antologÍa poÉtica
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Benemrita Universidad Autnoma de Puebla
Preparatoria Lic. Benito Jurez Garca
Antologa de poesa
Materia: Literatura
Profesor: Daniel Gmez Araza
Elabor: Beln Crisstomo Miguel
-
NDICE
CONCEPTO DE POESA ........................................................................................................................................ 3
AUTORES
1.-MIGUEL HERNNDEZ ............................................................................................................................... 4
2.- RUBN BONIFAZ NUO ......................................................................................................................... 13
3.- AL CHUMACERO .................................................................................................................................... 18
4.- ENRIQUE GONZLEZ MARTNEZ ........................................................................................................ 23
5.- AL CALDERN ....................................................................................................................................... 26
6.- JUAN RAMN JIMNEZ ............................................................................................................................... 33
7.- ANTONIO MACHADO .................................................................................................................................. 36
8.- LUIS G. URBINA ....................................................................................................................................... 42
9.- VICENTE HUIDOBRO .............................................................................................................................. 44
10.-FEDERICO GARCA LORCA ................................................................................................................. 50
11.- FERNANDO PESSOA ............................................................................................................................. 54
12.- OLIVERIO GIRONDO ............................................................................................................................. 58
13.- OCTAVIO PAZ ........................................................................................................................................ 69
14.- JAIME SABINES .......................................................................................................................................... 72
15.- JOS EMILIO PACHECO ....................................................................................................................... 76
16.- GABRIEL GARCA MRQUEZ ............................................................................................................. 78
17.-MINERVA MARGARITA VILLARREAL .............................................................................................. 83
18.- CARLOS PELLICER ............................................................................................................................... 87
19.- TOMS SEGOVIA .................................................................................................................................. 90
20.-ROSARIO CASTELLANOS ..................................................................................................................... 96
21.- ENRIQUE GONZLEZ ROJO ................................................................................................................ 98
22.- JOS DE ESPRONCEDA ...................................................................................................................... 103
23.- JOS MART .......................................................................................................................................... 112
24.- JUANA DE IBARBOUROU .................................................................................................................. 115
25.- PABLO NERUDA .................................................................................................................................. 117
26.- CHARLES BAUDELAIRE .................................................................................................................... 121
27.-MARIO BENEDETTI ............................................................................................................................. 123
28.-ENRIQUETA OCHOA ............................................................................................................................ 127
29.-EZRA POUND ........................................................................................................................................ 129
-
CONCEPTO DE POESA Fragmento de una conferencia leda en el Ateneo de Madrid, el ao 1921
La Poesa es un desafo a la Razn, el nico desafo que la razn puede aceptar, pues una crea su
realidad en el mundo que ES y la otra en el que EST SIENDO.
Las palabras tienen un genio recndito, un pasado mgico que slo el poeta sabe descubrir,
porque l siempre vuelve a la fuente.
El lenguaje se convierte en un ceremonial de conjuro y se presenta en la luminosidad de su
desnudez inicial ajena a todo vestuario convencional fijado de antemano.
Toda poesa vlida tiende al ltimo lmite de la imaginacin. Y no slo de la imaginacin,
sino del espritu mismo, porque la poesa no es otra cosa que el ltimo horizonte, que es, a su vez, la
arista en donde los extremos se tocan, en donde no hay contradiccin ni duda. Al llegar a ese
lindero final el encadenamiento habitual de los fenmenos rompe su lgica, y al otro lado, en donde
empiezan las tierras del poeta, la cadena se rehace en una lgica nueva.
Vicente Huidobro
-
Miguel Hernndez
Poeta espaol nacido en Orihuela, Alicante, en 1910.
Hijo de campesinos, desempe entre otros oficios, el de pastor de cabras. Guiado por su
amigo Ramn Sij, se inici en la poesa desde los veinte aos; public su primer libro
Perito en lunas en 1933 y posteriormente, los sonetos agrupados en El rayo que no
cesa, marcaron la experiencia amorosa del poeta.
Durante la guerra civil milit muy activamente en el bando republicano como Comisario de
Cultura, siendo encarcelado y condenado a muerte al terminar el conflicto. Antes de morir,
enfermo y detenido, public su ltima obra, Cancionero y romancero de ausencias.
Falleci en 1942
CANCIN DEL ESPOSO SOLDADO
He poblado tu vientre de amor y sementera,
he prolongado el eco de sangre a que respondo
y espero sobre el surco como el arado espera:
he llegado hasta el fondo.
Morena de altas torres, alta luz y ojos altos,
esposa de mi piel, gran trago de mi vida,
tus pechos locos crecen hacia m dando saltos
de cierva concebida.
Ya me parece que eres un cristal delicado,
temo que te me rompas al ms leve tropiezo,
y a reforzar tus venas con mi piel de soldado
fuera como el cerezo.
-
Espejo de mi carne, sustento de mis alas,
te doy vida en la muerte que me dan y no tomo.
Mujer, mujer, te quiero cercado por las balas,
ansiado por el plomo.
Sobre los atades feroces en acecho,
sobre los mismos muertos sin remedio y sin fosa
te quiero, y te quisiera besar con todo el pecho
hasta en el polvo, esposa.
Cuando junto a los campos de combate te piensa
mi frente que no enfra ni aplaca tu figura,
te acercas hacia m como una boca inmensa
de hambrienta dentadura.
Escrbeme a la lucha, sinteme en la trinchera:
aqu con el fusil tu nombre evoco y fijo,
y defiendo tu vientre de pobre que me espera,
y defiendo tu hijo.
Nacer nuestro hijo con el puo cerrado
envuelto en un clamor de victoria y guitarras,
y dejar a tu puerta mi vida de soldado
sin colmillos ni garras.
Es preciso matar para seguir viviendo.
Un da ir a la sombra de tu pelo lejano,
y dormir en la sbana de almidn y de estruendo
cosida por tu mano.
Tus piernas implacables al parto van derechas,
y tu implacable boca de labios indomables,
y ante mi soledad de explosiones y brechas
recorres un camino de besos implacables.
Para el hijo ser la paz que estoy forjando.
Y al fin en un ocano de irremediables huesos
tu corazn y el mo naufragarn, quedando
una mujer y un hombre gastados por los besos.
NANAS DE LA CEBOLLA
La cebolla es escarcha
cerrada y pobre:
escarcha de tus das
-
y de mis noches.
Hambre y cebolla:
hielo negro y escarcha
grande y redonda.
En la cuna del hambre
mi nio estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azcar,
cebolla y hambre.
Una mujer morena,
resuelta en luna,
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Rete, nio,
que te tragas la luna
cuando es preciso.
Alondra de mi casa,
rete mucho.
Es tu risa en los ojos
la luz del mundo.
Rete tanto
que en el alma al orte,
bata el espacio.
Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
crcel me arranca.
Boca que vuela,
corazn que en tus labios
relampaguea.
Es tu risa la espada
ms victoriosa.
Vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.
La carne aleteante,
sbito el prpado,
-
el vivir como nunca
coloreado.
Cunto jilguero
se remonta, aletea,
desde tu cuerpo!
Despert de ser nio.
Nunca despiertes.
Triste llevo la boca.
Rete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.
Ser de vuelo tan alto,
tan extendido,
que tu carne parece
cielo cernido.
Si yo pudiera
remontarme al origen
de tu carrera!
Al octavo mes res
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.
Frontera de los besos
sern maana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.
Vuela nio en la doble
luna del pecho.
l, triste de cebolla.
T, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.
-
EL HERIDO
Para el muro de un hospital de sangre.
I
Por los campos luchados se extienden los heridos.
Y de aquella extensin de cuerpos luchadores
salta un trigal de chorros calientes, extendidos
en roncos surtidores.
La sangre llueve siempre boca arriba, hacia el cielo.
Y las heridas suenan, igual que caracolas,
cuando hay en las heridas celeridad de vuelo,
esencia de las olas.
La sangre huele a mar, sabe a mar y a bodega.
La bodega del mar, del vino bravo, estalla
all donde el herido palpitante se anega,
y florece, y se halla.
Herido estoy, miradme: necesito ms vidas.
La que contengo es poca para el gran cometido
de sangre que quisiera perder por las heridas.
Decid quin no fue herido.
Mi vida es una herida de juventud dichosa.
Ay de quien no est herido, de quien jams se siente
herido por la vida, ni en la vida reposa
herido alegremente!
Si hasta a los hospitales se va con alegra,
se convierten en huertos de heridas entreabiertas,
de adelfos florecidos ante la ciruga.
de ensangrentadas puertas.
II
Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un rbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.
Para la libertad siento ms corazones
que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas,
-
y entro en los hospitales, y entro en los algodones
como en las azucenas.
Para la libertad me desprendo a balazos
de los que han revolcado su estatua por el lodo.
Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
de mi casa, de todo.
Porque donde unas cuencas vacas amanezcan,
ella pondr dos piedras de futura mirada
y har que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.
Retoarn aladas de savia sin otoo
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el rbol talado, que retoo:
porque an tengo la vida.
DESPUS DEL AMOR
No pudimos ser. La tierra
no pudo tanto. No somos
cuanto se propuso el sol
en un anhelo remoto.
Un pie se acerca a lo claro.
En lo oscuro insiste el otro.
Porque el amor no es perpetuo
en nadie, ni en m tampoco.
El odio aguarda su instante
dentro del carbn ms hondo.
Rojo es el odio y nutrido.
El amor, plido y solo.
Cansado de odiar, te amo.
Cansado de amar, te odio.
Llueve tiempo, llueve tiempo.
Y un da triste entre todos,
triste por toda la tierra,
triste desde m hasta el lobo,
dormimos y despertamos
con un tigre entre los ojos.
-
Piedras, hombres como piedras,
duros y plenos de encono,
chocan en el aire, donde
chocan las piedras de pronto.
Soledades que hoy rechazan
y ayer juntaban sus rostros.
