MSP. Matthias Sachse Aguilera,CoNSULTOR del CPMSm

Según la Norma Oficial Mexicana NOM-007-SSA2-1993, la calidad es una secuencia de actividades que relacionan al prestador de los servicios con el usuario, identificando tres aspectos interrelacionados entre sí: calidad, calidez y oportunidad de la atención. La calidad de la atención incluye elementos tales como la secuencia de actividades que rela-cionan al prestador de los servicios con la usuaria(o) en cuanto a oportunidad de la aten-ción, accesibilidad a la unidad, tiempo de espera, resultados de la intervención clínica. La calidez en la atención se refiere al trato cordial, atento y con información que se proporciona al usuario del servicio. La oportunidad en la atención se refiere a la ocurren-cia de la atención médica en el momento que se requiera y la realización de lo que se debe hacer con la secuencia adecuada.

Calidad de la atención durante la maternidad es entonces aquella atención oportuna que se otorga a la mujer las 24 horas, durante los 365 días del año, por parte de los prestado-res de servicios de salud capacitados de acuerdo a las normas y lineamientos vigentes y contar con la infraestructura, equipo, material y medicamentos necesarios para la aten-ción durante el embarazo, parto y puerperio. Además, es imprescindible que los presta-dores de servicios médicos brinden una atención de acuerdo a los principios éticos e interculturales que señalan que debe de haber equidad en el otorgamiento de la atención, humanismo, privacidad, trato individualizado, respeto al secreto profesional, máximo beneficio con mínima exposición de riesgo durante la atención y siempre contando con el consentimiento informado para la realización de estudios y/o tratamientos.

atención en salud materna

Con base en esta definición, los prestadores de servicios médicos (PSM) tienen la obligación de atender a las mujeres mediante la aplicación de procedimientos normados para la atención, entre los que destacan el uso del enfoque de riesgo, la realización de actividades emi-nentemente preventivas y la eliminación o racionalización de algunas prácticas (inducción con oxitocina, la ruptura artificial de las membranas amnióticas, episiotomía, revisión sistemática de la cavidad uterina, entre otras) que, llevadas a cabo en forma rutinaria, aumentan los riesgos de las usuarias.

Los PSM deben de conocer y estar capacita-dos en base a las normas y lineamientos nacionales para la atención del EPP y las emergencias obstétricas (EO) ya que su imple-mentación favorece el desarrollo normal de cada una de las etapas del proceso gestacio-nal, previene la aparición de complicaciones, mejora la sobrevivencia materno-infantil y adicionalmente brinda una atención con mayor calidad y calidez.

No cumplir con lo anterior significa una vulneración al derecho a la salud que tienen todas las mujeres.