antologia de cuentos de ciencia ficcion

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8 Antología de cuentos de ciencia ficción LEER TE HACE GRANDE Cuentos de ciencia ficción Autor: Oliver Martinez Reyes

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aqui encontraras distintos cuentos de ciencia ficcion que es pero sea de tu agrado

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Antología de cuentos de

ciencia ficción

LEER TE HACE

GRANDE

Cuentos de ciencia ficción

Autor: Oliver Martinez Reyes

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ANTOLOGIA DE CUENTOS DE CIENCIA FICCION

INDICE

El numero 19 (Leslie teresa Ibarra Mijangos) ................................................................................ 2

Desde un planeta lejano (Oliver Martinez Reyes) .......................................................................... 4

Invasión (Elizabeth Montiel Ocampo) ............................................................................................. 9

Guerra final (Maximiliano Mérida de león) ................................................................................... 14

Pistolas (Luis Enrique Silva Marmolejo) ....................................................................................... 15

Apocalipsis (Rafael Dalí Montiel Rojas) ....................................................................................... 16

El pájaro de oro (Andrea Yoltzil Ávila Escamilla) ........................................................................... 19

Virus de la humanidad .............................................................................................................. 26

Agnetha ...................................................................................................................................28

La muerte y el lobo .................................................................................................................. 30

El zoo ..................................................................................................................................... 32

2 AM ...................................................................................................................................... 35

Soñé que podía comprar el camino al cielo ................................................................................. 36

El pacto ................................................................................................................................... 40

El viaje de Martin .................................................................................................................... 42

Bibliografía ............................................................................................................................. 44

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ANTOLOGIA DE CUENTOS DE CIENCIA FICCION

El numero 19

Él se despertó, no pudo seguir durmiendo por esa pesadilla que se repetía casi todo los días al dormir; se levantó de la cama todo sudado y camino hasta la cocina a beber un poco agua, mientras bebía el agua se puso a recordar cómo era la pesadilla que tanto lo aterraba pero cada vez que intentaba recordar algo de ese sueño maligno su mente estaba en blanco.

Cuando dejo de beber vio por la ventana de la cocina que daba al patio algo resplandeciente entre la oscuridad de la noche , abrió la puerta y se dirigió hacia la luz para ver que era , mientras que se acercaba a la luz vio la figura de alguien o de ALGO que se le acercaba y cuando logro verlo supo lo que era , era un extraterrestre y era pequeño a diferencia de él que tenía 15 años y era muy alto para su edad ; cuando se quiso dar cuenta ese ser de otro mundo le tiro algo sobre la cara para que se le nublara la vista y no pudiera ver nada de lo que ocurría ,y al momento de que ocurrió eso él se sintió como petrificado de miedo y se estaba cayendo al suelo , hasta que por fin cayo al césped del patio y sé que quedo como anestesiado.

Cuando despertó estaba en su cama y era de mañana , como si no hubiera pasado nada y fuera otra mala pesadilla lo que había ocurrido ; pero sucedió algo mientras se levantaba de su cama , empezaba a recordar una luz y esa luz era la de la sala de parto de donde nació el hace como unos 15 años , él estaba recordando su propio nacimiento , recordaba como los doctores y los enfermero lo sacaban del útero de su madre , y los limpiaban de la sangre que tenía y después se lo daban a la madre . El empezó a razonar que eso era algo raro en un humano porque, ningún humano podía recordar su nacimiento ni menos cuando tenía dos años o cuatro años, pero el si podía y podía recordar más. Mientras el recordaba se dio cuenta que tenía que ir al colegio y todavía no se habría preparado y era tarde, así que se vistió y desayuno rápido, y se fue rápido a la parada de colectivo. Cuando viajaba en el colectivo trato de recordar la pesadilla o lo que había ocurrido anoche, pero no pudo aunque ahora tenía el don de recordar toda su vida, no podía acordarse de lo ocurrido de anoche. Durante la clase de matemáticas la profesora les encargo que hagan unos ejercicios de las páginas del libro. Él no era muy bueno en el colegio le costaba estudiar más que a otros chicos y en especial matemáticas, pero ese día fue diferente, cuando abrió las páginas del libro y vio los ejercicio que había que hacer, noto que eran MUY fáciles para él, porque además de recodar todo tuvo el don de la sabiduría y pudo hacer los ejercicios rápidos y fácilmente.

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Cuando termino los horarios de clases salió del colegio y volvió para su casa, cuando llego en su casa empezó a hacer los ejercicios del libro de matemáticas para comprobar su sabiduría, alrededor de 20 minutos termino todos los ejercicios del libro sin leer como se resolvían los ejercicios porque al fin y al cabo él tenía el don de la sabiduría y podía saberlo todo. Durante la tarde se fue a una biblioteca pública cerca de su casa y se puso a leer libros a cerca de matemáticas, física, química, historia, geografía, y algunos otros libros sobre historias de ciencia-ficción .Al final de la tarde termino de leer unos 89 libros con una rapidez impresionante, se tardó más en leer

los libros de ciencia-ficción porque eran historias que jamás había leído. Durante la noche después de cenar, el trato de recordar otra vez lo que había ocurrido la otra noche pero no sirvió de nada, su mente se ponía en blanco cuando empezaba a recordar eso. Termino de leer unos libros que trataba sobre los sueños, el universo y abducciones extraterrestres, que había comprado esa misma tarde con su dinero ahorrado; cuando termino de leer todos los libros se fue a dormir. En la mañana la madre encontró al hijo muerto en su cama .Los doctores diagnosticaron muerte súbita

.Durante la autopsia del chico los doctores encontraron en la nuca una placa metálica que estaba metida dentro de la piel, en la placa metálica se podía ver que había un número y abajo un letras pequeñas que estaban en un idioma diferente, un idioma que no era humano, el número se podía leer y el numero era 19.

Autor: LESLI TERESA IBARRA MIJANGOZ

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Desde un planeta lejano

La tripulación estaba a bordo. Los ocho ocupantes de la nave tenían instrucciones precisas. La misión debía cumplirse sin el más mínimo error. Cuando la cápsula salió de la nave nodriza, los ocho comandos kuarek tenían delante un planeta que habían visitado antes pero nunca habían intentado aterrizar y mucho menos entrar en contacto con las alienígenas.

La nave nodriza se veía imponente con sus 957 mesurks de eslora y sus 455 dors de manga. La luz mega tónica que alimentaba sus reactores tenía un brillo que a pesar de la distancia que se hacía cada vez más grande, mantenía su brillo contrastante con el negro vacío del espacio. A bordo, el sistema de navegación ya estaba programado. El destino en pantalla, la zona de aterrizaje predeterminada y los kuarek sólo debían esperar trescientos ochenta dazors antes de colocarse los trajes que mantuvieran no sólo su temperatura sino la provisión exacta de hidrógeno para sostener la vida en las condiciones tan agrestes de aquel planeta un tanto gris y caliente.

El comandante kuarek había cumplido 6 misiones de reconocimiento previas y su record de burla a los sistemas de detección de los alienígenas era casi perfecto. Fue en la misión del tiempo de Cardón en la conjunción de luna de Harum y la estrella Tazm, cuando su nave fue detectada en el momento que procedían a recolectar muestras de litio en el Desierto Blanco de las Altas Montañas cerca del Pico Mayor de la Cordillera. Los alienígenas de pieles

multicolores estaban como preparados para el contacto pues todos miraban hacia arriba y portaban reflectores circulares como espejos que apuntaban en dirección de la nave pero sin disparar nada simplemente apuntando repetidamente como queriendo captar su imagen. Evidentemente fueron descubiertos pero acelerando a velocidad 5D y usando propulsión de emergencia pudieron superar la línea de fuego que cubría el planeta. El comandante había podido recorrer la gran masa azul salpicada de territorio elevado donde antes se distinguía un tono verde que ya había casi desaparecido. A cambio, la zona oxigenada se había teñido de un gris profundo y resultado de ello la actividad biótica de seres minúsculos era mínima. Constantes explosiones, detectadas por su sistema de rastrillaje remoto de actividad nuclear y de fusión electrónica, habían contribuido a ese deterioro de la costra planetaria que en la misión 1 y la misión 2 era notoria. El más joven de los tripulantes, de escasos 210 merks, no podía contener la emoción y el miedo de su primera misión a la Esfera Mar. Había sido retroalimentado durante el sueño de medio merk con toda la información necesaria para la misión. Sabía del poder destructor de las armas de los alienígenas y de su

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desprecio por todo aquello que les era diferente, por eso se habían separado entre los extremos y habían construido murallas entre zonas de los que eran de un color y los de otro y hasta habían llevado adelante campañas de exterminio total usando al principio armas rústicas y luego grandes cohetes que disparados a grandes distancias impactaban áreas densamente ocupadas y creaban un desbalance planetario del eje de la Esfera Mar y de la zona oxigenada que les permitía sobrevivir a los rayos gama, alfa y beta que se hacían cada vez más intensos en su estrella mayor. Allí estaba con su piel teñida de frio molibdeno exudado por su reacción celular ante tan peligrosa misión. Ya sólo faltaban 20 dazors antes del descenso y era hora de vestir el pesado traje de aleación de moem y mercurio, desarrollado apenas hace 112 merks para la misión de caza y eliminación en el exoplaneta de la Esfera de Anillos. 3 dazors ,2 dazors, 1 dazor. Aterrizaje perfecto. Oscuridad total. Silencio en el ambiente hasta que la escotilla se abrió liberando presión interior y entrando en contacto con la zona oxigenada y recibiendo el impacto de gases fosfofluorados del aire que empañaban sus cascos. Cada uno llevaba un arma ligera de luz termo activada capaz de despedazar casi todo material conocido y reconocido por misiones anteriores en la Esfera Mar. Había tres kuarek que marchaban atrás llevando redes de una aleación similar a la del moem y mercurio que se podía expandir y contraer según el tamaño del objeto recolectado. Con un plano mental inserto en la región occipital de sus grandes cabezas localizaron físicamente todo lo detallado en aquél y se desplazaron resueltamente hacia el bloque de madera donde estaba la muestra que debían llevar a la capsula y de allí a la zona de estudio dentro de nave nodriza. El bloque de madera tenía luz que provenía de su interior y que era perceptible pues atravesaba los cuadros transparentes ubicados a los costados de lo que parecía el acceso principal. El bloque al mismo tiempo alimentaba la zona oxigenada pues de un tubo que salía del interior se veía la contribución gris que sus ocupantes hacían a su zona de vida.

