carpeta 2 fasciculo iv

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  • PLAN DE

    FORMACION INICIAL

    COOPERADORES SALESIANOS: VOCACION Y MISION

    Carpeta 2

    ASOCIACION DE COOPERADORES SALESIANOS-ESPAA

  • Han colaborado en ta preparacin de estos materiales Cooperadores, Delegados y Delegadas de todas las Inspectoras de Espaa.

    Redaccin final: Equipo Carpetas-92 Direccin del Equipo: Andreu Ibarz. Cooperador. Edicin: Jess Mairal, SDB.

    Edicin extracomercial (materiales para uso interno) O Asociacin de Cooperadores Salesianos - Conferencia Nacional, 1993.

    Reservados todos los derechos. Esita: Secretara Ejecutiva Nacional,

    cl Alcal, 211, of. 11. - 28028 MADRID. Composicin e impresin: M.G. Comunicacin Grfica - Madrid

  • Captulo Cuarto

    EL ESPRITU SALESIANO

  • EL ESPRITU SALESIANO

    Nos disponemos a afrontar la reflexin sobre un tema de capital importancia para la identidad del Cooperador Salesiano y de uso frecuente en los ambientes en que nos movemos: el espritu salesiano. Est relacionado con algo que no se puede palpar ni medir, pero que constituye el armazn que sostiene el edificio de la vocacin salesiana. OBJETIVOS GENERALES

    En las prximas reuniones nos proponemos llegar a entender y profundizar, en toda su amplitud, el verdadero significado de la expresin espritu salesiano, familiarizarnos con su terminologa, com-prender las implicaciones prcticas a las que nos lleva y tratar de descubrir aplicaciones para nuestra vida laical apostlica.

    Al comienzo del cap. IV del RVA se lee un breve texto de la Carta de S. Pablo a los Filipenses: Lo que aprendisteis, recibisteis, osteis y visteis en nt, ponedlo por obra. Esta cita, colocada al comienzo del captulo que trata sobre el espritu salesiano, nos indica que no podemos dejar de mirar constantemente, a lo largo del desarrollo de estos temas, a quien inici ese peculiar estilo: Don Bosco. METODOLOGA

    Se ofrecen seis temas para tratarlos en el grupo. En ellos, despus de una presentacin global, se analizan los principales aspectos que dan consistencia al espritu salesiano.

    Cada tema se puede desarrollar en una sesin, excepto el cuarto, La unin con Dios, que requiere dos. Por lo tanto, en torno a estos materiales podemos organizar siete encuentros de formacin, que se ampliarn o recortarn segn convenga. UNIDADES

    Unidad la: El espritu salesiano (1 sesin). Unidad 2a: La caridad pastoral (1 sesin). Unidad 3a: La amabilidad salesiana (1 sesin). Unidad 4a: Unin con Dios (2 sesiones). Unidad 5a: Trabajo y templanza (1 sesin). Unidad 6a: Optimismo y alegra (1 sesin).

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  • EL ESPRITU SALESIANO

    I. OBJETIVOS

    1. Familiarizarse con los trminos empleados para expresar los diferentes aspectos del espritu sa-lesiano.

    2. Llegar a expresar estos aspectos segn unas connotaciones peculiares para el Cooperador, ya que

    los vive como seglar en la Iglesia y en el seno de la Familia Salesiana.

    3. Descubrir el espritu salesiano como una dinmica que abarca e implica diversos aspectos de la vida.

    II. MOTIVACIN

    Cada familia o grupo de amigos usa expresiones y frases, cargadas de significado, pero que, muchas veces, no resultan conocidas o familiares para otras personas ajenas al grupo. Algo de esto sucede con el tema que nos disponemos a comentar: utilizaremos varios trminos, conceptos y frases que tienen un marco determinado, que usamos habitualmente en nuestros ambientes de Familia Salesiana y que conviene recordar y aclarar en el grupo, como lugar privilegiado de formacin. III. METODOLOGA

    Los contenidos se desarrollan en una sesin y abarcan tres puntos, que intentan, sobre todo, poner una base doctrinal a las caractersticas ms concretas y accesibles que se nos presentan en los te-mas restantes.

    IV. CONTENIDOS

    4.1. Qu significa espritu salesiano

    Aunque la expresin no es nueva, adquiere una mayor relevancia a partir del Vaticano II, que anima a que las diversas asociaciones o instituciones aprobadas por la Iglesia se esfuercen por conocer y crecer en el espritu de los Fundadores (LG 45).

    Entendida as, la palabra espritu se usa en su sentido general y global. En nuestro caso, la com-pleta el adjetivo salesiano, que aporta unas caractersticas y vivencias peculiares.

    Se puede definir brevemente el espritu salesiano como nuestro propio estilo de pensar y de sentir; de vida y de accin, al poner por obra la vocacin especfica y la misin que el Espritu no cesa de darnos. Tambin cabe expresarlo de esta manera: El espritu salesiano es el conjunto de aspectos y de valores del inundo humano y del misterio cristiano a los que los hijos de Don Bosco, acogiendo la inspiracin del Espritu Santo y en fuerza de su misin, son particularmente sensibles, tanto en su actitud interior como en el comportamiento exterior (CGE 86).

    Segn el Reglamento de Vida Apostlica, el espritu salesiano es una experiencia evanglica tpica, que caracteriza y da tono concreto a la presencia y accin en el mundo, al trato con los hermanos y a la relacin con Dios. Tiene su fuente en el corazn mismo de Cristo, se nutre en el compromiso apostlico y en la oracin, e impregna toda la vida, convirtindola en un testimonio de amor (RVA 26).

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  • En algunas ocasiones, tambin se emplea la expresin el espritu de Don Bosco, para hacer refe-rencia a alguna caracterstica del espritu salesiano. Sin embargo, tales expresiones son algo dife-rentes.

    Por espritu de Don Bosco se entiende el espritu del Fundador, tal como lo vivi l personal-mente. El espritu salesiano incluye, s, el espritu perenne de Don Bosco, pero es ms amplio y, en cierto sentido, ms rico, ya que es el espritu de Don Bosco verificado, vivificado y hecho fructificar por miles de discpulos, hombres y mujeres, a lo largo de un siglo de tradicin salesiana.

    Su experiencia global ha permitido discernir los rasgos evanglicos ms decisivos del espritu del Fundador!. Por lo tanto, el espritu salesiano se va enriqueciendo con la aportacin peculiar del discpulo que intenta reflejar en su persona los valores propuestos por Jess en el evangelio y vividos por Don Bosco de una manera original.

    En los escritos de Don Bosco se encuentran expresiones similares a lo que entendemos por espritu salesiano2. Aparecen en diversas conferencias y cartas a los Salesianos, en las que se describen aspectos caractersticos. En ellas se repite, una y otra vez, la exhortacin a conservar el buen espritu, el verdadero espritu, y a mantener la unidad de espritu3. Estas frases reflejan adecuada-mente lo que hoy entendemos por espritu salesiano.

    4.2. Descripcin del espritu salesiano segn algunos autores

    La finalidad de este tema es llegar a la comprensin, lo ms adecuada posible, del significado de la expresin espritu salesiano. Por eso, en este punto nos vamos a acercar a algunos autores - s a -lesianos, todos e l los - que, de manera ms acertada, han definido las caractersticas de ese espritu. En los temas siguientes, volveremos, con ms detalle, sobre estas caractersticas; aqu las enunciamos tal como han sido vistas en estos aos de historia salesiana4.

    Don Julio Barberis recibi del propio Don Bosco el encargo de la formacin de los primeros sale-sianos. Fue el primer maestro de novicios de la Congregacin. Para l, el centro del espritu sale-siano es el celo por la juventud. Este celo apostlico juvenil caracteriza las relaciones con el prjimo y con Dios. Adems, incluye otras caractersticas esenciales: la dulzura, la calma, la humildad, el trabajo y la templanza, el espritu de alegra, las diversas devociones, el amor al Oratorio Festivo y a la catequesis, el inters por las vocaciones, la difusin de las publicaciones positivas, las misiones y el sentido de Iglesia.

    Don Felipe Rinaldi, su tercer sucesor y el autntico fundador de la obra salesiana en Espaa, vivi de manera inconfundible el espritu salesiano. En sus aos de convivencia con Don Bosco y con los salesianos de los orgenes, pudo adquirir los rasgos esenciales de este espritu, que despus formul por escrito. Don Rinaldi destaca con fuerza el puesto central que en l tienen el da nrihi animas y la pasin por los jvenes, animada por la caridad, que da sentido al trabajo y a la oracin.

    Don Alberto Caviglia, uno de los mejores estudiosos y escritores sobre Don Bosco y sobre temas salesianos, contempla el espritu salesiano desde diferentes puntos de vista: hay veces que indica el trabajo como su elemento esencial; otras, la bondad o la pureza; otras, el ardor apostlico por la juventud. Pero indica que el elemento unificador es siempre la imitacin de Don Bosco, des-tacando especialmente en l la confianza en la Providencia, la solicitud, como la de Cristo, por los pequeos y el espritu de las bienaventuranzas.

    Don Eugenio Cerio, autor, con don Lemoyne, de las Memorias Biogrficas, en sus numerosos es-critos sobre salesianidad, rene los diversos aspectos en torno a tres polos esenciales: el trabajo (actividad prodigiosa), el espritu de, familia y la oracin (una oracin viva).

    Ver C o N s t a . ] A MUNDIAL. Reglamento de Vida Apostlica. Comentario oficial. Asociacin de Cooperadores Salesianos, Madrid 1993, art. 25. '- Cfr. Mto ALt M., La Famiglia salesiana. Identit carismatica e spirituale, Roma 198R, p. 124. 3 MBe Y, 625; IX, 516-518. a Cfr. Mto.st_t M.. La Famiglia salesiana, o.c., pp. 130-132.

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  • 4.3. Caractersticas seculares del espritu salesiano

    Don Bosco procur involucrar al mayor nmero posible de personas en la realizacin de su misin. Trabaj por implicar tambin a un gran nmero de seglares. Quera hacer comprender a todos la urgente necesidad que existe, hoy da, de que los buenos cristianos se junten para promover el bien. Se propona despertar a muchos cristianos para difundir la energa. de la caridad5. Hoy da, al seglar, como miembro activo del pueblo cristiano, se le han abierto nuevos y amplios horizontes sociales y eclesiales6.

