cardenas y la revolucion mexicana

226
7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 1/226 Benítez Fernando. Lázaro Cárdenas y la Revolución Mexicana. Vol. III, El Cardenismo . México, FCE-CREA, 1984. 379 págs.

Upload: gustavo

Post on 04-Apr-2018

222 views

Category:

Documents


2 download

TRANSCRIPT

Page 1: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 1/226

Benítez Fernando. Lázaro Cárdenas y la Revolución Mexicana. Vol. III, El Cardenismo . México, FCE-CREA, 1984. 379 págs.

Page 2: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 2/226

  A 

LOLITAY

HENRIQUE GONZÁLEZ CASANOVAFERNANDO BENÍTEZ

Primera edición, 1977Primera reimpresión, 1980Primera edición en la Biblioteca Joven, 1984D. R. 1977. FONDO DE CULTURA ECONÓMICA

 Av. de la Universidad, 975: 03100 México, D. F.

ISBN 968-16-1579-4 (Obra completa) ISBN 968-16-1641-3 T. IIIImpreso en México

Page 3: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 3/226

 

PRÓLOGO

DESDE 1913 en que se lanzó a la Revolución hasta 1970, año de su muerte,

Lázaro Cárdenas no dejó un momento de servir a México. Estos 58 años sedividen en tres etapas clara-mente definidas: la del soldado y el funcionario, desde1913 hasta 1934; la central, la más brillante, que comprende su sexenio en lapresidencia, y los 30 años finales en que vuelve a las armas —segunda GuerraMundial— e inicia, en condiciones dramáticas, el retorno al pueblo del que hanacido.

Cárdenas nos ha dejado su propio testimonio de una época de grandes yradicales cambios: a partir del mismo 1913 llevó un minucioso diario que registrael desarrollo de sus ideas. Fuera de los pequeños párrafos donde alude a su amor y su preocupación constantes por su mujer, la admirable Amalia, por su hijoCuauhtémoc y su hija natural, Alicia, casi no hay ninguna alusión a su vidaprivada. Me hubiera sido fácil escribir un capítulo sobre la índole novelesca de susrelaciones con Amalia, mas, tratándose de un episodio aislado, habría acentuadoel desequilibrio ya harto comprometido de este esbozo biográfico, y me abstuvede hacerlo para ocupar-me sólo del hombre público, tal como fue la intención deCárdenas: siempre quiso, por un pudor innato, mantener a su familia alejada delos rencores de la vida pública y, según me refirió el guardián de su casa dePátzcuaro, muchas veces quemó cuidadosamente los papeles escritos la nocheanterior, sin duda con el propósito de no legarle a su hijo los odios irracionalesque provocaron sus medidas revolucionarias.

El general Cárdenas trazó, pues, una línea de demarcación muy rígida entre suvida personal y su vida pública, y no seré yo el que se atreva a contrariar una desus reglas invariables de conducta, tanto más que no hay, en todo lo escrito por élo por sus allegados, esas confesiones, desahogos e intimidades comunes en lasgrandes personalidades, lo cual permite la redacción de acabadas biografías.Nada sabemos tampoco de Carranza, de Obregón o de Calles, y debemosconformarnos con lo poco que nos dejaron los escritores con-temporáneos, únicoscapaces de penetrar en los caracteres personales, como es el caso de Martín LuisGuzmán en La sombra del caudillo y de José Vasconcelos en el Ulises criollo.

Cárdenas era ante todo un hombre político. Por primera vez en nuestra historiano fue un liberal ni un populista, sino un presidente empeñado en borrar ladesigualdad mexicana mediante una audaz reforma agraria y una política obreraque hizo de los trabajadores la punta de lanza de la Revolución triunfante. Seempeñó en devolverle a México sus riquezas naturales enajenadas,enfrentándose al imperialismo norteamericano y a la burguesía agraria eindustrial dependiente de los mercados extranjeros.

Creo que no se le ha hecho justicia. En su época se le acusó de comunista, yahora los jóvenes historiadores lo acusan precisamente por no haberlo sido y lecuelgan las etiquetas de populista, de bonapartista e incluso de fascista.

Cárdenas no logrará ser entendido fuera del marco de la RevoluciónMexicana. Ejecutor de la siempre diferida Constitución de 1917, demostró queera posible cambiar el curso de la historia ocupándose ante todo de la enorme

Page 4: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 4/226

masa marginada de los indios, de los campesinos y de los obreros, pero un paíscomo el nuestro no puede cambiar radicalmente en seis años. Alejándose de losejemplos de Carranza, de Obregón y de Calles, obsesos del poder, rehusó lanada remota posibilidad de reelegirse, y, cuando entregó el mando al generalManuel Ávila Camacho, prometió no intervenir nunca en la política activa,

promesa a la que guardó fidelidad hasta su muerte.En 1940, a causa de la segunda Guerra Mundial y del llamado a la unidadnacional, recomienza la etapa del populismo de la que no hemos salido. Elgobierno, sin dejar su papel de rector de la vida económica, social y política de lanación, optó por el camino de la industrialización y el desarrollo capitalista. Secreyó, equivocadamente, que es-tos supuestos resolverían los eternos problemasde México.

Ya en los años sesentas se advirtieron dos fenómenos inquietantes. El campoen manos de los neolatifundistas —alquiladores de tierras ejidales, falsospequeños propietarios, monopolistas de insumos, de maquinaria, de mercados, ypor su-puesto las transnacionales— descuidó los alimentos básicos y se revelóincapaz de proporcionar el trabajo que debían generar los ejidos colectivos delgeneral Cárdenas. Entretanto, las masas campesinas crecierondesmesuradamente y emigra-ron a las ciudades en busca de empleo, perotampoco aquí la industria de transformación logró absorberlas y surgieron millonesde desempleados o de subempleados en el campo y en las ciudades mientras el 1% de la población usufructuaba el 40 % del producto nacional bruto.

Curiosas simetrías de la historia. En 1910 después de treinta años deporfirismo estalló su fracaso, y en 1970, al cabo de otros treinta años, se hizopatente la ruina del modelo populista. Habíamos fracasado nuevamente en elorden político, en el orden social y en el orden económico. La necesidad de crear una infraestructura de la que se aprovechó la nueva clase industrial yneolatifundista nos obligó a endeudamos y se acrecentó nuestra dependencia delos Estados Unidos.

Cárdenas contempló impotente la destrucción de su obra, aunque nopermaneció inactivo. Como vocal ejecutivo de las Comisiones del Tepalcatepec ydel Balsas construyó presas y caminos, edificó hospitales, ciudades e industrias,trabajó por los más desvalidos, y a pesar de un esfuerzo agobiante, sostenidodurante treinta años, vio con amargura que si bien enriqueció al país, losprincipales beneficiarios de esta enorme tarea fueron en última instancia losneolatifundistas herederos del hacendismo y los monopolistas extranjerosherederos de la Colonia.

Se ha leído con poca atención su diario. Cárdenas se fue transformando en unescritor político y en un crítico del sistema. "Hemos sido capaces —dice en sus

 Apuntes— de hermosear ciudades, levantar estructuras monumentales; construir grandes obras de almacenamiento para irrigación y generación de energía; abrir vías de comunicación, centros de cultura, de salubridad, de asistencia pública,museos; verificar olimpiadas internacionales; anunciamos una economía nacionalpróspera; contamos con técnicos en todas las ramas; sin embargo, para justificar la revolución agraria carecemos de visión o voluntad para hacer de las unidadesejidales ejemplo de organización y de producción agrícola."

La reforma agraria constituye nuestro talón de Aquiles. En 68 años de luchas

Page 5: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 5/226

no ha sido posible solucionar este problema básico, lo cual revela que no hemoslogrado des-hacernos de los patrones coloniales. La concentración de riquezaque se advierte en la industria y en las finanzas se da también en el campo.Treinta millones de mexicanos viven de peones, de parcelas minúsculas oconcentrados en ejidos, privados de créditos, asesoría técnica y mercados. La

pugna entre el ejido miserable y el rico neolatifundio, lejos de llegar a unequilibrio, empeoró, y las consecuencias re-vierten sobre el conjunto de laeconomía nacional.

La clase campesina ha sido, por siglos, la más castigada. Se le ha despojadode sus mejores tierras, se le ha confinado al minifundio y ha llegado a taldeterioro que se ha visto obligada a dejar sus parcelas insuficientes y a emigrar alas ciudades y a los Estados Unidos, haciendo la vida imposible en los grandescentros urbanos e industriales.

El neolatifundismo, en vez de satisfacer la demanda de ce-reales obliga aimportarlos; la producción de fertilizantes, de alimentos animales, de huevos, depollos, gallinas, cerdos, medicamentos, la retienen las transnacionales, no por falta de técnicos, sino por la estructura misma de un sistema que ha favorecido lapenetración del capitalismo extranjero.

Esta situación no va a mejorar pronto. Si el problema de la expropiaciónpetrolera sólo pudo dominarse con la movilización de todas las fuerzasnacionales, el hondo y trágico problema que nos plantea una reforma agrariadesvirtuada sólo también logrará resolverse con otra movilización general denuestros recursos humanos, tecnológicos y científicos.

Cárdenas se dio cabal cuenta de que muchos de los funcionariosencargados del campo ni amaban a los verdaderos campesinos ni entendían lasignificación del ejido. Se habían hecho ricos introduciendo la corrupción ymerecían un castigo, lo mismo que lo merecían los comisarios ejidales traidoresa los suyos."La importancia del ejido en la vida económica agrícola de México —escribió el

20 de noviembre de 1957— se podrá medir con sólo considerar que, en laactualidad, la mitad de las tierras de labor están en sus manos. Fueron brazos deejidatarios los que hicieron producir en 1950 el 62 % de la superficie cosechadade maíz en la República, el 56 % de la de trigo, el 60 % de la de frijol, el 77 % dela de ajonjolí, el 30 % de la de algodón, el 70 % de la de garbanzo y el 58 % de lacaña de azúcar. El ejido tiene por tanto sobre sí la responsabilidad de dar decomer y de surtir de materias primas a las industrias. Un ejido raquítico, débil omiserable es la negación de la Revolución Mexicana. Y, para que el ejido florezcay cumpla su función de aumentar la producción agrícola y de liberar económicamente al hombre del campo, hay que afrontar, con decisión eintegridad, todos y cada uno de sus problemas."

Lo que dijo el general Cárdenas sobre la reforma agraria cayó en el vacío. Loscinco presidentes posteriores a su mandato se guardaron mucho de darle uncargo que pudiera interferir con su modelo de beneficiar ante todo al agricultor privado y lo mantuvieron alejado de la toma de decisiones.

Hoy el gobierno le teme al neolatifundismo, el verdadero usufructuario de lareforma agraria, y cuando a finales de 1976 le expropió algunos millares dehectáreas mal habidas, debió pagar una generosa indemnización. No fue ésta la

Page 6: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 6/226

lección de Cárdenas. Los barones de la tierra le hicieron ver que la producción,dejada a sus antiguos peones, se desplomaría sin remedio, y aun lo amenazaroncon ofrecer resistencia. Cárdenas no se inmutó. Ante la rebeldía, armó a loscampesinos, y los orgullosos hacendados —resto del feudalismo agrario— seresignaron a cultivar su parcela y a renunciar a su vida de absentistas. Andando el

tiempo, los ejidos colectivos demostraron su eficiencia y fue necesario que unaofensiva constante del gobierno completara su lenta destrucción. Cosechamos loque sembramos. La repartición cardenista, hecha bajo la presión de una luchaque no admitía dilaciones, registró errores, y se empleó mucho tiempo paracorregirlos y afianzar la economía. Lejos de ello, esta vez sí, la política había dadoun giro de 180 grados. El 85 % de la inversión en el campo se dedicó al riego, lastres cuartas partes a beneficiar la producción del neolatifundismo, y el resultadofue que los 25 mil ejidos de la República dejaron de ser siquiera autosuficientes ycayeron en el minifundio, originándose el exceso poblacional, el éxodo a lasciudades y la carencia de la producción agrícola.

 Ahora el neolatifundio es mucho más poderoso que el ejido, siguiendo unpatrón colonial invariable, y mientras nosotros no nos resolvamos a quebrantarlo,comenzando de nuevo por el campesino y reconstruyendo el ejido colectivo,nunca lograremos salir de la miseria y la desigualdad.

Bien sabemos, y lo repetiremos siempre, que esta inmensa tarea ha de estar inserta en un proyecto nacional. Al caos del campo, a la marginación de 30millones de campesinos miserables responde una estructura administrativa yburocrática carente de una visión redentora. Debemos llamar a nuestros jóvenesprofesionistas, establecer cuadros técnicos, politizar a los campesinos en unacampaña nacional de intensidad igual a la cardenista, recrear los ejidos colectivosen los distritos de riego pagados con el dinero del pueblo, levantar la economía delos ejidos pobres mediante acciones escalonadas, invertir lo necesario para quesean autosuficientes y tengan un acceso a los mercados, y acabar con lacorrupción, una de las lacras nacionales, castigando a los ladrones ydevolviéndole su espíritu agrario a la Revolución.

No es el ejido colectivo la única forma posible de organización. Cárdenashablaba de darles pastizales y bosques a los campesinos, a fin de formar ejidosganaderos y forestales, y se ocupó de llevar industrias al campo y de diversificar la producción agrícola.

Sobre cualquier consideración existe el deber de liberar al país científica ytecnológicamente, de no importar modelos tecnológicos extranjeros cuando nopodemos siquiera, después de cuarenta años de industrialización, reparar untractor. Es hora ya de construir nuestra propia maquinaria agrícola, de producir nuestros alimentos y fertilizantes, de no depender más de las transnacionales.

Cárdenas luchó hasta el fin por alcanzar esta liberación. Como profeta armado—el Presidente— se empeñó en dotar de una economía a los campesinos y a losobreros, demostrando que era posible realizar el sueño de un país en el que noprevaleciera la infame desigualdad de la Colonia, y como profeta desarmado —elex Presidente— volvió al pueblo y trabajó sin descanso por sus mismos ideales.Fue en realidad el último de los revolucionarios de 1910. "México --escribía pocoantes de morir —, sin duda, tiene grandes reservas morales para defender susrecursos humanos y naturales y es tiempo ya de emplearlas para cuidar en

Page 7: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 7/226

verdad que el país se desenvuelva con su propio esfuerzo."Vencido una y otra vez, lo sostuvo su fe en los margina-dos y en su destino

superior. En este sentido era también el último de los grandes utopistasmexicanos, sólo que su utopía se fundaba en las inmensas posibilidades de unpueblo desdeñado a lo largo de la historia. En él encontró su verdadera vocación

y la fuerza para resistir el aniquilamiento de su obra. Al final, sobre la retóricaoficial, él, que tanto amó al pueblo, se sintió rodeado de su amor recíproco.Especie de Quetzalcóatl, era el esperado, el que pudo haber devuelto a México suantigua grandeza. Su sueño de la igual-dad, al afirmarse la desigualdad, pareciódesvanecerse. Sin embargo, el pueblo creció, se ha hecho un gigante, estágolpeando rudamente a nuestra puerta y debemos abrirle si no deseamos ser aplastados. Con él volverá Cárdenas y volverán los otros utopistas, los que nuncaaceptaron la carga dolorosa de la desigualdad que ha pesado sobre nosotros yque hoy constituye nuestro mayor problema.

F.B.

Page 8: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 8/226

 

PRIMEROS CONFLICTOS Y DESTRUCCIÓN DEL MAXIMATO 

EL PRESIDENTE abandonó el castillo de Chapultepec y continuó habitando sucasa de Wagner 50 mientras se le construía una sencilla residencia en lo queentonces era la prolongación del Bosque. Con el castillo, edificado desde la épocavirreinal, restaurado y amueblado por Maximiliano, el emperador aficionado a labotánica y a contemplar el vuelo de los colibríes sobre las flores del jardín,Cárdenas dejaba atrás un pasado de esplendores marchitos. Su atención se fijóen el viejo Palacio Nacional, que abarcaba significativamente la Secretaría deHacienda, la Tesorería y la Secretaría de Guerra y que él consideraba como unaparte del Poder Ejecutivo. Escenario de festines, asonadas y asesinatos, asalta-do, abandonado y reconquistado muchas veces, era un compendio de la historianacional. Cárdenas le añadió un nuevo capítulo. Prohibió que la guardia, formadaen la puerta de honor, lo recibiera a trompetazos según la vieja etiqueta y abriósus puertas a los obreros y sobre todo a los campesinos. Lo que ahí se tratabadebía cumplirse rigurosamente y la gente del pueblo, acostumbrada a las

 jerarquías y a los rituales, sentía que por el solo hecho de ser recibida en la mismafuente de lo sagrado sus negociaciones debían alcanzar la solemnidad de unpacto irrevocable.

El Presidente no alteró sus hábitos de soldado a lo largo del sexenio. Cuandoese mismo año se cambió a Los Pinos, siguió levantándose al amanecer aunquese hubiera acostado muy tarde.

 Amaba los caballos, las plantas y el agua. Montaba sin alardes, cuidaba susflores y casi a diario nadaba en la alberca helada de Los Pinos. Si estaba cercadel mar o de un manantial de aguas sulfurosas durante sus largos viajes, nuncadejaba pasar la ocasión de tomar un baño.

Lo afeitaba un soldado —otro de sus hábitos castrenses y desayunaba fruta,huevos tibios y café. A las 9 menos 20 de la mañana, después de leer losperiódicos, tomaba su auto y se dirigía al Palacio.

En punto de las 9, antes de entrar al despacho, recorría las antesalas con supaso rápido y llamaba a su secretario particular:

—Señor licenciado, vi en la antesala a un señor gordo, vestido de café, y a ungüerito que fumaba un puro. ¿Quiénes son? ¿Qué es lo que desean?

Se había impuesto la disciplina de saber quiénes eran las gentes que lovisitaban para hablarles por sus nombres y saber de ellos lo esencial a fin de noequivocarse, y una vez informado, nunca olvidaba los menores detalles. Legustaba oír, sin dar muestras de fatiga o disgusto, y hablaba escasamente, casien sordina, por lo que a veces era difícil en-tenderlo. En Los Pinos hablaba ypaseaba; en el Palacio permanecía sentado y sólo se levantaba para saludar odes-pedir a los visitantes. Comía en su casa con su mujer y a las 5 de la tardevolvía al Palacio. En la enorme plaza oscurecida sólo se destacaban, hasta muytarde, sus balcones iluminados.

Tenía un gran respeto de sí mismo y de su investidura. Hombre de unacortesía refinada, no dijo nunca una palabra ordinaria ni habló mal de nadie ni le

Page 9: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 9/226

gustaba levantar la voz o reprender a los que cometían faltas. Vestía con lamayor pulcritud. Aun en los trópicos andaba de saco y corbata sin dar señales demolestia.

En el fondo era muy tímido. Su brazo izquierdo, un poco encogido aconsecuencia de haberse caído de un caballo, acentuaba su aire de rigidez, que

él trataba de suavizar esbozan-do una sonrisa amable. Resolvía los asuntossobre la mar-cha, sin demoras y sin falsas promesas. Decía sí o no y la gentesabía que cumplía su asentamiento o su negación. Auxiliaba a los pobresextremando su delicadeza y en las peores crisis no se le vio nervioso odescompuesto. Si tuvo aventuras amorosas, las tuvo empleando una discrecióntotal.

 Atraía a las mujeres y algunas le atribuyeron hijos, como es el caso de ciertoshombres notables.

El 3 de diciembre, es decir, dos días después de tomar posesión de su cargo,clausuró los casinos de su amigo y antecesor el general Abelardo Rodríguez, y sindecir palabra proscribió el chaqué o el frac de las ceremonias públicas —aquelrenovado carnaval en un pueblo harapiento—, los banquetes y los vinos.

El Presidente, aparte de estas costumbres —México fue y es hasta la fecha unpaís de rituales religiosos y civiles—, era abstemio, no fumaba, detestaba lascorridas de toros —vestigio del barroco—, se había rebajado el sueldo a la mitad—hecho que pasó inadvertido—, y su joven mujer no jugaba al bridge con lasesposas de los ministros. El periódico oficial del régimen dejó de publicar sugustada página de crímenes, lo cual disminuyó considerablemente su circulación;no más aquellas cabezas a ocho columnas impresas en tinta roja que decían:"Mató a su mamacita sin causa justificada", "Sacerdote muerto por comerse untaco de cabeza", "Dio unos pasos atrás ... y le faltó azotea", truculencias de moda,desde los tiempos de Posada, que con los toros, los milagros, la lotería, lastrompetas y los tambores constituían el deleite del mexicano. La clausura de loscasinos y del bar del Palacio de Bellas Artes no eran medidas que lo hicieranpopular entre los ricos. Los banqueros o los industriales tampoco se sentían muycomplacidos de compartir los sillones del Palacio Nacional con el México cafre,como José Yves Limantour llamaba a la gente pobre.

El gabinete Se dio la Secretaría de Hacienda al licenciado Narciso Bassols, que había

ocupado la de Educación en el interinato del general Rodríguez y tuvo que dejarladebido a su empeño de aplicar al pie de la letra la llamada educación socialista.

Bassols, hombre pequeño y calvo, de ojos vivaces ocultos bajo los gruesoscristales de sus antiparras, vehemente, disputador, dotado de una mentalidadlógica extraordinaria, era famoso tanto por su radicalismo como por su probidad ysus hirientes sarcasmos. Un poco a semejanza de Luis Cabrera y de Vasconcelos,su cultura y su intransigencia hacían de él un detestable político. Siempre estabadispuesto a renunciar, de hecho renunciaba, lo cual le impidió realizar la obra quepodía esperarse de su talento.

En la Secretaría de Comunicaciones figuraba Rodolfo Elías Calles, hijo del Jefe

Page 10: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 10/226

Máximo, a quien su padre había dado un gran poder político; en Relaciones,Emilio Portes Gil, convertido al naciente cardenismo; en Gobernación, Juan deDios Bojórquez, hombre que pasaba como escritor de izquierda y gran amigo deCalles; en la Defensa, el mediocre general Pablo Quiroga; en Salubridad, el doctor 

 Abraham Ayala González, esposo de Cholita González, la secretaria privada de

Calles; en el Departamento Central, Aarón Sáenz, amigo del Jefe Máximo y másamigo de adquirir ingenios azucareros, y en la Secretaria de Agricultura, elgobernador de Tabasco, Tomás Garrido Canabal.

Este Garrido Canabal era el personaje más extraño del gabinete. Hombre derostro duro y anguloso, neurótico, suspicaz, había gobernado Tabasco por más de10 años. En su espíritu no existían matices ni gradaciones, pues odiaba y amabacon la misma intensidad desorbitada. Desde luego, odiaba mucho más que Callesel fanatismo religioso. Había organizado una fuerza de 50 mil "camisas rojas" —vestían pantalón negro y blusas coloradas— que hablaban un lenguajeseudomarxista, despojado de sintaxis, y combatían la religión y el alcoholismo,destruyendo iglesias, quemando y decapitando santos, predicando contra el opiodel pueblo, persiguiendo, torturando y expulsando a los sacerdotes y cerrando lastabernas. Sus métodos tenían una persuasión brutal y caricaturesca. Fuesustituido el santoral cristiano por un calendario de fiestas rurales, destinadas aensalzar los productos agrícolas de cada región, y se inventaron oraciones paracombatir a la embriaguez y el catolicismo.

Cuando el general Cárdenas visitó Tabasco, una persona de su séquito lepreguntó a una niña:

—¿Sabes tú rezar?La niña respondió desafiante:—En mi casa le cortamos la cabeza a los santos. —Luego, ¿tú no

crees en los santos?—No, ni en el coco, ni en las brujas; me gustan más los cuentos de pastorcitos.En las exposiciones donde los ganaderos mostraban sus mejores animales,

ganaban siempre primeros premios un toro llamado "Dios Padre", un asnobautizado como "Jesucristo" y un cerdo al que denominaban "el Papa".

Este odio iba acompañado de un amor igualmente furibundo por la educación,la producción agropecuaria y el sindicalismo oficial. Garrido destinaba una terceraparte de su presupuesto  a escuelas, brigadas culturales, orquestas, deportesintensivos y planteles "racionalistas" que funcionaban en las iglesiasdesmanteladas.

Había organizado congresos antirreligiosos, celebrados en el teatro al aire librebautizado —¿reminiscencia hitlerista?— "El Nido de Águilas" y presididos por laniña Nereyda Pedrero. Infantes de 8 a 10 años —tal vez su precocidad se debía alcalor húmedo de Tabasco, que lo mismo transformaba los helechos en árbolesque a los niños en genios -- disertaban durante largas horas sobre temas tan pocobanales como "Los males que han ocasionado las religiones a la humanidad", "ElUniverso sin Dios", "El origen de las religiones", "De los medios de que se havalido el clero para explotar a la humanidad", o presentaban propuestas, como ladestinada a suprimir las cruces de los cementerios, que levantaban tempestadesde aplausos y gozosas lágrimas de sus orgullosos progenitores.

Sus maestros eran los mejor pagados de la República, y gracias a su

Page 11: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 11/226

campaña, los robos y los asesinatos habían descendido en forma impresionante.Organizó 37 sindicatos bajo la dirección de una Liga de Resistencia,

dependiente del Partido Socialista Radical, y una serie de cooperativas queobtenían ganancias importantes.

En materia de tierras Garrido era partidario de la pequeña propiedad y no de la

agricultura colectivizada. "Las cuatro quintas partes de los campesinos poseían el13.9 % de las tierras mientras que el 1.2 % usufructuaba el 45 %." [1].Garrido no se mantuvo al margen de ciertas seducciones. Si bien la

administración procedía honestamente, imperaba el nepotismo y el dictador eraun rico propietario cuya generosidad alcanzaba a sus concubinas.

Cárdenas se quedó asombrado ante aquel "laboratorio de la revolución", comolo llamó Calles, y en las elecciones a la presidencia votó por Garrido y luego lonombró secretario de Agricultura, mas no de Gobernación como temía la gente.

Garrido Canabal se trajo a sus "camisas rojas" favoritos y transformó laSecretaría en una fortaleza de la propaganda antirreligiosa. Aquello se iniciócomo una gran farsa, pero una farsa peligrosa e irritante. Los pacíficosempleados, conocedores de plantas y gallinas, debieron transformarse encruzados del anticatolicismo, bajo la guía de los tropicales "camisas rojas", queorganizaban mítines provocativos ante las iglesias y "sábados rojos" en Bellas

 Artes, desplazando las óperas y los conciertos de otras épocas. Un orador retó aDios para que demostrara su poder  —si alguno le quedaba— enviando un rayosobre el teatro, y si bien el Altísimo desdeñó el desafío de su "enemigo personal",algunos asistentes forzados abandonaron la sala "por si acaso". El único signo decircunspección consistió en que de las exposiciones ganaderas desaparecieron"Dios Padre" y su hijo "Jesucristo" y sólo mostraban un magnífico toro y unenorme asno se-mental, encabezados por una banda de música y un heraldo quegritaba: "Quítense los sombreros al pasar `el Papa' y `el Obispo'."

El conflicto parecía agravarse cada vez más. En la mitad menos uno de losestados las iglesias estaban cerradas. Los sacerdotes gemían en sus escondites,se refugiaban en San Luis Potosí, donde el temible Saturnino Cedillo los protegía,o bien azuzaban a los Caballeros de Colón y a los obispos norteamericanos a finde que su senado protestara contra la "salvaje" persecución de sus martirizadoshermanos los católicos de México. Cárdenas a su vez prohibió el envío deliteratura religiosa por correo. Sin dar señales de amaine la escalada de laviolencia y mientras una venerada estatua de la Virgen de Guadalupedesaparecía de Cuernavaca —el hecho no fue atribuido a un milagro sino a los"camisas rojas"--, el anticristo Calles abandonaba en Los Ángeles el Hospital deSan Vicente entre los adioses y las oraciones de las monjas católicas que loasistieron durante una de las muchas reparaciones a que sometía su estropeadamaquinaria.

El domingo 30 de diciembre la situación cambió del rojo al rojo blanco. Cuandolos devotos salían de su misa de 10 en la parroquia de Coyoacán, un grupo de"camisas rojas" se hallaba entregado a impartir blasfemias y admonicionesantialcohólicas. Se encendieron los ánimos. Primero salieron las injurias, a lasinjurias se contestó con piedras y a las piedras los cruzados respondieron con tiros—iban siempre armados de pistolas y lugares comunes—, asesinando a seispersonas en su retirada hacia la Delegación de Coyoacán don-de los protegió el

Page 12: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 12/226

delegado tabasqueño Homero Margalli. En ese momento llegaba retrasado unpobre muchacho de la ciudad llamado Ernesto Malda, vestido con su uniforme, yal ver la muchedumbre enardecida trató de abordar un tranvía pero fue alcanzadoy piadosamente reducido a un pingajo sangriento.

El 1º de enero, primer año del débil gobierno, 20 mil católicos siguieron el ataúd

de sus muertos. En el mismo sepelio se organizó una Junta Especial Pro Justiciade los Asesinados, que recogió dinero, alhajas, chales y sombreros. Ese mismodía Malda fue sepultado bajo un pesado sudario de retórica oficial. El Presidente,si bien es cierto que mandó una corona, ordenó a su procurador que encarcelara a40 "camisas rojas" culpables de los hechos y se les siguiera un pro-ceso, lo cualprovocó el disgusto de Garrido Canabal.

El conflicto laboral Cárdenas, aparte del religioso, tenía otros muchos problemas que resolver. Los

obreros estaban divididos. Una agresiva minoría militaba en la CROM manejadapor Morones y una mayoría muy activa en la Confederación General de Obreros y

Campesinos de México (CGOCM) fundada en 1933 por el joven líder VicenteLombardo Toledano. En 1928, último año de Calles, se registraron siete huelgas yel maximato no mostró simpatías hacia los trabajadores. Abelardo Rodríguezsostuvo el criterio de que las huelgas eran inaceptables en periodos de crisis, ycomo su mandato transcurrió bajo el impacto de la crisis mundial, la situación delos trabajadores al iniciarse 1935 era sumamente precaria.

 Al ocupar Cárdenas la Presidencia el tabú se rompió. Los salarios y el poder decompra eran muy bajos y los obreros vieron en el cambio la oportunidad demejorar su situación radicalmente. Sabiéndose respaldados por las autoridadesdel trabajo, las huelgas se multiplicaron a lo largo de 1935 hasta alcanzar lainusitada suma de 642.

Podría decirse que el país, al salir del maximato, transformaba la crisis internaen una crisis laboral de intensidad antes desconocida. El 10 de enero los obrerosde la Huasteca, por solidaridad con sus camaradas de El Águila, decretaron lahuelga; el 11 pararon los electricistas de Veracruz y los textiles de San LuisPotosí, y el mes concluyó al declararse una huelga general de 20 mil trabajadorespetroleros en Tampico.

En Puebla, Lombardo declaró ante millares de trabajado-res que sus huestesno apoyarían "el jacobinismo y el falso socialismo del presidente Cárdenas"; el 3de febrero se recrudeció la huelga de El Águila en diversas instalaciones y pararon9 mil choferes de taxi en el Distrito Federal. El 13 de marzo los trabajadorestextiles poblanos decretaron otra huelga general, en la que se registraron choques

sangrientos, y ese mismo día Morones declaró el paro total en Orizaba como undesafío a la organización rival de Lombardo.El 28, los tranvías no prestaron servicio en la ciudad de México, y en el

importante centro textil de Atlixco ocurrió una matanza a causa de las mismasdisputas intergremiales, lo cual suscitó una nueva huelga general en Puebla.

 Al contagio no escaparon Mérida, Celaya, León, Uruapan y otras ciudadesimportantes. Por un lado, Morones trataba de retener su antiguo poder,recurriendo a su arma favorita de la violencia, y por otro, la actitud favorable de los

Page 13: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 13/226

tribunales estimulaba a los obreros y el desorden parecía total. La lucha centradaen la industria petrolera y en la textil alarmaba tanto a los empresarios mexicanoscomo a los extranjeros, creándose un malestar del que se hacían eco losperiódicos.

En realidad un problema estaba ligado a otro y todos convergían en la ambigua

intromisión del jefe Máximo. El Presidente se hallaba atado de manos. Nopudiendo dominar el conflicto religioso avivado por los callistas ni unificar a losobreros mientras Morones controlara la CROM, en esos primeros meses de sugobierno dejó que las huelgas tomaran su propio impulso y que Garrido terminarade desprestigiarse, y trató de robustecer el ala izquierda de las Cámaras,introducir cambios en el ejército y acelerar el reparto de tierras a través del reciéncreado Departamento Agrario.

Calles sondea al Presidente 

El 12 y el 13 de abril el senador Ezequiel Padilla le hizo a Cárdenas unaentrevista de prensa. No sabemos si formaba par-te de una estrategia más ampliade Calles para iniciar la destrucción del cardenismo, pero lo que sí resultaindudable es que todas las preguntas de Padilla transparentaban el pensamiento ylas intenciones del "hombre fuerte". A Calles ya no le preocupaba la propagandaantirreligiosa que él había manejado, sino la propaganda extremista y la agitaciónincesante de las organizaciones obreras "cuya consecuencia ha sido la másgrande zozobra en todos los intereses creados". En México reinaba la paz y elorden, mientras en Europa y en Asia "sólo se oye el ruido de las bayonetas"; elcomercio, la minería y el turismo registraban un auge creciente, centenares demillones en los bancos esperaban su aplicación "si el gobierno quisiera alentar con

su política el entusiasmo por la producción y el trabajo". "Hay un hondo anhelo deconfianza y en un país presidencial como México —añadía Padilla a sabiendasque la intromisión de Calles anulaba el régimen presidencialista— nadie puedesatisfacerlo con más autoridad que el presidente de la República."

Cárdenas respondió:—Tengo conciencia de la oportunidad de engrandecimiento que representa

para México esta época excepcional y estoy resuelto a que la nación se aprovechede tan favorables condiciones.

—Todo el arte de un hombre de Estado —interrumpió Padilla— consiste ensaber combinarse con la fortuna. El periodo presidencial de usted puede pasar a lahistoria como el constructor de nuestra grandeza económica.

—No vivimos en los tiempos en que basta fundar una "prosperidad" a secas.Correríamos el peligro del porfirismo: creyó que estaba afianzando la prosperidady sólo estaba preparando la Revolución. No podemos entrar al franco periodo deseguridades sin destruir los viejos moldes de una injusta organización económica.

—Nadie discute la justicia social. El dilema ya no se plantea entre el laisser faite y el "comunismo": sino entre la economía bien dirigida y el caos.

—Y una economía bien dirigida —argumentó Cárdenas reclama como basefundamental hacer justicia a las clases trabajadoras.

Page 14: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 14/226

Padilla decidió atacar más a fondo el problema que tanto preocupaba a loscapitalistas —y por supuesto a Calles—, respondiendo "vivamente":—Lo que realmente siembra la inquietud es la lucha que muchos miran como

indecisa en nuestra política, entre el comunismo por una parte como sistemaactivo de gobierno y por la otra el sistema de ideas socialistas que sustenta la

Revolución Mexicana.Cárdenas comprendió inmediatamente la intención de esta reflexión típica delúltimo Calles y se apresuró a contestarla de un modo inequívoco:

—Yo considero como una fortuna de mi administración el que estosmovimientos reivindicatorios de los derechos esencia-les de los obreros se hayanproducido al principio de mi gobierno. Todos hemos propagado, defendido osustentado, en la tribuna y en la prensa, y en todas las formas de la lucha social,el derecho de los obreros y campesinos a elevar sus normas de vida con mejoressalarios, tierras propias y condiciones de trabajo más justas, y cuando de laspalabras pasamos a los hechos, los espíritus timoratos se asustan. A menos dehaber hablado con gran insinceridad, no es posible hacer otra cosa que cumplir las

 justas promesas. En cuanto a mí, todos deben saber que no es mi manera lapropia para ser instrumento de una prosperidad fundada en la explotación injustade las clases trabajadoras.

Calles creía haber llegado al momento de iniciar una prosperidad económicanacional facilitando por todos los medios las inversiones de capital privado y leinteresaba que Cárdenas siguiera su política de equilibrio y de compromisocaracterística del maximato. Padilla volvía a la carga:

—¿Usted cree que la empresa particular podrá contar con las seguridades ygarantías necesarias para sus inversiones y legítimas ganancias?

Cárdenas eludió la red que se le tendía y contestó:—Tengo motivos para afirmar que estamos pasando el punto culminante de las

reclamaciones obreras. Desde luego, en todas las empresas donde se ha logradoya un reajuste, sería inexcusable que volviera a perturbarse el equilibrioestablecido: Dada nuestra industria tan limitada, podemos prever que en brevesdías habrán terminado las reclamaciones justificadas. Dos grandes beneficios seexperimentarán en brevísimo plazo. Por una parte todas las empresas quedaránsometidas a iguales normas, desapareciendo esa nociva competencia que lasempresas logreras puedan hacer a las que cumplen generosamente con nuestrasleyes. Por otra parte un sentimiento de equidad hará de los obreros colaboradoressinceros y leales de la producción. Si a esto agrega usted los esfuerzos queestamos haciendo para que en un plazo, no tan breve como el de los reajustesindustriales, pero que no excederá de dos años, quede terminado el problemaagrario, se dará usted cuenta de las perspectivas de tranquilidad y de seguridadque ofrece la explotación de la riqueza en México.

Padilla rearguyó que la política del gobierno "parece hacer todo menosfomentar el espíritu de empresa y el estímulo de la iniciativa privada, única fuentede riqueza posible". "El plan sexenal y la independencia económica, sin capital, esuna impostura. Ningún discurso extremista puede cambiar estas verdades."

Cárdenas hizo ver que esperaba de los obreros y de los empresariosresponsabilidad, comprensión y colaboración:

—Los impacientes, los indisciplinados, no tienen derecho a comprometer las

Page 15: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 15/226

oportunidades de México. No debemos olvidar que somos los continuadores deuna política de tradición iniciada desde el comienzo de la Revolución en unamarcha de reivindicaciones escalonadas, limitadas siempre por las objeciones dela realidad.

—Estas declaraciones —concluyó Padilla— son útiles para las mismas

organizaciones obreras, que fácilmente pueden dejarse seducir por caminoscontrarios a la ley, como la acción directa y el sabotaje.Una de las características del general Cárdenas consistió en oponerse a la

costumbre del gobernante mexicano de decir una cosa y hacer precisamente lacontraria, de prometer algo y no cumplirlo, estableciendo ese contraste entre lapalabra y la acción que había terminado por vaciar de todo sentido el len-guajeoficial. Calles había manejado su oratoria tan demagógicamente —en tantobajaba la temperatura de su fiebre revolucionaria y subía la de su retórica— queningún izquierdista le daba el menor crédito, pero, en cambio, él conocía aCárdenas lo suficiente para saber que nunca mentía y a ello obedeció conseguridad la entrevista de Padilla. Fue una manera de decirle en qué consistía sudesacuerdo —en no seguir abiertamente la vía capitalista y en quebrantar lapolítica de compromiso establecida—, pero la confesión de Cárdenas no supoanalizarla, ni obtener de ella conclusiones que normaran su conducta. Cárdenashizo ver que su gobierno no se hacía responsable de las ideas o de lasdeclaraciones de las gentes ajenas al aparato estatal, que continuaría hasta lasúltimas consecuencias su política revolucionaria, y por último, que él era elpresidente de la República y nadie podía violar la ley dentro de su gobierno.

Calles estaba cegado por los dioses y no quiso ver el peligro que entrañaba laconfesión del Presidente, ni advirtió tampoco la fuerza política de que se investíauna clase obrera siempre manipulada por el sonorismo.

Cárdenas, a su vez, sí entendió la magnitud del aviso. La situación, en un paísde mando único, sólo tenía una salida: o bien se afirmaba el predominio del JefeMáximo, lo que hubiera representado la exacerbación del maximato, o bien seafirmaba el naciente predominio cardenista, lo que daría lugar a un tipo nuevo derégimen presidencial.

 Ante el dilema, Cárdenas protegió el recrudecimiento del conflicto laboral y lalucha del ala izquierda en las Cámaras, sin descuidar el problema que planteabael ejército. En este campo, como en los otros, las ventajas estaban de su parte.Mientras el general Calles manejaba desde hacía mucho a los jefes militares,utilizando maniobras políticas lesivas al honor de éstos, Cárdenas había vividohasta hacía poco en los cuarteles y sabía en qué podía radicar su debilidad o sufuerza. Discretamente ordenó algunos cambios, reforzó los puntos amenaza-dosy pareció aguardar a que estallara la cólera de Calles.

Unos días después de la entrevista, el 3 de mayo, el Presidente escribió en sudiario: "Distintos amigos del general Calles, entre ellos algunos de los que formanparte del gabinete, vienen insistiéndole en que debe seguir interviniendo en lapolítica del país. Estas gentes lo perderán. Senadores y diputados van y vienenfrecuentemente a entrevistar al general Calles tratándole asuntos políticos."

En efecto, senadores, diputados, generales y gobernadores realizaban sushabituales romerías a Las Palmas o a la casa de Anzures, y ahí tenían largas ysecretas conversaciones. El sondeo de Ezequiel Padilla no había dado, al parecer,

Page 16: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 16/226

el resultado previsto, y el arma legal de Cárdenas, empleada a favor de lasdemandas obreras, había terminado de exasperar a Calles. El Presidente, en lasdos entrevistas que tuvo con él después de su llegada a México, le habló de laconveniencia "de retirarse de los políticos", y el Jefe Máximo había respondido:"Ya me canso de decirles a estos... que me dejen en paz." "Sin embargo —añade

Cárdenas—, se ha podido comprobar que ha venido con el propósito de influir enun cambio de la política obrerista del gobierno."Estalla la tormenta El 10 de junio, estando el Presidente en su despacho con unos campesinos,

aparecieron en la puerta su secretario Luis I. Rodríguez y Froylán C. Manjarrez,director del periódico oficial del régimen, haciéndole señas de querer decirle algo.Cárdenas no suspendió su diálogo. Al poco rato aparecieron enarbolan-do unpapelón donde se leía la palabra urgente, pero Cárdenas no les prestó ningunaatención. Finalmente despidió a los campesinos y le preguntó impasible aManjarrez:

—¿De qué se trata?—Señor, el general Matías Ramos, presidente del PNR, me ha enviado unas

declaraciones del general Calles en que alude a la situación política del país yataca a los obreros. Léalas usted mismo.

Se trataba de una entrevista concedida por Calles a Ezequiel Padilla, jefe delbloque de senadores. La entrevista, titulada "El general Calles señalando rumbos",se iniciaba con una falsedad al afirmar el Jefe Máximo que estaba ocurriendoexactamente lo  que había ocurrido en el tiempo de Ortiz Rubio, pues tres añosantes no existía ni en las Cámaras ni en el Partido, ni entre los gobernadores o lossecretarios de Estado ningún grupo partidario del débil Presidente, fuera del muyreducido e inocuo de sus íntimos. Cuando Calles les prohibió a sus amigos queaceptaran cargos en el gabinete, Ortiz Rubio se precipitó en el vacío y ofreció unarenuncia que redactó Puig Casauranc, amanuense oficial de Calles, y aprobó elJefe Máximo con anterioridad al Presidente para acentuar el escarnio.

La afirmación, además de su falsedad, representaba una advertencia de que aCárdenas podía ocurrirle lo mismo que le ocurrió a su antecesor  —un desahuciofulminante—, lo cual revelaba un desconocimiento total del carácter del nuevoPresidente.

Otro error tan grave como el primero consistió en el ataque a fondo contra losobreros para ganarse el apoyo de la naciente burguesía. La clase obrera, aexcepción de las organizaciones controladas por la CROM, había sufrido uncambio radical. No era ya Morones su factótum; principiaba a serlo LombardoToledano; y éste y Navarrete fueron acusados de jugar, por ambicionespersonales, con la vida económica del país. Tampoco entendía Calles que la claseobrera había sustituido al ejército como factor predominante del poder y que estereacomodo de fuerzas se reflejaba lógicamente en las Cámaras, donde tambiénprevalecían los partidarios de la línea obrerista del general Cárdenas.

Calles se aferraba a su viejo modelo de fomentar las inversiones capitalistas acosta de los obreros y campesinos. Empleando su tono de dómine "que señalabarumbos", habló de un "maratón de radicalismo", y se dejó una puerta abierta alafirmar  "que no hay nada ni nadie que pueda separamos al general Cárdenas y amí". Luego de emplear un "fervor tribu-'vicio" en acusar a los obreros de egoístas y

Page 17: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 17/226

de faltos de ética, terminaba: "Seguramente ellos murmurarán: ¡El general Callesestá claudicando! Pero yo arrostro en beneficio de mi país estos calificativos queno me alcanzan."

"Necesitamos, pues, conciencia de nuestros actos. Yo me siento por encima delas pasiones y sólo deseo el triunfo de los hombres que se han formado conmigo;

anhelo el triunfo del gobierno actual, que puede dejar, con las grandesoportunidades actuales de México, una huella luminosa de su actuación."Cárdenas no se exaltó. Ordenó que El Nacional no publicara la entrevista y que

buscaran a Padilla, desaparecido total-mente de la escena. Y sólo comentó:—Estas declaraciones le harán daño al general Calles. El 11, el

Presidente llamó al general Ramos:—Usted —le dijo sin levantar la voz— ha incurrido en una responsabilidad no

dándome a conocer las declaraciones del general Calles que hoy publicanExcélsior y El Universal. Provocarán ataques al señor general Calles y lasexplotarán los políticos enemigos del gobierno y los aduladores del general Calles.Presente usted en el acto su renuncia.

La noticia del año 

Para México, hablando en términos periodísticos, las declaraciones de Callesconstituyeron la noticia del año. Posible-mente no hubo sorpresa, pero sí una granexpectación. La gente de las ciudades se preparó a contemplar el enfrenta-mientocomo si se tratara de una lucha entre dos campeones cuya meta era nada menosque la obtención del máximo poder. Figuraba el último heredero de la dinastíasonorense, el "hombre fuerte" dominador de la situación durante diez años, elmaestro del knock-out político, y por otro lado un joven y al parecer inexperto

general, que ya en el primer round había recibido un derechazo fulminante.Como en México no había analistas políticos debido a que la política se hacíaadentro del gobierno rodeada del mayor sigilo, la gente no podía calcular, siquieraaproximadamente, el poder real de ambos rivales. Se ignoraba cuál sería la actitudque podría tomar el ejército, decisiva en los pasados combates electorales, de quélado se alinearían los gobernadores o los secretarios de Estado, elementosoportunistas cuyo talento consistía en seguir la dirección del viento reinante, y loúnico que se recordaba era el lamentable desahucio del presidente Ortiz Rubio.

Los más pesimistas auguraban una nueva lucha armada, y los más optimistas,que Cárdenas aprovecharía la "salida honorable" brindada por el Jefe Máximo,plegándose a sus condiciones o bien presentando su renuncia y haciendo mutis

del escenario. El hábito del autoritarismo determinaba que la atención se fijara casiexclusivamente no en el que ocupaba la silla —vista como un trono— sino en elque representaba el poder detrás de la silla. Ahora la ambigüedad de la situacióniba a resolverse y el país entero sabría quién de los dos con-tendientes debía ser el gobernante efectivo.

La Comisión Permanente de la Cámara de Diputados y el Bloque NacionalRevolucionario de la Cámara de Senadores se apresuraron a felicitar a Calles por sus patrióticas declaraciones y a condenar el divisionismo introducido por el ala

Page 18: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 18/226

izquierda, y ésta misma, discrepando "respetuosamente" de las opiniones del JefeMáximo, declaró que no tenía autoridad moral para discutir las admonicioneslanzadas en contra de los obreros.

La poderosa Cámara Nacional de Comercio felicitó "las audaces ycontundentes declaraciones" y la Federación de Empresarios condenó "el

desbordamiento de las pasiones de los líderes que colocan sus interesespersonales por encima de la tranquilidad y el bienestar de la sociedad",respaldando en todo al general Calles. Los periódicos defendían la unidad de la"familia revolucionaria", que antes les parecía intolerablemente monolítica, y elPartido Comunista lanzó su famosa consigna de "ni con Calles ni con Cárdenas".Cuernavaca se transformó en la Meca de diputados, generales, empresarios ypolíticos que iban a quemar su incienso y a inclinarse reverentes ante el salvador de la nave del Estado.

Calles disfrutó su triunfo todo el día 11. Su mano había empuñado el timón de lanave estatal y ante sus ojos se extendía la perspectiva de una placenteranavegación, como lo demostraba el alud de cartas y mensajes que afluían sincesar a su residencia de Las Palmas.

La tragedia y la farsa 

Una gran parte de la estrategia de Calles se basó en la lucha religiosa. Por supuesto, fue siempre un anticlerical convencido que trataba de emular a BenitoJuárez, según hace ver el historiador ruso Anatoli Shulgovski [2] al recordar elconocido principio con que Marx inicia su libro El 18 Brumario de Luis Bonaparte: "Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de lahistoria universal se producen, como si dijéramos, dos veces. Pero olvidó agregar 

que una vez como tragedia y otra como farsa."Estas palabras caracterizan la esencia de las actividades de Juárez por unaparte y las de Calles por la otra, comenta Shulgovski con razón, pues BenitoJuárez se enfrentó al poder feudal de la Iglesia y lo destruyó, ya que era la únicaposibilidad de construir una nación moderna, y el Jefe Máximo siguió utilizando elconflicto a fin de tender una columna de humo que ocultara su política reaccionariay le diera un margen más extenso de maniobra, sin importarle mucho su costo desangre con tal de que la agitación lo favoreciera.

La intromisión de Calles y su prolongado mandato de 10 años —el mayor de laépoca revolucionaria— creaban una ambigüedad radical, una distorsión, en loselementos tradicionales del gobierno, que aumentaba la confusión. El poder del

Jefe Máximo descansaba en una vasta gama de maniobras complicadas y sutiles.Gran actor, consejero supremo a quien se consultaban los asuntos de mayor importancia, árbitro de las pugnas, eslabón entre el Ejecutivo y los demásorganismos estatales, incluido el Partido, el político de mayor experiencia, ya ensus últimos años no acudía a las juntas de gabinete ni aparecía en público. Estabaenfermo o se fingía enfermo y guardaba cama o recibía en sus habitaciones,severo, sentencioso, impenetrable, empuñando el "baquetómetro" de sus tiemposde maestro.

Page 19: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 19/226

Su secretaria, la famosa Cholita González, era la encargada de recibir lasllamadas telefónicas de petición de audiencia, de concertar las citas, de llamar alos personajes necesarios en un momento dado y de hablar con ellos en lasantesalas acerca de los ilustres funcionarios que acudían a visitar al Jefe Máximopara tratarle complicados asuntos políticos o personales. Algunos, por supuesto,

sabían que su cargo lo debían a la intervención de Calles y otros pensaban que enefecto se lo debían, pero ningún general o político importante podía decir cuántosgenerales o cuántos políticos estaban del lado del general sonorense y es posibleque ni él mismo lo supiera.

Desde luego no ignoramos que el presidente del PNR, la mayoría del gabinete yparte del ejército, de los gobernadores y de las Cámaras eran callistas o pasabanpor tales, en aquella dicotomía del poder donde el juego político se hacíaenrevesado y peligroso. Bastaba una palabra de más, un movimiento, unaviolación a las reglas establecidas para comprometer la aparente unidad de lafamilia revolucionaria.

En aquel momento, Calles contaba además con la fuerza nada desdeñable delos comerciantes, de los financieros, de los hacendados y de los industriales, queveían en él no sólo al impulsor del desarrollo económico, sino a la única fuerzacapaz de contener el "radicalismo demagógico" del general Cárdenas.

Sin embargo, el poder de Calles ya desde los tiempos de Abelardo Rodríguezera más aparente que real. En primer lugar, como los hechos lo demostraban, nohabía logrado subordinar al presidente en turno, ni impedir la formación de un "alaizquierda" en las Cámaras ni mucho menos controlar las nuevas organizacionesde los trabajadores y los campesinos.

En el fondo, no se trataba de poner en duda un aparato ya consolidado, sino desaber quién era de hecho el que mane-jaba ese aparato y, por supuesto, lasconsecuencias políticas de esta definición: el "conservadurismo" de Calles o el"radicalismo" de Cárdenas.

El mismo día el Presidente citó al gabinete y dijo con su brevedadacostumbrada:

—Señores, como ustedes comprenderán fácilmente, las declaraciones delgeneral Calles me obligan a pedirles su renuncia para que yo quede en libertadde nombrar a nuevos colaboradores. Debo hacerles notar que el general Callescarece de razón al tratar los asuntos de mi gobierno del modo que lo hizo.

No hubo entre los secretarios la menor reacción. Se hizo un silencio profundoque rompió Juan de Dios Bojórquez:

—Lázaro —dijo empleando el tuteo—, yo creo que la renuncia del gabinetetendrá como consecuencia el rompimiento de la unidad nacional. ¿No crees queconvendría buscar un entendimiento que impida esta división?

—Si ustedes desean hablar con el señor general Calles, para buscar algunasolución al problema, no veo ningún inconveniente en que vayan a entrevistarlo.

 A media noche, los secretarios callistas decidieron seguir el consejo deBojórquez y salir para Cuernavaca.

El licenciado Castellano, procurador del Distrito, deseo-so de asistir comotestigo a la reunión, se acercó al Presidente: [3]

—¿No objetaría usted que yo fuera también a esa entre-vista?—Usted puede hacerlo —respondió Cárdenas.

Page 20: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 20/226

Eran las dos de la mañana cuando el grupo llegó a Las Palmas. Calles calzabapantuflas y se cubría con una bata. Se sentaron todos en semicírculo y Bojórquezexpuso el objeto de la visita.

—Mira, Juan de Dios —contestó Calles textualmente—, esta situación no lapodemos prender con alfileres. El señor Presidente ha interpretado mal mis

declaraciones. Esto lo lamento mucho, pero ya no tiene remedio.En vano se trató de que Calles tomara una actitud conciliadora. Parecía nodarse cuenta de que hablaba con ex funcionarios —una de las palabras mástemidas en México—, con partidarios suyos despojados del mando, y no hizo elmenor intento de tomar el teléfono y comunicarse directa-mente con su antiguoamigo el general Cárdenas. Se manejaba a través de embajadores, como si fueraun monarca, y esta vez, ante su propia declaración de guerra, lamentó el hecho ydeclaró que las cosas ya no tenían remedio.

Los ex funcionarios lo dejaron a las cuatro de la mañana y emprendieron elcamino de regreso. Pelotones de soldados apostados en el camino hicieronrecordar a más de uno lo ocurrido pocos años atrás al general Serrano enHuitzilac y a los vasconcelistas en Topilejo.

El licenciado Castellano se dirigió a Los Pinos. El Presidente, todavía de pie,escuchó su informe y se concretó a darle las gracias.

Estaba en marcha la contraofensiva. Cárdenas designó un nuevo gabinete,nombrando al general Figueroa secretario de la Defensa, en sustitución del callistaQuiroga, y al general Vicente González jefe de la Policía, en lugar de EulogioOrtiz, con lo cual Calles terminó de ejercer un dominio total sobre el ejército y lasfuerzas de seguridad de la capital.

El 13 de junio, los periódicos publicaron la respuesta de Cárdenas.Dejó bien claro que él no había aconsejado divisiones, a pesar de que

determinados elementos políticos —los que no obtuvieron cargos en el nuevogobierno— se habían dedicado con toda saña a oponer toda clase de dificultades"no sólo usando la murmuración que siempre alarma, sino aun recurriendo aprocedimientos reprobables de deslealtad y traición.

"Las huelgas, si bien causan algún malestar y aun lesionan momentáneamentela economía del país, contribuyen con el tiempo a hacer más sólida la situacióneconómica, ya que su correcta solución trae como consecuencia un mayor bienestar para los trabajadores, obtenido de acuerdo con las posibilidadeseconómicas del sector capitalista.

" Ante estos problemas el Poder Ejecutivo está resuelto a obrar con todadecisión para que se cumplan el programa de la Revolución y las leyes queregulan el equilibrio de la producción, y decidido, asimismo, a llevar adelante elcumplimiento del Plan Sexenal del Partido Nacional Revolucionario, sin que leimporte la alarma de los representantes del sector capitalista. Pero al mismotiempo considero de mi deber, expresar a trabajadores y patrones que dentro de laley disfrutarán de toda clase de garantías y apoyo para el ejercicio de susderechos y que por ningún motivo el presidente de la Re-pública permitirá excesosde ninguna especie o actos que impliquen transgresiones a la ley o agitacionesinconvenientes."

Calles no pudo resistir esta serie de golpes asestados sin prisa y con la mayor frialdad. Maestro del putsch, había con-fiado en el factor sorpresa, en la

Page 21: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 21/226

posibilidad —como dice Shulgovski— de que surgiera una quinta columna dentrodel gobierno, pero Cárdenas se le había anticipado y movió las piezas del ajedrezpolítico con la mayor celeridad hasta el jaque mate final. Asegurado el ejército,eliminados del gabinete los secretarios callistas, anulado Morones con losdiputados y senadores disidentes, los telegramas y las adhesiones delirantes que

fluían hacia Las Palmas se desviaron a un palacio la víspera desierto, y Cárdenas,por primera vez, se hizo el dueño soberano de la situación.El día 18, Calles, antes de tomar el avión a su finca de Navolato donde quiso

entretener a Cárdenas mientras él concluía su partida de póquer, dijo que susdeclaraciones anima-das por la buena fe habían sido mal interpretadas. Él sólobuscaba el bien del país. Desgraciadamente las cosas ya no tenían remedio y élestaba resuelto a retirarse "para siempre" de toda actividad política. A sus amigosles recomendaba que ayudaran al Presidente y procurasen servir al país conlealtad.

Había jurado tantas veces y en forma tan enfática alejarse de la política, quesus palabras carecieron de resonancia. El general Cárdenas, al afirmar repetidasveces que él era el presidente de la República, "el único responsable de la marchapolítica y social de la nación", según lo ratificó en su informe del 1 9 de septiembre,no sólo reivindicaba los derechos atropellados del Ejecutivo, sino que subordinabasu acción al interés supremo de las masas trabajadoras. El Presidente no seríamás el pelele de una fuerza política extraña al gobierno. Calles dejaba de ser elJefe Máximo de la Revolución — jefatura que sus aduladores le habían otorgado—, el elemento perturbador de toda acción gubernativa. Los seis años del maximatodemostraron que el país toleraba un autócrata y su corte, pero no dos autócratas ydos cortes con su secuela de ambigüedad, de luchas, de intrigas y de recelospropios del gobernar a trasmano.

Agonía del maximato 

Después de la crisis política, Cárdenas se propuso llevar a sus últimasconsecuencias el Plan Sexenal, acelerando el reparto de tierras, la construcciónde escuelas, la unidad de la clase obrera y aumentando el monto de los créditosdestinados al campo y la creación de nuevos empleos.

"El problema agrario —escribió en su diario el 11 de julio— es uno, entre otros,que trataremos de resolver. La distribución de la tierra es indispensable paradesarrollar la economía del país y además lo está exigiendo la situación vio-lentaque priva en el campo." 

El Presidente veía con toda claridad que la destrucción del latifundio y laprotección de los derechos obreros eran condiciones indispensables al desarrollo,pero esta consideración económica implicaba una acción revolucionaria, es decir,un combate implacable contra los hacendados, los industriales, los comerciantes ylos inversionistas nacionales y extranjeros.

Cárdenas se había formado en un pueblo de Michoacán dominado por el granlatifundio de Guaracha y nunca olvidó que su padre murió a causa de la pena deno poder sostener a su familia, de que todos los suyos sufrieran el despotismo y la

Page 22: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 22/226

concentración de aquella enorme riqueza. Se sentía ligado a los campesinos y alos trabajadores más pobres, y su intención de "mejorar las condiciones de vidadel pueblo" formaba un todo con su concepción de gobierno.

La primera fase del conflicto la había ganado sobreponiendo la lucha en favor de los trabajadores a la contienda religiosa, y ésta es una gran afirmación, porque

Cárdenas pensaba que ante todo se hallaba el mundo proscrito y humillado —el70 % de la población—, lo que no han podido entender sus detractores.

Calles no estaba enteramente vencido. El antiguo revolucionario no se habíatransformado en un reaccionario de la noche a la mañana. Ya lo era desde 1929 yde su repugnancia al reparto agrario y a las huelgas había dado numerosaspruebas durante el maximato.

Cárdenas tuvo informes, el 6 de diciembre, de que el general sonorense JoséMaría Tapia se había entrevistado con algunos generales a quienes había incitadoa la rebelión, diciéndoles que "el pueblo estaba muy descontento con el programasocial del gobierno". En su diario apuntó que no ejercería ninguna acción drástica

contra Tapia y socios —particularmente Melchor Ortega—. "Se procederá sirealizan la rebelión anunciada."

Calles abandonó Los Angeles, donde se había refugiado, y el 13 de diciembrellegó, acompañado de Morones. En el aeropuerto lo esperaban los generales JoséMaría Tapia, Joaquín Amaro, Alejandro Mange, Manuel Medinaveytia, algunosotros viejos callistas y obreros de la CROM. La caravana —ocupaba 50 autos yalgunos camiones— depositó al amado jefe en su casa de Anzures, y éste, por supuesto, hizo declaraciones que ningún periódico, exceptuando El Instante, seatrevió a publicar. Había regresado con el deseo de responder a la tempestad deinjurias y calumnias desatada en su contra, "pues mi silencio podría tomarse comouna cobardía que se sumaría a las indignidades vistas en los últimos seis meses".

Se hacía responsable de su presidencia, de su parte en los gobiernos de PortesGil, Ortiz Rubio y Abelardo Rodríguez y hacía suyas las consecuencias delconflicto religioso.

Cárdenas comentó ese mismo día que el general Calles, víctima de sus amigosy de su propio apasionamiento, no debía haber regresado al país.

El 14 de diciembre fueron desaforados cinco senadores; el día 15 el Presidentecesó a Joaquín Amaro y a Medinaveytia, y el 16 se deshizo de los gobernadoresde Sonora, Sinaloa, Guanajuato y Durango, reduciéndolos al anonimato y parandoen seco la iniciada sublevación. "El general Calles —escribió el 17— declaró queno viene a hacer labor sediciosa y que sus amigos sólo tratan de formar un partidopara actuar en política; la realidad es que han venido desarrollan-do una acción

subversiva." El 18 añadió los siguientes comentarios:"El general Calles hizo declaraciones a los periodistas americanos, expresando

que en México el gobierno apoya la acción demagógica; que el país va aldesastre; que las organizaciones obreras hacen labor disolvente, y que es elgobierno el que azuza a las masas por su presencia en el país.

"Falso todo esto. Revela esta actitud del general Calles que está tratando deimpresionar al pueblo americano y que busca adeptos en el gobierno de aquelpaís.

Page 23: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 23/226

"Es una traición a México y a la Revolución el querer des-prestigiar el sacrificiodel pueblo mexicano que está esperan-do se le cumpla el ofrecimiento que lehicieron los hombres de la misma Revolución de mejorar su condición económica.Es mentira que haya acción disolvente. Seguimos el programa señalado por elPlan Sexenal, en el que tomó parte el propio general Calles."

 A las 11 de la mañana del día 22 se inició un desfile de 30 mil obreros,organizado en apoyo del Presidente. La plaza estaba llena de banderas rojinegras,pancartas, estandartes y gritos que reclamaban la expulsión del general Calles.

"Es mentira —dijo Cárdenas desde el balcón central del Palacio— que losobreros y campesinos organizados hagan una labor disolvente; si haymanifestaciones algunas veces hasta de carácter tumultuoso, éstas no son másque expresiones del dolor de las masas trabajadoras, y si se lastiman intereses,eso no importa.

"En todo el país no he advertido esa labor disolvente que quieren hacer aparecer; se trata únicamente de un propósito de restauración de privilegios y deuna organización de los poderosos intereses creados. Ustedes conocen quiénesestán empeñados en esa aventura: son los hombres que han cumplido con sumisión histórica, ya que el pueblo sabe lo que dieron de sí, no les queda a éstosmás que reconocer que son las generaciones nuevas, los hombres nuevos, losque tienen que venir a desplazarlos.

"Yo digo al pueblo mexicano, a los grupos organizados: el general Calles y susamigos no son problemas para el gobierno ni para las clases trabajadoras, y queéstas convengan en que es aquí, en el territorio nacional, donde deben quedar esos elementos, ya sean delincuentes o tránsfugas de la Revolución, para quesientan la vergüenza y el peso de sus responsabilidades históricas."

Cárdenas resintió hondamente la actitud de Calles, a quien de algún modohabía ligado su destino. El Jefe Máximo, sobreviviente del grupo sonorista, apesar de los cambios operados y de sus achaques se empeñaba en prolongar suinoperante dictadura. El poder total había terminado de corromperlo enteramente,y los cargos de comunista, de agitador, de sumir en el caos a México que antes lehacían los empresarios y el embajador Shefield, ahora él los enderezaba contrasu antiguo soldado y amigo. La familia revolucionaria se dividía una vez más, peroen diciembre de 1935 Cárdenas había resistido las viejas, gastadas maniobrasdel sonorismo y retenía el poder, como lo demostraba aquel inusitado respaldo delos trabajadores.

El general resume, en los Apuntes, sus  sentimientos con una emocióninhabitual:

"El distanciamiento definitivo con el general Calles me ha deprimido, pero suactitud inconsecuente frente a mi responsabilidad me obliga a cumplir con misdeberes de re-presentante de la nación.

"Durante el tiempo que milité a sus órdenes me empeñé siempre por seguir susorientaciones revolucionarias; cumplí con entusiasmo el servicio, ya en campañao actuando en puestos civiles. De su parte recibí con frecuencia expresiones deestímulo.

"Recuerdo que en 1918, durante la marcha que hacíamos con la columnamixta expedicionaria de Sonora, destinada a la campaña en Michoacán, en contrade Inés Chávez García, reunidos Paulino Navarro, Rodrigo M. Talamantes, Dizán

Page 24: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 24/226

R. Gaytán, Salvador Calderón, Manuel Ortega, José María Tapia y yo, reunidos—decía— alrededor del catre en que descansaba el general Calles (que veníaacompañándonos desde Sonora para seguir él a la ciudad de México), ledecíamos al escuchar sus ideas sociales: `Mi general, usted está llamado a ser una de las figuras principales en los destinos de la nación.' Y nos contestó: `No,

muchachos, yo seré siempre un leal soldado de la Revolución y un amigo ycompañero de ustedes. En la vida, el hombre persigue la vanidad, la riqueza o lasatisfacción de haber cumplido honrada y leal-mente con su deber; sigan ustedeseste último camino.' Y en estos términos nos hablaba cada vez que habíaocasión.

"¡Qué sarcasmos tiene la vida! ¡Cómo hace cambiar la adulación elpensamiento sano de los hombres! Veremos al terminar mi jornada político-socialqué camino seguí, de los que nos señalaba en 1918 el general Calles."

En las pequeñas notas escritas la noche del mismo día 22 está contenido elideario del joven Presidente. Comprende que México está separado en mitadesdesiguales hasta constituir dos países enteramente divorciados y enemigos. Notrata de gobernar para los que se oponen a la organización de los trabajadores,para los que hablan de libertad tratan-do de proteger sus privilegios. Él gobernarácon el objetivo esencial de acabar las miserias de la gente, y este objetivo lo sitúaencima de todos los intereses.

Sabe que muchos de los llamados "revolucionarios" no resistieron lastentaciones de la riqueza, explotaron su situación en el poder, se volvieronmistificadores de la idea, "per-dieron la vergüenza y se volvieron cínicos". Ya dePresidente ha podido conocer el verdadero fondo moral de muchos servidorespúblicos al observar en sus semblantes el disgusto que les causa la demanda deauxilio o de justicia de las gen-tes pobres. "Entonces pienso más en la tragediainterminable de nuestro propio pueblo." Sintetiza así lo que les ocurrió a loscarrancistas, los obregonistas y los callistas y lo que va a ocurrir puntualmente los30 años posteriores a su presidencia. Desde luego él no se siente ajeno a lastentaciones, pero confía que viviendo junto a las necesidades y angustias delpueblo encontrará con facilidad el camino para remediarlas.

"Elevar la moral de los hombres es el problema de los pueblos", dice en otropárrafo, y éste era su problema y es todavía el problema de México. La moral delfuncionario y la moral de los obreros y los campesinos, pues sin ella no esconcebible la revolución. "La burguesía le teme a la unidad, pero si lostrabajadores usan inteligentemente su propia fuerza lograrán pronto una mejor distribución de la riqueza pública y privada."

En México ciertamente no basta el dinero ni la fuerza política si no existe unamoral, según habría de mostrarlo su gobierno. El obrero, acostumbrado al manejopolítico de sus líderes corrompidos —Morones era el prototipo—, carecía en 1936de una conciencia de clase. Y el campesino, reducido al abandono o a laexplotación, obediente a patrones religiosos y mágicos, desconfiado, enemigo desí mismo y de los otros, analfabeto y entregado a la embriaguez, requería unamoral. Cárdenas confiaba en la escuela, en el reparto agrario y en el crédito paraliberarlo de sus explotadores —incluyendo la mentira religiosa— y mejorar radicalmente su estado, utilizando la paciencia y no la coacción, elconvencimiento y no las usuales promesas con que lo habían engañado a partir 

Page 25: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 25/226

del gobierno huertista.

Muerte del maximato 

El 7 de abril de 1936 fue dinamitado, en la estación Paso del Macho, el tren deVeracruz, con un resultado de 13 muertos y 18 heridos, y la locomotora, el exprés

y dos carros dormitorios desbarrancados. Uno de los sobrevivientes declaró a losreporteros que hablaría con el Presidente y le recordaría que los callistas, como enel tiempo de Ortiz Rubio, habían pronosticado no dejarlo gobernar en paz.

 A la mesa del general Cárdenas llegaron además diversos informes de jefesmilitares sobre una nueva campaña subversiva emprendida por generalescallistas, y él ordenó ese mismo día al general Mújica que se entrevistara conCalles y le hiciera saber que cuatro amigos suyos —tres generales y un civil— deberían salir del país, pues se hallaban implica-dos en una conspiracióncomprobada y no eran leales a la amistad "que se les dispensa". Calles respondióairadamente:

—Me opongo a la salida de mis amigos o yo saldré con ellos. Estoy en contra

de la reforma agraria y de la agitación obrera del gobierno del señor generalCárdenas, y ése es el delito por el que se me persigue.

Mújica trató de persuadirlo sin ningún resultado. Al día siguiente, a las 8 de la noche, se presentó de nuevo y confirmó la

decisión de Cárdenas.—Quisiera saber los nombres de mis amigos, a quienes se les exilia

injustamente.—Señor general, ignoro los nombres de esas cuatro personas.—Pues bien, dígale usted al general Cárdenas que estoy resuelto a salir sin

conocer los nombres de los generales.—En ese caso —contestó el general Mújica— tengo instrucciones de que salga

usted en compañía de los señores Morones, Luis L. León y Melchor Ortega. Al adelantarse Cárdenas a la respuesta de Calles, decidió que los tresgenerales —posiblemente Amaro, Tapia y Medinaveytia— permanecieran enMéxico. Ya en ese momento la bomba del ejército había sido otra vez desactivaday Calles y sus últimos generales adictos nada significaban.

El día 9, el general Vicente González, jefe de la Policía, aprehendió a Morones,Luis L. León y Melchor Ortega, y a las 10 de la noche el general Rafael NavarroCortina, comandante de la plaza, se presentó en Anzures.

Calles, cubierto de una piyama azul y blanca, estaba en la cama leyendo Mi lucha de Adolfo Hitler.

— Señor  —le dijo Navarro—, por órdenes del presidente de la República le

comunico que usted debe abandonar mañana temprano el país. Un avión loaguardará en el aeropuerto.— ¿Cuál es la causa de mi expulsión? —preguntó Calles.— Yo soy un soldado y sólo me limito a cumplir órdenes.—Si fuera materia de mi elección yo no abandonaría mi país, si es una orden

del Presidente no tengo más que obedecerla, pero se trata de un atropello.Calles no se mostraba confiado. Telefoneó a varios amigos y a los

corresponsales extranjeros de prensa. Al acudir Clark Lee, de la AP, y preguntarle

Page 26: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 26/226

si se iba de México, el ex jefe contestó irónico:—No me voy. Me van.

Calles se sentía víctima de un atropello y una vejación. No recordaba —o quizálo recordaba demasiado— aquel amanecer en que había escrito la sentencia demuerte del general Francisco Serrano y sus amigos, al margen de un telegrama

que tendió a Claudio Fox. Éste era también un soldado que obedecía órdenes delPresidente, pero esta vez .en el cerebro de Navarro no "giraba enloquecida" larueda de un enorme mecanismo de destrucción; Cárdenas se limitaba a expulsar a Calles de México, con lo que eliminaba una tradición de violencia enriquecida demodo excepcional por el sonorismo.

Un poco después, Díaz González, jefe de las Comisiones de Seguridad, sepresentó y dijo que establecería una guardia oficial en torno de la residencia.

—No le sorprenderá a usted el número de agentes que destaque.—No me sorprende nada. ¿Es que no son suficientes las fuerzas federales

destacadas aquí?—No tengo nada que ver con las fuerzas federales —explicó Díaz González—.

Yo soy un comandante de agentes de la policía civil.—Cumpla con su deber y deje a todos los agentes que usted quiera. Muy bien,

buenas noches. Hasta luego, muchacho.Calles volvió a su cama y ya no pudo continuar la lectura de Hitler. En la calle

se escuchaban apagadas las voces de los soldados y los policías quecircundaban la antigua Meca política del país. Volvían los espectros: Blanco,flotando esposado en las aguas cenagosas del Bravo; Villa, fulminado dentro desu coche, llevándose la mano a la pistola; Field Jurado, cazado en pleno centrode México; Maycotte, vagando por las selvas del sur, muerto de hambre y de sed;Buelna, sacrificado para que él fuera Presidente; los cadáveres de Serrano y susfieles, sentados en los destartalados fotingos, al pie del castillo de Chapultepec; elfantasma de su viejo camarada Arnulfo Gómez; el joven Segura Vilchis, frente alparedón, frágil y hermoso, y tantos otros arrastra-dos por la corriente de lasangre. Calles, de habérselo pro-puesto, podría conciliar el sueño sustituyendolos corderos por los muertos del sonorismo, despojos sangrientos de rostrosserenos o crispados, en sus ataúdes o colgados de un árbol, como fue el caso delos vasconcelistas. Centenares y millares de muertos, anónimos y célebres,amigos y después enemigos mortales.

La venganza se había cumplido. Desaparecieron sus guardias, los solicitantesde empleo, los generales, los ministros, los aduladores, y Plutarco Elías Calles, el"hombre fuerte", el único en la historia capaz de gobernar 6 años a trasmano,destruido el autocratismo personal, yacía desvelado, esperan-do la llegada deldía.

 A las 6 y media de la mañana regresó Navarro. Calles se levantó de la mesaen que desayunaba con los suyos y dijo: —Estoy a sus órdenes.

En el aeropuerto se despidió de todos —despreció a Navarro— y se le tomó laúltima fotografía antes de que se hundiera en la vida insignificante del exPresidente, del ex Jefe Máximo, del ex guía insustituible de la nación, casi del exhombre. Como Porfirio Díaz no se iba voluntaria sino forzadamente. Su rostrodejaba asomar la cólera del vencido. Apretaba el libro de Hitler contra su costado y

Page 27: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 27/226

era visible el título. Lo rodeaban sus millonarios cómplices de la mafia, el gordoLuis (Napoleón) Morones, el pequeño y oscuro Luis L. León y el insignificanteMelchor Ortega.

En Brownsville declaró que la anárquica política del gobierno fomentaba elcomunismo. En Nueva York fue más enérgico: había centenares de huelgas;

Cárdenas entraba en el socialismo y el comunismo, campo desconocido; el paísno prosperaría mientras el orden y las garantías no se restablecieran. Y en Dallas,más tarde, declaró:

—No aceptaré de nuevo la Presidencia. Nunca, nunca, nunca, por ningunacircunstancia volveré a México con la idea de dedicarme a la política o al gobierno.Pasaré des-cansando el resto de mi vida.

Le pegaba a Cárdenas la etiqueta de comunista y de anarquista y hablaba confuria de radicalismo, la palabra favorita del maximato, cuando el radicalismo habíasido proscrito de las mentes y de los actos. También en Dallas, el causan-te de lalucha religiosa dijo textualmente:

—Fui expulsado de México por combatir el comunismo. Dios mediante, lascosas cambiarán y podré regresar a mi país.

Pobres países que después de haber sufrido el despotismo y las fobias de losdictadores todavía deben soportar sus declaraciones y sus promesas de nuncavolver a dominarlos. Sus palabras, las dichas en Dallas, fueron el canto del cisne.

 A Calles se debe el arranque del capitalismo de Estado y del monolitismo político,no con la mediación de Dios sino con la del partido oficial. Sus restos descansanen el Monumento a la Revolución, junto a los de Cárdenas, y es uno de losgrandes santones del periodo revolucionario. Calles confesó que la Revoluciónhabía fracasado social y política-mente y había triunfado económicamente, cuandohabía fracasado de las tres maneras ya que un país de latifundistas, decampesinos pobrísimos, de una atroz concentración de la riqueza y de la cultura,dominado casi enteramente por los extranjeros dueños del petróleo, de la minería,de la electricidad, de la industria y de una parte de sus mejores tierras, es un paísdependiente y miserable. Había creado un embrión de infraestructura y habíaterminado de envilecer la vida política del país. De mantener su maximato sehubiera con-vertido en un Porfirio Díaz. Cárdenas se concretó a expulsarlo delpaís ante la amenaza, cada vez más concreta, de una rebelión armada.

Se reanuda la batalla 

 Al desaparecer de la escena el general Calles, los hacendados, los industriales

y los inversionistas extranjeros entendieron que desaparecía su único apoyo oficialy se apresuraron a dar la batalla. No fue de ningún modo casual que la AcciónRevolucionaria Mexicanista, creada en mayo de 1934 por un oscuro generalllamado Nicolás Rodríguez, aumentara su poderío paralelamente al crecimiento delas huelgas. Acción Revolucionaria, más conocida con el nombre de los "camisasdoradas", se decía heredera de los famosos "dora-dos" del general Villa, pero enrealidad estaba copiada de los "camisas negras" de Mussolini y los "camisaspardas" de Hitler.

Page 28: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 28/226

Diciéndose campeones del anticomunismo, del antisemitismo y delnacionalismo, encubrían su verdadera finalidad de atacar al sindicalismoorganizado, por medio de esquiroles o de acciones violentas contra las huelgas.

Jinetes agresivos, los "camisas doradas" llegaron a constituir una fuerza dechoque nada despreciable que debían aprovechar los elementos

contrarrevolucionarios. No se ha descartado del todo que Calles los alentara alprincipio para frenar el ascenso del sindicalismo oficial fuera de su control, ni quela embajada alemana y la embajada japonesa los subsidiaran.

El general Cárdenas no pareció darle mucha importancia a los "camisasdoradas". A fines de 1935, los taxistas de Lombardo, utilizando sus autos comotanques, lograron, sin intervención del ejército, desbaratar sus caballerías en elZócalo, y Acción Revolucionaria debió abandonar la ciudad de México y operar sobre todo en Monterrey, donde funcionaba, desde 1929, la más poderosa ramade la Confederación Patronal de la República Mexicana.

Monterrey era el primer centro industrial de México. Formado a fines del sigloXIX en torno de una industria cervecera y de una acería que habían dado origen anumerosas fábricas, sus empresarios, como siempre ocurre en un país rural, sesentían los civilizadores del desierto. A semejanza de los hacendados de LaLaguna y del Yaqui, tenían un desmesurado orgullo de clase y se creíanintocables. Dueños de sindicatos blancos y ejerciendo un dominio casi absolutosobre sus empleados, que constituían la clase media de Monterrey, ante unahuelga decretada en la Vidriera organizaron una manifestación gigante decomerciantes, obreros y patrones, encabezados por mujeres de la alta sociedadque llevaban banderas tricolores para oponerlas a las banderas rojinegras de lahuelga, "símbolos del comunismo gubernativo".

El día 6 de febrero cerró el comercio sus puertas y en las fábricas y en lascasas flotaban las banderas mexicanas. Lombardo Toledano, tomando unabandera, dijo en un discurso:

"Esta bandera es nuestra, de los pobres, de los asalariados, de los que nuncatuvieron patria, no de los traidores a la enseña nacional...

"Esta bandera no representa, no debe representar sociedades anónimas queenriquecen a sus gerentes y defraudan a sus accionistas, como las de Monterrey.

"Esta bandera representa millones de cadáveres de indios, ríos de sangre en laRevolución de Independencia; sangre también a raudales en la guerra hasta lamitad del siglo pasado; más sangre en la Reforma; sangre después en Ulúa, enValle Nacional, en todas las prisiones políticas de México; sangre en 1910; la deMadero, la de Serdán, la de Flores Magón, la de tantos obreros y campesinosanónimos que lucharon por ella; esto es sangre, es carne de la masa mexicana noes trofeo de bandidos que explotan al pueblo."

El 7 llegó a Monterrey el Presidente y el 9 hizo un llamado a la unidad de losobreros. "Las agitaciones —afirmó— provienen de la existencia de aspiraciones ynecesidades justas de las masas trabajadoras, que no se satisfacen, y de la falta de cumplimiento de las leyes de trabajo, que da material de agitación... Losmovimientos que llevan a cabo en la actualidad las organizaciones de trabajo notienen otro fin que el de una lucha social."

»Según su criterio, "las clases patronales tienen el mismo desecho que losobreros para vincular sus organizaciones en una estructura nacional", si bien

Page 29: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 29/226

dejó sentado que "el gobierno, debido a su visión de conjunto, es el árbitro y elre-¡dador de la vida social".

.1 Cárdenas prometió que las conquistas de los trabajadores seríancompatibles con la capacidad productiva y financiera de las empresas y les dijo alos capitalistas que si estaban de manejar sus fábricas, podían dejárselas a sus

obreros.Ni en ese momento ni al terminar su periodo, Cárdenas pretendió la totaleliminación del régimen capitalista de acuerdo con los postulados de la CTM quedebía constituirse poco después. La misma central comprendía que para lograr ese objetivo debía obtenerse previamente la liberación política y económica delpaís y que a ese fin tendía el Presidente valiéndose de la lucha de clasesregulada por el gobierno.

Mientras los obreros siguieran desunidos no podrían obtener victoriassignificativas sobre el capital ni convertirse en la fuerza predominante de larevolución que apenas se iniciaba.

La presencia del Ejecutivo en Monterrey, con todo su peso, demostró que losobreros en un gobierno revolucionario podían enfrentarse con éxito al grupo máspoderoso de los capitalistas, pero éstos a su vez también demostraron de lo queeran capaces y a partir de entonces brotaron como hongos pequeñas y grandesorganizaciones reaccionarias, batallas, motines y sublevaciones que sóloterminarían algún tiempo después de concluido el periodo cardenista.

El "Frente Popular"  Ante la ola ascendente del fascismo, la Unión Soviética, en el VII Congreso de

la Internacional Comunista, hizo ver la necesidad urgente de agrupar en un frentecomún a todas las fuerzas populares. Jorge Dimítrov concretó: "Para crear unamplio frente antiimperialista de lucha en las colonias y semicolonias es necesarioen primer lugar considerar la variedad de condiciones en las que se lleva a cabo lalucha antiimperialista de las masas, el diverso grado de madurez del movimientonacional liberador, el papel del proletariado y la influencia del Partido Comunistaen las amplias masas."

En febrero de 1936, varios sindicatos y el Partido Comunista formaron el"Frente Popular" en México. Sin embargo, pasaban los meses y el "Frente" seguíasólo en el papel. Algunas organizaciones de trabajadores y varias unionesdemocráticas adoptaban resoluciones en las que se exigía crearlo, pero eranresoluciones que no tomaban cuerpo. La razón central de ello consistía en que lasdirecciones de varias organizaciones democráticas no tenían una concepción clarade cómo crear un Frente Popular y sobre qué base unificar a las fuerzasantiimperialistas.

En realidad, ninguna iniciativa revolucionaría venida del exterior podía prosperar en México, como lo demostraba el mismo caso del Partido Comunista que, aunantes de la invención del PNR, nunca logró constituirse en la guía del proletariado.

La Revolución, desde el principio, se erigió en el árbitro de la lucha de clases yen protectora de los trabajadores. Durante la presidencia de Calles, como hemosvisto, Morones, en su doble carácter de líder de la CROM y de secretario deIndustria, Comercio y Trabajo, controlaba rígidamente a los obreros y a una partede los peones asalariados, pero su lucha contra Portes Gil, la ambigüedad delpoder y el exceso de corrupción habían terminado por dividir y debilitar lo que fue

Page 30: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 30/226

un mero instrumento gubernamental de sujeción política.La caída de Calles arrastró consigo a Morones, y en marzo de 1936 surgió la

CTM, que debía sustituir a la CROM. Lombardo Toledano, el nuevo líder, no eraMorones, ni la CTM un remedo de la central callista. Lombardo, hijo de una familiaburguesa, tenía una formación filosófica rigurosa y en sus últimos años se había

convertido al marxismo. Desde luego, nunca pretendió abolir la propiedad privada,nunca llegó a entenderse con el ortodoxo Partido Comunista y nunca lo tentó lacorrupción. Deseaba sinceramente una central libre de las influencias delgobierno, una organización independiente; pero este propósito resultaba quiméricoen aquel momento en que las intenciones revolucionarias del gobierno coincidíany aun sobrepasaban las del propio Lombardo.

Morones había desaparecido, pero no sus sindicatos. Todo d resto de 1935 y elaño de 1936 fueron de luchas internas. Una serie de pequeños líderes —enrealidad se trataba de gángsters nada dispuestos a perder sus privilegios— decretaban paros y provocaban enfrentamientos armados, y para lograr ladeseada unidad, la CTM necesitaba el apoyo irrestricto del gobierno si no sequería prolongar los sangrientos combates intergremiales indefinidamente.

El gobierno no vio con indiferencia la idea de constituir un frente popular "e hizosaber claramente —escribe Shulgovski— que consideraba conveniente launificación de las fuerzas antiimperialistas y antifascistas dentro de las filas delPNR". Cárdenas incluso habló de crear "condiciones favorables" al ingreso de losobreros, pero no se hizo nada en esta dirección. Todavía en ese momento elpartido oficial conservaba su estructura callista. La vieja concepción de losgremios y estamentos seguía pesando y todas las energías del Estado se hallabanconcentradas en la lucha que libraban los industriales y los hacendados a fin deconservar intactos sus antiguos privilegios.

La nueva agrupación de fuerzas hacía redundante la formación de un frentepopular, si bien el PNR no gozaba de prestigio: se le consideraba un aparatoburocrático encargado de proveer los cargos de elección popular siguiendo lasinstrucciones del Ejecutivo, y su presidente, el licenciado Emilio Portes Gil, nohacía nada por ajustarlo a las nuevas condiciones; trataba de conservar unaposición intermedia entre las exigencias de los trabajadores y las exigenciaspatronales, y más bien se inclinaba por seguir una línea anticomunista.

