cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de dios; al contrario, se...

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Cristo, a pesar de su condición divina,no hizo alarde de su categoría de Dios;

al contrario, se despojó de su rangoy tomó la condición de esclavo,

pasando por uno de tantos.

Y así, actuando como un hombre cualquiera,

se rebajó hasta someterse incluso a la muerte,

y una muerte de cruz.

Por eso Dios lo levantó sobre todoy le concedió

El «Nombre-sobre-todo-nombre»,

de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble

en el cielo, en la tierra, en el abismo,

y toda lengua proclame:Jesucristo es Señor,

para gloria de Dios Padre.

Viene con aire festivopara enramar tu victoria,

y no te ha visto en su historia,Dios de Israel, más cercano:

ni tu poder más a manoni más humilde tu gloria.

¡Gloria, alabanza y honor!Gritad: « ¡Hosanna!», y haceos

como los niños hebreosal paso del Redentor.

¡Gloria y honoral que viene

en el nombre del Señor!

Amén.

El pueblo que fue cautivoy que tu mano libera

no encuentra mayor palmerani abunda en mejor olivo.

Sagrado banquete en que Cristo es nuestra comida,

se celebra el memorial de su Pasión,

el alma se llena de gracia

y se nos da la prenda de la gloria futura.

¡Victoria!, tú reinarás.¡Oh cruz, tú nos salvarás!

El Verbo en ti clavado, muriendo, nos rescató; de ti, madero santo, nos viene la redención.

Extiende por el mundo tu reino de salvación. ¡Oh cruz fecunda, fuente de vida y bendición!

Impere sobre el odio tu reino de caridad; alcancen las naciones el gozo de la unidad.

Aumenta en nuestras almas tu reino de caridad;el río de la gracia apague la iniquidad.

La gloria por los siglos a Cristo libertador, su cruz nos lleva al cielo, la tierra de promisión.

Capitana de la angustia:no quiero que sufras tanto.

Qué lejos, Madre, la cunay tus gozos de Belén:

«No, mi Niño, no. No hay quien

de mis brazos te desuna.»

y rayos tibios de luna,entre las pajas de miel,

le acariciaban la pielsin despertarle.

¡Qué largaes la distancia y qué amarga

de Jesús muerto a Emmanuel.

¡ Amén !

Dame tu mano, María,la de las tocas moradas;

clávame tus siete espadas en esta carne baldía. Quiero ir contigo en la

impía tarde negra y amarilla.

Aquí, en mi torpe mejilla, quiero ver si se retrata

esa lividez de plata,esa lágrima que brilla.

Déjame que te restañe ese llanto cristalino,

y a la vera del camino permite que te acompañe.

Deja que en lágrimas bañe la orla negra de tu mantoa los pies del árbol santo, donde tu fruto se mustia.

¡Alegría!, ¡alegría!, ¡alegría!La muerte, en huida,ya va malherida. Los sepulcros se quedan desiertos.

Decid a los muertos:« ¡Renace la Vida,y la muerte ya va de vencida!»Quien le lloró muertolo encontró en el huerto, hortelano de rosas y olivos.

Decid a los vivos:«¡Viole jardineroquien le viera colgar del madero!»

Las puertas selladashoy son derribadas.

En el cielo se canta victoria. Gritadle a la gloriaque hoy son asaltadas por el hombresus «muchas moradas».

¡Cristo ha resucitado! ¡Resucitemos con él! ¡Aleluya, aleluya!

Muerte y Vida lucharon, y la muerte fue vencida. ¡Aleluya, aleluya!

Es el grano que muere para el triunfo de la espiga. ¡Aleluya, aleluya!

Cristo es nuestra esperanza,nuestra paz y nuestra vida. ¡Aleluya, aleluya!

Vivamos vida nueva,el bautismo es nuestra Pascua. ¡Aleluya, aleluya!

¡Cristo ha resucitado! ¡Resucitemos con él! ¡Aleluya, aleluya!

Amén.

Ofrezcan los cristianos ofrendas de alabanzaa gloria de la Víctima propicia de la Pascua.

Cordero sin pecadoque a las ovejas salva,a Dios y a los culpables unió con nueva alianza.

Lucharon vida y muerte en singular batalla,y, muerto el que es la Vida, triunfante se levanta.

«¿Qué has visto de camino, María, en la mañana?»

«A mi Señor glorioso,la tumba abandonada, los ángeles testigos, sudarios y mortaja.

¡Resucitó de verasmi amor y mi esperanza!

Venid a Galilea,allí el Señor aguarda;allí veréis los suyosla gloria de la Pascua.»

Primicia de los muertos, sabemos por tu gracia que estás resucitado;la muerte en ti no manda.

Rey vencedor, apiádatede la miseria humanay da a tus fieles parteen tu victoria santa.

Amén. ¡Aleluya!

Texto: Himnos del Oficio Divino

Montaje: Lorenzo Pascua.

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