revista literaria "el viaje infinito"
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El viaje infinito
Leer, soñar, vivir
1
El viaje infinito
#1
Por:Josefina Aliaga
El viaje infinito
Leer, soñar, vivir
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Índice
Introducción p.3
Temática 1: Los Monstruos:
Artículo p.5
Crítica p. 8
Huella p.9
Trailer p.11
Temática 2: La Muerte:
Artículo p.12
Crítica p. 15
Huella p.16
Trailer p.18
Temática 3: El Viaje:
Artículo p.19
Crítica p. 22
Huella p.23
Trailer p.25
Conclusión p.26
Bibliografía p.27
El viaje infinito
Leer, soñar, vivir
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Introducción
Estimado lector/lectora:
Tienes en tus manos mi revista literaria, producto de un largo trabajo de lectura, reflexión y
análisis a lo largo de bastante tiempo. Esta revista, es una consecuencia directa de mi itinerario
lector, el que he articulado en base a tres temáticas de mi interés (que ya te señalaré) y con la
cual, he explorado una amplia gama de géneros discursivos, o en palabras de Bajtín (1982) tipos
más o menos estables de enunciado. Todo este itinerario y la posterior revista, están hechos
con el fin de aumentar y enriquecer mi competencia literaria (Mendoza, 2008), para así, como
futura mediadora, entregarles una mejor y más completa propuesta a mis alumnos. Mi principal
anhelo es que ellos, al igual que yo, disfruten estéticamente cada una de las obras literarias que
llegan a sus manos.
El objetivo es aumentar mi corpus de lectura para mejorar el abordaje de la literatura en mi
futuro recorrido como docente, para fomentar el progreso lector continuo y de alto nivel en
cada uno de mis estudiantes (Colomer, 2005), y promover con ello, su desarrollo integral.
“El viaje infinito” representa todo el intento personal en pos de cumplir estos objetivos
descritos. Este camino literario que recorrí, fue un viaje hacia distintas épocas, mundos,
temáticas y niveles de reflexión. Un viaje que por cierto, recién está comenzando, este es un
viaje infinito que solo termina cuando se deja de leer y de apreciar la literatura.
Las temáticas que articulan mi itinerario, son tres: Los Monstruos, La Muerte y El Viaje. Los
Monstruos fueron escogidos con el fin de aumentar mi bagaje lector en esta temática, ya que,
según Colomer (2005) es una temática común en la Literatura Infantil y Juvenil, dado su amplio
espectro de interpretaciones, y su dosis de intriga, misterio y miedo que provoca en los infantes,
haciéndola una temática imperdible e interesante. Incluso, según Bettelheim (citado de
Colomer, 2005), los niños se ven a sí mismos como monstruos cuando no siguen las reglas que
ponen sus padres, es decir, conocer a los monstruos podría implicar desde esta perspectiva
conocer más a mis propios futuros alumnos. En relación a esto, ¿son todos los monstruos feos y
verdes? ¿Hay monstruos con aspecto de persona? ¿Podrían conllevar un trasfondo moralizante?
Todas estas preguntas intentarán ser abordadas con precisión a lo largo de esta revista.
La segunda temática, es un elemento intrigante que está presente en la literatura infantil y
adulta, algo inevitable que es un completo misterio para todos: La Muerte. Dada su dosis de
dolor y sufrimiento, muchas veces existe la controversia entre si mostrarle este tema a los
infantes, y cómo presentárselo. Bueno, según Colomer (2005) se hace necesario que los niños
conozcan en profundidad su vida cotidiana, lo que implícitamente incluye a la muerte.
Podremos darnos cuenta que la literatura es una instancia perfecta para mostrarle este tema a
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los niños con ternura, dulzura, naturalidad y delicadeza. La presentación de la muerte depende
muchas veces, del lector implícito (Mendoza, 2008) al que vaya dirigido la obra.
Por último, se cierra esta producción con la temática del Viaje. Esta temática representa una
opción de ampliar los horizontes y adentrarse a lugares descocidos, exóticos y misteriosos, a
soñar con la fantasía, a salir de la rutina y dejarte sorprender por la maravilla. El Viaje, está
escogido principalmente porque siento que les da a los niños la posibilidad de soñar, la
posibilidad de ser criaturas mágicas y disfrutar de la literatura a través de la imaginación (Bodoc,
2012). Pero no me estoy refiriendo tan sólo a un viaje físico, sino también a viajes de tipo
interior ¿Cómo la literatura infantil aborda ambos en las obras? ¿Qué recursos utiliza?
Intentaremos dilucidar un poco estas cuestiones.
En cada temática, habrá 5 obras. En Los Monstruos se usarán Queridos Monstruos (novela de
Elsa Bornemann), Petit, el Monstruo (Libro álbum de Isol), Charlie y la fábrica de chocolate
(novela de Roal Dahl), La serpiente cósmica (Mito africano) y Las Hadas (cuento clásico de
Charles Perrault). En La Muerte se usarán Es Así (Libro álbum de Paloma Valdivia), El ángel del
abuelo (Libro álbum de Jutta Bauer), Poesía Universal (Antología poética de María Romero) y la
Pequeña vendedora de fósforos (cuento clásico de Hans Christian Andersen). Por último, en El
Viaje, se usarán La ciudad de la Bestias (Libro de saga de Isabel Allende), El viaje submarino
(cómic de las aventura de Ogú, Mampato y Rena, de Themo Lobos), Tintín en el país del oro
negro (cómic de Hergé), De vuelta a casa (Libro álbum de Oliver Jeffers) y El gigante egoísta
(cuento clásico de Oscar Wilde).
Bueno, después de un extenso preámbulo, intentaré cumplir todos los objetivos propuestos. Sin
nada más que decir, te invito a sumergirte en este viaje infinito a fin de redescubrir la literatura
y ampliar tus horizontes. Lee, sueña y vive ¡Buen viaje!
Atentamente,
María Josefina Aliaga García
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Temática 1: Los Monstruos
Los monstruos: ¿100% malos?
La costumbre típica indica que cada vez que alguien habla de “un libro de monstruos” o “una historia
sobre monstruos”, inevitablemente se imaginan monstruos literales, monstruos grandes, con escamas,
cuernos y totalmente tenebrosos y malvados. Pero ¿son estos los únicos monstruos en literatura? La
respuesta es no, cada vez son más comunes las historia donde los monstruos no lo son físicamente, de
hecho, son monstruos anónimos de forma interior, es decir, monstruos que se portan mal, que tienen
defectos odiosos y que dañan al resto. Pero estos monstruos no son 100% malvados, ya que, al ser
personas, no son seres planos o polares, sino que son seres que tienen actitudes de monstruo, que
pueden serlo a ratos (a veces prolongados) pero que también podrían, eventualmente ser buenos si se lo
propusieran.
En el presente artículo, se podrán en diálogo dos libros que encierran esta temática de monstruos
interiores y no literales, al menos no literales como los conocemos: Petit, el Monstruo de Isol, de tipo
libro álbum, y Charlie y la fábrica de chocolate, una novela infantil de Roald Dahl. Si solo se detiene a
analizar los títulos, aparentemente no tienen relación, pero a lo largo de este artículo se dilucidaran
varios aspectos comunes entre ambos. Es por ello que el propósito general, es revisar como se trata en
ambas obras el tema de los monstruos y si en ambas son personajes polares y malvados como los
monstruos prototípicos, o son personajes más complejos que pueden serlo, o no. Además, dado que se
nos ha acostumbrado a escuchar que “a los malvados siempre se les da su merecido castigo”,
analizaremos si en estas obras esto está o no presente, todo de acuerdo al contexto de producción de
cada una de las obras.
