número 8 "racismo"
Post on 01-Apr-2016
225 Views
Preview:
DESCRIPTION
TRANSCRIPT
R a c i s m o | 1
Los Buzos Diamantistas Número 8
Editorial . En este nuevo abordaje, ya propiamente
temático, nos dimos a la tarea de escudriñar un tema
sumamente polémico, ya que tiene una enorme
multiplicidad de aristas por las cuales puede ser
interpretado, tratado, analizado e, incluso, ejercido. Sí, el
racismo es un tema que genera todo tipo de posturas y
críticas; sin embargo, vive con nosotros, en nuestra
apreciación del mundo, en nuestro vocabulario, en nuestro
trato hacia las personas. Solemos vincular los usos y
costumbres, los modos, las prácticas, los defectos y las
virtudes de las personas en relación con su raza, con sus
rasgos físicos. Juzgamos sin interactuar, señalamos sin
conocer el sentir de esos “otros” a los que vemos
“diferentes” cuando somos parte del mismo
conglomerado, ya que también somos juzgados jugando el
papel de “otro”, de “diferente”. Es así que esperamos que
con la lectura de nuestro fanzine compartan su sentir, su
opinión en torno a los textos que aquí les presentamos.
Esperamos contar con sus comentarios y con sus futuras
aportaciones. Recuerden que este es un espacio abierto a
cualquier manifestación escrita. Pues sin más, bienvenidos
a otro profundo buceo por nuestras apreciaciones acerca
de un mal humano, que más allá de servir únicamente
como criterio categorización, ha sido utilizado para
denigrar y deshumanizar en el amplio sentido de la
palabra. Y recordemos que la reflexión debe también tener
un impacto en nuestra conducta…AdrOM.
R a c i s m o | 2
Los Buzos Diamantistas Número 8
/Alejandra López Silva 4
/Viviana
Vizcaya 11
Marcos Alonso Cabello 20
/Adriana
Toledano 30
/Ricardo Pérez 43
/Adrián Silva 46
R a c i s m o | 3
Los Buzos Diamantistas Número 8
_Reflexión
_Alejandra López Silva
draezva42@gmail.com
Cuando me comunica el editor que el tema para el
siguiente número de la revista es sobre el racismo, le
contesto que está bien, de acuerdo; así que me di a la
tarea de investigar un poco acerca del origen de esta
polivalente palabra y que tiene tras de sí un polvorín.
Antes que nada, indagué en el maravilloso diccionario de
la Real Academia, y nos marca lo siguiente:
RACISMO: sentimiento de desprecio o rechazo hacia los
individuos de razas diferentes a la propia; doctrina que
sostiene la superioridad de la propia raza sobre los
demás.
Hurgando, los medios tecnológicos arrojan esto:
R a c i s m o | 4
Los Buzos Diamantistas Número 8
Al alemán Magnus Hirschfeld se le atribuye la invención
de este vocablo, mismo que utilizó para titular su libro
"Racism", en donde trata una respuesta bastante
controversial a algunas de las principales ideologías y
teorías raciales del siglo XIX y XX.
"Todos los seres humanos son parte de la misma
especie, y que pueden mezclarse entre ellas, que son
posibles las transfusiones de sangre entre razas, que no
existe ninguna raza pura, y que las razas son idénticas en
la vasta mayoría de las características físicas".
También afirmaba que el racismo es provocado por el
miedo, la baja autoestima y por otras patologías sociales y
sicológicas.
Bien por Magnus.
Algo más que encontré en otra definición:
RACISMO: palabra compuesta etimológicamente de la
raíz RAZA y el sufijo latino ISMO: doctrina o partido.
Presenta dos acepciones:
R a c i s m o | 5
Los Buzos Diamantistas Número 8
1) Actualmente se designa como racismo positivo o
racialismo, para diferenciarla de cualquier concepto
negativo; se refiere al reconocimiento de la existencia de
razas diferentes dentro de la especie del Homo Sapiens,
es decir, el reconocimiento de la existencia de
características y habilidades distintivas que son
determinadas biológicamente, así como el propio
reconocimiento de un individuo dentro de un grupo
racial humano.
2) Sentimiento de odio, desprecio, aversión en contra de
otros grupos étnicos o raciales distintos del propio [...]
Trato indigno que un grupo racial considerado como
inferior, recibe de otro autoconcebido como superior
(supremacismo) lo que motiva en ocasiones a la
persecución, esclavización o exterminio de uno o más
grupos raciales.
Definiciones aparte, es bien sabido que a través de la
historia, decenas de grupos han perseguido y asesinado a
quienes, a su parecer, son diferentes o inferiores por el
color de su piel. Como ejemplo de ello podemos
mencionar a:
R a c i s m o | 6
Los Buzos Diamantistas Número 8
NAZIS, NEONAZIS: grupo de ideología racista política
surgida en los años 20 del siglo XX por su mentor Adolf
Hitler; la creencia de sus miembros es que sólo existe
una raza soberana: la raza pura ariana (aria); discriminan
principalmente a los comunistas, judíos, indios, negros y
homosexuales.
Después de la Segunda Guerra Mundial, el grupo siguió
actuando (neo, nuevo) en forma clandestina en Alemania.
Actualmente se ha extendido en todo el mundo y los
grupos se componen, en su mayoría, de jóvenes ociosos
quienes echan la culpa a los negros, árabes, etc. por la
causa de su desempleo, argumentando que son éstos
quienes les roban sus oportunidades de trabajo. Viven en
la cultura de la violencia.
APARTHEID: iniciado en 1948, fue un régimen de
segregación racial implantado en Sudáfrica. Apartheid
significa en afrikaner segregación. Este régimen racista
impedía principalmente el mestizaje de la población,
prohibía matrimonios mixtos, es decir, personas "blancas"
con las consideradas "no blancas", actos "inmorales"
R a c i s m o | 7
Los Buzos Diamantistas Número 8
como las relaciones sexuales entre gente de distinto
color.