Sin que estuviera registrado en el plano mental inserto y de improviso, un ser recubierto de pelo y de afilados punzones en su boca se abalanzó sobre uno de los comandos kuarek destrozando la extremidad que portaba el arma de luz termo activada y derramando al mismo tiempo su fluido vito-energético por la superficie helada a su alrededor. Sin muestra mínima de dolor giró en torno a sus extremidades inferiores

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y le asestó tal golpe al peludo que su espina dorsal se partió en dos pedazos escuchándose un gemido y un golpe de aire expelido por ese ser. Los ocho comandos se frenaron, realimentaron sus programas computarizados instalados en el pecho ante este incidente, recalcularon su tiempo, observaron si había actividad alienígena resultado del combate entre el comando kuarek y el peludo y ante la seguridad de sus próximos pasos siguieron al frente del bloque de madera. Su irrupción fue lenta. En el interior cuatro alienígenas giraron sus cabezas desde el cubo de imágenes que observaban con atención y viéndolos pasar el umbral de la puerta se quedaron petrificados. Ni un solo gemido, sin seña de movimiento agresivo-defensivo de los alienígenas. Eran cuatro pedazos de blanco mármol de altura distinta. Esos no eran los temibles guerreros que cortaban cabezas, que disparaban fuego, que lanzaban cohetes, que con sus rostros embadurnados de color espantaban a sus enemigos; esos no eran como las imágenes en su base de datos de los guerreros alienígenas. No había tiempo que perder, la misión debía continuar.

El objetivo era el ejemplar reproductor. Debían llevar a la fuente generadora de vida de los alienígenas. Sabían que no tenía gran masa muscular, sabían que si bien en los últimos tiempos cada vez más de ellas se enlistaban entre los guerreros, su misión estratégica era dar vida y hacer crecer a su progenie y lo hacía dentro de esos bloques de madera, de cemento o de otro material y a veces bajo solamente un techo era suficiente para perpetuar su especie. Las notas implantadas en los discos duros de

los comandos kuarek decían que el ejemplar reproductor no era apreciado como lo hacen otras especies; se sabía de maltrato, abandono y hasta eliminación directa de parte de sus mismos machos reproductores. No habría resistencia. Era un blanco fácil. Inmediatamente reconocido el objetivo, la malla de aleación de moem y mercurio se expandió lo suficiente para cubrir al ejemplar generador de vida. Los comandos se acercaron para envolver a su objetivo y en ese mismo momento los que parecían bloques de mármol reaccionaron y con total desprendimiento de su propia integridad intentaron sujetar de las extremidades a los kuarek que los superaban no sólo en número sino en tamaño, fuerza y por las armas que portaban. Bastaron tres empujones para deshacerse de las alienígenas, sin embargo, cuando los comandos habían puesto rumbo a la salida, algo los contuvo. Un sonido muy particular desconocido en la Esfera Kuarek II: era suave pero tenía poder. Fue el comandante quien se dio vuelta y al presentir este movimiento los otros siete se detuvieron, voltearon y vieron algo diferente: de los ojos del alienígena más pequeño y de cabellos largos con adornos, brotaban

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cuatro esferas transparentes que mojaban sus mejillas y con su faz desencajada reflejaban algo que ellos sólo habían experimentado al ver las imágenes implantadas de sus congéneres huyendo el momento en el que un cometa impactaba la Esfera Kuarek, el primer hogar. Muy pocos salieron de la Esfera a tiempo. Ellos habían sido transportados en la nave nodriza a Kuarek II en estado embrionario. Luego colonizaron un planeta de seres apenas microscópicos y con un ambiente apto para la reproducción de su clase. Poco después, y de los ojos del otro alienígena pequeño cuatro perlas cristalinas más cayeron al piso dejando una huella húmeda circular. La novena esfera, también cayó. El alienígena mayor logró derramar esa esfera cristalina al ver cómo la fuente reproductora se iba de su vida y si bien sólo una esfera fue su contribución, bastaba para crear un efecto inesperado. El comandante procesó está información en trillonésimas de merks y se dio cuenta de un denominador común en los alienígenas que los sostenía en comunión y que podría explicar no solo una debilidad sino una fortaleza. La misión no necesitaba completarse; este dato que podía ser trascendental para el conocimiento de las alienígenas era suficiente información para procesar. Era además prudente no subir a bordo a un ser que, como se afirmaba en la base de datos, era portador de enfermedades que ya habían diezmado a su propia raza y se podía prevenir cualquier contagio dentro de la nave nodriza. El comandante kuarek además sabía que sólo faltaban dos misiones más: la misión que desactivaría el sistema binario de control de la mecánica del movimiento y de la información en la Esfera Mar con lo que se dañarían todas las defensas alienígenas y la misión de invasión total que llegaría con la señal de la estela que deja el cometa que más cerca ha pasado de este lugar. Sería en 78 giros de la esfera en torno a su estrella mayor. El comando kuarek más joven quedó impactado por el apego de esos seres tan extraños a su fuente generadora de vida. Una luz verde quedó intermitente en su sistema, algo había surgido en el kuarek que no era reconocido por el escaneo que aplicó puesto que no se permitían fallas de ningún tipo en el equipo, más aún cuando estaban en un lugar inhóspito a muchos mesurks de casa. La cápsula comenzó a presurizarse; se eliminaron las trazas radioactivas adheridas a los trajes de los comandos y cada tripulante se inyectó una dosis de neutonio que compensaría el desgaste de los sistemas

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de sostenimiento de impulsos sensoriales que más allá de la química habían sido alterados sin garantía de solucionar la intermitencia que cada comando registraba en el titilar de esa lucecita verde. A 5D y sin propulsión de emergencia la cápsula despegó rumbo a lo que parecía una estrella brillante a 380 dazors de distancia. En la nave nodriza 2 expediciones más se estaban preparando.

Autor: OLIVER MARTINEZ REYES

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INVACION

- Señor. Hemos recibido una potente señal desde uno de nuestros satélites. Se trata de un objeto no identificado que se encuentra cerca al cuadrante G-707. - Eso es cerca del circuito lunar ¿saben qué es? - No tenemos una certeza absoluta, señor. - Bueno, pero ¿qué muestran las imágenes satelitales?

- Lo único que conseguimos fue esto.

El operador Garand le enseñó una fotografía que mostraba una mancha oscura en medio del infinito espacio. Sin embargo, el cuadrante señalado se encontraba demasiada cerca del

planeta. - ¿Por qué no lo detectaron antes los radares? – señaló airado el Director de Operaciones. - No lo sabemos. Las alarmas se encendieron hace un momento- puntualizó el operador. - ¿Y qué sabemos entonces? – su rabia se hizo sentir en todo el salón.

- La mancha oscura que muestra la fotografía, no se trata de un meteorito ni mucho menos de un cometa. - ¿Y qué es? ¡Garand, deme una respuesta ahora! - Señor…parece ser – Garand hizo una pausa- parece ser una nave. ¡Una nave! No había ningún control espacial ni despegue autorizado. Se suponía que el flujo aeroespacial debía estar despejado. No podía ser. Una nave en el sistema lunar significaba sólo una cosa: era de otro planeta. - Llamen al Alto Mando de inmediato- ordenó Darent, quien, por ser Director del programa debía encargarse de los protocolos que demandaba esta situación – nadie sale ni entra del edificio sin mi autorización.

La noticia había sorprendido a todos en el centro espacial. Si bien había ideas y supuestos sobre vida en otros rincones del universo, jamás se había logrado comprobar; jamás, a pesar de todos los viajes e investigaciones, se había logrado establecer un contacto o comunicación con otros seres. Lo que estaba sucediendo era un hecho sin precedentes. La intranquilidad e inquietud desbordaban a los operadores. Darent había marcado lo ocurrido como un

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asunto de alta seguridad, dándole de paso la máxima confidencialidad posible. Hasta no confirmar nada, no podían alarmar a nadie. Cuando el Alto Mando se presentó, Garand trabajaba, junto a otros expertos, en las últimas imágenes y señales de onda que habían obtenido de los distintos satélites. La tensión se acrecentó mucho más, ya que ahora no sólo estaba la primera nave, sino que habían aparecido tres más. - Infórmenme sobre lo que sucede – ordenó Kipe, Líder del Alto Mando. - Hace unos momentos descubrimos una nave en el sistema lunar, sin embargo, los últimos datos señalan la posición de tres objetos en los cuadrantes G-409, G-506 y G-200, respectivamente- informó Garand mientras señalaba los objetos en la enorme pantalla. - ¿Sabemos algo más? - Según los cálculos… estarán en nuestra atmósfera en 37 ciclos. - ¡Qué! – El pánico se presentó en los ojos de Kipe – Den la alerta máxima y preparen las tropas de inmediato – ordenó con nerviosismo a uno de los hombres que lo acompañaban.

Los siguientes minutos fueron una eternidad en el centro de operaciones espaciales. A las cuatro naves que aparecían en el radar se sumaron cerca de diez más, y que se posicionaban en diferentes cuadrantes del sistema lunar. El alto mando lanzó la alarma a las tropas de todo el planeta; el mensaje era claro: preparen la defensa ante una inminente invasión. Cuando la primera nave se dejó ver no se parecía a nada de lo que se hubiesen imaginado. No se parecía a otras naves del planeta ni se asemejaba en lo más mínimo a las invenciones de ningún artista. Costaba trabajo describirlas, parecía salida de otra realidad. No llevaba una gran velocidad, pero hacía un ruido terrible. Descendió lentamente en una de las laderas del pueblo de Okha, en donde se posó destruyendo una de las granjas del lugar. No se trataba de un objeto enorme, sin embargo, sus dimensiones superaban a cualquiera de las naves quAl abrirse una de las escotillas de la nave, Kipe y su comando se encontraban en el lugar con todo el arsenal bélico disponible en el sector. La figura que apareció ante ellos era extraña: tenía una cabeza redonda que servía de espejo, ya que reflejaba todo cuanto lo rodeaba. Su cuerpo era más grande que el de cualquier habitante del planeta y sus movimientos parecían muy controlados. Descendió lentamente con sus extremidades en alto, asumiendo una postura tranquila y pacífica. Tras la

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primera figura emergieron otras dos desde la nave, de igual forma y tamaño, quienes se pusieron a cada lado del primer visitante. Kipe se sentía nervioso, ya habían evacuado las ciudades y todos se encontraban en refugios. Ahora sólo restaba saber qué querían, de dónde venían y quiénes eran estas figuras que se plantaban frente a él y su pelotón. Como no había señal de que fuesen a atacar y mucho menos de que quisieran iniciar una guerra intergaláctica, se acercó a quién parecía el líder de los visitantes y le habló lenta y calmadamente para no dar la impresión de que los estaba agrediendo. - Mi nombre es Kipe – dijo con voz suave- ¿Quién eres? Finalizó la pregunta sintiéndose un poco estúpido al creer que entendían su idioma. - Mi nombre es Neil – respondió el extraño. Esto provocó la impresión de Kipe y de todos los que se encontraban a una distancia que permitía oírlos – Venimos a pedir asilo, ya que nuestro planeta se extinguió – finalizó Neil La conversación entre Kipe y Neil duró por un largo tiempo. Se enteró así que no existían grandes diferencias (además del tamaño) entre ellos y los interplanetarios; ambos dependían del oxígeno para vivir, tenían un sistema biológico similar, el agua era el principal elemento de ambos mundos, sin embargo, había algo que le llamó profundamente la atención a Kipe: la destrucción de su planeta. - Entonces… - dudó Kipe – ¿su planeta fue destruido? - No realmente. Sigue ahí. –Respondió Neil – pero lo declaramos inhabitable. Es por esto que toda nuestra civilización se movilizó en las naves en busca de un planeta que tuviese características similares. - Entiendo ¿y por qué fue declarado inhabitable? – preguntó aún más intranquilo. - Porque ocupamos todos los recursos naturales hasta que se acabaron. - ¿Y si nos negamos a su petición? – la pregunta la formuló con un temor evidente que no dejó a Neil indiferente. - Lamentablemente situaciones desesperadas te llevan a tomar medidas desesperadas. Si se niegan tendremos un grave problema, ya que llevamos mucho buscando un lugar como éste. Kipe, sabiendo que llevaba en sus hombros el peso de su raza miró a Neil, le dio la espalda y se dirigió a sus tropas. No estaba dispuesto a ceder su planeta a nadie, y menos a seres que ya habían poseído y destruido el propio. Neil y los otros dos ocupantes de la nave regresaron a ésta, entendiendo la situación que se aproximaba. De las naves extra planetarias, que ya se habían posicionado en todo el mundo, comenzaron a salir decenas de soldados y un inmenso contingente de vehículos armados. Kipe se horrorizó al ver que la tecnología de esas máquinas superaba con creces a cualquier artefacto de defensa del planeta. Se volvió a sus tropas, dio la orden de que alrededor del orbe se prepararan las defensas y se dispuso a combatir, aun sabiendo que no tendrían posibilidad de vencer.