Para cumplir el objetivo planteado, se compararán ambas obras desde su temática principal y en análisis
de sus personajes, usando como marco teórico autores como Colomer, y su evolución histórica de la LIJ,
Bodoc, con su crítica a la transmisión moral y valores de la literatura y Mendoza, que recalca el valor
estético de la literatura en sí misma.
El tema de los monstruos es bastante común dentro de la literatura. Pero como se estableció en un
principio, ha sido muy progresivo el cambio entre monstruos externos (o sea, físicamente) e internos.
Este cambio ha sido bastante sutil, ya que no en toda la literatura se les reconoce como monstruos
propiamente tales, pero sí como gente “odiosa” y “malcriada”.
Como un primer acercamiento a las obras seleccionadas, se hará una pequeña contextualización. Petit, el
monstruo, trata de un niño normal llamado Petit, quien es un chico bueno (cuando se porta bien), pero
también es un monstruo malo (cuando se porta mal), todo esto acompañado de dibujos y colores que
representan la bondad y la maldad respectivamente. Por su parte, Charlie y la fábrica de chocolate trata
de Charlie Bucket, un niño muy bueno que vive en condiciones de pobreza evidente, junto a sus 4
abuelos y sus padres, y cuyo mayor placer es comer chocolate. El señor Wonka, dueño de la fábrica más
reconocida de chocolate frente a la casa de Charlie, esconde 5 billetes dorados en sus chocolates, para
que 5 afortunados visiten su fábrica. Charlie y otros 4 niños malcriados encuentran los billetes dorados y
visitan la fábrica viviendo entretenidas y a veces crueles aventuras a raíz de su comportamiento.
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En base a la contextualización realizada, se puede establecer que ambos libros se habla de monstruos
interiores como temática común. En Petit, el monstruo, el monstruo interior se materializa en las “malas
obras” que realiza Petit en su día a día, donde “es un chico malo que tira del pelo a las chicas” (Isol, 2010,
pp 4-5). Mientras que en Charlie y la fábrica de chocolate, los 4 niños que acompañan a Charlie en su
visita a la fábrica del señor Wonka, son monstruos interiores, es decir, niños malcriados y odiosos, con
defectos particulares, donde incluso antes de comenzar la historia, se da una reseña de estos, siendo
“Augustus Gloop, un niño glotón; Veruca Salt, una niña mimada por sus padres; Violet Beauregarde, una
niña que mastica chicle todo el día; Mike Tevé, un niño que no hace más que mirar la televisión; y Charile
Bucket, el héroe” (Dahl, 2006, p.10). En este sentido y concordando con Colomer (2005), los monstruos,
por su plasticidad y poca concreción, son muy aptos para encarnar angustias interiores, defectos,
maldad, pesadillas y terrores indefinidos. Además, siguiendo en la misma línea de Colomer (1999), es
importante recalcar que dados los personajes de ambos textos, podrían ser clasificados como literatura
más moderna, desde la perspectiva que no son niños dóciles, razonables ni caritativos o en palabras más
simples, “niños buenos”. Dado lo anterior, responden a la perfección a la crítica que hace Bodoc (2012)
de la literatura actual, donde ya no es explícito este ejercicio de traspaso y control moral sobre los
infantes.
En el plano de los personajes, fuera del tema analizado en el párrafo anterior, no hay aspectos comunes.
En Charlie y la fábrica de chocolate, se pueden apreciar personajes planos y polares que no cambian o no
tienen matices de personalidad dinámicos a lo largo de la historia. Los 4 niños malcriados que visitan la
fábrica, lo siguen siendo hasta el final de la historia, y Charlie, de igual forma, es en todo momento un
niño bueno. En contraparte, Petit representa un personaje dinámico que refleja la complejidad de lo que
es ser persona, representa fielmente a un niño real, que no es bueno ni malo todo el tiempo, es una
entidad en constante movimiento y con diferentes matices de personalidad. Concordando con
Bettelheim (citado de Colomer, 2005) es preciso que los niños sepan (de hecho, lo saben) que no son
buenos todo el tiempo, y que muchas veces cuando lo son, preferirían no serlo. De esta forma, si
contradicen lo que sus padres dicen, se ven a ellos mismos como un monstruo, que es justamente lo que
le ocurre a Petit. Siguiendo esta misma línea, Colomer (2005), plantea que los niños no necesitan más
una imagen idealizada de ellos mismos, necesitan una literatura más dura que haga eco a esa parte más
agresiva y menos socializada que también forma parte de lo que son ellos mismos.
También se pueden apreciar en estas dos obras algunas diferencias si se junta el análisis del tema y de
los personajes de forma integrada. Es apreciable que Charlie y la fábrica de chocolate, pertenece a una
antigua literatura, desde la perspectiva que es altamente moralizante, donde según Colomer (1999), se
buscaba crear niños buenos todo el tiempo. Lo anterior, se refleja en que cada uno de los 4 niños
malcriados reciben su “justo castigo” por sus defectos. Es así, como Augustus Gloop por su glotonería e
intentando tomarse todo el río de chocolate, se cae en él y se atasca en tubo, quedando delgado hacia el
final de la historia; Veruca Salt por ser mimada y querer una ardilla amaestrada a toda costa, entra a la
habitación donde estaban sin permiso, y estas deciden tirarla a al pozo de desperdicios; Violet por ser
enfermizantemente fanática del chicle, mastica uno de una máquina no terminada, se infla como globo y
se tiñe de color violeta; y por último Mike Tevé por querer teletransportarse en una televisión, queda de
tamaño diminuto (Dahl, 2006). Por su parte Charlie es premiado por ser un niño bueno, cuando Willy
Wonka le regala su fábrica de chocolate (Dahl, 2006). En contraparte, Petit es una especie de niño
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bueno-malo (Isol, 2010) y no necesariamente recibe un castigo terrible y evidente. El libro en sí no busca
ni desprende ninguna moraleja explícita. La forma de tratar la temática de los monstruos dista mucho de
la propuesta moralizante que se practicaba antes en la sociedad tradicional, desapareciendo la brújula
moral planteada por Colomer (1999). De esta forma, Petit, el monstruo tan sólo se encarga de abordar y
presentar el conflicto psicológico de un niño que se porta bien y que se porta mal (Colomer, 2005).
A modo de conclusión, se establecer que a nivel de temática, ambos cuentos forman parte de la
ampliación de temas de monstruos que representan niños “buenos” y niños no tan buenos como sería
“deseable”. A nivel de personajes y de temática, se aprecian diferencias sustanciales entre ambas
historias, donde una de ellas presenta personajes planos y polares, y la otra personajes dinámicos que
cambian su personalidad y que no son buenos o malos todo el tiempo, personajes más reales y en
definitiva, “más personas”. Además, es evidente el temple moralizante de Charlie y la fábrica de
chocolate, con una suerte de “justo castigo” a los niños malcriados-monstruos y con el premio de
Charlie, “el héroe”, todo lo contrario a Petit, el monstruo, que prioriza la presentación de los conflictos
que vive cualquier niño, que no tiene como fin dejar una moraleja, aunque, eventualmente, podría
hacerlo. Todas las diferencias anteriores, son producto de los diferentes contextos de producción en que
fueron creados, donde Charlie y la fábrica de chocolate es de un tiempo anterior, y está en una trasición
entre la nueva y antigua literatura, en cambio Petit, el monstruo, representa una obra más actual
perteneciente a la nueva literatura.