Soledades que en el beso
guardan el rugido sordo.
Soledades para siempre.
Soledades sin apoyo.
Cuerpos como un mar voraz,
entrechocado, furioso.
Solitariamente atados
por el amor, por el odio.
Por las venas surgen hombres,
cruzan las ciudades, torvos.
En el corazn arraiga
solitariamente todo.
Huellas sin compaa quedan
como en el agua, en el fondo.
Slo una voz, a lo lejos,
siempre a lo lejos la oigo,
acompaa y hace ir
igual que el cuello a los hombros.
Slo una voz me arrebata
este armazn espinoso
de vello retrocedido
y erizado que me pongo.
Los secos vientos no pueden
secar los mares jugosos.
Y el corazn permanece
fresco en su crcel de agosto
porque esa voz es el arma
ms tierna de los arroyos:
Miguel: me acuerdo de ti
despus del sol y del polvo,
antes de la misma luna,
tumba de un sueo amoroso.
-
Amor: aleja mi ser
de sus primeros escombros,
y edificndome, dicta
una verdad como un soplo.
Despus del amor, la tierra.
Despus de la tierra, todo.
A MI HIJO
Te has negado a cerrar los ojos, muerto mo,
abiertos ante el cielo como dos golondrinas:
su color coronado de junios, ya es roco
alejndose a ciertas regiones matutinas.
Hoy, que es un da como bajo la tierra, oscuro,
como bajo la tierra, lluvioso, despoblado,
con la humedad sin sol de mi cuerpo futuro,
como bajo la tierra quiero haberte enterrado.
Desde que t eres muerto no alientan las maanas,
al fuego arrebatadas de tus ojos solares:
precipitado octubre contra nuestras ventanas,
diste paso al otoo y anocheci los mares.
Te ha devorado el sol, rival nico y hondo
y la remota sombra que te lanz encendido;
te empuja luz abajo llevndote hasta el fondo,
tragndote; y es como si no hubieras nacido.
Diez meses en la luz, redondeando el cielo,
sol muerto, anochecido, sepultado, eclipsado.
Sin pasar por el da se marchit tu pelo;
atardeci tu carne con el alba en un lado.
El pjaro pregunta por ti, cuerpo al oriente,
carne naciente al alba y al jbilo precisa;
nio que slo supo reir, tan largamente,
que slo ciertas flores mueren con tu sonrisa.
Ausente, ausente, ausente como la golondrina,
ave estival que esquiva vivir al pie del hielo:
golondrina que a poco de abrir la pluma fina,
naufraga en las tijeras enemigas del vuelo.
-
Flor que no fue capaz de endurecer los dientes,
de llegar al ms leve signo de la fiereza.
Vida como una hoja de labios incipientes,
hoja que se desliza cuando a sonar empieza.
Los consejos del mar de nada te han valido...
Vengo de dar a un tierno sol una pualada,
de enterrar un pedazo de pan en el olvido,
de echar sobre unos ojos un puado de nada.
Verde, rojo, moreno: verde, azul y dorado;
los latentes colores de la vida, los huertos,
el centro de las flores a tus pies destinado,
de oscuros negros tristes, de graves blancos yertos.
Mujer arrinconada: mira que ya es de da.
(Ay, ojos sin poniente por siempre en la alborada!)
Pero en tu vientre, pero en tus ojos, mujer ma,
la noche contina cayendo desolada.
-
Rubn Bonifaz Nuo
Poeta mexicano nacido en Veracruz en noviembre de 1923.
Humanista, traductor, investigador, crtico de arte y dibujante, obtuvo la maestra y el
Doctorado en Letras por la Universidad Autnoma de Mxico.
Es miembro de nmero de la Academia Mexicana de la Lengua y Doctor Honoris Causa de
varias universidades. Su obra se encuentra traducida a varios idiomas y ha merecido entre
otros, los siguientes premios: Premio Nacional de Letras 1974, Diploma de Honor No. 32
del Certamen Capitalino de Roma y Premio Alfonso Reyes 1984.
Algo se me ha quebrado esta maana...
Para Abril Boliver
Algo se me ha quebrado esta maana
de andar, de cara en cara, preguntando
por el que vive dentro.
Y habla y se queja y se me tuerce
hasta la lengua del zapato,
por tener que aguantar como los hombres
tanta pobreza, tanto oscuro
camino a la vejez; tantos remiendos,
-
nunca invisibles, en la piel del alma.
Yo no entiendo; yo quiero solamente,
y trabajo en mi oficio.
Yo pienso: hay que vivir; dificultosa
y todo, nuestra vida es nuestra.
Pero cunta furia melanclica
hay en algunos das. Qu cansancio.
Cmo, entonces,
pensar en platos venturosos,
en cucharas calmadas, en ratones
de lujossimos departamentos,
si entonces recordamos que los platos
allan de nostalgia, boquiabiertos,
y despiertan secas las cucharas,
y desfallecen de hambre los ratones
en humildes cocinas.
Y conste que no hablo
en smbolos; hablo llanamente
de meras cosas del espritu.
Qu insufribles, a veces, las virtudes
de la buena memoria; yo me acuerdo
hasta dormido, y aunque jure y grite
que no quiero acordarme.
De andar buscando llego.
Nadie, que sepa yo, qued esperndome.
Hoy no conozco a nadie, y slo escribo
y pienso en esta vida que no es bella
ni mucho menos, como dicen
los que viven dichosos. Yo no entiendo.
Escribo amargo y fcil,
y en el da resollante y montono
de no tener cabeza sobre el traje,
ni traje que no apriete,
ni mujer en que caerse muerto.
PARA LOS QUE LLEGAN A LAS FIESTAS
Para los que llegan a las fiestas
vidos de tiernas compaas,
y encuentran parejas impenetrables
-
y hermosas muchachas solas que dan miedo
pues uno no sabe bailar, y es triste; los que se arrinconan con un vaso
de aguardiente oscuro y melanclico,
y odian hasta el fondo su miseria,
la envidia que sienten, los deseos;
para los que saben con amargura
que de la mujer que quieren les queda
nada ms que un clavo fijo en la espalda
y algo tenue y acre, como el aroma
que guarda el revs de un guante olvidado;
para los que fueron invitados
una vez; aqullos que se pusieron
el menos gastado de sus dos trajes
y fueron puntuales; y en una puerta
ya mucho despus de entrados todos
supieron que no se cumplira
la cita, y volvieron desprecindose;
para los que miran desde afuera,
de noche, las casas iluminadas,
y a veces quisieran estar adentro:
compartir con alguien mesa y cobijas
vivir con hijos dichosos;
y luego comprenden que es necesario
hacer otras cosas, y que vale
mucho ms sufrir que ser vencido;
para los que quieren mover el mundo
con su corazn solitario,
los que por las calles se fatigan
caminando, claros de pensamientos;
para los que pisan sus fracasos y siguen;
para los que sufren a conciencia,
porque no sern consolados
los que no tendrn, los que no pueden escucharme;
para los que estn armados, escribo.
QU FCIL SERA PARA ESTA MOSCA
Qu fcil sera para esta mosca,
con cinco centmetros de vuelo
razonable, hallar la salida.
-
Pude percibirla hace tiempo,
cuando me distrajo el zumbido
de su vuelo torpe.
Desde aquel momento la miro,
y no hace otra cosa que achatarse
los ojos, con todo su peso,
contra el vidrio duro que no comprende.
En vano le abr la ventana
y trat de guiarla con la mano;
no lo sabe, sigue combatiendo
contra el aire inmvil, intraspasable.
Casi con placer, he sentido
que me voy muriendo; que mis asuntos
no marchan muy bien, pero marchan;
y que al fin y al cabo han de olvidarse.
Pero luego quise salir de todo,
salirme de todo, ver, conocerme,
y nada he podido; y he puesto
la frente en el vidrio de mi ventana.
No es una desgracia abrir los ojos...
No es una desgracia abrir los ojos
ni tener despiertos los deseos
y estar triste y solo y pensando.
Y no ser de aquellos que consiguieron
su placer a ciegas para cegarse;
su televisin despus del cine,
sus bailes, su ruido, sus limonadas;
pero que a la medianoche se sientan,
pesados de sueo, densos, bestiales,
y gritan y luchan sobresaltados
para desterrar su pesadilla.
Bienaventurados los que padecen
la nostalgia, el miedo de estar a solas,
la necesidad del amor; los hombres,
las mujeres tiernas de ojos amargos;
los que en su comida han recibido
lo gordo del caldo del sufrimiento.
Porque de ellos es la desesperanza,
-
el insomnio, el llanto seco, las rejas
de todas las crceles, el hambre,
y la fuerza lrica y el impulso
para desquiciar la desventura.
-
Al Chumacero
Al Chumacero (Acaponeta, Nayarit, Mxico, 1918). Estudi preparatoria en Guadalajara y
muy joven se traslad a la ciudad de Mxico, donde en 1940, fund la revista Tierra nueva.
Entre sus obras destacan: Imgenes desterradas, Palabras en reposo y Pramo de sueos.
Por su trabajo literario ha recibido los siguientes reconocimientos: Xavier Villaurrutia,
Alfonso Reyes, Nacional de Lingstica y Literatura, Amado Nervo, Nayarid, y
el Premio Internacional de Poesa Jaime Sabines-Gatine Lapointe en 2003.Se han
publicado varias recopilaciones de su obra, as como una recopilacin de ensayos: Los
momentos crticos (1987). Sus poemas han sido traducidos a varios idiomas y difundidos en
innumerables antologas por toda Hispanoamrica. Sin duda, es uno de los poetas ms
trascendentes de la poesa mexicana en la segunda mitad del siglo XX.