ANTISEMITAS: hostilidad hacia los judíos en una
combinación de prejuicios religiosos, racial, cultural y
étnico, también conocido como judeofobia. Durante el
Holocausto se persiguió y asesinó a millones de personas,
principalmente judíos, entre 1933 y 1945. En su libro "Mi
lucha", Hitler pide la eliminación de los judíos en toda
Alemania.
KU KLUX KLAN: creado en 1865 por 6 importantes
veteranos descontentos con el final de la Guerra Civil, se
origina en Pulaski, Tennessee. En un principio era un
grupo inocuo, dedicado a las parrandas y bromas, pero es
en 1867 cuando el Klan comienza a volverse más violento
participando en actos de intimidación contra los negros,
maestros y defensores civiles, incluyendo en sus acciones
palizas, linchamientos y asesinatos.
En 1873, en Louisiana, en las celebraciones de Pascua,
sucede la masacre de Colfax, ciudadanos negros se
enfrentan a fanáticos del Klan resultando asesinados más
de 200 personas de color.
R a c i s m o | 8
Los Buzos Diamantistas Número 8
Podríamos seguir hablando de otros tantos grupos
racistas, encontrar una interminable cantidad de
información acerca del tema, y al final todo converge a un
punto: la estupidez humana. Sí, es estúpido e inverosímil
que existan mentalidades tan retrógradas, ¿para qué
sirven los grandes y rimbombantes avances en tantas
áreas si nada más miramos un poco hacia atrás y nos
damos cuenta que, en mucho, algunas ideologías no han
cambiado? Los linchamientos de la raza negra, los
eurofóbicos quienes atacan a europeos y sus
eurodescendientes, el odio racial entre judíos y árabes,
los menonitas que también han sido perseguidos a pesar
de ser un grupo pacifista, etc.
¿A dónde nos llevan todos estos odios raciales? a la
autodestrucción, al derramamiento de sangre en vano, a
las venganzas heredadas, a una historia sangrienta sin fin.
Inconcebible que exista gente matando gente con el inútil
pretexto de la diferencia en el color de piel, religión,
credos, preferencias. Si pudiéramos arrancarnos la piel,
igual que se quita una funda a la almohada, ¿cómo nos
veríamos? Idénticos en un montón de músculos
R a c i s m o | 9
Los Buzos Diamantistas Número 8
sanguinolientos, y debajo de éstos, un esqueleto, un
armazón estructurado en la misma forma para todos.
Cuando la tierra nos reciba, no mirará el color, étnia,
raza, religión preferencia o ideología; al fuego que nos
consuma le valdrá un comino si somos blancos, negros o
amarillos, para ella, para él seremos los mismos, seremos
equivalentes; la materia muerta homogénea será.
RACISMO, una palabra que debería erradicarse del
vocabulario y del corazón del hombre. La piel es sólo un
forro; nadie tiene la culpa por el color que le asignó.
R a c i s m o | 10
Los Buzos Diamantistas Número 8
_Viviana Vizcaya
ssstrongirl@gmail.com
Si es que existe alguien que aún considere que el ser
racista significa la denigración hacia las personas,
erróneamente para mi gusto llamadas "de color", quiero
aclarar que desafortunadamente este acto abarca muchas
más concepciones elaboradas y adquiridas por el hombre,
con las que bajo determinadas actitudes de rechazo, resta
valor a otros seres humanos pertenecientes a ciertos
grupos, considerándolos en un nivel inferior por sus
características antropomórficas o culturales de raza.
Sin tener que ir tan lejos con una apreciación respecto
a la raza negra u oriental, desafortunadamente en la
propia Ciudad de México también existe el racismo hacia
grupos indígenas que por cuestiones económicas,
políticas y culturales se encuentran en las calles del
Distrito Federal, en las cuales de acuerdo al censo del
R a c i s m o | 11
Los Buzos Diamantistas Número 8
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) del
2010, se calcula la estadía de 18 millones y medio de
personas mayores de tres años que se asumen como
indígenas, siendo cada una de ellas el más vivo producto
de un capitalismo absorbente que margina a aquel que no
cuente con los requisitos necesarios para entrar en un
vértigo de apariencias, consumismo de productos que
bajo esta concepción proporcionan "status",
individualismo y alabanza y apropiación de culturas
extranjeras; lamentablemente con el menosprecio al
indígena se van quedando atrás años de tradiciones,
lenguas, artes y medios de supervivencia que la gente
"civilizada" ya no requiere saber, porque lo que ahora
importa es el auto más rápido o el dispositivo con más
funciones inteligentes. Así es que, lamentablemente,
además de los problemas de vivienda, comunicación,
trabajo y alimentación deben enfrentarse a la mirada e
incluso expulsión de determinados lugares por parte de
su propia gente debido a que su manera de vestir y hablar
no corresponde a la ambiciosa vida citadina.
He tenido la oportunidad de tomar algunos talleres de
artesanías en el Museo de Arte Popular (MAP), un lugar
R a c i s m o | 12
Los Buzos Diamantistas Número 8
interesado en la difusión del trabajo artesanal, mismo que
tiene el riesgo de ser realizado cada vez más en serie con
imitaciones a bajo costo o bien con la utilización
de herramienta que facilite su elaboración, pero con lo
cual va perdiendo su valor manual y las horas de trabajo
que implica una verdadera artesanía mexicana; lo anterior
lo comento porque he sido testigo de gente que con gran
asombro admira las piezas que se encuentran en la tienda
del museo, a muy alto costo por cierto y ha adquirido
algunos productos para presumirlos en la sala de su casa
de estilo rústico y mostrar que tiene identidad y orgullo
por su país, pero cuando ve a un indígena en el piso
vendiendo sus piezas lo tilda de flojo, que huele mal y
aquel que mejor actúa se interesa por comprarle algo
pero con el famoso: “¿Cuánto es lo menos?”
