boicot elecciones municipales

8/7/2019 Boicot elecciones municipales

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, otra vez las municipales. Otravez, la casta poltica nos pideque deleguemos en ellos nues-tra soberana. Otra vez, miles

de millones de las arcas pblicasadornarn las farolas de nuestrosbarrios y calles, pidindonos el voto.Otra vez, nos inundarn con multitudde programas y buenas intencionesque sern olvidadas al da siguientede los comicios; otra vez, nuestraingenuidad y mala memoria dar elsustento a una clase poltica, cadada ms alejada de los intereses ynecesidades del pueblo.

Inmediatamente despus, nuestrosdelegados polticos, nuestros re-presentantes municipales, se reuni-rn para, en primera instancia, ase-gurarse sus abultados salarios. Actoseguido, la monotona que ordena elsistema seguir su curso preestable-cido, los votantes pasarn de nuevoa la hibernacin cuatrienal y la casta

poltica seguir trabajando segn elmandato del Estado y de los merca-dos.

Por tanto, las elecciones municipa-les, que representan el segundoasalto al poder de la partitocracia sistema de partidos polticos, con elbipartidismo cada vez ms acentua-do, son una herramienta ms delEstado para el control ciudadano.Las Instituciones Municipales no po-seen poder propio, sea cual sea elgrado de autonoma poltica que ten-gan, En realidad, no poseen poder

en tanto que la legitimidad de susfunciones se la otorga el Estado Cen-tral y no pueden revocar las decisio-nes de ste. Se da una dependenciajurdico-poltica, ya que los rganoscentrales del Estado fijan la estructu-ra y normativa del Municipio, dele-gndole las funciones de menor ran-go y reservndose cuanto suponegestin de intereses generales deimportancia.

Las Instituciones Municipales preten-den aparecer como defensoras delos intereses generales de los ciuda-danos, enfrentndose al Estado endefensa de esos intereses. Porese motivo, ocupan un puesto privi-

legiado en el proceso de integracinsocial de las clases dominadas entanto aparecen potenciando la au-tonoma de los representantes mu-nicipales libremente elegidos.

Ahora bien, la defensa de los inter-eses generales est empequeeci-da por carecer de una real participa-cin en el planteamiento y solucinde las demandas.Por otra parte, su carcter represen-tativo es mnimo, ya que la autono-ma de los representantes est co-rregida y dominada por la jerarquiza-cin y la subordinacin a las instan-cias centrales del Estado. Por tanto,aun en las condiciones de mxima

apertura de la autonoma municipalpara los representantes de las clasesdominadas, la poltica municipal serealiza en el interior del aparato delEstado. Esta es la ambigedad de laInstitucin Municipal y de todo lo queen ella se cuece.

El Estado admite la introduccin ensus mismas estructuras las munici-pales, en este caso de partidos yorganizaciones de las clases domi-nadas, aunque mantengan posicio-nes contradictorias con el papel demantenedor de la cohesin socialque la Institucin Municipal tieneasignado. El hecho de que las clasesdominadas puedan satisfacer conello ciertas demandas, significa unfactor de integracin, adems de noser una limitacin real al poder de lasclases dominantes.

Por otra parte, el municipio burgusconsidera a los electores despojados

de su pertenencia de clase, preten-diendo presentar la vida poltica ais-lada de las relaciones econmicas.Pretende tener un carcter neutroy ser garanta del inters general,intentando ignorar la cualidad de tra-bajadores de los electores, su situa-cin social y la solidaridad de clase.

Es evidente, pues, que el hecho elec-toral municipal, en vez de dar res-puestas a los problemas reales delos sectores dominados, integra aestos en el sistema de dominacin yde control de la clase dominante.

La degradacin de la poltica y la corrupcinue la clase poltica es uno delos principales problemas parala ciudadana, queda reflejado

en las encuestas. Que podemos or-denar una extenssima lista de casosde corrupcin que han saltado a laluz pblica en la poltica municipal,no admite duda: estn en las heme-rotecas. Que la degradacin polticano slo est en la casta que nos go-bierna, sino que se encuentra in-crustada en la misma ciudadanaque, a sabiendas, otorga su delega-cin a la poltica degradada y corrup-ta, tampoco admite duda.

