areito 16 de marzo 2013

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Areíto Zona de la Cultura y de las ideas www.hoy.com.do Editor: Bavegado Diseño: Carla González SÁBADO 16.03.2013 JUANITA MOREL Una leyenda merenguera PAg 7 La muerte: realidad y temor Pág 4 El canon del cuento en la cuentística de José Alcántara Almánzar en la década del setenta Alcántara Almánzar realizó una notable actividad artística, publica tres de sus cinco libros. Sin embargo, no aparecen aquí los textos más antologados del autor: “El zurdo” y “Ruidos”. Pá g i n a 8 LOS ANCESTROS De Harold Priego La vida de Harold estuvo muy ligada a Cuba. Varios de sus ancestros llegaron a la República Dominicana procedentes de esa isla. Y su primera hija es también de madre cubana. Pá g i n a 4 Bernardo Vega ha estado en todas las trincheras A la caída de la dictadura, Bernardo Vega se convirtió en referencia obligada de gobiernos y del sector privado en asuntos económicos y se reveló como escritor prolífico. Pá g i n a 3

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Como referencia nacional en el área, Areíto es el suplemento cultural por excelencia. Cada sábado, Areíto circula como un regalo del periódico HOY

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Page 1: Areito 16 de marzo 2013

A re í t o Zona de laCultura y de

las ideas

w w w. h oy.co m .d oEditor: BavegadoDiseño: Carla GonzálezS Á BA D O 1 6.0 3.2 013

JUANITA MORELUna leyenda merenguera PAg 7

La muerte: realidad y temor Pág 4

El canon delcuento en lacuentística deJosé AlcántaraA l m á nz a r

en la década del setenta AlcántaraAlmánzar realizó una notableactividad artística, publica tres desus cinco libros. Sin embargo, noaparecen aquí los textos másantologados del autor: “El zurdo”y “Ru i d o s”. Pá g i n a 8

LOS ANCESTROSDe H a roldPr iegoLa vida de Harold estuvo muyligada a Cuba. Varios de susancestros llegaron a la RepúblicaDominicana procedentes de esaisla. Y su primera hija estambién de madre cubana.

Pá g i n a 4

Bernardo Vegaha estado entodas last r i n ch e ra sA la caída de la dictadura, BernardoVega se convirtió en referenciaobligada de gobiernos y del sectorprivado en asuntos económicos y sereveló como escritor prolífico. Pá g i n a 3

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2 Sábado 16 de m a r zode 2 013H OY A RE Í TO

Zona

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reíto

Philip Roth (Novelista y ensayista norteamericano)"Mis peores momentos son cuando no estoyescribiendo. Entonces tiendo a ser infeliz, depresivo,ansioso y demás"

LI B RO S

LA GUÍA

LOS RECUERDOS DELDOCTOR MOLINA MORILLO

“Mis recuerdos imborrables”,como el doctor Rafael MolinaMorillo ha llamado a susmemorias periodísticas, es ellibro de un periodistaexcepcional que ha estado enlos medios de comunicacióndurante 65 años consecutivos,desde que tenía 18 años deedad. Molina Morillo fue delos periodistas que hizo latransición de la Era de Trujilloa la democracia. Le tocó a élfundar la que hemosdenominado la prensa liberal,con el periódico El Nacional yla Revista Ahora a la cabeza. Lalectura de este libro es unaobligación política e intelectual._ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _

EL PRIMER POEMARIO DEOFELIA BERRIDO

La doctora Ofelia Berrido regalaa sus lectores un hermoso librode poemas, tan elegante en laforma, en el diseño, comosustantivo en su contenido.Contrariando la tradición, ellaviene de la narrativa de ficción.Se conocen sus novelas El solsecreto y El infiel. El doctorBruno Rosario Candelier dice deeste poemario que “la poesía deOfelia Berrido se funda en unaconvicción metafísica cuyasraíces remontan a un claroconcepto del ordenamiento de loexistente y del destino humano.Esa convicción se manifiesta enlos poemas que le han sidoinspirados en momentos deintrospección meditativa”. Ellibro consta de 141 páginas._ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _

EL IDEARIO DE DUARTE

El ayuntamiento de SantoDomingo Este, jurisdicción de laprovincia Santo Domingo, se haunido a la celebración delbicentenario del nacimiento delpatricio Juan Pablo Duarte con lapublicación de su ideario,contextualizado y anotado porSócrates Suazo Ruiz. Se trata deun manual muy útil para todoslos interesados en elconocimiento de las ideasfundamentales que guiaron lavida y las acciones del padre dela nación dominicana. Elmanual consta de nuevecapítulos que cubren el ideariode Duarte, su proyecto deConstitución de la República yuna carta del patricio a FélixMaría Delmonte. El libro, de 143páginas, está prologada por elalcalde de Santo Domingo Este,Juan de los Santos.

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UN LIBRO SOBRE UNA CUBAD I FE RE NTE

Cuba, la Cuba socialista de FidelCastro, va siendo cada vezmenos cerrada para losinvestigadores y para loshacedores de opinión pública.Este libro de la destacadaperiodista Ann Louise Bardach,“Sin Fidel, la casi muerte delcomandante, sus enemigos y lasucesión del poder en Cuba”, esla mejor muestra de estaafirmación. Por sus 488 páginas,escritas en el riguroso estiloacadémico de los EstadosUnidos, desfilan losacontecimientos y los personajesque, en el tiempo dilatado de larevolución castrista, han dadoforma a la Cuba que ahora tratade sobrevivir. Forma parte de lacolección Debate de Mondadori.

L a lucha entre católicos y pro-testantes incidió, de maneradeterminante, en la vida denaciones y sociedades del

mundo occidental durante los si-glos XVI, XVII y gran parte del XVIII.Todo comenzó el 31 de octubre de1517: ese día el monje agustinoMartín Lutero clavó en el frontis-picio de la iglesia de la Universidadde Wittenburg, Alemania, las 95 te-sis en las que exponía su divergen-cia y su visión sobre las indulgen-cias, con lo que selló su ruptura conla Iglesia católica, especialmentecon la jerarquía vaticana. La repro-ducción de esos mensajes circulócomo pólvora, en apenas dos me-ses, por todo el territorio alemán yotras partes de Europa.

En realidad, Lutero había envia-do carta y el polémico texto a Al-berto de Brandeburgo, Arzobispode la provincia eclesiástica de Mag-deburgo, que destinaba parte de larecaudación por indulgencias alpago de la deuda que había con-traído con los banqueros Fugger,quienes le habían adelantado dine-ro para instalar una nueva diócesisprecisamente en Maguncia, la ciu-dad de Johannes Gutenberg, el in-ventor de la imprenta.

La posición de Lutero no sólo loenfrentó al papa León X, sino tam-bién a Carlos V, el emperador delSacro Imperio Romano Germánicoy rey de España. Se desató una grancontroversia. Con relación al refor-mador, todo iba a desembocar ensu excomunión, el 3 de enero de1521, aunque sin ejecutarse. Mien-tras tanto, se le convocó a la Dietaimperial de Worms, Alemania, conla presencia del Emperador, el Su-mo Pontífice y los príncipes perte-necientes al imperio, para que re-nunciara o confirmara su doctrina.Se mantuvo firme en sus creen-c i a s.

Con la publicación del Edicto deWorms, el 25 de mayo de 1521, quelo declaró prófugo y hereje, así co-mo prohibía la lectura de sus obras,

se definió definitivamente la sepa-ra c i ó n .

A la cantidad de documentos,cartas y proclamas, que constituíael insumo de aquel mundo de de-bates y enfrentamientos, se sumóuna obra fundamental: la traduc-ción de la Biblia al alemán, reali-zada por Lutero. La inició por elNuevo Testamento, durante casi unaño, recluido en el castillo de War-tburg, con la protección del prín-cipe Federico III de Sajonia (El Sa-bio). La edición fue publicada en1522.

