retraso mental
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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL SANTA
FACULTAD DE CIENCIAS
E. A. P. ENFERMERIA
“RETARDO MENTAL”
ASIGNATURA:
ENFERMERIA EN PSIQUIATRIA
DOCENTE:
Mg. LIZ TRUJILLO ROLDAN
CICLO:
NIVELACION
INTEGRANTE:
MÁRQUEZ CASTRO, MARÍA
26, FEBRERO DEL 2014
NUEVO CHIMBOTE- PERÚ
Universidad Nacional del Santa Facultad de Ciencias E.A.P de Enfermería Enfermería en Psiquiatría
INTRODUCCION
El diagnóstico y el curso del retraso mental están muy en relación con el constructo inteligencia. No
puede considerarse el retraso mental una enfermedad en el sentido médico, sino una pauta
conductual desviada en relación con las pautas sociales. Existe un acuerdo acerca de cuáles deben
ser las adquisiciones que debe completar un niño en el curso de su desarrollo: neurológicas, de
comunicación y supervivencia. Los niños que no adquieren estas capacidades a su tiempo se
consideran retrasados graves desde un punto de vista del desarrollo psicomotor. Otros aspectos de la
inteligencia como la capacidad de pensar en abstracto, los logros académicos, etc., están más
influidos por la cultura y puede haber discrepancias sobre si considerar o no retrasados a los niños
que nos los alcanzan. El retraso mental es pues un síndrome conductual que no tiene una causa
única, mecanismo curso o pronostico. Cuanto más profundo sea hay que sospechar que tiene como
base un trastorno de los muchos que pueden afectar el sistema nervioso central de forma
irreversible.
La historia del retraso mental está a caballo entre la psiquiatría y la pedagogía. Al principio solo de
diagnosticaban los retrasos graves relacionados con la enfermedad mental, cuando era evidente la
sintomatología clínica. Posteriormente Binet y Simón desarrollaron pruebas psicométricas,
conocidas como tests, para diagnosticas a los niños en riesgo de fracasar en el sistema escolar
francés de principios del siglo XX
El CI no refleja el funcionamiento en otras áreas ya que algunas personas diagnosticas de retraso
mental moderado puede funcionar de manera adecuada fuera del colegio. Por ello se ha añadido a
la definición de retraso mental, la adaptación mental.
En la cultura occidental la inteligencia como capacidad para el pensamiento racional y como
acumulación de datos, sin tener en cuenta otros aspectos del individuo como los sentimientos y las
emociones. Recientemente se esta teniendo en cuenta la llamada inteligencia emocional IE que es la
capacidad de comprender sentimientos en nosotros mismos y en los demás y que en principios no
tiene por qué estar ausente en el retraso mental.
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I. DEFINICION
Retardo mental es una discapacidad caracterizada por limitaciones significativas en el
funcionamiento intelectual y la conducta adaptativa tal como se ha manifestado en habilidades
prácticas, sociales y conceptuales. Esta discapacidad comienza antes de los 18 años.
II. EPIDEMIOLOGIA
Al realizar un estudio epidemiológico del retraso mental hay dos inconvenientes: la permanencia
del diagnóstico y la elevada mortalidad de ciertas formas de retraso mental. La prevalencia del
retraso mental que es el número de personas vivas que presentan este diagnóstico en un
momento dado, es dependiente de la edad. El retraso mental suele diagnosticarse en el periodo
de desarrollo, pero aun así, solo se realiza en una minoría de casos. Cuanto más grave es el
retraso mental más precozmente se diagnostica. Además, no todos los casos diagnosticados de
retraso mental perduran toda la vida, a algunos casos moderados, diagnósticos en el colegio,
cuando desarrollan una mayor capacidad de adaptación en la vida adulta ya no les cuadra el
diagnóstico de retrasados.
Los que presentan retraso mental moderado tienen la misma esperanza de vida que los normales
pero los retrasados mentales graves y profundos tienen una mortalidad elevada debido a las
enfermedades médicas asociadas.
En resumen, el retraso mental grave y profundo se diagnostica a edades tempranas. El retraso
mental moderado tiene poca prevalencia en edades tempranas, su incidencia es elevada durante
las edades escolares cuando se observa que el niño tiene un bajo rendimiento escolar y desciende
en la edad adulta porque las personas se adaptan socialmente y se les exige menos
académicamente. La prevalencia del retraso mental grave es alta en la edad infantil pero decrece
posteriormente por la elevada mortalidad.
