biblia catolica, nuevo testamento, cartas de juan, parte 23 de 27

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nr-. Ifr " ?- PRIMERA CARTA DEJUAN Esta primera carta de Juan recuerda que el camino cristiano no es sino una divinización, Ia nuestra. En toda época el ideal cristiano ha parecido algo pálido o estrecho a mucha gente y, sin criticar-directamente lós valores d,el cristianismo y sus beneficios a la humanidad, les ha parecido'como una Iimitación del hombre, Pensemos en todos aquellos qu-e, como Maix, han sostenido que la liberación humana pasa por Ia lucha contra la fe, y en los que rechazando el activismo occidental, buscan en las sabidurías órientales un acceso al Absoluto que no han reconocido en Ia fe cristiana. Incluso entre Ios cristianos la religión-sentimental; basada eh un entusiasmo por Jesús, óculta a ggnudo la ignorancia de la fe. Cabe recordarles que, en Jesús, alcanzamos a Dios mismo; estamos en busca del amor y querembs perdernos en esa Verdad de la cual procedemos. En esta carta Juan áfiima: Si tienen al Hijo de Dios; tienen toda la Verdad, están e4 el caminó del auténtico Amor y están en .u comunrón con.Lrios mrsmo. Esta carta deJuan'pretende disipar dudas o confusiones sobre la fe que se debían al desar¡ollo de una religión, o si. se quiere, un movimiedto de pensamientci conocido en la historiá=como la gnosii, o conocimiento. Había'en . él todo un conjunto de reoríás en que se hábían fundido elementos de las religiones llamadas asiáticas, es.decir, de la provincia'rornanade Asia, la actual Turq¡ría (véanse las Cartas de Ig Caütividad)y ahora Juan veía el progreso de la gnosis en torno a la Iglesia de Efeso. : La gnosis estaba siempre'lista para apoderarse de las creencias religiosas y para refundirla§ en sus cuentos interminables. Así trataba de integrar la persona de Jesús- en su.§ dialécticas intelectuales, en las luchas éntré el Diós maló,,eI del . , Antiguo Testamento, creador dél-mundo material, j el Dios bueno, padre de los espíritqs. Paia esa gente, cuandg ya se conocían los secretos del Dios,de la mq¡eri4 y de! plos de los espíritus, eran espiritualesy estaban salv'ados.,l . Efa necesario reafirmar que Jesús es él Salvador venido en la carne para 'destruir el pecado. Y la caria hablará más de una vez del sacrificio y Oe la sangre de Jásús. Frente a la irresponsabilidad meral inqulca{a por la gnbsis, ia cartademueStraqueelmundo-serásalvadopor.la'dinámicá.delamor.La . -revelación de Dios Amor, que distingue al cristianismo de todas Jas <lgrrás- religiones, permite que nazca en nesorros algo etemo y divino (ue vencerá al . mundo; sus tentaciones y su capacidad de mentir y de matar. .: ,:. : . , . P.!u carta, qscrita por los año5.95" debía acompañar al.Evangelio de Juani S.e . ppdránreconocertrespartes:.,,,...... 1 : - &odar en.la luz: (l-,5 -2,29). _: _ ,t ' ,,. .-Iivircom,ohijo.sdeDios:,(j'l-4'6).:.,j.:'.,'., - Dios-Amor es fuente del amor, (4,7.21), y fue.rite,de lg fe, (5,I). , . 49 1 [i-l ' ' Aquí üenen lo que era desde I r I el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos y palpado con nuestras manos -me refiero a la Palabra que es vida. 2 Porque la vida se dio a conocer; hemos visto Ia Vida eterna, habla- mos de ella y se la anunciamos, aquella que estaba con el Padre y que se nos dio a conocer-. 3 Lo que hemos visto y. oído se lo anunciamos también a ustedes para que estén en comunión con nosO- tros,. pues nosotros estarnos €o co-. munión con el Padre y con su HUo, Jesucristo. 4 Y les escribimos esto para que nuestra alegría sea completa. Caminar en la luz o 5 Este es el mensaje que hemos recibido de él y que les anunciamos a ustedes: qus Dios es luz y que en él no hay tinieblas. 6 Si decimos que estamos en co- I..JUAN 2 munión con él mientras carninamos en tinieblas, somos unos mentirosos y no actuamos en Ia verdad. ' En cambio, si caminamos en la luz, Io mismo que él está en Ia luz, estarnos en comunión unos con gtro_s, y Ia sangre _de Jesús, el Hijo de Dios, nos purifica de todo.pe- cado. ^E Si decimos que no tenemos pe- cado, nos estamos engañando a no- sotros mismos, y la verdad no está en nosotros. e Pero si confesarnos nuestros pe- cados, é1, que es fiel y justo, nos per- donará nuestros pecados y'nos lim- piará de toda maldad. 'o Si dijéramos que no hemos pe- cado, sería como decir que él mien- te, y su palabra no estaría en noso- tros. Cumplir el mandamiento del amor Hijitos míos, Ies he escrito esto para que no Pequen; PerQ o 1.1 Juan no narraÉ milagros, ni révelacio- nes, ni secretos celosamente guardados por. algu- nos iniciados. verdad que cuenta es a h ve¿, rnás sencilla y diüna que todo €sol Dos, üda eter: na, ha venidó a conviür con'los hómbres. La Palabro: ver Jn 1,1. ' En el tiempo de Cristo y de los apóstoleq el mundo romano estaba agitado por profr-¡ndas in- quietudes religiosas; y deAsia, lá próvincia donde vivía Juan, sálían-nurnerosas religio.ngs y doctri- nas que procuraban satisfacer Ia sed de verdad y de amoi ¿e los hombres. Juan opone a todai esas teorías la certeza del testigo:'nosotros he- mos tocado y üsto. ; La üda se revela como. r¡n don del Padre, como ' un renacer dél hombre que ya no sabía'esperar,! como una sonrisa divina, la visita. inesperada .dei . que üene a compartir la üda de los hombres. [a üida no s€ encuentra en los libros, sino que aque- llos que la han encontrado y tienen experiencia de' ella ántes que nosotros puedqn despertarnos. .5. Andar en la luz; esto es la üda del crisüano. Más allá de las. diferentes verdades que descu- bren los hombres, hay una luz (o una eüdencia. o una presencia), que es la verdad total. Fsta no se diüde: uno está o no está en la,luz. Fsta qo,ngs proporciona directaménte conocimientos, sino bue'la persona misma actúa, vive, ani,da en la luz: Quien e-ntra a la fe-descubre esta ltz que lo libera de muchas trabas: La üsión parcial del que se entusiasma por una causa e ignora otros combates que no im- portan menos; la del que cuida un sector de su ü- da pero deja los otros'en el desorden. = l.a-inqrJrejud. dql gug, no tiene norte y -acaJla sus propias dudas lariándose a una actr¡aCión de- senfrenada. Los sectarismos que impiden ser oherrnano universal,. 'Lá fe nos 'abre.poco a poco a qna visión global del hombre. -' Primer criterio para saber si andamos en la luz: ¿nos apartamos del pgcado? Aquí Jt¡an quiere re- batir a algr-mos que decían: "Si por ser cristianos estamos'ahora r,rnidos a Dos, ya no importan los pecados que puede cometer el:cuerpo,- tJuan afir- rna que, si uno se decide por Dios, no puede se- guir entregándose,al pecado. Es cierto que nadie óta sin pécado y todos necesitarnos.de' la salr¡a- ción de Cristo; p€ro el mismo perdón nos obliga rnás a alejarnos del pecado. Júan nos invi li u-i"ifá*r o Díos nuestio.s pe- codos, es decir, a reconocerlos humildernente án- te é1, confiados en su bondad. Si no hubiera esta actitud, el sacramento de la uconfesión" ten- dría r¡alor. Pero, al' revés,, confesai nuestras cul- ,pas en el sacramento de la penitencia ayr.rda fuer- temente a tener el éoiazón abierto ante Dios. . 2.l Segundo criterio del arnoi a Dios: cum- plir los mandamientos, los cuales 'se resumen en Ia caridad. ¿Pretendemos acaso conocer a Cristo y ser creyentes? Esto sg debe medir, §egún el