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La lucha se resolvió en cuestión de horas, las tropas invasoras eran mucho más poderosas. A pesar de la resistencia de Kipe y sus aliados, la población del planeta se vio diezmada ante la amenaza y poderío de los visitantes. Se destruyeron gran parte de los monumentos, casas, estatuas y poblaciones enteras cayeron bajo el fuego enemigo. Hubo pocos sobrevivientes, quienes finalmente pasaron a ser prisioneros de guerra y, posteriormente, esclavos. De esta forma los humanos conquistaron la Tierra, sometiendo y mezclándose con la raza Hewle: seres del tamaño de un adolescente promedio que vivían en ciudades subterráneas y tenían un aspecto antropomórfico. Si bien tenían algunas construcciones en la superficie terrestre, éstas sólo servían como granjas, telescopios y edificios gubernamentales.

A pesar de que se hicieron muchas expediciones para hallar a todos los Hewles, nunca se supo con certeza si se eliminó a toda la raza, ya que estas ciudades eran inmensas y estaban, en su mayoría, conectadas entre sí formando un gran conglomerado de poblaciones. Los humanos, entonces, decidieron destruir estas ciudades con la esperanza de que esto acabara con los últimos nativos. Sin embargo, aún se piensa que, en algún lugar más allá del subsuelo, existe un número no menor de Hewles que esperan recuperar el planeta

que antes fue suyo y que, cada vez que la tierra tiembla, es porque han logrado acercarse un poco más a la superficie. E poseían las tropas. Forma los humanos conquistaron la Tierra, sometiendo y mezclándose con la raza Hewle: seres del tamaño de un adolescente promedio que vivían en ciudades subterráneas y tenían un aspecto antropomórfico. Si bien tenían algunas construcciones en la superficie terrestre, éstas sólo servían como granjas, telescopios y edificios

gubernamentales.

A pesar de que se hicieron muchas expediciones para hallar a todos los

Hewles, nunca se supo con certeza si se eliminó a toda la raza, ya que estas ciudades eran inmensas y estaban, en su mayoría, conectadas entre sí formando un gran conglomerado de poblaciones. Los humanos, entonces, decidieron destruir estas ciudades con la esperanza de que esto acabara con los últimos nativos. Sin embargo, aún se piensa que, en algún lugar más allá del subsuelo, existe un número no menor de Hewles que esperan recuperar el planeta que antes fue suyo y que, cada vez que la tierra tiembla, es porque han logrado acercarse un poco más a la superficie. E poseían las tropas.

Autor: ELIZABETH MONTIEL OCAMPO

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Guerra final

En el año 2199 nuestra vida parecía estar perdida, había escasas probabilidades de sobrevivir al ataque constante de los chinos. Ellos habitan en Saturno desde hace ciento veinte años, y lo único que buscan es apoderarse del sistema solar, para eso tiene que imponerse en Marte, donde nosotros y el resto de la humanidad vive. La gran población del Imperio Chino, más del doble de todo nuestro planeta, facilitaba la innovación tecnológica en cuanto a armas, transporte, medicina, y otras cosas. Hace treinta años empezó el ataque chino a nuestra “tierra”. Como Marte tiene varios puntos inhabitables, la población se concentraba en un solo lugar muy grande. Por lo tanto China se podía imponer más fácil. Volaban desde Saturno a Marte a través de naves supersónicas. Cada un año de Saturno, salían mil naves, cada una con capacidad de quinientos mil humanos, que llevaban armadura pesada, armas láser, venenos, y medicinas, por si llegara a haber contacto.

Hoy, sólo quedan alrededor de cien personas en Marte, me encuentro prácticamente solo. No veo a nadie, queda poco para mi muerte; estoy muy herido, no tengo una pierna, y me sostengo con un pedazo de ópalo negro que encontré por

acá. Indudablemente el Imperio Chino va a seguir extendiéndose. Capaz llegue a conquistar otras galaxias, pero a mí ya no me importa. Sé que di todo para defender al planeta, al cual hace cincuenta años llegué. Me despido con ese orgullo, y por poco casi

alcanzo la esperanza de vida: tengo ciento diez años.

Autor: Maximiliano Mérida de León

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Pistolas

Un día caminaba por Tepito comiendo unas garnachas, al enchilarme voltee al cielo y vi un objeto caer tan rápido que apenas la pude ver, me asuste pensé que iba a impactar otro meteoro de hielo en mi casa asustado reaccione de tal forma que las garnachas me las trague sin darme cuenta me limpie con mis calzoncillos y fui tras ella.

Me largo pero calcule la inclinación y velocidad y deduje que caería en colima específicamente en su volcán a las 5 pm, fui por mi carro y lo encontré con las llantas ponchadas carajo pensé entonces no me quedo más que subirme a mi patineta voladora e inyectarme adrenalina.

Llegue en 5 días y el domo del volcán desapareció por lo que atrajo a más turistas de la región gracias a eso tuve la oportunidad de pedir unos bocados de comida para armarme de valor y subir. Por fin llegue, que bien grite ahí estaba pero tenía que llegar rápido a la capsula los gases calientes me estaban asfixiando, lo logre la tenía en mis manos el problema ahora era abrirla tenía unos códigos, pulse al azar, se abrió, que era, una pistola, dios odio las pistolas.

Pistola divina. Me defeco en (respiro profundo) contrólate expresé a la persona ubicada a mi izquierda esa persona la empecé a ver cuando tuve una loquera con mis compas empezó a aparecer en momentos de riesgo. Entonces deduje santas patatas algo malo pasará la agarre y dispare al cielo, al día siguiente me entere que unos balazos calibre .50 impactaron en un Boeing que cayó en Tamaulipas gracias a estos y aún más relevante eran radioactivos.

Pero no eran los míos ese salió de Bogotá. Qué raro investigue con mi celular que pasaba descubrí que 80 pistolas cayeron en el planeta y una raza exterior loas encontraría con sus nuevos dueños y la iba a reclutar levante la mirada y estaba en una nave c-c-como llegue escuche por todos lados había 79 personas en esa nave que raro imagine pero no solo lo imagine también lo dije sin abrir la boca caray me llegó a la mente y también se escuchó porque hablaba sin abrir la boca.

Autor: LUIS ENRIQUE SILVA MARMOLEJO

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APOCALIPCIS

Cuando escuchamos las primeras explosiones, pensamos que se trataba de una celebración Pero cuando llegamos a la puerta grande del centro comercial pudimos ver que no eran simples juegos artificiales, estos eventos que se producían a una gran distancia de donde mirábamos atónitos, eran tan fuertes que eran iguales a esas imágenes que tenemos todos de la bomba atómica, grandes hongos se divisaban a kilómetros de distancia, uno tras otro. Pero lo que más Ahí fue cuando escuche la voz de una mujer la cual estaba cerca pero no podía ver, que dijo Sera este el tan anunciado fin del mundo. Un frio recorrió todos nuestros cuerpos, todos nuestros miedos se volvieron realidad. Eso de lo que tanto se había hablado pero nunca se le prestó atención en verdad estaba sucediendo...? Inmediatamente llegaron a mi mente las imágenes de nostradamus de los mayas etc. etc. y lo más impactante

eran las imágenes y eventos que se anunciaban en al apocalipsis, pero esto era una suposición de lo que estaba ocurriendo, pero el miedo era tan fuerte y no nos

abandonaba. Curiosamente antes de llegar al centro comercial pudimos observar a centenares de estudiantes de una de las mejores universidades del país, la cual tenía su sede ahí cerca. Como hacían fila en varios stands para recibir un libro que llevaba por título el universitario, no

aguantamos la curiosidad e hicimos la fila, ahí nos entregaron el ejemplar de un libro de pocas páginas, cuya portada era de color verde y su título en letras grandes… el universitario. Al abrirlo nos causó muchas gracias de ver que se trataba de un diccionario con la ilustración de cada palabra digno de un niño de jardín aprendiendo sus primeras letras. Sin comprender nos alejamos hacia nuestro destino que era el gran centro comercial, una estructura impresionante de color blanco con muchos niveles en los cuales se podía conseguir desde una aguja hasta un trasatlántico. Se escuchó entonces un gran barullo y a la distancia pudimos observar que una gran revuelta se había formado en la universidad, lo que sucedía era que los furiosos alumnos destrozaban todos los stands y enfurecidos linchaban a sus profesores con sus libros el universitario. Uno de mis acompañantes dijo

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inocentemente. Esto parece el día de llegada refiriéndose al fin del mundo. Unos minutos antes de escuchar las primeras explosiones, departíamos en la cafetería del lugar con el comandante de la policía, el cual estaba disfrutando de su día libre. El con guitarra en mano y vestido de jean y buzo nos deleitaba con partes de algunas canciones, a la vez que intercambiamos conocimientos sobre este instrumento musical, recuerdo su cara de asombro y de miedo cuando comenzó todo este Armagedón. El como cabeza de la autoridad debía hacerse cargo de la situación la cual para ser francos se le salía totalmente de las manos, mas sin embargo salió raudo por las escaleras pidiéndole a sus subalternos su uniforme de capitán. Aterrorizaba era que cada vez se veían mas Para tranquilidad de todos las explosiones cesaron y a pesar de que el miedo no nos abandonaba se dibujó en todos una sonrisa nerviosa, ya había pasado, el mundo no se había acabado. Pensamos entonces que tanta gente había muerto en los sitios exactos donde ocurrieron y quedo la pregunta en el aire de que realmente había pasado. Comenzamos a subir de nuevo las escaleras para ingresar de nuevo al centro comercial y llegar hasta la terraza de donde observaríamos mejor las zonas devastadas, fue ahí cuando escuchamos unos sonidos que no distinguíamos pero al acercarse determinamos que se trataba del chillido de un animal, pero lo aterrador era que parecían que pertenecía a miles de animales que venían en desbandada, justo hacia donde nosotros avanzábamos. La duda fue despejada cuando por encima de nuestras cabezas comenzaron a saltar ratas que amenazaban con morder, eran miles de ellas de diferentes tamaños. Cuando llegamos al último escalón, vimos un tapete por el gran salón de entrada, era un tapete de estos animales los cuales estaban huyendo de algo, de algo muy malo. Como eran tantas pasaban muy cerca a nuestros cuerpos, ahí fue cuando le encontramos utilidad al libro del universitario ya que nos servía de arma y de escudo para que estas alimañas no nos mordieran. Los utilizamos como bates de béisbol y acertábamos cada golpe. Fue entonces cuando toda la algarabía que se había causado se silenció, a nuestro alrededor no habían roedores solo gente tirada en el piso blanco del salón, unos maltrechos por la mordeduras y otros por los

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cuales ya no había nada que hacer. De frente a nosotros había un resplandor que se acercaba a gran velocidad, la primera reacción que tuvimos fue correr en sentido contrario. Pero todo se ilumino, no hubo dolor no hubo miedo. Ahora solo trato de recordar que más paso esa tarde en el centro comercial pero por mucho que me esfuerzo solo llegan a mi mente estos episodios, quisiera saber realmente si esa tarde fue en

Verdad el tan anuncia el fin del mundo se acerca.

