areíto sabado 21 de marzo

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Areíto Zona de la Cultura y de las ideas www.hoy.com.do Editor: Bavegado Diseño: Aimée Piccirillo SÁBADO 21.03.2015 MARIELLE VALDEZ La literatura como ilusión de un oficio Página 7 Publicadas bajo el título de “Cartas a Consuelo”, editorial Folium, estas cartas de Julia a su hermana, posibilitan, no obstante, seguirle el rastro al mapa de un vida marcada por una pulsión de lejanía continua. Pá g i n a 3 “RAÍCES CON DOS comienzos y un final” Mientras más leo y releo a Rodríguez Soriano, más me sorprende, gratamente, la claridad conceptual y la fidelidad a su estilo neorromántico, basado en un discurso, meta-concepto de ‘territorialidad y apropiación’ de su identidad cultural. Pá g i n a 5 R. M. Rilke y las elegías de Duino En un reciente viaje a Italia, en compañía de una amiga dominicana, en la ciudad de Trieste, pude conocer el Castillo de Duino, donde el poeta checo Rainer María Rilke, escribió su célebre libro, “Las elegías de Duino”... Pá g i n a 6 De Julia de Burgos a Consuelo Burgos: De los fragmentos a las cartas Nicholas Kripal. Jeffrey Mongrain. Nicholas Kripal y Jeffrey Mongrain ¡DESDE EL ESPÍRITU & LA MATERIA! Página 8

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  • A re t o Zona de laCultura y delas ideas w w w. h oy.co m .d oEditor: BavegadoDiseo: Aime PiccirilloS BA D O 21.0 3.2 015MARIELLE VALDEZ

    La literatura como ilusinde un oficio Pgina 7

    Publicadas bajo el ttulode Cartas a Consuelo,editorial Folium, estascartas de Julia a suhermana, posibilitan, noo b s t a n t e, seguirle elrastro al mapa de unvida marcada por unapulsin de lejanacontinua. P g i n a 3

    RACES CON DOScomienzos y un finalMientras ms leo y releo aRodrguez Soriano, ms mesorprende, gratamente, laclaridad conceptual y lafi d e l i d a d a su estilone orromntico, basado enun discurso, meta-conceptode territorialidad ya p ro p i a ci n de suidentidad cultural. P g i n a 5

    R. M. Rilke y laselegas de DuinoEn un reciente viaje aItalia, en compaa deuna amiga dominicana,en la ciudad de Trieste,pude conocer el Castillode Duino, donde el poetacheco Rainer Mara Rilke,escribi su clebre libro,Las elegas de Duino...P g i n a 6

    De Julia de Burgos aConsuelo Burgos: De losfragmentos a las cartas

    Nicholas Kripal. Jeffrey Mongrain.

    Nicholas Kripal yJeffrey MongrainDESDE EL ESPRITU & LA MATERIA! Pgina 8

  • 2 Sbado 21 de m a r zode 2 015H OY A RE TO

    Zona

    Are

    itoZo

    na A

    reto

    Simone de Beauvoir (Intelectual francesa, escritora)Mediante el trabajo ha sido como la mujer ha podidofranquear la distancia que la separa del hombre. Eltrabajo es lo nico que puede garantizarle una libertadco m pleta .

    LI B RO S

    EL PLD Y LAS FUERZASS O CI A LE S

    Recientemente, el doctorFranklin Almeyda Rancier,exrector de la UASD, puso encirculacin la quinta edicinde este libro, una obraimprescindible para conocerlos orgenes y el itinerario delPartido de la LiberacinDominicana en sus aos deformacin y desarrollo. Setrata de una edicinenriquecida por el autor ypor los comentarios de cincomiembros destacados delpartido, de un intelectualcubano y del editor del libro.El doctor Almeyda es untestigo excepcional de lahistoria del PLD, porqueforma parte del pequeogrupo que acompa alprofesor Juan Bosch en lacreacin del que hoy es elpartido ms grande del pas,con casi 16 aos en el poder._ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _

    EN BUSCA DE UNA OPCINPOLTICA ALTERNATIVA ALN EO LI B E R A LIS M O

    El doctor Carlos Manuel FlixCuello es, fundamentalmente, unhombre de izquierdas. Este libro,el primero que publica, expresa suvisin de la crisis poltica y socialdel pas, visin que desgrana en 17captulos. El primero contiene latnica del texto, una crtica alneoliberalismo y una esperanzaen la nueva izquierda que se abrecamino en la regin._ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _

    DERECHO ADMINISTRATIVOI NTE N S I VO

    Este es el quinto libro que sobretemas jurdicos publica el magistradoFrancisco Ortega Polanco, juez de laSuprema Corte de Justicia. Una obrade 355 pginas, concebida en unestilo didctico y con el propsito deque sea til a quienes la lean. Estprologada por el Decano de Derechode la Universidad de Salamanca,Espaa, doctor Ricardo Rivero.

    GREGORIO LUPERN.BIOGRAFA POLTICA

    Esta es la quinta edicin de estelibro, considerado un clsico de lahistoria dominicana. Escrito por eldoctor Hugo Tolentino Dipp,historiador y exrector de la UASD.La primera edicin fue publicadahace 38 aos. Es considerada lamejor biografia del restaurador._ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _

    ELECCIONES PRIMARIAS

    Esta es una obra nica en la escasaliteratura electoral de la RepblicaDominicana. Tiene como subttuloLa Lucha por la NominacinPresidencial en la RD. Su autor, eldoctor Jos Angel Aquino, es miembrotitular de la Junta Central Electoral yprofesor universitario. El libro estprologado por el socilogo WilfredoLo za n o.

    EL ETHOSque se compadece

    Leonardo Boff

    E l ethos, para ser plenamentehumano, necesita incorpo-rar la compasin. Hay mu-cho sufrimiento en la histo-ria, demasiada sangre en nuestroscaminos e interminable soledad demillones y millones de personas,cargando solas, en su corazn, lacruz de la injusticia, de la incom-prensin y de la amargura. Tal es lacondicin humana de seres queson la convergencia de las contra-dicciones. El ethos que se compa-dece quiere incluir a todos esos enel \"ethos\" humano, es decir, en lacasa humana, donde hay acogida ydonde las lgrimas pueden ser llo-radas sin vergenza o ser enjuga-das cariosamente.

    Pero primero necesitamos haceruna terapia del lenguaje, puescompasin tiene en la compren-sin comn connotaciones peyo-rativas. Tener compasin significaapiadarse del otro por considerarlodesamparado, sin fuerza interiorpara erguirse. Supone la actitud dealguien que mira de arriba a abajo,h u m i l l n d o l o.

    En el cristianismo de los prime-ros tiempos, sin embargo, compa-sin era sinnimo de misericordia,esa actitud generosa que quierecompartir la pasin con el otro y nodejarlo solo con su dolor. Eso no eshacer \"caridad\", criticada por elpoeta y cantor argentino AtahualpaYupanqui: \"desprecio la caridadpor la vergenza que encierra. Soycomo el len de la sierra: vivo ymuero en soledad.

    En el budismo la compasin esconsiderada la virtud personal deBuda. Por eso es central y est li-gada a la pregunta que dio origen al

    budismo como camino espiritual:\"cul es el mejor medio para li-berarnos del sufrimiento? La res-puesta de Buda fue: \"por la com-pasin, por la infinita compa-sin\". El Dalai Lama, como ya he-mos escrito en esta columna, ac-tualiza esa respuesta ancestral as:\"ayuda a los otros siempre quepuedas y si no puedes, jams losperjudiques\".

