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PSICOTERRORISMO MEDIÁTICOUNA AMENAZA A LA SOBERANÍA NACIONAL
Erick Rodríguez Miérez
LA DISOCIACIÓN PSICÓTICAARMA IDEOLÓGICA DE LA CONTRARREVOLUCIÓN BOLIVARIANA
colección comunicación responsableMinisterio de Comunicación e Información
3
Psicoterrorismo mediátocoUna amenaza a la soberania nacionalLa disociación sicótica Arma ideológica de la Contrarrevolución BolivarianaColección Comunicación Responsable
Publicación del Ministerio de Comunicación e InformaciónEnero de 2005República Bolivariana de Venezuela
DirectorioMinistro de Comunicación e InformaciónAndrés Izarra
Viceministro de Gestión ComunicacionalWilliam Castillo
Viceministro de Estrategia ComunicacionalYuri Pimentel
Coordinación generalViceministerio de Gestión ComunicacionalMabel Silva SilvaThady Carabaño
Director de ArteArvic Calanche
Primera edición, 2005
©Erick Rodríguez Mieres, 2005©De esta edición: Ministerio de Comunicación e Información, 2005
ISBN: 980-227-016-4Depósito Legal: lf87120043843507
4
A mi madre Carmen Eunice,
a mi esposa Mari y mis hijas Erickmar y Adriana.
A mis hermanos: Nelson, Carmencita, Valentín y Román
y con un especial afecto a
mi padre Valentín y a mi hermana Belinda,
ambos presentes siempre en mi recuerdo.
Al pueblo venezolano y a la Revolución Bolivariana
mi eterna lealtad.
A quienes no se dejaron inocular la disociación psicótica,
que son la mayoría del pueblo venezolano
y cuya resistencia en esos días aciagos,
evitó que se perdiera nuestra República Bolivariana.
Al Presidente Hugo Chávez Frías
por su lealtad con el pueblo venezolano.
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I
PSICOTERRORISMO MEDIÁTICOUNA AMENAZA A LA SOBERANIA NACIONAL
El psicoterrorismo mediático1 ha sido un método utilizado por
los medios de comunicación social venezolanos desde el año 2000, que se
incrementó luego durante el año 2001 y se intensificó en los años 2002 y 2003,
como parte de un plan para derrocar el gobierno del presidente Hugo Chávez
Frías. Diseñado por los medios privados venezolanos con la asesoría de la
Agencia Informativa (USAI), adscrita al Departamento de Estado de Estados
Unidos, este plan cuenta entre los miembros del Consejo de Asesores, a Gustavo
Cisneros. El plan se denominó “Democracia y Libertad“.
Un análisis retrospectivo de la programación y publicidad en
esos años nos permite conocer el contenido ideológico y la manera cómo se
implementó este plan. Asimismo, permite evaluar el efecto en la población
venezolana, especialmente en un sector de la clase media, donde ocasionó
un impacto de tal magnitud, cuyo resultado ha sido conceptualizado como
un fenómeno social que ha dado lugar al surgimiento de esta nueva categoría
sociológica: la disociación psicótica.
1 Este trabajo es una recopilación de una serie de conferencias realizadas en universidades, colegios universitarios, instituciones profesionales y varias ciudades del país.
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Antes de desarrollar la tesis del psicoterrorismo mediático, es
necesario referirnos a la incidencia de la televisión en las personas. Hay una
percepción auditiva, así como visual de imágenes y sonidos, que se asocia a
símbolos como a signos. Culturalmente, se nos ha transmitido durante distintas
fases de nuestro desarrollo y tiene una significación emocional o de efecto de
miedo. En un niño, el proceso de aprendizaje es fundamentalmente por imitación,
su capacidad de discernimiento es muy poca o muy susceptible a la fragilidad
emocional.
Cuando la persona es adolescente, el proceso es de reafirmación y
reforzamiento dual entre las emociones y las normas. Cuando se trata de un adulto,
va desde un proceso de reconocimiento de realidades y posibilidades, ataduras
sociales, independencia, rigidez, pero también de esperanzas. Finalmente, cuando
se trata de un anciano, el proceso es de comprensión, nostalgia, de ejemplo, de
respeto y de vulnerabilidad emocional. Estas imágenes y mensajes de percepción
audiovisuales se descomponen entre nosotros sobre la base de nuestra experiencia
emocional y nuestros miedos, provocando persuasiones, inducciones y dudas
que están implícitas en dichos mensajes. Es allí cuando el modelo dominante
de la televisión privada nos impone su fisiología sociocultural, incidiendo en
el tejido colectivo.
La categoría psicoterrorismo mediático en Venezuela consistió
en un método orientado al uso de escenas y hechos cotidianos transmitidos
por la televisión para provocar terror en la población, como forma de minar
la tranquilidad, infundir miedo, desasosiego e ira. Su objetivo es provocar un
espíritu de agrupación en la clase media para predisponer cualquier acción por
buena, justa, que hiciera el Gobierno o los funcionarios que lo apoyaban. El efecto
que causó fue de terrorismo, porque se planteó desatar acciones extremistas de un
sector de la clase media que los medios controlaban psicológicamente a través
del chantaje: si el Gobierno no accedía a sus demandas, las que básicamente
pretendía revertir el proceso revolucionario o provocar la renuncia del Presidente
de la República, se desataría una guerra civil.
psicoterrorismo mediático
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Para seguir comprendiendo mejor este fenómeno se hace necesario
realizar un breve análisis de la significación del modelo dominante en los medios
de comunicación mundiales, donde forman parte la televisión privada venezolana,
y cómo esta situación permite que, ante la amenaza que representa la Revolución
Bolivariana para el neoliberalismo, los medios de comunicación en Venezuela
asumieron la dirección de la oposición, desplazando a los partidos políticos.
Después de la Segunda Guerra Mundial se creó un nuevo orden
económico mundial que determinó el carácter cultural, económico y político
en las relaciones internacionales. Con la caída del socialismo real de la Unión
Soviética, en los años ochenta, surge el neoliberalismo. Se asociaron para
impulsar esta teoría, Margaret Thatcher, Primera Ministra de Gran Bretaña, y
Ronald Reagan, presidente de Estados Unidos. El fundamento ideológico que
perseguía el neoliberalismo es la aplicación de un principio de racionalismo
económico a través del desmontaje de los Estados nacionales para facilitar
la instalación del principio del mercado como mecanismo de distribución
y asignación social, la desregulación y privatización de las empresas de los
Estados nacionales y la conformación de grandes corporaciones, incluyendo a
los medios de comunicación social.
Las empresas globales de la comunicación han venido implementando,
mediante su fuerza y grandes poderes a favor de la estrategia globalizadora, un
modelo dominante en los medios audiovisuales basado en el servicio comercial,
como parte de la lógica de ser una propiedad privada y dependiente de la
publicidad, que provocaba e incluso conspiraba por la merma o el aminoramiento
de los medios de comunicación públicos. El interés de las empresas mediáticas
globales y las regionales es generar o crear una cultura de medios audiovisuales
donde el mercado de consumo, por encima de cualquier otro interés y la
publicidad, constituye el medio para conseguir ese fin, lo que les ha hecho perder
toda condición de servicio público.
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Este hecho refleja la imposición de un modelo comercial bajo los
postulados del neoliberalismo, que se hace incompatible con la construcción
de una verdadera democracia participativa. Durante la década de los setenta,
como parte de una estrategia económica de dominación, las empresas de
la comunicación electrónica, de origen norteamericano, establecieron en el
exterior más de mil establecimientos, teniendo por encima sólo a las empresas
petroquímicas.
El uso de la tecnología satelital ha provocado una apertura de la
televisión global más allá de lo regional, local y nacional. Esto ha transformado
la naturaleza de los flujos televisivos. Hoy en día, la programación es producto
de una cultura, comunicación e información disimulada y manipuladamente
dominante que se hace parecer como algo propio, natural, referencial o a imitar.
La tecnología satelital responde a las concesiones o limitaciones que impone
el dueño del medio tecnológico, uno debe plegarse o aislarse a quienes tienen
esa tecnología: Estados Unidos, Comunidad Económica Europea, Japón, Rusia
o China. La dominación imperial de los pueblos responde hoy al manejo de
la comunicación. De allí que una de las resistencias y refractaria acción a esa
dominación sea, entre los más importantes, la de diseñar una política cultural
y comunicacional que propenda diversificar y multiplicar los medios de
comunicación comunitarios para preservar y garantizar una información real;
y no inducida, subjetiva e impuesta.
El proceso de globalización ha dado un importante viraje en el
comercio de las industrias culturales. Ha ido cambiando no sólo de estrategia
comercial y tecnológica, sino también de modelo para la dominación, basado en
el uso de la tecnología de la época, como es el uso de los servicios por satélite,
de cable y de los servicios de Tecnología Directa al Hogar (DTH). Esta nueva
estrategia conspira contra la soberanía de los países, en especial en América
Latina, donde su aplicación busca eliminar el papel de televisoras nacionales
o locales y crea dificultades para su regulación o la aplicación de legislaciones
que fomenten una política nacional de cultura y de producción nacional.
psicoterrorismo mediático
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El 75% de los programas televisivos del mundo provienen de Estados
Unidos. Ello explica porque la industria cultural es tan importante para la
economía norteamericana. El único sector que rebasa a la industria audiovisual
es el aeroespacial. El poderío monopólico de los medios de comunicación en
América Latina, como es el caso de Televisa (México), O’Globo (Brasil),
Venevisión (Venezuela), Grupo Clarín (Argentina), ha sido de tal incidencia en
los gobiernos de turno que la regulación es muy limitada y es muy poco el control
a la política expansionista hacia otras regiones. Con respecto a la producción y la
difusión televisiva, estos consorcios están integrados horizontal y verticalmente;
su comercialización es vertical a través de sus mismas empresas, así como su
distribución en el mercado externo, al igual que el manejo de la publicidad en sus
cadenas de comercialización.
Al estar los medios de comunicación en manos de las clases dominantes,
de los poderosos magnates o de redes interconectadas, los monopolios los usarán
como un instrumento para servir a sus propios intereses. De este modo, los medios
de comunicación juegan un papel fundamental en la transmisión de las ideologías
dominantes. Entonces, cuando los medios de comunicación son utilizados por
sectores poderosos, en especial la televisión, se constituyen en fuentes que
inducen a imitación, juegos, deseos, situaciones de violencia, discriminación y
estilos de vida. A esto lo denominó Herbert Blumer, en 1933,interaccionismo
simbólico.
Para saber cómo operan los monopolios de la televisión es importante
conocer las empresas en las diferentes áreas. Los monopolios globales más
importantes son:
1. News Corporation (NC): ubicada en Estados Unidos, su dueño es Rupert
Murdoch, ciudadano de nacionalidad australiana-norteamericana, quien
está asociado con Gustavo Cisneros Rendiles, dueño de la Organización
Diego Cisneros. Esta empresa opera mundialmente manejando
cinematografía, video, editoras, satélites y televisoras en el mundo.
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2. Times-Warner: ubicada en Estados Unidos.
3. Disney-ACB: Estados Unidos.
4. Bertelsmann: ubicada en Europa.
5. Viacom: ubicada en Estados Unidos, incluye a la cadena CBS.
6. TCI: Estados Unidos.
7. Polygram-Philips: ubicada en Europa.
8. NBC General Electric: Estados Unidos.
9. Universal Seagram: ubicada en Canadá.
10. Sony: ubicada en Japón.
Estas empresas globales realizan asociaciones, alianzas o crean
sucursales en espacios regionales por razones comerciales, y por razones
estratégicas controlan e inciden en los gobiernos. El poder imperial se mimetiza
para atentar contra la soberanía nacional.
También hay un grupo de empresas televisoras que monopolizan las
comunicaciones en Iberoamérica:
1. Grupo Prisa (Europa), vinculada al Partido Socialista Español (PSOE).
Su cabeza visible es Jesús Polanco.
2. Televisa (México) vinculada a NC y TCI, Televisión Digital por satélite
SKY TV, DTH-CBS Telenoticias. Vinculada al Partido Revolucionario
Institucional (PRI). Su dueño era Emilio Azcarraga, ya fallecido, quien
dejó encargado a su hijo Jean Azcarraga.
3. O’Globo (Brasil), vinculado NC y TCI Televisión Digital por satélite
SKY TVDTH. Vinculada a la elección de Fernando Collor de Mello
del Partido de Reconstrucción Nacional (PRN). Su dueño era Alberto
Marinho (fallecido).
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4. Clarín (Argentina). Vinculado al grupo del Peronismo-Justicialismo
de Carlos Menem.