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Page 1: BIBLIA CATOLICA, NUEVO TESTAMENTO, CARTAS DE JUAN, PARTE 23 DE 27

nr-.Ifr "?-

PRIMERA CARTA DEJUANEsta primera carta de Juan recuerda que el camino cristiano no es sino una

divinización, Ia nuestra. En toda época el ideal cristiano ha parecido algopálido o estrecho a mucha gente y, sin criticar-directamente lós valores d,elcristianismo y sus beneficios a la humanidad, les ha parecido'como unaIimitación del hombre, Pensemos en todos aquellos qu-e, como Maix, hansostenido que la liberación humana pasa por Ia lucha contra la fe, y en los querechazando el activismo occidental, buscan en las sabidurías órientales unacceso al Absoluto que no han reconocido en Ia fe cristiana. Incluso entre Ioscristianos la religión-sentimental; basada eh un entusiasmo por Jesús, óculta aggnudo la ignorancia de la fe. Cabe recordarles que, en Jesús, alcanzamos aDios mismo; estamos en busca del amor y querembs perdernos en esa Verdadde la cual procedemos. En esta carta Juan áfiima: Si tienen al Hijo de Dios;tienen toda la Verdad, están e4 el caminó del auténtico Amor y están en.ucomunrón con.Lrios mrsmo.

Esta carta deJuan'pretende disipar dudas o confusiones sobre la fe que sedebían al desar¡ollo de una religión, o si. se quiere, un movimiedto depensamientci conocido en la historiá=como la gnosii, o conocimiento. Había'en .

él todo un conjunto de reoríás en que se hábían fundido elementos de lasreligiones llamadas asiáticas, es.decir, de la provincia'rornanade Asia, la actualTurq¡ría (véanse las Cartas de Ig Caütividad)y ahora Juan veía el progreso de lagnosis en torno a la Iglesia de Efeso. :

La gnosis estaba siempre'lista para apoderarse de las creencias religiosas ypara refundirla§ en sus cuentos interminables. Así trataba de integrar la personade Jesús- en su.§ dialécticas intelectuales, en las luchas éntré el Diós maló,,eI del . ,

Antiguo Testamento, creador dél-mundo material, j el Dios bueno, padre de losespíritqs. Paia esa gente, cuandg ya se conocían los secretos del Dios,de lamq¡eri4 y de! plos de los espíritus, eran espiritualesy estaban salv'ados.,l

. Efa necesario reafirmar que Jesús es él Salvador venido en la carne para'destruir el pecado. Y la caria hablará más de una vez del sacrificio y Oe la

sangre de Jásús. Frente a la irresponsabilidad meral inqulca{a por la gnbsis, iacartademueStraqueelmundo-serásalvadopor.la'dinámicá.delamor.La

. -revelación de Dios Amor, que distingue al cristianismo de todas Jas <lgrrás-religiones, permite que nazca en nesorros algo etemo y divino (ue vencerá al .

mundo; sus tentaciones y su capacidad de mentir y de matar. .: ,:. : .

, . P.!u carta, qscrita por los año5.95" debía acompañar al.Evangelio de Juani S.e .ppdránreconocertrespartes:.,,,......1 : - &odar en.la luz: (l-,5 -2,29). _: _ ,t '

,,..-Iivircom,ohijo.sdeDios:,(j'l-4'6).:.,j.:'.,'.,- Dios-Amor es fuente del amor, (4,7.21), y fue.rite,de lg fe, (5,I). , .

49 1

[i-l ' ' Aquí üenen lo que era desdeI r I el principio, lo que hemos oído,lo que hemos visto con nuestros ojosy palpado con nuestras manos -merefiero a la Palabra que es vida.

2 Porque la vida se dio a conocer;hemos visto Ia Vida eterna, habla-mos de ella y se la anunciamos,aquella que estaba con el Padre yque se nos dio a conocer-.

3 Lo que hemos visto y. oído se loanunciamos también a ustedes paraque estén en comunión con nosO-tros,. pues nosotros estarnos €o co-.munión con el Padre y con su HUo,Jesucristo.