Con la ayuda de Philipp Melan-chthon y otros fue traducida la Bi-blia entera, al sumársele el AntiguoTestamento (1534). Este hecho uni-ficó los diversos dialectos alema-nes, de lo que resultó el alemánmoderno. Además de su huella enla cultura de ese país y de toda Eu-ropa, la Reforma protestante tam-bién influyó en los movimientossociales y políticos, así como el im-pacto mismo de las contradiccio-nes que ella generó.

Influidos por el flanco humanis-ta y social de la Reforma, muypronto se produjeron las guerrascampesinas en Alemania(1524-1525), bajo la inspiración deldiscurso de Tomás Mantzur. Y lamás importante respuesta al lute-ranismo fue la Contrarreforma, cu-yos mayores exponentes fueron lacreación de la Compañía de Jesús(1540), con Ignacio de Loyola, y elConcilio de Trento (1545-1563).

Así como la imprenta fue deter-minante para la difusión del pen-samiento de la Reforma, pues conrapidez pudo llegar a los lugaresmás lejanos, también lo fue para laIglesia católica, que con el Conciliode Trento salió fortalecida y conmayores instrumentos para incidiren la vida cultural y social de sutiempo y del porvenir. Produjo unode los más luminosos momentosde la cultura universal (siglos XVII yXVIII): el barroco.

LA HISTORIA/Fuente: Portal de Bibliófilo Enmascarado

1935 NACIÓ EL 17 DE MARZO. Luis Goytisolo,escritor español. Su obra más conocida es

la tetralogía “Antag onía”, sobre el arte de la escritura._

1813 NACIÓ EL 18 DE MARZO. Frie drichHebbel, dramaturgo alemán. Entre sus

obras cabe destacar la trilogía “Los nibelungos”._

1980 MURIÓ EL 18 DE MARZO. E ri chFromm, destacado psicólogo social,

psicoanalista, filósofo y humanista alemán. Su obramás conocida es “Anatomía de la destructividadh u m a n a”.

1809 NACIÓ EL 19 DE MARZO. N i ko l a iGogol, escritor y dramaturgo ruso. Sus

obras más Conocidas son “Taras Bulba” y “AlmasM u e r t a s”, considerada como la primera novela rusamo derna._

1933 NACIÓ EL 19 DE MARZO. Philip Roth,estadounidense, uno de los más

prolíficos, afamados ycontrovertidos escritores delmundo. Es el autor de la polémicanovela “El lamento de Portnoy”.Ganador del Premio Man BookerInternacional 2011

Diómedes Núñez Polanco

IMPRENTA E INTERNET:LAS GRANDES ERAS DE LA HISTORIA

1839 NACIÓ EL 16 DE MARZO. Re n éFrançois Armand Sully Prudhomme,

poeta y ensayista francés de la escuelaparnasiana galardonado con el premio Nobel deLiteratura en 1901._

1892 NACIÓ EL 16 DE MARZO. Cés arAbraham Vallejo Mendoza, poeta

peruano, uno de los más grandesinnovadores de la poesía delsiglo XX. “España, aparta de míeste cáliz” fue una de susúltimas y más nombradascomp osiciones.

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A RE Í TO 3Sábado 16 de m a r zode 2 013 H OY

Bernardo Vega, entodas las trincheras

Ala caída de la dictadura, Ber-

nardo Vega no solo se convirtióen referencia obligada de go-biernos y del sector privado enasuntos económicos sino quese reveló como escritor, innova-

dor activista cultural, defensor del patrimonionacional y enérgica autoridad en momentosdifíciles, como la guerra de abril.

Sin ser partidista, comenzó a ser blanco deataques y caprichos políticos, algunos tan sinfundamento como acusarlo de que una es-cultura de Lemba que colocó frente al Museodel Hombre Dominicano, del que era director,se erigió para molestar a José Francisco PeñaGómez, entonces servidor en el Gobierno deAntonio Guzmán del que fue destituido Vegapor sus trabajos estratégicos con la candida-tura de Salvador Jorge Blanco.

“José Antonio Caro dejó una estatua de En-riquillo, pero al estilo europeo, y yo puse tres:Lemba, el padre Las Casas y otra versión deEnriquillo, porque fueron los pilares de los de-rechos humanos en Santo Domingo. Las Casasfue el gran defensor de los indios y Enriquillo, aligual que Lemba, se rebeló contra España. Mecriticaron bastante, decían que Lemba se pa-recía a Peña Gómez”, refiere. Sebastián LembaCalembo fue un dirigente negro antiesclavista,nacido en África.

Recibió otra embestida cuando trajo des-de el Museo Británico a Boynayel, el dios llo-roso de la lluvia. “Comenzó a llover muchí-simo y Antonio Guzmán me pidió que porfavor lo devolviera porque campesinos deBarahona se quejaban de las inundaciones”.El caso llegó a ser tratado por Peña Gómez enun discurso y como el acuerdo era que seretornara con la presencia de un oficial deInglaterra, Vega lo ocultó provisionalmenteen un armario. “Y por cierto, al otro día salióel sol”, comenta.

La charla es una mezcla de cultura, eco-nomía y política, salpicada de anécdotas sin-gulares, como la del camión tanque que de-bieron colocar los norteamericanos en el só-tano del Banco Central, donde trabajó Vegaen 1965, para impedir el asalto a las bóvedaspor gente del gobierno de Antonio Imbert ola confusión de uno de los intelectuales mássólidos del país que al leer el primer libro deBernardo, La República Dominicana ante elproceso de integración económica en Lati-noamérica, le comentó que en el país noexistían problemas raciales.

Vega Boyrie se había convertido en pio-nero de ese y otros temas de la especialidadque introdujo en Santo Domingo y que nosolo le representó admiración sino sorpresasy apuros como el que sintió cuando le man-daron a buscar del Palacio Nacional porqueuna palabra del informe que presentó a so-licitud del presidente Bosch, como oficial decrédito de la Corporación de Fomento In-dustrial, no figuraba en el diccionario de laReal Academia: insumos.

EL ECONOMISTA. Fue el primer director de

una oficina de “Estudios Tributarios” que secreó en Hacienda. El gobierno de Bosch lesorprendió en Fomento, donde estaba desdeseptiembre de 1962. El mandatario le envió aCentroamérica desde donde adaptó la Leyde Incentivo Industrial, que le tocó aplicar alTriunvirato por el Golpe de Estado de 1963.Fue el único gobierno de ese periodo con elque no colaboró Bernardo pues renunció endesacuerdo con el derrocamiento.

Entonces pasó a trabajar junto a los ideó-logos del Banco Popular, entre los que re-cuerda a Alejandro Grullón y Antonio Ro-dríguez Echavarría. Contactó accionistas,creó frases y tácticas para la campaña pu-blicitaria que arrancó con el lema “Comen -zamos con 100 años de experiencia”, idea su-ya que mostraba a los pioneros sumando talcifra de pericia porque habían sido funcio-narios de la banca extranjera que existía en laRepública. “No había confianza en un bancod o m i n i c a n o”, explica Vega, quien fue uno delos cinco principales ejecutivos de esa en-tidad que abrió sus puertas en enero de1964.

Ya Bernardo había contraído matrimonioen septiembre de 1962 con Cynthia Guerra,madre de sus hijas Cynthia, Mónica y Paula.La dama falleció en 1996. Vega casó por se-gunda vez, a finales de 1999, con la reco-nocida intelectual y escritora Soledad Álva-rez, su actual esposa.

