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COMPARACIÓN DE LA FLEXIBILIDAD DE LA PARTE
BAJA DE LA ESPALDA E ISQUIOTIBIALES EN NIÑOS Y
NIÑAS ENTRE LOS 9 Y 11 AÑOS DE EDAD,
PROVENIENTES DE UNA ESCUELA DE GIMNASIA Y
UNA ESCUELA PÚBLICA, DE LA ZONA
METROPOLITANA
Julio César Arana Peña, Emmanuel Araya Carvajal, Rayner Castillo Jiménez
Escuela Ciencias del Deporte, Facultad Ciencias de la Salud, Universidad Nacional
arana09@gmail.com, ejac11@gmail.com, rcjsmg@hotmail.com
2008
Resumen: El estudio se realizó para compara la flexibilidad entre ambas escuelas y para llegar a una
solución por falta de ésta. La flexibilidad se define como la cualidad que, en base a la movilidad
articular y elasticidad muscular, permite el máximo recorrido de las articulaciones en posiciones
diversas, permitiendo al sujeto realizar acciones que requieran gran agilidad y destreza. Muchos autores
afirman que un buen desarrollo de la flexibilidad favorece la manifestación de la fuerza. Factores que
limitan e influyen en la flexibilidad, el hombre es un ser en movimiento y la movilidad humana solo es
posible gracias al trabajo articular a través de un sistema de bisagras y palancas que ofrecen varias
posibilidades de movimientos por causa de los ligamientos, tendones, huesos, músculos y otras
estructuras que componen el sistema músculo-esquelético. La flexibilidad es específica para cada
articulación y para cada movimiento. Incluso dos articulaciones simétricas de un mismo individuo
pueden presentar diferencias entre ellas. La flexibilidad depende del tipo de articulación, de la longitud y
elasticidad de los músculos y ligamentos, de la resistencia del músculo contra el cual se ha de trabajar
en el estiramiento y de las partes blandas situadas alrededor de la articulación. Para Evaluar la
flexibilidad, es necesario que las evaluaciones se realicen de acuerdo con los protocolos adecuados que
se establecen en la literatura científica del área, y se empleen los instrumentos apropiados para cada
uno, así como en función de lo que se pretende medir. Metodología, el estudio se hizo con una muestra de
unos 10 estudiantes, en los cuales 5 eran mujeres y 5 varones con edades comprendidas entre los 9 y 11
años de edad. Provenientes de una Escuela de Gimnasia y una Escuela Pública de la zona
metropolitana. Procedimientos, los estudiantes fueron seleccionados para hacer una medición de la
flexibilidad en la parte baja de la espalda y los isquiotibiales, se procedió a hacer la prueba de la sit and
reach modificada. Análisis estadístico se utilizó el paquete estadístico SPSS 8.0 para windows, en la cual
se realizó una t-student de medidas independientes para comparar la flexibilidad entre la Escuela de
Gimnasia y la Escuela Pública. La cual dio como resultado una significancia de 0,81, la cual no fue
estadísticamente significativa. Al igual como se procedió a comparar la flexibilidad entre sexos, no fue
estadísticamente significativo. Resultados las mujeres tienen más flexibilidad de la parte baja de la
espalda y los isquiotibiales donde el promedio de las mujeres fue 27,8 ±6,1 y el promedio de los hombres
fue 24,100±4,121; y no hubo una mayor significancia (p=,21) entre los promedios. Es decir ni fue
estadísticamente significativa. La escuela de gimnasia hay más flexibilidad de la parte baja de la
espalda y los isquiotibiales que en la pública, la escuela de gimnasia presenta un promedio de 29,4±4,47;
mientras el promedio de la escuela pública es de 22,5±3,97. La significancia (p=0,81); es decir, no fue
estadísticamente significativo. Conclusiones Se debe fortalecer la flexibilidad de la parte baja de la
espalda e isquiotibiales en las Escuelas (Gimnasia o Pública) para que favorezca la coordinación,
permitiendo movimientos más libres. Además de incrementar la extensión de movimientos y así tener una
mejor circulación sanguínea, evitar lesiones articulares importantísimas y para lo que es gimnasia
desarrollar la expresión corporal.
Palabras claves: Flexibilidad, isquiotibiales, zona lumbar, pruebas, soluciones.
Abstract:The study was conducted to compare the flexibility between the two schools and to reach a
solution for lack of it. Flexibility is defined as the quality that, based on joint mobility and muscle
elasticity, allowing the maximum tour of the joints in various positions, allowing the subject to perform
actions that require great agility and dexterity. Many authors argue that a good development for flexibility
favors the demonstration of force. Factors that limit the flexibility and influence, the man is a being in
motion and human mobility is only possible thanks to joint work through a system of hinges and levers
that offer various possibilities of movement because of the linkage, tendons, bones, muscles and other
structures that make up the musculoskeletal system. Flexibility is specific to each joint and for each
movement. Even two symmetrical joints of the same individual may include differences between them.
The flexibility depends on the type of articulation, length and elasticity of the muscles and ligaments of
the resistance against which the muscle has to work in the stretch and the soft parts around the joint. To
assess the flexibility, it is necessary that the evaluations are conducted in accordance with appropriate
protocols that are established in the scientific literature of the area, and used the appropriate instruments
for each, and depending on what is intended to measure. Methodology The study was done with a sample
of about 10 students, in which 5 were women and 5 men aged between 9 and 11 years of age. Hailing
from a School of Gymnastics and a Public School in the metropolitan area. Procedures, the students were
selected to give a measure of flexibility in the lower back and isquiotibiales, proceeded to make the test of
the modified sit and reach. Statistical analysis was used SPSS 8.0 for Windows, which conducted a t-
student independent of measures to compare the flexibility between the School of Gymnastics and Public
School. Which resulted in a significance of 0.81, which was not statistically significant. As well as the
flexibility proceeded to compare between sexes was not statistically significant. Results women have
more flexibility in the lower back and isquiotibiales where the average for women was 27.8 ± 6.1 and the
average for men was 24,100 ± 4121, and there was no greater significance (p = , 21) between the
averages. That is to say neither was statistically significant. The school gym there is more flexibility in
the lower back and isquiotibiales that in the public school gym presents an average of 29.4 ± 4.47, while
the average public school is 22.5 ± 3.97. The significance (p = 0.81), ie was not statistically significant.
Conclusions must be strengthened flexibility of the lower back and isquiotibiales in Schools (Public or
gymnastics) to encourage the coordination, allowing freer movement. In addition to increasing the length
of movement and thus have a better blood circulation, prevent injury and articular important it is to
develop gymnastics body expression.
Key words: Flexibility, isquiotibiales, lumbar area, test, solutions.
Introducción
Un "cuerpo en forma" es un cuerpo que puede moverse, desplazarse, poder ir donde uno
quiera por uno mismo y realizar las tareas necesarias requeridas en cualquier momento
de la vida cotidiana. Para ello, es necesario que cada persona disponga de una buena, o
por lo menos, un mínimo de velocidad, equilibrio, coordinación, fuerza, flexibilidad,
resistencia, ritmo, agilidad, percepción temporal-espacial, percepción corporal, entre
otras cualidades. Todo esto puede ser desarrollado, mejorado o mantenido a través de la
actividad físico-deportiva. Suele estar bastante aceptado que a través de la práctica de
ejercicio físico mejoramos nuestra condición física, la cual repercute positivamente
sobre nuestra capacidad motriz y ésta, a su vez, sobre nuestra salud (Bragança, M.,
Bastos, A., Salguero, A. y González, R, 2008).