4 Y les escribimos esto para quenuestra alegría sea completa.

Caminar en la luz

o 5 Este es el mensaje que hemosrecibido de él y que les anunciamosa ustedes: qus Dios es luz y que enél no hay tinieblas.

6 Si decimos que estamos en co-

I..JUAN 2

munión con él mientras carninamosen tinieblas, somos unos mentirososy no actuamos en Ia verdad.

' En cambio, si caminamos en laluz, Io mismo que él está en Ia luz,estarnos en comunión unos congtro_s, y Ia sangre _de Jesús, el Hijode Dios, nos purifica de todo.pe-cado.

^E Si decimos que no tenemos pe-

cado, nos estamos engañando a no-sotros mismos, y la verdad no estáen nosotros.

e Pero si confesarnos nuestros pe-cados, é1, que es fiel y justo, nos per-donará nuestros pecados y'nos lim-piará de toda maldad.

'o Si dijéramos que no hemos pe-cado, sería como decir que él mien-te, y su palabra no estaría en noso-tros.

Cumplir el mandamiento del amor

Hijitos míos, Ies he escritoesto para que no Pequen; PerQ

o 1.1 Juan no narraÉ milagros, ni révelacio-nes, ni secretos celosamente guardados por. algu-nos iniciados. [¡ verdad que cuenta es a h ve¿,rnás sencilla y diüna que todo €sol Dos, üda eter:na, ha venidó a conviür con'los hómbres.

La Palabro: ver Jn 1,1. '

En el tiempo de Cristo y de los apóstoleq elmundo romano estaba agitado por profr-¡ndas in-quietudes religiosas; y deAsia, lá próvincia dondevivía Juan, sálían-nurnerosas religio.ngs y doctri-nas que procuraban satisfacer Ia sed de verdad yde amoi ¿e los hombres. Juan opone a todaiesas teorías la certeza del testigo:'nosotros he-mos tocado y üsto. ;

La üda se revela como. r¡n don del Padre, como '

un renacer dél hombre que ya no sabía'esperar,!como una sonrisa divina, la visita. inesperada .dei .

que üene a compartir la üda de los hombres. [aüida no s€ encuentra en los libros, sino que aque-llos que la han encontrado y tienen experiencia de'ella ántes que nosotros puedqn despertarnos.

.5. Andar en la luz; esto es la üda del crisüano.Más allá de las. diferentes verdades que descu-

bren los hombres, hay una luz (o una eüdencia. ouna presencia), que es la verdad total. Fsta no sediüde: uno está o no está en la,luz. Fsta qo,ngsproporciona directaménte conocimientos, sinobue'la persona misma actúa, vive, ani,da en la luz:Quien e-ntra a la fe-descubre esta ltz que lo liberade muchas trabas:

La üsión parcial del que se entusiasma por

una causa e ignora otros combates que no im-portan menos; la del que cuida un sector de su ü-da pero deja los otros'en el desorden.

= l.a-inqrJrejud. dql gug, no tiene norte y -acaJlasus propias dudas lariándose a una actr¡aCión de-senfrenada.

Los sectarismos que impiden ser oherrnanouniversal,.

'Lá fe nos 'abre.poco a poco a qna visión globaldel hombre. -'

Primer criterio para saber si andamos en la luz:¿nos apartamos del pgcado? Aquí Jt¡an quiere re-batir a algr-mos que decían: "Si por ser cristianosestamos'ahora r,rnidos a Dos, ya no importan lospecados que puede cometer el:cuerpo,- tJuan

afir-rna que, si uno se decide por Dios, no puede se-guir entregándose,al pecado. Es cierto que nadieóta sin pécado y todos necesitarnos.de' la salr¡a-ción de Cristo; p€ro el mismo perdón nos obligarnás a alejarnos del pecado.

Júan nos invi li u-i"ifá*r o Díos nuestio.s pe-codos, es decir, a reconocerlos humildernente án-te é1, confiados en su bondad. Si no hubiera estaactitud, el sacramento de la uconfesión" nó ten-dría r¡alor. Pero, al' revés,, confesai nuestras cul-,pas en el sacramento de la penitencia ayr.rda fuer-temente a tener el éoiazón abierto ante Dios.

. 2.l Segundo criterio del arnoi a Dios: cum-plir los mandamientos, los cuales 'se resumen enIa caridad. ¿Pretendemos acaso conocer a Cristoy ser creyentes? Esto sg debe medir, §egún el

Page 2: BIBLIA CATOLICA, NUEVO TESTAMENTO, CARTAS DE JUAN, PARTE 23 DE 27

F

1.JUAN 2

si uno peca, tenernos un defensorante el Padre, Jesucristo, el Justo.2 EI es la víctima por nuestros peca-dos, y no sólo por los nuestros, sinopor los del mundo entero.

Vean cómo sabremos que Io co-nocemos: si cumplimos su.s mandatos.

o Si alguien dic.e: nYo lo conoz-go,, Pero no guarda sus mandato§,ése es un mentiroso y Ia verdad noestá en é1. 5 En cambio, si uno guar-da su palabra, el auténtico amor deDios está en é1.

Y vean córno conoceremos queestamos en él: 6 si alguien dice: *Yoperrnanezco en élr, debe portarsecomo él se portó.

? Hijos queridos,,no les escribo unmandamiehto nuevo, sino el man-damiento antiguo, el que ustedestenían desde:el comienzo; estemandamiento antiguo es Ia palabramisma que han oído.t Y, sln embargo,'se lo doy comoun mandamiento ñuevo, gue se hacerealidad tanto en ustedes como enJesucristo; ya se van disiBando lastinieblas y'Uíilta Ia luz verdádera. s Sialguien piensa que está en la luzrnientras odia a su hermano, estáaún'en las tinieblas.

¡o EI que ama a su hermano per-manece en la luz y no hay en él cau-sas de tropiezo. I I En cambio, quienodia a su hermano está en las tinie-blas y camina en tinieblas; y no sabe

adónde va, pues lascegado.

492

tinieblas lo han

tz Esto lesdes recibieronpecados

13 Esto les escribo, padres: ustedesconocen al que es desde el principio.

Esto les escribo, jóvenes: ustedeshan vencido al Maligno.

¡4 Les he escrito, hijitos, porqueya conocen al Padre. Les he escrito,padres, porque conocen al que esdesde el principio.