El 16 de julio de 1936 estalló la huelga de los electricistas en el Distrito Federaly en diversos estados de la República, lo que originó un problema político. A laola de huelgas que venía sucediéndose se añadía una casi total parálisis de lavida urbana. Fuera de los servicios más indispensables —hospitales, bombeo deagua potable—, cesaron de funcionar los tranvías, las máquinas y los elevadores.Durante la noche la ciudad parecía haber retrocedido al siglo XIX. Las velasalumbraban mortecinamente los comercios y los cafés, y la tensión de la genteiba en aumento. El mexicano tolera fácilmente cualquier atropello político ocualquier maniobra sucia con tal de que no lesionen sus intereses personales, yesta vez el hecho inadmisible de vivir en la oscuridad, privado de diversiones ysatisfactores mínimos, lo llenó de furor. No hacía culpable de la situación a laintransigencia de una compañía extranjera, o a la actitud de los obreros. Comosiempre toda su cólera la descargaba contra el "comunismo demagógico" delPresidente, al que cubría de sarcasmos, y cuando los tribunales declararon legal

Page 31: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 31/226

la huelga, el descontento creció en forma proporcional.Portes Gil, en una carta secreta dirigida al Presidente, le pidió terminar con la

huelga; tomar una resolución, por in-satisfactoria que pareciera, antes queprolongar el conflicto "unas horas más".

Toda la estrategia de Cárdenas parecía consistir en dejar que los problemas

entregados a su propia dinámica llegaran por sí mismos a un punto crítico en quesu intervención fuera la decisiva finalmente. Esta política la siguió sin va-nacionesen el conflicto suscitado por el Jefe Máximo de la Revolución Mexicana, en lashuelgas, en la cuestión agraria y la expropiación petrolera.

La compañía de luz propiedad de los ingleses se vio obligada a ceder,concediéndoles a sus obreros un aumento del 16.66 %, y El Machete, órgano delPartido Comunista, comentó: "... el triunfo de las compañías extranjeras hubieraelevado la actividad de los imperialistas para aplastar la lucha de nuestro puebloque tiende a destrozar las cadenas que nos oprimen. El fracaso de los electricistashubiera sido el fracaso de nuestro pueblo."

Loe ferrocarriles andan mal 

El 18 de mayo, 45 mil ferrocarrileros decretaron una huelga; pero, aun antes deser declarada legal, la Junta de Conciliación y Arbitraje la juzgó inexistente,provocando "el estupor y la indignación de la clase obrera".

El tribunal del trabajo, en vez de favorecer a los obreros según era la regla yaestablecida, violó abiertamente la ley, por lo que la recién fundada CTM organizó,el 18 de junio, una hora de paro en todo el país. Ni la en« deseó ir más lejos ni elgobierno trató de explicar la situación o defenderse de los cargos obreros.

En realidad, la situación de los ferrocarriles era ya insostenible. En 1916,

todavía no extinguida la Revolución, el ingeniero Alberto Pani informaba que 35 %de los puentes habían sido arrasados; quedaron inservibles 3 800 cargueros; y losdaños en general causados al sistema sumaban cerca de 50 millones de pesos. Alocupar Cárdenas la presidencia, la situación no había mejorado. "Entre 1911 y1936 —escriben los Weyl— la tonelada kilómetro de carga transportada habíaaumentado un 90 %, pero el número de furgones había bajado de 20 389 a 14621. Las locomotoras tenían como promedio veinte años de uso, y en siete añossólo se habían comprado doce. Los trenes de pasajeros seguían moviéndose alpaso de tortuga de la época porfiriana y las deficiencias de la vía impedían el usode locomotoras pesadas y trenes más rápidos. Entre tanto, los interesesacumulados de los bonos de ferrocarriles habían llegado a tal punto que excedían

el valor nominal de las obligaciones, al mismo tiempo que la depreciación del pesohabía multiplicado la carga de la deuda en dólares."En el mes de junio de 1937, el general Cárdenas decidió, después de estudiar 

el problema, expropiar los ferrocarriles, "consolidar la deuda en bonos con lasobligaciones generales del gobierno federal y privar a los acreedores extranjerosdel derecho de intervenir en la administración del sistema ferroviario ".

La resolución fue bien acogida, incluso por la prensa reaccionaria. El Universal escribía: "Era necesario nacionalizar los ferrocarriles. Lo que faltaba era un

Page 32: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 32/226

gobierno capaz de acometer la tarea y llevarla a cabo."Sin embargo, las cosas no mejoraron con la expropiación. Los sueldos y los

salarios del personal eran absolutamente desproporcionados a los ruinosos costosde operación, faltaban las piezas de repuesto más necesarias en los talleres, segastaba mucho en alquilar vagones a los Estados Unidos, se adquirieron

locomotoras muy costosas, y las vías y las instalaciones reclamaban una inversiónenorme.El Presidente decidió, el 19 de mayo de 1938, entregar al sindicato no la

propiedad de los ferrocarriles, sino su manejo. El sindicato no perdió ninguno desus derechos laborales, por lo que "se creó una situación anómala en la que elsindicato adquirió la doble personalidad de patrono y empleado".

La nueva administración obtuvo algunos logros importan. Más tarde, a fines de1938 y comienzos de 1939, la disciplina se relajó, las órdenes no se cumplían, losdirectivos no lograban entenderse, y ocurrieron varios accidentes que costaronmillones de pesos y terminaron de arruinar el audaz proyecto del generalCárdenas.

Es posible que la administración obrera de los ferrocarriles del Ingenio deZacatepec haya fracasado en buena parte por la negligencia de las centrales endarles a los obreros una adecuada educación política y técnica. Todo lo que sehizo en ese sentido no fue satisfactorio. Incluso los ferrocarrileros, uno de lossindicatos más antiguos y combativos, llegada la oportunidad de administrar unaempresa tan compleja —espina dorsal de los transportes— demostraron suincapacidad y su falta de coordinación y disciplina.

No se improvisan capacidades ni convicciones políticas que toman tiempo yexigen una entrega absoluta, sobre todo en un sistema como el mexicano. LosWeyl recuerdan que incluso la experiencia soviética ofreció casos similares deirresponsabilidad y negligencia criminal, "pero a pesar de una y otra aclaran-- sehan hecho gigantescos progresos tecnológicos en el pasado decenio. Laadministración obrera y campesina de la producción no solamente sirve paraacabar con él desempleo y el desperdicio social de recursos productivos noutilizados, sino que deberá elevar el nivel de vida de la imnensa mayoría delpueblo mexicano que vive de trabajos manuales." 

"Cárdenas pretendió equilibrar el capital y el trabajo dándoles a los obreros unaparticipación activa en el proceso revolucionario, y aunque su idea no llegó atriunfar plenamente, sí modificó las antiguas estructuras del país.

'El caso de los ferrocarrileros fue un caso extremo porque se trataba de unaempresa ruinosa cuya mejoría sustancial dependía de factores económicosajenos a los trabajadores. Con una administración obrera o de otro tipo, losferrocarriles siguieron siendo un desastre financiero y técnico, que después de 40años no ha logrado superarse. Las acusaciones hechas a los obreros entoncesno son muy distintas de las que se hicieron generalmente al gobierno deCárdenas.

El escritor Tzvi Medin [4] hace notar que el episodio de los ferrocarriles nossirve para ilustrar la política pro obreros de Cárdenas, pero en tanto mantiene entodo momento las riendas del poder efectivo en sus propias manos: "la CTMcomo influyente mas no determinante".

Según lo demostraría a lo largo de su periodo presidencial, Cárdenas no podía

Page 33: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 33/226

tolerar que la central del ambicioso Lombardo Toledano llegara a constituirse enun poder capaz de suplantar el del ejecutivo. Cuando se constituyó la CCT,antecesora de la Confederación Nacional Campesina, Lombardo, siguiendo latradición de la CROM, pretendió que los campesinos dependieran de su central, alo que Cárdenas se opuso, y ya desde 1937 se vio claramente que el Presidente

se opondría también a que los trabajadores del Estado y los maestros militaran enlas filas de la CTM.Cárdenas trató en forma obsesiva de unificar a los trabajadores, de integrar con

ellos un frente unido para que lograran vencer a sus enemigos, pero se dabacuenta que una central dueña de toda la fuerza del trabajo podría sobreponerse alpoder del gobierno y paralizar las actividades nacionales. Las huelgas decretadaspor los electricistas, los ferrocarrileros, los petroleros o los campesinos asalariadosde La Laguna, demostraban que estos sindicatos en un momento determinadoeran difícilmente manejables a pesar de la in-fluencia ejercida por el gobierno.

Ni los principales enemigos de Cárdenas dudan que él tuvo como una metaesencial de su régimen el progreso moral y económico de los trabajadores, si bienno hay un solo ejemplo en el mundo de un gobierno que tolere el nacimiento deuna fuerza superior a la suya y la aliente hasta quedar voluntariamentesubordinado a ella.

En el orden real, la CTM y la CNC tenían por sí mismas el suficiente poder paraluchar victoriosamente contra los industriales y los hacendados, sin necesidad deunirse en un frente común ya representado además por el partido oficial.

El problema más bien debe plantearse en otros términos y lo que debemospreguntamos es si un ensayo de colectivización de los trabajadores en ejidos y encentrales obreras podía sobrevivir en el marco capitalista de los años treintas o siel general Cárdenas tuvo oportunidad, dentro de sus limitaciones, de implantar unsistema socialista.

Lo que intentó Cárdenas, en este sentido, se hizo en muy poco tiempo, de unmodo aluvial por así decirlo, en medio de grandes errores que con el tiempo, deseguirse su impulso, hubieran logrado corregirse, lo cual no fue posible ya queCárdenas rechazó la tentación de convertirse en un dictador y sus sucesores seinclinaron abiertamente por favorecer el desarrollo capitalista, lesionandogravemente su obra, pero no destruyéndola del todo.

Lo que origina la mayor confusión es precisar si Cárdenas tuvo la posibilidadde implantar el socialismo en México. Curiosamente, en su época, elDepartamento de Estado .norteamericano, la alta y la pequeña burguesía loacusaron de ser un comunista, y en nuestra época, los historiadores radicales loacusan precisamente por no haberlo sido. Cárdenas, para decirlo de una vez por todas, no pretendió extirpar la propiedad, sino modificarla de acuerdo con laConstitución de 1917 y los intereses de los más pobres, lo cual, representa unlogro todavía inalcanzable en 1978. Sus detractores minimizan la circunstancia deque somos vecinos del 'país capitalista más poderoso del mundo y que ya laexpropiación del petróleo, con la política del "buen vecino" sus-tentada por Roosevelt y la proximidad de la segunda Guerra Mundial, originó problemas demáxima gravedad que requirieron la mayor energía y grandes sacrificios a fin delograr superarlos.

Desde luego, Cárdenas deseaba la industrialización, aspiración de todo país

Page 34: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 34/226

subdesarrollado, pero no la deseaba a costa del sacrificio de los trabajadores,sino, como lo dijo expresamente, "liquidando su miseria". "Cuando las huelgas —

añadía precisando sus ideas— se salgan de los marcos de la ley y sus demandassobrepasen las posibilidades económicas de las empresas, podrán considerarsecomo dañinas a la sociedad."

Cárdenas, al rechazar los métodos habituales en que se basaba laacumulación primitiva de capital, se inclinaba por un desarrollo equilibrado, o con justicia social, según se le llama hoy. Fortalecía la industria privada nacional y almismo tiempo fortalecía la posición de los trabajadores, pero aun esa fórmulaconciliadora —tal vez la única posible— originaba contradicciones.

Por otro lado, "durante el sexenio cardenista —escribe Tzvi Medin— diocomienzo un gran desarrollo industrial, en especial por lo que respecta a laindustria de transformación. En esta última se crearon, de 1935 a 1940, 6 594nuevas empresas, ascendiendo el número de 6 916 a 13 510. El capital invertidoascendió de 1 670 millones de pesos a 3135 millones; el valor de la producciónascendió de 1 890 millones a 3 115 millones de pesos, y el número de obrerosempleados subió de 318 041 a 389 mil."

Las incontables huelgas, resueltas favorablemente en favor de los obreros,crearon, con todos sus vicios, un proletariado vigoroso y una fuerza de talesalcances que desplazó al ejército como factótum de cualquier clase de pugnas. Lahuelga de los electricistas asestó un primer golpe al imperialismo y en cierto modoconfiguró el conflicto laboral de los petroleros, y la victoria contra el intocablegrupo de Monterrey demostró que cualquier predominio de la clase patronal eraimposible ante la fuerza obrera, apoyada en el gobierno.

La duplicación de la industria y la mejoría sustancial de la vida de lostrabajadores hubieran sido imposibles si paralelamente, y en forma prioritaria, elgeneral Cárdenas no emprende la diferida reforma agraria, destruyendo el granlatifundio.

El hecho de liberar a millares de peones y de otorgarles las mejores tierras deriego, que estaban en poder de unas cuantas familias, creó un mercado interior que alentó a la industria y principió a configurar la imagen de un nuevo país.

Por supuesto, aquí también la destrucción del feudalismo supuso una granbatalla revolucionaria que Cárdenas libró sin importarle la acumulación de losproblemas. Todo debía hacerse en seis años y Cárdenas aprovechó hasta elúltimo segundo de su mandato para beneficiar a los obreros sin manipularlos ypara destruir la servidumbre en el campo, establecido desde la época colonial.

LA REFORMA AGRARIALa LAGUNA carece, paradójicamente, de una laguna que justifique su nombre.

Esta comarca es más bien una especie de Egipto americano, una región desérticacruzada por los ríos Nazas y Aguanaval. En medio de ellos se forma un abanicogigante de limos y arrastres aluviales cuya riqueza contrasta de un modo brutalcon el árido paisaje circundante.

Los vastos trigales de espigas doradas y los simétricos plantíos de algodón —

Page 35: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 35/226

obra del hombre— no pueden ser más opuestos a la inmovilidad y al desordenque configuran los agaves de lechuguilla, los espinosos mezquites —prosopis

 juliflora — y las plantas carnosas del seco norte mexicano.Sin embargo, en la comarca lagunera no se dio ninguna civilización como la

azteca, ni podía darse, porque los gran-des lagos y las tierras fértiles estaban al

sur, en los valles prodigiosos del altiplano y no en estas llanuras hoscas, pobladasde indios recolectores y cazadores.Durante siglos los ríos desembocaron en el mar sin que a nadie aprovecharan.

Carlos III concedió a Francisco de Urdiñola tres millones de hectáreas, que en elpapel y en la geografía poco significaban, pero una nieta de Urdiñola casó con elmarqués de Aguayo y la casa de este señor feudal llegó a poseer una hacienda deocho millones de hectáreas destinadas al pastoreo. Un siglo después losaristócratas fueron sustituidos por los plebeyos españoles Leonardo Zuloaga yJuan Ignacio Jiménez y todo siguió igual hasta 1849 en que se construyó laprimera presa sobre el Nazas.

Fue inútil que Benito Juárez repartiera tierras a los vecinos pobres deMatamoros y que surgieran Lerdo, San Pedro, Gómez Palacio y Torreón. El aguaconstituía la única riqueza segura y era acaparada por los más ricos y los másastutos, lo cual significa que bajo el liberalismo juarista, al igual que bajo elfeudalismo borbónico, la ley del más fuer-te seguía imponiendo sus patronesinalterables.

La construcción de los ferrocarriles en 1883 y 1888 avivó la fiebre del agua. Unpariente de Porfirio Díaz obtuvo permisos de colonización y de construcción deuna presa y poco después los vendió a los ingleses, quienes constituyeron lafamosa Compañía Agrícola de Tlahualilo. [5]

La Tlahualilo dejó en seco a los pueblos ribereños de San Pedro y Matamoros.En 1891 el gobierno estableció la Comisión Inspectora del Nazas, organismodestinado a regular la distribución del agua, y durante dieciocho años sesucedieron reclamaciones, alegatos, amparos, agresiones y pleitos que enteculminaron en un fallo de la Suprema Corte de contrario a los ingleses.

Se ha dicho que este fallo fue una de las causas que motivaron el enojo de Taft,decidido partidario de la política del "Gran garrote", y la caída posterior de Díaz,pero esto no pasa de ser una patraña. De hecho, los ingleses y losnorteamericanos poseían inmensas propiedades en el Norte, monopolizaban laminería, el petróleo, la madera, el henequén -casi todos los recursos naturales delpaís—, y el otorgarles un poco de agua a los castigados vecinos, sin destruirlaTlahualilo, no pesó demasiado en la balanza del juicio de don Porfirio.

Todavía en 1928, la Tlahualilo tenía, pese al viejísimo fallo Suprema Corte, 46mil hectáreas; el español Santiago 45 mil; un inglés, llamado Guillermo Purcell, eradueño de veinte haciendas; y para no alargar más esta lista debemos decir que el45 %, del área total de La Laguna estaba en manos de siete grandes propietarios.[6]

En 1930 la poderosa Cámara Agrícola de la Comarca La-, que abarcaba atodos los propietarios, trataba de la región a cualquier reforma agraria, alegandosu a y su contribución a la economía nacional, pues con 1.3 % de la población dela República, producía la mitad algodón y 7 % del trigo.

 A la pretendida eficiencia de los hacendados se oponía la realidad. Un centro

Page 36: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 36/226

agrícola de tanta importancia atraía a numerosas gentes que por todos los mediostrataban de quedarse en la zona. Los propietarios, ante aquella avalancha, lesdieron tierras, por supuesto no sus buenas tierras, sino marginales, donde seinstalaron de cualquier manera, viviendo muy precariamente, lo que agravó elproblema. Luego trataron sin éxito de expulsar a 15 mil familias de pizcadores

para quedarse sólo con sus 20 mil peones acasillados y seguirles pagandosalarios de hambre.Treinta y cinco mil parias que se sostenían con tres o cuatro meses de trabajo

al año o de labores minúsculas, enfrentados a la opulencia de los grandeslatifundios, configuraron un periodo de conflictos y de agrupamientos queestallaron cuando en 1935 los jornaleros, organizados en sindicatos, so-licitaronun salario mínimo de $ 1.50, ocho horas de labor y un contrato colectivo quecubriera toda la fuerza de trabajo agrícola de La Laguna.

 Aunque todavía en los primeros meses de 1935 la lucha estaba centrada en eltrabajo y no en la tierra, los hacen-dados contestaron el reto agrupando a suspeones en sindicatos blancos y llamaron a 10 mil campesinos de fuera,ofreciéndoles buenos salarios. [7]

En el mes de septiembre, la huelga de la Hacienda Manila desencadenó otrasmuchas y se inició un periodo de intensas luchas entre sindicatos blancos y rojos,con despidos en masa, que fueron dando a los trabajadores una conciencia declase. Si a los hacendados los protegían las autoridades locales mediantecohechos, a los trabajadores los apoyaban los activos miembros del PartidoComunista, los maestros rurales y los líderes de los sindicatos obreros de Torreóny de Gómez Palacio.

El 6 de noviembre de 1936 se presentó Cárdenas con un grupo de ingenieros ycomenzó el reparto de tierras. Desapareció como por encanto la arrogancia de loshacendados. El Presidente les hizo ver que si ejercían cualquier violencia elgobierno armaría a los campesinos, y ellos, con el temor de perderlo todo,doblaron las manos y se resignaron ante lo irremediable.

Desde luego hubo errores graves: se dieron tierras a un número excesivo de campesinos, y por seguirse al píe de la letra la ley que ordenaba repartirlas a lospoblados en un círculo de siete kilómetros, se destrozó la unidad agrícola yeconómica de la hacienda al hacer reacomodos y cambios en lugar de conservar la antigua extensión y en ella situar a los campesinos necesarios.

Otro error consistió en respetar la pequeña propiedad de 150 hectáreas: loshacendados eligieron las mejores tierras junto a los canales, repartieron entresus familiares otras extensiones iguales y conservaron su maquinaria agrícola, ycomo disponían de dinero y de conocimientos, en poco tiempo lograronintensificar la producción. Ya no eran los latifundistas del pasado; pero siguieronviviendo bien luego, conservando una posición mucho más ventajosa que la delos ejidatarios.

No fatigaremos al lector analizando los problemas que planteó una ley agrariasumamente compleja y obsoleta para las nuevas condiciones de La Laguna. Enlugar de considerar al ejido como unidad, éste se dividió en dos partes: una, la dela administración interior, con sus propia autoridades afiliadas a la ConfederaciónNacional Campesina, y otra, la Sociedad de Crédito, que recibía los préstamos yestaba a cargo del Banco Ejidal. Aun con esta separación arbitraria, el

Page 37: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 37/226

sentimiento revolucionario que suscitó la expropiación determinó que loscampesinos y las autoridades resolvieron satisfactoriamente y con una visiónregional todas las cuestiones referentes a la producción, comercialización, eltransporte de los productos, la salud, la escuela, la política y los avances sociales.

Los pronósticos de los hacendados de que la producción se vendría abajo no se

cumplieron; pero ya a finales de 1939 se advirtió una cierta división en lasorganizaciones campesinas, fomentada por grupos políticos ajenos al ejido queaprovechaban el descontento de los ejidatarios —los privilegiados indolentesganaban más que los buenos trabajadores—, la naciente corrupción de ciertosempleados bancarios y la cuestión todavía no resuelta de la sobrepoblación.

Estas divisiones, de las que era consciente Cárdenas, empeñado en dominarlastodavía al término de su periodo, se ahondaron durante el régimen de ÁvilaCamacho, cuando el ejido colectivo se consideró, no por razones económicas o deorganización, un elemento comunista poco grato a la nueva burguesía en el poder.

Cárdenas repartió La Laguna en un mes y todo lo que se hizo de importante yde revolucionario se hizo durante su régimen. Por primera vez se dieron a loscampesinos tierras fértiles, en lugar de las malas tierras de temporal que antes seles habían entregado, y se demostró sin lugar a dudas que un colectivo bienorganizado puede ser tan eficaz como una hacienda, con la ventaja de favorecer acentenares de campesinos y no a una sola familia. El destino de La Laguna es,con pequeñas diferencias, el caso de todos los ejidos creados en el tiempo delgeneral Cárdenas, y si más tarde se presentaron los problemas que aún persisten,esto se debe al burocratismo inepto y a la corrupción que prevalecieron los tresdecenios posteriores.

El testimonio de un gran periodista 

Ocho años después de la repartición, mientras el auto que llevaba a EgonErwin Kisch corría por la nueva carretera entre los campos verdes matizados deamarillos y violetas purpúreos, el famoso periodista checo, escapado de los nazis,recordaba los titulares europeos de 1936: "¡Robo de tierras ordenado por elgobierno!", "¿Triunfa el bolchevismo en México?", y, naturalmente, recordabatambién lo que le habían dicho los economistas, los políticos y los funcionarios dela capital antes de emprender el viaje: "El reparto, según lo verá usted con suspropios ojos, ha fracasado lamentablemente. Los antiguos jornaleros sólo hanconseguido perder sus salarios fijos y seguros para convertirse en esclavosfinancieros de los bancos y hundirse en la miseria. Los nuevos poseedores de latierra suplican de rodillas a sus antiguos dueños que se hagan cargo nuevamente

de las fincas y vuelvan a tomarlos a su servicio como peones, pero loslatifundistas se resisten a hacerlo, esperando que el gobierno los restituya la tierraen bloque." [8]

En una plática, los ejidatarios parecieron confirmar las alarmistas prediccionesy aun excederlas.

¿Qué tal se vive por aquí? —preguntó Kisch.—¿Cómo quiere usted que se viva? Bastante mal.-¿Mal? ¿Por qué? Los campos están hermosos y el algodón tiene ahora un

Page 38: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 38/226

buen precio en el mercado.—Sí, pero los beneficios no llegan a nosotros; no sacamos más que peso y

medio al día.—Pero tengo entendido que eso no es más que un anticipo. ¿No se reparten

los beneficios al venderse la cosecha?

— Así debía ser, pero en la práctica nunca hay nada que repartir.—¿Cómo es eso?—Porque tenemos que saldar todavía las deudas que venimos arrastrando del

primer año, en que apenas recogimos nada. Y también tenemos que pagar alBanco Ejidal, para que éste pague a los latifundistas.

Kisch se resistía a creer que el reparto hubiera convertido los campesinos ensiervos de los bancos, pues parecían más bien obreros industriales de Europa yno guardaban ninguna semejanza con los indios de mejillas hundidas y cubiertosde harapos que él había encontrado en otras partes de México, e insistió:

— Ayer visité el hospital que tienen ustedes en Torreón.Sí —intervino un muchacho—, el hospital es muy hermoso. Pero, aunque uno

esté malo, no es tan fácil ir a meterse en él.¿Cómo? ¿No admiten a todos los enfermos de estos ejidos?

—Y si todos nos vamos al hospital, ¿quién se encarga de sacar adelante lostrabajos?

—¿Y las escuelas; las nuevas escuelas?—Estarían muy bien si los niños no tuviesen que ayudarnos en las faenas,

sobre todo en la época de la recolección. No pueden trabajar e ir a la escuela almismo tiempo. Además, no tenemos bastantes maestros.

El último sentimiento optimista de Kisch se desmoronó. Había perdido la batallay exclamó:

—Entonces, ¿vivían ustedes mejor antes?Se hizo un silencio profundo, semejante a un grito de pro-testa. Una mujer dijo:—¡Por el amor de Dios, señor! ¿Cómo puede usted pensar semejante cosa? No

es eso lo que hemos querido decir, no interprete usted mal nuestras palabras.— Antes —aclaró uno— vivíamos como bestias. Ahora, por lo menos, somos

hombres, y a medida que aumenta la cosecha ganamos más.—¿Cómo? ¿No me han dicho que ganan peso y medio, por bien que vayan las

cosas?—Sí, pero eso no es más que un anticipo, señor, ya le hemos dicho que al

hacer cuentas nos abonan lo que nos corresponde.—¿Pero no quedamos que, en la práctica, nunca les reparten nada?—Sí, naturalmente, porque tenemos que saldar las deudas. Pero estas deudas,

que vamos saldando, proceden del primer año en que apenas recogimos nada; yase lo hemos dicho, señor.

—Solamente nuestro hospital —dijo una mujer de tono y gesto malhumorado— nos hace sentirnos como personas. Antes, jamás podíamos llamar al médico, por falta de dinero para pagarle. Mi madre me dio a luz en pleno campo, en medio delas plantas, y mi marido murió junto a las plantas de un vómito de sangre. Ahora,cuando estamos enfermos tenemos nuestro hospital.

—Entonces —insistió Kisch—, ¿quedamos en que viven ustedes mejor que

Page 39: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 39/226

antes?"Quien crea —comenta el periodista— que nuestros interlocutores se

apresuraron a contestar afirmativa y gozosamente, no conoce lo que son loscampesinos." Alzándose de hombros volvieron a decir que vivían mal, y Kisch,temeroso de e la larga plática volviera al mismo punto de partida, se pidió de ellos.

En la ciudad de México habló del gran hospital, de las nuevas máquinas, de lasnuevas casas y escuelas, y los licenciados los funcionarios, sonriendosarcásticamente, le dijeron: -¡Qué ingenuo es usted! No conoce usted México. Avisitantes no les enseñan más que las cosas destinadas expresamente aimpresionar a la gente de fuera.

-.--Pero hemos hablado con más de cien ejidatarios y todos ellos nos hanasegurado que viven incomparablemente mejor que antes —arguyó Kisch.

-Sí —le respondían—, los tienen bien amaestrados. No cuentan a quien va averlos más de lo que les conviene a los sindicatos. ¡Pobre de aquel que diga laverdad! ¿Y usted, Señor, ha sido tan cándido que los ha creído?

Kisch concluía su reportaje sobre La Laguna preguntándose: ―¿Dónde hemosoído esto antes? Y nosotros, después de treinta años, debemos preguntarnos:¿dónde seguimos escuchando esto? Porque los campesinos son tales como losencontró Egon Erwin Kisch. Zapata le decía a Villa que los campesinos deMorelos, mucho después de haberles repartido las tierras, no creían que fueransuyas. Y los campesinos de La Laguna, que vivían un poco mejor que el gusanodel algodón, "a semejanza del tuareg del Sudán, del felah de Egipto, del hindú deHaiderabad o del negro de Arkansas adornado con la ciudadanía norteamericana"—es decir, de todos los cultivadores de algodón del mundo—, se quejabanamargamente de su suerte, si bien todos ellos se hubieran negado a vivir en lascuevas y en las cabañas antiguas, a reventar en los campos como animales o asostenerse el año entero con su salario de dos meses.

No, el problema de México no son los campesinos. En el fondo sentían queeran hombres y no bestias de un rebaño manejado al capricho del señor Purcell ode la compañía Tlahualilo. El problema, el grande y trágico problema del país era ysigue siendo el constituido por los licenciados, los ingenieros, los funcionarios, losrectores de la vida nacional, de educación colonialista, que odian al pueblo y sólopueden verlo como peones o como criados.

Pegren-Dutton, un inglés que llevaba en Torreón veinticinco años acaparando lacelulosa del algodón, le dijo a Kisch:

—En realidad, Torreón empezó a tomar incremento en 1936, desde queCárdenas repartió las tierras entre los peones- algodoneros. En estos ocho añosha aumentado en más del treinta por ciento el número de habitantes de Torreón yse han construido aquí varios miles de casas.

Kisch  le preguntó si en verdad esos resultados guardaban relación con el repartode tierras.

—Los grandes terratenientes —contestó el inglés— eran extranjeros, españolesen su mayoría, residentes en la ciudad de México, o incluso en Madrid, dondeinvertían o gastaban sus ganancias Antes un hacendado poseía hasta 75 milhectáreas; hoy, el límite máximo fijado por la ley es de 150 hectáreas. Claro está

Page 40: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 40/226

que, si ha tenido la precaución de poner parte de sus bienes a nombre de su mujer y de sus hijos, puede llegar a poseer, en unión de su familia, 150 hectáreasmultiplicada por tres o por cuatro. Pero, aun así, no es más que una fraccióninsignificante de lo que poseían los antiguos hacendados.   Para recuperar lasganancias de los viejos tiempos, los actuales cultivadores han implantado el

cultivo intensivo y & obre todo han renunciado al absentismo; ya no viven en laciudad, lejos del terruño, puesto que regentean personalmente la explotación desus tierras. Y aunque los antiguos hacen dados dicen pestes del reparto de tierras,como es natural, n la intimidad reconocen que no sienten gran nostalgia de losviejos tiempos ni de los litigios con los peones y sus muchas exigencias, pues todoaquello era a veces muy desagradable. ¿Comprende usted?

—¿Me autoriza usted, señor Pegren, a que publique esto como una opiniónsuya?

—No tengo inconveniente, pero añada usted que en principio no estoy deacuerdo con la política agraria de Cárdenas.

Kisch resumió finalmente el problema de La Laguna y de la nación enteradiciendo: "Toda esta tierra perteneció primero a uno solo, luego a unos pocos,ahora pertenece a muchos. Sólo cuando todo pertenezca a todos cesarían lasamargas quejas que acabamos de oír y las eternas discusiones sobre lasventajas y los inconvenientes del reparto de tierras."

El caso de Yucatán 

 A la llegada de los españoles la cultura maya sobrevivía penosamente. Elobispo de Yucatán, fray Diego de Landa, que destruyó templos y quemó códices,fue también el primer europeo en sentir su fascinación. Se ocupó de la historia,

de la escritura, de las costumbres, y este interés, ininterrumpido durante siglos,habrían de hacerlo suyo hombres de nuestros días, en que las computadoras deSiberia, Europa y los Estados Unidos tratan inútilmente de descifrar los

 jeroglíficos y resolver sus enigmas.La cultura maya ocupó el enorme espacio que va de las altas selvas lluviosas

de Honduras, el Petén guatemalteco y los bordes del Usumacinta a la penínsulade Yucatán principalmente.

En las selvas del Sur la cultura maya alcanzó su apogeo entre el siglo IV y elVII. Las ciudades de Copán, Tikal, Uaxactum, Palenque, Yaxchilán, Bonampak,Piedras Negras, fueron construidas y reconstruidas una y otra vez siguiendo lasnormas mesoamericanas de sobreponer una pirámide a otra pirámide, un templo

a otro templo, realzando las terrazas, Sumándoles escalinatas y nuevos edificiosque modificaban y enriquecían los primitivos conjuntos. Al final del siglo VII todas estas ciudades iniciaron su decadencia y poco

después se abandonaron a la selva.¿Qué pasó? ¿Cómo ocurrió este desplome casi simultáneo? La incógnita no ha

sido despejada. Se han aducido razones como pestes o luchas o empobrecimientode tierras, ninguna de ellas convincente. El colapso de esos centros ceremonialeses tan misterioso como su propio surgimiento. Un pueblo dotado de una energía

Page 41: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 41/226

sobrehumana logró vencer a la selva, pero ésta fue un enemigo demasiadopoderoso ante los recursos del neolítico de que aquél disponía —el fuego, lashachas de piedra, el palo puntiagudo de la siembra— y terminó aniquilándose. Loque el hombre realizó, y que hoy tanto nos asombra, estaba destinado al fracaso.Millares y millares de hombres observaban el cielo, creaban calendarios perfectos,

concebían arquitectura de ensueño, cortaban piedras y esculpían estatuas,pintaban frescos, modelaban en arcilla, tejían vestidos, labraban joyas,organizaban fiestas y ceremonias en honor de los dioses y de los príncipes,libraban combates, componían poemas y relatos místicos, tenían sus libros,hacían cuentas complicadas, y sin embargo, aquel inmenso esfuerzo los volvíacada vez más débiles. Habían llegado muy lejos en religión, en ciencias abstractas—ellos fueron los inventores del cero—, en artes, pero no en la técnica, y elequilibrio tan frágil establecido entre una selva amenazante y una corte cada vezmayor de sacerdotes, guerreros y artistas se fue deteriorando poco a poco.

 A pesar de esta primera derrota, los mayas eran tan fuertes que lograronrehacerse en la península de Yucatán, don-de el clima era más benigno, y elbosque, por falta de agua, menos agresivo.

 Allí, del siglo VII al IX, florecieron Uxmal, Kabah, Sayil, Labná, Tulum, y del sigloX al XII, Chichén Itzá, la última ciudad.

Copán, Petén, el Usumacinta estaban muy lejos, en lugares inaccesibles, ypermanecieron olvidados. A Palenque llegó Del Río, en 1787, y a principios delXIX llegaron Dupaix y Waldeck; pero el verdadero descubridor del antiguo Yucatán—con otras regiones de Centroamérica— fue el explorador Stephens, en 1839,con su compañero el dibujante Catherwood.

Catherwood nos ha dejado una imagen romántica de la lucha que seis siglosdespués seguían librando las ciudades y la selva de Yucatán. Los árbolescrecían en los techos, las raíces desintegraban frisos, escalinatas y mosaicos,las lianas y la vegetación habían convertido en montes espesos las pirámides;mas los rostros de los dioses asomaban aún entre el follaje, y los templos,minados, corroídos, resistían en pie el embate de la selva.

El Renacimiento en la selva tropical 

Podríamos imaginar el Renacimiento italiano transportado al tiempo neolítico yal espacio de la selva tropical como por un acto de magia que sólo nos dejara lavisión de esas brillantes ciudades pintadas y esculpidas y de esas procesionesceremoniales en que sacerdotes y guerreros, ataviados con pieles de tigres y

suntuosos tocados, desfilaran al son de las trompetas y de los tambores. Setrata, claro está, de un inmenso disparate, pero en el fondo queda la mismaexplosión creadora, la misma búsqueda de formas nuevas, un sentido propio dela belleza y un cierto parentesco con el refinamiento espiritual de las cortesprincipescas y teocráticas.

Lo primero que sorprende en el arte maya es su diversidad dentro de suunidad. Henri Stierlin ha visto la arquitectura maya como una petrificaciónmagnificada de la cabaña de forma ovalada o cuadrangular y alto techo, situada

Page 42: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 42/226

sobre una plataforma a la que se asciende por una escalinata.Esta plataforma se transforma siempre en una terraza gigantesca —abundan

las asentadas sobre más de un millón de metros cúbicos de materiales—, laescalinata constituye un elemento primordial de palacios y pirámides, el cuerpo yla puerta de la choza se conservan y embellecen de un modo extraordinario, y la

techumbre mantiene su forma y aun cobra proporción y altura insospechadas alañadírsele la peineta de una hueca crestería hecha con figuras geométricas yestatuas de dioses.

La cabaña puede ser una torre alta y esbelta como las de Tikal, combinar latorre vertical y el espacio horizontal como en los Chenes, tomar las proporcionesdel palacio de Sayil, componer recintos espaciosos, expresar variedades tanarmoniosas y delicadas como las del Templo del Sol en Palenque o las de laCasa de las Tortugas en Uxmal, pero tome la forma que tome y esté donde esté,se desnude o se vista de estucos y mosaicos de piedra, el ojo siempre reconocesu identidad maya a causa de la proporción y claridad de la escritura plástica.

La lucha del árbol y de la piedra Hay árboles cuyo poder destructor es igual al de un tanque pesado o al de un

cañón de largo alcance. Las raíces de las ceibas y de los zapotes, los troncos delmatapalo, miembro particularmente agresivo de la apacible familia de los Ficus,son capaces de pulverizar las piedras, de agrietar las escalinatas o de originar derrumbes espectaculares. La lucha que libraron el árbol y la piedra durantesiglos no ha terminado y todavía es visible. Logró, por ejemplo, destruir el pisobajo del palacio de Sayil, preservando las estructuras superiores, ensañarsecontra un dios y respetar al vecino, o convertir la tumba de la pirámide delTemplo de las Inscripciones en una gruta cargada de estalactitas.

 Aun devastados o reconstruidos a medias, cercados o golpeadossalvajemente, lo que nos queda es asombroso. Ni la selva ni los saqueadores hanlogrado escamotearnos lo esencial de ese enorme legado. Nos es posibleadentramos en los bosques y contemplar la hermosura de un pequeño temploque sobre el desorden de la maleza impone el juego armonioso de sus molduras,la nobleza de sus yeserías o de sus altas peinetas erguidas al borde delUsumacinta.

El maya exploró todos los caminos de la expresión plástica.Nos sentimos cómodos ante un arte religioso que se vale de un lenguaje

simbólico propio, y éste es el caso de la Serpiente Emplumada y de la máscarade Chac, el dios de la Lluvia, que figura en las esquinas de los edificios o

compone la fachada íntegra del templo de Kabah, porque la repetición de unsímbolo establece una especie de letanía, de cántico, donde la reiteraciónsuscita el sentimiento de lo sagrado. Sin embargo, cuando el arte simbólicoreligioso se ve quebrantado con frecuencia por un arte naturalista, surgido almismo tiempo, nos desconcertamos, pisamos un terreno desconocido en el queno cuentan ya los mismos parámetros. Éste es el caso de los estucos dePalenque, de los frescos de Bonampak, de algunos bajorrelieves o de lasestatuillas de Jaina, en que el realismo ha llegado a la síntesis de las más

Page 43: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 43/226

grandes obras maestras, sin perder su sentido específicamente maya.El maya no sólo ha creado conjuntos monumentales, sino que en ellos logró

integrar la arquitectura a la pintura y a la escultura, combinando las luces y lassombras, las fachadas lisas y los oscuros agujeros de las puertas con los frisosllenos de movimiento y de juegos ópticos, la monumentalidad de los espacios

externos a la minucia del detalle, todo hecho y rehecho muchas veces, connuevas formas y nuevos métodos expresivos hasta culminar en las grandiosassalas hipóstilas y las poderosas masas de Chichén Itzá.

De pronto este mundo aéreo, pintado de brillantes colores, delicado y fuerte,se vacía y es devorado por la selva. En el siglo XVI el maya sobrevive, perdidasu coherencia y su energía creadora mientras la naturaleza renace y se destruyeindefinidamente.

La Colonia 

En la península de Yucatán —único suelo maya densamente poblado—, losespañoles nada hicieron que pudiera compararse en ningún sentido, niremotamente, a lo edificado por los indios con instrumentos del neolítico. Susiglesias son pequeñas y toscas, sus casas pobres, sus poblados miserables.Nunca pudieron vencer el clima de los trópicos o la pobreza de la tierra.

El norte de la península vivió del trabajo de los indios esclavos y de lashaciendas donde se cultivaba el maíz y se sustentaba algún ganado. El sur,agrupado en torno a la ciudad de Campeche, vivía un poco mejor gracias a lapesca y al comercio del palo de tinte.

Era un mundo extraño por su carácter peninsular, su luz cegadora y sus indios—y lo sigue siendo: las mujeres andan en la calle vestidas de blancas túnicas

bordadas y los hombres descalzos y casi desnudos; a pesar de su decadencia sonhermosos y fuertes, parecen desprendidos de los viejos relieves; aman el baño yhabitan sus antiguas cabañas—. La tierra imponía sus leyes. Los pocos blancos,aun sin mezclarse, se habían mimetizado: tenían las cabezas grandes y redondas,hablaban un español cadencioso, amputado de la violencia verbal costeña, y losdistinguía una cortesía que ocultaba sus recelos; despreciaban a los indios, y en elfondo los temían; sensuales, crueles, influidos por la cercanía de La Habana, notenían ninguna relación con el virreinato de la Nueva España, ya que inclusopolíticamente pertenecían a la Capitanía General de Guatemala.

 Al ocurrir la Independencia decidieron sumarse a México, sin saber bien lo quehacían. México, arruinado por la guerra, dividido en facciones, se desmembraba y

no podía ayudarse a sí mismo ni mucho menos a su lejana provincia. Cuandosobrevino la invasión de los Estados Unidos, los políticos yucatecos decidieronrecobrar su independencia y hasta gestionaron su incorporación al país invasor, loque no se logró debido a que éste ya tenía la tarea de poblar y de controlar elinmenso territorio arrebatado a México. Yucatán había elegido un mal momento.Dividido también en bandos políticos irreconciliables, cada bando se atraía a ungrupo de indios para aplastar a su contrario, haciéndoles promesas que nuncacumplían, y como la esclavitud perduraba y los indios conservaban sus armas o se

Page 44: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 44/226

hacían de ellas en la colonia inglesa de Belice, el 30 de julio de 1847 estalló lallamada guerra de castas.

Esta guerra fue atroz. El odio acumulado durante tres siglos estalló con unaviolencia inaudita y literalmente se hicieron pedazos a tiros y a cuchilladas. Losindios cercaron las ciudades de Mérida y de Campeche, y las hubieran tomado,

exterminando a los blancos o arrojándolos al mar, si Chac, el dios de la Lluvia, nolos traiciona. Había llegado el tiempo de la siembra, y el maya, obediente a sullamado ancestral, abandonó el cerco y se marchó a sus campos, por-que para éltenía más importancia el grano sagrado que la victoria sobre sus enemigos.

En 1848, Yucatán, curada de su fiebre separatista, se incorporó nuevamente aMéxico y pudo terminar de aniquilar a los indios. Tan sólo una parte de losalzados logró refugiarse en las selvas. de Quintana Roo: prefirieron volver a labarbarie antes que sufrir una nueva esclavitud más dura que la anterior.

Yucatán salió exhausta de la guerra de castas: cuatro quintas partes de suterritorio habían sido arrasadas; su población, de 600 mil habitantes, se redujo ala mitad, y la propiedad, valuada en seis millones de pesos, bajó a dos millones.

La planta milagrosa 

Entre la flora espinosa y agresiva de Yucatán destacaba un maguey de largashojas como espadas de acero opaco —Agave ourcroydes —  cuyas fibrasinteriores utilizaban los mayas des-de la antigüedad para hacer hilos, telas yredes.

Como el agave tenía el problema de no dejar escapar una gota de agua, secubría de una dura corteza impermeable, guarnecida de espinas, que los indiosdebían quebrar utilizando dos palos llamados el tonkós y el pashké.

 A pesar de este sistema del neolítico, ya a fines del siglo XVIII muchos navíosutilizaban cuerdas de henequén —prefiriéndolas al costoso cáñamo—, y laproducción fue aumentando de tal modo que la industria, según escribió elhistoriador Antonio García Rejón, durante los 11 años de la guerra (1847-1858)fue "la tabla de salvación" en el naufragio general, ya que lograron exportarseanualmente 70 mil arrobas de productos.

Concluida la guerra, los ojos se volvieron naturalmente al agave y a losproblemas que planteaba su resistencia de no dejarse arrancar sus blancas fibras.La fiebre de la invención se apoderó de los yucatecos. Una idea inicial —la ruedadel coche de un sacerdote armada de cuchillas— sirvió de modelo, y en 1857, elartesano José Esteban Solís fabricó y principió a vender las primeras máquinas

desfibradoras.La "rueda Solís" cambió la situación. Desaparecieron poco a poco las viejashaciendas y en su lugar crecieron y prosperaron las haciendas henequeneras,modificando radical-mente el paisaje y la economía. Yucatán, a semejanza delcentro desértico del país, se cubrió de magueyes y una nueva aristocraciaparecida a la pulquera surgió de la selva tropical.

"La producción que hasta 1860 había consistido principal-mente en artículoselaborados de henequén —hilos, sacos, cordelería marítima, etc.— principió a

Page 45: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 45/226

transformarse y a ser sustituida, cada vez en mayor medida, por la materia primasin elaborar, es decir, por el llamado henequén en rama." [9]

El cambio se debió a otro invento agrícola. En 1831 el joven Cyrus HallMcCormick, de Virginia, había inventado una máquina segadora y engavilladorade trigo que fue perfeccionando lentamente. Sin embargo tenía un defecto: ataba

los haces con alambre y el alambre mataba a los animales y estropeaba la paja.Se pensó entonces en una fibra vegetal barata y resistente, y el henequén ofrecióla solución del problema. A partir de 1875 las engavilladoras consumieron millaresde kilómetros de fibra —binder-twine — y el agave se transformó en el monarcamundial de las fibras duras.

La planta milagrosa, aunque sólo exige el trabajo de sembrarla y limpiar elcampo de yerbas invasoras, produce su primera cosecha de hojas a los sieteaños, lo que supone una inversión cuantiosa. Por añadidura, el hacendado erapobre y difícilmente podía adquirir las calderas de vapor y las modernas máquinasdesfibradoras, o construir las vías que llevaran la producción a la hacienda. Entales condiciones, los monopolios norteamericanos le compraban barata la materiaprima y le vendían cara la maquinaria, obteniendo así mayo-res ganancias; perocomo él se apoyaba en la esclavitud de los indios, las cosas marcharon bien hasta1900, cuando John Pierpont Morgan, alias "el Magnífico", unió las principalescordelerías competidoras para fundar la International Harvester, con un capital de120 millones de dólares.

La International compraba todo el henequén a través de su agente don OlegarioMolina, rico hacendado que por me-dio de un contrato hecho público en 1922 secomprometía "a bajar el precio de la fibra teniendo en cuenta siempre lasindicaciones del monopolio".

La tendencia a la baja registrada desde 1880 hasta 1897 (hay diez años de 2centavos de dólar la libra, dos de 1, tres de 3, uno de 4 y uno de 5) cambia, con unaumento de 2.64 a 6.23 centavos, en 1898, debido a la guerra de los EstadosUnidos con España, sentando un precedente: sólo una matanza generalrestablecía ligeramente la cacareada y siempre pisoteada ley de la oferta y lademanda. Pero la International Harvester eliminó la competencia, rebajó más losprecios —no obstante que la demanda era cada vez mayor — y logró en susprimeros ocho años una ganancia de 38 millones de dólares a costa de loshacendados.

Los números y los hechos 

Los números son malos y los hechos son peores. Don Olegario basaba toda supolítica en sembrar mucho para producir mucho y vender barato, eliminandocualquier intento de competencia extranjera. Comprador general subordinado almonopolio, tenía una corte de hacendados favoritos —los propietarios deinmensas haciendas— y gobernaba sobre el resto despóticamente. Cuandoacudían a él quejándose de sus deudas y de sus hipotecas, les decía sentenciosocon un dedo en alto:

—Siembre usted más. Sólo así podrá salir adelante.

Page 46: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 46/226

Incluso a 2 o 3 centavos de dólar la libra, ganaban todos y el milagro parecíainterminable. Entre las arboledas tropicales del paseo Montejo surgían los palaciosafrancesados, con mansardas, como los que adornaban el paseo de la Reformade la orgullosa capital, y los carruajes, los troncos de caballos, los candelabros, losajuares dorados, las levitas y los sombreros de copa, los clubes y las haciendas

daban testimonio de que en pocos años una sociedad arrancada a la selva sehabía transformado en una aristocracia.No existían gradaciones. Se era hacendado o se era esclavo, si bien la palabra

esclavitud estaba prohibida. Las deudas contraídas por los peones, que los fijabana la hacienda, no determinaban su precio, sino las oscilaciones del mercadointernacional y la demanda de brazos. Se compraban y se vendían peones deacuerdo a esta bolsa de valores, y figuraban en la lista de propiedades, como lamaquinaria, las mulas o los caballos.

Si los hacendados eran los reyes del henequén, don Olegario, el hacendado, elagente de la International Harvester, el gobernador del estado, era el "rey dereyes" y disfrutaba de un poder económico y político, en su monarquía peninsular,sólo comparable al de Porfirio Díaz. El ejército federal había exterminado a losúltimos sobrevivientes de la guerra de castas y el espectro de una nueva rebeliónse alejó para siempre.

En Rusia, el mujik —antes de su liberación— hablaba el mismo lenguaje ypertenecía a la misma raza del hacendado, mientras que en Yucatán el mayarepresentaba al enemigo "salvaje", al hombre degradado por el alcohol quepracticaba ritos incomprensibles, poseía otra lengua y amaba sádica-mente unabuena tanda de latigazos.

Cuando, en 1908, el periodista norteamericano John Kenneth Turner visitóYucatán, dejó un relato conmovedor de la forma en que los capataces golpeaban yhostigaban a los esclavos, del salario que les pagaban, de lo que éstos comían yde las cárceles donde los encerraban. Al abandonar la península, recordando quelos exiliados políticos de los Estados Unidos le habían contado que Siberia era uninfierno helado y Yucatán un infierno en llamas, comentó: "¿Siberia? A mi parecer,Siberia es un asilo de huérfanos comparado con Yucatán."

La Revolución 

Los hacendados temían que el incendio de la Revolución llegara a la península.Por este temor, en septiembre de 1914 financiaron el cuartelazo del comandantemilitar, un tal coronel Argumedo, y lo reforzaron con sus peones, sus emplea-dos y

sus propios hijos. Carranza envió 7 mil soldados al frente del general Salvador  Alvarado, quien derrotó a los cruzados en tres batallas; pero Argumedo tuvotiempo de huir, tras de vaciar la Tesorería del Estado.

 Alvarado fue uno de los generales más íntegros y capaces de la Revolución.Lejos de tomar venganza, hizo que los niños ricos volvieran a sus casas sanos ysalvos, a los peones engañados les dio dinero y fusiló a dos de sus soldados conotros criminales acusados de saqueo. Resistiendo las adulaciones y los cohechosde la "casta divina", como él la llamó, pronto tuvo una idea clara de la situación y

Page 47: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 47/226

comenzó su gobierno revolucionario.En poco tiempo anuló las deudas de 60 mil peones y los transformó en

trabajadores agrícolas libres y bien pagados, prohibió el alcohol y el juego, cerrólos prostíbulos y abrió mil escuelas, cien bibliotecas populares, una escuela deagricultura y una vocacional de artes y oficios.

El presupuesto de educación subió de 350 mil pesos a 2 millones y medio;rehabilitó los ferrocarriles, que estaban quebrados; construyó una estaciónterminal de petróleo —en un país productor el barril costaba 30 pesos y el corte yel transporte de la leña reclamaban el empleo de 14 mil hombres y el 35 % de lacapacidad de los ferrocarriles—, y compró seis barcos con la finalidad de sacar millares de pacas de henequén almacenadas en las estaciones, en los muelles yhasta en las iglesias.

¿De dónde salían tantos millones? ¿Cómo fue posible que 60 mil familiascomieran carne los domingos, sus hijos fueran a las escuelas y principiaran a vivir humanamente? Muy sencillo, responde el mismo Alvarado: "Estos señoresacapara-dores pagaban por el henequén `tanto'. Yo les hice pagar `más cuanto'. Yesta diferencia, que era dinero contante y sonante para Yucatán, se tradujo,durante los tres últimos años, en barcos, ferrocarriles, escuelas, bibliotecas,bienestar y prosperidad general." [10]

Ya en 1908, el anuncio de las ganancias obtenidas por la InternationalHarvester —casi todas salidas del bolsillo de los hacendados— colmó la pacienciade éstos y decidieron crear varias organizaciones —la última, de 1912, se llamóComisión Reguladora del Mercado del Henequén— para defender sus intereses.

Fue en vano que obtuvieran créditos y lograran sustraer una parte de laproducción a fin de elevar las cotizaciones de la fibra. Sus muchas deudas y lanegativa de los bancos —aliados al monopolio— a extender los plazos los hicieronvender un henequén tan penosamente obtenido y convencerse una vez más deque era el comprador y no el productor el que imponía sus leyes de hierro.

Concretamente en materia de henequén, el general Alvarado, gobernador provisional de Yucatán, expulsó a los intermediarios, y la Reguladora, modificada,se encargó de la compra de la fibra —mediante contratos cooperativos con loshacendados—, de su manejo y su venta. De este modo, el poder de laInternational Harvester y de sus agentes pasó al gobierno del estado, que fijóprecios y mantuvo el control de la industria. Esto significó un cambio de la mayor importancia: el gobernador ya no era el empleado del monopolio, el sostenedor deuna política bajista favorable a los intereses extranjeros, sino el propiciador de losprecios altos y el aliado de los operarios agrícolas y de los mismos hacendados,que en tres años recibieron de la Reguladora 41 millones de dólares, o dicho deotra manera: "Un poco más de 350 hacendados percibieron el 42%,aproximadamente, de la venta del henequén realizada en ese periodo."

Finalmente, los que pagaron el alza de precios -9 5/8 centavos de dólar la libraen 1916, 19 1/4 en 1917 y 23 1/4 1918— fueron los agricultores norteamericanos.Llegado el tiempo de la primera Guerra Mundial y necesitados de comprar henequén, los monopolistas tuvieron que aceptar las nuevas reglas de juego, perono sin desatar una violenta campaña difamatoria en contra de Alvarado: laComisión de Agricultura del Senado lo acusó públicamente de haber robado 86millones de dólares a los agricultores americanos y de constituir un monopolio

Page 48: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 48/226

tiránico, y logró que la Secreta-ría de Justicia entablara un pleito judicial contra laReguladora. El Departamento de Estado, por su parte, redobló la presión sobreCarranza.

Los hacendados, aunque muchos de ellos pudieron levantar sus hipotecas ysituar enormes sumas en los bancos extranjeros, estuvieron siempre del lado del

monopolio, por contradictorio que parezca. Alvarado había iniciado un intento de reforma agraria, que frenó Carranza yque extremó la falta de brazos: los trabajadores abandonaban las haciendas deescaso rendimiento, o donde tenían dificultades, para volver a cultivar el maíz, ysus antiguos amos debían pagar mayores salarios y soportar exigencias ylibertades inadmisibles. Terminada la primera Guerra Mundial y finalizado elgobierno de Alvarado, la situación volvió a cambiar. Como había importantesexcedentes de henequén en los Estados Unidos y en Yucatán, la IntemationalHarvester se abstuvo de comprar la fibra a ningún precio, y el papel moneda,emitido por la Reguladora y respaldado en sus enormes ventas, se devaluó degolpe; los comercios cerraron, las deudas no pudieron saldarse y la industria sedeclaró en quiebra. Se cerraron las escuelas y las bibliotecas, pero se abrieronlas casas de juego, las tabernas y los prostíbulos. Disminuyó el salario de lostrabajadores, que volvieron a su condición de peones, y regresaron los agentesdel monopolio; según escribió la Revista de Yucatán:  "Alvarado dejó la tristeherencia de la bancarrota, el desastre, la miseria y el hambre."

Durante 40 años los compradores habían hecho inoperante la ley de la oferta yla demanda, fijando arbitrariamente los precios de la fibra, y cuando Alvarado,valido de la primera Guerra Mundial, pudo imponer precios más altos, lo acusa-ron de pisotear las leyes económicas y de robarlos, pues ni siquiera se hallabandispuestos a tolerar esta mínima compensación, y sólo defendieron "el pan de losamericanos" —sus intereses—, sin importarles la suerte de 60 mil esclavoshambrientos que trabajaban bajo un sol de fuego y hostigados por el palo delcapataz. El general Alvarado fue acusado de robar también a los hacendados, deobligarlos a firmar contratos ruinosos, de encarcelarlos, de embargarles susbienes y de emplear grandes sumas en la propaganda socialista de México y dela América del Sur. A las calumnias, Alvarado respondió con una defensa, tituladaActuación revolucionaria del general Alvarado en Yucatán, que nunca mereciórespuesta.

Yucatán debía pagar muy caro el precio de su rebelión: al mismo tiempo quetuvo que restringir considerablemente su producción, como los monopolistasestimularon la siembra del henequén en otras regiones —donde además la manode obra era todavía más barata— para no depender de un solo país productor,dejó de ser el monarca mundial de las fibras duras, convirtiéndose en un meroapéndice de Kenia y Tangañica.

La política de producir mucho y barato era una consecuencia del régimenfeudal porfirista y de las condiciones del mercado exterior. Cuando Alvaradodestruyó el régimen de esclavitud y obligó al monopolio a pagar un precio más

 justo, no advirtió que el coloniaje interior respondía al coloniaje exterior y quecualquier medida revolucionaria estaba condenada al fracaso. En ese momentoCarranza enfrentaba la lucha por obtener mayores ventajas del petróleo y tambiénse vio obligado a transar para evitar una invasión armada.

Page 49: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 49/226

Los dueños de las plantaciones de algodón en el sur de los Estados Unidospudieron, al menos, contribuir a la grandeza material de su país con el trabajo y eldolor de los negros. Pero los hacendados yucatecos envilecían y brutalizaban alos mayas para que la International Harvester se transformara en un giganteindustrial. Su desprecio por los indios era equiparable al que los monopolistas

sentían por ellos. Yucatán fue una simple colonia de los Estados Unidos.

El Yucatán que encontró Cárdenas 

En 1935, Yucatán se asemejaba todavía a una isla. Sólo dos pequeños vaporeshacían un servicio regular entre Veracruz y el puerto de Progreso, desde dondelos barcos continuaban transportando las pacas de henequén para ser industrializa-das en los Estados Unidos.

La situación no había cambiado gran cosa desde 1920. La "casta divina" seguíacreyéndose, a pesar de haber perdido el monopolio de las fibras duras, el grupo

más capacitado técnicamente en cuestiones henequeneras, lo que no dejaba derepresentar una fanfarronería pues los ingleses de Kenia y de Tangañica habíanlogrado polinizar las flores del escapo y producir, en menos tiempo, híbridos querendían fibras más largas y resistentes, mientras los hacendados yucatecosmutilaban el escapo y aprovechaban únicamente los hijos de las raíces quereproducen los caracteres de la planta madre sin ninguna variación. Sibotánicamente no habían evolucionado, tampoco lo hicieron en materia de cultivoso de comercialización. Sembraban y cosechaban al viejo estilo, utilizabanmaquinarias obsoletas a base de remiendos y un agente de las grandes empresascordeleras de los Estados Unidos les compraba la fibra a precios muy bajos,obteniendo para él enormes ganancias.

Los hacendados vivían, y vivían bien, gracias al trabajo de sus peones. Ya nonecesitaban darles de latigazos ni engancharlos a la fuerza como en los tiemposporfiristas, incluso en la bancarrota había demanda de trabajo, y les pagaban unsalario miserable por tumbar el monte, sembrar las pequeñas matas, desyerbar elhenequenal, construir albarradas, cortar las pencas, desfibrarlas, secarlas yacarrearlas a la bodega.

En un Yucatán carente de industrias, sólo existía una delgada capa deprofesionistas, comerciantes y empleados de gobierno entre los ricos hacendadosy los millares de peones, lo que daba la impresión de estar en un extraño paísdonde los contrastes se presentaban brutalmente. Los indios seguían viviendo enlas mismas cabañas que figuraban en los tableros de Uxmal y los ricos en sus

palacios afrancesados. Hombres sensuales, refinados y codiciosos, los ricoscreían que el mundo estaba dividido naturalmente en señores y sirvientes. Lespagaban sólo lo suficiente para comprar alcohol y no perecer de hambre y secreían sus benefactores. Los indios, a su vez, parecían empeñados en suicidarse,embriagándose hasta la muerte. De su antigua grandeza conservaban el amor albaño, seguían consultando a sus brujos y rigiéndose por la magia, pero sushermosos rostros de dioses caídos y su extremo desamparo irritaban mucho máscuando se comparaban las grandiosas obras del pasado a su actual decadencia.

Page 50: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 50/226

 

Cárdenas, la Revolución 

 Al general Cárdenas no se le había olvidado el asombroso mundo de Yucatán.

"La Revolución —había dicho— quiere que se cumplan firmemente los preceptosagraristas en todo el país. . . ¿Que no se han dado las dotaciones en Yucatánporque las tierras afectadas por la resolución presidencial están cultivadas dehenequén? Digo a ustedes, en nombre de la Revolución, que las tierras deberándarse, para que ustedes mismos sigan cultivando el henequén."

En abril de 1935, el Banco Nacional de Crédito Agrícola había iniciado sustrabajos con órdenes terminantes de llevar a cabo el diferido reparto de tierras.Pero los hacendados, agrupados en la Asociación Defensora de la IndustriaHenequenera, no habían olvidado la amenaza del Presidente, y su propósitoconsistía, según lo hizo notar el gobernador Fernando López Cárdenas, "enprovocar toda clase de conflictos que mantuvieran ocupadas a las autoridades y

retardaran la entrega de las tierras".El problema del reparto era teóricamente difícil. La industria del henequén,

planta que da su primera cosecha de hojas a los siete años de sembrada ytermina su ciclo hasta los 20 o 24, debe utilizar un espacio suficiente para tener plantas en crecimiento y plantas en producción que le permita operar siempre susmáquinas.

 Al principio el Banco distribuyó tierras en cultivo y tierras en producción, lo cualprovocó una desigualdad que trató de corregirse más adelante. Sin embargo, elproblema de los equipos industriales relegó a un segundo término el reparto. Loshacendados se negaron a desfibrar las pencas de los ejidatarios y recurrieron alamparo.

 Al perderlo, los orgullosos miembros de la "casta divina" terminaron de perder lacabeza. Simularon contratos de venta entre sus parientes y amigos, inutilizaronsus maquinarias ocultando piezas o destruyéndolas, ordenaron cortes exhaustivosde hojas, organizaron motines y conjuras que motivaron la caída de dosgobernadores.

 A pesar de esta agitación, el Banco de Crédito Agrícola repartió, de 1935 a1937, 30 mil hectáreas de henequén y 450 mil de terrenos incultos, organizó el 66% de los ejidos, sembró 237 mil mecates [11] con un desembolso de siete millonesde pesos y dio asistencia médica a cerca de 20 mil campesinos.

El 8 de agosto de 1937 el Presidente anunció en Yucatán su programa agrario:los ejidos serían trabajados en forma colectiva y dotados de créditos, laboratorios

de investigación industrial, hospitales, caminos, servicios sociales y un Instituto Agrícola destinado a los hijos de los ejidatarios. Los hacendados dispondrían desus 150 hectáreas inafectables y se les comprarían sus equipos industriales.

Desgraciadamente en Yucatán, a semejanza de La Laguna, hubo demasiadagente no campesina que solicitaba tierras y como por añadidura se respetó la leyde entregar parcelas situadas a siete kilómetros de los poblados, la unidad de lahacienda quedó destruida y los henequenales sobresaturados.

De la totalidad de núcleos ejidales, según la estimación del ingeniero Manuel

Page 51: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 51/226

Mesa, 53 tenían planteles en explotación, 2 con henequén en cultivo, 197necesitaban cuantiosas refacciones para corregir el desequilibrio en que seencontraban los plantíos, 45 recibieron tierras muy distantes de los poblados ysólo 10 mantenían la extensión adecuada.

Esta deficiencia originó un verdadero caos. Hubo demasiada gente distribuida

en ejidos ricos y en ejidos pobres. El Banco de Crédito Ejidal, que sustituyó enagosto de 1937 al Banco de Crédito Agrícola, consolidó la reforma agrariaorganizando sociedades de crédito, prestó grandes' sumas y sembró muchohenequén, pero no logró corregir la desigual-dad inicial ni realizar todo lodispuesto por el general Cárdenas.

En los primeros meses de 1938, cuando el conflicto pe-trolero absorbía laatención del Presidente, el gobernador Canto Echeverría, deseoso de librarse dela tutela del Banco Ejidal, propuso que en lugar de emprender un costosoreacomodo se suprimiesen las arbitrarias divisiones de los ejidos y se creara conellos un Gran Ejido, "una descomunal hacienda de 60 mil trabajadores donde nohubiera ejidos pobres ni ejidos ricos y donde todos gozaran de salariosproporcionales y de iguales oportunidades".

"Para administrar el Gran Ejido debería crearse una asociación llamadaHenequeneros de Yucatán, gobernada por un consejo directivo compuesto detres vocales que representaran a todos los productores del henequén —fueranéstos ejidatarios, hacendados, o medianos y pequeños propietarios—, unpresidente —el propio gobernador o su representante— y un vicepresidente, queestaría investido con la representación del gobierno federal. Henequenerostendría un gerente que nombraría el gobernador y se compondría de tresdepartamentos esenciales: el comercial, encargado de la venta y exportación dela fibra; el de auditoría; y el agrícola, que debería vigilar y encauzar lasoperaciones del cultivo a través de un ejército de técnicos y de inspectores.

"Cada planta ejidal estaría bajo las órdenes de un encarga-do —especie deadministrador agrícola— y del comisario —árbitro en materia de política agraria—,que sería elegido democráticamente por los trabajadores de la planta ejidal." [12]

Cárdenas aprobó el plan en abril de 1938 y Henequeneros de Yucatán,subordinada al gobernador, cobró forma. Canto Echeverría sostenía el criterio deque los ejidatarios debe-rían ser tratados como niños, y puntualizaba: "Día llegaráen que la preparación de los campesinos les permita hallar por sí solos el caminode su verdadero interés; pero, entre tanto, la asociación, vigilada por el Estado,tiene que guiar-los en sus dificultades." El gobernador expresaba una verdad amedias: los antiguos peones mayas debían ser guiados por el nuevo organismo,ya que eran incapaces de manejar una industria como la henequenera, pero¿acaso todas las infamias acumuladas en 400 años no cuentan?, ¿el hombre nolas registra? Esos 60 mil mayas suponían una gran masa analfabeta,alcoholizada, fatalista, que requería una intensa educación y un tratorevolucionario para alcanzar lentamente una nueva vida. Sin embargo, esto nofue posible. Henequeneros de Yucatán se transformó en un organismoburocrático, encaminado a reforzar el poder político del gobernador en turno.

Page 52: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 52/226

Los ladrones, la contrarrevolución 

Yucatán ha sufrido, a partir de 1940, una degradación y una caída semejantesa las que sufrieron los viejos mayas. El gobernador Canto Echeverría devolvió alos hacendados sus trenes de raspa confiscados. Cierto, ya no fueron los señores

feudales de otras épocas, pero recobraron algo de su antiguo poder. Dueños dela maquinaria, desfibraban sus pocas pencas, las que podían robarse y las queles entregaba Henequeneros de Yucatán, el organismo sucesor del Banco deCrédito Ejidal.

 A Canto Echeverría le sucedió el rapaz gobernador Ernesto Novelo Torres, exseminarista que se hizo millonario aprovechando el auge de la segunda GuerraMundial, y robándose haciendas, bodegas de los ejidatarios y hasta las estatuasde los jardines públicos. El gerente de Henequeneros, Rafael Salazar Trejo, uncontador que acostumbraba decir: "Robar a los ejidatarios no es robar, porqueellos también son unos ladrones", sólo el día 7 de febrero de 1944 se hizo deonce casas, según consta en el Registro Público de la Propiedad de Mérida;

como acumulara tal número de ellas y construyera una iglesia, el pueblo leadjudicó dos apodos con que lo hizo famoso: "Don Rafael de las Casas" y "Elbuen ladrón", y a su palacio lo llamó "Villa Descaro". [13]

Y comenzó la danza de los millones. Dando el ejemplo el gobernador y elgerente, robaban todos: los funcionarios, los empleados, los hacendados, losejidatarios. Las nóminas de Henequeneros crecieron en el papeldesmesuradamente, se cobraba por trabajos nunca realizados y a los 35 milejidatarios se les fijaban dos tareas a la semana a precios irrisorios.

Del total de las ventas de henequén, los hacendados -500 familias— percibíanel 31%, la burocracia de Henequeneros el 25.66%, los impuestos se llevaban el19.41%, y 35 mil ejidatarios, el 24.66%. Ocho años después, en 1951, el

productor recibía $ 20.00 por un mecate de henequén, en tanto que el hacendadoobtenía $ 78.70 por su leonino contrato de maquila. Al mismo tiempo se fue creando una poderosa empresa cordelera de

particulares que industrializaba la producción de la fibra y la vendía al exterior, demodo que durante muchos años, dicho de una manera general, ganaban millonesel intermediario que vendía los productos a las cordelerías norteamericanas, elgobernador a quien se le daba un por porcentaje por las ventas, los hacendados,los cordeleros y los altos funcionarios de Henequeneros, mientras que 35 mil o 40mil ejidatarios obtenían $ 21.00 semanarios, la mitad de los cuales la gastaban enalcohol para escapar de su infierno.

En el régimen del señor Ruiz Cortines se eliminó el costoso aparato de

Henequeneros y de nuevo el Banco de Crédito Ejidal quedó encargado de dirigir los trabajos del campo y de vender la fibra a los cordeleros, y en el del señor López Mateos se compraron algunas de las viejas máquinas de éstos y seconstituyó una empresa estatal moderna: Cordemex. Ahora, dos empresasfederales —el Banco y Cordemex— eran prácticamente los dueños de laeconomía; pero, en realidad, desde su nacimiento debía presentirse que seríandos empresas ruinosas a causa de las estructuras de la industria henequenera.

Los 35 mil ejidatarios, ya excesivos en el tiempo de Cárdenas, habían subido a

Page 53: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 53/226

80 mil al final del periodo de Luis Echeverría —porque todo hijo de ejidatario, alcumplir los 16 años según la ley, principia a recibir un salario llamadoeufemísticamente anticipo— cuando bastarían 28 mil trabajadores para cubrir unaextensión sembrada de 250 mil hectáreas.

Tenemos así la primera paradoja: faltan henequenales, sobra gente, lo que nos

lleva a una segunda paradoja: la zona henequenera tiene teóricamente un millónde hectáreas, de las cuales sólo se cultiva una fracción, y esta segunda paradojanos conduce a su vez a una tercera: lejos de sembrar-se más henequén, sesiembra menos. Si de 1964 a 1976 se produjeron anualmente 140 mil toneladas,en la actualidad se obtienen 100 mil y la producción tiende a decrecer, de maneraque en 1980 Cordemex, la principal industria de fibras duras del mundo, careceráde materia prima, y ya comenzó a perder dinero, pues cada kilogramo de hiloagrícola le cuesta producirlo $ 12.50 y debe venderlo a $ 10.50, con una pérdida,en el año de 1977, superior a los 315 millones de pesos, mientras el Banco deCrédito Rural perdió unos 500 millones, lo que constituye la cuarta y últimaparadoja.

En el campo mexicano, tan cargado de contrastes y paradojas, Yucatán es uncaso límite: aunque tiene millares de hombres desocupados, millares dehectáreas sin aprovechar y la mayor industria cordelera del mundo, la Federacióndebe gastar 800 millones de pesos, no en producir, sino en dar limosnassuficientes para sostener la miseria ominosa de medio millón de mayas. Se trata,sin duda, de una estupidez criminal, de la que no hay quizá ningún otro ejemploen el mundo.

Por el contrario, en Cuba, al sur de Matanzas yo he con-templado un ejemplode lo que se debe hacer con esa roca calcárea de Yucatán, al parecer tan ingratay tan difícil de cultivar. Sabiendo los cubanos que debajo de la roca caliza existengrandes mantos acuíferos —semejantes a los de Yucatán—, excavaron pozos ycepas. Luego plantaron naranjos en extensiones cuadrangulares de 500hectáreas y construyeron en el centro una escuela secundaria. Los mismosestudiantes se encargan de sembrar, injertar, podar, cortar y empacar lasnaranjas. Éstas se exportan a los países socialistas, que sólo consumen kilo ymedio de cítricos anualmente en tanto que los europeos y los norteamericanosconsumen 25 kilogramos.

He aquí una lección —una entre tantas— de lo que se podía hacer en lasmalas tierras de Yucatán. En las peores tierras, gracias al agua es posible cultivar cítricos, frutales, verduras, sembrar pastos y extender la ganadería; organizar lapesca, muy abundante en las costas; ensayar nuevos cultivos de maíz, sorgo yfrijol, con sistemas mejorados, en las tierras del sur; aumentar considerablementelos viveros y los henequenales, ensayando nuevos experimentos botánicos, comolos que hicieron los ingleses en Kenia y en Tangañica, y transformar la Penínsulaen un formidable productor de alimentos y fibras duras.

Se alegará que no hay dinero para obras tan costosas, y debemos decir que sílo hay. Los centenares de millones que se gastan en sostener de mala manera alos mayas podrían comenzar a financiar programas bien meditados. La situaciónno cambiará en dos o tres años; pero sí en diez o en quince, si somos lo bastantesensatos a fin de dividir un ejido gigante —incapaz de ser manejado, según se ha

Page 54: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 54/226

demostrado en 40 años— en adecuados planteles dotados de sus máquinasraspadoras, reducir el número de los ejidatarios que pesan sobre el castigadohenequén y distribuirlos en los nuevos campos, fundar escuelas técnicas, nomanipular a los ejidatarios con fines políticos, preparar cuadros capaces ycastigar a los ladrones, ocupen el cargo que ocupen.

Las causas que han motivado el desastre no son privativas de Yucatán. Son detoda la República. Ningún ejido colectivo logrará prosperar nunca si no esautosuficiente económicamente, si no emplea la mayor mano de obra posible, sino forma cuadros eficaces y honestos, si no cuenta con mercados seguros, ensuma, si no dispone de una organización eficiente y una moral. O se emprendetodo eso ahora mismo, que no. está fuera de nuestro alcance, o la situación de laPenínsula seguirá deteriorándose hasta el grado de que la violencia, ya muyvisible, estalle y provoque conflictos de proporciones incalculables.

Yucatán nunca será grande mientras arrastre medio millón de mayas y loscondene al sufrimiento y a la ruina. Los hacendados demostraron que su sistemade esclavitud no tenía salida. Cárdenas demostró que esa salida existíadestruyendo la hacienda, convirtiendo al siervo en hombre libre, dándolemaquinaria, créditos y escuelas, así como directivas para organizar la produccióny para mejorar socialmente a los ejidatarios, pero su proyecto redentor lo fuedestruyendo el sistema de corrupción que ha imperado en Yucatán durante 40años.

El caso del Yaqui En la Navidad de 1973 asistí, acompañando al presidente Echeverría, a una

 junta de agricultores del valle del Yaqui. El centro de la enorme sala estabaocupado por los ejidatarios —confusa mancha de un azul desvaído—; en los

bordes, con los brazos apoyados sobre pequeñas mesas y con caras arrogantes yduras, se hallaban los grandes propietarios, y en un rincón se advertía la manchareducida y oscura de los indios.

Me volví a Echeverría y le dije:—Mire usted, señor Presidente, la composición de esta sala es la composición

social y económica del valle. La masa sufrida de los pobres ejidatarios, los pocosbarones de la tierra dominando la escena, y allá lejos, casi inadvertidos, los in-dios yaquis, o mejor dicho lo que hemos dejado de los indios yaquis.

—Sí —respondió el Presidente—, pero debe usted considerar que estos ricospropietarios, excepcionales agricultores, producen la mitad del trigo de laRepública.

—Serían extraordinarios en Australia o en Canadá; en un Méxicosobresaturado de campesinos sin tierra, son el principal obstáculo del progreso.Y ésta es la verdad, no sólo aquí sino en todo el país. Los indios han sido

combatidos, cazados, expulsados de sus tierras y sustituidos por los hombrescrueles y capaces que esa mañana apoyaban sus fuertes brazos sobre las mesasy miraban desafiantes al conjunto. Hay un destino que se cumple siempre con lafatalidad del lugar común: el fuerte devora al débil, aunque estos yaquis y susparientes los mayos y los ópatas no eran precisamente ni pocos ni débiles.

Page 55: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 55/226

Enfrentados al pequeño monstruo Diego Martínez de Hurdaide, en el siglo XVI, ya sus mosquetones y espadas de acero, tendían el arco gritando:

—Mata, que muchos somos.Dueños de la vasta llanura limitada por los ríos Yaqui y Mayo, cercados de

sierras y desiertos salvajes, vivían cultivando el maíz, el frijol y la calabaza en los

ricos limos de las crecidas. El desierto les daba pitahayas, tunas, magueyes, cazaabundante, y peces variados los ríos. Los principales y los chamanes, muyreverenciados a causa de su valor o de su dominio de la magia, vestían pieles devenado, de tigre, o telas de algodón que sabían tejer sus mujeres. No cono-cíanel robo, la mentira, el miedo, el asesinato, ni la propiedad; pero estas virtudes, yotras muchas que ha descubierto Carlos Castaneda, estaban compensadas por elhecho de vivir en un oasis, y como ese oasis, no importa qué lejano se encuentre,despierta la ciega cupiditia propia de los cristianos civilizadores, el destino de losindios y de los blancos era cosa previsible.

La conquista del Norte Todo el romanticismo que caracterizó a la conquista de México se desvanecía

ante la conquista del Norte. Aquí y sobre todo en la región del noroeste no existíangrandes imperios, buenas tierras o climas templados, sino ásperos desiertos ytribus belicosas.

El virreinato deseaba someterlas y extender las fronteras del reino, pero carecíade soldados y de recursos. Eran muy pocos los españoles que aceptabancombatir a los indios sin el incentivo de un cuantioso botín y el capitán DiegoMartínez de Hurdaide iba lentamente reduciendo a los ocorines, los sinaloas, losseris, los bacohíbos, los zuaques o los mayos. Nada era previsible en aquella

lucha. No bien se "pacificaba" una región —pacificación sustituía a conquista— selevantaba otra, de tal modo que al principiar el siglo XVII se habían registradomucho más de 150 alzamientos.

Las hostilidades con los yaquis se iniciaron cuando el cacique sinaloa JuanLautaro y el cacique zuaque Babilomo, acosados, buscaron un refugio en lanación yaqui, y Hurdaide los reclamó. La belicosa tribu se negó a entregarlos. Elcapitán español dio la media vuelta sin ofrecerles batalla, pero más tarde mandócomo emisarios de paz a varios indios de la tribu tequeca y a dos mujeres yabautizadas. Los yaquis se apoderaron de las mujeres y de los caballos y dieronmuerte a varios emisarios. El "honor" de las armas españolas no podía sufrir estanueva afrenta. Diego Martínez de Hurdaide alistó cuarenta jinetes —con sus

caballos cubiertos de cuero— y dos mil indios aliados, cristianos o gentiles, yllegado al río Yaqui hizo una nueva propuesta de paz. Al amanecer los indiosatacaron. Se combatió todo el día y Hurdaide, tragándose su orgullo, decidióvolver una vez más a su villa de Sinaloa.

Un año después, en 1609, preparó una tercera salida, llevando cincuenta jinetes y cuatro mil aliados. Se guardaban las fórmulas. Esta vez invistió a susnegociadores con un salvoconducto que ostentaba cuatro sellos y merecía elmayor respeto, pero un indio tomó el sacrosanto papel, se lo ató al trasero y se

Page 56: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 56/226

paseó con él, provocando grandes manifestaciones de hilaridad. Al amanecer, los yaquis atacaron con su furia acostumbra-da. Literalmente

llovían las flechas. Si los españoles lograban rehacerse y pasar a la ofensiva, losindios cruzaban el río y poco después regresaban aniquilando a los aliados.

Hurdaide comprendió que debía levantar el campamento y emprender la

retirada por la vega arbolada del río mientras él trataría de protegerlapermaneciendo en la retaguardia con los suyos.Los yaquis redoblaron el acoso. Más de la mitad de los españoles cortaron los

caparazones de sus caballos y emprendieron la fuga. Hurdaide, que había logradoescapar a un lugar más seguro, gritaba:

—¡Ea, hijos! ¡Ea, españoles! Recojámonos a este puesto y peleemos comotales, y haya orden en valernos de nuestros arcabuces y de la pólvora que nos haquedado, y váyanse disparando, no todos juntos, sino en el orden que yo diere.

Hurdaide tenía cinco heridas, en las manos y en la cara; una flecha le habíatraspasado la visera del yelmo y el sol del verano hacía arder su armadura; paraahuyentar la sed mantenía una bala de plomo en la boca.

Como los yaquis incendiaron la pradera con el fin de ultimarlos, Hurdaide, anteel peligro, prendió fuego a las yerbas vecinas de modo que cuando las llamas delprimer incendio alcanzaron su refugio se extinguieron por sí solas, y así lograronsalvarse. Pero esto no pasaba de ser un respiro. Había llegado la noche y el cercose iba estrechando. Al capitán se le ocurrió entonces una última estratagema:liberó a los caballos heridos, que arrancaron hacia el río, y los indios se lanzaronen su persecución mientras él, dejando abandonados a sus aliados, emprendió elcamino del sur. No alcanzó a huir: quedó rezagado en compañía de otrossoldados heridos y murió.

Se dijeron misas por su alma y un soldado entregó un papel hecho del taco deun arcabuz, escrito con un palo y agua mezclada con pólvora, donde Hurdaide —aún esperanzado de salvarse— decía: "Dios perdone a esos hombres que medesampararon y pusieron a riesgo toda esta provincia. Yo y los soldados queconmigo quedaron, aunque heridos, estamos con vida y vamos caminando poco apoco por el cansancio de los caballos y de los heridos; y por que no se hagaalboroto en la provincia con las nuevas que lleva-rían, despacho por la posta aeste soldado que me ha sido muy fiel."

El padre Ribas, autor de Triunfos de Nuestra Santa Fe, comentó la derrotaescribiendo: "Una nueva tan infeliz como ésta, fue de muy grande tristeza ylevantó un alarido y llanto común, con que todos se lamentaban: las mujeres quequedaban viudas en tierra tan desamparada; los hijos, huérfanos de padres; laprovincia, de los mejores soldados de aquella frontera; muerto el capitán, quedael terror de naciones inquietas; y la cristiandad, expuesta a riesgos manifiestos deacabarse y de perderse." [14]

 A los indios, en realidad no los pacificaron las armas, sino la visión de un barcogrande, semejante a una casa, que vieron en el mar y juzgaron cosa de magia.Los españoles propala-ron amenazas, y finalmente, en 1615, los indios firmaronlas paces y aceptaron a los primeros misioneros.

El padre Kino Este jesuita italiano —nació el año de 1645 en Segno, provincia de Trento— se

Page 57: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 57/226

llamaba Eusebio Chinus, y como siendo todavía muy joven San Francisco Javier hizo el milagro de curarle una grave enfermedad, tomó su nombre. Más tarde, alpercatarse de que en España, Chinus sonaba casi como chino, que en la NuevaEspaña designaba a una de las castas más despreciables, lo cambió por Kino; deesta manera el antiguo Eusebio Chinus se convirtió en el legendario padre

Eusebio Francisco Kino.Su presencia en México obedece también a un equívoco. Habiéndose armadodos expediciones, una a Filipinas y otra a la Nueva España, Kino por un juego deazar perdió, contra su deseo, la posibilidad de emprender evangelizaciones enlas verdaderas Indias y aceptó obediente pasar a las falsas Indias.

Kino estudió en Alemania matemáticas, geografía, teología, y deslumbrado por el resplandor del Oriente, rechazó la propuesta que le hizo el príncipe elector deBaviera de ser profesor de matemáticas en la Universidad de Ingolstadt.

Este resplandor  —posiblemente había leído los viajes de Marco Polo— setrocó en otro resplandor. A las ciudades del Gran Kan, con sus cortes soberbias,sucedieron las ciudades invisibles del reino de Cibola, es decir, Sonora, Arizonay las Californias, con sus pesquerías de perlas y sus tribus de indios que corríanarmados de lanzas y flechas a lo largo de los ríos caudalosos, de los litorales —rocas blancas, mares azules— y de las cactáceas del desierto.

Kino vivió 24 años en ese mundo y se puede decir que estuvo más tiempo acaballo que sobre los pies. Dormía en unas pieles de carnero, bajo una mantatejida por los indios y sirviéndole de almohada su aparejo. Tenía sólo doscamisas, y las usaba hasta que se le caían a pedazos; tomaba sus alimentos sinsal, mezclados con yerbas amargas. Rubio, delgado y musculoso, sus ojosgarzos y ardientes causaban el temor reverencial de las tribus que lo seguíansiempre y le hacían enramadas, o balsas de troncos donde el Padre, sentado enuna canasta, cruzaba los ríos.

Demostró que la California de Hernán Cortés no era una isla, sino unapenínsula, y levantó mapas de una enorme región que comprende de Sinaloa ala Alta California. Fundó las misiones de Nuestra Señora de los Dolores —laMisión Madre como él la llamaba—, San Ignacio de Caborca, San José de losMimuris, Nuestra Señora de los Remedios, Santiago de Cocóspera, Santa MaríaMagdalena, San Miguel de Tupo, San Pedro de Tibutama, San Antonio deOquitoa, San Lorenzo de Sarie, San Ambrosio de Tucubabia, San Lázaro, SantaMaría y San Javier del Bac, y congregó a los naturales en más de treintapueblos.

Enseñó el cultivo del trigo, de las hortalizas, de las vides y de los frutales; lacrianza de vacas, carneros, cabras, mulas y caballos, y oficios en sus talleres deherrería y de carpintería. Todo se hacía por primera vez y todo estaba mar-cadopor el extraño don del fundador de pueblos. Kino era el principio, el "comienzo" deun nuevo tiempo, el acceso a otro orden de la existencia humana. El ganado, lavaca en el pesebre, el caballo que habla de cambiar la vida de los indios, lapradera de trigo, la carreta, el lagar, toda su labor la acompañaba con sus sueñosde alcanzar el Oriente por el mar de Hudson, sus tareas de cartógrafo, sus viajesde veinte leguas a través de los desiertos y su anhelo de establecer un imperiogobernado por las milicias de Cristo.

El 15 de marzo de 1711, cuando su pelo rubio era ya blanco, murió en la

Page 58: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 58/226

misión de Santa María Magdalena, acostado sobre su aparejo y sus pieles decarnero. Al desvanecerse el espejismo del Oriente, Kino creó su propio mito y ledio una hermosura nueva a los desiertos del norte de México, hermosura quetodavía permanece a pesar de todas nuestras infamias.

El término de la paz Los yaquis estuvieron en paz de 1615 a 1735, durante el gobierno de los

 jesuitas. La vida giraba en torno de la misión, con sus tierras trabajadas por losindios y el resto cultivadas comunalmente. De hecho constituían un estado libregobernado por sus propias leyes y autoridades, hasta que el gobernador Huidobro implantó la alcabala y la adjudicación legal de las tierras indias.

