autobiografia yogananda

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2. Ttulo Original: Autobiography of a Yogui Traduccin de J. M. CUARON Dedicado a la Memoria de LUTERO BURBANK. Un Santo Americano Un emisario de la luz... Me uno a los millones de lectores de "Autobiografa de un yogui" de todo el mundo en la celebracin del imperecedero y glorioso mensaje contenido en esta obra clsica del gnero espiritual y literario. [...] Este libro, un verdadero emisario de la luz, ilumina los ideales eternos que han sido siempre nuestra gua ms segura a travs de la vida. Son estos sublimes y nobles ideales los que han ayudado a la humanidad, hasta ahora, a sobrevivir en este misterioso universo y los que nos conducirn por el recto camino hacia el prximo milenio. Dr. Robert Muller Ex-subsecretario general de las Naciones Unidas Rector de la Universidad para la Paz de la ONU, Costa Rica Desde su nacimiento, hace ya ms de cien aos, Paramahansa Yogananda ha llegado a ser reconocido como una de las personalidades espirituales ms ilustres de nuestro tiempo. Su Autobiografa de un yogui, incluida en la Lista de los 100 mejores libros espirituales del siglo XX, ha sido traducida a 18 idiomas, y es considerada en el mundo entero como una obra clsica de la literatura religiosa, figurando hasta hoy como bestseller, despus de estar en venta por ms de cincuenta aos consecutivos. Considerado como el padre del yoga en Occidente, Yogananda describe su entrenamiento y experiencias espirituales con santos modernos e iluminados maestros de la India, y explica con claridad cientfica las leyes sutiles, pero definidas, cuya aplicacin permite a los yoguis realizar milagros y alcanzar el dominio de s mismos. Profundamente inspiradora, esta obra es al mismo tiempo muy entretenida, encantadoramente humorstica y pletrica de personajes extraordinarios, siendo uno de ellos el narrador mismo. Autobiografa de un yogui es a la vez el fascinante relato de una extraordinaria bsqueda de la Verdad y una extensa introduccin a la ciencia y filosofa Yoga, que revela la unidad esencial existente entre las grandes religiones de Oriente y Occidente. Publicado por primera vez en 1946, el libro fue revisado por Paramahansa Yogananda antes de su muerte, acaecida en 1952; se agreg entonces una gran cantidad de material, en el cual estaba incluido el ltimo captulo. 3. Agradecimiento Del Autor Estoy profundamente agradecido a la seorita L. V. Pratt por su extensa labor editorial en relacin con el manuscrito de esta obra. Mis ms expresivas gracias a la seorita Ruth Zahn por la compilacin del ndice. Mis agradecimientos al seor C. Richard Wright por permitirme usar extractos de su Diario de viaje a la India; asimismo, al Dr. W. Y. Evans-Wentz por sus sugestiones y estmulo PARAMAHANSA YOGANANDA 3880 San Rafael Avenue, Los Angeles 65, California, EE.UU. 28 de Octubre de 1945 Notas Del Editor Norteamericano Para La Segunda Edicin Espaola El mundo que se entristeci el 7 de marzo de 1952, por el trnsito de Paramahansa Yogananda, se alegr ms tarde por noticias electrizantes. El gran Maestro, por el no deterioro de su cuerpo, demostr el poder de un Yogui sobre el ultimo enemigo: la muerte. Yogananda estableci dos organizaciones no sectarias y no lucrativas: Self-Realization Fellowship (SRF), con el centro internacional en 3880 San Rafael Avenue, Los ngeles 65, California, EE. UU., y Yogoda Satsanga Society (YSS), Dakshineswar, West Bengal, India. Declar muchas veces que por medio del trabajo de estas dos organizaciones, el mensaje liberador de Kriya Yoga se esparcira por todas partes del mundo. Jesucristo y los grandes Maestros de la India han bendecido este trabajo, dijo Yogananda, y han dado la seguridad que vivir y crecer. Est cumpliendo la necesidad ms urgente del hombre, en medio de las alarmas de la Edad Atmica -la necesidad de saber y practicar definidas tcnicas cientficas para alcanzar la experiencia directa y personal de Dios. La continuacin de la gran misin de Yogananda, fue asegurada por l mismo, preparando durante largos aos discpulos que, en la actualidad, realizan este trabajo. El actual presidente de SRF-YSS es la Hermana Daya, de la Orden Monstica SRF. Ella actu como secretaria personal de Yogananda desde 1930 hasta 1952 y estuvo a cargo de la Sede Central de Los ngeles por muchos aos. Yogananda escribi un cierto pasaje acerca de Lahiri Mahasaya -palabras que ahora resuenan en los corazones de los discpulos de Yogananda, y de los muchos devotos que en varios pases tan slo lo conocen por medio de sus lecciones y libros: Al principio me lastim que l ya no viva fsicamente, pero tan pronto como comenc a descubrir su secreta omnipresencia ya no me lastim ms. A menudo escriba a algunos de sus discpulos que estaban ansiosos de verle: Por qu quieren venir a ver mis huesos y carne, cuando estoy siempre dentro del alcance de su kutastha (vista espiritual)? Self-Realization Fellowship). Los ngeles 65, California, EE.UU. Agosto 1, 1955. 4. INDICE Agradecimiento Del Autor______________________________________________________ 5 Notas Del Editor Norteamericano Para La Segunda Edicin Espaola __________________ 5 PREFACIO __________________________________________________________________ 8 INTRODUCCIN______________________________________________________________ 9 Un Gran Maestro y Un Gran Libro: ______________________________________________ 17 CAPITULO I Mis Padres y La Primera Infancia ____________________________________ 18 CAPITULO II La Muerte de Mi Madre. El Amuleto Mstico____________________________ 25 CAPITULO III El Santo con dos Cuerpos _________________________________________ 29 CAPITULO IV Interrumpida Fuga Hacia los Himalayas ______________________________ 33 CAPITULO V Un Santo de los Perfumes Muestra Sus Maravillas____________________ 40 CAPITULO VI El Swami de los Tigres __________________________________________ 45 CAPITULO VII El Santo que Levita ____________________________________________ 50 CAPITULO VIII El Gran Cientfico de La India J. C. Bose ____________________________ 53 CAPITULO IX El Devoto Bienaventurado y Su Romance Csmico ____________________ 58 CAPITULO X Encuentro a Mi Maestro, Sri Yukteswar_______________________________ 62 CAPITULO XI Dos Muchachos Sin Dinero En Brindaban ____________________________ 68 CAPITULO XII Aos en la Ermita de Mi Maestro ___________________________________ 73 CAPITULO XIII El Santo que no Duerme _________________________________________ 90 CAPITULO XIV Una Experiencia de la Conciencia Csmica__________________________ 94 CAPITULO XV El Robo de la Coliflor ____________________________________________ 99 CAPITULO XVI Cmo Dominar la Influencia de los Astros__________________________ 105 CAPTULO XVII Sasi y los Tres Zafiros _________________________________________ 111 CAPITULO XVIII Un Mahometano que Hace Maravillas_____________________________ 115 CAPITULO XIX Mi Maestro, en Calcuta aparece en Sarampore ______________________ 118 CAPITULO XX No Visitamos Cachemira ________________________________________ 120 CAPITULO XXI Visitamos Cachemira___________________________________________ 123 CAPITULO XXII El Corazn de una Imagen de Piedra______________________________ 128 CAPITULO XXIII Recibo Mi Grado Universitario_________________________________ 132 CAPITULO XXIV Me Ordeno Monje de la Orden de los Swamis ____________________ 136 CAPITULO XXV Mi Hermano Ananta y Mi Hermana Nalini ________________________ 141 CAPITULO XXVI La Ciencia de Kriya Yoga ______________________________________ 144 CAPITULO XXVII La Fundacin de una Escuela de Yoga en Ranchi ________________ 149 CAPITULO XXVIII Kashi Renace y es vuelto a Encontrar _________________________ 154 CAPITULO XXIX Rabindranath Tagore y Yo Comparamos Sistemas de Enseanzas___ 157 CAPITULO XXX La Ley de los Milagros _______________________________________ 160 5. 7 CAPITULO XXXI Una Entrevista con La Santa Madre_____________________________166 CAPITULO XXXII Rama Es Resucitado ________________________________________171 CAPITULO XXXIII Babaji, El Yogui-Cristo de la India Moderna _____________________175 CAPITULO XXXIV Materializacin de un Palacio en los Himalayas__________________179 CAPITULO XXXV La Vida Crstica de Lahiri Mahasaya ___________________________186 CAPITULO XXXVI El Inters de Babaji por Occidente ____________________________193 CAPITULO XXXVII Voy a Amrica ____________________________________________199 CAPITULO XXXVIII Lutero Burbank: Un Santo entre las Rosas ______________________205 CAPITULO XXXIX Teresa Neumann, La Catlica con Estigmas ____________________209 CAPITULO XL Mi Regreso a La India__________________________________________214 CAPITULO XLI Pastoral en La India Meridional _________________________________219 CAPITULO XLII ltimos Dias con Mi Gur _____________________________________226 CAPITULO XLIII La Resurreccin de Sri Yukteswar ______________________________234 CAPITULO XLIV Con Mahatma Gandhi en Wardha_______________________________245 CAPITULO XLV La Madre Bengal y Su Inefable Gozo ____________________________255 CAPITULO XLVI La Mujer Yogui que Nunca Come_______________________________258 CAPITULO XLVII Regreso a Occidente ________________________________________264 CAPTULO XLVIII En Encinitas, California______________________________________267 CAPTULO XLIX Los Aos 1940-1951 ___________________________________________269 ILUSTRACIONES____________________________________________________________283 6. PREFACIO Por W. Y. Evans-Wentz, M. A., D. Litt, D. Sc. Jesus College, Oxford; Autor de: The Tibetan Book of the Dead, Tibets Great Yogui Milarepa, Tibetan Yoga and Secret Doctrines, etc. El valor de la Autobiografa de Yogananda aumenta grandemente por el hecho de que es uno de los muy pocos libros en ingls* acerca de los hombres sabios de la India, que ha sido escrito, no por un periodista o un extranjero, sino por alguien de su propia raza y de su misma educacin: es un libro sobre los Yoguis escrito por un Yogui. Tratndose del relato de un testigo ocular sobre las vidas extraordinarias y poderosas de los santos modernos hindes, este libro tiene importancia oportuna e infinita. A su ilustre autor, a quien he tenido el placer de conocer tanto en la India como en Amrica, deseo que todo lector le rinda el aprecio y la gratitud debidos. Este extraordinario documento de su vida es ciertamente uno de los ms reveladores de la profundidad de la mente y corazn hindes y de la riqueza espiritual de la India, tal como nunca se ha publicado en Occidente. Ha sido mi privilegio conocer a uno de los sabios cuya historia aqu se revela: a Sri Yukteswar Giri. Un retrato del venerable Santo aparece como parte del frontispicio de mi obra Tibetan Yoga and Secret Doctrines. fue en Puri, ciudad de Orissa, en la baha de Bengala, en donde encontr a Sri Yukteswar Giri. Encabezaba entonces un tranquilo ashram cerca del mar y estaba principalmente ocupado en el entrenamiento espiritual de un grupo de discpulos jvenes. Expres verdadero inters por el bienestar del pueblo de los Estado Unidos y de todas las Amricas e Inglaterra, y me hizo preguntas referentes a las lejas actividades, particularmente en California, de su discpulo