De acuerdo con Fernández (2003), las capacidades coordinativas son capacidades
sumamente complejas que influyen en la calidad del acto motor y en toda la actividad
que implique movimiento dentro de la actividad humana. Están representadas por
elementos sensorio-motrices que se manifiestan en una mayor o menor capacidad del
individuo para el control y la regulación del movimiento.
El estado y el desarrollo de la flexibilidad en niños tan pequeños presenta rasgos muy
contradictorios .A la gran capacidad de flexión de las grandes articulaciones del cuerpo
se opone una muy reducida amplitud de extensión en la mayoría de los núcleos de
movimiento. Di santo (2008).
Los tejidos implicados si bien son laxos y ofrecen escasa resistencia a la deformación
son, al mismo tiempo, extremadamente frágiles. Así, las intervenciones del adulto deben
ser sumamente cuidadosas. No se deben imponer forzadamente posiciones ni tampoco
empujar o traccionar los segmentos implicados a los efectos de lograr mayor amplitud
de movimiento. Lejos de ello, se puede estimular tanto la flexibilidad articular como la
muscular a través de las siguientes posibilidades: Por un lado, promover la adopción de
posiciones con ángulos abiertos (para juegos, ver televisión, leer o escuchar) y, por el
otro, estimular la realización de movimientos amplios y "lo más próximos posibles al
arco articular máximo" (Dantas, 1991)
Bajo todo punto de vista se deben extremar las precauciones. Sobre todo a nivel de la
columna vertebral. Ni presión, ni tracción ni torsión pueden ser forzadas sobre la
columna. Muy por el contrario, la naturalidad y la espontaneidad deben prevalecer y, en
este sentido, el adulto debe saber aprovechar la creatividad propia de los niños. Di santo
(2008).
La movilidad articular pura se convierte en la forma de trabajo por excelencia. A nivel
de la cintura escapular se pueden inducir actividades muy variadas que van desde la
toma de objetos alejados a los distintos tipos de lanzamientos, como así también juegos
y cantos en donde los gestos y mímicas realizadas por los brazos demanden amplios
recorridos de amplitud angular. Ya en la región coxofemoral actividades tales como la
bicicleta acostada; pataditas, etc., y otros juegos pueden promover un buen grado de
flexibilidad. Di santo (2008).
En este artículo realizaremos una exposición teórica sobre la flexibilidad por tratarse
de una de las cualidades físicas más importantes, que más se manifiesta en todas las
acciones humanas y que, sin embargo, más se pierde progresivamente a lo largo de la
vida. Citaremos también algunos de los tests más utilizados y los métodos más comunes
de evaluación de esta capacidad. Di santo (2008).
Flexibilidad
Villar (1987) la define como la cualidad que, en base a la movilidad articular y
elasticidad muscular, permite el máximo recorrido de las articulaciones en posiciones
diversas, permitiendo al sujeto realizar acciones que requieran gran agilidad y destreza.
La flexibilidad es dependiente del tipo de articulación, de la longitud y elasticidad de los
ligamentos, de la resistencia del músculo contra el cual se ha de trabajar en el
estiramiento y de las partes blandas situadas alrededor de la articulación, según Grosser
(1981).
Importancia de la flexibilidad
Sanchez y cols. (2001), Di Cesare (2000), y Annicchiarico (2002), señalan que una
buena flexibilidad permite: 1) limitar, disminuir y evitar el número de lesiones, no sólo
musculares, sino también articulares; 2) facilitar el aprendizaje de la mecánica; 3)
incrementar las posibilidades de otras capacidades físicas como la fuerza, velocidad y
resistencia (un músculo antagonista que se extiende fácilmente permite más libertad y
aumenta la eficiencia del movimiento); 4) garantizar la amplitud de los gestos técnicos
específicos y de movimientos más naturales; 5) realizar y perfeccionar movimientos
aprendidos; economizar los desplazamientos y las repeticiones; 6) desplazarse con
mayor rapidez cuando la velocidad de desplazamiento depende de la frecuencia y
amplitud de zancada; 7) reforzar el conocimiento del propio cuerpo; 8) llegar a los
límites de cualquier región corporal sin deterioro de ésta y de forma activa; 9) aumentar
la relajación física; 10) estar en forma; 11) y reforzar la salud.
Muchos son los autores que, afirman que un buen desarrollo de la flexibilidad favorece
la manifestación de la fuerza (Grosser, 1983; Platonov, 1991; Dick, 1990; Alter, 1991,
citado en Tamayo, E; Tamayo, G; Londoño, J y otros). En todos ellos, el argumento
central se basa en que el preestiramiento muscular ejerce un efecto positivo sobre la
contracción posterior.
Una gran cantidad de defectos en deportes tales como la natación y la gimnasia y, por
que no también, en deportes de equipo y combate, tienen su origen en un insuficiente
desarrollo de la flexibilidad (Borns, 1984; Grosser, 1985; Harre, 1986; Amorim y Col,
1986; Weinek, 1988: Dantas, 1991; Alter, 1991; Platonov, 1994).
Tipos de flexibilidad
Alter (1996), señala que el tipo de flexibilidad es específica al tipo de movimiento y
depende de la velocidad y del ángulo de dicho movimiento, no sólo de la Amplitud de
Movimiento - AM o ADM. Amplitud de Movimiento, de acuerdo con Norris (1996),
hace referencia a la longitud del músculo en cualquier punto del movimiento (Range of
Motion - ROM) mientras para Alter (1996) y Monteiro (2000) es la libertad de
movimiento de una articulación.
En la literatura pueden encontrarse numerosas clasificaciones de flexibilidad
(Platonov y Bulatova, 1993; Alter, 1996; Di Cesare, 2000; Monteiro, 2000; Sánchez y
cols., 2001). A continuación pasamos a recoger algunas de las más significativas
(Figura 1).
De acuerdo con Di Cesare (2000), la flexibilidad puede ser:
• Flexibilidad general: es la movilidad de todas las articulaciones que
permiten realizar diversos movimientos con una gran amplitud;
• Flexibilidad especial: consiste en una considerable movilidad, que
puede llegar hasta la máxima amplitud y que se manifiesta en
determinadas articulaciones, conforme a las exigencias del deporte
practicado.
Sánchez y Cols. (2001), describen tres tipos de flexibilidad:
• Flexibilidad anatómica: es la capacidad de distensión de músculos y
ligamentos, las posibilidades estructurales de garantizar la amplitud de
un determinado movimiento a partir del grado de libertad que posea cada
articulación de forma natural;
• Flexibilidad activa: es la amplitud máxima de una articulación o de
movimiento que puede alcanzar una persona sin ayuda externa, lo cual
sucede únicamente a través de la contracción y distensión voluntaria de
los músculos del cuerpo.
• Flexibilidad pasiva: es la amplitud máxima de una articulación o de un
movimiento a través de la acción de fuerzas externas, es decir, mediante
la ayuda de un compañero, un aparato, el propio peso corporal etc.
Factores que limitan e influyen en la flexibilidad
El hombre es un ser en movimiento y la movilidad humana solo es posible gracias al
trabajo articular a través de un sistema de bisagras y palancas que ofrecen varias
posibilidades de movimientos por causa de los ligamientos, tendones, huesos, músculos
y otras estructuras que componen el sistema músculo-esquelético (Bragança, M.,
Bastos, A., Salguero, A. y González, R, 2008).