    Dos virtudes realizan la compa-sin: el desapego y el cuidado. Porel desapego renunciamos a poseerlas cosas y las respetamos en su al-teridad. Por el cuidado velamos porsu bienestar y las socorremos en susufr imiento.

    La compasin tal vez sea la ma-yor contribucin tica y espiritualque Oriente ha dado a la culturamundial. Lo que hace penoso el su-frimiento no es tanto el sufrimientomismo, sino estar solo en el sufri-miento. El budismo y tambin elcristianismo convocan a estableceruna comunin en el sufrimientopara que nadie quede solo y de-samparado en su dolor.

    Como el amor y el cuidado, lacompasin tiene un campo de rea-lizacin ilimitado. No se restringesolamente a los seres humanos, si-no a todos los seres vivos y al cos-mos. El ideal budista de la compa-sin nos ensea cmo relacionar-nos adecuadamente con la comu-nidad de vida: primero respetar sualteridad, despus convivir conella, cuidar de ella y en especial re-generar a los seres que sufren o es-tn bajo amenaza de extincin. Ysolo entonces beneficiarnos de susdones, en la justa medida y con res-ponsabilidad, en funcin de aque-llo que necesitamos para vivir deforma suficiente y decente.

    1763 NACI EL 21 DE MARZO. Jean Paul,seudnimo de Johann Paul FriedrichRichter, poeta y novelista alemn romnticoalemn, conocido por sus novelas y cuentosh u m o r s t i co s ._

    1900 NACI EL23 DEM A R ZO. Erich Fromm,destacado psiclogosocial, psicoanalista,filsofo y humanistaalemn. Su obra msconocida es Anatoma

    LA HISTORIA/Fuente: Portal de El Biblifilo Enmascarado

    de la destructividad humana._

    1842 MURI EL 23 DE MARZO. M a ri eHenri Beyle, ms conocido comoStendhal, fue un escritor francs que figura entrelos grandes maestros de la novela analtica, muyvalorado por su agudo anlisis de caracteres y laconcisin de su estilo. Es conocido sobre todopor sus novelas Rojo y negro y La cartuja dePa rm a ._

    1579 NACI EL 24 DE MARZO. Tirso deMolina, seudnimo de fray Gabriel

    Tllez, religioso, dramaturgo. poeta y narradorespaol que destac por el anlisis profundo de

    la psicologa de susprotagonistas, en especialen los tipos femeninos,cuya variedad ymatizacin es poco usualen el teatro espaol de lapoca. Algunas de susobras ms conocidas sonEl Burlador de Sevilla,Don Gil de las calzasverde s y El condenadopor desconfiado.

    FUENTE EXTERNA

  • A RE TO 3Sbado 21 de m a r zode 2 015 H OY

    donde se desplaza en Cu-ba junto a Juan Isidro: La Habana, Trinidad,Caibarin, Santa Clara, Santiago de Cuba, ElCano y Holgun. En todos estos envos in-forma de su relacin con Juan Isidro --consus altas y bajas--, sobre su obra, planes deestudio y sobre la domesticidad que vivejunto a su compaero. Hay muchos mo-mentos celebratorios y de angustias. Haytambin nostalgia y desazn por el curso desu familia en PR, de cuyo futuro se senta enparte responsable. Predomina una concien-cia de lo que es y quiere proyectar como poe-ta. Se puede decir que por las cartas de estaetapa discurre una Julia heterognea.

    Es categrico que estas cartas son unaaportacin que llenan muchas grietas vacashasta ahora, pero por sus registros tambinabren otras para los estudiosos. Ello no soloporque se trata de epistolario unilateral sinotambin porque en sus misivas a Consuelo lapoeta hace referencias a otras personas conlas que tambin se carteaba. Ojaly tras estapublicacin se saquen a la luz pblica esasotras cartas. Sera interesante saber, porejemplo, qu comparta con otras y otrosmientras le escriba a su hermana. Hay re-ferencias de cartas enviadas a figuras pro-minentes de las letras como Vicente GigelPolanco, Francisco Manrique Cabrera y Car-men Alicia Cadilla, entre otras personas a lasque menciona.

    No creo que para entrar a la obra de unescritor o escritora sea imperativo conocertodos sus elementos biogrficos. Eso es im-posible, pero si se toman en cuenta --comoha sido con Julia--,entonces sera ms con-veniente tener acceso a la mayor cantidadposible de sus documentos personales. Enfin, que estas cartas de Julia ofrecen un es-cenario privado mucho ms abierto que elque se conoca. No obstante, sospecho quetodava hace falta mucha correspondenciade la que la poeta le envi a otros destinariospara tener una mirada ms extensa de lo quefue su vida durante los 13 aos que vivi fue-ra de Puerto Rico.

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    J ulia de Burgos muriel6 dejulio de 1953, a los39 aos. Se desplomen la esquina de la Calle106 con la 5ta Avenida de laciudad de New York. Al noportar ninguna tarjeta deidentidad que indicara queella era ella no se pudo con-tactar a nadie que reclamarasu cadver. Luego de perma-necer varias semanas en unamorgue fue enterrada en unafosa para desamparados dedonde fue reclamada por al-gunos amigos. En septiembrede este mismo ao fue trada aPuerto Rico y velada en el Ate-neo Puertorriqueo. Nilita-Vients, su rival por el amor deJuan Isidro Jimenes Grulln ypresidenta del ateneo en aquelmomento-- tuvo que encargarsede organizar el velorio.

    Julia sali de Puerto Rico re-bosada de la llama de amor vivo yregres 13 aos despus muerta.En sus cartas testimonia variasveces a su hermana Consuelo queno quera volver a vivir en su isla.Tras su deceso se teje una gama deversiones sobre su vida que han si-do ampliamente difundidas. No eshasta 1966 que la crtica mexicanaIvette Jimnez de Bez publica el li-bro Julia de Burgos: vida y poesaque se dan a conocer segmentos delas cartas que la poeta le enviara a suconfidente y hermana Consuelo.

    Por ser Jimnez de Bez la primerapersona que para fines estudio tuvoacceso a estas cartas, le correspondia ella construir el primer perfil bio-grfico pblico amplio de Julia. Desdeentonces su trabajo se convirti en lafuente principal para quienes optabanpor ocuparse de los aspectos biogr-ficos de la poeta. Perol a biografa frag-mentada que divulg Jimnez de Bez,documentada sobre la base de esas car-tas fue demasiado limitado; derivada de uncierto feminismo aficionado encaminado aconstruir la imagen casi exclusiva de una Ju-lia fundamentalmente sufrida y vctima. Alver ahora las cartas queda evidenciado queJimenez de Bez excluy y omiti a otrasmuchas Julias, que sin negar lo anterior,tambin fue mucho ms paradjica y com-pleja de lo que habamos imaginado.

    Publicadas bajo el ttulo de Cartas a Con-s u e l o, editorial Folium, Eugenio Ballou edi-tor, estas cartas de Julia a su hermana, po-sibilitan, no obstante, seguirle el rastro almapa de un vida marcada por una pulsinde lejana continua. Facilitan, adems, aso-marnos al interior de una existencia dondevibran, se dicen y desdicen mltiples inquie-tudes existenciales, intelectuales, familiares,histricas, polticas, amorosas y poticas,entre otros impulsos. Nos ubican tambinen el centro de un ente femenino, --no ne-cesariamente feminista--, que si bien por unlado objeta el orden de sociedad en la quenace y vive, tambin necesita ser acogida porlas representaciones y roles que ese mismoorden patriarcal asigna a mujer. Ese deseo,por ejemplo, de casarse legalmente con elexiliado Juan Isidro y ser reconocida comosu esposa puede poner en dificultades al-gunos anticonvencionalismos que histri-camente se le han atribuido.