predilecto Paramahansa Yogananda, a quien mucho quera y a quien haba enviado en 1920 como su emisario en el Occidente. Sri Yukteswar era gentil en su voz y de presencia agradable, y bien mereca la veneracin que le expresaban espontneamente todos aquellos que le seguan. Toda la gente que le conoca, aun no perteneciendo a su comunidad, senta por l una altsima estimacin. Vivamente recuerdo su figura alta, erecta, asctica, ataviada con las ropas color azafrn del que ha renunciado a las aspiraciones humanas, de pie a la entrada de la ermita para darme la bienvenida. Su pelo era largo y algo rizado y su faz barbada. Su cuerpo era muscular y firme, pero delgado y bien proporcionado; su paso, enrgico. Haba elegido como su hogar terrestre la santa ciudad de Puri, adonde van en peregrinacin multitudes de hindes devotos, representantes de todas las provincias de la India, para visitar al famoso templo de Jagannath, Amo del Mundo. fue en Puri donde Sri Yukteswar cerr sus ojos mortales en 1936 a las escenas de este estado transitorio del ser, y muri sabiendo que su reencarnacin haba sido llevada a un trmino triunfal. Soy feliz, en verdad, al poder dar este testimonio del carcter fino y de la santidad de Sri Yukteswar. Satisfecho de permanecer lejos de la multitud, se entreg sin reservas y con tranquilidad a esa vida ideal que Paramahansa Yogananda, su discpulo, ha descrito ahora para las edades venideras. W. Y. EVANS-WENTZ * Se refiere el prologuista a la primera y nica edicin aparecida a la fecha en dicha lengua, y de la cual hacemos esta primera versin al castellano. (N. del T.) 7. INTRODUCCIN El haber conocido a Paramahansa Yogananda es una experiencia que conservo grabada en mi memoria como uno de los acontecimientos ms inolvidables de mi vida. [...] Al contemplar su rostro, casi me deslumbr el fulgor de la luz espiritual que literalmente irradiaba de l. Su dulzura infinita, su bondad y gentileza me envolvieron como la clida luz del sol. [...] Pude apreciar que, aunque era un hombre espiritual, su entendimiento y penetrante visin abarcaban incluso los asuntos ms terrenales. Percib en l las cualidades de un autntico embajador de la India, quien llevaba a cabo la tarea de brindar al mundo la esencia de la antigua sabidura de su pas natal. Dr. Binay R. Sen, ex-embajador de la India ante los Estados Unidos Para quienes conocan personalmente a Paramahansa Yogananda, tanto su propia vida como su carcter constituan convincentes testimonios de la fuerza y autenticidad de la antigua sabidura que l ofreca al mundo. Durante el pasado medio siglo, innumerables lectores de su autobiografa han manifestado que sus pginas irradian la misma autoridad espiritual que emanaba de su persona. El libro fue aclamado como una obra maestra cuando se public por primera vez, hace ya ms de cincuenta aos. En l se expona no slo el relato de una vida de innegable grandeza sino tambin una fascinante introduccin al pensamiento espiritual de Oriente y, en especial, a la elevada ciencia que posibilita la comunin personal y directa con Dios, revelando al pblico de Occidente un mundo de conocimientos que, hasta entonces, slo eran accesibles a unos pocos. Hoy da, Autobiografa de un yogui es reconocida en todo el mundo como una obra clsica de la literatura espiritual. En esta introduccin trataremos de compartir con el lector, aunque sea someramente, la extraordinaria historia del presente libro. La redaccin de esta obra haba sido vaticinada mucho tiempo atrs. Una de las figuras primordiales del renacimiento del yoga en los tiempos modernos, el venerado maestro del siglo XIX, Lahiri Mahasaya, haba predicho lo siguiente: Cincuenta aos despus de mi muerte, se escribir un relato de mi vida, debido al gran inters que el yoga despertar en Occidente. El mensaje del yoga circundar todo el globo y ayudar a establecer la hermandad entre los seres humanos, cuya unidad estar basada en la percepcin directa de Dios como el Padre nico. Muchos aos despus, el eminente discpulo de Lahiri Mahasaya, Swami Sri Yukteswar, dio a conocer esta profeca a Sri Yogananda. T debes cumplir con tu parte, difundiendo este mensaje, manifest Sri Yukteswar, y escribiendo sobre esa vida sagrada. En 1945, exactamente cincuenta aos despus del fallecimiento de Lahiri Mahasaya, Paramahansa Yogananda termin de escribir Autobiografa de un yogui, obra que da cabal cum- plimiento a las dos peticiones formuladas por su maestro, a saber: ofrecer la primera presentacin detallada en ingls de la admirable vida de Lahiri Mahasaya y dar a conocer al mundo entero la antiqusima ciencia espiritual de la India. La creacin de Autobiografa de un yogui fue un proyecto en el que Paramahansa Yogananda trabaj durante muchos aos. Sri Daya Mata, una de sus primeras y ms fieles discpulas1 rememora as algunos detalles de aquel proceso: Cuando yo llegu a Mount Washington, en 1931, Paramahansaji haba comenzado ya a trabajar en la Autobiografa. En cierta ocasin, cuando me encontraba en su estudio desempeando ciertas tareas en calidad de secretaria, tuve el privilegio de ver uno de los primeros captulos que l escribi: el que se refera al "Swami de los Tigres". Me pidi que lo guardara, indicndome que era material para un libro que estaba escribiendo. Posteriormente, entre los aos de 1937 y 1945 redact la mayor parte de la obra. Desde junio de 1935 hasta octubre de 1936, Sri Yogananda visit la India (pas al que regres viajando a travs de Europa y Palestina) para reunirse con su gur, el Swami Sri Yukteswar, por ltima vez. Durante su estancia all, compil gran parte de los datos histricos para la Autobiografa, as como relatos referentes a algunos de los santos y sabios que haba conocido y cuyas vidas iba a describir tan memorablemente en su libro. Nunca haba olvidado la peticin que me hiciera Sri Yukteswar de escribir la vida de Lahiri Mahasaya, escribi ms tarde. Durante mi permanencia en la India, aprovechaba todas las oportunidades que se me presentaban para establecer contacto con 8. 10 discpulos y parientes directos del Yogavatar. Asentando sus conversaciones en voluminosas notas, verificaba hechos y fechas, y reuna fotografas, cartas antiguas y documentos. Despus de regresar a Estados Unidos, a fines de 1936, comenz a pasar gran parte del tiempo en la ermita que, durante su ausencia, se haba construido para l en Encinitas, ciudad situada en la costa sur de California. La ermita result ser el lugar ideal para dedicarse a terminar el libro que haba iniciado aos atrs. An conservo vivo en mi mente el recuerdo de los das transcurridos en aquella pacfica ermita del litoral, relata Sri Daya Mata. l tena tantas otras responsabilidades y obligaciones que no poda trabajar todos los das en la Autobiografa; no obstante, por lo general, le dedicaba las primeras horas de la noche y todo el tiempo libre de que dispona. Hacia el ao 1939 1940 le fue posible dedicarle al libro todo su tiempo. Y "todo el tiempo" significaba desde las primeras horas de la maana hasta las primeras horas de la maana del da siguiente! Un pequeo grupo de discpulas Tara Mata, mi hermana Ananda Mata, Sraddha Mata y yo estbamos siempre a su disposicin para ayudarle. Una vez mecanografiado cada captulo, l se lo entregaba a Tara Mata, quien se desempeaba como su editora. Cunto atesoro esos recuerdos! Mientras escriba, l reviva interiormente las sagradas experiencias que estaba relatando. El propsito divino que le mova era compartir el gozo y las revelaciones que haba conocido, en la compaa de santos y de grandes maestros, as como a travs de su propia realizacin de la Divinidad. Con frecuencia se detena por un momento, con la mirada dirigida hacia arriba y el cuerpo inmvil, sumido en el estado de samadhi, o de profunda comunin con Dios, y toda la atmsfera del recinto se impregnaba de los poderosos efluvios del amor divino. Para los discpulos que le acompabamos, el mero hecho de estar presentes en tales ocasiones elevaba el estado de nuestra conciencia. Por fin, en 1945, lleg el jubiloso da de la terminacin del libro. Paramahansaji escribi las palabras finales: "Cun vasta es la familia que le has dado a este monje, Seor!"; despus de lo cual, dej a un lado la pluma y exclam lleno de gozo: "Todo terminado y completo! Este libro cambiar las vidas de millones de personas. l ser mi mensajero cuando yo me haya ido". La responsabilidad de encontrar una casa editora para el libro le correspondi entonces a Tara Mata. Paramahansa Yogananda haba conocido a Tara Mata en 1924, cuando daba l una serie de conferencias y clases en San Francisco. Dotada de una extraordinaria visin espiritual, ella pas a formar parte del pequeo crculo de los discpulos ms avanzados de Paramahansaji. l tena en gran estima sus aptitudes para la correccin de textos y sola decir que ella posea una de las mentes ms brillantes que haba conocido. Apreciaba asimismo los vastos conocimientos y la profunda comprensin que Tara Mata tena de la sabidura contenida en las escrituras sagradas de la India y, en cierta ocasin, afirm: Con excepcin de mi gran gur, Sri Yukteswar, no hay otra persona con quien me haya deleitado ms hablar sobre filosofa hind. Tara Mata llev el manuscrito a Nueva York, pero no result tarea fcil encontrar una casa editorial. Como sucede con frecuencia, la talla de una gran obra puede no ser reconocida a primera vista por personas que poseen una mentalidad convencional. A pesar de que la recin nacida era atmica estaba ampliando la conciencia colectiva de la humanidad, mediante una creciente comprensin de la sutil unidad que existe entre la materia, la energa y el pensamiento, los editores de la poca estaban muy poco preparados para dar publicacin a captulos tales como La materializacin de un palacio en los Himalayas! y El santo con dos cuerpos! Durante un ao, Tara Mata vivi en un apartamento apenas amueblado, sin calefaccin ni agua caliente, mientras visitaba las casas editoriales. Por fin, envi un telegrama con la noticia del xito: la Philosophical Library, respetable editorial de Nueva York, haba aceptado publicar la Autobiografa. Lo que [ella] ha hecho por este libro es casi imposible describir, dijo Sri Yogananda. De no haber sido por ella, el libro no se habra publicado. Poco antes de la Navidad de 1946, llegaron a Mount Washington los tan esperados primeros ejemplares de la Autobiografa. v v v La obra fue acogida por los lectores y la prensa internacional con gran profusin de elogios y expresiones de aprecio. Nunca antes se haba escrito, ya sea en ingls u otra lengua europea, algo semejante a esta exposicin del Yoga, coment la Universidad de Columbia en su Review of 9. 