Autor: RAFAEL DALI MONTIEL ROJAS

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El pájaro de oro

En tiempos remotos vivía un rey cuyo palacio estaba rodeado de un hermoso parque, donde crecía un árbol que daba manzanas de oro. A medida que maduraban, las contaban; pero una mañana faltó una. Diosa parte del suceso al Rey, y él ordenó que todas las noches se montase guardia al pie del árbol. Tenía el Rey tres hijos, y al oscurecer envió al mayor de centinela al jardín. A la medianoche, el príncipe no pudo resistir el sueño, y a la mañana siguiente faltaba otra manzana. A la otra noche hubo de velar el hijo segundo; pero el resultado fue el mismo: al dar las doce se quedó dormido, y por la mañana faltaba una manzana más. Llegó el turno de guardia al hijo tercero; éste estaba dispuesto a ir, pero el Rey no confiaba mucho en él, y pensaba que no tendría más éxito que sus hermanos; de todos modos, al fin se avino a que se encargara de la guardia. Instalase el jovenzuelo bajo el árbol, con los ojos bien abiertos, y decidido a que no lo venciese el sueño. Al dar las doce oyó un rumor en el aire y, al resplandor de la luna, vio acercarse volando un pájaro cuyo plumaje brillaba como un ascua de oro. El ave se posó en el árbol, y tan pronto como cogió una manzana, el joven príncipe le disparó una flecha. El pájaro pudo aún escapar, pero la saeta lo había rozado y cayó al suelo una pluma de oro. Recogió la el mozo, y a la mañana la entregó al Rey, contándole lo ocurrido durante la noche. Convocó el Rey su Consejo, y los cortesanos declararon unánimemente que una pluma como aquella valía tanto como todo el reino. - Si tan preciosa es esta pluma -dijo el Rey-, no me basta con ella; quiero tener el pájaro entero. El hijo mayor se puso en camino; se tenía por listo, y no dudaba que encontraría el pájaro de oro. Había andado un cierto trecho, cuando vio en la linde de un bosque una zorra y, descolgándose la escopeta, dispusiese a disparar contra ella. Pero la zorra lo detuvo, exclamando: - No me mates, y, en cambio, te daré un buen consejo. Sé que vas en busca del pájaro de oro y que esta noche llegarás a un pueblo donde hay dos posadas frente a frente. Una de ellas está profusamente iluminada, y en su interior hay gran jolgorio; pero guárdate de entrar en ella; ve a la otra, aunque sea poco atrayente su aspecto. "¡Cómo puede darme un consejo este necio animal!," pensó el príncipe, oprimiendo el gatillo; pero erró la puntería, y la zorra se adentró rápidamente en el bosque con el rabo tieso. Siguió el joven su camino, y al anochecer llegó al pueblo de las dos posadas, en una de las cuales todo era canto y baile, mientras la otra ofrecía un aspecto mísero y triste. "Tonto sería -dijese- si me hospedase en ese tabernucho destartalado

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en vez de hacerlo en esta hermosa fonda." Así, entró en la posada alegre, y en ella se entregó al jolgorio olvidándose del pájaro, de su padre y de todas las buenas enseñanzas que había recibido. Transcurrido un tiempo sin que regresara el hijo mayor, pesos el segundo en camino, en busca del pájaro de oro. Como su hermano, también él topó con la zorra, la cual dile el mismo consejo, sin que tampoco él lo atendiera. Llegó a las dos posadas, y su hermano, que estaba asomado a la ventana de la alegre, lo llamó e invitó a entrar. No supo resistir el mozo, y, pasando al interior, entregase a los placeres y diversiones. Al cabo de mucho tiempo, el hijo menor del Rey quiso salir, a su vez, a probar suerte; pero el padre se resistía. - Es inútil -dijo-. Éste encontrará el pájaro de oro menos aún que sus hermanos; y si le ocurre una desgracia, no sabrá salir de apuros; es el menos despabilado de los tres.

No obstante, como el joven no lo dejaba en paz, dio al fin su consentimiento.

A la orilla del bosque encontrase también con la zorra, la cual le pidió que le perdonase la vida, y le dio su buen consejo. El joven, que era de buen corazón, dijo: - Nada temas, zorrita; no te haré ningún daño.

- No lo lamentarás -respondió le la zorra-. Y para que puedas avanzar más rápidamente, súbete en mi rabo. No bien se hubo montado en él, echó la zorra a correr a campo traviesa, con tal rapidez que los cabellos silbaban al viento. Al llegar al pueblo desmontó el muchacho y, siguiendo el buen consejo de la zorra, hospedase, sin titubeos, en la posada humilde, donde pasó una noche tranquila. A la mañana siguiente, en cuanto salió al campo esperábamos ya la zorra, que le dijo: - Ahora te diré lo que debes hacer. Sigue siempre en línea recta; al fin, llegarás a un palacio, delante del cual habrá un gran número de soldados tumbados; pero no te preocupes, pues estarán durmiendo y roncando; pasa por en medio de ellos, entra en el palacio y recorre todos los aposentos, hasta que llegues a uno más pequeño, en el que hay un pájaro de oro encerrado en una jaula de madera. Al lado verás otra jaula de oro, bellísima pero vacía, pues sólo está como adorno: guárdate muy mucho de cambiar el pájaro de la jaula ordinaria a la lujosa, pues lo pasarías mal.

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Pronunciadas estas palabras, la zorra volvió a extender la cola, y el príncipe montó en ella. Y otra vez empezó la carrera a campo traviesa, mientras los cabellos silbaban al viento. Al bajar frente al palacio, lo encontró todo tal y como le predijera la zorra. Entró el príncipe en el aposento donde se hallaba el pájaro de oro en su jaula de madera, al lado de la cual había otra dorada; y en el suelo vio las tres manzanas de su jardín. Pensó el joven que era lástima que un ave tan bella hubiese de alojarse en una jaula tan fea, por lo que, abriendo la puerta, cogió el animal y lo pasó a la otra. En aquel mismo momento el pájaro dejó oír un agudo grito; despertárnosle los soldados y, prendiendo al muchacho, lo encerraron en un calabozo. A la mañana siguiente lo llevaron ante un tribunal, y, como confesó su intento, fue condenado a muerte. El Rey, empero, le ofreció perdonarle la vida a condición de que le trajese el caballo de oro, que era más veloz que el viento. Si lo hacía, le daría además, en premio, el pájaro de oro. Pásese el príncipe en camino, suspirando tristemente; pues, ¿dónde iba a encontrar el caballo de oro? De pronto vio parada en el camino a su antigua amiga, la zorra. - ¡Ves! -le dijo-. Esto te ha ocurrido por no hacerme caso. Pero no te desanimes; yo me preocupo de ti y te diré cómo puedes llegar al caballo de oro. Marcha siempre de frente, y llegarás a un palacio en cuyas cuadras está el animal. Delante de las cuadras estarán tendidos los caballerizos, durmiendo y roncando, y podrás sacar tranquilamente el caballo. Pero una cosa debo advertirte: ponle la silla mala de madera y cuero, y no la de oro que verás colgada a su lado; de otro modo, lo pasarás mal. Y estirando la zorra el rabo, montó el príncipe en él y emprendieron la carrera a campo traviesa, con tanta velocidad, que los cabellos silbaban al viento. Todo ocurrió como la zorra había predicho; el muchacho llegó al establo donde se encontraba el caballo de oro. Pero al ir a ponerle la silla mala, pensó: "Es una vergüenza para un caballo tan hermoso el no ponerle la silla que le corresponde." Mas apenas la de oro hubo tocado al animal, éste empezó a relinchar ruidosamente. Despertaron los mozos de cuadra, prendieron al joven príncipe y lo metieron en el calabozo. A la mañana siguiente, un tribunal le condenó a muerte; pero el Rey le prometió la vida y el caballo de oro si era capaz de traerle la bellísima princesa del Castillo de Oro. Se puso en ruta el joven muy acongojado, y, por fortuna suya, no tardó en salirle al paso la fiel zorra. - Debería abandonarte a tu desgracia -le dijo el animal- pero me das lástima y te ayudaré una vez más. Este camino lleva directamente al Castillo de Oro. Llegarás a él al atardecer, y por la noche, cuando todo

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esté tranquilo y silencioso, la hermosa princesa se dirigirá a la casa de los baños. Cuando entre, te lanzas sobre ella y le das un beso; ella te seguirá y podrás llevártela; pero, ¡guárdate de permitirle que se despida de sus padres, pues de otro modo lo pasarás mal! Estiró la zorra el rabo, montase el hijo del Rey, y otra vez a todo correr a campo traviesa, mientras los cabellos silbaban al viento. Al llegar al Castillo de Oro, todo ocurrió como predijera la zorra. Esperó el príncipe hasta medianoche, y cuando todo el mundo dormía y la bella princesa se dirigió a los baños, avanzando él de improviso, le dio un beso. Híjole ella que se marcharía muy a gusto con él, pero le suplicó con lágrimas que le permitiese antes despedirse de sus padres. Al principio, el príncipe resistió a sus ruegos; pero al ver que la muchacha seguía llorando y se arrodillaba a sus pies, acabó por ceder. Apenas hubo tocado la princesa el lecho de su padre, despertase éste y todas las gentes del castillo; prendieron al doncel y lo encarcelaron.

A la mañana siguiente le dijo el Rey: - Te has jugado la vida y la has perdido, sin embargo, te haré gracia de ella, si arrasas la montaña que se levanta delante de mis ventanas y me quita la vista -, y esto debes realizarlo en el espacio de ocho días. Si lo logras, recibirás en premio la mano de mi

hija.

