buscando la vida (1)

124
Buscando la vida Familias bolivianas transnacionales en España

Upload: eva-cisneros

Post on 03-Oct-2015

28 views

Category:

Documents


4 download

DESCRIPTION

...

TRANSCRIPT

  • Buscando la vida Familias bolivianas transnacionales en Espaa

  • Alfonso R. Hinojosa Gordonava

    La Paz, 2009

    Buscando la vida Familias bolivianas transnacionales en Espaa

    PROGRAMA DE INVESTIGACIN ESTRATGICA EN BOLIVIA

  • Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales Conselho Latino-americano de Cincias Sociais, junio 2009

    Secretario Ejecutivo : Emir SaderSecretario Ejecutivo Adjunto : Pablo Gentili

    rea de Produccin Editorial y Contenidos WebResponsable editorial: Lucas SablichDirector de arte: Marcelo GiardinoAv. Callao 875, piso 4C1023AABTel (54 11) 4811 6588Fax (54 11) 4812 8459 Correo electrnico: [email protected]: www.clacso.orgCiudad de Buenos Aires Argentina

    CLACSO cuenta con el apoyo de la Agencia de Cooperacin Internacional de las Illes Balears:

    D.R. Fundacin PIEBEdificio Fortaleza. Piso 6. Oficina 601Avenida Arce 2799, esquina calle CorderoTelfonos: 2432583 2431866 / Fax: 2435235 Correo electrnico: [email protected] Informativo: www.pieb.com.boCasilla 12668, La Paz Bolivia

    Edicin: Rubn VargasDiagramacin: PIEBDiseo de portada: Marcelo Giardino

    Impreso en Argentina

    Este libro presenta la investigacin que el autor realiz en el marco del concurso de proyectos para investigadoressemi-senior Migraciones y modelos de desarrollo en Amrica Latina y el Caribe, organizado por el ProgramaRegional de Becas de CLACSO, con el apoyo de la Agencia Sueca de Desarrollo Internacional, ASDI.

    Migracin trasnacional / Familia Comunidades / Emigrantes / Movimientos migratorios / Migracin interna / Migracin internacional / Migracin femenina / Factores culturales / Bolivia / Espaa

    Hinojosa Gordonava, Alfonso Buscando la vida : familias bolivianas transnacionales en Espaa . - 1a ed. - Buenos Aires : Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales - CLACSO, 2010. 120 p. ; 23x15 cm.

    ISBN 978-987-1543-53-3

    1. Sociologa. 2. Antropologa. I. Ttulo CDD 306

    Impresin: Grfica Laf

  • ndice

    Agradecimientos 1

    Prlogo 3

    Introduccin 9

    Captulo 1 Matrices culturales y dinmicas poblacionales en Bolivia 13

    Habitus migratorio en los Andes 13Migracin interna y procesos de urbanizacin 20La migracin internacional y sus destinos 26 La Argentina como principal destino externo 26 Los Estados Unidos de Norteamrica y el Brasil 31

    Captulo 2El ncleo duro del hecho migratorio: familia y comunidad 37

    Lo global en lo local: la transnacionalizacin de las migraciones 37La familia, los parientes y las redes sociales 48Las comunidades transnacionales 54 Las remesas econmicas y sus impactos 56 La comunidad cultural transnacional 58

    Captulo 3El sueo espaol: dinmicas migratorias en Cochabamba 63

    Espaa, el destino del nuevo siglo 63Caracterizacin sociofamiliar de los emigrantes cochabambinos 72Rasgos de una etnografa migratoria 79 La decisin 80 El viaje 84 El destino 85 El retorno 90

    Captulo 4Feminizacin y transnacionalizacin de las familias migrantes 93

    El duelo migratorio 93La feminizacin de la migracin transnacional 96Dinmicas internas de las familias transnacionales 99mbitos de vulneracin de los derechos de los/as migrantes 101

    A manera de conclusin 105

    Bibliografa 109

  • 1AGRADECIMIENTOS

    Mi inters por las migraciones internacionales en Bolivia viene de mucho tiempo atrs. Esto me lleva a reconocer que mi vnculo con la emigracin boliviana a Espaa de los ltimos aos se fue desarro-llando conforme se viva esa dinmica en nuestra sociedad; es decir, de manera intensa, impactante y a la vez compleja. Pronto ese inters general adquiri la especificidad de un proyecto de investigacin que tuvo la fortuna de ser seleccionado y premiado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) mediante una beca de promocin a la investigacin que hoy se traduce en este libro. En esa misma poca, y gracias a una referencia de Ivonne Farah del Centro de Investigacin para el Desarrollo de la Universidad Mayor de San Andrs (CIDES-UMSA), fui invitado a formar parte del Grupo de Trabajo sobre Migracin, cultura y polticas de esa institucin, espacio privilegiado de anlisis, intercambio de ideas, experiencias y produccin de conocimiento sobre el hecho migratorio que propor-cion a la investigacin mayor fuerza. Debo destacar en este mag-nfico grupo la enorme colaboracin y los aportes a este estudio de Gioconda Herrera, Roberto Benencia, y Eduardo Domenech. Va para esta institucin y las personas que lo componen mi reconocimiento.

    En Cochabamba, el Centro de Estudios Superiores Universitarios (CESU) y el Instituto de Estudios Sociales y Econmicos (IESE) de la Universidad Mayor de San Simn (UMSS) constituyeron la contraparte institucional de la beca de CLACSO que me permiti localizar mis indagaciones. Por otra parte, quiero enfatizar un agradecimiento muy especial y sincero al Programa de Investigacin Estratgica en Bolivia (PIEB), no slo por su aporte a la publicacin de este libro, sino por todo el empuje, la fuerza y la vitalidad que esta institucin representa desde hace 15 aos para las ciencias sociales en Bolivia y, en particular, para la temtica migratoria. En este marco, los primeros acercamientos al monitoreo hemerogrfico sobre la emigracin boliviana a Espaa fueron posibles gracias a un proyecto de sistematizacin y documentacin sobre el tema financiado por el PIEB y coordinado por Liz Prez Cautn.

    Agradecimientos

  • 2FAMILIAS BOLIVIANAS TRANSNACIONALES EN ESPAA

    Varias entrevistas y una reflexin colectiva guiada con familiares de migrantes fueron posibles gracias a Merce Carrs Gasso en Cocha-bamba y a Mara Eugenia Torrico del Centro Vicente Caas en Bar-celona. En esta lnea, quiero tambin resaltar el apoyo y compromiso constante de la Pastoral de Movilidad Humana. Entre muchos otros acadmicos que enriquecieron mis reflexiones estn Teresa Polo, Flo-rinda Reluz, Leonardo de la Torre, Ivanna Patn, Wara Saavedra y Celia Ferrufino. Como es obvio que omito a muchos/as otros por la fragilidad de mi memoria les pido disculpas.

    En Madrid, debo mencionar el apoyo y la colaboracin de la Asocia-cin de Cooperacin Bolivia Espaa (ACOBE) as como del Centro Hispano Boliviano donde pude realizar valiosas entrevistas a doa Dora Gutirrez de La Perla Boliviana. A Anabel y Paloma Gutirrez mi agradecimiento por la calidez de compartir caas y tapas. En Bar-celona, quiero agradecer con mucho cario a Charo, Tania, Luis, Moi-ss, Manuel, Mary y Katia, que fueron mi contexto familiar y afectivo durante el trabajo de campo en esa ciudad. En este lado del charco est Diana Pearanda, mi asistente de investigacin.

    A todos/as, muchas gracias.

  • 3PRLOGO

    Hoy en da Bolivia es visto como un pas en dispora. Con esta afir-macin arranca el libro Buscando la vida: familias bolivianas trans-nacionales en Espaa que es el resultado de una investigacin, como seala su autor, de tipo exploratorio descriptivo. Sin embargo, al ha-cer una lectura detenida encontramos varios componentes histricos y culturales que permiten comprender de una manera ms integral la movilidad de millones de bolivianos y bolivianas.

    Si bien el objetivo central de la obra de Alfonso Hinojosa es analizar las caractersticas de los procesos emigratorios contemporneos ha-cia Espaa ocurridos en los primeros aos del nuevo siglo, teniendo como unidad de anlisis la familia y, a partir de ah, ver los cambios, continuidades y transformaciones que se dan en su interior, al explo-rar tal empresa encuentra elementos macro y micro estructurales que permiten entender este nuevo flujo y, sobre todo, la rapidez con la que se consolid este destino europeo.

    A partir de un enfoque transnacional, visto no solamente como un lente terico sino tambin metodolgico, un primer aporte del libro es su mirada desde las dos orillas. En el trabajo de campo realizado en el pas de origen, concretamente en Cochabamba, y en el pas de destino, en Madrid y Barcelona, reconstruye el perfil de las familias migrantes y las trayectorias socio-espaciales utilizando herramientas tanto cuantitativas como cualitativas que lo ubican dentro de lo que Marcus denomin etnografa multilocal para comprender cmo se ha ido construyendo una bolivianidad desterritorializada desde abajo.

    En este marco, un elemento a resaltar es la crtica tcita que el autor hace a los enfoques que priorizan los desajustes econmicos estruc-turales, principalmente la agudizacin de la pobreza, como causan-tes de los flujos migratorios. Alfonso, en primer lugar, al historizar su anlisis plantea la existencia de un habitus migratorio como una caracterstica de la poblacin de la regin andina. Al retomar los

    Prlogo

  • 4FAMILIAS BOLIVIANAS TRANSNACIONALES EN ESPAA

    ya clsicos trabajos antropolgicos de Murra y Condarco y sus tesis del control vertical de los pisos ecolgicos y simbiosis interzonal, respectivamente, nos recuerda que la movilidad y la utilizacin de diferentes espacios geogrficos y nichos ecolgicos son asumidos como una constante en las prcticas de sobrevivencia y reproduccin sociocultural de los habitantes andinos.

    Dichas prcticas histrico-culturales, para el autor, han producido un habitus, en la direccin propuesta por Bourdieu, que ha llevado a las personas a buscar la vida por otras latitudes, ya no solamente como una estrategia de sobrevivencia familiar, sino como una forma intrn-seca de reproduccin comunitaria y societal. As, retomar la nocin de habitus para explicar las migraciones, si bien requiere de un an-lisis terico y etnogrfico de ms largo alcance, tiene un mayor poder explicativo que aquellos enfoques que han propuesto vagamente la nocin de cultura migratoria con la cual se pretende explicar todo y nada a la vez1.

    Siguiendo el hilo conductor de la argumentacin, el autor pone de relieve dos elementos centrales para entender el nuevo flujo de mi-gracin hacia Espaa. Por un lado, la movilidad interna, en un primer momento rural-urbana y posteriormente urbana-urbana. En efecto, tal como ocurri en la mayora de pases de la regin, Bolivia vivi desde mediados de los ochenta, un cambio en la estructura espacial, concentrndose la mayora de la poblacin en las ciudades de La Paz, Santa Cruz y Cochabamba. Dicha movilidad constituy un tema de gran inters para los cientficos sociales por ms de dos dcadas tal como lo registra Hinojosa.