Espejo y agua
Tu alma en m dej su fra imagen,
slo recuerdo de lo que vivas,
y si al espejo miro y me reflejo
all encuentro tus ojos, tu silencio de cera
con un reposo de apagado aliento,
como si descendiendo arenas
o un tropel de recuerdos
sobre mi piel, con sosegado paso
-
hacia el cristal cayeran.
No caen hojas como frases muertas,
y mis ojos en ti no fueron rosas
ahogadas en tu aroma?
Si al agua miras, mira
mi corazn ornado de sepulcros
bajo las olas que lo mueven,
crecido entre las ruinas de tu nombre,
entre perderse en muerte o florecer
como una eterna espera o el lamento
de un Adn impasible que soaba
contigo y tu mentido Paraso.
Porque al mirarte contra el agua, miras
mi pensamiento en tu alma suspendido.
Muerte del hombre
Si acaso el ngel desplegara
la sbana final de mi agona
y levantara el sueo que me diste, oh vida,
un sueo como ave perdida entre la niebla,
igual al pez que no comprende
la ola en que navega
o el peligro cercano con las redes;
si acaso el ngel frente a mi dijera
la ultima palabra,
la decisin mortal de mi destino
y plegando las alas junto a mi cuerpo hablara,
como cuando el roco desciende lento hacia la rosa
al dar el primer paso la maana,
ya mirara en mi sangre
el negro navegar, la noche incierta,
el pjaro que sufre sin sus alas
y la ms grave lentitud: la muerte.
Aun cerca de la ntima agona
ests, oh muerte, clara como espejo;
ms abierta que el mar,
ms segura que el aire que entr por la ventana,
ms ma y ms ajena
por mi sangre y mis brazos
en esta soledad.
Ests tan frtil como nio
que, angustiado, llora antes de ser,
entre la sangre siendo
-
y por la piel ms vivo que la piel;
te llevo como rbol, tierra y cauce,
y eres la savia pura,
la flor, la espuma y la sonrisa,
eres el ser que por mi sangre es
como la estrella ultima del cielo.
Si acaso el ngel sigiloso
abriera la ventana
te mirara salir interminablemente
como un tiempo cansado
hacia su sombra vuelto,
como quien frente al mundo se pregunta:
"En qu lugar est mi soledad?"
Si acaso el ngel me mirara,
abierta ya la niebla de mi carne,
sin nubes, sin estrellas,
sin tiempo en que mecer la luz de mi agona,
encontrara tan slo a ti, oh muerte,
llevndome a tu lado, fiel;
te encontrara tan sola a ti, sin m,
ya sin cuerpo ni voz,
sin angustia ni sueos,
te hallara entonces pura, oh muerte ma.
POEMA DE AMOROSA RAZ
Antes que el viento fuera mar volcado,
que la noche se unciera su vestido de luto
y que estrellas y luna fincaran sobre el cielo
la albura de sus cuerpos
Antes que luz, que sombra y que montaa
miraran levantarse las almas de sus cspides;
primero que algo fuera flotando bajo el aire;
tiempo antes que el principio.
Cuando an no naca la esperanza
ni vagaban los ngeles en su firme blancura;
cuando el agua no estaba ni en la ciencia de Dios;
antes, antes, muy antes.
Cuando an no haba flores en las sendas
porque las sendas no eran ni las flores estaban;
cuando azul no era el cielo ni rojas las hormigas,
-
ya ramos t y yo.
VENCIDOS
Igual que roca o rosa, renacemos
y somos como aroma o sueo tumultuoso
en incesante amor por nuestro duelo;
fugitivos sin fin que el rostro guardan,
mudos cadveres precipitados
a una impasible tempestad;
y morimos en nuestras propias manos,
sin saber de agonas,
cados descuidados al abismo,
a travs de catstrofes en nuestro corazn dormidas,
as tan simplemente, que al mirar un espejo
hallamos dentro sombras silenciosas
o una paloma destrozada.
Porque nada delata que existamos
en esta soledad del pensamiento,
y el olvido desciende hacia la tierra
como un equvoco de Dios,
dormida imagen donde en sueos
se martiriza por saberse bello;
porque es intil la embriaguez
que nos cubre de olvidos contra el mundo
cuando es la lentitud
y el sentirse arrojados sobre el lecho,
como el cesar y el impedir,
lo que alimenta nuestro amor
y el incansable continuar entre los hombres,
del dolor de la carne enamorados.
Igual que rosa o roca:
crueles cadveres sin agona.
MI AMANTE
Desnuda, mi funesta amante
de piel vencida y casta como deshabitada,
sacudes sobre el lecho voces
y ternuras contrarias a mis manos,
y un crepsculo escucho entre tu cuerpo
cuando al caer en ti agonizo
en un nacer marchito, sin el duelo
-
comparable al temor de tu agona.
Contigo transparento la cada
de un alud o huracn de rosas:
suspiros de manzanas en tumulto
dicindome que el hombre est vencido,
confuso en amarguras y vacas miradas.
En ti respondo al mundo, y en tu cuerpo
respiro ese sabor de los sepulcros;
una noche no ms, y tu mirada
persiste, implora y vence entre mis ojos,
decidida a una lucha prolongada
donde el recuerdo se convierte
en esa rea languidez del pensamiento,
como materia de tus ojos mismos.
Lloras a veces arrojando
fnebres aguas de perfume ciego,
como si desprendida de una antigua idea
vinieras hasta m, tan clara
como un ngel dormido en el espacio,
a dejar evidencia, luz y vida;
y en tus lgrimas miro surgir tu suave piel
como si en ellas prolongaras
o hicieras ms probable tu existencia,
derramando el aroma de tu sueo
sobre esta soledad de tu desnudo.
-
ENRIQUE GONZLEZ MARTNEZ
Poeta mexicano nacido en la ciudad de Guadalajara en 1871, donde estudi y ejerci como
mdico. En 1911 se traslad a la ciudad de Mxico, y ese mismo ao ingres a la
Academia Mexicana de la Lengua. Encabez la depuracin simbolista del Modernismo,
rechazando las temticas excntricas. Fund la revista Argos y ocup destacados puestos
polticos y diplomticos.
Su obra potica se resume en las siguientes publicaciones:
Preludios, Lirismos, La hora intil, Silenter, Los senderos ocultos y La
muerte del cisne. Falleci en 1952
CUANDO SEPAS HALLAR UNA SONRISA. . .
Cuando sepas hallar una sonrisa
en la gota sutil que se rezuma
de las porosas piedras, en la bruma,
en el sol, en el ave y en la brisa;
cuando nada a tus ojos quede inerte,
ni informe, ni incoloro, ni lejano,
y penetres la vida y el arcano
del silencio, las sombras y la muerte;
cuando tiendas la vista a los diversos
rumbos del cosmos, y tu esfuerzo propio
sea como potente microscopio
-
que va hallando invisibles universos,
entonces en las flamas de la hoguera
de un amor infinito y sobrehumano,
como el santo de Ass, dirs hermano
al rbol, al celaje y a la fiera.
Sentirs en la inmensa muchedumbre
de seres y de cosas tu ser mismo;
sers todo pavor con el abismo
y sers todo orgullo con la cumbre.
Sacudir tu amor el polvo infecto
que macula el blancor de la azucena,
bendecirs las mrgenes de arena
y adorars el vuelo del insecto;
y besars el garfio del espino
y el sedeo ropaje de las dalias. . .
y quitars piadoso tus sandalias
por no herir a las piedras del camino.
BUSCA EN TODAS LAS COSAS. . .
Busca en todas las cosas un alma y un sentido
oculto; no te cias a la apariencia vana;
husmea, sigue el rastro de la verdad arcana,
escudriante el ojo y aguzado el odo.
No seas como el necio, que al mirar la virgnea
imperfeccin del mrmol que la arcilla aprisiona,
queda sordo a la entraa de la piedra, que entona
en recndito ritmo la cancin de la lnea.
Ama todo lo grcil de la vida, la calma
de la flor que se mece, el color, el paisaje.
Ya sabrs poco a poco descifrar su lenguaje. . .
Oh divino coloquio de las cosas y el alma!
-
Hay en todos los seres una blanda sonrisa,
un dolor inefable o un misterio sombro.
Sabes t si son lgrimas las gotas de roco?
Sabes t qu secreto va contando la brisa?
Atan hebras sutiles a las cosas distantes;
al acento lejano corresponde otro acento.
Sabes t donde lleva los suspiros el viento?
Sabes t si son almas las estrellas errantes?
No desdees al pjaro de argentina garganta
que se queja en la tarde, que salmodia a la aurora.
Es un alma que canta y es un alma que llora. . .
Y sabr por qu llora, y sabr por qu canta!
Busca en todas las cosas el oculto sentido;
lo hallars cuando logres comprender su lenguaje;
cuando sientas el alma colosal del paisaje
y los ayes lanzados por el rbol herido. . .
-
AL CALDERN
Es poeta, ensayista, editor y crtico literario. Obtuvo el Premio Nacional de Poesa Ramn
Lpez Velarde 2004 con el poemario Imago Prima, 2005, Universidad Autnoma de
Zacatecas. Becario de la primera generacin de la Fundacin para las Letras Mexicanas en
el rea de poesa, 2003-2004. Becario del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes del
estado de Puebla, 2006. En 2007 fue merecedor del Premio Latinoamericano de Poesa
Benemrito de las Amricas con el poemario De ser en el mundo.
CUANDO CHARLES BAUDELAIRE
ley los versos de Villon el viejo
habra levantado la mirada,
dirigido certeros venablos pupilares
a las puertas dulces de la Librairie Nouvelle
del igualmente dulce y decadente Boulevard des Italiennes;
all encontrara, sin duda alguna,
antimodernos paisajes lunares,
litografas de estrellas magnficas
y ese mrmol de Milo
del que invariable se guardaba tanto.
Era ella que al modo de un ejrcito triunfante
cruzaba por el vano
coronada en guirnaldas:
la magnificencia de Jeanne Duval.