5. Cisneros-ODC (Venezuela) vinculada Hughes-Filial, General
Motor, Direct TV, CBS Telenoticias. Vinculada a grupos de Acción
Democrática (Carlos Andrés Pérez).
6. TV Abril (Brasil) vinculada Hughes-Filial, General Motor y Direct
TV.
Estas empresas son sucursales, asociadas o aliadas, de las globales
en el negocio de los medios de comunicación. Ellas hacen uso de sus estructuras
operativas como de sus insumos ideológicos.
Las televisoras latinoamericanas, Televisa (México), O’Globo
(Brasil), Venevisión (Venezuela), Clarín (Argentina), entre otras, representan
los grupos que tienen mayor cobertura de exportación de programas televisivos,
aproximadamente 76%, de los cuales más de 20% es distribuido en el mercado
hispanoparlante en Estados Unidos; y más de 54% es distribuido en la región
latinoamericana. Esto nos da una idea de la importancia de la lucha ante el
monopolio mediático en el área económica. La cobertura, tanto en América
Latina como en Estados Unidos, se realiza a través de las plataformas de su
asociación corporativa con Hughes Corporation y News Corporation.
Las empresas multinacionales de los medios de comunicación
establecen sus redes en un estadonación donde tienen una posición de poder en
el sentido amplio (político, económico, cultural y social). Su control es cada día
menos centralizado, pero más integrado. De allí que la tendencia globalizadora
con respecto a la televisión se centre hacia la privatización (Vale TV Canal 5,
Venezuela), desregulación (oposición a leyes y normas) y comercialización
(dominio a través de la publicidad), lo que ha provocado la degradación de los
sistemas públicos. Los testaferros y/o aliados locales o nacionales toman las
concesiones audiovisuales y hacen uso de dominio de mensaje psicosocial a
través de los medios hacia la población.
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En el mundo globalizado se busca que la cultura y los medios sean
desnacionalizados y desterritorializados, lo cual explica en parte las alianzas y
asociaciones de los grupos Cisneros y Phelps-Granier en el país.
En Venezuela, la radio se inició en 1926 con la emisora pública
AYRE; en 1930 salió al aire la primera estación privada: Broadcasting Caracas
(de Ricardo Espina y William Phelps). La televisión nace en el mundo en
1926, cuando se hace la primera demostración (John Logie Baird, en el Royal
Institution de Londres), aunque su auge fue a partir de 1936 (la BBC, el 2 de
noviembre de 1936).
En Venezuela, la televisión del Estado nació el 22 de noviembre de
1952 (aunque inició sus operaciones el 1 de enero de 1953), como Televisora
Nacional TVN 5. La televisión privada nació con Televisa, que luego, en 1961,
se denominó Venevisión. El 15 de noviembre de 1953, se funda Radio Caracas
Televisión (RCTV). En 1956 y 1947 se inauguran en Maracaibo Televisa Zulia
y Ondas del Lago Televisión, respectivamente. Más tarde, el 20 de septiembre
de 1958, se funda Radio Valencia Televisión, en el estado Carabobo; luego, en
agosto de 1964, fue creada la Corporación Venezolana de Televisión (CVTV)
por el sector privado (el grupo Vollmer asociado con Time-Life), pero en
1974 fue comprada por el Estado venezolano y pasó a llamarse Venezolana de
Televisión (VTV).
El 29 de julio de 1940 se aprobó la Ley de Telecomunicaciones y
el 5 de mayo de 1941 se aprobó el reglamento, modificado en 1984, que fue
la normativa vigente para este sector hasta 2004. Como puede observarse,
después de 14 años de creada la radio en Venezuela es que se hace la primera
ley sobre la materia, mientras que la televisión está normada por un reglamento
que en esencia se basa en una ley que se promulgó cuando todavía no existía
el servicio. El 29 de mayo de 1980, en el gobierno de Luis Herrera Campins,
se establece la Resolución Nº 500 sobre la clasificación de los programas de
TV. El 17 de diciembre de 1981 se aprueba la Resolución Nº 1.029 sobre
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la regulación y clasificación de la programación en TV; hasta que en 1984,
mediante el Decreto Nº 2.427, se planteó una reforma parcial del Reglamento
de Radiocomunicaciones. El 20 de noviembre de 1992 se hace un reglamento
parcial sobre las transmisiones en televisión. Es partir del año 2000 se inicia
una nueva fase de democratización de los medios de comunicación audiovisual,
con la aprobación de la Ley Orgánica de Telecomunicaciones y la Ley de
Responsabidad Social en Radio y Televisión, a finales 2004.
El 30 de mayo de 1953 se otorgó autorización a la primera concesión
de televisión privada, Televisa C.A; comprada luego, en 1961, por el Grupo
Cisneros. Su cobertura incluía al Área Metropolitana de Caracas, el litoral
central, Maracay, Valencia y La Victoria. El 15 de noviembre de 1953 se
otorgó autorización a Radio Caracas Televisión, logrando una cobertura mayor
entre 1955 y 1956: Caracas, litoral central, Maracay, Valencia, Falcón, Lara,
Yaracuy y Zulia. El 5 de mayo de 1956 se otorgó autorización a Televisa del
Zulia, en Maracaibo, como el primer canal regional privado en Venezuela; y
el 1 de octubre de 1957 a Ondas del Lago Televisión Canal 13, su cobertura
era el área de Maracaibo. Luego se dieron, durante el período de 1955 a 1958,
tres nuevas estaciones UHF. Durante el lapso comprendido entre 1952 y 1958
(toda la dictadura de Marcos Pérez Jiménez) se otorgaron cinco concesiones
para estaciones de televisión. Durante ese período, el Estado intentó ampliar su
cobertura a través de la Televisora Nacional TVN 5 y la radio.
En los gobiernos de Rómulo Betancourt (AD, 1959-64), Raúl
Leoni (AD, 1964-69), Rafael Caldera (COPEI, 1969-74), Carlos Andrés Pérez
(AD, 1974-79) y de Luis Herrera Campins (COPEI, 1979-84), el número de
concesiones nuevas otorgadas en estos 26 años apenas llegó aproximadamente a
7 estaciones de televisión UHF2, y en la radio se concedieron aproximadamente
110 emisoras AM y 4 estaciones en FM.
2 UHF significa ultra frecuencia y VHF muy alta frecuencia
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A partir de 1979, comienza el proceso de expansión de las concesionarias
de las televisoras privadas y la alianza y asociación con empresas transnacionales
de la comunicación. Con ello, se profundiza el proceso de transculturación. Las
programaciones fueron invadidas con los llamados “enlatados norteamericanos”
(de violencia y sexo) y minimizando nuestros valores y, por ende, nuestra
cultura y folklore. De esta manera, se merma la autoestima del venezolano como
pueblo. Durante el gobierno de Luis Herrera Campins, los medios saturan el
mercado con televisores del sistema de color norteamericano (traídos a través
del Puerto Libre de la Isla de Margarita) y, a través de la rastreadora de satélite
de la CANTV, abren y distribuyen la señal norteamericana de color para quien
tuviera los televisores. De este modo, se impone el modelo norteamericano
(NTSC) 3 mediante el decreto Nº 319, de fecha de 1º de octubre de 1979, sobre
la transmisión a color en televisión. Igualmente se impuso el sistema de video
televisión a través de Blockbuster. Así se impidió que el país pudiera elegir un
multisistema (PAL, SECAM) 4
En Venezuela, la televisión pasó a constituirse en el principal
medio de entretenimiento y educación, con la consecuencia que esto implica:
la TV se ha convertido en una especie de diosa cultural. Con un manejo de las
necesidades socioculturales y educativas de la población, se saturó y reforzó
la mentalidad colonial del venezolano con mensajes en los que se exalta la
vulgaridad, la banalidad, lo lúdico y una visión del mundo sobre patrones
culturales norteamericanos.
Como parte de esta estrategia, entre 1984 y 1999, se entregó un
mayor número de concesiones tanto en la radio (70 emisoras AM y 236 FM,
aproximadamente) como en la televisión: más de 48 canales, aproximadamente.
El otorgamiento de las concesiones de la radio (AM y FM) y la televisión (UHF
y VHF), durante los gobiernos de Acción Democrática (Jaime Lusinchi, 1984-
3 NTCS (Norma de difusión de Televisión Color), sistema de los Estados Unidos4 PAL (Alternancia de fase por línea), sistema inglés-alemán. SECAM (Secuencia con memoria), sistema francés y ruso
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1989, y Carlos Andrés Pérez, 1989-1993) y de COPEI (Rafael Caldera, quien
gobernó con los copeyanos de Convergencia, de 1994 a 1999), fueron entregadas
de la siguiente manera:
1. Durante el gobierno de Jaime Lusinchi: operaban de forma regular
4 estaciones FM y se otorgaron concesiones en su mayoría en forma
clientelar. Se dio permiso a 52 emisoras FM.
2. Durante el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez: se fomentó
el otorgamiento de concesiones en la televisión a sectores privados con
poder económico, vinculados al gobierno. Se otorgaron permisos a 6
televisoras UHF y 2 televisoras por suscripción. Además, en 1991 se
adjudicó el contrato de telefonía celular al Consorcio Telcel, asociado
a BellSouth. El gobierno de Pérez le otorgó a la empresa Telcel la
frecuencia o franja, que era de uso exclusivo de la comunicación de
las Fuerzas Armadas, por razones de seguridad del Estado.
3. Durante el segundo gobierno de Rafael Caldera: los sectores
monopólicos del negocio de la comunicación presionaron a tal
extremo, que durante este gobierno se pretendió entregar los dos
canales de televisión del Estado y la Radio Nacional. El 19 de
noviembre de 1998, se entregó la Televisora Nacional (Canal 5), en
forma inconsulta, antipatriótica y violando la soberanía nacional, a
un grupo elitesco del Arzobispado de Caracas, liderado por monseñor
Ignacio Velazco, quien además avaló el golpe de Estado del 11 de
abril de 2002, quienes constituyeron una asociación sin fines de
lucro: Valores Educativos Televisión (VALE TV). A esta entrega del
patrimonio nacional, se designó una junta directiva integrada por gente
de los grupos monopólicos (básicamente de la Organización Diego
Cisneros), Guillermo Cisneros y María Eugenia Mosquera. Asimismo,
se otorgó, bajo la presión de los grupos ODC y 1BC y otros sectores
de los medios de comunicación, el mayor número de concesiones en
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la historia del país, a sectores clientelares de Acción Democrática
y COPEI en el interior del país, fundamentalmente, y a testaferros
de políticos. Se autorizaron 36 estaciones UHF y 21 estaciones de
televisión por suscripción.
Los grupos de concesionarios que controlan las televisoras regionales,
más de 80%, están vinculadas con el monopolio de las televisoras nacionales
privadas del grupo 1BC-Phelps-Granier y ODC-Cisneros. Además, de tener el
monopolio de la TV regional, los dueños de estas televisoras tienen control de
periódicos y emisoras de radio; esto ocurre en más de 75%, aproximadamente.
Los sectores regionales asociados al monopolio de la comunicación audiovisual
y escrita son:
1. Telecaribe (nororiental): Porlamar, Grupo Miguel Contreras Laguado, César Prato.
2. Telesol (nororiental): Cumaná, Grupo Marcos López I., Manuel Peñalver.
3. TV Oriente (nororiental) Pto. La Cruz, Grupo Pasquale Cirigliano.
4. TV Guayana (suroriental), grupo de David Natera Febres.
5. TV Televisión (Maracay): Centronorte Maracay, Grupo de Filippo Sindoni Gioidina Narsette.
6. TV Carabobo /Niños Cantores TV-NCTV: Centro-norte Valencia, Grupo Institucional.
7. TV Llanovisión (sur-llanos) Barinas, Grupo Douglas Valero.
8. TV Llano (sur-centro) San Juan de los Morros, Grupo de Govanni Di Angellis.
9. Universal Televisión (sur-llanos) Guanare, Grupo de Rafael Camacho.
10. Olimpia Televisión (norte-oriental) Cumaná, Grupo de Delgado Rivero.
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11. Televisa (norte-occidente) Maracaibo, Grupo de Guillermo González-
Rocca-Mazzei.
12. Tele Éxito (suroriental) Maturín, Grupo de R. Calvo.
13. NC Zulia (NCTV) norte-occidente-Maracaibo, Grupo Institucional
(Doria)
14. Promar TV (norte-occidental) Barquisimeto, Grupo de L.M.
Kossowsky.
15. Zuliana de Televisión ZTV (norte-occidente) Maracaibo, Grupo
Urdaneta Finol.
16. TV Boconó-Fundación Televisora Cultural Boconesa; Andes
Trujillanos-Boconó Trujillo, Grupo de Pablo Miliam Aranguren-
Institucional.