    Por otro lado, el autor hace hincapi y nos recuerda que la migracin internacional boliviana es de larga data, siendo Argentina el principal destino. Este flujo migratorio, ampliamente estudiado por Alfonso2, fue

    1 En concordancia con la propuesta de Alfonso, propongo en mis investigaciones la nocin de habitus pero como una prctica internalizada una vez que se han consolidado las redes y cadenas migratorias dentro de un espacio social trasnacional determinado.

    2 Al respecto ver: Idas y venidas: campesinos tarijeos en el norte argentino (La Paz: PIEB, 2000); Cohabitando fronteras culturales de la modernidad. El caso de los campesinos tarijeos en el norte argentino, en The Andean Exodus. Transnational Migration from Bolivia, Ecuador and Peru. Cuadernos del Cedla N11, Amsterdam, 2002; Transnacio-nalizacin de campesinos bolivianos en nichos laborales de la Argentina. Notas de una temtica pendiente, en Actas del Congreso Sudamericano de Historia, Santa Cruz de la Sierra, 2003.

  • 5PRLOGO

    en un principio de carcter eminentemente transfronterizo, sobre todo de tarijeos que se asentaron en las provincias de Salta y Jujuy. Sin embargo, ya para la dcada de los noventa, la mayora de los bolivia-nos se ubicaron en Capital Federal y en el Gran Buenos Aires, con la particularidad que alrededor de ciento diez mil bolivianos/as lograron su regularizacin gracias a una amnista declarada en ese pas. Sin em-bargo, la crisis argentina de principios del nuevo siglo produjo un im-pacto en familias migrantes bolivianas de ese pas llevando a muchas de ellas a convertirse en pioneras de la migracin hacia Espaa.

    Estos dos elementos, la migracin interna pero sobre todo la mi-gracin internacional a Argentina (y a Brasil y Estados Unidos en menor medida), constituyen para el autor la antesala para entender los nuevos flujos hacia el viejo continente. Si bien se requiere de una mayor etnografa sobre estos dos hechos, pero desde una perspec-tiva comparativa que posibilite la comprensin de los vnculos, las interconexiones y la formacin de redes sociales translocales, ya nos invitan a repensar los conceptos y definiciones que desde el Norte se han formulado sobre el transnacionalismo.

    En efecto, una de las preocupaciones que hemos tenido la posibili-dad de reflexionar con Alfonso en Cuenca, Caracas, La Paz y Buenos Aires, ciudades donde ms all de los espacios acadmicos hemos llevado nuestros dilogos migratorios es la posibilidad y sobre todo la necesidad de construir nuestros propios marcos conceptuales para entender las especificidades de la movilidad andina.

    Una caracterstica del enfoque transnacional es que no slo propicia un nuevo lente para observar los flujos migratorios sino que tambin abre un rea de investigacin tericamente orientada y falseable des-de un punto de vista emprico. En este sentido, hay que pensar en la produccin de un transnacionalismo desde abajo, desde el Sur, andi-no, que ayude a explicar las particularidades de nuestra regin como son las migraciones internas, las intraregionales, las migraciones sur-norte, la migracin tnica transfronteriza y las transatlnticas, que nos sirva no slo para entender nuestros movimientos migratorios sino tambin a nosotros mismos.

    Abogo por ser crticos de las teoras que importamos, porque muchas de stas no slo direccionan nuestra mirada sino imponen preguntas,

  • 6FAMILIAS BOLIVIANAS TRANSNACIONALES EN ESPAA

    lneas de investigacin y, sobre todo, al tener una mirada desde los principales pases de destino de nuestros migrantes pueden orien-tar polticamente a fines que no necesariamente compartimos desde esta orilla del mundo3. As, no es casual que un eje de investigacin reciente sea la poltica migratoria debido a las dificultades que los gobiernos del Norte han tenido para impedir y/o regular los flujos del Sur. Como tampoco es casual que desde nuestras propias naciones se est pensando en planes de retorno en un momento en que el Par-lamento Europeo ha probado la denominada Directiva de retorno tambin nombrada por estos lares como directiva de la vergenza.

    De esta manera, el trabajo de Alfonso aporta algunos elementos que coadyuvan a llevar esta empresa por buen camino y refuerza los ha-llazgos sobre migracin realizados en el contexto ecuatoriano, lo que nos da luces para seguir pensando en un transnacionalismo andino o en la formacin de espacios sociales plurilocales andinos cuya carac-terstica no recae solamente en las actividades (econmicas, polticas, socioculturales) habituales y sostenidas entre aqu y all, sino en la constitucin y reconstitucin a travs del tiempo de redes que se han ido extendiendo desde lo micro local, pasando por lo regional-nacional, hasta lo internacional, y en cuyos espacios se ha recreado y reinventado una suerte de andinidad4.

    En sntesis, a lo largo de los cuatro captulos en que est estructura-da la obra encontramos varios elementos que invitan a la reflexin y al debate. En el primero, como ya sealamos, se plantea la no-cin de habitus migratorio y se la conecta con los flujos internos e internacionales ocurridos hasta el siglo XX. En el captulo segundo se pasa revista a las diferentes nociones y formaciones de familia y comunidad entendidas como el ncleo duro del hecho migratorio. En el tercero se presenta un perfil de la familia emigrante boliviana as como una descripcin de los momentos y acciones centrales para llegar al sueo espaol. Y, finalmente, en el cuarto se trabaja algunas

    3 Para muestra ver Hirschaman, Charles, Philip Kasinitz y Josh DeWind (1999), Handbook of International Migration: The American Experience, New York, Russell Sage Foundation; Portes, Alejandro y Josh DeWind (2004) Conceptual and Methodological Developments in the Study of International Migration, International Migration Review 38, nmero especial.

    4 Este tipo de mirada o unidad de anlisis tambin permite una ruptura con aquellos discur-sos que colocan, hablan y analizan lo latino y a los latinos, o en trminos ms despec-tivos sudacas, como un solo grupo homogneo de migrantes.

  • 7PRLOGO

    caractersticas de la migracin boliviana a este nuevo destino como son la feminizacin, la vulnerabilidad y el duelo migratorio.

    Este libro, Buscando la vida: familias bolivianas transnacionales en Espaa, constituye un nuevo aporte de los varios que ya ha hecho Alfonso Hinojosa para comprender las dinmicas migratorias bolivia-nas y una provocacin e invitacin a reflexionar en y sobre nuestra realidad migratoria regional.

    Jacques Ramrez Gallegos Quito, abril de 2009

  • 9INTRODUCCIN

    Muchos elementos llevan a considerar que los ltimos procesos mi-gratorios de bolivianos y bolivianas a Espaa responden a un nue-vo esquema o patrn migratorio en la vasta tradicin y experiencia de movilidad socio-espacial hacia el exterior del pas. No slo ha cambiado el destino de estos procesos migratorios sino tambin su composicin y las condiciones materiales y subjetivas de orden in-ternacional que los potencian. Sin embargo, y pese a considerar que nos hallamos ante un nuevo modelo de los desplazamientos pobla-cionales a Espaa, hay que reconocer que ste no es comprensible sino como una continuidad de las estrategias de sobrevivencia de las sociedades andinas incorporadas como habitus y asociadas a ciertas maneras de vivir que posibilitan una mejor y ms sostenible utiliza-cin de los recursos.

    Segn datos de la Comisin Econmica para Amrica Latina y el Caribe (CEPAL, 2006), en la primera mitad de la presente dcada, el nmero de migrantes latinoamericanos y caribeos se ha incremen-tado considerablemente: alrededor de 25 millones de personas han emigrado de su pas de origen. Aunque las corrientes migratorias hacia Amrica del Norte y Europa son las ms significativas, el movi-miento de personas es tambin muy fuerte dentro de Latinoamrica. Argentina, Brasil, Costa Rica y Venezuela son los pases ms atrac-tivos para la migracin interregional, que regularmente proviene de pases limtrofes. No slo en Latinoamrica la migracin internacional ha cobrado mayor relevancia; segn la Divisin de la Poblacin de las Naciones Unidas, en la actualidad, el nmero de migrantes inter-nacionales en el mundo asciende a casi 200 millones de personas; en este movimiento participa la gran mayora de los pases, ya sea como lugares de origen, de trnsito o de destino de los migrantes. Pero esto no es todo. El conjunto de informes, datos y proyecciones de los expertos en el tema sostiene que es muy probable que la migracin internacional contine incrementndose en los prximos decenios.

    Introduccin

  • 10

    FAMILIAS BOLIVIANAS TRANSNACIONALES EN ESPAA

    Por otra parte, en muchos pases, los emigrantes se han convertido en una de las principales fuentes de financiacin externa mediante el envo de remesas. Para 2005, el BID previ que las remesas a Am-rica Latina ascenderan a 55 mil millones de dlares, 10 mil millones ms que durante 2004 y casi el doble que durante 2002. En el caso especfico de Bolivia, de acuerdo a datos oficiales del Banco Intera-mericano de Desarrollo (BID), las remesas aumentaron entre 2001 y 2006 de 103 a 880 millones de dlares. Este factor hace que las miradas y preocupaciones actuales se centren casi exclusivamente en la dimensin econmica del hecho, invisibilizando otras dimensiones sociales, como las transformaciones familiares o culturales que for-man parte de realidades de mayor complejidad e interculturalidad.

    Hoy en da, Bolivia es visto como un pas en dispora. El crecimiento sostenido de los diversos colectivos de migrantes y su importante im-pacto dentro de sus fronteras obligan a considerar el caso boliviano como uno de los ms significativos para el estudio de la migracin internacional latinoamericana. Una parte de la explicacin de estos momentos emigratorios fuertes se la puede encontrar en factores internos ligados a la idea de crisis. A inicios de 2000, Bolivia y el mundo vieron cmo una rebelin urbano-popular y campesina se levant victoriosa en la ciudad de Cochabamba en contra de una empresa transnacional que privatiz el agua potable e intent incre-mentar sus tarifas. La transnacional Brechtel, con sede en California, fue expulsada del pas y el agua volvi al esquema de manejo coope-rativo. El siglo se inici con la llamada guerra del agua. Esta hazaa que cost la vida a muchos seres humanos, en su mayora jvenes, fue y es asumida a nivel regional, nacional e internacional como un caso excepcional de movimiento exitoso de resistencia a la globali-zacin y a los intereses de las transnacionales. Sin embargo, en esa misma poca, en Cochabamba y en Bolivia toda se vena gestando otra dinmica que apuntaba hacia una opcin opuesta a la de las luchas polticas, una apuesta relacionada con lo que algunos autores han definido como la transnacionalizacin desde abajo (Guarnizo y Smith, 1999), mediante la insercin e intensificacin de los procesos migratorios internacionales.

