antropología psicoanalítica

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Presentación

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Presentación

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Introducción

En el pasado, los antropólogos creían que una personalidad típica era lo que prevalecía entre la gente de una sociedad dada, debido a la cultura que compartían. También creían que las diferencias entre las culturas correspondían a diferencias de tipo de personalidades que se presumía eran típicas o prevalecientes en esas culturas.

La Antropología Psicoanalítica viene a constituir una revolución trascendental en el campo de la Arqueología y de la Antropología. Esta nueva Antropología participa abundantemente del estudio de los arquetipos simbólicos que, de manera universal y perenne, se han presentado en todas las culturas de la antigüedad dentro de los ámbitos religiosos, mitológicos y filosóficos. El Dr. C. G. Jung afirmaba contundentemente que, en el mundo de los arquetipos simbólicos de los pueblos del pasado, están encerradas grandes verdades de tipo trascendental que podrían arrojar mucha luz acerca de los enigmas que siempre han inquietado la psiquis del hombre.

Esta Antropología Psicoanalítica permite, por medio del psicoanálisis, extraer de cada pieza arqueológica, nicho, tumba, pirámide, manuscrito, papiro, etc., los principios psicológicos contenidos en la misma.

Ciertamente, los códices mexicanos, ladrillos asirios, rollos del mar Muerto, extraños pergaminos, así como ciertos templos antiquísimos, sagrados monolitos, viejos jeroglíficos, sepulcros milenarios, etc., ofrecen en su profundidad simbólica un sentido gnóstico que escapa a la interpretación literal y al racionalismo meramente especulativo, ya que nunca han tenido un valor explicativo de índole exclusivamente intelectual.

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¿Qué es la antropología?

La Antropología es una ciencia social que estudia al ser humano de una forma integral. Para abarcar la materia de su estudio, la Antropología recurre a herramientas y conocimientos producidos por las ciencias naturales y las ciencias sociales. La aspiración de la disciplina antropológica es producir conocimiento sobre el ser humano en diversas esferas, pero siempre como parte de una sociedad. De esta manera, intenta abarcar tanto la evolución biológica de nuestra especie, el desarrollo y los modos de vida de pueblos que han desaparecido, las estructuras sociales de la actualidad y la diversidad de expresiones culturales y lingüísticas que caracterizan a la humanidad.

¿Qué es la antropología Psicoanalítica?

La Antropología Psicoanalítica es un sub-campo interdisciplinario de la antropología que estudia la interacción de los procesos culturales y mentales. El sub-campo tiende a centrarse en la manera en que el desarrollo de los seres humanos y la enculturación, dentro de un determinado grupo cultural, con su propia historia, lengua, prácticas y categorías conceptuales, forman los procesos de la cognición humana, la emoción, la percepción, la motivación y la salud mental. También examina cómo la comprensión de la cognición, la emoción, la motivación y los procesos psicológicos similares informan o limitan nuestros modelos de procesos culturales y sociales.

Sigmund Freud y Antropología

El debate entre los antropólogos y los psicoanalistas comenzó después de la publicación, en 1912-1913, de la obra de Sigmund Freud titulada Tótem y tabú, y dio nacimiento a una nueva disciplina, el etnopsicoanálisis, cuyos dos grandes representantes fueron Geza Roheim y Georges Devereux. Al principio tuvo por marco geográfico principal la Melanesia, es decir Australia (donde aún vivían aborígenes considerados a fin de siglo como el pueblo más "primitivo" del planeta) y las islas situadas al sudoeste del Océano Pacífico (Trobriand y Normanby), habitadas por melanesios propiamente dichos Y polinesios. Más tarde, el terreno de elección fue el de los indios de América del Norte. Excepción hecha de la experiencia de Henri Collomb en Dakar, de los debates sobre la colonización francesa entre Frantz Fanon y Octave Mannoni, y, por supuesto, del papel único de Wulf Sachs en África del Sur, el continente africano casi no estuvo presente en

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los trabajos de etnopsicoanálisis y antropología psicoanalítica. Derivada del griego (ethnos: pueblo, y logos: pensamiento), la palabra etnología sólo apareció en el siglo XIX, aunque el estudio comparado de los pueblos se remonta a Herodoto. Para los Antiguos, el mundo estaba dividido de manera estática entre la civilización y la barbarie (exterior a la ciudad), pero la cuestión se planteó de otro modo en la época cristiana. En efecto, los misioneros y los conquistadores se preguntaron si los indígenas tenían o no tenían alma. En el siglo XVIII la etnografía se asignó la tarea de investigar sobre el terreno el fundamento de las diferencias entre las culturas. Para la filosofía de las Luces no se trataba ya de dividir el mundo entre barbarie y civilización, entre una humanidad sin Dios y una humanidad habitada por la conciencia de su espiritualidad, sino de estudiar el hecho humano en su diversidad, a la luz del principio del progreso. De allí la idea de una evolución posible desde el estado de salvajismo hasta el de civilización. En el siglo XIX esta visión progresista de la evolución humana tomó un cariz biologista bajo la influencia del pensamiento darwiniano. A la antigua idea de que el retorno a la animalidad era la fuente de todas las debilidades morales del espíritu humano, Charles Darwin (1809-1882) opuso la tesis de la continuidad. No sólo el hombre no era ya excluido del mundo animal por esencia o naturaleza, sino que se pasaba a considerarlo un animal evolucionado, un mamífero superior.