11 Religions. El New York Times lo calific como un relato excepcional y la revista Newsweek inform: El libro de Yogananda es una autobiografa del alma ms que del cuerpo [...] un estudio fascinante del modo de vida religioso, expuesto con claridad y candor en el exquisito estilo oriental. En la siguiente relacin figuran extractos de algunas otras reseas que aparecieron en la prensa: San Francisco Chronicle: En un estilo ameno [...] Yogananda ofrece una presentacin convincente del yoga, y aqullos que "acudieron a mofarse", posiblemente se "queden a rezar". United Press: Yogananda expone las as llamadas doctrinas esotricas de Oriente con suma franqueza y buen humor. La lectura de su libro constituye una experiencia gratificante, pues nos permite conocer una vida plena de aventuras en el orden espiritual. The Times of India: La autobiografa de este sabio se lee con verdadera fascinacin. Saturday Review: [...] no puede menos que impresionar e interesar a los lectores de Occidente. Grandy's Syndicated Book Reviews: Fascinante, inspirador, un autntico hito literario!. West Coast Review of Books: Cualesquiera que sean sus creencias religiosas, Autobiografa de un yogui constituir para usted una jubilosa afirmacin del poder del alma humana. News-Sentinel, Fort Wayne (Indiana): Una autntica revelacin [...] un relato intensamente humano [...] podra ayudar a la humanidad a alcanzar una mejor comprensin de s misma [...] autobiografa en su mxima expresin [...] asombrosa [...] escrita con delicioso ingenio e irresistible sinceridad [...] tan fascinante como una novela. Sheffield Telegraph (Inglaterra): sta es una obra monumental. Al ser traducido el libro a otros idiomas, comenzaron a aparecer muchas ms reseas en diarios y otras publicaciones peridicas de todo el mundo: I/ Tempo del Lunedi (Roma): Sus pginas cautivarn al lector, porque responden a las aspiraciones y anhelos que dormitan en el corazn de todo ser humano. China Weekly Review (Shanghai): El contenido del libro es inslito [...] en particular para el cristiano actual, cuya cmoda costumbre es relegar los milagros a la condicin de acontecimientos propios de los siglos pasados. [...] Los pasajes filosficos resultan sumamente interesantes. Yogananda se encuentra en un nivel espiritual que trasciende las diferencias religiosas. [...] Un libro que vale la pena leer. Haagsche Post (Holanda): [El libro contiene] pasajes cuya sabidura es tan profunda que nos deja fascinados y hondamente conmovidos. Welt und Wort, publicacin literaria mensual (Alemania): Verdaderamente impresionante. [...] El mrito singular de Autobiografa de un yogui reside en que, en esta obra, por primera vez un yogui rompe el silencio para revelar sus experiencias espirituales. En otros tiempos, dicha revelacin habra sido acogida con escepticismo. Pero actualmente la situacin del mundo es tal que nos vemos forzados a reconocer el valor de un libro como ste. [...] El propsito del autor no es presentar el Yoga, procedente de la India, como si fuera una doctrina contrapuesta a las enseanzas cristianas, sino ms bien sealar su carcter de aliadas y compaeras de viaje que se dirigen a un mismo y sublime destino. Eleftheria (Grecia): Es ste un libro mediante el cual el lector [...] ver expandirse hasta el infinito el mbito de sus pensamientos y tomar plena conciencia de que su corazn es capaz de sentir amor hacia todos los seres humanos, sin considerar el color ni la raza. Este libro bien puede calificarse de inspirado. 10. 12 Neue Telta Zeitung (Austria): Uno de los mensajes ms profundos e importantes de este siglo. La Paz (Bolivia): El lector de los tiempos actuales rara vez encontrar un libro tan hermoso, profundo y veraz como Autobiografa de un yogui. Es una obra pletrica de conocimientos y rica en experiencias personales. [...] Uno de los captulos ms deslumbrantes del libro es el que trata de los misterios de la vida ms all de la muerte. Schleswig-Holsteinische Tagespost (Alemania): Estas pginas revelan, con incomparable fuerza y claridad, una vida fascinante, una personalidad de grandeza sin precedentes que, desde el principio hasta el fin, deja al lector maravillado. [...] Debemos atribuir a esta importante biografa el poder de suscitar una revolucin espiritual. Rpidamente se prepar una segunda edicin y, en 1951, una tercera. Adems de corregir y actualizar partes del texto, y de suprimir algunos pasajes que trataban de actividades y proyectos de tipo administrativo que ya no estaban vigentes, Paramahansa Yogananda aadi un captulo final (uno de los ms largos del libro), que abarca el perodo comprendido entre 1940 y 1951. En una nota al pie de la pgina del nuevo captulo, escribi: Con la adicin del captulo 49, se ha aadido mucho material nuevo a la tercera edicin de este libro (1951). En dicho captulo, y a peticin de numerosos lectores de las dos primeras ediciones, he contestado a diversos interrogantes acerca de la India, del yoga y de la filosofa vdica2 . v v v Me ha conmovido profundamente escribi Sri Yogananda en una Nota del Autor para la edicin de 1951 el haber recibido cartas de miles de lectores. Sus comentarios y el hecho de que el libro se haya traducido a numerosos idiomas me alientan a creer que el Occidente ha descubierto en estas pginas una respuesta afirmativa a la pregunta: "Tiene la antigua ciencia del Yoga un papel valioso en la vida del hombre moderno?". Con el transcurso de los aos, los miles de lectores se convirtieron en millones, lo cual ha hecho cada vez ms evidente el atractivo universal e imperecedero de Autobiografa de un yogui. Cincuenta aos despus de su primera edicin, todava figura como bestseller en las listas de libros metafsicos e inspirativos. Un fenmeno excepcional! La obra se encuentra disponible en numerosos idiomas y se usa actualmente en colegios y universidades de todo el mundo, en cursos cuyos temas abarcan desde Filosofa y Religin oriental hasta Literatura inglesa, Psicologa, Sociologa, Antropologa, Historia e incluso Administracin de Empresas. Tal como lo vaticin Lahiri Mahasaya, hace ms de un siglo, el mensaje del yoga y su antigua tradicin meditativa ha circundado realmente el mundo. Quizs mejor conocido por su Autobiografa de un yogui, obra que ha inspirado a millones de lectores en todo el mundo publica la revista metafsica New Frontier (octubre de 1986), Paramahansa Yogananda, al igual que Gandhi, trajo la espiritualidad a la conciencia del ciudadano medio. Es justo afirmar que Yogananda contribuy ms que ninguna otra persona para que el trmino "yoga" pasara a formar parte de nuestro vocabulario. El distinguido erudito Dr. David Frawley, director del Instituto Americano de Estudios Vdicos, en un artculo publicado en la revista bimensual Yoga International (octubre-noviembre de 1996), declara lo siguiente: Se puede decir que Yogananda es el padre del yoga en Occidente: no del yoga meramente fsico, que se ha hecho tan popular, sino del yoga espiritual, es decir, de la ciencia de la realizacin del Ser, que es el verdadero significado del yoga. El profesor Ashutosh Das de la Universidad de Calcuta, doctor en Literatura, afirma: Autobiografa de un yogui est considerada un Upanishad de la nueva era. [...] Esta obra ha satisfecho la sed espiritual de miles de buscadores de la verdad en todo el mundo. En la India hemos seguido con asombro y fascinacin el extraordinario aumento de la popularidad de este libro que trata de los santos y la filosofa de la India. Nos ha causado gran satisfaccin y orgullo comprobar que el inmortal nctar del Sanatana Dharma las leyes eternas de la verdad originario de la India, ha sido preservado en el cliz dorado de Autobiografa de un yogui. Incluso en la antigua Unin Sovitica, el libro parece haber dejado una profunda huella en las relativamente pocas personas que tuvieron acceso a l durante el rgimen comunista. El juez V. R. 11. 13 Krishna Iyer, ex-magistrado del Tribunal Supremo de la India, cuenta que en una visita que realiz a una ciudad prxima a San Petersburgo (en aquel entonces Leningrado) les pregunt a un grupo de profesores reunidos all si haban pensado qu le sucede al ser humano cuando muere. [...] Uno de los profesores se ausent discretamente y volvi enseguida con un libro: Autobiografa de un yogui. Yo estaba sorprendido. En un pas gobernado por la filosofa materialista de Marx y Lenin, he aqu a un funcionario, a un miembro de una institucin del Estado mostrndome el libro de Paramahansa Yogananda! "Quiero que sepa que el espritu de la India no nos resulta ajeno", me dijo. "Nosotros aceptamos la autenticidad de todo cuanto est escrito en este libro". Entre los miles de libros que se publican cada ao, concluye un artculo aparecido en el India Journal (21 de Abril de 1995), los hay que entretienen, los hay que instruyen y los hay que incitan a la virtud. El lector puede considerarse afortunado si encuentra en un mismo libro las tres cualidades juntas. Autobiografa de un yogui es un caso todava ms excepcional: es un libro que, adems, abre las puertas de la mente y del espritu. v v v En el amanecer del segundo medio siglo de vida de Autobiografa de un yogui, es nuestra esperanza que todos los lectores de esta obra inspiradora tanto aqullos que la conocen por primera vez como aqullos para quienes ella se ha convertido en un antiguo y querido compaero de viaje en el sendero de la vida sientan que en su alma despierta una fe ms profunda en la verdad trascendente que yace en el fondo mismo de los aparentes misterios de la vida. En el captulo final del libro, Paramahansa Yogananda escribe sobre esa profunda conviccin que ha sido afirmada por santos y sabios de todas las religiones del mundo a travs de los tiempos: Dios es amor; su plan para la creacin, por lo tanto, no puede basarse sino en el amor. No ofrece acaso solaz al corazn humano este simple razonamiento, ms que cualquier especulacin de los eruditos? Cada santo que ha tocado el ncleo mismo de la Realidad, ha confirmado que el universo est guiado por un plan divino, pleno de gozo y de belleza. SELF-REALIZATION FELLOWSHIP Los ngeles, California Diciembre de 1996 1 Sri Daya Mata ingres, en 1931, en la comunidad monstica que Paramahansa Yogananda haba establecido en la cima de Mount Washington, lugar desde donde puede apreciarse una amplia vista panormica de la ciudad de Los ngeles. Ella ha prestado sus servicios como presidenta de Self-Realization Fellowship desde 19SS. 12. 