Que sus amadas tierras fueran dadas a los "yoris" —los blancos— era muchomás de lo que podían soportar los yaquis, y con cualquier pretexto estalló unaguerra entre el Estado y los blancos por un lado y la Iglesia aliada a los indiospor el otro.

Muy atrás quedaron las contiendas del siglo XVI. El virreinato se habíafortalecido y no podía tolerar el poder creciente de los jesuitas ni que uninmenso y rico territorio se hallara sustraído a su soberanía.

Huidobro y su parentela eran codiciosos propietarios y estaban bien armados.En una batalla, el guerrero Baltasar abrió una entrada a la trinchera enemiga y ladefendió con su cuerpo, sin retroceder un paso, quedando allí hecho pedazos.

Poco después, su compañero Juan Calixto sufrió dos derrotas. En la segundamurieron tres mil mayos y yaquis. Sus huesos blanqueaban el cerro de labatalla, que desde entonces se bautizó con el nombre de Oteancahui o Cerro delos Huesos.

Se volvió a negociar la paz. Los indios ya no dependían tanto del gobierno

 jesuita sino de las autoridades españolas, peto conservaron sus caciques, sustradiciones y una parte de su territorio.La expulsión de los jesuitas, en 1767, señaló el fin de su imperio eclesiástico

y el principio de un tiempo de saqueos y de afrentas: el valle quedó sembradode huesos; desaparecieron los ganados y los cultivos.

Los indios no eran cristianos. Se había operado en los yaquis, y en otrastribus del noroeste un inmenso sincretismo: bajo la apariencia del culto católicoseguían vivos los antiguos patrones religiosos. Los mitos de los cazadoresregían su vida. Aceptaron a los "padres negros" como a nuevos chamanes quedominaban otras artes mágicas, pero en el fondo no habían cambiado mucho:seguían manteniendo sus largas cabelleras, sus curanderos y sacerdotes, y su

orgullo irreductible; sabían montar y disparar sus armas de fuego.

El Siglo de las Luces Casi todo el Siglo de las Luces estuvo dominado por el re-doble de los

tambores de guerra. Juan Banderas, o Jusacamea Banderas, a causa de unascontribuciones se rebeló en 1825, 1826 y 1832. Desgraciadamente, ya sin loscronistas jesuitas, poco sabemos de Banderas. Fue el primer cacique que enseñó

Page 59: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 59/226

a los yaquis a fabricar pólvora y cambiar el arco y las flechas por las armas defuego, y logró que los blancos respetaran sus leyes, lo autorizaran a gobernar, conel título de General del Yaqui, e incluso que le pagaran por esto. "Enriqueció —escribe Claudio Dabdoub— las poblaciones ribereñas con el botín arrancado aotros pueblos, lanzó de sus dominios a la gente de razón y a su raza le dejó como

herencia la convicción de su influencia en los destinos regionales, creencia que hallegado a verificarse en el curso de varias generaciones." [15]Luego sobrevino ese periodo en que los mexicanos se miraban como enemigos

mortales y combatían divididos entre federalistas y centralistas, liberales yconservadores, yorquinos y escoceses, republicanos e imperialistas, osimplemente entre partidarios de un gobernador o de su rival, y como no teníanotra idea que la de aplastarse, trataban de atraer a los indios con promesas quenunca les cumplieron.

Si bien los indios nada sabían de aquellas razones o sin-razones por las cualescombatían los "yoris", luchaban con unos o con otros, y éste era un modo dehacerse presentes y de mantenerse en pie de guerra, pues desaparecidos losespañoles, nosotros —los blancos— seguíamos despojándolos de sus tierras yaprovechando la menor ocasión para deshacernos de ellos.

Sin embargo eran muchos, y los sonorenses trataron de dominarlos recurriendoa la colonización sin ningún resultado. Al año de vencido el imperio deMaximiliano, un tal coronel Bustamante derrotó a una partida, haciéndoles 33muertos y 33 prisioneros. Tres días después se presentaron 600 indios a solicitar la paz y fueron encerrados en la iglesia. Bustamante dice que trataron de escapar,y por eso mandó disparar su artillería frente a la puerta: se incendió la iglesia ymurieron 70 indios.

Con este episodio concluyó un primer genocidio. Los indios eran echados a losmontes, se les asesinaba, se les confiscaban sus ganados, pero en aquelmomento surgió otro cacique, llamado Cajeme, y este Cajeme, que en lenguacahíta significa abstemio, habría de levantar a su pueblo y convertir en unarealidad momentánea la frase de que "el Yaqui era para los yaquis. . . o paranadie".

En 1881, el general Bernardo Reyes, jefe de la Primera Zona Militar  —quecomprendía Sonora, Sinaloa y Baja California—, escribía al secretario de Guerra:"Al ocuparse el Yaqui y el Mayo, de cualquier modo que sea, se va a tropezar condificultades para satisfacer la avidez de todos los que han denunciado terrenosallí; pues tengo datos donde consta haberse hecho denuncias que exceden enmucho a la extensión de tierra que esos ríos abrazan; y de atender esosdenuncios, quedarán sin nada absolutamente los desgracia-dos indios,desposeídos entonces hasta de lo más necesario para vivir. " 

El gobierno hizo poco caso de la advertencia de Reyes. Ya el año anterior seenvió una comisión geográfica para des-lindar y distribuir las tierras de los indios,inútilmente. Cajeme rechazó varias acometidas de los soldados del ejércitofederal y de las fuerzas del estado, lo que le permitió lograr una tregua hasta1883, cuando el general Luis Torres fue nombrado gobernador.

Se vivían las películas del Oeste medio siglo antes que Hollywood explotaraeste filón de aventuras interminables. El Estado, imbuido de liberalismo, no podíasufrir que una tribu de "salvajes" se sustrajera a su soberanía y constituyese una

Page 60: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 60/226

nación aparte. Mero pretexto legalista, pues muchos pequeños grupos de indioshabitantes del noroeste desconocido —seris, tarahumaras, coras, huicholes— seconsideraban también naciones diferentes sin que ello importara nada al gobiernocentral, porque esos indios vivían en desiertos y en sierras estériles y apartadas.En cambio los yaquis poseían un rico valle, que no sólo atraía a los sonorenses,

sino a muchos aventureros norteamericanos.Había más denuncios que tierra y más soldados que guerreros yaquis. Cajemecobraba tributos, compraba armas y pólvora, ejercía una autoridad que resentíanotros grupos y no le faltaban enemigos. El gobierno se aprovechó de esacircunstancia. Loreto Medina, su antiguo teniente general, acompañado de otrosmuchos traidores —entre ellos los Yorigelipe, Nacho Pelado, Modesto "elPanadero", Agustín Guapo, Franco "el Guabosi"— asaltó y quemó la casa deCajeme. Y cuando éste pretendió que el gobierno le aclarara si era cómplice deLoreto Medina, Torres le habló de procedimientos judiciales y el General del Yaquiinició la guerra quemando unos barcos confiscados y destruyendo una multitud dealdeas.

El gobierno movilizó 2 200 soldados y guardias nacionales. Cajeme cavótrincheras, preparó estacadas y trampas de lobos, juntó ganados y maíz e hizotraer a las santas imágenes de las iglesias para que combatieran de su parte.

Se sucedieron las batallas. Por primera vez los "yoris" emplearonametralladoras y granadas. Los indios tenían algunos rifles, escasas pistolas ysobre todo flechas. No pudiendo dejar a sus mujeres, a sus niños y a sus ancianosal arbitrio del enemigo, los llevaban consigo a sus lugares fortificados y juntospeleaban. Durante meses y años resistieron las embestidas de los "yoris".Disparaban sus flechas y sus carabinas con una puntería admirable, sin alardes,casi de un modo impasible, y sólo el redoble ininterrumpido de sus tamborespermitía a los blancos calcular su decisión de que "el Yaqui era para los yaquis. . .o para nadie".

Se encontraban cercados y los ganados, el maíz, la pólvora se terminaban. Enun último encuentro en que los "yoris" -1 276 soldados, 76 oficiales, 26 jefes y 5generales, armados de cañones rayados de 7 cm, ametralladoras y granadas— estaban decididos a ultimarlos, los indios ya eran espectros de sí mismos.Enfermos —había estallado una epidemia de viruela—, hambrientos, carentes demuniciones, unos se desbandaron, organizándose después en pequeñas partidas,y otros se rindieron, entregando sólo sus flechas y sus rifles inservibles.

En junio de 1886, unos yaquis, prisioneros en campos de concentración,huyeron, robándose unas mulas, y sorprendieron a unos indios traidores, a los queahorcaron de los árboles con los salvoconductos puestos entre los dientes. Seencendió la guerra. "Yoris" y yaquis peleaban cuerpo a cuerpo. Terminada la lucha,los indios, según la costumbre azteca, se llevaban a sus muertos y a sus heridos,y los soldados los perseguían siguiendo los rastros de sangre dejados en lasrocas.

El 19 de octubre Cajeme escribió una carta al general Juan Hernándezaceptando la paz que le proponían "bajo la condición de que dentro de 15 días seretiren todas las fuerzas del gobierno... y de no hacerlo así, pueden ustedes obrar de la manera que les convenga, yo en unión de mi nación estamos dispuestos ahacer la última defensa que hacen todos los hombres, por ser un deber sagrado

Page 61: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 61/226

que sostiene el hombre hasta la última diferencia".Se desechó su pretensión y la guerra continuó. A Cajeme lo distinguía entre los

suyos esa cualidad un poco fantasmal de desaparecer y reaparecer en un lugar impensado. Sólo una vez, el renegado Pablo Matus —¿pariente lejano de donJuan Matus, el maestro brujo de Carlos Castaneda?— logró sor-prenderlo. Los

dos sacaron sus armas y dispararon. Cayó muerto el caballo de Matus y continuóel tiroteo. Al advertir que se le venía encima el resto de la columna, Cajeme des-apareció, y lo persiguieron en vano durante varios días.

Pero su causa estaba perdida: 4 mil indios se hacinaban ya en los campos deconcentración. "Llegaban —escribe el doctor Fortunato Hernández— pálidos,demacrados, hambrientos y desnudos... Los soldados y los jefes los veían conlástima, les daban de comer y era tal la costumbre de mal alimentarse que muchosde aquellos infelices, que devoraban con avidez lo que les daban, morían enseguida de haber comido."

Ninguno se quejaba. Ni siquiera los niños lloraban de hambre; muchoshombres preferían seguir combatiendo en los bosques, otros vagaban extenuadasen la vecindad de Guaymas y Hermosillo, y muchos más se empleaban depeones en los ranchos que iban ocupando sus antiguas tierras, donde los "yoris",urgidos de braceros, incluso los defendían de los sol-dados, y aun reducidos a laservidumbre, compraban armas con sus miserables salarios y las enviaban a sushermanos combatientes con la esperanza de recobrar lo que fue suyo.

Conservaban su orgullo encerrándose en un silencio distante. Para justificarse,los "yoris" los acusaban de rebeldes sanguinarios, de fieras irreductibles, 09perezosos, de ladrones, y comenzaron a mandarlos a las plantaciones deYucatán y de Valle Nacional, donde morían a centenares.

De cualquier modo morían. "Un bandido —dice Claudio Dabdoub—, puedeestar dispuesto a jugarse la vida en un momento dado, pero solamente losgrandes idealistas aceptan la miseria hasta la inanición antes que renunciar asus principios." [16)

Porfirio Díaz odiaba particularmente a los yaquis del lejano noroeste y a losmayas de la aislada península de Yucatán, los dos extremos de su vasto imperio.Entorpecían su modelo civilizador de entregar las tierras a los latifundistasmexicanos y a los extranjeros. Y desató contra ellos una verdadera guerra deexterminio. Los mayas no pudieron hacer nada en favor de sus hermanosacuchillados en Quintana Roo. Estaban demasiado ocupados en sobrevivir a laesclavitud que les imponían sus amos, los hacendados, y hacía muchos siglosque habían perdido el recuerdo de su antigua grandeza. Los yaquis, por elcontrario, estaban acostumbrados a la libertad, y no toleraban la intromisiónviolenta de los extranjeros. Su lucha era muy desigual, Cajeme, acosado, habíabuscado un refugio en el pueblecillo de San José Guaymas, y el 11 de abril de1887 fue denunciado por una mujer india.

Luis Torres ordenó su aprehensión. Se le llevó a la cárcel de Guaymas. Allí losvecinos iban a verlo en peregrinación, como si se tratara de una fiera enjaulada, yse sorprendían mucho de encontrar a un hombre sonriente que enseñaba a leer en español a su pequeño hijo y que respondía bondadosamente a sus preguntas.También acudían muchos indios, que podían observarlo desde una ventana ydarle la mano. Una pobre india vieja desanudó su pañuelo y le dio al prisionero

Page 62: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 62/226

una moneda. Cajeme la tomó humildemente con los ojos llenos de lágrimas.El 21 de abril lo sacaron para conducirlo al vapor que llevaba irónicamente el

nombre de El Demócrata. Cajeme portaba un bulto de ropa y pidió que se loenviaran a su mujer. El jefe de la policía le dijo secamente:

—Nada le pasará. Quédese con su ropa.

—No es tiempo de gastar bromas con un hombre que va a morir  —respondióCajeme.En una costa salvaje le aplicaron la ley fuga porfirista. Tardó en morir unas

horas. Luego los indios recogieron a su muerto y le hicieron grandes exequias. Elcampo se llenó de hogueras y del redoble intenso de los tambores de guerra. Losyaquis habían perdido otra batalla.

El último caudillo 

Después de la muerte de Cajeme los yaquis parecían aniquilados. A Torres, aRamón Corral, a los jefes autores de la matanza, el gobierno los honrócondecorándolos. Dabdoub, partidario de los indios, expresa las ideas que en el

mejor de los casos se tenían sobre ellos, diciendo: "Los indios so-metidospermanecían herméticos, como estatuas de bronce: testigos impasibles que sisienten o piensan, nadie lo sabe."

Pero los yaquis no estaban vencidos. El sucesor de Cajeme, Juan Maldonado,llamado Tetabiate, no tardó en levantar otra clase de guerra: veinte, treinta indios,armados de carabinas Winchester y Remington, salían de las cañadas y de losbosques, diezmaban a los batallones federales y volvían a desvanecerse.

 Al descubrir casquillos nuevos en los sitios donde peleaban, los federalescomprendieron que los peones de los ranchos y de las minas seguíanabasteciendo a los yaquis, y entonces invadieron las fincas. A pesar de laresistencia de los colonos, el indio sospechoso —todos resultaban

sospechosos— era hecho prisionero y castigado. El año 1890, en el mineral LaColorada, los soldados habían apartado a diez indios rebeldes y los teníancercados, cuando dos de ellos se abrieron paso disparando. Uno logró escapar, elotro quedó muerto. Ante aquella salvaje furia, los soldados eran impotentes.Nunca podían saber el número de las bajas yaquis o tomarles un arma o hacerlosprisioneros. La guerrilla golpeaba y desaparecía llevándose sus muertos, susheridos, sus mujeres, sus ancianos y sus niños.

En 93, los grupos de guerrilleros aumentaron a 100 o a 200, lo que acreció supoder. Observaban la marcha de los destacamentos desde muy lejos y elegían ellugar preciso para desbaratarlos. Si alguna vez perdían, se fragmentaban,rehaciéndose más tarde en otro lugar y a un tiempo calculado.

En 97, el coronel Francisco Peinado convenció a Tetabiate de la convenienciade hacer la paz, que se firmó el día 15 de mayo en la estación Ortiz. Había unamultitud y numerosas tropas. A las tres de la tarde una polvareda anunció lallegada de los indios. Al frente uno de ellos llevaba una bandera de seda blancaen que se leía, bordada en oro, esta frase: "¡Viva la paz del yaqui!" Peinado ibavestido de charro, montado en un caballo retinto, y a su lado venía Tetabiate,sobre un caballo colorado y seguido por su estado mayor. Resonaban lostambores. Tetabiate, de 42 años, era un hombre de recia cabellera echada sobre

Page 63: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 63/226

la frente, barba y bigote entrecanos, ojos hundidos, penetrantes, y un aire querevelaba fuerza y voluntad. Llevaba una camisola de seda, un sombrero jaranocon toquilla y chapetes de plata y una pistola 44 de cachas de nácar en el cinto.Se le dio algún dinero —compensado con algunos discursos— y se envió a sucampamento una orquesta de cuerdas. Él permaneció sentado o andando, sin

dormir, recelando una trampa.En 99, los soldados dispararon contra la gente de Tetabiate, que ibapacíficamente a recoger ciertas armas cuando ocurrió el encuentro. Los ochopueblos yaquis le escribieron a Torres: "Lo que queremos es que salgan losblancos y las tropas. Si salen por las buenas, entonces hay paz; si no, declaramosla guerra. Porque la paz que firmamos en Ortiz fue con la condición de que sefueran tropas y blancos, y eso todavía no lo cumplen, al contrario, en lugar decumplirlo fueron a quitarnos las armas." Y el 6 de febrero, Tetabiate le escribía aPeinado: "Nos hará el favor de retirar los campamentos, sin eso no nos podemosarreglar: es tan sencillo como una gota de agua bendita."

Pero el asunto no era tan claro como una gota de agua bendita. Una comisiónde ingenieros y jefes de estado mayor a las órdenes del coronel Ángel GarcíaPeña arrasaron los bosques, trazaron caminos y tendieron líneas de comunicaciónpara que cerca de 5 mil soldados barrieran con los yaquis y los prisioneros —hombres y mujeres— pudieran ser enviados como esclavos a las plantaciones deYucatán y de Valle Nacional.

 A García Peña le pareció esta orden una medida sapientísima: "Pareceráexagerado decir que uno de nuestros principales enemigos es la mujer yaqui. . . yno cabe duda, pues la madre, que es la que forma los primeros elementos deeducación del niño, le engendra desde que principia a tener la primera noción delas cosas el odio al `yori'. Esto es muy sabido y por eso los que hemos luchadocon la contumacia de esa raza, no podemos menos que aplaudir con todasnuestras fuerzas esa medida."

Sin embargo, García Peña decía más adelante: "Después de lo anterior expuesto, surge en la mente la idea de que, sacando del estado a toda la tribusería el remedio radical: y en efecto ese sería sin la menor duda pero traería comoconsecuencia ineludible un mal mayor, causando un trastorno económico alestado cuyas consecuencias no son calculables. El yaqui está incrustado ennuestro modo de ser social: es el peón de campo, el vaquero del rancho, el peónde raya de las labores, el barretero de las minas, el trabajador en las reparacionesde los ferrocarriles, el peón de mano en la obra de albañilería de la ciudad, elatrevido marinero, y en muchos casos, el hombre de confianza de las familias.¿No se comete-ría al deportarlos un acto de injusticia y hasta de ingratitud con elque sirve, con la excelencia de su energía física, todas las manifestaciones deltrabajo?"

En otra parte de su informe, García Peña asentaba: "Cuando los indios estánen guerra, los hacendados tienen peones baratos; porque es su refugio y allí sonrecibidos con los brazos abiertos; y en cambio, cuando están en paz, y dada laafición del terruño de la raza indígena, se verifica la emigración de los yaquishacia el río y por consiguiente la pérdida de tan precioso elemento deprosperidad para sus propiedades. Hay pues una liga entre los interesesparticulares del estado en que se sostenga la lucha y el de la Federación en

Page 64: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 64/226

destruirla."Parece pues indiscutible, que la solución del problema de la pacificación del

yaqui reside no solamente en la lucha por medio de las armas, sino también entraer elementos extraños al estado, aportados de otras localidades yentremezclarlos aquí; traer vías de comunicación rápida, protección para el capital

que se fincara aquí, y sobre todo, población nueva que cultive estos terrenos,para que con su rápido progreso pueda ponerse en producción este suelo quepide a grito abierto se le ponga mano, para que su fecundidad derrame sobre losnuevos pobladores todos sus bienes, los que, en un corto número de años,resarcirían a la nación de sus sacrificios, muy especialmente si esos elementossanos de población se preocupan del cultivo del algodón, que traería para el paísel bien inmenso de esos millones que van al extranjero en busca del filamentoque piden muchos industriales locales y quedarán dentro del país. De este modo,en breve espacio de tiempo se lograría, dada la espontaneidad con que seproduce el algodón en esta región, convertirlo en un artículo de exportación." 

Esta solución fue la que tomó Porfirio Díaz. Traer gente de fuera, hacer producir el Valle, expulsar a los indios y, ante todo, proseguir la guerra de exterminio. Selibraron combates de una violencia inaudita. En un encuentro, treinta indios,cercados dentro del cañón de Mazocoba por 200 soldados, se dividieron paraburlar el cerco, dejando rastros de sangre en su retirada. El mayor José LoretoVilla ordenó seguirlos. Tetabiate, con una rodilla destrozada, siguió disparando sucarabina detrás de unas rocas, rodeado de un puñado de yaquis. Era el fin. Luego,alcanzado en la mandíbula y en el pecho quedó muerto, y los suyos, impotentespara llevárselo, se dispersaron. En el campamento federal del Bacatete, ante lastropas formadas, se le dio sepultura.

Los yaquis lucharon con la Revolución y contra la Revolución, del lado de unosy del lado de otros, arrastrados por aquel oleaje tempestuoso que muchas vecesrevertía sobre los antiguos aliados haciéndolos pedazos.

"La verdad —dice un personaje de Mariano Azuela— es que los yaquis lohicieron todo. ¡Malditas alimañas! Las había entre las ramas de los huizaches,detrás de los cercados, metidos hasta el cuello en los vallados. ¡Hervidero de...!Se me figura que todavía los traigo en los calcetines." Y Martín Luis Guzmánasistió a un desfile en la ciudad, diciendo: "Pasó, marchando dentro del marcoluminoso, la fila de soldados yaquis inconmovibles. . . lucían al sol como si fuerande bronce, los pómulos bruñidos, los sombreros adornados con cintas y plumajesse movían al ritmo felino de sus pasos."

En el curso de los años y a pesar de la revuelta, los "yoris" continuaronocupando las tierras yaquis; las autoridades firmaban pactos de paz que nuncacumplían. En 1937, el gobernador de la tribu, Ignacio Lucero, le escribió una cartaal general Cárdenas en que le pedía les fueran devueltos de una manera definitiva"los terrenos que nos fueron quitados en épocas pasadas por hombresambiciosos".

Los indios, enfermos, despojados, diezmados, se mantenían irreductibles ypedían tercamente las tierras por las que habían luchado desde el siglo XVI.

Cárdenas, en Potam, el 10 de junio de 1939, reunido con los gobernadores delas ocho tribus, les dijo: "He podido conocer hoy, por ustedes mismos, suinsistencia en que se mantengan los límites de las tierras de la tribu yaqui en los

Page 65: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 65/226

puntos que por tradición recuerdan ustedes existían como linderos en 1740, peroque a través del tiempo se han venido modificando por la radicación de distintosnúcleos de población, autorizados por gobiernos anteriores.

"Nos encontramos ante una situación que el gobierno viene a explicar austedes, haciéndoles conocer que en todas las naciones del mundo la población

excedente se va colocando en los espacios de tierras en donde no hay quieneslas cultiven. El gobierno actual encontró que la tribu yaqui reclamaba la restituciónde tierras que desde hace mucho tiempo están en poder de varios pueblos y queuna extensa zona también reclamada por la tribu estaba en poder de distintospropietarios que la utilizaban como criaderos de ganados, desconociéndolesoficialmente toda esta zona como de propiedad de la propia tribu, pero en vista dela justicia que asiste en su reclamación, y consecuente el gobierno con suprograma de distribución de tierras, dictó sentencia en el mes de octubre del añode mil novecientos treinta y siete reconociéndole la propiedad en una extensiónaproximada de cuatrocientas mil hectáreas que comprenden los terrenosseñalados en los planos respectivos.

"El gobierno al señalar la zona que debe corresponder a la tribu yaqui hatomado en cuenta su población actual que tiene dentro de la misma zona asícomo la que hoy se encuentra sirviendo al ejército en varios lugares del país, ytambién la que está radicada en los Estados Unidos y que debemos reintegrar aMéxico para aumentar nuestra población."

El gobierno no se limitó a darles 400 mil hectáreas. Les cedió la mitad de lasaguas de la presa Angostura, ordenó la construcción de canales, les dio ganado,hospitales, escuelas, autorizó el corte de los bosques, y sólo les negó, paraatender servicios considerados más importantes, la construcción de las iglesiasque pedían.

En los años sesentas, estando el General en Tijuana, los indios le pidieron queles hiciera una visita. Cárdenas marchó solo y encontró a los gobernadoresyaquis que lo esperaban en una extensa llanura, de pie bajo un árbol del pan.

Habló el Principal, mientras los demás gobernadores golpeaban con susbastones el suelo en señal de asentimiento:

—¿Te acuerdas, Tata, de las tierras, de los hospitales, de las escuelas que nosdiste? Las tierras nos las han quitado los ricos, los hospitales se han convertido encuarteles y las es-cuelas en cantinas.

Cárdenas lloró. Las tierras estaban en manos de los descendientes deObregón y de Calles, de los generales y políticos sonoristas de la Revolución, queasí se cobraban los trabajos de sus padres. Quizá en aquel momento Cárdenasresintió más agudamente su impotencia. Ninguno de los presidentes en turno leconfió nunca el Departamento Agrario o la Secretaría de Agricultura, temerososde los conflictos que pudiera provocar. En esos años, los alquiladores de tierras,los ricos propietarios de los distritos de riego y los dueños de ranchos habíanllegado a constituir un gran poder político y económico y ninguno de ellos queríaafrontar los peligros de cambiar las estructuras rurales, a pesar de que yaentonces la explosión demográfica se hacía sentir de un modo intolerable,desquiciando la producción ejidal y provocando el éxodo masivo a las ciudades.

En realidad, los yaquis sólo lograron sobrevivir con el régimen del presidenteLuis Echeverría, cuando Cárdenas había muerto. Echeverría ordenó el deslinde

Page 66: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 66/226

de sus tierras —abarcaban del río Yaqui al río Sonora—, su desmonte y el trazode canales para surtirlos de agua.

Y a todo esto una nueva generación había desplazado al viejo grupo militarista—que recibía un sueldo con tal de mantenerse quieto— y retomaba la lucha por sus antiguas concesiones: los jóvenes llevaron sus propias cuentas, exigieron que

un yaqui interviniera en el Banco para defender sus intereses, adquirieronmaquinaria moderna y sembraron grandes extensiones.Fue así como después de una larga lucha los indios recobraron parte de su

antiguo poder. Gracias a su ejemplar tenacidad, su suerte es mejor que la de otrosindios menos combativos, pero de cualquier manera muy inferior a la de losgrandes barones de la tierra que todavía retienen las mejores extensiones delValle.

La educación y la salud 

Salir al campo, desde niños, suponía viajar a un país poblado de campesinosvestidos de harapos que vivían en cabañas pintorescas. Algunas veces, tambiénnos era posible asistir a las fiestas de los pueblos, con sus repiques de campanas,sus cohetes, sus procesiones, en las que se cargaba en andas y bajo palio a lassantas imágenes circundadas de incienso. Todo esto no nos parecía extraño. Losniños de 1920, tanto como los niños criollos de 1540, estábamos acostumbrados aello y nos parecía que el mundo debía ser así y no de otro modo.

Yo mismo recuerdo que siendo ya un hombre escuché sin asombro en unpueblo de Cholula un largo e incomprensible sermón sobre la virginidad de María,mientras los niños pequeños lloraban en el regazo de sus madres y los indios,borrachos, cabeceaban sentados en el suelo.

No teníamos la menor relación con ese otro mundo, a pesar de que nuestras"nanas" habían sido indias. Y los "misioneros" de Vasconcelos comenzaron adescorrer una parte del velo que ocultaba la realidad.

Obregón y Calles hicieron mucho por la educación de los campesinos, pero alocupar Cárdenas la presidencia el cuadro no podía ser más aterrador. Había muypocos maestros —que apenas sabían leer y escribir —; el 81 % de las 72 164comunidades existentes carecían de escuelas, y las 4/5 partes de éstasfuncionaban en chozas. [17]

Cárdenas comprendió, desde su época de gobernador, que no podía funcionar la reforma agraria sin una intensa campaña educativa, y reclutó a millares de

 jóvenes voluntarios como maestros rurales. El maestro vivía entre loscampesinos, los convencía de la necesidad de construir la escuela, perforabapozos, solicitaba tierras y las hacía cultivar de un modo menos rudimentario.

En 1970 hablé con uno de los maestros cardenistas, un otomí, que me dijo: "Laescuela abarcaba el pueblo. El maestro era también un ingeniero, un abogado yun artesano. Nos ocupábamos de todos los problemas de los campesinos y losdefendíamos de los hacendados y de los curas."

La tarea de estos maestros era literalmente heroica, porque debían luchar 

Page 67: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 67/226

contra el mismo campesino. "¿Para qué sirve la escuela? —me preguntaba uncampesino en Oaxaca—. Agarrar un lápiz y un papel no da de comer como lo daagarrar un pico y una pala. Allí los muchachos se enseñan a ser unos flojos y adesobedecer a sus padres."

El padre, en muchos poblados, constituye todavía la autoridad máxima de la

familia. Él educa al hijo, lo sostiene y lo casa, y el hijo lo ayuda desde muypequeño en las labores del campo. Las hijas están a cargo de la madre, y seencargan del hermano menor, de tejer y bordar, de traer agua del río y delconjunto de los quehaceres domésticos. Los niños son factores esenciales en unaeconomía de subsistencia, por lo que todavía las escuelas se vacían durante laépoca de la siembra, de la cosecha o de las grandes fiestas en que los indios quetenían una vaca o unos corderos debían venderlos para ocupar el honroso cargode mayordomos y no perder la cara ante el pueblo.

Muchos indios, habitantes de parajes remotos, empleaban más tiempo ensacralizar sus campos que en las labores agrícolas propiamente dichas;pensaban que los señores de los animales restringían la caza y la pesca, y que elarado de hierro enfriaba la tierra, dañando los sembrados. Gamio cuenta que losindígenas huastecos tenían la convicción de haber sido hechizados por lospoderosos brujos nahoas, y que él, en vez de predicar contra la magia, hizo quealgunos prestidigitadores de la ciudad les enseñaran ciertos trucos, con lo cual sesintieron investidos de un poder semejante al de sus enemigos.

Los curas de los pueblos formaban parte de las estructuras rurales. Atiborradosde teología, convertidos en los guardianes de las puertas del cielo y del infierno,se limitaban a cumplir los deberes del culto. Muy pocas veces se ocupaban depro-mover el bienestar material de sus feligreses, de predicar contra elalcoholismo o contra la rapacidad de los hacendados. Ignoraban en qué consistíala escuela socialista —le otorgaban al comunismo, enemigo de la propiedad, uncarácter enteramente infernal— y sólo les preocupaba que la nueva escuela,según la Constitución reformada, se propusiera combatir el fanatismo y excluir dela enseñanza toda doctrina religiosa.

Los maestros rurales no sólo se preocupaban en levantar escuelas, cavar pozos o promover el reparto de tierras y educar a los campesinos, indios o noindios, sino que literal-mente debían luchar contra la muerte. De 36 paísesamericanos listados por la Liga de Naciones, México ocupaba el lugar 34 encuanto a mortalidad. De hecho puede decirse que toda la población campesina deMéxico estaba enferma, y por lo tanto, como afirmaba el director del BancoNacional de Crédito Agrícola, "carece de la salud y de la energía física necesariapara hacer un trabajo eficiente".

El hecho de que vivieran en cabañas desabrigadas, de piso de tierra,expuestos al frío, a los mosquitos y a toda clase de insectos, de beber aguacontaminada, de andar descalzos, de carecer en absoluto de sistemas sanitariosy de alimentarse de maíz, de frijoles y de chile básicamente —la peor alimentación del mundo— los hacía padecer tuberculosis, amibiasis, pulmonías,paludismo y aun ceguera y otros padecimientos del trópico.

De los 4 520 médicos que existían en México, 2 mil estaban en la capital, 1 500en setenta ciudades grandes, y sólo 610 residían en poblaciones pequeñas, por lo que existían milla-res de municipios carentes de atención médica.

Page 68: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 68/226

Cárdenas empleó gran parte de los recursos en educar y en curar de susmales a la población rural. Reforzó la obra de los maestros, ampliando trescampañas básicas: contra el analfabetismo, contra el alcoholismo y contra elpaludismo. Creó además el Departamento de Higiene Social y Medicina Ejidal,que atendía un millón de campesinos; estableció que los estudiantes de medicina

de la Universidad, para recibir su título, hicieran un servicio social en los pueblosfaltos de médicos, y el año de 1937 fundó el Departamento de Medicina Rural enel recién construido Politécnico Nacional.

Cuando yo le pregunté qué le satisfacía más de su presidencia, me contestósin vacilación:

—Que los campesinos pidan escuelas.Veinte años después, en la Tarahumara, yo contemplé, todavía trabajando,

unas máquinas de coser que el General había regalado a las mujeres. Y meconmovió la vista de un viejo saxofón tocado por un joven alumno de la banda delinternado indígena. Había perdido sus mecanismos y funcionaba a base de unacomplicada urdimbre de resorteras. Le llamaban orgullosamente el saxofón deTata Lázaro.

Y en esto consistía la tarea de Cárdenas: darles un instrumento musical, unequipo de basquetbol, una letrina, un pozo, una tierra, un camino, un camión, unmaestro que les enseñara a leer y a escribir, a construir casas y escuelas, aluchar contra sus explotadores.

Para él la palabra pueblo tenía un significado preciso y no el que leadjudicaban la clase media de las ciudades y los políticos. En lugar de denigrarloo de exaltarlo demagógicamente, comprendía que sus defectos y vicios eran laconsecuencia de su miseria, de su explotación o del olvido en que se les tuvodurante siglos, y trató de ligar la educación a sus necesidades y al mejor aprovechamiento de sus recursos naturales.

Lo admirable de Cárdenas fue que, sin dejar de prestar la mayor atención a losgrandes problemas del Estado, acometió la tarea descomunal de combatir laignorancia y la pobreza

de millones de campesinos, resueltamente y con dineros propios. "LaConfederación de Trabajadores de la Educación —escribieron los Weyl— es unode los eslabones esenciales entre los obreros y los campesinos. El mantenimientode una íntima cooperación entre estas dos clases, es el problema estratégicocentral de la Revolución Mexicana."

Por desgracia la Confederación no es ya el eslabón entre los obreros y loscampesinos. La clase obrera, despolitizada y manipulada a través de líderesoportunistas, se mantiene apartada de los campesinos, y los campesinos a su vez,fragmentados y miserables, carecen de sus antiguos guías, los maestros rurales.El maestro se ha transformado en la pieza de una gigantesca maquinariaburocrática. Con frecuencia se ve en la necesidad de comprar su puesto; estásujeto al capricho del inspector, y el inspector depende de las altas autoridades delsindicato, a quienes preocupa, ante todo, hacer una carrera política. Aquellosmisioneros entusiastas, promotores del cambio, ya no existen, y si hay todavíagentes extraordinarias que tratan de intervenir en los intereses de la comunidad,deben luchar en condiciones adversas contra las corrompidas autoridades delejido, los empleados de los bancos y de las dependencias oficiales, los nuevos

Page 69: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 69/226

latifundistas y los servidores de la reforma agraria. Desplazados por las nuevasfuerzas que prevalecen en el campo, se limitan a su escuela, y medio millón depotenciales misioneros no son aprovecha-dos del modo admirable que lo fueronbajo Vasconcelos o Cárdenas.

Cárdenas llevó la reforma agraria de preferencia a los distritos de riego, donde

se genera la mayor parte de la riqueza agrícola del país, y eliminó el latifundismo;pero no descuidó a los ejidatarios pobres de las tierras de temporal, ni muchomenos a los indios, que eran y siguen siendo los campesinos más pobres deMéxico. Su acción en este sentido comprendió desde los kikapoos de la fronteranorte hasta los mayas del apartado territorio de Quintana Roo, sin olvidar a lospequeños grupos que vivían casi desconocidos en las grandes serranías deloriente y del occidente, a quienes restituyó sus tierras, sus aguas y sus bosques,les dio asistencia médica, es-cuelas, internados y los defendió de susexplotadores.

El presidente Cárdenas hizo todo lo que pudo hacer dentro de su periodo legal,y si esta gigantesca tarea de rescatar a millones de seres desvalidos nocorrespondió a sus ambiciones, esto se debió a que los gobiernos burgueses quelo sucedieron en el mando no prosiguieron su política agraria con la mismaenergía y decidieron favorecer resueltamente al nuevo latifundismo.

De cualquier manera su obra fue tan vasta y tan profunda que es irreversiblecomo lo demuestra el hecho de que la re-forma agraria sigue siendo el problemanúmero uno de México y para solucionarlo aún se piensa en volver al sistema delos ejidos colectivos.

LA EXPROPIACIÓN PETROLERALAS compañías petroleras siempre fueron enemigas de los sindicatos. Si

habían logrado sustraer su inmenso territorio a la soberanía del Estado utilizandomercenarios, capataces y guardias, mucho más fácil les fue controlar a susobreros y empleados mediante la creación de sindicatos blancos. Las empresas,como todo poder colonial, asentadas en la corrupción y en el abuso generabanabusos y corrupciones que abarcaban desde los más altos funcionarios hasta elúltimo obrero.

La situación se alteró radicalmente en 1935. Y en 1936, todos los sindicatosprivados se unieron, apoyados por el gobierno, en el Sindicato de TrabajadoresPetroleros de la Re-pública Mexicana. Una vez agrupados, exigieron un contratocolectivo y ventajas económicas y sociales. "Las compañías —escribe SilvaHerzog— estuvieron de acuerdo en principio en celebrar ese contrato con sus

trabajadores, pero no lo es-tuvieron en cuanto al monto de las prestacioneseconómicas y a las demandas de otra índole que el proyecto inicial exigía." [18]Se reanudaron las huelgas de 1935 y toda aquella enorme agitación pareció

resolverse en una batalla legal. Los escuadrones de abogados de las empresas —casi todos mexicanos— luchaban armados de leyes contra los abogadossindicales, sin llegar a un acuerdo. Ante la amenaza de una huelga general, elgobierno propuso entonces que durante 120 días se celebrara una convención deobreros y patrones para solucionar el conflicto. En mayo de 1937, la convención

Page 70: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 70/226

terminó sus labores, manteniendo sus puntos de vista las dos partes, y a fines deese mes estalló la temida huelga general.

El Presidente, como en la pasada huelga de los electricistas, dejó que elconflicto se desarrollara por sí mismo. El paro, sin embargo, afectó al país, y lascompañías supieron aprovechar el descontento del público: insertaban en los

diarios, aliados suyos, enormes desplegados, en los que cubrían de reproches alos obreros porque ganaban los más altos salarios de la República y todavíasolicitaban un aumento de 70 millones de pesos anuales, suma que las empresaseran incapaces de pagar. En efecto, según hace notar Silva Herzog, las de-mandas de los obreros eran "exorbitantes", pero se trataba de una táctica de luchausual en todo el mundo "con la idea de entrar a un terreno de regateo y obtener las mayores ventajas posibles". [19]

Las compañías, presionadas, parecieron ceder ofreciendo 14 millones, sumaque según dijeron estaba en el límite de sus posibilidades. Los obreros, ante laimposibilidad de continuar una huelga impopular, rechazaron la oferta ydecidieron plantear a la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje un conflicto deorden económico, consistente en que la Junta "designe peritos que analicen lascondiciones financieras de la empresa o empresas afectadas y rindan un informeacerca de si se puede o no acceder, en todo o en parte, a lo solicitado, y undictamen en que den su parecer los mismos peritos sobre la mejor manera deresolver las dificultades existentes". [20]

La Junta nombró como peritos a Efraín Buenrostro, subsecretario de Hacienda,a Mariano Moctezuma, subsecretario de Economía, y a Jesús Silva Herzog,asesor de Hacienda. Desde luego, la Ley del Trabajo no previó nunca que pudierapresentarse un conflicto de 16 grandes empresas simultánea-mente ni que en eltérmino de un mes se lograra investigar su historia, su contabilidad, susmercados, las condiciones de los transportes o del trabajo y se rindiera el informerespectivo.

La dirección de este inmenso trabajo recayó sobre Jesús Silva Herzog. Teníabajo sus órdenes a 14 especialistas en-cargados de redactar los diversoscapítulos en que se dividió la investigación, 28 contadores, varios calculistas yestadígrafos y un batallón de mecanógrafas y auxiliares. Trabajaron 12 o 14 horasdiarias, y la víspera de vencerse el plazo, las 2 700 cuartillas del informe seapilaban ordenadamente en el escritorio de Silva Herzog, encargado también deredactar las 40 conclusiones que debían normar el criterio de la Junta.

 Al enterarse las empresas, por medio de sus espías, que el peritaje estaríaconcluido en el tiempo fijado, le ofrecieron 3 millones de dólares a Silva Herzogcon tal que lo modificara, pero Silva, con su vehemencia habitual, después decubrir de injurias a los intermediarios los expulsó de su oficina, desvaneciéndoseasí la última esperanza de los petroleros.

Donde los secretos se revelan 

Resumiendo, las 40 conclusiones descubrían los siguientes hechos: Lasempresas formaban parte de grandes unidades económicas extranjeras, nunca

Page 71: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 71/226

estuvieron vinculadas al país, con frecuencia sus intereses fueron contrarios alinterés nacional y sólo habían dejado salarios e impuestos insuficientes. A pesar de que obtenían utilidades cuantiosas, la producción había bajado por agotamiento de los mantos, falta de nuevas explotaciones y la política de lascompañías.

"La exploración de nuevos campos —precisaba la 111 conclusión— y laperforación de nuevos pozos es un problema de magnitud nacional que precisaresolver. De lo contrario, existe el peligro de que México carezca de petróleo enun plazo relativamente corto y de que se vea obligado a importarlo.""14º De 1920 a 1924 y aun en los años subsecuentes se exportaba la mayor partede la producción, en tanto que en 1936 el consumo nacional representaba el17.51% del petróleo crudo pesado, el 99.4% del crudo ligero y el 41.76% deproductos refinados. 151 Muy cerca del 60 % de la producción mexicana delpetróleo crudo y derivados se exporta a los Estados Unidos e Inglaterra. 16ª LaCompañía Mexicana [?] de Petróleo El Águila, con sus empresas filiales,representó en el año de 1936 el 59.20% de la producción total. Esto acusa unatendencia monopolística. 17ª La curva de los precios del petróleo en los últimosmeses es ascendente, lo cual indica que son buenas las perspectivas de laindustria...‖ 

En relación a los obreros, se afirmaba que los precios de los artículos deprimera necesidad que forman el cesto de provisiones de una familia compuestade cinco miembros habían aumentado en junio de 1937, en comparación con lospromedios de 1934, un 88.96 %, y que sus salarios reales eran mucho más bajosde los que ganaban los trabajadores de la industria minera y de los FerrocarrilesNacionales de México.

Las empresas petroleras vendían sus productos en el exterior a preciosinvariablemente inferiores a los que aparecían en las publicaciones especiales,mientras que en México los vendían a precios considerablemente más altos, detal manera onerosos que resultaban un obstáculo para el desarrollo económico dela nación.

La conclusión 303 expresaba que el promedio anual de su capital social,excepción hecha de la Mexican Gulf, que no permitió la revisión de sucontabilidad, fue, en el trienio de 1934-1936, de 164 millones de pesos; y la 33ª,que el porcentaje de utilidades, en relación con el capital social, fue en promedio,en el mismo trienio, de 34.28%

La 35ª asentaba que las principales empresas petroleras establecidas en losEstados Unidos tuvieron en el año de 1935 una utilidad, en relación con su capitalinvertido, de 6.13%, considerablemente mayor de la que obtienen en los EstadosUnidos.

La penúltima conclusión revelaba que en el año de 1935 las compañías habíannecesitado invertir en México $ 8.64 para producir un barril de petróleo crudo,mientras que en los Estados Unidos debían invertir $ 48.12.

La 40ª decía textualmente lo siguiente: "Las compañías petrolerasdemandadas han obtenido en los tres últimos años (1934-1936) utilidades muyconsiderables; su situación financiera debe calificarse de extraordinariamentebonancible, y, en consecuencia, puede asegurarse que, sin perjuicio alguno parasu situación presente ni futura, por lo menos durante los próximos años, están

Page 72: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 72/226

perfectamente capacitadas para acceder a las demandas del Sindicato deTrabajadores Petroleros de la República Mexicana hasta por una suma anual de26 millones de pesos."

La junta concedió a las empresas 20 días para presentar sus puntos de vistasobre los peritajes y no las 72 horas fijadas por la Ley del Trabajo, si bien ya al

día siguiente redoblaron su campaña de prensa y sus veladas amenazas algobierno. En realidad, como lo prueba Silva Herzog, el aumento de 26 millones,sobre 49 millones pagados en prestaciones en 1936, se reducía a 6 millones,porque en 1937 las prestaciones habían aumentado a 55 millones y las empresasestaban ya dispuestas a entregar una suma adicional de 14 millones.

La diferencia, pequeña en relación a sus ganancias, no les importaba grancosa. Lo que les importaba era que por primera vez los obreros de todo el país,con el apoyo de un gobierno revolucionario, se erigieran en un poder fuera de sucontrol y que el Estado metiera las narices en sus cuentas privadas y descubrierasus trampas.

Estas trampas eran muy numerosas. Se probó que El Águila transfería fondosal Canadá, a una sucursal suya, para evadir impuestos; que vendió a $ 1.98 elbarril mientras una filial de la Standard Oil de New jersey lo vendía a $ 3.19, y quelas contabilidades de las empresas estaban plagadas de artimañas, puesregistraban ganancias anuales de 22 millones de pesos, siendo en realidad de 55millones.

Trampas ciertas y posibles cañonazos 

El 2 de septiembre de 1937, es decir, cuando la campaña contra el gobiernoalcanzaba su máxima virulencia, el Presidente convocó a los peritos y a los

empresarios a una junta en el Palacio Nacional.El gerente de El Águila, dirigiéndose al general Cárdenas, le dijo que suempresa mexicana no era subsidiaria de ninguna extranjera, como erróneamentese afirmaba en el peritaje. Silva Herzog no se inmutó. Sacó de su portafolio unperiódico financiero londinense y tradujo al español un informe de la Royal DutchShell, donde se decía: "Nuestra subsidiaria la Compañía Mexicana de Petróleo El

 Águila ha tenido buenas utilidades durante el último ejercicio."

—Pero aún hay más, señor Presidente —añadió Silva Herzog—. La mismanota afirma que existe otra Águila, la Eagle Shipping Company, a la que El Águilade México vendía sus productos por debajo de los precios del mercado,

trasladando de esta manera el pago de impuestos por concepto de utilidades algobierno de su Majestad Británica.El alto funcionario trató de interrumpir a Silva Herzog, y el Presidente lo cortó,

ordenándole secamente:—Deje usted que termine el señor.

Las compañías estaban dispuestas a llegar hasta el fin. Por primera vez en lahistoria, el monopolio internacional del petróleo se veía seriamente cuestionadopor un pequeño país al que habían saqueado impunemente a partir de 1900. Sus

Page 73: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 73/226

técnicos contables, sus abogados y consejeros, enfrentados a un mecanismolegal que ellos habían manejado siempre, se revelaban impotentes y aun malinformados; las hazañas de los representantes norteamericanos en Bucareli y lasdel señor Morrow eran cosa del pasado, y en vano, a pesar de su pretendidamexicanidad, invocaban la protección de los Estados Unidos y de Inglaterra.

El 18 de diciembre, la junta Federal, valiéndose del peritaje, pronunció el laudo,según el cual las empresas debían pagar a sus obreros los 26 millonesreclamados, y, corno era de esperarse, las compañías recurrieron a la SupremaCorte de Justicia en demanda de amparo.

En febrero de 1938, las empresas, temerosas de que el fallo les fueracontrario, enviaron sus barcos y sus carros-tanques a los Estados Unidos,retiraron sus fondos de los bancos y, según afirma Silva Herzog, "propalaron lanoticia de que el tipo de cambio de $ 3.60 por dólar no podía sostenerse", comoefectivamente tuvo que ocurrir.

Los últimos días de ese mes, Jesús Silva Herzog recibió la orden de informar anuestro embajador Francisco Castillo Nájera acerca de la situación, y a su llegadaa Washington, el 2 de marzo, se enteró de que el día anterior la Suprema Cortede Justicia había ratificado el laudo de la Junta.

En la primera conversación, Castillo Nájera le preguntó:—¿Qué cree usted que va a pasar?

—Yo creo que se trata de una intervención temporal —con-testó Silva.—Eso yo lo arreglo.—O la expropiación de los bienes de las empresas.

— Ah, chingao —exclamó Castillo Nájera—, si hay expropiación, haycañonazos.

En plena batalla 

Ya el Presidente, en su acostumbrado mensaje del 19 de enero, habíadeclarado: "El gobierno no tiene una actitud contraria al capital extranjero, pero noacepta que éste insista en conservar una posición privilegiada propia de épocaspasadas."

Sin embargo, la noche de ese mismo día y de un modo desusado, Cárdenassintetizó en su diario algunos de los propósitos que pensaba realizar durante elaño que se iniciaba. Refiriéndose al problema del petróleo escribió: "Inquietudnacional, compañías extranjeras apoyadas por los gobiernos de donde sonoriginarias, rebeldes siempre a someterse a las leyes del país. Veremos."

El lacónico "veremos", epítome de una tensa situación, suponía un alerta y unaamenaza. La guerra con las empresas hacía crisis, y como si el problema norevistiera ya una gravedad desusada, Cárdenas habla de reglamentar la minería,nacionalizar la industria eléctrica, socializar la banca y recobrar los yacimientosconcesionados.

Tales proyectos, con excepción de la reglamentación de la electricidad y de laminería, no llegaron a realizarse. La cuestión petrolera lesionaba tantos intereses,era tan compleja y de tantas consecuencias externas e internas, que los últimosaños de su periodo habrían de poner a prueba todas las energías y los recursosde la nación.

Page 74: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 74/226

En sus anotaciones del día 1º, el general Cárdenas reconocía lo difícil de lasituación económica. Las empresas, ante la ofensiva del gobierno, habíanrespondido apelando a todos sus medios. En los Estados Unidos financiaban unacampaña de prensa destinada a crear en la opinión pública y en los mediosfinancieros una irritación que pudiera influir sobre las decisiones del

Departamento de Estado, al que presionaban también directamente. Aunquedesde hacía tiempo se referían a una sobreproducción mundial de aceite y a quelas reservas mexicanas se agotarían en el próximo decenio, la tenacidad con quedefendían sus intereses era indicio no sólo de que el petróleo constituía una granfuente de riquezas, sino de que el ejemplo de México podía cundir aLatinoamérica, iniciándose el desplome de una política de dominio absoluto.

En México, ante lo que pudiera venir, habían suspendido la venta de susproductos a crédito y retirado sus depósitos de los bancos, haciendo que nuestrasreservas bajaran considerablemente. "Sin embargo —añade el Generalcomentando estos hechos—, no lograron hacerlas descender al extremo deproducir una crisis grave en la vida económica del país. Muy estimulante fue parael gobierno que el pueblo no manifestara alarma por la actitud de las empresas."

Empeoraba la situación económica la negativa de Morgenthau, secretario delTesoro, a reanudar las compras de plata, que en 1937 habían proporcionado uningreso de 30 millones de dólares, y la Secretaría de Relaciones se había quejadode que Washington las hiciera depender del conflicto interno petrolero, tratándoseel asunto de la plata de una cuestión de gobierno a gobierno. Afortunadamente, alas 9 de la noche del día anterior nuestro embajador Castillo Nájera y EduardoSuárez habían telefoneado a Cárdenas diciéndole que Morgenthau había decididoadquirir 25 millones de onzas, si bien se negaba a firmar un contrato de compras alargo plazo, lo que equivalía a mantener sobre nuestras cabezas una espada deplata.

"Con lo anterior —comenta Cárdenas—, nos evitamos, por esta vez, un mayor descenso en las actividades económicas a que pretendían orillarnos las empresaspetroleras. Sirva esto de nueva experiencia, que gobierno y pueblo no debenolvidar y sí prepararse para futuras acometidas que seguramente se presentarán.

"Con las experiencias que ya tiene México, deben buscar-se los mediosadecuados para evitar la intervención de intereses extranjeros irresponsables yfaltos de respeto a nuestras leyes y asegurar para el desarrollo del país suspropios recursos, como el petróleo." [21]

Ya en aquel momento todas las armas eran válidas. Sin duda el Presidentetenía pensado llegar también hasta al fin, según lo demuestran sus notas. Comoen la época del enfrentamiento con Calles, su dominio de la situación era absolutoaunque podían presentarse imponderables de última hora. De hecho, su actuaciónestuvo normada por la actitud de las compañías. Y debemos decir que la actitudde éstas, desafiante y altanera, no era la más adecuada para sus intereses.Habían buscado la cooperación de la Asociación de Banqueros, de acuerdo conuna acusación de Vicente Lombardo, y la Huasteca trató de que la AmericanSmelting entrara en un conflicto abierto con sus obreros, lo cual aumentaría lasdificultades del país.

Seguramente Cárdenas se hallaba consciente de estar libran-do el mayor combate de su vida. Muy joven para participar en las batallas apocalípticas de la

Page 75: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 75/226

Revolución, había militado junto a los representantes de la pequeña y ambiguaburguesía sonorense, excesivamente autocrática, sanguinaria y concilia-dora, yahora se encargaba de liquidar no sólo la herencia de Obregón y de Calles, sino laherencia colonial que había recibido casi intocada al hacerse cargo de lapresidencia.

En apariencia se luchaba por una diferencia de 6 millones de pesos, pero elconflicto había llegado demasiado lejos e implicaba intereses que escapaban atoda posibilidad de un arreglo honorable.

Por un lado luchaban no unas cuantas empresas aisladas, sino el imperiomundial petrolero, que se atrevió a desafiar las leyes de sus propios países deorigen, y esta lucha compren-día una ofensiva que echaba mano de los recursoslegales, diplomáticos y financieros. La lucha era, asimismo, entre un imperio quenunca renunció a considerar como suyos los mantos petrolíferos, ni toleró laintervención en sus manejos administrativos, y un país que consideraba de supropiedad los recursos naturales y no estaba dispuesto a cederlos nueva-mente,única manera de ser libre e iniciar su diferida industrialización.

El día 7 de marzo, a petición de la embajada de los Estados Unidos losempresarios tuvieron una reunión con el Presidente. Adujeron su imposibilidad decumplir el laudo de la Junta y consultaron si podían aplazar su cumplimiento.

Cárdenas les respondió que el proceso había terminado y que debían acatar elfallo. A las 10 de la noche de ese mismo día, los dirigentes del Sindicato lecomunicaron su acuerdo "de dar por terminados los contratos de trabajo en vistade la actitud rebelde de las empresas", y reiteraron su apoyo "a las disposicionesque tome el gobierno".

El rompimiento de los contratos significaba la suspensión de los trabajos entoda la industria y por consiguiente su paralización definitiva. Sin embargo, el día8, en una tercera junta con los petroleros, el Presidente insistió todavía en que lascompañías no deberían pagar más de los 26 millones, y se comprometió "a que ellaudo sea reglamentado en tal forma que no provoque ninguna dificultad másentre las empresas y los obreros".

Uno de los empresarios preguntó entonces:—¿Y quién nos garantiza el cumplimiento de esta proposición?

—Yo, el presidente de la República —respondió Cárdenas. —¿Usted? —dijoel funcionario con un dejo irónico. Cárdenas se concretó a levantarse diciendo:

—Señores, hemos terminado.El Presidente había mantenido la batalla en un terreno estrictamente legal,

sabiendo que la huelga, el conflicto económico, el amparo, la decisión de laSuprema Corte y la resistencia de las empresas se encadenaban en un procesoirreversible que estaba conduciendo al desenlace final. Desde luego, es posiblealegar que el general Cárdenas nunca perdió el control de los obreros, ni suinfluencia sobre el aparato judicial, lo cual es cierto, pero no lo es menos que enun país de abogados, respetuosos de las formas legales y no de la justicia, lostribunales habían defendido sistemáticamente los intereses extranjeros y no losnacionales. El mismo Obregón y Morones no vacilaron en asesinar a Field juradopara eliminar en la Cámara toda oposición a los tratados de Bucareli, y cuatroaños más tarde, el sojuzgamiento del Poder judicial y del Legislativo era tanabsoluto que nadie se atrevió a protestar por Ios acuerdos Calles-Morrow.

Page 76: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 76/226

Cárdenas, así como había devuelto su respetabilidad al Poder Ejecutivo se ladevolvía al Poder judicial. Durante 21 años, el artículo 27 constitucional,verdadero fondo de la disputa, había sido letra muerta, objeto de escamoteos y detrampas, y por primera vez el general Cárdenas demostraba que la ley supremase había hecho para servir los derechos vitales de la nación y no para pisotearlos

en beneficio de sus enemigos.El cambio, pues, consistía en un hecha muy simple: cuando existe un gobiernorevolucionario la ley se aplica en nuestro favor, cuando existe un gobiernoreaccionario se aplica en nuestro daño. Y en esto radica también la diferenciaentre el gobierno cardenista y los gobiernos que lo antecedieron, y los que losucedieron, hasta la muerte de don Lázaro.

El mismo día 8, el Presidente convocó a una junta de gabinete en la que selimitó a preguntar la opinión de sus secretarios acerca de la actitud"inconsecuente" de las compañías y de las medidas que deberían tomarse en elcaso de que no dieran cumplimiento al fallo de la Suprema Corte.

Cárdenas, en sus Apuntes, comenta la junta del modo siguiente: "Escuché susimpresiones, que fueron diferentes, pera coincidieron todos en que las empresasestaban procediendo indebidamente. Se acordó formular un programa que sepondría en ejecución si las empresas suspendían sus actividades, y fijamosfecha para una nueva reunión de gabinete."

Por desgracia no existe un documento que nos permita seguir el desarrollo dela junta. No hubo unanimidad sobre las dos opciones únicas que se lepresentaban al gobierno: ocupación temporal de los bienes de las compañías oexpropiación, e incluso el Presidente no llegó a plantear un dilema tan cortante, nimencionó la palabra expropiación; pero al final de su nota, escrita posiblemente enlas primeras horas del día 9 de marzo, no deja ninguna duda acerca de susintenciones:

"Soy optimista sobre la actitud que asumirá la nación en caso de que elgobierno se vea obligado a obrar radicalmente. Considero que cualquier sacrificioque haya que hacer en el presente conflicto lo hará con agrado el pueblo.

"México tiene hoy la gran oportunidad de liberarse de la presión política yeconómica que han ejercido en el país las empresas petroleras que explotan,para su provecho, una de nuestras mayores riquezas como es el petróleo, ycuyas empresas han estorbado la realización del programa social señalado en laConstitución Política; como también han causado daño las empresas quemantienen en su poder grandes latifundios a lo largo de nuestra frontera y en elcorazón del territorio nacional, y que han ocasionado indebidos reclamos de losgobiernos de sus países de origen.

"Varias administraciones del régimen de la Revolución han intentado intervenir en las concesiones del subsuelo, hechas a empresas extranjeras, y lascircunstancias no han sido propicias por la presión internacional y por problemasinternos. Pero hoy que las condiciones son diferentes, que el país no registraluchas armadas, que está en puerta una nueva guerra mundial y que Inglaterra ylos Estados Unidos hablan frecuentemente de la democracia y del respeto a lasoberanía de los países, es oportuno ver si los gobiernos que así se manifiestancumplen al hacer México uso de sus derechos de soberanía.

"El gobierno que presido, contando con el respaldo del pueblo, cumplirá con la

Page 77: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 77/226

responsabilidad de esta hora."Países hay que han podido reivindicar sus recursos naturales para su propio

desarrollo, pero la indecisión de sus gobernantes y los compromisos que losatan, mantienen a sus pueblos atrasados en su economía y en su independenciapolítica.

"Unidad de los países latinoamericanos para la defensa y desarrollo de susrecursos naturales, sería la solución de nuestros problemas, pero se está aún muylejos de lograrla."

"Feed the cat"  A la una de la tarde del 9 de marzo, el Presidente, acompañado del general

Francisco Mújica, secretario de Comunicaciones, y del licenciado Eduardo Suárez,secretario de Hacienda, salió en automóvil al ingenio Emiliano Zapata que habíaconstruido su gobierno para dárselo a los campesinos de Morelos.Sorpresivamente, de regreso, hizo detener el auto entre los kilómetros 79 y 80 de

la carretera de Cuernavaca, se apeó con Mújica y ambos iniciaron la marcha haciaPalmira. Estos paseos, en medio del campo, sin testigos ni vigilancia, eran muydel agrado del Presidente. Muchas decisiones trascendentales las tomó andando,aislado o acompañado de una sola persona a quien necesitaba consultarle unasunto importante.

Mújica era michoacano, amigo suyo y el hombre más afín a su pensamientopolítico. Ya en 1913, es decir, cuando Cárdenas se lanzaba a la Revolución, habíarepartido las tierras de una hacienda de Tamaulipas y en las sesiones delCongreso Constituyente de 1917 había sido, con Heriberto jara, el inspirador y eldefensor de los principales artículos.

Había luchado por retener el gobierno de Michoacán, enfrentándose a Obregón

en un acto de rebeldía desusado, y como era natural, este hecho, que estuvo apunto de costarle la vida, fue la causa de su ruina política. Considerado ene-migode Obregón y más tarde de Calles, tuvo que dedicarse a la abogacía. CuandoCárdenas, que había tratado inútil-mente de ayudarlo, ocupaba la jefatura militar de la Huasteca, en Ciudad Cuauhtémoc, lo tuvo como su huésped durante unatemporada. Todas las mañanas salían del cuartel y a la sombra de una ceiba seentregaban a la lectura de ciertos libros que había llevado consigo Mújica.

Los dos generales tuvieron ocasión de conocer a fondo la situación imperanteen la región petrolera. Ciudad Cuauhtémoc, cuartel general de la zona huasteca,estaba separada de Tampico por el río Pánuco. De su lado se hallaba la selvatropical devastada, con sus pescadores y sus campesinos muy pobres, y del otro,

los barcos-tanques navegando en el río, los muelles con sus grúas, la arquitecturageométrica —cilindros, esferas, cubos— de las refinerías.De noche, los barcos, la ciudad, las gigantescas antorchas de los quemaderos

de gas se desdoblaban en las negras, movibles aguas del Pánuco. Tampico nodormía. Como en todos esos pequeños oasis formados al espejismo de unariqueza —plata, madera, petróleo—, el sueño estaba proscrito. Marineros,perforistas, trabajadores e ingenieros —un perol de in-dios, negros, mestizos,blancos— llenaban los burdeles, los bares, los salones del viejo tiempo, y se oían

Page 78: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 78/226

cinco o seis idiomas dominados por la música. Al lado de cada orquesta figuraba un gato de cartón con el enorme hocico

abierto y un letrero colgado del cuello don-de se leía "Feed the cat", reclamo nadadesdeñado que los parroquianos de aquella nueva Torre de Babel, a partir de lamedia noche, inclinados ya a la generosidad, satisfacían arrojando pesos fuertes

de plata y ocasionales monedas de oro. Unas caían dentro del hocico y otrasrodaban por la pista de baile mientras las rameras de minifaldas se tiraban al sueloy luchaban como gatas en celo para hacerse de ellas.

Los grandes jefes no intervenían en tales orgías. Jugaban golf en sus prados, yen las noches, bajo el ruido monótono de los ventiladores, bebían whisky ysoñaban con retirarse del infierno tropical y vivir en sus casas de Holanda, deInglaterra o de los Estados Unidos, disfrutando sus bien ganadas jubilaciones.

Cárdenas pudo haberle dicho a su amigo Francisco J. Mújica lo que le dijoLenin a Trotsky cuando le enseñaba Londres, traspuesto a la selva:

— Ahí tiene usted sus famosas refinerías, sus malditos barcos, sus pozos. Todoes suyo. Las guardias blancas, los caminos, los jueces. Nosotros no hemosinventado nada. No construimos un tubo, no producimos barcos, ni bombas. Hastala madera con que está edificado Tampico viene de los Esta-dos Unidos. Lostrabajadores mexicanos viven y comen apartados de los blancos. Por el mismotrabajo se les paga menos que a un inglés, y carecen de agua en sus aldeas. ¡Eh!,¿qué le parece, general?

También los comandantes militares eran suyos. Apenas llegado, un reporteroinvitado a su mesa le preguntó: —¿Qué tal, le agrada a usted su nuevo puesto?

— Bien —contestó Cárdenas—. A ningún oficial del ejército le importa el lugar adonde se le envía.

— ¡Ah, pero yo me refiero a la cuestión económica!— ¿Qué intenta usted decir?

—Lo que es público y notorio: que en esta región las compañías petroleras sepreocupan mucho por la situación económica de los jefes militares.

Cárdenas dio un puñetazo sobre la mesa y salió del comedor diciendo:— ¡Es usted un perfecto animal!

Y después de todo, el reportero tenía razón. A los pocos días, como el Generalsólo disponía de un viejo Hudson, a punto de exhalar el último suspiro —si asípuede decirse ha-blando de automóviles—, se presentó un empleado de ciertaempresa con un Packard nuevo que estacionó frente a su casa.

—Señor General, mi compañía, en prueba de su estimación y respeto,considera un honor ofrecerle el auto que está a la puerta. Desde este momentoes suyo sin ninguna condición.

—Sírvase usted —le respondió Cárdenas— expresar a su compañía queestoy sumamente agradecido por el regalo que me hace, pero queirrevocablemente lo rehusó. He traído un automóvil conmigo, que para misnecesidades es suficiente. Muchas gracias. [22]

Conocieron también los caminos cercados y protegidos por guardias, queCárdenas ordenó abrir a la fuerza, la forma en que se despojaba a loscampesinos de sus tierras, la arrogancia de los jefes, la miserable condición delos trabajadores, y los dos amigos soñaban con recobrar aquel paraíso, comotantos otros, perdido para México.

Page 79: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 79/226

 

La decisión 

Mújica no tenía una sólida cultura filosófica, pero sí una curiosidad intelectual y

un conocimiento profundo de la realidad mexicana. "Era un espíritu generoso,recio, que no toleraba influencias de nadie, porque llevaba sus resoluciones hastael final sin importarle las consecuencias." Un hombre tan recto e inflexible, carecíade posibilidades de sobrevivir en un régimen dominado por la voluntad de loscaudillos mili-tares. En 1927, Cárdenas recurrió a Portes Gil para que se le diera elcargo de director del penal de las islas Marías, y Calles lo concedió aregañadientes, alegando que Mújica "no podía administrar siquiera su propiacasa". Clerófobo —"soy enemigo del clero, había dicho, porque considero que elclero es cl enemigo más desdichado y perverso que tiene nuestro país"—,enemigo jurado del tabaco y del vino —lo que lo hacía incurrir en ridículasmanías—, probo y fanático, los mejores cargos de su vida se los había dado el

general Cárdenas, del que fue hasta su muerte amigo y consejero.Los dos hombres, caminando en la noche cálida y rumorosa de los trópicos,

se enfrentaron al problema que los había atormentado desde el lejano año de1924. Allí estaba ahora muy cercana la soñada expropiación. La incógnitaradicaba en las medidas violentas que pudieran ejercer los Estados Unidos y laGran Bretaña, interesados como estaban en respaldar a las empresas petroleras.Sin embargo, existía la amenaza de una guerra mundial, con las provocacionesque des-arrollaba el imperialismo nazifascista, y esto los detendría de agredir aMéxico en el caso de ser decretada la expropiación.

Cárdenas le pidió entonces que formulara un proyecto de manifiesto a lanación, "explicando el acto que realiza el gobierno —según las propias palabras

del Presidente— y pidiendo el apoyo del pueblo en general, por tratarse de unaresolución que dignificaba a México en su soberanía y contribuye a su desarrolloeconómico".

"Hasta hoy —añade Cárdenas en la misma nota— no se ha llegado a hacer mención oficialmente del propósito de expropiación. Se dará a conocer en elmomento oportuno. En los centros políticos y financieros la generalidad cree, yaun las mismas empresas, que el gobierno podrá llegar, solamente, a dictar laocupación de las instalaciones industriales. No puede retardarse mucho ladecisión de este serio problema."

Cuidando la retaguardia 

Es sintomático que en esta conversación no figurara Eduardo Suárez,conocedor más profundo del ambiente que reinaba en Washington y desde luegoel técnico de mayor aptitud para negociar, llegada la ocasión, el conflictopetrolero.

El licenciado Suárez se quedó en el automóvil y no participó en aquellaconversación decisiva. ¿A qué se debió semejante actitud del general Cárdenas?

Page 80: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 80/226

Posiblemente a que él empleaba a sus colaboradores en tareas muy concretas ysabía lo que se esperaba de cada uno de ellos, como demostró la marcha de lossucesos.

Cárdenas confió a Mújica el proyecto de redactar el manifiesto porque, segúnescribió en su nota del día 9, "conocía sus convicciones sociales, su sensibilidad

y patriotismo", pero ya había estudiado con Suárez las repercusiones políticasque podría tener en Washington la expropiación. En opinión del propio licenciadoEduardo Suárez, [23] el gobierno de México podía contar con la simpatía deSumner Welles, subsecretario del Departamento de Estado, v de los funcionariosde la Secretaría del Tesoro, Adolfo Berle, Larry Dugan y Harry White, quienesmás tarde habían de morir abrumados por los disgustos constantes que lescausaron las compañías. También podía confiarse en cl vicepresidente Wallace, yrazonablemente en Morgenthan, cuyo padre, nombrado embajador en México, nollegó a ocupar el cargo debido a las intrigas de los petroleros, pues al conocer sunombramiento había comentado que él sería embajador de los Estados Unidos yno de los petroleros.

Se tenía una idea muy clara de la reacción británica, protectora de El Águila, laempresa que por el descubrimiento de Poza Rica ocupaba el primer lugar en laproducción, y de la dureza de Cordell Hull, el secretario de Estado, pero la políticade Roosevelt no era precisamente la del "gran garrote", sino la de una vaga"buena vecindad" que afrontaría una prueba desusada.

"El Presidente —dijo Suárez— me tenía mucha confianza. Era muy discreto yno le gustaba discutir. Oía con la mayor atención y cuando uno creía haberloconvencido tomaba su propia determinación. No era temerario, sino muyresponsable. Pensaba sus actos, calculaba el momento más favorable y comomilitar que era cuidaba su retaguardia, por si se veía obligado a retroceder." [24]

Este juicio, aunque haya estado influido por los acontecimientos posteriores,refleja con exactitud la estrategia de Cárdenas, quien calculó la relación defuerzas con la mayor precisión, sin exponerse a una derrota que hubiera sidodesastrosa, y sólo entonces decidió descargar el último golpe. Todavía el 10 demarzo, Suárez, su principal consejero en asuntos internacionales, nada sabía desu resolución.

Unos días antes, el elegante embajador inglés —usaba sacos de tweed y unvistoso chaleco amarillo— visitó a Cárdenas y le dijo:

—Me parece absurdo que las compañías no acepten el fallo. Hemos dejado elasunto en manos de los americanos, pero nosotros los ingleses estamos enmayoría y voy a con-vencerlos de que les conviene ceder.

El Presidente, creyendo que el embajador O'Malley había influido en losrepresentantes de las empresas, los mandó citar, y cuando los tuvo en sudespacho, les preguntó:

—¿Han reflexionado sobre el problema y me traen una solución?—Señor Presidente, le traemos un memorándum con las razones por las

cuales no podemos aceptar su propuesta.—Señores, lo lamento. Creí que la intervención del embajador O'Malley los

había hecho cambiar de opinión.—¿Ve usted la intransigencia de estas gentes? —comentó con Suárez cuando

habían salido—. Sin embargo, nada haré por el momento.

Page 81: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 81/226

Según recuerda Suárez, el Presidente nunca dijo que expropiaría a lasempresas, si bien la idea de la expropiación estaba en el aire. El generalCárdenas le había dicho recientemente:

—Yo lucharé hasta el fin, pero evitaré siempre un conflicto armado. En el peor de los casos nos queda una retirada honrosa: recurrir a los instrumentos de paz

como el arbitraje o hacer un llamado a la cooperación latinoamericana. Con-fío enla rectitud del presidente Roosevelt. [25]Su última carta la tenía guardada y sólo habría de jugar-la el 18 de marzo. Ese

día giró instrucciones terminantes, al jefe de operaciones militares en Tampico, deincendiar los pozos petroleros si aparecía el primer barco de guerra ante lascostas mexicanas. Un terrible incendio iluminando la selva había anunciado elnacimiento del imperio petrolero y otro señalaría el fin de esa interminablepesadilla. Después de todo, los dioses del panteón mexicano habían nacido de lapira sagrada, a la que se arrojaron voluntariamente para que los hombres salierandel caos y de las tinieblas del inframundo.

Las versiones difieren. El drama del petróleo, como el de Rashomón, paravolver a nuestra imagen, tuvo numerosos protagonistas y todos nos han dejadosu propia versión de los hechos. Ninguno de ellos ha rechazado la posibilidad deforzar las puertas de una historia hecha de excesivas subordinaciones y dedesempeñar un papel en la expropiación petrolera, que fue el último episodio deuna acción verdadera-mente revolucionaria. Por un lado, el espíritu decolonialismo ha exagerado la actitud favorable del embajador Daniels y delpresidente Roosevelt; ciertamente, ni Daniels fue un Morrow ni Roosevelt un Taft,pero su comprensión del fenómeno no impidió que defendieran cuanto les fueposible los intereses de las compañías expropiadas. Por otro, algunos mexicanosexageraron la importancia de su intervención, como es el caso de LombardoToledano, entonces secretario general de la poderosa CTM. Lombardo, en efecto,mantuvo la cohesión de los obreros y su espíritu de lucha, pero nunca supoinfundirles una conciencia de clase ni frenar la codicia de los dirigentes menores.La subordinación obrera al gobierno, que él propició siguiendo el camino deMorones, determinó que cuando ese gobierno estuvo en manos de un Cárdenasla lucha de los trabajadores fuera real y eficaz, y cuando estuvo en manos de

 Ávila Camacho o de Alemán, el movimiento obrero, mediatizado y rígidamentecontrolado, se convirtiera en un mero apéndice de la burguesía en el poder.Eliminado finalmente a causa de sus veleidades marxistas, Lombardo terminó suvida dando un escandaloso ejemplo de oportunismo político.

El caso de Mújica es diferente. Siendo uno de los auto-res del artículo 27constitucional, y un revolucionario íntegro, debe haber ejercido cierta influencia enel ánimo del general Cárdenas frente a los recelos de algunos miembros de sugabinete. Sin embargo, considerando el tacto, la sagacidad con que se llevó elconflicto para causarle a México los menores daños y obtener el máximoprovecho, virtudes ajenas al temperamento del general Mújica, debemos concluir que la batalla de la expropiación y su victoria corresponden íntegramente algeneral Cárdenas. Lombardo y Mújica, como el resto de sus colaboradores,fueron satélites carentes de luz propia. Al desaparecer Cárdenas del escenariopolítico, se hundieron en las sombras.

Page 82: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 82/226

 

La posibilidad de incendiar los pozos 

El día 17, a las 11 de la mañana, el Presidente se reunió de nuevo en elPalacio Nacional con su gabinete. Habló lacónicamente, empleando según su

costumbre el plural que lo despersonalizaba:—Señores, hemos venido observando la actitud de las compañías. Se niegan a

cumplir la resolución de la Suprema Corte y están haciendo una campaña dedescrédito, esforzándose en crear alarma y confusión. Como el gobierno, enestas condiciones, no puede tolerar una rebelión semejante ni desentenderse deun problema capaz de paralizar la industria y los servicios públicos ni permitir agitaciones políticas, debemos expropiar sus bienes por causa de interésnacional. [26]

El anuncio, presentado no en forma de proyecto sino de una resolución,provocó diversas reacciones. Eduardo Suárez, el secretario de Hacienda, arguyóque tal vez podría buscarse otro medio, que sin correr ningún riesgo internacional

alcanzara los mismos resultados prácticos, y fue apoyado por el subsecretarioRamón Beteta. Mújica, Buenrostro, García Téllez, Castellano, Hay, apoyaronresueltamente la medida; otros sugirieron la conveniencia de aplazar laexpropiación, con el objeto de llegar a un acuerdo favorable, o expresaron dudasy temores, y otros más guardaron un discreto silencio.

 Ante la falta evidente de unanimidad, el Presidente se limitó a decir:—Si el petróleo ha sido siempre, y lo sigue siendo, el elemento principal de la

discordia, más valdría entonces que-mar los pozos.Desde luego, toda discusión sobre la conveniencia o la in-conveniencia de la

expropiación resultaba ya inútil después de esta frase, y la junta se limitó a tomar las medidas necesarias para evitar desórdenes y asegurar que no sufrieran daños

los campos y las refinerías. A las 4 de la tarde, el Presidente dio por terminada lasesión convocando a una nueva reunión para el día siguiente a las 8 de la noche.Guiado de su innata delicadeza no recomendó discreción alguna, por lo que losperiódicos dieron la noticia de una junta se-creta del Consejo de Ministros sinhacer comentarios.

En la mañana del 18, Cárdenas le dijo a su secretario, el licenciado RaúlCastellano:

—¿Advirtió usted ayer que Suárez se mostró reticente, Beteta receloso, Haycauto, algunos dieron todo su apoyo y los demás permanecieron silenciosos?[27]

 A las ocho de la noche, comunicó a sus ministros que en poco tiempo

anunciaría al país la determinación de expropiar los bienes de las empresasrebeldes. El Palacio Nacional presentaba un aspecto desusado. Secretarios deEstado, altos funcionarios, consejeros, abogados y generales recorrían lossalones esperando un acontecimiento. Ignoraban de qué se tratabaexactamente, pero la noticia de que el Presidente había tomado unadeterminación sobre el conflicto petrolero y pronto la haría pública, creaba unambiente de expectación.

 A las nueve y media, el licenciado Castellano informó al Presidente que los

Page 83: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 83/226

empresarios y sus abogados solicitaban ver-lo con urgencia. Cárdenas ordenóque los pasaran a su despacho privado. Habló uno de ellos:

—Señor Presidente, recapacitando acerca del problema, hemos llegado a laconclusión de que si ajustamos nuestros negocios, podemos, haciendosacrificios, acatar la sentencia de la Suprema Corte. Nuestro objeto es

demostrarle al gobierno nuestra buena voluntad.—Señores —respondió Cárdenas—, a todos ustedes les consta que elgobierno hizo grandes esfuerzos para disuadir-los de su actitud intransigente. Loshemos invitado a cumplir el fallo de la Suprema Corte y todo ha sido en vano. Lesagradezco mucho que hayan venido a verme, pero tengo la pena de informarlesque han llegado demasiado tarde. El gobierno de la República ha tomado sobreeste asunto una resolución irrevocable. En breves momentos voy a dirigir unmensaje al pueblo de México y ustedes podrán enterarse de su contenido. [28]

La altivez de los empresarios había desaparecido, dando lugar a un grandesconcierto. Llevaban la rama de olivo pensando que su rendición totalterminaría el problema, si bien esa misma mañana habían dirigido a la Junta deConciliación un escrito en el que alegaban la imposibilidad de cumplir el laudo,pues significaba la ruina de sus empresas.

Los últimos 40 años les habían demostrado que sólo una política agresiva lespermitió vencer la tímida ofensiva de Madero o las más consecuentes deCarranza, Obregón o Calles. Recurrieron al cohecho, al asesinato, a losmercenarios Félix Díaz y Peláez, agotaron los recursos legales y diplomáticos,desobedecieron el fallo del más alto tribunal de la República, y esta táctica nopodían abandonarla en el momento de mayor peligro. Enconaron la disputagolpeando abajo del cinturón, y al otorgarle una trascendencia mundial a surebeldía, no entendieron que fue cargándose de explosivos elementosnacionalistas hasta hacerla incontrolable. Si hubieran cedido el día 10, quizáhabrían logrado prolongar un imperio que 40 años después, en manos de México,figuraría entre las empresas' más poderosas del mundo. Sin embargo, llegarondemasiado tarde y México pudo iniciar la reconquista de sus riquezas naturales.

Un rayo en el cielo azul 

En un discurso de media hora, Cárdenas, con su voz apagada habló por radio:"La negativa de las compañías a obedecer un mandato de la justicia nacionalimpone al Ejecutivo de la Unión el deber de buscar un remedio eficaz que evitedefinitivamente, para el presente y para el futuro, el que los fallos de la justicia se

nulifiquen o pretendan nulificarse por la sola voluntad de las partes o de alguna deellas mediante una simple declaratoria de insolvencia como se pretende hacerloen el presente. Hay que considerar que un acto semejante destruiría las normassociales que regulan el equilibrio de todos los habitantes de una nación así comoel de sus actividades propias y establecería las bases de procedimientosposteriores a que apelarían las industrias de cualquier índole establecidas enMéxico y que se vieran en conflictos con sus trabajadores o con la sociedad enque actúan, si pudieran maniobrar impunemente para no cumplir con sus

Page 84: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 84/226

obligaciones ni reparar los daños que ocasionaron con sus procedimientos y consu obstinación.

"Las compañías petroleras, no obstante la actitud de serenidad del gobierno ylas consideraciones que les ha venido guardando, se han obstinado en hacer,fuera y dentro del país, una campaña sorda y hábil que el Ejecutivo Federal hizo

conocer hace dos meses a uno de los gerentes de las propias compañías, y queéste no negó, y que ha dado el resultado que las mismas compañías buscaron:lesionar seriamente los intereses económicos de la nación, pretendiendo por estemedio hacer nulas las determinaciones legales dictadas por las autoridadesmexicanas.

"Ya en estas condiciones no será suficiente, en el presente caso, conseguir losprocedimientos de ejecución de sentencia que señalan nuestras leyes parasometer a la obediencia a las compañías petroleras, pues la substracción defondos verificada por ellas, con antelación al fallo del alto tribunal que las juzgó,impide que el procedimiento sea viable y eficaz; y por otra parte, el embargo sobrela producción o el de las propias instalaciones y aun el de los fundos petrolerosimplicarían minuciosas diligencias que alargarían una situación que por decorodebe resolverse desde luego, e implica-rían también la necesidad de solucionar los obstáculos que pondrían las mismas empresas, seguramente, para la marchanormal de la producción, para la colocación inmediata de ésta y para poder coexistir la parte afectada con la que indudablemente quedaría libre y en laspropias manos de las empresas.

"En esta situación se tendría que ocasionar una crisis in-compatible no sólo connuestro progreso sino con la paz misma de la nación; paralizaría la vida bancaria;la vida comercial en muchísimos de sus principales aspectos; las obras públicasque son de interés general se harían poco menos que imposibles y la existenciadel propio gobierno se pondría en grave peligro, pues perdido el poder económicopor parte del Estado, se perdería asimismo el poder político produciéndose elcaos.

"Es evidente que el problema que las compañías petroleras plantean al Poder Ejecutivo de la nación, con su negativa a cumplir la sentencia que les impuso elmás alto tribunal judicial, no es un simple caso de ejecución de sentencia, sinouna situación definitiva que debe resolverse con urgencia. Es el interés social dela clase laborante en todas las industrias del país el que lo exige. Es el interéspúblico de los mexicanos y aun de los extranjeros que viven en la República y quenecesitan de la paz y de la dinámica de los combustibles para el trabajo. Es lamisma soberanía de la nación, que quedaría expuesta a simples maniobras delcapital extranjero, que olvidando que previamente se ha constituido en empresasmexicanas, bajo leyes mexicanas, pretende eludir los mandatos y las obligacionesque le imponen autoridades del propio país.

"Se trata de un caso evidente y claro que obliga al gobierno a aplicar la Ley deExpropiación en vigor, no sólo para someter a las empresas petroleras a laobediencia y a la su-misión, sino porque habiendo quedado rotos los contratos detrabajo entre las compañías y sus trabajadores, por haberlo así resuelto lasautoridades del Trabajo, de no ocupar el gobierno las instalaciones de lascompañías, vendría la paralización inmediata de la industria petrolera,ocasionando esto males incalculables al resto de la industria y a la economía

Page 85: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 85/226

general del país."El Presidente hizo luego historia del conflicto laboral que culminaría con la

expropiación y puntualizó algunos hechos: "Se ha dicho hasta el cansancio que laindustria petrolera ha traído al país cuantiosos capitales para su fomento ydesarrollo. Esta afirmación es exagerada. Las compañías pe-troleras han gozado

durante muchos años, los más de su existencia, de grandes privilegios para sudesarrollo y expansión; de franquicias aduanales; de exenciones fiscales y deprerrogativas innumerables, y cuyos factores de privilegio, unidos a la prodigiosapotencialidad de los mantos petroleros que la nación les concesionó, muchasveces contra su voluntad y contra el derecho público, significan casi la totalidaddel verdadero capital de que se habla.

"Riqueza potencial de la nación, trabajo nativo pagado con exiguos salarios,exención de impuestos, privilegios económicos y tolerancia gubernamental son losfactores del auge de la industria del petróleo en México.

"Examinemos la obra social de las empresas: ¿En cuán-tos de los puebloscercanos a las explotaciones petroleras hay un hospital, o una escuela, o uncentro social, o una obra de aprovisionamiento o saneamiento de agua, o uncampo deportivo, o una planta de luz, aunque fuera a base de los muchos millonesde metros cúbicos de gas que desperdician las explotaciones?

"¿En cuál centro de actividad petrolera, en cambio, no existe una policíadestinada a salvaguardar intereses particulares, egoístas y alguna vez ilegales?De estas agrupaciones, autorizadas o no por el gobierno, hay muchas historias deatropellos, de abusos y de asesinatos siempre en beneficio de las empresas.

"¿Quién no sabe o no conoce la diferencia irritante que norma la construcciónde los campamentos de las compañías? Confort para el personal extranjero;mediocridad, miseria e in-salubridad para los nacionales. Refrigeración yprotección contra insectos para los primeros; indiferencia y abandono médico ymedicinas siempre regateadas para los segundos; salarios inferiores y trabajosrudos y agotantes para los nuestros.

"Abuso de una tolerancia que se creó al amparo de la ignorancia, de laprevaricación y de la debilidad de los dirigentes del país, es cierto, pero cuyaurdimbre pusieron en juego los inversionistas que no supieron encontrar suficientes recursos morales que dar en pago de la riqueza que han venidodisfrutando.

"Otra contingencia forzosa del arraigo de la industria pe-trolera, fuertementecaracterizada por sus tendencias antisociales, y más dañosa que todas lasenumeradas anteriormente,

ha sido la persistente, aunque indebida, intervención de las empresas en lapolítica nacional.

"Nadie discute ya si fue cierto o no que fueron sostenidas fuertes facciones derebeldes por las empresas petroleras en la Huasteca veracruzana y en el istmo deTehuantepec, durante los años de 1917 a 1920, contra el gobierno constituido.Nadie ignora tampoco cómo en distintas épocas posteriores a la que señalamos yaun contemporáneas las compañías petroleras han alentado, casi sin disimulos,ambiciones de descontento contra el régimen del país, cada vez que venafectados sus negocios, ya con la fijación de impuestos o con la rectificación deprivilegios que disfrutan o con el retiro de tolerancias acostumbradas. Han tenido

Page 86: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 86/226

dinero, armas y municiones para la rebelión. Dinero para la prensa antipatrióticaque las defiende. Dinero para enriquecer a sus incondicionales defensores. Peropara el progreso del país, para encontrar el equilibrio mediante una justacompensación del trabajo, para el fomento de la higiene en donde ellas mismasoperan, o para salvar de la destrucción las cuantiosas riquezas que significan los

gases naturales que están unidos con el petróleo en la naturaleza, no hay dinero,ni posibilidades económicas, ni voluntad para extraerlo del volumen mismo de susganancias.