    Por lo tanto, el Cooperador salesiano vive el espritu salesiano impregnado de las connota-ciones propias de un seglar (los que no son sacerdotes), haciendo referencia constante a su vida real y a las circunstancias seculares en las que se mueve: familia, profesin, vida social o poltica, contexto cultural, mundo del arte o del espectculo..., aportando a los dems grupos que componen la Familia Salesiana su modo peculiar de vivir los valores del mismo espritu salesiano7.

    De esta manera, el Cooperador enriquece a la Iglesia, poniendo de relieve ciertos aspectos de su misterio y de su vida -importancia del bautismo, visin de fe de todo lo que hace, compromiso de trans-formacin del mundo...-, y puede avanzar, con fe y alegra, por el camino propuesto por Don Bosco para aquellos que desean vivir el espritu salesiano en los distintos mbitos de la sociedad y la Iglesias.

    Segn el Reglamento de Vida Apostlica, el Cooperador acoge el espritu salesiano y lo hace fructificar de acuerdo con la condicin laical que le es propia (RVA 26). Segn esto, se siente nti-mamente solidario con el mundo en que vive y en el que est llamado a ser luz y fermento, comparte los valores de la propia cultura, integrando en su vida todo lo que es bueno (RVA 29).

    V. PARA LA REFLEXIN Y EL DILOGO

    1. Leer y comprender las ideas fundamentales. Comentar en grupo qu frase aclara mejor qu es el espritu salesiano.

    2. Cmo se aprende y asimila el espritu salesiano? A travs de la lectura, o conviviendo con otras personas que lo viven, o por pura tcnica repetitiva?

    3. Trata de escribir una definicin propia -breve y concreta- de lo que t entiendes y vives como espritu salesiano.

    4. Se puede comentar algn hecho de vida, presenciado o conocido, que refleje un autntico es-pritu salesiano.

    VI. BIBLIOGRAFA

    A u B R Y J., Una vocacin concreta en la Iglesia: Cooperador Salesiano, Editorial CCS-Delega-cin Nacional de Cooperadores Salesianos, Madrid 1973. CONSULTA MUNDIAL, Reglamento de Vida Apostlica. Comentario oficial, Asociacin de Coo-peradores Salesianos, Madrid 1993.

    MIDALT M., La famiglia salesiana. Identit carismatica e spirituale, Roma 1988. VIGAN E., La Asociacin de Cooperadores Salesianos, Editorial CCS, Madrid 1986.

    5 Cfr RVA, art, 50. 6 VvGAN E., La Asociacin de Cooperadores Salesianos, Editorial CCS, Madrid. 986, pp. 24-25. 7 MIDALi M., Farniglia salesiana, o.c., p. 138. 8 AuBRY J., Una vocacin concreta en la Iglesia: Cooperador Salesiano, Ed. CCS-Delegacin Nacional de Cooperadores Salesianos,

    Madrid 1973, p. 69.

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  • LA CARIDAD PASTORAL

    L OBJETIVOS

    1. Llegar a comprender las implicaciones de este punto, tan fundamental, del espritu salesiano.

    2. Ver y entender cmo vivi Don Bosco la caridad pastoral y sentirnos llamados a reproducir esta actitud en nosotros.

    3. Revisar y compartir la vivencia de esta actitud en nuestros ambientes.

    II. MOTIVACIN

    La primera caracterstica esencial del espritu salesiano que afrontamos es la que, en nuestro lenguaje familiar, denominamos caridad pastoral, entendiendo por ella cuanto supone y encierra la caridad apostlica.

    La caridad es el amor corno existe en Dios, como fue explicado y vivido por Jesucristo. En la vida salesiana, este amor de Dios, esta caridad, va encaminado, de manera preferente, hacia los jvenes ms necesitados. Se trata de imitar las actitudes de Jess como Buen Pastor; por eso es una caridad pastoral.

    Para el Reglamento de Vida Apostlica, la caridad pastoral que Don Bosco vivi plenamente es el ncleo y la sntesis del espritu salesiano (RVA 28). III. METODOLOGA

    La exposicin sobre la caridad pastoral se basa en la experiencia vivida por Don Bosco, para seguir e imitar a Jesucristo, el Buen Pastor, y se concreta en la vida y accin del Cooperador, con todo cuanto implica. El tema se puede desarrollar en una sesin.

    IV. CONTENIDOS 4.1. La

    experiencia de Don Bosco

    Como ya se ha indicado anteriormente, para comprender el espritu salesiano en su originalidad y aplicarlo en la vida, es obligada la referencia a Don Bosco, quien la vivi tan intensamente, que re-sulta un verdadero modelo]. Slo si nos fijamos en l podremos asimilar, de verdad, el espritu sale-siano.

    Juan Bosco, ya desde nio, siente una inclinacin a hacer el bien a los compaeros, a compartir lo que tiene con algunos ms necesitados, a entretener a los amigos y chicos del pueblo...2

    Joven sacerdote, se encuentra con un chico necesitado, Bartolom Garelli3. Con l se inicia una cadena de entrega y generosidad. Este muchacho, una vez ms, Io va a interpelar y a pedir que ejerza la verdadera caridad cristiana, que sea signo del amor que Dios le tiene. Por ese mismo tiempo,

    Cfr. AA_VV., Proyecto de vida de los Salesianns de Don Bosco, Editorial CCS. Madrid 1987, p. 179. 2 Cfr. Bosco luAN (SAN), Memorias del Oratorio de San Francisco de Sales, Editorial CCS, Madrid 1987, pp. 14-16 (sigla: MO). MO

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  • Don Cafasso le invita a ejercer su ministerio sacerdotal entre los encarcelados, y su atencin se centra, espontneamente, en los jvenes que encuentra en aquel lugar de castigo.

    l mismo confiesa sus sentimientos sobre esta situacin: Me horroric al contemplar cantidad de muchachos, de doce a dieciocho aos, sanos y robustos, de ingenio despierto, que estaban all ociosos, atormentados por los insectos y faltos del alimento espiritual y material. Muchos de ellos salan con propsito firme de una vida mejor y luego volvan a ser conducidos al lugar de castigo de donde haban salido pocos das antes. Quin sabe, -deca para m - , si estos muchachos tuvieran,fuera un amigo que se preocupase de ellos...l4.

    En estos primeros pasos de su accin sacerdotal, podemos ver la motivacin que desencadena la resolucin de Don Bosco de entregarse en cuerpo y alma a los jvenes. De manera progresiva, ir dando vida y forma a diversas iniciativas para hacer ms concreta su caridad pastoral: el Orato-rio, la pequea escuela, la casa de internado, los primeros contratos de trabajo para sus jvenes, la propuesta a mucha gente de seguir el mismo estilo de vida... Se estaba fraguando un espritu que trataba de reproducir la especial sensibilidad del Seor Jess hacia los ms pequeos y necesitados5.

    Ser capaces de vivir en esta actitud de caridad continua, percibiendo las necesidades de nios, ado-lescentes y jvenes, va a ser la condicin que va a pedir a quien se ofrezca para iniciar el camino de la vocacin salesiana. Antes de aceptarlos en su familia de seguidores incondicionales, les pide que hagan una prueba de ejercicio prctico de CARIDAD6. Esta prueba de caridad va a constituir, en el futuro, la Consagracin o Promesa de vivir como salesianos el seguimiento del Seor Jess, es decir, la caridad se va a convertir en el motor que impulse la entrega de todo aquel que quiera trabajar como Don Bosco.

    4.2. Jesucristo, el Buen Pastor

    La caracterstica de la caridad ejercitada segn el espritu salesiano es su referencia al modelo de Cristo, Buen Pastor. Esta forma de practicar la caridad hace presente entre los jvenes el amor mise-ricordioso de Dios Padre (RVA 28).

    Se puede decir que cada santo tiene su manera personal de contemplar a Cristo. Francisco de Ass lo vio pobre y despojado. Ignacio de Loyola lo mir y sirvi como al rey del Reino del Padre. Teresa de Lisieux lo contempl nio e inflamado de amor. Charles de Foucauld se dej atraer por su vida en Nazaret... Y Don Bosco? Ciertamente, tambin l tuvo su intuicin evanglica fundamental. Lo contempl como un buen Pastor y buen Samaritano.

    En el sueo de los nueve aos, Cristo es el Buen Pastor que se presenta al pastorcillo de 1 Becchi para anunciarle su misin: es Otro el que lo enva; Juanito ser su servidor para una misin de sal-vacin, realizada, no con golpes, sino con la caridad: deber convertirse,-cambiar- y recibir del Pastor supremo la caridad pastoral; y todo esto lo har bajo la gua de Mara, buena pastora 7.

    A lo largo de su vida, de una forma u otra, en diversos sueos o intuiciones, se va a repetir esta re-ferencia constante a Jesucristo, tratando de imitar su solicitud por predicar, curar y salvar, y su actitud de buen pastor, que conquista con la mansedumbre y la entrega de s mismos.

    Don Bosco expresar esta opcin fundamental con su lema: Seor; dame las almas y llvate lo dems. Esta frase es bsica para comprender bien a Don Bosco. Por qu trabajaba de esa manera?, por qu se entregaba sin medida? Sin duda, para salvar las almas y remediar la pobreza e incultura de aquellos jvenes. Esta idea llega a ser constante, casi obsesiva, y la expresa en una frmula que es, a la vez, una oracin: Seor; dame las almas.... Es una frmula dialogal, una oracin pronunciada como jaculatoria, que no se dirige a algo abstracto. sino a Jesucristo que nos salva. Al mismo tiempo, manifiesta su compromiso pastoral: en Don Bosco es la certeza de la responsabilidad que tiene en la salvacin de otros. Esta salvacin es para l un deber y una garanta de su propia salvacin9.

    a M 0 1 1 1 . 5 Const. SDB, art. I I . 6 MBeV.21. 7 Cfr. AUBRY J . . Entregados a Dios para lns jovenes, Editorial CCS. Madrid 1987, pp. 57-58. 8 Const. SDB, art. 1 1. 9 STELLA P., Don Bosco e le trasforma:ioni sociali e religiose del sus tetnpo, en La Famigla salesiona rtiflette salla san soca:ione nella

    Chiesa di oggi, LDC. Torino-LeuFnann 1973, p. 159.

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  • He aqu la razn por la que la caridad pastoral se convierte en el ncleo del espritu salesiano: porque lo hace surgir y nacer del corazn del mismo Jesucristo, con quien Don Bosco dialoga: Seor; haz que sea instrumento de salvacin. 4.3. Qu implica todo esto en la vida del Cooperador?

