tomás, meditaciones (ed. original emecé)

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  • 8/21/2019 Toms, Meditaciones (Ed. Original Emec)

    1/375

    ..*'

    #

    ' *

    BIBLIOTECA

    DEL *?

    PEREGRINO

  • 8/21/2019 Toms, Meditaciones (Ed. Original Emec)

    2/375

    ^ * * & ; .

    .h

    '.'

    TO TOMAS DE AQUINO

    M E D I T A C I O N E S

    EN TR ESA C A D A S D E SU S O B R A S

    ?5-

    I

    * Ir

    v^

    E M E C E D I T O R E S , S . A .

    B U EN O S A IR ES

    "t

  • 8/21/2019 Toms, Meditaciones (Ed. Original Emec)

    3/375

    Ttulo de la obra en la t n

    MEDULLA S. THOMAE AQUINATIS PER OMNES ANNI

    ''

    LITURGICI DIES DISTRIBUTA,

    SEU MEDITATIONES EX OPERIBUS S. THOMAE DEPROMPTAE

    Recopilacin, ordenacin y prlogo de

    FR. D. MZARD, O. P.

    Traduccin de l la t n por

    LUIS M. DE CDIZ

    C o n l a s l i c e n c i a s n e c e s a r i a ^ '

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    q U C P r e v i e n e l a L e

    ? nm. 11.723

    Copyright by Zusck EDITORES, S. A. - Buenos Aires, t948

    PREFACIO

    Todo este libro, tanto en los conceptos como

    en las mismas palabras, salvo unas pocas que se,

    hallarn en la meditacin de la fiesta de la In

    maculada Concepcin de la Bienaventurada Vir

    gen Mara, es, en verdad, obra del piadossimo

    Doctor Anglico, Santo Toms de Aquino.

    Una sola cosa puede atribuirse el recopilador

    como suya, a saber: haber buscado en todas las

    obras del gran Maestro todo lo

  • 8/21/2019 Toms, Meditaciones (Ed. Original Emec)

    4/375

    8

    P r e f a c i o

    No son, ciertamente, raros los que, cansados

    del lenguaje excesivam ente difuso de los libros,

    desean encontrar dentro de un estilo' conciso y

    de pocas palabras el pan de vida y entendimiento.

    Vayan al Doctor Anglico, que les dar no

    solamente amplia m ateria para meditar, sino

    tambin la ms apta para reformar las costum

    bres, y tambin para nutrir y acrecentar el am or

    a nuestro Salvador.

    El orden que hemos seguido para distribuir la

    materia en esta obra es el siguiente:

    En el tiempo de Adviento se propane a nues

    tra meditacin cuanto en diversos lugares escri

    bi Santo Toms acerca del misterio de la En

    carnacin, luego sigue lo relativo a la Navidad

    del Seor, a su infancia y vida pblica.

    En el tiempo de Cuaresma van las medita

    ciones referentes a la pasin y muerte de Cristo

    en la Cruz.

    Despus, con Cristo resucitado y ejemplar de

    nuestra regeneracin espiritual, comienza una se

    rie sobre la vida nueva, por la gracia, por la

    asimilacin a Cristo que sube a los cielos, por los

    efectos del Espritu Santo y por la Eucarista.

    Esta serie termina en la fiesta del Sacratsimo

    Corazn de Jess

    r

    Las meditaciones destinadas al perodo com

    prendido entre el da primero de julio y el Ad

    viento versan sobre los puntos siguientes:

    1?) Dios y algunos de sus atributos.

    2?) El hombre alejado de Dios por el pecado,

    y resuelto a conocer y detestar sus pecados en la

    vida purgativa.

    ?) El mismo hombre, avanzando hacia la vida

    iluminativa por medio de las virtudes.

    P r e f a c i o

    4ty?El hom bre elevndo se a la vida unitiva

    ,tpa7&participar de Dios por medio del amor fer-

    ^jm>oi'oso y de la ntima amistad.

    mm 5$) Con la fiesta de Todos los Santos comien-

    W tan las meditaciones acerca de los novsimos, que

    se extienden por todo el mes de noviembre, hasta

    que, purificado el hombre, iluminado y perfecto,

    puede sentarse por fin en esa Gran Cena beat

    sima, qu e ser el fin de todas las cosas.

    Asi, pues, todo el conjunto de estas: meditacio

    nes es como un compendio de la S u ma de Santo

    \'j Toms, de modo que pueda ofrecer una sntesis

    %/ de toda la religin y de la vida asctica.

    Adem s de las meditaciones adaptadas al ciclo

    litrgico, los sacerdotes y religiosos encontrarn

    al final otras para los Ejercicios Espirituales que

    .cada ao realizan durante ocho das.

    FR . MZA RD, O. P.

    JNOTA.Llegado el t iempo de Septuagsima, deben omi-

    ,..

    I r s e

    ks que sobran del mes de febrero, o tal vez tam-

    *

    n

    "

    e

    enero, para tomar las que dan comienzo en aquel

    domingo.

    ^ as meditaciones omit idas entonces se ut i l izarn despus

    ffe.

    e

    fiesta del Sacratsimo Coraz n de Jess hasta el

    f g j

    n e r

    d a de ju l io .

    .,*;

  • 8/21/2019 Toms, Meditaciones (Ed. Original Emec)

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    P R I M E R A P A R T E

    DESDE E L T IE M PO DE ADVIE NT O HAST A L A FIE ST A

    DE L SACRAT SIMO CORAZ N DE JE SS

  • 8/21/2019 Toms, Meditaciones (Ed. Original Emec)

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    T I E M P O D E A D V I E N T O

    27 de noviembre

    I N M E N S I D A D D E L A M O R D I V I N O

    vi

    De tal manera am Dios al mundo, que dio a

    su Hijo Unignito, para que todo aqul que crea

    en l no perezca, sino que tenga vida eterna.

    (Joan.,

    III, 16.)

    , La causa de todos nuestros bienes es el Seor

    y e l amor d iv ino; porque amar e s propiamente

    querer bien para a lguno. Y como la voluntad de

    Dios es causa de todas las cosas, el bien nos viene

    a nosotros porque Dios nos ama. El amor de

    Dios es , pues , causa de l bien de nues tra na tura

    leza. Tambin lo es del bien de la gracia (Jer.,

    XXXI , 3) : Con amor perpetuo te am; por eso te

    atraje,

    esto es, por medio de la gracia.

    Que sea tambin dador de l bien de la grac ia

    procede de gran car idad, y por lo tanto, se de

    muestra aqu con cua tro razones que esa car idad

    Qe Dios es mxima:

    / . l

    9

    ) Por razn de la persona que ama, pues

    Dios es el que ama y sin medida. Por eso dice:

    L*

    e

    tai manera am Dios.

    2

    9

    ) Por la condic in de l am ado; porq ue e l

    amado es e l hombre , es to es , e l hombre mun

    dano ,

    corpreo, pecador .

    Mas Dios hace brillar su

    c

    Widad en nosotros, porque, siendo todava sus

    m

    }gos, fuimos reconciliados con Dios por la

  • 8/21/2019 Toms, Meditaciones (Ed. Original Emec)

    7/375

    14 S a n t o T o m s d e A q u i n o

    muerte de su Hijo. (Rom., V, 8, 10.) Por eso

    dice : Dios ha amado tanto al mundo.

    39) Po r la grand eza de los dones; p or qu e l.

    amor se demuestra por medio de l don, pues , comoi; :

    dice San Gregor io, la prueba de l amor es la

    accin.

    Dios nos dio e l don mximo, pues nos dio a

    su Hijo unignito; a su Hijo por na tura leza ,

    consubstanc ia l a l mismo, .no adopt ivo;

    unig

    nito,

    para mostrar que e l amor de Dios no se

    divide entre muchos hi jos , s ino que va todo

    entero a l Hi jo que l nos dio, como prueba de

    su amor s in medida .

    4

    o

    ) Por la magni tud de l f ruto; pues por ese

    don alcanzamos la vida eterna. Por eso dice:

    Para que todo aq uel qu e crea en l no perezca,

    sino que tenga vida eterna, la que nos adquir i

    po r su m uer te de c ruz . *

    Se dice .que una cosa perece cuando se la im

    pide l legar a su f in propio. El hombre t iene por

    fin propio la vida eterna, y cuantas veces peca se

    ap arta de ese fin. Y au n cu ando , mien tras vive,

    no perece tota lmente , pues puede rehabi l i ta rse ,

    s in embargo, cuando muere en pecado perece

    tota lmente . En las pa labras :

    tenga vida eterna,

    se

    indica la inmensidad de l amor divino; porque a l

    dar la vida eterna, Dios se da a s mismo; pues

    la vida eterna no es otra cosa que gozar de Dios.

    Darse a s mismo es seal de un gran amor.

    (In Joan., 3.)

    2 8 d e n o v i e m b r e

    15

    noviembre

    C O N V E N I E N C I A D E L A E N C A R N A C I N

    I . Parece ser muy conveniente que los atri

    butos invisibles de Dios sean mostrados por las

    cosas visibles; pues para esto se hizo el mundo

    entero, como consta por el Apstol: Las cosas de

    Dios invisibles se ven, despus de la creacin del

    *m undo, considerndolas por las obras criadas.

    '.(Rom., I, 20.) Pero, como dice San Juan Damas-

    ceno, por e l mis te r io de la Encarnac in se ma-

    %

    f

    nifiesta a la vez la bon da d, la sabi du ra, la jus-

    glj t icia y el poder de Dios o su virtud. La bondad,

    j j jporque no despreci la debilidad de su propia

    (cr ia tura ; la jus t ic ia , porque , vencido e l hombre ,

    ' .hizo que nadie ms que el hombre venciese al

    [ t i rano, y l iber t a l hombre de la muer te por la

    violenc ia ; la sabidur a , porque encontr e l mejor

    'modo de pagar el ms costoso precio; el poder

    o v i r tud inf in i t a , porque nada hay ms grande

    que haberse hecho Dios hombre . Luego fu con

    veniente que Dios se encarnase.

    I I . Co nvien e a cada cosa aqu ello qu e le com-

    jpe te segn su propia na tura leza , como a l hombre

    'e conviene razonar, porque ese acto le corres

    ponde en cuanto es rac ional segn su propia na-

    ' jh-

    r a

    ^

    e z a

    ' Siendo, pues , la na tura le za mism a de

    .;

    1Q

    s la esencia de la bondad, todo lo que es esen-

    '.

    a

    l bien conviene a Dios. Y como es de la

    *. enca del bien el comunicarse a otros, por lo

    ,;.

    n t o e

    s esencia lmente propio de l sumo bien

    comunicarse a la c r ia tura de un modo soberano.

    0

    C U a

    I se ver i f ica pr inc ipa lmente a l unirse a una

    ;. , uraleza creada, de modo que se haga una sola

  • 8/21/2019 Toms, Meditaciones (Ed. Original Emec)

    8/375

    16 S a n t o T o m s d e A q u i n o

    persona de estos tres principios, a saber: el Verbo,

    el alma y la carne. Por lo cual, es notorio qti ,e

    fu conveniente que Dios se encarnase.

    Unirse a Dios en unidad de persona no fu

    conveniente a la carne humana segn la condi

    cin de la naturaleza, porque esto supera a su

    dignidad; pero fu conveniente a Dios, segn la

    excelencia infinita de su bondad, el que la unie

    se a s para salvar al hombre.

