maliciosa que sea, corre el riesgo de ser tan slo una ingenuidad, si la contrastamos con el puro acontecimiento potico.En este sentido, te sigue pareciendo que canto y cuento son categoras afines y, por lo tanto, fusionables en una sola?Me parece que nada cuenta tanto como el verso lrico, pero su historia es de una exigencia narrativa propia de la poesa.Si no recuerdo mal,El pobrecito seor Xcontiene treinta y dos poemas, es decir: uno por cada una de las pginas que solan tener las historietas, que se publicaban en cuadernillos de treinta y dos pginas. Esto significara, desde mi punto de vista, que incluso la forma exterior del poemario en tanto esquema convencional sufri, de tu parte, modificaciones o manipulaciones que lo hicieron aproximarse al otro esquema, el de la historieta. Te parece que la tarea del poeta debe afectar incluso a la forma exterior de los libros, a su composicin global, al orden y el nmero de sus textos?En realidad lo del nmero de pginas fue casual. Las modificaciones o manipulaciones que hubieran podido existir se dieron en realidad en la edicin de la secuencia, en cuanto a idear un orden que de manera sugerida y sugerente permitiera (como mnimo, a m) seguir adelante en la lectura, con cierta ligereza caracterstica del cmic: estampas aisladas entre s, pero vinculadas por una misma lente, por un mismo tipo de dibujo. Por lo que me preguntas acerca de si el poeta debe o no intervenir incluso hasta en la forma exterior de sus libros, creo que no tiene por qu ser forzosamente as; no, al menos, como si fuera un deber. Pero me parece legtimo considerarlo y aun empearse en conseguirlo. Y el poeta, por lo que toca a la forma interior del libro, no es que deba intervenir en ella o afectarla, sino que, en sentido estricto, no tiene otro remedio que afectarla: el poeta es lo que estorba en el poema, por ms que, sin l, nadie nos recordara la proximidad e inminencia de la poesa.Al orte hablar de tal o cual tipo de "dibujo", naturalmente, infiero que hablas de tal o cual estilo... Y la palabraestiloviene de las artes grficas: el estilo es la punta o punzn de plata o acero que sirve para grabar lminas. En este sentido, me parece muy elocuente que hables en trminos visuales o propios de las artes visuales y, en este caso, grficas... Te parece que uno de los rasgos caractersticos de tu generacin sea precisamente la cercana con las artes visuales populares, como la historieta o las portadas de los discos?El trminodibujome gusta porque, al igual que sucede con elstylo, lo que se nota en la inscripcin sobre el papel es la mano, el pulso, una marca concreta, fsica, visible del sujeto. En sentido figurado es lo que debe ser el estilo o el dibujo, el efecto de una mano, un rasgo individual. El verso responde a la factura de una mano, no de una entidad potica abstracta y desvinculada del cuerpo.Y, adems, cada trazo es una hendidura: el poeta deja marcas que son vacos, presencias que son huecos...Huecos que son seas de identidad.Seas de identidad que, al menos en lo colectivo, tratndose de tu generacin, deben remitirse a los referentes que t manejas: la historieta, el cine, los discos... Quiero insistir en algo, y es que si bien los discos parecen referirse o consagrarse nada ms al odo, en el trabajo artstico de las fundas, en las portadas y en la presentacin material de las grabaciones como si fueran lbumes de imgenes, tambin las dcadas de 1960 y 1970 hicieron grandes progresos con respecto a los aos precedentes.S, lo que dices a propsito de los referentes de mi generacin (en trminos exclusivamente cronolgicos) es cierto: durante los aos 60 y 70 arranc el nimo de fusionar los gneros y ste era capitaneado en gran medida por la msica. Los discos de aquellos das primitivos ya sugeran la existencia de muchos productos actuales cuya oferta pasa por lo visual, lo literario y lo musical. Creo que ese modelo, por otra parte, sigue vigente en la actualidad, slo que ms sofisticado y empobrecido acaso por la voracidad y canallez comercial. Por otra parte, para mi generacin los cambios tecnolgicos que hicieron esto posible sucedan todava en un contexto de asombro y rechazo, Hoy, eso ya no sucede.El disco, a partir de cierta poca, se convirti en un objetomultimedia. T grabaste un disco con Gerardo Enciso (Es la calle, honda...) y te has vinculado a lo largo de muchos aos con proyectos de fusin literaria y musical inusitados en el contexto de la poesa mexicana...S, primero con Jaime Lpez, all por 1982 y 1983, nos presentbamos con un trabajo que se llamabaConcierto en vivo. Luego hice el disco con Gerardo y luego una experiencia escnica con l mismo, conBorrados. Tal vez desdeLa orugayConcierto en vivo(cuyo subttulo dice: Ms odo que ledo) me di cuenta de que decir el poema significaba para m una necesidad de expresin que el trabajo con los msicos me permita satisfacer.Pensabas, cuando escribisteBorrar los nombres, en su posible adaptacin al escenario?No.Borrar los nombresnaci en forma de colaboracin para una revista a propsito de la Semana Santa cora. Ms tarde vino la trama escnica con Gerardo. De hecho, no todo el poema deBorrar los nombresentra en el espectculo con Enciso. Creo que otra vez nos enfrentamos a la exigencia de narrar el poema de manera fragmentada, de comer al paso, es decir: avanzando al sesgo... No s por que este avance en diagonal lo interiorizo, sin ms fundamento que mi subjetividad, como un movimiento que la poesa nos obliga a dar.En este sentido, me gustara volver aguas arriba en busca de un tema que dejamos a medio abordar... Es un hecho, como ya sealaste, que la poesa lrica en tu caso, por lo menos tiene sus propias exigencias narrativas. Pero tambin es un hecho que, sin libros como los tuyos, a la poesa mexicana de nuestra poca le habra costado mucho ms trabajo identificar esas exigencias y apropirselas. Quiero decir que la narratividad, por mucho que parezca natural en cierta poesa contempornea, no lo era tanto hace tres o cuatro dcadasEn el caso delSeor X, la diferencia con esa tradicin es de tono, el tono de una voz que estaba acorde con la edad (20 aos) y el momento formativo en el que me encontraba. Se trataba de hacer poemas en los que no fingiera tener 40 50 aos y una preparacin que tampoco tena. Cierto que no era fcil, sobre todo en Guadalajara, tener contacto con ese tipo de poesa, acaso ms presente en cierta poesa sudamericana que en la tradicin potica mexicana. Como es natural, yo inicialmente me relacion con la poesa a travs de la tradicin mexicana: Tablada, Lpez Velarde, Villaurrutia, Paz. Se deca que haba que leer a Pound y a Eliot. En todos ellos cre encontrar la susodicha exigencia narrativa llevada a buen puerto. Quiero decir que todos cantan en el instante y le cantan al instante; pero tambin, de alguna manera, que todos hacen poemas que narran poticamente una historia. El mismo Rimbaud, que aspiraba a no ritmar la accin y lleg ciertamente a abolirla, me sugera una especie de narratividad para un odo secreto. Por supuesto que en esto de la poesa narrativa, o de la narrativa potica, hay un trabajo que no es propiamente narrativo, sino exclusivamente potico: la paradoja de un fundamento que permanece oculto.Todos