17. Amavisión-Vicariato Apostólico de Puerto Ayacucho: Puerto
Ayacucho, estado Amazonas, Grupo Institucional (A. Divasson, J.
Bosco R.).
18. Telecentro (norte-occidente) Barquisimeto, Grupo VM Barranco-
Monte Oca.
19. NC Televisión Lara C.A. (NCTV) (norte-occidente), Barquisimeto,
Grupo Institucional (O. Bernal Segovia).
20. Sol-TV (norte-costero) Estado Miranda, Grupo Ruiz Asociados.
21. TV Andina de Mérida (Andes Merideños) Mérida, Grupo Mons.
Baltasar Porras.
22. TRT Televisión Regional del Táchira (sur-andina) San Cristóbal,
Grupo O. Rueda.
23. Hay otras televisoras locales de menor cobertura televisiva, pero
importantes por la concentración de población.
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24. La mayoría de estos sectores privados de la comunicación estuvieron
y están vinculados a Acción Democrática y COPEI, así como a
otros depredadores comerciantes de la política que han vivido de la
estructura económica del Estado venezolano.
25. Uno de estos importantes grupos utilizó préstamos de entidades
bancarias del Estado, y fueron exonerados del Impuesto Sobre la
Renta.
En cuando a la concentración de las emisoras de radio en Venezuela
por entidades federales, 67% está distribuido en los siguientes estados: Zulia
(10,5%), Caracas (7,6%), Bolívar (7,5%), Anzoátegui (6,9%), Táchira (6,7%),
Carabobo (6,1%), Lara (5,7%), Mérida (5%), Falcón (4%), Miranda (3,8%) y
en Aragua (3,8%). El restante 32,4% de las estaciones de radiodifusión están
en: Portuguesa (3,6%), Barinas (3,5%), Monagas (3,4%), Guárico (3,3%),
Sucre (3,2%), Trujillo (3,1%), Nueva Esparta (2,8%), Apure (2%), Yaracuy
(1,9%), Vargas (1,5%), Cojedes (1%), Amazonas (1%), Delta Amacuro (0,5%).
Asimismo, 65% de las emisoras en Venezuela son FM y 34% son AM. Los
grupos familiares que tienen el mayor monopolio del sector de la radio son: el
grupo Rodríguez Miranda, el grupo Carrero, el grupo Gómez-Serfaty-Ross, el
grupo Falkenhagen, el grupo Arreaza, el grupo Lebrón, el grupo Jusef, el grupo
Mesori, el grupo Simonetti, el grupo Serrano Trías, el grupo Taffin, el grupo
Petrica, el grupo Phelps 1 BC, el grupo Natera, el grupo Rocca Bravo, el grupo
Armas Camero, el grupo Núñez Medina, el grupo Carbone, el grupo Grespan
y el grupo Belfort I.
Estos grupos familiares, en el sector de la radio en Venezuela,
tienen el control y monopolio de más de 80% de los medios radiofónicos en
Venezuela. Además, tienen vínculos entre sí. Generaron sus controles a partir
de los gobiernos de Jaime Lusinchi, Carlos Andrés Pérez y Rafael Caldera, más
el apoyo de representantes de estos gobiernos, parlamentarios y gobernantes
locales y nacionales. Los circuitos más importantes son 16 y tienen casi la
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totalidad del espacio radioeléctrico del país. De ellos, sólo 7 circuitos tienen el
monopolio de la radio. Ellos son:
1. Emisoras Unión Radio Noticias: que representa 15% del total de la
oferta radial. Cuentan con aproximadamente 8 emisoras AM y 33 FM.
Esta cadena pertenece al Grupo Gómez-Serfaty-Ross.
2. Emisoras Megas: que representa 7%. Es una cadena de corte juvenil
tiene aproximadamente 13 estaciones FM.
3. Emisoras Éxitos 99.9: que representa 5%. Su perfil es el llamado Adulto
Contemporáneo Anglo y cuenta con 9 FM.
4. Emisoras Ondas: representa 3%, su perfil es Adulto contemporáneo
no anglo y tiene 6 FM.
5. Circuito Líder: representa 5%, tiene un perfil variado y cuenta con 2
estaciones AM y 9 FM.
6. Circuito Venezuela: representa 6%, el perfil es variado-popular y está
integrada por 12 emisoras AM. Pertenece al grupo de Tobías Carrero
y Luis Miquilena.
7. Circuito Satelital Rumbos: representa 5%, tiene un corte variado-
popular, 9 estaciones AM y pertenece al grupo Serrano Trías.
8. Circuito Organización Planeta: representa 5%, tiene una programación
variada y cuenta con 11 emisoras AM y 11 FM.
9. Circuito Fe y Alegría: representa 3%, tiene una programación variada-
documental y está integrado por 5 emisoras AM y 2 FM.
10. Circuito X: representa 6%, tiene una programación variada y está
integrado por 15 emisoras FM.
11. Circuito Popular: representa 6%, tiene un corte popular-variado, está
integrado por 7 emisoras AM y 6 FM, y pertenece al Grupo Seijas-
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Medina Chapman.
12. Circuito Melodía Stereo: representa 3%, tiene un corte variado, 1
emisora AM, 4 FM y pertenece al grupo E Carbone.
13. Circuito Radial Triple F: representa 7%, tiene un corte variado y
popular, 4 estaciones AM, 14 FM y pertenece al grupo Falkenhagen.
14. Circuito Center: representa 15%, tiene una programación variada-
popular, 4 emisoras AM, 24 FM y es administrado por el grupo
Venevisión-Rodolfo Rodríguez.
15. Circuito Radio Continente: representa 4%, tiene un corte popular, 9
emisoras AM, 3 FM y pertenece al grupo Grespan.
16. Emisora Circuito Belfort: representa 4% de la oferta radial, tiene una
programación variada, 2 emisoras AM, 9 FM y pertenece al Grupo N.
Belfort I.
Muchos de estos grupos oligopólicos son parte de la llamada “red
burocrática partidista depredadora” que se benefició del despilfarro de la renta
petrolera, además se aliaron y se asociaron para crear tanto en la radio como
en la televisión “la aristocracia de los medios de comunicación”; lo cual les
permitía nombrar los ministros y áreas afines como directores y presidentes
de instituciones de las telecomunicaciones y la información, y utilizar a los
abogados de sus bufetes para hacer las normas y leyes de regulación de los
medios de comunicación audiovisual y escritos.
Los sectores que dominan la prensa nacional o la llamada gran
prensa, y que además están vinculados a sectores de los medios de comunicación
audiovisual, son los siguientes: El Nacional y Así es la Noticia de los Calvo-
Otero; El Universal del grupo Mata Osorio-Núñez Tenorio; El Nuevo País,
de Rafael Poleo; Meridiano y 2001 del Bloque De Armas; El Mundo, Abril
y Últimas Noticias del grupo Carriles; Tal Cual y Daily Journal del grupo
Hans Neuman; El Globo del Grupo Carrero Nacar; y La Religión, órgano de la
psicoterrorismo mediático
21
Arquidiócesis de Caracas (iglesia católica).
Todos los gobiernos, desde 1958 hasta 1998, se mantuvieron al
margen, como cómplices de las propuestas de expansión e industrialización
televisiva y radial, dejando el dominio de las concesiones al sector privado. Se
monopolizó así el sector privado, 85% en esta área, frente a 15% en manos del
sector público, en relación con el poder de emisión.
Igualmente, las organizaciones gremiales empresariales, vinculadas
con los medios de comunicación, forman parte también del plan de secuestro
y manipulación de la información. Tal es el caso de la Cámara Venezolana de
Radiodifusión, la Cámara Venezolana de Prensa Regional, el Bloque de Prensa
Venezolano, la Cámara Venezolana de Televisión y la Federación Venezolana
de la Industria de la Televisión.
La televisión privada de alcance nacional también está monopolizada
por el grupo Cisneros (Venevisión) y por el grupo 1 BC de los Phelps-Granier
(Radio Caracas Televisión). Estas empresas también están integradas vertical y
horizontalmente en términos comerciales y están vinculadas también con grupos
globales y regionales, como:
1. Venevisión: asociada con Televisa, el servicio red hispano parlantes
en EEUU, Servicio DTH (Tecnología Directo al Hogar) de Hughes
Corporation, es decir, Galas o Directv; entre otras.
2. Radio Caracas Televisión: asociada a través de Coral Pictures
(producción-distribución) y con el canal de cable internacional Gems;
entre otras.
Ambas tienen sedes en Estados Unidos como parte de su asociación
para la plataforma de comercialización (producción, distribución y venta). Estos
grupos ejercen hoy un control casi absoluto del mercado publicitario. Esto les
facilita un mayor espacio de dominio y capacidad de penetración, como control
político y cultural. En el país hay más de 1.000 empresas anunciantes y más
psicoterrorismo mediático
22
de 4.000 líneas de productos. La facturación publicitaria representa un gasto
publicitario por año por habitantes de más de 50 dólares por encima de países
con un PIB superior al de Venezuela en más de siete veces.
Venezuela aparece como el país con mayor Publicidad/TV en
América Latino, tanto en las cantidades absolutas como relativas y en las
dimensiones extracontables; pese a la supuesta situación económica del país.
Los medios de comunicación adulteran a fondo los mecanismos naturales de
formación y aglutinación de opinión pública, así como la relación medios/
gobiernos. Han distorsionado el mercado publicitario y el equilibrio entre los
medios, desplazando a otros medios que no se pliegan a ellos (presionan a
los medios audiovisuales independientes regionales). Neutralizan y revierten
elementos propios de la cultura y la educación en esta sociedad por otros valores,
o visión (son unas inquisidoras masivas). Además, son evasores de impuestos,
como es el caso del grupo Phelps-Granier, el grupo Corpomedio y Globovisión,
entre otros.
La Organización Diego Cisneros y el Grupo 1 BC son los que tienen
el mayor control e incidencia en el ámbito audiovisual venezolano, junto con la
Corporación Televen (de Camero Zamora), el grupo Globovisión (Guillermo
Zuloaga-Alberto Federico Ravell), el grupo CMT (Umberto Petricca Zugaro) y
el grupo Meridiano TV (Armando de Armas). Junto a las televisoras regionales
alcanzan y controlan 94% de la cobertura nacional televisiva, y tienen 85% de
la potencia efectiva irradiada, contra 15% del sector público. Tienen un número
superior a 150 repetidores, mientras el sector público alcanza más o menos unas
50 repetidoras). De las 44 estaciones de televisión regional, casi la totalidad
se encadena predominantemente con los canales nacionales Venevisión, Radio
Caracas Televisión, CMT, Televen y Globovisión. Muchas de las televisoras
locales o regionales responden a intereses de las nacionales por razones de
publicidad y de complicidad.
Para enero de 2003, los recursos y la infraestructura de los medios
psicoterrorismo mediático
23
de comunicación privados se distribuye en Venezuela en el área, de la siguiente
manera:
1. Más de 65 agencias publicitarias.
2. Más de 180 emisoras en territorio nacional AM.
3. Más de 340 emisoras en territorio nacional FM.
4. Más de 12 periódicos nacionales.
5. Más de 70 periódicos regionales.
6. Más de 55 canales de televisoras de las cuales 6 son nacionales.
La situación descrita anteriormente nos permite comprender cómo
fueron acumulando poder los dueños de los medios de comunicación en
Venezuela, no sólo en el ámbito económico, sino también político; especialmente
en los dos últimos gobiernos del llamado puntofijismo. Este poderoso sector
económico de la sociedad no iba a aceptar jamás, por razones políticas,
ideológicas, económicas y de clase social, un proyecto político que significara
transformar todo el sistema sociopolítico y económico venezolano, que planteara
una revolución en nuestro país. En consecuencia, los dueños de los medios
se alían a la dirigencia política opositora, de acuerdo con el diseño del plan
conspirador denominado “Democracia y Libertad”, cuyo objetivo era desarrollar
una estrategia comunicacional utilizando como método el psicoterrorismo con
el fin de derrocar a Hugo Chávez de la Presidencia de la República.
Mientras se planificaba el golpe de Estado (ejecutado en el año
2002 con la participación y complicidad de políticos de la ultraderecha y gente
de izquierda, un sector de la Fuerza Armada, empresarios de Fedecámaras, la
cúpula de la CTV y un sector de la iglesia católica), los medios de comunicación
ejecutaban su parte en el plan desestabilizador, que consistió fundamentalmente
en infundir y difundir la idea que el presidente Chávez estaba implementando una
revolución orientada a despojar a la clase media de todo el bienestar obtenido
en la democracia representativa.
psicoterrorismo mediático
24
En tal sentido, toda la programación de noticieros y programas de
opinión se basó en esa supuesta expropiación para infundir terror en la población,
especialmente en las clases media y media-alta, a la vez que incitaban el odio
no sólo contra el Presidente, sino también contra aquéllos que apoyaban, y
hoy siguen apoyando, el proyecto Bolivariano. De esta manera se produce, por
ejemplo, el síndrome este-oeste en Caracas.