    El art. 28 del RVA centra el significado de la caridad pastoral y hace tambin unas consideraciones que no pueden pasar inadvertidas en la formacin y vivencia de un Cooperador: indica que Don Bosco expres este modo de seguir a Jesucristo en y con e l nombre de salesianos, eligiendo como patrono a San Francisco de Sales.

    Al utilizar el nombre completo, Cooperador salesiano, se est indicando que esta manera de cooperar con Dios se va a llevar a cabo salesianamente, es decir, con unas determinadas carac-tersticas que pueden encontrar su modelo en San Francisco de Sales y que, hoy, completamos con las que Don Bosco practic.

    El Cooperador Salesiano tratar de vivir la caridad pastoral y de ser buen pastor con un estilo popular, juvenil y familiar.

    Don Bosco recibi la gracia de la predileccin por los jvenes, sobre todo por los ms pobres. Por tanto, su espiritualidad lleva una impronta juvenil: necesidad de alegra y optimismo, de movimiento y fiesta, de pureza y amistad, de apertura hacia el futuro, de acogida de todos los valores humanos; pero, tambin, de vigilancia y paciencia, para hacer frente a los valores ms superficiales.

    Estos elementos originales, relacionados con las caractersticas y necesidades de los jvenes, per-miten situar la fisonoma de Don Bosco entre los santos de la caridadf. De la misma manera, el Cooperador tiene como tarea dar este sello juvenil a su modo de practicar la caridad pastoral. Es, tambin, una forma de imitar la solicitud maternal de Mara, que intercede por el Cooperador y le auxilia, cada da, en su testimonio (RVA 28) .

    V. PARA LA REFLEXIN Y EL DILOGO

    1. Por qu crees que la caridad pastoral es, de verdad, un elemento clame en el espritu salesiano?

    2. Captas, en los diversos mbitos de la Familia Salesiana, esta caridad pastoral? Ves alguna diferencia entre la caridad pastoral de un Salesiano religioso, de una Hija de Mara Auxiliadora y la de los Cooperadores?

    3. Qu te impulsa a trabajar por y con los jvenes?

    VI. BIBLIOGRAFA

    AA.VV., El Proyecto de vida de los Salesianos de Don Bosco, Editorial CCS, Madrid 1987. . - AUBRY J., Entregados a Dios para los jvenes, Editorial CCS, Madrid 1987. Bosco J.(San), Memorias del Oratorio de San Francisco de Sales, Editorial CCS, Madrid 1987. Constituciones y Reglamentos Generales de los Salesianos de Don Bosco, Editorial CCS, Madrid

    1985. CONSULTA MUNDIAL, Reglamento de Vida Apostlica. Comentario oficial, Aso c i a c i n de Coo-peradores Salesianos, Madrid 1993. STELLA P., Don Bosco e le trasforma: ioni sociali e religiose del sao tempo, en La Famiglia salesiana riflette sulla sua vocazione nena Chiesa di oggi, LDC, Torino-Leumann 1973.

    lo Ver Reglamento de Vida Apostlica. Comentario oficial, o.c., art. 28. 11 A BRY J., Entregados o Dios para los jvenes, o.c., p. 6].

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  • LA AMABILIDAD SALESIANA

    L OBJETIVOS

    1. Comprender que la amorevolezza es una aportacin especfica que la Familia Salesiana puede ofrecer al ambiente educativo y a la sociedad, en general.

    2. Reflexionar, personalmente y en grupo, sobre la importancia de esta dimensin del espritu sa-

    lesiano.

    II. MOTIVACIN

    Podemos considerar dos puntos de arranque fundamentales, a partir de dos posibles experien-cias: 1) nuestra sociedad vive en un clima de conflicto; 2) sin embargo, algunos dicen haber encontrado y vivido una buena acogida en los ambientes salesianos, cuando se acercaron a ellos por primera vez.

    1) Es cierto: nuestra sociedad vive en confrontacin continua: conflictos nacionales e internacio-nales, entre regiones, entre partidos polticos, en la sociedad, en las familias...; hasta el individuo mismo parece que est en continuo conflicto. Para solucionar estas situaciones, se proponen salidas de todo tipo: no pocos tienden al enfrentamiento; en cambio, muchas personas apuestan por otro tipo de soluciones: la no-violencia, la paz, el amor...

    2) Y, por otra parte, a algunas personas que se han acercado a una casa salesiana o han conocido un

    Centro de Cooperadores, les ha llamado profundamente la atencin la acogida que se les ha dispensado.

    En realidad, la amabilidad o el amor salesiano es la expresin privilegiada de la caridad

    pastoral, propia del espritu salesiano que hemos heredado de Don Bosco, y un signo evangelizador de primer orden para los jvenes, sobre todo en esta sociedad fragmentada y conflictiva.

    De ah que dediquemos este tema a tratar, de forma exclusiva, la amabilidad (amorevolezza) salesiana. El espritu de familia es una consecuencia lgica de ese amor salesiano, vivido en to-das sus dimensiones y proyectado a la misin.

    111. METODOLOGA

    Se dedica una sesin a su estudio en grupo, insistiendo en dos grandes apartados: la amorevo-lezza y el espritu de familia. Se podr completar con lecturas y reflexiones personales.

    IV. CONTENIDOS

    Es ste uno de los aspectos ms caractersticos del espritu salesiano. Afecta al estilo de rela-ciones que mantiene el Cooperador con las personas, en general, y con los jvenes a los que se dirige en su trabajo apostlico. Es la primera seal que imputa y hace decir : ste es salesiano.

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  • Don Bosco insista, una y otra vez, sobre esta cualidad indispensable para todo aquel que quisiera seguir su estilo. El 30 de diciembre de 1874, enviaba a uno de sus directores, D. Juan Bonetti, un aguinaldo que resume estupendamente esa conviccin]: Haz de manera que aquellos a quienes hables se hagan amigos tuyos2.

    Es una manera de relacionarse que no se adquiere de un da para otro, que es fruto de tiempo y de paciencia. Se trata de dulcificar el carcter, de seguir la escuela de espiritualidad cristiana impulsada por San Francisco de Sales, modelo de amabilidad, de celo apostlico y de verdadero humanismo (RVA 28) .

    En el RVA, el art. 31 recoge diversos aspectos que enriquecen esta caracterstica del espritu sale-siano. Los analizamos brevemente, buscando siempre la referencia a Don Bosco, que encarn en su persona y supo transmitir esos valores. 4.1. Amorevolezza

    Es una palabra italiana, __ de difcil traduccin a nuestra lengua-, que define muy bien el estilo de amabilidad y de bondad querido por Don Bosco. Significa, propiamente, afecto demostrado3. (Tal vez, la palabra castellana que ms se le aproxima es la de cario. A este respecto, vase lo di-cho en el Fascculo II de esta Carpeta, apartado 42.1.., teman. 5, 2' sesin, p. 57 y final de la p. 58).

    Don Bosco conoca bien la psicologa infantil y juvenil, y saba que, a esas edades, se posee una finsima intuicin para percibir el grado de inters, aprecio y amor que a uno se le tiene. Don Bosco insiste constantemente en que no basta decir que se ama a los jvenes, sino que ese amor debe tener detalles concretos que lo manifiesten. Slo entonces se convertir en amorevolezza, es decir, en un afecto, entrega y amor demostrados.

    En 1863, al enviarlo como primer director a Mirabello, Don Bosco entregaba a Miguel Ra una serie de consejos; entre ellos sobresale la recomendacin que se ha convertido en distintivo de todo salesiano: PROCURA HACERTE QUERER4. Esta misma consigna se la repite a su primer sucesor en el lecho de muerte, en el momento de las despedidas, cuando se intenta dar lo mejor que se ha co-sechado en la vida : ,Hazte amar!5.

    Podemos recordar, asimismo, que en la clebre Carta de Roma - m a y o 1884-, Don Bosco insiste en que no hasta amar, sino que es preciso hacerse querer6. Y repite: Que, al ser amados en las cosas que les agradan..., aprendan a ver el amor tambin en aquellas cosas que les agradan poco ... Trato familiar con los jvenes...; sin la familiaridad, no se demuestra el afecto y; s in esta demostracin, no puede haber confianza. El que quiere ser amado debe demostrar que ama. El que sabe que es amado, ama; y el que es amado lo consigue todo, especialmente de los jvenes 7.

    Sus antiguos alumnos aseguraban que Don Bosco haba recibido de Dios el don de hacerse querer8.

    Esta conviccin profundsima de saber demostrar cunto se anta llev a Don Bosco a insistir sobre el tema una y otra vez. A un grupo de antiguos alumnos sacerdotes, les deca en 1880 : Para triunfar entre los jvenes debis esforzaros en tratarles con amabilidad. Corregid con paciencia y ca-ridad. Quiz a alguno le parezca que son intiles sus sudores v fatigas. De momento, parecer que es as; pero los detalles de amabilidad que habis tenido con ellos quedarn grabados en su mente y en su corazn. Os repito, no os olvidis nunca de los buenos modales. Ganaos los corazones de los jvenes por el amor9.

    Es un programa de vida que el Cooperador debe poner en prctica con especial esmero, por ser un elemento que caracteriza su ser salesiano. E l RVA, en el art. 15, asume esta dimensin del esp-

    BRAmo P.. El sistema educativo de Don Bosco, Instituto Teolgico salesiano-Guatemala-Editorial CCS, Madrid 1984, p. 168. 2 CERA E., Epistolario di San Gioranni Bosco, Torino 1956. v. 11. p. 434. ? STELLA P., Don Bosco nena storia delta religinsit cattolira, 2. cid., LAS, Roma 1981, v. , p. 448. 4 MBe VII. 448; V:G.,IY E.. Procura hacerte querer, en ACC, n. 326. julio-septiembre 1988, pp. 67. 5 MBe XVIII. 466.

    MBe XVII. 99-106; Escritos de Don Sosco, en: Const. SDB, Editorial CCS, Madrid 1985, p. 249. MBe XVI]. 102-103.

    s MBe XVII. 415. `t MBe XIV. 439. BR.sroo P., El sistema educatiso de Don Bosco, o.c., pp. 168-169.

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  • ritu salesiano y lo transforma en tarea gozosa y, a la vez, comprometida : El Cooperador; confiando en la .fuerza transformadora del amor, trata de llegar al corazn y procura hacerse amar, con madurez y transparencia lo.