Como proyección, es importante recalcar que libros con personajes polares que no cambian dificultan la
identificación de los infantes y por ende, dificultan también su interés por leer. Niños plásticos y poco
verosímiles que en definitiva, no representan personas reales. Además, no hay que olvidar nunca que la
literatura y sus obras, “tienen valor y entidad en sí mismas, son entidades semióticas de categoría
estética” (Mendoza, 2008, p. 1), por lo tanto, no necesitan ser moralizantes para que el lector pueda
acceder al goce estético que esta conlleva. Se hace necesario, entonces, cambiar el paradigma y la visión
que se tiene de la literatura, para apreciarlo como lo que es: arte y ficción.
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La moral a costa de castigo: No todos los monstruos son feos y verdes
Título: Las Hadas
Autor: Charles Perrault
Datos Editoriales: Centro de Estudios Públicos, Chile, 2004.-
Desde siempre a los niños se les ha asustado y entretenido con las sombrías y misteriosas historias de monstruos feos, malvados, verdes y con cuernos y escamas por todas partes. Lo que muchas veces se ignora, es que gran parte de la literatura, está repleta de monstruos que no tienen aspecto que monstruos propiamente tales, y de hecho, son gente normal o incluso bella, pero que sí tienen un “corazón de monstruo”, es decir, lo son en su interior.
Las hadas, es un cuento clásico que nos narra la historia de una madre viuda y sus dos hijas, la mayor de ellas que era su fiel retrato en carácter y apariencia, ambas eran igual de odiosas y desagradables. La hija menor, era la antítesis de ambas, era extremadamente bella y bondadosa como su fallecido padre. La madre tenía una clara preferencia por su hija mayor y en cambio, sentía tal aversión por la menor, que la hacía trabajar sin descanso. Un día, cuando la hija menor fue a buscar agua a la fuente (que era parte de su trabajo), se le acercó una pobre mujer, que era en realidad un hada, a pedirle agua. La joven amablemente le ofreció y le dio, a lo que el hada la premió con un don, donde cada vez que hablara saldría de su boca una flor o piedra preciosa. Llegando a su casa, le contó a su madre lo sucedido, y esta, envidiosa, le dijo a su hija mayor que fuera a la fuente para obtener el mismo don. La hija mayor, refunfuñando, obedeció, pero esta vez el hada se le presentó como una hermosa princesa. La joven, ante la petición de agua de la princesa, fue muy desagradable, por lo que el hada le dio el don de que cada vez que hablara, saldrían sapos y serpientes de su boca. Al ver esto, la madre desterró a la hija menor culpándola de lo sucedido, quien en el bosque, fue encontrada por un príncipe que se enamoró de ella, mientras su hermana mayor, fue a morir al fondo del bosque, porque ya ni su madre la soportaba.
Esta historia nos demuestra el afán de la sociedad tradicional de inculcarles valores a los niños en base a los horribles castigos que estos pueden conllevar. A pesar de que la madre y la hermana, no eran monstruos en aspecto, del libro se desprende que sí lo eran en su interior, de hecho, a la hija mayor, sí se le transforma en una especie de monstruo-escupe-reptiles. Una historia extraña, ilógica y extremadamente moralizante que marca mi itinerario lector de forma negativa.
En cuanto a su estructura textual, podemos decir que cuenta con un inicio, un desarrollo y un final cerrado totalmente explícito y reconocible, que favorece la comprensión de la historia. Sin embargo, se aprecia un lenguaje antiguo y medieval, nada de cercano a los niños y hasta aburrido. Se utiliza un código poco amigable que no llama la atención y que por si fuera poco, dificulta la comprensión del cuento.
En cuanto al tema, es bastante rebuscado. Una historia ilógica, poco verosímil con una moraleja explícita que debería conminar a los niños a ser “buenos”, así podrán vivir felices y casarse con un príncipe azul. De lo contrario, están condenados a ser monstruos “escupesapos” y a morir solos en el bosque. Es decir, en base al castigo, los niños deben evitar a toda costa ser “monstruos por dentro” para que no llegue un hada misteriosa a transformarlos en uno real que escupa serpientes, aunque físicamente sin cuernos ni escamas.
En base a lo anterior yo me pregunto ¿a costa de qué estamos enseñando valores y principios? ¿en cuanto al miedo y al castigo o en cuanto buenas razones? Realmente, no recomiendo este libro, y menos para niños. Ya imagino a los niños de la sociedad tradicional comiéndose la comida para no escupir sapos en base a una historia ilógica, terrible, poco cercana y aburrida.
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La serpiente: Odiada y venerada
La serpiente cósmica, es un mito africano que da explicación a la creación del mundo. Aida-Hwedo es la
serpiente creada al principio de los tiempos por el “dios andrógino con dos caras: Mawu, la luna
(femenino), y Lisa, el sol (masculino)” (Anónimo, s.f). Esta serpiente contribuyó a llevar al creador dentro
de su boca mientras se creaba el mundo, y cuando el creador terminó, se dio cuenta de que la tierra
estaba muy pesada y que tenía mucho de todo. Es por esto que le pide a Aida-Hwedo, que se ponga por
debajo “de la sobrecargada tierra, como si fuese cojín, para poder transportarla” (Anónimo, s.f), y como
a esta serpiente, no le gustaba el calor, se le deja vivir en el océano. Por efecto de la presión, esta
serpiente debe moverse cada cierto tiempo y cambiar de postura, y a raíz de esto se producen los
terremotos. Esta serpiente“se alimenta de barras de hierro (…). Cuando el hierro se agota, del hambre se
come su propia cola (…) Luego, la tierra, con toda su carga se desequilibra y cae al mar” (Anónimo, s.f).
En base a este mito, se puede hacer la relación directa con el mito de la creación del mundo
judeocristiano del libro del Génesis en la Biblia. Este mito habla de la creación del mundo por Yavhé o
Dios en 7 días, y el último de ellos, crea al hombre y a la mujer. Se dice que Adán y Eva (el hombre y la
mujer), tenían el paraíso a su disposición, mas no podían comer de un árbol, llamado el “Árbol de la
sabiduría”. Un día Eva, es tentada por una serpiente astuta, y come del fruto, del que luego, da de comer
a Adán. Esta desobediencia representa el pecado original, y son expulsados del Paraíso. (Génesis 3, s.f).
Es muy interesante, esta diferencia simbólica que se le otorga a la serpiente en cada uno de los mitos. En
el mito africano, se ve a la serpiente como una especie de colaboradora del dios creador, y de hecho, el
mito establece que hay una segunda Aida-Hwedo, “a serpiente del arco iris, vive en el cielo y envía a la
tierra los rayos de los dioses” (Anónimo,s.f). En este mito africano, la serpiente es una especie de animal
que merece respecto y veneración. Por el contrario, en el mito del Génesis, la serpiente es vista como el
animal que promueve el pecado original y la expulsión del paraíso, y por ende, es diga de todo odio y
rechazo. De hecho, dentro del mismo Génesis, Dios castiga a la serpiente:
“Entonces el Señor Dios le dijo a la serpiente:
—Por haber hecho esto,
entre todos los animales, sólo tú serás castigada.
Tendrás que arrastrarte sobre tu vientre
y comerás polvo todos los días de tu vida.
Haré que tú y la mujer sean enemigas
y que tu descendencia sea enemiga de la de ella.