14 2 En la sptima edicin (1956) se incluyeron revisiones adicionales, realizadas por Paramahansa Yogananda, como se indicaba en una Nota del Editor incorporada en la misma: Esta edicin, publicada en Estados Unidos en 1956, contiene revisiones realizadas por Paramahansa Yogananda en 1949, para la edicin de Londres (Inglaterra), y tambin revisiones adicionales hechas por el autor en 1951. En una "Nota para la Edicin de Londres", con fecha del 25 de octubre de 1949, escribi Paramahansa Yogananda: "Los preparativos para una edicin londinense de este libro me han brindado la oportunidad de revisar y ampliar ligeramente el texto. Adems del material nuevo incluido en el ltimo captulo, he aadido numerosas notas al pie de la pgina en respuesta a preguntas formuladas por los lec- tores de la edicin estadounidense". Las revisiones posteriores realizadas por el autor, en 1951, estaban destinadas a aparecer en la cuarta edicin publicada en Estados Unidos (1952). En aquel tiempo los derechos sobre Autobiografa de un yogui se haban concedido a una casa editorial de Nueva York. En 1946, en Nueva York, cada pgina del libro se haba grabado en una plancha electrotpica y, por consiguiente, para aadir siquiera una coma era necesario cortar la lmina metlica de toda una pgina y volver a soldar ambas partes junto con una lnea nueva que contuviese la coma que faltaba. Debido a los costes que implicaba la soldadura de numerosas planchas, la editorial neoyorquina no incorpor en la cuarta edicin las revisiones que hizo el autor en 1951. A fines de 1953, Self-Realization Fellowship (SRF) compr a la editorial neoyorquina todos los derechos de publicacin de Autobiografa de un yogui. SRF reimprimi el libro en 1954 y 1955 (ediciones quinta y sexta); durante esos dos aos, sin embargo, otras obligaciones impidieron que el departamento editorial de SRF acometiera la monumental tarea de incorporar las correcciones del autor en las planchas electrotpicas. No obstante, la tarea se realiz a tiempo para la sptima edicin. Despus de 1956, todava se hicieron algunas otras revisiones editoriales, de acuerdo a las instrucciones que Tara Mata haba recibido de Paramahansa Yogananda antes de su muerte. En las primeras ediciones de Autobiografa de un yogui apareca el ttulo del autor como Paramhansa, siguiendo la costumbre bengal de omitir en la escritura la a cuando su sonido es mudo o semimudo. Para asegurarse de dar a conocer el significado sagrado de este titulo, originado en los Vedas, en ediciones posteriores se ha usado la transliteracin snscrita estndar, a saber: Paramahansa, palabra derivada de las voces parama (superior o supremo) y hansa (cisne), la cual denota que el ser humano ha alcanzado la realizacin suprema de su autntico Ser divino, y de la unidad de ese Ser con el Espritu. 13. EL LEGADO ESPIRITUAL DE PARAMAHANSA YOGANANDA Transcurrido un siglo de su nacimiento, Paramahansa Yogananda ha llegado a ser reconocido como una de las personalidades espirituales ms prominentes de la poca contempornea; y la influencia de su vida y de su obra contina creciendo. Un gran nmero de los conceptos y mtodos religiosos y filosficos que l presentara dcadas atrs, se estn aplicando hoy en la educacin, la sicologa, los negocios, la medicina y otras esferas de actividad, contribuyendo de manera significativa al logro de una visin de la vida ms humana, ms completa y ms espiritual. El hecho de que las enseanzas de Paramahansa Yogananda estn siendo interpretadas y aplicadas creativamente en campos tan diferentes de actividad as como tambin adoptadas por exponentes de diferentes movimientos filosficos y metafsicos indica no solamente la gran aplicacin prctica de lo que l ense, sino que adems hace necesario contar con algunos medios de asegurarse de que su legado espiritual no sea diluido, fragmentado o distorsionado con el paso del tiempo. Debido al variado y creciente nmero de fuentes de informacin sobre Paramahansa Yogananda, en ocasiones los lectores preguntan cmo podran tener la certeza de que una determinada publicacin presenta fielmente su vida y sus enseanzas. En respuesta a esta indagacin, deseamos explicar que Paramahansa Yogananda fund Self-Realization Fellowship con el fin de diseminar sus enseanzas y preservar su pureza e integridad para las generaciones futuras. l escogi y entren, personalmente, a los discpulos suyos ms ntimos que dirigen el Consejo de Publicaciones de Self-Realization Fellowship, dndoles pautas especficas para la preparacin y publicacin de sus conferencias, escritos y Lecciones de Self-Realization Fellowship. Los miembros del Consejo de Publicaciones de SRF se cien fielmente a tales pautas, considerndolas como un patrimonio sagrado, a fin de que el mensaje de este venerado maestro universal pueda perpetuarse conservando su fuerza y autenticidad originales. El nombre de Self-Realization Fellowship as como tambin el emblema (que se muestra en la pgina anterior) fueron creados por Sri Yogananda para identificar la organizacin que l fundara con el propsito de llevar a cabo su misin universal, espiritual y humanitaria. Ambos aparecen en todos los libros, grabaciones de audio y vdeo, filmes y dems publicaciones, garantizando al lector que la obra procede de la organizacin que fund Paramahansa Yogananda y presenta fielmente sus enseanzas, tal como l mismo deseaba que se difundieran. SELF-REALIZATION FELLOWSHIP 14. LA LEY ETERNA DE LA JUSTICIA La bandera de la India independiente (1947), est formada por franjas de tres colores: azafrn intenso, blanco y verde oscuro. El Dharma Chakra (La Rueda de la Ley), de color azul marino, es una reproduccin del diseo que aparece en el Monolito de Sarnath, erigido en el siglo III a. C. por el Emperador Asoka. La rueda se escogi como un smbolo de la ley eterna de la justicia y, adems, en honor de uno de los monarcas ms ilustres del mundo. Su reinado de cuarenta aos no tiene parangn en la historia, escribe el historiador ingls H. G. Rawlinson. Se le ha comparado en diversas ocasiones con Marco Aurelio, San Pablo y Constantino. [...] Doscientos cincuenta aos antes de Cristo, Asoka tuvo la valenta de expresar su horror y remordimiento ante los resultados de una campaa blica victoriosa, y de renunciar deliberadamente a usar la guerra como estrategia poltica. Los dominios que hered Asoka comprendan India, Nepal, Afganistn y Beluchistn. Se le puede considerar el primer interna- cionalista, pues envi misiones religiosas y culturales, con multitud de regalos y ofrecimientos de buena voluntad, a Birmania, Ceyln, Egipto, Siria y Macedonia. Asoka, el tercer monarca de la estirpe Maurya, fue [...] uno de los ms grandes reyes-filsofos de la historia, observa el erudito P. Masson-Oursel. Nadie ha aunado firmeza y benevolencia, justicia y ca- ridad, como l lo hizo. l era la viva personificacin de su propia poca y, al mismo tiempo, se yergue ante nosotros como una figura muy moderna y actual. En el transcurso de su largo reinado, logr lo que ahora nos parece la mera aspiracin de un visionario: disfrutar del ma- yor poder material posible y, simultneamente, establecer la paz. Adems de lograr la posesin de vastos dominios, l consigui realizar lo que ha sido el sueo de algunas religiones: la armona universal, es decir, un orden que abarca la humanidad entera. La finalidad del dharma (la ley csmica) es lograr la felicidad de todas las criaturas. Tanto en sus edictos grabados en piedra como en los monolitos, que han sobrevivido hasta hoy, Asoka orienta afectuosamente a los sbditos de su extenso imperio, ensendoles que la base de la felicidad reside en la moralidad y en llevar una vida en sintona con Dios. La India moderna, que aspira a renovar el prestigio y la prosperidad que durante milenios acompaaron a este pas, rinde homenaje, en su nueva bandera, a la memoria de Asoka, el soberano amado por los dioses. 15. Un Gran Maestro y Un Gran Libro: En el centro de un mundo herido por las disensiones, las controversias, el intelectualismo de erudicin simple y prctica, las facciones polticas y el abandono casi general de la vida del espritu, este gran Maestro, genuino tipo del redentor humano y producto directo de la ms pura tradicin vdica, se presenta ante nosotros como el producto acabado de una disciplina y de un inexhausto amor evanglico. Paramahansa Yogananda, cuya soberana figura no tiene par en el mundo de Occidente, no es, como pudiera figurarse el lector acostumbrado a leer obras de Yoga, un hombre ms o menos perfeccionado por una tcnica. De entre los grandes y pequeos Maestros que han buscado, con mayor o menor fortuna, la cultura integral del hombre a travs de las tcnicas de exploracin que nos llegan de la antigedad, ninguno ms autorizado que l para mostrarnos el sendero de la iluminacin definitiva. Se trata de un hombre ntegramente realizado, en el ms completo sentido del trmino, que nos trae en la mano la antorcha inextinguible de los Vedas. Su sorprendente Autobiografa de un Yogui no es slo la revelacin de un logro personal en la bsqueda del contacto con Dios; es, adems y sobre todo, una invitacin y una voz de aliento para quienes, al travs de complejas lecturas, creyeron agotadas sus posibilidades de obtener algo ms que dolor y decepcin en su existencia terrena. Verdaderamente sagrados son los cuadros histricos y escenas en que se mueve esta grande y noble figura; sagrados son los mentores prodigiosos que le tomaron de la mano para conducirle a la luz suprema del conocimiento por encima de los sentidos, y sencillo, clidos y reconfortantes los mltiples y anecdticos incidentes de su carrera hacia Dios. Por ello, su autobiografa tiene la excelsitud y la rareza nicas de una ejemplaridad incompatible con la discusin: slo buscando entre los profetas del mundo antiguo las venerables y acaso extintas huellas del saber, como nos lo mostraron los supremos maestros de Judea, de la India de Kapila y de Shankara o del mundo occidental en sus primera horas del cristianismo viviente, podras hallar paralelos adecuados, con la ventaja de que Paramahansa Yogananda ha logrado unir, al conocimiento realmente tcnico de los procesos de la yoga, del conocimiento puro y de la accin perfecta y desinteresada, ese amor inmortal que define al devoto y lo proyecta ms all de las humanas estrecheces del pensamiento y del egosmo. En pocas palabras, este gran Maestro, discpulo directo de la milenaria Orden de lo Swamis Indos, rene en su vasta capacidad espiritual los medios y los fines del supremo conocimiento. Occidente ha ledo ya innumerables libro y opsculos sobre la ciencia espiritual; y quizs debido a cierto abuso intelectualista, numerosas obras maestras han pasado a los muertos anaqueles bibliogrficos, en donde se cubren de polvo. No pasar lo mismo, ciertamente, con esta obra, que nos llega hmeda todava del divino roco de un alma empapada en la aurora inmortal prometida al hombre, segn el canto de Tagore. Afortunadamente para todos nosotros, el bigotisme del pasado siglo ha cedido su campo especulativo a una visin ms amplia y pura de la Verdad; y para desbrozar los ltimos escombros en el camino de la Autorrealizacin, esta gloriosa obra se presenta como una sntesis de la Unidad de las Religiones. No cumplimos aqu con un oficio de traductores: hemos puesto manos a la obra con la pasin sincera de una conviccin basada en las maravillosas experiencias de la vida espiritual, asesorada por Paramahansa Yogananda, y nuestro mejor orgullo -si alguno hay en el propsito- ser el de haber hecho con su admirable texto lo que las hormigas en el Ramayana: trabajar en la medida de nuestras capacidades humanas en la realizacin de una nueva cultura en el mundo de habla espaola, honrado hoy con la primera versin a su lengua por voluntad del excelso Maestro. Hoy, ms que nunca, siente el lector contemporneo la verdad ya dicha reiteradas veces por los grandes directores espirituales: Los libros son innumerables y el tiempo es corto: aprende a escoger. La sola lectura atenta de este gran libro dejar efectos permanentes en el corazn y la inteligencia de los estudiosos, para quienes no slo el pan del cuerpo tiene un papel importante en la vida. Y as como el fuego deja cicatrices indelebles en el que se ha quemado con l, as este libro -compaero incomparable y restaurador- dejar sus huellas indelebles entre los hombres con sed, de que hablan todas las Escrituras Sagradas. J. M. Cuarn Agosto 10 de 1951 16. CAPITULO I Mis Padres y La Primera Infancia Los rasgos caractersticos de la cultura india han sido por largo tiempo la bsqueda de las verdades ltimas y la relacin concomitante entre discpulo y gur1 . Mi propio sendero me condujo a un sabio, parecido a Cristo, cuya hermosa vida fue cincelada para todos los tiempos. Era uno de los grandes maestros que representan en la poca actual la nica riqueza que queda en la India; alzndose en cada generacin, ellos son los que han defendido su tierra contra el hado que extinguiera a Babilonia y Egipto. Cuentan entre mis recuerdos ms tempranos los rasgos anacrnicos de mi anterior encarnacin. Claros recuerdos vienen a mi mente de una remota vida pasada; los de un yogui2 en medio de las nieves de los Himalayas. Estas rfagas del pasado, por medio de algn eslabn inmensurable, me han facilitado tambin destellos del futuro. Las humillaciones indefensas de mi infancia no se han desvanecido de mi mente. Tena el resentimiento consciente de no estar capacitado para caminar o expresarme libremente. Oleadas de oraciones se despertaron dentro de m, conforme me daba cuenta de mi impotencia fsica. Mi fuerte vida emocional asumi una forma silenciosa como palabras de muchas lenguas. Entre la confusin interna de los idiomas, mi odo se acostumbr gradualmente al medio ambiente que me rodeaba de slabas en bengal, de mis parientes. La cambiante perspectiva de una mente infantil, vista por los adultos como confinada slo a los juguetes y los dedos de los pies!