    Pero cul es la cartografa de estas mi-sivas y qu dicen? El volumen se componede 136 cartas de Julia y 3 de Juan Isidro des-tinadas todas a Consuelo. Se trata de un epis-tolario unidireccional. Las cartas marcan laruta que sigui la poeta a partir de 1940 hastalos das previo a su muerte en 1953. Excep-tuando una carta de agosto de 1939 que en-va desde el pueblo de San Germn, --y don-de celebra su compaa con Juan Isidro--,todas las dems estn escritas desde el ex-tranjero: New York, Washington, Cuba y unadesde el estado de Baltimore.

    De Julia de Burgosa Consuelo Burgos:DE LOS FRAGMENTOS A LAS CARTAS

    El primer bloque de cartas escritas enNew York cubre desde enero de 1940 hastajulio de 1940, cuando se va a Cuba. Deslum-bramiento de la poeta que a veces parecencrnicas del viajero al que se le revela unmundo nuevo es una de las marcas ms pa-tentes en este primer momento neoyorqui-no. Penurias materiales, dudas, inestabili-dad laboral, contacto con la comunidadpuertorriquea, temores, solidaridad de pa-reja, entre otros registros, son los tpicospredominantes en estos seis primeros mesesen NY. Su mirada, sin embargo, en torno a lacomunidad negra, como seala Lena Burgosen el prlogo, puede resultar algo incmodae inquietante para los lectores de hoy da.Julia llega a caracterizar a los negros de Har-lem como salvajes y brujos.

    Una segunda unidad, quizs la ms linealy continua, cubre desde el 27 de junio de1940, ya en Cuba, hasta el 8 de junio de juniode 1942, previo a su separacin de Juan Isi-dro y regreso a New York. Una tercera sec-cin va desde el 22 de junio de 1942 hasta el28 de agosto de 1944, cuando luego de ca-sarse con Armando Marn se va a Washin-gton. El ltimo grupo, con muchas discon-tinuidades, se redondea desde el 12 de juniode 1945 hasta el 28 de junio de 1953, previo asu muerte . Este ltimo bloque es el de msdiscontinuidades y saltos. Es uno de los pe-riodos de donde menos informacin se tienesobre su vida.

    En el segundo interregno Julia enva car-tas a Consuelo desde los diversos lugares por

    Hay muchos momentoscelebratorios y de angustias.Hay tambin nostalgia y desazn porel cursode su familia en PR, de cuyofuturo se senta en parte responsable.Predomina una conciencia de lo quees y quiere proyectar como poeta.

  • 4 Sbado 21 de m a r zode 2 015H OY A RE TO

    Ensears a volar (Teresa de Calcuta)Ensears a volarpero no volarn tu vuelo.Ensears a soarpero no soarn tus sueos.Ensears a vivirpero no vivirn tu vida.Ensears a cantarpero no cantarn tu cancin.Ensears a pensarpero no pensarn como t.Pero sabrsque cada vez que ellos vuelen, sueen,vivan, canten y piensenEstar en ellos la semilladel camino enseado y aprendido

    Uno de los grandes aportes deEdgar Morn es sin duda al-guna a la educacin, no solo anivel conceptual, sino tam-bin metodolgico. El pensa-dor no tiene temor en decir

    que el proceso educativo tiene un claro ob-jetivo: aprender y asumir como norte la con-dicin humana, pues la educacin debe en-sear a vivir con los dems.

    Educar no debe ser ya un acto positivistaen el cual se enseaban certezas y conoci-mientos preconcebidos. Existe la certeza?Las verdades absolutas? No! Es una granfalacia porque gracias a nuestra condicinhumana misma la incertidumbre es nuestrosigno. Incertidumbre que abarca lo cogni-tivo y lo histrico tambin. Morn establecetres tipos de incertidumbres: la cerebral, lasquica y la epistemolgica.

    La incertidumbre cerebral, sostiene elpensador, que el conoci-miento no es un reflejo de loreal, sino una reconstruc-cin y traduccin de los es-tmulos recibidos. En tal sen-tido, asegura, siempre habrriesgo de error.

    La incertidumbre squicaes muy lgica: el conoci-miento de los hechos siem-pre atraviesa por el prismadel que interpreta.

    Y la tercera es la episte-molgica que es el resultadode la crisis de las certezas fi-losficas, que nacieron con Nietzsche en lafilosofa y Popper en las llamadas cienciasp u ra s.

    Y hay incertidumbre porque nadie puedellegar a una verdad totalmente cierta. La ver-dad no existe, es circunstancial. Lo nicoverdadero es la incertidumbre:

    Conocer y pensar no es llegar a una ver-dad totalmente cierta, es dialogar con la in-cer tidumbre.

    La incertidumbre histrica est vinculadacon el carcter intrnsecamente catico de lahistoria humana. La aventura histrica co-menz hace unos 10,000 aos. Estuvo mar-cada por creaciones fabulosas y destruccio-nes irremediables. No queda nada de los im-perios egipcio, asirio, babilonio, persa, ni delimperio romano que haba parecido eter-no La historia est sometida a los acciden-tes, perturbaciones y, a veces, terribles des-trucciones masivas de poblaciones y civili-zaciones

    No hay leyes histricas. Por el contrario,todos los esfuerzos por congelar la historiahumana, eliminar sus acontecimientos y ac-cidentes, hacer que soporte el yugo de undeterminismo econmico-social y/o hacerque obedezca a un ascenso teledirigido hanf ra c a s a d o . (Con la Cabeza bien puesta, p.64)

    Pero la incertidumbre no significa resig-nacin, apaciguamiento o indiferencia, todolo contrario. Lo que nos obliga el maravillosocamino de lo incierto y lo desconocido es apensar bien, a convertirnos en seres ms ca-paces de elaborar estrategias. Y para poderpensar bien, debemos practicar un pensa-miento que nos devele sin cesar la contex-tualizacin y totalizacin de las informacio-nes y conocimientos; es recibir el bombar-deo con la cabeza bien puesta para poderdetectar y luchar con vigor contra el error y lam e n t i ra .

    Entonces viene la crtica de Morn hacia laeducacin tradicional que reduce el cono-cimiento a programas. Nuestra enseanzatiende al programa, mientras la vida nos de-manda la estrategia. Qu es la estrategia?Qu significa? Morn se responde diciendo:

    La estrategia se opone al programa, aun-que pueda tener elementos programados. Elprograma es la determinacin a priori deuna secuencia de acciones tendientes a lo-

    grar un objetivo. El progra-ma es eficaz en condicionesexternas estables, que sepueden determinar con cer-teza. Pero la menor pertur-bacin de estas condicionesdesajustan la ejecucin delprograma y hacen que estcondenado a determinarse.La estrategia busca sin cesarjuntar informaciones y veri-ficarlas, y modifica sus ac-ciones en funcin de las in-formaciones recogidas delas casualidades con las que

    se encuentra en el camino (Con la cabezabien puesta, p. 66)

    La estrategia, sigue diciendo el pensador,lleva intrnsecamente la conciencia de la in-certidumbre que se va a enfrentar y, por esomismo, implica una apuesta hacia lo des-conocido. Qu significa hacer una apuesta?Sencillamente integrar la incertidumbre enla fe y la esperanza, porque la apuesta no esel azar, es la implicacin en los compromisosfundamentales de nuestras vidas.