R a c i s m o | 13
Los Buzos Diamantistas Número 8
Para muchos indígenas además de la artesanía, el
trabajar la tierra ya no es una opción, se les paga unos
cuantos pesos ante un trabajo tan arduo e intermitente,
esto último debido a que no siempre la cuestión
climatológica les permite obtener los frutos de su
trabajo, ese es otro tema que también da mucho de qué
hablar para los adornitos que envuelven los "logros" del
ser humano; por lo anterior y ante la necesidad de
mantener a su familia estos grupos culturales en múltiples
ocasiones dejan a un lado sus tradiciones y adquieren
trabajos haciendo mandados o la limpieza de una casa,
donde en la mayoría de las ocasiones terminan siendo
una sombra de la cual a veces ni siquiera se sabe su
nombre completo o su nombre verdadero; se asumen
entre la sociedad como personas ignorantes y vistos de
arriba abajo por su color de piel, sus rasgos faciales, su
estatura o vestimenta; claro, ante un constante querer ser
como el prototipo de belleza extranjero que indica que
una persona alta, blanca y de cabello rubio luce mejor, no
importa si para eso se tiene que echar mano de grandes
tacones que terminarán por lesionar los tobillos,
pupilentes azules, verdes, de dudosa procedencia que
R a c i s m o | 14
Los Buzos Diamantistas Número 8
pueden terminar incluso con la visión de quién los use o
hacerse esclavo de tintes para el cabello que al mes o
menos se tendrá que renovar si no se quiere que el tono
natural le delate como uno “del montón”.
Así que te invito compañero a reconsiderar tu postura
si alguna vez has caído en este tipo de actitudes y
etiquetas, revaloremos nuestras raíces y la belleza que los
envuelve. Se habla mucho de la palabra "puto" utilizada
para señalar y denigrar a una persona que le agraden las
personas del mismo sexo, pongamos en la mesa entonces
palabras como "indio", "naco" o "prieto".
R a c i s m o | 15
Los Buzos Diamantistas Número 8
_Santi Loret
zooloreta@gmail.com
La música es una de las expresiones humanas más
multidireccionales que existe, pues una melodía
cualquiera puede resultar del agrado de todo de
personas, independientemente de su condición social,
procedencia y por supuesto, de su raza. Así, no habría
ninguna razón por la que un congolés no disfrutara con la
misma intensidad que un danés una sinfonía de Beethoven
o el último sencillo de Katy Perry; es decir, la música es
capaz de homogeneizar lo que la sociedad divide,
volviendo a los oyentes una masa uniforme que se mueve
hermanada por las vibraciones producidas por los
instrumentos. Tal fenómeno puede presenciarse
claramente en un concierto, pues si bien existen
diferentes secciones de acuerdo a los precios de las
localidades, todos se hallan conviviendo y respondiendo
juntos a los estímulos de la banda en el escenario.
Burgueses y proletarios, cultos e incultos gozan de las
mismas emociones.
R a c i s m o | 16
Los Buzos Diamantistas Número 8
No obstante no siempre fue así, pues en épocas
pasadas, el statu quo de la sociedad determinaba qué
música debía escuchar cada estrato de acuerdo a su
posición en la escala, y así, los grupos acomodados se
desenvolvían en salones de baile, con movimientos
ensayados y reconocidos, volviendo el asunto una
cuestión de sofisticación y alcurnia, característica de los
que la practicaban, en algo que francamente era cuadrado,
mojigato y quizá aburrido y tedioso. Por otro lado, el
vulgo, la clase trabajadora, los sirvientes y demás broza,
se divertían en tugurios y burdeles con alegres y
desinhibidos ritmos que tenían la única finalidad de poner
un ambiente de bacanal en el lugar. Era entonces, clara la
diferencia entre uno y otro segmento.
Dentro del grupo de música que era escuchado y creado
por la clase trabajadora, uno en especial surgió de los
campos de algodón del sur de Estados Unidos. Era
interpretado por los pizcadores con botes de basura
cubiertos por pieles de animales para las percusiones,
palos de madera con una cuerda clavada y tensa para los
sonidos graves, botellas de cristal a las que se les soplaba
para simular instrumentos de viento, una tabla de madera
R a c i s m o | 17
Los Buzos Diamantistas Número 8
con zurcos raspada para acompañar a las percusiones, y
una guitarra o banjo para las armonías. Todo eso era
guiado por una voz con el estilo peculiarísimo de la gente
de piel oscura, llena de melancolía, de tristeza por la
opresión de que eran presa; de sueños de libertad y del
amor infinito a su pueblo y su raza. Como natural
consecuencia de toda esa depresión, se le conoció como
Blues, que quiere decir justamente “melancolía”.
Eventualmente, el blues fue ganando fama, y comenzó a
expandirse más allá de los campos algodoneros, llegando
a las ciudades y sus centros nocturnos, que al sonar de
los tristes acordes y las melodías deprimentes fueron
atrayendo a más y más personas, ante la alarma de los
grupos de élite que no podían concebir cómo esa música
“negroide” podía ser del agrado de alguien decente. En
fin, el blues cruzó el Atlántico y se fusionó con las
trompetas inglesas y las guitarras eléctricas y regresó a
América convertido en Jazz, que ya no tenía tan marcado
el sentimiento depresivo del blues y que por el contrario,
contenía ritmos mucho más alegres y bailables, además de
arreglos y estructuras mucho más complejas, que
convirtieron a sus ejecutantes en auténticos virtuosos,
R a c i s m o | 18
Los Buzos Diamantistas Número 8
dignos de llenar auditorios e incluso de ser transmitidos
en la radio.
Posteriormente, el blues continuó con su evolución, y al
llegar a manos de los blancos, que venían de otro
contexto social, dejó atrás por completo la melancolía y
se transformó en rock `n roll, término que se cree fue
acuñado por un locutor de radio de Cleveland. El resto,
es bien conocido por todos, pues ha llegado hasta el día
de hoy en forma de música de masas. Así fue como el
espíritu de la música consiguió vencer todo tipo de
barreras, demostrando que la inspiración y el sentimiento
plasmado en una partitura no es una cuestión de clases
sociales ni de razas, sino de humanidad. Se ha usado en
este espacio el ejemplo del blues, pero igual que él, otros
géneros pudieron y podrán salir del subterráneo y
emerger para continuar desplegando la fuerza unificadora
que ha permitido a la gente conectarse entre sí a través
de los años. La música debe escucharse, no juzgarse por
el color de la piel de quien la interpreta. La música no
tiene colores ni clases sociales, sólo espíritu.