    De manera especfica, desde el ao 2002 hasta abril de 2007, la regin de Cochabamba ha vivido y sufrido un xodo humano de caracters-ticas impactantes. Segn nuestros datos, alrededor de 70 mil personas

  • 11

    INTRODUCCIN

    (cerca al 10% de la poblacin) salieron del departamento con desti-no a Espaa y, por primera vez en la larga trayectoria migrante de estos valles, fueron ms las mujeres que los hombres. Sin embargo, el moverse hacia destinos nuevos e inciertos ms all del Atlntico no supona iniciar de cero proyectos de tal envergadura; por el con-trario, en muchos casos significa la continuacin y/o el despliegue de iniciativas y propsitos anteriores que vinculan histricamente a la regin con otros espacios geogrficos en la Argentina, los Estados Unidos o Brasil. Y es que Cochabamba es desde hace muchos aos el icono mayor de la migracin transnacional boliviana. Sin embargo, la experiencia actual en territorio espaol reporta elementos novedosos y preocupantes estrechamente vinculados al mbito familiar y a la feminizacin del hecho migratorio.

    Enmarcada en este contexto, esta investigacin se plantea analizar de manera cualitativa las caractersticas de los procesos emigratorias de bolivianos y bolivianas a Espaa entre 2000 y 2007, as como los efectos, consecuencias y transformaciones que se producen en el seno familiar, tanto en los lugares de origen como en los de llegada y/o de circulacin. En trminos metodolgicos, vincular en un mismo anlisis tanto los lugares de origen como los de destino enriquece substancialmente una mirada ms integral al tema. Si bien nuestra unidad de anlisis es la familia migrante transnacional y sus caracte-rsticas y transformaciones en el proceso, fue necesario, en primera instancia, un acercamiento de tipo exploratorio y a nivel regional a la novedosa emigracin boliviana a Espaa. En la medida que se trata de reflexionar sobre un hecho social relativamente nuevo en el seno de la sociedad boliviana (en cuanto su destino), el estudio es un pri-mer acercamiento al tema. Es decir, estamos ante una investigacin de tipo exploratorio descriptivo.

    La investigacin se divide en cuatro captulos, adems de la introduc-cin y las conclusiones. En el primero, buscamos enmarcar los pro-cesos migratorios contemporneos en el habitus migratorio andino a partir de referencias etnohistricas pero, sobre todo, en funcin a explicitar la dispora boliviana en sus mltiples facetas y trayectorias. Se trata de evidenciar el acumulado cultural e histrico relaciona-do con las migraciones internacionales, pero tambin las dinmicas de movilidad interna tan importantes al momento de considerar las otras. En el segundo captulo, abordamos los elementos estructurales

  • 12

    FAMILIAS BOLIVIANAS TRANSNACIONALES EN ESPAA

    de las migraciones contemporneas a Espaa: el transnacionalismo como perspectiva de anlisis, la familia, los parientes y las redes so-ciales como ncleo duro del hecho migratorio y la conformacin de comunidades transnacionales en las que las remesas econmicas y la dinmica cultural son decisivas. En el tercer capitulo caracteriza-mos en trminos sociales y familiares las dinmicas migratorias de Cochabamba hacia Espaa a travs de datos cuantitativos y de notas etnogrficas que complementan las representaciones estadsticas y buscan esbozar aspectos y situaciones que merecen una considera-cin ms detenida. En este captulo tratamos de mostrar un conjunto ordenado y sistematizado de datos empricos recabados a lo largo de la investigacin, realizando un contrapunto entre datos cuantita-tivos en los lugares de origen y datos cualitativos en las sociedades de destino. El ltimo captulo se centra en el anlisis de los factores novedosos y determinantes de los nuevos esquemas de migracin, vale decir, los costos afectivos de la migracin enfrentados como duelo migratorio, la feminizacin y sus implicancias tanto en la so-ciedad de origen como en la de destino y su directa relacin con los sistemas familiares, sus roles y funciones. A manera de conclusiones, se enfocan algunos elementos de orden general sobre la migracin cochabambina y boliviana a Espaa que, en realidad, se constituyen en pautas para continuar las indagaciones.

  • 13

    MATRICES CULTURALES Y DINMICAS POBLACIONALES EN BOLIVIA

    Habitus migratorio en los Andes

    En septiembre del 2006 muri en los Estados Unidos de Norteamri-ca John V. Murra, el clebre antroplogo creador de la escuela eco-etnolgica andina, quien formul y difundi a escala internacional la teora del control vertical de un mximo de pisos ecolgicos. Esta teora hace referencia a las ancestrales y emblemticas prcticas de movilidad poblacional gestadas en las sociedades andinas desde tiempos milenarios y que posibilitaron el surgimiento de enclaves prsperos y niveles tcnicos y organizativos de desarrollo avanzados. Aunque est demostrado y reconocido por el mismo John Murra que el primero en dar cuenta de estas prcticas andinas fue el boliviano Ramiro Condarco Morales bajo el nombre de simbiosis interzonal1. En 1970, Condarco public el libro El escenario andino y el hombre en el que plantea que en los Andes centrales, [l]a actividad de com-plementacin econmica realizada desde las tierras altas con las bajas situadas a poniente y naciente de las primeras, fue probablemente de

    1 Al respecto se puede consultar La teora de la complementariedad vertical eco-simbitica de Condarco y Murra (1987).

    la autosuficiencia comunal es una forma antigua de organizacin social en los Andes

    la consecuencia ms importante de tal forma de organizacin para adquirir los recursos que necesitan, consiste en que los miembros de una comunidad tienen que distribuirse

    eficientemente en el espacio, a travs de su territorio. Las zonas donde se dan tales recursos pueden estar ubicadas a

    cercana proximidad una de la otra o a distancias considerables, segn los patrones ecolgicos que rijan en su territorio.

    T. Patterson

    CAPTULO 1

    Matrices culturales y dinmicas poblacionales en Bolivia

  • 14

    FAMILIAS BOLIVIANAS TRANSNACIONALES EN ESPAA

    laxos vnculos de intercambio, primero, de permanentes relaciones de trueque, despus, y, por ltimo, imposiciones tributarias y ocupa-ciones militares (: 20). Estas formas de complementacin, a decir de Condarco, presentaban tres tipos: el primero, denominado de comer-cio primitivo, que consista en que los Collas obtenan algo de maz por medio del rescate con lana en los valles que se encuentran en la costa hacia la marca del Sur y en los que se hallan en los Andes hacia la mar del Norte (Pizarro, 1944: 93); el segundo planteaba limitadas relaciones de intercambio entre los habitantes de la alti-planicie con los instalados en las vecindades del mar (: 21); sobre el tercer tipo, el testimonio de Cieza de Len afirma que

    los Incas tenan dispuestos que de la mayor parte de los va-lles fros saliesen cierta cantidad de indios con sus mujeres, y estos tales, puestos en las partes que sus caciques les manda-ban y sealaban, labraban sus campos, en donde sembraban lo que faltaba en sus naturalezas proveyendo con el fruto que cogan a sus seores y capitanes, y eran llamados mitimaes (Cieza: 312).

    Garcilazo confirma el testimonio de Cieza con frases ms esclarece-doras e ilustrativas.

    Tambin sacaban indios de provincias flacas y estriles para poblar tierras frtiles y abundantes. Estos hacan para benefi-cio, assi de los que ivan como de los que quedavan, porque, como parientes, se ayudasen con sus cosechas los unos a los otros, como fue en todo el Collao, que es una provincia de ms de ciento y veinte leguas de largo []. De todas aquellas provincias fras sacaron por su cuenta y razn muchos indios y los llevaron al oriente dellas, que es a los Antis, y al ponien-te, que es a la costa de la mar, en las cuales regiones havan grandes valles fertilssimos de llevar maz y pimiento y frutas (Garcilzo: 86-7; citado por Condarco).

    En estas descripciones prehispnicas de continuos, intensos y estrat-gicos desplazamientos poblacionales reconocemos ciertas caracters-ticas recurrentes, como las relaciones de parentesco, muy presentes en estas prcticas, as como la dimensin de complementariedad so-cioeconmica y familiar como eje explicativo.

  • 15

    MATRICES CULTURALES Y DINMICAS POBLACIONALES EN BOLIVIA

    Por su parte, Murra, centrando su anlisis en los mitimaes, plantea que los mismos fueron una manifestacin tarda y muy alterada de un antiqusimo patrn andino que denomina control vertical de un mximo de pisos ecolgicos. En 1975 expresaba que el control si-multneo de tales archipilagos verticales era un ideal andino com-partido por etnias muy distantes geogrficamente entre s, y muy distintas en cuanto a la complejidad de su organizacin econmica y poltica (: 30). Sus investigaciones que abarcan de 1460 a 1560, es decir, el perodo de expansin inca y el perodo de conquista espa-ola, lo llevan a bosquejar cinco casos de control vertical de pisos ecolgicos bajo condiciones distintas, sin que los mismos agoten las posibilidades del modelo. Sin embargo, considera que los archipi-lagos son parte de una costumbre ms antigua, elaborada por suce-sivas poblaciones andinas para la mejor percepcin y utilizacin de los recursos en su extraordinario conjunto de ambientes geogrficos (:73), aunque reconoce que la ampliacin de este modelo modificaba tambin el contenido del archipilago, ya sea en funcin a las distan-cias entre el ncleo y las islas perifricas, a la especializacin laboral demandada (tipos artesanales) o alterando las reciprocidades entre el centro y la periferia, dando paso a la explotacin de mitimaes en islas alejadas. Para Murra

    la ideologa detrs de los archipilagos prometa que los colo-nos, aunque establecidos permanentemente en la periferia, no perdan acceso al ncleo [] los derechos mantenidos en las zonas nucleares, a cualquier distancia y a pesar de los abusos, forman el criterio distintivo del mitmaq. A la vez, ste es el lazo ideolgico entre los pequeos archipilagos fsicamente verticales y la red de colonias estatales con mltiples funciones y abarcando territorios a meses de camino del Cuzco. Esto no niega que ser enumerado con su grupo de origen pudiera con los aos, llegara a ser ms una forma legal que real (: 75-76).

    Es importante destacar la importancia que asigna Murra en sus inves-tigaciones al rol de los mitimaes en el modelo de complementarie-dad vertical sobre la base de la revisin de fuentes histricas como Cieza de Len y Garcilazo de la Vega, quienes identifican diversas categoras de mitimaes como los yana, aqlla o kaari. Asimismo, destaca claramente tres caractersticas centrales de estos desplaza-mientos poblacionales: el vnculo que se mantena entre el ncleo y

  • 16

    FAMILIAS BOLIVIANAS TRANSNACIONALES EN ESPAA

    los asentamientos en las islas conservando los derechos en el lugar de origen, el carcter multitnico del proceso y la especializacin en las funciones laborales (cermica, metalurgia). La primera caracters-tica da el marco general al proceso, es decir, los lazos y relaciones que se establecen entre el ncleo y las islas (espacios geogrficos separados) en funcin a requerimientos y demandas; en los hechos, la ausencia fsica de los mitimaes no derivaba en la prdida de los derechos y prerrogativas en las comunidades de origen. El carcter multitnico del proceso muestra tambin una dimensin macro de estas estrategias que involucraban el reconocimiento de niveles y la construccin de espacios de interculturalidad. La ltima caracterstica, es decir, el grado de especializacin laboral como prerrequisito de los mitimaes no habla de migraciones selectivas en funcin a demandas especficas que respondan a esquemas polticos y econmicos de nivel macro. Ms adelante veremos cmo estas mismas caractersticas se hallan presente en la actual migracin transnacional boliviana.