    La educacin debe ayudar a que cada in-dividuo descubra y est consciente de que suvida es una aventura, pues todo destino hu-mano implica, necesariamente, incertidum-bre. An la certeza misma de la muerte esincierta porque no sabemos cundo se pro-ducir ni en qu circunstancias.

    Cmo ensear la incertidumbre a los ni-os? Cmo incentivar sus propias curiosi-dades naturales? Es necesario que le ense-emos a esas vidas que se inician a aprendera conocer, a separar, unir y sintetizar las co-sas que ven. Hay que ensearles que las co-sas no son solo cosas, sino sistemas en smismos que constituyen una unidad quevincula partes diversas y que solo pueden serconocidas si se insertan en su contexto. Hayque superar la visin causal-lineal, en la cualexiste una vinculacin directa de cau-sa-efecto. Debemos incentivar y ensear lasincertidumbres de la causalidad, pues lasmismas causas no siempre producen losmismos efectos.

    Pero ensear para la vida es ensear a losnios y jvenes a tomar conciencia de queson ciudadanos responsables y solidarios,de seres que forman parte de un todo, quetrasciende las fronteras de su comunidad yde su nacin para convertirse en ciudadanosuniversales y del cosmos.

    Nos vemos en la prxima. Seguiremoscon el tema educativo

    Lai n ce r t i d u m b rehistrica est vinculadacon el carcterintrnsecamente caticode la historia humana.La aventura histricacomenz hace unos10,000 aos.

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    Ginebra: eslabonese n co nt ra do sPor Edwin Espinal Hernndez

    (1 de 3)

    F rancisco Pou Gallart (Blanes, Ge-rona, 24 dic. 1780 f.c.1860) fueun comerciante cataln que pasa residir en Santo Domingo en1805 despus de haber vivido en Bayamo,Cuba. En el registro de matriculacin deespaoles abierto en 1854 por la AgenciaComercial de Espaa en el pas, figura ca-sado con Catalina de Lima (Curazao, 7 deagosto de 1801), y registrado junto a cua-tro hijos nacidos en Santo Domingo: JosMara (17 de septiembre de 1833), Ricardo(8 de mayo de 1834), Miguel (3 de julio de1838) y Salvador (10 de agosto de 1839).Era dueo de esclavos, capitn de corbe-ta, transportista de mercancas en goletasy masn de la logia Constante Unin en1828.

    Larrazbal Blanco dice que sus padresfueron Francisco Pou y Francisca Gallars.En su acta de matrimonio, realizado en laCatedral de Santo Domingo el 16 de juniode 1821, su apellido figura efectivamentecomo Gallars, pero en el acta bautismal desu sobrino Agustn Francisco Ramn Gi-nebra Pou, del 15 de octubre de 1824, en laparroquia de Arenys del Mar, Catalua,aparece como Gallart, que es el inequ-vocamente correcto, bastante extendidoen su natal Blanes. De otro lado, el ape-llido de su esposa, de acuerdo a su actamatrimonial, era Tormen. En cuanto a suprole, Larrazbal agrega como hijos a Ma-ra Francisca, Mara de la Merced (1821),Francisco (1827), Juan (1828), Miguel Ma-ra (1831-1834), Teresa (1832-1835), MaraJosefa (1834) y Joaqun Mara (n. ym.1840). De Jos Mara dice que naci en1832, Ricardo en 1836 y Miguel en 1837.En esta lista falta otra hija, Matilde(1822).

    En poca no determinada, a Pou Ga-llart siguieron cuatro sobrinos maternos:Jos (n. 1813), Francisco (n. 1820), Joaqun(n. 1821) y Agustn Ginebra Pou (n.1824),nacidos en Calella, Catalua, e hijos de suhermana Mara Pou Gallart y Jos GinebraToya, natural de Calella. En 1843, Jos,Francisco y Joaqun aparecen junto a suto y Juan Pablo Duarte como miembrosde la logia Constante Unin.

    Jos Mara Mariano Ginebra Pou fuebautizado el 19 de enero de 1813, en laparroquia de Santa Mara de Blanes, don-de tambin casaron sus padres el 18 deenero de 1812.

    En 1850 se comprometi en Santo Do-mingo a Oliviette Dubreil, hija legtima deJean Francois DuBreil y Paulina EnriquetaCrast, curazoleos. No consta que hubie-sen casado, aunque Larrazbal indica queOliviette Dubreil muri viuda en 1892.

    Francisco Ramn Ginebra Pou, segnel ya citado registro de matriculacin, vi-va en Santo Domingo desde 1833 y eracomerciante. En 1837, a los 17 aos, dejencinta a su prima hermana Mara de laMerced Merced, a secas, y nacida el 14de marzo de 1821, segn el registro in-migratorio - con quien cas el 12 de enerode 1838 en la Catedral de Santo Domingo;un primer hijo, Jos Francisco GinebraPou, vino al mundo el 26 de abril de 1838.Tres hijas aumentaran la prole: Adelaida(Santo Domingo, 16 de diciembre de1840), Matilde (Matildita) (Santo Domin-go, 3 de julio 1844) y Otilia.

    Joaqun Ginebra Pou resida en SantoDomingo desde 1837 y era comerciante,tambin de acuerdo al mencionadoasiento registral. Cas el 27 de julio de1851 con su prima hermana Matilde PouTormen (o de Lima), con quien procredos hijos: Federico Leopoldo (Santo Do-mingo, 23 de abril de 1854 Puerto Plata,20 de febrero de 1856) y Eduardo Federico(Santo Domingo, 6 de octubre de 1856).

    De su lado, Agustn Francisco RamnGinebra Pou naci el 14 de octubre de1824 y fue bautizado al da siguiente, co-mo dijimos. Viva desde 1849 en PuertoPlata, donde cas en 1861 con Mara No-gette Fesson.

    Instituto Dominicano de Genealoga

    De vuelta conEDGAR MORNLa educacin como enseanza de la incertidumbreDedicado a mi hermana-amiga mexicana, Patricia Gascn Muro

  • A RE TO 5Sbado 21 de m a r zode 2 015 H OY

    RACES CON DOScomienzos y un final,DE REN RODRGUEZ SORIANO: CRNICA POTICA DE UNA TRAYECTORIA DE XITO

    L uego de conocer y estudiar muchas delas obras producidas por Ren Rodr-guez Soriano en los ltimos quinceaos, llega a mis manos la tercera edi-cin de Races con dos comienzos y un fi-n a l (mediaIsla, 2014), obra con la que inicisu andadura el fecundo y admirado escritordominicano all por el ao de 1970.

    Me enorgullece verificar que su vuelo fuealto desde ese primer despegue de ese pri-mer viaje literario, a todas luces, paradigmade trascendencia en toda su obra posterior.

    Nace la obra de ese sentimiento de im -p o t e n c i a, de quejumbre colectiva, de catar-sis creadora que propicia en el poeta unaexploracin de s mismo (existencialismo) yde los espacios vecinos para reencontrarse.

    Mientras ms leo y releo a Rodrguez So-riano, ms me sorprende, gratamente, la cla-ridad conceptual y la fidelidad a su estiloneorromntico, basado en un discurso, me-ta-concepto de territorialidad y apropia-c i n de su identidad cultural.