En febrero de 1965 Diógenes Fernández,gobernador del Banco Central, lo designó suasesor económico y ahí estuvo como mano

derecha del funcionario durante seis años.La guerra de abril le atrapó con Fernández

en Paraguay en una reunión del BID. “Tu veque tomar decisiones importantes”, excla-ma. El gobierno de Imbert le convocó a unareunión a la que no acudió por lo que fueacusado de comunista. “No asistí porque elBanco Central no era de Imbert ni de Caa-maño, era del país”. Los dos mandatos exis-tentes, cuenta, nombraron sendas JuntasMonetarias. La estrategia para resolver el im-passe fue que el que manejara las papeletasganaba la situación. El Banco, expresa, es-taba dentro del área de Imbert pero “lo quese hizo fue trasladar las reservas monetariasa las Reservas de Estados Unidos” bajo elacuerdo de que solamente se reconocieranlas órdenes del gobernador.

Antes del regreso de Fernández, sin em-bargo, Bernardo debió ordenar que los em-pleados que manejaban las bóvedas, tresevangélicos, se retiraran a sus pueblos na-tales, así no había nadie que las abriera. Lagente de Imbert, empero, trató de entrar pe-ro fue impedida. “Se preservó la autonomíadel Banco Central”, dice Vega y agrega que“Caamaño respetó todos los bancos” ubica -dos en la zona constitucionalista. En 1971Vega renunció a esa posición, ya había pu-blicado obras sobre integración económica,que también había estudiado en Argentina,y se convirtió en experto en ese tópico.

Años después, siendo gobernador delBanco Central en 1984, logró que RepúblicaDominicana entrara a Lomé. A él le corres-pondió presentar los argumentos para al-canzar esa participación.

Al salir del Banco Central, Joaquín Bala-guer le nombró titular de la Junta Monetaria,donde estuvo hasta 1982 cuando “AntonioGuzmán me quitó”. Compartía el cargo conla dirección del Museo del Hombre Domi-nicano, que revolucionó con exposicionesde piezas traídas del extranjero, publicacióndel boletín, investigaciones, celebración decongresos, aperturas de salas… Ahí publicósus libros sobre arqueología y expuso su co-lección arqueológica que donó reciente-mente al Centro León.

El Gobierno de Guzmán lo excluyó de laJunta Monetaria aun cuando había renun-ciado del Museo, donde no percibía remu-neración, por incompatibilidad con los doscargos. “Todo el mundo sabía que yo estabahaciendo encuestas a Salvador Jorge Blancoy parece que don Antonio tenía conflictoscon él”, señala, aunque personalmente se re-lacionaba con el gobernante, con quien,además, estaba emparentado. “Las relacio-nes personales entre nosotros continuaron,él me explicó que por razones políticas teníaque salir de mí”, cuenta.

Ciertamente, ya Bernardo Vega trabajabacon Jorge Blanco, a quien había sugeridorealizar sondeos políticos convenciéndolode que estos eran “la forma moderna de ga-nar elecciones”.

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El Presidente Joaquín Balaguer le toma el juramente a Bernardo Vega como miembro de la Junta Monetaria.

Director del Museo del Hombre Dominicano.

Bernardo Vega con la primera dama Renée Klang enel Museo del Hombre Dominicano.

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4 Sábado 16 de m a r zode 2 013H OY A RE Í TO

LA MUERTEREALIDAD Y TEMOR

Si la muerte pisa mi huerto¿quién firmará que he muertode muerte natural?¿Quién lo voceará en mi pueblo?¿quién pondrá un lazo negroal entreabierto portal?¿Quién será ese buen amigoque morirá conmigo,aunque sea un tanto así?...¿Quién pondrá fin a mi diarioal caerla última hoja en mi calendario?¿Quién me hablará ente sollozos?¿quién besará mis ojospara darles la luz?...¿Y quién será el nuevo dueñode mi casa y mis sueños...?¿Quién pondrá fin a mi diarioal caerla última hoja en mi calendario?(Joan Manuel Serrat)

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w w w. i d g.o rg.d o / Félix Disla

Harold Priego ysus ancestros

H arold Rafael Priego García-Go-doy será recordado siempre porhaber sido uno de los más gran-des y famosos caricaturistas de

los últimos años, y su nombre estará porsiempre ligado a sus “m u ñ e c o s”, princi-palmente, Diógenes y Boquechivo.

De dos de sus ancestros heredó HaroldPriego la vena del arte por la pintura y lacreación artística. Su padre, Joaquín Prie-go, fue un reconocido profesor, escritor,escultor y pintor dominicano, que llegó aser director de la Escuela Nacional de Be-llas Artes.

Mientras que su abuelo materno, En-rique García-Godoy, fue un pintor, escri-tor y diplomático dominicano de renom-bre. Harold Priego nació en La Vega el 12de enero de 1955, y falleció el 26 de enerode 2013. Tenía 58 años de edad.

La vida de Harold estuvo muy ligada aCuba. Varios de sus ancestros llegaron a laRepública Dominicana procedentes deesa isla. Y su primera hija es también demadre cubana.

Harold Rafael Priego García-Godoy tu-vo descendencia. Primero, a Patricia Ele-na Priego de los Reyes, hija de la cubanaElena Leonor de los Reyes González, yluego a Samuel Priego Caballero y GlendaPriego Caballero, hijos de Dulce CeciliaCaballero Rodríguez.

Los padres de Harold Priego fueron losdominicanos Joaquín Rafael Priego Alfonso(Santiago 1918-2004) y Raquel Cecilia Gar-cía-Godoy Guzmán (n. La Vega 1931). Losabuelos paternos de Harold fueron el es-pañol Francisco Priego Navas (Córdova1874-Santiago 1922) y la santiaguera MaríaRafaela Otilia Alfonso Tavares (1886-1952),quienes casaron en Santiago el 18 de di-ciembre de 1909. Por línea materna lo fue-ron Enrique García-Godoy Ceara(1886-1947) y Antonia Graciela (o Gracelia-na) Guzmán Pérez (n. La Vega 1889).

Los bisabuelos paternos fueron Agus-tín Priego y Dominga Navas, españoles; yJoaquín Alfonso Alfonso, nacido en Cubahacia 1849 y fallecido en Santiago de losCaballeros en 1909, y María Dolores Ta-va re s.

Los bisabuelos maternos fueron Fede-rico García Godoy (Cuba 1857-La Vega,1924), renombrado novelista, crítico lite-rario, historiador, periodista y educador yRosa Ceara Jiménez (1859-1936); SilvestreGuzmán Román (La Vega 1852-La Vega1916) y Antonia Agapita Pérez.

Los tatarabuelos conocidos fueron, porlínea paterna, Pedro Alfonso Beamonte yMaría Josefa Alfonso y María ConcepciónTavares. Por línea materna Federico Gar-cía Copley y Josefa (Pepilla) García; JuanEsteban Ceara y Balbina Jiménez. Así co-mo Santiago Guzmán (f. 1873) y MaríaNatividad Román Mota (1827-1899).

Harold Priego tuvo, además, ancestrosrelacionados con dos presidentes de laRepública Dominicana. Sus dos abuelosmaternos tuvieron, cada uno, un sobrinoque llegó a dirigir los destinos del país.

Enrique García-Godoy era hermano deRafael Emilio García-Godoy (La Vega1864-Santo Domingo 1969), padre deHéctor García-Godoy Cáceres (Moca1921-Santo Domingo 1970), quien ocupóla presidencia en 1965-1966.

Su abuela materna, Graciela GuzmánPérez, era hermana de Silvestre GuzmánPérez (n. 1882), quien a su vez fue el padrede Silvestre Antonio Guzmán Fernández(1911-1978), Presidente de la Repúblicaen el período 1978-1982.

Además, la madre de Héctor GarcíaGodoy era hija de Ramón -Mon- Cáceres,presidente de la República entre1906-1911, y este, a su vez, primo herma-no del también presidente Horacio Vás-quez, quien ocupó en tres ocasiones laprimera magistratura del Estado, en 1899,1902-1903 y 1924-1930.