R a c i s m o | 19
Los Buzos Diamantistas Número 8
_Narrativa
_Marcos Alonso Cabello
marcosmico8@hotmail.com
Marcelo Chichilapa el mayor de siete crías de la unión de
Leonila Acatic y Juan Chichilapa nativos de Jacala y de
“pureza” náhuatl en sus ácidos nucleicos, ha tenido la
fortuna o infortunio de recibir educación oficial dentro de
la cual se le “civiliza” instruyéndole en ciencias, artes y
lenguas occidentales. Él como otros chicos de su edad
reciben los mismos conocimientos en la escuela, mas no
educación. Marcelo acude todas las mañanas al
R a c i s m o | 20
Los Buzos Diamantistas Número 8
CONALEP local y además de la travesía que implica el
arribo al centro escolar, él debe lidiar con un fantasma
que en toda su comunidad ha existido desde la llegada de
los gachupines en el siglo XVI a sus tierras...
Kevin Hernández es compañero de Marcelo, su madre
Guadalupe Chirinos es lo que en las castas novohispanas
se denominaba una “cambuja” y su padre Jacinto
Hernández de padre mestizo y madre mulata sería en la
misma taxonomía un “no te entiendo”. Los padres de
Kevin son líderes de ambulantes de Jacala, lo cual les ha
dado aires de cierta grandeza psicológica llevada a polo
del cuasi fascismo.
Kevin es la cabeza de una pandilla de neonazis en el
CONALEP (gusto que el muchacho heredó al escuchar
larguísimas sesiones de citas de don Jacinto al Führer y a
la grandeza del Tercer Reich). Su pandilla porta pull overs
con svásticas y símbolos de la SS y la Gestapo, así mismo
portan orgullosos dijes con motivos nacional-socialistas
hechas con aleaciones minerales de la huasteca y
manufacturadas en la comunidad de Marcelo por manos
nahuas. La pandilla se conoce como los Schutzstaffel del
“cona” (mote que por cierto pronuncian como “chusafel”
R a c i s m o | 21
Los Buzos Diamantistas Número 8
denotando su precario, por no decir nulo, conocimiento
y manejo de las lenguas sajonas). Ellos hostigan a todos
los “indios” que ensucian y estorban en su alma mater,
los golpean, humillan y ridiculizan públicamente
diciéndoles feos, hediondos, nacos y animales
(paradójicamente los miembros de la “chusafel” son
mestizos de tez morena y apiñonada con apellidos “tan
germanos” como Pérez, López, Martínez, Ramírez,
Gómez, etc., y son hijos de burócratas, obreros y
campesinos).
Jacinto Hernández como líder de ambulantes dedica su
vida a subordinar y extorsionar a los indígenas locales, sin
embargo, a su vez él debe rendir cuentas al regidor
municipal, el señor Carmelo Cruz mejor conocido en la
juerga política como “el negro”. Él es un mulato nativo de
Yanga (poblado cercano a Orizaba y formado por negros
durante las emancipaciones esclavas del siglo XVII), quien
alcanzó su puesto con la tradición nepotista del Partido
de la Revolución, al cual ha pertenecido toda su familia
desde su bisabuelo miembro de la División del Noreste.
Carmelo detesta a los “nacos” (él le llama así a
cualquier moreno que no anda en auto del año, ni trae
R a c i s m o | 22
Los Buzos Diamantistas Número 8
móvil de moda, ni toma buchannan´s en copa de cristal
cortado), pero para su mala fortuna tiene que soportarles
cada día, pues su municipio está infestado de esos “nacos
e indios”. El negro no pierde oportunidad para hacerle
saber a sus subordinados lo desagradables que le resultan
y especialmente a ese “mugroso” de Jacinto Hernández al
que detesta particularmente por ser un “indio renegado”
con aires aspiracionales de grandeza, a quién siempre
provoca refiriendo su inferioridad socio-racial y sobre
todo su condición de subordinado e incivilizado.
Carmelo es muy orgulloso de su tradición partidista y
por ello trata de emular a sus superiores y sobre todo
estar cerca de ellos y ser lo más servil posible.
Particularmente es muy común verle detrás del diputado
local Luis Fernando Fukuma, hombre al que idolatra,
sirve, sigue y trata de aprenderle todo hasta excesos
imitantes, para algún día dice: “ser como ese gran
hombre, político y patriota”.
El señor Fukuma es un nikkei, especificamente un sonsei;
sus abuelos inmigraron a México durante el régimen de
Hirohito a principios del s.XX e inmediatamente
comenzaron a trabajar en el negocio restaurantero. Su
R a c i s m o | 23
Los Buzos Diamantistas Número 8
padre se unió al citado Partido de la Revolución y Luis
Fernando se forma en las juventudes del mismo. Al
diputado Fukuma le interesa el progreso del país, sin
embargo, considera que uno de los principales problemas
es la existencia de personas que por genética son
holgazanes, parranderos, borrachos e idiotas; y en ese
saco de desvirtudes entran los indígenas, mestizos, pero
sobre todo y muy en concreto los negros y toda su
descendencia.
Fukuma siempre refiere la superioridad y cualidades de la
sociedad japonesa de la cual también se siente parte por
su pasado. Su trabajo le agrada por múltiples y obvias
razones, sin embargo, hay un momento particular que le
produce nauseas, y es justamente cuando debe recibir al
molesto regidor de Jacala, ese apestoso negro que
además de ser un lame botas, pretende pertenecer a una
estirpe, en la cual según Fukuma “solo se puede acceder
cuando evolutivamente se anda en dos extremidades”.
Siempre que se encuentran diputado y regidor, el
primero no esconde su desagrado por “el negro”, desde
la mirada hasta sus constantes invitaciones al regidor a
reintegrarse a la sabana de la que escapó.