Les he escrito, jóvenes, porqueson fuertes, la Palabra de Dios per-manece en ustedes y ya han vencidoal Maligno.

. 15 No amen al mundo ni Io quehuy en el mundo.

Si alguno ama al mundo, el amordel Padre no está en é1. 16 Pues de to-da la corriente del mundo -la codi-'cia del hombre carnal, los ojos siem-pre ávidos, y la arrogancia deléxito- nada viene del Padre, sinodel mundo.

t7 Pasa el mundo con todas suscodicid§, pero el qqe hace la volun-tad de Dios perrn3nece para siernpre.

Recha zaÍ al Anticristoo' r8 Hijitos, estamos en Ia última

493 1.JUAN 3

el comienzo, también ustedes perma-necerán en el Hijo y en el Padre.25 Esta es la promesa que él misrnoprometió, y que es la vida eterna.

26 Les he escrito esto pensando enaquellos que tratan de desviarlos,2'. pues en ustedes permanece la un-ción que recibieron de Jesucristo, yno necesitan que nadie venga a en-señarles.

EI les ha dado la unción, y ella lesenseña todo; ella es verdad y nomentira. Así, pues, quédense con loque les ha enseñado .

28 Y ahora, hijitos, perTnanezcan enél; haciéndolo, tendremos.plena con-fianza cuando aparezca en su gloria,en vez de sentir vergüenza ante élcuando nos venga a pedir cuentas.

2s Si saben que él es el Justo, reco-nozcan que todo el que practica lajusticia ha nacido de Dios.

[El ' ' Miren qué amor tan singularI 'r I nos ha tenido eI Padre: que nosólo nos llamamos hijos de Dios, sinoque Io sornos. Por eso el rnundo no nosconoce, porque no lo conoció a é1.

hora, y han oído que va a venir unanticristo.

Pero ya han venido varios anticris-to§, pgr lo cual conocemos que es laúltima hora.

:' Esa gente salió de entre noso-tros, pero no eran de los nuestros; sihubieran sido de los nuestros, se ha-brían quedado con nosotros. Así escomo descubrimos que no todos sonde los nuestros.

20 Pero ustedes tienen esa unciónque viene del Santo, por lo que to-dos tienen ya conocirniento. 2t Lesescribo, no porque no conozcan laverdad, sino porque la conocen yporque la mentira no puede salir dela verdad.

22 ¿Y quién es el mentiroso sino el

que niega que Jesús es el Cristo?Ese es el mentiroso, el que niega a lavez al Padre y al Hijo.

23 Pues el que niega al Hijo ya notiene al Padre; y el que reconoce alI,lijo tiene también al Padre.

24 Permanezca en ustedes lo queoyeron desde el principio; si perma-nece en ustedes lo que oyeron desde

escribo; hijitos: uste-ya el perdón de sus

't

amor que tenemos a nuestros hermanos. Monda-miento antiguo, es decir, el primero que apren-dimos en [a lgleéia: mandamiénto nueuo, porqueel mundo detre dáscubrir continuamen te, y 'en

. 15. Tercer criterio: no.amar al mundo. Note-mos cómo Juair empieza por alegrarse con suslectores porque . conocen al Padré. No se tratade aborrecer al mundo que Cristo üno a salvar(ver comentario de Jn 3,17). Pero Ia ü& y Ia his-toria de los hombres.revelan. una alienación pro-funda: están baio el poder del espíritu rnaló. YJuan llama el riundo.'a Ia :corient'e rnala que en!l se expande. EI mundo. para é1. es la üda. elga-nosa que.nos absorbe en iuanto dejamos'de büs-car la voluntad del Padre.

Hay aigo rnás en esto' de no. ainar al mundo.Aunque es bueno todo lo que üene de Dios. la

creación enlera no es nada si la comDaramos -

con Dios. Mientras cohsideramos al munáo comoel gran regalo que Dios nos hizo'y rios sentimosresponsables ante,,é[ de su progreso y desanollo.el mundo es bueno para nosotros. Pero tan pron- .'

to como lo consideramos.como cosa nuestra, lousamos o descuidamos a nuestrd antojo, se vuel-ve ídolo que nos esclaviza y'campo de rivalida-cies. EI cristiano se cornpromete en el mundo(primer qaso), perb 4o cón el mundo (segundocaso). Guarda su libertad de hijo de Dios é dejade serlo por amor al mundo.

-.: -'.... 18. Cuarto criterio: para'estar s,eguros'de'an-

dar en la luz debemos'rechazor al-Anticristo.Los creyentes del tiempo de'Juan'sabían 'qu"'

"r,' víspérai de la' venida gloriosa'de'C.risto sá pre-sentaría un Anticristo. Juan dice: r/a es anticristo'el que niega'que Jesús §ea el Cristó. :"

Actualmente hay todavía mucha gente-que dis-tinque entre el hombre Jesús perdido en las bru-rrla-s de la leyenda profetá tal vez que no tu-vo suertej y un_Cristo idealizado al qqe. loscreye¡ries adoran. Pero:Juan dice': Quien üno enla historia es el Dios etemo.

Ustedes tienen éso unción que uiene del Son-to, (20). Juan no habla solamente de la uncióncon'óleo del bautismo v de la confirmación.uCristo, quiere decir preciimente .el que ha reci-bido la unciórr,,, V esta unción era la presencia enél del Espíritu de Dios, su Padré. Juan asresa:Ustedes no pueden recibir pasivamente cualquiercosa en la lglesia, más bien deben discemir si se

El les ha dado la uncióA,'g ella les enseña tedo (27). Al escribir esto Juan-Bensaba en los pro-fetas que animaban a las lglésias; gracias a .suspalabrás inspiradas, el Espiritu instruía a la cornu-hiaud (váasá He.L,4,2 y'7 Tes 5,1'9). Tambiénahora 'el Espíritu'nos mántiene en la verdad pormedio de los que animan y enseñan, peio:eso noquita que busquemos por nosotros mismos els'entido de la Palabra y discemamos Io que nos

. 3,1 Aquí empieza,la segunda parte de la Cartasomos hijos de Dios y detibmos viür como tales.