Desde el punto de vista etnológico (en el sentido moderno del término), el evolucionismo darwinista consistió entonces en atribuir las semejanzas que se descubrían en culturas distintas, y geográficamente alejadas, a desarrollos independientes pero idénticos de las civilizaciones. De allí surgió la tesis de que el primitivo se asemeja a un niño y el niño se asemeja a un neurótico. Freud se inspiró en este darwinismo, a través de los trabajos de James George Frazer (1854-1941) sobre el totemismo, y de William Robertson Smith (1846-1894) sobre el tabú. Y emprendió el trabajo de Tótem y tabú a fin de descubrir el origen histórico-biológico (y no ya solamente individual) del complejo de Edipo, de la prohibición del incesto y de la religión. El pensamiento darwiniano dio origen a una nueva organización de la etnografía como disciplina; la terminología evolucionó de manera radicalmente distinta en los mundos de habla inglesa y francesa. En Francia, la palabra etnología apareció en 1838 para designar el estudio comparado de las costumbres y las instituciones llamadas "primitivas". Diecisiete años más tarde fue remplazada por "antropología", a la cual el médico Paul Broca (1824-1881) vinculó su nombre, haciendo de ella una disciplina física y anatómica que a continuación desembocó en el marco de la teoría de la herencia-degeneración, y en el estudio de las "razas" y las "etnias" concebidas como especies zoológicas. Por el contrario, en el mundo angloparlante (Gran Bretaña y después los Estados Unidos), la palabra ethnology designaba el dominio de la antropología física (en el sentido francés), mientras que en 1908 se creó la

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expresión social anthropology para caracterizar la cátedra de antropología de Frazer en la Universidad de Liverpool. Fue en este contexto puramente angloparlante y a través de los debates de la antropología funcionalista de Bronislaw Malinowski, el kleinismo universalista de Geza Roheim y la ortodoxia de Ernest Jones, donde se discutieron las tesis enunciadas por Freud en Tótem y tabú. Observemos que Charles Seligman (1873-1940) y Williams Rivers (1864-1922), dos antropólogos de formación médica, fueron los primeros en dar a conocer en el ambiente académico de la antropología inglesa los trabajos freudianos sobre el sueño, la hipnosis y la histeria. Después relevó a esos estudiosos la escuela culturalista norteamericana, desde Margaret Mead hasta Ruth Benediet (1887-1948), pasando por Abraham Kardiner y el neofreudismo. Tanto en Gran Bretaña como en los Estados Unidos las tesis freudianas fueron entonces asimiladas por la antropología al mismo tiempo que impugnadas por su anclaje en un modelo biológico superado y ya abandonado.

En efecto, en esos dos países el saber antropológico moderno se construía a principios del siglo XX en ruptura con el darwinismo y el evolucionismo: por un lado a través de la doctrina de Franz Boas (1858-1942), verdadero padre fundador de la escuela norteamericana, que criticaba todas las tesis relativas a la oposición entre el primitivo y el civilizado, el salvaje y el niño, el animal y el ser humano, etcétera, y, por otro lado, siguiendo la enseñanza de Malinowski, Rivers, Seligman, quienes renunciaron a los marcos del evolucionismo de Frazer, en favor del funcionalismo o el difusionismo. De tal modo se constituyó progresivamente una corriente de antropología psicoanalítica, limitada en el plano científico al mundo anglo-norteamericano, y desde el punto de vista geográfico a experiencias de campo realizadas en la parte norte del continente americano y en Melanesia. En Francia, solamente Marie Bonaparte se apasionó, a título personal, por las cuestiones antropológicas. Por otro lado, ella aportaba su apoyo a Malinowski y a Roheim. En cuanto a los etnólogos, no mantuvieron ningún debate sobre las tesis freudianas durante el período de entreguerras; esas tesis fueron ignoradas, sobre todo por Marcel Mauss (1872-195 l), el fundador y más ilustre representante de la escuela francesa. Lo mismo que numerosos eruditos de su generación, e incluso cuando abordaba los temas propios del psicoanálisis (el mito, el sexo, el cuerpo, la muerte, lo simbólico, etcétera), desconfiaba de Freud y de su sistema interpretativo. En ese ámbito prefería basarse en los trabajos a menudo antifreudianos de los psiquiatras y psicólogos académicos: Pierre Janet, Théodule Ribot (1839-1916) y Georges Dumas (1866-1946). No obstante, en su comentario a Tótem y tabú se mostró prudente, subrayando que "estas ideas tienen una inmensa capacidad de desarrollo y persistencia". Durante esos años algunos escritores se interesaron por el aspecto antropológico de la obra freudiana: entre ellos, Michel Leiris (1901-1990) y Georges Bataille (1897-1962) valorizaron la

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concepción de lo sagrado y criticaron violentamente los principios de la psiquiatría colonial, pero sin generar una corriente de etnopsicoanálisis o de antropología psicoanalítica. Mientras que la anthropology en sentido inglés se convertía en una ciencia social, la etnología en el sentido francés se desarrolló con la creación en París, en 1927, por Marcel Mauss, Paul Rivet (1876-1958) y Lucien Lévy-Bruhl (1857-1939), del Instituto de Etnología, que emprendió investigaciones lingüísticas, recopilaciones de datos físicos, estudios sobre las costumbres y las instituciones, y, finalmente, trabajos sobre la religión y lo sagrado.

