“NO ES NUESTRO TIEMPO”

Andrea Morán Batres

David Rodríguez Delgado Alicia González Aguilar

Juan José Manzaneque Andrade Patricia Solanas García

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STORY-LINE

En una “España” ambientada en 1946; Antonio y Manuel interpondrán su amor a la legislatura del momento y lucharán por conseguir la libertad que tanto buscan sin importar las dificultades que encuentren por el camino.  

SINOPSIS Antonio; un teniente de la guardia civil del tiempo de la posguerra mantiene una relación en secreto con Manuel; el republicano del que está enamorado. A pesar de estar casado con María y tener un niño; Antonio se lo jugará todo por ser libre junto a Manuel. A pesar de la dificultad de la relación; ambos se siguen viendo en un descampado donde suelen hablar de la situación que les rodea. Manuel es perseguido por la guardia civil por su condición de republicano e irrumpen en su casa donde vive con su hermana Marina y su madre Elvira, pero Manuel consigue escapar sin caer en la cuenta de que detienen a Marina hasta que delate a su hermano. El teniente Antonio se entera de la situación y decide liberar a la hermana de Manuel en mitad de la noche para no ser descubierto e ir en busca de Manuel ya que corre un grave peligro. Entre tiroteos y persecuciones Antonio y Manuel arriesgan todo para luchar por su amor y su libertad hasta que les detienen y les condenan a muerte; sin embargo, el coraje y la fuerza de los dos les invade para no rendirse en el último momento. Antonio escapa con Manuel herido y a punto de morir y van al descampado donde ambos demuestran el amor que sienten el uno por el otro y se dan cuenta de que ese no es su tiempo.

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RESUMEN

Atardece en Madrid. El barrio de Salamanca queda bañado por una luz anaranjada por la caída del sol y mientras tanto, Antonio, un guardia civil regido por las órdenes del régimen franquista; regresa a su hogar después de su jornada de trabajo. Allí le esperan su mujer María y su hijo Pablo que corre a saludarle entusiasmada y cariñosamente. A pesar de su notable cansancio de un largo día de trabajo en el cuartel, Antonio no duda en salir unos minutos antes de que la cena esté lista y se justifica diciendo que va a tomar algo a la taberna con un compañero. Sin embargo no se dirige a la taberna, sino a un descampado donde se reúne habitualmente con Manuel, un joven que espera impaciente su llegada cobijado en el único árbol que hay en ese descampado. Ambos están enamorados y hablan de los sentimientos que sienten el uno por el otro, pero la situación en España no es favorable para una relación homosexual. Antonio se despide de Manuel con una expresión triste en su rostro y vuelve a cenar con su familia. Manuel regresa a su casa; donde vive con su madre Elvira, una mujer muy enferma que necesita cuidados constantes y reposo absoluto. Cuando entra en la vivienda; su hermana Marina se queja de la ausencia de Manuel ya que ella sola no puede hacerse cargo de su madre, pero enseguida comprende la necesidad que tiene Manuel por reencontrarse con Antonio cada día. Los hermanos charlan sobre la gravedad de la enfermedad de Elvira y Manuel decide pedir ayuda a Antonio para conseguir las costosas medicinas que necesita para sobrevivir pero Marina le confiesa la desconfianza y el miedo que siente por su relación con Antonio ya que se exponen a un gran peligro. A la mañana siguiente; la guardia civil irrumpe en el piso de Manuel para detenerle por ser republicano y oponerse al régimen franquista. Sin embargo; Manuel consigue escapar por una ventana mientras Marina intenta protegerle. Los guardias deciden detener a Marina hasta que confiese el paradero de su hermano y la llevan a una celda donde la chica sufre una paliza con el objetivo de que delate a su hermano, pero los guardias no tienen éxito. Al mismo tiempo que Manuel huye de las autoridades; Antonio le espera en el descampado. Su sorpresa llega cuando en lugar de encontrarse con Manuel se encuentra con su hijo Pablo que le pide jugar con él al fútbol. Antonio, nervioso y algo decepcionado pone rumbo a su casa mientras piensa que tal vez

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esté dejando atrás a su familia por un amor imposible. En este tiempo transcurrido; Manuel se encuentra con un viejo amigo en la sierra de Madrid donde se esconde de la Guardia Civil. Por suerte, le ofreció cobijo junto a sus compañeros republicanos hasta la mañana siguiente que le llevarán de nuevo al barrio de Salamanca para poder cuidar de su madre y hermana y reunirse con Antonio de nuevo. Un día más tarde; Antonio entra en el cuartel como cada día y se encuentra a Marina en su celda pero actúa con normalidad. Entrada la noche, Antonio se cuela en el cuartel, libera a Marina clandestinamente y huye con ella hacia la casa de Manuel, donde la acuesta en la cama y espera a que llegue el día siguiente. Cuando Marina despierta y ve allí a Antonio solo siente rabia y comienzan a pelearse; pero finalmente comprenden que deben estar unidos para encontrar a Manuel por lo que Antonio lleva a Marina y a Elvira a su casa donde estarán más seguras. Al entrar en casa; la cara de María expresa un gesto de sorpresa extrañada por la presencia de Marina y Elvira y Pablo, que no entiendo lo que está ocurriendo y por qué su madre está tan disgustada no para de preguntar. Antonio se explica lo mejor que puede y consigue hacer que su mujer y su hijo le comprendan y le deseen lo mejor; porque a pesar de todo le quieren. Esa misma mañana, Manuel pone rumbo hacia el centro de Madrid en un carromato junto a su amigo y sus compañeros y por la noche ya han llegado a su destino. Manuel se da cuenta de que necesita urgentemente las medicinas de su madre y con la ayuda de su amigo asaltan una farmacia. En el momento que salen de la farmacia a través del cristal que han roto previamente aparece una patrulla de la Guardia Civil que dispara a diestro y siniestro y que, desgraciadamente, acaba con la vida del amigo de Manuel y hiere en el brazo a Manuel, a quien detienen y llevan al cuartel. Cuanto Manuel ya está en una de las celdas, Antonio recibe la llamada del sargento que le explica la situación. Al colgar el teléfono; Antonio tiene un rostro desencajado lleno de duda y miedo por la posibilidad de que el republicano muerto sea Manuel. No duda en retransmitir la información al resto y se dirige hacia allí, pero cuando llega y pregunta por la situación; es detenido por haber liberado anteriormente a una presa. Ha sido descubierto y se le llevan a rastras a otra celda. Al día siguiente, Manuel y Antonio se encuentran en posición para ser fusilados pero no caen en la cuenta de que se conocen hasta que el sargento recita el nombre completo de Antonio y el delito por el que se le condena a muerte. Es en ese momento cuando Manuel recupera fuerzas suficientes para gritar su nombre y hacerle saber que se