R a c i s m o | 24
Los Buzos Diamantistas Número 8
Sin embargo, y a pesar de estos malos ratos, hay un
gran beneficio que Fukuma ha logrado con su sacrificado
puesto, el cual consiste en poder formar parte de esas
cúpulas plutócratas que tanto le agradan y motivan, y a
pesar de no ser precisamente un multimillonaro (lo cual
desea con todas sus fuerzas) tiene el privilegio de ser
invitado a las reuniones y eventos de la high society y de
todos esos ricos de los que se rodea constantemente; y
de todas esas familias a quienes más estima son sin duda
alguna a los billonarios libaneses más acaudalados de
Latinoamérica, los Jalifa.
Ahmed Jalifa es bisnieto del llamado “zar de la
construcción” Hakän Jalifa quien llegó a México durante
el porfiriato y debido a una estrecha amistad con algunas
élites científicas como los Betancourt, los Creel y los
Romero Rubio pudo beneficiarse de las bondades de la
Ley Lerdo y crear su Compañía Deslindadora haciéndose
de inmensos territorios en el centro y sureste del país, y
allí comenzó a amasar su enorme fortuna familiar. Ahmed
heredero de ese imperio, ha diversificado el negocio,
irrumpiendo no sólo en la construcción sino en
telecomunicaciones, comercio, campo y hasta el sector
financiero. Su poder económico, evidentemente, le ha
R a c i s m o | 25
Los Buzos Diamantistas Número 8
permitido colocarse a la cabeza del gremio empresarial
mexicano y, por supuesto, irrumpir en la política nacional.
Ahmed no acostumbra tener sociedades con
empresarios mexicanos, a quienes considera poco
disciplinados y con nula visión de los negocios, él prefiere
pactar con los grandes monstruos transnacionales y sobre
todo con la comunidad judía ashkenazim, a los que
Ahmed refiere como “una raza de gandores”. Al
mexicano solamente le presta atención a la hora de
tomar las riendas de su gobierno con afanes de obtener
dádivas y concesiones para sus empresas y por supuesto
con la finalidad de inducir en la población un consumo
masivo de todos sus productos y mercancías.
Jalifa mira y trata a todos los políticos mexicanos como
sus subordinados y muy a pesar suyo debe interactuar
con ellos. Considera esa “diplomacia” como un mal
necesario para conservar su statu quo y mantener el
control de lo que él considera su feudo nacional. Dentro
de la polución política nacional, específicamente siente
desagrado por “el chino” Fukuma, que en opinión de Jalifa
es: “un amarillo de cafetería cuya única virtud es limpiar
pisos y botas”, sin dejar de lado que una de sus más
R a c i s m o | 26
Los Buzos Diamantistas Número 8
constantes citas es: “no entiendo por qué Thruman no le
hizo un favor al mundo lanzando 50 bombas atómicas en
lejano oriente y así se habrían evitado muchas guerras y
sobre todo la plaga de chinos que azotan el mundo”.
Ahmed Jalifa pasa la mitad de la semana en New York,
Dubai y Jerusalén, en donde se reúne con sus verdaderos
socios, aquellos con esa “emprendedora visión” de
explotadores y teórico-practicantes de la filosofía del
despojo que afanosamente él ha buscado ejercer en
México. En esa hermética cúpula solamente entran los
llamados “dueños del mundo”, los hijos de Abraham,
Jacob y David, los elegidos de Jahvé, el citado poder judío.
Familias como los Borowski, Ben Halil y Strocholowski
son quienes encabezan las grandes firmas financieras,
farmacéuticas, periodísticas, energéticas y de
telecomunicaciones; controlan a los gobiernos y a las
instituciones crediticias mundiales y de los países del G-8.
Ellos son denominados “millonarios de primer nivel”,
manejan un bajo perfil, no son mediáticos y ejercen la
realpolitik a partir del biopoder y los poderes fácticos.
Este olimpo económico guarda un singular hermetismo
respecto al resto del mundo, incluso de sus propios
R a c i s m o | 27
Los Buzos Diamantistas Número 8
compatriotas y socios. Ese hermetismo responde a la
simple razón de un sionismo extremista en el cual nadie
que no lleve su sangre y linaje puede entrar. Su estilo de
vida es propio de humanos de ciencia ficción, con todos
los lujos imaginables y no imaginables, excesos y
excentricidades ni siquiera plasmadas en las novelas de
Clarck. A ellos, el mundo y sus tragedias les son
indiferentes, las otras “razas” no valen salvo por su
trabajo y consumo, las razas inferiores para ellos son
todos, sin importar pasaporte, clase social o religión. Si
bien las consideran necesarias, no las ven como iguales y
mucho menos con derechos a las condiciones de vida,
que según la liturgia judía les pertenece por antonomasia.
La humanidad para ellos está condenada a servirles y a
desaparecer, cuando sus propias contradicciones
antrópicas y por supuesto la “manita de dios” les haga
caer en la peor de las catástrofes históricas, el odio del
hombre hacia el hombre. Dentro de las muchas
costumbres milenarias que celosamente guardan estos
dueños del mundo, la que conmemoran más
emotivamente inmiscuyendo a todo el enajenado mundo
es la conmemoración del Holocausto, en la cual
recuerdan, lamentan y muestran a todo el orbe, los
R a c i s m o | 28
Los Buzos Diamantistas Número 8
agravios sufridos por el nacional socialismo y su
antisemitismo, esos daños irreversibles para su raza y
para el resto del mundo, así mismo asumiendo un claro
papel de víctimas de una de las más insensatas esencias
ontológicas del hombre...EL RACISMO.
R a c i s m o | 29
Los Buzos Diamantistas Número 8
_Adriana Toledano
atolteniuk@yahoo.com
¿Qué me ves? –dijo Azul, por detrás de los rosales.
Azul durante toda su vida fue descubriendo lo que
significaba ser Azul. Los Azules habían tenido su
momento, antes de que llegaran los Rojos. Los Rojos
parecían ser diferentes sólo en color, pero Azul entendía
que las diferencias eran más profundas. Los Rojos
necesitaban más espacio, más comida, más
entretenimiento, tenían siempre sed por viajar, conocer,
conquistar. En la cultura Azul, cada ser vivo tenía su papel
y debía ser respetado. En la cultura Roja, lo que más
importaba era el bienestar de los Rojos.