Este instituto englobaba por lo tanto lo que los angloparlantes llamaban ethnology y social anthropology. Con la misma perspectiva, Paul Rivet creó el Museo del Hombre, que abrió sus puertas en 1935 en el Palacio de Chaillot, reemplazando así el viejo Museo Etnográfico del Trocadero, de enfoque colonial, inaugurado por Broca en 1878. Los grandes fundadores de la etnología francesa de entreguerras iban a ser militantes de izquierda antes de convertirse en héroes de la Resistencia. En cuanto a la antigua escuela de antropología, evolucionó hacia el racismo, el antisemitismo y el colaboracionismo, sobre todo bajo la influencia de Georges Montandon, un ex médico partidario de la tesis del padre Wilhelm Schmidt (1868-1954). Fundador de la Escuela Etnológica Vienesa y director en 1927 del Museo Etnográfico Pontificio de Roma, Schmidt acusó a Freud de querer destruir la familia occidental. Montandon, por su lado, participó en el exterminio de judíos bajo el régimen de Vichy, y fue amigo del psicoanalista y demógrafo Georges Mauco. Hubo que esperar a la segunda mitad del siglo XX para que Claude Lévi-Strauss introdujera en Francia la terminología de lengua inglesa. En 1954 liberó al término "antropología" de todas las antiguas figuras de la herencia-degeneración, a fin de definir una nueva disciplina que comprendiera la etnografía, como primera etapa de un trabajo de campo, y después la etnología, designada como segunda etapa y primera reflexión sintética. Según esta nueva organización, la antropología tenía un papel agrupador: en efecto, tomaba como punto de partida los análisis producidos en otros dominios del saber, y pretendía extraer de ellos conclusiones valiosas para el conjunto de las sociedades humanas. En este contexto, Lévi-Strauss fue el primer antropólogo de lengua francesa que leyó y comentó la obra de Freud, cuando ésta ya llevaba más de treinta años integrada en los trabajos de la antropología anglo-norteamericana. Observemos que Georges Devereux, cuya obra fue redactada esencialmente en lengua inglesa, se orientó hacia el psicoanálisis al final de la Segunda Guerra Mundial. Si Marcel Mauss, sobrino de Émile Durkheim, había separado la etnología de la sociología durkheimiana, sin dejar de inspirarse en sus modelos, Claude Lévi-Strauss pasó de la etnología a la antropología unificando los dos dominios (el de lengua inglesa y el de lengua francesa) en torno a tres grandes ejes: el parentesco (en lugar de la familia y el patriarcado), el universalismo relativista (en lugar del culturalismo) y el incesto.

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Siempre se situó como un contemporáneo de la obra freudiana, a la cual se remitirá, así como al Curso de lingüística general de Ferdinand de Saussure (1857-1953), subrayando en Tristes trópicos lo que ella le había aportado: “[esta obra] me reveló que [...] las conductas en apariencia más afectivas, las operaciones menos racionales, las manifestaciones declaradas prelógicas son al mismo tiempo las más significantes". Lévi-Strauss se convirtió en etnólogo entre 1935 y 1939, al entrar en contacto con los indios de Brasil (Caduveo, Bororo, Nambikwara). Pero contrariamente a Maree. Mauss, por un lado, que no tenía experiencia directa de campo, y a Malinowski por el otro, para quien el encuentro en el terreno tuvo un efecto de revelación, Lévi-Strauss fue sin duda el primer etnólogo que teorizó el viaje etnológico siguiendo el modelo de una estructura melancólica: todo etnólogo redacta una autobiografía o escribe confesiones dijo en sustancia, porque debe pasar por el yo para desprenderse del yo. En consecuencia, propuso comparar la experiencia de campo con un análisis didáctico. Exiliado en Nueva York durante la Segunda Guerra Mundial, encontró allí un nuevo "campo": el de las diferentes teorías de los etnólogos y lingüistas norteamericanos (Roman Jakobson, Franz Boas, etcétera), en las que iba a inspirarse para construir un enfoque estructural de la antropología. En este sentido, se convirtió de algún modo en el etnólogo de los etnólogos, al punto de considerar las teorías antropológicas como mitologías comparables a los mitos elaborados por el pensamiento salvaje. Con esta perspectiva, estableció una analogía entre la técnica de la curación chamánica y la cura psicoanalítica. En la primera dijo, el brujo habla y provoca la abreacción, es decir, la liberación de los afectos del enfermo, mientras que en la segunda este papel es asumido por el médico que escucha, en el interior de una relación en la que habla el enfermo. Más allá de esta comparación, Lévi-Strauss demostró que en las sociedades occidentales, tendía a constituirse una "mitología psicoanalítica" que oficiaba como sistema de interpretación colectivo: "Vemos entonces surgir un peligro considerable: que el tratamiento, lejos de conducir a la resolución de un trastorno preciso, siempre respetuoso del contexto, se reduzca a la reorganización del universo del paciente en función de las interpretaciones psicoanalíticas". Si la curación se produce por la adhesión a un mito, que actúa como una organización estructurada, esto significa que el sistema está dominado por una eficacia simbólica. De allí la idea propuesta en 1947 en la "Introducción a la obra de Marcel Mauss", en cuanto a que lo que se llama inconsciente sólo sería un lugar vacío en el que se verificaría la autonomía de la función simbólica.

A partir de 1949, sobre todo en Las estructuras elementales del parentesco, Lévi-Strauss iluminó de un modo nuevo la famosa cuestión de la prohibición del incesto. En lugar de buscar la génesis de la cultura en un hipotético renunciamiento de los hombres a la práctica del incesto, como lo habían hecho

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Freud y sus herederos, o, por el contrario, oponer a ese origen el florilegio de la diversidad de las culturas (desde Malinowski hasta los culturalistas), él eludió esa bipolarización, para mostrar que la prohibición realizaba el pasaje de la naturaleza a la cultura. Esta nueva expresión de la dualidad naturaleza-cultura volvió a lanzar el debate sobre el universalismo, pero sin dar origen a una corriente francesa de antropología psicoanalítica. Y fue Jacques Lacan quien se inspiró en los conceptos de Lévi-Strauss para elaborar sobre todo su teoría del significante y de lo simbólico.

Cultura y Personalidad

En la escuela de Cultura y Personalidad hallamos tres fases:

1. Prefreudiana 2. Freudiana3. Nuevas tendencias

1. Prefreudiana (años 20 y 30)

El planteamiento antropológico conocido como cultura y personalidad se desarrolló entre las dos guerras mundiales influenciado por el psicoanálisis de Freud y la antropología boasiana.