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encuentra en el mismo lugar que él y que le quiere. Ante esto; Antonio reacciona arrebatando un arma a uno de los guardias y dispara con el objetivo de que Manuel consiga escapara y salvar su vida. Con otro disparo en el estómago, Manuel consigue llegar al coche de Antonio, quien le sigue rápidamente para arrancar el coche y escapar a toda velocidad. Tras quince minutos huyendo llegan al descampado donde se reunían habitualmente y Manuel le suplica parar ahí. Antonio le deja con cuidado a la sombra del árbol y le susurra entre lágrimas palabras de ánimo para que salga adelante pero Manuel no se ve con fuerzas y lo único que puede expresar es su amor y agradecimiento hacia Antonio. Ambos se abrazan enamorados y Manuel le pide que cuide de su familia al ver que se está muriendo poco a poco, pero Antonio no lo asimila y se convence de que escaparán juntos a Francia y que todos los problemas se solucionarán. El dolor y la tristeza que Antonio siente son tan fuertes que no quiere creerlo, no quiere darse cuenta de que una gran parte de su corazón se esfumaba al mismo tiempo que Manuel iba falleciendo. En un último aliento; Manuel susurra “te quiero” al oído de Antonio, que no duda en abrazarle con la esperanza de que su calor y cariño le haga salir adelante. Manuel expira. Antonio le deposita delicadamente en el suelo y llora desconsoladamente.  

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SECUENCIA 1 – 20 HORAS DEL 23 DE MARZO DE 1946 –BARRIO DE SALAMANCA El teniente Antonio llega a casa después de su jornada de trabajo, le esperan su mujer María y su hijo de 9 años Pablo que acaba de llegar a casa de jugar al fútbol.

MARÍA (Sale de la cocina y le quita el abrigo a su marido)

¿Cómo te ha ido el trabajo? ¿Mucho papeleo en el cuartel?

ANTONIO (Con gesto serio y sin mirarla)

Agotado. Ha sido un día muy duro.

MARÍA Descansa un poco. A las 9 estará la cena lista.

Pablo corre hacia su padre y abraza su pierna.

PABLO (Con una gran sonrisa)

¡Papá! ¡Papá! Hoy mis amigos y yo hemos hablado de qué queremos ser de mayor y yo he dicho que quería parecerme a ti.

ANTONIO (Riéndose)

¿Y cómo es eso hijo mío?

PABLO Quiero ir a guerras y ganar a los malos.

ANTONIO Hijo, ya aprenderás que en una guerra ni todos los buenos son tan buenos, ni todos los malos son tan malos. Juega con tus amigos al fútbol y olvídate de eso.

Antonio se dirige a la puerta y se dispone a salir de nuevo.

ANTONIO

María me bajo a tomar algo a la taberna con Fernando. Estaré aquí para la cena.

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Antes de que a María le de tiempo a contestar, Antonio cierra la puerta.

MARÍA (Cruzándose de brazos y contemplando la puerta)

Este hombre cada vez me tiene más harta. Pablo ve a poner la mesa para la cena.

PABLO En seguida mamá. ¿Oye, a papá y a ti os pasa algo?

MARÍA (Acariciando el pelo de Pablo)

Nada Pablo, estamos como siempre. Venga corre a poner la mesa.

DIFUMINADO EN NEGRO.

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SECUENCIA 2 – UNOS MINUTOS MAS TARDE – BARRIO DE SALAMANCA Antonio se dirige a un descampado a un par de manzanas de su edificio. Allí un hombre le espera al abrigo del único árbol.

MANUEL Llegas tarde.

ANTONIO Ya tengo bastante con mi mujer para que ahora tú me vengas con lo mismo.

MANUEL Tenía muchas ganas de verte…

ANTONIO (Se pasa las manos por la cara y suspira)

Lo siento. Yo también tenía muchas ganas de verte pero es que estoy muy estresado. Ya no es lo mismo desde que estoy contigo. Creeme, si no fuese por mi hijo, no se lo que haría en mi casa.

MANUEL (Se acerca a Antonio y le acaricia la cara cariñosamente)

Tranquilo, suficientemente bien lo has hecho hasta ahora teniente Antonio.

Ambos se ríen con el comentario y se abrazan.

ANTONIO Me tengo que ir Manuel, estoy muy cansado y mi familia me espera.

MANUEL (Se aparta de él y suspira)

Vale.

Antonio comienza a alejarse por donde ha venido. Antes de doblar la esquina se da la vuelta y mira a Manuel.

ANTONIO

(Sonríe cariñosamente) Mañana te espero a la misma hora.

AMBOS MARCHAN HACIA SUS RESPECTIVAS CASAS.

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SECUENCIA 3 – 10 DE LA NOCHE DEL MISMO DIA – ANTÓN MARTÍN Manuel llega a su casa.

MANUEL (Mirada y tono pesimistas)

Hola. Ya estoy en casa.