"Tampoco lo hay para reconocer una responsabilidad que una sentencia lesdefine, pues juzgan que su poder económico y su orgullo las escuda contra ladignidad y la soberanía de una nación que les ha entregado con largueza suscuantiosos recursos naturales y que no puede obtener, mediante medidaslegales, la satisfacción de las más rudimentarias obligaciones.

"Es por lo tanto ineludible, como lógica consecuencia de este breve análisis,dictar una medida definitiva y legal para acabar con este estado de cosaspermanente en que el país se debate sintiendo frenado su progreso industrial por quienes tienen en sus manos el poder de todos los obstáculos y la fuerzadinámica de toda actividad, usando de ella no con miras altas y nobles, sinoabusando frecuentemente de este poderío económico hasta el grado de poner enriesgo la vida misma de la nación.

"Planteada así la única solución que tiene este problema, pido a la naciónentera un respaldo moral y material suficiente para llevar a cabo una resolución

 justificada, tan trascendente y tan indispensable."El gobierno ha tomado ya las medidas convenientes para que no disminuyan

las actividades constructivas que se realizan en toda la República, y para ello,sólo pido al pueblo confianza plena y respaldo absoluto a las disposiciones queel propio gobierno tuviere que dictar.

"Sin embargo, si fuere necesario, haremos el sacrificio de todas lasactividades constructivas en que la nación ha entra-do durante este periodo degobierno para afrontar los compromisos económicos que la aplicación de la Leyde Expropiación sobre intereses tan vastos nos demanda, y aunque el subsuelomismo de la patria nos dará cuantiosos recursos económicos para saldar elcompromiso de indemnización que hemos contraído, debemos aceptar quenuestra economía individual sufra también los indispensables reajustes,llegándose, si el Banco de México lo juzga necesario, hasta la modificación deltipo actual de cambio de moneda, para que el país entero cuente con numerarioy elementos que consoliden este acto de esencial y profunda liberacióneconómica de México.

"Es preciso que todos los sectores de la nación se revistan de un francooptimismo y que cada uno de los ciudadanos, ya en sus trabajos agrícolas,industriales, comerciales, de transportes, etc., desarrolle a partir de estemomento una mayor actividad para crear nuevos recursos que vengan arevelar cómo el espíritu de nuestro pueblo es capaz de salvar la economía delpaís por el propio esfuerzo de sus ciudadanos." 

Cárdenas, ante la ofensiva internacional que preveía se apresuró a decir:"Nuestra explotación petrolera no se apartará un solo ápice de la solidaridad moralque nuestro país mantiene con las naciones de tendencia democrática y a quienes

Page 87: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 87/226

deseamos asegurar que la expropiación decretada sólo se dirige a eliminar obstáculos de grupos que no sienten la necesidad evolucionista de los pueblos niles dolería ser ellos mismos quienes entregaran el petróleo mexicano al mejor postor, sin tomar en cuenta las consecuencias que tienen que soportar las masaspopulares y las naciones en conflicto."

Un país que siempre ocupó el banco de los acusados se transformó enacusador. Con este mensaje, que el embajador Daniels calificó como un rayo en elcielo azul —la mayoría de las metáforas de los embajadores tienen un carácter meteorológico—, Cárdenas liquidaba la herencia de la dictadura porfirista, laherencia que le había legado la facción sonorense, en la que había militado largosaños, y una parte considerable de la herencia de México. El rescate de uno de susprincipales recursos le dio al país una posibilidad de industrializarse y sobre todouna conciencia nacional antes inexistente. Sin embargo, la conclusión de estabatalla debió originar otra más ardua. El trust petrolero mundial no estaba vencido.La burguesía mexicana tampoco estaba vencida. No tardaría en dar señales deque había nacido para seguir atada al carro de los Estados Unidos, con tal derecibir una parte mínima del enorme botín.

Reactualización de un mito Las palabras de Cárdenas fueron escuchadas por millares de obreros

agrupados en torno de sus radios, y al dejarse de oír, el desafiante imperio sehabía desplomado.

En aquellas selvas pobladas de ruinas de ciudades antiguas, de tumbas depríncipes y de vestigios de pasadas grandezas se estaba produciendo un hechomágico que no había ocurrido en 500 años.

El mito reactualizó el tiempo de las grandes hazañas divinas y los 2 500

trabajadores —casi todos indios— que atestaban la sala del Sindicato deTrabajadores Petroleros en el puerto de Tampico se pusieron de pie y marcharonhacia la refinería, situada a cuatro kilómetros de distancia. En la entrada principalfijaron una bandera y distribuyeron guardias a fin de evitar cualquier acto desabotaje.

Los obreros más humildes, investidos de un nuevo poder, ordenaron el parotemporal de la planta. Un jefe, ignorante de lo ocurrido, se les enfrentó:

—No reconozco su autoridad ni acepto órdenes de ustedes. No puedo parar una torre que trabaja a una presión de 250 grados centígrados.

—Usted la para o la paramos nosotros por la fuerza —respondió el antiguotubero Manuel Díaz Ríos, nombrado presidente de la Junta de Administración.

Otro jefe, un tal mister  Johnson, pretendió entrar con el pretexto de parar lasinstalaciones "porque podía volar toda la refinería".— Aunque vuele todo, usted no entra —le advirtieron, y tuvo que marcharse.

[29]"A la una de la mañana —comenta un testigo— era tan solemne el silencio,

donde todo había sido siempre ruido, que se escuchaban los pasos."En Agua Dulce, lejos de Tampico, los obreros se dirigieron a la casa del

superintendente para anunciarle la expropiación. El funcionario salió en pijama.

Page 88: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 88/226

—¿Cómo se atreven a molestarme a estas horas? —preguntó colérico.—Es la hora más apropiada —le contestó otro jefe del Sindicato—, porque es la

hora más feliz de nuestra vida.Le pidieron entonces que hiciera entrega de todos los bienes de su empresa a

lo que se negó:

—No recibo esa orden ni la acepto. Necesito hablar con mi cónsul y con misabogados.—Bueno, si no acepta las disposiciones del gobierno de México, tendremos que

mandarlo a dormir al cuartel como rebelde. [30]En todas las plantas y los campos dispersos sobre una ex-tensión que

comprendía del norte de Tampico al istmo de Tehuantepec, dos océanos ycentenares de kilómetros de ríos, bosques, pueblos y ciudades, los obrerosejercieron un control inmediato. Unos extranjeros como el holandés Oor, entrega-ron las llaves con cierta flema: "Muchachos, esto ya es de ustedes, pídanme uncoche para irme." Otros mantuvieron su orgullo diciendo: "Aquí las tienen, peromuy pronto tendrán que devolverlas." Y otros más, como los técnicos nazis deCaracol, lograron dañar unas máquinas, arrojaron piezas y valiosos documentos alrío o intentaron ofrecer resistencia. La mayoría se mantuvo bajo vigilancia en suscasas, circundadas de prados, contemplando desde las varandas los bailes de losobreros, que gritaban de alegría, mientras tocaban orquestas y marimbas,estallaban los cohetes y repicaban las campanas.

Tenían la convicción de que regresarían en breve, pues los mexicanos eranincapaces de mantener la marcha de la industria, y no les faltaba del todo la razón.

La otra cara de la medalla 

Ya el día 19, una serie de hechos, que Silva Herzog calificó de "diabólicos", seencadenaban entre sí formando una especie de red sin posible salida.

 Al retirar sus fondos, las empresas provocaron no sólo la caída del peso, sinouna sensible baja de las reservas. Dicho de otra manera, el gobierno carecía dedinero y de crédito para financiar la marcha de la industria. Desde luego, la ven-talocal de los productos significaba un modesto ingreso, pero las compañías sehabían encargado de enviar a los Estados Unidos el mayor número de carros-tanque que les fue posible y faltaban medios adecuados de transporte.

No se sabía si las plantas podían ser operadas. Las empresas se llevaron atodos los técnicos extranjeros, y los escasos técnicos mexicanos que habíanlogrado formarse siguieron recibiendo los mismos sueldos a condición de que nointervinieran en la industria expropiada. Los planos de las refinerías y de lasinstalaciones desaparecieron misteriosamente, lo que agravaba el problema.

 A los tres o cuatro días principió a delinearse el boicot mundial decretado por eltrust  petrolero. Ningún país compraba un solo barril, ni vendía refacciones omaquinaria, ni productos vitales como el tetraetilo de plomo, indispensable paraelevar el octanaje de la gasolina. Incluso si el gobierno lograba mantener laproducción, no existía posibilidad de transportarla, pues los barcos-tanques de lasflotas petroleras figuraban en el boicot y el único que estaba disponible, el San Ricardo, fue inmovilizado en Mobile por un embargo.

Sin dinero, sin técnicos, sin transportes, sin refacciones, sin ventas exteriores,

Page 89: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 89/226

México, en el mejor de los casos, estaba condenado a perecer ahogado en supropio petróleo.

 A la expropiación, las compañías respondían con la movilización de susrecursos. Una campaña publicitaria, de intensidad poco común, presentaba al queechó a los ladrones de su casa, como el país que contra la ley y el derecho se

había robado los bienes de sus civilizadores. El sucio ladrón iba a recibir unalección que no olvidaría nunca. Entre tanto Washington y Londres guardaban unsilencio cargado de ominosos presagios.

El día 20, mientras el país ardía en llamas, el Presidente organizó un día decampo con su familia y sus amigos. Esta vez no eligió su finca Palmira, situadacerca de Cuernavaca, sino el volcán de Toluca. Nadó, rompiendo el hielo de lalaguna del cráter, y al salir, exclamó en un tono de desafío irónico:

— Ahora no podrán decir que estamos calientes.

Partiendo de cero 

Las refinerías, con sus altas torres, sus chimeneas humeantes, sus esferas ysus cilindros plateados y sus extensos muelles tendidos a lo largo del río atestadode barcos, siempre constituyeron una sucesión de ciudades geométricas querepresentaban en medio de las selvas el triunfo del hombre moderno

sobre una naturaleza que, de algún modo ya olvidado, habían logrado dominar sus antiguos moradores.

El mexicano era ajeno a ese conjunto. No había inventa-do una bomba o untablero de mando, no sabía construir barcos, tubos, hornos o taladros, y comoresultado de su ignorancia debía obedecer órdenes y servir de un modo mecánicoa los extranjeros dueños del enorme imperio.

 Ahora todo aquel mundo yacía silencioso. Los muelles y los cargaderos seveían sin barcos y sin carros-tanques. En pocos días más los ferrocarriles, losautos, las industrias, los talleres, se verían paralizados. Ya en la misma tarde deldía 19 comenzaron a llegar, en aviones, pequeños grupos de ingenieros y dequímicos que habían recibido telegramas, mensajes de radio o llamadastelefónicas de secretarías de Estado y de funcionarios amigos, invitándolos aocupar cargos en las instalaciones abandonadas. Algunos, muy pocos, habíanservido a las empresas petroleras y decidieron sumarse al gobierno, pero lamayoría eran profesionistas que conocían teóricamente el proceso sin haber puesto nunca un pie en las refinerías.

Para entender la forma en que pudo realizarse ese primer milagro debemos

seguir los pasos de Oscar Vázquez, uno de los ingenieros convocados conurgencia por el gobierno. Vázquez siempre trabajó en la ciudad donde tenía familiae intereses y sus ideas acerca de la química petrolera las había aprendido en laescuela. Sabía desde luego que el petróleo, bombeado de los pozos lejanos,entraba a los hornos y ya caliente subía a las torres donde las moléculas rotas adiferentes temperaturas y niveles daban origen a diversos productos. Enfriadosdespués en los condensadores, pasaban a los depósitos y de allí se bombeabannuevamente a los barcos y a los carros de ferrocarril. Este juego esencial del

Page 90: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 90/226

aceite y del calor no era tan sencillo como todo eso. Los "jugos y bitúmenes" de latierra, cargados de sustancias nocivas y peligrosas, debían ser analizados,purgados y vigilados sin cesar, y el mecanismo de las torres desintegradoras y delos tableros de mando suponía conocimientos especializados de ingeniería, sóloasequibles a los escasos técnicos que rechazaron las proposiciones de las

empresas.En las oficinas no existían planos ni cuantificaciones de los procesos, y por añadidura, las plantas eran viejas y trabajaban a base de refacciones y demedidas de emergencia, pues hacía mucho tiempo que las compañías noinstalaban nuevos equipos y se conformaban con operar la chatarra del mejor modo que les era posible.

Vázquez necesitaba tener una idea precisa del funciona-miento de la refinería,y siendo los obreros los únicos que operaban toda clase de maquinaria y deinstrumentos, los fue llamando y con sus informaciones trazó un esquemasatisfactorio del proceso en su conjunto. Se fijó la hora en que la refineríareiniciaría su trabajo. Los obreros y los técnicos ocupaban sus puestos. En esemomento entró a la oficina el en-cargado de los hornos:

—Jefe —le preguntó—, ¿ya ordena usted que prendamos la leña? A Vázquez le pareció tan desproporcionada la relación entre las baterías de

tubos gigantes y el recurso primitivo de la leña, que vaciló un momento:—¿La leña? Sí. Préndala usted como es la costumbre.

Más tarde debía reírse de su ignorancia. La leña todavía en esa época seutilizaba con el objeto de elevar la temperatura de los hornos hasta que elpetróleo pudiera ser atomiza-do, pero él desconocía aquella particularidad, comotantas otras, y confiaba siempre en la experiencia de los trabajadores.

Vivas y mueras Por lo que hace a la distribución de combustibles, existían dos problemas: lafalta de carros-tanques y el cierre de las gasolineras, concesionarias de lascompañías. El primero se resolvió dándole una prioridad absoluta a los trenespetroleros. Muchas veces, una locomotora descompuesta se cambió sobre lamarcha por otra de un tren de pasajeros, y éstos se quedaban en una estacióncontemplando impotentes el sucio tren cargado de aceite que se perdía de vista.El segundo se atacó radicalmente, dándole a los comerciantes gasolina y dieselque vendían frente a los expendios desiertos, en barriles y en toda clase devasijas y recipientes.

Otro quebradero de cabeza lo constituyó el importado tetraetilo de plomo,

indispensable para aumentar el octanaje de la gasolina. Habiendo los inglesesconstruido en Tampico la única planta de gasolina de octano, a un obrero llamadoDiego Cabrera se le ocurrió la idea de bombear, a través del oleoducto, crudomezclado a la gasolina de la planta, lo que permitió abastecer a las ciudades decombustibles adecuados y prescindir del producto temporalmente. Sin embargo,seguía faltando el tetraetilo. México entonces decidió producirlo y lo produjo acosta de algunas vidas y de muchos sacrificios. Fue una hazaña técnica, comootras muchas que pasaron inadvertidas en el torbellino de aquellos días en que

Page 91: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 91/226

todos los mexicanos se sentían participantes de una acción libertaria concreta.La Iglesia se unió al gobierno por primera vez y bendijo la expropiación,

solicitando la colaboración de los fieles. Y el suntuoso Palacio de Bellas Artescontempló una escena desusada: el pueblo llenó el vestíbulo con el deseo decontribuir con algo al pago de los bienes de las empresas. Los hombres daban

dinero, las mujeres ricas sus alhajas y las muy pobres su único rebozo, un corderoo un par de gallinas.El domingo 23 de marzo, una gigantesca manifestación desfiló ante el Palacio

Nacional. Los manifestantes llevaban ataúdes donde se leían pintados losnombres de la Standard Oil, la Huasteca, la Sinclair, El Águila, y demáscompañías difuntas. Repicaban las campanas echadas a vuelo, los edificios seveían atestados de gente que aplaudía el desfile y se oía un griterío incesante:"¡Viva la expropiación petrolera, mueran las compañías!" Cárdenas, en el balcóncentral del Palacio, saludaban a los manifestantes.

La hazaña del remiendo 

Entre tanto seguía la batalla material por el petróleo. A las dos semanas nohabía con qué pagar los salarios de obreros y empleados, y  la falta de monedafraccionaria era tan gran-de en Tampico que rompían a la mitad los billetes de unpeso. Los banqueros se negaban a prestarle al gobierno. Cárdenas mandó unavión cargado de dinero. Los pagadores, no dándose abasto, aceptaron el auxiliode los obreros y en unas horas se pagaron millones sin que faltara un centavo.

 A medida que transcurría el tiempo los efectos del boicot mundial se resentíanduramente. Faltaban los tubos. Millares y millares de metros expuestos a lacorrosión del aire marino y de los ácidos iban quedando inservibles y no habíamodo de sustituirlos. Se organizaron cuadrillas de trabajadores que desde la

mañana salían a la pesca de viejos tubos desechados, hundidos en las marismas,o revolvían los cementerios de chatarra en busca de piezas de recambio. Lostalleres trabajaban día y noche cortando, soldando, parchando. Preocupaban antetodo dos clases de tubos: los gruesos, alimentadores de los hornos, que alromperse suscitaban peligrosos incendios, y los delgados de los condensadores,donde circulan los gases de las torres enfriados por agua. Rotos, perdían gasolinaen exceso, hasta que a un obrero se le ocurrió prescindir de los tubos y hacer queel agua se mezclara directamente a los gases. El agua entonces, mucho máspesada, quedaba en el fondo, la gasolina flotaba y luego podía ser separada conmayor facilidad.

Este procedimiento lo perfeccionó más tarde otro obrero: llenaron de conchas

de ostiones los cilindros de los condensadores, lo que permitió mejorar la mezclaal aumentar la superficie de contacto y aprovechar el carbonato de calcio de lasconchas que actuaba como anticorrosivo neutralizando la acidez de los gases.

Nada espectacular. Fue esa la hazaña del remiendo, de la improvisación, delas pequeñas y grandes sustituciones, realizada

por obreros acostumbrados a obedecer las órdenes de sus jefes, a vivir encasuchas de madera, la mayoría analfabeta, enferma y fatalista, se escapaba desu infierno los sábados asistiendo a las tabernas y a los burdeles. La expropiación

Page 92: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 92/226

les devolvió el espíritu creador, que pobló la selva de preciosos centrosceremoniales, porque nuestro pueblo, humillado y envilecido, sólo puede salir desu letargo y obtener una nueva vida mediante un hecho revolucionario de losalcances de su caída y de su envilecimiento.

La batalla diplomática 

El 25 de marzo, Sumner Welles le comunicó al embajador Castillo Nájera quelos representantes petroleros se entrevistarían con él el día 28, para apoyar unmemorándum en el que afirmaban haber sido víctimas de una denegación de

 justicia.—No hay ninguna base en que ellos puedan fundar tal afirmación —respondió

Castillo Nájera—. El Departamento de Estado debe hacer todo lo posible paraconvencer a los petroleros de que acepten la indemnización prometida por elpresidente Cárdenas, pues cualquier otra medida, lejos de resolver el problema,

contribuirá a complicarlo.—Estoy de acuerdo y yo me empeñaré en convencerlos, pero, aceptando esta

lejana posibilidad, ¿cuáles serían las garantías efectivas que aseguren el pago dela indemnización?

—Podrían discutirse en el caso de que los petroleros aceptaran laindemnización.

—Estas negociaciones serían difíciles. Los representantes no desearán ir aMéxico, dado el ambiente hostil que allí existe, no obstante mis seguridades ensentido contrario. Sería mejor que las negociaciones se realicen en Washington.

—No hay otra solución que la de aceptar la indemnización propuesta, puesconsideramos improcedentes todas las representaciones basadas en la

denegación de justicia. Por lo demás, son falsas las noticias de que en Méxicoexista un sentimiento antinorteamericano.—Mire usted, señor embajador, desgraciadamente ese sentimiento es

innegable, como lo prueba el anuncio de la huelga planteada para el 10 de abrilpor los obreros de la Foreign Power Corporation, que cuatro veces ha cedido ya ademandas excesivas. El Departamento de Estado considera que esta medida seencamina deliberadamente a la expropiación. Acerca del petróleo, elDepartamento desea un pronto arreglo, mediante la reanudación de pláticaspendientes con nuestros técnicos; por otro lado, como la prensa ataca la debilidadde nuestro gobierno, mientras se reanudan las pláticas hemos ordenado alembajador Daniels que informe al gobierno de México sobre la suspensión de las

compras de plata. La medida no deben interpretarla ustedes como una represalia,sino como una necesidad de revisar nuestras relaciones económicas y financieras.—Cualesquiera que sean las explicaciones, esa medida será interpretada por la

opinión pública de los dos países como una represalia. [31]Dos días después, el 27 de marzo, Daniels había remitido una nota a la

Secretaría de Relaciones, en la que, después de hablar de las expropiacionesagraria y petrolera y de la actitud siempre amistosa y cooperativa de los EstadosUnidos hacia nuestro país, a nombre de su gobierno formulaba la siguiente

Page 93: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 93/226

pregunta: "En el caso de que México insista en llevar a cabo esta expropiación ysin que mi gobierno pretenda hablar en nombre de los intereses americanosenvueltos, sino únicamente para su conocimiento preliminar, ¿cuál es elprocedimiento concreto que piensa adoptar el gobierno mexicano con respecto alpago de las propiedades de que se trata, qué seguridades se darán de que el

pago se hará, y cuándo se puede esperar dicho pago? En vista del hecho de quelos ciudadanos americanos interesados ya han sido privados de sus propiedades,y de la regla de derecho arriba mencionada, mi gobierno se considera autorizadopara pedir una pronta con-testación a esta consulta. Mi gobierno considera,asimismo, que ya es el momento de llegar a una inteligencia parecida respecto delpago a los nacionales americanos cuyas tierras han sido tomadas y se siguentomando, conforme a la política agraria del gobierno mexicano."

Daniels, temiendo un rompimiento, retiró la nota sin el conocimiento de Hull, yMéxico la dio por no recibida. Esta actitud de Daniels "le valió —escribe Meyer — que, en la correspondencia y propaganda de las compañías, se le acusara decomplicidad o negligencia en el conflicto petrolero".

De cualquier modo, el general Cárdenas formuló otra nota, que habría sidoentregada al embajador Daniels si éste no hubiera retirado la suya del 27.Cárdenas fue muy claro en su respuesta: "El gobierno mexicano ha prorrogadoreiteradas ocasiones, casi al gusto de los reclamantes americanos, los términosque todas las naciones y todas las soberanías del mundo importen para que sepresenten las reclamaciones por daños que puedan recibir los extranjeros por causas ajenas a la voluntad de la nación, y por lo mismo, el cargo enumerado enla nota de Su Excelencia es injusto, pues el país ha hecho reiterados esfuerzospor complacer, hasta el exceso, a los demandantes de México por los dañosocasionados por la Revolución; prueba de ello, los pagos que por este concepto ycon toda exactitud viene haciendo, anualmente, el propio gobierno mexicano.

"En relación al criterio que sustenta el gobierno americano acerca del tiempoen que, según él, deben pagarse las indemnizaciones por el concepto deexpropiación, tengo el honor de manifestar a Su Excelencia que considero estaactitud como una clara y franca agresión a la soberanía de mi país, supuesto quela interpretación de sus leyes no está sujeta a la presión de las potenciasextranjeras."

Sobre la reiterada afirmación de que el gobierno norteamericano se reservabapara sí todos los derechos afectados por la expropiación, afirmó el Presidente queno iba de acuerdo "con las reiteradas manifestaciones de Su Excelencia elpresidente Roosevelt de mantener una política de respeto y de cordialidad con lasnaciones de América".

 A la pregunta "¿cuál es el procedimiento concreto que piensa adoptar elgobierno mexicano con respecto al pago de las propiedades de que se trata, quéseguridades se darán de que el pago se hará y cuándo se puede esperar dichopago?", Cárdenas respondía:

"Si las compañías petroleras no estuvieran tratando de inmiscuir indebidamentea un gobierno extranjero en asuntos exclusivos del país en que operan comoempresas nacionales, serían ellas mismas las que habrían informado al gobiernoamericano de que los funcionarios mexicanos encargados de verificar el Decreto

Page 94: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 94/226

de Expropiación les han manifestado, con toda claridad y precisión, que se lesempezará a pagar la par-te proporcional de las indemnizaciones quecorrespondan, según el periodo de tiempo señalado por la Ley, inmediata-menteque las tramitaciones en acción de ejecución queden consumadas y, por consiguiente, removidos los únicos obstáculos que pueden presentarse, como

sería la acción en el extranjero de las compañías afectadas para evitar que laindustria petrolera de México continuara su curso normal. De esta manera estoyseguro que el gobierno de Vuestra Excelencia no hubiese tenido necesidad deverse obligado a molestarse dirigiendo la nota que con toda atención me permitocon-testar." 

En términos generales, tales fueron las posiciones de los dos gobiernos desdeel principio del conflicto. Los Estados Unidos reconocían el derecho de México a laexpropiación siempre que hiciera un pago inmediato, adecuado y efectivo de losbienes expropiados, pero se arrogaban el derecho de defender a las empresasvíctimas de una "confiscación" —la palabra más repetida en 20 años—, y México,basado en sus leyes y en las leyes internacionales, les negaba tal derecho, puesera un asunto de su exclusiva competencia. A su vez las empresas trataban deapoyarse en la fuerza de los Estados Unidos y en causar los mayores daños a laeconomía y al prestigio de México mediante una campaña de calumniasdesusada.

El caso inglés 

Por lo que hace a Inglaterra, las cosas fueron diferentes. El 8 de abril el ministrode la Gran Bretaña, Owen St. Clair O'Malley, presentó una nota al presidenteCárdenas, en la que se afirmaba: "El gobierno de Su Majestad encuentra difícil,

después de examinar las circunstancias, no llegar a la conclusión de que elverdadero motivo de la expropiación fue el deseo político de adquirir permanentemente para México las ventajas de la propiedad y control de loscampos petrolíferos; que la expropiación fue equivalente a la confiscación, llevadaa cabo bajo una apariencia de legalidad fundada en conflictos del trabajo; y quelas consecuencias han sido la denegación de justicia y la transgresión, por partedel gobierno mexicano, de los principios del Derecho Internacional. El gobierno deSu Majestad no encuentra otro medio para re-mediar esta situación que ladevolución de sus propiedades a la compañía."

El secretario de Relaciones, Eduardo Hay, le manifestó que como en esta notase calificaba de esencialmente arbitraria la expropiación decretada de los bienes

de la Compañía Mexicana de Petróleo El Águila, S. A., el C. presidente de laRepública no estaba dispuesto a recibirla, por lo que la misma nota debía ser dirigida a la Secretaría de Relaciones Exteriores.

O'Malley dirigió la nota a la Secretaría, explicó que existía una diferencia entrela palabra inglesa arbitrary  (dependiente de la voluntad o placer) y la palabraespañola arbitrario (lo opuesto a lo legal y justo), y solicitó autorización parapublicarla.

Se cruzaron algunas notas más, y el 11 de abril el secretario de Relaciones

Page 95: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 95/226

advirtió: "Aun en el supuesto de que numerosos inversionistas británicos esténmuy interesados en la situación porque atraviesa la compañía mencionada, éstaes una empresa mexicana y en consecuencia no corresponde el patrocinio de susintereses —ni en el terreno de la actividad interna del Estado mexicano, ni en elplano de acción de la vida internacional— a un estado extranjero. México no

puede admitir que ningún estado, con el pretexto de proteger intereses deaccionistas de una compañía mexicana, niegue la existencia de la personalidad jurídica de las sociedades organizadas en México y de acuerdo con nuestrasleyes."

El 20 de abril, la legación británica adujo que "el gobierno de Su Majestad noestá interviniendo en favor de la Compañía Mexicana de Petróleo El Águila, sinoen favor de una gran mayoría de los accionistas de dicha compañía cuyanacionalidad es inglesa y en estas circunstancias los accionistas ingleses notienen quien les defienda excepto su propio gobierno".

El 11 de mayo de 1938, la legación reclamó la tercera anualidad de $ 370 milpesos, ya vencida desde enero, que el gobierno mexicano se comprometió apagar de acuerdo a lo estipulado por las Convenciones Especiales Anglo-Mexicanas. Esta demora "obligó al gobierno de Su Majestad a examinar elproblema de los adeudos de México", y las conclusiones no eran tranquilizadoras.

Según los datos de que se disponía, la deuda pública exterior mexicana, ladeuda de los ferrocarriles expropiados en 1937, la deuda interior, el monto deladeudo agrario, con otro tipo de reclamaciones y el valor de las expropiacionespetroleras sumaban centenares de millones de dólares, "por lo que el gobierno deSu Majestad no puede menos que juzgar la omisión del gobierno mexicano, decubrir siquiera sus obligaciones ya existentes; como un hecho que en sí hace quesea injustificada una expropiación que depende esencialmente para su validez delpago de una indemnización plena y adecuada que en este caso asciende a unacantidad de mucha consideración".

"De todos modos —concluía la nota—, mi gobierno se ve obligado a pedir elpago inmediato de la cantidad de $ 370 962.71 que venció el 1° de enero próximopasado."

El presidente Cárdenas, al conocer la injuriosa nota inglesa, le dijo a EduardoSuárez, su secretario de Hacienda:

—Llame al ministro inglés y pídale que retire su nota, por-que es injusta y estáredactada en términos que contradicen la cortesía británica.

—Mire usted —le respondió O'Malley a Suárez—, convengo en que la nota esáspera, pero me la mandaron de Londres con órdenes de no hacerle ningunamodificación. Todavía más, el gobierno inglés la ha dado a la prensa yposiblemente a estas horas ya estará publicada en los Estados Unidos. Por esome encuentro impedido de retirarla.

—Le hice a usted esta súplica debido a que el Presidente quiere guardar buenas relaciones con Inglaterra y esta nota sin duda va a alterarlas.

—Lo entiendo. Sin embargo, he obrado siguiendo instrucciones precisas.—La nota es contraria a las relaciones diplomáticas.

—Ustedes —arguyó O'Malley— han cometido un grave error al expropiar a lasempresas y van a sufrir las consecuencias. Más tarde nos rogarán que volvamosy volveremos en mejores condiciones.

Page 96: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 96/226

—Sabemos que vamos a sufrir como usted dice, pero no nos rendiremos por eso. Si usted ha informado en tal sentido, lamento decirle que ha engañado a sugobierno. Podemos vivir sin el petróleo y de ninguna manera les rogaríamos queregresen.

Cuando Eduardo Suárez entró al despacho del Presidente para comunicarle

los resultados de la entrevista, éste se hallaba acompañado por el embajador Castillo Nájera.—¿Cómo contestaría usted la nota inglesa? —le preguntó Cárdenas.—Yo, en una nota breve y tajante, les diría que el cobro es injusto, pues

nosotros tenemos el derecho a diferir el pago cubriendo los intereses respectivos,les enviaría un cheque por la cantidad reclamada, y añadiría que resentimos eltono de su nota, porque aun los imperios más poderosos no pueden jactarse deestar al corriente en sus obligaciones financieras.

Suárez escribió allí mismo la respuesta, y Castillo Nájera sugirió:

—¿Y por qué no mandar llamar a nuestro embajador en Londres?—Sí, lo voy a hacer  —dijo Cárdenas—, porque si no lo hago ellos romperán

sus. relaciones y es mejor que yo me les adelante.Cárdenas llamó a nuestro embajador y los ingleses se vieron en la necesidad

de retirar al elegante St. Clair O'Malley, que comentó:—He tenido la mala suerte de que otra vez me haya reventado el cohete en la

mano.La nota inglesa fue muy comentada por medio de escritos satíricos y

caricaturas. "Recuerdo —me dijo Eduardo Suárez— que el New York Times publicó una caricatura muy graciosa en la que aparecía John Bull, dando unaconferencia sobre las bribonerías mexicanas, y detrás se veía un gato negro quellevaba el siguiente letrero: `Deudas no pagadas al gobierno americano'. John Bullcomentaba: `Este maldito gato siempre se presenta en los momentos máscomprometidos.' " [32]

La nota, redactada por los expertos del Foreign Office en su conocido estiloimperial, le permitió a México liberarse del acoso inglés y concentrarse en sudisputa con los Estados Unidos. John Bull estaba bastante ocupado, ante laproximidad de la guerra, para reclamar de un modo más enérgico sobre laexpropiación de una empresa mexicana, y el mundo celebró que el gato de lamala suerte se presentara al enderezar Inglaterra sus prédicas morales de pagopronto y adecua-do, cuando no tenía la menor intención de ajustar sus abultadosadeudos.

Una salida de emergencia 

El anuncio de la suspensión de las compras de plata, a pesar de que losdueños de las minas eran norteamericanos, quebrantó más aún la situacióneconómica y causó tal impacto que el propio general Cárdenas le confesó aSuárez no haber podido esa noche conciliar el sueño.

Page 97: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 97/226

 Así las cosas y cuando todas las puertas parecían cerradas, apareció en laescena un extraño personaje llamado William R. Davis. Este norteamericano,dueño de Davis and Co. y de la Parent Petroleum Interest Ltd. de Londres, conintereses en Alemania y en los Estados Unidos, era un hombre de extraordinariainteligencia a quien le importaban sus negocios sobre cualquier tipo de

consideraciones nacionalistas en una época que pretendía exacerbarlas ante laposibilidad de la guerra. Davis ya era conocido en México. En 1937 habíasugerido intercambiar petróleo de los campos de Petróleos Nacionales —pequeñaempresa mexicana— por equipo ferroviario alemán con un valor de 100 millonesde pesos, operación que no llegó a efectuarse. Dueño también de la SabaloTransportation Company, S. A., empresa que trataba de explotar Poza Rica yestaba en litigios, al ocurrir la expropiación le propuso al general Cárdenasocuparse de toda la industria. El Presidente se cuidó mucho de aceptar la oferta,pero comprendió que Davis, propietario de una flota y de una refinería enHamburgo, representaba la única posibilidad de romper el boicot mundial del trust petrolero. Venciendo la oposición de la Standard y del Departamento de Estado,Davis logró exportar petróleo, una parte vendida en efectivo y otra a cambio deproductos industrializados, a partir del mes de abril de 1938, lo que alivióconsiderablemente la presión ejercida sobre México.

Desde luego, Davis era un pillo o al menos un hombre poco escrupuloso, perono lo era más que la Standard o el propio Departamento de Estado, empeñadosen destruir a México económicamente a nombre del sacrosanto derecho depropiedad y de los "altos intereses" de la seguridad nacional.

 Al menos Davis no utilizaba esa retórica nauseabunda; él ganaba dinero, puesse le vendía barato el petróleo, y hacía que lo ganase México. Curiosamente, fuedesplazado como el principal exportador no por una empresa alemana o italianasino por la empresa norteamericana, la Eastern State.

"Los tratos de Davis con Italia y Alemania —escribe Lorenzo Meyer — a finesde 1939 le trajeron grandes dificultades con los Estados Unidos e Inglaterra;aparentemente salió bien librado de estos encuentros porque todavía en 1940propuso al gobierno mexicano la construcción de un oleoducto en el istmo deTehuantepec, oleoducto que él controlaría. Este ambicioso proyecto fue el últimode Davis en relación con México y no llegó a materializarse."

También se logró vender algún petróleo al Japón y también ello provocó lassospechas y la irritación del Senado y del Departamento de Estadonorteamericanos. Se habló de que el Japón pretendía utilizar la base de bahíaMagdalena y tomar posiciones en México contra los Estados Unidos, es decir, serepetían los mismos cargos hechos a Porfirio Díaz, porque el imperialismo a faltade argumentos convincentes emplea las consejas disparatadas, usadas siemprecon tal de no perder su situación privilegiada. Se preocupaban por lo que ellosmismos provocaban de modo sistemático, pero esta vez sus propiascontradicciones, como después en el caso de Cuba, iban minando su posiciónhasta hacerla inoperante.

En primer lugar, existían empresarios del tipo de Davis, capaces de aprovechar las condiciones creadas por el gobierno de los Estados Unidos, las rivalidades delas compañías petroleras y la propia división de los países capitalistas; ensegundo lugar, los grandes empresarios vieron con alarma que se estableciera un

Page 98: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 98/226

sistema de trueque, desfavorable a sus mercados tradicionales en América Latina,y en tercer lugar, el Departa-mento de Estado deseaba mantener unidos a lospaíses del continente para que no cundiera en ellos la influencia de las doctrinasnazifascistas.

México supo aprovechar todas estas contradicciones. Utilizó la división de los

países industrializados para vender petróleo a Italia, Alemania y Japón, a travésde empresas norteamericanas, sin exasperar el creciente nacionalismo de losEstados Unidos; en la batalla legal librada contra Norteamérica, Inglaterra yHolanda, no dio un paso atrás, mantuvo en funcionamiento las instalaciones, yfinalmente, ante la guerra, hizo que el propio Departamento de Estado seconvirtiera en su abogado y retirara su protección a las empresas rebeldes.

De 1938 a 1939 se sucedieron una multitud de gestiones —incluso con elpresidente Roosevelt—, de proposiciones y contraposiciones. El general Cárdenastuvo varias pláticas con el abogado Donald R. Richberg, representante general delas empresas, pero éstas propusieron condiciones inaceptables: pretendíanejercer un control absoluto sobre la industria pe-trolera durante 50 años y cumplidoese lapso devolverla al gobierno mexicano sin ninguna compensación. Cárdenassólo deseaba en aquel entonces indemnizar a las compañías mediante un previoavalúo de sus propiedades, dejándoles "la exportación del petróleo en susmanos".

Las empresas rechazaron el avalúo y toda otra propuesta que no fuera ladevolución de sus bienes. Esperaban un cambio en el gobierno para negociar desde una posición de fuerza, ganando tiempo, y Cárdenas a su vez, viendoacercarse la guerra y no queriendo agravar más el problema electoral in-terno,también deseaba ganar tiempo. Por último, las cosas volvieron a su estadoanterior y Richberg desapareció sin dejar ninguna huella positiva de su gestión.

Ya desde el mes de octubre de 1939 se delineó la posibilidad de llegar a unentendimiento con el grupo Sinclair. El coronel Patrik Hurley, héroe de la primeraGuerra Mundial, secretario de la Defensa en el gobierno del presidente Hoover ymuy hábil negociador, había presentado al embajador Castillo Nájera unapropuesta concreta: Sinclair solicitaba, en pago de sus bienes, 40 millones debarriles de petróleo crudo, lo que significaba a los precios de la época unos 38millones de dólares.

Si bien esta suma era excesiva, la propuesta resultaba muy tentadora, puessuponía el rompimiento del frente unido que hasta entonces habían formado lasempresas, y se iniciaron las pláticas.

En el mes de enero de 1940, Castillo Nájera, Eduardo Suárez y Jesús SilvaHerzog, después de sostener diversas entrevistas en las que estuvo presente elfamoso líder obrero John Lewis, partidario de la expropiación, lograron que laSinclair disminuyera su demanda a sólo 14 millones de dólares.

Como era de esperarse, las reuniones no pasaron inadvertidas a las compañíasrivales, sobre todo la Standard Oil, que intensificaron su campaña de prensa.Según ellas, no existía ningún peligro de dividir el frente unido de las empresas, ysostenían que "el único medio de resolver el conflicto" consistía en la devoluciónde sus bienes, mientras aumentaban la presión sobre el Departamento de Estado.

Page 99: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 99/226

Dos pasos adelante y uno atrás 

En los primeros días de febrero de 1940, las conversaciones entre CastilloNájera y el coronel Hurley habían avanzado al grado que el día 12 nuestroembajador pudo mandar al presidente Cárdenas un telegrama cifrado, en el que le

exponía las bases del futuro convenio: Hurley aceptaba 9 millones de dólares enefectivo, de los cuales 5 deberían ser pagados ese año y el resto en abonos de 2millones. La Sinclair podría utilizar a su conveniencia esta suma en comprar petróleo y se comprometía además a firmar un contrato por 20 millones de barrilesa precios y plazos que discutirían los peritos. Cárdenas contestó al día siguienteen el sentido de que los 9 millones deberían considerarse como la únicacompensación a la Sinclair en la inteligencia de que si deseaba contratar lacompra de 20 millones de barriles serían pagados a los precios del Golfo. Juzgabatambién elevado el primer abono, teniendo en cuenta los pagos que seentregarían a otras empresas, y sugería que los abonos podrían hacersedescontándose de las entregas de petróleo. [33]

Cuando ya se estaban pagando a los Estados Unidos las primeras sumas por compensaciones agrarias, el secretario de Estado, Cordel] Hull, citó en sudespacho a Castillo Nájera y le dijo que deseaba averiguar, de manera informalpero oficial, si el presidente Cárdenas se oponía al arbitraje de la controversiapetrolera, y añadió que el gobierno de los Estados Unidos al elaborar sus planesdesearía tener "una confirmación o una negativa de la posición asumida en laprensa por el señor Presidente". "En suma —sintetizó Castillo Nájera—, lo que elsecretario Hull deseaba saber era si el gobierno de México aceptaría el arbitrajemediante un arreglo que contuviera garantías para el cumplimiento de lasentencia", y él respondió que nuestro Presidente no estaba a favor de estepropósito. [34]

El 3 de abril, Castillo Nájera le escribía a Cárdenas informándole que elsubsecretario Sumner Welles le había entregado, en un sobre cerrado, la nota enque se solicitaba el arbitraje. "Me indicó que una vez que la hubiese leído podríapedirle las explicaciones que yo creyera pertinentes. Esto me hizo comprender que él no deseaba que se hiciese la lectura en ese momento y que entabláramosalguna discusión."

Le informaba, además, que se estaba a punto de llegar a un acuerdo con laSinclair y que Welles había comentado "que sería muy importante que tal arreglose llevara a cabo, pero que de cualquier manera quedaría en pie la propuesta dearbitraje para arreglarse con las otras compañías".

La nota, según le dijo Welles, la tenían preparada desde hacía tiempo, pero él --

-Welles— la había modificado con esta advertencia; "He procurado dejar la puertaabierta al gobierno mexicano para que lleguemos a resolver estos problemas enforma decorosa."

"Aunque en lo general —comentaba nuestro embajador — el tono de la nota escomedido, no deja de haber algunos párrafos, sobre todo aquellos en los que serepite lo ya dicho en la nota de 21 de julio de 1938, que son enérgicos, y comodesde hace tiempo se nos está amenazando con el envío de la nota, el paso dadopor el gobierno americano no me ha sorprendido ni mucho menos desconcertado.

Page 100: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 100/226

La situación, por lo demás, aunque cambia desfavorablemente, no es ni conmucho desesperada o angustiosa. Con serenidad haremos frente a losacontecimientos y creo que tenemos bastantes armas para defendernos."

Como Silva Herzog había regresado a Washington el 19 de abril y se habíanreanudado las conversaciones con Hurley, Castillo Nájera consideraba: "Ahora

más que nunca debemos llegar a un entendimiento con la Sinclair, antes deresponder a la nota, pues será un fuerte argumento que expongamos en larespuesta."

En la tarde del día 3, Hurley preguntó al embajador de México si había recibidoalgún escrito del Departamento de Estado, a lo que Castillo Nájera contestónegativamente, pues Welles le había afirmado que la nota se guardaría ensecreto. "Pareció extrañarse y comprendí que tenía conocimiento del envío de lanota. Antes de que el señor Hurley se retirara, le dije que acababa de recibir eldocumento, del que aún no me enteraba, y que en nuestra conversación demañana le podré dar algunos detalles sobre el contenido. Me propongodescubrirle, solamente, que se nos hace la sugestión de que el problemapetrolero sea sometido al arbitraje. De seguro, indirectamente, el Departamentode Estado comunicará a las compañías interesadas el paso que acaba de darse.Ya en alguna de mis pasadas cartas indiqué que el hoy consejero Davier, delDepartamento de Estado, trasmite, según el decir de Hurley, a la Standard deNew Jersey todo lo relativo al problema del petróleo que se ventila en dichodeparta-mento." [35]

La nota no era, según lo expresó nuestro embajador, ninguna novedad para elgobierno. Una gran parte insistía en los mismos argumentos de 1938, salvo laexigencia perentoria del arbitraje. El Departamento de Estado sumaba las deudasacumuladas desde 1915 y pasaba el recibo, que debía ser calificado por elementos sospechosos de parcialidad a los Estados Unidos. México no podíacorrer ese riesgo. Aunque no se dijo, ya constituía una injusticia que el paíspagara a los yanquis los daños causados por la Revolución a sus latifundistasmientras no pagara un solo centavo a los nacionales igualmente culpables dehaberse enriquecido poseyendo tierras mal habidas a costa de los sufrimientosdel pueblo mexicano. México pudo alegar en su defensa un hecho tan evidente ysólo mencionó los daños causados a su economía por el boicot petrolero y lasmedidas tomadas con la bendición del Departamento de Estado.

El derecho de expropiación 

 Al recibirse la nota, Castillo Nájera y Silva Herzog temieron que los arreglos seinterrumpieran. Hurley, sin embargo, si-guió concurriendo a la embajadamexicana. Durante cuatro horas diarias, a lo largo del mes de abril, los tresfuncionarios elaboraron lentamente dos documentos. En el primero, el gobiernomexicano se comprometía a pagar 8 millones 500 mil dólares de compensación,en plazos anuales a partir del 14 de mayo de 1940, y en el segundo, la Sinclair compraba a Petróleos Mexicanos 20 millones de barriles, en cuatro años, a unprecio más alto que el propuesto inicialmente y sólo fijo para el primer año. De

Page 101: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 101/226

hecho, como estas compras serian pagadas al riguroso contado, nuestro mismopetróleo iría sal-dando la deuda.

Redactados los documentos, Hurley sólo puso un reparo. La Sinclair exigía elcambio de una palabra en lugar de decir-se que el pago se hacía por laexpropiación de sus bienes, debería decirse que se hacía por la compra de sus

bienes.El reloj de la biblioteca señalaba las 8 de la mañana. Silva Herzog comprendióen el acto el significado de aquel cambio y se precipitó a la recámara de CastilloNájera. Éste despertó sobresaltado.

—Señor embajador  —le dijo Silva Herzog con su tonante voz, después deexplicarle el problema—, hemos trabajado durante un mes. Debemos defender nuestra posición. Ten-gamos el valor de fracasar.

Castillo Nájera salió bruscamente de su duermevela. —Tiene usted razón, nodebemos cejar en este principio. Estoy absolutamente de acuerdo.

Silva Herzog subió las escaleras y se presentó de nuevo en la biblioteca.—No estamos de acuerdo en alterar el texto.

Hurley enrojeció lanzando un alarido que se escuchó en toda la embajada.Silva Herzog preguntó impasible:

— ¿Qué le pasa, coronel? ¿Se siente usted enfermo? —No, he gritadocomo un piel roja, porque yo soy un pielroja. ¿No lo sabía usted?— Lo ignoraba. También en México hay pieles rojas y algo sabemos de ellos.

¿Por qué no mejor fumamos la pipa de la paz?—No sé si esto será posible, Silva Herzog. Su proposición es inaceptable.— Hablemos con calma. La expropiación es un derecho que ha aceptado su

gobierno siempre y cuando paguemos. Nos-otros hemos convenidoamistosamente en pagar y en vender-les un petróleo que ustedes necesitaránmucho durante la guerra. Ustedes se han abierto las puertas de México.

Hurley se fue tranquilizando poco a poco. Finalmente tomó una determinación:—Salgo inmediatamente a Nueva York. Discutiré el asunto con la Sinclair. No le

prometo nada.Cuando subió el embajador, ya el coronel había desaparecido. La palabra,

aquella palabra tabú que el propio Daniels había oído como un rayo sonando en elcielo azul, la palabra equivalente a robo o a libertad, seguía omnipresente,evitando todo posible entendimiento. No quedaba otra cosa que esperar.

 A las 11 de la noche de ese domingo, sonó el teléfono en el hotel de SilvaHerzog. Se escuchó la voz del piel roja:

— Ok, Silva Herzog. Aceptamos la redacción del texto. Hemos fumado la pipade la paz. Así puede usted comunicarlo. Adiós y felicitaciones.

 Al día siguiente, Silva Herzog convocó a una reunión de prensa en la embajaday dio a conocer los detalles del acuerdo. El bloque de las empresas mostraba unaprimera grieta, la cuerda del boicot que tuvo México atada al cuello se aflojaba y elultimátum de Cordel" Hull perdía su sentido al demostrarse que México queríapagar y pagaba.

 Al finalizar mayo, la Cíty Services firmaba otro acuerdo similar, y la StandardOil dirigió sus baterías ya no sólo contra México sino contra la Sinclair, lo cualdemuestra hasta qué punto estos primeros arreglos vulneraron su posición.

Page 102: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 102/226

 

Final de la expropiación 

Dice Lorenzo Meyer, sintetizando los resultados de la expropiación: "Más de

dos decenios de conflicto terminaron así con el reconocimiento tácito de las tesissustentadas por México a lo largo de la controversia petrolera originada en 1917;pero este triunfo no fue completo, ya que la suma que el país se obligó a pagar excedió considerablemente el valor real de las propiedades norteamericanasaceptadas en 1938, y de hecho se tomó en cuenta el valor del combustible en elsubsuelo según los cálculos de Washington."

El acuerdo a que se llegó con la Sinclair constituyó sin duda una victoria, puesse especificó de un modo inequívoco que los 8 millones y medio de dólares sepagaban a la compañía no por la compra de sus bienes, sino por suexpropiación, y esta cláusula fue tan dura que estuvo a punto de hacer fracasar las negociaciones. El acuerdo, por añadidura, no sólo rompió el frente de las

empresas norteamericanas, sino que demostró a Washington que México estabaen condiciones de pagar utilizando el petróleo del subsuelo, considerado hasta elfinal como propiedad de las empresas. La violenta reacción de la Standard Oil, elmayor  trust petrolero, contra la Sinclair y contra México confirma el alcance denuestro éxito.

La afirmación de que el país pagó una suma exagerada es dudosa. No hayninguna cuantificación que nos autorice a calcular la cantidad de petróleoyacente en las tierras otorgadas en concesión a la Sinclair, todavía productivasdespués de varios decenios, y por lo tanto no pudo incluirse en el pago el valor de esos depósitos desconocidos. ni en el acuerdo se menciona para nada. Y elconvenio de venta al contado, por veinte millones de barriles de petróleo, nos

permitió disponer del dinero suficiente para ir liquidando la deuda, o dicho deotro modo, México estuvo en condiciones de pagar utilizando un recurso querecobraba la Constitución del 17 y que fue la causa de veinte años de disputas yamenazas interminables.

El arreglo con el resto de las empresas norteamericanas ocurrió durante elgobierno de Ávila Camacho, teniendo de nuestro lado al Departamento de Estadoy no en contra, como lo estuvo en 1939 y 1940. Aunque Welles arbitrariamenteexplicó a las compañías que el pago de 24 millones de dólares incluía de hecho elvalor de los depósitos, la Standard se opuso "en nombre de los derechos depropiedad y de la libertad humana". El hecho de que la Standard empleara eselenguaje no interesó ni al mismo Departamento de Estado.

Welles respondió que el gobierno de los Estados Unidos no podía ofrecerlesnada mejor y les hizo ver que en adelante no deberían contar con el apoyo oficial.La Standard rechazó hasta 1943 las propuestas mexicanas que había

aceptado la Sinclair, y finalmente tuvo que doblegarse, pues la tenacidad deMéxico y la segunda Guerra Mundial habían inclinado la balanza a nuestro favor.

El litigio de El Águila fue diferente. Privada la Gran Bretaña de Washington, sualiado y su abogado, y cogida en su propia trampa, ya que se hacía pasar por mexicana y el gobierno siempre le concedió ese status, todas sus excesivas

Page 103: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 103/226

reclamaciones habían caído en el vacío. Sin embargo, ya concluida la segundaGuerra Mundial el gobierno de Miguel Alemán aceptó pagarle 130 millones dedólares por sus bienes expropiados, suma que rebasaba en mucho la cubierta alas empresas norteamericanas, las cuales representaban el 40 % de la inversiónpetrolera.

 ¿Una vuelta de 180 grados? Han dicho los historiadores modernos que Cárdenas dio, a partir de la

expropiación petrolera, una vuelta de 180 grados en su rumbo "hacia elsocialismo". El mismo Cárdenas, en un discurso del 20 de febrero de 1940, señalóque su gobierno no había colectivizado los medios o instrumentos de producciónni acaparado el comercio exterior, convirtiendo el Estado en dueño de lasfábricas, las casas, las tierras o los almacenes de aprovisionamiento, y que sihubo algunas excepciones, como la nacionalización de los ferrocarriles y la de laindustria del petróleo, o la expropiación de maquinarias en el Mante, Yucatán y La

Laguna, ello se debió en verdad a la actitud de los propietarios o de las empresasmismas. "No hay, pues, en México —añadía— un gobierno comunista; nuestraConstitución es democrática y liberal con algunos rasgos moderados delsocialismo."

Su política fue, en esencia, antiimperialista, obrerista y antifeudal, en el sentidode que destruyó el latifundio, pero esta política revolucionaria no operó en elvacío, sino que se llevó adelante venciendo la resistencia desesperada de lasclases y de los intereses afectados. El historiador Campbell ha demostrado queen ningún tiempo los grupos y los partidos de oposición proliferaron tanto comodurante su sexenio. Literalmente brotaron docenas de pequeñas y grandesorganizaciones de la extrema derecha civil encabezadas por la clase patronal de

Monterrey y de la extrema derecha religiosa encabezada principalmente por elclero.En marzo de 1938, la expropiación petrolera provocó, según hemos visto, una

serie de problemas técnicos, económicos, políticos y diplomáticos de talintensidad que aparentemente debían ocupar la atención del gobierno, y aun detodas las fuerzas de la nación, para lograr dominarlos. Sin embargo esto noocurrió así. Pasada la euforia de los primeros días, una clase dependiente delcapital extranjero juzgó la expropiación como un hecho disparatado que habría decausar a México innumerables daños, y se dispuso a utilizarla a modo de arma encontra de la "nueva locura" de Cárdenas, buscando el apoyo de los EstadosUnidos.

No es por tanto un azar que a los tres meses de realiza-da la expropiaciónsurgiera la rebelión de Saturnino Cedíllo.El 29 de abril, el embajador Castillo Nájera le comunicó a Cárdenas que a fines

de la semana anterior dos intermediarios del general Cedillo llegaron a NuevaYork a fin de comunicarse con los petroleros, y Cárdenas le había dicho a él,anteriormente, que las compañías habían intentado "inducir a ciertos individuospara que agiten al país".

El general Saturnino Cedillo había sido por muchos años el cacique de San

Page 104: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 104/226

Luis Potosí, combatió desde muy joven en la Revolución, fue enemigo deCarranza, jefe agrario y uno de los factores- que decidieron las elecciones de1934 a favor de Cárdenas. Indio casi puro, no logró sustraerse a las tentacionesde su tiempo. Dotado de un temperamento sensual y reaccionario, se hablabatanto de las orgías escanda-losas que organizaba en su rancho de Las Palomas

como del apoyo que otorgaba a los católicos perseguidos. Era el ídolo de losestudiantes de la Universidad y de un modo insensible se había convertido en laesperanza de las derechas. Partidario de la parcelación del ejido colectivo, delclero y de los industriales de Monterrey, la expropiación petrolera y el alejamientode los cargos públicos vino a colmar la paciencia de este hombre semianalfabeto,reservado y rencoroso, que asociaba la política de Cárdenas al comunismo sinsaber una sola palabra de doctrinas políticas y sociales.

Para el gobierno no era ningún secreto su creciente rebeldía. Amo absoluto deSan Luis Potosí, tenía bajo las armas a numerosos campesinos, había compradoalgunos aviones de combate y sus agentes lo mismo se movían en Nueva Yorkcerca de las compañías petroleras que en la embajada alemana.

Cárdenas le guardaba afecto. El secretario de Gobernación lo visitó dos vecesen su rancho, como enviado de don Lázaro, tratando de buscar un acuerdo, perotodo fue inútil, ya que Cedillo sustituía las ideas por los hombres y creía en lamaligna influencia de ciertos funcionarios sobre las decisiones del Presidente.

Cuando Cedillo rechazó la jefatura de la zona militar de Michoacán y encambio pidió su baja del ejército, rito al que acudían los generales antes desublevarse, Cárdenas decidió acabar las incertidumbres intentando por última vezel avenimiento.

El 17 de mayo de 1938 le envió con el general Eduardo Rincón Gallardo unacarta conciliatoria, que fue respondida de mala manera. En vista de eso, el mismodía, sin llevar ninguna escolta y sin consultar a nadie, Cárdenas abordó el Tren Olivo y se presentó en San Luis Potosí. Desdeñando la presencia de numerososhombres armados, habló desde el balcón del Palacio de Gobierno, casi expuestoa la muerte, de la rebelión injusta de Cedillo, y antes de dar tiempo a que elgobernador y sus secuaces se repusieran de la sorpresa, cruzó nuevamente laciudad y se refugió en una finca cercana, que fue bombardeada sin ningún éxitopor los aviones de Cedillo. Cárdenas repartió arados y víveres a los campe-sinosy después de intentar una nueva reconciliación, a través de la hermana delgeneral rebelde, inútilmente, dejó el asunto militar, muy a pesar suyo, en lasmanos del general Henríquez Guzmán. Cedillo vagó algún tiempo por la serraníade San Luis y unos meses más tarde fue muerto oscura-mente en un encuentro.

Ese mismo año de 1938 se dictó la ley de la industria eléctrica, que controló sufuncionamiento hasta desembocar en su futura nacionalización; se expidió unreglamento "que consagraba importantes franquicias sociales a las cooperativas","y se creó el Comité Regulador del Mercado de las Subsistencias, que asegurabaal campesino un precio remunerador a sus productos y ponía coto a los abusosde los acaparadores, evitando las ganancias desmedidas de los intermediarios"."De este modo se logró inclusive la disminución de los precios de los productosalimenticios durante los años de 1939-1940." [36]

 A fines de 1939 se estableció el impuesto de la renta del superprovecho de lasempresas monopolistas, "que aportó —dice Medin— el 10.40 % de los ingresos

Page 105: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 105/226

fiscales". Y en 1940, a pesar de las dificultades económicas por las queatravesaba el país como consecuencia de la expropiación petrolera, serepartieron cerca de dos millones de hectáreas, enorme suma si tenemos encuenta los gastos que representaba la formación de nuevos ejidos.

La oposición en aquel momento crucial exigía menos revolución y Cárdenas le

daba más revolución. No pensaba —como después se dijo— que el péndulo habíaalcanzado su extremo opuesto y debía regresar inexorablemente al contrario. Elmismo Cárdenas expresó en su último informe de gobierno que no había logradoextirpar del todo el latifundismo. Conocía demasiado bien el país, sabía queenormes masas campesinas se hallaban aún sumidas en el desamparo, que laindustria era todavía muy débil, que los intereses imperialistas conservaban granparte de su fuerza, y que había necesidad de seguir luchando, pues ladesigualdad tradicional de México no iba a desaparecer en un sexenio.

No hubo, pues, un giro de 180 grados en la dirección de la política. Paracambiar la situación era necesario recurrir a la coacción o hacer grandessacrificios, dos opciones imposibles de tomar en un marco capitalista en el quetodavía prevalecían las clases explotadoras.

Existía también la posibilidad de una reelección. Muchos políticos, los quetenían la certeza de que una obra de tales dimensiones debía ser continuada yperfeccionada, llegaron a pedirla, pero el general Cárdenas la rechazó en formaterminante. Aceptarla hubiera significado negarse a sí mismo y negar su obra,ajustada en todo a la Constitución.

Había llegado el momento de asestar un golpe definitivo a la dictadura,cualquiera que ésta fuese, y Cárdenas lo dio, sin prever que su obra seríadestruida y que la burguesía en el poder había de ejercer otro tipo de continuismo,ya no de un solo hombre, sino de un sistema, el sistema desarrollista que se hasostenido hasta nuestros días.

LA POLÍTICA INTERNACIONAL DEL GENERAL CÁRDENAS 

LA POLÍTICA internacional del general Cárdenas era coherente con su políticainterior. Ante todo, reconocía como inalienable el principio de la no intervención.La fuerza de México, según las instrucciones que dio personalmente, en enerode 1937, a Isidro Fabela, nuestro delegado ante la Sociedad de las Naciones,"consistía en su derecho y en el respeto a los derechos ajenos".

"En el caso de Abisinia —aclaraba—, México reconoce que ese estado hasido víctima de una agresión a su autonomía interna y a su independencia deestado soberano, por parte de una potencia interventora. En consecuencia, ladelegación de México defenderá los derechos etíopes en cualesquieracircunstancias en que sean o pretendan ser conculcados." 

"Específicamente en el conflicto español, el gobierno mexicano reconoce queEspaña, estado miembro de la Sociedad de Naciones, agredido por las potenciastotalitarias, Alemania e Italia, tiene derecho a la protección moral, política ydiplomática y a la ayuda material de los demás estados miembros, de acuerdo

Page 106: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 106/226

con las disposiciones expresas y terminantes del pacto." [37]Desde luego, una pequeña nación latinoamericana, que había sido invadida

en 1914 y en 1917, tenía la obligación de hacer este tipo de declaraciones; perouna cosa era proclamar-las y aun dictarlas como normas diplomáticas y otra muydistinta llevarlas a la realidad.

La Liga de las Naciones reaccionó, ante la invasión de Etiopía, dictando elembargo del combustible destinado a Italia, y México no vaciló en aprobar lamedida a pesar de su lucha contra las compañías petroleras. "El señuelo de lasutilidades —comenta Townsend— no fue un obstáculo para que Méxicopermaneciera al lado de la nación etíope que se enfrentaba a tan difícil situación. " 

El problema español resultaba mucho más complicado, pues en la realidadexistían dos Españas: la España beata de la Doña Perfecta  de Galdós, con suodio a la libertad y  su apego irracional al latifundio y a la Iglesia, la de losgachupines y los generalitos satirizados por Valle-Inclán, y la España culta ymoderna que representaba el gobierno ilustrado de Manuel Azaña.

En 1936, una generación nueva, educada en Europa, y una clase obreraexcepcional estaban empeñadas en modificar las viejas estructuras feudalescuando las tropas moras de Franco cruzaron el estrecho de Gibraltar, bajo laprotección de los cañones ingleses, e iniciaron la guerra. Sin embargo, en aquelmomento la división entre las dos Españas trascendía su carácter local. Ya no setrataba de un típico cuartelazo. La España nueva, dentro del marco de las fuerzasmundiales, representaba la democracia y la legitimidad de un gobierno agredido, yla vieja, el fascismo y la fuerza agresora.

Ni Inglaterra ni Francia entendieron que España era el prólogo de una segundaGuerra Mundial. En tanto que Italia y Alemania enviaban armas y técnicos,aquellas dos potencias, con el pretexto de que era una guerra civil, decreta-ron lapolítica de "no intervención", y los Estados Unidos se concretaron a observar desde lejos la marcha de los acontecimientos.

México se apresuró a mandar armas y municiones a los republicanos, y el 19 deenero de 1937, el general Cárdenas declaró: "El gobierno de México continuaráproporcionando armas y municiones de fabricación nacional. México no variará lalínea de conducta que adoptó desde que el gobierno español presidido por donManuel Azaña ha solicitado material de guerra para su defensa."

De 1936 a 1939 Europa contempló acobardada e impaciente la forma en quelos republicanos mal armados defendían las calles, las plazas y las casas de susciudades. Madrid, con su consigna del "¡No pasarán!", llegó a convertirse en elsímbolo de la resistencia; mas, a pesar de Guadalajara y del Ebro, los fascistasespañoles, ayudados por las divisiones italianas, los tanques y los avionesalemanes, pasaron entre ruinas y millares de muertos.

 Al derrumbarse Cataluña, quinientos mil republicanos cruzaron los Pirineos.Los franceses los arrojaron a los campos de concentración, ignorantes de que enEspaña se había ensayado su futura, previsible derrota, y que a la hora de lavictoria nazi muchos de esos republicanos maltratados y humillados habrían dedefenderlos organizando una nueva resistencia.

México había resuelto acoger a todos los españoles refugiados en Francia, sinimportar sus ideas políticas. En el consejo donde se trató el problema, un

Page 107: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 107/226

secretario le preguntó al Presidente:— ¿Quiere usted que vengan sin una previa selección?

— A los que han luchado en su país en favor del gobierno legalmenteconstituido no se les puede ofender con un interrogatorio —contestó Cárdenas—.Debemos recibirlos a todos.

En la guerra culminaron largos procesos históricos, entre ellos el proceso de lamisma división española. De no haber intervenido el fascismo, habría triunfado laRepública; pero en aquel momento cualquier conflicto interior debía formar partede la contienda que se avecinaba. La guerra de España fue así el comienzo de lasegunda Guerra Mundial. El fascismo libró su primera finta con éxito y la UniónSoviética no logró encontrar una respuesta adecuada a la magnitud del desafío.

Del otro lado del océano estaba México, que durante tres siglos llevó el nombrede la Nueva España. México era un país abrumado de problemas. En 1939, laemprendida reforma agraria y la expropiación petrolera no resuelta habíanoriginado una serie de conflictos internos y externos que embargaban toda suatención. Cárdenas trató de seguir, desde el principio de su gobierno, una políticaamistosa hacia todos los países de habla española. A Guatemala, por ejemplo, leregaló un avión construido en los talleres nacionales, avión que destruyó su piloto.El Presidente no se desanimó. Al poco tiempo, no sólo pudo enviar un nuevoavión de fabricación nacional, sino también una estación radioemisora. Ubico semostró insensible a estas muestras amistosas. Dictador partidario de las grandesplantaciones cafetaleras, vio en la actitud de Cárdenas una manera encubierta deexportar el socialismo y ordenó el cierre de las fronteras a la llamada propagandacomunista. Los demás países, temerosos de la reacción norteamericana,desoyeron el llamado de Cárdenas y no se alarmaron demasiado ante eldespliegue creciente de las fuerzas fascistas.

En el interior del país, la clase media de las ciudades y la alta burguesíaestaban descontentas del radicalismo gubernamental. "¿Qué hará Cárdenas? —

se preguntaban—. ¿Admitirá esa chusma en México? ¿Dará entrada al país aesos pistoleros, comunistas, anarquistas y atracadores? Si la misma UniónSoviética los rechaza, ¿va a recibirlos México?" [38]

 A todas estas preguntas, Cárdenas respondió el 1 de septiembre en su informede gobierno: "Ante el cumplimiento de deberes universales de hospitalidad y frentea las desgracias colectivas de España, se abrieron las puertas de México a loselementos republicanos que no pueden estar en su patria sin peligro de sus vidasy por considerar, además, que se trata de una aportación de fuerza humana y deraza afín a la nuestra en espíritu y sangre... Damos la bienvenida a los refugiadosespañoles, porque la aportación de esas energías humanas viene a contribuir consu capacidad y esfuerzo al desarrollo y progreso de la nación."

México recibió a cerca de veinte mil trasterrados, y. si no logró entrar un númeromayor en ese momento, esto se debió a las restricciones impuestas por Francia ya las dificulta-des que enfrentaron los mismos españoles divididos.

El tesoro del "Vita" El doctor Negrín y su ministro de Hacienda, Francisco Méndez Aspe, tenían la

Page 108: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 108/226

idea de invertir en México cuantiosas sumas a través del Comité Técnico de Ayuda a los Refugiados y de la Institución Industrial y Agrícola. Estos fondosestaban constituidos por los recursos de las comisiones de compras de Londres yParís, un importante paquete de valores bursátiles de fácil realización, ycolecciones de monedas, joyas y tesoros artísticos concentrados en las

embajadas de España en Europa.Transferir esos valores a México no resultaba una empresa sencilla. Pararealizar la primera parte del proyecto, Méndez Aspe compró a nombre del filipinoMarino Gamboa, de nacionalidad norteamericana, el viejo yate Giralda de AlfonsoXIII; se le bautizó con el nombre de Vita y dentro del mayor sigilo, "burlando a lasautoridades o con su complicidad", se embarcó en él una parte del tesoro de laCaja de Reparaciones que primero se había depositado en el castillo de Figuerasy luego en Francia. [39]

Hasta la fecha no se sabe con exactitud en qué consistía ese tesoro. Amaro delRosal, funcionario de la Caja de Reparaciones, habla en especial de una colecciónnumismática, de una colección de antiguos relojes de oro, de las joyas de laCapilla Real, entre las cuales figuraba el famoso Clavo de Cristo, y  de otrosobjetos de arte "de valor incalculable" que debían ser devueltos a España cuandocesara el conflicto.

El Víta zarpó de El Havre y llegó a Veracruz, donde debían esperarlo, según loprevisto por el gobierno del doctor Negrín, el doctor José Puche y el señor JoaquínLozano, di-rectores del Comité Técnico de Ayuda de los Refugiados Es-pañoles;pero como estos funcionarios llegaron a México tardíamente por dificultadesajenas a su voluntad, al arribar el barco a Veracruz y no encontrarlos en el puerto,el capitán del Vita, José María Ordorica, miembro del Partido Socialista, se dirigióa Indalecio Prieto, que se encontraba casual-mente en México después deregresar de Chile adonde asistió como representante de España a la toma deposesión del presidente Aguirre Cerda.

Prieto, uno de los dirigentes del Partido Socialista Obrero Español, en una cartaescrita a su amigo Sebastián Miranda, veinte años después, escribía lo siguiente:"Yo salvé ese cargamento puesto que, no habiendo venido declarado, era materiade contrabando y justificaba su confiscación, que ya algún funcionario pretendía.La alta autoridad a que entonces recurrí dispuso que saltara sobre todos lostrámites aduanales y que el cargamento se desembarcara libremente, pero bajouna condición: la de que yo fuera el único responsable de su custodia e inversión.

 Acepté esa condición, que me resultaba abrumadora, y la acepté porque, en casocontrario, aquel cargamento muy valioso, pero no tanto como la fantasía dio endecir, se hubiera perdido para todos los españoles, para los de un bando y paralos de otro: para todos absolutamente. Semanas después planteé el caso a los expresidentes del gobierno republicano, don José Giral y don Augusto Barcia, y a losex ministros don Sebastián Pozas y don Félix Gordón Ordás, todos los cualesaprobaron una propuesta mía para poner todo lo desembarcado a disposición dela Diputación Permanente de las Cortes, que era, a nuestro juicio, la únicaautoridad subsistente del régimen derrocado." [40]

Prieto no salvó ese cargamento. Ya el general Cárdenas, cuando recibió lanoticia de que el Vita se hallaba en un puerto mexicano, había ordenado allicenciado Ignacio García Téllez, secretario de Gobernación, que se le custodiara

Page 109: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 109/226

adecuadamente. García Téllez me dijo textualmente acerca de su intervención:"Yo no recibí el tesoro del Vita; se metió sin anunciarse. El Presidente me dio

órdenes para entregarle el tesoro a Indalecio Prieto, y yo dije que se lo entregaríasiempre y cuando hiciera antes su inventario y su avalúo. Hablé con Prieto y medijo que era fácil llegar conmigo a un entendimiento, pero yo mandé que vigilaran

el cargamento. Prieto se quejó con el Presidente, alegando que yo desconocía lalegitimidad de la representación española y ofendía a la República. Una mañaname habló por teléfono el Presidente:

"—Señor licenciado, se han quejado de su proceder los re-presentantes de laRepública española y le ruego que venga a verme inmediatamente.

"Me extrañó mucho el tono de su voz porque siempre fue muy caballeroso ytuvo un perfecto control de sus nervios.

"Como yo siempre que aceptaba un cargo público tenía mi renuncia en blanco,llamé a una taquígrafa y redacté el informe del caso. Tan pronto me pasaron lavigilancia del Vita nombré al notario don Manuel Borja Soriano a fin de que éllevantara un acta pormenorizada de lo que contenía el barco. Me referí a miincidente con Prieto, y como mis disposiciones provocaron su queja, yo concluíaque presentaba mi renuncia para no crear ningún problema. Al cabo de un ratovolvió a hablarme el general Cárdenas:

"—¿Qué pasó con usted, señor licenciado?"—En este momento salgo para allá.

"Cuando llegué al Palacio Nacional, un ayudante me dijo que el Presidenteestaba con Prieto y que yo debía esperar, pero abrí la puerta y me metí aldespacho. Tan pronto como me vio, Prieto se escurrió al vecino salón turco, y elgeneral Cárdenas se levantó. Me habló en un tono cortante:

"--¿Qué ha pasado, señor licenciado?"Yo me dije: `Le entrego mi carta y me voy. Debo tener cuidado con las

palabras.' Le extendí la carta diciéndole: "—Tenga usted la bondad de leerla."A medida que iba leyendo, su mirada de reproche y de contrariedad fue

cambiando. Desapareció la dureza de su rostro y al terminar me miró conserenidad y casi de un modo cariñoso.

"—Rómpala usted, licenciado, y déme un abrazo. Ya no tendrá usted queintervenir para nada en el asunto. El general Núñez, jefe del Estado Mayor,mediará en la entrega.

"Negrín, durante una junta celebrada en Gobernación, de la cual se levantóacta, le había pedido a Prieto que organizara un programa de inversiones.Cárdenas había dicho: `Mexicanos, manos fuera del Vita', y dejó toda laresponsabilidad a los españoles. Mis notarios no intervinieron. No conocí el Vita yno se autorizó a nadie para intervenir en el manejo de las joyas. México teníacierta responsabilidad porque el barco estaba en aguas nacionales. Sus caudaleseran caudales salvados de una lucha y debían ser entregados a los que buscaronun refugio entre nosotros. Yo sólo había pensado en salva-guardar laresponsabilidad de México.

"Le diré que al comenzar este penoso incidente, un extraño le mostró a miseñora un terciopelo rojo con valiosas joyas y que mi esposa naturalmente lomandó salir de la casa.

"Después supe que Prieto había contratado algunos joyeros para desmontar 

Page 110: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 110/226

las joyas. Ocurrió una explosión y murieron algunos operarios. Con esas joyas sehicieron muchos negocios y de allí salió el banco Sacristán." [41]

Es posible que el Presidente, ante la ausencia de autoridades españolas,creyera en las razones de Prieto y le hubiera confiado la custodia del tesoro, peroya este solo hecho exime de toda responsabilidad al gobierno. Cárdenas ordenó

de un modo cortante que los mexicanos se abstuvieran de intervenir en eldelicado asunto y fueran los españoles los únicos que manejaran esos bienes.La culpabilidad, si es que hay alguna, recae íntegramente en Indalecio Prieto.

Éste, dueño del tesoro, maniobró hábil-mente para que la Comisión Permanentede las Cortes, reunida en París el 26 de julio de 1939, desconociera al gobiernode Negrín "y se hiciera cargo de los depósitos, custodia y control administrativode los fondos que tenga el gobierno situados fuera de España". La Comisiónconstituyó unos días más tarde la Junta de Ayuda a los Refugiados Españoles (JARE) cuya delegación en México presidió Prieto y funcionó no de acuerdo sinoen contra del Servicio de Evacuación de los Refugiados Españoles (SERE)fundado por Negrín.

Fue, ante todo, una maniobra política de Prieto, para derrocar a Negrín yprivarlo de sus recursos, que tuvo graves consecuencias. En primer lugar, el Vita no pudo realizar un segundo viaje a Francia según estaba previsto, lo que originóla pérdida de joyas muy valiosas; algunas cayeron en manos de los nazis, otrasse malbarataron por funcionarios inmorales y otras más logró recuperarlasFranco. Entre ellas la Virgen de Covadonga, cubierta de joyas, que se leapareció milagrosamente a Félix de Lequerica en la embajada de París y regresóa su "venerada" caverna. Por desgracia, otras imágenes —concretamente lamillonaria Virgen de Requena— se negaron a realizar un milagro semejante al dela "Santina" de los asturianos y desaparecieron tan misteriosamente comohabían aparecido.

En segundo lugar, y por una especie de venganza divina aplazada, sefundieron las colecciones numismáticas y los relojes, y se desmontaron joyashistóricas de gran valor, siguiéndose el ejemplo que habían dado los españolesdel siglo XVI con los tesoros del emperador Moctezuma.

En tercer lugar, no se llevó una administración escrupulosa de todas las joyastraídas en el Vita, lo que hace casi imposible su identificación o su rescate; y encuarto lugar, pero no en último, contribuyó a la división de los refugiados yfomentó preferencias, abusos y discordias vigentes hasta la fecha.

Por añadidura, es dable conjeturar que si Indalecio Prieto no se hubieraapoderado del Vita, el gobierno de Negrín habría logrado mitigar los sufrimientosde los refugiados y hacer que en lugar de 20 mil españoles vinieran a México los40 mil acordados en el principio.

Alcances de una emigración 

De cualquier modo y a pesar de este episodio novelesco, las previsiones delgeneral Cárdenas resultaron exactas en cuanto al alcance de la emigración. Losmexicanos no conocían bien a los españoles, aunque descendían de ellos. Los

Page 111: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 111/226

españoles que partían "a hacer la América" eran, según escribió Lucas Alamán,unos hombres excepcionales, como España no los volvería a tener. Venían aMéxico con su hatillo al hombro, recomendados a un pariente, y aquí llevaban unavida monacal durante muchos años hasta labrarse una fortuna propia o casarsecon la hija de su rico patrón.

Hacendados, mineros, comerciantes o prestamistas, acaparaban casi todas lasriquezas, pero al mismo tiempo dotaban monasterios, hospitales y casas debeneficencia, construían iglesias y palacios, y sus grandes fortunas las heredabansus hijos, los criollos mexicanos.

En una tierra de indios esclavos, era raro encontrarse un español pobre.Hombres trabajadores y sagaces —en contraste con sus descendientes—,reaccionarios y semianalfabetos, de una honradez peculiar, ellos fueron, durantesiglos, el nervio castellano que configuró y le dio su característica especial a laNueva España.

Contra los pésimos augurios de los mexicanos fascistas y de los españolesviejos residentes partidarios de Franco, el pueblo acogió con simpatía a los reciénllegados, desde su desembarco en Veracruz, seducidos por la entereza y el calor humano de su personalidad. No fue necesario el tesoro del Vita para que todosellos encontraran pronto su camino. Una generación de intelectuales renovó lafilosofía que se enseñaba en las universidades, se entregó a las ciencias,estableció colegios, escribió libros y los editó en sus propias editoriales. Losnumerosos profesionistas practicaron generosamente la medicina, la ingeniería yla arquitectura. Algunos trasterrados se dispersaron en los campos y otros —losmenos— lograron triunfar en los negocios. Todos supieron integrarse de un modoprofundo y entrañable a la vida mexicana, y si su contribución fue tan importante ybenéfica, lo fue más la aportación de sus numerosos y notables hijos, yamexicanos por la ley del arraigo natural.

Es así como, sin proponérselo específicamente, el general Cárdenas logróatraer una inmigración valiosa que otros gobernantes habían tratado sin éxito depromover en el pasado, demostrando que los españoles, siguiendo una tradiciónsecular, son para México los más afines y que una generosidad apartada decualquier objetivo material siempre da buenos resultados.

El general Cárdenas no se ocupó exclusivamente de los es-pañoles; abrió laspuertas de México a los que sufrían por sus ideas, sus convicciones o su raza.Lograron venir algunos escritores — Anna Seghers, Katz, Egon Erwin Kisch, Víctor Serge— y muchos judíos o víctimas del nazismo que hicieron del país el asilo delos perseguidos en una época particularmente aciaga para la libertad del hombre.

La negra noche infernal 

El 9 de enero de 1937 entraba a las aguas terrosas del Pánuco el barconoruego Ruth, un petrolero más entre los muchos que se veían anclados enmedio del río o atracados a los muelles y a nadie llamó la atención, pero enrealidad se trataba de un barco-prisión que llevaba a León Davidovich Bronstein—Trotsky— y a su mujer Natalia Sedova, carga verdadera-mente explosiva

Page 112: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 112/226

según había de revelarse posteriormente. A bordo se había originado una disputa. Los dos exiliados, no viendo a sus

amigos en el muelle, se negaban a desembarcar porque temían una celada, y lapolicía noruega, encargada de su custodia, se empeñaba en hacerlos bajar por lafuerza, cuando una lancha atracó al costado del Ruth y subió un general que a

nombre del presidente de la República les dio la bienvenida.Trotsky se tranquilizó. En tierra los estaban aguardando dos trotskistasnorteamericanos y la pintora Frida Kahlo, es-posa de su anfitrión el famoso pintor Diego Rivera. Juntos, tomaron un tren especial —enviado por el propio Presiden-te— que los aguardaba con una escolta armada. "Por nuestras mentes —escribiómás tarde Natalia evocando los episodios de la llegada— cruzó la idea de que talvez nos llevaban a otro lugar de cautiverio", y ya esta aprensión, enteramenteinfundada, revela el estado de ánimo de los desterrados.

La misma Noruega liberal había expulsado a Trotsky y en ese momento todoslos países, incluso los Estados Unidos, sobreponían su interés político al menor impulso humanitario y le negaban asilo al nuevo judío errante. Se temía a Stalino se le consideraba el representante del socialismo victorioso en un gran país, yestos sentimientos, recrudecidos por el nazismo y la inminencia de la guerra, leconferían a Trotsky una naturaleza demoníaca o totalmente indeseable.

Entraba por la puerta colonial de México, "un país que —como le habíaadvertido poco antes su hijo Liova, muerto ante el acoso de la PU — goza de tanmala reputación debido a su vida política llena de hechos sangrientos que allí sealquila un asesino por unos cuantos dólares".

El poeta Maiakovski —se suicidaría incapaz de resistir la tiranía stalinista— durante un viaje a México en 1925 había descrito en tono festivo la forma en quelos generales rivales se despachaban al otro mundo en el desayuno, diciéndosecon lágrimas en los ojos: "Bebe, bebe, es la última taza de café que tomas en tuvida."

Y había algo de verdad en la caricatura de Maiakovski. La gente se mataba a laluz del día, por  vendettas, por salvajismo, por el poder o por las razones quetienen los pueblos colonizados para liquidarse entre sí; pero estos asesinatospintorescos no guardaban, tal vez a causa de su inconsciencia primitiva, ningunarelación con la crueldad fría y sistemática de un Hitler o de un Stalin. Europainiciaba el mayor baño de sangre de la historia, y a su lado nuestros fusilamientosy nuestros duelos a pistoletazos eran juegos de niños o meros episodios de laspelículas del Oeste. El juez y el verdugo de los pequeños países brutalizados seejercitaban en la matanza general bombardeando las ciudades españolas, yTrotsky, perseguido y sin patria, era una de las principales víctimas deltotalitarismo.

El presidente Cárdenas le concedió asilo, a petición de Diego Rivera y delgeneral Mújica, por simples razones humanitarias y sabiendo de antemano que supresencia en México habría de causarle dificultades y problemas.

Trotsky, de ser el arquitecto del ejército rojo —el profeta armado— habíapasado a figurar, primero, como el modelo del profeta desarmado, y luego delprofeta exiliado. Muerto Lenin, él representaba la conciencia moral de la revoluciónsocialista, pero el derrumbe de los valores europeos y la terrible confusión quereinaba en vísperas de la segunda Guerra Mundial lo convertían en una figura

Page 113: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 113/226

ambigua y contradictoria. Los partidos comunistas del mundo, los obreros ymuchos de los más grandes escritores e intelectuales confiaban aún en el papelrenovador de la Unión Soviética frente al nazismo. Ante este hecho políticodecisivo, un hombre aislado que se erigía en juez de los métodos policiacos yburocráticos de Stalin, encubiertos por la propaganda, no merecía ningún crédito;

se le juzgaba un enemigo del pueblo, un traidor al socialismo, y ni siquiera lasbrutales purgas del 38 o el pacto germano-soviético lograron justificarlo. Susescasos partidarios lo dejaron casi solo, el único hombre capaz de darle toda suimportancia, el propio Stalin, decidió silenciarlo con los métodos que el mismoTrotsky denunciaba sin cesar.

Cárdenas no se dejó intimidar. Defendió su derecho a protegerlo, con eldisgusto consiguiente de la Unión Soviética y de sus aliados mexicanos, y secuidó mucho de no hacer nada que pudiera justificar la acusación de que susexpropiaciones contra los inversionistas británicos y norteamericanos obedecíana la instigación de Trotsky.

 Ahora Trotsky vivía lo que él mismo llamó la "negra noche infernal". Todos lossuyos, los que habían hecho con él la Revolución, habían desaparecido ante losojos del mundo: unos, oscura y valerosamente; otros, acusándose de traiciones ycrímenes imaginados por Vishinsky, el fiscal de la Unión Soviética. Los generalesy los oficiales del ejército creado por él también habían sido liquidados en masa—lo cual había de pagarlo el pueblo soviético a un costo inaudito de vidas y desacrificios— y sus últimos partidarios, los mediocres trotskistas norteamericanos,se alejaban de él por discrepancias ideológicas bizantinas.

Su casa de Coyoacán era y sigue siendo una fortaleza de bolsillo, totalmenteinadecuada a pesar de sus torreones, de sus rejas, de sus alambradas eléctricasy de sus guardias. Trotsky no estaba hecho para la reclusión. Él se crecía y dabalo mejor de su extraordinaria naturaleza a la hora del mayor peligro, en lossoviets, en la calle, en los cuarteles y sindica-tos, arrastrando a los obreros y alos marinos para asestar el último golpe al gobierno de Kerenski o improvisandoejércitos que aniquilaban a los blancos, y esta vez, en lugar de emprender acciones fulgurantes, se veía obligado a defenderse de los grotescos cargosestalinistas, a escribir alegatos que muy pocos leían y a ocupar sus ratos de ocioatesorando cactos o limpiando sus conejeras, sabiéndose emplazado.

El presidente Cárdenas trataba de protegerlo, manteniendo un permanentegrupo de policías frente a su casa y apaciguando los furores de la CTM y delPartido Comunista, sin saber exactamente en qué podía consistir la magnitud ola efectividad de las amenazas de Stalin, convertido en una de las claves delpróximo conflicto.

 A las 4 de la madrugada del 23 de mayo de 1940, estando dormido Trotsky, lodespertó una andanada de tiros. Los tiros llovían adentro de su recámara, y élhizo lo único que podía hacer: echarse debajo de la cama y esperar. En el patiose escuchó la voz de su nieto, que gritaba: "!Abuelo!", y la negra noche infernalcobró de pronto una forma precisa: el jefe del ejército rojo se salvó esta veztirándose al suelo en un acto instintivo, casi elemental.

Lo que había ocurrido era muy sencillo, según había de descubrirse más tarde.El pintor comunista David Alfaro Siqueiros llegó al frente de veinte hombresvestidos con uniformes; después de amordazar a los policías del gobierno,

Page 114: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 114/226

llamaron a la puerta de la casa y les abrió Robert Shelton Harte, el guardia interior de turno. Sorprendieron a los guardaespaldas y durante veinte minutos dispararonametralladoras, lanzaron, bombas e incendiaron el cuarto donde dormía el nieto.Luego huyeron tranquilamente en dos autos de Trotsky que permanecían en elgarage con las llaves puestas, llevándose a Shelton.