Instituto Dominicano de Genealogía

La vida es un maravilloso viaje através del tiempo, que se iniciacuando abrimos los ojos al mun-do, y, con nuestro primer grito,anunciamos nuestra llegada. Pa-san los días, los meses y los años,

crecemos, nos insertamos como podemosen la sociedad que nos presenta sus puertas.Finaliza cuando cerramos los ojos parasiempre e iniciamos el viaje hacia la eter-nidad. La muerte es un enigma. Todos losque tenemos la dicha de disfrutar el estarvivos, le tememos y por esa razón nos ale-jamos de ella. Sin embargo, en nuestras vidascotidianas hemos tenido que enfrentar laverdad con la partida de familiares queridosy amigos entrañables.

Vida y muerte es parte del dilema vital decontrarios, como las lágrimas y las risas; eltrabajo y la diversión; la amistad y la ene-mistad; el amor y la desilusión; porque elviaje de la vida oscila entre contrarios apa-rentemente antagónicos que se entrecruzanconstantemente, convirtiendo la existenciaen una deliciosa aventura.

La gran y constante pregunta que nos ha-cemos es ¿Hay vida después de la muertefísica? Las respuestas son múltiples. Los quedefienden la racionalidad a ultranza y asu-men la vida como todo lo que puede verse ytocarse, niegan esa posibilidad. Los quecreemos en la trascendencia de Dios asegu-ramos que después de la muerte física sereinventa la existencia con una nueva formade vida, que no tiene límites porque es eter-na y trascendente.

El misterio de la muerte ha sido abordadopor todas las culturas a través de los tiempos.Ha sido un tema recurrente en el cristianis-mo. Los primeros cristianos buscaron expli-caciones. En el Eclesiastés es abordado des-de diferentes perspectivas. Uno de los quemás me impactó es el fragmento de un tiem-po para cada cosa. Como dice el sabio es-critor, que hay tiempo para cada cosa, y so-bre todo, hay un tiempo para vivir y un tiem-po para morir. En otro de sus capítulos abor-da que la inminencia de la muerte no respetaa pobres, ni ricos, ni sabios ni necios, porquetodos son, somos, iguales ante la muerte.2:14 el sabio tiene los ojos bien puestos,mientras que el necio camina en tinieblas.Pero yo sé también que a los dos les espera lamisma suerte. 2:15 Y me dije a mí mismo: sila suerte del necio será también la mía, ¿paraqué, entonces, me hice más sabio?...

Pero la inquietud expresada en ese frag-mento es contestada por el mismo autor,cuando se refiere a la condición humana. Yo hevisto algo más bajo el sol: en lugar del derecho,la maldad y en lugar de la justicia, la iniquidad."3:17 Entonces me dije a mí mismo:

Dios juzgará al justo y al malvado, porqueallá hay un tiempo para cada cosa y paracada acción. 3:18 Yo pensé acerca de loshombres: si Dios los prueba, es para quevean que no se distinguen de los animales.3:19 Porque los hombres y los animales

tienen todos la misma suerte: como mue-ren unos, mueren también los otros.

Todos tienen el mismo aliento vital y elhombre no es superior a las bestias,

porque todo es vanidad. 3:20 Todos vanhacia el mismo lugar: todo viene del polvo ytodo retorna al polvo... 3:22 Por eso, yo vi quelo único bueno para el hombre es alegrarse

de sus obras, ya que esta es su parte: ¿Quién,en efecto, lo llevará a ver lo que habrá des-pués de él?"

Esta reflexión nos convence a nosotros loscreyentes de que las buenas obras de hoyserán premiadas en el cielo. Es la recompen-sa, el aliciente y la esperanza del cristiano.Saber que los malos, los depredadores, losnecios, los malvados y deshonestos tendráncastigo en el cielo, reconforta y tranquiliza.Pero yo quiero más. Yo espero también queen la tierra sufran por los daños causados amucha gente.

Hurgando sobre el tema localicé un tra-bajo de Carolina Orozco titulado la concep-ción de la muerte en el judaísmo, hinduismoy la cultura indígena [i] La autora señala quepara los judíos puede entenderse la muertesiempre y cuando se entiende la vida: “losjudíos están claros que antes de morir tienenque seguir un ciclo natural de la vida aunadoa un proceso de comprensión donde lamuerte forma parte de este proceso naturalal cual se deben adecuar conociendo queDios es el creador de la vida y la muerte; asi-mismo, en el texto talmúdico se reseña queel fin del hombre se denomina con la muer-t e”.Un elemento interesante del judaísmo esque la muerte se concibe como la separacióndel alma y el cuerpo, “no ya como una de lasconsecuencias del pecado original, sino co-mo el fin natural de la vida y el paso de estemundo a otro”.[ii]

En el caso de los hindúes, dice la autora, lamuerte es considerada una liberación por-que la vida en la tierra es sólo sufrimiento, “espor ello que buscan alcanzar un estado óp-timo de conciencia mediante el cual el almano necesite reencarnar más en ningún cuer-po físico”.

En las comunidades indígenas la muertees el producto de fuerzas impredecibles eincompresibles. Para los Warao, por ejem-plo, como dice Carolina Orozco, “la muerteocurría por causa de grandes fuerzas queellos consideraban sobrenaturales o sagra-das, que actuaban dirigidas por personas dela misma tribu que mayormente eran an-cianos y que a su vez podrían tener cargospolíticos dentro de la comunidad”. [iii]

Eduardo Berti en su blog “Ber tigo” haceuna referencia sobre un trabajo muy inte-resante de un misionero y sinólogo jesuita yfrancés, Henri Doré (1859-1931), quien en1926 publicó un fascinante «Manual de su-persticiones chinas» que aborda con detalleslas prácticas funerarias y las apariciones deespíritus. Dice Doré que en el momento enque el enfermo está a punto de expirar, se lequita la almohada porque es imperioso mo-rir en paz, que significa estar en posición ho-rizontal. La almohada entonces pasa a serconsiderada nefasta y se coloca sobre el te-cho de la casa para que se descomponga a laintemperie. Asimismo, en la China antiguase considera que el enfermo debe morir conatuendos nuevos, pero nunca de piel, por-que corre el riesgo de reencarnar en el cuer-po de una bestia. El moribundo no debe versus propios pies o una maldición caerá sobresus hijos. Sigue diciendo Doré que al morirlos deudores esperan con rezos el séptimodía después de la muerte, para que el almadel difunto sea conducida a un estrado(wang-hiang) para que eche una última mi-rada a las cosas terrenales.[iv]

Recuerdo que en mi infancia tuve quedespedir a mi único tío paterno. Nos hicie-ron vestir de blanco porque así el espiritu deldifunto parte con tranquilidad. Nos prohi-bieron el uso de sombreros de papel y sellenó la casa de humo del incienso para pro-tegerla de los espíritus.

Así pues, la muerte es parte integral denuestras existencias. Debemos amar la vidacon pasión, como si fuera el último día, perosin temor a morir, porque es y será siempre elestadio final de nuestra existencia en la tierra.

[email protected]@pucmm.edu.do@MuKienAdr iana

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A RE Í TO 5Sábado 16 de m a r zode 2 013 H OY

Los miembros de El Paladión:nuestros héroes del siglo XX

La inmensa mayoría de los miem-bros de los grupos de intelectua-les que propugnaron por los pos-tulados de una sociedad demo-crática desde principio de sigloXX hasta el 16 de mayo de 1930,

pero que se plegaron al ventarrón de la dic-tadura de Rafael Trujillo no pudieron vivir,desde ese instante, fuera del presupuestopúblico. El lema de su trepadurismo en eltrujillismo fue: Prohibido estar abajo. O, másvulgarmente: Prohibido joderse. Hoy, por hi-pocresía nadie, en el gobierno o la oposición,suscribe en público esa consigna, aunqueesté cien por ciento de acuerdo con ella y quetal lema sea el guion de vida del 99% de losinscritos en el padrón electoral con derechoa voto y que votan por los partidos clien-telistas-patrimonialistas vigentes en nuestropaís. Ese 99% de votantes alimenta el clien-telismo y el patrimonialismo que se nutre asu vez de nuestra falta de conciencia políticay de conciencia nacional.