La crisis de valores, que ha idoacompaando a la distintas rupturasgeneracionales que se han provoca-do y producido a lo largo de nuestramal llamada democracia, ha dado elabono suficiente para la degenera-cin y corrupcin de la clase poltica,creando una ciudadana totalmenteintegrada en los valores del indivi-dualismo, la competitividad irracional,el consumismo desenfrenado y lainsolidaridad de clase. Todas estasvirtudes reaccionarias son las quehan potenciado los llamados partidosdemocrticos, con el consenso de

sus sindicatos institucionalizados.Todo un retroceso en la historia quepermite que a un sistema facinerosose le llame democracia con el ape-lativo de ESTADO DE DERECHO.

Reinvertir los valores que hoy regen-ta esta sociedad degradada porotros que desarrollen la solidaridad

de clase, el consumo justo y solida-rio, la vida comunicativa y el apoyomutuo, no slo es una necesidad ur-gente, sino adems la nica manerade hacer frente a nuestras necesida-des humanas inmediatas y futuras.

Creemos que, desde la integracin ola complacencia con el actual siste-ma, no ser posible ordenar criterios

en la lucha contra la degradacin y lacrisis de valores que padecemos.Slo cabe la posibilidad de conse-guirlo desde una autonoma ciuda-dana que sepa organizarse y defen-der su dignidad.

En nuestro municipio la poltica mu-nicipal se encuadra dentro del dis-

curso obligado (mantenimiento dela cohesin social, las polticas debienestar y educativas, la promo-cin de la cultura y el deporte, lamejora de los equipamientos p-blicos, la sostenibilidad y la parti-cipacin ciudadana, etc...). Siem-pre el mismo repertorio de buenasintenciones, pero a la hora de la ver-dad, y como ha ocurrido en tantos y

tantos municipios, te implantan unaordenanzas cvicas con clara inten-cionalidad de endurecer el controlsocial y el desarrollo de la participa-cin directa, de forma que toda acti-vidad ciudadana tiene que pasar porel tamiz del control y la supervisin.La participacin ciudadana es sloconsultiva, nada autnoma y siempre

con el ordeno y mando del comisariopoltico de turno. Por tanto, el discur-so poltico no tiene nada que ver conla realidad y, al no existir participa-cin directa de la ciudadana ni con-trol revocable de sus representantes,es lgico que la degeneracin campea sus anchas.

Han tenido que pasar unos cuantosaos y unos cientos de casos de co-rrupcin para que muchsimos ciuda-danos hayan llegado a la conclusinde que los partidos, es decir los me-canismos de participacin poltica enla actualidad, no slo no son demo-crticos, sino que son la anttesis dela democracia. La representacin delos partidos polticos es ajena a lademocracia pura y a la aplicada, cu-yo fundamento esencial ha de ser lagestin directa de los asuntos pbli-cos por parte de todos los interesa-dos. La democracia legtima ha deser funcional, no delegada, por inter-vencin directa de todos y cada uno,sin interferencias polticas, de faccino luchas de intereses. Los municipa-listas libertarios no creemos que losestados occidentales actuales seandemocrticos. Los Estados son es-

tructuras de dominacin en los queuna minora manda sobre una granmayora. Ejerce el poder sobre ellatomando decisiones que afectan asus vidas. Es una estructura donde elpoder est distribuido de manera tandesigual que la democracia es impo-sible. El municipalismo libertario pro-pone una democracia directa en la

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que los ciudadanos en suscomunidades dirijan suspropios asuntos a travs deprocesos de deliberacin ytoma de decisiones cara acara, en lugar de dejar queel Estado las tome porellos. Y qu papel cum-plen los actuales polticos?Son profesionales cuyo in-ters por su propia carrerareside en obtener poder.Sus campaas electoralesusan cada vez ms a los

medios de comunicacinpara influenciar y manipulara la ciudadana segn susintereses. Sus campaasson financiadas por el gran

capital y, cuando consiguen su car-go, reniegan de los compromisos ad-quiridos con sus votantes. Cuandollegan al gobierno, los polticos sirvena los intereses de los que han finan-ciado sus partidos y campaas encontra de su electorado.

Qu son los partidos?

Los partidos a los que los polticosestn afiliados no son necesariamen-te grupos de ciudadanos altruistasque comparten puntos de vista. Son

esencialmente burocracias estructu-radas jerrquicamente que buscanobtener poder estatal para el propiopartido a travs de sus candidatos.Su mayor inters es el poder, no el

bienestar de sus electores. Lejos deexpresar los deseos de los ciudada-nos, los partidos funcionan precisa-mente para contenerlos, para contro-larlos y manipularlos.Por mucho que los partidos compitanentre ellos y por mucho que estn endesacuerdo, todos se caracterizanpor aceptar el Estado y actuar dentrode sus parmetros. Profesionaliza-dos, manipuladores e inmorales, es-tos sistemas de lites y masas simu-lan la democracia, burlndose de losideales democrticos. Reducen a los

ciudadanos a contribuyentes, electo-res y votantes. Slo les dejan partici-par cada cuatro aos en las eleccio-nes. El resto del ao se olvida.