Para poder obtener una buena flexibilidad, las fibras musculares deben tener
capacidad para relajarse y extenderse, por lo tanto, esa capacidad depende de las
diferentes condiciones externas y del estado del organismo (Bragança, M., Bastos, A.,
Salguero, A. y González, R, 2008).
La flexibilidad está determinada, en gran medida, por factores de carácter
morfofuncional y biomecánico. Sánchez y cols (2001) afirman que los factores
fundamentales que influyen en la flexibilidad están vinculados a aspectos
morfofuncionales, biomecánicos y metodológicos, asociados estos últimos a la
dosificación y a los tipos de ejercicios realizados. Otros autores sostienen hipótesis
diferentes, condicionando el desarrollo de la flexibilidad a elementos que determinan la
expresión del potencial físico del hombre, como los factores hereditarios, el medio
social o el medio natural.
I.M. Sechenov decía que "el efecto de la contracción de un determinado músculo
disminuye aún más por la acción elástica contraria del antagonista que se extiende junto
con él".
Además según Alter (1991, citado por Tamayo y otros, 2008) existen dos tipos de dolor
asociados a la actividad muscular: el dolor inmediato (después del ejercicio y hasta
varias horas) y el dolor diferido (que no aparece hasta las 24-48 horas siguientes). El
mismo autor se encarga de especificar también que el estiramiento gradual se ha
mostrado, a través del la experiencia y la investigación, efectivo en la reducción de los
dos tipos de dolores musculares.
La amplitud del movimiento depende de la mayor o menor movilidad de una
articulación. Dicha amplitud está directamente relacionada con los límites anatómicos, y
puede verse limitada por diferentes elementos, como por ejemplo, los ligamentos
(incluida la cápsula articular), la longitud y la extensibilidad de los músculos y
aponeurosis, los tendones, la interposición de partes blandas o los topes óseos. Sin
embargo, pueden existir diferencias individuales en las articulaciones, así como
diferencias entre el lado derecho y el lado izquierdo del cuerpo. Ambas situaciones
pueden manifestarse a través de una limitación del movimiento o, por lo contrario, de
un aumento de su amplitud. (Bragança, M., Bastos, A., Salguero, A. y González, R,
2008).
La amplitud máxima permitida por la construcción de una articulación, como norma
general, está en cierta medida limitada por el sistema ligamentoso y muscular. La
posibilidad de realizar un movimiento que admita su estructura será más amplia en la
medida en que cuente con la energía y las condiciones necesarias para realizar una
mayor distensión del plano muscular sujeto a elongación. Además, cuantos más
elásticos sean los ligamentos, menor será la limitación (Bragança, M., Bastos, A.,
Salguero, A. y González, R, 2008).
Otro aspecto importante es la estructura de las articulaciones y sus posibilidades en
cuanto a sus grados de libertad. De acuerdo con Sánchez y cols. (2001), las
articulaciones pueden ser de 3, 2, y 1 grados de libertad. Las articulaciones de grado 3
son grandes articulaciones que poseen movimientos de flexión, extensión, rotación y
circunducción (ejemplo: la articulación coxo-femoral). Las de grado 2 ejecutan
flexiones, extensiones y torsiones (ejemplo: la articulación cubital). Las de grado 1 solo
ejecutan flexiones y extensiones (ejemplo: la interfalángica).
Otra de las variables que limita la flexibilidad es la edad. Los estudios que se ocupan
de la relación entre la edad y la flexibilidad nos muestran que ocurren cambios
significativos en la magnitud de la superficie articular, la elasticidad de los músculos y
segmentos de los discos vertebrales, lo que condicionan cambios y nivel de desarrollo
de la flexibilidad. En términos generales, la flexibilidad disminuye gradualmente desde
el nacimiento hasta la vejez. De acuerdo con Beighton y Horan (1970), la flexibilidad
varía inversamente con la edad, es mayor en las mujeres, hay diferencias entre géneros,
de tal forma que a partir de los 5 - 6 años de edad esa diferencia se manifiesta más
acentuada y, en término medio, las mujeres son más flexibles que los varones si
tomamos como referencia una misma edad.
Según el dr Patrick Flanagan la flexibilidad es una edición de la salud para muchos
adultos pues la persona media pierde el hasta 70% de flexibilidad entre las edades de 20
a 70 si no llevan a acción consciente el estiramiento sus empalmes, ligamentos, y
huesos. Aunque es no peligrosa para la vida, la carencia de la flexibilidad es una
preocupación de la salud por los que ejerciten, y para los que no lo hagan, debido a sus
efectos debilitantes sobre el cuerpo humano, como aumentos comunes de la tiesura y
músculos se convierte menos avantrén con edad (dr Patrick Flanagan).
Para Grosser y Müller (1992), las etapas del desarrollo en las cuales se manifiesta una
mayor flexibilidad se prolongan hasta los doce años, aproximadamente. A partir de esa
edad, la flexibilidad será más limitada con el paso de los años y su evolución ocurrirá de
forma negativa. Probablemente, la causa de todo ello radica en la liberalización de
andrógenos y estrógenos en el organismo. Según Sanchez y cols. (2001), la mayor
movilidad en las articulaciones se observa entre los 10-14 anos. En estas edades, el
trabajo para desarrollar la flexibilidad resulta 2 veces mas efectivo que en edades
adultas.
Maffuli N., King J. B. y Helms P. (1994, citado por Arregui, E. y Martínez, V. (2001),
la flexibilidad estaba más generalizada en las chicas que en los chicos en los que la
flexibilidad de la parte superior del cuerpo era independiente de la inferior. Las
muchachas eran más flexibles que los chicos entre los 13 y los 16 años. En cuanto a la
edad encuentran que la mayoría de los rangos de movimiento son influenciados a través
de la edad y que algunos son específicos de cada deporte.
Estos autores señalan que la manifestación de la flexibilidad se ve influenciada por
las horas del día, variando durante su transcurso. La menor flexibilidad suele registrarse
durante las primeras horas de la mañana, al levantarse, incrementándose gradualmente
con el paso de las horas. Los registros más elevados ocurren entre el medio día y las dos
de la tarde, siendo al anochecer cuando comienza su descenso.
La temperatura, ya sea ambiental o corporal, es otra variable que influye en la
manifestación de la flexibilidad. En cuanto a la temperatura del entorno, suele estar
aceptado que en ambientes fríos ocurre una disminución de la flexibilidad debido a la
influencia negativa de la temperatura externa sobre la temperatura interna. Una
temperatura corporal adecuada afecta positivamente a las estructuras músculo-
tendinosas, ya que se aumenta la elasticidad de estas estructuras. La elevación de la
temperatura corporal, a través principalmente de ejercicios físicos, es más fácil de
conseguir si el día o el ambiente de trabajo son más cálidos. Cuando la temperatura
corporal se eleva, se acompaña de un aumento del aporte sanguíneo a los músculos y de
una disminución de la fricción entre sus estructuras, lo que hace que las fibras
musculares sean más elásticas (Bragança, M., Bastos, A., Salguero, A. y González, R,
2008).
Algunas personas son más flexibles por su condición genética. También puede haber
otras que, estando habituadas a realizar actividad física y/o entrenamiento, llegan a ser
más flexibles que aquéllas que han seguido un estilo de vida sedentario. Así mismo, las
lesiones y/o enfermedades y/o accidentes pueden afectar negativamente a la movilidad
natural y normal de una articulación (Bragança, M., Bastos, A., Salguero, A. y
González, R, 2008).