La descendencia de ella buscará aplastarte la cabeza
mientras tú le tratarás de picar en el talón” (Génesis 3, 14-15)
Esta dicotomía muestra claramente las diferencias culturales que caracterizan a todos los humanos. En
una cultura se divisa a la serpiente como digna de admiración y veneración, mientras que en otra, se le
mira con recelo, desprecio y odio. La serpiente en el Génesis, es vista como un símbolo además de
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mentira, donde es ella quien engaña a la mujer para que comiera del árbol, donde Eva dice textualmente
“La serpiente me engañó y yo comí” (Génesis 3, 13).
Esta relación tiene una implicancia pedagógica y literaria. En primer lugar, los alumnos pueden apreciar
claramente las diferencias culturales que configuran un modo de desenvolverse y de ver el mundo. Los
alumnos pueden comprender que no hay culturas más verdaderas o mejores que otras, sino que son
todas diferentes y dignas de respeto. La relación entre ambos mitos, demuestra que en el mundo entero,
hay contextos muy dispares y diferentes, pueblos originarios que aún mantienen vivas sus tradiciones
míticas y orales, y que cada una genera por tanto, literatura que sostiene una personalidad (Hanan,
2011) y un enfoque determinado, directamente relacionado con sus creencias, identidad y modos de ver
el mundo.
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Trailer: http://www.youtube.com/watch?v=K54ei5effew&feature=share
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Temática 2: La Muerte
La muerte y sus enfoques ligados a su lector
Los lectores omnívoros siempre se ven expuestos a diferentes géneros discursivos, es decir, tipos
estables de enunciado (Bajtín, 1882), los cuales se pueden agrupar usando como base los tópicos que se
repiten en estos. En el siguiente artículo, se tratará el tema de la muerte y todo lo que esta conlleva, un
tema recurrente tanto en literatura infantil como literatura más adulta, por ser una de las cosas
inevitables de la vida. Bajo el alero de esta temática, se analizarán dos libros, un libro álbum infantil
llamado Es Así escrito por Paloma Valdivia, y un fragmento de la antología poética Poesía Universal,
compilada y seleccionada por María Romero.
A modo de descripción general, Es Así es un libro álbum que trata el tema de la muerte de forma
implícita, donde en ninguna página se nombra la palabra “muerte”, y es, gracias a las ilustraciones de
personas con alas (que se infiere que son ángeles), que se puede interpretar que “algunos ya partieron”
(Valdivia, 2010, p. 2). Por su parte, se seleccionó de Poesía Universal, la compilación de poemas bajo el
tópico muerte, con poemas como “Coplas a la muerte de su padre”, “Cerraron sus ojos”, “Nada”, entre
otros.
El propósito principal de este artículo, es poner en diálogo ambas obras, para dilucidar como trata cada
una el tema de la muerte para los infantes. Lo anterior se hará a través de la lectura comprehensiva de
ambas obras y mediante el análisis de su vocabulario y temple, es decir, desde la perspectiva o enfoque
que se trata el tema. En general, se puede decir que Es Así, trata del tema de la muerte de una forma
liviana, dulce y simple, en cambio, en Poesía Universal, se trata el tema desde una perspectiva más
adulta, complicada y trágica. Esto es debido porque ambas apuntan a un lector diferente.
Para abordar eficazmente ambos textos, se utilizarán como bases los teóricos vistos durante el curso
como Colomer, rescatando su texto del progreso lector y su otro texto de la visión evolutiva de los temas
de la literatura, Mendoza, con su idea de los intertextos y los lectores implícitos y Bodoc, con el tema de
la mediación.
El tema de si mostrarles o no a los niños y niñas un tema considerado tan “crudo” y “trágico” como la
muerte, ha sido una controversia constante entre los adultos, que son generalmente mediadores
absolutos e inflexibles (Bodoc, 2012). Se piensa que los niños no van a poder comprender la complejidad
de lo que es morir y que simplemente, por el hecho de ser niños, no hay razón para adelantarles el
sufrimiento con la presentación de un tema que siempre ha sido asociado a dolor y tristeza. Ante esto, se
crean ciertas convenciones sociales para hablar de estos temas considerados incómodos para los niños,
siendo uno de los casos más conocidos el tema de la cigüeña. En relación a la muerte, siempre se
recurren a “que se sumió en un sueño eterno”, “que no volverá a despertar”, que esa persona “se fue de
viaje”, y el más común, que se “fue al cielo”.
La controversia señalada en párrafo anterior, era aún más potente dentro de la sociedad tradicional,
donde existían una seria de temas tabú que no se hablaban con los niños, e incluso temas que ni siquiera
se hablaban entre adultos y la muerte formaba parte de estos temas. Luego, con el cambio de valores
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que ocurrió hacia la década de los ’70, las temáticas de la literatura infantil se ampliaron, abarcando
estos temas no tratados, con la idea de que los niños debían ser educados en toda la complejidad de la
vida (Colomer, 1999). Esta complejidad de la vida incluía indiscutiblemente el tema de la muerte,
quebrando con esto la “mitificación de la inocencia infantil” (Colomer, 1999, p. 110).
Ambos libros señalados en un principio, tratan el tema de la muerte de una forma evidente, pero quizás
no tan explícita, es decir, no nombrando la palabra muerte en cada una de sus páginas. Sin embargo, a
pesar de que la temática sea la misma, cambia la perspectiva y el enfoque que se le da a la muerte
propiamente tal. Podemos apreciar que en Es Así se trata el tema de la muerte con total naturalidad,
delicadeza y sencillez, hablando no solo de la muerte en sí, sino también de la vida. Habla de una forma
tierna y dulce de lo que se trata la muerte, usando la frase “algunos ya partieron” (Valdivia, 2012, p.2),
tocando a su vez el tema de la vida que comienza con “otros llegarán” (Valdivia, 2012, p.4). También
habla de la tristeza del vivo que se puede llegar a sentir por un ser que murió y de los recuerdos que
tenemos sobre ese ser, “los que estamos lloramos a los que parten (…) es bonito recordar” (Valdivia,
2010, pp. 6-7). El tema se trata de forma tan completa, que incluye también el misterio que es para los
niños (y en realidad, para los adultos también) la muerte, “es un misterio de dónde vienen y adónde van”
(Valdivia, 2010, p. 19) y que “no sabemos cuándo, pero los que llegan también un día partirán” (Valdivia,
2010, p. 23), como forma de expresar lo inevitable y natural que es, que simplemente Es Así. En tanto,
“los que estamos, aquí estamos. Es mejor disfrutar” (Valdivia, 2010, p. 20), como un símbolo de que la
vida continúa.
En tanto, en Poesía Universal, la muerte es escrita por los autores como algo que está estrecha y
únicamente relacionada con el dolor y el olvido. Esto es apreciable en el poema Pasaré, de Francisco
Escrivá de Romaní, donde “Pasaré, pasaré sin dejar huella, como en el aire un débil aleteo (…) como en
un sueño que al despertar la mente no recuerda (…) y quedaré cegado en el olvido” (Escrivá de Romani
citado de Romero, 2008, p.242). También se mira a la muerte como algo trágico, como que se apaga la
vida pero siempre con un temple negativo, como algo frío, como algo que se apaga, como algo lúgubre y
triste, donde “La muerte, la celosa, por ver que me querías, ¡como a una margarita de amor te deshojó!”
(Rubén Darío citado de Romero, 2008, p. 246) y donde la persona que muere está “inmóvil, pálida, fría”
(Blest Gana citado de Romero, 2008, p. 244), “como algo muy luminoso que se pierde” (Gutiérrez citado
de Romero, 2008, p. 246).