Freud era esencialmente decimonónico. Su teoría era un magno esquema a gran escala, evolucionista, materialista y determinista, todo lo que Boas condenaba, pero Boas llevaba años defendiendo una antropología en busca de la vida mental del hombre. Esto lo supo hacer Freud mejor que nadie.

Con el tiempo, ambas escuelas realizaron reajustes, los freudianos renunciaron al evolucionismo y adoptaron el relativismo cultural y los boasianos dejaron su insistencia en la historia y la difusión y el resultado fue en EE.UU. el movimiento cultura y personalidad.

Para esta corriente lo realmente importante era relacionar de una manera funcionalista la personalidad del individuo con las prácticas y tradiciones culturales y viceversa. Para ayudarse animaron la creación de un lenguaje psicológico para integrar estas teorías a un corpus global de carácter más científico.

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Fueron dos discípulas de Boas, Ruth Benedict y Margaret Mead, las pioneras en esta primera fase de análisis psicológico.El rasgo más importante del movimiento es la inclusión en cualquier monografía etnográfica de numerosos términos y conceptos que expresan la condición mental y emocional de los miembros individuales de una comunidad.

2. Freudiana (años 30 y 40)

La cantidad de investigaciones dedicadas a la cultura y la personalidad en EE.UU. prueban la atracción que los temas mentalistas e individualistas tienen sobre la ciencia social americana. La generalización entre los antropólogos del interés por los análisis psicológicos coincide históricamente por el desplazamiento en la atención de los psicólogos hacia la familia y el individuo en detrimento del debido a los condicionamientos tecnológicos, económicos, sociales y políticos que controlan su destino.

Freud

El sistema básico en que se basa la escuela de cultura y personalidad procede directa o indirectamente de Freud.Freud desplazó su interés desde la psique individual a los fenómenos psicoculturales para identificar las causas de la evolución cultural. Ese es el objetivo de Tótem y Tabú 1913, su primera incursión en el mundo de la cultura. Representaba lo que los boasianos consideraban la peor especulación evolucionista:

Desmesura de propósitos Debilidad de las pruebas Generalidad de conclusiones

Según Freud, en el inicio de la organización social un único patriarca tenía los privilegios sexuales sobre sus hermanas e hijas. En un momento no especificado sus hijos, sexualmente reprimidos, matan al padre y se lo comen. Después, el sentimiento de culpa impide que tengan relaciones sexuales con sus madres, hermanas e hijas, lo que se considera tabú. Al mismo tiempo, como expiación de su crimen crean el mito del tótem, animal simbólico del padre, que pasa a ser alimento tabú prohibido salvo en ocasiones rituales.

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Del parricidio de grupo se originan el complejo de Edipo, el tabú del incesto, la exogamia de grupo, el totemismo y otros rasgos de las sociedades primitivas. Todo esto sería la estructura de que agrupa la diversidad cultural. Comparó la personalidad del salvaje con la personalidad infantil. Todos los individuos pasan a través de varios estadios hasta llegar a la madurez, pero tanto algunas culturas como algunos individuos modernos o primitivos detienen su desarrollo antes de llegar a ese punto.

El enfrentamiento con los boasianos era inevitable. El afán de Boas y sus discípulos era probar que la cultura tenía el poder de hacer a todos los seres humanos diferentes de lo que la naturaleza había decretado, mientras que Freud y los suyos estaban convencidos que las diferencias culturales eran superficiales y que en el sentido psicológico más profundo todos los seres humanos seguían vías de desarrollo similares y condicionadas por caracteres hereditarios.

Crítica antropológica de Freud

Kroeber se rió de estas teorías evolucionistas de Freud, pero Boas fue incluso menos caritativo.

Malinowski adujo pruebas contra la universalidad del complejo de Edipo: en la familia trobriand la figura que encarnaba a la autoridad paterna no era el padre sino el hermano de la madre.Los tres primeros estudios de campo de M. Mead también pueden considerarse como crítica antropológica a Freud. Mead también lanzó críticas contra Freud, para demostrar la falsedad de que en la naturaleza humana hubiese componentes biopsicológicos, (libido…) que se expresaban en estadios de comportamiento definidos, independientemente de su específico entorno sociocultural.

Sin embargo y a diferencia de Boas, Freud calificaba a las diferencias culturales como superficiales, afirmando que en el sentido psicológico más profundo todos los seres humanos seguían vías de desarrollo similares por sus características hereditarias comunes.

Todo el esquema de Freud, (desde la morfología del id, el ego y el superego hasta la interpretación de los sueños y el origen de la civilización) dependía de instintos humanos universales bien definidos y de un proceso ontogenético universal a través de estadios de maduración igualmente definidos (oral, anal, genital).

Géza Róheim: defendió la doctrina freudiana en su totalidad.

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Sistema neofreudiano

En el intervalo entre las dos guerras mundiales las doctrinas de Freud atrajeron a un gran número de intelectuales. Incluso la polémica sobre la universalidad del complejo de Edipo tuvo una acogida favorable. Psicoanalistas y antropólogos eran aliados naturales en contra de las represiones provincianas.

La atracción por las ideas freudianas era tan grande que los antropólogos no estaban dispuestos a abandonar su influencia por discrepancias en torno a la evolución histórica. Lo que necesitaban era un Freud liberado de su evolucionismo, lo que se consiguió con el tiempo. Una vez liberado de su determinismo el movimiento de cultura y personalidad adoptó las tesis freudianas.