Con respecto a la epidemiologia por sexos, la prevalencia es diferente entre varones y mujeres,
por la posibilidad de trastornos recesivos ligados al sexo asociados con retraso mental, por
ejemplo, el síndrome del cromosoma X frágil, que lo padecen más los varones porque en las
mujeres uno de los dos cromosomas X suple al otro. Otro motivo de la mayor prevalencia en
varones es porque a las chicas se les exija menos en cuanto a calificaciones escolares.
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III. ETIOPATOGENIA
Las causas del retraso mental son multifactoriales en muchos casos y desconocidas en otros, sin
embargo, también hay causas conocidas.
FACTORES
PRENATALES
FACTORES
PERINATALES
FACTORES
POSTNATALES
FACTORES
SOCIOCULTURALES
Genopatías,
propiamente
dichas, por
transmisión
mendeliana o
ligada al sexo.
Déficit
relacionados con
varios genes
(herencia
poligenica
multifactorial)
Blastoforicas o
gametopatias,
alteraciones del
numero o de la
estructura de los
cromosomas.
Ambientales,
enfermedades
maternas crónicas
(diabetes),
infecciones
(rubeola, sífilis,
etc.) tóxicos
(heroína,
cocaína)
Prematuridad,
desnutrición y
enfermedad materna,
gestosis,
isoinmunizaciones
(Rh, ABO), partos
distócicos.
Patología
neurológica
(infecciones,
traumatismos,
enfermedades,
agentes tóxicos,
desnutrición).
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IV. CLASIFICACION
La clasificación clínica del nivel de afectación intelectual se establece en función del coeficiente
intelectual (CI) de la siguiente forma:
Retraso mental leve: CI entre 50 y 70
Retraso mental moderado: CI entre 35 y 49
Retraso mental grave: CI entre 20 y 34
Retraso mental profundo: Ci inferior a 20
V. MANIFESTACIONES CLINICAS
A. Retraso mental leve:
Puede pasar desapercibido hasta que el niño entra en el colegio, ya que sus capacidades
sociales y su comunicación pueden ser adecuadas en los años preescolares. A medida que se
hace mayor, el déficit cognitivos, la incapacidad para acceder al pensamiento abstracto así
como su egocentrismo le pueden aislar de los niños de su edad. Sin embargo, pueden
terminar los estudios primarios, aunque sea difícil su adaptación social. Presentan problemas
de lenguaje, una baja autoestima y suelen ser dependientes de los demás, lo que contribuye a
su falta de espontaneidad social. Suelen ser explotados por sus iguales debido a sus
limitaciones, pero pueden conseguir un cierto nivel de éxito social y vocacional en un
ambiente protegido.
B. Retraso mental moderado:
Se diagnostica a edades más tempranas debido a que las habilidades comunicacionales se
desarrollan más lentamente y su aislamiento social empieza en la escuela elemental. Cuando
se les presta atención pueden cuidar perfectamente de si mismos. Tienen conciencia de sus
déficit y de sus limitaciones los que les aísla de sus iguales y les frustra. Con supervisión
pueden desarrollar trabajos en una situación de apoyo.
C. Retraso mental grave:
Es evidente en la etapa preescolar, el lenguaje de estos niños es mínimo y su desarrollo
motor es escaso. Puede progresar algo en el curso de su escolarización. No pueden
comunicarse verbalmente, lo hacen por medios no verbales y físicos. Con métodos de
modificación de la conducta puede conseguirse algún logro de autocuidado pero siempre
necesitaran supervisión.
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D. Retraso mental profundo:
Requieren supervisión permanente y están gravemente limitados en su comunicación y
motricidad. De adultos pueden hablar algo y se les puede enseñar algunas capacidades de
autocuidado. Necesitan cuidados constantes.
VI. DIAGNOSTICO DIFERENCIAL
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La persona con retraso mental ha tenido que hacer frente a toda una serie de dificultades sociales
y académicas, lo cual ha hecho que desarrolle unos patrones de comportamiento desadaptados
que complican el diagnostico. Los niños vulnerables sometidos a tensiones ambientales pueden
no desarrollarse según lo esperado y confundirse con niños retrasados:
Los niños que previenen de ambientes empobrecidos a los que no se les ha estimulado lo
suficiente pueden presentar retraso psicomotor que puede ser reversible si se les pone en
contacto en su infancia con un ambiente más enriquecedor y estimulante.
El déficit sensorial como la sordera o la ceguera pueden confundirse con el retraso
mental. Asimismo, el déficit de lenguaje y la parálisis cerebral pueden hacer caer que el
niño es retrasado.