    Dios es grande, no en volumen, sino en vir

    tud; por consiguiente , la magni tud de su poder

    no siente ninguna estrechez en lo angosto. Si la

    pa labra fugaz de l hombre es oda s imultnea

    mente por muchos y toda entera por cada uno de

    ellos, no es increble que el Verbo de Dios sub

    sistente est a la vez en todas partes todo entero.

    (Sum.

    Theolog.,

    3^ par te ,

    q.

    I ,

    a.

    1.)

    29 de noviembre

    NECESIDAD DE LA ENCARNACIN

    Algo es necesario para algn fin de dos modos:

    Primero, por necesidad absoluta, sin lo cual algo

    no puede existir , como el sustento es necesario

    para la conservac in de la vida humana; segundo,

    en la medida en que por medio de tal cosa se

    l lega mejor y ms convenientemente a l f in, como

    el caballo es necesario para realizar un viaje. No

    fu necesario por el primer modo que Dios se

    encarnase para la reparac in de la na tura leza

    hum ana , porqu e Dios por su v i r tud om nipoten te i

    po da rep ara r la natu raleza h um an a d e otros ..]

    much os modos . Pero p or e l segundo mod o fu j

    necesario que Dios se encarnase. Por eso dice I

    2 9 d e n o v i e m b r e

    17

    1/

    San Agu st n i : "Dem ostremos, adems, que no

    If^ifalt otro modo posible a Dios, a cuya potestad

    if f is t sometido todo igualmente , s ino que no haba

    :

    -

    otro modo ms conveniente de curar nues tra mi

    seria." Esto es lo que puede considerarse en

    cuanto a la promocin de l hombre a l bien.

    I

    o

    ) En cuanto a la fe, que se certif ica ms

    por lo mismo que cree a l mismo Dios que habla ;

    por lo que dice San Agu st n 2: "Para q ue e l

    hombre caminase ms conf iadamente hac ia la ver

    dad, e l Hi jo de Dios , que es la misma Verdad,

    hecho hombre , const i tuy y fund la fe ."

    2

    o

    ) En cuanto a la esperanza, que se afirma

    princ ip a lme nte por es to, y as dice San Ag ust n 3:

    "Nada fu tan necesar io para levantar nues tra

    esperanza , como e l demostrarnos cunto nos ama

    ba Dios. Qu prueba ms manifiesta de esto que

    la de que e l Hi jo de Dios se dignara formar con

    sorc io con nues tra na tura leza?"

    3?) En cuanto a la caridad, que se excita prin

    cipalmente por esto, y as es que dice San Agus

    t n 4; "Q u m ayor m otivo existe de la ven ida

    del Seor que el manifestar Dios su amor en

    nosotros?" Y despus aade: "Si nos e ra penoso

    amar, al menos no nos duela volver a amar."

    4

    o

    ) En cuanto a la rec t i tud de obrar , en la cua l

    s e

    nos mostr para e jemplo. Por lo cua l dice

    San Agu st n 6; "N o se deba ha ber seguido a l

    hom bre, que po da ser visto; se de ba h ab er se

    guido a Dios, que no poda ser visto. Y as para

    mostrar a l hombre quin fuese vis to por e l hom-

    1

    De Trinit.,

    lib. XIII, cap. 10.

    2

    De civ. Dei, lib. XI, cap. 2.

    3

    De Trinit., lib. XI II, cap. 10.

    1

    De Catechiz. rudibus, cap. 4.

    $'.Serm. De nativitate Domini, 22 de Tem p.

  • 8/21/2019 Toms, Meditaciones (Ed. Original Emec)

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    f8 S a n t o T o m s d e A q u i n o

    bre y a quin el hombre siguiese, Dios se hizo

    h o mb r e . "

    5

    o

    ) En cuanto a la plena par t ic ipac in de la

    divin idad, qu e es la verdadera bien aven turan za

    del hombre , y e l f in de la vida humana, y es to

    nos fu dado por la humanidad de Cris to. Pues

    dice San Agust n 6: "Dios se hizo hombre , para

    que el hombre se hiciese Dios."

    (3*,

    q.

    I ,

    n.

    II .)

    30 de noviembre

    NECESIDAD DE LA ENCARNACIN .

    o solamente fu necesario que Dios se en

    carnara para la promocin de l hombre a l bien,

    s ino tambin para la remocin de l mal .

    I

    o

    ) El hombre se ins t ruye por es to para que

    no prefiera al diablo a s mismo, no venere al

    que es el autor del pecado. A este propsito dice

    San Ag ust n 7; "Pues to que Dios p ud o un irse a

    la na tura leza humana de ta l modo que se hizo

    una sola persona, no se atrevan, por eso, aque

    llos espritus soberbios y malignos a anteponerse

    a l .hombre , porque no t i enen ca rne . "

    2

    o

    ) Por esto se nos ensea cunta es la digni

    dad de la na tura leza humana, para que no la

    mancillemos con el pecado. Por lo cual asegura

    San A gust n 8: "Dios nos ha de mo strado cuan

    excelso lugar ocupa la na tura leza humana entre

    las c r ia turas , aparec iendo entre los hombres como

    6

    Serm. De nativ. Domini, 13 de Te mp .

    7 De Trinit., lib. XI II, cap. 17.

    *

    De vera relig.,

    cap. 16.

    3 0 d e n o v i e m b r e 19

    ve rdade ro hombre . " Y e l papa San Len d ice

    9

    :

    "Reconoce , oh cr is t iano, tu dignidad; y hecho

    par t c ipe de la na tura leza divina , no re tornes a

    la ant igua vi leza con una mala conducta ."

    3

    o

    ) Po rqu e , para des tru ir la presun cin de l

    hombre, se hace ms estimable la gracia de Dios

    en Cr i s to hombre , s in n ingn mr i to an te r ior

    de nues tra par te .

    49) Porque median te t an ta humi ldad de Dios

    puede repr imirse y sanarse la soberbia de l hom

    bre,

    que es e l mayor obs tculo que le impide

    unirse a Dios.

    59) Para l ibrar a l hombre de la servidumbre

    del pecado; lo cua l , como dice San A gust n i ,

    debi c ie r tamente ver i f icarse de ta l modo que

    el diablo fuera vencido por la jus t ic ia de l hombre

    Jesucristo; lo que se llev a cabo mediante el

    sacrificio de Cristo por nosotros. Un simple hom

    bre no poda sa t is facer por todo e l gnero hu

    mano, y Dios no deba satisfacer; por lo cual

    convena que Jesucr is to fuese Dios y hombre . Por

    eso dice e l pa pa San Le n H : "L a d ebi l idad es

    tomada por la for ta leza , la humildad por la ma

    jes tad, la morta l idad por la e te rnidad, a f in de

    que, cual convena a nuestra curacin, un solo

    y mismo mediador entre Dios y los hombres pu

    diese morir por una par te y resuc i ta r por otra ;

    porque , s i no fuera verdadero Dios , no t raer a

    e

    l remedio; y s i no fuese verdadero hombre , no

    dar a e jemplo."

    Hay otras muchas venta jas que resul tan de

    esto y que exceden a la aprehensin del sentido

    humano, segn aquello del Eclesistico. (III , 25):

    8

    Serm. De nativit. Domini, I .

    1 0

    Dd Trinit, lib. XI II, cap. 13.

    ' T-l Serm. De nativ. D omini, I .

  • 8/21/2019 Toms, Meditaciones (Ed. Original Emec)

    10/375

    20 S a n t o T o m s d e Aq i n o

    Muchsimas cosas

    te han

    sido mostradas sobre

    el

    entendimiento de los hombres.

    (3*,

    q.

    I,

    a.

    II.)

    19

    de

    diciembre

    NECESIDAD DE LA E N C A R N A C I N P A R A O F R E C E R

    SATISFACCIN SUFICIENTE

    POR EL

    P E C A D O

    I .

    De dos

    maneras puede decirse suficiente

    una satisfaccin:

    19) De manera perfec ta , porque es condigna ,

    por c ie r ta adecuacin, para compensar la culpa

    cometida ,

    y as la

    satisfaccin

    que un

    s imple hom

    bre diera por el pecado no poda ser suficiente,

    porque toda la na tura leza humana e s taba co

    r r o mp i d a

    por el

    pecado ,

    ni el

    bien

    de una

    per

    sona,

    y aun de

    muchas , poda compensar equiva

    len tementeeld a o detoda la na tura leza ; adems

    el pecado cometido contra Dioses en c ie r to modo

    inf ini to por razn de la infinita majestad de

    Dios ofendido, pues la ofensa es t a n t o msgrave

    cuanto

    ms

    g r a n d e

    es

    aqu l cont ra qu ien

    se de

    l i n q u e .

    Por lo

    t an to ,

    fu

    necesar io para

    una sa

    t isfaccin condigna

    que el

    acto

    del que

    satisfaca

    tuviera eficacia infinita , como lo es el ac todel

    q u e es Dios y h o mb r e .

    2

    o

    ) La satisfaccin del h o mb r e p u e d e ser su

    ficiente de m an era imperfecta, esto es, segn la

    aceptac in

    de

    a q u e l

    que se

    contente

    con

    ella,

    a u n q u e no sea condigna , y de este modo la sa

    tisfaccin

    de un

    s imple hombre

    es

    suficiente;

    y

    pues to que todo lo imperfec to presupone a lgo

    perfectoque lo sostenga,de ahresul ta que toda

    1? de d i c i e m b r e 21

    satisfaccin

    de un

    s imple hombre rec ibe

    su

    efi

    cacia

    de la

    satisfaccin

    de

    Cristo.

    (3 ,

    q.

    I,

    a.

    II ,

    ad

    2

    um

    .)

    I I . La Encarnac in ofrece lacertezadel p e r d n

    del pecado.

    As como el h o m b r e sed i spone a la b ienaven

    turanza

    por las

    vir tudes ,

    del

    m i s m o m o d o

    se

    aleja de ellapor lospecados; el pecado, contrar io

    a la v i r tud , es un i mp e d i me n t o p a r a la bien

    aventuranza , no s lo porque in t roduce un desor-

    yden

    en el

    a lma ,

    en

    cuanto

    que la

    a p a r t a

    del

    orden

    f. del fin debido; s ino tamb in p orqu e ofende a

    , Dios, del cual espera el premio de la b ienaven

    turanza;

    y

    adems , t en iendo

    el

    hom bre conoc i

    miento

    de esa

    ofensa, pierde

    por el

    p e c a d o

    la

    esperanza de acercarse a Dios, la cua l es nece-

    ;.. saria pa ra co ns eg uir la b ienaventuranza .

    f

    J

    Por

    t an to ,

    es

    necesario

    al

    g n e r o h u ma n o ,

    i ; llen o depecados ,que se le pres te a lgn remedio

    y. contra lospecados;mases te remed io pu ede dar lo

    }

    ,

    nicam ente Dios ;

    el

    cua l

    no

    slo puede mover

    la

    '&; vo luntad del hombre hac ia el bien, pa ra re in te

    grarla

    al

    orden debido , s ino

    que

    t a mb i n p u e d e

    i.,

    pe rdona r la ofensa cometida contra l; p u e s la

    JL

    ^

    en

    sa

    slo puede

    ser

    p e r d o n a d a

    por

    aqul con

    tra quien se comete .

    Adems, paraque el h o mb r e sea l ib radode la

    conciencia de la ofensa pasada, esnecesar ioque

    est cierto

    de la

    remis in

    de la

    ofensa

    por el

    ttUsmo

    Dios;

    certeza que no puede constar le , si

    Dios no le certifica de ello.