Esta acción es desarrollada por los medios para crear paulatinamente
incertidumbre, desasosiego, perturbación, intranquilidad, hasta llegar al terror
por la posible pérdida de bienes y hasta de la vida. El psicoterrorismo mediático
fue diseño como una campaña desestabilizadora por el Departamento de Estado
de EEUU, e implementada con gran intensidad a partir del 11 de diciembre del
año 2001, cuando se organizó el paro empresarial en protesta por la aprobación
de las 49 leyes habilitantes, y alcanzó su clímax el 11 de abril de 2002.
El psicoterrorismo mediático fue dirigido, principalmente, a los
sectores de la clase media, igual como en Chile, cuando el derrocamiento del
gobierno de Salvador Allende. La insurgencia en Venezuela fue acompañada
con llamados a marchas, concentraciones y otro tipo de movilizaciones. El
plan fracasó, como sabemos, gracias a la rápida intervención de la mayoría del
pueblo venezolano que en 47 horas derrocó la dictadura encabezada por Pedro
Carmona Estanga.
La información, la comunicación, la educación y la cultura son
convertidas en una industria articulada por la publicidad. Los mensajes son
puestos al servicio de poderosos intereses particulares, mediante la manipulación
y la alineación. El interés egoísta, la mercantilización de toda la actividad humana
y la racionalización de la ganancia hacen que la información, la educación,
la comunicación y la cultura, se conviertan en simples mercancías puestas al
servicio de la acumulación de capital, el control social y el dominio político.
El Estado y la sociedad están llamados a regular el carácter de los mensajes
en función de los intereses vitales de toda la sociedad venezolana, a través de
psicoterrorismo mediático
25
leyes y reglamentos que expresen el interés mayoritario de la sociedad. La
información, la comunicación, la educación y la cultura son prioridad de toda
sociedad por el impacto que tiene en la construcción de la escala de valores y
la conciencia social. Se propugna un sistema de información, comunicación y
cultura de carácter libre, diverso, plural, alternativo, de calidad, actual y oportuno
que permita la formación de un imaginario rico en representaciones articulados
sobre valores para el desarrollo de la vida humana.
La mayoría de la sociedad venezolana está empeñada en avanzar en la
transformación democrática del país y hacer realidad los principios establecidos
en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que, entre otras
cosas, establece la responsabilidad social. El ejercicio pleno y efectivo del
derecho a la libre expresión y a la información libre, diversa, alterna, plural,
actual, de calidad y oportuna, además de ser derechos humanos fundamentales
para todos los venezolanos, son elementos determinantes para construir una
sociedad realmente sana, democrática, participativa y protagónica en una
vida basada en valores éticos de convivencia, ejercicio pleno y efectivo de los
derechos humanos y pluralismo político.
El ejercicio pleno y efectivo de esos derechos exige avanzar en
dirección a la construcción de un sistema de información y comunicación,
que bajo la orientación de una política de comunicación de Estado, contemple
la articulación de la radio y televisión de servicio público de carácter no
gubernamental, de la radio y televisión comunitaria, de la radio y televisión
alternativa, de la radio y televisión privada y comercial. De ese modo, el Estado
y el Gobierno usarían este sistema para relacionarse con la sociedad y sus
ciudadanos, de acuerdo con la normativa establecida por la ley. El Estado con la
sociedad, y especialmente los emisores de los mensajes audiovisuales, asumirían
la responsabilidad, desde el punto de vista de la educación, en la recepción de
los mensajes mediáticos y la formación de redes tecnológicas alternativas. La
Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión significa un primer paso
en esta dirección.
Para los factores de poder dentro de los medios de comunicación
psicoterrorismo mediático
26
todavía existe el plan a través de la USAI (Agencia Informativa de Estados
Unidos), la cual cuenta con más de doscientas sucursales para atentar contra la
soberanía nacional. Esta agencia que coordina los programas norteamericanos de
guerra psicológica ejerce control, también, sobre medios escritos, radiofónicos
y televisivos con el propósito de incidir en la creación de matrices de opinión,
en la formación de periodistas latinoamericanos y en mantener una campaña
propagandística contra los regímenes de corte nacionalista o revolucionarios.
El propósito fundamental es enfrentar el bolivarianismo o latinoamericanismo.
En estos planes han contribuido empresas de televisión norteamericanas (NBC,
CBS, ABC) en alianza con empresas regionales de televisión, como es el caso
de Venevisión, en Venezuela, del Grupo Cisneros. La tendencia de los medios
televisivos privados (grupos ODC y 1BC) ha sido la de lograr sumar tres factores
de poder: un proceso sociocultural hegemónico, el dominio político y un control
económico colonial.
En los dueños de los medios de comunicación privados, especialmente
la televisión, aún persiste la idea de un plan para derrocar el gobierno de Chávez,
y en consecuencia no han cesado en sus estrategias de mantener la carga de
odio, miedo a los adversarios del proyecto bolivariano, mediante un ciclo de
motivaciones, rumores, manipulaciones, insinuaciones, persuasiones y sugestión
un ciclo de transfusión que en salud se considera una pandemia o un problema
de salud pública denominado Síndrome Mediático que afecta fundamentalmente
a sectores de la clase media a quienes les crearon la Disociación Psicótica.
Estos medios de comunicación fueron cada día convirtiendo la
realidd construida por ellos en lo que parece que fuese la realidad real, afectando
de esta manera los componentes emocionales epistémicos y sociales de sectores
importantes de la población venezolana, al transfundirlo, robotizarlo, generando
desasosiego, miedo, manipulación, terror e incitación a la violencia.
Los medios decidieron sustituir a los grupos o partidos políticos
de oposición asumiendo un papel que no les corresponde. Dejaron de prestar
un servicio público para convertirse en una herramienta que atenta contra la
psicoterrorismo mediático
27
soberanía nacional, pues pretenden derrocar el gobierno de Chávez para dar
paso a la intervención extranjera bajo la tutela de los Estados Unidos.
Ante el efecto pernicioso generado por la acción perversa de los
medios de comunicación privados, cuyo interés es mantener sometido a nuestro
país bajo el control de la ideología de las grandes corporaciones que dominan
el mundo, estimulando la mentalidad colonial del venezolano, manteniendo la
baja autoestima como pueblo, entonces cabe preguntarse por qué es necesaria
una ley que norme la responsabilidad social de los medios de comunicación en
Venezuela. Las razones, entre otras, que fundamentan esta necesidad son las
siguientes:
1. Porque existe la urgencia de actualizar la legislación de
telecomunicaciones para ajustarla a los cambios sociales, culturales y
tecnológicos del nuevo siglo y a la profundización de la modernización
de este sector estratégico para el desarrollo del país.
2. Porque el pueblo venezolano está empeñado en avanzar en la
transformación democrática del país y hacer realidad los principios
establecidos en la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, que, entre otras cosas, establece en su Artículo 2: “Venezuela
se constituye en un Estado democrático y social de Derecho y de
Justicia que propugna como valores superiores de su ordenamiento
jurídico y de su actuación la vida, la libertad, la justicia, la igualdad,
la solidaridad, la responsabilidad social y, en general, la preeminencia
de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político”.
3. Porque la calidad de la información y la comunicación depende en
buena medida la constitución del espacio público y a la calidad del
ejercicio de la democracia. Sólo es posible constituir espacios de
civilidad, instituciones sólidas y una sociedad realmente democrática,
participativa y protagónica, si tenemos un sistema de información
y comunicación que aporte al ciudadano y la ciudadana, al niño, la
psicoterrorismo mediático
28
niña y los adolescentes, información y comunicación libre, diversa,
alternativa, plural, actual, de calidad y oportuna que, a la vez, estimule
la formación de una conciencia crítica que les permita la formación de
un juicio propio.
4. Porque es necesario crear un nuevo espacio público para acabar con el
actual, que se base en información y comunicación sesgada, manipulada
y dirigida solamente a garantizar la defensa de los intereses de un sector
particular de la sociedad.
5. Porque se fortalece la participación activa y contralora de la ciudadanía
en todo el proceso de producción, distribución, circulación y consumo
de mensajes mediáticos; los cuales no podrán realizarse de manera
centralizada ni monopólica, tal como lo establece la Constitución
Nacional. En este sentido, se crean las figuras del productor
independiente nacional y los comités de usuarios como formas
específicas de participación ciudadana.
6. Porque es necesario garantizar el ejercicio pleno de los derechos a la
expresión y a la libre información: diversa, alterna, plural, actual, de
calidad y oportuna, para todos. Una sociedad en la que el derecho de
expresión está reservado sólo a una élite social donde se encuentra
los dueños de comunicación privados cuya motivación únicamente es
preservar sus privilegios e intereses, no es una sociedad verdaderamente
democrática.
7. Porque se establece la prohibición de la censura previa y la exigibilidad
de responsabilidades posteriores como forma de garantizar el pleno
ejercicio de los derechos a la libre expresión y a la información,
de acuerdo con la Constitución Nacional y con toda la legislación
internacional, especialmente al Pacto Internacional sobre Derechos
Civiles y Políticos de la Organización de las Naciones Unidas y la
Convención Americana sobre Derechos Humanos de la Organización
de Estados Americanos, conocido también como Pacto de San José.
psicoterrorismo mediático
29
8. Porque es necesaria la protección integral de niños, niñas y adolescentes,
en correspondencia con lo que establece la Constitución Nacional y la
Ley Orgánica para la Protección del Niño y el Adolescente (LOPNA), la
Ley de Educación y todo el ordenamiento jurídico dirigido a garantizar
los derechos a la libre expresión e información de los niños, niñas y
adolescentes y a promover su formación espiritual y moral, su salud
física y mental y, en general, su bienestar social y el pleno desarrollo
de sus potencialidades, bajo la concepción que en la correcta formación
de los niños se garantiza el desarrollo del buen ciudadano, así como el
de una sociedad integrada con valores de convivencia democrática.
9. Porque en una sociedad democrática y en un Estado de Derecho no
puede haber monopolios ni oligopolios que estén por encima del interés
colectivo y de la Constitución Nacional.
Por todo lo dicho, se hace necesario que la sociedad regule, a través
de leyes y normas, el funcionamiento de los medios de comunicación para
que éstos cumplan con su verdadera misión de servidores públicos; lejos de la
omnipotencia, no menos alucinada pero más provechosa, de sus dueños. Se trata
de dejar de ser un telepasivo o telemanipulado o simplemente televidente, para
convertirse en activos teleusuarios, teleactores o teleparticipadores.
30
II
LA DISOCIACIÓN PSICÓTICAARMA IDEOLÓGICA DE LA CONTRARREVOLUCIÓN
BOLIVARIANA
A partir del año 2002 comenzó a evidenciarse en Venezuela un
comportamiento agresivo e irracional que afectaba a un sector de su población,
denominado luego como disociación psicótica. Este concepto fue producto de
la evaluación de varias categorías, entre ellas las de disociado, transfundido,
inoculado, infoterrorismo y psicoterrorismo mediático.
El concepto disociación psicótica empiezó a popularizarse después
del golpe de Estado de abril de 2002, cuando se realizaron varias reuniones en
diferentes instituciones como Oficina Panamericana de la Salud, Ministerio de
Salud y Desarrollo Social, Colegio Médico Metropolitano y CONATEL; con
la asistencia de profesionales como Jorge Rodríguez, Ángela Barrios, Waldo
Ravello, Jorge J. Garce, Franco Silva, Silvia Pernía, Pavel Mudarra, Tania
Díaz, Marisol Rodríguez, Roger Pinzón, Eduardo González, Tatiana Arcos,
Blanca Eckhout, Petra Rivas, Henry Navas, Eugenia Cordones, Rogert Galban,
Álvaro Martínez, Frank Payares, Oliver Reina, Donatella Iacobelli, Antonieta
Destéfano, Enoc Cortéz, María Marruffo, Jacinta Macadán, Tania Pilón,
Jacqueline Landaeta, Nancy López, Helena Salcedo, María Destéfano, Daniel
A. Hernández L., Esther Macías, Indu Anderi, Carlos Ariel, Cristina González,
Emerio Matos, Juan Aldazoro y Erick Rodríguez, entre otros especialistas de
distintas áreas de la comunicación, el derecho y de la salud.
la disociación psicótica
31
En algunas de esas reuniones se planteó que había que identificar
el fenómeno que, en un sector de la sociedad, especialmente en la clase media,
había generado un comportamiento inusual de agresividad verbal, lenguaje
violento y de intolerancia ante el presidente Hugo Chávez, sus familiares, sus
seguidores y el proyecto bolivariano. No se podía mencionar ni siquiera la
palabra “bolivariano” en el año 2002, porque muchas personas reaccionaban
agresivamente.