Sin embargo, Karla, te aseguro
que al regresar Baudelaire a su alcoba
del Hotel Pimodan
-
magntico por la convulsin de la belleza
no sinti por ella ni la centsima parte
de lo que hoy estoy sintiendo por ti.
-
RICARDO CASTILLO
Es autor de un clsico de la poesa mexicana en la segunda mitad del siglo XX: El
pobrecito seor X. Su obra potica comprende los siguientes ttulos: La
oruga (1980); Concierto en vivo (1981); Como agua al regresar (1983); Nicols el
Camalen (1989) ; Borrar los nombres (1993); Islario(1996); Reloj de arenas (1996); La
mquina del instante de formulacin potica (2001).
Actualmente forma parte del Departamento de Estudios Literarios de la Universidad de
Guadalajara.
Autogol
Nac en Guadalajara.
Mis primeros padres fueron Mam Lupe y Pap Guille.
Crec como trbol de jardn,
como moneda de cinco centavos, como tortilla.
Crec con la realidad desmentida en los riones,
con cursileras en el camarote del amor.
Mi mam lloraba en los resquicios
con el encabronamiento a oscuras, con la violencia a
-
tientas.
Mi pap se mora mirndome a los ojos,
murindose en la cmara lenta de los aos,
exigindole a la vida.
Y luego la ceguez de mi abuelo, los hermanos,
el desamparo sexual de mis primas,
el barrio en sombras
y luego yo, tan mirn, tan melodramtico.
Jams he servido para nada.
No he hecho sino cronometrar el aniquilamiento.
Como alguien me lo dijo una vez: Valgo Madre.
El gran simptico
La realidad es una broma que ya me est poniendo
nervioso.
Un armario con un payaso encerrado.
No hay tiempo para hacernos guios con los ojos,
el asunto es grave, pesado:
Todo hombre come un plato diario de confusin,
las manos se desesperan en los cabellos,
el alma se vuelve espalda.
Huele a nocaut, a cuerpo amarrado al quirfano
-
y el dolor, cara de serio, es un charlatn.
La realidad es un telfono timbrando,
un telegrama de certezas muy cortas.
Ojo picudo!
la risa nos puede traicionar.
Pin uno, pin dos
Son las diez de la noche.
De nada sirven los 600 gramos de felicidad
que ha ahorrado mi padre.
Prevalece una agitacin de ladrones en el seno familiar
y cada quien declina
con su particular manera de desventurar la sangre.
Parece como si el movimiento fuera la bancarrota,
como si el amor fuera tan slo cosa de adolescentes.
Mi padre nos quiere,
mi madre nos ama
porque hemos logrado ser una familia unida, amante de
la tranquilidad.
Pero ahora que son las diez de la noche,
ahora que como de costumbre nadie tiene nada que hacer
propongo cerrar puertas y ventanas
-
y abrir la llave del gas.
JOS ASUNCIN SILVA
Poeta y novelista colombiano nacido en Bogot en 1865.
Fue el precursor del modernismo en Colombia y es considerado como el ms importante
poeta de Colombia y uno de los ms importantes poetas de Latinoamrica. Romntico y
modernista, perdi parte de su obra literaria en un naufragio, un ao antes de su trgica
muerte. Se quit la vida en 1896.
NOCTURNO III
Una noche
una noche toda llena de perfumes, de murmullos y de msica de las,
Una noche
en que ardan en la sombra nupcial y hmeda, las lucirnagas fantsticas,
a mi lado, lentamente, contra m ceida, toda,
muda y plida
como si un presentimiento de amarguras infinitas,
hasta el fondo ms secreto de tus fibras te agitara,
por la senda que atraviesa la llanura florecida
caminabas,
y la luna llena
por los cielos azulosos, infinitos y profundos esparca su luz blanca,
y tu sombra
fina y lngida
-
y mi sombra
por los rayos de la luna proyectada
sobre las arenas tristes
de la senda se juntaban.
Y eran una
y eran una
y eran una sola sombra larga!
y eran una sola sombra larga!
y eran una sola sombra larga!
Esta noche
solo, el alma
llena de las infinitas amarguras y agonas de tu muerte,
separado de ti misma, por la sombra, por el tiempo y la distancia,
por el infinito negro,
donde nuestra voz no alcanza,
solo y mudo
por la senda caminaba,
y se oan los ladridos de los perros a la luna,
a la luna plida
y el chillido
de las ranas,
sent fro, era el fro que tenan en la alcoba
tus mejillas y tus sienes y tus manos adoradas,
entre las blancuras nveas
de las mortorias sbanas!
Era el fro del sepulcro, era el fro de la muerte,
Era el fro de la nada...
Y mi sombra
por los rayos de la luna proyectada,
iba sola,
iba sola
iba sola por la estepa solitaria!
Y tu sombra esbelta y gil
fina y lnguida,
como en esa noche tibia de la muerta primavera,
como en esa noche llena de perfumes, de murmullos y de msicas de alas,
se acerc y march con ella,
se acerc y march con ella,
se acerc y march con ella... Oh las sombras enlazadas!
Oh las sombras que se buscan y se juntan en las noches de negruras y de lgrimas!...
-
Juan Ramn Jimnez
Poeta espaol y premio Nobel de Literatura. Naci en Moguer en 1881 (Huelva), y estudi
en la Universidad de Sevilla. Los poemas de Rubn Daro, el miembro ms destacado del
modernismo en la poesa espaola, le conmovieron especialmente en su juventud.
Tambin sera importante la lectura de los simbolistas franceses, que acentuaron su
inclinacin hacia la melancola. En 1900 public sus dos primeros libros de textos: Ninfeas
y Almas de violeta. Poco despus se instalara en Madrid, haciendo varios viajes a Francia
y luego a Estados Unidos, donde se cas con la que ya sera su compaera ejemplar de
toda la vida, Zenobia Camprub. En 1936, al estallar la Guerra Civil espaola se vio
obligado a abandonar Espaa. Estados Unidos, Cuba y Puerto Rico, fueron sus sucesivos
lugares de residencia. Muri en este ltimo pas, donde recibi ya casi moribundo la
noticia de la concesin del Premio Nobel.
Y yo me ir. Y se quedarn los pjaros...
Y yo me ir. Y se quedarn los pjaros
cantando;
y se quedar mi huerto, con su verde rbol,
y con su pozo blanco.
Todas la tardes, el cielo ser azul y plcido;
y tocarn, como esta tarde estn tocando,
las campanas del campanario.
Se morirn aquellos que me amaron;
y el pueblo se har nuevo cada ao;
y en el rincn aquel de mi huerto florido y encalado,
mi espritu errar, nostlgico
Y yo me ir; y estar solo, sin hogar, sin rbol
-
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plcido Y se quedarn los pjaros cantando.
-
ANTONIO MACHADO
Poeta espaol nacido en Sevilla en 1875 y fallecido en Collioure, Francia, en 1939.
Doctor en Filosofa y letras, fue catedrtico de francs en los Institutos de Soria, Segovia,
Baeza y Madrid. Es considerado como uno de los grandes poetas de la lengua castellana.
Su vasta obra potica se caracteriza por la sencillez y precisin en el lenguaje. Cant a la
tierra, al mar, a los olivos, y en diversos tonos a la gloria del amor. En su poesa se refleja
la visin dolida de su patria y la recreacin de la belleza que encierran las pequeas cosas.
Entre sus obras publicadas se destacan Soledades, galeras y otros poemas en 1903,
Campos de Castilla en 1912, Nuevas canciones en 1925 y La guerra en 1938.
RECUERDO INFANTIL
Una tarde parda y fra
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotona
de lluvia tras los cristales.
Es la clase. En un cartel
se representa a Can
fugitivo, y muerto Abel,
junto a una mancha carmn.
Con timbre sonoro y hueco
truena el maestro, un anciano
mal vestido, enjuto y seco,
que lleva un libro en la mano.
Y todo un coro infantil
va cantando la leccin:
mil veces ciento, cien mil;
-
mil veces mil, un milln.
Una tarde parda y fra
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotona
de la lluvia en los cristales.
CAMINANTE NO HAY CAMINO
Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre el mar.
Nunca persegu la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi cancin;
yo amo los mundos sutiles,
ingrvidos y gentiles,
como pompas de jabn.
Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
sbitamente y quebrarse...
Nunca persegu la gloria.
Caminante, son tus huellas
el camino y nada ms;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrs
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar...
Hace algn tiempo en ese lugar
donde hoy los bosques se visten de espinos
se oy la voz de un poeta gritar
"Caminante no hay camino,
-
se hace camino al andar..."
Golpe a golpe, verso a verso...
Muri el poeta lejos del hogar.
Le cubre el polvo de un pas vecino.
Al alejarse le vieron llorar.
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."
Golpe a golpe, verso a verso...
Cuando el jilguero no puede cantar.
Cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar.
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."
Golpe a golpe, verso a verso.
La saeta
Dijo una voz popular:
Quin me presta una escalera
para subir al madero
para quitarle los clavos
a Jess el Nazareno?
Oh, la saeta, el cantar
al Cristo de los gitanos
siempre con sangre en las manos
siempre por desenclavar.
Cantar del pueblo andaluz
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz.
Cantar de la tierra ma
que echa flores
al Jess de la agona
y es la fe de mis mayores
!Oh, no eres t mi cantar
-
no puedo cantar, ni quiero
a este Jess del madero
sino al que anduvo en la mar!
LAS MOSCAS
Vosotras, las familiares
inevitables golosas,
vosotras, moscas vulgares
me evocis todas las cosas.
Oh, viejas moscas voraces
como abejas en abril,
viejas moscas pertinaces
sobre mi calva infantil!
Moscas de todas las horas
de infancia y adolescencia,
de mi juventud dorada;
de esta segunda inocencia,
que da en no creer en nada,
en nada.