León Davidovich, su mujer y su nieto escaparon de aquella fusilata a quemaropa sin recibir un rasguño. Por lo general la policía no cree en los milagros y alencontrarse el coronel Sánchez Salazar, jefe del Servicio Secreto, con un Trotskysonriente y de aire agudo y penetrante, un tanto mefistofélico, sospechó que setrataba de un autoasalto.

En el jardín, Sánchez Salazar le preguntó a Trotsky si sospechaba de alguiencomo autor del atentado.

—Sí; ¡cómo no! —exclamó rápido y en tono de convicción—. Venga..."Me puso el brazo derecho sobre el hombro —dice Sánchez Salazar — y me

condujo pausadamente hacia las conejeras... se detuvo, lanzó una miradacircular como para con-vencerse de que estábamos solos, y al oído, poniendosu mano derecha cerca de la boca, como sí quisiera hacer más directa suconfidencia, me dijo con voz queda y una convicción pro-funda:

"—El autor del atentado es José Stalin, por medio de su GPU." [42]Shelton apareció muerto en un bosque y Siqueiros fue encarcelado. Nada se

aclaró porque los asesinos frustrados guardaron silencio y nunca puede probarseen un drama de pro-porciones cósmicas de dónde parten las órdenes quedestruyen las vidas y las reputaciones de los hombres. Stalin y Hitler se habíanconvertido en dioses y Trotsky fue la víctima más sobresaliente de esa totalidadde poder.

Ciertas mañanas, al levantarse, le decía a Natasha:---¿Ya ves? Anoche no nos mataron, después de todo, y todavía te quejas.

En dos ocasiones comentó:—Sí, Natasha, nos han concedido una prórroga.

El asalto demostró que las troneras, los guardias o las alambradas de la"prisión medieval" eran inútiles. La GPU entre tanto ya tenía un plan en marchapara aniquilarlo. El español Ramón Mercader, que se hacía llamar Jackson oJacques Mornard, amante de Sylvia Ageloff, secretaria de Trotsky, ya habíaentrado a la casa con el pretexto de mostrarle ciertos artículos escritos endefensa de la doctrina trotskista y aguar-daba su momento. Éste llegó la tarde del20 de agosto de 1940. Mornard se presentó, lívido y sediento, con sombrero ycerrando convulsivamente el abrigo sobre su cuerpo. Su aspecto descompuesto,el hecho de que llevara abrigo en un día caluroso y el de que entrara solo alestudio de Trotsky, con el sombrero puesto, hicieron pensar a León Davidovichque ese hombre desconocido podía matarlo. Sin embargo el mecanismo estabaen marcha y nadie era capaz de detenerlo. Mientras el viejo, sentado en su mesa,leía la primera cuartilla —unos dos larguísimos minutos—, Mornard, colocadodetrás de él, levantó el piolet que llevaba oculto bajo el abrigo y cerrando los ojoslo descargó con todas sus fuerzas sobre la cabeza inclinada y sin defensa deTrotsky.

El golpe hubiera aniquilado a un toro. Penetró en el cerebro siete centímetros,destruyendo el parietal derecho, y así, herido de muerte, Trotsky lanzó un grito

Page 115: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 115/226

terrible. Con la cara bañada en sangre le arrojó al asesino el tintero, los libros, eldictáfono, y luchando salvajemente le mordió una mano arrebatándole el piolet.

No cayó. Al entrar su mujer preguntando: "¿Qué pasa?", respondió: "Jackson",y ya tendido exclamó: "Natasha, te amo. Hay que alejar a Liova —el nieto— detodo esto. ¿Sabes? Allí, sentí, comprendí lo que quería hacer... Me quiso...

Todavía una vez... Pero yo se lo impedí." [43]Hasta el fin luchó. Stalin no lo aniquilaba de un golpe. El joven y fuerte Mornard,ejercitado en el oficio de matar, había pensado aniquilarlo allí mismo y salir impune de la casa, sin contar que se enfrentaba a una energía sobrehumana. Elverdugo, ante el viejo golpeado en la parte más noble de su naturaleza,representaba al burócrata aterrorizado, y la víctima se mantenía de pie,encarnando el valor moral de los grandes revolucionarios.

 A las 12 de la noche del 21 de agosto, el general Cárdenas escribió en susApuntes: 

"24 horas. Hoy falleció el C. León Trotsky a consecuencia de la agresión quesufrió ayer por Jacques Mornard, de nacionalidad belga, que en calidad de amigolo venía visitando.

"La agresión la hizo con una pequeña hacha, en momentos en queconversaban solos en la propia habitación de Trotsky, ubicada en Coyoacán.

"Mornard resulta un fanático al servicio de los enemigos de Trotsky, que llegódel extranjero hace seis meses. Cuenta 28 años de edad.

"El C. Diego Rivera gestionó la autorización para que Trotsky radicara aquí,ante la negativa de otros países de concederle asilo.

"Las causas o ideales de los pueblos no se extinguen con la muerte de suslíderes, sino, antes bien, se afirman más con la sangre de las víctimas inmoladasen aras de las propias causas.

"La sangre de Trotsky será un fertilizante en los corazones de su patria." [44]Lombardo Toledano, 24 años después, cuando Mercader había salido de la

prisión, les dijo a los Wilkie: "Para mí no hay ninguna duda de que León Trotskyera un aliado de la Alemania nazi y no un aliado de la corriente antifascista delmundo." [45]

Cómo contrasta en verdad el pronto juicio de un Presiden-te no marxista sobrela personalidad de Trotsky y el tardío de un hombre que se decía profundoconocedor del marxismo y de la historia contemporánea mundial.

ELECCIONES DE 1940 EL SEXENIO del general Cárdenas estuvo bajo el fuego de innumerablesenemigos que surgían de todos los rincones. Fuera de los "camisas doradas",entre 1935 y 1938 se integraron la Confederación de la Clase Media, AcciónCívica Nacional, el Partido Antirreeleccionista, el Comité Nacional Pro Raza, laUnión de Comerciantes Mexicanos, la Juventud Nacionalista Mexicana, el PartidoCívico de la Clase Media, el Partido Socialista Demócrata, el Frente deComerciantes y Empleados del Distrito Federal, la Liga de Defensa Mercantil y

Page 116: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 116/226

hasta la Unión Nacional de Veteranos de la Revolución.Encabezaba esta constelación de asociaciones la Confederación Patronal de la

República Mexicana, cuyos ingresos venían de Monterrey, de las compañíaspetroleras y de Euro-pa. [46]

En parte, la proliferación de partidos y de acciones era la respuesta a la política

revolucionaria del general Cárdenas, y en parte también, fue la consecuencia delfascismo y del nazismo imperantes antes de la segunda Guerra Mundial.Sin embargo, al aproximarse el periodo de las elecciones, las fuerzas de la

oposición crecieron desmesuradamente. Antiguos miembros de la "familiarevolucionaria" —numerosos carrancistas, delahuertistas y callistas—,disgustados por la doctrina del partido oficial, fundaron no menos de una docenade partidos a los que distinguía su carácter antirrevolucionario, ultranacionalista yanticomunista que precisó y aun exacerbó la guerra española, en la que elgobierno había tomado el partido de la República y la derecha radical —civil oreligiosa— el del franquismo.

El Partido de Acción Nacional era el mejor organizado. Su jefe, Manuel GómezMorín, abogado y banquero de renombre, hombre de gran inteligencia y probidadpersonal, católico militante, franquista, enemigo del comunismo y del centralismoestatal; logró atraerse a un grupo de la alta burguesía y de la clase media, si bien,en ese momento, sus ideas imprecisas y la tibieza del grupo no alcanzaronresonancia.

 A fines de 1939, Gómez Morín precisó los objetivos de su partido de estemodo: "Debemos reemplazar la carrera a ciegas del país hacia lo desconocido,con una orientación bien definida y precisa..., establecer un Estado bien ordenadocon una jerarquía y un gobierno capaz de reconocer el bien general. Debemosbuscar y profundizar la dignidad de la persona y asegurarle los medios quesatisfagan sus fines materiales y espirituales."

En realidad, a estos opositores, analfabetos o ilustrados, el general Cárdenasles había arrebatado sus banderas. El mismo Gómez Morín era un especialistacapaz de valorar la obra económica y social del gobierno, y contra esa obra nolograba oponer argumentos convincentes. El solo hecho de haber des-poseído alos poderosos y elevado a los humildes se hallaba dentro de la más pura tradicióncristiana, y este carácter era el que se mostraba a un pueblo, todavía miserable,como la obra reprobable del comunismo y de la negación de Dios.

Quedaban además, con los restos del escobarismo y del callismo, otrosmuchos desplazados enemigos de la obra cardenista. A principios del 39, Soto yGama, Emilio Madero, Gilberto Valenzuela, Ramón Iturbe, Héctor López, el Dr. Atly Marcelo Caraveo, todos ellos generales o civiles que habían figurado de algúnmodo en la Revolución, constituyeron el Comité Revolucionario para laReconstrucción Nacional.

Su programa, expuesto por Albert L. Michaels, decía resumir a grandes rasgoslos agravios de amplios sectores del pueblo mexicano y sus deseos de disfrutar una vida más pacífica. Exigían también la desaparición de la lucha de clases —ha-blando de armonizar los intereses legítimos de todos—, del gobierno de unsolo partido y de la educación socialista, y pedían la titulación de las tierrasejidales. [47]

La exigencia de respetar la Constitución se la dirigían a un gobierno que había

Page 117: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 117/226

tenido el valor de hacer efectivos sus principales artículos, considerados comoutópicos hasta 1934. El reparto de tierras y la protección a los obreros habíanprovocado la cólera de los intereses afectados y por consiguiente un estado deagitación propio de todo acto revolucionario. La paz, es decir, la cesación de lalucha, suponía la vuelta a la paz de la dictadura, que paradójicamente traería

consigo la pretendida "armonía de los intereses legítimos de todas las clasessociales".Este propósito de paz y de conciliación habría de ser no sólo la base de la

política de unidad nacional seguida por el general Ávila Camacho, el triunfador dela contienda electoral, sino la de los cuatro gobiernos posteriores. Armonizar  —fea palabra que hemos oído reiteradamente— suponía y supone dejar a laspalomas frente a los halcones, porque, en un país afrentosamente desigual,cualquier intento de conciliación debía aprovecharlo la gran burguesía financiera ycomercial para alcanzar su actual predominio.

Otorgar a los campesinos los títulos de sus tierras, demanda aparentementelegítima, encubría el propósito de destruir los ejidos colectivos, la única defensadel campesino, según había de demostrarse trágicamente años después, y por loque hace a la reforma del artículo  tercero, constituía una simple arma depropaganda, ya que la educación socialista nunca significó el menor peligro parala "unidad" y la "pureza" de la familia mexicana.

El 7 de marzo, el general Joaquín Amaro, a quien se removió de su cargo dedirector de Educación Militar en la escisión Calles-Cárdenas, atacó violentamenteal gobierno, acusándolo de "fomentar ideologías extrañas y a corruptos líderesobreros". Hablaba de nepotismo, de corrupción y de que las expropiacionesrealizadas habían sido empleadas "en muchas ocasiones para satisfacer vanidades personales y demandas sectarias de grupos que gozan dedisposiciones favorables del gobierno, sin estar basadas en razones verdaderasde interés público".

El criterio de Amaro sobre la expropiación petrolera demuestra hasta qué gradola amargura, la ambición y la carencia de ideología habían transformado a ungrupo de militares actores de la vieja Revolución. Desde luego, la súbitaresurrección de Amaro le costó su entierro político definitivo. La Cámara deDiputados ordenó una investigación sobre el papel que había desempeñado enlos asesinatos de Gómez-Serrano, y el antiguo organizador del ejércitoenmudeció para siempre sin intentar siquiera su defensa.

El sinarquismo 

La iglesia, por su parte, no había olvidado las lecciones de la "cristiada". Los tresaños comprendidos entre 1927 y 1929 se consideraban una página gloriosa, unaespecie de santa cruzada librada por los campesinos inocentes contra losdemonios enemigos de Dios. La alta jerarquía eclesiástica, obediente a lasórdenes del Papa, no quería desatar otra guerra abierta demasiado costosa eimprevisible ni tampoco deseaba defraudar a los millares de católicos queexigían una acción violenta para combatir la educación socialista.

Page 118: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 118/226

De este modo se creó, a fines de 1934, la Base, un cuerpo de consejeros yasesores laicos de probada fidelidad, dirigidos por el alto clero a través de un

 jesuita partidario de la desobediencia.Sólo la iglesia mediante su disciplina y sus ramificaciones nacionales podía

organizar a los católicos disidentes de todo el país y enfrentarlos, llegado el caso,

al poder del gobierno. Centenares de jóvenes fanáticos agrupaban en células alos padres de familia, a los estudiantes, a los trabajadores y a los campesinos. LaBase trabajaba secreta y eficazmente, al parecer de un modo autónomo, y logrómultiplicar el número de sus adeptos sin que a pesar de su extensión sedescubrieran sus conexiones con el clero.

El arzobispo Ruiz y Flores había recomendado que el movimiento no emplearala violencia "a menos que tuviera la certeza de pisar un terreno firme", pero eseterreno se hacía cada vez más resbaladizo y comprometedor. Centenares desacerdotes, sobre todo del centro de México, incapaces de tolerar la presenciade las misiones culturales cardenistas, azuzaban a los fieles en contra suya, y seregistraban frecuentes zafarranchos, en los que se agredía de un modo muypoco cristiano a los maestros.

El 29 de mayo de 1936, en Irapuato, se registró uno de es-tos encuentros. A lasalida de misa, los devotos atacaron a la misión al grito de "¡Abajo el agrarismo!" acuchilladas, pedradas y tiros, algunos disparados desde la misma iglesia. Lossoldados rechazaron la agresión después de veinte minutos de lucha, en la quemurieron dieciocho personas y catorce resultaron heridas.

Cárdenas entró al día siguiente en la iglesia, y ante dos sacerdotes aterrados,hizo responsables de la matanza al clero, a los industriales y principalmente a loshacendados del Bajío.

El Bajío, próspera región agrícola que comprende parte de los estados deGuanajuato, Jalisco, Michoacán y Querétaro, se conceptuaba como el granero deMéxico. Pero su prosperidad, según era el caso en México, estaba pésimamentedistribuida, monopolizada por un grupo de hacendados criollos, chapados a laantigua y seguidos por una multitud de peones y de muy pequeños propietarios,éstos criollos también, que consideraban un robo el reparto de tierras. Dominadospor un clero feudal, aliado a los hacendados, estos campesinos miserables yanalfabetos habían constituido el núcleo de los cristeros, y ante la aceleración dela reforma agraria y de la educación socialista, ardían en deseos de tomar nuevamente las armas.

La política cardenista, por lo tanto, tenía de enemigos en el Bajío a loshacendados, a los campesinos y a una pequeña porción de los industrialesradicados en la ciudad de León. Con semejantes antecedentes, no era pues deextrañar que el 23 de mayo de 1937, precisamente en León, naciera la UniónNacional Sinarquista, organización paramilitar formada por jóvenes profesionistas,hijos de hacendados y pequeños burgueses.

La Unión se hizo pronto un gigante. En 1938 tenía 10 mil afiliados; 30 mil en1939, y 200 mil en 1940. El crecimiento espectacular del sinarquismo se debió alas condiciones propias del Bajío y a la personalidad de su jefe, Salvador Abascal,antiguo seminarista devorado por la pasión religiosa, amante de la Edad Media yde implantar en México una teocracia, que acostumbraba decir: "Después de miamor por la Iglesia y por mi patria que tanto he cultivado y amado, está mi odio por 

Page 119: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 119/226

las leyes yancófilas, masónicas, anticatólicas y antimexicanas de Benito Juárez."En apariencia, los sinarquistas seguían el modelo fascista: se vestían de

uniforme —los pocos que tenían dinero para comprarlo—, saludaban con la manoextendida y se hallaban organizados en cuadros, centurias y compañías queobedecían disciplinadamente las órdenes de jefes locales, subordinados a los

 jefes nacionales, quienes a su vez acataban sin discutir las órdenes delmandatario supremo Salvador Abascal. A esta especie de führer, al que losgobiernistas llamaban "el Führer  con guaraches", le repugnaba el ateísmo deHitler, si bien lo consideraba un instrumento de la Providencia para destruir a laUnión Soviética y a los Estados Unidos, los principales enemigos de México, y encambio admiraba y seguía el ejemplo falangista español, mucho más afín a suraza y a su fanatismo. A José Antonio Urquiza, otro de los fundadores delsinarquismo, muerto posteriormente en una riña con uno de sus aparceros, se lecomparaba a José Antonio Primo de Rivera y también se le decía "El Ausente".El ideario sinarquista pretendía formar una sociedad corporativa al estilomedieval, en la que todo estuviese bien reglamentado y todo se mantuviera en sulugar. En dicha sociedad se abolía al individualismo, teóricamente, y cadapersona funcionaba "como una simple célula en un cuerpo humano, sin ningunaidentidad propia". Sus objetivos no diferían mucho de los objetivos cristeros.

 Abascal escribía: "No existe autoridad alguna que no proceda de Dios... por lotanto, el orden social debe subordinarse a la instrucción moral y dogmática de laIglesia. . . Es necesario que Cristo gobierne en las leyes, en los palacios degobierno, en los hogares, en las escuelas, en los medios de difusión de ideas:libros, periódicos, cines, radio; en el vestir, en la calle, en los comercios, en lasfábricas y en el campo..." [48] Deseaba implantar el reino de Cristo en México yrecristianizar el poder. "Cuan-do te pregunten qué es la revolución —adoctrinabasu periódico--, responde: anarquía. ¿Qué es el cristianismo?: lacontrarrevolución."

El sinarquismo suponía que la contrarrevolución intentaba combatir sin armas,sólo con el peso de sus falanges y con su fe en Cristo y en la victoria del biensobre el mal. Su influencia en una multitud de pueblos y pequeñas ciudades eracasi absoluta. De pronto, millares de hombres y mujeres se veían caminando por las calles, hacia la plaza, para celebrar ahí un mitin, plagado de tediososdiscursos, y des-aparecer a una señal, sin dejar la menor huella de su paso. Elgobierno no tenía nada que oponer a estas manifestaciones mientras fueranpacíficas.

 Abascal establecía centros en Guanajuato y otros lugares, incluso entre losmexicanos residentes en los Estados Unidos. En el mes de mayo de 1938 semovilizó a Tabasco, considerado como la fortaleza del anticatolicismo nacional, ymarchó desafiante a la cabeza de una manifestación en Villahermosa. Se produjouna masacre que motivó airadas protestas y la intervención del Presidente, quienexigió a las autoridades que respetaran a los sinarquistas y suavizaran sus leyesrepresivas.

"Después de esta marcha —escribió Abascal— cambié de opinión respecto a laley del talión que antes defendía... Era necesario aceptar unos cuantos mártiresmuertos y no tomar represalias, porque al primer indicio de violencia Cárdenashubiese ordenado la disolución inmediata del sinarquismo, lo cual hubiese

Page 120: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 120/226

eliminado permanentemente la organización, ya que aún estaba en pañales y nose arraigaba en el corazón del pueblo." [49]

Es decir, que el crecimiento de la Unión era proporcional al crecimiento de losmártires, y Abascal no vaciló en fabricarlos dentro de su nueva concepción de lalucha: en 1939 se levantó una cosecha de 17 mártires y en 1940 ascendió a 38, lo

que asimismo originó el esperado crecimiento explosivo del número departidarios.

El sinarquismo parece una página arrancada de la Serpiente emplumada deLawrence. Un pueblo religioso marcado por el estigma de la esclavitud sólo ve lasalvación en un profeta, en un místico que le anuncia la entronización del reinode Cristo, y ese profeta era Abascal, acompañado de su cortejo de mártires. Elsacrificio debería fundar el augusto orden de los papas medievales,desaparecería la autoridad espuria de Cárdenas, el ateo, el perseguidor de lareligión, y se establecería la autoridad del verdadero Dios.

Por supuesto, el gobierno tuvo también sus mártires. Los Weyl calculan queno menos de 300 maestros fueron desorejados, asesinados o literalmentequemados vivos al estilo de la Edad Media. El clero no podía dejarse arrebatar impunemente a los campesinos que constituían su reducto tradicional y dio labatalla ya no frontalmente sino en forma ambigua y de un modo vergonzante.Los sinarquistas rebasaron el control de la Base y se transformaron en unaenorme fuerza potencial, que no logró ninguno de sus objetivos por-quevoluntariamente rechazó la posibilidad de llevar su lucha al terreno político o alde las armas.

El sistema de hacerse propaganda mediante la resistencia pasiva o la creación deun martirologio, se reveló impotente ante la organización de los obreros y de loscampesinos de otras regiones. Sus ideas, demasiado viejas en relación a las ideasde la nueva revolución, estaban destinadas al fracaso. A los hacendados no lesinteresaba la erección de una teocracia, sino la devolución de sus tierras, y a losempresarios les preocupaba el avance del socialismo y no la vuelta a los papasmedievales; unos y otros, siguiendo la conducta de la Iglesia, preferían provocar yfinanciar desde las sombras a declarar una guerra abierta, y nunca fueron capacesde unirse o de representar algún peligro serio al gobierno de Cárdenas, pero yaesta proliferación de grupos y de organismos ligados a las derechas radicales,civiles o religiosas, demuestra que el gobierno suscitó una intensa lucha de clasesy que dentro de esta lucha existió un fondo místico y feudal, propio de la realidadmexicana. Los campesinos del Bajío protegían a sus patrones los hacendados,como si éstos formaran parte del ansiado reino de Cristo, y algunos obreros sedecían partidarios de los industriales de Monterrey.

Los sinarquistas, a pesar de su ultranacionalismo, manifestaron un desdénsoberano hacia el antiimperialismo de Cárdenas que culminó en la expropiaciónpetrolera. Marginados de la historia, estos dirigentes patéticos de campesinosmiserables no entendieron el profundo significado de la reforma agraria ni de laeducación cardenista encaminada a liberarlos de sus viejas servidumbres. Comosu reino no era de este mundo, permanecieron voluntariamente fuera de larebelión de Cedillo y de las elecciones de 1940, y aunque lograron sobrevivir algobierno de Cárdenas, finalmente los derrotó la moderación del presidente Ávila

Page 121: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 121/226

Camacho, quien en septiembre de 1940 declaró enfáticamente que él eracreyente, y después, ya en la presidencia, trató de volver al statu quo anterior alcardenismo, incluso modificando el conflictivo artículo 3º de la Constitución.

 Ante el cambio operado, la Iglesia consideró que sus valerosos cruzados, tanútiles durante el sexenio de Cárdenas, eran ya un estorbo y maniobró para

remplazar a Salvador Abascal por un líder menos intolerante. Abascal renunció yquiso fundar una colonia sinarquista en la Baja California, pero fracasó. Luegosobrevino el cisma inevitable. El gobierno dejó de ser el enemigo y los tiros delintransigente Abascal se dirigieron contra sus moderados sucesores. En medio deamargos reproches, la otrora poderosa Unión se fue debilitando hastadesvanecerse. Terminada la acción revolucionaria, la derecha radical católicaperdió su razón de ser.

Creación del PRM El mismo mes de la expropiación, el Partido Nacional Revolucionario (PNR) se

convirtió en el Partido de la Revolución Mexicana (PRM), el cual habría deconstituir el arma adecua-da para nacionalizar el resto de las grandes industrias yestablecer una democracia de trabajadores que originara a su vez un futurorégimen socialista.

El partido oficial había sido en la práctica el brazo político del Ejecutivo y elfactor decisivo de todo proceso electoral, pero un partido así constituido, en unpaís ajeno a la democracia, representaba no sólo la posibilidad de conciliar lasfuerzas divergentes dentro del régimen, sino la de generar y acelerar el cambiorevolucionario. Su subordinación al Presidente, con los sectores que lo integraban,esta vez reforzados por el ejército y los sectores populares, reflejaba con fidelidadla relación de fuerzas existentes y el criterio político del general Cárdenas.

Éste en ningún momento dejó de ejercer un control efectivo sobre el aparato delpartido oficial, que de un modo realista llenaba el vacío democrático creando supropia y peculiar democracia. Tal vez en un país subdesarrollado, don-de selibraba una lucha de vida o muerte contra el imperialismo, el feudalismo y elcaudillismo, no había otra alternativa que la de aplicar un sufragio cuestionable, almenos una cierta democracia, en la que los campesinos, los obreros, los militaresy los sectores populares estuvieran representados adecuadamente en los cargosde elección popular.

De cualquier modo, el partido oficial, igual que todo el aparato jurídico yadministrativo, debía ser o agente activo del cambio revolucionario, como lo fuesobre todo en el periodo de Cárdenas, o agente disimulado de los intereses de la

burguesía ascendente, como lo sería los tres decenios siguientes.En el momento posterior a la expropiación, el partido oficial debía reforzar sucohesión y presentar un frente unido ante la oposición de las fuerzasreaccionarias, internas y ex-ternas, que se movían agrupándose ostensiblementeen torno a Cedillo.

Surge el verdadero opositor 

Page 122: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 122/226

La oposición, si bien carecía de fuerza real, era extensa e importante.Desaparecido Cedillo, no existía ninguna  figura capaz de unificarla, hasta que elgeneral Juan Andrew Almazán, jefe de la Zona Militar de Nuevo León, se postulócomo candidato a la disputada presidencia.

La carrera de Almazán fue la de un clásico oportunista. Partidario de Victoriano

Huerta y de Félix Díaz, maderista de algún modo y antimaderista, zapatista yantizapatista, conoció la cárcel y el exilio, pero su inteligencia y energía lo hicierondestacarse desde muy joven y sobreponerse a sus graves errores y a lasvicisitudes de la guerra. En 1939 sus hazañas de general habían sido oscurecidaspor sus hazañas empresariales y llegó a ser uno de los hombres más ricos deMéxico.

Don Jesús Silva Herzog, en sus Memorias, elabora la sugestiva teoría de que laestabilidad política de México —ya visible a partir del gobierno cardenista— sedebió a tres factores. Primero, a las docenas de generales que fueron fusila-dosdesde la época de Carranza; segundo, a que los gobiernos decidieron enriquecer a los generales sobrevivientes —manera efectiva de desarmarlos—, y tercero, a lacreación del partido oficial, en cuyo seno podían dirimirse y canalizarse las pugnasde las facciones rivales. Almazán pertenecía al número de los generales muertosmoralmente. Sin embargo, a la reacción en México no parece importarle muchoque sus caudillos sean asesinos o ladrones, ni tampoco los intereses supremos dela nación, siempre y cuando el caudillo de turno defienda sus interesespersonales.

Existían por lo demás, ya muy visibles, signos de un gran descontento entre laclase media, la nueva y la vieja burguesía, e incluso entre el clero, los hacendadosdesplazados y grandes núcleos campesinos, y este descontento, como eta deesperar, buscaba un apoyo en Andrew Almazán como unos meses antes lo habíabuscado en Saturnino Cedillo.

El 28 de julio de 1939, Almazán publicó un manifiesto en que resumíacautelosamente un programa político que no podía ser de izquierda ni de derecha.Habló de crear pequeñas granjas de propiedad privada, de liberar a los obreros desus líderes, de iniciar una gran cooperación con los Estados Unidos; condenótanto la obra demagógica de los maestros rurales como las huelgas de carácter político; prometió ventajas a los militares, y afirmó que arrancaría las cabezas dela hidra que sofocaba a la República.

La plana mayor del almazanismo estaba formada por lo que el pueblo habíallamado los "cartuchos quemados", es decir, los despojos de balas que habíandetonado mucho tiempo atrás. Figuraban: como un fósil del maderismo, EmilioMadero, hermano del "Apóstol", un oscuro intrigante llamado León Osorio, elmediocre general Ramón Iturbe, el ambicioso intrigante Bernardino Mena Brito,algunos de ellos fundado-res del Comité Revolucionario para la ReconstrucciónNacional, y a fin de justificar el título de "Heredero del Manto de Zapata" que sehabía dado a sí mismo Almazán, militaban en sus filas Antonio Díaz Soto y Gamay varios hijos de Emiliano Zapata. Todos ellos eran sombras de un pasado yaextinto. Soto y Gama, el principal orador y el ideólogo de Almazán, se dirigía a losmexicanos diciéndoles que elegían entre Almazán y Dios o la URSS, como si

 Almazán y Dios fueran la misma persona o el apacible burgués don Manuel ÁvilaCamacho el representante del diablo o de un gobierno considerado por lo menos

Page 123: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 123/226

como la antesala del infierno.

El sector del gobierno 

Del lado del gobierno y del partido oficial, la situación era confusa y amigos oenemigos sólo estaban seguros de dos hechos: el Presidente rechazaría todointento de reelección y la candidatura recaería no en un civil sino en un general,pues todavía el ejército conservaba una parte de sus antiguas prerrogativas. Asídelimitada la sucesión, el problema consistía en saber qué general sería elelegido. Figuraban borrosamente el general Rafael Sánchez Tapia, comandantede la Primera Zona Militar, y el general Francisco Castillo Nájera, embajador deMéxico en los Estados Unidos, y destacadamente, el general Francisco J. Mújica,secretario de Comunicaciones, y el general Manuel Ávila Camacho, secretario dela Defensa.

En realidad, el problema de la elección competió al general Cárdenas no

obstante la apariencia formal de que pudo re-vestirse. Él mismo, en la intimidadde su conciencia, debió ir tomando una decisión trascendental, no para él,decidido a retirarse de la política, sino para el futuro del país. Sin duda, elPresidente no podía renunciar al derecho mínimo de preservar lo esencial de suobra de gobierno, y lo esencial consistía en asegurar que el nuevo presidentediera fin al conflicto petrolero y mantuviera las líneas generales de su política.

 A Cárdenas se le puede reprochar desde luego el hecho de no haber aceptadola reelección, única forma posible de consolidar una revolución apenas iniciada,pero las circunstancias precarias en que llegó al poder, su lucha contra elmaximato y sus propias convicciones descartaban esta posibilidad. Detrás deCárdenas pesaban los 30 años de la dictadura porfirista; el intento de Carranza

de gobernar al país con la Constitución o sin ella, aplastando a Zapata, y sunecedad de imponer a un civil, sobre las ambiciones de los caudillos militares,que finalmente le costó la vida; la maniobra de Obregón por darle a Calles laPresidencia, al causante de la rebelión delahuertista; la reelección del mismoObregón, origen de otra revuelta, y el inadmisible maximato de Calles. El paíshabía oscilado entre la dictadura y el cuartelazo sangriento, entre el continuismo yel presidencialismo descarado o encubierto, y había llegado el momento deliquidar ambos extremos.

La actitud de Cárdenas Mújica era muy poco flexible como hemos visto. Había tenido choques con casitodas las figuras políticas de Carranza a Calles y únicamente pudo ocupar cargosde importancia en el gobierno de su amigo el general Cárdenas que toleraba susaccesos de cólera y su carácter obcecado y caprichoso.Puritano, su odio al tabaco lo llevaba al extremo grotesco de meter la mano a labolsa de personas que le eran ajenas, en busca de cigarros, y había llenado sudespacho con advertencias pueriles. Durante el periodo en que el Partido nopronunciaba su fallo, las extravagancias de Mújica contribuyeron a su pérdida.

Page 124: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 124/226

Cierta vez que los miembros del alto mando de la CTM lo visitaron en su oficina dela Secretaría de Comunicaciones para sondearlo sobre la posibilidad de apoyar sucandidatura, no lo encontraron y decidieron esperarlo, y sin hacer caso de lasprohibiciones, principiaron a fumar; cuando Mújica entró a su despacho, no pudocontenerse ante semejante desacato y los expulsó del profanado sanctasanctórum  

con airadas reconvenciones. [50] Estas pequeñeces, acumula-das oportunamente,confirmaron en muchos la idea de que Mújica, a pesar de sus méritos, no era elhombre adecuado para negociar con éxito el problema petrolero ni enfrentarse a lapolítica de los Estados Unidos ya condicionada por la vecindad de la segundaGuerra Mundial. Su radicalismo o la fama de su radicalismo se manifestaba comoun obstáculo insuperable a la solución de los problemas internos y externos delpaís.En una elección, de cualquier tipo, resulta muy difícil pesar en una balanza deprecisión las virtudes y los defectos de los candidatos. Mújica tenía más méritosrevolucionarios y personales que todos los aspirantes a la presidencia. La relaciónde fuerzas en aquel momento no lo favorecía, ni él hizo un esfuerzo serio paraganar la simpatía de sus electores ocasionales. Sin embargo, existe un hecho nosuficientemente aclarado. El general Mújica, como el general Pérez Treviño,renunció a su cargo de secretario con el fin de participar en la lucha electoral,decisión que posiblemente tomó sin consultar a nadie o, siempre fiel a su carácter voluntarioso, desdeñando la opinión del general Cárdenas.El Presidente no parece que haya tomado para sí el cargo de gran elector.Permitió a los generales contender libremente y esperó a que el proceso electoralse fuera decantando y precisando por sí solo. Independientemente de su voluntady de su poder casi omnímodo, el ejército, los obreros y los campesinosorganizados eran factores decisivos en la próxima elección, y estos elementosdeterminantes, siguiendo la corriente, se mostraban partidarios de la conciliación yde mantener y consolidar lo que logró realizarse.El hombre de la conciliación no podía ser otro que el general Manuel ÁvilaCamacho, secretario de la Defensa. Ávila Camacho sólo tenía de común conMújica su escasa fortuna militar. En todo lo demás era su antípoda. Nunca sedistinguió por sus ideas revolucionarias, ni por nada verdaderamente excepcional.Fue, más que un soldado, un administrador y un hombre de probada lealtad queprefería morir a traicionar su palabra de honor. Sus colegas lo llamabandespectivamente "el General Espada Virgen", debido a que durante su luchacontra los cristeros en Colima, en 1926, lejos de tomar represalias, fusilándolos oquemando sus pueblos, había preferido apaciguarlos tomando métodospersuasivos, lo que también le valió su ascenso a general de brigada.Dentro del ejército había ascendido lenta y seguramente, ocupando altos cargosburocráticos, hasta llegar a secretario de la Defensa. En todos estos cargos logróconciliar intereses opuestos y ganarse el respeto y la consideración de losprincipales generales. Ellos sabían que de un modo o de otro Ávila Camacho, consu bondad inalterable, los representaría adecuadamente y cuidaría sus interesesdesde la presidencia.En última instancia, Cárdenas tenía la fuerza suficiente para inclinar la elección afavor de Mújica y nada hizo por él, ni tampoco se opuso a la corriente quebeneficiaba al general Ávila Camacho. Entre un amigo cercano a quien no juzgaba

Page 125: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 125/226

adecuado para resolver, con la prudencia necesaria, el conflicto petrolero y unamigo lejano en quien se podía con-fiar razonablemente, dejó que la maquinariadel Partido hiciera su trabajo.Desde luego, no sólo influyeron en esta decisión los problemas internacionales,sino también los problemas internos, agravados por la presencia del general

 Almazán. La campaña electoral en tales circunstancias se cargaba de un nuevosentido. Si el gobierno hubiera apoyado a Mújica, la lucha habría sido másenconada y peligrosa cuando el país necesitaba la paz a fin de resolver favorablemente vitales intereses.Todavía es motivo de controversia el hecho trascendental de que el triunfador delas elecciones no haya sido el general Mújica, sino el general Ávila Camacho. El24 de julio de 1940, el general Cárdenas escribía: "En la campaña política para lasucesión presidencial contendieron los generales Manuel Ávila Camacho, Juan A.

 Almazán, Francisco J. Mújica, Rafael Sánchez Tapia y Gildardo Magaña. Casocurioso en la historia política de México en que cinco colaboradores cercanos en elgobierno que presidí, se lanzaron como candi-datos a la presidencia de laRepública y fue que todos ellos disfrutaron de libertad para hacerlo y confiaron enque tendría garantías para llegar a la primera magistratura el que obtuviera elapoyo mayoritario de la nación."Retirados por su propia voluntad los generales Mújica, Sánchez Tapia y Magaña,no sin que antes el general Mújica expusiera quejas violentas contra el Partido dela Revolución Mexicana, quedaron sólo los generales Ávila Camacho y Almazán."Seguí personalmente con todo cuidado el curso de la campaña, con el propósitode conocer a fondo el pensamiento de la opinión pública, y para ello se comisionópor todo el territorio nacional a personas honorables y de confianza, y el día de laselecciones recorrí la ciudad, pasando por las casillas, y pude palpar personalmente, y a través de los comisionados en las distintas entidades, el sentir general, y con este conocimiento asumí la responsabilidad en la declaración que elCongreso de la Unión hizo en favor del general Manuel Ávila Camacho comopresidente constitucional de la República."Los partidarios del general Almazán han sostenido que el triunfo les correspondió.Es que ellos sólo vieron a sus partidarios, sin conocer a sus opositores. Sí tuvofuertes contingentes, entre ellos, los contrarios al programa social que durante migobierno se desarrolló. Nutridos grupos de mujeres participaron en la propaganday tuvo también el general Almazán, a su favor, numerosos núcleos campesinos deorigen `acasillados', que hasta entonces no habían recibido tierras. Pero antesemejantes fuerzas políticas, contaron en favor de la candidatura del general ÁvilaCamacho los contingentes obreros y campesinos organizados y sectores de lallamada clase media, que atrajo su candidatura por su carácter moderado y sureconocido patriotismo."La candidatura del general Mújica representó las tendencias radicales de laRevolución Mexicana: su definida convicción en materia educativa, su actitudcombativa frente a la labor del clero y su indiscutible honradez habrían hecho de élun buen gobernante, pero las circunstancias del país no le fueron propicias.Retirado de la campaña política, pidió al gobierno un puesto militar,designándosele la Comandancia de Michoacán. Posteriormente el gobierno delgeneral Ávila Camacho le confió el gobierno y comando del Territorio Sur de la

Page 126: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 126/226

Baja California, punto neurálgico en la defensa del Pacífico."Siete años después, cuando ya los dos contendientes habían muerto, Cárdenas,refiriéndose a la crítica que se le seguía haciendo de no haber entregado elgobierno a un revolucionario, afirmó concretamente: "Quiero decir que si no lohice, a pesar de que entre los que aparecieron entonces como candidatos se

presentó el general Francisco Mújica, gran amigo mío, fue porque habíaproblemas de carácter internacional que lo impedían."Con esta aclaración el general Cárdenas confesó de un modo implícito que deseóentregar el gobierno a un gran amigo, el revolucionario general Mújica, y no pudohacerlo debido a los problemas internacionales que evitaron la realización de esedeseo.Por supuesto, como escribe Gastón García Cantú: "Un Presidente no expide elnombramiento de su sucesor, pero sí congrega el poder en torno del futuroPresidente. De aquí su responsabilidad." Cárdenas, con su neutralidad voluntaria ono, permitió el agrupamiento de los obreros, de los campesinos, los militares y laburocracia en torno de Ávila Camacho, y confiaba que estas fuerzas organizadasno sólo le darían el triunfo, sino que también impedirían el retroceso de la naciónobligándolo a mantener y a consolidar las conquistas logradas durante su gestión.

La situación del país El conflicto petrolero en los primeros meses de 1940 estaba llegando a unasituación crítica. El pago diferido de las expropiaciones había colmado la pacienciadel Departamento de Estado norteamericano, sujeto a las presiones de lascompañías y del gobierno inglés, abogado y propietario de El Águila. La guerrahabía estallado el 1 de septiembre de 1939, y, siguiendo las insinuaciones de lasempresas, se pensaba en los Estados Unidos que, al descartar una actitud más

enérgica, su prestigio en América Latina, su dominio de los recursos naturales deésta y su misma seguridad nacional estaban en peligro, tanto más si un radicalcomo Mújica ocupaba la presidencia de México.Por otro lado, la intervención del general Almazán en las elecciones permitíacalcular hasta qué grado el conflicto petrolero seguía influyendo en los asuntosinternos y la fuerza real de la oposición dentro del país. Almazán, como Cedillo ensu tiempo, era el último recurso de los hacendados despojados de sus tierras, losinversionistas extranjeros, el clero, poderosos grupos financieros industriales ocomerciales y tal vez una parte del ejército no curada de su pretensión deascender mediante el cuartelazo.La economía del país era mucho peor que la de 1938. El déficit con que operaba

Petróleos Mexicanos aumentaba por falta de ventas al exterior, sobra de personaly el peso del boicot internacional; los ferrocarriles se hallaban en bancarrota: losnuevos ejidos necesitaban préstamos con urgencia; las obras de infraestructurarequerían inversiones, y la solución a este conjunto de problemas financieros ypolíticos en buena parte dependía de la solución del conflicto petrolero.Las elecciones sorprendían a Cárdenas en lo más arduo de la cuesta. Sus seisaños de gobierno, en los que rebasó los propósitos más audaces de susantecesores, no bastaban con mucho a liquidar el caudillismo militar, el

Page 127: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 127/226

feudalismo, el capitalismo interno y la preponderancia económica norteamericana,ni a crear una conciencia de clase en los obreros y en los campesinos.México era entonces, y lo sigue siendo, un país ajeno a cualquier formademocrática, semianalfabeto, atrasado y pobrísimo. Las grandes masascampesinas habían vivido siempre bajo el poder despótico de los hacendados o

recluidas en sus aldeas, subsistiendo penosamente de una agricultura delneolítico.El sindicalismo, auspiciado por el aparato estatal, significaba indudablemente lagran fuerza política en que se había apoyado Cárdenas. Sin embargo, los obreros,a pesar de los intentos del gobierno, no pudieron ser educados revolucionaria nitécnicamente en un país donde seguía prevaleciendo el autoritarismo y lacorrupción en los más bajos niveles. Carentes de una conciencia de clase, eradifícil inculcarles no ya disciplina y amor al trabajo, sino también un sentido deresponsabilidad y de sacrificio que hubiera hecho de ellos la fuerza renovadora delpaís. Muchos líderes sucumbieron a la venalidad y muchos obreros, ante talesejemplos, desempeñaban mal sus tareas, sostenían a varias mujeres, gastabanuna parte considerable de sus salarios en embriagarse y no entendían losangustiosos problemas que enfrentaba el país.El general Calles acostumbraba decir que en México faltaba el "material humano",lo cual revelaba no tanto el sentimiento de su extraordinaria valía personal, sino suidea acerca del pueblo mexicano. Creía en un carácter nato y singular, en unaidiosincrasia nacional, y por supuesto era incapaz de comprender que ese carácter había sido modelado en siglos de colonialismo y feudalismo atroces.Cárdenas, al revés de Calles, nunca dejó de mezclarse al pueblo, de oírlo,aconsejarlo y ayudarlo. Se le reprochaba de derrochar un tiempo precioso en lascabañas o en las fábricas, hablando con los indios y los obreros, y no se sabía queaquel método extraño era el único posible de entender a fondo los problemas y dellevar la glorificación del poder supremo a los espíritus religiosos que siempre lohabían sentido ajeno y enemigo.Desaparecida la embriaguez de la expropiación, la propia dinámica del movimientogeneraba sus inevitables contradicciones. El manejo obrero de los ferrocarrileshabía fracasado. Los mismos petroleros, que tanto hicieron por la expropiación yla marcha de la industria, exigían que ésta les fuera entregada, habían aumentadoconsiderablemente el personal y re-clamaban al gobierno que les concediera lossalarios y las ventajas solicitadas a las compañías extranjeras, sin importarles elboicot mundial decretado a la producción ni las amenazas de los Estados Unidos.Sobreponían sus intereses a los de la nación, y llegaron a organizar paros ysabotajes considerando que el gobierno se había convertido en "patrón" alencargarse de administrar los bienes de las empresas petroleras.Los campesinos de La Laguna reclamaban la expropiación de la pequeñapropiedad dejada a los antiguos hacendados, y muchos de los ejidatarios másfavorecidos daban señal de corrupción, alentados por funcionarios inmorales. No,el país no podía cambiar en un sexenio. Con la expropiación petrolera, el repartoagrario y la reciente organización de los obreros no terminaba la obra de laRevolución; apenas comenzaba.

Page 128: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 128/226

Pequeños y grandes dramas de la autocracia 

Las elecciones de 1940 quedaron pues subordinadas a un interés nacionalsupremo: la nacionalización de su riqueza básica. Si el general Cárdenas sacrificósu preferencia personal por el general Mújica y se inclinó por el candidato que a su

en-tender era el más apto para asegurar la posesión del petróleo, estaba dando unejemplo de moral política que desgraciada-mente no se entendió entonces ni seentendería en los 30 años siguientes. Y esas elecciones confirmaron la justeza desu visión. Es un hecho inquietante que, al finalizar un sexenio de grandes avancesrevolucionarios, la clase media e importantes sectores de la población no tuvieranuna idea precisa de estas realizaciones y en las ciudades votaran por Almazán. Apesar de que el gobierno tenía de su parte a los obreros, a los campesinos y a unabuena parte del ejército, el ambiente de las elecciones pudo degenerar ensangrientos conflictos si la serenidad y el valor de Cárdenas no hubiesendeshecho las conjuras y las provocaciones de los almazanistas, a quienesapoyaban en un intento frustrado por reconquistar sus posiciones las clases

privilegiadas del país, de tal modo que Cárdenas debió luchar siempre contra lareacción interior y el imperialismo.Por otro lado, nada se ejerce impunemente. La intromisión de Calles en losasuntos reservados al Ejecutivo, la ambigüedad de poder que introdujo el llamadoJefe Máximo de la Revolución Mexicana, el juzgarse el hombre insustituible y elcaudillo, lo llevaron a enfrentarse con un hombre que tenía —y mantuvo hasta sumuerte— la más elevada concepción del papel del presidente como el únicorepresentante legítimo del pueblo mexicano.El hecho de sacrificar su amistad con Calles, en defensa de su autoridad comopresidente y de su política revolucionaria, representó para Cárdenas un conflictoemocional de tal magnitud que habría de sufrirlo el resto de su vida. Pero el

Presidente, en cierto modo por el hecho de serlo, era intocable a sus ojos, y por ello él no toleró interferencias ajenas ni acciones que menoscabaran la dignidad ola libertad de su cargo. Cuando su amigo íntimo, su viejo jefe y su compañero deuna existencia dramática trató de aniquilarlo prolongando su maximato, se deshizode él suavemente, apartándose por primera vez de la usual violencia, rechazandolos procedimientos de Huitzilopochtli que había consagrado el sonorismo.Gobernó, también por primera vez, con absoluta autonomía, sin temor a la codiciade los caudillos militares —muchos ya asesinados o cohechados por susantecesores—, y al término de su mandato, abandonó la presidencia haciéndoseel firme propósito de no intervenir nunca más en la política militante. A sussucesores —conoció cinco— los trató con la mayor consideración, casi de manera

reverencial, y si alguna vez intervino, fue utilizando su fuerza moral para evitar unaposible caída en la reelección.Desde luego, la conducta de Cárdenas reforzó, sin que él se lo propusiera, elpresidencialismo característico del sistema mexicano. Después de él, las masasobreras y campesinas dejaron de actuar revolucionariamente en beneficio propio yfue-ron manejadas en beneficio de una burguesía cada vez más poderosa. Pero elautoritarismo del presidente, cabeza de un Estado siempre fortalecido por suparticipación creciente en la economía, sólo dura seis años, creando nuevas y

Page 129: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 129/226

extrañas peculiaridades: el hombre que ha gobernado autocráticamente, que hadispuesto de un poder no soñado por Cárdenas —bancos, industrias, petróleo,electricidad, fertilizantes, sindicatos, agrupaciones campesinas, cámaraslegislativas total-mente subordinadas— y que entre sus atribuciones figuran laprovisión de todos los cargos de elección popular, comprendido el de su sucesor,

al quitarse la banda, emblema de su preeminencia, se humaniza de golpe y pasa aser un ciudadano común y corriente. A semejanza de la Cenicienta, han sonadopara él las doce de la noche y es hora de volver a la cocina. Su carruaje seconvierte en una calabaza, se esfuman los signos de la monarquía, y lamuchedumbre de cortesanos y de aduladores lo abandona para doblar el espinazoante el nuevo monarca. Aunque conserve algo de su influencia, es un santo queno puede hacer milagros, ni encumbrar a los débiles, ni humillar a los poderosos, yse le ve como la pieza de un museo político destinado a mostrar las excelenciasdemocráticas de la no reelección. Lo que pueda sufrir personal-mente elpresidente despresidencializado, sería objeto de una novela antípoda a la deMiguel Angel Asturias, El señor Presidente, que por desgracia no ha tentado anuestros novelistas.Este sistema genera otros dramas previos si bien secundarios. Los meses queanteceden al solemne destapamiento de lo encubierto y amorfo, son meses deuna tensión insoportable. En la recta final de una carrera que se libra en lastinieblas absolutas figuran cuatro o cinco posibles sucesores del presidente que seentierra a sí mismo. Una sonrisa, una atención señalada, un signo, un indicio delfavor divino es interpretado en el acto por los augures: "Será éste." "Éste no es suhijo político, éste no es su compañero de escuela, éste no es hombre de suconfianza." Y así las marionetas gesticulantes aparecen y desaparecen en el forodel teatro guiñol. Aquí no hay antecedentes precisos, no se pisa terreno firme, nohay indicios del porvenir. Insensatos. ¿Quién puede penetrar en la cabeza de unhombre y adivinar sus pensamientos más íntimos? Basta con que figuren doscandidatos para establecer una confusión radical. El juego afecta al destino y losintereses de muchos hombres. Supone el poder total o la oscuridad total, lainvestidura suprema o el anonimato, la gloria o el limbo, el abismo que media entre

 Almazán y Ávila Camacho, entre Casas Alemán y Ruiz Cortines, entre FloresMuñoz y López Mateos, es decir, entre ser todo y no ser nada. Andan-do los años,¿dónde quedó el supremo interés nacional que regló las elecciones de 1940?Durante tres decenios estuvo ausente. Hubo, naturalmente, continuidad a partir del sucesor de Cárdenas. Continuidad en el paternalismo, en el populismo, endarle poco a los pobres y mucho a los ricos, en apoyar por todos los medios elcrecimiento desigual, en tolerar la invasión del capital extranjero, en desdeñar elcampo. . . hasta que la revolución estudiantil de 1968 terminó con el espejismo delmilagro económico y apareció la inmensa miseria del pueblo detrás de la fachadade prosperidad.

AGRICULTURAY SEGUNDA GUERRA MUNDIAL 

CÁRDENAS abandonaba la presidencia a los 45 años, en la plenitud de susexcepcionales facultades. Todos los días de su mandato nadó, montó a caballo o

Page 130: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 130/226

dio largos paseos; y cuando estaba de viaje por los Estados, sus jornadas detrabajo duraban dieciséis o dieciocho horas ininterrumpidas. Era un hombre quecomía frugalmente. Y dormía poco —no más de cinco horas—, de modo quepodía disponer de suficiente tiempo para hablar con los campesinos o con losobreros —escuchaba sus problemas, por nimios que fueran, sin mostrar el menor 

signo de fatiga o de impaciencia— y para ocuparse seria y pro-fundamente de losasuntos de Estado.El alternar la vida sedentaria con el deporte y el paseo campestre, aun en las másgraves crisis, era parte de una educación a que se sometió desde 1913. Elconstante peligro, la disciplina de la guerrilla, las privaciones, las marchasinterminables por tierras frías o calientes, el sobrevivir a los desastres y a loscambios de la fortuna en una época en que se pasaba sin transición de la victoriaa la derrota y en que los aliados de la víspera resultaban al día siguiente lospeores enemigos, endurecieron su voluntad y le fueron dando ese dominio y eserespeto de sí mismo que habrían de ser los rasgos esenciales de su carácter.Nunca nadie lo vio cansado, preocupado, abatido o fuera de sí.En una ocasión, según refiere el licenciado García Téllez, estuvo hablando conunas muchachas media hora de pie sobre un hormiguero sin moverse, sufriendo laembestida de las fe-roces hormigas rojas; en los trópicos, los mosquitos le picabansin que él hiciera nada por ahuyentarlos; nadaba en mares infestados detiburones, y se dio el caso de que estando enfermo, con una fiebre de 40 grados,recibiera a la gente y se condujera normalmente.Si por un lado el ejercicio del poder fortaleció su privilegida naturaleza, por otroenriqueció notablemente su conocimiento de los hombres y de los problemasnacionales.En México, como en cualquier país del mundo, no existe una escuela depresidentes, pero aquí, donde el presidente de la República es un monarca quegobierna durante seis años autocráticamente, la ausencia de una preparaciónadecuada se hace sentir de un modo intolerable. El presidente se va haciendo amedida que ejerce su cargo. La posibilidad de tratar con los hombressobresalientes y los técnicos del país, de adentrarse en una realidad demasiadocompleja y tomar soluciones le va dando —incluso tratándose de una personamediocre— una experiencia y un sentido de la política, de la economía o de lasociedad inaccesibles para otros mexicanos.En la noche del 19 de diciembre de 1940, como en la noche del 30 de noviembreseis años antes, Cárdenas se sentó a su mesa y escribió una breve nota:"A las doce horas puse en manos del general Ávila Cama-cho la bandapresidencial."Terminó el periodo constitucional de mi gobierno y salgo satisfecho de haber concluido mi mandato. Me esforcé por servir a mi país y con mayor empeño alpueblo necesitado. Cancelé muchos privilegios y distribuí una buena parte de lariqueza que estaba en pocas manos."Me retiro con un sincero deseo de que registre el mayor éxito la administraciónque hoy preside ya el señor general Manuel Ávila Camacho con quien me sientosolidarizado."Me hago el propósito de no leer en mucho tiempo periódicos que hablen depolítica. Considero tener la fuerza necesaria para no molestarme por ataques,

Page 131: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 131/226

pero es mejor dejar de leerlos."No cometeré el error de contestar ataques de personas o de grupos que hayan ono estado en oposición a mi gobierno. Si mi administración tuvo actos quebeneficiaron al pueblo o al país, la nación lo decidirá cuando se hayan serenadolas pasiones de hoy.

"Si hubo errores, me sentiré satisfecho de que se corrijan en beneficio de la patria."Me retiro a trabajar, alejado por completo de toda actividad política, estimandoque así seré más útil a mi país."Se hace el propósito de no leer periódicos en mucho tiempo ni permitir que lehablen de política, es decir, de personas y maniobras políticas. Prevé que nofaltarán los ataques y considera tener la fuerza necesaria para no molestarse, sibien añade, cauteloso, que es mejor privarse de cualquier información. Decualquier modo, no cometerá el error de contestar-los, vengan de opositores o decríticos, de grupos organizados o de simples personas.En relación a sus proyectos, a lo que piensa hacer en el futuro, sólo esta línea:"Me retiro a trabajar, alejado por completo de toda actividad política, estimandoque así seré más útil a mi país." No dice en qué trabajará, en qué empleará elenorme espacio de tiempo que se le presenta, y lejos de pro-ponerse algopositivo, lo llena con una negación: su ausencia definitiva de la escena, querazona diciendo al final de la nota:"La fuerza política de que disfruté y las consideraciones que me guardó el pueblose debieron principalmente a la in-vestidura legal que tuve como encargado delPoder Público, consideraciones éstas que le corresponden hoy al nuevopresidente de la República, legítimo representante del pueblo y su único dirigente."En este documento aparecen, delineadas precisamente, las consecuencias finalesdel conflicto y la ruptura con el general Calles. El presidente de la República, comolegítimo representante del pueblo, es el único dirigente de la nación y no admiteinterferencias, ni presiones, ni maniobras de su antecesor que lo debiliten o quemenoscaben su investidura o su obra de gobernante. La argumentación delgeneral Cárdenas resulta inobjetable. Es la única manera de desterrar elcaudillismo y de otorgarle al único poder operante su validez institucional y suestabilidad, pero al fortalecer al jefe del Ejecutivo, en un país donde los otrospoderes le están subordinados y donde no existen verdaderos partidos políticos,se estaba creando un monstruo que habría de cancelar cualquier avancedemocrático y cuyo peso resentirá la nación muy duramente en los próximos años.El retiro voluntario de Cárdenas supuso también el retiro Y la anulación delcardenismo, ya disperso o en gran parte asimilado por el nuevo gobierno. Cierto esque, a pesar suyo, el general Cárdenas representaba una fuerza potencialindiscutible, pero al renunciar a ella, se condenó a no ser otra cosa que unespectador del acaecer político.Quedaba por saber en qué actividad podía emplear sus energías y  susconocimientos. Nada aclaran los Apuntes a  este respecto. La primera nota,correspondiente al 2 de diciembre, no puede ser más anodina: "Hoy a las 20 horassaludé al presidente de la República, que me invitó con su familia a una f iesta dedanzas que le dan en Bellas Artes los ejidatarios de Jalisco. Los acompañó miesposa."La segunda nota, fechada el día 7, habla de un paseo al Desierto de los Leones y

Page 132: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 132/226

de la visita del banquero Luis Montes de Oca que volvía de Europa y trataba deestablecer un banco asociado con inversionistas extranjeros. El resto de las notasde diciembre, que comprenden hasta el día 19, refieren visitas de personajes yviajes a Cuernavaca y al puerto de Acapulco. El general se entretiene apuntandocuidadosamente las alturas sobre el nivel del mar y el número de kilómetros

recorridos entre pueblos y ciudades.Sin embargo, el año de 1941 se distinguió por la intensa actividad de Cárdenas.De su antiguo estado mayor permanecieron a su lado el mayor Sánchez Gómez ysus imprescindibles ayudantes Lino y Lupe. Disponía de un taquígrafo secretario,de un chofer y de un peluquero. Rubén Vargas era su ayudante civil de másconfianza, el encargado del manejo de su casa. Al padre de Rubén lo habíanmatado los cristeros, Y cuando el general encontró al huérfano en Aguililla, lomando con otros niños desvalidos a la escuela de Morelia. Más tarde le confió elcuidado de su mujer y de su pequeño hijo, casi siempre solos por sus largasausencias.Los hombres que permanecieron cerca del general constituyen un grupo querevela la sensibilidad y el tino con que supo elegirlos y formarlos. De lossobrevivientes —varios de sus auxiliares fallecieron antes que él—, el más notablefue, sin duda, Rubén Vargas. A su extraordinaria fuerza física unía una clarísimainteligencia, una humildad y una lealtad conmovedoras.Cárdenas, tras dejar la presidencia, mantuvo casi la misma rutina. Se levantaba alamanecer, nadaba o montaba a caballo, desayunaba frugalmente, y auxiliado por un secretario despachaba su abultada correspondencia en el poco tiempo que ledejaban sus visitantes, comisiones de obreros o campesinos y toda clase depedigüeños.Paradójicamente, este hombre retraído, que nunca pudo vencer su timidezoriginada en un pudor innato, vivió acosado. Aunque Rubén Vargas, siendoCárdenas candidato, acallara con papeles el timbre, campesinos y obrerossolicitaban audiencia golpeando la puerta desde las cinco de la mañana, y eranecesario recibirlos. El acoso determinó que todas sus casas tuvieran dos puertasy un espacio reservado con el fin de preservar la intimidad de la familia.Sin embargo, su casa, el viejo palacio de los virreyes y la misma residencia oficialde Los Pinos le parecieron estrechos e insoportables. Su vida de aldeano y desoldado determinó en él una tendencia instintiva a buscar los espacios abiertos yel trato de las gentes que por su condición se mantienen olvidadas y solitarias. Desus seis años de presidente, cerca de dos se mantuvo lejos de la ciudad, y losfines de semana, en vez de permanecer disfrutando los extensos jardines de LosPinos protegido de los intrusos por la guardia, se marchaba con su familia a sucasa de Palmira, donde podaba árboles y hablaba con los campesinos en elambiente tropical que él tanto amaba.

 Así pues, Cárdenas se había preparado en más de un sentido para su nueva vida.Desde luego, no pensaba ni remota-mente hacer una existencia citadina aliviadacon periódicos viajes a su tierra. En Michoacán poseía la Eréndira, pequeña finca—situada a la orilla del lago de Pátzcuaro— cuya mayor parte cedió al CREFAL;[511 en Jiquilpan, su casa natal, y el rancho San Antonio California en lasvecindades de Apatzingán, comprado desde 1928. Disponía por lo tanto de varioslugares fríos, templados y calientes en los que podía entregar-se a sembrar 

Page 133: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 133/226

árboles, cultivar la tierra, criar caballos y mejorar los ganados.San Antonio California tenía al principio un total de 2 500 hectáreas de tierrascerriles o de temporal. Ya desde su época de presidente, Cárdenas había donado1 400 hectáreas para que se formara el ejido California. El resto y otras tierrasadquiridas por él más tarde, las regaló al vecino poblado de San Juan de los

Plátanos, al patronato del Hospital Civil y a varios amigos, y también a susayudantes y servidores, con el objeto de recompensar sus servicios, arraigándolosa la tierra, y de establecer un núcleo de huertos al mismo tiempo. Él se quedó con94 hectáreas de tierras salitrosas, las cuales fueron lavadas y drenadas en elcurso de los años hasta constituir lo que hoy se llama el rancho Galeana.Ya el solo trabajo de arrancar al desierto esta considerable extensión de tierrasupuso un esfuerzo que al parecer había de mantenerlo ocupado, pues al mismotiempo que prosperaba Galeana —la casa se reducía a un mero cobertizo— medraban los huertos, las colonias y los pequeños ranchos nacidos de San

 Antonio California.En 1940, la región de Apatzingán tendría unas 200 mil cabezas de ganado criollode mala calidad, que se vendían a un precio muy bajo. El general, interesado enmejorar el ganado, había llevado desde 1930 los primeros ejemplares de cebúbrasileño, considerados como los mejores del mundo. Experimentando sin cesar,cruzando el cebú con el suizo incapaz de soportar el calor de los trópicos, obtuvosementales que se revelaron los más adecuados al clima, los suelos y las plagasabundantísimas de la región. No fue tampoco tarea fácil con-vencer a losganaderos de que debían reemplazar sus vacas y sus toros, resistentes y sufridos,por otros broncos, peligrosos y difíciles de cuidar. Económicamente el experimentoresultó muy costoso, ya que pesó íntegramente sobre los escasos re-cursos deCárdenas. A todos regalaba los toretes más aptos; hacía ver con el ejemplo y lapersuasión las ventajas de incrementar el rendimiento de la carne y de la leche, yen los años sesentas, la ganadería de Apatzingán contó con medio millón decabezas mejoradas en un 500 % sobre los antiguos ejemplares.El cebú cruzado necesita pastos especiales. En este aspecto también Galeanasirvió de campo experimental. Cárdenas importó y sembró praderas con sorgosforrajeros y de grano, pastos de sabana, Merquerón, Pangola, Rodex, Estrella

 Africana, y jugosas gramas de las especies Bermuda, Pará, Guinea y Boogee.El resultado de todo esto es que el viajero tiene hoy ocasión de contemplar hermosas praderas donde toros gigantescos —llegan a pesar 1 300 kilos—, vacasy becerros, blancos o bermejos, hundidos entre las altas hierbas pastanapaciblemente, mostrando sus abultados morrillos y sus cabezas orientalesadornadas con grandes orejas transparentes y sonrosadas.

La parábola del sembrador 

La semilla que esparció Fajardo cayó muchas veces en las rocas o en las arenas ymurió, pero la semilla caída en el espíritu de su antiguo alumno fructificó y diociento por uno. En ver-dad, el maestro no soñó nunca que sus palabras, como enel mito huichol de la diosa de la Tierra, Nacawé, levantara a su conjuro bosques,

Page 134: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 134/226

florestas y jardines maravillosos, multiplicándolos en inmensas regiones.Cárdenas llevó árboles y plantas a Galeana desde 1933, convirtiéndola en elvivero y en el paraíso de Apatzingán. Los jugosos limones sicilianos de cáscaradelgada, que Cusi plantó en Nueva Italia y durante años le produjeron una buenarenta, fueron injertados y distribuidos de tal modo que en la actualidad hay 15 mil

hectáreas de limoneros propiedad de 3 500 productores.Con los limones vinieron las palmas de coco, los frondosos tamarindos, lasnumerosas familias de las anonáceas y de las zapotáceas, las guayabas y elzaramullo, también nombrado ítamo o cabeza de negro; las papayas; dos clasesde toronja, la sangre y la blanca; ocho variedades de plátano —tabasco, enano,costillón o república, macho, manzano, guineo, costa rica y dominico o ciento-en-boca— y siete de mangos —bengalés, manila, irawin, ken, haeven, monglova ykeit—, unos vinieron de diversos lugares de México y otros de tierras lejanas, ycada variedad se ensayó previamente, injertando patrones de árboles corrientesen ramas de ejemplares finos.Promovía revoluciones verdes que daban mameyes al año, cuando antes rendíanlos primeros frutos en 8 a 14 años, y mangos amarillos de penetrante perfume,rojos y dorados, tan abultados como la cabeza de un niño pequeño. El generalgozaba mucho podando los árboles, sembrándolos e injertándolos a la sombra desus extensos viveros, observando cómo prosperaban y gustando las primicias conla solemnidad de los pueblos primitivos de México.Su pasión por difundir árboles y plantas útiles no tenía fin. En Galeana aclimató elcacao, el árbol del pan traído de Tabasco cuyos frutos de tres o cuatro kilos setuestan en los hornos, la pimienta picante, la odorífera canela y el clavo deviolenta dulzura.No veía árbol extraño y útil que no tratara de sembrarlo y de cuidarloamorosamente, pero no sólo pensaba en su utilidad, en que fuera alimento yregalo del campesino, sino en su belleza.

 Acostumbraba decir que los pintores emplean el color para componer sus cuadrosy que los hombres debían valerse de las flores para alegrar y ennoblecer suexistencia, y en este sentido, él fue un artista de campos y ciudades ya quedispuso de autoridad y podía trabajar en todas las alturas y por consiguiente entodos los climas.Galeana es el ejemplo del jardín tropical. Los rojos del tabachín, del framboyán, dela nochebuena, establecen sus juegos cromáticos con las variadas bugambiliasllamadas camelinas, las flores blancas de la limonaria y el cuéramo, los frutosorientales del lichi, importado de China, y los crotos encendidos, los verdes claros,oscuros o brillantes del cincohojas, del mango, del plátano, de los papiros y loscóbanos. En el trópico la arquitectura del árbol, esa masa que se adentra en elaire e impone la intensidad de su vida y el color de las flores, forman un todo. A lasombra de las ceibas y las parotas, circundado de un esplendor que era obrasuya, el general celebraba sus audiencias y ninguno salía con las manos vacías.Siendo pobre disponía de tesoros creados por él mismo y le era posible regalar becerros blancos, potrillos de sangre árabe, arbolitos injertados, y estaprodigalidad civilizada, creaba una economía, enriquecía los huertos y los establosde los campesinos.En Jiquilpan el trabajo del general abarcó el pueblo entero. La antigua alameda

Page 135: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 135/226

dominada por el frondoso salate a cuya sombra jugó de niño, oyendo los consejosde Fajardo, en 1934 casi se había extinguido. El general desde que era presidentedecidió reforestarla, y muchas veces los embajadores o los secretarios de Estadosembraron en su compañía eucaliptos y pinos. Los incendios, la sequía y ladureza del suelo destruyeron muchos árboles. Cárdenas nunca se dio por vencido.

Removía a los muertos, plantaba nuevos, edificaba canales de riego, y en 25 añosla alameda se convirtió en un bosque que trepa por las faldas del plantaba,convertidos después de tres siglos en el lugar de flores de los antiguos tarascos.Privado del tabachín y del framboyán tropicales, sembró jacarandas en calles yplazas, de modo tal que al llegar la primavera Jiquilpan, el pueblo más arbolado deMéxico, se transforma en un sueño de Monet.

El general deja el arado por la espada 

Toda esta lucha del civilizador provinciano se interrumpió bruscamente en los

comienzos de 1942 con la entrada de los Estados Unidos en la segunda GuerraMundial. La serie de imprevistas y fulgurantes victorias japonesas concretabansúbitamente las aprensiones y los temores acumulados desde la época de PorfirioDíaz. Ya en 1938 la venta del petróleo al Japón había resucitado las viejashistorias de que los amarillos querían apoderarse de Bahía Magdalena o del istmode Tehuantepec con su habitual mezcla de valor suicida y de perfidia, y despuésde Pearl Harbor se creía firmemente que la temida invasión de América se iniciaríapor las extensas, des-guarnecidas costas mexicanas.Esta psicosis de guerra la agravó, sin proponérselo, el general Zertuche al afirmar que los japoneses habían ocultado armamento y combustible en ciertos parajes dela Baja California. Alarmado el general De Witt, comandante del IV Ejército

norteamericano, sin antes pedir permiso ordenó que un destacamento de soldadosse adentrara en los desiertos de la Baja California para destruir el pretendidomaterial de guerra japonés.Casi simultáneamente a estos acontecimientos, el presiden-te Ávila Camachoestableció la Región Militar del Pacífico y nombró como su comandante al generalCárdenas. En la península no existía ninguna comunicación entre el territorioNorte, con su capital Tijuana, y el territorio Sur  —situado a más de 2 milkilómetros, con su capital La Paz— a cargo del comandante militar y gobernador elgeneral Francisco J. Mújica. Por otro, Cárdenas disponía de dos batallones, elquinto y el veinticuatro, y de dos aviones en el Ciprés, lo cual contrastaba con elinmenso material de guerra acumulado del otro lado de la frontera. En Tijuana, el

general le ordenó al gobernador: "Informe usted a las autoridadesnorteamericanas de nuestra llegada, indicando que continuaremos nuestra marchapara Ensenada, en donde se va a establecer el cuartel general de la Región Militar del Pacífico."Curiosamente, la primera tarea de Cárdenas fue la de ex-pulsar a nuestrosgratuitos e invisibles defensores. Organizó en el acto un convoy de varioscamiones que debían transportar a soldados escogidos, al mando del mayor Dávila Caballero, quien llevaba instrucciones precisas de detener a los

Page 136: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 136/226

norteamericanos donde se les encontrara, convencerlos de que debían regresar asu país, y en última instancia, aprehenderlos acusándolos de filibusteros.Más allá de punta Colnet se interrumpió la comunicación con Dávila Caballero ysólo quedaba esperar.Dos o tres días después, una mañana de espesa niebla se escuchó el ruido de un

avión, oculto entre las nubes, que volaba sobre Ensenada. Se trataba sin duda deun avión japonés. Los comercios cerraron sus puertas, los fusileros de la marinaocuparon las azoteas y a poco rato el avión aterrizó peligrosamente en una de lascalles. Como se supo después se trataba de un avión norteamericano queconducía al teniente coronel Walter, comandante del desaparecido destaca-mentoen cuya búsqueda había salido Dávila Caballero.Walter, vestido de civil, gritaba exasperado y pedía hablar con Cardinas. Se lesometió a un interrogatorio. Walter, sin dejar de gritar, confesó que el IV Ejército lehabía encomendado la misión de "descubrir y destruir en los litorales elcombustible y las refacciones de aeronáutica que los japoneses han escondido enla región". No había descubierto nada, pero se proponía seguir hasta cabo SanLucas y no se movería de Santa Rosalía "en tanto que mi comandante no me loordene".

 Alamillo Flores, jefe del estado mayor de Cárdenas, le dijo que había sidoaprehendido en territorio mexicano, vestido de civil y armado, a bordo de un avióndel ejército norteamericano, y de acuerdo con el Derecho Internacional podía ser fusilado como filibustero.Ya calmado, Walter entregó sus documentos. La gente de Ensenada queríaincendiar el avión y reclamaba la presencia del piloto, pero se tranquilizó a lamuchedumbre alegando que éste llevaba informaciones de guerra muy valiosas algeneral Cárdenas y que por un error había aterrizado de emergencia en la ciudad.Cárdenas no detuvo al prisionero. Recibió la visita de dos oficiales de enlace, quepresentaron excusas, y él, en reciprocidad, envió a dos oficiales suyos al cuartelgeneral del IV Ejército, situado en San Francisco.El general De Witt mandó al subjefe de su estado mayor, el coronel Martin, quienexplicó que la intención de enviar tropas a México era la de colaborar con losmexicanos, y ya que nuestro ejército tenía a su cargo la defensa del territorio, seordenaba inmediatamente el regreso del destacamento de Walter, quedando asísentado que cualquier intromisión de un soldado de los Estados Unidos en suelomexicano sería considerado como un acto de filibusterismo.La Región Militar del Pacifico sólo tenía de presupuesto 200 mil pesos mensuales,y aunque el presidente Ávila Camacho deseaba aumentarlo, Cárdenas se opusocon el argumento de que su misión era la de servir y no la de gastar. Noconsideraba nuestra aquella guerra y trataba de que los escasos re-cursos seemplearan en ayudar a los campesinos y en construir obras indispensables a lanación. Con todo, mejoraron sustancialmente las comunicaciones telefónicas ytelegráficas, se ter-minó la carretera a la frontera, logró trazarse una brecha haciael sur desértico y los soldados dispusieron de transportes y de ametralladoras.

El problema del radar 

Page 137: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 137/226

 El 24 de abril el general Cárdenas escribió la siguiente nota: "Ensenada. A las diezhoras celebré entrevista en Agua Caliente, Tijuana, con el teniente general I. DeWitt, comandante de la defensa occidental y del IV Ejército norteamericano.Durante esta entrevista, que él solicitó, me dio a conocer las instrucciones que dijo

haber recibido de su gobierno en el sentido de que `según acuerdo de lasautoridades mexicanas y de los Estados Unidos deberían entrar a territorio deBaja California tres equipos detectores de sonido aéreo con personalnorteamericano para instalarlos y servirlos entre tanto se preparaba personalmexicano'. Le hice saber que las instrucciones que tiene el Cuartel General son enel sentido de que toda clase de instalaciones en el país deben hacerse y servirsepor personal mexicano. Además le hice conocer que contamos con personalcapacitado para estas y otras instalaciones. Terminó la entrevista habiéndoleindicado trasmitiría a mi gobierno lo anterior."No existía el personal capacitado para manejar los equipos de radar de que hablóel general Cárdenas. Se pensó reunir entonces a cuarenta oficiales de aviaciónque hablaran inglés, para formar el llamado "Grupo Radar Uno" y enviarlo aejercitarse a los Estados Unidos bajo la dirección del teniente coronel Buchanan,oficial educado en Inglaterra que conocía los principios de la electrónica.Buchanan le hizo ver al coronel Alamillo Flores que entre los aviadores militares oentre los comerciantes de radio no se encontraría la clase de gente que buscabany sugirió recurrir a los alumnos más avanzados de la Escuela Superior deIngenieros Mecánicos Electricistas. Así se logró integrar al grupo.El oficial Stodartt los recibió en el fuerte Rosenkranz y les dijo en un españolestudiado de prisa:—Qué bueno que están ustedes aquí, con nosotros, para que aprendan muchascosas que no saben, si es que logran aprenderlas.Buchanan contestó en un impecable inglés:—Efectivamente, poco o nada es lo que sabemos y por esa razón nuestrogobierno nos envía para aprender lo que ignoramos, aunque nos será más fácilasimilar los estudios si nos entendemos en inglés. Todos los mexicanos queestamos aquí lo hablamos.—That is better —contestó Stodartt— but I don't know  i f that is true. I am not sure that all of you speak English, as well as you.Stodartt no tardó en convencerse de que todos hablaban inglés y que todosaprendieron rápidamente las técnicas del radar. Un mes después, los equipos,cedidos sin costo alguno por el gobierno de los Estados Unidos, pasaban lafrontera a cargo de los mexicanos y se instalaron en punta Colnet, don-detrabajaron hasta el fin de la guerra. [52]

El deseo de intervenir en México 

Sin embargo, los Estados Unidos no renunciaban a su intención de intervenir directamente en México y propusieron que "con la representación de ambosmandos se constituya una comisión en Tijuana encargada de estudiar y

Page 138: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 138/226

recomendar las modalidades que a su juicio sean convenientes para articular ladefensa conjunta de las costas occidentales de México y de los Estados Unidos".

 Aceptada la propuesta, Cárdenas recomendó a la comisión mexicana,encabezada por el general Juan Felipe Rico, que siguiera las instruccionessiguientes:

1) Hacer ver que México estaba en una guerra que no era suya, pero queaceptaba como propia comprometiendo y exponiendo todo, inclusive el futuro desu propia existencia Por consiguiente, no había lugar a duda en su conducta. Eranecesario convencer a los americanos de que, disponiendo México de mediosapropiados, defenderíamos lo nuestro, defendiendo así su propio territorio.2) Todo lo que esa comisión tratara quedaría sujeto a la aprobación del gobiernomexicano.3) Exponer nuestro punto de vista respecto a la forma como pensábamosdefender la Baja California.4) Concretamos, absolutamente, al estudio profesional del problema y por ningún motivo tocar asuntos de carácter político.S) Escuchar atentamente a los oficiales norteamericanos y analizar con cuidadosus juicios, pero sin comprometer nuestra conducta."En esencia —escribe Alamillo Flores— el plan norteamericano quería obligar anuestro país a que por su propio albedrío aceptara la intervención amistosa de losEstados Unidos en defensa de nuestras costas y de las suyas, advirtiendo quenosotros podríamos hacer lo mismo en territorio americano. El documentoagregaba que estábamos en libertad de organizar tantas grandes unidades comolas que ellos empleaban en la defensa de California y que el material nos seríaproporcionado exactamente en igualdad de número y calidad al de ellos, deacuerdo con las exigencias de la guerra, en la inteligencia de que cadacomandante dependería de sus respectivos gobiernos, sin subordinación políticamilitar a los mandos de los países en donde actuara." [53]Los mexicanos, a su vez, propusieron concretamente: a) que en el caso, muyremoto, pero no imposible, de que tropas americanas penetraran a México, todasquedarían bajo los mandos mexicanos; b) que todo material de guerra aislado ocon sus tropas que pasara nuestra frontera, por ese solo hecho sería consideradocomo mexicano; c) que México se reservaba el derecho de hacerse pagar por elgobierno de los Estados Unidos los gastos que esa guerra ocasionara, y por último, d) que los norteamericanos nos dijeran con franqueza cuáles eran sustemores en Baja California y cómo pensaban podría ser defendida para que elejército mexicano se encargara de cumplir esa misión.Existía una divergencia de puntos de vista y no se llegó a ninguna conclusión. Alfinal se recibió un mensaje del general Cárdenas, en el que ratificaba laspropuestas mexicanas, y los americanos se retiraron proponiendo textualmente"que una visita del general Cárdenas a los Estados Unidos solucionaríadefinitivamente estas pequeñeces y reforzaría la enorme fuerza moral de nuestrosaliados al saber cómo recibíamos a una de las más grandes y discutidas figurasmilitares y políticas en el mundo entero".Cárdenas al principio rechazó la invitación, diciéndole in-dignado a su jefe deestado mayor, cuando éste regresó de Tijuana:—No, coronel, yo nada tengo que hacer en los Estados Unidos; lo que tengamos

Page 139: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 139/226

que arreglar lo arreglaremos aquí, en México. No olvide usted que la influenciadura hasta que se pone a prueba. ¿A qué voy a los Estados Unidos? ¿A qué? ¿Aqué voy? ¿A que me exhiban como a los toros bravos con una argolla en la nariz?No señor, yo no iré.

 Al día siguiente, Alamillo Flores llegó a la comandancia.

Estaban con el general Cárdenas, Abelardo Rodríguez, Mújica, los generales JuanFelipe Rico y Agustín Olachea y el comodoro Roberto Gómez Maqueo. Cuandoentró Alamillo, Cárdenas le dijo:—Repita usted, ante estos señores, los informes que me trajo de Tijuana y dígalespor qué piensan los miembros de la comisión mexicana que yo debo ir a losEstados Unidos.—Mi general, como dije a usted, nuestros trabajos culminaron en un callejón sinsalida; los americanos insistiendo en que se les permitiera pasar a México,nosotros rechazando su petición, asegurándoles que somos capaces dedefendemos. Ninguna de las partes cedió, y para resolver tan delicada situaciónproponen ellos una reunión de comandantes, comprometiéndose a tomar lainiciativa previa aprobación de usted. Esto me hace pensar, señor, que quierennegociar, lo cual es ventajoso para nosotros porque no dudo ni un instante que lasola presencia de usted en San Francisco será suficiente para que este asunto seresuelva favorablemente. Otra solución "consistiría en que fuera usted quien losinvitara".El general Abelardo Rodríguez quiso intervenir y Cárdenas se lo impidió. Mújicadio unos pasos, se acercó al coronel Alamillo Flores y dijo:—He venido a colocarme de este lado, al lado del coronel Alamillo, para decir austed, mi general, que estoy completa-mente de acuerdo con las ideas del coronely con su proposición, y que debe usted ir a los Estados Unidos. Las circunstanciasasí lo exigen, y como he sabido que el señor Presidente aprobaría esta invitación,debe usted aceptarla; sería más conveniente, en estos momentos, que usted fueraquien invitara a los generales americanos, pero si ellos lo llaman, vaya usted... Lahistoria será escrita por nuestros hijos, pero nos-otros debemos cumplir connuestro destino.Cárdenas dejó de pasear y miró fijamente a Mújica.—Si usted me permite opinar, mi general —dijo Rico—, quisiera informarle, porqueasí me lo ha comunicado el oficial de enlace, que los preparativos que se hacendel otro lado son como para recibir a un héroe más que a un comandante. Mirespetuosa opinión es que debe usted aceptar la invitación.Se hizo un silencio. Cárdenas se comunicó con Ávila Camacho y le pidió suautorización para que, adelantándose a la decisión norteamericana, se invitara algeneral De Witt a venir a México, y sólo en el caso de que éste aceptara,Cárdenas correspondería la visita.De Witt aceptó y en Ensenada hizo una formal invitación a Cárdenas para quepasara a los Estados Unidos con sus consejeros y ahí resolvieran de comúnacuerdo los problemas pendientes de la defensa conjunta.Una semana más tarde, los cañones del fuerte Rosenkranz saludaban la entradadel general Cárdenas. Recorrieron las instalaciones, comieron y luego entraron aun amplio salón adornado con banderas de los dos países.

Page 140: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 140/226

Se anunció solemnemente la presencia del jefe de estado mayor de Cárdenas, yéste le ordenó:—Diga usted lo procedente.—El señor general de división Lázaro Cárdenas, comandante de la Región Militar del Pacífico, con plenos poderes concedidos por el señor presidente de los

Estados Unidos Mexicanos, y aceptando la invitación hecha en nombre delgobierno de los Estados Unidos de América por el señor general De Witt,comandante del W Ejército y del comando de la defensa occidental de su país,'viene a territorio de esta nación para determinar puntos esenciales relacionadoscon la defensa conjunta de las costas occidentales de Baja California y de losEstados Unidos de América.

 Al terminarse la traducción, De Witt se levantó:—Señor general Cárdenas, yo no he venido aquí a discutir ni a solucionar asuntospendientes. Estoy aquí con poderes especiales de mi gobierno y órdenes directasdel señor presidente de los Estados Unidos para escuchar y atender lasestimables indicaciones de usted.Los mexicanos no podían creer lo que escuchaban y Cárdenas pidió se le repitierala traducción. De Witt se levantó nuevamente y le dijo:—Efectivamente, mi declaración fue incompleta. Deseo manifestar a usted que yorecibí órdenes directas del señor presidente de los Estados Unidos para resolver estos problemas a completa satisfacción de usted.—Muchas gracias, señor general —respondió Cárdenas—. Le ruego que expreseal señor presidente de los Estados Unidos y al pueblo de su país la profundasatisfacción con que hemos escuchado sus declaraciones, manifestándoles, a lavez, el agradecimiento del pueblo de México y del señor presidente de mi país.Estamos dispuestos a luchar por la libertad y no a dictar imposiciones. Lo quenuestros técnicos determinen es lo que se hará.Se dieron las manos y una banda tocó los himnos de las dos naciones.La larga batalla había concluido. Al recibirse las peticiones de los Estados Unidos—casi presentadas en forma de ultimátum— por un momento se pensó que lastropas norte-americanas, situadas en San Diego, avanzarían sobre México parahacerse cargo de la defensa de nuestro territorio, lo que hubiera provocado laguerra, pues las tropas mexicanas estaban dispuestas a impedirlo.Roosevelt afrontó de nuevo la resistencia de Cárdenas a no ceder, y ante eldilema de respetar la soberanía del pequeño y desarmado México o desatar unacontienda que arruinaría su política de la buena vecindad, decidió plegarse a lasexigencias del general Cárdenas.El país se encargaría de su propia defensa sin intromisiones ajenas. A partir de lareunión del fuerte Rosenkranz, se redujo la magnitud de la RMP, que debíacomprender la península de Baja California y los estados de Sonora y Sinaloahasta el río Santiago; se trasladó el cuartel general a Mazatlán, y se unificaron enun solo mando los dos territorios de la península, dejando, como un mandoautónomo naval, Isla Margarita y Bahía Magdalena.Las previsiones del general Cárdenas fueron exactas. Ni los japoneses atacaronnuestras costas ni se aceptó la intromisión de los Estados Unidos ni Méxicoderrochó su poco dinero en un armamento costoso e innecesario. Nos limitamos alibrar una batalla moral y esa batalla se ganó una vez más debido a la sagacidad y

Page 141: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 141/226

a la prudencia del comandante de la Región Militar del Pacifico. Sin embargo, unanota de su diario, escrita el 16 de mayo de 1942, nos describe las tensiones casiinsoportables a que estuvo sometido: "Ensenada. Nunca, ni en la mismapresidencia de la República, llegó mi preocupación y mi inquietud a ser tan hondacomo hoy que veo las graves amenazas que rodean al país; acuerdo de la

Comisión México-Norteamérica reunida en Washington, pidiendo la penetración degrupos del ejército norteamericano."Contra los mismos cálculos de los Estados Unidos, la guerra para México no selibró en el Pacífico sino en el Atlántico, cuando fueron torpedeados por submarinosalemanes los barcos-tanques Potrero del Llano y Faja de Oro.

 Al conocer el hundimiento del Potrero, Cárdenas le escribió una carta a ÁvilaCamacho: "La protesta ha sido enérgica y muchos sectores están pidiendo ladeclaración de guerra. Considero no debe precipitarse para una declaración así.Hay que conocer primero si se tienen o no los fundamentos legales y morales paradeclarar la guerra. Debemos tomar en cuenta la misión que desempeñaba el barcoal ocurrir el hundimiento en aguas fuera de nuestra jurisdicción. Cuando se quierea toda costa ir a la guerra por otros intereses no faltarán motivos, pero se carecerásiempre de causas morales que lo justifiquen. Estoy seguro que usted, señor Presidente, obrará con serenidad y patriotismo en el presente caso."Llamado a Los Pinos, el Presidente le dijo que el gobierno se veía obligado adeclarar la guerra a los países del Eje con motivo de la agresión sufrida. "Lemanifesté —escribe Cárdenas en su diario— cumplía a mi deber, cuando muchagente, principalmente los de la propia administración oficial, opinabanfavorablemente a la declaración de guerra, hablarle también de mi parte, sobre losinconvenientes que representaba tal declaración; pero que en una u otra situaciónestaría a las órdenes del gobierno."