Igualmente, es necesario contextualizar el fenómeno de la
contrarrevolución al proceso bolivariano. Es importante señalar que éste se
hace evidente a partir el año 2002 como consecuencia de la promulgación
de las 49 leyes habilitantes en noviembre de 2001, cuando se manifiesta el
plan verdadero de la oposición al proyecto de cambio bolivariano, pues estos
instrumentos legales ponen en evidencia las contradicciones entre el proyecto
bolivariano y el status quo que mantenían los grupos económicos dominantes
de la economía venezolana durante los últimos 40 años, bajo la fachada de una
democracia representativa, y cuyo balance para el año 1999 fue la herencia de
82% de pobreza, una economía dependiente, desarticulada y atrasada, un Estado
ineficiente y corrupto con instituciones al servicio de una minoría privilegiada.
la disociación psicótica
32
Entre esta minoría están incluidos los propietarios de los medios de comunicación
social: Venevisión (Orgaización Cisneros), Radio Caracas Televisión (Marcel
Granier y grupo Phelps), Globovisión (Guillermo Zuloaga y Federico Alberto
Ravell), Televen (Omar Camero Zamora), CMT (Umberto Petricca) y Meridiano
TV (Armando De Armas), los cuales jugaron un papel preponderante en el
desarrollo de la denominada disociación psicótica.
Este trabajo se estructuró en tres ideas principales. En la primera
realizaremos un análisis de tres categorías médicas que permitirá comprender el
concepto de disociación psicótica como un fenómeno psicosocial. La segunda
idea consistirá en un análisis del papel de los medios de comunicación social
venezolanos (Venevisión, Radio Caracas Televisión, Globovisión, Televen,
CMT y Meridiano TV), como factor externo inoculador que permitió la
manifestación colectiva de esta patología social, la cual constituye uno de los
elementos ideológicos más peligrosos en contra del proceso bolivariano; de
allí la importancia de su estudio. Y por último una tercera idea que evaluará la
denominada disociación psicótica como arma ideológica de la contrarrevolución,
fundamentada en el análisis de tres coyunturas históricas donde se evidenció la
sociopatología: a) El golpe de Estado en abril de 2002, b) El sabotaje petrolero
de diciembre 2002 y enero 2003, c) La llamada “guarimba” de 2004, para
realizar una reflexión ante los resultados del Referéndum Revocatorio del 15 de
agosto de 2004, acontecimiento que pudo considerarse como un evento límite
para quienes sufren de esta disociación. Dado que a partir de abril de 2004, la
manifestación de esta conducta colectiva ha disminuido, es posible que hayamos
entrado en una nueva etapa de este comportamiento; y ahora vayamos de los
disociados psicóticos a los enajenados mediáticos.
la disociación psicótica
33
La disociación, la psicosis y los trastornos de comportamiento perturbador:
tres categorías médicas componentes de la disociación psicótica
Es cierto que no estamos ante una disociación, una psicosis, o un
trastorno de comportamiento perturbador como tal, pero entendemos que la
sintomatología que caracteriza a estas entidades o psicopatologías sirve para
definir o construir la categoría con la cual definiremos la conducta de algunas
personas que manifestaban un comportamiento inusualmente violento e
irreflexivo a partir del año 2002.
Para intentar aproximarnos a la identificación de esta conducta
colectiva se define como disociación psicótica, debido a que se observaban
algunos componentes de esta trilogía psicopatológica (disociación, psicosis
y trastornos de comportamiento perturbador). A partir de la definición de este
comportamiento colectivo, se procedió a observar y analizar cuál era el elemento
inductor fundamental para que esta entidad estuviese afectando a un importante
sector de venezolanos, fundamentalmente a la clase media. Todos los estudios
transdisciplinarios coinciden en que los medios de comunicación social privados,
sobre todo la televisión, son el agente inoculador. Una investigación posterior
reveló que los inoculados o transfundidos resultaron ser aquéllos que habían
estado más influenciados por la estrategia publicitaria consumista que difunde
estos medios.
El término disociación psicótica no aparece como tal en el Manual
Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV), pero partimos
estableciendo que algunas identidades psicológicas como la disociación, la
la disociación psicótica
34
psicosis, los trastornos de comportamiento perturbador (trastorno negativista
desafiante y el trastorno disocial) constituían componentes de referencia
psicológicos de la denominada disociación psicótica. La disociación es un
estado de conciencia, de memoria, de identidad o percepción del entorno
escindido o de rompimiento. Existen dentro de esta clasificación cinco trastornos
disociativos:
1. Trastorno de despersonalización.
2. Trastorno de identidad disociativo o trastorno de personalidad
múltiple.
3. Amnesia disociativa o amnesia psicógena.
4. Fuga disociativa o fuga psicógena.
5. Trastornos disociativos no especificados.
De acuerdo con este Manual DSM-IV, las personas con este trastorno
disociativo han perdido el sentido de poseer una conciencia. Igualmente, se
sienten como si no tuvieran una identidad definida, están confundidos de quiénes
son, o manifiestan múltiples identidades. Sienten que pierden todo aquello que le
proporciona una personalidad única. Sus sentimientos, acciones y pensamientos
son anormales; aparece entonces la disociación como una autodefensa contra
el trauma.
Los estados disociativos suelen estar relacionados con traumas,
conflictos personales y relaciones interpersonales malas. Éstos pueden aparecer
en personas sometidas a un período prolongado de persuasión coercitiva intensa,
como lavado de cerebro, reforma del pensamiento e indoctrinación, mientras era
cautivo o sometido a culto religioso. Éstos pueden ser considerados dentro de la
psiquiatría dinámica como la separación entre los elementos de una unidad de
manera que algo es roto o dividido en dos o más componentes; significa desunión,
separación, escisión. La disociación es una desintegración consecuencia de
ciertos traumas o situaciones de stress individualmente intolerante. Es un tipo
la disociación psicótica
35
de respuesta defensiva inconsciente en la cual se produce una especie de huida
psicológica. Los estados disociativos pueden presentarse en individuos que han
estado sometidos a períodos prolongados e intensos de persuasión coercitiva.
Después del golpe de Estado de abril de 2002, comenzó a evaluarse
el problema y se pudo apreciar que estas personas manifestaban una conducta
de intolerancia con una fuerte carga de odio y una ruptura de las relaciones
personales, de amistad e inclusive familiares, las cuales sufrían deterioro o
ruptura por el hecho que el otro no compartiera su posición política. En el foro
“Psiquiatría en época de crisis política, económica y social”, realizado en Caracas
el 25 de enero de 2003, se analizó, entre otros casos, que muchos pacientes
que acudían a las consultas con psiquiatras o psicólogos clínicos reportaban
problemas sexuales tales como:
1. Pérdida de la líbido.
2. Abandono de las experiencias sexuales por ansiedad.
3. Disfunción eréctil.
4. Eyaculación precoz.
Muchos de estos trastornos eran ocasionados porque las personas
estaban pensando y hablando permanentemente de Hugo Chávez, lo cual les
ocasionaba desconcentración y pérdida de interés por el acto sexual. A esta
situación los especialistas la denominaron el Síndrome Chávez. En el Manual
DSM-IV se conceptualiza como psicosis, aquellas enfermedades mentales donde
la función psíquica se halla tan afectada que el sujeto que la padece no puede
controlar sus impulsos, no puede establecer un correcto juicio crítico de la
realidad. No puede convivir razonablemente con los demás, por lo que resulta
peligroso para si mismo, para los otros y puede tener incapacidad para distinguir
entre el mundo externo y su propia vida psíquica. Les atribuyen a los demás
aquellos impulsos o sentimientos que sólo están en su mente y juzgan como un
hecho real aquello que sólo es un deseo o fantasía inconsciente.
La psicosis pueden dividirse en dos grandes grupos: unos orgánicos,
la disociación psicótica
36
en los que puede existir una patología cerebral o somático general; y otra
psicológica, en la que se conjugan entre si diversos modos dando lugar a la
eclosión de la enfermedad (situaciones ambientales, frustraciones, experiencias
infantiles, fijación, etc.). Lo psicótico se refiere a las ideas delirantes, a las
alucinaciones manifiestas, debiendo presentarse esta última en ausencia de
conciencia de su naturaleza patológica. Es un trastorno mental que ocasiona
un deterioro que interfiere en gran medida con la capacidad para responder a
las demandas cotidianas de la vida. Es un grave deterioro de la evaluación de
la realidad.
Cuando se analizó el comportamiento de disociación psicótica de
estas personas, durante los meses posteriores al golpe de Estado de abril de 2002,
era común observar que cuando se le entrevistaba por televisión, no eran capaces
de realizar una evaluación crítica de lo ocurrido; sólo se limitaban a repetir los
argumentos que fabricaron los medios de comunicación social para justificar la
ruptura del hilo constitucional. Inclusive, convirtieron a la víctima en victimario,
tal y como es el caso del secuestro del Presidente de la República.
Otro elemento, de acuerdo con el Manual DSM-IV, es el denominado
trastorno de comportamiento perturbador:
1. Trastorno negativista desafiante: se describe como un patrón recurrente
de comportamiento negativista, desafiante, desobediente y hostil
dirigido a la figura de la autoridad; se caracteriza por frecuente aparición
de, por lo menos, cuatro de los siguientes comportamientos: accesos
de ira, discusiones con otras personas, llevar a cabo deliberadamente
actos que molestarán a otras personas, culpar a otro de sus propios
errores o problemas de comportamiento, son quisquillosos, se sienten
fácilmente molestados por otros, se muestran iracundos o resentidos,
son rencorosos o vengativos, o provocan en sus relaciones deterioro
de su esfera social, académica o laboral.
2. Trastorno disocial: se presenta como un patrón de comportamiento
persistente y repetitivo en el que se violan derechos básicos de otros,
o normas sociales importantes adecuadas a la edad del sujeto. Se
la disociación psicótica
37
caracteriza por: conducta agresiva que puede causar daños físicos a
personas, animales o propiedades; violaciones graves de las normas
y las leyes; conducta tiránica, amenazante e intimidatoria hacia los
demás; o actitud desafiante, desobediente, sin importarle causar daños
o violar los derechos de los demás.
En todos los eventos de protestas de 2002, 2003 y comienzos de 2004,
pudo observarse que las personas inoculadas, transfundidas o telemanipuladas
incurrían en violaciones a las leyes del libre tránsito, como cerrar calles, colocar
barricadas y utilizar objetos contundentes en contra de policías y guardias
nacionales, alegando que se trataba de su derecho a manifestar. Las televisoras
comprometidas en el plan golpista reforzaban este comportamiento y utilizaban
figuras públicas, especialmente políticos, para incitar a estas personas a mantener
este comportamiento desafiante, pues se trataba de una legítima desobediencia
civil. De esta manera, se llegó a una aproximación que revelaba que a partir
de los elementos contenidos en estas psicopatologías, como la disociación, la
psicosis y los trastornos de comportamiento perturbador (a pesar de que como ya
señalamos, en el Manual DSM-IV, no existe el término de disociación psicótica),
podíamos realizar un primer acercamiento conceptual para entender que algunas
de estas identidades psiquiátricas se hallaban presentes en el comportamiento de
las personas de la clase media que participaban en los acontecimientos violentos
y de intolerancia de esos años, por el efecto que venían causando los medios
de comunicación, en especial la televisión, como agente externo inoculador de
ese comportamiento colectivo.
Es así como se planteó crear la categoría disociación psicótica
para definir este comportamiento de sectores de la clase media por el efecto
de los medios de comunicación, especialmente los televisivos crearon una
ideología antichavista. Fue a partir de estos elementos que se llega a definir esta
categoría sociológica llamada disociación psicótica, que refleja uno o varios
componentes de las tres categorías médicas (disociación, psicosis, trastornos
la disociación psicótica
38
de comportamiento perturbador).
Se hizo una aproximación para determinar que cuando una persona
presentara una ruptura de la unidad psíquica emocional que provoca alteraciones
de los procesos de socialización, bloqueando o prejuiciando su capacidad
para evaluar o hacer juicio de la realidad por un proceso de inoculación o
transfusión, donde hay un proceso por el que los estímulos físicos (la televisión)
se transforman en información psicológica, o sea un proceso mental por el
que los estímulos sensoriales pasan a la conciencia, y si la información es
reiterativa invocan estados inconscientes y generan lo que pudiéramos llamar
una enajenación, entendiendo por ésta una confusión de la razón o de los sentidos
y el hecho de entregarle a otro el dominio de algo.