ellos, tambin, son poetas eminentemente experimentales, en el mejor sentido de la palabra. Al comenzar esta conversacin, t me hablabas de cierto acento experimental.Tanto el acento experimental como ese gusto generacional al que haces referencia ms arriba estn vinculados a una misma experiencia, tal vez desconocida para los poetas que te precedieron. Me refiero a la experiencia de trabajar en talleres literarios. Te parece que los talleres literarios, al menos al comenzar la dcada de 1970, supusieron una verdadera renovacin de las maneras de concebir y escribir los textos literarios?En su momento, los talleres literarios representaron una posibilidad efectiva de divulgacin de la poesa y de la literatura que no puede ser soslayada, si bien el mecanismo de todo taller literario gasta pronto su cuerda. Muchos pasamos por los talleres slo para abandonarlos No obstante, fueron importantes por las gentes y los libros que circulaban en aquellas etapas de iniciacin; pero, llegado el momento, estaba claro que los poemas deban hacerse fuera del taller. Es decir, no escribir para el taller, que en general terminaba convertido en un previsible recetario colectivo. Los talleres fueron un gran estmulo para muchos de nosotros hasta cierto punto; pero mucho me temo que antes que propiciar una verdadera renovacin de las maneras de concebir y escribir un texto, sirvieron a la larga para uniformar la escritura de los poemas. Cada taller, un uniforme. Creo que en un taller, ms que la experimentacin, termina predominando la imitacin. Sin embargo, nadie puede restarles importancia como rganos de informacin y divulgacin.Para concluir, qu implicaciones y qu significado crees que tengaLa mquina del instante de formulacin potica, tu ms reciente trabajo, en este contexto de poesa experimental y experiencia de la poesa del que hemos estado hablando? De una u otra manera,La mquina...es una especie de taller poticomultimedia.Confieso que, a la luz de la poesa experimental, las implicaciones y el significado deLa mquiname gustara aventurarlos (no sin antes confesar mi alto grado de ignorancia en ambos campos) por la ruta del experimento como experiencia, ms por el lado de la fsica, en la que algo se alcanza o se sabe por medio de la experiencia. Guardando bien las distancias con la ciencia, una suerte de conocimiento experimental y no tanto ya esttico, lo cual implicara ms bien una bsqueda de innovacin tcnica. Me gustara pensar que la mquina es capaz de operar, produciendo a cada nueva intervencin del lector caminante, un nuevo experimento de una experiencia especfica: el simulacro de la experiencia de la escritura de un poema. No un poema, ni el encomio de una tcnica para hacer poemas; s, adems de una reflexin en torno a la poesa, una experiencia particular.La mquinaimplic la posibilidad de desplegar una potica de la experiencia, una potica en la que el ritmo y el sonido (es decir, la respiracin, que ya lneas arriba antepuse a cualquier exigencia narrativa) son equivalentes de la inspiracin o de una condicin indispensable para quedar colocado o en posicin de recibir la palabra potica. El verso es una figura rtmica que antes slo fue frecuencia y ritmo. Tal vez, para m, aludir al lapso y al trayecto de esa frecuencia hasta la figura reconocible de un verso, sea el significado de ese artefacto. Por otra parte, sabes que tambin implic una narracin y un concepto en el que un autor es siempre un cmulo de autores y variantes de autores. A final de cuentas, creo queLa mquinaslo trata de jugar, en el sentido de hacer jugar y de poner algo en juego.