Hijos de Dios: esto-se puede entender de diver-

sas man€rds: Uno puede pensar solamente queDios quiere a los hornbres, o que la dignidad

-de

Ia persona.humana es rnuy grande.- Pero aquíJuan nos lláma Ia atención sobre dos puntos:

Somos hijos para llegar a ser sem"juntes aDios; no ambicionemos nada menos §erfectoque esto'

- Somos hiios para volver al Padre: ¿acasopensamos lo sulicient e en el fin único y tañ tras-cendente para el cual Dios nos eligió? Sabiendoesto, ¿cómo podríamos no enlender que Diosnos va purificando de mil maneras, porque sola-rnente así llegaremos a nuestro fin?

Seremos semejantes a él (2) al compartir todolo que Dios es, g llegando a ser, en algún modo. '

Dios con Dios (ver 1 Cor 13). Los que ahora vi-ven con Cristo una vida de sufrimientos serántransfigurados como él (Mc 9 ; Col 3,4). Enton-ces el universo alcanzará su meta, teniendo comosu centro a los hornbres hijos de Dios, o másbien al Hombre Nuevo (Rom 8,17).

El que ha nacído de Dios no peca (9)- Pareceexagerado, pero ser hijos de Dios no es algo defantásía: realmente hemos empezado una üda enla verdad y en el amor. Al que tiene esa üda.se lehace imposible cometer el verdadero pecadq: .ne-garse decididamentg a amar, a perdonar o a se-éuir luchando. Pero pedimos a nuestro Padre:uNo nos dejes caer en tentación".

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f-1.JUAN 3

2 Amados, _a pesar de que ya so-mos hijos de Dios, no se ha mánifes-tado todavía lo que seremos; perosabemos que cuando él aparezca ensu gloria, seremos semejántes a é1,porque lo veremos tal coño es. 3 Y sies esto lo que esperamos de é1, que-rremos ser santos comó él es santo.

o No se puede pecar sin quebran-lar Ia Ley; todo pecado es iebeldía.5 Bien saben que Este vino para qui-tar nuestros pecados, y que en él nohgy pecado. 6 Quien permanece enél no peca; quien peca- no lo ha vistoni conocido.

o ' Hijitos míos, ño se dejen extra-viar: el que actúa con toda rectitud esjusjo como él es justo. I En cambioggigles pecan son del Diablo, pues elDiablo peca desde el principio.-

Para esto se ha maniiestado el Hi-jo de Dios: para deshacer las obrasdel Diablo. e El que ha nacido deDios no peca, porque permanece enél la semilla de Dios.-Y ni siquierapuede pecar, porque ha nacido deDios.

'1 En esto se reconocen los hijosde Dios y los del Diablo: el que no-si-gue el camino de rectitud ho és deDios, y tampoco el que no ama a suhermano.

r: Debernos amarnos unos a otros,pues ÉsJe es el mensaje que ustedeshan oído desde el comienzo. ,, Noimitemos a Caín, que era del Malig-ño, y mató a su hermano. Y ¿por qué

494

lo mató? Porque él hacía el mal, / suhermano hacía el bien. '3 No se ex-trañen, hermanos, si el mundo losodia, u pues el amor a nuestros..her-manos es para nosotros el signo deque hemos pasado de Ia mueñe a Iavida. '' El que no ama está en un es-tado de muerte.

El. que odia a su hermano es unasesino,.y, como saben, ningún ase-sino tiene la vida eterna

16 El (Jesucristo) entregó su vidapor nosotros; y en esto hemos cono-cido el amor; ahora también noso-tros debemos dar Ia vida por los her-manos.

i7 Si uno goza Oe riquezas en estemundo y cierra su corazón cuandove a su hermano en apuros, ¿córnopuede permanecer en ét el arñor deDios?

It Hijitos, no amemos con puraspalabras y de labios para afuera, si-no de verdad y con hechos.

rs En esto conoceremos que so-mos de la verdad y se tranquilizaránuestra conciencía ante El. 2o Pues'sinuestra conciencia nos reprocha,pensemos que Dios es más grandeque nuestra conciencia, y que lo co-

2t Amadísimos, si nuestra concien-cia no nos co_ndeDd, tenemos plenaconfia nza en Dios.' 22 Entonces,' todolo que pidamos nos lo concederá,porque gyardarnos sus mandatos yhacemos Io que le agrada

23 ¿Y cuál' es su"mandato? Que

495

creamos en el Nombre de su Hijo Je-sucristo y nos amemos unos a otros,tal como él nos [o ordenó.

24 EI que guarda sus mandamien-tos permanece en Dios y Dios en é1.

Pues Dios perTnanece en nosotros, yIo sabemos por el Espíritu que nosha dado.

No se fÍen de cualquier inspiración

n' ' Queridos míos, no se fíen del-r I cualguier inspiración. Exarni-nen los espiritus paia ver si vienen deDios, porque andan por el mundomuchos falsos profetas.

2 ¿Quieren reconoqer al espíritu de

Dios? Todo espíritu que reconoce aJesús como el Mesías que ha venidoen la carne, habla de parte de Dios.

3 En cambio, si un inspirado no re-.conoce a Jesús, ese espíritu no es deDios; es el mismo espíritu del Anticris-to. Han oído que vendría un anticristo;pues bien , yd está en el mundo.

o Ustedes, hijitos, son de Dios, y yahan logrado Ia victoria sobre'esa gen-

l.JUAN 4te, pues el que está en ustedes es rnáspoderoso que el que está en el mundo.

5 Ellos son del mundo, por eso sulenguaje es el del mundo, y el rnundolos escucha. 6 Nosotros, en cambio,somos de Dios; el que conoce a Diosnos escucha, pero el que no conocea Dios no nos hace caso.

Así es como reconocemos el espíritude la verdad y el espíritu del error.

Dios-Amor es fuente del amoro 7 Queridos míos, amérnonos

unos a otros, porque el amor vienede Dios. Todo el que ama ha nacidode Dios y conoce a Dios. .

I El que no ama no ha conocido aDios, pues Dios es arnor.

'Miren cómo se manifestó el amorde Dios entre nosotros: Dios envió asu Hijo único a este mundo para quetengamos vida por medio de é1.