    Estas dos expresiones, madurez y transparencia, hacen ver la capacidad que cada cual tiene

    para saber demostrar el amor a los jvenes y a las personas, con equilibrio afectivo y recta intencin, sin ningn afn de acaparar los corazones, sin actitudes o formas paternalistas, pero ayudndoles a crecer y madurar.

    He aqu por qu se presenta esta manera de practicar la caridad evanglica como un arte y, a la

    vez, como una asctica. Es un don del Espritu, -la caridad- y, al mismo tiempo, supone aprendizaje y maduracin. Es un verdadero camino de progreso y crecimiento en la vida apostlica.

    sta es otra de las expresiones y realidades tpicas vinculadas al espritu salesiano. As como la amabilidad hace referencia a una cualidad interna y fundamentalmente personal, el espritu de familia nos habla del ambiente, del estilo de relaciones que deben procurar entablar quienes deciden quedarse con Don Bosco o propagar su estilo.

    El modelo que inspira el espritu de familia salesiano es, ante todo, la vida del Oratorio de Val-docco, donde Don Bosco viva con sus muchachos y colaboradores, como padre de todos. Es interesante leer la descripcin que hace el autor de las Memorias Biogrficas, D. Lem.oyne: El Oratorio era entonces una verdadera_faniilia11. Don Bosco llev y dirigi el Oratorio como un padre lleva a su familia. Los jvenes no encontraban diferencia entre el Oratorio y su casa paterna 12. Se viva en el Oratorio sin ningn temor y con mucha paz y alegra. All se respiraba un encantador aire de fami- lia 13.

    Ante el ambiente enrarecido que se le presenta en el sueo de Roma, l propone la solucin de una vuelta al espritu de familia. En pocas palabras, define el contenido de lo que puede significar en nuestros ambientes tal expresin : Os pido que vuelvan a florecer los das felices del antiguo Ora-torio. Los das del amor y la confianza; los das del espritu de condescendencia y de mutua tolerancia por amor a Jesucristo; los das de los corazones abiertos, los das de la caridad y de la verdadera alegra para todos 14.

    As pues, he aqu, en sntesis, lo que el Cooperador puede hacer suyo y aplicar cuando procura fomentar este espritu de familia en los grupos y ambientes en los que acta: amor, confianza, condescendencia, tolerando fallos humanos que tienen importancia relativa, sinceridad, caridad y un estilo alegre de trato y comunicacin.

    lo Ver Reglamento de vida Apostlica. Comentario oficial, o.c., art. 31. MBe 1II_ 276. 12 MBe IV, 519. MBe VI, 503.

    14 Escritos de Don Bosco, en: Const, S DB , o . c . , p . 255.

    4.2. El espritu de familia

    15

  • El Cooperador, est donde est, tiende espontneamente a animar un espritu de familia tal, que cada uno se sienta en casa cmodo y responsable del bien comn15.

    Alberto Caviglia, uno de los hombres que mejor ha sabido interpretar el espritu salesiano, dice sobre este punto : Don Bosco quiso entender la vida en sus casas sobre este.fundamento de la bondad. Don Bosco se entristeca cuando vea corazones resentidos16.

    La desconfianza rompe el espritu de familia y bloquea las relaciones. En un ambiente salesiano, no se entiende esta situacin. Don Bosco no la quera...

    Por ltimo, uno de los frutos ms hermosos del espritu de familia es el deseo de seguir la vo-cacin que una vida marcada con estas caractersticas suscita en los colaboradores o destinatarios de la misin de Don Bosco. Gracias al espritu de familia que observan y viven, poco a poco, jvenes y adultos se van identificando con los ideales y el estilo de vida salesiano, y asumiendo su accin apostlica : se es el clima natural que permite el nacimiento y el desarrollo de las vocaciones, tanto laicales como consagradas.

    Para concluir la reflexin sobre este aspecto de la amabilidad en relacin al espritu salesiano, podemos mirar la fotografa de Don Bosco, que irradia bondad. Don Bosco, como San Pablo, puede decir: Sed mis imitadores, como yo lo soy de Cristo 17. V. PARA LA REFLEXIN Y EL DILOGO

    1. Leer y comprender las ideas fundamentales: Cules son, a tu juicio, los principales rasgos que caracterizan la amabilidad salesiana?

    Ctalos. Dialogar en grupo sobre cada uno de ellos.

    2. Ver qu implican esos rasgos en y para nuestra vida: Partiendo de tu experiencia y en contraste con otros ambientes, has notado la presencia de

    la amabilidad y el cario en tu trato con miembros de la Familia Salesiana? En qu? Qu rasgos de esa amabilidad estn ya presentes en tu vida? Cules crees que an te fal-

    tan? Qu pasos podramos dar, personalmente y como grupo, para cultivar y practicar, en la vi-

    da diaria, la amabilidad salesiana? Qu dificultades encuentras? (En este momento, el grupo podra tomar algn compromiso concreto).

    VI. BIBLIOGRAFA

    Actas del Captulo General Especial XX de los SDB, Editorial CCS, Madrid 1972. Bosco J., Carta al Oratorio [sobre el espritu de familia] (o Carta de Roma), del 10 mayo 1884, en: CANALS J.-MARTINEZ A., San Juan Bosco. Obras fundamentales, 2a ed., BAC n 402, Madrid 1979. BRAIDO, P., El sistema educativo de Don Bosco, Instituto Teolgico Salesiano-Guatemala y Editorial CCS, Madrid 1984. CAVIGLIA A., Confer-enze sollo spirito salesiano, Turn 1943. CLRIA, E., Epistolario di S. Giovanni Bosco, Torino 1956. Escritos de Don Bosco, en: Constituciones y Reglamentos Generales SDB, 1985. LL;MOYNE-AIv1ADLI-CERiA, Memorias Biogrficas de San Juan Bosco, traduccin espaola de B. BusTILLCU, Editorial CCS, Madrid 1981-1989, 19 vols. (sigla: MBe). Reglamento de Vida Apostlica. Comentario oficial, Asociacin de Cooperadores Salesianos, Madrid 1993. STELLA P., Don Bosco pella storia della religiosit cattolica, 2a ed. LAS, Roma 1981, v. II. VR,AN E., Procura hacerte querer, ACG, n. 326, julio-septiembre 1988.

    1s CGE 427. 16 CA \a A., Con feren e silla spirito sales/ano, Turn 1943,p, 95.

    16

  • UNIN CON DIOS

    1. OBJETIVOS

    1. Ayudar a vivir la docilidad al Espritu y la unin con Dios, como laicos, siguiendo la experiencia de Don Bosco.

    2. Presentar la espiritualidad salesiana como fundamento y alimento del Proyecto de Vida del Co-

    operador y ayudarle a elaborar un proyecto personal de vida concreto para un perodo de tiempo determinado, de manera que contribuya a hacerle vivir los elementos esenciales de la espiritualidad salesiana.

    3. Valorar la importancia que tienen los diferentes medios (momentos de oracin, de discerni-

    miento, celebracin de los sacramentos...) para vivir el espritu salesiano.

    4. Redescubrir a Mara corno primera cristiana, modelo para nuestras vidas y auxilio en nues-tro camino.

    II. MOTIVACIN

    Dentro de las caractersticas del espritu salesiano, la unin con Dios hace referencia a los valores espirituales que dan sentido y consistencia a cualquier accin apostlica. En el RVA, el art. 32 afirma que el Cooperador, sin unin con Jesucristo, no puede nada, recordando las palabras del Seor: Yo soy la vid y vosotros los sarmientos. Como el sarmiento no puede dar fruto por s, si no permanece en la vid, as tampoco vosotros, si no permanecis en m. El que permanece en m y yo en l , se da fruto abundante, porque sin m no podis hacer nada. La unin vital con Cristo es una necesidad absoluta para quien desea conseguir frutos de santidad personal y de fecundidad apostlica2.

    Viviendo la vida apostlica con esta profundidad espiritual, el Cooperador ser capaz de transmi-tirla en sus relaciones interpersonales, en la familia, en el trabajo y en las distintas actividades diarias, con espontaneidad, sencillez y alegra.

    Al hablar de las caractersticas del espritu salesiano, por lo que respecta a la vida espiritual, utili-zaremos casi siempre la frase unin con Dios, por encontrarse frecuentemente en la literatura sale-siana y, al mismo tiempo, porque supone mayor riqueza y posibilidades que los trminos oracin o vida de piedad. III. METODOLOGA

    La amplia y rica temtica sobre la unin con Dios - t an to de Don Bosco como de la nuestra-, se desarrollar en dos sesiones. En la primera, contemplaremos a nuestro Fundador en su trayectoria, confirmada por testigos cualificados que vivieron a su lado, vieron y oyeron... En la segunda, en tres ncleos importantes, veremos cmo esa intensa espiritualidad constituye la base de nuestro proyecto de vida, las caractersticas y elementos de la espiritualidad salesiana en la vida del Cooperador y, por ltimo, la figura de Mara y su papel en nuestra vida espiritual.

    1 JFl 15.4-5. 2 Ver Reglamento de Vida .41,ostlliea. Comentario oficial, a.c., art. 32.

    1.7

  • Primera sesin: DON BOSCO CON DIOS IV. CONTENIDOS-1 4.1. Don Bosco y su unin con Dios

    Son numerosos los testigos que, al hablar de nuestro Padre, hacen referencia a una especie de sin-tona continua entre Don Bosco y Jesucristo, que no lo apartaba de sus compromisos y mltiples actividades, y que, al mismo tiempo, le ayudaba a contemplar la realidad con la mirada salvadora del Seor.

    Los primeros salesianos y jvenes que pudieron convivir con l, afirman que continuamente manifestaba estos sentimientos de amor de Dios, que brotaban de una mente y de un corazn siempre sumergidos' en la contemplacin de Dios (D. Ra)3. Era tanta su unin con Dios, que pareca recibir de El los consejos que nos daba (D. Albera). Mi conviccin ntima es que Don Bosco fue real-mente un hombre de Dios, continuamente unido al Seor en la oracin (D. Rinaldi)4. Jams hablaba de tema alguno sin introducir el pensamiento de Dios; as, por ejemplo, contemplando el cielo estrellado, se entretena hablando de la inmensidad de Dios, haciendo resaltar su extraordinaria grandeza5.

    Tambin Mons. Cagliero, primer Cardenal salesiano, comparta esta misma impresin sobre Don Bosco, afirmando que esa unin con Dios la mantena en medio de cualquier ocupacin, en las con-versaciones, en los viajes y en la vida ordinaria del Oratorio. Le eran familiares estas expresiones: Que se haga la voluntad de Dios; qu bueno es el Seor con nosotros!. Y lo manifestaba elevando la mirada hacia el cielo, al pronunciarlas6.