AutogolNac en Guadalajara.Mis primeros padres fueron Mam Lupe y Pap Guille.Crec como un trbol de jardn,como moneda de cinco centavos, como tortilla.Crec con la realidad desmentida en los riones,con cursileras en el camarote del amor.Mi mam lloraba en los rsquicioscon el encabronamiento a oscuras, con la violencia a tientas.Mi pap se mora mirndome a los ojos,murindose en la cama lenta de los aos,exigindole a la vida.Y luego la ceguez de mi abuelo, los hermanos,el desamparo sexual de mis primas,el barrio en sombrasy luego yo, tan mirn, tan melodramtico.Jams he servido para nada.No he hecho sino cronometrar el aniquilamiento.Como alguien me lo dijo una vez:Valgo Madre.

Las nalgasLa mujer tambin tiene el trasero dividido en dos.Pero es indudable que las nalgas de una mujerson incomparablemente mejores que las de un hombre,tiene ms vida, ms alegra, son pura imaginacin;son ms importantes que el sol y dios juntos,son un artculo de primera necesidad que no afecta lainflacin,un pastel de cumpleaos en tu cumpleaos,una bendicin de la naturaleza,el origen de la poesa y del escndalo.

El que no es cabrn no es hombreLa suerte le dio el martillazo a su cochinito, sac sus ahorros y acab de mandarme a chingar a mi madre.Si ser pendejo.No son pocas de echar el rol con contemplaciones, de jugar al buen amigo con el pellejo.La ciudad no da la mano, no abre las piernas, tira patadas como monito de futbolito.(15 de abril, a la primavera le aprietan los choclos, trae la lengua de corbata como si le hubieran robadotoda su crema, toda su nata)Salgo a la calle y no me queda otra que rumiar, que chupar calcio en la Avenida Alcalde.Mi corazn echa vinagre, mi esqueleto se marea, el muy puto se lleva las manos a la cabezay dice que la muerte es un puchero sentimentaln difcil de tragar como el pinole.Camino de a gallinita ciega.La tranquilidad de las 6 de la tarde me pega en las costillas seis campanazos en todo lo alto.Esta tranquilidad es una macana lista para cualquier mandado;las moscas que atormenten la seguridad del sistematendrn que vrselas con el Borra-Manchas.Caminen pajaritos, circulen por favor.Y sigo, las mujeres estn buenas y fras como sorbetes,no quieren acostarse con uno, no se atreven siquiera a meter la mano por la bragueta.Oh, oh desolacin (esta risa es de pendejo).Y qu pinche embuste,qu momento para estar chingando a mi madre.Si ser pendejo, si me faltar muchsimo para cabrn.Muchacho MaloHablar de amor con las cervezas bien conjugadas,hablar de amor a horas tan Ogras, a horas tan Brujases como no morder el anzuelo,como no hacer caso al letrero: Prohibido Escupir.Abrir a patadas las puertas del hogar,romper macetas, bailar flamenco sobre la cena de Navidad,son slo los inicios, las naturales necesidades,de hablar de amor con el cuerpo,de hablar de la belleza con gruidosal descubrir que la vida poco tiene que ver con el lbum familiar.

El chipoteAhora puedo verme el cadver, ahora puedo verme la sensibilidad del pulso.La soledad tiene 360 grados. Nada gano con ir dulcemente al infierno,nada gano con hablar de m a estas alturas de Pum! y olvido.La calle tiene devastados los adentros; peatones de la ilusin, farmacodependientes del miedo.La belleza slo ha pasado, slo ha dejado mucho por desear,slo mezquinas gratificaciones de la intimidad, puros cuentos.Ahora puedo ver lo que la equivocacin llama suerte,ahora puedo ver cmo el dolor domestica el rumbo vitalicio.Es mentira que los ahogados se mueran en un vaso de agua.Es mentira lo que t crees de ti.

El gran simpticoLa realidad es una broma que ya me est poniendo nervioso.Un armario con un payaso encerrado.No hay tiempo para hacernos guios con los ojos,el asunto es grave, pesado:Todo hombre come un plato diario de confusin,las manos se desesperan en los cabellos,el alma se vuelve espalda.Huele a nocaut, a cuerpo amarrado al quirfanoy el dolor, cara de serio, es un charlatn.La realidad es un telfono timbrando,un telegrama de certezas muy cortas. Ojo picudo!la risa nos puede traicionar.

Pin uno, pin dosSon las diez de la noche.De nada sirven los 600 gramos de felicidadque han ahorrado a mi padre.Prevalece una agitacin de ladrones en el seno familiary cada quien declinacon su particular manera de desventuar la sangre.Parece como si el movimiento fuera la bancarrota,como si el amor fuera tan slo cosas de adolescentes.Mi padre nos quiere,mi madre nos amaporque hemos logrado ser una familia unida, amante de latranquilidad.Pero ahora que son las diez de la noche,ahora que como de costumbre nadie tiene nada que hacerpropongo cerrar puertas y ventanasy abrir la llave del gas.

El poeta del jardnHace tiempo se me ocurrique tena la obligacincomo poeta consciente de lo que su trabajo debe ser,poner un escritorio pblicocobrando slo el papel.La idea no me dejaba dormir,as que me instal en el jardn del Santuario.Slo he tenido un cliente,fue un hombre al que ojal haya ayudadoa encontrar una solucin mejor que el suicidio.Tmido me dijo de golpe:"seor poeta, haga un poema de triste pendejo".Su amargura me hizo hacer gestos.Escrib:"no hay tristes que sean pendejos"y nos fuimos a emborrachar.