Moscas del primer hasto
en el saln familiar,
las claras tardes de esto
en que yo empec a soar!
Y en la aborrecida escuela
raudas moscas divertidas,
perseguidas, perseguidas
por amor de lo que vuela.
Yo s que os habis posado
sobre el juguete encantado,
sobre el librote cerrado,
sobre la carta de amor,
sobre los prpados yertos
de los muertos.
Inevitables golosas,
-
que ni labris como abejas,
ni brillis cual mariposas;
pequeitas, revoltosas,
vosotras, amigas viejas,
me evocis todas las cosas.
UN CRIMINAL
El acusado es plido y lampio.
Arde en sus ojos una fosca lumbre,
que repugna a su mscara de nio
y ademn de piadosa mansedumbre.
Conserva del obscuro seminario
el talante modesto y la costumbre
de mirar a la tierra o al breviario.
Devoto de Mara,
madre de pecadores,
por Burgos bachiller en teologa,
presto a tomar las rdenes menores.
Fue su crimen atroz. Hartse un da
de los textos profanos y divinos,
sinti pesar del tiempo que perda
enderezando hiprbatons latinos.
Enamorse de una hermosa nia,
subisele el amor a la cabeza
como el zumo dorado de la via,
y despert su natural fiereza.
En sueos vio a sus padres ?labradores
de mediano caudal? iluminados
del hogar por los rojos resplandores,
los campesinos rostros atezados.
Quiso heredar. Oh guindos y nogales
del huerto familiar, verde y sombro,
y doradas espigas candeales
que colmarn las trojes del esto!.
Y se acord del hacha que penda
en el muro, luciente y afilada,
el hacha fuerte que la lea haca
de la rama de roble cercenada.
................................................
Frente al reo, los jueces con sus viejos
ropones enlutados;
y una hilera de obscuros entrecejos
y de plebeyos rostros: los jurados.
-
El abogado defensor perora,
golpeando el pupitre con la mano;
emborrona papel un escribano,
mientras oye el fiscal, indiferente,
el alegato enftico y sonoro,
y repasa los autos judiciales
o, entre sus dedos, de las gafas de oro
acaricia los lmpidos cristales.
Dice un ujier: Va sin remedio al palo.
El joven cuervo la clemencia espera.
Un pueblo, carne de horca, la severa
justicia aguarda que castiga al malo.
-
LUIS G. URBINA
Luis Gonzaga Urbina naci en la ciudad de Mxico, el 8 de febrero de 1868. Poco se sabe
de su niez, que parece haber pasado en la necesidad y la pobreza. Fue cronista y crtico
teatral en diversos diarios y revistas. Perteneci al grupo de la Revista Azul, fundada por
Manuel Gutirrez Njera. Fue profesor de Literatura Espaola en la Escuela Nacional
Preparatoria. En 1915 se expatri a La Habana (Cuba), en donde vivi de escribir en los
peridicos y de clases particulares. En 1916 fue a Espaa como redactor corresponsal de
EL Heraldo de Cuba. Del 26 de abril al 2 de agosto de 1917 estuvo en Buenos Aires
(Argentina) en misin oficial; en la Universidad de dicha ciudad dict una serie de
conferencias sobre literatura mexicana. Muri en Madrid, el 18 de noviembre de 1934. El
11 de diciembre del mismo ao lleg su cadver a Veracruz. Est enterrado en la
Rotonda de los Hombres Ilustres.
AS FUE
Lo sent; no fue una
separacin, sino un desgarramiento;
qued atnita el alma, y sin ninguna
luz, se durmi en la sombra el pensamiento.
As fue; como un gran golpe de viento
en la serenidad del aire. Ufano,
en la noche tremenda,
llevaba yo en la mano
una antorcha con que alumbraba la senda,
y que de pronto se apag: la oscura
acechanza del mal y el destino
extingui as la llama y mi locura.
V un rbol a la orilla del camino,
y me sent a llorar mi desventura.
-
As fue, caminante
que me contemplas con mirada absorta
y curioso semblante.
Yo estoy cansado, sigue t adelante;
mi pena es muy vulgar y no te importa.
Am, sufr, goc, sent el divino
soplo de la ilusin y la locura;
tuve la antorcha, la apag el destino,
y me sent a llorar mi desventura
a la sombra de un rbol del camino.
-
VICENTE HUIDOBRO
Poeta y narrador chileno nacido en Santiago en 1893. Perteneci a una familia de rancia
aristocracia donde siempre se respir un gran ambiente intelectual. Antes de cumplir los
veinte aos public su primer libro de poemas, Ecos del alma, donde dej entrever el
modernismo que declar oficialmente en su manifiesto Non Serviam en 1914.
Es considerado como uno de los poetas vanguardistas ms importantes de la primera mitad
del siglo XX. Cre y difundi con mucho xito la corriente del Creacionismo, en la que
se resume lo mejor del cubismo y el futurismo.
Vivi en Paris donde trab amistad con grandes vanguardistas de la poca como
Apollinaire, Jean Cocteau, Andr Breton, Pablo Picasso y Juan Gris. Entre sus obras
destacadas pueden sealarse, Altazor 1931, Temblor de cielo, Poemas rticos,
Ecuatorial, Tour Eiffel y Hallali. Falleci en 1948.
ALTAZOR
CANTO II
Mujer el mundo est amueblado por tus ojos
Se hace ms alto el cielo en tu presencia
La tierra se prolonga de rosa en rosa
Y el aire se prolonga de paloma en paloma
Al irte dejas una estrella en tu sitio
Dejas caer tus luces como el barco que pasa
Mientras te sigue mi canto embrujado
Como una serpiente fiel y melanclica
Y t vuelves la cabeza detrs de algn astro
Qu combate se libra en el espacio?
Esas lanzas de luz entre planetas
Reflejo de armaduras despiadadas
-
Qu estrella sanguinaria no quiere ceder el paso?
En dnde ests triste noctmbula
Dadora de infinito
Que pasea en el bosque de los sueos
Heme aqu perdido entre mares desiertos
Solo como la pluma que se cae de un pjaro en la
( noche
Heme aqu en una torre de fro
Abrigado del recuerdo de tus labios martimos
Del recuerdo de tus complacencias y de tu
( cabellera
Luminosa y desatada como los ros de montaa
Iras a ser ciega que Dios te dio esas manos?
Te pregunto otra vez
El arco de tus cejas tendido para las armas de
( los ojos
En la ofensiva alada vencedora segura con orgullos
( de flor
Te hablan por m las piedras aporreadas
Te hablan por m las olas de pjaros sin cielo
Te habla por m el color de los paisajes sin viento
Te habla por m el rebao de ovejas taciturnas
Dormido en tu memoria
Te habla por m el arroyo descubierto
La yerba sobreviviente atada a la aventura
Aventura de luz y sangre de horizonte
Sin ms abrigo que una flor que se apaga
Si hay un poco de viento
Las llanuras se pierden bajo tu gracia frgil
Se pierde el mundo bajo tu andar visible
Pues todo es artificio cuando t te presentas
Con tu luz peligrosa
Inocente armona sin fatiga ni olvido
Elemento de lgrima que rueda hacia adentro
Construido de miedo altivo y de silencio
Haces dudar al tiempo
Y al cielo con instintos de infinito
Lejos de ti todo es mortal
Lanzas la agona por la tierra humillada de
( noches
Slo lo que piensa en ti tiene sabor a eternidad
He aqu tu estrella que pasa
-
Con tu respiracin de fatigas lejanas
Con tus gestos y tu modo de andar
Con el espacio magnetizado que te saluda
Que nos separa con leguas de noche
Sin embargo te advierto que estamos cosidos
A la misma estrella
Estamos cosidos por la misma msica tendida
De uno a otro
Por la misma sombra gigante agitada como rbol
Seamos ese pedazo de cielo
Ese trozo en que pasa la aventura misteriosa
La aventura del planeta que estalla en ptalos de
( sueo
En vano trataras de evadirte de mi voz
Y de saltar los muros de mis alabanzas
Estamos cosidos por la misma estrella
Ests atada al ruiseor de las lunas
Que tiene un ritual sagrado en la garganta
Qu me importan los signos de la noche
Y la raz y el eco funerario que tengan en mi
( pecho
Qu me importa el enigma luminoso
Los emblemas que alumbran el azar
Y esas islas que viajan por el caos sin destino a
( mis ojos
Qu me importa ese miedo de flor en el vaco
Qu me importa el nombre de la nada
El nombre del desierto infinito
O de la voluntad o del azar que representan
Y si en ese desierto cada estrella es un deseo de
( oasis
O banderas de presagio y de muerte
Tengo una atmsfera propia en tu aliento
La fabulosa seguridad de tu mirada con sus cons-
( telaciones ntimas
Con su propio lenguaje de semilla
Tu frente luminosa como un anillo de Dios
Ms firme que todo en la flora del cielo
Sin torbellinos de universo que se encabrita
Como un caballo a causa de su sombra en el aire
Te pregunto otra vez
Iras a ser muda que Dios te dio esos ojos?
-
Tengo esa voz tuya para toda defensa
Esa voz que sale de ti en latidos de corazn
Esa voz en que cae la eternidad
Y se rompe en pedazos de esferas fosforescentes
Qu sera la vida si no hubieras nacido?