    He aqu el secreto ms ntimo de Don Bosco: su espritu de oracin. Fue un continuo trato de amistad con Jesucristo7. El Reglamento de Vida Apostlica nos presenta acertadamente a Don Bosco como un hombre que vivi una profunda experiencia espiritual entre los jvenes del primer Ora-torio, en la que nuestro Fundador experimenta a Dios como Padre y Amor que salva. Ve en Jesucristo al Hijo Unignito y al apstol perfecto del Padre, al Buen Pastor lleno de solicitud por los pequeos y los necesitados, al Resucitado que est con nosotros todos los das como Seor de la historia. Vive en comunin con el Espritu Santo, Animador del Pueblo de Dios en el mundo. Venera en Mara a aquella que ha cooperado de modo totalmente nico en la obra del Salvador, y no deja de cooperar como Madre y Auxiliadora del pueblo cristiano. Se siente miembro vivo de la Iglesia, Cuerpo de Cristo, centro de comunin de todas las. fuerzas que trabajan por la salvacin (RVA 27).

    Esta actitud naca, especialmente, de ciertos momentos de oracin, -breves, pero intensos-, colocados estratgicamente a lo largo de la jornada. Una oracin muy sencilla en sus formas, po-pular en su contenido, alegre y festiva en sus expresiones. Una oracin al alcance de todos: de los muchachos, de los primeros salesianos y de gente muy diversa que le peda un consejo acerca de cmo vivir su vida cristiana.

    La oracin de Don Bosco estaba vinculada a su accin: preceda, acompaaba y segua sus activi-dades como un factor irrenunciable y necesario8.

    Junto a esos momentos especficos de oracin y de permanecer en la presencia de Dios, en Don Bosco vemos el aprecio y la prctica de los Sacramentos. A la hora de vivirlos personalmente y de insistir ante jvenes y salesianos, en sus escritos y de palabra, su inters se centraba, sobre todo, en dos: la Penitencia y la Eucarista9. Esta conviccin, profunda y vital, se refleja en las biografas de

    s Declaraciones de D. Miguel Ra en el Proceso de Beatificacin de Don Bosco, citado por E. CE.Ros en: Don Bosco con Dios, Editorial CCS, Madrid 1984, 3." ed., p. 227.

    4 Ibdem. Snmmrio. Proceso ordinario, p. 328.

    b Sumario. Proceso ordinario, pp. 409-410. 7 Cfr. GOZZ.EUNO G., Do. Bosco con Dio. ROrorto di tan santo, en Oaaderni Spirimalitir Salesiana, Instituto di Spiritualit , Faculta di

    Teologa. niversit Pontificia Salesiana, Roma 1991, n. 6, p. 7. s Cfr. BROCARPO P., Uomo e santo. Don Bosco, ricordo vivo, LAS, Roma, p. 153. 9 D6.SR.sMsu F . . Don Bosco y la vida espiritual, Editorial CCS, Madrid 1994, p. 108.

    18

  • varios muchachos del Oratorio (Domingo Savio, Miguel Magone, Francisco Besucco...) escritas por l, en su obra .El joven cristianol0, y en las numerosas cartas que conservamos, dirigidas a personas de muy diferente condicin social y religiosa".

    Finalmente, Don Bosco tambin favoreci esta actitud de unin con Dios mediante diversos ejer-cicios de piedad o devociones: celebracin de las fiestas de los Santos, oracin de la maana y de la noche, visitas al Santsimo Sacramento, uso del agua bendita, de las indulgencias, la seal de la cruz, las jaculatorias, el Rosario 12 Aunque cada una de estas prcticas, por separado, no parezca gran cosa, sin embargo, todas juntas, constituyen como la savia de la vida espiritual. Parece fcil llevarlas a la prctica, pero se deben ejercitar con perseverancia13.

    Dentro de este conjunto de diversas devociones, hay que destacar, y con fuerza, su confianza filial en Mara, invocada unas veces como Madre y otras, como Inmaculada, Auxiliadora y Maestra. Ella es la gua segura que le hace exclamar al final de su vida: Hasta ahora hemos cami-nado seguros. No nos podemos equivocar: es Mara la que nos gua14.

    Estos son, en sntesis, los elementos que constituyen la interioridad religiosa de Don Bosco. No se trata de repetir, sin ms, su manera de llegar a esta riqueza de vivencia espiritual; pero s es una referencia obligada para todo Cooperador que quiera vivir y practicar el espritu salesiano con ver-dadera hondura espiritual.

    V. PARA LA REFLEXIN Y EL DILOGO

    1. Qu te llama ms la atencin en las actitudes de Don Bosco relativas a su unin con Dios?

    2. Don Bosco encontr su propio estilo - senci l lo y popular- de vivir su unin con Dios. Has encontrado el tuvo?

    VI. BIBLIOGRAFA

    AuBRY J.. San Juan Bosco. Escritos espirituales, Instituto Teolgico Salesiano Guatemala, 2 vls. BROCARDO P., Uorrao e santo. Don Bosco, ricordo vivo, Editorial LAS, Roma. CANALS-

    MARTINEZ, San Juan Bosco. Obras, fundamentales, BAC, n. 402, Madrid 1979, 2A ed. CERIA E., Don Bosco con Dios, Editorial CCS, Madrid 1984, ed. CoLLI C., Pedagogia spirituale di Don Bosco e spirito salesiano, Editorial LAS, Roma 1982. DESRAMAUT F., Don Bosco y la vida espiritual, Editorial CCS, Madrid 1994. GozzELlNO G., Don Bosco con Dio. Ritratto di un santo, en: Quaderni Spiritualit Salesiana,

    Istituto di Spiritualit, Facolt di Teologia, Universit Pontificia Salesiana, Roma 1991, n. 6.

    t a Estas obras se pueden ver en el libro de C A N A S .I.-MARTINEZ A., San .luan Bosco, Obras fundmneniales, 2." ed., BAC n. 402, Madrid 1979, pp. 113-340 y 503-544.

    t Una buena antologa de estas cartas, en A U r s a Y . ] . , san Juan Bosco. Escritos espirituales, Instituto Teolgico Salesiano-Guatemala, 2 v. t2 DESRAMAUT F.. a.c., p. 124. [ 3 Estas ideas formuladas por Don Bosco. en lo que a la juventud se refiere, en su Vida de Miguel Magone, BAC, n. 402. me., pp. 223-266. t 4 Cfr. Costa C.. Pedagoga spirituale di Don Bosco e .spirito salesiano, LAS. Roma 1982, p. 166.

    19

  • Segunda sesin: EL COOPERADOR Y LA ESPIRITUALIDAD SALESIANA

    IV. CONTENIDOS-2 4.2. La espiritualidad, fundamento del Proyecto de Vida

    Con la expresin proyecto de vida podemos significar dos realidades, relacionadas entre s. pe-ro que conviene distinguir adecuadamente.

    Por un lado, proyecto de vida viene a identificarse con la vocacin o con el estilo concreto de vida cristiana con que cada fiel cristiano da respuesta, en la fe y en el amor, a la llamada de Dios.

    Es evidente que un proyecto de vida como el del Cooperador Salesiano, que quiere ser totalizador, es decir, abarcar y contemplar todos los aspectos de la vida desde la fe, slo es comprensible en la medida en que est fundamentado en actitudes profundas de fe, esperanza y amor; en la conviccin de haber sido llamado por el Seor; en una referencia constante al Padre y al Amor que nos sal-va, es decir, a Jesucristo, el Buen Pastor, el Resucitado, y al Espritu Santo que anima la vida del Pueblo de Dios. Slo es comprensible en relacin con Mara, Madre y Auxiliadora, y sintindose miembro vivo de la Iglesia, Cuerpo de Cristo (RVA 27.2). En otras palabras, habr una respuesta autntica a la vocacin de cooperador en la medida en que se d este fundamento slido, esta dimensin de profundidad que hemos descubierto en Don Bosco y que hemos llamado unin con Dios.

    Por otro lado, es usual emplear el concepto proyecto de vida para referirse a las decisiones concretas, operativas y evaluables, que un cristiano toma por un perodo de tiempo determinado acerca de los aspectos ms esenciales de su vida. Es ste un camino, un medio, que emplean muchos cristianos para ir dando pasos hacia una mayor fidelidad.

    La unin con Dios, vivida en la normalidad de la vida cotidiana, es la nica garanta de que este proyecto de vida, determinado, concreto y para un cierto tiempo, no se convertir en papel mo-jado o en un esfuerzo voluntarista, sino que ser un medio para ir avanzando en la vida cristiana, un instrumento para responder con ms amor y ms fe al que nos ha amado primero15. Esta unin con Dios es la que har posible no caer en la rutina, en la superficialidad, ni en dejarnos abatir por las di-ficultades, sino vivir atentos al soplo del Espritu y dispuestos a seguir sus inspiraciones. Como dice textualmente el Reglamento de Vida Apostlica: Las exigencias de la llamada evanglica y la expe-riencia personal ensean al Cooperador que, sin unin con Jesucristo, no puede nada. De El recibe el Espritu que le ilumina y fortalece, da tras da (art. 32). 4.3. Caractersticas y elementos de la espiritualidad salesiana en la vida del Cooperador

    El espritu salesiano, que impregna toda la vida del Cooperador, caracteriza tambin su oracin. La plegaria del Cooperador Salesiano es sencilla, llena de confianza, alegre y creativa, a tono con el tipo de relacin con Dios y con el sello juvenil propio del espritu salesiano. Por otro lado, la misin salesiana se hace presente en la oracin del Cooperador para darle un intenso ardor apostlico. Y es una oracin que conecta con la vida; no es desencarnada, etrea, ajena a los proyectos, ilusiones y problemas que viven el Cooperador, su familia, su Centro, los que le rodean, el mundo... El Cooperador sabe llevar la vida a su oracin y prolongar su oracin en la vida (cfr RVA 32.2).

    En la vida del Cooperador, no hay espacios en los que Dios no quepa. El Cooperador vive todos los momentos del da, todas las situaciones, todos los proyectos, los xitos y fracasos, las alegras y sufrimientos, en unin con Dios, en relacin con Jesucristo, de tal manera, que toda su existencia se convierte en una liturgia de alabanza en honor de Dios. Aqu es oportuno hacer mencin de algunos elementos muy caractersticos de la espiritualidad salesiana como el ofrecimiento a Dios del trabajo cotidiano o el inters por mantener una intencin recta en las actuaciones de cada da (cfr RVA 32.3).