El secretario de la Defensa 

El 11 de septiembre Cárdenas rindió la protesta de ley como secretario de laDefensa Nacional, y el día 15, por iniciativa del Comité de Unificación Nacional, sereunían con Ávila Camacho en una tribuna ante el Palacio Nacional, que lucíacolgaduras de terciopelo, los ex presidentes de México, con la sola excepción de

 Álvaro Obregón, es decir, los protagonistas de una historia iniciada en 1920 con lamuerte de Carranza y el ascenso a la presidencia provisional de Adolfo de laHuerta. De la Huerta, después del fallido cuartelazo de 1923 enderezado contra laelección de Calles, había regresado de su exilio en los Estados Unidos, donde se

sostuvo dando clases de canto, y ahí estaba, envejecido, como testimonio vivientede la antigua violencia que separó a los integrantes del sonorismo. Desde luego,las miradas se concentraban en el rostro impasible del general Calles, el antiguo

 jefe Máximo de la Revolución Mexicana, y en Cárdenas, su joven compañero dearmas que lo había derrotado en 1935. Allí figuraban los llamados "peleles" delmaximato, el astuto Portes Gil, el débil Ortiz Rubio, principal víctima del callismo, yel hábil negociante Abelardo Rodríguez. Exilados a la fuerza o voluntariamente,ricos o pobres, olvidados o recordados, los había separado el poder y ahora la

Page 142: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 142/226

guerra los juntaba y los ofrecía en aquel lujoso escenario a la expectación pública,simbolizando la superación de las antiguas disputas y el inicio de la unidadnacional. Sin duda, casi todos se odiaban entre sí, pero debían mostrarse serenosy amistosos. De lo que pensaron al verse reunidos nada sabemos a excepción deCárdenas que escribió el mismo día: "Al encontrarnos los ex presidentes reunidos

en el despacho del señor Presidente nos saludamos con cordialidad yconversamos como si no hubiéramos sido unos y otros entre sí factores deacontecimientos políticos que llegaron a distanciamos."Indudablemente que sí ha servido esta reunión para hacer patente, ante lanación, que el gobierno de la República cuenta con seis voluntades más, seissoldados unidos al con-junto nacional que ofrecen integralmente sus servicios a lapatria."En 1935 el gobierno a mi cargo tuvo que disponer la salida del país del generalCalles, en vista de la agitación política que provocó su actitud de oposición,asumida a raíz de las declaraciones que hizo en junio de ese mismo año, por conducto del licenciado Ezequiel Padilla, en contra de las huelgas y de la políticaobrerista del gobierno."Desde entonces el general Calles permaneció en el extranjero hasta 1941 queregresó al país."Cárdenas ignoraba entonces que el llamado a la unidad nacional —reiterado a lolargo de los años— sería un elemento más para anular la lucha de clases utilizadapor él como un arma revolucionaria. Se iniciaba una época de componendas ytransacciones.El 27 de agosto de 1945, terminada la guerra, Ávila Camacho debió aceptar lasolicitud de retiro que Cárdenas le había presentado desde 1944 ante laproximidad de las elecciones. Éste comentó en su diario: "Algunos elementostratarán de molestar en mi persona al señor Presidente, y siguiendo la línea deconducta que me he trazado, de velar por la respetabilidad del primer magistradode la nación, debo dejar la Secretaría que es a mi cargo."En la breve recapitulación de su trabajo de esos años, cuenta de preferencia sumisión de comandante de la Región Militar del Pacífico.La tenacidad y la energía de Cárdenas por mantener aleja-dos del territorio a lossoldados y técnicos del ejército norte-americano había triunfado. Todos loscampos aéreos que entonces se construyeron, las estaciones de radar y otrosservicios estuvieron siempre a cargo de mexicanos, y si bien muy contadostécnicos estadounidenses se ocuparon de equipos muy especializados, siempreestuvieron bajo el mando directo de nuestros oficiales.La guerra representó un sacrificio. Se gastaron algunas sumas en adquirir pertrechos militares, construir alojamientos y diversas instalaciones. El Escuadrónaéreo 201 tomó parte en las batallas del Pacífico, así como muchos miles demexicanos residentes en los Estados Unidos fueron de gran ayuda en los camposde trabajo y en los ejércitos norteamericanos."Con este sacrificio —comenta Cárdenas— México ganó respetabilidad y dioejemplo de patriotismo y dignidad, sin autorizar intromisiones como otros paíseslatinoamericanos que permitieron la ocupación de los Estados Unidos."La segunda Guerra Mundial terminó de darle al ejército mexicano el carácter profesional que había iniciado en su tiempo el general Amaro. Cárdenas lo

Page 143: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 143/226

reorganizó con vistas a la defensa, creó el servicio militar obligatorio, nombrósiempre en los puestos de mando a nuevos y capaces oficiales, alejados de lapolítica, cuidó la educación y la salud de sus miembros, y asistía a las prácticas einspeccionaba los cuarteles con su habitual sentido de la responsabilidad.

EL CIVILIZADOR SIN DUDA, a Cárdenas se le presentó un dilema apremiante al dejar la Secretariade la Defensa. O bien su resolución de no intervenir nunca en asuntos públicos locondenaba a la impotencia, o bien, sin renunciar a ninguna de sus conviccionespolíticas, buscaba el apoyo de los gobiernos para emprender una tarea civilizadorade grandes alcances. Cárdenas se inclinó resueltamente por la segunda opción, yel 21 de abril de 1947 sometió al presidente Miguel Alemán un programa sobre lacuenca del Tepalcatepec que, aprovechan-do el agua del río y de sus afluentes,debía financiarse en 10 años con el incremento de la producción. Alemán,partidario de las grandes obras de ese tipo, aceptó el proyecto y lo nombró vocalejecutivo de la Comisión del Tepalcatepec.La decisión de Cárdenas —como todas las suyas— debía tener importantesconsecuencias para su propia vida y para la de México. Él va configurando sudestino anticipado, meditadamente, desde mucho antes de ocupar la presidencia,y siempre, a pesar del exceso de trabajo y de preocupaciones, no deja de pensar en su tierra ni en visitarla cuantas veces le es posible."Jiquilpan —escribe el 19 de enero de 1947— sigue representando para mí elmayor atractivo. Vengo aquí con verdadero agrado y me siento en familia contodos los del pueblo, que son muy afectuosos y que me han dado numerosaspruebas de su leal amistad. Amalia y Cuauhtémoc tienen también preferencia por Jiquilpan." Y no sólo es Jiquilpan. Le atrae igualmente Pátzcuaro a la orilla del lago, elarbolado Uruapan —futura residencia de la Comisión- o el caluroso valle de

 Apatzingán.Michoacán es una tierra muy vieja y muy nueva. A los valles de las altas mesetas,circundados de bosques y de lagos, suceden las sierras de basaltos y la tierracaliente con sus desolados litorales. Ahí florecieron la cultura tarasca y laspreciosas ciudades del Virreinato, masa pesar de tanta belleza —la de sus gentes,la del paisaje— Michoacán da toda-vía la impresión de que todo ese esplendor está intocado. La buena tierra se cultiva pobremente, los ríos se pierden en el mar sin ningún provecho y hay demasiadas gentes y aguas en unos lugares y

demasiada sequía y soledad en otros.Michoacán lo que necesitaba era un hombre excepcional, capaz de domar los ríos,construir caminos y pueblos, multiplicar los ganados y los cultivos, preservar losbosques y despertar a la gente hundida en la miseria y en el olvido. En pleno sigloXX, Cárdenas volvía hacia atrás —a los tiempos del "Tata Vasco" que trató deimplantar la utopía de Tomás Moro en América—, lo que significaba asimismo unvolver al pueblo del que había salido y emprender desde abajo un nuevo génerode existencia.

Page 144: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 144/226

Posiblemente debido al carácter trashumante del soldado, Cárdenas seacostumbró a no estarse tranquilo en su casa. Una buena parte de su extensodiario la ocupa la interminable, tediosa, escueta lista de su incesante peregrinar.Vivía literalmente a bordo de su automóvil y consumió varias generaciones dechoferes. El último me refirió que el general llevaba un registro de los miles de

kilómetros recorridos mensualmente, que cuando viajaba en compañía de susamigos o de sus colaboradores lo hacía en la parte trasera, que durante lasnoches examinaba sus papeles o tomaba notas alumbrándose con una lamparitafijada al tablero y que cuando iba solo dormía a campo raso o acurrucado en elinterior de su casa rodante.No le importaban los malos caminos. Comía con frecuencia una lata de sardinas,comprada en un tenducho de pueblo, o los frijoles y las tortillas que le ofrecían susamigos los campesinos.Parecía que un duende interior lo empujaba a caminar sin descanso. Se habíafamiliarizado con la gente. Y con los árboles, que él veía como a seres vivosdignos de los mayores cuidados: vigilaba el desarrollo de los pequeños situados alborde de la carretera, se preocupaba por los bosques propiedad de los indios, y enlos años cuarentas se empeñó en sembrar de olivos una porción de Michoacán,tomando como ejemplo los que había plantado Vasco de Quiroga en el siglo XVI.Cuando descubría un incendio ordenaba parar el auto y él mismo lo apagaba consu chofer y sus ayudantes o hacía traer a los soldados del campamento máspróximo. Un viejo que contemplaba estas escenas se mostró incrédulo y le dijo:—Todo es inútil, señor.—¿Cómo que es inútil? —preguntó el general.—Llegan los cuervos, se llevan una brasa en el pico, avivan el fuego agitando susalas y producen nuevos incendios. —¿Y por qué lo hacen?—Porque con las llamas salen los animales y ellos tienen harta comida. Esto es enverdad lo que pasa.—Me has dado una lección. Ahora debemos apagar hasta la última brasa.

 Asimismo, no había ríos, lagunas, arroyos, veneros de aguas termales oyacimientos de mineral que no lo atrajeran de manera poderosa. Él era ante todo ysobre todo un civilizador. La paradoja terrible de una población miserable yenferma que agonizaba rodeada de grandes riquezas naturales constituía para élun tormento que sus viajes, al parecer sin sentido, a diario renovaban.La muerte del general Rafael Sánchez Tapia, ocurrida el 2 de abril de 1947, diolugar a uno de sus rarísimos desahogos. Sánchez Tapia, que había participadocomo secretario de Economía en la cancelación de las concesiones a la empresaextranjera dueña de los depósitos de fierro de Las Truchas, decretada el año de1937 por el general Cárdenas, y en los proyectos para fundar una empresasiderúrgica —proyectos que interrumpió la guerra— ya bajo el gobierno de ÁvilaCamacho, conociendo el valor de los minerales solicitó y obtuvo su concesión y seapresuró a venderla en un millón de pesos a la antigua empresa ex propietaria delos ricos yacimientos..Cárdenas, al conocer la maniobra, formó un expediente y solicitó la intervenciónde Ávila Camacho a fin de revocar el ilegal traspaso. En marzo de 1946 visitó LasTruchas y ordenó grabar en una de las mojoneras que acotaban el terreno:

Page 145: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 145/226

"Yacimientos entregados por los vendepatrias."Escribió en su diario: "Lo anterior no debe ocultarse a la nación. El propio gobiernodebe darlo a conocer para exhibir estas lacras sociales que lo mismo brotan de lasfilas revolucionarias que de las filas conservadoras. Su publicación servirá paramantener alerta a la nación en defensa de las riquezas naturales del país que

deben utilizarse en su propio progreso y no permitir que se concesionen acompañías extranjeras que las mantienen como reservas de interesesimperialistas. Gobierno o individuo que entrega los recursos naturales a empresasextranjeras traiciona a la patria."

 A partir de entonces Cárdenas empleó toda su influencia en recobrar Las Truchas,lo que al fin logró después de una larga batalla. Desgraciadamente su muerte leimpidió asistir al nacimiento de la principal siderúrgica del país, que hoy lleva sunombre y ha dado lugar a una industria y a una ciudad.Un año después, Lombardo Toledano, en Uruapan, le ofreció la dirección delrecién fundado Partido Popular, y Cárdenas rechazó la propuesta del mismo modoque antes no aceptó la dirección de la FAO.

 Al rechazar la propuesta de Lombardo, en vez de abrir el camino a la democracialo cerró sin proponérselo. Cárdenas en aquel momento era el principal personajepolítico de México y el solo hombre capaz de construir un poderoso partidoindependiente con el respaldo de las clases trabajadoras y de los intelectualesprogresistas, pero en él pesaba mucho su decisión de no intervenir en la políticaactiva y su respeto ilimitado a la figura del presidente.Seguía creyendo que el Estado era, por su propia naturaleza, el regulador y elorientador de la vida social, política y económica del país, y no entendió que estafuerza excesiva se iba vaciando de su contenido revolucionario y perseguía lafinalidad de fortalecer a la burguesía en detrimento de los obreros y de loscampesinos.Cárdenas, además, tenía la certidumbre de que él había cumplido su deber dentrodel tiempo legal que le correspondía y que cualquier participación suya en la luchapolítica constituía una intromisión que habría de resucitar las vie jas disputas.Ya a partir de Ávila Camacho se encerró en un silencio que le ganaría elsobrenombre de "la Esfinge de Jiquilpan". Los periodistas lo acechaban y loperseguían inútilmente. Nunca habló, nunca se comprometió con una declaraciónimprudente, y nunca, según su propósito, respondió a sus detractores.

 Antonio Díaz Soto y Gama, en un mitin celebrado en favor del candidato EzequielPadilla, dijo que la infiltración comunista la protegían el general Cárdenas yLombardo. Cárdenas, el 17 de junio de 1946, escribió en su diario: "Nunca henegado mis personales simpatías a un sistema social como es el comunismo, quesuprime las oligarquías, los privilegios las inmoralidades y que emancipa a lacolectividad de toda lucha de clases."El hecho que cita Soto y Gama carece de realidad. La "infiltración comunista,como toda idea de liberación, la estimulan las oligarquías y las injusticias de lasclases privilegiadas que abusan y lucran con la ignorancia y la miseria del pueblo."Durante la administración que presidí, todos los ciudadanos del país tuvieronlibertad para actuar y manifestar sus propias tendencias y así lo aseguran laspublicaciones de la prensa amiga y enemiga."Las actividades comunistas en México existen de muchos años atrás. El mismo

Page 146: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 146/226

Soto y Gama tomó parte en las manifestaciones de 1920 cuando se izaba, por algunas horas, en el Palacio Nacional, la bandera rojinegra. Que ahora searrepienta de su radicalismo de entonces para cantar alabanzas al `ordencristiano' es corriente en individuos que equivocan la verdadera naturaleza de suspropias tendencias."

El cargo de comunista, aparecido con frecuencia, mereció comentarios privadosque sólo se conocieron después de muerto, al publicarse sus Apuntes. Tampocoexpresó lo que pensaba realmente de sus sucesores. El 30 de noviembre de 1946escribió este comentario acerca de Ávila Camacho: "El general Ávila Camachotermina hoy su periodo constitucional y sale dejando un saldo de afecto y cariñoen la mayoría del pueblo mexicano."Su labor fue intensa en lo internacional y más en el propio país. Se significó por su empeño en la educación pública y por las obras materiales de interés socialque realizó su gobierno en diferentes entidades de la República." Afortunadamente, el gobierno del señor general Ávila Camacho procedió con uncriterio legal, ajustándose a los principios morales y sociales de la ConstituciónPolítica que rige la vida del país."Ya el 10 de septiembre había escrito: "La responsabilidad histórica del presidente

 Ávila Camacho por lo que se refiere a la nacionalización de la industria petroleraestá salvada."Para él, de acuerdo con estos breves juicios, la obra de Ávila Camacho resultópositiva y no lo defraudó, sobre todo en su intento fundamental de asegurar parael país la riqueza petrolera. El gobierno de Ávila Camacho fue anormal porquetranscurrió paralelo a la segunda Guerra Mundial. En este sentido resistió laspresiones de los Estados Unidos y no les permitió que su ejército ocupara elterritorio nacional, sino, antes bien, los obligó a respetar la soberanía de unanación casi desarmada, y le dio a Cárdenas la responsabilidad de nuestradefensa. Ávila Camacho mantuvo una parte de la reforma agraria y prosiguió latarea de crear una infraestructura. Cárdenas, que al principio de la guerra aceptóla idea de la unidad nacional, el último día de 1945 advirtió sus riesgosescribiendo: "La unidad nacional la logró el presidente Ávila Camacho en defensade la patria al entrar México a la guerra contra los países del Eje. Pero unidadnacional permanente, que permita vivir en franca armonía a todos los sectores,resulta imposible en toda democracia de tipo capitalista. Puede haber unidad por sectores en defensa de sus propios intereses, pero no unidad nacional. Esto sóloserá posible cuando llegue a establecerse un sistema político económico decarácter socialista."La unidad nacional atenuó y casi nulificó la lucha de clases que Cárdenas habíafomentado y este viraje lo aprovechó la burguesía a fin de recobrar sus antiguasposiciones. Ávila Cenacho no era un revolucionario y por lo tanto no comprendió lanecesidad de otorgarle una prioridad absoluta a los trabajadores cuando másnecesitaban el apoyo del gobierno. Al alentarse resueltamente la iniciadaindustrialización, sin su contrapartida, la protección decisiva del trabajo, disminuyóel número de huelgas y se inició el manejo de los obreros con fines políticosbastardos. La reforma agraria disminuyó su ritmo y se protegió a los agricultoresprivados, lo

Page 147: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 147/226

ue motivó un principio de organización capitalista en el Campo, contrario a losintereses ejidales. La unidad fortaleció él predominio del Ejecutivo y autorizó queun ambicioso político perteneciente a la pequeña burguesía, Miguel Alemán,ocupara la presidencia.Se había encontrado el gran pretexto de la guerra para justificar la paz entre los

mexicanos, y esta paz, al institucionalizarse la Revolución, favoreció a losexplotadores en detrimento de los explotados, siempre guardándose las formas.Había nacido lo que se llamaría adecuadamente el neoporfirismo.

La cuenca del Tepalcatepec 

La cuenca del río es por sí misma un país fascinante. Gran-des planicies secasforman un extenso cañón entre la cadena montañosa del Altiplano Central y laSierra Madre del Sur. En la cadena formada por el Tancítaro y otras depresionesgigantes cruza uno de los ejes volcánicos del país. En 1759, a corta distancia y

precedido por un violento estallido, nació el Jorullo, que Humboldt tuvooportunidad de dibujar causando el asombro de los naturalistas de la Ilustración.Donde antes se extendieron espesos bosques de coníferas surgió un paisaje lunar sembrado de pequeños conos, entre los cuales se deslizaban las corrientes de lasaguas bajadas de la serranía.Casi 200 años más tarde, en la milpa de un campesino apareció una alta ydelgada columna de humo que a los pocos días dio origen al Paricutín, elbenjamín de la prolífica familia de los volcanes michoacanos. En una semana, elrecién nacido medía 150 metros, y se hacía y deshacía diaria-mente, arrojandolava, cenizas y pedruscos ardientes. De muy lejos acudía la gente a presenciar elfenómeno. Durante la noche el agresivo volcán semejaba un gigantesco fuego de

artificio. Chorros azules y amarillos, circundados de chispas, ascendían en lacolumna de humo y cenizas, y las piedras, al rojo blanco, incendiaban los bosqueslejanos, mientras el mar de lava entraba por la puerta de la iglesia como unalegión de oscuros demonios e iba sepultando las cabañas de San JuanParangaricutiro. Los pinos ardían como antorchas y en la lejana ciudad de Méxicose abría crujiendo el asfalto de las calles, las cornisas de los rascacielos caíanaplastando a los auto-móviles, y la gente, en plena calle, de noche, en piyamas,confesaba arrodillada sus pecados.

 A un lado de las planicies resecas, alimentado por los ríos que descienden de lamontaña corría el Tepalcatepec, que más adelante se une con el Balsas.Sobre la falda de los volcanes extintos se yerguen otros pequeños volcanes que la

luz de los trópicos matiza convirtiendo el paisaje en un reino mágico de Cibola.Bosques olorosos de tamarindos, cascadas y manantiales alternan con lassedientas llanuras, componiendo ese contrapunto de sequía y feracidad, demiseria y opulencia, tan peculiar de México, que responde muchas veces a susnombres misteriosos: Jorullo, Tancítaro, Paricutín, Pizándaro, Apatzingán,Parácuaro, Ziracuán, Uruapan, Pátzcuaro.

q

Page 148: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 148/226

La tierra 

Tal vez entre los tarascos habitantes de la Cuenca prevalecía alguna forma delmodo asiático de producción. Un sistema centralizado del poder sacerdotal yguerrero determinaba que se disfrutara de la tierra no por tenerla en propiedad

sino por ser miembro de la comunidad. De hecho, sobre las tierras adjudicadas alclero y a la nobleza predominaba la propiedad la propiedad comunal. La Coloniaalteró este esquema. "Los propietarios cada vez más eran comerciantes,funcionarios y eclesiásticos que vivían fuera de la región y que alquilaban suspropiedades a otros. La penetración de las haciendas de españoles en las tierrascomunales de los indígenas no sólo afectó el régimen de tenencia de la tierra, sinoque condujo también a un cambio mental en su utilización. Algunas haciendas dela zona de manantiales continuaron el sistema prehispánico de cultivar plantastropicales y subtropicales para exportarlas fuera de la Cuenca, y los cultivosnativos tales como el algodón y el cacao fueron suplantados por la caña deazúcar, el índigo, plátano y el arroz; pero casi en toda el área la agricultura

indígena fue sustituida por una intensa cría de ganado. " [54].

La Independencia no mejoró la suerte de los indios. En 1930, cinco hacendadosposeían el 56 % de las 350 mil hectáreas de la Cuenca y prácticamente lapropiedad comunal había desaparecido. Otros cinco poseían 30 mil hectáreas, y42 cerca de 90 mil."El estado de Michoacán había emitido en 1902 —escribe Elinore M. Barrett— unaley estipulando que las tierras de comunidades indígenas no podrían venderse nihipotecarse, y que cada pueblo debería nombrar dos apoderados a quienes seconfiarían los títulos. Sin embargo, si el gobernador no aprobaba la elección hechapor el pueblo, tenía derecho de nombrar a quien mejor le pareciera. Por esta razón

la mayoría de los nombramientos fueron hechos por el gobernador, y los títulos delos pueblos acabaron en manos de políticos cuyo interés era, no el conservar lastierras para el pueblo, sino de beneficiarse en forma personal, generalmenterentándolas a los hacendados. De esta manera las comunidades indígenasperdieron sus tierras. Ya para la época de la reforma agraria no quedaban tierrascomunales de ninguna clase en la cuenca del Tepalcatepec."

Lo que se hizo y lo que no pudo hacerse 

 Al separarse el general Cárdenas de la Comisión del Tepalcatepec, la región queél conociera de adolescente era otra totalmente nueva. Si en 1947 se regaban 10mil hectáreas, las presas, los pozos y los canales construidos durante suadministración regaban 85 mil, a un costo de 3 mil pesos mientras el promedionacional por hectárea era de 6 250 pesos.Cárdenas, como en su época de presidente, hacía las cosas bien hechas yvigilando el empleo del último centavo. Le hubiera sido fácil comprar un avión o unhelicóptero y prefirió pasarse jornadas enteras viajando a pie o en cochesdestartalados; sus oficinas siempre fueron modestas y sus empleados los

Page 149: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 149/226

necesarios.Confiaba siempre en los profesionistas jóvenes, a quienes infundía su amor altrabajo, y detestaba a los burócratas de escritorio que hoy constituyen una de lasmás pesadas cargas de la nación. Él revisaba los planes de las obras y vigilaba sudesarrollo paso a paso; no le importaba andar una jornada para resolver un

problema por pequeño que fuere y sólo así logró hacer tanto, en tan breve tiempoy con tan poco dinero.Siguiendo el ejemplo de Cusi, se ocupó intensamente de los limones sicilianos.Treinta años después, los veinte mil árboles de 1920 se habían triplicado yconstituían el principal cultivo de la región. En 1950, la prolongación de los canalesy la llegada del ferrocarril produjo un pequeño boom: el de los melones. Como enlos tiempos legendarios del Yaqui, el desierto, ahora regado con el dinero delpueblo, atrajo a numerosos norteamericanos, que lo explotaron empleando carrosrefrigeradores, comprándolo a los propietarios o alquilando tierras ejidales.Luego, los altos precios promovieron el auge del algodón -900 mil hectáreas en1960—, la ganadería, el arroz y el ajonjolí, pero esta agricultura de exportacióndemandaba gas-tos cada vez más altos. De acuerdo con una estimación de 1966,cultivar una hectárea de algodón costaba $ 3 829; una de melón, $ 2 222; una dearroz, $1477, y una de maíz de temporal, cerca de $ 500, mientras que la de riegodemandaba $ 663. Además debían tenerse en cuenta las variaciones del mercadoy los cambios adversos del clima, y aun si todos los signos coincidíanfavorablemente, el campesino, dotado de un. crédito oficial insuficiente, tenía lanecesidad de acudir a los préstamos usurarios. Prestaban los norteamericanosexportadores de melón, prestaban los comerciantes de limones y fabricantes deaceites esenciales, prestaban los arroceros y los grandes monopolios propietariosde las despepitadoras de algodón. Destruido el ejido colectivo desde los tiemposde Alemán, los nuevos propietarios, privados de técnicas y de créditos, alquilabansus tierras, abrían un pequeño comercio o se empleaban de peones en suspropias parcelas.Sin exageración, los antiguos llanos estériles de la Cuenca se habían convertidoen un edén. Las flores blancas y purpúreas del algodón, los sembrados simétricosdel melón y la sandía, los espejeantes arrozales y los espesos limoneros, lasespigas del ajonjolí y las milpas componían una plantación tropical de las mejoresdel mundo, pero, como en todas las grandes plantaciones, las apariencias eranengañosas: se enriquecían los norteamericanos, los alquiladores de tierras, losvendedores de insumos y de maquinaria, los bancos, los dueños de lasdespepitadoras, sin que lograra mejorar radicalmente la suerte del campesino.Por añadidura, nunca a la gran masa se le dio acceso a la revolución verde. Losinsectos tropicales se hacían inmunes a los nuevos plaguicidas y era insuficienteque los aviones fumigadores arrojaran nubes irisadas de veneno sobre losalgodonales o que nuevas máquinas esparcieran sustancias mortales sobre losmelones y las sandías. Los insectos lograban vencer sus acometidas y cada añose debía aumentar el volumen de los plaguicidas para obtener un respiro en ladura batalla, y si bien era difícil el manejo de las máquinas y del arsenal de lanueva química, resultaba imposible dominar los lejanos mercados acaparados por los comerciantes norteamericanos, más voraces y resistentes que los insectos deltrópico.

Page 150: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 150/226

Un programa de presas y de pozos, de caminos, de sanidad, de agua potable, deenergía eléctrica y de mejores casas, con un reparto de tierras generoso, beneficiósin duda a los habitantes de los antiguos llanos áridos."La Comisión ha tenido un éxito innegable en la promoción del desarrollo de laregión —concluye Elinore M. Barrett—. A pesar del alto crecimiento de la

población, hay más servicios públicos y aumentaron los ingresos. Pero hay queadvertir que hasta el momento los beneficiados del programa de la Comisión hansido los inversionistas y comerciantes que promueven el cultivo del algodón y delmelón y no los agricultores locales. Esto sucede en las zonas regadas con obrasgubernamentales, y quizá sea una etapa necesaria dado lo limitado del crédito y laescasez de técnicos. Inclusive puede ser conveniente desde el punto de vista deformación de capital como fuente de ingreso de divisas extranjeras, pero en laregión sólo ha reforzado el colonialismo económico. El volumen de los ahorrosacumulados por los residentes permanentes para invertir en mejoras agrícolas alargo plazo, ha sido relativamente bajo. La siembra extensiva del algodón haimpedido el óptimo aprovechamiento de la tierra y del agua. El uso indiscriminadode insecticidas comienza a causar daños a la salud y a la ecología. Y en ciertosentido, por lo menos hasta ahora, el deseo del gobierno de ayudar al desposeídodándole tierras primero y construyendo un sistema de riego después se hadesvirtuado."

 A todo lo anterior —con ser demasiado— debe añadirse la corrupción reinante enla cuenca del Tepalcatepec; los empleados del Banco Ejidal, cuando no eranincompetentes, resultaban unos ladrones y unos ambiciosos de poder político.Ellos mismos alquilaron tierras, se hicieron acaparado-res de insumos ymaquinaria, y lo que es peor: enseñaron a robar a los comisarios ejidales. Uno deellos se apoderó de los huertos de limones pertenecientes a Lombardía y otro deuna gasolinera comunal. Cuando yo pasé por ahí en 1971, dos campesinosharapientos tenían a su cargo la gasolinera mientras el comisario purgaba unacondena en la cárcel. Yo les pregunté:—Bueno, ¿por qué se dejaron robar tanto tiempo?-¡Ay!, jefecito —me contestó uno de ellos—, porque si protestábamos noshubieran mandado a platicar con San Pedro y es mejor estar vivo que estar muerto. La agricultura, el crédito, los problemas agrarios, incluso la distribución delagua —para no hablar de los mercados—, ataban fuera de la jurisdicción deCárdenas. Su labor esencial consistía en coordinar a las diversas dependenciasdel Estado para crear la necesaria infraestructura, pero él no podía luchar ni conlos acaparadores de la tierra y de los insumos ni, en términos generales, contra elsistema del neolatifundismo imperante en el último decenio.No hubo, dicho en otros términos, políticas adecuadas para promover la plenautilización de las obras, ni para asegurar las inversiones suplementarias a fin delograr un des-arrollo regional equilibrado. Desde luego, en su conjunto se beneficióla nación y se corrigieron muchos aspectos sociales —insalubridad, violencia, faltade luz, de agua potable, incomunicación, bajos ingresos—, pero a estos asuntosse dedicó la menor parte de la inversión, como fue el caso de todas las comisionescreadas entonces, carentes de autonomía y de recursos propios.Nosotros, los llamados intelectuales, al contemplar la des-igualdad imperante y elcrecimiento del desempleo nos re-torcemos las manos y exclamamos que las

Page 151: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 151/226

cosas ya no tienen remedio. Cárdenas, por el contrario, en vez de gemir trabajabaen lo suyo, y en vez de desesperarse confiaba en los campesinos. "El pueblo deMéxico —escribió en 1959— tiene sensibilidad, es un pueblo valiente que por sufe en sí mismo y ante una causa justa, cuando es necesario, entrega su vida. Coneste material humano, popular en sus entrañas y en sus aspiraciones, lo que le

falta es encontrar tiempo para su organización; y en tanto no lo pueda hacer, damuestras de estoicismo probado también en mil ocasiones. Con estosantecedentes cabe afirmar que el problema de México no es hacer el pueblo, elpueblo está de por sí formado, desintegrado sí, por las contiendas internas, faltode unidad hacia una mística común.""La única forma de enseñar y servir a las masas —afirmaba— es convirtiéndoseen discípulo de ellas. El mayor bien para el mayor número de personas es elcriterio de la verdad en la historia de la humanidad."Siguió hasta el fin sus normas de conducta. Servía a las masas aprendiendo deellas, y así pasó 11 años de su vida y el periodo de dos presidentes: Miguel

 Alemán y Adolfo Ruiz Cortines.

La nueva política 

Miguel Alemán fue de hecho, y con la sola excepción de Madero, el primer civilque desde 1876 ocupó la presidencia de la República. Oscuro abogado, dotado dela simpatía propia de los veracruzanos, insinuante, hábil y no desprovisto deinteligencia, su figura contrastaba con la apacible y opaca del general ÁvilaCamacho.Empeñado en hacer resaltar la bondad de un régimen civil nombró un gabinete deprofesionistas distinguidos. Heredero de los ahorros acumulados durante la

guerra, con el petróleo nacionalizado, una demanda interna creada por la reformaagraria y sin temor de cuartelazos y asonadas, Alemán pudo entregarse a terminar las obras materiales que inició el general Cárdenas y a emprender ambiciososproyectos como el del imperio agrícola del Noroeste o el notable de la cuenca delPapaloapan.Pocos meses después de llegar al poder inició su ofensiva contra el ejidocolectivo, reformando el artículo 27 constitucional. La dimensión mínima de laparcela se fijó en 10 hectáreas; a los propietarios de tierra se les concedió elderecho de amparo, y la pequeña propiedad en tierras de riego aumentó de 50 a100 hectáreas, en ciertos cultivos muy productivos a 300, y a más tratándose deranchos ganaderos.

El primer punto fue casi teórico, ya que la tierra estaba muy repartida y pocos eranlos ejidatarios que tenían 10 hectáreas, pero el segundo, relativo al amparo, y eltercero, que aumentaba la extensión de la pequeña propiedad, tuvieronConsecuencias deplorables.Cualquier petición legítima de parte de los campesinos sin tierras tropezó con unaapelación legal casi insalvable, y por otro lado, los dueños de grandes extensioneslas repartieron fraudulentamente entre sus familiares, o muchas nuevas tierrasabiertas en los distritos de riego se entregaron a funcionarios o amigos que no las

Page 152: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 152/226

trabajaban personalmente y a quienes el pueblo bautizó con el nombre de"agricultores nylon".En el fondo la política agraria había dado, esta vez sí, un giro de 180 grados.

 Alemán, puesto a elegir entre la forma ejidal trabajada como un todo y laparcelación individual de los ejidos, se mostró partidario de esta última, echando

en la balanza todo su peso.De nuevo tropezamos aquí con la corriente del autocratismo o si se quiere delpresidencialismo. Cárdenas utilizó todo el poder del Ejecutivo a fin de imponer elejido comunal; Alemán lo utilizó para favorecer la propiedad grande o me-diana.Las reformas en sí mismas significaban poca cosa en la teoría, como poco habíasignificado el artículo 27 antes de Cárdenas —podía ser objeto de aplazamientoso de transacciones—, pero mucho en la práctica. Si el presidente Cárdenas habíapuesto en movimiento todo el conjunto administrativo en favor de lacolectivización, el presidente Alemán lo puso en favor de la propiedad individual, yeste cambio lo propiciaron decididamente el aparato judicial y administrativo y losorganismos gubernamentales que tenían a su cargo los problemas agrarios.Desde todos los niveles se lanzó una ofensiva contra el sistema comunal, y elresultado inmediato fue una notable afluencia de capital a la agricultura: semultiplicaron los ranchos de los políticos, de los ricos y de los generales —sedespertaron millares de vocaciones agrícolas—, en tierras regadas con el dinerodel pueblo o en tierras compradas a los campesinos pobres, y esta afluencia deldinero fue la base de un aumento en la producción agrícola. "Especialmente esesto cierto en lo que se refiere al capital agrícola, pues el que estaba en poder delos capitales priva-dos aumentó de 658 a 1 164 millones de pesos (a precios de1950), mientras que el capital ejidal prácticamente permanecía constante en 735millones de pesos. Consecuentemente, la contribución ejidal a la producción totalbajó a un 37.2 % después de haber alcanzado un 50 % en 1940." [55]La política agraria benefició al sector privado de un modo considerable, y no sólodebilitó al sector ejidal, sino que inició su lenta descomposición. A partir de 1948,únicamente prosperó en el campo el que tenía dinero e influencia política. Elejidatario, combatido, sin créditos suficientes y sin otro bien que su diminutaparcela, se vio en la necesidad, como hemos dicho, de caer en poder de losacaparadores y los prestamistas, de vender baratas sus cosechas a los dueños dela maquinaria o de los mercados, y las mismas autoridades ejidales secorrompieron y acapararon tierras o las vendieron, transformándose en caciques."¿Había fallado la reforma agraria?", se pregunta Salomón Eckstein, y él mismo secontesta citando la afirmación de Edmundo Flores que decía en 1956: "La reformaagraria cumplió su cometido al destruir la organización política, social y religiosaque se sustentaba en el monopolio de la tierra." En efecto, la hacienda, con susgrandes extensiones mal cultivadas y su mano de obra barata, ya no existía. Adespecho de algunas propiedades desmesuradas, se habían realizado los sueñosmás ambiciosos de los viejos revolucionarios, pero el monopolio de la tierra seguíaexistiendo a través del alquiler de la parcela ejidal, del acaparamiento o de la pro-piedad trabajada técnicamente con óptimos recursos. El campesino pobre —lainmensa mayoría— estaba perdido y sólo prosperaban el campesino rico -200hectáreas de tierra, regadas y trabajadas con sistemas modernos, equivalen a unahacienda del porfirismo--, el nuevo absentista y el nuevo jefe político, disfrazado

Page 153: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 153/226

de diputado, de alcalde, de gobernador, de general, de líder agrario. Por añadidura, el ejido era explotado por los ingenios azucareros, las despepitadorasde algodón y arroz, las desfibradoras de henequén, las harineras, los monopoliosdel café, de la copra, de los cereales y de las verduras, los bancos y los grandescomerciantes.

 Así pues, si el ideal de la Revolución consistió en destruir el latifundio y en crear lapequeña propiedad, este ideal, alcanzado por un Presidente reaccionario, carecíade valor, en vista de que no logró mitigar la miseria del campesino, sino originar elminifundismo, dislocar un sistema de producción, llenarlo de contradicciones alparecer insalvables y formar una nueva casta de latifundistas.En materia obrera, el presidente Alemán volvió a los métodos del callismo. Suspistoleros asaltaron el edificio del Sindicato de Ferrocarrileros, expulsaron a susrebeldes directivos e impusieron a otros encabezados por un tal Díaz de León,apodado "el charro" —de aquí que a todos los líderes obreros subordinados algobierno se les designe con el nombre de "charros"—, prototipo que se haconservado —y fortalecido— hasta nuestros días.

 Alemán se fue apoderando también de todos los grandes sindicatos industriales, afin de manejarlos políticamente, y restableció el delito de disolución social,formulado durante la guerra para combatir a los fascistas, que él y sus sucesoresdeberían utilizar contra las fuerzas de izquierda.El régimen de Alemán se caracterizó singularmente por una corrupción sinantecedentes en una serie de gobiernos nada escrupulosos, que llegó incluso a

 justificarse con una "teoría hamiltoniana", la de que para hacerse de fortunas eimpulsar el progreso era necesario negociar desde los altos cargos de gobierno.El mismo Ramón Beteta, secretario de Hacienda que logró reunir una cuantiosafortuna, les declaró a los Wilkie: "Hay muchas formas como un funcionario puedehacerse rico sin que necesariamente sean ilegítimas aunque tampoco sean éticas.Por ejemplo, un funcionario que sabe que se va a abrir una nueva carretera, o elconstructor que la va a hacer, o el que la va a ordenar; éstos pueden, ya seadirecta-mente o a trasmano, comprar terrenos que van a quedar afectados conesa carretera y así obtener un provecho. Esto éticamente no es correcto; perolegalmente tampoco es un delito." [56]Desde luego, un alto funcionario no sustrae dinero de las arcas públicas, no hacefuncionar una máquina de fabricar billetes, ni puede firmar un documento quedebe pagar la Tesorería, como hacía el general Serrano en los tiempos deObregón. No, se había adelantado mucho en ese aspecto. Los funcionarios, segúnconfiesa Beteta, especulaban con terrenos —personalmente o a través deintermediarios—, cobraban porcentajes en contratos de obras públicas y hacíanmuchas clases de negocios, aparte de que disponían de cuantiosas sumassecretas sobre las cuales no necesitaban presentar comprobantes.Cuando Luis Cabrera acusó de ladrón a un secretario de Estado, éste le dijo queprobara el cargo, a lo cual respondió Cabrera con una de sus frases lapidarias: "Lohe acusado a usted de ladrón y no de imbécil." Ningún funcionario es tan imbécil,en efecto, para dejar huellas acerca de su enriquecimiento "éticamente nocorrecto". La sola certidumbre del pueblo es que ese hombre pobre se haconvertido en un millonario, de lo cual no hay ninguna duda, aunque también aquífunciona un sistema de venganzas, de fantasías, y con frecuencia de rumores

Page 154: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 154/226

malignos y delirantes.

Peligro de reelección 

 Ávila Camacho, en parte usufructuario de la contienda Calles-Cárdenas, no mostróningún deseo de reelegirse ni de interferir en el gobierno de Miguel Alemán. Elúnico obstáculo que pudo complicar la campaña electoral de 1946 lo habíaconstituido su hermano, el multimillonario y arbitrario general Maximino ÁvilaCamacho, gobernador de Puebla, pero afortunadamente murió de un infartodespués de pronunciar un discurso amenazador, y esta muerte permitió que ellicenciado Alemán ganara sosegadamente la presidencia.

 Alemán tenía una ambición de que carecía el general Manuel Ávila Camacho. El11 de junio de 1950, el general Federico Montes le confió a Cárdenas que el jefede los Servicios de Seguridad de la presidencia trató de que firmase una protestade adhesión a Miguel Alemán y un compromiso de respaldar cualquier reforma

constitucional que llegare a decretarse en favor de la reelección o ampliación delperiodo presidencial, documento ya aceptado por otros generales. El día 12, ellicenciado Luis I. Rodríguez, su antiguo secretario particular, le refirió que elpresidente Alemán daba como un hecho el lanzamiento de la candidatura delgeneral Miguel Henríquez Guzmán. Y ya el mes anterior, el propio Manuel ÁvilaCamacho, durante una visita hecha a Cárdenas en Jiquilpan, había opinado que"a pesar de la activa propaganda reeleccionista que se ha emprendido desde lasesferas oficiales, considero que el señor presidente Alemán rechazará lasinsinuaciones para que se reelija", y comunicó a Cárdenas que, en México,algunos de sus amigos hacían trabajos en favor del general Henríquez "con laautorización de usted".

"Le agradecí su plática —escribe Cárdenas— y le manifesté que tales versionesson naturales en el medio político en que vive el país y que mi actitud apolítica semantiene in-variable; que soy amigo del general Henríquez como lo es él también."El 30 de noviembre, el licenciado Ramón Beteta, secretario de Hacienda,refiriéndose a la posibilidad de que estallara la guerra entre la Unión Soviética ylos Estados Unidos a causa de la guerra de Corea le dijo a Cárdenas: "Si estalla,el gobierno se vería obligado a tomar medidas en contra de los izquierdistas ytemo por mis amigos." Y añadió refiriéndose a los rumores políticos: "Existe unacorriente de opinión en el sentido de que se prolongue el periodo del presidente

 Alemán, en caso de guerra, para evitar con ello la agitación política a causa de lasucesión presidencial."

En marzo de 1951, el general Henríquez le preguntó a Cárdenas qué opinabaacerca de su deseo de participar en las elecciones, y don Lázaro le respondió:— A la presidencia sólo se llega por uno de dos caminos: por voluntad unánime delpueblo, a tal grado que el gobierno se vea obligado a reconocer el triunfo, ocuando el gobierno simpatiza con la candidatura en juego y siempre que no hayaoposición mayoritaria. Antes de comprometerse a una lucha que podría ser desigual, debe usted analizar serenamente la situación.El general Henríquez, que era amigo íntimo de Cárdenas desde 1922, no siguió su

Page 155: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 155/226

consejo y se lanzó a la contienda electoral, en la cual participaron también ellicenciado Lombardo Toledano y el general Cándido Aguilar. Como el propiogeneral Almazán, Henríquez era un hombre multimillonario, de gran entereza ysimpatía personal, que había logrado hacerse de numerosos amigos. Estabadispuesto a gastar una fortuna en su campaña y confiaba en salir victorioso, aun

sobre el licenciado Alemán, porque él era un centrista y un opositor del gobierno.Henríquez comprendía que si lograba ganarse el apoyo de Cárdenas, susposibilidades de triunfo aumentarían considerablemente, pero don Lázaro, fiel a supropósito de no participar en cuestiones políticas, nunca le prometió participar ensu campaña ni estimuló a ninguno de sus amigos para sumarse a su candidatura.Siguió tratándolo, sabiendo muy bien que, en aquel momento difícil, bastabarecibirlo en su casa y continuar siendo su amigo para que los partidarios de

 Alemán lo consideraran "henriquista"."Hoy en su misión de candidato —reitera Cárdenas— no tengo por qué negarle miamistad que sigue invariable en lo personal; en lo político lo respeto en susactividades, como respeto a todos los demás candidatos. Cada uno de ellos leestá haciendo con su ejercicio cívico un gran servicio a la educación democráticadel pueblo mexicano. Merecen el bien la patria."

 A todo esto, el gobierno se encontraba indeciso. Alemán resistía las presiones delos políticos empeñados en su reelección y los miembros de su gabinete sehallaban reñidos entre sí como resultado de la política del "divide y vencerás"sustentada por el Presidente.El 12 de septiembre, el general Adalberto Tejeda, en una visita que hizo aCárdenas acompañado del licenciado Gonzalo Vázquez Vela, le dijo:--Dispénsenos que le hablemos del encargo que tenemos un amigo. El señor licenciado Rogerio de la Selva, secretario particular del C. presidente Alemán,desea conocer cuál es la opinión de usted sobre la reelección del presidente de laRepública. ¿Tendría usted inconveniente en decírnosla, si usted quiere paranosotros solos, o nos autoriza que la sepa el ciado De la Selva?—No tengo reservas para ello —contestó Cárdenas— y en hacerla pública.Considero que sólo falsos amigos del presidente Alemán desean que éste sereelija. Reconozco en la suficiente inteligencia para no admitir su continuidad alfrente del gobierno y que sabrá contribuir con su ejemplo a fortalecer los principiosdemocráticos que empiezan a ejercerse en el país y no permitirá que se aliente denuevo la falsa teoría de los hombres indispensables en el poder. México cuentacon muchos valores humanos, que al tener ocasión de actuar políticamentedemostrarán su capacidad y patriotismo.La reelección, en el mejor de los casos, conduce a la dictadura, y la dictaduraprovoca la violencia. Los mexicanos estaos obligados, en esta y en variasgeneraciones más, a mantener tener el principio de la no reelección. De nohacerlo así, se llegaría —si no en una vez, en otra— al entronizamiento del poder,lo que ocasionaría una revolución, y México debe cuidarse de nuevas guerrasciviles. Debemos evolucionar a través de la organización político-social, facilitandoel agrupamiento de los ciudadanos y la formación de partidos independientes.

La respuesta hizo ver a los alemanistas que la reelección o la prórrogapresidencial enfrentarían la oposición del general Cárdenas y la del general

Page 156: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 156/226

Henríquez, cuyas influencias sobre el ejército podían ser decisivas, y como, por lodemás, el pretexto de la guerra se desvanecía, la atención del gobierno se volvióhacia la eterna, conflictiva cuestión de quién sucedería al Presidente.

 Aquí el historiador nuevamente camina a tientas. Esta vez no se trataba de elegir entre los integrantes del gobierno a un radical o a un moderado, porque no existía

ningún radical, sino a un amigo que asegurara la posibilidad de continuar elnaciente capitalismo, y el favor del gobierno pareció inclinar-se por el licenciadoFernando Casas Alemán, regente del Distrito Federal.Casi todos los secretarios de Estado se sentían con derecho a ocupar la sillapresidencial y debe haberse iniciado una lucha muy dura en el interior delgabinete. En otros tiempos el problema se habría resuelto por medio de las armas,pero no se contaba ya con el ejército; los obreros y los campesinos que habíandecidido el ascenso del general Cárdenas estaban severamente controlados, y elpoder de elección parecía recaer en un Presidente indeciso, rodeado de amigosmuy influyentes que se odiaban entre sí y no lograban llegar a un acuerdo.Desde luego se trata de meras conjeturas. Ignoramos hasta qué grado, en mediode aquella confusión, el Presidente pudo haber logrado imponer a un amigo de supreferencia, si en efecto él se inclinaba por la candidatura de Casas Alemán, o por qué razones no pensó en el licenciado Ramón Beteta, su secretario de Hacienda,y sin duda el personaje más brillante y capaz de su gobierno.Lo que sí sabemos es que el licenciado Casas Alemán no gozaba de simpatías.Valido de su cargo había especulado con terrenos de la ciudad, haciéndose deuna gran fortuna; el periodista Pifió Sandoval había descrito, aun antes de ser ocupada, la mansión que se había mandado construir ostentosamente en una delas principales avenidas, y estos hechos, unidos a su probada mediocridad, habíanterminado por destruirlo.La crisis política determinó que, ex abrupto, se eligiera, contra las expectativas --ellicenciado Casas Alemán ya guardaba en su casa la propaganda impresa de sufutura campaña—, al secretario de Gobernación, Adolfo Ruiz Cortines, unburócrata que tenía sobre sus colegas una doble ventaja: la de ser pobre y muyviejo en relación a los otros miembros del gabinete. La designación, según lorefirió Beteta, parecía radicar en su edad. Se pensaba que los años y losachaques le causarían una pronta muerte —lo que le daría al alemanismo unacapacidad futura de maniobra—, pero con gran sorpresa se advirtió que el solohecho de ser nombrado candidato lo sacó de su media muerte y le dio unavitalidad extraordinaria."Ruiz Cortines —le dijo Beteta a los Wilkie-- tenía la idea, quizá sinceramente, quedurante la época del licenciado Alemán se había creado una minoría que se habíaenriquecido con las obras públicas y demás. Entonces creyó que la manera deevitarlo era hacer disminuir el ritmo de ese enriquecimiento, y lo único queconsiguió fue frenar al país, debido a una psicosis de miedo que se creo en lainiciativa privada. De suerte que el gobierno de Ruiz Cortines, según yo, secaracteriza por una disminución importante en el crecimiento industrial del país."En realidad, si la elección del candidato se entorpeció, no fue por causa de lapresencia de un opositor de la fuerza del general Henríquez, sino por los conflictosinternos surgidos en el mismo seno del gabinete y sobre todo por la actitud delgeneral Cárdenas que impidió la reelección del licenciado Alemán, con su sola

Page 157: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 157/226

fuerza moral.En la primera entrevista que tuvo con el general Cárdenas, el señor Ruiz Cortinesle habló de su sorpresa por haber recaído en él la candidatura y le confesóingenuamente que sólo aspiraba a retirarse tranquilamente a su casa de Veracruzal terminar el gobierno del licenciado Alemán, pero "ya en esta nueva

responsabilidad" tenía el propósito de atender el problema campesino yespecialmente el caso de Yucatán.

Como el general Mújica lo había acusado de haber servido a los invasoresnorteamericanos de Veracruz, le mostró la documentación que probaba suinocencia y se dolió del ataque.No tenía una idea clara de los asuntos de los campesinos, que Cárdenas trató deexplicarle, pero hizo ver la necesidad de moralizar todos los sectores sociales.—Sí —le respondió Cárdenas—, es una lacra que viene creciendo velozmente yque urge detener si queremos evitar nuevas convulsiones en el país."En lo general —resumió don Lázaro—, su conversación fue serena y discreta; nomencionó a sus contrincantes. Al des-pedirse cordialmente expresó: `Sólo meinteresa servir a mi patria y a la Revolución.' "Resuelta la sucesión —con la oposición de Beteta y de otros miembros delgabinete—, se puso en marcha la maquinaria estatal, que por supuesto hizotriunfar al señor Ruiz Cortines y aplastó enteramente al general Henríquez, quiendebe figurar en la historia como el último opositor de importancia al gobierno y asu brazo electoral, el reformado Partido Revolucionario Institucional. LombardoToledano alcanzó pocos votos y no logró movilizar a las izquierdas. Entre unsocialista de renombre y un general multimillonario de ideas conservadoras, losvotantes se inclinaron por Henríquez, lo que nos señala no tanto el rechazo a laimposición gubernamental sino sus verdaderas inclinaciones políticas.El señor Ruiz Cortines fue en cierto modo el antípoda de Miguel Alemán. Hombrede escasa simpatía, oscuro burócrata, apenas llegado a la presidencia demostróque estaba dispuesto a enfrentarse al grupo alemanista, todavía muy poderoso, ya no seguir su política de derroche. Mientras Alemán abrió los cordones de laTesorería y realizó grandes obras, haciendo creer que en México reinaba laopulencia y estábamos a un paso de iniciar el ansiado "despegue", el viejo RuizCortines apretó tercamente los cordones y no emprendió ninguna obraconsiderable, lo que dio la impresión de frenar el avance demasiado acelerado delperiodo alemanista.Su economía, rayana en la avaricia, no se tradujo en nada positivo, ya que sin unverdadero aliento a la naciente industria tampoco logró modificar la política agrariade su antecesor.Su gobierno pasó sin pena ni gloria, y terminado el sexenio, ante la admiracióngeneral nombró como su sucesor al secretario del Trabajo, el joven abogado

 Adolfo López Mateos, que había participado en la campaña electoralvasconcelista.Cárdenas, considerando cumplida su misión en el Tepalcatepec, presentó surenuncia el 1 de marzo de 1958 y no aceptó la Comisión del Grijalva que el señor Ruiz Cortines le había ofrecido reiteradamente. Era necesario aguardar. "Lasobras que se construyen —escribió— pueden ser una satisfacción para quienes

Page 158: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 158/226

las ordenan y mérito y gloria para quienes las proyectan y construyen, pero por logeneral la satisfacción muere con el propio individuo. Por ello es inútil esperar perdure el recuerdo de quienes siendo gobernantes olvidaron la moral y laconducta que exige el pueblo para tener algo que agradecerles."

Las muertes 

El 22 de agosto de 1945 murió de un ataque al corazón su hermana Margarita, lamayor de la familia, y todo ese día y el siguiente permaneció en la casa de ladifunta "meditando sobre cosas de la vida". Margarita tenía 53 años y él 50. Habíallegado ese periodo en que los íntimos y los familiares comienzan a desaparecer anunciando nuestra propia fatal desaparición.En marzo del siguiente año, ya muy anciana, murió la hermana de su padre,

 Ángela Cárdenas Pinedo, que a la muerte de su madre, ocurrida en 1918, se hizocargo de la familia y era vista como una segunda madre. "De escasa cultura —

escribió en su diario— pero de clara inteligencia, siguió con interés nuestrasactividades, estimulándolas con sus consejos." Ángela heredó del abueloFrancisco Cárdenas —chinaco del ejército juarista que combatió el Imperio— lasangre y la fisonomía indígena, en tanto que el padre, Dámaso Cárdenas, heredólos rasgos criollos de la abuela Rafaela Pinedo de Cárdenas. "Siempre heconsiderado —añade— que mi interés por la raza indígena la debo en gran parteal sentimiento de cariño que guardé y guardo a nuestra casi auténtica indita, quetodos los hermanos llamamos con el título afectuoso de Madrina." Cárdenas se sintió muy ligado a su familia. Margarita re-presentaba la hermanaque había sufrido las grandes penalidades de la infancia y Ángela la sustituciónmaternal y el símbolo viviente de su origen indio.

Hay una zona afectiva de Cárdenas que ha sido muy poco estudiada por laescasez de noticias, y esa zona, que comprende su infancia y parte de su juventud, está relacionada estrechamente a su mujer Amalia y a su hijoCuauhtémoc, en primer lugar, y después a sus antiguos amigos y a su tierra natal.Constituye dentro de su naturaleza reservada y seria, templada en la adversidad,una región muy sensible y delicada. En apariencia, es impasible ante las grandespruebas; pero si su hermana mayor fallece, él se encierra en la casa donde éstamuere y aun se enferma y debe guardar cama, herido en esa parte indefensa desu personalidad. De aquí que vuelva siempre a Jiquilpan, tratando de rescatar algode ese periodo amargo y hermoso, y que nunca reproche a sus hermanos sucarácter codicioso, tan distinto a su habitual desprendimiento de las cosas

materiales.

Calles El 19 de octubre de 1945 murió, a los 69 años de edad, el general Plutarco ElíasCalles. Cárdenas, ese mismo día, fiel a su costumbre, escribió una breve nota, enla que decía que Calles dejaba un saldo favorable en su vida de maestrorevolucionario y estadista y recordaba que al regresar del exilio lo había saludado

Page 159: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 159/226

con nobleza, pero los comentarios de la prensa lo obligaron a resumir en su diariola historia del rompimiento ocurrido 10 años antes: "Diferencias de criterio políticoy social enfriaron la amistad que existía con el general Calles, llegando a unaruptura definitiva cuando tomó una actitud de oposición al programa social delgobierno.

"Distribución de latifundios, protección a la clase obrera, clausura de centros devicio (garitos), cancelación de concesiones y privilegios no podían aplazarse; sehabía engañado ya mucho al pueblo y fue al poner en práctica el programacuando los nuevos intereses asociados a los antiguos dieron rienda suelta a unaintensa labor de difamación que mareó al general Calles, criticando públicamenteal gobierno y condenando el movimiento huelguístico que las organizacionesobreras venían realizando en contra de la resistencia patronal, que se oponía aelevar sus salarios."Hoy, con motivo de su muerte, vuelven a levantarse las pasiones políticas, que seapagarán como todo lo negativo y llegará a reafirmarse en la conciencia públicaque el camino que entonces siguió el gobierno, ante la actitud del general Calles yde sus llamados amigos, fue necesario y saludable para el país y para él mismo."La nación sabe a qué estado de relajamiento político y moral se había llegado ysabe también la nación lo que habría ocurrido en el país si por consideración auna amistad personal hubiera renunciado el presidente de la República a suresponsabilidad política y social."Sin embargo, no puede negarse que el general Calles deja, al morir, una huellaimportante de su obra revolucionaria y administrativa."Esta vez, la muerte de Calles, su viejo amigo y su posterior adversario, no suscitóen Cárdenas ningún sentimiento afectuoso. Por el contrario, habló de sí mismo entercera persona, como presidente de la República, e hizo ver lo que pudo ocurrir siel jefe del Ejecutivo por consideración a una amistad personal hubiera renunciadoa su responsabilidad política y social, prolongando el relajamiento de los últimostiempos del maximato.Su actitud fue nuevamente una actitud defensiva. No recordó Naco, ni AguaPrieta, ni trató de describir la idea que se había formado de él a lo largo de losaños. Calles pertenecía al sonorismo, es decir, a una etapa liquidada de caudillosmilitares para quienes el poder personal se sobreponía a cualquier otraconsideración.Los periódicos hablaron del Jefe Máximo de la Revolución Mexicana a quienCárdenas debía la presidencia y a quien traicionó con una manifiesta ingratitud,porque, insertos en un ambiente cortesano, toda la política la relacionaban a lavoluntad de un hombre.Por lo demás, ninguna nota necrológica penetró en la naturaleza misteriosa delCalles que, procedente de las miserables escuelas del desierto, logró alcanzar elpoder supremo y retenerlo sin ser ya el presidente, empleando una serie demaniobras y de ardides desconocidos en la historia de los dictadoreslatinoamericanos. Tampoco se habló de la guerra religiosa o de la forma en quehabía llegado al poder, ni de cómo había sido expulsado, quebrantándose latradición omnipresente de la piedra de los sacrificios.Enigmático, gran actor que lograba engañar y que perdonasen su engaño,"hombre insustituible" a fuerza de astucia, había muerto en 1935 y sobrevivió,

Page 160: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 160/226

rencoroso e indomable, en un tiempo que él había contribuido a forjar con susnuevas estructuras capitalistas y su invención del partido oficial. Cárdenas no hizoalarde de su victoria; sabía que las pasiones del momento impedían formarse deél un juicio mejor y que naturalmente éste era también su propio caso.

El general Mújica.El 20 de marzo de 1954 visita por primera vez, en el Sana-torio México, a suamigo el general Mújica, que se hallaba gravemente enfermo. El 6 de abril, ellicenciado Angel Carvajal, secretario de Gobernación, le trasmite un recado delPresidente, quien ofrece toda su ayuda a la familia Mújica, y el 12, a las 9 de lanoche, acompañado del doctor Ignacio Chávez y de otros amigos, asiste a lamuerte de su colaborador.Una semana después, hallándose en su casa de Pátzcuaro, ya cerca de la medianoche, escribió según su costumbre una breve nota "en recordación del granamigo desaparecido".

Lo había conocido en 1918 y lo trató algo más el año de 1920, cuando Mújica eracandidato al gobierno de Michoacán. "Durante su campaña política vi en él alhombre de ideas definidas y valiente en sus críticas al gobierno de la propiaRevolución que no resolvía el problema agrario."Ocupó la gubernatura y no terminó su periodo "por discrepancias con el gobiernodel centro".En realidad, su verdadera amistad se inició en los años de 1926 y 1927. Cárdenasera comandante militar de la Huasteca veracruzana, con residencia en CiudadCuauhtémoc, donde Mújica, asociado a Luis Cabrera, seguía un juicio contra lacompañía petrolera Pen-Mex.Los dos recorrieron la Huasteca muchas veces. Presencia-ron la actitud altanera

de los extranjeros con sus empleados mexicanos, sus rebeliones armadas pararobarse los terrenos de los campesinos o sacar el petróleo de contrabando. Enuna ocasión, Cárdenas y Mújica debieron permanecer una hora ante las puertasque cerraban los caminos, "y esto le ocurría —comenta Cárdenas— al propiocomandante de la zona militar". "Había que tolerarlos por las consideraciones queles guardaba el gobierno", y ambos comentaron "tan humillante situación para losmexicanos".Mújica fue partidario del general Cárdenas cuando éste compitió por lapresidencia, un "leal y eficaz" colaborador y uno "de los primeros que supo de midecisión de aplicar la ley de expropiación a las compañías petroleras ".Candidato a la presidencia en 1939, se retiró de la campaña antes de las

elecciones formulando cargos a los directores del PRM. Ese mismo año, Cárdenaslo nombró comandante militar de Michoacán, y su rival, el general Ávila Camacho,le dio el cargo de gobernador del Territorio Sur de la Baja California.Seis años después, fue partidario de la candidatura del general HenríquezGuzmán y acusó a Ruiz Cortines de haber servido a los norteamericanos en lainvasión de 1914, cargo que rebatieron varios revolucionarios, "entre ellos elhonorable general Heriberto Jara, amigo del propio general Mújica". Ruiz Cortines,que no era vengativo, trató de ayudarlo en su enfermedad y esto lo supo Mújica ya

Page 161: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 161/226

agonizando."Hoy —escribe Cárdenas— que ha concluido la vida del gran amigo, del batallador ejemplar, 'del auténtico revolucionario, le dedico estas líneas que encierran la mássentida expresión de mi afecto."La nota, redactada 14  años después de haber dejado la presidencia, revela el

hondo afecto de Cárdenas, pero nada más. Al referirse a la salida de Mújica delgobierno de Michoacán "por discrepancias con el gobierno del centro", descuidómencionar el hecho importante de que el general Obregón mandó aprehenderlo yestuvo a punto de matarlo si no hubiera logrado escapar casi de un modomilagroso.Cárdenas tampoco habla del carácter de su amigo ni de la influencia que pudoejercer sobre su formación política, ni mucho menos de las razones por las cualesél no se inclinó abiertamente en favor de su candidatura, sino que favoreció la delgeneral Ávila Camacho.Esta recordación que sólo menciona hechos de todos sabidos, casi una mera hojade servicios, deja en la oscuridad el hecho fundamental de la sucesión que todavíasigue preocupando a los historiadores.

Manuel Ávila Camacho 

Un año más tarde, el 13 de octubre de 1955, estando en Galeana le llega la noticiade la muerte de Ávila Camacho, el candidato victorioso de la campaña de 1939.Cárdenas tomó un avión en Uruapan y llegó a tiempo para sepultar a su sucesor.Su juicio no puede ser más lacónico: "México —escribió el día 14— pierde unhombre que prestó importantes servicios al país. Fue un gran amigo mío con elque me ligó honda amistad. El año de 1920  nos conocimos en la colonia San

Rafael, Barra de Nautla, Veracruz."Existe la posibilidad de que Cárdenas, a la muerte de estos dos hombres tanunidos a su destino, hubiera redactado algo que nos permitiera descubrir situaciones políticas cuyo interés no ha disminuido hasta la fecha, pues según meconfesó el viejo guardián de la casa de Pátzcuaro, el general acostumbrabaquemar muchos papeles escritos durante la noche anterior y aun pisar cuidadosamente las cenizas para destruir algún fragmento respetado por el fuegocomo si se preocupara mucho en no dejar documentos comprometedores deciertos episodios decisivos de su gobierno

Abelardo Rodríguez 

Por los periódicos se enteró de la gravedad del general Abelardo Rodríguez,recluido en un hospital de La Joya, y decidió volar a Tijuana, el 9 de febrero de1967, y esperar noticias en El Sauzal, sin entrar a los Estados Unidos. "No soygrato al gobierno del país vecino, entre otras causas por formar parte del TribunalInternacional que juzgará los crímenes de guerra cometidos en Vietnam."El general Rodríguez murió el 13 de febrero. "Fue un hombre de la Revolución —

Page 162: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 162/226

dice Cárdenas en sus Apuntes — y  actuó con ideas progresistas en suresponsabilidad de funcionario a la vez que atendió empresas personalesestableciendo en la Baja California industrias pesqueras y vinícolas. Dejanumerosos amigos; a muchos de ellos los ayudó económicamente."

 Abelardo Rodríguez le demostró su amistad en el conflicto con Calles, lo defendió

de los ataques de sus enemigos y de él heredó el mando supremo. Cárdenassiente que ha con-traído una deuda moral con él y olvida sus casinos y lacircunstancia de haberse convertido en uno de los hombres más ricos de México.Sin duda fue un hombre de la Revolución y no un revolucionario, pero a Cárdenasle afectó dolorosamente su muerte.En la misma nota necrológica menciona someramente a Calles, Castillo Nájera,Obregón, Ortiz Rubio, Sánchez Taboada y Francisco Villa, quizá con el propósitode ampliar más tarde sus notas o como un presentimiento de su cercana muerte.El 1° de junio se supo que López Mateos era un muerto viviente a consecuenciade la ruptura de un aneurisma. "Penoso caso —dice – en que él pierde los mejoresaños de su vida. El 26 de mayo pasado cumplió 57 años de edad." A los 72 años,Cárdenas se siente lleno de vida y redobla sus esfuerzos. El cuarto y último tomode sus Apuntes  está lleno de nuevo con la interminable lista de sus viajes. Lepreocupa la terminación de La Villita —en manos de su hijo Cuauhtémoc— yponer en marcha el gigantesco proyecto de Las Truchas al que ha dedicado mediosiglo. Su prodigiosa salud principia a quebrantarse. En 1967 registra fiebres que élatribuye a su caminar incesante por malas brechas, a las mojaduras, a lasdesveladas, pero cree en la eficacia de los baños termales y en la habilidad de sumujer para curarlo. Antes de emprender un vuelo peligroso, deja unarecomendación al presidente Díaz Ordaz para que la Comisión del Balsas pase ala jurisdicción de la Comisión Federal de Electricidad y se prosiga la obra de lapresa.

Los amigos 

El 31 de enero Cárdenas hace una larga reflexión sobre los amigos, a quienesdivide en cinco categorías: los hay que coincidiendo en ideas políticas y socialesarraigan en uno de un modo permanente; los hay que a pesar de la diferencia desus ideas, por decencia, amplitud de criterio y firmeza de convicciones se respetany se mantienen unidos; los hay que piden varios favores, se les conceden, y comoal final no reciben lo que esperan, se dirigen a quienes pueden ayudarlos y sealejan de uno; los hay que, sirviendo en el gobierno en turno, siguen siendo

amigos de los hombres con quienes colaboraron anteriormente, lo que revela sumoral; y los hay que, por el hecho de figurar en la política o en la administración yconsiderar que los lazos de afecto pueden afectar sus intereses, se convierten enamigos vergonzantes y "viven con una serie de complejos que les restapersonalidad".Cárdenas, para ilustrar su clasificación da tres ejemplos. Un asiduo amigo, quellegó a secretario de Estado, lo invitó a conocer sus oficinas, y señalándole unmosaico que mostraba dos torres de petróleo, le dijo: "Allí colocaré su retrato que

Page 163: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 163/226

guardo en un almacén. Ahora no lo hago porque, ya ve usted, me andanilusionando  para candidato presidencial, y si lo pongo tendré fuertes enemigos.Pero lo pondré después.— Arquitecto —le replicó Cárdenas—, ni hoy ni después. No lo coloque,regálemelo.

—Qué bien!, mi general —respondió el secretario—, yo se lo mandaré a su casa."Lo hizo así y murió en un accidente de aviación antes de la campañapresidencial."Otro secretario de Estado le dijo: "Me va usted a dispensar que no lo visite enestos meses; amigos que me merecen entera confianza me han dicho, muyconfidencialmente, que soy uno de los candidatos del señor Presidente parasucederlo en el puesto. Si llego, seguiré siendo más amigo de usted que nunca.""Su ceguera política —escribe Cárdenas— no le permitió darse cuenta que él erauno de los que poco contaban en el ánimo del Presidente."Por último, otro amigo de muchos años, al sentir que podía ocupar un puesto deprimera línea, simplemente desapareció. Luego se le dio un puesto secundario ymantuvo "la amistad a distancia, sintiéndose culpable y frustrado".La nota está impregnada de un amargo humorismo. A él mismo, en los díascríticos de su rompimiento con Calles, muchos de sus antiguos colaboradores loabandonaron, para regresar después más sumisos que nunca, y ahora que losvientos habían cambiado y de figura histórica capaz de dispensar favores se habíaconvertido en un radical peligroso y en el estorbo de una buena carrera política,los amigos que medraron con el título de extremistas se apartaban de él y loevitaban de un modo cobarde.El presidencialismo constituía una herencia funesta. Manejarse dentro de unaprolongada monarquía sin perder el favor del soberano ya constituye una hazañamuy difícil, pero manejarse no perdiendo cargos ni preeminencias dentro de unamonarquía sexenal supone dotes de abyección y de oportunismo que no sonconcebibles siquiera en la figura de un cortesano tradicional.Lo que hizo el presidente anterior es objeto de burla y de desprecio y se hacenecesario recomenzarlo todo de nuevo, lo que trae por consecuencia una serie dereacomodos espectaculares, de temores y de costosos planes diferentes. Aúnsigue pesando la sombra del maximato. El reciente monarca teme la intromisiónde su antecesor y procura deshacerse de ella y de sus antiguos allegados,tratando de hacer todo aquello que logre afirmar su imagen independiente.Desde luego, a pesar de los recelos, muchos logran un cargo. Despejada laincógnita del presidente, quedan las incógnitas de quiénes ocuparán lassecretarías de Estado o los altos puestos administrativos, y durante algunassemanas, docenas y docenas de políticos, amenazados de una muerte violenta,se pasan días enteros pegados al teléfono, esperando el llamado milagroso del"señor" que signifique la prolongación de sus gloriosos días burocráticos o suinmersión en el infierno del ex funcionario.En semejante sistema es natural que no cuente el afecto ni la lealtad ni los valoresmorales. Millares de políticos que no saben hacer nada, como no sea intrigar oadular de la manera más indigna, se acomodan de cualquier manera o esperanuna nueva oportunidad, y el organismo —renovado o degradado— vuelve aponerse en marcha. No hay cambios políticos de fondo ni tiene por qué haberlos.

Page 164: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 164/226

El desarrollismo ha probado que el país crece gracias a la alianza del gobiernocon la empresa privada, pero nadie parece tomar en cuenta que la población y lamiseria crecen más aceleradamente y hacen peligrar los logros conquistados. A lapolítica se le llama la "polaca", y la polaca impone sus reglas y sus servidumbres.No hay peor delito que ser un "radical", aunque el radicalismo tome la figura del

obregonismo. Lo importante es no quedarse fuera de la nómina, si bien esnecesario cambiar de chaqueta o de color, atacar lo que antes se defendió yabjurar de los antiguos pecados."La vida —concluye el general Cárdenas— debe comprenderse en su verdaderarealidad y no extrañarse de las variantes del individuo que con frecuencia procedecon un fin de hacer entender su actitud."

LA ÚLTIMA ETAPA

EN 1958, al finalizar el periodo de Ruiz Cortines, para nadie era un secreto que elmovimiento obrero, principal soporte del gobierno, estaba rígidamente controladoa través de líderes inmorales. Se le concedían ventajas siempre que aceptara lasubordinación, pero cuando trataba de excederse, reclamando mayores salarios oun sindicalismo independiente, la maquinaria del Estado se movilizaba a fin devolver al statu quo establecido.Esto fue lo que ocurrió en el caso de los ferrocarrileros, un poderoso sindicato de60 mil trabajadores ese año de 1958. A lo que parece, todo se inició con unapetición de aumento de salarios y una serie de paros escalonados que debíanconducir a la huelga general. Al gobierno no le importaba mucho el aumento, sinoconservar el "principio de autoridad", base en que se apoyaba la estabilidad

estatal, y cedió en algunos puntos, tratando siempre de conservar a los líderessindicales que le eran adictos.Sin embargo, los ferrocarrileros estaban ya cansados de esos líderes impuestos yla segunda parte de su movimiento se di-rigió a removerlos. "Lo que debió ser unaelección —escribe Demetrio Vallejo— se convirtió en un plebiscito. En rigor nohubo contrincantes. La planilla de los charros que encabezaba José Ma. Lara sólopudo conseguir nueve votos contra 59 mil que obtuvo la mía. Fue la elección másdemocrática y aplastante que registra la historia sindical de nuestro país. Por faltade tiempo muchos trabajadores que prestaban su servicio en la línea no pudieronvotar, de lo contrario, la ventaja hubiera sido de una enormidad sin precedentes."[57]

El gobierno asaltó las cuatro secciones del sindicato en el Distrito Federal y lanzóuna represión que costó la vida a tres obreros. Las mujeres de los trabajadores,para sostener un paro anterior e impedir que movilizaran los trenes, se echaronsobre las vías, por lo que Vallejo pudo afirmar: "Los ferrocarrileros pagaron unprecio muy elevado para hacer res-petar sus derechos sindicales de elegir ydeponer a sus dirigentes", función que hasta entonces parecía reservada algobierno.

 Al revisar un nuevo contrato de trabajo volvieron a suscitarse los problemas. La

Page 165: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 165/226

lucha era muy difícil. Los ferrocarrileros debían combatir contra el aparato delgobierno, contra la empresa y contra las maniobras de los líderes gobiernistas. LaJunta de Conciliación y Arbitraje decretó, según era de esperarse, la inexistenciade la huelga. Pero después de una serie de mutuas concesiones pareciósolucionarse el conflicto con el triunfo de los ferrocarrileros.

Quedaban pendientes las huelgas del Ferrocarril Mexicano y del Pacífico. Paraobviar mayores males, Vallejo redujo sus peticiones y el presidente López Mateospareció estar de acuerdo en aceptarlas; pero, al día siguiente, el gerente BenjamínMéndez declaró por medio de la prensa y de la televisión que no existían "talesarreglos", y el licenciado Mario Pavón Flores, intermediario del Sindicato con elPresidente, dijo que éste "se había rajado".El 25 de marzo de 1959 se decretó la huelga en las dos empresas y continuaronlos paros por solidaridad en los Nacionales. El licenciado López Mateos seencolerizó y dispuso la terminación del asunto. A las cinco de la tarde del día 28,fueron apresados Demetrio Vallejo, Hugo Ponce de León y Alejandro PérezEnríquez, y la policía y el ejército se apoderaron de las instalaciones yencarcelaron a los demás dirigentes principales para nulificar todo intentodefensivo.Unos días antes de que estallaran las huelgas, Vallejo supo que el PartidoComunista, el Partido Obrero Campesino y el Partido Popular acordaron "que lostrabajadores de los Nacionales realicen paros escalonados en apoyo de losferrocarrileros de las otras empresas". Vallejo solicitó que no se hiciera pública ladecisión y que dejaran en suspenso el acuerdo por una o dos semanas, o "hastaconocer el resultado definitivo de las pláticas de avenimiento, ya que no hayninguna duda de que las huelgas serán declaradas inexistentes por la Junta deConciliación y Arbitraje"."No me parece correcto ocultar  —confiesa Vallejo en 1964— que me diperfectamente cuenta, o cuando menos, intuí el peligro que entrañaba el acuerdode los paros, pues sólo los ofuscados con la euforia de los triunfos y los teóricosempedernidos del sindicalismo, no se percataron de él. Sin embargo, y adespecho de esta certeza o intuición, no me opuse al acuerdo, porque sólo dos otres de los integrantes del Comité Ejecutivo General y del Comité General deVigilancia y Fiscalización, no pertenecían a ninguno de los tres partidos, y como seme informó que era un acuerdo de éstos, me pareció, ante la gravedad de lasituación, muy peligroso plantear las divergencias y tratar de imponer mi criterio ala mayoría, y por eso hice todo lo posible para que fueran los propios partidos losque hicieran la rectificación."Esta circunstancia y el hecho de que me hayan engañado no me relevan, deninguna manera, de la responsabilidad que como secretario general del Sindicatome corresponde por mi actuación o pasividad en los acontecimientos; perotampoco es para paliar o justificar la violación y rotura del orden constitucional quecometió el gobierno al destruir, desde entonces, el derecho de huelga, de reunión,de expresión, de organización, de manifestación, de elección; al reprimir salvaje yarbitrariamente a los ferrocarrileros y al tenernos privados de libertad desde hacemás de cinco años y medio, no importándole haber violado y seguir violandogrosera y flagrantemente las normas más elementales de las leyes penales y de laConstitución de la República, porque los trabajadores que realizan una huelga o

Page 166: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 166/226

un paro (suspensión de labores) no incurren en responsabilidad penal, sino civil,por la sencilla razón legal de que sólo se concretan a ejercer un derecho que laCarta Magna les otorga, el de trabajar o dejar de hacerlo." [58]Por supuesto, el acto de que se hubiera lesionado el derecho de huelga tanostensiblemente preocupó al general Cárdenas. El 25 de febrero de 1959, escribe

desde Guadalajara: "Un alto funcionario le dijo al doctor Lauro Ortega: "Si losferrocarrileros no realizan la huelga que vienen anunciando, la provocaremosnosotros para lograr el cambio de la directiva del Sindicato. Si la declaran ellos, seconsiderará ilegal, y en caso de que lleguen al paro de trenes serán sustituidos por elementos que ya tiene preparados la gerencia y si se hace necesario hasta por elementos del ejército'."¡Qué error! Ya que se conocen las verdaderas causas del conflicto y máshabiendo de por medio la solicitud de audiencia de la directiva, pidiendo los recibael C. presidente de la República para exponerle lo que conocen existe en el senode la organización y los elementos ajenos a la propia organización que estánazuzando a la masa ferrocarrilera."El 10 de julio apunta en su diario: "El secretario de Re-cursos Hidráulicos, Alfredodel Mazo, reiteró hoy el deseo del C. presidente López Mateos de ponerme alfrente de la Comisión de la Cuenca del Río Balsas. Le pedí hacerle pa-tente mireconocimiento y que pasaría a hablar con él."Lo cierto es que considero que después del caso ferro-carrilera en que seatropelló el derecho sindical, se realizaron actos represivos y encarcelamiento enmasa de la directiva del Sindicato Nacional, y de estudiantes en Guadalajara y envarios estados de la República por simpatizar con el movimiento de huelga, deboesperar que en la actual administración, hija del régimen de la Revolución, serespeten los derechos de la clase obrera que ampara la Constitución General de laRepública."A los ferrocarrileros se les acusó de que su huelga obedecía a una `conjuracomunista' cuando que en realidad fue una actitud de reclamo a losprocedimientos de la empresa."Hago esta afirmación en virtud de que en el mes de febrero, antes de ladeclaración de huelga, hice conocer al C. presidente de la República, por conductodel doctor Lauro Ortega, que la directiva del Sindicato le solicitaba la recibierapersonalmente para exponerle el fondo de sus problemas y le anticipaba queaceptaría las sugestiones que el propio Presidente le hiciera. No los recibió. Vinola huelga con los resultados conocidos."Considero obligación moral de mi parte seguir hablando en favor de losferrocarrileros presos, que por los antecedentes que cito es a todas luces injusto elprocedimiento que se sigue en su contra y más que se les instruya proceso por elllamado delito de `disolución social'."Así resultan ser presos políticos."El 16 de noviembre, en una entrevista con el licenciado López Mateos, al tocarseel caso de los ferrocarrileros, le dijo Cárdenas:—Le hablo porque considero tener una obligación moral con ellos que deboaclararle. El día 25 de febrero que salía para Guadalajara pedí al doctor LauroOrtega trasmitir a usted que elementos de la directiva del Sindicato Nacional delos Ferrocarrileros me entrevistaron para pedirme hiciera de su conocimiento que

Page 167: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 167/226

estaban dispuestos a atender las sugestiones que personalmente les hiciera ustedy para ello le solicitaban los recibiera. Querían demostrarle que la empresa y otrosorganismos venían asumiendo una actitud de provocación para que declararan lahuelga y ellos querían evitarla. No se obtuvo contestación a su solicitud y elconflicto se planteó con los resultados conocidos. Con la huelga y los paros vino la

declaración de las autoridades del Trabajo en contra de los ferrocarrileros. Éstosrechazaron tal declaración, aduciendo que no se habían llenado los requisitos deley, y las autoridades realizaron aprehensiones en masa de los dirigentes delSindicato: más de mil ferrocarrileros detenidos y encarcelados. Una in-tensacampaña desarrolló la prensa, publicando que el movimiento de huelgaencabezado por el secretario general del Sindicato, Demetrio Vallejo, obedecía auna "conjura comunista de carácter internacional en contra del gobierno". Le doy austed estos antecedentes por considerar que es injusta la detención de lostrabajadores sindicalizados, que están en contra de la conducta y proceder de laempresa y no en contra del gobierno que usted preside, y porque la actitud de lasautoridades que intervienen en este caso deprime a la clase obrera, con aplausode los enemigos del régimen de la Revolución. Considerando que las acusacionesde "conjura contra el gobierno" son falsas, supuesto que a tiempo se hizo conocer que el gremio ferrocarrilero estuvo dispuesto a seguir las su-gestiones que ustedmismo quisiera hacerle, ojalá y pudiera decretarse una amnistía para todos losdetenidos acusados del delito de "disolución social".—No son reos políticos -contestó el Presidente—, son delincuentes que lasautoridades competentes tienen que juzgar. ¿Salir libres para agitar más?—Tratándose de un caso como el presente, será mayor la agitación sipermanecen presos.— Ahí está Campa, que no ha dejado de agitar —continuó López Mateos.—Valentín Campa, C. Presidente, fue uno de los que pi-dieron lo que le trasmitípor medio del doctor Ortega, que recibiera usted a la directiva del Sindicato.

 Además, se ha abusado con represiones y encarcelamientos en varios estados dela República, como en el istmo de Tehuantepec, donde pasan de trescientos losferrocarrileros detenidos y otros tan-tos andan huyendo en los bosques. Y es quecuando saben las autoridades secundarias que se disgusta el superior, seapresuran a evitarlo y cometen arbitrariedades que llegan hasta el crimen, comolas que se registraron en Monterrey y otros lugares del país. Siempre he pensadoque el presidente de la República y toda autoridad no pueden disgustarse omanifestar enojo en sus funciones oficiales.— ¿No deben? —interrumpió el Presidente.— Sí, señor, no deben, tienen que revestirse de serenidad para poder proceder con justicia y para inspirar confianza al pueblo. Serenidad ante todo para aplicar laley, pero la ley. Aquí, en la ciudad de México, se encuentra preso el licenciado

. Guadalupe Zuno, hijo, que fue detenido en Guadalajara por la policía y traído juntamente con un grupo de estudiantes por haber pretendido celebrar unamanifestación de simpa-tía al movimiento de huelga de los ferrocarrileros. Presostambién están el doctor Prado, en Mexicali, y diferentes personas en variosestados, cuyas autoridades han aprovechado el caso ferrocarrilero para ejercer represalias en contra de sus opositores políticos. Si el Presidente, los secretariosde Esta-do, los gobernadores pudieran oír, al hacer sus giras, a las gentes del

J

Page 168: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 168/226

pueblo que tienen de qué quejarse, se remediarían muchas injusticias y el país seevitaría problemas que llegan hasta la violencia. El problema político y moral de lamayoría del pueblo pobre de México es que no tiene oportunidad de hacerse oír.—Se vive muy abrumado con tanto problema que llega aquí y queda poco tiempopara salir, usted lo sabe —explicó el Presidente—. Tengo conocimiento de que las

autoridades judiciales están activando la investigación y sé también que losdirectivos del Sindicato están ayudando a los presos con las fianzas que les hanvenido señalando los jueces a aquellos que tienen menos culpa. Y estoy segurode que se procederá con justicia."Durante la conversación —resume Cárdenas—, le manifesté que fuentesautorizadas hicieron conocer que la gerencia de los Ferrocarriles quiso aprovechar este incidente, provocándolo, para desplazar al excedente obrero y no se cuidaronde decir que se deseaba la huelga para lograr reducir al personal y poner  `unescarmiento'. ¿Escarmiento de qué?"Le platiqué que durante el gobierno del general Obregón se declaró una huelgaferrocarrilera y la resolvió fijando su atención en el fondo del problema."Se quiso también, en aquel caso, desplazar a un grupo que se consideróexcedente, y al declararse la huelga, el general Obregón llamó a los dirigentes yhabló con ellos, y todo se resolvió satisfactoriamente, acordando la reducción delpersonal con la compensación de ley, y él dispuso que se les abriera un créditopara que integraran una cooperativa camionera."—Se dice también —expresó el Presidente— que ante la huelga ferrocanilera elpresidente Obregón llamó a los huelguistas y les dijo `O vuelven al trabajo o veránlos fusiles.'"—Puede haber esta leyenda, pero lo cierto es que entonces y después se hanresuelto los conflictos obreros sin prisiones ni violencias."Comprendí que el caso ferrocarrilero lo ve el Presidente con otras raíces, ajenasal conflicto, y no insistí."

Las eternas contradicciones 

El 20 de noviembre de 1960, siguiendo el problema de los ferrocarrileros escribe:"Recibí ayer una carta escrita por los presos que se encuentran en la cárcelpreventiva del Distrito Federal. La firman los ferrocarrileros que fueron presos araíz de la huelga ferrocarrilera de marzo de 1959, así como miembros del PartidoComunista, presos a consecuencia de la propia huelga, y firmada también, la

referida carta, por David Alfaro Siqueiros y el periodista Filomeno Mata."Me refieren que las autoridades judiciales han retenido la resolución del recursode amparo que interpusieron y que ya ha transcurrido el término de ley para quese les resuelva, y me piden se les ayude en sus gestiones de obtener su libertad."Hoy le he escrito la carta anexa al C. Presidente y espero que por este medio, osea, si se deroga la ley que creó al aberrante delito de `disolución social ' puedanestar más cerca de obtener su libertad."Mi asistencia a los actos cívicos verificados hoy en el Monumento de la

Page 169: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 169/226

Revolución agudizó mi preocupación por la situación que los presos políticosanunciaron en su carta. Y !qué contradicción y qué sarcasmo!, oír decir alsecretario de Gobernación, licenciado Díaz Ordaz, en su discurso leído en el actocívico del Monumento a la Revolución, que el régimen celebra en este día susconquistas sociales, que están garantizados los derechos ciudadanos, los

derechos de libertad, y por otra parte retener presos por movimientos de huelga ypor estimar que han proferido injurias a las autoridades, cuando en este día decelebración del movimiento reivindicador de 1910, que con tanta euforia se celebrapor los que estamos libres y comiendo pan, debían estar las cárceles libres depresos políticos."Al acordar los presos políticos ir a la huelga de hambre quisieron excluir alperiodista Filomeno Mata, por su edad y por encontrarse delicado de salud, y ésterechazó la idea y fue también a la huelga. ¡Qué ejemplo de mexicano! ¡Y quécoincidencia histórica! En 1910 el porfirismo tenía preso a Filomeno Mata, padre,por sus artículos contra los procedimientos dictatoriales del gobierno, y a 50 añosde aquella fecha y en el día que se celebra el 50 aniversario de la RevoluciónMexicana, el hijo de aquel eminente escritor revolucionario se halla privado de sulibertad, sin una causa concreta que justifique su detención."