* Ciertos fermentos psicolgicos y mi cuerpo inadaptado me condujeron a obstinadas crisis de llanto. Yo recuerdo el asombro general de la familia en estas crisis de desesperacin. Pero tambin los recuerdos felices se aglomeran en mi mente: las caricias de mi madre, mis pequeos balbuceos y mis primeros intentos para aprender a andar. Estos tempranos triunfos, que generalmente se olvidan pronto, son, sin embargo, la base natural de la propia confianza en s mismo. El gran alcance de mis primeros recuerdos no es nada inslito. De muchos yoguis se sabe que han retenido la conciencia de s mismos sin interrupcin alguna, y durante toda la dramtica transicin de vida y muerte, de una a otra vida. Si el hombre fuera solamente un cuerpo su prdida sera decididamente el perodo final de su identidad. Pero si durante milenios los profetas han dicho la verdad, el hombre es esencialmente de naturaleza incorprea. El persistente corazn del egosmo humano est slo temporalmente aliado a la percepcin sensoria. Aun cuando no muy frecuentemente, no es raro tener recuerdos claros y vvidos de la infancia. Durante mis viajes al travs de diferentes pases, he escuchado el testimoni de los recuerdos tempranos de labios de personas absolutamente veraces, tanto hombres como mujeres. Yo nac en la ltima dcada del siglo diecinueve, y pas mis primeros ocho aos en Gorakhpur. Este fue el origen de mi nacimiento en las Provincias Unidas del Noroeste de la India. Fuimos ocho hermanos, cuatro hombres y cuatro mujeres. Yo, Mukunda Lal Ghosh3 , fu el segundo hijo y el cuarto de los hermanos. Mi padre y mi madre eran bengales, de la casta4 Kshatriya; ambos fueron bendecidos por una naturaleza santificada. Su amor mutuo, apacible y digno, nunca se expres de una manera frvola. Una armona paternal, perfecta, era el centro de calma entre el tumulto revoltoso de ocho pequeuelos. Mi padre, Bhagabati Charan Ghosh, era amable y grave, aunque a veces duro. Nosotros lo ambamos tiernamente; sin embargo, guardbamos hacia l cierta distancia que rayaba en la reverencia. Siendo un espritu lgico y matemtico, guibase siempre por su intelecto. Pero mi madre era una verdadera reina de corazones y nos educ por entero al travs del amor. Despus de su muerte, mi padre manifest ms su bondad interna, y yo observaba entonces que su mirada se metamorfoseaba con frecuencia en la de mi madre. En la presencia de mi madre probamos nuestro contacto agridulce con las Escrituras. Sus hazaas del Mahabharata y Ramayana5 , eran ventajosamente exhumadas para aplicarlas a las exigencias disciplinarias. Instruccin y castigo iban mano a mano. Un rasgo de respeto hacia mi padre era empleado por mi madre, quien cuidadosamente nos vesta, por las tardes, para recibirlo cuando regresaba de su oficina. Su puesto en el Ferrocarril de Bengala-Nagpur, una de las compaas ms grandes de la India, era equivalente a la de vicepresidente en las Compaas de los Estados Unidos de Amrica. Su puesto requera cambios y viajes, y nuestra familia vivi en varias ciudades durante 17. 19 mi juventud. Mi madre siempre tena la mano abierta para los necesitados. Mi padre era tambin bondadoso y bien dispuesto para los necesitados, pero su respeto a la ley y el orden se extenda hasta el presupuesto familiar. Mi madre, en una quincena, por alimentar a los pobres, gast ms de lo que sumaban los ingresos mensuales de mi padre. Todo lo que te pido, por favor, es que controles tus caridades a una suma razonable, le dijo en esa ocasin mi padre. Aun la ms leve observacin de su esposo era para mi madre una cosa muy seria. Resentida, pidi un coche de sitio, sin dar siquiera malicia a los chicos de que se trataba de algn disgusto. Adis, me voy a la casa de mi madre. Este era el ultimtum antiguo. Rompimos en llanto y en un mar de lamentaciones. Nuestro to materno lleg oportunamente, le susurr a mi padre algn consejo guardado, de seguro de algn sabio de antao. Despus que mi padre hizo algunas aclaraciones conciliatorias, mi madre despidi gustosamente el coche, y as termin la nica diferencia que supe hubiera existido entre mis padres. Recuerdo, en cambio, una caracterstica discusin: Por favor, dame diez rupias para una mujer desamparada que acaba de llegar a casa. La sonrisa de mi madre tena su propia persuasin. Por qu diez rupias? Una es bastante. Justificando su opinin, mi padre agreg: Cuando mi padre, y abuelos -deca-, murieron repentinamente, supe por primera vez lo que era la pobreza. Mi nico desayuno, antes de caminar millas para ir a la escuela, era un pltano pequeo. Ms tarde, en la Universidad, llegu a estar tan necesitado que recurr a un rico magistrado para una ayuda de una rupia mensual. El rehus, diciendo que aun una rupia era importante. con cunta amargura recuerdo la negativa de una rupia! El corazn de mi madre tuvo una lgica instantnea. Entonces t quieres que esta mujer recuerde con pena tu negativa de diez rupias, que ella necesita urgentemente? Has ganado -y con el gesto inmemorial del esposo vencido, abri su cartera-; aqu est un billete de diez rupias. Dselo con mis mejores deseos. Mi padre tenda a decir no, a cualquier cuestin nueva que se le presentaba. Su actitud hacia la mujer extraa, quien tan fcilmente haba ganado la simpata de mi madre, era un ejemplo de precaucin habitual; la aversin para aceptar de inmediato -caracterstica de la mentalidad francesa en Occidente-, tiene por objeto, en realidad, hacer honor al principio de debida consideracin. Siempre vi a mi padre justo y bien equilibrado en sus juicios. Si yo poda reforzar debidamente mis numerosas peticiones con uno o dos argumentos, l pona invariablemente lo codiciado a mi alcance, ya se tratara de unas vacaciones o de una nueva motocicleta. Mi padre era estricto en las disciplinas para con sus hijos durante sus primeros aos, pero su actitud hacia l mismo era verdaderamente espartana. Por ejemplo no frecuentaba el teatro, pero buscaba su esparcimiento en las prcticas espirituales que la lectura del Bhagavad Gita6 le proporcionaba. Repudiaba todo lujo; se adhera a un par de zapatas viejos hasta que stos estaban completamente inservibles. Sus hijos compraban automviles, cuando stos se hicieron populares, pero mi padre estaba contento y satisfecho con el uso del tranva para ir y venir de la oficina. Por naturaleza era enemigo de acumular dinero por el solo hecho del poder que ste proporciona. En cierta ocasin, despus de fundar el Banco Urbano de Calcuta, rehus beneficiarse a s mismo, conservando en su poder algunas de las acciones. El quera nicamente cumplir, durante su tiempo libre, con un deber cvico. Algunos aos despus de que mi padre se haba retirado pensionado del servicio, un auditor ingls lleg a examinar los libros de la Compaa del Ferrocarril Bengala-Nagpur. El investigador, sorprendido, descubri que mi padre nunca haba hecho uso de las bonificaciones que le correspondan. Ha hecho l solo el trabajo de tres hombres, inform el auditor a la Compaa. Esta le deba 125.000 rupias (como 41.250 dlares), por compensaciones atrasadas que no haba cobrado. Los jefes del Ferrocarril le entregaron un cheque por esta cantidad. Mi padre le di tan poca importancia, que ni siquiera lo mencion a la familia. Mucho tiempo despus, mi hermano menor, Bishnu, al notar un crecido depsito en uno de los informes del Banco, hizo preguntas a mi padre. Por qu alegrarse por una ganancia material? -le contest l-. Aquel que persigue la meta de 18. 20 una actitud de equilibrio mental completo, ni se regocija con la ganancia ni se entristece con la prdida. El sabe que el hombre viene al mundo sin dinero y se marcha de l tambin sin dinero. Poco despus de su matrimonio, mis padres se hicieron discpulos de Lahiri Mahasaya, de Benares. Esta conexin fortaleci, naturalmente, el temperamento asctico de mi padre. Mi madre hizo una observacin notable a mi hermana mayor, Roma: Tu padre y yo vivimos juntos como hombre y mujer una sola vez al ao, nicamente con el objeto de procrear. Mi padre conoci a Lahiri Mahasaya al travs de Abinash Babu7 , un empleado de la oficina en Gorukhpur del F.C. Bengala-Nagpur. Abinash aliment despus mis jvenes odos con hermosas versiones de muchos santos hindes. El siempre terminaba, invariablemente, con un tributo a la gloria suprema de su propio gur. Has odo alguna vez de las extraordinarias circunstancias bajo las cuales tu padre se hizo discpulo de Lahiri Mahasaya? Era apacible tarde de verano, cuando Abinash y yo nos reunimos en mi casa, y l hizo esta interesante pregunta. Yo mov la cabeza en sentido negativo con una sonrisa de anticipada satisfaccin. Hace aos, antes de que t hubieras nacido, le ped a mi jefe, tu padre, que me permitiera una licencia de una semana para ausentarme de mi trabajo y visitar a mi gur en Benares. Tu padre ridiculiz mi plan. Te vas a convertir en un religioso fantico? me pregunt. Mejor concentra tu atencin en el trabajo, si quieres adelantar. Ese da, caminando tristemente rumbo a mi casa por una vereda del bosque, me encontr con tu padre, que vena en un palanqun; se bajo de l, y despidiendo a los sirvientes que lo traan, principi a caminar a mi lado. Tratando de consolarme, indicme las ventajas de trabajar para obtener un xito material en el mundo. Pero yo lo oa distradamente. Mi corazn repeta: Lahiri Mahasaya, yo no puedo vivir sin verte! El sendero nos condujo a la parte ms tranquila de la pradera, en donde los rayos del sol del atardecer an cubra las altas espigas de la hierba. Nos paramos en medio del campo, para contemplarlo, cuando, a unas cuantas yardas de nosotros, la forma de mi gran gur apareci repentinamente8 . Bhagabati, eres demasiado duro con tu empleado! La voz resonaba en nuestros asombrados odos. Mi gur desapareci tan misteriosamente como haba venido. De rodillas, yo exclamaba: Lahiri Mahasaya! Lahiri Mahasaya! Tu padre qued inmvil de estupefaccin durante algunos minutos. Abinash, no slo te doy permiso para ausentarte, sino que yo tambin me lo concedo para salir maana mismo para Benares. Debo conocer a este gran Lahiri Mahasaya, quien puede materializarse a voluntad para interceder por ti! Llevar conmigo a mi esposa y le pedir a este maestro que nos inicie en el sendero espiritual. Nos guiars t hacia l? Por supuesto que s. El gozo me rebosaba al ver la respuesta milagrosa que mi oracin haba tenido, y el muy favorable cauce que este asunto haba tenido. La noche siguiente, tu padre y yo tomamos el tren para Benares. Al otro da, subimos a un carro tirado por un caballo, y luego caminamos por callejuelas estrechas para llegar a la casa apartada de mi gur. Entrando en su pequea sala, le hicimos reverencia; estaba ensimismado en su postura meditativa habitual, la del loto. Luego, sus penetrantes ojos se fijaron parpadeando en tu padre. Bhagabati, eres demasiado duro con tu empleado. Sus palabras fueron las mismas que l mismo haba pronunciado dos das antes en la pradera de Gorakhpur. Y luego agreg: Mucho me alegro que le hayas permitido a Abinash que viniera a verme y que t y tu esposa lo hayan acompaado. Para satisfaccin de tus padres, los inici desde luego en la prctica de Kriya Yoga9 . Tu padre y yo como hermanos-discpulos, hemos sido ntimos amigos desde el memorable da de la aparicin. Ms tarde, Lahiri Mahasaya tuvo un vivo y definido inters en tu propio nacimiento. Tu vida seguramente estar ligada con la de l; las bendiciones del Maestro nunca fallan. Lahiri Mahasaya abandon este mundo poco despus que yo entr en l. Su retrato en un marco 19. 