A raíz de los párrafos anteriores, podemos ver la diferencia de enfoque que se le da la muerte. En Es Así
se trata de manera tierna y optimista, que sí, conlleva dolor, pero que es algo completamente natural
que se mitiga de alguna forma por los recuerdos y la tranquilidad de que unos se van, pero que a su vez
otros llegan, y que los que están aquí, debemos disfrutar. En cambio, en Poesía Universal, la muerte
siempre es algo extremadamente doloroso, negativo, que lleva al olvido, al sufrimiento y a la frialdad.
Si se posiciona ahora en análisis sobre el vocabulario, es importante recalcar, que en Es Así, con un
lenguaje sencillo e infantil, se logra reflejar la muerte y la vida. Se simplifica el tema a través de las
palabras que utiliza, pero no se le quita lo esencial. “Es así como la primavera sigue al invierno, unos
llegan y otros se van” (Valdivia, 2010, p. 24), con esta simple analogía, se logra dar cuenta de un
profundo hecho, de que la muerte es algo inevitable y natural, tal como las estaciones del año, unos
nacerá y otros morirán. En este punto es importante recalcar también que en ninguna página se alude a
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la palabra muerte, que de por sí, a raíz de un condicionamiento más bien cultural, ya genera
sentimientos negativos en niños y adultos.
El vocabulario de Poesía Universal, en primer lugar, es poético, es decir, contiene una gran cantidad de
analogías y figuras retóricas que es preciso dilucidar para comprender. Además, utiliza un vocabulario
mucho más adulto y complejo que requieren un mayor bagaje cultural y literario, un mayor
conocimiento de palabras que rescatan la esencia de la muerte, pero de forma mucho más complicada.
Lo anterior se hace más potente aún si se sabe que la mayoría de los poemas vienen con rima propios de
la lírica, por ello el lector debe poner en marcha un “amplio conjunto de actividades de reconocimiento,
de relación-asociación y también de razonamiento y valoración” (Mendoza, 2003, p. 21)
En base a estas diferencias de vocabulario y formas de abordar el tema, es evidente pensar que cada una
de las obras escogidas tiene un lector implícito totalmente diferente, cada una tiene una persona distinta
que será capaz de “construir el significado y (…) reconocer las peculiaridades de los usos lingüístico y
artístico desde la perspectiva estética” (Mendoza, 2003, p.1). Es Así es un libro universal, tanto para
niños como adultos, con vocabulario sencillo, estructura simple y dibujos de acompañar, refuerzan,
aportan y complementan el significado de lo que se dice. En cambio Poesía Universal requiere un nivel
mayor de entendimiento de figuras retóricas, un vocabulario más amplio y una interpretación mayor, ya
que no viene con dibujos que apoyen o complementen el modo verbal. Ambas desde esta perspectiva,
apuntan a momentos diferentes del progreso lector planteado por Colomer (2005), donde uno es más
sencillo y otro más complejo, uno para niños de menor edad y otro para lectores más grandes, e incluso
adultos.
A modo de conclusión, se puede establece que las dos obras analizadas, como se señaló en un principio,
tienen enfoques totalmente diferentes a la hora de tratar el tema de la muerte, una de una forma más
optimista y sencilla y la otra de una forma más compleja, trágica y negativa que se reflejan por ejemplo,
en el vocabulario utilizado. Se piensa que estas diferencias vienen dadas principalmente porque ambas
apuntan a un lector implícito o ideal diferente, y porque ambas corresponden a momentos diferentes del
progreso lector.
Una proyección en relación al tema de la muerte, es que adultos y profesores no deben tener miedo de
hablar esto con los niños. El libro Es Así nos muestra una forma amena, amigable y clara de tratar el
tema, que deja preparado al infante para luego poder pasar a formas más complejas como Poesía
Universal. Es necesario seguir ampliando el horizonte de temas, para poder generar lectores que no sean
ajenos a ninguna de las aristas de su propia vida ¿o queremos formar lectores que solo participen de una
esfera burbuja?
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Mil grullas de esperanza
Título: Sadako y las mil grullas de papel
Autor: Eleanor Coerr
Datos de la edición: Everest, España, 1977.-
La explosión de la bomba atómica en Hiroshima, representó un hecho mundial que aún se mantiene en la retina. Además de dejar la ciudad completamente devastada y un centenar de personas calcinadas, provocó grandes consecuencias en la población japonesa a causa de la radiación, cuya enfermedad más común, fue la leucemia. Eleanor Coerr nos invita a conocer la historia real de Sadako, una niña japonesa afectada por la radiación y la leucemia.
Sadako Sasaki es un una niña japonesa de 12 años con una grave leucemia, provocada como consecuencia de la bomba atómica que cayó sobre Hiroshima durante la Segunda Guerra Mundial cuando Sadako tenía tan solo 2 años. A raíz de esto, los sueños de Sadako de convertirse en parte del equipo escolar de relevos (para lo cual tenía mucho talento) se vieron completamente truncados. Mientras estaba en el hospital, su mejor amiga Chizuko le cuenta la historia de las “mil grullas de papel”. Esta profecía decía que si estás enfermo, y haces mil grullas de papel, los dioses curarán tu enfermedad. De esta forma es como Sadako emprende esta gran hazaña y comienza la construcción de mil grullas de papel durante su estancia en el hospital para sanarse. Lamentablemente, Sadako muere antes de completar las mil grullas y completa tan solo 644.
A través de esta hermosa historia de fe y valentía, se nos muestra uno de los vestigios más terribles e injustos de la guerra, la muerte y sufrimiento de los inocentes. Esta obra ha marcado mi itinerario lector, ya que representa de manera fiel (y por cierto, real) la tan complicada y dolorosa temática de la muerte para los infantes, de una forma liviana y optimista.
La temática de este libro desprende humanidad y verdad en cada una de sus páginas. Es posible identificarse inmediatamente con Sadako, una niña normal que de un momento a otro cae al hospital donde le diagnostican esta trágica enfermedad. A través del relato, el lector puede reconocer cada uno de los ejes que envuelven la historia misma, las consecuencias de la guerra, el apoyo permanente de la familia, el doloroso proceso de un cáncer, los sentimientos y la lucha constante que surgen a raíz de esta, todo dispuesto como una oda a la esperanza y a la paz. Todos estos temas tan cercanos, cotidianos y comunes, permiten la identificación y empatía del receptor mientras lee, más aún, considerando el hecho de que es una historia verídica.
De la lectura se desprende el inmenso respeto que la autora tiene sobre el dolor de los afectados por la bomba atómica, tratando el tema con delicadeza y ternura. Diálogos cortos, intensos, estructura narrativa simple y clara, para explicar con inocencia, naturalidad y dulzura infantil un hecho tan triste como la muerte una niña tan pequeña. La construcción de las grullas, las visitas de la familia, el apoyo de las enfermeras y los sentimientos de Sadako, son explicados de forma certera, sencilla y emblemática.
Sadako y las mil grullas de papel, es en mi opinión, un libro absolutamente recomendable en todo sentido, ya que logra a través de un relato tierno, entender toda la tristeza y el dolor de la enfermedad y de la muerte. Esta historia refleja además la esperanza y la valentía para afrontar las situaciones complicadas de la vida, tratando esta temática cotidiana de forma delicada y respetuosa, dejando una sensación agridulce al terminar de leer que es totalmente apta para la comprensión infantil. Por último, un elemento no menor, es el hecho de que es una historia real que representa las consecuencias de un contexto de guerra, que marca y seguirá marcando las vidas de muchas personas.