Es posible otra forma de municipio?

s totalmenteposible otraforma de

municipio. Ennuestra historiahay y ha habidoejemplos concre-tos, donde la pol-

tica basada en lasasambleas populares y en la demo-cracia directa gener municipios li-bres. Recuperar esta poltica, adap-tndola a los tiempos actuales, noes una utopa, es un empezar denuevo para alcanzar el poder de ges-tin y de soberana que como ciuda-danos nos corresponde y que contoda seguridad ayudar a regenerarla vida social

Por tanto, la poltica por la gestin yla soberana ciudadana, a travs dela participacin y de la democraciadirecta, es ir hacia la libertad munici-

pal frente a la estructura estatal delos actuales ayuntamientos; pero,adems, implica el desarrollo parale-lo de una filosofa de ideales ticosque nos lleve a una transformacintanto moral como material de la so-ciedad.

Desarrollar un movimiento polticoasambleario, antiautoritario, federa-lista y municipalista, no es tarea fcil

en los tiempos quecorren, pero tam-poco imposible, y suna necesidad defuturo, si se preten-de la gestin dire-cta de los asuntospblicos por parte

de los vecinos.

Algunas nociones sobremunicipalismo libre

El municipalismo libre es el nombredel proceso que tiene por finalidadvolver a crear y expandir el mbitopoltico democrtico como el mbitode autogobierno de la comunidad. Elpunto de partida, por tanto, es la pro-pia comunidad. El espacio en el quevivimos es el lugar en donde nos te-nemos que educar y formar en laparticipacin, en la democracia,donde potenciamos lo pblico, lo

comunal: la calle, el barrio, la plaza,el parque, el centro educativo, el so-cial, el sanitario, el de bienes y servi-cios... Los encuentros entre losmiembros de una comunidad son losembriones del mbito poltico. Esdesde este nivel poltico incipiente dela comunidad en donde el municipa-lismo libre se esfuerza por crear yrenovar el mbito poltico. Aqu laspersonas pueden transformarse de

seres aislados a ciudadanos que sereconocen entre s, que son mutua-mente interdependientes y a los que,como tales, les concierne el bienes-tar comn. Es aqu donde puedencrear las instituciones polticas queconduzcan a una amplia participa-cin comunitaria y la

mantengan de forma con-tinuada. Es aqu donde laciudadana puede llenar-se de sentido en el mo-mento en que los ciuda-danos recuperen y ex-tiendan la capacidad dedecisin que el Estadoles ha usurpado. Esascomunidades deben tenerun tamao a la medida delo humano, en donde lasasambleas no se pierdanpor tener un tamao in-abordable. Por eso, lasgrandes ciudades deben

ser descentralizadas enmunicipalidades o distri-tos de tamao ms ma-nejable.Descentralizacin y de-mocratizacin son ele-mentos intrnsecos delmunicipalismo libre. Esospueblos y ciudades muni-cipalizados se relaciona-rn entre s mediante el

pacto libre, es decir la federacin en-tre iguales, en donde se tratarn losasuntos que afecten a ms de doscomunidades municipales. As, deabajo a arriba, la sociedad podr or-ganizarse y tener un funcionamientoeficaz sin necesidad del Estado.

Organizarse para afrontar los cambios que se avecinan

l sistema capitalista hace

aguas. En toda Europa laspseudodemocracias parlamen-

tarias y los estados estn al serviciodel gran capital, como han demos-trado con sus agresivas polticas de

reformas. Su modelo de organizacin

socio-econmica ha fracasado. Losdatos de hoy de la Encuesta de Po-blacin Activa de Espaa nos indicanque el paro sigue creciendo y rondaya los 5 millones. El Magreb es un

polvorn y las revoluciones que se

estn produciendo dan esperanzas aestos pueblos oprimidos. Los munici-palistas libres podemos proponer unmodelo nuevo de organizacin socialque nos haga remontar, no sin es-

fuerzo, el desastre al que nos han

llevado los poderes econmicos ac-tuales. En cualquier momento, habrestallido social y es por ello por loque nos toca estar organizados

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risi, precarietat laboral,hipoteques esclavitzants,aliments adulterats, ambient

contaminat, sanitat deficient,educaci en l'egoisme, policia per tot

arreu, pensions insultants... no sqesti de mala sort, sin resultatdels plans de la classe dirigent. Elsempresaris planifiquen una reforma,els sindicats grocs la justifiquen, elsmitjans de comunicaci ens la venen,els poltics la legalitzen, el dia a dia laconsolida... i la poblaci s'agenolla!