    En todo caso, en ambas formulaciones la de Condarco (simbiosis interzonal) y la de Murra (control vertical de un mximo de pisos ecolgicos) la argumentacin central es la movilidad socio-espacial y la utilizacin de diferentes espacios geogrficos y pisos ecolgicos, donde los desplazamientos humanos son asumidos como una cons-tante en las prcticas de sobrevivencia y reproduccin sociocultural de los habitantes andinos. Desde la base misma de la civilizacin tiwanacota, en los posteriores seoros aymaras y con mayor nfasis durante el imperio incaico, el control de pisos ecolgicos por parte de poblaciones transplantadas (mitimaes) con fines econmicos, so-ciales y militares fue fundamental.

    En el perodo colonial, el modelo de complementariedad vertical de desplazamiento poblacional fue reasumido y unilateralizado en beneficio de la Corona espaola para dar lugar al complejo de la mita, empresa extractivista solventada por la organizacin forzosa del trabajo indgena comunal en las extracciones mineras de Potos. El sistema de organizacin colonial redefini los alcances geogrficos de los desplazamientos poblacionales en torno al gran ncleo articu-lador de la produccin minera del Cerro Rico de Potos. Sin embargo, durante la Colonia podemos reconocer otras formas de movimientos poblacionales, sobre todo las ligadas a las haciendas agrcolas en las zonas de los valles que dinamizaban un mercado laboral y de

  • 17

    MATRICES CULTURALES Y DINMICAS POBLACIONALES EN BOLIVIA

    tierras embrionario en escenarios rurales. La poblacin indgena que se hallaba sometida al trabajo mitayo y al pago de fuertes tributos recurra a ciertas estrategias para evitar estas obligaciones. Una par-te de estos comunarios buscaba refugio en las haciendas, resultado de ello es que la regin cochabambina, mbito de anlisis de la presente investigacin, se convirti en la mayor zona receptora de migrantes durante la Colonia, siendo stos acogidos e instalados en otros pueblos como forneos (forasteros) o en las haciendas como yanakunas y adems eximidos de los tributos (Mercado, 1990: 19). El acercamiento de los indgenas a los centros poblados, ms all del desplazamiento espacial, les facilit una vinculacin con empleos ar-tesanales y la perspectiva de estructurar relaciones de compadrazgo con sectores con los que podan hacer alianzas, muchas veces a partir de uniones matrimoniales. Nuevamente, la dimensin del parentesco es un vehiculizador de estos procesos.

    Un elemento importante que debe ser tomado en cuenta al momento de analizar las migraciones de los y las bolivianos/as es la constitu-cin de Bolivia como nacin. Se trata de reconocer que en nuestro pas, sumamente abigarrado, se sobreponen diferentes tiempos, cul-turas, economas y nacionalidades; y, por lo tanto, distintas dinmicas y lgicas demogrficas. En Bolivia no termin de resolverse el pro-blema nacional y no se pudo constituir un Estado que refleje a la na-cin. Es decir que el proyecto de un Estado-nacin que, en trminos clsicos, represente a una nacionalidad, una cultura (homognea) y un territorio, fue un proyecto inacabado, inconcluso. El proyecto nacional trat de implementarse de distintas maneras durante nues-tra vida republicana. En un primer momento, por medio de la total negacin y exclusin de las diferencias y de la existencia de culturas y naciones distintas; as se constituy una doble Repblica, con una bolivianidad que se reproduca en unos cuantos centros poblados, rodeada por otra bolivianidad en la que prevaleca una variedad de culturas que eran ignoradas y a las cuales slo se recordaba al mo-mento de recaudar impuestos, cuando se requera de mano de obra barata o de dciles soldados para las aventuras blicas de la otra Bolivia. Posteriormente, con la Revolucin de 1952, se trat de cons-tituir un Estado-nacin por medio de transformaciones, concebidas y aplicadas desde el Estado, que buscaban la integracin del conjunto de la poblacin boliviana. Con este objetivo se decret el voto uni-versal, se nacionaliz las empresas productivas ms importantes, se

  • 18

    FAMILIAS BOLIVIANAS TRANSNACIONALES EN ESPAA

    apost a constituir un mercado nacional, se aplic la reforma agraria (para ampliar el mercado e integrar al mismo a los indgenas, desde entonces propietarios de sus tierras), se inici la denominada marcha hacia el Oriente y se incentiv el desarrollo de un polo econmico en Santa Cruz como una manera de integrar geogrficamente al pas. Finalmente, se aboli la palabra indio para nombrar a las culturas originarias, rebautizandolas como campesinos (delimitando su iden-tidad al mbito productivo). En todo caso, los movimientos poblacio-nales vividos intensamente dentro de las fronteras nacionales deben ser tambin considados desde una perspectiva mayor que vincula, en los Estados nacionales, el anlisis de lo interno con lo externo.

    Siguiendo este esquema, sostenemos que en Bolivia, y con mayor in-tensidad en los valles cochabambinos, la dimensin cultural muestra que desde tiempos pre-hispnicos diversas culturas que habitaron el altiplano y sobre todo los valles centrales del pas mantuvieron una cosmovisin espacio-cntrica que se manifestaba en su permanente movilidad y utilizacin de diferentes espacios geogrficos y pisos ecolgicos, de tal manera que las migraciones fueron una invariable en sus prcticas de sobrevivencia y reproduccin social. Recientes investigaciones sobre el caso de Cochabamba (Cortes, 2004; De la Torre, 2004) enfatizan este acervo cultural histrico respecto a la con-formacin social de la regin en estrecha relacin con los procesos migratorios en de los valles. De manera puntal, De la Torre se plantea el debate sobre cunto de las prcticas hasta ahora mencionadas si-gue desplegndose en las estrategias familiares y comunitarias de las actuales migraciones bolivianas? En todo caso, la referencia terica y metodolgica a esta dimensin histrico-cultural de los procesos mi-gratorios nacionales y particularmente cochabambinos se hace nece-saria en la medida que afincamos en ella una determinada manera de percibir y hacer de los movimientos poblacionales en estas latitudes. En todo caso, no se trata simplemente de estrategias de sobreviven-cia modernas, sino de un habitus, de unas prcticas asociadas a una cosmovisin particular, de un saber de vida que permita y permite an una mejor y ms sostenible utilizacin de los recursos naturales, no ya para la sobrevivencia de una familia, sino para la vida y repro-duccin de toda una comunidad y sociedad.

    Otras investigaciones sobre migraciones ya recurrieron al concepto de habitus desarrollado por Pierre Bourdieu, en la medida que es

  • 19

    MATRICES CULTURALES Y DINMICAS POBLACIONALES EN BOLIVIA

    til porque hace evidente que los y las migrantes estn preconforma-dos socio-culturalmente, portan un determinado habitus y tienen que producir un sentido social recurriendo en un nuevo escenario social a las disposiciones previamente adquiridas (Wagner, 2004). Bourdieu considera el habitus como un sistema de disposiciones adquiridas, permanentes y generadoras []. El habitus hara posible la produc-cin libre de todos los pensamientos, todas las percepciones y ac-ciones inscritos dentro de los lmites que marcan las condiciones particulares de su produccin (1991: 93-96). El habitus se origina en la interiorizacin transformadora de condiciones existenciales de orden material y cultural y por eso tambin puede ser entendido como internalizacin de la historia en la corporalidad. Gustos, gestos, patrones de organizacin y relaciones de gnero, entre otros, son de esta manera interiorizados y reproducidos, pero tambin transforma-dos. Debido a que se trata de disposiciones compartidas, es inherente a stas un sentido prctico, el cual posibilita la convivencia en los respectivos mbitos sociales y los hace aparecer como normales.

    Estas aproximaciones a la nocin de habitus de Bourdieu requieren para su contextualizacin algunas precisiones en el mbito cultural. Por cultura entendemos el sentido particular que abarca todos los espacios de la vida, los cdigos culturales que constituyen el nivel de signifi-cacin de toda clase de fenmenos, al caudal simblico y a los valo-res, hbitos, costumbres, patrones cognoscitivos y afectivos (Margulis, 1985 : 11); no una clase particular de objetos, actitudes o vestimentas, sino los cdigos diversos que presiden la vida humana y pueden leerse como uno de los niveles de significacin en toda clase de objetos y ac-titudes. Pero todos estos smbolos, sentidos y significados no se quedan en la superestructura o en el pensamiento, no son slo una dimensin de todos los fenmenos econmicos y sociales; se expresan y articulan en lo cotidiano a partir de una lgica, de una racionalidad particular que da sentido a todos nuestros actos. A partir de esta racionalidad, la identidad y la cultura se materializan, se cristalizan y se convierten en accin. La cultura deja de ser slo lo folklrico amorfo y abstracto para objetivarse en una praxis cotidiana que define la manera en que lo social es interiorizado por los individuos y la manera en que se lo reproduce y recrea.

    Esta racionalidad cultural particular, como parte de las estructuras objetivas histricas, al interactuar y relacionarse con otros elementos

  • 20

    FAMILIAS BOLIVIANAS TRANSNACIONALES EN ESPAA

    estructurales y coyunturales, constituye sistemas de disposiciones du-raderas y transponibles, estructuras estructuradas predispuestas a fun-cionar como estructuras estructurantes, esto es, como principios de generacin y estructuracin de prcticas y representaciones (Bour-dieu, 1991: 72); es decir que producen habitus. Este concepto permite recuperar y articular los elementos macro sociales con los elementos que, ms que individuales, llamaramos particulares, especficos de co-munidades sociales. El habitus, generado por las estructuras objetivas, genera a su vez las practicas individuales (y comunales), y da a la con-ducta esquemas bsicos de percepcin, pensamiento y accin (Garca Canclini, 1990: 34). Siguiendo con lo anterior, el habitus puede ser considerado como un sistema subjetivo pero no individual de es-tructuras internalizadas, esquemas de percepcin, concepcin y accin comn a todos los miembros del mismo grupo o clase (Bourdieu, 1991: 86). Pero estas estructuraciones no son lineales, ni mecnicas. El habitus como un sistema de estructuras motivantes y cognoscitivas socialmente construidas (: 76), es un conjunto de disposiciones que orientan, al margen de todo clculo consciente, las prcticas y activi-dades de los sujetos en los ms variados dominios de lo cotidiano, que le da la coherencia y el sentido a todos nuestros actos. Actos que estn objetivamente organizados como estrategias, sin ser el producto de una genuina intencin estratgica (: 73), estn fundados en los habitus. Sin embargo, el habitus y su praxis son cuestionados cuando su significatividad ya no est garantizada; esto ocurre mediante expe-riencias nuevas, como el caso de la migracin.

    Migracin interna y procesos de urbanizacin

    Como ya mencionamos, un elemento importante al momento de considerar los procesos de movilidad poblacional en nuestro pas es la necesidad de vincular el estudio de la migracin interna (campo-ciudad o urbana-urbana) con la migracin internacional, en tanto proceso continuo e histrico, en el que lo rural se halla en lo urbano y lo urbano es rpidamente incorporado en circuitos migratorios con-temporneos de tipo transnacional.