Cuando calificamos que un sector de la población venezolana sufre de
la denominada disociación psicótica, nos referimos a conductas de intolerancia,
agresividad, hostilidad, de un estado emocional lábil, con una visión aislacionista
social y poca actitud para reflexionar sobre la realidad y formarse un juicio
propio de ella a partir de analizar varias fuentes de información.
La televisión venezolana privadaAgente inoculante de la disociación psicótica
la disociación psicótica
39
Es indiscutible que en Venezuela los medios de comunicación
social privados fueron un aliado importante en el sistema de democracia
representativa, especialmente los audiovisuales (Venevisión, Radio Caracas
Televisión, Globovisión, Televen CMT y Meridiano TV). Gracias a su capacidad
de penetración, estos medios han dominado a la población, sin control de los
organismos del Estado. El poder de los medios audiovisuales los convirtió en un
factor de manipulación de la cultura, manejando las necesidades socioculturales
de la población y creando los estereotipos de la cultura consumista o dirigista.
Las televisoras Radio Caracas Televisión y Venevisión, durante la
democracia representativa, fueron concentrando un inmenso poder económico y
político de tal magnitud que inclusive han ejercido control sobre los otros medios
de comunicación y de los poderes públicos, donde imponían sus representantes
para garantizar sus intereses.
Estos grupos de los medios de comunicación, especialmente el
sector de la televisión (Organización Diego Cisnero-Venevisión y el grupo
1BC-GPH-Radio Caracas Televisión) mantenían un total control sobre el área
de la comunicación a tal punto que quienes hacían las normativas y leyes en
esta materia pertenecían a sus bufetes. Los dueños de estos medios, colocaban
tanto al ministro de la comunicación como al del organismo que regulaba el
espectro televisivo y radioeléctrico (Consejo Nacional de Telecomunicaciones-
CONATEL). De esta manera, el Estado se mantenía al margen de las propuestas
de expansión e industrialización televisiva y de la radio, dejándole el dominio
de las concesiones al sector privado y distorsionando el mercado publicitario
y los equilibrios entre otros medios independientes, tanto impresos como
audiovisuales, en el país.
Al estar el monopolio de los medios de comunicación en manos
de la clase dominante, de los poderosos magnates o de las redes económicas
la disociación psicótica
40
interconectadas, usaron éstos (radio, televisión, periódicos y satélites) como un
instrumento para servir a sus propios intereses y los de sus socios extranjeros.
De este modo, los medios jugaron un papel fundamental en la transmisión de
las ideologías o de una falsa conciencia que inducen a imitación y situaciones
emocionales denominada interaccionismo simbólico.
El poder de las dos grandes televisoras controló a los demás medios
de comunicación, adulteró los mecanismos naturales de formación de la opinión
pública utilizando las mismas estrategias para incitar al consumo. De este modo,
neutralizaron y pervirtieron los elementos propios de la cultura nacional y del
sistema educativo venezolano, por valores consumistas y una visión del mundo
bajo la óptica del capitalismo dependiente.
En efecto, estas televisoras se dedicaron a crear motivaciones que
generaron necesidades propias del sistema capitalista dependiente, especialmente
en la clase media, tanto necesidades fisiológicas o biogénicas (todo lo que tiene
que ver con lo que se necesita para la vida: alimentos, ropa, bebidas, sexo, entre
otras) como las necesidades adquiridas, donde pusieron e incidieron mayormente,
llamadas también necesidades psicológicas o psicogénicas (el autoestima, el
temor, el amor, la aceptación, entre otras).
La labor realizada durante décadas les permitió a estos medios
conocer las motivaciones que provocaban las emociones que impulsaban al
consumo. También se dedicaron a conocer el estilo de vida de los venezolanos
de todos los sectores y los valores donde se movían esas personas en su ámbito
social y familiar. Sobre la base de este conocimiento fueron moldeando la cultura
consumista del venezolano, la cual fundamentalmente es una transculturación
con valores de la cultura occidental, especialmente de los Estados Unidos.
Esto lo realizan principalmente a través de la manipulación de estereotipos,
arquetipos y símbolos.
Durante el año 2002, estos medios de comunicación inocularon
o transfundieron a la población venezolana, especialmente a la clase media,
la disociación psicótica
41
rechazo hacia el presidente Hugo Chávez y el proyecto que representa. Se
aprovecharon de los estereotipos que la gente lleva en sus mentes, especialmente
los asociados a los miedos propios del sistema capitalista: pérdida de los bienes
materiales, de la libertad, del status, de la seguridad personal, pérdida de la vida,
etc.; y estas motivaciones (miedo, fobias y odio) actuaron como una fuerza
poderosa que los impulsó a la acción orientada a alcanzar una meta: sacar al
presidente Chávez del poder. Tanto él como la Revolución Bolivariana fueron
convertidos en un terrible enemigo, el causante de todos los males, el generador
de todos los miedos.
Para lograr estos objetivos, los directivos de los medios de
comunicación, liderados por Venevisión, Globovisión y RCTV, hicieron una
especie de pacto en el año 2002 para derrocar el gobierno de Chávez. Con
financiamiento extranjero, especialmente de la administración de George
W. Bush, y en alianza con los grupos económicos afiliados a Fedecámaras
manipularón a sectores de la clase media, a quienes ya venían inoculando con
sus mensajes, convirtiéndolos en telemanipulados. Durante los primeros cuatro
meses del año 2002, las televisoras sobreestimularon a estas personas para
que reaccionaran con violencia como mecanismo de defensa ante las políticas
de cambios que lesionaban los intereses de estos propietarios de medios y
empresarios, pero hicieron ver a los telemanipulados que dichas políticas eran
en contra del pueblo venezolano.
Tales son los casos de abusos de estos monopolios audiovisuales e impresos
que por su importancia mencionaremos algunos:
1. Violación de los derechos colectivos y/o difusos de los niños, niñas
y adolescentes y también de adultos mayores lábiles emocionales,
con programación noticiosa y entrevistas donde se incitaban se
presentaban escenas de violencia en los horarios infantil y para
adolescentes.
2. Infracciones al no advertir en los generadores de caracteres la
la disociación psicótica
42
advertencia que se mostrarían escenas de violencia, mostrando
cuadros humanos crueles, imágenes de personas con perforaciones
de balas en el cuerpo y otras sin vida, en horario infantil y para
adolescentes.
3. Utilización de niños para proselitismo político e incitación a la
violencia, al odio y a la intolerancia.
4. Cuando RCTV, Venevisión y Televen infringieron el horario
protegido a través de la transmisión de un mensaje en varios niveles
comunicacionales (además el uso de metalenguaje está prohibido),
con el video difundido el lunes 2 de diciembre de 2002, con una
imagen y la leyenda del niño Christian Andara, de 11 años de edad,
hijo del General de División (R) de la Aviación Andara Clavier. En
el video aparece el niño enviando un metamensaje a los hijos de
los militares venezolanos: “No permitir que hagan cosas que no
les gustaría para él ni para los demás niños tampoco”. Pide “a los
demás niños, hijos de militares activos, a sus papás que protejan
y defiendan a la gente de nuestro país, porque hay muchas cosas
malas que a nosotros los niños nos tienen muy asustados y a
nuestros padres angustiados”.
5. Transmisión de programación tendente a promover el terror en los
niños, con mensajes que atentan contra la convivencia humana,
incitan al odio, la indisciplina o desobediencia.
6. Cuando uno de los diarios impresos más conocidos, unido al
monopolio de la información, violaron los derechos colectivos
de niños, niñas y adolescentes, con la publicación de un artículo
de prensa titulado: “Mamá, ¿si San Nicolás viene, le va a pegar
un tiro?”. La persona a la que el niño se refiere obviamente es al
Presidente Chávez (El Nacional, edición especial, cuerpo A, Pág.
13, 12-12-02). Por citar sólo algunos ejemplos.
la disociación psicótica
43
Dentro de este orden de ideas, se diseñó una campaña
mediática que abarcó la publicidad y los programas de noticias, entrevistas y
opinión, estableciendo dentro de la jerarquización de necesidades: la salida del
Presidente Chávez del poder, por encima de cualquier otro interés, inclusive
personal o familiar, lo cual había que sacrificar sin importar si este sacrificio
significaba perder la vida (como las muertes ocurridas durante las marchas).
Cada día las acciones hostiles se intensifican, se impuso la intolerancia y como
consecuencia, la violencia física y verbal se hizo manifiesta, porque se estaba
defendiendo la libertad y la democracia ambas amenazadas por el proyecto
bolivariano (supuestamente comunista).
Para conseguir esta reacción crearon una verdad mediática o virtual,
en el marco del plan “Libertad y Democracia”, donde manejaron la idea que el
Gobierno había instalado un régimen represivo, autoritario y comunista, mientras
ellos ofrecían la seguridad de la democracia representativa. Para mantener el
control disuasivo, dominante e inoculante, contaron también con sectores de los
partidos políticos, de organizaciones sociales y educativas para dar la idea que
de ese lado estaba el pluralismo, la ecuanimidad y la democracia. De este modo,
difundieron entre este sector inoculado o transfundido que eran todo el pueblo
venezolano, a lo que se llamó la sociedad civil, reforzando el sentimiento de odio
hacia el presidente Chávez como antítesis de ellos. Es importante señalar que
cuando se hablaba del pueblo venezolano o de la sociedad civil, no se incluían
a los seguidores del presidente Chávez. Para los medios de comunicación, éstos
no eran parte del pueblo.
Los directivos de las televisoras privadas y los medios impresos:
El Nacional, El Universal, el Bloque De Armas, como los más emblemáticos,
conocían el hábito de consumo de la mayoría de los hogares venezolanos, porque
en un alto porcentaje, éstos han sido moldeados por ellos. En consecuencia,
desarrollaron toda una campaña de temor por un supuesto desabastecimiento,
por la inseguridad personal ante la amenaza de una guerra civil, provocada por
los “círculos violentos chavistas”, por el miedo a perder los bienes materiales
la disociación psicótica
44
que supuestamente el Gobierno y sus seguidores les arrebatarían. También
conocían que por lo menos más de 70% de los hogares de clase media y de los
sectores populares tenían como recreación o diversión en sus tiempos libres ver
la televisión u oír la radio, lo que les permitió imponer esta campaña durante las
24 horas del día y con ello crearon la teleadicción a los telemanipulados, lo que
retroalimentaba la conducta denominada disociación psicótica.
Esto le permitió ejercer un total control para la penetración de sus
mensajes de carácter ideológico, a través de la publicidad y la programación,
que se intensificaron en los meses de febrero, marzo y los primeros días de
abril de 2002; luego, a partir de junio, se reinicia como parte del plan de
paro nacional indefinido. De este modo, se intensifica la manipulación de la
violencia imaginativa o icónica, que es cuando el espectador no se enfrenta con
una violencia directa sino una representación imaginaria de esa violencia. En
este caso, la violencia provoca un impacto subjetivo sobre el televidente, en
especial en los niños y las personas con debilidad emocional. La representación
imaginaria de esa violencia fueron los seguidores del presidente Chávez (los
círculos bolivarianos a los que llamaron círculos del terror), lo cual provocó un
gran impacto sobre estos venezolanos, susceptibles emocionalmente, quienes
no pudieron diferenciar entre la ficción y la realidad. Se aferraron a esa “verdad
mediática”, fabricada por los canales privados de televisión, los cuales les
transfundieron la idea que Chávez en sus discursos era quien incitaba al odio y
la violencia. De esta forma, al endosarle al Presidente la responsabilidad de la
intolerancia, ocultaban sus verdaderas intenciones de incitar a la confrontación
fraticida (una guerra civil).
Globovisión, especialmente, fue el canal que implementó con mayor
eficiencia este plan, al ser un canal transmisión de información continua, las 24
horas. Se le hizo fácil la campaña de desinformación acelerada y la reiteración
del uso de programas especiales para indicar que el autor e incitador del odio y
la intolerancia era el presidente Chávez, utilizando recursos como el montaje,
la tergiversación de los hechos, creando una especie de alineación en el sector
la disociación psicótica
45
de la población que inocularon. Venevisión y RCTV reforzaron estas acciones
como parte del plan para abril de 2002, porque para noviembre-diciembre de
ese mismo año y enero-febrero de 2003 todos los canales se encadenaron y
suspendieron las programaciones habituales y la publicidad para intensificar
esta estrategia de guerra psicológica de baja intensidad.
Con una música de fondo que genera angustia, Globovisión presenta
las informaciones con la tergiversación de los hechos. Venevisión y RCTV
reforzaron estas acciones como parte del plan.