Som un drama de societat perencara no est tot perdut, encara enspodem associar lliurement per donar-nos suport, per defensar-nos, per dirque no estem d'acord... per sobretotper reconduir les nostres vides.Fixem-nos per exemple en elsaspectes econmics.

El principal problema de l'economiacapitalista s la seva prpia lgica: lacerca constant del benefici. L'objectiude les empreses no s satisfer lesnecessitats de les persones, sinaprofitar que aquestes existeixen perobtenir el mxim rendiment de lesseves inversions. Els guanys passena formar part del patrimoni delpropietari de l'empresa, qui decideixsi se'ls gasta en luxes o si els torna ainvertir en la companyia per obtenir

ms beneficis l'endem. La finalitats el benefici rpid i el mitj peraconseguir-ho, l'especulaci, queconsisteix bsicament en pujar elspreus per sobre del que pugen les

despeses. Aquesta dinmica ensporta a la paradoxal situaci desobreproducci i pobresa creixent.

Els partits poltics governen i legislenen favor dels grans interessoseconmics. Una mostra clarssimad'aix ens la trobem en la milionadaque l'Estat va injectar a la bancaquan els lladres dels banquers li hovan demanar. Ara resulta que no hiha prou diners per finanar la sanitatpblica i decideixen retallar elpressupost un 10% ms. Els patronssn els mateixos en la confecci dela poltica municipal, i la gesti del'urbanisme n's l'exemple ms

clamors.

Nosaltres som qui treballem i quiconsumim, per entremig hi ha unaminoria que s'est enriquint en elsprocessos, es tracta dels propietaris iadministradors de les gransempreses. La soluci a curt terminis doncs evident: hem dereplantejar-nos el model d'empresa.Tot passa per la substituci delprincipi de competncia pel principide cooperaci i la del principi de la

cerca del benefici individual pel de lacerca del benestar de la comunitat,s a dir, pel benestar de tots i totesnosaltres.

Ens cal comenar a posar-nosd'acord per desenvolupar idees,elaborar projectes i posar-los enfuncionament. Existeixen projectescooperatius operant en tots icadascun dels sectors de l'economia,adoptant formes i tamanys diferentssegons les necessitats de cadasituaci. Aix, ens trobem ambcooperatives de productors i/o deconsumidors d'aliments, ambcooperatives d'habitatge, ambcooperatives de finanament, ambcooperatives de treball associat... Enuna cooperativa, els socis i les sciessn copropietries dels mitjans deproducci i alhora qui els treballa,aix que el capital est al servei deles persones, just a l'inrevs del quesucceeix a l'empresa tradicional. Lesdecisions es prenen en assemblea,per tant, tothom t la possibilitat de

defensar els seus interessos i lesseves postures en igualtat decondicions. Es comparteixen feines,responsabilitats i resultats.

Tot i que les cooperatives no sn unobjectiu en si mateixes, s que sn unelement, una eina de formaci,d'experincia i educativa, que ens

pot ajudar en l'autogesti de tot allque ens afecte a la vida. Ens podenajudar a tenir un control realparticipant i exigint el dret que tenima determinar els nostres destins propii collectiu, autogestionant el nostretreball i les nostres necessitats entots els aspectes: escola, sanitat,alimentaci, transport, energia,cultura, oci... decidint collectivamentqu cal produir i com cal que esdistribueixi.

Hem de satisfer les nostresnecessitats reals com a ssershumans de forma participativa, encomptes de fer-ho per beneficiar unadeterminada casta. Per aconseguir-ho, s necessari canviar tamb elconcepte que tenim de treball, ja queens cal disposar de temps perparticipar de tots els aspectes quehem comentat. El temps dedicat alconcepte clssic de producci o altreball de servei s'hauria de reduir almxim i repartir-se, per disposar deldret que tenim a gestionar tots els

aspectes que ens afecten com aciutadans i ciutadanes, eliminant elprofessional de la poltica que stamb qui ens esclavitza, juntamentamb un sistema que no sdemocrtic i que en realitat encobreixuna dictadura capitalista.