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Somos los niños: Batalla en contra del hambre y la pobreza
La pequeña vendedora de fósforos, es un cuento clásico de Hans Christian Andersen, que narra a modo
general la historia de una niña muy pobre cuyo trabajo, encargado por su padre, era vender fósforos en
la ciudad. Era el día de Nochebuena y hacía un intenso frío, mientras la triste niña se paseaba por las
heladas calles de la ciudad con ropas que no le abrigaban lo suficiente y sin calzado. No podía volver a su
casa ya que no había vendido ninguna caja de fósforos, por lo que se refugió del frío en un callejón,
donde encendió una seguidillas de fósforos para calentarse, y donde cada fósforo encendido, la hacía ver
cosas que la niña deseba: un gran banquete de navidad, un gran pino lleno de adornos, una casa
caliente, y su abuela fallecida llena de golosinas y juguetes. Ya en el último fósforo, la niña pide a su
abuela que la lleve con ella, a lo que la abuela responde, encontrando al otro día a la pequeña niña
muerta congelada en el callejón donde había estado (Andersen, s.f)
Este cuento clásico, se relaciona directamente con la canción hecha por Michael Jackson y Lionel Richie
“We are de World” (en español: somos el mundo) producida por Quicy Jones y cantada por varios
artistas y músicos famosos, que se denominaron, en conjunto para la ocasión, “Usa for África”. Esta
canción, se hizo como una obra humanitaria para recaudar fondos e intentar mitigar el hambre en
Etiopía. Esta manifestación cultural se relaciona en gran medida con el cuento presentando, ya que
representa una denuncia para combatir el hambre y la pobreza, en este caso de Etiopía, pero también
como un intento de generar conciencia y solidaridad en la población, mostrando el valor del trabajo en
equipo. La pequeña vendedora de fósforos, es un cuento clásico que cuenta la historia de una niña en
situación de extrema pobreza, que muere de hambre y de frío en un callejón de la gran ciudad, y la
canción “We are de World” se hizo en gran medida para palear este fenómeno e intentar generar una
sociedad más humana y equitativa.
La canción en un fragmento, dice textualmente:
“There are people dying (Hay gente muriendo)
And it’s time to lend a hand (y es tiempo de darle una mano)
To life, the greatest gift of all” (a la vida, el más grande regalo de todos)
(Jackson & Richie, s.f)
Lo anterior, nos hace que ver que hay gente muriendo, niños y niñas como la pequeña vendedora de
fósforos a causa del hambre y la pobreza, y por ello, es tiempo de darles una mano para mitigar esta
injusta y terrible situación.
“We are the world, we are the children (Somos el mundo, somos los niños)
We are the ones who make a brighter day (Nosotros somos aquellos que hacemos un día más brillante)
So let’s start giving (Pues empecemos a dar)
There’s a choice we're making (Esta es una desición que estamos haciendo)
El viaje infinito
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We're saving out own lives (Estamos salvando nuestras propias vidas)
It’s true we'll make a better day (Es cierto, haremos un día mejor)
Just you and me” (solos tú y yo)
(Jackson & Richie, s.f)
El párrafo anterior corresponde al coro de la canción, y el llamando es el mismo. Nosotros somos el
mundo, todos juntos, nosotros somos los niños que mueren de hambre como la pequeña vendedora de
fósforos, y somos nosotros quienes podemos hacer un día mejor y cambiar la situación. Es nuestra
decisión combatir la injusticia y el hambre que pasan día a día niños y niñas como la pequeña vendedora
de fósforos, niños que piden a gritos al igual que ella “llévame a un lugar donde no sienta frío ni tenga
hambre” (Andersen, s.f). No hay que dejar que la muerte de esos niños, como fue el caso del cuento, sea
la solución a este problema del que todos somos parte.
El aporte pedagógico de esta relación es un aporte moralizante y valórico. A pesar de que la literatura
tiene valor en sí misma, y no necesita dejar una moraleja explícita tal como plantea Bodoc (2012), esta
relación encontrada sí la deja, a pesar, de que no es algo intencional que las personas hagan esta
relación entre la canción y el cuento presentando. Sin embargo, esta relación hace tomar conciencia a
los estudiantes que en otros lugares del mundo, hay niños igual que ellos que mueren día a día por el
hambre, el frío y la pobreza. Así, los niños podrán en un futuro ayudar al mundo entero a denunciar esta
injusticia e intentar mitigar la situación a través del trabajo en equipo y la solidaridad.
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Trailer: http://www.youtube.com/watch?v=1l7rkMrDb3I&feature=share
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Temática 3: El viaje
Viajes físicos y viajes interiores: Ampliación de horizontes
La literatura en sí está repleta de viajes. Viajes que siempre logran sacar al lector de lo conocido y
llevarlo hacia lugares y parámetros insospechados que alimentan la imaginación y la interpretación. Lo
anterior, convierte al viaje en una temática perfecta para la literatura infantil y juvenil. Es por ello que en
el presente artículo, se abordarán dos obras que están bajo el alero del viaje en el amplio sentido de la
palabra, y donde el lector se podrá dar cuenta en las siguientes páginas, se abordan de forma diferente.
Para cumplir el propósito propuesto, se analizarán en primera instancia el tipo de viaje al que apuntan
cada una de las obras, luego si este tema viajes tratado desde un temple moralizante o no, el tipo de
personajes que nutren cada una de las obras y por último se analizará la posibilidad de ampliar los
horizontes con la temática del viaje, y como consecuencia directa de esto, la necesidad de ampliación
también del saber y experiencia del receptor. Como marco teórico para enriquecer y justificar en análisis,
se utilizarán como referencia a los autores revisados en el curso Colomer, Bodoc y Mendoza.
Las obras que se pondrán en diálogo son el cómic El Viaje Submarino, perteneciente a la tira de “Las
aventuras de Ogú, Mampato y Rena” escrito por el entretenido Temístocles Lobos, más conocido como
Themo Lobos y el cuento clásico El gigante egoísta del reconocido Oscar Wilde. Como una
caracterización general de las obras a analizar, Viaje Submarino es el retorno de Mampato, un niño
común y corriente que tiene un “Cinto espacio-temporal de Mong”, con el que puede viajar en el tiempo
al lugar que desee, y donde en la prehistoria conoce a Ogú, un cavernícola, y a Rena, una amiga
telepática del siglo 40. Esta vez la aventura es viajar al fondo del océano, donde conocen a dos pueblos
“enemigos” los hombres-sapo y los siluros (una especie de reptiles) con los que vivirán una gran
aventura. Por su parte, El gigante egoísta, es una historia de un gigante egoísta que no comparte su
jardín con los niños para que jueguen, y a raíz, de eso, en su jardín prevalece el frío y el invierno
constantes. El viaje, es representado aquí como un viaje interior con el gigante, que explica de alguna
forma el cambio se produce en su actitud egoísta, ante el llanto de un niño que lo besa y que lo abraza y
con el que vuelve la primavera a su jardín. Transformándose así, de un gigante egoísta, a un gigante
solidario.