El príncipe se puso a manejar el pico y la pala sin descanso; pero cuando, transcurridos siete días, vio lo poco que había conseguido y que todo su esfuerzo ni siquiera se notaba, cayó en un gran abatimiento, con toda la esperanza perdida. Pero al anochecer del día séptimo se presentó la zorra y le dijo: - No mereces que me preocupe de ti; pero vete a dormir; yo haré el trabajo en tu lugar.

A la mañana, al despertar el mozo y asomarse a la ventana, la montaña había desaparecido. Corrió rebosante de gozo a presencia del Rey, y le dio cuenta de que su condición quedaba satisfecha, por lo que el Monarca, quieras que no, hubo de cumplir su palabra y entregarle a su hija. Marchárnosle los dos, y al poco rato se les acercó la zorra: - Tienes lo mejor, es cierto; pero a la doncella del Castillo de Oro le pertenece también el caballo de oro. - ¿Y cómo podré ganármelo? -preguntó el joven. - Voy a decírtelo. Ante todo, lleva a la hermosa doncella al Rey que te envió al Castillo de Oro. Se pondrá loco de alegría y te dará gustoso el caballo de oro. Tú lo montas sin dilación y alargas la mano a cada uno

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para estrechársela en despedida, dejando para último lugar a la princesa. Entonces la subes de un tirón a la grupa y te lanzas al galope; nadie podrá alcanzarte, pues el caballo es más veloz que el viento. Todo sucedió así puntual y felizmente, y el príncipe se alejó con la bella princesa, montados ambos en el caballo de oro. La zorra no se quedó rezagada, y dijo al doncel: - Ahora voy a ayudarte a conquistar el pájaro de oro. Cuando te encuentres en las cercanías del palacio donde mora el ave, haz que la princesa se apee; yo la guardaré. Tú te presentas en el patio del palacio con el caballo de oro; al verlo, habrá gran alegría, y te entregarán el pájaro. Cuando tengas la jaula en la mano, galoparás hacia donde estamos nosotras para recoger a la princesa. Conseguido también esto y disponiéndose el príncipe a regresar a casa con sus tesoros, dígale la zorra: - Ahora debes recompensar mis servicios. - ¿Qué recompensa deseas? -preguntó el joven. - Cuando lleguemos al bosque, mátame de un tiro y córtame la cabeza y las patas. - ¡Bonita prueba de gratitud sería ésta! -exclamó el mozo-; esto no puedo hacerlo. A lo que replicó la zorra: - Si te niegas, no tengo más remedio que dejarte; pero antes voy a darte aún otro buen consejo. Guárdate de dos cosas: de comprar carne de horca y de sentarte al borde de un pozo. - Y, dichas estas palabras, se adentró en el bosque. Pensó el muchacho: "¡Qué raro es este animal, y vaya ocurrencias las suyas! ¡Quién comprará carne de horca! Y en cuanto al capricho de sentarme al borde de un pozo, jamás me ha pasado por las mientes." Continuó su camino con la bella princesa y hubo de pasar por el pueblo donde se habían quedado sus hermanos. Notó en él gran revuelo y alboroto, y, al preguntar la causa, contestárosle que iban a ahorcar a dos individuos. Al acercarse vio que eran sus hermanos, los cuales habían cometido toda clase de tropelías y derrochado su hacienda. Preguntó él si no podría rescatarlos. - Si queréis pagar por ellos -replicárosle-. Más, ¿por qué emplear vuestro dinero en libertar a dos criminales? Pero él, sin atender a razones, los rescató, y todos juntos tomaron el camino de su casa.

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Al llegar al bosque donde por primera vez se encontraran con la zorra, como quiera que en él era la temperatura fresca y agradable, y fuera caía un sol achicharrante, dijeron los hermanos: - Vamos a descansar un poco junto al pozo; comeremos un bocado y beberemos un trago. Avénese el menor y, olvidándose, con la animación de la charla, de la recomendación de la zorra, sentase al borde del pozo sin pensar nada malo. Pero los dos hermanos le dieron un empujón y lo echaron al fondo; seguidamente se pusieron en camino, llevándose a la princesa, el caballo y el pájaro. Al llegar a casa, dijeron al Rey, su padre: - No solamente traemos el pájaro de oro, sino también el caballo de oro y la princesa del Castillo de Oro.

Hubo grandes fiestas y regocijos, y todo el mundo estaba muy contento, aparte el caballo, que se negaba a comer; el pájaro, que no quería cantar, y la princesa, que permanecía retraída y llorosa.

El hermano menor no había muerto, sin embargo. Afortunadamente el pozo estaba seco, y él fue a caer sobre un lecho de musgo, sin sufrir daño alguno; sólo que no podía salir de su prisión. Tampoco en aquel apuro lo abandonó su fiel zorra, la cual, acudiendo a toda prisa, le riñó por no haber seguido sus consejos. - A pesar de todo, no puedo abandonarte a tu suerte -dijo-; te sacaré otra vez de este apuro. - Indicó el que se cogiese a su rabo, agarrándose fuertemente, y luego tiró hacia arriba-. Todavía no estás fuera de peligro -le dijo-, pues tus hermanos no están seguros de tu muerte, y han apostado

guardianes en el bosque con orden de matarte si te dejas ver. El joven trocó sus vestidos por los de un pobre viejo que encontró en el camino, y de esta manera pudo llegar al palacio del Rey, su padre. Nadie lo reconoció; pero el pájaro se puso a cantar, y el caballo a comer, mientras se secaban las lágrimas de los ojos de la princesa. Admirado, preguntó el Rey: - ¿Qué significa esto? Y respondió la doncella: - No lo sé, pero me sentía muy triste y ahora estoy alegre. Me parece como si hubiese llegado mi legítimo esposo. - Y le contó todo lo que le había sucedido, a pesar de las amenazas de muerte que le habían hecho los dos hermanos, si los descubría. El Rey convocó a todos los que se hallaban en el palacio, y, así, compareció también su hijo menor, vestido de harapos como un pordiosero; pero la

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princesa lo reconoció en seguida y se le arrojó al cuello. Los perversos hermanos fueron detenidos y ajusticiados, y él se casó con la princesa y fue el heredero del Rey. Pero, ¿y qué fue de la zorra? Lo vais a saber. Algún tiempo después, el príncipe volvió al bosque y se encontró con la zorra, la cual le dijo: - Tienes ya todo cuanto pudiste ambicionar; en cambio, mi desgracia no tiene fin, a pesar de que está en tus manos el salvarme. Y nuevamente le suplicó que la matase de un tiro y le cortase la cabeza y las patas. Hózalo así el príncipe, y en el mismo instante se transformó la zorra en un hombre, que no era otro sino el hermano de la bella princesa, el cual, de este modo, quedó libre del hechizo que sobre él pesaba. Y ya nada faltó a la felicidad de todos, mientras vivieron.

Autor: ANDREA YOLTZÍN AVILA ESCAMILLA

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El virus de la humanidad

Mientras recorro paso, a paso, el húmedo camino que me llevará al caldo degrada orgánico, y me convertirá a mí, y al resto de los sobrevivientes de mi raza en composta psíquica destilada como alimento para la raza de Los Dominantes, no puedo contener una amarga sonrisa por lo que esta sencilla y fúnebre marcha representa para todos -el fin de la raza humana- hace 70 años eso se hubiera escuchado muy trágico y bastante remoto, en especial cuando éramos la raza dominante sobre la tierra y de las más prolíficas; igual que lo fueron en sus tiempos los pájaros dodo de su isla, como lo eran los tigres, los elefantes y los delfines, o más preocupante aún, como lo fueron las vacas, los perros, y los pollitos, antes de su desaparición de este planeta a causa de nuestro “aprovechamiento de recursos naturales” y “consumo responsable de proteínas” Siempre pensábamos en ese entonces- ¿Que es Una especie menos en la tierra cuando quedan otras más que pueden usarcé?- o mejor aún, clonarse, a base de sus células madre las razas originales ya extintas,

fabricarlas y comercializarlas en masa.

Con el único inconveniente que eran menos nutritivas que las originales y mucho más aburridas, como la carne de pollo clonada con menos nutrientes que la de los originales, y los perros que si bien aprendían a hacer suertes y piruetas carecían de la lealtad, ternura y fidelidad que sus antepasados genéticos tenían; tal parecía que se podía duplicar la raza pero no la esencia de la misma, y por ser solo para uso práctico eso no importaba realmente.

Pero ¿Qué más daba? Que más daba cuando la especie dominante en turno pudiera usarla y luego prescindir de ella, tal vez conservar un espécimen original disecado en algún museo para que los niños vieran lo curiosa que esa especie era en su tiempo. Esto era lo normal, hasta que ese destino nos alcanzó a nosotros. Igual que otra especie antes de su ocaso, estuvimos en reservas confinados, y siendo estudiados. Sacaron de nosotros cuanto necesitaban, muestras, información, y hasta conocimiento de nuestra tecnología que les ayudo a perfeccionar la máquina que filtra nuestros impulsos mentales y emociones, en destilado de energía y alimento para la nueva raza dominante- ciber_organismos invasores de planetas que absorben la energía de sus habitantes para el alimento y perfeccionamiento de sus mentes y cuerpos- Hasta ahora no se habían topado en sus conquistas con seres tan complejos y exquisitamente sensibles como nosotros. Somos como una droga para ellos y sus cables hipotalámicos, lástima que somos los últimos naturalmente formados sin ser sacados del laboratorio en producción en masa como los que nos seguirán gracias a nuestras muestras. Ahora mientras a mi alrededor algunos luchan por no ser lanzados, y otros rompen en llanto antes de ser

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arrojados al caldo, yo me sumerjo lentamente como si de un lago tibio se tratase, y antes de que el líquido viscoso y acido cubra mis ojos y oídos, la escena de uno de esos seres superiores luchando con otro por una dosis mayor de nuestro destilado me llena de gozo, de envidia, ira, deseo, desesperación, rencor, y tal vez esperanza, emociones demasiado complejas para sus fríos y lógicos softwares. Hoy tal vez la raza humana llegue a su fin, pero solo es una simple inoculación fortuita de un organismo a otro no inmunizado, este es el fin de la raza humana pero el comienzo de la inevitable pandemia como legado para las nuevas razas, y futuras generaciones, nuestra punzante y siempre agridulces esencia: el virus de la humanidad.

Autor: ANONIMO

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Agnetha

Porque vivís en este mundo, no en el inventado. Te han roto la cara a v…. por eso se cómo Sos. Viajas entre la indigencia y te has vuelto hombre. Conoces a Marx desde la prostitución y le has mamado todo hasta el punto de convertirte en la anti utópica que todo lo seduce, pero el extasiado no te puede alcanzar. Conozco tu voz, se pierde en mi oído; luego, como un eco tonto, te resuelvo entre la fantasía de haber cenado juntos la noche anterior. Mis oídos se expanden entre el conductor de tu voz; después el baño - es de mañana-, el café en la mesa, los periódicos consagrados a la caca de la servidumbre. La Generación Beat escondida entre un fragmento de Literatura Universal. El celular en la mano - en este punto me encuentro a solo una distancia de vos, siempre progresiva – Luego escucho tu silencio, qué grandes campanadas de risa, y te veo venir saltando entre los muertos, entre las cofradías de sangre sobre la acera, pisándolos incluso sin indiferencia, sólo con el suicidio de noviembre donde te pones a pensar y decís: “octubre se

acaba”.