    En este primer libro incursiona desde yaen esos juegos de palabras, en el tema ldico,en ese estilo algo neobarroco, que muchosde su generacin abordaron; donde los sig-nos gramaticales se eluden y lo que importaes la semntica: las bsquedas de nuevossignificados y significantes.

    Para Ren importa la palabra y el senti-miento, y se instala en perfeccionar, digo yo,ese estilo que le da la singularidad a su im-p ro n t a que lo catapulta como el escritordepurado que es, dueo de un discurso quese opone a la banalidad que supone vivir ata-do a fronteras in-visibles y/o mentales, queexcluyen. Su obra es universal y coherente.Plstica y rtmica. Es ntima y de todos

    Es un escritor de bsquedas humanas ha-cia el interior del ser, del arte de lo bello. Del

    tiempo y el espacioque conoce o ha co-nocido. Es un magoforjador de la pala-bra encantada.

    "ven y empuje-mos la tarde | hastael abismo de la no-che | busquemosmuy juntos los re-cuerdos |que una

    madrugada sembr | en las carnes de estastierras" [desde la vida] pp.38

    Como notamos en la cita anterior, el poe-ta re-crea un canto intimista-nostlgico,desde lo telrico; otras veces, ldico, dondeocurren todos los smbolos antropolgicosque lo construyen: el ser humano que es, elnio que fue, el autor y creativo que disfru-tamos. Y que, congruentemente, se nos re-vela en cada obra de su finsima pluma

    Este poemario es un documento que de-fine una poca donde se anhelaba, ante todo,justicia social y libertad ciudadana y, lgica-mente, se expresan como escenas secunda-rias, como fondo de lienzos, siendo el sen-timiento de angustia existencial, la pesadum-bre del ser humano en s mismo es el pro-tagonista del discurso potico. Dicho de otromodo, el leitmotiv de sus construcciones.

    Canta, Ren, desde el desencanto y la im -p o t e n c i a vivida en aquellos tiempos cuandose suponan nuevas esperanzas de un pue-blo aguerrido y abusado por fuerzas mili-tares y polticas que se enquistaron en el po-der para seguir haciendo lo mismo. Crisisanlogas se viva en toda Latinoamrica y elmundo:

    "cada hoja [en gerundio] | cambi sus ves-tidos | cada guardia [en calzoncillos sobre lashojas] | ha ido fornicando nias en los rin-cones de la tarde | cada nia [en presentehistrico] una mujer | con un recuerdo delguardia que se fue [otra raz] pp.39

    Se puede apreciar esa sensibilidad y almismo tiempo el humor con el que describela realidad de esa poca. Un humor inteli-gente y crudo:

    "mildoscientostantos | metros sobre el ni-vel del mar | ochocientos reclutas | noventaputas | cuarenta prostitutas | tres adulones | yun sndico" [Un pueblo] pp.40

    En su condicin nmada, muy posterior aeste libro, ha sabido portar con dignidad yorgullo nuestra bandera dominicana; hacontado en diversas obras sobre sus costum-

    bres y la de los suyos, su msica, sus ros ymontaas... justamente ha sido un agentecultural, transmisor de ese sentimiento pa-trio que nos define como dominicanos, quelo hace sentirse orgulloso de sus ra c e s, re-pito, y que pone en perspectiva de estudio elterritorio que lo vio nacer, las luchas por unaexpresin de libertad y por los derechos hu-manos, para pasar a los grandes procesos deglobalizacin. Ahora entiendo, ms quesiempre, a lo que se refiere Luis Cernuda,cuando dijo: "Cambio y distancia, si no mu-dan al hombre, le hacen conocerse mejor[] a s mismo, a su ser individual, a su gentey su tierra, su lengua y su historia". Aunque,confieso, en honor a la verdad que Ren na-ci gigante y con un lpiz en la mano.

    Me atrevo a afirmar, sin temor a equivo-carme, que es uno de los escritores domi-nicanos contemporneos ms ledos en to-da Hispanoamrica y el mundo, mejor di-cho, en todo rincn donde se valore la li-teratura en espaol. Y es gracias a su periciaen el uso de las figuras retricas; pero msque nada, por la transparencia de su discur-

    so. Por esa seductora mana que tienen losbuenos escritores, como l, de decir las cosascomplejas de forma sencilla y creble. Porvestir al mito de realidad y a la fantasa decierta clase Por ser un constructor de po-sibilidades en lo potico; un constructor deutopas: lo posible lo vuelve real y lo reali d e a l (Hlderlin):

    "T que al fornicar el surco | engendrasvida y verdor | tienes todos los atributos | y eldon de ser el dueo | de ms de siete pies | ytus huellas" [jornalero] pp.32

    Ren Rodrguez Soriano, con estas Ra -c e s demuestra que la identidad se recons-truye en permanencia, a partir de una pers-pectiva multifocal y que es un escritor sinfronteras. Manifiesta, desde su gnesis comoescritor, como poeta, y como ser humano,una calidad incuestionable y un estilo pen-sado y sentido desde ese primer aliento te-lrico, romntico y metropolitano. Algunosttulos (Apunte a lpiz, Rumor de pez, Solode flauta, Su nombre, Julia, El mal del tiem-po, Queda la msica) de su vasta obra lo con-fir man.

    ELI Q

    UEZ

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    La culturaes lo que,en la muerte,contina siendovi d a. A n d rM a l ra ux

    Re n Ro drguezS oriano,con estasRace sdemue straque laidentidadsere co n s t ruyeenp ermanencia,a partir deunap ersp ectivamultifocal yque es unescritor sinfro n t e ra s .

    Ren Rodrguez Soriano

  • 6 Sbado 21 de m a r zode 2 015H OY A RE TO

    R i l keY LAS ELEGAS DE DUINOE n un reciente viaje a Italia, en com-paa de una amiga dominicana, enla ciudad de Trieste, pude conocer elCastillo de Duino, donde el poetacheco, de expresin alemana, Rainer MaraRilke, escribi su clebre libro, Las elegasde Duino, publicado en 1923. Fue all dondeRilke concibi los versos ms desgarrantes,en torno al destino del hombre.

    La protectora y anfitriona de Rilke, enaquel majestuoso y hermoso castillo, fue laseora Mara Bonaparte, princesa Von Thur-nund Taxis, tambin protectora de Freud yprimera sicoanalista de Francia.

    En el castillo pude leer los viejos manus-critos y observar las distintas portadas de lasediciones de este importante libro. Adems,pude contactar el confort de las habitacio-nes y sus bellos jardines, con vistas a las cos-tas del mar Adritico, en los cuales el poetasola caminar, durante su larga estancia, enaquel mgico lugar, hoy convertido en mu-seo privado de la ciudad de Trieste.

    Pese a que Rilke no termin de escribir allsus elegas, gran parte de las mismas gene-ran un sentimiento de pantesmo universal,lindante con la naturaleza y el clima delaquel viejo lugar.

    A partir de esta experiencia, y a travs deun modo discursivo sagrado o sacramental,para Rilke, las cosas elementales con las quecompartimos nuestro periplo en la tierralacasa, el puente, nuestro contacto con la na-t u ra l ez a --dejan de ser distinguibles de susnombres, entran en el corazn, transforma-das (traducidas) en nosotros mismos, y ad-quieren una salvacin efmera (la condicinefmera de esa salvacin prometida es lo queconvierte en una elega el poema escrito enestado de xtasis).