Se oye una voz femenina que proviene de la última habitación.

MARINA ¡Manuel! ¿Dónde has estado? Te he dicho más de una vez que yo sola no puedo con madre.

MANUEL (Yendo hacia la habitación)

Lo siento Marina, estaba con Antonio, ya sabes que no tiene mucho tiempo libre.

Se ve a una mujer mayor de aspecto enfermo tumbada en una cama. Marina está junto a ella.

MARINA (Con tono enfadado)

Madre está cada vez peor y tu sin prestarla atención. Tengo que estar yo todo el rato con ella.

ELVIRA (Tosiendo)

Hija mía, deja que tu hermano disfrute un poco, si total, para lo que me queda en este mundo…

MANUEL Y MARINA ¡Madre no diga esas cosas!

ELVIRA

Es la verdad, ahora dejad en paz a esta vieja un rato.

Los dos hermanos salen de la habitación y comienzan a hablar en tono bajo.

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MARINA (Con voz preocupada)

Está cada vez peor, necesita las medicinas urgentemente.

MANUEL Mañana he quedado con Antonio. Seguro que él puede conseguirnos lo que necesitemos.

MARINA Manuel ten mucho cuidado, estás en un juego muy peligroso. No me fió de él.

MANUEL Pero yo le quiero y nada de lo que tú digas me va a hacer cambiar de opinión.

Con un portazo cierra la puerta de su habitación.

MARINA (Pega su cara a la puerta y susurra)

No quiero perder a nadie más.

Ambos a cada lado de la puerta rompen a llorar en silencio.

TRANSICIÓN EN NEGRO A LA SIGUIENTE ESCENA.

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SECUENCIA 4 – 6 DE LA MAÑANA 24 DE MARZO DE 1946 –ANTÓN MARTÍN Piso de Manuel, golpean fuertemente la puerta.

GUARDIA CIVIL ¡Abran a la guardia civil! ¡Abran!

Marina se levanta rápidamente de su cama y corre a despertar a Manuel.

MARINA

¡Manuel! Corre, corre, ya están aquí esos cabrones.

Manuel se despierta e inmediatamente coge una mochila y una pistola de debajo de la cama. Se dirige a ver a su madre que sigue dormida.

MANUEL Madre te prometo que volveré.

MARINA Por el patio hermano.

Abre una pequeña ventana que va a dar a un patio. Más allá se ve una estrecha calle. Vuelven a aporrear la puerta. Antes de saltar Manuel abraza a Marina.

MANUEL Se fuerte Marina. En una semana como mucho habré vuelto. Cuida de madre. Te quiero.

MARINA Te quiero. Suerte.

Manuel salta por la ventana. Acto seguido Marina la cierra. En ese momento la guardia civil vestido de paisano rompe la puerta y entra en la casa. Marina sale de la habitación aparentando confusión.

GUARDIA CIVIL (Gritando y agarrando fuertemente a Marina)

¡¿Dónde está Manuel García Salas?! ¡¿Dónde?!

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MARINA

No está. Ya se lo dije. Desapareció después de la guerra y no volvió a aquí.

GUARDIA CIVIL

(Agarra a Marina y la arrastra al vestíbulo del piso)

Estoy harto de esto, tú te vienes conmigo.

MARINA (Forcejeando y gritando)

¿Qué esta haciendo? No tiene pruebas de nada. ¡No puede detenerme! Tengo que cuidar a mi madre, está enferma.

GUARDIA CIVIL (Riéndose y arrastrando a Marina)

Su vecina se ha mostrado muy colaboradora con nosotros. Quizás también quiera cuidar a su madre.

MARINA (Con expresión asombrada y susurrando para si misma)

Herminia… ¿Cómo has podido?

Meten a Marina en un camión. SE VA PERDIENDO EL COLOR DE LA IMAGEN HASTA QUEDAR EN NEGRO.

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SECUENCIA 5 – MEDIA HORA DESPÚES –CUARTEL DE CAMPAMENTO Un par de guardias civiles sacan a Marina del camión y la llevan a una de las celdas del cuartel.

GUARDIA CIVIL (Riéndose)

Ahora se encargarán de ti y seguro que te gustará.

MARINA No por favor. Soltarme. No he hecho nada malo.

GUARDIA CIVIL Cállate de una vez. Menos mal que no matamos a todos en la guerra, así podemos disfrutar un poco todavía.

El guardia se va y Marina queda a solas en el calabozo. Media hora más tarde entra un oficial a la celda y comienza a darla una paliza.

OFICIAL

(Apartándose tras dar el último puñetazo) Esto es solo un aviso. La próxima vez no seremos tan amables.

MARINA (Escupe sangre y murmura)

Nunca conseguiréis que diga nada, cerdo asqueroso.

OFICIAL (Vuelve a reírse y la golpea por última vez)

Por el momento no preciosa.

El oficial sale de la celda y deja a Marina sangrando e inconsciente.

SE CORTA LA IMAGEN CON UN DIFUMINADO EN NEGRO.

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SECUENCIA 6 – 20 HORAS DEL 24 DE MARZO DE 1946 –DESCAMPADO Antonio espera a Manuel en el mismo lugar que el día anterior. Impaciente echa mano de un cigarrillo.

ANTONIO ¿Dónde se habrá metido este hombre? Lo peor de todo es no poder localizarle.

Se escuchan voces de niños jugando a la pelota. En una jugada el balón se escapa hasta donde se encuentra Antonio. Uno de los chavales es Pablo. Al ver a su padre corre a saludarle.

PABLO ¿Papá? ¿Qué haces aquí? Creía que trabajabas.

ANTONIO (Visiblemente nervioso)

No hijo no, acabo de terminar, iba a pasarme por la taberna ahora.

PABLO Pues vaya… Pensaba que querías jugar conmigo. Hace mucho que no jugamos juntos.