Las investigaciones de M.P. Ivanitski (citado por Bragança, M., Bastos, A., y otros,
2008) muestran que la flexibilidad en las articulaciones de la columna vertebral es
habitualmente suficiente para la realización de la mayoría de los ejercicios físicos. Pero
los ligamentos, los numerosos tendones y músculos pueden disminuir,
considerablemente, esta flexibilidad. El mejoramiento de la capacidad de los tendones y
músculos para extenderse elevará la flexibilidad de la columna vertebral.
Otro factor que influye decisivamente en el desarrollo de la flexibilidad es la
dosificación. Por medio de ejercicios sistemáticos se puede elevar en cierto grado la
elasticidad del sistema músculo-ligamentoso y, consecuentemente, la movilidad en la
articulación, logrando una mejor flexibilidad. Se debe dedicar un cierto tiempo a los
ejercicios, repetirlos de forma sistemática un gran número de veces combinando la
flexibilidad activa con la pasiva y con ejercicios de reposo, como también combinar con
otros tipos de flexibilidad, de ejercicios y trabajos (Bragança, M., Bastos, A., Salguero,
A. y González, R, 2008).
La literatura también señala que cuando los trabajos para desarrollar esta capacidad
son realizados durante estados emocionales positivos, los resultados son mayores que
cuando son llevados a cabo en momentos de depresión (Bragança, M., Bastos, A.,
Salguero, A. y González, R, 2008).
Tipos de trabajo para el desarrollo de la flexibilidad
Sin duda alguna, la flexibilidad es específica para cada articulación y para cada
movimiento. Incluso dos articulaciones simétricas de un mismo individuo pueden
presentar diferencias entre ellas. La flexibilidad depende del tipo de articulación, de la
longitud y elasticidad de los músculos y ligamentos, de la resistencia del músculo contra
el cual se ha de trabajar en el estiramiento y de las partes blandas situadas alrededor de
la articulación. Para Platonov y Bulatova (1993), depende también de la eficacia de la
regulación nerviosa de la tensión muscular.
Annicchiarico (2002, citado por Bragança, M., Bastos, A., y otros, 2008), señala que
el mantenimiento de posturas incorrectas durante períodos prolongados trae como
consecuencia una pérdida de extensibilidad y elasticidad de los músculos, lo que supone
una pérdida de flexibilidad. La insuficiencia de ejercicio, las condiciones laborales
sedentarias actuales, la prolongada posición sentada de los niños/as en el colegio y
frente al televisor, etc. son determinantes que hacen que las personas adopten posiciones
nocivas que, posteriormente, conducen hacia posturas incorrectas, llegando a convertir
actitudes normales en deformaciones.
Un serio problema que tiene la flexibilidad a la hora de ser estudiada es la
cantidad de factores, a veces muy complejos, por los que se ve afectada. Así concurren
en ella en primer lugar la capacidad de las unidades músculo-tendinosas para estirarse y
las restricciones físicas de cada articulación. (Hubley-Kozey Ch. L., 1995 citado por
Arregui, E. y Martínez, V, 2001 ) Hay más factores que inciden y se estudian como son
el sexo, la edad, el nivel de crecimiento, la práctica deportiva y el entrenamiento.
Cualquier movimiento del hombre ocurre, principalmente, debido a la contracción de
los músculos necesarios para la ejecución del movimiento (agonistas) y depende de la
movilidad de las articulaciones, la cual está limitada, en mayor medida, por los
músculos que se sitúan o se insertan cerca de ellas. Esa contracción es acompañada por
la relajación y extensión de los músculos antagonistas. Cuando la amplitud del
movimiento no es muy grande, la extensión de los músculos antagonistas tampoco lo
suele ser. Cuanto mejor sea la capacidad de extensión de los músculos antagonistas,
mayor será la movilidad de las articulaciones. Y cuanto menor sea su resistencia al
movimiento, la ejecución se podrá hacer con más facilidad. La capacidad de las fibras
musculares para extenderse se puede ver incrementada bajo la influencia del
entrenamiento (Bragança, M., Bastos, A., Salguero, A. y González, R, 2008).
Generalmente se considera que una mala flexibilidad puede deberse a una falta de
control para relajar los músculos antagonistas. Otro factor puede relacionarse con una
insuficiente armonía de los procesos nerviosos que regulan la tensión y la relajación de
los músculos (Bragança, M., Bastos, A., Salguero, A. y González, R, 2008).
Según Alter (1998), los programas de entrenamiento de la flexibilidad presentan
ventajas cualitativas y/o cuantitativas como: unión del cuerpo, de la mente y del
espíritu; relajación del estrés y de la tensión; relajación muscular; desarrollo espiritual y
autoconocimiento; mejora de la condición física, postura y simetría corporal; reducción
del dolor lumbar; alivio del dolor muscular; mejora en el desempeño de ciertas
aptitudes; reducción del riesgo de lesiones; disfrute y gratificación personal.
En un estudio realizado por Sanchez y Cols. (2001) se recomienda que los ejercicios
deben ser ejecutados de forma repetida a través de ejercicios activos, pasivos, de pausa
sostenida o combinados, entre otros tipos de métodos y ejercicios.
Amorin y Moranis (1987, citado por Di Santo, 2008), al referirse a la importancia de la
flexibilidad, insisten en que los ejercicios de estiramiento contribuyen también a
modelar los procesos de reparación tisular después de la lesión. Lo cual es una
apreciación correctísima. La extensión muscular ayuda a que el proceso de cicatrización
no siga un patrón espacial desordenado que, a posteriori, dificulte el deslizamiento de
las fibras y miofibrillas. Sin embargo, no se recomienda estirar hasta que en el tejido se
haya comenzado y consolidado tal proceso de reparación. Si el deportista ha sufrido una
distensión o un desgarro, el hecho de estirar inmediatamente puede profundizar la
lesión. Se debe esperar un tiempo, variable según la gravedad del caso, para luego
comenzar con estiramientos de muy baja intensidad, sin desencadenar ni dolor ni
molestia alguna. De esa manera, una vez curada la lesión, la flexibilidad anterior es más
fácil de recuperar y los mecanismos de contracción muscular habrán sufrido menor
grado de incidencia. Un programa para desarrollar flexibilidad debe contener trabajos y
ejercicios de estiramiento (stretching). Según Norris (1996), para que los estiramientos
sean efectivos y prevengan al individuo de padecer lesiones, deben ser aplicados sobre
base de unos buenos principios biomecánicos.
Según Flanagan, P. (2006), La flexibilidad es una edición de la salud para muchos
adultos pues la persona media pierde el hasta 70% de flexibilidad entre las edades de 20
a 70 si no llevan a acción consciente el estiramiento sus empalmes, ligamentos, y
huesos. Aunque es no peligrosa para la vida, la carencia de la flexibilidad es una
preocupación de la salud por los que ejerciten, y para los que no lo hagan, debido a sus
efectos debilitantes sobre el cuerpo humano, como aumentos comunes de la tiesura y
músculos se convierte menos avantrén con edad. Los períodos extendidos de la
inactividad traen los cambios alrededor de químicos que pueden limitar flexibilidad. El
tejido fino conectivo Underused pierde elasticidad mientras que llega a ser tieso y
denso. El cuerpo humano pasa con un proceso similar como él envejece, pero un
programa de la flexibilidad no sólo mejorará la buen salud, él puede darte un cuerpo
más joven. El estirar aumentará flexibilidad estimulando la producción de los productos
químicos que lubrican el tejido fino suave conectivo. Estimular la producción de
lubricantes entre las fibras del tejido fino conectivo promueve la hidración y
consecuentemente, el pliancy y la agilidad de los movimientos de tu cuerpo, retrasando
el proceso del envejecimiento.