Nueva gestión por los ferrocarrileros  A Cárdenas siguió molestándole mucho el problema de los ferrocarrileros. El 6 dediciembre de 1961 los visitó en la Penitenciaría, acompañado de su hijoCuauhtémoc, y habló con ellos, con el pintor Siqueiros, el periodista FilomenoMata y el general Celestino Gasea "que prestó importantes servicios a laRevolución y se mantiene leal a sus principios".El 20 de abril de 1962 fue a la casa del general Heriberto Jara. No lo halló, pero

como su hija le informó que no tardaría en regresar decidió aguardarlo. En efecto,llegó 10 minutos después. Cárdenas lo oyó quejarse y advirtió su semblantedemacrado.—¿Qué le pasa, mi general? ¿Le ha vuelto la dolencia de sus vértebraslastimadas? ¿El corazón?—No, mi general —respondió Jara apoyándose en el brazo que le tendía suamigo—, ya de dolencias físicas no hago caso. Me sangra el alma, mi general. Hevisto al señor presidente de la República y le hablé de la injusticia que se estácometiendo con los presos políticos. Lo sentí molesto, pero le seguí hablando:"Vengo también a tratarle el caso de Cuba; le pido que apoyemos su causarevolucionaria. No debemos dejar que los imperialistas norteamericanos atropellen

a un país hermano." Al oír esto me paró en seco y se levantó de su asientodiciéndome: "No compremos pleitos ajenos, mi general." Vengo sangrando. ¡Quépena, decir esto el representante del régimen de nuestra Revolución que tantocostó al pueblo! Me halagan, dicen guardarme consideraciones, y de quien yoconfiaba he recibido rudo golpe. Bien que se sienta ofendido por lo que haya dichoSiqueiros en el extranjero, y aquí mismo, en su contra; pero que quiera destruir elsindicalismo revolucionario, porque le hayan hecho creer que conspiraba contra sugobierno pretendiendo derrocarlo, es creencia infantil, ¿es que no conoce aún al

Page 170: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 170/226

pueblo? Además, el negar apoyo a Cuba ante la amenaza que ejerce el gobiernonorteamericano, no lo concibo.—Esté tranquilo, mi general —le dijo Cárdenas—, usted ha cumplido con sudeber, empeñándose por la libertad de los presos y defendiendo la causa delpueblo revolucionario de Cuba. Conviene no volver a hablarle de ello al

Presidente; no resiste se le trate de los ferrocarrileros presos ni de los que fueronenglobados en la llamada "conjura". Para ello habrá que seguir caminos que no seacerquen a la susceptibilidad del hombre que tiene hoy la investidura institucional,para no hacer más delicada la situación de los propios presos.Éste era un buen consejo: debían seguirse otros caminos que no hirieran lasusceptibilidad enfermiza del Presidente, para no empeorar la causa de los presospolíticos. En contra de las pruebas que el mismo Cárdenas adujo, López Mateossiguió creyendo en una conjura destinada a derrocarlo, y se mostró implacable,tratando de demostrar a los obreros que estaba dispuesto a hacerles concesionessiempre que no pusieran en duda el poder omnímodo del Ejecutivo sobre lostrabajadores, en los que descansaba la verdadera estabilidad del gobierno.El caso del pintor David Alfaro Siqueiros era diferente. Este líder mercurialorganizó, días antes de que el Presidente emprendiera una gira por varios paíseslatinoamericanos, varios mítines en algunas capitales y lo acusó de enemigo de laclase obrera y de rompehuelgas, provocando incidentes desagradables. Elorgulloso López Mateos no le perdonó el desacato y lo mantuvo más de dos añospreso en compañía del periodista Filomeno Mata; la gente entendió que se tratabade una venganza personal, y aunque muchas personalidades se empeñaron endefenderlo, se impuso el capricho de López Mateos.El 10 de diciembre de 1961, acercándose ya el plazo en que debía dictarse ladiferida sentencia, don Lázaro hizo una nueva gestión a favor de los trabajadorespresos, visitando en su despacho al procurador general de la república, FernandoLópez Arias. La apariencia externa de este personaje correspondía bien a sucatadura moral. Tenía la boca y el cuerpo torcidos —lo que le daba un airebufonesco— y amaba las juergas, y como gobernador de Veracruz y cacique delIstmo se hizo millonario especulando con azufre y toda suerte de negocios ilícitos.En su cargo de procurador se había manifestado particularmente cruel, y aunqueCárdenas no desconocía ninguna peculiaridad de la carrera de este oportunista,sacrificando su orgullo decidió verlo.—Posiblemente, señor procurador, usted desconoce los antecedentes del asuntoque ya en otras ocasiones yo mismo le he expuesto al señor presidente de laRepública. Aun antes de que estallara la huelga, los ferrocarrileros manifestaronpor mi conducto que estaban dispuestos a ceder en sus demandas y sólo pedíanse les concediera una entrevista para solucionar el problema. El señor Presidentedesoyó su súplica y ordenó su encarcelamiento y persecución. Según ustedcomprenderá, tales antecedentes no sólo pueden evitar que sean sentenciados auna larga condena, como se viene anunciando por la prensa, sino que eransuficientes para que se les pusiera en libertad si las autoridades judiciales nohubieran tenido un cúmulo de cargos, que los ha mantenido presos con amenazasde largas sentencias. Ahora bien, considerando la amistad que lo liga a usted conel Presidente he creído que usted sí podrá trasmitirle mi plática, porque ya enmeses pasados pedí esto mismo a dos secretarios de Estado, a quienes pregunté

Page 171: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 171/226

de antemano si estaban en condiciones y voluntad de hacerlo, pero guardaronsilencio. No le extrañe a usted que no le reitere al Presidente los antecedentesfavorables a los presos, tengo razones para no hacerlo; pero hoy, urgidomoralmente por mí mismo ante la proximidad de una injusta sentencia, hepensado en usted, señor procurador.

—Lo haré, y lo haré con gusto, atendiendo sus deseos. Le hablaré al señor Presidente, en la primera entrevista que tenga con él. Y tan luego haya algo quecomunicarle a usted sobre este caso, se lo participaré por conducto de nuestroamigo el licenciado Vázquez Pallares.En agosto de 1962, Cárdenas apostillaba: "No dio contestación alguna ellicenciado López Arias a la confianza que puse en él al pedirle hablar al C.Presidente trasmitiéndole lo anterior, comunicado el 10 de diciembre de 1961.Procedió igual que los dos secretarios que visité y que fueron los ingenierosRodríguez Adame y Alfredo del Mazo. Compren-do, temen disgustarlo y les faltófranqueza para manifestarme que no podrían hacerlo."

Última gestión 

Cárdenas era tenaz. Después de todos los fracasos sufridos para liberar a lospresos políticos, el 5 de diciembre de 1963 tuvo una nueva entrevista con elpresidente López Mateos.—Quisiera —le dijo— que me escuchara usted de amigo a amigo, dejando por unos minutos su investidura de Presidente.—Hágalo usted —lo alentó López Mateos—, me agrada que me hable así.—Sólo quiero reiterarle mi petición de que ayude usted a que obtengan su libertadlos ferrocarrileros presos, y con ellos Siqueiros. Se lo solicito como amigo de usted

y consideran-do que es en bien del régimen de la Revolución, que ha sidogeneroso ante casos de mayor trascendencia en periodos anteriores y que ello leha dado fuerza moral al propio régimen. Hoy no se debe negar lo que han pedidonumerosas personas del país y del extranjero, y más cuando hay procedimientoslegales para que se les declare en libertad.—Mire usted, ¿qué quisiera yo?: que ya estuvieran libres; pero es que estánsujetos a un proceso de las autoridades judiciales. De mi parte no hay ni ha habidointerés en que se les tenga presos; ni crea que yo guarde molestia o pasiónalgunas por sus ataques directos, o por los de sus amigos y los enemigos de migobierno. Usted sabe que estamos ex-puestos a que le adjudiquen todo lo malo alPresidente. Y vea usted, tengo cartas que he recibido últimamente de Pablo

Neruda y del Doctor Atl, hablándome en favor de Siqueiros, y créame que me haconmovido la carta del Doctor Atl, muy emotiva, llena de razonamientos, pero estáde por medio una sentencia. Una vez que pasen las elecciones presidencialespodremos ayudarlos a que obtengan su libertad. Antes, no; podríancomprometerse más ellos mismos.— Bien, señor Presidente, le agradezco su atención, ojalá y salgan durante sugobierno.Todavía el 12 de mayo de 1964, Cárdenas recordó a López Mateos su promesa

Page 172: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 172/226

de ayudar a los ferrocarrileros presos una vez pasadas las elecciones que iban acelebrarse el día 5 de julio.—No recuerdo —contestó el Presidente— que hayamos hablado de losferrocarrileros y creo que de Siqueiros sí.--Platicamos de todo, señor Presidente, y en primer término le expuse el caso de

los ferrocarrileros, como le he habla-do siempre que he tenido ocasión para ello.Quizá recuerde usted que la última vez que lo visité, en este mismo despacho alas 19:30 horas, empecé por pedirle: "Permítame que por un momento le hable alamigo y no al funcionario." Y usted respondió: "Me agrada que me hable así."Quiero referirme nuevamente a los ferrocarrileros presos. Va usted a salir delgobierno con mil satisfacciones propias, lleve usted una más: interviniendo paraque se les cancele la condena a que han sido sentenciados, y no se moleste ustedsi insisto en que no cometieron los delitos de que se les acusa. Como usted sabe,las aprehensiones fueron numerosas, y aún se encuentran encarcelados Encinas,Lumbreras y otros hombres ajenos al gremio ferrocarrilero, de los que hayinformes de que han observado correcta conducta. Y si los ferrocarrileros en suactitud de ir a la huelga se extralimitaron, como aseguran las autoridades que loshan juzgado, ya han permanecido cinco años en la prisión. Y en esa ocasión, osea, en la anterior entrevista, se sirvió usted reiterar: "Esperemos que pasen laselecciones de julio y entonces veré lo que hacemos por ellos." Y agregó usted:"Ahorita no les conviene salir, pueden comprometerlos en las agitaciones políticasdel momento..." Bien, señor Presidente, le agradezco su consideración, sólo quieroanticiparle que en el penoso caso de los presos políticos de Guerrero, entre losque se encontraba el señor licenciado José María Suárez Téllez, que contendiócomo candidato a gobernador de aquel estado, pasaron varios meses desde lafecha en que el señor secretario de Gobernación, licenciado Gustavo Díaz Ordaz,intercedió por ellos hasta que lograron su libertad. Y hoy vuelvo a molestarlo austed porque está próximo el término de su periodo de gobierno y posiblementerequiera mayor tiempo el trámite para libertar a los ferrocarrileros presos.—No, mi general, son reos peligrosos, empezando por Vallejo. Pretendían unahuelga general y derrocar al gobierno. Vallejo tiene varios procesos desde antesde haber tomado parte en los paros de trenes que realizaron cuando aún noterminaba el plazo para declarar la huelga.—Recuerde, señor Presidente, que antes de los paros in-formé a usted, por conducto del doctor Lauro Ortega, que la directiva del sindicato ferrocarrilero yValentín Campa que-rían que usted los recibiera, y que tenían la seguridad de quelo que no podían arreglar, con las personas que usted designó, se resolvería siusted los escuchaba. Manifestaron también —y así lo hice conocer a usted —quehabía sujetos oficiales interesados en provocar la huelga.—No, lo engañaron a usted y me engañaron a mí; los conozco mejor que nadie;los he tratado mucho. Además, no recuerdo que usted me haya hablado de losferrocarrileros y sí de Siqueiros.—Hablamos de él al manifestar usted que no había podido hacer nada en su favor a pesar de su propio deseo. Y usted agregó: "tengo carta de Pablo Neruda y unadel Doctor Atl que me ha conmovido".El Presidente concluyó con énfasis:—No me habló usted de los ferrocarrileros ni yo ofrecí nada sobre ellos.

Page 173: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 173/226

"Sentí frío —comenta en su diario el general Cárdenas— al negarse a sí mismo el jefe del Estado de nuestro país, pretendiendo olvidar una plática y una promesatan recientes. Habría sentido menos pena, por él mismo y por la respetabilidad desu representación, si hubiera dado razones de imposibilidad para intervenir y nonegarlo. Me encontré en ese momento ante un hecho insólito, impropio del primer 

magistrado de la nación, y en tanto hablaba él de otros temas, pensé en ladistancia de hoy a la grandeza y heroicidad de nuestro benemérito Juárez, a lahombría personal y política del presidente Carranza, a las decisiones y valor delpresiden-te Obregón y a la serenidad del presidente Calles ante los audacesdenuestos que el C. diputado profesor Aurelio Manrique le lanzó en la Cámara deDiputados durante la lectura de su manifiesto institucional."

 Al llegar en la noche a la casa de su hijo Cuauhtémoc, su mujer le preguntó:—¿Te fue bien en tu visita?—Sí, bien del todo —respondió.Y escribió esa misma noche:"¿Para qué enterarlos de la negativa del Presidente sobre este caso, que sabenha sido mi preocupación moral por un acto injusto que nos afecta a los que hemosluchado por la depuración administrativa del régimen de la Revolución?"Recordaré esto como un hecho extraordinario en que por pasión, vanidad defuerza artificial y ausencia de sensibilidad se juega con la vida de los trabajadoresque confiaron en el gobierno y en lo justo de su causa y que hoy se venabandonadosLA CONFERENCIA LATINOAMERICANA 287donados y traicionados por quienes están recibiendo los beneficios de la luchasindical que los llevó a la prisión. Al presidente López Mateos le llegarán las horasde reflexión cuando se haya disipado el humo de las pasiones y adulaciones delos que se convencerá no fueron ni serán sus amigos."El 30 de noviembre, es decir un día antes de que López Mateos dejara laPresidencia, Elena Vázquez Gómez telefoneó a Cárdenas para anunciarle que elgeneral Jara le había informado que los presos políticos habían sido indultados.Don Lázaro se apresuró a escribir: "Con este acto el Presidente deshace todo loque anoté como resultado de las diferencias que tuve con el propio C. Presidenteabogando por los presos... Le felicito y nos felicitamos de que se elimine estasituación que ha venido pesando sobre la tolerancia que debe mantener elrégimen de la Revolución para todas las corrientes de opinión."Sin embargo, en sus acostumbradas notas de fin de año el general se pregunta:"¿Por qué salió libre Siqueiros y no Campa y Vallejo?" Siqueiros, meses después,en una reunión que tuvo con López Mateos, incluso no vaciló en dar uncordialísimo abrazo a su viejo enemigo.López Mateos mantuvo hasta el fin su rencor. Los dos líderes juzgados comoexcepcionalmente peligrosos fueron liberados ya bajo el gobierno de Díaz Ordaz yasí quedó liquidado un enconado conflicto que cuatro años después debía renacer en otras condiciones.Los estudiantes habrían de tomar el puesto de los castigados trabajadores.

Page 174: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 174/226

La Conferencia Latinoamericana 

Veintiún años después de haber dejado la Presidencia, Cárdenas pudo organizar, junto con eminentes personalidades, la Conferencia Latinoamericana por laSoberanía Nacional, la Emancipación Económica y la Paz, inaugurada en México

el 4 de marzo de 1961. En su discurso de apertura, el general retomó algunos delos viejos temas esenciales que habían regido la acción de su gobierno. Principióhaciendo notar que las naciones que se encuentran dentro del sistema capitalistano ofrecen un todo homogéneo: un pequeño grupo de estados industrializadosconcentran la mayoría de la riqueza mundial y son poseedores de un gran poder económico y político, mientras la mayoría vive de la agricultura, en un ambiente depobreza económica y cultural, y percibe por habitante un ingreso real que es tansólo una pequeña fracción del que disfrutan los países desarrollados. "Muchos deestos pueblos —añadía— estuvieron hasta fecha reciente so-metidos a ladominación política de potencias imperialistas, otros aún lo están, y los queconservaron su soberanía política, estuvieron o están dominados económicamente

desde el exterior, resintiendo efectos semejantes a los de las colonias."Afirmamos por tanto que mientras haya un país sin libertad, presenciemos laexistencia de naciones sin independencia política, se mantenga vulnerada, encualquier forma, la soberanía nacional y confrontemos el espectáculo injusto delsometimiento económico o político de un país a otro no será posible que la pazprevalezca en el mundo. Una paz perdurable está ligada a la liberación de losterritorios coloniales, al respeto absoluto de la soberanía y a la consolidación de laemancipación económica de las naciones."Aceptar el aislamiento entre nuestros propios pueblos, que tienen la mismahistoria y están unidos por la sangre y el idioma, sería un grave error, comotambién querer permanecer ajenos al desarrollo de otros continentes, cuando

resulta evidente que nuestros problemas no son extraños al cuadro del procesomundial."América Latina tiene grandes recursos naturales, puede producir todas lasmaterias primas, cuenta con grandes reservas petroleras y minerales, fuentes deenergía hidráulica y una población de 200 millones de habitantes. Siaprovechamos estas grandes riquezas en beneficio de nuestros propios países,

 América Latina podrá transformar la pobreza en prosperidad. Les bienes de capitalnecesarios para su desarrollo deben invertirlos los propios latinoamericanos. Sóloasí se logrará la emancipación económica de nuestra nación."El latifundio, una forma anacrónica, condiciona la agricultura de monocultivo,obliga a mantener la producción de materias primas que se exportan y elaboran en

otros países aun con detrimento de las necesidades del consumo de su población,impone sistemas de explotación del trabajo de los hombres, mantiene un ínfimopatrón de vida y como consecuencia la miseria, el atraso técnico y la ignorancia degran-des masas de trabajadores."Estas condiciones, de inferioridad e injusticia, tendrán que sustituirse mediante sutransformación política en naciones positivamente democráticas, y con el cambiode su estructura económica, que eleve los niveles de vida de sus habitantes por medio de la industrialización.

Page 175: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 175/226

"No creemos que los problemas de Latinoamérica deban resolverse, siempre,precisamente por la violencia. Para evitar-la, los pueblos deben organizarsepolíticamente y luchar por la democracia como expresión de la voluntadciudadana. Pero, aunque parezca paradójico, las mismas tácticas imperialistasque confunden violencias y guerras amenazan hoy en convertir, objetivamente, las

luchas revolucionarias en conflictos bélicos."El mecanismo imperialista, por el cual las demandas populares latinoamericanostienden a convertirse en revoluciones y éstas en conflictos bélicos, está integradopor un par de fuerzas, una tenaza de acción: el enlace de la política anticomunistacon los programas de austeridad económica."La política anticomunista en Latinoamérica trata de presentar como movimientossubversivos de inspiración comunista a toda lucha democrática, a todo afán depreservar la soberanía nacional, por cuanto estas corrientes se ven enfrentadas alos intereses del gran capital financiero."La política de austeridad en América Latina sólo afecta a los trabajadores de laciudad y del campo, mediante la congelación de sus salarios, y significa laexplotación de sus fuerzas productivas en beneficio de los grandes consorciosinternacionales."La defensa de los intereses de la clase obrera debe ser obra de su propia unidad.Dispersa y dividida, como está, será siempre víctima de la explotación."El pueblo cubano, encabezado por líderes incorruptibles, hizo caer no sólo a ungobierno antinacional, sino a los latifundistas extranjeros, a las compañíastelefónicas, eléctricas y petroleras, a los grandes diarios subsidiados, a losejércitos mercenarios y a los opositores criollos. Esto explica que el impacto de laRevolución cubana haya repercutido en todos y cada uno de los países en quefuncionan los mismos instrumentos que se rompieron en la mayor de las Antillas.Demuestra asimismo que un asunto estrictamente interno, como lo es laRevolución cubana, se haya convertido en un problema internacional. Paracualquier gente de buena fe y de criterio independiente, queda claro que laresponsabilidad de la internacionalización que sufrió un caso estricta-mentenacional en sus orígenes, recae, total e inapelablemente, en los grandesconsorcios monopolistas. El gobierno y el pueblo cubanos son esencialmentepacifistas. Rechazan y combaten la guerra; pero defienden su Revolución. Hanmanifestado estar dispuestos a resolver, por los conductos diplomáticos normalesy en forma amistosa, el conflicto suscitado con el gobierno norteamericano.Deseamos que así sea, ya que este entendimiento entre dos pueblos vecinosfortalecerá la conciencia continental por la solución pacífica de todos los conflictos,por el absoluto respeto al desenvolvimiento libre de su vida cultural, política yeconómica, y por la condenación de cualquier injerencia que atente contra lavoluntad soberana de los Estados." [59]El Movimiento de Liberación Nacional se organizó en agosto, como fruto inmediatode la Conferencia. [60] Tenía ya entonces setenta comités locales y el apoyo deorganizaciones de mujeres —campesinas, obreras, estudiantes, profesionistas,intelectuales—, que principiaron de inmediato un programa de difusión, actospúblicos, mesas redondas, conferencias regionales, encuentros de sectorespopulares y estudios de problemas nacionales. El programa, elaborado por técnicos de izquierda, se dividía en dos grandes apartados, el de la Soberanía

Page 176: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 176/226

Nacional y el de la Emancipación Económica. El primero comprendía la luchacontra el imperialismo y el colonialismo, la libertad de los presos políticos y lasolidaridad con Cuba; el segundo, principios generales, nacionalización, reformaagraria, industrialización, financiamiento del desarrollo económico nacional,comercio exterior, balanza de pagos y elevación del nivel de vida del pueblo. Un

tercer capítulo se consagraba a la cultura y a la educación; un cuarto, a la luchapor la paz y la cooperación internacional. Y terminaba con un llamamiento queconcluía de este modo:"Llamamos a todos los sectores democráticos a cerrar filas, a sumar sus fuerzas, asuperar las diferencias que obstaculicen la acción común, a participar en unalucha diaria, amplia y democrática en bien de México. Las perspectivas sonalentadoras; pero sólo trabajando con entusiasmo, con responsabilidad, conespíritu de sacrificio y sin descanso podremos convertir en realidad las exigenciasdel pueblo de México:Plena vigencia de la Constitución.Libertad para los presos políticos.Justicia independiente, recta y democrática.Libre expresión de las ideas.Reforma agraria integral.

 Autonomía y democracia sindical y ejidal.Dominio mexicano de todos nuestros recursos. Industrialización nacional sinhipotecas extranjeras. Reparto justo de la riqueza nacional.Independencia, dignidad y cooperación internacionales. Solidaridad con Cuba.Comercio con todos los países.Democracia, honradez y bienestar.Pan y libertad.Soberanía y paz."Tanto la Conferencia Latinoamericana como los trabajos del Movimiento deLiberación Nacional, realizados en plena guerra fría, tuvieron grandesrepercusiones. La prensa los atacó desde el principio, calificándolos decomunistas, y el gobierno los observó con recelo, sin molestarlos debido a lapresencia del general Cárdenas. Sin embargo, un movimiento de ese tipo, que notrataba de convertirse en un partido político, estaba condenado al fracaso. Logróreunir en su momento a todas las personalidades de izquierda, y logró tambiénmuchos de sus objetivos prácticos —conferencias, agrupaciones, estudios,defensa de Cuba—, si bien no penetró en las masas trabajadoras debido al severocontrol que se mantenía sobre ellas.De hecho, el programa del Movimiento no ha perdido nada de su vigencia. Seadelantó a las exigencias crecientes del Tercer Mundo y queda como un ejemplode lo que debe hacerse si queremos en verdad obtener la soberanía nacional, laemancipación económica y la paz, no sólo para nosotros sino para todos lospueblos sojuzgados de la Tierra.

La cuestión cubana 

Page 177: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 177/226

En medio de la guerra fría, estalló la noticia de que Fulgencio Batista había huidode Cuba la noche del 31 de diciembre de 1958 ante el acoso de los rebeldescastristas. Los Estados Unidos no supieron valorar el alcance de esta lucha.Creyeron que Fidel Castro, jefe de una revuelta latinoamericana, seguiría elcamino de sus antecesores y con el tiempo se transformaría, como fue el caso de

tantos otros, en un dictador subordinado suyo.Cuba, la llave del Golfo, había sido, desde la derrota española, una colonia de losEstados Unidos, con todas sus consecuencias económicas y sociales. Allíprevalecían las in-versiones norteamericanas y las de un puñado de ricos hacen-dados, negociantes y políticos que habían hecho fortunas colosales especulandocon el azúcar, mientras la mayoría del pueblo padecía por falta de trabajo y deoportunidades.La Habana se había convertido en una especie de oasis tropical donde los turistasnorteamericanos disfrutaban las excelencias combinadas del mundo, el demonio yla carne.La vieja cultura española, casi intacta, se unía a la magia del antiguo esclavoafricano, y todo este conjunto de matices, de olores y sabores capitosos, diluidosen la caliente atmósfera del Caribe, parecía concentrarse en la ondulación de lascaderas mulatas surgidas al reclamo de los tambores.Como toda gran potencia colonial, los Estados Unidos des-preciaban a loscubanos en particular y al mundo del Caribe en general. Cuba era un buen lugar para hacer negocios o divertirse y nada más. El aparato de inteligencianorteamericano pareció subestimar la circunstancia de que los guerrilleros de laSierra Maestra eran, por primera vez, revolucionarios profesionales con una ideaprecisa de su realidad y de la urgencia de modificar radicalmente las obsoletasestructuras del poder. Ante la reforma agraria que afectaba sus intereses, losEstados Unidos reaccionaron al viejo estilo cesáreo del Big Stick, y a partir deentonces, cada nueva medida aumentó su cólera de tal modo que pocos mesesdespués ya no hubo ninguna posibilidad de entendimiento. Trató luego devencerla suprimiendo las compras de azúcar, de las que vivía Cuba, pero esteúltimo recurso, dictado en un momento demencial, empeoró las cosas. La isla,amenazada de muerte, se unió más estrechamente a la Unión Soviética. Y depronto, Norteamérica comprendió que lo impensado, lo totalmente absurdo, erauna realidad: el odiado enemigo se había introducido en su casa, en su propioterreno, estaba a noventa millas de sus costas, y que la guerra fría, llevada contanto cuidado en América Latina, había demostrado su ineficacia; sólo le quedabaun camino: extirpar para siempre esa célula cancerosa, y decidió hacerlo, no ellamisma —esto equivaldría a un genocidio— sino hipócritamente, echando mano delos ricos cubanos desplazados, de los traidores, y pertrechándolos con susenormes recursos.El 17 de abril de 1961, mil doscientos "gusanos", dotados de armas modernas ybien ejercitados, desembarcaron y embistieron por las tres carreteras que a travésde una marisma conducían al pequeño aeropuerto de Playa Girón. Cuando FidelCastro pudo llegar a la apartada bahía, ya dos carreteras habían sido tomadas.Situó un tanque en la tercera, rechazó la invasión y ordenó que sus viejos avionesatacaran los barcos. Incapacitados de tomar el aeropuerto, cortados de susabastecimientos marinos, los mercenarios quedaron empantanados en la marisma

Page 178: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 178/226

y hechos prisioneros.Desde luego, el alto mando de los Estados Unidos no pensaba conquistar la islacon tan escasos elementos. Trataba de establecer una cabeza de puente,apoyándose en el aeropuerto, consolidarla posteriormente y establecer allí ungobierno provisional que pediría el apoyo del pueblo cubano y el de los Estados

Unidos, pero todo este plan, no del todo absurdo, se desbarató en pocas horas. Elanterior bombardeo del aeropuerto de La Habana no destruyó los escasos avionesde Castro, el pueblo estaba a favor de la revolución y no de sus explotadores,como era el caso de los antiguos carboneros de Playa Girón, y para aplastar alejército cubano se hubieran necesitado 500 mil soldados y la movilización de todala maquinaria de guerra de los Estados Unidos. Al enterarse Kennedy de lareacción mundial sobre la fracasada invasión, decidió no enviar sus aviones y susbarcos y optó por estrangular a Cuba económicamente y, de serle posible,asesinar a Fidel Castro.

Interviene Cárdenas El general Cárdenas no sólo había seguido paso a paso el proceso de larevolución cubana, sino que en cierto modo había contribuido a salvarla, pues el 1de agosto de 1956, al recibir un mensaje de Fidel Castro y sus camaradas de queestaban presos y las autoridades mexicanas les habían dado un plazo de 15 díaspara abandonar el país, debido a sus actividades guerrilleras, le pidió al presidenteRuiz Cortines que les concediera el derecho de asilo, a lo que éste accedió. El día2, Castro personalmente le dio las gracias por su intervención y Cárdenas escribióde Fidel en su diario: "Es un joven intelectual de temperamento vehemente, consangre de luchador. Reiteró que sabrán responder tanto él como sus compañerosal asilo que se les otorga, respetando las leyes del país."

Cárdenas, al conocer la invasión, reaccionó como si estuviera dirigida contraMéxico. La dividida izquierda olvidó sus pueriles agravios, y el día 18, losintelectuales, los estudiantes y mucha gente del pueblo organizaron un mitin depro-testa. Estaban reunidos en la plaza de la Constitución cuando se escucharonvoces enardecidas: "¡Está aquí el general Cárdenas! ¡Ha venido el generalCárdenas! ¡Que hable el general Cárdenas!"Y en efecto, "la Esfinge de Jiquilpan", que nunca habló y se mantuvo apartada delcentro de México y de toda aparición pública, surgió de modo imprevisto, rodeadade una multitud delirante; luego se le alzó en vilo hasta el techo de un automóvil. Yel general habló largamente:"Esta manifestación de la juventud de México, manifestación de solidaridad al

pueblo de Cuba que en esta hora se ve agredido por fuerzas extrañas a suterritorio, es muy significativa, porque puede contribuir a evitar una de las másgraves crisis bélicas, no sólo para los pueblos de Latinoamérica sino para todoslos pueblos del mundo."En nuestra América, Cuba está siendo agredida y es necesario que los pueblostodos de Latinoamérica manifiesten su solidaridad en forma tal que revele ante elmundo la fuerza moral de nuestros propios pueblos."Si los gobiernos de Latinoamérica no quieren que intervenga, por ejemplo, la

Page 179: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 179/226

Unión Soviética en la agresión que está sufriendo el pueblo de Cuba, ¿por qué noasumen el papel que les corresponde y le dicen a los Estados Unidos: somos losdefensores de nuestros propios hermanos, de los países de América Latina; nonecesitamos que vengan a ayudarnos? Pero ¿cuál es la actitud de los gobiernosde Latinoamérica? Sólo uno que otro toma el papel que le corresponde, la mayoría

es indiferente ante la actitud de los Estados Unidos, que intervienen en un país denuestra propia sangre."En casi todos los países de Latinoamérica se está manifestando en estosmomentos la solidaridad con el pueblo y el gobierno revolucionario de Cuba, perotambién en varios países de nuestro propio continente hay represiones por estaactitud de solidaridad. Y ¿quién tiene la culpa de todo esto? El país vecino, que hamantenido la guerra fría a través de varios años. ¿Con qué interés? El mantener en poder de sus nacionales las fuentes de riqueza de nuestros países."Y no vamos a resolver el problema de México y de los demás países con simplesgritos o acciones aisladas, no. Debemos organizarnos. Que se organice la

 juventud de toda Latinoamérica, que se organicen los sectores intelectuales, losobreros que respondan a sus compromisos y. obligaciones, que en cuanto alsector campesino, éste se organiza solo."De esta manifestación debe salir un mensaje firmado por las agrupacionesestudiantiles, obreras, campesinas, intelectuales, de todos los sectores aquírepresentados, pidiendo que se levante el bloqueo que se tiene por mar y airesobre la isla de Cuba, porque los pueblos de Latinoamérica no pueden permitir que se mantenga el bloqueo sobre Cuba, a la que tratan de ahogar; o abren elbloqueo o lo abrimos, como dice ese muchacho. (Un muchacho había gritado,momentos antes, `!Vamos a levantarlo!')"Es necesario que se abra el bloqueo, que se deje al país cubano libertad paramoverse en el mar, para moverse en el aire, para hacerse oír por el cable en todoel mundo, pero que no lo sigan bloqueando. Aquí mismo, un ex presidente deMéxico no ha podido salir a Cuba. ¿Por qué? Porque no quieren las compañías deaviación. La compañía, con capital mexicano y extranjero, que aquí en Méxicotiene la línea hacia Cuba, no quiere hacer el viaje. Hay que dejarlos que siganexhibiendo su inconsecuencia, su irresponsabilidad; les llegará el momento algunavez."No queremos la intervención de los Estados Unidos, ni deseamos la intervenciónde la Unión Soviética en nuestros asuntos internos. Pero de intervenir EstadosUnidos, intervendrá la Unión Soviética."Se refieren ustedes a la prensa. La prensa misma, la prensa llamada `grande',¿qué representa? Representa la negación de la prensa libre, porque es parcial yactúa dictatorialmente. Y ¿qué son también los escritores que no dejan de escribir contra los intereses del pueblo? Son caciques de la pluma. Entonces,contrarréstenlos ustedes con prensa nueva. ¿Que carecen de recursos? Si sedispone cada uno, así como las agrupaciones, a dar su cooperación, por modestaque sea, para sostener una revista, un periódico, un partido, tendrán prensa libre,tendrán autonomía y tendrán libertad política; pero si no lo hacen, si todo lo dejanpara el mañana, si no se resuelven a realizar un trabajo con disciplina ycontinuado, entonces no nos quejemos más que de nosotros mismos."Cerramos esta manifestación agradeciéndoles, a nombre del pueblo de Cuba, su

Page 180: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 180/226

solidaridad, y felicitándolos por este grandioso acto de la juventud de México, enque se manifiesta la dignidad de nuestro país frente a los intereses colonialistasdel imperialismo internacional." [61]La plaza aparecía iluminada por las luces frías del mercurio. La enorme masa delPalacio Nacional yacía en las tinieblas, y muchas de las personas que habían

asistido a la manifestación de la expropiación petrolera, en la que se llevaban losataúdes de las empresas difuntas entre el repique de las campanas y lasexclamaciones de júbilo, recordaban la figura del presidente Cárdenas en elbalcón central y comparaban aquella lejana hora de triunfo con lo que ocurría enese momento: de su lugar encumbrado, don Lázaro había descendido a la calle;ya no era el mandatario supremo, pero aún interpretaba los deseos del pueblo ysuscitaba la misma confianza.Su presencia en la manifestación provocó un gran revuelo. Esta vez, ante suabierto desafío, los periódicos lo llamaron comunista, vendido al oro de .Moscú ytraidor a los intereses de México, que comprometía con su incalificable conducta.Estas injurias de una prensa mercenaria las resintió dolorosamente el generalCárdenas, para quien las palabras tenían un significado preciso.

 A pesar de que no se sabía cuáles eran las represalias de los Estados Unidos yCuba estaba cercada, Cárdenas trató, el mismo día 18, de tomar un avión parairse a combatir al lado de las fuerzas de Fidel Castro. Tropezó con un muroinfranqueable. Los vuelos comerciales estaban suspendidos, y el presidente LópezMateos, temeroso de provocar el enojo de los Estados Unidos, había dadoórdenes terminantes de que no se le proporcionara ningún avión oficial o privado.El 21 de abril, comentando la invasión, escribe: "Fue una trampa bien urdida en laque cayó la ingenuidad del presidente norteamericano Kennedy... El Pentágono yla Agencia Central de Inteligencia planearon y realizaron la invasión de Cuba conlos elementos cubanos que lanzaron el ataque. La prensa norteamericana publicócon todo descaro quiénes fueron los autores de la invasión: `El gobiernonorteamericano perdió más de cincuenta millones de dólares y quedó en ridículoante el mundo:. . . Los pueblos latinoamericanos —concluía-- no debenpermanecer indiferentes ante la agresión a la soberanía nacional de Cuba. Lacausa de la soberanía de este país es la causa de todos los países."El día 22, leyendo un titular del diario Novedades  que decía: "Kennedy estálibrando una cruda batalla contra el comunismo", comenta: "Sí, pero que no quieralibrarla en contra de los grupos progresistas de Latinoamérica que en realidad noson comunistas; que se enfrente a la Unión Soviética que tiene con quécontestarle y deje en paz a nuestros pueblos que ya han sufrido bastante con laguerra fría que nos vino de Norteamérica."El 28, Cárdenas fue invitado por el presidente López Mateos y tuvo con él lasiguiente conversación, que él reconstruyó el día siguiente hasta cerca de lamedia noche. López Mateos estaba afectuoso y le preguntó:—¿Cómo está, mi general?—Bien, señor Presidente. Le envié con el doctor Ortega una carta sobre mi retirodel ejército al cumplir mi edad límite fijada por la ley.—Sí, mi general, pero quedamos que después del 20 de noviembre, después quepasara la reunión de los ex presidentes en el acto de celebración delcincuentenario de la Revolución, volveríamos a hablar de ello y no lo hemos hecho

Page 181: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 181/226

hasta hoy. Además, deseamos que no se retire usted, lo necesitamos.—¿Para qué? No hay guerra interior ni con el extranjero que lo amerite; y por leyhe quedado fuera del servicio.—Sí, pero en tanto el gobierno no le conteste a usted su solicitud no puedeconsiderarse retirado. Créame —le dijo d Presidente, cambiando de tema— que

estoy preocupado por su anuncio de ir a Cuba. Muy peligroso su viaje.—En qué aspecto, señor Presidente, ¿personal? Considero que la vida de un expresidente tiene importancia relativa y no preocupa su final. Y en el orden políticocreo no hacerle mal al país. En el caso de Cuba me siento obligado a servirle enlos precisos momentos en que la aviación y la escuadra norteamericanas invadensu territorio. Pero la suspensión oficial de los vuelos, de México a Cuba y aun deMéxico a Mérida, impidió mi viaje a ese país.—Le habría sido casi imposible llegar ante la aviación y la marina enemigas.—No habría importado; llegando o no, hubiera cumplido con mi deber de simpleciudadano ante la agresión a un país hermano, y más, recordando que fue Cuba elúnico país que nos auxilió con un barco de mercancías cuando Norteaméricaquiso agredimos económicamente con motivo de la expropiación petrolera. Y misalida no habría ocasionado daño político alguno ni a su gobierno ni a nuestropaís, como se ha querido hacer creer a través de la prensa y por pláticas deelementos oficiales y particulares.—México pasa ahora por una situación difícil; el ingreso por concepto turístico seha reducido. La campaña en el exterior es muy intensa y pienso que estamoscomprando pleitos ajenos.—Me parece, señor Presidente, que ante todo está primero la solidaridad quedebe brindar México en la defensa de la soberanía de los países latinoamericanos,como es hoy el caso de Cuba, que está siendo agredida militarmente por elgobierno norteamericano, y negar o desentenderse del apoyo, cuando menosmoral, que debe prestarse a Cuba, aun a costa de los sacrificios que fuere precisoafrontar, sería negar la trayectoria de México y desconocer sus obligacionesinternacionales. Todos los pueblos de Latinoamérica se resisten a aceptar laintromisión del poderoso país del Norte en los asuntos internos de nuestrospaíses, y los gobiernos tienen que ser consecuentes con el sentir de susrespectivos pueblos, que piden que los Estados Unidos cumplan los compromisosque han firmado ante la Organización de las Naciones Unidas, la Organización deEstados Americanos y otros organismos.—Usted ya ha visto nuestra postura, al lado de Cuba en defensa de su soberanía.—Sí señor, y ello le ha dado mayor prestigio a México. Yo me permito pedirle quese mantenga esta actitud ante las invectivas criminales de nuestros vecinos, quetratan de impresionar a los pueblos latinoamericanos con su ya conocida campañaanticomunista, cuando bien saben que el pueblo cubano ha realizado unarevolución con su propio pueblo y con ideas propias, y que si Cuba ha entabladorelaciones comerciales con países socialistas, se debe, primero, a la agresióneconómica que inició el gobierno norteamericano, y segundo, y es lo más penoso,a que toda Latinoamérica la abandona, negándose a auxiliarla con los productosque necesita para su consumo inmediato.— Así es, pero es que estamos sorteando un caso muy peligroso.—Hay que confiar, señor Presidente, en la fuerza moral de los pueblos, y más si

Page 182: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 182/226

se organiza la solidaridad latinoamericana y su gobierno está en condiciones dehacerlo.—Pero no hay que olvidar que para desarrollarnos necesitamos obtener denuestros vecinos todo lo que se pueda en beneficio del país.—¿Y no es oportuno recordar hoy las prevenciones de nuestro Benemérito, de no

comprometer a los países con empréstitos?—Eso ya pasó a la historia —respondió alzando la voz—, fueron circunstancias deotros tiempos.—Los favores que ofrece el gobierno norteamericano son siempre bajocondiciones lesivas. Hoy quiere que se abandone a Cuba y pretende que Méxicose abstenga de opinar sobre lo que los Estados Unidos decidan hacer,contrariamente al derecho internacional, en nuestros propios países, y ello va aresultarles difícil, ya que numerosos sectores de América Latina no secundarán laagresión, ni creen en los infundios que se utilizan en la campaña que se vienehaciendo en contra de la república hermana. Los pueblos se dan cuenta de que seha recrudecido la intriga contra los grupos y los países que simpatizan con larevolución cubana y que hoy se está haciendo más intensa con la complicidad delalto clero político, que utiliza el púlpito para servir los intereses económicos delimperialismo norteamericano. Al parecer un tanto contrariado y alzando la voz, elPresidente expresó:—Se dice que los comunistas están encerrando a usted en una madeja peligrosa.—¿Cuáles comunistas? Si no lo sabe usted, debo decirle que el origen de estacampaña proviene de intereses de los Estados Unidos. Los enemigos de misamigos fueron en otro tiempo enemigos de usted, y por sus actividades político-sociales de entonces, llegaron a considerarlo, a usted mismo, comunista. Ustedbien conoce que los que luchan por el progreso de México y por la defensa delpatrimonio nacional, no son desleales al país y quieren el cumplimiento de lospostulados de la Revolución consagrados en la Constitución de 1917. Ciertamenteel momento es difícil, no sólo para México, sino para toda Latinoamérica. Nuestrospaíses pagan muy caro la lucha de los Estados Unidos con el bloque socialista. Laguerra fría que esta lucha produce agobia a los pueblos de Latinoamérica. Y loimportante es que el gobierno de México, el primer magistrado de la nación, nopierda la serenidad y confíe en su propia investidura institucional, y no permita quese descienda al odio y se recurra a la fuerza en casos en que basta la fuerzamoral del gobernante para dar solución a los problemas.Comentó Cárdenas que el Presidente no contestó, pero escuchó su plática y laresistió sin molestarse como había ocurrido en otras ocasiones cuando se hablóde los presos políticos. Al intentar despedirse, López Mateos lo retuvo y le pidióque aceptara el cargo de vocal ejecutivo de la Comisión del Balsas.—Señor, si yo ingresara a la administración se intensificaría la campaña que laprensa viene haciendo en contra mía, y molestaré a usted y a su gobierno.—No lo creo —respondió López Mateos—, pero ¿por qué entonces no se haceusted cargo del PRI?—Considero, señor Presidente, que no soy la persona adecuada para tal puesto.El pueblo quiere siempre renovación de hombres y mi presencia en el Partido letraería a su gobierno complicaciones con los intereses políticos actuales en juego.En cambio, si todos los ex presidentes de la República están dispuestos a

Page 183: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 183/226

cooperar con su gobierno en puestos secundarios, dependiendo de Secretarías,como están las comisiones de las cuencas de los ríos, desde luego yo participaréen puesto aún más modesto que la Comisión del Balsas, por-que todos los expresidentes nos pongamos a sus órdenes. Si le parece a usted, yo haría estaproposición al ingeniero y general Pascual Ortiz Rubio, a don Adolfo Ruiz Cortines

y al licenciado Emilio Portes Gil, y les pediría, en caso de estar de acuerdo, queellos hablaran sobre el particular con el licenciado Miguel Alemán Valdés y elgeneral Abelardo Rodríguez.

Unión de la familia revolucionaria 

El 29 de noviembre de 1961, Cárdenas tuvo otra larga entrevista con elPresidente. La atención del general se había fijado, desde 1940 y casi de un modoobsesivo, en los ya-cimientos ferríferos del país y de modo especial en los deMichoacán y de Colima. Pensaba, sin duda, en completar la industria del petróleo

nacionalizado con la del acero y en esa ocasión habló de los yacimientos quedebían ser explorados para conocer su capacidad y facilitar el desarrollo de lascostas del Pacífico. Existían numerosas concesiones donde no se realizabaningún trabajo.—Todo eso se va a normalizar mediante la nueva ley minera —respondió elPresidente—. Y a propósito de Las Truchas, ¿qué pasa con la Comisión delBalsas?—Yo le propuse a usted, en una audiencia anterior, que se invitara a todos los expresidentes a colaborar con el gobierno en puestos secundarios subordinados alos secretarios de Estado. Por mi parte, estoy a sus órdenes desde luego y noprecisamente para la Comisión del Balsas. Puedo ir a un puesto más modesto.

Considero conveniente que se vea que todos los ex presidentes hemos vuelto,después de haber servido en el puesto más alto, a la condición de simplesciudadanos, sin interferir absolutamente en las decisiones y autoridad quecorresponden al primer magistrado de la nación. Ya me he entrevistado con ellicenciado Portes Gil y con el señor Ruiz Cortines. El licenciado ocupa un cargo enlos seguros. Don Adolfo se mostró indeciso. Habló de su salud y de laimposibilidad de salir al campo. Le respondí que no necesitaba salir de la ciudad,que podría desempeñar la gerencia de Guanos y Fertilizantes o la de Petróleos.Cuando él alegó que la situación de México era difícil, por lo precario de sueconomía y los problemas de carácter internacional, le repliqué: "Si ustedconsidera delicada la situación del país, todos los ex presidentes debemos aceptar 

cualquier puesto por patriotismo, alejándonos o desprendiéndonos de los negociosparticulares para ponernos al servicio de los intereses de México." Y don Adolfoconcluyó: "En principio me parece bien, y pronto resolveré sobre ello."— Aceptó una comisión aquí, en la capital —intervino el Presidente—, y tambiénaceptó el ingeniero Ortiz Rubio. El licenciado Portes Gil, en efecto, ya desempeñaun cargo. Me falta hablar con el licenciado Alemán, e igualmente espero queaceptará. Sólo el general Abelardo Rodríguez contestó que estaba muy cansado yenfermo, que no podía moverse de una región a otra; pero si se le diera el puesto

Page 184: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 184/226

de conserje del Palacio Nacional, él lo aceptaría.El general Cárdenas dijo para sus adentros: "Se trata de una ironía. Se le ha vistorecientemente y tiene una energía impropia de sus setenta años."Pocos días después tomó forma la propuesta del general Cárdenas y por primeravez seis ex presidentes ocuparon cargos en la administración. Figuraban los tres

mandatarios del maximato, Cárdenas —el presidente de la ruptura—, y Miguel Alemán y Ruiz Cortines, los dos presidentes civiles que debían iniciar otro periodode la historia. El pacto de unidad inaugurado por el difunto Ávila Camacho seguíavigente. Las diferencias entre Portes Gil y Ortiz Rubio o entre Miguel Alemán yRuiz Cortines habían desaparecido, y aunque la política cardenista tenía poco quever con la de los de-más ex presidentes, su integración al sistema daba al país laimagen de una continuidad revolucionaria en contraste con los brutales choquesdel pasado inmediato. La unidad de la "familia" era un hecho. Cárdenas trató deque los ex presidentes abandonaran sus negocios particulares y sirvieran al paíssiguiendo su ejemplo, y logrado esto en parte, se suavizó la dureza del modeloautocrático que considera trastos estorbosos a los pasados mandatarios.

Los ataques En sus Apuntes, el general Cárdenas da la impresión de que ha intentadoorganizar su defensa, ya que no deja pasar ningún ataque sin documentarlocuidadosamente, como es el caso del general Henríquez, quien, el 7 de julio de1954, cuando ya pocos se acordaban de su derrota, declaró en El Universal :"Desde 1952 corté mis relaciones políticas con el señor general Lázaro Cárdenas,y ni la Federación de Partidos del Pueblo ni yo recibimos ninguna orientación deél; obramos libremente y no tenemos ningunas ligas con el comunismo; lo mismorechazamos el comunismo interior que el internacional." 

"Sus declaraciones no son novedad —comenta el general Cárdenas—, es unaclarinada en momentos en que los espíritus entreguistas critican todamanifestación de solidaridad al gobierno y al pueblo de Guatemala, agredidos ensu soberanía por la intromisión del gobierno norteamericano. Y fue al calor de laagresión a un gobierno constitucional y revolucionario, que se le ocurrió al generalHenríquez declarar su `anticomunismo'." Hablando de la campaña electoral de 1952, Cárdenas vuelve a un punto que hamerecido su atención con frecuencia: "En el seno de mi familia había estimaciónpara el general Henríquez. Influía en ello la amistad que me ligaba a él y no fueextraño que su candidatura tuviera nuestras simpa-tías personales; simpatías queno tenían la fuerza política necesaria para decidir sobre su campaña como

algunos lo creyeron. El propio general Henríquez sabía de mi decidida abstenciónpara intervenir en la política del país."Los periodistas atacaron al general Henríquez publicando unas declaraciones queCárdenas nunca hizo y que él se negó a aclarar por estimar "que se especularíacon ellas dado lo exaltado de los ánimos en el país, provocados por la mismalucha electoral"."¿Por qué familiares míos simpatizaron con la candidatura del general Henríquez?,¿por qué no llegó el general Henríquez al gobierno?", se pregunta. Y él mismo se

Page 185: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 185/226

contesta: "Entre otras causas porque muchos de sus amigos y partidarios usaronmi nombre para apoyar su candidatura sin tomar en cuenta que tendrían laoposición de numerosos sectores que se sintieron lesionados por miadministración."Otra cuestión que le interesaba aclarar: la presencia de su hermano Dámaso en el

gobierno de Michoacán. "Nunca —dice— fui partidario de que lanzara sucandidatura y fue por mi propósito de demostrar hasta la evidencia que no teníainterés en que personas de mi intimidad ocuparan posiciones políticas; me hainteresado la presencia de responsables de los problemas sociales del pueblo.Dámaso no fue un impuesto; tuvo, sí, la amistad del presidente Alemán y respaldopopular en Michoacán. Este respaldo se originó en que siempre sirviópreferentemente a la clase campesina."Se pregunta nuevamente: "¿El licenciado Luis Cabrera? Ha sido un enemigo quesólo él mismo se ha explicado las causas de su enemistad."Si él participó en la expedición de la Ley de 6 de enero de 1915, por mi parteapresuré el reparto agrario, y esto, para una mente sana, desapasionada yrevolucionaria, podría merecer simpatías y no odio político."Si el licenciado Cabrera hizo algo en defensa de nuestros recursos naturales, elgobierno que presidí llegó a la expropiación de los intereses petroleros quedetentaban compañías extranjeras."En mi decisión de expropiar las compañías petroleras extranjeras sólo el señor general Mújica tuvo conocimiento de mi parte. Él mismo explica, en cartapublicada durante su campaña política a la presidencia de la República, lo que a élle expresé para que redactara el manifiesto a la nación."El asunto tan vital y trascendente para la nación no debía anunciarlo a máscolaboradores, a pesar de merecer, muchos de éstos, confianza para ello."El señor licenciado Cabrera escribió o más bien publicó inmediatamente despuésde mi salida del gobierno un libreto con juicios personales. Al mismo tiempo quedon Aldo Baroni escribía también contra mi actuación de gobernante, a pesar deque había escrito un libreto ensalzando mi labor. Lo escribió después deacompañarme por Yucatán durante el reparto agrario."Respeto moralmente lo suficiente al señor licenciado Cabrera para considerar quehaya escrito su libreto para halagar a sus paisanos de Puebla que llegaban alpoder."No, más bien pudo haberse inspirado en su propia apreciación personal,considerando que en el gobierno de la Re-pública era indispensable otro tipo degabinete más cercano a su mentalidad y preparación universitaria."Hay que distinguir a los llamados revolucionarios que fue-ron alentados por larevolución política y social de los que han demostrado ser sólo revolucionariosburócratas."El mismo Vasconcelos dijo en La Flama que había visto un decreto enviado por Cárdenas al presidente Roosevelt —auspiciador de la expropiación petroleraporque afectaba los intereses británicos— para consultar la opinión de lasautoridades norteamericanas. La Flama fue publicada después de su muerte."Se duda —escribe Cárdenas— que sea infundio de Vasconcelos, sino más biende los que editaron el libro en que pintan integralmente la personalidad delVasconcelos de ayer y de hoy, con lo que cometen un asesinato de la propia

Page 186: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 186/226

personalidad del filósofo Vasconcelos, en lo que tiene de afirmativo en la primeraetapa de su vida."En realidad considero que éste es un infundio de apasionados vasconcelistas,contrarios desde luego a la expropiación petrolera, que cegados por la pasiónpolítica y afines a los partidos conservadores tradicionales, en éste y otros países,

pretenden cerrar las puertas a la autodeterminación de los pueblos deLatinoamérica, queriendo dar la impresión de que México y otros países quedesean liberarse de la presión del capitalismo imperialista, sólo lo pueden hacer contando con la anuencia del país del dólar."

Muerte de Frida Kahlo 

En julio de 1954 murió la gran pintora Frida Kahlo, esposa de Diego Rivera. Seexpuso su ataúd, cubierto con la bandera comunista, en el vestíbulo del Palacio deBellas Artes, y el día 16 fue cesado sin ninguna explicación el escritor Andrés

Iduarte, director de Bellas Artes.El hecho de que la bandera del Partido Comunista figurara en un recinto oficial seconsideró como una profanación imperdonable, acentuada por la presencia delgeneral Cárdenas en el palacio y en el cementerio.El mismo día en que fue cesado Iduarte, el general Cárdenas presentó surenuncia. Y cuando el Presidente lo citó en Los Pinos le dijo:—Es conveniente mi retiro para que no se moleste a usted y a su gobierno. Mimensaje a Guatemala y mi presencia en el sepelio de la esposa de Diego Riverano son actos lesivos ni al gobierno ni al país; sin embargo, enemigos de laRevolución y enemigos de México y del gobierno revolucionario que usted presideestán bordando una campaña, que tiene hondas raíces y que está dirigida por 

ambiciones bastardas de gentes conocidas.—Siga usted en su puesto y no haga caso de tales ataques —le respondió elPresidente.Ya desde antes, un grupo anticomunista, encabezado por el viejo y reaccionariopolítico Prieto Laurens, lo venía atacando debido a la defensa pública queCárdenas había he-cho del gobierno de Arbenz en Guatemala. En síntesis: paraCárdenas, Somoza, que había ayudado a la rebelión con hombres y pertrechos,era sólo un gendarme del imperialismo; Monzón, el jefe de las fuerzasguatemaltecas, un traidor a su patria; Castillo Armas, un instrumento de Somoza yde la United Fruit; Arbenz, una víctima de las empresas bananeras y de suspropios compatriotas, y el embajador Peurifoy, un capataz del imperialismo, que

embobó al presidente Eisenhower y no supo del respeto que se debe a lasoberanía de las naciones.Se vivía en plena guerra fría. La misma Secretaría de Gobernación habíafinanciado un congreso anticomunista y la embajada de los Estados Unidos "creíaver comunismo en todos los actos de personas y agrupaciones que no seprestaban a la guerra de nervios `anticomunista' que intencional-mente veníancreando".

 A la embajada parecía preocuparle más la actitud de Cárdenas que la del propio

Page 187: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 187/226

Partido Comunista. La cadena de periódicos propiedad de García Valseca, unbribón multimillonario —pagado por la embajada— que vivía del amarillismo y delchantaje, había publicado un artículo anónimo titulado "Barril sin fondo la cuencadel Tepalcatepec" que reprodujeron a plana entera los periódicos El Universal,Novedades y Excélsior.

Cárdenas esta vez hizo pública su respuesta:"He servido a la patria —recordaba— cuando ha sido necesario defender ladignidad y soberanía de México, cuando ha sido preciso exigir el respeto a lainvestidura institucional, y he cumplido también como colaborador cuando se meha requerido para servir en un puesto secundario." Deja bien claro que al cumplir su mandato como presidente de la República, el 30de noviembre de 1940, "dije que me abstendría de todo acto que lesionara laautoridad del responsable que me sucedía en el gobierno, y lo he cumplido, desdeel periodo del C. general Ávila Camacho hasta el actual gobierno que preside el C.

 Adolfo Ruiz Cortines"."Si a mi mensaje personal —añade— dirigido al señor licenciado GuillermoToriello, secretario de Relaciones de Guatemala, expresándole mi simpatía a sugobierno constitucional por la agresión que sufría de parte de intereses extranjeroslo quieren tomar como una lesión a la autoridad suprema del señor presidente denuestro país, es un error o un criterio de mala fe. Mi mensaje ¿contraría en algúnpunto la doctrina que en materia internacional ha sostenido el régimen de laRevolución desde nuestro benemérito Juárez, el señor Carranza hasta el señor Ruiz Cortines, doctrina de no intervención consagrada en los estatutosinternacionales por todos los países de nuestra América? ¿No expusieronpúblicamente sus convicciones en el mismo sentido mexicanos respetables defama internacional y tantos otros valores de la intelectualidad mexicana?"¿Es que por el hecho de haber servido en el puesto de presidente de la Repúblicase veda el derecho de exponer las convicciones propias y más cuando estasconvicciones son en defensa de la patria y de los gobiernos democráticos?"¿Acaso los ex presidentes, de 1940 a la fecha, no han hablado en diferentesocasiones de temas políticos, nacionales o internacionales?"¿Qué razones hay para que por la protesta de los patriotas mexicanos en el casode la agresión a un país hermano por parte de intereses que representa unacompañía extranjera, como la United Fruit, se esté tratando de alarmar al paísvecino sin medir las consecuencias de la insidiosa campaña, cuando en realidadsólo existe la pasión política de individuos de quienes es conocida su verdaderafinalidad?"En la publicación anónima se decía: (Cárdenas) "pretende crear problemasinteriores y exteriores y se coloca en una situación de maximato político en unaépoca que ya no es de caudillos ni de cuartelazos"."Al cargo de maximato con que se pretende impresionar al país —afirma---, micontestación es clara: ¿Con qué autoridades civiles y militares tengo ascendienteque pueda dar la impresión de que aspiro a disfrutar de influencias o a usurpar atribuciones gubernamentales? ¿O qué insinuación he llegado a hacer al primer magistrado de la nación que sea lesiva para el país? Ni lo he molestado consolicitudes para puestos públicos, administrativos o políticos para persona alguna.Invariablemente he sostenido que los presidentes de la República son ante el

Page 188: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 188/226

pueblo y ante la ley los responsables de sus determinaciones. ¿Cuartelazos? Noseré yo el que vaya contra la Revolución y las instituciones que representa el C.presidente Ruiz Cortines, y menos contra la patria que hieren los malos mexicanosy Ios malos extranjeros acogidos a nuestra hospitalidad."Fui a la Comisión del Tepalcatepec, como vocal ejecutivo, para servir en el

desarrollo de una región que no sólo beneficia a Michoacán sino al país. Las obrasrealizadas son conocidas y están produciendo. Solamente una de las obras queestá por inaugurarse, la planta hidroeléctrica del Cóbano, que dará energía avarios estados del centro de la República y en la que han intervenido la Comisióndel Tepalcatepec y la Comisión Federal de Electricidad, por sí sola justifica la in-versión que el gobierno ha prestado a la cuenca del Tepalcatepec."Las obras realizadas dentro de la cuenca representan mucha mayor cantidad quela que ha invertido el gobierno federal; la aportación privada de todos los sectoressociales ha sido muy importante y gracias a ello la región va teniendo más ampliodesarrollo."La Comisión sólo ha recibido en total 135 millones de pesos, desde 1947 hasta

 julio de 1954, y no mil millones, como aviesamente lo señala la publicación, yforma parte de un plan general del gobierno que se viene realizando en diferenteszonas del país para incrementar su economía."El 16 del actual —termina diciendo— presenté al C. Presidente mi renuncia paraevitarle molestias al gobierno por mi 'presencia en el puesto que me confió. Y hoy,con mi carácter de simple ciudadano [él ignoraba que Ruiz Cortines rechaza-ría surenuncia] continuaré la misma norma invariable de amistad a su gobierno y deadhesión a las instituciones nacionales."

El turno de Almazán 

En sus Apuntes, el caso del general Almazán es un caso aparte. El periodista JoséValadez publicó un artículo en el que afirmaba que en las elecciones de 1940había triunfado Almazán y no Ávila Camacho.Cárdenas reconoce que fuertes sectores, deseosos de un cambio en la políticasocial característica de su gobierno, apoyaron al general Almazán, "sobre todo enel Distrito Federal, pero ni siquiera en este lugar, que recorrí personalmente`contra toda costumbre', encontré una mayoría a favor del opositor "."Por ello el Ejecutivo Federal se solidarizó con la declaratoria en favor del general

 Ávila Camacho, asumiendo la responsabilidad de este acto, contrayendo como eranatural la enemistad de los afectados en aquella contienda cívica.

"Hoy, ya serenados los ánimos y las pasiones, numerosos ciudadanos, que fueronpartidarios del general Almazán, con-vienen en que no siempre tuvieron razón ensus ataques de entonces."Valadez los ha guardado para el momento que le resulten más remunerativos. " 

 A fines de noviembre de 1952, la publicación del libro de Almazán encolerizóliteralmente a Cárdenas. Y por primera vez enderezó contra el antiguo opositor una verdadera diatriba:"Su actitud internacional:

Page 189: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 189/226

"Su conducta humillante ante el Departamento de Estado y con los familiares delpresidente R. no podían ser una garantía para los intereses de la patria."Su conducta en el país:"Sí alentó a sus partidarios sosteniendo que llegaría al Palacio el 1 de diciembre,usando la violencia si se hacía necesario, y sus preparativos fueron para ello

durante el ejercicio electoral."Si al conocer su derrota no fue a la rebelión, no lo hizo por patriotismo, le faltóhombría."El ambiente que él ayudó a formar en contra del gobierno favorecía suspropósitos de rebelión, y sin embargo, engañó a sus partidarios con humillaciónpara México."Imploró el auxilio norteamericano, no sólo pidiendo neutralidad al gobierno deWashington, sino demandando pertrechos para encender la guerra civil, y en sudelirio de poder llegó a las mayores bajezas, como individuo que ostentaba un altogrado en el ejército y como mexicano se olvidó del ejemplo de los verdaderospatriotas que han defendido una causa en sus propias montañas y en numerosasocasiones con su solo heroísmo."¿Qué tenía que hacer en los Estados Unidos un individuo como él, que se decíaabanderado de los mexicanos, humillándose y humillando a la patria con su actitudentreguista?Su propia conducta de mal ciudadano fue lo que ocasionó su derrota política y sumuerte civil. General Almazán: los mexicanos, y no parece usted serlo, no toleranque se pida apoyo al poderoso, y menos a los Estados Unidos, para derramar sangre mexicana en pos de una ambición política."Se engaña usted creyendo que me preocupe de usted, no señor, a ningúnescritor ni a ningún periódico le he referido absolutamente nada de usted; es hastahoy y sólo obligado por su perversidad que me veo obligado a hacerlo. Está ustedcolocado por su propia historia en un sitio que merece se le deje en paz."Pero no se extrañe usted, señor general Almazán, de que haya quienes loataquen. No existe en nuestro país un hombre que habiendo tomado parte en lapolítica se libre de ataques de propios y extraños, así es la condición del mexicanoversátil como usted, valiente para injuriar a través de la prensa y cobarde en lassituaciones difíciles."El que no es capaz de resistir con serenidad los ataques de sus enemigos nosirve para la lucha."Este desahogo no calma su irritación. El 30 de noviembre, después de recorrer lanueva carretera de cuota a Cuernavaca, escribe que lejos de recomendar a variosde sus colaboradores, le pidió al general Ávila Camacho que utilizara nuevoselementos, lo cual le reiteró meses después, cuando seguían en sus viejos cargoso en otros nuevos Eduardo Suárez, García Téllez, Efraín Buenrostro y el generalHeriberto Jara."Mi actitud no es `antinorteamericana' —añade—, simple-mente he repudiado unaconducta como la de Truman, que lanzó la bomba atómica en contra de ciudades

 japonesas in-defensas, y me rebelo también ante desplantes de gobiernosaltaneros que ambicionan aumentar su poderío sojuzgando otros pueblos quecarecen de fuerza material para defenderse."Mi presencia en las obras de la cuenca del Tepalcatepec. ¿Por qué acepté

Page 190: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 190/226

presidir la Comisión? Motivos de orden político personal en servicio del país y por necesidades sociales de unidades ejidales como Lombardía y Nueva Italia."Renuncié el 21 de noviembre de 1952, y mi colaboración honoraria en el actualgobierno es con la finalidad de ver terminadas las obras de riego y establecidos ensus tierras a los campesinos beneficiados."

El 9 de diciembre respondió, un poco más sereno, a los cargos de Almazán, con elsiguiente escrito que reproducimos íntegro porque constituye el más genuinodocumento acerca de su vida pública:"El señor general Juan Andreu Almazán rompe su prolongado silencio de doceaños para hacer su llamada defensa de su actuación política y militar condesahogos de rencores in-contenidos contra hombres de la Revolución y,particular-mente, contra mí, a la vez que endereza una venganza póstuma paraciudadanos del Partido Demócrata de Norteamérica."Su defensa carece de serenidad, es contradictoria e incongruente, y su mismorelato marca una confesión paladina de los cargos de que se le acusó el año de1940, de alentar esperanzas de triunfo de su candidatura presidencial fincadas enlas seguridades de la simpatía de funcionarios y personajes extranjeros."Refiere con detalle sus gestiones en el país vecino con altos empleados delgobierno norteamericano y con particulares, confiado en su apoyo para escalar laPresidencia de la República. Semejante conducta lo hizo indigno de representar los intereses de la patria que están amparados por la Constitución y que haceradicar en el pueblo el libre ejercicio de la soberanía nacional."El caso petrolero de México, que pretende falsear el general Almazán, esampliamente conocido de toda la nación. La expropiación fue un acto de laexclusiva responsabilidad del gobierno de México y de estricta soberanía."Hay un hecho que confirma más la independencia, con que obró el gobierno en elcaso expropiatorio:"En julio de 1938, cuando el bloqueo declarado contra México por las compañíaspetroleras extranjeras estaba más agudo, México, libre de toda obligación exterior para disponer de su petróleo, envió a España y a Francia una misión presidida por el C. Eduardo Villaseñor, entonces subsecretario de Hacienda, a proponer algobierno republicano de España que adquiriera, por un periodo de cinco años, elpetróleo que México no necesitara para su desarrollo inmediato. Como no pudoresolverse favorablemente debido a los problemas de orden internacional quetenía ante sí el gobierno presidido por el señor presidente Azaña, la misiónmexicana ocurrió al gobierno de Francia, encontrando apoyo en el Estado Mayor francés, pero por diferentes causas no se llegó a un arreglo."La política que en materia del petróleo siguió el gobierno a mi cargo no fue unanovedad, sino acatamiento a nuestra tradición legislativa, a los mandatos de laConstitución de 1917 y a una necesidad de defensa de nuestro patrimonionacional que hombres de gobiernos anteriores, principalmente de la Revolución,habían planteado ya con patriotismo: el aprovechamiento de los recursos delsubsuelo en beneficio de nuestro propio país."El general Almazán cita al principio de su defensa un artículo publicado en laprensa, asentando que yo lo ordené. No he tenido en él la menor intervención. Suautor tendrá la gallardía de hacer conocer si fueron opiniones propias o ajenas."Relata también el general Almazán que el C. general Alfredo Breceda me sirvió,

Page 191: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 191/226

conduciendo documentos de carácter político relacionados con la campañaelectoral pasada. El C. general Breceda se habrá enterado de lo falso de talaseveración."Otros hechos que falsea el general Almazán:"En diciembre de 1914, encontrándose en Acámbaro, Gto., la División de

Caballería comandada por el C. general Lucio Blanco, a la que pertenecía el 22Regimiento a mi mando, fue enviada a Sonora, por acuerdos tomados en laConvención de Aguascalientes, como parte de una columna mixta a las órdenesdel C. general Ramón V. Sosa, formando parte de dicha columna el 22 Regimientode Caballería. En febrero de 1915 llegó la columna a Sonora y ya para entoncesse habían iniciado las hostilidades entre las fuerzas villistas y constitucionalistas.Nuestras fuerzas, que no pertenecían al villismo, se incorporaron a la División delEjército Constitucionalista que comandaba el C. general Plutarco Elías Calles, unmes después de haber llegado a Sonora, o sea en marzo de 1915."En las fuerzas del C. general Calles se encontraba como oficial el hoy C. generalde división José Ma. Tapia, actual-mente comandante de la Zona Militar dePuebla."El movimiento de 1920 fue un movimiento popular que desintegró en todo el paísal gobierno del señor presidente Carranza. Al internarse el señor Carranza por laSierra de Puebla, el C. general Calles giró un mensaje a Tuxpan, Ver., dándomeinstrucciones, por encargo del C. general Álvaro Obregón, para que saliera aencontrar al señor Carranza y ofrecerle seguridades para trasladarse al lugar queél quisiera. Al llegar a Papantla, Ver., el 21 de mayo, tuve aviso de que había sidomuerto el señor Carranza en Tlaxcalantongo. Recibí órdenes directas del C.general Obregón para hacer comparecer en la ciudad de México al C. RodolfoHerrero, a quien se acusaba de la muerte del señor Carranza, órdenes que cumplí(el mensaje original girado por el C. general Calles obra en poder del C. generalManuel Ávila Camacho, ex presidente de México)."Estando al frente de la Comandancia Militar en la Huasteca veracruzana, losmejores auxiliares que tuvieron las fuerzas a mi mando, durante la campañacontra los rebeldes de la zona petrolera, fueron precisamente los agraristas. Loscampesinos residentes actualmente en Temapache y el gobierno de Veracruzpueden aclarar la afirmación del C. Román Badillo, que hace suya el general

 Almazán."Las relaciones de compañerismo y amistad que a partir de 1913 nos ligó con elseñor general Serrato, hasta su muerte ocurrida en 1934, y que maliciosamentefalsea el general Almazán, son conocidas por los michoacanos. Las diferenciasque hayan existido entre amigos de ambos, que entonces actuaban en lasorganizaciones políticas y sociales, no afectaron nuestra amistad."La actitud del gobierno de Michoacán frente a la Iglesia, en el periodo 1928-1932,fue correcta, ajustada a la ley. No existió convento alguno clandestino de monjasque yo haya conocido a que se refiere el general Almazán."No hago comentario a la plática que denuncia haber te-nido con el C. VicenteEstrada Cajigal, referente a la entrega de los ferrocarriles al sindicato, así como ala copia fotostática de una carta mía recomendando para México al actualarzobispo don Luis María Martínez, que dice haber visto en Ginebra, porque talesaseveraciones son falsas e infantiles.

Page 192: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 192/226

"En los casos del gobierno del señor presidente Pascual Ortiz Rubio y a lareferencia que hace del C. general Calles, asumo la responsabilidad en lo que seaverdad."Respecto a la cita que hace el general Almazán de las organizaciones de obrerosdel país en el periodo de 1934-1940, los trabajadores de México saben que

disfrutaron de libertad para organizarse y que el gobierno no llegó a imponerles, nia sugerirles siquiera, personas para sus directivas. El gobierno hizo un llamado atodos los trabajadores del país para que se unieran formando un frente de defensade sus legítimos derechos, y ni a organizaciones ni a líder alguno, el gobiernoautorizó subsidios."La referencia que hace de otros actos desarrollados duran-te el gobierno quepresidí, así como los que apoya con artículos ajenos, los trataré en otra ocasión."Por último, considero que el desbordamiento de las pasiones privadas no lesionaa quienes hemos servido al país con lealtad. Los aciertos corresponden al pueblo,que supo inspirar nuestra conducta, y los errores, cualesquiera que hayan sido,como no fueron incubados por aviesos fines personales, nos mantienen serenosfrente a nuestro deber ciudadano."

El rencor de los vencidos 

No se debe a un azar que la parte más combativa de su diario esté dedicada adefenderse de los cargos públicos formulados por Almazán y Henríquez, dosamigos suyos aspirantes a la presidencia de la República.

 Ambos eran generales de división y ambos conformaban el prototipo de losmilitares que habían logrado acumular inmensas fortunas gracias aespeculaciones con terrenos y a contratos gubernamentales.

Por supuesto, si el general Almazán hubiera logrado figurar como candidato oficial,según pretendía, su actitud habría sido muy diferente. Él partió, concretamente,del malestar que la alta burguesía, la clase media y los inversionistas extranjerossentían por la política revolucionaria del general Cárdenas y procuró apoyarse enestas fuerzas y en el auxilio que pudiera darle el Departamento de Estado cuandoel conflicto petrolero no había sido aún resuelto. No tuvo de su parte a lostrabajadores ni a los campesinos —los nuevos elementos decisivos en laselecciones—, y aunque gozaba de simpatías entre algunos generales y trató deorganizar un cuartelazo, el ejército se negó a secundarlo. De los viejos generalesheredó su obsesión por el poder, y al sentirse derrotado se llenó de odio haciaCárdenas y su política.

Henríquez, por su parte, es el último general que aspira al mandato supremo, sibien ya no hay mucha diferencia entre él y el mismo Almazán. Más que militaresson negociantes, miembros de la alta burguesía, dispuestos a seguir resuelta-mente la vía capitalista. La transición del militarismo al civilismo ha sido gradual ycasi imperceptible. El Calles del maximato ya era un civil en toda su conducta,como lo fueron Cárdenas y Manuel Ávila Camacho aun en su calidad degenerales, pues se apoyaban en un ejército por fin subordinado al Poder Ejecutivo.

Page 193: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 193/226

Las condiciones del juego habían cambiado y lo que se trataba de saber era si unhombre poderoso, atenido a sus propios recursos, podía enfrentarse con éxito a lamaquinaria electoral del gobierno, y ambos demostraron su impotencia. Todavía

 Almazán logró agrupar a la alta burguesía y a la clase media urbana, dando laimpresión de ser un candidato temible, pero esto ya no ocurrió doce años

después: la gran burguesía, favorecida por Alemán, comprendió que era lo mismoHenríquez que Ruiz Cortines, el elegido oficial, y la clase media satisfecha de susventajas y despolitizada, permaneció indiferente. De cualquier modo y a pesar delo que significaban ambos generales, la suya fue la última lucha por una ciertademocracia. A partir de entonces, la facultad de nombrar al próximo mandatario, ycon él a todos los que ostentan cargos de elección popular, recayó totalmente enel presidente de la República.El ejército dejó de ser el factor omnímodo de las elecciones. Desde la época de

 Ávila Camacho, nuevas fuerzas lo habían sustituido. En primer lugar, lossindicatos: el aumento espectacular de la industria había multiplicado su número,pero el gobierno se cuidó mucho de ejercer un severo control sobre ellos a travésde los líderes. Éstos, siempre los mismos, nombrados diputados o senadoresformaban parte del gobierno. Desde luego, protegían los salarios de los obreros,obtenían para ellos seguridades y ventajas —no excesivas ciertamente— acambio de su absoluta subordinación, y de esta manera se fue creando una castade líderes que monopolizaban el movimiento sindical.En el campo, la situación era muy peculiar. Destruidos los colectivos, el sistema sefue apoderando de los comisarios ejidales y de los caciques —es decir, de los quetenían autoridad sobre los campesinos—, dándoles cargos políticos, lo cual lepermitió al gobierno disponer de una masa enorme de electo-res aunque supolítica favoreciera a unos cuantos líderes agrarios en detrimento de los interesesdel campesino.

Los partidos políticos En 1948, el licenciado Lombardo Toledano, desplazado de la CTM, formó elPartido Popular, que debía agrupar a los dispersos elementos de la llamadaizquierda. Años antes, en 1939, el licenciado Manuel Gómez Morín había fundadoel Partido de Acción Nacional, con la intención de reunir a los no menos dispersoselementos de la derecha.Lombardo Toledano y Gómez Morín, ambos pertenecientes al grupo de los "SieteSabios", eran los hombres más inteligentes de su generación y los más aptos parala acción política.

 A pesar de que ellos representaban auténticas corrientes de opinión, su situaciónera más bien contradictoria. Lombardo, fuera del poder, nunca logró atraerse a los

sindica-tos controlados por el gobierno ni a considerables porciones de clasemedia partidarias de un cambio revolucionario. Si bien se le acusaba, paradesprestigiarlo, de alentar "ideas exóticas", ajenas a la Revolución Mexicana, semantuvo alejado del Partido Comunista, y en realidad, su posición un tantoambigua no mereció el apoyo de los trabajadores, en parte porque no emprendiódesde la base un trabajo revolucionario —lo que debió hacer desde su posición delíder máximos en parte porque sus posibles banderas eran las que agitaba sincesar, demagógicamente, el gobierno.

Page 194: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 194/226

El caso de Gómez Morín, en apariencia antípoda, era muy semejante al deLombardo. Podía suponerse que su partido reuniría a los banqueros, a losindustriales, a los comerciantes y a los nuevos latifundistas, pero, en virtud de quelos intereses de estos grupos coincidían en todo con los de un gobierno decididopartidario del desarrollo capitalista, no se sumaron a sus filas. Desaparecido el

conflicto religioso, Gómez Morín no juzgó oportuno unirse al clero y debióconformarse con reunir de un modo tibio a sectores de profesionistas, deempleados o de miembros de la pequeña burguesía descontentos delautoritarismo y de la incompetencia burocrática del gobierno. Con todo, el Partidode Acción Nacional tuvo más adeptos y llegó a ser mucho más importante que elPartido Popular, pero no al grado de hacer peligrar el monolitismo estatal.Cuestionado por dos partidos opuestos, el gobierno populista demostró unasorprendente flexibilidad. Abajo controlaba a los trabajadores y arriba a losnúcleos del naciente capitalismo, de un modo tan absoluto que si estos dospartidos no hubieran existido él los habría inventado a fin de no destruir sumáscara democrática. Se fue fortaleciendo así una grande y trágica ficción políticaa la que todo se sacrificaba, guardándose escrupulosamente las formas. Lafachada democrática, como en la época porfirista, era perfecta.Las elecciones realmente se efectuaban y realmente las ganaba el partido oficial.Los gobernadores con todo su aparato político y  administrativo, las centralesobreras y  campesinas, los burócratas, los servicios del partido oficial semovilizaban para acarrear a verdaderas multitudes que inclinaban la balanza afavor de los elegidos previamente sin necesidad de recurrir a las viejas trampas ya las violentas imposiciones de otras épocas.La maquinaria llegó a funcionar de un modo automático. No había piedad para elenemigo, se le disputaban ferozmente los últimos ayuntamientos, es decir, lasmigajas del banquete. Pero, al mismo tiempo, se principió a considerar que seestaba llegando demasiado lejos. La clase media, incrédula y despolitizada, seabstuvo de votar, o lo hacía de un modo vergonzante, apoyando no con muchoentusiasmo a los cada vez más debilitados partidos de oposición. Se había caídoen un círculo vicioso. Por un lado, el gobierno frenaba con sus métodosimpositivos toda aspiración a una cierta democracia, y por otro, la acción de lospartidos opositores, faltos de apoyo popular, contribuía a hundirnos más en estasuerte de sopor político que se había apoderado de México.La fachada democrática era respetable, ya que todo se realizaba conforme a laConstitución. Las Cámaras y los ayuntamientos funcionaban normalmente, losestados conservaban al parecer su autonomía dentro de la Federación, el Poder Judicial no estaba sujeto a las vicisitudes de la política, el Presidente era elegidopor una mayoría abrumadora, se decía respetar los derechos de los obreros y delos campesinos, pero todo aquel inmenso aparato descansaba en una quimeracuyos costos eran excesivos. A fin de mantener el control de los sindicatos —lapieza maestra del sistema— se alentaba la formación de líderes corruptos que,lejos de educar revolucionariamente a los obreros, toleraban los mayores abusos ydesviaciones. Los sindicatos claves —ferrocarrileros, electricistas, petroleros,maestros— sostenían un personal excesivo y de muy escaso rendimiento en unpaís necesitado de trabajo eficiente. Por supuesto, el control de los obreros no selogró fácil-mente. El presidente López Mateos, como hemos visto, utilizó al ejército

Page 195: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 195/226

para aplastar el rebelde sindicato de los ferrocarrileros, y llegó a tal grado lacorrupción, que los líderes revolucionarios estaban en la cárcel mientras loslíderes oportunistas ostentaban un poder ilimitado.Dentro de este cuadro no es de extrañar, pues, que Cárdenas haya sido quizá elex presidente más atacado de nuestra historia. En febrero de 1955, escribió: "No

siempre aparece uno ante la opinión pública como en realidad es, sino que se le juzga como la misma opinión cree que es, de aquí resulta una situación un tantodifícil para los que hemos tenido, durante un periodo de nuestra vida, laresponsabilidad del país.Sin embargo, a pesar de que las especulaciones periodísticas en muchos casosson esencialmente políticas, no hacen daño a quienes guardan una actituddesligada de intereses bastardos." Y en abril completa su pensamiento: "El queactúa en acción política y social ni en la muerte deja de ser blanco de susenemigos y en ocasiones de sus propios amigos. Pero ante esta condiciónhumana, generalizada en todo el mundo, queda para el que cumple con su deber la satisfacción propia, que es superior a la adulación y a la intriga."

El 2 de octubre de 1968 

En la plaza de las Tres Culturas —así llamada porque en ella se encuentran lasruinas del templo de Tlatelolco, desde el cual Hernán Cortés observó la GranTenochtitlan, el monasterio de San Francisco, asilo de fray Bernardino deSahagún, y las pesadas masas de modernos conjuntos habitacionales— transcurría un mitin estudiantil.No era nada desusado. Una riña de escolares, ocurrida el 18 de julio de 1968,había ido creciendo y estructurándose en una serie de manifestaciones, debates,

luchas y batallas hasta implicar a 300 mil estudiantes, centenares de maestros einvestigadores, obreros y gente del pueblo.Había reinado la paz durante 28 años, una paz sólo interrumpida por la rebeldíade los ferrocarrileros, de los maestros y de los médicos, pero esos alzamientoshabían sido destruidos y sus líderes encarcelados.El país crecía con una de las tasas económicas más altas del mundo, losgobiernos se sucedían —siempre los mismos— sin ningún problema grave, elpresidente en turno era un monarca sexenal e imperaba una paz muy semejante ala porfiriana.De pronto ocurrió aquello: ese despertar de las masas adormiladas, esas marchasde 200  mil, de 400 mil estudiantes y vecinos que desfilaban por las grandes

avenidas en medio de gritos y canciones, creando un aire de libertad, un espaciodemocrático antes desconocido.El Presidente heredó un dispositivo de represión y lo había perfeccionado:granaderos, batallones de jóvenes enseñados a golpear y a matar, policíassecretos. Sin embargo la policía y las fuerzas paramilitares habían sido rebasadase intervino el ejército. El ejército tomó la gigantesca Universidad, tomó el Zócalo —el sagrado centro del poder —, tomó el Politécnico.Las elementales propuestas de los estudiantes fueron discutidas mientras se

Page 196: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 196/226

avecinaba la Olimpiada. Era una manera de ganar tiempo. El Presidente, unautócrata orgulloso, frío y testarudo, no estaba dispuesto a ceder una partemínima de sus privilegios y se mantenía lejano y resuelto. En su discurso del 1 deseptiembre hizo una sombría advertencia: "No quisiéramos vernos en el caso detomar medidas que no deseamos, pero que tomaremos si es necesario; lo que sea

nuestro deber hacer, lo haremos; hasta donde estemos obligados a llegar,llegaremos." 

Cómo sucedió aquello La Olimpiada debía inaugurarse el 12 de octubre. Ya estaban en su ciudadespecial centenares de los mejores atletas extranjeros y docenas de periodistas.

 Acostumbrados éstos a las gran-des batallas libradas por los estudianteseuropeos y norteamericanos, preferían seguir las vicisitudes cada vez más rudasde la lucha estudiantil mexicana antes que los monótonos ejercicios de susescuadras. Flameaban las banderas. Millares y millares de obreros daban los

últimos toques a las obras gran-diosas —estadios, albercas, canchas, avenidas,museos— que un pueblo muy pobre había pagado para ganarse la admiración delmundo.Detrás de esta decoración teatral, unos termes roían su andamiaje y eran inmunesa los gases, a las cargas policíacas y a los lanzallamas.Sin duda en los últimos días de septiembre o el mismo 1 de octubre, el Presidentedecidió exterminarlos de una vez por todas. En la mañana del día 2, la policíasecreta y los jóvenes del llamado Batallón Olimpia tomaron las azoteas y algunosdepartamentos y cuartos de servicio de los altos edificios que circundan la plazade las Tres Culturas. La pieza maestra del juego la constituía el edificioChihuahua, en cuya terraza del tercer piso se reunían los dirigentes del Consejo

Nacional de Huelga. A las 17:30 se inició el mitin ante una multitud de estudiantes, de mujeres, demadres con sus niños, de vecinos y gentes de los barrios contiguos. Un orador dijoque el movimiento estudiantil "había logrado despertar la conciencia cívica ypolitizar a la familia mexicana". Luego entró a la terraza una delegación deferrocarrileros que se sumaban a los estudiantes. Resonaron los aplausos.Sin embargo, la tensión era insoportable. Aunque en todos los mítines se advertíala presencia de los policías secretos, muchos estudiantes advirtieron que esta vezhabía demasiados. Corrió el presentimiento de que algo inusitado podía ocurrir.Los líderes, en la terraza cargada de dirigentes y de periodistas, tambiénpresintieron el peligro. No podía disimularse más la presencia del ejército. Como

las nubes del fin de las lluvias, los soldados anunciaban la próxima tempestad.Un líder advirtió:—Compañeros, vamos a cambiar de programa. No iremos al Politécnico, porquenos están esperando para matarnos.

 Antes de que se acallaran las protestas, los helicópteros que sobrevolaban laplaza dejaron caer dos luces de bengala, que descendieron con lentitud,iluminando espectralmente el escenario.—!Muchachos —gritó la periodista Oriana Fallaci—, algo malo va a pasar!

Page 197: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 197/226

—!Vamos —le respondieron—, que no está usted en Vietnam!—En Vietnam, cuando un helicóptero arroja luces es para señalar el sitio que debeser bombardeado.Unos segundos después, los miembros de la policía secreta y los del batallónOlimpia se pusieron un guante o un pañuelo blancos en la mano izquierda, para

reconocerse, y empezaron a disparar con sus pistolas. De las azoteas y de losdepartamentos llovieron las balas. Se escuchó lejano el pesado estruendo de lostanques, y muy cercano, el ruido acompasado de las botas de millares desoldados que avanzaban hacia la plaza. Eran las 18:10. Todo se cumplíacronométricamente.La gente se dispersó alocada. Un líder estudiantil, con un micrófono en la mano,gritaba:—!Compañeros, no corran, no se asusten! Es una provocación. Quierenatemorizarnos. ¡No corran!Era inútil la advertencia. Mujeres, niños, jóvenes desarmados, corrían invadidosdel pánico, buscaban un refugio en las ruinas aztecas, detrás de las columnas, delas escaleras, de los automóviles. Dos luces de bengala habían transformado unmitin pacífico en un "infierno".Estallaban secos los disparos, seguidos del tableteo de las ametralladoras.Irracionalmente, el tiempo se dividía en dos mitades: el tiempo de la vida, eltiempo de la muerte. Disparaban los del Batallón Olimpia, los soldados, lospolicías y algunos —muy pocos— estudiantes y francotiradores. Ciertos vecinos,que contemplaban la matanza llenos de rabia, buscaron sus armas y comenzarona disparar desde las ventanas. Un periodista japonés corría protegiéndose la nucacon las manos y gritaba en su idioma. Podía hacerlo en japonés o en español:daba lo mismo.Las mujeres sollozaban:—¡Dios mío!— ¡Ten piedad de nosotros!— ¡Criminales!— ¡Cobardes!En la terraza del Chihuahua entraron los policías del guante blanco, empuñandolas pistolas:—¡Que nadie se mueva!