ANTONIO

Te prometo que nos echaremos unos tiros cuando tenga menos trabajo. ¿Vale?

PABLO Vale papá. Voy a seguir jugando con mis amigos.

ANTONIO Pero solo un poco Pablo, tu madre debe de tener la cena casi lista.

Pablo sale corriendo en dirección a sus amigos.

ANTONIO (Murmurando para si mismo)

¿Estaré dejando atrás a mi familia por una tontería? Espero que mañana Manuel aparezca y me de explicaciones.

DIFUMINADO ALREDEDOR DE ANTONIO QUE SIGUE FUMANDO.

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SECUENCIA 7 – 20 HORAS DEL 24 DE MARZO DE 1946 – LA PEDRIZA Manuel observa la puesta de sol desde la sierra de Madrid. Permanece con la mirada perdida. Alguien posa su mano en el hombro de Manuel.

JAVIER (Sentándose junto a Manuel)

¿Cómo te encuentras Manu?

MANUEL Tengo miedo Javi. ¿Cómo estará mi familia? ¿Qué habrá sido de ellos?

JAVIER No pienses en ello. Da las gracias de que te encontrase esta mañana.

MANUEL (Esboza una media sonrisa)

No sabía que estuvierais tan organizados. Habéis encontrado un gran lugar.

JAVIER Eso ha sido cosa de Adolfo y Vladislav. Venga vamos a cenar algo.

Ambos se levantan y caminan hacia la entrada de la cueva donde residen. Más tarde, después de la cena los cuatro contemplan el fuego de la hoguera.

VLADISLAV (Con un marcado acento)

Dime Manuel, ¿cuál es tu historia?

MANUEL (Con la mirada húmeda)

Mi padre y mi hermano murieron en la guerra. Ahora cuido de mi madre enferma con la ayuda de mi hermana Marina. Esta mañana entraron en mi casa, tuve que huir, no se nada de ellas.

Manuel comienza a llorar. Javier se acerca y le consuela.

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JAVIER Manuel y yo nos conocemos desde crios. Tuve suerte de encontrármele cuando salía de la ciudad.

ADOLFO (Dirigiéndose a Manuel)

Tranquilo hijo, puedes quedarte todo el tiempo que quieras con nosotros.

MANUEL (Secándose las lágrimas)

Os lo agradezco de verdad pero no puedo quedarme por mucho más tiempo. Mi madre se muere y he de conseguir las medicinas que necesita.

VLADISLAV Podríamos acercarte a Madrid pasado mañana. Íbamos a ir a repartir propaganda por los pueblos de la zona pero supongo que lo haremos a la vuelta.

MANUEL

Sería todo un detalle. Aunque me siento como una molestia. ¿No os pondré en peligro?. Se ha hablado mucho de vosotros. Os llaman, Los luchadores de la Pedriza.

ALFONSO (Riendo)

¿Los luchadores? Bueno, más temor generaremos a esos cabrones. Será mejor que durmamos un poco.

DIFUMINADO EN NEGRO PARA ACABAR CON LA SECUENCIA.

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SECUENCIA 8 – 8 HORAS DEL 25 DE MARZO DE 1946 – CAMPAMENTO Marina se despierta en la celda. Está oscuro, solo entra luz por una rendija de un barrote del calabozo. Ella esta sangrando. Apenas puede moverse. Se oye a alguien entrar en el cuartel.

GUARDIA CIVIL (Saludando militarmente y gritando)

¡Atención! El teniente ha llegado.

TENIENTE Dime Carrasco, ¿quién es esta?

CARRASCO La cogimos en el registro de ayer. Es hermana de un puto rojo.

El teniente entra en la celda de Marina.

TENIENTE ¿Dónde está tu hermano? Cuanto antes lo digas antes saldrás, es muy fácil.

Marina le mira a los ojos y le escupe en la cara.

TENIENTE (Sonríe y se dirige al guardia civil)

El nombre del hermano.

CARRASCO Manuel García Salas.

TENIENTE (Se gira hacia Marina inmediatamente con una expresión extraña)

Si no quieres decirnos donde está, pronto dejaras de estar aquí.

El teniente sale de la celda. Entrada la noche Marina se despierta sobresaltada al oír un golpe seco. Se ve al guardia civil que vigilaba derrumbarse ante la celda. Una oscura figura entra en la celda.

MARINA (Tono asustado)

¿Quién es usted?

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ANTONIO Te dije que pronto dejarías de estar aquí. Teniente Antonio para servirla. Encontraremos a Manuel.

Coge a Marina que se ha desmayado y la lleva en brazos hasta la puerta de atrás del cuartel.

PASA UNA CORTINILLA NEGRA Y CORTA LA SECUENCIA.

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SECUENCIA 9 – 9 HORAS DEL 26 DE MARZO DE 1946-CASA DE MANUEL Marina yace en su cama. A su lado sentado está Antonio.

ANTONIO (Mostrando una gran sonrisa)

Bienvenida al mundo de los vivos. No te levantes, debes descansar.

MARINA (Con tono enfadado)

Usted ha permitido esto. Por culpa suya mi hermano ha tenido que huir de la ciudad. No le importa nada. Aléjese de mí. ¡Fuera de mi casa!

ANTONIO (No se le apaga la sonrisa y responde con voz calmada)

Si Manuel no me importara nada, te habría dejado ahí dentro para que los guardias hicieran contigo lo que quisieran.

MARINA No hacía falta que lo hiciera. Que sepa que no le debo nada.

ANTONIO

Me parece bien. Ahora dime, ¿dónde esta su hermano? Huyó, pero ¿no sabe dónde está?

MARINA (Con voz claramente sarcástica)

Vaya. ¿Está preocupado por él? ¡Que sorpresa!