    Is Cfr. 1 Jn 3, 16 y par.

    20

  • El Cooperador tiene en gran estima la liturgia de la Iglesia y participa activamente en ella. Sobre todo, en la Eucarista celebrada con frecuencia, en la que encuentra la fuerza para vivir la caridad pastoral; y en el sacramento de la Reconciliacin, en el que descubre al Padre misericordioso y que le impulsa a vivir en un proceso de conversin constante. Por otro lado, y de acuerdo con el espritu de Don Bosco, el Cooperador Salesiano sabe valorar debidamente aquellas formas de piedad popular que enriquecen su vida espiritual (cfr RVA 32.1 y 3).

    Adems, el Cooperador dedica todos los das un cierto espacio de tiempo al dilogo personal con el Seor, para mantener viva la conciencia de su relacin personal con El y con sus planes. De hecho, es deseable que el Cooperador pueda aprender a ver y valorar las personas y los acontecimientos de su vida y del mundo segn el plan de Dios. Por eso se le invita a leer y meditar, si es posible a diario, la Palabra de Dios (cfr RVA 33.2).

    En esta lnea de discernimiento, a que conduce la meditacin de la Palabra de Dios, es donde cobran su significado para la vida espiritual el Retiro mensual y los Ejercicios Espirituales. Son hitos en el crecimiento espiritual, momentos de relanzamiento del impulso apostlico, invitaciones a una conversin ms y ms sincera, momentos de revisin de la vida a la luz del Evangelio y del Regla-mento de Vida Apostlica, a fin de estar ms dispuestos a la hora de ser testigos del Evangelio y servi-dores de los dems (cfr RVA 34). Son ocasin favorable para vivir en grupo la propia fe y vocacin, y para cuidar con mayor esmero la celebracin litrgica y la oracin en comn.

    Por ltimo, la conciencia de la Comunin de los Santos en Cristo se expresa en la relacin de fe con algunos de ellos: ante todo, con Mara, de quien trataremos en el siguiente apartado; con San Jo-s, Patrono de la Iglesia universal; con San Juan Bosco, padre, maestro y protector de los jvenes, Fundador de la Asociacin; con San Francisco de Sales, Santa Mara Mazzarello, Santo Domingo Savia y dems santos y beatos de la Familia Salesiana (cfr RVA 35).

    4.4. Mara en la vida espiritual del Cooperador

    El Cooperador Salesiano es consciente de la importancia de Mara en la vida y en la espiritualidad de Don Bosco. El RVA nos invita a reconocer que la obra de Dios en Don Bosco se hizo median-te la intervencin materna de Mara (art. 1), y el conocimiento de la vida de Don Bosco nos pone ante un creyente para quien Mara ocupa siempre un lugar destacado.

    Adems de esta referencia a la presencia de Mara, a su papel maternal en la vida de Don Bosco, el Reglamento de Vida Apostlica, de forma escueta, pero muy significativa, nos presenta la figura y el papel de Mara para un Cooperador Salesiano.

    Y as, nos la presenta como la que ha cooperado, de un modo totalmente singular, en la obra sal-vadora de Cristo. Y no solamente en el pasado; tambin ahora, resucitada junto a su Hijo, sigue inte-resndose por los hombres y cooperando como Madre y Auxiliadora del pueblo cristiano. El Co-operador la venera como Madre llena de amor y como Auxiliadora, - c o n la fuerza de Dios-, de los cristianos (cfr RVA 27.2).

    21

  • El Cooperador sabe tambin que la solicitud maternal de Mara la puede relacionar con su propia persona: se sabe amado y ayudado por su intercesin y su auxilio. Adems, el Cooperador, al amar a los jvenes con la caridad pastoral propia del espritu salesiano, no hace ms que imitar la actitud de Mara para con cada uno de los hombres (cfr RVA 28.2).

    El Reglamento de Vida Apostlica invita al Cooperador a mirar a Mara como Inmaculada, Madre de la Iglesia y Auxiliadora de los cristianos, y gua especial de la Familia Salesiana. Como Inmaculada, es la mujer que ms que ninguna otra criatura ha sido fiel a la gracia recibida de Dios; los ttulos de Madre de la Iglesia y Auxiliadora de los cristianos sitan a Mara, con su papel materno y protector, en relacin con el Pueblo de Dios que peregrina entre dificultades; como gua de la Familia Salesiana, se nos recuerda su presencia en los orgenes de nuestra Familia, en la vida de Don Bosco y en la historia posterior, hasta nuestros das (cfr RVA 35.1).

    Siguiendo a Don Bosco, el Cooperador, desde la fe, abriga hacia Mara una recia y filial devocin: recia, porque es necesaria la presencia de la Auxiliadora en la lucha por el Reino; filial, para poder experimentar la reconfortante cercana de la Madre. Por eso, el Cooperador la invoca a menudo con jaculatorias, el avemara o el rosario, y celebra sus fiestas y conmemoraciones: las que nos brinda la liturgia, los sbados, los 24... Y esta relacin con Mara lleva al Cooperador a extender a su alrededor el conocimiento de Mara, de su papel en la Historia de la Salvacin y en nuestra propia vida, y procura hacerla amar (cfr RVA 35.1). V. PARA LA REFLEXIN Y EL DILOGO

    1. Contrasta tu vida con cuanto se afirma en el apartado 4.3 (Caractersticas y elementos de la espiritualidad en la vida del Cooperador) y detecta los aspectos asumidos y aquellos que an no has incorporado a tu propio proyecto de vida.

    2. Cules son las dificultades reales que encuentra el Cooperador para vivir segn lo que nos

    presenta el Reglamento de Vida Apostlica? Qu elementos nos pueden ayudar a. superar-las?

    3. Comunica experiencias de cmo vive, en su vida diaria y en su compromiso apostlico, la

    unin con Dios algn Cooperador que t conozcas.

    4. Cmo y en qu se expresa, concretamente, tu recia vfilial devocin cr Mara? VI. BIBLIOGRAFA

    AUBRY J., San Juan Bosco. Escritos espirituales, Instituto Teolgico Salesiano, Guatemala, 2 vls. BROCARDO P., Uomo e santo. Don Bosco, ricordo vivo, LAS, Roma. -- CALERO A.M., Mara en el misterio de Cristo y de la Iglesia, Editorial CCS. Madrid 1990. CANALS-MARTINEZ, San Juan Bosco. Obras fundamentales, BAC, n. 402, Madrid 1979. CERIA E., Don Bosco con Dios, Editorial CCS, Madrid 1984. COLLI C., Pedagogia spirituale di Don Bosco e spirito salesiano, LAS, Roma, 1982. CONSULTA MUNDIAL, Reglamento de Vida Apostlica. Comentario oficial, Asociacin de

    Cooperadores Salesianos, Madrid 1993. DESRAMAUT F., Don Bosco 1' la vida espiritual, Editorial CCS, Madrid 1994. p. 166. GozzELINo G., Don Bosco con Dio. Ritratto di un santo, en Quaderni Spiritualit Salesiana,

    Istituto di Spiritualit, Facolt di Teologia, UPS, Roma 1991, ..n. 6, p. 7.

    22

  • Tenia

    TRABAJO Y TEMPLANZA

    1. OBJETIVOS

    1. Ver y comprender la importancia que tienen el trabajo y la templanza en la espiritualidad sale-siana.

    2. Revisar estas actitudes en la vida personal y de Centro.

    3. Analizar su vivencia y el modo de proyectarla en la vida diaria.

    II. MOTIVACIN

    Al presentar el contenido del espritu salesiano de forma fraccionada, punto por punto, como lo venimos haciendo en estos temas, se corre el riesgo de pensar que un aspecto anula al anterior. Es pre-ferible verlos todos en su conjunto, como un precioso diamante de muchas caras, todas ellas necesarias para completar la belleza de la joya.

    El aspecto del trabajo y la templanza viene a ser uno ms de los que enriquecen el contenido del espritu salesiano. Es una medida, - n o la nica-, que pueda utilizar todo seguidor de Don Bosco para medir su grado de cercana y coherencia con ese estilo de vida.

    En el desarrollo del tema se emplean los trminos trabajo y templanza, porque son los que usa Don Bosco con ms frecuencia. son ya clsicos en la literatura salesiana y, tambin, los que utiliza el Reglamento de Vida Apostlica. En l aparecen los trminos: accin, tarea, fatigas, dificul-tades y otros similares, que traducen adecuadamente el sentido de las palabras usadas por Don Bosco. III. METODOLOGA

    A este tema se le dedica una sesin. El apartado 4.1., sobre la actitud y praxis de Don Bosco ante el trabajo, debe analizarse en grupo; el 4.2. se puede complementar con alguna lectura sobre teologa del trabajo o de la Laboreen exercens de Juan Pablo Il. Pero se ha de llegar a aplicaciones concretas...

    IV. CONTENIDOS 4.1. Importancia dada por

    Don Bosco al trabajo

    En la tradicin salesiana, ser trabajador ha sido una de las seales ms claras de estar en el buen camino del espritu salesiano. Don Ceria, al hablar sobre los elementos que lo conforman, afirma que el primero, y el que ms salta a la vista de todos, es una prodigiosa actividad, tanto individual como colectiva1.

    En 1879, Don Bosco enviaba a la Santa Sede el primer informe trienal sobre el estado de la Con-gregacin Salesiana. Termina con estas palabras: El trabajo supera las fuerzas y el nmero de los in-dividuos, pero ninguno se desanima2. Y, en la carta-testamento que dej escrita en 1884, incluye 1 C E R A E . , Annali de11a Soc i e t c r salesiana, 1, Ed. SE[, Torino 1941, p. 722. 2 C G R I A E . , o . c . , p . 7 2 3 .

    23

  • estas significativas palabras: Cuando acontezca que un salesiano muera trabajando por la. salvacin de las almas, sabed que entonces nuestra Congregacin ha conseguido un gran triunfo, y sobre ella descendern las bendiciones del cielo3.

    Esta marca, este sello que caracteriza el espritu salesiano, nos viene del propio Don Bosco, tra-bajador incansable por la extensin del Reino de Dios entre los jvenes y el pueblo.

    Don Caviglia, ya citado, al comenzar una de sus clebres charlas sobre el trabajo salesiano, deca graciosa y significativamente: Ved qu escndalo!: un santo que repite muchas ms veces `trabajemos' que `recemos'... 4.