Así como hay diferentes tipos de flexibilidad, hay también distintos tipos de
estiramientos. Encontramos en la bibliografía varias clasificaciones. Una de ellas
distribuye los ejercicios de estiramiento en dinámicos (significa que involucran
movimiento) - activos y pasivos o estáticos (significa que no involucran ningún
movimiento) - activos y pasivos. Los estiramientos dinámicos afectan a la flexibilidad
dinámica, mientras que los estiramientos estáticos a la flexibilidad estática. Los
ejercicios activos son ejecutados por la propia persona y los ejercicios pasivos son
ejecutados con la ayuda de un compañero, aparato o cualquier otro recurso (ejemplo:
una toalla, la pared, un banco, etc.).
Otra clasificación distribuye los diferentes tipos de estiramientos en: estiramiento
balístico; estiramiento dinámico; estiramiento activo; estiramiento pasivo; estiramiento
estático; estiramiento isométrico; estiramiento FNP o metodología de Solveborn
(Bragança, M., Bastos, A., Salguero, A. y González, R, 2008).
En el estiramiento balístico se busca utilizar la velocidad adquirida por el cuerpo o por
un miembro en un esfuerzo para forzarlo más allá de su posición normal de
movimiento. Se hace un balanceo con una parte del cuerpo para llevarla más allá de su
ángulo normal (ejemplo: balancear el tronco para llevar la punta de los dedos de las
manos a tocar en la punta de los dedos de los pies) (Bragança, M., Bastos, A., Salguero,
A. y González, R, 2008).
El estiramiento dinámico, según Kurz (citado por Di Cesare, 2000), "involucra partes
del cuerpo y gradualmente un alcance creciente, un aumento de la velocidad de
movimiento, o ambos". .¡No se debe confundir el estiramiento dinámico con
estiramiento balístico! El estiramiento dinámico consiste, por ejemplo, tomar una pierna
y realizar balanceos con el brazo que la toma (suavemente!) elevando los límites de su
rango de movimiento. Los estiramientos balísticos intentan forzar una parte del cuerpo
más allá de su rango de movimiento.
El estiramiento dinámico mejora la flexibilidad dinámica y es bastante útil como
parte del calentamiento general.
Según Kurz, deben realizarse ejercicios de estiramientos dinámicos en series de 8 -12
repeticiones. Es importante estar seguro cuando detener el ejercicio por sentirse
cansado. Los músculos cansados tienen menos elasticidad que disminuye el rango de
movimiento usado en los movimientos. Una vez que se logra un rango máximo de
movimiento para una articulación en cualquier dirección se debe dejar de hacer ese
movimiento durante ese entrenamiento.
El estiramiento activo también es llamado estiramiento estático - activo. Es aquél
donde la persona asume una posición y mantiene la amplitud adoptada sin la ayuda de
otra fuerza externa que no sea la de los propios músculos agonistas. La posición debe
ser sostenida durante 10-15 segundos. Ese estiramiento mejora la flexibilidad activa y
fortalece los músculos agonistas (Bragança, M., Bastos, A., Salguero, A. y González, R,
2008).
El estiramiento pasivo también es llamado estiramiento relajado, o estiramiento
estático - pasivo. Es aquél donde la persona asume una posición sin la intervención de la
musculatura agonista, es decir, con la ayuda de la gravedad, con la ayuda de un
compañero o algún otro aparato. Utiliza la tracción en su forma de ejecución más
conocida y se alarga el músculo hasta la posición de estiramiento por contracción de sus
antagonistas. El músculo, después de ocupar su posición de estiramiento, se alarga aún
más por una pequeña variación de la posición. Dicha variación se puede producir por la
gravedad, la propia fuerza del músculo, un asistente o un aparato. Su ejecución debe ser
lenta, mantener el estiramiento por más de 10 segundos para evitar, en lo posible, la
provocación del reflejo miotático y poder así alargar el músculo distendido sin
contracciones reflejas perturbadoras. Este estiramiento es bueno cuando se desea hacer
una recuperación activa y/o para reducir la fatiga muscular después de una actividad o
un entrenamiento. Los aspectos relacionados con los procesos neuromusculares en los
estiramientos serán tratados más adelante (Bragança, M., Bastos, A., Salguero, A. y
González, R, 2008).
El estiramiento estático consiste en estirar un músculo (o grupo de músculos) a su
punto más lejano y mantener esa posición. Algunos autores no hacen diferencia entre el
estiramiento estático y el estiramiento pasivo, pero, según Alter (1998), no se debe
confundir con el estiramiento pasivo ya que en éste, la persona está relajada (pasiva) y
una fuerza externa (una persona o un aparato) es aplicada sobre la articulación a través
de su movimiento.
Según M. Altere, el estiramiento estático consiste en estirar un músculo (o grupo de
músculos) a su punto más lejano y mantener esa posición, considerando que el
estiramiento pasivo consiste en una persona relajada (pasiva) sobre la cual se aplica una
fuerza externa (una persona o un aparato) sobre la articulación a través de su rango de
movimiento.
El estiramiento isométrico es un tipo de estiramiento estático (no usa movimiento)
que involucra la resistencia de grupos de músculos a través de las reducciones
isométricas (tensándose) de los músculos estirados. La forma más común de mantener
la resistencia requerida para un estiramiento isométrico es asumir la posición de un
estiramiento pasivo para el músculo deseado y aplicar una resistencia por ejemplo, con
la fuerza de las propias manos sobre los segmentos corporales, o a través de un
compañero o usando un implemento externo como una pared, el suelo, etc. Se debe
mantener la tensión isométrica durante 7-15 segundos sin que se produzca ningún
movimiento. Algunos investigadores recomiendan sostener la reducción isométrica por
más de 15 segundos, pero según SynerStretch (1984, citado por Bragança, M., Bastos,
A., y otros, 2008), la investigación ha mostrado que esto no es necesario.
El estiramiento FNP (Facilitación Neuromuscular Propioceptiva) o metodología de
Sovelborn, en realidad, no es un tipo de estiramiento sino que es una técnica combinada
de estiramiento pasivo y estiramiento isométrico para lograr el máximo de la
flexibilidad estática donde la distensión de la musculatura ocurre por procesos
neurofisiológicos. El método FNP se refiere a técnicas en las que un grupo de músculos
se estira pasivamente, posteriormente se acorta isométricamente contra una resistencia
intentando volver a la posición inicial de estiramiento, y tras una relajación de la
tensión, se aumenta finalmente la amplitud de la articulación de forma pasiva,
aumentado el ángulo resultante del movimiento. Para efectuar este estiramiento,
normalmente se suele contar con la participación de un compañero que proporciona la
resistencia contra la reducción isométrica, así como para movilizar los segmentos
articulares de forma pasiva y ampliar el ángulo de movimiento. Sin un compañero
también podría realizarse, aunque resultaría menos eficaz. Este estiramiento,
actualmente, se constituye como la forma más rápida y eficaz de aumentar la
flexibilidad estática - pasiva. Inicialmente se recomienda hacer de 3 a 5 repeticiones por
grupo muscular, aunque algunos autores recomienden realizar tan sólo una repetición
por cada grupo en cada sesión. El descanso debe ser de 20 segundos entre cada
repetición. Además, como el estiramiento FNP es muy activo e intenso, se debe realizar
tan sólo una vez por día en cada grupo muscular trabajado (Alter, 1998; Sarría y Pérez,
2003).