Como primer acercamiento, es importante recalcar que el viaje en ambas obras, a pesar de ser un tema
común, es un viaje de diferente tipo. En Viaje Submarino, se aprecia un viaje más bien físico, donde Ogú,
Mampato y Rena se adentran en las profundidades del océano del siglo 40, mediante una operación que
los hace tener el mismo funcionamiento de los peces aprovechar el oxígeno del océano (Lobos, s.f). En
esta obra se ve el viaje físico como una aventura hacia lugares desconocidos, hacia un escape de la vida
cotidiana y de la rutina para adentrarse en la fantasía del nuevo destino a visitar. Por su parte, en El
gigante egoísta, se identifica un viaje interior en el corazón del gigante. Se ve la vida de este como un
viaje de peregrinación o un camino que hace cambiar al gigante la percepción del mundo y de la vida,
logrando avanzar por un sendero que lleva hacia la sabiduría y la verdad que se aprecia en el final, donde
el gigante expresa “¡Que egoísta he sido! (…) Ahora sé porqué la primavera no quería venir aquí (…)
derribaré el muro y mi jardín será ya siempre sitio de diversión de los niños” (Wilde citado de Beyer,
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Cusen, Fontaine y Fontaine, 2004, p. 351). Y este viaje culmina con la llegada del descanso esterno del
gigante, cuando el niño pequeño que lo abraza, le dice “Una vez me dejaste jugar en tu jardín. Hoy
vendrás conmigo a mi jardín, que es el Paraíso” (Wilde citado de Beyer, Cusen, Fontaine y Fontaine,
2004, p.355).
Como segundo aspecto, el viaje en ambas es tratado de forma diferente, donde el viaje en una de las
obras se utiliza solo como un afán de presentar una aventura en el océano, y en la otra, se utiliza un
viaje para dejar una moraleja explícita al lector. Concordando con Bodoc (2012) el arte de por sí es un
generador de humanidad, por ende en ambos libros no es necesario que deje una moral explícita. Es
evidente que en Viaje Submarino se desprende el valor de la amistad cuando Ogú y Mampato van solos a
rescatar a Rena a la guarida de los siluros (uno monstruos acuáticos similares a los reptiles), sin que
nadie más los ayudara por miedo (Lobos, s.f), pero en ninguna parte hay una intención explícita de dejar
esa enseñanza. En cambio en El Gigante Egoísta, la moraleja es que si compartes tu jardín, vendrá la
primavera, las flores y los pajaritos, de lo contrario, prevalecerá el invierno y el frío (Wilde citado de
Beyer, Cusen, Fontaine y Fontaine, 2004)
En el plano de análisis de los personajes, Colomer (2005), plantea que la figura del animal o personajes
fantásticos se utilizan para crear una cierta distancia entre el lector y una historia transgresora de las
normas socialmente aceptadas. Este es el recurso que se utiliza en El gigante egoísta, donde el que sea
un gigante y no una persona real, lo hace apto para encarnar un personaje que representa tan
explícitamente (desde el título) el antivalor del egoísmo. En Viaje Submarino, este recurso no se utiliza,
ya que no se hace necesario utilizar la figura de animal dado que no hay personajes realmente malvados
que necesiten mantener una distancia con el lector.
Si se analiza el tópico del viaje de forma particular, Colomer (2005) plantea que los “libros infantiles
ofrecen a los pequeños la conformación del mundo que conocen: la vida cotidiana en familia, la compra,
los, juegos en el parque, etc.” (p.77). Se puede ver que estos libros son transgresores de esta norma, y
responden a la necesidad de una literatura “que expanda su imaginación y habilidades perceptivas más
allá de los límites actuales” (Colomer, 2005, p.77). En este sentido, la temática del viaje es perfecta para
esta ampliación de los horizontes, para que viajen por otras realidades físicas o internas y echen a volar
su imaginación al leer cada una de las aventuras. A esta ampliación de horizontes, responden ambos
libros, en Viaje Submarino los infantes pueden adentrarse en las profundidades del océano al igual que
los peces y en El Gigante Egoísta, los niños pueden acompañar al gigante en su viaje interno que lo
convierte en una persona renovada y solitaria, además de la interpretación para darse cuenta que el
niño herido y pequeño que besa y abraza al gigante era Jesús (Wilde citado de Beyer, Cusen, Fontaine y
Fontaine, 2004).
Una consecuencia directa de lo planteado en el párrafo anterior, es que el viaje físico o interno hacia
otras realidades que los niños no conocen, o que no son familiares para ellos, es que el lector debe tener
un intertexto discursivo (Mendoza, 2003) determinado. Es aquí donde el autor, mediante la presentación
de realidades poco ortodoxas, promueve a través del textos, los reconocimientos y las asociaciones
entre los diferentes elementos temáticos, textuales, culturales, etc. (Mendoza, 2003). Para acceder al
significado de estas obras, se hace necesaria la activación del intertexto del lector para hacer las
conexiones y asociaciones entre los elementos de la obra y los conocimientos previos que se tienen
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sobre el tema (Mendoza, 2003). Por ejemplo, en Viaje Submarino, el lector debe situarse e imaginarse en
el siglo 40 para poder comprender una operación que se hace sin incisiones y que te transforma
internamente en un pez manteniendo tu aspecto físico (Lobos, s.f). Por otro lado en El gigante egoísta el
lector debe interpretar el hecho de que en el jardín prevalezca el invierno es símbolo de que no hay
calidez infantil en él, y que el niño que abraza al gigante y que lo hace cambiar de parecer es en niño
Jesús, quien viene hacia el final a buscarlo para llevarlo al cielo (Wilde, citado de Beyer, Cusen, Fontaine
y Fontaine, 2004).
Como conclusión y en base al análisis hecho, se concluye que el tema del viaje en la literatura puede ser
tratado desde distintos enfoques y tipos. Desde esta perspectiva, puede ser un viaje físico o un viaje
interior, pueden ser personajes animales o humanos, puede tener un matiz moralizante o no y por
último, el viaje es sí es una ampliación de los horizontes, donde se deja de lado lo conocido, y se puede
proceder a la exploración de otros mundos, que requiere en consecuencia, un intertexto lector mayor y
diferente de la recepción.
Como proyección, es importante destacar lo que nos dice Bodoc (2012), no promovamos que los niños
dejen de soñar y de disfrutar la literatura, el llamado es a viajar con ellos en su recorrido lector y con
cada una de las historias. El llamado es que como adultos, seamos mediadores capaces de motivarlos a
transformarse en hombre peces y viajar bajo el mar o de acompañar a un gigante egoísta en camino
hacia la solidaridad y el amor.
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Descubriendo los secretos del Amazonas
Título: “La ciudad de las Bestias”
Autor: Isabel Allende
Datos de edición: De Bolsillo, Chile, 2001.-
Isabel Allende nos sorprende una vez más con un libro donde aventura, fantasía, intriga y magia se mezclan creando una obra estética de alta calidad. Todo lo anterior, acompañado de una excelente descripción y una narrativa envolvente y entretenida que convierten a esta historia en una propuesta imperdible. El libro “La ciudad de las Bestias” es el primer libro de la trilogía “Memorias del Águila y del Jaguar”, seguida de “El Reino del Dragón de Oro” y culminando con “El Bosque de los Pigmeos”, todas escritas por la sugerente y entretenida autora chilena Isabel Allende.
Alexander Cold es un adolescente americano de 15 años, criado en el seno de una familia tradicional. A raíz de la enfermedad de su madre, debe separarse de su familia y ser enviado con su abuela paterna Kate Cold. Kate es una excéntrica abuela de carácter tosco, severo y valiente, que trabaja como periodista en la revista International Greographic escribiendo sus aventuras. Su próximo destino es el Amazonas, donde junto a su nieto, el equipo de la revista, un guía turístico de la zona y su hija Nadia tienen como misión documentar a un extraño ser llamado “La Bestia”, algo parecido al Yeti del Amazonas. Ya en la expedición, Alexander y Nadia son raptados por la tribu de la neblina, que nunca han tenido contacto con forasteros, y están en peligro porque el temible espíritu del pájaro caníbal (Rahakanirawa) los asecha. Gracias a la mediación de un centenario chamán llamado Walimai, Alex y Nadia se enteran que son ellos los llamados a ayudar a esta gente de la neblina del exterminio, encontrando en el transcurso de esta hazaña, a la añorada Bestia, que resultó ser un grupo de bestias que yacían escondidas en una ciudad secreta.