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e aproximan las eleccionesmunicipales, otras, y ya vanunas cuantas desde abril

del 79, en que se eligieron losprimeros ayuntamientos tras la

etapa franquista. Y ya cabe pre-guntarnos dnde estamos des-pus de 30 aos y por qu!

Muchos de los partidos polticos,que se presentaban a aquellaselecciones con la aureola de iz-quierdas y representantes de lasclases ms dbiles de la socie-dad, estn, hoy en da, ocupandolos resortes del poder y ya no seacuerdan ni de sus votantes nimucho menos de las clases po-bres que dicen defender. Los ni-cos que no han cambiado son lospartidos de derechas, los que

siempre defendieron y siguen de-fendiendo a los ricos y poderosos;el nico problema que tienen aho-ra es la fuerte competencia dadoque todos defienden a los mis-mos.

Pero qu hacemos los ciudada-nos y ciudadanas? En aquellosaos ramos muchos y muchasquienes nos preocupbamos porpresentar mociones y asistir a losplenos municipales para controlarla actividad de nuestros represen-tantes. Dnde estn aquellas

asociaciones de vecinos (AAVV)preocupadas por los problemas

del barrio y del conjunto de la po-blacin?La mayora de las asociacionesde vecinos (AAVV) han perdido lafrescura juvenil de aquellos aos

porque no se ha producido el re-levo generacional que necesita-ban las mismas; as, hoy en da,casi todas las AAVV estn dirigi-das por personas jubiladas quesolamente se preocupan de algu-na excursin, bailes para gentemayor y la fiesta del barrio. Todaslas fiestas de barrio son actosplanificados por el Ayuntamientoque es quien suelta el dinero paralos mismos y as las tienen con-troladas y, con ellas, a los sociosy socias que las sostienen.

Para la mayora de las AAVV, ya

no hay problemas con los preciosdel agua, ni de la luz, etc. Ni deambulatorios, ni de que nos priva-ticen cada vez ms la sanidad, nicon el co-pago que nos quierenimplantar, ni la privatizacin de laenseanza, ni de los desahucioscada da ms corrientes entregente que se ha quedado en elparo y no puede pagar y, en ge-neral, con la falta de medios quelos jvenes hijos y nietos de lossocios actuales tienen para vivir,as como toda la problemtica so-cial que esta crisis montada por

los bancos y los especuladoresest provocando en la ciudadana.

Se han desentendido del aspectoreivindicativo, se acostumbraron alas subvenciones del Ayuntamien-to y tienen miedo a perderlas, ytambin, por qu no decirlo, mu-chos de los que llevan hoy la ma-

yora de AAVV o militan en losmismos partidos que gobiernan el

Ayuntamiento o estn alrede-dor.

Pero no solamente eso, sinoque con esa actuacin acomo-dadiza, las AAVV estn contri-buyendo igual que los partidosgobernantes, llamndose deizquierdas y apoyando a los alos corruptos y especuladoresde siempre a la frustracin yal desencanto actual y contri-buyen a hacer personas sumi-

sas, que ven que nada sirve,salvo el agachar la cabeza yaceptar lo que nos quieran darlos que controlan la riqueza ylos medios de subsistencia.

Pero los ciudadanos y ciuda-danas tambin tenemos nues-tra responsabilidad, tenemosque organizarnos, tomar lasAAVV y hacer de ellas rganosde control y de planificacin dela poltica del pueblo, la sumi-sin es comodidad y cobarda,no nos valen los polticos por-

que slo buscan conservar su si-lln y sus privilegios. Hoy en daya no nos pueden engaar di-cindonos que con nuestro votoreforzamos la democracia, porquela democracia la reforzamos prac-

ticndola, o sea, interviniendo atravs de los rganos vecinales ocualquier forma de democraciadirecta; no delegando en unospersonajes que son los que secargan la democracia, actuando almargen de la poblacin y en co-ntra de los intereses de la misma,y que llevan aos con el mismocuento y siempre nos la cuelanpor el mismo lado.

A estas elecciones, se van pre-sentar los mismos partidos, conlas mismas caras o con otras dife-

rentes en lo fsico pero no en elfondo, porque la poltica ser laque el partido en cuestin negociecon los que tienen la riqueza o, loque es lo mismo, los resortes delpoder y eso es lo que aplican y nolas promesas bonitas que noshacen en las elecciones. As queno vale seguir como corderillos,siguiendo siempre el mismo sen-dero, es preciso moverse, es pre-ciso salir a la calle e imponer, connuestra accin, que se apliquenlas polticas que la ciudadana dea pie necesitamos.