21 ornado, siempre ha permanecido en el altar de la familia en las varias ciudades que mi padre tena que visitar por necesidades del servicio. Muchas veces, las maanas y las noches nos sorprenda a mi madre y a m meditando ante una improvisada capilla, ofrecindole flores impregnadas de pasta de sndalo; juntando incienso y mirra a nuestra devociones, honrbamos la divinidad que haba encontrado completa expresin en Lahiri Mahasaya. Su fotografa ha tenido una sorprendente influencia sobre mi vida. conforme fu creciendo, el pensamiento del maestro creci conmigo. Durante la meditacin, vea frecuentemente la imagen fotogrfica salir del pequeo marco y tomar una forma viviente, sentado ante m. Cuando trataba de tocar los pies de su luminoso cuerpo, se volva a transformar en la fotografa que el marco encerraba. Conforme la niez se fue convirtiendo en juventud, yo vea a Lahiri Mahasaya transformarse en mi mente, de una imagen pequea enmarcada en un cuadro, a una presencia iluminada llena de luz. Con frecuencia le rezaba en momentos de prueba o confusin, encontrando siempre dentro de m su consoladora gua. Al principio, me entristeci mucho el que no estuviera todava vivo en cuerpo fsico. Conforme principi a descubrir su secreta omnipresencia, ya no volv a lamentarme. El ha escrito a menudo a aquellos de sus discpulos que estaban demasiado ansiosos de verlo. Por qu vienen a ver mis huesos, cuando yo estoy siempre en el radio de tu Kutastha (vida espiritual)? A la edad de ocho aos fue bendecido con una curacin maravillosa al travs de la fotografa de Lahiri Mahasaya. Esta experiencia intensific grandemente mi amor. Mientras mi familia estaba en Ichapur, en Bengala, fu atacado de clera asitico. Me haban desahuciado los doctores, quienes no podan hacer ya nada por m. Al lado de mi cama, mi madre me aconsejaba frenticamente que yo me fijara en el retrato de Lahiri Mahasaya, colgado en la pared, a mi cabecera. Reverncialo mentalmente -me deca. Mi madre saba que yo estaba demasiado dbil para levantar mis manos en seal de saludo-. Si realmente muestras tu devocin y te arrodillas internamente, tu vida ser salvada. Dirig mi vista a su fotografa y en seguida contempl cmo una luz resplandeciente envolva mi cuerpo y toda la habitacin. Mi nusea y todos los dems sntomas incontrolables desaparecieron. Ya estaba bien. Inmediatamente me sent lo suficientemente fuerte para inclinarme y tocar los pies de mi madre en aprecio y reconocimiento por su inconmensurable fe en su gur. Mi madre oprima repetidamente su cabeza contra el retrato de su gur. Oh, Maestro Omnipresente, yo te agradezco que tu luz haya curado a mi hijo! Entonces me di cuenta de que tambin ella haba presenciado el luminoso reflejo con cuyo auxilio instantneamente me haba recobrado de una enfermedad que es, por lo general, de fatales consecuencias. Uno de mis ms preciados tesoros es esa misma fotografa, que le fue dada a mi padre personalmente por Lahiri Mahasaya, y que lleva consigo una fuerte y santa vibracin. La fotografa tiene un maravilloso origen; me lo cont un discpulo compaero de mi padre, Kali Kumar Roy. Parece ser que el Maestro tena una gran aversin a ser retratado. No obstante sus protestas, una fotografa de grupo de l y algunos de sus devotos, incluyendo a Kali Kumar Roy, fue tomada. El fotgrafo, sorprendido, descubri que la placa en la cual aparecan las imgenes de todos y cada uno de los del grupo, slo presentaba un espacio en blanco en el lugar en que deba figurar la imagen del Maestro Lahiri Mahasaya. Este fenmeno fue ampliamente comentado y discutido. Cierto estudiante, que a la vez era un experto fotgrafo, Ganga Dhar Babu, alarde diciendo que la fugitiva imagen del Maestro no se le escapara a l. Al da siguiente, cuando el gur estaba sentado en la postura del loto, sobre un taburete de madera con un biombo tras l, lleg Ganga Dhar Babu con todo su equipo y tom todas las precauciones que el caso requera para tener un buen xito. Tom doce exposiciones distintas. En cada una encontr la impresin del taburete de madera y del biombo, pero, una vez ms, la fugitiva imagen del maestro haba desaparecido. Ganga Dhar Babu, con lgrimas en los ojos y su orgullo despedazado, busc a su gur. Pasaron muchas horas antes de que Lahiri Mahasaya rompiera su silencio con un punzante comentario: Yo soy Espritu. Puede tu cmara reflejar al Invisible Omnipotente? Ya veo que no puedo, santo seor, pero yo deseo ardientemente un retrato del templo fsico, donde, a mi corto entender, ese Espritu parece morar en su totalidad. Bueno, entonces ven maana por la maana y posar especialmente para ti. Una vez ms, el fotgrafo enfoc su cmara. En esta ocasin, la figura sagrada no se cubri con su misteriosa imperceptibilidad y su figura apareca claramente en la placa. El maestro nunca volvi a 20. 22 posar para ningn fotgrafo, segn s, y no he visto ninguna otra fotografa de l. La fotografa est reproducida en este libro. Los claros rasgos fisonmicos de Lahiri Mahasaya, de una casta universal, podran difcilmente decirse a qu raza pertenecen. El goce intenso de su comunin con Dios es ligeramente denunciado por una sonrisa algo enigmtica. Sus ojos medios abiertos para denotar un direccin nominal del mundo exterior, estn tambin semicerrados. Completamente abstrado a las pobres aagazas terrenas, estaban siempre completamente despierto a los problemas espirituales de quienes a l se aproximaban buscando el amparo de su generosidad. Poco despus de mi curacin, al travs de la potencialidad de la fotografa del gur, tuve una visin de influencia espiritual. Sentado en mi cama, una maana, tuve un profundo sueo. Qu hay tras la oscuridad de los ojos? Este escudriador pensamiento se aferr poderosamente a mi mente. Un intenso resplandor de luz se manifest en seguida en mi vista interna. Vea figuras divinas de santos, sentados, en posturas meditativas, en las cuevas de las montaas, formados como en pequeas fotografas, proyectadas en una gran pantalla de radiaciones dentro de mi frente. Quines son ustedes?, pregunt en voz alta. somos los Yoguis de los Himalayas. La respuesta celestial es difcil de describir. Mi corazn estaba henchido de gozo. Oh, yo ambiciono ir a los Himalayas y ser uno de ustedes! La visin desapareci, pero sus rayos plateados se difundieron en crculos, ensanchndose hasta el infinito. Qu es este maravilloso relucir? Yo soy Iswara10 . Yo soy Luz! La voz era como un murmullo en la nubes. Yo quiero ser uno contigo! De este lento desvanecimiento de divino xtasis he salvado un legado permanente de inspiracin para buscar a Dios. El es eterno, y siempre es gozo eterno y nuevo! Este recuerdo persisti mucho despus de ese da de xtasis. Otro recuerdo notable de mi infancia permanece de tal modo vvido en m, que an llevo su cicatriz: Mi hermana Uma y yo estbamos una maana temprano sentados bajo un rbol de neem, en nuestra casa en Gorakhpur. Ella me ayudaba en mi primer libro en bengal, en los momentos en que yo separaba mi vista de los pericos que coman la fruta madura de un rbol de margosa. Uma se quejaba de un divieso que tena en una pierna; para curarse trajo un tarro de ungento. Yo me puse un poco de l en mi antebrazo. Por qu usas medicinas en un brazo sano? Bueno, hermanita, siento que voy a tener maana un divieso. Estoy probando tu pomada en el lugar en donde el divieso aparecer. Oh, t, embustero. Hermana, no me llames embustero hasta que veas lo que pasar maana, le dije, indignado. Uma no estaba impresionada, y por tres veces repiti el improperio. Una resolucin son en mi voz cuando yo daba mi contestacin lentamente. Por el poder de la voluntad en m, digo que maana tendr exactamente en este lugar, en mi antebrazo, un divieso bastante grande, y tu divieso se hinchar el doble de lo que ahora es. La maana me sorprendi con un enorme divieso en el lugar que haba sealado, y el tamao del de mi hermana Uma haba aumentado al doble. Con un chillido de susto, mi hermana corri a ver a mi madre y le dijo: Mukunda se ha convertido en un nigromante. Muy seriamente mi madre me reconvino, dicindome que nunca usara el poder de las palabras para hacer mal. Siempre me he recordado de esta reconvencin, y he seguido fielmente su consejo. Un cirujano se encarg de curarme el divieso. Una cicatriz notable muestra el lugar donde el mdico hizo la incisin. En mi brazo derecho existe un constante recuerdo del poder claro y limpio de la palabra del hombre. Aquellas sencillas y aparentemente inofensivas frases dichas a Uma, pronunciadas con profunda concentracin, posean suficiente fuerza oculta para explotar como bombas y producir claros y perjudiciales efectos. Ms tarde comprend que el poder explosivo del lenguaje poda ser inteligentemente dirigido para liberar nuestra vida de dificultades, y a as obrar sin cicatrices o regaos11 . Nuestra familia se mud a Lahore, en el Punjab. All adquir un retrato de la Madre Divina, en forma de la Diosa Kali12 . Este santific un pequeo altar, arreglado en el balcn de nuestro hogar. Me 21. 