Aventura, fantasía y magia se entremezclaron en esta apasionante historia, donde la pluma mágica de Allende nos lleva a viajar por las inexploradas y desconocidas tierras del Amazonas, que nos muestra sus innumerables maravillas muy bien descritas a lo largo del libro, causando un gran impacto, positivo por cierto, en mi itinerario lector.
La obra cuenta con variados recursos de descripción detallada del entorno, del contexto, de la vida de los indígenas y las bestias y de la conexión con el mundo de los espíritus, que permite imaginar y crear un mundo ficticio para dimensionar y digerir cada uno de los sucesos del libro. Una descripción acertada y precisa de los diversos personajes, sus acciones, y personalidades que permite realmente acceder al sentido de la historia y gozarla interesadamente de principio a fin de forma ágil.
La disposición de los hechos y sucesos es de formar tal, que crean un mundo donde todo puede ocurrir, donde cada capítulo es algo desconocido e inesperado que es necesario como lector conocer. A través de este claro hilo conductor se mantiene siempre el orden, y con ello la comprensión por parte del lector. Esto genera una suerte de adicción, donde esta dosis de intriga y suspenso, te conmina a no dejar de leer hasta la última página del libro, manteniendo el interés y más aún, la constante entretención a través de esta estructura ordenada, envolvente y de fácil comprensión.
La Ciudad de las Bestias es a mi juicio, una obra totalmente recomendable. Logra, con un argumento y una trama sencilla, atrapar al lector durante toda la historia. Creando un mundo verosímil, misterioso, intrigante, aventurero y lleno de fantasía, con un final inesperado del que se desprende toda la humanidad y el corazón del maravilloso “Ojo del Mundo”, su cultura, la riqueza de su gente y sus aún desconocidos parajes.
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Viaje al país del “oro negro”
Tintín nos sorprende una vez más con una de sus increíbles aventuras, esta vez, en la ciudad ficticia de
Khemed, donde va siguiendo una pista a raíz de un supuesto boicot en el petróleo, que hace que todo
auto que cargue bencina, explote sin razón aparente. Todos tienen al jeque Bab el-Her como principal
sospechoso, pero a lo largo de la historia, después de varios enredos y sucesos, Tintín descubre que el
responsable de esta fechoría es el Doctor Müller (Hergé, 1996).
Este cómic, yo lo relaciono con la canción de Juan Luis Guerra llamada “Si de aquí saliera petróleo”, que a
modo general, es una denuncia a la pobreza y a las malas condiciones de sanidad en América Latina. Y da
entender a través de esta, que “si de aquí saliera petróleo” (Guerra, s.f) estas malas condiciones se
mitigarían, debido al alto costo de este codiciando “oro negro” que genera grandes ganancias en los
países que cuentan con este recurso.
La canción de Juan Luis Guerra, dice:
“Si de aquí saliera petróleo
Pero que hubiera luz y esperanza
Sin visa para soñar
Pero es que la providencia
Ay, cuando no quiere, no da” (Guerra, s.f)
Este cantante ve aquí la posibilidad de que en América Latina hubiera petróleo en grandes cantidades,
para así combatir problemas sociales de pobreza en insalubridad. Se ve que la posesión de petróleo es
una solución a todos los problemas económicos. Relacionado con esto, se encuentra el cómic de Tintín,
donde el “oro negro” es tan preciado y usado por toda la población mundial, que un boicot en este, deja
literalmente en ruinas la economía y la calidad de vida de las personas, recordando que los
hidrocarburos del petróleo son ingredientes activos de muchas de las cosas que estamos acostumbrados
a utilizar día a día. En Tintín, ya hacia el final de la historia, se sabe que “habiendo analizado los
comprimidos [enviados por Tintín para el análisis] que me habéis enviado, se trata de un producto que,
añadido en pequeñas cantidades a la gasolina, aumenta su poder de explosión” (Hergé, 1996, p.61). Este
complot en el mundo actual causaría una real crisis económica y social, que se desprende de la canción
de Juan Luis Guerra, donde se enfatiza la importancia del petróleo y su suerte de “solución” a la pobreza.
Lo dicho anteriormente, se refleja de igual forma en la siguiente estrofa:
“Si de aquí saliera petróleo
Pero sonaran techos y escuelas
Sin hambre ni enfermedad
Pero por más que te exprimo
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Oh, mi panita, no sale na(da)” (Guerra, s.f).
Si América Latina tuviera petróleo, todos los problemas se solucionarían. A través de estos versos de nos
enfatiza nuevamente la importancia mundial del petróleo en el funcionamiento del mundo. Por su parte,
en Tintín, fue una suerte que “misterio de las explosiones de motores está [estuviera] completamente
aclarado” (Hergé, 1996, p.62), ya que de lo contrario, debido a la importancia del petróleo como se
señaló, el mundo entero estaría en estado de crisis.
Como importancia literaria-pedagógica, quiero enfatizar que encontrar este tipo de relaciones entre
obras literarias y manifestaciones culturales de diferente índole, que a simple vista podrían ser hechos
completamente aislados y sin ningún tipo de roce, requiere una gran capacidad interpretativa y reflexiva,
y por ende, es un nivel elevado en el progreso lector planteado por Colomer (2005).
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Trailer: http://www.youtube.com/watch?v=eilU-QXkNXM&feature=share
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Conclusión
Como conclusión general, es preciso decir, en primer lugar, que cada una de las obras literarias escogidas
nutrió que forma importante mi bagaje lector en todo sentidos. A través de cada una de las temáticas,
productos y obras, pude recorrer caminos de análisis y reflexión literaria que nunca habría previsto.
Tengo que reconocer, que el camino recorrido a lo largo de este trabajo, ha dado sus frutos. He logrado
sentirme una mediadora mucho más competente para entregarles una mejor propuesta a mis alumnos.
Como futura mediadora, adhiero totalmente a la perspectiva de Bodoc (2012) de que el arte es un
generador de humanidad, saberes e integridad, todas facultades que yo anhelo poder entregarles a mis
alumnos, cosa que este itinerario, y luego la revista, me han comenzado a proveer.
Como futura mediadora, también siento que el aumento de mi bagaje literario, aumenta a su vez, mi
competencia literaria y mi intertexto, en concordancia con Mendoza (2003; 2008), y por ende, voy a ser
capaz de entregarle a mis alumnos una mejor y más completa mediación a través de temáticas y el
análisis y lectura de obras variadas, pudiendo aumentar su competencia literaria, y con ello no solo la
recepción pasiva de producciones estéticas, sino en todo lo que implica actos de comunicación y relación
sociocultural (Mendoza, 2008).
Quiero poder conectar a mis alumnos con su cultura, a través del goce de los distintos géneros
discursivos (Bajtín, 1982) que articularon mi itinerario lector, para así, no quitarles a mis alumnos la
capacidad de soñar, de creer, de convertirse en criaturas mágicas (Bodoc, 2012), de viajar y adentrarse
en nuevos mundos y desconocidos parajes.
Por último, a través de todo lo expuesto, es, de acuerdo con Colomer (2005), llevar el progreso lector de
mis estudiantes a niveles altos e infinitos, que sean lectores omnívoros y competentes que puedan
disfrutar y gozar, al igual que yo, de la literatura y del arte, a fin de promover su desarrollo integral.
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Bibliografía
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