Por eso digo que te conozco, porque hemos cortado los verbos a navajazos cuando me llevas entre los bolsillos, y yo a poca distancia… donde se vuelven a ensanchar mis orejas… Agnetha, Agnetha, tu nombre lo escucho serenamente en abril, junio ¡qué espanto en noviembre! Pero no todo conozco. Aunque es algo simple, todavía dudo un misterio. Acaso la sirena corriendo detrás de vos para ver cuándo vas a caer muerta. Las notas periodísticas que sumas en la memoria donde se

acaba el terruño y comienza la tecnocracia. Cuantos misterios entretejidos en tu sintaxis, cuántas horas preferidas de tus palabras alofónicas y no tus taponadas escritas. ¿Para qué Agnetha? tus papeles olvidados no pueden tocar la tinta electrónica, basta tu simple lapicero para que te eché a llorar, es mejor tu sueño incumplido… al diablo la editorial, al diablo el periódico inventado; no pretendas dejarme si ves cómo te pinto; yo no te quiero ver junto a los cadáveres, no quiero un rostro escarlata, una conciencia carmesí. Me gustas desnuda, aun coqueteando con Karl, pero en tu soledad, sin ninguna simulación. El sistema seguirá allí pero vos comenzaste a volar, y me llevas de la corbata a tu estera donde dormiremos para siempre. Te conozco Agnetha, sé que los viste tirados, pero todo te dio igual; tu vista iba al frente, sabes que en algún momento vos misma los recogerás con tus manos porque serán los últimos desperdicios. ¡Pobres periódicos, pobres cadáveres! Probablemente será en abril y todos tendremos la orgía deseada, les habremos sacado del cerebro el estiércol y lo enviaremos al espacio, porque ese kitsch ni de abono sirve. Y en tu conciencia

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seguirá siendo de mañana; los libros seguirán devanándose para que tus manos los toquen; la noche anterior habremos senado del mejor sexo y en la tarde comenzará tu traje, tu indigencia vagando en busca de lo absurdo, interpretándolo para poder germinarlo entre las ideas buenas. Hasta a lo absurdo le pones la magia.

Sin embargo yo de ninguna de estas formas te pretendo. Solo escuchando como tu voz estridente muere como música en mi espejo; algo que ninguna editorial podrá captar en sus códigos - aunque uno de estos días te requiera entre las líneas de un LID-. Lo que para muchos quedará implícito.

Autor: ANONIMO

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La Muerte y Lobo

Todos saben acá en el Perú 2 cosas: que quien mira a la muerte de frente ocupa su lugar y vaga en busca de los accidentados y enfermos hasta que otro ocupe su lugar y así descanse de estar entre dos mundos, y que, Los perros ya sea por sus sentidos más desarrollados pueden ver lo sobrenatural, mi abuela me decía que era por su Legaña (excreción del ojo).

Yo; vivía en Pampa de Camarones un distrito tradicional de Arequipa-Perú, elegimos ese lugar por lo tranquilo, escapando de la creciente urbe. mi vida era de lo más sencilla, trabajaba todo el día en la Financiera local y al regresar a casa por la tarde, lo hacía caminando unos tres kilómetros me encantaba respirar el campo y ver los atardeceres naranjas, Samuel de 4 años me esperaba en la puerta de la casa y corría a mis brazos con su pelota, era obvio que me espera para jugar, con él en los hombros le daba un

sentido beso a Maryluz mi amada; nos divertíamos en la puerta esperando que, desapareciera el color bello del cielo Arequipeño y se tornara en un frio gris, y diera paso a la noche serrana, estrellada con una luna imponente; nos abrigábamos y veíamos pasar a los vecinos con sus animales de regreso a casa. La cortesía es característica de los del lugar. Pero, un viernes en particular el frio vino rápido y un sentimiento raro y triste invadió mi corazón, Sharif, Yafar, Yago y Lobo mis fieles canes (de la mejor raza ellos-

PeruvianGranChusquinFoxTerrierChajuayos)empezaron a ladrar desesperados al acercarse un hombre oscuro, de una manera inconsciente me levante y los metí a gritos a la casa; pero, sucedió lo inesperado, o quizás aquel ente lo hizo....Samuel salió corriendo tras su pelota que cayó a los pies de este personaje, él solo atino a recogerlo y levanto la mirada, se quedó perplejo y vi por primera vez el rostro de un condenado, salte, lo cogí y lo metí a la casa y los perros salieron a morderlo, solo escuche un ladrido sordo y entraron espantados; Maryluz mi esposa no cree en estas cosas, ella pertenece a una religión donde si no tiene explicación bíblica es del diablo y si estas enfermo vas al médico o la farmacia. en fin lo abrace y siguió jugando pero lo vi asustado, dejo la pelota y se puso a llorar desconsoladamente, se le aflojo el estómago es decir empezó a tener deposiciones constantemente y no quería comer, mi suegra dijo que se había asustado, entonces les conté lo que había sucedido y deduje que era la muerte, ellos en vez de prestarme atención se burlaron de mí, graso error; en Jauja mi tierra(lugar natal de donde nací)cuando alguien se asusta le pasan el cuy o el huevo para aliviar los dolores, pero acá en Arequipa los LLAMAN, es

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decir; ponen sus ropitas en la cama como si fuera el niño y con unos caramelos lo llaman por su nombre, tentándolos con los dulces para que su almita entre a su cuerpito nuevamente. Ya de noche Samuel estaba pálido y sentía que el niño se nos iba, así que llamamos a una curandera del lugar y al verlo dijo que era serio, cogió una manta y lo cernió (con una frazada lo movió para acomodar su estómago y puntos energéticos) y nos pidió orar por su salud, cosa que hicimos cada uno en su creencia, Yo sabía que ella, la muerte, iba venir a llevarse a mi chiquito y no lo iba a permitir, tenía un plan:

Iba a ponerme en los ojos la legaña de los perros para verlo con claridad y lo esperaría la media noche donde con su hoz pasaría a recoger a mi niño, allí negociaría; le pediría que me lleve a mí y le dé a ese niño la oportunidad de vivir, estaba decidido, hice guardia pero la preocupación y el estrés de la situación me traicionaron me invadió un profundo sueño que no me permitió estar alerta, fue cuando entre sueños escuche a uno de mis perros, era Lobo que ladraba diferente como si estuviera hablando y los vi…… el can estaba con la muerte, al salir Lobo me detuvo mordiéndome en la pierna. Así pude ver parado en el dintel de la puerta como Lobito se iba con ella. Ya de madrugada me despertaron, estaba en la cama extrañado de todo, pensé que todo era un sueño. Mi suegra me dijo que el perrito estaba muerto en el dintel de la puerta, Lo vi y por instinto corrí al dormitorio de Samuel, estaba todavía dormido de las manos de mi esposa, una paz invadió mi corazón y salí a enterar a mi fiel perro, al ponerme a pensar en ese episodio de mi vida reafirmo el célebre pensamiento de que el “Perro es el mejor amigo del hombre”, en mi caso sé que la historia es cierta ya que todavía tengo la marca de la mordida y la tarde en que vendimos la casa para irnos a otra parte el cielo se oscureció rápido nuevamente y paso un señor extraño por la casa con su perro por detrás y lo raro es que mis otros tres perros solo atinaban moverle la cola.

Autor: ANONIMO

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El zoo

Por este aparato no logro ver nada, hijo! Dijo la señora con desaliento Aguarda un momento, te voy a explicar, le contesto el joven con una mueca de infinita paciencia Primero, hay que colocar una ficha por esta ranura, ves? dijo señalando con su índice regordete una pequeña incisión en la parte superior del reluciente aparato, al lado de la misma una pequeña luz roja titilaba. Un zumbido acompaño la operación del joven, y poco después una luz verde ocupo el lugar de la

intermitente.

Bien, dijo el muchacho con satisfacción. En su rostro podía advertirse una cierta ansiedad. Ahora solo resta enfocar el lente hacia el objetivo, hasta la zona que uno quiere ver, y después, muy despacito, dijo acompañando su explicación con ademanes, para que su madre comprendiera mejor, lo vas regulando hasta poder distinguir con claridad las imágenes, me

entiendes? Ahí está, perfecto, perfecto! repitió el muchacho.iujuuu! que buena imagen tenemos. Y creo que tenemos mucha suerte. Parece que están todos afuera. Dijo, emocionado. Haz el favor de mirar, mami, dijo invitándola a observar por el aparato. Parece que están de fiesta, dijo ella. Estos seres diminutos, sí que saben moverse, no como tu padre que para el baile es todo un patadura. Mejor que no te escuche, mami, él siempre se creyó un gran bailarín, dijo el joven, riéndose a más no

poder. Es el único que se lo cree, te lo aseguro. Oye puedo agrandar un poco más la imagen? Son tan

chiquitos? No, mama, tienen un tamaño parecido al nuestro, un poco más bajos, tal vez. Lo que ocurre que nosotros lo observamos a gran distancia, para que no sepan, que estamos aquí. Seria catastrófico, si se dieran cuenta, son bastante inteligentes y cambiarían sus costumbres.se esconderían, por ejemplo y entonces, dijo haciendo una pausa para tomar aire, adiós a la diversión! Bueno, me gustaría observarlos más de cerca, para saber por ejemplo lo que tienen servido en esas mesas tan largas, de que se alimentaran? Pero claro, mama, estos aparatos son lo último y agrandan hasta un millón de veces, solo tienes que regular

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el zoom, con esa perilla que tienes al lado. Ahora si, dijo la mama con entusiasmo. Cuantas cosas tienen en la mesa! a ver que es lo que comen?, dijo con evidente curiosidad. De repente el rostro de la mujer empezó a tornarse pálido, y una mueca de profundo asco, se delineo en la comisura de su boca. Horror, horror!, no puedo creer lo que he visto, dijo abandonando el puesto de observación con un gesto energico.es posible que mis ojos me hayan engañado, dijo, volviendo a tomar el aparato en sus manos, con evidente intención de reanudar lo que estaba haciendo. Más un gesto del joven, hubo de impedírselo. Te pido disculpas, mami, no pensé que iba a hacerte tanto mal, y papa me recomendó antes de salir que te advirtiera, si teníamos la ocurrencia de venir a este sector. La verdad que haber viajado tanto y no ver a una de las principales atracciones, me pareció algo tonto en un primer momento, nunca creí que podría afectarte de esta forma. No te preocupes, hijo, ya me está volviendo el aire, suspiro la madre, con evidentes signos de sentirse mejor. Ahora, yo te pregunto, lo que vi……..dijo sin terminar la frase. Si, mama, justamente los estuve estudiando en la escuela. En su hábitat natural son muy belicosos, y siempre se están matando entre ellos, aunque son muy prolíficos, y por eso la especie no corre peligro de extinción. Ahora en cautiverio, son bastante pacíficos y agradables, aunque para asombro de algunos científicos, parecen haber desarrollado extrañas costumbres, como la antropofagia, por ejemplo, dijo mirando con el rabillo del ojo a su madre, para ver si la había impresionado, con el uso de una palabra tan difícil, que consiste en comerse a los de su misma especie. De todas formas no sucede todos los días, algunos estudiosos han llegado a opinar que puede tratarse de algo ceremonial.