    La primera mitad del siglo veinte evidencia una fuerte concentra-cin poblacional en la zona andina del pas (para 1950 ms de uno de cada dos bolivianos viva en estas regiones) en contraste con una decreciente participacin de los valles; los llanos, por su parte,

  • 21

    MATRICES CULTURALES Y DINMICAS POBLACIONALES EN BOLIVIA

    mantuvieron una dinmica estable pero a un nivel mucho ms bajo (para este perodo toda la regin nunca sobrepas el 15% de la po-blacin total). Durante la segunda mitad del siglo, las transformacio-nes ms importantes registradas indican que se revierte el avance de la zona andina que termina con una participacin menor a la que comenz el siglo. Por otro lado, la participacin de los valles presenta un comportamiento heterogneo que disminuye entre 1950 y 1976 y aumenta despus. Finalmente se observa un incremento significativo en la participacin de los llanos que prcticamente duplican la pro-porcin de la poblacin que acogen, ponindose casi al mismo nivel que los valles (Urquiola, 1999: 196).

    A lo largo del siglo veinte, se constata un significativo y sistemtico proceso de urbanizacin, es decir, que el nmero de la poblacin ur-bana ha ido incrementndose constantemente, llegando en la dcada de los aos ochenta a sobrepasar a la poblacin rural (en 1900 uno de cada diez bolivianos viva en zonas urbanas, hoy en da ms de seis de cada diez habitantes estn en las ciudades). El punto de in-flexin o cambio en la composicin de la poblacin rural y urbana se present entre 1984 y 1985. Segn Alb et al. (1989) esta expansin del espacio urbano en casi todas ciudades del pas se dio de manera rpida, catica y conflictiva, como producto de la migracin interna y no como resultado del crecimiento vegetativo de la poblacin. Un hito importante en esta dinmica de urbanizacin del pas se dio en 1985 con la relocalizacin de miles de familias mineras que se vie-ron forzadas a emigrar a distintos centros poblados.

    En los aos ochenta, sobre todo en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, se realizaron numerosos estudios sobre la migracin interna y su incidencia en las dinmicas de urbanizacin y crecimiento econ-mico. Un rpido recuento de algunas de estas investigaciones resulta necesario, sobre todo porque de aquellos lugares y espacios consi-derados en estos estudios de migracin interna hoy en da salen los mayores contingentes poblacionales hacia el exterior. A nivel general podemos mencionar la investigacin Migracin interna en Bolivia: origen, magnitud y principales caractersticas (Casanovas, 1981). A nivel regional tenemos Chuquiyawu: La cara aymara de La Paz de Alb, Sandval y Greaves, publicado en 1982, que se constituy en uno de los mayores referentes para el anlisis de la migracin interna y su relacin con los procesos de urbanizacin que, para la poca,

  • 22

    FAMILIAS BOLIVIANAS TRANSNACIONALES EN ESPAA

    se intensificaban en la ciudad de La Paz y El Alto. Otro estudio sobre el mismo hecho es el de Casanovas y Escbar Proyecto Migracin y mercado de trabajo en la ciudad de La Paz: El caso de los trabajado-res por cuenta propia (1984). Para el caso de Cochabamba, estn los trabajos de Carmen Ledo Urbanizacin y migracin en la ciudad de Cochabamba (1991) y Butrn Insercin y adaptacin de migrantes en el medio urbano: Ciudad de Cochabamba (1999). En los aos posteriores y en la misma lnea de reflexin encontramos el trabajo de Mara del Carmen Ledo Problemtica urbana y heterogeneidad de la pobreza en la periferia Nor y Sur occidental de Cochabamba (1992). Para Santa Cruz, sobresalen los estudios Empresas agrcolas, empleo y migracin (Escbar, 1978), Sistemas de contratacin y los ciclos laborales temporarios (Samaniego y Vilar, 1981), Migracin hacia la ciudad de Santa Cruz (Vargas, 1993) y Rasgos del proceso de urbanizacin de las ciudades en Bolivia: 1998 (Sandval, 1999).

    En la ltima dcada, uno de los aportes institucionales ms signifi-cativos en trminos cuantitativos y cualitativos sobre las dinmicas poblacionales intra e internacionales es el realizado por el Programa de Investigacin Estratgica de Bolivia (PIEB). Estos trabajos no slo presentan hallazgos novedosos que enriquecen el conocimiento so-bre el tema sino tambin innovadoras metodologas a la altura de la complejidad del fenmeno. Algunas investigaciones sobre migracin interna patrocinadas por esta institucin son: Germn Guaygua, et al., Ser joven en El Alto (2000); Jos Ros, et al., Los indgenas olvidados: Los guaran-chiriguanos urbanos y peri-ubanos en Santa Cruz de la Sierra (2003); Lourdes Pea, et al., Interculturarlidad entre chapa-cos, quechuas, aymaras y cambas en Tarija (2003); Juan Csar Rojas, et al., Migraciones a Pando y su contribucin al desarrollo regional (2004); y Quintela, et al., De la comunidad al barrio. Violencia de pareja en mujeres migrantes en Sucre (2004). El aporte del PIEB a la investigacin y difusin de los abordajes particulares de las migracio-nes internacionales tambin ha sido y es fundamental. En el primer nmero de la revista de Ciencias Sociales Tinkazos (julio de 1998) se inaugur una lnea prolfica de anlisis sobre la temtica migratoria con el artculo de Genevieve Cortes La emigracin, estrategia vital del campesinado. Otros ttulos vinculados a esta institucin son: Hi-nojosa, et al., Idas y venidas. Campesinos tarijeos en el norte Argen-tino (2000) y Migraciones transnacionales. Visiones de Norte y Suda-mrica. (2004); y Bolivia for export (2006); De la Torre, Leonardo:

  • 23

    MATRICES CULTURALES Y DINMICAS POBLACIONALES EN BOLIVIA

    No llores prenda, pronto volver. Migracin, movilidad social, herida familiar y desarrollo (2006); La cheqanchada. Caminos y sendas de desarrollo en los municipios migrantes de Arbieto y Toco (2007); y Ce-lia Ferrufino et al., Los costos humanos de la emigracin (2007).

    El fenmeno de urbanizacin que se fue acentuando en las ltimas dcadas (segn el Instituto Nacional de Estadstica, en 2001 la po-blacin urbana alcanzaba el 62,4% y la rural el 37,6%) no se efectu de acuerdo a las capacidades productivas de las ciudades, sino en funcin del dinamismo de la economa informal, dando lugar a una rpida expansin del espacio urbano. Esto ha conducido a una ma-yor presin sobre el valor del suelo que por s mismo ya es un bien grandemente valorado.

    En lo que respecta a la migracin interna en Bolivia, cobra importan-cia el anlisis de los procesos de rpida urbanizacin que se desa-rrollan desde hace ms de una dcada. Es un hecho la consolidacin de tres reas metropolitanas (La Paz, Santa Cruz y Cochabamba) que conforman un eje poltico, econmico y social con perspectivas po-sitivas de desarrollo y vinculacin con otras regiones y el exterior (Blanes, 2006). Las ciudades capitales de estos tres departamentos, ante el crecimiento de sus respectivas manchas urbanas, han ido incorporando diversos centros poblados que antes estaban fuera de sus lmites; La Paz incluye a El Alto, Viacha y Achocalla; Santa Cruz, a Warnes, Cotoca, El Torno y Montero.

    En el caso de Cochabamba, la fuerte dinmica poblacional de carc-ter intradepartamental expresada en la migracin campo-ciudad ha consolidado en las ltimas dcadas una mancha urbana que incluye a las localidades de Quillacollo, Colcapirhua, Sacaba y Tiquipaya. Estas zonas mantienen todava un intenso arraigo de carcter campe-sino pero en crecientes contextos de urbanizacin que generan una manifiesta relacin entre economa urbana y actividades de ndole rural-comunitario. Cochabamba Tambin se constituye en ciudad de intermediaciones, en la medida que relaciona a los dos otros ejes metropolitanos del pas: La Paz y Santa Cruz. En el siguiente captulo veremos que el mayor porcentaje de emigrantes de Cochabamba a Espaa, 47% segn nuestra muestra, proviene del rea metropoli-tana urbana. Siguiendo a Blanes [l]as tres regiones metropolitanas ejercen fuertes y complejas funciones en la relacin del pas con la

  • 24

    FAMILIAS BOLIVIANAS TRANSNACIONALES EN ESPAA

    globalizacin, con la estructura econmica en proceso de diferencia-cin y de especializacin (: 53) Sern estos factores y otros los que inciden en los procesos migratorios de tipo transnacional desde las reas metropolitanas de manera reciente y en ascenso? Por lo menos para el caso de la migracin a Espaa, veremos que estos aspectos s son importantes al momento de decidir por la migracin.

    Los datos que dan cuenta de la mayor fluidez de los desplazamientos humanos establecen tambin que la poblacin femenina es la que muestra una mayor movilidad (de cada 100 mujeres, 35 son migrantes de toda la vida2). La migracin en referencia a la selectividad por sexo muestra que las mujeres tienen una mayor movilidad que los hombres, principalmente en reas urbanas ms que en las rurales. Sin embargo, la mayor diferencia se presenta en el rea rural... (CODEPO, 2002: 8), aunque la diferencia con la masculina en trminos relativos no es muy significativa. Este hecho, que muestra un grado de feminizacin de las migraciones internas, se acenta mucho ms en el caso de la migracin con destino a Europa, como veremos ms adelante; pero en definitiva, lo innegable es el creciente, sostenido y hasta ahora silencioso proceso de feminizacin por el que atraviesa nuestra sociedad y que se consti-tuye en la nueva base de las migraciones internacionales.

    La estructura de edades evidencia que la poblacin joven es la que mi-gra con mayor frecuencia. Existe una mayor proporcin de migrantes hombres en edades tempranas hasta los14 aos as como en el grupo de 40 a 64 aos, mientras que para las mujeres, el perodo de edad que concentra ms casos es el de 15 a 39 aos. De acuerdo a estas cifras, alrededor del 78% de la poblacin migrante es menor de 35 aos.

    En trminos generales, los departamentos del eje central son los que atraen a ms del 70% de la poblacin que cambi de residencia. En el mbito departamental se observa que Santa Cruz, Tarija y Cochabamba son departamentos receptores de poblacin desde hace varias dca-das, aadindose a este grupo el departamento de Pando que en los ltimos aos presenta una dinmica poblacional muy interesante3.

    2 El Instituto Nacional de Estadstica (INE) utiliza la categora de migrantes de toda la vida para designar a aquella persona que en el momento del censo, tiene un lugar de residen-cia habitual diferente al de su nacimiento. En este sentido, la migracin interna es la que se produce dentro de las fronteras nacionales y la internacional se da entre pases.

    3 Cf. Juan Csar Rojas (coord.) Proyecto: Migraciones internas nacionales a Pando y su participacin en el desarrollo departamental, Convocatoria Regional Pando, PIEB, 2004.