ANTONIO (Se levanta de la silla y grita)

¡Si joder! ¡Si! ¡Esto que he hecho no ha sido fácil! ¡Me estoy jugando la vida! ¿Qué crees que pasará cuando se enteren de que has escapado? Toda la responsabilidad caerá sobre mí.

Marina retrocede asustada ante la reacción de Antonio.

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MARINA

(Visiblemente afectada acaba derrumbándose) Yo… Lo siento. No pensé en todo lo que has dicho. Manuel escapó y mencionó que volvería pronto. En menos de una semana. Lo mejor que podemos hacer es esperar.

ANTONIO (Un poco más calmado)

¡Qué remedio!

Marina se levanta de repente. Se dirige hacia el cuarto de Elvira. Antonio la sujeta.

ANTONIO

Tranquila. Tu madre está descansando. Está muy enferma. No le queda mucho tiempo.

MARINA

Lo se. Manuel me habló antes de irse algo sobre que intentaría pedirte ayuda, a ver si tú podías conseguirnos las medicinas que necesita.

ANTONIO ¡Demonio de hombre!. ¿Por qué no me lo dijo en un primer momento?

MARINA Manuel es orgulloso.

ANTONIO En mi casa creo que tengo algunas cosas que podrían ayudar a tu madre.

Antonio se levanta de inmediato.

ANTONIO Vístete Marina. Os llevaré a mi casa. Aquí no estamos seguros. Seguro que ya nos están buscando.

Antonio se dirige a la habitación de Elvira, la coge en brazos lo más delicadamente que puede y regresa a la habitación de Marina que ya se ha vestido.

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ELVIRA (Está pálida, apenas puede hablar)

¿A dónde vamos hija? ¿Quién este hombre?

MARINA Tranquila madre. Es Antonio el amigo de Manuel. El la va a ayudar.

ANTONIO La voy a curar. No se preocupe que en poco tiempo estará usted de nuevo como una rosa.

Salen de la casa precipitadamente. Se suben al coche de Antonio que rápidamente pone rumbo a su casa.

PLANO DEL COCHE EN MARCHA QUE SE VA OSCURECIENDO HASTA FINALIZAR LA ESCENA.

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SECUENCIA 10 – 9 HORAS DEL 26 DE MARZO DE 1946 – LA PEDRIZA Manuel espera en un camino cerca de la cueva de los refugiados. En ese momento aparecen Javier, Alfonso y Vladislav en una carreta tirada por dos caballos. De ella se baja Alfonso.

ALFONSO

(Haciendo un gesto amable a Manuel) Su carroza le espera.

MANUEL (Montándose de inmediato)

¿Tú no vienes?

ALFONSO Tengo que vigilar la zona de cerca de la cueva hasta que vuelvan. Algún animal podría instalarse en ella.

VLADISLAV

No tardaremos más de cuatro días. Lo que nos lleve ayudar al chaval, conseguir comida y tinta para la imprenta. Necesitamos mas para los panfletos.

ALFONSO (Dirigiéndose a Manuel)

Manuel fue todo un placer conocerte. Aquí tienes un lugar donde refugiarte, ya lo sabes.

MANUEL Muchas gracias. Ojalá algún día os pueda devolver el favor.

Manuel monta en el carromato y Vladislav espolea los caballos. El carro se aleja de Alfonso. Al cabo de una hora.

JAVIER

He oído que hay patrullas por la zona. Creo que sería conveniente llegar a Madrid por la noche. Eso llamará menos la atención.

VLADISLAV

Perfecto. A la noche habremos llegado. ¿Dónde te dejaríamos Manuel?

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MANUEL

En la plaza Antón Martín. Me da igual donde.

VLADISLAV Ahí te dejaremos. Siempre es un honor ayudar a un republicano.

MANUEL Dime Vladislav, ¿cómo has acabado aquí? Tengo una gran curiosidad.

VLADISLAV (Riéndose)

Es difícil de contar pero lo intentaré. Vine a España a luchar en las Brigadas Internacionales por orden del camarada Stalin. Estuve en la Batalla del Jarama. Todos mis compañeros murieron ese día. Cuando el frente cayó resulté herido en una pierna. Por suerte Javier me ayudó a salir del aprieto.

JAVIER Desde ese momento se quedó con Alfonso y conmigo ayudándonos en nuestra pequeña empresa. ¡Los luchadores de la Pedriza!

VLADISLAV (Con voz melancólica y mirada perdida)

Han pasado 9 años de eso y parece que fue ayer. En fin, el tiempo se agota pero espero que mi vodka no.

Vladislav echa mano de su botella y le da un buen trago. Javier y Manuel ríen ante el inesperado acto del soviético.

JAVIER (Aún riéndose y dirigiéndose a Manuel)

Como ves, este buen hombre ha aprendido a hablar castellano con total fluidez pero se agarra a las más viejas costumbres de su tierra.

MANUEL (Vuelve a reír)

Y ahora, ¿qué harás Vladislav?

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VLADISLAV

Seguiré en España. Estoy mejor. Ahora que los camaradas del ejército rojo y los yanquis se han dividido Alemania solo habrá tensiones. Prefiero estar en nuestra cueva.

Javier comienza a tumbarse en la parte de atrás del carromato.

JAVIER No se vosotros pero yo me voy a echar un sueñecito. Manuel, tu deberías hacer lo mismo. Imagino que te espera una noche muy larga.

Manuel hace lo propio. Vladislav continúa conduciendo el carro y cantando alegremente en su idioma nativo.

CIRCULO NEGRO SE EXPANDE POR LA PANTALLA PARA DAR PASO A LA SIGUIENTE SECUENCIA.

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SECUENCIA 11 – 18 HORAS DEL 26 DE MARZO DE 1946 – CASA DE ANTONIO Antonio con Elvira en brazos y acompañado de Marina llega a su casa en el barrio de Salamanca.