    Por tanto

    fu

    conveniente

    y

    t i l

    al

    gnero

    urnano, para conseguir lab ienaventuranza , que

    *os

    se

    hic iese hombre , para

    que de

    es te modo

  • 8/21/2019 Toms, Meditaciones (Ed. Original Emec)

    11/375

    22' S a n t o T o m s d e A q u i n o

    consiguiese de Dios el p e r d n de los pecados y

    tuviese certezade esep e r d npor elhomb re Dios .

    (Contra Gentiles, lib. 4, cap. 54.)

    2

    de

    diciembre

    L A E N C A R N A C I N DEL SEOR ES UN R E M E D I O

    M U Y C O N V E N I E N T E

    Este mis te r io fu muyconvenien temente orde

    n a d o p a r a

    la

    salvacin

    del

    h o m b r e , p o r q u e

    aun

    cuando Dios poda hacer lo de o t ro modo, n ingu

    n o

    fu tan

    adecuado, pues convena

    al

    mismo

    R e p a r a d o r ,

    a

    aque l

    a

    quien deba ofrecerse

    la re

    pa rac in

    y a la

    reparac in misma.

    I

    o

    )

    Al

    R e p a r a d o r ,

    a

    q u i e n

    era

    opor tuno mos

    t ra r su sabidur a , poder y bon dad . Qu cosa

    ms pode rosa

    que

    unir extremos sumamente dis

    tantes? Grande fu elpode r para un ir e lementos

    dispares ; mayor , para unir los a un espritu crea

    d o ; m x i mo , p a r a su u n i n al espr i tu increado,

    d o n d e la d i spa r idad es extrema. Qu cosams

    sabia para

    el

    colmo

    de

    perfeccin

    de

    todo

    el

    universo

    que se

    verificase

    la

    u n i n

    del

    pr imero

    y

    del

    l t imo, es to

    es, del

    Ve rbo

    de

    Dios ,

    que es

    e l pr inc ipio de todas lascosas,y de la na tura leza

    h u m a n a ,

    que en las

    obras

    de los

    seis das

    fu la

    l t i ma de las criaturas? Qu cosa ms l lena de

    b o n d a d

    que

    habe r que r ido

    el

    Creador

    de

    todos

    los seres comunicarse a las cosas creadas?Esa be

    n i g n i d a d fu grande al unirse contodas las cosas

    p o r u n i n

    de

    presencia; mayor,

    al

    comunicarse

    a

    los buenos

    por

    medio

    de la

    gracia;

    y

    m x i ma ,

    al

    uni r se

    a

    Cris to hombre ,

    y, por

    consiguiente ,

    a los

    gneros de cadauno en lau n i d a d depersona .

    2 d e d i c i e m b r e 23

    2

    o

    ) Fu t ambin e s te modo muy conveniente

    al mismo

    que

    deba rec ibir

    la

    r epa rac in , pues

    el

    h o mb r e

    por el

    pecado vino

    a

    caer

    en la

    debili

    dad ,

    en la

    ignoranc ia

    y en la

    mal ic ia ,

    por

    todo

    lo cualsehizo incapaz de imi ta r la vir tud divina ,

    conocer su ve rdad , y a ma r su b o n d a d ; por lo

    tanto, Dios ,

    al

    hace r se hombre ,

    se

    en t reg

    al

    h o mb r e p a r a que le imitase , le conociese y le

    amase.

    3?) Fu t a mb i n muy convenien te a nues tra

    reparac in

    que el

    Seor

    en

    f o r ma

    de

    siervo pro

    curase la salvacindel esclavoy que se encarnase

    e l Hi jo.

    Esa

    conveniencia

    es

    evidente ,

    ya se

    con

    sideren las cosas propias del H i j o , ya las que se

    le apropian.

    Si

    se

    a t i ende

    a las

    cosas propias

    del

    H i j o

    es

    evidente , porque

    es el

    Ve rbo ,

    la

    imagen

    y el

    Hijo de Dios ; ahora bien, el h o mb r e p e r d i por

    el pecado tres cosas,

    a

    saber:

    el

    conoc imiento

    de

    la sabidur a , la semejanza de la gracia y la he

    rencia

    de la

    glor ia .

    Por eso fu

    enviado

    el

    Verbo,

    Imagen e H i jo .

    Si

    se

    consideran

    las que se le

    apropian , t am

    binfu muy convenien te porque en la o b r a de

    la c reac in resplandece pr inc ipa lmente

    el

    poder ;

    e

    n la o b r a de la res taurac in, la sab idur a ; y en

    la obrade la r e t r ibuc in , la b o n d a d .

    - (DeHum anitate Christi.)

  • 8/21/2019 Toms, Meditaciones (Ed. Original Emec)

    12/375

    24 S a n t o T o m s d e A q u i n o

    3 de diciembre

    C O N V E N I E N C I A DE LA R E P A R A C I N

    DE LA N A TU R A L E ZA H U M A N A POR EL V E R B O

    Conviene adver t i r

    que

    todo

    ser

    inte l igen te obra

    p o r una ideade su e n t e n d i mi e n t o que l l amamos

    verbo.

    As, un

    a rqui t ec to

    o un

    a r t is ta cua lquiera

    que realiza una obra , la hace conforme a la for

    m a

    que

    concibi

    en su

    mente .

    Si,

    pues ,

    el

    H i j o

    de

    Dioses elmismo VerbodeDios, sigesequeDios

    lo

    ha

    hecho todo

    por

    me d i o

    del

    Hijo.

    I . Todas las cosas se hacen y se r e p a r a n por

    la misma idea. Pues

    si una

    casa

    se

    d e r r u m b a

    se

    la repara segn

    el

    p l a n

    con que fu

    construida

    en un pr inc ip io .

    E n t r e los seres que Dios ha c reado por su

    Verbo, ocupa

    el

    pr imer luga r

    la

    c r ia tura rac io

    na l , mientras que todas las dems criaturas estn

    al servicio

    de

    sta

    y

    aparecen como creadas para

    l. Esto es muy l eg t imo, porque la c r i a tura ra

    cional t iene

    el

    d o m i n i o

    de sus

    actos

    por el

    l ibre

    a lbedr o, mientras

    que las

    dems cr ia turas

    no

    obran

    por

    l ib re d ic tamen.

    En

    todas par tes

    lo

    q u e esl ibre im pera sobrelo que es esclavo y los

    esclavos estn para servir a los hombres l ibresy

    son gobernados por los hombres l ibres . Luego

    la cadade la c r ia tura rac ional debe juzgarsemu

    ch o

    ms

    grave

    que la

    defeccin

    de la

    c r ia tura

    ir rac ional . Es, por tanto, conveniente que la

    sab idur a d iv ina r epa re pr inc ipa lmente

    la

    cada

    de la c r ia tura rac ional ms que s sea r ru ina se el

    cielo

    o

    cua lquier otro acc idente

    que se

    realizase

    en las cosas corpreas.

    3 d e d i c i e m b r e

    25

    I I . H a b l o de la ca da de la c r i a tura r ac iona l

    noen cuanto s taseapa r tade su ser mismo, s ino

    en cuanto

    se

    a p a r t a

    de la

    r ec t i tud

    de la

    vo luntad .

    Pues la ca da o defeccin de un ser debe consi

    derarse pr inc ipa lmente segn

    el

    p r i n c i p i o

    de

    ope

    rac in; as dec imos que el a r t is ta yerra , si falla

    en

    su

    a r te ;

    y

    dec imos

    que una

    cosa falla

    y se

    a r ru ina , si se cor rompe la capac idad na tura l por

    que obra ;

    es el

    caso

    de una

    p l a n t a

    que

    p ie rde

    su

    capacidad germinat iva , o el casode la t ie r raque

    pierde su fuerza p rodu ct iva , Aho ra bien, la cria

    tura rac ional obra

    por la

    v o l u n t a d

    en la

    cual

    reside el l ibre a lbedr o. Luego la ca da de la

    criatura racional consiste

    en un

    defecto

    de

    recti

    tud en su v o l u n t a d , lo cual se verifica cua nd o

    peca.

    As,

    pues , conviene pr inc ipa lm ente

    a

    Dios

    remover el defecto del pecado , que no es otra

    cosa

    que una

    pervers in

    de la

    v o l u n t a d ,

    y

    veri

    ficar dicha remocin por su Ve rbo , por el cual

    cri todas lascosas.

    El pecado

    de los

    ngeles

    no

    pu do t ene r r eme

    dio;

    p o r q u e ,en la i n mu t a b i l id a d de su na tura le

    za, les es impos ib le a r r epent i r se y apa r ta r se de

    aquel lo

    que una vez han

    e legido.

    Los

    hombres ,

    en cambio, poseen

    una

    vo luntad mudable , s egn

    a condicin

    de su

    na tura leza ,

    de tal

    m o d o

    que

    no slo pueden elegir entre cosas diversas, sino

    que ,

    despus

    de

    haber elegido

    una

    cosa, pueden

    arrepent i rse y volver a otra.

    Siendo, pues , reparable

    la

    naturaleza, corres

    p o n d i a la b o n d r d de Dios reparar la , un. vez

    cada,por me d i ode su Hijo.

    (Contra Saracenos, cap. V.)

  • 8/21/2019 Toms, Meditaciones (Ed. Original Emec)

    13/375

    26 S a n t o T o m s d e A q u i n o

    4 de diciembre

    M O D O D E R E P A R A R L A N A T U R A L E Z A H U M A N A

    I . El mo do de la repara c in debi ser ta l qu e

    conviniese, ya a la naturaleza que haba de ser

    reparada , ya a la enfermedad. Digo a la na tura

    leza , porque s iendo e l hombre de na tura leza ra

    c ional y dotado de l ibre a lbedr o, deba re inte

    grarse al estado de rectitud, no por coaccin

    exter ior , s ino por propia voluntad; y tambin

    a la enfermedad, porque, consistiendo sta en la

    perversin de la voluntad, era necesario que la

    voluntad se redujese a la rec t i tud.

    La rec t i tud de la voluntad humana consis te en

    una ordenacin leg t ima de l amor , que es su sen

    t imiento pr inc ipa l , y e l orden dispone que ame

    mos a Dios sobre todas las cosas como a sumo

    bien, y que encaminemos a l-todas las cosas que

    amamos como a l t imo f in, y que , a l amar a los

    otros seres, se guarde el orden debido, esto es,

    que pospongamos las cosas corporales a las espi

    rituales. Para excitar en nosotros el amor a Dios,

    nada poda ser ms eficaz que el Verbo de Dios,

    por el cual han sido hechas todas las cosas, tomase

    nues tra na tura leza para reparar la , y que la misma

    persona fuese Dios y hombre .

    I I . En pr im er lugar , por qu e con e l lo s? ma

    nif ies ta pr inc ipa lmente cunto ama Dios a l honi^

    bre ,

    ya que quiso, hacerse h om bre para- sal varo;'

    y no i iay nada que induzca ms a amar que e l

    saberse amado. Despus porque , teniendo e l

    hombre la inte l igencia y e l corazn inc l inados a

    las cosas corporales, no poda elevarse fcilmente

    4 d e d i c i e m b r e 27

    a las que estn sobre l; mientras que es fcil a

    cua lquier hombre amar y conocer a su semejante .