Sometieron a sus audiencias a un mundo complejo de mensajes y
una especie de invasión de símbolos asociados al miedo persistente, irracional,
exagerado e invariablemente patológico, produciendo una ruptura de factores que
unen a la sociedad y, con ello, aparece la intolerancia. Esto indujo a la agresión
verbal y física, a la destrucción, sin importarle si eran adultos o niños, a quienes
causaban daño y hasta el autocastigo. Es, a partir de este estado psicológico, que
se incita al uso de símbolos como el de la cacerola de manera intensiva contra
los seguidores del proceso Bolivariano, a quienes estigmatizaron como lumpen,
turbas, chusma, hordas, violentos.
Manipularon los arquetipos formados durante los últimos cuarenta
años, especialmente los asociados al miedo al comunismo, a la invasión y el
despojo violento por parte de los pobres; o a ser víctima de la violencia del
adversario. Esta última percepción causó el hostigamiento a los propios vecinos
que no eran confinidantes. En consecuencia, a través de las asociaciones de
vecinos se implementaron medidas supuestamente defensivas, como colocar
cercas electrificadas en los edificios o cercas de serpentinas o alambrados de púas
con electrificación en las entradas de las urbanizaciones, cerrar calles con puertas
eléctricas, fabricar de bombas molotov guardadas en edificios y viviendas. Se
dieron enseñanzas o simulaciones de cómo caminaban, hablaban o gesticulaban
los “pobres”, se convirtieron sistemas de dispersión para extinción de incendios
convertidos en dispersores de aceite caliente para ser arrojado en escaleras y
pasillos de las edificaciones, se implementaron turnos de guardias con los vecinos
la disociación psicótica
46
armados, se prepararon a niños y adolescentes para la defensa y otras acciones en
franca violación a la Constitución Nacional y al marco jurídico de la República.
Esta situación mantenía en un estado de desasosiego y angustia a ese
colectivo, y causó fuertes emociones sobre todo en el grupo de trabajadores de la
industria petrolera, que por la propia inducción que realizaba la empresa, fueron
proclives a temerle a la ideología comunista y reaccionaron de acuerdo con el plan
de los medios de comunicación social (Democracia y Libertad).
Con la manipulación de estos estereotipos, símbolos y arquetipos, los
dueños de los medios construyeron una realidad virtual que le interesaba para sus
propósitos políticos con imágenes y mensajes que, manipulando los componentes
psicogénicos y sociogénicos de nuestro diario quehacer y de nuestra sociedad,
actuaron sobre las motivaciones y emociones como fuerza impulsora. A través
la disociación psicótica
47
de la psicogénesis, manejaron los traumas psíquicos y los miedos, incidiendo
en el elemento de la sociogénesis de estos sectores, como lo eran el status, el
bienestar, los valores, las creencias; convirtiendo a la violencia en un medio
legítimo para alcanzar el objetivo de sacar a Chávez del poder.
Este fenómeno preocupó a muchos especialistas de la salud y la
comunicación, porque se pudo observar la influencia determinante de los
medios de comunicación durante los años 2002, 2003 y 2004 en un sector de la
clase media (los telemanipulados) que había mantenido una conducta más bien
indiferente ante los asuntos políticos durante las décadas anteriores. Ahora, se
estaban expresando en actos y conductas violentas inusuales por lo irreflexivo
e intolerante. Aunque es importante señalar que, además de Caracas, esta
conducta agresiva se observó sobre todo en aquellas ciudades vinculadas con
la industria petrolera (Maracaibo, Maturín, Anaco, Puerto Cabello, Valencia,
Paraguaná, Cabimas).
Los comportamientos y las actitudes con esta carga de agresividad
inusual y exagerada que se manifestaron en personas con niveles de base latentes
de agresión, fueron estimulados en forma acumulativa e insidiosa y debe ser
tratado como un problema de salud pública, porque produce directamente un
número importante de afecciones psicosociales que influyen en el entramado
de las relaciones sociales.
De esta manera, los medios transformaron la situación política en un
concepto (peligro por la pérdida de la libertad y la democracia), y éste a su vez
en una imagen (violencia), y el simbolismo lo transformaron en un fenómeno y
luego en unas ideas (odio, miedo) de manipulación hacia y entre la población,
generando mediante un proceso de motivaciones, rumores, manipulaciones,
insinuaciones, persuasiones y sugestión, un ciclo de inoculación o transfusión
que, por los componentes de la psicopatología, la trilogía (disociación, psicosis
y trastornos del comportamiento perturbado), se le hizo una aproximación a su
identificación denominando disociación psicótica o enajenación mediática.
la disociación psicótica
48
La disociación psicótica o enajenación mediática como arma política
Cuando el proyecto bolivariano demuestra que Hugo Chávez no
llegó al poder para implementar un régimen sustitutivo, sino para llevar adelante
un proceso revolucionario, es decir, una transformación de las estructuras
económicas y políticas para impulsar el cambio social, se produce la reacción
natural de quienes usufructuaban el poder en Venezuela. Sin embargo, como los
políticos y sus partidos tradicionales habían entrado en una etapa de desgaste
y descrédito, fueron los medios de comunicación social los que asumieron
el rol de oposición, utilizando a los periodistas, comunicólogos, artistas y
narradores de noticias como sustitutos de los políticos tradicionales en su papel
de opositores.
Esta situación planteó toda una estrategia comunicacional a partir
del año 2001, donde las principales televisoras y radios privadas, apoyadas por
la prensa escrita, jugaron un papel determinante debido a que se convirtieron en
elementos de inducción para desencadenar la violencia y la intolerancia, de tal
forma que presentaron estos dos factores perniciosos como una forma legítima
de protesta y exaltaron elementos de perversión como la agresión física, el
desconocimiento a las leyes y los derechos de los demás ciudadanos, apelando
al artículo 350 de la Constitución Nacional para justificar los planes golpistas
y fascistas del año 2002.
Para el logro de estos objetivos emplearon el maniqueísmo (que
sólo admite dos principios excluyentes: bueno o malo) como recurso ideológico
para promocionar como buenos a quienes se oponían al proyecto bolivariano,
la disociación psicótica
49
y como malos a quienes apoyaban el proyecto liderado por el Presidente, sin
importarle el pasado político de las personas de ambos sectores. Un buen ejemplo
de ello fue el caso del general Manuel Rosendo, quien fue acusado de corrupto
y fue ridiculizado; pero una vez que apoyó el golpe y se pasó a la oposición, se
convirtió automáticamente en un analista militar serio e inteligente. Al utilizar
esta valoración exacerbada de símbolos, crearon una ideología antichavista.
Esto impactó más a los sectores medios de la población.
Dentro de este orden de ideas pudiéramos plantear que la radio
y la televisión privadas apelaron a la emoción y a la persuasión ideológica
para inocular a un sector de la población, cuya conducta consumista conocían
muy bien. De este modo, estimularon los miedos, frustraciones y paranoias
para utilizarlos como un verdadero poder político contra la Revolución
Bolivariana. Por su parte, los medios impresos recurrieron a inmóviles letras
como los instrumentos de persuasión, reforzando la acción de los medios
audiovisuales.
La Revolución Bolivariana constituye un fenómeno político de
trascendencia en América Latina, porque desde el punto de vista ideológico
representa un proyecto nacionalista que impulsa una transformación por la vía
constitucional, y por ende pacífica, para alcanzar un verdadero cambio social.
Este proyecto entra en contradicción con el nuevo orden internacional, que, con
el liderazgo de Estados Unidos como potencia hegemónica militar y económica,
pretende imponer al mundo el modelo neoliberal, especialmente en América
Latina, contando para ello con gobiernos títeres y complacientes.
Pero la Revolución Bolivariana entra en contradicción con la ideología
neoliberal porque lesiona los intereses de los grupos privilegiados venezolanos
y extranjeros, debido a que persigue fundamentalmente trascender hacia un
nuevo modelo productivo diversificado, tendente a alcanzar la independencia
económica dentro de un Estado democrático que reemplaza el representativo
por uno participativo y protagónico que ejercerá la contraloría social.
la disociación psicótica
50
Este modelo lesiona los intereses de quienes se han beneficiado con
la democracia representativa, por eso provocó la reacción de la clase empresarial
venezolana, especialmente en el sector de los medios de comunicación social
y de la administración Bush, quienes optaron por la violencia como vía para
derrotar la Revolución Bolivariana, tal y como ocurrió en el pasado con otros
intentos revolucionarios en el continente americano.
En consecuencia, utilizaron como arma ideológica plantear
la confrontación como una lucha de clases sociales, tergiversando y
descontextualizando el discurso del Presidente Chávez para incitar al odio
social de un grupo contra otro, y de este modo impulsar una guerra civil en
Venezuela que justificara la intervención extranjera, básicamente de Estados
Unidos, como ha ocurrido en otros países latinoamericanos. Sin embargo, una
guerra civil no es tan fácil desatar en un país con una tradición pacifista de más
de un siglo, y en un pueblo con cuarenta años de cultura democrática, como es
el caso venezolano.
Pero sin tomar en cuenta esta realidad, los dirigentes de los medios
utilizaron la misma estrategia que aplicaron en Chile de Salvador Allende, con
el convencimiento que exaltando las emociones y activando los sentimientos de
frustración de un sector de la población, donde ellos ejercían control y dominio,
desencadenarían la violencia contra el sector que apoyaba al Presidente en
las zonas populares, y con ello lograrían la guerra civil. El fin que persigue el
imperio y sus aliados nacionales es intervenir a Venezuela y detener el proceso
revolucionario bolivariano; el medio que utiliza para tal fin es la confrontación
de un sector de la población contra otro para desencadenar una guerra entre
connacionales. La participación de los medios fue aportar el arma psicológica:
la disociación psicótica.
Es importante referirnos a tres coyunturas donde se evidenciaron
los efectos de esta conducta durante los años 2002, 2003 y 2004. El primer
hecho evidente ocurre durante el golpe de Estado de abril de 2002, cuando se
la disociación psicótica
51
organizaron marchas y concentraciones en rechazo al nombramiento de una
nueva Junta Directiva en PDVSA, por decisión del Presidente Chávez. Los
medios, especialmente los canales comerciales de televisión, convirtieron en
noticias las convocatorias que se hacían diariamente a las concentraciones y las
marchas para protestar por este hecho.
De este modo, se fue creando el escenario para incitar al
desconocimiento de la autoridad del Presidente de la República y del marco
jurídico, contradiciendo su propio fundamento, porque lo hacían apelando al
artículo 350 de la Constitución de la República para justificar todas las acciones
violentas y desestabilizadoras alegando el derecho a la mal llamada legitima
desobediencia civil. Es importante señalar que entre quienes utilizaron este
argumento estaban profesionales del derecho, e inclusive personas que ocuparon
en el pasado altos cargos en las instituciones del Estado; tales como un exfiscal
General de la República y una expresidenta de la Corte Suprema de Justicia,
quienes figuraron entre los más vehementes defensores de la desobediencia
civil, incitando a violar la Constitución Nacional y el desconocer las autoridades
legítimas.
En estas concentraciones y marchas, que se hicieron cada vez más
frecuentes y masivas, comienzan a utilizarse una serie de símbolos que, además
de identificar a este sector, actuaba como estímulo para reforzar las emociones.
Observamos que entre los símbolos que se pusieron de moda estaban las
vestimentas de color negro, el uso de la bandera nacional con lazos negros en
señal de duelo o luto porque se deseaba inculcar la idea de la muerte inevitable
de un grupo de venezolanos , el uso de las cacerolas como instrumento de
agresión sonora y de agavillamiento, pitos que sustituían muchas veces los
gritos histéricos, las antorchas como arma amenazante al estilo del Ku Kux
Klan. Todo ello encerraba una simbología asociada al fascismo, porque el
grupo que lo realizaba se creía una especie de raza superior con el derecho de
atribuirse ellos solos la representación del pueblo venezolano; por tanto, con
pretensiones de eliminar, mediante una guerra civil, a quienes apoyaban al
la disociación psicótica
52
presidente Chávez.
Para justificar el golpe de Estado de abril de 2002, los medios empiezaron
una campaña bien orquestada de acusaciones con el Gobierno de instaurar un
régimen comunista, de estar asociado con la guerrilla colombiana y vinculado
al terrorismo internacional. Esta campaña produjo la reacción deseada por los
medios, pues las personas inoculadas expresaban una conducta agresiva con un
alto grado de angustia. En sus declaraciones manifestaban su convencimiento
del peligro que representaba el gobierno de Chávez, que pretendía instaurar un
comunismo que pusiera en peligro sus bienes y sus vidas. Con ello lograron
que la participación se hiciera cada vez más masiva, violenta e irreflexiva.