23 vino la inequvoca conviccin de que se realizaran todas las oraciones que pronunciara en ese lugar sagrado. Estaba all con Uma un da, observaba dos cometas de papel que volaban encima de las azoteas de los edificios de enfrente, separados por la estrecha calle. Por qu tan quieto? me pregunt Uma, empujndome juguetonamente. Estoy pensando qu hermoso sera que la Divina Madre me diera lo que le pida. Crees que Ella te dara esas dos cometas?, ri ella, burlonamente. Por qu no?, repliqu. Y comenc a orar silenciosamente por su posesin. En las India se realizan competencias con cometas cuyas cuerdas estn recubiertas de goma y vidrio molido. Cada competidor trata de cortar el cordel de su oponente. Una cometa suelta proporciona gran diversin al querer atraparla. Y dado que tanto Uma como yo estbamos en el balcn, era casi imposible que una cometa suelta pudiera venir a nuestras manos; sus cordeles se enredaran probablemente en los tejados vecinos. Al travs de la angosta callejuela, los competidores principiaron el combate. Uno de los cordeles fue cortado, e inmediatamente la cometa flot en mi direccin. Por un rato estuvo prcticamente sin moverse, pero debido aun cambio violento de la brisa, fue suficiente para que el cordel se enredara en unos cactos que haba en la azotea de la casa de enfrente, dejando a mi alcance una perfecta caza, que yo pude recoger, dndole el premio a Uma. Oh, es simplemente un accidente extraordinario, pero no una contestacin a tus oraciones! Si la otra cometa viene hacia ti, entonces si creer. Lo ojos negros de mi hermana mostraban mucho ms asombro que sus palabras. Yo continu mis oraciones con intensidad creciente. Una verdadera lucha entablaba el otro competidor, y el resultado no se hizo esperar, con la brusca desprendida de su cometa. Balancendose ligeramente en el aire, vena hacia m. Mi hbil ayudante, la planta de cacto, otra vez atrapo el cordel con la extensin suficiente para que yo pudiera recogerla. Entonces, feliz, present mi segundo trofeo a Uma. Ciertamente, la Madre Divina te escucha! Esto es demasiado misterioso para m! Y mi hermana ech a correr como pjaro asustado. 1 - Maestro espiritual, de la raz snscrita, Gur, elevar, levantar 22. 24 2 - El que practica el yoga (unin); antigua ciencia de la India que trata de la meditacin sobre Dios. *- Juego de palabras en ingls: toys and toes. (N. del T.) 3 - Mi nombre fue cambiado por el de Yogananda, cuando entr en la antigua orden monstica de los Swamis, en 1914. Mi gur me confiri el ttulo religioso de Paramahansa en 1935 (vase Captulos XXIV y XLII). 4 - Tradicionalmente, la segundo casta de guerreros y gobernantes. 5 - Estos poemas picos son el tesoro de la Historia, la Mitologa y la Filosofa de la India. Un volumen de la coleccin Every mans Library tiene una condensacin del Ramayana y Mahabharata escrito en verso, en ingls, por Romesh Dutt (N. York, E. P. Dutton). 6 - Este notable poema snscrito, que es una parte del Mahabharata, es la Biblia India (la ms potica traduccin inglesa es de Edwin Arnold, The Song Celestial, Philadelphia, David Mckay, 75). Una de las mejores traducciones con un comentario detallado es la de Sri Aurobindos Message of the Gita (Jupiter Press, 16 Semudoss St, Madras, India, 3.50) 7 - Babu, seor, se coloca al final de los nombre bengales. 8 - Los poderes fenomnicos que poseen los grandes maestros se explican en el Captulo XXX: La Ley de los Milagros. 9 - Una tcnica yogui por medio de la cual el tumulto sensorio es silenciado, permitindole al hombre una mayor e incrementada identidad con la conciencia csmica (vase Captulo XXVI La Ciencia de Kriya Yoga) 10 -Nombre snscrito para designar a Dios como Regente del Universo; de la raz is, gobernar. Hay 108 nombres para designar a Dios en las escrituras hindes, siendo cada uno un matiz de significado filosfico. 11 -La potencia infinita del sonido deriva de la Palabra Creativa AUM, el poder vibratorio csmico detrs de toda energa atmica. Cualquiera palabra hablada con realizacin clara y profunda concentracin, tiene un valor materializante. La repeticin de palabras inspiradoras, en alta voz o en silencio, se ha visto que son efectivas en Coueismo o cualquier otro sistema psicoterpico; el secreto estriba en el paso ascendente del radio vibratorio de la mente. El poeta Tennyson nos ha dejado en sus Memorias un relato de su frmula de repeticin para pasar del estado de la mente consciente al de la superconsciencia. He experimentado cierta clase de trance viglico, esto en ausencia de mejor expresin, desde mi juventud, cuando he estado solo, escribi Tennyson. Esto me ha ocurrido despus, por medio de la repeticin de mi propio nombre, para m solo, silenciosamente; y de pronto, como si estuviera fuera de la intensidad de la conciencia de la individualidad, la individualidad misma parece disolverse y esfumarse en un ser etreo (sin contorno), sin ser ste un estado confuso, sino de lo ms claro, el ms seguro de todos, ms all de lo que las palabras pueden expresar, donde la muerte es prcticamente una risible imposibilidad; la prdida de la personalidad (si as fuera) no parece una extincin, sino ser la nica verdadera vida. Escribi adems: No es un xtasis nebuloso, sino un estado trascendente maravilloso, asociado con una absoluta claridad de la mente. 12 -Kali es un smbolo de Dios, en el aspecto de la eterna Madre de la Naturaleza. 23. CAPITULO II La Muerte de Mi Madre. El Amuleto Mstico El deseo ms grande de mi madre era el de casar a mi hermano mayor. Cuando yo contemple la cara de la esposa de Ananta, dir que he encontrado el Paraso en la tierra. Con frecuencia oa a mi madre pronunciar estas palabras con el sincero y arraigado sentimiento indio sobre la continuidad de la familia. Yo tena once aos cuando se verificaron los esponsales de Ananta. Mi madre era feliz en Calcuta, supervisando los preparativos de la boda. nicamente mi padre y yo habamos permanecido en nuestra casa en Bareilly, en la parte Norte de la India, a donde mi padre haba sido trasladado, despus de haber permanecido dos aos en Lahore. Con anterioridad haba yo presenciado el esplendor de los ritos nupciales de mis dos hermanas mayores, Roma y Uma, pero por tratarse de Ananta, el primognito, los preparativos eran realmente meticulosos. Mi madre, en Calcuta, estaba recibiendo a los numerosos familiares que a diario llegaban de distintas partes. Ella los hospedaba en una amplia y cmoda casa que ltimamente habamos comprado, situada en el nmero 50 de la calle de Amherst. Todo estaba ya listo: golosinas del banquete, el engalanado trono en el cual mi hermano sera conducido a la casa de la novia, las hileras de luces multicolores, los enormes elefantes y camellos de cartn, as como las orquestas inglesas, escocesas e indias, los comediantes y los sacerdotes para la celebracin de los antiguos ritos. Mi padre y yo, con espritu de fiesta, habamos acordado ir a reunirnos con la familia en tiempo oportuno para la ceremonia nupcial. No obstante, poco antes del da solemne, tuve una siniestra visin. fue a medianoche, en Bareilly: dorma contiguo a la cama de mi padre, en el prtico de nuestro bungalow, cuando despert al agitarse el pabelln que cubra mi cama. Las endebles cortinas se abrieron y vi la forma amada de mi madre. Despierta a tu padre. Su voz era slo un susurro. Tomen el primer tren que pasa hoy, a las cuatro de la maana, y vengan rpidamente a Calcuta, si desean verme. La forma de la aparicin se esfum. Padre! Padre! Mi madre se est muriendo! El terror en mi tono de voz lo despert inmediatamente. Sollozando, le comuniqu las nuevas. No hagas caso de tus alucinaciones. Mi padre, como de costumbre, di su negativa a una nueva situacin. Tu madre est con excelente salud. Si recibimos algunas malas noticias, partiremos maana. T nunca te perdonars el no haber partido luego, la pena me hizo agregar amargamente: Ni yo te lo perdonar. La maana lleg melanclica, y con ella el aviso con claras y funestas frases: Madre gravemente enferma. Boda pospuesta, vengan luego. Mi padre y yo salimos tristes y consternados. Uno de mis tos vino a encontrarnos a una estacin en donde tenamos que cambiar trenes. Un tren que retumbaba como trueno vena en nuestra direccin con telescpica rapidez. En mi confusin interna, una sbita determinacin se aferr de m, la de arrojarme bajo sus ruedas. Sintindome desposedo de mi madre no poda ya soportar un mundo absolutamente vaco para m. Yo amaba a mi madre como el ms querido amigo en la tierra. Sus hermosos y consoladores ojos negros haban sido siempre mi seguro refugio en todas las insignificantes tragedias de mi niez. Vive an? Me par para hacer esta ltima pregunta. Por supuesto que vive! El haba comprendido en seguida la desesperacin de mi rostro y de todo mi ser. Pero yo no le cre. Cuando llegamos a nuestra casa en Calcuta, fue nicamente para confrontar el choque aterrador de la muerte. Sufr un colapso y qued como sin vida. Pasaron muchos aos antes de que mi corazn se tranquilizara. Repiqueteando constantemente a las meras puertas del cielo mi llanto, por fin, consigui obtener la atencin de mi Madre Divina. Sus palabras trajeron, por fin, el blsamo que cur mis abiertas heridas: 24. 26 Soy yo la que he velado por ti vida tras vida, en la ternura de muchas madres! Ve en mi mirada los hermosos ojos que andas buscando. Mi padre y yo regresamos a Bareilly poco despus de los ritos crematorios de la amada. Todas las maanas, temprano, haca un paseo sentimental, conmemorativo, a un rbol frondoso (sheoli), que sombreaba el prado verde y oro que tenamos frente a nuestro bungalow. En raptos poticos se me antojaba que las flores blancas del rbol se derramaban como para ofrendar voluntariamente una oracin ante el altar del prado. Con frecuencia, entre mis lgrimas mezcladas con gotas de roco, observaba otra extraa luz mundana que emerga del amanecer. Intensa ansiedad me asediaba continuamente; y me senta por Dios fuertemente atrado hacia los Himalayas. Uno de mis primos, recin venido de un viaje de las montaas sagradas, me visitaba en Bareilly. vidamente escuchaba sus relatos acerca de los yoguis y swamis1 . Vamos huyendo a los Himalayas. Esta sugestin, hecha un da a Dwarka Prasad, el joven hijo de nuestro casero en Bareilly, no le hizo mucha gracia y le revel mi plan a mi hermano mayor, quien haba venido a visitar a mi padre. Pero en lugar de sonrer con tolerancia por la ocurrencia poco prctica de un muchacho, mi hermano Ananta me ridiculiz acremente. Dnde est tu tnica anaranjada? T no podrs ser un swami sin ella.Pero inexplicablemente sus palabras me produjeron una gran alegra, pues me presentaron un cuadro en el que yo me vea peregrinando a travs de la India, como un monje. Quiz despertaron memorias de una vida pasada. De cualquier manera, principi a ver con naturalidad que yo podra usar la tnica anaranjada de la orden monstica, tan antiguamente fundada. Conversando una maana con Dwarka, sent tal amor por Dios, que pareca descender como una avalancha sobre m. Mi amigo apenas escuchaba el torrente de mi elocuencia; pero yo, en cambio, estaba encantado de escucharme a m mismo. Esa tarde escap hacia Naini Tal, al pilago de los Himalayas. Pero Ananta, resuelto a atraparme, me oblig a regresar, con gran tristeza de mi parte, a Bareilly. La nica excursin que se me permita hacer era mi paseo al amanecer, al frondoso rbol. Mi corazn lloraba por las madres idas, humanas o divinas. La falta de mi madre en el seno del hogar fue irreparable. Mi padre no volvi a casarse, permaneci viudo durante el lapso que sobrevivi a mi madre, que fue casi de cuarenta aos. Asumiendo el difcil papel de padre-madre de una pequea familia, se volvi notablemente ms carioso, ms accesible. Con calma y visin resolva l todos los problemas de la familia. Despus de sus horas de oficina se retiraba como un ermitao a la celda de