¡o En esto está el amor: no es quenosotros hayarnos amado a Dios, si-no que él nos amó primerg y envió asu Hijo como víctima por nuestrospecados.

o Q.1 Juan destacó el papet importante del Es-píritu Santo para guiarnos qn la verdacl. Peroáquí nos adü ertg reipecto de los. p¡ofetas que lose exDresan seqún la verdad'recibida de'los após-toles 'en la lgle"sia. Siempre ha habido confJictosentre los quá disponen áe h autoridad y ios quehablan y critican libremente. Fs evidente que nin-guna persona inspirada puede hablar en contrade la fe tradicional de la lglesia; pero ¿qué pensarcuando se trata de maneras de ser y de actuar enla lglesia?

¿Debemos apoyar en to,Cas circunstancias a losresponsables? Esto sería olüdar que el Evangelioforma personas libres. No podemos seguir ciega-mente:el parecer del Papa o del obispo o de lamayoría, a no ser que la unidad de la lglesia estéamenazada. Es deber nuestro 'formar nuestraconciencia y pensar de acuerdo con los criterios

. 7. AQuí empieza la tercera parte de la iarta:Dos-Amor es fuente del amor y de la fe.

Dios es amor (16). F-sta es la revelación supre-rna y propia de Ia fe cristiana. Otras religioneshablán de' un Dios .bueno.y misericordioso, peroninguna sabe que el dinamismo del arnor anirna btodá Ia creación y tiene su fuente en Dios-Arnor.

En este párrafo, Juan rruelve a afirmar que elarnor a'Dlos y el amor al prójimo no se puedenseparar. Si bien nosotros ya lo sabemo§, Juannos da la razón de ello: el amor üene de Dios (7).Y porque Díos nos omó primero. nosotros aho-ra somos capaces de amar a Dios (10), amandoal prójimo con su mismo amor que permaneceen nosotros.

Juan relaciona el amor a Dios con la fe en.'Dios: el verdadero creyente es el que cree antesque nada en el arnor de Dios (4,16)- El nos haamado y elegido desde la etemidad (Ep 1,4) ; loha dernostrado en el enüo de su Hiio v su sacrifi-cio (Rm 5,8). Y si nos ánima el ambr-verdadero,nunca tenemos sentimientos de superioridad ocreemos tener méritos como los que se' sienten'dueños de sus obras buenas. Solamente nos da-mos cuenta de que el amor de Dios actúa a tra-vás de nosotros

Así se justifica la vida que se entrega'para ser-ü¡. con cariño'á algunos abandonados, enferrnos,ancianos inútiles para la sociedad.'Se justifica unavida que se aparta de,la üda común para dedicar-se totálmente á un amor.rnás exclusivo''ile Dios.

o 7 . Guardar el mandamiento del amor es eldistintivo de los hijos de Dios.

La mayoría de los hombres se han acostum-brado a pensar que el mundo se diüde en dospan{o.s opuestos: los buenos y los malos, o sea,los del propio grupo y los demás. Juan nos dicécuál es la frontera que diüde a la humanidad: losque aman y los que no aman. Por ubicarse en elcampode quienes aman. el creyente será perse-glido. No le perdonarán el que no comparta losodios y sectañsmos de sus cbmpañeros o de su'pueblo-.

._ EI Oqe odio o su hermano es un osesíno (15).Todas las matanzas que ahora se producen entantos .paises, aun en pueblos cristiarios, son elfruto de odios secularbs que- muchísima genteguardó en sí sin superarlos iealmente.

. t-a prá'ctica del amor nunca nos deja arnarga-dos, como puede ser el caso de.cuarido está elsacrificio, pero sin amor. Nos introduce en elrnundo de Dios en que ya no hay distancias. nitemor, ni recelo-s, Si- nuéstia conéien'cia nos re-procha, pjos _ei mds grande que nuestra con.cíencío (20\.Esto quieie decir que Dios nos co-loce y nos juzga mejor que nosotros r¡¡ismos; lohace con un ambr que nos falta a nosqtros. De-bemos pu'es desconliar mlcñ d" ránii*ientosde culpabilidad por pecados que hemos rechaza-do y además reparado; esta clase de angustia nosencierra en nosotros mismos en vez de ábrimos a?igr, que sabe recuperar lo estropeado o dilapi-dado y rehace¡:lo nuevo.

Creer en el Nombre (23): o sea, en la d¡vin¡-dad de Jesús.

¿Podemos entonces dar la pre\ryencia a losque par ecen-guiados por el Espiritu? Si el Fspíritue-s e[ que los lnpira, por más que critiquen _lo quedebe ier criticado, nunca tratarán de dividir,a laIglesia. La cornunidad podrá echarlos, pero'ellosnb serán responsbles de la ntptura, y aunque lacomunidad local'los rechace. no aceptan sepárar-se

.de la comunión universal'de la lglesia, Ia cualsiempre reconoce, con el tiempo,r o los verdade-ros profetas. . ', 'r"- :

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1.JUAN 4r r Queridos, si Dios nos amó de es-

ta manera, támbién nosotros debe-mos amamos mutuamente.

'2 A Dios no lo ha visto nadie jamás;pero si nos amamos unos a otros,Dios está entre nosotros y su amor haIlegado a s.u plenitud en nosotros.

'3 Y ¿cómo sabemos que pelmane-cemos en Dios y él en nosotros? Por-que nos ha coáunicado su Espíritu.

t4 Pero también hernos visto noso-tros y declaramos que el Padre envióa su Hijo como Salvador del mundo.'5 Quien cónfiesa que Jesús es el Hrjode Dios, Dios permanece en él y élen Dios.

'6 Por nuestra paFt€, hemos conoci-do el amor que Dios nos tiene, y he-rnos creído en é1. Dios es arnor: elque permanece en el amor permane-ce en Dios y Dios en élo

t7 Cuando el amor alcanza en no-sotros su perfección, 'miramos conconfianza al día del juicio, porque yasomos en este mundo como es El.

rs En el amor no hay temor. El amorperfecto echa fuera el temor, pues haytemor donde hay castigo. Quien temeno conoce el amor perfecto.

:

re Amemos, pu€s, ya que él nosamó primero.