Se estaban comiendo a sus hi….dijo asustada la madre, sin poder terminar la frase y con evidentes signos de volverse a descomponer. Bueno, ya basta, mami.dijo con ternura, el joven. Me estoy empezando a arrepentir de haberte pedido que viniéramos, pero aunque no lo creas, esas actitudes los convirtieron en la principal atracción, mucho más inclusive, que los Mastodontes de Morano, que no es poco. La profe de biología que tiene una hermana que trabaja aquí, en las oficinas, nos contó durante la clase, que los Administradores estuvieron a punto de cerrar este espacio. Parece que en los últimos tiempos, las hembras desarrollaron algún tipo de enfermedad, y no pueden procrear, de manera que se estaban quedando sin especies, si a ello temes que sumarles los que se mueren naturalmente. Así, que tienen que ir a buscarlas a sus lugares de origen, y eso es muy costoso. Y no viven a la vuelta de la esquina precisamente, no? Dijo, el joven para concluir. Bien!, dijo la señora, francamente admirada de la erudición demostrada por su hijo, ya le decía a tu padre, cuando decidimos enviarte a esa escuela, que era de las mejores, y bien vale lo que cuesta. Cuando se lo cuente a papa! Exclamo orgullosa. Bueno, mami, ya nos encontramos sobre la hora de cierre y también me ha dado un hambre espantosa, es posible que este espectáculo lo haya provocado, no?, exclamo con un poco de sorna, que te parece si me

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compras algo rico en alguno de los puestos? Vamos hijo, dijo ella, tomando con delicadeza a su hijo por uno de los brazos, creo que por hoy ha sido suficiente, a mi me ha sucedido exactamente lo contrario, no se cuando regresara mi apetito! .De todas formas te comprare las crias que quieras.oh!perdon que estoy diciendo, dijo la mujer poniéndose colorada, es que esto último me ha dejado impresionada. Este zoo espacial, será muy lindo, pero hay costumbres, que francamente no las entiendo. Que quieres que te diga, concluyo mientras observaba a un grupo de trabajadores de uniforme azul, tratando de instalar un cartel a la entrada del recinto donde se encontraban. Bonita, no?, la repentina observación de su compañero pareció sacarlo del ensimismamiento en que parecía haber caido.El sujeto se habia quedado mirando extasiado la salida de una pareja, que parecia ser de las ultimas en retirarse.Una madre y seguramente, su hijo.Pero que hembra!penso con admiración, de las más bonitas que habia visto jamás. Toda una beldad, pero del tipo que nunca se fijaría en uno como nosotros, vistes las joyas que traía puestas? Observo su socio, mientras lo golpeaba afectuosamente en la espalda. Que tiene de malo ser un guardián de parque? Acaso no ganamos fortunas?, remato socarronamente el soñador. Que te parece si le echamos una mano a esos operarios y terminan de una buena vez con ese trabajo, no me gusta tener que quedarme después de hora, dijo mientras se dirigía hacia el lugar donde algunos sujetos trataban de fijar un enorme cartel en lo alto de una explanada. Con la ayuda prestada por los colaboradores guardias, el pesado letrero pronto quedo instalado sobre los sólidos soportes, que habían erigido para sostenerlo. Nunca más volverá a caerse, dijo satisfecho el que parecia ser el capataz, una vez que el anuncio termino de ser colocado... Se veía imponente, a un costado de la entrada principal.

Autor: ANONIMO

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2 AM

Ha… una vez más atrapado entre fotógrafos y sus cámaras… una vida de personas sin sentimientos ni emociones, pensar que muchas de ellas pensaban lo mismo que yo me da terror, nunca hubiera imaginado que tal concurso sería tan importante para la vida que yo había soñado, si la había deseado la “había” esperado pero nunca pensé que fuera así de dura.

Ha… una vez más atrapado entre fotógrafos y sus cámaras… una vida de personas sin sentimientos ni emociones, pensar que muchas de ellas pensaban lo mismo que yo me da terror, nunca hubiera imaginado que tal concurso sería tan importante para la vida que yo había soñado, si la había deseado la “había” esperado pero nunca pensé que fuera así de dura.

-¡¡YA METETE EN LA LIMOSINA LLEGARAS TARDE!!-Las mismas palabras vacías de todo el tiempo desde que gane el concurso de talentos; “llegaras tarde” “acabaras sin trabajo” “esta entrevista es importante”; casi me daban ganas de agarrar la pistola del fortachón de la entrada y tirarme un balazo. Por fin de noche el único momento donde puedo ser capaz de escribir las canciones que con tanto anhelo compongo, en el momento a eso de las 2 am donde lo único que importa eres tú y nadie más. Cuando todos los problemas se van de tu mente, cuando los hechas al vacío para poder ser tú y no

lo que en todo el día pretendes.

Una amenaza en la disquera para la que trabajo “si no compones un sencillo rápido serás una historia tan antigua como los Beatles” … -¿COMO QUE NO TIENES NINGUNA CANCION?-Decía mi manager Angélica- te asignamos al mejor productor que tenemos, si no quieres acabar mal ve y escribe un sencillo. Correr, correr debo correr y no parar, el corazón latiéndome a 1000 por hora, al final de cuentas no se sentía fácil morir. Serénate Gustavo- me dije a mí mismo. 1…2…3… la caída fue rápida, la verdad lamento que algunos coches hayan quedado llenos de sangre la muerte al fin y al cabo era fácil, un poco de dolor y todo acaba.

Autor: ANONIMO

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Soné que podía comprar el camino al cielo

Tiene algo que ver de la historia de Gabrielle Joseph, una chica futura modelo que se suicidó, luego de que un chico le aviso que no podría salir con ella esa tarde al cine, ella pensó no ser lo suficientemente bonita. Aunque la historia no tiene nada que ver con ella, tomamos una frase de las que ella dijo antes de morir “Soñé que podía comprar el camino al cielo”, trata sobre una niña, que al dormir, sueña cosas extraordinarias, de otros mundos, y por noche, mientras ella duerme, se hace realidad, al final, la chica termina suicidándose, porque cree que lo que vive es una farsa, y un mal sueño, que suicidándose, despertaría, pues donde viene la peor parte del sueño, te da por abrir los ojos…

Pero todo tiene una solución. Para saber cuál es, les invito a leer la historia. Una tarde, Gabrielle y Henry jugaban a ser la princesa y el príncipe, se llegó la noche, y la madre de

Henry paso por el, para ir de regreso a casa. -¡Solo un momento más, mami! Por favor –suplicaba. -¡Si, señora! … ¿Por qué no lo deja dormir esta noche conmigo? –sonrió. -¡No! Niños, ya jugaron mucho tiempo, ahora tienen que descansar y reponer energías para mañana. -¿Mañana podre venir, mami? -¡claro, mi amor! Ahora, despídete y vámonos. -¡Ok! Nos vemos mañana Gabrielle, -Hasta mañana, Henry -Adiós señor Darío. -¡Adiós, Henry!

La mama de Henry y él se fueron a casa de nuevo. Gabrielle solo vivía con su padre, su madre los había abandonado cuando ella nació por lo tanto no conocía el amor de una madre. -Papi… ¿duermes conmigo hoy? -Nena, tengo demasiado trabajo. - ¿puedo acompañarte en la sala? -Está bien, pero te dormirás. -¡Claro! Gabrielle acompaño toda la noche a su padre… pero en sus sueños lo que pasaba era: -¡Vamos, Gabrielle! ¿Qué te cuesta creer que somos reales? -¡Sí!, es más, si quieres mañana bajamos a la tierra y nos presentas a ese Henry del que tanto hablas y dices quererlo.

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-¡¡Ustedes le harían daño!! ¿Por qué querrían que se los presentase? Pero en sus sueños, Gabrielle ya era mayor de lo que es en la realidad. Esos seres eran raros, con 6 ojos en la espalda, manos de 4 dedos y cambiaban de color continuamente. Luego de 8 años, Gabrielle ya era una hermosa jovencita, inteligente, divertida, fiestera. -¡Venga, Henry! No tengas miedo, no te pasara nada. -¿¡Dices nada?! En medio de la sola noche, en un bosque, donde no conocemos a nadie, ¿¡TU Y YO SOLOS?! -Le puedo decir a papa que venga con nosotros

-¡Definitivamente no! No quiero que nada malo te pase. -¡Lo que pasa es que eres un gallina! -¡No lo soy, trato de protegerte! -¡Se cuidarme sola! -¡Entonces vete tu sola!

Henry estaba ya muy molesto, y se estaba yendo. -¡Henry! –se acercó a el- ¡Por favor! ¿Qué es a lo que le temes? -Está bien, temo a que esas cosas de las que tanto has estado soñando, aparezcan. -¡Sólo son pesadillas! -¿Y si fueran reales? -estarías ahí para cuidarme, ¿no? -suspiro- está bien, iremos. -¡Gracias, Henry! Te quiero.

Luego de eso le marco un beso en la mejilla y lo abrazo, el respondió con una sonrisa. -Yo también. Fueron a casa de Henry, a preparar maletas, para luego ir a la de Gabrielle. -Henry, ¿y tú mama? -Fue al trabajo, -¿de mañana? -consiguió otro, no le agrada levantarse tarde. Ambos rieron. -Ok, ¿le has dicho sobre el viaje? -se lo diré cuando llegue. -¿te dará permiso? -Sí, estoy seguro. -Está bien. Se dirigieron a casa de Gabrielle, a empacar todo, luego tomaron el auto de Henry y fueron a su casa, a

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pedir permiso, o más bien a rogarle a la señora Estefanía que lo dejara ir. -¡Vamos, madre! Te he cumplido en todo. -¡Tu habitación está hecha un desastre, Henry! -¡Mamá! Siempre la tengo ordenada, ¿hoy no puede ser la excepción? Ella lo pensó. -¡Esta bien! ¿Cuándo regresan? -El Domingo, señora, por la tarde. -¡Quiero que sean puntuales! -¡Lo seremos! –Dijeron al unísono- Y se destinaron a la cabaña que Gabrielle tenía en el Bosque, llegaron en la noche. -Gabrielle, ¿Por qué no vas a dormir? -¡no tengo sueño! ¿Por qué no vas tú? Te notas cansado.

-¿Y si un Alien de los que has estado soñando viene y te hace algo? Ella rio. -¡Debes preocuparte más por ti que por mí! Pero igual te lo agradezco.

-De nada. Se escucharon ruidos extraños. -Espera aquí, iré a ver qué pasa. -¡Henry! Regresa. Corrió hacia él, ambos quedaron estupefactos a lo que sus ojos veían. -¿así eran los que tu soñabas? -Bueno, solo tenían 4 dedos, no tantos. -¡Esto debe ser un pulpo! -¿Qué puede respirar aire? -¡Sí! o un extraterrestre.