Luego de la caída de la dictadura, esos in-telectuales partidarios del lema prohibidoestar abajo, ayudaron a acabar con la de-mocracia representativa y, porque su inte-ligencia no les dio para más, no realizaronningún esfuerzo para ponerse al día y co-locar a su país a tono con las ideas y trans-formaciones culturales, literarias, sociológi-cas, científicas, filosóficas, lingüísticas, an-tropológico-culturales, económicas y teóri-co-políticas que entre 1901 y 1961 se deba-tieron en el plano internacional con lasobras y el pensamiento de Max Weber, Sim-mel, Kausky, Jaurès, Ferdinad Tönnies, Fe-derico Nietzsche, Marcel Mauss, Franz Boas,Ferdinand de Saussure, Guillermo Dilthey,Luis Wittgenstein, Sigmund Freud, AlbertEinsten, Werner Heisenberg, John MaynardKeynes o Joseph Schumpeter, entre muchasotras luminarias de ese período.

Mientras América Latina bullía de efer-vescencia con la lectura y discusión de lasobras de estos grandes intelectuales citadosen el párrafo precedente, los intelectualesdominicanos que sobrevivieron a la deca-pitación de la dictadura se aferraron a su tru-jillismo y a la política autoritaria de su he-redero durante 22 años, Joaquín Balaguer, yestuvieron sordos a las grandes discusionespolíticas, literarias y artísticas que preocu-paron a Hispanoamérica desde México has-ta Tierra del Fuego.

Los intelectuales que regresaron del exi-lio, a quienes se suponía el amor acendradoa la libertad y a la pluralidad de ideas, a ladiscusión de todas las corrientes del pen-samiento libre, al pisar tierra dominicana,exceptuando a Juan Bosch, quisieron revivirlos días de gloria de sus ancestros caudillis-tas, ya fuera por lazos familiares o de amis-tad. Algunos esgrimieron pujos de apellidosaristocráticos y franco desprecio a los sec-tores populares. Alegaron que el pueblo eraignorante y que se equivocó al elegir a JuanBosch como presidente de la República. Estearistocratismo les autorizó a unirse al frenteoligárquico recompuesto rápidamente porlos Estados Unidos para “evitar una segundaCuba en América”.

De los exiliados que abrazaron las ideassocialistas y comunistas en el exilio, entraronen una semiclandestinidad que les obligó aaislarse casi totalmente de los sectores pro-letarios y la excusa de la represión solo sepuede esgrimir a medias. Ellos, al igual quelos socialcristianos que quisieron implantardoctrina en el país, no arraigaron en el me-dio porque, como decía Martí, no lo enten-dían. Para remate de males, la única pro-puesta para resolver los males del país que laizquierda nos ofreció de 1961 a 1970 fue ladictadura del proletariado, una soluciónproporcionalmente inversa a la que ya habíavivido el pueblo dominicano con la dicta-dura de partido único del trujillismo. Cuan-do a lo que la sociedad dominicana aspirabaera a la creación de un Estado nacional sinclientelismo, sin patrimonialismo y sin co-rrupción, donde el cumplimiento de laigualdad de todos ante la ley fuera la normasuprema y su incumplimiento un delito cri-minal de lesa patria y el disfrute de las másamplias libertades ahogadas durante los 31años de dictadura absoluta.

Lo más lejos que llegaron los intelectualesque se quedaron en el país o los que se fue-ron al exilio fue a copiar a los grandes pen-sadores conservadores como Edmund Bur-

ke, Augusto Comte, Ortega y Gasset, JuliánMarías, Heidegger o Husserl; a los lingüistasy estilistas del signo como Menéndez y Pe-layo, Menéndez y Pidal, Dámaso Alonso oCarlos Bousoño; a los códigos franceses querigieron hasta hace poco a la Universidad y laJudicatura y en psicoanálisis prefirieron aJung y su escuela en vez de Freud, no paraquedarse en Freud, sino para ir más allá; enliteratura y lingüística se quedaron en la fi-lología y la estilística y no se cuestionaron lateoría del signo que las acompaña, es decir,el rechazo de lo radicalmente arbitrario ehistórico del signo; en antropología se que-daron en la antropología colonialista, y ensociología en el funcionalismo; en política sequedaron en el autoritarismo como sistemade gobierno y en los teóricos que apañantales regímenes; en ciencia se quedaron en lamatemática metafísica; y en economía enKeynes o en los autores norteamericanos co-mo Paul Samuelson; y, en física, los profe-sores se quedaron en la repetición de la teo-ría de la relatividad y en las artes nuestrospintores y músicos copiaron las tendenciaseuropeas o norteamericanas del momento.En música, demostrado por Bernarda Jorgeen su libro; en pintura, Pedro René ContínAybar, Rafael Díaz Niese y Manuel Vallde-peres y sus epígonos orientaron el gusto y elsaber desde los años 40 hasta los 70. Luegovinieron el hiperrealismo y el abstraccionis-mo norteamericanos.

En nuestro país, tanto los intelectualesque se sumaron al trujillismo y lo defendie-ron incluso después de la decapitación de ladictadura, así como los que en el exilio fun-gieron como conciencia crítica de la socie-dad dominicana (caso paradigmático de Ji-menes Grullón), se fundieron en una alianzay un abrazo político para cercenar el primerensayo democrático al participar en el de-rrocamiento del primer gobierno constitu-cional libremente elegido por el pueblo lue-go de caída la dictadura: el gobierno legítimoy legal de Juan Bosch. En su caída conver-gieron el grueso de los líderes conservadoresdel exilio que regresaron al país, los líderes dela trama del 30 de mayo de 1961 y los an-titrujillistas que permanecieron recluidos ensu casa para no colaborar con Trujillo.

La violación del orden constitucional fueel legado que les dejaron a la sociedad do-minicana los que derrocaron mediante elgolpe de Estado a Juan Bosch. Ese golpe deEstado ha sido el gran trauma del país. El

voto de ustedes –nos dijeron– no vale nada ynosotros, todos juntos, concluimos en queustedes se equivocaron al votar por JuanBosch y decidimos, por la fuerza, instaurarde nuevo el autoritarismo, el clientelismo yel patrimonialismo, pues todo eso fue lo queaprendimos de la historia dominicana y denuestros padres.

El discurso de los historiadores les ha da-do la razón. Todos los golpistas y sus inte-lectuales ancilares que derrocaron a Bosch einstalaron el Triunvirato y apoyaron la in-tervención militar norteamericana y a Joa-quín Balaguer colocado en el poder por Lyn-don Johnson luego de la revolución de abrilde 1965, una vez muertos en olor de san-tidad, los ayuntamientos de la Capital y delresto del país decidieron rendirles homenajea trujillistas y golpistas al rotular con sunombre calles, avenidas, edificios, escuelas,hospitales, aeropuertos, puentes y carreterasdel país.

A todo lo sucedido en el país de 1916 hastahoy le llamó Américo Lugo la “escuela de co-bardía y envilecimiento” del pueblo domi-nicano. Esta escuela permite tales desmanesen contra de nuestra dignidad porque le faltaconciencia política, conciencia nacional yconciencia de su unidad personal, sin lascuales no hay posibilidad de que la nacióndominicana exista. Bosch le agregaba que elpueblo dominicano carece de conciencia declase y yo rematé el asunto al afirmar quecada habitante de nuestro país carece deconciencia de ser sujeto. Debido a estas au-sencias de conciencia descritas en el párrafoanterior, no hemos podido crear un Estadonacional verdadero, el cual podría quizá seruna realidad dentro de 300 ó 500 años.