Un cometa sin manto murindose de fro
Te hall como una lgrima en un libro olvidado
Con tu nombre sensible desde antes en mi pecho
Tu nombre hecho del ruido de palomas que se
( vuelan
Traes en ti el recuerdo de otras vidas ms altas
De un Dios encontrado en alguna parte
Y al fondo de ti misma recuerdas que eras t
El pjaro de antao en la clave del poeta
Sueo en un sueo sumergido
La cabellera que se ata hace el da
La cabellera al desatarse hace la noche
La vida se contempla en el olvido
Slo viven tus ojos en el mundo
El nico sistema planetario sin fatiga
Serena piel anclada en las alturas
Ajena a toda red y estratagema
En su fuerza de luz ensimismada
Detrs de ti la vida siente miedo
Porque eres la profundidad de toda cosa
El mundo deviene majestuoso cuando pasas
Se oyen caer lgrimas del cielo
Y borras en el alma adormecida
La amargura de ser vivo
Se hace liviano el orbe en las espaldas
M alegra es or el ruido del viento en tus cabellos
(Reconozco ese ruido desde lejos)
Cuando las barcas zozobran y el ro arrastra tron-
( cos de rbol
Eres una lmpara de carne en la tormenta
Con los cabellos a todo viento
Tus cabellos donde el sol va a buscar sus mejores
( sueos
Mi alegra es mirarte solitaria en el divn del
( mundo
Como la mano de una princesa soolienta
Con tus ojos que evocan un piano de olores
Una bebida de paroxismos
-
Una flor que est dejando de perfumar
Tus ojos hipnotizan la soledad
Como la rueda que sigue girando despus de la
( catstrofe
Mi alegra es mirarte cuando escuchas
Ese rayo de luz que camina hacia el fondo del
( agua
Y te quedas suspensa largo rato
Tantas estrellas pasadas por el harnero del mar
Nada tiene entonces semejante emocin
Ni un mstil pidiendo viento
Ni un aeroplano ciego palpando el infinito
Ni la paloma demacrada dormida sobre un
( lamento
Ni el arcoiris con las alas selladas
Ms bello que la parbola de un verso
La parbola tendida en puente nocturno de alma
( a alma
Nacida en todos los sitios donde pongo los ojos
Con la cabeza levantada
Y todo el cabello al viento
Eres ms hermosa que el relincho de un potro en
( la montaa
Que la sirena de un barco que deja escapar toda
( su alma
Que un faro en la neblina buscando a quien
( salvar
Eres ms hermosa que la golondrina atravesada
( por el viento
Eres el ruido del mar en verano
Eres el ruido de una calle populosa llena de
( admiracin
Mi gloria est en tus ojos
Vestida del lujo de tus ojos y de su brillo interno
Estoy sentado en el rincn ms sensible de tu
( mirada
Bajo el silencio esttico de inmviles pestaas
Viene saliendo un augurio del fondo de tus ojos
Y un viento de ocano ondula tus pupilas
Nada se compara a esa leyenda de semillas que
( deja tu presencia
A esa voz que busca un astro muerto que volver a
( la vida
-
Tu voz hace un imperio en el espacio
Y esa mano que se levanta en ti como si fuera a
( colgar soles en el aire
Y ese mirar que escribe mundos en el infinito
Y esa cabeza que se dobla para escuchar un mur-
( mullo en la eternidad
Y ese pie que es la fiesta de los caminos
( encadenados
Y esos prpados donde vienen a vararse las cente-
( llas del ter
Y ese beso que hincha la proa de tus labios
Y esa sonrisa como un estandarte al frente de tu
( vida
Y ese secreto que dirige las mareas de tu pecho
Dormido a la sombra de tus senos
Si t murieras
Las estrellas a pesar de su lmpara encendida
Perderan el camino
Qu sera del universo?
-
FEDERICO GARCA LORCA
Poeta espaol nacido en Fuentevaqueros, Granada en 1898. Estudi Letras en la
Universidad de Granada y Msica con Manuel de Falla. Fue una de las puntas del tringulo
surrealista formado por l, Salvador Dal y Luis Buuel, atrados por el significado del
manifiesto surrealista de Andr Breton. Considerado uno de los grandes poetas del siglo
XX, muri asesinado en Granada en 1936.
LA CASADA INFIEL
Y que yo me la llev al ro
creyendo que era mozuela,
pero tena marido.
Fue la noche de Santiago
y casi por compromiso.
Se apagaron los faroles
y se encendieron los grillos.
En las ltimas esquinas
toqu sus pechos dormidos,
y se me abrieron de pronto
como ramos de jacintos.
El almidn de su enagua
me sonaba en el odo,
como una pieza de seda
rasgada por diez cuchillos.
Sin luz de plata en sus copas
-
los rboles han crecido,
y un horizonte de perros
ladra muy lejos del ro.
*
Pasadas las zarzamoras,
los juncos y los espinos,
bajo su mata de pelo
hice un hoyo sobre el limo.
Yo me quit la corbata.
Ella se quit el vestido.
Yo el cinturn con revlver.
Ella sus cuatro corpios.
Ni nardos ni caracolas
tienen el cutis tan fino,
ni los cristales con luna
relumbran con ese brillo.
Sus muslos se me escapaban
como peces sorprendidos,
la mitad llenos de lumbre,
la mitad llenos de fro.
Aquella noche corr
el mejor de los caminos,
montado en potra de ncar
sin bridas y sin estribos.
No quiero decir, por hombre,
las cosas que ella me dijo.
La luz del entendimiento
me hace ser muy comedido.
Sucia de besos y arena
yo me la llev del ro.
Con el aire se batan
las espadas de los lirios.
Me port como quien soy.
Como un gitano legtimo.
Le regal un costurero
grande de raso pajizo,
y no quise enamorarme
porque teniendo marido
-
me dijo que era mozuela
cuando la llevaba al ro.
PRECIOSA Y EL AIRE
A Dmaso Alonso
Su luna de pergamino
Preciosa tocando viene
por un anfibio sendero
de cristales y laureles.
El silencio sin estrellas,
huyendo del sonsonete,
cae donde el mar bate y canta
su noche llena de peces.
En los picos de la sierra
los carabineros duermen
guardando las blancas torres
donde viven los ingleses.
Y los gitanos del agua
levantan por distraerse,
glorietas de caracolas
y ramas de pino verde.
*
Su luna de pergamino
Preciosa tocando viene.
Al verla se ha levantado
el viento que nunca duerme.
San Cristobaln desnudo,
lleno de lenguas celestes,
mira la nia tocando
una dulce gaita ausente.
Nia, deja que levante
tu vestido para verte.
Abre en mis dedos antiguos
la rosa azul de tu vientre.
*
Preciosa tira el pandero
y corre sin detenerse.
-
El viento-hombrn la persigue
con una espada caliente.
Frunce su rumor el mar.
Los olivos palidecen.
Cantan las flautas de umbra
y el liso gong de la nieve.
Preciosa, corre, Preciosa,
que te coge el viento verde!
Preciosa, corre, Preciosa!
Mralo por dnde viene!
Stiro de estrellas bajas
con sus lenguas relucientes.
*
Preciosa, llena de miedo,
entra en la casa que tiene,
ms arriba de los pinos,
el cnsul de los ingleses.
Asustados por los gritos
tres carabineros vienen,
sus negras capas ceidas
y los gorros en las sienes.
El ingls da a la gitana
un vaso de tibia leche,
y una copa de ginebra
que Preciosa no se bebe.
Y mientras cuenta, llorando,
su aventura a aquella gente,
en las tejas de pizarra
el viento, furioso, muerde.
-
FERNANDO PESSOA
Poeta, ensayista y traductor portugus nacido en Lisboa en 1888.
Es la figura ms representativa de la poesa portuguesa del siglo XX. Sus primeros aos
transcurrieron en Ciudad del Cabo mientras su padrastro ocupaba el consulado de Portugal
en Sudfrica. A los diecisiete aos viaj a Lisboa, donde despus de interrumpir estudios
de Letras altern el trabajo de oficinista con su inters por la actividad literaria.
La influencia que en l ejercieron autores como Nietzsche, Milton y Shakespeare, lo
llevaron a traducir parte de sus obras y a producir los primeros poemas en idioma ingls.
Dirigi varias revistas y pronto se convirti en el propulsor del surrealismo portugus.
"Mensaje" fue su primera obra en portugus y nica publicada en vida del poeta. Parte de
su obra est representada por los numerosos heternimos creados durante su vida, siendo
los ms importantes Alvaro de Campos, Ricardo Reis y Alberto Caeiro.
Falleci en Lisboa en 1935.
Yo nunca guard rebaos...
Yo nunca guard rebaos,
pero es como si los guardara.
Mi alma es como un pastor,
conoce el viento y el sol
y anda de la mano de las Estaciones
siguiendo y mirando.
Toda la paz de la Naturaleza a solas
viene a sentarse a ni lado.
Pero permanezco triste, como un atardecer
para nuestra imaginacin,
-
cuando refresca en el fondo de la planicie
y se siente que la noche ha entrado
como una mariposa por la ventana.
Pero mi tristeza es sosiego
porque es natural y justa
y es lo que debe haber en el alma
cuando piensa que ya existe
y las manos cogen flores sin darse cuenta.
Con un ruido de cencerros
ms all de la curva del camino
mis pensamientos estn contentos.
Pensar molesta como andar bajo la lluvia
cuando el viento crece y parece que llueve ms.
No tengo ambiciones ni deseos.
Ser poeta no es una ambicin ma.
Es mi manera de estar solo.
Ah! La angustia, la abyecta rabia, la desesperacin...
Ah! La angustia, la abyecta rabia, la desesperacin
De no yacer en m mismo desnudo
Con nimo de gritar, sin que sangre el seco corazn
En un ltimo, austero alarido!
Hablo -las palabras que digo son nada ms un sonido:
Sufro -Soy yo.
Ah, extraer de la msica el secreto, el tono
De su alarido!
Ah, la furia -afliccin que grita en vano
Pues los gritos se tensan
Y alcanzan el silencio trado por el aire
En la noche, nada ms all!
Reniego, lpiz partido...
Reniego, lpiz partido,
-
Todo cuanto dese.
Y no so ser servido
De ir a donde nunca ir.
Paje embutido en harapos
Del triunfo que otros tuvieron,
Yo podr amar estos trapos
Por ser cuanto a m me dieron.