El sistema neofreudiano daba especial importancia a las experiencias de la primera infancia en cuestiones como la inculcación de normas de limpieza, pautas de conducta sexual y contacto sexual, rivalidad fraterna, etc. Todo ello contribuía al proceso de enculturación. Y se adoptó una postura ecléctica con respecto a los principios básicos de Freud como la represión, complejos de culpa y ansiedad, relación entre frustración y agresión, sublimación, simbolización, etc. que se utilizaron según hicieran falta para establecer una correspondencia entre las experiencias de la niñez y la personalidad del adulto.

Relaciones entre el psicoanálisis y la antropología

El psicoanálisis tiene poco que ofrecer a la antropología cultural en lo que se refiere a la metodología científica. El encuentro de las dos disciplinas más bien ha tendido a reforzar la tendencia a las generalizaciones incontroladas, especulativas e histriónicas que cada una de ellas ha cultivado en su propia esfera.

El antropólogo que lleva a cabo un análisis psicocultural se asemeja al psicoanalista, cuyos intentos de identificar la estructura de la personalidad básica de sus pacientes son en gran medida interpretativos y escapan a los procedimientos normales de verificación.

En las disciplinas que se ocupan de la historia humana, por el contrario, el objetivo más alto es el de separar lo que es mito de lo que es acontecimiento real.

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3. Nuevas tendencias (años 50 y 60)

Tras la Segunda Guerra Mundial, el movimiento de cultura y personalidad se vio afectado por la psicología experimental de las teorías neobehavioristas del aprendizaje de Clark Hull y de B. F. Skinner.

La nueva teoría del aprendizaje implica una vasta reforma epistemológica y metodológica, producto de un intento deliberado por parte de los psicólogos de aplicar criterios más rigurosos de intersubjetividad y verificabilidad (se adoptó por los psicólogos sociales y los antropólogos culturales la premisa científica básica del neobehaviorismo).

El nuevo cientificismo se extendió a toda la Antropología Cultural y a punto estuvo de provocar la ruptura entre las tradiciones humanista y científica.

John Whitting: El problema de la evolución sociocultural

El movimiento de cultura y personalidad ignoró la cuestión de la evolución, la posibilidad de transformación de las instituciones primarias y secundarias. Afirman que existe una retroalimentación entre la personalidad básica y las instituciones básicas, pero ¿es un régimen permanente o existe un momento de ruptura en esa relación?

Hay que añadir a esta pregunta que admiten la existencia de individuos que no se ajustan a la personalidad básica, que son personalidades anómalas, desviadas, cuyo número y tipos no sabemos.

Y además hay que preguntarse es si esa retroalimentación puede frenar la evolución y cambiarla de dirección. Es erróneo pensar que todos los tipos de personalidad modal son igualmente vulnerables al cambio. ¿La personalidad básica tiene un efecto paralizador en el cambio? Si diferentes personalidades, ¿diferentes cambios? Porque hay que tener en cuenta que hay cambios iguales generalizados en muchas culturas, hay procesos de convergencia de culturas diferentes hacia formas nuevas similares.

Tampoco se explica bien la mutabilidad del carácter nacional según los cambios sociopolíticos (por ejemplo, los autoritarios japoneses se convirtieron en los demócratas de Asia).

En definitiva, no puede afirmarse una cadena causal entre el tipo de personalidad básica y el tipo de institución y cómo los cambios de la personalidad provocan las

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transformaciones institucionales. Hay una variedad infinita de personalidades humanas y no pude afirmarse que un determinado tipo de personalidad es la condición necesaria para el cultivo de ciertas plantas o el comunismo.

El materialismo de Freud

Freud puso los fenómenos del espíritu humano al alcance del determinismo histórico. Nuestros sueños y deseos tienen sus raíces en las necesidades materiales y en los procesos inteligibles de la niñez humana. La personalidad humana no se moldea libremente de cualquier forma, sino que es condicionada por la niñez.

Los neofreudianos despojaron a Freud de su determinismo histórico. Pero no es posible que se postule freudiano y querer tomar posiciones idealistas ya que inevitablemente su teoría nos remite a las condiciones de la infancia. Pueden eludir la opción materialista o atribuir el origen de la niñez a la fantasía de una generación de adultos, pero se convertirían en una especie de particularistas históricos incapaces de enfrentarse a las regularidades evolutivas. No se puede aceptar esto por el hecho de que los sistemas culturales no son infinitamente divergentes.

Factores condicionantes de la personalidad

Aceptar las fases de la evolución freudianas anal, oral y genital no significa tener que aceptar que éstos deban ser los factores psicológicos más importantes para la comprensión de la evolución sociocultural.

Puede haber más factores que expliquen más fácilmente las instituciones básicas, sin necesidad de las complicadas correlaciones de Whitting entre la personalidad y la institución. Así, por ejemplo, la correlación entre la ética protestante y el capitalismo de Max Weber, la relación entre la necesidad de realización y el desarrollo industrial de David McClelland (1961), la importancia del sistema educativo nacional.

Esto indica que se están ignorando relaciones funcionales importantes entre la personalidad y las instituciones primarias y que no hace falta en muchas ocasiones usar la psicología profunda. Si se refuerzan adecuadamente los hechos causales, no es preciso movilizar mecanismos psicoanalíticos.

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Hubo investigaciones que sí incluyeron otros factores, como el de Barry, Bacon y Child (1959), que demostraron mediante el uso del método comparativo que donde se producen excedentes alimentarios, la socialización se orienta a estimular el cumplimiento pasivo, mientras que la caza favorece la afirmación de la individualidad.

La conclusión aquí es que la educación de los niños tiende a ser una adaptación a la economía de subsistencia lo que es un caso de determinismo económico. El problema es que los estudios se centran en la educación de los niños, cuando debían centrarse en la correlación entre la personalidad de los adultos con las prácticas de subsistencia.