Nada- contestó Rojo, sólo estaba pasando por aquí.
Cuando llegaron, los Rojos arrasaron con los Azules de la
misma forma que arrasaron con las grandes milpas que
por siglos habían cultivado los Azules para
R a c i s m o | 30
Los Buzos Diamantistas Número 8
proporcionarse todos sus alimentos y medicinas. Fueron
tiempos sangrientos para los Azules, se rompieron
vínculos muy antiguos, y casi desaparecen
completamente. Los Azules que quedaron tuvieron que
servir en el mundo de los Rojos, y pasaron a alimentarse
de las sobras de la comida altamente procesada de los
Rojos, y fueron perdiendo su color y vitalidad y todo lo
que los identificaba como Azules, especialmente su
capacidad de comunicarse con otros seres vivos.
¿Y qué haces en la Reserva Multicolor? –le pregunta Azul.
Los Azules que viven pasando los rosales, del otro lado
del puente, en la Reserva Multicolor, son un fenómeno
muy especial: gracias al descubrimiento de un Rojo que
reconoció el valor de la cultura Azul, se pudo re-crear
R a c i s m o | 31
Los Buzos Diamantistas Número 8
una colonia en total libertad y a la vieja usanza. Como
todo lo Rojo, era de alguna manera artificial (durante
años, los ingenieros bioéticos trabajaron para crear los
prototipos de cada especie y estructura ambiental), y
claro que su prosperidad siempre dependería
completamente de la voluntad de los Rojos, pero era un
comienzo. Aunque el gobierno de los Rojos aceptó, por
motivos políticos, crear la Reserva, a ningún Rojo se le
explica en la escuela sobre la cultura Azul, así que la
mayoría sólo los ve como una especie salvaje que fue
rescatada de la extinción y metida en un lujoso zoológico.
La mayoría de los funcionarios Rojos se oponen al
proyecto porque sale de sus impuestos, y entre los niños
chiquitos, “No seas Azul!” sigue siendo un insulto muy
común.
-Nada más le dije a mi mamá “voy a dar un paseo, hace
mucho que quiero encontrar un árbol de manzanas que
queda del otro lado del puente”. Un viejo morado me
contó que donde crece ese árbol, se encuentran muchas
maravillas. Mi mamá sólo me dijo “bueno mijito, no te
tardes”.
R a c i s m o | 32
Los Buzos Diamantistas Número 8
Este Rojo es más chiquito de lo que parece, y no sabe
mucho del mundo. Nunca había estado fuera de su
ciudad, y le emociona muchísimo conocer cosas y
personas que jamás le enseñaron en la escuela.
A Azul le sorprende el tono casual y amistoso del Rojo,
pero le sorprende aún más que sepa del árbol de
manzanas. Le sorprende que haya encontrado este
camino detrás del puente, y que lo hayan dejado así nada
más. Pero bueno, el mundo de los Rojos es un caos
impredecible, piensa, incluso podría desaparecer sin
previo aviso, porque es muy frágil su orden, y les encanta
jugar con fuego.
-Hmmm… pues suerte encontrando ese árbol, contesta
Azul, con un tono poco amistoso.
-Gracias! –contesta Rojo sonriendo, y se prepara para
seguir su camino.
-Me refiero a que el árbol no se dejará ver si no sabes
hablarle.
R a c i s m o | 33
Los Buzos Diamantistas Número 8
-Oh! No sabía que había que hablarle. Realmente sólo
conozco los árboles artificiales del súper. Nunca había
visto rosales tampoco.
Azul no quiere ser como los Rojos: no quiere tranzar ni
explotar ni humillar a nadie. Azul está seguro que debe
haber amor en su corazón, pero no puede evitar
despreciar a los Rojos, incluso los más moraditos. Todos,
por más que lo intentaban superar, eran unos Rojos
ciegos y malcriados. Claro, una parte de Azul siente
ternura por él, y siente ganas de presumirle la riqueza de
su cultura “salvaje” y todo lo que sucede bajo las narices
de los Rojos en el mundo. Pero la otra parte de él sólo
quiere que este Rojo desaparezca, que nunca haya
existido.
-Sí, pues aquí platicamos con las energías para vincularnos
verdaderamente con las plantas que crecen. Pero no creo
que le hagan mucho caso a un Rojo… ustedes son como
esos árboles que dices, alimento del supermercado y
dependientes de él. Nosotros somos orgánicos. 100% de
la Tierra.
R a c i s m o | 34
Los Buzos Diamantistas Número 8
Rojo parece no entender el insulto.
-Voy a intentar con todas mis ganas comunicarme con
ese árbol, seguro me escuchará si intento imitar los
sonidos y le meto devoción.
Azul siente un enojo inexplicable, pero comienza a guiar a
Rojo hacia el árbol, ya que todas las normas fijadas en sus
leyes de la selva originaria se basan en la hospitalidad y la
apertura al forastero, y Rojo no da señales de ser un
peligro para ninguno de los reinos de la reserva.
Por el camino, los Azules que se van encontrando son
muy amigables: hay unos que cortan frutas (susurran
primero al arbusto), otros se bañan en el río, algunos
practican ceremonias circulares, donde comparten
alimentos y medicinas…
Mientras más se adentran en el terreno libre multicolor,
más confianza y amor siente el Rojo, como nunca antes
en su vida, tanto que se siente estallar, y se olvida de su
mundo como si fuera un sueño lejano… aunque claro que
todos los Azules lo ven como un Rojo Sonrojado
tropezando y balbuceando sin poder articular lo que ve
con lo que cree ver.
R a c i s m o | 35
Los Buzos Diamantistas Número 8
Desde que se rescató la semilla cósmica azul, los Azules
han podido crecer en protección. Ellos sólo conocen su
propio bienestar. Los que se han interesado por su
historia y hablan con los árboles más viejos, se van mucho
más allá en el tiempo y en el espacio como para
preocuparse por riñas con Rojos.