  • 25

    MATRICES CULTURALES Y DINMICAS POBLACIONALES EN BOLIVIA

    Por otra parte, los departamentos que pierden poblacin, es decir, que tienen tasas negativas de migracin son Potos, Oruro, Chuquisaca y, en menor medida, Beni. Desde el punto de vista municipal, de 314 municipios, 217 son expulsores (69%) y 97 receptores (31%). Segn la intensidad migratoria, 31 municipios (que representan menos del 10% del total) reciben una importante magnitud de poblacin cuya tasa de migracin se encuentra entre 16,2 y 198,5 por mil habitantes; 51 municipios (16% del total) son los que pierden poblacin de manera significativa, a razn de 14,8 a 39,5 por mil (INE, CODEPO, Notas de Prensa, N 104). Segn esta misma fuente, los departamentos cu-yos municipios son fuertemente expulsores son Potos (94,7% de sus municipios son expulsores), Chuquisaca (93%), La Paz (87%) y Oruro (73,5%); paralelamente, los departamentos ms receptores son Pando (93% de sus municipios son receptores), Santa Cruz (64%), Tarija (55%) y Cochabamba (30%). En este mismo sentido de municipalizacin del pas, se manejan algunos indicadores para explicar el descenso de la migracin reciente4 en funcin de los impactos de la Ley de Participa-cin Popular de 1994, discusin que todava est pendiente5.

    Entre los factores que inciden en la migracin, los principales son la bsqueda de trabajo, el afn de conseguir mejores empleos e ingre-sos, educacin, reconocimiento social, entre otros. Asimismo, estos procesos estn ligados a contextos econmicos en funcin a recursos naturales, vas de comunicacin, potencial agropecuario, as como al desarrollo de potenciales mercados internos. El conjunto de estos da-tos muestra que la mayor concentracin de poblacin del pas se est trasladando de un eje norte-sudeste (el altiplano y los valles) hacia otro con mayor orientacin este-oeste (llanos y Chaco).

    Resumiendo la informacin censal disponible, en 1976 cerca de un 20% de la poblacin viva en un departamento distinto al de su naci-miento, en el ao 1992 esta cifra subi a un 28% y para el 2000 lleg a un 34,7% (datos de la Encuesta Continua de Hogares, Proyecto ME-COVI de 2000). Aunque no disponemos de informacin oficial para los primeros aos del nuevo siglo, podemos asegurar sobre la base de otros indicadores que este porcentaje ha seguido subiendo. De la

    4 Persona, que en el momento del censo (u otra fuente de informacin), tiene un lugar de residencia habitual diferente al que tena cinco aos antes de realizarse el censo.

    5 Cf. Blanes, Jos, et al., Mallkus y alcaldes. La ley de Participacin Popular en comuni-dades rurales del altiplano paceo. La Paz, PIEB/CEBEM, 2000.

  • 26

    FAMILIAS BOLIVIANAS TRANSNACIONALES EN ESPAA

    poblacin que habita regularmente en las reas urbanas, un 37,6% naci en otro lugar, en el campo este dato baja al 29,6%. Esto reafirma que los procesos migratorios internos son cada vez ms intensos. En este sentido, se confirma lo que diversos estudios reflejan sobre los estrechos vnculos que unen experiencias migratorias internas con la decisin de migrar fuera de las fronteras nacionales como aspectos de un mismo proceso de movilidad y circulacin en el espacio.

    La migracin internacional y sus destinos

    A excepcin de algunas corrientes de poblacin que tuvieron a Bo-livia como destino y cuyo impacto se limit a lo regional, la historia de las migraciones internacionales del pas se caracteriza por un mar-cado proceso de emigracin, tendencia que se profundiz en los l-timos decenios. Los relativamente pocos estudios sobre migraciones internacionales desarrollados en Bolivia se han centrado bsicamente en el anlisis de los flujos hacia la Argentina (Ardaya, 1978; Calde-rn, 1979; Dandler y Medeiros, 1985; Hinojosa, 2000; Cortes, 2004) y ms recientemente hacia Estados Unidos, Brasil y Espaa, destacando las estrategias desplegadas por los migrantes, especialmente de las comunidades campesinas de los valles. A continuacin presentamos algunos elementos sobresalientes de las investigaciones sobre los destinos migratorios tradicionales.

    La Argentina como principal destino externo

    La movilidad poblacional en busca de trabajo hacia la Argentina tiene una historia de siglos. Hay antecedentes que datan del 1700. Muchas de las haciendas de Tucumn hacia el norte ocupaban mano de obra indgena y del collado, como denominaba entonces a estos te-rrritorios. De hecho, la economa del norte argentino estaba articula-da a la economa de Potos en ms de un sentido; hasta muy entrado el siglo veinte, el comercio de toda esta regin se realizaba por los puertos del Pacfico y no por el puerto de Buenos Aires.

    Sin embargo, los inicios de la migracin boliviana a la Argentina tomaron otros rumbos. Debido al tardo proceso de colonizacin de tierras en las regiones chaqueas colindantes con la Argentina, entre mediados y fines del siglo diecinueve, y a la presin social, poltica,

  • 27

    MATRICES CULTURALES Y DINMICAS POBLACIONALES EN BOLIVIA

    cultural y militar que ejercan los criollos, contingentes significativos de indgenas guaranes se vieron forzados a abandonar sus territorios y cruzando fronteras imaginarias se dirigieron a localidades del pas vecino para emplearse o empatronarse en las haciendas y empresas agrcolas. La gran cantidad de datos existentes en este sentido so-bre todo crnicas misioneras de la poca llevan a plantear que los inicios de la migracin boliviana a la Argentina respondieron a un esquema de desplazamiento poltico forzoso y que slo posterior-mente devinieron en movimientos de tipo laboral.

    En la dcada de 1920, la migracin de mano de obra desde los pases limtrofes hacia la Argentina aument en importancia. El fenmeno se dio principalmente en el norte, donde la industria azucarera que antes se encontraba concentrada en la provincia de Tucumn se expandi hacia las provincias de Salta y Jujuy. Esta expansin de la industria azucarera, con la correspondiente demanda estacional de mano de obra barata para la zafra de la caa, incentiv directamente el flujo migratorio de la poblacin de los valles y el sur de Bolivia.

    Segn Grimson (1999), en el censo argentino de 1947, casi el 88% de los inmigrantes provenientes de Bolivia estaban establecidos en las provincias de Salta y Jujuy y slo un 7% se encontraba instalado en la provincia de Buenos Aires. Esta situacin perdur hasta el inicio del proceso de sustitucin de importaciones, perodo en el cual los flujos migratorios principales comenzaron a dirigirse a las ciudades (rural-urbano) para llenar los requerimientos de la naciente industria. Slo en el rea de la migracin estacional hacia el campo (principalmente en el norte) se mantuvo la segmentacin del mercado laboral.

    Debido al avance del proceso de sustitucin de importaciones, los movimientos poblacionales concentraron su flujo en las reas indus-triales situadas en las mrgenes de las grandes ciudades, principal-mente Buenos Aires. Es decir que, sin negar las precarias condiciones socio-econmicas de los migrantes fronterizos en sus pases de ori-gen, estas migraciones estaban determinadas fundamentalmente por la demanda de mano de obra barata, no calificada, tanto en las reas urbanas por la industrializacin y la construccin, como en el rea rural por los vacos y vacancias dejadas por la poblacin originaria en su camino hacia las ciudades y las fbricas.

  • 28

    FAMILIAS BOLIVIANAS TRANSNACIONALES EN ESPAA

    En las dcadas siguientes, la poblacin de migrantes bolivianos en las zonas urbanas y peri-urbanas de Argentina aument de manera notoria. En este perodo, el flujo de migrantes bolivianos aument, principalmente, por la crisis econmica que se vivi en Bolivia du-rante los aos ochenta, y luego, por la implementacin del programa de ajuste estructural dictado por el Decreto Supremo 21060 en 1985. A partir de estas medidas, se contrajo la oferta monetaria, se elev la desocupacin abierta y se relocaliz (eufemismo para el despido) a una gran mayora de los trabajadores, dando lugar a que un amplio segmento de la poblacin se trasladara fuera del pas y que se incre-mentara el flujo migratorio hacia la Argentina. Esta migracin no era rural-indgena en busca de trabajo temporario, sino poblacin urbana de los centros mineros y de ciudades principales y medianas con niveles de instruccin educacional ms elevados y se asent en zonas urbanas argentinas o en la periferie de las mismas. En esta dcada, los asentamientos en la regin metropolitana de Buenos Aires igualaban o superaban a los de Salta y Jujuy. Estaba claro que los desplazamien-tos se reorientaron hacia el centro urbano ms importante en busca de trabajo y mejores condiciones de vida. Sin embargo, una proporcin importante de bolivianos se instal en el mbito rural de la Provincia de Buenos Aires, trabajando la tierra en sistemas de arrendamiento e incluso adquiriendo la tierra en propiedad (Benencia, 1997).

    Los aos noventa marcaron un perodo de estabilidad y, en cierto modo, de auge migratorio en virtud a las caractersticas econmicas de dolarizacin que asumi la Repblica Argentina y a la amnista declarada en ese pas que posibilit la legalizacin de unos 110 mil bolivianos, la gran mayora en Buenos Aires. Los rangos de edad de los migrantes bolivianos en la Argentina muestran que se trata de una poblacin en edad productiva o econmicamente activa, emigrantes cuyas edades fluctan entre los 25 y 49 aos, aunque ltimos estu-dios parciales parecen indicar que cada vez son ms los jvenes y las mujeres los que se ligan a estos circuitos migratorios. Durante estos aos se consolidaron y ramificaron muchas de las trayectorias migra-torias anteriores que correspondan al tipo urbano-urbano, tanto as que fueron estas redes slidas y estructuradas las que amortiguaron los efectos de la crisis que vivi la Argentina hacia finales de 2001.

    Como mencionamos antes, en la actualidad, el mayor nmero de mi-grantes bolivianos se concentra en el gran Buenos Aires y en Capital

  • 29

    MATRICES CULTURALES Y DINMICAS POBLACIONALES EN BOLIVIA

    Federal, estimndose su nmero en ms de un milln de personas. Muchas de estas personas no tienen documentacin legal de estada o residencia, lo que las coloca en situacin de ilegalidad, pese a un nuevo Convenio Migratorio firmado por Bolivia y Argentina en 2004 que no logr eliminar las excesivas trabas burocrticas ni los eleva-dos costos de los trmites. En este sentido, se habla de medio milln de indocumentados que constituyen la poblacin ms vulnerable en cuanto a la violacin de sus derechos fundamentales. Estos migrantes, que se concentran mayoritariamente en los mercados laborales urba-nos, se ocupan en actividades que requieren mano de obra no califi-cada ligadas a la construccin (rubro tradicional que emplea obreros jornaleros, maestros contratistas y ayudantes), la manufactura (talleres de confeccin textil donde prevalecen caractersticas de sobreexplo-tacin), el comercio informal (rubro desarrollado en la ltima dcada en el que predomina una fuerte dinmica de adaptacin), la produc-cin y comercializacin agrcola, las labores domsticas y, en menor medida, en otras actividades u oficios. Asimismo, se debe considerar a un conglomerado importante de jvenes que cursan estudios en el vecino pas as como profesionales que prestan sus servicios all.