Sabr, prncipe mendigo,
Coger, con la buena gente,
Entre el ondear del trigo
La amapola inteligente.
Seor, serenas son...
Seor, serenas son
Todas las horas
Que derrochamos, si en
Malgastarlas,
Como en un jarrn,
Colocamos flores.
No hay tristezas
Ni alegras tampoco
En nuestra vida.
Luego djanos aprender,
irreflexivamente sabios,
A no vivirla.
Sino a dejarla flotar,
Tranquila, serena,
Permitiendo que los nios
Sean nuestros profesores
y que nuestros ojos sean
Colmados por la Naturaleza.
A la orilla de la corriente,
Al borde, de la carretera,
-
Cae erguida-
Siempre en el mismo
Respiro de luz
De estar vivos.
El tiempo pasa,
No nos dice nada.
Crecemos envejecidos.
Djanos aprender, como si
irnicamente,
Nos observara partir.
Es intil mientras
Hacemos un gesto.
No hay resistencia
Al dios cruel
Devorador sempiterno
De sus hijos.
Permtenos recoger las flores,
Permtenos humedecer
stas nuestras manos
En los apacibles riachuelos,
De los cuales debemos aprender
A ser apacibles como ellos.
Los girasoles siempre
Estn mirando hacia el sol,
Djanos marchar de la vida
Tranquilos, sin abrigar
Siquiera el remordimiento
De haber vivido.
-
OLIVERIO GIRONDO
Poeta argentino nacido en Buenos Aires en 1891, en el seno de una familia adinerada que le
procur una esmerada educacin en importantes centros educativos europeos.
Estudi Derecho, y muy pronto, a raz de sus contactos con los poetas exponentes de la
vanguardia europea, public en 1922 su primer libro de poemas, Veinte poemas para ser
ledos en el tranva, seguidos luego por Calcomanas en 1925, Espantapjaros en
1932, Persuasin de los das en 1942, Campo nuestro en 1946 y En la masmdula
en 1954, obra que constituye en su trabajo ms audaz en el campo de la poesa.
Al iniciarse la dcada de los aos cincuenta, guiado por su inters en las artes plsticas,
incursion en la pintura con una marcada tendencia surrealista, gracias a su profundo
conocimiento de la pintura francesa. En 1961 sufri un grave accidente que le disminuy
sus condiciones fsicas. En 1965 viaj por ltima vez a Europa y a su regreso a Buenos
Aires, falleci en 1967.
No se me importa un pito que las mujeres...
No se me importa un pito que las mujeres
tengan los senos como magnolias o como pasas de higo;
un cutis de durazno o de papel de lija.
Le doy una importancia igual a cero,
al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisaco
o con un aliento insecticida.
Soy perfectamente capaz de sorportarles
una nariz que sacara el primer premio
en una exposicin de zanahorias;
pero eso s! -y en esto soy irreductible- no les perdono,
bajo ningn pretexto, que no sepan volar.
Si no saben volar pierden el tiempo las que pretendan seducirme!
sta fue -y no otra- la razn de que me enamorase,
-
tan locamente, de Mara Luisa.
Qu me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos?
Qu me importaban sus extremidades de palmpedo
y sus miradas de pronstico reservado?
Mara Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina,
volaba del comedor a la despensa.
Volando me preparaba el bao, la camisa.
Volando realizaba sus compras, sus quehaceres...
Con qu impaciencia yo esperaba que volviese, volando,
de algn paseo por los alrededores!
All lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado.
"Mara Luisa! Mara Luisa!"... y a los pocos segundos,
ya me abrazaba con sus piernas de pluma,
para llevarme, volando, a cualquier parte.
Durante kilmetros de silencio planebamos una caricia
que nos aproximaba al paraso;
durante horas enteras nos anidbamos en una nube,
como dos ngeles, y de repente,
en tirabuzn, en hoja muerta,
el aterrizaje forzoso de un espasmo.
Qu delicia la de tener una mujer tan ligera...,
aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas!
Que voluptuosidad la de pasarse los das entre las nubes...
la de pasarse las noches de un solo vuelo!
Despus de conocer una mujer etrea,
puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre?
Verdad que no hay diferencia sustancial
entre vivir con una vaca o con una mujer
que tenga las nalgas a setenta y ocho centmetros del suelo?
Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender
la seduccin de una mujer pedestre,
y por ms empeo que ponga en concebirlo,
no me es posible ni tan siquiera imaginar
que pueda hacerse el amor ms que volando.
Llorar a lgrima viva...
Llorar a lgrima viva.
Llorar a chorros.
-
Llorar la digestin.
Llorar el sueo.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas,
las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma, la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropologa, llorando.
Festejar los cumpleaos familiares, llorando.
Atravesar el frica, llorando.
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo...
si es verdad que los cacues y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo, pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz, con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo, por la boca.
Llorar de amor, de hasto, de alegra.
Llorar de frac, de flato, de flacura.
Llorar improvisando, de memoria.
Llorar todo el insomnio y todo el da!
Poema 12
Se miran, se presienten, se desean,
se acarician, se besan, se desnudan,
se respiran, se acuestan, se olfatean,
se penetran, se chupan, se demudan,
se adormecen, se despiertan, se iluminan,
se codician, se palpan, se fascinan,
se mastican, se gustan, se babean,
se confunden, se acoplan, se disgregan,
se aletargan, fallecen, se reintegran,
se distienden, se enarcan, se menean,
se retuercen, se estiran, se caldean,
se estrangulan, se aprietan se estremecen,
se tantean, se juntan, desfallecen,
se repelen, se enervan, se apetecen,
se acometen, se enlazan, se entrechocan,
-
se agazapan, se apresan, se dislocan,
se perforan, se incrustan, se acribillan,
se remachan, se injertan, se atornillan,
se desmayan, reviven, resplandecen,
se contemplan, se inflaman, se enloquecen,
se derriten, se sueldan, se calcinan,
se desgarran, se muerden, se asesinan,
resucitan, se buscan, se refriegan,
se rehuyen, se evaden, y se entregan.
-
NICANOR PARRA
Poeta, cuentista y ensayista chileno nacido en San Fabin de Alico, en 1914. Aunque perteneci a
una sencilla familia campesina, hered de sus padres una gran sensibilidad artstica. Despus de
sus estudios bsicos, se recibi como profesor de Matemticas en el Liceo de Chilln y en la
Universidad de Chile, en 1938. Durante varios aos estuvo radicado Estados Unidos e Inglaterra,
gracias a becas otorgadas por institutos privados. Regres a Chile en 1951. Desde 1937 incursion
en el cuento y el ensayo, manteniendo viva su vocacin potica de tono evocativo y sentimental,
como se puede observar en Cancionero sin nombre de 1937. Con el paso de los aos adopt
una lnea que l mismo denomin "antipoesa", cuya muestra ms sorprendente se observa en
Poemas y antipoemas de 1954. En 1969 recibi el Premio Nacional de Literatura de Chile, por
Obra gruesa. En 1991 fue galardonado por segunda vez en su pas y luego obtuvo el Premio
Internacional Juan Rulfo. En 2011 su obra fue reconocida con el mximo
galardn de la lengua castellana "El Premio Cervantes". Su obra ha sido traducida a numerosos
idiomas.
Un hombre
La madre de un hombre est gravemente enferma
Parte en busca del mdico
Llora
En la calle ve a su mujer acompaada de otro hombre
Van tomados de la mano
Los sigue a corta distancia
De rbol en rbol
Llora
Ahora se encuentra con un amigo de juventud
Aos que no nos veamos!
Pasan a un bar
Conversan, ren
-
El hombre sale a orinar al patio
Ve una muchacha joven
Es de noche
Ella lava los platos
El hombre se acerca a la joven
La toma de la cintura
Bailan vals
Juntos salen a la calle
Ren
Hay un accidente
La muchacha ha perdido el conocimiento
El hombre va a llamar por telfono
Llora
Llega a una casa con luces
Pide telfono
Alguien lo reconoce
Qudate a comer, hombre
No
Dnde est el telfono
Come, hombre, come
Despus te vas
Se sienta a comer
Bebe como un condenado
Re
Lo hacen recitar
Recita
Se queda dormido debajo de un escritorio.
ltimo brindis
Lo queramos o no
slo tenemos tres alternativas:
el ayer, el presente y el maana.
Y ni siquiera tres
porque como dice el filsofo
el ayer es ayer
nos pertenece slo en el recuerdo:
a la rosa que ya se deshoj
no se le puede sacar otro ptalo.
Las cartas por jugar
son solamente dos:
el presente y el da de maana.
Y ni siquiera dos
-
porque es un hecho bien establecido
que el presente no existe
sino en la medida en que se hace pasado
y ya pas...
como la juventud.
En resumidas cuentas
slo nos va quedando el maana:
yo levanto mi copa
por ese da que no llega nunca
pero que es lo nico
de lo que realmente disponemos.
Sinfona de cuna
Una vez andando
por un parque ingls
con un angelrum
sin querer me hall.
Buenos das, dijo,
yo le contest,
l en castellano,
pero yo en francs.
Dites moi, don ngel,
Comment va monsieur.
l me dio la mano,
yo le tom el pie:
hay que ver, seores,
cmo un ngel es!
Fatuo como el cisne,
fro como un riel,
gordo como un pavo,
feo como usted.
Susto me dio un poco
pero no arranqu.
Le busqu las plumas,
-
plumas encontr,
duras como el duro
cascarn de un pez.
Buenas con que hubiera
sido Lucifer!
Se enoj conmigo,
me tir un revs
con su espada de oro,
yo me le agach.
ngel ms absurdo
non volver a ver.
Muerto de la risa
dije good bye sir,
siga su camino,
que le vaya bien,
que la pise el auto,
que la mate el tren.
Ya se acab el cuento,
uno, dos y tres.
Soliloquio del individuo
Yo soy el Individuo.