Inicialmente, se recomienda realizar el procedimiento de estiramiento PNF de 3 a 5
veces por grupo muscular dado (descansando 20 segundos entre cada repetición). Sin
embargo, HFLTA cita un estudio de 1987, cuyos resultados sugieren que realizando 3 -
5 repeticiones con la técnica PNF para un grupo muscular dado, no es necesariamente
más eficaz que sólo realizando una vez la técnica. HFLTA recomienda realizar sólo una
técnica de PNF por cada grupo muscular estirado en una sesión. (Di Cesare, 2000)
Evaluación de la flexibilidad
La selección de tests y la utilización de instrumentos para la evaluación de la aptitud
física es uno de los criterios básicos que muchos profesionales asumen para obtener
información objetiva de una persona que se enfrenta a la práctica de ejercicio físico.
Para ello es necesario que las evaluaciones se realicen de acuerdo con los protocolos
adecuados que se establecen en la literatura científica del área, y se empleen los
instrumentos apropiados para cada uno, así como en función de lo que se pretende
medir. Paralelamente, se exige que la manipulación de los instrumentos de evaluación
garantice un uso correcto y adecuado, y se reproduzca, en la medida de lo posible, el
contexto de evaluación a través del control de variables como la hora o el momento en
la que se lleva a cabo, las condiciones en las que se produce, etc. (Bragança, M., Bastos,
A., Salguero, A. y González, R, 2008).
Ariel Ruiz (1989, citado por Díaz, P; Rieria, M; Buitrago, J y otros, 2007), considera
"al control como los procedimientos, formas y medios que se emplean para obtener
muestras de los resultados del proceso docente y hacer juicio sobre l a calidad con que
se logran los objetivos", sin embargo, considera " la evaluación como el componente
esencial del proceso docente a través del cual se comprueba la eficiencia del trabajo de
profesores y alumnos en correspondencia con los objetivos propuestos, partiendo de
este último y culminando con la determinación del nivel de eficiencia del proceso". Este
considera " a la evaluación en el sentido estrecho de la palabra como los juicios con que
culmina el análisis de los logros de los objetivos" y plantea " que en el sentido amplio la
evaluación no debe entenderse en su función de comprobación, sino como componente
esencial y factor regulador en la dirección del proceso, considerando funciones
generales y específicas de la evaluación"
De acuerdo con Norkin y White (1977, citado por Bragança, M., Bastos, A., y otros,
2008), la evaluación de la flexibilidad es importante, ya que va a permitir al profesor de
educación física, al profesional de la salud o del entrenamiento, evaluar el nivel de esta
capacidad, las disfunciones musculares o articulares, la predisposición hacia patologías
del movimiento, así como los avances en el entrenamiento y en la recuperación
funcional.
Martínez (2003), afirma que seleccionar pruebas de flexibilidad es una tarea difícil,
ya que por un lado existen pocos tests comprobados como válidos y fiables y, por otro,
es muy complicado aislar la movilidad de cada grupo articular sin involucrar a los
demás, siendo dificultoso establecer hasta qué punto intervienen unos y otros. Otros
autores como Moras (1992) determina que los resultados obtenidos tras realizar una
medición en centímetros, de alguna prueba para medir la flexibilidad, como el giro de
hombros con bastón, el spagat frontal o lateral, el puente, o la abducción de las
extremidades inferiores, no son del todo fiables. Este mismo autor concreta que presenta
una mayor validez el test flexométrico, el cual permite obtener el ángulo real de
apertura, independientemente de las características morfológicas del sujeto, a partir de
la distancia de separación de las extremidades y algunas medidas antropométricas.
En pocas palabras, la evaluación es indispensable a lo largo de un entrenamiento ya que
este determina la calidad del mismo.
Guillermina, L.R. y Gladys E. Valdivia (1991, por Díaz, P; Rieria, M; Buitrago, J y
otros, 2007), consideran desde el punto de vista pedagógico que "el control como la
categoría más general, derivada de la función de dirección de la actividad cognoscitiva
de los alumnos, el cual exige la utilización del resto de las categorías, o sea, la
evaluación, la medición y la comprobación".
Achour-Júnior (1999, citado por Bragança, M., Bastos, A., y otros, 2008), señala que
evaluar la flexibilidad en los individuos es interesante para poder conocer en qué nivel
se encuentran y poder desarrollar programas de ejercicio físico con los cuales se alcance
un nivel óptimo en función de los requerimientos en diferentes contextos, como pueden
ser el ámbito deportivo o aquéllos orientados a la salud. La cuantificación de la
flexibilidad suele ser sencilla, sin embargo, definir valores precisos y absolutos de la
amplitud de movimiento en cada articulación aún está por definir.
Lo que señala es que esta cualidad es una de las más relevantes, porque permite
conocer el nivel físico de un atleta.
Una gran parte de la literatura adopta la escala de 180 grados para determinar la
amplitud de movimiento. La definición y el conocimiento de los valores normales en los
segmentos corporales facilitarán la comparación durante las fases del entrenamiento del
deportista, del ciudadano o del enfermo. En la población normal es difícil encontrar
sujetos cuya AM sea superior a 180 grados. En deportistas ésto sí puede ocurrir,
principalmente en deportes donde esta cualidad es sumamente característica y
fundamental, como en la gimnasia rítmica (Bragança, M., Bastos, A., Salguero, A. y
González, R, 2008).
Para Benítez, Millan, Tobito, Espitia, Pérez, Torres (2007, citado por Díaz, P; Rieria,
M; Buitrago, J y otros, 2007 ) el entrenamiento de la movilidad debe ser diario y
efectuarse de forma continua, deben realizarse después de un adecuado
acondicionamiento y nunca después de ejercicios de resistencia general o que generen la
fatiga o agotamiento físico elevado, entre las repeticiones debe realizarse ejercicios
preferiblemente de relajación.
Monteiro (2000) señala que los métodos para medir y evaluar la flexibilidad pueden
ser clasificados, de acuerdo con las unidades de medida, en tres tipos de tests:
Tests adimensionales: cuando no existe una unidad convencional para expresar los
resultados obtenidos, como grados angulares o centímetros. No dependen de
equipamientos y utilizan únicamente criterios o mapas de análisis previamente
establecidos (ejemplo: Flexitest modificado por Araujo en 1986 y el test utilizado por
Bloomfield y col. en 1994);
Tests lineares: se caracterizan por expresar los resultados en escala de distancia, en
centímetros o plegadas. Se emplean cintas métricas, reglas o metros (ejemplo: el test
clásico utilizado hasta hoy de sentar y alcanzar de Wells); existen muchos tests de este
tipo, ya que son fácilmente modificables.
Tests angulares: cuando los resultados son expresos en grados. Se emplean
instrumentos propios para medir los ángulos, como los goniómetros, mecánicos o
electrónicos. Los más utilizados son el goniómetro universal y el goniómetro pendular o
flexómetro.
Para medir la flexibilidad de los sujetos, Martínez-López (2003) señala que se han
ideado varias técnicas directas de laboratorio y otras pruebas de campo que miden,
sobre todo, la flexibilidad estática. Las técnicas directas de laboratorio utilizan el
goniómetro, instrumento fiable para medir los ángulos de desplazamiento de las
articulaciones, es decir su amplitud. Durante su aplicación, se hace coincidir el eje del
instrumento sobre el fulcro de la articulación y los brazos del goniómetro con los
segmentos móviles de la misma. De acuerdo con Paish (1992), se debería realizar dos
intentos en cada medida, registrando el mejor de ellos.