ANTONIO (Dejando a Elvira en su cama y dirigiéndose a su esposa)

¡María trae las medicinas rápido!

María corre hacia otra habitación y le trae las medicinas. Pablo mira con curiosidad la escena desde el marco de la puerta.

ANTONIO (Después de inyectarla una jeringuilla)

Elvira, usted se va a curar, solo necesita descansar y comer un poco.

Marina demasiado afectada sale de la habitación. Todos van en su búsqueda. Antonio la abraza en un intento de consolarla.

MARÍA ¿Qué está pasando Antonio? ¿Quiénes son estas dos?

MARINA (Se separa de Antonio y se dirige a Maria amenazadoramente)

Ella es la madre del “amigo” de su marido y yo soy su hermana.

MARÍA (Le da una bofetada a Marina)

A mi nadie me habla así.

ANTONIO (Yendo hacia María)

Calma María.

MARÍA (Le da otra bofetada a su marido)

Todo esto es culpa tuya. Lo sabía desde hace mucho. Has destruido a tu familia.

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María sale de la habitación.

PABLO (Con expresión incomoda)

Papá, ¿qué está pasando?

ANTONIO Nada hijo. Ve con tu madre. Luego te lo explicaré.

Pablo sale en pos de su madre.

MARINA Lo siento Antonio. Esto en parte es culpa nuestra.

ANTONIO No te preocupes. Tarde o temprano tenía que pasar. Lo único que me importa ahora es Manuel y mi hijo.

MARINA

¿Qué deberíamos hacer ahora?

ANTONIO No lo se. No he recibido noticias del cuartel y eso me preocupa. Seguro que van a por mí. Llevaré a Elvira al sótano. Si entran no la encontrarán, es un sitio muy bien escondido. Tu y mi familia deberíais quedaros allí con ella. Es un lugar amplio.

MARINA ¿Y si vienen a por ti?

ANTONIO (Suspirando)

Cumpliré con mi castigo.

Marina se dirige a la cocina también y explica a María todo lo hablado con Antonio. Él mientras coge a Elvira que está durmiendo y la lleva al sótano. A las dos horas están todos acomodados en el sótano de la casa.

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ANTONIO (Se separa de todos quedándose con María)

Solo espero que algún día me perdones por todo.

MARÍA (Con lagrimas en los ojos)

Lo siento por lo de antes. Prométeme que volverás.

ANTONIO (Sonríe aunque el también está llorando)

Lo intentaré.

MARÍA (Acariciando la mejilla de Antonio y dándole un beso)

Eres un buen hombre Antonio.

Antonio habla ahora con Pablo, se agacha y le da un abrazo.

ANTONIO (Continúa llorando)

Hijo, quiero que cuides a mamá mientras no este aquí, ¿vale?

PABLO Lo haré papá. ¿A dónde vas tú?

ANTONIO Tengo que hacer algo muy importante. Me has prometido eso.

PABLO Si papá. Puedes confiar en mí.

ANTONIO (Abraza a Pablo)

Te quiero hijo.

PABLO Y yo a ti papá.

Antonio se separa de Pablo. Marina se acerca a él.

MARINA Muchas gracias por todo.

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ANTONIO (Consigue esbozar una leve sonrisa)

Es lo mínimo que podía hacer.

MARINA Manuel tiene mucha suerte.

Antonio sonríe y se separa de todos. Se dirige a la puerta de entrada al sótano. Girándose una última vez se despide.

CIRCULO EN NEGRO QUE HACE DESAPARECER LA IMAGEN.

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SECUENCIA 12 – 24 HORAS DEL 27 DE MARZO DE 1946 – PLAZA ANTÓN MARTÍN. El carruaje que transporta a los tres republicanos se detiene en una de las entradas de la plaza. Vladislav da un último trago a su vodka. Se gira y contempla como duermen Javier y Manuel en la parte de atrás del carruaje.

VLADISLAV (Empieza a empujarlos y a susurrarles al oído)

¡Arriba muchachos! ¡Hemos llegado a nuestro destino!

JAVIER

¡No me eches tu aliento apestoso encima maldito ruso!

Manuel sigue dormido arropado por varias mantas. Javier se dispone a despertarle.

JAVIER (Lanza un largo bostezo)

Vamos Manuel, ya hemos llegado. Manuel se incorpora y se deshace de las mantas. Salta para salir del carruaje. Contempla la plaza a oscuras y lanza un suspiro. Se gira hacia el carruaje.

MANUEL Muchas gracias Vladislav. No sé como podré pagarte a ti al igual que a Alfonso todo lo que habéis hecho por mi. Vamos Javier, tenemos una larga noche por delante.

JAVIER (Lanza una carcajada mientras saca del carruaje una mochila con provisiones)

¡A sus órdenes mi capitán!

VLADISLAV Mucha suerte Manuel, espero verte pronto.

Vladislav se pone en marcha con el carruaje y se pierde entre la oscuridad de la noche. Se quedan Javier y Manuel solos en la plaza contemplándola en silencio.

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JAVIER

¿Cuál es el plan camarada?

MANUEL Tengo que conseguir como sea esta noche las medicinas para mi madre, espero que no sea demasiado tarde…

JAVIER ¿Cómo lo pretendes conseguir?

MANUEL No me queda otra que robarlas en una botica.

JAVIER ¿Estás seguro Manuel?

MANUEL ¿Estás seguro tú de querer ayudarme?

JAVIER Contigo hasta el final amigo, pase lo que pase.

Los dos amigos se abrazan. A Manuel se le caen un par de lágrimas.

JAVIER Vamos amigo, no hay tiempo que perder.

Manuel y Javier atraviesan la plaza y se introducen por una de sus callejuelas. Andan alrededor de 15 minutos hasta llegar a una esquina de la calle Serrano. Ambos se detienen.