    A decir de Alejandro Grimson, los migrantes bolivianos asentados en Buenos Aires desarrollan diversas estrategias, tanto para adquirir tra-bajo, vivienda y documentacin, como para reunirse y construir en el nuevo contexto urbano lugares y prcticas de identificacin. En Bue-nos Aires hay mltiples mbitos de produccin y re-construccin de identidades vinculados a la colectividad boliviana. Es un tejido social diverso y disperso por distintas zonas de la ciudad que incluye bailan-tas, restaurantes, fiestas familiares y barriales, ligas de ftbol, progra-mas de radio, asociaciones civiles, publicaciones, ferias y comercios de diferente tipo, dando cuenta de mltiples espacios vinculados con la bolivianidad (2005: 33-34). En el mismo sentido, Benencia (2004), refirindose a los migrantes bolivianos asentados en reas de produc-cin hortcola, afirma que se inscriben en lo que asume como comu-nidades transnacionales. Slo con el nimo de subrayar algunos ele-mentos mencionados por Grimson y Benencia para el caso argentino y que son fundamentales a la hora de pensar en estos contingentes de migrantes debemos resaltar, por un lado, los procesos de territo-rializacin transnacional que se operan entre los dos pases y cuyos horizontes culturales e identitarios definen un perfil propio que invo-lucra a ms de una generacin; pero tambin es digno de destacar,

  • 30

    FAMILIAS BOLIVIANAS TRANSNACIONALES EN ESPAA

    por otro lado, los niveles organizativos y culturales que despliegan los y las bolivianos/as en sus diversas actividades as como la incursin y permanencia en los medios de comunicacin social.

    Diversos estudios (Benencia, 2004; Karasic, 2000; Sassone, 2004; Hi-nojosa, 2000 y otros) mencionan que una parte significativa de la produccin hortcola del norte argentino se halla en manos de fami-lias bolivianas, las cuales no slo se limitan al trabajo de jornaleros, sino que han ido ascendiendo hacia formas de arriendo y en algunos casos han logrando la compra de tierras y el nexo con la comercia-lizacin de los productos y la construccin de infraestructura para ello. Estos estudios buscan comprender la complejidad del fenmeno desde las caractersticas de la transnacionalidad, resaltando aspec-tos de ocupacin y estructuracin de los espacios, los nexos entre ruralidad y migracin internacional y la importancia de las remesas en los procesos productivos locales con el consiguiente impacto en el mejoramiento de la calidad de vida y la reduccin de la pobreza. Otra serie de investigaciones (Domnech y Magliano 2007; Caggiano, 2005; Begala, 2005) enfatiza los niveles de irregularidad legal en la residencia (carencia de documentacin que respalde y garantice la ciudadana), prcticas y mecanismos de discriminacin (tanto laboral como racial) y exclusin (social y cultural) por los que atraviesan sectores importantes de migrantes en la Argentina.

    El inicio de siglo ha significado para ms de un pas latinoamericano escenarios marcados por la crisis. Y sta juega un papel importante en las migraciones, ya sea presionando para la salida de migrantes (como la crisis estatal boliviana), ya sea alterando los intercambios materiales y simblicos preestablecidos (como la crisis econmica Ar-gentina). En todo caso, el tiempo transcurrido tras la severa crisis que afect al vecino pas ha logrado estabilizar los flujos poblacionales entre estas dos esferas, aunque est claro que los niveles de ahorro y acumulacin caractersticos del perodo de dolarizacin de los aos noventa se han diluido casi por completo.

    La mayor produccin de estudios e investigaciones sobre bolivianos/as en las sociedades de destino proviene de la Argentina debido a la histrica y consolidada migracin transfronteriza hacia dicho pas6.

    6 Para una visin actualizada y exclusiva del estado de situacin sobre la migracin bolivi-ana hacia la Argentina, ver Liz Prez Cautn (2008).

  • 31

    MATRICES CULTURALES Y DINMICAS POBLACIONALES EN BOLIVIA

    El inters en la colectividad boliviana en la Argentina es grande; ms aun en el actual contexto poltico de ese pas. Este fenmeno se observa, por ejemplo, en la presencia oficial que tiene la colec-tividad boliviana en diversos actos y eventos (seminarios, jornadas acadmicas e institucionales, festivales culturales y deportivos, entre otros) en la capital portea. En las temticas ms recurrentes de es-tos trabajos, en un primero momento prevalecan las miradas desde la insercin laboral en dinmicas productivas rurales, para poste-riormente dar paso a enfoques ms urbanos y en otro rubro pro-ductivo, como el trabajo textil. Sin embargo, se pueden encontrar tambin numerosos trabajos antropolgicos referidos a dinmicas de interaccin con la sociedad local. En todo caso, se puede afirmar que en la Argentina se ha producido y se sigue produciendo una cantidad significativa de estudios e investigaciones sobre la presen-cia boliviana en ese pas.

    Los Estados Unidos de Norteamrica y Brasil

    Si bien la Argentina represent durante todo el siglo veinte el destino emblemtico de la migracin boliviana fuera de sus fronteras, esto no significa que fuera el nico destino elegido por los migrantes. De una amplia gama de pases latinoamericanos, norteamericanos y eu-ropeos, se distinguen dos: Estados Unidos de Norteamrica y Brasil.

    En el caso de los Estados Unidos, el sueo americano tuvo impacto en la sociedad boliviana, sobre todo en las regiones de los valles de Cochabamba (zona tradicionalmente expulsora de mano de obra hacia la Argentina) y en los crecientes mbitos urbanos de la pujante Santa Cruz de la Sierra. El inicio de esta migracin se puede situar en la dcada de los aos setenta adquiriendo mayor vigor en los ochenta. La migracin boliviana hacia los Estados Unidos se encuen-tra entre las ms calificadas respecto a la de otras nacionalidades. Se destacan profesionales (mdicos, ingenieros, empresarios) pero tambin un significativo conglomerado de mano de obra con ms de doce aos de escolaridad que se emplea en los oficios del rea de servicios y la construccin. La mayora est asentada en el rea me-tropolitana de Washington y, en menor medida, en California, Nueva York, Florida, Virginia, Texas y Maryland. Los estudios sobre bolivia-nos en Estados Unidos son significativamente menores respecto a los de la Argentina, en gran medida debido a la invisibilizacin de los

  • 32

    FAMILIAS BOLIVIANAS TRANSNACIONALES EN ESPAA

    compatriotas en un pas constituido por corrientes migratorias muy diversas y muchsimo ms numerosas que la boliviana.

    Sin embargo, los Estados Unidos de Norteamrica representan en el imaginario de los migrantes bolivianos el destino ideal para trabajar y generar niveles significativos de ahorro y acumulacin que posibi-liten el ascenso social. Estimaciones no oficiales hablan de alrededor de 200 a 250 mil bolivianos residentes en el pas del Norte. Si bien los Estados Unidos representan el ideal migratorio, luego de los hechos del 11 de septiembre de 2001 las ya rgidas medidas de seguridad fronteriza se han multiplicado, haciendo cada vez ms difcil el sue-o de ingresar a territorio norteamericano. Datos de una entrevista realizada a un ciudadano cochabambino que permaneci detenido ms de dos meses y que luego fue deportado, evidencian de ma-nera dramtica los riesgos, sufrimientos y vejaciones que pasan los migrantes en manos de los traficantes de personas y cmo instancias jurdica se prestan a legalizar esos excesos. Recientes estudios sobre esta temtica para el caso cochabambino analizan la importancia del fenmeno migratorio hacia los Estados Unidos para la reduccin de la pobreza y el mejoramiento de la calidad de vida a travs de la dina-mizacin de los procesos productivos locales ligados a la fruticultura en zonas de valles (De la Torre, 2006, 2007).

    La Repblica del Brasil y, concretamente, la ciudad industrial de Sao Paulo se constituyen en otro destino tradicional de los emigrantes bolivianos/as desde hace varias dcadas. Este destino migratorio no representa un fenmeno novedoso, ya los aos 1950 se dio un primer momento de migracin, bsicamente de profesionales ligados al rea de la salud (sobre todo mdicos y odontlogos) pero tambin de personas menos calificadas. Estos flujos cobraron mayor relevancia a partir de la segunda mitad de la dcada de 1980, cuando los proble-mas econmicos en Bolivia se hicieron ms intensos. En ese perodo, segmentos significativos de la poblacin comenzaron a dirigirse hacia Sao Paulo para emplearse como mano de obra barata en pequeos talleres de confeccin pertenecientes en su mayora a coreanos. Estos migrantes se caracterizan por ser en su mayora jvenes y varones, provenientes en buena medida de regiones altiplnicas y de los valles (La Paz, Oruro, Cochabamba), pero tambin de regiones rurales del oriente (Santa Cruz). Datos obtenidos en el proceso de sistematiza-cin de los registros de vacunacin contra la fiebre amarilla en el

  • 33

    MATRICES CULTURALES Y DINMICAS POBLACIONALES EN BOLIVIA

    departamento de La Paz sealan que ms del 80% de la migracin internacional de dicho departamento durante el ao 2005 tuvo como destino la Repblica del Brasil. Alrededor del 60% de estos migrantes se hallaban en edad productiva (entre 15 y 40 aos), el 53,5% eran varones y el 46,55 mujeres.

    Se estima que unos 200 mil bolivianos y bolivianas residen en el Brasil (Roque Patussi, 2005). Gran parte de los que llegan a Sao Paolo lo hacen a partir de una propuesta de trabajo relacionada con la costura. Los bolivianos trabajan principalmente en el mercado informal de la confeccin textil. El autor que con mayor sistema-ticidad y dedicacin ha investigado a los migrantes bolivianos en el Brasil es Sidney Antnio da Silva, quien en sus libros Costuran-do Sonhos. Trajectoria de um grupo de inmigrantes bolivianos em So Paolo (1997) y Inmigrantes no Brasil. Bolivianos, a presena cultura andina (2005) aborda desde una mirada antropolgica la presencia poco conocida de la colectividad boliviana en Sao Paulo, y lo hace desde diversas entradas, privilegiando el tema de la in-sercin laboral en los talleres textiles de costura, donde el trabajo y la convivencia se dan en condiciones altamente precarias y de indocumentacin. Sin embargo, en la medida que existe un fuerte involucramiento de la Iglesia Catlica a travs de sus Pastorales de Movilidad Humana con la colectividad boliviana en ese pas, se cuenta con cierta informacin proveniente de esta fuente. Lo que podemos afirmar sobre la base de esas investigaciones y la revi-sin hemerogrfica nacional es que la migracin al Brasil presenta caractersticas similares a la de la migracin hacia la Argentina, no slo por ser migracin fronteriza sino, sobre todo, con relacin a las actividades laborales en talleres textiles, donde los grados de sobreexplotacin son dramticos. Cada trabajador debe producir lo mximo posible en jornadas laborales de 12 a 15 horas diarias. Es-tos datos muestran la importancia creciente de este destino silencio-so a lo largo de los ltimos aos, donde las industrias de la llamada economa sumergida demandan cada vez ms mano de obra que d funcionalidad a sus sistemas productivos.