20 Si uno dice *Yo arno a Dios.r, yodia a su hermano, es un mentiroso.

496

Si no ama a su hermanO, a quien v€,no puede amar a Dios, d quien no ve.

2t Pues éste es el mandamientoque recibimos de él: el que arna aDios, ame también a su hermano.

De Dios viene la fe

f(l ' ' Todo el que cree que JesúsI '/ I es el Mesías ha nacido de Dios.Si amamos al que da'la vida, arna-mos también a quienes han nacidode él; 'y por eso, cuando amamos aDios y cumplimos sus mandatos, contoda certeza sabemos que amamos alos hijos de Dios._3 Amar a Dios esguardar sus mandatos, y sus manda-tos no son una carga.

Todo Io que ha nacido de Diosvence al mundo, y la victoria en queel mundo ha sido vencido es nuestrafe. 5

¿Quién ha vencido al mundo si-no el que cree que Jesús es el Hijode Dios?

6 El es el que viene por el ggua y lasangre: Jesucristo; y no sólo por elagua, sino por el agua y Ia sangre; yel espíritu también da su testimonio,el Espíritu que es la verdad.

' Tres son, pues, los que dan testi-monio: 8 el Espíritu, el agua y la san-gre, y los tres coinciden en lo mismo.

e Si aceptamos el testimonio de loshornbres, mucha más fuerza tiene el

497

testimonio de Dios, pues ha declara-do a favor de su HUo. 'o Quien cree enel H,jo de Dios gu-arda en sí el testi-monio de Dios. Q,uien no cree, hace aDios mentiroso, ya que no cree al tes-timonio de Dios en favor de su Hijo.

I I Pues bien, éste es el testimonio:que Dios nos ha dado Ia vida etema, yque dicha vida está en su HUo. '2 El quetiene al Hijo, tiene la vida; el que no tie-ne al Hijo de Dios, oo tiene la vida,

Guárdense de los Ídolos

o 13 Les he escrito, pues, a ustedesque creen en el Nombre del Hrjo deDios, para que sepan que tienen vidaeterna. :

14 Con él tenemos la certeza deque, si le pedimos algo conforme asu voluntad, nos escuchará. 15 Y sinos escucha en todo Io que le pedi-mos, sabemos que ya tenemos loque le hemos pedido.

'u Si alguno ve a su hermano en el

1-JUAN 5pecado -un pecado que no ha traí-do la muertts, ore por él y Dios ledará vida. (Hablo de esos pecadorescuyo pecado no es para la muerte).

Porque tarnbién hay un pecadoque lleva a la muerte, y no pido ora-ciones en este caso, 17 Toda maldades pecado, pero no es necesariamen-te pecado que lleva a la muerte.

rs Sabemos que el que ha nacidode Dios no peca, pues el que ha na-cido de Dios se guarda a sí mismo, yel Maligno no puede tocarlo.

Ie Sabernos que sornos de Dios,mientras el mundo entero está bajoel poder del Maligno.

'o Sabemos también que el Hijo deDios ha venido y nos ha dado ¡hteli-gencia para que conozcamos al quees Verdadero. Nosotros estamos enel Verdadero, €n su Hijo Jesucristo;ahí tienen el Dios verdadero y Ia Vida.eterna.

2t Hijitos, guárdense de los ídolos.

o §.1 Dios-AmoI es el que nos pide creer ensu Hijo, y la fe es una vic[oria. Juán escribió elApocalipsis pa¡a alentar a los creyentes persegui-dos mostrándoles la üctoria que éomparten juhtoa Cristo Fer el solo hecho de creer. Aquí Io

-repi-

te en otra lorma.. Nuestra mayor üctoria será conquistar nuestra

herencia de hijos e hijas de Dios, es decir, la eter-nidad mism? de Dios. I-os que creen en Cristo yaalcanzaron la Verdad, que .ei Dios.

:

CuanQo..gmamos o Dio s, con toda certezá so-bemos. que gmomos o los hijos de Dios (2).Aqui..lqan to.r.na al revés lo qud dijo en 4,20: elque arrJa bign) a sus hermanos es el que ama aDios.

Huy -muchas cosas que se llaman amor, y talvez todas tienen algo de.amor, pgro con rnás ymenos; el amor de bibs hacia no'sótros. y'e.l a*o?que -él nos da hacia los dernás son imposibles deconfundir con otros amores. Ei amor que.proce-de de una comunión auténtica con Dios no se

parece al amor sentimental, o ciego, o interesa-do. Es eficiente, tanto para liberar al que ama-mos co.mo para transfoimamos en Cristo- 1.

Los versículos 6-9 señalan tres aspectos.com-plernentarios de la experiencia cristiana,,que se ;

verificaron primero en la persona.de Jesús. YJuan los cará ctenza con tres palabras: : .:

t- ogua: el agua gs símbolo de limpieza y devida nueva.

sangre: la sangre del sacrificio, de la expia-ción doloiosa del pecado, la sangre de los rnárti-res. . ""

espíritu: fuerza incontenible que anima alos testigos de Cristo; creatividad asombrosa deIas personas y de las instituciones que se arraiganen la fe.

Estos tres señalan a Jesucristo y tambiéncaracterizan la salvación cristiana. Es fácil yerque tienen su correspondencia en los tres sa-cramentos del Bautismo, la Eucaristía y [a Con-iirmación.

. 13. En esta conclusión Juan repite lo quedi¡o en toda la carta: ustedes que creen. sepanlo que tienen. No estimen en poco el paso quedieron al reconocer a Cristo. Exploren y bus-quen las riquezas que les están destinadas y quese encuentran en «aquel que nos ama, (Apoca-lipsis 1.5),

Juan distingu e entre el pecad o que lleua a lamuerte: reclazar la f" y la verdad; y las-faltasde debilidad que no apagan la esperanza ni lafe, sino que simplemente las debilitan. Debemosorar unos por otros con confianza para no caermás hondo.

El mundo entero queda bajo el poder del ma-Iigno (19). EI mundo es el lugar donde el .Malig-nó" riraliza con Dios. El no se abandera con nin-gún gnrpo. ateo, materialista o de cualquier otroñombre, sino que, en todo lugar, transforma lasmejores cosas en ídolos destructores, incluso en-tre los cristianos y entre los que buscan la pertec-ción de la vida religiosa.