Las enfermedades crónicas debilitantes pueden deprimir el funcionamiento mental en
todas las áreas. Los trastornos convulsivos también pueden asemejarse a retraso mental,
en particular si las crisis son incontrolables.
los síndromes cerebrales crónicos pueden acarrear trastornos específicos de la lectura
(dislexia), de la escritura (agrafias) o de la comunicación (afasia) y otras alteraciones en
personas con una inteligencia normal e incluso superior.
Los retrasos del aprendizaje, que pueden coexistir con retraso mental, producen un
retraso en áreas específicas, como la lectura o las matemáticas, pero en otras áreas el
desarrollo es normal. Los niños con retraso mental presentan un retraso general en la
mayoría de las áreas de desarrollo.
Los trastornos profundos y generalizados del desarrollo a veces coexisten con retraso
mental, un 70-75% tienen un CI menos de 70. Sin embargo, se observa una alteración
mayor del desarrollo social en cuanto a distorsión, frecuencia y secuencia, además de
conductas bizarras, que no se presentan en el retraso mental.
El retraso mental grave puede confundirse con una lesión cerebral, con autismo, con
esquizofrenia infantil o con la enfermedad de Heller, sobre todo si la historia de los
primeros años no es asequible o fiable. Cuando estos niños son explorados presentan
mutismo, ecolalia o un funcionamiento retrasado, aunque en estos casos es superfluo
dilucidar qué es lo primero o secundario.
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VII. EVALUACION
A. Historia clínica
La valoración del retraso mental requiere una historia clínica detallada acerca del embarazo
de la madre y el parto, así como sobre presencia de antecedentes de retraso mental en
familiares, consanguinidad de los padres y trastornos hereditarios. Se explorara el ambiente
sociocultural, el clima afectivo de la familia y el funcionamiento intelectual de los padres.
B. Entrevista psiquiátrica
No se tendrá en cuenta al entrevistar al paciente su auténtica edad sino su nivel madurativo
real. Se exploraran sus capacidades de comunicación, nivel de lenguaje, receptivo y
expresivo y comunicación no verbal. Suelen estar ansiosos por la posibilidad de fracasar, por
lo que se deberá ser claro acerca de las pruebas que se les pasaran y se le tranquilizara acerca
de los resultados que no deberán ser clasificadores, siempre explicándoselo de acuerdo a su
nivel de comprensión.
C. Exploración física
Pueden orientar acerca de la causa del retraso mental:
La configuración y el tamaño de la cabeza, si existe microcefalia, hidrocefalia o
síndrome de Down.
La cara, por si aparecen los estigmas del retraso mental: hipertiroidismo separación
de los ojos, puente nasal plano, cejas prominentes, epicantro, opacidades corneales,
orejas pequeñas y mal implantadas, protrusión de lengua, dentición defectuosa.
Color y textura de la piel, paladar ojival, tamaño de la glándula tiroides, tamaño del
niño, extremidades y tronco, perímetro craneal.
D. Examen neurológico
1. Examen de los órganos de los sentidos. Un 10% de los retrasados mentales tienen
sordera, así como convulsiones que son más frecuentes que en la población normal.
Alteración de la visión, cegueras, dificultades visuoespaciales y del esquema corporal.
2. Trastornos motores. Pueden existir anomalías del tono, reflejos y movimientos
involuntarios, suelen observarse torpezas motoras y una pobre coordinación. Los bebes
que tienen inactividad, hipotonía generalizada y reflejos exagerados son los que peor
pronóstico tienen. En niños mayores, la hiperactividad, la atención mantenida por cortos
periodos de tiempo y la distraibilidad, así como la baja tolerancia a la frustración son
síntomas de lesión cerebral. Hay que observar el desarrollo del niño en intervalos
regulares de tiempo.
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E. Imagen cerebral y neurofisiología
Deben realizarse radiografías de cráneo por si existe craneosinositosis, hidrocefalia,
calcificaciones. La tomografía computarizada y la resonancia magnética indicaran si hay
hidrocefalia interna, dilatación ventricular, atrofia cortical, lesiones cerebrales, tumores.
F. Pruebas de laboratorio
Análisis de sangre y orina para detectar trastornos metabólicos. Anormalidades enzimáticas.
Cariotipo.
G. Evaluación psicológica
Tests de desarrollo para niños pequeños
Stanford Biner y el WeschelerIntelligenceScaleforChildren para mayores.
Bender Gestalt y Benton para detectar lesión cerebral
Test para medi capacidades perceptivas, motoras, lingüísticas y cognitivas.
VIII. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Baca, Carrasco, Domingo. Manual de Psiquiatría. 3 Edición. Editorial Ats Médica.
España. 2002
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