Whitting, como resultado de varios estudios, establece múltiples correlaciones que conectan distintos rasgos: el hijo duerme con la madre, tras el parto se producen tabúes sexuales, existe la poliginia, la residencia es patrilocal, los niños varones pasan ritos de pubertad.

A la vista de esto Whitting ve posible que pueda operar una retroalimentación tecnoecológica. Explora distintas conexiones: clima, el kwashiorkor, una enfermedad causada por deficiencia en proteínas.

De este modo podemos ver una nueva cadena causal: se prolonga la lactancia, se prolongan los tabúes sexuales, mientras el niño sigue mamando porque a la madre un nuevo embarazo no le ha retirado la leche. Existe la poliginia y el marido duerme mientras con otra mujer, el niño tiene facilidad por ello para dormir con la madre, la poliginia hace más probable que la residencia sea patrilocal, lo que se correlaciona con la patrilinealidad y patrilocalidad hace que los niños que pasan temporadas largas con las madres, que llevan a ritos severos de paso a fin de que adopten roles varoniles.

La escuela de Cultura y personalidad omitió el estudio de los factores orgánicos, descuidó los factores condicionantes que relacionan la personalidad y el ecosistema, es decir, los factores tecnoeconómicos y tecnoecológicos.

La falta de interés por las conexiones causales, que operan durante toda la vida, entre los modos de subsistencia y los tipos de personalidad es consecuencia del medio hostil a la teoría diacrónica en el que crecieron (periodo boasiano).

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Otto Rank

Otto Rank, nació en Leopoldstad, en Viena, Austria, el 22 de abril del año 1884, con el nombre de Otto Rosenfeld. Es hijo de Simon Rosenfeld (joyero) y Karoline Fleischner, ambos judíos, tenía dos hermanos, siendo él mismo el hermano menor.

Entró a la escuela, y tuvo buen rendimiento, pero a los 14 años, se cambió contra su voluntad, a una escuela técnica, la cual lo prepararía y destinaría al trabajo en fábricas. Ese tiempo vivió frustrado, por que estaba alejado de los estudios, de los libros y de sus amigos, tenía reumatismo agudo.

Por otro lado, se sentía muy feo físicamente, y tenía una relación muy mala con su padre, quien era alcohólico y violento (sufría crisis), además durante esta etapa sufrió un intento de abuso sexual por un adulto cercano a él, lo que derivaría en algunos síntomas de neurosis, años después, como la fobia los gérmenes y a las relaciones sexuales.

Mientras era aprendiz de tornero, se instruyó sólo en literatura y filosofía, era gran aficionado de Nietzsche.

En 1903, se apropió del nombre de Rank, como una manera de desvincularse de su padre al que odiaba, así que luego, se convirtió al catolicismo para legalizar el nombre (ya que era ateo), pero antes de casarse volvería a apropiarse de sus raíces judías.

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En 1905 empezó a mostrar interés por el psicoanálisis, conociendo así a Sigmund Freud y formo parte de la Sociedad psicoanalítica de los miércoles, en 1906, ya es secretario de la misma y el 1909 escribe su libro “El mito del nacimiento del héroe”, Freud lo asumió siempre como uno de sus pupilos predilectos, y Otto lo veía como su padre.

El 1912, ya era doctor en filosofía y habría escrito 4 libros de literatura.En 1915, encuentra un trabajo (el cual no lo motiva mucho) en un periódico, ahí conoce a la que sería su esposa Beata Mincer, que era estudiante de psicología (quien luego sería psicoanalista, conocida como Tola Rank), y se casaron el 1918.

Siempre fue melancólico, pasaba por estados depresivos acompañados por estados de exaltación, por lo que fue categorizado por sus colegas, como psicótico maniaco-depresivo, luego ingresó al Comité Secreto de Freud, por lo que muchos colegas estuvieron aún más celosos de él y el cariño que Freud le tenía.En 1924, se vio como su teoría se distanciaba notoriamente de la de Freud, con su libro “El trauma del nacimiento”, postulaba que la angustia de la separación se da en el momento del nacimiento, cuando hay separación biológica, entonces esto se opone a la teoría del Complejo de Edipo de Freud.

Nunca se consideró antifreudiano, y Freud más tarde tendría que aceptar algunos de sus postulados. También daba importancia, a la mujer y a la feminidad en el complejo de Edipo.

En 1926, formula un nuevo concepto que sería el de terapia activa, lo que serían terapias cortas, concentradas en el presente, donde el rol fundamental para el cambio es el consciente y la voluntad de la persona. Ese mismo año, vio a Freud por última vez.

Rank ensañaba sus doctrinas y tenía su consultorio, en 1930, los psicoanalistas (incluido Freud, quien había querido mucho a Rank) lo expulsaron la APsaA que es la asociación americana de Psicoanálisis (también a sus discípulos), Se volvió independiente y seguía dando terapia en París, vivía junto a su mujer y a su hija.

Muere el 31 de octubre de 1939, en California, poco después de volverse, a casar, muere a consecuencia de una infección grave.

Para Rank, la voluntad, sería un sinónimo de poder, al nacer tenemos la voluntad de ser nosotros mismos, luego queremos ser independientes de nuestros padres, y luego queremos ser independientes de la autoridad, es decir, respetamos nuestras reglas sociales, pero podemos controlar nuestros impulsos (incluso los

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sexuales), todo esto para llegar a formar el tipo de persona que seremos.

Rank describe tres tipos de personas:

El adaptado: Es una persona que adquiere una voluntad aprendida, se apega fielmente a todos los mandatos, morales, sociales e incluso sexuales. Son personas tranquilas y pasivas, son dirigibles, según Rank serían la mayoría de las personas.