    Desde pequeo, su madre, Mam Margarita, le inculca la necesidad de trabajar, aunque prefiere que dedique esos aos al estudio. A los trece, experimenta ya lo que supone el trabajo corno pequeo mozo de campo en casa de los Moglia.

    A pesar de tener ms edad que sus compaeros de escuela, se esfuerza, estudia y desempea, a la vez, diversos oficios que le ayudan a costearse la pensin: sastre, mozo de caf, cuidador de caballos, zapatero; le repite las lecciones al hijo de su patrona; aprende msica, juegos de magia y sigue haciendo de saltimbanqui5... Facetas y experiencias que le servirn, luego, para comprender a los jvenes que se mueven en el mundo del. trabajo o que desean aprender un oficio.

    Don Bosco, con su ejemplo, inicia un estilo de accin pastoral basada, en gran parte. en el tra-bajo. Afront actividades muy diversas que ofrecen una amplia gama para la imitacin. Lo vemos empeado en la construccin de nuevos edificios, de colegios e iglesias; escribe y edita las Lecturas catlicas y otras publicaciones; se entrega al ministerio sacerdotal con los jvenes; funda las diversas ramas de la Familia Salesiana; ejerce una delicada labor de mediacin entre la Santa Sede y el Gobierno del Piamonte:...

    El elemento unificador de tan desbordante actividad son los jvenes, a quienes asegura: Queridos jvenes, por vosotros me esfuerzo y trabajo; por vosotros estoy dispuesto a dar la vida... 6.

    Es como una idea fija, como una santa obsesin que tuvo, sobre todo en los ltimos aos de su vida. Quiere que no desaparezca de nuestro espritu la caracterstica del trabajo, de la laboriosidad. A Mons. Cagliero le encarga: Dirs a todos los salesianos que trabajen con celo y con ardor: Trabajo y trabajo. Me encuentro al final de mi vida. Ahora os toca a vosotros trabajar y salvar a la juventud7. Y he aqu el dictamen de los mdicos al explicar la causa de su muerte: Se ha consumido por el excesivo trabajo8. 4.2. Estilo de accin y trabajo del Cooperador Salesiano

    Los Cooperadores y Cooperadoras son, sin duda, hombres y mujeres de accin. El art. 30 del RVA comienza poniendo como ejemplo el trabajo y la accin de Don Bosco. Destaca unas caractersticas que han de estar presentes en el estilo de accin y trabajo del Cooperador: Ser prctico, emprendedor, incansable y creativo, con sentido de lo concreto, con capacidad de iniciativa y decisin, dando respuesta a las urgencias del momento.

    Tales caractersticas significan, indudablemente, un estilo inconfundible: en l destacan la practi-cidad y el sentido de ofrecimiento y disponibilidad que el Cooperador debe tener para ser hombre o mujer solucin, sin crear problemas innecesarios.

    La cualidad de trabajador y voluntarioso ha de ser uno de los elementos que hay que tener muy en cuenta a la hora de admitir a los nuevos candidatos en la Asociacin de Cooperadores. Es uno de los requisitos que, de manera constante, aparecen como decisivos en la formacin de los Salesianos religiosos9 y, de manera similar, tiene que serlo, sobre todo para los jvenes que desean ser Co-operadores salesianos.

    3 Ibdem, o.c., p. 725,

    4 CsxmLIA, A., Conferenze sollo spirito salesiano, o.c., p. 99. Cfr MO, pp. 35-72. RueFINo D., Crnica del Oratorio. Archivo Salesiano Central 110, nts 5, 10. (Cfr Const. S013, 1985, art. 14).

    7 MBe XVIII. 428. MBe XVIII, 434.

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  • 9 AA.VV., Laforrnacicn de los Salesianos de Don Bosco, Editorial CCS, Madrid 1986, n. 60.

  • El sentido de este empeo por ser trabajador es tener la conciencia de estar colaborando con Cristo en la obra de la redencin.. El sentirse corredentores da ms valor al trabajo. Fatiga, aguante, entrega e inters pueden adquirir un significado `redentor'. De esta manera, la actividad incansable que se pide al Cooperador no significa agitacin o esfuerzo irracional, sino actividad plena-mente impregnada de caridad concreta y de sentido apostlicolo.

    En este marco encuentra pleno sentido el nombre de Co-operador: ser llamado por Dios para eco-operar (trabajar con El) en la transformacin de mltiples realidades de la vida1l.

    Unido al trabajo, en clave salesiana, est la dimensin de la cruz (templanza). Es tambin una caracterstica del espritu salesiano que tiene su ejemplo y raz en Don Bosco: pobreza material, in-comprensiones, fatiga, enfermedades, atentados, calumnias, abandono de los seguidores...

    Desde Jesucristo hasta nuestros das, la redencin ha pasado por la cruz. Mediante ella hemos llegado a la resurreccin. Don Bosco no insisti en penitencias y sacrificios especiales, sino en la aceptacin del trabajo, con todo lo que implica de esfuerzo y renuncial2.

    El Comentario al RVA enumera una serie de situaciones que ponen a prueba la capacidad de ascesis del Cooperador: aceptar ser molestados, apertura a las urgencias, estar dispuestos a decir s, renunciar a lo ms fcil, sobrellevar las fatigas y el cansancio, sonrer y tener paciencia en me-dio de las dificultades diarias... Estas sern las cruces ms habituales del Cooperador, capaces de llevarlo a la santidad, aunque es posible que, en algn momento, el Seor le ofrezca cargar con una cruz ms explcita... 13.

    Aceptado de esta manera, el trabajo seguir siendo uno de los distintivos claros de todos los se-guidores de Don Bosco, que prometa tambin pan, trabajo y paraso a cuantos se comprometan a trabajar con decisin por la juventud14.

    Eo El proyecto de vida de los Salesianos de Don Rosco, o.c., pp. 240-241. Vase Reglamento de Vida Apostlica. Comentario oficial, o.c., art. 30.

    [2 MBe IV, 172. [3 Cfr Reglamento de Vida Apostlica. Comentario oficial, o.c., art30, apartado 30.4.2. 4 MBe XII, 504.

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  • V. PARA LA REFLEXIN Y EL DILOGO

    1. Se nos distingue actualmente, a cuantos seguimos a Don Bosco, porque desarrollamos un trabajo intenso? Cul es el enemigo que nos impide trabajar con verdadero empeo?

    2. Ests de acuerdo en la enumeracin hecha de las cruces que acompaan al Cooperador en su trabajo y accin? Podras aadir otras?

    3. Comentar las diversas actividades desarrolladas por Cooperadores (personas y casos conoci-dos), que sean signo de un trabajo intenso de presencia en el mundo: profesiones variadas, compromisos apostlicos, trabajo en obras salesianas, animacin de catequesis parroquiales, misiones, tiempo libre, prensa, radio..., Consejos Pastorales, asociaciones de barrio, etc., etc.).

    4. Formular un compromiso personal o de grupo relacionado con el tema desarrollado.

    VI. BIBLIOGRAFA

    AUBRY J., San Juan Bosco. Escritos espirituales, Instituto Teolgico Salesiano, Guatemala, 2 v1s.

    BROCARDO P., Uomo e santo. Don Bosco, ricordo vivo, Editorial LAS, Roma. CANALS-MARTINEZ, San Juan Bosco. Obras fundamentales, BAC, n. 402, Madrid 1979. .- CAVIGLIA A., Conferenze sullo spirito salesiano, Torillo 1943. CERCA E., Don Bosco con Dios, Editorial CCS, Madrid 1984. CoLLI C., Pedagogia spirituale di Don Bosco e spirito salesiano, Editorial LAS, Roma 1982. CONSULTA MUNDIAL, Reglamento de Vida Apostlica. Comentario oficial, Asociacin de Co-

    operadores Salesianos, Madrid 1993. DESRAMAUT F., Don Bosco y la vida espiritual, Editorial CCS, Madrid 1994. GoZZELINO G., Don Bosco con. Dio. Ritratto di un santo, en: Quaderni Spiritualit Salesia-

    na, Istituto di Spiritualit, Facolt di Teologia, UPS, Roma 1991, ..n. 6.

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  • OPTIMISMO Y ALEGRA

    L OBJETIVOS

    1. Valorar la importancia del optimismo y la alegra en nuestro estilo de relaciones con los jvenes y el pueblo, en general.

    2. Revisar esta actitud en nuestra vida.

    3. Ver el modo de contagiar alegra, optimismo y esperanza enlos ambientes en que se desarrolla la

    vida del Cooperador. II. MOTIVACIN

    Popularmente, decir Don Bosco es decir juventud; y decir salesiano-salesiana evoca tambin, casi de inmediato, realidades como juventud, alegra y fiesta. Es un pequeo gran tesoro con el que contamos en la Familia Salesiana, que no podemos permitir que se pierda. No nos pertenece. Se nos ha dado como carisma, para bien de la humanidad y de la Iglesia, especialmente para los jvenes.

    Este estilo de proponer la vida cristiana, incluso la santidad, podra maravillar a algunas escuelas de espiritualidad y pedagoga, temerosas de que rebajen las exigencias evanglicas y los com-promisos educativos. Sin embargo, para Don Bosco y para todo salesiano, el talante optimista, alegre y esperanzado es consecuencia lgica de la amistad con Jesucristo1. III. METODOLOGA

    El desarrollo de este tema exigir una sesin, ampliable a juicio de los animadores. Incluye dos ncleos importantes: la alegra en Don Bosco, de quien la heredamos como estilo de vida y accin; y la alegra en nosotros, como estilo de vida, de educacin y evangelizacin. Bueno ser que los miembros del grupo aporten sus comentarios a textos seleccionados previamente, para ponerlos en co-mn, como ambientacin.

    IV. CONTENIDOS 4.1. Don

    Bosco, un santo alegre

    El primer aspecto que nos llama la atencin en la santidad de Don Bosco es su actitud de sencillez y alegra, que hace que parezca fcil y natural lo que, en realidad, es difcil y sobrenatural (D. Vigan).

    Se poda leer la alegra en sus ojos luminosos y profundos, en su rostro invariablemente sonriente, fascinante e inolvidable (D. Albera)2. Es el testimonio de quien vivi con l en sus aos de ado-lescencia y juventud, y qued impactado por la bondad, amabilidad, alegra y sonrisa de quien les amaba de verdad.

    CG23, n. 165 ' Cfr. BROCARDO R.. Uotno e santo. Don Sosco, ricvrdo vivo, ex., pp. 77-84.