El Azul del Rosal es diferente porque viene de la zona de
rosales, la zona fronteriza, espinosa pero bonita. Él vive
amargamente entre los dos mundos, y se puede dar
cuenta de lo peligrosamente cerca que están de un color
dominante, un color que ahoga todo lo que ve con
sangre, un color violento, y que los Rojos amenazan con
destruir su mundo, de alguna forma u otra, por segunda
vez.
Para el Azul del Rosal, ningún Rojo es inocente.
Los Azules que se encuentran en el camino hubieran
sospechado del Rojo si hubieran leído algo violento en su
campo áurico, o si hubiera tenido un comportamiento
errático amenazante a la armonía. Pero como ven un
dócil niño, asombrado y entregado a las maravillas de la
R a c i s m o | 36
Los Buzos Diamantistas Número 8
naturaleza, se sienten muy alegres, y quieren regalarle a
ese niño algunos rincones del pueblo, para que cuando
regrese a su ciudad, al mundo de los Rojos, donde quiera
que fuera… pues quién sabe, tal vez recordaría.
El Rojo se podía haber sentido amenazado por la
intensidad y la crudeza de las cosas, pero también se deja
guiar por lo que le transmiten: serenidad, interconexión,
calma, sabiduría.
Azul del rosal sólo mira perplejo cómo sus familiares y
amigos le dan la mano y llenan la boca del Rojo con frutas
bendecidas y yerbas del monte sagrado.
El Rojo ya está fuera de sí, aunque en parte, gracias a los
alimentos de poder, aflora una serenidad luminosa que lo
contiene y lo hace sentir en paz.
Siguen caminando, y un Azul especialmente alegre le va
platicando al Rojo
-Ya mero llegamos al centro dorado del bosque, por aquí
si te asomas bien en los cuencos de los árboles, puedes
ver el guardián rezando debajo de cada uno.
Rojo se asomó. ¡Era verdad! Los troncos enormes de los
árboles tenían una apertura bastante camuflageada, y eran
R a c i s m o | 37
Los Buzos Diamantistas Número 8
como cuevas cubiertas debajo de las cuales se
vislumbraban las piernas cruzadas, vestidas de blanco, de
un anciano chamán que cantaba y murmuraba casi
imperceptiblemente. Pero mientras más se adentraba, y
más ponía atención, se daba cuenta que el momento
mismo era conducido por numerosos y muy diversos
cantos, y todo en el bosque parecía moverse al ritmo
energizante. Los Azules le van señalando maravillas que
sin su guía el Rojo no vería, como las luciérnagas que sólo
ves si miras desde la esquinita de tu ojo porque si no
desaparecen, o los seres alados casi transparentes que
mueven las hojas y las dibujan y las cuidan.
Azul del Rosal ya camina atrás, con una mezcla rara de
sentimientos, entre divertimento y molestia. Le divierte
que el Rojo esté tan boquiabierto y encantado al
descubrir un mundo que va más allá de sus sueños más
locos, pero le molesta que sea tan fácil para él acceder a
una realidad que tantas (innumerables) generaciones
cultivaron hasta su apogeo.
Un Azul viejito pero de esos traviesos, con cara de fauno,
va guiando al Rojo, y le dice, “el árbol de manzanas está
R a c i s m o | 38
Los Buzos Diamantistas Número 8
adelantito. Es el núcleo de este bosque. La anciana más
sabia, la Abuela Azul, es su guardián. Es tan grande su
conciencia, que domina cada aspecto visual, sonoro, y
tangible del árbol, y el árbol, que de por sí está guardado
por un círculo de árboles con almas de lobo, parece un
árbol negro muerto e infértil para quien llegue, y para que
lo muestre en su real esplendor, tiene que verte,
escucharte, y conceder”.
Los demás Azules entusiastas empiezan todos a comentar
sobre la Abuela Azul. “Al verla puedes sentirte como
recién salido del vientre”. “La Abuela Azul no es sólo
Azul, es de todos los colores y de algo más que color”.
“La Abuela Azul lo puede ver y sentir todo, su cuerpo en
realidad es el de toda la Tierra.”
Rojo sonríe emocionado, y se encamina hacia los árboles
circundantes. Son nobles y elegantes árboles, fértiles con
frutas moradas, con troncos grandes de preciosa madera.
El Azul fauno lleva de la mano al Rojo al pie del árbol, que
como bien dijo, parece sólo un inmenso (pero inmenso)
árbol muerto. El Rojo se mete por debajo de la cueva
junto con el Azul fauno, que al parecer es un viejo
consentido de la Abuela. Lo que sucede adentro no es
R a c i s m o | 39
Los Buzos Diamantistas Número 8
visto salvo por los ahí presentes, pero todos los Azules lo
sienten a su manera intuitiva, y se sorprenden al grado de
conmoverse, porque nadie se lo esperaba. Todo hasta
ahora marchaba como una linda y mágica expedición ara
que este afortunado Rojo viera el espectáculo del árbol
de manzanas.
Nadie esperaba que Rojo se iba a desmoronar ante la
Abuela Azul. A pesar de su confianza, amor, y ligereza, al
momento de intentar hablar, su lengua fracasó y en llanto
se rompió.
Lloró y sintió la culpa de todo lo que le quedaba por
renunciar para poder apropiarse realmente de esas
palabras mágicas, poseer y emplearlas. A su tierna edad y
con sus intenciones puras, sintió el veneno de todo lo
que había consumido, dicho, todo en lo que había
participado, que iba en contra de la vida y era muy claro
cómo y por qué, realmente no había excusa para
ignorarlo… pero se ignoraba. Rojo recordó los sonidos
de su infancia, zumbido de microondas, molino eléctrico
de café, televisor, claxon, radio, despertador, y parte de
él sintió vergüenza, y parte de él deseó estar ahí. Se
R a c i s m o | 40
Los Buzos Diamantistas Número 8
sintió solo, culpable y pequeño y lloró. Lloró y lloró, y la
Abuela Azul sólo permaneció sentada, con su cara
arrugada de tanto sentir todo tantos años, con los ojos
calmados y casi indiferentes. Se veía cómoda y cálida en
su gran cueva de luz. El Azul fauno al principio no sabía
qué hacer, hasta que vio que era incontrolable, y lo cargó
encima de su hombro, y lo sacó al exterior. Los azules
que estaban ahí intentaron respetar su llanto, y sintieron
muchas cosas, entre confusión, ternura, amor, risa…
algunos hasta sintieron ganas de pintarlo de Azul y decirle
que ya era parte de la tribu, pero bien sabían que no era
tan sencillo. El Azul del Rosal no se sorprende tanto del
hecho, le sorprende su propia reacción: por primera vez
en su vida, siente más que desdén por un Rojo: siente
compasión al ver la confirmación de lo absoluta y
penetrante que es la vida, la fuerza de la vida misma en
cualquier “ser”, causando su debido y real asombro.