    La naturaleza y las cosas son, pues, des-garrantes, desde y para la muerte, como un-misterio revelador. En Rilke, el ser es lo ine -f a b l e. Estamos tal vez aqu para decir: casa,puente, surtidor, puerta, cntaro, rbol frutal,ve n t a n a pero para decir, comprndelo, ohpara decir as, como ni las mismas cosas nun-ca, en su intimidad pensaron ser. (Elega IX).Sin embargo, la salvacin es nombrar, o lo quees lo mismo, salvaguardar a las cosas y al serde su destruccin y entropa. Al final, nom-brar es ensalzar, pero aquello que es ensal-zado no es algo que permanezca en un estadoinvariable, ni es esa inmutabilidad la razn dela celebracin. Ser ensalzado significa sertransformado en un ser ms fuerte.

    Ahora bien, para que se lleve a cabo esatransformacin no es suficiente con decirleal ngel lo decible; la transformacin solo sesoporta en el volver a contar una y otra vez.El ser humano emprende esta salvacin por-que en ella, accede a otra realidad, muchoms rica y plena que la realidad inmediata yfenomnica.

    En esta bsqueda encontramos la afirma-cin suntuosa de la muerte. De nuestra pro-pia muerte, aunque encontremos en las co-sas de la vida nuestro propio horror. As, lamuerte est en relacin con el movimientotan difcil de aclarar nuestra propia vida. Es-to no quiere decir que debamos ser artistasde nosotros mismos, como se desprende delas bellas individuales del Renacimiento;que debamos hacer de nuestra vida y denuestra muerte un arte, y del arte una afir-macin de nuestra propia persona. Rilke notiene ni la tranquila inocencia de este orgu-llo, ni tampoco, como dice Maurice Blan-chot, la ingenuidad: No est seguro de s nide la obra, siendo, como es, contemporneode un tiempo crtico que obliga al arte a sen-tirse injustificado. El arte es tal vez un ca-mino hacia s mismo, Rilke es el primero enpensarlo, y tal vez tambin hacia una muerteque sera nuestra, pero, dnde est el arte?El camino que nos conduce al arte es des-conocido. La obra exige, en efecto, trabajo,prctica, saber, pero todas estas formas deaptitud se hunden en una inmensa ignoran-cia. La obra significa ignorar que hay un arte,ignorar que hay un mundo.

    Es cierto que en el plano existencial la al-

    ternativa parece posible: creemos poderabandonarnos simplemente a la vida, que sibien es informe, compensa con su intensi-dad. No es ms que una ilusin; la vida en-cierra el germen de su propia destruccin:no solo a causa del tiempo sino tambin dela conciencia de vivir, que ya no es simple-mente vivir. En el plano potico la opcin yano existe: escribir es crear formas, establecerun orden o una inteligibilidad en lo vivido.Pero ni ese orden ni esa trascendencia son lavida misma; por el contrario, todo lo que esconfigurado por la conciencia pierde su in-tensidad, se congela, muere--no tienen,justamente, estos poemas algo de hielo jus-t o? Estas elegas, pues, intentan dar vida y,ms bien, matan lo que nombran. O lo quees lo mismo, todo en ellas se extingue o apa-ga, dejando solo el canto de las cosas vacas.

    Por ello las imgenes en estas elegas nun-ca se extravan en la extravagancia; su mis-terio no excluye la exactitud de la formula-cin verbal. El que tiendan a la abstraccinms que a la sensorialidad les confiere uncarcter no menos intenso: hacer del mundoun signo mental que nos devuelva su ritmo.Son imgenes que buscan no tanto describiro realzar la p h y s i s del objeto como mo-dularla en un espacio a la vez real y virtual.

    En una obra tan desesperada como la deRilke, la utopa de la inocencia y de la re-conciliacin no es nada raro, y hasta puedeser previsible: funciona como el pasaje de larealidad del deseo, como la proporcin entreel medio y el fin, como ese punto (alqu-mico?) en que todos los contrarios se fusio-nan y resuelven en una unidad mayor. Pero

    funciona tambin como una apora. Ni fas-cinacin ni ruptura, sino experiencia de lapur ificacin.

    La dualidad, para Rilke, conduce a la re-dencin y tambin al xtasis. El xtasis no loaleja del mundo, sino que lo sita ms pro-fundamente en l: es cuando se percibe quesu poesa, en verdad, est ms cerca de lainocencia de las cosasy de las pala-b ra s por el hecho de fijarlas en un tiempop u ro.

    Por supuesto, esta intuicin no relega suvoluntad de afirmar al hombre histrico, pa-ra de veras h a b i t a rel mundo. Pero lo ciertoes que esa voluntadmuy presente en la l-tima elegaintenta tambin afirmar alhombre utpico, que, de algn modo, es elreencuentro con el hombre original.

    Vivir y morir de eternidad sera, para Ril-ke, la forma ms profunda de vivir y moriren, y, por el mundo. La eternidad se con-funde con la intensidad de una vida plena,con alguna trascendencia.

    En oposicin a la experiencia desrtica,estos poemas son un intento de religamien -to al mundo: recuperacin de lo original (elhogar, la infancia, lo sagrado); de nuevo,pues, la inocencia. Esas ideas no pueden ha-cer obviar otras: la propia naturaleza de lasElegas de Duino y aun su sentimiento me-tafsico ante el mundo. Pero sobre todo estla transfiguracin del universo mismo: la re-novacin de la vida y de la historia. Estatransfiguracin es, por supuesto, la revela-c i n ltima, el reconocimiento de que eldestino del hombre est ligado a la posibi-lidad de la transformacin existencial.

    PLIN

    IO C

    HAH

    NL i

    t e ra

    t u ra

    Plinio Chahn

  • A RE TO 7Sbado 21 de m a r zode 2 015 H OY

    Marielle ValdezLA LITERATURA COMO ILUSIN DE UN OFICIO, QUE EL MEJOR VIENTO LA GUIE.

    1/ LA LITERATURA COMO POSIBILIDAD DEOFICIO SINCERO ENTRE NOSTALGIA Y AU-T E N T I C I DA D.

    E rase una vez, una mosquita muertade dulce suspirar, que deca tenerlemiedo a la literatura. No asisti a se-minarios, a talleres de literatura rgi-da, esa vaina que inventaron en la UASD,hace aos, y que termin frustrando a msde uno.

    Un escritor no se construye por decretoinstitucional, ojo.

    Porque la vocacin literaria es un soploque viene con el mejor de los instintos del serhumano, la mejor literatura, as naci.

    Hoy aparecen jvenes de otros vuelos,que no tienen el nefasto cascarn del pan-fletarismo, la obediencia a un patrn litera-rio, comisario al viejo estilo sovitico cultu-ral, que indicaba, siendo un gran analfabetoy mal poeta, cmo se deba escribir.

    Esos tiempo, algunos an intentan revi-virlos, pero ya pasaron al basurero de la his-toria de la cultura, felizmente.

    Esta joven, sin esas malignas influencias,solo quera escribir una vivencia que habamarcado su vida, hizo el intento, no visit nin-gn movimiento cultural, alguno que laorientara en sus nobles propsitos creativos.

    Cuando me encuentro hoy con esta nue-va generacin, aguerrida en la literatura, lavida y sus compromisos con el futuro, mepongo a sus pies, porque yo conoc lo peoren mis aos de escritor bisoo y conscientede que aquella mediocridad pupulante, aga-chada en seudos crculos literarios, no era lomejor para m, por eso hice tienda apartedesde muy temprano y aprend a conocer lademagogia poltico cultural de entonces,que al final no ha podido parir nombres no-torios, porque no era posible desde el ms vilpanfletarismo ignorante, parir nada quet ra s c e n d i e ra .