Mientras tanto, seguiremos formandoparte de lo que Lugo llamaba “una porciónde humanidad” y una caricatura de Estado,obligada a girar en torno a los Estados ver-daderos, condenada a vivir, hasta las calen-das griegas, en el autoritarismo, el cliente-lismo, el patrimonialismo y la corrupcióng e n e ra l i z a d a .

En el libro de Paulino Ramos están losnombres; en la “Bi b l i o g ra f í a” de los trujillis-tas de Rodríguez Demorizi están los nom-bres; en los libros sobre el golpe de Estado aBosch están los nombres: todos son nuestroshéroes del siglo XX y sus descendientes, losdel XXI.

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Ref l ex i o n essobre la búsqueda de culpables

Reflexionemos un poco sobre lanaturaleza del hombre y con-sideremos el cómo y el porquéel ser humano en su accionar vaen la búsqueda constante deculpables, ya que hay quienes

tienen la necesidad persistente de ejercitarsu capacidad crítica y discriminativa paraseñalar a los que llaman “los responsables desus males”.

Ve a m o s …tenemos claro que alguien esinmoral si no cumple con las normas mo-rales de su comunidad, pero quién deter-mina las normas y leyes que rigen a una co-munidad... ¿Podemos asegurar que fueroncreadas con la intención de apoyar el biencomún o es que con frecuencia están diri-gidas a dar soporte a intereses personales ogrupales?; ¿a qué comunidad nos referimos?será a la sociedad en su conjunto o a la parteque tiene en sus manos el poder de decisiónen una época, tiempo o lugar determinado.¿Acaso no son las instancias de poder eco-nómico, político o religioso las que implan-tan las normas o es esta aseveración solo unafórmula desgastada que utilizan los deshe-redados de la fortuna del poderío para jus-tificar los resultados finales?

¿Serán las respuestas a estas interroganteslas causas que generan la necesidad de se-ñalar a los que estas personas consideran losautores de todas las adversidades que losaquejan? Esos culpables siempre estarán enel exterior del yo que indica con el dedo acu-sador, porque para el denunciante el culpa-ble será siempre otro, y es que resulta fácillibrarse de la culpa cuando se aduce: “En mismanos no estaba la decisión y yo no pudehacer nada… ”. ¡Qué conveniente es apoyar-se en la comodidad de la inacción!

Sin embargo, hay otros que acusan desdeel dolor… Tras una operación lógica tradi-cional podríamos concluir que si todos loshombres son iguales; los miembros de lasdiferentes clases sociales son iguales. Peroesta afirmación que suena tan verdadera seconvierte en plena falacia cuando la realidades que unos viven en plena miseria; mientrasotros disfrutamos de un bienestar medio osuperior. Entonces somos iguales bajo cuá-les premisas, ¿de qué tipo de igualdad ha-blamos? ¡Cuál es la causa original? ¿De quiénes la culpa?...

Nos gusta enjuiciar… Este o aquellos sonlos culpables de mis males o de los males dela sociedad. Exigimos “vir tuosidad” del otroy nos olvidamos de la nuestra. Según Aris-tóteles, la virtud consiste en un hábito dedecidir bien conforme a medida o regla, aña-dió, que el ser humano no es virtuoso por

naturaleza, pero tiene la potencialidad deserlo. Insiste en que solamente la actualiza-ción repetida de esta potencialidad haceaparecer en el ser humano el hábito que seconvierte en virtud, a modo de una segundanaturaleza. En consecuencia, según el filó-sofo, no hacemos el bien porque seamosbuenos, sino que somos buenos porque ha-cemos el bien.

Claro que… debo mencionar la ignoran-cia porque esta puede ocasionar que el hom-bre actúe en contra del bien y más aun delbien común: ignorancia proveniente de unafalta de conocimiento; de una ausencia desaber; de alguna enfermedad mental que al-tera el discernimiento; o la de aquellos quese han quedado estancados en un peldañoinferior del desarrollo de su capacidad de ra-zonamiento moral y entonces solo respon-den al castigo o al chantaje dirigido a lograrlo que desean.

Decidir culpar a otros, muchas veces,puede resultar una acción fácil de ejecutar;no hacerlo, sin embargo, en ocasiones seconvierte en algo en extremo difícil. Porqueel acusador es parte del todo y por tanto tanparte del problema como de la solución, pe-ro resulta más fácil juzgar a otro que reco-nocer la propia responsabilidad de actuarcomo ente activo que impacta la sociedad.Ese que juzga se considera un ser bueno eincapaz de ejercer el mal y con la terriblesuerte de vivir entre personas amantes de lamaldad. Pero a esta persona se le olvida quecuando se piensa que el otro es en primerainstancia malo se le está negando su huma-nidad; y que cuando decide no actuar y per-mitir el mal se convierte en copartícipe delm i s m o.

Por otro lado, me parece que pasarse lavida juzgando y buscando culpables, sin queese sea su oficio formal, es el vicio del pu-silánime que no despliega sus propios po-deres y potencialidades; que no actúa antesu propia responsabilidad para consigo mis-mo, su familia y la sociedad y se entretienecon la vida ajena, porque es incapaz de ocu-parse con valentía de la suya. Este tipo de serhumano parece descubrir en esta extraña ta-rea algún tipo de virtud.

Así, es sencillo elegir entre el bien y el mal.La persona con aval ético siempre se deci-dirá por el bien. Pero, por otro lado, qué di-fícil es la toma de decisión entre dos males.Cuando tiene que decidir, cuando no puedeobviar ni posponer la decisión ¿qué resuel-ve?, ¿qué acción toma? Analicemos la pre-gunta que hace Michael Roach: “En f re n t a d oa la opción entre salvar a su madre o a su hijode un fuego que lo destruye todo y que aca-

bará con sus vidas… ¿Qué decreta como laacción debida?”. En verdad es una decisióncompleja y debe ser tomada con prontitud.En estos casos el ser humano se encuentrafrente a un dilema ético. Y es que hay de-cisiones que sin duda afectarán de formaimportante a una persona o a un grupo so-cial. En estos casos no podrá librarse delefecto tremendo proveniente de su decisión.Debe armarse de valor y utilizando su saber,su capacidad reflexiva y pensamiento críticooptar por el mal menor. Difícil será que no lojuzguen por el mal elegido, pero no hay op-ción: tendrá que decidir y responsabilizarsedel resultado. ¡Delicadísimo asunto este! ¿Noles parece?...

Lo bueno, como bien dice la ética huma-nística, es todo lo que afirma la vida y suspotencialidades; lo malo, todo lo que priva alhombre de su pleno desarrollo. ¡No hacer elmal es bien! Hacer el bien es ser forjador delbienestar común. Pero debemos entenderque con frecuencia el bien moral no siemprees obvio, por tanto, reflexionemos sobrenuestras acciones antes de ejecutarlas yaque es igual de importante pensar antes dehablar, que hacerlo antes de actuar. El pen-samiento es formador de mundos. Pense-mos, valoremos el efecto de nuestras accio-nes porque no hay causas sin efectos, niefectos sin causa.

Finalmente, quiero recordarles que somosentes de cambio y que la gran meta de todoslos tiempos es que el ser humano y las na-ciones pasen de desear no hacer el mal a no sercapaces de hacer el mal. Y es que el que mirahacia adentro y encuentra todo aquello quepuede ayudar a la humanidad y actúa en con-secuencia es un virtuoso cuando actúa de for-ma racional y responsable en busca de ejecutaracciones que mejoren la vida de todos y la con-servación de la existencia para, como bienconfirmó Baruch Spinoza, llegar a ser lo queuno es potencialmente. Se trata de la virtudcomo realización… Se trata de reflexionar so-bre los asuntos que tocan nuestra humanidady de actuar para la realización del bien común:manifestando nuestro ser y nuestro procederdesde niveles superiores de consciencia paraactuar de forma correcta bajo principios éticosuniversales para lograr el bienestar social y laigualdad en los derechos humanos.