 A Oriana Fallaci la tomaron de los cabellos y la arrojaron contra un muro. Segolpeó la cabeza. Quedó doblada en el suelo. La única defensa era la de tendersebajo la protección del antepecho de la terraza, pero la policía ocupó ese espacio, ylos detenidos quedaron expuestos a las balas en la pared del fondo. Durante 15minutos, un estudiante la cubrió con su cuerpo, hasta que la policía ordenó:¡Arrestados, sepárense!Oriana se arrastró en el suelo medio metro. Escuchó entonces una explosión ypensó en Vietnam. Era la ametralladora de un helicóptero. "Lo conozco —se dijo—es un ruido especial." "De repente sentí una cosa terrible, como piedras o navajasgolpeándome dos veces en la pierna y una en la espalda, del lado derecho."Entre las ráfagas de las ametralladoras, se escuchó un disparo que venía delfondo del pasillo. "¡Que nadie dispare —gritaban policías y estudiantes—, abajolas cabezas! Disparan contra el edificio." Los de las manos enguantadas, llenos de

Page 198: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 198/226

miedo, repetían: "¡Batallón Olimpia, batallón Olimpia!" Al marchar el ejército hacia la plaza y cerrar el círculo, se ocasionó una confusiónespantosa. Disparaban en su avance los soldados, disparaban los millares depolicías secretos, disparaban desde las azoteas y los departamentos, y el estallidode las armas causaba tanto terror como el zumbido de las balas. Aquello era peor 

que Vietnam. En Vietnam se sabía que era la guerra —como dijo Oriana Fallaci—,pero aquí no había guerra.Los periodistas, los camarógrafos, los mismos estudiantes y vecinos veníandesapercibidos. Cubrían un mitin, hacían un mitin. Incluso los dirigentes habíanordenado cancelar su marcha al Casco de Santo Tomás, residencia del InstitutoPolitécnico, y mantenerse quietos ante la presencia del ejército.El reportero de Excélsior dice que al avanzar los soldados "se inició la balacera".Félix Fuentes, de La Prensa, escribe que, después de arrojar las bengalas, "unos5 mil soldados dispararon sus armas para provocar el pánico de la multitud".

 Augusto Corro y Ubaldo Ruiz, también de La Pren sa, afirman: "Un disparo, dosdisparos y luego el traqueteo incesante de las ametralladoras. El fuego de losfusiles fue precedido por tres luces de bengala que partieron del edificio de laSecretaría de Relaciones." Cuarta versión, de la revista ¿Por qué?: "Al comprobar los helicópteros— que la gigantesca ratonera estaba a punto, soltaron primerounas bengalas verdes; ésta era la señal esperada para cerrar las pinzas. De lasventanas y azoteas hicieron varias descargas al aire y entonces la tropa atacó."Hay unanimidad de que las luces coincidieron con el ata-que. Antes de lasbengalas fueron las palabras; después, los tiros que tomaron en medio a unamultitud desvalida.Un solo disparo en aquellas circunstancias podía ocasionar la catástrofe y lacatástrofe se desencadenó. Posiblemente, los soldados y los policías dispararon alaire para amedrentar a la gente; posiblemente, los agentes secretos situados enlas azoteas y en los departamentos hicieron lo mismo; posiblemente también, losmiembros del Batallón Olimpia dispararon con balas de salva según variostestigos, pero al dar-se cuenta de que los tiros venían de todas partes, en cuestiónde segundos volvieron sus armas a la gente, a los edificios, y comenzó el combatede fantasmas. El ejército procedió como si se tratara de una batalla formal acampo abierto, sin coordinación con el Batallón Olimpia de matones y los policíassecretos. Fue una estupidez táctica y una determinación de aplastar el movimientoestudiantil, por las buenas o por las malas, "a como diera lugar", y la prueba esque murieron dos soldados, mientras cayeron —según cifras oficiales— 40estudiantes y vecinos, incluidos niños y mujeres, y resultaron heridos 10 soldadosy un general, de los tres que mandaban la operación, contra más de 200estudiantes y gente del pueblo.La muchedumbre estuvo 30 minutos expuesta a los tiros cruzados. El fragor de lasarmas no lograba acallar los gemidos, los llantos, los gritos de los agonizantes.Llegó un momento en que ya nadie corría. La muchedumbre se había tirado bocaabajo, y la plaza parecía un campo sembrado de muertos. Una vieja que llevabalas piernas vendadas era la única que permanecía en pie, indiferente a las balas,con un brazo levantado haciendo la "V" de la victoria.Centenares de jóvenes lograron escapar, centenares se enfrentaron a lossoldados y fueron abatidos a culatazos, centenares buscaron refugio en los

Page 199: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 199/226

departamentos, millares quedaron atrapados en la ratonera de la plaza, y algunasmujeres, presas de histeria, intentaron suicidarse arrojándose por las ventanas."Los gritos, los llantos y la desesperación —escribe Félix Fuentes— seconfundieron en aquel episodio que duró 30 minutos, pero que parecieron 30siglos."

Después vino la revancha. Los jóvenes hampones del Batallón Olimpia,muchachos de los barrios llenos de odio de clase, fueron implacables con losestudiantes: los golpearon salvajemente, los sacaron a rastras por las escaleras ylos pusieron de espaldas, con las manos en alto, frente al muro del convento; a loslíderes del Consejo Nacional de Huelga los desnudaron y los patearon. Se habíanapagado las luces de la plaza y en la oscuridad brillaban las bayonetas yparpadeaban los faros rojos y azules de las ambulancias. Éstas, detenidas alprincipio, llenaban el aire con el aviso perentorio de sus sirenas, de tarde en tardeinterrumpidas por el traqueteo de las ametralladoras. El edificio Chihuahua, rotassus cañerías, dejaba escapar chorros de agua y nubes de humo: un incendio sehabía declarado en los pisos superiores. Los vidrios y los fragmentos de lasventanas tapizaban la plaza, entre charcos de sangre. Era hora de llevarse a losmuertos, de declarar prisioneros a los heridos, de iniciar sobre cada muchacho un

 juicio con diez cargos, incluido el de asesinato.

Fin de un primer acto 

En Tlatelolco finaliza el primer acto de un movimiento estudiantil que abarcó todoel mundo y tomó como ejemplo a Francia. Al igual que la gran RevoluciónFrancesa, esta rebelión tuvo repercusiones en los Estados Unidos, en México y entoda América Latina, y en otros continentes, pero, independientemente de sus

diferencias y semejanzas, causó una gran sorpresa porque estaba dirigida contrael sistema del que formaban parte los padres de los rebeldes. La distinguió, pues,un carácter político y un carácter de parricidio simbólico, ya que pareció decir "Notoleramos más su orden, su carácter autoritario, su manera de pensar, sus formasestereotipadas, su concepción del mundo. Retírense de la escena. Nuestro turnoha llegado."Millones de muchachos educados fuera de sus hogares, en el radio y en latelevisión, cuestionaban desde una manera de vestir hasta una de pensar, deeducar, de gobernar. Y naturalmente, los padres, en lugar de introducir modificaciones, de ceder en algunos puntos a la fuerza tumultuaria de sus hijos,opusieron la fuerza de sus propios sistemas y terminaron derrotándolos.

 A pesar de que en un punto las masas estudiantiles parecieron rebasar lasestructuras del poder burgués, revelaron su debilidad al no lograr atraerse a lostrabajadores y presentar un frente más combativo y peligroso.La diferencia entre México y los países desarrollados es que aquí sí se empleó afondo el ejército y se dominó el movimiento estudiantil machacándolo literalmente.Desde luego, hubo provocadores aislados, pero no hay ninguna prueba de quetuvieran un papel de importancia en los sucesos de 1968.El movimiento estudiantil se fue radicalizando a medida que crecía y aumentaba la

Page 200: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 200/226

represión policíaca. Sus líderes, pertenecientes a grupúsculos marxistas más bienteóricos, surgieron espontáneamente de la lucha, y todos se unieron con lafinalidad de exigir algunos cambios y reacomodos menores, que el gobierno fingiódiscutir, sin pensar nunca en aceptarlos, pues creía que se lesionabairremediablemente el principio de autoridad en el cual estaba sustentado. Por un

lado combatía a los estudiantes con la fuerza y por otro se empeñaba endesprestigiar el movimiento —sin conseguirlo— alegando que se trataba defuerzas extrañas al país y a su "idiosincrasia". En la Cámara de Diputados, el día4, se habló de "una maniobra contra México y sus instituciones legítimas" y de"una acción subversiva que ha utilizado grupos de estudiantes sin que éstostengan una conciencia cabal del peligro que entraña su actitud", y el diputadoManzanilla Schiffer exclamó: "Hay que hacer esta declaración como mexicanos:preferimos ver los tanques de nuestro ejército salvaguardando nuestrasinstituciones, que los tanques extranjeros cuidando sus intereses."El gobierno no aceptaba, no podía aceptar sin perder la cara, que el movimientofuera mexicano —como el japonés fue japonés—, ni mucho menos que se dudarade su legitimidad o de la bondad de sus métodos y procedimientos. Mantenía suficción democrática a toda costa, y no quería ver que todo su sistema deautoritarismo, su manejo de las masas, la inconclusa reforma agraria, ladesigualdad afrentosa y el insoportable presidencialismo habían entrado en unacrisis de la que era detonador el movimiento estudiantil.Le preocupaba la suerte de la Olimpiada. La Olimpiada formaba ya parte delsistema, de la razón de ser del sistema, y la oposición que lo cuestionaba debíaser eliminada sin contemplaciones. Fernando M. Garza, director de Prensa yRelaciones Públicas de la Presidencia, la misma noche del día 2 convocó a losperiodistas y a los corresponsales extranjeros y declaró enfáticamente: "Laintervención de las autoridades en la plaza de las Tres Culturas acabó con el focode agitación que ha provocado el problema. . . Se garantiza la tranquilidad durantelos Juegos Olímpicos. Hay y habrá vigilancia suficiente para evitar problemas."Cerrado el primer acto con la atroz e innecesaria matanza de Tlatelolco, seiniciaba el ambiguo segundo acto, también a escala mundial: motines, crisispermanente de las universidades, secuestros, guerrillas, asaltos a bancos,desencadena-miento de la violencia, terrorismo, etcétera.El sueño de la utopía, el sueño de la libertad y la igual-dad, se degradó. Ya nohubo rebeliones semejantes a las del primer acto y no sabemos exactamentecómo terminará este segundo acto y en qué consistirá el tercero. Posiblementetodos ellos estarán encadenados entre sí y conducirán a la crisis de todas lassociedades.

Intervención de Cárdenas 

El 27 de octubre, día en que terminaron los Juegos Olímpicos, escribe Cárdenas:"Una sensación de depresión he mantenido todos los días del conflicto. Siento quehace daño a la causa democrática, postulado de la Revolución Mexicana, y que siésta no ha fructificado como anhelan las clases populares, la violencia registrada

Page 201: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 201/226

como la del 2 de octubre la retrasa por más tiempo y con ayuda de las clasesconservadoras. Deseo que la administración logre librarse de la contrarrevoluciónque no pierde ocasión para infiltrarse en posiciones del poder público."

 A fines de noviembre, el general, que seguramente sufrió la presión de las dospartes, decide tratar extensamente la cuestión estudiantil:

"Debo anotar  —reitera— que he vivido, estos últimos meses, días de positivaangustia al ver que el régimen de la Revolución, de la que fui soldado, ha recurridoa usar de medidas drásticas durante los movimientos estudiantiles que han sidoacusados de representar `conjuras comunistas'."Consciente o inconscientemente se está pintando a nuestro país de `comunista',cuando ya quisiera el pueblo mexicano que se llegasen a realizar los postuladosde la Revolución que rige la vida del país."El régimen de la Revolución no está caduco a la fecha, fuerzas populares enmayoría apoyan al gobierno. Las fuerzas descontentas son minoría y nocomunistas y a estas fuerzas es fácil convencerlas con la razón, lo que ahora esrealizable corrigiendo los abusos que produce la violencia, obrando losresponsables del poder con la serenidad que le corresponde a todo gobernante ymás a los de un país como el nuestro, que fue vejado durante el periodo de ladictadura que derrocó la Revolución de 1910. Es más, cabe tolerar incluso lasimprudencias que no ponen en peligro la estabilidad del gobierno y cuidar decorresponder al pueblo y educarlo con el ejemplo de quienes están en los puestosde gobierno y exigirlo también a los particulares."Se avecinan problemas que deben verse a tiempo, uniendo voluntades,acercándose más a las mayorías, para que México se pueda defender de susenemigos de dentro y de fuera."Al extranjero vecino es fácil detenerlo, en sus ambiciones de dominio, con elpueblo, el pueblo que lo da todo, sir-viendo sin reservas a la patria, ya en elcampo, en el taller, o con las armas, defendiendo la soberanía e integridad delterritorio."Si a este pueblo se le atiende dentro de las posibilidades económicas del país y sila actitud del gobierno se mantiene digna ante el poderoso y decente en su tratocon el extranjero, será la mejor fuerza que consolide en el futuro la estabilidad delpaís, gobernado dentro de los cauces de la propia Constitución."¿Reformas? Habrá tiempo para hacerlas dentro de un entendimiento en que noimperen ni la soberanía de los conservadores, ni la de los que quieren ladictadura, ni tampoco la de los que pasan por alto la realidad, las peculiaridadesde la población y las condiciones internas e internacionales."A la nación le bastará su fuerza moral para no tener desconfianza al poderoso yseguir libremente aportando sus propios recursos naturales para su desarrollointegral."El general incurre en una contradicción, pues casi todas las notas de su diariodemuestran la decadencia del llamado régimen revolucionario. Y por lo demás, essimplemente engañoso que las fuerzas descontentas estuvieran en minoría y lasfuerzas populares apoyaran al gobierno.Los estudiantes, los maestros y los intelectuales —es decir, los que conocían larealidad del país— formaban una minoría, en tanto que los obreros y loscampesinos manipulados estuvieron en apariencia subordinados al gobierno. Sin

Page 202: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 202/226

embargo, el movimiento logró atraerse a los sindicatos independientes, a un buennúmero de campesinos y sobre todo al proletariado de las ciudades perdidas.Centenares de activistas recorrían mercados, casas, centros de reunión,explicaban sus propósitos y cada día se hacían de nuevos adeptos.Sin duda, la propaganda de los estudiantes no podía ir más lejos de lo que fue en

aquellos días. El gobierno mantuvo hasta el fin un dominio casi absoluto de lostrabajadores agrupados en sus sindicatos urbanos, de los campesinos dispersosen la vasta extensión de la República y de sus propios numerosos empleadossujetos a una cerrada vigilancia. Con todo, se dio el caso de que los burócratas dela Secretaría de Educación, llevados al Zócalo para organizar un pretendidodesagravio a la bandera, gritaran repetidamente: "¿Somos borregos, somosborregos!", y que numerosos intelectuales de Antropología, de El Colegio deMéxico y de otras instituciones oficiales arriesgaran su empleo, sumándose almovimiento.El 1 de diciembre, Cárdenas volvió sobre el mismo asunto: "Conscientes losgobernantes de la sensibilidad del pueblo... tienen que vivir alertas de que al finalde su mandato vienen demandas a las que sólo pueden hacerles frente si se hancuidado de limitar la acumulación de la riqueza ro-bada al trabajo del asalariado; sise han cuidado de que el servidor público no realice a la vez funciones deempresario; si se han cuidado de ser tolerantes con los opositores políticos; si sehan cuidado de no tomar como lesivas las críticas, por más acerbas que en lopersonal y aun en funciones oficiales se les hagan, en tanto no traspasen el límitede la solidez que constituyen los organismos encargados de gobernar el país."Un gobernante despreocupado de las injurias personales, que a veces llegan desectores resentidos por actos indebidos cometidos por subalternos, y aunlanzadas con fines tendenciosos, es un gobernante ideal para un país en que supueblo tiene carencias y trata de obtener justicia en aquello que le afecta; carenciade lo indispensable para su subsistencia y carencia de cultura. El gobernante, enun país como México no puede, no debe pretender gobernar con rigidez aplicadaal ignorante, al analfabeto, al joven inexperto, al joven que carece aún deconocimientos y se lanza a aventuras, ex-poniendo su vida en aras de una causa,de un ideal utópico si se quiere, pero que en la generalidad encierra nobleza."El gobernante que pretenda encauzar a su país hacia la democracia tiene queempezar por ser un verdadero demócrata, demostrarlo tolerando la oposición, por más cruda que se ejerza en el mitin, en la prensa, en la diatriba personal."Fijando su actual posición, Cárdenas escribió que a él no le correspondía "gritarle"al gobierno o provocar manifestaciones públicas, pues "no conseguiría justicia paralos inocentes encarcelados ni tolerancia para los que hayan delinquido".No le importaba, en último caso, las críticas "de los que quisieran la intemperanciay la violencia", si esto ayudaba a la liberación de los presos, pero sería unatorpeza no obtener resultados prácticos y sí exponer al pueblo, inútilmente, anuevas represiones.Desdeñaba convertirse en un héroe y prefería ser víctima con tal de salvar vidas"que pueden resguardar a México de la opresión a que pudieran orillarlo losinconscientes o los vendepatrias".Cárdenas analiza la situación desde sus invariables perspectivas. Mientras elgobierno culpa de la situación a los "comunistas" sin aducir pruebas, él culpa con

Page 203: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 203/226

más probabilidades de éxito a los imperialistas. En aquella terrible confusión todopudo haber sido posible. De cualquier modo, las fracciones comunistas obraronabierta, nacionalmente, en tanto que los miembros de la CIA y de la FBI pudieronobrar ocultamente. Los Estados Unidos, en su terror al comunismo, vieroncomplacidos que el ejército, relegado por más de un cuarto de siglo, ocupara el

primer lugar del escenario y que la represión sustituyera a las concesiones.Deseaban —según el modelo brasileño— una dictadura militar que protegiera susintereses, amenazados por la revolución cubana, y naturalmente, tomaron elpartido del gobierno, siguiendo una política tradicional que habría de desembocar años más tarde en la destrucción del régimen de Allende.El 2 de diciembre, al cumplir el Presidente cuatro años de gobierno, Cárdenas loentrevista en Los Pinos y le hace ver que un desistimiento de cargos y unaconmutación de penas a los ya sentenciados, lejos de debilitar a un gobiernorepublicano y progresista, lo fortalecerían moralmente, porque más prestigia alpoder la benignidad que la represión. "Más aún —añadió—, todo gobierno surgidode una revolución popular debe apoyarse en las limpias fuerzas regeneradoras, enla responsabilidad de los destinados a asumir la solución de los grandesproblemas nacionales con la audacia creadora de las nuevas generaciones."Le pidió que conservara su serenidad ante las diatribas, y en su diario,comentando lo que debe tolerar el funcionario público, escribe: "Si por chistes así—ha copiado dos canciones de protesta— se altera y pierde la serenidad, lo sufreel pueblo, ya que es muy común que funcionarios inferiores ejerzan represaliasque suelen llegar al crimen. En tanto no se ponga en peligro la paz de la nacióncon chistes burlescos, deben admitirse los desahogos, y más si son de masas

 juveniles que fácilmente se exaltan manifestando sus resentimientos oinconformidades producidas por diferentes causas."En el último año de gobierno que presidí -1934-1940— fue quemada mi imagen el`sábado de gloria' en la calle de San Juan de Letrán de esta ciudad; en la mismacalle opera-ron enemigos políticos con varios magnavoces, con críticas algobierno y con frases `duras'. No hubo represiones y solos se callaron."Díaz Ordaz asintió a lo que dijo el general Cárdenas, pero no hizo caso deninguno de sus consejos. Es indudable que si el Presidente hubiera pedido a losestudiantes unirse a él para encontrar juntos una solución de los problemas funda-mentales del país, no se habría producido Tlatelolco. Hombre de una extremasusceptibilidad, tomó los desahogos juveniles como insultos personales, y desdeel principio se inclinó, no por el diálogo conciliador, sino por la represión abierta,en un momento en que los estudiantes del mundo cuestionaban airadamente sussistemas políticos y sociales. Además, todo hombre susceptible es orgulloso, y elorgullo de Díaz Ordaz no conocía límites. Educado en la mafia política de los ÁvilaCamacho, era partidario de la mano dura, y cuando alcanzó el poder, ligó supersonalidad a la presidencia, consideró que era el símbolo viviente de laRepública, y si en un hombre se opera esta metamorfosis, el desahogo, la injuria oel simple cuestionamiento se transforman en blasfemias imperdonables,merecedoras de un castigo ejemplar.

Page 204: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 204/226

El Balsas  Al hacerse cargo el general Cárdenas de la Comisión del Balsas, ya los proyectosregionales no provocaban el entusiasmo de las épocas pasadas. Además, quizá elgobierno nunca tuvo la idea de desarrollar cabalmente la cuenca —quecomprendía ocho estados de la República—, sino más bien la de unir una extensa

zona, poblada con gente muy in-dependiente —sobre todo la de Oaxaca y Guerrero— y gobernada por mandatarios incapaces, bajo un régimen federal.En el Tepalcatepec se había construido la presa del Infiernillo con el propósito dedotar de energía eléctrica a la ciudad de México y secundariamente regar losvalles de Apatzingán, Lombardía y Nueva Italia, lo que atrajo una gran inversiónnacional y extranjera, pero en el Balsas la situación no era la misma. Aquí, fuerade La Villita, destinada a Las Truchas, no existieron considerables obrashidráulicas, las plagas del Tepalcatepec se propagaron rápidamente y desde elprimer año se advirtió que los rendimientos del algodón eran muy bajos yresultaba muy difícil fijar una mano de obra errática, pues los incentivoseconómicos no atraían a los braceros.

Un investigador norteamericano, David Barkin, estudioso de las dos cuencas,piensa que la honradez, la capacidad de trabajo y el prestigio del generalCárdenas fueron usados por el sistema con el fin de engañar al proletariadomarginado, y es posible que no esté muy alejado de la verdad. Lo ocurrido en lascuencas mexicanas, sin excluir la del Papaloapan, no es un hecho aislado, sinomundial. La planeación regional del desarrollo ha suscitado una riquezaagropecuaria considerable, pero esta riqueza, a consecuencia de la expansión delcapitalismo, benefició esencialmente al neolatifundismo financiero y a loscomerciantes y no a los auténticos campesinos.En el caso de México, el economista Iván Restrepo ha probado que, desde 1950hasta 1970, el 85 % de la inversión pública destinada al sector agropecuario se

dedicó a la irrigación, y tres cuartas partes se emplearon en regar los estados delNorte. Esta concentración regional se dio también en la propiedad situada dentrode los distritos de riego.En 1960, como resultado de esta política el 72.5% de los usuarios sólo explotabanel 27.3% de la superficie, mientras que en el otro extremo, alrededor del 6 % delos propietarios disponían del 40%, esto sin contar con el arrendamiento que enlos distritos del Norte y del Noroeste abarca ejidos enteros.El sistema deseaba ante todo producción, y logró sus fines a través de losllamados pequeños propietarios y de los alquiladores de tierras ejidales, sinimportarle mucho la suerte de los campesinos pobres, y así se creó en el últimocuarto de siglo la desigualdad que impera, no sólo entre los ejidos de temporal y

los ejidos de riego, sino entre ejidos que disponen de agua en sus distritos y lospropietarios y los alquiladores de tierras.En tanto que el general Cárdenas se propuso durante su gobierno eliminar en loposible la agricultura marginada, ayudando a los más desvalidos, los cincogobiernos posteriores se ocuparon en llevar el 80% de la inversión a las zonasricas.El triunfo aparente del sistema desembocó en un fracaso mayúsculo. A losneolatifundistas, según se vio a lo largo del proceso, no les interesaba la suerte

Page 205: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 205/226

del país. Si las tierras se agotaban, como fue el caso de Colima, las abandonaban;si los incentivos económicos eran escasos, se abstenían de invertir, como fue elcaso del Balsas, y cuando se sintieron amenazados de algún modo, se negaron asembrar, lo que obligó al gobierno a invertir divisas en la costosa importación decereales.

Fracasó la política agraria del régimen, pero Cárdenas no fracasó en el Balsas nien el Tepalcatepec. Sobreponiéndose al sistema, en vista de que disponía de muypoco dinero, utilizó a los promotores indios de la región más castigada, la Mixteca-Tlapaneca, para construir caminos, edificar casas, es-cuelas y clínicas, electrificar y dotar de servicios sanitarios a 305 localidades y abrir nuevos campos al cultivo.Cárdenas seguía sus propios métodos de trabajo. Si un camino había que hacerloen cinco años, de acuerdo a un presupuesto determinado, no lo iba construyendodel principio al fin, kilómetro por kilómetro, según las reglas, sino que primeroconstruía los puentes y trazaba una brecha de modo que el camino fueratransitable al año, y luego lo completaba con las obras finales de revestimiento yde pavimentación. En materia de obras hidráulicas, mientras se construía la granpresa de almacenamiento edificaba primero una sencilla presa de derivación queproporcionaba agua inmediatamente, y que se integraba al conjunto de loscanales cuando, después de varios años, se terminaba el vaso.Dada la pobreza de los habitantes y con el apremio de que tuvieran agua ycaminos —había pueblos que se quedaban cuatro meses aislados por la crecidade los ríos—, al general Cárdenas le interesaba hacer obras que sirvieran a lamayor brevedad posible en todos los sentidos. Utilizaba de preferencia la mano deobra local, y si este sistema aumentaba en 20% el costo de los trabajos, ahorróvarios millones al no importarse maquinaria pesada, proporcionó sueldosinmediatos a muchos campesinos y permitió formar a numerosos albañiles,herreros y canteros."Este camino —decía— primero lo hizo un pájaro, luego pasó una bestia y lo trazóy más tarde vino el hombre y estableció la comunicación. Nuestros caminos noson muy buenos al principio, pero son útiles. Se puede transitar por ellos, ya queedificamos lo principal, salvando los obstáculos más duros, y con el tiempo se vantransformando en caminos de primera."En el Tepalcatepec se invirtieron 325 millones de pesos, y en 1970 la cosechaanual representaba un valor de 500 millones. La cuenca del Balsas, en los ochoaños que van desde 1962 hasta 1970, llegó a ser la cuenca con mayor des-arrollohidroeléctrico del país gracias a las obras del Tepalcatepec. Detrás de estasrealizaciones figura un gran esfuerzo personal. Lo que más trabajo costó, nofueron las obras propiamente dichas, sino la solución de los problemas de la tierra,que marchaban lentamente debido al burocratismo tradicional del Departamento

 Agrario. Muchos expedientes dormían el sueño de los justos desde hacía uncuarto de siglo, y para sacarlos adelante, Cárdenas nunca gustó de interponer suinfluencia. Visitaba a los secretarios de Estado y a los gobernadores en susdespachos, a pesar de las protestas de los funcionarios, y le daba su autoridad alúltimo de los presidentes municipales. Nunca hablaba en nombre propio, cuandolos indios se le acercaban y le decían en su mal español: "Estamos muy jodidos,deseamos una escuela y un médico", jamás les respondía: "Yo se los daré", sino:"Le diré al gobernador que ustedes necesitan una escuela y un médico", y cuando

Page 206: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 206/226

le agradecían alguna obra realizada, les respondía: "Yo no la hice. La hizo el señor Presidente", o "la hizo el señor gobernador". Atendía con el mismo celo lasinmensas presas que la más humilde escuela de su región, que recorría una y otravez, a pie, a caballo o en  jeep, sin importarle los soles ardientes, los aguaceros olas noches heladas del desierto.

Guardaba la disciplina del militar. Daba órdenes que se podían cumplir, y en estesentido educaba a su gente —la mayoría muchachos recién egresados de susescuelas— y la hacía sentirse responsable de su trabajo. Era muy estricto, peronunca reconvino a nadie delante de un tercero, y sus jóvenes empleados lorespetaban y lo querían a causa de su carácter bondadoso y justiciero.

 A los 73 o a los 74 años podía cruzar un río a nado o andar ocho horas por losmontes sin dar señales de cansancio, pasarse 25 días del mes vigilando lostrabajos, y excepcionalmente, 40 o 50 días sin regresar a su casa.De hecho no ganaba nada, porque de su sueldo de 18 mil pesos mensualespagaba su comida y la de sus acompañantes, la gasolina, el sueldo de su chofer, ysi le alcanzaba, socorría a los más necesitados sin recurrir a los fondos de laComisión, dando él mismo el ejemplo de lo que debía hacerse.

Sobreponiéndose a la adversidad 

Posiblemente al finalizar el otoño de 1969 se inició un cáncer en la garganta, quese tomó como resfrío y que el general descuidó por su aversión a los médicos y elningún aprecio que le merecían sus enfermedades. El 8 de enero de 1970 escribióla siguiente nota: "Mañana a las 19 horas me internaré en el sanatorio Santelenapara que se me opere de una hernia `umbilical' que me resultó hace varios años.Mi estancia en el hospital se aprovechará a fin de analizar la inflamación que

recientemente me apareció en el lado izquierdo del cuello. No hay dolencia. Hastahoy se ignora su origen, que puede ser benigno o motivarlo otras causas queobligarán a operarse."Estoy tranquilo y optimista; sólo me preocupa la alarma que puede causarle a

 Amalia, Cuauhtémoc, Alicia y hermanos al enterarse mañana de qué se trata,además de la hernia y de la inflamación del cuello. Sin embargo, verán mi estadode ánimo y esto los calmará."El 15 de enero tomó la pluma y escribió: "Fui operado el día 10. Me siento bien. Laoperación fue una rebanada de cuello: de caballo, es decir, un tanto dura. Estoycon el hombro izquierdo y cuello del mismo lado insensibles, pero sin dolenciaalguna; vamos bien."

El 3 de febrero, ya de vuelta en su casa, se enteró del fallecimiento de BertrandRussell: "Su muerte se hará sentir en todos los pueblos amantes de la paz. Entrelos más afectados, el de Vietnam, al perder en el insigne científico y humanistainglés al mejor y más genuino vocero de su causa y su defensa, ante los crímenesque con ese heroico pueblo viene cometiendo el gobierno imperialistanorteamericano. Personalmente siento la ausencia de un ciudadano excepcionalen la lucha por la paz y de un admirado amigo."Cárdenas se sabía herido de muerte. Habría de sobrevivir nueve meses, pero en

Page 207: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 207/226

este largo plazo reanudó su trabajo del Balsas, como si nada hubiera pasado, y nose quejó, ni escribió una sola palabra en su diario que aludiera ni remota-mente asu enfermedad.Los Apuntes, lejos de mostrar una ruptura, señalan una continuidad. No hay unalínea de demarcación entre la existencia anterior de un hombre entregado a la

acción y a la reflexión y la de un condenado a muerte. Un ser tan recatado eincluso misterioso como fue siempre el general Cárdenas, supo rodear su agoníadel mayor secreto. Fuera del grupo de sus íntimos no trascendió, ni siquiera a laprensa, la noticia de su gravedad. Su itinerario era el mismo: Oaxaca, Guerrero,Michoacán, las grandes y pequeñas presas, los caminos, las casas, los serviciossanitarios, el proyecto de Las Truchas, que iba convirtiéndose en una realidad, ysobre todo y ante todo, los indios, los campesinos más pobres, a quienes auxilia yaconseja.En tanto que los meses transcurren no trata siquiera de hacer una síntesis de suinmenso trabajo. Él ha sido, con Vasco de Quiroga, uno de los civilizadores deMichoacán, y también se le llama "Tata", "Tata Lázaro". A él se debe que el vallede Apatzingán, solitario y diezmado por el paludismo, se transforme en un imperioagrícola y ganadero; la doma de los ríos, con sus consecuencias inmediatas: elriego y la electricidad; la extirpación de las enfermedades, el fin del aislamiento, eldar esperanza a los que la han perdido, la producción en gran escala de acero, lafundación y el crecimiento de nuevas ciudades, el rescate de la región tropical, yestas tareas las realizó siempre con el máximo desinterés y la mayor paciencia.Desde el fin de su presidencia, nunca quiso intervenir en la política activa porqueno olvidó la lección de Calles, resentida dolorosamente, pero comprendió que sólocon los recursos del gobierno podría hacer algo grande, algo que perdurara yrindiera frutos, en vez de dedicarse a los grandes negocios privados como fue elcaso de la mayoría de los ex presidentes, y jamás descuidó sus deberesciudadanos: cuando lo juzgó necesario, combatió por los ferrocarrileros, por lospresos políticos; en la guerra fría tomó el partido de los satanizados comunistas;fue uno de los organizadores y miembros más activos de la Conferencia por la Pazy del Movimiento de Liberación Nacional, y defendió a Guatemala y a Cuba, lo quele valió una serie de injurias, de calumnias y de rencores. Es verdad que muchasveces lo que realizó como Presidente se volvió en su contra. Una serie demedidas revolucionarias, insertas en un cuadro capitalista del que formaba partesu gobierno, estaban destinadas posiblemente al fracaso. Los obrerosorganizados, en vez de constituir la punta de lanza de la revolución, fueronmanipulados y se convirtieron en el principal apoyo de la clase burguesa, y lamayoría de los campesinos siguieron tan miserables como antes; si bien fuecreada una industria de transformación, surgió una clase media despolitizada yaumentó la dependencia hacia los Estados Unidos; pero el petróleo, "que estuvo apunto de ocasionar la intervención extranjera", y a pesar de que susadministradores "dilapidaron 20 mil millones de pesos", fue el sostén de ladesfalleciente economía mexicana, y lo será en el futuro inmediato, junto con laelectricidad, el azufre y el acero.

Page 208: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 208/226

Otra vez la reforma agraria 

El general Cárdenas, en los últimos tres meses que le quedaban de vida, dedicó lamayor parte de su diario a la reforma agraria. Ya desde 1940 era sin duda elmexicano más experto en esas cuestiones, y treinta años de recorrer 

incesantemente los campos y hablar con ejidatarios, pequeños propietarios ytécnicos le habían dado un profundo —irremplazable— conocimiento de todos suaspectos. El 5 de julio de 1970, es-cribe:"Se hacen ataques a la reforma agraria de que haya campesinos que renten oabandonen sus parcelas. ¿Hay fundamento para atacar el sistema colectivo delejido? ¿Que hay ejidos que desistieron del sistema colectivo? ¿Se han investigadoy hecho públicas las causas? ¿No fueron las responsables las autoridades localesy federales, por falta de apoyo para mantener el ejido colectivo?"Inmoralidad e ignorancia sobre el sistema colectivo; unos y otros, enemigos de lareforma agraria, hicieron un gran daño al país obstaculizando con su conducta ymala fe el desenvolvimiento de la producción agrícola ejidal. ¿Durante el ejercicio

del Banco Nacional de Crédito Ejidal, o sea desde su creación, se ha llegado aconsignar a los directamente responsables de la especulación que se haregistrado con el crédito y la producción del ejido?"Desde la época del general Ávila Camacho, el Banco se concretó a prestar dineroy dejó la organización técnica y social en manos de las autoridades ejidales,posiblemente in-fluido por las críticas de Luis Cabrera, a pesar de que un estudiode 1939 hablaba de una naciente corrupción y división de los ejidatarios. Éstos notuvieron ya una intervención directa en las funciones del Banco, y se les abandonócuando necesitaban estar más unidos y conocer más a fondo la complejanaturaleza de los mercados. Los daños fueron irreparables. Es difícil que uncampesino casi analfabeto domine en dos o tres años la maestría de los

hacendados para dirigir sus negocios y resulta aún mucho más difícil enseñarle amantenerse trabajando organizadamente y cumplir sus nuevos deberes con unsentido de la responsabilidad.Por su parte, el gobierno de Miguel Alemán se propuso de una manera sistemáticay a todos los niveles destruir el ejido colectivo y alentar la iniciativa privada, inclusomodificando las leyes agrarias y estableciendo el amparo.Es decir, que todo el aparato estatal destinado a capacitar al ejidatario, a darle unaparticipación activa en la toma de decisiones, cambió enteramente y favoreció deun modo re-suelto a los viejos hacendados y a los nuevos, salidos de la política odel mismo Banco, que brotaron en todas las regiones fértiles del país.En doce años, el populismo consideró una aberración el principio esencial

cardenista de dar un trato desigual a los desiguales. Se aplicó teóricamente laigualdad, y el rasero en el campo condujo al neolatifundismo financiero quetodavía padecemos.Los hacendados, no sólo conservaron la pequeña propiedad, sino que laextendieron a varios de sus familiares, y aumentaron sus cultivos por medio de latécnica, ya que disponían de dinero; los fondos del Banco de Crédito Ejidal sedesviaron a otras actividades, y los funcionarios se hicieron ricos; los ejidatarios,privados de asesoría técnica, de crédito y de un acceso a los mercados

Page 209: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 209/226

monopolizados, tuvieron necesidad de vender o alquilar sus mejores parcelas, yno se les politizó debidamente.—¿Qué es politizar? —se interroga Cárdenas."Instruir al campesino, ejidatarios y asalariados, en sus deberes cívicos y enejercerlos con pleno conocimiento de sus derechos y obligaciones. Naturalmente,

para ello es indispensable la educación escolar, y aun en el caso de que no hayantenido oportunidad de concurrir a la escuela, grandes sectores de analfabetosactúan por intuición, defendiendo sus derechos."Es indispensable organizar socialmente las unidades ejidales: prestarles direccióntécnica y proporcionarles el crédito que requieran, exigiendo honestidad en suadministración. De no atenderse radicalmente este problema, la producciónagrícola seguirá siendo precaria y con más carencias la vida del campesino. Paraconseguirlo es necesario, ante todo, sensibilidad del problema social querepresenta la masa campesina y conocimiento de qué es la reforma agraria ycómo debe cumplirse." El General estaba viendo en la práctica el modo como los alquiladores de tierras,los falsos pequeños propietarios y los comerciantes monopolistas se hacíanmillonarios, pero lo trágico de aquel cambio es que el neolatifundismo, asemejanza del antiguo hacendismo, y beneficiario por añadidura de lasgigantescas obras de infraestructura, descubrió su impotencia para dar empleos ysatisfacer las necesidades elementales del pueblo mexicano, al mismo tiempo quela población rural se multiplicaba y falta de empleo emigraba a las ciudades y a losEstados Unidos. Al acercarse los años setentas, el país entraba en una especie degigantesco remolino que lo iba hundiendo en lugar de sacarlo a flote. El campoproducía siempre menos, la población crecía siempre más, y la erosión devorabamillares de hectáreas anualmente. Había dinero para la industria, para elcomercio, mas no para el campo. Ni si-quiera se pensó en un plan a fin derehabilitar las zonas erosionadas, las semidesiertas y las tropicales, para trasladar a ellas el exceso de campesinos sin tierra, pues los proyectos, en este sentido,fueron irrisorios y la mayoría condenados al fracaso."Hemos sido capaces —dice en otro párrafo— de hermosear ciudades; levantar estructuras monumentales; construir grandes obras de almacenamiento parairrigación y generación de energía; abrir vías de comunicación; centros de cultura;de salubridad; de asistencia pública; museos, verificar olimpiadas internacionales;anunciamos una economía nacional próspera; contamos con técnicos en todas lasramas; y sin embargo, para justificar la revolución agraria carecemos de visión ovoluntad a fin de hacer de las unidades ejidales ejemplos de organización y deproducción agrícola."Existen escuelas de agricultura, como la `famosa' de Chapingo, para preparar agrónomos que sirvan al campo, principalmente al campo ejidal; pero sólo vemosunidades particulares con tierras bien labradas y con alta producción. ¿Y por quéno igual al ejido?"¿Causas?"Incomprensión de la responsabilidad que implica para el funcionario no atender elproblema rural mayoritario, concretamente el ejidal."¿Acaso no se puede atender al igual que las unidades de la llamada pequeñapropiedad? Claro que sí.

Page 210: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 210/226

"Una acción coordinada entre el Departamento Agrario y las Secretarías de Agricultura y de Recursos Hidráulicos lo resolvería; pero para ello precisa, ennuestro medio, la sensibilidad y conocimiento de problemas como el ejidal, con elque no siempre simpatizan los altos dirigentes."De no tener sensibilidad o simpatía los funcionarios para las unidades ejidales, sí

tienen la responsabilidad de cumplir con la clase campesina y, hasta por conveniencia de la economía del país, servir en favor de una mayor producciónagrícola en las tierras ejidales."El Ejecutivo federal tiene a su alcance la solución del problema: fijar programas yexigir responsabilidades a quienes no cumplan con sus funciones, así sea a losservidores oficiales y a los mismos campesinos si éstos fueran culpables; pero

 juzgo que en lo general los ejidatarios no tienen la culpa de vivir desorganizados.La responsabilidad recae en el Estado."Analicemos a fondo el fenómeno que se presenta ante la reforma agraria;quitemos los obstáculos que obstruyen su camino y tendremos una agriculturaabundante en los ejidos del país." Cárdenas confió hasta el fin en la acción rectora del gobierno para dirigir laeconomía del país y fue el primero en advertir la falta de coordinación de losbancos y de los organismos del Estado, la inmoralidad, el carácter burgués de losfuncionarios y la necesidad de exigir responsabilidades tanto a los servidoresoficiales como a los propios campesinos."Si propios y extraños reconocen que la Revolución Mexicana tuvo un sentidoeminentemente agrario, habría que preguntar si las masas rurales hubieranresistido en paz el tiempo necesario para disponer de los medios y aprender mejores técnicas en el cultivo de la tierra, para llegar a poseerla. De acuerdo conlas condiciones que entonces prevalecían: lucha violenta entre hacendados ycampesinos, hostilización a los que solicitaban las tierras, era imperativo repartirlacon celeridad para hacer justicia a quienes siempre la han merecido y, también,para evitar la lucha en el campo, en forma que permitiera cumplir en lo esencial losdemás objetivos de la Revolución que el pueblo venía demandando."Era imperativo repartir la tierra y Cárdenas la repartió aceleradamente con todoslos medios a su alcance, cambiando la fisonomía de la nación; pero con una masatan depauperada, enferma e ignorante, un problema tan hondo no se resuelve enseis años. Si en los tres decenios siguientes el Estado lo hubiera atacado con lamisma decisión enérgica, y formando sus cuadros técnicos —algo que exigía elcarácter revolucionario de Cárdenas—, el problema actualmente estaría resuelto yMéxico sería un país muy distinto.Lo que Cárdenas se resistía a comprender es que un gobierno burgués debíaimplantar sistemas burgueses de producción y acaparamiento de los productos,aliarse a los grandes agricultores, reducir el monto de los créditos, descuidar suscuadros, técnicos, respetar el carácter monopolístico de los mercados, y elresultado fue el minifundio, la escasez, el abandono de los ejidos más pobres, y loque es peor, un recrudecimiento de la desigualdad y una destrucción paralela delos recursos naturales.Frente a la ausencia de programas y de organización, Cárdenas tenía su viejo yeficaz programa del ejido colectivo, pues basta salir al campo y observar la miseriade la gente, sus escasísimas parcelas, para entender que nunca, nunca, pero

Page 211: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 211/226

nunca, sobre todo si tenemos en cuenta la explosión demográfica, esa gentelogrará levantarse y alcanzar una vida mejor.De parte de estos males, el General hacía culpables no sólo a los técnicos, sinotambién a los intelectuales. Desde luego, no sabemos lo que haya entendido por intelectuales. Hubo y hay licenciados en derecho que se ocuparon de la hacienda

pública, de las finanzas y de la educación, ingenieros civiles encargados de lascomunicaciones, médicos en altos cargos ajenos a su especialidad, pero unlicenciado o un ingeniero no son intelectuales. Ni siquiera con la frecuencia debidadesempeñan cargos técnicos los especialistas, sino, de ordinario, los políticos, yse confían gobiernos estatales a gentes que se han distinguido por su ignorancia ysu rapacidad. Los intelectuales y los mismos técnicos han ocupado cargos muysecundarios, comúnmente bajo las órdenes de un político estulto, y si el gabinetedel general Cárdenas realizó un buen trabajo, esto se debió a que el Presidentetomaba las decisiones y actuaba por ellos. Los compromisos políticos se hansobrepuesto casi siempre a la eficacia, y el pecado de no estar gobernados por losmejores, sino por oscuras medianías que perdida su eminencia vuelven alanonimato, lo pagó y lo está pagando muy caro la nación.En cuanto a los hombres de la Revolución, decididamente —a excepción deCárdenas y algún otro— envejecieron, y su ancianidad codiciosa terminó derematar a la Revolución, si alguna vida le restaba. Los nuevos técnicos, losintelectuales —casi ninguno de ellos se enriqueció—, los hombres de ciencia,siguen sujetos a los políticos y no han dado señales de haber mejoradoradicalmente, tal vez más a causa del sistema que de ellos mismos.

 Ahora el tiempo de Cárdenas había pasado. Sus ideas acerca de la reformaagraria no fueron escuchadas y debió con-fiarlas a los Apuntes, convertidos en suúltima contribución al problema que lo atormentó toda su vida.No hay nada trascendente que pueda hacerse en un país como el nuestro sin unaverdadera pasión por la suerte de los campesinos, si bien Cárdenas nuncadesdeñó la industrialización, la democratización del sistema, el endeudamientocreciente del país, la concentración de las riquezas en pocas manos, eldesempleo, la explosión demográfica, como lo prueba su extenso ensayo escritoentre agosto y septiembre de 1970, que debe verse como un mensaje póstumo ala nación y que aparece al final de este libro, como apéndice.Cárdenas tenía un proyecto de nación: hacer un país homogéneo, borrar suscontrastes abismales, para que los más des-validos alcanzaran los bienes de lavida.Concebía un gobierno fuerte, no dictatorial, como la única forma de imponerse alos enemigos y hacer triunfar la Revolución. Creía verdaderamente en laRevolución, y tal vez su mayor dolor consistió en comprobar la manera en que seiba alejando de sus objetivos primordiales.

El fin 

En el mes de octubre se cerró el círculo. Los vínculos que lo habían atadodébilmente a la ciudad de México, a su gente, al lugar donde había gobernado,

Page 212: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 212/226

terminaron de aflojarse y don Lázaro alentaba el deseo obsesivo de morir solo,devuelto de alguna manera al ambiente de su infancia.El día 10 estaba en Galeana con la intención de pasar más tarde a Jiquilpan. Notenía fuerzas siquiera para escribir su diario o para dictar sus últimasdisposiciones, por lo demás ya inútiles. Permanecía inmóvil largas horas, sin

hablar, ex-tendido en un sillón, con el sombrero de paja sobre la cara como lohabía hecho tantas veces en su época de soldado.También Galeana era obra de sus manos. Le llegaba, con el olor estimulante de lapimienta y el extraño dulzor del clavo, la fragancia de los limoneros y oía a lo lejosel mugido de los cebúes, pero había perdido su paraíso y sabía que nunca podríarecobrarlo.Sentía dentro de su cuerpo el avance perceptible del cáncer, semejante a unapesada somnolencia interrumpida por breves relámpagos de una maravillosaclaridad que tocaba alguna parte de su cerebro. Se veía a sí mismo conduciendoal pesebre la vaca bermeja de la familia, entre el centelleo de las luciérnagas, o depie en el balcón del Palacio Nacional, ostentando su banda, mientras desfilabanlos ataúdes de las compañías petroleras y retumbaban las campanas.Las imágenes surgían y desaparecían con la misma arbitrariedad un poco irritante,sin que lograra precisar si las había soñado o las estaba contemplando despierto,si duraban horas enteras o apenas un segundo. Sumido en aquel letargo, aparecíael rostro amado y luminoso de Amalia, y a continuación la sonrisa triste de sumadre, quien, después del fusilamiento, le decía: "Hijo, no hagas tú eso.Prométeme que nunca lo harás."Las puertas del rancho se hallaban cerradas por primera vez y los campesinosesperaban afuera inútilmente: se acaba-ron las audiencias. Habían muerto todos,Carranza, Obregón, Calles, Ortiz Rubio, Abelardo Rodríguez, Ávila Camacho,Mújica. El mismo Lombardo se le había adelantado. Que-daba él, y ya llegaba suturno.—Señor  —asomaba la cara preocupada de Rubén Vargas—, señor, ¿no se leofrece nada? ¿Se siente usted bien?—Sí, estoy bien —respondía—, no necesito nada.¿Qué importaban los muertos ahora? Importaba la reforma agraria, la democracia,los presos políticos. ¿Era mucho pedir? ¿Era utópico pedirle serenidad alPresidente?Él había sido Presidente. Y cuando quemaron su efigie, como a un judas desábado de gloria, se había reído mucho. Nadaba en las aguas heladas de uncráter y también se reía. "No, no estamos calientes, señor Cordell Hull. Noestamos calientes. Usted es un gato de cartón con el hocico abierto y su letrero enel pecho reclamando siempre algo: `Feed the Cat'."  Ese gato crecía, erademasiado grande: ese gato ya no era Hull, era la muerte y debía ser alimentadacon su propio cuerpo. "¿Pero qué es la muerte? ¿Qué significa la muerte? Lamuerte soy yo mismo, repleto de cáncer, y no ese gato con el hocico abierto queme mira fijamente."De pronto, el gato desapareció y la sala se llenó de gente: Cuauhtémoc, Valentesu chofer, Vargas, los viejos ayudan-tes Lino y Lupe.—Señor —dijo Valente—, venimos a llevarlo. Usted no puede quedarse más enGaleana.

Page 213: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 213/226

Cárdenas se incorporó en el sillón, descubriéndose la cara. —¿Qué dices?—Venimos por usted. El coche está listo.— Sí, Valente, vamos a Jiquilpan. Yo quiero ir a Jiquilpan. —Perdone usted,señor, que por primera vez lo desobedezca, no vamos a Jiquilpan. Vamos aMéxico.

Don Lázaro comprendió entonces la realidad. En la puerta abrazó a sus ayudantesy le dijo a Lino:— Prepara los caballos, que vamos a emprender un largo viaje.Estuvo cuatro días en cama, casi sin hablar, sin quejarse, tratando de no dar molestias, de pasar inadvertido. En ningún momento dio muestras de que sulucidez lo hubiera abandonado. El 16 en la tarde tuvo fuerzas para decirle a ElenaVázquez Gómez:—Elena, todavía ganaremos muchas batallas.El día siguiente, a las 7 de la noche, expiró sin ser sentido. Celeste, su nuera, queentró a la recámara unos segundos después, sólo alcanzó a decir:—Tata, nuestro padre, ha muerto.Cárdenas había vuelto al pueblo y desde ahí emprendió su nuevo ascenso hastaconquistar el respeto y la admiración de la gente. Millones de indios y decampesinos lloraron al saber su muerte, sintiendo que habían perdido un padre;pero no sólo eran ellos los que lo habían perdido, sino todo el país, todo México.

APÉNDICE Mensaje póstumo de Lázaro Cárdenas a las fuerzas 

revolucionarias de México. Octubre de 1970 

SESENTA años nos separan desde que se inició la Revolución y ha transcurridocasi medio siglo de pacífico esfuerzo constructivo.La evolución política y el progreso material, los avances sociales y educativoscomo fruto de la Revolución iniciada por Madero, interrumpida por Huerta ycontinuada por Zapata y Carranza, están presentes en la vigencia de lasinstituciones democráticas, en un mejor nivel de vida y cultura y un cambio positivoen la mentalidad del pueblo, capaz hoy de alcanzar metas de mayoresproyecciones.La no reelección, fruto de la experiencia histórica, ha contribuido a liberar a laciudadanía de la inercia que produce el continuismo y, en general, cada gobierno

ha podido ejercer una acción administrativa de perfiles propios que, aunque noexenta de errores y contradicciones, ha tenido efectos más favorables para el paísque la permanencia indefinida de personas en los órganos del poder público y quela reiteración de métodos de gobierno, que suelen hacer que aquél pierda el pulsode la evolución de la sociedad y cobre inevitables síntomas de rigidez.Es necesario, a mi juicio, completar la no reelección en los cargos de elecciónpopular con la efectividad del sufragio, pues la ausencia relativa de este postuladomina los saludables efectos del otro; además, debilita en su base el proceso

Page 214: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 214/226

democrático, propicia continuismos de grupo, engendra privilegios, desmoraliza ala ciudadanía y anquilosa la vida de los partidos.En efecto, una perenne soledad en los triunfos electorales basados en launilateralidad obligada del sufragio o en los obstáculos que encuentran Ioscontrarios para ejercerlo y hacerlo respetar, deja de ser saludable, más aún si

aquellas victorias son resultante de una política de partido que incorpora asectores con intereses antagónicos bajo una falsa amplitud conceptual de losobjetivos de la Revolución Mexicana, pues esa política no aglutina ni fortalece laacción de las masas partidarias, sino margina a éstas de la militancia y de suparticipación entusiasta en las lides electorales.La relativa invalidez del sufragio, también ha hecho que se asigne a los demáspartidos, de disímiles posturas, un papel complementario y dependiente que setraduce en adhesiones electorales al partido en el poder o en sedicentes luchas dematices ideológicos entre todas las agrupaciones políticas re-conocidas y que, enextraña unanimidad, proclaman sostener los principios de la Revolución Mexicana.Esta situación abate el espíritu cívico de la ciudadanía, especialmente de los

 jóvenes que, en vez de una lucha de principios e intereses encontrados,encuentran en -paradójica unión partidaria a explotadores y explotados, arevolucionarios y reaccionarios; y entre los partidos sólo hallan una contiendapropiamente convencional.Quizá en el empeño de fortalecer la unidad nacional se ha permitido la presenciade elementos extraños a la Revolución en las propias filas del Partido. Consideroque ello ha estorbado para consolidar los logros y acelerar la marcha de laRevolución.Valdría meditar y determinar si la flexibilidad que se ha tenido, hasta culminar conla aceptación de esos elementos habrá ayudado a consolidar los logros y acelerar la marcha de la Revolución...En algunos periodos del régimen de la Revolución se han impartido facilidadespara la organización de nuevas agrupaciones políticas y se ha permitido laexistencia legal, abierta, aun a las de ideologías más extremas, en la confianza deque el régimen de la Revolución gozaba del apoyo de las mayorías y de quecumpliendo las reivindicaciones sociales de la propia Revolución se fortaleceríaaún más el régimen. Asimismo, se cuidó durante esos periodos que la vida políticadel Partido del mismo régimen transcurriera en la práctica de la democraciainterna.Existen nuevos grupos y ciudadanos dispersos deseosos de canalizar susinquietudes en las luchas cívicas, los que tienen pleno derecho a acogerse a losmandatos constitucionales para organizarse, lo que enriquecería la vida política yla discusión ideológica entre los mexicanos y contribuiría a fortalecer al régimen,cuya solidez en la conciencia pública estriba en el cumplimiento estricto que sehaga de la Carta Magna y en las medidas que a su amparo se dicten en favor delas capas mayoritarias del país; en la defensa de la soberanía ante cualquier asechanza extranjera; en la capacidad del gobierno para aprovechar los recursosnaturales en beneficio de la nación y conducir la economía por los senderos de laindependencia económica.La autonomía política del país descansa en su plena independencia económica.Para llegar a obtener ésta cabalmente, habría que examinar objetivamente la

Page 215: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 215/226

situación en que se encuentran las finanzas y, en general, la economía del país, ydisponer de las armas para reincidir su defensa con insobornable criterionacionalista, resistiendo las presiones externas y, asimismo, las internas que sehan venido ejerciendo por aquellos sectores que tienen la mente fija en lasganancias particulares, generalmente ya ligados o permeables a la influencia de

intereses extranjeros, especialmente norteamericanos. Desafortunadamente, laobsecuencia hacia éstos no tan sólo proviene de elementos de la iniciativaprivada, sino también del sector público, que olvidan los intereses permanentes dela nación al escoger el camino del enriquecimiento ilícito y al poner su inteligenciay su poder a disposición del capital extranjero.La política tendiente a obtener cuantiosos créditos y préstamos del exterior, en laconfianza excesiva de nuestra capacidad de pago por el desarrollo quepromueven, tendría también que considerar la pesada carga que esa política haceincidir sobre la economía del pueblo; el hecho de que condiciona y acentúa lamalsana unilateralidad del comercio exterior y mina las bases del desarrolloindependiente; que impone al país una obligada paciencia ante mal disimuladasrepresalias económicas y ruinosas situaciones que determinan intereses ajenos enzonas agrícolas; y, en ciertas ocasiones, la política referida hace que se cierna unominoso silencio ante actos violatorios de la soberanía e indebidas presionespolíticas y económicas que el imperialismo ejerce sobre México.Considero que de sostener el monto y el ritmo del endeuda-miento externo quehace más de dos décadas se practican, se otorgaría innecesariamente un armaque perpetúa la dependencia y, en cuanto a sus efectos, la historia de México esmuy elocuente...

 A pesar de las advertencias nacionalistas de una opinión pública alerta, siguepresente la indiscriminada penetración de capitales norteamericanos en laindustria, el comercio, las actividades relacionadas con el turismo y otrosrenglones de la economía y los servicios, penetración que se realiza con elrespaldo de una banca también subordinada a instituciones internacionales que, asu vez, representan a los principales inversionistas norteamericanos que aquíoperan, completan-do de esta manera el círculo vicioso que descapitaliza al país...Hay que hacer la salvedad de que los préstamos y créditos europeos y asiáticosno revisten peligrosidad porque están lejos de establecer hegemonía y, ayudandoal desarrollo del país, no lesionan su soberanía como ha sucedido en variasinstancias con la desmedida afluencia de capital norteamericano.Más grave aún que la penetración de capital norteamericano, si cabe, es lainevitable consecuencia de que para consolidar su posición extiende su influencia,como la mala hierba, hasta los centros e instituciones de cultura superior,pugnando por orientar en su servicio la enseñanza y la investigación; y, asimismo,se introduce en las empresas que manejan los medios de información ycomunicación, infiltrando ideas y normas de conducta tendientes a desnaturalizar la mentalidad, la idiosincrasia, los gustos y las costumbres nacionales y a convertir a los mexicanos en fáciles presas de la filosofía y las ambiciones del imperialismonorteamericano.México, sin duda, tiene grandes reservas morales, para defender sus recursoshumanos y naturales, y es tiempo ya de emplearlas para cuidar en verdad que elpaís se desenvuelva con su propio esfuerzo.

Page 216: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 216/226

Fieles intérpretes de esas reservas son la letra y el espíritu del artículo 27constitucional promulgado en 1917, y el sano y auténtico nacionalismo con que losmexicanos respaldan su dinámico contenido, que faculta a la nación a regular elaprovechamiento de la riqueza, velar por su conservación, procurar su distribución

 justa y renovar y transformar pacíficamente las estructuras en desuso.

En efecto, en su esencia y definición como fuerza integrante de la nacionalidad, laRevolución y sus leyes primigenias promovieron un profundo e imprescindiblecambio, implantando la redistribución de la propiedad territorial, haciendo a losmexicanos más dueños de su propio suelo, y con el dominio directo de la naciónsobre sus recursos, ésta afirmó su autonomía proyectándola hacia el futuro al ir sumando a su patrimonio y manejo las industrias básicas necesarias para eldesarrollo independiente del país.Por lo tanto, bastaría cumplir empeñosamente los preceptos de la Constituciónpara proteger el patrimonio del país y establecer una política de francacooperación externa diversificada y en el respeto y provecho recíprocos, másvigilando que los financiamientos y las inversiones foráneas encuentren cauce ytaxativas adecuados para que su proporción y su campo de acción seandeterminados legalmente, para que así actúen en forma efectivamentecomplementaria en la economía mexicana, y que las aportaciones técnicas,científicas y culturales obren en provecho del país.La concentración de la riqueza no es, por cierto, una meta de la RevoluciónMexicana y, sin embargo, es necesario re-conocer que es un fenómeno enproceso ascendente.Esto obedece, en lo que se refiere al campo, a un nuevo acaparamiento de latierra, del agua y el crédito en manos de modernos terratenientes y llamadospequeños propietarios. En efecto, estimulados por las reformascontrarrevolucionarias introducidas en la Constitución y las leyes agrarias dictadasen el año de 1946, que ampliaron las dimensiones de la llamada pequeñapropiedad agrícola y que otorgaron inafectabilidades improcedentes junto con elrecurso de amparo que aprovechan los que más tierra tienen, los propietariosfavorecidos se han dedicado a comprar o alquilar fraudulentamente terrenosejidales, auténticas pequeñas propiedades y minifundios, extendiendo el sistemacapitalista de explotación rural, con mano de obra ejidataria o de trabajadoresaleatorios, y creando con ello un nuevo proletariado del campo que vive en eldesamparo, sin la protección de las leyes del trabajo, pues ni siquiera estáorganizado en sindicatos como los que existían cuando se empezó a aplicar lareforma agraria.Esta vertiginosa reversión hacia un neolatifundismo opera contra la organización yla consolidación del sistema ejidal y, naturalmente, de los objetivos básicos,socioeconómicos, de la reforma agraria, pues ante el incentivo del lucro, los gran-des y medianos agricultores, paradójicamente llamados pequeños propietarios, enun país de rápido incremento demográfico y crecientes necesidades agrarias,vuelven a concentrar la propiedad o el uso de la mejor tierra y, disponiendo de loselementos técnicos y pecuniarios suficientes para trabajarlas óptimamente, seinstituyen en rectores de la producción, de los precios y del mercado, con losconsiguientes perjuicios para los ejidatarios y los auténticos pequeñospropietarios.. .

Page 217: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 217/226

El desequilibrio en el ingreso se debe lo mismo al abandono del espíritu agraristaen algunas leyes, como a prácticas ajenas a las disposiciones positivas queperviven; asimismo, a la falta de orientación, organización, enseñanza agrícolaelemental, vigilancia, ayuda técnica y financiera que el régimen tiene elcompromiso de proporcionar a quienes mayor derecho tienen a la protección

social y económica del gobierno, puesto que los campesinos y los obrerosagrícolas, además de ser los más necesitados, son los que en toda circunstanciatrabajan y hacen producir la tierra, alimentan a la población y abastecen dematerias primas a la industria doméstica y al comercio exterior Mexicano...En realidad, las formas más eficientes de producción y organizaciones del trabajopueden ser aplicadas en los ejidos colectivos, y estas unidades serian másproductivas que los demás sistemas de tenencia si el Estado, además deatenderlas permanentemente como arriba se indica, comprendiera a fondo laimportancia socioeconómica y agrícola del ejido colectivo y no lo abandonara a susuerte, sino facilitara su organización en toda instancia propicia o requerida por loscampesinos, y exigiera estricta responsabilidad a los encargados de dirigir latécnica de los cultivos y a quienes manejan el crédito publico, haciendo que elprivado operara bajo disposiciones especificas del gobierno y con su estrechavigilancia para evitar, en uno y otro caso, indebidas especulaciones ytransgresiones a la ley...En cuanto a la reducción de la llamada pequeña propiedad, si en efecto las tierrasrepartibles con la actual legislación se están agotando, posiblemente será porquelas superficies que el artículo 27 vigente permite no pueden considerarseafectables, por lo que sería preciso, como lo han apuntado estudiosos delproblema agrario, hacer reformas al mencionado artículo constitucional parareducir sustancialmente la extensión de la pequeña propiedad hoy amparada por las leyes, para poder dotar las tierras sobrantes a los núcleos de población quecarecen de ellas, tomando asimismo en consideración a las nuevas generacionesdel agro que no podrán ser absorbidas por las industrias rurales y urbanas, por apresurado que sea su desarrollo en las próximas décadasPara seguir repartiendo tierras afectables que se amparan bajo simulaciones depequeñas propiedades bastaría con la prueba de presunciones, cuyo antecedentelegal se encuentra en las leyes de desamortización de 1856 y sus reformas.Siendo también pertinente la modificación las leyes que posibilitan la existencia delatifundios familiares y otras formas de anómala concentración territorial.Estas medidas, y las que se tomen para abrir nuevas tierras al cultivo en ampliasáreas disponibles y en las inmediaciones de los cauces de los ríos, no invalidan lanecesidad de reducir la extensión de la pequeña propiedad a proporcionesconcordantes con el equilibrio armónico que debe establecerse en verdaderospequeños propietarios, ejidatarios y minifundistas, los que hallarán en el ejidocolectivo estimulo y protección para adoptar normas cooperativas, en vez de lacompetencia aniquilante de las medianas y grandes propiedades, cuyos dueñosobran en forma objetivamente antagónica al ejido y a los auténticos agricultores enpequeño.Para acometer estas reformas, el régimen tiene en su haber un largo periodo deestabilidad, precisamente al influjo de la reforma agraria, por la distribución que seha hecho de la tierra a numerosos campesinos, encendiendo una esperanza cierta

Page 218: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 218/226

en los que aún carecen de ella...La administración pública de 1934-1940, basándose en la ley y en el Plan Sexenalde gobierno, atendió el problema agrario en el criterio de que las unidades deexplotación colectiva son clave para el desarrollo agrícola y el avance social de lapoblación campesina, y en esta convicción se repartieron grandes latifundios a fin

de entregar, con tierras en producción, los demás elementos para la explotaciónagrícola-industrial de los ejidos y, también, para dejar establecida la ilegalidad dela existencia de los latifundios...El retroceso y el relativo desorden prevalecientes en algunas de esas zonas(donde se dotaron ejidos colectivos) se deben a la falta de interés para impulsar elejido colectivo. La consecuencia ha sido el innegable regreso, franco o subrepticio,de los terratenientes que, por la cuantía de los intereses que representan, se hanpodido posesionar otra vez de las tierras y las máquinas o influyen a través delcrédito usurario en la producción y la comercialización de las cosechas,apropiándose de los rendimientos obtenidos con el esfuerzo de los campesinos...La indiferencia y el burocratismo en que se han visto en-vueltas las cuestionescampesinas se definen con el olvido en que por largos años han caído lasescuelas prácticas de agricultura destinadas a enseñar a los ejidatarios cómocultivar y hacer más productiva la tierra, cuáles técnicas sencillas pueden utilizar,cómo mejorar sus instrumentos de trabajo y otras cuestiones elementales.Otro hecho verdaderamente insólito es la inexistencia del servicio social para losalumnos de la Escuela de Agricultura de Chapingo, cuando la necesidad deconsejo y ayuda que tienen los campesinos es tan apremiante...Es difícil comprender también que la Escuela de Agricultura tienda a crear, casiexclusivamente, investigadores y técnicos de alto nivel, que, por ese mismohecho, quedan excluidos del medio rural.La incomprensión o quizás el temor a la inconformidad que existe en vastasregiones rurales producen la incongruencia de que en los cursos de ingenieríaagronómica se excluya de manera absoluta la enseñanza y la información sobrelos antecedentes del agrarismo en México y las leyes que la Revolución creó alrespecto.¿Es posible que la reforma agraria siga siendo ajena a los agrónomos, a lacapacitación de los campesinos, a la utilización de los técnicos de la agricultura enel campo?El problema rural es el más serio que registra el país y para resolverlo es precisoreconocer sus verdaderas dimensiones y romper audazmente los valladares quese oponen a la aplicación de la reforma agraria. Todavía habrá que cubrir la etapade las dotaciones donde sea necesario, la de organización, financiamiento ydesarrollo en innumerables instancias y la de su integralidad en las unidades yapreparadas, sabiendo de antemano que revalidar su contenido social,reestructurar y abrir nuevos horizontes al problema de la tierra es un procesolargo, pero que es urgente abordar de inmediato, pues de otra manera será cadadía más agudo y, en ciertas regiones, puede tornarse explosivo.Toda verdadera manifestación de democracia, ya sea en el orden político, social ocultural, se nutre en la democracia económica que produce un cambio profundo delas estructuras.La acentuación de las diferencias sociales señala la lejanía de ese objetivo y es

Page 219: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 219/226

otro síntoma de que la riqueza se concentra con la correlativa depauperación delos trabajadores, y conturba la conciencia popular ante los evidentes efectos delgrave y ascendente desequilibrio entre los factores de la producción, el queobstruye seriamente la ruta de la democracia económica.Para citar solamente al sector que más fielmente refleja la exagerada

concentración de la riqueza, cabe considerar que mientras la banca privada y susgrandes socios sigan ensanchando sus actividades e influyendo decisivamentesobre las más diversas ramas de la economía, sin cortapisa alguna ni cauce legalque permita al gobierno intervenir en la forma de canalizar los recursos bancariosen la producción y los servicios de mayor importancia y beneficio popular, el des-arrollo económico del país estará a expensas de los grupos financieros y supoderosa periferia, los que han demostrado más de una vez carecer de todosentido nacional y cuyos móviles son meramente lucrativos.En el auge de las finanzas privadas, producto del desarrollo pero también de laespeculación, se observan claras tendencias monopolistas y aunque la cuantía desus recursos podría deslumbrar a quienes piensan que los banqueros y sus sociosse dispondrán a invertir considerables sumas para impulsar un desarrollo rural yurbano equilibrado, hasta la fecha, las exhortaciones amistosas en tal sentido sólohan encontrado de parte de los sectores financieros y, en general, de la iniciativaprivada, la búsqueda de nuevos campos de inversión de altos rendimientos omayores precios para sus manufacturas y artículos comerciales, sin atender lasrazones de interés nacional y social que el gobierno aduce para que promuevanactividades productivas útiles a la colectividad o hagan un esfuerzo disminuyendosus precios en beneficio del consumidor y acepten obtener rendimientosmoderados, razonables ...Volviendo a las finanzas privadas, a los productores y comerciantes, la experienciamuestra que aprovechan el sistema de la libre empresa y sacan ventaja de unaeconomía mixta alienada por prestanombres, lo que les permite acumular unpoder económico de tal envergadura que, inexorablemente, llegan a ejercer considerable influencia sobre el poder público.El gobierno posee instrumentos eficaces y legítimos para canalizar útilmente lariqueza acumulada y promover el progreso económico con justicia; para ellobastaría decretar una reforma fiscal profunda que hiciera recaer una proporciónconsiderable del costo del desarrollo sobre los sectores adinerados, y nacionalizar la banca para encauzar los recursos que haya menester a la producción industrial,agropecuaria y forestal planificada, en el respeto a las leyes que protegen lasriquezas naturales y las garantías y los derechos sociales, considerando lasnecesidades internas del país y de su población, así como las de la exportación.Por hoy, la fuerza que han adquirido los sectores patronales motiva queimpunemente violen el espíritu de justicia de las leyes del trabajo, y eninnumerables instancias su propia letra —ya sea estableciendo un sistema decontratación temporal que exime a los patronos de numerosas responsabilidades,eludiendo incorporar a sus trabajadores al Seguro Social, o en completadespreocupación por establecer los servicios médicos y escolares que la leyreclama para éstos y sus familiares o por las condiciones mínimas de higiene enlos centros de trabajo— y se resisten a cumplir con los modestos alcances de laley sobre el reparto de utilidades.

Page 220: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 220/226

Estas y otras formas en que los patronos ignoran sus deberes se hacen másevidentes para los trabajadores, al sostener aquéllos la tesis de que sólo con elaumento de la productividad del trabajo se justificaría el aumento de los salarios ymejores prestaciones, tesis completamente falsa, ya que la productividad crececontinuamente y los patrones jamás elevan espontánea y proporcionalmente a sus

ganancias los salarios de los trabajadores.En verdad, las diferentes capas de trabajadores urbanos, a pesar de que disfrutande mejores ingresos y condiciones de vida que los campesinos, pasan por unproceso de depauperación por el alza continua y hasta hoy incontrolada de losprecios de numerosos artículos de consumo y en especial los de primeranecesidad, lo que provoca además un malestar general. Los efectos de endeblesaumentos salariales se ven nulificados o aun resulta agravada la situación de lostrabajadores de ingresos fijos por un hecho que podría prevenirse por el caminode la ley y de su estricto cumplimiento, con el control de precios de artículosnecesarios, pues dejar sin freno los actos socialmente delictuosos que producen lacarestía de la vida, puede sumir a la inmensa mayoría de la población en unapenuria que, además de totalmente injusta, puede convertirse en elemento deinestabilidad.Los obreros han carecido de defensa gremial combativa y consecuente respecto asus derechos de usufructuar una mayor parte de la riqueza que producen.La inoperancia de los sindicatos como organizaciones de resistencia, debido enparte al abatimiento del ejercicio de la democracia interna y, también, a la inacciónde sus dirigentes, hace que ese sector de la sociedad se encuentre abandonado ala rutinaria revisión de sus contratos de trabajo, en un estado de conformismocompulsivo perjudicial a sus propios intereses. En peores condiciones aún seencuentran los trabajadores carentes de organización, pues en esos casos lasleyes son regularmente violadas y aquéllos permanecen al arbitrio de los patronesen la determinación de sus salarios y sus condiciones de trabajo, sin las garantíasy prestaciones que la ley determina.Se podría argüir que no es responsabilidad del gobierno, sino de los trabajadores,conquistar la democracia interna en los sindicatos y, en el caso de los noagrupados, que existen garantías para organizarse de acuerdo con la ley. Estosería verdad en la medida que las condiciones de abatimiento social de lostrabajadores dejaran de responder a indebidos privilegios de que disfrutan susdirigentes para mantener en la inmovilidad a las masas organizadas y al hecho dehaber dejado en el desamparo a las que no están organizadas. Hay queconsiderar que la explotación patronal se ha recrudecido porque lasorganizaciones obreras han perdido su independencia y con ello, los demástrabajadores, todo estimulo.Estas situaciones son por completo anormales en el régimen de la RevoluciónMexicana, cuyo significado perdurable y más valedero reside en la reivindicaciónsocial y económica de las clases proletarias.En México valdría resolver las contradicciones entre el capital y el trabajo con uncambio estructural más profundo, que haga posible cumplir con la Constitución dela República, la que determina el dominio de la nación sobre los recursosnaturales, condiciona la propiedad privada a las modalidades que dicta el interéspúblico y faculta al Estado a regular el aprovechamiento de los elementos

Page 221: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 221/226

naturales susceptibles de apropiación particular, para cuidar su conservación yhacer una distribución justa de la riqueza. En vez de seguir acariciando la falsaperspectiva del inevitable transcurso del ciclo capitalista de desarrollo, pajes laurgencia de realizar hondas transformaciones para alcanzar la justicia y la propiapresencia del imperialismo, que descapitaliza al país, no lo permiten.

La reforma educativa tiene que corresponder a las necesidades del desarrolloindependiente y a las exigencias de una sociedad que sabe ya valorar el trabajo justamente compensado, la adquisición universal de la enseñanza y la salud en lasolidaridad social como principales premisas para una fructífera convivencia.

 Ante las previsibles circunstancias históricas que actualmente imperan, seinstituyó hace treinta y cinco años la educación socialista en México bajo esoslineamientos. El camino entonces trazado hubiera hecho menos difícil el tránsito aun orden social que hoy se abre paso en medio de violentas contradicciones.¿Por qué no relacionar la preparación de la juventud con el desenvolvimientoeconómico y social del país, junto con la apertura de oportunidades de trabajoproductivo y útil, lo mismo para los jóvenes técnicos y profesionales que para losque no tengan capacitación especializada, pues todos tienen la mismaresponsabilidad y los mismos derechos ante la nación, para hacer grande y justa ala patria mexicana?...Para corresponder a un imperativo humano y social y a una necesidad absolutapara avanzar, es perentorio universalizar en la práctica la enseñanza primaria, auncuando fuese menester allegarse los elementos necesarios de fuentes privadas detodos los niveles sociales, con aportaciones sustanciales de quienes más tienen, afin de que la educación pública ele-mental llegue a todos los rincones del país, sindescuidar las zonas en que niños y padres indígenas claman por tener es-cuela ycon ella esperanza de redención.Los pueblos indígenas que habitan en distintos lugares de la República, a pesar de la diversidad del medio en que viven y de las características que los distinguen,tienen todos en común su estado de atraso y abandono y la explotación de queson objeto.Después de treinta años puede repetirse, sin variaciones, lo que se dijo de losindígenas y su condición, pues a pesar de algunos esfuerzos esporádicos hechosen su favor, la situación que guardan sigue siendo muy deprimente.En el año de 1940, al inaugurar el Primer Congreso Indigenista Interamericano,entre otros aspectos de la situación de la población indígena se manifestó:

México tiene entre sus primeras exigencias, la atención del problema indígena y, al

efecto, el plan a desarrollar comprende la intensificación de las tareas emprendidas

para la restitución o dotación de sus tierras, bosques y aguas; crédito y maquinaria

para los cultivos; obras de irrigación; lucha contra las enfermedades endémicas ylas condiciones de insalubridad; combate a los vicios, principalmente al de la

embriaguez; impulso a los deportes; fomento de las industrias nativas; acción

educativa extendida a los adultos en una cruzada de alfabetización, de

conocimientos básicos para mejorar los rudimentarios sistemas de producción.. .

No es exacto que el indígena sea refractario a su mejoramiento, ni indiferente alprogreso. Si frecuentemente no exterioriza su alegría ni su pena, ocultando comouna es-finge el secreto de sus emociones, es que está acostumbra-do a olvido en

Page 222: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 222/226

que se le ha tenido; cultiva campos que no compensan su esfuerzo; mueve telaresque no lo visten; construye obras que no mejoran sus condiciones de vida; derrocadictaduras para que nuevos explotadores se sucedan, y, como para él sólo esrealidad la miseria y la opresión, asume una actitud de aparente indiferencia y de

 justificada desconfianza.La fórmula de "incorporar al indio a la civilización" tiene todavía restos de los viejos

sistemas que trataban de ocultar la desigualdad de hecho... Lo que se debe sostener

es la incorporación de la cultura universal al indio, es decir, el desarrollo pleno de

todas las potencias y facultades naturales de la raza, el mejoramiento de sus

condiciones de vida agregando a sus recursos de subsistencia y de trabajo todos los

implementos de la técnica, de la ciencia y del arte universales, pero siempre sobre

la base de la personalidad racial y el respeto de su conciencia y de su entidad. El

programa de emancipación del indio es en esencia el de la emancipación del

proletario de cualquier país, pero sin olvidar las condiciones especiales de su clima,

de sus antecedentes y de sus necesidades reales y palpitantes. Para mejorar la

situación de las clases indígenas, se pueden trazar los lineamientos de una campaña

que debe ser realizada por una serie de generaciones y un conjunto de gobiernos

que estén inspirados por una finalidad común.

Referirse a los indígenas es, también, remitir la imaginación a los bosques, a eseinmenso bien con que la naturaleza dotó a México, tan irracionalmente explotadoante la indiferencia casi general y cuyos verdaderos dueños, junto con lostrabajadores forestales, son tan mal retribuidos.En materia forestal considero que, constituyendo ese recurso un bien nacional ycuya conservación es de interés público, debiera corresponder al Estado laextracción y la comercialización de la madera a través de un organismo nacional,descentralizado, para cuidar que los bosques se exploten racionalmente, proteger los derechos de sus dueños y otorgar las garantías de ley a los trabajadores;

asimismo, para repoblar los bosques en mayor magnitud que su aprovecha-miento, cuando menos duplicando el número de árboles restituidos, como se hahecho durante muchos años y se sigue haciendo en Canadá y otros países. Así,se defienden los suelos de la erosión, se preserva el régimen de las lluvias, semultiplica el aprovechamiento de las obras hidroeléctricas y se conserva una delas riquezas renovables más grandes que tiene el país, con las múltiples ventajasque para la población y las nuevas generaciones significa el contar con ampliasáreas boscosas.Pocas circunstancias tan propicias para hacer una critica constructiva de latrayectoria que ha seguido la Revolución Mexicana y un severo juicio sobre lasituación existente, pues las transgresiones a sus nobles objetivos están llegando

al limite en la conciencia popular en los momentos precisos en que nuevasgeneraciones desean conducir al país hacia una nueva etapa revolucionaria,pacífica pero dinámica para impartir justicia y abolir privilegios.Medio siglo de experiencia ha hecho obvio que la ley suprema de la República, laConstitución, puede esgrimirse con distinto espíritu, no tanto por su interpretaciónsubjetiva como por los intereses que se hacen representar en el poder con mayor fuerza. Y es inútil ignorar que de tiempo atrás los intereses conservadores hanadquirido señalada in-fluencia debido a la aceptación tácita de la tesis, falsa por 

Page 223: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 223/226

incompleta, de que para repartir la riqueza hay que producirla primero con laafluencia de recursos financieros, sin considerar que quienes extraen ytransforman la riqueza han dado origen e incrementado con su trabajo talesrecursos.Con la tesis antedicha se han seguido otorgando máximas facilidades a los

inversionistas nacionales y extranjeros sin oponer, al criterio empresarial de lamayor ganancia, la necesidad de que los trabajadores compartan en justaproporción los beneficios y obtengan las prestaciones que la ley señala.Con la política de unidad nacional sin distingos sociales, de liberalismo económico,de colaboración de clases, y la irrestricta penetración de capital foráneo se puedeprolongar la idea, más aparente que real, de que se vive una etapa de desarrollocon justicia y paz sociales. Mas la propia mecánica con que operan las fuerzaseconómicas está demostrando que, sin correctivos, esa política produce laconcentración de la riqueza, mediatizando el sentido y la vigencia de las leyesrevolucionarias.En México, a diferencia de los demás países de América Latina, las repercusionesde una revolución popular, que re-estructuró las bases de la economía y modificólas relaciones de clase, aún subsisten, y las mejorías logradas mantienen unaestabilidad que, sin embargo, de no encontrar el régimen pronta solución a losingentes problemas de las masas rurales y urbanas, tarde o temprano el país severá arrastrado por la vorágine de una lucha entre las clases necesitadas y la quedisfruta del poder económico, como viene sucediendo en el continente entero.Paralelas, las luchas de emancipación nacional y de la juventud, unidas en eltiempo, tienen ya también proporciones universales.En América, la primera abarca desde el Canadá hasta la Patagonia. Ningúnpueblo, ni aun el propio norteamericano, es ajeno al fenómeno del imperialismo,que depaupera a los países bajo su influencia y que aplica una política deagresividad múltiple cuando así conviene a sus egoístas intereses.La independencia económica es un objetivo que ha rebasado prejuicios ylimitaciones de estadistas y sectores medios latinoamericanos que hoy sedisponen, en mayor cercanía a las masas, a. organizar una resistencianacionalista ante el comprobado espejismo de lograr un verdadero desarrollo en ladependencia, cuando en realidad sólo deja la descomposición nacional y miseriaentre las grandes mayorías nativas.Es bien cierto que la juventud estudiosa y trabajadora re-quiere capacitación paraintegrarse a la sociedad en que vive, pero habrá que tener presente que suproblema es también de conciencia y que, si llega a manifestarlo en actos dedesesperación, es por su violenta inconformidad con un mundo en que conviven,impunemente, la opulencia y los privilegios de unos cuantos con la ignorancia y eldesamparo de muchos. Es natural que en la juventud se acentúe, en razón de sugenerosa disposición, una preocupación humana por la suerte de sus semejantes.Por sus antecedentes históricos y la proyección de sus idea-les, México se debe ala civilización universal que se gesta en medio de grandes convulsiones, abriendoa la humanidad horizontes que se expresan en la fraterna decisión de los pueblosde detener las guerras de conquista y exterminio, de terminar con la angustia delhombre, la ignorancia y las enfermedades, de conjurar el uso deshumanizado delos logros científicos y tecnológicos y de cambiar la sociedad que ha legitimado la

Page 224: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 224/226

desigualdad y la injusticia.

Page 225: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 225/226

 BIBLIOGRAFIA[1] Weyl, Nathaniel y Silvia, "La reconquista de México", Problemas agrícolas e industriales de México, vol. VII, núm. 4, México, 1955.[2] Shulgovski, Anatoli, México en la encrueí lada de su historía, Cultura Popular,

S. A., México, 1977.[3] Entrevista con el licenciado Raúl Castellano.[4] Medin, Tzvi, Ideología y praxis política de Lázaro Cárdenas, Siglo XXI, México,1976.[5] Restrepo, Iván y Eckstein, Salomón, La apicultura colectiva en México, SigloXXI, México, 1975.[6] Ibíd.[7] Ibid.[8l Kiscli, Egon Erwin, Descubrimientos en México, Nuevo Mundo, México, 1944.[9] Benitez, Fernando, Ki, el drama de un pueblo y una planta, Fondo de CulturaEconómica, México, 1962.[10] Ibid.[11] Mecate, medida antigua de 400 metros cuadrados.[12] Benítez, op. c•it. [13] Ibid.[14] Pérez de Ribas, Andrés, Triunfos de Nuestra Santa Fe, Editorial Layac,México, 1944.[15] Dabdoub, Claudio, Historia de El Valle del Yaqui, Porrúa, S. A., México, 1964.[16] Ibid.[17] Wevl, op. cit.[18] Silva Herzog, Jesús, Historia de la expropiación de las empresas petroleras,11,11011, México, 1973.[19] Ibid.[20] Ibid.[21] Cárdenas, Lázaro, Apuntes, UNAM, México, 1974.[22] Townsend, William C., Lázaro Cárdenas, demócrata mexi cano, Grijalbo,México, 1954.[23] Entrevista con el licenciado Eduardo Suárez.[24] Ibid.[25] Ibid.[ 3711[26] Entrevista con el licenciado Raúl Castellano.[27] Ibid.[28] Ibid.

[29] Rodriguez, Antonio, El rescate del petróleo, El Caballito, México, 1975.[30] Ibid. ] 31] Epistolario de Lázaro Cárdenas, 2 tomos, Siglo XXI, México, 1974.[32] Entrevista con el licenciado Eduardo Suárez.[33] Epistolario...[34] Ibid.[35] Ibid.[36]  Medin, Tzvi, op. cit.[37] Fabela, Isidro, "La política internacional del presidente Cárdenas", Problemas 

Page 226: Cardenas y la  Revolucion Mexicana

7/30/2019 Cardenas y la Revolucion Mexicana

http://slidepdf.com/reader/full/cardenas-y-la-revolucion-mexicana 226/226

agrícolas e industriales de México, vol. VII, núm. 4, México, 1955.[38] Foix, Pere, Cárdenas: su actuación, su país, Fronda, México, 1947.[39] Del Rosal, Amaro, El tesoro del " Vita", Grijalbo, México, 1977.[40] Ibid.[41] Entrevista con el licenciado Ignacio Garcia Téllez.

[42] Ramos-Oliveira, Antonio, El asesinato de Trotsky, Cia. General de Ediciones,México, 1972.[43] Deutscher, Isaac, Trotsky, El profeta desterrado, Ediciones Era, S. A., México,1971.[44]  Cárdenas, Lázaro, Apuntes.[45] Wilkie, james W. y Edna Monzón de, México  visto en el siglo  XX, InstitutoMexicano de Investigaciones Económicas, México, 1969.