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  • Juan Bosco era alegre por naturaleza: la serenidad del paisaje que rode su infancia, las actitudes positivas ante la vida que su madre le inculcaba y la presencia de un pequeo mundo festivo en Castelnuovo (fiestas religiosas, saltimbanquis y juegos, magos, narraciones, leyendas...) modelaron su sensibilidad y la hicieron atractiva, acogedora y alegre.

    En plena juventud, es capaz de dar forma y nombre a este caudal de felicidad que lleva dentro. Funda la Sociedad de la Alegra, intuicin lejana del ambiente que desea para sus casas y modo concreto de establecer una relacin alegre y juvenil entre amigos.

    En 1841, uno de los fines de su Oratorio fue, ciertamente, tener entretenidos y alegres a los jve-nes que lo frecuentaban. Otros sacerdotes turineses tambin hicieron algo parecido, pero procuraban e inculcaban a sus seguidores una afabilidad seria: haba que ser amables con los jvenes, pero no permitir que alzaran demasiado la voz ni que tuvieran una alegra rumorosa...

    La amabilidad de Don Bosco tiene una caracterstica diversa: es alegre. l mismo invita a los jve-nes con las palabras de Felipe Neri: Jugad, saltad, armad jalen. A m slo me interesa que no cometis pecados3.

    Guiado por su experiencia e intuicin pedaggica, saba que para crecer de manera armnica, espi-ritual y corporalmente, los jvenes tienen necesidad de alegra4. Don Bosco se presta a apostar, re-petidas veces, sobre quin era el ms veloz en las carreras... La ltima apuesta tiene lugar en 1 868: te-na 53 aos y sus piernas ya estaban hinchadas, pero conservaba todava una agilidad portentosas. Era un santo verdaderamente jovial y alegre, que ante los muchachos saba dejar a un lado las preocu-paciones que pudiera tener.

    Promovi la msica en el Oratorio6: compuso sencillas piezas musicales, llam a buenos maestros para formar la banda de msica y los coros con voces juveniles; incluso surgieron, entre ellos, msicos de considerable talento.

    Muchos jvenes salesianos de aquel tiempo sintieron los primeros impulsos a seguir a Don Bosco debido a la atraccin que ejercan la banda de msica y el grupo de alegres muchachos que invada los pueblos del Piamonte acompaando a aquel sacerdote, en los inolvidables paseos del otoo.

    Junto con los juegos y la msica, Don Bosco vivi y dio una importancia especial a la prepara-cin de las fiestas, como elemento fundamental para expresar la alegra. Las celebraciones que se ha-can en Valdocco se convirtieron, con el tiempo, en un verdadero centro de atraccin para la gente de

    3 Cfr. Bosco T., Ejercicios espirituales con Don Bosco, Editorial CCS. Madrid 1983, p. 28. 4 BROCAauo P., o.c., p. 79 s BROCARoO P., ibdem. 6 Cir RtOoU)l M., Don Bosen s la msica, Editorial CCS, Madrid 1991. Y sobre el teatro, cfr BONGSO.SNNF M. Don Bosco )' el teatro. Editorial

    CCS. Madrid 1992.

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  • Turn. Todos los elementos positivos que potencian la alegra y la felicidad, fueron asumidos en su es-tilo educativo.

    El mejor resumen de cuanto supone la alegra en los ambientes de Don Bosco se encuentra en la frase de Domingo Savio a un compaero a quien desea animar: Nosotros hacemos consistir la santidad en estar siempre alegres. Ciertamente, esta frase, asumida ya por Domingo Savia, habra si-do dicha cientos de veces por Don Bosco a sus jvenes en el Oratorio. Parece una consigna fcil de llevar a la prctica, pero se comprende la dificultad que encierra, a medida que van pasando los aos y las dificultades se acumulan: entonces, la alegra se convierte en verdadera virtud7.

    Don Bosco supo infundir este talante de optimismo y alegra en los ambientes que iba creando. Por eso, ha llegado a ser conocido por su simpata y cercana a todo lo que agrada a los jvenes.

    Don Caviglia llega a hablar de la alegra como el undcimo mandamiento para el salesiano!8.

    4.2. Optimismo y alegra: un estilo de educar y de vivir el espritu salesiano

    El primer prrafo del art. 31 del RVA indica al Cooperador que debe cultivar en su vida una ale-gra profunda y serena, y procurar difundirla.

    Tambin el Cooperador tiene, como carisma propio en la Iglesia, el de la educacin, especialmente de la juventud. Se educa, ante todo, por lo que se es y por lo que se hace, y no slo por lo que se dice. El Cooperador Salesiano educar en el optimismo y alegra, en los ambientes a los que su misin le lleva, si, primero, l vive alegre.

    Como Don Bosco, procura crear estas situaciones de alegra y fiesta. Hace caso de los secre-tos que el mismo Don Bosco apuntaba para la buena marcha del Oratorio (la alegra, el canto, la m-sica, el teatro, los paseos y excursiones)9, y aade los dems elementos que, social y juvenilmente, contribuyen a construir el sentido y el ambiente de fiesta y alegra, y son educativos y positivos.

    El optimismo y la alegra sern, de verdad, elementos del espritu salesiano cuando no sean fruto del jaleo exterior, sino consecuencia de una vivencia interior permanente: es el estado de nimo de quien pone la propia vida y las preocupaciones en manos de un Padre infinitamente bueno. La alegra salesiana es, por lo tanto, serena y se encuentra instalada en el corazn. Se manifiesta en el rostro y en los gestos de afabilidad y simpata. De esta manera, el Cooperador intenta crear a su alrededor un clima que favorezca la comprensin de la eficacia liberadora de la gracia de Cristolo.

    En esta lnea, se puede pedir ms, todava. Se puede pedir al Cooperador que no se lamente del tiempo en que le ha tocado vivir, sepa captar los valores del inundo y aproveche todo lo que hay de bueno, especialmente si gusta a los jvenes11. Es una actitud que tiende al optimismo, que no ignora el mal, el egosmo y el pecado en el mundo, pero que no pierde intilmente el tiempo. en lamentaciones. Se esforzar eficazmente por solucionar todo lo que est en su mano, con una accin comprometida; pero no perder ni la serenidad ni la alegra, si ve que las dificultades superan su capacidad o sus posibilidades. No se trata de una forma alienante que hace vivir en feliz inconsciencia, sino de una verdadera santificacin de la alegra de vivir12.

    En el sueo-visin de la prgola de rosas 13, quien ve a los seguidores de Don Bosco siempre contentos, entusiastas y optimistas, tiene la impresin de contemplar a gente que camina sobre rosas; pero las punzadas de las espinas dicen que el espritu salesiano halla, en esta actitud de alegra, uno de sus puntos ms duros de ascesis: es una alegra hecha de sacrificio, arduo a veces, acogido con son-risa en los labios, sencillez y naturalidad, como algo muy normal, sin hacerse la vctima o el hroel4.

    -7 Cfr. DESRAMALT F . . Don Bosco v la vida espiritual, o.c., p. 154. 8 C.avtoLu.s A., Opere e scrirti editi e ineditri di Don Bosco..., Ed. SEI, Torino 1929-1965, V. p. 173.

    DoN Bosco, El Sistema Preventivo en la educacin de la juventud, en el RVA. pp. 78-95, Vase el estudio de BRAIDO, P., El Sistema Educativo de Don Bosco, Instituto Teolgico Salesiano-Guatemala y Editorial CCS, Madrid 1984, p. 198.

    tO Ver Reglamento de Vida Apostlica. Comentario oficial, o.c., art. 31. 11 Cfr Consr. SDB, art. 17. t'- Cfr El proyecto de vida de los Salesianos de Don Bosco, o.c., p. 233. 13 Cfr. MBe III, 32-35. 14 Cfr El proyecto de vida de los Sales/anos de Don Bosco. o.c., p. 234.

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  • stas pueden ser algunas lneas de reflexin que animen a todo Cooperador a no salirse de la fi-la de cuantos hemos recibido una herencia que transmitir: la alegra es posible, y los miembros de la Familia Salesiana somos capaces de crearla, donde se haya perdido, y de conservarla o aumentarla, donde ya est presente. Se trata de ser fieles al ejemplo arrollador que nos dej Don Bosco, a quien un autor llam el Santo que re. V. PARA LA REFLEXIN Y EL DILOGO

    1. Ves alegra y optimismo en el mundo salesiano que te rodea?

    2. Repasa tu vida. Has visto algn cambio en estos aspectos, desde que perteneces a la Familia Salesiana? En ti? En los dems?

    3. Qu te mueve a ser optimista? Tu alegra, de dnde mana, de qu es fruto y consecuencia? De

    algo material, o de algo espiritual? Tiene que ver con la esperanza cristiana?

    4. Escuchad, en grupo, una de estas dos canciones del Musical Don Bosco: la cancin Si sabes silbar o Rosas y espinas. Poned en comn las ideas que os sugieren, en relacin con el optimismo y la alegra.

    VI. BIBLIOGRAFA

    AA.VV., El proyecto de vida de los SDB, Editorial CCS, Madrid 1987. Actas Captulo General Especial SDB, 1972, nn. 85-105 (sigla: ACGE). BONGIOANNI M., Don Bosco y el teatro, Editorial CCS, Madrid 1992. Bosco T., Ejercicios Espirituales con Don Bosco, Editorial CCS, Madrid 1983. BRAIDO P., El Sistema Educativo de Don Bosco, Instituto Teolgico Salesiano-Guatemala y

    Editorial CCS, Madrid 1984. BROCARDO R, Uomo e Santo. Don Bosco, ricordo vivo, LAS, Roma. Captulo General XXIII de los SDB, Editorial CCS, Madrid 1990 (sigla: CG23). CAVIGLIA A., Opere e scritti editi e inediti di Don Bosco..., Ed. SEI, Torino 1929-1965, 6 vols. CERIA E., Don Bosco con Dios, Editorial CCS, Madrid 1984. Constituciones y Reglamentos de los SDB, 1984, arts. 10-21. CONSULTA MUNDIAL, Reglamento de Vida Apostlica. Comentario oficial, Asociacin de Co-

    operadores Salesianos, Madrid 1993, arts. 26-35. DESRAMAUT F., Don Bosco y la vida espiritual, Editorial CCS, Madrid 1994. R[GOLDI M., Don Bosco y la msica, Editorial CCS, Madrid 1991. VIGAN E., La Asociacin de Cooperadores Salesianos, Editorial CCS, Madrid 1986.

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