Oda a las ganasOrinar es la mayor obra de ingenierapor lo que a drenajes toca.Adems orinar es un placer,qu decir cuando uno hace chis, chis,en salud del amor y los amigos,cuando uno se derrama largamente en la garganta delmundopara recordarle que somos calientitos, para no desafinar.Todo esto es importanteahora que el mundo anda echando reparos,hipos de intoxicado.Porque es necesario orinarse, por puro amor a la vida,en las vajillas de plata,en los asientos de los coches deportivos,en las piscinas con luz artificialque valen, por cierto, 15 o 16 veces ms que sus dueos.Orinar hasta que nos duela la garganta,hasta las ltimas gotitas de sangre.Orinarse en los que creen que la vida es un vals,gritarles que viva la Cumbia, seores,todos a menear la colahasta sacudirnos lo misterioso y lo pendejo.Y que viva tambin el Jarabe Zapateadoporque la realidad est al fondo a la derechadonde no se puede llegar de frac.(La tuberculosis nunca se ha quitado con golpes de pecho.)Yo orino desde el pesebre de la vida,yo slo quiero ser el men ms grande de la existencia,ay mam por dios, el men ms grande de la existencia.

Las nalgasLa mujer tambin tiene el trasero dividido en dos.Pero es indudable que las nalgas de una mujerson incomparablemente mejores que las de un hombre,tiene ms vida, ms alegra, son pura imaginacin;son ms importantes que el sol y dios juntos,son un artculo de primera necesidad que no afecta lainflacin,un pastel de cumpleaos en tu cumpleaos,una bendicin de la naturaleza,el origen de la poesa y del escndalo.

Cami onera-Centro-Tal pitaA veces la vida es chusca, cosa en donde realmente come y ronca el amor.Cosa que da pie ligero a las pulsaciones, cosa cosa, motor.Y es por eso que dedico este poema a todas las ventanillas de los camionesporque ellas nos ensean a distinguir la vida de la teatral muerte.Procure siempre la ventanilla de los camionesy mire cmo la calle le dice que est equivocado,que su objetivo en la vida da risa, que le sobran recovecos.Vea cmo se va sintiendo entumido,cmo le va faltando gas, cmo le va sobrando incubadora al sentimiento.Resstase a ver su reloj,piense que se est haciendo tarde,piense que ha paladeado a la muerte,piense que la vida se le puede acabar, como ha vivido, tontamente.

El pelcanoMi amor vale un pelcano.Un tostn de cacahuates que no tienen precioMi amor es una de sed, otra de hambre y otra de recontratopes en el portn del mundo.Mi amor es vino, chance bien poco todava.Chance y a lo mejor no soy ms que un campo de futbol sin porteras,un sentimental opaco, con pedorrera.A lo mejor ya no queda un tornillo que hablar en estos tiemposen los que alguien cuenta el milln de su locura con los dedos,en los que alguien chupa su hueso como una paleta helada.Ahora que el Mar se amelcocha, se amierda al lOO%y los pelcanos de la costa tienen sedy son pasto de los cangrejos de ojos babosos.Ahora que el sol est amarillo como un huevo.Ahora que la luna cuelga en el fondo como una pendeja,un pelcano levanta pesadamente la quijada, sonre y empieza a volar,mientras los cangrejos de la costa se sienten afortunadosporque no todos se levantanporque los culos nunca irn a la guerra..