-Empezare a creerme la segunda opción. Entonces el “extraterrestre” hablo. -te dije que algún día me habrías que presentar a Henry. -¿Qué quieren de nosotros?-dijo Henry- -¡Nada! Queríamos conocerlos. -Por favor, váyanse, no les he hecho nada, Henry y yo solo venimos a pasarla bien. -Yo también venia a pasarla bien. El “Extraterrestre” lanzo una especie de baba hacia Henry, tirándolo y quedando pegado en el suelo. -¡¡¡GABRIELLE!!! Ayúdame. Ella intento ayudarle, mas no pudo, cuando ese monstruo la tomo del brazo, susurrándole. -él no ha sido tan bueno contigo, habla mal de ti junto con Alexis. Alexis es la chica que tanto envidia a Gabrielle. -no es cierto, Henry esta todo el tiempo conmigo.

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-¿y la vez que supuestamente los encontraste peleando? -¡Él me estaba defendiendo! -¿o tal vez hablaban mal de ti y justo cuando llegaste decidieron fingir una pelea? -¡¡Déjanos ir!! -¡Eso es cierto, admítelo! -¡Gabrielle, no le creas, él no es real! “Él no es real”, daban vueltas por la cabeza de Gabrielle, que logró escaparse y confundida por todo eso, dejo ahí a Henry, llego hasta el final del lugar, donde había una especie de agua roja, parecía lava, o eso era. Ella se lanzó. -¡¡GABRIELLE!! Entonces despertó, ella había estado soñando en el auto de Henry. -¿Qué pasa, Gabrielle? Dijo bromeando. -¿acaso ese monstruo te ha avisado que nos vemos en el bosque? -¡No eres nada gracioso!

Autor: ANONIMO

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El pacto

Baja por una suerte de escalones naturales, piedras irregulares conforman una especie de herradura que da al mar, una extensa playa de arenas doradas separa está pendiente abrupta con el gran océano atlántico. Sus piernas largas le permiten desafiar los espacios entre las prominencias y esquivar algunas ramas retorcidas que recuerdan lo inhóspito del lugar. Deviene el alivio ni bien logra pisar el pasto que la separa de la arena, una sensación de persecución la acompaña cada vez que se asoma al borde de ese abismo. Siente como dos navajas apoyan su filo en la espalda y en ellas ve el reflejo de sus ojos promiscuos. Maialen se acerca a la cama de Marisa, le da un beso y le pide que le avise a su abuela, que se olvidó la billetera sobre la mesita de luz, que a la tarde pasa a buscarla. Marisa abre la canilla, una fuerte lluvia sale de la ducha. Espera que el agua caliente borre la modorra y el cansancio de los sueños que la visitan de vez en cuando. Piensa en Maialen, mientras el agua escurre patina a lo largo de su piel. Su hija, es de una belleza inusual, su cara enmarcada por rizos salvajes iluminados por hebras doradas, no siempre logra dominar, ojos enormes en almendras siempre calmos, otorgan bondad. Su presencia entera hace notar, este donde este y lo quiera o no. Se prende a la vida con una intensidad imposible de refutar. Desde pequeña que es inquieta, como si intentara aprender todo en un solo día, arrebatada, alegre, espontánea, casi artista de si misma, se moldea una y otra vez y nunca se deja convencer, que las cosas terminaron de hacerse. Ensaya roles, adora teatralizar situaciones que la preparan para asomarse a este ancho y extenso mundo. Se reinventa a si misma y reinventa todo lo que la rodea una y otra vez hasta el hartazgo de la repetición. Está estudiando turismo, es el segundo año de la carrera, afirma que gracias a ella podrá aventurarse hasta los diferentes rincones del planeta, galopar sobre las aguas de deshielo de algunos ríos, escalar jóvenes y vigorosas montañas y volar desafiando la gravedad en busca de las térmicas. Marisa siente que es hermoso verla desplegar su imaginación y energía, siempre alerta. Si bien ahora no te invita a compartir tazas de té en el país de nunca jamás, ni pasear por el mundo al revés de Alicia, su entusiasmo sigue contagiando. EL sueño vuelve, una noche cualquiera en pleno corazón del otoño. Mira hacia atrás. Vuelve a verlo, pelo entrecano, mirada sin luz en dos huecos violetas. Vuelve esa sensación real, la respiración se le hace entrecortada, rápida, diafragmática, con esa necesidad perentoria de llenar

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los pulmones de oxigeno aunque no puedan contener ni un átomo mas. Esta en un callejón oscuro, reflejos de agua alumbran apenas el asfalto. No duda, volverá a lograrlo, lo engañara, le sacara ventaja con sus piernas largas. Empieza a buscar el callejón que cae a la herradura, ahí esta, apura el paso, lo logra, ya esta bajando, corre hasta el césped y el alba anuncia el mar. Pero esta vez el caballero la alcanza. Marisa contempla el mar, se encuentra afectada por cada golpe de ola, por cada rugido y no percibe que el perseguidor le ha dado alcance. La mira a los ojos, ella lentamente comienza a perder materia, sus células dejan paso a vacíos, espacios entre las fibras de sus tejidos. Siente solo al principio, una tirantez como cuero duro pegado a los huesos. Las articulaciones pierden su líquido, la deshidratación es constante. Mágicamente su cerebro sigue funcionando con una lucidez brillante. Mira sus extremidades ahora forradas por un odre oscuro, hacen resaltar todas las prominencias. Siente cada molécula desprenderse, volátil avanza con la brisa de aquel ultimo marzo. Recuerda a su familia, recuerda su infancia, sus hijas ocupan sus últimos pensamientos, la luz la enceguece, flota en miles de partículas, es mil cosas a la vez, no puede definir la situación como mala, es totalmente diferente a lo conocido. Ya no tiene ojos, es ojos, ya no tiene cuerpo, es viento, ya no recuerda lo que es el cansancio, ya no tiene pensamiento, deja de ser. Cuando Mailen va a saludarla esa mañana, su madre no esta, las sabanas aun están tibias de guardar un cuerpo. Ya no esta por ningún lado de la casa y es la última vez que la busca. Se coloca el anillo, el pacto esta sellado. Cara angelical, ojos dulces en almendras, en sus labios se dibuja un esbozo de sonrisa. Sale a la calle, toma la combi que la lleva a la universidad. A la noche seguramente su padre hará la denuncia, después vendrá la investigación. Debe prepararse, si, debe prepararse para las preguntas, no puede fallar ni una sola vez en las respuestas, debe practicar el gesto de angustia, de desesperación. Queda tranquila, sus demonios la ayudaran a continuar.

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El viaje de Martin

Todos los niños esperan con impaciencia la hora de salida de la escuela, más aún cuando se trata del último día de clases. Eso es lo que le sentía Martín, un niño de nueve años, que no paraba de mirar el reloj en la pared hasta que éste, de la hora de salida, las despedidas de los maestros continuaban, unos con gran entusiasmo y nostalgia se despedían de sus alumnos, mientras para otros fue como cualquier otro día, a Martín esto no le distraía, ya que tenía planeadas casi todas sus vacaciones, primero estaba la playa con sus padres, luego donde su tío Memo, al que tanto quería, sobre todo porque le dejaba jugar hasta muy tarde con su primo Marcelo, el cual era mas o menos de su edad. En fin, todo sería juego y diversión en sus vacaciones.

El día de clases terminó, Martín y sus compañeros se despidieron antes de tomar el autobús que lo llevaría de regreso a su casa. Ya en el autobús solo podía pensar en lo grandiosas que serían sus vacaciones. Para Martín y los demás, todo parecía normal en el recorrido, hasta que de pronto el cielo se empezó a oscurecer más y más a cada momento, los niños empezaron a gritar todos con desesperación, el conductor se detuvo hasta entender que es lo que sucedía, cuando de pronto un enorme sonido se escuchó sobre sus cabezas, era una gigantesca nave espacial, posada sobre el autobús. Todos, incluido Martín pensaron de inmediato en los extraterrestres, cosa que no estaba ni siquiera cerca.

La nave al final se detuvo en la carretera justo al frente del autobús. Para ese momento ya la oscuridad se había disipado lentamente, los niños y el conductor salieron lentamente del vehículo a mirar más de cerca el enorme artefacto, tenía la forma de una bandeja más bien redonda, con destellos plateados en sus esquinas, sorpresivamente salió del centro de la nave, una especie de rampa

o escalera que llegó al piso de la vía, y una enorme puerta dejo entrar la luz. Empezaron a salir tres personas, eran como nosotros, pero vestían de una manera un tanto extraña, con enormes vestidos de color azul rey y con cuellos blancos que cubrían perfectamente su cuello. Estos personajes caminaron hasta los niños y conductor que se encontraban al frente, preguntaron cuál de

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ellos se llamaba Martín, todos de inmediato miraron a Martín con expectante asombro, y Martín que no comprendía nada en ese momento, respondió aún más sorprendido –Soy yo. Los tres individuos se le acercaron y en seguida lo invitan para que los acompañen, todos los presentes incluido Martín, no salían del asombro, por lo tanto Martín accedió a acompañarlos, ya que nadie les había ofrecido resistencia alguna. Subieron los cuatro a la nave y se marcharon enseguida.

Martín se encontraba dentro de la nave, miró a su alrededor y encontró todo muy familiar, como si se tratara de una casa moderna, de esas que uno veía en alguna revista futurista de ciencia ficción o científica. Las personas que lo habían hecho subir a la nave, empezaron a explicar a Martín, que ellos eran personas como él o como cualquier otro que el recordaba, la diferencia, es que ellos venían del futuro, del Dos Mil Quinientos Veinte, para ser más exactos. Ellos también le explicaron, que la única razón para llevarlo con ellos, era la supervivencia de la humanidad, nada menos, ya que el poseía, a pesar de ser muy pequeño, el conocimiento y la creatividad que los de su época ya habían perdido. Estos conocimientos, no eran más que los de cualquier otro niño de nuestra época, los cuales consistían en jugar, en divertirse con cualquier cosa, amar la naturaleza, querer a los demás, apreciar el arte, etc. Todos en ese futuro no tenían ya estas cualidades, Martín les enseñaría nuevamente una manera para volver a ser niños, y enseñar a los suyos como comportarse desde su nacimiento. El tiempo pasó y Martín se convirtió en el ser humano capaz de salvar a la humanidad, de la manera menos sospechada, lo cual nos resume, que Martín viajo al futuro para que salvemos nuestro presente.

Autor: ANONIMO

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BIBLIOGRAFIA

http://www.losmejorescuentos.com/cuentos/CF1651.php

http://www.losmejorescuentos.com/cuentos/cuentosdecienciaficcion.php

http://www.cuentocuentos.org/cuentos/ciencia+ficcion/1/

http://www.cuentocuentos.org/cuento/1861/vudu.html

http://axxon.com.ar/rev/160/c-160cuento6.htm