Guárdense de los ídolos. (21'). I a ulüma ad-vertencia de Juan cobra su pleno sentido al finalde esta carta en que nos inütó a perrnan ecer 'enla verdad de la Palabra de Dios hecha hombre,sin que nada venga a adulterar esta verdad. Puesla comunidad cristiana estará constahtementetentada a tomarse poco a poco por el centro detodo. Es entonces cuando las instituciones se pre-ocupan por durar, por reclutar; se piensa asegu-rar la unidad reforzando la autoridad; se busánapoyos humanos y se construye la lglesia con elconcreto de sus edificios- Estas son mil manerasde escapar a la condición proüsoria que caracte-riza la üda en el Espíritu, y es así como las comu-nidades cristianas pueden volverse un muro opa-co que separa a Dios de los hombres, tanto rnásuidolo, cuanto que se quieren sagradas. L¿ .Pala-bra se hizo came y la Iglesia no puede ser sacra-mento de Dios si no se queda «carne,, €s decir,débil y'mlnerable.

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Darna elegida, señora. Así saluda Juan a la comunidad de alguna ciudad que

desconocqmós. Elegida y sanü es la Iglesia, como son elegidos de Dios y santos' los que Ia integran.

Juhn invita á una actitud muy firme y tajante frente a quienes no aceptan la fede los apóstoles. Al mi¡mo tiempo recuerda la ley fundamental del cristiano, el

amor.Permanecér celosamente fieles á la verdad es'¿¡mar a Cristo, que nos confió

esta verdad; es servir a los hombres, que necesitan toda la verdad y no.solamente

la que más se aprecia én un -rnoftento determinado.

Pa¡a los cristianos que lo conocían, el apóstol Juan no era <(san Juanrr, sino unhombre. Para un cierto Diotrefes, al que había hecho responsable de no sabemosqué comunidad, Juan era un anciano molesto.. Y Diotrefes, para mejor domina¡en su Iglesia, cofaba las relaciones.

Juan habla en sus tres cartas, como también en el Evangelio, de la <<comu-nión>, que ha de existir entre todos los cristianos. Toda Iglesia y todo grupó debepernanecer abierto a los demás, manteniendo constantes relaciones con ellos.Pablo también recalca este deber: recibir en su propia casa a los cristianos quevienen de otros lugares para estrechar los lazos de la fe común.

' El Anciano, a la Dama Elegida Ya sus hijos.

Los amo de verdad; y no sólo Yo,sino también cuantos han-conocidoIa verdad, 2 a causa de esta mismaverdad que Permanece en nosotros Yestará siempre con nosotros.

3 Reciban gracia, misericordia Ypaz de parte de Dios Padre y de suHi¡o Cribto Jesús, €n la verdad y elamor.

o Me alegré mucho al encontrar al-gunos hijoi tuyos que viven según Ia

verdad, de acuerdo con el mandatoque recibimos del Padre. 5 Y ahora teruego, senofo

-Elunque no te escri-

bo un mandamiento nuevo, sino elque tenemos desde el comienlo-rque nos amemos unos a otros. 6 Y elamor consiste en vivir de acuerdo asus mandamientos. i

Este es el mandamiento que oye-ron desde el comienzo, Y así es co-mo han de vivir.

'' 7 En este mundo se han Presenta-

do muchos seductores, que no'reco-nocen a Jesús como el Mesías veni-do en la carne. En eso mismo se re-conoce al imPostor y al anticristo.I Tengan cuidado, Para que no Pier-dan el fruto de sus trabajos, sino quereciban el pleno salario.

e Ei que se aventura y no permane-ce en la doctrina de Cristo no posee a

Dios; el que permanece en la doctri-od, ése posee al Padre y al Hijo.

ro Si alguno viene a ustedes y notrae esta doctriñd, no lo reciban en

. sus casas ni le saluden; " Pues elque le saluda se hace cómplice desus malas obras.

t2 Tendría muchas más cosas queescribirles, pero prefiero no hacerlopor escrito con papel y tinta. Esperoir a verlos y hablarles Personalmente,para que nuestro gozo sea cornpleto.

,'3 Te saludan los hijos de tu her-mana Elegida. ' '

' EI Anciaño, al queridísimo Gayo,a quien amo de verdad.

2 Muy querido amigo, sdbiendoque tu alma va por el buen camino,te deseo que goCes de buena salud yque todos tus caminos te den satis-facción.

? Grande ha sido mi alegría al oírel buen testimonio que de ti dabanlos hermanos. que lleg.argl, p,uestoque vives en la verdad. o Nada mecausa mayor alegría que el saberque mis hijos viven en la verdad.

5 Hermano, obras muy bien al pre.oguparte p.or.lor hermanos, y másaún cuando llegan de otro lugar.6 Ellos han hablado de tu caridad an-te la lglesia reunida; has hecho muybien en proveerles de todo lo que ne-cesitaban para su viaje, en una for-ma digna de Dios. ' En realidad sa-lieron de viaje por el Nombre, y sinrecibir nada de los no-cristianos.8 Debemos acoger a tales personassi queremos trabajar por la verdad.

e Debería haber escrito a lal lglesia,pero a Diotrefes le gusta tanto el-man-do que no nos hace caso. 'o Por eso, siVoy, Ie. reprocharé su manera de ac-tuár, pues nos desprestigia con pala-bras mal intencionadas. Y no contentocon eso; ni siquiera recibe a los her-manos, y a los que quieren recibirlosno los deja y los expulsa de la lglesia.

rr Hermano muy querido, no irniteslo malo, sino lo bueno. El que haceel bien es de Dios. EI que- hace elmal no ha visto a Dios. '2 En cuantoa Demetrio, todos hablan bien de é1,hasta la misma verdad. También no-sotros lo hacemos, y tú sabes quenuestro testimonio es verdadero.

13 Tendríq muchas cosas más quedecirte, pero no quiero hacerlo por es-crito, con tinta y pluma. 'o Espero ver-te pronto y hablaremos cara a cara.

15 La paz sea contigo. Te saludantus amigos. Saluda a los nuestros, acada uno en particular.

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