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A RE Í TO 7Sábado 16 de m a r zode 2 013 H OY

JUANITA MORELNUESTRA MÁS GRANDE LEYENDA MERENGUERA

I

Se pueden considerar leyendasaquellas narraciones y relatosfabulosos con sabor netamentepopular, basados en hechos rea-les o realizables, pero que al sernarrados se adornan con ele-

mentos de fantasía y se transmiten de ge-neración en generación.

Aunque debilitadas por el tiempo, aquí te-nemos leyendas como las de la ciguapa, queen la imaginación de la gente son seres mis-teriosos que suelen ser vistos de noche enbosques y montañas, con forma de mujer,con los cabellos largos, los pies con el talónhacia delante y los dedos hacia atrás y quepara ser cazados quien lo pretenda debecontar con la ayuda de un perro cinqueño, esdecir que tenga cinco dedos en cada pata.

Como la de la botija enterrada, la del ga-lipote. En algunos campos quedan los re-manentes de la leyenda de Pedro el Cruel,apodo dado a aquel Pedro Primero, rey deCastilla y León desde 1350, famoso por sucrueldad especialmente con los niños y quesegún la leyenda fue condenado a vagareternamente por las siete partes del mundo,arrastrando unas pesadas cadenas. Otras le-yendas, como la del vacá, la de la contratacon el diablo, la serpiente de siete cabezas yotras de origen nativo o extranjero, aunquecada vez más apagadas, forman parte de lascreencias colectivas.

IIEl merengue típico tiene también sus le-

yendas y, sin lugar a dudas, Juanita Morel hasido y sigue siendo el más famoso de todosnuestros merengues de leyenda. Toma co-mo protagonista a Juana Morel, quien, aun-que la generalidad de la gente pone en dudasu existencia real, fue una mujer parranderay caminadora, nacida en 1901, en Ceiba deHostos, jurisdicción de la provincia Duarte.En una comparecencia suya en los añosochenta, en el Gordo de la Semana, produ-cido por Freddy Beras Goico, Morel narró lahistoria del nacimiento del merengue que lahizo tan famosa.

Según contó, las letras eran de su inspi-ración y en una fiesta en Los Yayales, de Na-gua, por allá por los años cuarenta el acor-deonista Bilo Henríquez, tío de Tatico, le pu-so la música y la pieza musical empezó asonar en fiestas de enramada. Hasta que eltrío Reynoso la grabó a comienzos de los cin-cuenta, y con la gracia y la habilidad que lepuso, el merengue se convirtió en un ver-dadero himno y el personaje empezó a en-trar al reino privilegiado de las leyendas.

La gente del pueblo lo bailó con furor, re-conocidos intelectuales, como Manuel MoraSerrano y Ramón Alberto –Chino- Ferreras,escribieron artículos y reportajes sobre lapreciosa mujer. El Juanita Morel llegó a losjuegos de béisbol profesional como canto debatalla del Licey y cuando los juegos llega-ban al séptimo ining, en el play de La Nor-mal, el merengue sonaba por los altavoces,un pelotero importado de las ligas negras deEstados Unidos, nombrado Othelo Renfroe,campocorto de los Tigres, subía al montículoy bailaba al compás de la música, la fana-ticada bautizó a Renfroe con el apodo deJuanita Morel.

En su obra póstumanente publicada bajoel título de “Naturaleza nuestra”, Félix ServioDucoudray asegura que el poeta nacionaldon Pedro Mir le decía que el Juanita Morelera el rey de los merengues.

Juana Morel murió en abril de 1993, a losnoventa y tres años. En medio del silencio yla discreción que contrastaban con la vidaaltiva y cumbanchera que aquella legenda-ria mujer llevó por un tiempo.

IIIPara buscar datos sobre ella cuando yo

estaba escribiendo mi libro Por los caminosdel merengue, mi esposa Dulce y yo viaja-mos a Ceiba de Hostos el 31 de julio de 2010.Allí encontramos a María Antonia Morel,descendiente de Juanita, visitamos el ce-menterio, donde nos recibió el enterradorVictorino de Jesús –Mon-, quien salió de suvivienda que se mantiene en pie a duras pe-nas a las puertas del mal cuidado campo-santo y tuvo que convencernos de que aque-lla losa quebrada, sin nombre, semicubierta

por el limo y la maleza, era la que guardabalos restos del famoso personaje. Sí, esa es lasepultura, fui yo mismo quien la enterré, nosdijo Mon, que ejerce el oficio desde 1976.

Queda de Juanita una de sus hijas. Feli-cita, en Los Castillos, Sosúa. El 19 de febrerode 2011, y desde Nagua, hacia allá tambiénviajamos Dulce y yo. Por la carretera costera,que no se transita, sino que se disfruta. Por-que serpentea junto al mar, flanqueada en sumargen sur por algún fragmento de selva vir-gen y campos fértiles de verde intenso en loscuales se alternan las montañas con los va-lles, aptos para la agricultura lo mismo quepara las fincas ganaderas, en las cuales aquí yallá alguna vaca parida con pinta de animalcerrero amamanta a su cría y le enseña lobuena que es la vida en libertad. La margennorte la guardan como celosas centinelas lasaguas inquietas del Atlántico, sobrevoladaspor aves de vuelo sereno y misterioso, aguasque en los días soleados toman un azul re-tinto y con su permanente ir y venir le re-cuerdan al viajero que no hay que esperar

subir al cielo para disfrutar de algunas de lasbellezas del paraíso.

Doña Felicita Morel, con ochenta y cincoaños, pero con vitalidad y lucidez sorprenden-tes, nos da datos importantes de su madre. Dela delicadeza y pulcritud en el vestir, de la con-sagración de Juanita a la religión católica en lostiempos finales de su vida. Se enriquece así lareseña biográfica de mi libro, sobre cuya basese escribe el presente texto. Y perdura el per-sonaje que da vida a una leyenda merenguera,que existirá mientras sigan sonando a ritmocontagioso del pambiche las letras de: JuanitaMorel/ oye tu merengue/ entre las mujeres/ túeres mi derriengue.

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Juanita Morel en los últimos tiempos de su vida.

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Las yerbas del descuido cubren la tumba deJuanita Morel en el cementerio de Ceiba de Hostos.

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8 Sábado 16 de m a r zode 2 013H OY A RE Í TO

El canon del cuento en la cuentística deJosé Alcántara Almánzar

Un canon es una lista de libros.Históricamente viene a ser uninventario impuesto por cier-ta autoridad: religiosa, acadé-mica u oficial. Desde la aca-démica criticamos el canon

como una imposición de la lectura y porquepuede darse el caso que sea una forma deexcluir y privilegiar ideologías y sentidos li-terarios. Cuando esto sucede decimos quehay que deconstruir las ideas del canon. Sehabla de una lectura canónica cuando se in-tenta leer y confirmar el canon. En toda listahay una selección o flor. Ella dice mucho denuestras ideas literarias y también nos si-túan políticamente: es decir, se puede leer alseleccionador dentro de la política del sen-tido que una lista de obras orienta.

Ante la abundancia de textos, se hace pe-rentorio realizar una selección. No tendre-mos tiempo de leer todo lo que se escribe.Quienes nos hemos autoimpuesto la lecturacomo valoración de las obras literarias y,además,tenemos que orientar la lectura deestudiantes y el público en general, estamosen la imperiosa necesidad de escoger. Aun-que lo hacemos frecuentemente, no siempreestamos conscientes de que realizamos uncanon de la literatura.