Martínez-López (2003, citado por Bragança, M., Bastos, A., Salguero, A. y González,
R, 2008), destaca además otro instrumento similar al citado anteriormente, muy
extendido y ampliamente utilizado para medir amplitudes articulares. Nos referimos al
flexómetro de Leighton (Leigthon, 1966) cuya escala es de 360 grados, lo que
posibilita evaluar personas que presenten un gran nivel de flexibilidad. Este instrumento
registra la flexibilidad angular, es decir, la amplitud de movimiento que un segmento
corporal puede alcanzar expresada en grados. Consta de un marcador y un indicador; la
diferencia entre los ángulos de la articulación, establecida en los extremos del
movimiento, se mide en relación a la fuerza de tracción de la gravedad sobre el
marcador y el indicador. Según la literatura, este instrumento alcanza una fiabilidad
situada entre el 0,90 y 0,99.
Existen otros métodos de laboratorio para medir la flexibilidad según Platonov y
Bulatova (1993): el método óptico y el método radiográfico, sin embargo, están
menos extendidos.
Martínez-López (2003) afirma que hay otra serie de tests para evaluar la flexibilidad,
cuyos resultados obtenidos suelen expresarse en centímetros. Moras (1992) cita: el giro
(rotación) de hombros con bastón; el spagat frontal (o de través - Figura 4) o lateral; el
puente (o Test de Flop); o la abducción de las extremidades inferiores, sin embargo no
se han mostrado del todo fiables. El propio Moras (1992) ha corroborado que el test
flexométrico, en el cual se emplea el flexómetro, presenta mayor validez, permitiendo
obtener el ángulo real de apertura a partir de la distancia de separación de las
extremidades, independientemente de las características morfológicas del sujeto. Estos
resultados se expresan en grados, cuando, de forma generalizada, los tests de medición
de flexibilidad lo hacen en centímetros.
Encontramos otros tests o pruebas para evaluar la flexibilidad como por ejemplo:
flexión del tronco adelante desde posición de pié (Figura 5); extensión de tronco hacia
atrás; hiperextensión de espalda en plinto; extensión de brazos y manos con pica;
flexión profunda del cuerpo; flexibilidad de columna sobre plinto; cuadriceps o Test de
Ely; la banda iliotibial o Test de Ober; abductores de la cadera; flexibilidad de hombro;
extensión en paso de valla; apertura de piernas desde tumbado; flexión de tobillo;
flexión lateral del tronco; flexión lateral de tronco con brazos arriba; elevación de
cadera hacia delante; torsión de tronco, y muchos otros que no son citados en este
trabajo. En el trabajo de López (2003), se concluye que hay que aplicar
mayoritariamente (66%) la prueba de medición de flexibilidad global “flexión profunda
del cuerpo”. Tambien se afirma que la prueba más aplicada es la flexión de tronco
adelante desde sentado o sit and reach (42%), parece razonable pensar que aunque
existen abundantes datos que avalan una aceptable fiabilidad de sus resultados, ha sido
decisiva la influencia de la Batería Eurofit. Otra prueba que se destaca como una de las
más utilizadas como medio de valoración de la flexibilidad es el test de flexión de
tronco adelante desde de pie, con un 15,7%.
Los hallazgos muestran, según la literatura estudiada, que los tests que registran la
flexibilidad en una escala lineal, en realidad, no miden lo que en teoría se proponen
medir, no presentan coeficientes de fiabilidad ni resultados de validez, sufren influencia
de las medidas antropométricas y del biotipo de cada persona, y se ven influidos por la
acción de la musculatura próxima a la articulación/musculatura responsable del
movimiento articular evaluado. Además, aún siendo posible su utilización, no
reconocidos o avalados por ningún organismo o autor. Sin embargo, por su sencillez,
por el poco tiempo requerido en su aplicación, así como por su bajo coste, algunos de
ellos son empleados en determinados contextos, principalmente en contextos
escolares(Bragança, M., Bastos, A., Salguero, A. y González, R, 2008).
Hoeger y Hopkins (1992), Minkler y Patterson (1994), Hui y Yen (2000), entre otros,
señalan que un protocolo muy utilizado para evaluar la flexibilidad, cuyo resultado se
obtiene en centímetros, es el test Sentar y Alcanzar (Sit and Reach Test) (Wells y
Dillon, 1952). Esta prueba (Figura 6) se utiliza comúnmente para evaluar la flexibilidad
de la zona lumbar, aunque su calidad como herramienta de evaluación suscita
controversia, ya que a pesar de estar diseñada para determinar el grado de flexibilidad
de esta región corporal, intervienen también otras zonas que afectan a los resultados
obtenidos. En los estudios realizados por Jackson y Baker (1986) en personas con
edades comprendidas entre 13 y 15 años, se observó una correlación entre esta prueba y
las musculaturas implicadas (con los isquiotibiales, con toda la espalda, con la parte
superior de la espalda y con la zona lumbar). En otro estudio realizado por el Instituto
Bonaerense en 1995, en el que se evaluó una muestra de más de 65.000 alumnos de
diferentes edades, se observó que existía una gran dispersión con respecto a los
resultados en cada grupo de edad. Además, los diferentes estudios encontrados en la
literatura muestran resultados contradictorios en los parámetros de fiabilidad y validez.
(Jackson y Langford, 1989; Hoeger y Hopkins, 1992; Hui y cols., 1999).
Posteriormente surgió el test Sentar y Alcanzar Modificado (Modified Sit and
Reach Test) (Hoeger y Hopkins, 1992). Al igual que la anterior prueba, también suscita
controversia por su cuestionada idoneidad (Minkler y Patterson, 1994; González-Millán,
1997-98; Hui y cols., 1999; Hui e Yen, 2000; Arregui-Eraña y Martinez De Haro, 2001;
Ioushin, 2001). Antes del inicio del test es necesario realizar una medición de partida.
En este sentido, el ejecutante mantiene la posición standard inicial de la prueba
tradicional, sólo que el ejecutante debe estar sentado en el suelo con las piernas
extendidas, la planta de los pies encostadas en el cajón y apoyando su espalda y su
cabeza sobre una pared, sus brazos deberán estar extendidos para delante donde deberá
llevar las manos al frente, una superpuesta sobre la otra y la punta de los dedos en
contacto con la cinta métrica. El evaluador deberá, en ese momento, marcar ese punto
como el punto cero o de inicio (medición de partida). Tras esta posición, el ejecutante
inicia el test deslizando las manos sobre el cajón debiendo lograr alcanzar la máxima
distancia con sus manos. Deberá realizar tres intentos, tomando como válido el mejor de
los tres (Figura 7).
Como señalábamos en párrafos anteriores, otro test para evaluar la flexibilidad es el
Flexitest (Araújo, 1987; 2001; 2002; 2003; Araújo y Araújo, 2000; 2004),
originalmente elaborado y descrito por Pavel y Araujo (1980). A través de esta prueba
se pretende registrar la flexibilidad pasiva máxima de 20 movimientos articulares
corporales, que se convierten en 36, si consideramos las articulaciones bilateralmente.
Todos los movimientos deben ser ejecutados y evaluados en una determinada secuencia.
La evaluación se realiza comparando el movimiento realizado por la persona en cada
articulación con respecto a mapas de análisis o dibujos previamente establecidos (Figura
8). En cada mapa aparece un mismo movimiento representado con diferentes grados de
amplitud. Cada nivel de amplitud tiene un valor, el cual es asignando en función de la
amplitud alcanzada por el sujeto. Las articulaciones implicadas en el test son: tobillo,
rodilla, cadera, tronco, muñeca, codo y hombro. Se realizan ocho movimientos en los
miembros inferiores, tres en el tronco y nueve en los miembros superiores. La
numeración de estos movimientos se hace en sentido distal-proximal. Cada un de ellos
se mide respecto a una escala creciente y discontinua de 0 a 4 (números enteros),
representando un total de 5 valores posibles.