    La prosa es el espacio vivido que las letrasconvierten en historia.

    El demiurgo, todava anda por ah, con loscordones sueltos y los malos poemas inco-rregibles, porque no hay peor cosa que ma-los polticos y malos literatos, como un cc-tel peor que el de Molotov, ejemplo de untiempo fallido y vulgar.

    Cuando presentaba su libro, pensaba enotro chico interesante: Pablo Mustonen, susredes arrastran a Marielle Valdez (Santo Do-mingo, 1975 ) porque hay una doble purezaen la bsqueda sincera de intentar una li-teratura de vida y vivencias, de intensidad ydrama, de nostalgia y tiempo que se fue, quea veces solo la literatura tomada en serioconquista.

    Marielle Valdez elige como espacio lo ru-ral y pinta nuestra campia con simpleza yfuer za.

    Pablo Mustonen ( Santiago, 1963 ) habaelegido lo urbano, con todo lo que ello implicade ciudad y sus claves sonoras especficas.

    Marielle Valdez retrata la inocencia cam-pesina, la entrega, el amor a toda costa, esautopa de la relacin humana en el campo,donde la idiosincrasia dominicana, de siglos,queda retratada en su bondad y candor.

    Erase una vez, aquella muchacha que te-na miedo a decir, rase una vez, aquella mu-chacha vestida de organd, luz de auyamanaciente, que entre ojos aguados logr con-tar una historia, tomando el desafo de la vi-da y la literatura, pero de verdad.

    Estimular, ilusionar, demostrar que esposible un acercamiento sin miedo a la li-teratura misma, esa es la misin de estet e x t o.

    Que los riesgos son propios, porque nadiees propietario de ninguna literatura, estigma

    propio de un pas cercenador de lo bisoo ode lo naif literario.

    2 /TAGA, APROXIMACIN A UNA NUEVANA R R A D O R A .

    Taga, que no es ms que el apodo cari-oso de Altagracia Cipriano Turbdez, danombre a la novela, donde Marielle Valdez,se asume como narradora y protagonista deun drama, cuyo entorno buclico indiscu-tible es el marco de la historia.

    En el ejercicio narrativo abundan las des-cripciones y retratos psicolgicos de perso-najes que con la protagonista comparten eluniverso creado en Taga.

    Un entramado parental sale a relucir en elproceso creado, para que como en el ajedrez,haya una definicin posible postrera y cadaquien muestre al lector la profundidad y ra-zn de ser en su rol.

    Los primeros prrafos guan hacia la ne-cesidad de la evocacin y presagian en unapincelada escrita, el resto de los hechos, cito:An recuerdo aquella noche del 13 de oc-tubre. Lea en mi habitacin, mi refugio, conla luz tenue de una lmpara, que lejos dealumbrar mis pginas, me miraba con tris-t ez a (pgina 11)

    Un objeto de luz se hace animista, escrutauna tristeza y en el prtico del relato, tene-mos claro hacia dnde nos dirige la autora.

    La catarsis de la historia entonces, desdela pgina 11 antes citada, ser un largo e in-teresante sendero hasta la pgina 121, don-de un palpitar de celular cierra todo lo na-rrado, exactamente como en el inicio, peroen final abierto donde su personaje ve la luzal final del tnel, como en la clsica tragediagriega, la anagnrisis, nos ha descubierto to-dos los elementos ocultos que nos permiten

    respirar al final con la protagonista.No sin antes usar un recurso epistolar en el

    entretejido de la narracin con buen efectodramtico en la conduccin del desenlace.

    Lo epistolar en Taga es un juego de enig-mas y ritmos en la novela, para una escritorabisoa y decidida, la intencionalidad sevuelve esperanzadora en futuros manejos dela forma.

    El valor de su esfuerzo narrativo no es solosu persistencia, eso sera montono y ram-pln, en todo caso, el valor narrativo es atre-verse a escribir y publicar con la profundaconviccin de lo producido, asumiendo losretos de un oficio que como la literatura, noacepta vocaciones sin altos compromisos deforma y fondo.

    Tampoco sin constancia productiva, sin pa-sin absoluta, as confirman los resultados deesta primera novela de Marielle Valdez, pro-metedora de nuevos textos hacia el futuro.

    Por eso con bastante acierto, muy porencima de su timidez analtica, Scarlett N-ez Santos en el prlogo de la novela, ter-mina con uno de los prrafos aleccciona-dores que ahora hago mos, por el nivel dealta justicia hacia el texto, cito: Taga nosabre la puerta a la conciencia humana y nohumana; nos arroja la verdad en la mismacara, nos grita en lo que nos hemos con-vertido, pero difcilmente decimos cara acara. Solo el observatorio moral desenmas-cara y no juzga

    Con esta primera entrega, su novela pri-ma, as como existe la opera prima en el cine,Marielle Valdez insiste en la necesidad de laescritura, sin la pretensin ex profeso, perocon la profunda ilusin del fruto acabado, yuna gran ilusin que hoy de modo pblico,ella inicia. (CFE)

    No existen ms que dosreglas para escribir: tener algoque decir y decirlo. Oscar Wilde.

    CARL

    OS

    FRAN

    CISC

    O E

    LAS

    Pape

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    rpi

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    Marielle Valdez da las gracias al publico.Carlos Francisco Elas, mientras presentaba la novelade Marielle Valdez en la Galeria Nader.

    Portada del libro TAGA, de la escritora Marielle Valdez.

    De izquierda a derecha Armando Almnzar,Marielle Valdez la escritora y Carlos Francisco Elas.

    FUENTE EXTERNA

  • 8 Sbado 21 de m a r zode 2 015H OY A RE TO

    En el Museo de Arte ModernoNicholas Kripal y Jeffrey MongrainDESDE EL ESPRITU & LA MATERIA!

    N icholas Kripal (1953) y Jeffrey Mon-grain (1956) son dos consagradoscreadores y docentes norteameri-canos cuyas bsquedas y experi-mentaciones estticas a travs de la cermi-ca y otros materiales nos confirman que elreconocimiento artstico siempre viene re-lacionado con la profundidad de las convic-ciones estticos-filosficas, la vitalidad crea-tiva, la sensibilidad social, la eticidad, la am-plitud formativa y la persistencia reflexiva.

    Un dilogo traslcido e inevitablementerevelador, o lo que es lo mismo, una msticaCONEXIN con la naturaleza, lo elemental,lo metafsico, el mundo fctico, los espaciosy signos arquitectnicos impregnados de re-sonancias histricas y espirituales, se esta-blece como prima materia en las poticasoperativas de Jeffrey Mongrain y NicholasKripal. Desde su especfica y rizomatica es-pacialidad, sus esculturas e instalacionespolivalentes, resuenan con un lenguaje den-samente articulado, una presencia enigm-ticamente sugestiva y una efectividad est-tica todava ms admirable.

    Tal como sostiene Ezequiel Taveras, reco-nocido artista, educador y curador de esta re-presentativa exposicin de las obras recientesde Mongrain y Kripal que enriquece el pro-grama expositivo del Museo de Arte Modernoen el marco de la celebracin de la quinta edi-cin de la Trienal Internacional del Tile Ce-rmico / Elite Tile, con los auspicios del Mi-nisterio de Cultura y en colaboracin con laEmbajada de los Estados Unidos en la Rep-blica Dominicana, la Fundacin Falcondo y laFundacin Centro Cultural Altos de Chavn:CONEXIN es una manifestacin ms deque los pueblos pueden hermanarse a travsdel arte. Eliminando las limitantes territoria-les que crean fronteras, las diferencias lings-ticas, o los conflictos culturales, creando asun nuevo vnculo que solo existe a travs de laemocin del planteamiento esttico del artem i s m o...