    Pero considerar la alteza divina y ser l levado a

    e l la po r e l a fec to de bid o de l am or no es prop io de

    todos los hombres , s ino nicamente de aquel los

    que con e l auxi l io de Dios , con gran empeo y

    trabajo, se elevan de lo corporal a lo espiritual.

    Por

    lo

    tanto, para abr i r a

    todos los

    hombres un

    camino fcil hacia Dios, quiso ste hacerse hom

    bre,

    a fin de que hasta los nios pudiesen conocer

    y amar a Dios hecho casi semejante a ellos, y de

    es te modo, por lo que pueden perc ibir , poco a

    poco creciesen hasta lo perfecto.

    Adems, habindose hecho Dios hombre , se da

    a l hombre esperanza de poder l legar a par t ic ipar

    de la perfec ta bienaventuranza , que slo Dios po

    see por na tura leza . Pues promete a l hombre que

    t iene conocimiento de su debi l idad que l legar a

    la bienaventuranza, de la cual apenas son capaces

    los ngeles y que consiste en la visin y goce

    de Dios , y le muestra que apenas hubiera podido

    atreverse a esperar tal cosa, si no se le mostraba,

    por otra par te , la dignidad de su na tura leza , a la

    cua l Dios es t ima tanto que ha quer ido hacerse

    hombre para sa lvar lo.

    Y as por haberse Dios hecho hombre , nos ha

    dado la esperanza de que tambin e l hombre

    pueda llegar a unirse a Dios por el goce bien

    aventurado.

    Aprovecha as imismo a l hombre e l conocimien

    to de su dignidad por haber tomado Dios la

    na tura leza humana, para que no someta su a fec to

    a ninguna cr ia tura , dando cul to a l demonio o a

    cualesquiera o tras criaturas po r la- idolatra , ni

    suje tand o su afecto a las criat ura s cor Dorales

    amndolas desordenadamente . Porque es i r>dicn

  • 8/21/2019 Toms, Meditaciones (Ed. Original Emec)

    14/375

    28 S a n t o T o m s d e A q u i n o

    que e l hombre se someta desordenadamente a las

    cosas inferiores a Dios, poseyendo tanta dignidad

    segn la estimacin divina, y estando tan cerca

    de Dios , que ste ha quer ido hacerse hombre .

    (Contra Saracenos,

    cap. V.)

    5 de diciembre

    E N C A R N A C I N A D M I R A B L E D E L H I J O D E D I O S

    I . Es te mis te r io excede de ma nera pr in c ipa l a

    la razn humana entre todas las obras divinas ;

    pues nada puede pensarse ms admirable entre

    las obras de Dios como que el Hijo de Dios, verdadero Dios , se haya hecho verdadero hombre . Y

    porque es to es admirabi l s imo entre todas las

    cosas, sigese que todas las otras maravillas se

    ordenan a la-fe de este gran misterio, en virtud

    del pr inc ipio de que e l pr imero en un gnero es

    causa de los dems.

    I I . Confesamos esta encarnaci n ad m irab le de

    Dios, enseada por la autoridad divina, pues se

    dice :

    Y el Verbo fu hecho carne, y habit entre

    nosotros. (Joan.,

    I, 14.)

    Muestran tambin es to abier tamente las mis

    mas pa labras de Nuestro Seor Jesucr is to, cuando

    habla de s cosas humildes y humanas , dic iendo:

    El Padre es mayor que yo (Joan.,

    XIV, 28), y:

    Triste est mi alma hasta la muerte (Matth.,

    XXVI, 38), todo lo cual le conviene por razn de

    su humanidad; y s iempre que de s mismo dice

    cosas sublim es y div inas:

    Yo y el Padre somos una

    cosa. (Joan., X, 30.) Todas cuantas cosas tiene el

    Padre, mas son. (Joan.,

    XVI, 15.) Todo lo cual

    5 d e d i c i e m b r e

    29

    c ier tamente le corresponde segn su na tura leza

    divina .

    Tambin prueban es to los hechos de l Seor

    que se leen acerca de l. Pues el haber tenido

    temor , e l haberse entr is tec ido, e l tener hambre ,

    e l morir , manif ies tan su na tura leza humana; y

    cuando cur los enfermos con su propio poder

    y resucit a los muertos y se impuso eficazmente

    a los elementos del mundo, y expuls a los de

    monios , y perdon los pecados , cuando resuc i t

    de entre los muer tos con su propia voluntad

    y subi por ltimo a los cielos, demostr su vir

    tud divina .

    (Contra Gentiles,

    l ib. IV, cap. XXVII .)

    I I I . Entre todas las c r ia turas nada hay tan

    semejante a es ta unin de la na tura leza divina y

    humana en l a Enca rnac in como la un in de l

    alma y el cuerpo. Por lo cual dice San Atanasio:

    "As como el alma racional y la carne es un solo

    hombre , de l mismo modo Dios y hombre e s un

    solo Cristo. Pero la semejanza no consiste en que

    e l a lma rac ional se una a l cuerpo como a mate

    ria; porque de ese modo se formara de Dios y

    del hombre una sola na tura leza ."

    Podemos usar de esa comparacin en el sen

    tido de que el alma se une al cuerpo como a un

    ins trumento. Y efec t ivamente los doctores han

    considerado a la na tura leza hu m an a en Cris to

    como una especie de rgano de la divinidad, as

    como se considera al cuerpo rgano del alma.

    Pero el cuerpo es rgano del alma de modo

    dis t into que lo son los ins t rumentos exter iores .

    La azuela no es un in s t rum ento p rop io de l a lma

    como lo es la mano, pues la mano es rgano

  • 8/21/2019 Toms, Meditaciones (Ed. Original Emec)

    15/375

    30 S a n t o ' T o m s d e A q u i n o

    u n i d o a ella yp r o p i o , en cambio la azuela es un

    ins t rumento ex t r nseco

    y

    comn.

    L a u n i n deDiosy delhom bre pu ede conside

    rarse

    de

    este modo: todos

    los

    hombres pueden

    considerarse como ins trumentos con los cuales

    Dios obra .

    Pues

    l es el que

    obra

    en

    nosotros

    tanto el querer como el ejecutar. T o d o h o mb r e ,

    con respec to

    a

    Dios ,

    es un

    ins t rumento ex te r ior

    y

    sepa rado , porque esm o v i d oporDiosnop a r asus

    operac iones propias , s ino para

    las

    operac iones

    comunes a toda na tura leza rac ional , como enten

    d e r

    la

    verdad, amar

    el

    b ien ,

    y

    obra r

    lo

    jus to.

    Mas,

    p or elcont ra r io , la n a t u ra l e za h u ma n a de Cristo

    e jecuta ins t rumenta lmente operac iones propias

    de Dios solo, como purificar lospecados , i lum inar

    las mentes

    con la

    gracia,

    e

    in t roduc i r

    en la

    per

    feccin de la vida e te rna .

    La na tura leza humana de Cristo es, con res

    pecto a Dios / comoun i n s t r u me n t o p r o p i oy un i

    do, como la m a n o al alma. Este ejemplo no nos

    d a una semejanza comple ta , pues debe enten

    derseque el VerbodeDiosseu n i a la na tura le

    z a h u ma n a

    de un

    m o d o

    ms

    subl ime

    e

    n t imo.

    (Contra Gentiles, lib. 4, cap. 41.)

    6 de diciembre

    SE DICE MSC O N V E N I E N T E M E N T E Q U E ,SI EL H O M B R E

    NO HUBIE SE PE CADO, DIOSNO SEH U B I E R A E N C A R N A D O

    San Agustn 12 dice

    s o

    bre aque l lo de San Lu

    cas: El

    Hijo

    del

    hombre vino

    a

    buscar

    y

    salvar

    lo

    que

    haba perecido.

    (XIX, 10.)

    L u e g o

    si el

    h o m b r e

    no

    hubiese pecado,

    el

    H i j o

    del

    h o mb r e

    1 2

    De verbis Domini.

    6 d e d i c i e m b r e 31

    no hubie ra venido .

    Y en la P a

    T imoteo sobre

    esto: Jesucristo vino a este mundo para salvar a

    los pecadores (I, 15),

    dice

    la

    G losa: " Ni ng un a

    otra causa tuvo Cristo Seor para venir, sino la

    de salvar

    a los

    pecadore s : qu i t ad

    las

    enfermeda

    des, q u i t a d

    las

    he r ida s ,

    y no hay

    luga r p a ra

    la

    medic ina ."

    I . Hayqu ienes op inandedis t inta m ane ra acer

    cade esta cuestin, pues unos dicenque el H i jo

    de Diosseh a b r a e n c a r n a d o aun cuando el h o m

    bre no hubiese pecado; pero otros aseguran lo

    contrario, asercin a la cua l se debe asent i r con

    preferencia. En efecto, las cosas que provienen

    delasola volu ntad deDiosy a lascualesno tiene

    ningn de recho

    la

    c r ia tura ,

    no

    pueden se rnos

    conocidas sino en c u a n t o se nos ensean en la

    Sagrada Escritura,por la cua lnos es conocida la

    voluntad divina .

    Por consiguiente , pues toque en la SagradaEs

    cr i tura la razn de la Enca rnac in se seala en

    todas partes por el pecado del pr imer hombre ,

    se dice convenientemente que la o b r ade la En

    carnac in

    ha

    s ido ordenada

    por

    Dios para reme

    dio contra

    el

    pecado;

    de

    mo d o q u e ,

    no

    exis t iendo

    ste,no se

    hab r a ver i f icado

    la

    Enca rnac in , aun

    q u e

    la

    po tenc ia

    de

    Dios

    no

    es t l imitada

    a

    esto,

    pues Dios hubiera podido encarnarse

    aun sin

    existir el pecado.

    I I .

    Muchas otras cosas deben deducirse de la

    Enca rnac in de Cris to, adems de la absoluc in

    del pecado, como, por e jemplo, el progreso del

    h o m b r e

    en la fe, la

    esperanza,

    la

    car idad,

    etc.

    Pero todos estos motivos pertenecen en definitiva

    3-1 remedio del pecado; pues , si el h o m b r e no

  • 8/21/2019 Toms, Meditaciones (Ed. Original Emec)

    16/375

    32 S a n t o T o m s d e A q u i n o

    hubiese pecado, hubiera s ido i luminado con la

    luz de la divina sabidura, y establecido por Dios

    en la rectitud moral perfecta para conocer y

    hacer todo lo necesario. Mas, puesto que el hom

    bre ,

    abandonando a Dios , se haba a ferrado a

    las cosas corporales, fu conveniente que Dios,

    tomando carne , exhibiera tambin e l remedio

    de salvacin aun por las cosas corporales. Por

    lo cual dice San Agustn 13; "La carne te haba

    obcecado, la carne te sana, puesto que Cristo

    vino para destruir con su carne los vicios de la

    carne ."

    Nada impide que l a na tura leza humana haya

    sido destinada a un fin ms elevado despus del

    pecado; porque Dios permite que se haga e l mal ,

    para sacar de ello un bien mejor. Por lo cual

    se dice: Donde creci el pecado sobrepuj la

    gracia. (Rom.,

    V, 20.) Por eso se repite en la

    bendicin del cirio pascual: Oh culpa feliz , que

    merec i tener ta l y tan grande Redentor 14

    (3*, q. I , a. III .)