MANUEL Al doblar esta esquina, pasando esa boutique y ese café, está la botica Javier. ¿Estás listo?

JAVIER Espera Manuel. Ponte esto.

Javier saca de una bolsa dos caretas de Stalin.

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MANUEL

(Lanza una carcajada) Maldito ruso. Venga vamos.

FONDO NEGRO QUE DA PASO A LA SIGUIENTE SECUENCIA.

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SECUENCIA 13 – 1:30 HORAS DEL 27 DE MARZO DE 1946 – BOTICA DE LA CALLE SERRANO. Manuel y Javier pasan corriendo delante de la boutique y de la cafetería. Se detienen delante de la puerta de la botica. Javier saca de la mochila un largo cuchillo con el que revienta el cristal de la puerta de la botica. Los dos amigos consiguen entrar. Javier le da una linterna a Manuel.

JAVIER ¡Vamos rápido! ¡Busca las medicinas que necesite tu madre y vámonos de aquí cagando leches!

MANUEL (Empieza a buscar como un loco las medicinas que necesita)

¡Tú vigila la puerta!

JAVIER ¡Prisa Manuel! ¡En cualquier momento puede pasar una patrulla de la guardia civil!

Javier se percata de que hay dos personas asomadas al balcón del edificio que se sitúa delante de la botica. En el silencio de la calle empieza a escuchar como se acercan coches.

JAVIER ¡Mierda Manuel! ¡Los vecinos han avisado a la guardia civil!

MANUEL ¡Las tengo amigo! ¡Las tengo! ¡Venga vámonos!

Javier abre la mochila y se acerca para que Manuel deposite en su interior las medicinas de su madre. Salen de la tienda corriendo pero en ese momento un coche de la guardia civil irrumpe en la calle.

MANUEL

(Salen corriendo en dirección contraria por donde vinieron en busca de algún lugar donde esconderse.)

¡Corre Javier! ¡Por aquí!

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En ese momento, tres guardias se bajan del coche. Sacan su pistola y empiezan a disparar contra los dos amigos republicanos.

GUARDIA ¡Alto a la Guardia Civil! ¡Paren de correr!

Los guardias siguen disparando. Uno de esos disparos impacta en la cabeza de Javier que cae al suelo desplomado. Manuel se detiene.

MANUEL ¡Javier! ¡Javier! ¡No por favor, no! ¡No me dejes!

Manuel se detiene por un instante impactado por el suceso. Acto seguido coge la mochila y sigue corriendo.

GUARDIA

¡Estése quieto!

El guardia civil dispara contra Manuel. La bala golpea en el brazo de este que cae al suelo retorciéndose de dolor. El guardia se acerca a Manuel que está malherido. Lo levanta y lo lleva a empujones al coche de la Guardia Civil.

GUARDIA Hemos conseguido trincar a uno. El otro está muerto. Vámonos de aquí, llevemos a este al cuartel a ver que hacemos con él.

El coche pone rumbo hacia el cuartel con un Manuel abatido, no solo por la herida de bala en su brazo si no por la pérdida de su amigo. No opone resistencia. Dentro del coche el guardia abre la mochila.

GUARDIA

Así que robando medicinas. ¿Qué pasa no tienes dinerito para pagarlas? Seguro que eres un pobre desgraciado republicano, de los pocos que quedan hasta que definitivamente acabemos con todos vosotros.

SE DIFUMINA LA IMAGEN HASTA DESAPARECER.

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SECUENCIA 14 – 2:45 HORAS DEL 27 DE MARZO DE 1946 – CASA DE ANTONIO. Antonio se encuentra tumbado en la cama mirando al techo sin poder dormir. De repente, suena el teléfono de la casa. Por unos instantes duda si atender la llamada. Siente una mala corazonada y al final lo atiende.

SARGENTO FERNANDO ¡Teniente Antonio! ¡Preséntese ahora mismo en el cuartel! ¡Tenemos un asunto muy importante que resolver!

ANTONIO ¿Se puede saber de que se trata mi sargento?

SARGENTO FERNANDO Unos sucios republicanos han atracado una botica. Uno está muerto y el otro lo están trayendo ante mí. ¡Venga inmediatamente!

ANTONIO ¡Sí mi sargento!

Antonio cuelga el teléfono y maldice su suerte. Pone rumbo a su habitación se viste y baja al sótano de la casa. Su cara de circunstancia pone alerta a todos los que allí se encontraban menos Pablo que estaba durmiendo.

ANTONIO Me han llamado del cuartel… Se ha producido un robo en una botica por parte de dos republicanos y…

MARINA

¡¿Y qué Antonio?! ¡¿Qué?! ¡Habla por dios!

ANTONIO Uno de ellos está muerto. El otro está en el cuartel. Tengo que ir, el sargento reclama mi presencia…

Marina y Elvira empiezan a llorar desconsoladamente, mientras que María acude a abrazarlas. Acto seguido María se levanta y va a hablar con su marido.

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MARIA

Ten cuidado Antonio por favor…

ANTONIO Lo tendré, solo espero que ninguno sea Manuel… Por favor no os mováis de aquí. En cuanto pueda vendré y os informaré de la situación.

Antonio da un beso en la mejilla a María y sale del sótano.

ELVIRA

(Empieza a llorar desconsoladamente) ¡Ay dios mío! ¡Que vida tan desgraciada! ¡Por qué mi hijo señor, por qué!

MARINA Madre tranquilícese por favor, esperemos a ver las noticias que nos trae el teniente… a lo mejor no era Manuel. Intente descansar, en su estado no es bueno alterarse, inténtelo por favor.

MARIA Su hija tiene razón. Hay que tener esperanza Elvira…

La situación en el sótano se tranquiliza un poco. Mientras tanto, el teniente Antonio se dirige a su vehículo corriendo con lágrimas en los ojos.