    Finalmente, en los primeros aos de este nuevo siglo, la proporcin y magnitud de la mano de obra migrante boliviana con destino a Europa se ha ampliado de manera sorprendente. Si bien existan experiencias migratorias anteriores al viejo continente, recin en lo que va de este

  • 34

    FAMILIAS BOLIVIANAS TRANSNACIONALES EN ESPAA

    siglo, ste emerge con gran firmeza como nicho laboral que demanda sistemticamente nuevos brazos para trabajar. El pas europeo que con-centra el mayor nmero de migrantes bolivianos en los ltimos aos es Espaa, con estimaciones que bordean las 350 mil personas para 2007, segn la Asociacin de Cooperacin Bolivia Espaa (ACOBE). Las cifras tambin son crecientes en otros pases, entre los que resal-tan estn Italia donde, segn la ONG catlica CELIM, ms de catorce mil mujeres bolivianas, especialmente cochabambinas, trabajan en la localidad de Brgamo y otras ciudades del norte; Suiza, preferida por la creciente migracin crucea y de tierras bajas; Inglaterra, Francia y Suecia, donde junto a los nuevos migrantes laborales conviven los bolivianos de primera o segunda generacin que llegaron a ese pas por causa del exilio poltico en la dcada del setenta.

    Para explicarnos por qu estas nuevas dinmicas migratorias tienen como destino Espaa, tres hechos internacionales pueden conside-rarse fundamentales, aadidos a la dimensin de crisis interna en Bolivia producto de la agudizacin de las contradicciones del esque-ma neoliberal frente a las demandas de los movimientos sociales que generaban un clima de inestabilidad de amplio espectro. El primero de estos aspectos internacionales tiene que ver con el surgimiento y consolidacin de nuevos mercados laborales que demandan de-terminada mano de obra (bsicamente en las reas de servicios y construccin); es decir que el crecimiento econmico experimentado por Espaa en los ltimos decenios por su ingreso la Comunidad Europea lo convirti en un nicho laboral importante de mano de obra latinoamericana, sobre todo de los pases andinos. En segundo lugar est un hecho importantsimo que marc el nuevo itinerario de los bolivianos/as hacia Espaa: la crisis econmica que afect a la Repblica Argentina a finales del ao 2000 y que produjo un fuerte impacto en las familias migrantes bolivianas, llevando a muchas de ellas a convertirse en pioneras de la migracin hacia Espaa y a acti-var las redes sociales y familiares en esta nueva dinmica. Este aspec-to (migrantes bolivianos que salen de la Argentina en este perodo con destino a Espaa) podra ser un elemento clave al momento de explicarnos la magnitud y rapidez de este proceso. Finalmente, el tercer aspecto tiene que ver con los atentados del 11 de septiembre de 2001 a las Torres Gemelas en Nueva York; este hecho, no slo endureci las medidas migratorias para ingresar a los Estados Unidos

  • 35

    MATRICES CULTURALES Y DINMICAS POBLACIONALES EN BOLIVIA

    tambin redefini las polticas de seguridad nacional en referencia a sus fronteras. Hay que recordar que para los potenciales migrantes bolivianos (sobre todo de Cochabamba) los Estados Unidos de Am-rica constituye el icono de la migracin internacional.

    Este boom migratorio hacia Espaa experimentado en los ltimos seis aos ha tenido eco en los estudios e investigaciones. Como indica Ivonne Farah (2005), en Bolivia estamos ante un importante incremento de las investigaciones sobre la temtica migratoria inter-nacional. Las indagaciones han focalizado su inters sobre todo en los lugares tradicionales de origen de la emigracin (los valles de Cochabamba y de Tarija, sobre todo), pero tambin se cuenta con aportes sobre otros lugares. Hay que subrayar el trabajo audiovisual producido por la agrupacin Mujeres Creando y dirigido por Mara Galindo denominado Las exiliadas del neoliberalismo. Migrantes bo-livianas en Espaa (2005). Este documental, desde una perspectiva feminista, expone y denuncian las condiciones y estructuras que posibilitan y articulan los trabajos transnacionales de mujeres ligados a los servicios y la reproduccin domstica. Ms adelante retomare-mos estos elementos de la feminizacin de las migraciones. Por la magnitud y el fuerte impacto familiar, social, econmico y meditico de la migracin hacia Espaa, hay una gran variedad de estudios y prcticas en curso sobre distintos aspectos del hecho migratorio que involucra a diversas disciplinas: sociologa, antropologa, psi-cologa, comunicacin y derecho, entre otras. Se debe mencionar tambin que los medios de comunicacin han jugado y juegan un papel fundamental en la percepcin y discernimento de la opinin pblica sobre la migracin hacia Espaa. Si bien en los ltimos aos la visibilizacin de estas dinmicas poblacionales es mayor debido, sobre todo, al enfoque econmico que han adquirido en el imagina-rio social como consecuencia de las remesas monetarias, tambin es evidente que las migraciones se han visibilizado por el tratamiento de los medios de comunicacin escritos, televisivos o radiales que han posicionado el tema (desde sus perspectivas, nfasis y media-ciones) ms que las investigaciones de tipo acadmico o institucio-nal, que empiezan a resurgir pero que todava no se consolidan. En este sentido, es importante reflexionar sobre el rol que desempean los medios de comunicacin en el tratamiento y las estrategias de accin frente a la migracin y sus consecuencias, ms an teniendo

  • 36

    FAMILIAS BOLIVIANAS TRANSNACIONALES EN ESPAA

    en cuenta que existe cierto rasgo de dramatizacin y victimizacin sobre el hecho. En todo caso, la magnitud del xodo humano vivi-do por nuestro pas hacia Espaa es de significativa importancia y de amplio impacto en diversos mbitos: econmico, social, familiar, psicosocial, cultural y poltico.

  • 37

    EL NCLEO DURO DEL HECHO MIGRATORIO: FAMILIA Y COMUNIDAD

    Lo global en lo local: la transnacionalizacin de las migraciones

    A nivel internacional vivimos no slo un repunte en la magnitud de los flujos poblacionales y econmicos (remesas), sino tambin un posicionamiento cada vez ms creciente del discurso migratorio en las esferas y escenarios pblicos. En efecto, en la actualidad, la magnitud del nmero de migrantes internacionales asciende a casi 200 millones de personas; la mayora de los pases participa, ya sea como lugares de origen, de trnsito o de destino de los migrantes. En Latinoamrica, en los ltimos aos, se ha dado un incremento considerable en el nmero de migrantes, como ya indicamos en el primer captulo, alrededor de 25 millones de personas han emigrado de su pas de origen. Si bien estas corrientes migratorias tienen como destino principal Norteamrica y Europa, tambin son importantes los destinos laborales en la misma regin, sobre todo Argentina, Brasil, Costa Rica y Venezuela (en la mayora de los casos, migracin fronteriza). En este escenario, las proyecciones y estimaciones de los estudios e informes sobre el asunto sealan que es muy probable

    Los historiadores, antroplogos, socilogos y gegrafos han mostrado que el comportamiento de los migrantes se ve

    fuertemente influido por las experiencias histricas al igual que por las dinmicas familiar y comunitaria. La familia y la comunidad son crticas en las redes migratorias [] Los

    vnculos familiares con frecuencia proporcionan tanto el capital financiero como el cultural que hacen posible la migracin []

    Los movimientos migratorios, una vez iniciados, se convierten en procesos sociales autosostenidos.

    (La era de la migracin, Castles y Miller, 2004)

    CAPTULO 2

    El ncleo duro del hecho migratorio: familia y comunidad

  • 38

    FAMILIAS BOLIVIANAS TRANSNACIONALES EN ESPAA

    que la migracin internacional contine incrementndose en los prximos decenios.

    En la misma o quiz mayor medida, las remesas econmicas generan impactos de amplio espectro y de diversa ndole en las estructuras bsicas de la sociedad (comunidad, familia, escuela, roles sociales, etc.) pero tambin a niveles macroeconmicos. As, las remesas eco-nmicas constituyen un aspecto cada vez ms importante para la transferencia de recursos de los pases desarrollados receptores de migrantes hacia los pases expulsores, ya que los envos moneta-rios que realizan los migrantes constituyen un significativo aporte de recursos econmicos frescos que se insertan en diferentes sec-tores de las economas locales, regionales y nacionales. Se estima que estas corrientes de capital sobrepasan los montos de asistencia oficial para el desarrollo de algunos pases. Para 2005, el Banco In-teramericano de Desarrollo (BID) previ que las cifras de remesas a Amrica Latina ascenderan a 55 mil millones de dlares. En todo caso estos envos de dinero y sus implicaciones tienen una amplia serie de consecuencias en las sociedades de los pases receptores. Hay que sealar sobre este punto que para algunos autores junto a las remesas econmicas hay que distinguir tambin las llamadas remesas colectivas o sociales y los intercambios de conocimiento e informacin que generan alteraciones en las relaciones sociales as como en los imaginarios colectivos.

    Sin embargo, otro aspecto novedoso es la relevancia discursiva que va adquiriendo la temtica migratoria en distintas esferas de lo pbli-co; a estas alturas queda claramente establecida la importancia de los procesos migratorios para los Estados nacionales, donde la creciente diversidad cultural contribuye a cambios significativos en las institu-ciones polticas centrales, como es el caso de la ciudadana que afecta a la naturaleza misma de los Estados. Para investigadores del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), pases caracterizados por la emigracin tienden a ampliar los derechos de ciudadana de sus poblaciones desterritorializadas, incorporndolas en la (re)elaboracin de nuevos imaginarios de nacin, como forma de posicionarse en el sistema econmico mundial; mientras que otros pases, especialmente los de destino, gestionan la temtica migratoria asociada a la idea de seguridad nacional (Novick, 2008).

  • 39

    EL NCLEO DURO DEL HECHO MIGRATORIO: FAMILIA Y COMUNIDAD

    En Bolivia, la importancia y relevancia pblica del tema migratorio es reciente y coincide en gran medida con la masiva emigracin de bolivianos/as a Espaa a principios del presente siglo, pese a la larga tradicin emigratoria existente en el pas. Esta importancia se debe en gran medida, como ya se dijo, al rol que juegan los medios de co-municacin en la percepcin y discernimento de la opinin pblica sobre este tema.

    Tradicionalmente, el abordaje de los procesos migratorios se ha de-sarrollado desde distintas perspectivas y disciplinas (demografa, eco-noma, sociologa, antropologa, ciencia poltica, historia) por lo cual es posible encontrar una gran variedad de teoras, conceptos, tipo-logas y formas de realizacin. Este hecho ha llevado a considerar estamos en medio de una crisis paradigmtica (Garca y Montes, 2003), en la que algunos abogan por su abordaje desde un sistema de teoras (Simmons, 1991) y otros optan por la construccin de una nueva epistemologa de la migracin (Domenach, 1998).

    En Amrica Latina, las investigaciones sobre migraciones se inicia-ron a finales de la dcada de los cincuenta, sobre todo en el Centro Latinoamericano de Demografa (CELADE) y las universidades norte-americanas y europeas. En una primera etapa, el inters se centraba en describir y cuantificar variables de tipo demogrfico, valindose para ello de estadsticas vitales, censos y encuestas que permitieran es