UN BUEN AÑO

Trata de la historia de de un niño que vivió en Francia con su Tío en una granja productora de uvas

en donde se fabricaba vinos, este viñero es un lugar alejado de la ciudad, en un campo

maravilloso donde se pude disfrutar del paisaje de las diferentes plantaciones existentes en el

lugar, de una tranquilidad absoluta en donde sus vías de acceso son pequeñas y la mayoría de

personas se movilizan en bicicleta, todos se conocen y las actividades se realizan sin mucha prisa,

las viviendas de una y dos plantas a mi parecer confortables, en su gran mayoría con ventanas por

todos los lados y lo que es más importante se puede disfrutar de unos paisajes formidables; El tío

propietario del viñero un hombre muy sabio siempre dándole concejos y enseñándole a su sobrino

de lo valiosa que es la naturaleza, pero también sembrando en este una actitud de triunfador

aspectos que el muchacho lo supo aprovechar, en efecto cuando adulto llego a ser un importante

empresario de las finanzas en donde alcanzo sus mayores propósitos luego de estar muy bien

posesionado económicamente y dentro de una sociedad económicamente alta gozando de todos

los privilegios y comodidades, al morir su tío le deja un testamento en el que tenía que ser el

heredero único siempre y cuando no apareciere una hija ilegítima que el tubo de joven, como le

gustaba mucho el dinero y para salir un tanto del estrés que le causaban sus actividades, decide

regresar al lugar en donde creció junto con su tío al cual quería mucho y creía conocerlo

totalmente, cuando llega al campo empieza a recordar todo lo vivido en su infancia, en cada lugar,

aspectos que le hacen reflexionar profundamente disfruta de la tranquilidad, se enamora, desiste

de la venta de la propiedad y encuentra la única familia su prima a la que finalmente le hereda la

propiedad y decide quedarse con su pareja.

Esta gran historia nos enseña que, el estar cerca de la naturaleza disfrutar su entorno, tener amplios

espacios verdes, disfrutar de la tranquilidad, compartir con tus semejantes te hacen más personas, hasta el

punto que te olvidas de las ambiciones del dinero y puedes alcanzar una felicidad y además no contribuyas

contaminar nuestra madre naturaleza, sino más bien eres parte de esta además compartes plenamente

con tus semejantes, a diferencia que en las grandes ciudades vives un encierro absoluto la mayoría de

tiempo junto a las computadoras, en las redes sociales, en espacios reducidos, contaminados y poco

tiempo para compartir con los seres queridos.

Jairo Mera Mejía.