su cuarto, en una dulce serenidad, a la prctica de Kriya Yoga. Mucho despus de la muerte de mi madre trat de contratar los servicios de una enfermera inglesa, para que atendiera los detalles de la casa, para hacer as la vida a mi padre ms cmoda y llevadera. Pero mi padre movi la cabeza negativamente. Los servicios para m han terminado con la partida de tu madre. Sus ojos profundos tenan una intensa devocin a lo que toda su vida haba amado. Yo no aceptar servicios de ninguna otra mujer. Catorce meses despus de la partida de mi madre, supe que ella me haba dejado, antes de partir, un mensaje. Ananta estuvo presente al lado de su lecho de muerte y haba escrito sus ltimas palabras para m. Aun cuando ella haba recomendado que se me comunicara esto al ao de su muerte, mi hermano lo haba demorado, y estando l prximo para abandonar Bareilly para ir a Calcuta a casarse con la muchacha que mi madre le haba escogido2 , una noche me mand llamar a su lado. Mukunda, he permanecido reacio a comunicarte un extrao mensaje -la voz de Ananta tena un sello de resignacin-; mi temor era el que sirviera de aguijn a tus deseos de abandonar el hogar. Pero, de cualquier manera, ests revestido de un fervor divino. Cuando ltimamente interrump tu huda a los Himalayas, llegu a esta resolucin: no debo posponer por ms tiempo el cumplimiento de mi solemne promesa. Y mi hermano, entregndome una cajita, me di el mensaje de mi madre, que deca: Deja que estas palabras sean mi bendicin postrera, mi amado hijo Mukunda. Ha llegado la hora en que debo relatarte algunos hechos fenomnicos que siguieron a tu nacimiento. Desde un principio supe lo definido de tu sendero. Cuando t eras an un nio de brazos, te llev a la casa de mi gur en Benares. Casi oculto detrs de una 25. 27 multitud de discpulos, apenas poda ver a Lahiri Mahasaya, que estaba sentado en profunda meditacin. Mientras yo te arrullaba, oraba para que el gran gur se fijara en nosotros y nos diera su bendicin. Conforme mi splica devocional y silenciosa creca en intensidad, entreabri sus ojos y me hizo seas para que me acercara. Los que le rodeaban se apartaron respetuosamente para darme paso. Yo le reverenci tocando sus santos pies. Mi Maestro te sent en sus piernas, colocando su mano sobre tu frente a guisa de bautismo espiritual. Madrecita, tu hijo ser un yogui. Como un motor espiritual, l conducir muchas almas al Reino de Dios. Mi corazn se ensanch de gozo al ver mi plegaria secreta concedida por medio del omnisciente gur. Poco antes de tu nacimiento l me haba dicho que t seguiras su sendero. Despus, hijo mo, tu visin de la Gran Luz fue conocida por m y tu hermana Roma, ya que te contemplbamos desde la habitacin contigua, cuando t estabas sin movimiento en tu cama. Tu pequea cara fue iluminada, tu voz reson con firme resolucin cuando hablaste de ir a los Himalayas en busca de lo Divino. Por estos medios, mi querido hijo, supe que tu sendero est ms all de la ambiciones mundanas. El acontecimiento ms extraordinario de mi vida me trajo an mayor confirmacin, acontecimiento que ahora, en mi lecho de muerte, me obliga a darte este mensaje: fue una entrevista con un sabio en Punjab, mientras nuestra familia viva en Lahore. Una maana, precipitadamente, entr a mi habitacin el mozo. Seora, un extrao sadhu3 est aqu e insiste en ver a la madre de Mukunda. Estas sencillas palabras tocaron una cuerda sensible dentro de m. Sal en seguida a saludar al visitante. Inclinndome en reverencia a sus pies present que ante m estaba un hombre de Dios. Madre dijo, los grandes maestros desean que t sepas que tu estancia en la tierra no ser larga. Tu prxima enfermedad ser la ltima. (Cuando supe por estas palabras que mi madre tena conocimiento de su corta vida, comprend por primera vez por qu ella tena tanta insistencia en acelerar los planes para el casamiento de Ananta. Aunque ella muri antes de la boda, su deseo natural y material era el de presenciar la ceremonia). Hubo un silencio, durante el cual no sent ningn temor, sino slo una inmensa vibracin de paz. Finalmente, me volvi a hablar. Usted deber ser la guardiana de cierto amuleto de plata. Yo no se lo dar ahora, hoy; pero a fin de demostrar a usted la veracidad de mis palabras, el talismn se materializar en sus manos, maana, cuando est usted meditando. A la hora de su muerte, usted deber dar instrucciones a su hijo mayor, Ananta, para que conserve el amuleto por un ao, y despus de este tiempo se lo entregue a su segundo hijo. Mukunda comprender el significado del talismn de los Grandes. El deber recibirlo cuando ya sea el tiempo y est listo para renunciar a todas las cosas terrenas y principiar su bsqueda vital por Dios. Cuando l haya retenido el amuleto por algunos aos, y ya ste haya servido a su objeto, desaparecer, aun cuando est guardado en el ms secreto lugar, y regresar a su lugar de procedencia. Brind algunas ofrendas4 al santo y lo reverenci inclinndome con toda devocin. Sin aceptar mis ofrendas, parti, dndome su bendicin. A la noche siguiente, cuando sentada con mis manos dobladas en la posicin usual de meditacin, un amuleto de plata se materializ entre las palmas de mis manos, tal como el sadhu lo haba dicho. Se hizo manifiesto por su peso y lo liso y fro al tacto. Celosamente lo he guardado por ms de dos aos, y ahora lo dejo bajo la custodia de Ananta. No ests triste por mi partida, ya que yo ser introducida por mi gran gur en los brazos del infinito. Hasta luego, mi querido hijo, la Madre Csmica te proteger. 26. 28 Una rfaga de iluminacin se apoder de m con la posesin del amuleto. Muchos recuerdos adormecidos se avivaron. El talismn, redondo, autnticamente antiguo, estaba cubierto con caracteres snscritos. Comprenda que proceda de maestros de vidas pasadas, quienes invisiblemente guiaban mis pasos. Haba una significacin ms, pero uno no puede revelar completamente todo lo interno de un amuleto. De cmo el talismn se evapor finalmente, en medio de unas circunstancias bien desgraciadas de mi vida, y cmo su prdida era el heraldo de la obtencin de un gur, no puede decirse en este captulo. Pero este muchacho, frustrado en sus intentos de llegar a los Himalayas, diariamente viaj lejos en las alas de su amuleto. 1 - La raz snscrita de Swami es El que es uno mismo con su Ser (Swa). Se aplica a una orden de monjes de la India, ttulo que tiene el significado de El reverendo. 2 - Costumbre hind, segn la cual los padres escogen la compaera de toda la vida, para sus hijos, ha resistido los embates del tiempo. En la India el porcentaje de matrimonios felices es muy grande. 3 - Anacoreta: uno que practica Sadhana o un sendero de disciplina espiritual. 4 - Una costumbre de gentil respeto a los sadhus 27. CAPITULO III El Santo con dos Cuerpos Padre, si prometo regresar a casa sin coercin de ninguna especie, puedo echar una ojeada a Benares? Mi aficin predilecta de viajar, rara vez era objetada por mi padre. Aun siendo muy nio, me permiti visitar muchas ciudades y lugares de peregrinaje. Por lo general, uno o ms amigos me acompaaban, viajando siempre cmodamente, en carros de primera clase, con pases que mi padre me provea. Su posicin como alto jefe de ferrocarril, era por dems satisfactoria para los miembros nmadas de la familia. Mi padre me prometi estudiar mi proposicin. Al da siguiente me llam y me entreg un boleto de ida y vuelta de Bareilly a Benares, unas cuantas rupias en billetes y dos cartas. Tengo un negocio que proponer a un amigo de Benares, Kedar Nath Babu. Desgraciadamente, he perdido su direccin, pero creo que t podrs entregarle esta carta por conducto de nuestro amigo Swami Pranabananda. Este Swami es mi hermano-discpulo, y ha alcanzado un gran desenvolvimiento espiritual. T recibirs grandes beneficios con su compaa. Esta segunda carta es tu presentacin a l. -Y guiando los ojos, mi padre aadi-: Y de ahora en adelante, no ms escapatorias del hogar. March luego, con el entusiasmo de los doce aos (aunque el tiempo no ha disminuido mi gusto por ver tierras extraas y caras nuevas). Al llegar a Benares, inmediatamente me dirig a la residencia del Swami. La puerta de calle estaba abierta, y penetr por un largo pasillo a una antesala en el segundo piso. Un hombre recio, cubierto slo con un taparrabo, estaba sentado en la postura del loto, sobre una plataforma ligeramente elevada del piso. Su cabeza y su cara eran tersas, sin arrugas y perfectamente afeitadas; y una dulce sonrisa de beatitud suavizaba sus labios. Para ahuyentar mi pensamiento de que haba sido un intruso, me salud como si furamos los mejores amigos. Baba Anand (bendicin para ti, querido) Su bienvenida fue dicha de todo corazn y con voz infantil. Me arrodill y toqu sus pies. Es usted Swami Pranabananda? Movi la cabeza afirmativamente. Y usted es el hijo de Bhagavati?... Sus palabras haban sido pronunciadas antes de que yo hubiera tenido tiempo de entregarle la carta de presentacin, que entonces me pareci superflua. Por supuesto, que yo encontrar para usted a Kedar Nath Babu. Una vez ms me sorprendi el santo con su clarividencia. Apenas si vio la carta, y en seguida hizo algunos recuerdos laudatorios de mi padre. Sabe usted? Estoy disfrutando de dos pensiones. Una, por recomendacin de su padre, para quien con anterioridad trabaj en el Ferrocarril, y la otra por recomendacin de mi Padre Celestial, para quien he terminado conscientemente mis deberes terrenos en esta vida. Esta observacin no era muy clara para m. Que clase de pensin dice usted que recibi del Padre Celestial?... Pues qu, acaso El le arroja dinero en el regazo?... Se ech a rer. Quiero decir una pensin de paz insondable; recompensa por muchos aos de profunda meditacin. Ahora no tengo ninguna preocupacin por el dinero. Mis escasas necesidades materiales estn cubiertas con amplitud. Ms adelante, comprender usted el significado de una segunda pensin. Nuestra conversacin termin sbitamente. El santo entr en una grvida inmovilidad. Un aire de esfinge le envolvi. Al principio sus ojos brillaron como si observara alguna cosa de inters, y luego entr en un estado de honda inercia. Yo me sent confundido con esta pausa silenciosa, pues todava no me haba dicho cmo podra encontrar al amigo de mi padre. Un tanto inquieto, vi a mi alrededor la habitacin desierta, con la excepcin nuestra. Mi vista vagabunda se pos en sus sandalias de madera, que yacan bajo la plataforma de su asiento. No se preocupe, seorito1 ; la persona a quien usted quiere ver estar con usted dentro de una 28. 30 media hora. El yogui estaba leyendo mi pensamiento, cosa no muy difcil en aquel instante. Una vez ms volvi a ensimismarse en aquel silencio inescrutable. Mi reloj me indic que haban pasado treinta minutos. El Swami se levant, diciendo: Creo que Kedar Nath Babu est llegando a la puerta. O que alguien suba por las escaleras. Un torbellino incomprensible se alz en m de repente, y mis pensamientos volaron en confusin. Cmo puede ser posible que el amigo de mi padre haya sido llamado aqu sin la intervencin de mensajero alguno? El Swami no haba hablado ms que conmigo desde el momento de mi llegada. Sal rpidamente de la habitacin y baj las escaleras. A medio camino encontr a un hombre delgado, de piel blanca y de mediana estatura, que