En el caso del cuento, que es un género muyexigente: con una morfología que rara vez per-mite variaciones dentro de su propio modelo,es necesario ir descartando textos de un autorhasta llegar al canon de su narrativa. Eso es loque me propongo hacer con la cuentística deJosé Alcántara Almánzar. Seleccionar una listade obras que me parece satisface el sentido deuna poética del relato breve. Entiendo conJuan Bosch que el cuento es un género difícil yque no abundan los cuentos extraordinarios.Pienso que en un libro de cuento se puedenseleccionar de uno a tres que puedan corres-ponder a una cierta poética o que la desbor-den. De ahí que el acercamiento sobre el cuen-to es muy modélico; al estilo concebido porGoethe y por los formalistas rusos, tal vez valgamencionar a Vladimir Propp, que sigue tenien-do vigencia.

En el caso de la narrativa de José AlcántaraAlmánzar, me ha ocurrido un fenómeno ra-ro; he encontrado muchos cuentos buenos yexcelentes y en muchos de sus libros hastauna buena cantidad por cada entrega. Vieneal dedillo la reedición de los cinco volúme-nes de cuentos que ha realizado la EditorialSantuario, para observar que la cuentísticade Almánzar puede dividirse en tres ciclos,conformado el primero por los tres volúme-nes dados a la luz en la década del setenta:Viaje al otro mundo (1973), Callejón sin sa-lida (1975) y Testimonios y profanaciones(1978); de ese primer periodo de la obra deAlmánzar vamos a seleccionar cinco cuen-tos, que son: de Viaje al otro mundo (1973),“La muchacha que conocí en Guadeloupe” y“Rumbo al mar”; de Callejón sin salida(1975), “La insólita Irene”; de Testimonios yprofanaciones (1978), “El laberinto recién vi-s i t a d o” y “Con papá en casa de madameSo p h i e”.

Como puede observar el lector, en la dé-cada del setenta Alcántara Almánzar realizóuna notable actividad artística, publica tresde sus cinco libros. Sin embargo, no apare-cen aquí los textos más antologados del au-tor: “El zurdo” y “Ru i d o s”. Por otra parte, en ladécada del ochenta Alcántara Almánzar pu-blicó un solo libro: Las máscaras de la se-ducción (1983), del que he seleccionado trescuentos: “Lulú o la metamorfosis”, “Ru i d o s”y “Él y ella al final de una tarde”, que inte-grarán el segundo ciclo. En la década si-guiente, publica Alcántara su último libro decuentos, que cierra su tercer ciclo de su na-rrativa: La carne estremecida (1990), del quehe seleccionado tres cuentos: “El zurdo”, “Laobsesión de Eva” y “En alta mar”. Al analizaresta selección podemos adelantar varias co-sas: que los mejores libros de cuentos de JoséAlcántara Almánzar son los dos últimos, porlo que el autor ha venido trabajando con de-dicación el arte literario, dando cada vez unamejor demostración de sus capacidades li-terarias, lingüísticas y técnicas. Nótese quesólo elegimos dos cuentos al principio y quehemos estado forzados a elegir tres en lasdos últimas entregas. También podemospensar que el público y los temas que do-minaban en los setenta han cambiado y lassituaciones de los setenta son distintas a lasactuales, por lo tanto, tenemos una relación

más cercana entre el mundo del texto y elmundo del lector. Pero esto no funciona deesta manera, o estas influencias “mundana -l e s” no son tan determinantes. Ponga elejemplo del cuento “El laberinto recién vi-s i t a d o” de 1978, que es un cuento extraor-dinario que pertenece al primer ciclo.

Entonces, ya tenemos once cuentos. Noquisimos reducir la cantidad a diez. Nosquedamos con once cuentos. La selección esprovisional y corresponde a nuestra lecturade la obra en diversas épocas desde 1993hasta hoy y a los trabajos académicos y laslecturas en clases de segundo y tercer cicloque hemos realizado. De todas maneras eseste un canon provisional. Es preciso, en pri-mer lugar, justificarlo, y en segundo, contras-tarlo con la selección de estudiosos y antó-logos de la obra del autor.

En 1993, la Editorial de la Universidad dePuerto Rico publicó la antología personal decuentos de Almánzar. El autor eligió siete de loscuentos que he seleccionado para este canon.Estos son: “El zurdo”,“La obsesión de Eva”,“Lu l úy la metamorfosis”,“Ru i d o s”,“Con papá en casade madame Sophie”,“La insólita Irene”y“Rum -bo al mar”. Es decir, que a los cuentos selec-cionados por el autor yo he agregado cuatrocuentos más: “La muchacha que conocí enGu a d e l o u p e,” “El laberinto recién visitado”,“Él yella al final de una tarde” y “En alta mar”. Elcanon del autor se completa con cinco cuentosque he dejado fuera: “Como una noche con laspiernas abiertas”, (de La carne estremecida) “Lareina y su secreto”, (de Las máscaras de la se-ducción), “Crónica trivial de una fiesta íntima”,(de Testimonio y profanaciones), “En i g m a” y“La prueba” (de Callejón sin salida).

Antes de entrar en otros cánones que lacrítica y los antólogos han realizado de lacuentística de Alcántara Almánzar vamos ahablar un poco sobre la relación de Alcán-tara con Juan Bosch tanto en la escritura delcuento como en la poética. Juan Bosch iniciósu narrativa breve con una idea muy bienformada del género como Ur-tipo; podría-mos decir que la poética del cuento que Bos-ch utiliza en Santo Domingo ya estaba for-mada en las reflexiones de Edgar Allan Poe,Guy de Maupassant, Antón Chéjov y Horacio

Quiroga; esta parte de la poética románticade Goethe que ve el género como una formamorfológica, como un tipo o modelo de es-critura, en el que las distintas partes debenfuncionar con un objetivo final. De ahí el in-terés que debe despertar el cuento y la es-trategia de dosificación de la acción. El logrode Bosch reside, a mi manera de ver, en dosaspectos: la selección de un tema interesan-te, de particular interés humano (social: “Losa m o s”; de enfrentamiento con la naturaleza:“El río y su enemigo” o de un evento ma-ravilloso: “Dos pesos de agua”, o del hombrefrente a la casualidad y la maldad humana,“Luis Pie”, etc.), y el final sorprendente. Lue-go la forma de composición (la dispositio)moderna con el esquema invertido: iniciarpor el medio, ruptura temporal y finalmente,en la descripción de un sistema cultural atra-vés de los personajes y la profundización delos retos psicológicos, que aparece en “Lu i sP i e”, “El hombre que lloró”,“Rumbo al puertode origen” y que es frontal a pesar del cruceexistencial en “La muchacha de la Guaira”.

La poética de Bosch logra un arranque ex-traordinario con “La mujer” como texto quesigue la poética que priorizará. Los contex-tos sociales están marcados en “Ca m i n ore a l” o en “Los amos”, lo real-maravilloso en“Dos pesos de agua” y “La bella alma de donDa m i á n” y un tanto en “La mancha inde-l e b l e”. Creo que existen tres momentos delcuento de Bosch marcados por la búsquedade una expresión narrativa que llega a su clí-max en el libro que contiene los cuentos: “Lamuchacha de la Guaira”, publicado en Chileen la Editorial Nascimiento en 1955.

La poética de Alcántara Almánzar, por suparte, coincide con la de Bosch y los autoressupra mencionados. Es decir, Alcántara con-sidera que el género cuento ha llegado a superfección y que hay que dominar su técnicaa cabalidad. Cosa que ha sido muy bene-ficiosa para su narrativa, pues llega a lograrobras importantes en temas y espacios dis-tintos a los de Bosch, sin que se note su fi-liación. Alcántara Almánzar ha escrito textosde gran factura dentro de la tradición delcuento en Europa y América.M

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