Después recapituló, pero en ese momento no sintió que
fueran tan diferentes el Rojo y él.
El rojo lloraba no sólo por él sino por todos los rojos,
lloraba por no haberse escapado antes, lloraba por el
asesinato de la parte Azul en este mundo. Lo que es el
R a c i s m o | 41
Los Buzos Diamantistas Número 8
mundo…. Nunca había pensado que podía tener una
parte azul, como un órgano fantasma, una pieza olvidada,
ausente, de ti. Lloró hasta agotarse sin saber por qué
lloraba.
R a c i s m o | 42
Los Buzos Diamantistas Número 8
_Lírica
_Ricardo Pérez
contactoricardoperez@gmail.com
No puedo amar a mi raza
no puedo odiarla
no a mi raza que odia al mije y al europeo,
no a aquella raza que ama al extranjero
y se enorgullece de su propio color.
No puedo amarla.
Raza de bronce, de plata, de oro,
de zinc, de petróleo y recursos naturales
de manos jodidas y adoloridas, no te amo raza.
No puedo odiarte con tu alegría, con tu carrera
alrededor de la Victoria Alada
No puedo amarte con tu debilidad,
cuando golpeas al manifestante, no puedo odiarte.
¿cómo sentir amor por mi raza?
Raza que odia al Zeltal, al Tzotzil al Zapoteco o al
Huichól.
R a c i s m o | 43
Los Buzos Diamantistas Número 8
naco de ciento veinte millones de cabezas
Mulato, Cholo, Cambujo, Rubia, Anoréxica, Puta.
No te amo, Chamizo, Coyote, Zambazo.
Gay, lesbiana. Burgués. Homosexual puto.
Qué bonito es hablar de racismo, cuando humillo a “la
muchacha”
qué sabrosas las palabras: “el indito” Te amo así, racista
Raza.
No puedo odiarte cuando no entiendo tu lengua
cuando las lenguas de los otros son la nada y mi color el
mismo.
“No te asustes mi carnal, el I-pad no te quitarán”
Raza virtual, raza de mierda ¿cómo odiarte?
Si desprecias igual al desposeído y al millonario,
¡Mi raza es mi raza chinga’o!
“Todos los días te quiero y te odio irremediablemente”
Porque eres yo, amorfa. Y porque apestas raza,
apestas a comercio en Polanco y a orines en la plaza
Garibaldi,
hueles mal, apestas, a niño con las patas meadas, meadas
y a perfume de mujer, das asco raza hedionda. Y te amo.
Puta raza, pinche taxista, maldito rico, pinche mugroso,
vato anarquista, futbolero enajenado, pinchi jodido,
R a c i s m o | 44
Los Buzos Diamantistas Número 8
gringo culero, indio ignorante, televiso, hippie huevón.
Empresario estercolero, político ladrón, ¡hijo’eputa!
Raza cabrona. No puedo hacerlo, no puedo serlo.
Odio tu fiesta y tu recato. Amo tu magia, tus
metamorfosis,
tus sueños y cómo truncas los de los otros, ajenos a ti y a
mí,
Amo cómo me odias.
R a c i s m o | 45
Los Buzos Diamantistas Número 8
_Adrián Silva
adrianfilos@hotmail.com
Recordó un brevísimo periodo de felicidad cuando era niño. Tenía cerca a
su madre y a sus hermanos, a pesar de sus carencias, estaban juntos y se
alimentaban, al menos, con abrazos y sonrisas provenientes de juegos
simples, pero llenos de afecto. Cuando lo embarcaron hacía estas tierras
desconocidas lloró en silencio, lloró a cántaros en su interior y el horrible
calor y los desagradables humores de la embarcación los padeció con los
ojos cerrados, recordando la sonrisa de su madre. Así pasaron meses de
tortura, meses de desolación y extrañeza. Ndugu había emprendido un
viaje que lo cambiaría para siempre, que lo transformaría en otro ser, un
ser abandonado a las abstracciones de su pasado, un ser sin carisma, lleno
de miedo y desconfianza ante un mundo que lo sepultó en vida.
Ya no era el mismo.
Su carácter se endureció
y en su mirada
se podía notar
una extraña mezcla
entre odio y esperanza.
Era un cimarrón.
Viaje incierto,
Incertidumbre,
atisbo de esperanza.
R a c i s m o | 46
Los Buzos Diamantistas Número 8
¡Maldita Nueva España!
Nuevo dolor,
Nuevo sufrimiento,
Nueva tierra,
¿Nueva piel?
Ndugu abandonado
sin bocado,
insectos,
ramas,
agotamiento,
pies deshechos.
Soledad y rebeldía.
Cimarrones,
Cimarrones,
Esperanza de vida,
Esperanza de voz
Y palabra.
R a c i s m o | 47
Los Buzos Diamantistas Número 8
MALDICIÓN Y
CATSIGO,
EXISTENCIA
MALDITA,
Nacido con otro
Color de piel,
Piel oscura,
Piel primigenia,
Piel terrible,
Denigrada y
Denigrante,
Ragos toscos,
Cuerpo fuerte.
R a c i s m o | 48
Los Buzos Diamantistas Número 8
¿por qué espíritus?
¿por qué nací con este color?
¿POR QUÉ ESTÁ MALDITO?
R a c i s m o | 49
Los Buzos Diamantistas Número 8
"Nuestra verdadera
nacionalidad es la
humanidad”
Herbert George Wells
top related