Este test además de hacer una medida para cada una de las
articulaciones/movimientos, hace un análisis de ellos y también compara el nivel de
flexibilidad en diferentes articulaciones. Así, según Araújo (1987), es valido calcular el
Índice Global de Flexibilidad o Movilidad Articular - FLEXINDICE - obtenido a
través de la suma de los resultados de los 20 movimientos ejecutados aisladamente,
posibilitando así una visión global de esta capacidad. Poder obtener este valor supone
una ventaja en relación a la goniometría, que solo nos ofrece un índice de flexibilidad
por cada articulación evaluada.
METODOLOGÍA
Sujetos
El estudio se hizo con una muestra de unos 10 estudiantes, en los cuales 5 eran mujeres
y 5 varones con edades comprendidas entre los 9 y 11 años de edad. Provenientes de
una Escuela de Gimnasia y una Escuela Pública de la zona metropolitana, a los cuales se
les entregó una hoja de consentimiento para iniciar la investigación.
Procedimientos
Los estudiantes fueron seleccionados para hacer una medición de la flexibilidad en la
parte baja de la espalda y los isquiotibiales, se procedió a hacer la prueba de la sit and
reach modificada, en la cual se les pidió que se quitaran los zapatos y que se sentaran,
pegando las escápulas en la pared. Se les pidieron que pusieran las manos en la regla, y
luego estiraran hasta lo que más pudieran, con un máximo de tres intentos, los cuales se
les hacía un promedio.
Instrumentos y materiales
• Una regla o cinta métrica
• Un banco sueco
• Una pared
Se utilizó el protocolo de la prueba sit and reach modificada (siéntate y alcanza), esta
prueba la posición inicial es sentarse en el suelo, con los pies pegados al cajón, y las
escápulas en la pared. Luego el sujeto debe colocar las manos en una regla (metro) o
Cintra métrica sin despegarse de la pared. Cuando se tiene la medida, el instructor le
pide al que está haciendo la prueba que se estire hacia la regla. El sujeto cuenta con tres
oportunidades, las cuales se promedian. Es la más utilizada porque es muy sencilla.
Farrally y col. (1980) obtienen un coeficiente de fiabilidad de 0,89 en las pruebas de sit
and reach, y Beunen y Simon (1977-78) precisan una fiabilidad en jóvenes de entre 16 y
18 años del 0,94. (Citados por Martínez, 2003).
Análisis estadístico
Para el estudio se utilizó el paquete estadístico SPSS 8.0 para windows, en la cual se
realizó una t-student de medidas independientes para comparar la flexibilidad entre la
Escuela de Gimnasia y la Escuela Pública. La cual dio como resultado una significancia
de 0,81, la cual no fue estadísticamente significativa. Al igual como se procedió
a comparar la flexibilidad entre sexos, no fue estadísticamente significativo.
Resultados
Gráfico 1. Comparación de los promedios de flexibilidad entre mujeres y hombres
2223242526272829
mujeres hombres
Sexo
Flex
ibili
dad
Según el gráfico 1 las mujeres tienen más flexibilidad de la parte baja de la espalda y los
isquiotibiales (flexión coxofemoral), donde el promedio de las mujeres fue 27,8 ±6,1 y
el promedio de los hombres fue 24,100±4,121; y no hubo una mayor significancia
(p=,21) entre los promedios. Es decir ni fue estadísticamente significativa.
Gráfico 2. Comparación de los promedios de flexibilidad entre un club gimnástico y una escuela pública
0
5
10
15
20
25
30
35
Gimnasia Pública
Centros
Fle
xibi
lida
d
El gráfico 2 explica que la escuela de gimnasia hay más flexibilidad de la parte baja de
la espalda y los isquiotibiales que en la pública, la escuela de gimnasia presenta un
promedio de 29,4±4,47; mientras el promedio de la escuela pública es de 22,5±3,97. La
significancia (p=0,81); es decir, no fue estadísticamente significativo.
DISCUSIÓN
La flexibilidad en comparación para los niños de las escuelas de gimnasia y escuelas
pública no tuvo mayores cambios debido a la gran capacidad de flexión de las grandes
articulaciones del cuerpo se opone una muy reducida amplitud de extensión en la
mayoría de los núcleos de movimiento, según estudios realizados por Di santo (2008).
A medida que aumenta la edad, la flexibilidad de los escolares estudiados disminuye.
Existe un intervalo de edad situado en los 9 años que parece marcar un cambio de
tendencia en la flexibilidad de los escolares. (Comella, López, Casas, Bayer, Asumí,
2005). El estudio realizado fueron con estudiantes entre 9 y 11 años, la cual fue un
posible factor contaminante de la prueba sit and reach modificada, debido a que los de
la escuela de gimnasta la mayoría de los evaluados tenía 11 años de edad, y los de la
escuela pública estaban como entre los 10 años de edad (mayoría).
La escuela de gimnasia trabaja con el objetivo de recreación para los niños, siendo esto
un factor en el cual las y los estudiantes presentaran tal grado de flexibilidad en
comparación de los estudiantes de la escuela pública, quienes irregurlamente un
profesor de educación física les enseñen lo que es la cualidad de la flexibilidad y su
importancia en el aspecto de salud y rendimiento.
Tanto las niñas de la escuela de gimnasia como la pública tienen más flexibilidad que
los hombres de ambos centros, debido a que las mujeres tienes más colágeno que los
hombres y están preparadas anatómicamente y fisiológicamente para ser más flexibles,
al igual que los resultados que se obtuvieron en la Universitat de Vic, también existen
diferencias en la flexibilidad y los grupos de edad con respecto al género. Las niñas
tienen una mayor flexibilidad, observando diferencias significativas a los 6 años (p=
0.012), a los 9 años (p= 0.015), 10 años (p=0.03) y 11 años (p=0.001) (Comella, López,
Casas y otros, 2005).
CONCLUSIONES
En el estudio se ha observado que los parámetros de flexibilidad valorados en el test de
“sit and reach modificado” se ven modificados de forma significativa según la edad y el
género. A partir de los 9 años de edad el grado de flexibilidad disminuye de forma
significativa y, es más evidente entre los niños, siendo necesaria una intervención más
específica en ellos. A los cuales se les debe trabajar para incrementar significativamente
la amplitud de movimiento.
Cuando mayor sea la amplitud de movimiento, mayor recorrido angular podrá ser
realizado, por lo tanto mayor aceleración podría aplicarse, esto se traduciría en potencia
muscular y mejor aplicación de la fuerza, con lo cual los atletas que deseen elevar sus
niveles de fuerza, deberán lograr previamente aumentar sus respectivas capacidades de
flexibilidad. Esto se da para lo que es alto rendimiento en las escuelas o clubes de
gimnasia, en el cual se debe preparar a los atletas para un mejor desempeño a la hora de
ir a una eliminatoria.
Se debe fortalecer la flexibilidad de la parte baja de la espalda e isquiotibiales en las
Escuelas (Gimnasia o Pública) para que favorezca la coordinación, permitiendo
movimientos más libres. Además de incrementar la extensión de movimientos y así
tener una mejor circulación sanguínea (Willmore & Costill, 2004), evitar lesiones
articulares importantísimas y para lo que es gimnasia desarrollar la expresión corporal.
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