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articulacion 3

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Articulación de Saberes III

CONOCIMIENTO, REGLAS DE JUEGOy CONSTRUCCIÓN SOCIAL

El sentido no es nunca principio ni origen, es producto. No se está por descubrir, ni restaurar ni reemplazar; se está por producir con nuevas maquinarias.

(Deleuze, 1980, p. 90)

¿Puede conocerse qué es lo Real y/o la Realidad?

Esta pregunta parece configurarse como una “Cinta de Moebius”; una trama de direcciones interrogativas que se conducen de unas a otras indefinidamente ....

También se la puede pensar como un “Uróboros”, un ser que engulle su propia cola y que conforma, con su cuerpo, una forma circular.

Responder a esta preguna conduce a responder a ¿qué es eso que es lo que es?, a ¿qué es la realidad?, de allí, a ¿qué es conocer?, y así indefinidamente. Estas son algunas de las

trampas de los juegos del lenguaje. Las respuestas se difieren al mismo tiempo que se diferencian, como señalara Jacques Derrida en

“De la Gramatología” (1998).

¿ Qué es “ser” ?

No podemos ponernos a definir el ser sin caer en este absurdo: porque no se puede definir una palabra sin empezar por el término es, ya sea expresado, ya sea sobreentendido. Así pues, para definir al ser, hay que decir es, y usar de ese modo el término definido en la definición. Lo cual no es lo mismo que decir que del ser no se puede hablar: se habla muchísimo del ser, incluso demasiado, salvo que esta palabra mágica nos sirve para definirlo casi todo, pero no es definida por nada. En semántica se hablaría de un primitivo, el más primitivo de todos (Eco, 1999, p. 17).

¿Qué es “realidad”?

Para la RAE (2012) es “Existencia real y efectiva de algo”.

Las percepciones e interpretaciones de la realidad sobre las que construimos nuestras evidencias no nos permiten afirmar que una sea la verdadera y las demás «falsas», como suele considerar la conciencia no crítica o las explicaciones feroces. No es posible una afirmación fundamental del tipo del realismo metafísico como si fuera un punto de vista desde la divinidad que nos permitiera ver desde fuera la realidad. Y cualquier otra pretensión en este sentido, tipo positivista-relativista o realista-materialista está condenada al fracaso. Hoy se considera un realismo interno como un continuo analítico-sintético, inducción-paradigma científico, como un sistema complejo, que habla del sistema real como mundo pero siempre dentro del marco de ciertos conceptos, conjuntos de creencias, compromisos, etc.

(Honderich, 2009, p. 876)

¿Qué es “realidad social”?

Una herramienta analítica que nos sirve para referir a todo aquello que "es" en términos sociales; las subjetividades aisladas no existen , sí las intersubjetividades que se realizan por la comunicación y con referencia a signos y a símbolos. La realidad social comprende al conjunto de formas de organización social y estructuras sociales, cuya percepción sólo es posible por intermediación de múltiples abstracciones. Esto no invalida su existencia real porque, como en todas las ciencias, es la única forma de comprender, de conocer, de reflexionar. Las relaciones económicas, las fuerzas productivas, la fuerza de trabajo, la conciencia sociopolítica, los medios para producir, los procesos, de circulación, distribución, producción y consumo, etc., constituyen la realidad social. En última instancia, toda realidad es social.

¿Qué es “conocimiento”?

Representa a todas las certidumbres cognitivas elaboradas en torno a preguntas como:

¿Por qué?, ¿Cómo?, ¿Cuándo?, ¿Dónde? ....

Se trata de un conjunto de respuestas que resulta, inevitablemente, complejo.

¿Qué es, pues, verdad? Respuesta: una multitud movible de metáforas, metonimias y antropomorfismos, en una palabra una suma de relaciones humanas poética y retóricamente potenciadas, transferidas y adornadas que tras prolongado uso se le antojan fijas, canónicas y obligatorias a un pueblo. Las verdades son ilusiones que se han olvidado que lo son, metáforas gastadas cuya virtud sensible se ha deteriorado, monedas que de tan manoseadas han perdido su efigie y ya no sirven como monedas, sino como metal

(Nietzsche, 1998, p. 6).

¿Cómo conocer y comprender esta(s) realidad(es)?

Recordando las advertencias de Nietzsche (1998), recurramos a un juego de metáforas para aproximarnos a la complejidad del problema.

¿Qué es el ajedrez?

¿Se lo puede definir, simplemente, como “juego”?

¿ELLO NOS PERMITE COMPRENDER DE QUÉ SE TRATA?

Pero ..., ¿qué es el Ajedrez?

Se puede responder a esta pregunta...

● ¿ Describiendo rigurosamente la cantidad y morfología de sus piezas ?

● ¿ Definiendo las particularidades de su tablero ?

● ¿ Estudiando la composición molecular de sus componentes ?

● ¿ Identificando el estatuto valorativo de su capital simbólico ?

● ¿ Diagnosticando las cualidades personales de sus jugadores ?

● ¿ Realizando una genealogía de sus procedencias históricas ?

Para aproximarnos a su comprensión debemos aceptar que nada podremos entender si no atendemos a la instrumentación de las reglas del juego. Sólo ello nos podría ayudar a responder a las preguntas:

¿Por qué?

¿Cómo?

¿Cuándo?

¿Dónde?

¿Cómo comprender la realidad social sin comprender las reglas del juego que así la ha instituído?

Todo juego tiene reglas que lo diferencian de otro, aunque cada partida haga que cada juego sea diferente. Las reglas del juego no constituyen ningún objeto concreto, sino una práctica reglada por el propio uso de dicha práctica. El ejercicio de las reglas implica un juego que compromete a otro(s). Por ello las reglas se asientan sobre formas de vida que se sostienen en sistemas de creencias a las que Wittgenstein (1994) prefiere llamar “imagen del mundo”. Dicha “imagen” se sustenta en núcleos rígidos de creencia que carecen de fundamento, ya que tal fundamentación habita en el fondo del juego del lenguaje; se trata de configuraciones de actos regidos por reglas, y de reglas adquiridas por repetición que remiten a una determinada forma de vida. “Los límites de mi lenguaje significan los límites de mi mundo” (Wittgenstein, 1994, p. 81).

Referencias:

Deleuze, G. (1980). Lógica del Sentido. Buenos Aires: Planeta Agostini.

Derrida, J. (1998). De la gramatología. México: Siglo XXI.

Eco, U. (1999). Kant y el ornitorrinco. Barcelona: Lumen.

Honderich, T. (2009). Enciclopedia Oxford de Filosofía. Madrid: Tecnos.

Nietzsche, F. (1998). Sobre verdad y mentira en sentido extramoral. En La caverna de Platón. Madrid: Revista de Filosofía del I.E.S. Octavio Paz.

Wittgenstein, L. (1994). Tractatus logico-philosophicus. Madrid: Alianza.

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