Ya son muchos aos de engaos, es hora de abrir los ojos!!No les demos de nuevo el aval para que sigan timndonos!

No les votes, muvete!

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n esta cuarta semana de ene-ro mientras el sindicalismocombativo y los movimientos

sociales hacan huelga y se manifes-taban en casi todo el Estado Espa-ol, Gobierno, sindicatos traidores,parlamentarios y patronal han conti-nuado aplicando partes importantes,y especialmente gravosas para lapoblacin, del Plan de Ajuste im-puesto por el poder econmico neoli-beral.El Gobierno ha presentado esta se-mana un deplorable plan de empleojuvenil que precariza aun ms el ac-ceso al empleo de los ylas menores de 30 aospara fomentar la competi-tividad de las empresas.Todo, en pro de un nuevomodelo productivo quenos dirige hacia la soste-nibilidad de un capitalis-

mo cada vez ms enca-minado hacia prcticasesclavistasTambin, coincidiendocon la publicacin de losdatos de la ltima En-cuesta de Poblacin Acti-va en la que hemos bati-do el record histrico dedesempleo, el Gobiernoha propuesto un plan depolticas activas de em-pleo, fundadas en el pre-supuesto de que no hayque alimentar vagos yque la reduccin de ayu-das es la mejor manera de hacer que

la gente encuentre trabajo. Esta pro-puesta excluye a nuevos colectivosde la contabilidad del paro registrado,lo que supone un nuevo mecanismoque falsea a la baja -todava ms- elndices que elabora los sistemas p-blicos de empleo.Por otro lado, el Gobierno ha dadootro paso en su decidido avance

hacia la privatizacin de las Cajas deAhorro. Este proceso privatizador,que comenz con el FROB y laLORCA, contina ahora con el anun-cio de la recapitalizacin de las cajascon 20.000 millones de euros y conla fecha establecida para servirlaslimpias y saneadas al Capital Inter-

nacional. Por cierto, los portavoces

de los grandes bancos de inversin,en concreto la calificadora Fitch, yahan anunciado que los 20.000 millo-nes se quedan cortos y que ellos es-timan necesarios entre 50 y 60.000millones de euros.Ante esto, el Ejecutivo anuncia queeste rescate no costar nada a lapoblacin. Pretende con ello repro-

ducir la estrategia llevada a cabo conel rescate a la banca y a la industriade la construccin. Mientras tanto, ladeuda pblica del Estado, a la que seculpa de todos los ajustes necesa-rios, creci ms de un 20%.Finalmente y de una forma ms des-carada que a la que nos tienen acos-

tumbrados, nuestro hiperactivo Go-

bierno junto con la prctica totalidadde los entes de la democracia repre-sentativa, han encarnado los inter-eses de ricos y poderosos, aproban-do de forma conjunta la reduccin delsistema pblico de pensiones en80.000 millones de euros anuales.Paradjicamente, al menos una bue-na parte de stos, se emplearn en

costear la privatizacin del propiosistema de pensiones, a travs deexenciones fiscales y otros meca-nismos.En este arranque de responsabili-dad, Gobierno, sindicatos y partidospolticos se han esforzado por de-mostrar a las instituciones financierasinternacionales que no hace falta queintervengan nuestra soberana eco-nmica para garantizar los interesesdel capital. Con la mxima desver-genza, demuestran a bombo y plati-llo que ya son ellos los que se encar-gan de que los ricos sean cada vez

ms ricos.Por el momento, los prin-cipales puntos del Pactode Estado para desman-telar las pensiones pbli-cas queda de la siguientemanera:Jubilacin a los 67 aos

con 37 aos cotizados.Jubilacin a los 65 con38,5 aos cotizados.Prejubilacin a los 63aos con prdida de en-tre el 24 y el 30% de labase reguladora.Aumento del los aos decomputo para el clculode la base reguladora de15 a 25 aos.Aunque queda sin modifi-car el nmero de aoscotizados necesarios pa-ra acceder a una pensincontributiva (15 aos pa-

ra cobrar el 50% de la base), ni la

pensin de viudedad, nuestros vigi-lantes del poder econmico puedenestarse tranquilos, pues queda toda-va trmite parlamentario para rato.

E Los gobiernos municipales son copar-tcipes del atraco que representa el

Pacto Social y el Pensionazo

El acuerdo en la aplicacin progresiva, esa que parece que no va a llegar nunca, que da la si-guiente manera:


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