    7

    de diciembre

    L A E N C A R N A C I N N O H U B I E R A S I D O C O N V E N I E N T E

    A L P R I N C I P I O D E L M U N D O

    Se lee en la epstola a los Glata s (IV, 4):

    Mas cuando vino el cumplimiento del tiempo,

    envi Dios a su Hijo;

    y la Glosa explica que

    el

    cumplimiento del tiempo

    es la poca prefijad a

    13

    Tract.

    2

    in Joan.

    1 4

    Estas palabras fo rman par te del Exultet jam Ang

    lica conocido vu lgarmente por la Anglica, at r ibu ido a San

    Ambrosio .

    7 ' d e d i c i e m b r e

    33

    V

    por Dios Padre para enviar a su Hijo, y pues to

    que Dios def ini todo por su sabidur a , luego

    Dios se encarn en el t iempo ms conveniente,

    y por tanto no fu conveniente que se encarnase

    desde e l pr inc ipio de l gnero humano.

    Como quiera que la obra de la Encarnac in

    se ordena pr inc ipa lmente a la reparac in de la

    na tura leza humana por la abol ic in de l pecado,

    es evidente que nc convino que Dios se hubiese

    encarnado desde e l pr inc ipio de l gnero humano,

    antes de l pecado; porque la medic ina no se da

    sino a los ya enfermos, y por eso dice el mismo

    .Seor:

    Los sanos no tienen necesidad de mdico,

    sino los enfermos .. ., porque no' he venido a, lla-

    .mar a los justos, sino a los pecado res'. (Matth.,

    IX, 12.)

    Tampoco fu conveniente que Dios se encar

    nase inmedia tamente despus de l pecado.

    I

    o

    ) Por la condic in de l pecado humano, que

    haba provenido de la soberbia; por lo cual el

    hombre deba ser l iber tado de modo que , humi

    llado,

    reconociese que necesitaba de un liberta

    dor. Por eso dice la Glosa: Dios con gran pru

    dencia de termin que su Hijo no fuese enviado

    inmedia tamente despus de la ca da de l hombre .

    Pr imeramente lo de j con la l iber tad de a lbe-

    dro en la ley natural, para que as conociese

    las fuerzas de su naturaleza; y, habiendo sido,

    as

    > desleal, recibi la ley; mas dada sta creci

    la enfermedad, por vicio, no de la ley, sino de la

    naturaleza, para que conocida de ese modo su

    enfermedad, l lamase al mdico y buscase el au

    xilio de la gracia.

    2

    o

    ) A causa del orden de la promocin al bien,

    s e

    gun el cual se procede de lo imperfecto a lo

    Perfecto; por lo cud dice el Apstol:

    No

  • 8/21/2019 Toms, Meditaciones (Ed. Original Emec)

    17/375

    34 S a n t o T o m s d e A q u i n o

    lo que es espiritual, sino lo que es animal; des

    pus lo que es espiritual. El primer hombre de

    la tierra, terreno; el segundo hombre del cielo,

    celestial. (I Cor., XV, 46, 47.)

    3

    o

    ) Por la dignidad de l Verbo encarnado, pues

    dice la Glosa sobre ello: Mas cuando vino el cum

    plimiento del tiempo- (Gal,

    IV, 4) : Cuanto ma

    yor fuera el Juez que vena, tanto ms larga

    serie de pregones deba precederle.

    4

    o

    ) Para que no se enfriase el fervor de la

    fe con la dilacin, puesto que hasta el f in del

    mundo se enfr ia r la car idad de muchos . Por

    esta razn se-dice: Mas cua ndo' viniere el Hijo

    del hombre, pensis que hallar fe en la tierra?),

    (Luc, X V III , 8 .)

    La caridad tarda en socorrer al amigo, salvadas,

    empero la oportunidad de los negocios y la con- ' ,

    dic in de las personas ; porque s i un mdico diera ,

    a l enfermo la medic ina apenas pr inc ipia la en

    fermedad , apro vech ara m enos y le perju d icaria,,

    ms qu e le favorecera. Y por esto el Seor no

    ;

    ofreci desde el principio al gnero humano el;

    remedio de la Encarnacin, para que no lo des-;;

    preciase por soberbia, si antes no conoca su en

    fermedad.

    (3*.

    q. I , a. V.)

    8 de diciembre

    E N L A FE ST IVIDAD DE L A INMACUL ADA CONCE PCIN

    Toda eres hermosa, amiga ma, y mancilla n.

    hay en ti. (Cant., IV, 7.)

    Mara es tuvo s iempre inmune de todo pecado,

    19) En el instan te de su con cepcin. Pue s 5,

    s

    8 d e d i c i e m b r e 35

    c ree r azonablemente que l a que en gend r al Uni

    gnito del Padre, lleno de gracia y de

    verdad,

    recibira mayores privilegios de gracia que todos

    los otros. Por lo cual, como se lee en Lucas (I.

    28):

    El ngel le dijo-. Dios te salve, llena de

    gracia. Sabemos, no obs tante , que a a lgunos otros

    fu concedido el privilegio de ser santificados en

    el seno materno, como a Jeremas, al cual se

    di jo: Antes que salieras de la matriz, te saniifiqu

    (Jer., I , 5) ; y tambin a Juan Baut is ta , de l cua l

    se ha dicho: Y ser lleno de Espritu Santo, aun

    desde el vientre de su madre. (Luc, I, 15.)

    Luego, para que rec ibiese ms , Mara debi

    no slo ser santificada en el seno materno,

    Ano

    tambin preservada de la culpa or igina l .

    Esta infusin de la gracia santificante

    no

    se

    verific antes de la animacin, sino en el primer

    ins tante de la animacin. Los hechos que tu

    vieron lugar en e l Ant iguo Tes tamento sen f i

    gura de l Nuevo, coa orme a aque l lo : Todas ejtas

    cosas les acontecan a ellos en figura. (I Cor.,

    X, I I ) . Mas por la sant i f icac in de l tabernculo,

    de la cual se dice: Santific su tabernculo- el

    Altsimo (Psal.,

    XLV, 5), parece significarse la

    santificacin de la Madre de Dios, l lamada ta

    bernculo de Dios conforme a aquel lo de l Sa lmo

    (XVIII , 6) : En el sol puso su tabernculo. Del

    tabernculo se dice en e l xodo: Despus que

    fueron cumplidas todas estas cosas, cubri una

    nube el tabernculo del testimonio, y llenle la

    gloria del Seor (x. XL, 31 y 32). Luego asi

    mismo la Bienaventurada Virgen no rec ibi la

    grac ia s ino cuando fueron cumplidas todas sus

    cosas, a sab er: cue rpo y alm a (es decir, en el mis

    mo .instante).

    2?) Durante toJu su vida . Dios prepara y dis-

  • 8/21/2019 Toms, Meditaciones (Ed. Original Emec)

    18/375

    3 6

    S a n t o T o m s d e A q u i n o

    pone a quienes e l ige para a lgo, de modo que

    se hallen idneos para lo que son elegidos: Nos

    ha hecho ministros idn eos del Nuevo Testamen

    to.

    (I I Cor., I I I , 6 . ) Si , pues , la Bienaventurada

    Virgen fu elegida por Dios para que fuese Ma

    dre de Dios , no debe dudarse de que Dios la

    hizo idnea para esto por su gracia, segn lo

    que el ngel le dice: Has hallado gracia delante

    de Dios; he aqu que concebirs.. . (Luc, I, 30.)

    No hubiera s ido idnea la Madre de Dios , s i

    a lguna vez hubiese pecado; ya porque e l honor

    de los padres redunda en los hi jos , segn aque

    l lo:

    G loria d los hijos son sus padres (Prov.

    XV II , 6), y por e l co ntrar io la ignom inia de la

    madre r edunda r a en e l h i jo ; ya t ambin porque

    tuvo s ingular a f inidad con Cris to, que rec ibi

    de ella su c arne . Se dice en la 2?- a los Corin

    tios (VI, 15): Qu concordia entre Cristo y Be-

    lial?, o

    qu parte tiene el fiel con el infiel?

    Ya tambin, porque e l Hi jo de Dios , que es la

    Sabidur a de Dios , habi t en e l la de modo s in

    gular , no solamente en su a lma, s ino tambin

    en su seno. Mas se dice en el l ibro de la Sabidura

    (I , 4): Por cuanto en alma maligna no entrar

    la sabidura, ni morar en cuerpo sometido a

    pecados; por consiguiente, es preciso reconocer

    que la Bienaventurada Virgen no cometi pecado

    alguno ac tua l , ni morta l ni venia l ; para que as

    se cumpliera en ella lo que se dice:

    Toda eres

    hermosa, amiga ma, y mancilla no hay en ti.

    (Cant.,

    IV, 7.)

    (p, q. X X V I I , a. IV.)

    9 d e d i c i e m b r e

    37

    9 de diciembre

    A L E J A M I E N T O D E L A N O C H E

    La noche pas, y el da se acerc. Desechem os,

    pues, las obras de las tinieblas, y vistmonos las

    armas de la luz. Cam inemos', como de da, -ho-

    nestamente. (Rom., XIII, 12.)

    I . La noche pas, y el da se acerc. Es decir ,

    que todo e l t iempo de la vida presente es como

    una noche a causa de las tinieblas de la igno

    ranc ia que hacen penosa la vida presente . En

    cambio el da es como el estado de la bienaven

    turanza , por la. c la r idad de Dios que i lu m ina a

    los santos.

    Puede entenderse tambin que e l es tado de pe

    cado es como una noche a causa de las tinieblas

    de la culp a, de q ue se ha bla en el Salm o

    (LXXXI , 5) : No supieron, ni entendieron, en

    tinieblas andan; mientras que el da es el estado

    de gracia, a causa de la luz de la inteligencia

    espiritual que poseen los justos, pero que falta

    a los impos :

    Luz es nacida al justo. (Psalm.,

    XCVI, 11.)

    Puede tambin inte rpre tarse que la noche es

    e l t iempo que ha precedido a la encarnac in de

    Cris to, po rq ue a n n o se hab a manifes tado s ino

    bajo una sombra . En cambio, desde la encama

    cin de Cristo es de da, por el resplandor po

    tente de l sol espir i tua l en e l mundo.

    En f in, puede entenderse de l t iempo de la

    grac ia de Cris to, porque , s i bien ha l legado segn

    la sucesin de los tiempos, se dice, sin embargo,

    que se acerca a nosotros por la fe y la devocin.

  • 8/21/2019 Toms, Meditaciones (Ed. Original Emec)

    19/375

    38 S a n t o T o m s d e A q u i n o

    El Seor est cerca. (Philip., IV, 5.) Puede asi

    mismo aplicarse esto a los que comienzan a salir

    de los pecados, y a los que se les acerca el da

    de la gracia.

    I I .

    La hones t idad de la vida es necesar ia .

    I

    o

    ) Para quitar los vicios.:Desechem os las obras

    de las tinieblas. Al alejarse la noche, deben cesar

    las obras de la noche. Llmame los pecados obras

    de las tinieblas, porque estn faltos de la Ivfz

    de la razn, que debe a lumbrar las acc iones hu

    manas; porque se e jecutan en t inieblas , y porque

    por ellos el hombre es conducido a las t inieblas,

    como dice San Mateo: Arrojadle en las tinie

    blas exteriores. (X XI I, 13.)