Borrar los nombresLos Cora viven en la Sierra Madre Occidental (Mxico), son la tribu que mayor resistencia opuso a las armas del imperio de la razn espaola. En la hostilidad de la sierra del estado Nayarit dieron fiera batalla hasta llegar a ser el ltimo territorio indgena sometido por la corona, ms de dos sig1os despus de la cada de Tenochtitln. Doscientos cincuenta aos de sometimiento posterior no han impedido a la resistencia cora encontrar pausa y modo para vivir su propio tiempo y pensamiento. Al igual que otras tribus, durante la Semana Santa, a travs de la representacin de la Pasin de Cristo, los guerreros coras perviven, convocan y reviven su historia, magia y religin en un acto de sagrada imaginera, donde la alusin indirecta, el tomarle el pelo a todo (a la razn prctica, al sempiterno sentido de la individualidad), parece ser el eje de ese ojo de tormenta que es la Borrada. Ancianos, hombres y adolescentes se tiznan a la orilla del ro para desaparecer y surgir en la piel de un demonio, en un borrado, en un soldado de la Judea cora. Durante el Jueves Santo y el Viernes de Sangre todos habrn de resistir la disciplina en el vrtigo de la carrera y la paciencia dentro del incendio inmvil: la grave espera del enjuiciamiento de un Cristo nio que morir en cada punto cardinal. Borrar los nombres es el testimonio de quien se vio, de pronto, en las calles de Jess Mara, muy lejos de s, desnudo y danzando, con los afanes de un corredor ritual.:::::::::::::::::::::::::::::::::El jueves a las seis, desde lo alto del can, observo el verdadero nacimiento de la Judea: centenares de jvenes medio desnudos aparecen como una reunin de duendes, sorprendidos por el amanecer. Se estn borrando, lo cual significa que estn tratando de borrar su apariencia humana para tomar la figura diablica. Han elegido una lengua de piedra rojiza donde el agua se remansa y el doble rito de la purificacin y la demonizacin se realiza con lentitud. Habindose establecido el tiempo sagrado, los demonios deben llevarlo hasta sus ltimas consecuencias, no slo haciendo todos los horrores prohibidos durante el tiempo cotidiano, sino extremando su irracionalidad. A partir del mircoles, los judos hablan al revs, y este lenguaje del absurdo se ha de mantener hasta el sbado.FERNANDO BENTEZLos indios de MxicoAndo vendiendo valor.BUFN CORA::::::::::::::::::::::::::::::::::::1El jueves y el viernes hay que correr como vrtebra de una de las dos serpientes, pero el viernes, adems, hay que estar quieto como piedra que ya no llora. El sbado es el bao final, la desborrada en el ro prometido.Pero t no puedes decirlo ni adivinarlo pues t tan slo conoces un montn de imgenes rotas donde el sol bate.

2Sueo indcilrecuerdo cenicientode la extravagancia de haber nacidoser borradoy ver las alas de la urraca sacudir el viento por el que te has ido.El viento y el labio del silencio puesto en la pulpa del hechizode ser salvaje, pleno de vaco, eterno, negro.Ser la sombra, lo que no eres,negro como lo que nunca ha sido,ser por dos das lo que nunca ser,sombra que proyecta sombray el tambor y la carrera y la danza coraembriaga la sangre del que no soy ni esDe quin son mis antiguos pies?a quin sabe este sudorque mis labios beben?aceptemos que el tiempo es una mscarade mltiples cabellosy que estamos en otra partedonde los muertos olvidan sus amores y sus miedosdonde los muertos se acostumbran a la penumbradonde el corazn es el espacio entero y el mundo gira al revs.3Cuando los bufones me sealan y se rencuando los veo patear perros y cerdoscuando hacen llorar a los nioscuando le agarran la verga al turistacuando el guerrero le ensea el culo a nios y ancianoscuando los demonios hacen rer a las mujerescuando monto el burro al revscuando todos tienen sedy el ro fluye indiferentecuando pienso en m y ya no hay quin responda

4En la sorna del diabloen sus gritillosen el machete que remueve lo baldo de la tierraen el sudor de los ojos que hace grumos de cenizaen el polvo que encala el paladaren el sabor del tabaco despus de la carreraen la sombra de los borrados en la pareden los filos de las piedras que no han de pisar los corredoresen los guamchiles que mueve el viento y nadie cortaen el ro que fluye y se ordena sin ser tocadoen la inmovilidad de la guardia que padece el horror del sol mientras es ms alto y belloen la sangre de los borrados que se quitan la sed danzandoen los ojos de sombra en las piedras de los ancianos corasen el secreto que a todo es reacio excepto a las mentirasen el acto de magiaenel costumbreque nadie entiendeen los hilos de msica cuando todos se han ido y ya no toca la flauta ni el tamboren los hilos de msica que persisten cuando la calle est solay conversas con el ausente en un mundo que miras existir sin t