El neurótico: Persona que tiene una voluntad bastante fuerte, pero esta dirigida a evitar el dominio interno y externo, es tan grande este conflicto, que dejan de expresar su voluntad y se limitan en su comportamiento y deseo, y sienten que deben estar todo el tiempo activos, pues no se dejan no hacer nada, se sienten todo el tiempo consternados y culpables, por tener “poca voluntad”.

El artista: es el genio, creativo, productivo, ubicado, consciente de sí mismo, Se crea a sí mismo para después poder crear y recrear su realidad, se aceptan y autoafirman, los que les permite reafirmar su voluntad y encaminarla hacia un propósito.

El mito del nacimiento del Héroe

Analiza los nacimientos de los héroes de varios mitos, de reyes de varios lugares como el nacimiento de Edipo en Grecia, Rómulo y Remo en Roma, y también de héroes celtas, hindúes, persas, también analizó el nacimiento de Buda y Jesús.Encuentra el patrón:

Rey (Dios) - Reina (Diosa), tienen un hijo, generalmente es un hijo que les había costado concebir, y este es visto como amenaza para el padre por el oráculo o algún sueño.

Es abandonado, usualmente en una caja o cesta, que simbolizaría el vientre materno, es encontrado por gente humilde y tratado como un hijo propio.

Crece y descubre la verdad, toma venganza con su padre, y luego es venerado por eso.

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El análisis de Rank:

De niños veneramos a nuestros padres como perfectos, al crecer, cuando quieren tomar decisiones en nuestras vidas, nos desencantamos de ellos, y nos damos cuenta que no son lo que creíamos, entonces, interpreta al mito como el deseo de retornar a aquel estadio de perfección de nuestros padres y recuperar esa relación infantil con ellos.

La cesta o la caja simboliza al vientre materno (tiene mucho que ver el trauma de nacimiento), la gente humilde, son nuestros padres como son, y los reyes o dioses son nuestra idealización de ellos, y la venganza contra ellos es nuestra rabia, por el desencanto.

Roheim Geza (1891-1953) Antropólogo y psicoanalista norteamericano

Primer etnólogo que se convirtió en psicoanalista completo, Geza Roheim fue también el único miembro de la comunidad psicoanalítica del período de entreguerras que adquirió la pericia necesaria para impugnar las tesis de Bronislaw Malinowski a partir de una experiencia de campo y ya no a través de debates teóricos. En tal carácter, le dio una verdadera legitimidad a la antropología psicoanalítica, y fundó el etnopsicoanálisis el cual se inspira en los principios del psicoanálisis para estudiar tanto los trastornos psicopatológicos ligados a culturas específicas como la manera en que esas diferencias culturales clasifican y organizan las enfermedades psíquicas. Fue uno de los principales representantes,

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junto con Georges Devereux. Su obra, escrita en tres idiomas (húngaro, alemán e inglés) es notable: una docena de libros y más de ciento cincuenta publicaciones redactadas entre 1911 y 1953.

Nacido en Budapest en un ambiente de comerciantes judíos acomodados, hijo único, mimado a la vez por el padre, la madre y el abuelo, Roheim disfrutó de una infancia feliz (fenómeno poco frecuente entre los pioneros del movimiento psicoanalítico, con la excepción del propio Sigmund Freud). No tuvo hijos, y él mismo fue un niño eterno, durante toda su vida apegado a su mujer Llonka, que estaba asociada a su obra y no cesaba de pelear en público con él. Gran bebedor y buen gastrónomo, le gustaban a la vez los libros y las actividades corporales. Desde su juventud, guiado por el abuelo, devoró obras de mitología, folclore y etnografía, mientras practicaba esgrima y natación. Más tarde, en el campo, les enseñaría fútbol a los pequeños melanesios. Nutrido de cuentos y leyendas húngaras, fascinado por las historias de niños encontrados, como las que Otto Rank narraba en su libro sobre la novela familiar, Roheim se interrogo muy pronto sobre los fenómenos psíquicos ligados al nacimiento de los hijos, a la pérdida, la separación. Y conservando esta problemática emprendió el estudio de una nueva disciplina, la antropología. Después de realizar estudios clásicos en Leipzig y Berlín, se apasionó por los trabajos psicoanalíticos. En su primer artículo, de 1911, recurrió al concepto freudiano de complejo de Edipo. Analizado entre 1915 y 1916, primero por Sandor Ferenczi y después por Wilma Kovacs (1882-1940), muy pronto comenzó a practicar el psicoanálisis, mientras preparaba la publicación de su primer libro sobre el totemismo australiano, editado en 1925. En ese estudio puramente libresco, Roheim no adhería a las posiciones enunciadas por Freud en Tótem y tabú. En efecto, reemplazó la perspectiva filogenética por una hipótesis ontogenética, inspirándose directamente en los primeros trabajos de Melanie Klein sobre las relaciones arcaicas entre el niño y la madre.