    2

    o

    ) Para adquir i r las vir tudes . Como s i di jese :

    Pues to que ha l legado e l da , tomemos lo que

    conviene al da, vistmonos las armas de la luz,

    es decir , las virtudes que se llaman armas por

    cuanto nos defienden, y se dicen armas de luz,

    ya porque son fortif icadas y perfeccionadas por

    la luz de la razn, ya porque exigen el examen

    de la luz , ya porque otros son i luminados por

    las obras de las virtudes: De este modo ha de

    brillar vuestra luz delante de los hombres.

    (Matth., IV, 16.)

    3?) Se exhor ta a la prc t ica y aprovechamiento

    de las vir tudes , cuando dice :

    Caminemos, como

    de da, honestamente. Dos cosas pa rec en conve

    nir a l da . Ante todo la hones t idad; pues durante

    e l da cada uno procura conducirse de ta l manera

    que aparezca hones to de lante de los otros , pero

    no as en la noche En segundo lugar , e l hombre

    camina durante e l da , mas no durante la noche .

    Por lo cua l dice San Juan: Mas si anduviere de

    noche, tropieza.

    (XI, 10). Por tan to, ya qu e es

    9 d e d i c i e m b r e 39

    de da, es necesario caminar, es decir , progresar

    de lo bueno a lo mejor; por lo cual dice San

    J u a n : Caminad mientras que tenis luz. (XII ,

    35.)

    (In Rom. XI I I . )

    10 de diciembre

    TRASLACIN DE LA SANTA CASA DE LORETO

    A tu casa conviene san tidad, Seor. (Psal.

    :cn,5.)

    La Bienaventurad;

    de todas las grac ia .

    .yXCII , 5. )

    ' La Bienaventurada Virgen posey la pleni tud

    I . Es tuvo l lena para s . C ua nt o ms se acerca

    a lgo a l pr inc ipio en un gnero cua lquiera , tanto

    ms participa el efecto de este principio. Por esta

    razn dice Dionisio i '5 que los ngeles, que estn

    ms cerca de Dios , par t ic ipan ms que los hom

    bres de las bondades divinas. Ahora bien, Cristo

    e

    s e l pr inc ipio de la grac ia , por su propia po

    tenc ia como Dios , como hombre e ins t rumenta l-

    mente .

    Po r eso dice San Ju an (I , 17):

    Mas la gracia y

    la verdad fueron hechas por Jesucristo; y como

    ^

    a

    Bienaventurada Virgen fu la ms cercana a

    Cris to segn la humanidad, pues de e l la rec ibi

    Ja na tura leza humana, por es ta razn debi ob

    tener de Cris to m? ") r p len i tud de grac ia qW" los

    dems.

    Efectivamente 1? Beata Virgen recibi las tres

    Perfecciones de la

    rr

    rac ia . La pr imera como dis

    positiva, por la cual se haca apta para ser Madre

    1 5

    Cael. hier., cap. 4.

  • 8/21/2019 Toms, Meditaciones (Ed. Original Emec)

    20/375

    40 S a n t o T o m s d e A q u i n o

    de Dios; la segunda perfeccin le vino por la

    presencia de l Hi jo de Dios encarnado en su seno;

    la tercera, la perfeccin final que posee en la

    gloria.

    Es evidente que la segunda perfeccin es ms

    pr inc ip a l q ue la pr im era , y la te rcera ms que . la

    segunda en orden para e l bien; pues pr imera

    mente, en su santificacin, alcanz la gracia que

    la inc l inaba a l bien; en la concepcin de l Hi jo

    de Dios se consum la gracia por la cual fu con

    firm ada en el bie n; y en su glorificacin, l leg

    a la consumacin de la gracia porque se perfec

    c ion en e l goce de todo bien.

    I I . T am bi n es tuvo l lena para los dem s. Dios

    da a cada uno la gracia que necesita para cum

    pl i r su mis in. Y pues to que Cris to, en cuanto

    nombre , fu predes t inado y e legido para ser Hi jo

    de Dios en la virtud de santificar, le fu propio

    "

    tener ta l pleni tud de grac ia que redundase en

    todos , segn aquel lo: Y de su plenitud recibimos

    nosotros todos. (Joan., I , 16.) En cuanto a la

    Beata Virgen Mara , e l la obtuvo tan gran perfec

    cin de gracia que ha sido puesta lo ms cerca

    del autor de la grac ia ; por lo mismo ha rec ibido .

    en s al que est lleno de toda gracia, y, dndole ' .

    a luz, ha desbordado en cierto modo la gracia

    sobre todos.

    Es indudable que l a B ienaventurada Vi rgen .

    rec ibi de un modo eminente e l don de sabidu

    ra, la gracia de los milagros, y tam bi n el d on

    de profeca; mas no recibi esos dones para que

    tuviese el uso total de esas y de otras gracias ' '

    semejantes, como lo tuvo Cristo, sino en cuantolo exiga su condicin.

    Posey, en efecto, el ejercicio d el do n de sa-

    1 0 d e ' d i c i e m b r e 4 1

    bidur a en orden a la contemplac in, conforme a

    aquel lo:

    Pero Mara guardaba todas estas cosas,,

    ponderndolas en su corazn. (Luc, II , 19.) M as

    l . no us de la sabidu r a para ensear , po rqu e es to

    ;

    no con vena al sexo fem enino .

    :

    Tampoco le convena hacer milagros durante

    , su vida , po rqu e en ese t iem po la do ctr in a de

    I Cristo deb a ser confirm ada con milag ros, y por

    esto a solo Cristo y a sus discpulos, que eran por

    tadores de la doctrina de Cristo, convena el ha

    cerlos. Por esa ra>:n se dice tambin qut; San

    Juan Baut i s t a ( Joan., X, 41) no hizo ningn mi

    lagro,

    a fin de qi 'e todos se encaminasen hacia

    Cristo.

    Tuvo, empero, el uso de la profeca, como se

    | ve en el cntico qu e com puso :

    Mi alma engran

    dece al Seor.

    (3^,

    q. X X V I I , a. V.)

    11 de diciembre

    L A E N C A R N A C I N N O D E B A D I F E R I R S E H A S T A

    E L F I N D E L M U N D O

    En medio de los aos la hars historia. (Hab.,

    I I I , 2 . )

    Si no fu conveniente que el Seor se encamase

    desde e l pr inc ipio de l mundo, tampoco convena

  • 8/21/2019 Toms, Meditaciones (Ed. Original Emec)

    21/375

    42 S a n t o T o m s d e A q u i n o

    hace perfecto, lo imperfecto precede en tiempo a

    lo perfecto; pero en lo que es causa de progreso,

    lo perfecto precede en tiempo a lo imperfecto.

    En la obra de la Encarnac in concurren ambas

    cosas, pues la naturaleza humana fu elevada en

    esa Encarnacin a la suma perfeccin; y por esto

    no convena que se realizase desde el principio

    del gnero humano. Pero por otra par te , e l mis

    mo Verbo encarnado es causa eficiente de la per

    fecc in de la na tura leza humana, segn aquel lo:

    Y de su plenitud recibimos nosotros todos (Joan.,

    I , 16); y por tanto no debi diferirse la obra de la

    Encarnac in has ta e l f in de l mundo. Mas la per

    feccin de la gloria, a la cual debe finalmente

    ser l levada la na tura leza humana por e l Verbo

    encarnado, tendr lugar a l f in de l mundo.

    2

    o

    ) Esta misma conclusin aparece si se consi

    dera el efecto de la salvacin humana, pues como

    se dice: En poder del dador est el cuando y el

    cuanto quiera compadecerse . Vino, pues , Cr is to

    cuando juzg que deba venir , y ser a gra to su

    benef ic io; porque cuando comenz a perderse en

    t re los hombres e l conocimiento de Dios , como

    consecuencia de l aba t imiento de l gnero humano,

    y se alteraron las costumbres, entonces Dios eligi

    a Abrahh, para renovar en l e l conocimie tno

    de Dios y de las costumbres; y como luego se

    debilitase el respeto que les era debido, Dios

    envi por medio de Moiss la ley escrita; y como

    los gentiles la despreciasen y rehusasen someterse

    a e l la , y los que la haban rec ibido no supiesen

    observarla, movido el Seor a misericordia, envi

    a su Hijo, el cual, concedida a todos la remisin

    de los pecad os, los ofreci justificad os a Dios

    Pad re . M as , si este remed io se hu biera dife r ido

    has ta e l f in de l mundo, hubirase borrado tota l -

    I I d e d i c i e m b r e 43

    mente en la t ierra el conocimiento y el culto de

    Dios y la honestidad de las costumbres.

    3

    o

    ) Es claro que esto fu conveniente para ma

    nifestar el poder divino, que salv a los hombres

    de muchos modos, no slo por la fe del futuro,

    s ino tambin por la fe de l presente y de l pasado.

    (3^,

    q.

    I,

    a.

    VI.)

    12 de diciembre

    DE SE O DE L A FNCARNACIN DE CRIST O

    Jj

    El sacramento de i divina Enca rnac in fu de

    seado por los santf Patriarcas. As se lee en

    tAg eo ( I I , 8) :

    Vendr el deseado de todas las

    gentes. Y San A gust n: "Saban los santos Pa

    triarcas antiguos nne Cristo haba de venir, y

    todos los que vivan piadosamente decan: Oh..

    jsi ese nac im iento se cum pliese mien tras vivo Oh,

    si viese con mis propios ojos lo que creo scpn

    las Santas Escrituras "

    Se pueden dar tres causas de ese ardiente deseo:

    l

    9

    ) La miser ia desbordante que sufr an. Por lo

    cual se dice en el Salmo (XV II, 7, 8):

    En mi

    tabulacin invoqu al Seor. .. y oy desde su

    templo santo mi voz; esto debe entenderse, segn

    la Glosa , de la humanidad de Cris to que haba

    _

    e Ve

    *iir , y en cuya encarnacin alcanzamos el

    .efecto de la or ac i - v

    e

    n el xodo (TV,

    19

    .v

    *#-Ugote,

    Seor, que invies al que has de enviar.

    ["Wa la afliccin a* -v pueblo; como has dilr-,

    t? r

    y

    ranos. Do nd e .se adv ierte que la afliccin

    ;

    j l iberacin del pueblo israelita fueron figura de

    ;- afliccin y liberacin de todo el gnero hu-

  • 8/21/2019 Toms, Meditaciones (Ed. Original Emec)

    22/375

    44 S a n t o T o m s d e A q u i n o

    2^) La abundancia de la paz inte rna y externa

    que sobreabundaron en su venida . De ah lo

    qu e se lee en el Salmo (LX XI, 7): En los das de

    l nacer justicia, y abundancia de paz. Esto es,

    segn la Glosa : Habr paz has ta que , des truida

    la muerte, no exista ya la luna, es decir , la mor

    talidad de la carne. Y en el Cantar de los Can

    tares (I, 1): Bseme con el beso de su boca; pues

    el beso es seal de paz. La esposa pide la En

    carnac in de l Hi jo de Dios , que es cmo un

    ant ic ipo de nues tra unin con Dios , en la cua l

    consiste la paz de nuestro corazn.

    3^) La a legr a inte r ior que probaron de ante

    mano, como se lee en Baruc (IV, 36): Mira, Jeru-

    saln,

    hacia el Oriente, y mira el regocijo que te

    viene de Dios.

    Los santos Pa tr ia rcas gus taron de

    antemano esa alegra por la visin de la fe, como

    dice San Ju an (VIII , 56) :Abrahn, vuestro padre,

    dese con ansia ver mi da; le vio y se goz. Y

    aade la Glosa : Conoci el da de mi encarna

    cin.