5Al doblar la esquina en la carrerame siento ms en los bufonesque en mi propio cuerpo compaerocorro detrs de sus gritos y sus burlasy una fuerza involuntaria te socorre el corazn con su acento primitivoimn de pluma que regala ritmo en las pisadasluna llena que te honr como su hijoeres parte de la mentira que hace recordar el tatuaje sobrevivienteeres un animal que en los nervios lleva al diablo de jinete muy tranquiloeres la raz oscura que ignorar toda la vida cmo es la luz pero no lo que le perteneceel tizne de lo que siempre quisiste y ni siquiera sabaso la luz de esto que no podras haber sido si los sucesos sombrossi los sucesos lumnicos otra red hubieran tejidoeres la mata que creci sin jardinero y te han salido espinaseres el que no soy de una tribu que re en lo peor del tiempocomo si supieran la cifra final de tanto juegode tanta sed de sol de tanta necesidad de encarar el horror para conjurarlode tanto honor de darse a la causa de la vbora del cieloHay que resistir entonces el vrtigo de no entenderpero sentir que la carrera no es sobre las piedrasy que la tarde suena como piedras de oro que jams sern monedas6Del bao final saldr un extraoque mira su propio cuerpo flotar en el roRetorna a la serpiente que nunca supo lo que hizoy escucha por ltima vez al bufn que ofert valor a los guerreros

DeNicols el CamalenQuin no se ha visto en mis ojos?Quin no ha tragado su propia saliva espesa?Puedo aullar como perro envenenadoo rer como reo de la estupidez,pero siempre terminar mudo,solitario en ese punto inmvildonde el mundo es demasiado entraable y desconocido.Soy un hombre que no sabe disimular,mi sentimiento me despeina, me demacra,me hace gastar las suelas de una manera especial.Si me muero, no me duele,son mis sueos lo que lastima ms.

::::::::::::::::::::::::::::::::::::La boca estropajo hilacho pasto secola ruta quebrada la luna mareadalos vinos y trinos y capullos despuntadosla polica en lo oscuro pero el misterio sin fondo ni ahorrosun cascabel necesita el gato un limoncito el caldoinhalo axilas amadas muerdo dientes de ajoesta lastimadura es de veras siete horas de calentura bastarano una sal de uvas unos delicadoso tu mera dicindome que la muerte no esta muertao tu mera dicindome que la muerte no esta muerta

::::::::::::::::::::::::::::::::::::Lo dejo todo,en las manos una vocacin de fuego lentoque no va a ninguna parte;en el cuerpo una reverberacinque emerge a la piel en oleadas.Es delicioso reconocer tu propio sudor,sentir las orejas calientes y frescas a la vez,sentir slo sentirdejar a los ojos ser solamente ojos,a la lengua, un camalen en reposo,sin la tentacin del vmito.Hoy no quiero hablar ni conmigo mismo,lo dejo todo,lo que no es posible abandonar,de lo que no es posible huir,no me importa el alambre del equilibrio,encarguen a otro el miedo al abismo,hoy escapo de m,dejo mi amor como quien se quita la camisa,miro mi vida como un desorden que no vale la pena ordenar,rstenle mis ilusiones al mar,hoy slo el desierto es capaz de conmoverme un poco,tan grande y sin nadiecomo una remota imagen de m mismo::::::::::::::::::::::::::::::::::::De qu somosque tocarnos nos gusta tanto?*De polvo, de cenizas de un fuego que an arde en otro cielo.Ah, qu hermoso animal es tu sexo,qu ano perfecto como labios de nia fruncidos para el beso,ah, como la rosatener la cadencia de las corrientes del viento,ah, nuestros cuerpos, como a la iguana,en vez de sangre, les corre el Tiempo.

*Ahogado en magia, te veo la cara,y tienes la fiebre del rumory el equilibrio de la cada sin miedo.Te veo los ojos blancos, magiosa,y sangro como t con la luna,sangro por ti, para ser como t y conocerte.*Yo soy la que mira,yo soy la que oye,la que se lo dice en secreto,la que acierta por instinto,la que olvida que acert y puede acertar otra vez,soy la que no se distrae con las palabras,soy la que conoce el tacto y el olor del amor,soy quien sabe rodear cuando la prisa lo pide,la que sabe llegar pronto cuando el tiempo es generoso.Yo soy la mujer que mira sin mirar,la que suea el futuro y lo recuerda en la maana,la que hiere con dulzura,soy el vientre que encubre,soy el pulso de la sorpresa,yo soy la unidad,la que sabe cmo hablar, la que sabe cundo quedarse callada.