Primero viv en una roca
(All grab algunas figuras).
Luego busqu un lugar ms apropiado.
Yo soy el Individuo.
Primero tuve que procurarme alimentos,
Buscar peces, pjaros, buscar lea,
(Ya me preocupara de los dems asuntos).
Hacer una fogata,
Lea, lea, dnde encontrar un poco de lea,
Algo de lea para hacer una fogata,
Yo soy el Individuo.
-
Al mismo tiempo me pregunt,
Fui a un abismo lleno de aire;
Me respondi una voz:
Yo soy el Individuo.
Despus trat de cambiarme a otra roca,
All tambin grab figuras,
Grab un ro, bfalos,
Grab una serpiente
Yo soy el Individuo.
Pero no. Me aburr de las cosas que haca,
El fuego me molestaba,
Quera ver ms,
Yo soy el Individuo.
Baj a un valle regado por un ro,
All encontr lo que necesitaba,
Encontr un pueblo salvaje,
Una tribu,
Yo soy el Individuo.
Vi que all se hacan algunas cosas,
Figuras grababan en las rocas,
Hacan fuego, tambin hacan fuego!
Yo soy el Individuo.
Me preguntaron que de dnde vena.
Contest que s, que no tena planes determinados,
Contest que no, que de all en adelante.
Bien.
Tom entonces un trozo de piedra que encontr en un ro
Y empec a trabajar con ella,
Empec a pulirla,
De ella hice una parte de mi propia vida.
Pero esto es demasiado largo.
Cort unos rboles para navegar,
Buscaba peces,
Buscaba diferentes cosas,
(Yo soy el Individuo).
Hasta que me empec a aburrir nuevamente.
Las tempestades aburren,
Los truenos, los relmpagos,
Yo soy el Individuo.
Bien. Me puse a pensar un poco,
Preguntas estpidas se me venan a la cabeza.
-
Falsos problemas.
Entonces empec a vagar por unos bosques.
Llegu a un rbol y a otro rbol;
Llegu a una fuente,
A una fosa en que se vean algunas ratas:
Aqu vengo yo, dije entonces,
Habis visto por aqu una tribu,
Un pueblo salvaje que hace fuego?
De este modo me desplac hacia el oeste
Acompaado por otros seres,
O ms bien solo.
Para ver hay que creer, me decan,
Yo soy el Individuo.
Formas vea en la oscuridad,
Nubes tal vez,
Tal vez vea nubes, vea relmpagos,
A todo esto haban pasado ya varios das,
Yo me senta morir;
Invent unas mquinas,
Constru relojes,
Armas, vehculos,
Yo soy el Individuo.
Apenas tena tiempo para enterrar a mis muertos,
Apenas tena tiempo para sembrar,
Yo soy el Individuo.
Aos ms tarde conceb unas cosas,
Unas formas,
Cruc las fronteras
y permanec fijo en una especie de nicho,
En una barca que naveg cuarenta das,
Cuarenta noches,
Yo soy el Individuo.
Luego vinieron unas sequas,
Vinieron unas guerras,
Tipos de color entraron al valle,
Pero yo deba seguir adelante,
Deba producir.
Produje ciencia, verdades inmutables,
Produje tanagras,
Di a luz libros de miles de pginas,
Se me hinch la cara,
-
Constru un fongrafo,
La mquina de coser,
Empezaron a aparecer los primeros automviles,
Yo soy el Individuo.
Alguien segregaba planetas,
rboles segregaba!
Pero yo segregaba herramientas,
Muebles, tiles de escritorio,
Yo soy el Individuo.
Se construyeron tambin ciudades,
Rutas
Instituciones religiosas pasaron de moda,
Buscaban dicha, buscaban felicidad,
Yo soy el Individuo.
Despus me dediqu mejor a viajar,
A practicar, a practicar idiomas,
Idiomas,
Yo soy el Individuo.
Mir por una cerradura,
S, mir, qu digo, mir,
Para salir de la duda mir,
Detrs de unas cortinas,
Yo soy el Individuo.
Bien.
Mejor es tal vez que vuelva a ese valle,
A esa roca que me sirvi de hogar,
Y empiece a grabar de nuevo,
De atrs para adelante grabar
El mundo al revs.
Pero no: la vida no tiene sentido.
-
Octavio Paz
Ensayista y poeta mexicano. Es uno de los grandes poetas hispanos de todos los tiempos.
Su obra abarca varios gneros, entre los que sobresalen textos poticos, el ensayo y
traducciones. Colabor activa y constantemente en el impulso de la cultura a travs de la
fundacin y participacin en innumerables revistas, como Taller, Plural y Vuelta. Tambin
fungi de profesor, conferencista, periodista y diplomtico.
Desde muy temprano dej las formas poticas tradicionales para lanzarse a la modernidad.
Su obra potica pretende "liberar a la palabra de reglas o propsitos utilitarios" para
devolverle su esencia mgica, haciendo uso casi exclusivo del pensamiento y de una rima
interna y sutil, algunas veces difcil de captar.
Recibi varios premios literarios, como el del Prncipe de Asturias, el Premio Cervantes y
el de Tocqueville. Pero el mayor de todos fue el Premio Nobel, en 1990, otorgado como
reconocimiento universal a su obra. Fue el primer escritor mexicano en recibirlo, y uno
entre los varios concedidos a los autores de la literatura hispnica.
Cuerpo a la vista
Y las sombras se abrieron otra vez
y mostraron su cuerpo:
tu pelo, otoo espeso, cada de agua solar,
tu boca y la blanca disciplina
de tus dientes canbales,
prisioneros en llamas,
tu piel de pan apenas dorado
y tus ojos de azcar quemada,
sitios en donde el tiempo no transcurre,
valles que slo mis labios conocen,
-
desfiladero de la una que asciende
a tu garganta entre tus senos,
cascada petrificada de la nuca,
alta meseta de tu vientre,
playa sin fin de tu costado.
Tus ojos son los ojos fijos del tigre
y un minutos despus
son los ojos hmedos del perro.
Siempre hay abejas en tu pelo.
Tu espalda fluye tranquila bajo mis ojos
como las espalda del ro a la luz del incendio.
Aguas dormidas golpean da y noche
tu cintura de arcilla
y en tus costas,
inmensas como los arenales de la luna,
el viento sopla por mi boca
y un largo quejido cubre con sus dos alas grises
la noche de los cuerpos,
como la sombra del guila la soledad del pramo.
Las uas de los dedos de tus pies
estn hechas del cristal del verano.
Entre tus piernas hay un pozo de agua dormida,
baha donde el mar de noche se aquieta,
negro caballo de espuma,
cueva al pie de la montaa que esconde un tesoro,
boca de horno donde se hacen las hostias,
sonrientes labios entreabiertos y atroces,
nupcias de la luz y la sombra,
de lo visible y lo invisible
(all espera la carne su resurreccin
y el da de la vida perdurable)
Patria de sangre,
nica tierra que conozco y me conoce,
nica patria en la que creo,
nica puerta al infinito.
Escrito con tinta verde
La tinta verde crea jardines, selvas, prados,
follajes donde cantan las letras,
palabras que son rboles,
-
frases que son verdes constelaciones.
Deja que mis palabras, oh blanca, desciendan y te cubran
como una lluvia de hojas a un campo de nieve,
como la yedra a la estatua,
como la tinta a esta pgina.
Brazos, cintura, cuello, senos,
la frente pura como el mar,
la nuca de bosque en otoo,
los dientes que muerden una brizna de yerba.
Tu cuerpo se constela de signos verdes
como el cuerpo del rbol de renuevos.
No te importe tanta pequea cicatriz luminosa:
mira al cielo y su verde tatuaje de estrellas.
-
JAIME SABINES
Poeta y ensayista mexicano nacido en Tuxtla Gutirrez en 1926.
Radic en Ciudad de Mxico desde 1949 cuando inici sus estudios de Filosofa y Letras.
Public Horal a la edad de veintitrs aos. Un recuento de sus poemas fue publicado por
la UNAM en 1962. En 1965 tras su visita a Cuba para servir como jurado del Premio Casa
de las Amricas, sufri un gran desencanto con las tendencias izquierdistas, sentimiento
que dej plasmado en su libro Yuria publicado en 1967. Su obra tiene un marcado acento
informal que lo convierte en un poeta de todos los tiempos. Su prosa vehemente y su verso
sentido y sensual, nos hacen viajar por un mundo de realidades vividas.
En 1985 recibi el Premio Nacional de Ciencias y Artes. En 1986, con motivo de sus
sesenta aos, fue homenajeado por la UNAM y el INBA. Ese mismo ao el Gobierno del
Estado de Tabasco le entreg el Premio Juchimn de Plata. En 1991, el Consejo
Consultivo le otorg la Presea Ciudad de Mxico y en 1994 el Senado de la Repblica lo
condecor con la medalla Belisario Domnguez.
Por su libro Pieces of Shadow (Fragmentos de sombra), antologa de su poesa
traducida al ingls y editada en edicin bilinge, obtuvo el Premio Mazatln de Literatura
1996. Tras una larga enfermedad falleci en Ciudad de Mxico en 1999.
Ta Chofi
Amanec triste el da de tu muerte, ta Chofi,
pero esa tarde me fui al cine e hice el amor.
Yo no saba que a cien leguas de aqu estabas muerta
con tus setenta aos de virgen definitiva,
tendida sobre un catre, estpidamente muerta.
Hiciste bien en morirte, ta Chofi,
porque no hacas nada, porque nadie te haca caso,
porque desde que muri abuelita, a quien te consagraste,
ya no tenas qu hacer y a leguas se miraba
que queras morirte y te aguantabas.
Hiciste bien!
-
Yo no quiero elogiarte como acostumbran los arrepentidos,
porque te quise a tu hora, en el lugar preciso,
y harto s lo que fuiste, tan corrient
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