    Y aade San Agustn: "Cul no sera el

    gozo del corazn del que vio al Verbo Eterno,

    resplandor br i l lante de l Padre en las mentes pia

    dosas y Dios que permaneca j un to a l Padre , venir

    un da en carne humana, s in abandonar e l seno

    del Padre?" Y San Bernardo: "A quin de nos

    j

    otros dar tanto gozo la manifestacin de esta

    gracia, como dio a los antiguos la sola promesa

    de ella?"

    (De Christi Hum anitate.),

    1 3 d e d i c i e m b r e

    45

    13 de (iciembre

    / F U CONVENIENTE QU I "EL'~HTJ""5E DIOS ASUMIESE'X

    X L A NATURALEZA HUMANA DE LA RAZA DE ADN

    I . Com o dice San Agu stn 16; "Dios pod a to

    mar un hombre fuera de la es t i rpe de Adn, que

    haba encadenado a l gne ro humano a su pecado;

    pero juzg que era mejor tom arlo de l m ismo

    ' l ina je que haba s ido vencido para que l legase a

    vencer a l enemigo de l gnero humano." Y es to

    |T:por tres razones:

    1?) Porque parece ser propio de la justicia el

    dar satisfaccin el mismo que pec; y por eso

    convena que de la na tura leza corrompida per e l

    |( pecado se sacase lo que s erv ira p ar a satisfacer

    por toda la na tura leza .

    2?-) Po rqu e es nrs dig no del h om br e qu e el

    vencedor del diablo alga de la raza que hab? si

    do vencida por el diablo.

    3

    o

    ) Porque ms resplandece e l poder de Dios

    tomando la na tura leza corrompida y enferma pa

    ra elevarla a tanta perfeccin y dignidad.

    Cristo, en efecto, debi ser segregado de los

    pecadores, como dice el Apstol, en cuanto a la

    culpa que vena a destruir , no en cuanto a la na

    turaleza que vena a salvar, segn la cual debi

    asimilarse en todo a los hermanos como dice el

    mis m o Ap s tol a ?->- H eb re os (II , 17). Y es tT>r

  • 8/21/2019 Toms, Meditaciones (Ed. Original Emec)

    23/375

    I I . Dcese por tanto muy bien: A lo sy$) vino,

    y los suyos no le recibieron. [Joan, I, 11.) Aun

    cuando la luz es taba presente en e l mundo y e ra

    visible o manifiesta por los efectos, no era, sin

    embargo, conocida por e l mundo, y por eso vino

    a lo propio,

    para ser conocida . Pero para que

    cuando dice vino, no se ent ien da mo vim iento lo

    cal, como si viniese dejando de estar donde antes

    es taba y comenzando a exis t i r donde pr imero no

    exista, dice a lo propio, esto es, a las cosas qu e

    eran suyas , que l mismo hizo. Y vino adonde ya

    es taba ; vino tomando un cuerpo; e ra invis ible , y

    vino para ser visible.

    A lo suyo,

    esto es, a Judea,

    que c ie r tamente e ra suya de manera espec ia l ;

    pero, en un sent ido mejor , a l mundo cr iado

    por l.

    Y los suyos no le recibieron. "Los suyos" son:

    los hombres , porque han s ido formados por l ,

    han s ido hechos a su imagen. Pero podemos dec ir

    ;

    mejor :

    los suyos,

    es decir , los judos,

    no le red-

    -

    bieron, creyendo en l por la fe y el respeto. i

    Los judos son rea lmente suyos, porque fue ron

    elegidos por l como un pueblo par t icular : Y el

    i

    Seor te ha escogido hoy para que seas un pueblo'

    peculiar suyo. (Deut., XXVI, 18).

    Los suyos, unidos segn la carne (Rom., IV, 3):

    De los cuales C risto' es deudo segn la c arne.

    Los suyos, por l t imo, enr iquec idos por l con

    beneficios, conforme a aquello de Isaas (I , 2)'-,

    Hijos cri, y engrandec; mas ellos me despre

    ciaron.

    (In Joan.,

    I.)

    47

    14 de diciembrey--^

    F U M S C O N V E N I E N T E Q U E L A P E R S O N A D E L H I J O

    T O M A S E L A N A T U R A L E Z A H U M A N A Q U E O T R A

    P E R S O N A D I V I N A

    Dice San Juan Damasceno i

    17

    : "En e l mis te r io

    de la Encarnac in se manifes ta ron la sabidur a y

    e l poder de Dios ; la sabidur a , porque ha l l e l

    secre to de pagar de un modo convenient s imo la

    deuda muy dif c i l ; e l poder , porque a l vencido

    hizo nuevamente vencedor ." Y como e l poder y

    la sabidur a se a t r ibuyen a l Hi jo segn aquel lo

    (I Cor., I, 24): f radicamos a Cristo; virtud de

    Dios y sabidura de Dios,

    s igese que fu rorve-

    niente que se encarnara la persona de l Hi jo.

    Mustrase que es to fu muy conveniente :

    I

    o

    ) Por par te de la unin. Porque se unen

    convenientemente las cosas que son semejantes;

    y de un m od o se observa c ie r ta com n semejanza

    entre la persona del Hijo, que es el Verbo de

    Dios,

    y todas las c r ia turas ; porque e l verbo de l

    artista, esto es, su concepto, es la semejanza ejem

    plar de todas sus obras. Y el Verbo de Dios, que

    es su concepto eterno, es la semejanza ejemplar

    de toda cr ia tura . Por tanto, as como por k par

    ticipacin de esta semejanza han sido creadas las

    cr ia turas en sus espec ies propias , aunque muda

    bles,

    de l mismo modo, por la unin de l Verbo a

    a criatura, no p * . - ......ipada sino personal, [..-

  • 8/21/2019 Toms, Meditaciones (Ed. Original Emec)

    24/375

    48 S a n t o T o m s d e A q u i n o

    Tambin se prueba la semejanza espec ia l de la

    unin con la na tura leza humana, porque e l Ver

    bo es el concepto de la eterna Sabidura, de la

    cual se der iva toda la sabidur a humana; de ah

    que e l progreso de l hombre en la sabidur a , que

    es su perfeccin propia en cuanto racional, se

    mide por su par t ic ipac in en e l Verbo de Dios ,

    como el discpulo se instruye en la medida en

    que recibe la palabra del maestro. Por eso se lee

    en el Eclesistico (I, 5):La fuente de la sabidura

    es el Verbo de Dios en las alturas. As, pues, fu

    conveniente, para la perfeccin consumada del

    hombre , que e l Verbo de Dios se uniese personal

    mente a l a na tura leza humana .

    29) La razn de esta conveniencia puede to

    marse del f in de la unin hiposttica, que es la

    salvacin de los que han sido predestinados a la

    herencia celestial, la cual pertenece nicamente

    a los hijos, segn aquello de la epstola a los Ro

    manos (VIII , 17) : Y si hijos, tambin herederos.

    Por lo cua l fu conveniente que por aquel que es

    Hijo na tura l comunicase a los hombres una ima

    gen de su fil iacin por la adopcin divina, como

    dice el apstol: Porque los que conoci en su

    presciencia, a stos tambin predestin para ser

    hechos conformes a la imagen de su Hijo.

    (VIII, 29.)

    39) Puede tambin sacarse otra razn de con

    veniencia por par te de l pecado de l pr imer hom

    bre, al cual vena a remediar la encarnacin. El

    pr imer hombre haba pecado a l ambic iona r l a

    ciencia, como lo prueban las palabras de la ser

    piente , a l prometer a l hombre la c ienc ia de l

    bien y de l mal . Fu , por e l lo, conveniente que

    fuese conducido a Dios por el Verbo de la verda-

    1 4 d e

    d i c i e m b r e

    49

    fcdera sabidu r a e l que de l se ha ba a par ta do por

    fe.el apetito desordenado de la ciencia.

    I : . (

    3

    * Part., q.III,

    a

    VIII.)

    15 de diciembre

    NINGN MRITO PRKCEDI A L A UNIN DEL Vi-IvU

    I . Por lo que toca al m ism o Cristo, es evid ente

    que ninguno de su , mr i tos pudo preceder a ia

    ij if i in hiposttica; pwrque no admitimos que

    antes fuese puro h^ubre, y despus, por el Cie

    lito de su buena v.\>.. , obtuviera el ser Hijo de

    pos, como supuso

    W>LIIO;

    s ino que dec imos que

    Sesde e l pr inc ipio de su concepcin aquel hom-

    |j>re fu verdaderas :aLc Hijo de Dios, pues nu

    pnsea otra hipstasi; , que ia del Hijo de Dios,

    t,r.-

    Sn la palabra de Sh u Lucas : Lo santo, que .-ia-

    Wer

    de ti, ser lia lo Hijo de Dios. (Lut. x,

    fp.) Por consiguiente toda operac in de aquel

    po m bre s igui a la uni n. LuegO' nin gu na accin

    |

    u

    ya pudo merece r l a un in .

    |II.

    Tampoco las acc iones de otro hombre pu-

    l |cueron merecer de condigno esta unin.

    ,

    -*) Porque las obras meritorias del hombre se

    S rdenan propiamente i la bienaventuranza , que

    P e l prem io de la *"

    v

    *ud y consiste en el

    | j i o de Dios ; mas uni n de la encarna. .

  • 8/21/2019 Toms, Meditaciones (Ed. Original Emec)

    25/375

    50 S a n t o T o n a s d e A q n i o

    obje to de l mismo, y por tanto tampoco la misma

    grac ia , que es pr inc ipio de mri to. Luego, mucho'

    menos cae la encarnac in ba jo e l merec imiento,

    ya que es principio de la gracia, como dice San

    Juan ( I , 17) : La gracia y la verdad fu hecha por.

    Jesucristo:

    3

    o

    ) Po rq ue la encarnac in de Cris to rep ara

    toda la na tura leza humana, y por eso no cae ba jo

    e l mr i to de un hombre s ingular , pues e l bien d

    un individuo no puede ser causa de l bien de

    toda la na tura le za . ;

    S in embargo , ex congruo

    1

    m ereciero n los santos

    Padres la encarnac in a l desear la y pedir la . Pue

    era c on ven ien te ' qu e Dios escuchase a los que 1

    obedecan.

    Se dice que la Bienaventurada Virgen merec

    l levar a l Seor de todo, no porque merec iera qu

    ste se encarnase, sino porque mereci, por 1

    grac ia que le dio e l Seor , un grado ta l de pi

    reza y sant idad, que pudiese ser dignamente 1

    Madre de Dios .

    (3*,

    q. I I , a. X I

    ;

    16 de diciembre

    EL DON DEL HIJO DE DIOS EN LA ENCARNACIN ;

    En esto se demostr la caridad de Dios hac.

    nosotros, en que Dios envi a l mundo a su Hij

    unignito, para que vivamos por l. (I , Joa

    IV, 9.)

    En esto, como en signo cierto, se demostr

    caridad de Dios en nosotros,

    esto es, se demos

    para con nosotros ; en que. . . envi a su Hijoy[

    no a un siervo. San Gregorio dice: "Por venr

    1 6 d e d i c i e m b r e 51

    no es inefable amor de car idad que Dios , para

    redimir a l s ie rvo, haya entregado a l Hi jo, al suyo,

    consubstanc ia l a l propio, su Hijo por na tura-

    ;>

    leza y no ad opt ivo ?"