ANTONIO

(Arranca el coche mientras sigue maldiciendo) ¡Por qué todo tan difícil joder, por qué! Por favor, que sea Manuel el que esté vivo, por favor…

El coche del teniente se pierde entre la oscuridad de la noche rumbo al cuartel de Campamento de la guardia civil.

FONDO NEGRO EN LA PANTALLA QUE CIERRA LA SECUENCIA.

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SECUENCIA 15 – 4 HORAS DEL 27 DE MARZO DE 1946 – CUARTEL DE CAMPAMENTO Antonio llega al cuartel. Aparca a toda prisa y se dirige corriendo a los calabozos. Cuando llega al edificio hay dentro cinco guardias esperándole.

ANTONIO (Sudando)

¿Dónde está el detenido?

SARGENTO FERNÁNDEZ Está en una zona aislada.

ANTONIO (Con voz que señala preocupación)

¿A qué se debe esto sargento? Sabe que el que está al mando aquí soy yo.

SARGENTO FERNÁNDEZ (Avanzando hacia Antonio lentamente pero con confianza)

Sabe teniente, desde la fuga que se produjo el otro día, no creo que sea capaz de controlar la situación.

En ese momento dos guardias agarran por detrás a Antonio y Fernández le golpea duramente en la tripa. El puñetazo deja al teniente sin aliento.

SARGENTO FERNÁNDEZ (Gritando)

¿¡De verdad pensó que no nos daríamos cuenta?! ¡¿Eh?! ¿De verdad pensó que nos engañaría? Le reconocimos cuando liberó a la puta roja. ¡Lleváosle! Mañana se celebrará el consejo de guerra.

Los dos guardias se le llevan a rastras hasta una de las celdas. Antonio no dice una palabra. Está en shock.

FUNDIDO EN NEGRO PARA CORTAR LA SECUENCIA.

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SECUENCIA 16 – 7 HORAS DEL 27 DE MARZO DE 1946 – CAMPAMENTO Manuel se encuentra en su celda de aislamiento. En ese momento abren la puerta y dos guardias le sacan con violencia del calabozo. Le llevan a fuera. Donde hay cinco hombres con fusiles. Le sitúan enfrente de ellos a poca distancia. A unos veinte metros de su posición ve como sucede lo mismo con otro hombre al que también le van a fusilar.

MANUEL (Suspirando y cabizbajo)

Al menos moriré con un camarada.

En ese momento se oye la voz del sargento Fernández que se sitúa cerca del otro hombre al que van a fusilar.

SARGENTO FERNÁNDEZ

Teniente Antonio Sánchez Muñoz, por traición al Estado español, queda usted condenado a muerte.

Manuel tiene que sujetarse al muro de su espalada para no caerse de la impresión. Los hombres encargados de fusilar a Manuel comienzan a cargar sus fusiles.

MANUEL (Gritando y agitando los brazos)

¡Antonio! ¡Antonio! ¡Soy yo, Manuel!

Antonio se gira sobresaltado. No da crédito a lo que está viendo. También los tres guardias que le apuntan, miran hacia Manuel. Los guardias encargados de ejecutar a Manuel preparan sus armas.

MANUEL (Mirando a Manuel grita)

¡Te quiero!

En el momento en el que van a abrir fuego contra Manuel, Antonio carga contra uno de los guardias que contempla el fusilamiento de Manuel. Le arrebata su pistola y abre fuego contra los otros dos guardias restantes y el sargento Fernández. Los soldados que estaban a punto de matar a Manuel se giran y apuntan a Antonio.

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ANTONIO

(Cubriéndose detrás de un árbol y gritando) ¡Corre Manuel! Ve a la salida. Allí está mi coche.

Manuel hace caso y sale corriendo hacia la puerta que da al patio pero uno de los soldados le dispara. La bala impacta en su tripa pero consigue llegar al coche tambaleándose. Antonio vuelve a disparar contra los guardias y sale corriendo. De milagro evita las balas y se reúne con Manuel. Se meten en el coche y desaparecen a toda velocidad.

MANUEL (Tapándose la herida)

Antonio, tengo mucho frío.

ANTONIO (Alternando su mirada entre Manuel y la carretera)

Aguanta Manuel, aguanta.

Tras quince minutos conduciendo a toda velocidad el coche pasa cerca del descampado donde se reunían ambos.

MANUEL Para aquí, por favor.

ANTONIO Ya casi estamos llegando a mi casa aguanta un poco más.

MANUEL Antonio para aquí, por favor.

Antonio detiene el coche y coge en brazos a Manuel. Le deja a la sombra del árbol en el descampado.

MANUEL (Temblando y sangrando mucho más)

Me estoy muriendo.

ANTONIO (Llorando y acariciando la cara a Manuel)

Aguanta Manuel se fuerte. No me dejes ahora.

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MANUEL

(Sonriendo levemente) Me alegro de estar contigo. Aquí, al final de tantas cosas.

Ambos se abrazan y lloran.

ANTONIO Gracias a ti he cambiado, he visto las cosas desde otra perspectiva.

MANUEL Antonio, no es nuestro tiempo. Nuestro amor no podía salir adelante.

ANTONIO Te quiero Manuel.

MANUEL Prométeme que seguirás adelante y que cuidaras de mi madre y mi hermana.

ANTONIO Tengo contactos en la frontera iremos a Francia. Tranquilo.

MANUEL Lucha por que España mejore. Que nuestro sacrificio sirva de ejemplo.

ANTONIO Gracias por todo Manuel.

MANUEL Te quiero.

Antonio abraza a Manuel. Se besan. Manuel expira y es sujetado y depositado con delicadeza en el suelo por Antonio que echa a llorar.

PLANO DEL ÁRBOL Y ELLOS DOS. LA CAMARA SE ALEJA Y VA DESAPARECIENDO LA IMAGEN GRADUALMENTE.

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