    Definitivamente asombrosa resulta la di-versidad de materiales utilizados por JeffreyMongrain y Nicholas Kripal en el excelentecuerpo de obras que integran la muestra: ar-cilla, acero, agua, cera, metales, arena, cris-tal, sal, lente ptica, pan de oro, grafito, ple-xigls, piedra volcnica, fotografa, caja deluz y resinas sintticasLas lneas puras dereminiscencias acadmicas, el rigor formal,la sobriedad de factura y el minimalismo desu diccin plstica se equiparan con el ca-rcter abierto y sorprendente de sus visio-nes, ideas y travesas emocionales.

    Tanto en las obras de Nicholas Kripal co-mo las de Jeffrey Mongrain, advertimos unrepertorio de formas abrindose constante-mente hacia una radical liquidacin de todaexpresividad enftica o innecesaria. En losresultados de sus investigaciones, resplan-dece un dilogo profundamente ldico, ti-co y reflexivo con el misticismo y el arte re-ligioso de Occidente. Y lo que nos resulta to-dava ms elocuente y conmovedor ante susesculturas e instalaciones es la intensidad desus convicciones estticas, as como el altogrado de espiritualidad, artisticidad y efec-

    tividad expresiva que estos dos creadores ex-cepcionales logran imprimirles a la materiaprimordial con que trabajan.

    NICHOLAS KRIPALDesde principios de la sexta dcada del

    siglo XX, los artistas plsticos y visuales re-toman de manera enftica el abordaje delmisticismo y la religin. En casos paradig-mticos del expresionismo abstracto y el mi-nimalismo como Mark Rothko (1903-1970),Barnett Newman (1905-1970) y Sean Scully(1945), los efectos ms depurados llegan aresistir a travs de unos niveles sublimes deelaboracin formal y una lucidez filosficadefinitivamente inquietante. En la obra deartistas como Len Ferrari (1920-2013), Mar-tin Kippenberger (1953-1997), Andrs Serra-no (1950) y Maurizio Cattelan (1960), elabordaje del tema religioso se torna radical-mente crtico, irnico y hasta subversivo,mientras que en una parte considerable delarte posmoderno, la religin es redescu -bier ta como componente fundamental dela cultura y la sociedad.

    Nicholas Kripal es un reconocido escultor,instalador, educador y curador que privile-gia el medio de la cermica en la creacin deesculturas, ambientes e instalaciones que setornan en verdaderas realidades msticas, talcomo Marcel Duchamp (1887-1968) llegaraa definir las autnticas obras de arte. Pre-cisamente, una parte considerable de suproduccin est compuesta por sus insta-laciones en sitios especficos. En esta direc-cin, destacan sus instalaciones escultricase intervenciones arquitectnicas dentro deespacios sagrados como la Catedral de SanJuan el Divino en la ciudad de Nueva York; laIglesia de San Patricio, en Indianpolis y laIglesia Corpus Christi de Baltimore.

    En el caso de Nicholas Kripal, se imponedestacar el carcter implicante del mismoproceso creativo. Adems del arduo procesode investigacin, negociacin e integracinconceptual de la propuesta en el sitio espe-

    cifico, en su prctica creadora, la historia, laritualidad y la iconografa arquitectnica delespacio sagrado se constituyen en aspectosesenciales. De esta manera, a diferencia delas ya tradicionales exposiciones de instala-ciones en la galera de caja blanca, las ins-talaciones escultricas de Nick Kripal ope-ran como una suerte de e l e c t r n, comouna interfaz o zona de contacto, comuni-cacin y accin que, de forma inesperada, setransforma en una nueva y excitante reali-dad mstica y esttica. Realidad eminente-mente dialgica, ldica y especular, capaz deprovocar nuevas experiencias perceptivas,cognitivas y espirituales en la congregacin yla consciencia de los espectadores.

    La confirmacin de este sealamiento es-tara cifrada en la instalacin escultrica ti-tulada Ep i f a n a (2012), la cual el propio ar-tista propone como ejemplo. Epifana sedefine como: 1. realizacin repentina. 2.aparicin de Dios. Es un trmino utilizado amenudo por artistas para describir un mo-mento crtico en el proceso creativo. Las le-tras de acero galvanizado que conforman lapalabra estn llenas de sal. La sal tiene mu-chos usos importantes en la religin y la cul-tura y a menudo se encuentra en una va-riedad de rituales de purificacin. Tanto enel contexto del antiguo como del nuevo tes-tamento, los pactos se sellan con sal y de ahel origen de la palabra salvacin"

    JEFFREY MOINGRAINEn sus obras, Jeffrey Mongrain se nos re-

    vela como un artista de gran talento y sin-gular personalidad, capaz de asimilar, trans-mutar y expresar la diversidad y unicidad dela vida y la existencia a travs de un reper-torio de formas, espacios, signos y recursosexpresivos con los que logra definir una delas propuestas estticas ms brillantes y re-novadoras del arte contemporneo esta-d o u n i d e n s e.

    En sus esculturas e instalaciones recientes,Mongrain utiliza el espacio fsico como recur-so provocador del pensamiento, la curiosidady la excitacin de los sentidos del espectador.Sin embargo, la clave ltima para la intelec-cin y el pleno disfrute de sus obras no de-pende nicamente de su lectura iconogrfica,sino tambin de la disposicin de cada es-pectador en particular para arriesgarse a unaexperiencia esttica que reclama la atencinsobre la complejidad de sus ms intimaspreocupaciones sobre las mutaciones socia-les y sobre las problemticas religiosas, po-lticas, ecolgicas, biotecnolgicas y cultura-les que signan la realidad contempornea.

    En este sentido, sus instalaciones operancomo presencias concretas de polivalente yvertiginoso potencial significativo que almismo tiempo rectifican, reedifican y des-bordan lo sagrado, lo profano, la historici-dad, la memoria y lo real, situndonos antelos territorios especulares del sueo, la ilu-sin, lo inmaterial y lo sublime. Territoriosmetafricos, materializndose esplendoro-samente como imgenes, percepciones,sensaciones y sentimientos esenciales car-gados de poder y de deseos

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    Nicholas Kripal.

    Jeffrey Mongrain durante el taller sobre ceramicacreativa para nios en el MAM.

    Nicholas Kripal. Ephiphany. Acero galvanizado y sal, 2012.

    FUENTE EXTERNAN i ch o l a sKripal. W.S.Va ri a t i o n#2.Terraco tta,2 0 0 6.

    Mongrain Pierced BellwithThreads. Instalacinescultrica. Cermica, 2000. Nicholas Kripal. Instalacin de pared. Terracotta. Dimesiones variables.

    J e freyM o n g ra i nPhilos ophersHalo. Barro,lente ptica ypan de oro.Capilla SantoToms deA q u i n o,Ch ri s t u sCh u rch ,B a l t i m o re,2 0 05.

    21_03_2015 Areito 21 marzo Areto1 21_03_2015 Areito 21 marzo Areto2 21_03_2015 Areito 21 marzo Areto3 21_03_2015 Areito 21 marzo Areto4 21_03_2015 Areito 21 marzo Areto5 21_03_2015 Areito 21 marzo Areto6 21_03_2015 Areito 21 marzo Areto7 21_03_2015 Areito 21 marzo Areto8