    Unignito y no uno en t re much os , le envi

    Dios Padre, es decir: l, tan grande, a los que

    somos tan pequeos; a l mundo, para sa lvar a l

    m u n d o ; para que vivamos, nosotros que estba

    mos muer tos , resuc i tados por l. As se lee en la

    ;" epstola a los de feso: Por la extremada caridad

    con que nos am, aun cuando estbamos muertos

    v,por los pecados.

    ,"-*.

    dio vida juntamev

    't

    con

    f Cristo. (Eph., II, 4 .)

    V Cu atro razones riny po r las cuales el do n ebe

    ; ser grato y bien recibido.

    1?) Por par te de l donante ; cuando e l que da ,

    : da con gra n am or y dileccin. P o r lo cual a veces

    " ms se estima el afecto del dador que lo qu.- da.

    ;Cierta me nte esta ctoiva nos fu da da po r la m

    xima dileccin o caridad del Padre. ste es el

    motivo expresado eu e l texto: En esto se demos-

    /,'tr la caridad de Dios.

    | 2$ ) Po r pa rte del don , o sea, de Aq uel qu e es

    t

    enviado; porque cuando e l don es grande y pre-

    i coso, tanto mejor debe ser recibido y agradar.

    i?'-Cie rtam ente, el do n q ue se nos hizo fu el m-

    X xrrno, como se indica en las palabras: a su Hijo

    b. unignito.

    | 3?-) Po r par te del qu e recib e el do n, cubrid o

    - aq u l a qu ien se

  • 8/21/2019 Toms, Meditaciones (Ed. Original Emec)

    26/375

    52 S a n t o T o m s d e A q u i n o

    valor especialde la grac ia personaldelmen sa jero;

    como

    nos

    agrada rec ibir

    un don de

    ma n o s

    de una

    hermosa joven. Y as deb e sernos gra to recib ir

    el

    don de

    Dios

    por

    medio

    de la

    Virgen inmacula

    d ayl lenadegrac ia ; locua l de jan entende r aqu e

    l las pa labras : Dios envia su Hijo, pues consta

    q u e

    lo

    envi

    por

    m e d i o

    de la

    Virgen, como dice

    e l Apstol : Envi Dios a su Hijo, hecho de una

    mujer. {Gal., IV, 4.)

    (In

    I

    am

    Joan., IV.)

    17 de diciembre

    A P R O P I A C I N DE LA E N C A R N A C I N

    AL E SPRIT U SANT O

    El Espritu Santo vendr sobre ti. (Luc.I, 35.)

    I .

    La

    formacin

    del

    cuerpo

    de

    Cristo,

    que fu

    l levada

    a

    cabo

    por la

    vir tud divina ,

    se

    a t r ibuye

    convenien temente al Esp r i tu Santo , aunque es

    comnta toda la T r i n i d a d .

    Esto se a rmoniza con la Enca rnac in del Ver

    bo ; p o r q u e as como nues tra pa labra , concebida

    en

    la

    mente , permanece invis ible , pero

    se

    hace

    percept ible exter iormente

    por la voz, del

    mismo

    m o d o

    el

    Ve rbo

    de

    Dios, segn

    la

    generacin eter

    na, existe invisiblementeen elcorazn delPad re ,

    yse nos ha hecho como visible por la Enca rna

    cin. Por lo cua l la Encarnac in del Ve rbo de

    Diosescomola expresin vocal de nues tro verbo

    menta l .

    Y la

    expresin vocal

    de

    nues tra pa labra

    inter ior

    se

    hace

    por

    nuestra espiracin,

    de la

    cual

    se forma

    la voz de

    nues tro verbo,

    de ah que se

    diga jus tamente que el Espr i tu Santo form el

    cuerpo del H i jo de Dios.

    Este modo de hab la r conviene t am bin pa ra

    ins inuar cu l

    es la

    causa motr iz

    de la

    Enca rna

    cin del Ve rbo . Esa causa no p u d o ser o t r a que

    el amor

    de

    Dios

    al

    h o m b r e ,

    a

    cuya na tura leza

    quiso unirse en u n i d a d de pe r sona ; y c o mo en

    Dios, el

    Espr i tu Santo

    es

    qu ien procede

    por va

    de amor, sigese

    que es

    convenien te a t r ibu i r

    al

    Espr i tu Santo

    la

    o b r a

    de la

    Enca rnac in .

    T a m b i n es coran en la Sagrada Ese: 'l lura

    a tr ibuir toda grac ia

    al

    Esp r i tu Santo , porque

    todo don gra tui to parece proceder del a m o r del

    donante ;

    y

    como n inguna grac ia mayor

    fu

    dada

    a l hombre que la de la u n i n a Diosen la perso

    na , convenien temente

    se

    a t r ibuye es ta obra

    al

    Espr i tu Santo.

    (Contra Gentiles,

    l ib.

    IV, cap 4G.)

    I I . En toda accin querealiza un efecto crea

    do , r e sp landece ?Vuna apropiac in

    a las

    perso

    nas divinas, como en la Encarnac in, segnSan

    Juan Damasceno ,

    se

    destacan

    la

    b o n d a d ,

    la

    sabi

    dur ay elp o d e r deDios ;la bondad , porque Dios

    no despreci

    la

    debi l idad

    de su

    c r i a tura ;

    el

    poder ,

    porque uni cosas inf ini tamente dis tantes ; la sa

    bidur a , porque encont r

    el

    modo ms convenien

    te

    de

    rea l izar

    lo que

    parec a imposible .

    Sin em

    bargo cada operar-n se apropia me jor a una

    persona, segn

    que el

    a t r ibu to

    de esa

    pe r sona

    se

    manifieste mseviden te .

    Ahora bien, cv "''o un don sea ms P

    J

    '

    ; V

    d o

    y exceda al merec miento de la c r ia tura , in to

    ms manifestar

    h

    ' gracia y la b o n d a d de Dios.

    *

    tal es la

    obra

    '" la

    Encarnac in,

    por o se

    a

    p r o p i a al Espir i ta Santo,que espr inc ip io de la

    gracia.

    Es verdad que o pode r se a t r ibuye al Padre ,

  • 8/21/2019 Toms, Meditaciones (Ed. Original Emec)

    27/375

    54 S a n t o T o m s d e A q u i n o

    pero debemos adver t i r que ,

    aun

    c u a n d o

    el

    poder

    resplandezcaen laEnca rnac in , sine mb a r g oms

    bri l la

    en

    ella

    la

    bondad; pues

    el

    poder es t

    en la

    obra , mient ra s que la bondad e s t en el fin de

    ella,

    y el fin es la

    causa

    de las

    causas;

    por lo

    cual

    de s te debe tomarse pr inc ipa lmente

    la

    denomi

    nac in.

    (3,

    Dist., 4,q. nica , a.1.)

    18 de diciembre

    E N LA FESTIVIDAD D LA E X P E C T A C I N DEL P A R T O

    DE LA BIE NAVE NT URADA VIRGE N M ARA

    Bienaventurado

    el

    vientre

    que te

    trajo.

    (Luc,

    X I,27.)

    Por muchas razones se d ice b ienaventurado el

    vientre

    de

    la 'Sant s ima Virgen.

    Porque l leval que en smi s moes sumamente

    bienaventurado, como dice

    el

    Aps to l :

    El bien

    aventurado y solo poderoso, el Rey de los reyes.

    (I Tim., VI, 15.)

    Luego, porque Mar a ha gozado de bienaven

    turanza suprema

    y

    Tr in i t a r i a , pues

    fu

    esposa

    del

    Padre , madre del H i jo y mo r a d a del Espr i tu

    Santo, conforme

    a

    aquel lo: Sa lve madre

    de

    pie

    d ad y noble t r ic l inio de toda la T r i n i d a d .

    Porque concibi sin corrupcin.

    P o r q u e lo llev sin t raba jo.

    P o r q u e lodio a luz sin dolor .

    Acerca

    de

    esto dice

    San

    Lucas :

    El

    Espritu San

    to vendr sobre ti, y por tanto concebirs sin

    dolor

    ni

    cor rupc in;

    Y te

    har sombra

    la

    virtud

    del Altsimo, y por consiguiente lo llevars sin

    t raba jo;

    Y por eso loSanto que nacer de'ti ser

    18 d e d i c i e m b r e

    55

    llamado Hijo deDios,y asdarsa luz sin dolor.

    Porque l l ev el prec io de la redencin, como

    'se leen losN m e r os (XX, 6):Seor Dios, oye el

    iclamor

    de

    este pueblo,

    y

    breles

    tu

    tesoro,

    una

    fuente

    de

    agua viva, para

    que,

    saciados, tenga

    fin

    su murmuracin. Y apareci la gloria del Seor

    sobre ellos.

    P o r q u e se benefici de todos los estados, pues

    tuvo

    la

    in tegr idad

    de las

    vrgenes ,

    la

    f ecundidad

    de.las esposas y la cas t idad de los cont inentes .

    / Fina lm ente po rqu e M ara ser s iempre bende

    cida por todosy p r o c l a ma d a b i e n a v e n t u r a d a ,co-

    jjilfoo dijo ella misma

    (Luc, I, 48):Me dirn bien

    aventurada todas his generaciones.

    (Serm.,

    XLVi . )

    '19

    de

    diciembre

    L A P E N I T E N C I A

    Haced penitencia, porque

    se ha

    acercad"

    el

    'reinode loscielos. (Matth., III, 2.)

    I . Haced penitencia. SanJu an B aut i s ta an un

    cia

    con

    esto

    una

    nueva vida , como dice

    San

    Agus

    t n : " Q u i e n es duei o de su vo luntad , no p u e d e

    incoar una nueva vida , sino sea r rep ien te de la

    jvida pasada."

    Por

    eso San

    J u a n invita, p r i me r o

    a la

    p e n i ? " -

    C1

    a,y luego anun'"-

    clama en el desierto: En-

    aderezad el camino

  • 8/21/2019 Toms, Meditaciones (Ed. Original Emec)

    30/375

    mi, y beba. (Joan., VII, 37.) En los profetas no

    clam, porque las profecas fueron entregadas

    en enigma y en figuras.

    2

    9

    ) El clamor se dirige a los que estn lejos.

    Los judos estaban alejados de Dios, por eso

    era necesario que clamase. Has alejado' de m

    al amigo' y al pariente. (Psal.,

    L X X X V I I ,

    19.)

    3

    0

    ) Clama porque es taban sordos: Quin es

    el sordo, sino mi siervo? (Is., XLII, 19.)

    4

    o

    ) Clama, porque habla indignado, pues e l los

    merec ieron la i ra de Dios : Entonces les hablar

    l en su ira. (Psal, II, 5.)

    Del que clama en el desierto, vive en el desier

    to , para es ta r inmune de todo pecado, y para

    ser ms digno de dar tes t imonio de Cris to, y

    para que su misma vida fuese para los hombres

    un tes t imonio ms digno de c rdi to.

    Pero que es lo que clama?

    Enderezad el

    camine del S'eor. El camino preparado y ende

    rezado para recibir a Dios es el camino de la

    justicia, segn aquello de Isaas: La senda del

    justa es derecha (Is., X X V I ,

    7).

    Porque entonces la senda del justo es recta,

    cuando todo e l hombre se somete a Dios , es to

    es,

    su inteligencia por la fe, su voluntad por el

    amor, y sus acciones por la obediencia.

    (In Joan., I.)

    22 de diciembre

    E L ROCO CE L E ST IAL

    Cielos, enviad roco de lo alto, y las

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