Cuando ocurre el golpe de Estado, las televisoras
Venevisión, Radio Caracas Televisión y Globovisión instigaron a estas personas
telemanipuladas a denunciar el paradero de aquellos dirigentes del chavismo,
para que el gobierno de facto los buscara y lo sometiera a “su justicia”; como
fue el caso de Tarek William Saab, de Ramón Rodríguez Chacín entonces
ministro de Interior y Justicia y de quienes participaron en la defensa del
puente Llaguno (Peñalver, Rivera, Cabrices y Atencio), a quienes se les acusó
de ser los responsables de las muertes ocurridos la tarde del 11 de abril. Los
llamaron “los pistoleros de Llaguno” para etigmatizarlos como asesinos. Los
medios se atribuyeron el rol de jueces: los condenaron, violando así el principio
de presunción de inocencia y el debido proceso. Sin ningún tipo de escrúpulos,
utilizaron el montaje para hacer ver a estas personas como asesinos, y presentaron
el golpe de Estado como la disidencia de un grupo de militares que le retiró
el apoyo al Presidente de la República por haber provocado una masacre. De
esta manera, se incitó a la venganza para desencadenar actos de violencia
generalizados en desagravio por lo ocurrido.
la disociación psicótica
53
A pesar que posteriormente se presentaron una serie de pruebas y testimonios que
evidenció la responsabilidad de quienes planificaron el golpe, para las personas
inoculadas o transfundidas (telemanipulados) la verdad era lo que presentaron
todos los medios privados: la renuncia del Presidente después de haber desatado
una masacre y la conformación de un gobierno de transición producto de un
vacío de poder, donde no hubo delito.
Después del golpe no hubo ningún tipo de reflexión por parte de los
medios, y mucho menos del sector de la población transfundido. Por el contrario,
en los meses siguientes los medios recurrieron al montaje para fabricarle al
Gobierno una imagen de violador de los derechos humanos, como parte del
plan de seguir reforzando la idea que el Gobierno era el responsable de la
confrontación social y la violencia, para justificar en el ámbito internacional la
intervención en nuestro país. Es, entonces, cuando se prepara un plan mucho
más peligroso, como lo fue el sabotaje petrolero dentro de un supuesto paro
cívico nacional, que buscaba quebrar la economía del país para forzar la salida
de Chávez.
En efecto, en noviembre de 2002 se decide iniciar un paro cívico
nacional fundamentado en la llamada desobediencia civil y el desconocimiento del
Gobierno. Se producen desde este mes marchas consecutivas, concentraciones,
cacerolazos todas las noches y se prepara una campaña para que las personas
iniciaran un paro general que sumergiera al país en un caos.
En octubre de 2002, se preparó el escenario para incitar y mantener
un estado psicológico proclive a la violencia con la toma por parte de militares
activos declarados en rebelión contra el Gobierno en la Plaza Altamira de
Caracas. Esto permitió mantener el fervor de la violencia contra el proceso y
sostener el poder de convocatoria concentrados en la Plaza Francia de Altamira
desde en octubre de 2002 hasta que se iniciara el paro general.
la disociación psicótica
54
El paro comenzó el 2 de diciembre de 2002, y a la semana ya había
fracasado porque muchos sectores, en especial el transporte, no se paralizó,
sólo lo hicieron ciertos sectores en algunas ciudades del país. Pero los medios
audiovisuales presentaban una realidad virtual donde señalaban que el paro era
todo un éxito, sólo se requería intensificarlo.
En consecuencia, planificaron los hechos de violencia ocurridos el
5 de diciembre de 2002 en esa plaza de Altamira, cuando se dieron cuenta del
fracaso del paro. En ese incidente murieron unas personas y otras resultaron
heridas. Esta estrategia dio los resultados que ellos esperaban, pues produjo
de inmediato el enardecimiento de esos sectores inoculados y transfundidos
(telemanipulados).
El sector de la clase media donde mayor se observó la inoculación
para este momento fue en el sector de los trabajadores petroleros, en donde la
mayoría (unas 18.000 personas) no sólo abandonaron sus puestos de trabajo
sino que se prestaron para destruir la industria en la cual habían trabajado por
años (autolisis o autoinfligido).
Esta actitud irracional respondió al concepto de espíritu de cuerpo
(creado por la ideologización en la empresa PDVSA) y de su condición de
etnocentrismo cultural, que consiste en una actitud ante la vida de considerar
inferiores a quienes ven como diferentes a ellos. Dentro de este orden de ideas
fue utilizado el término meritocracia, como componente de la disociación
psicótica, donde se consideraban además de superiores por sus condiciones
intelectuales y su status, imbatibles e indispensables y cumplieron el proceso
de inoculación o transfusión mediática paralizando la industria, saboteando a
las instalaciones, muchas de ellas fueron destruidas. Con esta situación se le
causaron grandes pérdidas económicas al país, sometieron a la población a una
situación de desabastecimiento, generaron pánico y desasosiego en el período
navideño. Pero no sólo los trabajadores petroleros respondieron obedientemente
a esta inoculación, también lo hicieron los comerciantes, que luego sufrirían las
consecuencias por paralizar el comercio en una época tan importante para esta
actividad como es la navidad.
la disociación psicótica
55
Es importante señalar que en esta coyuntura es cuando mejor se pudo
apreciar la disociación psicótica, especialmente la que evidencia un individuo
asumiendo una actitud aislacionista y enajenada sin poder establecer un correcto
juicio crítico de la realidad. A tal punto que no les importó el desabastecimiento
de combustibles y alimentos que también los afectaba, sino que culpaban al
Presidente Chávez de esta situación, ya que no renunciaba al cargo, que era
el objetivo de este paro. Esta conducta evidencia el impacto que causaron los
medios de cómo se distorsionaba en las mentes de estas personas los hechos y
cómo la realidad virtual fabricada por Globovisión, Venevisión, Radio Caracas
Televisión, Televen y CMT y las cadenas de la radio privadas, lograba los
objetivos que se habían propuesto.
Ante el fracaso del paro petrolero, aceptado por uno de sus
convocantes, como lo fue Carlos Ortega (para entonces Presidente de la
Confederación de Trabajadores de Venezuela, CTV), el 2 de febrero de 2003
se cambió de estrategia: se declaró la flexibilización del paro y convirtió un
referendo consultivo en uno revocatorio, para acortar así el período presidencial
y de este modo forzar la salida de Chávez. Se diseña y se monta la respectiva
campaña mediática, aparece entonces una empresa llamada SUMATE, que
usurpa las funciones de uno de los poderes del Estado venezolano: el Consejo
Nacional Electoral, lo que fue apoyado por la población telemanipulada. Se
preparan todas las acciones tendentes a convocar el referendo, se moviliza a las
personas inoculadas o transfundidas (telemanipulados) a la recolección de firmas
la disociación psicótica
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y a prepararse para este evento, aunque éste no tenía ningún basamento jurídico.
Esto prueba la actitud desafiante hacia la figura de autoridad y desobediencia
al marco jurídico venezolano.
Pero una vez que también fracasa esta acción, debido a que la
Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia declara improcedente este
referendo en esos términos, se prepara un nuevo plan con la reproducción del
ciclo de violencia. Esta vez los medios fabrican el escenario: una marcha que
se vuelve violenta pero que es presentada como una reacción desmedida de la
Guardia Nacional. Entonces, la supuesta sociedad civil en respuesta defensiva
a lo ocurrido participa en lo que se conoció como las guarimbas (2004). Ello
consistió en que estos grupos inoculados impusieron, mediante la violencia a
sus propias comunidades, un ambiente aislacionista, un estado de sitio con actos
de violencia focalizados que los medios hicieron creer que estaba ocurriendo
en todo el país. De esta manera, se activó y sobreexcitó la agresividad en estas
personas, se manejaron sus miedos y fobias y se reforzó el odio para inculpar
al Gobierno de la supuesta situación de inestabilidad y caos.
Si bien es cierto que efectivamente los medios controlaban a un
sector importante de la clase media, a quienes manejaban sus miedos y fobias
provocaban una conducta aislacionista, agresiva e irreflexiva, manipulándolos
continuamente a través de sus programaciones de opinión y noticieros, después
del fracaso de la “guarimba” y del desmontaje de otros planes subversivos
(como el de los paramilitares descubiertos en el estado Miranda), se observa
que hay una disminución en el número de personas que responden al llamado
de la violencia. Por ello puede inferirse que esta sociopatología entró en una
fase refractaria para los afectados (telemanipulados), porque ha disminuido el
estímulo generado por los medios de comunicación, en especial la televisión.
Sin embargo, no quiere decir que el fenómeno haya desaparecido. Es posible que
haya entrado en una fase de latencia que va desde esta conducta de disociación
psicótica a la enajenación mediática.
la disociación psicótica
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Conclusiones
En Venezuela, durante los años 2002 y 2003, fundamentalmente,
se evidenció un fenómeno social que, una vez analizado por un grupo
trasdisciplinario, se llegó a una primera aproximación de su comprensión y se
le denominó disociación psicótica o enajenación mediática; la cual consiste en
una conducta con componentes de una trilogía psicopatológica (disociación,
psicosis y trastornos de comportamiento perturbador), inoculado o transfundido
por un factor externo que, en este caso, fueron los medios de comunicación
social de carácter privado. Especialmente las televisoras, diseñaron una campaña
mediática utilizando la estrategia de la publicidad con la manipulación de
arquetipos, estereotipos y símbolos, provocando motivaciones que estimularon
emociones y, en el caso que nos ocupa, fueron asociadas a los miedos y las fobias
hacia la ideología comunista.
Las televisoras promovían un comportamiento agresivo en este
sector de clase media, fabricándoles una realidad virtual lo cual provocó que
estas personas inoculadas o transfundidas evidenciaran una incapacidad para
reflexionar y establecer un juicio propio sobre la realidad. Su percepción sobre
la realidad y la verdad de los acontecimientos eran los que les presentaba
las televisoras privadas, a pesar de que el canal del Estado (Venezolana de
Televisión) presentaba pruebas que evidenciaban la mentira y la tergiversación
de los medios privados.
Esta estrategia impactó con mayor fuerza a un sector importante de
la clase media venezolana, la cual sorprendió a algunos especialistas de las áreas
la disociación psicótica
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la disociación psicótica
de la salud y la comunicación porque éste era un grupo social tradicionalmente
indiferente a los asuntos políticos. De manera inesperada y con una alta carga
de agresividad e intolerancia, este salió a las calles de las principales ciudades
del país, especialmente en Caracas, para manifestar de manera muy violenta su
oposición contra el Gobierno Bolivariano. Esta conducta denominada disociación
psicótica fue el arma ideológica de la contrarrevolución bolivariana; que los
sectores poderosos venezolanos y extranjeros, especialmente vinculados con la
Administración Bush, utilizaron e intentaron continuar utilizando para detener
el proceso de cambio que lidera el presidente Hugo Chávez.
Pero es importante señalar que el estudio de este fenómeno social
permite apreciar que una vez inoculadas o transfundidas estas personas, se hace
necesario un manejo permanente de sus miedos y fobias manteniendo escenarios
de violencia e incitándolos a la acción. Debido a que después de mayo de 2004 no
se evidencia la manifestación de esta conducta, como ocurrió en las coyunturas
antes señaladas, no significa que haya desaparecido el fenómeno. El hecho que
los medios hayan dejado de intensificar esta campaña ha permitido atenuar el
efecto de la disociación psicótica, o por lo menos su expresión colectiva, por
lo cual ha disminuido de manera importante el clima de violencia y caos que
se percibió durante los años 2002, 2003 y principios de 2004.
Sin embargo, esta entidad patológica es un problema de salud pública
y constituye el arma ideológica de los enemigos del Proceso Revolucionario
Bolivariano. Ello requiere de una respuesta por razones de seguridad de
Estado, ya que, como dijimos anteriormente, el hecho que hayan disminuido
las manifestaciones colectivas de los telemanipuladas, no significa que haya
desaparecido esta sociopatología.
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La colección Comunicación Responsable es un esfuerzo editorial del Ministerio de Comunicación e Información para divulgar análisis, investigaciones, propuestas y reflexiones que orienten e iluminen el debate público sobre los medios masivos de información, su uso responsable y la necesaria participación de la comunidad y del pueblo en la democratización de la comunicación en Venezuela.
ERICK JOSUÉ RODRÍGUEZ MIÉREZVenezolano, natural de Caripito, Edo. Monagas. Docente e investigador universitario. Médico con estudios doctorales en salud pública. Investigador de los efectos de los medios de comunicación audiovisuales en el comportamiento humano. Presidente del Consejo Superior de la Universidad Simón Bolívar, ubicada en Caracas.
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