De modo que la primera gran aplicación del psicoanálisis a la antropología se desarrolló bajo los auspicios del kleinismo, y en una filiación húngara representada por Ferenczi e Imre Hermann. Hostil a todas las ortodoxias, Roheim no se convirtió tampoco en un partidario rígido de los dogmas kleinianos. Durante toda la vida conservó su independencia respecto de las diferentes escuelas y una sólida admiración por Freud, a quien conoció en 1918 en el Congreso de la International Psychoanalytical Association (IPA) de Budapest. En Australian Totemism, transformó la fábula darwinista de la horda salvaje, centrada en la función preponderante del padre, en una especie de digresión sobre los estadios, las relaciones de objeto y las angustias infantiles. Según él, los fantasmas de devoramiento no hacían más que repetir una situación más antigua de identificación con el cuerpo de la madre: comer al padre en el curso del festín

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totémico era por lo tanto comer a la madre. En cuanto al tótem, Roheim lo consideraba tanto una figura paterna como una representación de la omnipotencia materna. Gracias a una subvención de Marie Bonaparte emprendió en 1928 su primer gran periplo en el terreno melanesio, con la intención de invalidar la tesis de la ausencia de complejo de Edipo en las sociedades matrilineales, defendida por Malinowski. Antes de su partida tuvo una discusión con Freud sobre otra hipótesis de Malinowski, según la cual los trobriandeses ignoraban el erotismo anal. Freud objetó: "¿Ah sí? ¿Esta gente no tiene ano?" Durante nueve meses, después de pasar por Adén y Jibuti, Roheim permaneció en una tribu de la isla de Normanby, integrándose perfectamente a los indígenas. En el terreno, lejos de experimentar el mismo sufrimiento melancólico que Malinowski o que muchos otros etnólogos, en seguida experimentó una "transferencia positiva" con sus anfitriones; los trató como un gran hermano y a la vez como un analista kleiniano, tratando siempre de afinar su método e interpretar las costumbres, los mitos, los comportamientos, los sueños, los juegos de palabras y las historias cotidianas a la luz del psicoanálisis. Al volver, atravesando los Estados Unidos se detuvo algún tiempo en California para estudiar a los indios yumas, y en 1932 publicó sus observaciones en un artículo titulado "Psicoanálisis de los tipos culturales primitivos", cuyos conceptos esenciales fueron retomados en 1950 en su gran síntesis sobre el tema: Psicoanálisis y antropología. Contra Malinowski, y coincidiendo con Freud y Ernest Jones, llegó a la conclusión de que el complejo de Edipo tenía una vigencia universal, en este caso a través del lugar del tío materno, admitiendo no obstante que las sociedades matrilineales estaban organizadas según un modelo preedípico.

Más tarde, por otra parte, clasificó las culturas a partir del modelo edípico, demostrando que el principio universal se manifiesta en todas, aunque no del mismo modo. Obligado a emigrar en razón de la toma del poder por los nazis, se instaló en Nueva York, trabajó en el Worcester State Hospital en un caso de esquizofrenia, y continuó sus estudios de antropología psicoanalítica. Puesto que no era médico, se mantuvo a distancia de la comunidad psicoanalítica norteamericana. En 1950 redactó un texto programático, incluido en Psicoanálisis y antropología, en el cual defendió el universalismo freudiano, en nombre de la unidad del género humano. Atacó con firmeza a todos los representantes del neofreudismo culturalista, en particular a Abram Kardiner y Margaret Mead, reprochándoles que, para analizar las grandes sociedades occidentales, importaran modelos diferencialistas inadecuados. Concluía que el relativismo cultural, con su buena conciencia y sus ideales humanistas, no era más que una forma enmascarada de nacionalismo y de rechazo del otro: "La idea de que las naciones son completamente distintas entre sí, y de que el papel de la antropología consiste simplemente en descubrir esas diferencias, es una

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manifestación de nacionalismo apenas disimulada. Constituye la contracara democrática de la doctrina racial de los nazis, o de la doctrina comunista de las clases." En 1953 no soportó la muerte de su esposa, y se dejó morir en un hospital después de haber sido sometido a una intervención quirúrgica, sin fuerzas para abrir el ejemplar de su última obra, Las puertas del sueño, que un visitante acababa de llevarle. Dejó instrucciones para que su féretro se cubriera con una bandera húngara, y encargó a Raphael Patai, historiador del judaísmo, que pronunciara su elogio fúnebre.

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Conclusión

Todas estas variadas formas de comprender la relación entre la cultura y la personalidad fueron criticadas por otros antropólogos, acusándoles de basarse en datos inadecuados y en conceptos cuestionables. Los primeros antropólogos parecían asumir que la cultura es algo diferente a la experiencia psicológica de los individuos, mientras que en realidad la cultura es perpetuada y modificada por cogniciones humanas conscientes e inconscientes, afectos e ideales. Hasta cierto punto, la cultura y la personalidad son meramente formas distintas de ver la misma realidad. Nosotros no vemos la cultura en un lado y la personalidad en otros: sino que vemos gente que piensa, siente y actúa en cierta forma (estructura de la personalidad) bajo la influencia de valores y costumbres prevalentes en una sociedad dada (cultura). Los antropólogos modernos admiten que la gente que aprende ciertas pautas de comportamiento sí adquiere ciertas formas de personalidad, pero no acepta la noción de que incluso también las estructuras profundas de la personalidad están estandarizadas y son condicionadas culturalmente.

Tanto la psicología freudiana como la del aprendizaje han sido usadas en los estudios de la cultura y la personalidad; J. Whiting y I. Child han intentado utilizar una síntesis de los dos argumentos. La aplicación de los tests de percepción temática ha permitido a los investigadores estudiar la personalidad sin usar elementos culturales, para así evitar la circularidad de los primeros estudios sobre cultura y personalidad.

En el presente, hay en uso una variedad de rigurosos estudios experimentales y comparativos en todos los aspectos de los procesos psíquicos normales y anormales, tales como los estudios comparativos del desarrollo cognitivo y moral, desviaciones a raíz de salud mental, el efecto del cambio cultural en la formación de la personalidad, etc.

Ya no se creen en la vieja argumentación de que cada persona lleva en su psique una versión en miniatura de su cultura. Hoy sabemos que la cultura ambiente, el contexto cultural, puede tener muchísima influencia sobre la personalidad común de un grupo humano.Desde la década de los 60 en adelante la corriente de Cultura y Personalidad ha pasado a llamarse Antropología psicológica, variando su orientación y contenidos hacia estudios psicológicamente más orientados.